TOMO V
91. Alegoría en Israel de los ángeles obedientes y los caídos
Domingo 25 de diciembre de 1949
(Saluda el Divino Maestro)
Elías:
1 Maestro de maestros, ante tus plantas divinas en esta alba de gracia, cual el venerable anciano, vengo Maestro, para hacerte presente mi rebaño amado. Son los corazones que se levantan con el buen propósito y en esta alba de gracia, ¡hágase en ellos y en el pastor, según la voluntad divina!
Divino Maestro:
2 Venerable anciano, que en este día de gracia, de resurgimiento, de vida de gracia para este pueblo, para este rebaño que tanto cuidáis y que tantos desvelos lleváis por él mismo, venís con vuestro amor siempre, para hacerme presente al primero y para hacerme presente al postrero; me pedís: no contemple su debilidad humana que vos, les vais fortaleciendo; que vos, les vais levantando en el camino y les vais haciendo útiles para el servicio divino. Yo les recibo, ¡oh! Pastor bendito, ellos llegan ante mi presencia, en representación del mundo entero, tanto en lo material, como en lo mental y espiritual.
3 ¡Créalo el hombre o no lo crea! Por estos corazones sencillos, por estos corazones humildes, recibirá el mundo en lo material, en lo mental y espiritualmente. Recibirán todos, en sus distintas sectas y también en sus distintas religiones, porque ésa es mi voluntad, Elías muy amado.
4 Mas, en este momento también, reciban estos corazones que por un instante, no se recrearon con la palabra celestial; corazones que deseosos, anhelosos esperan escuchar vuestro consejo celestial, para que les levantéis en espíritu y en materia.
5 ¡Sed con ellos, pastor bendito! ¡Dadles elevación, dadles preparación, recoged todas sus cuitas, apartad todo lo que en su intelecto y corazón puedan traer consigo mismo, como barrera! Para que así, puedan sentir en este día de gracia, mi palabra celestial y les quede grabada en lo más íntimo de su corazón y conciencia.
Elías:
6 ¡Heme aquí, rebaño amado, una vez más! En esta alba de gracia, llega hacia vosotros, vuestro pastor; vengo solamente, para iluminar vuestro entendimiento; para preparar vuestra morada cual la cuna, donde el Maestro, tenga que aposentarse para sentir el calor del buen discípulo.
7 ¡Preparaos, rebaño amado! Presto está el momento en que la palabra del Maestro, caerá en vuestro corazón; presto es el instante, en que solamente la mesa está preparada con el mejor manjar. Rebaño amado: sed en ella, con vuestro buen propósito y buena preparación, para que también el mañana seáis los discípulos verdaderos que tengáis que levantaros a los caminos.
8 Soy vuestro pastor espiritual, rebaño amado. Vengo en esta alba de gracia, solamente como la alondra para daros el arrullo, para daros por un instante el calor espiritual.
9 Sea el aliciente en vos, recibidme por un instante, rebaño amado y dejad vuestra cuita ante mi presencia; y preparad vuestro corazón, para que os hagáis dignos por un instante, de escuchar la palabra del Maestro. Con vuestra preparación, elevación y oración, seáis dignos de ser los discípulos amados del Maestro de maestros.
10 En esta alba de gracia, rebaño amado por vuestro pastor: llevad la luz; llevad la gota de bálsamo del pastor y llevad en esta alba de gracia de mi manto un jirón que yo os preparo, en el nombre del Padre, por conducto del hijo y yo que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.
11 Divino Maestro, he llegado hacia mi rebaño; en esta alba de gracia, les he preparado nuevamente con la luz del Espíritu Santo. Yo te pido, que como Padre amantísimo, perdones al que por primera vez en esta alba de gracia se acerca hacia ti, para que lo eleves espiritualmente, ¡oh! Maestro divino.
Divino Maestro:
12 Elías muy amado, habéis estimulado al rebaño, habéis saturado su espíritu y preparado su corazón. Con vuestra luz refulgente, habéis dado calor al corazón que frío puede encontrarse y habéis dado animo a sus sentidos, para que en esta alba bendita de gracia, en que al Maestro, le place una vez más venir a recrearse con el discípulo, para dejar muy dentro, en lo recóndito de su corazón mi esencia divina.
13 Ellos, quedan ante mi presencia divina. Tanto el primero como el postrero, recibirán ambos por igual; porque mi pupila es perspicaz y puede contemplar al inocente, puede contemplar también a aquél que como escudriñador, puede aposentarse; pero soy el Padre de amor, soy el Padre de caridad que como a hijos sólo les contemplo, en este planeta. De mis caridades y caricia, el uno y el otro recibirán.
14 Seguid en vuestra labor espiritual, ¡oh! Elías bendito, en estas albas benditas de gracia; que cortas son las que restan, para llegar al final del año 1949.
15 Seguid preparando a los guías de los recintos, de las ramas de los distintos árboles; seguid preparando a las facultades y a los pedestales que fungen cual mis portavoces, al mismo pueblo; y limpiad las vestiduras de los espíritus y a las materias que atravesando van aires, mares y explanadas, para que en el principio del año 1950, este pueblo, contemple la efectividad de mi palabra celestial; que mi palabra se cumple a través de los tiempos y que yo marcando el tiempo para el uno y para el otro, soy; para que aquellos corazones, puedan ser también entre mi pueblo muy amado de Israel. ¡Volad, Elías muy amado! Que los ángeles y arcángeles esperan vuestro retorno, para cantaros el: ¡hosanna, hosanna! También a vuestro espíritu.
Elías:
16 En esta alba de gracia, ¡oh! Padre, solamente mi espíritu, recibe el mandato de tu Verbo amado. Voy, Maestro, tocando los corazones; voy en pos de la descarriada, en pos de las que gimen; y en esta alba de gracia, en tu regazo divino, quedan las 99 y voy en pos de la que me clama. ¡Adiós, rebaño amado! Que la paz del Espíritu Santo, reine en vuestros corazones.
Divino Maestro:
17 El Maestro una vez más, discípulos muy amados, viene a recrearse con vosotros, porque vengo a esparcir mi caricia y mi ternura, para aliviar vuestras penas que en el plano terrestre, vais llevando día a día en vuestra existencia humana.
18 En este día de gracia, en que en todo el mundo, en que las sectas, creencias y religiones que se nombran cristianas, en sus mismos ritos, en sus mismas costumbres de antaño, se han levantado a conmemorar una vez más el nacimiento de Jesús; y a vos pueblo, que como gracia, por añadidura he depositado en vuestras manos, que os he venido a enseñar cómo tenéis que dar ejemplo a esas grandes multitudes de las distintas religiones y creencias, os pregunto: ¿qué tenéis que enseñarles? ¿Cómo podréis hacer para que borren sus costumbres y ritos materiales, para que me busquen espiritualmente, como hoy vosotros, me estáis buscando?
19 Hacedlo, como yo os he enseñado, discípulos muy amados, y que con la debida preparación y meditación podáis elevaros espiritualmente, para que en espíritu lleguéis hacia mí y así podáis comunicaros con mi mismo Espíritu divino, y yo pueda entregarles también a los espíritus. Para que entonces vengan en verdad y reanimen a su materia en la existencia humana, para que así puedan forjarse el camino que yo os he trazado, para que así vosotros podáis seguir hasta el momento en que sea mi santísima voluntad, que sigáis transitando en este planeta.
20 Yo os he enseñado, discípulos, en verdad, cómo debéis dar ejemplo a las grandes multitudes; cómo debéis entregar y preparar, cómo debéis recordar esta alba inmensamente grande en conmemoración hacia el mundo entero, de cuando vine en Jesús de Nazaret, como el mesías salvador, para redimiros con mi preciosísima sangre; y de esa manera, pudieseis encontrar las puertas abiertas de la gloria de vuestro Padre Celestial, para que así pudieseis penetrar a ellas mismas.
21 Hoy, ya habéis resurgido; y hoy, no ha nacido Jesús de Nazaret; hoy, ha nacido el pueblo bendito de Israel, ha resurgido a una alba bendita de gracia; y el pueblo, se ha levantado fuerte, por gracia y añadidura de mi potestad providente.
22 El pueblo de Israel, se va levantando día a día, elevándose más de espíritu a Espíritu con su Dios y Maestro. Por eso las grandes multitudes bajo las mismas sinagogas, por un instante ya no encuentran el reposo, ya no encuentran la tranquilidad, ya no encuentran el descanso, ya no encuentran verdad, en lo que los hombres les han estado enseñando. Sus peroraciones materializadas, ya no llenan sus corazones, ya solamente deleitan a las materias con la música que consideran sacra; mas no al espíritu; porque él, rechaza todas estas manifestaciones materiales y hace que por un instante la materia pueda encontrarse inconforme.
23 Sin embargo, aquellos corazones, como en tiniebla pueden encontrarse, se preguntan en sí mismos, qué es lo que les hace falta en sus corazones; qué es, esa incertidumbre que llevan consigo, para asimismo, levantarse buscando la Verdad.
24 Hay momentos en que el hombre, su misma planta, por la misma inquietud humana quieren levantar, quieren retroceder; pero escuchan la campana de bronce, escuchan las peroraciones de hombres que también les hacen el llamado y que por un instante les amenazan, para que así, puedan seguirles en el camino trazado por ellos; mas, por un instante, el ser humano también va atribuyéndose lo que de mi divina providencia no ha brotado, ni para el uno ni para el otro.
25 Porque, ciertamente, en todos los tiempos, he escogido los hijos privilegiados por sus méritos propios; así como hoy, os he venido a escoger a vosotros, discípulos amados; a vos, pueblo; a vosotros, primicios que en este día de gracia llegáis como postreros; mas, no habéis venido a mí, por vuestra voluntad; ha sido mi voluntad sacrosanta que a través de Elías, el buen pastor, se ha llegado el momento, en que os traiga en su hombro sacrosanto para que os haga presente en este día de gracia, ante mi aprisco divino.
26 Todos venís, porque el cumplimiento está sobre de vosotros; ha sido el momento llegado, porque está señalado por mi voluntad.
27 Las manecillas del reloj de la vida eterna, están marcando el destino del uno y del otro, para que así se levanten a cumplir en el Tercer Tiempo que cual existencia humana en la tierra, yo le he concedido a vuestros espíritus; para que así, podáis llegar con méritos hacia mí, cuando el llamado sea a vuestro espíritu, hacia aquel más allá, de la carne y de las pasiones.
28 Contemplad que por un instante, representantes de religiones, se levantan pregonando que en su mano material existen las llaves de la gloria celestial; contemplad, que por momentos esos hombres, también se engrandecen a sí mismos, diciendo que llevan consigo la justicia y la Verdad, que llevan el perdón y la bendición en su mano; y que si de sus manos no lo recibís, en verdad, vosotros no podréis llegar a la gloria de Dios.
29 Yo os digo, en este día de gracia: no vengo a delatar a mis hijos, porque como antes os he dicho, desde el más pecador, hasta el que puede encontrarse dentro de mi gracia, todos sois mis hijos, porque todos habéis emanado de mi espíritu divino; todos sois una chispa de mi luz y vengo en pos de todos vosotros, para asimismo, todos os podáis encontrar en mi regazo de Padre, para que todos podáis encontraros unificados en aquél más allá; y que en este planeta, principiéis vuestro camino.
30 Pero, en verdad, os dice el Maestro: ni estos corazones que contempláis que en estos momentos se encuentran a mi diestra estos corazones de labriegos, que se encuentran frente a vuestras pupilas, al igual que los guías que sobre de ellos pesa la gran responsabilidad porque en su cargo llevan mi Ley infinita que yo he concedido y que responsables son tanto de la Ley como de vosotros mismos, no tienen la gracia, que el hombre se está atribuyendo en el Tercer Tiempo; ellos, no deben deciros, si vais cometiendo faltas; entonces, se les retendrá de mí, la ayuda espiritual, el perdón y la bendición; y en su propio camino, sólo encontrarían dolor, sólo encontrarían sufrimiento porque de esta manera, infringirían y quebrantarían la Ley que yo he depositado en ellos; así como la han quebrantado los ministros de las iglesias, de todos los tiempos, así como van también por un momento, adulterando de ella misma; y entonces, vayáis por un instante, atemorizando a los corazones para tenerlos en la tiniebla, para que así no dejen evolucionar a los espíritu y a los mismos cuerpos.
31 Por eso, os estoy haciendo el llamado a vosotros; por eso, postreros benditos, que vais llegando día a día más hacia mí, para venir vosotros a escuchar, para venir a recibir, para que entre los vuestros, podáis entresacarles, aun cuando contempléis la reaciedad de ellos mismos; recordad que lleváis un átomo de luz, desde el momento en que os apacentáis a estas cuatro destartaladas paredes y venís a escuchar a vuestro Maestro.
32 Créalo el hombre o no lo crea, que en Espíritu, vengo a manifestarme a través de los entendimientos torpes y humanos que yo he venido a preparar; para una vez más, venir como salvador, para entresacaros de las fauces del lobo hambriento, para entresacaros de vuestra propia iniquidad que os ha llevado a la perdición, que os ha separado de mí luz y que os podéis encontrar muy lejos de la esencia de mi espíritu divino; y que no habéis sentido mi calor, porque vuestro pecado, es el que os va apartando de mi regazo sacrosanto.
33 Pero, ¡heme aquí! Yo no contemplando vuestra falta, no contemplando vuestra iniquidad; sólo voy contemplando a vuestros espíritus, que llevan el propósito, que llevan buena voluntad de encontrarse siempre circundando a mi espíritu divino; de encontrarse siempre muy cerca de mi Espíritu, para que así pueda alcanzar de las gracias y virtudes divinas; las cuales yo os estoy dando, para despertar los dones al pueblo bendito de Israel.
34 No es este tiempo nada más, postreros muy amados, que en este día de gracia me estáis escuchando y que me estáis preguntando: ¿acaso en este tiempo solamente has escogido este pueblo? ¿Acaso sólo en este tiempo has venido a manifestarte a través del entendimiento humano?
35 Corazones, en verdad, os dice el Maestro: ciertamente, sólo en este Tercer Tiempo, he venido a escoger los aparatos humanos para convertirles en transmisores de mi luz, para que a través de ellos, entregaros mi palabra sacrosanta . Sin embargo, en todos los tiempos, siempre os he escogido a vos, pueblo, porque sois éste, aquél y el mismo, el que habéis morado en las tres eras, el que habéis morado las distintas épocas en que yo he concedido a vuestros espíritus evolucionar; y me ha placido, conceder hoy, en la nueva senda en que estáis pisando, en esta tierra mexicana que os está dando albergue; me ha placido, porque desde el Primer Tiempo estaba escogida esta nación también para que en ella, descendiese la segunda Jerusalén.
36 Por eso, ¡heme aquí una vez más! Es el Belén del Tercer Tiempo, ahora aquí vino a resurgir el pueblo bendito de Israel, en esta perla mexicana, niña de mis ojos, han venido a resurgir vuestros espíritus, han venido a nacer a la vida de la gracia una vez más; así como en el Segundo Tiempo, el rabí de Nazareth pudo haber llegado a Belén, para asimismo dar vida a los pueblos, dar vida a los corazones y espíritus, para que así se levantasen los unos y los otros y siguiesen la huella de su Maestro.
37 Hoy vengo iluminando esa huella sacrosanta que os dejé desde el Segundo Tiempo, para que no os perdáis en este Tercer Tiempo; hoy, que he dado evolución a vuestro espíritu, hoy que en verdad lleváis más preparación de espíritu y materia, he venido a escogeros, porque he ahí, los tiempos se acercan, en que todo tiene que consumarse, todo está marcado por mi mano providente, para que así pueda llegar todo a su fin y para que así pueda consumarse mi palabra celestial, para que pueda consumarse la profecía de los profetas que desde el Primer Tiempo pudieron haber entregado a los varones, a las mujeres y a los niños y a todas las edades.
38 Así vengo a dar cumplimiento una vez más, en este Tercer Tiempo, a mi palabra; hoy vengo a levantaros, pueblo, hoy vengo a levantaros, discípulos muy amados; porque mirad y contemplad, cómo perece la humanidad, ved cómo se disgregan los pueblos; cómo por un instante los gobernantes mismos, no han podido gobernar a sus propios pueblos, porque ellos se encuentran con incertidumbre; ellos se encuentran por un momento, vendados con la venda de oscuridad y no han abierto los ojos de su mirada espiritual que yo les he concedido; yo les he concedido luz y gracia, para que así puedan contemplar y ver, para que puedan también gobernar a su mismo pueblo.
39 Hoy, los pueblos piden justicia; reclaman a mi divinidad, pidiéndome por un instante que una chispa de amor y de luz pueda encontrarse siempre irradiando en aquellos corazones que van morando, que van rigiendo los destinos de los distintos pueblos y de las distintas naciones de este mundo terrenal.
40 Esos pueblos, se levantan pidiéndome justicia para los que no han sabido gobernar; ellos se levantan también pidiendo iluminación para el uno y para el otro; y yo a todos escucho; y entonces, a unos mi mano providente les puede acariciar y mi palabra celestial puede decirles: ¡esperad! Esperad que el momento será llegado en que sea la unificación de los gobernantes de este planeta, en que todos puedan gobernarse y puedan sujetarse a mi Ley suprema y todos puedan formar un solo criterio, un sólo pensamiento, para que no haya distinciones de naciones, para que así la una y la otra, no esté en cada momento buscando las revoluciones, entre los uno y los otros.
41 Sí, pueblo bendito y muy amado de Israel, vosotros, que como ejemplo os he venido a escoger en el Tercer Tiempo, sois aquellos que, en verdad, tenéis que revolucionar; pero no, con las armas fratricidas en vuestra mano, tenéis que revolucionar con la espada de amor, con la espada de luz que yo he depositado en vuestra mano, para que os levantéis para que vayáis a la lucha; pero a luchar contra las tinieblas, no a hacer guerra a vuestros hermanos; no para que vayáis a herir los corazones de ellos mismos; sino que vayáis a dar palabras de luz, para que vayáis llevando de esta enseñanza sacrosanta que yo os vengo entregando y así podáis entregar a aquellos corazones que puedan encontrarse inertes tiritando porque llevan tiniebla consigo mismos; mi enseñanza, es la que les ha servido de barrera y no han podido un instante, como los sarmientos, estar en el árbol de la vid, para que así puedan levantarse a la vida de la gracia.
42 Vengo día a día, ¡oh! Discípulos muy amados, recordándoos todas estas lecciones, para que así os levantéis discípulos muy amados, para que así os levantéis pueblo bendito, para que seáis verdaderamente el fuerte, para que no os dejéis sorprender; porque he ahí al principio del año 1950, las campanas de bronce harán el llamado a las distintas congregaciones, a los distintos feligreses; y entonces, la peroración del hombre, será abriendo los abismos para ellos mismos; será el hombre, el que con su perorata se levantará y os dirá: nosotros somos los que en verdad, vamos haciendo estas caridades infinitas, son las que van despertando a los hombres en los sentidos materiales y en los espirituales ellos por un instante querrán desconoceros, os dirán que sois muy pequeños ante su presencia, porque sois muy corto en número; pero, en verdad, os he dicho que vosotros, sois muy pocos, pero lleváis gracia, lleváis luz y potestad y lleváis la caridad infinita que de mi amor infinito ha brotado para que podáis enfrentaros a las pasiones de los corazones, cuando sea el tiempo llegado; para que así, os convirtáis todos en un pastor, para que os convirtáis en un Elías y podáis entresacar y guiar a aquellos corazones que en tinieblas puedan encontrarse; también, a los distintos árboles, a las distintas casas de oración que yo he confiado en este Tercer Tiempo y que mi mano providente ha preparado para que pueda encontrar refugio el pecador, para que pueda encontrar descanso el caminante, para que pueda llegar hacia mí, aquél que va sufriendo en sus distintas vicisitudes en este planeta. Vos gozáis, discípulos muy amados, de esta gracia divina.
43 Vos, mi pueblo, también vais gozando de estos dones, de estas virtudes; pero este mundo entero, en esas sinagogas donde puede encontrarse en todo su apogeo la tiniebla, son los corazones que van sufriendo, que van lamentando; que por un instante, no encuentran el bien en sus corazones, pero que yo vengo a contemplar su idolatría, su fanatismo; mas cuando contemplo los corazones limpios, y sanos; cuando contemplo que en ellos no hay mala voluntad; que hay preparación, hay elevación, yo les concedo; mas, no es la efigie, no es el madero, no es el ídolo el que puede hacer el milagro, hacer el prodigio, es el poder de mi mano omnipotente; ya que he contemplado su elevación, que he contemplado su preparación, que he contemplado lo más limpio que llevan en ellos mismos; y por ello, me place concederles las distintas caridades, levantar al paralítico, darle vista al ciego, darle el sentido a aquél que por un instante va perdido.
44 Y he ahí, que entonces, aquellos corazones mal intencionados, aprovechan las oportunidades para decirles: he ahí a tu Dios y señor, en esa efigie, en esa madera, en ello puede encontrarse; he ahí también la madre celestial, puede encontrarse haciendo los milagros, haciendo las caridades infinitas.
45 Sin embargo, en este Tercer Tiempo, yo os he venido a poner alerta, porque se allega el año 1950; y después, se levantarán muchos falsos jesusitos y los distintos ministros de las iglesias buscarán de distintas maneras para llevar más grande engaño a vuestra materia y espíritu, para atraeros y siempre teneros entre sus redes, para que así no podáis vosotros brincar, no podáis salir del cerco que ellos han formado a su propia voluntad.
46 Todos ellos, se interpondrán ante el guía y pastor universal: Elías que cual buen pastor, cual guía de guías, va guiando vuestros espíritus, va conduciendo vuestros pasos materiales y puede entresacaros de aquella tiniebla y de aquella iniquidad; para que así, vengáis a gozar, vengáis a contemplar a la luz del mediodía, vengáis y contempléis que mi espíritu divino, está en este Tercer Tiempo comunicándose a través del entendimiento del hombre, ¡créalo el hombre o no lo crea! Os lo dice el Maestro de maestros.
47 Mirad que el hombre, siempre lleva las tendencias de la grandeza, de llevar la superioridad ante todas mis creaturas; desconociendo al humilde, desconociendo al de limpio corazón; y las mismas iglesias que se nominan: “cristianas” van desconociendo los prodigios, por los cuales yo me he venido a manifestar en este Tercer Tiempo.
48 Los ministros de las religiones se levantan desconociendo y levantando su voz, diciendo que para todos aquellos corazones que busquen este camino, que busquen este sendero, entonces pesará sobre de ellos, el pecado y la excomunión.
49 Como he dicho en mi palabra: yo soy vuestro Dios, yo soy vuestro Maestro y creador; y si en el hueco de mi sacrosanta mano, existe el destino de toda la humanidad; mas, existe el perdón, la gracia y el amor, para cada espíritu y para cada materia.
50 Hoy que os estoy hablando a través del entendimiento humano, en este planeta tierra. No vengo como juez; vengo como amor, vengo como Padre, también como Dios y Maestro, para aleccionaros y para daros de mis caricias y virtudes celestiales, porque cuando yo me aposente como juez, cuando yo llegase como juez a este planeta ¡ay! ¡Ay de vosotros! Porque seríais calcinados, porque sólo con decir: ¡hágase! Cual poder infinito, todo tendría que ser según mi divina y santa voluntad; pero antes, soy el Padre amoroso y sois las criaturas muy mimadas, ya que sois las que habéis brotado de lo más limpio de mi corazón infinito.
51 Y por ello, vengo una vez más buscándoos con la caricia, buscándoos con el amor para haceros comprender el camino que habéis perdido, para veniros una vez más a haceros el llamado, para que ya no os perdáis más; porque, ¿qué padre puede querer para sus hijos, por un instante la perdición, el fuego y la esclavitud para ellos mismos? Ningún padre material. Mas, el Padre Celestial que es todo amor, que es todo dulzura, que es todo verdad y todo caridad, quiere la redención del hijo, quiere la conversión para que así pueda alcanzar la gracia, el perdón y la bendición de su ayuda providente; para que en este planeta, podáis gozar también de la calma material y de la paz espiritual para que vuestros espíritus puedan llegar hasta mi Espíritu.
52 ¡Preparaos! ¡Preparaos, discípulos muy amados! Buscad en lo más recóndito de vuestro corazón, la elevación sana y limpia, para que podáis llegar a la comunicación espiritual; para que así, por un instante el hombre no se levante y os desconozca; porque hasta este día bendito de gracia, para vuestro espíritu y placer para vuestra materia en mi voluntad he permitido sean retenidos los hombres de la ciencia, sean retenidas también las manos de la justicia material, aun cuando a ella no os encontráis quebrantando ni infringiéndola; porque he ahí, que estáis dentro de la Ley de Dios, estáis dentro de la Ley que yo os he concedido en el Tercer Tiempo; y de la cual, se rige también el mismo ser humano, con la cual los mismos gobiernos van gobernando dentro de esta misma Ley que yo he venido a depositar entre vosotros.
53 Mi ayuda providente, ha venido a retener todos estos acontecimientos, para que en verdad, pueblo, comprendáis hasta dónde llega mi amor supremo, hasta dónde llega mi caridad infinita; que ya que vosotros, por un instante, habéis dormido en el camino y nada habéis sabido hacer; todo habéis dejado a que el Maestro, a que el pastor, a que mis huestes espirituales de luz, sean las que os tomasen de la mano directamente y os enseñasen el camino y os coloquen en el sitio; en el cual, yo os he venido a depositar, para que así podáis cumplir unos y otros.
54 Vos, pueblo, discípulos muy amados, tenéis que levantar la convicción en vuestros corazones y en vuestros espíritus; las debilidades y flaquezas para vuestras materias y espíritus, ya no existen, porque mi ayuda providente ha disipado todas estas debilidades, para que en vuestro camino, ya no haya barreras que pueda poner el varón y la mujer; para que las palabras del necio, que en el camino quiera una vez más arrastraros por el sendero en que va arrastrando a las distintas multitudes, ya no seáis aquellos que cual hoja, el viento pueda llevarse.
55 Sois los fuertes que sabréis encontraros siempre en el lugar en donde yo os he puesto, lejos de aquellos corazones convencidos con sus teorías, con sus palabreríos floridos, con su sofisma material; mas vos, los convenceréis, porque no llevaréis sus palabras floridas inducidas en vuestros corazones; entonces recordaréis que habéis recibido una esencia, una sílaba divina y que esa sílaba puede encontrarse naciendo en lo más íntimo de vuestro corazón y que con ella misma, con toda convicción os levantáis; y lejos de ser vencidos, vosotros venceréis la necedad de aquellos corazones que han venido, para una vez más arrastraros por la tiniebla; vosotros, les guiaréis a la luz, les traeréis a mi regazo sacrosanto y todos ellos resurgirán a la vida de la gracia; así como vos, habéis resurgido una vez más.
56 Pero, vos, pueblo bendito, ¿qué podéis pedir al Maestro, para vos? No veis los ejemplos, el ejemplo obediente, que en este día de gracia, fresco puede encontrarse en la memoria del hombre y en el cerebro de él mismo; y os levantáis como una alba más de gloria, un día más de gracia.
57 Y, ¿por qué vosotros conmemoráis todas estas vicisitudes? Porque supisteis que desde mi encarnación en el nacimiento de Jesús, el mundo entero cambió. Los pueblos cambiaron sus costumbres; los mismos hombres en su trayectoria humana que iban siguiendo, se detuvieron por un instante para poder contemplar, ver, oír y escuchar, para llevar para sus pueblos, para sus comarcas y de la misma manera, pregonaban; y así entonces, de oriente y occidente se levantaron los corazones humildes, que de su Dios y creador predicaron, para venir a dar testimonio de que el rabí de Nazareth, cual el Cristo era una vez más en el mundo entero; y que era el Verbo Divino que había mandado el Padre Eterno, al contemplar a la humanidad que se desconocía, porque cansado se encontraba el ojo perspicaz del Padre Eterno, ya su mano omnipotente presta se encontraba para por un instante dejar caer su cetro divino de punta a punta para así lavar al mundo entero y dejar, que viniesen a adorarle las distintas generaciones; generaciones, que viniesen con amor; que viniesen con el respeto y temor, pero he ahí, entonces el Padre, como fuente de gracia, como fuente de gratitud, como fuente de creación, le plació que el Verbo Divino encarnase en carne aparente, para él asimismo venir a redimiros.
58 Esto que estáis conmemorando, así seguidlo conmemorando limpiamente en este Tercer Tiempo. Este día de gracia, quede grabado en vuestros corazones, Israel bendito; pero que ya no quede grabado como el ayer, cuando os encontrabais muy lejos de mí, cuando os encontrabais una vez más en las sinagogas donde podíais perderos y con los ritos podíais conmemorar todas estas vicisitudes. Hoy, no; hoy, dad ejemplo a esas creencias, a esas religiones que aún no van conmemorando de corazón y de espíritu, todos estos actos pasados.
59 Ya vosotros, bien sabéis, que espiritualmente, se suceden cada aniversario todas estas prácticas. Que vuestros espíritus las siente n, que vuestros corazones también pueden por un instante, servir como depositarios de todos estos acontecimientos; y así, os levantáis cumpliendo y apartándoos de vuestro fanatismo, apartándoos de vuestra idolatría, os amáis los unos a los otros.
60 Los hombres en este Tercer Tiempo, van levantándose como jueces, ellos como ministros, buscan la supremacía entre los pueblos; pero no es el número de conglomerado, el que puede ser que gracia y caridad pueda pedirme, son los corazones limpios, lo que hace que llegue hacia ellos, esta caridad que brota de mi ayuda providente.
61 Ciertamente, el número en Israel bendito, hasta este momento es corto, porque a su hermano no le ha sabido levantar, porque teniendo esta voz sonora, esta palabra celestial, no ha sabido cumplir; y por ello, es corto el número, por ello es corto el conglomerado en los distintos árboles que por mi voluntad han sido preparados para que os sombreéis, para que recibáis el agua de gracia, donde la fuente rebosante puede encontrarse.
mayores conglomerados son, los de las distintas sectas o religiones, pero contemplad que sólo es oscuridad, que sólo es tiniebla, que sólo es un temor el que les ata, el que les une con aquellos corazones, que tienen que responder ante mí de todos estos actos.
62 ¡Créalo el hombre o no lo crea desde la primera cabeza de la iglesia, tienen que llegar ante mí en aquel tribunal supremo donde puedo encontrarme como juez, donde ahí sí, a cada espíritu tengo que recibir como juez inexorable; y comprended ¿qué cuentas podrá entregarme aquel corazón, que ha vendado los ojos a millones de habitantes de este planeta; a aquellos corazones, que han llevado la ceguedad, al inocente pueblo? Porque son los pueblos, los que se dejan llevar por el palabrerío material y él es víctima de la ponzoña de su mismo hermano; pero, yo quiero dar oportunidad por vuestra presencia, por vuestra conversión, pueblo, por vuestro arrepentimiento; por vosotros que sois el corto número de corazones limpios y que venís por un instante a circundar al rayo de luz de mi espíritu divino, vengo a volcar toda mi gracia, toda mi caridad, para que por vosotros que sois muy pequeño el número aquellos conglomerados que son mayor número para el mundo se levanten; y por conducto de vosotros, puedan alcanzar de mi gracia divina aquellos corazones.
62 Quiero brindar esta oportunidad, porque el momento se llega en que yo llame al espíritu encarnado, ante mi presencia; y que vosotros, que me circundáis en este día, sois testigos unos cuando mandato supremo podéis recibir del Maestro, para aquel espíritu que a la cabeza de la iglesia, puede encontrarse.
63 Y si vosotros, os encontráis preparados, si sabéis pedir por aquel espíritu y si sabéis elevaros para que mi espíritu divino pueda recibirle, en verdad contemplaréis entonces, como también la rutina de su vida y de su instrucción, va caminando y entonces se levanta aquel cuerpo movido por el espíritu mismo que yo le he concedido con la gracia; entonces, hará que aquellos conglomerados retornen a la vida de la luz, a la vida de la gracia; entonces, hablará con la plenitud de mi luz y todos los espíritus, una vez más serán de retorno a mi espíritu divino.
65 Todo, mi ayuda providente está preparando, pueblo; yo siempre vengo a dar cumplimiento a mi palabra.
66 Las profecías que os he venido a entregar en este Tercer Tiempo, desde el año 1884 a través de estos cuerpos por los cuales me estoy comunicando y a través de los profetas del Tercer Tiempo, heme aquí dándoles cumplimiento; y tiene que cumplirse mi palabra, antes de que se aparte ella misma de vosotros; antes de que llegue ese final del año 1950, en que tengáis que escuchar el adiós de vuestro Maestro, el adiós del Verbo Divino en esta forma y que ya no vibrará mi palabra a través de los transmisores humanos.
67 Escucharéis mi voz sonora, cuando os podáis encontrar como en este día de gracia: en preparación, en oración y que vengáis por un instante, a buscar la comunicación de Espíritu a espíritu, con mi espíritu divino. Y mi voz sonora, será en cada espíritu, en cada oído espiritual que se encuentre preparado, pero no será a través del aparato humano del aparato viviente, no será a través del entendimiento humano; sino será entonces mi voz sonora, que desde mi solio divino os levante, os dé animo, os dé vida para que así sigáis cumpliendo, para que así sigáis preparando el camino para aquellos que puedan venir tras de vosotros.
68 Porque las generaciones venideras, son por las cuales me voy a servir, porque en verdad, os digo: no tengo preparado otro tiempo; son los tres Tiempos en los cuales yo os he venido a hablar, son la representación de la trilogía divina de los tres Tiempos en que habéis morado conmigo; y que sólo mi espíritu divino sabe lo que tengo destinado en aquel más allá; porque aún no ha terminado el cumplimiento del Sexto Sello, porque aún queda el séptimo que será desatado ¿cuándo, mi pueblo? ¿Cuándo, discípulos muy amados? No serán vuestras pupilas materiales, las que lo contemplen; serán vuestros espíritus, los que contemplen todas estas manifestaciones de luz en el valle espiritual; mas por ello, a vosotros os he venido a entresacar, para que seáis los que vayáis preparando el camino, para las nuevas generaciones.
69 No creáis, en verdad, discípulo muy amado que el cumplimiento de vuestros cargos termina en 1950; pues, puedo contemplar que hay corazones que han pensado que una vez finalizando el año 1950, terminará la misión de los guías, de los labriegos y portavoces; ¡no, pueblo muy amado! ¡No discípulos benditos, no labriegos muy amados! Aún seguiréis cumpliendo, hasta finalizar vuestra actual existencia humana; es cuando va a principiar vuestra lucha, es cuando va a principiar vuestra faena, vuestro trabajo, es cuando vais a sentir la grave responsabilidad que pesa en vuestros hombros; la cual, hasta este día no habéis podido comprender, porque bien sabéis que el Maestro, está entre vosotros; que el Maestro, bien que habla a las grandes multitudes, bien que habla a aquel increyente; bien que habla una vez más, como en el Segundo Tiempo: al escriba y al fariseo y a cada quien voy entregando mi caricia, no contemplando el escudriñamiento que hacen a mi palabra y sujetándome, en verdad, a la prueba distinta que van queriendo hacerme en sus caminos. Sin embargo, yo les perdono a unos y a otros, les brindo mi caridad. Yo les doy mi gracia, para que así aquellos corazones sepan arrepentirse, para que aquellos corazones sepan, frente a quién están: ante mi rayo universal.
70 Así que: ¡levantaos, pueblo! Os he preparado el camino, ya no durmáis, ¡despertad! Ya no sigáis alimentando estas interpretaciones, porque hay guías que están comentando en los recintos que después del año 1950, su conglomerado ya no se acercará una vez más para prepararse, y que ellos cerrarán sus puertas. Mas entonces yo escogeré desde el más allá, corazones nuevos; para que aquellos corazones, abran las puertas de mis recintos que yo he dejado preparados, para que sigan una vez más sombreándose los distintos pueblos, las distintas generaciones que vendrán tras de vosotros mismos.
71 La consumación del Sexto Sello, todavía es muy lejana; vendrán generaciones y más generaciones, hasta que pueda encontrarse este suelo que pisáis, ya purificado; donde ya el varón y la mujer, no se desconozcan; donde ya no haya riña, entre el padre y el hijo, donde todos os veáis como un solo Hijo, donde todos os veáis como un solo hermano. Cuando contempléis el sabor del fruto, el manjar más preciado para vuestros labios, que ya no lleve insipidez ni amargura, que ya no lleve lo que pueda emponzoñar a vuestros corazones.
72 Vosotros, sois los primer os, para que los segundos puedan llegar, para que así también los terceros puedan llegar en espíritu y yo pueda recibirles; y así también, puedan cumplir su delicada y gran misión.
73 Por eso el Maestro, viene a daros este ¡alerta! Por eso el Maestro, viene a hablaros de esta manera, porque los distintos hombres de las religiones, van también grabando; ellos van anotando, lo que yo vengo a daros en profecías; ellos esperan con gozo, haciendo festín y esperan se llegue ese momento del año 1950 para contemplaros cual los huérfanos, para deciros: “¿a dónde está el Maestro, que les ha aleccionado? ¿A dónde está el que decían que era su Dios? ¿A dónde está aquél que decían que recibían prodigios de él? Pero como yo a ellos les dejaré, en su existencia material. Bien preparado dejaré a uno y a otro, para que así podáis mostrar cuando el hombre necio, os pregunte; entonces, palpablemente podáis entregar con vuestra misma mano y digáis: he aquí, la lección puede encontrarse grabada, en lo más íntimo de nuestro corazón; la luz que se nos ha dado, es eterna; la gracia que llevamos en nuestra mano, también; y dejando de existir nuestros cuerpos, nuestro espíritu volará y el espíritu llevará la gracia, la potestad y la caridad que por añadidura el Maestro fue entregando a nuestras materias, porque lo que la materia ha recibido, el espíritu lo lleva profundamente grabado en sí mismo, en su propia conciencia.
74 Con los prodigios que voy a sembrar en el año 1950, ello será la revolución; de esta manera voy a revolucionar una vez más al mundo entero, de esta manera voy hacer que los distintos doctos de la existencia humana, los de las distintas creencias y religiones, se levanten y se confundan ellos mismos, al contemplar que por vosotros: corazones sencillos y humildes, yo me he manifestado en distintas maneras . Y que, prodigios, vengo sembrando en el seno del nuevo pueblo bendito de Israel; entonces, ellos llegarán hacia vos y os vendrán a pedir; y en verdad, os dice el Maestro: de mi providencia bendita, nada os he negado, todo ha brotado para vosotros y si acaso el hombre, antes de partir mi palabra, llegase a vuestra choza, llegase a vuestro camino, en verdad, hacedle presente lo que lleváis consigo mismo. Dadle, dadle en verdad también, la conducción; porque el Maestro todavía ha dado oportunidad a los cuerpos y espíritus, para que puedan llegar hacia mí; y entonces, pueda entregar a aquél que delicada misión tiene que cumplir, en esta Tercera Era.
75 La fortaleza y vida de mi espíritu divino, la lleva vuestro espíritu; la animación y existencia material, la lleva vuestro cuerpo, porque yo lo vengo alimentando y os vengo dando más fuerza, para que así no os amedrentéis en el camino, para que así podáis seguir como el soldado fiel hasta llegar a la victoria, para que así podáis encumbrar y podáis llegar a la explanada espiritual divina, donde puedo encontrarme esperando al soldado, donde puedo encontrarme esperando al discípulo para darle la bienvenida y recibir lo que lleva como cosecha sobre su hombro; para asimismo, daros fuerza y deciros: ¡tomad y retornad y seguid luchando! No os engrandezcáis por el triunfo de la batalla, seguid siempre adelante y llevad un horizonte que es el que en verdad, da aliento a vuestro espíritu y a la materia.
76 ¡Avanzad hacia el gran horizonte espiritual divino! Ese horizonte, soy yo, vuestro Dios y creador de cuanto existe, que soy el que en verdad, después de triunfar en esta vida dentro de mi Ley, al llegar con el fruto ante mi presencia, yo seré quien os colmaré, quien os daré lo que habéis merecido; y entonces, os diré: en vuestra sien coloco la corona de laurel, para que como triunfante, podáis llegar ante mí.
77 Esto es lo que el Maestro, pide al pueblo, esto es lo que os vengo a pedir al uno y al otro, para que así os levantéis cumpliendo con fe, amor y voluntad.
78 Que no esperéis en este planeta, a que yo venga a daros al igual que dan al soldado de la tierra: méritos materiales y metálicos que no esperéis que mi mano providente venga y os dé todas esas cosas; yo daré tranquilidad a vuestra materia y paz al espíritu, yo daré lo que haga menester para vuestra subsistencia en este mundo, yo daré para que a los vuestros, nada les falte; yo os daré más fuerza a vuestras materias, pero el galardón, ese queda en aquél más allá, ese será para el espíritu, no para el cuerpo, porque el cuerpo es hecho de la tierra y el cuerpo tiene que quedar en los antros de la tierra; el espíritu es el que tiene que volar y elevarse hacia el más allá y llegar ante mí; y en justicia y amor, recibirá el galardón que haya labrándose a través del cuerpo que yo le concedí.
79 En el camino encontraréis, como en todos los tiempos, a los negadores, a los que habiendo llevado, en los que habiendo posado mi mano providente con tanto amor, con tanta caridad en su frontal y en su espíritu, mi gracia y mi luz, el escudo por el cual siempre Israel se ha reconocido, en espíritu y en materia; pero entonces, el mal discípulo, el mal labriego, los que han traicionado la causa que yo he dado en sus manos, los que han querido levantarse como reyes en la tierra y que buscan para ellos mismos, todo lo que llevan sus demás hermanos, todo lo que la misma tierra les está brindando, vosotros les sepáis recibir, cuando les contempléis; y si ellos, neciamente abrieran sus labios, oídles, escuchadles; y si contempláis que sus palabras son necias, que son de confusión; elevaos en oración y cerrad vuestros labios, pedidme a mí que cual luz y poder infinito pueda preparar a aquellos corazones; y entonces, puedan penetrar en arrepentimiento los uno y los otros. Todo esto lo tenéis que contemplar, porque el falso discípulo, en el camino de todos los tiempos, ha existido.
80 En el Segundo Tiempo, el discípulo mimado y escogido, un discípulo que se sentaba en mi mesa y que recibía de mis complacencias, bien sabéis que tentado fue por la ambición y su traición fue muy grande; vendió a su Maestro por unas cuantas monedas; hoy en el Tercer Tiempo, en que convicción en los hombres no ha habido y no existen aquellos que vinieron y juraron ante mi presencia, aquéllos que hicieron un juramento que puede encontrarse escrito con letras de oro imborrables en el más allá, quebrantaron con la mayor facilidad este juramento, profanaron el juramento que pudieron haber hecho ante mi rayo universal.
81 En su evolución, también yo he concedido que el hijo, en su restitución vaya buscando; pero la tolerancia de mi ayuda providente tiene que tocar a su fin; y cuando ese fin llegue, entonces los espíritus, tienen que llegar hacia mí y tienen que responderme.
82 Por ello, yo concedí al pueblo más agraciado, que se revelara en el principio de los tiempos, aquel ángel o pueblo mensajero, muy agraciado del Padre Eterno aquel mensajero celeste, que tenía todas sus complacencias, al pensar en las grandezas de la gloria celestial, por un instante se emponzoñó y quiso ser más que su Dios; él decidió, vanidosamente, el querer tener también un reino, también reinar y tener súbditos; y cual amor celestial, el Eterno Padre, pudo haberle dado este mundo. Y, ¡he aquí!: el reinado de las tinieblas mas, en el reinado de este mundo, sus vasallos, son los que han caído a las redes de sus propias tentaciones; sus esclavos, son los que arrastrados por sus propias tinieblas, pueden encontrarse.
83 Mas, ¡he ahí, pueblo! ¡He ahí discípulos! Ved y contemplad: en los tres Tiempos, siempre el hijo privilegiado, ha sido el que también se ha levantado desconociendo a su Dios y creador. El hijo privilegiado, es el que por un instante, se engrandece y quiere tener también su trono material, tener también sus súbditos, quiere tenerlos bajo su voluntad; pero he ahí que el mundo y todos los que moran bajo el globo terrestre, tanto los valles espirituales, como los distintos planos del alma y mundos que vosotros aún no conocéis, están regidos bajo la dirección de mi sacrosanta voluntad. Porque yo soy el Padre, yo soy el que muevo todas las moles de los mundos, yo soy quien muevo este planeta, conforme place a mi divina y santa voluntad.
84 Por eso, os digo a vosotros: ¡velad y orad! ¡Estad preparados, recordad siempre en vuestros corazones y grabad en ellos mismos, la enseñanza divina que por distintos portavoces, nombrados: facultades y pedestales os vengo entregando!
85 Discípulos muy amados: por el uno, por el otro y por el otro vengo entregándoos en distintas maneras, para que podáis comprenderme; pero mi palabra, es universal; y mi palabra, en su esencia, es la misma. El sentido y la inspiración, os la doy a través del entendimiento, en distinta manera y en distintas formas; pero no es una Ley distinta la que os doy a través del entendimiento; es mi misma Ley; la misma palabra, mi mismo amor, mi misma caridad; es mi misma inspiración que vengo a daros del uno al otro, para que así podáis comprenderme, ¡oh, discípulos muy amados del Tercer Tiempo!
86 ¡Tomad y llevad, en este día de gracia, hijos benditos: mi luz y mi fuerza. Limpio vuestra inteligencia y corazón, para que podáis conservar las lecciones celestiales; para que podáis analizar y podáis alcanzar a comprender a vuestro hermano en vuestro camino, a aquél que yo os voy a presentar. Yo en este día de gracia, os revisto de mi gracia, de mi luz y de mi caricia, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Videncia:
86 Maestro, me has permitido ver que en el ambiente del pueblo, se forma una cuna muy extensa; y de tu divinidad, en forma de niño, brota una intensa luz; de tus manitas, brota también esa luz; y veo como los corazones también se preparan y van recibiendo de aquella luz. Después, me has permitido ver, una especie de luz de astro, donde se forman tres águilas; una con la insignia nacional y las otras dos oscuras; la que lleva la insignia, la estrecha una doncella ataviada con una vestidura de la bandera nacional. Aquella águila rápidamente se transforma en un niño que dice: 1950 y aquella doncella lo va arreglando, pero de pronto, brotan aquellas águilas y hacen pedazos y mojan a aquél niño; y la doncella, llora amargamente y viene hacia ti esto es lo que me has permitido ver gracias, señor, por tu infinita caridad.
Divino Maestro:
87 ¡Bendita sois pequeña! En este día de gracia, como presente el cumplimiento traéis consigo y dais a saber al pueblo, de lo que en mis arcanos divinos, tengo para el profeta.
88 Habéis contemplado, en el ambiente de mi pueblo, del discípulo, que la cuna está preparada, pero no es la pequeña cuna simbolizada como el arca de la nueva alianza donde el niño puede mecerse, pero no simboliza al niño Jesús del Segundo Tiempo; el niño, sois vosotros, pueblo; que aún os simbolizo como chispa de mi mismo Espíritu, en mi misma divinidad. Sois vos, niño agraciado, en quien he depositado las complacencias y caridades; y por ello, contempláis que meciendo os encontráis.
89 El tiempo de los símbolos es, mi pequeña. Así me place, para que este pueblo, comprenda que no es Jesús de Nazareth, el que ha venido en pequeño; sino es el pueblo, que en pequeño puede encontrarse, porque no ha dado el segundo paso; apenas ha dado el primer paso y por ello vengo a daros el calor y vengo a meceros en la cuna de mi amor, en mi regazo paternal, para que así este pueblo, se levante como siempre ha sido: el pueblo fuerte el pueblo, bendito de Israel.
90 Habéis contemplado también, pequeña, cómo en el espacio las tres aves pueden encontrarse. El símbolo que ostenta vuestra insignia, que simboliza vuestra misma tierra, puede encontrarse con dos hermanas; contempláis la doncella que representa la perla de mis ojos, que ataviada con vuestra insignia nacional puede encontrarse, porque es la que representa esta nación escogida. Contempláis también que a sus manos llega el niño simbolizado que viene dando destellos de luz, que a través de aquellos símbolos con los cuales ataviada puede encontrarse, destellos de luz brota, porque en verdad, ¡créalo el hombre o no lo crea! Destellos de luz de esta perla de mis ojos, han brotado y están brotando y brotarán en mayor número, en el año 1950.
91 Porque yo os he dicho, por distintos entendimientos: las distintas naciones, los distintos pueblos extranjeros, la simiente de la perla mexicana se llevarán, para sus gobernantes, simiente limpia; simiente, que el Maestro, ha venido a depositar pero a la vez, como habéis contemplado: no es una, no son dos; es parte del globo terrestre los que por un instante de envidia, cizaña; puedan llevar por la gracia y caridad, ¡créalo el hombre o no lo crea! de lo que yo, he concedido a esta tierra mexicana.
92 ¿Qué hombre, me puede hacer presente, lo que puede encontrarse en el jirón de su tierra, donde todo lo que mi mano providente ha creado, ha concedido a la entraña de la tierra, para dar al hombre, el sustento para sí mismo?
93 Mis hijos, que mi mano providente ha puesto al frente como gobernantes, por un instante tergiversando el camino pueden ser; pero la gracia, no se disipará, porque la gracia yo la he depositado y no hay mano humana y poderosa que pueda apartar lo que de mi mano providente brota.
94 Así pueden encontrarse las guerras, hija bendita, de las distintas naciones que quisiesen para el año 1950, por un instante disipar este jirón de tierra; pero escuchadlo, pueblo, escuchadlo discípulo que me oís. ¡Créalo el hombre o no lo crea! Mientras con más envidia el hombre se levante, contra la perla de mis ojos, más caridad yo depositaré en ella, porque es adonde está manifestándose vuestro Dios y creador; es el girón de tierra, adonde todos los distintos conglomerados de distintas naciones, pueblos y comarcas, tendrán que aposentar su planta, para así mismos, saturar su espíritu con mi luz y fortalecer su cuerpo.
95 Voy a despertar a aquel corazón que va frente a esta perla de mis ojos y vosotros lo contemplaréis, lo veréis; pero, en verdad, os dice el Maestro: si unificáis vuestro pensamiento, si unificáis vuestro corazón, si unificáis vuestra oración pero, si desenvaináis la espada de dos filos, si estáis por un momento juzgando los desatinos que han llevado por un momento y que os levantáis unos y me decís: Maestro, “por qué, tú nos hablas día a día y tu mano bendita y tu voluntad fue, que fuese delante del pueblo, para que él nos gobernase por un instante; y entonces, ¿cómo se hace y se cumple tu voluntad?
96 Pequeños: la restitución de cada espíritu viviente, ningún ser humano ha podido describirla y llegar a comprenderla para que los pueblos puedan recibir, para que los pueblos puedan alcanzar, yo también me sirvo, al permitir a través de sus gobernantes del desatino en sus distintos actos, para ver la fortaleza del pueblo, para ver la confianza de él mismo que pueda tener a su mismo gobernante; y principalmente, vos discípulo, vos pueblo bendito de Israel, que apartado de estos actos podéis encontraros en materia y espíritu; y vuestra misión, sólo es elevar vuestra oración, unificar vuestro pensamiento y pedirme porque ya la restitución de incomprensión puedan disiparse, para que aquel corazón animado por la luz de mi espíritu divino, pueda levantarse a cumplir y pueda ser ejemplo, como os he dicho: de todo el universo entero: de todo el mundo terrenal, de las naciones de los pueblos extranjeros y puedan imitarme, por un instante, porque ésta es mi voluntad.
97 Vuestro miraje, pequeña, es ante mi Espíritu. El testimonio queda para este pueblo, que con mi luz, sabrá analizar y sabrá estudiar, porque ésa es mi voluntad.
98 Postreros, que en este día de gracia habéis llegado, inspirados por vuestro espíritu, hacia este regazo, hacia esta humilde techumbre y destartaladas paredes, donde ¡créalo el hombre o no lo crea! Hay gracia divina: está mi amor, está mi caridad, están las complacencias espirituales y el alivio a vuestras penas y cuitas. ¡Bienvenido seáis, postrero bendito! Yo os recibo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
99 Postrero sois, para vuestros hermanos, que habéis escuchado su voz material que os ha dado la bienvenida. Para mi espíritu divino, no sois postrero, porque yo sé de dónde venís, yo sé qué caminos habéis transitado en este planeta, yo sé que algo habéis perdido y ese algo vais buscando en los distintos senderos y no lo habéis podido encontrar; pero de plácemes se halla vuestro espíritu, porque habéis llegado al punto, donde habéis encontrado, lo que tanto buscabais.
100 Hoy vuestro corazón, late apresuradamente; y os habéis preguntado: ¿por qué en gran manera, mi corazón se encuentra latiendo? Es vuestro espíritu, el que se encuentra rebosando de alegría en este momento y me escucha, porque si a vuestros oídos, no ha podido penetrar mi palabra, porque ellos se encuentran cerrados y vuestro corazón, también se encuentra cerrado y no habéis podido aposentarme; por ello, os preguntáis: ¿qué será esto que siento? Y yo, os digo: es la luz de mi espíritu divino la que hace mover, la fibra más susceptible de vuestro corazón. Es mi fuerza bendita, la que ha caído en vuestro corazón y espíritu: y por eso, sentís una sensación extraña en vos mismo; pero no temáis, día de gracia es para vuestro espíritu, que ha nacido a la vida de la gracia; día de conmemoración, de Israel muy amado; ya que él, colmado será, en espíritu y en materia.
101 Así, todos, llevaréis también esta verdad, esta gracia; y los vuestros, por vuestra presencia que ha sido en este día. Será el principio de vuestra vida, para apartar vuestro fanatismo, vuestra idolatría y materialismo. Vuestro espíritu, moverá vuestro cuerpo; y si vuestro cuerpo, se apartase nuevamente del camino, el espíritu hará que nuevamente de retorno seáis ante mí, para que vengáis a recibir de mí, para que vengáis a recibir la esencia de mi palabra y la sintáis en vuestro corazón; y así, podáis grabarla y podáis arrepentiros y engrosar las filas en el pueblo bendito de Israel, porque ha llegado el tiempo para que me encontréis, dentro de vuestro propio corazón.
102 ¡Tomad y llevad! A unos y a otros, en este día sea mi fuerza. Doy un atenuante a vuestras penas. No me sometáis a pruebas, el tiempo pasó para esas pruebas; hoy, yo vengo a ofreceros las revelaciones, para que así podáis comprender; y tampoco, quiero que me sometáis a las pruebas, porque sois mis hijos; porque como Dios, siento; como Padre, sufro; y cuando me buscáis como juez, soy inexorable. Buscadme mejor como Padre, buscadme como Dios, para daros y concederos. Lo limpio brota de mi mano providente; la iniquidad brota de la orgía humana, brota de este planeta, pero yo os aparto de ella misma; y por vosotros, a los vuestros.
103 Llevad vos, corazón; vos que me decís: en verdad, Maestro, mis hermanos me han dicho que prodigios estás entregando; y contempla el dolor que se abate en mi hogar, contempla aquel ser humano, contempla a aquél ser querido que se está debatiendo en su dolor; y si eres amor y caridad, Padre, Padre, derrama una gota de bálsamo de curación. Y yo os digo, hijo bendito; en cortas albas contemplaréis que resurgirá una vez más el cuerpo, a la existencia material; entonces, lo encaminaréis y lo acercaréis a mi mundo espiritual de luz; y él, le entregará a su cuerpo y a su espíritu. Yo doy un atenuante a su sufrimiento, aparto el dolor y le doy caricia a unos y a otros, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
104 José: hijo bendito, guía de mi recinto: “la fe” en este día de gracia que también en vuestra soledad, vuestro espíritu ha conversado con mi Espíritu vuestro espíritu, me ha pedido fuerza para vuestro cuerpo; y vos también, en materia me decís: “Maestro, aquí estoy ante tu presencia y sólo espero; hágase y cúmplase tu voluntad. Ve que te estoy sirviendo a ti, ve que de ti estoy recibiendo. Sé que tu esencia cae en lo más íntimo de mi corazón y ello me da fuerza, me da ánimo y no me desanima que por un instante las muchedumbres se levantan contra mí, que se levanten señalándome con su índice en el camino. Yo sólo sé que sirviéndote, puedo alcanzar gracia, puedo alcanzar caridad, no para mí; para este pueblo que te circunda, para esos tus labriegos, para tus facultades y pedestales, para todos los componentes, ante los cuales, al frente me has puesto.
105 Hijo bendito: ¡bienaventurado sea vuestro espíritu, que de esta manera se comunica con el mío! Y yo, os digo: seguid firme, José, no os amedrente algo de este mundo, no os amedrente el desconocimiento de vuestros hijos . Pero sí, en verdad, vuelve el Maestro, a deciros: buscad, buscad hijo muy amado, el paso sobre todo; y buscad, para que podáis darle la mano a mi hija manuela, para que os podáis encontrar firme, hijo bendito, para que los que se dicen vuestros enemigos, no se aprovechen de vuestra debilidad y asimismo: quereros derrumbar y querer derrumbar a mi hija manuela buscadla, hijo bendito, habladle con palabras de amor. Si por un instante, ella quisiese cerrar sus oídos, no temáis, hijo bendito, bien sabéis que vais sirviéndole al Maestro, no vais por vuestra propia causa; vais por la causa de vuestro Dios y creedor; vais por la causa que lleva el uno y el otro, porque lleváis la misma causa, porque no es en ella una Ley y en vos otra.
106 Ambos, lleváis la misma Ley; y quiero ver a ambos unidos, de materia y de espíritu; y unidos en el cumplimiento, para que el cumplimiento que sea en el recinto del mediodía que lleva por nombre: Damiana Oviedo también lo sea en el recinto de: la fe para que a vuestra imitación, sean las distintas ramas de estos árboles; porque ya basta de que cada quien vaya caminando por su propia vereda, ya basta que cada quien vaya caminando conforme le va placiendo; que por un instante, os convirtáis en los soberbios; y los mandatos que yo os entrego a vos; y vos se los transmitáis, ellos mismos los desobedezcan, hijo bendito. No os desgarran a vos, porque mientras más os desgarra la humanidad, mientras más os desgarrasen los labriegos y los mismos guías que han brotado de vos, que son los hijos menores que les habéis enseñado el camino, que les habéis tendido vuestra mano y que les habéis levantado; y cuando ellos ya se encuentran levantados, os desconocen, así como el hijo, desconoce al Padre Celestial.
107 ¡Tomad! En este día de gracia, yo os dejo fuerte; yo os doy una vez más el escudo, que mellado lo encuentro, mas llevadlo consigo, ya nuevo; llevad también la espada de luz; llevad la espada de amor, para que así os levantéis, hijo bendito y los mandatos que os he dado, los cumpláis, hijo muy amado; porque como antes os ha dicho, el Maestro: cumplid esos mandatos benditos, en unión de mi hija manuela. Para que así, pueda alcanzar la luz el mundo entero, para que alcancen en los distintos recintos y puedan unificarse; porque hoy, pueden encontrarse desunidos los unos y los otros; para que así, los espíritus que tienen que ser ante mi presencia en el alba que se acerca, puedan llegar hacia mí y puedan recibir órdenes y mandatos de su Dios y Maestro, para que cumplan también dentro de sus distintas lecciones que van recibiendo y llevando los unos y los otros.
108 El cumplimiento que habéis dado, el que en el seno de vuestro hogar, habéis formado por un instante la paz; esa paz, yo la dejo unificada, esa paz yo le doy aliento, yo le doy esencia de vida, para que la paz material pueda asistiros y siempre el uno y el otro contemple que lleváis la misma misión y que delicada es, en el uno y en el otro; y que del uno al otro se necesitan, para que el uno prepare al otro; y el otro, prepare al uno, porque ésa es mi voluntad.
109 Caminad unificados, hijos benditos, para que así vosotros podáis despertar al pueblo bendito de Israel. ¡Tomad y llevad ambos! Hijos muy amados: la salud, la fuerza, la preparación y la elevación para estos días para que podáis alcanzar, la gracia del Padre Eterno, que yo os acaricio, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Tomad vuestra cruz, hijo bendito!, y seguid a vuestro Maestro.
110 ¿Qué podéis pedir, hijo bendito? Los corazones se levantan a darme gracias infinitas, pero ellos quisiesen que sus humildes palabras que me hacen presente a través de los papiros se cumpliesen; así los corazones oyentes, se levantasen reafirmando su fe. Y yo, les recibo, pequeño.
(Testimonio eliminado)
111 ¡Ah, si quisieseis penetrar al más allá y pudieseis contemplar la gracia y la caridad que recibe por la petición de vuestra oración, vuestra hermana humanidad! ¡Benditos sois, pueblo, que sabéis desprender de vuestros corazones, un átomo de amor en vuestra elevación y me pedís por la paz, me pedís la caridad para el necesitado material y para el necesitado espiritual!
112 Está en vuestra misión, pueblo. La oración, es el fuerte de Israel; con la oración, podéis alcanzar, lo que limpiamente me pidáis. De mi mano, brota para la vuestra. ¡Seguid! ¡Seguid pueblo, velando y orando! ¡Pedidme por las sectas, por las religiones, pedidme porque sus gritos terminen, para que así se haga y se cumpla mi divina y santa voluntad! Yo os acaricio, pueblo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
113 En este día de gracia, pueblo, discípulos muy amados, que habéis recibido mi caricia y mi amor, y habéis grabado una vez más una sílaba en vuestro corazón: yo os doy la luz, para que con firmeza sepáis conservar estas dádivas y revelaciones por vuestra humildad y vuestra presencia, por la renunciación de las cosas materiales; por que habéis abandonado los placeres de la tierra, para venir a circundar al Maestro, para venir a dar recreo a vuestro espíritu con mi Espíritu, con mi esencia divina.
114 Estos méritos, yo los recibo; de estos méritos, yo me sirvo, para que en este día de gracia, vuestros hermanos que se encuentran en lejanas comarcas en el mundo entero, alcancen un atenuante para su dolor, alcancen la alimentación su cuerpo, alcancen la luz para su espíritu; para aquellos de vuestros hermanos que se encuentran en delicada misión y se han levantado como el discípulo, a preparar los caminos, para cuando de lleno sea el manto supremo, puedan encaminar su planta; y ya encuentren el sendero preparado por estos corazones que como primer os han llegado a abrir brecha, para que pueda vuestra planta penetrar y no encuentren el espino y se incruste en sus pies. Unos y otros, reciban en este día bendito de gracia, mi amor, mi caridad infinita, mi luz, mi caricia, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. .
115 Todo lo creado por la mano providente del Padre, en este día quede, hasta la entraña de la tierra preparado y en preparación, por la oración de Israel; para que en alba bendita de gracia, el Padre Eterno se manifieste; y entonces, él dé fertilización a las parcelas estériles, a las sementeras, para que así el pueblo en complacencias pueda encontrarse y en la senda material, pueda encontrar todo a su mismo alcance, materialmente, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
116 Hospitales y lechos del dolor, donde por instantes atravesando el dolor los espíritus pueden ser: en este día de gracia, llevad un atenuante para su dolor. El espíritu que va a volar hacia mí, reciba un átomo de luz; y en el valle espiritual, también esperará el alba de gracia, para que de lleno pueda alcanzar de mi caridad infinita. Las cárceles y pres iDios donde pueden encontrarse el culpable y el inocente de lo que le incriminan: el uno reciba mi fuerza, el otro reciba la libertad de su cuerpo y de retorno sea hacia su hogar, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
117 Aguas represadas que depositadas pueden encontrarse, en las vasijas de mis hijos; ¡toma y lleva en este día, elemento bendito! Yo les limpio y las desmancho y les dejo potestad, convertidas en una chispa de luz para que puedan disipar la tiniebla en Israel, para que no se deje sorprender por un momento. Las dejo convertidas en bálsamo de curación, para que cuando las soliciten, hagan el prodigio, porque ésta es mi voluntad, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¿Me habéis comprendido, pueblo bendito de Israel? ¡Que la luz de mi espíritu divino, quede siempre en vuestros corazones, pueblo bendito!
¡La mi paz de mi Espíritu, sea con vosotros!
92. El templo de Dios es el universo
Domingo 5 de marzo de 1950
1 ¡Oh! Discípulos amados, que volvéis en pos de mi presencia y de mi palabra. A todos he escuchado una vez más; y la unión de vuestros pensamientos, han sido el mejor himno con que habéis regocijado mi audífono divino. De cada corazón se desprende una nota; y la unión de todos vuestros pensamientos, hace un concierto lleno de encanto espiritual.
2 En algunos, contemplo que ese pensamiento, que esa oración, lleva alegría. Es la acción de gracias, por los beneficios con que he sembrado vuestro camino; es la paz, con que vive vuestro corazón. En otros, contemplo que ese pensamiento es de tristeza, por las vicisitudes que van atravesando en su sendero. De otros, se desprende el pensamiento lleno de amargura porque se encuentran bajo una prueba, ya que se encuentran en estos instantes, apurando un cáliz muy amargo; mas, con todos esos pensamientos diversos, formáis un concierto de amor, un concierto que es holocausto, que es homenaje y que es acto de fe y de respeto para mi divinidad.
3 ésta es la comunicación que el Padre, ansiaba del espíritu de sus hijos. éste es el medio y la oración que a través de los tiempos os he enseñado, pero que no siempre habéis podido practicar por la falta de desarrollo espiritual; pero paso a paso vais alcanzando a poseer la verdadera comunicación espiritual con vuestro Dios.
4 ¡Oh! Discípulos del Maestro, que en esta alba de gracia os reunís: mientras estáis bajo la influencia de mi palabra, el mundo desaparece para vosotros, los caminos sembrados de abrojos, desaparecen también; descansa vuestra materia, en el día de reposo; vuestro espíritu, se emancipa, extiende sus alas y viene en pos de mi enseñanza, de mi calor y de mi consuelo para fortaleceros en mí, para saturaros de mi gracia; y con estos dones, poder proseguir en la senda la lucha, para seguir resistiendo en el duro combate que ha entablado vuestro espíritu, con esta vida terrestre.
5 Yo me presento entre vosotros, pleno de fortaleza, de luz y de gracia, para que después de esta manifestación, pasado el milagro de mi presencia y de mi comunicación entre vosotros, podáis sentirme en lo más profundo de vuestro ser, podáis comprobar que mi fortaleza realmente la habéis recibido en la emanación de la esencia de mi palabra.
6 Yo no vengo a buscar méritos grandes en unos, ni pequeños méritos en otros, o la nulidad de ellos en algunos más. No, pueblo amado; mi amor divino es perfecto, mi paternidad divina es perfecta. Soy Padre de unos y de todos. Vengo a entregar la misma palabra, el mismo amor, la misma esencia para todos; y si en este instante, la humanidad entera, escuchando fuese mi palabra, no tendría para unos bendiciones y para otros reclamos; el reclamo sería general, o la bendición y la caricia, general también.
7 Pero éste es el tiempo, en que me comunico a través del entendimiento del hombre; y no toda la humanidad, contemplará esta manifestación. El número destinado para escuchar mi palabra a través del entendimiento del hombre, es muy reducido, en comparación con el número que forma la humanidad; mas de cierto, os digo: que si los testigos de esta manifestación fueran pocos, toda la humanidad escuchará el eco de mi palabra a través de mis testigos. Toda la humanidad conocerá y sabrá, que yo estuve entre vosotros comunicándome por el entendimiento del hombre; que a través de un éxtasis material, el Espíritu Santo, le revela al hombre y que mi mundo espiritual de luz, vino a desarrollar entre vosotros.
8 Por eso el Padre, os prepara, para que toda palabra que viertan vuestros labios cuando mi Verbo haya callado a través de los portavoces, sólo encierre verdad, lleve esencia de amor y todo cuanto yo vertí en mis palabras; que cuando vayáis en pos de las multitudes, cuando el instante sea para vosotros, en que estéis rodeados de ellas y vuestra voz sea escuchada por vuestros hermanos, no se mezcle mi palabra que es verdad y pureza, con la mentira; no se manche lo divino, con el pecado humano; no encuentre mi palabra en vuestros labios, mente o corazón: alguna impureza o turbación para que ella brote como un torrente de agua cristalina a través de vuestros labios; porque el manantial que se encuentra en mi Espíritu, es limpio y puro; las aguas que de él brotan, son puras y cristalinas.
9 Quiero que vosotros, también, como pequeñas fuentes limpias, siempre estéis; para que así, los labios sedientos calmen su sed en vosotros; para que las miradas escrutadoras no encuentren en el fondo de la fuente, ninguna impureza, ni cieno alguno.
10 Por eso, os he enseñado y hablado a través de un largo tiempo, largo para vosotros pero que para mí no ha llegado a significar ni siquiera un instante este tiempo, que cuando haya pasado de vosotros, será como un solo instante; y entonces, diréis: Padre, ¿por qué tan poco tiempo, estuviste entre nosotros? ¿Por qué tan presto, te marchaste de entre vosotros? Y yo, os contestaré, desde la distancia: el tiempo fue el preciso. El tiempo fue el marcado por el reloj de la eternidad para los discípulos, para aquellos que tenían que aprender de mí, para aquellos que tenían que recibir mis revelaciones, la nueva enseñanza en el Tercer Tiempo; no una enseñanza diferente, no un nuevo camino, solamente la continuación de mis lecciones pasadas.
11 Debo dejaros fuertes en esta vida humana, fuertes y preparados para la lucha. Debo deciros hasta la última de mis palabras y entregaros hasta el último de mis mandatos para que no vayáis a titubear en el camino cuando la prueba os azote; sino que para cada prueba, tengáis siempre una arma de amor; para cada pregunta, una contestación acertada; para cada duda, un rayo de luz potente que disipe aquella tiniebla; para cada flaqueza, reserva de fortaleza espiritual; y así, podáis seguir en el cumplimiento de vuestra misión, recreando vuestro espíritu y recreando vuestros sentidos corporales, con el cumplimiento de la noble y hermosa misión que he depositado en vuestro espíritu desde el principio de los tiempos; esa misión de amor, esa misión de redimir por el amor, esa misión de perdonar por el amor; esa misión divina y bendita de practicar el bien, no por el bien mismo, sino por agradar a vuestro Padre, y perfeccionar a vuestro espíritu. La práctica de vuestra misión espiritual, os dará la paz.
12 Vosotros enseñaréis en esta era, a los hombres que no se aman, a los hombres y a los pueblos que se han desconocido, a las muchedumbres que forman esta humanidad que hoy encuentro desnuda, sedienta, leprosa y hambrienta: que solamente la práctica del bien, traerá la paz al espíritu de los hombres. ésa será la esencia de la enseñanza que entreguéis en mi nombre.
13 Y cuando los hombres, no hayan encontrado la paz, el bienestar que es don supremo para el espíritu, cuando no la hayan encontrado en las ciencias ni en las riquezas, ni en los honores de este mundo, ni en los afectos ni amores de esta tierra, cuando no hayan encontrado bálsamo o medicamento alguno para esos males, para la falta de paz y bienestar del espíritu y aún del corazón; entonces, los hombres se encontrarán en su propia senda, al hermano humilde; oirán la voz de mi discípulo, escucharan a mi apóstol; discípulo y apóstol, que no hará alarde de ello, que no irá pregonando por los caminos que es mi discípulo, que lo irá diciendo con sus propias obras; obras sinceras, de amor y de verdad. Entonces, los hombres y los pueblos, descubrirán el secreto para encontrar la paz que ha huido del planeta tierra; la paz, que ha huido al más allá y que allí falta, en espera de que se limpie el corazón humano para descender y penetrar allí, para llenar el vacío del corazón del hombre con la paz de mi Espíritu, que es la paz perfecta.
14 Porque la paz de los hombres, se hace muchas veces por el temor de los unos a los otros. ésa no es paz; ésa es zozobra e incertidumbre, es paz aparente; con esa paz, ni el espíritu ni el corazón del hombre, pueden dormir tranquilos; no hay reposo, no hay sosiego en el cuerpo ni en el alma. Solamente mi paz, es profunda y verdadera; y ésa es la que espera la preparación del hombre para penetrar muy hondo, para formar un reino de paz en el corazón de mis hijos; y desde ese reino de paz, el hombre podrá levantarse sobre una nueva vida, una vida mejor; sobre ese reino de paz, el hombre podrá reedificar un mundo más grande, más consistente y verdadero que éste que hoy me muestra y que es frágil, porque con un débil soplo de mi Espíritu o conmoción de los elementos, yo hecho por tierra toda la obra vanidosa y soberbia de los hombres; pero es su obra y la respeto, es su obra y la contemplo y la bendigo; permito que la obra de los hombres les muestre sus defectos, sus consecuencias, su fondo.
15 Todas mis obras, tienen como principio: el amor y la justicia hasta el más pequeño de los átomos vive y palpita en un camino de amor y de justicia. Todo aquello que contempléis con vuestros ojos, lo que alcancéis a palpar, lo que alcanzáis a conocer por medio del entendimiento, aquello que vibra en torno de vosotros, ha sido creado por mi voluntad y todo tiene un principio de amor y de justicia, porque todo ha brotado de mí; y en mí, os digo sin alarde: no hay impurezas, ni existe mal alguno, ni imperfecciones tampoco.
16 Muchas de las más grandes obras que el hombre me muestra, y a las cuales ha consagrado su vida, su fuerza y su orgullo, son obras que no han tenido un principio de amor ni de justicia; y toda obra que no estuvo cimentada en ese principio, tendrá que ser destruida; y sólo quedará como hecho: la luz de la experiencia.
17 En el hombre, está la nueva babel, es la torre de soberbia con la que se ha elevado escudriñando a mi Espíritu, escudriñando las naturalezas creadas por mi voluntad, escudriñando las fuerzas de la creación; y en todo ello, la humanidad ha fincado su nueva vida, sus ciencias; su Torre de Babel, desde la cual, no me rinde culto, no me reconoce. Será el mismo hombre, el que busque la destrucción para su torre de soberbia; será el hombre, el que se confunda, como ya ha comenzado a confundirse; y entonces, el espíritu humano, recordará que en el principio de la humanidad, también el hombre edificó su torre de vanidades y de soberbia, de desconfianza hacia mí; y el ejemplo que pude entregar a la humanidad, en aquel Primer Tiempo, en esta Tercera Era se repetirá: el materialismo, el orgullo y la grandeza humana serán abatidos; la confusión reinará entre los hombres, y la división también.
18 Y así, como en aquel Primer Tiempo, en este Tercer Tiempo acontecerá también: vendrá la turbación entre los hombres y la confusión los sabios dudarán de su sabiduría; los hombres de ciencia, al creer encontrar una meta, contemplarán un abismo, un arcano insondable. Los elementos creados todos por mi voluntad con principio de amor y de justicia, se volverán en contra de los hombres, porque no han sido tomados con amor ni con justicia y habrá caos una vez más entre los hombres.
19 Pero mi luz, es el faro luminoso en todas las tempestades humanas. No se perderá en las tinieblas vuestro espíritu, porque en los mares más tempestuosos, habrá siempre un faro que haga el llamado al náufrago que reniega, que blasfema o aquel que en su desesperación ha perdido la razón. Mi luz, será siempre para ese náufrago, su orientación. Por eso, mi luz no la negaré jamás a nadie, estará brillando siempre, para que todos encontréis el camino y el puerto seguro de salvación. Y esa luz ¿qué traerá para los hombres, después de sus grandes confusiones? ¿Qué revelará esa luz, a los hombres que se hayan turbado? Esa luz, ¡oh! Mi pueblo, es: la de la Verdad y solamente dirá a todos: recomenzad el camino, ahora dad vuestros pasos llenos de justicia y de amor.
20 Pisad con firmeza por la senda del bien, así los dones y potencias de vuestro espíritu, encontrarán un camino sin final, el camino sin tropiezos; el camino donde las tinieblas, se disipan, donde los obstáculos se vencen. Sí, mi pueblo, yo soy la ciencia, soy la luz y el saber.
21 Yo he dado el don de ciencia a los hombres, yo me he gozado con ello; me he recreado en las ciencias de los hombres, en el desarrollo del espíritu y de la mente.
22 Cuando el hombre ha puesto al servicio del bien las virtudes y dones con que le he engalanado, ese, me ha rendido culto, ha cumplido obedientemente con una misión indicada por mí; mas cuando el hombre ha torcido la senda, cuando esa luz, su penetración, su fortaleza y sus dones, los ha tomado para sí y los ha puesto al servicio del mal, de la grandeza, de la vanidad y del dominio, entonces no me ha obedecido, es cuando me ha faltado; pero yo en mi grandeza, en mi justicia, me he servido de él para llevar a cabo mis grandes planes; lo he tomado como un instrumento de justicia para él mismo y para otros.
23 ¿Soy yo, por ventura, enemigo de la ciencia? ¿Soy yo, acaso, un obstáculo, para el progreso de los hombres? ¿Soy acaso, un hasta aquí, para la evolución de un espíritu o de un entendimiento? Quién así lo creyera, no ha sabido interpretar a su Padre, no ha sabido conocer ni comprender en su verdad al Padre, porque todo don y facultad que haya en el hombre, debe tener desarrollo, debe seguir su camino o su curso, porque es Ley de evolución y de progreso, porque todo tiene que perfeccionarse en mi creación, ya que todo tiene que llegar a mí, limpio y perfecto, grande y multiplicado; mas si yo, por instantes, me he interpuesto en la voluntad del hombre, si he sido a veces como un obstáculo invisible para el hombre y su ciencia, es porque el pecado y la intención humanos, encuentran un límite, un hasta aquí que es mi justicia divina.
24 Cuando la humanidad haya pasado su crisol, cuando el combate entre la luz y las tinieblas, haya cesado y se levante victoriosa la luz de la Verdad; entonces, ¡oh pueblo amado! Los hombres, sobre nuevos cimientos, edificarán la nueva torre, que será un templo de reconocimiento hacia Dios, un santuario de paz en el corazón, en el espíritu de los hombres; en el cual, no exista ya más discusión sobre mi existencia, deliberación alguna sobre si existo o no; un santuario, en donde exista: la fe, la confianza, el amor en Dios, donde no exista más la idolatría ni el fanatismo, la mistificación ni el adulterio, la mentira ni nada de aquello que pueda hacer aparecer a Dios, delante de unos en una forma y delante de otros en otra; que todos llevéis de mí la misma concepción y que con esa fe, con esa confianza depositada en mí y en mi doctrina, puedan los hombres levantarse a crear con mi ayuda: una nueva vida un nuevo mundo sobre la tierra; sobre este valle de lágrimas, de terror, miseria y muerte, un mundo de paz, donde florezcan todas vuestras instituciones, donde florezcan todas vuestras virtudes, donde se perfeccionen todas vuestras ciencias; las cuales, puestas al servicio del bien y de la paz, os puedan llevar a esa vida plena de armonía que el Padre, os anuncia.
25 Si en medio de las imperfecciones humanas, el hombre ha descubierto tanto, ¿qué será cuando esta humanidad vele, ore y sea hacia mí? ¿Qué será del hombre y de vosotros, cuando os acerquéis a la fuente de luz y de verdad que soy yo, con humildad, con amor y con respeto? El Espíritu Santo, entonces, desbordará todo aquello que ha retenido, todo aquello que guardado tiene en lo más profundo de su arcano; y entonces, no será menester ya que el hombre, quebrante su entendimiento, que canse sus ojos en las largas veladas, que se consuma escudriñando; y entonces su mente, al compás de su espíritu, sabrá ir a aquella fuente de amor, en donde el Padre siempre espera a sus hijos para revelarles lo que ha de ser revelado.
26 Lo que yo he entregado a los hombres hasta este tiempo, hasta este siglo de la presente era, no es todo lo que hay guardado en mi arcano divino; tengo reservado mucho para los hombres.
27 Lo que los hombres han descubierto por sí mismos y han mostrado a la humanidad como el fruto de sus desvelos, no es todo lo que el hombre tiene que descubrir; aún más, mucho más tendrá que penetrar su mente el mañana; pero ya no penetrará irrespetuosamente, como hasta ahora: penetrará al campo de su propio espíritu; y su espíritu, antes velará y orará sin fanatismo, solamente: con respeto y con amor. Ese tiempo, es el futuro; para ese tiempo, os preparo a todos.
28 Todos seréis testigos de estos acontecimientos, todos tendréis la dicha de exhalar vuestra nota espiritual en el seno de ese santuario que he de formar en el corazón de mis hijos, del verdadero templo que edificando estoy; pero en cuya edificación, he de contar con la ayuda de los hombres, con la ayuda de mis hijos, con la buena voluntad, con la conciencia de todos y cada uno de vosotros; porque ese templo, se elevará más allá de todas las ciencias humanas y más allá de la Torre de Babel, de soberbia, de grandeza humana que los hombres han levantado en esta tierra delante de mis ojos.
29 En ese templo estarán la paz, la fuerza y la luz perpetuamente, eternamente para todos aquellos que a él penetren, que en él habiten; y ese templo, os digo: siempre ha sido, siempre ha estado falta solamente la preparación y la unificación de los espíritus, para que podáis sentiros dentro de él; porque todo el universo, es un santuario; todo el universo infinito, es un templo, todo es sagrado dentro de él. Vuestro planeta, es un átomo, en medio de la inmensidad del universo; y aún en ese átomo, que es vuestro planeta, se ve la imagen de ese templo universal del cual recibo el culto en todo instante, en toda hora.
30 Por eso cuando lleguéis a este reconocimiento, que no sea solamente palabra o teoría, sino que sea algo que sintáis y viváis; entonces, no tendréis necesidad de los templos materiales hechos con cantera por manos de hombres; entonces será, cuando vuestro espíritu, no busque aprisionarse, sino busque siempre la libertad; y en todo lugar y en todo momento, me encuentre. Será entonces, cuando el hombre, en todo sitio se sienta acompañado y mirado por mí; cuando contemple su planta y vea que bajo ella, no hay polvo inmundo ni hay maldición; que el mismo polvo de la tierra que los pies de los hombres hollan, es grato; que el hogar de los hombres, es un santuario; que el lugar de vuestros fines y trabajos materiales, son un santuario también; que el hogar de vuestros hermanos, es digno de vuestro respeto; que las mismas calles, plazas y plazuelas, no son para profanar; que los caminos, los campos y los valles, las montañas y los mares, todos son lugares en los cuales podéis encontrarme; y hasta en donde está vuestra presencia, os baste, para que sean sagrados, porque en todos vosotros estoy yo, ya que sois partículas de mi espíritu divino, sois chispas de mi luz.
31 Si en esta forma os hablo y os enseño, es para arrancar el fanatismo que por tradición habéis tenido en el espíritu y en vuestra carne, no para crear con ello, un nuevo fanatismo entre vosotros. Mirad que mi enseñanza, a la vez que profunda, es clara; no os confundáis con ella, para que no caigáis en un nuevo fanatismo; y entonces, por pensar que todo es sagrado, os postréis delante de todo y nada queráis tocar ya.
32 Antes de que seáis maestros, quiero que seáis los buenos discípulos, que todo lo aprendáis para que podáis dar fe y contestación de todo, para que los hombres no os confundan el mañana, para que no dejen vuestros labios callados; sino que siempre tengáis vuestra palabra preparada con luz y con dulzura. Esa palabra, es la que penetra más hondo, no la palabra de enojo, no la palabra que lleve violencia, no; sino aquella que lleve paciencia. Pensad, que no estáis hablando solamente a la carne, pensad que no estáis solamente hablando para la vida humana; pensad que habláis para el presente y para el futuro, para la vida terrestre y para el tránsito del espíritu, después de esta vida humana.
33 Yo os he dicho, que cuántas veces ha bastado una palabra de luz, una palabra redentora, una palabra de amor para que se salve un espíritu; y ha sido aquella palabra, como un sello de fuego que se graba indeleblemente en aquel espíritu; y esa palabra que fue su salvación, no la llevó solamente durante su tránsito terrestre; sino después, hasta el más allá en el valle espiritual. Por eso, yo vengo a heredaros con mi palabra, que es como una llave que abre ese camino de la paz para los espíritus.
34 ¡Oh pueblo amado! Seguid penetrando con planta firme en mi sendero. ¡No temáis a las encrucijadas, no os dobleguéis por las vicisitudes, destruid la duda, resistid todo contratiempo para que podáis fortaleceros más y más, en mi enseñanza! Porque esa fuerza, os da grandes dichas, os dará grandes satisfacciones en el cumplimiento de vuestra misión.
35 ¡Ay de los que queden débiles! ¡Ay de los que no se hayan fortalecido en este tiempo con mi enseñanza! No quiero contemplar débiles que vayan tropezando y llorando en el camino. Quiero que mi pueblo, mi testigo, mi discípulo, el que mucho me escuchó y mucho recibió de mí, sea el fuerte en los caminos; no para que con esa fuerza, se distingan solos; sino para que distingan a las muchedumbres y a todos, a cuantos mi mano ponga en su camino.
36 Hoy, no sabéis el alcance de vuestra fuerza espiritual. Hoy no alcanzáis a comprender, hasta donde abarca la fuerza de vuestro espíritu, porque sois débiles en la misma fe; pero esa fe, yo la fortaleceré con grandes prodigios; y esa confianza que tengáis en mí, la tendréis en vosotros mismos; puesto que los dones que lleváis, yo os lo he entregado.
37 Pronto finalizará entre vosotros, mi comunicación a través del entendimiento del hombre. Cuando este Tercer Tiempo, haya pasado de entre vosotros, escucharéis rumores en vuestra nación, vendrán noticias y rumores de otros países, de que el Divino Maestro a través de los hombres se está comunicando entre la humanidad, os llegarán rumores de que el mundo espiritual de luz está haciendo lo mismo. Será entonces, cuando lleguéis a comprender, que la facultad con que os revestí, ha sido un don lleno de gracia del Espíritu Santo, ha sido un don que yo os entregué y que yo recogí entre vosotros.
38 No volveréis a tenerme a través de esta comunicación, no buscaréis a los portavoces o facultades, para invocarme o para invocar a mi mundo espiritual de luz; ni en la mayor prueba, intentéis estas prácticas; pero a tiempo, comenzaréis a trabajar, mi pueblo; para que con vuestro trabajo, podáis impedir el avance o la acción de muchos acontecimientos que no deben venir, pero que si vosotros dormís, esos acontecimientos tendrán que aparecer; y entonces, dificultarán vuestra siembra y vuestra jornada.
39 ¡Cuántos varones y mujeres, van por senderos distintos a éste que os he trazado, llevando en su ser los mismos dones que os he confiado! El tiempo llegará y sus dones brotarán de ellos, se manifestarán; si ellos encuentran al Maestro, a su paso; sabrán por qué son aquellos dones y para qué sirven. Si ellos no encuentran al buen Maestro, que para ese tiempo deberéis ser vosotros, unos se confundirán, otros tomarán sus dones para desarrollarlos bajo su propia idea y voluntad, otros serán instrumentos de fuerzas invisibles que bien pueden ser unas veces de media luz, pero también pueden ser de tinieblas. Por eso, el Maestro, os dice: no caigáis en letargo después de mi partida meditaréis ese tiempo de gracia que os voy a confiar; os prepararéis y llegaréis a la verdadera unificación espiritual.
40 Mediante esa unificación, de vuestro espíritu, podréis hacer frente a los acontecimientos y a la lucha que aparezca ante vosotros. Os prevengo, de todas las vicisitudes; y a lo largo de este año, os hablaré de los peligros, de las acechanzas, de los obstáculos que habréis de encontrar; y también os diré la forma, de vencer todas las dificultades.
41 En el seno de una gran iglesia, los grandes ministros hablarán a la humanidad del tiempo del Espíritu Santo. Hablarán del Tercer Tiempo. Hablarán de los siete Sellos. Harán el llamado y pretenderán escoger y señalar, con la marca con que yo he señalado a los que ha sido mi voluntad; pero yo tocaré a todos los hombres, a todos los pastores de la humanidad, les tocaré por la conciencia y les someteré a prueba. En ese tiempo, yo sabré de quienes de vosotros, debo servirme, para dar pruebas a aquellos hombres, para hablar por vuestros labios, con la preparación que os he venido a dar.
42 No serán los hombres los que revelen a la humanidad las revelaciones del Espíritu Santo, porque en los altos y profundos juicios del Espíritu Santo, solamente él. La obra espiritualista, no os la ha revelado hombre alguno. Yo, como Padre, desde el Primer Tiempo a través de mis profetas, os lo anuncié. Yo a través de Jesús, el Verbo encarnado del Padre, os lo anuncié, os lo prometí como algo ya no muy lejano. Yo, en este Tercer Tiempo, comunicándome por el entendimiento del hombre, os vine a cumplir lo ofrecido y a revelar lo que estaba oculto.
43 No han sido las manos del hombre, quienes han entregado los dones a vuestro espíritu. No ha sido la mano del hombre, la que ha trazado el símbolo trinitario en vuestro frontal; ha sido la mano de Dios, la que ha señalado a los escogidos de este Tercer Tiempo. No ha sido el hombre, el que ha ordenado misión o cargo entre vosotros; ha sido mi voz omnipotente. ¿Cómo había de permitir el Padre, semejante confusión entre la humanidad?
44 Yo, el cordero inmolado, soy el único digno de desatar los sellos del libro de la sabiduría divina, del gran libro de la vida y de la creación, del libro que encierra escritos que tienen los destinos de todos los seres y las cosas, desde lo primero hasta lo último. Yo, el alfa y el omega; yo, el Verbo Divino, soy el único que puede decir las revelaciones íntimas de la divinidad. ¿Cómo he de permitir que por labios profanos, el espíritu irrespetuoso tome de las revelaciones divinas según su voluntad para hacerse más grande entre los hombres, para sorprender el candor y la ignorancia espirituales? ¡No, mi pueblo!
45 En verdad, os digo: aparecerán brotes, imitando a estas manifestaciones; pero solamente para que despertéis y os levantéis al cumplimiento. Aparecerán señales de profanación, de falsos testimonios, de falsos milagros entre los hombres; surgirán falsos profetas, falsas manifestaciones atribuidas a mi divinidad y a mi mundo espiritual de luz; pero eso indicará, ¡oh! Pueblo bendito, que es el hambre, que es la ansiedad de los espíritus por la venida del Espíritu Santo, por el cumplimiento de mis profecías, por el cumplimiento de todas mis promesas divinas.
46 No retardéis el tiempo de mi llegada entre los hombres; no signifiquéis vos, obstáculo para mi manifestación espiritual y divina entre la humanidad. No sois vos el redentor, no sois vos la salvación de los hombres; no sois el único en esta obra, ¡oh! Discípulos, pero sois vos mi siervo y mi discípulo, que ha de cultivar el Padre, en esta obra de redención.
47 Sois vos, mi pueblo, solamente una pequeña parte de mis legiones de luz, de mis ejércitos de paz y de verdad que preparados tengo y combatiendo están ya en este tiempo, por la paz, por la redención de todo el universo; pero os preparo, para la parte que os corresponde como el fuerte Israel, cuya misión no habéis cumplido del todo, a través de los tiempos; hoy podéis cumplirla en este el Tercer Tiempo dentro de esta era de luz, para que vuestro espíritu gozoso y lleno de paz, se vaya a aquella mansión que os espera: la mansión de los espíritus de luz desde la cual, podréis contemplar horizontes más amplios, más distantes, que serán el premio para vos, que serán estímulo para vuestro espíritu; para que allí, poniendo por obra mi enseñanza, sigáis practicando mi justicia y mi amor; y por la práctica del bien, podáis elevaros un escalón más en la escala de perfección, hasta poder llegar al lugar que os corresponde en la eternidad, en el seno de Dios.
48 ¿Son acaso fantasías, las que os vengo a entregar? No, pueblo amado. A vuestro corazón humano: le doy la enseñanza moral y le revisto de virtud para que viváis como humanos, para que viváis en este mundo con amor y con paz, para que vuestro pan no sea amargo, ni vuestro hogar sea intranquilo, para que vuestro trabajo fructifique y vuestro cuerpo sea sano.
49 Mi doctrina, imparte: salud, bienestar, fortaleza y progreso humano pero a vuestro espíritu, no le basta esto. El espíritu necesita algo más, para continuar después de la muerte de la carne, su trayectoria espiritual; y para ese viaje, para ese destino, para esa jornada, yo vengo a hablar al espíritu, de manifestaciones que parecen fantasías al corazón humano, de manifestaciones profundas e insondables para el ojo humano y aun para la imaginación más despierta del hombre. Al espíritu vengo entregándole esa llave, para que con ella, vaya abriendo todas las puertas que se presenten delante de su vista espiritual; y así, continúe su jornada de progreso, de saber y de perfeccionamiento.
50 Mi doctrina, encierra todas las lecciones. Mi doctrina, abarca todos los caminos por los que transitáis. Por eso podéis ponerla en práctica, en todos los instantes de vuestra vida, sea humana o espiritual. ¡Dad a lo divino, el lugar más elevado en vuestro espíritu! Dad a lo espiritual, el lugar en vuestro espíritu; y dad a vuestra materia, el lugar que a ella corresponde y de lo que es merecedora. ¡Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios! A vuestro espíritu, lo que a él corresponde; y a vuestra materia, lo que a ella toca. Si aprendéis a ser justos en todo esto, no tendréis tropiezo en vuestro camino; vuestro paso será firme y la duda desaparecerá para siempre del espíritu, de los discípulos del Espíritu Santo.
51 Cuando llegue el tiempo, de vuestra predicción y vuestra prédica; cuando todas las cosas inútiles y superfluas, de vuestra vida, hayan desaparecido; cuando solamente os concretéis, a lo necesario y a lo elevado; entonces, disfrutaréis de un tiempo mayor para practicar mi obra; y cuando encontréis a los hombres en vuestro camino, muy necesitados de lo que a vosotros sobra; entonces, no os mostraréis como Tomás, en la duda; ni como pedro, en su momento de cobardía; ni seréis tampoco como Judas, débil siempre ante las vanidades y las tentaciones.
52 Que ante las tentaciones, vuestro espíritu, me dice: Maestro, ¿cómo puedes compararnos con aquellas criaturas extraordinarias? Y el Maestro, os dice: en verdad os digo, que mis discípulos, de aquel Segundo Tiempo, fueron grandes espíritus, que trabajaron entre la humanidad con un adelanto, que no tenían aquellos hombres, aquella humanidad de aquel tiempo ni aún la de este tiempo; ellos fueron y son espíritus, como vosotros; y fueron también como vosotros, los hombres. En su corazón, luchó la virtud contra las flaquezas humanas; pero poseyendo fortaleza muy grande en su espíritu, éste venció a la carne y al mundo; y se consagraron solamente a la práctica de mi enseñanza, alcanzando por medio de sus virtudes y de su amor, el fiel cumplimiento de mi doctrina; y el ejemplo que cada uno de ellos dejó al terminar su jornada, fue un ejemplo y una lección dignos del Maestro que les enseñó.
53 Vosotros también, daréis grandes lecciones y grandes ejemplos, dignos del Maestro que ha venido a hablaros en este Tercer Tiempo. ¿Por qué dudáis? ¿Por qué estáis dudando ya de vosotros y de mí? ¿No miráis que no podéis comenzar la jornada, si antes, no existe la certeza absoluta en mí y en vosotros? Por eso, no os puedo dejar todavía; y por eso, no dejo que las pruebas y la lucha se avecinen entre vosotros, porque os falta mayor temple, falta que os acompañe un poco más; y un poco más, os siga hablando de Maestro a discípulo.
54 Yo, lleno de paciencia os espero, lleno de paciencia espero la interpretación que deis a mi palabra; lleno de paciencia, espero que practiquéis la paciencia. Contemplo y soporto vuestros errores, en la práctica de mi enseñanza. Vuelvo como Maestro pacientísimo, para explicaros con la mayor claridad la lección no comprendida; y vuelvo a colocar en vuestra senda, la prueba, que no pudisteis resistir o aquella que no pudisteis resolver; y cuando al fin la pasáis, cuando al fin vuestro espíritu vence el obstáculo y se levanta victorioso para darme las gracias y se siente más fuerte; entonces el Maestro, tomando el libro de la sabiduría en sus manos, puede doblar una página más, para mostrar al discípulo la nueva lección y con paciencia explicarle, con paciencia esperarlo a que llegue el momento para que la practique.
55 Cuando más tarde, ese libro se cierre y quede guardado en el corazón de los discípulos, en el cofre de su propia conciencia; pueda el Maestro, decir: mis discípulos, ya no lo son; ahora son los maestros, los que puedo con confianza enviar entre aquellos que no saben, para que ante sus ojos abran el libro de la sabiduría; y con la misma paciencia y amor con que he soportado y con que he enseñado, ellos también así, se puedan mostrar entre esa humanidad.
56 Si yo os he mostrado vuestros defectos, es para que los conozcáis y los corrijáis; y cuando vayáis entre vuestros hermanos; y esos mismos defectos encontréis, sepáis ser los tolerantes y sepáis cómo se corrigen, con la paciencia y con la gracia, y el amor con que yo os corregí.
57 ¿Acaso os he traído en mi mensaje, la violencia? ¿He empuñado por ventura, el látigo, para enseñaros? ¿Mis palabras, han vertido veneno alguna vez? No, en verdad, yo os he perdonado con dulzura, os he enseñado con paciencia y con gracia; y os he corregido con caricia y amor. ¿Podéis vosotros, hacer todo esto, ya? ¿Habéis comenzado con los vuestros, a practicar esta forma de enseñar lo espiritual? ¿Habéis tenido esa dulzura y esa paciencia, con vuestra compañera; y vosotras mujeres, eso habéis esperado de vuestro esposo? ¿Habéis corregido y enseñado con este amor y gracia, a vuestros hijos? ¿Y a los extraños, les habéis enseñado así? Si así lo habéis hecho, me habéis imitado. Si en parte solamente lo habéis hecho, ¡proseguid! Hasta que os perfeccionéis. Si nunca lo habéis hecho así, yo os perdono; pero os estimulo y os hago notar que la enseñanza de lo espiritual es entregar por medio del amor, que debéis tener ternura; y cuando tratéis de defender mi obra, mi Espíritu y mi palabra podáis hacerlo con energía y firmeza; mas nunca con violencia, nunca con enojo, nunca con desesperación, porque cualquiera de esas manifestaciones, es prueba de imperfección, prueba de incapacidad, es prueba de flaqueza espiritual.
58 Una vez más lleváis mi palabra, que la dejo como semilla en vuestra mano. Pensad que ni las semillas materiales nacen en el instante de sembrarse; mucho menos, pueden florecer o fructificar, en el instante de ser sembradas. Todo ello lleva su tiempo y su cuidado, su vigilia y su lucha. Todo ello requiere méritos y conocimientos para cultivar. Por eso, yo os enseño, os muestro las tierras del corazón humano y os doy a conocer la semilla, también la forma de cultivar las tierras.
59 Todo os lo enseño, porque sois los sembradores en el Tercer Tiempo; los que tendréis que enseñar a sembrar a otros sembradores, porque vuestra lucha será grande. No será lucha de pasiones, no será lucha de armas materiales; lo mejor de vuestra lucha, pueblo bendito, será aquello que hagáis con obras de amor, de caridad y con oraciones, con palabras que broten de lo más profundo de vuestro espíritu; con ello, muy grandes obras haréis, porque los dones que os he confiado, grandes también son.
60 ¿Qué podéis pedirme en este instante para vuestra vida terrestre? ¿Acaso no habéis sentido que mi mirada, os ha contemplado hasta lo más profundo? ¿No presiente vuestro corazón humano que mientras le hablo a vuestro espíritu y me comunico con él, mi Ser divino acaricia todo vuestro ser? ¿No sentís que mientras yo penetro en el santuario de vuestro espíritu, penetro también en vuestro hogar, en el corazón de vuestros seres queridos, entre los que os aman y también en aquellos que os desconocen? ¿No sentís que lo mismo estoy en los presentes que en aquellos que me mostráis como ausentes? ¿No pensáis, que nadie está ausente de mí, porque yo estoy en todo y en todos?
61 En verdad, mi pueblo, vos sois mi discípulo adelantado. Basta con que lleguéis ante mí y purifiquéis vuestro espíritu y aun vuestra carne, en un instante de elevación espiritual, para que por medio de ese momento de comunión conmigo y ese instante de limpidez de vuestro espíritu y materia, yo me derrame en toda vuestra existencia, en todo lo que sois vos y en todo lo que os pertenece; no es menester que forméis lista alguna de peticiones en el fondo de vuestro corazón, si yo sé mejor que vos, lo que falta os hace; si muchas veces cuando algo me venís a pedir, yo ya os lo entregué; si muchas veces me estáis pidiendo lo que no sabéis, si es para vuestro bien o para vuestro mal; si muchas veces, venís a pedirme y no sabéis lo que me estáis pidiendo.
62 ¡Elevaos y arrojaos en mis brazos divinos! Sois mi criatura, sois mi pequeño a quien mucho amo. Vos no podéis leer todavía, en el corazón del Padre. Yo, sí puedo leer en el vuestro. Vos no habéis aprendido todavía a conocer mi idioma divino. Yo sí conozco, los todos los vuestros, aunque sean imperfectos.
63 El clamor de vuestro espíritu, el lamento de él mismo, el sollozo de vuestro pecho, llegan siempre hasta lo profundo del corazón del Padre; y el Padre, siempre os atiende. ¡Arrojaos entonces en los brazos del Padre, confiaos a él! Y todo aquello que debéis hacer, con la ayuda del Padre, lo haréis; y todo aquello que no alcancéis a hacer, dejadle la causa al Maestro; y él, lo hará por vosotros y seguiréis viendo en vuestro camino, los milagros.
64 ¿Quién ha dicho que el tiempo de los milagros, ha pasado? ¡Si es un milagro de amor vuestra existencia, si todo cuanto veis y todo cuanto os rodea, es un milagro maravilloso de amor que he hecho para agraciar vuestra existencia!
65 ¿No os dais cuenta que los peligros se ciernen sobre vuestra cabeza, bajo vuestra planta, en rededor vuestro y a toda hora? Y, ¿por qué no perecéis? ¿Por qué no morís? Es un milagro de amor, que os salva a cada instante, que os acompaña y os protege. El tiempo de los milagros, es el tiempo de la eternidad. Yo soy un milagro de amor para todos los hijos de mi divinidad. Yo estoy con todos, a todos escucho, a todos les entrego, a todos los amo. ¿No es esto acaso un milagro, mis hijos? Aprended, entonces, a leer en mi corazón divino; aprended también, a escuchar y a conocer mi palabra.
66 ¿En dónde, está mi palabra? ¿Acaso es ésta que vierten estos labios humanos? ¡No, pueblo amado, la voz que resuena en estos labios, es voz humana. La palabra que el Padre vierte en estos instantes, es el sentido, es la esencia, es la emanación divina que hay en lo más profundo de estas palabras.
67 Cuando de Espíritu a espíritu, conmigo os comuniquéis, ¿cómo podréis reconocer mi palabra, en donde resuene la voz divina en los momentos en que os encontréis y os sintáis aparentemente solo? Mi voz, está en vuestra conciencia, mi voz, le habla a vuestro corazón. Mi voz se sirve de todas las fibras sensibles de vuestro ser.
68 Penetrad en elevación espiritual con respeto y con amor; y tendréis la certeza de mi palabra, escucharéis mi concierto celestial, se estremecerá vuestro corazón y sentirá vuestro espíritu, como la mano del Maestro, se posa en vos; y si es mi voluntad, limitaré mi Espíritu en la dulce silueta de Jesús; y en la silueta, aquella del Maestro que los hombres contemplaron en el Segundo Tiempo; podréis contemplarme. No es ésa la forma perfecta en que me podáis contemplar, cuando yo os dije y os he dicho que todo ojo pecador o no pecador, me verá; no será en la silueta de Jesús solamente, no será en una forma materializada o humanizada, no será tan solo por medio de símbolos espirituales.
69 ¡Todos me veréis, en verdad! ¡Todo ojo me verá!, ¿en qué forma me verán todos, mi pueblo? La forma que a cada espíritu corresponda y a la debida de cada uno de vosotros. Mas, cuando todos los espíritus hayan llegado a la escala de perfección; entonces, todos podréis mirar la verdadera faz de Dios; que hoy, no podéis imaginar, que hoy no concebís, mis pequeños; y que el Maestro, os dice: no tratéis de concebir la forma de mi Espíritu, ni la forma de mi faz no queráis tampoco imaginaros, como es aquel más allá; porque entonces, podría vuestra imaginación, forjarse falsas imágenes y vuestro espíritu se sorprendería el mañana ante la realidad.
70 Dejad que lo insondable, sea como es. Baste a vosotros, creer; no con fe ciega, sino con la fe conciente que vengo creando y forjando entre vosotros, para que cuando llegue el tiempo en que el velo de vuestra materia lo descorra la muerte corpórea; entonces, vuestras pupilas espirituales se explayen, se regocijen, se extasíen ante la contemplación de un mundo mejor, de un mundo maravilloso que os espera, pero que no será el último en el que moréis.
71 Mi paz, ha sido entre mi pueblo. Todo lo he entregado. De vosotros también, todo lo he recibido. Al universo, con vuestra petición o sin ella, yo siempre le entrego; pero quiero vuestra petición, pueblo; quiero palpar la sensibilidad de vuestro corazón, el reconocimiento de vuestro espíritu, su adelanto; quiero contemplar, el amor y la piedad que de vosotros broten, para todos vuestros hermanos; quiero escuchar en vuestro espíritu, una frase de bendición para todos vuestros hermanos, para todos los pueblos que forman la humanidad.
72 Por eso, en este instante, el Maestro, os dice: cuando mi rayo divino haya abandonado la envoltura, por la cual habéis tenido mi palabra, desde el valle espiritual donde están vuestros espíritus unidos formando un santuario y elevando hacia mi Espíritu un concierto de amor; desde allí, enviéis la paz y la bendición de vuestro espíritu, sobre toda la humanidad; enviéis vuestro bálsamo y consolación sobre los hombres; y yo, al escuchar vuestra oración, al contemplar vuestra intención bendita, me derramaré en bendiciones. Yo sabré entregar desde mi alto solio, a cada uno de aquellos por quienes me estáis pidiendo. Y de este modo, pueblo, estaréis cumpliendo con esa misión humilde y callada, de entregar la luz y de entregar la paz al universo; mientras llega el tiempo, en que todo vuestro espíritu, todo vuestro ser, se comunique con los hombres en el tiempo del cumplimiento y de la predicación. Sea mi luz y mi bendición, con todos vosotros.
¡Mi paz, sea con vosotros!
93. Domingo de resurrección
Domingo 9 de abril de 1950
1 El manantial de la vida está dispuesto, para que viva el hombre, de la abundancia de Dios. El manantial de luz está dispuesto, para que se ilumine el hombre, con la abundancia de la luz de Dios.
2 La fuente cósmica de amor está dispuesta, para que el hombre se haga amoroso y tenga el Cristo de amor, en el hombre, su vida espiritual; y el hombre, en Cristo, tenga su dicha; y el Cristo, en el hombre, la gloria.
3 Yo os recibo, mi pueblo yo os recibo en esta alba de júbilo, en esta alba de espiritualidad; en esta alba de alegría, os recibo y os doy la bienvenida, os consuelo y os lleno de esperanza; acaricio vuestro interior y os digo: bienvenido seáis en esta mañana. Y bienvenido seáis eternamente, cuando queráis unificaros a mí. Yo siempre espero vuestra unificación.
4 ¡Cátedra en la abundancia del espíritu! En esa abundancia, os baña la luz de la palabra celeste. Cátedra que tiene delicadas notas, de la sapiencia del amor inmortal. Cátedra que alumbra los entendimientos, para que los hombres despierten a la sabiduría del verdadero saber, que en el Espíritu está.
5 ¡Despertad! Hijo de Dios, de ese sueño de materialismo; de ese estado letárgico en que vuestras pasiones humanas os han sumergido por muchos siglos, y dejad que la saturación del Espíritu Santo penetre a todo lo que sois vosotros; y que no quede una sola célula de vuestro cuerpo, sin ese influjo de amor celeste, sin ese influjo de caridad y de bondad.
6 Entregaos al Padre Dios sobre todas las cosas, para que ya no seáis de vosotros, para que seáis de él; y empezaréis a Ser de él, quizá por un minuto, de pronto; después, aumentaréis los minutos de la sublime entrega. Llegarán los tiempos en que por muchas horas tengáis en vuestra conciencia, horas plenas del Cristo en vuestro vivir, y seáis entonces las liras dispuestas a unir las vidas y a hacerlas una y así estaréis haciendo perfecta vuestra misión.
7 Vengo a vosotros en pensamiento. Mis pensamientos están vibrando y convirtiéndose en palabra, para que sepáis su contenido. Es mi pensamiento el que como una saturación, como una lluvia luminosa, queriendo ser interpretado, baña este cerebro, de la luz que cada pensamiento tiene; y baña a todos vuestros corazones, en el momento en que estéis dispuestos a recibir la gran vida en vuestra pequeña vida humana.
8 En esta cátedra, que llamáis vosotros, cátedra de gloria, valiéndome yo del nombre que le dais, aprovecharé el momento para hablaros de esas bellezas del espíritu; ya que la sabiduría del Espíritu Santo, aprovecha las ocasiones y hasta las ofrendas de los hombres, para que oportunamente se les brinde a ellos, la fortaleza del conocimiento superior.
9 ¡Oh, belleza de la sabiduría! Siempre oportuna, con grande aprovechamiento. ¡Qué no aprovecha el Cristo, en esos momentos íntimos en que estáis en disposición espiritual! En esos momentos en que os entregáis a la vida superior, en esos momentos en que dejáis que brille la luz sobre vuestra persona humana, es el Cristo el que os toma para beneficio vuestro y para beneficio de los que oye, de los que oyen la palabra inspirada, cuando la gracia, cuando el influjo divino puede manifestarse por la blandura momentánea del hombre.
10 Pueblo mío, escuchad esta palabra, que escrito está en mis cátedras, que hay frases capaces de hacer solamente con un concepto muchos libro de luz; y hoy, os digo, mi pueblo: el mundo os devuelve, lo que le dais al mundo; pero el celo sabe, lo que al mundo le disteis.
11 Todo lo que en el mundo dejéis, os acompañará después de la muerte; de lo que vos llamáis muerte, que es otro aspecto superior de la vida y la conciencia; y todo lo que en este mundo dejaréis, con vos lo llevaréis; y lo que al mundo entregaréis, todo eso recibiréis.
12 Quien pueda analizar, que analice; quien haya penetrado al sentido de mi frase, que tome; pero de cierto os digo, mi pueblo: esta frase, tiene mucha esencia y solamente los que tienen mucha mente, pueden llevarla consigo.
13 Si el mundo, os devuelve lo que al mundo le dais; y el celo, sabe lo que le dais al mundo, dejad que vuestra conciencia haga lo demás.
14 Lo que habéis sembrado en el mundo, eso recogeréis. Y lo que el celo sabe que sembrasteis, eso quedará grabado en vuestro destino, para que cosechéis de vuestra propia siembra, a menos que os amparéis a tiempo en la Ley de amor por medio del arrepentimiento verdadero.
15 Amor a la Verdad espiritual, cátedra de enseñanza esencial; conceptos superiores de la realidad, que no es una sola expresión de la realidad, sino todas las expresiones juntas de la realidad, manifiestas hacia la vida. Y la vida, debéis sutilizarla y hacerla buena, por lo que os deja de enseñanza y de felicidad.
16 Ahora, mi pueblo: si el celo sabe lo que disteis al mundo y lo que el mundo os devuelve procurad, no avergonzaros, con lo que el celo sabe.
17 Estas son las palabras de esta cátedra, que normarán vuestra conducta; que abrirán vuestra conciencia, a la blancura y a la obediencia; que os modificarán, superándoos. Estas son las palabras: quien a la Ley busca, a la Ley llega.
18 Y tendréis cuidado con vuestros pensamientos, con vuestras palabras y con vuestras obras, porque de cierto os digo que nada quedará que dejéis en este mundo, que no tengáis que llevarlo por el camino evolutivo hasta su fin; o sea, hasta vuestra perfección. Es más clara la palabra, ya que la perfección no tiene fecha ni es un fin, como vos lo habéis creído hasta vuestra perfección, mi pueblo.
19 ¡El mundo! El mundo, es a semejanza de un camino; y vos, a semejanza de un caminante. En las arenas pusisteis vuestra planta y en ellas caminasteis y en las plantas y en los dedos de vuestros pies lleváis de las arenas que pisasteis, para recordar los caminos que conocisteis y saber los pasos que disteis; despidiéndoos del planeta tierra, porque ha superado vuestra condición en la conciencia; vuestra condición consciente ha mejorado.
20 Os lavaréis entonces, antes de salir de este mundo, en las aguas cristalinas, para seguir por sendero superior. En el arroyo de la pequeña vida humana, lavaréis vuestras plantas y limpiaréis la arena que lleven; y entonces, pasaréis a otro mundo superior, para vivir allí, más que aquí, la vida del Cristo; y para que Cristo, el amor divino, viva en vos, su vida universal.
21 Por eso, quien anda en los caminos y quien anda en los desiertos, lleva siempre en los pies, arena. Quien anda en este mundo, lleva en su alma y en su mente espiritual, la siembra y la cosecha, presente siempre.
22 Si cada obra del hombre, produce en su alma una luz o una mancha y en la mente humana; qué quiere decir que, de acuerdo con la obra, es la mancha y es la luz de acuerdo con vuestras obras, es lo que tenéis que pagar; de acuerdo con lo que hicisteis, eso recibiréis.
23 Cuando empecéis a corregiros y a que vuestros actos, sean de acuerdo con vuestra conciencia, quiere decir que ya vais recibiendo los rayitos, los reflejos de esa luz del Cristo, y que os vais poniendo en el concierto de la vida, en cierta tonalidad; os vais armonizando con la gran vida; y llamaré, para que ya entendáis, a la existencia humana: la pequeña vida y a la vida espiritual: la gran vida y entre la vida pequeña y la gran vida, ¡debéis de unificaros, de tal manera! Que sea una sola vida, en lo pequeño y lo grande; en lo humano y lo triunfal; y en lo triunfal, la gloria; y en la gloria, la unidad.
24 Ese estado de conciencia de unidad, que llamáis gloria, vos también lo tendréis, y en vuestra historia espiritual, brillará; brillará, pero no como un día, no como un momento; sino como un gran período de tiempo necesario para vuestra purificación, para vuestra transformación, para desechar lo que hay que desechar, y para aceptar lo que hay que aceptar.
25 Y vos, también tendréis vuestra gloria, mi pueblo; tan pronto como vos facilitéis la entrada al Cristo de Dios que quiere vivir en vos y manifestar su bondadosa vida; esa vida llena de amor y ternuras, que llenará de belleza y nobleza, vuestra persona humana.
26 Pueblo amado, cuando vos sepáis que ese Cristo celestial, que ese Cristo que vos amáis, no otro de calidad inferior, no otro de esencia inferior o de inferior valor, sino ese mismo que está en vos y está en cada criatura y cuando sepáis que el quiere Ser en vos a plenitud, en todas sus manifestaciones, tanto como se limpie vuestra mente, para que en una mente limpia, sea limpia la materia.
27 Cuando vos comprendáis, mi pueblo, que el ser en sus últimas reencarnaciones, ya no vendrá para efectuar por su materia los comunes matrimonios del hombre, entre varón y mujer, porque ya no los necesitan aquellos que, iluminados, se perfeccionan, haciendo en sus últimas reencarnaciones vida de castidad; pero fijaos que os digo: en su última o en sus últimas reencarnaciones entonces, tienen su conciencia tan por encima de los actos de un cariño dual, que ellos sienten ese amor, escaparse de la dualidad y externarse a la diversidad; y entonces, la manera de ver las cosas y los actos de los demás en la conciencia superior de aquel que ya ve con claridad, cambia, cambia totalmente la manera de ver este mundo y todas las cosas de este mundo; y cuanto más pecadores son los hombres que llegan a aquél, ya iluminado por purificado más amor y bondad tiene para ellos, les atrae contra su pecho, en su corazón les descansa y tiene la sublime palabra de: descansa en el pecho que te ama, hijo de Dios, ovejita del Cristo y hermano mío a veces dice el amor divino por aquel cuerpo, el amor espiritual que allí tiene su vida, en aquel hombre, ya iluminado.
28 Pero, no confundáis, mi pueblo, a esos hombres de los que os digo, con aquellos que no toman matrimonio, por otros vicios humanos.
29 No confundáis la aparente castidad, con la verdadera castidad. Hay hombre que, inclinados por los vicios, en sus bajezas, no entran al matrimonio, sí, pero ellos manifestarán quienes son y no son a ellos a los que me refiero; son a aquellos iluminados, que en sus últimas reencarnaciones, revelan que están llenos de Espíritu Santo; revelan que están desmaterializados, revelan que están espiritualizados.
30 No penséis que, todo el que se aleja del matrimonio, es por su última reencarnación, ¡no! Por sus labios, sale la palabra de quien es; y no os equivoquéis, al juzgar perfecciones, con vicios carnales.
31 Estos iluminados de los que yo os hablo, ya no son de ellos mismos, son de Dios, y dicen: en mis pensamientos, en mis palabras y en mis obras, quiero que sea el Cristo, no yo y entonces, llegan a realizar la sublime entrega; y las palabras que salen por aquellos labios, de cierto os digo, son del Cristo.
32 éste es el templo reedificado, templo de la conciencia del hombre, hecho por la mente de Dios. No me refería en aquel Segundo Tiempo, al templo de cantera de los hombres, hecho por sus manos.
33 Por eso, pueblo mío, el celo sabe vuestra misión espiritual. ¡Dejaos conducir por esa sabiduría celeste! Y será cuando vos peregrino, feliz, hagáis el viaje, limpiando vuestras plantas de estas arenas del desierto y del castigo; porque este planeta tierra, es planeta de sufrimiento, es un planeta donde reina el dolor; porque aquí también reina la crueldad, por eso el dolor acompaña a la crueldad.
34 éste es el planeta donde reina la vanidad y la soberbia, donde tiene su trono el materialismo; donde la cizaña, tiene triunfalmente su sitio; donde la maldad, se siembra abundantemente, por eso este planeta tierra es solamente para aquellos que están muy lejos de la perfección, a menos de que seres superiores vengan a encarnarse aquí para servir de maestros o conductores; también en esto no debéis confundiros, pues por los labios de cada hombre se revela lo que tenga de espíritu o materia, de verdad y de mentira; y entonces, comprenderéis que cada hombre, tiene expresada por sus labios su propia interpretación de la Verdad, su propio evangelio; y dice, como ha entendido lo que sabe y lo que siente .
35 Conocedlos por sus obras y por sus propias palabras, pero cuando ellos, los que han de salir de esta tierra de pruebas y pesares, los que han de salir de este planeta de dolor hagan su viaje, empezarán sus seres a transformar sus almas, a tornarlas más diáfanas y brillantes, más limpias; y en la despedida de cada planeta, para seguir a otro superior, lleva consigo la necesidad de un cambio, de lograr tener más relucientes sus almas, de tener más resplandecientes sus vestiduras espirituales; y un cambio, superando siempre al pasado; entonces, serán aquellos cuerpos sutiles, cada vez más celestes.
36 No olvidéis, que el cuerpo sutil del espíritu, es el alma; y ésta, será cada vez será más celeste; y a ésta, se le puede nombrar: cuerpo celeste que se manifiesta en el celo, por medio de resplandores y de claridades; que, cuanto más se eleva el espíritu, mayormente crecen sus poderes, los rayos de luz que emana y los resplandores que emite a través de su alma.
37 Y entonces, aquella alma creciente y luminosa, va siendo también a semejanza de un sol creciente que baña a los hombres y a las demás almas con su protectora y benéfica luz; y a grandes alcances, sienten sus rayos; y a grandes alcances, ilumina; alcanza más allá, cada vez que se supera, que se engrandece; abarca más que ayer, que el ayer de su vida y su pasado; y entonces, ya ese espíritu, con todos sus sentidos sutiles y diáfanos, ya dispuestos a lo ultra humano: ve y sabe, escucha y siente, la gloria en sí mismo y aquel ser de conciencia superior y abierta, se dispone a entrar en la Verdad de la comunicación con la suprema conciencia divina; y entonces, el hombre, sí sabe; y entonces, el hombre, sí ama; y entonces, el hombre, sí puede; pero entonces, ha desaparecido ya, su falsa personalidad humana, con todas sus equivocaciones, con todas sus pequeñeces; para entrar solamente, en el reino del alma, a las potencias que a las almas puras corresponden; y a esa unificación de conciencia, vos le llamáis la gloria.
38 Vuestra lógica, mi pueblo, respetada es, por la sabiduría del espíritu que conoce que: vuestra lógica cambiará, cuánto más cambie vuestro modo de pensar porque vos mismo mejoráis; y mejoráis, porque progresáis; y entonces, vos mismo desecharéis los pensamientos de ayer.
39 Sin embargo, de cierto os digo, pueblo mío, que: cada vez que os despidáis de un mundo y os revistáis de gloria, o sea de su luz planetaria, también tendréis vuestro período de tiempo, vuestro tiempo de gloria, vuestro despertar y en vos, cada vez que dejéis un cuerpo denso, resonará claramente, estas palabras:¡surgid de vuestro centro interior, de vuestra vida consciente! ¡Levantaos vos más, cuanto más vayan cayendo los cuerpos que antes desechasteis y que dejasteis descartados, como una necesidad de ayer!
40 Cada cuerpo que caiga a las entrañas de la tierra, es cual un pequeño peldaño más, en que vuestro ser se levantará; porque llevará más experiencia, porque llevará más fortaleza, porque llevará más claridad, entendimiento y comprensión.
41 ¡Que caigan vuestros vehículos humanos, los cuerpos que dejéis; y que se levante vuestro ser, en las propias potencias de su consciencia unificada a Dios! Y así, iréis dejando los vehículos humanos que ya no os sirven; y tomando cada vez, otros vehículos de resplandores gloriosos que sirvan como cuerpos celestes, a la perfección de la bella idea que los formó; de la bella idea, que afina las notas del interior con el exterior, que unifica los átomos de luz, como el amor que hace cohesión; y así, el amor, formará de todos esos átomos luminosos un cuerpo glorioso, el vestido impoluto de vuestro ser; para que vos, brilléis en vuestro gran día de gloria.
42 El amor unirá a los átomos de luz, para formar vuestro traje glorioso; el amor unirá esa luz, para hacer con ellos: vuestras celestes vestiduras pero, no olvidéis mi pueblo, que: si no hay amor, no hay gloria y por tanto, no habrá vestido glorioso; o sea: alma brillante dispuesta a sentir y penetrar a la gloria.
43 El amor, ese amor espiritual que es el único que puede llevar el nombre de amor; para que no lo confundáis, con vuestras pasiones o vuestros afectos, o vuestros apegos y cariños humanos, ese amor espiritual, es: la potencia dimanada del Padre Celestial que pone en movimiento al universo entero y da animación a toda la creación porque es: la sacra manifestación de amor, del Ser Supremo.
44 El ambiente del Padre Dios, está formado de amor; es la emanación de Dios, es la facultad espiritual de Dios, su facultad creativa.
45 Si el amor es creador, si el amor es formador, si el amor es conservador; si la existencia es una manifestación del amor divino, por medio del amor que vive esencialmente el Cristo en él, y vos vivís en él; y por medio del amor, mi pueblo, podéis transformar vuestras vidas; entonces, conoceréis que tendréis que dejar muchas moradas; y que cada morada que dejéis, es para tomar otra; otra morada, más cercana a lo ultra humano, a ese ambiente lleno de luz, lleno de la suprema idea, a ese ambiente lleno de pureza y de gloria, donde espíritus con sus almas puras, reinan.
46 Escuchad, mi pueblo: los peces necesitan el agua para vivir y el alma necesita un ambiente apropiado para vivir en plenitud de su conciencia espiritual activa; y el alma, irá al ambiente que le corresponde, porque las almas puras buscan ambientes puros e irán a planos puros, a planos de acuerdo con el estado de su alma, para entrar al reino de las actividades superiores; y ese es el ambiente de vuestra gloria, no es el ambiente de vuestro mundo, porque gloria, quiere decir: planos superiores donde están las conciencias superiores y en donde existe ya la santa unificación.
47 Pero estáis en deuda, mi pueblo, y los deudores no pueden volar tan alto, porque solamente las aves que tienen alas más desarrolladas pueden volar, de acuerdo con sus alas; mientras seáis el deudor de la Ley, mientras seáis incorregible y materialista, mientras estéis satisfecho en vuestras brumas, en vuestra tiniebla, mientras sintáis vuestros conceptos como expresiones de la Verdad y mientras sintáis la necesidad de que imperen vuestros caprichos personales, estáis demasiado lejos de vuestro destino y del cumplimiento de ese destino espiritual; estáis demasiado lejos del recto sendero, mientras tratéis de dejar que triunfe vuestra naturaleza humana.
48 ¡No os impongáis jamás, mi pueblo! ¡Jamás digáis que solamente vuestros labios, son la expresión correcta de la Verdad! ¡Jamás penséis que solo vuestra mente, es mente fecunda de las supremas ideas!
49 Fecunda, es el alma de los iluminados, de los que os hablo en este día que vos llamáis día de gloria; y aquellos hombres que se superan, ya no necesitan ni directores ni maestros humanos exteriormente, ni religiones exteriores. Su Maestro, es interior; ya que, interior es la doctrina del amor, porque ella es su sentimiento del alma y será universal e interior; será el libro de la conciencia divina, no escrito por el hombre: el gran libro de la vida donde está la sabiduría de Dios; sin embargo, no es un libro, como vos lo creéis; son los registros del gran arcano divino, manifestados a través de la luz; y entonces, el hombre sabrá de los altos archivos divinos, la Verdad y su importancia, la grandeza y su potencia; archivos divinos que solamente el hombre espiritualizado alcanza, cuando vuelve a la mente, de donde surgiera un día. ¡Reintegraos, mi pueblo!
49 Varón, varón que venís a escuchar mi palabra, que estáis en el pueblo y que estáis oyendo con atención lo que sale por estos labios humanos: los pensamientos son míos, y es mi voluntad interpretar mis pensamientos por esta facultad que en este día me sirve; y estáis pensando y decís: ¡si esta maravilla fuera verdad! ¡Si en verdad fuera el Cristo, el que está influyendo en la persona que habla! ¡Qué grande sería esto!
50 Y yo os digo, varón: el árbol, por la calidad de sus frutos, se conocen sus bondades o su veneno el árbol, por su fruto, se puede estudiar y analizar.
51 Analizad mi palabra, penetrad al entendimiento de las revelaciones superiores y procurad entenderme; y para que me entendáis, voy a desarrollar más esta idea de amor divino; y para que me comprendáis, voy a dedicaros a vos, una parte de mi cátedra; porque de cierto os digo, varón, vos que habéis venido como visitante a este lugar: os quedaréis pensativo y llegaréis a impresionaros por estas lecciones de la Verdad, surgidas en palabra humana siempre y cuando, las entendáis; siempre y cuando, tratéis de comprenderlas.
52 Podéis llevar un cristal y extraer un poco de agua de la mar; y si vos analizáis esa agua de mar, de cierto os digo que será semejante, a la que en el mar existe.
53 De cierto os digo, que el Cristo universal, ese parte del Cristo que está en cada uno de vosotros; no es distinto ni diferente al Cristo, del que estuvo lleno mi cuerpo humanizado en cuanto a Jesús de Nazareth; quien al haber estado lleno del Cristo, se manifestó cual el Maestro de los maestros, que soy. Yo lo manifesté, varón; y entonces, siendo un solo Cristo universal, ese Cristo, no puede dejar de manifestarse; cuando desaparezca la necesidad de manifestarme yo, con mi nombre nuevo: Cristo porque terminando sea este tiempo, vendrán los tiempos en que para el hombre, más evolucionado ya no necesite de dar mi nombre en las cátedras. ¿Por qué ha de manifestarse ese Cristo universal, a través del Cristo que existe, en un cuerpo extasiado? ¿Qué el éxtasis, es para darle facilidad de comunicación al Espíritu que viene a manifestarse en aquel templo de carne?
54 Sí, varones que me escucháis, sí, mujeres que me entendéis, y que me entendéis más por la ternura, por el sentimiento espiritual que por el del cerebro. El Cristo de cada ser humano, que estaba imposibilitado antes para comunicar su superioridad, su grandeza y la dignidad de su sabiduría y de su vida; aquel Cristo que esperabais, ya encontró el momento de blandura en el hombre; y puede empezar, lanzando sus primeros y pasajeros destellos de minutos y después de horas; es el mismo Cristo, la vida universal, que trata de manifestarse: ya sea por su cuerpo universal, por sus cuerpos mundiales, como es cada mundo puesto que el micro y el macro, está en completa unificación siempre ya sea por un pequeño cuerpo de hombre: de varón o de mujer pero, es el mismo Cristo; es la misma vida, es la misma fuerza, es la misma luz, es la misma potencia, es la misma verdad; es la misma palabra, cuando el Cristo le habla a los seres humanos, ya sea por despiertos o extasiados; siempre y cuando, los despiertos demuestren que la calidad de la palabra, no ha rebajado en lo más mínimo, a aquello que puede ser altura y realidad.
55 Entonces, si vosotros tenéis variaciones en vuestros valores y diferencias en vuestra humanidad; aquella vida cósmica, no puede estar quieta, está en movimiento y trata de manifestarse; que el inmanifestado, sólo es para vuestros ojos y para vuestros oídos humanos; el inmanifestado, sólo es para vuestros cuerpos relativos, para vuestros cuerpos, donde el peso y la medida son; pero más allá, ese Dios manifestado, existe a plenitud.
56 Lo inmanifestado, es para los humanos; pero a través de lo que llamáis inmanifestado, está el Dios manifestado. A través de aquello que llamáis invisible está el Dios visible; en su cuerpo universal y en su naturaleza, símbolo de su mente. Por eso, dejad que la vida cósmica, haga lo que la corriente del agua, del gran océano de la vida.
57 Mirad que el gran océano de la vida, no está quieto; que corre el agua como corre la Verdad y la vida interior en el hombre; ya que no hay compuertas potentes que puedan, mi pueblo, retener las grandes cataratas. Cuando el agua, dice potentemente: ¡a fluir! No hay quien detenga el gran océano, en su corriente arrasadora.
58 ¡Así es la vida universal, así es Dios en sus creaturas! Y cada uno de vosotros, átomos de la tierra sois, en lo que toca al cuerpo; sin embargo, la tierra, es átomo de la creación de Dios; y en lo que toca al espíritu, esencia de la misma esencia del espíritu divino sois vosotros, formados por el poder y la mente del supremo Ser, y vitalizados con su misma vida y existentes cual vida sois; surgidos de la conciencia; de la existencia de su propia entidad espiritual, habéis nacido y de su propia esencia dimanada, vivís; y por eso os digo: que dejéis de vosotros mismos, un poco para Dios primero, un poco; y después, un poco para vosotros y todo lo demás para Dios.
59 ¡Oh! Si ya os he manifestado que Dios amó y ama por mí, a los pecadores; que el Padre Dios, enseñó por mí a los pecadores, ¿por qué, mi pueblo, no habéis entendido que lo que yo hice, vosotros lo haréis? Y que lo que Dios hizo por mí, vosotros podéis hacerlo, y vosotros seréis aquello que mi esencia de amor, os ha dicho: ¡lo que yo soy, vosotros lo podéis ser! No seáis sordos, para oír y escuchar; ni necios, para entender y comprender; y reacios, para actuar y obrar.
60 Si después de haber retenido aquella agua del mar, la volvéis a su procedencia, vuelve a correr como antes, vuelve a existir como antes, y así seréis vosotros: si volvéis nuevamente a vuestra conciencia espiritual, esa agua que vuelve al mar para seguir su corriente, para seguir su existencia; para manifestar la realidad de su ser, a través de todos los planos y estados de la pequeña vida humana; porque de cierto os digo, mi pueblo, el espíritu debe existir, dar vida y animar todos los planos de la vida y todos los estados de conciencia, porque él es como vida, una parte de la vida universal que en todo existe y todo lo anima; o sea, vosotros vivís en la vida de Dios, y por tanto, es una sola manifestación de vida: la de Dios, en el universo y en cada célula o células de Dios, los cuerpos humanos.
61 ¡Dejad resplandeciente ese santuario! Para que el gran dueño de la luz, pueda hacer en vosotros, la maravilla del Verbo espiritual de los hombres de la tierra.
62 A vosotros, os digo: calma y tranquilidad, a vosotros os digo: serenidad de espíritu, mente analizadora, en paz y seguid escuchando y seguid recibiendo: hay un tiempo para nacer, otro tiempo para crecer, y otro para envejecer; mas envejecer es un concepto de los seres humanos, que no han alcanzado la Verdad ni la espiritualidad.
63 La edad, el dolor, el tiempo y la desgracia, no están en la mente de los seres elevados; son conceptos de aquellos seres humanos, que no han alcanzado a vivir fuera de la relatividad.
64 Vosotros quedaréis libres, en la madurez de vuestra mente, en el crecimiento de vosotros mismos de todas esas pequeñeces que os encadenan; a conceptos encarnados, en vuestras equivocadas ideas.
65 Mi pueblo, el que puede despertaros, os dirige la palabra, el que sabe amaros os despierta a la vida de la gracia; y si cátedra os he dado en esta mañana, aquellos que sepan lo que he hablado, que me den esencialmente un poco de resumen, de aquello que deben conocer.
66 Yo escucho, a dos de los míos; y digo de los míos, porque quiero decir de aquellos que con blandura de sentimientos y lucidez de entendimiento, pueden penetrar a lo que la conciencia del Cristo, ha querido. Penetrad en el ambiente de luz que con mi palabra he formado; y decidme lo que habéis tomado, de lo que habéis recibido.
67 Voy a daros algo más para conocer, mi pueblo, el estado de vuestra mentalidad; ya que necesito pulsar vuestra lira, mi pueblo, porque necesito que crezcáis en entendimiento; porque necesito, pueblo mío, que os espiritualicéis, que os levantéis de los escombros; que os pongáis en condiciones de saber de vos mismo, en cuanto a mente, conciencia, Espíritu y verdad.
68 ¡Escuchad! Escuchad vosotros, los más entendidos, en estas revelaciones: vienen los tiempos en que superando mi mensaje, ya no sienta yo necesario dar mi nombre de Cristo; vienen los tiempos, en que por algunas facultades que alcancen la altura de esta tonalidad mía, se dé ese mensaje, el mensaje lleno de revelación; ese mensaje que como un concierto celestial, no cansará al entendido que lo escuche; como un regalo, a vosotros vendrá, siendo siempre lleno de sapiencia, cargado de dulzura y de amor.
69 Pero decidme, mi pueblo, el día que las facultades de alcances, esas pocas facultades que llegarán a efectuar este trabajo, dieran el mensaje faltando en él, el nombre mío, por el que os acostumbráis vos a reuniros y a escuchar; y dijeran: el Cristo, os dice esto y esto; el Cristo, os habla de esta manera vos, pueblo mío, ¿os apartaríais, por el hecho de que mi nombre, no estuviese en los mensajes? ¿Os iríais a vuestros hogares? Entonces, ¿acaso tomaríais la esencia y comprenderías la calidad y el valor de la esencia, de todas maneras?
70 Porque, es necesario, mi pueblo, que sepáis que yo puedo daros lecciones de mi enseñanza, más grandes de las que hasta hoy habéis oído; pero vos, debéis libraros de todo lo relativo y de todo lo pequeño, hasta llegar el momento en que no os importe el nombre del instructor, que vos mismo os afinéis a la esencia, sin importaros siquiera de dónde viene o a quién la envía; pero el cordero inmolado será reconocido por sus ovejas, por las puertas de la sensibilidad, de la emoción y del corazón; por el sendero secreto de los sentimientos.
71 Existirá la comunicación, sin que yo dé el nombre, dentro de la comunicación con vosotros. Y, si yo, os dijese esto: ¡yo soy el Espíritu que siempre ha sido y que me he unificado siempre con el Padre! ¡Yo no soy el Padre; mas siempre he sido con el Padre! ¡No soy el Padre, ni puedo vivir aparte del Padre! ¡Yo soy con el Padre y soy en vosotros y con vosotros! Y entonces, pueblo mío, empezaríais a preparaos y os ungiríais vos mismo; y en vez del perfume de nardo, tendríais el perfume de la sabiduría, dada por aquel que ya no tiene nombre.
72 Más allá de los nombres, viene la grandeza; dejando lo humano, deja el sitio a lo espiritual; o sea, cuando el humano deja el sitio a lo espiritual; entonces, lo espiritual deja a los hombres, los destellos de su gloria en el saber; y se manifiesta la espiritualidad, en plena perfección, en grandeza y delicadas notas superiores.
73 Lo espiritual, será siempre espiritual; y cuando más se le quiera empequeñecer, más grande será su luz, más grande brillará, más potente su belleza; serán más intensos, sus resplandores.
74 Eso quiero hacer con vosotros; porque de cierto os digo, que: cuando vosotros dais el pequeñito mensaje, ¿qué importa que deis el nombre del mismo Dios si lo que enseñáis, es bajo o no lleva esencia divina?
75 Así como el Espíritu de sabiduría, afinándose a la intuición de los hombres, revela su claridad; así también los que tomarán mi nombre, revelarán su mentira, entre su impotencia y entre sus tinieblas. ¡Aunque tomasen mi nombre, aunque dijesen que son el mismo Padre! Si su palabra, no está de acuerdo con el nombre divino que se toma, ¿de qué sirve el nombre? ¿De qué sirven los títulos y el nombre, sin verdad y sin Espíritu?
76 Más allá de los nombres, en la conciencia superior empieza la grandeza; fuera de los límites, está la potencia.
77 Mas, el momento ha llegado, de que se cumpla mi palabra. A dos de los oyentes, quiero escuchar. A estos dos, ya no los escojo yo. Ellos solos se escogerán. Escucho y espero.
(Testimonio eliminado)
78 Amado mío, voy a deciros algo que es para vos: entre mis amadas ovejitas, hay una ovejita que sabiendo del amor del cordero, hacia ella, hacia él, que es lo mismo por tristezas del corazón, porque le faltó alguien muy amado, vino la tristeza por un tiempo a su pequeña vida humana; porque un vacío de su corazón le hizo sentir tristeza, por aquello que se fuera y entonces, vinieron para aquél las tres de la tarde, para aquel hombre, para aquella ovejita que el Maestro amaba; y el Maestro, contempló que su ovejita penetró a su tres de la tarde, a su hora de tristeza; y el Maestro procuraba, comunicarse con su discípulo; o sea, el pastor con su ovejita, que es lo mismo; pero llegó un tiempo, en que la tristeza de aquel, ¡fue tan grande! Que el Maestro hacía muy poca labor en aquel hombre; y el Maestro, un día en cátedra del mediodía, es decir: en esta cátedra que en este recinto es dada en vuestra hora del mediodía tomó, estrechando con su Espíritu o efluvio amoroso aquel ser amado; le llenó de caricias y ternura, le fortificó más allá de su pensamiento y le acarició grandemente en su alma; y, le dijo: amado mío, volved a vuestra alegría, a vuestra plenitud de antes y a vuestra fuerza, que los que vos creéis que están lejos, están con vos, y los que se van solamente de la carne, en el alma existen, muy cerca de vos.
79 Y vuestro Maestro, esperaba decir estas palabras; porque las ovejitas mías, no deben dejar que la tristeza les impresione demasiado. El Maestro habló el discípulo, comprendió allá en su corazón, todo lo que el Maestro le decía ¿y por qué el discípulo tomó de la gran abundancia de Dios para su vida, y vivió en la abundancia del amor del Cristo; y él también, resurgió a la vida de la gracia y le dijo adiós, a su tristeza de ayer; y entonces, a los que creía muertos, les volvió a sentir vivos; y volvió a caminar por el conducto y por el sendero del corazón, con la compasión y la bondad del Maestro.
80 ¿Vos creéis, varón, que esta ovejita vuelva a ser mía y que con mis ternuras yo le sane y le haga olvidar las tristezas pasadas y que aquel discípulo vuelva a andar por mis caminos con su dicha de siempre?
81 ¿Me habéis entendido, por qué a vos, me he dirigido de esta manera? Pues entonces, amado, si vos me habéis entendido y comprendido, dejad que yo, con mi caricia espiritual, y con mi amor, os diga: ¡resucitad conmigo! ¡Venid a mí! Que sea vuestro día de gloria en mi amor; y que sea vuestro ¡hosanna! Dado por vuestro Maestro. ¡Hosanna, varón! ¡Bendito seáis! Mi amor os acaricia, os recibe y os bendice.
82 Pueblo amado: ¡la esencia a la esencia va; y el espíritu, al Espíritu reconoce! O sea: el hombre, al Cristo reconoce, por el Espíritu, por la sensibilidad.
83 Ahora, escuchadme, ¡oh! Bienamados: os he dicho que analicéis las aguas de los mares, para que comprendáis que Cristo, sólo hay uno; y que ese Cristo, manifestador de vida y de amor, está en toda criatura micro y macro unidos siempre, por la manifestación del amor divino por el hombre, o sea, por la existencia del Cristo, en la conciencia del hombre. Y así entenderéis que el Cristo, mora en cada uno de vosotros, esperando que vosotros le dejéis hacer su santa tarea y vivir su vida perfecta; con el ritmo de la vida, entrará el ritmo en la mente del hombre.
84 ¡Quien alcance tan altas tonalidades espirituales y quien penetre a tan altas claridades de mi reino, ese tiene parte conmigo en el paraíso invisible y glorioso del Padre!
85 Seguid mi camino, andad por mis senderos; y él y yo, en esencia nos comunicamos, sin palabras, en espíritu y en verdad.
86 Amados mío, yo soy el bálsamo consolador en vuestra vida humana. Mi palabra os fortifica y os consuela. Yo soy la parte más importante de vuestra existencia humana, en la que tanto habéis sufrido y fortalezco vuestro corazón. Sé, que me amáis; y por eso, pueblo, yo vuestro consolador, vuestro Maestro amoroso, en este mediodía, en esta cátedra que os entrego en esta escuela, en este recinto estáis recibiendo y os unjo; o sea, os acaricio con mi palabra; porque ¿quién de vosotros va a consolar a los demás, si todos estáis tristes y acuitados? Porque sólo un Espíritu grande, con poder puede decir a los demás: dejadme vuestras cruces y vuestras amarguras, porque yo puedo con todo lo vuestro y por eso se cumple mi palabra, pueblo. El mundo me ama, porque el mundo me devuelve lo que yo le di, porque yo amé al mundo; el espíritu que tanto ha amado al mundo, recibe amor de los auténticos cristianos; y por eso me amáis vos, porque yo os he amado.
87 ¡Tomad de mi fuerza y de mi luz! ¡Tomad de mi amor y de mi bendición! En esta cátedra que llamáis vosotros, cátedra de gloria; y que mi paz, la paz profunda de vuestro corazón, sea un hecho en todos vosotros.
88 Ahora, mi pueblo, voy a entregaros en general, para todos vosotros. Disponeos a recibir, que mi cátedra toca su fin; y toca a su fin, porque ya mucho tenéis vosotros en vuestra mente; y os he dejado en esa mente, la semilla benéfica del bien y la espiritualidad.
89 ¡La mente es el semillero donde está la semilla de la salud, de las enfermedades, de la fatalidad, de la dicha, de la juventud, de la ancianidad, de la alegría y de los ayes de dolor!
90 La mente es el semillero, en donde están las dichas, los dolores, los errores y los aciertos.
91 La mente es, mi pueblo, la que tiene de vos y guarda de vos, vuestro pensamiento bueno o equivocado. ¡Cuidad de vuestra mente!
92 Cuidad de la semilla para que sea semilla de redención, semilla de luz; y sed el sembrador del bien, regando los campos de este mundo con la semilla del amor para que ésta fructifique en la mente de los hombres.
93 ¿Qué hace en la roca, una gota de agua que jamás deja de caer en una piedra? La taladra, la perfora. Pues bien, ¿qué haré yo con los hombres, después de tanta cátedra y tanta cátedra?
94 ¿Qué haréis vosotros, con oír tanta cátedra? Acostumbraros poco a poco a la vida que marcan mis cátedras; y hacer de las cátedras, la realidad en vuestra existencia.
95 ¡Vosotros sois la roca, yo soy la gota de agua perenne! Pero esta agua, no destruye; esta agua lava, desmancha y llena de blandura las rocas. Es como el agua que pule vuestro oro.
96 El agua de mi palabra pule, como vuestra agua fuerte; y puliendo vuestro horno interior, se encontrarán esas aguas diamantinas, cristalinas de cada una de mis frases, purificando vuestros actos, ¡oh! Moradores de la tierra.
97 ¡Levantaos ya! Es necesario que dominéis, a quien debéis dominar. ¿A quién? Al bajo yo, a vuestra naturaleza inferior ¡ordenadle! Para que ya, os obedezca.
98 Seguidme por el sendero de la vida; mirad que en él, hay mucha luz para vos; y el sol de sabiduría, está a plenitud en el reino que será mi reino como vuestro reino, el reino vuestro y el reino mío; y vuelvo a repetiros, mi pueblo, mis frases pasadas: no olvidéis que el amor es el rey pero no es el rey, que tiene vasallos; es el rey, que quiere hacer de los hombres: reyes.
99 Ahora, escuchad: el amor es el vencedor, por eso quiero que seáis vosotros triunfantes, vencedores porque es el amor, el que os habla, es el Cristo de Dios.
100 Decir: Cristo y decir amor, es decir potencia salvadora; y esta potencia salvadora, os dice, mi pueblo: ¡os he amado tanto! Y os sigo amando tanto vuelvo a repetiros la frase: que vos, me habéis importado más que mi propia vida; que mi vida en el cuerpo de Jesús y me importáis más que alejarme de vuestro sistema planetario e ir lejos, adonde mi esencia divina, en planos y en sistemas superiores, suele hacerlo.
101 Fijaos si me importáis; fijaos si os amo. Me importáis más que mi gloria en el alejamiento, buscando el ambiente que a mi esencia divina corresponde.
102 Está mi luz dentro de vuestro sistema planetario. Los rayos del sol se combinan con los rayos de mi luz espiritual.
103 Estoy aquí, porque os amo. Estoy aquí porque os he amado siempre; porque sois pecador, porque me necesitáis; y tan es cierta la irradiación de mis pensamientos, como es cierto que ese sol que está distante de la tierra, está iluminando la tierra con su luz y su calor; y mi luz, combinada con la luz del sol, existe; y mi amor, está también combinado, mi pueblo, con la caricia solar que os vitaliza.
104 Por eso, ¡comprended como os amo! Comprended cuánto me importáis! Y ascended a los planos superiores de los triunfantes liberados, que os espera la Verdad, para alumbraros en el eterno camino de la vida, en el eterno camino de la inmortalidad, que es el camino de la gracia; que es el camino de la dicha eterna.
105 En este momento, mi pueblo, pongo mi fuerza del pensamiento, la fuerza de mi amor, sobre vuestras aguas y vuestras flores, para deciros: agua de este día de gloria: yo la consagro y la bendigo con la fuerza de mis pensamientos, de mis palabras, de mis vibraciones; con la fuerza de mi amor yo la bendigo; con la fuerza de mi amor, yo la consagro.
106 Con la fuerza del pensamiento de amor, yo la saturo . Y le digo: agua, bendita seas, en el nombre de la potencia del amor, de la potencia creadora y conservadora de la vida.
107 Flores: ¡benditas sean! En el nombre de aquel que me envió. Yo las recibo y las bendigo, en el nombre del poder del Espíritu.
108 Pueblo amado, ¡benditos seáis, vos! Porque tenéis el Cristo, que os vitaliza, que os da vida, que sólo espera la unión de la conciencia vuestra con él, para deciros: ¡yo estaba aquí esperando manifestarme por vos, desde hace mucho tiempo! ¡Un solo Cristo, que esta en cada hombre; un solo Cristo, que está en cada cuerpo y por eso, mi pueblo, por lo que tenéis de Cristo, yo os amo, os acaricio y os bendigo, porque es lo que tenéis de Dios.
109 Pueblo, que en vos mora Dios; y Cristo, en vos morando está: mi caricia, mi fuerza, mi luz y mi bendición sea en vos, por vos y para vos, como lo es mi amor.
110 En este día de gracia, ¡recibid, mi pueblo, recibid a manos llenas!
111 Como cataratas luminosas, se desborda de mi mente un raudal de pensamientos, de bendiciones que son fuerzas luminosas que inundan cada cráneo y cada corazón; y que esta fuerza, cura al hombre de sus errores y de sus enfermedades surgidas por la equivocación; ya que la luz de los pensamientos míos, os ha señalado el camino que os librará de los pesares y de los dolores de esta existencia humana.
112 Pueblo, yo os saturo con el amor espiritual, que siempre reina en mi esencia divina. Pueblo, yo os bendigo.
113 Pueblo, la bondad que en mí hay, se derrama en vos, para deciros: recibo todas vuestras penas; todas vuestras amarguras y peticiones, las haré presentes ante el Padre Dios.
114 Hay muchos de vosotros que queréis hablarme; mas, de lo queréis decirme, ya llegó a mi conocimiento; todo mi Ser lo conoce, mi conciencia ya lo tiene aquí conmigo; y conociendo todo, os digo a vosotros: por todo lo que os aflige pediré al Padre Celestial en esta alba de gracia, en que estáis viviendo de la abundancia, de la vida de Dios, y de la abundancia de las bondades de Dios, en vuestra existencia humana.
115 ¿Unifíquense las vidas pequeñas, a la gran vida! ¡Unifíquense las conciencias personales, a la conciencia espiritual; y entonces, mi pueblo, ¡el drama del mundo habrá concluido para siempre! Dejando el dolor, el sitio al Cristo, al Cristo triunfante, de eterna paz y de eterno amor.
116 ¡Adiós, mi pueblo! ¡Mi paz os dejo, mi amor os doy; y mi paz y mi amor, sean siempre con vosotros! Y os digo, en verdad, pueblo mío: cuando vosotros, desencarnados, viviendo en el astral, dentro del plano de las almas tengáis nuevamente lo que al mundo le habéis dado: luz o sombras ¿cómo estará vuestra alma? ¿Cómo estará vuestra alma, si allí habéis recibido el reflejo; porque el mundo, os ha devuelto lo que le habéis dado?
117 Mirad, pueblo mío: si vos sabéis que el mundo os devuelve, todo lo que en él pusisteis y todo lo que a él le disteis; de hoy en adelante, diafanizad vuestra alma, convertida en un hombre mejor; para que no os vea yo, mi pueblo, pasar como una sombra, como el símbolo del judío errante, sin sitio seguro; para que no os vea, yo, mi pueblo, como un muerto sin vida, sin luz, sin fuerza, y sin amor.
118 Yo no quiero veros como sombra que pasa cruzando el espacio; yo quiero veros como una luz que alumbra el espacio, porque vuestras obras os devuelven, lo que os corresponde.
119 Protegeos con la Ley de amor, con los dictados divinos de la misericordia, del remordimiento, del perdón; volved nuevamente a los dictados de la renunciación, para que quedéis libre, exento de entrar en tinieblas, para que no vaguéis como sombra.
120 Pueblo amado, tomad mis consejos, para que vuestra vida no sea incierta. Haced de cada frase mía, una obra, mi pueblo. Realizad ya de lo que quiero que realicéis.
121 ¡Yo quiero que os améis los unos a los otros, como yo os he amado! ¡Yo quiero que vosotros seáis felices! Y para ser felices, el que quiera ser feliz, que ande por mis caminos.
122 Mis caminos son de paz, mis caminos son de amor, y aquel pacificador amoroso que ande por mis caminos, lleno de gracia queda; aquel que, de hoy en adelante, transforme su existencia.
123 ¡Transformar vuestras vidas y venid a mi reino! ¡Bienvenidos vosotros que andáis por mis caminos! Paz profunda, paz indispensable a vosotros.
124 La paz del reino espiritual, penetre a las pequeñas vidas; la gran corriente de la vida universal os haga vivir dichosos y felices, en el concierto de tanta melodía celeste; de música plena de variadas notas, que son solamente la armonía de los seres y la armonía de los mundos.
125 ¡La luz del mundo os bendice, la luz del mundo, la luz redentora os ama!
¡Mi paz, sea con vosotros!
94. Los discípulos después de 1950
Domingo 30 de abril de 1950
1 Discípulos amados que os congregáis para escuchar mi divina enseñanza, yo os bendigo, porque habéis perseverado.
2 Me buscáis a través de los caminos; en todos los tiempos, os alimentáis de mí; venís en busca de la paz perfecta, queréis saborear los frutos dulces de mi palabra; y yo, el Divino Maestro, voy a confiaros todo lo que hay en mi arcano para cada uno de vosotros.
3 Durante este año 1950, os daré mi palabra. El prodigio de esta manifestación ha de consumarse hasta el instante último de este año de gracia, en que quedaréis preparados plenamente, pues voy a revelaros grandes conocimientos; voy a hablar a vuestro espíritu, voy a conversar con cada uno de vosotros, no solamente por conducto de los portavoces; sino en el silencio, en la hora de vuestra oración o meditación voy a acercarme a vosotros, voy a abrir vuestro entendimiento y a daros a conocer todo lo que no habéis alcanzado comprender hasta este día.
4 Sois mis discípulos, día por día habéis caminado en busca de la elevación; no estáis hartos todavía de mi enseñanza; sabéis, que el camino es muy largo, que está lleno de gratas sorpresas para vosotros, que no es una enseñanza limitada, que es la enseñanza infinita, puesto que viene de mí; y entonces, la buscáis.
5 Analizáis mi palabra, buscáis su profundidad; y con ella, os recreáis, pensando que después del año 1950 vais a poseer el gran libro de la vida, el libro de la Verdad; y en él, vais a estudiar, vais a recrearos; vais a mostrarlo a la humanidad y cada palabra será como un destello, como un anuncio para cada espíritu, a quien mostraseis esta enseñanza.
6 Mi enseñanza, es la Ley de todos los tiempos; son los mandatos eternos que he dejado en vuestro espíritu, y que todavía no alcanzáis a comprender; mas, yo derramo mi luz sobre todo espíritu y entendimiento, para que en el instante en que os encontréis dispuestos a estudiar, podáis comprender todo el contenido de esta enseñanza y podáis extraer toda la esencia, toda la virtud que hay en ella; por eso, ¡preparaos, discípulos muy amados!
7 Contemplo, corta porción. Si la congregación del pueblo de Israel, es pequeña todavía, no temáis. Voy a dejaros preparados, llenos de dones, para que vuestra palabra tenga la fuerza, tenga la virtud de convencer a los demás, a los que no llegaron a tiempo, a los que desoyeron el llamado, a los que quedaron estacionados en la medianía del camino, a los que habiendo abierto sus ojos a la luz, volvieron a cerrarlos por la necedad, por la ignorancia o por el materialismo.
8 Voy a prepararos. Voy a dejaros simbólicamente, una llave, con la cual podáis abrir los corazones; y entonces, les entregaréis lo que yo os he confiado; mas, grande, grande es la lucha que os espera.
9 Yo puedo contemplar vuestro futuro. Todo cuanto mi palabra, os ha anunciado, se cumplirá; mas vosotros, cuanto mayor contempléis la lucha, más os empeñaréis en seguir adelante; pues sabéis que no es una obra vuestra, sabéis que es la obra de vuestro Dios, la que vais a extender y propagar entre la humanidad.
10 Si en el Segundo Tiempo fue reducido el número de mis discípulos, de aquellos que me siguieron y que me oyeron; ya veis, pueblo, cómo mi palabra ha llegado a los confines de la tierra; cómo la buena nueva penetró en todos los corazones, los unos creyentes y los otros increyentes; mas, a todos, llegó mi luz.
11 Los corazones fueron estremecidos, la Verdad pudo llegar a todos aquellos que andaban entre tinieblas, que hacían prácticas imperfectas delante de mí; mi obra, al derrumbar las falsas creencias, hizo caer de sus pedestales a los falsos dioses; y solamente la Verdad, la pureza de mi doctrina, penetró en los corazones.
12 Mas, para que esto fuese, para que mis discípulos, para que mis sucesores pudiesen encontrar el camino limpio y preparado, para que pudiesen entregar con calma la lección divina, ¡cuánto hubieron de sufrir las persecuciones, la incredulidad y la amenaza!
13 Ahora, los tiempos han cambiado. No derramaréis en este tiempo, vuestra sangre, como en el Segundo Tiempo mis discípulos pudieron derramarla confesando esta verdad. Hoy, en el Tercer Tiempo, la humanidad hará derramar al pueblo de Israel, su llanto, al contemplar mi pueblo, la incomprensión, la incredulidad y la dureza del corazón humano.
14 Mas, no temáis, yo estoy ablandando los corazones; estoy preparando las tierras, donde en corto tiempo, ha de penetrar mi enseñanza.
15 No sois vosotros; soy yo, quien preparo y cultivo. Quien conduzco por el firme camino, a todos los corazones. Vosotros, quedaréis en representación mía, como sucesores de este Maestro, como discípulos míos, como mis imitadores.
16 Yo he venido a daros una larga lección, en el Tercer Tiempo; una gran lección, que dio principio en el año 1884 y que ha de terminar en el año 1950. Lección, que he dado por vuestro mismo entendimiento. Lección, que he ido perfeccionando, a medida que los portavoces se han ido preparado.
17 Yo he luchado también, con vuestro entendimiento, para que pudieseis comprender toda la Verdad que he querido dar a conocer en este Tercer Tiempo a la humanidad. Yo os he abierto vuestro corazón, lo he hecho blando y sensible, para servirme de él, para hacer de vosotros: el portavoz de mi divinidad y aún, no habéis alcanzado toda la perfección.
18 Sin embargo, después de este año, yo seguiré derramando mi inspiración de Espíritu a espíritu. Yo prepararé vuestro cerebro y corazón, como fuente que ha de seguir recibiendo la esencia, la luz y la enseñanza; mas, cuando vosotros, recibáis mis mensajes, no calléis, ¡hablad, pueblo, con toda la Verdad, con toda la conciencia, sin añadir ni quitar algo de aquello que yo os daré a conocer!
19 Yo daré anuncio al pueblo de Israel, daré profecías por conducto de mis escogidos y os señalaré también el camino; pero oídme, preparaos y comprendedme.
20 Desde hoy, penetrad en gran meditación; desde hoy, aprended a comunicaros de espíritu a Espíritu, para que podáis llegar a ese tiempo de la comunicación perfecta; y entonces, cada uno de vosotros, pueda comunicar al pueblo de Israel, lo que yo os diere a conocer.
21 Así, preparo a los labriegos; así, preparo al pueblo en general; y cada uno de vosotros, según su preparación, ha de recibir; pues en este tiempo he venido a servirme de vuestra conciencia, de vuestro espíritu; y según lo habéis preparado y me lo habéis ofrecido, yo lo he tomado; y así, os he concedido los dones.
22 Yo os contemplo, como una familia obediente, temerosa de infringir, atenta siempre a mis mandatos, llena de anhelos y cumplimiento. Sí, pueblo, os he apartado de otros caminos, os he dado un reflejo de lo que es mi corazón divino; he conversado con vos, en el retiro; y he consolado también, vuestro corazón.
23 No he permitido que vuestro entendimiento se confunda, ni que vuestro espíritu, se turbe un solo instante. Yo conduzco a todos por el certero camino. Todos me buscáis y todos me tenéis con vosotros. ¿Quién es aquél que buscándome, no me ha encontrado?
24 Si yo estoy con todos vosotros, si yo os he llamado, si yo os he dado según vuestra elevación, según vuestro esfuerzo. De cierto, os digo: ¡bienaventurado aquel que me oye y comprende mis palabras, el que ha dado grandes pasos en el camino de adelanto! Pues ese, en el futuro, ha de ayudar a sus hermanos, a aquellos que encontrase estacionados.
25 Vosotros seréis consuelo y manto para aquellos que se sintieren huérfanos. No es mi voluntad que el pueblo de Israel, llore en los últimos instantes de este año, ni mece sus cabellos, ni se lamente; mi voluntad es: que quedéis llenos de paz, de fortaleza y de virtudes para continuar así vuestro cumplimiento.
26 Yo he marcado el camino; en él, lucharéis denodadamente. Cada uno de vosotros, ha de levantarse con el buen ideal, buscando no solo su propio adelanto, sino el de los demás.
27 Cada criatura que me hagáis presente, cada corazón en el cual derraméis la esencia y la Verdad de mi obra, será un mérito, un peldaño que labréis para vuestro espíritu. Allí está la escala, por la cual, vosotros podéis ascender.
28 Yo os he dado los dones y virtudes; tenéis vuestra propia voluntad; tenéis el espíritu y la conciencia para ascender por esa escala.
29 Para hacer una vida llena de virtudes y de méritos, yo os he enseñado la humildad, os he dicho: no publiquéis la caridad que hagáis. ¡Callad! Y en silencio, cumplid.
30 Sabéis: que yo recibo vuestras buenas obras, que yo contemplo todos vuestros actos, que yo guío vuestros pasos, que no estáis cumpliendo ante la humanidad, que la humanidad siempre ha sido mal juez.
31 Pensad que yo soy el juez perfecto, el único juez de vuestro espíritu; entonces, cumplid ante mí. Poned en vuestros actos, toda vuestra conciencia. ¡Preparaos para el mañana! ¡Labrad con vuestros actos, vuestra paz en la vida espiritual!
32 No atesoréis en este mundo; guardad vuestro tesoro en el más allá; tesoro: de virtudes y de paz. No seáis como el rico avaro; dad todo cuanto tengáis en vuestra mano; que yo, multiplicaré los dones y los favores que os he confiado.
33 ¡Allí está la humanidad! Hambrienta y sedienta, desnuda y enferma. ¡Allí está vuestra siembra, vuestra lucha, pueblo de Israel! Mas, no es la materia la que se encuentra hambrienta y desnuda; es el espíritu que ha sido abandonado, que se ha despojado de todos los dones que yo le he concedido; mas, yo volveré a vestir a los espíritus en el instante de su arrepentimiento, de su propósito de enmienda; yo les devolveré todos los dones que han perdido en su camino. ¡Todo está en vuestras manos, humanidad!
34 Si por un instante os habéis contemplado, desheredados; yo, vuestro Padre, os digo: la heredad volverá a vosotros, en el instante de vuestra preparación, en el mismo instante en que reconozcáis vuestras propias faltas y os dispongáis a cumplir, seréis llenos una vez más, de la paz y de las virtudes del espíritu.
35 ¡Volved ya, al camino recto! ¡Posad vuestra mirada, en todo lo que es espiritual! ¡Deteneos ya, en el camino material! Mucho lo habéis recorrido, habéis levantado ya los frutos de vuestra siembra, habéis recogido ya la cosecha; y contempláis que esta cosecha: es de dolor, de sufrimiento, que es un fardo el que lleváis sobre vuestro espíritu y materia.
36 ¿En dónde está la salvación, humanidad? ¿Quién ha de venir una vez más, a redimiros? Mi Espíritu que una vez se derrama sobre todos vosotros, que os llama y os invita a penetrar, en el camino de espiritualidad.
37 Todos esos goces que no habéis alcanzado, están en este camino. Todo aquello que buscáis y no encontráis, buscadlo en mí.
38 Vuestro espíritu, por instantes desmaya y se desespera al contemplar tanta miseria, tanto pecado, tanta corrupción; mas, el camino de virtudes, siempre ha existido. Yo siempre he estado cerca de vosotros.
39 Si mi inspiración, no os ha faltado, ¿por qué habéis permanecido sordos?
40 Mas, yo en este tiempo, una vez más estremezco las fibras más sensibles de vuestro corazón. Yo os llamo, os invito. ¡Venid y llorad por todas vuestras faltas! Yo os consolaré.
41 Yo he venido en este tiempo, así como estaba prometido que vendría el consolador. Los espíritus contemplaban en él, a su salvador.
42 ¡Venid a mí, humanidad! ¡Dejad atrás vuestras pasadas costumbres! ¡Dad principio a una nueva vida! ¡Dejad los campos de exterminio y de muerte, que hoy estáis pisando! ¡Venid al camino donde está la vida, la paz y la fecundidad!
43 Yo quiero levantaros, hacer de vos un espíritu semejante a mí por las virtudes, por la gracia, por la fortaleza y el poder. ¡Venid a mí, humanidad, dejad en mí, vuestras cuitas, desnudaos de todo aquello que es impuro y vestíos con mi amor!
44 Es mi amor, lo que os hace falta humanidad; por eso, os sentís despreciable, por eso os sentís entristecida y pobre. No habéis querido aceptar, lo que yo siempre os he ofrecido con tanto amor; os habéis apartado y habéis buscado otros senderos; creyendo que en ellos, vais a encontrar la felicidad y habéis encontrado, el dolor.
45 Vuestro espíritu, está desengañado; y en este instante, os llamo. No habéis muerto, nada se ha perdido en vos, ya que mi vida, está en cada uno de vosotros, los que formáis la humanidad.
46 Yo vengo a restaurar todas las cosas; vengo a devolveros, lo que habíais perdido: la virtud y la gracia.
47 Yo vengo en un instante, a hacer desaparecer, todo lo que había confundido a vuestro espíritu. Vengo a exterminar todo mal, a atarlo en gavillas y a arrojarlo al fuego.
48 Es el tiempo de la depuración, mas también es el tiempo de la resurrección de esta humanidad.
49 Los que me han aguardado, me tienen con ellos. Los que han orado y velado, se han recreado contemplándome, palpándome.
50 Los que han guardado el santuario y en él han puesto las ofrendas de su espíritu, no me han sentido ausente, no han sido huérfanos ni un instante.
51 Es el pueblo de Israel, el que posee las revelaciones del Espíritu Santo, el que sabe también de mis profecías, el que ha recibido mis grandes proverbios, mi luz, en este Tercer Tiempo.
52 ¡Venid al pueblo de Israel, humanidad! En él encontraréis a mi representante, a mi imagen.
53 Si el pueblo de Israel, sabe conducirse con toda prudencia y humildad y práctica la enseñanza que le he dado, en él encontraréis mi imagen y en él habréis de saturar de esencia y de virtud a vuestro espíritu.
54 Mas, si el pueblo de Israel, cayese en tentaciones, si se dividiera y su cisma llegara a más; entonces, ¡buscadme a mí, en el más allá, en el infinito, en mi Espíritu!, que yo, he de consolaros, yo he de trazaros el camino y he de comunicarme con vuestro espíritu, con toda la Verdad y la gracia.
55 ¡Oh, pueblo de Israel! Estas palabras, no son una sentencia para vos. No hagáis por un instante, que pronuncie estas palabras. ¡Unificaos, pueblo! ¡Amaos y respetaos! ¡No hagáis división! ¡Sentíos hermano de todos aquellos que me escuchan en las distintas congregaciones en que os reunís! ¡Amadme y amad a los demás! ¡No lastiméis el corazón de vuestros hermanos! ¡No los despreciéis porque han quedado atrás! ¡Volved atrás, y dadles la mano a aquellos que no han podido dar un paso más!
56 Vos, no sabéis, por qué han sido dispuestas estas vicisitudes; mas al final de los tiempos, después del año 1950, sabréis mi pueblo, de muchas revelaciones; que hoy, no podéis comprender todavía.
57 Sólo os dice el Maestro: ¡orad y velad! ¡Preparaos y llenad vuestro corazón de amor! ¡Dejad que sea una fuente, que se desborde en todo instante! ¡Sed el buen consejero! ¡Sed amigo de los demás y sed el confidente también!
58 Muchas puertas han de abrirse para vos, y habréis de penetrar en ellas con obediencia y humildad. Llevaréis en vuestro espíritu, siempre mis mandatos; y donde mi mano os señalare un cumplimiento, hacedlo posible.
59 No sienta humillarse vuestro espíritu. Pensad que vais en busca de los espíritus, que atados pueden encontrarse, prisioneros de sus pasiones y que no han podido despojarse de sus costumbres pasadas.
60 Todavía tenéis que luchar mucho, en este año 1950; mucho, mi pueblo, para hacerme presente vuestros méritos. Vos sabéis que en ese día, seréis juzgado, como será juzgada toda la humanidad. Vos sabéis, pueblo, que en el último día de este año, serán dados mis mandatos para todos los tiempos; y en ese instante, cada espíritu será mirado por mí, será juzgado; y no podréis ocultar vuestras faltas, quedaréis desnudos ante mi mirada; mas, yo no os delataré, mi juicio será en cada uno de vosotros: íntimo, lleno de amor y perfección.
61 Yo no vengo a publicar vuestras faltas, a daros la sentencia en público; nunca os he señalado. Si juzgo a la humanidad y si juzgo al pueblo de Israel, es porque yo soy el juez perfecto; mas en medio de mi juicio está mi amor, mi caridad y mi benevolencia. Todavía os faltan méritos, pueblo, para alcanzar todo lo que yo os tengo preparado, todo lo que he de daros en el transcurso de este año.
62 Practicad, pueblo, no solamente oigáis y os recreéis con mi palabra; estudiadla y practicadla después, para que podáis conocer toda la esencia que tienen mis palabras, toda la Verdad de mis proverbios, toda la vida, salvación y consuelo que encierra esta mi obra.
63 Cuando mi palabra no escuchéis ya, por conducto de los portavoces; encontraréis consuelo en vuestras prácticas, en los est uDios y análisis que hagáis de mi palabra. Entonces vuestra mente, va a penetrar en profundas reflexiones; y, ¡cuánto he de consolaros!
64 Concentraréis el pensamiento y toda la fuerza de vuestro espíritu y materia, para alcanzar a conocer todo lo que encierran cada una de mis palabras. Será entonces, cuando comprendáis en toda su grandeza, estas lecciones que os doy; y después, cuando las pongáis en práctica, cuando veáis el fruto de vuestro esfuerzo, cuando veáis multiplicarse vuestro trabajo; entonces, me daréis gracias infinitas, pueblo, pues será grande vuestra cosecha.
65 Todo lo que hiciereis en cumplimiento a mi obra, será multiplicado; no tendrá fin, mi pueblo, pues cada simiente ha de multiplicarse y aquellas nuevas simientes a su vez, han de multiplicarse aún más; y así, vuestra obra crecerá.
66 ésta es mi obra, pueblo. éstas son las pruebas, que quiero daros en el camino. Por eso quiero que vuestros principios sean buenos, que vuestra intención sea sana, que vuestro corazón se limpie y se prepare, para dar cumplimiento a todo lo que yo os he enseñado.
67 No os detengáis ante los obstáculos. Si contempláis en mitad del camino, grandes obstáculos: orad, velad y vos contemplaréis cómo, con la potestad que os he entregado, aquella barrera cae y podréis pasar, podréis seguir adelante continuando vuestra obra.
68 Vos que sois el escogido, seréis probado; más probado todavía, que aquellos que no tienen el propósito de cumplir. Vos, tenéis ejemplo en todos aquellos grandes espíritus, que han venido a la tierra en tiempos pasados. Sus pruebas, han sido grandes, no han saboreado en la tierra, los placeres de ella; no han podido detenerse, a contemplar la grandeza y magnificencia de esta naturaleza que os he concedido. Su misión, ha sido amar a los demás, ha sido enseñar y sacrificarse por el bienestar de los demás.
69 Sí, mi pueblo, cuanto más cerca de mí podáis encontraros, vuestras pruebas serán más grandes.
70 Cuanto mayor sea vuestra elevación, vuestra fortaleza y vuestra capacidad, mayores serán las pruebas que han de presentarse en vuestro camino, porque estaréis dando los últimos pasos, porque estaréis perfeccionando a vuestra materia y a vuestro espíritu, que ha de llegar a mí, limpio y pulimentado.
71 Así como se purifica el oro en el crisol, así ha de llegar vuestro espíritu: desmaterializado, elevado, ocupado solamente en las cuestiones espirituales, contemplando lo demás, pequeño pues, yo solo quiero a vuestro espíritu: grande.
72 Así a través del camino, llegaréis a mí, pueblo escogido, con vuestras manos llenas de méritos y de cumplimiento; y yo he de daros por vuestro cumplimiento, un galardón; y he de bendecir a las generaciones vuestras, a vuestros hijos, a vuestros descendientes que dejéis en la tierra, todo aquello que habéis hecho.
73 Vuestra herencia, para ellos, será espiritual; y ellos, han de continuar esta obra; todo aquello bueno que hayáis hecho, será contemplado por ellos y seguido; todas vuestras imperfecciones, serán miradas también; mas, ellos, no han de tomar aquellos errores, para sí mismos.
74 Por eso, mi pueblo, si el mundo os mira, si espera de vos, si está atento para contemplar vuestro cumplimiento; cuidad de él, cuidad de no caer en las tentaciones, pues vos, sois espejo para los demás.
75 Si sois mi discípulo, si habéis escuchado mi enseñanza, si me tenéis con vos, si os habéis alimentado con mi esencia de amor, ¿cómo podríais pecar? ¿Cómo podríais caer, en vuestras mismas faltas del ayer? ¿Cómo podríais mancharos? No, mi pueblo; antes bien, buscad siempre para vos, lo que sea puro, lo que sea grato, lo que ha de daros grandeza espiritual.
76 Así os habla el Maestro, en este día de gracia, pueblo, en que estáis siendo preparado por mi palabra; porque mañana, habréis de quedar en este mundo, como responsable de los espíritus de la humanidad.
77 Vos, seréis pastor para ellos, seréis guía y seréis luz. Por eso os he hablado incansablemente, año tras año. Por eso en este Tercer Tiempo, no han sido tres años como en el Segundo Tiempo, los que os he hablado; han sido 66 años, mi pueblo, para que mi enseñanza pueda penetrar en vos, para que sean muchos los espíritus, testigos de estas manifestaciones.
78 Algunas generaciones han pasado ya, llevando en su espíritu, la esencia de mi obra. Ellas siguen trabajando, en el más allá. Ellas han llevado este tesoro y siguen defendiéndolo en el valle espiritual.
79 Vos, estáis todavía sobre la tierra, esperando nuevas generaciones, preparando a vuestros hijos, para que sean ellos los sucesores de mi obra; a grandes espíritus, que han de traer como misión la de predicar mi enseñanza, con toda la pureza que ella tiene.
80 Luchad con esos corazones; y si por un instante, los contempláis fríos, o se han rebelado, no temáis, que vuestra palabra sea como una gota de agua cristalina que caiga día por día sobre ellos; y llegará el instante, en que su duro corazón, se ablande.
81 Mas esos pequeños que aún dan sus primeros pasos y aquellos que están por venir, en ellos, depositaré también grandes dones: el don de palabra y el don de análisis, serán desatados en ellos pues ellos, cuando puedan encontrarse en la edad de mayores, han de predicar en los caminos de este mundo la doctrina del Tercer Tiempo. Ellos darán la buena nueva, darán testimonio de que el Espíritu Santo, se ha comunicado con la humanidad y ha dejado su lección, sus mandatos y sus revelaciones.
82 Por eso mi obra será transmitida, de generación en generación; y los nuevos espíritus, han de presentar mi obra con mayor perfección.
83 Serán aquellos que desde sus primeros pasos, han de saber comunicarse de Espíritu a espíritu conmigo. Ellos conversarán con mi Espíritu y ellos han de llevar a la humanidad este pan de vida, esa paz y esa gracia; de los cuales, mucho tiempo ha carecido la humanidad.
84 Yo, os dejo preparado, pueblo de Israel, con mi palabra. Id guardando en vuestro corazón, cada una de mis lecciones ; todas, conduce n al mismo fin.
85 La luz de vuestro espíritu, iluminara vuestro entendimiento, para llenar de virtudes vuestro corazón. Eso es lo que tiene, por finalidad mi palabra. Por eso, llevadla grabada en vuestra conciencia y en vuestro corazón, para que ella sea vuestro alimento, el pan y el agua que haya siempre en vuestro espíritu.
86 Yo en esta alba bendita de gracia, escucho la oración de la humanidad. Se levanta hacia mí. Unos claman piedad, perdón y paz. Todos, me piden; todos tienen una súplica que hacerme. Y yo, a todos escucho, les bendigo y les concedo; pues ¿qué podéis pedirme vosotros, mis hijos, que no pueda concederos? Todo lo que me pedís para el bien de vuestro espíritu, ¡sea con vosotros!
87 Mas, esta purificación que sufrís, ¿es acaso para vuestro mal? ¡No, mis bienamados! Si vuestro corazón y alma, se encuentra manchados, es menester que se laven.
88 Mas en esa purificación, encuentro alegría; y, ¡consolaos!; pues vuestra conciencia, ayer cargada de penas y de males; hoy, se encuentra limpia y libre. Hoy podéis venir a mí, sin que vuestros pecados, os sean un obstáculo.
89 Yo os bendigo a todos, a los limpios y a los impuros. Yo en todos derramo la luz, la fortaleza y la paz. Yo bendigo a todas las criaturas. A todos les doy una oportunidad de regeneración. Todos me encontraréis. Buscándome, me tendréis con vosotros.
90 Yo derramo en esta alba bendita de gracia, mi luz y mi fortaleza sobre el mundo.
91 Por la oración del pueblo de Israel, alcancen todas las naciones, toda la familia de la humanidad; pues yo no vengo a distinguiros; yo, no contemplo naciones; solo contemplo a mi familia habitando este valle, purificándose y luchando también por elevarse.
92 Yo os perdono y os doy oportunidad de que os arrepintáis, de que busquéis nuevos caminos, de que dejéis atrás vuestro pasado; y forméis, una nueva vida. Yo os bendigo ¡oh pueblo bendito de Israel!
¡Mi paz, sea con vosotros!
95. Independencia espiritual
Domingo 11 de junio de 1950
1 ¡Oh! Amados discípulos de Cristo, ¡bienvenidos seáis ante mi presencia! ¡Bienvenidos todos, en espíritu y materia! Porque el uno y la otra, ante mi presencia se recrean; se saturan de mi esencia divina y se fortalecen en mí, para proseguir en la jornada.
2 ¡He aquí a mi Espíritu y he aquí también al vuestro! El Padre y los hijos están presentes. Se contemplan frente a frente con amor, se reconocen entre sí, se aman y se bendicen.
3 De cierto, os digo, mi pueblo: que antes de ahora, en ningún otro tiempo, vuestro espíritu había encontrado el camino certero para llegar a mí.
4 Hoy, por un instante de elevación espiritual, de desprendimiento de las cosas terrestres, por un instante de verdadera atrición, conociendo el camino de la oración espiritual que os conduce a mí, en ese preciso instante de preparación me halláis.
5 Ya no es el tiempo de vuestras penitencias, ni de vuestros cilicios, ni de ceremonias o ritos para poderos comunicar conmigo, para poder creer que me estáis glorificando y agradando. Ese tiempo, lo habéis dejado muy atrás.
6 Se ha libertado vuestro espíritu; y él, se recrea en el Tercer Tiempo; él extiende sus alas espiritualmente y domina el infinito, se eleva hacia mí, se transporta y se emancipa de los sufrimientos y miserias terrestres. Cuando él retorna a su materia después de su elevación, la fortalece, le comunica su fuerza y su luz, la levanta, le conforta y la consuela.
7 Tomando el espíritu, a su propia materia, como hace un mayor con un débil niño le lleva por los caminos de la vida y de la luz, animándola con la luz de la fe y de la esperanza.
8 A medida que este tiempo pasa, vuestro espíritu va dejando de sentirse que depende del mío; va sintiéndose fuerte en el camino, por mi enseñanza y por la luz adquirida en sus pruebas y a través de su lucha.
9 Así quiero contemplar a mis párvulos, convertidos en discípulos, en apóstoles de esta obra de luz, de espiritualidad y amor para poderos dejar en mi propio lugar a enseñar a los hombres: a descubrirles los conocimientos y las cosas, todavía no descubiertas por ellos mismos y a señalarles, insistente y firmemente el camino de verdad; el camino, que les conduce a la paz en esta tierra y a la gloria y a la paz eterna del espíritu.
10 Desde mi alto solio, envío mi rayo universal. él se extiende y se desborda en amor, en todas las criaturas existentes; pero entre vosotros, pueblo escogido, mi rayo se hace palabra humana; palabra, comprensible para vosotros; palabra, cuyo contenido es esencia y misterio divino que se aclara delante de vosotros.
11 ¡Sobre todo, mi pueblo! Mis hijos, han dicho: en tal pedestal y en tal recinto, existe la impostura. Sin embargo, yo, os digo: sobre toda impostura y sobre toda preparación, ha estado presente mi Espíritu. ¿Qué no recordáis que muchas veces os he dicho: no vengo a contemplar la mancha y la impreparación de mis hijos?
12 ¡Es mi tiempo! Es tiempo de cumplimiento para el Padre, impuesto por él mismo, por amor a sus hijos, ¿por qué había de detenerme ante el pecado de mis hijos, si es precisamente contra el que vengo a luchar, al que vengo a vencer con mi luz y con mi amor?
13 ¡No juzguéis de impostor a alguien! ¡No juzguéis de mentiroso o de manchado a ninguno! ¿Qué no miráis que todos sois mis discípulos, que todos estáis aprendiendo de mí?
14 Después de este tiempo de mi comunicación divina en esta forma, cuando ya mi rayo universal no venga a hacerse palabra humana entre vosotros; entonces sí, ¡ay! ¡Ay de aquél aún por gran preparación que haga, si trata de hacer creer que mi rayo universal se comunica como en este tiempo! Porque entonces, a pesar de su gran espiritualidad y preparación, por su desobediencia será impostor; será el tiempo en que no cuente con la presencia del Verbo de vuestro Padre Dios, en la forma que lo habéis tenido desde el año 1884 hasta el año 1950, porque mi Ley y mis órdenes, son inmutables; mi obra, yo no la cambio jamás, mi justicia es inexorable; y mis discípulos, deben vivir en armonía con su Padre, en obediencia para con él y en completa conformidad.
15 Por eso, el Maestro, os asegura, que: hoy, dentro del tiempo de mi comunicación por conducto del entendimiento humano, a pesar de la gran impreparación que yo puedo descubrir en los conductos por los cuales me comunico, yo a ellos les perdono y a pesar de ello, me manifiesto conforme a su preparación y me derramo entre las multitudes.
16 Si en medio de mi palabra, que es pureza y perfección, van las imperfecciones de la carne, yo os he enseñado en verdad, a conocer el árbol por su fruto; para que entonces, perdonéis las imperfecciones humanas y sepáis descubrir en el sabor espiritual del fruto, la presencia, potencia y esencia de vuestro Maestro.
17 Estoy formando un álbum espiritual en la conciencia de mi pueblo; y por mi orden divina, se está formando un libro también de mi palabra, en lo material. Es testamento divino que dejo para la posteridad, para las futuras generaciones, para las distintas generaciones que han de venir detrás de vosotros; pero os digo en verdad: aquellas generaciones, no conocerán el sabor de vuestras imperfecciones
18 Mi palabra, ya sea la que haya guardado vuestras imperfecciones; mi palabra, ya sea la que haya guardado vuestra conciencia espiritual, ya sea la que quede asentada en escritos, será perfecta, será pura, exenta de toda mancha, de toda impureza y de toda imperfección; y ésa será el agua cristalina, cuyo prodigio calme la sed del hombre, la sed del alma y espíritu; será el pan y el vino, en torno de los cuales se haga festín muchas veces, en el espíritu de la humanidad; será el faro luminoso y el camino iluminado también, por la luz del Espíritu Santo; en donde, los peregrinos y las náufragos perdidos, puedan encontrar la senda para llegar a un puerto seguro.
19 No os parezca difícil ni menos imposible, el establecimiento del espiritualismo en la tierra, porque yo he fertilizado las tierras y la semilla que os he confiado, es fecunda en verdad.
20 Las tierras, esperan. No todas están preparadas. Unas ya esperan la simiente; las otras están en preparación; y esa preparación, es un riego de justicia, de pruebas, de sabiduría y amor por parte del Padre.
21 Hoy, la humanidad, dividida en pueblos, razas, lenguas y colores, recibe en cada uno de ellos, de mi espíritu divino, su parte de justicia: las pruebas que a cada quien corresponde, la lucha, purificación y restitución que a cada hombre y a cada raza le tengo destinada pero sabéis que mi justicia como principio tiene el amor; que las pruebas que a los hombres envía el Padre, son pruebas de amor, que todo conduce a la salvación, al bien, aun cuando aparentemente en esas pruebas haya desgracia, fatalidad o miseria; detrás de todo ello, está la vida, la conservación del espíritu, la redención del mismo; y el Padre, está esperando siempre al Hijo pródigo, para estrecharlo entre sus brazos, con el más grande amor.
22 Hay razas enteras que no me reconocen, hay pueblos enteros que se obstinan en apartarse de los dictados de mi Ley, en no conocer las revelaciones de mi doctrina, en oponerse a ella, juzgándola impropia de este tiempo. Son los que no me han comprendido, son los obstinados en libertades y libertinajes terrestres, son los que muchas veces practican el bien pero por conveniencia propia, no por la elevación del espíritu.
23 Mas, para cada pueblo y raza, preparada está mi justicia y sus pruebas; y ellas, están llegando día tras día, para al fin fortalecer sus corazones y espíritus, como si fuesen las tierras para cultivo; y una vez preparadas, depositar en sus entrañas mi simiente, la simiente eterna de mi amor, de mi justicia y de mi luz; y así, pueblo, hablarán con amor de mí; esas razas nacerán para la esperanza y habrá cánticos en el espíritu de todos los pueblos de esta humanidad, cánticos de alabanza y de amor, al único Maestro de maestros entre todos los hombres.
24 Hoy, es tiempo de pruebas y de lucha. El mismo Dios vuestro, está luchando; es el rey de los ejércitos de la luz; y a vosotros, os he nombrado mis soldados.
25 Hoy, sois débiles y desconfiáis de vosotros mismos; medís las pruebas, imagináis la lucha y dejáis que se acobarde vuestro espíritu y corazón.
26 Vuestra conciencia, crea en ella misma una balanza; y a la diestra, coloca el bien; y a la siniestra, el mal de esta humanidad.
27 Mientras miráis que el bien, entre esta humanidad, significa como un grano; el mal, es como cien fanegas; es cuando no sabéis qué hacer, es cuando miráis vuestro interior y veis que no sois justos, ni sois santos ni sois virtuosos; y pensáis que solamente seres justos, virtuosos y santos, podrán llevar a cabo la redención de esta humanidad, encallecida en el mal, endurecida en oDios, materializada en las pasiones, en los vicios y en la miseria.
28 Juzgáis, vuestro propio santuario; y en él, contempláis vuestra ofrenda: pequeña la flama de vuestra fe: débil penetráis en el santuario de los demás y miráis que él, ya no es un freno para detener la carrera vertiginosa de los hombres; y pensáis, que: cuando les habléis de Dios no vais a ser escuchados; que cuando habléis de las manifestaciones del espíritu santo vais a ser burlados.
29 ¿Por qué tanta desconfianza? ¡Ah! Discípulos, ¿en el tesoro de valor incalculable que yo os he confiado, en esta obra poderosa que os he revelado?
30 De cierto, os digo, que: sin llegar a ser justos ni santos, podréis hacer obras de redención entre los hombres; podréis hacer grandes prodigios entre la humanidad y también podréis ser ejemplo de vuestras propias obras entre los hombres.
31 Si yo enviase justos y seres perfectos entre esta humanidad, para que diesen ejemplo a los hombres; a ella, le parecería imposible tan siquiera semejarse a ellos. ¡Yo quiero enviar entre los hombres, a pecadores convertidos; que sin llegar a justos ni a santos, puedan dejar un ejemplo de regeneración, de arrepentimiento, de fortaleza, de ahínco en la doctrina del Padre! De anhelo, de progreso y de evolución espiritual y ésos, ¡sois vosotros!
32 Vuestro espíritu, llegará algún día a la perfección; mas, no sabéis cuándo. El Padre no os forzará, ni vosotros forzaréis vuestros pasos; pero sí, no os detendréis jamás. Aun cuando lento sea vuestro paso, quiero que siempre sea firme y ascendente; pues, tendréis que luchar entre los hombres.
33 Es verdad, que el testimonio que vosotros entre ellos deis, de que yo me comuniqué por el entendimiento del hombre para entregaros esta palabra que vais a dar, tendrá que ser puesto en duda; pero esto no os aflija, porque en todos los tiempos pasados, la humanidad ha dudado de mi presencia y de mi advenimiento a este mundo; y es que los hombres, a sí mismos, no se han reconocido; es que la humanidad diciéndose ser amada del Padre, nunca ha comprendido el alcance del amor del Padre; es que la humanidad aun creyendo conocer a su Dios, no sabe que uno de sus más hermosos atributos, es el de la humildad. Por eso he venido a los hombres, en forma humilde siempre.
34 ¡Nunca he traído en mis divinas manifestaciones todo mi poder, ni todas mis galas, ni toda mi grandeza! ¡No podrían mirarme los hombres, no podrían escucharme ni podrían resistirme! Siempre me he limitado, pero me he limitado en la humildad, en el amor y en la ternura; porque, con el mismo amor que hoy os hablo, os amé en el Segundo Tiempo, en el primer o y en toda la eternidad. Puedo deciros que antes de haber sido, que antes de existir vosotros, el Padre, ya os amaba; y entre vosotros, están los discípulos que a sí mismo se preguntan: “¿por qué si nuestro espíritu brotó de un Padre ¡todo amor, todo pureza y perfección! No ha podido mantenerse ni perseverar en el bien ni en las virtudes? El Maestro, os contesta: yo envié a vuestro espíritu a la tierra, no para que él formase su morada eterna en la tierra.
35 Dotado vuestro espíritu, de todos los atributos que hay en el Padre, creado el espíritu como hijo semejante a su Padre, le fue confiada una carne, una materia para su tránsito sobre la tierra; y esa materia, fue el principio de pruebas y de lucha para el espíritu, porque la materia es débil. Así tenía que ser: frágil para prueba de la fortaleza del espíritu.
36 Las virtudes, se manifiestan solamente en la prueba; sin prueba, no pueden ellas manifestarse.
37 La luz, brilla más en las tinieblas. La luz no brilla en la luz; y así, era menester que vuestro espíritu fuese probado y acrisolado, porque vuestro espíritu tiene principio; y en su principio, anunció carencia de méritos, carencia de experiencia, de desarrollo y de perfección; y a él, le fue confiada una baja escalidad para de ella poder ascender a otra más elevada; y así, por los siete peldaños de la escala de perfección, hasta llegar como espíritu perfecto y puro a la presencia del Padre, lleno ya de luz, evolucionado en todos su dones; perfeccionado en todas sus potencias; colmado de méritos en la lucha, pleno de conciencia de sí mismo, de su Padre y de la vida, consciente de dónde había brotado, para qué había sido y a dónde había retornado.
38 Si en la carne, el espíritu encontró el principio de la lucha; en el camino de la tierra, también encontró el número infinito de pruebas y de tentaciones; unas pruebas palpables y otras invisibles; tentaciones y pruebas, ¡tan poderosas! Que hacían caer por medio de la carne al espíritu y otras tentaciones y perturbaciones de origen sobrenatural; unas, visibles al ojo del hombre y las otras, solamente perceptibles al espíritu, a la conciencia y a las fibras del corazón y de la mente.
39 Probado el espíritu por todas sus partes ha sido desde su principio. Si ha sido probado con el mal, ¿creéis acaso que el Padre, puede en su propio Espíritu, en su mano, poseer el mal para tentar a sus propios hijos? De cierto, os digo que ¡no! Pero el mal, también desde vuestros principios existe. Lo ha creado la flaqueza, la debilidad del espíritu y de la carne; los espíritus por no saber hacer uso de su propia fortaleza y la carne por ceder también ante las tentaciones, ¿qué ha hecho entonces ante esto, el Padre? Permitir que los elementos del mal creados por vosotros os sometan a pruebas. Una y múltiples veces, sí lo he permitido, para poner a prueba mi propia luz que os he confiado, para someter a prueba vuestras propias virtudes que son la vida, para acrisolaros en ese paso de dolor, en esos trances difíciles, en esos momentos de prueba, en el caos de la vida; para que a través de esas pruebas y de esos caos difíciles vuestro espíritu vaya encontrando motivos de perfección, motivos de cumplimiento y ocasiones para mostrar a vuestros hermanos y demostrar a vuestro Padre, la fortaleza de vuestro espíritu, su perseverancia en mi Ley.
40 ¡Oh! Pueblo amado, mi Ley, por intuición siempre la habéis reconocido; mi Ley que ordena el bien y que abomina el mal. Intuitivamente todo ser humano desde sus primeros pasos en la tierra reconoce cuál es el bien y descubre en dónde está el mal. Mas, no habéis sido capaces de manteneros en la Ley natural como los primeros hombres, como se encontró mi pueblo, antes del advenimiento de Moisés.
41 ¿Creéis que antes de la advenimiento de Moisés, mi pueblo de Israel, que se encontraba en formación, no reconoció a su Padre? En verdad, os digo que sí, desde el principio de esta humanidad, ha habido por lo menos uno quien me reconozca; y por él, he sido reconocido por los demás; pero cuando ha pesado entre la humanidad: más el mal que el bien he tenido que venir a recordar al hombre el bien, he tenido que venir para materializarme, para hacerme visible y tangible a los hombres, como sucedió en el Sinaí, cuando Moisés estando rodeado de su pueblo, allí sobre ese monte promulgué mi Ley y se la entregué en mandamientos, grabada en piedra a Moisés y a él, lo envié entre su pueblo; para que ese pueblo, fuese la simiente, entre todas las naciones.
42 Por los dictados de esa Ley, fue salvo mi pueblo, por esa Ley se libertó, por esa Ley alcanzó complacencias y dicha sobre esta tierra y esperanza para un más allá. Sin embargo, llegó el día de la adulteración de mi Ley, el día de la familiarización en ella; y nuevamente, el mal cundió, hasta llegar a pesar más que el mismo bien.
43 Cuando aquellos preceptos comenzaban a torcerse, cuando los hombres comenzaban a transitar nuevos caminos distintos del mío, entonces hube de venir nuevamente; pero ya, como mesías, hecho hombre entre los hombres a enderezar las sendas, ya caminadas, con el camino de verdad; y a traer a los hombres, a la Verdad y al bien, a invitarlos al camino de la justicia y del amor, a desenmascarar a los impostores, a destruir toda la falsedad, toda la superstición; y a decir a los hombres: ¡ésta es la Ley! Esto fue lo que entregué, en aquel Segundo Tiempo; por ese mi segundo advenimiento, nuevos pueblos de la tierra y nuevas razas, encontrarían también, camino, paz, dicha espiritual, sustento y esperanza para el más allá.
44 Por una gran era, esta humanidad se alimentó con el rico manjar del sol de justicia y amor; pero he aquí que también ese manjar, había de ser contaminado; y ya contaminado, entregado a los labios hambrientos de los hombres; sin embargo, no fue contaminado por mí, sino por la misma humanidad.
45 Mi doctrina de justicia y amor, fue adulterada; mi enseñanza, también torcida, fue mal interpretado el cumplimiento que yo como Padre esperaba de los hijos; y su culto, no el que el Padre, había mandado; y fue menester, volver entre los hombres, cumpliendo con una promesa; porque el Padre, previsoramente, ha sabido que su presencia era necesaria entre los hombres de tiempo en tiempo; y ¡he aquí, el tiempo señalado! Para que el Cristo, viniese nuevamente entre vosotros a pediros cuentas de la Ley entregada en los tiempos pasados; de mi enseñanza, de las revelaciones y prodigios derramados sobre vosotros, en los dos tiempos pasados.
46 Y en la humanidad de entre mi pueblo elegido al escucharme nuevamente los que han creído en mí y en mi advenimiento en este Tercer Tiempo, han doblegado su cerviz, para decirme: Padre, no he aprovechado los tiempos pasados; en el Tercer Tiempo, es cuando me has venido a revelar que yo soy el mismo del segundo y del Primer Tiempo; y puesto que, he sido tu discípulo durante tres Tiempos, hoy reconozco que no he sabido aprovechar los tiempos pasados.
47 ¡He aquí, por qué he venido entre vosotros! ¡He aquí, por qué vosotros no habéis sabido perseverar, ni conservaros en el bien: por qué habéis cedido a las flaquezas de la carne, por qué habéis caído en tentaciones, ya visibles como invisibles de ese poder sobrenatural de la maldad que también existe, como otra influencia sobre vosotros!
48 ¿Creéis acaso que en aquel Primer Tiempo, todos los testigos de mi advenimiento, fueron crédulos? ¡No todos! En verdad. ¿Creéis acaso que cuando aquella revelación fue llevada a otros países, a otras tierras de gentiles, de paganos, fue creída por todos? ¡No! En verdad.
49 No concebían muchos que aquella Ley, fuese obra divina, más bien ellos creían que era una obra humana; pero cuando aquella Ley, por su justicia, por sus propios hechos, se impuso y se manifestó; entonces, los grandes incrédulos, penetraron en ella.
50 Al igual que en el Segundo Tiempo, millares y millares de varones y mujeres me escucharon. Muchos creyeron, en verdad, pero muchos más, dudaron; y no pensaron que aquel hombre, era algo divino; sino que, era un ser, como todos los demás. Su palabra, a través de la incredulidad, se hacía incomprensible, confusa; y era comprensible y clara, solamente para los de buena fe; y fue combatida, escarnecida por los incrédulos; y mi pasión, mis hechos, mis prodigios no fueron reconocidos por el incrédulo, como obras divinas, sino como obras de hombre.
51 Cuando mi doctrina, por sus propias manifestaciones se impuso sobre la humanidad; cuando mis testigos, dieron también pruebas de ser mis verdaderos discípulos, mis verdaderos testigos; entonces, la humanidad incrédula a mi doctrina, se convirtió, lloró su arrepentimiento; y fueron también, mis discípulos.
52 ¿Por qué había de extrañaros esto, en este tiempo? Habrá quienes duden de vuestro testimonio, de que yo, me haya comunicado por el entendimiento del hombre. Habrá quienes al posar sus ojos sobre esos nuevos libros materiales que contienen mi palabra, duden de que sea obra divina, de que haya sido inspiración divina; y entonces, todo lo atribuirán a vosotros, a los hombres, a las vanidades humanas, porque hay desconfianza entre los hombres; pero vosotros, pasaréis sobre la desconfianza y sobre la incredulidad, sin juzgarles, sin violentaros por ello; sabiendo que después de la desconfianza y de la incredulidad, viene la fe por vuestros propios hechos.
53 Dejad que entonces, vengan vuestras obras; que vuestros testimonios, sean de verdad y llenos de luz, que no serán ni esos libros ni vuestras palabras, las que conviertan al mundo; sino vuestras buenas obras, con las que selléis el testimonio de que yo estuve entre vosotros, de que yo vine sobre la nube a comunicarme por medio de mi rayo divino a través de un pedestal humano; de un hombre receptor y transmisor de mi mensaje llamado así: pedestal por mi espíritu divino.
54 A vosotros os dejaré ir por los caminos, todos del orbe; y a vuestros hijos, discípulos también del Espíritu Santo y los hijos de ellos, llevarán mi simiente; y en verdad os digo, que no pasarán tres generaciones después de la vuestra, en que no se haya conmovido hasta sus más profundas fibras esta humanidad; conmovida ante el espiritualismo, conmovida ante el advenimiento del Espíritu Santo, ante hechos extraordinarios que he verificado entre vosotros y que reservados tengo para el mañana.
55 Así entonces, vosotros iréis aboliendo el reinado del mal; y el poder sobrenatural del mal, irá siendo quebrantado, por vuestras obras de justicia y de amor. Cada hombre que sea convertido al espiritualismo, será uno menos que pertenezca a aquel reinado.
56 Pero si vosotros creéis, que yo os doy la tarea o el cargo de vencer con vuestras obras de justicia, amor y de luz a la influencia del mal, yo os digo, en verdad: no es el tiempo, en que podáis vencerla todavía esa influencia, es más fuerte que vosotros; pero, no por estas palabras que os digo, vayáis a ocultar vuestras armas y a dejar de esgrimirlas. ¡No! Mis hijos. Mirad que si vuestra potestad, no es todopoderosa; yo, sí soy todopoderoso y estoy en vuestra espada de luz.
57 ¡Luchad contra las tentaciones, descubrir las encrucijadas, romped las redes y los lazos tentadores! ¡Descubridlas con vuestra intuición, cuando se oculten detrás del velo del más allá! ¡Descubridlas, cuando se oculten en los seres humanos o en las cosas de la tierra!
58 ¡Luchad siempre! Y entonces, os digo: ¡vosotros estaréis conmigo en esta lucha! ¡Yo estoy en la lucha, como un gran guerrero en contra del mal, de las tinieblas y de todo mal existente; y al final, yo seré el que dé el último golpe y el que venza, el que os ayude, o vosotros los que me ayudéis a vencer!
59 ¡El triunfo absoluto sobre de las tentaciones y de la maldad, no será vuestro en este Tercer Tiempo, mi pueblo! Tendré yo que atar aquel poder, por un tiempo; pero vuestros méritos, serán tomados en cuenta, para ello; y en ese tiempo, en que aquel poder se encuentre atado, servirá para que el bien eche raíces en el corazón de los hombres; para que el bien en todas sus formas tome cuerpo; y fuerte el hombre de bien, pueda encontrarse.
60 Cuando en la balanza de mi justicia, a la diestra el bien pese más que el mal, entonces sí, las tentaciones en todas sus formas, serán desatadas por un tiempo más; y ya en ese tiempo no será mi espada la que la venza, sino solamente vuestras propias armas.
61 Yo solamente vigilaré desde el infinito; y vosotros, sabiendo que tenéis la fuerza necesaria para vencer al adversario, pues las virtudes en todas sus formas se habrán enseñoreado en ese tiempo; y no encontrarán rincón, ni parte abierta ni salida, las tentaciones y sus más grandes soldados, sus más grandes lazos, serán tendidos a los hombres; y estos, a todos los vencerán; y así será diluido, hasta el último elemento de aquel poderío de tentaciones; y cuando el reinado sea quebrantado y dividido; entonces, vendrá el principio de vuestro triunfo; y la tiniebla, se convertirá en luz, el mal se convertirá en bien y los perdidos serán hallados.
62 ¡He aquí! Que será vuestro triunfo, pero en vuestro espíritu, cuando elevéis vuestro cántico, el del triunfo de la luz, de la justicia y del amor; porque vosotros, no os iréis de este mundo, fracasados; no os iréis derrotados, por las tentaciones, ¡no, mis hijos! Si durante un gran tiempo, habéis caído y seguís cayendo ante esos lazos; llegará el día de vuestro triunfo y que levantaréis vuestra frente, como sabe erguirse el buen soldado, delante de su mandatario.
63 Yo os preparo, pueblo, para vuestras contiendas futuras. Quiero veros siempre triunfante en todas las contiendas; mas no quiero, que vuestros triunfos halaguen vuestra vanidad. No serán triunfos, para vuestra vanidad ni orgullo; serán triunfos para mi reinado. Serán triunfos para vuestra humildad espiritual; serán satisfacciones profundas, íntimas, que ni siquiera salgan a vuestra propia faz.
64 Vuestras obras de amor y de caridad, no serán publicadas. Entre vosotros no existirán los fariseos que festejen la caridad, hecha entre los hombres. Vosotros seréis aquellos que en el silencio más oculto, hagáis el bien.
65 Vivís ya en la era del Espíritu Santo; y vuestro espíritu, se está desarrollando en todas sus potencias y virtudes; para por medio de ellas, hacer el bien; el bien que podáis dar, no solamente de las cosas que poseáis en la tierra, sino de los bienes espirituales que posea vuestra mente y corazón, vuestra conciencia y espíritu; podréis darlos, de persona a persona; y podréis darlos también, de espíritu a espíritu.
66 Lo que no podáis hacer con vuestra palabra y con vuestra persona material, hacedlo con vuestra oración, espiritualmente; conversad conmigo, elevándoos espiritualmente hacia mí; y desde allí, podréis hacer grandes obras de caridad, de justicia y de amor.
67 Sin embargo, cuando vuestra conciencia os diga que tenéis que despojaros de algo material para entregarlo al necesitado, no queráis sustituir aquella caridad con una oración. ¡No queráis ocultar o disimular vuestro egoísmo, con oraciones espirituales! ¡No queráis que aquello que vosotros podáis hacer, lo haga el Padre!
68 ¡Dejad que vuestra conciencia os ordene y os dicte siempre, en qué forma, tenéis que entregar la caridad! Y si en esa caridad, va el despojamiento de alguna cosa vuestra, no le duela a vuestro corazón. ¡Tended la mano! Y entonces, miraréis la dicha en vuestro espíritu; entonces presentará vuestro corazón, el gozo en vuestro Padre.
69 Yo os preparo, para las grandes luchas entre la humanidad, porque en verdad, os digo: los hombres, hoy se interesan por el más allá; si no todos, sí muchos. En todos los puntos de la tierra, se sondea lo espiritual, se escudriña el arcano del Padre, se juzgan y se estudian los libros humanos, se compenetran los hombres de filosofías y saber. Es que soy buscado, es que mi presencia es sentida por todos, es creída y me buscan.
70 Saben los espíritus, que soy fuente de amor y de perdón; y a pesar de sus faltas, por eso se atreven a buscarme, porque esperan su perdón y su redención.
71 Saben espiritualmente que soy fuente y que soy también mesa colmada de manjares; y en su hambre y en su sed, los espíritus y aun los corazones de los hombres, me buscan. ¿Acaso creéis vosotros, que en esa búsqueda, los hombres no se fortalecen y se preparan? ¿Creéis que ellos, no alcanzan evolución y desarrollo, en sus est uDios?
72 Sí, pueblo, cuando vos os levantéis, os sorprenderéis; cuando vos crucéis vuestras palabras, con las de vuestros propios hermanos que se alimentan bajo la sombra de otros árboles, que comen frutos distintos a los que yo os he ofrecido, veréis como ellos también se han sustentado, veréis como ellos también están fuertes y llegado el momento de lucha, cuando tengáis que hacer uso de la espada de la razón, de vuestros conocimientos, de vuestra elevación espiritual, veréis que también tiene fuerza de luz, la espada de vuestros hermanos.
73 ¡No durmáis! Para que podáis vos, contender y vencer; pero aprended a conocer el triunfo, porque muchas veces en vuestra propia derrota, estará vuestro triunfo. La derrota será aparente ante vuestro adversario; el triunfo estará en vos mismo; y después brotará de la faz, de aquel que aparentemente os venció.
74 ¡Comprendedme, pueblo! Porque llegará el momento en que vos tengáis que callar, en que tengáis que doblegar humildemente la cerviz con verdadera humildad; y entonces, vuestro adversario se levantará sobre vos mismo y os asestará su golpe; pero vos, habréis callado y os habréis doblegado con conocimiento de causa; y más tarde, vos mismo contemplaréis cómo en el fondo de aquel, se agita la simiente que vos dejasteis y veréis cómo el golpe de vuestra espada de luz y amor, dejó una herida profunda en el corazón de vuestro hermano, no de vuestro enemigo y aquella herida, no será la herida que siga sangrando, porque es herida de amor, porque es de verdad; y por esa herida, saldrá la soberbia de aquel corazón y por ella penetrará la simiente divina del Maestro.
75 Ya habéis tenido experiencia de estos acontecimientos, porque muchas veces habéis llegado ante mi santuario, para decirme: Maestro, yo sembré en un corazón con gran amor, pero sus oídos no me oyeron, su corazón permaneció frío y duro, sus labios se burlaron de mí y el Maestro, ha sonreído dulcemente y os ha llenado de paz y esperanza; y os ha dicho: ¡esperad! Vuestra semilla no se ha perdido, vuestra semilla llegó a lo profundo de aquel corazón. ¡Dejadla! Yo le daré el riego y la fertilizaré, apartaré la cizaña y los pedruscos que vuestra mano ahora no pudo apartar; pero, velad por aquel, ¡no lo olvidéis! Velad espiritualmente, cerca de él; pero esperad, que llegará el momento, de vuestra satisfacción y dicha.
76 Y ese momento, cuando ha tardado, os ha puesto la duda en vos mismo; pero para que la duda no sea en vos, he venido a deciros: ¡mirad, la simiente que sembrasteis, desapareció; ha dado lugar a un arbusto; hoy, cultivadlo para que dé frutos! Y vuestra alegría y la alegría de aquellos, ¡ha sido muy grande!
77 Hoy, por eso os preparo, pueblo, para que no seáis impaciente; para que la paciencia espiritual, muchas veces presida, el cumplimiento y vuestros actos; porque la simiente que os confío, una vez más os digo: no tiene plazo como la semilla de la tierra ella germina dentro de la eternidad; y el tiempo, lo mismo puede ser corto que largo. Vos, no lo sabéis. A vos, os toca, solamente cultivarla y cuidarla, con vuestra oración y con vuestro amor.
78 Así prepara el Maestro a sus discípulos, para después de su partida. Si hoy goza vuestro espíritu, escuchando mi palabra a través del entendimiento humano; quiero que este gozo, se prolongue, después de mi partida. Quiero, pueblo, que cuando mi Espíritu en aquel más allá, espere el acercamiento del vuestro, por medio de la oración, ya sea individual o unificado de vosotros; que pueda el Padre, contemplar en el corazón de sus hijos, la dicha y gozo que hoy contemplo; y que plenos de conciencia, de todo lo que pasó en este Tercer Tiempo, de todo lo que el Padre os dio; y del termino que él puso, lleguéis en ese instante ante él, para entregarle vuestras gracias infinitas, lleguéis a él con un himno callado en vuestros labios pero ardiente en vuestro espíritu, para decirle: Padre, ¡cuánto te derramaste entre nosotros! ¡Cuánto gozó mi espíritu durante aquellos tiempos! ¡Cuán colmado de dones, dejaste a nuestros espíritus; y cuán preciosa herencia, legaste a toda la humanidad!
79 Así quiero contemplaros llenos de dicha, plenos de conciencia, ¡oh! Pueblo; que no contemple entre vosotros, al espíritu que haya quedado retrasado; igual al que sigua navegando en la incredulidad, igual al que se mesa sus cabellos en medio de sus pecados y su falta de aprovechamiento de este tiempo; sino que pueda contemplar armonía entre mi pueblo; que pueda sentir en su propio espíritu, el efluvio y las emanaciones del Padre, que le dicen: unión, paz y buena voluntad que digan: fe, esperanza y caridad así, con esas virtudes, tremoladas por vuestro espíritu como estandarte al viento, al infinito, quiero contemplaros; para que pueda daros la orden, de ir en pos de los pueblos, de las muchedumbres; que, en verdad, os digo: me esperan que ardientemente, esperan la nueva llegada del mesías, del redentor entre los hombres.
80 Unos dicen: ¡el Maestro, ya está entre nosotros; está invisiblemente! Pero yo, os digo: bendita sea la intuición y el presentimiento de esos espíritus. Otros dicen: ¡no, no ha llegado; él tiene que llegar visible y tangible, como en el Segundo Tiempo! Y es que se han olvidado de la nube, de aquella nube espiritual en la cual yo he venido en este Tercer Tiempo. Y hay otros, que se han olvidado de aquella promesa y no velan ni oran.
81 Sin embargo, vos, estáis preparado. Os ha sido entregada de viva voz, la revelación del Tercer Tiempo, para que vayáis sin titubeos, para que vayáis con plena certeza entre vuestros hermanos y no os atemoricéis ante las grandes muchedumbres; pero llegado el instante tendréis que hablar, tendréis que ser interrogado; y vos, allí dejaréis satisfechos a los corazones, con vuestro testimonio y con vuestra palabra.
82 Los creyentes formarán legiones, los incrédulos también la formarán y combatirán; pero la legión de incrédulos pronto, os dice el Maestro, será diezmada, porque es la era en que el Espíritu Santo predominará, porque él se infiltra en todos los corazones y hasta en los más pequeños intersticios.
83 ¡Fortaleceos! ¡Oh! Discípulos, alimentaos, sanaos en mí, resolved vuestras pruebas materiales, serenaos en la vida.
84 El dolor que todavía os rodea, no lo contempléis con indiferencia; porque ese dolor, os acrisola, os perfecciona y purifica.
85 El dolor, no lo maldigáis, ni lo abominéis; antes, ¡bendecidlo! El cáliz de amargura, cuando tenga que ser bebido por vuestros labios, ¡bebedlo! Si las heces, no pueden ser bebidas por vos, yo las beberé, pero que haya conformidad y paciencia en vos.
86 El dolor, contempladlo más con el espíritu que con la carne, o hacedlo antes con el espíritu que con la materia; y veréis, entonces, ¡cuánta fortaleza encuentra vuestra propia carne, en las meditaciones de vuestro espíritu! ¡Veréis cuánta luz le imparte vuestra conciencia, a la materia; veréis entonces, cuánto le habla vuestro espíritu, al dolor y a vuestra carne. Vos mismo encontraréis cerca de él, el bálsamo divino, el verdadero bálsamo que calma y sana todos los males; y con él, os sanaréis del cuerpo y del alma, en espíritu y verdad.
87 Sed el espiritualista verdadero, sed el verdadero discípulo, ¡oh! Pueblo; entonces, todo eso que es espina, que es tropiezo, que es escollo en vuestro camino, todo eso, lo contemplaréis vos, llevadero y ligero; ese fardo que por momentos pesa sobre vuestros hombros, inexplicadamente será liviano; pero si vos meditáis, oráis y os profundizáis; entonces, la explicación la tendréis.
88 Es que vuestro espíritu se eleva y olvida, vuestro espíritu es fuerte y hace fuerte a la carne; por eso, quiero que hagáis vida elevada, para que desde allí dominéis esta existencia humana, para que desde allí vuestro espíritu luche y venza todas las pruebas, para que desde allí vuestro espíritu se imponga a la carne, a sus pasiones, a sus flaquezas y a todas sus miserias.
89 ¡Elevaos, pueblo, más y más! Y la paz, será vuestra; y el reino del Padre, estará a vuestro alcance; y estando vos, habitando esta tierra, vuestro espíritu será también a su vez habitante y morador del reino de paz del Padre.
90 ésta es mi cátedra, que en esta alba, como lección, discípulos amados, os entrego. ¡Llevadla en vuestro espíritu! En ella, está todo el amor del Maestro; en ella, está una arma que os da la fortaleza, para que por medio de vuestra alma en espíritu y verdad os levantéis y luchéis en el futuro.
91 El Maestro, os escucha. Mis complacencias espirituales, están entre vosotros, ¡oh! Mi hija, muy amada.
(Testimonio eliminado)
92 El Maestro acaricia a sus discípulos, les fortalece, abre una herida en su propio corazón; herida, que sangrará siempre en su costado; herida, que siempre emanará agua y sangre de sacrificio y agua de amor, para que el momento, sea inolvidable; para que así como el espíritu, quedó sellado por principio con el fuego de amor del Espíritu Santo, la carne por medio de este acto simbólico de: la marca también sienta como un sello de amor, el ósculo de su Maestro y aumente el número de los señalados y de mis discípulos.
93 ¡Ellos, mis marcados, serán los testigos fieles, serán los apóstoles del mañana, los que cruzando los caminos del cumplimiento vayan dejando una huella de paz, bienestar y redención entre el género humano!
94 En este instante: guía de este recinto, vais a recibir en vuestro espíritu, un mandato del Padre. No un imposible, no algo que estremezca vuestro espíritu y carne, porque contemplo el temor en vos.
95 Prepararo vuestro espíritu; preparo vuestro corazón, para que levantéis vuestra planta y seáis en el seno de los recintos que ha tiempo, habíais dejado de visitar.
96 Quiero que vuestra presencia, sea allí; que vuestra presencia sea con ellos, en estos últimos meses del año 1950.
97 Por intuición, entresacaréis seis corazones de ambos sexos que os habrán de acompañar. Las albas en que se levante vuestro espíritu a este cumplimiento, vuestra intuición os la dará.
98 Yo, os preparo y os conforto. Vuestro corazón, está de tal manera fortalecido que no sentiréis la herida de dardo alguno; ni las miradas, ni las palabras, ni las obras de mala voluntad podrán hacer mella en vuestro corazón y espíritu; y así, por medio de este cumplimiento, recogeréis vuestra satisfacción espiritual; y no sabéis, qué simiente también por este cumplimiento recojáis para vos y para los vuestros. ésta es toda mi orden. Yo os bendigo; y bendigo una vez más, a toda vuestra congregación.
99 De Espíritu a espíritu os habéis comunicado y habéis gozado con mi presencia divina, en esta alba de gracia. ¿Qué puede pedir vuestro espíritu y toda la humanidad, como don más grande que la paz de mi Espíritu?
100 Vuestro deseo se hace ardiente; y cuando vosotros practicáis mi doctrina, sentís que estáis colaborando por la paz, por el establecimiento de ese reinado entre esta humanidad.
101 Cuando cometéis alguna falta, vuestra conciencia os la reclama, pero pronto buscáis la forma de lavarla, para seguir viviendo en paz y seguir siendo vosotros elementos de paz en este tiempo de contienda.
102 Es que vuestro espíritu, siente cómo se agita dentro de vuestro ser y fuera de él la gran batalla que desde tiempo ha, hubo comenzado en todo este mundo; de la cual, pueblo, vosotros formáis parte y sois los soldados de la luz.
103 Quiero que el triunfo, sea vuestro. El triunfo, de la justicia, de la luz, de la caridad y del verdadero amor o como vosotros queráis llamar a todas esas virtudes, que forman, una sola: la manifestación del Espíritu de vuestro Padre Celestial.
104 ¡Velad en este instante, por toda la humanidad! Y ¡velad! En verdad, os dice vuestro Maestro: ¡por todos vuestros hermanos espirituales!
105 ¡Es el instante de oración! Mi Espíritu de justicia, de amor y de paz, extiende su manto por todo este mundo, para envolver a todos mis hijos en esa caricia, en ese bálsamo y en esa bendición paternal. ¡Oh! Pueblo bendito, de mi divinidad.
¡Mi paz, sea con vosotros!
96. Las lecciones divinas serán conocidas por todo el mundo
Domingo 14 de mayo de 1950
1 En esta alba de gracia, os recibe el Maestro nuevamente en su regazo paternal para hacer sentir su caridad sobre vuestro espíritu. Yo también he sentido vuestra caricia. Yo me he recreado con vuestro amor, mientras vuestros labios se sellan, vuestro espíritu se desprende y se arroja en mis brazos paternales y olvidándose el espíritu de sí mismo, piensa solamente en su Padre, que es vuestro todo; que es vuestra salvación y vuestro consuelo, que es el principio y fin de todas las cosas.
2 Plenos de confianza, os entregáis a mí; plenos de fe y esperanza, eleváis vuestro espíritu en estas reuniones de amor y de espiritualidad, para recibir del Maestro, una más de sus lecciones para sensibilizar vuestro espíritu y que él, pueda percibir en toda su grandeza, la caricia del Maestro.
3 A través del momento, corto o largo, en que me habéis escuchado en este Tercer Tiempo, os habéis recreado. Vuestro paladar se ha dulcificado, vuestro corazón ha descansado siempre de su pasada jornada, al posarse en mi camino, ha escuchar la palabra del Maestro que os encuentra siempre en vuestro viaje, que se cruza siempre en vuestro sendero, que se presenta siempre oportunamente, ya en el momento de vuestro llamado y también en muchas de vuestras vicisitudes, aún cuando no le haya hecho el llamado; pero el amor de vosotros, es correspondido por el amor divino.
4 No vengo a daros mi amor a cambio del vuestro; pero de cierto, os dice el Verbo de Dios: el Padre, también se alimenta, del amor de los hijos.
5 Si en aquel Segundo Tiempo, en cuanto hombre, os dije: “tengo sed” si en alguna ocasión os declaré que sentía hambre, no era del agua ni del pan de la tierra; era del amor de mis hijos, hambre: de que se amasen los unos y los otros sed: de que mis hijos se amen.
6 Y cuando os contemplo, acercándoos a mí, como en estos instantes, llenos de amor y comprensión, veo en vuestra diestra un cáliz de aguas cristalinas que me estáis ofreciendo; y de ese cáliz, bebe mi Espíritu y calma en parte su sed.
7 Vosotros también tenéis sed, mis hijos, de que al fin, de lo profundo del espíritu humano, brote el amor que existe allí latente: el amor espiritual esa chispa que Dios, puso en todo espíritu, desde el principio de los espíritus.
8 Esa sed, esa hambre vuestra de amor y de paz, de fraternidad universal, es mayor en unos que en otros; pero en todos, aumenta cada día ese anhelo de resurrección espiritual; esa ansiedad vuestra, por la comprensión de lo que es la vida verdadera, de lo que son los mandamientos de la Ley divina, de lo que es el verdadero cumplimiento a las legislaciones del espíritu y de la vida humana; y el Maestro, os alienta, el Maestro infunde valor y esperanza a sus discípulos.
9 Son mis últimas lecciones ; y en ellas, encontraréis siempre la voz de alerta, el consejo que os fortalece y os llena de valor; porque después de ser levantada mi palabra, proseguirá la vuestra; y si yo, en este Tercer Tiempo, he hablado por el conducto de los portavoces humanos; después, hablaré por el conducto de todo aquel, que en espíritu y verdad, en se prepare en mí camino.
10 El Espíritu Santo, hará vibrar su palabra, hará palabra humana, hará prodigios por el conducto de todo aquel que en verdad se eleve a mí.
11 Yo os enseñé y os sigo enseñando esto: ¡amaos los unos a los otros! Hoy os digo, multitud de discípulos de este Tercer Tiempo: ¡amad a vuestros hermanos! ¡Amad a vuestros semejantes!
12 Si a cambio de vuestro amor, recibís de ellos: amor ¡benditos sean los unos y los otros! Si a cambio de vuestro amor, recibís: indiferencia, incomprensión, frialdad o ingratitud no os cause decepción esto. Depositad vuestra causa en mí; y pensad: que la semilla de amor que yo he depositado en vosotros, no tiene plazo para germinar en el corazón o en el espíritu, como la semilla de la tierra que una vez sembrada mi simiente espiritual, no saldrá nunca del corazón y espíritu donde la sembrasteis. Allí quedará guardada en espera de la lluvia, en espera de la época propicia para germinar, para desarrollarse, florecer y fructificar.
13 No esperéis de inmediato, el resultado de vuestra siembra, porque de cierto os digo: la cosecha de mis sembradores, no siempre la han visto en este mundo.
14 No esperéis recoger el fruto de vuestra siembra, estando entre los hombres. Si estando entre ellos, recogéis una parte de vuestra labor, regocijaos con ella; el resultado final, lo tendréis en el más allá. Mas, ni ahora ni nunca, esperéis pago por vuestra lucha. De antemano sabéis, que: si un vaso de agua dieseis a un sediento, ese vaso de agua, no se quedará sin pago. Yo todo lo retribuyo. Yo no me quedo con el galardón, de ninguno de mis hijos. Yo soy la justicia perfecta.
15 Mas si en verdad, queréis recibir el verdadero pago, en el preciso instante de sembrar; si queréis saborear el fruto, en el instante mismo, de hacer penetrar la simiente en la tierra del corazón de vuestros hermanos; oíd lo que os digo, en este instante: experimentad el verdadero placer de amar a vuestros semejantes en ese placer espiritual, encontraréis fruto dulce a vuestros labios y encontraréis pago y galardón. Entonces, vivid amando y gozad amando a vuestros semejantes con el amor con que yo siempre os he amado; con el amor, que he venido a manifestar en todos los tiempos, a vosotros.
16 De esta manera, discípulos, doy sensibilidad a vuestros corazones, a los cuales encuentro todavía endurecidos por la lucha terrestre, por el egoísmo con que vais tropezando a cada instante, por los pedruscos que forman barreras en vuestro propio sendero; pero yo, os ayudo a vencerlo todo para proseguir firmes en el camino señalado por mi enseñanza; y cumpliendo con ella, ¡oh! Pueblo bendito, podréis llegar al final de vuestro destino; a ese final, que os espera en el más allá.
17 Mas el Maestro, añade: no por esperar, no por ansiar aquella vida, despreciéis ésta existencia terrenal. Yo nunca os he enseñado a despreciar ni a desconocer las manifestaciones y cosas de este mundo, porque a través de esta existencia humana, podréis vosotros reconocer la vida espiritual; a través de las pruebas también y de los goces terrestres, puede vuestro espíritu forjarse y presentir la plena vida futura.
18 Mientras atravesáis este valle de lágrimas, buscad en él las cosas buenas, las cosas útiles, los momentos amables, todo aquello que sea para conservación y sano recreo para vuestro espíritu y para vuestra carne.
19 No aumentéis, no colméis el cáliz de vuestra amargura, con mayores amarguras. Yo os concedo que vuestras amarguras, las atenuéis. Por eso, a pesar de tanto pecado de la humanidad, yo sigo desbordando, yo sigo derramando sobre todos mis hijos: mi amor y este amor, lo manifiesto a través de la naturaleza divina, así como también, a través de la naturaleza material. Nada os niego, en verdad.
20 Lo que los justos y virtuosos, han disfrutado a través de los tiempos; lo que aquellas criaturas que vosotros llamáis: “santos” poseyeron, vosotros, lo tenéis. El mismo sol que alumbró a aquellos seres, os alumbra y vivifica; el mismo ambiente, los mismos elementos, la misma creación. La morada que he dado a los justos, la he dado también a los imperfectos; porque todos sois, en verdad, mis hijos muy amados.
21 Si sentís pesada vuestra cruz, no la hagáis más pesada de lo que ya es. Siempre tendréis un cirineo a vuestra diestra. Ese cirineo soy yo, pero ese cirineo, puede manifestarse a través de un ser humano, a través de una esperanza, a través de los prodigios y pruebas de amor que os voy entregando en el camino.
22 Os he llamado en este Tercer Tiempo, para cumpliros una promesa hecha en el Segundo Tiempo; y os he llamado, para despertaros espiritualmente y en vuestro despertar pudieseis contemplar los dones con que os he revestido.
23 No es que en este Tercer Tiempo, hayáis llegado ante mi planta para recibir nuevos dones. Desde el instante en que os hice brotar de mi propio seno, salisteis cada quien con su heredad, pero es que ni vosotros mismos, os habéis reconocido; es que todavía no habéis penetrado en vuestro propio interior, ni alcanzáis a comprender, la magnitud de los dones, que hay en vosotros mismos; no solamente en unos, sino en todos, porque aún en aquellos humanos más miserables que contempláis que se arrastran en su miseria por el polvo de la tierra, en ellos existe un espíritu, con dones ¡tan grandes! Como los que vosotros, podéis tener.
24 Yo, a todos he donado; pero esta revelación que os he venido a hacer en este Tercer Tiempo, comunicándome como Espíritu Santo a través del entendimiento humano, ha servido para que vosotros me reconozcáis, me comprendáis mejor y tengáis de vosotros mismos, mayor comprensión y conocimiento.
25 Mas, la comprensión que lleguéis a alcanzar de mi obra, dentro del tiempo en que me he manifestado a vosotros en esta forma, no es la mayor comprensión que vais a alcanzar de lo divino, de lo espiritual. Seguirá vuestro espíritu, penetrando en mí, seguirá avanzando por el camino del espíritu; y en su jornada, se irá desarrollando, irá creciendo en sus virtudes, en su capacidad, en su conocimiento; irá reconociendo más y más, la grandeza que el Padre ha puesto en cada uno de vosotros, grandeza: en la humildad, en las virtudes, en el amor no grandeza terrestre ni vanidosa, no la falsa grandeza de los hombres; sino la real grandeza de los espíritus elevados.
26 De estos dones, que habéis desarrollado en el Tercer Tiempo, ni vosotros mismos sabéis qué manifestaciones tuvisteis en otras existencias humanas, de tales dones; mas, ellos, han venido desarrollándose en vosotros con el paso de los tiempos, con la evolución de vuestro propio espíritu.
27 Llegado el tiempo, la hora propicia de que la semilla que yo deposité en vuestro espíritu, germinase bajo la lluvia cristalina de mi palabra, de mi enseñanza y de mi luz, habéis visto el cumplimiento de todo esto en este Tercer Tiempo.
28 Ha llegado el tiempo propicio, para vosotros; y todos aquellos que estabais ya preparados, que solamente esperabais el momento, habéis germinado, habéis florecido y fructificado también.
29 El fruto se está madurando, en el corazón de cada uno de vosotros; la semilla, no ha brotado todavía, pero madurará; y cuando ese grano en lleno y fecundo se encuentre, yo os esparciré por todos los puntos del orbe, para que esa semilla, la sembréis en todos los demás.
30 Diferentes dones os he confiado, en verdad; pero todos esos dones, unidos, forman uno solo; todos esos dones, juntos, son: la armonía espiritual, la paz; son el reino del Padre, dentro del corazón de los hijos.
31 Escudriñad el cosmos, estudiad la naturaleza y veréis cuántas criaturas, cuántas cosas, cuántos seres, unos desempeñando una misión, los otros otra, millares y millares de destinos diferentes marcan el sendero de cada cosa, de cada mundo y de cada átomo; y la unión de todos esos destinos, la armonía de todos esos seres, de todas esas criaturas y cosas, es lo que da la paz, la perfección a toda la creación.
32 Así pues, vosotros, no miréis diferencias en vuestros dones. No os envidiéis los unos a los otros.
33 Cada don, es grande. Todos son igualmente grandes. Unos necesitan el cumplimiento de los otros; y todos en armonía, forman el verdadero reinado de paz, de perfección y de fraternidad.
34 ¿Conocéis, por ventura, el número de los que me han escuchado en este Tercer Tiempo? Ni siquiera lo podéis calcular.
35 Muchos, han sido los llamados; y pocos, los que se han entregado a mi obra igual que en aquel Segundo Tiempo, millares y millares oyeron la palabra de Jesús, multitudes y caravanas acudían a los caminos por donde el Maestro divino pasaba, para escuchar su palabra, ¡cuán pocos fueron los que creyeron, cuán pocos los que le amaron y cuántos, cuántos los que juzgaron al Maestro, como a un impostor!
36 Desde antes de la llegada del Maestro, del mesías, a su pueblo, los patriarcas y los profetas lo estaban anunciando; y aquel pueblo, en su esclavitud, en su dolor, ansiosamente esperaba al mesías, a su redentor, a su salvador.
37 Cuando el mesías llegó, cuán pocos estaban, en verdad, preparados para sentirlo y reconocerlo, para comprender su palabra, para mirar su verdadera faz, para sentir la iluminación interior de la fe en él. Cuán pocos, en verdad, sentían la esencia de aquella divina palabra y ¡cuántos, cuántos se detenían para escudriñar el exterior de aquel hombre! ¡Cuántos se confundían y se confundieron, ante su pobreza material!
38 Cuántos, escudriñando su cuna, también le juzgaron como a un mentiroso; y muchos fueron también, los que contemplando la pobreza de sus discípulos que le seguían, dudaron de la grandeza de aquel Maestro. si él es tan poderoso decían, si él, posee un reino, ¿por qué no les da tan solo una parte, a los que le siguen? ¿Por qué llevan la apariencia de mendigos?
39 Cuando contemplaban también, los fariseos, que aquellos hombres en su humildad sentábanse a la mesa, sin lavar sus manos, se escandalizaban y por estas pequeñeces, ponían en duda la realeza de aquel Maestro; y aquellos que no creyeron en el Maestro, que no creyeron en que en él, se cumplía la venida del mesías, aún le están esperando a través de los siglos y de las eras, aún le están esperando en este tiempo.
40 Todas las señales del advenimiento del salvador, finalmente se cumplieron; todas las profecías se cumplieron, justificando a los profetas. Todos los acontecimientos anunciados también, como señales posteriores a la partida del Maestro, se cumplieron; y sin embargo, aquel pueblo judío, sigue esperando a su mesías; y, el mesías, ha vuelto entre los hombres.
41 Es el mismo Espíritu Santo, el Padre creador de todas las cosas, el Espíritu universal; él ha venido sobre la nube espiritual, no encarnado, sino en Espíritu, como lo contemplaron ir de este mundo al más allá, rodeado de ángeles, rodeado de su mundo espiritual de luz, de los seres luminosos que habitan las regiones elevadas del espíritu, para traer un mensaje y en cumplimiento a una promesa hecha a la humanidad.
42 Y vos, pueblo amado, habéis tenido al Espíritu Santo comunicado por el entendimiento humano, a través de un corto tiempo; y habéis tenido a las huestes espirituales, a los mensajeros y enviados del Padre Celestial, comunicados en la misma forma a través de un hilo fluídico; y el rumor de este acontecimiento, ha atraído a las grandes muchedumbres; y entre las grandes multitudes que me han venido a oír en pleno Tercer Tiempo, yo reconozco y descubro, a aquellos que en otro tiempo me negaron, a los que de mí dudaron; contemplo también, esparcidos por todo el orbe, a aquellos que aún me esperan, como Maestro.
43 Entre los que me han oído y escuchado en este Tercer Tiempo, cuán pocos han sentido la esencia de mi palabra; cuán pocos han sabido penetrar, por la verdadera puerta de la Verdad, para descubrir mi obra y mi presencia; pero ¡cuántos, cuántos se han detenido ante las imperfecciones de mis hijos; cuántos se han detenido a escudriñar la vida humana de mis discípulos, sus actos y sus palabras. Cuántos se han confundido ante esta revelación, tomándola como obra de superchería y brujería.
44 Así como en el Segundo Tiempo me juzgaron los hombres, al contemplar que Jesús, tenía dominio y fuerza sobre los espíritus y sabía libertar a los poseídos de ellos; y era juzgado, como hechicero. Ahora también, los hombres juzgan mi obra en esta forma y eso es obstáculo para muchos, el hecho de que mi mundo espiritual de luz se comunique entre los hombres; pero el tiempo estaba marcado para depositar esta gracia entre los hombres: la comunicación por medio del espíritu, el acercamiento de los mundos materiales hacia el mundo espiritual, el acercamiento y comunicación de los espíritus, para amarse y reconocerse. Yo he traído esta gracia y este don a vosotros; no ha sido el hombre.
45 La intuición de la humanidad, ha mucho tiempo le hizo comprender la existencia de estas facultades; los dones, ya latentes, como el Maestro, os ha dicho: en el hombre les hizo adelantarse muchas veces, a esta revelación y a esta concesión; pero el Padre, que sabe hasta dónde puede y debe permitir los acontecimientos, así os lo concedió como señales precursoras a esta revelación divina.
46 Ahora os he venido a conceder de lleno la comunicación del mundo espiritual de luz entre vosotros, para que ellos fuesen los explicadores de mi palabra, para que viniesen a revelaros grandes conocimientos de la existencia espiritual, para que vinieran en vuestro propio sendero, a reanimaros con su palabra y ejemplo.
47 Entonces, vuestros oídos se asombraron, al percibir la voz de aquellos seres, que es voz que viene de la vida eterna y no de la muerte, como vosotros creíais; pero en verdad, el Padre, os dice: el espíritu, no pasa por la tumba, el espíritu nunca pasa por la muerte; el espíritu, pertenece a la vida verdadera, pertenece al espacio, al infinito y a la luz
48 Y si en los tiempos pasados, yo os prohibí la comunicación con estos seres; ahora, os la he venido a permitir, lo he venido a ordenar y lo he venido a enseñar; y no es todo lo que os he de decir, ni es todo lo que os he de descubrir, porque, en verdad, os digo: en tiempos venideros, cuando en verdad, la comunicación de los espíritus se desarrolle y se establezca en todos los mundos; entonces, este mundo y otros, verán manifestaciones grandes y maravillosas.
49 Los que están escuchando mi palabra, a través del entendimiento humano, saben que están oyendo al Espíritu Santo; no a la palabra ni la voz del hombre, sino el cumplimiento de una revelación prometida; pero muchos de los que me han oído y me han vuelto la espalda, seguirán esperando la venida del Espíritu Santo y quedarán como el pueblo judío, en espera del cumplimiento de esa promesa. Mas los unos y los otros, al final despertarán.
50 Los que se han detenido para analizarme a través de sus ciencias humanas, a través de su mente confundida, de sus prejuicios, de sus confusiones; los que se han intimidado ante la espiritualidad de mi obra que aconseja el desprendimiento, el despojamiento de las influencias y las cosas terrestres; los que habiendo oído mi palabra, la han juzgado como una Ley imposible para el hombre, de cumplir.
51 Los obstinados en el pecado, los que no quieren que mi enseñanza los persiga como un reclamo, como un juez inexorable que juzga cada uno de sus actos; y también los tradicionalistas, los que respetando y conservando antiguas tradiciones, temen, no tienen valor suficiente, para entregarse a mí, para romper sus cadenas y arrojarse en brazos del espíritu divino, y decirle: ¡Padre, yo te pertenezco y tú eres todo mío! Todos ellos, tendrán que esperan grandes pruebas, mayores acontecimientos que la humanidad hasta hoy, no ha visto; para que así, puedan despertar. ¿Por qué? Porque se han estacionado en el camino y se han detenido
52 Los que aún esperan la venida del mesías, como vino en el Segundo Tiempo; esos se han detenido, no han caminado, se han entregado solamente al mundo, al reino de la tierra, a los tesoros temporales, a los honores terrestres; y cuando despierten para el Espíritu Santo, grande tendrá que ser su caminata y vertiginosa su carrera.
53 Los que se detengan en este tiempo, todavía, en espera de la venida del Espíritu Santo y lo sigan esperando, teniéndolo en ellos mismos, también tendrán que lamentar. Esos tendrán que padecer y buscarlo por una y otra parte, hasta que al fin, por medio de las pruebas, despierten y digan: ¡Maestro! Tú eres el que te manifestaste por el entendimiento humano. Tú, el que enviaste tus huestes espirituales. Tú, el que hablaste con amor. Tú, aquel que te dejaste herir y blasfemar por los incrédulos y también su paso, tendrá que ser rápido.
54 No con esto, el Maestro, quiere decir que estáis ya cerca de la meta, ni a las puertas; pero sí, el Padre os dice, alentando a vuestro espíritu: que no os habéis detenido, que habéis sabido descubrir la esencia de mi palabra en donde ella estaba, que sí habéis tenido la fe en mí, que sí habéis tenido el valor espiritual para pasar sobre los obstáculos, sobre las espinas y seguirme, paso a paso.
55 Yo contemplo el corazón de muchos de mis hijos, sangrante, porque los mismos vuestros se levantan delante de vuestro paso; porque los mismos vuestros, ya sea en el recogimiento de vuestro lecho, ya en la oración o en cualquier instante de vuestra vida, levantan su mano, desenvainan su espada de doble filo y os hieren sin piedad; pero todo esto, sea como prueba, para vuestra fe, firmeza y fidelidad. Esperad
56 ¿Quién de vosotros, no ha sembrado en el corazón incrédulo de los vuestros, una simiente de amor, una simiente de fe, en esta obra y en esta revelación? Sólo falta que esperéis, que sigáis cultivando esa simiente.
57 Si debéis cultivarla con vuestras palabras, que sea vuestra palabra como un riego fecundo; si ha de ser con vuestro silencio, que sea vuestro silencio, el ejemplo sano de vuestra vida, haciéndolo con hechos; si ha de ser con vuestra oración, vuestra oración limpia que llega hasta mí, fecundará también la simiente que con tanto amor y cariño habéis sembrado en el corazón de vuestros seres amados.
58 Es tiempo de pruebas para mi pueblo, es crisol; y así tomadlo vosotros, porque grande será vuestra alegría y vuestro triunfo en el instante en que los que permanecieron más indiferentes e incrédulos ante mi palabra, ante mi obra, cuando menos lo esperéis, recibáis la sorpresa, el prodigio, la iluminación de aquel espíritu que confiese haberme contemplado, haberme escuchado en la cúspide de la montaña hablándole de Espíritu a espíritu.
59 Os estoy hablando, con la palabra prometida en el año 1947. Yo os dije, pueblo, que los tres últimos años de mi estancia en esta forma entre vosotros, sería una imagen de aquellos tres años que en el Segundo Tiempo prediqué entre el pueblo; y que en estos últimos instantes, yo vertería sobre vuestro espíritu, lo más grande de mi enseñanza, lo más elevado de mis lecciones . Yo lo estoy cumpliendo.
60 ¡Bienaventuradas las congregaciones que en verdad se preparen, porque gozarán el cumplimiento de mi promesa! ¡Ay! ¡Ay de los que no se preparen, porque ellos no podrán recibir!
61 Sois vosotros, como una fuente. Si esa fuente está limpia, al recibir las aguas cristalinas que yo vierto en esa fuente, esas aguas no se contaminarán, permanecerán puras como yo, que soy el manantial divino, se las envío; mas, si la fuente, no se encuentra limpia; si en su fondo hay cieno, las aguas por limpias y puras que sean, al caer en el interior de la fuente, tendrán que contaminarse. Mas, como la sed prevalece aún en las multitudes, las aguas tendrán que ser bebidas: puras o impuras.
62 Mucho he enseñado a mis discípulos y también os he dicho que si en aquel Segundo Tiempo, todos los méritos corrieron a mi cargo, que si yo vine a impedir el derramamiento de sangre para inmolarme como cordero en aquella pascua y poder decir al Padre: “que éste mi sacrificio, sea el precio del rescate de toda la humanidad” ahora, he venido a decir a vosotros, que sois aquellos: no todos los méritos los he de hacer yo sois los discípulos adelantados; y algo, tendréis que poner de vuestra parte; y ese algo, es vuestra preparación espiritual.
63 No he venido a pediros imposibles, no he venido a obligaros a hacer milagros delante de mí, no he venido a poneros delante de los incrédulos para someteros a prueba, para que hagáis prodigios delante de aquellos. Solamente he venido a pediros lo posible: un átomo de amor, de fe, de entrega hacia mí y todo aquello que no ha estado al alcance de vuestra mano. Yo lo he hecho yo siempre he puesto mi parte, pero he esperado la vuestra.
64 Si entre vosotros, he contemplado un átomo de preparación espiritual, si he hallado comprensión en vuestro espíritu, si he descubierto en el fondo de él el anhelo de volar hacia mí, de acercarse a mí y prepararse en el camino; el Maestro entonces, no ha tenido algo más que hacer, sino cumplir con su promesa, de derramar en sus discípulos, ansiosos de sabiduría divina sus mejores lecciones .
65 Y si el Maestro, ha contemplado congregaciones de aletargados, de empedernidos, de materializados. ¿Creéis que el Padre, no ha derramado allí, sus complacencias? Sí, sobre todos sus discípulos, el Maestro derrama la misma lección pero si el Padre, no contempla a todos sus hijos escogidos debidamente preparados, como él se los ha enseñado, entonces, mi pueblo, no os es posible a todos vosotros, el recibir en todo lugar: la misma esencia, la misma pureza, la misma palabra.
66 Os estoy confiando el libro de los tres últimos años; y mis plumas de oro, incansablemente anotan mis divinas inspiraciones. Mi pueblo, formado por discípulos y párvulos, graba en lo más profundo de su conciencia, la palabra de su Maestro; va formando en su memoria espiritual, su álbum; el libro que el Maestro, está legando a todo su pueblo y a la humanidad.
67 ¡Bienaventurados aquellos que han nacido para la obra, para la revelación del Tercer Tiempo, en esta última etapa, porque estáis recibiendo el mejor fruto de vuestros hermanos.
68 El fruto del Padre, ha sido el mismo; mas, desde el principio el fruto de vuestros hermanos que se han consagrado a mi servicio, no ha sido el mismo; en sus primeros pasos estaba el titubeo, la duda, el error, la materialización, como defectos naturales; pero el Maestro, con su enseñanza y los discípulos, con su ahínco, fueron haciendo que cada día el fruto se perfeccionase; y ahora lo podéis recibir, si no en plena perfección, sí con mayor madurez, con mejor sabor y con mejor color.
69 Faltan unos instantes para ser levantada mi palabra; y es la voluntad del Maestro, que: su manifestación se perfeccione aún más, en los últimos instantes. ¿Cómo podréis lograr esto, discípulos amados? Con el ahínco y la preparación que habéis demostrado pero de ese ahínco y esa preparación, vayan a más y más, cada día y cada instante. No por ciega ambición ni por desenfrenada vanidad, de ser los primeros; no, en verdad, sed humildes, sed los últimos.
70 Si formáis parte de aquellos que han sido desconocidos, abandonados y juzgados, no temáis. No sintáis en vuestro corazón estas vicisitudes; y pensad que lo que estáis recibiendo del Padre, en estos instantes que son los últimos, no será para el presente, sino para el futuro. Hoy, no seréis comprendidos ni bien recibidos.
71 Escuchad: aun llevando este tesoro a vuestros propios hermanos, aun la cátedra más perfecta que llevaseis como un presente de amor, será juzgada como algo imperfecto y vuestro corazón, será lacerado y traspasado; pero aguardad unos instantes y entonces este libro que os he venido a confiar y que por vosotros, será llamado: “el libro de los tres últimos años” será buscado por el pueblo, será exigido por muchos y será alimento, será sustento para grandes multitudes.
72 En su contenido se buscarán: revelaciones, órdenes, bálsamo en su contenido, buscarán ávidamente las multitudes, formadas por primer os y postreros: las revelaciones que el Maestro, no dijo a todos, habiéndoles entregado a todos las revelaciones: que no fueron escuchadas por todos, porque no todos se han sabido preparar.
73 Guardad celosamente, estas lecciones . Y en el instante, en que tengáis que entregarlas, sed entonces pródigos, sed bondadosos; y no alberguéis jamás, un átomo de egoísmo.
74 Si algún día, escuchasen vuestros oídos que lo que a vosotros os entregué, otros dicen que a ellos, les fue entregado; no temáis; y pensad y recordad, que el Maestro os dijo que esto, era para todos.
75 Si durante un tiempo, mi enseñanza, va a concretarse al pueblo de Israel; si por un tiempo, mis lecciones, van a estar encerradas y cautivas entre estas multitudes de mi pueblo y mis discípulos; el momento llegará, en que ese cerco quede roto; y entonces, las doce puertas de la nueva Jerusalén, se abrirán; para que por ellas, salgan los emisarios y por ellas, penetren los peregrinos.
76 No señalo yo, el tiempo de estos acontecimientos, pero ello será, ellos llegarán; y para ello, yo os preparo; para que vosotros, preparéis también con amor, a las nuevas generaciones.
77 No olvidéis a los niños. Mirad siempre detrás de los niños, un espíritu grande que se levanta; un espíritu que a través de una pequeña envoltura, se encuentra atado e indefenso. Tened caridad de él, y no miréis nunca un niño; mirad siempre un espíritu.
78 Recordad que yo en aquel Segundo Tiempo, entregando mi palabra a las multitudes, acercábanse a mí los inocentes, los pequeñitos; y algunos de mis discípulos, trataron de apartarlos para que no interrumpiesen acto tan solemne; mas entonces, yo reprendiendo dulcemente a mis discípulos, les dije: “dejad que los niños, se acerquen a mí.”
79 También a vosotros, os digo: dejad que los niños disfruten también desde sus primeros pasos espirituales en este tiempo, del manjar que a vosotros yo he brindado.
80 Ved como la intuición de los espíritus, aun a través de los infantes, les dice siempre: que Dios es invisible al ojo humano, que Dios existe y está en un más allá y está en todas las cosas.
81 Esa intuición, aprovechadla discípulos y convertid a los niños, en vuestros propios discípulos, para que les llevéis paso a paso, por la senda firme de la espiritualidad de esta obra espiritualista, que os he venido a trazar una vez más a vuestro espíritu.
82 En mi palabra, todo os lo he entregado en verdad; mientras el Maestro, entrega su divina lección e incansablemente habla a los discípulos, los discípulos, mentalmente hablan también a su Maestro.
83 Unos, interrogan de los conocimientos espirituales; otros, forman interrogación sobre el futuro de la vida terrestre. Unos, solicitan luz espiritual; y otros, piden al Maestro un báculo para seguirme, apoyándose en él, mientras caminan en la tierra.
84 Unos dan al Padre; y otros le piden. Unos dan gracias; otros piden beneficios y caridades; y a todos, el Maestro complace. De mi mano divina a la vuestra, sea mi caridad y mi amor, ¡oh pueblo!
85 ¡No vengáis a la puerta de mi reino, cual pordioseros! ¡No me pidáis en el nombre de María, ni me pidáis en el nombre de aquellos justos que moran en el más allá! ¡No extendáis ante mí, vuestra mano, como lo hacen los pordioseros a vuestra puerta! ¡Venid a mí, como mis propios hijos! ¡Venid a mí, como mis discípulos! Venid a mí, como mis pequeños muy amados y pedid, ¡pedid que se os dará!
86 ¡Pedid, en vuestra paciencia! ¡Pedid, en vuestra conformidad! ¡Pedid en vuestro silencio, en vuestra esperanza! ¡Pedid en vuestra fe, mi pueblo! No hace falta que me pidáis con la palabra ni aun con el pensamiento. ¡Esperad! Yo todo lo sé. Sé lo que os hace falta. Sé lo que os debo entregar y lo que no. Yo conozco el instante oportuno en que debo entregar algo a vosotros. ¿Qué debéis hacer, entonces, mis hijos? Caminar, velar y orar cumplid con vuestros deberes; y entonces, yo cumpliré con los míos.
87 No desconfiéis, cuando la prueba sea, en verdad dura; cuando el fardo pese mucho o el cáliz sea muy amargo, allí estaré yo.
88 Si invocáis mi caridad tratando de ablandar el corazón divino, en el nombre de María, la madre del redentor, yo os digo: mi corazón, no es duro; y ese manto maternal, no os deja de cubrir jamás. Es el amor materno y divino que viene de Dios hacia todas las criaturas; es el amor celestial que el Padre reveló en el Segundo Tiempo a los hombres, enviando su esencia de amor maternal, su ternura divina, llamada: María a encarnarse entre vosotros, para ser bendita entre todas las mujeres, para que de su seno precioso y puro, brotara el cuerpo que había de albergar la semilla de Dios, la palabra divina, la vida eterna del espíritu.
89 Si os sentís manchados e indignos a veces para pedir al Padre, podéis llegar por el camino de la preparación, a la fuente del arrepentimiento; en esa fuente, podréis purificar vuestras faltas, examinar vuestra conciencia y formar propósitos de mejoramiento y de adelanto para vuestro espíritu y para vuestra carne; y una vez así, podéis elevar humildemente vuestra vista espiritual para contemplar mi faz de Padre, mi faz divina, que no se oculta jamás, que podéis mirarla con la mirada de vuestro espíritu, de vuestra fe y de vuestra esperanza. Así, miradme, como a un Padre; no como a un rico poderoso que él todo lo tiene; y que vosotros, nada tenéis.
90 Ya os dijo, el Maestro: llamad a mi puerta pero con la voz del hijo, que llama al Padre; no con la voz del pordiosero.
91 No con esas lamentaciones, busquéis conmover mi compasión; porque entonces el Padre, tendrá que reclamaros que lo miráis como a un desconocido, como a un extraño; y yo quiero que ya me reconozcáis, como lo que soy en verdad: vuestro Padre Celestial.
92 Si a vosotros, os dejo inundados de paz y de bálsamo y en este día, renuevo vuestra esperanza y fe en vuestros corazones; vosotros: elevad vuestra oración de paz, por todo el universo que yo, escuchando esa plegaria espiritual, derramaré sobre vuestros semejantes: dones, gracias, bendiciones y perdones como los que vosotros, habéis obtenido una vez más, en este día de gracia.
¡Mi paz sea con vosotros!
97. La unión de los tres testamentos
Domingo 25 de junio de 1950
1 Discípulos amados: vedme nuevamente convertido en Maestro de maestros y buscando a vuestro espíritu, para entregarle una nueva lección.
2 Mi palabra de Maestro se hace bálsamo entre vosotros; y en pos de este bálsamo, venís a escuchar mi divina palabra.
3 Todo vuestro ser se conforta y vuestro espíritu se consuela, porque vivís en tiempos de amargura y de luchas, porque doquiera que poséis vuestra planta sentís el abrojo que se eleva en vuestro pie; mas, cuando el dolor penetra en vuestro ser, eleváis el pensamiento en busca del Maestro para mostrarle conformidad, resignación ante las pruebas.
4 Desde el Segundo Tiempo yo os prometí el consuelo, un gran consuelo que no sabíais cuando vendría; mas ese gran consuelo, había de venir en el tiempo en que la paz huyera de este mundo, en que el amor y la caridad no existiesen en el corazón de los hombres; y, ¡he aquí el consuelo entre vosotros! ¡He aquí el calor de mi espíritu divino, cómo os envuelve! No solamente a los que me escuchan a través del entendimiento del hombre, sino en todo el universo, hago sentir en este Tercer Tiempo: mi calor, mi consuelo y mi fuerza
5 Y os digo a vosotros que formáis mi apostolado en el Tercer Tiempo, que de cerca me habéis tenido y escuchado a través de estas manifestaciones: ¡bendito seáis por vuestra fortaleza, por vuestra conformidad y elevación espiritual entre las pruebas que he permitido entre vosotros, porque el dolor os ha purificado.
6 Pero el Maestro, os dice, ¡oh! Discípulos: no es únicamente el dolor el que os ha de llevar a mi diestra. No son solamente los sufrimientos los que den perfección a vuestro espíritu.
7 El dolor, lava las manchas espirituales, morales y físicas, es obstáculo en algunas ocasiones y es freno a las pasiones humanas; es motivo, para: la meditación, para el arrepentimiento, para la comprensión de los sufrimientos ajenos mas, la elevación espiritual y el perfeccionamiento del espíritu, se alcanzan solamente en la práctica del amor y de la caridad.
8 Dejad entonces que el dolor os lave cuando él llegue. ¡No lo llaméis nunca! Dejadle que llegue, cuando él deba acercarse a vosotros.
9 ¡No busquéis el dolor; buscad la paz, buscad el bienestar y la alegría para vosotros y para los demás! Deseadla para todos, porque yo soy el Dios de la paz, de la alegría y de la luz. Soy el Dios de la esperanza y el realizador de todas las esperanzas de mis hijos.
10 Cuando el dolor penetre en vosotros, dejad que cumpla su misión; pero pensad que para ascender por la escala de perfección, de elevación espiritual, no debéis conformaros con ser fuertes y resignados en el dolor, que en el dolor o fuera de él, debéis siempre pensar en las penas de vuestros semejantes; debéis tener caridad de los demás y amar a vuestros hermanos; entonces, vuestro espíritu habrá hecho grandes méritos, habrá vencido al egoísmo humano, habrá vencido el amor propio de la envoltura y se habrá elevado sobre las miserias de esta tierra, se habrá elevado como el buen discípulo del Divino Maestro.
11 ¿Quién de vosotros no desea la verdadera paz sobre este orbe? ¿Quién de vosotros no anhela la luz de la paz, de la virtud, de la alegría en el corazón de todos los hombres? ¡Todos! En verdad.
12 Mas yo contemplo que vuestro corazón ha penetrado en una resignación con el dolor, en una gran conformidad con las pruebas; y yo por ello, os bendigo, pero además, aliento en vosotros la esperanza de un cambio en vuestra vida.
13 No desesperéis, no penséis que no vais a contemplar más en vuestro corazón o en el de los vuestros: la paz que en tiempos pasados, iluminó el corazón y los caminos de toda la humanidad para eso yo os estoy enseñando y preparando, para limpiar y preparar las tierras y los caminos: con vuestros pasos virtuosos, con vuestras oraciones, con vuestros consejos de sabiduría aprendidos de mí, con vuestras obras espirituales, obra de amor de este modo, estáis preparando este orbe y lo estáis haciendo digno de que el reino del Padre, penetre nuevamente en el corazón de sus hijos.
14 No os resignéis con que este valle de lágrimas, sea siempre valle de lágrimas. Yo quiero que por el cumplimiento y la regeneración vuestra, se regeneren las naciones, las razas y los pueblos; y por esa regeneración, el valle de lágrimas se convierta en valle de amor y de paz.
15 ¿No acaso desde los tiempos pasados, he venido a proponer a los hombres el reino de los celos! ¿No lo he traído yo en mi palabra y en mis manifestaciones divinas? ¡Preparaos, entonces! ¡Oh! Discípulos, para que la fuerza de vuestro espíritu abra brecha, abra sendas, apareje los caminos y seáis como precursores en el camino de los hombres, para mi llegada espiritualmente hacia ellos.
16 Yo haré nuevas todas las cosas. He concedido libre albedrío al hombre, le he confiado el planeta, le he dado potestad y dominio sobre todas las cosas, elementos, substancias y seres, para que forjara su morada; pero desde el principio del hombre, desde el principio del espíritu, yo me he mostrado como Ley de amor y de justicia; yo me he multiplicado en preceptos, en máximas, en ejemplos.
17 Yo he hecho de la existencia terrestre, de su naturaleza, un verdadero y perfecto libro para el espíritu del hombre, para que no se perdiera nunca en las sendas tortuosas, para que el hombre siempre encontrara el camino, aprendiendo del gran libro de la vida, escrito y creado por la mano de Dios.
18 Mas ha llegado un tiempo en que he de llamar la atención de todos los hombres y he comenzado por vosotros, los últimos, los pobres y humildes, para convertirles en apóstoles de esta verdad, en profetas de los acontecimientos que han de ser, en testigos fieles de mi tercer advenimiento entre los hombres; y a través de vosotros y en forma directa, de Espíritu a espíritu me manifestaré a todos los hombres en esta era de luz.
19 Mi rayo es universal, mi advenimiento espiritual es para todos; y en esta llamada de atención, a toda la humanidad reclamaré; yo haré justicia, yo pondré cada cosa en su sitio y todo lo destruido lo renovaré, todo lo profanado dignificaré y echaré nuevos cimientos para una nueva vida de esta humanidad.
20 Destruiré todo lo inútil y superfluo; destruiré de la existencia humana de los hombres todo lo perjudicial, combatiré toda idolatría y todo vicio, la soberbia, el egoísmo, la hipocresía; y mostraré una vez más a la humanidad, la Ley inmutable, la de todos los tiempos, la eterna, que una vez más os estoy recordando; y entonces, sentiréis, en verdad, la cercanía de mi reino, la presencia del Padre en vosotros mismos. Dentro y fuera de vosotros, mi presencia será sentida y mirada con profundo respeto, con elevación espiritual, con verdadero amor y culto.
21 Los días felices de los patriarcas volverán, los días felices en que las familias por largos años vivían unidas en el amor y solamente la muerte les separaba; volverán los tiempos en que mandatarios magnánimos y justos gobernaban los pueblos de la tierra, también han de volver.
22 Yo todo lo tengo preparado y esos tiempos serán de luz y de gran progreso para el hombre, porque la experiencia, la luz, la elevación, todo lo que la humanidad en sus grandes luchas, en sus caídas, en sus errores, en sus aciertos, haya recogido en el camino de la vida, yo se lo dejaré como cimiente, como experiencia, como verdadero conocimiento y conciencia de lo que es el bien y el mal, de lo que es la luz y la tiniebla.
23 Y cuando las tierras espirituales, preparadas se encuentren, ya vendrán a este mundo los grandes sembradores, los grandes guías, los grandes patriarcas, los buenos mandatarios y los jueces justos.
24 Cuando esos espíritus de gran luz, encarnados hayan surgido entre los hombres, la humanidad, entonces sorprendida de la fuerza, de la bondad, de la energía de ellos, se preguntará a sí misma: ¿y estos, quiénes son? ¿Acaso es David que vuelve a la tierra? ¿Es salomón? ¿Será Elías? ¿Habrán vuelto los profetas del Primer Tiempo? ¿Serán los apóstoles del Maestro, los del Segundo Tiempo?
25 Así los hombres se preguntarán; pero esto lo guardaré yo en misterio, hasta que todos volváis al más allá y entonces sepáis a ciencia cierta quienes fueron los que vinieron en esta era entre vosotros.
26 Vosotros que estáis presentes en este instante, escuchando mi palabra, decís en lo profundo de vuestro corazón: esos tiempos no alcanzaremos, esos tiempos venturosos, no podremos vivir
27 Pero el Maestro, os dice: yo voy a permitir que aunque esos tiempos que yo os pronostico estén distantes, más allá del alcance de vuestra presente existencia humana, yo permitiré que la ventura, la paz, el bienestar penetren en vuestro corazón, en vuestra presente existencia; y ello, será como un anticipo, de la dicha que esta humanidad experimente.
28 Y, ¿quién o quiénes de vosotros, pueden saber si yo les he de enviar a habitar este mundo en aquellos tiempos, a recoger el fruto de vuestra paciencia, de vuestra fortaleza, y de vuestra conformidad en el dolor? Y entonces, aprenderéis a practicar el amor y la caridad en medio de vuestro bienestar, aprenderéis a glorificar al Padre en el momento supremo de vuestros goces; y cuando estéis envueltos en aquel ambiente de beatitud y de tranquilidad, iréis en busca del necesitado; será entonces, cuando más os acordéis del que sufre y de ese modo yo os mostraré que en medio de la paz, que en medio del bienestar podéis practicar mi enseñanza y que si el dolor lava; el amor santifica.
29 Para eso, os estoy preparando, mis discípulos, para nuevos tiempos que han de venir, os digo, en verdad: para que el reino de los celos penetre en el corazón de mis hijos; antes ha de pasar el hombre por mi justicia, antes se ha de purificar hasta el último rinconcillo de este mundo y cuando todo esté preparado, entonces mi reino de lleno entre vosotros será.
30 Mi reino ha principiado a acercarse con la venida de mi rayo universal hecho palabra viva, hecho voz humana entre vosotros en este Tercer Tiempo; a partir del año 1866, Elías, como anunció del Espíritu Santo, como precursor de todos los tiempos, vino a aparejar caminos y a despertar hombres, vino a iluminar conciencias y a hacer el llamado con su campana a las ovejas dispersas para que congregadas todas en el redil, escuchen la voz de su amo; y esa fue la preparación; para que en este tiempo el reino del Padre, el reino celestial, comenzase a acercarse entre vosotros.
31 ¿Quién que haya escuchado la voz del Maestro en este tiempo, no ha sentido por lo menos un átomo de paz en su corazón? ¿Quién no ha alcanzado para su sufrimiento, una gota de bálsamo o un consuelo? ¿Quién que se encontraba perdido en las sendas de tinieblas, no ha vislumbrado en mi palabra, un rayo de luz? ¿Quién que se hallaba cansado y como sin razón de ser, no ha encontrado en mi obra la verdadera razón de su existir?
32 Es el reino del Padre que se ha acercado entre vosotros; pero ese reino no se compone solamente del rey, porque un rey sin súbditos no puede ser rey y él ha venido con sus súbditos espirituales, ha venido con todo su reino a manifestarse, el como Padre y sus súbditos como hijos verdaderos del Padre y como hermanos verdaderos de vosotros.
33 Ese es el reino que tenía yo prometido; ese es el consuelo que tenía yo preparado para vosotros en estos tiempos; y a medida que vuestra preparación avanza, a medida que los tiempos pasan, mi palabra se va cumpliendo y mi reino se va acercando más y más.
34 Elías, en carro de fuego pasea en verdad, su Espíritu, por todo el universo, dejando una huella de fuego, ese fuego del Espíritu de Dios, que es luz que ilumina y es lumbre que abrasa, que calienta a los fríos de espíritu y de corazón; y si ha pasado él en su carro celestial por todo el universo; ¿habría dejado de pasar por las naciones de este mundo? En verdad, ¡no! Su luz ha sido con todos, su preparación igual.
35 Elías es el precursor, por eso con su paso, despierta a los espíritus; y si algunos permanecen aletargados todavía, es que esperan el nuevo llamado de Elías, el pastor incansable; y Elías como pastor incansable insistirá sobre los dormidos, sobre los profundamente aletargados hasta despertarlos.
36 Mas, los que van despertando abren sus ojos y por intuición presienten el tiempo en que viven, presienten la presencia del Padre, la trascendencia del momento; y su espíritu, se escapa del mundo para comunicarse con su creador, para invocarlo en su soledad, para clamarlo, para atraerlo hasta su propio corazón; los unos llamándole como Padre, los otros como Maestro, los otros buscándole aún como juez, pero todos, en verdad os digo, despertarán al igual que los que han despertado.
37 Y esos que despiertan, no son desatendidos en su súplicas ni en su elevación, son convertidos por el Padre, en sus discípulos; y con ellos, en verdad os digo, yo converso, yo me comunico, yo les preparo. Como no están perfeccionados ni ciertos de la comunicación de Espíritu a espíritu; tienen aún dudas e incertidumbres.
38 ¿Quiénes son aquellos que van a borrar la incertidumbre, de los que comienzan ya a comunicarse espiritualmente con mi divino Espíritu? Vosotros mis marcados, vosotros sois precursores, apóstoles y profetas; vosotros llegaréis con la palabra certera, con la enseñanza precisa, con la palabra clara y el testimonio rotundo de que yo estuve entre vosotros materializado en palabra humana y que sigo como Espíritu Santo estando presente y eterno en el espíritu de todos mis hijos.
39 Vosotros, les diréis la forma perfecta de sentirme y de acercaros a mí, vosotros les enseñaréis el verdadero culto espiritual y enseñaréis cómo se cumple con la vida espiritual y en la existencia terrestre y enseñaréis la justicia, el amor y la moral.
40 Si la humanidad descubre en vosotros, grandes dones y por ello se siente inferior a vosotros, vosotros dadle el conocimiento de que no hay seres superiores ante mí. Podrán existir los espíritus más avanzados en su perfeccionamiento, pero superiores, no los hay.
41 Os digo en verdad, que allí en la mansión de los justos, muy cerca de mi espíritu divino, existen grandes espíritus. ésa es la meta que señalo a cada uno de vosotros. Quiero que al final de las eras, cuando los tiempos desaparezcan, cuando los caminos cesen para vuestra planta y lleguéis al fin a ese oasis de paz celestial, todos seáis iguales en torno de mi mesa, iguales en la paz infinita y perfecta de mi hogar, de mi reino.
42 Por eso, cuando los hombres os admiren, os adulen, os inviten; hacedles comprender, que todos están donados en forma igual.
43 Yo os manifiesto en este día, que: cualquiera, varón o mujer, con voluntad y preparación, tiene y puede desarrollar su facultad, para percibir mi presencia divina y la del mundo espiritual.
44 Yo os declaro en este día, que: cualquier ser humano, puede su espíritu contemplar por videncia o miraje espiritual, el más allá y parte del futuro.
45 Yo, en verdad os digo: que cualquier fluido espiritual sea de varón o de mujer, sea de la edad que fuere, podrá sanar y hacer prodigios con voluntad y amor.
46 Mas si entre vosotros, he señalado a los que han desarrollado el don de profecía, el don curativo, el don de facultad para transmitir las voces del más allá, el don de aconsejar y de guiar muchedumbres; es porque he querido al señalar a cada uno de vosotros, daros una pequeña parte de cumplimiento dentro de mi obra; pero vuestro espíritu y vuestro cuerpo humano, han sido creados por mi en forma igual para todos; de un solo Espíritu habéis brotado y de una sola materia también.
47 Sin embargo, también haréis reconocer a la humanidad que solamente una parte cada quien, debe tomar en la obra del Padre; y esa parte, no se la vais a entregar vosotros; los dones, los cargos, no se los vais a dictar vosotros, solamente les prepararéis; para que ellos, en el fondo de su área, en el fondo de su propio ser, descubran el don y misión, confiados por el Padre, a cada uno de sus discípulos.
48 Ciento cuarenta y cuatro mil, son los señalados en este Tercer Tiempo; es una legión de espíritus, es un grupo que por mi voluntad he señalado y entresacado en todos los tiempos del conglomerado de espíritus, para entregarles una misión especial, una responsabilidad ante los demás y una restitución también, para prepararlos como guías, como apóstoles, como ejemplo.
49 Las doce tribus de Jacob en aquel Primer Tiempo eran numerosas, rebasaban en mucho el número de ciento cuarenta y cuatro mil; y sin embargo de aquel pueblo tan numeroso, me ha placido entresacar para el cumplimiento de este Tercer Tiempo, solamente ciento cuarenta y cuatro mil; a los cuales, les he entregado la misión de despertar a los espíritus en cuerpo y alma, de despertar a la humanidad, de conducirla por el camino del Espíritu Santo, por ese camino infinito, amplio y profundo que les acerca al Padre, que comunica al espíritu del hombre con los mundos más adelantados y con los mundos atrasados, que acerca a todos los espíritus, que les identifica y les hace reconocerse como hermanos e hijos del único Dios.
50 Por medio del acto material simbólico de la marca, muchos han sido señalados; pero otros en el camino de su propia existencia serán sorprendidos y les será revelado, ya por mi divino Espíritu, o por vuestro conducto, que pertenecen al número de los ciento cuarenta y cuatro mil; y la señal de que yo os dé, de que el número ha quedado cerrado, es una gran conmoción en vuestro planeta; y esa conmoción, ese acontecimiento no tardará mucho en venir a vosotros. Cuando eso sea y recordado muchos de vosotros estas palabras, diréis entonces, postrados espiritualmente ante el Padre: señor, ya estamos reunidos, ya nos has hallado y nos has señalado.
50 ¡Ay! ¡Ay, del universo en este instante! En verdad os dice el Padre, porque con ello haré comprender a los hombres que algo sobrenatural acontece, que algo más allá de los elementos, más allá de la voluntad del hombre, está aconteciendo y la mayor parte de la humanidad, temerosa penetrará en oración y en arrepentimiento.
51 Escrito estaba por la voluntad de Dios y anunciado por el profeta, juan, que en la plenitud del Sexto Sello serían señalados los escogidos del señor. He cumplido lo escrito. Se ha cumplid lo dicho y escrito por el profeta. Tened certeza de todo cuanto yo os diga.
52 Quien de vosotros, no comprende de lo que estoy hablando. Quien deja pasar, sin sentir o sin intentar sentir, la lección que vengo desarrollando entre mis discípulos.
53 Yo os he preparado a todos para comprender. He hecho clara mi palabra y mi manifestación la he limitado, la he simplificado para ponerme al alcance de todos mis hijos. No queráis encontrar mi majestad, mi grandeza en las formas exteriores. No busquéis todo ello, en la faz o en el aspecto de las envolturas por las cuales me comunico. Si alcanzan ellas un átomo de transformación espiritual, un átomo de transfiguración, es que se encuentran poseídas de mi gracia; pero buscadme en lo más profundo, en la esencia de mi palabra y allí de lleno me encontraréis.
54 Así mi rayo universal, posado entre vosotros, también se convierte en bálsamo, en enseñanza, en profecías y en recreo para vuestro espíritu; pero también la luz de mi rayo desciende en diversos grados a todos los ritos, a todas las ceremonias religiosas espirituales que celebra la humanidad.
55 En este instante estoy presente en todos los corazones, recogiendo el llanto de esta humanidad, dando caricia a la orfandad, dando caricia llena de ternura a la niñez, fortaleciendo el corazón de la juventud, recogiendo la fatiga de los ancianos, acompañando al solitario y a las abandonadas, sanando a los enfermos, escuchando hasta la última queja y cuita, tanto de los que saben pedir y orar, como de los que no saben; escuchando aún la blasfemia, de aquel que en su dolor blasfema, perdonándole su ignorancia.
56 Con todos estoy, no me aparto ni doblego al grande, ni desconozco al rico avaro, ni me aparto del egoísta; por el contrario, yo les contemplo como aquellos hijos que han tomado su heredad y se han alejado del Padre; en su riqueza me han olvidado, han olvidado que yo tengo más que ellos; y que un día, me van a necesitar. No invocan mi nombre, no buscan mi Espíritu. No me aman ahora, pero con ellos estoy.
57 Mis puertas están abiertas eternamente al arrepentimiento, mi corazón abierto siempre para los pobres, porque todos sois pobres; unos en la riqueza y otros en la miseria; pero trayendo siempre mis dones y mis beneficios para haceros ricos y haceros poseedores de los verdaderos valores, de los verdaderos bienes eternos, y si yo estoy en todos, ¡oh! Mi pueblo, ¿por qué no lo habéis de estar, también vosotros?
58 Quiero que también vuestro espíritu, elevado hacia el más allá, contemple a todos vuestros hermanos, que desde ese peldaño de mi escala infinita que alcance vuestro espíritu en la oración y en el amor, no distingáis a vuestros hermanos por religiones ni por sectas, ni clases, ni razas, que a todos contempléis con el mismo amor y les miréis con la misma fraternidad y caridad, que no murmuréis de los cultos o prácticas de los demás, que no os moféis del fanatismo o de la idolatría de vuestros semejantes; porque entonces, no estaríais practicando mi doctrina, como yo os la estoy enseñando.
59 La libertad espiritual yo la he concedido al espíritu desde los primeros tiempos, desde el instante de nacer de mí a los primeros espíritus, los puse en el camino de la libertad espiritual; y al hombre también desde los primeros tiempos le concedí libertad para pensar. ¿Quiénes son entonces, los que forjan las cadenas para las conciencias? ¿Quiénes son los que cautivan y atemorizan a los hombres y a los espíritus? ¿Quiénes son aquellos que cautivan a los espíritus anatematizándolos? Son los malos ministros y los malos guías espirituales de la humanidad, los que se dejan sorprender por la tiniebla para conducir por falsos caminos al espíritu de la humanidad; pero en todos los tiempos yo he venido a proponer mi Ley de amor, pero nunca a imponerla.
60 ¡Jamás he castigado a un espíritu, porque no me ame o porque no cumpla con mi Ley! Yo solamente permito la prueba sea en él, le detengo, le amonesto, le toco amorosamente, le proporciono los medios para su redención; pero nunca le castigo. Menos podría vengarme. En el espíritu divino de vuestro Padre Dios, sólo hay amor y no puede haber venganza.
61 Entonces, vosotros, mi pueblo, no pretendáis que todos los hombres piensen o crean como vosotros lo hacéis. Vosotros nunca anatematizaréis a la humanidad, no arrojaréis sentencia ni condena sobre aquel que no os oiga, sobre aquel que no acepte vuestra proposición, vuestra enseñanza o vuestros consejos. Con el más profundo respeto y con la verdadera caridad espiritual, contemplaréis a todos vuestros hermanos. Por eso sabéis que cada quien en su culto, cada quien en su doctrina, cada quien en su camino ha alcanzado el sitio a que le ha dado derecho su capacidad espiritual. Que allí en el punto en donde vosotros contempléis a la humanidad, es hasta donde ha alcanzado la evolución de ella misma.
62 Vosotros solamente vais a proponer el espiritualismo, el tercer mensaje de Dios a los hombres, porque el primer mensaje fue del Padre en el Sinaí, el segundo mensaje fue el de Cristo y el tercer mensaje el del Espíritu Santo, porque en este tercer mensaje están unidos todos: los mandamientos de la Ley, todos los preceptos, todas las palabras, todos los testamentos que Dios ha legado a sus hijos.
63 Llevad este rico mensaje, este hermoso mensaje a toda la humanidad y proponédselo. Más no impongáis jamás con vuestra palabra o con vuestros hechos, esta revelación que yo os confío.
64 Veréis entonces como vuestra semilla sabrá germinar en los corazones, así con esa humildad, con ese silencio con que lo hace la simiente de la tierra, con ese silencio germinará también; y vuestro espíritu se alegrará infinitamente, al contemplar que la semilla del Padre, no muere jamás cuando es bien sembrada.
65 Os preparo para que entre los hombres y en próximo tiempo, seáis los verdaderos sembradores y los buenos apóstoles; os estoy preparando también para después de la partida de mi palabra, para que no haya caos entre vosotros; para que no haya llantos, para que no vaya a penetrar en vuestro espíritu, la incertidumbre o la desorientación.
66 Yo os he dicho que no todas las congregaciones están preparadas, porque no han sabido despertar en estos últimos momentos; mas todos aquellos que en verdad se preparasen, quedarán como responsables, para sostener en sus pruebas al partir mi palabra de entre vosotros, al resto de las porciones de mi pueblo; a aquellos que al no escuchar mi palabra, desesperen; a aquellos que en su dolor, al no contemplar ya los manjares de la palabra del Maestro en la mesa en la que tanto tiempo comieron, vayan a llorar.
67 Vosotros seréis, en verdad, los consejeros, los fuertes como columnas para que las techumbres de las casas de Israel no vengan por los suelos.
68 Que seáis vosotros como la voz que consuela, como un cántico; como lo hicisteis, en verdad, en aquel Primer Tiempo cuando atravesabais el desierto en pos de la tierra prometida, en que las mujeres tañían sus liras para confortar y consolar a los varones y para alegrar el corazón de los niños en su dura jornada, cuando los soldados se sentían fatigados por la batalla, cuando las plantas de los pies se encontraban encallecidas por el duro camino. Entonces el cántico de las mujeres de Israel, resonaba en el espacio, endulzaba el corazón de los varones y hacía más llevadera la caminata.
69 Así también en esos instantes de silencio, de recogimiento y meditación cuando sean interrumpidos por el llanto, por la desesperación, por el deseo de que el rayo del Padre, vuelva una vez más a tomar cerebro de los pedestales; entonces vosotros con vuestra palabra como un cántico, como una voz de consuelo, diréis: no estamos solos, el Maestro está cerca entre nosotros; el Maestro, se ha quedado en nuestro corazón para siempre y la voz de los videntes resonará en ese tiempo; y es en verdad, cuando será el tiempo de los videntes y de los profetas; ese tiempo, en el cual, sus fieles testimonios resonarán en el corazón del pueblo, como voces de fortaleza, como heraldos que anuncian en verdad, las vicisitudes que han de venir, como testimonio de que el Padre y su reino, se encuentran en verdad, más cerca de lo que ha estado en este Tercer Tiempo de comunicación divina por el entendimiento humano.
70 Corto es el tiempo ya de mi estancia en esta forma entre vosotros; y desde ahora os preparo para algunas gracias que os voy a conceder en los últimos días del año 1950.
71 Portavoces: no penséis desde ahora que aquel de vosotros que reciba por última vez mi rayo y que pronuncie mi última palabra, va a ser el más dichoso y el más lleno de gracia entre vosotros. No lo penséis así. Voy a comunicarme en cada una de mis últimas cátedras, por cada uno de vosotros. Voy a descender a cada una de vuestra cerviz con toda mi gracia y voy a dejar impreso en vuestro espíritu y en vuestro corazón, el recuerdo de la última vez que me manifesté por cada uno de vosotros. Será como un ósculo, cuya sensación, no podrá borrar vuestro espíritu jamás, porque sois los que me habéis servido, los instrumentos por los cuales he hablado al mundo en este tiempo y les daré mi caricia y mi bendición, os acompañaré a lo largo de su jornada y les esperaré hasta aquel día o instante en que lleguéis a estar a mi diestra por una eternidad.
72 Y las facultades que han sido puerta abierta para mi mundo espiritual de luz, yo también haré que mi gracia, posada en mis seres benditos, quede impresa en su corazón por siempre.
73 Mi mundo espiritual también por última vez se comunicará a través de sus protegidos y protegidas, dejando como último mensaje un consejo de amor, un consejo de ternura y de luz; y el testimonio, la confirmación de que cada uno de esos espíritus protectores, seguirán velando por los pasos de sus hermanos por la tierra y de que ni el Padre ni el mundo espiritual de luz, nos apartamos espiritualmente de este pueblo amado.
74 Los guías, tendrán sobre su espíritu y sobre su carne, la gracia y la fortaleza del Maestro para continuar, porque la voz de ellos, después de mi partida, tendrá que ser fuerte, una voz llena de vida, una palabra llena de esencia y de fortaleza.
75 Todos los dones de ellos, quedarán avivados en los últimos instantes. Será cada uno de ellos un espíritu convertido en antorcha de luz, antorcha que marcharán delante del pueblo, para que no se pierda, porque no se ha de perder ya, porque ellos, durante ese tiempo de meditación que os concederé y después en el tiempo del cumplimiento y la lucha, seguirán siendo cual guías, seguirán siendo hermanos, seguirán siendo cust oDios del pueblo, para librarlo de las encrucijadas, de la esclavitud, de los tropiezos, de las celadas tentadoras, de todo lo adverso para seguir conduciendo a las congregaciones al redil bendito de la unificación material, de la unificación espiritual, de la unificación de ideales y propósitos, de la unificación de la obediencia en el cumplimiento de todos los cargos confiados por mí.
76 Los videntes, tendrán mirajes llenos de esplendor cual nunca los tuvieron, precursores de nuevas facultades y dones que han de desarrollar y recibir en los tiempos futuros, porque de cierto os digo, todavía no alcanzan esos profetas la elevación que tienen que alcanzar en los tiempos venideros; todavía sus ojos no han visto todo lo que han de ver ni sus labios han dicho todo lo que han de profetizar; mas, la conciencia de ellos, quedará de tal manera preparada por mí que nunca la mentira, nunca la tiniebla será en su espíritu ni en sus labios; sabrán siempre distinguir la inspiración verdadera, de la falsa y tentadora inspiración; sabrán siempre recoger de la voluntad del Padre, lo que él les entregue como mensaje para la humanidad.
77 Mis plumas de oro, cuya mano ha sido infatigable en este tiempo, seguirán escribiendo el testimonio de los profetas, seguirán escribiendo su propia inspiración y la palabra también de los inspirados, de aquellos que tengan que levantarse como maestros entre el nuevo pueblo.
78 No olvidaré a mis columnas, aquellos corazones que secundando a los guías, han hecho marchar al pueblo, por el camino del recogimiento, del respeto y la elevación espiritual. Han sido, en verdad, como capitanes a las órdenes de un general; han sido los unos y los otros como Moisés o josué en el desierto, secundados por la tribu de judá, por aquella tribu en la cual los macabeos fueron grandes capitanes, invencibles guerreros que abrían brecha en la ciudad, que derribaban muros y dominaban pueblos enteros, porque llevaban tras de sí al pueblo del señor, que habían de recibir como heredad la tierra prometida. Así os compara a vosotros el Maestro, ¡oh! Columnas.
79 Y el pueblo, compuesto de párvulos y discípulos, él también tendrá gran gozo y recibirá grandes dones y caricias del Maestro en los últimos instantes. Entre las grandes gracias que el Maestro os confié o conceda, ¡oh! Pueblo, yo os concederé aquella en que podáis comunicaros por vez postrera con el mundo espiritual, ya con los ángeles guardianes consejeros o seres curativos, y también con aquellos espíritus que en la tierra fueron vuestros padres, vuestros hijos, hermanos, amigos o parientes, que a ellos podáis escuchar materializados, humanizados por vez postrera y recibáis en aquella comunicación, la caricia, el abrazo espiritual, el consejo lleno de luz, la voz de esperanza que os dice: “seguid caminando, hasta que todos estemos unidos en la casa del Padre Celestial”.
80 Así os preparo desde ahora con amor, con ternura; dulcifico vuestro paladar, enternezco vuestro corazón, para que aquellos momentos sean para vosotros instantes de acercamiento, de reconciliación, de perdón entre los unos y los otros.
81 Que los tropiezos, las malas miradas, las espadas de doble filo que han dejado heridas profundas en vuestro corazón, todo haya quedado borrado por el verdadero amor, por el perdón de vosotros. Que si vuestros ojos, en aquellos instantes lloran, vuestras lágrimas sean genuinas; y vengan más que del manantial de vuestros ojos, del manantial de amor de vuestro espíritu. Que si vuestros brazos se entrelazan, mas que los brazos de vuestro cuerpo sean los lazos de vuestro espíritu, lazos de amor con que yo he atado a todos los espíritus del universo; y que en ese instante, todos os reconozcáis.
82 Y si mi palabra ha cesado ya, si la voz del Maestro solamente resuena en los ámbitos como un eco lejano, que aquel amor, aquel abrazo estrecho de vosotros, sea el calor, sea el consuelo, sea la compañía que os hagáis vosotros en vuestra caminata; y por ese amor, por esa caridad de los unos para los otros, contempléis ese santuario que yo os pido, ese templo en el cual quiero morar, en donde sea mirado, oído y sentido por vosotros; templo, en el cual quiero yo que penetre el mundo, para que el mundo me mire, me sienta, me vea, me pueda rendir culto y me ame por toda una eternidad a través del espiritualismo; que es el mensaje que el Espíritu Santo, envía al universo, por vuestro conducto. ésta es mi cátedra, de este día de gracia.
83 Vos cumplís con vuestra misión que el Padre os ha confiado y el Padre cumple con entregaros caricia, consuelo, bálsamo y esperanza; y así como he acariciado a vosotros, ahora vosotros con vuestra oración, dad caricia al universo; porque a pesar de que mi divino Espíritu está presente y se desborda en todas las criaturas humanas y en todos los espíritus, no todos me saben sentir ni recibir.
84 Vosotros también id con vuestro mensaje espiritual a la niñez, a la juventud y a la ancianidad, ya no miréis fronteras y decidme: Padre mío: derrámate en las naciones ya no digáis: Maestro, liberta a los pueblos ahora decidme: Padre, bendice a nuestros hermanos, perdónanos a todos los que nos ofendemos y faltamos ante tu Ley.”
85 Ya no miréis nacionalidades, ya no las mencionéis en vuestras oraciones. ¡Elevaos! Y estando vosotros, confundidos con los ángeles, con aquellos seres que siempre abogan y piden por todos, derramad también la paz de vuestro espíritu y oraciones en todos vuestros hermanos; y veréis entonces, como las razas comienzan nuevamente a fundirse en una sola, las lenguas también comenzarán a ser conocidas por los que las desconocían, las castas y linajes dejarán de ser contemplados y también sus diferencias.
86 Los que están arriba, por las pruebas, descenderán a los de abajo; y los que están abajo, ascenderán a los que estaban arriba, porque es tiempo de justicia y de restitución; y en esa restitución, está mi justicia divina que es perfecta y en cada espíritu está mi balanza; por tanto, os digo: yo soy el que sabe hacer todas las cosas y en el misterio de cada vida, de cada destino, solamente yo puedo penetrar y conocer.
87 Vosotros: velad y orad para que la paz de mi espíritu divino y para que la paz de vuestros espíritus, desciendan en todo el orbe.
¡Mi paz sea con vosotros!
98. Después de 1950 la comunicación será de Espíritu a espíritu
Domingo 16 de julio de 1950
1 ¡Sea la paz de mi espíritu divino, entre mi pueblo bendito de Israel! Día de gracia, en que una vez más el Maestro desciende para acariciaros, para colmar vuestro espíritu de gracia y recibiros en mi regazo paternal. En este día 16 de julio del año 1950, en que una nueva alba se abre para vosotros, llena de luz y de esperanza; el Maestro, es con vosotros.
2 El Maestro ha tenido cita con sus discípulos escogidos, y, ¡helo aquí! Siempre sumiso y obediente, para mostrar mi mansedumbre a la humanidad; mi humildad, de la cual a todos os he dejado revestidos. ¡Heme aquí, mi pueblo! Desde tiempo ha, os he ofrecido mi presencia, mi lección y mi amor, y aquí estoy una vez más, con vosotros.
3 La presencia del Padre derramada en la esencia de su divina palabra que de su efluvio divino en este momento se desprende, transmitida a través de un entendimiento humano para venir a hablar a esta corta porción, a esta pequeña parte de la humanidad, que un momento ha frenado su planta de la vertiginosa carrera que en el camino lleva y se ha detenido para escuchar, para oír mi voz.
4 Esta voz, que siempre viene a animaros, a llenar de valor vuestro espíritu, esta voz que viene a levantaros del profundo letargo en que podéis encontraros; mi voz que desciende a reanimar vuestro espíritu, a llenarle de fortaleza y de ánimo, para deciros: niño, una nueva lucha os espera, un nuevo camino todavía os falta que transitar, un camino desconocido, por cierto, para vuestro espíritu, porque es una nueva etapa que el Padre está preparando para vos
5 Esa etapa, vuestro espíritu no la conoce, porque todavía no la ha transitado. Ella os está esperando; yo soy el que voy a guiaros allí, a tomaros de la mano para conduciros; porque vos, pos sí solo, no podríais guiaros, sois muy pequeño. Las lecciones que os he dado, han estado revestidas de grandeza, de enseñanza y de rectitud; pero vos, sois pequeño.
6 La pereza no os ha dejado levantar para poder seguir cada uno de los pasos que el Maestro ha dejado como huella marcada en el camino. Por eso vengo a vuestro encuentro para conduciros, para tomaros de la mano y llevaros, en verdad, hasta el lugar propicio, hasta el lugar donde quiero teneros, de donde ya no podáis descender, en donde solamente vuestro espíritu haya ganado la espiritualidad, la escalidad que a él le espera.
7 Quiero teneros muy cerca de mí, quiero sentiros, en verdad, dentro de este regazo que es para todos, que es: para cada uno de los que se han acercado a mí, de los que me han oído, de los que han aceptado este llamado, de los que han comido en mi mesa y han bebido el agua de gracia que yo les he brindado.
8 Mas, he aquí que no todos los que yo he llamado están en estos momentos delante de la presencia del Padre. No todos los llamados son los escogidos. Los escogidos son los que han quedado a través de la ardua lucha que han encontrado en el camino. Los escogidos son aquellos que en verdad han cruzado caminos, senderos y veredas y hasta este momento su planta la mantienen firme en el camino.
9 Escogidos son aquellos que a pesar de contemplar los distintos visos que las luces han hecho en el camino, han sabido apartar la Verdad de la impostura; son aquellos que han sabido conducirse por la sensibilidad de su propia conciencia, los que han prestado oídos a los dictados de su corazón.
10 Los dictados del corazón, son las inspiraciones que el Padre transmite a través de vuestro espíritu en vuestro corazón, al que yo he hecho sensible para que él sea el verdadero guía espiritual de sí mismo; el verdadero guía de la humanidad, de la cual os he hecho responsable a través de todos los tiempos, a través de esta era en que yo desciendo a despertar vuestro espíritu en mi propia presencia, en mi esencia y en mi potencia; y a la humanidad, la hice en verdad, servicial a ella misma.
11 A vos os llamé, ¡oh corta porción que a la humanidad pertenecéis! Os llamé para que fueseis, en verdad, un miembro útil entre la misma humanidad a la cual estáis acercando vos ante la presencia del Padre.
12 Sois vos, niño, el que estáis propagando la enseñanza del Maestro, el que estáis propagando los prodigios que el Padre ha hecho patentes a vuestro espíritu y envoltura en este camino; sois vos el fiel testigo de cada uno de los dones que yo he venido desarrollando entre vosotros, de cada una de las manifestaciones que yo he permitido entre vosotros para testimonio y fe de vuestro propio espíritu y de vuestra envoltura, que es la incrédula todavía en el camino; pero que esa envoltura la estoy movilizando, le estoy dando sensibilidad, está formando su carácter noble dentro de la enseñanza que yo os estoy entregando; estoy apartando las malas simientes que habían germinado en vuestra envoltura y la estáis haciendo útil al servicio de vuestro semejante y hermano, de esos corazones, de esas plantas que van transitando por los senderos y que van tropezando con el mismo estorbo que ellos han puesto en su camino, con el mismo pedrusco que han labrado en su camino.
13 Pero que a vosotros, os he dicho, ¡oh! Hijos escogidos: tened caridad de la humanidad, porque a ella pertenecéis, porque en ese seno vivís, porque sois parte de ella y en verdad, os digo: vuestro dolor, es el dolor de la humanidad; el dolor del humano es el dolor propio que vos sentís; porque así como a uno lo he formado, en verdad he formado a todos por igual. La pena que el uno sufre, la podéis sufrir vos también el mañana, porque no estáis exento de ella, porque no sois perfecto, pequeño, porque no conocéis la perfección, porque vuestros labios la pronuncian, pero no la habéis comprendido, no la habéis desarrollado, no habéis permitido que vuestro espíritu trasluzca un átomo de la perfección a través de vuestra envoltura.
14 La envoltura es la hija del pecado, ella está envuelta en la maldad humana; pero vuestro espíritu es parte de mi espíritu divino; y yo, soy la perfección.
15 En el espíritu, traéis un átomo de esa perfección divina, solamente que vuestra envoltura es inicua y pecadora; y por eso, no deja traslucir un átomo de lo que tenéis en el espíritu, porque vivís en este mundo, el cual se encuentra en estos momentos en su tercera altura de perversidad.
16 En estos momentos el mundo está sufriendo su crisis, ha llegado el momento en que el pavor, la muerte y las amenazas, son las que aterrorizan, no solamente a vuestra materia, sino parte de vuestro espíritu se estremece; porque él presiente, sabe y comprende que el Padre ha entregado su enseñanza en la cual ha despertado al espíritu, niño y le ha dado a conocer las profecías que a vosotros os esperan.
17 Por eso es que como espíritu, sentís parte del temor que la envoltura siente en la tierra, porque no sabe, no alcanza a descifrar las palabras que el Maestro, os ha entregado; no sabe cuándo llegará el momento, en que yo haga sentir mi palabra hasta lo más profundo de vuestro corazón pequeño.
18 El anuncio está dado para vosotros; en los cuatro ámbitos ha resonado la palabra como un mandato supremo del Padre: ¡alerta! Por todos los ámbitos de la tierra se ha dejado escuchar mi palabra, se han dejado resonar mis mandatos, porque para mí no hay algo que sea imposible dentro de mi Ley, mis pequeños.
19 No solamente yo puedo entregaros mandatos a través de un entendimiento preparado. No, mis hijos. Yo puedo dejarme oír a través de todas las bocas, aun de la misma naturaleza de la cual yo me sirvo, porque yo la he creado y ella es mi sierva. A través de esa misma naturaleza, yo estoy hablando a los hombres.
20 Yo les estoy dando un ¡alerta! Prepararándoles y dándoles ya el último despertar a su espíritu, para que ellos solamente preparados puedan esperar el momento del toque final, el momento en que yo tenga que llamar a todos los espíritus, uno a uno, así cual de mi seno brotasteis, como un soplo de vida. Así tenéis que llegar ante la presencia divina del Padre.
21 Sin embargo, pueblo bendito de Israel, vos que sois el elegido del Padre, a vos en quien he puesto también una parte de mi confianza divina, porque vos me habéis escuchado, porque sois vos, en verdad, el que conmoveréis vuestro espíritu con mi palabra y vuestra oración servirá también para sostener el cetro justiciero que muy presto tocará al universo entero.
22 En vos he puesto mi confianza, Israel amado, porque sois mi hijo, porque yo he tocado vuestro corazón con mi palabra, porque yo os he hecho sensible, porque yo quiero también que vuestro espíritu sienta el dolor que me habéis hecho sentir, ese dolor que mi Espíritu siente por la humanidad, no por la que ya estoy preparando ; sino por la que todavía está perdida en medio de su negligencia, de su dolor y de su caos.
23 Yo contemplo que la barquilla está naufragando en las aguas del mar embravecido y esa humanidad es la que estoy buscando, porque no quiero que una sola conciencia se quede sin sentir, lo que es la presencia divina del Padre. Por eso, mi palabra se está haciendo sentir por doquiera, no solamente entre vosotros, Israel, vos en verdad, que pertenecéis al Sexto Sello, vos que estáis en el seno, en el arca de la nueva alianza.
24 No solamente a vos, os he elegido para ser el poseedor de esa grandeza, de esta grandiosa Ley que en vuestras manos he entregado, ¡no! Mirad que a través de todas las sectas, a través de todas las profecías que están dadas entre vosotros, estoy tocando los corazones; a través de todas las creencias, estoy hablando a los hombres.
25 Mis hijos, yo estoy preparando los entendimientos, estoy hablando a los espíritus para que ellos den la voz de alerta a la humanidad, para que ellos despierten a los que por su causa han dormido, a los que tienen bajo su propia planta, bajo su yugo, bajo su ignorancia, para que les despierten, que hagan sentir en su corazón el amor al Padre, que preparen su espíritu para que él se sepa elevar a mi espíritu divino, que preparen los caminos en verdad, que limpien los senderos de espinas y abrojos para que esos espíritus transiten por el camino de la obediencia, de la regeneración y de la enmienda.
26 Es el único camino que puede conduciros a mí, mis pequeños; porque si vais transitando por el camino del fango, ¿cuándo llegaréis a mí? Pasarán las eras, pasarán los siglos y no llegaría vuestra planta a mí; y el Maestro, no quiere contemplar a vuestra planta estacionada en el camino del fango.
27 Quiero que vosotros, comprendáis mi palabra y podáis romper las cadenas que al pecado os atan; para que podáis llegar a mí, contritos y arrepentidos, dispuestos en verdad, a la lucha que a vuestro espíritu le corresponde; dispuestos a cumplir la misión que reservada está en vuestro espíritu, esa misión que no conoce la humanidad, esa misión es el fin que no conoce, el por qué llegó al planeta tierra, el por qué llegó a ser el habitante en este planeta terrestre.
28 Yo quiero que la humanidad sepa, conozca, comprenda y haga, en verdad, la voluntad del Padre; esa voluntad divina, que los hombres no han querido cumplir; esa voluntad divina, que no os habéis dispuesto, pequeños, a ejecutar en el camino.
29 Grandes son los tropiezos que habéis encontrado en vuestros caminos, grandes son las vicisitudes que os han sorprendido, pero el Padre, os dice: esas vicisitudes, os han sorprendido porque no os habéis acercado a mí, porque no habéis buscado el camino del acercamiento al Padre, del acercamiento de vuestro espíritu hacia mí porque de cierto, habéis transitado por caminos equivocados.
30 Y los hombres, han pensado que la mejor manera del acercamiento al Padre, es a través de los caminos de la idolatría, del fanatismo, mis pequeños; y el Padre, os dice: el fanatismo no lo he creado yo, la idolatría no es fruto que yo puse en vuestro camino. Ese es el fruto que recogisteis de la humanidad, fuisteis guiados por ese camino. El hombre, os preparó una venda de oscuridad a para vuestras pupilas, con ella os ató y puso vuestra planta sobre el camino de esa idolatría.
31 El hombre formó con su mano, el hombre creó con sus propios pensamientos e ideas, el camino en que os dijo a vos que podíais acercaros a vuestro Dios; y ese camino, el Padre os dice, no es una realidad espiritual para vos, no es un sendero viable para vuestro espíritu, escuchadlo cual os hablo en este momento, en Espíritu y en verdad, mis hijos; pero yo, por ello os vine a quitar la venda de oscuridad que a vuestros ojos tapaban y os vine a limpiar un camino, a dejaros un sendero blanco quitando de vos todo escollo, todo escombro, espino y todo abrojo que pudiera hacer sentir a vuestra planta una herida.
32 No, mis hijos, ese no es el camino por mi señalado. Yo os dije: éste es el camino de la luz . En él, no os dejo una imagen. En este camino no existe algo de lo creado por el hombre, de lo que el hombre ha formado, para poder una vez más posar el engaño y la mentira en vos; un engaño, que yo lo quité de vuestro espíritu, lo aparté de vuestra envoltura; y os dije: éste es el camino recto que os llevará hasta el punto final, en que el Maestro os espera . Y ¡he aquí! Los símbolos representativos, los vine a mostrar a vuestro espíritu; y el significado de los símbolos, os los he hecho comprender a través de mi palabra divina.
33 Os he hablado que la escala, está en vuestro propio espíritu; es el progreso de él mismo; esa escala, esos peldaños que en la escala están, son, mis hijos: el progreso, la espiritualidad, la comprensión, el acercamiento de vuestro espíritu al espíritu divino del Padre por ello, os digo: en el año 1947 os hablé que llegaría el momento en que tendrían que desaparecer los símbolos de vuestros ojos materiales, mis hijos; que sólo llegarían a poseer un lugar escogido en vuestro espíritu; y preparé el corazón del pueblo de Israel y en cada espíritu, dejé la escala; en cada espíritu, encendí una flama que es la antorcha de vuestra fe; y en cada espíritu, dejé el triángulo que es el antídoto que el Padre os ha entregado y con él podéis, en verdad, caminar exento en la tierra de sus tentaciones, de sus vicios y de sus maldades.
34 En vuestro corazón, está el recuerdo del sacrificio del gólgota sangriento; es un recuerdo que la humanidad, nunca podrá olvidar. ¿Por qué, mis hijos? Porque es un recuerdo imborrable, que escribí con letras imborrables en el fondo de vuestra propia conciencia. Este recuerdo late en vuestro propio ser y ¿cómo había de ser borrado? ¿Cómo había de ser abolido, mis hijos? Si en vuestro espíritu, está presente este recuerdo; si sabéis que en verdad, el precio de mi sangre, fue vuestro propio rescate, ¡oh! Humanidad, ¿cómo lo podéis olvidar? No, mis hijos, solo el ingrato que para mí no existe es el único que podría borrar este recuerdo, que está latente de vuestro corazón; pero yo, como Padre, no puedo en verdad, decir: que existe un hijo ingrato en la humanidad porque él, es mi hijo, yo lo amo y no vengo a delatar la ingratitud de la humanidad. Yo sé, que vengo a ganarme su corazón y que voy a redimirlo con mi palabra.
35 Yo sé, mis hijos, que la mejor arma para poder luchar contra el corazón de roca que en la humanidad existe, es mi palabra; y solamente de esta manera, ganaré su espíritu, porque yo le hablaré, yo haré que mi palabra caiga como gota de agua en su corazón, gota tras gota, hasta que esa roca se abra; y entonces, yo haya ganado un espíritu más; el espíritu que me pertenece, pero que está aferrado a vivir en medio de su maldad; porque yo voy a entresacarlo, mis hijos, porque mi amor es muy grande, humanidad.
36 Vos no lo podéis comprender, no podéis comprender la inmensidad del amor con que el Padre os ama. Por eso, a cada momento, mis hijos, a vos, ¡oh nación mexicana! Que sois la perla de mis ojos, estoy conservando todavía la paz entre vosotros de la guerra que amenaza.
37 La guerra amenaza, las armas destructoras de los hombres, se preparan con toda velocidad, con toda impiedad, mis hijos; pero mirad que una vez más yo daré a vosotros el tiempo para el tiempo. Mirad que una vez más, mis hijos, con mi amor voy a preparar, voy a interceder por vos, voy a velar mientras vosotros dormís, voy a hablar mientras vosotros lucháis, mis hijos; voy a retener las armas que a vosotros os amenazan, para que una vez más quedéis preparados.
38 Si las demás naciones carecen de la enseñanza que vosotros tenéis, al menos la nación mexicana, ¡oh! Perla de mis ojos, quiero que permanezca preparada, despierta y alerta.
39 No sabéis después del año 1950, qué será lo que se avecina para vosotros; que nación sea la que el Padre sorprenda, para que sea también la poseedora de estos dones que a vosotros he venido a legar en esta Tercera Era, mis hijos; donde yo, quise formar en el seno de Israel, el arca de la nueva alianza; donde quise, en verdad, apartar todos los mantos de tinieblas, para dejar una antorcha luminosa que iluminase, como un faro a toda la humanidad.
40 Mas, de cierto, os digo, una nación estoy preparando, ¿cuál es ella? No lo sabéis . Y en ella, voy a hacer una nueva cuna, voy a arrullar entre mis brazos a aquellos hombres, esos que no han encontrado unos brazos, que no han encontrado un seno donde reclinarse. A ellos voy a descender, voy a establecer mi comunicación divina entre ellos mismos; pero para ello, estoy preparando a esos corazones.
41 Antes, en verdad, permití que la destrucción llegase, que la desolación y la muerte fuese en aquella nación, ¿para qué? Para limpiar todos los oDios, toda la maldad, toda la iniquidad que los hombres poseían.
42 Su grandeza, la verán por los suelos. Hoy son los corazones más humildes que aceptan la grandeza del Padre. Por eso, en verdad, os dije, pequeños: a los unos, dejaré en la miseria; y a los otros, llenaré de dones. ¿Por qué permití que la miseria, en verdad, llegase a ellos? Porque era el mérito que su espíritu necesitaba, para que yo pudiera acercarme a ellos.
43 Yo no me aposento, donde están las grandezas ficticias de los hombres; yo no me aposento, donde están las regias mansiones, donde la grandeza vana está revistiendo aquellos corazones. Yo me aposento entre vosotros, entre estos corazones que poco tienen, que poco quieren poseer en la tierra, porque saben que solamente son pasajeros; y que el reino de los celos, les está esperando. A ellos son a los que he descendido, con ellos son con los que estoy conviviendo a cada instante, con ellos son con los que estoy compartiendo mi enseñanza divina, a ellos son a los que he descendido a confiar toda mi palabra, toda mi enseñanza, que es grandeza y que es de virtudes.
44 ¡Así descenderé el mañana, entre aquellos hombres, mis hijos! Pero mirad por cuánta lucha han tenido que pasar, cuántas vicisitudes han saboreado, cuánta amargura tuvieron que sufrir sus labios para poder hacerse dignos de que yo un día no muy lejano para ellos, tenga que posar la dulzura de mi palabra, entre esos corazones, mis hijos.
45 Mi enseñanza proseguirá, mis hijos. Vosotros no la dejaréis de escuchar internamente; ¿por qué? Porque hoy que voy a dejaros, mis hijos vuestra percepción espiritual, os la voy a abrir, los sentidos de vuestro propio espíritu, pueblo bendito de Israel.
46 La comunicación del Padre será recibida de Espíritu a espíritu; y os digo: no voy a negaros mi Verbo, no, mis hijos, porque no es la presencia espiritual del Padre, la que se va a alejar de vos. Comprended, analizad, pensad: ¿qué sería de vosotros si yo como Espíritu omniabarcante me alejara de vosotros, mis hijos? No puedo dejaros, porque vivo en vuestro corazón y en vuestra alma. Yo estoy más cerca, de lo que vosotros lo podéis pensar. Yo estaré siempre en todos momentos con vos; mi presencia estará en vuestro corazón y mi enseñanza grabada en vuestra conciencia; por ello, mi palabra la escucharéis siempre que vosotros estéis preparados, con todo recogimiento espiritual, con toda la preparación necesaria. Entonces, mi palabra será transmitida de Espíritu a espíritu a cada uno de mis elegidos, ¡porque esa es mi voluntad! Sin embargo, estos cerebros, estos portavoces, estos aparatos transmisores que he preparado, de cierto os digo: sus labios se cerrarán con broche de oro.
47 Mas, sí seguirán recibiendo espiritualmente las transmisiones divinas del Padre y seguirán siendo entregadas a la humanidad. Mas, ellos solamente quedarán preparados como todos mis hijos, para recibir la transmisión espiritual; la cual, vosotros en verdad, la conoceréis a su debido tiempo. En el preciso momento del desarrollo, el desenvolvimiento de los dones espirituales con que a todos he dotado, llegará, para cada uno de vosotros, mis hijos. Con toda claridad vengo a entregar mis palabras, para que vosotros no os podáis confundir.
48 ¡Permaneced alerta! ¡Estad preparados! ¡Estad conscientes de todas y cada una de mis palabras que vengo a entregaros, porque yo para ello he venido a preparar vuestro espíritu y envoltura! He venido a despertar todos vuestros sentidos y potencias espirituales para que podáis ser los responsables de las palabras que os estoy entregando.
49 Mas si este pueblo, que es el pequeño, no alcanzase a comprender la esencia y el sentido de mis palabras, sed prestos para que podáis, en verdad, dar a conocer, a comprender el significado real de las palabras que los pequeños discípulos, aún no pueden comprender porque su espíritu, no ha penetrado al verdadero desenvolvimiento de la palabra espiritual, que os estoy entregando. ¡Mirad que para ello, os he dejado delante de esta porción; para ello os he nombrado guías o conductores de la humanidad!
50 ¿Adónde vais a conducir a esta humanidad? ¿A dónde vais a llevar estas plantas? Al sendero de espiritualidad, no al sendero del materialismo, no al sendero de la impostura, de la idolatría, ni del fanatismo.
51 Tenéis que conducir estas plantas, al sendero de la espiritualidad; a ese plano espiritual en donde yo a todos os estoy esperando, de donde yo desciendo a invitaros, a donde todavía vuestra planta con firmeza no la podéis poner, porque la incredulidad os lo impide.
52 Vuestra falta de fe, os impide todavía llegar a mí; porque ¡heme aquí! ¡Soy el Padre, soy el peregrino necio que desciende a tocar vuestro corazón día a día! Y le seguiré tocando, porque quiero entre vosotros hacer una morada de luz, quiero formar de vuestros corazones, una morada invisible, en donde pueda siempre estar conviviendo con vosotros; porque el Padre, os dice: si en esta era, este tiempo ha sido para vosotros de lucha, mis hijos, el Padre, os vaticina: el tiempo futuro, para vosotros, será todavía más ardua la lucha.
53 ¿Por qué, os lo dice el Padre? Porque después, vosotros seréis los que habléis a la humanidad, vosotros seréis el maestro ente ella; porque el Maestro, ya habrá dejado preparados a sus discípulos, convertidos en maestros, en apóstoles de mi palabra, para que seáis los que podáis conducir a la humanidad del mañana, mis hijos.
54 El Padre, os dice: no serán escasos los prodigios que yo prosiga haciendo entre la humanidad serán mayores aún, porque así yo lo tengo destinado, porque después por medio de la preparación de vuestro espíritu, por medio de la preparación de vuestra envoltura, a través de la unificación del pueblo de Israel, de vuestros pensamientos, de vuestras obras, el Padre se derramará.
55 Por eso, estoy preparando vuestro corazón para que sea un solo ideal entre el pueblo de Israel, que sea un solo ideal el que os guié hasta el lugar propicio donde el Padre os espera, mis hijos. Yo, entonces abriré mis brazos paternales y os recibiré, os daré la bienvenida. Prepararé para vosotros un festín, habrá fiesta en vuestro espíritu, habrá placer, habrá gozo; pero gozo espiritual, mis hijos, el que sintáis vosotros, al haber cumplido la misión que el Padre os encomiende en la tierra, porque yo en este tiempo he venido a haceros reconocer.
56 En el Segundo Tiempo fueron doce los apóstoles amados por mí a través de Jesús, los que estuvieron a mi diestra y siniestra y los que oyeron más de cerca mi voz, a los que confié mi palabra, mi enseñanza y mis mandatos.
57 En el Tercer Tiempo, multipliqué el número de doce y a todos les hice responsables como a un apóstol; y ese apóstol: sois vosotros, mis hijos y ¿conocéis, mis hijos, la misión del apóstol? ¿Sabéis qué es lo que tiene que hacer el apóstol amado de Cristo? ¿Sabéis, mis hijos, que ese apóstol, tiene que ser obediente y sumiso en el camino? ¿Sabéis mis hijos que ese apóstol, tiene que ser un siervo del Padre? ¿Sabéis, mis hijos, que ese apóstol, es el que lleva la Ley divina del Padre? Mirad que es muy grande mi enseñanza y la responsabilidad que a vosotros he entregado, ¡oh! Mis hijos muy amados.
58 Pensad que ese apóstol, sois todos vosotros; y que si hasta estos momentos, no habéis estado dispuestos como el verdadero apóstol, el Padre, os dice una vez más: yo doy un despertar a vuestro espíritu, un alerta, mis hijos, para que toméis el lugar que os corresponde, para que ya no dejéis pasar un momento más, el tiempo preciso que estáis dejando escapar y que el mañana os causara sufrimiento en vuestro espíritu, sentiréis sufrimiento en vuestro corazón por cada uno de estos preciosos momentos en que el Padre os habló y en que vosotros dejasteis escapar mi palabra, que no os disteis cuenta de la esencia, del propósito y del sentido de esta palabra que el Maestro os dejó; que vosotros no os disteis cuenta, mis hijos, de la responsabilidad que teníais ante cada una de las palabras que os entregaba a través de cada uno de los portavoces que yo he preparado.
59 Es menester que vosotros deis el cariz exacto a cada una de mis palabras, ¡oh! Pueblo bendito de Israel, porque mirad que esta palabra está anotada en el libro, en ese álbum que lleváis en vuestra propia mano y que el mañana no podríais nombraros inocentes, no podríais decir que sois el ignorante de mi palabra, porque yo mucho os hablé, mucho os enseñé, mucho os doctriné y por distintos pedestales que preparé como mis portavoces os hice patente mi palabra como un testimonio más para vuestro espíritu; para que vosotros, forjaseis más la fe, en vuestro corazón.
60 Por ello, mis hijos, con cierta igualdad estoy entregando mi palabra a través de esos distintos portavoces; porque es el mismo Padre, es la misma voz, es el mismo amor, es la misma caridad la que se derrama entre vosotros, mis hijos.
61 Sin embargo, ¡he aquí! Si un instante no me habéis comprendido, mis pequeños: ¡preparaos! Mi presencia, está entre vosotros. ¡Aprovechadla! ¡No la despreciéis! ¡No despreciéis este momento, ni los demás que os esperan! ¡Acercaos a mí! Que yo siempre vengo a estrecharos entre mis brazos, a haceros sentir el calor en mi palabra, el acercamiento de mi presencia hacia vuestro corazón.
62 ¡Sentid mi fuerza que en este momento os he entregado a través de mi voz que ha descendido entre vosotros! ¡Sentid la caricia espiritual que yo desde mi alto solio estoy impartiendo a vuestro espíritu! ¡Sentid en este momento que la caridad del Padre, desciende hacia vuestras vicisitudes y menesterosidades, porque, ¿quién de vosotros puede ocultarme lo que en el corazón traéis, mis hijos? Si mi mirada perspicaz todo lo descubre; mi corazón siente el dolor que vosotros sentís, mis hijos; el dolor que a vosotros, os aflige, mi mano lo recibe y le convierte en paz y en gracia para vuestros hogares.
63 El padre de familia que viene en este momento a hacerme presente la escasez por la que está cruzando, yo le he entregado, pequeños; y el Padre, os dice: confiad en mí que no os faltará pan, jergón ni techumbre para los vuestros.
64 Al que viene enfermo necesitando una gota de bálsamo, también le digo: confiad en mí que yo soy el doctor de los doctores, no esperéis de la ciencia de los hombres, porque el hombre, sin mi voluntad, a través de su ciencia, ¿qué os podría dar? ¿Qué os podría entregar? ¿Acaso vosotros sois, de los que confiáis en el poder humano? Si el poder humano, está sujeto al poder divino, ¿qué pueda entregaros la mano mezquina del hombre? ¡Nada! Mis hijos; por eso, de cierto, os digo: ¡confiad en mí, que yo en mis manos traigo la medicina espiritual! Vengo a sanar la enfermedad de vuestro cuerpo y la enfermedad de vuestra alma. Yo soy el bálsamo de curación que me derramo, desde el cráneo hasta los pies. Yo soy el consuelo para el afligido. Yo soy la paz para aquellos desamparados, para el que sufre, para el que ora, para el que va mendigando un pan y no lo ha adquirido de las manos de los hombres.
65 De cierto, os digo: una torta voy hacer llegar a vuestra mesa. ¡Acercaos a mí! No busquéis, en donde no podáis encontrar; buscad en donde está el manantial, la mano caritativa que todo lo puede dar y entregar, porque todo lo he creado para vos, porque en mi mano todo existe y nada es imposible concederos dentro de mi Ley; pero sabed pedir, sabed posaros en el camino recto, para que yo pueda daros todo cuanto os haga falta en la tierra.
66 También os digo, mis pequeños: no me pidáis riquezas, no me pidáis tesoros falsos en la tierra porque no, os los daré. Pensad que sois mi siervo y mi siervo no lleva, en verdad, calza en su planta, ni mantos reales cubriendo su cuerpo; ¡no! Mis siervos tienen que caminar con la sumisión, con la obediencia y los ejemplos que yo he venido a dejar trazados para cada uno de vosotros, ¡oh! Pueblo bendito de Israel.
67 ésta es mi enseñanza. ésta es la leche y la miel, que he venido a dejar en este día de gracia, sobre vuestro paladar, pueblo amado. No es el momento en que yo os entregue el olivo de la paz, en vuestras sienes. No, mis hijos. Ese olivo, todavía está, en verdad, reservado para vosotros. Lo vais a adquirir, a través de la labranza de vuestro espíritu.
68 El momento llegará y ese olivo de la paz que vos, pretendéis disfrutar, lo llevareis consigo; y desde vuestra garganta, entonaréis un himno de paz, en el cual, loores entregaréis a vuestro Dios.
69 ¡Gloria a mi espíritu divino y paz para vuestro espíritu, pueblo bendito de Israel, porque esa es mi voluntad! ¡Sentíos fuerte, ¡oh! Mi pueblo amado, porque la fuerza, ha descendido entre vosotros.
70 Mirad que en este momento, vuestras manos las uno a las mías. Todos caminaréis, asidos de mi mano; y yo, os llevaré ¡oh! Mi pueblo; no habrá tropiezo para vos, no habrá una sola caída más en el camino para vuestra planta, yo os llevaré; pero sabed que a donde yo voy a guiaros, ningún hombre podría hacerlo, con la perfección que mi espíritu divino lo puede hacer.
71 Estaréis unidos siempre conmigo. ¿Estáis dispuestos, mis hijos, una vez más, a seguir la lucha? Si así lo hacéis, mirad que mi presencia divina, no os faltará.
72 ¡Saboread en este momento la caricia y la paz de mi espíritu divino, que os hace y os brinda a cada uno de vuestros espíritus! ¡Qué sea la luz de mi espíritu divino, sobre todos vuestros caminos y corazones, porque ésa es mi voluntad!
¡Mi paz, sea con vosotros!
99. Los grandes espíritus de las profecías de Juan
Domingo 6 de agosto de 1950
1 El Maestro os saluda, ¡oh! Discípulos amados. Os contemplo llegar presurosos ante la presencia del Maestro divino; y yo, os concedo que también contempléis que el Maestro, presuroso y lleno de gozo, viene en busca de sus discípulos.
2 Es el instante preparado. Es el día concedido por el Padre a los hombres, para que dando reposo a su cuerpo, den recreo a su espíritu; para que en este día de gracia, vuestro espíritu, se acerque a mi mesa celestial a tomar del manjar: del pan y del vino, del fruto y del agua para con este banquete, sustentarse en el trayecto de su vida espiritual.
3 Y así, os contemplo en este día de gracia, reunidos, elevando vuestro espíritu en busca de aquello que os he dicho en el Tercer Tiempo. ¡Venid a mí con el espíritu, que por ese medio, presto me hallaréis!
4 Cuando desciende mi palabra y el eco de ella encuentra resonancia en vuestro corazón, todo vuestro ser se estremece, porque se hace presente el día en que el Padre promulgó su Ley sobre el monte Sinaí, el día del pacto, de la alianza con su pueblo escogido; y esos recuerdos que vibran, no precisamente en vuestra carne sino en vuestro espíritu, os estremecen, os hacen levantaros con una sensación desconocida para vuestra materia.
5 Y, ¡he aquí! Llegáis ante la falda de un monte, pero de un monte más alto que el Sinaí. Oís una voz; mas no aquella voz que se manifestaba en el fragor del trueno, en los elementos desencadenados, en el fuego que subía, en el humo que ascendía del monte hacia los cielos. Es ahora, una voz distinta; es una voz espiritual, es una esencia plena en justicia, amor y sabiduría que viene del Espíritu del Padre directamente a vuestro espíritu, para llenarle de vida y levantarle en la senda.
6 Llegáis ante estas reuniones y os contempláis guarecidos y circundados por cuatro humildes paredes, un humilde techo y un modesto estrado; y ahí, contempláis una materia, bien de varón a veces o de mujer, en otras ocasiones.
7 Mas, a medida que vuestro espíritu penetra en la preparación espiritual, a medida que él se eleva, todo se transforma ante vuestros sentidos y ante vuestro espíritu. Las paredes, desaparecen; y entonces, vuestro espíritu se siente reclinado sobre el césped de un valle y acariciado por la brisa; desaparece la techumbre y solamente sentís sobre vosotros, el infinito, un firmamento espiritual lleno de luces, pleno de gracia en verdad; y la materia, el portavoz, también va desapareciendo ante vuestros propios sentidos materiales, hasta escuchar solamente en el más allá: la voz del Padre la voz sublime de aquel Ser divino que viene a colmaros en justicia, a envolveros en su amor y a saturaros de su gracia y su sabiduría; y ésa es la transfiguración, la que no contemplasteis en aquel Segundo Tiempo sobre el monte tabor, porque tan solo concedí aquel miraje a mis apóstoles, para que ellos diesen testimonio al pueblo de lo que habían visto con el espíritu; porque el Maestro, en cuanto hombre, desapareció de la vista humana de los discípulos, para ser contemplado en Espíritu con la mirada espiritual de ellos.
8 Hoy no estáis sobre el monte tabor. Es un monte más alto, en verdad; y según la elevación que alcanza vuestro espíritu, según la pureza de vuestra intención, según la inspiración, así es como palpáis la transfiguración de estas manifestaciones.
9 Quiero que estéis preparados, ¡oh! Discípulos, para que en la última de mis manifestaciones que en esta forma os he concedido todos, sin distinción alguna, podáis palpar la transfiguración del Maestro en aquel día de gracia, en que yo pueda cerrar con broche de oro mi palabra, entregada a través del conducto humano en este Tercer Tiempo.
10 Yo soy el Padre que prepara la lección para el hijo; mas, la lección que os he venido a enseñar en el Tercer Tiempo, yo la preparé desde los tiempos pasados para vosotros.
11 Si vosotros como pueblo escogido y la humanidad en general, han de sorprenderse por mi llegada, por mis manifestaciones en este Tercer Tiempo; en verdad, os digo: es injustificada vuestra sorpresa porque todo lo anticipé, todo lo profeticé en los tiempos pasados.
12 Me reconocen aquellos que me esperan siempre, aquellos que conservan sensibilidad, aquellos que son fieles siempre a la promesa y los que vienen confiados en su esperanza, en su confianza en mí; mas los que olvidan, los que dejan endurecer su corazón con las pasiones o vicisitudes de la tierra, los que se entregan al mundo convirtiéndolo en su única patria, en su única tierra; ellos, son los que olvidan momentáneamente la promesa, son los que cierran la puerta de su propio espíritu para mis inspiraciones, cuando llegado es el tiempo del cumplimiento de la promesa del Padre.
13 A los que encuentra velando, la voz del Padre les habla y ellos le responden al instante, como aquellas vírgenes prudentes; y a los que se encuentran durmiendo, les hace el llamado, y no escucha respuesta alguna.
14 Yo he dejado que Elías, mi enviado y precursor en todos los tiempos, preparase a los hombres para mi llegada; que él espiritualmente, conmoviera vuestras fibras sensitivas, os hiciera el llamado y os preparase para que estuvieseis alertas en el momento de mi llegada.
15 De cierto, os digo: no conocéis a Elías aunque habiendo siempre estado cerca de vosotros, no lo habéis sentido en plenitud; mas, por su conducto, que es el anuncio enviado del Espíritu Santo, he revelado en todos los tiempos a los hombres grandes conocimientos del espíritu, he manifestado profundos misterios del más allá, he revelado potencias y facultades del espíritu a los hombres; mas, por unos, dichas manifestaciones, no han sido debidamente interpretadas; y por otros, no han sido tomadas en cuenta.
16 Sin embargo, Elías, que ahora viene a manifestarse delante de vuestro espíritu como un pastor incansable de ovejas, como un pastor pacientísimo, retorna y sigue vuestros pasos, os busca e infatigablemente os llama.
17 Elías es el que en verdad, os trae sobre sus hombros a la seguridad y al calor del aprisco, para que en el aprisco que es mi Ley escuchéis nuevamente la palabra de Dios, que es dimanada de su propio espíritu; palabra, de la cual vierte esencia y virtudes para todos los espíritus.
18 Porque Elías, no os conduce a ningún aprisco que no sea el mío, no os lleva por caminos de sectas ni de religiones humanas; él os entresaca de la confusión, de las tinieblas, de los vicios o del pecado, de la miseria, del abandono, del letargo; de allí es de donde él os entresaca para traeros a la luz, a la actividad espiritual, a la vida; para acercaros al festín, que el Padre siempre tiene preparado para sus discípulos.
19 Ya estando cerca del Maestro, el pastor goza en su propio espíritu con su obra de amor, de rescate, de redención; es cuando él llega a las plantas del Padre, para decirle: Maestro, ¡he aquí a las ovejas, ante tu planta están! ¡Cuántas veces, le habéis oído pronunciar estas palabras!
20 Elías, es quien os ha traído en este Tercer Tiempo, atrayéndoos con su voz, con el eco de su campana sonora que llama a reunión, a congregación espiritual en torno del Espíritu Santo.
21 No ha venido Elías, a encarnarse entre vosotros, en este Tercer Tiempo; solamente se ha dejado sentir, se ha hecho contemplar simbólicamente, se ha manifestado a través de los hombres, ha dado testimonio de sí mismo, con lo que ha testificado el cumplimiento de mi palabra, de que: en el tiempo en que vendría Elías, estaría muy próxima mi llegada
22 Y en verdad, Elías, se ha manifestado a vosotros antes que mi rayo universal; antes, os ha llamado, os ha reunido, os ha preparado; y después, cuando habéis estado ya preparados, habéis tenido el cumplimiento de mi promesa, viniendo yo entre vosotros nuevamente.
23 Lo que en los tiempos pasados, conocisteis solamente a través de símbolos; hoy, lo conoceréis profundamente con la claridad del mediodía.
24 Yo os hablé como Maestro, en sentido figurado tomé para mis parábolas los sucesos y cosas familiares, los acontecimientos que veíais diariamente sobre la faz que vuestros ojos contemplan; mas, como todo acontecimiento y todas las cosas tienen esencia y significan revelaciones espirituales, me era fácil tomarlas, para hablaros de lo eterno.
25 Tomando de los acontecimientos y las cosas pasajeras, os hablaba de lo que nunca muere; tomando como ejemplo lo material, os hablaba de las vicisitudes del espíritu.
26 Si en un principio no fue bien comprendido, si solamente los que muy cerca de mí se encontraban, podían interpretar mis palabras y lecciones de mi enseñanza; después, la humanidad, cuando despertó para mi enseñanza, cuando abrazó mi doctrina de amor llena de fe, supo leer, supo comprender y sentir las lecciones de la enseñanza que os entregué por labios de Jesús; pero algunas revelaciones, se encontraban veladas por un misterio, ni los mismos teólogos, ni los grandes filósofos, acertaban a penetrar, hasta la profunda verdad de aquellas revelaciones, pero los tiempos pasaron; y a llegado para vosotros, el tiempo del esclarecimiento; el tiempo, en que los velos se descorren y los misterios se aclaran, en que el sentido figurado se torna en sentido real y comprensible.
27 En espíritu y en verdad, de cierto os digo, que: muchas revelaciones que dije a través de mis profetas y de mis apóstoles, ni ellos mismos conocieron su sentido espiritual porque no era su boca la que hablaba, sino el Verbo Divino que los inspiraba.
28 Por eso, aquella revelación que le confié a juan mi apóstol, vidente del Segundo Tiempo, no le habéis dado toda la importancia que ésta tiene. La humanidad ha posado sus ojos sobre aquel testimonio; y de ello, casi nada ha entendido.
29 La humanidad conoce aquella profecía y no la siente en su espíritu; hay quienes solamente aciertan a sentir temor, sin alcanzar a comprender todo el contenido de la gran revelación concedida por Dios al profeta; y aquella gran revelación, es una gracia que el Padre quiso que los hijos alcanzaran, por el infinito amor que les tiene, para que los acontecimientos que eran solamente del conocimiento de Dios, pasarán a ser también parte del conocimiento de los hombres.
30 Por eso, a través de aquel profeta, os revelé la existencia del libro de los siete Sellos; libro, que no fue desatado en esta nación mexicana, como muchos creéis, porque ese libro no pertenece a una nación, ni a determinado número de escogidos, ni está sujeto a un tiempo; es la misma eternidad, es el destino de todos los espíritus, es el trayecto del espíritu, de principio a fin, con: su lucha, sus goces, sus pruebas y sufrimientos, sus aciertos y sus yerros, sus pecados y su arrepentimiento, su tiniebla, su luz y su redención final.
31 Mas, para que un profeta pudiese revelar la existencia de tales acontecimientos a los hombres, fue menester que el Padre, hiciese el llamado al espíritu del profeta hacia el más allá. Para manifestar delante de aquellos ojos atónitos y absortos, el contenido del libro misterioso, del gran libro de la vida, fue necesario que también el Padre limitase las profundas revelaciones espirituales, los grandes conocimientos de la divinidad en figuras simbólicas, en figuras alegóricas de gran contenido, de profunda significación; para que el profeta, volviendo de su éxtasis a la tierra, escribiese y diese testimonio a los hombres de lo que había visto y oído en el más allá.
32 Y juan, como discípulo obediente, así lo hizo y así testificó entre la humanidad; y el testimonio, no ha sido interpretado bien por los hombres. Su contenido, su esencia, no han sido encontrados todavía; y en verdad, el Padre, os dice: los hombres no han descubierto el significado de aquella profecía y sin embargo, su sentido real, lo están viviendo.
33 Hoy, de lleno el hombre está viviendo la profecía de aquella revelación que vosotros conocéis por apocalipsis, en verdad y en espíritu; y tiempos vendrán en que la humanidad, interesada en las grandes revelaciones, analice, comprenda y sienta en verdad, todo cuanto yo allí os revelo, os descubro y os digo.
34 Ahora sabéis, pueblo amado, porque siempre me limito delante de vosotros, porque sois todavía los pequeños, porque el Padre es grande, es ilimitado; para que podáis atender y comprender a vuestro Padre, tiene que limitarse él y todas sus revelaciones. Lo que siente por vosotros y lo que os dice, lo limita en figuras y símbolos, para haceros comprender las lecciones que la divinidad os da.
35 Por eso, juan contempló a un anciano sentado en un trono, que no representaba otra cosa que a vuestro propio Dios. Contempló en torno de él, siete espíritus; y no os confundáis, si os digo lo qué son los siete espíritus de Dios, porque Dios es conjunto infinito de virtudes y atributos; y toda virtud, toda potencia y atributo del Padre es vida y es Espíritu; y con mis potencias, atributos o virtudes le he dado vida a todo; de ello, todo lo he revestido y saturado.
36 De mi propia vida, de mi propio Espíritu, lleno el universo y toda la creación está; y esos siete espíritus, son siete grandes virtudes con que he revestido y engalanado a todos los espíritus, para que en el trayecto de su vida eterna se comportasen como seres semejantes al Dios del que brotaron y que todo lo creó.
37 Si os he hablado de los siete candeleros de la flama que alumbra en verdad, los siete Sellos del gran libro, esos son los siete espíritus, las siete virtudes que han iluminado la senda de todos los espíritus a través de los todos tiempos.
38 Mas, en verdad, os digo: juan contempló a la influencia de las tentaciones, en forma de bestia y el Padre, os dice: ¿cuál es la morada de la bestia? Es el abismo de la desobediencia de donde surge, para apartar de mi senda a mis hijos, para empañar las virtudes con que yo he iluminado a vuestro propio espíritu, para doblegaros hacia ella y retardar vuestra llegada.
39 Pero ese abismo, os digo: no está en la tierra, ni está en el más allá; ese abismo está en el corazón de los hombres. Allí ha encontrado su propio abismo la bestia del mal, allí ha encontrado su antro; desde lo profundo del corazón de los hombres, surge, se manifiesta para hacer que los unos se devoren a los otros, para despertar sed de sangre y de odio entre los hombres, para hacer que pueblos devoren pueblos. Desde el principio de los tiempos así ha sido, hasta vuestros días.
40 Esa bestia insaciable, aniquiladora de vidas, de sangre, de paz, de armonía, de fraternidad y de espiritualidad, es quien ha inspirado a los hombres siete armas que se oponen a las siete virtudes; siete pecados que son los que han hecho caer a los hombres, en los profundos abismos de la degeneración; pero en mi omnipresencia, mi presencia divina nunca le ha faltado a ningún espíritu; la luz de mi espada, siempre le ha iluminado y le ha libertado.
41 Nunca he permitido que el último átomo de conciencia, se pierda en ninguno de mis hijos; para que por ese átomo, pugne por su salvación; y en este tiempo de pasiones desencadenadas, de perversidad, de lujuria, de desenfreno de todos los pecados; la bestia, en verdad, os digo: se ha enseñoreado y ha hecho su trono en el corazón de los hombres.
42 La ciudad de Sodoma y la ciudad de Gomorra, las primeras grandes ciudades pecadoras entre la humanidad, hoy resurgen; hoy las contempla mi mirada plena de justicia, nuevamente asentadas entre los hombres; y a la carne, a todos los placeres y a todos los vicios, rindiéndoles culto como solo puede rendírsele culto a Dios.
43 Si el fuego, en verdad, fue el que exterminó a aquellas ciudades paganas y pecadoras, ahora será nuevamente el fuego; y el fuego lo encenderá la propia mano del hombre, guiada por mi justicia. De esta Sodoma y de esta Gomorra, no quedará ni ceniza, os lo dice el Maestro, no quedarán vestigios.
44 Hoy, estoy penetrando por medio de los espíritus enviados por mí entre los hombres portadores de mis virtudes, de mi potestad y de mi luz, hasta lo más profundo de las conciencias, para que la humanidad despierte.
45 Los unos despertarán antes de la gran batalla y lucharán en su propio interior contra sí mismos, expulsando de su propio corazón a la bestia que se ha enseñoreado, que duerme, porque ya no necesita estar despierta para gobernar a los hombres, porque son sus súbditos; presente allí el espíritu en el humano, despertará para expulsarle, para levantarle y entonces decir: ¿en dónde están mis armas? ¿En dónde están mis potencias y virtudes con las cuales poder regenerarme, volver al camino y restituirme a la vida de la gracia? Y entonces, la conciencia iluminada por el espíritu divino, le dirá a aquel que ha despertado: las armas, están en vuestra mano; las virtudes, están en vos mismo porque vuestro propio espíritu, es virtud de Dios, es milagro, es parte de él mismo.
46 Vendrá la gran lucha contra el pecado, porque el fuego que ha de envolver en este tiempo de juicio como a una Sodoma y Gomorra, exterminándolo todo, una sola cosa dejará latente: la conciencia humana ésa no podrá perecer, no morirá; y por esa conciencia, los espíritus se levantarán, los espíritus despertarán a la Verdad y comprenderán mi justicia.
47 Es menester que ese cáliz de amargura, sea bebido hasta las heces. Son muy amargas las heces, porque así se las ha preparado para sí mismo el ser humano, al debilitar, al doblegarse delante de las tentaciones; al ceder su fuerza y su puesto, a aquellas tentaciones que le han envenenado, a aquellas que le ha seducido y engañado.
48 ¿Por qué ha permitido todo eso, el Padre? Para que vuestro espíritu tuviese desarrollo, tuviese evolución y me comprendiese por sí mismo; para que nunca pudiera reclamar al Padre, la falta del libre albedrío; para que nunca se sintiera como un ser sujeto siempre a una voluntad superior, incapaz de moverse por sí mismo, de pensar libremente, de moverse por sí solo o de crear.
49 Largo ha sido el tiempo de la caída del hombre; largo ha sido el tiempo, en medio de la eternidad, de las tinieblas que han envuelto a muchos espíritus; pero, ¿qué significa este largo tiempo, comparado con la eternidad que no termina jamás?
50 Cuando este tiempo de luchas, de pasiones, de pecados, de incomprensión, de desobediencia y alejamiento de los espíritus a los ordenamientos y mandamientos de la Ley divina haya pasado; cuando distante quede, entonces todos elevaréis vuestra mirada al Padre, dándole gracias por el don bendito de la libertad que el Padre os confió; y que si por un momento, por el mismo libre albedrío, llegasteis a desobedecer al Padre y hacer actos ilícitos; por ese mismo libre albedrío, pudisteis comprender y arrepentiros de vuestras faltas, regeneraros y hacer grandes obras meritorias para agradar al Padre y llegar al fin de retorno hacia él, con el espíritu acrisolado por la experiencia y limpio por las virtudes.
51 Mas, si aquel vidente del Segundo Tiempo, vio vuestras luchas, vuestras caídas, vuestras tribulaciones, vuestras ofensas; si él contempló, en sentido figurado vuestras guerras, las grandes señales del espacio, las caídas de las grandes religiones; también contempló el triunfo del bien, de las virtudes de Dios y de todos los espíritus.
52 Sabed que juan, testificó de los ancianos, que en espíritu rodeaban al Padre. ¿Quiénes son esos ancianos? Son grandes espíritus, son siervos del Dios, son aquellos con quienes el Padre, desde el principio de los tiempos, lo gobierna, lo rige y lo mueve todo.
53 Si vosotros por las noches eleváis vuestra mirada, cuando el cielo está limpio, descubrís en el firmamento millares y millares de astros que sumisa y ordenadamente ocupan su lugar; si os profundizáis en esa ciencia, descubrís que todos los astros giran en torno de uno superior, de uno que lo rige todo con su fuerza, con su atracción, con su calor y su vida; y después de él, hay unos grandes y otros pequeños; y así como es, en el orden material, es también en el orden espiritual.
54 Dios tiene sus grandes siervos, celosos y obedientes, donados con cargos delicados y grandes, para gobernar su infinita creación divina; y cuando vosotros, estéis en el camino de la obediencia perfecta, de la armonía perfecta con vuestro creador, entonces os daréis cuenta de lo que el Padre, os está diciendo.
55 Entonces, veréis cómo antes de llegar a mí, vais a encontrar muchos de vuestros hermanos convertidos en grandes espíritus; y os confundiréis en espíritu, pensando que estáis delante de vuestro Dios, al mirarles tan grandes; y cuando vuestro espíritu ante ellos se incline, escucharéis las voces humildes de esos seres, que os dirán: “levantad vuestra faz, que yo, como vos, soy un siervo del Padre”
56 Y seguiréis avanzando y volveréis a encontrar seres más grandes; y a ellos, entonces, preguntaréis: ¿eres, por ventura, mi Padre Dios, para rendirte culto? Y él os dirá: no, tomad mi mano que yo os conduciré y así, iréis en el camino de la vida eterna, de la armonía perfecta en la senda preciosa del espíritu; hasta que un día, cuando vuestro espíritu se encuentre también engrandecido por la humildad y por las virtudes, elevaréis vuestra mirada al infinito y recibiréis la sorpresa de vuestra existencia, contemplando al fin a aquel que os ha hecho, que os ha amado desde antes que existieseis, a aquel, que os amará por siempre, en verdad.
57 Las grandes legiones blancas de aquella profecía, son los ejércitos de espíritus diseminados en todo el orbe infinito para llevar a cabo las obras y mandatos del Padre. Unos, son instrumentos de mi justicia; otros, son instrumentos de mi amor; otros más, son mis siervos por quienes pruebo a los hombres. Todos son siervos celosos y obedientes a mi causa divina.
58 La segunda Jerusalén, simbolizada por la blanca ciudad, es en verdad, el Padre os dice: la redención del pueblo escogido de Dios este pueblo que estoy formando, este pueblo que estoy puliendo, que estoy regenerando con mi enseñanza en palabra humana a través del entendimiento humano en el Tercer Tiempo; este pueblo, que en su letargo y a pesar de él, me esperaba; y me esperaba, porque en su espíritu conservaba la impresión, el recuerdo de mi promesa, no porque existiesen en el mundo, seres humanos que estuviesen despertando de tiempo en tiempo, porque aquella profecía en vez de ser puesta delante de los ojos de la humanidad, día tras día para que los seres humanos no cayesen en el profundo sueño, fue ocultada en el confín de la tierra, fue apartada del corazón del hombre; y solamente, vuestra intuición, fue la que os hizo esperar.
59 Y, ¡aquí estoy, entre vosotros! Soy el Maestro que desciende, para deciros: ¡regeneraos! ¡Combatid con vuestras virtudes, todos los vicios! ¡Destruid el fanatismo y la idolatría! ¡Olvidaos de los cultos materiales! ¡Volved a mí! Y multiplicaos en torno de mi obra, para que así los pueblos distantes de la tierra cuando más necesitados de regeneración y de consuelo, de verdad, de amor y de paz puedan encontrarse, sepan que existe entre todos los pueblos del mundo, un pueblo espiritualizado, una muchedumbre que en pleno desierto camina con firmeza y lleva en su corazón el secreto de la paz; y ellos entonces, os buscarán.
60 Este girón de tierra, esta nación mexicana tiene gran misión espiritual qué cumplir entre la humanidad; mas no por lo que ella, es en sí; sino por lo que alberguen sus moradores, en quienes he depositado espíritus de luz que forman parte de aquella legión de los 144,000 marcados, ya que en su seno habitan espíritus del Israel espiritual, del pueblo que en tres Tiempos me ha sabido recibir y sentir; y que ahora desde este Tercer Tiempo, sabrá levantarse para reconocer a sus hermanos, para borrar fronteras con su amor, para no mirar linajes ni castas, porque sus ojos mirarán con el amor universal con que yo os estoy amando y os estoy doctrinando.
61 Sus doce puertas, no serán puertas materiales como las de la primer a Jerusalén; serán las puertas del mismo espíritu de Israel, serán las puertas de las doce tribus que ahora me encuentro congregando para la redención de la humanidad; esas puertas son las que yo abrí y son puertas de justicia y amor, puertas de paz; su hospitalidad, será espiritual y también material; y la buena voluntad de mi pueblo, hará que en verdad, la naturaleza sea pródiga y responda con abundancia y con bendiciones; y por un momento, los hombres de los distintos pueblos de la tierra, proscritos los unos de sus pueblos, los otros menesterosos, huérfanos muchos, otros sin esperanza ya, escucharán el nombre de este suelo como se escucha algo de fantasía; escucharán este nombre y la existencia de sus moradores, como algo inalcanzable; y se levantarán con paso vacilante, pero con el corazón y el espíritu llenos de firmeza y de confianza en pos de los discípulos del Espíritu Santo; como cuando vosotros salisteis de Egipto en aquel Primer Tiempo, llenos de esperanza en una tierra de promisión, así muchos se levantarán.
62 Pero, cuando el Maestro, os dice: vais a estar preparados, vosotros los labradores os pregunto: ¿cuándo vais a hacer que vuestra morada se encuentre engalanada y dispuesta para ese gran destino que yo os he confiado? ¿Cuándo vais a hacer vosotros, que vuestras puertas de paz y de amor se abran plenamente, sin que vuestro corazón juzgue nacionalidades ni doctrinas, ni religiones ni clases? ¿Cuándo vosotros, vais a aprender a compartir de vuestro pan, de vuestros dones, de vuestra Ley?
63 Mirad que ahora, pueblo, todavía os hablo; y después de la partida de mi palabra, tenéis que seguir en preparación, tenéis que comprender muchas revelaciones, que practicar y que sentir, para que al fin podáis actuar con equidad y amar a vuestros semejantes, para que vuestras oraciones les preparen el camino; para que cuando vosotros, miréis la abundancia de vuestro suelo, la paz de vuestro corazón y el bienestar de vuestro hogar, no temáis a la invasión de los extranjeros y no los contempléis como tales, sino que entonces, digáis: “Padre, el tiempo del cumplimiento de tus profecías, se está acercando; haz que mi corazón se encuentre debidamente preparado para que mi hospitalidad sea sincera, para que en cada uno de tus hijos, de los forasteros, de los huéspedes yo te reciba a ti como Abraham salía a recibir en su humilde choza, a los caminantes que pasaban esa simiente lleváis, esa hospitalidad de Abraham, para que esas vuestras puertas, siempre estén abiertas.
64 He aquí como el Maestro, en día de gracia, trayendo a vuestro corazón las profecías de los tiempos pasados, yo mismo les doy esclarecimiento entre vosotros, para que vuestro conocimiento sea el mismo.
65 Yo os coloco en el principio del análisis. Lo que yo os analizo, lo que yo os esclarezco, no es todo; pero en el principio del análisis yo os pongo, para que después vosotros penetréis con vuestra meditación, en los misterios del Padre; y alcancéis en el fondo de ellos, todo cuanto sea mi voluntad revelaros.
66 No olvidéis que no podéis alcanzar a comprender ni a conocer todo en un solo tiempo, que a pesar de ser para vosotros ya la Tercera Era y encontrarse grandemente evolucionado vuestro espíritu, no por eso vais en este tiempo a penetrarlo todo ni a comprenderlo todo; y entonces, debéis conformaros con aquello que vayáis alcanzando a comprender día tras día y tiempo por tiempo, ya que mi sabiduría es infinita; porque Dios, no tiene límite, porque estáis vosotros delante de lo que no podéis medir ni calcular ni pesar.
67 Parte de mi Espíritu, parte de mi creación y de mis obras, dejo que sea juzgada, analizada o comprendida por mis hijos. Mi espíritu divino en toda su dimensión, no alcanzará nunca a ser abarcado por ninguno de vosotros; pero eso en vez de causaros sufrimiento, en vez de que por ello me digáis: Padre, si no llego a conocerte plenamente, ¿cómo podré amarte también plenamente? No digáis eso, mis hijos, porque si en verdad, me amáis, si en verdad queréis comprenderme y conocerme, todos los días me estaréis conociendo más y más; amándome más sin cesar, por una eternidad. Vuestro amor, entonces, tampoco tendrá fin, como mi amor para vosotros no lo tiene.
68 Mucho os habla el Maestro, de la vida del más allá. Poco el Maestro os habla, de esta existencia humana que estáis viviendo; y en lo mucho que os hablo del más allá, os entrego desde ahora como desde los tiempos pasados para esa gran jornada que tenéis que recorrer en espíritu, en el camino de la eternidad; y en ese poco que vosotros creéis que os hablo para la vida presente, para vuestra existencia material, yo os entrego mucho en verdad, para vuestra paz, salud, conservación, sustento moral, alegría y placer de vuestro corazón, porque quiero que estéis preparados siempre, todos los días y en todo instante, para el momento en que yo os llame al más allá.
69 ¿Quién de vosotros conoce su hora? ¿Quién de vosotros sabe el momento en que le he de llamar? ¿Existe acaso determinada edad o determinado momento conocido por el hombre, para que la muerte a él llegue? No existen edades lo mismo puede ser un instante que otro. Por eso, vivid en paz con Dios, vivid en paz con vuestra carne, con vuestra alma y espíritu.
70 Tened siempre ordenadas todas vuestras cosas, para que cuando yo os llame, no dejéis algo pendiente en este mundo, no se vaya vuestro espíritu preocupado o envuelto en sufrimiento, no llevéis arrepentimiento ni llevéis congojas. Que vuestra agonía sea plácida, que vuestros últimos instantes sean una bendición para los vuestros y una entrega espiritual hacia vuestro Padre; pero no quiero que en la vida llevéis la idea de la muerte. ¡Vivid la vida! ¡Vividla intensamente; no fríamente!
71 En fin, os dice el Maestro: ¡dad al César lo que es del César! ¡Cumplid con vuestros gobernantes! ¡Respetad a vuestros mayores, honrando a vuestros padres, dando buen ejemplo a vuestros hijos y amándose los hermanos por la sangre y hermanos por el espíritu, respetando a los demás pueblos de la tierra, impartiendo la caridad en lo material, ayudándoos y siendo báculo de los unos para con los otros en las distintas vicisitudes y dificultades de vuestra existencia terrestre, multiplicando vuestra especie; pero multiplicándola en amor, en buenos hábitos y en buen cumplimiento de todos vuestros deberes!
72 Ya veis cómo mi enseñanza, abarca todos los órdenes de vuestra existencia. Ya veis cómo la luz de mi espíritu divino, se infiltra y penetra en todo sitio.
73 El Espíritu del Padre, es como el aire mismo, está en todas partes; y aun cuando vuestros ojos no lo contemplen materializado, sabéis que el existe, porque vuestros sentidos lo palpan. Así también vuestro espíritu me percibe, me siente, sabe que existo, que estoy en todas partes, que en todo momento como Maestro, os enseño; como Padre, os aconsejo; y como juez, os juzgo.
74 Habéis llegado a un tiempo, en que mi justicia y mi amor, sabéis sentir. Sabéis distinguir en las pruebas. Sabéis cuando estáis bajo la prueba y entonces penetráis en oración, en vigilia, en arrepentimiento; y sabéis rechazar la prueba y el dolor con el bálsamo de vuestra oración y regeneración, porque habéis descubierto que no hay mejor bálsamo que el del arrepentimiento.
75 ¿Qué es lo que el bálsamo cura? El dolor, la enfermedad. ¿Qué origina la enfermedad? La falta de cumplimiento en la Ley. La falta de cumplimiento, quiere decir: desobediencia. El resultado de esa desobediencia, es: el dolor pero entonces, viene el arrepentimiento que lava la desobediencia, que impide nuevamente faltar; y entonces, nuevamente la regeneración por el arrepentimiento, origina la salud.
76 ¡Sed doctores de vosotros mismos y de los demás! Y estas lecciones espirituales, enseñadlas a todos, porque vosotros no sois más que los demás; todos tenéis los mismos dones, todos podéis ascender por la misma escala de perfección hasta mí.
77 Unos se regenerarán primero, otros más tarde, pero todos llegarán a mí por la misma senda del amor y de las virtudes.
78 Si vosotros ahora comprendéis la esencia del dolor, el porqué de la prueba y que por medio de ese conocimiento, podéis regeneraros; y arrepentidos, formar propósitos de enmienda, pensad que no todos los hombres me comprenden así en este tiempo.
79 Que sobre los grandes pecados, sobre las enormes faltas de la humanidad, enormes pruebas de justicia también envío y derramo; y a pesar del paso de mi justicia sobre los hombres, no saben despertar ni todos saben confesar, que esas pruebas: son toques de mi justicia divina .
80 Tendrán que venir pruebas mayores para que los hombres despierten y al fin digan: estas pruebas no pueden venir de la mano del hombre, ni pueden ser originadas por la casualidad; solamente un Ser Supremo, un juez muy justo y perfecto puede enviarlas, porque vienen llenas de sabiduría, vienen llenas de luz sobre nosotros. Cuando los hombres así confiesen, estar bajo mi juicio: ¡es que la luz se ha hecho en el corazón de los hombres!
81 ¡Ah! Cuánto el Padre quisiera que los seres humanos despertaran por el amor que él mismo les envía momento tras momento, pero mi amor, encuentra una barrera, mi amor encuentra la dureza del corazón humano.
82 ¿Acaso es débil mi amor? ¿Acaso es algo frágil? No os dice el Padre. Es que mi amor no penetrará por la fuerza en el corazón del hombre; mi amor penetrará mansamente. Mi amor, entrará en la morada del hombre, cuando él llame a esa puerta; y esa puerta, mansamente se abra, para dar la bienvenida al amor de Dios.
83 ¡Velad y orad, pueblo! Abrid vuestros ojos, para que plenamente os deis cuenta del tiempo y del sitio en que moráis.
84 Sois también morador de la Sodoma y Gomorra, de esas ciudades pecadoras que han invadido a todo el orbe; pero en medio de tanto pecado y de tanta prostitución, elevad vuestro espíritu sobre tanta miseria y perdonaos los unos a los otros.
85 No dejéis que el pecado, os contamine. ¡Luchad contra él incesantemente! Sed vosotros, si queréis, de los primeros que deis muerte o rechacéis a la bestia que ha invadido al corazón de toda la humanidad, de esa bestia del mal, devoradora de hombres, de paz, de virtudes y de bien. ¡Rechazadla! ¡Dadle muerte! En verdad os dice el Padre; para que así, vuestra simiente vaya penetrando de corazón en corazón; para que este mi pueblo, se vaya multiplicando en la paz y en el bien.
86 Y este pueblo, después, como ejemplo se levante entre los demás pueblos de la tierra; y los demás, se levanten a la regeneración, a la paz y a la restauración; y ellos, descubriendo que poseéis armas con qué luchar, con qué combatir y dar muerte a la bestia, se levanten contra ella misma y la venzan al fin; como pudo contemplar el profeta en la videncia, que la bestia era primero atada y era muerta en su propio abismo, en espíritu y en verdad; entonces, escucharéis el himno universal, el himno del amor y de la armonía, el himno que recreó el Espíritu, el corazón y el oído de aquel buen profeta, de: juan mi apóstol del Segundo Tiempo.
87 Cuando estéis vosotros, cantando y oyendo ese gran himno universal, todos vosotros formaréis parte de las doce grandes legiones de espíritus limpios como el ampo de la nieve, de los moradores de la verdadera Jerusalén, de aquella ciudad que vio morir al Maestro en cuanto hombre; pero que después, por su virtud, por su regeneración, le atrajo a sí mismo; para que ese Maestro, que murió, viniese a vivir en el corazón y la conciencia de sus hijos, por toda una eternidad.
88 ¿Quién de vosotros, no comprende mi palabra? ¿Quién de vosotros, siendo un párvulo, escuchando hablar así a su Maestro con tanta sencillez, no se convierte en un instante en su discípulo?
89 Si os he hablado de lecciones extrañas, de conocimientos grandes, de manifestaciones que eran incomprensibles para vosotros; yo, os digo: yo no soy un Ser extraño y si hasta hora lo he sido, quiero dejar de serlo para el hombre.
90 Lo divino y lo espiritual, no son revelaciones extrañas para el hombre, puesto que el hombre, alberga un espíritu, que ha sido antes morador del más allá.
91 Quiero que los acontecimientos divinos y espirituales, dejen también de ser manifestaciones extrañas para los hombres; no para que os familiaricéis con ellas, no para que las profanéis ni las toméis como sucesos triviales; pero sí, para que las miréis con naturalidad, como manifestaciones que existen, que han sido siempre y que os esperan para vivir con ellas, una vida eterna.
92 Esto os enseña el espiritualismo, esto os descubre y revela la doctrina del Espíritu Santo. Esto os he traído en este Tercer Tiempo para vosotros; y os digo, en verdad: ¡no es todavía, mi última lección!
93 Va a ascender mi rayo divino. Estáis vosotros elevados en el más allá. Desde ese valle de paz espiritual, enviad vuestra paz y atraed mi paz hacia los hombres y hacia los pueblos. Perdonad a las naciones, perdonad a los pueblos que hacen llegar las consecuencias de sus faltas a vosotros. Por vuestra oración, dadles luz y dadles paz.
94 Es tiempo de juicio divino. Así como es tiempo del cumplimiento de mis grandes profecías, es tiempo de juicio entre la humanidad.
95 Sed fuertes, ¡oh! Discípulos; y sed báculo también de los demás, para que todos estéis fuertes, porque el “gran día del señor” se acerca; y el peso de mi justicia, se hará sentir en todos.
96 ¡Mi bálsamo, mi paz, mi gracia, es con todos! Vuestra oración, como un perfume ha llegado a mí, cual una esencia de vuestro propio espíritu. De todos he recibido cumplimiento, acción de gracias y peticiones.
97 A todos os he atendido y mi Espíritu se ha desbordado: atendiendo toda súplica, escuchando en verdad, toda petición y recibiendo toda alabanza. Mi manto de amor, os envuelve. Mi ósculo divino, se hace sentir en todo el universo.
¡Mi paz, sea con vosotros!
100. A los obedientes y a los guías
Domingo 13 de agosto de 1950
1 ¡La paz de mi espíritu divino, sea entre mi pueblo bendito de Israel, en este día 13 de agosto de 1950, en que una vez más el Padre, por medio de vos mi pueblo, en representación, recibe al universo entero que son mis criaturas, a quienes desciendo en este día de gracia, a daros mi perdón y bendición, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo!
2 Yo soy el camino y la luz que os va guiando, soy el báculo que a vuestra mano sirve, para sostenerla y evitar las caídas en el camino. Yo soy el faro que siempre va iluminando vuestro sendero, llenándole de sosiego, posando en él la paz de mi espíritu divino, aquietando las tempestades en el camino para que vosotros transitéis a salvo, para que no haya quien detenga vuestra planta, para que no por un instante el soplo del invierno frío venga a helar vuestro corazón y pueda paralizar vuestras fuerzas.
3 En mi palabra recibís la fortaleza, el calor, el sustento que vuestro espíritu necesita, en verdad, para poderse levantar al cumplimiento de mi Ley, para poder seguir en la lucha que el Maestro ha venido a trazar para cada uno de vosotros. Mirad que a todos os crié con un fin de cumplimiento sano, lleno de prosperidad que vosotros, antes lo habíais desconocido.
4 Y hoy, en este tiempo, el Maestro con toda la gracia en su espíritu divino, ha descendido a prepararos para esta lucha que está sirviendo de baluarte para la humanidad, que está sirviendo de crisol en vuestro espíritu; porque de cierto os digo, esta mi palabra ha servido, sirve y servirá a través de los siglos, de enseñanza para la limpidez del espíritu, para el perfeccionamiento del mismo, para el perfeccionamiento de vuestras obras que están dilatadas en el camino, esas buenas obras a las cuales tenéis que darles desenvolvimiento en la tierra, porque para ello os estoy inspirando. ésas son, pueblo, las que el Maestro espera contemplar cumplidas en vuestro espíritu, porque los tiempos han pasado, las horas han avanzado vertiginosamente y el cumplimiento en el espíritu ha estado retrasado.
5 El espíritu, en verdad, ha permanecido en distintas etapas y en ellas no ha alcanzado a comprender el verdadero desenvolvimiento de sus obras, de su cumplimiento, de su misión, de la heredad que el Padre, le ha dotado con toda gracia y virtud; pero, a ello he descendido Israel, en el Tercer Tiempo. He llegado al pueblo, he descendido a las comarcas, en las llanuras, en las explanadas de esta nación y me he comunicado a través del entendimiento humano, con el fin de prepararos un camino, de preparar a vuestro espíritu, de que vosotros me cumpláis y de que os encaucéis en mi obra divina con perfección; y os he hablado por todos los medios y os he preparado la manera más fácil para la comprensión de mi palabra, hablándoos en sentido figurado, en parábola; pero en cada una de esas palabras, he hecho descender la sensibilidad de esta enseñanza a vuestro espíritu, el deseo que el Maestro siente, porque la humanidad se salve; el deseo que el Maestro siente, porque cada uno de vosotros sea un discípulo perfecto el mañana, en este camino que yo os he trazado.
6 Por eso, es que os estoy preparando, porque en el ayer fue escaso vuestro cumplimiento, vuestras obras dilatadas y vuestros caminos errados; y el Maestro, ¿qué espera de la humanidad? Solamente el cumplimiento solamente espera vuestra regeneración, ¡oh! Mis hijos muy amados, espero que vosotros me comprendáis, que sintáis en vuestro espíritu, el verdadero amor que el Padre, siente por vosotros.
7 Mas, ¿cuándo llegará este momento en que vuestro espíritu sienta el perfecto amor que el Padre os ha brindado a través de los tiempos, como el espíritu que a mí me pertenece?
8 Mirad que ésta es la lucha que el Maestro ha tendido sobre la humanidad, sobre todas sus criaturas, sobre todos los espíritus, y ¡he aquí, que por el pueblo bendito de Israel, detengo mi planta de mi larga caminata! Un instante, me aposento con vosotros, para daros mi enseñanza, para hablaros. Siendo muy extensa mi enseñanza, siendo tan grandes e infinitos mis mandatos, pueblo, os hablo en esta forma tan sencilla, tan humilde, para que vosotros despertéis vuestro espíritu como se despierta la naturaleza a la primera brisa matutina, así como quiero que vosotros despertéis y esperéis con ansia la comunicación de vuestro Maestro; concentrando un instante vuestro pensamiento, captando mis palabras en vuestro entendimiento, aquilatándolas con todo el valor y el celo que ellas merecen.
9 Aunque escuchéis mi palabra muy sencilla, si vosotros estudiaseis juntamente con el Maestro, veríais la grandeza que ella contiene, aquilataríais el valor de mis palabras; porque aunque vosotros en verdad, conocéis las palabras, no las comprendéis con el valor y con el amor real con que el Maestro viene a entregároslas, porque vosotros aún no habéis sometido vuestro espíritu, en esta educación espiritual que el Maestro os está enseñando; porque mirad, que para vosotros he abierto una escuela, en donde tengo seleccionados párvulos, discípulos y maestros.
10 Cada uno de vosotros, ocupáis el lugar correspondiente; y así por escalas, os vengo entregando la lecciones de mi enseñanza; lecciones, que cada uno de vosotros tomáis tal cual a vosotros pertenece, porque el que está preparando se como párvulo toma mis palabras y como tal las analiza, las estudia y trata de practicarlas en su camino. El discípulo, en mis lecciones toma de mis palabras, la parte que le corresponde y con ellas, se llena de virtudes. El que se está preparado ya cual maestro, toma mi enseñanza como a él le corresponde, la analiza, se deleita con ella, siente en su espíritu el deseo del cumplimiento, de la propagación de mi palabra, del desenvolvimiento de estas virtudes, de los dones que el Maestro está entregando en su enseñanza, para así hacerla comprender. También con ese mismo gozo, con esa misma ansia y anhelo que siente vuestro espíritu de cumplimiento; así vosotros, igualmente, queréis ir a transmitirla a vuestros semejantes y hermanos.
11 Mas vosotros habéis encontrado los caminos impreparados, habéis tocado las puertas y las puertas se han cerrado; y ellos, no han sabido entregar el aposento a vuestras palabras, a vuestra enseñanza; y si habéis sentido en vuestro corazón, la herida, por el desprecio que vuestro hermano os ha hecho, porque no ha querido escuchar vuestra voz y aceptar vuestras palabras; si vosotros, así lo habéis sentido, ¡bienaventurados seáis! Porque, de cierto, os digo: así me podréis comprender y entonces, sabréis qué es lo que siente vuestro Maestro, al tocar a la humanidad, al tocar el corazón del hijo y recibir el menosprecio en mi Espíritu; pero él, es mi hijo y es mucho más grande mi amor por él.
12 Si vuestra lucha ha sido escasa en el camino, no desmayéis; insistid y perseverad, porque yo os ayudaré; y si por un momento encontrasteis la puerta de su corazón cerrada, mirad que el mañana se abrirá y entonces de vosotros escuchará ese trino embriagador, en vuestras palabras saboreará el sabor de la leche y la miel que sepáis entregar a sus labios; pero ya habéis sentido, ya me habéis comprendido aunque sea por un instante; pero he ahí, como antes os dije, la humanidad es necia, la humanidad se obstina en sus pecados; y yo en mi amor, en el perdón para esta creación, para cada una de mis criaturas y seres que morando la tierra y el espacio os podéis encontrar; porque yo os amo, no como materia, sino como espíritu; y a la materia, yo le proporciono lo necesario; pero en verdad, os digo: mi amor es directamente para vuestros espíritus porque ellos, forman parte de mi mismo Espíritu, pueblo bendito de Israel.
13 Si yo os he permitido esa tranquilidad, esa paz con la que vivís y gozáis sobre la tierra, es una bendición en vuestro espíritu, es una virtud que vosotros poseéis por gracia y añadidura del Padre; así como vosotros eleváis una queja espiritual en este instante, y me decís: “Padre: mi planta va tropezando con pedruscos en el camino. Mi planta ¡oh, Padre! No es digna de poseer una doble calza, mi envoltura es pobre y harapienta y no tengo, Padre nuestro, un jergón ni una techumbre en mi camino”. Y de cierto, os digo: ¿acaso creéis que yo me encuentro lejos de vosotros? ¿Creéis que porque vuestras envolturas vistan un harapo, la presencia de vuestro Dios no está con vosotros, mis pequeños?
14 Hacia vuestra envoltura, no tengo ningún interés. El interés que yo tengo está en vuestro espíritu. Si vuestro espíritu vive bajo la resignación y la conformidad, de poseer una miseria humana, de cierto, os digo: no sabéis cuán grande es la virtud que vuestro espíritu posee. No estáis bajo una mansión, no habitáis palacios, no tenéis vasallos. Sois pobres, mas si vuestra pobreza os hace vivir bajo una humilde resignación, pensad que el Maestro os ha brindado humildad. Ese es el camino que yo he aderezado para cada uno de vosotros. Recordad mis antiguas lecciones de mi enseñanza, de los dos tiempos pasados, en que yo he estado con vosotros, mis hijos muy amados.
15 Dos eras han pasado para vosotros y en ellas os he enseñado la humildad; y la virtud que el espíritu puede alcanzar, a costa de la humildad y pobreza con que se viva sobre este planeta tierra. Si vosotros lo recordáis, no tenéis ninguna queja para el Maestro. Sólo debéis tener en vuestros labios una bendición y un canto glorioso ante vuestro Dios, porque de cierto, os digo: el premio no está en la tierra, está en el más allá. Aquí no os daré la gloria. Aquí no está el paraíso. Aquí no está la tierra de promisión. Aquí por todos vosotros, os habéis preparado una dura restitución.
16 ¡Bienaventurado el que la sufre con calma y paciencia! ¡Bienaventurado el que la sufre con resignación, porque él va dando pasos de firmeza en el camino! Porque el Maestro, os ha enseñado en su palabra, que vosotros no debéis ambicionar las cosas terrestres, los tesoros pasajeros de esta vida; que si vosotros vivís en una pobre cabaña, pero vuestro espíritu, sabe desarrollar los dones que a él le he entregado, podéis sentiros más felices que cualquier rey o potentado de la tierra.
17 Ya en otras ocasiones, mi pueblo, os he dado parábolas, por medio de las cuales os he enseñado, cómo debéis vivir sobre este planeta, cómo debéis recibir los mandatos del Padre; porque en mi mano está escrito el destino de cada una de mis criaturas; y sometidos bajo ese destino, vivís todos y cada uno. Desde el primer habitante de la tierra hasta el último, todos tenéis, cual Ley: un destino y ese destino, está escrito en mi mano; está sometido bajo la Ley del Padre, a un cumplimiento; y ese cumplimiento, vosotros tenéis que ofrendarlo a vuestro Maestro, si queréis prematuramente el perdón en vuestro espíritu, pueblo.
18 ¿Cuál será para vosotros el gran día del perdón, mis hijos? Cuando vuestro espíritu llegue a la diestra del Padre. El perdón para vosotros significa el ascenso en vuestra escalidad, al aposentamiento de vuestro espíritu en la escala de perfección, en donde yo os estoy esperando, ¡oh, mis hijos muy amados! Por eso, contemplad que esta vida para vosotros ha servido como un peldaño más en el ascenso de vuestra escalidad; escalidad, en la que unos con la resignación, habéis podido progresar y subir con la luz que habéis sabido captar en vuestro espíritu.
19 Os habéis labrado el primer peldaño de la escala. En ella existe el cumplimiento que a vuestro espíritu pertenecía. Por mandato de vuestro creador, vinisteis y habitasteis en este plano terrenal, una etapa, que fue entregada para vuestro espíritu, para el desenvolvimiento de un cumplimiento.
20 Pasó para vosotros, esa primer a etapa; y vino, la segunda. Ya en la segunda, no contemplasteis todo al igual que la primera; fue de mayor progreso, de mayor lucidez en vuestro espíritu; y pasasteis a la tercera, sin retroceder; y en ella, contemplasteis mayor adelanto en vuestro espíritu, mayor comprensión a mi palabra y cumplimiento a ella misma. Llegasteis al cuarto peldaño; y en él, palpasteis aún más la gracia de vuestro Dios, el acercamiento de mi Espíritu hacia vos; y vuestro espíritu, en ese gran gozo y anhelo llegó al quinto peldaño de la escala; una nueva etapa, para vuestro espíritu, donde teníais que llegar con mayor desarrollo de vuestro cumplimiento.
21 Luchasteis y así llegasteis en verdad, al sexto peldaño de esa gran escala. Nuevo cumplimiento, nuevo progreso y desarrollo en vuestro espíritu, a los atributos, dones y virtudes que vuestro Dios, os ha entregado.
22 Después pasaréis de la sexta y llegaréis a la séptima etapa, en el séptimo peldaño de esa grandiosa escala espiritual, en donde contemplaréis abierto el regazo del Padre, palpando vuestros espíritus, la gloria de vuestro Dios, la diestra de vuestro Padre y creador universal, esa diestra, que a todos os espera, mis hijos amados.
23 Mas, de cierto os digo: contempláis vosotros, estudiáis y analizáis, mis hijos, que la escala de evolución es la vida espiritual y el progreso que vosotros habéis aprovechado en ella. Comprendéis que cada día el Maestro, os viene a hacer más sencilla su palabra para la mejor comprensión de vuestra mentalidad, de vuestro entendimiento humano y espiritual. Veis como mi palabra desciende hasta vuestra materia, para poder inspirar vuestro espíritu; porque yo quiero que el mañana, por medio de vuestra inspiración espiritual, os sigáis recreando con la presencia de mi espíritu divino; porque si vosotros, mis hijos, preparados estáis, no os sentiréis en la orfandad, ni sentiréis la ausencia de mi palabra, porque vuestro espíritu sentirá el gran anhelo de la comunicación de mi espíritu divino con vuestro espíritu.
24 Mas por ello, yo quise, pueblo, que a tiempo vosotros os preparaseis; que en el transcurso del año 1950 practicaseis mental y espiritualmente la espiritualidad, el acercamiento de vuestro espíritu a mi espíritu divino, que practicaseis a través de vuestro camino la oración espiritual, la sensibilidad de mi palabra en vuestro corazón, para que el mañana no os confundáis, mis hijos, y no vayáis a practicar la impostura en vuestro camino, pueblo; anhelo que vosotros conozcáis a ciencia cierta la presencia de vuestro Dios, que no haya motivo de confusión; que la elevación de vuestro espíritu, sea ya tan perfecta que al instante captéis la luz, la fuerza y la palabra de vuestro Dios; porque entonces, voy a convertir, a cada uno de vosotros, en mi pedestal. ¡Créalo el hombre, o no lo crea!
25 Pedestal, es la base donde descansa la luz y la fuerza de vuestro señor; y entonces vosotros, mis hijos, el mañana seréis los verdaderos pedestales, los auténticos portavoces de la humanidad y de mi palabra, pueblo bendito de Israel.
26 Preparados vuestros labios con los dones que yo desarrollo en ellos, abriréis vuestros labios; y entonces, a través de ellos, solamente mi palabra limpia se transmitirá.
27 Mas, ¡cuánto tendré que purificar a los corazones humanos, para que no levantéis, en verdad, una sola idea, un solo pensamiento vuestro ni de seres humanos! Sino solamente, la límpida transmisión del mensaje de vuestro Dios.
28 Estáis en el crisol, y de cierto, os digo: seguid limpiando vuestro espíritu, seguid acercándolo más y más a mí, pueblo bendito de Israel, porque vuestro espíritu tendrá que pasar por una doble etapa de lucha, por una mayor purificación, mis hijos. Todos, quiero que seáis mis elegidos. No quiero que haya un solo torpe en mi camino. No quiero contemplar entre mi pueblo de Israel, a alguien sumido en la ignorancia, después de que este tiempo preciso, haya pasado para vosotros; de este tiempo, en que vine a hablaros, en el que entregué tan atinadamente a vuestro espíritu, con tanta dulzura y tanta claridad, cuando dejé transmitir mi palabra a través de distintos entendimientos preparados por mí, cuando a través de cada uno de mis recintos, de mis árboles corpulentos, reuní y congregue grandes conglomerados, grandes multitudes a las cuales les hice saborear por medio de mis palabras benditas, mi enseñanza divina.
29 Después del año 1950, mis hijos, ¿quiénes de vosotros seréis los que volteéis las espaldas a esta causa divina? ¡Oh, mi pueblo de Israel! Si así lo hacéis, lo haréis por ignorancia, pueblo, y la ignorancia es la que estoy arrancando de raíz de vuestro propio corazón, porque el que esté iluminado, no me volteará las espaldas; permanecerá siempre firme y progresará en el camino; mas el que no me haya comprendido, verá que no fue más que un fruto de su ignorancia, de su impreparación, de la falta de fe y de espiritualidad a Dios; y que por ello, dará la media vuelta e irá a engrosar las filas de los que están bajo las sinagogas y los templos de cantera, de los que se alimentan con la idolatría y el fanatismo; y ¡he aquí! Que el Maestro, os dice: ese no es mi camino verdadero; son caminos de confusión, creados por el hombre. No quiero ver que vosotros me volteéis las espaldas; no quiero veros arrojar de vuestras manos, esta torta de pan que con tanto amor os he dado para que podáis alimentaros; e ir a engrosar otras filas, creadas por el hombre, para habitar nuevos caminos de confusión, mis hijos.
30 ¡Seguid adelante! ¡Luchad! ¡Luchad tenazmente contra vuestra incredulidad y vuestra falta de fe, porque no dejáis, que vuestro espíritu se alimente con esa fe que os estoy brindando! Os falta contemplar con más claridad el camino.
31 De cierto, no os faltarán pruebas en el camino. Yo os prepararé todos los medios, para que podáis ser el niño convencido en mi camino, para que vuestra decisión sea firme en vuestro corazón, ¡oh, mis pequeños!
32 Si contempláis imperfección en este camino, no atribuyáis la imperfección a mi divinidad, porque yo soy perfecto. Atribuidla a vuestro semejante, que no se ha preparado debidamente para guiaros, con toda la perfección que le he enseñado.
33 Vuestros guías han carecido de preparación y espiritualidad, para señalaros el sendero que yo les he marcado a ellos. Es que vuestros guías, mis hijos, han dormido en su profundo letargo; y no han sentido, que el tiempo preciso, está pasando.
34 Mas de cierto, os dice, el Maestro: ¡seguidme a mí! Escuchad esta palabra y comprended, mis hijos, que el Maestro, solo hace relucir en sus palabras, el anhelo que siente mi Espíritu, por el mayor acercamiento de vuestro espíritu a mi divinidad.
35 Mas, he aquí que no desciendo a juzgar a mis hijos. No desciendo a culparos, guías de multitudes. Solamente, os digo: una alerta sea en vuestro espíritu, porque si vosotros no habéis hablado con claridad para la mayor orientación para vuestro pueblo, de cierto os digo, ¡oh, mis niños! Os falta meditación en el camino, os falta recapacitar mis palabras, no solamente las que hoy os estoy entregando; sino las que os he entregado desde tiempo ha; y así, sentirá vuestro espíritu mayor lucidez y entonces recordaréis que al pueblo, no lo habéis preparado debidamente y es menester lo preparéis; porque los instantes, se os están escapando, ya que este pueblo necesita que le deis más ayuda, que lo toméis con más afán de su mano, que lo guiéis y lo enseñéis a caminar. ¡Qué queréis! Si estas criaturas son débiles, si aún no saben dar sus primer os pasos dentro de mi camino.
36 Yo a vosotros ¡oh! Guías de multitudes, os he dejado para que me imitéis, os he dejado en la tierra, en mi representación; y si vos, no me habéis comprendido, por eso el Padre hace sentir en sus palabras el mayor cumplimiento, la mayor responsabilidad que habéis contraído ante mi Espíritu y con vuestros semejantes y hermanos; porque vosotros, tenéis que tenderle la mano al necesitado en la tierra, tenéis que darle la bienvenida, sea cual fuese vuestro semejante que llegase a tocar vuestras puertas, porque yo he preparado vuestro corazón para la verdadera caridad y unificación.
37 Yo he roto todas las fronteras. Yo os he dicho: para mi Espíritu no hay nacionalidades, no hay castas ni linajes, no hay razas ni colores; todos sois mis hijos muy amados. A todos he abierto mis brazos y a todos he recibido. He recibido al que ha llegado contrito y arrepentido ante mi planta. He recibido, en verdad, a aquel corazón que se ha corrompido en sus pecados y en su maldad. He recibido al que trae consigo todavía la mancha de sangre en sus manos y lo he defendido de la justicia de la tierra; le he dado abrigo en mi corazón y le he perdonado, no he dejado que los hombres lo ajusticien en la tierra; le he dado abrigo en mi corazón, ¿por qué? Porque él es mi hijo muy amado también y si él ha sido el acérrimo pecador en la tierra, si él ha matado, yo lo he perdonado; y le he, dicho: no volváis más a pecar. Yo soy el perdón, pero este perdón quiero que os sirva para siempre. Si os vais de mi lado, los hombres os ajusticiarán, os juzgarán, os llevarán a presidio y harán de vos, una miseria humana y el Padre, quiere contemplar a todos, contritos y arrepentidos.
38 Yo quiero que dejéis vuestros caminos de maldad. Quiero que cada uno de vosotros, comprenda mi palabra y se arrepienta de su propia maldad, que seáis el pecador arrepentido ante mi presencia, que vengáis a confesaros de vuestra maldad ante vuestro Dios; que yo, os escucharé en silencio y no publicaré vuestras maldades ni pecados. Yo no os delataré, mis hijos. Podéis confesaros ante vuestro Dios, que yo para ello estoy dando respuesta a vuestro espíritu; aconsejándoos, como el más fiel de vuestros amigos. En la vida no volváis a pecar. No vayáis por esos caminos equivocados. No toméis las cosas prohibidas en la tierra. No toméis lo que no os pertenece. No hagáis, mis hijos, actos que os deshonren en la vida.
39 Sed, en verdad, el varón o la mujer, que camine con toda la honradez y rectitud con que debéis vivir, cual yo os he enseñado; en verdad, que si una debilidad os hizo cometer un pecado en la tierra, arrepentíos ahora de vuestra falta. Dejad que vuestro llanto os limpie, pero que ese arrepentimiento, sea de limpio corazón.
40 ¡Enmendaos, regeneraos en verdad! Porque el Maestro, os ha dicho en este tiempo: yo vengo a servirme del pecador, pero no del pecador obstinado, sino del pecador arrepentido; porque todos mis hijos que os habéis arrepentido y habéis dejado vuestro vertiginoso camino, y habéis venido a apacentaros, con vuestro Maestro, ¿qué habéis recibido? Paz, tranquilidad espiritual, sosiego en vuestro espíritu, gracias y virtudes de vuestro Dios.
41 ¿Qué varón, o qué mujer, es capaz en la vida, de entregaros un momento de remanso espiritual, como yo os lo vengo a entregar a cada instante, mis hijos? ¿Qué ser humano, es capaz de daros un sano consejo, como yo os lo vengo a entregar tan desinteresadamente?
42 ¡Mirad que no hay un varón capaz, no hay una mujer sobre la tierra, capaz de enderezar vuestro camino con tanta certeza y virtud como yo desciendo a hacerlo a vosotros, mis hijos! Y ¡todavía así, queréis apartaros de este camino, ausentaros, para ir en pos de nuevas aventuras y de nuevos caminos?
43 ¡Mirad, varones y mujeres que habéis sufrido la ausencia de aquellos espíritus que para vosotros fueron toda una vida, que fueron la tranquilidad, los que llenaron el hueco en vuestra vida, ese vacío que sentía vuestro corazón! Vosotros no estáis conformes, con que yo haya apartado en vuestros caminos aquellos espíritus, que para vosotros fueron lo más querido en la vida. Mujeres, habéis sentido la pérdida de vuestros hijos. Hijos que habéis quedado huérfanos en la vida, que habéis perdido la presencia de los seres más queridos en vuestra vida, que fueron vuestros padres. Esposas, que partieron de vuestros ojos aquellos espíritus que fueron los fieles compañeros de vuestra vida y que llenaron el vacío, el hueco que había en vuestro corazón. Yo los aparté de vuestro camino, yo los llamé de vuestra presencia, y, ¿acaso os habéis intercalado en mis altos juicios? No, porque conocéis que cada espíritu tiene su hora marcada y que vosotros sois pasajeros en esta vida; y que si los llamé, es porque para ellos estaba preparado un nuevo camino; y estáis conformes, mis hijos. Llorasteis por la debilidad de vuestra carne, pero vuestro espíritu, que ha recapacitado, ha sentido tranquilidad y gozo.
44 El Padre, os dice: sabed recibir cada uno de mis mandatos, sean cual un principio o final, porque yo, de cierto os digo, con caricia y con amor: estoy tratando a todos mis hijos, cual mis criaturas amadas. Que sea para vosotros, en verdad, la conformidad y la paz, que un día no muy lejano para vosotros, llegará el momento en que también yo os permita contemplar con la mirada de vuestro espíritu, el aposento de aquellos espíritus y también, el lugar que yo os trace, que yo os señale, porque en mis altos designios yo tengo marcado el lugar para cada uno de vosotros, mis hijos. Ellos fueron pasajeros en esta vida y llevan un paso más adelante que vosotros. Vosotros, todavía estáis habitando este planeta tierra; y en verdad, os digo el mismo fin os espera. Mas, sea para vosotros, en esta vida, en este trayecto, la fuerza, la luz y la paz, para que atinadamente, sigáis dando los pasos que todavía os restan sobre este planeta tierra; y cuando el momento sea llegado, cuando yo os llame, entonces vuestra mirada se abrirá en esa nueva existencia e iréis a principiar un nuevo camino, una nueva vida, un nuevo sendero que os espera, porque ésa es mi voluntad.
45 Veis mis hijos, como para el Padre, nada pasa desapercibido. ¡Cuántos corazones en silencio, pedís en este momento, por aquellos seres más queridos para vosotros! Porque todos vivís y gozáis de la presencia de vuestro Dios; y en este momento, mi palabra la he dado como una respuesta para vuestro espíritu. Por eso os digo: venid a mí y confesaos. Olvidad un instante que sois el pasajero en esta vida y recordad que vuestra vida está dentro de mi voluntad divina y que yo soy el poseedor de todas las cosas y que yo soy el dador y que en mi mano está todavía lo que a vosotros parece como un imposible.
46 Yo todo lo entrego. Yo desciendo a llevarme todas las cuitas de vuestro corazón. Yo desciendo para disponer las nuevas luchas materiales y espirituales en las que, como Maestro, os estoy preparando a enfrentarlas, mis hijos, porque ¿qué sería de vosotros si un momento me olvidase de vosotros?
47 ¡Sea una prueba más en vuestro espíritu, para que veáis que el Maestro a todos está cumpliendo! A todos me acerco y desciendo, a daros lo que a todos corresponde. Contemplad que ya son prestos los instantes que os faltan para una conmemoración espiritual, para un llamado que el Padre hace, a todo el pueblo espiritualista del Tercer Tiempo.
48 Se aproxima el 15 de agosto de 1950, alba de gracia, del año final en que se cerrará con broche de oro el tercer testamento de mi palabra bendita, un mandato que dejaré al pueblo bendito de Israel, cual Ley, porque ésta es mi voluntad!
49 Todos sabéis, en verdad, que la presencia de vuestro Dios será con vosotros. Ya que, yo no desciendo únicamente al recinto del mediodía; porque yo desciendo en varios recintos y espiritualmente me derramo sobre toda la humanidad; porque este mandato, no es solamente para el espiritualista; es para todos mis hijos, porque todos estáis sometidos bajo mi ley divina.
50 ¡Preparaos, mis hijos! ¡Orad, componentes del pueblo de Israel! Orad por la unificación de vuestro espíritu, para que aquellos entendimientos sean los fieles instrumentos de que el Padre venga a servirse, para que sean los fieles portavoces de mi palabra, que, por medio de vuestra oración y elevación, sea la transmisión perfecta de mi palabra que dejaré cual mi último mandato a mi pueblo bendito de Israel.
51 ¡Preparad con temor y respeto vuestro espíritu, con el debido recogimiento, porque es el momento de la magnitud de vuestra responsabilidad ante mí, es el momento de que vuestro espíritu sienta el temor por la falta de cumplimiento que vosotros me hacéis presente a cada instante! Sobre todos entregaré mi mandato y a todos haré sentir el rigor del reclamo en mi palabra, pueblo bendito de Israel, porque ésta es mi voluntad.
52 ¡Preparaos, mi pueblo, componentes, labriegos, servidores de mi causa divina! Yo os fortifico. Os entrego mayor lucidez en el entendimiento, para que así preparados, mis hijos, recibáis la voluntad del Padre; palabra, que vosotros conoceréis, en verdad, a través de los escritos que mis plumas de oro puedan grabar allí, porque es mi voluntad, palabra que prematuramente será leída y entregada a todo el pueblo de Israel; porque será, de cierto os digo: una base para el mañana, para esa nueva vida que os espera, para ese camino que para vosotros estoy trazando y aderezando, porque esta es mi voluntad.
53 Así, pueblo bendito de Israel, llegará el momento en que vosotros saborearéis el fruto de lo alto, ese fruto que estoy preparando con dulzor. Mas también os digo: ¡preparaos! Para que vuestras manos límpidas, puedan llegar al árbol, corten sus frutos y os alimentéis con ellos; porque si vuestra mano es mezquina, no puede llegar a tocar los frutos que os estoy preparando.
54 Yo daré el alerta a todos los guías de multitudes, a todos mis componentes y servidores; y así, en verdad os digo, al abrir los ojos al nuevo día, a la nueva alba que os espera, pensaréis; y con temor y respeto, vuestro espíritu preparará a la materia, para que ella espere sumisa la voluntad del Padre.
55 Yo acaricio a mis hijos, os doy jergón y techumbre. A toda la humanidad: yo seré el defensor de los corazones, varones y mujeres, que están tras las puertas del presidio, en las chozas y en los hospitales, con el ¡ay! Del dolor, que es en su envoltura; mas en verdad, su espíritu está en una purificación labrándose un camino de espiritualidad.
56 Yo os preparo y fortalezco a todos por igual, ¡oh mi pueblo de Israel! Porque de vuestros espíritus, en este instante se escapa un pedimento que vosotros hacéis llegar ante mi Espíritu y yo lo acojo entre mis manos y os extiendo mi caridad para todos los necesitados.
57 Que sea para vosotros esta alba, una día de preparación, porque he descendido a daros un alerta más para todos. Desde el primero hasta el último, le sirve de alerta y de toque esta palabra que yo he descendido a entregaros en este día de gracia, como un Maestro; y vosotros, cual un discípulo habéis aposentado vuestra planta para escuchar mi palabra, a recibirla, a llevarla entre vuestras manos como un tesoro y guardarla en el cofre, en ese cofre que he preparado y que es vuestro corazón, en donde, en verdad se santificará mi palabra, se elevará y se dignificará, porque ésta es mi voluntad. Mi gracia y mi caridad, sean con el universo entero y con vosotros, mis hijos. ¡La paz de mi espíritu divino quede con todos por igual!
¡Mi paz, sea con vosotros!
101. El origen del bien y del mal
Domingo 20 de agosto de 1950
1¡bienvenidos todos ante el Maestro! Pueblo amado: solamente unas albas han pasado en que estuve presente entre vosotros como juez, en que vine a juzgar hasta lo más íntimo de mi pueblo de Israel; y hallé a unos orando y velando, a otros durmiendo para las revelaciones espirituales y despiertos solamente para las tentaciones del mundo. A unos los encontré con verdadera preparación espiritual y adelanto; a otros, hundidos en el retraso; otros, en la rutina; y a algunos más, faltos de preparación espiritual.
2 Juzgué el amor del pueblo, y encontré: que él no se ama todavía, de hermano a hermano; que todavía la armonía espiritual, no es sentida ni vivida por el pueblo escogido del Padre.
3 Escuché la oración de la congregación; y de los unos, se elevaba el arrepentimiento por las faltas; de los otros, la débil petición por la paz universal y por la unificación del pueblo de Israel; y cuán pocos, en verdad, fueron aquellos que con plena consciencia de su responsabilidad ante Dios y ante el mundo, que con verdadera visión espiritual supieron elevarse humildemente ante el Maestro, en demanda de una lección, supieron presentarse ante el juez, inclinando la cerviz, entregarse en brazos del Padre, como hijos que saben que Dios, ante todo, es amor; y en esa bendita ocasión, en ese instante de gracia, el Padre, desbordó sus complacencias espirituales, derramó en parte por el conducto humano y en gran parte también de Espíritu a espíritu, sus inspiraciones, su justicia y sus órdenes, especialmente sobre su pueblo, pero también sobre el orbe y en todo el universo.
4 Pero, fue ésa ya mi última cátedra, en que os di mi rayo comunicado por el entendimiento humano, circundado por los labriegos de todas las comarcas, por representantes de todos los recintos, por los siervos espiritualistas trinitarios marianos, que en diferentes puntos sostienen mi obra y sostienen la fe de las multitudes.
5 Yo os volveré a contemplar así reunidos, en tiempo venidero; pero bajo esta forma de manifestación, ya no. Así lo sintió en su espíritu, el pueblo, y sollozó; la carne fue débil y se rebeló, ante la próxima partida y finalización de estas manifestaciones divinas.
6 Elías, os había preparado, os había tocado con su índice espiritual con anterioridad a ese instante, para que todo el pueblo, estuviera despierto; y alerta y velando, se pudiera encontrar; para que ese momento de juicio y de gracia, no lo encontrará aletargado; porque Elías, se presenta en la senda de los espíritus, siempre como un precursor, siempre él limpiando y aparejando los senderos; siempre es él, apartando los espinos y pedruscos, para que la planta de mis hijos no se lastime en el camino; siempre es él, echando a vuelo la campana espiritual, que toca las conciencias hasta lo más profundo del espíritu, para dejarlas despiertas, llenas de luz, llenas de preparación para oír la voz de aquél que llega, de aquél que dice siempre: ¡aquí estoy! Porque el Padre, siempre está, en todo momento y en todo lugar.
7 Y escudriñé el corazón de los hombres, en ese momento de juicio encontré el corazón de la humanidad lleno de dolor, lleno de sombras, de incertidumbres, de presentimientos negros. Acerqué mi oído al corazón de esta humanidad para escuchar sus latidos, para oír su plegaria, que cada día es menos espiritual, que cada vez os dice el Maestro se aleja más y más de sus principios, porque va en pos del materialismo, porque va en pos, solamente de las cosas y tendencias de la tierra, porque se confía solamente a la ciencia y a las cosas que el hombre le ofrece y le brinda día tras día.
8 A la humanidad, al hombre, así lo encuentro: ocupado solamente en cosas terrestres, preocupado solamente por los bienes del mundo pero su espíritu, lo encuentro en estado presente, conservando un rayo, una chispa de esperanza; y esa chispa de esperanza, no vine a apagarla con mi justicia; vine a avivarla, en verdad, con mi consuelo, con mi fortaleza y con mi esencia. Esto espiritualmente derramé en todo el orbe, en ese momento de gracia, para que mi presencia fuera sentida, para que mi presencia fuera con todos sin distinción alguna; y también Elías, había estado antes.
9 Cuando yo llegué, ya los espíritus y los corazones habían sido preparados por el espíritu de Elías, por la mano del precursor de Dios en todos los tiempos y en todas las eras, porque Elías, es aquél que ha estado con vosotros siempre; y al que algunos, no habéis sentido; al que otros, muy pocas veces habéis sentido.
10 ¿Es acaso él, vuestro Padre? ¿Es acaso él, el Espíritu Santo? Tampoco ¿quién es Elías?
11 Elías es un gran espíritu a la diestra de Dios, que en su humildad, se nombra: siervo del Padre y por su conducto, como por el conducto de otros grandes espíritus, muevo al universo espiritual y llevo a cabo, grandes y altos designios.
12 Sí, pueblo, a mi servicio, tengo multitud de grandes espíritus que rigen en las manifestaciones y las cosas dentro de mi creación.
13 Entonces, el Padre, ¿no es aquél que todo lo hace? Y yo os digo: yo soy el que todo lo hago, porque yo estoy en todos los espíritus, porque yo estoy manifiesto en todas las cosas y sin mí, nada se movería pero, así como he dado vida a todos los espíritus, a todos les he dado parte en mi obra, parte en mi trabajo, sitio en mi creación, lugar digno a mi diestra, así: desde el primero hasta el postrero
14 Y Elías, después de prepararos a todos, para esa alba de gracia que pasó; presentó a su Dios y señor, los campos fértiles, plagados de cizaña; y el Padre, pudo decirle: ¡dejad! Todavía la cizaña, se multiplicará poco. Todavía la mala hierba crecerá, profundizarán más sus raíces y cundirá aún más las tierras; pero pronto vendrá la siega, pronto vendrá la hoz; y entonces, entre la mala hierba, entre la mala simiente, estará el trigo. Escaso, es en verdad, pero será conservado en mis graneros; para ser vuelto a sembrar, cuando la hora sea llegada, cuando las tierras estén propicias y fecundas; mientras que la cizaña, atada en gavillas será arrojada al fuego.
15 La maldad ha crecido entre los hombres, mi pueblo. La bondad, la virtud, el amor han sido débiles ante la invasión del mal: de las enfermedades, de las plagas, las pestes y las calamidades. Todo aquello que es simiente de los perversos, ha contaminado el corazón de los buenos, ha hecho flaquear a algunos, ha diseminado el número de los fieles, porque gran fuerza ha traído el mal sobre la humanidad.
16 Yo he dejado que estas vicisitudes se desarrollen, por razón del libre albedrío que os he dado; porque detrás de toda perversidad, de todas las tinieblas y de la ofuscación de los hombres, hay una conciencia que no se pierde y no se perderá jamás; hay un principio que es el espíritu, que guarda inmaculado el ósculo que el Padre le dio, que es el sello divino con que yo he enviado a todos mis hijos a la senda de la lucha; y por esa marca, no se perderá ninguno de los espíritus.
17 Grande es el número, de los descarriados; pero no faltan sobre el orbe, en el seno de las distintas naciones que forman la tierra, en los humildes poblados y en los valles, algunos corazones que saben elevarse a mí, que saben conservarse en el pacto hecho con su Dios y señor; y saben ser, como ejemplo y sostén espiritual, para las multitudes; y esos espíritus, al elevarse, me interrogan y me preguntan: ¿por qué tanta maldad? ¿Por qué no brota el arrepentimiento en el corazón de los hombres? Me preguntan: ¿por qué no despierta la humanidad para el bien, para la paz? ¿Por qué no logran comprenderse los hombres para amarse, para reconocerse como hermanos en Dios?
18 Y el Padre, da tranquilidad y esperanza a los que así velando y orando por la humanidad se encuentran, diciéndoles: ¡esperad! Que aquellos que más han pecado, aquellos que más males han acarreado a esta humanidad, serán después los mayores benefactores de la misma, porque ellos no morirán; morirá el pecado, desaparecerá la carne, desaparecerán las causas del pecado de los hombres; pero el espíritu, su conciencia, no desaparecerá nunca, aun cuando tenga que pasar por grandes crisoles, por grandes restituciones y purificaciones espirituales; aun cuando tenga que pasar por la muerte aparente; aun cuando sienta que las tinieblas que le envuelven en su restitución, son tinieblas de eternidad; aun cuando sienta que el fuego de su arrepentimiento, de su atrición, es fuego de infierno; mas, todo ello pasará, de todo ello saldrá avante y limpio, más limpio que el oro cuando pasa por el crisol.
19 El pecado, no es patrimonio del hombre, pueblo, ni el pecado surgió o apareció en el universo con el hombre. Antes que el hombre fuese en el haz de la tierra, ya se había pecado en contra de Dios, ya se habían violado los dictados de su Ley; y ya se habían levantado hijos del Padre, en rebelión.
20 La vida de este planeta, es corta todavía. Las vidas que han vivido los espíritus, antes de la aparición del hombre, no las podéis imaginar ni calcular. Lo que antes de vuestra existencia, haya pasado, en otros mundos, en ese más allá insondable todavía para vosotros, no lo conocéis; pero algo de ello, os revelé, desde los principios para que no estuvieseis en la obscuridad de todo.
21, sí, en verdad; hubo espíritus llenos de luz, de gracia y de dones; y otros, que ante su propia ambición y grandeza, supieron revelarse ante su señor; quisieron tener sus llaves, su cetro, sus leyes para regirlo y gobernarlo todo; y ante la imposibilidad de poder regir al universo, porque eran espíritus limitados, porque no eran de espíritu perfecto y universal, como es el del Padre, tuvieron que apartarse de la vera de Dios, para formar su reinado, su gobierno y su mundo; y esto aconteció en estos espíritus, en virtud del libre albedrío con que Dios, os ha dotado; y ellos, se unieron en su infidelidad, en su inconsciencia, en su desobediencia; en común acuerdo, unieron su fuerza y ganaron potencia en sus dones y facultades para enfrentar al Padre, para usurparle su reino, para combatir contra los dictados de su Ley, principios o preceptos.
22 Cuando el hombre apareció sobre el haz de la tierra, ya esas influencias existían, pero existían también sobre el hombre, rodeándole unas de cerca y las otras a distancia. Los espíritus del bien, de la obediencia, de la virtud, del amor, unidos también, porque los espíritus del bien y de la obediencia, han estado siempre y siempre estarán unidos en perfecta armonía, entre ellos mismos y con su creador; y esa influencia, también la recibió el hombre, en su morada, desde el principio; y a través de los tiempos, ha sido mi mano sabia y justiciera la que ha permitido que tanto del grupo de los unos como de los otros, se encarnen espíritus en este mundo, unos para restitución de la humanidad y otros para bendición de la misma.
23 Por eso, habéis contemplado en todas las épocas de la vida humana, cómo han surgido grandes espíritus, unos para el bien y otros para el mal, espíritus llenos de poder, llenos de fuerza; y cuando habéis visto la aparición de esos espíritus encarnados en hombres, haciendo obras bienhechoras, no habéis concebido cómo no todos los hombres, puedan ser así.
24 Se ha confundido la humanidad, contemplándolos como a seres extraordinarios, que en el mismo tiempo en que otros seres evolucionan tan poco, ellos logren manifestarse con tanta potencia, con tanta luz, con tanto amor, sabiduría o virtud; y es que esos espíritus, no han venido a nacer para empezar en la tierra; es que esos espíritus, que se han acrisolado en otros mundos, en otros sitios desconocidos aún para vosotros; es que no han venido entre vosotros, a sembrar apenas; sino a traer la cosecha, el fruto cultivado y sazonado por ellos en otros tiempos y en otros mundos; han venido a traer a vuestros labios su sabor, su vida, su esencia; y con ellos, han inundado vuestra existencia de bienestar, han dado a vuestro espíritu: ejemplo y a vuestro corazón humano: fortaleza y báculo.
25 De esos espíritus, han sido los unos profetas, los otros patriarcas, otros sabios, otros reyes, algunos jueces, maestros; otros han traído, la belleza de la naturaleza y de los sentimientos del corazón y del espíritu, para hacer sentir lo hermoso de la creación a vuestro corazón.
26 También, os habéis asombrado ante la fuerza que en su maldad, han manifestado varones y mujeres a través de la era de vuestra vida humana. El libro de vuestra historia, ha recogido sus nombres. En el álbum de oro espiritual, en el libro en donde Dios, escribe y anota todos los hechos y todas las cosas, allí están sus nombres también; y os habéis asombrado de que un espíritu, de que un corazón humano, pueda albergar tanta fuerza para el mal, pueda conservar tanta resistencia y tenacidad, para no estremecerse ante sus propias obras y pueda él acallar la voz de su conciencia para no escuchar el reclamo de Dios, que a través de la conciencia, hace a todos sus hijos; y para ellos, esos hombres han destruido.
27 ¡La muerte, el exterminio, la desaparición, la justicia de Dios y de los hombres, cuántas veces ha sido larga, duradera, en la jornada de esos seres, sobre el planeta tierra! Esos seres que se han rebelado a mi amor, a mi justicia; a esos seres, los he tomado yo, en su propia desobediencia, para convertirlos en mis siervos; y creyendo obrar libremente, cada uno de sus pensamientos, de sus palabras y de sus actos, yo los he tomado como instrumentos para mi justicia, tanto para ellos mismos como para los demás.
28 Mas, ¿cuándo terminará ese reinado? El Padre, os dice: de lleno, el reinado del mal, nunca ha imperado sobre la humanidad, porque aún en los tiempos de mayor perversidad ha habido fieles a mí, obedientes a mí y apóstoles de mi Ley; pero la lucha, sí, siempre ha existido desde el principio. ¿Cuál de esas dos fuerzas, ha sido adelante en la contienda? ¡La del mal!
29 Por eso, he tenido que venir a manifestarme entre vosotros para daros la ayuda, para avivar vuestras fuerzas y fe en mí, para dar calor a vuestro corazón, y deciros: no estáis solos en la senda. No os he mentido jamás. Los principios que puse en vosotros, no debéis torcerlos. éste es el camino. El camino es: el del bien, es el del amor, es el de la justicia. Todo ser que camina por esta senda, está seguro.
29 Para Dios, no existen nombres de religiones, ni organizaciones de religiones. Para el Padre, solamente lo que vale ante su justicia, es la práctica que hayan hecho los espíritus en su Ley de justicia y de amor. Siempre he estado entre vosotros, en verdad, y estoy en todos los seres de la creación, pero cuando ha sido menester limitarme, acercarme y materializarme en aras de mi amor, lo he hecho siempre, ya humanizando mi voz como en el Sinaí, ya hablando por boca de los profetas, como haciéndome hombre, encarnado mi Verbo en aquel Segundo Tiempo para hacerme palabra y milagro viviente, para hacerme sangre humana, para hacerme visible y tangible al ojo más material de cada hombre; como ahora en este Tercer Tiempo, escogiendo entre vosotros, varones y mujeres de diferentes edades, nacionalidades y esferas, para dar a través de unos, de otros y de todos: la misma palabra, la misma esencia, la misma revelación y el mismo testimonio. Pero, en verdad, os digo: Elías, ha sido siempre antes.
30 Antes de que el hombre, llegase a morar el planeta tierra, Elías vino para darle ambiente espiritual, para inundar de esencia espiritual todos los ámbitos de vuestra morada; para dejar convertido este planeta, no solamente en un paraíso terrestre, sino en un santuario para el espíritu, para que el hombre, no se inclinara solamente ante la naturaleza para adorarla; sino que por medio de la naturaleza, descubriera la presencia de su Dios.
31 Y antes que vosotros, llegaseis, Elías, ha sido. ¿Por qué? Porque había de llegar el Padre, a hacer reconocer su voz, desde a los primeros moradores hasta a los últimos; y en verdad, que los primeros me escucharon; y si no me vieron en todo mi esplendor y si no contemplaron mi divino Espíritu, en alguna forma simbólica; ellos, supieron que yo era Espíritu y sintieron mi presencia, supieron que yo era, que yo hablaba, que yo era su Padre, que yo les contemplaba y les juzgaba, que yo les ofrecía todo el bien y les tocaba y reprendía todo lo malo.
32 Mas, para que vosotros, pudieseis dar testimonio de la existencia de Elías, lo envié en el Primer Tiempo a encarnarse para que diese testimonio de él, para que diese testimonio de su Padre; y él, en verdad, fue uno de aquellos espíritus extraordinarios que sorprendieran a la humanidad, que asombraron a los hombres por sus manifestaciones, por sus obras, por sus palabras; un varón, que sin ser hombre de ciencia, tenía en sus manos los elementos; un ser, que siendo humano, sabía sobreponerse a la muerte y pasar sobre ella; un hombre, que con su invocación atraía los elementos, para sorprender la incredulidad y el materialismo de la humanidad; un hombre, que sin ser hechicero, sabía en verdad, tener potestad sobre los espíritus desencarnados; y de todo ello, dio grandes muestras a la humanidad y se levantó como profeta y entregó profecías próximas a cumplirse, que los mismos testigos que las oyeron, las vieron realizadas; y profecías también, dadas para largos tiempos, que las nuevas generaciones testificaron; y lo mismo fue defendiendo a los siervos del señor, que tocando con mano de justicia a los paganos y gentiles; lo mismo estimuló la buena fe, de los que creían en su Dios invisible y a él adoraban, que castigó el materialismo, la superstición, el paganismo de los gentiles. Y por su conducto, me manifesté, igual por su boca hablé a los hombres. Yo en su brazo diestro, puse mi potestad; y para que vosotros, fueseis testigos de que Elías, pasaba por sobre la misma muerte y estaba él en la verdadera vida, le hice volver.
33 Había de venir Elías, antes que el mesías, a preparar los caminos, a despertar a los hombres de su profundo letargo, a avivar las esperanzas de aquel que día tras día, generación tras generación, de padre a hijos, venían esperando, con santo amor, la llegada del Maestro, del mesías, porque hice que Elías, en verdad y en espíritu, fuese en el bautista, el precursor de mi segunda llegada, aquel que venía a deciros: ¡preparaos, penetrad en atrición y en oración, porque el reino de los celos se acerca!
34 Y el pueblo de Israel, el que creía en las profecías del bautista, el que sentía temor ante su palabra, se entregaba a la vigilia y a la oración, despejaba su espíritu, despejaba su corazón; y su corazón, sentía la proximidad de la buena nueva, del reino del Maestro. Hice que la vida del bautista, fuese extraordinaria desde antes de hacerme hombre, desde antes de venir al mundo en el seno de su madre y después en su niñez y en su juventud y hasta su último instante, para que su presencia despertara, como despierta la campana al que duerme y os reuniera como el pastor reúne a su rebaño y os condujera a la ribera del río para purificaros, para lavar vuestros cuerpos, como un símbolo de la purificación del espíritu, que solamente puede recibir la comunión con su señor. Cuando Elías, ha cumplido su misión de prepararlo todo, como un siervo humilde, deja entonces la causa en manos del señor; y él, dice: “¡Padre! ¡He aquí a las muchedumbres, he aquí a la multitud espiritual, la cual dejo en tus manos, porque allí está segura, porque es el redil más seguro tu propio corazón de Padre!
35 Mas, lo hice volver en el Tercer Tiempo. Ya lo había yo anunciado como Maestro, en aquel Segundo Tiempo, diciendo: en verdad, Elías ha estado entre vosotros y no lo habéis sentido. Yo volveré al mundo, pero en verdad, os digo: antes que yo, será Elías y como toda palabra que sale de la boca del Maestro, se cumple; en el Tercer Tiempo, Elías, ha sido antes que yo, para venir a despertar a los espíritus, a hacerlos presentir que la hora del Espíritu Santo abría sus puertas, para decirle a todo espíritu que abriera sus ojos, preparara su calza para traspasar el umbral de la Segunda Era, hacia la tercera; y para que fuese más palpable la manifestación de Elías en este Tercer Tiempo, yo le hice manifestar a través de un varón justo: Roque Rojas.
36 Elías, desde el más allá; Elías, espiritualmente iluminó al varón, le inspiró, le fortaleció y le guió todos sus pasos, de principio a fin. Mas, de cierto, os digo: no vine a escoger entre los seres humanos, a Roque Rojas. Yo lo envié; envié a su espíritu ya preparado por mi voluntad, le entregué materia preparada también por mi; y vosotros, sabéis que fue humilde, que a través de su humildad y de su virtud, el Padre, manifestó grandes revelaciones. Fue: profeta, portavoz, vidente y guía de todo ello, dejó un claro ejemplo al pueblo. Fue burlado y mofado por su mismo pueblo, como lo fue Moisés en el desierto. Fue perseguido como Elías, el profeta, y tuvo que buscar las cumbres de los montes, para desde allí orar y velar por su pueblo. Fue escarnecido y juzgado por sacerdotes y escribas, como su Maestro; fue creído, seguido y circundado por unos cuantos también, como su Maestro; y sus manos, repartieron bálsamo, hicieron prodigios que levantaban fe en unos y confusión en otros; sus labios, hablaban palabras proféticas para unos, que sabían realizarse al pie de la letra; sus labios, sabían decir consejos llenos de consuelo, para los corazones enfermos; y su mente, sabía concebir grandes inspiraciones y sabía extasiarse con el éxtasis de los justos, de los apóstoles y también con el éxtasis de los profetas; su espíritu, sabía separarse de este mundo y de su carne, para penetrar en el valle espiritual y humildemente, llegar hasta las puertas del arcano del señor; y por medio de esa elevación, Elías, se manifestó a los primeros testigos; antes de venir, sobre el espíritu y cerviz, el rayo del Maestro.
37 Fue la luz de Elías, quien le preparó, quien le iluminó y le dio certeza delante de los presentes, quien dio testimonio, diciendo: yo soy el profeta Elías, el de la transfiguración sobre el monte tabor y habló: de juicio, de cargos y de muerte y se estremecieron los presentes, en verdad; y aquel estremecimiento, fue de fe, fue de confianza y de entrega para el señor; mas, después de que Elías, hubo preparado ese camino, de la nueva comunicación para la presencia del Verbo del Padre, en el Tercer Tiempo; una vez que hubo preparado esa senda para que el Padre, cual Divino Maestro, llegará a este mundo por el conducto humano; y preparó el oído, el corazón y todo el ser del hombre, para escuchar con atención al Verbo del Espíritu Santo; Elías. Quedó flotando espiritualmente en todo el universo, para despertar a todos los dormidos, para purificar a todos los manchados, para envolver en el fuego de su espíritu, a todos los fríos; para trazar sendas, veredas y caminos que atrajeran a todas las almas hacia el camino de verdad; porque Elías, no solamente trabaja entre este pueblo, ni entre esta humanidad, su espíritu en su lucha, abarca, parte del vasto universo; y cuando él se hubo manifestado a través de Roque Rojas, se abrieron las puertas del Tercer Tiempo de mi comunicación divina para la humanidad; porque es el tiempo, en que empezaron a llegar para reencarnarse, espíritus de los 144,000 marcados.
38 Roque Rojas, fue el primer marcado. De Espíritu a espíritu, le hablé, diciéndole: en verdad, en torno a mi palabra, vendrán grandes multitudes a recrearse. Mas, como son pequeños todavía, tendré que manifestar mi palabra y mis obras, a través de los portavoces; tendré que señalar en su frontal material: un triángulo para hacerlos reconocer que son de los 144,000 marcados, que son de aquellos que yo anuncié a través de otro profeta, desde el Segundo Tiempo, para venir a cumplir en este tiempo, una delicada y gran misión entre la humanidad, misión: de redención, de espiritualidad y de elevación.
39 A través de Roque Rojas, el rayo universal de Dios por medio de Elías, os hizo comprender que estabais en el Sexto Sello, que se abría ante vosotros, el libro, en su sexto capítulo, en su sexta parte. Ese libro de los siete Sellos, que es la historia anticipada de la humanidad, porque solamente la mano de Dios, podía escribir la historia de los hombres, antes, que ellos la vivieran; y estando ese libro encerrado en el misterio, para ser revelado su contenido a la humanidad, solamente una mano podía abrirlo, una mano santa y pura, una mano perfecta; ésa fue: la del cordero la del mismo Dios, que con su sacrificio en el Segundo Tiempo, sacrificio sublime de amor, era la única digna de abrir aquel libro, porque no hubo en la tierra, ni en el celo, ni en el espacio, ni en ningún mundo, espíritu que se sintiera digno de abrir y revelar el libro y su contenido a los espíritus.
40 Desde 1884, en que me vengo comunicando a través del entendimiento del hombre, os he dicho: vosotros pertenecéis al Sexto Sello pero habéis pertenecido a los cinco anteriores; y tenéis que pasar por el séptimo, hasta penetrar en la eternidad.
41 Los siete Sellos, son vuestra vida; son vuestra historia, vuestras luchas, vuestros triunfos y caídas, vuestros sufrimientos, combates; y al final: vuestra redención llena de gloria, llena de himnos, llena de festín espiritual a la diestra de vuestro señor, en su propio seno. Pero ha habido, confusiones entre mi pueblo; y después de esas confusiones, no he encontrado la verdadera preparación en mis portavoces que fungen como pedestales, para que yo, como Maestro, como Espíritu Santo, os saque de esas confusiones.
42 Elías, no desató los siete Sellos. El libro de los siete Sellos, lo desaté yo mismo. Solamente Dios podía revelar a sus hijos, las intimidades, los arcanos de él mismo.
43 Bien está, que a través de mis profetas y de mis apóstoles, grandes revelaciones el Espíritu Santo os reveló; pero solamente vuestro Padre, es aquel que puede abrir su arcano, para que vosotros contempléis su interior.
44 Los profetas os han hablado en sentido figurado; y el Padre, ha traído para vosotros, la realización y el cumplimiento de las profecías.
45 Ya veis cómo en todos los tiempos, he estado con vosotros, dando lustre a vuestras armas primitivas, a vuestras armas originales para que podáis vencer al mal que existe, desde antes que vosotros fueseis en este mundo, el pueblo elegido, para erradicar su idolatría; para que así, dieseis siempre acceso a las buenas inspiraciones, para que atraigáis siempre con vuestra oración y virtud, las buenas emanaciones del mundo espiritual de luz; para que en vuestros sueños, en vuestros trabajos, en vuestras pruebas o trances difíciles, no caigáis nunca en las redes de las tentaciones que siempre os han acechado, que siempre os han prometido el camino del mal, a cambio de placeres y de riquezas pasajeras, de luces falsas, escasas de sabiduría y honores, que hoy son y que mañana no existen y os dejan cáliz de amargura.
46 Ya veis cómo siempre habéis tenido un pastor, que os ha preparado el camino y os ha seguido siempre, es: Elías y si vosotros, me decís: Maestro: en estos últimos tiempos hemos carecido de grandes ejemplos para seguir tu huella el Maestro, os responde: ¡tomad de vuestro hermano Roque Rojas, el buen ejemplo! él es una imagen de Elías. él veló por vosotros, como pastor; él consagró su vida a mi servicio; y por su limpidez, por su elevación y amor, porque supo conservarse fiel a la misión que desde el más allá le entregué, como el buen enviado, hice pasar a través de su entendimiento y de sus labios, los veintidós preceptos que os rigen en verdad, los preceptos de Moisés, los de Jesús y los de Elías. Aquellas tres entidades, que en hermoso miraje, contemplaron los apóstoles del Segundo Tiempo, sobre el monte tabor.
47 Roque Rojas, no dictó esa Ley, ni él la entregó a la humanidad; él solamente fue el conducto del Padre, para que por su entendimiento y sus labios, pasara la Ley del Padre, en palabras, hacia el corazón de la humanidad.
48 Como portavoz, no habéis entendido, que él supo entregase en brazos del Maestro, supo inspirarse en mí y extasiarse en mi Verbo, para dar los primeros panes, las primeras gotas de vino, los primeros manjares, también a aquellos primeros que a la mesa del señor, se sentaron en el Tercer Tiempo. Como guía, supo conduciros por el camino de verdad, para que vuestros pasos no torcieseis; cuidando de que no cayeseis en el fanatismo, ni en la idolatría; cuidando, de que no fueseis a confundir el espiritualismo, con ciencias espirituales, con sectas, con religiones; entregándoos una palabra limpia tal cual es mi doctrina: cristalina como una gota de agua. Como vidente, supo contemplarme y dar testimonio fiel a los que le oían, para que ellos, afirmaran su fe; y su testimonio, siempre fue verdadero.
49 Mas, después de él, habéis tenido otros ejemplos, si no perfectos, sí que dejan simiente a vuestro corazón. Vosotros, estimulad vuestros pasos en el buen ejemplo de vuestros hermanos que van caminando delante de vosotros. Mas, no les juzguéis con el juicio severo de un juez perfecto, porque entonces, no podríais encontrar la perfección que buscáis en ellos; pero sí buscáis, en alguno de vuestros hermanos, fidelidad, la hallaréis; fortaleza, la encontraréis; amor también, ahínco, abnegación, sacrificio.
50 De todas las virtudes, encontraréis en vuestros hermanos un átomo, una partícula presente, es algo; porque es la simiente que vengo levantando en los corazones de mis discípulos. Todos sois mis discípulos. Si queréis encontrar perfección, buscadla en mi palabra; porque en mi palabra, está el Maestro de maestros; y él, os dice esto, sin alarde: ¡él, sí es perfecto!
51 Sin embargo, esta manifestación que desde 1866 os vengo dando, está próxima a concluir. Cuando el Maestro, cese de hablar, a través del entendimiento del hombre; cuando esta manifestación, haya cesado para mí y para vosotros, ¿qué hará Elías?
52 Ya os he dicho que después, de haberme tenido por el conducto del hombre, me tendréis de Espíritu a espíritu.
53 ¿Acaso al día siguiente de mi partida, ya vuestra comunicación será perfecta? ¿Desde el nuevo día después de mi partida, comenzará ya el pueblo de Israel a tener las grandes inspiraciones y comunicaciones perfectas, con mi divino Espíritu? Desde ahora os digo, que: no ya os he anunciado y ordenado un tiempo de meditación y preparación en estas revelaciones; pues de cierto, os digo, que en ese tiempo de meditación y de preparación, Elías será con vosotros; pero será: espiritualmente. La mirada espiritual de los videntes, dará testimonio de ello. Vuestros corazones sentirán su presencia, su calor, su profecía, su aliento.
54 Cuando mi pueblo, esté preparado, vendrá el Maestro sobre su nube, sobre la nube espiritual y universal a comunicarse con todo aquel que en verdad, esté preparado; y a ayudar en su preparación, a aquél que no lo esté; y a despertar, a los que lejos de estas revelaciones, puedan encontrarse; y no solamente encontraré acceso entre vosotros, no solamente entre este pueblo doctrinado, hallaré puertas abiertas para mi comunicación espiritual; de cierto, en todo el orbe, ya están esperando; no todos como os he dicho, pero están los fieles, los perseverantes, los que mucho han sufrido y se han convertido; y los que han conservado preparación, allí están esperándome. Yo los contemplo. No los defraudaré. En ellos seré en Espíritu y en verdad.
55 Surgirán los videntes en todo el orbe, los profetas, los que se comuniquen de Espíritu a espíritu conmigo; los varones y mujeres de diferentes edades y nacionalidades, hablando de grandes inspiraciones. Ese tiempo, ya está próximo, ¡oh! Pueblo, por eso os pongo alerta y os preparo, os enseño para que no caigáis en tentaciones, ni en confusión. Grandes confusiones, van a levantarse en tiempos venideros entre la humanidad.
56 El espiritualismo, que es mi propio reino, se acerca a grandes pasos, como esos vientos que vienen del norte, arrasando todo, estremeciendo todas las arboledas, conmoviendo todos los bosques, llamando a las puertas y azotando los rostros de todos los seres. Así también, el espiritualismo, viene como un vendaval de luz y de amor; vendaval, que lo arrastra y lo arrasa todo; y él llegará, a establecerse en el corazón del hombre, en el corazón de todas las instituciones, en el seno de todas las naciones y de todas las razas. Es mi reino, el reinado del Espíritu Santo, reinado de elevación espiritual, de paz y de amor.
57 En verdad, veréis entonces, cómo la humanidad, despertando de hombre en hombre, de corazón en corazón, tendrá que penetrar en el templo, en el santuario, en la verdadera iglesia del Espíritu Santo, que es la obra universal, que es la Ley de Dios, Ley de justicia, de amor y sabiduría.
58 Pero vosotros, veréis a los hombres, confundirse con el espiritualismo, aun buscándolo, aun persiguiéndolo, aun amándolo y alegrándose de haberlo encontrado.
59 Vosotros, veréis a los hombres, caer en confusión espiritual, en gran fanatismo, porque para que una doctrina se establezca en verdad, en el corazón del hombre, antes tendrá que ser como un puesto del fanatismo y de la idolatría de la humanidad.
60 ¡Será muy grande el fanatismo espiritual del hombre! De ese tiempo, en la Tercera Era. Con tanta fuerza a él querrán entregarse, que desconocerán la misma vida material, desconocerán su materia, desconocerán muchas leyes materiales para entregarse de lleno solamente a lo espiritual, para pensar, para soñar, para vivir solamente lo del espíritu, olvidándose de lo material; pero entonces las mismas leyes materiales, que principio de justicia tienen en lo espiritual ellas mismas se encargarán de despertarlos, de tocarlos, de reprenderlos y de corregirlos; pero también vosotros, como discípulos de esta obra, como los 144,000 marcados, como el Israel espiritual, doctrinado por el Padre en todos los tiempos, tendréis la gran obligación de levantaros con vuestro gran libro espiritual de sabiduría, con vuestro estandarte de paz, unión y buena voluntad, con vuestras armas de justicia, con vuestros dones de revelación, de profecía, de intuición y de palabra, a decir a la humanidad: ¡ésta es la obra del Padre! ¡éste es el verdadero espiritualismo y ésta es la forma de cumplir! ¡éste es el culto que el Padre, ha venido a enseñar como Espíritu Santo!
61 ¡Allí estarán entonces vuestras tierras sin fin, allí estará vuestra labor esperándoos! Allí estará el día sin noche y el trabajo sin fatiga y el combate sin muerte. Allí estará el festín para vuestro espíritu, ¡fiesta de amor y de redención, fiesta de lucha!
62 Cuanto más grande sea vuestro trabajo, mayor será vuestra alegría; y pasaréis de esta vida a otra, llevando en vuestro espíritu la cosecha de vuestro cumplimiento, como la mejor prueba de que vosotros, fuisteis de los fieles hacia la enseñanza del Padre, de los espíritus que vinisteis a este mundo, solamente a sembrar paz y amor; y desde el más allá, contemplaréis las contiendas de este mundo; desde allí contemplaréis, la simiente de luz y de amor penetrando doquiera, convirtiéndolo todo, conmoviendo hasta sus cimientos todos los principios de la humanidad; y esperaréis sumisos y obedientes las órdenes del Padre, para venir, para volver al mundo, los que sea la voluntad de vuestro Dios y señor.
63 Los que no hayáis concluido vuestra faena, los que no hayáis terminado vuestra obra, tendréis que venir y otros tendréis que ir a otros mundos, al seno de otras congregaciones de espíritus; pero esto, no os entristezca. No penséis en el descanso eterno, en el seno de Dios; en el descanso se rehabilita vuestra carne, porque vuestra carne es frágil; pero para el espíritu, el descanso, sería su peor castigo; y el mejor premio para el espíritu, es la actividad, es el trabajo, es la lucha, porque en ello glorifica el espíritu a su Padre, al imitar a su Dios, que nunca descansa, nunca duerme y que nunca se cansa. La fatiga, no existe en el espíritu; la noche tampoco, ni el hambre, ni la sed.
64 ¿Por qué entonces, caer en el descanso del letargo? ¿Por qué entonces ambicionar un cargo, en vez de un premio? Es que así reacciona y así se comporta vuestra carne: el premio con el descanso, lo tendrá vuestra materia al final en la tierra. Sí, vuestra materia penetrará en el seno de la madre tierra, cesarán sus combates y sus luchas; y cuando estéis en espíritu, comprenderéis en espíritu, lo que no comprendéis en materia. Bastará que la muerte despierte a vuestro espíritu en el más allá; para que él, en ese preciso instante, en vez de turbarse, alcance la luz, porque sois los hijos de fe y de la luz, que se levante diciendo: “Padre mío: hoy mis alas se abren y hoy puedo amarlo y comprenderlo todo con la luz que me entregaste a través de los tiempos.
65 ¿Acaso sabéis si vosotros, que hoy, os sentís pequeños, iréis a otros mundos a aparecer ante ellos, como grandes espíritus, como profetas, como maestros, como dueños de inspiraciones en las revelaciones bellas del universo? No lo sabéis, pero sí, el Padre os dice: que no terminará vuestra jornada espiritual con la muerte, que no terminará vuestro camino al estar llegando espiritualmente a mí; que todavía tenéis por delante mucho que contemplar y que vivir, mucho que aprender y que hacer también.
66 Esta mi palabra, la oís vosotros en la tierra, a través del entendimiento humano; y en la escala superior a vosotros, otros espíritus moradores de ella, la están escuchando; y en otras escalas superiores, los espíritus que las moran, también la están percibiendo, porque este concierto celestial que el Padre, en el Tercer Tiempo, entabla con los espíritus, es universal.
67 Yo, lo he dicho: mi rayo es universal, mi palabra y mi esencia universales también y desde la escala más alta que hayan alcanzado los espíritus, desde allí me escuchan. Vosotros me oís y escucháis en esta comunicación, a través de la forma más imperfecta, que es: a través del entendimiento humano.
68 Por eso, os estoy preparando, para comunicaciones superiores en el mañana; y para que estéis preparados, para cuando penetréis en espíritu, cuando dejéis de lleno esta tierra, podáis entonces reuniros en una nueva escala y escuchar el concierto que el Padre, entable con vuestro espíritu.
69 Hoy, estáis vosotros en materia, recreando vuestro corazón y espíritu con esta palabra; y aquellos seres, que os pertenecieron en la tierra, a los que llamáis todavía: padre, esposo, esposa, hermano, hijo, pariente o amigo están en otras escalas escuchando mi palabra, la misma esencia, el mismo sentido; y en ellos, el mismo recreo, el mismo alimento, el mismo pan.
70 ¿No es por ventura, os dice el Maestro, maravilloso este concierto? ¿No se recrea, no goza vuestro corazón, pensando que lo que aquí estáis vosotros recibiendo como sustento espiritual, es causa también de alegría y vida espiritual, en otros orbes, en otros mundos, donde habitando están seres que vosotros amáis, seres que conocisteis y que por medio del espiritualismo están tan cerca y distantes al mismo tiempo de vosotros?
71 Encontraréis allí fuente, un manantial de gracia y de dones. No hay allí ningún espíritu desnudo; no hay ningún desheredado. Ante mis ojos divinos, no hay uno solo en todo el universo, que pueda decir, que está lejano de mi luz.
72 Así os preparo: llenos de luz ¡oh! Mis discípulos. Así os conforto y os hago contemplar, los horizontes infinitos, que os muestra mi obra, para que llevéis este mensaje de esperanza y de luz a toda la humanidad, para que la hagáis mirar el verdadero sentido de la vida humana y de la vida espiritual; para que no solamente, llevéis mi enseñanza en la palabra, sino con las obras; porque quiero que vosotros, penetréis de lleno en la práctica de mi doctrina y así seáis los buenos espiritualistas; los que sepáis dar al mundo, lo que es del mundo; y a Dios, lo que es de Dios.
73 Lo que corresponde a vuestra materia, sea dado con justicia, con caridad y amor a ella; y lo que corresponda a vuestro espíritu, sea dado con amor y caridad a él; que tengáis un tiempo, para vuestros deberes terrestres; y un tiempo también, para vuestro ejercicios espirituales, para las prácticas espirituales, para el desarrollo de las mismas. De este modo, caerá de vuestro espíritu y será abolido de vuestro corazón, todo vestigio, toda huella de fanatismo e idolatría, de materialismo y hasta de superstición; y practicando con esa limpidez, con esa pureza, con esa sencillez y elevación el espiritualismo, que el Padre, espera de vosotros.
74 Fuertes estáis, no solamente para que seáis discípulos, sino maestros de esta obra, plenos de bálsamo, colmados de dones. Sabed encontrar todas estas gracias en vuestro propio seno, en esa arca invisible que he puesto, que he colocado en cada uno de vuestros corazones.
75 Penetrad, en vuestro interior; y encontraréis allí: santuario, arca encontraréis allí: fuente, un manantial, de gracias y de dones.
76 No hay ningún espíritu desnudo, no hay ningún desheredado. Ante mis ojos divinos, no hay uno solo en todo el orbe, en todo el universo que pueda decirse pobre, desconocido de su Padre, ninguno que pueda decirse expatriado de la tierra del señor.
77 El que se sienta desheredado, es porque no ha encontrado en sí mismo los dones o porque de momento los ha perdido en sí mismo, porque se encuentra ofuscado o porque se siente indigno.
78 Vosotros, sabed siempre, encontrarlos dentro de vosotros; y veréis, cómo nunca mi presencia os faltará; veréis cómo siempre habrá: pan, bálsamo, armas, llaves y todo cuanto hayáis menester, en el seno mismo de vosotros, porque sois los herederos de mi reino y mi gloria. ésta es mi palabra, que escribo en vuestra conciencia, en este día de gracia.
79 ¡Bendita seáis! Recibo en este instante el cumplimiento que me hacéis presente, ¡oh! Guía de este recinto. El Maestro, una vez más con su palabra, os estimula.
80 Grande es la alegría de vuestro corazón, por sentiros sentada en mi mesa, por contemplar sentado en mi mesa a este pueblo, que come y se harta de mis manjares. de mis mejores manjares me decís y me decís: Maestro: que todo tu pueblo pueda prepararse, pueda alimentarse así. Que podamos quedar preparados, en el instante de tu partida. Que no nos dividamos después, para que lleguemos al fin a esa armonía que nos pides, para que podamos ser, en medio de este universo, los fuertes.
81 Sí, pequeña, porque vais a quedar como ovejas, entre muchos lobos; pero que vuestra oración, unida a la oración de muchos corazones que comprenden en este momento, que el tiempo de mi manifestación se acaba; sirva, en verdad, para que despierte Israel, a la unificación, a la espiritualidad y después a la lucha.
82 Yo os he dicho, que antes de finalizar 1950, grandes acontecimientos y pruebas habrá en el seno de las congregaciones espiritualistas; y se sentirán conmovidas las sectas y las religiones, instituciones y organizaciones materiales, en verdad, porque yo todo lo tocaré, todo en verdad, con mi justicia, que en muchas formas os lo he anunciado.
83 Velad y orad, ¡oh! Pueblo, porque así como la simiente de restauración, la semilla de redención, está entre vosotros y muy cerca de la humanidad; la semilla que propaga la cizaña, está también germinando grandemente, en el corazón de la humanidad.
84 ¡Velad y orad, para que la hoz, se acerque! ¡No está la hoz, en la mano del hombre; está en la mía!
85 Yo permitiré que la mano del hombre, lleve la destrucción, la muerte y la guerra, pero hasta un límite solamente. De ese límite: la falsa justicia, la perversidad, la ofuscación y la ambición de los hombres no podrán pasar. Vendrá entonces mi hoz; y ella segará con sabiduría, lo que sea mi voluntad, porque mi hoz: es de vida, es de amor y es de verdadera justicia . Pero vosotros, pueblo: ¡velad y orad!
86 Así quiero contemplaros; y en la fuerza de vuestra oración, yo encontraré también motivo para perdonar. Por vuestra intercesión, yo me sentiré también conmovido en mi corazón justiciero, para detener mi justicia.
87 En vuestras peticiones, yo encontraré bálsamo, para llevarlo a los que lloran. En vuestra elevación de espíritu, yo encontraré también, ¡oh! Pueblo, motivo para detener la destrucción que hacen los hombres.
88 Por eso, quiero que veléis; por eso, quiero que oréis, que perdonéis y que améis, Israel. Así, os dejo preparados y elevados, de Espíritu a espíritu.
¡Mi paz, sea con vosotros!
102. La bandera mexicana
Domingo 10 de septiembre de 1950
1 ¡La luz de mi espíritu divino, es una vez más entre mi pueblo bendito de Israel! Día de gracia en que el Padre, como Maestro, desciende a sus discípulos escogidos. Día de gracia en que desde mi alto solio vengo a deslizar mi mano omnipotente, acariciando vuestra sien para darle gracia, fuerza e iluminarla una vez más en el camino. Día de gracia, en que el Maestro, viene a tomar a los discípulos de su propia mano para conducirlos al camino, para enseñarlos a dar pasos acertados.
2 Sois muy pequeño, sois la débil criatura que vais transitando en el camino y en él solamente habéis encontrado las vicisitudes tristes de la vida. Ellas han amargado vuestros labios, ellas se han incrustado como una espina en vuestro corazón que siempre va adoleciendo, que siempre va sangrando.
3 Es vuestro corazón, el que adolece; y el Maestro, que todo lo contempla, desciende una vez más hacia vos para venir a posar el bálsamo de los bálsamos sobre vuestro corazón, porque es mi mano la única que puede salvar y puede entregar la salud al espíritu y a la materia; y yo a eso he descendido en este día de gracia, una vez más a manifestarme cual doctor de los doctores entre mi pueblo bendito de Israel.
4 Desde tiempo ha, he entregado innumerables prodigios entre las porciones que me han seguido. Unos, se han hecho patentes a la humanidad; los otros, se han guardado en el silencio de la alcoba.
5 En el silencio de vuestros labios han quedado, en verdad, ocultas las palabras que teníais que dar como luz a la humanidad; pero ante mi mirada perspicaz, nada hay oculto, porque yo todo lo descubro; y hoy os contemplo, que sois el que en silencio las habéis guardado; pero a cambio de ello, habéis dejado encender en vuestro corazón, una flama. Esa flama, se ha convertido en fe, para vuestro espíritu; fe, que es la virtud que por gracia y añadidura, el Padre, ha entregado a cada espíritu para que sea vuestra guía, para que sea vuestra salvación, para que sea el camino de vosotros, el que os conduzca a perfeccionar vuestro espíritu para poder morar y vivir siempre en la gracia bendita de Dios.
6 Es la fe, la que se convierte a cada instante en salvación, en paz; la que está conservado, en verdad, la paz entre vosotros, es la fe de Israel; la que yo constantemente vengo a dejar sembrada en vuestro corazón a través de mi palabra, a través de mi enseñanza y de la constancia que he entablado entre vosotros, para venir a dejar escritos en vuestro corazón, mis divinos mandamientos; los que el mañana, tendrán que surgir entre la humanidad, los que en el futuro van a convertirse también en antorchas de fe para toda la humanidad.
7 Pero antes, os estoy preparando pueblo de Israel; porque seréis el labriego, el discípulo, el maestro del futuro, cada uno de vosotros, en la distinta categoría que queráis poseer; porque estoy en la lucha con vuestro espíritu, dándole progreso, dándole más escalidad, dándole el plano espiritual que le corresponde, posándolo en el sendero del cumplimiento que os corresponde, labriegos; cada cual, poseído de la etapa que le corresponda, desarrollará la delicada misión, el mandato que el Padre ha entregado, con el cumplimiento que a vosotros corresponde; porque de cierto, os digo: todos los marcados presentes, vais a quedar como maestros del futuro.
8 No a todos, os contemplo preparados. A todos os he dotado de la misma gracia, a todos he entregado potestad. La enseñanza que he dado a unos, se la he entregado a todos; pero no todos habéis sido los discípulos aprovechados en mi camino. Muchos habéis sido constantes ante la presencia del Maestro; pero no preparados, no espiritualizados; no lleváis dentro de vuestro corazón, el propósito del progreso en vosotros. Habéis sido constantes, mis hijos; pero no en el cumplimiento de la verdadera Ley, de la verdadera misión que os he entregado.
9 Habéis venido a formar parte del conglomerado que se reúne entre las cuatro raídas paredes; pero el Maestro, os dice: no es solamente vuestro cumplimiento, la presencia que vosotros prestáis al conglomerado ¡no, mis hijos! Quiero encontraros preparados de espíritu y de materia; de espíritu, mis hijos, para que seáis, en verdad, el directo responsable de mi palabra; porque en vos, pueblo, descansa la responsabilidad de mi enseñanza que estoy entregando a vosotros a través de los portavoces, de los distintos labios de estos ruiseñores que entregan sus trino y gorjeos a la humanidad.
10 Yo os hago responsable de que acatéis cada una de mis palabras, en las lecciones que os doy; de que las analicéis, para que sepáis aquilatar el verdadero valor y la gracia de cada una de mis palabras benditas; pero habéis formado los conglomerados, habéis formado las muchedumbres dentro de mis recintos; pero el Maestro, os dice: ¿acaso de entre esas muchedumbres puedo entresacar a uno, que ya le pueda nombrar maestro, entre la humanidad?
11 Sois muy pequeños, dentro de vuestra pequeñez sollozando os encuentro, lamentando los tiempos que han pasado sobre vosotros, los precisos momentos que yo he dado por gracia a vuestro espíritu; pero que vosotros, habéis sido tardíos en el camino. No habéis sido la planta tempranera, no habéis sido el corazón que a la constancia de mi palabra, hayáis despertado para apresuraros a avanzar en el camino del progreso y de la espiritualidad.
12 Habéis dormido, pueblo; y los tiempos, han pasado; y el Maestro en cada uno de esos tiempos, ha entregado distintas manifestaciones entre el pueblo bendito de Israel; manifestaciones, de las que vos mismo habéis servido de testigo, porque ante vuestra vista se han desarrollado cada una de las lecciones que os he entregado; y siempre os he dicho pequeños: vos seréis el testigo entre la humanidad, seréis el que testifiquéis el mañana, cada una de las manifestaciones que yo desarrollo entre vosotros mismos y mirad que los unos las habéis visto con pavor; los otros, con beneplácito en el corazón, habéis recibido las manifestaciones; y otros también, con desprecio habéis contemplado las manifestaciones desarrolladas ante vuestras pupilas; y el Maestro, os dice: sois el pueblo entresacado de la inconformidad; no sois el pueblo preparado. Aún vuestra planta, tambaleante en el camino la contemplo. Vuestra planta, no se ha acercado al camino de la espiritualidad, rodeada está de materialidades de las cosas terrenas; acostumbrados a contemplar vuestros ojos, de lo que el Padre, va arrancaros.
13 Como se arranca la mala hierba que crece junto con el trigo, así os voy a apartar las cosas terrenas que ante vuestros ojos han servido de objetos, a los cuales habéis adorado, a los cuales habéis prestado un respeto incomprendido; un respeto, no analizado por vos mismo.
14 Mas, el Padre, va a dotaros de toda la gracia; porque no soy yo, el que venga a arrancaros de la materialidad, sin antes estar vosotros convencidos. La prueba que yo voy a entregaros, ha de ser por convicción, pueblo de Israel. No quiero arrancaros las influencias del materialismo, a la fuerza. No soy el Maestro que os obliga a apartaros de las cosas superfluas y malas, sin que antes vos lo hayáis comprendido; sin que antes vos mismo hayáis visto el perjuicio que entre vosotros, os vais causando en el camino; o el beneficio que vosotros vais a recibir, al ya no alimentaros con las cosas terrenas que en vuestra vida terrestre habéis encontrado, pueblo.
15 Israel, duerme, le ha sorprendido la Tercera Era; le ha sorprendido el tiempo de la gracia, durmiendo en su profundo letargo. Os habéis recostado a dormir bajo la fragante sombra que los árboles os han prestado, os han servido de abrigo y de protección; bajo su ramaje, habéis dormido; habéis formando un nido, en el cual os mecéis y os arrulláis incesantemente. Sentís la caricia que allí el Maestro, os brinda; sentís la presencia de Dios, que se acerca cada instante hacia vos, para despertaros y para deciros: es tiempo ya de que abandonéis el nido, de que emprendáis el vuelo, que vos mismo batáis vuestras propias alas en el viento, que crucéis los espacios y vayáis a saborear también el sabor de los demás y viendo que envueltos en distintas pruebas se encuentran, envueltos en penalidades están; y que es menester la ayuda del uno para el otro, para poder emprender esa dura lucha que el Maestro os está señalando a cada instante con el índice de su mano.
16 Sí, Israel, tendréis que luchar todos, porque de unas y de otras criaturas, he tomado sus manos y las he unido. Solos, jamás podríais haber hecho algo. Unidos, mis hijos, lucharéis; y unidos, venceréis os lo dice el Padre, porque así está escrito en mis altos juicios.
17 Por eso, yo entresaqué a Israel, en distintas comarcas, en distintos lugares. Quise yo, como buen sembrador, poner una rama del árbol de la vida que yo edifiqué en el Sexto Sello. De ese árbol, corté una rama; y a uno de mis hijos lo hice elegido, le escogí y lo privilegié con los dones necesarios, para poder soportar la dura responsabilidad y el mandato que a cuestas tenía que llevar consigo.
18 Entresacado el discípulo, reanimado por mis palabras, resucitado a la gracia, lo que era menester llevar en sus manos, le entregué; y yo le pedí, brindase a la humanidad el pequeño rincón de su alcoba. Yo le dije: al pequeño rincón de vuestra alcoba, van a llegar los moradores de la tierra; vais a convertiros, en el posadero de las multitudes; van a llegar los hombres de distintas razas, colores y naciones y van a venir a aposentarse dentro de vuestra choza, que ya entonces no será una choza; sino será, en verdad: el recinto preparado por mí adonde van a llegar varones y mujeres, sedientos de gracia y amor, sedientos de paz y hambrientos de mi palabra; y entonces, vos, ya como mis discípulo, vais a convertiros en un padre o en una madre, un padre semejante a mí, semejante en verdad, porque entre vuestros brazos vais a tomar al desconocido, al que jamás habéis visto cruzar por vuestro camino y vais a extenderle la mano, vais a ser el báculo de él en el camino, vais a ayudarlo y vais a protegerlo con vuestra palabra espiritual; vais a invitarlo a que se siente a vuestra diestra y que practique, junto con vos, las lecciones espirituales que yo os vengo a entregar; vais a abrir vuestro corazón maternalmente, a imitación de ese Espíritu materno, de ese espíritu divino que siempre morando entre vosotros se encuentra, dando mansedumbre a vuestro corazón y humildad a vuestro espíritu, para que a semejanza del Espíritu materno pueda transitar por los caminos siempre lleno de amor y de ternura, de gracia, de humildad y de paciencia, con esas palabras dulces que siempre vienen a endulzar vuestros labios, con esas palabras cariñosas que desde el alto solio descienden para dejarlas siempre en vuestro corazón.
19 Así, pueblo amado, a imitación de ese Espíritu materno, os habéis levantado. En vuestro camino habéis encontrado las necesidades de vuestros semejantes. También junto con ellos, habéis llorado, habéis derramado vuestro llanto; el llanto ha surcado vuestras mejillas y en verdad, mis pequeños, vuestro corazón se siente cansado ya, por el sufrimiento de la humanidad. Mas de cierto, os digo: si el sufrimiento ha cansado a vuestro corazón, si se ha convertido en una cruz que llevando a cuestas os encontráis, pequeños. Recordad que yo siempre en mi palabra, os he venido a decir: ¡aquí está vuestro cirineo. Aquí está Cristo que viene a ayudaros con la cruz! Yo vengo a tomar en mis hombros, la cruz que a vuestras espaldas llevando a cuestas vais, yo la tomo entre mis brazos y os sirvo de cirineo.
20 Si habéis caído por primera vez, en el camino; yo he acudido a vuestra caída y os he levantado; os he dado la fuerza, y os he dicho: ¡levantaos y seguid transitando en mi camino! He ido a vuestro encuentro, en vuestro vía crucis; yo he sido en verdad, el que ha estado presto a enjugar el llanto de vuestros ojos y a enjugar vuestro rostro también. ¿Qué mano en la tierra, podía extenderse tan caritativa, como yo lo hago entre vosotros, mis hijos?
21 Mirad que para derramar yo estas caridades entre vosotros, no vengo escogiendo a las criaturas de mayor linaje ni vestidas con los mejores ropajes. ¡No, mis hijos! Mirad que desciendo a acariciar a aquel que me hace presente las heridas sangrantes de su propia planta, herida por la larga caminata terrestre de su vida; a él desciendo y le acaricio; porque el Padre, no viene a acariciaros en cuanto a materia. No vengo a contemplar el cuerpo; yo vengo, en verdad, buscando al espíritu. Vengo abriendo la brecha en el camino, para entresacar a ese ser que sufre, a ese Ser que ha lavado su alma y se ha purificado en espíritu y verdad, con el sufrimiento terrenal.
22 El sufrimiento terrenal, ha sido en vuestra vida, el que os ha dignificado. En vuestro camino, el sufrimiento terrenal, ha sido el crisol de vuestro espíritu, ¡créalo el hombre o no lo crea!: el crisol que va lavando y purificando al espíritu, que le va haciendo formar méritos en su camino, el que le va haciendo ascender al camino del progreso espiritual y le va recordando, paso a paso, que la presencia de su Dios existe entre vosotros; y que es menester, en verdad, que vosotros os acerquéis a mí, no por medio de los placeres de la carne, mis hijos; sino por medio, de la espiritualidad, o por medio del dolor y del sufrimiento.
23 Hasta ahora, en este tiempo, ese es el mejor acercamiento que tenéis ante vuestro Dios; porque es cuando me recordáis, cuando reconocéis que vuestro Dios existe y que mi presencia yo la hago sentir muy cerca de vosotros; y que si yo he permitido que seáis tocados por el dolor, es porque mucho os amo, porque no quiero que vosotros os alejéis de mí.
24 ¿Qué es lo que os aleja de mí, mis hijos? Los poderíos terrestres; los placeres que la vida os brinda, os alejan de mi presencia y os acercan al abismo, a la perdición y al retraso espiritual; y yo que tanto os he amado, yo que tanto me he manifestado con vosotros y que siempre voy buscando el mayor acercamiento de vuestro espíritu hacia mí, porque yo he querido que en esta Tercera Era la humanidad saboree verdaderamente mi palabra, reconozca el tiempo de gracia y de virtud que se encuentra morando entre vosotros, para que el mañana me recordéis, pequeños; el mañana sepáis en verdad, qué tiempo fue en el que el Padre, os entregó; qué tiempo tan preciso, en el cual yo derramé mis palabras constantemente hacia el pueblo bendito de Israel; que tiempo fue el que el Padre os entregó y que tantas veces os dije: Hijo amado, voy a resucitaros a la vida de la gracia. Voy a entregarle, la resurrección a vuestro espíritu.
25 Mirad que si hasta estos momentos, no lo habéis comprendido, no habéis sabido el porqué de estas palabras que os estoy entregando; el mañana acudiréis a mis recintos, aposentaréis vuestras plantas y he aquí, en el silencio de las cuatro paredes, recordaréis mis palabras, ellas resonarán dentro de vuestro corazón; y en verdad, os digo: no habrá corazón que se resista, a derramar de sus ojos el llanto; pero un llanto, que manará con un dolor muy profundo de vuestro propio corazón; porque entonces, mis hijos, ese recuerdo de mi palabra tocará hasta la fibra más sensible de vuestro corazón; y veréis en verdad, el tiempo preciso que el Padre, os entregó. Pero también, en medio de vuestra meditación, en medio de vuestro silencio y de vuestro arrepentimiento, yo descenderé espiritualmente con vos, yo tocaré con mi mano vuestra sien y os levantaré a la espiritualidad, levantaré vuestro espíritu; y entonces, de Espíritu a espíritu, os diré: Hijo amado, ésta es la forma como tenéis que buscarme.
26 Para poder encontrarme, mis pequeños; es menester: despojaros de todas vuestras heredades e influencias terrestres y solamente, estando posados en el camino de la espiritualidad, allí me encontraréis. Comunicaréis vuestro espíritu conmigo y yo hablaré a vuestro espíritu, el que protegido por la inspiración divina, traerá consigo: grandes mensajes a la humanidad.
27 Hablaréis, pero con amor, mis hijos. Hablaréis con verdad, con esa verdad pura conque yo he venido a enseñar, conque siempre os he hablado. Con la Verdad, vosotros enseñaréis a cristalizar los conocimientos de la Verdad, en los caminos; será la única palabra que utilicéis en el camino.
28 No quiero que vosotros, os levantéis con engaños y falsedades ante la humanidad. ¡Ay! ¡Ay de aquel! Que así lo quisiere hacer, porque de cierto, el Padre, os dice: una gran purificación llevará, por dentro de su propio espíritu.
29 Por eso os estoy enseñando, mis hijos, para que vosotros mañana enseñéis en la misma forma a prepararse a vuestros semejantes y hermanos: con unción y respeto dentro de su espíritu, con el mejor propósito de llevar la enseñanza, a la humanidad. Enseñanza, que yo entregué a vosotros, por conducto del entendimiento humano.
30 Contemplad que en el Segundo Tiempo, fueron doce los escogidos por la voluntad divina del Maestro, para nombrarlos sus discípulos; los que fueron mis apóstoles, que estuvieron junto con el Maestro, los que estuvieron conmigo en la mesa y comieron y bebieron; a los que yo hablé y entregué mandato, que los dejé en verdad, para que sirviesen de báculo para la humanidad, por quienes se propagase mi palabra bendita y levantasen la fe, de los que a ella habían muerto; y he ahí, los apóstoles se levantaron y entregaron por los caminos, resucitaron a la fe de los que la habían perdido, levantaron los muertos a la luz y a la gracia divina, le dieron el consuelo a las viudas y le dieron la luz a los ciegos, sanaron a los enfermos en su camino y apartaron las tinieblas que a su paso encontraron; y fueron doce, los escogidos.
31 Y en este Tercer Tiempo, que el Padre, viene una vez más a tocar con el cincel de su palabra el corazón de la humanidad, a entreabrir nuevamente los corazones; hoy, ya no solamente es el número, formado por doce. ¡No! Ahora son 144000 los señalados; y a cada corazón que a mí se ha acercado y que he señalado, le he entregado la misma responsabilidad que le entregué a juan, que le entregué a santiago, a bartolomé, a felipe y a cada uno de mis discípulos escogidos de aquél tiempo; y de esa misma gracia que a ellos, dejé, os he revestido a vosotros, en el Tercer Tiempo; y os he dicho, mis pequeños: propagad esta palabra, entre la humanidad.
32 No guardéis en el silencio de vuestro corazón, la palabra que os he entregado. No seáis el egoísta ni el avaro. Recordad que lo que os he dado, no lo he dado solamente para vos. Yo os he enseñado a que entreguéis de lo que os he dado; porque lo que os he entregado, es inacabable en vuestra mano. Yo os lo he dado en propiedad, porque es la heredad que vos os corresponde. Es la gracia que el Padre, os ha legado en el Tercer Tiempo, porque quiero que cada uno de vosotros, se posesione de la misión y de los dones que le he entregado.
33 Os he dicho, mis pequeños: vos podéis levantaros a imitación del Maestro. Cual yo hice prodigios entre vosotros, en aquel Segundo Tiempo; vosotros, los podréis hacer, dentro del camino de la espiritualidad, del reconocimiento de la misión que yo os he entregado sí, mis pequeños, levantaréis vuestra planta, hablaréis entre los ciegos, entre los sordos, entre los mudos; y en verdad, os digo: si preparados estáis, mis hijos, no será lejana la prueba y el testimonio que os entregue.
34 Yo sorprenderé a Israel, en el Tercer Tiempo. ¡Preparaos! Que el ciego, reciba un rayo de luz en sus ojos; pero él no contemplará la luz del mundo, no, mis hijos; la luz, el esplendor de mi gracia, el esplendor de mi presencia divina, será lo que llegue a sorprender las pupilas de los ciegos. El sordo, el que no conoce las voces del mundo, oirá. Sus facultades normales en materia, no llevará consigo. Si vosotros preparados os encontráis, podréis preparar en verdad, el tímpano de los oídos del sordo; y lo haréis escuchar la voz divina del Padre, que es dulce y melodiosa, que viene a sembrar la paz y viene a resucitar al espíritu. Así también aquellos labios que han sido mudos, aquellos labios que jamás han podido pronunciar una palabra ante el mundo, porque se le ha podido vedar el que pueda entregar sus palabras a la humanidad, si Israel, se prepara, el mundo hablará; y entonces, ¿qué hará? Entregará gracias a su Dios, entregará loores e himnos de gloria, entonarán sus labios en acción de gracias a su Dios, pero, ¡preparaos, Israel! Porque estas pruebas, no se han desarrollado todavía entre vosotros.
35 Yo os he dado la potestad. Yo os he dicho: es tiempo ya de que los hombres sepan la gracia que, Israel, posee consigo. Por eso, el Padre constantemente toca vuestro corazón; y os dice: Israel, dormido está porque teniendo la gracia, que poseéis cada uno de vosotros, no habéis sabido dar la luz que os he entregado, a la humanidad; porque teméis la persecución de los hombres, teméis que si un prodigio se desata a través de vuestra mano, se propagarán esos prodigios; y en verdad, os digo: ¿no sabéis que así, los hombres se convencerán? ¿No sabéis que vos, serviréis de esquilón, para que los hombres lleguen ante la presencia de la palabra de Dios? ¿No sabéis que así se multiplicarán las legiones materiales, para venir a formar el número de los 144,000 marcados que pertenecen a las doce tribus benditas de Israel?
36 ¿Acaso no sabéis, la gran responsabilidad que habéis contraído con vuestro Dios? Sí lo sabéis, mis pequeños, ya que yo, os lo he hecho reconocer, porque os he hablado por los distintos portavoces, porque también he hablado a vuestro espíritu, por intuición; le he hablado en revelación a vuestro espíritu, y no está lejano el momento en que se lleve a cabo esta palabra del Padre, en que: vosotros, mis hijos, estando preparados, recibáis la sorpresa de los prodigios que el Padre tiene dispuestos, para manifestarlos a través de vosotros a la humanidad.
37 Siendo el pequeño desobediente y pecador en la tierra, ¡cuánto tengo que entregar por vos, a la humanidad! Vos me serviréis en verdad, de instrumento ante los hombres, para que yo manifieste mi caridad; para que yo hable por vuestros labios. Como hablo hoy por el entendimiento humano del portavoz, con esa misma claridad yo hablaré por vuestro conducto; vos seréis portavoz de mi enseñanza, el pedestal de la fuerza y de la luz del Padre, porque en los momentos de vuestra mayor espiritualidad, sostendréis el rayo de mi luz y la fuerza; y daréis a vuestros hermanos, lo que yo, de Espíritu a espíritu, me digne entregar a la humanidad por vuestro conducto. Sin embargo, ¡preparaos, Israel! Porque, el Padre, os dice: un tiempo de ardua lucha, os espera.
38 Un tiempo nuevo de gracia, va a llegar para vos, Israel. Un nuevo horizonte, el Padre, va a disponer para vuestro espíritu; y ese horizonte, ya lo tengo preparado. Por mi mano omnipotente, yo os marcaré el momento en que os lancéis a ese nuevo horizonte, porque nuevas pruebas vais a recibir. El tiempo se está acercando; y vosotros, tenéis la lámpara de vuestro corazón apagada; y yo quiero en verdad, que esperéis este motivo con fe; yo quiero que vosotros esperéis esta gracia que yo voy a entregar a las multitudes, preparados de espíritu y preparados de envoltura, mis hijos; porque si no lo estáis, de cierto os digo, las sectas y doctrinas os sorprenderán: por su espiritualidad, por su progreso y adelanto y ¿qué sería de vosotros, mis hijos, si contemplaseis que las distintas sectas llegan, cual vecinos, ante vosotros vienen y se aposentan y os traen una nueva revelación? Nueva, que el Padre ya ha traído entre vosotros, buena nueva que el Padre, os ha dejado en preparación para Israel?
39 Nuevas que yo os he dicho, quiero que se desarrollen por vuestro conducto; porque mirad, también las distintas sectas practicando están la espiritualidad, la desmaterialización; y vosotros, dormís. Israel en verdad, ha cerrado su corazón para la palabra de espiritualidad que el Padre, ha entregado; y en práctica, no ha puesto mi palabra; y, ¿queréis que los hombres os vengan a servir de maestros, cuando vosotros habéis sido doctrinados por el Maestro de maestros para serlo de ellos? ¿Queréis recibir doctrina y enseñanza de los hombres; cuando antes, doctrina y enseñanza habéis tenido de vuestro Dios y Maestro? ¿No a cada momento, habéis estado delante del Maestro divino? ¿No siempre mi palabra, ha venido a enseñaros y a sacaros de la ignorancia?
40 Mi palabra siempre tiende a que vosotros salgáis de la rutina material en que os encontráis, a que siempre recibáis una nueva lección de mi enseñanza; a que siempre llevéis en vuestro corazón, una nueva palabra, una nueva esperanza, un nuevo aliciente y un nuevo deseo de progresar día a día; porque cada día que pasa entre vosotros, es un instante preciso que quizás mañana tendréis que llorar, ¡oh mis hijos muy amados! Porque el Padre, va escribiendo cada una de estas palabras y va dejándolas selladas en vuestro corazón y conciencia.
41 Nuevos caminos en verdad, van a abrirse para vosotros. En ellos vais a encontrar, la observación de vuestros hermanos, vais a recibir la interrogación de los hombres que van a preguntaros, mis hijos: ¿por qué sois el espiritualista trinitario mariano del Tercer Tiempo? ¿Por qué se desarrolla esta gracia, entre vosotros? ¿Por qué fuisteis el elegido? ¿Por qué fuisteis nombrado por Dios, como: el hijo de la gracia, el hijo de la luz y el hijo de la vida? ¿Por qué vosotros, ostentáis dones y mandatos? ¿Quién a vosotros, legó estos mandatos y estos dones; y cuál fue el motivo del desarrollo de estos dones, para que hicierais uso de ellos y los hicieseis efectivos entre la humanidad? Todas estas interrogaciones surgirán de los labios de los hombres, ante vosotros, mis hijos; y, ¿con qué armas, os vais a defender?
42 ¿Cuáles son las armas que vais a sacar a la luz, en defensa para la humanidad? De cierto, os digo, mis hijos: la defensa y las armas son mi palabra, es mi enseñanza, su esencia de amor y sabiduría que yo os he entregado. ¿Qué cosas u objetos materiales, podéis hacer presente a la humanidad? Nada, mis hijos porque la obra que he dejado en vuestras manos no está materializada, no está simbolizada por objetos o formas materiales. Mi obra, vive en vuestro corazón y conciencia; yo la he puesto en verdad, en vuestro espíritu; y cada uno de vosotros, los seres materiales, sois poseedores de esta obra bendita. Los unos, la habéis alcanzado a entender por el grado de espiritualidad en que os encontráis. Los otros, la ignoráis todavía, porque vuestra planta no se ha posado en ese sendero espiritual para poder comprender la obra divina, que el Padre os ha entregado. Pero, de cierto, os digo: de ella, es poseedora toda la humanidad.
43 Pero los hombres, no se conformarán con escuchar solamente mi palabra de vuestros labios; ellos osarán en sus palabras y os pedirán la convicción de vosotros, os pedirán la mejor satisfacción que les podías dar, para su entera comprensión y convencimiento de lo que hablando a través de vuestros labios, os encontréis. Ellos os pedirán pruebas de sanidad entre la humanidad, pruebas de curación, de bálsamo y de salud, mis hijos; y el Padre, os dice: ¿qué vais a hacer presente a los hombres? ¿Con qué vais a sanar y a curar, el dolor de la humanidad?
44 Mirad que vosotros, tras de sí, no lleváis un título que os ampare ante la presencia de los hombres, para hacer uso de los dones y de las facultades curativas que yo he entregado a vuestras manos. No lleváis consigo el título; mas, de cierto, os digo: lleváis sí, un don desarrollado en vuestro ser, un don poderoso que el Padre, os ha entregado; y que vosotros, contemplando a vuestro semejante y hermano agonizante de esta vida, os preguntáis: ¿lo podré sanar? ¿Lo podré arrebatar de las fauces de la muerte? ¿Podré, en verdad, dar como prueba a la humanidad, el detener esa planta que presta está a abandonar, el sendero de la humanidad?
45 Como prueba a la humanidad, yo os concederé que podáis sanar los dolores más acerbos del cuerpo, posando vuestra mano en el enfermo y elevando vuestro espíritu, hacia mí; yo entregaré por vuestro conducto, el bálsamo de curación a los hombres.
46 Mas, antes ¡preparaos, mis hijos! Si no queréis que el mañana, el hombre llegue a vuestras puertas y os encuentre durmiendo; como el Maestro, ha venido a encontrar al pueblo bendito de Israel. Yo quiero que seáis el escogido, el entresacado, el pueblo que preparado en verdad, os podáis encontrar; porque de vos depende, pueblo de Israel, que los hombres se conviertan también en un fuerte para vosotros mismos; en que los hombres, en verdad, sigan protegiendo con sus garantías al Israel del Tercer Tiempo, para que así, no sean perseguidos el mañana. La humanidad también os protegerá, ayudada en verdad por la voluntad divina del Padre, para que hacia vosotros no exista esa persecución, esa censura, que los hombres a cada momento van haciendo de esta obra tan pura, que yo he dejado en vuestras manos.
47 Si hasta estos momentos no habéis sido colocados en el lugar privilegiado donde le Padre, quiere dejaros; no me culpéis a mí, mis hijos, es que vosotros, os habéis dormido, os habéis aletargado, no habéis hecho uso de las facultades y dones que os he entregado. No habéis querido, hablar a la humanidad de mi grandeza; y por eso, os contempla pequeños el mundo.
48 Sois grandes, porque poseéis la gracia que os he entregado; y cual espiritualistas, deberíais poseer el primer lugar en la tierra; y ¡mirad, cómo los hombres os han despreciado, como no os han tomado en cuenta! ¿Por qué? Porque no habéis sabido defenderos con las armas que os he entregado; y en silencio, habéis permanecido vuestros labios se han cerrado con un broche de oro, cuando el Padre quiere que vuestros labios se conviertan en un manantial de agua cristalina que purifique las necesidades de los hombres; y que sólo destellos de luz, salgan de vuestros labios para el convencimiento de ellos mismos.
49 He aquí, Israel, ¡luchad y trabajad! ¡Levantaos y haced que los colores de vuestra bandera siempre brillen, que no se manchen, que permanezcan siempre con la fragancia que les he entregado! ¡Preparaos en oración para que no la manche la sangre! Para que no venga a manchar la bandera de vuestra propia nación, la bandera que ostentáis por vuestra nacionalidad. ¡No permitáis que se manche; no permitáis que los hombres la pisoteen. ¡Cuidadla, Israel!, ¡respetadla, mis hijos! Porque yo, os he dicho: cada una de las gracias que os he entregado, la he entregado por añadidura a mi pueblo muy amado.
50 Fuisteis la nación escogida, fuisteis el pueblo privilegiado. Esta nación que yo escogí y en ella puse mi gracia, la dejé en verdad, preparada y elegida para que vos la moraseis, para que en verdad, vivieseis en este suelo, que yo he preparado todavía con paz y gracia: y os dije: ¡oh nación mexicana! ¡Oh perla de mis ojos! ¡Oh nación escogida, en la cual tendré que venir a morar cual segunda Jerusalén que desciende de los celos! Y, ¡aquí me tenéis! En cumplimiento a mi misma palabra.
51 Yo doy fe y testimonio de lo que hablé a vosotros, tiempo ha. Palabras, que también brotaron por labios de los profetas. ¡Mirad el cumplimiento de mi palabra!: morando me encuentro en la segunda Jerusalén, en la blanca ciudad espiritual que ha descendido a esta nación escogida, en donde tendrá que formarse el arca de la nueva alianza, a la cual vosotros pertenecéis, en la cual vivís, pueblo de Israel; y gozando la paz, en el arca de la nueva alianza os encontráis.
52 Nación escogida, nación mexicana que estáis velada y resguardada por grandes legiones espirituales de mis siervos de luz, de siervos obedientes y sumisos, que cumpliendo el mandato divino se encuentran.
53 Mirad que yo he revestido a vuestra nación de luz. Aquí el hombre ha encontrado albergue, ha encontrado las llaves del trabajo, la paz, el sustento, la vida, la lucha también; y ha sentido momentos de gracia, por ser el morador de la nación mexicana. Yo abrí sus puertas, la preparé en verdad, y le dije: todo aquel que quiera ser morador de ella, no morará solamente en la nación, morará en los brazos del Padre, sentirá, en verdad, que su morada es mi corazón, que siempre está preparado y que entregando destellos de luz a la humanidad se encuentra.
54 A la nación la preparé; puse como señal: un águila descendiendo a devorar la serpiente, en un nopal, nacido de entre las rocas de un islote en medio de un lago simbolizando: la espiritualidad que desciende de las alturas a devorar la maldad humana, entre los sufrimientos de los corazones endurecidos; el islote, representa a la nueva Sion; el lago, a las pasiones humanas e hice aparecer después, ante vuestros ojos, tres colores simbólicos: verde, blanco y rojo en las tres potencias: Padre, Hijo y Espíritu Santo que como un estandarte y escudo, se han convertido, para la defensa de vuestro propio corazón; y en ellos, hice brotar la blancura de mi palabra, la esperanza de salvación de vuestro propio espíritu; mis hijos y el fuego de mi amor. El verde, simboliza la esperanza, con la cual Israel, se levanta cada día, en que a través de su dura lucha, encuentre en verdad, el mañana la salvación y la paz del universo; esa esperanza que a vosotros os mantiene y os hace caminar con firmeza en mi camino. El blanco, yo he entregado a vosotros la blancura de mi obra, de mi mandato y de mi Ley. Esa blancura que aparece ante vuestros ojos, inconfundible; jamás se manchará la blancura, porque ella es verdad, es pureza, es inocencia, es virtud; esa virtud, que el Padre os ha entregado en verdad, es la salvación espiritual que a vosotros espera; la purificación de vuestro espíritu, os hace alcanzar la blancura que cada uno de vosotros posee como alma, cual copos de nieve. El rojo, ese fuego de mi amor, ese rojo vivo que contempláis que aparece siempre ante vuestros ojos, es el amor divino que el Padre viene a entregar a los hombres para unificarlos al camino, que los viene acercando al sendero de la espiritualidad; y que viene posando siempre mansedumbre en vuestro corazón, para que unifiquéis vuestros pensamientos, para que unifiquéis el deseo de la lucha con el deseo del progreso, en el camino del perfeccionamiento espiritual y material.
55 Y, aquí, en verdad, mis hijos, tiempo ha también entre vosotros existieron corazones privilegiados, escogidos por mi, los que puse en un camino de lucha, los que entresaqué para que fuesen los que guiados por la voluntad divina del Maestro, también entablasen una dura lucha en el mundo, en vuestro propio suelo, en vuestra propia nación; guiados por la luz de mi espíritu divino, mis hijos, los levanté de la mano, y les dije: ¡romped las divisiones que se encuentran y haced que en verdad, los hombres se unifiquen, se conozcan, se estrechen la mano los unos y los otros y se den un abrazo de fraternidad, el abrazo de hermandad, que estrechen sus manos y con ello formen un eslabón de amistad, de unificación y hermandad universal y así, los hombres cumplieron con mi mandato. También la sangre inocente, corrió por los suelos. Mas, de cierto, os digo: las luchas que los hombres han entablado en el mundo, nunca han sido sin sangre el saldo, siempre ha sido doloroso; pero les dije: habéis ganado la lucha.
56 Cada una de estas vicisitudes dolorosas, se encuentra escrita, en los altos designios del Padre. Mas hoy, a vos, Israel, os legaron la lucha que vosotros entabláis en el camino. Mas, en esta lucha, no se derramará una gota de sangre como en las luchas pasadas, como en las batallas libradas a través de las distintas épocas; y esta gran batalla, se ganará; pero sin derramar una sola gota de sangre, porque vuestra lucha será espiritual, mis hijos.
57 Los hombres, vuestros antepasados, os sirvieron de ejemplo y baluarte. Ellos os enseñaron: a luchar, a trabajar y a defenderos y ellos os enseñaron también, a ganar las victorias. Esos fueron vuestros antepasados, esos fueron los primeros los que abrieron las brechas del camino. Hoy, vosotros, ya estáis posados en este camino de lucha; vuestras armas, ya no son las armas pasadas que los hombres ostentaban en sus manos para emprender luchas y batallas. Hoy, algo material, no lleváis consigo; todo lo que poseéis, es espiritual. Son armas espirituales, las que he dejado en vuestra mano; con ellas lucharéis, venceréis y ganaréis las mejores y más grandes batallas que en el mundo, se han librado; pero hoy, os digo: es vuestra fe, es vuestra virtud, es el reconocimiento de mi mandato, es el cumplimiento de la dura lucha a la cual sujetos en esta vida humana os encontráis, mi pueblo, la que os va guiando y conduciendo.
58 ¡Créalo el hombre o no lo crea! Las armas que lleváis con vosotros, son espirituales y ¡son poderosas, mis hijos! Con estas armas que he entregado en vuestra mano, habéis luchado contra las malas influencias de los corazones que se encuentran en las distintas naciones. Estáis luchando en contra de esas influencias, mis hijos, porque el Padre, os dice: mirad que en las lejanas naciones, los hombres han entablado sus batallas y sus luchas, se encuentran en guerra. Las armas mortíferas de los hombres, acabando están a sus propios semejantes y hermanos. Los campos, tendidos de cadáveres se encuentran. Las naciones, se convierten en escombros; y no queda allí, piedra sobre piedra. Las armas, son cruentas; son las armas del exterminio, las que los hombres han preparado; y vos, Israel, lleváis las armas poderosas que yo os he entregado; y sois el que lucháis, en contra de esas armas materiales.
59 Esas armas poderosas de los hombres, que son mortíferas y son el exterminio de la humanidad; vosotros las podréis vencer, si preparados os encontráis, si posesionados estáis de la misión y la responsabilidad que os he entregado, mis pequeños. Las armas mortíferas de los hombres, fallarán; su fuego, no se lanzará, no se convertirá en exterminio; y vosotros, aún estando tan lejanos de esas naciones, seréis los que más cerca estéis, porque el Padre, os dice: para el espíritu, no hay distancias ni barreras para la oración no hay lejanías, ni para la espiritualidad.
60 El Padre, os dice: yo soy, el que más cerca de vos, me encuentro. Yo moro en la espiritualidad. Yo, allí me encuentro. Yo soy el que acudo al llamado de los hombres y entonces, yo os pregunto, mis hijos: ¿no se llenaría vuestro espíritu de dicha y gloria, al contemplar que las armas de los hombres ya no disparan, ya no son acertadas como eran antes; y hoy, ellas tienden mejor a la paz? Ellas se rinden, a la paz; y retorna cada quien a su sitio y vuelven los hombres de la lucha a sus hogares, vuelven a convertirse en los files esposos y esposas, vuelven los padres al hogar y al seno de sus hijos. ¿No se llenaría vuestro espíritu de dicha y gloria, al contemplar que los hombres, piden universalmente la paz?
61 ¡Preparaos, mi pueblo! ¡Preparaos, mis hijos! Que en verdad, en cada una de mis palabras vengo a darles un toque muy acertado a su propio corazón. Quiero ver al mundo, envuelto en la paz. Quiero que el mundo, pronuncie con sus labios: ¡paz!
62 Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad! Quiero que de vosotros, sea el himno que vuestros labios pronuncien, el que yo os he enseñado, el que vuestros labios han pronunciado y no han comprendido ni han analizado; pero hoy quiero que no solamente vos, nación mexicana, seáis la que pronuncie esas palabras; sino sean las naciones, las que envueltas en verdad, invoquen; sean las que también, imploren paz y gloria para su Dios. ¡Oh, pueblo! Doctrinado por mi espíritu divino desde el año 1884, en que surgió para vosotros, el Tercer Tiempo, dentro de la Tercera Era envuelta en luz y verdad. Desde ese tiempo hablándoos estoy constantemente con esta palabra que se desarrolla en verdad, en medio de una pequeña o gran preparación del pueblo bendito de Israel.
63 El acercamiento de mi palabra que viene hacia vosotros, por conducto de una oración que vosotros eleváis ante el Padre, en la que imploráis mi presencia ante vosotros; es mi presencia, la que viene al pueblo de Israel, para alentaros, para reanimaros, para resucitaros e invitaros siempre a que estéis conmigo; porque todavía, mucho tenéis que aprender, mis hijos. No estáis preparados todavía, para dejaros convertidos en el maestro. Sois el discípulo que todavía necesita la presencia del Maestro, para poder perfeccionaros al estudio; y el así mañana, lanzaros a la lucha que os espera.
64 Es el Maestro de todas las edades, el que se acerca al colegio que vosotros habéis preparado, a esta escuela que se ha abierto para vosotros, donde estáis recibiendo de mi enseñanza divina, la mejor de las doctrinas la mejor de las lecciones que el más sabio maestro de la tierra, pudiera brindaros, yo os la brindo, mis hijos. ¿En pago, de qué? Solamente de vuestra fe y de vuestro amor es el único pago que os pido en recompensa a estas lecciones que yo vengo a entregaros.
65 ¡Unificaos, discípulos amados, en esta escuela de amor que he preparado para vosotros! ¡Perfeccionaos día a día en vuestros est uDios! ¡Levantaos para que alcancéis la mayor preparación, la mejor comprensión a mis palabras! Que sea vuestro corazón, el que mejor albergue le dé a mi enseñanza, que sea vuestro espíritu, el que mejor pronuncie estas palabras; que seáis el heraldo del mañana, que seáis la trompeta que resuene en los cuatro ámbitos de la tierra y que seáis el que llaméis, invitéis y el que convenzáis el mañana, porque ésta, es mi santa y divina voluntad, ¡oh pueblo bendito de Israel!
el Divino Maestro a la guía del recinto:
66 ¿Qué podéis pedir, mi pequeña, que mejor preparada os encontráis y que sois siempre la que dando la conducción por los caminos vais? Si yo os he dejado como responsable, de estas multitudes que vienen transitando detrás de vos; vos, los acercáis y yo les recibo.
el Divino Maestro al pueblo:
67 ¡Bendito sois, mis hijos! ¡Bendito sois, pueblo de Israel! En este día habéis estado preparado y habéis sabido recibir la palabra y la presencia de vuestro Dios; y que en este momento, también existe dentro de vuestro corazón una oración, un pedimento, un listarío que contemplo escrito en vuestro corazón, de las muchas gracias que necesitáis recibir del Padre, para poder ser el morador de la tierra.
68 Yo os digo: a través de vuestra oración, en este instante, yo os entrego, mis hijos: llevad consigo todos y cada uno de lo que de mí necesitéis. Llevad para vos y para los vuestros.
69 A las naciones, a los ausentes de vosotros: yo, a ellos, llevo también una gracia en mi mano y fortalezco sus espíritus, les doy la paz y los dejo unidos a todos por igual.
70 Orad y velad, pueblo de Israel! Quiero en mi retorno, en alba de gracia, encontraros despierto. ¡Orad y velad, pueblo de Israel, como yo os he enseñado! Y en este instante, sea para todos y cada uno, la bendición y la paz de mi espíritu divino.
¡Mi paz, sea con vosotros!
103. El bálsamo espiritual
Domingo 17 de septiembre de 1950
1 Mi paz es en todo el universo, ¡oh! Discípulos; y os doy, en verdad, la bienvenida, porque ya vosotros, sois los que venís a mí.
2 Yo os he enseñado a elevar vuestro espíritu, por medio de la oración; y es el medio, por el cual, escaláis la montaña para encontrar la morada en donde el Padre, habita; para llegar hasta sus puertas de amor y de perdón, con la humildad y la mansedumbre en vuestro espíritu; llamar a esas puertas, en espera de contemplar y de escuchar, a aquél que es vuestra vida y dicha espiritual.
3 Yo os contemplo venir a mí de diferentes caminos, de diferentes destinos; pero todos, en pos de un mismo fin, todos buscando la caricia del Padre, esa caricia que todo lo encierra para vosotros; porque en la misma justicia del Padre, encontráis amor; en su mismo reclamo y en sus curaciones, sentís la mano de amor de vuestro Padre; y es que en el Tercer Tiempo estáis aprendiendo a amarme, estáis dejando de temerme y es de vosotros mismos de quienes teméis, porque sin faltas en vosotros, no podéis esperar reclamos ni actos de justicia del Padre; y os vais eximiendo en el camino de vuestra vida, de todo aquello que fue tropiezo, que fue amargura; de todo aquello, que dio mala cosecha en vuestra existencia.
4 Sabéis que sois mis labriegos y que el Padre os ha confiado una simiente; que vuestro trabajo, se ha de multiplicar; y que esa simiente, es de amor; y en ese amor, están encerradas todas las virtudes; y en vuestra senda os contemplo, cómo vais aprendiendo a cultivar esa semilla de vuestra vida eterna, con el anhelo espiritual de multiplicarla, de ofrecer al Padre, el fruto multiplicado en número por vuestros propios méritos.
5 En verdad, todo aquel que así haya comprendido mis lecciones, ha comprendido bien. No estáis haciendo todavía obras de perfección, pero en mi camino estáis. Os sentís, en verdad, los moradores y discípulos de la Tercera Era, os sentís iluminados y envueltos en la luz del fuego del Espíritu Santo. Las dudas se han disipado del corazón de los discípulos. Las flaquezas van desapareciendo una tras otra y os vais entregando con verdadera confianza.
6 Aquel fanatismo, en que caísteis en los primeros pasos dentro del espiritualismo, también va cediendo a la verdadera espiritualidad; a esa espiritualidad que quiere decir: verdad y sencillez en vuestra vida ya no sois aquellos, que decís: ¿por qué has venido, Padre, si ya en tiempos pasados nos legaste tu Ley? ¿Por qué si ya nos trazaste el camino, has vuelto a nosotros? ¿Por ventura, tu camino lo hemos borrado o lo hemos olvidado, o vienes a enseñaros uno nuevo? Todas aquellas interrogaciones que formulabais, han pasado.
7 Hoy, sabéis en verdad, muchas lecciones que ayer no sabíais; y este conocimiento que habéis adquirido, os lo he entregado a través de mis portavoces, por medio de esta palabra que os he venido a traer en el Tercer Tiempo como una preparación para mi comunicación perfecta con vosotros en los tiempos futuros; porque en verdad, lo que os dije en el Segundo Tiempo, no fue todo; y sí muchas lecciones os dejé entrever, no lo alcanzasteis a descubrir ni a comprender, porque estaban envueltas en sentido figurado, porque estaban ocultas atrás de una parábola que yo mismo tenía que venir a explicar en mi nuevo advenimiento; y lo que yo os revelé en aquel Segundo Tiempo, mucho habéis comprendido y entendido bien; pero hubo muchas revelaciones simbólicas, que no eran para que las comprendierais en aquel tiempo y solamente os mostré la existencia de ellas, para más tarde explicarlas.
8 Yo tenía reservado para el espíritu humano, un tiempo; en el cual, el Padre, os pudiese revelar la vida espiritual de aquello que llamáis el más allá; y ese tiempo, es el que estáis viviendo.
9 Meditad y llegaréis a comprender que ni en el primer o ni en el Segundo Tiempo, estabais capacitados para comprender, sentir y creer, estas revelaciones. Mas el Padre, que tiene los tiempos y la eternidad en sus manos, con suma paciencia y sabiduría perfecta os ha ido llevado de la mano en el camino de la vida y de la luz, paso a paso, sin precipitación.
10 ¡He aquí, entre vosotros, el tiempo del Espíritu Santo, próximo a su plenitud! ¡He aquí el tiempo, de las grandes revelaciones de la Tercera Era! El velo de muchos misterios, ha caído hecho jirones. La mirada de vuestro espíritu, ha traspasado aquellos límites y ha penetrado por mi voluntad, hasta donde yo lo he permitido y hasta donde vuestra propia vista espiritual ha podido penetrar; porque el Padre, no debe ni puede ser un misterio para sus hijos, si él quiere ser amado y comprendido en forma perfecta. Yo quiero que así sea, que así me conozcáis en plenitud.
11 Yo quiero ser amado por mis criaturas, quiero sentirme envuelto en el amor de todos mis hijos, como yo a ellos los he envuelto. No hay egoísmo en el Padre, en verdad; pero si su Espíritu experimenta un placer divino, infinito e incomprensible todavía para vosotros, cuando él es amado por sus hijos, cuando es comprendido con verdadera comprensión; mas, como el Padre, es grande, dicho esto, sin alarde y como vosotros, como espíritus, fuisteis puestos en el camino de la evolución siendo pequeños; y en vuestro primer paso, en vuestros primeros tiempos, como es pequeño el niño cuando nace fue menester en la tierra, que el Padre se limitase para poder ser visto, que limitase su voz; sus manifestaciones, también las limitase, para que en vuestros primeros pasos, lo fueseis comprendiendo.
12 No podía el Padre mostrarse a plenitud, en todo su esplendor, hacia los hijos; porque ellos, hubiesen quedado cegados con tanta luz. Por eso, os he preparado a través de largas eras, a través de un camino que hoy, os parece muy extenso, de una jornada muy larga; pero habéis llegado al fin al día, en que vuestro espíritu y aun vosotros como humanos, podáis comprender y amar a vuestro creador con gran verdad.
13 En todos los tiempos de la humanidad, yo he enviado emisarios espirituales que den testimonio de mí y den testimonio de la existencia espiritual. En los tiempos de mayor inocencia en la humanidad, como en los tiempos de mayor pecado y perversidad, como en estos tiempos de materialismo, de ciencia y egoísmo, mis emisarios espirituales han estado entre vosotros, manifestándose en diversas formas, pero dando claras pruebas a los hombres: de la supervivencia del alma, de la inmortalidad del espíritu y de la vida superior.
14 Mas esos emisarios, en aquel Primer Tiempo, no dieron más revelaciones de las que hice a los hombres; no esclarecieron a la humanidad, la vida del más allá; y los patriarcas que sabían conservarse en las virtudes, en la rectitud, en el temor a Dios, ellos se concretaban a conducir a su pueblo, familia o tribu, por la senda de la rectitud, de la justicia. Tenían el conocimiento de la existencia de su Dios espiritual y universal; conservaban la intuición, de la existencia del espíritu en el más allá; poseían la vista espiritual abierta, para contemplar la llegada de los emisarios espirituales del Padre; pero aún con toda sus virtudes y elevación espiritual, aquellos patriarcas, no podían revelar la vida del más allá a sus pueblos.
15 Los profetas, grandes revelaciones dijeron a las multitudes; ellos, casi siempre llegaron en tiempos de perversidad humana, amonestando a las muchedumbres, invitándolas al arrepentimiento y a la regeneración; anunciándoles calamidades si no se arrepentían; y prediciendo bendiciones, si los pueblos creían, a los mandatos de Dios que sus bocas hablaban. Mas lo que aquellos profetas, entregaban como mensaje a los hombres, era una exhortación para las prácticas del bien, de la justicia, del respeto en la tierra, entre unos y otros. No venían abriendo al espíritu humano, las puertas del más allá, ni revelando a los hombres, lo que había después de la muerte de su cuerpo humano; y el mismo Moisés, que les entregó la Ley del Padre en mandamientos, dividida, en aquel Primer Tiempo, nada os pudo decir de la vida espiritual. La Ley que entregó fue de justicia para que pudieseis dentro de ella, vivir como hombres de paz, de justicia y de respeto, para haceros dignos delante de Dios, como seres humanos. Mas, tampoco Moisés, os dijo, qué había detrás de los umbrales de la muerte; ni cual era la restitución, de los espíritus desobedientes o imperfectos; ni cuál el galardón, para los obedientes y celosos de mi Ley.
16 Se levantó entre vosotros, David, reinando sobre el pueblo, pleno de dones y de inspiración; y en sus éxtasis, escuchando himnos espirituales y voces angelicales, formó sus salmos para engalanar el corazón del pueblo, para inspirar los corazones de Israel, para llenarlos de perfume; y así ellos, elevasen el holocausto a su Dios y señor. Mas, en aquellas grandes inspiraciones, en aquellos hermosos salmos, David, no os pudo revelar la vida del espíritu; ni en sus profundos éxtasis, alcanzó a contemplar la maravillosa existencia de los espíritus.
17 Salomón, después reinó sobre vosotros; y el don de poder y justicia, le fue confiado por el Padre. Su gran conocimiento alcanzó fama en el mundo de aquellos tiempos y hasta el presente; entre la humanidad, sus consejos, sus juicios, sus sentencias, sus proverbios fueron y son grandes, en verdad, para todos; pero si vosotros hubieseis llegado ante su trono, para decirle: señor, ¿cómo es la vida espiritual? ¿Qué hay más allá de la muerte corporal? ¿Qué es el espíritu? Salomón, aún con todo su conocimiento, no pudiese haberos contestado.
18 Pero en verdad, os digo: los profetas, con sus amonestaciones; los patriarcas, con sus ejemplos; los consejeros, los sabios y los jueces, con sus buenos juicios y sanos consejos; Moisés con su celo, con su obediencia ante el señor y mi Ley del Primer Tiempo, os posaron de lleno en el camino, para que vuestro paso fuese firme desde esta tierra, hacia la tierra prometida del más allá. Teníais que empezar por practicar el bien sobre la tierra, para encontrar bien en ella misma. Teníais que ser justos entre vosotros mismos, para hallar justicia en la tierra. Aquí encontrabais el fruto y la cosecha, de vuestra propia labranza. Esta tierra, en aquellos tiempos, para el hombre era un reflejo, una débil imagen de la vida eterna del Espíritu.
19 Mas, vino el mesías, haciéndose hombre entre vosotros, para abrir un nuevo tiempo y una nueva lección; para entregaros grandes revelaciones, y deciros: ¡vosotros, sois los hijos de la luz! Para convertir al hombre, en el discípulo del Maestro divino; para decir: todo lo que veis que yo hago, vosotros lo podréis hacer para haceros, superiores a los hombres de los tiempos pasados.
20 Y, en verdad, el mesías, el cordero que vino entre vosotros para inmolarse por amor, traía la llave para abrir las puertas de la Segunda Era y traía en su mano diestra la potestad, para desatar los siete Sellos que cerraban el gran libro de la vida, el libro de la justicia, del amor, de la sabiduría, de la muerte y la eternidad; y desde antes, a su advenimiento, hizo el redentor que el mundo de los hombres, fuese invadido por el mundo espiritual. En torno al Maestro, se agitaron los espíritus de la luz y los espíritus de tinieblas. Los de la luz, le acompañaron como siervos fieles y obedientes. Uno le anunció a María, que había de servirle como madre en cuanto hombre; otro visitó a los humildes pastores, para decirles: ¡he aquí, vosotros pobres y humildes, el señor, os anuncia el cumplimiento de su promesa. El mesías ha nacido entre su pueblo! Otro emisario, a través de sueños: anunció a la santa familia, que levantase su planta hacia el Egipto para huir de la persecución del rey.
21 Muchas y grandes manifestaciones de espíritus, fueron contempladas en los tiempos de Jesús. Unos se maravillaban y creían. Otros se sorprendían y se llenaban de pavor. Muchos, ante aquellos testimonios, dudaban o se mofaban; pero aquellas huestes estaban desatadas y eran atraídas por la luz del Maestro; y no solamente, espíritus de luz, había en torno del Maestro. Os he dicho también que los seres envueltos en tinieblas, le circundaban; y surgieron por doquiera los poseídos, ni los hombres de ciencia de aquellos días, acertaban a dar solución de aquellos casos; y aquellos enfermos, eran desechados de la sociedad por blasfemos.
22 Ni los doctores de la ley, ni los doctores del cuerpo, ni los adivinos, ni hechiceros, ni nadie acertaba a dar la salud o liberación a aquellos poseídos. Dispuestos estaban por mí, estos casos, para hacer delante de vuestros ojos los grandes prodigios para vencer vuestro materialismo y vuestra incredulidad, para hacer luz en vuestra conciencia.
23 Los hombres, incrédulos de mi poder, los que me habían escuchado hablando de potestad por los caminos, los que habían escuchado el testimonio de mis milagros entre los hombres, buscaban las pruebas más difíciles, para tenderle a Jesús; y ellos, pensaron en los poseídos y a ellos acercaron a mi presencia. Con solo extender mi mano, a los unos los liberté; a los otros, con solo contemplarlos; y otros, con una de mis palabras de orden; y los fariseos, los científicos, los publicanos y los escribas y todo el pueblo, al contemplar aquellos casos, más se confundían.
24 Unos, reconocían mi verdadera potestad; otros, decían que Jesús, tenía pacto con el tentador, que solamente así podía hacer aquellas obras. Otros, no acertaban a decir algo, pero se confundían en su propio corazón; y, Jesús, con infinito amor, bendecía aquellos enfermos y les libertaba de su pesada carga. Los unos poseídos por un ser inmundo; otros por siete, como María de magdala; y otros, por un número ¡tan grande! Que ellos mismos en su turbación, decían llamarse: legión.
25 Yo no vine a escuchar ni a juzgar la blasfemia de los poseídos ni de los que los poseían. Vine solamente a apartar la tiniebla de unos y de otros. De cierto os digo, que el poseído y el que poseía, encontraron salvación ante mi palabra y mi perdón, porque llegaron humildemente en verdad, ante el doctor de los doctores; y al sentir la esencia balsámica y eterna emanar de la mano bendita de Jesús, reconocieron que solamente una mano en todo el mundo, podía tocar y sanar: la mano, de Dios.
26 Mas, a lo largo de la existencia del Maestro en cuanto hombre, las manifestaciones espirituales se sucedieron; unas contempladas por los doce discípulos; otras vistas por el pueblo en sus caminos, en sus hogares. Lo mismo en la noche que en el día. Era tiempo de prodigios, tiempo de milagros, tiempo de maravillas. Los varones y las mujeres, veían y escuchaban señales del más allá. Los ancianos y los niños, eran testigos de estas revelaciones, pero ni aun los mismos discípulos de Jesús, alcanzaban a descifrar o interpretar, el sentido de aquellas manifestaciones; y en los días anteriores a la muerte del redentor, el más allá penetró en el corazón de la humanidad; y en un país, en otro y en otro, llamaron a las puertas del corazón de los hombres; y el día en que el redentor, en cuanto hombre, exhaló el último suspiro, penetró en todos los lugares en busca de los espíritus que hacía mucho tiempo lo esperaban; en busca, de los seres materializados, de los perturbados y enfermos, de los que no hallaban el camino, de los que estaban encadenados con cadenas de remordimientos, de los que arrastraban fardos de iniquidad, de los que creían estar muertos y de las mismas tumbas surgieron los espíritus que estaban adheridos a su cuerpo en una sola muerte; mas esos espíritus, se levantaron a la vida verdadera; pero antes, por mandato del Padre, fueron a dar testimonio de su existencia, de su resurrección, a los propios suyos; y las multitudes, contemplaron, manifestaciones de esta índole en aquella noche de juicio y de duelo. Las puertas se agitaron, los corazones se estremecieron, los niños lloraron y los hombres también llenos de temor contemplaron delante de ellos, aquellos que habían partido y que ese día volvían. Entonces, los hombres, tuvieron conocimiento de la existencia de estos seres.
27 El testimonio se propagó de unos a otros y de una generación a otra generación; y mis apóstoles, fueron por los caminos del mundo abriendo los ojos de la humanidad hacia una vida superior, hacia una vida más alta, abriendo brecha hacia el más allá; y ellos, también llevaron la potestad de libertar a los poseídos, de dar el bálsamo a todos los enfermos, de sanar lo mismo al que vivía en la materia que al que vivía en el alma como espíritu, de contemplar a este mundo con sus miserias y sufrimientos y tener vista también para contemplar y percepción para sentir la vida espiritual, que no es ajena ni distinta a la de los seres humanos; y esos discípulos, su potestad, transmitieron a otros que les siguieron, que les sucedieron en verdad, en ese cumplimiento de amor y de luz.
28 Aquellas manifestaciones, ¡oh! Mi pueblo, os fueron reveladas. Aquellos hechos, el Padre, los hizo visibles, tangibles, palpables a los más incrédulos. Yo mismo volví para que vieseis que la muerte no está en Dios, que él es la vida y que su vida está en todo. Yo volvía, para vencer la incredulidad y el materialismo de un pueblo, de una humanidad; y esa incredulidad y materialismo, empecé a destruirlo en el seno de mis apóstoles, entre los que estaba Tomás. Hice que sus ojos me vieran, hice que sus dedos me tocaran; pero en verdad y de cierto, os digo: la explicación de aquellos hechos, el verdadero y profundo conocimiento espiritual de aquellas manifestaciones, no lo adquiristeis en ese tiempo pues yo pude decir a mis discípulos: “no todo lo que os he dicho; es lo que os tengo que decir. Mas para que sepáis todo, antes tengo que irme, para enviaros el Espíritu de verdad, a que os esclarezca todas las cosas. Yo os prometo un consolador, aquel que os ha de decir y de explicar todo lo que he dicho y lo que he hecho.” y ese consolador y ese explicador de las manifestaciones y de los misterios, soy yo mismo, que vuelvo a vosotros.
29 Yo soy el Espíritu de verdad. Yo soy el consolador en verdad, el Espíritu Santo, que he abierto el Tercer Tiempo en plenitud, para que vosotros podáis encontrar el porqué, el conocimiento y la luz en todas las lecciones que el Padre os ha revelado; y si en aquel Segundo Tiempo, estuve rodeado de creaturas, de acontecimientos y de hechos sobrenaturales, os digo en verdad, que en el tiempo del Espíritu Santo, que es el presente que vivís la humanidad, aún tan grande como le contempláis en número, es un átomo solamente comparada con el número de espíritus que poblando pueden ser la tierra; y os digo: ¡cuán grande es el número de los poseídos, en este tiempo! ¡Cuán frágil la humanidad espiritualmente y con cuánta fuerza las legiones espirituales han invadido los caminos de los hombres! Y los hombres, no se dan cuenta ni sienten, ni oyen; y lo que os digo, no es tiniebla; lo que os revelo, no es mentira.
30 Lo que yo os enseño en este Tercer Tiempo, como en los tiempos pasados, es la Verdad. Mas, en este tiempo del Espíritu Santo, no solamente os vengo a explicar lo de los tiempos pasados, ni a revelar la vida del más allá; vengo a daros facultades, armas y herramientas para que seáis en verdad, como doctores espirituales, como soldados en la senda del espíritu, como labriegos de las tierras espirituales, para que seáis maestros de estos conocimientos; y he principiado como siempre, por mi pueblo de Israel, para que él enseñe a todos los pueblos hermanos.
31 He traído una luz, para depositarla en vuestro espíritu; y él, haga la luz de los espíritus, en todos los caminos; una potestad, para que rompáis las cadenas de esclavitud y toda clase de cadenas que aten al espíritu, en su ansia de salvación. He traído, una vez más, el pan de vida que no os deje morir; y que vosotros, también lo ofrezcáis, a todo el que halléis hambriento en el camino; y sin permitir que vosotros, caigáis en conocimientos sobrenaturales, en ciencias ocultas y supersticiones banales.
32 Yo en mi palabra, y a través de mis enviados espirituales a quienes he hecho comunicarse por vuestro propio entendimiento, os he enseñado y revelado: la vida del más allá, la esencia de vuestra existencia material, el porqué de vuestras pruebas y de vuestro destino, el fruto que deja el cáliz de amargura, el misterio de la restitución, el misterio de la reencarnación del espíritu, el porqué de las distintas existencias corporales; la justicia del Padre, en esta existencia humana y en la vida espiritual; lo que es la muerte, lo que es vuestra existencia y jornada después de la muerte; el futuro entre los mundos, la comunicación de espíritu a espíritu entre el vuestro y el del Padre y entre todos vuestros hermanos también.
33 Yo, esas grandes manifestaciones de la vida espiritual, os las he revelado. Ya no sois los ignorantes, en verdad; sois los hijos de la luz, que camináis por la senda con firmeza, porque comenzasteis a poner vuestro pie con firmeza desde los tiempos de los patriarcas y de los profetas, desde el tiempo de Moisés, porque todos ellos os aconsejaron: el bien, la justicia, el amor, el respeto en la tierra y esos consejos, practicados aquí, tienen su reflejo y sus buenos resultados en el espíritu; fueron el principio, para que vosotros alcanzaseis a recibir del Padre, sus primer as y grandes revelaciones y también sus advenimientos.
34 No ha sido estéril mi comunicación en el Tercer Tiempo, a través del entendimiento del hombre; y para los que me han oído y habiéndome escuchado han aprovechado mi presencia, no ha sido tampoco estéril mi lección. Es que al ausentarme en esta forma de entre vosotros, dejo a mis testigos y a mis discípulos; y entre los muchos que me oyeron y escucharon, están los obedientes que han de continuar mi palabra y mi obra en el camino recto.
35 Del seno de este pueblo yo haré brotar nuevas generaciones, para las cuales tengo ya preparados los espíritus que les han de vivificar; para que ellos den pasos grandes en la senda espiritual, entre la humanidad próxima del mañana.
36 Si este pueblo, estuviese unido espiritualmente, como es mi voluntad; si mi obra, mi doctrina la practicase ya, en sí mismo, entre los suyos, en el seno de su hogar y entre los demás también; yo estaría haciendo el llamado ya, a otros pueblos de la tierra, como os lo he anunciado y profetizado. Mas, no a todos contemplo todavía preparados. La simiente del cisma de Israel, todavía da fruto entre vosotros; pero esa división ancestral, yo la haré desaparecer; y por mi propia doctrina y con vuestro ahínco y fe espiritual, os transformaréis, en ese pueblo unido que el Padre quiere.
37 Imaginaos, a vosotros mismos, haciendo una vida virtuosa, moral y sencilla; y entonces, volveréis a vivir, os dice el Maestro los días felices de los patriarcas, aquellos tiempos venturosos en que entre mi pueblo reinó la paz, la bienandanza y la dulzura, porque los hombres eran sanos de cuerpo y de espíritu; y sabían mantenerse en las virtudes, hasta el último de sus instantes, porque ellos representaban: la vida, la justicia, la energía y la fuerza.
38 Aquellos tiempos en que la mujer, también llena de virtudes, de ternura, de fortaleza moral, de belleza en su alma y en su cuerpo; era regazo, era cuna, era manantial de bondad y buen ejemplo para sus hijos; aquellos días y aquellos tiempos patriarcales, en que la techumbre de unos se extendía hacia los demás, en que existía la hospitalidad y la caridad, el amor y el respeto entre los hombres; imaginaos viviendo, nuevamente esos días.
39 Yo os digo: cuando estéis viviendo ya esos tiempos, la paz de vuestro pueblo, la paz de vuestro corazón y de vuestros hogares, hará invitación a los pueblos de la tierra a penetrar en el seno de vosotros, para participar de esa paz; y allí, en vuestros brazos, encontrarán: hermandad y amistad en vuestro corazón: sinceridad bajo vuestra techumbre: honradez, virtudes y moral en vuestra mesa: bendiciones y vida y en vuestra palabra espiritual: camino de luz y después que los hombres hayan penetrado en vuestro seno, podrán volver a sus pueblos, podrán retornar por sus largos y cortos caminos llevando un ejemplo de luz, de espiritualidad y de verdad; llevarán el aliciente, de ser como vosotros, porque en el seno vuestro encontrarán el secreto de la paz, de la salud, de la alegría; y ese secreto, es: la espiritualidad en todos vuestros caminos, órdenes y actos la espiritualidad, de que yo os vengo enseñando, no a través de religiones ni de credos humanos, no a través de teorías o aspectos confusos; la espiritualidad, que no es fanatismo ni idolatría; sino la espiritualidad bien entendida, que es: elevación, sencillez, verdad y sinceridad, en todos vuestros pasos, en palabras, pensamientos y obras.
40 ¿Veis esta humanidad, ¡oh! Pueblo, que se debate en su incertidumbre y en su dolor? ¿Sentís ese manto de pesadumbre, de negros presagios, que envuelve vuestro planeta? Pues, os dice el Maestro: esta humanidad, de la cual formáis parte, pero la cual, no se encuentra bajo la lección que vosotros tenéis, ¡cuán lejana se siente de la espiritualidad, cuán distante se creé de lo espiritual! Pero, el Maestro, os dice: ¡cuán cerca de lo espiritual se encuentra esta humanidad! Solamente un paso, la divide de lo espiritual. Unos, por la muerte corporal, darán el paso detrás de los umbrales que a todos esperan. Los otros, por las pruebas que se encuentran, son preparados para ese tiempo; pero todos a un paso, en verdad, del gran misterio pueden encontrarse.
41 Los velos para cada espíritu, se romperán. Los ojos de todos se abrirán, en cumplimiento a mi palabra, de que: “todo ojo me verá” y este mundo, que todavía contempláis tan grande en lo material: los continentes tan grandes, sus mares tan extensos como sus desiertos, sus caminos tan largos, sus hombres tan impenetrables, sus razas tan incomprensibles este mundo, será dominado por una doctrina, por una palabra, por una revelación; mas, no por esas doctrinas que veis que cunden como el fuego, dejando solamente huellas de sangre, de muerte y de dolor. Será dominado e invadido por una doctrina, que también devorará como el fuego, pero su fuego, será de amor; y su estela, su huella que dejará, será de vida, de salud, de consuelo y de paz; y esta doctrina, es mi Ley, es mi palabra, es mi obra que una vez más entregaré y haré surgir del corazón de todos los seres humanos; porque mi Ley, en todos está.
42 Mas, ¿cómo haré que mi obra llegue a todos, en estos tiempos de tinieblas y de ofuscación? Gran parte en ella, a mí me toca; pero de ella participo a mis huestes espirituales, a mis legiones de luz; entre las cuales, multitud de misiones les he confiado; y parte de mi obra, os la he confiado a vosotros, para que también os levantéis como legiones de luz, como los soldados del Espíritu Santo, a llevar la revelación, la explicación de las lecciones que se han manifestado en los tiempos pasados, de la palabra viva que se ha dicho, de las revelaciones apenas entrevistas por el hombre, apenas manifiestas por el Padre, para que llevéis ese consuelo y esa luz a vuestros hermanos; sin distinción de razas ni de clases, sin deteneros por temores materiales; sin deteneros tampoco, ante las enfermedades extrañas o contagiosas.
43 Los caminos están preparados y las puertas abiertas. Yo daré la orden de Espíritu a espíritu; y mis hijos, se levantarán, porque será un tiempo de señales ¡tan grandes y tan claras! Que vosotros palparéis el testimonio de mi mundo espiritual de luz. Llegará también a vuestros oídos, el testimonio de los acontecimientos en todo el orbe; y aquellas noticias y aquel testimonio, os dirán que es la hora llegada para levantaros al cumplimiento de vuestra propia misión.
44 Antes que lleguéis como maestro, quiero que lleguéis como doctores. La humanidad aprenderá después de que hayáis calmado su hambre, su sed, su dolor. Si vosotros queréis enseñarles los grandes misterios del Padre, si queréis deleitarla en la lectura del gran libro de oro que os he confiado, no lo lograréis; si antes, no buscáis la herida, la llaga, la lepra y la enfermedad que aqueja su espíritu, a su alma y aun a su cuerpo.
45 Por eso el Maestro, os dice: ahora llegad, como yo llegué en aquel Segundo Tiempo como doctor llevando antes que mi palabra: el bálsamo y después, podréis ser oídos; y ¿cuál es ese bálsamo? ¡Oh! Discípulos, ¿acaso son las aguas de los manantiales de la tierra, bendecidas o transformadas por mi, en bálsamo espiritual? Os lo digo, con palabra extensa en su sentido y breve en su forma o en su superficie.
46 Yo os diré, dónde está mi bálsamo: mi bálsamo, está en vuestro corazón ahí lo he depositado; como en un precioso frasco, allí está encerrado y únicamente algo grandioso puede abrir vuestro corazón, para que su contenido brote; y eso es: vuestro amor.
47 En vuestro amor, estará: la caridad, el consuelo, la vida y muchas virtudes más por tanto, el Maestro, os dice: cuando queráis derramar de ese bálsamo sobre vuestro hermano, no sean vuestras bocas ni vuestras manos solamente, las que intenten abrir ese precioso frasco; sea: vuestro amor que si con amor lo abrís, de cierto, os digo: vuestros ojos se maravillarán y los seres humanos se convertirán y después, de que con vuestro amor, destapéis ese frasco podrá ser entonces vuestro propio ser, el que con pensamientos sanos, lo haga; podrán ser vuestros ojos, con miradas de consuelo y de amor, cuando no podáis hacerlo de otra forma; podrán ser vuestros labios en un ósculo, en un consejo, en una revelación, en una palabra; también, podrán ser vuestras manos, ungiendo o acariciando; si queréis derramar ese bálsamo sobre los elementos de la naturaleza, sobre los medicamentos terrestres, también lo podréis hacer en ellos, entonces sus propiedades materiales se elevarán y harán prodigios; si queréis derramar vuestro bálsamo, en las manos de los doctores, de los hombres de la ciencia, también podréis hacerlo; ellos tienen misión y tienen potestad, pero podéis también aumentársela con vuestra oración, con vuestro amor. Así quiero, ¡oh! Discípulos, que derraméis mi bálsamo, en las múltiples formas en que él pueda manifestarse y hacerse sentir entre la humanidad.
48 No quiero que os amedrentéis, delante de ninguna enfermedad. Escuchad lo que el Padre, os ordena; y entregad, hasta donde el Padre, os conceda. Sed siempre conformes, con la voluntad del Padre.
49 En cuanto a los poseídos, el Maestro, os dice: esos son los que la ciencia no ha sabido curar esos son los que la ciencia, por su falta de espiritualidad, ha dejado perder en las tinieblas, en la blasfemia y en la desesperación; porque no han aprendido, aquellos hombres de ciencia, la doctrina de Cristo, porque no se han levantado por amor, a sanar. Por eso no han tenido luz en su ciencia, para libertar a los poseídos y a los que poseen; pero esa facultad que yo vine a manifestar en aquel Segundo Tiempo, con la cual maravillé a unos y confundí a otros, esa facultad conque yo heredé a mis discípulos de aquel tiempo, he venido a haceros reconocer, que también la poseéis. Nunca la olvidéis. Es una de las más grandes misiones que tiene Israel: dar la luz al mundo y ya que vosotros, habéis sido esclavos en la materia y habéis sentido el rigor de las cadenas, podéis comprender a los esclavos de la materia, a los del corazón y a los del espíritu, para que así con esa luz, que es como una espada rompáis las cadenas como os he dicho de toda esclavitud; de todo aquello que impida al espíritu, contemplar a su Maestro; de todo aquello que impida contemplar a la vida y aún contemplarse a sí mismo, con plena conciencia.
50 ¡Llevad esa espada! ¡Llevadla siempre en vuestra diestra! Sensibilizad vuestro espíritu, vuestras facultades, vuestro cuerpo, para que sintáis: cuando las influencias buenas, están en vuestra ayuda en las pruebas y en vuestro cumplimiento espiritual, como en el material; y cuando las influencias insanas o impuras, tratan de entorpecer vuestro paso, de confundiros y de obligaros a pecar delante de vuestro Padre Celestial.
51 Si os he entregado el don de la videncia espiritual, penetrad en el más allá; y entonces, contemplad lo que hoy os digo; y veréis a vuestros hermanos en su lucha, creyéndose solos y estando ellos rodeados, poseídos y aún esclavizados, para que les ayudéis a levantarse; y no solamente penséis en los que están en este mundo, sino en aquellos que estando en el más allá, viven en plena turbación y arrastran también cadenas de esclavitud, de remordimientos y de dolor.
52 No uséis la brusquedad, ni la violencia, para desalojar a los poseídos. Recordad que el Maestro, solamente usó la palabra firme y enérgica; pero llena de amor y de ternura. ¡Hacedlo así, mi pueblo! Y entonces, dejaréis por los caminos de la tierra y por los caminos del espíritu: huellas y sendas de luz y quedarán solamente detrás de vos: eslabones rotos conforme yo os he venido a enseñar.
53 ¿Acaso no hemos entregado luz, al mundo espiritual que está entre tinieblas? Sí, os dice el Maestro; desde que yo os pude revelar esto, en los primeros días de la presente era, mis escogidos para entregar la luz, han trabajado. Yo no he puesto la mirada, en las formas que hayan usado mis hijos; sino en su buena intención.
54 Cuántas veces mis labriegos, facultades y multitudes se han preparado con verdadera caridad para sacar de su turbación y tinieblas a los que en ellas habitan, las mismas veces que el Maestro se ha derramado en caridad y en luz en esos instantes, sin contemplar las formas que hayáis usado; mas, cuando he visto, que solamente como una costumbre y dentro de una rutina lo habéis hecho, sin sentir, sin contemplar, sin considerar los sucesos; entonces, yo no les he entregado mi luz; y aquellos seres, han permanecido en su turbación; y aun otros, se han endurecido más en ella.
55 Mirad, cuán fuerte tiene que ser la oración y las virtudes de la humanidad, para tornar en luz, todas las tinieblas; es una gran lucha en este Tercer Tiempo. Es una gran lucha, en esta Tercera Era. ¿Quién creéis vosotros que se convierte antes a la luz: el ser humano o el espíritu que habita en tinieblas? Antes que la conversión de ambos, sea; unos contra otros, tendrán que luchar. Ambos mundos, se han acercado. La pugna, en verdad os digo, ya está en el universo; y es necesario que el ser humano, se convenza de ella y la conozca, para que así pueda esgrimir las armas, mas no las fratricidas ni las homicidas; sino las armas espirituales, de: la paz, la razón, del juicio y entonces, sí podrá vencer.
56 En tanto ese convencimiento llega al hombre, en tanto la humanidad penetra en las nuevas pruebas que se avecinan, pruebas que le han de dar la luz a los unos en materia y a los otros en espíritu; vosotros, nuevamente velad, nuevamente orad, Israel; y haced que el bálsamo que he depositado en vuestro corazón, brote por medio de vuestro amor y se extienda a través de vuestras oraciones en todos aquellos que necesiten bálsamo, en todos aquellos que necesiten consuelo. A ellos ved en vuestra oración, a ellos envolved en vuestro manto espiritual; sobre ellos derramad la paz de vuestro espíritu, que es la paz del mío; que cuando vosotros, como hermanos, estéis extendiendo vuestras manos de fraternidad, de unificación, de liberación y de consuelo; yo, sobre de todo vuestro manto de caridad y de fraternidad, extenderé el mío que es de paternidad divina, de perdón y de justicia, en Espíritu y en verdad. Así, os he hablado y así os he preparado en este día de gracia, pueblo amado.
57 ¡Bendita seáis! ¡Oh! Guía, de este recinto, a quien yo preparo, una vez más. Son escasos los días ya, de esta comunicación mía; y en vuestra oración, os eleváis, pidiendo al Padre: luz, para vuestros pasos en la senda material pero más me pedís, para vuestros pasos en la senda espiritual. Seguíos preparando así, porque vendrá la luz de mi Espíritu sobre vuestro entendimiento y en el instante oportuno os diré lo que debáis hacer.
58 Seguid unida, en pensamiento y en corazón, a los que os he confiado, con los que os he unido; seguid preparando ese álbum, por lo cual, yo bendigo a cada instante vuestro espíritu; y por lo cual, yo os he rodeado de mi mundo espiritual de luz, para que él sea tesoro de valor incalculable en vuestro presente y en vuestro futuro.
59 Mas, de cierto os digo: hoy, no sabéis ni calculáis, el alcance de lo que estoy haciendo pero seguid labrando en mi obra, que mi paz estará en vuestra lucha y en vuestros trabajos; que en lo más pesado de la jornada, vuestro espíritu, perseguirá siempre el himno de paz que los ángeles elevan al Padre, cuando contemplan que sus hermanos en la tierra, ocupados están en las labores del Maestro.
60 Si a vosotros os he dicho que sois bálsamo entre la humanidad, no penséis que yo me olvido de vosotros; en vuestras penas y en vuestras pruebas, yo estoy con vosotros.
61 Dejad que os pruebe. Dejad que yo levante vuestras pruebas y purificación, cuando sea mi voluntad. Nada temáis. Mientras vuestros pies pisen con firmeza mi camino, descuidad. Yo os he dicho que mientras vosotros miréis al suelo, no tropezaréis jamás en la tierra; y antes que finalice esta etapa de mi comunicación en palabra humana, grandes acontecimientos y conmoción habrá entre mi pueblo.
62 Esperad unos instantes; y a través de mi palabra o a través de vuestra propia intuición o revelaciones, yo os diré, lo que tenéis que hacer. Que en vuestros pasos seáis siempre unidos, siempre humildes y siempre fuertes también. Mi paz, sea con vos.
63 ¡He aquí, pueblo amado! Cómo a través de mi palabra de caridad, una vez más os he alimentado y os he ungido. Levantaos, ¡oh! Mi pueblo, antes con la oración. No decaigáis ni un solo instante. No dejéis que se enfríe vuestro corazón. No os entristezcáis, ante la proximidad de la partida de mi palabra, antes, fortaleceos más en ella. Velad por la paz y unificación de vuestro propio pueblo. Velad por la paz de las naciones, penetrad en la conciencia de vuestros hermanos.
64 No intentéis saber quiénes fuisteis ayer espiritualmente, ni quiénes seréis el mañana. Solamente pensad que fuisteis, que sois y que seréis en verdad, que venís por el camino que el Padre os ha trazado; y que en él, tenéis que seguir cumpliendo con un alto destino de redención, ya que sois: el Espíritu mismo de Israel el pueblo escogido, para altos cargos y para altos destinos. ¡Cumplid entonces! Levantaos, ¡oh! Pueblo. ¡Trabajad y redimid, convertid, invitad y regenerad a vuestros propios hermanos! Sed ejemplo en el camino; y así, estaréis alcanzando la paz en la tierra y la gloria en el más allá.
¡Mi paz, sea con vosotros!
104. Alerta del fin de la comunicación a través de portavoces
Domingo 22 de octubre de 1950
1 ¡Venid una vez más, ante el Maestro! ¡Oh, impacientes y ansiosos! Que apresuráis vuestro paso por llegar hasta la falda del monte, desde donde oís el saludo y el consejo que vuestro Padre, os envía. Que al llegar a la falda de ese monte, y escuchando el eco de la voz que a vosotros viene desde el infinito, comienza vuestro espíritu a escalar, a elevarse hasta llegar a la cima y encontrar: a aquel que os habla de amor y de sabiduría.
2 Así comenzáis siempre ante mis cátedras, escalando desde la falda de ese monte, para terminar, cuando mi lección también termina en la cima del monte espiritual, ¡oh! Discípulos amados.
3 Os estoy entregando las últimas lecciones, en esta etapa de mis revelaciones, durante mis tres últimos años de comunicación por el conducto humano; y ávidamente, las escucháis; y con eso, dais gozo a mi Espíritu, porque es que al cesar mi palabra entre vosotros, dejaré mis fieles testigos, dejaré a mis discípulos preparados, para que continúen en el corazón de la humanidad, mi divina obra. Los tres últimos años de esta comunicación, han sido de preparación para vosotros.
4 Si meditáis profundamente en mis últimas cátedras, veréis que el Padre, ha tomado a cada uno de vosotros, para convertirlo en un verdadero apóstol; que no solamente por medio de mi palabra, sino también de pruebas y acontecimientos en el paso de vuestra vida, os he ido puliendo y acrisolando; porque no quiero dejaros entre la humanidad, como los predicadores de una teoría; no quiero que vayáis pregonando mi doctrina y sean solamente vuestros labios los que se muevan, sin sentir vuestro corazón lo que decís y sin vivir vuestro ser lo que enseñáis.
5 Por eso en las pruebas a las que habéis sido sometidos, habéis siempre tenido mi luz y mi fuerza para dar enseñanza a los demás y un ejemplo de conformidad, de elevación espiritual, de confianza en el Padre; para que cuando el mundo, os contemple sufrir, aprenda cómo debe apurarse el cáliz de amargura.
6 Para que el mundo, cuando vea vuestra sonrisa en medio del dolor de las vicisitudes y las pruebas, se asombre de vuestra propia fortaleza; pero que esa sonrisa, sea en verdad de paz y de conformidad; que esa sonrisa, sea plena de sinceridad, para que deje simiente en el corazón de vuestro propio hermano.
7 Ya no debe de mentirse al mundo, ¡oh! Pueblo. El espíritu humano ha evolucionado, algunos, casi tanto como el vuestro; y ya sabe descubrir la Verdad, como sabe también, descubrir la impostura.
8 No se repetirá el caso del Primer Tiempo, en que la secta de fariseos, en que los saduceos con su secta también, se levantaban en la humanidad, sobre el pueblo, sorprendiendo y dominando en sus ciencias con su falso ejemplo.
9 En ese tiempo, no surgirán entre el seno de mi pueblo, esas sectas. No habrá fariseos ni saduceos, entre mi nuevo apostolado.
10 Todo aquel que a sí mismo se reconozca sin virtud alguna, sellará sus labios, cerrará sus manos. A sí mismo, se transformará; por sí mismo, se convertirá en el apóstol y cuando él se reconozca preparado, dejará que sus labios se abran, para desbordar lo que su corazón atesore.
11 ¡He aquí, porque mucho os he hablado y enseñado, para que el mundo no os sorprenda, para que no destruya el santuario que he edificado en el fondo de vuestro corazón!
12 He aquí, porque hube dispuesto de un largo tiempo, para acrisolar mi enseñanza en el fondo de vosotros; para que el espiritualismo, echará raíces profundas en vuestro espíritu; para que vuestra misma materia, tomase participación en el espiritualidad, porque yo soy el que quiero sorprender al mundo a través de mi pueblo; porque he de convertiros en los buenos instrumentos, para manifestar mi poder y mi gracia entre la humanidad.
13 Una vez más, os digo: no he venido a servirme de científicos, sabios ni filósofos para esparcir entre la humanidad en esta Tercera Era, mi semilla espiritualista trinitaria mariana; he puesto mi mirada en los humildes, en los hambrientos y sedientos de vida espiritual, en los ansiosos de eternidad, en los que anhelan la paz del universo; y estos humildes, estos hambrientos y desnudos de los bienes y cosas del mundo, pertenecen al Israel espiritual.
14 Mi voluntad, no ha escogido al azar; sabiamente, he elegido a cada uno de vosotros, para hacerles escuchar mi voz en este tiempo, para señalarles su trayectoria, su jornada, para señalarles sus tierras y para confiarles la simiente y la herramienta; porque una vez vosotros preparados, ¡oh! Humildes y pobres de la tierra, podréis sembrar y sorprender a la humanidad con el espiritualismo que os vengo a entregar, con la brecha infinita que he abierto delante de vuestro espíritu y que os ha inundado de gozo y de luz, porque es lo que esperabais, lo que soñabais despiertos y dormidos.
15 Ha mucho tiempo, os hice esperar el cumplimiento de mis promesas; pero las he cumplido entre vosotros; y en existencias humanas anteriores buscasteis el cumplimiento de mis promesas, sin encontrarlas; pero vuestro espíritu, que tiene vida eterna, fue dejando las materias como a pasajeras envolturas, como a vestiduras que se destruyen y se acaban en la lucha; mas, el espíritu persistió en su esperanza, él aguardó siempre el cumplimiento de las promesas del Maestro, hasta que al fin, vuestra esperanza y vuestra confianza, fue premiada por el Padre; y he venido como Espíritu Santo, a abrir delante de vuestros ojos, delante de vuestros pasos, el extenso e infinito camino que os conduce al creador.
16 ¿Acaso mi Ley y mis revelaciones del tiempo primer o y del Segundo Tiempo, no fueron la misma brecha que ahora os he abierto? El Maestro, os dice: lo que os enseñé y revelé en los tiempos primeros, fue la preparación para este Tercer Tiempo.
17 Por conducto de Moisés y los profetas, también de los patriarcas, os fue enseñada la Ley, para que vivieseis con justicia y con respeto como humanos. Fue la Ley, que os hizo reconocer que el bien, era agradable a Dios y él, lo premiaba; y el mal, era abominable ante la mirada de Dios y él, lo sancionaba.
18 Sin embargo, aun a través de los dictados de aquella Ley profunda y sabia, como todas mis manifestaciones, no vislumbró la humanidad la vida del más allá. No llegó con su mirada espiritual, a traspasar los umbrales ni a descorrer los velos de la vida del Espíritu.
19 Me hice hombre, en el Segundo Tiempo; vine a morar entre vosotros, y penetré en el corazón y en la conciencia. Toqué vuestras materias con mi mano prodigiosa y abrí las puertas de vuestro espíritu, para en él penetrar; para que en el fondo de vuestro ser, sintierais el aleteo de la alondra divina que venía buscando nido en el corazón de su pueblo; y una vez que abristeis los ojos, los oídos, el corazón y el espíritu ante aquella amorosa voz; supisteis de dónde venía aquel Verbo, a qué venía entre vosotros, para qué os entregaba: prodigios, parábolas y ejemplos y presentisteis la vida espiritual; que aquel que venía como Maestro y redentor entre vosotros, no venía reinar a este mundo, no venía a establecer un reino eterno sobre el haz de la tierra.
20 Visteis, que venía solamente por un corto tiempo, para volver a su mansión; y allí, esperar a sus discípulos; y, ¿hacia dónde iba aquel, que había venido con tanto amor entre los hombres? ¿De dónde procedía aquel corazón, cual manantial de ternura y de sabiduría? ¿Hacia dónde se volvía aquel pan de vida y aquel vino de amor? Y cuantos le amaron y le sintieron, hubiesen querido seguirle hasta el último de sus pasos.
21 Es que los espíritus despertaron con la voz de Jesús, a la vida espiritual. Fue el llamado que Cristo, el Maestro de maestros, vino a hacer a sus discípulos; un llamado a la luz y a la Verdad, una enseñanza que revelaba el amor que debe sentirse por el mundo, por los afectos terrestres, por las cosas de esta tierra, por su naturaleza; y el amor, que debe sentirse por lo espiritual, porque el Maestro, no vino a hacer desconocer al mundo, no vino a apartar los buenos manjares de los labios de los hombres, ni los sanos placeres del corazón de sus hijos, ni los deberes sagrados de su cumplimiento.
22 Vine, a encauzar los pasos de los hombres en las sendas por donde deben transitar; los pasos materiales, en la senda moral de esta existencia terrestre; el corazón, por las sendas de los mejores sentimientos de humanidad, de fraternidad; y el espíritu, por el camino sin fin que va más allá de la muerte humana y que conduce hasta el seno mismo del Padre. Y con aquella divina enseñanza, el espíritu de la humanidad floreció, sus ojos se abrieron y contemplaron la puerta abierta para la elevación y el paso de todo espíritu elevado; mas ninguno pudo pasar más allá de esos umbrales; pero quedó latente el deseo y la intuición, el presentimiento de la vida futura, de la vida eterna.
23 No os reveló el Maestro, todos los misterios de la vida espiritual en el Segundo Tiempo, porque habiéndoos tomado de la mano, os ha llevado paso a paso en el camino de la enseñanza; pero antes de partir, os dijo: vendrá el consolador entre vosotros, el Espíritu de verdad que os dirá y os revelará todas las cosas y los que ansiabais en verdad, conocer los misterios, contemplar más allá de los umbrales de la vida espiritual que Jesús os mostró, esperasteis una existencia humana tras otra, una prueba tras otra y un tiempo tras otro también, el cumplimiento de aquella promesa. Sabíais que el Padre, no podía faltar a ella, porque desde los primeros tiempos aprendisteis que el Padre, siempre cumple lo que ofrece; y al fin, habéis tenido el cumplimiento y el premio a vuestra esperanza.
24 ¡He aquí, la obra espiritualista, la revelación del Espíritu Santo, con su advenimiento en el Tercer Tiempo! ¡He aquí al consolador entre vosotros, rodeado de su mundo espiritual, de sus huestes de espirituales de luz a quienes llamáis ángeles guardianes y también protectores; porque esa legión de espíritus de luz, en verdad, os digo, forma en este Tercer Tiempo, parte de ese consolador prometido; porque en mi mundo espiritual, habéis encontrado consuelo y paz, sanos consejos y ejemplos plenos de virtud! A través de ellos, yo os he entregado prodigios, beneficios; y por conducto de ellos, vosotros me habéis pedido y me habéis buscado también. Cuando habéis contemplado la gracia de esos espíritus, habéis deseado ser como ellos. Cuando habéis palpado tan grande humildad en esas criaturas, habéis pensado que no sois dignos de su visitación. Cuando han descendido o penetrado en el seno de vuestro humilde hogar, os habéis sentido grandemente honrados, de la presencia de mi mundo espiritual de luz.
25 ¡Benditos, en verdad, todos aquellos que así han reconocido en esas legiones espirituales su gracia, su paz y su elevación espiritual! Pero el Maestro, os dice: ¿acaso creéis que ellos, siempre han sido así, dignos de gracia, de luz y de paz? ¿No sabíais que gran número de espíritus de esa legión que me circunda, que trabaja en mi obra, en tiempos pasados también estuvo en mi contra; que fueron también seres que encarnaron en este mundo y muchas veces cayeron en pecado? Y ¡miradlos ahora! Casi no podréis creer, en estos acontecimientos.
26, ahora, están llenos de luz y no conservan mancha alguna; pero es que ellos pasaron por el crisol del arrepentimiento, escucharon la voz de la conciencia, despertaron para amar a su Padre, y ahora le están sirviendo; ellos, se han impuesto su cumplimiento; los unos y los otros han aceptado su restitución y plenos de amor han vuelto entre los hombre, pero ahora, en estado de espíritus, vienen a reparar pasadas faltas, a sembrar la semiente de justicia y amor que no sembraron, a destruir la mala semilla que sí cultivaron y a amar con el amor con que no se amaron.
27 Por eso, ¡oh! Pueblo, cuando habéis sido vosotros necios con ellos, cuando la imprudencia, la incredulidad o el materialismo habéis llevado hasta ellos, os ha sorprendido su paciencia, os ha sorprendido su humildad y mansedumbre; pero es que ellos, han aceptado este cáliz de amargura, en amor a su propia restitución espiritual.
28 No aumentéis la amargura de ellos. Sed dóciles, obedientes y comprensivos a sus consejos. No les obliguéis a la materialización; y así como ellos, os han acariciado; vosotros devolvedles esa caricia. Son vuestros hermanos en espíritu y en verdad; y así como ellos, seréis vosotros.
29 El mañana, estaréis en espíritu; y también vuestro arrepentimiento, vuestro esfuerzo espiritual y vuestro amor, lavarán las manchas que puedan haber en vuestro espíritu y estaréis limpios y puros, como ellos; pero vuestra misma conciencia espiritual, os hará enviar vuestras miradas a los que dejéis sobre el haz de la tierra, envueltos en vicisitudes y caídas en abismos, y entonces diréis al Padre Celestial: Padre: permíteme que vuelva yo, aunque en forma invisible e intangible para mis hermanos, para llevar el mensaje de paz y de salud espiritual que a cada uno de tus hijos les has dado y el Padre, os concederá eso.
30 Entonces, cual ángeles protectores, iréis del valle de las almas al mundo de expiación, llevando en vuestro espíritu, todo ese manantial de gracia y de caridades que yo, os he confiado; y a medida que vosotros vayáis desbordando en vuestros semejantes, ese amor, vuestra conciencia se irá tranquilizando y vuestro espíritu, se irá iluminando más y más.
31 Cuando el Maestro, haga sonar por última vez la campana de su propia palabra a través del entendimiento del hombre, haré que la comunicación de esas huestes espirituales, cese también entre vosotros. No volveréis a tenerla a través de facultades; no volveréis a escuchar sus consejos, en la forma en que los habéis oído; pero ellos, no se ausentarán de la humanidad; permanecerán como guardianes y protectores, como doctores espirituales, muy cerca de vosotros.
32 Bastará que vuestra invocación espiritual con pureza y elevación sea hecha; para que ellos, estén prestos en vuestra ayuda. No los llaméis con vuestros labios materiales; hacedlo solamente con la voz del espíritu. Si no sentís palpablemente en lo material su presencia, no los obliguéis a la materialización ni dudéis de la presencia de ellos, que en los espíritus de luz, no existe sordera ni insensibilidad.
33 ¿Qué ha venido a enseñar mi mundo espiritual de luz, en este tiempo? Solamente la explicación, el análisis de mi obra.
34 El mundo espiritual, no ha traído revelaciones que no os haya hecho antes vuestro Padre. El mundo espiritual, no se ha adelantado nunca a la enseñanza del Maestro de maestros; pero sí ha sido como profeta, como precursor, para muchas de las manifestaciones y revelaciones de vuestro Maestro.
35 Siempre que habéis hecho una verdadera preparación habéis tenido la manifestación de esos seres llenos de potencia y de verdad; y os habéis asombrado, y hasta habéis dicho: ¿no será el Maestro, quien se ha presentado? Sin embargo, cuando no os habéis preparado en debida forma, habéis tenido manifestaciones llenas de pobreza y mezquindad espiritual, porque no habéis dejado que la luz de vuestro entendimiento, deje pasar la luz del mundo espiritual; no habéis dejado que el espejo de vuestra facultad, deje reflejar la sabiduría y la gracia del mundo espiritual en vosotros mismos; y de esas manifestaciones mezquinas y pobres, yo he contemplado muchas entre vosotros; y no censuro a mi mundo espiritual, ya que no reclamo a mis siervos, porque en verdad os digo, ellos están llenos de obediencia y amor hacia mi causa divina.
36 ¡Cuán pocos, pero cuán pocos son, los que han comprendido en verdad, mi obra! ¡Cuán pocos han sabido llevar su facultad, con la gracia con que yo se las he enseñado!
37 Ya se acercan mis últimas manifestaciones; y a través de ellas, no obtuvisteis todo lo que el Padre, tenía reservado. Vais a tener que hacer grandes méritos el mañana, para que aquello que está guardado en mi arcano y que debíais haber recibido a través de las facultades en este tiempo, os sea revelado y confiado en los tiempos futuros de Espíritu a espíritu.
38 Mi mundo espiritual, como siervos obedientes, cesarán de comunicarse a través de las facultades, al finalizar esta etapa de preparación; y aunque ellos, sean invocados en mi nombre con lágrimas en los ojos, con sollozos en los pechos, en verdad, os digo: mi mundo espiritual de luz, no volverá a tomar materia.
39 El Padre, fija sus tiempos, limita sus etapas para cada una de sus manifestaciones; y de esos tiempos o etapas, no pasa ni un instante más.
40 Por eso, siempre os he dicho: aprovechad este tiempo sed el perseverante párvulo, el insistente discípulo que venga ante su Maestro, a entresacar de él, cuanta mayor enseñanza pueda; y no lo habéis hecho así; todavía encuentro entre mis discípulos, algo de letargo; y en muchas congregaciones, ignorancia, inconsciencia del momento que estáis viviendo y de la hora que se aproxima para el pueblo; y aún veo en muchos corazones, la intención de continuar invocando a mi rayo y a mi mundo espiritual, después del tiempo señalado por mí; cuando no es mi voluntad, proseguir bajo esta misma forma de comunicación materializada en palabra humana.
41 Volved vuestro espíritu hacia atrás, vuestra memoria también en el recuerdo, en la historia de vuestros pasos y encontraréis que en aquel Primer Tiempo cuando confiabais vuestros pasos siguiendo la huella de Moisés, en aquel varón veíais el reflejo del Padre. No esperabais en él un solo tropiezo, no veíais una sola flaqueza en el varón. Lo veíais poderoso espiritualmente, justo y sabio en las leyes y órdenes; fuerte en la lucha y en las pruebas; pleno de fe, de energía y de vida, en la jornada.
42 Mientras vosotros, en la pesada y larga travesía por el desierto, descansabais en vuestra tienda, dormíais en el seno de vuestra familia, sintiendo el calor de los hijos de los padres o de los hermanos; Moisés velaba por su pueblo, elevaba su espíritu al Padre, y con las alas de la justicia y de su amor envolvía a su pueblo.
43 Mientras el pueblo, en las grandes batallas desconfiaba, flaqueaba o blasfemaba; Moisés elevaba su espíritu y sus brazos llenos de fortaleza, ante el Padre, en invocación de fuerza, de luz y hacía llegar la victoria sobre su pueblo. Mientras más pruebas atravesabais, mayor era vuestra confianza en vuestro guía. No pensabais que algún día, él os había de dejar; no meditabais en que él, como humano había de dejar la existencia terrestre para remontar espiritualmente su vuelo y ese día, llegó.
44 Los días de Moisés, estaban contados; y no había de pasar un solo día más, sobre la tierra. Simbólicamente escaló el monte, desde el cual, quería contemplar la tierra prometida; a la cual, no había llegado aún; desde el cual, quería contemplar a todo su pueblo, para decirle: seguid encumbrando caminos, hasta que lleguéis a la tierra de promisión.
45 Cuando el pueblo, se dio cuenta de que su guía, su legislador, su profeta, su representante había penetrado en la hora de la agonía, elevó también su oración al Padre para decirle: Dios eterno, déjalo entre nosotros. No hemos llegado todavía a las puertas de canaán. Deja que él nos conduzca hasta allí; y entonces, llévalo a tu seno y los hombres hacían crujir sus dientes, las mujeres mesaban sus cabellos, los ancianos lloraban y los niños, también de pavor lloraban.
46 Mas la hora de Moisés, su existencia humana ante esas manifestaciones de dolor y de amor, no se prolongó un segundo más; y no es que el corazón del Padre, no se conmoviera, pero la hora estaba marcada y los designios del Padre, todos son sabios, infalibles e inescrutables. Moisés, fue levantado hacia el regazo del Padre y el pueblo, se levantó a caminar detrás del sucesor de Moisés.
47 Entonces el pueblo, se dio cuenta de su fuerza, se dio cuenta de que mucho Moisés le había enseñado a defenderse, a conocer los tiempos y los elementos, a luchar y vencer los adversarios, a soportar las privaciones, a no desviarse nunca de la ruta que le conducía a la patria; y el pueblo, pudo comprobar que el Padre, tenía razón. Ya Moisés, había cumplido su misión en el seno de él; ya podía descansar en los brazos del Padre, porque el pueblo, había aprendido a vivir y a caminar en la Ley que Moisés, en representación del Padre, les entregó.
48 Lo mismo aconteció en el Segundo Tiempo, cuando el Divino Maestro, durante tres años, vivió rodeado de sus discípulos y de multitudes que en verdad le seguían, para no perder una de sus palabras.
49 Se hizo amar profundamente, por todos ellos. Fuera del Maestro, nada existía ya para aquellos corazones; su vida, era aquella palabra; su recreo, eran aquellos ejemplos. El mayor gozo de aquellos espíritus, era contemplar la luz del Maestro reflejada en sus pupilas, la dulzura de aquel corazón retratada en aquella faz.
50 Siguiendo los pasos del Maestro, no experimentaba hambre ni sed. No había tropiezo ni obstáculo alguno; todo era paz, todo era dicha y sentían vivir en un paraíso espiritual.
51 Sin embargo, el Maestro, decía a sus discípulos: los tiempos cambiarán, yo me iré de entre vosotros y quedaréis vosotros, como ovejas entre lobos. La hora se acerca. Yo he de irme al lugar de donde vine; y vosotros, por un tiempo, quedaréis para trabajar en mi nombre; pero después, yo os llevaré hasta mí.
52 Aquellas palabras, producían tristeza en los corazones de los discípulos y de los párvulos. Mas a medida que la hora del día señalado se acercaba, Jesús, insistía en su partida; hablaba de su ausencia, pero a la vez confortaba a aquellos corazones, diciéndoles que su Espíritu velaría por todos sus pasos, hablaría por sus bocas y haría prodigios el Espíritu Santo, el Espíritu del mismo Maestro, que les estaba anunciando el final de su etapa en cuanto hombre; y cuando el Maestro, era tomado por las multitudes para ser juzgado como trastornador del orden público, los discípulos se sorprendían, se levantaban en contra de las multitudes; pero el Maestro, los tranquilizaba, diciéndoles: ¡no temáis! Que la hora, no ha llegado.
53 Muchos intentos de aprensión sobre el Maestro, hicieron las multitudes, los incrédulos, los gentiles, los fanáticos; pero el momento no era todavía, sino hasta que terminando Jesús, su oración en el huerto de los olivos, se entregó; y al entregarse mansamente, decían los suyos: pero, ¿por qué se entrega de esta manera, por qué no hacer resistencia y huir de los que no saben quién es él? Y entonces, uno de los apóstoles desenvainó un arma de uno de los centuriones y asestó el golpe en uno de los agresores, en uno de aquellos que ponía su mano sobre el Maestro, para aprenderlo; y así pudo decir Jesús, a su apóstol: ¡envainadle esa espada! ¡No me defendáis en esta forma! ¡La hora ha llegado! Y lo que escrito está, ¡debe cumplirse!
54 Cuando aquellos que amaban a su Maestro, le contemplaron en medio de la turba, sintieron que le perdían para siempre, que no volverían a escuchar su divina palabra, que no volverían a sentirse envueltos en la luz y en el amor de aquella mirada; y aún al verlo por la calle de la amargura, llevar a cuestas el madero, se lanzaban las mujeres por las calles pidiendo clemencia, pidiendo absolución para el reo, con la esperanza de verlo nuevamente libre por los caminos predicando su enseñanza por las aldeas, por las provincias derramando la bondad de su corazón.
55 Mas, ni las lágrimas ni las peticiones, ni los lamentos de todas y de aquellas multitudes que le amaban, hicieron que el Padre, prolongara la existencia humana del Maestro, sobre el haz de la tierra. La hora también estaba marcada; y de esa hora, ni un segundo pasó.
56 Mas, cuando todo hubo concluido, cuando aquellos discípulos y los párvulos, que fueron en gran número, penetraron en el fondo de la enseñanza recibida, se dieron cuenta de que el Maestro, no había dejado su misión humana empezada, sino concluida; no había dejado la lección a medias, sino completa; y había venido entre los hombres y de ellos, se había ido en una vida perfecta, en una etapa completa también de ejemplos y de enseñanza; y ávidamente penetraron en lo que oyeron, para levantarse al cumplimiento de aquella misión que el Maestro, les había confiado.
57 Comprobaron, que la esencia espiritual del Maestro, que en cuanto hombre les amó les dio calor, caricia y sabiduría; venía después entre ellos, pleno de Espíritu a confortarlos, a iluminarlos y a esclarecer grandes misterios que antes no habían comprendido. Se sintieron fuertes, se sintieron plenos de aquel Maestro, que los había acompañado; y llenos de confianza, se levantaron por los senderos cumpliendo el cargo, la misión que su Maestro, les había enseñado y encomendado.
58 En este Tercer Tiempo, me he venido a comunicar a través de varones y mujeres elegidos por mí, en el seno mismo de vuestras congregaciones. Son seres humanos, igual que vosotros, todos; pero ellos, no van a desaparecer ni a morir, en el instante en que yo levante mi palabra.
59 Moisés, fue levantado sobre el monte, hacia mi seno. El Maestro, fue arrojado sobre la cruz; y desde allí, se elevó a su solio. Mas ahora los instrumentos humanos, van a quedar entre vosotros; y solamente, voy a recoger mi rayo, a través del cual os he entregado mi palabra y ¿qué vais a hacer de estos instrumentos, después de 1950? ¿Vais acaso con vuestro dolor, con vuestro anhelo de que mi palabra y mi Espíritu continúen manifestándose a través del entendimiento del hombre, a obligarles, a hacerles que se “preparen” para continuar esta comunicación materializada en palabra? ¿Va el pueblo, a proponer a mis portavoces, tan grande profanación?
60 De cierto, os digo: que en vuestra lengua humana, no podría encontrar palabra, para calificar tan grande profanación a mis mandatos, ni alcanzaríais a concebir el peso de mi justicia, sobre tan grande desobediencia.
61 ¿Quién es aquel discípulo espiritualista que ignora que en el año 1950, en su final, he de dar término a esta etapa de comunicación? ¡Todos lo sabéis!
62 Nadie ignora esta orden y esta voluntad divina; y sin embargo, yo contemplo, cómo en los corazones se agita esta idea. No entre vosotros, que me estáis oyendo; mas en verdad, os digo: si muchos errores, profanaciones y desobediencias habéis cometido en este tiempo, dentro de mi Ley; todos ellos, quedarán perdonados en el último momento
63 Yo contemplaré todos vuestros errores pasados como imperfecciones en mis parvulillos, como errores en mis discípulos; y ese perdón os dejará limpios para continuar vuestra misión el mañana; pero ¡ay! ¡Ay, de Israel! Si cayera en esa grande profanación, de querer seguir manifestando mi palabra entre los hombres; porque entonces, los desobedientes y las multitudes que los sigan, quedarán a merced de los adversarios, de la justicia humana y de la justicia divina, de los grandes peligros, de las persecuciones sin clemencia, de la incredulidad del mundo, de los sinsabores y aun de la prisión y del cadalso; y de eso, ellos no podrán reclamar al Padre, y después vendría la confusión del mundo.
64 ¿Qué importancia pueden los hombres, dar a mi obra, contemplando en los unos un testimonio y en los otros otro? ¿Escuchando que unos, dicen: aquí está el Maestro, todavía y otros, diciendo: el Maestro, ya se fue? ¿Qué fe, podría el mundo tener entre vosotros, ante tales pruebas de desunión y de confusión?
65 He aquí por qué el Maestro, en múltiples formas os habla todavía, para libraros de esos grandes tropiezos; para que veléis, en esta hora trascendental, porque son momentos de vigilia y de oración.
66 No olvidéis que mientras más se acerque la hora, las tentaciones más os acecharán. No olvidéis que si el portavoz, es el instrumento por el cual el Padre se ha manifestado en este Tercer Tiempo; hacia el portavoz, las tentaciones vendrán en múltiples formas, siempre ocultas para hacerlo caer, para seducirlo, para inspirarle las mayores ofensas y las más negras inspiraciones. ¡Velad por ellos, pueblo! ¡Velad! ¡Oh, guías de multitudes!
67 Portavoces: ¡penetrad en oración, en verdad! ¡Vivid en vigilia! Escuchad mi palabra y tenedla siempre presente, para que sea arma con la cual combatáis las tentaciones; y cuando el día haya llegado, entonces unificaos con Moisés, vivid su agonía. Haceos de cuenta, que vais a desaparecer para el mundo; y que vuestro espíritu, va a remontar el vuelo hacia el Padre. Que en ese instante, la facultad que, como tesoro de valor incalculable os confié, va a cesar por siempre entre la humanidad.
68 ¡Identificaos con el Maestro, en ese instante; y vivid su agonía en la cruz, para que entonces, digáis con el Maestro: ¡en tus manos encomiendo mi espíritu! Y también: ¡todo se ha consumado! Para que en esa hora, al escuchar las lamentaciones, las voces de arrepentimiento, el crujir de dientes y el mesar de cabellos, manifestaciones de ignorancia, de impreparación y de falta de espiritualidad no vayáis a doblegar vuestro corazón, no vayáis a flaquear en el espíritu; y entonces, deis entrada a las tentaciones, para que ellas digan: ¡Jesús, sigue entre vosotros! Porque entonces, será un falso Jesús, un falso Cristo, un falso espíritu divino, el que hable a la humanidad; y no quiero estas vicisitudes, no quiero esta confusión entre mi pueblo amado, al que quiero dejar en alta preparación, en alto grado de espiritualidad, como responsable de mi obra en los tiempos venideros; como precursor, entre los hombres, de la comunicación perfecta de Espíritu a espíritu.
69 Todos velad, ¡oh, discípulos! ¡Rechazad con vuestra espada de luz, las tinieblas! Pero no veléis, solamente por vosotros, ¿qué acaso vuestra conciencia no os dice, que sois responsables también de los demás; que uno, es responsable de todos; y todos, de uno? ¿Que no hay entre mi pueblo, uno que deba sentirse, más grande que los demás?
70 Repasad mis cátedras anteriores, al principio de los tres últimos años; y veréis, que desde mis primeras cátedras de esta última etapa, os he dicho: ¡trabajad en el seno de todos!
71 Yo no os he apartado de los demás. Yo os estoy preparando para colocaros en el corazón mismo del pueblo, para que en él, deis voces de alerta, para que despertéis a los que duermen, aunque seáis grandemente desgarrados. No esperéis el último momento para levantaros ¡oh! Mis hijos, en misión de preparación y de alerta.
72 No os entrego ninguna orden en este día. Solamente os dejo a prueba, bajo mi mirada. ¡La hora se acerca! Vosotros, estáis despiertos, otros también lo están; pero muchos, duermen.
73 Voy a contemplar, qué pasos vais a dar. La influencia de las tentaciones, no sea que os vayan a tocar al final ellas os han combatido a lo largo de vuestra jornada, en todos los tiempos. Todos los tropiezos que habéis hallado, han sido puestos por esas influencias. Todas las tinieblas que momentánea o pasajeramente han empañado vuestra fe, han sido enviadas por esos espíritus dominados por la tentaciones, por sus desobediencias; todas las caídas que ha tenido vuestro espíritu, por causa de la carne, han sido debido aquellas bajas inspiraciones; pero su influencia, se asentará en los últimos momentos; y yo aumento la fuerza entre vosotros también, para esa hora.
74 Recordad que en esos momentos supremos Moisés, fue tentado. El Padre, por revelación, le había dicho: una ciudad os falta que vencer. Atravesad por ella y venced a vuestros adversarios. Moisés, no pasó sobre la ciudad, la rodeó solamente; y el Padre, pudo decirle: por esta flaqueza, no penetraréis en la tierra prometida solamente vuestro pueblo.
75 Estudiad, ¡oh! Israel, recordad que vuestro Maestro en aquel Segundo Tiempo, en los momentos de su oración en el huerto de los olivos, fue sorprendido también por las tentaciones, quienes por vez postrera, le ofrecieron poderes en el mundo a cambio de esa desobediencia.
76 Bien sabéis que no podía existir flaqueza, en el Maestro de toda perfección; pero él quiso que así en ese caso fueran, para enseñaros que en los momentos de mayor trascendencia o solemnidad, las tinieblas, las luces falsas, las debilidades, acechan al espíritu y le rodean; y así será, en este Tercer Tiempo.
77 Por eso, quiero que desde ahora: veléis y oréis sin fanatismo, con la verdadera elevación que yo he traído para vosotros una vez más, en este Tercer Tiempo; que si en verdad, veláis y dais los pasos que yo os inspiré, todo será fortaleza en los momentos finales, todo será como escrito por mi; y después de esa hora, todo será fuerza y bendición sobre este pueblo.
78 Habrá, sí, un aparente vacío en vuestro corazón, unas albas de duelo, de silencio, debido a la ausencia de mi palabra; pero después, vuestro espíritu comprenderá la perfección de mis designios; y vuestro espíritu y aun vuestra materia se levantarán plenos de fuerza, confesando ante el Padre, confesándose a sí mismo, que se siente capacitado para levantarse a cumplir la misión confiada por el Padre; que el Padre, concluyó en la hora señalada con precisión por él, su comunicación; y que todo fue dispuesto, con suma perfección.
79 ¡Veréis el cumplimiento de mis promesas entre vosotros! Si el consolador prometido, vino y se comunicó por vuestro entendimiento humano, yo ahora os digo: no os prometo un nuevo consolador, sino el mismo: el Espíritu Santo y su mundo espiritual, formado por ángeles, por seres de gran luz que os rodeen, que os acompañen en vuestra jornada, que os ayuden a combatir en vuestras grandes batallas, que os sanen en vuestras enfermedades y dolores y muy pronto, tendréis el cumplimiento de esta promesa; muy pronto veréis, en verdad, acontecimientos en el mundo, que os comprueben que yo en verdad, estoy entre todos vosotros.
80 Mas, si la comunicación del rayo de la divinidad y de los espíritus de luz va a cesar en breve, entre vosotros, ¿creéis que el mundo espiritual que se comunica a través de las facultades de mediaunidad en todo el orbe, también va a dejar de comunicarse? ¿Creéis que todos los cerebros, también cierren las puertas de su mediaunidad para esta comunicación, en todo el haz de la tierra?
81 No esperéis esos acontecimientos; solamente el espiritualista marcado como trinitario mariano, habrá concluido como facultad en este Tercer Tiempo; pero seguirán, los llamados: médiums espirita por todo el mundo, haciendo invocación al más allá; seguirán los seres confundidos llamados de ultratumba, comunicándose con los hombres; porque ellos, no acudieron a esta cita espiritualmente, ellos no han recibido esta luz divina; mas no les juzguéis mal ni les censuréis, porque en verdad, os digo: de ellos, voy a servirme, para mis inspiraciones.
82 Voy a enviar espíritus de gran luz, a emisarios míos que les preparen, para que de Espíritu a espíritu les hablen de las grandes vicisitudes de la vida espiritual, de la auténtica esencia de la Verdad, para que destruyan entre ellos mismos el materialismo, la impostura y la ciencia, a que han querido convertir las revelaciones espirituales.
83 Ha mucho tiempo os dije, que yo daría mi palabra en distintas naciones; que mi rayo divino, se comunicaría a través de portavoces, en diferentes puntos del mundo; ya que vosotros, levantaríais vuestra planta por los senderos de la tierra y llevaríais mi mensaje y mi comunicación a otros pueblos y a otras razas. ¿Quién de vosotros ha cumplido con esto? ¿Quién de vosotros, se ha levantado con valor espiritual, con mansedumbre, atravesando fronteras y linderos, para llevar esta gracia a otros pueblos?
84 Muy pocos, han traspasado dichas fronteras; y los que han llevado el don de facultad, lo han ocultado; y los que no han tenido el don de facultad, han dado testimonio de mi obra; pero yo, cumpliendo en verdad, con mi divina palabra, me he comunicado en distintos puntos de la tierra, a través de la intuición de entendimientos humanos. No os sorprendan esta revelación, ¡oh! Pueblo, en verdad, lo he hecho. Los unos me han tomado como Jesús, como Espíritu Santo; los otros, me han tomado simplemente como un Espíritu superior; pero yo he cumplido con mi palabra y he dicho a las multitudes: yo soy el Divino Maestro mientras unos, han creído; otros, han dudado; pero al contemplar la humildad de mis portavoces, entonces se han confundido, y han dicho: ¿será posible?
85 Yo también, les marqué la hora, para finalizar esa comunicación; y cuando vosotros, lleguéis con vuestro testimonio a aquellos puntos de la tierra, donde mi palabra resonó, vuestro testimonio, confirmará lo que a ellos dije. Podrán aquellos varones y aquellas mujeres, comprobar que yo estuve con ellos, al escuchar vuestro testimonio claro en verdad; como clara, ha sido mi palabra entre vosotros.
86 ¡Cuán pocas congregaciones he encontrado, propicias para cumplir mi palabra! Pero cuando las he encontrado, allí he sido presente. Os digo estos acontecimientos para que, cuando aquellos hombres traigan su testimonio, no los rechacéis; sino que digáis: el Maestro, nos lo dijo, ya lo sabíamos y cuando escuchéis que fue lo que dije y lo que aquellos labios os testifiquen, no los vayáis entonces, a criticar ni a rechazar; porque yo antes, os he enseñado a reconocer el árbol por su fruto y mi palabra por su esencia; pues así como el Maestro, os enseña a cumplir, también vosotros cumplid, pueblo.
87 Recordad que habéis llegado ante mis plantas, para decirme: Maestro, amado: quiero ser de los tuyos. No quiero ser más un paria en la vida. Dame de tus dones para servirte, amando a mis hermanos y el Padre, entonces, os ha agraciado, os ha fortalecido e iluminado; y además, os ha dado un tiempo, para que en ese tiempo, meditéis y comprendáis lo que recibisteis. Cuando ha llegado el tiempo de la comprensión; como Maestro, os he entregado las grandes lecciones de mi enseñanza, para convertiros de párvulos en discípulos.
88 Ahora, todos sois mis discípulos. Habéis dejado de ser aquellos párvulos, que recibisteis, en un acto de amor y de anhelo espiritual. Ya supisteis a través de mi enseñanza, lo que habéis recibido del Maestro. Ya habéis comenzado, a practicar en vuestra vida; y ahora, estáis próximos a convertiros en maestros; en los maestros, que no tengan titubeo en sus pasos, ni balbuceo en sus labios, ni duda en su corazón.
89 Los maestros fuertes, plenos de confianza en su Padre; esos son los que voy a dejar. ¿Quién podrá destruir el culto, que os vengo enseñando? ¿Quién podrá destruir el altar, que he levantado en el fondo de vuestro corazón? ¿Quién podrá apagar la flama, de vuestra lámpara? ¿Quién osará marchitar la ofrenda que lleváis en lo oculto de vuestro ser? ¿Quién podrá destruir el sentido de los símbolos que espiritualmente guarda vuestro espíritu, en su arcano?
90 Sería menester, que aquel que quisiera destruir estos cultos en el fondo de vuestro ser, fuese vidente. Mas todo aquel que por medio de videncia, contemple vuestro verdadero altar y vuestra lámpara, se tendrá que doblegar, y decir: ¡Dios mío, tu obra existe y lo que éste lleva en su corazón, es verdadero e indestructible!
91 Toda mi obra, quiero encerrarla en vuestro espíritu, en ese santuario que he venido a ofrecer en este Tercer Tiempo, para que vuestro culto, sea plenamente espiritual.
92 Varios cultos practicáis en la tierra; rendís un culto a vuestros mayores afectos humanos. A padres, hermanos e hijos, rendís otro culto; a vuestras patrias terrestres, rendís culto, también; y al espíritu divino, rendís culto espiritual. ¿Cómo podríais rendir culto espiritual a las cosas materiales, o rendir culto material, a lo divino? Yo siempre, os he dicho: ¡dad al César, lo que es del César; y a Dios, lo que es de Dios!
93 Por eso, con claras explicaciones, os he venido a decir en este tiempo, en mis últimas cátedras: ¡apartad ya de vuestros corazones, símbolos materiales; abolid de vuestro espíritu, todo culto exterior!
94 Si sois los discípulos del Espíritu Santo, si vais a caminar como espiritualista sobre el haz de la tierra, enseñad entonces: la práctica espiritual.
95 Practicad el culto interior, el culto espiritual; y abrid ante la humanidad, la brecha que conduce a la vida espiritual, mas, no a los otros cultos; sin embargo, no les juzguéis ni desconozcáis, dad a ellos también su debido lugar, sin apasionamiento, sin fanatismo; solamente con justicia y con medida; y así, iréis como los buenos maestros por el mundo, dando una verdadera enseñanza, con ejemplos y con prácticas, de lo que yo os he enseñado.
96 Mientras mi pueblo, no destruya en sí mismo la idolatría, el fanatismo, la superstición, materialismo e ignorancia; yo, no podré enviarlo entre la humanidad, porque no podría ser reconocido; porque mi doctrina, no podría entonces, ser aceptada por los hombres.
97 ¡He ahí, por qué mi justicia, tocando está al pueblo de Israel! ¡He aquí por qué mi justicia, está tocando a las cabezas que han guiado a las grandes multitudes! Y en esta hora de justicia, en verdad, os digo: ¡cada quien recogerá, lo que ha sembrado!
98 Mucho os dije, que quería que el pueblo, despertara por el amor de mi palabra, por mi enseñanza; que no quería el Padre, que fuera la justicia humana, que no encierra misericordia ni perdón la que os despertara.
99 Mucho os he hablado; mas, como lo he hecho por el entendimiento de seres humanos, sencillos como vosotros, no siempre he sido creído.
100 Muchas veces he sido desobedecido, por la incredulidad y familiarización que el pueblo, ha tenido con mi presencia; pero vendrá la justicia de los hombres; vendrá con fuerza y mi pueblo beberá el cáliz de gran amargura, el sueño huirá de sus ojos; tendrá que velar día y noche; y dirá, entonces: ¡Dios mío! ¿Por qué me pruebas, por qué me juzgas, por qué me castigas? Y la conciencia, le dirá al pueblo: “¡no es el Padre, quien os prueba, quien os juzga, ni quien os castiga! Sois vos mismo, es vuestra propia desobediencia, vuestra incredulidad, vuestro letargo y materialismo.
101 Porque mi pueblo, ha de despertar; y si estas pruebas, están llegando antes de que yo levante mi palabra; pensad que la hoja del árbol, no se mueve sin mi voluntad; que un gran sentido, tienen estos acontecimientos; y aun os añade el Maestro: si mi pueblo, al iniciarse los tres últimos años de mi comunicación, en la cual entregué ordenes, enseñanza y grandes revelaciones, hubiese penetrado por la senda de la obediencia y espiritualidad; y no, por la senda de la discordia y de la incredulidad; en ese instante, su práctica y su culto, no sería contemplado por los ojos profanos pasaría, en verdad, el espiritualista, invisible a los ojos materializados, libre de toda acechanza, libre de todo juicio, exento de toda sanción y de todo castigo.
102 Mi manto divino, durante mucho tiempo, cubrió las imperfecciones de mi pueblo; mi manto, lo hizo invisible a los ojos de los hombres, de su justicia, de las leyes humanas; pero llegó el tiempo, en que mi pueblo, debía despertar, debía despojarse de todas sus imperfecciones, para convertirse en el verdadero espiritualista y así mostrarse al mundo; y el tiempo, en que mi manto lo ocultó, pasó; hoy, os he dejado al descubierto, porque sois mis discípulos, porque ya nada ignoráis, porque estáis a un paso de convertiros en los maestros; y ahora, dejo que las miradas del mundo, todas se posen en Israel; y a aquellos, que se encuentren pisando en el camino de mi Ley y también de las legislaciones humanas, no les podrán afectar; mas todo aquel que camine en desobediencia, en mi camino o en los caminos humanos, él tendrá que recibir el fruto de su mala siembra; él, sentirá, las consecuencias de su desobediencia; y esas consecuencias, esas pruebas y esa justicia, lo harán despertar de su profundo letargo, os lo dice el Maestro, pero aún: velad y orad y después de velar y de orar, meditad entre vosotros, para que podáis levantaros a dar pasos de verdadero cumplimiento en el seno del pueblo de Israel; y así al llegar al último instante de esa etapa, vuestra conciencia puede estar tranquila, vuestro espíritu estar confiado en un futuro de buen cumplimiento y vuestras armas prestas para luchar, ya no en el seno de vosotros, contra vosotros mismos sino a luchar, en verdad, en el seno de la humanidad, combatiendo entre ella, también: su fanatismo, su materialismo, su desunión y sus pasiones.
103 Mi luz, se ha derramado en esta alba de gracia universalmente, pero traducida en palabra humana en el seno de las congregaciones espiritualistas. Por ser alba dominical, dedicada al descanso, se han congregado todos los labriegos en torno de mi palabra.
104 Veo a mi pueblo, dividido en muchos recintos, cuando quisiera contemplarle reunidos en un solo santuario; pero aun así, le he entregado la misma esencia y la misma luz; y según ha sido la preparación de cada portavoz, así ha sido la traducción de mis inspiraciones en el pueblo.
105 ¡Trabajad todos vosotros, para la destrucción de los linderos y de las fronteras que os separan! Trabajad, por destruir el fanatismo que existe entre el pueblo por sus recintos; porque han hecho de las cuatro paredes y la techumbre, su verdadero santuario, creyéndole la casa de su creador; siendo la casa del Padre, su corazón y su espíritu, pues estos recintos os han guarecido solamente de la intemperie; ha sido su única función, la de ocultaros de las miradas irrespetuosas o ignorantes, de la humanidad.
106 Yo, os estoy tocando con mano de justicia, para que todas estas vicisitudes sean comprendidas y pueda venir la unificación del pueblo, en el verdadero santuario, en la verdadera obra y la Ley del Padre.
107 No cesaré en mis toques de justicia, hasta que pueda contemplar a mis discípulos fuertes, despiertos y unidos como es mi divina y santa voluntad.
108 Entre vosotros, penetran los enfermos del cuerpo y los del alma; y al sentir la emanación, la influencia espiritual y benéfica de las multitudes congregadas, se sienten aliviados en sus penas y buscan la reunión nuevamente, para ir sanando todos sus males y resolviendo sus penas.
109 En verdad, os dice el Maestro: mi palabra, es cual el mismo efluvio amoroso, dimanado del Maestro, que se derrama para sanar a los enfermos que se presentan ante él.
110 Mis discípulos, que ha tiempo han recibido mi divina influencia por medio de mi palabra, emanan de su espíritu a su corazón, fuerza y vitalidad; pues así como en verdad, han sido estos prodigios en este Tercer Tiempo, quiero que sigan siendo, después del año 1950.
111 Entonces, se reunirán los discípulos a estudiar la palabra del Maestro, a sentir su presencia espiritual en la reunión, a recibir su inspiración espiritual; e invitaréis a vuestro seno a los enfermos, a los pobres de espíritu, a los hambrientos y sedientos de justicia, a todos aquellos que necesiten de lo que vosotros tenéis; y cuando ellos penetren en vuestra congregación, elevaréis vuestro espíritu, me los haréis presentes; y el Padre, extenderá su efluvio de amor y les ungirá en espíritu y en verdad; y de este modo haréis prodigios con vuestra oración; y vuestras reuniones, tendrán, en verdad, os digo: ¡notoriedad y resonancia entre la humanidad!
112 Vendrán de lejanos puntos de la tierra, en busca de las congregaciones espiritualistas, para pediros que elevéis vuestra petición a nombre de ellos.
113 Vuestros ojos se maravillarán; y aquellos enfermos, también se maravillarán, habiendo penetrado con la lepra en su cuerpo, con la ceguera en sus ojos, con las distintas dolencias en el cuerpo y la aflicción en el espíritu, al resultar con la salud en su cuerpo y la paz y la liberación en su espíritu; sin embargo, no solamente podréis hacer esto, en estos recintos; todos, podréis hacerlo: en vuestro hogar, en los caminos o en cualquier punto de la tierra.
114 Doquier podréis elevar vuestro espíritu y atraer mi bálsamo, sobre todo aquel por quien me pidáis. Tampoco será menester que el enfermo esté junto a vosotros, para que él sea ungido por vuestra oración o por vuestras manos; podréis ungir espiritualmente y a distancia, a los enfermos; y podréis todos vosotros, estar unidos espiritualmente, aun cuando estéis desunidos materialmente.
115 Todo esto, asimiladlo, porque vais a vivirlo el mañana. Si hoy todavía no alcanzáis a vivirlo con el espíritu, esperad, penetrad más en el camino y en la enseñanza; y presto, muy presto, estaréis viviendo ya, estos acontecimientos.
116 Todavía faltan, algunas de mis cátedras; y por conducto de ellas, os seguiré ilustrando, os seguiré diciendo todo aquello que vais a practicar y la forma de practicarlo, después de mi partida.
117 De este modo, no habrá titubeo; y en el tiempo que os concedo para vuestra meditación, afirmaréis y asimilaréis mi enseñanza, para levantaros llenos de gozo, entonando siempre un himno espiritual de unificación y de paz; himno, que en verdad, os dará fuerza para cumplir, os dará fuerza para perdonar al que os ofenda; os dará siempre ahínco, a aquellos que por momentos quieran flaquear; y os dará más y más inspiración, para que el Espíritu Santo, con sus vibraciones, os lleve eternamente por la senda del progreso hasta el final de la jornada, como es mi voluntad, ¡oh! Pueblo amado.
118 Enfermos, que habéis penetrado en este día: ¡sentid y experimentad mi bálsamo! Labriegos y mundo espiritual: ¡seguid derramando doquiera mi bálsamo de curación! ¡Seguid practicando mi obra a través de las virtudes, de la caridad que es la virtud más poderosa que os he confiado, para convertir y despertar al corazón del hombre!
119 Mi caridad, entregadla con oraciones, pensamientos, palabras y obras; pero llevad siempre las obras plenas de sinceridad y de verdad; y esa caridad, abrirá puertas por doquiera, hará brotar agua cristalina de las rocas, hará florecer la simiente que os he confiado, en los más duros corazones; y yo, miraré mi simiente en vuestros semejantes.
120 ¡Caridad y más caridad con todos vuestros hermanos, os dice vuestro Maestro; y podréis contemplarme, en todo mi esplendor!
121 Esa máxima, es la mayor que podéis contemplar en el mundo: la caridad ella salvará a vuestro espíritu; y con ella, salvaréis también y redimiréis, al género humano. Yo hago que la sintáis, que la viváis más en vuestro corazón.
122 Una vez más, ¡levantaos, pueblo, e id con mi enseñanza, e id con mis órdenes! Y, ¡velad y orad! Para que no caigáis en las tentaciones.
¡Mi paz, sea con vosotros!
105. El surgimiento de las religiones
Domingo 8 de octubre de 1950
1 ¡Glorificado sea el Padre en el Hijo; glorificado sea el Padre y el Hijo, en los hijos de Dios que moran en la tierra! ¡Glorificados sean también los hijos de Dios, los mansos, los pacificadores, los humildes, los tiernos y sensitivos, los que ya empiezan a hacer la labor de amor entre sus semejantes!
2 ¡Glorificado sea el Padre y el Cristo de Dios, en la conciencia de los hombres y en las mentes de los humanos, para que brille la luz del santo Espíritu; y brillando, sepáis iluminar con vuestra propia luz, vuestro sendero y el sendero de vuestros hermanos!
3 ¡Bienvenidos seáis vosotros, en esta alba de gracia! ¡Bienvenidos seáis vosotros, que habéis encaminado vuestros pasos para escuchar nuevamente la palabra de ayer, de hoy y de siempre!
4 Bienvenidos al centro inmaculado del amor de Dios, del cual soy yo su manifestador, y al daros la bienvenida, los rayos de mi luz bañan a plenitud el corazón frío de esperanzas que se realizarán en el mañana de vuestra vida, cuando seáis más espíritu que materia, cuando dejéis que el espíritu se manifieste, cuando permitáis que el espíritu tome su centro, su primordial sitio en la alta conciencia.
5 Cuando seáis más espíritu que carne, entonces florecerán vuestros buenos ideales, entonces buscaréis al Eterno Padre que mora en vos mismo; y vuestra planta, al caminar por el sendero de abrojos, irá buscando la gloria; la gloria, que, de cierto, está en cada uno de vosotros, pero que habéis obscurecido con vuestra mentalidad turbia y sombría.
6 ¡Bienvenidos seáis vosotros, amados míos! Es el amor divino, quien os da la bienvenida. Es el amor, el que os recibe, como quiera que vengáis; ya sea: armonizados o con vuestra carga de sinsabores, de penalidades, de angustias y de tormentos.
7 ¡Bienvenidos seáis! Ya que yo soy el centro de amor universal y en mí encontraréis la paz ambicionada, en mí encontraréis la salud; porque no olvidéis, que: yo soy el camino, la verdad y la vida.
8 Hoy como siempre, me derramo en los míos, que se acercan a escuchar mi palabra con respeto y amor. Cuántas veces con mi palabra, he acariciado vuestros corazones; con mi amor, os he revivido nuevamente, cuando estabais muertos, sin esperanza alguna.
9 Cuántas veces con mi sabiduría, os he infiltrado mejores pensamientos, altruistas y nobles, pensamientos elevados, para un futuro mejor.
10 Corazones míos, en quienes quiero derramarme. Corazones fríos del ayer, que poco a poco, lenta pero seguramente, vais dando los pasos necesarios para encontrar al Cristo y unificaros a él. Quiere el Cristo, hacer su manifestación en vuestro interno, en vuestra alta conciencia.
12 El Cristo, quiere, que os identifiquéis con el Padre Dios; y al identificaros con él, os identificaréis conmigo, con el Cristo de amor en manifestación plena; plena sí, la manifestación de amor del Padre Celestial, hacia todas sus criaturas.
13 Pues bien, una cátedra más; la palabra mía que se explaya; el pensamiento mío, derramado en esta mañana, como siempre, para que sea el estímulo para los pobres, para los tristes; la salud, para los enfermos, la esperanza para aquellos que todo lo habéis perdido; porque en verdad, cuando todo lo habéis perdido, todo lo habéis ganado, si esperáis de mí.
14 Que mi palabra excelsa en esta mañana llegue a vosotros cual un rayo de luz, que estimule vuestras energías dormidas, de la misma manera que los rayos del sol al descender en los meses primaverales a los campos yermos, marchitos, encontrando las savias y la germinación dormidas, prendiendo sus renuevos de esperanza en la floración; y así, llega hasta vos, pueblo mío, mi palabra en esta mañana.
15 En verdad, os digo: a través de los siglos, muchas religiones han surgido. A través de milenios y milenios, se han suscitado, unas y otras religiones: la de Moisés, la de confucio, la de buda, la del Cristo, la de mahoma de todas ellas, las primeras fueron las precursoras.
16 Cada una de esas religiones, diferenciándose unas de las otras y excluyéndose unas de las otras, tenían una finalidad, un punto esencial; y cada una de esas doctrinas, se unificaban y eran agradables a los ojos divinos del Padre Dios, porque las religiones coincidían en un punto: en rendir pleitesía a la divinidad o sea: al Padre Dios.
17 Bajo las distintas liturgias, se desenvolvieron las religiones, una a una; todas eran necesarias y fueron buenas y útiles en su tiempo, según los deseos de los seres humanos; por eso la bendición del Padre Dios, llegó hasta ellas, porque tenían una buena finalidad; y ayer como hoy, se excluyeron las religiones; y cada una de ellas, arguye que es la única.
18 Yo vengo a decir a los seres humanos: he aquí, el que se manifiesta, el fundador de la sublime doctrina, de la única, de la verdadera, ¿por qué? Porque esta doctrina del corazón, no ha sido fundada por ningún hombre de la tierra, por más adelantados que ellos fueran, espiritualmente hablando.
19 ¡He aquí, el fundador de la doctrina del amor! La que fundé hace casi dos mil años, con mi palabra: “amaos los unos a los otros.” fue el fundamento de la sublime doctrina: el perdonar.
20 Amar y dar a cambio de la ofensa: el perdón fueron las bases de mi sublime doctrina.
21 Sin embargo, en el transcurso de los siglos, los hombres falsearon mi verdad; la hicieron a su libre albedrío, no según mi voluntad; falsearon la Verdad de mi doctrina; y he aquí, que una nueva religión surgió.
22 Yo vengo en este Tercer Tiempo a delinear con toda claridad, lo que quiere decir la verdadera, la única doctrina; que será hoy y que será mañana y para siempre: la única porque todas las demás doctrinas, deben converger en una sola: en la doctrina de la unión sublime del amaos los unos a los otros de hacerse el bien los unos a los otros, sin esperar recompensa alguna.
23 ¿Cuándo registra vuestra historia, en qué volumen aparece, que existiera una doctrina más limpia, más blanca, más pura? Sólo la que fundó aquél que en el Segundo Tiempo, bajo un cuerpo purísimo formado de luces de aurora, de luces de amanecer, trajera para los hombres la sublime verdad, de que: el Padre y yo, somos uno y él, delegando en mí su voluntad augusta, hiciera en mí su vehículo de expresión divina para dar a los hombres: los conocimientos de la Verdad que emanan de los celos.
24 Por eso, os digo, ¡oh! Corto número que me escucháis en este Recinto: Vienen los tiempos en que en estos recintos, no cabrán las multitudes; vendrán en forma arrolladora buscando la Verdad que les ha sido negada, la Verdad única, no la Verdad falseada; sino la Verdad latente, de que: el único, el absoluto, delegando sus facultades en el Cristo, viene a dejar la estela de luz en forma justa, amorosa y espiritual en la forma única, de espiritualizar a los seres humanos.
25 Espiritualismo, es mi doctrina de amor de todos los tiempos; porque el espiritualismo, amados míos, es: justicia, amor y sabiduría; es el fuego de amor divino, que calcina las vanidades, los orgullos y todos los errores de la humanidad.
26 El que se llame espiritualista, debe romper los lazos y las cadenas que le atan al crudo materialismo.
27 El que se llame espiritualista, debe dar cabida en su corazón al dolor de la humanidad, haciendo caso omiso de su propio dolor, de sus propias angustias.
28 ésta es mi enseñanza en mi doctrina verdadera; de la cual, soy yo el director espiritual, el sublime fundador, para decir a todo el género humano: ¡humanidad, por todas las religiones, los hombres llegarán a Dios! Sí, porque cada religión, es un camino hecho por el hombre; pero en ellas, caminan lento y con poca luz, porque tienen poca espiritualidad; aunque en el centro, convergen en el mismo fin: encontrar a Dios porque en todos los tiempos, la humanidad ha buscado, ha sentido la necesidad de encontrar una protección suprema, una dirección espiritual: al Padre universal, de todos los seres.
29 Llámese como se le llame, al Padre Dios, ya sea: el creador increado ya sea: el Ser Supremo, el Ser omnipotente, el Padre Celestial, la sabiduría infinita, de cualquier manera que le llamen al Padre, ¡deben de reconocerle, deben de sentirle, deben de amarle! Pero los seres humanos, todavía quieren encontrar en Dios, a una figura humana que no tiene; porque Dios, es luz, esencia, fragancia y nitidez; porque Dios, es el omniabarcante en pensamientos sublimes, excelsos, maravillosos y de grandeza incomprensible, para el hombre.
30 Mas, he aquí, al manifestador de Dios, que a través de antena humana viene a decir a los seres humanos: ¡buscad el recto camino, estad en paz con la conciencia! Que la conciencia, no os acuse de algo que sea malévolo, contrario a los dictados divinos de la Ley sublime, a los evangelios de justicia y amor que yo traje al mundo, para redimirle.
31 En cadencia era mi frase, hace dos mil años; los labios de Jesús, se abrieron, para decir verdad y los hombres, sobrecogidos y asombrados quedaron; y entonces, yo dije un día a mis apóstoles: cuando ya no sea mi presencia en ésta forma, entre vosotros, volveré un día; y mi luz resplandecerá de oriente a occidente, para renovar nuevamente mi palabra; y en toda carne y en todo espíritu, yo me derramaré esa era la profecía mayor, que hoy cumpliéndose está: de oriente a occidente brillan los rayos de mi pensamiento, para llegar a los hombres de buena voluntad y también a los que no tienen buena voluntad; para dar la Verdad, la enseñanza divina en mis pequeñas escuelas; porque soy yo, el Maestro de los hombres; el Maestro de maestros, el Verbo Divino enviado por Dios.
32 ¡Sofismas, tienen los hombres! Buscan en los infolios, en los volúmenes, de escritos que consideran sagrados la Verdad que los hombres escribieron; pero, que no escribí yo. No hay un solo volumen que un hombre pueda atestiguar y decir: esto fue escrito por Jesús, el Maestro de aquel tiempo.
33 No, mis amados, pasaron los siglos y juan evangelista por revelación recibió acontecimientos, que a través de los siglos tendrían que desarrollarse; y que estáis vosotros, constatando en este Tercer Tiempo: los acontecimientos del apocalipsis y que vosotros sí, y todo el conglomerado humano, estáis en condiciones de evitar y destruir; y los hubierais destruido, si hubierais estado unidos los unos con los otros.
34 Si a través de los casi dos mil años, los hombres ya se hubiesen unificado en amor, en caridad, en fraternidad, unificados con la mente omnipotente, yo os digo, que no habrían surgido las guerras implacables; y hoy, no estaríais al borde del abismo; porque en el género humano, en la humanidad, es la negación, porque creen ellos que tienen su interpretación correcta de la Verdad; y yo os digo que la Verdad, es mía, porque la traigo de parte del Padre Celestial; de parte de Dios, traigo la única y sublime verdad; y los hombres, arguyen que la Verdad, es la que ellos pregonan, la que es: la falsedad, el oprobio que es: aún la negación de ellos mismos, como hijos de Dios, de los unos a los otros.
35 Y en verdad y de cierto, os digo: los negadores de la paternidad universal y del amor de Dios son aquellos que han llevado a la ruina al mundo, en esta contienda que estáis percibiendo y palpando.
36 ¡Ah, si con vuestra mirada pudieseis verla, si vuestra vista espiritual y vuestro pensamiento pudieran tender su vuelo a aquellos lugares donde la tragedia se desenvuelve horrísona, destacando la crueldad infinita, de los que se nombran hijos de Dios!
37 ¡Temblad!, ¡ah, hombres de la tierra que habéis contribuido negando el amor que lleváis en el corazón, negando la paternidad de Dios y la hermandad del ser humano; ya que habéis llevado a la destrucción y a la muerte, a las multitudes!
38 ¡Corre la sangre humana, que se unifica con las corrientes de los ríos! No es metáfora, mis bienamados, ¡es la realidad! Mi mirada espiritual escudriña y contempla los cadáveres mutilados, y aún a seres humanos animados con la vida, mutilados; acostumbrados a llevar una existencia humana en desacuerdo, como la que vosotros lleváis.
39 Vosotros os quejáis sin motivo, ¡oh, mis amados!, no tenéis motivos suficientes, para quejaros de la crueldad que según vosotros, ha sido en vuestra existencia humana. No tenéis razón. Sois ingratos, a la bondad del Padre Dios.
40 Si vosotros pudierais contemplar, a cuerpos mutilados de niños, adolescentes, mujeres y varones, que no volverán a tener miembros para poder hacer uso de sus facultades humanas. Si pudierais contemplar, los horrores de esta última contienda, de cierto, os digo: vuestro corazón se estremecería y el llanto a torrentes sería ya no por lo que decís vosotros, que sufrís; sería: por aquellos, cuyos corazones inmisericordes, no tienen una palpitación de compasión para los seres que como ellos, también son hijos de Dios.
41 ¡Temblad, hombres de la tierra, que habéis desencadenado el rugir de la metralla, sembrando la destrucción! ¿Quiénes sois vosotros, para destruir a vuestros semejantes, a vuestro libre albedrío? ¡Si el celo se estremece cuando derramáis sangre, si una gota de sangre derramada hace que los celos se estremezcan! ¿Cómo consideráis vosotros, que los celos y la tierra, no se estremezcan con la iniquidad del hombre, que está a la altura de la perversidad?
42 En verdad y de cierto os digo: que es el tiempo de increíble maldad pero los dictados de la Ley divina y mi palabra, se cumplen; y se cumplen, porque el hombre no ha querido contribuir con un poquito de amor, para contrarrestar el desamor de los hombres.
43 El egoísmo y el deseo humano irrefrenable de mando, ha ocasionado la contienda que vosotros estáis palpando a distancia; llegan los rumores nada más a vuestros oídos, por momentos se estremece de compasión vuestro corazón y después, olvidáis; y, ¿por qué olvidáis? Porque no sois todavía en unificación, con el que sufre y con el que llora.
44 Me place que muchos de vosotros, mi pueblo, ya empezáis a dar los primeros pasos en pequeño, tratando de encauzaros haciendo el bien.
45 Place a mi mirada espiritual, contemplar que mi palabra entre vosotros, no es en vano.
46 ¡Oh, pueblo amado! Me place haberos sorprendido a las altas horas de la noche, llevando un poco de consuelo en mínima parte a los que sufren, a los que lloran en el lecho del dolor; y por eso, yo os doy mi bendición en esta mañana; mas ¡oh! Pueblo mío, que me escucháis sin comprenderme plenamente, hace falta más altruismo en los corazones de los hombres, hace falta más desprendimiento; llegar a la altura del sacrificio, despojarse del egoísmo que hay en cada corazón; y despojándose del egoísmo, ir presuroso para levantar al caído, para musitar en sus oídos palabras de consuelo, de ternura, despertando las savias dormidas, como el sol despierta los gérmenes dormidos en las tierras resecas por falta de lluvia.
47 Y es así, ¡oh! Pueblo mío, como en esta alba de gracia y en todas las albas, mi cátedra quiere hacer un removimiento en vuestra conciencia. Mi palabra es la de ayer, la de hoy y la de siempre, para decir la Verdad a la humanidad.
48 Es tiempo de que estéis preparados, para que en vuestro pecho, vengan a llorar los desvalidos; para que vengan a este recinto, a encontrar el consuelo en sus necesidades; para que unificados todos, abráis el corazón y en el pecho recibáis el torrente de quejas y de amarguras que vendrán a dejar aquellos que desalentados vendrán, porque unos recintos serán cerrados y otros serán abiertos; mas, éste, es mi voluntad que siga a través de los tiempos, mientras haya colaboradores en mi obra que quieran seguirme, para no dejarme ir solo en el camino.
49 Yo os digo, en verdad: si cada una de las religiones fue iniciada por distintos hombres en la tierra; y estas religiones, hicieron adeptos; y muchos de ellos, legiones; unos llegaran a las altas mansiones del Padre, por otros caminos más tardíos; mas, yo os digo, en verdad: ¿qué esperáis vosotros, para entrar al camino recto; al verdadero sendero, de la única y sublime enseñanza?
50 ¡Llegad prestos, con la mayor rapidez, a la meta que buscáis; con el ansia incontenible, de llegar a las altas mansiones donde ya no se llora, donde ya no se sufre, donde estaréis unificados con la luz excelsa del Padre Dios!
51 Si a todas las religiones y a las ramas de aquellas doctrinas, que hay infinidad porque son incontables si a aquellas sectas que tienen millares y millares de adeptos, yo las bendigo en el nombre del Padre Celestial; mirad cómo será en complacencia el Padre, cuando vea a las multitudes que ansiosas y anhelantes van buscando nuevos adeptos en la doctrina de hoy, de mañana y de siempre, en la enseñanza de la justicia, del amor, de la unificación, de la fraternidad y de la compasión siendo vosotros, concientemente vehículos humanos, para que yo pueda manifestarme en vosotros.
52 Así como el Padre Celestial, me toca a mí, a su unigénito, como vehículo espiritual para traer la Verdad a los hombres; así quiero también que vosotros seáis vehículos conscientes, para que hagáis vosotros conmigo: la gran obra de redención.
53 Es muy grande la responsabilidad que tenéis, ¡oh! Pueblo mío; gran responsabilidad, porque a mayor comprensión, a mayor dádiva; mayor responsabilidad, para el futuro.
54 Hace muchos años que escucháis mi palabra; y todavía, no estáis en condiciones de ser los pequeños discípulos, o los maestros del mañana, cuando vayáis regando vuestra palabra que florecerá, pues florecerán vuestras palabras y brillarán en vuestros labios cuando habléis de mi doctrina, dando vosotros, lo que de mí recibís. Brillarán vuestros labios, cuando habléis de mi doctrina, a aquellos que no saben que no conocen, de estas revelaciones.
55 Vosotros, los increyentes de hoy, seréis los creyentes de mañana. Este grupo que se reúne en este día de gracia, antaño fue increyente. Antaño teníais vosotros otras creencias; adorabais imágenes hechas por las manos del hombre, os postrabais ante una imagen y pedíais a la madre purísima y al Cristo de vuestros pensamientos, a través de un crucifijo y a través de una imagen; y muchas cosas os fueron concedidas; no por la imagen del Jesús crucificado forjada por las manos del hombre, por el artífice humano, ¡no! Se había tomado en cuenta vuestra fe, vuestra sencillez, vuestra ingenuidad; y entonces, ¡oh! Pequeñas criaturas de quienes me he valido siempre para hacer la transformación en vuestros corazones y en vuestra fe, muchos pedimentos os fueron concedidos; y decíais: el Cristo de las angustias, me hizo muchos milagros y así decías de las imágenes que en las distintas advocaciones existen en el planeta tierra, de la purísima madre, de la única, de: la virgen María vuestra madre universal.
56 Y yo, en verdad os digo: habéis aprendido en este tiempo, que ya no debéis postraros ante imágenes muertas que no tienen alma ni espíritu; que no debéis postraros ni encender tampoco ceras que no os sirven, ni para la redención ni para la renovación de vuestras vidas y vosotros, amados míos, habéis aprendido que en espíritu y en verdad, en los campos, en los atrios, en vuestros hogares, podéis elevar un pensamiento al Padre Celestial y que no es sordo a vuestro clamor.
57 Mas, si vosotros, muchas veces decepcionados, entristecidos porque no veis complacidos vuestros anhelos y deseos, ya que siempre estáis pidiendo para la parte material muy mundana, para vuestras satisfacciones puramente humanas y casi nunca pedís para la parte espiritual si no se os complace en lo que pedís, entonces os sentís entristecidos, defraudados, y decís: ¿por qué si estamos en la doctrina única del Cristo, si lo escuchamos alba tras alba; por qué, el Maestro no atiende nuestras súplicas, tan justas y necesarias? Justas y necesarias, según vos, mi pueblo; pero no según los dictados de la Ley sublime de vuestro Padre Dios.
58 ¿Qué sabéis vosotros de vuestras deudas pasadas; y aun, de las presentes? ¿Qué sabéis vosotros de la cadena, del cúmulo de crímenes? Sí, no os asustéis; no os atemoricéis de lo que contempláis hoy con pavor en vuestros semejantes; vosotros, ya habéis pasado por ese estado de perversión que ellos, tienen. Dadle gracias al Padre Dios, que empezáis a espiritualizaros, que ya sentís horror por el pecado y la maldad ajena. Sin embargo, yo os digo: ved con serenidad el delinquir de vuestros semejantes, porque ya habéis pasado por eso.
59 Sois los humanos, los que estáis en proceso de adelanto espiritual. No creáis que siempre habéis sido, como hoy, ¡no! Siglos y siglos, os he estado esperando; siglos y siglos habéis pasado; y en muchas reencarnaciones, no habéis adelantado, os habéis quedado estancados, ¿por qué? Porque no habéis escuchado el llamado, la voz del silencio que llamando siempre está en vuestra propia conciencia.
60 Yo quiero, mis amados, haceros el llamado silencioso; y a viva voz, a través de mis instrumentos humanos llegar a vosotros y daros el toque sonoro, toque a la conciencia, para deciros: varón y mujer que me escucháis, si queréis no volver a este planeta, donde tanto habéis llorado y sufrido; si no queréis morir y volver a nacer, porque cada nacimiento y cada muerte, trae consigo dolores infinitos entonces, escuchad y obedeced mi llamado.
61 Sabed, humano, que en el vagido del niño en la cuna, existe ya la piedra de vuestro sepulcro. Por eso, amados, en la cuna, en el llanto, en el primer vagido del infante, ya allí existe también la dureza que tendrá ese niño, en la existencia humana; la lápida que le cubrirá, al caer los despojos en la madre tierra, que amorosa le recogerá.
62 Pueblo mío, es necesario ya que reaccionéis; es el tiempo, en que no debéis culpar al Padre Dios, de vuestro infortunio; es el momento, en que serena y resignadamente, debéis comprender que nada hay injusto para vos; que aun es pequeña la prueba a la que estáis sujeto, por mi amor; por mi intercesión ante el Padre Celestial, aun es pequeña la prueba; ¡tan grande es así todavía la cauda que tenéis tras de sí! De pecados y crímenes que vos desconocéis; porque en la infinita misericordia del Padre Dios, se os concedió: no conocer vuestro pasado pasado, que yo conozco.
63 Antes, fuisteis criminal, despiadado, cruel; con mano homicida arrancasteis las existencias humanas; os recreasteis en el dolor ajeno y eso, vos no lo sabéis, pueblo mío. Creéis que habéis sido siempre de corazón más o menos sensible como ahora; corazón, que he ido cultivando amorosamente, como el sembrador cultiva la pequeña simiente en los campos yermos. Campo yermo, mustio, seco y sombrío fue vuestra vida, en pasadas reencarnaciones.
64 He aquí, no os asuste el presente; asustaos solamente si os prestáis, a pesar de mi enseñanza a contribuir a la negación del hombre que está delinquiendo en la alta maldad y en la poca o ninguna moral y ninguna espiritualidad.
65 Debe asustaros, la falta todavía, de amor a Dios y a vuestros semejantes. Cuando reaccionéis, cuando en vuestra meditación os pongáis a pensar en lo poco que habéis adelantado en este tiempo que me escucháis; entonces, sentid que se sobrecoge vuestro corazón.
66 No sabéis en el devenir de los tiempos, cuándo llegará vuestra hora de partida. Vos que tenéis tanto pavor a lo que llamáis muerte, ¿os habéis detenido a pensar, cuándo y cómo será? ¿En qué, cada instante de vuestra vida humana, puede ser vuestro último momento?
67 ¿Cuál es vuestra preparación? ¿Cuáles son vuestras buenas obras, para presentarlas ante la majestad suprema del Padre Dios? Siempre creáis que lo que llamáis muerte está todavía lejana. Recordad que lo mismo mueren niños que jóvenes, adultos que ancianos y que los que están en completa senectud. Todos pasaréis por ese trance, que legó el pecado de la desobediencia del hombre.
68 Diréis vosotros: ¿por qué, Maestro divino, si tú no habías pecado, por qué también tuviste que pasar por la muerte? Y yo, digo a vosotros: el hombre contrae deudas que generosamente alguien, por amor, por compasión puede tomar sobre sí mismo y decir, entonces: déjame a mí tu cuenta, que yo la pagaré cuenta que aquél no había contraído; pero que atrajo hacia sí, para cubrirla por su amor, por su infinita compasión. Eso pasó con el Cristo en Jesús, a quien decís amar pero que todavía, no sabéis imitar ni obedecer.
69 El Cristo, atrajo sobre sí mismo, todo el pecado de la humanidad. Limpio y puro, inaccesible, no tenía Jesús, ninguna deuda contraída, porque era puro, porque emanó limpio y puro de la mente del divino Padre; pero por amor a la humanidad, yo supe atraer hacia mí, la carga pesada y todas las cruces del pecado del mundo; por el amor a vosotros, no porque hubiera caído en mancha ni pecado, como habéis caído vosotros.
70 ¡Oh, humanos míos! Yo no quiero que cada uno de vosotros, tome sobre sí, la carga que otros tienen que pagar, ¡no! Yo os pido solamente vuestro concurso, vuestra buena voluntad, para que cada uno pague lo que justamente en razón, en derecho y en justicia, os corresponde.
71 No hagáis más agonía, de la que justamente os corresponde por Ley, ¡no! No hagáis mayor la agonía con vuestros malos pensamientos, palabras y acciones; ya es suficiente la carga de amarguras que tenéis, sin saber por qué; mas, yo sí lo sé; y el delincuente y el criminal de ayer, es ante mi mirada divina: el corazón tierno, de hoy el que empieza a ser manso y humilde; el que empieza a escuchar la voz secreta, la voz del silencio; y a quien quiero rescatar para la vida esencial, para la vida espiritual, para la vida eterna, en el reino del Padre Dios.
72 Amado pueblo, que me escucháis: si algo habéis comprendido en esta mañana, decidme en floración de verdad, lo que hayáis comprendido. Yo escucho a quien haya entendido, para que dé, ante la luz del Cristo, un pequeño resumen, sin desviar el contenido.
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73 Varón que decís: que el punto final, de la existencia humana sobre la tierra, sea buscar a Dios, sobre todas las cosas yo os digo, en verdad, que así como todas las religiones tienen un principio y anhelan un fin, que es: el Padre Dios ese es el punto esencial, donde deben llegar todos los espíritus reencarnados; no solamente de este planeta, sino del universo entero. Varón, por cuanto habéis dicho, recibid mi caricia, mi ternura y mi bendición.
74 Yo escucho otra voz, en relación con los puntos primordiales de mi enseñanza en esta mañana.
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75 Amado mío, habéis tocado una parte esencial, primordial de mi enseñanza en esta mañana: no interesa a mis plenos divinos, lo que creen los demás. Lo crean o lo duden; y el que os llamen: loco no os interese, como no importa, a mi plan divino.
76 La verdad, tratan los hombres de ocultarla, como si quisieran ocultar la luz del sol con su propia mano; sin embargo, el sol no deja de alumbrar.
77 Los que se dicen: teólogos que estudian y conocen de las religiones de los hombres, han forjado una trinidad, diciendo que: el Padre, es la primer a persona; la segunda persona, es el Hijo; y la tercera persona, es la luz del santo Espíritu. Dejadles que piensen como les plazca; mas si ellos, ocultan la Verdad; vosotros no tenéis que ocultarla, porque yo no me oculto ni me ocultaré jamás.
78 ¡Créalo el hombre o no lo crea! ésta es la Verdad que viene del celo, el mandato del Padre divino para quitar las nubes de los hombres conscientes o inconscientes.
79 Si los teólogos, se burlan de mi doctrina y a vosotros os llaman locos y os dicen otras palabras y otros denuestos, amados míos; vos, que habéis dicho. de la paciencia que Dios, nos dé yo os digo, rectificando vuestra paciencia, que la tenéis que pedir al Padre Dios; y tenéis que pedir todos que os la dé, porque ninguno posee todavía ese gran don de la sublime paciencia. Pedid vosotros a Dios, la paciencia; y cuando oigáis denigrar la sublime doctrina del corazón, de la cual soy yo el manifestador, entonces hablaréis en forma serena, persuasiva; pero jamás, habléis con violencia.
80 Os está estrictamente prohibido acaloraros y discutir con enojo, con violencia, tratando que los demás comprendan lo que vosotros vais asimilando, poco a poco.
81 Amados míos, la violencia no es para el espiritualizado, ni para el que se llame espiritualista. La violencia está reñida, con el que sabe sentir y dice amar a Cristo y llevarlo en su corazón. ¡Desterrad la violencia, pedid siempre porque sea en vosotros, la paciencia!
82 ¡Acumulad paciencia! ¿No veis cómo hace casi dos mil años, cuando yo hablaba a las multitudes, jamás usé la violencia para ninguno de los que me escuchaban? La serenidad, la persuasión, eso debéis llevar siempre en vuestros labios.
83 Si ellos no quieren escuchar hoy mi palabra, dejadles, que ellos la escucharán mañana; dejadles, pero no escondáis mi palabra y mi verdad que yo, no la doy a escondidas; a ocultas, ¡no! Mi palabra la doy, para que todos los hombres la escuchen: los que quieran, los que sepan comprender, los que deseen de buena voluntad hacer una análisis razonado y escuchad bien: aun de la duda, yo me valgo la duda también me ayuda, porque el que está dudoso, procura, haciendo un análisis buscar, sondear dentro de su propio interno; y valiéndome de su propia ayuda, la Verdad florecerá.
84 Que la paciencia sea en vos y sea en todos; y con la paciencia: la persuasión y la confianza.
85 Desterrad la violencia todos vosotros. Que os quede prohibida la violencia; aun en vuestras casas particulares, en vuestro propio hogar; la violencia trae como consecuencia muchos dolores, acíbar en vuestros labios y tristeza de espíritu en el corazón.
86 ¡Benditos seáis, mis amados! ésta ha sido mi enseñanza en esta alba de gracia. Si habéis podido captar y comprender algo en esta alba, ¡benditos seáis vosotros! Si no habéis podido comprender, buscad que alguno de los más entendidos os descorra el velo y os haga comprender aquellos puntos que aún dejados con extrema claridad, muchas veces son puntos obscuros para las pequeñas mentes ofuscadas de mis oyentes.
87 ¿Estáis conformes, amados, con lo que he aclarado en esta mañana, con mis exhortaciones amorosas, con toda la fase, con toda la gama espiritual que he traído a vosotros? ¿Estáis dispuestos a escucharme y a renovar vuestra existencia humana, a hacer del corazón duro de ayer, el corazón blando de hoy, de la conciencia adormecida, obscurecida de ayer, la conciencia clara que llama y busca a Dios, para entrar en comunicación con él? ¿Estáis dispuestos, amados míos, a perdonar; siempre perdonar, y devolver bien por mal?
88 Bienamados: ¡sed vosotros la imagen viviente del amor! Quien cultiva el amor y la misericordia, ya no necesita buscar más cualidades; ya que, la palabra amor, lo ha dicho todo, porque el amor es el perdón, es suavidad, es compasión, es misericordia.
89 La palabra amor, llevada en el corazón, es todo en la existencia del hombre; ya no necesitáis buscar más condiciones, ni más cualidades espirituales. Cuando tengáis el amor plenamente en el corazón, ya no es posible que os equivoquéis; iréis rectamente, porque el amor dicta suavidades exquisitas.
90 El amor, es el sublime bálsamo de consolación; el amor es el perdón, es la caricia. El amor y el perdón, dicho está, lo es todo en el mundo; es la llave de oro que abre las puertas de los celos; adonde, yo, os espero y os esperaré por siempre.
91 Amados míos, si vosotros tenéis arrepentimiento, después de tener el sublime arrepentimiento en el corazón, procurad restituir, si podéis, el mal que habéis hecho.
92 No os baste solamente el arrepentimiento, hay que restituir. Muchos arrepentidos están en el espacio, el arrepentimiento es en ellos, pero les falta restituir, aquello en lo que delinquieron.
93 Tened en cuenta siempre mi palabra, mi doctrina; y dentro de mi doctrina de verdad, de luz y de amor, florecerán mejores rosas en vuestro pensamiento. El preludio es el arrepentimiento; después las nubes sublimes del amor en vuestro corazón harán el complemento de la obra cristiana; de la magna obra: de amor, de unificación, de paz sublime en el corazón.
94 Y ahora, pueblo mío, marchad majestuosamente hacia los horizontes azules del porvenir; y con las brazos en cruz, sintiendo destellos de misericordia que iluminarán a la humanidad futura; sintiendo esos destellos, llamad hacia vuestro corazón, llamad hacia vos, a todas las razas, a todos los hombres, sin distingos de criaturas, de credos, colores, ni de razas, para cantar con ellos, al Padre Dios, el himno sublime de amor, de paz y de bendición.
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95 Amado mío, dos peticiones fundamentales, esenciales y justas me hace vuestro corazón entristecido; y a vuestras peticiones, contesto con estas palabras, que guardaréis en lo más profundo de vuestro corazón, para que sirvan como estimulante, como lenitivo a vuestra pena, a vuestro dolor; que os sirva de estímulo para seguir adelante, suceda lo que suceda.
96 Las pruebas, amado mío, son en este tiempo, más que en ninguno otro; las pruebas y los dolores de distinta índole; y a vos, os han tocado pruebas dolorosas, grandemente dolorosas; amadlas, porque a través de esas pruebas, os acercáis más al Padre Dios. Si sabéis llevar con resignación vuestra pena, os acercaréis más a Dios.
97 Escuchadme, ¡oh, mi pueblo! En este tiempo, nada hay que acerque más al alto solio del Padre Celestial, como el dolor.
98 El dolor, es un deber. No rehuyáis el dolor, bendecidlo siempre. A través de vuestras lágrimas y de vuestros dolores, bendecid el dolor, porque en esos momentos, el Padre Dios, derrama sobre vuestras cabezas su infinito perdón y su bendición.
99 Varón, ¡tomad de mi luz, para que retorne a vos, aquello que yo confiara a vuestro cuidado! Esperad y confiad, varón; y si no podéis cumplimentar mi orden, vuestra no es la culpa; culpables y responsables, serán aquellos que se han interpuesto en vuestro camino y en mi voluntad.
100 En cuanto a la luz que pedís, esperad, varón; cada ser que se desprende, tiene una misión que cumplir. En el reino de la luz, nada es antes ni después; esperad el momento.
101 Criatura, hijo mío, que habéis ido a descansar; descanse vuestro corazón entristecido, en mí. ¿Tenéis fe en mí, varón? ¿Creéis que puedo ser la luz de vuestro destino y la luz de esa alma por quien me pedís? Entonces, confiad en el Padre Dios y en mí; y sea en vos, el conocimiento, de que el dolor ennoblece; el dolor, agiganta el alma; y vuestro dolor y vuestra pena, os acercan más al Padre Dios, como os acercan a mí que tanto os amo.
102 Amado mío, no tardará mucho tiempo en que vuestra progenitora, en alma, su espíritu tenga luz; y vos daréis gracias al Padre Dios; y tendréis una gran alegría, porque cerca de vos, estará aquella, por quien hoy suspiráis y lloráis. ¡Bendito seáis! Y esperad, para vuestras dos peticiones. Esperad, para el alma aquella que se desprendió porque había llegado su momento. ¡Bendito seáis!
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103 Amada mía, me pedís por un siervo del Padre Dios, por un siervo del Cristo. ¡Cuántos pensamientos se han elevado al Padre Dios en favor de esa pequeña oveja mía muy amada! ¡Cuántos pensamientos! Que yo bendigo, porque se han desprendido de lo más profundo del sentimiento. Sí, mujer, ¡benditos sean vuestros labios, que piden por aquel que es mi amado!
104 Escuchad: yo no he venido a derogar los dictados de la Ley del Padre; yo vengo a que se cumplan porque si yo viniera a derogar sus divinos mandamientos, sería el primer desobediente; y he sido siempre, el primer obediente.
105 Cúmplase la Ley divina en ese mi hijo tan amado; tan amado, como lo sois vosotros; intensamente amado, porque ya empieza a hacer labor en mi obra. ¿Creéis que porque está muy enfermo, es menos amado? ¡No, mil veces no! La luz de mi pensamiento lo envuelve, para confortarlo, para animarlo; porque en verdad, os digo: su espíritu, se siente aniquilado hacía él, va mi potente pensamiento, mujer; raudales de luz, le envuelven. ¡Esperad! Y confiad, en que se haga sólo la voluntad divina del Padre; mientras tanto, el consolador de los seres, vela por él.
106 He escuchado en esta alba bendita de gracia, a un sinnúmero de pensamientos, que yo bendigo; pensamientos, que como mariposas de luz se han elevado hasta el alto solio del Padre, pidiendo, suplicando por ese hijo amado; mas, pedid por él y por todos vuestros hermanos. Sentid el dolor ajeno, olvidando vuestras propias angustias.
107 Es así, como os contesto. Yo escucho vuestro ruego, como el de todos vosotros; porque cada uno, habéis pedido por él. ¡Bendita seáis, vos, y benditos seáis vosotros! Que pedís unificados con él, en su dolor, por el alivio de su enfermedad, desconocida para los hombres de ciencia en el mundo.
108 He aquí, mi palabra y mi profecía cumplidas. Os dije en una cátedra, en años pasados, que vendrán enfermedades desconocidas para los hombres de la tierra; enfermedades, que los hombres de ciencia, no sabrán reconocer. Entonces, dejad que el Padre Dios, se encargue de ellas.
109 ¡Oh, Padre, Padre Eterno! Todas tus criaturas son necesarias en mi obra; unas en una forma y otras en otra; unas con mayor amor y entusiasmo, otras con menos entusiasmo; pero de todas necesito, de todas necesito ¡oh Padre! Confiamos, ellos y yo, en tu poder, en tu misericordia. Si fuera posible, ¡oh! Padre, sin desviar los dictados de tu Ley divina, te ruegan por esa criatura, por ese hijo tuyo, en quien te complaces, lo mismo que yo. ¡Padre! El manifestador de tu verdad, repite lo que te dijo en el monte de los olivos: “si es posible, ¡oh Padre! Aparta la copa de mis labios; mas ¡no se haga mi voluntad; sino la tuya!”
110 Y así, implorando al Padre Dios, las súplicas vuestras están unidas a mi súplica como Verbo, como Cristo, como luz, como redentor, como intercesor. Hágase en los celos y en la tierra, sólo su santa y divina voluntad; y hágase en esas criaturas enfermas, confortándolas, bendiciéndolas y velando en el lecho de su dolor.
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111 ¡Bendito seáis vos, hijo mío, sentid mi vibración en estos momentos! Sentid que el Cristo, os acaricia. Acaricio vuestra alma, que está inmensamente triste. Acaricio vuestro cuerpo; pero más que nada conforto vuestro espíritu. Amado miguel, dejad que se haga en vos, como en toda la humanidad, sólo la santa y divina voluntad de aquél que ha sido, sin dejar de ser nunca.
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112 Mujer, por vuestra petición, os bendigo; como bendigo, a todos vosotros. Amada mía, escuchad: el amor lo abarca todo, el amor lo sublimiza todo y llega, no solamente a aquella amada criatura mía, porque mi Espíritu gigante, envuelve el universo; porque el universo, cabe dentro de mi propio Ser, mujer. No hay necesidad de que esa criatura amada mía, por quien me pedís, pase, no a mis plantas, porque ya no tengo plantas; las plantas son del aparato humano por quien me sirvo.
113 Yo soy luz, esencia, fragancia, y os digo, como digo a todos vosotros: dejad que los espíritus limpios, se acerquen a mí, a mi rayo de luz; mas no las materias. Si tenéis fe, mujer, en que mi poder lo abarca todo, en que mi amor lo envuelve y lo satura todo, esperad y confiad, porque yo recibo a esas criaturas pequeñas por quien me pedís y a quienes habéis traído; os doy la bienvenida, a vos y a ella; y reciban ellas y vos, lo que es la voluntad del Padre: luz, caricia, consuelo, salud y muchas cosas que en secreto os envía el que tanto os ama, para vos y para las que me hacéis presente. No hay necesidad de que pasen ante mi rayo de luz, porque mi luz y mi amor, lo abarcan todo, mujer.
114 ¡Hablad! Hace algunos momentos que queréis hablar a vuestro señor.
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115 ¡Acercaos! El Cristo, os da la bienvenida. Es el amor el que os recibe. Acercáis a la pequeñita, no ante mis plantas, mis amados, porque el Cristo es luz, es esencia, es caricia, es fragancia, como os dije antes. Yo os recibo en esta mañana. ¿Qué me pedís, mis amados?
116 Yo he acariciado a vuestros niños antes de nacer, al nacer y después de nacer; en la cuna, mujer, he acariciado a vuestra pequeña; ella es mía, como vos, sois mía.
117 Progenitores de esta pequeña, que como palomita blanca habéis acercado, como azucena de mis campiñas, ¿qué cosas me pedís vosotros, que yo no os conceda? De aquello que está dentro de los dictados de la Ley suprema del Padre; y los cuales, no tenga yo que infringir; yo, su enviado, aquello que me sea permitido por el Padre Dios, yo lo concedo.
118 ¿Queréis la bendición para que vuestra pequeñita sea feliz? Pues bien, mujer, con el signo del Hijo del hombre que es el signo del Hijo de Dios, yo bendigo a esta pequeña criatura inocente; la bendigo, para que sea según mi voluntad; mas, mi voluntad, no la cumplen los hombres; hay una parte divina en el hombre y una parte de tierra, de materia, en el hombre, que subsisten en esta pequeñita criatura mía, inocente; y en vos, mis bendiciones y mi voluntad, para que seáis dentro de la pureza en que os encontráis; algo de la blancura, en que os han traído.
119 Azucena del desierto de la existencia humana: yo os bendigo, os acaricio y os unjo. Creced en el amor de Dios, aunque no llegaréis a mayor edad, no; yo os recogeré a su tiempo, antes de que se manchen vuestras alitas blanquecinas. Mientras tanto, seréis el consuelo, el amor, seréis la caricia en el hogar de vuestros progenitores.
120 Y vos, mujer, que por ella me habéis pedido, para que sea dichosa y feliz: ¡cuidadla, protegedla de las tentaciones del mundo, mientras está con vos! Después, será conmigo y estará mejor conmigo que con vos, mujer.
121 Rosa de mayo, yo os bendigo, os acaricio y os unjo. Sed el consuelo de vuestros progenitores y la luz. Mi luz sea irradiando en vuestras pupilas, en vuestra frente, en vuestros labios y en vuestro corazoncito, que palpitará para Dios, para mí y para la humanidad.
122 Id tranquilos, progenitores de esta pequeña que es mía; y que a su tiempo, yo recogeré para mí. ¡Benditos seáis! Llevad alegría en vuestro corazón, porque mi luz ha sido con ella y con vosotros.
123 No os desviéis del camino de la Verdad, del camino del amor, ¡oh! Peregrinos del camino de la vida.
124 Planeta de restitución, pequeñito planeta, yo te amo, yo te acaricio, yo te unjo porque fuiste formado con el dolor de la tierra y con la poesía del celo. Planeta: ¡bendito seas, con todos tus moradores!
125 Amados míos: ¡marchad vosotros conmigo, yo voy delante! Los resplandores celestes ya se vislumbran en el nuevo horizonte de vuestra vida; y triunfaréis, si os apoyáis en mí. ¡Benditos seáis, todos vosotros! ¡Adiós, pueblo amado!
¡Mi paz, sea con vosotros!
106. La realización del amor en nosotros mismos
Domingo 29 de octubre de 1950
1 La luz de Cristo viene a vosotros. Las irradiaciones de la luz excelsa vienen al pueblo, amante de escuchar por momentos, para olvidar después.
2 Mañana luminosa, en que se desprende del hálito divino del Padre Dios, la vibración que a través de antenas humanas llega hasta vos, para encauzaros, para llenaros de vibraciones celestes, para dar calor de amor a vuestro entumecido corazón, para recordaros vuestros deberes espirituales porque los habéis olvidado.
3 Acercaos a mí, ¡oh! Mi pueblo. Acercaos al rayo de luz de vuestro Maestro incansable, que es hoy, mañana y siempre; siempre que lo necesite el mundo.
4 Y, ¿cuándo no me necesitáis vosotros? Hoy más que nunca, es el momento en que el mundo necesita recibir por medio de la palabra, del pensamiento sonante, la manifestación del Cristo a través de aparatos humanos; la demostración de que mi amor ha sido sin dejar de ser nunca la infinita compasión del que os ama, del que os ha esperado y os sigue esperando.
5 Alba de gracia, en que yo os pregunto: ¿os habéis preparado en espíritu y en verdad para recibir la visita del Espíritu que vibra en pensamiento excelso para transmitir por medio de aparatos humanos receptores e intérpretes de mis divinos pensamientos? ¿Os habéis preparado en verdad, para recibir la visita de vuestro Maestro y señor?
6 ¿Estáis seguro, mi pueblo que os habéis preparado debidamente? Porque así es como me recibís, amado pueblo, como visitante espiritual. Siendo y debiendo ser el morador eterno en las almas de los hombres, tal parece que solamente es la visita esperada
7 Y, ¿esperada, cómo? ¿Con ansias infinitas, con anhelos espirituales? ¿Con el ansia de aprender, de retener, de analizar mi palabra y mis pensamientos? Pero como mis pensamientos son trasunto de amor, solamente los podéis analizar con el amor excelso; pero vos todavía, ¡oh! Mundo mío, parte del mundo que vengo a redimir no estáis preparado para albergar y ver la imagen del excelso Padre en el interno de vuestro propio ser. No le dais albergue, porque todavía no le queréis conocer y no sabéis recibir la caricia excelsa del que tanto os ama.
8 ¡Bien! ¡Acercaos a mí, más cerca de mi vibración; dejad que vuestra alma se abra como la flor de loto! Y en esta mañana, dedicadme un poquito de vuestro tiempo y de vuestra atención.
9, dejad por un momento vuestros problemas, dejad los pensamientos que se agitan por lo que habéis dejado en vuestro hogar, ¡dejadlo todo! Y abriendo vuestro corazón y vuestro entendimiento, dedicadme estos momentos, como yo os dediqué mi existencia entera; como os he dedicado todos los pensamientos y los anhelos de mi Ser; y entonces, estaréis en disposición de recibir, de analizar y de practicar mi doctrina de justicia, amor y sabiduría.
10 He aquí, un momento en cada día dominical que dedicáis a vuestro Padre, mi pueblo: ¡bienaventurado aquel que, con la dicha en el alma, hace la realización consciente, la sublime realización de su obra y está en condiciones de presentarla ante la mirada divina del Padre Celestial que es vuestro Padre! Realización sublime de la obra, que os está encomendada y que la habéis olvidado a través de innúmeras existencias humanas.
11 Yo os invito en esta mañana a meditar. Deteneos a meditar en las manifestaciones del espíritu a través del alma, en el porqué de la naturaleza, en la belleza que engalana el planeta tierra; en la natura, embelleciendo este planeta y el interno del hombre; embelleciéndole con sus virtudes radiantes de amor, de misericordia, de luz y de perdón. De estas magnificas bellezas, está lleno el universo entero; y el universo, cubre al mundo y os cubre a vosotros.
12 Pueblo mío, realizad vuestra obra, la obra espiritual, la obra sublime. Preguntad y analizad; meditad, el porqué de la vida del ser humano en el plano terrestre, el porqué del amor y del dolor, el porqué de la luz y de las sombras, el porqué de la vida y de la muerte. Deteneos a analizar, y cuando hayáis extraído toda la Verdad y el simbolismo que existe en estas vicisitudes, en verdad, os digo: que estaréis en condiciones de entrar al camino de perfección.
13 Las virtudes del espíritu, manifestaciones radiantes de la Verdad que están radicadas en el fondo de la conciencia de cada hombre, como flores de perfumado aroma; con las cuales, terminaréis la sublime obra de que os estoy hablando.
14 Os he hablado de las muchas moradas que tiene la casa del Padre; de los diferentes caminos por los cuales podéis transitar para llegar al estado de perfección, al estado verdadero, de ser uno con vuestro Padre Dios.
15 Ahora os digo: así como la casa del Padre, tiene muchas moradas y existen diversos caminos para llegar a él, también hay caminantes de muy diversos caminos para llegar a Dios; también hay caminantes de muy diversa índole, que no buscan el mismo fin.
16 Hay unos, aspirantes a cristianos espiritualistas, pequeños párvulos que empiezan a estudiar el abc de la espiritualidad; y hay otros pequeños discípulos, que llegarán con el tiempo, a ser los maestros del mañana. Pues bien, por esos senderos, van distintos caminantes.
17 Unos, son aquellos que no han entrado todavía por mis caminos, aquellos que se creen con todo el poder mental e intelectual para descifrar a Dios, que se creen autorizados para analizar al Padre Dios, para arrancar al eterno sus secretos, que corresponden solamente a la manifestación excelsa del creador increado; aquellos hombres, en su soberbia y en su vanidad, quieren extraer los conocimientos de la Verdad y niegan lo que brilla a la luz del sol con radiante luminosidad.
18 Esos hombres, creen tener todo el poder para acumular la dicha efímera del mundo, porque todo lo que es en el mundo es pasajero, como la existencia misma del hombre, que hoy es y mañana dejará de ser; y cuando esos hombres, no pueden adquirir todas las satisfacciones materiales que su mente calenturienta busca, entonces se desesperan, reniegan y blasfeman e increpan al celo porque no les ha sido concedido aquello que desean; mas, creen que pueden obtenerlo, por medio de su saber, puramente humano y material.
19 Hay otros, que empiezan a dar apenas, los primeros pasos en el camino de mi luz; que luchan trabajosamente, porque son aherrojados en el mundo, todavía, por las pasiones y en consecuencia por el dolor. Y yo os digo, mi pueblo: venced las sensaciones puramente materiales, venced el dolor, para que las sensaciones materiales, el dolor y las amarguras, no os venzan a vos.
20 ¡Bienaventurado aquel que sabe vencer el dolor, siendo el dolor un deber! Quien rehúye el dolor, rehúye su propia liberación. ¡Venced las sensaciones puramente humanas y venced el dolor!
21 Los que empiezan a transitar por mis caminos, tienen otros impulsos; ya no son como los primeros. Estos son otros caminantes, fijaos bien, que cuando llega a ellos la tortura, cuando les llegan los inmensos dolores, la congoja, la angustia y los sinsabores, que ya no les dejan ni siquiera alientos para elevar los ojos al firmamento e implorar la misericordia paternal; ellos no increpan al celo, no reniegan, no reclaman; ellos, oran humildemente.
22 No se debe exigir de los celos, la felicidad que el humano cree haber merecido. El que empieza a transitar por mis caminos, humildemente eleva sus ojos al infinito, y ruega: Padre, yo te suplico, yo te imploro que en tu misericordia, remedies mi necesidad. Yo sé, ¡oh Padre! Que el dolor me toca, me estruja; pero también sé que nada viene a mí que mi alma y espíritu no necesiten; y entonces, si tú sabes que todo mi ser, eso necesitaba, tú me darás la fortaleza necesaria y el consuelo, llegado el momento.
23 Hay otros caminantes que se acercan a oír mis pensamientos, creyendo unas veces y dudando otras; y en ocasiones, se sienten defraudados y dicen así: si yo me acerco a oír la palabra del Maestro, con la esperanza de que mis necesidades sean remediadas; si toda mi vida he suplicado, he llorado y no he tenido ni un solo momento de tranquilidad, de dicha y de paz; ¿por qué escuchando al Cristo, mis problemas no son resueltos en el momento preciso en que lo necesito?
24 Escuchadme bien: estas quejas, por demás injustificadas, son porque vosotros no podéis volver vuestra mirada a vuestro pasado; aquel pasado que se pierde en la noche de los tiempos, en el polvo de los siglos; aquel pasado que vosotros no conocéis.
25 En verdad os digo, que toda deuda, tiene que pagarse. Algunos decís: no es suficiente, ¡oh Maestro divino! Todo lo que he sufrido mas, yo os digo, que no lo habéis sufrido con resignación, mis amados. Si hubierais tenido humildad desde un principio, la cadena de dolores, se habría ido acortando cada vez más.
26 Escuchadme bien, retened, analizad y comprended: no todo el sufrimiento, es resultado o consecuencia de algo ocasionado es decir: por causa y efecto ¡no, bienamados! Cristo, en cuerpo de Jesús, sufrió infinitamente. La que vosotros llamáis madre purísima, la excelsa luz, María, la aurora de todos los tiempos, no tuvo dolor por causas pasadas, como no lo tuvo su hijo, llamado en aquel tiempo: Jesús y, sin embargo, ¿por qué el dolor no se detuvo un solo instante? ¿Por qué? Porque el verdadero amor, el amor sublime espiritual no solamente debe sentirse, debe manifestarse; y el amor excelso de Cristo a través de Jesús y la ternura infinita de María, se concentraban en sí mismos y hacían su manifestación en la renunciación, en el propio sacrificio.
27 Amar espiritualmente, es darse todo por el ser que se ama; y entonces, el dolor, es una renunciación; y es una dicha, si el dolor trae como consecuencia, la felicidad de los demás.
28 ¿Ahora sí, me estáis comprendiendo, amados? Quiere decir entonces, que si muchos de vosotros habéis sufrido desde la niñez, vosotros no sabéis si es dolor debido a causas por deudas pasadas; o bien, porque el alma deba agigantarse, deba lavarse, para purificarse.
29 Las almas quietas, no crecen, permanecen estacionadas. Las almas que no sienten el estrujar del dolor, la angustia y el llanto, están quietas también. Esas vidas quietas son vidas estacionarias; esas almas no crecen. Las almas crecen, por su propia voluntad del espíritu; ya sea por el amor y por la renunciación; o contra su voluntad, por el llanto del dolor y el sufrimiento, cuando la Ley de causa y efecto es en los seres humanos.
30 Fijaos bien en esto, ¡oh! Bienamados: cuando la ley de causas y efectos es en los seres humanos y ellos sufren con humildad, con resignación y sienten el arrepentimiento, pero con el arrepentimiento, la necesidad de restituir y transformar su vida: pensando, hablando y obrando bien, teniendo misericordia, bondad, dulzura, piedad y perdón entonces, las manifestaciones de la Ley de causa y efecto, dan una tregua a su dolor; pero si en aquellos que están sufriendo por alguna deuda o causa de ellos mismos, hay rebeldía e imploran al cielo, reclamando.
31 ¡Oh! Bienamados, no es al amor de Dios, a quien se debe reclamar, no es al amor del Cristo, a quien se le debe reclamar e injustificadamente al que se le reta. ¡No, mi pueblo! A Dios y al celo, no se les reta.
32 No debéis vosotros retar a Dios. ¡Tened mucho cuidado! Porque las rebeldías, atraerán, a los que están sufriendo por su propia causa, mayores deudas todavía; más complicaciones en su deuda; y si un tiempo había de durar el efecto de sus causas, para tener un tiempo de descanso después; con vuestra rebeldía, vosotros mismos hacéis que la cadena de causas y efectos se haga interminable y que se suelden más fuertemente los eslabones de esta larga cadena, con que estáis atados al mundo a muchos siglos y muchas existencias humanas.
33 En verdad os digo, que estáis muy lejos todavía, de pagar totalmente vuestras deudas contraídas de vuestro pasado.
34 Entonces, si estáis comprendiendo la Verdad de esta lección, que quiero que la incrustéis en vuestra mente, para que ya no seáis los renegados, los que injustificadamente reclaméis retando al celo, retando a Dios.
35 Si vosotros tenéis grandes pesadumbres y no habéis podido solucionarlas; esperad con resignación, en la bondad infinita del Padre Dios, porque vosotros no sabéis si es el efecto de alguna causa; o es que el Padre, está preparado vuestra alma para mayor altitud, para que ésta crezca, para que vuestro espíritu se eleve a Dios, tenga algún aprendizaje y esté suficientemente preparado para cuando vaya a otros mundos.
36 Mi amor es infinito, como el universo, porque el universo todo, cabe en mi Ser; y yo, atraigo todo y lo lleno de luz sacrosanta. El Padre Dios, os ama infinitamente, a pesar de vuestras protestas y rebeldías. Vuestra pesadez y densidad no os permite que sintáis las vibraciones que existen en todo el universo; vibraciones, las manifestaciones del pensamiento divino, del creador increado.
37 Hay en los éteres, en vuestra atmósfera, en el infinito, potentes rayos magnéticos, potentes luces, vibraciones etéreas del Padre Dios, que os acarician, que os nutren y que os dan bellezas espirituales, colorido, luz, notas de armonía que vuestros oídos materializados no pueden percibir.
38 Tenéis grandes bienes espirituales y os sentís pobres. Vivís vosotros la vida míseramente, vivís muriendo; esa es la palabra: vivir muriendo cuando debéis vivir gozando, llena el alma, lleno el espíritu de infinita claridad celeste, porque eso es lo que dejan las vibraciones excelsas del Padre Dios.
39 Pueblo amado, quiero espiritualizar vuestros pensamientos, espiritualizar vuestras palabras, vuestro corazón, vuestra vida y vuestras obras humanas.
40 Cuando sintáis verdaderamente espiritualizado vuestro corazón, cuando seáis varón y mujer libre, entonces llegaréis a percibir la eterna cátedra del Padre Dios, en que los luminares tienen sus complacencias. Y, entonces, ¡oh! Mundo, ¡oh! Pueblo mío, ¡oh! Humanos míos, ya no necesitaréis de antenas humanas, de aparatos humanos para poder recibir de mis pensamientos.
41 Entonces, cuando tengáis el corazón, alma y espíritu, llenos de luz de espiritualidad, sentiréis un regocijo interno, porque espiritualmente percibiréis las vibraciones armoniosas de la cátedra eterna del santo Espíritu, que es en vuestro mundo, en los mundos siderales y en los otros mundos, que vuestros ojos materiales no pueden ver. Para esto, yo os estoy preparando, mi pueblo.
42 ¡No olvidéis que vuestra alma, se prepara, agigantándose con el dolor! Algunos de vosotros, sois espíritus fuertes, potentes; y por ser fuertes, estáis en condiciones de colaborar conmigo para agigantar vuestra alma, para haceros libres más pronto.
43 ¡Qué grande y qué sublime es el dolor! Qué manifestación más grande, es el dolor, que vosotros rechazáis. Quisierais vosotros apartar para siempre la copa del dolor. Mas, se aparta ya la copa del dolor, cuando el alma se agiganta; y en las alturas, el alma de ese espíritu, deja de sufrir.
44 También se agiganta el alma y se aparta la copa de cicuta, con las virtudes; o con la primer a y sublime, virtud suprema de donde dimanan todas, que es la parte primordial, el eje principal donde giran los mundos: la esencia sublime del amor divino.
45 Todo puede aprender el hombre, todo es fácil para él, menos amar. Cuando vosotros sintáis la palanca poderosa, del amor espiritual; ¡no del considerado como amor de los sentidos humanos! Porque muchas veces confundís el amor con la piedad, con la lástima que sentís por vuestros semejantes.
46 ¡Decís sentir amor por vuestros semejantes; y no es así, os habéis confundido, os habéis equivocado! Muy diferente es el sentimiento purísimo del espíritu, que es capaz de llegar a los más grandes dolores y sacrificios, en bien de sus semejantes; y otra es, el sentir un poco de lástima y de conmiseración.
47 Muy diferente es también, el apego puramente pasional, el afecto carnal; al que confundís con el amor espiritual que radica en el espíritu; y que no se detiene, en la parte corporal, en la parte material. Por eso, os digo, que es difícil para la humanidad, saber amar.
48 Para que aprendáis a saber amar, es mi doctrina, es mi palabra. Si la escucháis hoy y la olvidáis mañana, bien está, bienamado. Vos olvidáis; mas, yo no olvido ni he olvidado jamás, el pacto habido entre el Cristo universal y los seres humanos, hijos de Dios.
49 Yo no he olvidado ni olvidaré jamás, el pacto sagrado, la unión espiritual del Cristo, con los hombres pecadores.
50 Yo no he olvidado que mi misión es redimir, hablándoos con claridad diáfana de una mañana sublime, de una claridad excelsa, de un amanecer, de una aurora de luz y de verdad.
51 Soy con vos, porque os sigo amando; y nunca he dejado de amaros, porque yo tengo piedad amorosa para vos. Tengo para vos conmiseración de infinita ternura, como no la habéis recibido jamás, ni la recibiréis de ninguno de los seres de la tierra; sino hasta que estéis todos vosotros, en estado de perfección.
52 Por eso, os decía antes: ¡bienaventurado aquel que realiza y está concientemente en condiciones de complementar su realización, para entregarla al Padre Dios, a vuestro Padre espiritual! Porque, entonces, repito: estáis ya empezando a entrar, en el camino de la perfección.
53 Esta es mi labor, pueblo mío, ésta es mi tarea sublime, la tarea del que quiere salvaros. ¡No importa que volváis nuevamente a ocupar otro cuerpo de carne, no importa que pasen los siglos y los tiempos! Porque mi palabra y mi tarea esencial y espiritual, no han terminado ni terminarán, mientras haya en el mundo un solo pecador a quien redimir por amor.
54 Escuchad bien, mi pueblo: entre las innúmeras legislaciones infinitas del Padre, hay una que estáis en condiciones de practicar desde hace mucho tiempo, desde que estáis escuchando mi pensamiento trasmutado en palabra. ésta es: la Ley de preparación esta Ley, ha sido, es y será siempre.
55 La noche se prepara, para recibir al día lenta y pausadamente las sombras de la noche desaparecen, para dar paso al astro rey; y, ¿acaso el disco solar hace su aparición, rápidamente, mi pueblo? ¡No! Poco a poco, en el oriente, vais contemplando el disco que se va manifestando paulatinamente. Los rayos del sol por la mañana, no son tan fuertes como a mediodía; y cuando el sol tramonta en occidente, poco a poco se van esfumando los rayos solares, hasta quedar todo convertido en penumbra. Es cuando empiezan a hacer su aparición lentamente, las sombras de la noche. ¿Y esto qué quiere decir? Que se realiza todo, por medio de la preparación.
55 En la parte material, el niño hace su preparación para entrar en la adolescencia; y en la juventud, se prepara para la edad madura; después para la ancianidad, y por último, para entregar sus cuentas al creador; se prepara para la muerte.
56 En las aulas, los niños estudian; y vosotros, estudiáis en mi escuela del saber, de la Verdad, en la que os estoy preparando . Esta es la Ley de preparación.
57 Cuando el hombre muere, agoniza lentamente y empieza su preparación para otros planos. Cuando el ser, tiene que renacer nuevamente; poco a poco, entra en la corriente de renacimiento; eso no se hace de un momento a otro, sino poco a poco.
58 En el seno materno, hay un tiempo para que el ser crezca, hasta que abra sus ojos a la luz del día, en el planeta de restitución.
59 Entonces, si vos me habéis escuchado desde hace mucho tiempo, estáis ya en condiciones de hacer vuestra preparación, para entenderme y para practicar; y entrar de lleno, en una vida nueva.
60 Vosotros, facultades y pedestales, cerebros a mi servicio, ¿creéis acaso que de la noche a la mañana estuvisteis en condiciones de prestar este grande y alto servicio? Vosotros, sabéis que la mediumnidad, es a semejanza de un botón de rosa; el que, al transcurrir el tiempo y con cuidados infinitos, se va desarrollando y preparando hasta que llega el momento, en que este botón se ha convertido en rosa, abre sus pétalos y entonces, esta rosa exhala su perfume; siendo este perfume mi pensamiento, mi palabra hecha luz, mi palabra en floración de verdad, para vos.
61 Pues bien, si todo necesita de la preparación, ¿por qué no os encuentro todavía preparado para recibir mi visita, para escuchar mi palabra y para practicarla?
62 ¿No queréis prepararos abriendo vuestro corazón y vuestra alma como la flor de loto, para que lleguen hasta vos los reflejos de mi palabra omnipotente?
63 ¿Por qué no os preparáis debidamente, mi pueblo? ¿Por qué venís siempre pensando, en lo que dejasteis en vuestro hogar? ¿Por qué no os concentráis? ¿Por qué no os preparáis para recibir el regalo espiritual que traigo para vos, en día dominical?
64 Pequeño es el tiempo de vuestra existencia humana, que a medias, me dedicáis. Yo observo las complicaciones de vuestra existencia, en vuestra pequeña mente, por qué no me dedicáis todo vuestro corazón, todo vuestro entendimiento, todas vuestras ansias y toda vuestra atención.
65 Comenzad por prepararos así, mi pueblo, comenzad por ser obediente, por ser sensitivo; para que sintáis, analicéis y después practiquéis lo que os enseño.
66 ¿Es acaso que mi palabra, os ha cansado? ¿Es posible que podáis vivir durmiendo, cuando el regalo de las estrellas viene a vosotros, cuando las vibraciones del santo Espíritu os rodean, cuando la caricia celeste llega a vosotros; pero que la ansiedad de vuestra materia, os impide sentirla? ¿Es posible que viva el mundo sin sentir la caricia y la vibración de Dios, sin vislumbrar sus rayos universales y la luz del santo Espíritu que vibrando está dentro y fuera de cada uno de vosotros? ¿Cómo es posible vivir sin vivir? ¿Cómo es posible vivir muriendo, mi pueblo?
67 Dedicáis todos vuestros pensamientos, a solucionar solamente lo que constituye la comodidad de vuestra existencia material. ¿Cómo es posible, que despreciéis un tiempo precioso? Un tiempo necesario, para la preparación de vuestra nueva vida, de vuestro nuevo estado: la vida espiritual.
68 Soy yo, Cristo, el Verbo Divino, el que os estoy preparando : lenta y amorosamente, pero seguro soy yo, el que vengo preparando el camino, para que entréis de lleno; pero necesito vuestra colaboración, vuestra voluntad.
69 Quiero vuestra buena voluntad, quiero poseer vuestro corazón, vuestra mente, vuestro entendimiento, vuestros ojos, vuestras manos, los latidos de vuestro corazón; las sensaciones espirituales de vuestra alma; quiero poseeros todo.
70 El Cristo de Dios, quiere poseer todo aquello que vos creéis que es vuestro; pero que os ha sido prestado por el Padre Dios. Nada de lo que tenéis, es vuestro; y de todo, tenéis que dar cuentas a vuestro Padre Dios.
71 Pues bien, dejad que Cristo, el amor divino, posea en esta mañana y a partir de hoy, todos vuestros sentidos.
72 ¡Dominad vuestros dolores, vuestras sensaciones puramente materiales; dominad vuestros deseos puramente materialistas! Pues, que dominando vuestros deseos, ellos no podrán venceros, y seréis vos el victorioso y cantaréis victoria; y entonces, al hacer el Cristo, su aparición en vos, podréis vislumbrar su imagen reflejada en vuestra alma; porque, yo os digo, que vuestros sublimes pensamientos espiritualizados se plasman en vuestra alma, para que un día, podáis contemplar por vos mismo, la realización de vuestra propia obra material y humana.
73 Si alguno de vosotros no ha comprendido algo, yo guardo silencio para que así, lo exprese. Vuestro silencio, me demuestra, que habéis entendido verdaderamente mi palabra.
74 Yo quiero que mis cátedras, no sean escondidas; que mi palabra, no sea enterrada; que no sea olvidada, porque si os olvidáis de mi palabra y de mis pensamientos, ¿adónde tendré que ir, para hablaros? ¿Iré acaso al desierto? ¿Iré acaso a los mares? ¿Iré a las montañas? ¿Hablaré a las aves, a los peces o a los vientos?
75 Yo os digo, que: las aves, las flores y los vientos, me escuchan y ellos, contestan a su amo y creador en su mudo lenguaje, en su propia armonía. ¿Será posible que ellos me escuchen y me comprendan, y que ellos practiquen? Porque, yo digo a los vientos: ¡aquiétense! Y los vientos, se aquietan. Y digo a los hombres: ¡venid a mí! Y los hombres me rechazan, y los hombres olvidan mi enseñanza y mi palabra.
76 Yo hablo a todos los seres y creaturas, yo hablo a todos los mundos; yo hablo a todos los universos; y en todas partes, mi palabra es escuchada de mente a mente, de Espíritu a espíritu. He aquí, mi labor, mi Espíritu llega hasta el corazón de los hombres, para que dejando éstos su dureza, vengan a mí.
77 Yo les he llamado en esta mañana. ¡Almas mías, venid a mí! Si las aves y los éteres y los astros, todos responden a mi llamado, ¿por qué el alma del hombre, no sabe responder? ¿Por qué los hombres de la tierra todavía no quieren responder al llamado? Porque yo hago al corazón del hombre, infinitos llamados; es un llamado eterno, es la campana de oro; es el toque sublime del amor que no se cansa, tocando cada corazón entristecido.
78 Si tenéis vuestro corazón acongojado, sabed que a mayor dolor, mayor esperanza, y que la esperanza muere con el último aliento del hombre.
79 Si alentáis esperanzas en vuestra existencia humana, traedme vuestras esperanzas, amado pueblo, venid hasta mí.
80 En verdad os digo, que cuando seáis conciente de que el dolor os toca, bien sea por las causas y sus efectos, entonces necesitáis ser humilde y resignado; o bien, cuando seáis conciente, de que vuestra alma está en preparación para nuevo trabajo, para trabajo más alto, cuando los espíritus son fuertes y las almas están dispuestas y preparadas para ascender un peldaño más cada vez; quiero veros humilde, pueblo mío, quiero veros manso y humilde de corazón; resignado, consciente y unificado a la voluntad divina de vuestro Padre Dios.
81 En aquel tiempo, el dolor de Jesús, fue grande, infinito; pero mi dolor no ha terminado, porque vos me retenéis todavía, porque sigue el Cristo de Dios, sufriendo por vuestra dureza, por vuestras reclamaciones injustas, por vuestra falta de comprensión, porque no entráis todavía en el camino de preparación y menos aún en los caminos de perfección; y no queréis cumplir con lo dictado en los mandamientos de la Ley estatuida por el Padre Celestial.
82 ¡Entrad en el camino de preparación, con vuestros sentidos abiertos, con toda vuestra buena voluntad! Si sabéis que tenéis que recibir el regalo espiritual, ¡preparaos con vuestros sentidos abiertos! Con toda reverencia; mas no con misticismo, ¡no! Yo quiero mentes amplias, libres, pero espiritualizadas.
83 Prepararaos de antemano, a recibir mi palabra por medio de la concentración y del silencio. Escuchad la voz del silencio. Si os preparáis debidamente, muchas grandezas recibiréis, mi pueblo; mas éstas, no llegan a vos, por vuestra falta de preparación.
84 No os habéis detenido a pensar por qué mi amado raúl, vuestro amado director espiritual, a quien muchos de vosotros amáis, grandemente, pero no lo obedecéis; ¿no os dais cuenta que mi amado raúl, ya no os exhorta como antaño?
85 Antes era amoroso, sufrido y dulce, pero también enérgico. ¿Por qué ahora ya no os exhorta y os deja que hagáis vosotros según vuestro libre albedrío y vuestra voluntad? ¿No os convence esto, mi pueblo? Entonces, ¡yo os voy a decir la queja de mi amado raúl! él, me dice: quiero ser, señor, un verdadero discípulo tuyo; quiero imitarte, amando a aquellos a quienes tú les hablas; pero, si ellos no te obedecen a ti, Maestro, ¿qué puedo esperar yo? Quiero tomar de tu paciencia y de tu bondad y quiero guardar silencio, a ver hasta cuándo Maestro, ellos comprenden por qué guardo este silencio, por qué ya no exhorto, por qué ya no dirijo como antaño. Maestro de maestros, guardaré silencio, aunque mi ser sufra intensamente”.
86 ¿No os da pena lo que dice aquel amado ser que es luz para vosotros, que es caricia, que es ternura?
87 Raúl, ellos no os comprenden; pero yo sí os comprendo. Guardad silencio porque queréis tomar de mi paciencia, porque queréis tomar de mi bondad. ¡Bendito seáis! Mi luz os envuelve, ¡oh! Servidor fiel.
88 Ser bendito, que tanto os hacen sufrir, en verdad os digo: guardad silencio, no reclaméis, no exhortéis pero algún día las conciencias harán su removimiento y cada conciencia reclamará; y entonces, vos veréis las consecuencias. Recibid, ¡oh! Amado, mi eterna complacencia y mi sublime bendición.
89 Deteneos a pensar en estas palabras, en esta aclaración de esta mañana, no sea que la conciencia os reclame, ya que raúl, no reclama; él guarda amorosamente silencio, pero no porque guarda silencio os ama menos, ¡no! Porque os ama infinitamente, él calla; pero sufre, no le hagáis sufrir, amados, porque no lo merece, porque es un Ser que os ama, es una luz que brilla, es una verdad que surge en cada una de sus manifestaciones. ¡No le hagáis sufrir!
90 Escucho en esta mañana a una voz solamente, que haya entendido y que haga un pequeño resumen; porque el tiempo de vosotros, es veloz y vuestros problemas hogareños, os reclaman.
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91 Amada mía, en verdad, os digo y os digo a vosotros. Si practicarais en vuestra vida un solo concepto de cada cátedra, yo os digo que ya habríais entrado en el camino de perfección; pero no ha sido así, los años transcurren y sigo esperando; y mi enseñanza se esparce por el mundo como aromas de nardos, de azucenas, de violetas; y el amor, es a raudales entre vosotros; por eso, os digo: deteneos a meditar si todavía no habéis aprendido a orar y a pedir al Padre, ¡aprended a meditar! Que en la meditación y en el silencio, hablará vuestra propia conciencia; y entonces, haréis una recordación de mis conceptos, de mi palabra, de aquello que os encauza y que necesitáis para evolucionar, para elevaros, para ir ascendiendo peldaño por peldaño, para desmaterializaros. Es así como os contesto, mujer amada.
92 Algunos os acercáis con la esperanza de recibir de inmediato la solución a vuestros problemas, la dicha que estáis esperando; pero la dicha efímera, de todo lo que es materialismo. No esperáis vosotros la dicha del Espíritu, no me decís: “señor, ayúdame para alcanzar la dicha eterna; ayúdame a espiritualizar mis pensamientos, mis palabras y mis acciones; ayúdame a crecer en alma; ayúdame para aprender a amar a Dios sobre todas las cosas y amar verdaderamente a mis semejantes y a sentir su dolor como si fuera el mío”.
93 No pedís los bienes para el espíritu; pedís solamente el bienestar y las cosas para vuestra materia; y yo, recibo las peticiones que hacéis para el espíritu, porque en la parte material, todo lo demás que necesitáis para vuestra existencia en la materia, ya lo sabéis, que se os dará por añadidura.
94 Deteneos a pensar en mis revelaciones, mujer. Deteneos a pensar y clasificar cada uno de mis conceptos, para que aprendiendo y practicando tan solo uno de ellos, empecéis a transitar por mis caminos, hacia el camino de perfección.
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95 Corazón agradecido: calmad vuestro dolor, mujer, porque el llanto en este momento es de gratitud; y el llanto vertido, cuando es originado por el sentimiento, yo le bendigo, como os he bendecido siempre.
96 Criatura, que sufrís, pero que tenéis fe: ¡bienaventurado aquel que hace uso de sus propias fuerzas internas, para hacer la realización en su vida. No es solamente vuestro testimonio, mujer; en cada una de las vidas de vosotros hay testimonios.
97 Cuántos habéis estado al borde de la tumba; y sin embargo, estáis aquí escuchando mis pensamientos. ¿No es ésta la manifestación del amor del Padre Dios y de mi amor por vosotros? Mujer, seguid adelante, porque vuestro camino es áspero, es duro; pero en ese camino donde las espinas se multiplican, también hay rosas. ¡Tomad las rosas y apartad las espinas!
98 ¡Tomad todos vosotros, las rosas! Hay rosas con espinas y en esta mañana place a mi voluntad, recoger todas vuestras espinas; para que las rosas internas que lleváis, expresen su perfume y alienten vuestra vida para poder seguir adelante.
99 Rosas mías, rosas que estáis regadas con el propio llanto del dolor que lacera; cuando vuestros ojos se elevan al firmamento, para decir: ¡Padre Celestial, ya no puedo más! Y sin embargo, podéis, ¿por qué? Porque en esos momentos álgidos, la vibración eterna del creador increado, llega a vosotros para confortaros, para daros calor y aliento de vida.
100 Veis, mujer, lo que es el poder del Padre Dios. Los médicos materiales se equivocan; pero el divino médico de médicos, ¡jamás se equivoca! Y entonces, en los momentos precisos, he aquí al manifestador del amor, dando salud, felicidad y belleza interna.
101 Buscad a Dios, sentid el amor de Dios; y en todas las penas de la existencia humana, sabed que no estáis solos. ¡Jamás! Jamás ha habido una criatura que derrame una lágrima, que no sea enjugada con infinita ternura.
102 He aquí una manifestación de un testimonio, como hay miles. Cada uno de vosotros, sois un testimonio viviente, ¿o no es así, mi pueblo?
103 Cada uno de vosotros, es un testimonio, de lo que es el amor infinito que derrama el Padre; porque en esta existencia humana transitoria, habéis pasado cada uno por cruentos sacrificios, muchos de ellos callados.
104 Es más bello el dolor callado, ante mi mirada espiritual; aquel dolor que no se queja, aquel dolor escondido que no reclama, que se guarda en las paredes del pecho, aquel dolor que hace agonizar a varones y mujeres. Ese dolor, yo lo recibo; yo sano esas heridas. El dolor callado, el sacrificio escondido.
105 Cuando el corazón llora, es que las ramas de vuestro árbol están cayendo, es el árbol que se estremece. El vendaval de la existencia humana material hace crujir vuestras ramas, las hojas secas caen por tierra y el viento se las lleva, ¿y, por qué es esto? Porque era necesario que esas hojas cayeran, que se las llevara el viento, para que en su lugar, nacieran nuevos brotes, nuevas hojas y mañana hubiera nuevos frutos, nueva espiritualidad, nueva vida, nuevo adelanto.
106 ¡Es así, como vuestras ramas han crujido, pueblo! ¿Se han desgarrado, vuestro corazón y vuestra alma? Ese, es el camino del dolor; mas, esperad porque no hay dolor eterno, mientras los hijos de Dios, piensan en el Padre, en su poder y dejan que se haga en ellos, su voluntad divina.
107 ¡Yo os bendigo en esta mañana y bendigo a vuestro pequeño hogar, en donde muchas veces ha faltado el pan!
108 ¡Tened confianza, mujer! Y recibid, no solamente parra vuestro sustento diario; sino alimento para vuestra alma y espíritu. ¡Tomad y llevad, mujer! Yo os bendigo.
(Testimonio eliminado)
109 De complacencias tenéis a vuestro Maestro, en esta mañana, María amparo, conductora de almas.
110 Acercad a vuestra hermana, ante mi rayo de luz. ¡Bendita seáis, María amparo! Cerebro muy amado, como todos mis cerebros amados, porque a través de vosotros, voy regando amor por el mundo.
111 Llegad hasta mí, criatura hija del Padre Dios, que cerca de mí habéis estado en espíritu; y hoy, queréis estar frente a mi rayo de luz, en materia. ¿Qué me pedís, amada? ¿Qué decís a vuestro Maestro? Conozco a vuestra alma y vuestro interno, no importa que vuestros labios no puedan expresar lo que siente vuestro corazón y vuestra alma. En este corazón y en esta alma, hay grandezas escondidas, mi pueblo.
112 Acercaos, mujer y poneos de pie frente al auditorio. Aquí tenéis, mi pueblo, a una mujer sencilla, a una mujer sin instrucción; sencilla en su palabra, en su presentación; mas, en ella, se encierra un alma grande. Este ser, desde pasadas existencias humanas, se ha venido preparando .
113 Culmina mi cátedra de esta mañana, con la manifestación objetiva de lo que os he dicho acerca de la preparación.
114 He aquí una alma engrandecida, en un cuerpo sencillo y humilde; porque la mayor grandeza espiritual se manifiesta en el cuerpo humano más sencillo, más manso y humilde. Aquí tenéis a esta mujer, miradla, este cuerpo sencillo alberga una grande alma y un espíritu evolucionado que cree en mí y que me ama. Su alma ha recibido el poder de curar.
115 Amada mía, volved a estar frente a mi rayo de luz. Escuchad, mujer: sois sencilla en vuestra palabra y en la manifestación de vuestra materia; pero tenéis grandezas escondidas; no para que mañana os enorgullezcáis, porque lo que os ha concedido el Padre Celestial, es para hacer el bien, humilde y sencillamente; para que mañana, no tengáis vanagloria y penséis que son vuestros los poderes, ¡no, mujer! Porque vienen tiempos, en que maravillosamente se manifestará el Ser Supremo, el hálito divino a través de vuestra alma, a través de vuestro ser; y esas grandezas y esas maravillas, el Padre Celestial las hace a través de vos, porque el Padre os viene saturando, cuidando, vigorizando y vuestra alma y espíritu estaban preparados, ya para hacer el bien.
116 Tenéis facultades para curar y en preparación habéis estado, a muchos siglos; muchas reencarnaciones habéis pasado, mujer; y hoy que sois sencilla, pobre, humilde, mansa y humilde corazón, he aquí cómo culmina; y en otra reencarnación futura, cuando dejéis este cuerpo de carne, os manifestaréis en otro planeta, con mayor amplitud, con mayor grandeza.
117 ¿Me comprendéis ahora, por qué se manifiesta en vos esta maravilla? Dadle gracias al Padre Dios con humildad y sencillez. Cada uno de los poderes que se conceden al ser humano, no debe ser motivo de orgullo y vanidad; porque estos poderes, no son propios, son dados por la bondad y el amor del Padre Celestial.
118 ¡Haced buen uso de esos poderes, mujer! Y para curar: elevad vuestro pensamiento, como lo hacéis siempre con toda sencillez, porque en el sencillo se regocija el Espíritu excelso del Padre Dios.
119 ¡Bienaventurados los mansos y humildes de corazón! ¡Bienaventurados los sencillos, bienaventurados los pobres, porque de ellos es el reino de los celos!
120 ¡Bienaventurados vosotros, que dais curación al enfermo. Daréis consuelo y alegría en muchos hogares tristes que acudirán a vosotros; ayudaréis a los agonizantes. ésta es una de las manifestaciones que tendréis en este tiempo, como yo os había predicho en tiempos pasados.
121 Mujer, me place bendeciros, acariciaros, llenaros de más luz y más fuerza, para que sigáis haciendo el bien. ¡Bienaventurada vos, que hacéis el bien y que sentís grande regocijo en vuestra alma!
122 Mujer: ¡jamás hagáis un comercio con esos poderes que el Padre Celestial plugo poner en vos! ¿Me comprendéis, mujer? Quiero deciros que no debéis hacer un comercio con mi obra, ni vos ni nadie; para eso existen la Ley sublime del Padre; y él, sabe proveer a cada una de sus criaturas.
123 ¡Yo os amo, os acaricio y os unjo! ¡Revístase vuestra alma, de resplandores celestiales! Llegará el tiempo en que, si no tenéis bálsamo saturado por mi vibración; vos saturareis el agua natural, haciendo una elevación con todo vuestro ser, con toda vuestra alma; invocando al Padre Celestial, implorando de su misericordia; llamándome y teniéndome en vuestro pensamiento.
124 ¿Creéis, amada mía, que solamente a través de un instrumento puedo consagrar las aguas? No, mujer, no necesito de aparatos humanos.
125 Es así mi manifestación, para hacerla más clara, más audible, más comprensiva; pero el universo, está lleno de vibraciones del hálito divino del Padre Dios, para saturar las almas, las mentes y los corazones.
126 Cuando se busca a Dios, a Dios se encuentra; y si invocáis a Dios y al Cristo con toda la intensidad de vuestro ser, las aguas, los objetos y todo quedará saturado, bendecido y consagrado.
127 ¡Id mujer! Que en vuestro camino, hacéis el bien y mi luz será con vos. ¡Sea mi caricia y mi ternura hasta el último instante de vuestra existencia humana, en que yo brillaré en vos! ¡Bendita seáis! Id dichosa y feliz, porque mi luz os acompaña, como acompaña a todos aquellos que transitan por el mundo, haciendo el bien.
128 ésta ha sido la lección objetiva que doy a vosotros, para terminar esta cátedra sonante. ¡Preparaos, mi pueblo! ¡Espiritualizad vuestro ser: a vuestra alma, vuestros pensamientos, vuestro corazón, vuestra vida para que seáis libre; y un día, podáis escuchar y ser dichoso, al deleitaros con el canto del celo que, como eco dulcísimo, como vibración celeste; como colorido de ráfagas universales, os serán transmitidos de mente a mente; canto que es la sublime cátedra, la cátedra eterna, que da el santo Espíritu, en la redondez de la tierra y en el universo infinito.
129 ¿Estáis conforme con lo que habéis recibido, mi pueblo? ¿Tenéis el firme propósito, de encauzar vuestra vida por el sendero del bien y de hacer la realización de la obra espiritual que os ha sido encomendada por el Padre Dios?
130 Débil es la contestación, es verdad. Pregunto, por segunda vez: ¿estáis dispuestos a seguir mi enseñanza y mi dirección? ¡Benditos seáis vosotros! Hacedlo así, que vuestras obras responderán mejor que vuestras palabras. Mejor que vuestras palabras, serán vuestras obras. Yo no os reclamaré jamás; no esperéis que os reclame. Esperad de mí, solamente la palabra dulcísima, del que tanto os ama.
131 ¡Bienaventurados sois en esta mañana! Y bienaventurados seréis, si olvidando los rencores y los distanciamientos y olvidando las censuras, dais a cada uno: amor, caridad, perdón, misericordia y piedad porque son éstas, las bellezas que inundarán vuestra alma y espíritu, bellezas radiantes, que tendréis escondidas en vuestra alma y que se reflejarán en toda vuestra vida misma.
132 Al bendecir esta nave, bendigo y consagro las aguas, a través de antena humana, porque así lo necesitáis todavía mas, recordad que si eleváis vuestro pensamiento a las alturas, como ya os indiqué, podéis sentir la vibración del Cristo; y yo me manifestaré sin necesidad de aparato humano, para ayudaros en vuestra necesidad.
133 Sería limitar y reducir mi poder, si solamente a través de antenas humanas pudiera manifestarme. ¿Cómo sería posible que solamente a través de antenas humanas, pudiera curaros? Entonces no sería en verdad, el unigénito de Dios; pues yo hago por el él y él hace por mí; y él lo hará por vosotros, porque si yo lo hago, un día también lo haréis vosotros; sí, cuando seáis realmente cristianos, cuando estéis verdaderamente espiritualizados, vosotros también consagraréis y saturaréis las aguas; bendeciréis y multiplicaréis el pan; y daréis la curación, solamente con vuestro pensamiento y con vuestra voluntad, cuando un día seáis uno con el Padre y uno con el Cristo; cuando digáis: soy uno con el Padre y con el Cristo; el Cristo y yo somos uno.
134 Consagro y bendigo las aguas, desmanchándolas; y derramando en ellas, por el poder de mi pensamiento y de mi voluntad la fuerza curativa, dones y gracias que es mi voluntad, poner en estas aguas y en todo lo que traéis vosotros; y que os sirva, para hacer el bien. Al consagrar las aguas, os consagro a vosotros mismos, para el bien y para mí.
135 ¿Queréis consagraros al Cristo, mi pueblo? ¿Queréis consagrar vuestros pensamientos y vuestras meditaciones, al Padre Dios y a mí? ¿Queréis recordar al Cristo de vuestros pensamientos, en vuestra soledad, en vuestras desdichas?
136 Decid: ¡nuestro Padre Dios está en mí. Dios está en mí, ¿quién será el osado que pueda hacerme mal, si Dios está en mí? Si mi Padre Dios, está en mí, yo no tengo sufrimiento; yo no soy pobre, porque la riqueza está en mí; yo no tengo enfermedades, porque Dios está en mí y la salud está en mí. El Cristo está en mí, él me acaricia, él me unge. Yo no soy pobre, soy rico espiritualmente; y rico también, en la parte material, porque sé que todo se me dará por añadidura. Yo no tengo problemas, yo no tengo temores, yo no tengo miedo.
137 No tengáis miedo ni temor a algo. Si tenéis amor en vuestro corazón, nada tenéis que temer; pues estáis seguros y protegidos en el amor del Padre y en mi amor; porque yo, estoy siempre con vosotros. Mi luz, mi caricia, mi bendición y mi protección es con vosotros.
138 ¡Seguid por el camino verdadero! Para que un día, presentéis la obra completa del Padre Celestial.
139 ¡Que la luz excelsa y divina os envuelva siempre, con la nitidez de vuestros pensamientos, de vuestras palabras y de vuestras obras!
140 ¡Hosanna a Dios en las alturas y paz en la tierra, a los hombres de buena voluntad; a los pacificadores, a los sensitivos, a los que tienen el amor de Dios en su corazón.
141 ¡Mi paz es con todos vosotros! ¡Qué vuestros dolores, conmigo queden! ¡Id consolados! Ya he recogido todos los pensamientos que me dirigís ocultamente. ¡Gozad de mi paz, que yo recojo vuestro dolor! Deseo que vuestras incertidumbres sean alejadas; que vuestras enfermedades sean apartadas. La salud sea en aquellos, que buscan y piensan en la salud. Pensad en Dios y en mí.
142 Os digo adiós, a través de antena humana, pero mi vibración será siempre con vosotros. Mundo: ¡tomad de mi luz; tomad de mi esencia, tomad de mi verdad hoy y siempre, a través de una eternidad!
¡Mi paz, sea con vosotros!
107. El fin de la comunicación a través de portavoces (El Redentor)
Martes 1 de noviembre de 1950
1 Amados discípulos de Cristo. Dejad que vuestro corazón, una vez más goce la presencia del Maestro, que pueda sentir mi calor y la dulzura del ósculo que imprimo en cada uno de mis discípulos.
2 Venís ante la cátedra del amor divino, no solamente a endulzar vuestro paladar, sino a tomar el ejemplo del Maestro, para poder enseñarlo a vuestros hermanos.
3 Siente vuestro espíritu, toda su responsabilidad de discípulo y de apóstol; y por eso, insiste en seguirme, en escucharme y en prepararse.
4 Por momentos, os parece que no habéis adelantado en mi doctrina; vos mismo os juzgáis débil, llora vuestro corazón cuando desconfiáis en las pruebas y volvéis vuestra mirada al Maestro, para decirle: soy tu mal discípulo, Maestro; ya que no he podido todavía practicar tu enseñanza pero el Maestro, no se desalienta, el Maestro no desconfía de sus discípulos; por el contrario: confía plenamente en ellos.
5 Si yo supiese que no habríais jamás de cumplir o de practicar mi doctrina, ¿para qué habría yo, de venir entre vosotros? Mas como sé que mi doctrina, depositada en vuestro espíritu, como una simiente en la tierra de vuestro corazón, ha de florecer un día; es por eso que pleno de paciencia, de amor y de confianza en vosotros, me presento cada vez que es mi voluntad manifestarme, para enseñaros una página más del gran libro de la vida eterna; y en cada página, voy haciendo avanzar a vuestro espíritu, en la senda de evolución y de conocimiento; y aun cuando vuestras prácticas, no marchen al compás de lo que vais conociendo por medio de mi doctrina, ya llegará el momento, también, mediante vuestro esfuerzo, vuestra voluntad y vuestro amor.
6 Hoy estáis en el tiempo de la enseñanza, pero también de la práctica, os lo ha dicho el Maestro. Habéis oído de mí que no os pido obras perfectas todavía; pero sí la práctica, ¡oh, discípulos! Para que en vuestro paso os vayáis perfeccionando.
7 Ya veis cómo en cada paso y en cada obra, vuestra conciencia se manifiesta con claridad y ella es quien os dice si vuestra obra fue buena, si no tuvo defectos, si fue fecunda, si fue agradable al Padre.
8 Escuchad a esa voz interna, ¡oh, discípulos muy amados! Porque en vuestra conciencia, está mi luz. Bajo la voz de ese guía interno, no os perderéis en las encrucijadas de este mundo.
9 Hoy, más que nunca, la luz de vuestra conciencia reflejada interiormente y exteriormente, alumbra vuestra senda y no os deja confundir; y es que, a medida que las tinieblas se multiplican, que las nubes se hacen más pesadas, yo aumento mi luz entre vosotros, para que seáis faro en vuestra propia vida, para que alumbréis el camino de los que marchan en tinieblas y cumpláis esa misión de luz que es conocimiento y saber del espíritu.
10 En este día, no estáis celebrando una tradición, ¡oh, pueblo! El espiritualista, no debe ser tradicionalista. Vosotros no podéis esperar determinada fecha, para elevarme un culto o tener alguna manifestación de amor. Como discípulos del Espíritu Santo, yo os he puesto en comunicación perpetua con el más allá; y en cualquier tiempo, día u hora, podéis comunicaros con el Padre, y con vuestros hermanos; pero he aprovechado esta alba, estos instantes en que en la mayor parte del planeta, siente n la vibración del mundo espiritual y evocan aquellos seres con los que tuvieron lazos por la sangre en la tierra, para venir a entregaros una más de mi enseñanza, una más de mis cátedras; y si a vosotros os declaro, que: no debéis ser los tradicionalistas ¿creéis que los seres del más allá, esperen días o fechas, para poder manifestarse entre vosotros?
11 Los seres del mundo espiritual, no están dentro del tiempo material, pertenecen a la eternidad; y vosotros, espiritualmente identificados con ellos, debéis vivir, por sobre todas las tradiciones humanas, sobre todos los ritos y costumbres; e ir haciendo con vuestro espíritu, la verdadera vida espiritual.
12 Solamente así, podréis sentir la paz de mi reino; sólo así podréis ¡oh, pueblo! Presentir la vida que os espera; no la existencia espiritual que hayáis tenido en otro tiempo, no las escalas o peldaños que dejasteis en anteriores tiempos, sino un peldaño superior, un mundo más alto, que no habéis conocido en el pasado.
13 A un mundo más elevado, es donde quiero que vayáis, allí quiero que desde ahora vaya penetrando vuestro espíritu, con paso firme, con el paso firme que da la verdadera espiritualidad; para que cuando estéis ya libres de la envoltura humana, cuando la muerte corporal haya cortado esa existencia terrestre, pueda vuestro espíritu, batir sus alas y remontar su vuelo hasta aquella mansión.
14 No quiero que vuestro espíritu se detenga después de la muerte corporal, no quiero que encuentre tropiezos que lo hagan sollozar; que sienta por el momento que sus vista espiritual está cerrada para la luz de aquellas regiones espirituales.
15 Yo quiero que con plena conciencia, vuestro espíritu se levante y con paso firme, avance y llegue hasta donde es mi voluntad; hasta donde, vuestro espíritu, haya conquistado y labrado con su lucha.
16 Ese es el galardón que quiero que recojáis, galardón de paz, de elevación y luz. Que vuestro espíritu sensible pueda experimentar el ambiente de gracia, de vida, de perfección que existe en el más allá; que vuestra mirada espiritual se extienda y contemple aquel horizonte sin fin del espíritu, que pueda recrearse con aquella vida, pero que piense siempre que no es su última morada; ya que en la casa del Padre, hay muchas moradas y que una vez conquistada una, debe aspirar a otras más elevadas, hasta llegar por fin, al seno de perfección del Padre; desde, donde vosotros, en unión de él, podréis regir todas las cosas y a todo el universo.
17 Me preguntáis, ¡oh, mis hijos! ¿Cómo están y en dónde, aquellos que fueron vuestros familiares en la tierra y que ahora son vuestros hermanos por el espíritu? Y os contesto, en verdad: no hay uno que llore, no hay uno que se encuentre ciego, no hay uno que arrastre cadenas. Vuestra espiritualidad y vuestra lucha en el camino, les ha conducido a muchos, ha convertido a otros y ha iluminado a los demás; pero también, ¡cuántos de vosotros habéis sido ayudados por aquéllos que están en espíritu! Los cuales, se han convertido en ángeles guardianes de vosotros.
18 ¡Descuidaos de ellos, oh, pueblo! ¡No os preocupéis por vuestros seres queridos que ya partieron! Y que vuestra oración para ellos, sea una conversación espiritual, un estrecho abrazo de amor eterno, un recuerdo de amor para aquellos que os amaron y os dejaron en la tierra; pero que desde el más allá, os siguen acompañando con su amor, con su influencia de bien, con su paz; y si queréis llorar por los espíritus desencarnados, que no sea por aquellos que os pertenecieron por la sangre; llorad por otros que ni siquiera conocéis. Llorad por los que en verdad, han encontrado la muerte aparente, la desolación, la turbación, un sin fin de cadenas, de remordimientos y enfermedades del espíritu. Por ellos, sí, orad, rogad y haced méritos.
19 ¡Oh, pueblo amado! No es que el Maestro os quiera decir, que lo que habéis orado y pedido por el mundo espiritual en general, no ha llegado a mí. En verdad os digo: muchos, que no conocéis, han alcanzado por vuestra oración, que como el fiel soldado de mi divina causa, Israel, les habéis entregado luz; con vuestras armas de amor, habéis libertado a los opresores y habéis salvado, a los que se encontraban en peligro de caer al abismo.
20 Grandes legiones, grandes huestes de espíritus deben a vuestro cumplimiento, la luz que hoy tienen; y uniendo espiritualmente su oración a la vuestra, han hecho un solo himno de amor y de reconocimiento al Padre Celestial; un himno sublime, que es acción de gracias, para aquel, que estando sobre todos los seres y las cosas, os ama, os contempla y os conduce siempre a su propio corazón.
21 Por momentos os contemplo agobiados. A veces vuestra mente se turba y muchas veces tropezáis en el camino. Cuando no estáis preparados espiritualmente atribuís todo aquello a causas terrestres y buscáis en la tierra los recursos para vencer esas dificultades; mas cuando vivís alerta, cuando habéis velado y orado, entonces vuestra sensibilidad espiritual descubre elementos invisibles que os van haciendo tropezar, que van acumulando vicisitudes en vuestro camino y con la misma oración comenzáis a luchar contra aquellos elementos hasta que convertís la guerra en paz y la tiniebla en luz, hasta que todo aquello que era dolor, por medio del bálsamo de la oración, de la fe y la perseverancia, se convierte en salud radiante.
22 ¡Vivid alerta, pueblo! No está limpia todavía vuestra cerviz de esas influencias ni vuestros hogares están desalojados, ni vuestra nación se encuentra limpia de las influencias espirituales de la confusión. Es el tiempo, en que vuestro planeta, se encuentra habitado más por seres de ultratumba que por seres humanos; en que un solo hombre arrastra una legión tras de sí, como aquellos que llegaron ante Jesús, en el Segundo Tiempo. Por eso a vosotros, que sois el discípulo, el Hijo primogénito, os revelo y enseño las grandes manifestaciones espirituales, para que seáis fuertes en la prueba, para que seáis sabios en las cuestiones del espíritu, para que no os dejéis vencer por las tentaciones, para que seáis maestros entre vuestros hermanos; pero, ¿por qué os dejáis dominar, por momentos? Porque os olvidáis de la oración, que es la espada que os he confiado y en aquel momento, os dejáis vencer.
23 Mas, yo os digo, pueblo: ¡no durmáis ya, un solo momento! ¡Velad por vos mismo, para que podáis velar por los demás! ¡Velad por el mundo; y que vuestra oración, sea como una espada que rompa cadenas, que destruya vendas de oscuridad, que rompa los velos de misterios que debe el hombre conocer! Y así, con vuestra oración, cumpláis gran parte de la misión de luz que debéis desempeñar entre la hermandad espiritual; que si así cumplís, sentiréis ligero vuestro paso, liviana vuestra cruz y dulce vuestro paladar.
24 Con vuestra oración, las mayores vicisitudes serán vencidas, las más grandes pruebas serán pasadas también, los momentos más difíciles, de ellos avante podréis salir y con esto daréis un ejemplo que sorprenda a los profanos, a los ignorantes que llegarán a preguntaros el porqué de vuestra fuerza y por cual senda o brecha camináis; y allí daréis testimonio de mí, con palabra humilde, pero llena de luz y de convicción.
25 Y así, mi pueblo, mi enseñanza irá extendiéndose, porque ya es muy corto el número de los que conozcan esta mi palabra, ya que mi tiempo casi se ha extinguido; y seréis vosotros, los que extendáis este conocimiento del espíritu a toda la humanidad, a esa humanidad que ha querido con sus ciencias, con su poderío terrestre, con su orgullo, resolver todas las cosas, todos los conflictos que se le han presentado, a abatir todos los adversarios que ha encontrado en su paso; y hay cosas que la ciencia, el poder, la riqueza del hombre no han podido vencer ni resolver; hay cosas que no ha descubierto todavía el sabio de la tierra; ni los mismos teólogos ni teósofos que escudriñan a mi Espíritu y a la vida espiritual; ellos, han podido revelarle al hombre, el misterio de muchas cosas; mas, a través de vosotros, quiero revelar toda mi obra, mostrarle el camino recto a la humanidad; y de está manera, principie el hombre con la obra de liberación, de restauración y perfeccionamiento.
26 Yo os he dicho, ¡oh, pueblo! Que está presta la humanidad a despertar para lo espiritual. No es que haya terminado ya, de escudriñar la naturaleza material, es que yo he puesto un límite, en el cual, el hombre de ciencia ha tropezado. Cuando la humanidad haya alcanzado altos grados de espiritualidad, yo volveré a desatar la naturaleza, para que ella desborde todos sus secretos, que revele sus misterios no descubiertos todavía al hombre; y todas aquellas fuerzas y elementos desconocidos hasta ahora, serán puestos al servicio del amor, del bien, de la paz del mundo; porque la mano del hombre, ha profanado a la naturaleza con sus ciencias, ha profanado la creación; no ha arrancado a la madre naturaleza sus secretos con amor, no los ha pedido con humildad; los ha arrancado a la fuerza, poseído su corazón siempre de vanidad, de orgullo, de falsa grandeza humana, dominada su inteligencia por la ciega ambición.
27 Por eso os digo, que: no ha llegado la ciencia del hombre, todavía a su fin pero después de ese: “hasta aquí” que le he puesto, quiero que su espíritu se levante, levante su mirada y me contemple; que lo que no ha descubierto con los medios materiales y científicos, lo descubra con su propio espíritu, lo perciba con su conciencia, lo palpe con su sensibilidad espiritual; y esa sensibilidad de su espíritu, se está desarrollando en estos tiempos en toda la humanidad.
28 Las grandes pruebas, los grandes acontecimientos, el dolor, en la vida humana, que como viento huracanado azota sin cesar a la humanidad, es lo que está despertando y sensibilizando al espíritu del hombre. Presto, muy presto, el espíritu humano volverá los ojos a su Padre Celestial; y no solamente su mirada; sino también su corazón; y en él, habrá: arrepentimiento, peticiones, conformidad y comprensión a mi justicia porque, es mi juicio divino, el que se ha desatado entre los hombres.
29 Ya está, es verdad entre vosotros, mi juicio. Mi cetro toca cada conciencia, la interroga, le habla y le enseña; y de esta justicia, ninguno puede escapar, nadie puede evadirse; todos estáis bajo esa mirada divina, que es en este tiempo, de juez.
30 Sin embargo cuando el hombre haya despertado espiritualmente y experimente todavía hambre de siglos, toda su sed y su desnudez, pedirá al Padre, que venga y se materialice en el mundo, que envíe un nuevo redentor que le sustente, le enseñe y le sane; y para ese tiempo, el redentor ya habrá dejado de hablar a través del entendimiento del hombre, ya no hará repercutir su divina palabra a través de la facultad de mis portavoces humanos; ni aquí, en está nación, ni en ningún punto de la tierra; ya mi mundo espiritual de luz, ordenado por mí, tampoco estará tomando materia humana para hablar a sus hermanos encarnados; y ante esa hambre y sed de lo espiritual, ellos aclamarán, diciendo: “¿en dónde debo calmar mi hambre y mi sed? ¿En qué religión o en qué secta podré encontrarte, en verdad, Padre? Y ese es tiempo, para el cual yo os estoy preparando ; ésa es la encrucijada que tiene que encontrar la humanidad, el punto en donde no sabrá adónde conducir sus pasos, el momento en que estará en peligro de grandes confusiones espirituales, porque pondrá en duda sus antiguas creencias, ya que sus más grandes convicciones, sentirá que se quebrantan en el fondo de su propio ser.
31 Por eso, os he llamado y os he enseñado tanto, ¡oh, discípulos! Para que la humanidad os encuentre fuertes y multiplicados; y en vosotros, pueda calmar su hambre y su sed; y vosotros, podáis participar a ellos de vuestra vestidura espiritual. Entonces será cuando el mundo descubra que mucho tiempo ha sido esclavo y ha sido poseído de grandes influencias espirituales de confusión; que olvidando lo espiritual y lo divino, y muchas veces negándolo, ha estado siempre rodeado de todo ello; que una vida sobrenatural ha envuelto siempre su existencia terrestre, la que no ha sido contemplada por el espíritu del hombre, debido a su materialismo y a sus plasmaciones; y vosotros, pueblo, les daréis armas de amor, les daréis luz para que así busquen siempre ser acompañados por los buenos espíritus, por los buenos consejeros; y sepan libertarse de las malas influencias; y aun esas mismas, tornarlas en buenas influencias.
32 Vosotros no temáis, si por enseñar o revelar estos conocimientos a la humanidad, vais a ser llamados brujos o hechiceros. Ya sabéis que todos aquel que enseñe las revelaciones del más allá, tiene que ser llamado así por los ignorantes, por los materialistas; pero a todo aquel que negare, a todo aquel que se mofase de estas revelaciones, yo le entregaré por vuestro conducto una gran manifestación; yo le sujetaré prueba, sea quien fuere, y le haré reconocer que lo que vais entregando en mi nombre, es la Verdad, es el camino que conduce inexorablemente a una vida espiritual superior.
33 Entonces, mi pueblo, así comenzará el desalojamiento de las malas influencias de este planeta: con la conversión de los hombres, con su espiritualidad y su regeneración con la práctica que ellos hagan en mi doctrina, se irá tornando este valle de lágrimas, en un valle de paz y amor. Este mundo de guerras, de muerte y de tinieblas, irá dejando de ser valle de expiación, para elevarse entre los mundos de espíritus adelantados.
34 Mas, vosotros, ahora aquí, mañana en el más allá, y no sabéis quien de vosotros, sea nuevamente en la tierra pero, siempre seréis, como un faro luminoso entre los náufragos y como una estrella en el desierto para los caminantes; y seréis siempre el buen compañero de viaje, porque vuestro espíritu no sentirá jamás fatiga, ni nunca dará albergue al egoísmo y velará siempre por aquellos que transitan sobre el haz de la tierra.
35 Ahora, sois párvulos; mas, presto, quedaréis convertidos en discípulos; pero siendo aun los discípulos, no sabréis dar toda la enseñanza a los nuevos párvulos; pues, el verdadero Maestro, el único Maestro de todos los seres, en todas las cosas y de todos los conocimientos, soy yo; y la sabiduría absoluta de vuestro Padre, no podréis poseerla en todo su esplendor. Mas, oíd, que a vuestro conocimiento espiritual, jamás le pondré, un: “hasta aquí” así como nunca encontrará su límite, tampoco su conocimiento total.
36 ¿Qué sería de vuestro espíritu si algún día encontrara una barrera a su luz, a su saber, un misterio impenetrable y él siguiera existiendo eternamente? ¿Habría cumplido vuestro Padre, para con vosotros, con el destino de evolución que os ha confiado? Por eso, sed felices, pensando que siempre encontraréis algo nuevo, algo maravilloso en vuestro Padre Celestial; y que cada una de aquellas revelaciones, será como un nuevo día, como una nueva aurora para vuestro espíritu.
37 Si esta creación material que tanto los virtuosos como los pecadores han admirado, poseído y sentido, es maravillosa; si en tantas eras y en tantos siglos como el hombre la ha poseído, no la ha alcanzado a poseer en plenitud, ¿qué será aquella vida plena que os espera? ¿Cómo será aquella naturaleza espiritual? ¡Oh, pueblo! ¿Cómo será el ambiente y sus manifestaciones?
38 Vuestro lenguaje humano no puede expresar la vida espiritual, la grandeza de vuestro Padre y la existencia que vais a vivir el mañana; pero a través de mi palabra que en sentido figurado a veces os entrego, o en un claro sentido de vuestro idioma os hago comprender y presentir: las maravillas, la gracia y la esencia de aquella vida.
39 En este Tercer Tiempo, vosotros estáis despertando para mí; y en ninguno de los tiempos pasados, habéis anhelado tanto penetrar en el más allá. La muerte corpórea, no os amedrente. No penséis en que vuestro espíritu, se turbe, porque ya contempláis con luz el camino. Ya no penséis en la nada, ni en el silencio, ni en la ausencia y la distancia. Todo eso, con vuestro conocimiento ha ido desapareciendo y sabéis que llegado el momento de dejarlo todo, podéis ir al Padre para poseerlo todo, porque aquel que deja a sus hijos en la tierra, no se va de este mundo para abandonarlos. Yo no arranco de los brazos de los amantes hijos, a sus padres. Yo los convierto: de padres, en ángeles guardianes pero si ellos al partir de este mundo, por un momento se turban, yo les entrego la luz, les resucito y los devuelvo a los brazos de sus hijos, ya no a través de la forma material que dejaron, sino espiritualmente.
40 El espíritu que ha dejado a la compañera, o el que ha dejado al compañero, esposo o esposa, no rompe sus lazos de amor con la muerte. Si yo, el amor, os he unido, yo no vengo a desuniros. Solamente convierto a aquel que llevo al más allá, en un ángel protector, para cuidar los pasos del que quedó en la tierra; y cuando la influencia del mundo espiritual es bien recibida, cuando sus inspiraciones son bien aprovechadas por vosotros que moráis el haz del planeta tierra; os maravilláis, comprobando como sois salvados de peligros por manos prodigiosas e invisibles; cómo sois iluminados en momentos difíciles, recibiendo revelaciones superiores que no pueden haber brotado de vos mismo; cómo en los momentos de mayor y aparente soledad, os sentís confortados y acompañados. Es que para el espíritu, no hay distancias; no puede haber ausencia entre los espíritus que se aman y se buscan.
41 En verdad os digo: solamente los que se odian, los que se olvidan; ponen entre ellos, la distancia y la ausencia.
42 Por eso, vosotros, amaos los unos a los otros. Recordaos siempre a través de vuestras oraciones; y estaréis momento tras momento, formando la verdadera familia del señor en todo el universo.
43 ¡Con cuánto regocijo y con cuánto amor, os esperan en el más allá! Vosotros haced méritos ahora, para que después de esta existencia humana, podáis estrecharos, podáis marchar en el mismo peldaño de la escala de perfección, podáis formar parte del cumplimiento de aquellos seres queridos que os esperan; y no por falta de méritos, vayáis a quedar en escalas inferiores, porque entonces os tendréis que seguir comunicando solo por medio de la oración.
44 ¿Os dais cuenta de que no podéis ser tradicionalistas? ¡Oh, pueblo! ¡Que no debéis esperar determinado día en especial para esta evocación, para estas manifestaciones espirituales?
45 Yo os he entregado a mi mundo espiritual de luz, para que hagáis de él vuestro amigo y hermano, vuestro consejero y vuestro doctor. Así buscadle siempre; que en vosotros exista el amor, el respeto hacia esos seres y los vayáis contemplando a todos por igual, amando a todos en la misma forma, porque cuando traspaséis los umbrales de esta existencia humana y os encontréis en aquel gran valle espiritual, preguntaréis: ¿en donde están mis padres? Y ellos, no responderán. ¿En dónde están mis hijos? Y ellos, tampoco responderán. Pero, si habéis comprendido mi doctrina, diréis: ¿en dónde están mis hermanos? Y entonces, todos acudirán en vuestra ayuda, llenos de amor.
46 Así desde ahora os ilumino, para que vayáis destruyendo de vuestro propio corazón, muchos prejuicios e incomprensiones que podáis tener dentro de mi obra.
47 Ved que ya estáis muy próximos a quedar en mi lugar. Yo no os voy a exigir que entreguéis una enseñanza y pruebas perfectas, obras y oraciones que se acerquen a lo perfecto, sino que vayan siempre como los pasos de aquel que encumbra una montaña: siempre adelante y siempre hacia arriba.
48 El espiritualismo pronto conmoverá a las naciones, a sus sociedades y a sus instituciones. Vosotros, vais a ser fuertes en la lucha. Hoy no imagináis cuales van a ser vuestras obras en la tierra y de entre vosotros y de generaciones más jóvenes que la vuestra, surgirán grandes apóstoles y profetas que no se distinguirán entre la humanidad ni por insignias ni por vestiduras, ni siquiera por nombres especiales, porque no quiero que vosotros pregonéis por el mundo que sois espiritualistas, ni trinitarios, ni marianos. No quiero que vayáis pregonando por los caminos del mundo que sois del pueblo de Israel por el espíritu; yo quiero que deis prueba de todo esto, con vuestras obras, palabras y pensamientos de amor.
49 A través de vuestras obras de amor, el mundo penetrará en vuestro corazón; y será entonces, cuando descubra lo que en verdad sois. El mundo será el que lo descubra; no vosotros los que lo pregonéis, porque si decís lo que sois, el mundo exigirá obras perfectas de vosotros; pero si entregáis buenas obras, el mundo se sorprenderá y no os exigirá las grandes comprobaciones ni los imposibles; y yo, no he venido a enseñaros a hacer imposibles. Yo os he dicho que si estáis preparados, prodigios sobrenaturales y grandes maravillas haré, a través de vuestro espíritu y aun de vuestra carne; pero quiero encontraros siempre preparados, para que podáis dar ese testimonio franco y claro de mí.
50 Cuando el espiritualismo conmueva hasta sus raíces a la humanidad, muchos se convertirán; pero también muchos serán vuestros adversarios.
51 Se levantarán los enemigos del espiritualismo inventando nuevas doctrinas y esgrimiendo nuevas armas para abatiros; pero ¿cómo podrán abatir lo eterno? ¿Cómo podrán destruir, lo que nunca muere?
52 Si vosotros comprendéis lo que lleváis en vos mismo, no debéis experimentar temor alguno ante esa lucha. Ellos serán los que luchen entre si, los que sufran, los que se destrocen. Vosotros, imperturbables y serenos, siempre formando un muro invulnerable, formando un solo cuerpo y una sola voluntad, en el cual se estrellen todos los dardos venenosos, toda la perversidad, toda la ignorancia humana; y ante vuestra fuerza, todo aquello se convierta en luz y en redención.
53 Mi obra divina, todavía tendrá que pasar por las grandes luchas. Mas mi semilla está diseminada por todo el orbe. No solamente vosotros, los que me habéis escuchado a través del entendimiento humano, poseéis esta simiente. Yo tengo mis enviados, mis discípulos, mis labriegos en todo el orbe. Unos han permanecido fuertes y fieles; otros se han desviado; pero por las pruebas, encontrarán nuevamente el camino. Vosotros, les reconoceréis en vuestro paso y a ellos quedaréis unidos, porque en ellos vais a encontrar confirmación y fuerza para vuestras obras, porque vais a penetrar por caminos, ciudades, naciones y pueblos en donde os desconozcan por causa de mi doctrina; pero entonces aquellos que ni siquiera os conocen materialmente, aquellos mis enviados que también les llamo labriegos, se levantarán como vuestros defensores; y serán reconocidos, como precursores vuestros.
54 Para ese tiempo, ya no llevaréis mi palabra escrita, bajo el brazo. No llevaréis libros en lo material. Vuestro gran libro, será en vuestro espíritu, en vuestra propia conciencia. Vosotros caminaréis, con las manos vacías; pero con el corazón, henchido de amor, con el espíritu, pleno de mi Espíritu y así podréis concluir la travesía.
55 Ahora que todavía os hablo por el conducto humano y que encontráis en esta manifestación, gran fuerza e influencia sobre vuestro espíritu, aprovechad mi estancia en esta forma; saturaos de valor y de confianza, porque no quiero contemplaros balbuceando y siendo torpes después de mi partida. No quiero miraros estacionados. Por eso, aprovechad; y ese instante que para muchos podrá ser de prueba, cuando el Padre os diga su adiós, a través del conducto humano, para vosotros no será un adiós, sino solamente el final de una etapa, de un instante dentro de la eternidad, un instante de luz y de revelación para vosotros y después de ese instante, la eternidad que abra sus puertas en plenitud para que vosotros paséis al cumplimiento del Tercer Tiempo, de esta era, en la cual vais a reconstruir todo lo que hayáis destruido en los tiempos pasados; vais a desempeñar, todo aquello que no desempeñasteis y a concluir la obra comenzada en los tiempos pasados.
56 ¿Cómo podréis saber a punto fijo, cuál es la obra y la parte, que a cada uno de vosotros, corresponde? ¿Cómo podréis saber qué es lo que dejasteis comenzado y no concluisteis? ¿Qué es también aquello, que habéis destruido y ahora tenéis que restaurar? Vuestro espíritu, os lo dirá yo se lo diré a vuestro espíritu, y todo, en verdad os digo, será en perfección. Dejad que el don de la intuición espiritual siga su curso, se desarrolle y se manifieste. Oíd la voz de la intuición y obedecedla y vuestros pasos serán certeros en el camino del cumplimiento; y vuestra conciencia, siempre os dirá: si habéis escuchado bien y habéis practicado bien.
57 Ya se acerca el tiempo, en que penetréis nuevamente al espacio espiritual. El camino está preparado, para cada uno de vosotros. Si en él encontraseis algún tropiezo, tomadlo como una prueba; mas no como un abismo para perderse en él; sino como una prueba más, para que comprobéis que mi enseñanza ha sido verdadera, que no os he engañado a través de esta doctrina, que este camino que os he trazado, en verdad conduce a vuestro espíritu, a la paz y a la luz.
58 Y no me digáis más: Padre, soy tu mal discípulo. No quiero oír esta confesión, aunque humilde, de vosotros; yo quiero que siempre os sobrepongáis a cualquier tropiezo y flaqueza vuestra; que no miréis mi doctrina como un imposible de ser practicada; que no digáis como dijeron mis discípulos en el Segundo Tiempo, cuando escuchaban de labios del Maestro, cómo debían perdonarse las ofensas, cómo debía amarse a aquel que ofendiera; entre ellos decían: difícil y dura es esta Ley, esta doctrina es difícil de cumplir y aun después de haber partido el Maestro, de entre ellos, ya practicando mi enseñanza, les parecía dura aplicarla al corazón de aquella humanidad; y sin embargo, ¡oh, pueblo! ¡Cuán grande fue la simiente que ellos levantaron; y cómo se multiplicó la semilla del Maestro, en el corazón de los pueblos más gentiles!
59 ¿Por qué, entonces, ahora dudar de mi doctrina? ¡Si es lo más hermoso que Dios ha revelado al hombre, si es lo que pertenece al espíritu por herencia eterna, si es la fuente de la cual brotó como gota para volver a ella! No dudéis, no desconfiéis del Padre, ni tampoco de vos mismo; que hay momentos, en que las pruebas os han tocado cuando estáis velando, y no habéis sido abatidos ni un solo momento, habéis salido triunfantes de ellas, con la frente en alto, con la satisfacción de la conciencia, dando gracias al Padre por su fortaleza. Por eso, siempre el Maestro dice a sus discípulos: ¡velad y orad para que no caigáis en tentación! Porque orando y velando, siempre tendréis la fuerza necesaria para vencer todo; pues una vez más os digo: ¡velad y orad! Elevad cinco minutos de oración, por los muertos que velan a sus muertos; y sobre el universo, yo derramaré mi luz en todo muerto a la Verdad, en todo muerto a la gracia y al amor.
60 Hay muchos muertos sobre vuestro planeta; y muertos como están, velan a sus muertos. Hay muchos muertos también que no pertenecen a esta existencia humana y debiendo estar habitando otro plano, vagan como espíritus errantes en los espacios, viven todavía como criaturas materializadas pecando entre los hombres y sólo dejan tras de sí, huellas de dolor, de tinieblas y aun de crimen. Yo les perdono, yo les amo y mi llanto paternal desciende sobre todos los espíritus, como un rocío de luz que los levanta en este instante; y quiero unir a mi amor, el vuestro; a mi paz, quiero unir vuestra paz; y formar con ello, un manto que cubra a todos los que sufran.
61 No miréis desde este instante, pecado en vuestros hermanos. No miréis en vuestros hermanos, enemigos ni opresores. No os convirtáis en jueces ni les convirtáis en reos. No esperéis de mí, más justicia sobre mis hijos, que son vuestros hermanos; esperad clemencia, sed misericordiosos con ellos, perdonad todas aquellas obras cuyas consecuencias os afectan a vosotros. Pensad que en los altos juicios del Padre, solamente él; y que de las obras malas de los hombres, yo hago brotar regeneración y arrepentimiento; de las más profundas tinieblas, yo hago brotar luz; y de las rocas más duras, hago brotar un manantial de aguas cristalinas. Yo puedo hacer todos esos prodigios entre la humanidad.
62 Esos hombres, esos pueblos y razas, esos conglomerados que contempláis endurecidos, enloquecidos en sus ambiciones, fanatizados en sus religiones y doctrinas; yo les puedo convertir a la doctrina del amor universal. Esos campos de guerra yo les puedo convertir en campos de paz; pero quiero que todavía la obra del hombre siga dando su simiente. Quiero tomar en mi mano la simiente del hombre, cuando esté madura; y de esa simiente mala, voy a hacer brotar la simiente buena.
63 A vosotros, siendo mis discípulos, os toca perdonar, amar, ayudar con vuestra influencia y con vuestra luz, a aquellos que por momentos se turban; y entonces estaréis conmigo, ¡oh, pueblo! Como en este instante que estáis elevados de espíritu, estáis conmigo; estáis en mi regazo y desde ahí dirigís vuestra mirada espiritual sobre el mundo, desde allí queréis descubrir a los que sufren, consolar a los que lloran, sanar a los enfermos y libertar a los cautivos; pues, en verdad, me basta vuestro buen deseo, vuestra intención sana y espiritual, para que yo, todo lo haga en vuestro nombre, ¡oh, pueblo!; y vosotros, vuestras obras, las hagáis en el mío.
64 Así en este día de gracia, yo he venido a daros mi caricia. Yo quiero dejar en vuestro espíritu, en mis últimas cátedras, la impresión de la caricia del Maestro, que el ósculo divino que os estoy dando a través de esta palabra, sea imborrable; que cuando tengáis que buscarme de espíritu a Espíritu, entonces digáis: Padre, te recuerdo así, siempre como Padre amoroso. La última impresión que me dejaste, no fue la de juez; vibra en mi corazón, todo tu amor. Tu última cátedra, fue tu última cena entre nosotros; fue la mesa preparada por tu mano para sentar en ella a todos tus apóstoles. Pues yo quiero que vuestro corazón, en verdad, se llene de mí, en aquel instante; y vuelva a comer mi cuerpo y vuelva a beber mi sangre y llenos de regocijo y de emoción espiritual podéis encontraros como aquellos que me rodearon en la mesa, en el Segundo Tiempo. No tuve reclamo, no tuve reproche alguno para mis pequeños, en mis últimos momentos. Todo mi amor fue desbordando; y en aquel pan y en aquel vino, lo simbolicé, diciéndoles: ¡comed y bebed! Y de aquel pan no quedó una sola migajilla, ni de aquel vino quedó una sola gota en el fondo del cáliz.
65 Yo soy el Verbo Divino. Mi palabra, es el pan de vida eterna; su esencia de amor, es el vino que enaltece vuestras virtudes. Así quiero nuevamente entregarme a vosotros, ¡oh, pueblo amado! Y quedarme eternamente, en todo vuestro ser.
66 ¡Id en paz, pueblo amado! Y continuad vuestra misión de convertir las tinieblas en luz, id dejando por doquier, huellas de redención. Descubrid con vuestra sensibilidad espiritual, a los que sufren invisiblemente entre sus tinieblas y arrojadlos de vosotros; pero arrojadlos en mi seno, arrojadlos en mis brazos; enviádmelos llenos de arrepentimiento y con luz en la conciencia, y yo les recibiré. Ellos me dirán quién los envía, quién les señaló el camino para llegar a mí; y yo les daré siempre mi caricia y mi bendición y siempre los recibiré.
67 Cuando vos estéis en mis brazos, veréis como el índice de mi mano se extiende y os señala allí bajo vuestros pies: toda vuestra obra y vuestra siembra, todo lo que hicisteis en vuestro largo destino, en vuestra jornada y vuestro llanto, de alegría será; y vuestras lágrimas, empaparán mi pecho de Padre, y ambos corazones, latirán eternamente de amor.
68 Así os dejo, en santa paz; y así, os envío por los caminos del espíritu, en este día de gracia en que me habéis escuchado, en que habéis tenido comunión con el Maestro de maestros, y en que habéis amado y perdonado a todos vuestros hermanos.
¡Mi paz, sea con vosotros!
108. El fin de la comunicación a través de portavoces (Nueva Vida)
Miércoles 1 de noviembre de 1950
1 ¡La luz redentora nuevamente desciende para buscar al hombre y alumbrarlo en su extravío y en su noche!
2 ¡El amor que es vida, nuevamente viene como luz, como mensaje de revelación, vitalizando y fortaleciendo la moral y el sentimiento del hombre; iluminándole su espiritualidad y su conciencia, acercándolo a Dios, a su Padre Celestial!
3 ¡Nuevamente este mensaje amoroso, vuelve a sensibilizaros! Vuelve a recordaros, de las manifestaciones divinas; de esas revelaciones superiores, para que en el altar interior de vos mismo, guardéis y aumentéis la luz que es vida, que el revelación y suprema verdad.
4 El Maestro del amor, viene a vosotros; y ese amor, manifiesta un raudal de conocimientos de la Verdad, que son columnas en el templo maravilloso del universo y en la eternidad.
5 Ese mensaje que tanto os agrada, es vuestro nuevamente en esta noche; en que, con luz de estrella, brillan los excelsos pensamientos que vienen desde el más allá de vuestro valle para convertirse en palabra y para tocar vuestro corazón.
6 Como una música, como un caudal de arrullos, de ternuras y caricias divinas, os habla mi Ser, para llegar hasta vuestro corazón, para revelaros los conocimientos del más elevado sentimiento, para ayudaros a la dignificación; porque, de cierto os digo, pueblo mío, en esta noche, os revelaré algo fundamental; y todo lo que os diga, es para ayudaros a libraros y a defenderos de vos mismo.
7 Vos estáis contra vos, por cuanto queréis darle el primer lugar a lo que vale menos y el último a lo que vale más en vos mismo; porque tratáis de materializar lo espiritual, en vez de espiritualizar vuestra existencia. Tratáis de materializar, lo espiritual de vos mismo, ¿es acaso que no os amáis?
8 Habéis venido a reconectaros a la existencia de la forma, desaprovechando una nueva oportunidad para adelantar.
9 El hombre necesita muchas edades, para el desenvolvimiento paulatino de su conciencia. Muchas edades, sí, muchas existencias humanas, para aumentar el caudal de su experiencia.
10 El alma de los seres hijos de Dios, necesita del tónico de la experiencia para evolucionar y desarrollarse. El alma crece por grandezas espirituales; mas no brilla por pequeñeces humanas.
11 Por eso llega siempre el eterno orientador de vuestra existencia, como un pequeño rayo de luz, como un efluvio de vida; llega por medio de pensamientos acariciadores que se hacen sonantes, a daros la lección de la vida, en esta gama de cátedras espirituales llenas de justicia, amor y sabiduría; para que aprendáis los conocimientos que necesitáis aprender y os alimentéis en este banquete espiritual con el manjar de la sabiduría.
12 Es magnífico el alimento del conocimiento, es provechoso saber, por eso estoy con vosotros.
13 Pueblo mío, pueblo amado, mis ovejitas que siempre el cordero inmolado busca y acaricia, mis ovejitas adormecidas, que sin pensar permanecéis adormecidas y estacionadas sin hacer uso de la conciencia; estáis adormecidas, almitas mías de espíritus hijos de Dios, que sin obedecer a los dictados de la Ley del Padre y rebeldes a sus mandatos, os quejáis de sufrir, cuando vosotros provocáis la tormenta.
14 ¡Mi irradiación divina es como el arco iris en este mundo que es a semejanza de una noche de tormenta y de un mar en tempestad!
15 Mi luz viene como símbolo de paz y mis frases como la manifestación de la más alta ternura, de la más alta expresión de la espiritualidad amorosa, porque el amor es el que mayormente manifiesta la espiritualidad.
16 Por eso quiero que por unos momentos las facultades superiores del hombre sean en quietud, para que recibáis de mi cátedra; que me deis unos momentos de atención y que pongáis la lira de vuestros corazones a tono, con mis notas vibratorias de pensamientos cargados de purísimo amor.
17 Escuchad, mi pueblo, atended y grabad: hay quien ha dicho que en mi doctrina espiritualista, se han congregado los varones y las mujeres más pecadores, los más malos, los más materialistas, los más duros de corazón; y esto lo dicen, no sólo los materialistas y los elementos de otras religiones; sino también los mismos de esta doctrina. Aseguran que yo he recogido del mundo, lo más manchado.
18 Y vos, mi pueblo, ¿también pensáis, de la misma manera que piensan los vuestros y los extraños? ¿Crees que en esto hay algo de verdad y que vienen a escuchar mis cátedras los más ignorantes y los más criminales, como dicen en el mundo? ¿Vos también pensáis y creéis como aquellos?
19 Escucha bien: en este pequeño mundo pequeño para mí, grande para vos en todas partes, existen criminales. En todas las doctrinas, creencias y filosofías existen criminales, ¿por qué entonces os fijáis solamente en la doctrina de irradiación, señalándola como un foco de infección? ¿Por qué no extendéis la mirada por el mundo, aunque no sea omniabarcante, cuando menos que sea potente en el pequeño círculo de vuestra acción? Y veréis: que en todas las doctrinas, hay seres pecadores, hay almas manchadas, con pensamientos tenebrosos.
20 ¿Y si yo os dijese que en mi doctrina, hay menos criminales? Hay muchos recintos en el mundo; y en cada recinto, muchos oyentes. Es cierto que en esa doctrina de amor, hay pocos discípulos; que si no son verdaderos apóstoles del bien, tampoco son criminales.
21 Si vosotros quisierais entregaros a la investigación haciendo un registro exacto de todos los componentes de las demás religiones y creencias; haciendo comparaciones, veríais lo siguiente: cuando los cerebros que yo utilizo para dar sabiduría, se encuentran impotentes; entonces, no doy sabiduría, doy amor; aunque la expresión de mis interpretes sea torpe en algunos lugares, doy amor valiéndome de aquel lenguaje sencillo; cuando puedo dar sabiduría, doy sabiduría; cuando no, aquellos labios torpes pueden moverse fácilmente dentro de su sencillez para decir: ¡no matarás! ¡Amaos los unos a los otros!
22 No necesito grandes aptitudes ni frases elegantes de mis aparatos, para repetir palabras de justicia y amor y dirigiros por el camino recto, para tocar vuestros corazones y llamaros al arrepentimiento.
23 Muchos de los que hoy, escuchan esta cátedra aquí; y otros, en otras partes, cuando empezaron a escuchar mis primeras cátedras, lo hacían por curiosidad; después, se conmovieron, aunque duraba pocos momentos esa emotividad; pero después, al cabo de escuchar muchas cátedras más, repitiendo siempre los mandamientos de la Ley de Dios, poco a poco, han ido sintiendo el deseo de espiritualizarse, de purificarse, de modificar su vida, de cambiar su modo de ser y de pensar. Y los hombres de hoy, que hace tiempo escuchan mis cátedras, no son iguales a lo que fueron ayer.
24 La luz de mi doctrina sigue penetrando a los entendimientos, a las conciencias, para ayudar a esta humanidad a desenvolverse y despertar del materialismo en que vive.
25 Vengo a ayudaros a desenvolveros a vos mismo para vuestra propia evolución, para despertar vuestra conciencia y aumentar vuestra pequeña luz.
26 Vengo, a poneros en disposición de un estado mejor, que si antes erais rencoroso, hoy haya disminuido ese rencor por lo menos; y que, con la repetición de mis cátedras, llegue a desaparecer por completo de vuestro corazón; que vuestros sentimientos y vuestros pensamientos, se vayan espiritualizando y siempre os acordéis de mí.
27 Siendo mi palabra como una gota de agua constante, en cátedras de día 1° y en cátedras dominicales, poco a poco, estoy haciendo lentamente en vos, ese despertamiento de una conciencia superior. Os estoy despertando, sin que os deis cuenta.
28 Es cierto que mi trabajo es lento, porque sois muy duro; sin embargo, existe en vos, materia dispuesta para el bien; os vais corrigiendo paulatinamente y os vais arrepintiendo de vuestros errores.
29 Si antes, vuestros pensamientos eran demasiado negros; hoy, son más claros. Si antes, podías haber sido capaz de manchar vuestras manos con sangre; hoy, preferís ser el herido que el heridor. Si antes, podíais haber sido capaces de, sin remordimientos hacer vuestro lo ajeno; hoy, si lo hacéis, lo harías con grandes remordimientos y tal vez, no os atreveríais a hacerlo. Antes, para vos, el rencor, era una satisfacción; hoy, es tristeza. Antes, no sabías amar a los que os retaban y os odiaban; hoy, si no los amáis, cuando menos tratáis de no hacerles mal y de tenerles compasión.
30 Es el fuego purísimo de mis cátedras que va alumbrando vuestra noche, aquietando el mar de este planeta, librándoos de esta tempestad; haciendo lentamente mí obra en vuestra mente, en vuestra voluntad, despertando vuestra conciencia y fortificándoos, mi trabajo es lento, pero seguro.
31 Vuestro corazón y conciencia, serán de Dios, serán del celo a través de los tiempos. Yo sé que tendré para eso que derramar muchas frases luminosas en repetidas cátedras. Yo sé que con estas frases luminosas, poco a poco, vuestro corazón será mío.
32 ¡Renunciad ya a vuestra vida pasada! Recordad que el Padre Dios, existe en vos mismo, esperando que lo realicéis para hacer en vos el reino prometido.
33 Ahora mis cátedras, no solamente se concretan a los oyentes, que en estos momentos regalan a su oído escuchando mis pensamientos, ¡no! Mi amor las lleva más allá, porque convertidas en letras y folletos, van a los hogares, para dar a los hombres redención; para darles poco a poco, el conocimiento de las manifestaciones superiores de la Ley; y grabar los estatutos universales, lo que es la voluntad de Dios en la propia conciencia, del espíritu del hombre encarnado.
34 Conocer: que por encima de lo que pide la carne, está lo que pide vuestro espíritu. Conocer: que en el espacio, están las altas deidades, los altos seres espirituales que compadecidos de vuestros inútiles reencarnaciones, cooperan conmigo para ayudaros a progresar, porque así lo necesitáis.
35 No voy hablaros de vuestras últimas reencarnaciones, porque no lo creerías ni lo aceptarías; voy a hablaros de vuestra existencia humana presente, solamente; para explicaros, por qué digo que sois enemigo de vos mismo.
36 Pregunto a la conciencia de cada uno de los oyentes, que no contesten en voz alta, solamente para sí mismos sin voz, por medio del pensamiento: ¿cuántos años tenéis cada uno de vosotros que os llamáis doctrinarios? ¿Cuántos años de existencia humana? ¿Habéis hecho algo digno de tomarse en cuenta, para tener derechos espirituales de goces, de alegrías, de luces del reino, para tener algunas riquezas espirituales? Seguid escuchando, ¡oh! Mis ovejitas, que lleno de compasión viene hacia vosotros el Maestro de maestros.
37 Muchos de vosotros pasáis ya de los 50 años, otros no habéis llegado a ellos; pero pasáis de los 30 y otros de los 20 años; y ¿que habéis hecho en estos años que lleváis de existencia humana? ¿Qué habéis hecho en este vértigo, en que corporal y mentalmente habéis vivido? ¿No os alcanzan las horas del día y de la noche? ¡Redobláis vuestros trabajos, redobláis vuestros esfuerzos, todo para el provecho de vuestra materia! Y, ¿para qué?
38 Cuando estéis en alma y os ilumine la luz del maestro que os corresponda en justicia; y aquel maestro, os haga ver como en una pantalla de vuestro mundo, toda vuestra existencia humana y la de vuestra vida espiritual; quedaréis asombrados, cómo en los éteres del espacio, están grabados todos vuestros actos y alumbrados con la luz del más allá.
39 Todo se graba, todo tiene su sentido y su forma y las fuerzas etéreas os presentarán a todas vuestras creaciones mentales. No se escapará nada y con perfecta claridad veréis todo lo que hicisteis. Veréis todo el tiempo que perdisteis inútilmente, sin trabajar para vuestra alma y haciendo el mal. Todos los días y las horas de esa existencia humana y de vuestra vida, desfilarán ante vos, lentamente y con claridad, para que podáis reconocer todas vuestras acciones.
40 Hay quien desde que empieza a agonizar, empieza a ver lo que ha hecho en su existencia humana; y su agonía, se hace penosa y prolongada. Otros, desde el desprendimiento del cuerpo, empiezan a ver los registros de su existencia, sin perder un sólo detalle; y aquellos hechos, se hacen proyecciones reales, tomando forma y movimiento y mostrándoos los hechos y las palabras, con que habéis herido a los demás.
41 Todo se proyecta de la misma manera que en la pantalla, donde veis lo que ya no existe materialmente, como si fuera real. Las pantallas de vuestra vida, son a semejanza de lo que acontece en el más allá, ante la mirada espiritual, del que deja este mundo.
42 Vuestros hechos, vuestras palabras, vuestras obras os perseguirán; son vuestras creaciones y os horrorizarás de ellas. Son como si fuesen vuestros hijos, creados como pensamientos, como palabras, como acciones; y si son buenos, ¡bendito sea el momento! En que tienes algo bueno que ver, en vuestra vida espiritual.
43 Cuando el maestro que os corresponde, aquel ser que os reciba, que vos llamáis: ángel guardián el ser de luz o el luminar que os protege, porque hay seres elevados que tienen muchos protegidos cada uno; y ellos, toman la misión de enseñaros, el cómo hicisteis vuestro destino, con todos sus detalles de cada momento de vuestra existencia humana; os presentaran: vuestras obras buenas y malas por vos mismo, os daréis cuenta que vuestras lágrimas, vuestros afanes, vuestros sinsabores por las riquezas humanas por las que tanto suspirabais y sufríais, ¡de nada os sirvieron! Qué inútiles fueron: vuestras noches de desvelo, vuestras vigilias, vuestros sinsabores y vuestras lágrimas puesto que, todo lo que hicisteis, fue para la materia y poco o nada, para vuestra alma.
44 Si no tuvisteis caridad, si no hubo en vos, una obra de bondad, no habrá un rayito de luz; porque las bondades hechas en el mundo, se transforman en luz para iluminar vuestro sendero; y todo el bien que se hace, es agua purificadora que desmancha.
45 ¡Sólo la caridad y la piedad, iluminan la senda, del que las supo hacer! Y entonces, he allí, la desesperación de no poder hacer obras benéficas; y estaréis como estos seres desencarnados que se han acercado a mi hoy, para escuchar mi cátedra. No, no se comunicarán, porque no hay necesidad ni es mi voluntad, ellos me escucharán y yo les daré en espíritu la luz.
46 Vosotros, los habéis traído, quitándolos de su lugar de relativa paz, como vosotros decís pero en realidad, no están en paz. Cuando el mundo de seres reencarnados, empiezan a mover su mente, a pensar en los seres de ultratumba, los atraen; el pensamiento, es un imán que los atrae y por eso, ellos están aquí; muchos de ellos, lamentándose, porque no hicieron algo por su alma; y ahora, me piden que le pida al Padre Celestial, la oportunidad inmediata de volver al planeta tierra para dedicar mucho tiempo a la caridad, al amor, a la espiritualidad, para poder así, llevar algo para su alma.
47 Esos seres, no hicieron algo por su alma y ahora se presentan como menesterosos de todas las necesidades y enfermos de todas las enfermedades, desesperados piden misericordia, la nueva oportunidad de otro nacimiento humano, una nueva aurora para una nueva existencia humana, un nuevo cuerpo para un nuevo ensayo para la caridad, el amor, la luz, a fin de tener algo.
48 ¡Ensayad seres en alma, ensayad de nuevo, porque, la caridad y el amor no habéis aprendido, a pesar de haber venido muchas veces a la tierra; y no habéis ensayado lo suficiente, porque no habéis sentido en el corazón piedad para vuestros semejantes.
49 Y estas almas, piden nacer en cuerpo humano de inmediato, porque en el plano de desencarnados en donde se encuentran, no pueden llevar a cabo sus realizaciones; y sólo por su propia experiencia, pueden llevarlas; porque la realización de ellos, está aquí en este mundo de las formas, donde dejaron deudas. Aquí se hicieron las deudas, aquí deben pagarse; y no pasarán a otro planeta superior, hasta que su cuenta esté saldada totalmente.
50 Mirad qué contraste, están desesperados porque no están reencarnados y vos estáis desesperados como ellos, porque no estáis llenos de toda clase de alegrías, como vos quisierais. Muchos de vosotros, estáis deseando, el estado de ellos.
51 ¡Ah, incomprensión de la humanidad! ¡Reencarnados y desencarnados estáis inconformes! Esa incomprensión, os lleva al descontento, a la ingratitud, a la insatisfacción.
52 Si no estáis satisfechos encarnados y desencarnados, es porque no habéis hecho algo bueno para vuestra alma; y por eso, vuestro sufrimiento, es intenso.
53 ¡No sabéis bendecir la vida, no sabéis aprovechar los momentos de vuestra existencia humana, ni sabéis hacer algo grato que presentar en el más allá!
54 Si no podéis acumular riquezas de buenas obras, cuando menos que no seáis tan menesteroso que os presentéis en el más allá con las manos vacías de buenas obras. Allí las contaréis, las buenas y las que llamáis malas; y sabréis hasta su número y su peso, sabréis aquilatar su valor y su fuerza, conoceréis todo en detalle, sin que se pase algo por conocer.
55 ¡Ah, humanidad incomprensiva, ni transformando las manifestaciones de la Ley del Padre, quedaríais contenta!
56 Vosotros, desencarnados, habéis estado reencarnados por muchos años y, ¿cómo aprovechasteis vuestra existencia en la carne? Y así como vosotros, estos tampoco, la aprovechan ahora. Así como vosotros os lamentáis ahora, estos se lamentarán en el mañana de su existencia, porque los que más han hecho, han hecho muy poco para el bien de su alma.
57 Almas desencarnadas que anheláis tener un cuerpo, para manifestaros en la realización de la bondad. Almas desencarnadas que estáis pasando por la depuración del fuego abrasador del remordimiento: he allí el símbolo de las llamas, de esas llamas que dicen los hombres que existen en el purgatorio ese es el purgatorio: estado de lamentaciones, de dudas, de tinieblas, de inconformidad eso es lo que le llamáis: purgatorio o infierno.
58 El infierno es peor; pero no es un lugar ni un castigo de Dios. El infierno es para aquellos que siendo criminales y perverso, han descendido hasta los bajos fondos de la maldad y del vicio y no quieren redimirse. Ellos están en un estado de conciencia angustioso y lamentable, en un estado de indescriptible desesperación y de tiniebla; y allí están simbolizadas las eternas y quemantes llamas. Son estados de conciencia, pero no lugares creados por Dios; y por estos estados mentales pueden pasar, no solamente los desencarnados, sino también los encarnados.
59 ¡Yo doy luz a vuestro entendimiento y toco vuestro corazón! Es necesario que no perdáis la oportunidad, pueblo encarnado, ya que tenéis la dicha de tener un instrumento que os ayude a la realización del bien y podáis protegeros de vuestra misma crueldad. ¡Tened piedad y misericordia de vos mismo! Y llevad la luz, que os alumbre en el más allá. Si no lleváis obras que os den luz ¿con qué os alumbraréis y os orientaréis?
60 Necesitáis que vuestro corazón conozca, el noble y elevado sentimiento del amor. Necesitáis que hable en vos, vuestra conciencia, sobre los mandamientos de la suprema causa. Y si no habéis sentido el amor ni habéis escuchado a vuestra conciencia, ¿cómo queréis alumbraros con luces ajenas, si solamente os servirá vuestra propia luz, la luz de vuestras propias obras?
61 No desaprovechéis esta oportunidad que los seres desencarnados anhelan, porque más tarde, lo lamentaréis amargamente.
62 Los entendidos pueden evitar mayores dolores, si vos sois entendido, evitad mayores males.
63 Si vosotros quisieseis desencarnar en este tiempo, es porque tendréis la seguridad de que lleváis algo bueno. ¿Ya estáis dispuesto a desencarnar? ¿Ya tenéis para vuestro reino, la riqueza suficiente? ¿Cuántas caridades habéis hecho en vuestra existencia humana? Pero decidme también, cuántos males; porque hay que hacer la comparación, sopesar el balance y ver cuál es el sobrante que tenéis a vuestro favor o en vuestra contra.
64 Si tienes siete obras buenas y siete malas ¿qué os queda, si apenas contrarresta lo uno con lo otro? En nada mejora la riqueza de vuestra existencia, si tenéis siete obras benéficas y setenta equivocadas, ¿cuánto le resta, a la Ley de la equidad? Tendréis por ganancia, lo sobrante; tendréis a vuestro favor, lo que sobrepase a las malas obras.
65 ¡Oh! Entendidos, meditad sobre estas frases, sobre la ganancia; sobre el sobrante, después de las comparaciones. Sólo eso será vuestro. ¿Estáis dispuestos a perder?
66 ¿Decidme pueblo, el hombre que lleva siete obras buenas a su favor y siete en su contra, puede esperar algún premio?
67 El alma en la amplitud de la mente humana y la conciencia del ser, hace un diálogo con su redentor, porque yo contesto también, a través de la conciencia, muchas respuestas que todavía no se han escuchado a través de labios humanos.
68 Yo recibo vuestras frases, pueblo; y ¡consolaos! Porque ya os he dicho que si los hombres, pudieran llevar a cabo en su 1nvestigación, las comparaciones de criminales; hay menos criminales, donde hay más oyentes de mis cátedras; y os lo digo, hay ignorantes, pero menos, que entre los oyentes de mensajes de otras doctrinas.
69 Hay menos criminales, escuchándome, porque por poco que recordéis de mis palabras, es suficiente para recordar que es lo que yo quiero: que os améis los unos a los otros os enseño también con frase sencilla: cómo os acerquéis al Padre, en el templo interior; cómo, por medio del corazón, elevéis el alma, hasta Dios.
70 ¡Alegraos! Pueblo que escucháis mis cátedras. Doctrinarios míos, levantad la frente y la mirada, porque de cierto, os digo: entre mis ovejitas de la escuela espiritualista, hay menos cantidad de criminales.
71 No hay perfectos, mas, acaso ¿hay alguien sin mancha, en el mundo? Pero, si hay menos criminales que en otras escuelas de doctrinas humanas. Si en el mundo entero, no hay uno solo sin mancha, ¿por qué exigís tanto de mis doctrinarios, cuando ya os he dicho que no son todos puros?
72 Sin embargo, os repito, que: hay de manchados a manchados, de males mayores a males menores y si han tenido errores y han hecho sufrir a los demás, después de oír muchas cátedras, no volverán a repetir su maldad ni a realizar su crueldad. ¡Los que me oyen, son pecadores, sí, pero menos que otros que no me oyen!
73 ¡Escuchad pueblo, para que me comprendáis! ¡Oh! Apóstoles, que trato de llegar hasta vosotros, como Maestro de la Verdad eterna. Si vos, me preguntarais: Maestro, ¿quieres que sigamos oyendo tus cátedras, o que dejemos desierto tu recinto y nos vayamos a sembrar la Verdad por doquier? Yo, os diría: dejad mi recinto e id con las manos llenas de enseñanza y de bienes a practicar la caridad por el mundo, ya que vendrán otros a escuchar mis cátedras para que también aprendan.
74 Y si pretendéis saber, quién tiene más méritos: un pueblo que oye y olvida, que cree en Dios y en mí, pero que no hace algo benéfico para su alma, que hace rezos, que escucha cátedras, pero que no hace algo por agradar al Padre, ni se conmueve ante el dolor de sus hermanos; o aquellos que sin creer en el Padre, sin aceptarme a mí, sin ninguna religión, van sembrando la caridad, regando él bien, sintiendo la pena de sus semejantes; ellos, son de Dios, del reino y míos, son desconocidos y aunque nunca me nombren, yo les acaricio porque riegan la bondad cumpliendo con el testimonio aquel, que: “el que tenga la bondad en su corazón, será digno hijo de Dios, aunque jamás lo nombre.”
75 ¿Por qué nombrar tanto al Padre y a mí, si no hacéis ningún bien sobre la tierra? ¿Para qué escuchar tantas cátedras, si no habéis acariciado a un niño triste, a un anciano, si no habéis consolado a un enfermo?
76 Vuestro egoísmo es vuestra tumba, vuestra prisión y vuestras cadenas. Vuestro egoísmo, es vuestra muerte y la tiniebla en vuestra conciencia. ¡Libraos del egoísmo, para que rompáis las cadenas! Nombrad más a Dios, pero con obras de caridad, para que hagáis completa la realización; o dejad de nombrarlo, si vos queréis, pero haced el bien; que no se necesitan frases vanas, sino hechos reales.
77 Era un amantísimo Maestro que quiso hablar del reino a los humildes; y acercándose todos los que querían escuchar de su palabra, dijeron: Maestro, ordena tú, estamos a tu disposición. Aquí hay muchos grupos, ¿cuál pasará primero a escuchar tu cátedra?
78 Y en aquellos grupos había algunos humanos, de los que os he hablado en esta noche: aquellos que hablan mucho del Padre, del reino, de mí y dicen qué escuchan muchas cátedras o hermanos en distintas religiones; pero que no hacen ningún bien. Y otros que no nombran nombres santos ni hablan de revelaciones espirituales, pero en cambio, hacen mucho bien, sin ostentación. Decidme ¿quién pasaría primero ante la cátedra sublime del Maestro de la sabiduría? ¿Cuál sería el grupo que le correspondería por derecho pasar?
79 El segundo, porque los primer os serán postreros; vosotros, lo habéis dicho. Yo les diría: venid a mí, vosotros que jamás habéis iluminado vuestros labios con los nombres sagrados de los representantes de las leyes, de los enviados de las alturas; pero que habéis regado por doquier la servicialidad, la ternura, la dulzura, de vosotros es el reino. Y a los primeros, les diría: ¡hablad menos y haced más! ¡Id por el mundo sembrando el bien, porque la semilla de la palabra sin obra, es vana y no tiene éxito!
80 ¿Cuál es el lugar que vos tenéis ante esta cátedra, en el santuario del universo? ¿A qué grupo pertenecéis, de los grupos de la humanidad? ¿Cómo se encuentra vuestro corazón: lleno de obras o de palabras solamente?
81 Pensad un poco, porque es necesario que ames la vida y cuidéis vuestro cuerpo, porque vuestro cuerpo es el vehículo de la oportunidad y debéis cuidarlo y bendecir la existencia que tenéis en él, a fin de que crezca vuestra experiencia, se desarrolle vuestra alma y aumente en vuestra conciencia la luz; porque ya os he dicho que la experiencia se transforma en rayitos de luz.
82 Es necesario que bendigáis la oportunidad y cuidéis el cuerpo que Dios os dio para la buena obra en él; porque si en materia, se hace el bien, también en materia se goza, aunque más en alma que en materia.
83 Si vos sabéis a qué grupo correspondéis, en la eterna cátedra de manifestación, ¡preparad vuestra conciencia, abrid vuestros sentidos, buscad la más elevada espiritualidad! Y ante ella, rendid vuestro corazón y venid a mi luz, porque os espero, humanidad mía. ¡Bendita seas!
84 ¡Hágase el silencio! Ha llegado el momento, del silencio profundo y preparaos también, en la observación. Ya he dicho a vosotros, qué por la inquietud de vuestros pensamientos, habéis atraído a los seres desencarnados; y a muchos de ellos, sin materia, daré luz sólo con mis palabras. Ha llegado el momento de hablar a las almas de seres desencarnados, que os servirá de ejemplo, porque lo que diga a ellas, a vosotros os será útil, porque el conocimiento es luz.
85 ¡Oh! Almas, de espíritus sin cuerpo que habéis dejado la materia en este mundo de la forma y de la densidad: debéis conformaros con la separación de vuestros cuerpos y utilizar la vida en alma poniendo a trabajar la mente espiritual y la inteligencia. Allí no hay lamentaciones con barreras densas como en este mundo. Allí podéis hacer viajar el pensamiento con el impulso de vuestra voluntad; y por estos medios, podéis bendecir al universo y dignificaros como seres en vuestra alma; y podéis convertir en luz de estrellas, vuestros pensamientos y vuestras obras.
86 Oh seres en alma, también podéis hacer el bien en ese estado de desencarnados. Muchos de vosotros habéis sufrido mucho durante el prolongado estado agónico de la separación, de unos vehículos con otros: del cuerpo con el alma la vida espiritual que cambia, los sentidos que se afinan allá como notas en un concierto, la metamorfosis humana, la Ley de la transformación.
87 El poderoso pensamiento, alcanza él amor universal, pero es la Ley; y la Ley, se obedece en el planeta; en el celo, en lo que llamáis celo, todo es en la Ley y en la compensación; y en ellas, tenéis cada uno vuestro lugar.
88 Tomad vuestro lugar, mi pueblo. ¡Oh! Almas, de espíritus desencarnados, seres benditos, podéis así utilizar más vuestros pensamientos, más vuestra mente espiritual o conciencia; podéis acercaros a los que habéis amado, consolarlos y decirles que estén conformes, que no os sientan perdidos y ayudarles con vuestras oraciones; pero estas comunicaciones, las haréis momentáneamente, para que no os materialicéis demasiado al acercaros a los humanos.
89 Vosotros sois los hijos del reino, vuestras angustias ya han sido tomadas en cuenta. Los humanos no saben lo que habéis sufrido: después de los dolores físicos, los otros sufrimientos del desprendimiento de vuestros vehículos ellos creen que en el último suspiro, se va el último dolor; y están equivocados, porque siguen con el gran sufrimiento, de la separación.
90 La luz, es para vosotros. ¡Hágase la luz! ¡Oh! Almas de espíritus desencarnados: ¡romped el velo de vuestras imágenes, elevad el pensamiento, dulcificad en estos momentos, vuestra pasada amargura! Y os digo: en verdad es la luz de Cristo la que está brillando, la que se está manifestando a través del Verbo, en palabra humana; pero en vosotros me manifiesto también de muchas maneras; y si he dedicado estos momentos a vosotros, es porque antes, como esencia de luz purísima, no habéis sabido atender a mi mensaje divino; y por eso, también vosotros, necesitáis de la palabra sonante, porque a pesar de estar sin materia, no sabéis todavía percibir las notas sutiles, las notas vibratorias del elevado pensamiento del amor de Dios; y por eso, he venido a vosotros de manera sonante, para que entendáis y comprendáis lo que os digo.
91 Entrad en la paz, almas benditas de seres desencarnados, para que conozcáis el reino interior. Buscad ya el arrepentimiento, empezad en la vida útil, mientras volvéis a tomar cuerpo en este plano de la forma.
92 ¡Quién dijera? Algunos de mis oyentes reencarnados maldicen su existencia corpórea humana; y vosotros, deseáis ardientemente, lo que a estos les pesa. Quisierais volver a tener un cuerpo; y antes, también lo despreciasteis.
93 Y vos, alma de mujer, ser bendito que desencarnasteis porque así lo quisisteis llevando a vuestros labios el veneno que había de llevaros al sepulcro, todo porque la existencia humana no os dio lo que pedíais y reclamabais erróneamente. Ahora, con el conocimiento, de que nadie puede hacer otro destino nuevo. Yo os consuelo, criminal de vuestra propia evolución, criminal de vos misma; os consuelo, pero no os juzgo ni os condeno. Si así acabasteis con vuestra vida, cuán grande fue vuestra desesperación en aquellos tres días de larga agonía, porque así se necesitaba para que pasaran vuestras obras delante de vos, para que conocierais lo que habías hecho en vuestra existencia humana.
94 Cuando presenciasteis lo último, estabais arrepentida; y decíais: ¡ya no quiero morir, no quiero morir! Porque vos sabíais que habiendo sido asesina de vos misma, os esperaba el remordimiento, simbolizado en el fuego abrasador del infierno, porque sabías que sois deudora, rebelde a la Ley; sin embargo, cuando lo hicisteis, no pensasteis en el mal que os causabais, sino en que la existencia humana era cruel para vos.
95 Alma amada, ¡oh! Ser bendito, os pregunto: ¿quién hace el destino de cada criatura? ¿No acaso vos mismo, hicisteis el vuestro? Desde que existís y a través de vuestros cuerpos en las distintas reencarnaciones, venís forjando vuestro propio destino, aumentando la cuenta o disminuyéndola. Desde vuestra primera encarnación, empezáis a hacer vuestro destino; del que después, os quejáis.
96 Mirad la luz maestra que viene a marcaros la etapa de una nueva vida. Ya no vayáis al sepulcro, buscando desesperado el sendero que hubierais seguido estando encarnado en mujer; tienes que vivir en este mundo de las almas, en el ambiente de este mundo, los años que os faltaban vivir encarnado; pero ahora, lo haréis, consciente y con luz. Ya no vayáis al sepulcro, ¡venid a la luz que os ama y os acaricia, a pesar de vuestros errores!
97 A pesar de los errores de la humanidad, el amor sigue amando a los rebeldes de la Ley, a los hijos de Dios.
98 Alma de mujer, ya no recordéis, lo que hiciste contra vos misma y contra los demás; recordad solamente lo que os faltó hacer de bien y de bueno que no hicisteis; recordadlo y hacedlo ahora, olvidándoos del mal.
99 En estos momentos, ¡oh! Almas de espíritus desencarnados, como hálito de vida, como un rayito de luz, quiero llegar a todos vosotros, para que termine ya vuestro pasado. Así como una lenta oración, como una suave caricia, quiero llegar a vosotros, para que os olvidéis del ayer. Que este torrente de bendiciones, caiga sobre vosotros, como eterna oración; y sólo veáis, la luz y el perdón.
100 Mi paz os dejo, mi amor os doy en el nombre del todopoderoso que me ha enviado para consolar a los pecadores encarnados y desencarnados. La luz de la consolación, sea con vosotros. En el nombre del Padre Celestial, yo os bendigo por siempre, ya que por ignorancia habéis pecado. ¡La paz eterna, sea con vosotros!
101 Pueblo mío, en esta noche, bendigo vuestras aguas y todo lo que habéis traído para el bien, con la misma intensidad con que os bendigo a vosotros. Y me decís: Maestro amado, concédenos la comunicación de nuestros seres queridos el día de mañana.
102 Y yo, pregunto a mis trabajadores de nombramiento de esta escuela de espiritualidad, nueva vida: ¿queréis trabajar para el pueblo? Entonces, mañana os reuniréis a dar la comunicación, sin exigir o pedir a determinado ser, sino lo que buenamente se presente, lo que Dios os permita.
103 Recibiréis a aquellos seres que quieran voluntariamente comunicarse con vosotros; y vosotros, quedaréis contentos, con lo que recibáis. Y os repito: que no exijáis ni forcéis comunicaciones. Si no se acercan familiares vuestros, se acercarán protectores o simpatizadores y os darán su consuelo y su guía.
104 Cuerpo de mediaunidad, ¿estáis conformes en trabajar para el pueblo, mañana, en la mayor altura que vuestra conciencia, pueda dar un servicio de lo mejor que sea posible? Entonces, si así lo hacéis, pediréis que se comuniquen solamente aquellos seres que se identifiquen y afinen con vosotros, para que sea fiel la comunicación y sea solamente lo que esté permitido. Pase mi corriente entre vosotros, para bendeciros, en el nombre de Dios.
105 Ovejita mía, siempre sencilla y dócil, siempre humilde, como una pequeña niña que habla con la sinceridad de su corazón, sin complicaciones, sencilla cómo una violeta escondida; por eso, amada mía, vos que me dais gracias, humildemente, sin quejaros de vuestro dolor: ni una sola vez se han abierto vuestros labios para hablar de vuestro dolor, sino para dar gracias, por el bien recibido. Estoy en complacencia con vos, por vuestra humildad, por vuestra docilidad. Yo os amo y os bendigo. ¡Bendita seáis!
106 Pueblo mío, seguid escuchando, sin que perdáis algo, porque aún os faltan algunas frases qué oír. ¿Qué haréis en esta noche, en bien de los que partieron al otro lado del valle terrenal, qué haréis en favor de ellos, en esta noche? Prometerles que utilizaréis la existencia humana para hacer el bien que antes no supiste hacer y que era necesario.
107 Prometedles, que en su nombre, haréis obras benéficas, porque hay otras oraciones, las oraciones de las buenas obras. Esa oración, es la que en su nombre, debéis hacer; y entonces, ellos recibirán el bienestar, de lo que se hace en su nombre por ellos.
108 Pueblo mío: ¡tomad en abundancia las bendiciones de esta noche, de esta cátedra de día primero! ¡Tomad en abundancia lo que os he dejado en esta cátedra: amor, caricia, conocimiento de las manifestaciones superiores de la Ley, lecciones de mi enseñanza, que como luz se manifestarán en vuestra existencia; revelación, para conduciros con pasos seguros, a vuestra redención.
109 Pueblo mío, esta noche, es la noche en que vienen a mí todas vuestras penas, vuestras plegarias, es la noche en que se unen vuestras peticiones con las mías; mas no creáis que porque es día primero, yo estoy con vos en todo momento de vuestra vida sino porque os unís más a mí y venís muy cargado de pesares y de lamentaciones, rodando por vuestras mejillas, las perlas que de vuestros ojos brotan y que yo recibo porque os amo.
110 En esta noche, sean míos vuestros dolores y vuestras mis bendiciones. En esta noche, sean míos vuestros sacrificios, vuestro arrepentimiento y sea vuestra la esperanza de vuestra propia redención.
111 ¡Benditos sean los corazones que sean sensibles a la pena ajena y bendito sea vuestro corazón!
112 Llevaréis agua de cátedra y le daréis a la enferma humedeciendo sus labios en mi nombre. Llevaréis flores de cátedra, las pondréis en su habitación pensando en Dios y en mí. Pasaréis vuestras menos por su cuerpo, pensando en que el Padre mora en vos. Pronunciaréis al mismo tiempo oraciones que nazcan del fondo de vuestra alma, con toda vuestra fe. Mientras oráis, tocaréis su carné; y dando el agua en el nombré de Dios y regándola en su morada con la fuerza de la oración y la fe. Ese es vuestro deber y que se haga la voluntad del Padre, que en sus santos arcanos, nadie puede saber, si es de vida o de muerte.
113 El curar enfermos no quiere decir penetrar a los secretos arcanos, es elevar el pensamiento y esperar a que se cumpla su santa voluntad del Padre Celestial. ¿Me habéis comprendido? ¿Tenéis suficiente fe para despertar vuestro espíritu, a ese estado superior, mientras la luz de la oración os cubre?
114 La oración, es un conjunto de frases que llaman a las fuerzas divinas y angelicales que vienen como lluvia benéfica a curar a los enfermos.
115 La oración, es un llamado a las fuerzas blancas del más allá; es una súplica al cosmos, es hablar con el Padre, cuando se hace con fe; y aquel que habla con Dios, recibe y obtiene.
116 No recetaréis algo de lo material, porque de cierto os digo, no debéis hacerlo. ¿Tenéis dispuestos vuestros labios a orar, y vuestras manos para dejar la fuerza curativa? Entonces, seguid adelante, mi Espíritu está con todos aquellos que quieren hacer el bien. Yo soy vuestro, en los momentos de la caridad.
117 Pueblo mío, preparaos para mi despedida, pero solamente en lo que toca al mensaje sonante; pues en vuestra conciencia, seré siempre en cátedra eterna.
118 Dentro de unos momentos, mis pensamientos ya no serán y estos labios quedarán callados. Dentro de unos momentos daré la última palabra de este tiempo solamente, porque mis cátedras, seguirán espiritualmente iluminando al mundo; como Espíritu bienhechor, mis cátedras seguirán, como la necesidad de los hijos de Dios.
119 ¿Tenéis propósito de mejoraros, de superaros, de espiritualizaros? ¿Tenéis propósito de aligerar vuestra carga y de recordar bien estas frases? “quiero que pasen de la cuenta, que sean más las obras buenas que las malas, que si tienes tres mil malas, tengas sesenta mil buenas.”
120 ¿Me habéis comprendido? No seáis miserables, en las cuestiones del espíritu, porque aquel que fuese miserable, la Ley le medirá con medida escasa; que para el espíritu, no está justificada la miseria.
121 Pueblo, analizad vuestra verdadera espiritualidad, dejad que se rinda vuestro corazón ante vuestro Padre Dios y que por siempre seáis de él, ¿queréis mi pueblo? Entonces, ¿puedo pensar en que os encontraré en la blancura del camino espiritual?
122 Hay un pensamiento de varón, que dice: Maestro, si mi cuerpo está tan inútil y tan enfermo ¿cómo quieres que esté conforme con él? Millares y millares de seres desencarnados desean vuestro cuerpo, así como lo tenéis; aunque vos lo despreciéis, ellos lo anhelan, porque saben que ese cuerpo es necesario para llevar a cabo una misión, el cumplimiento de un aprendizaje; y todo lo que se aprende, es como oro en la caja de reserva. El conocimiento, es la riqueza del más allá.
123 Si estáis en este mundo, es porque os faltan experiencias, no habéis acabado de adquirirlas. Cuando ya no necesites esas experiencias, ya no estaréis aquí, acordaos que en el universo todo se mueve con peso y medida por las sabias manifestaciones de la Ley que lo rigen.
124 Sabia es la Ley que rige los destinos de los hombres y los mundos. Por eso quiero que os libréis de vos mismo, porque la Ley de compensación, no siempre puede Ser grata para vos; y si habéis hecho muchas obras malas, haced más obras buenas para que llevéis justificación de lo que pidáis en la existencia de las almas.
125 Pueblo amado, ¿he llegado a ser comprendido en esta noche? ¿Os he hecho meditar, siquiera en estos momentos? Ovejitas: ¡sed obedientes con vuestro pastor que os ama y os bendice!
126 Varón que queréis todavía hacerme preguntas de filosofía, solamente os diré: la filosofía espiritual derramada en esta cátedra, es lo suficiente, para que penséis; en ella, lleva semilla benéfica y en otra ocasión me hablaréis.
127 Pueblo mío, para hacer actos de bondad, utilizad vuestra vida, los vehículos de vuestro ser, abrid las puertas de vuestro entendimiento, elevad vuestros sentimientos hasta donde lo sutil hace blancas vuestras vestiduras álmicas; y no quiero, que sean cubiertos y escondidos vuestros pecados a vosotros mismos, porque menos os redimiríais.
128 Quiero que veáis vuestros pecados y comprendáis vuestras propias faltas, con el valor suficiente, para no volver a cometerlas.
129 Si escondéis vuestras propias faltas, ¿qué os vais a corregir? ¿Cuál es vuestra labor? Si tratáis de esconder vuestros errores ante vosotros mismos, estáis muy lejos del reino.
130 Venid a mí, pecadores, pero arrepentidos y sinceros. Venid a mí, que yo os lavaré con el agua del amor, en el manantial de la ternura y quedaréis llenos de luz, amor y fe.
131 Adiós, mi pueblo amado, mi paz, mi amor, mi luz y la esencia de mi cátedra os dejo. Mi palabra os dejo, mi palabra os doy; no como el mundo: palabras solamente para que brille la materia ¡no! Sino para que brille el alma, en el mas allá.
132 ¡Tomad la luz de estas palabras, la filosofía de esta revelación de la Verdad; el conocimiento y fuerza, de estos dictados de la Ley divina, para que os liberéis!
133 ¡Pase mi corriente de amor hasta vuestro corazón! ¡Bendito seáis, en el nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo, derramando la clemencia del santo Espíritu! Mi paz os dejo, mi amor os doy. ¡Bendito seáis, pueblo de Israel!
¡Mi paz, sea con vosotros!
109. La enseñanza a través de portavoces y de Espíritu a espíritu
Domingo 12 de noviembre de 1950
1 El gran libro de la vida, se abre nuevamente delante de vosotros. Os contemplo venir llenos de ahínco y de amor, a escuchar la palabra del Maestro; pero no me presentáis hambre en el espíritu, no veo enfermo ni leproso a vuestro espíritu. Sólo descubro en él, el anhelo de conocer mejor al Padre, de conocer más a fondo la vida verdadera, de poder alcanzar mayor regeneración y elevación espiritual y de aprender más en mi doctrina para practicarla mejor en la senda que os he trazado; pero si es un alimento mi palabra para vuestro espíritu, él se ha habituado a vuestro corazón; también, a esa caricia, a esta esencia y sabor que vengo derramando a través de mi palabra por el conducto humano; y en mis cátedras, se nutre vuestro espíritu, se fortalece y se prepara.
2 Después de escuchada mi lección, la lleváis fresca y presente y la aplicáis en los actos de vuestra vida; pero las vicisitudes se acumulan en vuestro paso, las tempestades os azotan a diestra y siniestra; y por momentos, sentís marchito el corazón, pero sabéis que el Maestro, vuelve dentro de esta comunicación; y esperáis con ansiedad, reprimís vuestra impaciencia por la hora y el instante de su presencia; y cuando oís su saludo, cuando veis de nuevo que el Maestro, se recrea entre vosotros, dejáis que vuestro espíritu goce y se recree también. Sentís que verdaderamente estáis sentados, en la mesa del Padre, y coméis los manjares espirituales que él, os ofrece.
3 Pero el Maestro, os pregunta: ¿acaso esta forma de alimentaros con mi palabra, de fortaleceros en mí, va a ser eterna? Bien sabéis que no. Que esta forma de manifestarme a vosotros, toca ya a su fin; y que al iniciarse el año 1951, estaréis ya dentro de otra etapa; en la cual, no volveréis a escucharme por estos conductos; y para ese tiempo, quiero que estéis fuertes, que alcancéis verdadera preparación para que no os sintáis solos, para que así como en este tiempo, habéis sabido penetrar en comunión con el Padre y sustentar vuestro espíritu, con su palabra a través del entendimiento del hombre.
4 Después de este tiempo, podáis buscarme y penetrar nuevamente en comunión espiritual conmigo; buscarme y penetrar nuevamente en comunicación espiritual y recibir directamente del Padre, de Espíritu a espíritu, el pan de vida eterna, el sustento que os nutra, que os fortalezca, que os dé alegría, paz y salud en vuestra jornada; que no vayáis a caer en la desolación ni en el vacío, que no vayáis a experimentar la ausencia del Padre, porque entonces, tendréis que llorar mucho.
5 Yo quiero, que estéis serenos y siempre en paz, con las decisiones que el Padre haga entre vosotros; y también, de los pasos que vosotros deis.
6 Yo contemplo a este mi pueblo, dividido en congregaciones que toman el nombre de sus diferentes recintos. Algunas, son escasas; otras, muy numerosas, pero en verdad os digo, que contemplo en muy pocas, la verdadera preparación para el paso que vais a dar.
7 Hay congregaciones muy numerosas, a las que veo aletargadas, las que no se encuentran capacitadas para hacer frente al momento que os espera. Menos capacitadas aun, para dar enseñanza y ejemplo a la humanidad; y habéis llegado al tiempo anunciado por mí, en que os debía dejar en mi lugar para dar la enseñanza al mundo; en que todos comprendieseis la responsabilidad, con qué vais a quedar; y son pocos los que en verdad, han despertado; son pocos los que se han preparado, pero yo os debo seguir hablando, debo seguir enseñando y despertando a los que duermen, para que podáis encontraros preparados en el instante final.
8 Dentro de mi voz justiciera, dentro de mis correcciones y reclamos, está siempre presente mi caricia de Padre. Mis más duros reclamos van siempre envueltos en la ternura divina. Mas, cuando el discípulo no sabe analizar la palabra del Maestro, cuando no busca su fondo y sentido, entonces solamente toma para sí la caricia y deja pasar la corrección.
9 He aquí, el porqué del letargo, de la familiarización, de la falta de temor del pueblo, ante las voces de justicia del Padre.
10 Los que se han nutrido con mi palabra a través del entendimiento del hombre y que han abierto su corazón y entregado su espíritu al Maestro, para que él, le pulimente y le dé forma, esos sabrán después buscarme, penetrar en comunión conmigo, esos serán fuertes a través de la lucha. Mas aquellos que están durmiendo, que escuchan solamente la palabra y la profecía del Padre y no aprovechan la hora, esos van a caer en la desolación, en las grandes amarguras, en el luto, en la ausencia, en la muerte a la luz y la gracia; y tendrá entonces el Padre, que tocarles y que convencerles para que puedan comprender que el Padre, no ha muerto, que el Maestro no se ha ausentado, que el Verbo no ha callado, que la mesa no ha desaparecido espiritualmente, que el festín es eterno y la mesa siempre está preparada y la irradiación divina es eterna, la comunicación del Maestro es incansable siempre y eternamente habla de Espíritu a espíritu; que el Padre, quiere estar más cerca, más dentro, más profundamente en el corazón de todos sus hijos.
11 Vosotros, lo estáis comprendiendo, pero eso quisiera el Maestro, que todos sus discípulos lo comprendieran. De cierto, os digo: los unos y los otros os daréis la mano, os ayudaréis en el camino y os alimentaréis también con vuestro amor.
12 Los que alcancen a elevar el espíritu y se nutran en la mesa del Maestro, espiritualmente, deberán estimular a aquellos, que no hayan encontrado la forma de llegar a mí; y cuando yo os contemple preparados a todos, os diré: ya es el tiempo de levantarse a trabajar y a sembrar la semilla.
13 Mientras no contemple el Maestro, a su pueblo: la lucha interior, la labor en el seno de vosotros mismos, labor de regeneración, de unificación en todos sentidos, de preparación espiritual; y cuando estéis preparados, yo daré la voz y estarán preparadas las sendas para que vosotros con paso firme marchéis por los caminos, pues quiero que deis un verdadero ejemplo de espiritualidad.
14 No quiero que llevéis al corazón de la humanidad, los mismos manjares que la han envanecido; no quiero que llevéis a los labios espirituales de los hombres, los frutos de que se encuentran hartos y desengañados. ¡No más fanatismo! ¡Oh¡ pueblo, ¡no más idolatría! ¡No más mixtificaciones en la obra del Padre!; sino: pureza y sencillez en la práctica de los preceptos y mandatos de mi Ley, verdad en vuestros actos, sinceridad, fraternidad para con vuestros hermanos.
15 Mi obra, será reconocida. Vuestro espíritu, su conciencia, estarán tranquilos; y la humanidad, a punto de su redención.
16 En el seno de toda religión y de toda secta, se congregan los hombres; y a través de sus actos y de sus ritos, buscan la comunión con el Padre; y en verdad, se nutren de él, alcanzan el alimento que buscan; ¿quiénes? Los que cumplen con mis mandamientos y se preparan, los que se purifican, los que buscan aquel acto para hacerse dignos de recibirme a mí. Mas, aquellos, que solamente lo hacen por hábito, por ostentación o por intereses mezquinos, en verdad, nada reciben de mí, a través de aquel acto.
17 ¿Por ventura, he venido yo en este Tercer Tiempo, a desconocer o a borrar lo que instituí en el segundo, en el santo cenáculo? No, en verdad, ¡oh, pueblo! El fondo de las cosas, el profundo sentido de mi ley, nunca lo he venido a borrar en el corazón de mis hijos.
18 Las formas exteriores, los ritos, las tradiciones; eso sí: de tiempo en tiempo, vengo a borrarlas del corazón de los hombres para que no por dar cumplimiento a las tradiciones y a los ritos, se olviden del cumplimiento de la Ley.
19 Sabéis que antes de la venida del mesías entre los hombres, en el Segundo Tiempo, el pueblo sacrificaba corderos para lavar sus pecados con el sacrificio y el derramamiento de sangre de aquellas criaturas inocentes; pero Jesús, vino a borrar aquellas tradiciones con su propia sangre, con su propio sacrificio y simbolizándose en el pan y en el vino, dijo a sus discípulos: “éste es mi cuerpo y ésta es mi sangre.” ¿qué simbolizaban el pan y el vino? El propio Espíritu del Maestro, su amor, su verdad; y en memoria de aquel acto simbólico, quedó instituida en el corazón de la humanidad, aquella manifestación a través de la era que nombráis: cristiana.
20 Muchos hombres, muchos pueblos, han buscado comunión con el Maestro, a través del pan, a través del vino, que figuran el cuerpo y la sangre del Maestro. Todavía en estos instantes muchos, en verdad, buscan el sustento para su espíritu, a través de ese acto; y una vez más, os digo: aquellos que se preparan, aquellos que se purifican, alcanzan de él, mi presencia, mi cuerpo, mi sangre, pero ese tiempo y ese acto, están ya próximos a desaparecer de entre la humanidad.
21 Ha llegado el tiempo del Espíritu Santo; y todo espíritu encarnado, lo presiente, lo palpa y está despierto. Vosotros, lo vais a comprobar en vuestro camino.
22 Esta humanidad, está a punto de entregarse en brazos del Espíritu Santo; y si yo ese acto instituí en el Segundo Tiempo, su sentido, su fondo, no apartaré de vosotros; solamente su forma exterior, apartaré.
23 A vosotros: no os he alimentado con símbolos, con ritos, ni con tradiciones. Todo esto he venido borrando y apartando de vuestro corazón, en este Tercer Tiempo, para que vayáis quedando, en verdad, limpios y preparados para practicar mi doctrina espiritual.
24 ¡Bienaventurados aquellos, que en los tiempos venideros, me busquen de espíritu a Espíritu! Porque ellos sentirán mi presencia, saborearán el pan y el vino, me sentirá n: nutridos, fuertes e inmortales mas, los obstinados en las prácticas pasadas, los conservadores de actos y prácticas exteriores: los tradicionalistas ellos sufrirán, ellos sentirán desolaciones y desengaños; y despertarán, cuando contemplen que se han quedado solos, en el sitio en que su rutina los estancó.
25 Vosotros trabajaréis para todos, sembraréis en todos y oraréis también por todos. No haréis distinciones ni dejaréis que vuestro corazón, se lesione ante la incredulidad de algunos de vuestros hermanos. No dejaréis que los dardos de las burlas y de los juicios insanos, os hieran. No acusaréis delante de mí, a ninguno de vuestros opresores, ni estaréis esperando que caiga mi justicia sobre el que os haya ofendido. Quiero ver entre vosotros, la verdadera fraternidad y comprensión.
26 Si queréis ver paz en vuestro mundo, si queréis que los grandes problemas que confunden, que envuelven a los hombres, se resuelvan: velad y orad, amad y perdonad y por estas manifestaciones que hagáis, yo otras muy grandes haré.
27 Si teméis no contemplar el fruto de vuestro cumplimiento en esta tierra, descuidad de él, que el espíritu también tiene mirada más profunda, más penetrante y él sabrá desde cualquier punto del universo, en donde yo le sitúe, contemplar su pasado, su presente y hasta donde el Padre le revele, su porvenir; porque será entonces, cuando estéis en espíritu, cuando sepáis valorizar cada uno de vuestros actos, pensamientos y palabras; cuando sepáis, por qué habéis restituido y sufrido; cuando sepáis también, estimar el amor de vuestro Padre y las gracias que os haya concedido.
28 Vuestro espíritu, pertenece a la eternidad; y ahora en esta tierra, mañana en otros mundos, él siempre será dueño del tiempo, porque el tiempo, no es dueño de vosotros; sino vosotros, sois dueños de él.
29 Recordad que en el Segundo Tiempo, el Maestro, borrando tradiciones del corazón de los hombres, pudo contestar a los fariseos, cuando ellos le dijeron y le juzgaron, que: por qué hablaba, por qué sanaba enfermos en sábado, siendo el día de la ley, siendo el día que la Ley, ordenaba descanso Jesús, le contestó: ¡no fue hecho el sábado para que él se enseñoreara de los hombres; sino el hombre, es dueño del sábado!
30 Ahora, digo a vosotros, ¡oh! Discípulos del Tercer Tiempo: no es el tiempo, dueño de vosotros; sino vosotros, sois su dueño. Mañana extenderéis vuestras alas espirituales; y entonces, seréis dueños de la eternidad.
31 He aquí, por qué las cosas y las formas exteriores, van desapareciendo de entre vosotros; por qué ellas, como el tiempo, pasan; quedan atrás, dejan su simiente y cuando ya no tienen razón de existir en el corazón del hombre, las borro y las hago desaparecer; pero su esencia, cuando ya ha florecido en vuestro ser, yo la cultivo, yo la conservo, yo la desarrollo con nuevas lecciones y con la revelación de nuevas manifestaciones.
32 ¿Acaso creéis que con lo que ahora os enseño, vais a llegar con ello, a la suma perfección? En verdad, os digo que: ¡no!
33 ¿Creéis que la forma de comunicarse en este tiempo, a través del hombre, ha sido la forma máxima en que el Maestro se puede manifestar? Tampoco. He aquí por qué también esta forma de comunicación, esta forma de comunicarme, está presta a desaparecer; y después de ello, viene un paso de adelanto para vosotros, en la senda espiritual, en que vais a buscarme ya con el espíritu, desde este mundo material, desde vuestra materia; ya no a través de altares forjados por vuestras propias manos, ya no por medio de actos simbólicos ni de ritos; sino interiormente, buscando a vuestro Dios, en el fondo de vosotros mismos y encontrándole en el infinito, ese infinito que está también, dentro de vosotros mismos, ¡allí estoy, y en todas partes!
34 Mi templo, es universal, no tiene fin. Mi iglesia, si queréis llamarla así, es mi propia obra; también ella, es universal. Doquiera que queráis morar en el templo de Dios, de vuestro Padre Celestial, podéis hacerlo, porque mi templo está doquiera; y con esta mi enseñanza, dejaréis de mirar ya sobre el haz de vuestro mundo, templos e iglesias materiales.
35 En el Primer Tiempo, erigió salomón, en honor del Padre, un recinto que fue el orgullo de Israel, y el asombro de pueblos y de naciones. Su fasto, su lujo, su pompa, no ha tenido igual. En aquella riqueza y grandezas materiales, vieron los hombres un reflejo del esplendor de la gloria. ¿Fue esto permitido por el Padre? ¿Fue ordenado también, por él? Sí, pueblo, así debía ser. Eran pasos que teníais que dar en el camino de evolución. Eran peldaños de la escala, por la cual ibais ascendiendo; pero aquel símbolo, en su forma exterior, debía tener su fin.
36 Cuando el Padre, contempló que la humanidad en vez de comprender y asimilar el sentido figurado de aquellas cosas, y se fanatizaba, con los objetos materiales, con las tradiciones y los ritos; vine a enseñarle y a manifestar nuevas revelaciones, dejando del pasado, solamente su sentido. Por eso unos años más tarde de la muerte de Jesús, no quedó ni piedra sobre piedra del templo de salomón; para daros a entender: que no hay lugares determinados, ni privilegiados en vuestro mundo sino que, en cualquier sitio o rincón, puedo yo manifestarme.
37 No ordené se levantase nuevo santuario material, sobre los cimientos del anterior. Dejé que mis discípulos, transitando los largos caminos del cumplimiento, penetrasen en las naciones gentiles donde el fratricidio, donde el sacrificio de seres humanos, donde la idolatría, llegaban a su máximo; y ante la incredulidad de muchos que dudaban que la palabra de Jesús, a través de sus discípulos, pudiera encontrar eco, pudiera encontrar tierra propicia en tierras de paganos y gentiles; yo os mostré desde aquellos tiempos, que muchas veces en esos corazones, es donde florece más pronto la simiente de Dios; y en el seno de hombres paganos, yo ordené a pedro: fuese erigido el nuevo santuario y ante él, se inclinarían las naciones, se convertirían los pueblos, se transformarían las costumbres, se regeneraría el género humano, porque todavía no era el tiempo en que el Espíritu Santo, pidiese de los espíritus encarnados en el mundo: la máxima expresión de espiritualidad todavía tenía que simbolizar su obra y su verdadero templo, con cosas hechas por manos de hombres; pero ya dando aquello a entender, lo que es espíritu y lo que es materia, lo que es vida eterna y lo que es vida temporal; y, ¿veis en estos tiempos con cuánto esplendor, con cuántas riquezas materiales, el recinto humilde y sencillo de pedro, ha sido revestido?
38 Aquel lugar que primitivamente fue solamente un punto de reunión para los apóstoles; humilde albergue para los discípulos del Maestro, ahora bajo su sombra se han acumulado las grandes riquezas de la tierra; bajo sus bóvedas, las grandes ceremonias y liturgias que los que se dicen mis ministros, celebran; y toda esa pompa, toda esa vanidad que vosotros contempláis, que vosotros conocéis, ¿será eterna, o pasará también como pasó con el esplendor del templo de salomón? También pasará, discípulos.
39 Ya se acerca el momento, en que de todo aquello, solamente contempléis escombros; porque ésa, no es mi casa, no es mi iglesia, no es mi templo, no es mi obra.
40 He visto todo el fanatismo de la humanidad, sobre aquellas cosas, he visto su idolatría y su misticismo; y todo ello lo tocaré, con vara de justicia; y cuando todo aquel objeto de fanatismo y de idolatría, desaparezca, tendrá el espíritu del hombre que buscar el infinito, y recordar: que mi reino, no es de este mundo como no lo es tampoco, de vosotros.
41 Los hombres, llamaron a mi obra espiritualista: obra de Elías porque Elías, como precursor en todos los tiempos, había de venir también en el tercero, a preparar la senda, a mover los corazones, a despertar los espíritus para la llegada del Maestro; y he dejado que las congregaciones, que mis nuevos discípulos, se reúnan en pequeñas casas y humildes recintos. Son muchos los que existen ya. Yo he permitido la existencia de ellos, solamente para lugar de vuestra reunión; para que allí os refugiaseis, vosotros, en vuestra espiritualidad, en vuestro recogimiento y penetraseis preparados y unidos en elevación, para alcanzar la manifestación del Maestro.
42 ¿Por qué en el interior de ellos, los hombres han levantado altares y han practicado ritos, imitando a sectas y a religiones? ¿Acaso ha sido ordenado por el Padre? Yo os digo que: ¡no! Porque ya habéis penetrado en el Tercer Tiempo, en el cual, el Espíritu Santo viene en todo esplendor a enseñar las virtudes del espíritu, a inspirar a los hombres el culto perfecto.
43 Ya estoy entre los hombres, como el espíritu divino, inspirando la verdadera comunión, la verdadera comunicación entre el discípulo y el Maestro, entre el Padre y el Hijo, entre Dios y su siervo. Mas, si por un instante, ¡hubo complacencias por parte del Maestro, hubo materialismo y profundas raíces de fanatismo en el corazón de sus hijos! Ese tiempo, ya pasó; y de todo aquello, no quiero que vayáis a enseñar a la humanidad, porque no os creería, porque no se convertiría a mi obra.
44 Para que el espíritu del Tercer Tiempo, crea en vuestra palabra, tendréis que mostraros así, como estáis en este instante: desnudos de las cosas de la tierra, humildes y sencillos, sin ostentaciones de ninguna especie, sin hábito alguno, sin ninguna insignia sin más testimonio o prueba, que: vuestra fraternidad, sinceridad y amor.
45 No digáis, que para que la humanidad pueda reconocer el espiritualismo y abrazarlo, tenéis vosotros todavía, que poner delante de sus ojos, altares y ritos para conducirla lentamente a la meta. ¡No, pueblo, todos están prestos ya!
46 Todo espíritu, está despertando ya. Vos lo vais a confirmar, en vuestra misma jornada. Por eso: ¡preparaos, espiritualizaos, fortaleceos en mi palabra para que cuando la llevéis a vuestros hermanos, también sea persuasiva, sea fuerte y convincente.
47 No vengo a pediros, imposible alguno; me basta con la preparación que mostráis en este instante, para que yo os vaya transformando día por día, para que yo vaya dulcificando vuestro corazón; ya que en él, es donde deposito yo mi esencia, no en vuestros labios; pero de la abundancia de vuestro corazón, hablarán los labios hablarán palabras de salud que sanen todo mal, palabras de Ley que juzguen y regeneren, palabras de sabiduría que enseñen, revelen y convenzan.
48 Así en esta humildad, quiero contemplaros siempre; así con este fervor y con esta confianza en mí, quiero miraros a través del camino; así también, con esa seguridad que tenéis; para después de la partida de mi palabra, así quiero contemplaros siempre.
49 ¡No tendréis flaquezas, no habrá falla alguna en vuestro paso, ni titubeo en vuestros labios! Podrán venir las pruebas, los hombres acumularán escollos en vuestro camino; pero vosotros, no perderéis la ruta, no olvidaréis los principios que he puesto entre vosotros.
50 Ahora, oíd y escuchad: si por vuestra unificación y espiritualidad, llegáis a conmover a religiones; y ellas contemplando vuestro ejemplo, se levantan también. ¡Dejadlas! Esto ya es simiente vuestra. No penséis que ellas, os están arrebatando vuestras propias armas, que estén usurpando vuestro puesto. Dejad que despierten. Yo os he dicho que todos tendrán que despertar. Dejad que hablen a sus feligreses de espiritualidad. Dejad que simplifiquen sus ritos. Dejad que hablen, lo que yo os he dicho a través del entendimiento de los hombres. Esto, es ya simiente y también fruto.
51 Pero si vosotros, ocultáis lo que os he enseñado, si olvidáis vuestras herramientas de labranza y vuestras armas y os concretáis solamente a las cuestiones de vida terrestre; y otros vienen y os sorprenden y os roban, lo que yo os di; entonces, sí tendré que reclamarlo a vosotros, porque vosotros, sois los que podéis enseñar, la enseñanza que yo os he dado.
52 Mas, los que no hayan aprendido de mí, ¿cómo van a poder entregar mi palabra, con esta misma gracia y esencia? Tendrán entonces que ensoberbecerse y que enseñorearse aun más sobre la humanidad; tendrán que llamarse a sí mismos: portavoces de Dios y sorprender a las multitudes, sorprenderlas en su buena fe y en su ignorancia.
53 Vosotros, tenéis que trabajar, que velar también, que cuidar. Cuando miréis malos pasos entre la humanidad, si podéis corregirla con la palabra, hacedlo; si con las obras, hacedlo. Si no, entonces, con la oración; y yo por medio de vuestra oración, grandes prodigios haré.
54 Si miráis buenos pasos entre los hombres, entonces: estimuladlos, impulsadlos y de este modo, estaréis agradando al Padre y sembrando su simiente de amor.
55 Esto os digo porque los tiempos presentarán a vosotros, grandes pruebas, que al momento de manifestarse y al llegar a vosotros, os confundirán; pero si volvéis un paso hacia atrás y recordáis mi palabra; entonces, mi palabra, no pertenecerá al pasado, sino que será presente entre vosotros y veréis el cumplimiento de su profecía.
56 En mi palabra, encontraréis la preparación y la solución para cada prueba. Por eso, sed fieles a esta palabra; por eso guardadla en lo más profundo de vuestro propio ser, porque mi palabra, es para vosotros: abrigo, bálsamo, es pan y es vino, es arma y escudo y es herramienta de labranza.
57 Yo he permitido que mi palabra, sea impresa en papiros; y os concedo que cada uno de vosotros, si queréis, poseáis este álbum dictado por el Verbo Divino, escrito por mis plumas de oro, iluminado por mi luz; pero os digo, en verdad: ¡cuidad! Y cuidad de todo ello, que no es lo mismo que llevéis esta palabra impresa y oculta en vuestro corazón, que en libros materiales; allí hay tiempo, de profanarla y descubrirla; en el fondo de vuestro corazón, el hombre, no puede penetrar.
58 Mas, si yo os concedo que los escritos, conserven mi palabra, es porque vuestra memoria y entendimiento humanos, son muy pequeños; y para revelaciones tan grandes, son infieles.
59 Mas, ¡cuidad de estas revelaciones! Vuestra conciencia, os dirá toda la responsabilidad que contraéis; y por medio de este gran libro que yo os confío, doctrinad a vuestros hermanos, extended la buena nueva del Tercer Tiempo, convenced a los reacios, sanad a los enfermos llevándoles este mensaje de salud y alegría, libertad a las conciencias y a los espíritu encadenados por los remordimientos, por la intuición que les revela, faltas de tiempos pasados; y un tiempo llegará, en que vuestro espíritu, no haya menester de este libro, de estos escritos, sino que él recuerde y revele a la memoria humana, todo cuanto yo he depositado en vuestro espíritu; y no solamente eso; sino las nuevas lecciones, que el Espíritu Santo os revele ya como profecía, ya como órdenes, de Espíritu a espíritu.
60 ¿Por qué, por momentos os contemplo tristes? Yo quiero que seáis inmutables, soldados invencibles ante las vicisitudes.
61 Es mi voluntad, a través de vosotros, ¡oh! Pueblo espiritualista, poner nueva simiente a esta humanidad; pero tendréis vosotros que colaborar con vuestro Maestro, para que esta simiente la transmitáis en vuestra sangre, con vuestros ejemplos a vuestros hijos; y no solamente a ellos, a quienes amáis entrañablemente por la sangre, sino a los que os pertenecen simplemente por el espíritu, porque todos sois de mí, todos sois hermanos en Dios; para que así de generación en generación, este pueblo, vaya siendo fuerte; y veréis entonces, cómo creceréis, os multiplicaréis en gran manera, a semejanza del pueblo de Israel que creció y se multiplicó en el seno del Egipto en aquel Primer Tiempo, hasta ser tan fuerte, que el faraón con todo su poder y con toda su justicia, temió al pueblo y lo dejó en libertad.
62 Así quiero que seáis en este tiempo, que os acordéis que Jacob, tuvo solamente doce hijos y que de ellos brotaron las doce tribus; tribus, que con el paso de los tiempos se multiplicaron, hasta formar un vasto e inmenso pueblo.
63 Y vosotros, de generación en generación, nuevamente os multipliquéis a imitación de las arenas del mar y de las estrellas del firmamento; y cuando estéis diseminados en lo material por todo el orbe, trabajando por esta mi obra; pero unidos en un solo pueblo, en una sola familia, en una sola hermandad espiritual, entonces el faraón del mundo del pecado, de la guerra y de la perversidad, os dé la libertad, tema de vosotros y no pueda esgrimir su justicia sobre el pueblo de Dios.
64 Mas en este Tercera Era, el faraón se quedará sin súbditos, será el último en doblegar su cerviz ante el único poder, porque ahora el pueblo del Dios, está diseminado en el universo.
65 No es solo un pueblo de la tierra, no es una sola raza; yo estoy preparando mi familia universal, derramando en este instante sobre todos los orbes, sobre todos los mundos, mi divino mensaje, mi inspiración, invitando y atrayendo a todo el universo espiritual hacia la perfección, hacia mí; porque si vosotros, ¡oh, pueblo! Ahora estáis divididos en congregaciones, escuchando mi palabra en distintos y pequeños recintos, así también desde mi alto solio, estoy enviando mi mensaje y mi inspiración a distintos mundos; pero cuando venga el tiempo de la unificación universal y todos los espíritus hayan llegado a mi seno, entonces, una sola morada habrá para todos los hijos: la misma morada del Padre, desde donde todos colaborando con su Padre y creador, regirán todas las cosas, gobernarán sobre todo el universo y bendecirán también todo lo hecho por su creador.
66 Así os hablo para la eternidad; os hablo ya para todos los tiempos; os abro una brecha, que os hace contemplar el horizonte en la eternidad, en el infinito, donde desaparecen ya todas las limitaciones, todas las fronteras, todas las barreras.
67 ¡Levantaos y despertad! Todavía vuestro espíritu, no ha despertado como yo lo quiero. Todavía vuestro corazón, no alcanza a sentir y a amar como yo quiero que sintáis y améis. Todavía vuestros dones espirituales, no alcanzan a desarrollar lo suficiente para sentiros sobrenaturales, para sentiros grandes por el espíritu, pero presto, muy presto, lo sentiréis; y entonces, vuestra jornada, os parecerá sencilla, el camino llano y los obstáculos, fáciles de pasar; también, los corazones más duros llegarán a vosotros y fácilmente los doblegaréis. Las pupilas que ha mucho tiempo no han llorado, llorarán de ternura al escucharos, al sentir vuestra influencia; y los grandes pecadores que no han logrado regenerarse bajo el peso de la justicia humana, que ha mucho tiempo no han escuchado la voz de la conciencia; oirán vuestra voz, la oirán como una voz que viene de otro mundo y que los toca, que los sensibiliza, que los despierta o los resucita; y entonces, abriendo sus ojos, llorarán de arrepentimiento y amor, y os dirán: hermano pero hermano en Dios.
68 Así, pueblo, una vez más os preparo, os enseño y os bendigo. ¡Pedid, que se os dará! ¡ésta, es mi voluntad!
69 ¡Benditos seáis! A quienes he inundado de paz y de bálsamo y a quienes he nutrido una vez más con mi pan y vino, todavía a través del entendimiento humano; pero vais sintiendo interiormente la fuerza, para dar un paso decisivo en próximo instante.
70 Ahora, os dejo unidos, velando y orando por la paz del universo, unidos en un solo corazón y en un solo pensamiento, por una oración de respeto para los que os han despertado y os han hecho el llamado para esta mi obra. No olvidéis a ninguno de ellos, que han sido mis instrumentos, para que lleguéis en esta Tercera Era a mí.
71 ¡Amaos los unos a los otros! ¡Velad por todos! Que yo atento a la oración de mi pueblo, como atento estoy a toda elevación y a todo aquel que me busca; extenderé mis brazos universales para inundar de luz a los hombres, para hacerme presente en la misma justicia de los hombres y hacer acto de presencia en la conciencia de toda la humanidad que se encuentra al borde del abismo, que se encuentra muy cerca de un nuevo ¡ay! De dolor; un ¡ay! Que si el hombre se propusiese con un grado de esfuerzo, de regeneración, y de arrepentimiento, y de amor, podría apartar ese cáliz de sus propios labios.
72 Vosotros, velad y orad, para que el dolor de la humanidad, encuentre un atenuante; para que sus grandes sufrimientos y expiaciones, encuentren un lenitivo en la oración, en el bálsamo del pueblo espiritualista, de los discípulos del Espíritu Santo, que en este Tercer Tiempo está cumpliendo su destino de ser bendición para todas las naciones; como habréis de ser el mañana, bendición de todas las moradas, ¡oh! Mi pueblo bendito de Israel.
¡Mi paz, sea con vosotros!
110. Advertencias a los marcados y al nuevo pueblo
Domingo 10 de diciembre de 1950
1 Estáis una vez más, ante mi presencia, ¡oh, discípulos amados del Maestro! Os da la bienvenida, mi espíritu divino y os sienta espiritualmente en mi mesa. Es día de fiesta espiritual, para vosotros; hay festín, también, en el espíritu divino. El manjar de mi esencia, os vengo a brindar; en esa esencia, está mi cuerpo y mi sangre. Por eso, una vez más, el Maestro, os dice: ¡comed y bebed! ¡Alimentaos! Para que estéis fuertes, en la lucha que os espera; porque de párvulos, tenéis que convertiros en discípulos; y cada discípulo, en maestro.
2 La humanidad, os espera. Los caminos del cumplimiento y de la lucha, ya están trazados por mi divina voluntad. El número de corazones que ha de cruzarse en vuestro camino, también está destinado. ¿Qué esperáis, entonces? ¡Oh! Discípulos; solamente, mis últimas palabras.
3 Solamente, esperáis que os sentéis por vez postrera en mi mesa, para dedicar a cada uno de vosotros, mi última caricia, mis últimos encargos; pero, ¿es que por ventura, la morada del Padre está muy distante de la morada de los hijos? No, pueblo ya vuestra espiritualidad que habéis logrado con la evolución de vuestra larga jornada y con las múltiples lecciones que os he entregado debe deciros: que el Padre, no está lejos de vosotros que ¡jamás! Lo ha estado.
4 En verdad, os digo, pueblo: que mi gloria, mi mansión celestial, lo mismo puede estar fuera que dentro de vosotros no es un sitio determinado. Esa gloria que vosotros esperáis, es un estado del espíritu, cuando él ha alcanzado beatitud, perfección y gracia; por sus propios méritos, lleva la gloria del Padre en sí mismo, siente la paz del reino en todo su ser; y entonces, el espíritu es todo inteligencia, todo sensibilidad y todo pupila.
5 A ese estado de perfección, no habéis llegado, puesto que sentís la gloria del Padre, muy distante todavía, puesto que sentís que cesando la palabra del Padre entre vosotros, a través del entendimiento humano, vais a dejar de mirarle, de sentirle y de escucharle.
6 Os hablo y os enseño así, para que despertéis más a esta verdad; y entonces, descubráis que los umbrales de esa gloria, están próximos para vuestro espíritu; que la paz de mi reino, momento tras momento, llama a la puerta de vuestro propio corazón.
7 Ya os he dicho que mi paz, es como una paloma que quiere anidar en lo más profundo de vuestro ser. ¡Dejad que allí anide, esa paloma de paz! Dejad que forme hogar en vosotros, para que en medio de esa paz, podáis decir al Padre: ¡Maestro, te tengo a ti, me siento dentro de ti, te siento dentro muy profundamente!
8 Tomad, pues, ¡oh! Discípulos, estas mis últimas cátedras, como las postreras manifestaciones que os di en este tiempo de comunicación por conducto del hombre; y penetrad con firmeza y confianza en la nueva etapa que os va a traer a vosotros grandes revelaciones y lecciones de mi enseñanza; que serán para vosotros como un nuevo arcano que os descubra y manifieste ¡tantas revelaciones! Como las habéis conocido y recibido del Espíritu Santo, desde 1866 hasta el presente; mas, no esperéis ya, materializaciones.
9 No pidáis al Padre, que haga retornar entre vosotros sus complacencias materiales que él tuvo en los primeros pasos del espiritualismo.
10 El tiempo de las complacencias materiales, ha pasado; y ya vuestro espíritu doctrinado, tiene que esforzarse en su camino por alcanzar adelanto o tributo al Padre, en el culto perfecto; y así, caminando con humildad, obediencia y elevación, ya podréis recibir del Padre de Espíritu a espíritu lo que ahora os anuncio: las nuevas revelaciones del Espíritu Santo.
11 Todo cuanto os tenía que decir a través del entendimiento humano, os lo he dicho; y terminaré de decirlo, en el postrer momento.
12 Estos portavoces, me están entregando ya sus cuentas. Están depositando ya en mi voluntad divina, su cumplimiento; y yo, lo estoy recibiendo.
13 No voy a cerrar las puertas de su cerebro, no voy a nublar su inteligencia, ni a sellar sus labios; si a través de ellos mi rayo divino ha vibrado entre la humanidad en este tiempo; ellos, después de que hayan dejado de ser mis pedestales en esta forma, dejarán vibrar la luz de mi espíritu divino a través de su propio espíritu y de su materia, en una comunicación directa de Espíritu a espíritu.
14 Ellos, tendrán que seguir caminando por la senda del desarrollo espiritual, para que el don de palabra, no se pierda; para que la intuición y la inspiración, no se volatilicen de ellos, para que sigan siendo como profetas y como vigías, entre la humanidad. Así los dejaré, fuertes y conscientes de su misión. No quiero que entre mi pueblo, exista el fanatismo hacia mis pedestales.
15 Yo quiero contemplar a este mi pueblo amado como un solo labriego, como un solo discípulo. Después de este tiempo de enseñanza, os dejaré a todos vosotros iguales, porción bendita de Israel, en la misma escala, en la mismo peldaño de elevación espiritual, amándose los unos a los otros, respetándose siempre.
16 En ese amor y en ese respeto espiritual y humano, estará la unificación que el Padre, ha pedido a su pueblo desde los primer os tiempos; y si vosotros, os unís y rechazáis al sentimiento de las tentaciones que siempre han buscado la destrucción de este santuario por esa vuestra unificación, yo conmoveré a esta humanidad.
17 No vais a luchar solos, no vais a estar abandonados a vuestra suerte; no os abandonaré en el infortunio, no dejaré que el cansancio o las vicisitudes os agobien jamás.
18 El prodigio de mi fuerza perpetua, entre vosotros se manifestará; y aun después de las más grandes batallas sin tregua que tengáis, vuestro mismo espíritu, se asombrará de su propia fortaleza.
19 Entonces entenderéis y comprenderéis que lo que os he dicho y entregado, es una verdad; que sois muy pocos, comparados con los grandes conglomerados que forman doctrinas, ideologías, religiones y pueblos sobre la tierra. Sin embargo, no calculéis, ¡oh! Mi pueblo, vuestra fuerza, por el número de vosotros. Los números, no entran en lo espiritual.
20 Vosotros no podéis saber la fuerza de un espíritu ya identificado a mi luz sea encarnado o desencarnado a cuántos hombres equivale, si estáis preparados; la única realidad dentro de esta lucha, es la elevación del espíritu, es su amor, su luz, su fuerza que está en la Verdad; y esas son armas, son potestades, son potencias invisibles.
21 Lo único vulnerable, lo único que puede transformarse y aun abolirse, es lo humano, lo imperfecto, lo impuro, aquello que no tenga esencia de eternidad; y si vosotros portando la Verdad por todo el haz de este orbe; y si en vuestros pasos, tropezáis con las sectas, con las religiones, con las ideas arraigadas de los hombres, con la idolatría, el fanatismo y el fetichismo, habrá un encuentro entre ambas; y en esta lucha espiritual, solamente caerá lo imperfecto, la impostura quedará destruida y triunfará solamente la Verdad.
22 Entonces, confiad, ¡oh! Pueblo y esperad en que vuestras guerras cesarán; en que la degeneración de los hombres, el adulterio, la profanación de la Ley en los órdenes espirituales y humanos, también cesarán; de que las guerras fratricidas, tendrán que desaparecer del seno de esta humanidad; y una nueva vida, un nuevo orden, una nueva aurora, tendrán que brillar para todos vosotros.
23 Dos elementos vienen en ayuda de la humanidad, para que esta transformación se verifique en el mundo. Esos dos elementos o fuerzas, son: el bien y el mal las fuerzas que en un principio promovieron todos los acontecimientos que han rodeado a los hombres, a través de su larga jornada.
24 Todavía en ese tiempo de depuración, las dos fuerzas lucharán en el corazón de los mismos hombres; y no solamente dentro de ellos mismos, sino fuera también, en sus pueblos e instituciones.
25 En todos los órdenes y en todas las sendas, estará esta lucha en este tiempo de juicio; y ambas fuerzas en su lucha despertarán al hombre, conmoverán su espíritu y le levantarán.
26 Antes llegará de lleno mi luz, la cual he derramado sobre todo entendimiento y sobre todo espíritu, para que las conciencias se encuentren iluminadas; y cada uno de sus pasos, sea sancionado por la voz del juez interno.
27 Yo sé que una vez más, mi voz depositada en la conciencia de los hombres, va a ser desoída. Yo sé que el presentimiento que he puesto en los corazones humanos para que teman sus propias obras, también va a ser desoído; y por esta sordera, por esa ceguedad, por esa indiferencia hacia la justicia divina, el dolor vendrá; será el gran cáliz que tendrá que beber el hombre en este tiempo de juicio.
28 Sólo por el dolor, los hombres despiertan a la razón. Sólo cuando el dolor ha sido muy acerbo en el pecador, ha podido brotar de él, como de la roca el agua cristalina, el arrepentimiento; y cuando el dolor sea sobre humano, cuando ese cáliz en su amargura haya llevado a los hombres a los sufrimientos más grandes que registra vuestra historia, entonces nuevamente mi paz y mi luz, estarán cerca de todos.
29 ¡He aquí, la luz y las tinieblas de gran lucha: el bien y el mal, la paz y la guerra! Mas, todo lo imperfecto morirá. No prevalecerán las tinieblas ni la restitución. El triunfo de la Verdad, vendrá entre vosotros; y la paz de mi reino, estará en todos los corazones y en todos los espíritus.
30 Sin embargo, no porque desde ahora sabéis que al fin y al cabo la paz tendrá que venir, os entreguéis al letargo. Una vez más os hago responsables, si esa paz tarda en llegar. Si esta paz anunciada a todo el género humano, no la veis con vuestros ojos materiales.
31 Sois el pueblo de la paz, la bendición de todas las naciones, como le dije a Jacob, en su revelación; y ahora el Espíritu Santo, os revela que no solamente podéis ser bendición entre las naciones, sino en los mundos espirituales, en el gran valle del alma y en el valle infinito de los espíritus.
32 Donde pongáis vosotros vuestra influencia, vuestra mirada, vuestra oración o vuestro amor, allí estará la presencia de mi pueblo, allí estarán sus virtudes, su bendición y su paz. ¡He aquí, por qué os preparo! ¡Por qué os pruebo y os hablo tanto! ¡He aquí el porqué, de mis complacencias!
33 Durante muchos años, os he hablado por el entendimiento del hombre; y desde el momento en que os he ido escogiendo, os he nombrado mis labriegos.
34 Llevando en vosotros ignorancia de las revelaciones espirituales, practicando mi obra con yerros, cometiendo yerros en el camino trazado por mi mano, os he llamado siempre mis labriegos y os he acompañado en vuestros pasos.
35 Unos, han velado por su progreso; y su ideal espiritual, lo han visto coronado. Del materialismo en que dieron sus primer os pasos, pasaron a la espiritualidad, a los pasos que ahora están dando.
36 Otros, desde sus primer os pasos, se estacionaron; y de sus propios errores y confusión, hicieron su propia ley, hicieron su rutina y tradición; costumbres, de las cuales, no se han podido despojar; y que siendo tan impuras e imperfectas, las toman como si fuesen parte de mi obra.
37 Los hombres del poder, los incrédulos, han llegado al seno de mis congregaciones; y sin traer la verdadera preparación espiritual, han tropezado muchas veces con las imperfecciones; pero mi manto de amor os ha cubierto, mi mano os ha protegido a todos, sellando los labios de los incrédulos, apartando las malas intenciones de su corazón y tocándoles yo con los dictados de mi Ley en su propia conciencia; y así, habéis caminado, exentos y libres de peligros y persecuciones.
28 Yo, os he protegido, porque no ha llegado aún el tiempo en que los lobos penetren entre el rebaño. Cuando el rebaño se encuentre fuerte y unido, los lobos no podrán robar una sola de mis ovejas.
39 Cuando todo el rebaño, haya penetrado en el aprisco de mi Ley, no habrá un lobo robador que se atreva a pensar en la presa, sabiendo que el pastor está velando siempre y que las ovejas también están despiertas.
40 Y en este tiempo, en que os he demostrado mi caridad y protección, no lo he hecho para encubrir errores ni para que viváis en ellos. Yo os he preparado este ambiente de paz, para mi enseñanza, para mis curaciones y poder sacar a aquel que se encuentra sumido en letargo, a la rutina de ella, para levantarlo a la luz del mediodía, para hacerle portador de la Verdad; y decirle: ¡he aquí, todos sois discípulos del espiritualismo! No de una nueva enseñanza, ni de una nueva Ley, sino de la única que he venido a revelar a los hombres a través de todos los tiempos y desde el principio de ellos, pero que ha llegado un tiempo para la humanidad, en que su espíritu y no solamente él, sino también su corazón humano estén capacitados para rendir al Padre, el culto espiritual a que él pertenece; y para vivir en este mundo, en una sociedad humana con esas virtudes, con esa elevación, con ese amor con que yo he venido a unir a todos los seres.
41 Pero, debéis pensar que este tiempo de complacencias, de enseñanza y de espera, está terminando; y que en lo sucesivo, el discípulo, no debe comportarse más como un párvulo; sino que debe mostrar a su Maestro, el adelanto, el aprovechamiento en la enseñanza, el despojamiento de todo lo superfluo y malo; debe mostrar a su Maestro y a sus hermanos, que se encuentra en posesión de la luz y de los atributos con que el Maestro le ha engalanado, pues de no ser así, en tiempos venideros, sí tendréis que tropezar con los hombres del poder y con sus leyes.
42 Yo inspiro a los hombres que escriben y aplican las legislaciones humanas; y es mi voluntad que en sus leyes, combatan todo fanatismo, toda idolatría, superstición y lucro; que todo aquello que no deba existir en las prácticas espirituales de la humanidad, lo combatan; y aquel que se encuentre fuera de ese camino, tendrá que ser sancionado por los hombres de la Ley, tendrá que ser sancionado por su propia conciencia; y ante el tribunal divino, tendrá que sentirse como un reo, porque el tiempo de la espiritualidad, de la sinceridad y de la Verdad, está entre vosotros; el tiempo de la sencillez y la simplicidad en la existencia humana, ha llegado para el hombre.
43 Fue el hombre sencillo y simple en sus principios, en los primer os pasos de su evolución. A través de su jornada complicó su existencia con sus cultos imperfectos, con el descubrimiento de sus ciencias, con la división de pueblos y de razas, con sus ambiciones, con sus guerras y sus oDios; complicó su existencia espiritual y humana, perdiendo su sencillez y su simplicidad.
44 Así contemplo ahora vuestra existencia; pero también en vuestro alto grado de evolución, encontraréis nuevamente la sencillez y la simplicidad, llegando a ella por medio de la experiencia, del desarrollo de la larga jornada.
45 ¡Bienaventurados los que han aprovechado, este tiempo de enseñanza! Pues seréis fuertes en las pruebas y tendréis mucho que dar. Mas, ¡ay de aquellos que no supieron aprovechar estos días! Pues pronto tendrán que llorar, pronto tendrán que lamentar el no haber creído los unos, el haber sido indiferentes y fríos los otros; aun habiendo creído.
46 Los que se burlaron de mi obra y de mi manifestación, mesarán sus cabellos. Los que fueron obstáculo para que otros me cumpliesen, tendrán que arrepentirse en gran manera; y vosotros, tendréis que llorar cuando contempléis aquellas lágrimas y tendréis que sentir su desesperación. Entonces se abrirán vuestros labios para enseñar, para recordar las lecciones que el Maestro os dijo y que aquellos no oyeron; y ellos os dirán que no quedan satisfechos con vuestra palabra, que la intranquilidad de su conciencia les reclama los tiempos perdidos, la oportunidad que se les fue.
47 Veréis entonces, el esfuerzo de aquellos por levantarse a reponer los tiempos perdidos, a reparar los errores y a lavar las manchas; y vosotros, les ayudaréis.
48 Veréis surgir entre aquellos que hoy han sido fríos, a mis grandes apóstoles del mañana, a los profetas; y pronto les veréis en mi última cátedra, llegar contritos, temerosos, humillados delante de mi presencia, para decirme: Padre, en verdad, tú has sido entre nosotros; unos, no te hemos creído; otros, no te hemos obedecido; y aun otros, te hemos combatido y burlado.
49 Mi manto de amor y de paz, estará sobre ellos. El manjar de los manjares, llegará una vez más a sus labios; y mi perdón, también.
50 Entre ellos, veréis a los guías de multitudes, a los que habiendo llevado este cargo precioso y de gran responsabilidad, no supieron o no pudieron sobreponerse a las vicisitudes para hacer presente al Padre, un cumplimiento digno. Veréis a aquellos que consagré como mis ruiseñores, con sus labios sin trinos, con su corazón sin inspiraciones y solamente con su conciencia llena de remordimiento. Veréis a aquellos que nombré mis labriegos y les confié a mi mundo espiritual, sin bálsamo para los enfermos y a ellos, cargados de enfermedades; a unos, sin paz en el espacio, enfermos del corazón y del espíritu; y otros, llenos de fatigas y de fardos en la tierra.
51 Veréis a muchos que ostentan mis dones, llegando como parias y como menesterosos, como hijos pródigos, rogando en su corazón al Maestro que no se vaya, que se esté un tiempo más entre los hombres; que lo haga por ellos, que no aprovecharon el tiempo; llegarán con juramentos de cumplimiento, con promesas de obediencia; pero el Maestro, ha dictado ya su voluntad; y ella, es inexorable.
52 Pero ahora, os dice el Maestro, a vosotros, porción bendita que vais a quedar para dar testimonio de estas manifestaciones a ellos mismos, que vais a quedar entre los desobedientes y los incrédulos, entre los indiferentes y los fríos, como: maestros vais a quedar como: hermanos y consejeros para que impidáis entre ellos, todo aquello que no debía hacerse más en lo venidero, dentro de mi obra bendita.
53 El que ostentó el don de facultad de mediaunidad, en su cargo de pedestal: no vaya a levantarse después de mi partida, invocando mi rayo o tratando de desarrollar tal don porque a vosotros, os reclamaré.
54 El que recibió a mi mundo espiritual de luz, como consejero y protector, como médico espiritual: no vaya a llamarlo, para hacerlo penetrar en su cerviz y entregar impostura al mundo porque yo, os reclamaré.
55 Que aquel que fue llamado guía, no congregue multitudes para llevarlas por el sendero de la ignorancia, si él no sabe, si él no tiene, algo que enseñar.
56 Que aquel que recibió el don de la profecía, de la videncia y no supo desarrollarlo: no vaya a dar testimonio al mundo, si la visión de su espíritu, no se han abierto plenamente a la Verdad porque también os lo reclamaré.
57 Sin embargo, a cambio de no poder cumplir ya, en esta forma; yo digo desde ahora a los que fueron portavoces, facultades y pedestales que no cumplieron con su cargo: por su entrega, por su amor, por su elevación y el arrepentimiento que me demuestren, el mañana, yo hablaré por sus bocas, de Espíritu a espíritu.
58 A los que fueron preparados como facultades y no desarrollaron su don, concederé al mundo espiritual de luz que de espíritu a espíritu vibre por el conducto de ellos y haga prodigios en palabra, en fluido y en obras poderosas entre los hombres, según sea también su elevación, su espiritualidad y su preparación.
59 A los videntes que durmieron, si después despiertan y me aman y quieren servirme, mañana verán las grandes revelaciones y las grandes señales espirituales; se maravillarán y darán grandes testimonios.
60 Y aquellos que debiendo haber sido guías, en el momento de mi última cátedra, nada podrán preguntarme. Yo les hablaré, en su silencio, yo conversaré con su espíritu, yo guiaré sus pasos para que atraigan multitudes y que de sus labios broten dictados de mi Ley, consejos y sabiduría.
61 Y así sucesivamente, por cada uno de los que en este Tercer Tiempo llamé y no quisieron seguirme; el mañana, tendrán la nueva oportunidad, el tiempo y lo necesario, para que vosotros miréis que soy amor y soy perdón.
62 Ya os he dicho que antes, ellos tendrán que purificarse; que tendrán que pasar por el crisol espiritual y corporal, para que despierten plenamente; y en esa restitución, en ese crisol, ¡acompañadles! Velando, orando y también trabajando espiritual y materialmente, con vuestras obras de justicia y amor.
63 Los que habéis luchado en esta etapa de estos tres últimos años, estáis a punto de entregar al Padre, un cumplimiento.
64 Todos habéis sido labriegos, en la campiña del señor. Lo mismo el guía que el portavoz; la piedra fundamental, la facultad, el vidente, la pluma de oro, el columna. Todos han sido labriegos, porque todos habéis labrado en conjunto las tierras espirituales del corazón de la humanidad; todos habéis cultivado una simiente que os he confiado, simiente que no habéis dejado morir.
65 Si al primer o, le entregué yo solamente una espiga; en el día que se aproxima, cada labriego me hará presente una brazada de espigas.
66 Si una parcela, le confié al primer labriego; a esa parcela, se unieron muchas otras más; y ahora, me hacéis presente la gran extensión de tierra.
67 Si el árbol que daba sombra al labriego, era solamente un arbusto, en el principio un arbusto sin frutos; hoy el árbol ha crecido, ha extendido sus ramas; las aves librándose del viento, han venido a anidar en ellas y los frutos han sido en multiplicación.
68 Ha habido frutos malos, ha habido semillas vanas, en el corazón de esos frutos. Ha habido hojas que no han sabido formar parte del follaje y se han secado y desprendido. Hay raíces que han muerto y ramas desprendidas del árbol que no supieron sobrevivir. Ha habido nidos que han desaparecido y pajarillos también que han emprendido el vuelo.
69 Pero lo que está presente, lo que los labriegos afanosos están por presentar al Padre: es su cosecha que yo, me encuentro juzgando ya; y que haré, que cada uno de mis labriegos, la juzguen también con la luz de su conciencia para que aquello que haya sido bien labrado, pase a mis divinos graneros; y todo aquello que no haya sido bien trabajado, quede en las manos de mis labriegos para que lo sigan perfeccionando.
70 Acaso sabéis ahora, ¡oh! Labriegos amados, ¿cómo se presente, en el postrer momento vuestro Dios, si como juez, si como Padre o como Maestro?
71 Penetrad aún más en oración y en vigilia, para que en ese momento, podáis recibir. Aprovechad la fuerza que en mi palabra os doy en estos momentos, para que podáis resistir el juicio y la presencia de él, en aquella hora.
72 Siempre soy el mismo, siempre he venido igual a manifestarme entre vosotros, la misma potencia, la misma majestad, la misma luz, la misma justicia; también, pero en el Padre, no hay límite, en el Padre, no existe un hasta aquí, ni una barrera; y yo puedo ir más allá, de donde he ido y no podéis saber, ¡oh! Pueblo, en aquel momento de juicio, hasta dónde puede ir mi justicia en el mundo entero.
73 No solamente vosotros estáis preparando la cosecha, para entregarla al hacendado; al gran sembrador, que os ha enseñado. Todos los ministros, todos los hombres que me representan en sus religiones, todas las congregaciones y multitudes que caminan por la senda del Espíritu, también están preparando su cosecha en este año, para entregarla a su señor. También la conciencia de ellos la he iluminado y en ellos, soy en esa voz, la luz del Maestro, del Padre.
74 No pueden dormir; están velando, siente n temor también, porque mi justicia habla en todas las formas en este tiempo; y en esa hora solemne y bendita, yo recibiré al espíritu de esta humanidad: formando un solo Hijo para hablarle de Padre a Hijo, de Espíritu a espíritu, de conciencia a conciencia, en Espíritu y en verdad.
75 Y entre todos, debéis vosotros ser, no por alarde ni por vanidad, no por superioridad vuestra aquellos que alcancéis: mayor elevación ¿para qué, mi pueblo? Para que alcancéis vuestra propia salvación, en esa hora; y aboguéis e intercedáis, por todos vuestros hermanos.
76 Mirad vuestra responsabilidad, para ese momento que se aproxima. Así os dejo preparados. Así quiero que estéis velando. Las tentaciones acechan vuestro paso; tienen muchos ardides para alejar vuestro pensamiento de mi obra, para alejar vuestro paso de la senda, para haceros caer en profanación y en faltas. Por eso os dejo velando y orando, para que rechacéis esa fuerza y dejéis que solamente la fuerza de mi justicia y amor invada vuestro corazón; porque de la elevación, de la oración de mi pueblo espiritualista, en el momento de juicio que se aproxima en el universo yo estaré al pendiente, para entregar a la humanidad algo que tengo que entregarle, por vuestros merecimientos, pueblo.
77 Por méritos o sin méritos vuestros, yo entregaré a todos mis hijos; pero hay algo que quiero entregar a la humanidad, por vuestros méritos.
78 ¡Vosotros, orad! Y en la misma oración, alcanzaréis la inspiración para pedir al Padre, algo que recónditamente desea el espíritu del Padre; y ese deseo recóndito yo le colmaré, yo le bendeciré y haré que la humanidad lo vea efectivo y realizado, en próximo tiempo de gracia.
79 ¡Así el Maestro de maestros, habla a sus discípulos; y así acaricia el Padre, a sus hijos! Habéis comido, habéis bebido espiritualmente y estáis obligados a llevar este sustento, a aquellos que en sí, no lo llevan.
80 Mi palabra, es como una simiente, que podéis multiplicar en el camino. Sólo un álbum, sólo un libro habéis escrito con mi palabra en este tiempo. ¿Acaso sabéis lo que la humanidad vaya a escribir, sobre esta mi obra; lo que los hombres vayan a pensar del espiritualismo, lo que los hombres vayan a analizar de él?
81 Vendrá el despertar espiritual y con avidez será tomada mi obra y sus testimonios; y será considerada esta revelación como una fuente de bendiciones, en donde vendrán a beber todos los sedientos; los sedientos, que forman toda esta humanidad.
82 Y pensad, que esta fuente por ahora la he depositado en el corazón del pueblo espiritualista trinitario mariano; que sois la fuente, en donde ha de venir a beber vuestro hermano; el mismo sabio, el científico, el filósofo, el materialista, el escéptico, tendrán que venir a interrogaros, tendrán que llegar a vuestra presencia a escudriñaros.
83 Conservad siempre vuestra preparación espiritual, para que no seáis sorprendidos nunca; para que las aguas cristalinas de esa fuente, se desborden sin mancha en los labios sedientos.
84 En ese vuestro cumplimiento, sentiréis la paz del Padre, invadiendo todo vuestro ser. Escucharéis espiritualmente su concierto divino; y os sentiréis siempre estrechamente envueltos y protegidos por él. Ya no lo buscaréis más, a través de imágenes forjadas por la propia mano del hombre; ya no lo buscaréis más, en las cosas que no tienen vida.
85 El despertar espiritual, será en todos los seres humanos, y aun en los pueblos y naciones más incultas y más idólatras; la luz del espiritualismo, pronto les invadirá.
86 ¡No podrá el hombre con todo su amor hacia el Padre, ni con toda la fuerza de su espíritu, ni con su toda imaginación o su fuerza creadora, forjar la imagen o algo que represente dignamente al creador!
87 El mismo Padre, os dice que si esa facultad se la concedí al primer hombre; mas, no fue para que su imaginación forjase la imagen de su Dios materialmente, no fue para que sus manos esculpiesen una figura inerte; le di facultad en su propio cuerpo, en su propia carne, para multiplicarse, para procrear, para que de él mismo surgiera la forma humana con la animación de vida; y esa forja humana con vida, con la inteligencia y los atributos espirituales, fuese la mejor imagen del creador.
88 ésas son las imágenes que vosotros, por vuestra carne forjaréis en vuestros propios hijos. Haced que en ellos, la perfección de mi divinidad se refleje; que en la misma salud, fortaleza y perfección de sus cuerpos, se manifieste la fuerza y perfección de la divinidad; que en su parte moral y espiritual, también se refleje la inteligencia, el amor, la Verdad del Padre; y aun os digo: esas criaturas que de vosotros brotan no las elevéis, sobre un altar. Amadles con el amor más grande que podáis encontrar en vuestro corazón humano; mas no les adoréis.
89 Pensad que espiritualmente, todos sois hermanos, hijos y siervos de aquel que es único a quien podéis y debéis adorar sobre todo lo creado. De este modo, no perderéis a vuestros hijos, por sendas torcidas; sino, les llevaréis por el camino de amor y de perfección; del cual vosotros, recibiréis también del amor y de la perfección; por lo cual, vosotros recibiréis la íntima satisfacción de haber creado, de haber traído al mundo, seres que con sus virtudes, dignifiquen a su Padre y creador.
90 ésa es la mejor imagen que podéis hacer de Dios. ¡Bendigo a aquellos que en verdad, lo han logrado y bendigo también a aquellos que han luchado sin lograrlo!
91 ¡Bendigo también, a todos aquellos que no lo han intentado y que olvidándose de esa maravilla, de esa gracia que les he confiado, lo mismo al potentado, al monarca, que al menesteroso que son los que han ido en pos de la materialidad para forjar con ella, con sus manos según su imaginación una forma sin vida, sin espíritu, para representarme a mí en forma burda y materializada.
92 ¡Todas las cosas cambiarán! Y el espíritu humano, cuando despierte a la Verdad, volverá sus ojos atrás y se mofará de sí mismo.
93 Yo os digo a vosotros, mi pueblo: no os moféis de vuestros pasados actos, porque ellos fueron peldaños de la escala espiritual, para llegar a donde ahora estáis; así como os he enseñado también, a respetar a aquellos vuestros hermanos, si estos se inclinan todavía, ante las formas imperfectas, ante las figuras creadas por su propia mano e imaginación.
94 Todos vais caminando y avanzando por esa escala altísima e infinita, misteriosa y eterna que os llevará hasta el seno mismo del Padre Celestial, ni envidiéis a aquel que va adelante, porque algún día estaréis pasando por donde él ahora cruza; ni os burléis de aquel que venga muy atrás de vosotros, porque también por allí pasasteis.
95 ¿Quién de vosotros puede negar al Maestro, que haya sido en los tiempos pasados, pagano o gentil; que haya sido idólatra, que haya ofrecido a su Padre Dios, los sacrificios más cruentos y abominables? ¿Quién es aquél que pueda negarme que no haya pasado por las grandes tinieblas y turbaciones mentales y espirituales?
96 En verdad os digo, que no hay uno entre vosotros, que pueda leerme su pasado. No hay uno que pueda decirme, de dónde viene su espíritu, ni todo lo que ha atravesado. Por eso, os digo: ¡elevaos por sobre todas las miserias humanas! Para que así, sintáis respeto y caridad por todos; y seáis justos, en vuestros propios juicios.
97 En este día, así os he alimentado en mi mesa; y como doctor de los doctores, así he venido a sanaros, ¡oh! Enfermos, que en vuestro corazón me decís: Maestro, tú eres aquél que siempre te compadeces del dolor, que lo sientes en lo más profundo y que lo calmas con tu bálsamo que sana todos los males mi efluvio divino, invisiblemente, se extiende en este instante y unge a los enfermos. Mi efluvio, es mi propia palabra.
98 En mi Verbo, está todo. Soy el Verbo que con su efluvio y esencia divina, todo lo hace. Tened paciencia, unos instantes. ¡Esperad! ¡Esperad, ¡oh! Enfermos; y en vuestra paciencia, imitad a job, y seréis premiados.
99 No hay uno de vosotros, que no sea escuchado por mí. A todos oigo, de todos recojo su cuita y a todos unjo espiritualmente. Esperad unos instantes y entonces, las largas horas de sufrimiento, las veladas sin paz, los tiempos de purificación, quedarán en el pasado, en el olvido; y una nueva vida, un nuevo sendero de paz, bienandanza y salud, ha de surgir ante vuestros ojos, para que por ese camino, avancéis con firmeza y cumpliendo con Dios. Dando a Dios, lo que a Dios pertenece; y al mundo, lo que al mundo pertenece.
100 ¡He aquí, a vuestro Maestro, preparándolo todo para vuestro futuro. Vamos a dejar esta tierra, este valle terrenal, en el cual nos hemos encontrado muchas veces, ¡oh! Mis hijos. ¡Caminantes, vamos a dejar el valle y la explanada terrenal y en lo venidero vamos a formar una cabaña en la cumbre del monte! Yo allí, os he esperado.
101 ¡Venid todos los pueblos y todos los seres humanos, a conversar con el Maestro de maestros que os ha hablado de tantas lecciones y de tantas maravillas, que os ha acariciado y amado por tanto tiempo! ¡Venid a él! Ahora le encontraréis, ya no en el valle, ni en la falda ni a mitad del monte. ¡Venid a la cumbre de la montaña! Allí está su choza, la cabaña es humilde. En su humildad espiritual, se llena de esplendores, porque es su palacio universal, donde quiere que vosotros penetréis y escuchéis su voz y su concierto celestial.
102 Reconoced y estudiad esta parábola, para que así afirméis en vosotros la creencia, la fe de que seguirá el Padre unido, fundido en una sola esencia con vuestro propio espíritu.
103 ¡Velad, oh, multitudes! ¡Seguid penetrando en mi santuario, para que en él encontréis la paz que le falta a vuestro mundo y que le llevaréis con vuestra oración a todos.
104 ¡Id en cinco minutos de oración, en pos de los enfermos, en pos de los soldados sin ideal, en pos de los grandes pecadores y de los seres humanos que acallan la voz de su conciencia, para destruir lo que yo he creado: la manifestación de la vida.
105 ¡Interceded por el mundo! Y yo haré que él alcance perdón por vuestra oración. Sin embargo, si la magnitud del pecado de la humanidad, es muy grande; pensad que la magnitud de vuestra petición, tiene que ser grande también. ¡Oh, mis discípulos! Yo os envuelvo fraternalmente, en mi paz; y os bendigo, desde mi alto solio divino.
¡Mi paz, sea con vosotros!
111. El matrimonio
Domingo 17 de diciembre de 1950
1 Mi rayo de amor desciende sobre el pueblo y penetra en vuestro corazón. Allí se siente mi divino Espíritu en su santuario. Allí aspira el néctar de vuestra ofrenda y el tributo de los hijos que me aman. En las bóvedas de ese santuario, escucho la voz de vuestro espíritu y esa voz revela satisfacción.
2 A pesar de las pruebas y vicisitudes sabe elevarse vuestro espíritu sobre ellas para mostrarse fuerte y saludable ante el Maestro, para confesar a su señor que se siente dichoso de ser el discípulo en la mesa del Maestro.
3 Yo os veo venir de diferentes caminos y lugares de la tierra. Espiritualmente por un solo sendero, os contemplo empeñados en la lucha como labradores de lo espiritual y de lo material, aprovechando el tiempo que Dios os ha concedido.
4 Día por día recogeréis el fruto de vuestra siembra; vuestra lucha terrestre da su rendimiento cada vez que vais en pos del descanso; pero la cosecha espiritual, no la podéis recoger todavía porque de ello se va encargar vuestro espíritu, cuando el tiempo sea llegado.
5 Y analizando vuestros sufrimientos, pruebas, luchas y sinsabores, llegáis a comprender que son menores que las penas que otros hombres sufren en este tiempo; entonces, deja de haber lágrimas en vuestros ojos y quejas en vuestro corazón, aceptáis vuestro cáliz y decís al Maestro: gracias te doy, Padre, porque todavía mi cáliz no es tan amargo como otro que mis hermanos están bebiendo.
6 Y cuando llegan los rumores de exterminio, de muerte, de desolación y terror a vuestros oídos, vuestro corazón se llena de pena y vuestro espíritu solloza en verdad. Es cuando se eleva la oración de mi pueblo, hasta la altura de mi solio; es cuando os contemplo lleno de temor, no solamente por vuestra existencia y tranquilidad y la de los vuestros; sino porque sabéis ya sentir el dolor de vuestro propio semejante, porque presentís la prueba y el juicio a que estáis sujeto.
7 Sentís vuestra responsabilidad, la que el Padre ha depositado en vuestro espíritu; y no sabéis entonces, que méritos, que obras dignas presentar al Padre para alcanzar de él, su perdón, su misericordia y su paz sobre este mundo.
8 Mas cuando yo contemplo esa confesión sincera, cuando sorprendo esa humildad en mis discípulos, a pesar de vuestra imperfección yo me complazco en atender vuestras peticiones, en coronar vuestros deseos y en ser yo un mensajero vuestro, de paz y de caridades.
9 Materialmente estáis habitando en el corazón del nuevo mundo. Aquí me ha placido traer a vuestros espíritus, pueblo de Israel. Aquí les he confiado y preparado una tierra semejante a la palestina, una tierra que mana leche y miel, una tierra abundante y pródiga, con un espléndido sol, con un cielo luminoso, con valles y montañas cubiertos de verdor, con hermosos y caudalosos ríos, con maravillosas flores y todo cuanto puede recrear, enriquecer y embellecer vuestra existencia terrestre; pero en medio de este esplendor y de estas gracias que el Padre os ha confiado; veis en vuestro alrededor solamente amenazas de muerte y de exterminio, sólo palpáis en el ambiente influencia de muerte y de guerra.
10 Llegan espiritualmente a vosotros, los ¡ayes! De dolor, las imprecaciones, las blasfemias, las ofensas; os dais cuenta de todo cuanto ocurre en este tiempo de juicio sobre el haz de vuestro planeta; pero en vuestra mano, no veo el arma fratricida para defenderos; no veo en vuestro corazón, el ímpetu de guerra. Veo solamente la resignación ante la justicia; veo vuestro temor ante el odio y la maldad humanos; pero yo quiero ver algo más que eso en vosotros, pueblo: quiero ver vuestra confianza en mí que soy vuestra espada, vuestro escudo y quiero ver también, vuestra preparación espiritual, para permanecer firme y fiel; no indiferente ni frío, no cobarde o temeroso, sino valiente, confiado y luchador.
11 Hoy la humanidad como en los tiempos pasados, vive envuelta en guerras. No ha querido que la semilla de la paz divina, florezca y fructifique en el corazón. Desde el Primer Tiempo, el hombre con su espada de odio ha cortado de raíz la simiente de paz; pero esa semilla, como el maná del desierto, ha caído siempre en el corazón desierto de la humanidad.
12 Yo he enviado espíritus a encarnarse en este planeta tierra como mensajeros de paz. Yo envío ángeles al seno de los hogares, para que en la niñez dobleguen y dulcifiquen el corazón de los hombres, sin distinciones de pueblos, razas y religiones. Yo levanté en el seno de ellos, a mis enviados, a mis emisarios de amor, de verdad y de paz.
13 ¿Qué ha hecho la humanidad con mis enviados? Les ha perseguido, ha puesto en duda su mensaje; les ha calumniado y les ha dado muerte.
14 Yo contemplé en los tiempos de la primer a era, las guerras fratricidas en la antigua fenicia y la siria, entre los romanos y los griegos. No existió el respeto, el amor y la justicia ni entre ellos mismos, ni de un pueblo para otro pueblo. No vi que el fuerte levantara al débil; ni que el poderoso tendiera su mano al menesteroso.
15 No contemplé ideal elevado, en los pueblos que estaban en tinieblas. Siempre sus conquistas han sido por la fuerza, por el odio, por la ambición, por injusticia.
16 Y contemplando el Padre, tinieblas en unos y en otros, envié al seno de los países, distintos por sus ideologías, por sus costumbres diversas, a mis profetas y precursores; aquellos que habían de hablar a sus pueblos de la única verdad, aquellos que habían de conducir a las naciones bajo distintas formas a un solo fin; ese fin, soy yo, que había de hacerme hombre entre los hombres, en ese tiempo de aquella era que iniciaba, llamado ahora: Segundo Tiempo mas, lo que los precursores y profetas dijeron, se cumplió. Yo viene a confirmarlo con mi presencia humanizada entre la humanidad.
17 Mi doctrina, no fue solamente para el pueblo judío; él era el pueblo preparado, acrisolado por grandes pruebas desde los primeros, desde los remotos tiempos, el pueblo que espiritualmente tenía la preparación para recibir al mesías en su seno; mas el testamento que a ese pueblo confié, no era solamente para él; era para todos; y mis discípulos, después de mi partida, se levantaron a cumplir aquella misión de amor, de fraternidad entre todos los pueblos de aquel tiempo; de entre mi pueblo surgieron mártires, apóstoles, profetas y el ejemplo de ellos en otras tierras y en otros países, el número de apóstoles se multiplicó, el de los mártires también creció y de los seguidores de Cristo, aumentó y la semilla del Maestro cundió en el viejo mundo.
18 Fue mi mensaje de paz. La paz que nace del amor, porque la máxima más grande que os enseñé y os envié por conducto de mis discípulos fue la de amarse los unos a los otros, con el amor con que el Maestro ama a sus discípulos. Fue entonces cuando aquel pueblo les abrió el camino, les iluminó para encontrar un nuevo mundo, un nuevo mundo poblado también, como aquellos habitados por criaturas humanas poseedoras de espíritu; de espíritus, que como todos son destellos de mi propia divinidad. Era menester que en las tinieblas espirituales de este nuevo mundo, se hiciera la luz.
19 En el antiguo continente estaban los discípulos, los poseedores de la semilla, los conocedores de la Verdad, los que poseían una luz más radiante que la que puedan poseer éstos que también se elevaban a mí, me buscaban ardientemente y llegaban al sacrificio por agradar a su Dios. Su culto imperfecto siempre fue recibido por el Padre; pero el Padre deseaba que todos los hombres penetrasen en el verdadero camino, que elevaran un culto perfecto y construyesen el verdadero santuario, para que todos se amasen sin distinción de colores, de razas, de mundos.
20 Y aquellos hombres, atravesaron montañas, tierras y mares y fueron en el nuevo mundo. ¿Acaso la conquista de ellos fue por el amor? ¿Fue la luz y la simiente del Divino Maestro depositada en estos corazones con la pureza con que yo la había confiado? En verdad os digo que no, que el nuevo mundo, el hermano pequeño, el niño espiritual, fue sometido por la crueldad, por la injusticia, por la impostura. Sobre su paganismo se edificó una nueva idolatría; en su corazón, que era virgen, no penetró mi semilla con su original pureza; y sí los malos hábitos, las malas costumbres, la mala herencia que procedía de la decadencia de aquellos pueblos, echó raíces en el nuevo mundo; en este mundo que es un espejo de lo que fue el antiguo, con su despertar, con su esplendor en las ciencias y en el poder y con su declinar que ya se aproxima. Y después de muchos siglos. ¿Qué derecho tiene a reclamar el hermano mayor: justicia, obediencia y respeto, al hermano pequeño? ¿Qué cosecha puede esperar, de su mala siembra? Y ese resultado, ya lo ha visto; y no es todo, porque ya es tiempo del juicio divino.
21 En el nuevo mundo, yo contemplo: la Sodoma y la Gomorra, la idolatría y la prostitución desatadas, el abandono, el olvido de las expresiones esenciales del espíritu, el relajamiento de las grandes instituciones, la hipocresía, el egoísmo todo su esplendor científico; todo su poderío humano no le bastará para encontrar en ello su salvación; y vosotros, que tenéis confianza y creéis en verdad que sois aquel mismo pueblo de los primeros tiempos, os preguntáis e interrogáis al Maestro: ¿qué debemos hacer?
22 El Maestro os dice: os contemplo una vez más como os vi en aquellos primeros tiempos, rodeados de pueblos fuertes que se hacían siempre la guerra, amenazados y codiciados siempre por vuestra heredad .
23 Vi vuestro esplendor en aquel tiempo y vuestro letargo; y vi cómo vuestros adversarios os sorprendieron durmiendo, os vi muchas veces sometidos a la esclavitud y sobre mis manos poderosas os liberté para daros testimonio de mi verdad, para inspiraros confianza en mi justicia, en mi poder.
24 Así os contemplo ahora: vuestra tierra, vuestra heredad cotidiana, rodeados de pueblos, de mundos que se hacen la guerra. No habéis llegado a vuestro esplendor, pero lo contemplaréis; y en ese esplendor, no quiero que caigáis en letargo. Para eso os he venido a preparar en este tiempo. No será en vano mi advenimiento, mi palabra, mi manifestación, como no lo ha sido ni lo serán las de los tiempos pasados.
25 Mi semilla no muere; mi semilla puede ser azotada por fuertes vientos, mis campiñas podrán ser también castigadas por el vendaval; pero si sus espigas son cortadas por la hoz de los elementos, los granos caen en la tierra y vuelven a germinar.
26 Mi semilla de los tiempos pasados unida a la que ahora estoy sembrando en vuestro corazón, siendo la misma, dará su fruto; la cosecha será grandiosa y abundante.
27 Yo, el divino segador vendré a segar la mies cuando esté dorada, cuando esté madura y la depositaré en mis propios graneros, que es mi seno de perfección.
28 Ahora os preparo a vosotros como a labradores. Ahora os estoy haciendo nacer, con la verdadera confianza en la herramienta de trabajo espiritual, para que llegado el instante os levantéis plenos de conocimientos en la tierra, plenos de fortaleza al contemplar que tiempos inclementes os azotan; porque vos, pueblo, en lo espiritual, seréis antorcha ante el mundo; y en lo material, vuestra nación, será antorcha también delante de las naciones, delante de los demás pueblos de la tierra.
29 La luz del Espíritu Santo no sólo ilumina a los que oyen su voz a través del entendimiento humano, en la forma que vosotros la oís. Esa luz penetra en toda conciencia y en todo espíritu; y estoy preparando a unos, para entregar; y a otros, para recibir.
30 Ya están entre vosotros, en esta nación, aquellos que han de dar pasos de firmeza en el camino de la paz; y su corazón y conciencia, he preparado, para que esa luz florezca en sus labios y en sus dictados; y unos y otros, unidos espiritualmente para un solo fin: formaréis como una fuente en la cual vengan a abrevar los sedientos de paz, de verdad y de justicia.
31 No importa que haya quienes no crean en esta mi palabra. La mofa, no puede herir mi corazón divino. En todos los tiempos de mis revelaciones, mis profecías han sido puestas en duda por el hombre y han sido befadas.
32 Ahora, os digo: que muchas de mis profecías no esperan el paso de los milenios ni de los siglos; tan solo esperan el paso de los instantes o de las horas, de los días o de los años, para que hasta los más reacios e incrédulos de este tiempo, se sorprendan al ver cumplida mi palabra y despierten a la luz.
33 Vosotros sois aquellos que por mano providente habéis venido a ser en este nuevo mundo para cumplir con ese destino eterno que el Padre os ha confiado: de ser bendición entre la humanidad y si penetráis profundamente en mi palabra, veréis que también vosotros estáis recogiendo vuestra propia cosecha. Es la restitución, es la justicia, ¡oh! Pueblo, pero mirad que en esa justicia y en vuestra restitución, no está la muerte, no está la condena eterna, ni está el fuego del infierno; es el fuego del amor del Espíritu Santo que alarga vuestro camino, que proporciona nuevas ocasiones para el arrepentimiento, para la conclusión de lo que habéis solamente iniciado para la restauración de aquello que habéis hecho imperfectamente. ¡Ved que en mi justicia, hay amor!
34 Yo os he rescatado con mi sangre y quiero que también os salvéis por vuestros propios méritos. No reclaméis a vuestros antepasados, su mala herencia. A ellos imitad, está llena la historia de esos hombres, de esos seres que os he enviado, con mensajes de elevación espiritual; y de aquellos, que han sembrado el mal sobre esta tierra, que hayan solamente dejado errores, leed en ese libro que también está abierto para vosotros, para que no caigáis en esos errores; para que la luz de la experiencia sea grande y forméis para el futuro un pueblo fuerte, un verdadero nuevo mundo, una verdadera nueva humanidad y contempléis también delante de vuestros ojos, una nueva aurora.
35 Sí, pueblo, para eso os preparo y así como os digo: no reclaméis a vuestros antepasados; tampoco reclaméis a los presentes que en otros continentes viven y os amenazan. En verdad, os digo: espiritualmente no sabéis vosotros quienes seáis, quienes sean primero: si aquellos o vosotros.
36 La luz, simbólicamente, vino de oriente a occidente; ahora del occidente, irá al oriente la luz y cuando ambas se encuentren, cuando las razas se fundan, cuando las civilizaciones, la luz y todo se confunda, entonces diréis: la luz no ha venido de los hombres a los hombres; ha venido del Padre hacia los hijos y yo tendré que ser reconocido, ¡oh! Pueblo.
37 Hoy, muchos me rechazan, me niegan y muchos tratan de crear nuevos campos; pero el camino estrecho está en todas partes, está en el corazón, en la conciencia o en el talento.
38 En medio de las tinieblas, se abre paso; en la luz misma de los hombres, doquiera está el camino recto del Maestro. A cada momento los hombres se cruzan con él; es el camino que invita siempre, es el camino que ama siempre, porque es el único donde se puede caer, levantarse y llegar con paso firme hasta la cumbre; es el camino que no lleva a los abismos, el que no lleva a las tinieblas; es aquél que por medio de la lucha de ideales y del sacrificio, remonta al espíritu hasta la cumbre y aunque en la misma cumbre los nubarrones, las tempestades azoten al espíritu, llega el momento en que la tempestad se calma y llega la luz y todo es esplendor y todo es gloria.
39 Pueblo amado, en medio de este juicio: confiad y tened paz pero no declinéis en el trabajo, no permanezcáis indiferentes.
40 Hay veces que quisierais ir a aquellas tierras, a aquellos campos de dolor lejanos para vuestra materia, a sembrar un poco de paz y de consuelo. ¿Queréis hacerlo?
41 ¡Oh! Mi pueblo, yo os lo concedo en esta forma: si queréis sanar aquellos enfermos, buscad al más próximo que tengáis, tomadlo como una representación de aquel ausente y en él depositad vuestro amor y vuestra caridad y en el instante, en que vuestro corazón le esté ungiendo y se esté desbordando en el presente, mi mano poderosa estará acariciando y sanando, como buen doctor, a grandes multitudes.
42 Si queréis la paz para un pueblo que os conmueva por su falta de paz. Haced la paz en vuestro corazón y en vuestro hogar, desechad a la influencia de discordia de allí; que vuestra alcoba sea un santuario y vuestra mesa un templo. Y yo en ese instante, extenderé el efluvio de mi paz y envolveré al universo y os digo, en verdad: que un soldado, en medio de la contienda más feroz, haré que experimente la paz y la confianza y no tema a la muerte ni al dolor. Yo haré que él presienta su retorno al corazón de los que le esperan.
43 Yo haré, en ese instante en que vosotros hagáis la paz en vuestro corazón y en aquellos que os rodean, que los hogares desolados donde falta el padre, donde la madre se ha convertido también en varón para amasar el pan para los hijos, allí llegue el mendrugo y se ilumine el hogar y se alegren los corazones de los niños, para que la paz de mi Espíritu, que vosotros deseáis para aquellos, sea sentida.
44 Se acerca un día en que esta humanidad conmemora el nacimiento del mesías, entre los hombres. Día de recordación, día de comunión espiritual. Los pueblos que aún viven en paz, en paz celebran esa conmemoración. Muchos pueblos que ya han penetrado en la hora de zozobra también tratan de olvidar esforzándose, la angustia, el temor e invocan, a aquel espíritu divino, atraen a su propio corazón el recuerdo de aquel advenimiento divino y se olvidan de lo que pasa en la tierra; pero hay muchos, que no están en su hogar, hay muchos que se encuentran en el lecho del dolor, otros en el campo de la muerte, otros en las tinieblas de la desesperanza; y ellos, ¿qué pueden sentir? ¿Qué pueden percibir en esa hora bendita; a los que aún conservan paz?
45 Os digo a vosotros, pueblo, que tenéis ya conciencia de muchas revelaciones porque el Espíritu Santo, a través de las materias humildes, os ha revelado misterios: que os preparéis en esos instantes, que elevéis vuestro espíritu al Padre y en esa comunión en que penetréis conmigo, yo haré prodigios, yo penetraré como el buen ladronzuelo en el corazón de cada una de mis criaturas.
46 Mi mano, llamará a todas las puertas; la estrella de belem brillará y los perdidos, los caminantes, los pastores humildes, los patriarcas, los padres de familia, los buenos y los pecadores, los grandes y los pequeños, la verán brillar en su interior.
47 ¡Yo haré que la paz de mi Espíritu, sea sentida como una caricia divina en todo el universo! Aun en aquellos, que vosotros presentáis más duros, más reacios a mí, allí estará también mi llamado, mi caricia y mi paz.
48 ¡Velad, oh! Pueblo, para que la humanidad pueda convertirse en el humilde pastor que llega ante el portal, para que la humanidad se doblegue, se arrepienta, se sensibilice en esos momentos de conmemoración y llegue ante la humildad de su Maestro, de aquel que no vino a buscar palacios, ni templos, ni pompa para hacerme hombre entre los hombres. Aquel que solamente encontró la humilde gruta, adonde los elementos, antes que el corazón del hombre abrieron su seno para recibir aquel divino depósito. Fue la roca, fue la paja y fueron las humildes bestias, las que dieron abrigo y calor al divino redentor.
49 Hoy quiero, humanidad, que la humildad de vuestro corazón sea el cálido pesebre, que la aspereza de vuestro corazón sea la paja; allí quiero yo, no nacer, porque en verdad os digo: soy eterno y nací en cuanto hombre en el Segundo Tiempo y no volveré a hacerme hombre entre la humanidad. Quiero renacer en aquellos que me llevan como muerto en su propio corazón. Quiero que sintáis que Dios se hizo niño, se hizo hombre y fue vuestro Maestro; el que con su vida, ejemplos y palabra, todo os enseñó.
50 En el instante en que mi rayo de luz se traduce en palabra humana en estos humildes recintos, por ser universal mi luz, penetra en todas las criaturas; y ante la esencia de esta palabra que es humilde, porque son humildes los hombres de quienes me sirvo, se conmueve mi pueblo y aún se conmueven las legiones espirituales en el más allá.
50 ¡Velad! ¡Orad! Y en estos días de gracia, todo aquello que busquéis y solicitéis del Padre, en vosotros será. Ya os he enseñado cómo en uno, podéis hacer que alcancen muchos. Estoy recibiendo de todos vosotros vuestra ofrenda.
51 Pero hay entre esta multitud, una pareja: un mancebo y una doncella que se presentan ante la mirada del Maestro, para que su amor, su unión, sea bendecida y sancionada.
52 El Maestro, no los recibe en esta hora porque os dice, en verdad, siempre habéis estado conmigo y yo siempre con vosotros.
53 Venís para que mi mano poderosa os unifique y os digo: ha mucho tiempo que estáis unidos por el destino pero es menester que los hombres todavía celebren un acto, obedezcan una Ley espiritual y una ley humana, para que su unión, su matrimonio sea reconocido y respetado por la humanidad.
54 No es una ceremonia la que viene el Maestro a celebrar entre vosotros. Es solamente una caricia que vengo a daros; es un consejo de Padre y una enseñanza de Maestro.
55 Sois dos espíritus. Sois dos corazones a los que vengo a unir en un solo sentimiento, en un solo corazón, en una sola voluntad. Habéis estado distantes, en diferentes moradas. Habéis llegado primero el uno; la otra después a este planeta; y en ese trayecto, en esa jornada habéis sido probados con vuestro amor. Vuestro destino ha sido puesto a prueba por la voluntad del Padre y habéis sido fieles al Padre; habéis sabido cumplir vuestras propias promesas, venciendo con vuestro amor y vuestra fe, todos los obstáculos.
56 He aquí, en estos momentos, estáis ante la presencia de vuestro Maestro, que engalana vuestro espíritu, que lo conforta una vez más para que cumpláis con esta delicada misión, la misión más sublime que Dios le ha señalado al género humano dentro de lo humano.
57 Vais a penetrar en esta institución de amor, de sacrificio y de vida, en esta institución de renunciación por el ideal, por el amor y la obediencia al destino; para que vuestro paso sea firme en la nueva senda, venís en pos de mi fuerza y de mi luz que a raudales se derrama en vosotros.
58 Varón, lo que pude entregarle al primero en esta tierra, os lo he dado a vos, os lo confío una vez más en esta hora: el talento, la voluntad, la energía, la fuerza, la vida y la simiente. Lleváis simbólicamente en vuestra diestra, una espada; en vuestra siniestra, un escudo. La vida terrestre, es una lucha.
59 Vosotros los varones, sois los defensores de la humanidad. Sois los soldados, los guardianes de la paz, de la justicia y de las virtudes.
60 Yo os hago soldado de estas causas y pongo en vuestra siniestra, junto a vuestro corazón, a una doncella. Espiritualmente moral y corporalmente es una flor; flor cultivada por mi mano en un huerto, en un jardín ameno, jardín codiciado por el corazón y por las pasiones de los hombres, jardín por el cual María, la madre universal, vela siempre y cubre con su manto; jardín que es regado con las aguas cristalinas y puras, de aquella virginidad divina y son siempre fecundadas con el rocío de la castidad.
61 Esta flor me habéis pedido con humildad; y el Padre, con amor y con gracia, os la entrega. Es vuestra, es lo único que puede poseer el hombre de bienes humanos en esta existencia material. Ni vuestros mismos padres están tan ligados a vosotros. Ellos se van y os dejan en la senda de la lucha; ni vuestros hijos, porque ellos como tiernos polluelos cuando sienten que las alas han crecido, abandonan el nido paternal; y solamente queda cerca del corazón del varón, la compañera de su vida y solamente queda junto la mujer, aquella que él eligió.
62 Es mi palabra, es mi Verbo de amor quien os está fundiendo, en verdad, quien está enlazando y dando fuerza a vuestro propósito en este instante.
63 ¡Levantad vuestra frente! ¡Caminad con paso firme! ¡Sed el uno de la otra cirineo! ¡Sed el uno para el otro, báculo! ¡Sed manto que enjugue su llanto! Porque os digo, espiritualmente sois iguales. No existe sexo ni diferencia en el espíritu. No está ninguno de los dos, espiritualmente, antes que el otro; pero ya encarnados ambos, he colocado primer o al varón y después a la mujer.
64 Ser varón para un espíritu, es prueba a que Dios, le sujeta. Ser mujer para un espíritu, es restitución también. En el varón está la fuerza y debe estar siempre la comprensión. En la mujer, en su corazón preparado con ternura y sensibilidad, anida el sentimiento de sacrificio.
65 Ambos se complementan, ambos forman un solo sentimiento; y de esa comunión, de esa unión de espíritus y de cuerpos, brota la existencia humana como un río eterno, inagotable. De esa semilla y de esa tierra fecunda, brota también el trigo que no tiene fin. Yo os bendigo y os uno con mi abrazo divino, con mi ósculo de Maestro.
66 Este pueblo os sirve de testigo; pero a este pueblo, hago también responsable de vosotros. Este pueblo: es la humanidad es vuestra sociedad dentro de la cual vivís.
67 Quiero que ellos, con su elevación espiritual en este instante: siembren de ventura vuestro sendero, se regocijen siempre al contemplar vuestra sonrisa y vuestra paz y os bendigan siempre en vuestra multiplicación, como yo os bendigo en este instante y os hago simiente y tierra fecunda, porque ésta es mi voluntad.
68 No ha sido la mano del ministro la que ha sancionado vuestra unión en este instante; es mi Ley eterna, que es mi amor.
69 Os bendigo y os conduzco por el camino de la Ley, del cumplimiento y al finalizar vuestra jornada, rendiréis cuentas a vuestro Dios; y en el instante de rendir cuentas al Padre, recordaréis claramente esta obra y escucharéis nuevamente el eco de esta palabra; no el eco humano, sino aquel que se escucha en lo más profundo de la conciencia; y diréis: el Padre que trazó el camino a nuestro espíritu, hoy nos dice que hemos llegado al final para rendir cuenta y tributo.
70 Allí os espero, en la cumbre del monte. Os espero en mi morada, para que podáis contestar a vuestro señor. Yo quiero recibiros como en este instante os he recibido: con mis brazos abiertos y quiero bendeciros una vez más, cuando lleguéis.
71 Hoy os doy la simiente, una sola; mañana vais a entregármela en multiplicación. Que esa simiente sea grata al señor. Podéis confirmarlo en vuestro paso, si es grata también a vuestros corazones.
72 ¡Yo os bendigo y os uno! El manto de María os bendice, os da calor, os embelesa, os impulsa para ir paso a paso por la senda de las virtudes, como ella os ha dicho siempre: con esa mansedumbre, con esa humildad de que ha dado ejemplo la madre entre sus hijos.
73 He aquí, pueblo, todavía me tenéis a través del entendimiento humano y vuestros oídos dejan pasar al corazón y a la mente esta palabra; pero se acerca el instante en que más no me tendréis así; y en esos tiempos, ¿cómo podréis vosotros celebrar este acto, de la unión matrimonial?
74 No quiero dejar duda ni incertidumbre entre mi pueblo; y en este instante, os digo: aquellos que la vida, las pruebas, las vicisitudes, no os hayan permitido llegar ante mi planta y escuchar mi bendición a través de los portavoces no temáis, no sollocéis, os dice el Maestro, porque una gracia muy grande tengo preparada para vosotros.
75 Ya veis hoy, que el momento de celebrar vosotros este acto, no es el de vuestra unión, ya veníais destinados por mi voluntad; pero sí es permitido y mandado por mí, que celebréis delante de los ojos, delante de la conciencia de los vuestros, este acto, para que seáis en vuestro matrimonio, respetados y reconocidos.
76 Todavía la intuición y la elevación del espíritu humano no están grande como para contemplaros a vosotros unidos por mi voluntad; aún no estando unidos por las manos de los hombres, ese tiempo llegará; y entonces, no habrá duda en el varón ni en la mujer, cuando se encuentren. Ellos conocerán también la hora y sabrán penetrar con confianza y firmeza en su unión material; y los hombres, no se levantarán para desgarrarlos, para juzgarlos por no haber sido sancionada por un ministro, ante un altar. Ese tiempo es futuro, pueblo; pero esos acontecimientos, así serán.
77 Mientras esos tiempos de verdadera elevación, llegan entre vosotros; hacedlo en vuestra congregación espiritual, hacedlo delante de los que caminan como apóstoles del espiritualismo. No tendréis delante de vosotros ningún ministro; ni los que fueron portavoces ni los guías, os unirán, porque ellos no son poseedores de vuestro destino; yo, espiritualmente os bendeciré. Vosotros, os elevaréis de espíritu a Espíritu y los videntes profetizarán, los videntes darán testimonio de esta mi verdad; y aquella elevación de espíritu, será un acto sublime, en el cual, yo os bendiga y os llene de mi gracia.
78 Si en aquella hora bendita, en aquel instante solemne en que dos espíritus se funden en una sola voluntad para marchar por esta senda de sacrificio, de abnegación y de amor, queréis dar lectura a mis cátedras pasadas, a lecciones de mi enseñanza, sobre estos casos, lo podréis hacer y entonces, vuestra conciencia se afirmará en mis palabras y vuestros pasos, serán más conscientes en vuestra senda.
79 Yo, dentro de esa sencillez, quiero contemplaros el mañana y os digo: ¡bienaventurados aquellos que llenos de conformidad y alegría, celebren así su acto, porque ellos tendrán una gracia muy grande del Padre, durante toda su jornada!
80 Vendrán entonces de otras religiones, de otras sectas; y mientras unos despierten y comprendan la Verdad, otros se escandalizarán.
81 En el seno de vuestras sociedades, veréis que muchos comprenden la Verdad de esa unión, pero también habrá otros que os juzguen, os calumnien; pero si tenéis fe y confianza en mi obra divina y en que voy siempre delante de vosotros y estoy en todos vuestros actos; mostrad, antes que con vuestros labios, con vuestras virtudes y vuestras obras de amor a lo largo de vuestra vida y así, daré a comprender a la humanidad, que en verdad un lazo de gracia y de amor, un lazo de eternidad, os une.
82 Yo, en el Segundo Tiempo, penetré en el hogar de los muchos matrimonios unidos por la Ley de Moisés ¿y sabéis cómo encontré a muchos de ellos? Riñendo, destruyendo en unos y en los otros la simiente de paz, la simiente de amor y confianza en el corazón. Yo contemplé: guerras en el interior de esos corazones y guerra y discordia, en verdad, en su mesa y en su lecho. Penetré también en el hogar de muchos que vivían sin haber sido su matrimonio sancionado por la Ley de Moisés, y contemplé: que se amaban, que vivían como alondras en el nido, dándose siempre caricia y calor.
83 ¡Cuántos hay que viviendo bajo un mismo techo, no se aman; y al no amarse, en verdad, no están unidos; están distantes, están separados espiritualmente; mas no lo hacen en lo material, solo por temor a un castigo divino o por temor a las leyes humanas y al juicio de la humanidad. Eso no es matrimonio, eso no es unión, eso no es verdad. Sin embargo, se levantan y penetran entre las multitudes, visitan los hogares y los templos y transitan por caminos; y la humanidad, no les juzga, porque ellos ocultan la mentira en su propio corazón; y cuántos tienen que ocultarse de los ojos de la humanidad para esconder su verdadero amor, su verdadera unión, en el rincón de su alcoba. Hoy todavía la humanidad no está elevada para juzgar bien estos acontecimientos. Los hombres de la Ley espiritual y de las leyes humanas, sancionan y juzgan, sin verdadera justicia.
84 Pero esos tiempos que os anuncio, vendrán; y entonces, volveréis a ver los tiempos patriarcales, aquellos tiempos antes de Moisés, en que las uniones se hacían como he hecho con estos mis hijos en este instante: espiritualmente como vais a hacerlo en los tiempos venideros, en la presencia de los padres de los desposados, en la presencia de los amigos y de los parientes, en el seno de aquella espiritualidad, de aquella fraternidad, de aquel regocijo.
85 Cuando los hombres de paz y de buena voluntad abunden en la tierra, mis divinas instituciones de mi Ley, veréis vosotros florecer y endulzarán vuestra vida humana. Los tiempos de la paz, de la concordia y del bienestar volverán, sin mengua de vuestra civilización, de vuestras ciencias, de vuestro adelanto en otros órdenes.
86 Por el contrario: si el hombre, mucho ha descubierto, si ha arrancado a la naturaleza muchos de sus secretos; aún en medio de su impreparación, de su falta de elevación espiritual, de su carencia de amor y caridad espiritual para los hombres, ¡qué será cuando los hombres en la ciencia, en lo espiritual, en las artes, se eleven hacia mí para que yo les revele como Espíritu Santo, los secretos! Entonces haré que mis hijos hagan de este planeta: un mundo de verdadera elevación y de luz para recreo, para redención y bienestar de todos.
87 Con el adelanto y la luz, con la elevación de los espíritus, por los diversos caminos; el Padre se recreará, porque el Padre es luz y quiere que sus hijos sean los hijos de la luz.
88 ¡Oh! Pueblo amado. En mi palabra, he estado entre vosotros: como Padre, como Maestro, como doctor y como juez . ¡Llevadme así y no me cerréis las puertas de vuestro corazón! Quiero ir en él y quiero que él me abra las puertas, cuando ante vuestro corazón se presente aquél que me busca, si queréis llevarme en vuestro corazón por siempre, que yo esté solamente allí; pero nunca con el egoísmo, porque si el egoísmo penetra, entonces yo tendré que salir y os sentiréis solos y débiles, sentiréis frío y vacío en vuestro corazón; y yo quiero que él, esté siempre lleno de mi Espíritu.
87 En este instante, desde mi alto solio, os he llenado de mi Espíritu y he envuelto al universo una vez más en la luz de mi rayo universal, que es rayo de paz y de amor.
¡Mi paz, sea con vosotros!
112. Las profecías de Dios se cumplirán
Domingo 24 de diciembre de 1950
1 La paz de mi espíritu divino, es en este día de gracia, entre mi pueblo bendito de Israel. Una vez más el Maestro, desciende a los discípulos. Una vez más el Padre, viene a brindaros el calor entre sus brazos, sus caricias a vuestro espíritu y la paz divina a vuestro corazón.
2 Yo os recibo, pueblo amado. En mi regazo os aposento y por vos, en este instante, bendigo al universo, porque todos sois mis hijos y os amo con el amor de Padre.
3 En este día de gracia, sean los unos y los otros ante mi regazo divino. Mi misericordia, es grande; y en este instante, recibo a los que están reunidos, como a aquellos que dispersos en el camino se encuentran.
4 Mi mirada divina la dirijo a aquel que va transitando por el camino del desierto, con su mirada cabizbajo y solamente su pensamiento elevado hacia mi espíritu divino. ésa es mi criatura, ese es un siervo del Padre, es un espíritu que a mí me pertenece y por eso a él desciendo, porque me clama, porque me espera, porque él me necesita y nadie puede darle lo que yo tengo que entregar a su espíritu. Por eso, desciendo a él; él es el caminante que detiene su planta, que cansado por el frío del invierno se encuentra en el camino y yo desciendo a él para darle mi calor divino, para resucitarle, para darle vida eterna y darle también de comer y de beber a su espíritu, ese espíritu que por largo tiempo se ha sentido perecer en el camino.
5 él ha llorado; él ha sufrido y ha esperado también. La esperanza y una fe hacia su creador, es la que yo he iluminado y es con la que él espera con la lámpara que yo dejé en su corazón para que iluminase el sendero de su vida espiritual; él la ha sabido cuidar y con esa lámpara, se está iluminando su camino.
6 Yo desciendo bajo el calor de su lámpara que encendida la encuentro, para reanimarlo, para darle fuerza y valor y para decirle: pequeño, un nuevo camino os espera, una nueva lucha vais a encontrar en vuestro camino, grandes vicisitudes la vida os va a preparar, porque así está marcado en el libro de vuestro destino. Dispuesto os encontráis a seguir la lucha que en el camino os espera. Vuestra fe, es grande y vuestro espíritu, dispuesto está. Grandes luchas detrás habéis dejado; y no os amedrentan las futuras luchas que os esperan.
7 ¡Benditos sois, pueblo de Israel! Que habéis amasajado vuestro espíritu, en la enseñanza del Maestro, lo habéis instruido, lo habéis disciplinado.
8 ¿Dispuesto estáis, a seguir bajo el gobierno espiritual que el Padre, ha impuesto para todas sus criaturas? La disciplina espiritual tiene su rigor, ¡oh! Mis hijos amados, a ese sometido os encontráis.
9 Grandes guías espirituales tenéis, delante de vosotros. Cada uno de esos guías espirituales, es la palabra bendita saturada de amor y caridad que yo he venido a dar a vosotros.
10 Cada una de esas palabras, os guía hacia la suprema felicidad; mas, ¡cuán grande es su significado!, ¡cuán grande es el valor de cada una de mis palabras!, que yo vengo a entregaros a cada instante, pueblo bendito de Israel.
11 Mas, si vosotros camináis dentro de la disciplina que yo os he enseñado, no encontraréis ya pedruscos en el camino, no encontraréis espinos que huellen vuestra planta; solamente encontraréis corazones preparados, los cuales sepan daros la bienvenida para que vosotros en ellos, vayáis a cumplir un mandato divino del Padre.
12 ¡Cuánto dolor! ¡Cuánta amargura han sentido vuestros labios! ¡Cuán grandes también han sido las decepciones que vuestro corazón ha sufrido en el camino, mi pueblo! Pero habéis sido feliz, habéis sido fuerte en el camino y habéis sabido soportar, en verdad, las grandes pruebas a las cuales habéis sido sujeto; y estáis firme, como el buen soldado; y me decís: ¡Padre, es tan grande tu obra, incomprensible para los hombres, incomprensible para el entendimiento humano porque es limitado!
13 Mas, he aquí, si el discípulo está dispuesto a seguirme, a seguir cultivando la semilla de la fe y del progreso espiritual, grandes serán las inspiraciones que su espíritu, reciba dentro de esta mi obra bendita.
14 ¡Oh, mi pueblo amado de Israel, cuán grandes son las inspiraciones que vuestro espíritu recibirá, a través de los tiempos que os esperan!
15 Ya os estoy dejando preparado, ¡oh! Israel amado. Ya estoy dejando fuerte a vuestro espíritu y dispuesto también, a ese mañana que os espera, a esa nueva lucha que es luz para vos en el camino; y por ello, mis hijos, os estoy dejando preparados.
16 De cada uno de los acontecimientos que encontráis a vuestro paso, no penséis un momento que es la casualidad la que va acarreando esos acontecimientos en el camino. Meditaréis; y con valor, cruzaréis las pruebas; meditaréis, mis hijos; y pensaréis, que son disposiciones que vienen del más allá para vuestro camino, para los vuestros; para el universo entero, porque todos los acontecimientos en su objetivo, se encuentran sometidos bajo la voluntad divina del Padre, ya que, la hoja del árbol no se mueve sin mi voluntad; que todo, yo lo dispongo, mis hijos y que vos por la carne solamente sois una creatura que se mueve por mi voluntad; que vuestro espíritu, en verdad, es cual una chispa de mi espíritu divino que ha de caminar bajo la voluntad divina, bajo mi Ley, bajo el gobierno espiritual, que es el que todo lo está gobernando y a vos, Israel amado.
17 Vinisteis al camino espiritual a encauzaros en esta obra divina de amor; llegasteis al camino a disponeros a los mandatos divinos del Padre. Yo, por herencia a vuestro espíritu, le di: la humildad, la sumisión y la obediencia son la herencia que cada espíritu trae consigo, dada por mi voluntad divina.
18 Yo, pueblo bendito de Israel, en todos los tiempos he venido a aderezaros el camino, he venido a daros manifestación divina de amor y de caridad, siempre en obras sublimes, grandes y magníficas, me he derramado a través de vuestro camino. Las unas, las habéis comprendido; las otras han pasado desapercibidas para vos y no habéis comprendido la magnitud del Padre; pero, he aquí pueblo: yo en todos los tiempos, he venido a desatar los grandes misterios para vuestro espíritu; misterios, que antes vuestro espíritu contemplaba atados en el camino, pero que hoy, ¡oh! Mi pueblo amado, el Padre no quiso que este tiempo de luz, pasara entre vosotros, sin que antes comprendierais, lo que para vos fueron misterios.
19 Hoy, todo se ha desatado. Hoy todo ha sido, en verdad, explicado y enseñado al pueblo bendito de Israel, porque no quiero que Israel quede, en verdad, bajo el sueño de la ignorancia.
20 No quiero que Israel, se profundice en los misterios; no quiero que Israel, en verdad, mañana se levante con sus labios pregonando que los tiempos pasados ni la ignorancia, no se borraron de su mente. Que estuvo muy cerca de vos, la Verdad y no la comprendisteis; que estuvo muy cerca de vos, la luz y no la visteis.
21 No, mi pueblo amado, ¡comprendedme, escuchadme! Analizad mis palabras. No quiero que vuestro corazón sea el mañana, empedernido; no quiero que vuestro corazón, sea una roca; ¡no, mi pueblo! Porque ¡mirad! Que yo soy aún el que me acerco con el cincel invisible en mi mano, esculpiendo vuestro corazón, dándole forma, haciéndolo sensible y comprensible, adentrándome en él para formar un santuario, un pequeño lugar, una humilde morada donde yo pueda descender a conversar con vuestro espíritu, a saturarlo de mi gracia y amor, a levantarlo, a reanimarlo, en verdad.
23 ¡Oh, caminantes del Tercer Tiempo! ¡Oh, pueblo escogido! ¡Oh legión que el Padre se dignó preparar para que vos fueseis el mañana, el maestro de la humanidad! La que va a quedar sumergida bajo el peso de su iniquidad, de su propia ignorancia, bajo sus calamidades; pero vos, Israel, que os he venido preparando a través de los tiempos, vos, pueblo bendito de Israel, que habéis venido recibiendo del sabio Maestro una gran enseñanza.
24 Vos mi pueblo, os dice el Padre: quiero que seáis el hijo preparado, el discípulo dispuesto, el pequeño maestro humilde, sumiso, obediente y conforme a la voluntad divina del Padre. ¿Por qué, mi pueblo muy amado? Porque recibisteis los grandes ejemplos de un Divino Maestro, porque fuisteis doctrinado bajo la enseñanza del Maestro de maestros; ya que no fue vuestro semejante, el que os enseñó, porque no fue vuestro semejante el que se acercó a vuestro corazón y con duras palabras, le tocó.
25 Yo siempre, os he hablado con amor; y nunca mis palabras, han descendido a lastimar vuestro corazón. ¡No, mi pueblo! Yo soy el juez, mas no me he manifestado entre vosotros como juez. El juez, os espera; el juez está en mí, el juez lo esperaréis el mañana, ese mañana que no es tardío para vuestro corazón, pero que en verdad, hoy me estoy derramando entre vosotros como Padre y como amor.
26 No sois el reo, ante mi presencia divina; sois el pequeño que escogí y que a pesar de haberos sacado de la escoria y del pecado, de la maldad y de la iniquidad de la tierra, yo preparé vuestro corazón, arrojé en verdad por los suelos, la vestidura de hipocresía que cubría vuestro corazón; y lo preparé, borre de vuestro corazón el pasado, quité de vuestras manos el pecado.
27 Vuestras manos, que eran mezquina, frías y despreciables para la humanidad, esas manos que solamente ocupadas en la maldad se encontraban, las limpié y las preparé como las manos del mejor trabajador, como las manos más bondadosas y más dignas de posarse sobre un tierno corazón.
28 Pero ¿quién fue el que os preparó, mi pueblo? ¿Quién fue el que os enseñó como debíais de conduciros en esta existencia humana, cómo habíais de tratar a vuestro semejante, cómo habías de abrir vuestro corazón para amar al que mucho os había ofendido el ayer?
29 Si hasta este momento, mi pueblo, no habéis sabido perdonar la ofensa del que así lo ha hecho en el camino; mi pueblo, de cierto os dice el Padre: meditad, regenerad vuestra vida, modelad vuestras costumbres, acercaos al camino del amor y de la caridad porque, aún no os habéis perfeccionado, mis hijos; todavía vais luchando en el camino, vuestra planta la contemplo tambaleante en el sendero. No sois todavía labriegos perfectos; pero el Padre de cierto os dice: os voy acercando al camino de perfección.
30 No podéis hacer aún una obra perfecta en la tierra, porque el pecado que en ella existe, mancha vuestra obra, ¡oh! Israel; pero si dispuesto estáis, id por este sendero e imitadme, imitad las obras perfectísimas que yo hice y he hecho a través de todos los tiempos, entre vosotros. Recordadlo en cada momento.
31 No olvidéis mis palabras, que son de ejemplo, de enseñanza y de sabiduría entre vosotros. Acercaos, en verdad, al cumplimiento de la obra perfectísima que yo he dejado como un recuerdo imborrable en vuestro propio corazón y conciencia. Acercaos al cumplimiento de la Ley bendita que he dejado en vos. ¡Oh. Israel amado!
32 Veintidós preceptos están escritos como una Ley, como una tabla divina, ante los ojos del pueblo bendito de Israel. Cada uno de esos preceptos, os indica amor, caridad y luz para vuestro espíritu.
33 ¿Alguno de vosotros, mis hijos, ha cumplido con cada uno de esos preceptos? ¿Alguno de vosotros, se ha cuidado antes de cometer sus yerros en la tierra de no faltar a esos preceptos, de no faltar a esa Ley que es un gobierno para su espíritu?
34 He aquí, mi pueblo, habéis dormido también; los tiempos han pasado, estáis en los últimos instantes, en que recibiendo estáis la palabra en comunicación por el entendimiento del hombre; y ¡he aquí, pueblo! No es el Maestro el que viene a herir vuestro corazón; vengo a señalar vuestras faltas, para que no las volváis a cometer, para que no volváis a incurrir en esas faltas; y que os levantéis con el propósito de la enmienda y no volváis a pecar más.
34 Además de mi palabra, tenéis vuestra conciencia preparada; y con el índice de mi mano, vengo a tocar vuestro corazón, para señalaros a dónde está vuestra culpa, a dónde está vuestro error, a dónde está la mancha que vos mismo habéis posado con vuestra propia mano; porque no quiero contemplaros, ¡oh! Mis hijos, como ayer os encontré: confundidos así como ayer estabais, mi pueblo: bajo el manto de las tinieblas.
35 Si habéis tenido una gran enseñanza, si yo os he hablado incansablemente, si yo os he preparado, pueblo, ¿por qué todavía no os encuentro dispuesto?
36 Los tiempos han llegado en que, Israel, también se ha levantado confundido, en que las guerras homicidas y civiles existen entre el mismo pueblo de Israel, entre el pueblo trinitario mariano espiritualista que yo he preparado en este Tercer Tiempo.
37 Mirad, mis hijos, cómo los unos se han resignado bajo el ejemplo de mi palabra bendita, ya que sus dictados, son mandatos y Ley entre vosotros; y cómo los otros también, en verdad, pretenden que el Padre, conceda una prórroga entre vosotros, para continuar las manifestaciones de mi palabra, entre el pueblo bendito de Israel.
38 De cierto, os digo, mis hijos, antes, cuando el pueblo caminaba todavía en sus primicias, cuando el pueblo clamaba al Padre, dentro de sus ritos y materializaciones, en aquellos años en que eran las primer as comunicaciones de mi espíritu divino con el pueblo de Israel, desde entonces, mis hijos, yo marqué el tiempo en que yo tendría que cerrar con broche de oro el dictado de mi tercer testamento, en que yo habría de cerrar este gran libro con broche de oro; y que entonces, solamente quedarían escritas mis revelaciones por la mano de los mortales, por las manos de los varones y mujeres que yo entresaqué para que se convirtiesen en las plumas de oro con conciencia de hombre; que yo saqué bajo el temor a mi justicia divina, para que ellos solamente anotasen fielmente, lo que el Padre, ha transmitido por el entendimiento de los hombres en este Tercer Tiempo.
39 Yo os dije, mi pueblo, que mi tercer testamento, será el libro que se abra ante el pueblo bendito de Israel, después del año 1950; donde entonces, leeréis con vuestros propios ojos, cada una de las profecías que yo hablé desde el año 1884; de las profecías y lecciones de mi enseñanza, que yo transmití por los primer os entendimientos de los hombres preparados por la voluntad de mi espíritu divino.
40 Esas profecías, surgirán para vosotros; entonces, los acontecimientos anunciados por el Padre, no sólo en este Tercer Tiempo, sino acontecimientos que yo he venido así preparando mi pueblo, desde el Segundo Tiempo, en aquella era bendita en que yo pude haberme manifestado entre vosotros, como Verbo Divino encarnado.
41 Y ¡he aquí, mi pueblo! Profecías, que van a cumplirse después del año 1950; en que el Padre, entonces, va a encausar a sus hijos; y entonces, mi pueblo bendito de Israel, cuando contempléis la justicia divina desatada entre vosotros y entre la humanidad, vuestro espíritu va a rendirse lleno de reconocimiento ante mi presencia divina, porque ¿quién de vosotros, podrá huir de mi presencia? ¡Nadie, mis hijos! Porque si a los antros de la tierra fueseis a ocultaros, hasta allí mi mirada os asecha, allí mi oído os escuchan y mi mano va a entresacar a vuestro espíritu, porque él, a mí me pertenece.
42 ¿Adónde iréis, que el Padre no os contemple? ¿En dónde estaréis, que el Padre, no busque y encuentre a vuestro espíritu? Uno de vosotros, no habrá de perderse en el camino, uno de vosotros no quedará sin llegar ante el supremo juez, que soy yo; y aun siendo el supremo juez, mis hijos, ¿algún día os he hablado con el rigor, de la justicia? ¡No, mi pueblo! Mirad que siempre con amor, os he tratado con dulzura, con la mayor de las ternuras; con el mejor cariño, mi palabra ha descendido entre vosotros, mis hijos.
43 Pero, he aquí, mi pueblo, que tiempo ha, os dije que el tiempo de las complacencias materiales, había terminado.
44 Hoy, Israel, es preciso entrar en el camino del cumplimiento. ¡Acercaos al cumplimiento de la Ley que os he entregado! Porque los tiempos, han pasado; e Israel, ha dormido; Israel ha estado aletargado; Israel, no ha cumplido con la voluntad divina del Padre.
45 Yo, os entresaqué. Yo, en esta nación mexicana, perla de mis ojos divinos formé una generación que tiempo ha, preparé con mi enseñanza; y que, entre estos humildes corazones, quise levantar un templo, quise levantar entre vosotros, en verdad: un santuario para que en él, quedase formada el arca de la nueva alianza que en el Tercer Tiempo había de surgir entre los hombres; y mirad, pueblo, cómo el fanatismo y la idolatría de los hombres, han sido poderosos también.
46 No todos os habéis redimido, no a todos ha venido la redención y el amor divino del Padre, no lo han recibido, no os habéis acogido a mi amor; os habéis acogido: a la idolatría y al fanatismo, habéis vestido vuestro corazón con una falsa vestidura, no os acogisteis al poder divino del Padre; os acogisteis: a las formas, objetos, a las figuras a todo lo que la mano del hombre, ha podido formar: como una apariencia, como un “símbolo” de la santidad y de la divinidad del Padre.
47 Y he aquí, el Padre, os dice: pueblo, desnudad vuestro corazón de las malas obras, quitadle las falsas vestiduras, desnudadlo ante mi presencia, sin avergonzaros; y vestíos, con la vestidura de la Verdad, del amor y de la realidad con que habréis de cubriros para siempre, mis hijos.
48 Porque, si os quedáis bajo las ignorancia, no es porque os haya faltado enseñanza, es porque vos faltasteis a la fe; no os acercasteis al camino de la moralidad, de la enseñanza y del amor; por eso, no enseñasteis a vuestro espíritu a que él me buscase, a que caminase bajo la sombra, bajo el calor de los brazos de su Maestro.
49 De cierto, os dice el Padre, ¡oh! Mi pueblo de Israel: llegarán los tiempos en que también, yo me haga sentir bajo las naves de los templos humanos; en que mi presencia descienda allí, a anonadar con mi esencia entre los hombres pero de cierto, mi pueblo, antes, la idolatría y el fanatismo tendrán que caer por los suelos, porque yo me manifestaré como divinidad, como amor y como verdad; y entonces, haré conocer a los hombres que no es menester que me busquen bajo las naves de un templo de cantera, bajo los altares y ritos que los hombres han formado.
50 No, mi pueblo. Yo me manifiesto en la mayor de las humildades. Allí estoy yo; no estoy en los altares materiales, no estoy en sus cortinajes, no estoy, en verdad, en aquel “pan” que han nombrado “eucarístico” donde los hombres han inculcado a los seres humanos, mi existencia divina. Yo no me manifiesto en la materialidad de ellos mismos; yo soy Espíritu; y como Espíritu, busco la espiritualidad para manifestarme. Por ello, solamente en vuestro limpio corazón, yo moraré.
51 He aquí, que el Padre, os dice: escrito está en mis altos designios, que de los templos de cantera, ni piedra sobre piedra quedará. ¿Cuándo sucederán estos acontecimientos en el mundo? No lo sabéis, mi pueblo; pero el fanatismo ha de derribarse la idolatría desaparecerá y entonces los hombres se enseñarán a amarme de espíritu a Espíritu.
52 No habrá otro camino, más que el de la espiritualidad. No encontrarán, ¡oh! Mi pueblo, manera de comunicarse conmigo, más que bajo la preparación de su espíritu, bajo el acercamiento de él, hacia mi espíritu divino. ¡Gran transformación, sufrirá el mundo! Mas, he aquí, que solamente la voluntad divina y justiciera del Padre, será la que encauzará a cada uno de los corazones.
53 Ya antes, os di el tiempo de enseñanza; y del tiempo que os di, mi pueblo, solamente lo ocupasteis para actos vanos, para obras ficticias.
54 Hoy, el Padre, os dice, mi pueblo: ese tiempo, va a terminar para vos y entonces, verdaderamente vais a sentir a la vida espiritual, entonces verdaderamente vais a conocer mi potencia y mi caridad en toda su magnitud.
55 Pueblo bendito de Israel: disponeos a las órdenes divinas del Padre que son dictados de mi Ley, que yo os estoy entregando.
56 ¡Oh! Mi pueblo amado, que estáis en una fecha que es grande e inolvidable para vuestro espíritu. Estáis en un gran día, estáis en el día de la vida, en el día de la gracia; en el día del amor, en que todos y por doquiera os estrecháis los unos y los otros, en que todos os deis una abrazo fraternal de hermanos, en el día en que todos esperáis una nueva vida para vuestro espíritu, porque sabéis que es el día de la natividad; que es un día, inolvidable para vuestro espíritu, en que se siente mecido entre mis brazos bajo el calor de mi espíritu divino.
57 Porque hoy, pueblo, en esta fecha, no es el Padre el que viene a pedir a vuestro corazón que preparéis como en aquel Segundo Tiempo, unas duras pajillas en un pesebre para darle la bienvenida al recién nacido; es el Padre, el que hoy con amor, viene a deciros ¡oh! Mi pueblo amado: ¡preparaos! Para que por vuestro reconocimiento, resuciten los que hasta este día no han resucitado a la vida de la gracia.
58 ¡Preparaos! Para que los muertos, vuelvan a la vida. ¡Preparaos! Para que los que no me aman, sepan amarme en Espíritu y en verdad. ¡Preparaos! Para que aquel que ha caído en tentación, se levante y reconozca su falta y se enmiende de ella. ¡Preparaos, mi pueblo! Para que en esta Navidad, sea la gracia del Padre, derramada en el universo entero.
59 No penséis únicamente en vos, no penséis solamente en lo que os rodea, en lo que está a vuestro alcance, no penséis solamente en vuestros padres, en vuestros hijos o hermanos; pensad que más lejos de vuestros ojos, hay otros mundos, hay otros habitantes; son vuestros semejantes, también son vuestros hermanos. Pensad en los que no tienen un techo, un jergón, un pan que llevarse a sus labios. Pensad en aquellos que no tienen hogar. Pensad en los que están en los campos de batalla. Pensad en los que tiritan y mueren de frío; pensad en los miserables, para que esta Navidad, el Padre, dispense el corazón de los hombres, para que la misericordia sea con ellos; que esas miradas piadosas del Padre, desciendan sobre cada creatura humana.
60 Lo que en este día de natividad, es regocijo en los hogares, es amor, es bienvenida, es ternura, es caridad de los unos para los otros; no lo es, para todos mis hijos. Hay corazones, en verdad, que no piensan ni tan siquiera en este día inolvidable, porque es grande su tristeza, es grande su dolor, ya que ellos están llorando porque las vicisitudes amargas de la existencia humana, les han sorprendido; porque la influencia bélica, les ha envuelto y ellos no llevan solamente más que la venganza en su corazón; los campos y los suelos, se han teñido de sangre; y esta blanca Navidad, no la ven acercarse a sus pupilas; para todos ellos, mi pueblo, sea, por el pedimento de vosotros, porque este recuerdo que estoy haciendo a vuestro corazón, sea un recuerdo inolvidable para ellos.
61para los que se sienten olvidados por los hombres, por los que están bajo las cárceles y pres iDios, por aquellos que se encuentran en hospitales y en chozas, aquellos donde solamente la justicia de los hombres les juzga, sea para ellos, la misericordia divina del Padre; porque vos, Israel, estáis pensando en ellos, porque ya el Padre os ha recordado que son vuestros hermanos; y que debéis pedir también, por aquellos que son los soldados de la tierra, que no empuñan en sus manos más que el arma fratricida destructora, que solamente el espíritu bélico, es el que les está moviendo en este instante.
62 Y el Padre, os dice: vos, Israel, que estáis reunido en este instante escuchando todavía la enseñanza divina de vuestro Maestro, vos que estáis en estos momentos bajo el calor de mis brazos, bajo el arrullo de este Padre bondadoso . He aquí, mi pueblo, día inolvidable para vos; inolvidable, porque de cierto, os digo: en esta fecha, en el año 1951, se abrirán vuestros ojos ante este libro, ante esta palabra, ante esta enseñanza que queda escrita en este día de gracia; y recordaréis mi palabra, recordaréis mi enseñanza, recordaréis mi presencia entre vosotros; y mis palabras que fueron de justicia, de amor y de ejemplo para vos, en ese día que desde entonces, surgió para vosotros, una nueva vida, porque el redentor vino a Ser, en verdad, una vez más, para los hombres.
63 Jesús, el nazareno, el hijo del hombre, como así me clamasteis multitud en el Segundo Tiempo, llegó entre vosotros, como un mensaje de paz, como un mensaje de enseñanza, de amor y de redención para el universo: mandatos divinos del Padre que fueron cumplidos a través de mi presencia divina; mandatos, que estaban escritos y que habían de cumplirse entre los hombres, en los que me creyeron y los que me dudaron, en los que fueron albergue para mí y los que me despreciaron; pero mi amor era de redención para vosotros, como siempre lo ha sido; y así tienen que cumplirse, los mandatos del Padre Celestial.
64 Así pasó el tiempo, mis hijos, en que vosotros, en verdad contemplasteis mis ejemplos y mi enseñanza; y no conforme con ello, mis hijos, en verdad, también preparasteis para el Padre, el más grande de los martirios, el que sufrí por amor a vosotros; por quienes di mi vida y os enseñé con esos ejemplos divinos, mi pueblo, a que vosotros también imploraseis también, palabras de perdón y de amor para la humanidad; ejemplos, que nunca podrán ser borrados del corazón de los seres humanos; palabras, que siempre recordaréis, mi pueblo; y cuando ellas quisiesen alejarse de vos, yo las acercaré, porque en este tiempo, espiritualmente no voy a partir de entre vosotros; no va a alejarse mi Espíritu de entre vosotros; de cierto os digo: muy cerca de vosotros estaré, mis hijos; lo más cerca que vosotros queráis que yo me encuentre, yo estaré con vosotros.
65 No espero que vos me alejéis de vuestro corazón, no quiero que volteéis las espaldas a este Maestro del amor que tanto ha luchado por enseñaros, por dejaros preparado como maestro del mañana.
66 No quiero que seáis, ¡oh! Israel amado, el que podáis levantar vuestra planta para introduciros en senderos ajenos a mi obra; que no son para vos; porque ya vuestro camino, yo os lo he preparado. Yo os he enseñado a caminar en él; os he tomado de la mano y os he conducido como al tierno niño. No espero de vuestro corazón, ninguna ingratitud, mi pueblo. Siempre estará simbólicamente el niño Jesús, en vos, junto con los latidos de vuestro corazón; siempre mi espíritu divino, estará muy cerca de vos, pueblo de Israel.
67 ¡Preparaos para que yo os inspire!, ¡preparaos, mis hijos, para que yo sea vuestro verdadero guía!
68 En cada una de las determinaciones de mi espíritu divino, dejad que yo os lleve de la mano. Dejad, pueblo de Israel, que yo sea el único dictador de vuestro corazón; que vos, antes hayáis aprendido a apartar, en verdad, a la impostura; que no prestéis oídos a los falsos consejos que la humanidad quisiera daros, para perder vuestro espíritu. ¡Estad alerta, mis pequeños! Y dejad que solamente yo, sea el fiel consejero de vuestro espíritu y corazón, para que no vayáis a dar malos pasos en el camino, para que no vayáis a perderos una vez más.
69 Dejad que yo, el Cristo de Dios, os conduzca, para que sean buenas las obras que hagáis en vuestra vida, para que sean buenos los ejemplos que vayáis dejando en el corazón de vuestros semejantes y hermanos, ¡oh! Mi pueblo amado.
70 Es día de regocijo para vos, día de regocijo en todos los hogares, donde el Padre, os dice: estrechaos con el amor de hermanos, con el amor de semejantes, con el amor de hijos de un mismo Padre universal.
71 No veáis la culpa en vuestro propio hermano; no veáis los errores de él; enseñaos a perdonaros de los unos para con los otros.
72 No juzguéis, en verdad, la paja que existe en el ojo de vuestro hermano, porque de cierto os digo: mas grande está la cruz que lleváis en los hombros; y a ella, no la contemplo.
73 Si hasta este día, habéis vivido bajo el rencor, la discordia, y la mala voluntad del uno para el otro; en este día, os pido: que os perdonéis del uno al otro que os deis el abrazo, pero que él sea de amor, perdón y fraternidad.
74 No sabéis, pueblo, si en un instante la justicia del Padre, se desatará entre vosotros y sobre la humanidad; y entonces, existiría en vuestro corazón, el gran remordimiento de no haber cumplido con la palabra del Padre.
75 Sea noche de paz, para todos los corazones; sea noche de amor, de júbilo, de perdón y de comprensión para todos mis hijos; que yo os dejo preparado, mi pueblo, que no os daré en estos momentos el adiós; porque una vez más os digo, mis hijos: no es el momento, de daros el adiós, mi pueblo es el momento, todavía, de que estéis preparado para que retornéis a mí, mi pueblo, para que yo vea el cumplimiento a mis palabras que en este día de gracia os dejo como un mandato, mi pueblo, como un mensaje de paz que vos daréis a vuestros semejantes y hermanos. ¿Por qué, pueblo bendito de Israel? Porque, de cierto os digo: pequeño, vos surgiréis como ejemplo, entre las multitudes porque si vos, estáis bajo la enseñanza y mandatos del Divino Maestro, ¿por qué no apegaros a los mandatos y a la enseñanza de ese Maestro, que es el que os guía y sujeta?
76 Sujeto a pruebas quedáis, mi pueblo. Sujeto a prueba, cada uno de mis hijos en este día y como siempre, mi pueblo, tornaréis a mí. Que en el día de cumplimiento yo recibiré de vuestro corazón, el cumplimiento a mi palabra que haya dado; y si no lo habéis hecho así, mi pequeño, no os juzgaré, porque en vuestra conciencia quedará el peso del remordimiento de que no disteis cumplimiento a la Ley y a la enseñanza del Padre Celestial.
77 Luchad, mi pueblo, en vuestro pensamiento y en vuestra oración para que llegue el reconocimiento a los ignorantes, la luz a los confundidos; y que las tentaciones de los que han sido tocados, se levanten, para que todos se unifiquen dando al Padre, el cumplimiento de su palabra; entregando al Padre, el cumplimiento de los mandatos que yo he entregado a mi pueblo bendito de Israel.
78 Vos, mi pueblo, tenéis en vuestras manos una arma poderosa: la potestad de la oración. Sí, pueblo, si queréis, en verdad, sujetar por vuestra oración a aquel que va caminando en carrera desenfrenada hacia el abismo; lo podéis hacer, mi pueblo, no haciendo uso de la palabra rencorosa, no haciendo uso de la palabra lastimera; solamente usad el poder del arma que yo os he entregado y con ello bastará, mi pueblo; pero de cierto, os digo: ejecutad con amor, ejecutad mis palabras, en verdad, bajo el amor del cumplimiento.
79 No pretendáis, herir ni ajusticiar corazones; ese no es mi mandato, no es mi voluntad, mis hijos. Solamente en el silencio de vuestros labios, yo escucharé vuestro espíritu, yo lo elevaré y yo lo acercaré más y más a mí; porque una vez más, os digo, pueblo de Israel: quiero que os acerquéis a la perfección a que la imitéis, mi pueblo, porque obras perfectas solamente las podréis hacer, cuando vuestro espíritu haya dejado la envoltura de materialismo que le corrompe, que le mancha del alma y que le llena de iniquidad.
80 Vuestro espíritu un día no muy lejano, estará ante mi presencia, donde me contempléis en verdad, en toda mi grandeza y en todo mi esplendor; será para vosotros, esta existencia humana, solamente un camino pasajero para vuestro espíritu; un camino, donde tengáis que limpiar vuestra falta, donde tengáis que depurar vuestro espíritu, que sirva solamente de crisol para vuestro espíritu; para que el mañana, cuando yo os sorprenda, cuando yo os llame, limpio y depurado os encontréis; así es como habréis de llegar a mí, mis hijos, porque ésa es mi divina voluntad.
81 Llevad la caricia suprema del Padre, llevad mi redención en este instante en vuestro propio corazón. Llevad mi mensaje de paz, de luz y de amor para todos vuestros semejantes y hermanos, porque ésa es mi voluntad, ¡oh! Mi pueblo amado.
82 Sea en este instante con todos los corazones, la caricia de María, de la madre universal; que en este instante desciende también entre vosotros, como ejemplo a la humanidad y ella os hace presente su caricia, su ósculo de paz, la más grande ternura del amor divino, de manifiesto está entre vosotros.
83 ¡He aquí, a la madre del redentor, que también se aposenta a iluminar el corazón de su pueblo amado, de estos sus hijos, por quienes tantas veces ha llorado y ha implorado perdón y misericordia! Ella os entrega y os hace presente la más grande de sus ofrendas a este hijo a quien, en verdad, pudo haberle entregado su manifestación del más grande, más puro amor, como ejemplo sublime entre los hombres. Ella os enseñó el amor maternal, ella abrió vuestro corazón para que supieseis amar a vuestros semejantes, para que supieseis amar a vuestros hijos y quererles con el más grande amor. Ella, os da su caricia; y su luz, debe brillar entre vosotros.
84 Un nuevo horizonte será preparado para vos; ese horizonte, donde María, la madre universal, os guiará y os conducirá en verdad, hasta llevaros a mi presencia divina. Con ella estáis y estaréis, en verdad y con el Maestro en este instante. ¡Yo os bendigo, mi pueblo y así al universo entero; y sea para vosotros, el regocijo; y la luz de mi espíritu divino, queda entre mi pueblo bendito de Israel! ¡Adiós, mi pueblo de Israel!
¡Qué la paz de mi Espíritu, quede entre vosotros!
113. Los iluminados (Navidad)
Domingo 24 de diciembre de 1950
1 ¡Bendita sea esta noche, en que conmemoráis la llegada del mesías al mundo! El recuerdo de los hombres, grabado en el corazón para honrar la memoria del mesías, brilla en esta noche como estrella refulgente mensajera de amor y de ternura.
2 Yo os recibo, ¡oh! Pueblo bendito, que iluminado estáis con la luz del redentor; y al recibiros, amorosamente, extiendo con mi amor la caricia espiritual para fortificar vuestro corazón con esa caricia que se ahonda en vuestra alma, para que jamás volváis a tener pan amargo ni recuerdos tristes, siempre que busquéis al amor de los amores.
3 Vengo a vosotros, a través de mi luz, a través de mi vibración de amor que todo lo penetra, lo purifica y vivifica. Vengo a vos, como la fuerza que fortifica; pero también como la esperanza que anima. Vengo a vosotros como pensamiento luminoso hecho palabra; y por eso, pueblo amado, debéis de alegraros en esta noche iluminada, de fraternidad imperturbable de gratitud y de amor.
4 Debo recordaros siempre al amor porque ésta ha sido mi eterna enseñanza; y cuando empecéis a amar, debéis primeramente amar a aquello que late en vuestros sentimientos, en vuestra alma. Vengo a recordaros el amor divino que desde los celos viene a alumbrar la tierra, este amor que todo lo amargo lo hace dulce y que todo lo malo puede convertirlo en bueno, porque es fuego purificador de la más alta excelsitud.
5 Vengo a vosotros como el mensaje del amor de Dios, como el redentor del mundo que había de venir a ordenar lo que estaba en desorden; pero vengo a vosotros, dándoos el mensaje dulce como el buen fruto; no para atemorizaros; sino para llenaros, no solo de bellas esperanzas, sino también de hermosas realidades.
6 La tormenta de pesares que ha caído en vuestra pobre vida, tiene poca duración, todo esto pasará y dejaréis de llorar, de suspirar y de sufrir.
7 Es cierto que todos los astros están sujetos a edades planetarias; pero ante la eternidad nada significan esas edades planetarias, poca importancia tienen. Cuanto más, la vida de un hombre que pasa como pasan todas las cosas: fugazmente como pasan vuestros suspiros tristes; como se secan las lágrimas que de vuestros ojos ruedan por vuestras mejillas; así es ante la eternidad el soplo de una existencia humana, que alienta por un tiempo y descansa para volver a alentar nuevamente.
8 ¡Alegraos, pueblo amado! Que ningún dolor es eterno y que vuestro temporal sufrimiento dejará de ser, y dejará de ser pronto, ¡oh! Mi pueblo triste; pasa pronto, viendo los acontecimientos desde la altura de la espiritualidad, prolongado para vosotros que reducís vuestro tiempo a la limitación de minutos, horas, días, semanas, meses, años. Tarde para vos, que moráis en la carne y que estáis revestido de materia y más materia, esto os hace sentir que dura mucho, lo que en realidad pasa pronto.
9 Como pasan los latidos de vuestro corazón, así pasa en el infinito la existencia de los hombres.
10 Viendo desde la altitud de la grandeza espiritual las cosas pasajeras, no hay por qué temer, porque así como se pierde un suspiro, una lágrima, una palabra, un sonido, así también se pierden los dolores en la inmensidad del sacrosanto amor y se desvanecen los pesares en la inmensidad de la ternura infinita de aquel que os dijo: hágase la luz, háganse los mundos vístase de galas la natura y, al mandato supremo del creador se hizo la luz, se hicieron las estrellas, los mundos, los vegetales, los animales, y sobre todas las cosas: el hombre.
11 ¡El hombre! Que lleva el hálito bendito, hálito divino que jamás le ha abandonado; esos átomos espirituales nacidos del amor grandioso del creador, esos espíritus hijos de su Espíritu, tan intensamente amados, tan cuidadosamente conducidos y vigilados por él.
12 Si el dolor os hiere, no es porque de los celos venga hacia vosotros. El dolor que a vosotros viene, es porque de antemano vosotros lo habéis buscado; y la Ley, se cumple.
13 Vos no sabéis, pueblo amado, que cada pueblo, que cada nación, tiene un iluminado que lo protege.
14 Así como en cada estación del año hay un luminar que le corresponde trabajar con el ritmo de la vida y de los astros, también hay seres de luz, velando, cuidando y dirigiendo aquella manifestación; y esos ángeles que velan por los hombres, jamás descuidan ni un solo suspiro; pero la Ley, se cumple, porque la Ley es la legislación divina; y esos ángeles jamás duermen, todo lo protegen, todo lo conduce n y lo animan.
15 Ninguno de vosotros está desamparado, todos tenéis quién os aliente y os cuide, tenéis muchos amores tras del velo de la materia; y vosotros, no conocéis a quienes os aman y de qué manera os aman y os protegen. Yo no os digo que allá en los abismos estén esos seres; sino tras del velo de la materia, en el grande valle espiritual hay para vosotros, mucha ternura de seres que os aman y que jamás os abandonan.
16 En esta noche, que es noche blanca porque vuestro recuerdo la ha iluminado, ya os lo dije, con la gratitud y el amor; y en esta noche blanca de paz, en esta noche exquisita de armonía y de amor; quiero hablaros de los iluminados y de la iluminación:
17 Los iluminados, son los seres de grande elevación espiritual, son los enviados del supremo Ser, que trayendo misiones importantes que cumplir, vienen nuevamente a ordenar todo lo que deben ordenar.
18 Los iluminados, son los ungidos por el amor del Padre; los ungidos del Padre, son aquellos que han limpiado su alma, han sensibilizado su corazón y dejado penetrar al Cristo en ellos; son los benditos manifestadores del amor divino y pueden decirse los que hacen la voluntad divina y los unidos al Padre; estos son los iluminados que vos desconocéis.
19 Los iluminados también tienen sus grados, pueden ser mayores o menores dentro de la infinita escala espiritual, porque todo está bajo grado, medida y calidad en el universo.
20 Y no solamente existe luz y materia, graduación y medida, intensidad de vibración y color; sino que todo está controlado por el poder del supremo Ser, por la suprema Ley. No hay algo que exista sin peso, sin color, sin vida, sin medida y calidad.
21 La vida está en la animación de los seres y de las cosas; y la Verdad, en la sabiduría infinita del Padre universal, existe; y la potencia, no está en la inercia, está en el movimiento de la vida del supremo Ser y de sus hijos; por eso, es necesario que me comprendáis para que empecéis a ser: uno de los libertados por mi amor.
22 Vengo a vosotros por medio de mis pensamientos, porque son mis irradiaciones de luz, disminuidas en vibración, las que revestidas de sonoridad llegan a vosotros.
23 Hay también muchas vibraciones de las que está lleno el mundo, que podríais sentir y oír; pero como todavía no os espiritualizáis, no podéis ni sabéis captar esas grandezas sutiles, mis pensamientos necesitan tomar voz para que podáis interpretarlos.
24 Vengo a libertaros de vuestras cadenas de tentaciones y desobediencias, vengo a quitar los lazos que os estorban para dejaros libres de esas cargas pesadas; a quitar, esas ataduras en vosotros, la costumbre del materialismo que os impide elevaros a las alturas.
25 Ningún atado a la materia puede iluminarse a plenitud. Ningún hombre que tenga endurecido el corazón, puede elevarse a las alturas espirituales. Ningún enviado, puede ser materialista. Ningún iluminado puede ser vicioso. Ningún profano, puede ser Maestro del espiritualismo.
26 Escuchad entended y atended esta lección que necesitáis: para normar vuestra vida y para aumentar el caudal de vuestros conocimientos, tengo que hacerme sentir en el interior de vuestro ser, repetir cátedras y buscar el momento en que os dispongáis a recibir la iluminación para encender en vosotros la luz suprema del amor, aunque sea por momentos en su principio, después esa luz irá substituyendo a otra llama que es el fuego que se anida en vosotros, a la que os entregáis satisfechos, porque es la que más sentís, la que más os acomoda: el fuego del materialismo y de las pasiones.
27 Las dos llamas, no pueden estar igualmente desarrolladas, una es más que otra pero jamás iguales. El hombre tiene la luz del Espíritu y el fuego del materialismo, pero por lo regular la del materialismo más desarrollada; y permanecéis esclavos, mientras tengáis ataduras de materialismo.
28 Vengo a romper vuestras cadenas, esclavos del desamor, esclavos de la cizaña, de la envidia, de la maldad y del rencor, ¡oh, esclavos del dolor inútil! Que vosotros buscáis y que hacéis más duradero porque no sabéis otra cosa que repetir vuestros errores.
29 Por eso como luz, mi pensamiento llega hasta vosotros, buscando todos los medios para alcanzaros. Aunque lleguéis a las profundidades del abismo del materialismo, al fango de las pasiones, la luz de mi amor llegará hasta las tinieblas para buscar a los hijos de Dios, para señalarles el camino al reino del Padre.
30 Necesitáis quitar todos los lazos que os atan; ningún ligado puede volar demasiado alto. Necesitáis dominar las pasiones, vencer los egoísmos, olvidar los rencores, desconocer las envidias; ser manso y humilde, de corazón.
31 No midáis al hombre, por la grandeza de su cuerpo; sino por la grandeza de su alma.
32 No valoricéis al hombre, por sus riquezas materiales que es lo que valorizáis humanamente; apreciad su valor por sus riquezas espirituales, por lo que piensa, por lo que dice y por lo que hace. Por sus obras lo conoceréis, ellas hablarán; y por eso, cada hombre vale por lo que expresa en pensamientos, palabras y obras.
33 Ahora, os digo con tristeza, pueblo amado, que aun contemplando una sola atadura en vosotros, no podría deciros que sois la esperanza del futuro que pueda dirigir un pueblo, porque os falta mucho todavía para llegar a la iluminación pequeña; y mucho más, para la plena iluminación.
34 Esos grados de iluminación, son el símbolo de vuestra escala espiritual; y sirven, para manifestar los sentidos que lleváis dentro de vuestro ser, para que por medio de las virtudes, que tenéis latentes en el espíritu, desarrolléis vuestros dones espirituales.
35 Es necesario que haciendo buen uso de vuestra potestad os libréis de la cadena de desobediencias con la que os esclaviza la ignorancia; porque con esa cadena, no podréis brillar; y a eso vengo, a libertaros de la esclavitud de la ignorancia con estas cátedras mías.
36 Si la ignorancia es como espesas tinieblas para vosotros; yo soy el sol, que desvanece esas tinieblas y ¡he aquí el sol de verdad! Brillando en vuestro corazón, en vuestro cerebro y en vuestra alma, para llegar hasta vuestro espíritu el sol de verdad que os brinda sus purísimos rayos, para calentar vuestro ser y llenarle del calor del amor y la fraternidad; el sol resplandeciente de la Verdad, que a todos reparte su luz por igual, lo mismo es al que duda que al que cree, para todos es su luz y su calor, a todos les da su amor y les bendice.
37 Y todos los plenamente iluminados pueden ser catedráticos de la espiritualidad y hablaros del sol de verdad como yo lo hago; y sólo los puros de corazón, pueden entender y hablar.
38 Decidme pueblo mío, ¿no es triste que permanezcáis con ataduras y más ataduras y que por esa causa yo tenga que esperar indefinidamente hasta que pueda deciros en el mañana de vuestra vida espiritual: “sois mi pequeño iluminado, seguid ascendiendo por la escala de los iluminados y seréis un Ser de alta luz.” porque de entre los iluminados, en verdad, se destacarán los de alta luz.
39 Si vos me comprendierais yo podría penetrar a vuestro mundo interior siendo vuestro eterno sol, la luz de Dios, la luz del celo, la luz de amor y de vida.
40 Si vos pudierais llevar a vuestro corazón, el tesoro de mi cátedra, y a vuestra mente humana, cada palabra que mi amor os dirige; ya vuestro espíritu me hubiese sentido en su conciencia, ¡oh mi pueblo!; y pronto, seríais un iluminado.
41 Quien se siente iluminado, puede ya hablar del amor del Padre y reconocerse ungido o iluminado por él, ya puede decirse enviado, pastor o redentor; los hay grandes y pequeños, pero ya pueden tomar nombres de identificación con la divinidad aquéllos que llevan en sí la perfección y la pureza en obediencia y en armonía con la Ley de Dios; y esos nombres santos, les corresponden legítimamente y por derecho propio.
42 Cátedra de nochebuena. ¡Oh, noche bendita! Nochebuena, noche blanca, llena de cantos, de bendiciones, de oraciones y de fiestas! Si vos fuerais propicia para que los hombres buscando vuestra paz y vuestro silencio, algunos pudieran penetrar, aunque fuera momentáneamente a la iluminación.
43 El resurgimiento del hombre espiritual es el despertar de las luces interiores que lo iluminan, de ese Ser espiritual que está en cada uno de vosotros, es el que debe triunfar y brillar sobre la materia.
44 Y por eso, yo deseo, ¡oh! Nochebuena, noche blanca, que en vuestra paz, acojáis a todos éstos que vienen a escuchar mi cátedra y en vuestro santo silencio penetren; que se saturen de vuestra atmósfera brillante y de esencia perfumada, ¡oh, santa nochebuena! Y les hagáis que sientan en su vida humana, la iluminación perfecta, aunque después, vuelvan al materialismo; que sientan, aunque sea un instante, la pureza de mi reino celestial en su interior.
45 ¡Oh, mi pueblo! Recibid la fuerza espiritual que mi amor os envía y sentid mi ternura sacrosanta que os unge para consolaros de las tribulaciones de vuestra alma y de vuestro corazón; para que os sintáis libres en espíritu y quedéis vinculados con todos los corazones y con todas las almas en espíritu y en verdad; acabando con los rencores estrechándose en abrazo fraternal, los unos con los otros por siempre, mi pueblo.
46 Cuando aparecen los rencores es porque el Ser humano se olvida de su Ser verdadero, de su espíritu y deja que triunfe la materia y domine; pero no olvidéis que todo tiene su tiempo y su momento; llegará el tiempo para la manifestación del espíritu y de los labios humanos saldrán los grandes conocimientos.
47 Mirad, pueblo, con la visión de vuestra vista espiritual, atenta; con la conciencia de vuestro ser, muy abierta, contemplad los cielos, miradlos bien; y veréis, que en cada estrella, hay una promesa de un mundo mejor, y en cada mundo, un celo; porque hay estrellas que vosotros veis, y que no sabéis, que siendo mundos superiores, son aquellos llamados celos en los que vosotros moraréis un día, ¡oh, hijos de Dios!
48 Vosotros conoceréis el reino, la misericordia y la luz bendita de los celos generadores; pero necesitáis: no permitir que se nuble vuestro entendimiento espiritual, ni que domine vuestra mente; estar siempre en vigilia para que el más grande mande en vuestro cuerpo humano; y ese, es vuestro eterno ser, el espíritu.
49 Yo quiero unirme en esta noche con vuestro ser verdadero, quiero invitarle a vuestro espíritu, que se eleve y viva este momento de iluminación.
50 ¡Oh, nochebuena! Si vuestro influjo pudiera atraer a vuestra atmósfera brillante y en la luz de este recuerdo, a los míos; si tan solo uno de ellos solamente, sintiéndose conmovido, ofrendase una nueva vida llena de fraternidad, a aquél que todo lo sabe, todo lo conoce y todo lo ve. ¡Oh felicidad! útil sería todo cuanto os he dicho, útil, de toda utilidad.
51 Cuando un solo iluminado, porque reunir varios sería mucho pediros, gobernase la tierra, todo estaría en armonía entre vosotros; pero los iluminados hasta hoy, no han sido aceptados como gobernantes de la tierra, ni de países siquiera y por eso hay guerras. Cuando exista como gobernante, un iluminado, desaparecerá la guerra en el lugar donde mi iluminado brille, vibre y viva.
52 Ahora, escuchad algo muy importante para vosotros: en el futuro, esto está llamado a acontecer, iluminados enviados por mí, vendrán como gobernantes; y ellos, no permitirán más guerras porque ellos saben que el planeta tierra es para todos los hombres; y que las naciones que se dividen, solo se dividen por su ignorancia, por su ambición del poderío humano, por la envidia.
53 ¡Oh! Envidia, que estáis simbolizada por el negro color del luto. ¡Oh! Envidia, que jamás te ha bendecido ningún hombre ni te bendigo yo. Envidia, que envilecéis a los hombres, ¡debes desaparecer en las profundidades de la tierra ¡y en verdad! En los abismos desaparecerás, ¡oh! Envidia, cuando el amor reine y haga de este mundo el reino verdadero.
54 Vosotros habéis oído hablar de un reino verdadero, el cual es el venidero; de los iluminados habéis oído palabras bellas llenas de profecías; pero no sabéis más que oírlas y olvidarlas. En verdad os digo, que la paz, será establecida en este mundo, cuando sean iluminados los gobernantes de la tierra.
55 Después de 1950, vendrán años de dolor; años en que las guerras de los hombres se harán sentir en los corazones y los sentimientos destrozados. ¡Oh, años de luto, de lágrimas, de enfermedad, de muerte y miseria! ¡Oh! Años de pesares y de penas, yo quiero que os alumbréis con la luz del amor, para que sea aliviada tanta angustia.
56 ¡Oh! Pueblo amado, os amo, por vuestro dolor; mas no por vuestra pureza, porque sois un pueblo pecador, sois un pueblo que llora y gime bajo el peso que voluntariamente lleváis y que os va destrozando entre vosotros mismos. Yo vuestro Maestro, vengo compadecido porque os amo, fijándome en vuestro dolor porque sois pecadores. Os amo y vengo en vuestra ayuda. Si vosotros no sois puros, yo os he demostrado que lo soy y vosotros aprenderéis de mí.
57 Aprender, a tener piedad y misericordia, aprender, a prepararos en espíritu y en verdad, para que empecéis a escalar por la gran escala espiritual; ascender desde vuestro ser interno y por medio de la obediencia a la Ley, de los buenos sentimientos y de la buena conducta, podáis alcanzar vuestra iluminación por esa escala interminable y ascendente de los grandes y pequeños directores y mensajeros del orden espiritual.
58 Empezaréis a prepararos, limpiando vuestra alma, purificando vuestro corazón y aclarando vuestro entendimiento espiritual. ¡Desligaos de vuestras pasiones! Y quemando, en la llama purísima del amor, todas vuestras cizañas, vuestras envidias y vuestro materialismo, rasgad todos los velos que no permiten la entrada de mi luz a vuestro espíritu.
59 Esta noche tenéis suficiente luz para iluminar vuestro entendimiento espiritual, y mismo, con vuestro recuerdo, habéis dado luz a esta noche. Sois pecadores, lo sé, pero os acordáis de mí; y al acordaros de mí en esta escuela de instrucción divina, con ello, habéis dado pan y vestido a los que lo necesitaban.
60 Sois pecadores, yo lo sé; pero algunas veces sabéis orar: cuando tenéis una pena y brotan de vuestros ojos las lágrimas y dais pan a quien va a vuestras puertas a pediros una caridad en nombre de Dios o en el nombre del Cristo. Sois pecadores; pero visitáis hospitales; y por cuanto bien hacéis, yo os conforto y os lleno de bendiciones.
61 Debéis de saber, pueblo amado, que yo amo a todos mis hijos por igual; y porque os amo, os acaricio, os consuelo, os enseño y os bendigo y os espero a todos, para llevaros a que ascendáis al reino prometido; que no es un lugar en especial, el reino prometido no tiene un lugar determinado, el reino prometido lo encontraréis en vos mismo y en todo lugar, cuando sepáis lo que expreso y hagáis lo que os digo.
62 Pero escuchad bien: empezaréis por reconocer vuestros propios errores, os sujetaréis a un examen de vosotros mismos todas las noches; si os es posible, cinco minutos para un examen a la luz de la conciencia, porque os hace falta en vuestra vida.
63 Al examinaros, empezaréis a notar vuestros malos actos y a libraros de ellos, a apartaros de vuestros malos hábitos. Eso sería el principio de vuestra corrección que tanto necesitáis; después, diez minutos estaréis a solas con vuestra conciencia, después quince, porque a medida que os vayáis adentrando al análisis, surgirán los pensamientos elevados, que os guiarán a la verdadera meditación en la cual os iréis espiritualizando e iréis perdiendo la noción del tiempo, porque la noción del tiempo solo es para los materialistas, y a medida que os elevéis, no os importará el tiempo.
64 Y entonces, sujetándoos a ese examen diario de vos mismo, como si fueseis otra persona, como si se tratase de un extraño, podréis comprender y entender lo que os hace falta corregir, entonces os quedaréis al desnudo espiritualmente y conoceréis perfectamente vuestro modo de reaccionar y de actuar, de pensar y hablar; sabréis cómo vivís y lo que hacéis.
65 Ese examen os enseñará todo lo que vosotros necesitáis saber: en dónde están vuestras manchas; en dónde tenéis, vuestras debilidades; en dónde, vuestras responsabilidades, vuestros errores, vuestras lágrimas, vuestras lacras.
66 En verdad os digo, las malas obras son la lepra de la humanidad, porque cada mala obra es como una llaga purulenta que avanza. Cada mala obra es como una carcoma que os consume. Cada mala obra es una maldición a vosotros mismos y hacia los demás; y hay mayores y menores pero todas tienen que lavarse con el agua bendita del arrepentimiento, la regeneración y la disposición.
67 ¡Disponeos mi pueblo! Que el que hace examen diario, se corrige en su modo de reaccionar, de actuar y de expresar; progresa, y se afina con una más elevada y mejor manera de sentir, de pensar y de actuar; de bendecirlo todo, después, de haberlo maldecido todo. Y de esta manera, se efectuará el cambio en el hombre.
68 ¡El cambio del hombre! ¡Oh, bendición de los celos venida a la tierra! El cambio del hombre yo lo solicito de vosotros mismos mi pueblo. ésa es la causa de mis cátedras, es el motivo de mi irradiación, eso es lo que yo anhelo, yo quiero vuestra perfección.
69 Y en esta noche, en que no podéis negarme lo que yo os pida, en que os bendigo por haber dado vestido y pan a los pobres; os pido un obsequio más: que dediquéis cinco minutos de cada una de vuestras noches al examen de vosotros mismos, el que debéis hacer todos, cada uno en sí mismo, a la luz de vuestra conciencia; y si no podéis todas las noches, aunque sea dos o tres veces a la semana, para que os examinéis en vos mismo, vuestros errores y descubráis vuestros defectos; debéis conocerlos para evitarlos y corregirlos.
70 De cierto y en verdad os digo: que las pasiones os hunden y las virtudes os elevan. Sois responsables, si conociendo todas estas lecciones, no vais por mi sendero de luz.
71 Todos los senderos tienen rosas, espinas; pero también tienen amor, luz y oraciones. Mas yo os digo, venid por mi sendero, hijos de Dios, tomad las espinas y tomad las flores, no desechéis cosa alguna de la creación y bendecidlo todo con amor. El que fuese por mi sendero, quedará libertado de sus ataduras, será un iluminado que después será a semejanza del Cristo; y será uno con él, como yo, el amor divino, soy uno con el Padre.
72 El que recibe en sí a Cristo, el enviado o iluminado, puede decir esta santa frase: mi Padre y yo, somos uno. Todos los redentores que existen, mientras existan, pueden iluminar sus labios con esta santa frase, porque no es solamente este mundo, hay otros mundos y cada uno tiene sus edades; su tiempo para formarse, su tiempo para existir y su tiempo para terminar y desintegrarse.
73 Escuchad bien: el tiempo no importa en el infinito y cuando los mundos acaban, nuevos mundos surgen a la vida y en ellos tenéis, vuestras nuevas moradas.
74 ¡Mirad, mirad cuántas estrellas existen!; y según vuestra evolución, es el reino que os corresponde en la estrella en que moraréis.
75 Tal vez ahora no me comprendáis porque exista alguna frase mal interpretada; pero nada debe importaros la pobreza de expresión si sabéis tomar la esencia exquisita de mis sublimes pensamientos.
76 El dolor, es necesario, porque del dolor también brotan las más hermosas rosas; que aunque tienen espinas, su perfume embalsama el ambiente de esta noche y de todas las noches de vuestra vida.
77 Este mundo está entre sombras, mi pueblo, ¡sombras en los pensamientos, luto y sombra en las acciones, dolor en los corazones! No podéis contar las lágrimas de vuestros ojos que habéis derramado a través de vuestros años pasados; y yo os pregunto: ¿qué os será más fácil, contar las lágrimas de vuestros ojos; o las faltas que no habéis querido corregir? Pensad en esto, pensad en que por elevados que os consideréis, necesitáis renunciar a todo lo que os retiene en la tierra.
78 Renunciación. ¡Bendita palabra! Renunciación. ¡Nobleza a plenitud! ¿Y quién de los hombres, puede dar esa alegría, de decir al mundo: “¡he aquí! Un Maestro en plenitud de renunciación .”?
79 Han venido a este mundo maestros pequeños que vos habéis tomado por grandes maestros y cuando ellos han empezado a manifestar la renunciación de sí mismos para entregarse a los demás, ¡les matáis! Porque las tinieblas de vuestro mundo no soportan tanta luz.
80 Los patriarcas, los profetas, los videntes, han acabado en la tierra. Todos ellos han sido mártires, víctimas de vuestra maldad porque no habéis sabido comprender la luz de sus labios ni el tesoro de su corazón. Sin embargo, es necesario que todos los iluminados conozcan la cruz del sufrimiento con todas sus penas y amarguras que saben dar los hombres. Es necesario; son pruebas por las que todo Maestro perfecto tiene que pasar.
81 El Maestro, tiene que conocer y a la vez manifestar la grandeza de su templo consagrado a Dios, de su santuario perfecto que se encuentra en el interior de su ser; y esas señales daréis, cuando llenos de albura en el alma y de espiritualidad, conozcáis lo que es amor es bella la palabra pero todavía no habéis penetrado al delicado sentimiento, al verdadero contenido de ella. Esta noche, estará llena de amor; y vos, sentiréis la paz profunda y el amor intenso.
82 Los maestros, saben cuál es su destino y lo bendicen y saben cuál es el destino de los demás. ¿Cuál es vuestro destino? El mismo destino. Vuestro destino, es ser iluminados; y seréis profetas algún día, y entonces, os harán sufrir cuando vengáis a este mundo, como vos hicisteis sufrir a vuestros mayores; pero algún día conoceréis la luz de ellos; y sobre todos sus actos: el poder del amor que iluminó a vuestros mayores.
83 Cuando lleguéis a esa altitud y sean vuestros sentimientos puros, si alguien os preguntase: ¿qué queréis: seguir la luz de los grandes iluminadores o queréis seguir al pueblo que os matará? Vosotros contestaréis resuelto: seguiré al pueblo porque me necesita. Yo estaré con el pueblo mientras me quede un soplo de vida, la luz de mis mayores me es grata; sin embargo las tinieblas del mundo necesitan mi luz. Y os quedaréis con los que os necesitan.
84 Vosotros no sabéis que esto ya le sucedió a aquél que os habla incansablemente en los caminos, aquel que apareja los caminos del señor, sus consejos de pastor os demuestran que no os ha abandonado, a pesar de todas las glorias del universo qué le están esperando a los iluminados que están con los pecadores; Elías, sigue con vosotros, porque os ama y os hace falta; que teniendo dos caminos a escoger voluntariamente y pudiendo elegir las altas moradas de la gloria celestial, eligió el de vuestra compañía.
85 Y cuando vosotros conozcáis, las alturas del reino, también contestaréis: seguiré con los pecadores. Porque cada guía espiritual está ligado con todos los corazones, porque hay millones de mundos y cada uno tiene un guía espiritual; y vosotros, le tenéis a él, Elías es el vuestro, el del planeta tierra; los otros mundos tienen también sus guías espirituales, sus pastores, maestros, con otros nombres distintos; pero en espíritu con la misma esencia en grandeza y sublimidad.
86 Y aquellos guías espirituales, seguirán con sus pueblos y tranquilos se dejarán sacrificar; porque esa es la ley de los hombres, ya lo dijeron los profetas. Pero, ¿cuál ley? ¿Qué es esa ley? Lo que a vuestro antojo, entendéis por ley, es: el poder de la ingratitud. Lo que los seres humanos llaman Ley, es la acción de la ingratitud, es lo que los hombres han hecho y que os han producido tanto dolor, no lo que Dios ha mandado.
87 ¡Oh, dolor que purificas y elevas! Dolor que enseñas a amar a la humanidad; en esta noche de dicha y felicidad, en esta noche de paz y buena voluntad, unifica a los corazones con las ataduras de la fraternidad, del perdón y la correspondencia; en un solo anhelo: de hacer obras de amor, de participar en la obra de Dios.
88 Y a vosotros, que habéis trabajado como obreros y trabajadores, como cristianos y espiritualistas, a vosotros que habéis atendido a mis pequeños pobres, vistiéndoles y dándoles alimento con la esencia de vuestro amor, todos los que habéis contribuido también con bienes materiales para ello; os voy a dirigir unas palabras en esta noche a todos vosotros:
89 Yo bendigo la humildad en esta noche porque hay muchos que dieron para el pan de los pobres y colaboraron y que se han mantenido en silencio, permanecen como ignorados; y en éstos, sus almas son como flores escondidas, el rocío de mi amor bañe sus corolas y la caricia de mi bendición les haga más hermosas. Estoy de complacencia también con vosotros, por vuestra nobleza, por vuestro desinterés, por la grandeza de vuestra alma. Yo os bendigo en el nombre de aquel que me envía.
90 Y vosotros, los que habéis trabajado también, las palabras que os voy a dirigir, empiezan con una pregunta: ¿qué sentís, amados míos, cuando estáis ocupados en el bien, en el provecho de los demás? ¿Acaso no sentís alegría, cuando os entregáis a servir a vuestros semejantes? En aquellos instantes, estáis movidos por la fuerza del amor, que os impulsa, a hacer el bien; y en esos momentos, podéis decir: yo soy uno con el Cristo. Y sois como mis cuerpos que están impulsados por el amor, que hace por ellos, la voluntad del creador; y sois felices por cuanto bien hacéis en la labor del Cristo.
91 Vosotros, sois benditos y acariciados, en esta noche en que el amor deja estelas en el corazón. ¿Os habéis cansado en esta noche? Entonces, yo tampoco me he cansado de estar con vosotros.
92 Los siglos han pasado; y sin embargo, yo estoy entre vosotros repartiendo, entregando cátedras; y con ellas, entregando el conocimiento espiritual a todos mis hijos.
93 ¡Oh, maravilla de los celos. Oh, frases iluminadoras que necesita el mundo! ¡Oh! Palabra de consuelo, que necesita cada hijo de Dios, en abundancia seréis a través de mis trabajadores; llegaréis, como cataratas de luz, porque en abundancia se necesitan en este mundo tan lleno de tinieblas.
94 ¡Benditos seáis! ¡Oh, mis trabajadores! Yo os bendigo en el nombre del Padre, en mi nombre que soy el Verbo Divino, derramando la luz bendita del amor, porque habéis hecho obra conmigo. ¡Qué satisfactorio es decir esta frase:! “¡habéis hecho obra con el Padre!”
95 En esta noche, también vosotros, habéis participado conmigo en mi cátedra, dando caridad, repartiendo amor, trabajando para el bien de los demás; Cristo también asistió espiritualmente; pero brillando siempre en la cátedra de acción que dieron los pecadores a sus hermanos, en que el amor alimentó los corazones, en esas lecciones en que se conmovieron los unos y los otros.
96 Yo estuve en vuestra mesa, bendiciendo el pan de mis pequeños. También los pecadores ya empiezan a dar su cátedra de acción, repartiendo no sólo el alimento material, sino el pan espiritual del alma con frases de ternura. Cada palabra de aliento cada caricia fue una frase de cátedra, que vosotros habéis dado en esta noche; en esta noche de remembranza en que se cumplió mi palabra, en esta noche bendije la mesa hasta el último momento después de vuestras labores.
97 Yo lo dije y lo repito: cuando hacéis esto, hacéis cátedra que se graba en el espacio, en la atmósfera y en los celos. ¡Benditos seáis, por esa cátedra humana de acción! Cuando hacéis cátedra de este modo, se toma con el valor de una participación brillante. Esto es presenciar el Cristo una obra de sus discípulos que empiezan a cumplir con las lecciones de mi enseñanza.
98 Si todos los hombres, hicieran cátedras de acción, los sufrimientos serían menos. ¿Me habéis entendido, pueblo amado?
99 Es a vos, al primer o que pido que grabéis mi enseñanza en la conciencia de vuestro ser para que habléis, en esta noche blanca de paz, en esta noche buena, en que el ambiente está lleno de música celeste, de sentimientos puros, elevados en virtudes, llenos de bendiciones, de palabras de amor maravillosas; en esta noche en que cada corazón, es como si fuese el canto primaveral de las aves canoras al despertar del alba, noche bendita en la que hay una frase de dulzura y de consuelo, de amor y perdón para los demás.
100 Si alguno de vosotros, en esta noche, no fuese conmovido, ¡entonces sería a semejanza de la roca endurecida! Mas vosotros os conmoveréis porque sois hijos de Dios.
101 Yo quiero resúmenes cortos, pero esenciales, yo os escucho, discípulos amados, doquiera que estéis.
102 De cierto os digo pueblo, que todos los moradores de la tierra empiezan a vivir, teniendo como causa, un pequeño destino; mas, al correr del tiempo, los hombres de un pequeño destino, de hoy serán los hombres de un gran destino del mañana. Y hay hombres, de pequeños y grandes destinos. De cierto os digo que todos los iluminados son reveladores de estos y como también serán iluminadores, traerán al mundo enseñanza de consideración espiritual en lo futuro, de valor incalculable.
103 El amor verdadero es la primer a potencia que llena el universo. El amor es la primer a fuerza de la cual las demás manifestaciones son resultantes. El amor representa la vida y se manifiesta en el alma universal que se pone en movimiento en la creación, para expresar, la bellísima gama resultante de la misma vida. Y si queréis saber algo de valor escuchad a los reveladores que son iluminados.
104 Alguien os puede decir: que es uno conmigo pero no les creáis por lo que dicen; creed, por lo que manifiesten en sabiduría, en amor, en verdad y en altitud.
105 Si os dicen: que son reyes permaneced estudioso en ellos, hasta que demuestren su realidad.
106 Vos recibiréis comunicaciones de algunos que os dirán: que harán en mi nombre pero ellos serán los primeros engañados; y por eso, estaréis siempre velando y orando en la misión que tenéis y en el puesto que ocupáis.
107 Necesitáis ver, oír doblemente, saber mucho y perdonar mucho también para que seáis perdonado de vuestros errores. Necesitáis saber mucho para que les digáis cual es el camino recto y cómo liberarse de la esclavitud de la ignorancia. No les creáis lo que os digan; sino lo que os demuestren.
108 Los iluminados, son muy pocos lo mismo, los iluminadores los hay mayores y menores; pero esas cátedras se identifican por su potencia de amor y su potencia de saber.
109 Este mundo, es una escuela y los maestros, serán los enviados que han de venir a preparar a los espíritus encarnados en él, estableciendo en la tierra el reino de Dios.
110 Este planeta tierra, revolucionará porque los espíritus de los hombres se espiritualizarán, todo será transformado; y ya transmutado se convertirá en el reino verdadero. Pero no será de inmediato; y aunque desapareciese el planeta tierra, no desaparecerá su parte substancial y esencial, conocida por alma, alma mundi, alma del mundo; y entonces en la parte substancial de este mundo se realizará el mundo sensitivo espiritual de las almas, en pensamientos espirituales. El que tenga oídos y entendimiento que comprenda lo que el Cristo dice a los hijos de Dios.
111 Volved a estudiar, a repasar mis cátedras para que estéis prevenido. Recibid mi amor, mi bendición y mi fortaleza para que sigáis trabajando. ¡Bendito seáis!
112, el pueblo, tiene puestos en mí, sus corazones son como liras, dispuestas a que el amor divino las toque, elevando una melodía al supremo Ser. Yo tomaré la lira del corazón humano y el corazón humano, se elevará a su Dios. Tocaré las mentes de los hombres de la tierra y en espíritu y verdad se elevarán hacia su Dios.
113 Ha llegado el momento del silencio el momento, de la comunión del pensamiento; y estarán conmigo, los que amen. Y así: como las olas se intercalan las unas con las otras para fusionarse en el mismo mar, así mi amor con vuestro amor se une y estaremos ligados por una eternidad: alma y corazón, celo y tierra, todos en unión por la gracia de Dios.
114 Silencio no solamente en las almas, no solamente en el espíritu del hombre; silencio en los labios porque en esta noche estaréis en comunión conmigo; y en esta noche, vuestros pensamientos me hablarán y yo transformaré vuestras penas en alegrías.
115 Comunicación espiritual, comunión divina, sin sacerdote que confiese. La Ley dice: que solamente Dios puede confesar a sus hijos. Entrad en conciencia que voy a daros comunión de pensamiento; sin confesaros en palabra, porque no soy uno de tantos confesores. Soy el Maestro de los confesores y el redentor de las almas que todo lo sabe y todo lo ve.
116 No tratéis de confesaros con otro que no sea Dios, ni busquéis a otro hombre cargado de errores como vos, para decirle los vuestros, porque los errores de ambos, serían iguales, puesto que sois iguales como pecadores en la tierra.
117 Los hombres pueden en palabra confesarse con su materia a los hombres de acuerdo con sus creencias; pero cuando progresen espiritualmente, ya no se confesarán así, entonces se confesarán en pensamiento con su intimo ser y ese ser, irá a través de la conciencia del hombre despertando, elevando y purificándose, fortificándose a sí mismo en espíritu y en verdad.
118 Entrad en silencio y escuchadme en vuestro corazón. Vos que habéis caminado por distintos senderos; cada religión, simboliza un sendero formado por el hombre; y os he encontrado en distintos senderos; en unos, pasando una sarta de cuentas por vuestros dedos, implorándome a mí y murmurando en contra de la humanidad.
119 ¡Caminante de muchos senderos! Que lleváis el polvo de diversos caminos; ¡caminante de un largo desierto! Yo quiero ser vuestra luz, vuestra lámpara para alumbraros; y deciros: que poco a poco os vayáis apartando de las pequeñas religiones y os acerquéis a la grande enseñanza divina.
120 Las pequeñas religiones, son aquellas que no tienen por base el amor, o que no lo practican de corazón con verdadero sentimiento cristiano. Enseñanza grande, es ésta, y no me refiero al espiritualismo solamente, sino a la manifestación del amor universal, en toda la creación, a la doctrina del Cristo manifestando solamente en unas cuantas palabras: “amaos los unos a los otros”
121 ésta es la doctrina que pesa: la enseñanza del amor y será la única doctrina que reinará en la tierra, la más brillante; y esta enseñanza, la difundirán los iluminados, los reveladores; pero no serán éstos, predicadores de un infierno eterno, no serán los prevaricadores, que llegarán hasta la blasfemia; ellos no hablarán de ese modo, blasfemando con un santo nombre, porque quien dice que hay un infierno eterno, dice de un Dios injusto que lo formó y abriga en su mente la idea de un Dios vengativo y rencoroso. ¡Eso es un ultraje a la divinidad, eso es una blasfemia, mi pueblo.
122 Los iluminados os enseñan la doctrina del amor divino y ésta, es la enseñanza universal. Y sin que os confiesen os consolarán; y sin que os pregunten vuestras faltas os enseñarán a entrar por mi camino. Y mientras este mundo, se purifica; y los iluminados, vienen a enseñaros el verdadero sendero; yo con mis lecciones, os enseñaré a entrar al sendero del amor.
123 ¡Seguid viviendo vuestras vidas de religión en religión, humanidad! Poco tiempo les quedan en verdad, porque todas las sectas o religiones desaparecerán; y sólo quedará, la gran enseñanza, la única doctrina que os unirá a mí: la del amor a la que todos tenéis que llegar.
124 Seguiréis haciendo ensayos de muchos actos vacíos y haciendo alarde de falsas muestras de caridad, mientras aprendéis a hacer la verdadera caridad.
125 Los errores de hoy, pueden ser vuestras virtudes del mañana. Si hoy, la mayor parte de vosotros hacéis caridad para que se murmure y se sepa, mañana ya no haréis esto; y así, haréis la verdadera caridad en silencio, sin mover los labios.
126 En verdad os digo que la verdadera caridad es la que se hace y no se dice. La que va acompañada de ostentación y muchas palabras, es falsa: y por eso os hablo de la verdadera caridad, de aquella que haréis, cuando vuestras manos se extiendan y vuestros labios callen.
127 Quiero que en esta cátedra, unidos todos los corazones por amor se eleve un canto a las alturas. El amor es el Cristo, el amor es el rey, el amor es la Verdad que manifiesta el Padre,
128 Entrad en silencio conmigo en esta nochebuena el Cristo bendice, ilumina y unifica a todos momentáneamente; porque quiero filtrarme en cada corazón para que os abracéis con perdón y sin rencores los unos con los otros; y cuando yo me mueva en el interior de vosotros, ¿qué haréis? Abriréis los brazos con cariño; y diréis: “el Cristo que está en mí, está en ti y él una a nuestros corazones”.
129 ¡Nochebuena, noche de paz, bendita seas en el nombre del Padre Celestial! Silencio que en comunión seré con vosotros.
130 Ha llegado el momento de que os afinéis con el ritmo del amor y vuestra alma quede llena de santo Espíritu. En esta noche de amor y misericordia, cuando las almas entren al silencio, penetrarán al sendero donde siempre hay vida y luz silencio, humanidad.
131 El rey, es el amor no lo olvidéis, mi pueblo; y si en estos momentos, habéis dado posada al rey, sentiréis en vuestro corazón la dicha de la ternura y la pureza en vuestros sentimientos; y sentiréis, que amor es mansedumbre, es modestia y es renunciación que acompañan a aquéllos que empiezan a dar los primeros pasos en el sendero trazado por mí.
132 ¿Qué podéis pedirme en esta nochebuena? Yo sé bien que quisierais que en años venideros, no hubiese guerra es lo primero que pediríais, porque sois mis discípulos muy amados; sin embargo, estallará la guerra, porque los hombres buscan en la crueldad de su mente, en la bajeza de sus sentimientos, buscan mucho poderío para ellos, y muchas víctimas a quien sacrificar.
133 Los enfermos de la mente han tomado este mundo por sanatorio. Enfermos mentales son los moradores del planeta tierra, enfermos mentales que tienen vibrar de crimen la mayor parte de ellos; y cuanto más gobiernan, más se engrandecen; cuanto más se engrandecen en poderío humano, más aumenta el delirio de grandeza y su sed de sangre.
134 ¡Poderosos ambiciosos, en verdad os digo: todo vuestro poderío quedará reducido a cenizas, por cuanto tenéis poco tiempo ya para reinar!
135 Yo sé, mi pueblo, que en vuestro corazón colmado de mi amor, me pediríais que no hubiese guerra; mas la guerra, no la hacéis vos ni yo, la hacen los asesinos que tienen en su mente engendro fatal y vibrar de crimen; y en acción, en ellos, la mala semilla que fecunda sus mentes, semilla destructora, semilla de maldad.
136 Y ¿qué harán en el futuro estos hombres? ¿Cómo irán a expiar todo lo que deben? Tienen que venir muchas veces a la tierra a sufrir los efectos de sus propias causas; y se arrastrarán paralíticos, ciegos, menesterosos, implorando la caridad con dolorosa angustia; no porque el amor lo diga ni lo mande; sino porque la Ley lo ordena; y la Ley, es la que se expresa en todos los órdenes de la creación.
137 Tened piedad de ellos; y mientras destrozan el mundo que Dios les dio para venir a aprender; pedid por ellos, que no saben lo que hacen en su desmedida ambición de grandeza y poderío.
138 ¡Vengo a libertaros, pueblo! De las cadenas de la esclavitud, de esas cadenas de poderío, de soberbia y vanidad, que os hacen mucho mal y con fuerza os aprisionan impidiendo ascender a vuestro espíritu por la escala de la perfección es necesario que os apartéis de todas esas bajezas.
139 ¿No es cierto que me pediríais por que no hubiese guerra, pueblo amado? Sin embargo, sí vos habéis oído muchas cátedras; y sabéis, que la guerra no la hacéis vos ni yo ¿quién la hace? La hacen, aquellos que se sienten reyes, mandatarios y poderosos y en esto ocupan parte de su tiempo; y su vida, la pasan derrochando fortunas en vanos placeres, mientras que sus hermanos andan por las calles vagando sin abrigo y sin hogar implorando la caridad. Los enfermos mentales toman grandes sumas para destruir en vez de dar de comer al hambriento y vestido al desnudo.
140 ¡Ah, grandes criminales de hoy! ¿Qué será vuestra vida futura? Criminales de hoy, si vosotros en vuestro egoísmo no tenéis piedad de vosotros mismos y de los demás, ningún acto vuestro será tomado en cuenta, ninguna de vuestras obras quedará entera; porque todo el que destruya, tendrá que retornar a reconstruir lo destruido, si en verdad se arrepiente. Mirad que en mi amor y perdón os brindo esa oportunidad perfecta; mas si vosotros persistís en vuestra necedad, tendréis que venir a sufrir en carne propia el fuego que creasteis al formar vuestro propio infierno con vuestro desamor; es la consecuencia de vuestro egoísmo e impiedad.
141 En verdad os digo: que todo lo contaminado, será purificado por vosotros mismos. Ninguna partícula quedará entera. Pequeña es la célula y grande sería, si quedase entera. Estas palabras tienen un doble significado en la parte interior del ser humano, en cuanto a su responsabilidad espiritual, en cuanto a su conciencia. No me refiero solamente a la célula humana; la esencia de mi palabra tiene sentido superior.
142 En cada cátedra, seguid orando por la paz del mundo; porque es vuestro deber, seguid pidiendo porque los hombres se comprendan los unos a los otros.
143 Si los hombres, comprendieran, que la tierra es para todos y supieran repartirse equitativamente todos los tesoros, así como la inmensidad de los tesoros espirituales, si se los repartieran en justicia; entonces penetrarían al reino de la armonía sobre la tierra. Pero dado el acondicionamiento humano actual, ni en la armonía estarían contentos, ni siquiera en la riqueza espiritual; porque no les gusta ser menores, siempre quieren ser mayores que sus semejantes. Ni siquiera en esto están de acuerdo, porque no les gusta compartir con los demás, sino competir con ellos; ejercer su influencia a los demás; no para buscar la igualdad, sino para su mayor “beneficio.”
144 Pero quiero deciros, que los tesoros espirituales, no se reparten por influencias; sino que se conquistan por esfuerzo y méritos propios. ¡Según sean vuestros sentimientos y vuestras obras así será el tesoro, humanidad!
145 He estado con vos, pueblo amado, mi palabra ha sido dada en abundancia; para que comprendáis, a qué he venido en mi comunicación por el entendimiento humano; pues no he descendido hasta la materia, únicamente envío mis pensamientos a un cerebro humano; pero no desciendo a la metería porque no habría materia lo suficientemente limpia para que descendiera mi Ser.
146 Es mi pensamiento, el que atento a vuestras necesidades, no se detiene ante distancias, ni ante obstáculos imposibles, aún para vosotros, para comunicarse, y por eso llega a vos, convertido en palabra humana.
147 Sí alguno me dijese, que es imposible que me comunique con los hombres, yo os diré: mas que fijarme en vuestras desobediencias y pecados, vengo a vosotros porque me necesitáis.
148 Los pensamientos poderosos no reconocen obstáculos imposibles, no les detienen ni distancias ni vacíos, ni vida ni muerte. El pensamiento del Padre Celestial es siempre poderoso, omniabarcante; no reconoce espacio ni distancia. Mi pensamiento, es como el aire que respiráis, ¡ah, si pudieseis captarlo! ¡Sentidlo! Está en vosotros: en vuestra misma vida humana, en el agua que tomáis, en la luz que os alumbra, en el trino del ave, en la flor perfumada, en el rubio celaje, en la noche estrellada. ¡Ah, si vos supieseis captarlo!
149 Os he dado mi cátedra de esta noche y en estos momentos os doy mi bendición. Seguid pidiendo por la paz; aunque haya guerra en tiempos venideros. Comprended, que quien no es causante dé la guerra es responsable de la paz; y es vuestro deber, pedir por la paz aunque sean los hombres esclavos del desamor y de sus pasiones. Vos, mi pueblo, amad, aunque por cada acto de amor o palabra cariñosa que deis os contesten con una maldición.
150 Mi palabra, va a terminarse y vos, pueblo amado, no tenéis aún la debida preparación para quedaros en representación de vuestro Maestro, todavía no os encuentro en pleno cumplimiento de vuestra misión.
151 En verdad, pueblo, también os he dicho: que Elías, es vuestro pastor, él va en pos de la ovejilla, en su larga trayectoria las ha entresacado de distintas religiones; que ya dejaron porque eran vanas y no les daban el alimento espiritual que calmase su hambre y su sed; y que con ese anhelo, han buscado otras más comprensivas y más elevadas, ya que no les satisface la creencia de un Dios injusto, creador de un infierno eterno. Ha llegado el momento en que no necesiten otra doctrina más que la emanada del amor universal; y es entonces, cuando escuchan la voz de su pastor y son conducidas al aprisco de mi amor.
152 Estas ovejitas han andado por diversos caminos, llevan el polvo de ello y la experiencia adquirida en su peregrinaje; y cuando les llegue el momento de su perfeccionamiento; sabrán por cuantas religiones pasaron, de cuántas lámparas tomaron aceite y se alumbraron; de cuántas llamas, el calor; y de cuántas fuentes, el alimento espiritual.
153 La conciencia interior, le hace conocerse a sí mismo; y cuando se perfecciona, ama la enseñanza universal del amor y se aleja de todas las religiones.
154 Si queréis perfeccionaros, humanidad, tomad la esencia de esta enseñanza de amor universal que es lo único capaz de perfeccionar al Ser humano.
155 También esto os he dicho, pueblo, para que se satisfagan de creencia las ovejitas; y los sentimientos de todos mis hijos, muy amados, no sean lastimados: si ayer me habéis buscado en otros altares; y si de otras lámparas, habéis creído tomar mi luz; en mi enseñanza de amor, tenéis por altar: el universo; y tenéis a Dios, por luz única que alumbra vuestra existencia. Y ya no busquéis más, ya sabéis que Dios se basta a sí mismo; que no necesita intermediarios. Buscadme a mí, el Verbo Divino, como su manifestador y entonces el Padre en mí y yo en vos, seremos uno dentro del amor divino y en unidad con el universo.
156 Ya pasaron los tiempos de la necesidad de intermediarios, porque el Padre es Dios; y vosotros, sois hijos de Dios; habladle al Padre directamente, de espíritu a Espíritu, está permitido a todos hablarle, es el Espíritu creador universal y es vuestro Padre.
158 ¡Que brille la antorcha del nuevo día! Ya no necesitáis de los tiempos pasados para que brille la luz del nuevo sol de la Verdad. ¡Qué brille el amor de los amores! Y que en cada corazón palpite, para unificarse todos en espíritu y en verdad.
159 También os he hablado de estos corazones que en pensamiento quedan unificados en el espacio espiritual, por el sentimiento afinado al amor divino y universal.
160 Yo, en el principio, era el Verbo y el Verbo, era con Dios y el Verbo, era el amor de Dios y yo, soy la manifestación de amor del Padre todas las cosas por mí, fueron hechas; y sin mí, nada de lo que está hecho existiría porque en mi está la vida y la luz de toda la creación.
161 Antes de que los mundos existieran, yo, el amor divino, ya era; porque antes de que un mundo sea formado, el amor divino, que velará por él ya existía; y antes de que este mundo fuera, yo ya era, porque yo soy el amor divino para redimirlo.
162 Al principio de la formación de este planeta, cuando las cosas empezaban a ordenarse, ya el amor divino velaba por vosotros, cuando apenas estabais en la conciencia del gran Padre universal, cuando erais solo un pensamiento de Dios que más tarde se manifestaría; y aquél pensamiento se expresó materializándose y surgisteis vos como humano, porque yo el amor ya estaba para cuidaros.
163 Yo el Verbo, el iluminador de todos los mundos, el revelador de las verdades del Padre universal. Yo el Verbo Divino ya amaba al mundo desde antes de su formación porque existía como sentimiento sublime en la suprema conciencia divina.
164 Siempre he estado ligado a los corazones de los seres humanos; desde antes que me martirizaran, desde antes que me enseñaran el dolor de la cruz y la soledad y el abandono de mis apóstoles, ya estaba ligado yo en todas las fibras de la vida del mundo; allí estaba mi vida, mi amor y mi esencia conectada con vuestra existencia, como la fuerza lista a ponerse en movimiento, porque es fuerza todo lo que surge para el progreso y el perfeccionamiento.
165 Pero no olvidéis que lo que hago, no lo hago por mí; sino el Padre lo hace por mí. Repito estas frases que tampoco habéis comprendido. Lo que yo hago y digo no lo hago por mí, sino manifestando la voluntad del que me envía. Y esta cátedra es la voluntad de Dios que me exprese a través del entendimiento humano.
166 Y en esta noche os bendigo como manifestador, como redentor del mundo; porque mi influencia, es antes de que el mundo fuera.
167 ésa es mi verdad. Ese es mi Verbo, que todo lo anima. ésa es la esencia en la palabra que os hace sentir a vosotros. ésta es mi cátedra, mi verdad y mi amor que abarcando todos los mundos, unifica el resplandor de cada astro, buscando a otro astro. Yo manifiesto el amor que unifica ángeles, hombres, estrellas y mundos. Yo os bendigo en el nombre del Padre amado.
168 Pueblo amado, queda mi esencia con vosotros. Mi amor es la luz interna de vuestro ser. Mi piedad es mi eterno perdón la redención divina será por siempre. Mi paz os dejo y mi amor os doy. Si así lo queréis, venid por mi sendero; aunque pasen los siglos, yo os espero.
169 ¡Nochebuena! Que los luceros os alumbren, que los hombres os bendigan, que los ángeles os conduzcan, que las flores os perfumen. ¡Nochebuena! El Cristo de Dios os bendice y os alumbra en nombre de aquel que me envía.
170 En esta noche, llevad por todas partes la paz y la alegría; entregad la palabra del amor divino, porque el amor ha venido a vosotros, para que deis amor.
171 ¡Bendito seáis, mi pueblo! Yo os escucho en esta noche de alegría y de felicidad para vuestros corazones; y de cierto os digo: que esos enfermos por quien me pedís, en pocas albas más estarán entre vosotros, porque en estos momentos yo les envío mis emanaciones de salud. Pocas albas más y caminarán tranquilos como siempre.
172 Mas, mis deseos como Maestro son: de que hagáis la voluntad del Padre y la salud será para todos vosotros y seré siempre con vosotros.
173 Y para vos pueblo amado y para el mundo, sean mis frases amorosas. El mundo se encuentra enfermo, discípulos amados, llevadle mi amor y mi perdón, mis palabras de aliento y de consuelo y decidle: que un poco más y será sano plenamente.
174 éste es el mensaje del Cristo en esta noche: si él pone cuanto esté de su parte para sanar, pronto estará mi Espíritu Santo en plenitud entre vosotros. Decidle al mundo, que este mi pueblo que sabe que está enfermo, le envía frases nacidas del corazón; y que cada noche, elevará una plegaria por él.
175 ¿Sabéis quién está más enfermo, pueblo amado? Todo aquel que recibiendo mi mensaje de amor, no lo escucha. Y todo aquél que señalándole mi camino, no lo sigue.
176 Aquél, a quien yo encargase a mis pequeños y que con los brazos abiertos respondiese a mi petición, es él que en verdad me sigue.
177 Yo el amor, os acaricio y os bendigo por todo lo que habéis trabajado en estos días para su salud, habéis pedido sin descanso, por eso, discípulos muy amados, de acuerdo a vuestra obediencia, vuestras almas tendrán siempre en abundancia luz y más luz; mas, la luz se conquista ¡benditos seáis!
178 Nuevamente, después de bendeciros y antes de elevar mi vibración luminosa al ambiente más puro, os digo que en esta noche buena, perdonéis todo aquello que antes no habíais perdonado, que olvidéis todos los rencores y que hagáis en vuestro corazón un altar para vuestro Padre, para el único Dios; un altar, lleno de luz, un altar lleno de amor.
180 ¡Bienaventurado aquél que lo perdona todo! Porque el que perdona, será perdonado; el que ama, será amado; el que sufre, será consolado; y el que pide, será escuchado.
181 Elevad todos, vuestras obras de amor al Padre Celestial, y la luz de vuestro Maestro grabará siempre en la memoria de la naturaleza, la palabra: amor. La luz de vuestro redentor, la grabará siempre en el ambiente blanco, limpio y puro.
182 En ese ambiente formado por sentimientos puros de amor estará vuestra salvación. Las prácticas con amor os conducirán al reino de los celos. Solamente las prácticas de amor os elevarán a las alturas prometidas.
183 ¡Hosanna, hosanna a aquél que viene en nombre de Dios! Así se les dice a los enviados; y todos los enviados, os bendicen en esta noche de paz en el nombre de aquel que les envía; y en ella os bendigo yo; ya que en esa bendición, está la mía, porque todo lo que bendigáis en mi nombre, de cierto y en verdad, yo lo bendigo.
¡Mi paz, sea con vosotros!
114. Completado el número de los 144 000
Domingo 31 de diciembre de 1950
1 Yo os bendigo, pueblo de Israel. Estáis en este instante orando y preparando vuestro espíritu, para recibir mis últimas palabras.
2 Voy a hablaros a vos y a la humanidad, de la cual formáis parte.
3 Los celos están mudos y silenciosos, escuchando la palabra del Padre. En todas las moradas, donde habitan los espíritus, solamente se escucha el palpitar del espíritu, lleno de temor. Es la hora final, de esta etapa llena de gracia, que concedí al pueblo escogido.
4 Mi amor, ha sido con vos. La gracia de mi Espíritu, ha bañado vuestro espíritu.
5 Desde el instante en que abrí los labios del primer portavoz, os he hablado con suma claridad para que pudieseis comprender, que éste es el tiempo del despertar y del cumplimiento.
6 Todo aquello que no habéis hecho en los tiempos pasados, hacedlo ahora. Reparad todas vuestras las faltas. ¡Espiritualizaos! Guardad en vuestro corazón, toda la esencia que he venido a derramar en el vaso de vuestro corazón.
7 Yo, la fuente. Yo, el Divino Maestro, he venido a entregaros mis lecciones, para llenaros de este saber.
8 Os encontré en el camino, temerosos y titubeaban vuestros labios; y vuestro corazón, no encontraba el apoyo, para dar principio al cumplimiento de la misión que os confié, antes de enviaros a la tierra.
9 Buscabais por oriente y por occidente, la luz, para dar principio a la jornada; y yo, os llamé por conducto de un emisario. Elías, llamó a la puerta de vuestro corazón y os condujo a mí; y estando en mi regazo, os habéis recreado.
10 Vuestro espíritu, ha confesado que es el cumplimiento de la palabra dada a vuestro espíritu, el que habéis mirado verificarse de esta manera.
11 Está convencido vuestro espíritu; habéis aceptado, la forma que yo he escogido para comunicarme con vosotros: el hombre, vosotros mismos . De quienes me he servido, para hablar con el Verbo que hay en mi Espíritu.
12 Yo he preparado a los pedestales que como mis portavoces, desde antes, desde siempre, estas criaturas, desde el principio de su formación han sido preparadas por mí, para que llegasen al cumplimiento de su misión; y el pueblo de Israel, me ha escuchado por medio de ellos; y su fe, le ha dicho que en el fondo de esta palabra, está mi verdad.
13 Yo he envuelto en mi amor a vuestro espíritu, yo he señalado vuestra senda. Yo os he iluminado; pues yo, os había prometido que mi Espíritu, había de iluminar todas las criaturas; que mi luz, había de descender sobre todo espíritu y sobre toda carne, sobre toda conciencia; y el Espíritu Santo, que soy yo, he venido a cumplir mi promesa entre la humanidad.
14 Escrito está, dicho por mí en el Segundo Tiempo, que había de venir una vez más. Los hombres, me esperaban; los hombres, esperaban estas palabras y velaban y oraban y buscaban las señales dadas, para saber con certeza, si el tiempo ya está cercano. Yo, he alimentado su esperanza, y les decía: ya se acerca el tiempo en que he de abrir el libro del Tercer Tiempo.
15 Cuando os hice el llamado, cuando pudisteis contemplar la forma humilde en que yo me presentaba, por un instante se estremeció vuestro corazón; y pensasteis, si ésta era la forma más perfecta, si había escogido el mejor medio para comunicarme con los hombres, con vosotros mismos.
16 Y yo, os digo: ésta es la forma que me ha placido vosotros que poseéis espíritu, aparte de mi mismo Espíritu, estáis capacitados para transmitir e interpretar mi palabra.
17 Yo os he dado a conocer mi voluntad. Yo he esclarecido, todo aquello que estaba envuelto en misterio, para que los hijos del pueblo de Israel, fueran los hijos de la luz y pudiesen llevar por los caminos de la tierra, esta enseñanza como semilla fructífera.
18 Mi palabra, se ha derramado en el pueblo de Israel; en las diferentes congregaciones que ha formado, yo he hablado con la misma esencia, con la misma intención, con el mismo amor y yo me he derramado según la preparación de esta congregación, porque estáis sujetos a prueba, porque según los méritos espirituales que hagáis presentes al Padre, así alcanzaréis.
19 Ahora, todo lo recibiréis por méritos. Cuanto más os elevéis, más podréis comprenderme y recibir; y yo, que me encuentro entre vosotros, el día postrero de mi comunicación, os digo: ¡bendito seáis, Israel! Porque habéis llegado hasta este día, siguiendo mi huella; y los unos, habéis tropezado; y los otros, habéis caminado con paso lento y firme, para alcanzar la elevación del espíritu.
20 Yo os contemplo a todos en este día de gracia; y a todos, hablo en la misma forma; y a todos, bendigo y juzgo también.
21 La obra del pueblo de Israel, está escrita. Yo puedo leerla. Cada uno de vosotros, me presenta su obra; y yo, os digo: en los tiempos venideros, yo os diré cuál es el fruto de vuestra obra.
22 Vais a experimentar la paz de mi Espíritu, según vuestro cumplimiento. Vais a sentir mi presencia, según la elevación espiritual que forméis. Vais a experimentar las manifestaciones espirituales, según vuestro adelanto y vuestro esfuerzo.
23 Sí, pueblo de Israel, pues es el tiempo de justicia divina, en que vosotros recibiréis según vuestros méritos.
24 Yo, en conjunto, os juzgaré. No señalaré a éste o a aquél, su mala obra. Yo a todos en conjunto, diré: habéis dado vuestros primer os pasos.
25 Os vais convirtiendo en discípulos. Vais presintiendo, lo que mi obra será. Aún no la habéis reconocido en toda su plenitud, pero yo os estoy preparando, para que lleguéis a ser mis discípulos.
26 El discípulo, debe imitar a su Maestro; y vosotros, no me habéis imitado todavía.
27 Vuestras obras, aun con reunir méritos y virtudes, no son todavía perfectas; pero yo os contemplo con amor, os aliento, os animo a seguir adelante y os digo: el camino que os he trazado, es infinito nunca llegaréis al límite, pero siempre encontraréis sorpresas gratas que alienten a vuestro espíritu.
28 Yo estaré, en cada uno de vuestros pasos; yo inspiraré vuestro entendimiento cuando emprendáis una obra espiritual. Yo haré, pueblo de Israel, que de vosotros broten grandes prodigios que den prueba a la humanidad, de que sois mis discípulos, de que habéis recibido mi unción, de que estáis llenos de los dones de mi Espíritu Santo.
29 Todos los elementos, van a levantarse en contra de los hombres. Los hombres, van a experimentar dolor. La paz, todavía por un tiempo, estará retenida en mi seno.
30 éste será el tiempo de preparación y lucha para el pueblo de Israel; pues en él, estarán el bálsamo y la luz, la fortaleza y la caridad para sus hermanos.
31 La oración de Israel, librará muchas veces a la humanidad de conflictos y dolores. La perseverancia y el cumplimiento de este mi pueblo, será como un escudo para las naciones; y vos cumpliréis, pueblo, como las profecías, que he dado desde el principio de los tiempos, van a cumplirse.
32 Vos estaréis como centinela, como guardián, mirando como la palabra del Padre, llena de justicia se cumple; y vos estaréis orando, temeroso en vuestro espíritu, al contemplar cómo vienen sobre la humanidad las pruebas inesperadas, los problemas sin solución aparente, los grandes conflictos y confusiones; mas, yo seré la luz para todo espíritu.
33 Todo aquel que permanezca con su lámpara encendida, no caerá; todo aquel que asido de mí, pueda encontrarse, estará a salvo.
34 Yo he preparado una barquilla; y esa barquilla, es mi doctrina, es mi palabra, pues todo aquel que pueda encontrarse naufragando, encontrará en ella, el puerto de salvación.
35 Mas, ¿cómo podrá ser dada a conocer, esta palabra? ¿Cómo llegará a todos los corazones, si es reducido el número de los que me han escuchado y obedecido; y son tan grandes las porciones que ignoran estas revelaciones?
36 El pueblo de Israel, se multiplicará, crecerá en número y en virtudes. El pueblo de Israel, sembrará esta simiente y yo la multiplicaré al cien por uno.
37 Solamente, quiero contemplar: la preparación de Israel pues ya os he enseñado que podréis cumplir en las naciones distintas, cómo podéis influir en los espíritus, cómo podéis defenderla con vuestra espada de fortaleza y de amor.
38 Vos, seguiréis orando y velando; y desde esta humilde nación en donde moráis, enviaré vuestro espíritu, como un mensajero de paz y de luz a las naciones.
39 Vos sabréis aquilatar las pruebas. Vos sabréis comprender, hasta donde llega el rigor de la justicia de vuestro Padre. Vos, como encomendado, estaréis preparado en todo instante.
40 Las doce puertas de la nueva Jerusalén, están abiertas; por ellas penetrarán los espíritus, ansiosos de luz y de sustento espiritual.
41 Las doce tribus de Israel, quedan preparadas desde este día, para el ejercicio y cumplimiento de todos mis mandatos.
42 Hoy, todos los espíritus que pertenecen al gran pueblo de Dios, están presentes y están reunidos. No es menester que se alleguen a las plantas del portavoz en el seno de estos recintos, para que ellos vayan siendo preparados por mí. Los unos en esta nación y los otros en diferentes naciones de la tierra, están ungidos y preparados por mí. El número, está completo. Yo había de cumplir con esta profecía.
43 Doce mil señalados, de cada una de las doce tribus, dejo entre la humanidad, para su salvación. Cada uno de ellos, es un soldado, es un centinela que vivirá alerta, que irá en busca de sus hermanos que han tomado el camino torcido y hará que vuelvan al verdadero camino. Cada uno de ellos, me representará y llevará en sus labios mi palabra y de su corazón brotará la inspiración divina; mi luz es con ellos, todos los dones de mi Espíritu, he derramado en esos espíritus.
44 No os pertenecéis a vosotros mismos; pertenecéis a la humanidad. Yo os entrego a esa humanidad, para que os reciba.
45 Mas, ¡ay! De la humanidad, si os rechazare. ¡Ay! Del mundo y de las naciones, si desconociere a los que yo he preparado y enviado para su redención, porque esas naciones me responderán, porque su juicio será grande.
46 Yo os envío como mansas ovejas, entre lobos hambrientos. Vais a luchar con el corazón de los hombres. Vais a padecer, por amor a ellos. Vais a sufrir también, como Cristo, ha sufrido por amor a la humanidad. Mas, no os desalentéis, no os acobardéis ante estas palabras; esa es vuestra misión de discípulos y tenéis que imitarme.
47 Yo como Padre y como Maestro, he sido desconocido. Yo he venido a llamar a las puertas del corazón, como el necio peregrino y las puertas se han cerrado a mí. He llamado una, otra y otra vez; mas, los unos han abierto la puerta y los otros la han dejado cerrada; y el peregrino, ha pasado sin haber sido reconocido.
48 Mi amor, ha sido despreciado; por eso vosotros, mis discípulos, no desalentéis vuestro corazón: llamad por primer a, segunda y tercera vez yo os doy el cincel para que forjéis corazones, para que les preparéis para el amor de mi divinidad.
49 ¿Cuál es el sustento, que la humanidad recibe en este tiempo? ¿Cómo puede vivir espiritualmente, si no se alimenta?
50 Yo, a la humanidad, la encuentro hambrienta, desnuda y sedienta de todos los bienes espirituales. El espíritu ha sido atado, ha sido confundido por la fuerza y pasiones de la materia y está retenido; pero yo, vengo a romper esas cadenas.
51 Yo, el libertador, he venido a todos los espíritus que claman justicia y caridad; y esos espíritus, serán libertados. Ya hoy, en este día, les doy la luz y la potestad, para que puedan libertarse de sus pesadas cadenas.
52 Yo os digo: si queréis vivir, si queréis recibir la paz de mi Espíritu, ¡oh, humanidad! Acercaos a mí, amadme, guardad mis preceptos y cumplidlos; someteos a la Ley y respetaos los unos a los otros. ¡Amaos como hermanos en mí!
53 Todos los que habéis vivido en la conciencia espiritual, todos los que no habéis dejado apagar esa lámpara y esperáis el tiempo de la liberación, el tiempo de la paz y de la justicia: ¡heme aquí sobre vuestro espíritu! Derramando infinitos rayos de luz, para que podáis reconocerme y seguirme.
54 En este día, todo espíritu encarnado y desencarnado, ha sido estremecido por mí; ha sido lleno de la luz de mi Espíritu, para que él pueda reconocer que es el día grave, el día solemne en que el Verbo Divino habla por última vez al mundo en esta forma; y el espíritu, me ha oído; el espíritu siente dentro de sí, una extraña inquietud y no sabe a qué atribuirla; y yo, hago obras poderosas en este día, en todas las criaturas que habitan el orbe; todo lo que vosotros, no podáis hacer, yo lo haré.
55 Todo aquello que me pidáis, todas esas obras superiores a vuestras fuerzas que encomendéis a mi voluntad, yo las haré por vuestra oración, por vuestra petición, Israel, por la limpidez que contemple en vuestro corazón; por la sana intención con que me habéis pedido, por la conciencia que me presentáis, yo os concedo estas gracias.
56 Estáis envolviendo al mundo, con vuestra oración. Estáis consolando su espíritu, le estáis prometiendo; y un día, tendréis que cumplir todas esas promesas.
57 Lo que yo os he entregado, no es solo para vosotros. Es para vuestros hermanos.
58 Yo os he hecho depositarios de un gran caudal de inspiración, para que podáis derramarlo sobre el mundo inocente e ignorante.
59 ¿Quién me ha pedido luz, que no haya recibido un torrente de esa misma luz? ¿Quién me ha pedido el don de la palabra, que no le haya concedido este precioso don? ¿Quién me ha dicho: Padre, enciende el amor en mi corazón para amar y redimirme por ese mismo amor, que no haya dejado todo mi amor en él?
60 Yo, soy entrega absoluta a mis hijos. Yo he venido a enseñaros en este tiempo, una vez más, cómo mi amor se ha derramado sobre vosotros, cómo mi ejemplo del Segundo Tiempo, se ha repetido; como he amado y perdonado, a la humanidad; como he venido, sin contemplar sus errores y le he entregado mi caridad; y vosotros, juzgáis mi obra, mas juzgáis con respeto; unís la obra de los dos primeros tiempos, a la del último tiempo y formáis con todo ello, un libro.
61 Mi obra del primer o, segundo y Tercer Tiempo, se complementa. Yo en el Primer Tiempo, os di a conocer la Ley; en los mandamientos que os entregué por conducto de Moisés, mi voz repercutió y fue grabada la Ley, en el corazón de los hijos. Mas, los profetas, anunciaron a aquel que había de venir a cumplir la Ley de Jehová; que: había de enseñar a la humanidad, con suma paciencia, del cumplimiento de todos los preceptos divinos y Jesús, fue entre vosotros.
62 Jesús, marcó con su existencia, una nueva era, un nuevo tiempo para el espíritu de los hombres; y la luz, fue derramada en amor, entre la humanidad.
63 El Espíritu Santo iluminó toda criatura, y la palabra de Jesús llevó a todos los corazones la palabra de vida, de amor y de redención; mas Jesús, prometió venir una vez más como Espíritu de verdad a la tierra; y sus apóstoles, podían preguntarle: ¿cuándo serán estos acontecimientos? Y el Maestro, contestaba a sus discípulos: éstas serán las señales: los hombres se levantarán en guerra. La confusión será grande. Habrá señales en el firmamento. Los hombres harán armas para destruir su existencia humana; los principios de la Ley, habrán sido borrados por los hombres. Se desconocerán los padres y los hijos. Los hermanos, no se amarán. El esposo y la esposa, se desconocerán. No existirá el amor ni la paz. Todo será tinieblas. Cuando estas vicisitudes viereis aparecer, es que yo vendré una vez más. Descenderé a los hombres, es mi promesa y los apóstoles, miraron pueblo, que el mesías se había elevado sobre una nube; y recibieron cual mensaje, que igual había de venir, sobre la nube; y desde allí, enviaría infinitos rayos sobre la tierra.
64, yo, he venido sobre la nube. Mis plantas no han pisado el polvo de la tierra. No he venido a confundirme, con lo que es materia; he venido en Espíritu, sobre los espíritus.
65 Yo os he llamado al más allá, en estas reuniones; y la reunión, se ha verificado en el más allá.
66 El Espíritu Santo, ha venido a invitar a su pueblo, para habitar en el mundo de la paz; en la región espiritual, en donde todo es amor y armonía. Allí me habéis escuchado, pueblo. Por tanto, mi palabra, está cumplida.
67 Yo, os he entregado lección tras lección en este tiempo; y con todas ellas, quiero que forméis el libro de la sabiduría, para toda la humanidad. Es la herencia que os entrego. No he prometido a los hombres, los bienes materiales; solamente he venido a entregaros los bienes del espíritu, que son los que dan redención y vida eterna.
68 Y vosotros, que habéis habitado cerca de mí, obedientes y ansiosos siempre de recibir mis palabras y mi enseñanza, que traen siempre una nueva página, una nueva lección para vosotros, me habéis oído y escuchado hasta el final; habéis sido perseverantes y pacientes también; habéis sabido, pasar sobre las pruebas a que yo he sometido a vuestro espíritu; pues nadie ha llegado a mí, sin haber pasado por las pruebas dolorosas.
69 Todos habéis sido purificados, antes de llegar a escuchar mi palabra. Los unos desde la niñez y los otros en la edad madura, en distintas edades os he llamado y a todos he purificado.
70 Mas, habéis llegado a mí, en busca de paz y de consuelo, en busca de luz, porque os habéis sentido huérfanos; y yo, he venido a devolveros, todos los dones y atributos que os pertenecen.
71 Todo lo que habéis perdido, en vuestro peregrinar sobre la tierra, lo he devuelto; y os contemplo en este instante, llenos de vida, de energía y fortaleza para emprender la jornada.
72 Vais a quedar, en el lugar mío. Voy a prepararos; y entre vosotros, se levantarán aquellos que con su palabra explicarán todas las revelaciones que yo os he dado a conocer en este tiempo.
73 Todos tenéis las facultades, los dones y atributos necesarios. Mas os contemplo en distintos grados de elevación, todavía; los unos prestos a llegar al sumo desarrollo de vuestros dones; los otros, en el principio todavía, pero todos con el anhelo de estudiar y de comprender mi palabra.
74 Mas, pensad siempre, que habláis en nombre mío, que yo estoy presidiendo vuestros actos, que cada una de vuestras palabras, está siendo escrita por mí en el más allá; y mi Espíritu y los ángeles que me circundan, están atentos, contemplando vuestras obras.
75 No quedaréis solos. No estaréis distantes de mí. Nada podréis ocultarme, pues yo estaré en el fondo de vuestra conciencia; y allí, os hablaré y desde allí os juzgaré, os prepararé y os alentaré.
76 Pueblo de Israel: os he purificado para este tiempo, para que pudieseis alcanzar la gracia.
77 ¿Quién de vosotros que ha sufrido pacientemente y me ha ofrecido su dolor y me ha bendecido en él, que no haya recibido mi confortación y mi paz? Yo, me he servido de vosotros, yo he purificado al pueblo de Israel. ¿Cómo podría grabar mis últimas páginas en su corazón, si éste estuviese manchado? Menester es, que todos estéis purificados.
78 El dolor, ha llegado a vosotros; mas no os ha hecho morir, ni siquiera, os ha quebrantado. El dolor, que es fuente de vida y de purificación, ha permitido que el espíritu, se levante lleno de fortaleza, reconociéndome y amándome.
79 Hoy, porción bendita, que os sentís más puros, os sentís más dignos de mí. ¡Bienaventurados seáis! Bienaventurados seáis, todos los presentes, porque todos, en este día de gracia, sois dignos de escucharme.
80 Habitáis por mi voluntad, en esta nación, que yo he mantenido en paz, para que el pueblo de Israel, asentado en ella, pudiera escucharme.
81 En rededor vuestro, se agita el torbellino, las grandes pruebas, la amenaza y la zozobra. Israel, permanece en la barca y desde allí, contempla la tempestad.
82 Mas, ¿vais a permanecer indiferente, ante el dolor y el sufrimiento de vuestros hermanos? ¿Qué vais a hacer, pueblo, en estas grandes pruebas, que esperan a la humanidad? ¿Cuál es vuestro propósito? ¿Cuál es el plan de cumplimiento espiritual, que habéis formado dentro de mi obra?
83 Ese es el tiempo, en que Israel, ha de levantarse para poner en práctica mi palabra. Yo os daré innumerables pruebas, oportunidades para que podáis desempeñar vuestra misión. Mas esa misión, la cumpliréis en silencio, sin hacer alarde de espiritualidad.
84 Si os llamáis discípulos del Espíritu Santo, no queráis que vuestro nombre brille, no queráis que el mundo os adore. ¡Servid al mundo! ¡Servíos a vosotros mismos! ¡Usad todos vuestros dones! ¡Desatad, todas vuestras potencias! ¡Reconocedme en vosotros mismos!
85 Yo, os dejo preparados, mis hijos, para que cumpláis delante de la porción que yo os señale a cada uno de los labriegos, a cada uno de vosotros, que sois soldados en la gran contienda universal.
86 ¡Dejad que mi mano os guíe! ¡Dejad que sea mi Espíritu, el que os ilumine y os inspire en las grandes pruebas!
87 Cuando el dolor, llegue a vuestro corazón, retiraos a la meditación. Comunicaos conmigo. Yo os confiaré mis inspiraciones y os diré cómo debéis llevar la solución, el consuelo y la paz a vuestros hermanos.
88 Vuestras pruebas, Israel, con ser grandes, son pequeñas, comparadas con las pruebas que afligen a toda la humanidad.
89 Vos, habéis sido mimado, acariciado con esta palabra. Vos habéis vivido en el regazo del Padre, por largo tiempo. Os habéis acostumbrado, a recibir mis caricias y mi palabra de perdón; mas, esta palabra, va a callar.
90 Ya os encuentro en la madurez, porción de mi pueblo; ya os he hecho crecer, en la senda de evolución; ya os contemplo como el mancebo fuerte; y hoy, pongo en vuestras manos, hoy os encomiendo: todas las armas y las herramientas para que podáis convertiros en un sembrador entre la humanidad.
91 La simiente: es mi palabra el agua: es el amor . Las herramientas: son la fe y la perseverancia . Yo os confío los vastos campos de la humanidad. Las corrientes, la simiente preciosa; los elementos, los pongo a vuestra disposición, para que les ordenéis.
92 Para que todo sea favorable, para la siembra espiritual, para que todo sea en vos: realización, cumplimiento y bendición . Yo, presidiré vuestra obra.
93 Yo contemplaré vuestro esfuerzo. Yo miraré la fe que habéis puesto en mi palabra. Yo probaré vuestro corazón, tantas veces fuese necesario, para forjarlo y conducirlo.
94 Siempre que estéis al borde de un abismo, mi mano os detendrá. Yo os volveré al camino; en mí encontraréis, pueblo: al Padre, que vela siempre por el hijo; al Maestro, cuya palabra, no ha cesado de caer en el corazón de los que se han preparado; al juez, que juzga todos vuestros actos; al amigo, que os acompaña y es confidente de todas vuestras cuitas en mí, tendréis todo, pueblo.
95 Yo quedo con vos, espiritualmente en la cumbre del monte, en donde os espero; adonde habréis de llegar lleno de cumplimiento, con las manos rebosantes de simientes, lleno de vida. Allí os espero, mi pueblo.
96 Yo he venido a vuestra morada por un tiempo, a comunicarme con vos, a invitaros a elevar vuestro espíritu mediante el cumplimiento de vuestra misión, para descansar después en la paz de mi Espíritu.
97 ¡Cuánta alegría, pueblo de Israel, sentiréis, al contemplar cómo los labriegos van desempeñando su misión, van venciendo las pruebas del camino y llegan al final de su cumplimiento llenos de amor, de abnegación y de conformidad con el destino que les marqué y entregan su espíritu en mis manos, porque ese labriego no habrá sido perdido para la humanidad; ese labriego habrá dejado sembradas en su camino, innumerables simientes que hablarán de esta obra; ese labriego, habrá dejado una herencia de paz, de consuelo y de amor entre sus hermanos.
98 Contemplaréis: cómo la vida cambia, cómo todo marcha hacia adelante, cómo mi obra se realiza; cómo mis órdenes y mandatos, se cumplen en el universo.
99 La voluntad del hombre, es pequeña, cuando ella es injusticia o impostura; yo detengo en el camino, a esos espíritus; y solamente, dejo que se haga mi voluntad.
100 Una nueva etapa os espera, pueblo de Israel; etapa, para el trabajo de lucha, pero en la que tendréis recreo, porque yo voy a daros el cumplimiento de las profecías más próximas.
101 Vos os recrearéis y viviréis unido, pueblo de Israel, unido espiritualmente; y cuando os hayáis reconocido en espíritu y cuando os améis y os hayáis perdonado; entonces, pueblo de Israel, este mundo, caminará hacia la espiritualidad.
102 Hoy, contemplo a mi pueblo de Israel: disperso, disgregado mas, si yo os he pedido siempre la unificación, el amor y la concordia, y os estoy esperando; quiero veros unificado en el mismo ideal, en el mismo amor; quiero que vuestra luz, sea la misma, para que el mundo pueda contemplaros y reconoceros como mi verdadero discípulo.
103 Los cargos que os he entregado, pueblo, que no habéis desarrollado todavía, estudiadlos, reconocedlos y ponedlos en práctica. Cada uno de ellos, será un maestro infinito y de perfección. Si queréis reconocerme por medio de ellos, ¡practicad! Y en vuestra práctica encontraréis la grandeza de cada uno de esos cargos. Mas, sed sincero, sed amante de la humanidad. Abrazadla como una hermana, estrechadla contra vuestro corazón; porque a ella, vais a entregaros, si me amáis.
104 Si obediente tomáis vuestra cruz y vais al cumplimiento de todos mis mandatos, encontraréis en esa lucha: redención para vuestro espíritu.
105 Me presentaréis en cada día, vuestros sufrimientos por la humanidad, vuestros triunfos también, vuestra lucha, vuestros desvelos; y yo, como Padre, os bendeciré, Israel, y multiplicaré vuestra simiente.
106 La madre, os bendice desde el más allá. María: ¡intercede por la humanidad! María, cuyo mensaje se extiende lleno de ternura y de amor, solamente vierte frases de bendición y de consuelo sobre todas las criaturas. ¿Conocéis acaso o sentís todo lo que ella os ama, todo lo que ella ha sufrido por vosotros? No lo sabéis. No habéis presentido siquiera cómo el Espíritu maternal os envuelve y os ha conducido por esta senda. Unida está a mí en esta obra de paz y redención universal. Su esencia divina, no permanece indiferente. Su esencia es todo ternura, todo actividad, todo oración y evolución por los hijos.
107 Pues orad en este instante, pueblo. Orad porque el Padre en el más allá, ha reunido a todas las criaturas, a todos los seres, a todos los que tienen cargos, a todos los que han sido enviados a la tierra, en distintos tiempos; y todos en este día de gracia, escuchan el corazón del pueblo de Israel. Todos os están inspirando, os están ayudando en vuestra preparación, pueblo, para que podáis presentar en este día, vuestra obra, con pureza.
108 Y los corazones piden y los espíritus se elevan, en inmenso ruego, en este instante. ¿Qué podéis pedir? Todo será concedido para el bien y redención espiritual. Yo en este día de gracia, entregaré inmensamente a cada espíritu, para que pueda llegar al conocimiento y cumplimiento de su destino.
109 Israel, que me hacéis presente todavía, los espíritus que no han sido señalados, que no han recibido mi palabra sobre ellos, ¿qué es de su destino espiritual? No temáis. Todos en este día de gracia, quedarán señalados, en ésta y en otras naciones; doquiera que se encuentren los espíritus, pertenecientes al pueblo de Israel, reciben la luz de mi Espíritu, para que por ella, puedan reconocerse a sí mismos y sentir todos los dones que hay en ellos. Yo les bendigo, en este instante; espiritualmente, son presentes ante mi palabra.
110 Yo a todos os ilumino y os doy fortaleza. Habéis venido a cumplir una delicada misión a la tierra. Yo he venido a cumplir mi palabra, entre vosotros. Dicho está que el pueblo de Israel, había de habitar una vez más la tierra, para consuelo y redención de los hombres. Vosotros pertenecéis a ese pueblo, del cual yo me sirvo en este tiempo, para enviar mi palabra a todas las naciones.
111 A cada uno de vosotros tomo como mensajero de la buena nueva, espíritus que habitáis en distintas naciones y en esta nación en donde la mayor parte del pueblo de Israel, se congrega. Dejo vuestro corazón: preparado como fuente inagotable de bendiciones y beneficios para la humanidad. ¡Consoladla! La humanidad está enferma, ha perdido el sosiego y la esperanza; se encuentra envuelta en confusiones, ha perdido la ruta y llora su desolación.
112 Israel: ¡conducidla a mí! ¡Sembrad en ella, la fe! ¡Devolvedle las fuerzas que ha perdido! ¡Dadle vida, alentándole con mi palabra, para que esa humanidad, vuelva al camino; y en corto tiempo, pueda llegar al cumplimiento de su misión!
113 ¡En vuestras manos dejo el bálsamo, el consuelo y la paz para que los derraméis, estos dones preciosos, en todo aquel que se acerque a vos, menesteroso!
114 ¡Sed mi emisario! ¡Entregad todo aquello que los hombres os pidan, para el conocimiento de mi Ley y mi palabra! ¡Llevad en vos mismo, la Ley grabada! ¡Cumplidla! Y sed ejemplo para vuestros hermanos.
115 Yo legislaré los pueblos, yo inspiraré todos los espíritus, cuando ellos se encuentren preparados; yo seré el Maestro de todos. Yo seré reconocido como Padre, cuando el pueblo de Israel, multiplicado en su simiente, haya esparcido mi palabra sobre el haz de la tierra.
116 Cuando todos los hombres hayan aprendido a comunicarse de espíritu a Espíritu conmigo, yo gobernaré todas las conciencias, yo guiaré todos los pasos de todos los seres que habitan la tierra, no habrá distancia entre el Padre y los hijos; y esa paz, ese don de paz prometido a la humanidad, volverá a ella, cuando los hombres se amen, cuando me hayan reconocido.
117 Todo el que ha sido señalado en este día, sienta mi paz, sienta en su corazón la confianza de que su Dios, ha estado en él mismo, le ha visitado y lo ha llenado de dones.
118 El espíritu que me conoce, sabe que yo en este día le he llamado para prepararle; y él, sabrá transmitir a su materia, todo lo que a él le he confiado.
119 ¡Haced de la materia una sierva; llevadla tan solo como un vestido, como un instrumento para habitar la tierra! Mas, no la dejéis enseñorearse sobre vosotros, sobre vuestros espíritus; sed vos, el guía de vuestra carne, para que así podáis cumplir con la obra que yo os encomiendo.
120 ésta es mi palabra sobre vosotros. Los unos, varones; las otras, mujeres, espíritus todos, que habéis venido en este tiempo para cumplir una delicada misión. Todos estáis ante mí, espiritualmente. Todas las naciones, todos los reinos de la naturaleza, todos en este día de gracia, habéis recibido a mi Espíritu.
121 Todos seréis juzgados espiritualmente, cada uno de vosotros; cada nación, sentirá el dictado de mi Espíritu.
122 Por las consecuencias que han de venir, el año 1951, hablará de estas revelaciones. Habrá claridad en el entendimiento de los hombres. Ellos confesarán sus errores y sabrán purificar su espíritu, en las aguas del arrepentimiento y del amor.
123 Todas las pruebas que han de venir sobre los hombres, serán para su redención, para su purificación espiritual y para su retorno a mí. Nada será destinado por mí que no lleve ese fin; ese fin perfecto y justo, pues yo soy justicia.
124 He venido a este mundo y solamente una parte de él, una pequeña parte, me ha escuchado, cuando todos los espíritus son mis hijos y a todos amo por igual.
125 Mas esa humanidad, que no ha escuchado mi palabra por conducto del hombre, en esta forma, mediante el rayo universal; la escuchará, por conducto de los labriegos, de los hijos del pueblo de Israel, cuando éstos sean dispersados por la tierra, por mi voluntad.
126 Pueblo de Israel, unos instantes más y una lección, la última, os entregaré. Guardad recogimiento. Guardad el temor que hay en estos instantes en vos. Os encontráis anonadado. Los unos habéis llegado al final de este tiempo, con paz. Me dais gracias, estáis conformes; y los otros, no habéis satisfecho todavía esas ansias de escucharme.
127 Mas yo, os digo: no temáis, que espiritualmente hablaré a cada uno de vosotros, en el silencio de vuestro corazón, en el retiro. Cuando entregado a la meditación y al estudio de mi palabra, os encontréis; allí estará el Divino Maestro, inspirándoos, para que podáis hacer justo y perfecto análisis de mi palabra.
128 No temáis, pueblo. No os sintáis huérfano, después de que las bocas de los portavoces callen. Entonces, será mi Verbo perfecto el que hable al espíritu de cada uno de los hombres, según su preparación.
129 Yo he venido en este tiempo, tan solo para prepararos y enseñaros la comunicación espiritual, por la cual podréis alcanzar los dones perfectos y el cumplimiento de vuestra misión.
130 Por eso, pueblo, poseed mi paz, de una etapa a la otra, que yo preparo grandes acontecimientos para todos mis discípulos.
(Pasa un matrimonio)
131 ¡Todo sea con ellos! Yo os bendigo, criaturas que venís humildemente ante mí para recibir mi palabra. Desde el momento en que vosotros habéis unido vuestro pensamiento y vuestro espíritu, en el propósito de caminar cumpliendo vuestro destino, yo os he bendecido, os he amado y os he preparado. ¿Sabéis lo que será ese cargo? ¿Sabéis el compromiso que contraéis el uno con la otra y el pacto que hacéis con mi divinidad de amaros por siempre, formando un solo sentimiento y una sola voluntad?
132 Todos habéis encontrado las pruebas; pues es destino de sacrificio, este que vosotros vais a dar principio. Yo enlazo vuestra vida; y os digo: mi fortaleza y mi paz sean con vosotros. Vuestro corazón, lo preparo como un nido de paz, como una fuente inagotable de virtudes. Vuestro espíritu, le dejo atento con los ojos abiertos para que todo podáis someterlo a los preceptos de la Ley que yo os he entregado y nada será injusto en vosotros. Las pruebas que encontréis en el camino, serán las pruebas que necesitáis para forjaros; y ese sentimiento de unión, de fortaleza y abnegación que forméis ambos, lo transmitáis a vuestros hijos.
133 Yo os daré la simiente de Israel. Yo enviaré en vuestro seno, a los ángeles que han de formar con vosotros la familia obediente, la familia de Israel. Yo multiplicaré en vosotros, los dones y beneficios, según vuestro cumplimiento.
134 Dejo en vuestras manos, un presente de amor. Sean llenos, sean abundantes en dones; y todo aquello que llegue a vosotros, sea multiplicado.
135 ¡Luchad en la tierra, labrando el sustento, varón! ¡Luchad en la tierra, mujer, para hacer amable y dulce la existencia del hombre!
136¡comprendeos, amaos y también perdonaos! ¡Llevad con paciencia vuestra cruz de cumplimiento hasta el final! ¡En cada una de las pruebas, sed más fuertes, más amantes! ¡Reconocedme más y más, a medida que vuestro espíritu, experimente en el camino de vuestra vida!
137 Yo os bendigo. Yo uno vuestros espíritus; y este pacto que hacéis conmigo, sea para siempre, como todas las manifestaciones que están dentro de mi Ley.
138 Así, pueblo, así, mis hijos; sois dignos y llenos de mi potestad. Yo bendigo vuestro camino. Yo os preparo para el futuro. Labriegos seréis también de la campiña; pues sois herederos; y a la par que luchéis por vuestro destino en la tierra, lucharéis también por vuestro espíritu, para que así, vayáis labrando para él la paz. ¡ésta es mi voluntad!
139 Así os uno, en el último día de gracia. Mas, yo, desde el más allá, bendeciré a todo aquel que después de que mi palabra cese, llegue a mí.
140 Yo, el Padre, espiritualmente, quedaré entre vosotros, para hacer obra perfecta, para seguiros enseñando; pues yo en varias formas me expresaré a mi pueblo escogido, para que él pueda sentirme cerca.
141 ¡Mi paz, sea con vosotros, mis hijos; y mi paz, sea también con el pueblo de Israel, con este pueblo que me ha escuchado por largo tiempo y llegando a la terminación de este tiempo, me bendice y me ama.
142 ¡Todo ha sido consumado, pueblo! ¡Todo ha sido dispuesto por mí! ¡Bienaventurados los que han acatado mi voluntad; y fervientes, han inclinado su cerviz ante mí y solamente me piden fortaleza para seguir trabajando!
143 Algunos se sienten cual pequeños; y me dicen: ¿cómo podremos ocupar el lugar tuyo, si todavía nuestro corazón, no está preparado? Mas, yo os seguiré preparando .
144 Sometidos estáis a la Ley de evolución; y vosotros, seguiréis experimentando, seguiréis trabajando, seguiréis conociendo y perfeccionando vuestro espíritu.
145 A los labriegos, yo bendigo. A todos llamo labriegos. En este día, todos vosotros, sois mis discípulos. A todos he dado la misma palabra. A ninguno he llamado al retiro, para darle mi palabra en secreto. Todos vosotros me habéis oído y escuchado, por tanto, todos sois mis discípulos, responsables de mi palabra. Yo os guiaré. Todos estáis en mi seno. Quedaréis ocultados por mí, a las miradas imprudentes de la humanidad, a los juicios que los hombres van a hacer de este mi pueblo.
146 Yo os he preparado para todas las pruebas; y vos, seréis el centinela, que viviréis alerta. Vos sabréis defender mi causa con las mejores armas, con la palabra, con la justicia y la Verdad. Así defenderéis esta causa que no os pertenece ni siquiera a vos, sino que es mía.
147 Mas si por mi causa, los hombres os hicieren daño, yo os daré mi fortaleza. Yo os consolaré, pueblo. En verdad, yo os devolveré todo aquello, que aquellos apartaren de vuestra mano.
148 Si ellos os negaren el pan de cada día, yo os daré el maná. Si ellos os negaren su amistad, yo os daré mi amor. Si ellos os hicieren salir de vuestra nación y os llamaren elemento indeseable, yo os haré atravesar los caminos y os llevaré allí, donde es mi voluntad que establezcáis vuestra planta, para beneficio de vuestra propia porción.
149 Nada temáis, pueblo, pensad que vuestro Maestro os anima, os guía y os conduce a la patria verdadera.
150 Pensad, que habéis estado por un tiempo en este destierro, pero que el lugar que os pertenece, os espera; que la patria celestial, ha abierto sus puertas y en ella, hay un lugar para cada uno de vosotros; un lugar, que vosotros labraréis con toda dignidad, yo os lo daré.
151 Ese galardón que he prometido a mis hijos, os espera; y quiero que lo labréis en corto tiempo, para que podáis llegar por fin, al cumplimiento de vuestro destino en la tierra.
152 Yo os dejo entre la humanidad, como consuelo y gracia para ella. Yo os dejo como un presente. Yo seré vuestro confesor, en el instante de prueba.
153 La humanidad no sabe lo que yo he preparado para ella, porque la amo. No sabe que el pueblo elegido de Israel, ha venido a habitar una vez más entre los hombres, para recreo y salvación de esa humanidad; pues yo os preparo, pueblo, con toda la luz de mi Espíritu, para que seáis aquel que dé testimonio de todo lo que habéis visto, de todo lo que habéis sentido, oído y escuchado en este tiempo; y mediante vuestra confesión y testimonio, mi obra alcanzará más y más adeptos.
154 Esta obra, dejo en vuestras manos; obra divina, obra de gran trascendencia entre la humanidad. ¡Cumplid, multiplicaos y perseverad!
155 Yo os bendigo en este instante; y una vez más, en este mismo día, os daré mis últimas palabras, con las cuales cerraré con broche de oro, el libro de la enseñanza del Tercer Tiempo, por conducto de los hombres.
156 Todas vuestras cuitas, las recojo. Todos vuestros pesares, los disipo. Sólo dejo en vosotros, la esperanza, la confianza en mí. Aun aquel que apure un cáliz muy amargo, confíe en mí aun aquel que dice: mi prueba no tiene solución yo le doy solución.
157 Todo lo resuelvo en este día de gracia, con mi luz y mi amor; todo sea claro para las pupilas del pueblo escogido. ¡Vuestra senda, sea iluminada y vuestro destino, sea conocido por vosotros mismos!
158 ¡El camino, sea abierto para todos! Y todos, caminad pacientes, llenos de alegría y de fortaleza, porque el Maestro, ha descendido para prepararlo todo. ¡Yo os bendigo! Mi manto os cubre; y mi luz, dejo entre vosotros.
¡Mi paz, sea con vosotros!