Tomo 3

Tomo III

44. El templo, el culto espiritual y la enseñanza divina

Domingo 8 de febrero de 1948

1 Pueblo bendito de Israel: os habéis despertado con el eco de mi palabra, os habéis levantado del extenso camino, de las lejanas naciones, de los lejanos pueblos y comarcas, atravesando vicisitudes, amarguras con la intención de encontrar a vuestro Padre; habéis logrado la finalidad de vuestra lucha, habéis coronado, en parte, vuestro sacrificio; porque habéis llegado a encontrar la presencia de aquél, a quien vosotros buscasteis.

2 Sin embargo, ahora que habéis llegado ya ante el Maestro, habéis reconocido que solamente estáis en el primer paso, que no habéis logrado todavía la meta, que no habéis escalado la cumbre de la montaña en donde vuestro Padre ya se adelantó a esperaros.

3 Y entonces, preparáis vuestra potencia y sentidos, para poder recoger y almacenar mi enseñanza, el alimento y la substancia de esta palabra, la esencia y el bálsamo que encierra ella misma; y los unos, me habéis abierto vuestro corazón como un libro en limpio, para que en él mi mano bendita vaya escribiendo la enseñanza que a vosotros toca; los otros, no lo habéis hecho así; otros, habéis presentado el entendimiento; y en vuestro entendimiento, también he escrito.

4 ¿Para qué, mi pueblo? Para que cuando las fibras sensibles de vuestro corazón, se hayan sensibilizado, puedan sentir, puedan comprender lo que escrito está en vuestro entendimiento por mi mano; porque mi palabra, Israel, no quedará solamente en vuestra memoria, no quedará escrita solamente en los papiros; ella penetrará hasta lo más profundo de vuestra conciencia, allí buscará en verdad, su morada de donde nunca más se alejará ni se perderá; saldrá solamente, para multiplicarse en amor, en caridad, en luz y en paz para vuestros semejantes; pero no saldrá jamás para dejar vacío el corazón, sino que esa simiente en el fondo de vuestra conciencia se multiplicará para salvación de vuestro espíritu y redención también de los demás.

5 Discípulos, párvulos muy amados del Espíritu Santo: nunca en todo los tiempos, se había presentado delante de los hombres, mi enseñanza en esta forma; nunca se había escuchado la palabra del Divino Maestro, con la extensidad con que os la vengo entregando en este Tercer Tiempo, con la claridad con que ahora os la entrego en vuestro idioma, como si yo fuese un ser humano.

6 He venido en este Tercer Tiempo, pueblo, a ayudaros a comprender mis primer as lecciones, la enseñanza que el Eterno Padre os entregó en aquel lejano Primer Tiempo, a vuestra alma y carne; pero que, no es lejano para vuestro espíritu. Vengo a ayudaros a comprender también, la doctrina que yo pude entregaros en aquel Segundo Tiempo, doctrina que brotó de la misma Ley que el Padre, por conducto de Moisés, os entregó en el Primer Tiempo.

7 Recordad dos de los preceptos que el Padre os confío como sus máximas en el Primer Tiempo y entonces reconoceréis que la enseñanza del Maestro, dada en el Segundo Tiempo, toda brotó de aquellos dos preceptos: “amar a Dios antes que a todo lo creado” o “amar a Dios sobre todas las cosas ” primer o; y después: “amar a vuestro semejante y hermano, como a vos mismo. ” mas, la enseñanza que en este Tercer Tiempo y a través del entendimiento humano os vengo a entregar, es la continuación de aquellas dos pasadas lecciones .

8 Si no hubiera vuelto yo entre vosotros, mi enseñanza estaría incompleta, mi obra no estaría consumada. Mas, yo por eso, a través de mis profetas y a través de mi palabra en aquel Segundo Tiempo, os anuncié mi vuelta; mi segunda venida en cuanto Cristo, como Maestro, y tercera manifestación en cuanto Verbo de Dios, y lo he venido a cumplir.

9 ¿Por qué no me presenté en este tiempo, en el seno de alguna iglesia? ¿Por qué no busqué en el seno del cristianismo, a la nombrada iglesia de pedro? Porque, en verdad, os digo: la iglesia, el templo, mi obra y mi santuario, lo forman los corazones limpios.

10 No son las cuatro paredes, no son las regias techumbres, no son los regios altares bruñidos de oro, no son los grandes ritos ni las grandes ceremonias, no son las solemnidades religiosas, las que atraen a mi Espíritu o forman mi iglesia o mi santuario.

11 Mi templo está en la limpidez del corazón de los hombres; mi obra descansa, en verdad y en Espíritu: en la unificación y en la espiritualidad por eso en esta forma, he venido a sorprender por tercera vez, al mundo.

12 En aquel Segundo Tiempo, los príncipes y sacerdotes me esperaban a mí, al mesías en el seno de su iglesia; allí esperaban que el redentor del mundo, naciera y se levantara, para todo el mundo; mas yo no quise nacer entre ellos, porque en verdad, más limpio estaba el establo de belém, más amor encontré entre los pastores, más clemencia bajo el crudo invierno; ya que, los teólogos de aquel tiempo, se confundieron; y los sacerdotes y los reyes, me persiguieron y me negaron, desde el instante de mi nacimiento hasta el instante de mi muerte.

13 Hoy también el teólogo ya se ha confundido por esta que creen es mi segunda venida entre los hombres; y el teólogo se seguirá confundiendo, en espíritu y en verdad, porque las promesas hechas por el Maestro, en el Segundo Tiempo, de venir entre los suyos una vez más, no la han comprendido; ni han interpretado, el fondo y sentido de mi palabra.

14 Yo no he desconocido mi templo, yo no he desconocido los fundamentos de mi propia doctrina. Yo he venido a cumplir palabra por palabra y promesa por promesa, mas no como el teólogo lo ha interpretado; sino según es mi voluntad y mi verdad divina.

15 Yo os he hecho el llamado, porque os conozco; yo soy el que os ha dado la misión desde el primer instante de vuestra creación; y con vosotros, he formado mi templo: el templo del Espíritu Santo y entre vosotros, reunidos y congregados por Elías, en este Tercer Tiempo, he formado el templo del espíritu santo, y ¡aquí me tenéis! Cumpliendo mi promesa, trabajando y luchando entre vosotros.

16 Desde los primeros instantes, he sido puesto en duda. Ha sido puesta en evidencia mi presencia y mi palabra. Todos habéis dudado, pocos habéis creído en verdad; y a través de mi jornada en este Tercer Tiempo, seguiré siendo puesto en duda hasta el último momento, hasta el último instante; pero os he dado pruebas; yo he dado testimonio de mí mismo, entre vosotros; y en esta forma, he levantado la fe y la esperanza en el corazón de mi pueblo.

17 Hoy son grandes las muchedumbres que se levantan, no son doce hombres como en el Segundo Tiempo; pero de cierto, os digo: con ser tan grandes las muchedumbres, todas forman un solo cuerpo y una sola voluntad; no alcanzan todavía a tener la fe y fortaleza de aquellos doce hombres ni la espiritualidad. Por eso, ellos se levantaron como una tempestad, como un torbellino; y después de mi partida, conmocionaron al mundo, en verdad y en espíritu; y vosotros, después de mi partida, ¿qué vais a hacer, mis hijos?

18 Bien sabéis, desde el primero hasta el postrero, que estoy hablando ya dentro de mis últimos tres años, de estos tres instantes, que marcan el final de este tiempo de la tercera venida de vuestro Dios en forma materializada, entre los hombres.

19 Eternamente, yo estaré espiritualmente entre vosotros; eternamente os hablaré al corazón, a la conciencia y a los sentidos. Eternamente mi inspiración divina vibrará sobre cada criatura y sobre cada corazón. Eternamente estaré dentro y fuera de vosotros, como siempre lo he estado.

20 Sin embargo, ¿quiénes son aquellos que en verdad se preparen para sentir mi presencia, para oír mi voz divina, para recibir mi inspiración celestial en esencia, para recibir limpiamente mis mandatos y mis designios? ¿Quién podrá alcanzar para el año 1950, tiempo marcado para mi partida, la verdadera espiritualidad para poderse comunicar con mi espíritu divino, ya sin necesidad de un pedestal?

21 Para esto os vengo preparando, para que desde ahora, mi pueblo amado, vayáis practicando, vayáis preparándoos cada vez más, la verdadera oración, la que siempre os he enseñado, tanto en el Segundo Tiempo, como en este Tercer Tiempo, la oración de los cinco minutos de espíritu a Espíritu, la oración sincera y profunda, la oración espiritual, no la que habéis grabado en vuestra mente; sino la que brote de lo más profundo de vuestro Ser.

22 Vengo alba tras alba, depurando vuestro entendimiento, perfeccionando vuestro análisis, para que vuestra comprensión sea grande, para que el culto que rendís a mi espíritu divino en estos tres últimos años de mi presencia entre vosotros a través del entendimiento humano, pueda el Padre recrearse con un culto respetuoso, espiritual y perfecto al Padre, de los hijos que el Maestro enseñó; para que podáis en estos últimos instantes, recrearos en vosotros mismos, ofreciendo a vuestro Maestro: el fruto de la enseñanza, el culto verdadero y digno de mi divinidad, que es todo Espíritu.

23 Hace tiempo, pueblo amado, que no levantáis altares materiales en vuestro camino, para vuestro Dios; hace tiempo que no me ofrecéis las lamparillas o antorchas; hace tiempo que las ofrendas florales, no las depositáis en el ara de un altar material. ¿Y acaso con esto, me habéis ofendido, pueblo amado? No pueblo amado, no existe acto vuestro que pueda ofenderme. Hace tiempo que, en verdad, no me ofrecéis penitencias, ayunos materiales, ni sacrificios materiales. ¿Y acaso os he reclamado por la ausencia de estos actos? No, pueblo, porque ni hoy, ni ayer, ni nunca he buscado en el corazón de los hombres, el altar material; he buscado solamente el culto espiritual y puro, en el espíritu de los hombres.

24 No he venido nunca a esperar que me ofrezcáis las flores, porque esa es la ofrenda del huerto, del valle y de los campos. Esa no es vuestra ofrenda. Si vosotros llegareis ofreciéndome las flores, de cierto os sigo: seríais usurpadores porque los campos, es lo que me brindan, la fragancia de sus flores, la esencia de ellas mismas. No he venido a contemplar iluminado el santuario, con la flama de las antorchas o lamparillas; sino con la llama de la fe de vuestro corazón, de vuestro espíritu, hacia mi propia divinidad; pues ¿de qué sirve encendáis una lámpara a mi divinidad, si está en tinieblas vuestro espíritu y se encuentra exento de fe?

25 No son estas palabras para los primeros, son para los párvulos, para los postreros, son para aquellos que en corto tiempo tienen que llegar a la cúspide de la espiritualidad y de la preparación; son también para los primeros, para que los primeros enseñen con estas palabras, a los postreros; porque de cierto, os digo: para el año 1950, vosotros seréis el ejemplo de los demás.

26 Hoy, no podéis serlo, porque todavía vuestro culto y costumbres se encuentran contaminados; todavía no habéis comprendido y por lo mismo, no habéis podido practicar la doctrina perfecta, limpia y pura que yo os he traído en este Tercer Tiempo.

27 Su nombre, lo dice: espiritualismo trinitario mariano. Espiritualidad ante la trilogía sagrada y ante la pureza de vuestra madre celestial.

28 Lentamente, paso a paso, pero con firmeza, mi pueblo, llegaréis a la comprensión y a la espiritualidad; para que entonces, el Maestro pueda tomaros como a un espejo limpio y mostrarlo a la humanidad, sin alarde ni vanidad, sin grandeza material; sino haciendo el llamado a los hombres de toda secta, de toda doctrina y de todo linaje, para que puedan contemplar su conciencia y su corazón en este espejo, para que puedan comprender la hora en que se encuentran viviendo, para que puedan entonces, también con vosotros, despojarse de todo lo superfluo y erróneo, encontrar, una vez que se despojen de todo ello: a su Dios, a su Maestro y a su doctor.

29 Antes de iniciarse entre vosotros, el año 1948, mucho os pude preparar a través de todos mis pedestales, diciéndoos: ¡preparaos, pueblo! Porque los tiempos cambiarán, habrá reformas dentro de vuestro culto; no en mi obra, porque ella es limpia e inmutable; pero sí en vuestras prácticas, en vuestras costumbres, en vuestros hábitos, ceremonias y rutinas.

30 Ahora, no os sorprendáis. Yo os lo anuncié; y ahora, lo estoy cumpliendo. Mas todo, en verdad, lo que haga yo dentro de mi palabra, será para gloria de mi Espíritu y también para espiritualidad de vosotros mismos, para que el mundo no os juzgue, para que el mundo no os señale como los hijos irrespetuosos, como los hijos blasfemos, como los familiarizados y acostumbrados con mi presencia divina, como los hombres y malos discípulos, que han atraído a su Maestro a convivir con sus costumbres superfluas y malas; para que el mundo no os juzgue, como los materializados, los envueltos en ritos y ceremonias; sino que el mundo pueda contemplar entre vosotros: el verdadero respeto, la espiritualidad y la comunión directa con mi Espíritu para que ellos, puedan despertar, abrir sus ojos a la luz y decir: ¡Maestro divino! ¡Cuánto te hemos desobedecido! ¡Cuán cegados podemos encontrarnos a través de los siglos y de los tiempos!

31 Así, entonces, pueblo, podréis darle al hombre: el pan y el pez; no la piedra ni la serpiente porque en verdad, os digo: eso, Israel, nunca lo debéis dar. Mas, si habéis dado la una cosa por la otra, o habéis dado la Verdad mezclada con la mentira, yo os digo: no más lo debéis hacer. Lo puro, no lo debéis entregar manchado, nunca; y ¿qué es, en verdad, esa pureza? Es mi doctrina, es mi palabra, es mi obra bendita, la cual como vosotros sabéis a través de los tiempos, no admite mancha, no puede contaminarse con la palabra superflua del hombre.

32 No debéis entregar la palabra limpia con vuestros labios y desmentirla con vuestros hechos. Todo aquél que se levante con su cruz a seguirme, tiene que entregar verdad con todo su Ser, hasta donde le sea posible, hasta donde la fuerza y potencia de su espíritu y carne se lo permitan. Verdad, siempre verdad; y cuando no podáis entregarla; entonces callad y ocultaos en el confín, hasta que nuevamente la preparación sea entre vosotros; y podáis, a la luz del mediodía, entregar mi dulce y santa enseñanza.

33 No siempre estáis preparado, mas ojalá que siempre lo estuvieseis, porque en todo momento puede presentarse la ocasión de trabajar y cumplir; en el momento menos esperado puede presentarse la prueba, la ocasión y el necesitado; y allí debéis estar vosotros, como un centinela, velando y atentos siempre.

34 Entre vosotros pueden encontrarse en gran número los padres de familia. Mi palabra ha vibrado en vuestra conciencia y sabéis cuán grande es vuestra responsabilidad. El peso de la cruz, ha sido grave. Sí, mis hijos, habéis traído a esta tierra a los nuevos herederos, a las futuras generaciones y habéis alcanzado a comprender que con haberlos traído al mundo, no habéis terminado de cumplir.

35 La Ley del Padre, fue dada a los primeros moradores de la tierra, ¡créalo el hombre o no lo crea! Y hoy, en la Tercera Era, viene Cristo, encuentra la humanidad evolucionada, encuentra al espíritu de los hombres en su tercera altura de luz; y nuevamente, les dice: ¡creced y multiplicaos! Pero hoy no solamente creced y multiplicaos en carne; sino en virtudes, en amor, en espiritualidad, porque esa es la Ley desde el principio hasta el fin; para que vosotros podáis estar satisfechos de vuestras obras y llegar ante el Padre, para decirle: Padre, aquí está nuestro cumplimiento corporal y espiritual.

36 Se acerca el año1950, ¡oh! Padres de familia. Y, ¿qué vais a hacer después de ese instante con vuestros hijos? ¿Adónde estará el Maestro, que les pueda enseñar? ¿Adónde estará el Maestro que les pueda guiar espiritualmente por la senda del amor, por la senda salvadora? ¿Adónde los congregaréis, en el día dedicado para el descanso corporal y para la práctica espiritual? ¿Qué podréis hacer por ellos, para salvarlos de las tentaciones, de los abismos y de las acechanzas?

37 ¿Acaso vais a contemplar estas casas, deshabitadas? ¿Acaso vais a creer que mi presencia divina, ya no es con la congregación en estos recintos, después de mi partida? ¿Acaso vais a volver la espalda a mis santuarios y os vais a alejar? ¿Vais a penetrar en la frialdad, en el hastío y en el olvido, o vais a caer con los vuestros en otro camino, en otras sectas y vais a caminar avanzando hacia atrás?

38 De cierto, os digo: estos lugares, no desaparecerán estos lugares, serán sitios consagrados a mi enseñanza, bendecidos por mi divinidad, por vuestra presencia y espiritualidad; para que las reuniones de vuestros corazones, sean perpetradas aquí; para que todos reunidos y congregados, podáis oír y escuchar la lectura de mis palabras, de mis lecciones, de mis cátedras divinas; para que podáis escuchar el análisis que mi mundo espiritual de luz dio, también a mis divinas cátedras, a mis frases, a mis inspiraciones; para que con estas cátedras, vosotros siempre podáis vivir y siempre podáis guiar a los vuestros; los videntes, contemplarán mi presencia, todos sentirán mi presencia, mi fuerza divina y mi bálsamo que como un rocío de gracia caerá sobre todos.

39 Los enfermos, los hambrientos y sedientos de justicia, los pecadores, los obstinados, los encadenados por los vicios, los abandonados, todos, en verdad, os digo: al penetrar en vuestra congregación, en vuestra reunión bendita, sentirán la fuerza y la presencia de algo grandioso, de algo sobrenatural, de algo divino; y ellos aprenderán a orar, aprenderán a comunicarse de espíritu a Espíritu y darán testimonio como vosotros, en verdad.

40 Mas, la unificación que os vengo pidiendo ahora, no se romperá después; cada día será mayor y todos con obediencia y sumisión a los mandatos que el Padre os dejó como herencia, como legado divino; trabajaréis dentro de la Ley, dentro del amor, dentro de la espiritualidad; y los varones, las mujeres, los ancianos y los niños todos sabrán trabajar, todos sabrán sanar al enfermo, consolar al triste, ayudar a todo aquél que necesite ayuda espiritual; todos sabrán sembrar la paz por los caminos, destruir las guerras y las discordias; todos sabrán sembrar la bendición en los caminos, las comarcas, los mares y los valles; y entonces, os levantaréis por todos los lugares de la tierra, aparentemente movidos por causas materiales; pero en el fondo, reconociendo siempre que es mi voluntad la que os guía, la que os levanta, la que os sorprende en el sendero, para llevar el pan, la buena nueva y el sustento espiritual a los hombres.

41 Por eso, cada vez más os vengo dotando de potestad y os vengo pidiendo también la práctica de esa potestad, para que os vayáis reconociendo a vosotros mismos, para que vosotros mismos vayáis teniendo el testimonio de que yo os he entregado una verdad; y no cuando mi ausencia sea entre vosotros, contempléis vuestras manos vacías, vuestro corazón vacío, vuestra mente conservando una que otra de mis divinas palabras; y entonces, la cobardía, la falta de fe, el recelo ante la humanidad y el temor invada vuestro corazón y espíritu; y caigáis entonces, en el letargo y la rutina.

42 ¡No, porción de mi pueblo amado! Ese tiempo no os sorprenderá, ni a los postreros, mucho menos a los primeros; será tiempo de gracia, la iniciación del tiempo de gracia entre vosotros mismos, el primer paso hacia la verdadera espiritualidad, cuando ya vosotros no tengáis necesidad de las cosas materiales para verme, para creerme o para sentirme, para adorarme o rendirme culto; sino entonces, ya despojados de todo fanatismo, de toda idolatría y mixtificación, de toda práctica innecesaria a vuestro espíritu, podáis levantaros sencillos y limpios, entregando solamente mi enseñanza en pensamiento, en palabra y en obra; ved que vosotros, tenéis que ser el ejemplo, de todo Israel.

43 El recinto del mediodía y el recinto la fe, desde un principio han sido puestos como un ejemplo, como un manantial de fuerza y enseñanza, de vida y de bálsamo, de simiente y de aguas cristalinas para toda la humanidad; y hoy, más que nunca, tendréis que dar ejemplo. No solamente los guías, los labriegos, el mismo pueblo, esa multitud que se congrega tan solo para oír y escuchar mi palabra, ellos también tienen que dar ejemplo de espiritualidad, de respeto, de recogimiento, de unificación, de obediencia, ejemplo de acatamiento a mis mandatos divinos, ejemplo de moral y virtud en su camino, ejemplo de sinceridad, de hospitalidad, de ternura, de caridad y caricia para todos por igual, ejemplo de elevación de espíritu.

44 ésa es vuestra misión, mi pueblo. Desde el primero hasta el postrero de los recintos del mediodía y la fe, hoy más que nunca ligados deben encontrarse, a entregar el buen ejemplo; porque día tras día, estoy haciendo el llamado a los guías de multitudes, a los pedestales, facultades, piedras fundamentales y a todos los componentes de mis recintos, para que puedan acercarse a estas fuentes a beber las aguas cristalinas de ellas; para que con éstas, puedan dar vida y riego a aquellas sus parcelas, a sus campos y a sus viñedos; y cuando la hora suprema llegue para todo Israel, todos podáis entregar un solo fruto al Padre; y ese fruto, que sea de pureza, de verdad y de amor; que el Padre, no pueda contemplar una mancha, un defecto en ese fruto, porque el Padre, recibirlo no podrá.

45 Pero aún es tiempo de que deis el ejemplo, aún es tiempo de que depuréis vuestros frutos, vuestra simiente, vuestras prácticas para que de este modo deis el buen ejemplo a los demás, que no levantéis vuestra planta haciendo alarde de perfección, de pureza, de triunfo, porque estáis muy lejos todavía del triunfo, porque no estáis caminando al compás de mi palabra, vais con paso demasiado lento y la enseñanza del Padre, marcha, en verdad, con paso firme día tras día; y vosotros, no queréis salir del estancamiento, no queréis dejar atrás las costumbres superfluas; queréis todavía alimentaros de rutina, de estacionamiento y letargo, cuando los tiempos ya no lo permiten, cuando los tiempos y los elementos, el dolor y la guerra, los conflictos y el caos, os dicen a cada instante: “¡despertad! ¡Levantaos! ¡Trabajad!”

46 Limpio os veo, por dentro y por fuera de vuestro corazón; y dejad que éste se llene con ese licor, con ese vino que es la sangre del Maestro, para que se desborde en vida, en verdad y en esencia, en todos vuestros hermanos.

47 Sí, mi pueblo amado, ¡despertad y levantaos! Estudiad mi dulce palabra y encontraréis en el fondo de ella: mi caridad y mi amor infinitos.

48 Dejad que mi palabra, llegue a vuestro corazón; y sentiréis que esa palabra, viene solamente de un Padre, no de un juez; viene de un Padre, que os ama, que os busca, que os corrige y extiende la mano a cada instante para daros la salvación, que os levanta cuando tropezáis, que os sana cuando os habéis herido.

49 Ni siquiera he venido en este día de gracia, a ordenaros algo; no he venido a mandaros algo, solamente he venido a daros la caricia, a daros el bálsamo, a iluminaros una vez más el sendero recto, para que ni uno de vuestros pasos se desvíe; he venido, a buscar donde está vuestro mal, vuestra dolencia; ya que he venido a escucharos, para encontrar vuestras necesidades, poderos colmar de beneficios y allanar vuestro camino; a escuchar vuestras palabras, a recibir vuestra oración, a hacer que por vuestros méritos, alcancen los vuestros, a haceros dignos delante de mi divinidad.

50 En este día de gracia, no he venido a entregaros órdenes y mandatos, recordad que en alba de gracia, el Maestro los retuvo y pudo haberos dicho: “quedo en espera del cumplimiento de mis órdenes, para poder entregaros nuevas.” y pudo haber dicho, al cuerpo de pedestales: “preparaos y haceos dignos todos, para que por vuestro conducto pueda entregar mis mandatos en el presente año.”

51 ¿Hasta cuándo podré entregar mis nuevos mandatos, Israel? Cuando, desde el primero hasta el postrero, se levanten a cumplir, cuando podáis decir al Eterno Padre: ¡Padre, Padre, con ahínco hemos tratado de cumplir tus mandatos! Entonces, el Padre se complacerá entre vosotros, abrirá su arcano sacrosanto y os entregará lo que retenido en él se ha hallado para Israel, porque lo que yo he derramado entre vosotros es un átomo celestial, de lo que guardado tengo para vosotros.

52 ¿Por qué no se han derramado todas estas gracias divinas, estas gracias espirituales entre vosotros? Por la falta de obediencia, por la falta de comprensión y por la falta de espiritualidad, porque mientras pueda encontrarse manchados vuestra alma y corazón, no podrán ser el asiento de mis gracias divinas.

53 Muchas veces, yo os he prometido, a cambio de vuestra unión y cumplimiento: la paz del mundo, la paz de la nación, la solución a grandes conflictos y caos que pesan sobre el mundo; y no he podido cumplir mi palabra, porque vosotros no me habéis cumplido; y entonces, me decís: ¡Padre, Padre! ¿Acaso tu corazón no se conmueve con tanto dolor? Sí, mi pueblo, tan se conmueve, que en el Segundo Tiempo a través de Jesús, vine a entregaros mi vida, mi sangre, mi palabra y todo para poderos redimir. ¿Es acaso lo que me estáis pidiendo, una vez más, Israel? Es que ¿acaso queréis que nuevamente descienda de mi solio, para hacerme hombre, para dejarme llevar por los hombres con un madero a cuestas hasta la cumbre de la montaña? ¿Queréis contemplar nuevamente, a través de mis llagas y heridas, hasta el último de mis huesos? ¿Queréis que la última gota de mi sangre, escape de mi cuerpo y caiga en la tierra del calvario, sin que vuestro corazón, se abra para recibirlas?

54 Ese tiempo, ha pasado, mi pueblo; ahora os toca a vosotros, no que derraméis vuestra sangre, no que seáis blasfemado por todo el pueblo y las multitudes, no que hagáis sacrificio corporal entre la humanidad; sino levantaros con enmienda, con recogimiento, con espiritualidad, venciendo vuestras propias pasiones, doblegando la reaciedad de vuestra carne, unificando vuestra voluntad a mi voluntad divina, redimiendo vuestro propio hogar, vuestra propia familia, derramando paz y buen ejemplo en el camino, practicando la doctrina del Maestro dentro y fuera del recinto, como yo os la he enseñado, unificando vuestro corazón a los corazones de aquellos que en verdad, representan a mi divinidad en otros recintos, amándoos los unos a los otros; porque si no os amáis, no sois mis discípulos, ni estáis practicando mi enseñanza, en verdad, y entonces imitáis a los fariseos del Segundo Tiempo.

55 Decís: ¡Padre! ¡Padre! Pero en vuestro fondo, no me creéis, no me obedecéis, ni me seguís. No, mis hijos amados, que estas palabras no vengan con frecuencia a vuestros oídos ni a vuestro corazón; que ya pueda el Maestro, iniciar entre vosotros: la última etapa de su palabra en este tiempo, con esencia llena de ternura, con esencia llena de bálsamo, llena de caricia entre vosotros mismos; pero no de reclamo ni de corrección.

56 Mas, qué queréis, si así lo vais pidiendo en el camino, así lo necesitáis, así el Maestro tiene que llegar entre vosotros, porque no os dejaré manchados, ciegos, ni confundidos. Voy a delatar a vuestra carne y a vuestros actos, delante de vuestra conciencia; no a los unos delante de los otros, porque yo soy el velo que en verdad, os defiende de vuestros enemigos y jueces; pero que todos vuestros actos los pondré al descubierto, delante de vuestra conciencia; y día tras día, así con mi palabra, vendré despertando más y más a vuestro juez interior, que es vuestra conciencia; para que ella, os juzgue en medio de la noche y durante el día, para que no os deje reposar ni por un instante; y os recuerde siempre, que todo discípulo de Cristo, que se dice espiritualista trinitario mariano, en esta era tiene que levantarse con fe, con obediencia, con ahínco y con preparación, a cumplirle al Padre, entre sus propios hermanos.

57 ¿Israel, me habéis comprendido? Ved cómo yo os defiendo de las acechanzas y del frío. Ved cómo yo incansablemente, os estoy hablando de mi partida; así como en el Segundo Tiempo, pude hacerlo con mis apóstoles.

58 Encontrabase el Maestro, rodeado de sus discípulos en aquel Segundo Tiempo, todos ellos, menos uno; eran mayores de edad que el Maestro; los unos podían encontrarse en la edad madura; y los otros ya en la ancianidad. Solía haber un pequeño, menor que el Maestro, que era juan; y el Maestro, les hablaba de su próxima partida, y aquellos hombres podían preguntarse a sí mismos: ¿cómo es que habla de partir, si nosotros estamos más próximos que él, al final? ¿Cómo es que a cada instante, él nos está entregando su despedida, si es más joven que nosotros?

y es que el Maestro les hablaba, en sentido figurado, de su muerte próxima, y ellos no alcanzaban a comprender cómo aquel hombre todo vida, todo salud, todo amor y fortaleza podía morir para el mundo.

59 Mis discípulos, no alcanzaban a concebir, que aquél que vino del Padre, pudiera también morir; y por instantes se confundían; pero el Maestro, seguía hablando de su partida, seguía dando su adiós, seguía haciendo que aquellos corazones se familiarizaran con su partida de él, para que comprendieran que tenían que aprovechar el tiempo, que tenían que llenarse de amor y espiritualizarse, que tenían que almacenar en lo más profundo de sus corazones, toda aquella simiente preciosa que era la única herencia que les estaba confiando para después de su partida.

60 Y ellos, le decían: Maestro, si alguien quisiere levantar su mano para darte muerte, no lo permitiríamos, ningún puño se interpondría ante nosotros. Mas, el Maestro, les decía: lo que escrito está, tendrá que Ser; y la voluntad del Padre, se consumará; pues antes pasarían el sol y la tierra que no se cumplirse la palabra del Padre.

61 Ellos doblaban su cabeza entristecidos, y pensaban: ¿qué haremos después de que él, ya no se encuentre entre nosotros? ¿Cómo podremos nosotros luchar entre la humanidad, como él lo ha hecho? ¿Cómo podremos darle la vista al ciego, limpiar al leproso y convertir a los varones y mujeres pecadores? ¿Cómo podremos resucitar al muerto, como él lo ha hecho y hablar incansablemente con esa pureza y perfección con que él se ha manifestado? ¿Qué haremos después de su partida?

62 Y él, les decía: vosotros quedaréis en mi lugar, vosotros seréis como ovejas entre lobos; pero si creéis en mí y estáis siempre en el camino que yo os he trazado, no pereceréis jamás.

63 Esto a ellos, les daba ánimo y así se afirmaban con el propósito de no salir jamás de aquel camino de amor, trazado por aquella palabra; hasta que el instante, se aproximó; y entonces ellos, pudieron contemplar cómo el pueblo se emocionaba, cómo el pueblo se levantaba; los unos vitoreando al Maestro, los otros desconfiando de él y los otros levantándose en conspiración y persecución; se amedrentaban los corazones de aquellos discípulos del Maestro; y entonces, flaqueando por momentos su confianza y su fe, miraron al Maestro, como a un hombre; y para sí mismos, decían: ¿por qué con su santo poder, no detiene el avance de esa plebe? ¿Por qué el Maestro, con su santo poder, no hace callar las bocas de los hombres; él, que hace callar las bocas de aquellos poseídos por espíritus inmundos?

64 Mas, cuando en el huerto de los olivos, le contemplaron orar y sudar sangre, pudieron decir: ¿cómo es posible que el hombr eDios, que el Maestro, el enviado del Eterno Padre, pueda amedrentarse delante de los hombres que le persiguen y prestos están para prenderlo?

65 Y más tarde, cuando él cayó víctima del dolor, cuando todos los pecados del mundo cayeron sobre el cordero inmolado; entonces, los apóstoles, pudieron preguntarse: Maestro, ¿por qué te has dejado aprehender como cualquier malhechor, si en ti no hay pecado alguno, ni causa que perseguir? ¿Por qué te has dejado aprehender? Y fue el instante en que ellos, también se dispersaron, pues pensaron que si él, habiendo hecho obras piadosas, lo aprendieron. ¡Qué suerte podrían correr ellos, entre las pasiones desatadas de los hombres? Y se ocultaron, pero el Maestro seguía dando su enseñanza.

66 No era solamente Dios, había querido ser también hombre; y como la representación del hijo del hombre, también vine a dar mi ejemplo de perfección entre los hombres, quería sentir el dolor, no solamente divino; sino humano, quería sentir todas las angustias de los hombres, toda la soledad; quería recibir en ese cuerpo bendito, todas las ingratitudes, todas las blasfemias; para poder entonces, entregar la última de sus páginas, de aquel segundo testamento.

67 Llegó la última hora, el último instante del Maestro; y desde lo alto de aquel ensangrentado madero, buscó con sus ojos benditos a sus discípulos, a aquellos hombres que habían vivido en él, aquellos que lo habían amado, aquellos que lo habían acompañado atravesando los caminos, penetrando en las aldeas, en las provincias, en las comarcas y en las ciudades, a aquellos varones que por tres años habían estado cerca de su regazo y corazón, y no los encontró.

68 En el último momento sus ojos corporales, no los pudieron contemplar, se habían ocultado ante la ira, ante la ceguedad de las turbas, se habían ocultado en el confín; solamente juan, el más pequeño, era el que estaba en unión de la madre del Maestro; y a él, pudo entregar sus últimos mensajes para los apóstoles y para todo el género humano, dejo al discípulo en representación de toda la humanidad y a su madre, como madre espiritual y divina de todo el género humano.

69 Después, vino la comprensión, después solamente vibró el Espíritu Santo, cuando solos podían encontrarse los discípulos, guardando luto a la divinidad, como si de entre ellos hubiera partido un hombre; sollozando a cada instante, unidos todos en el llanto, en la ausencia, en el dolor, buscando el consuelo de aquella madre que trajo al mundo al unigénito amado.

70 Así dejaban pasar los días y las noches. No había consuelo para sus corazones, no había con qué llenar el infinito vacío que el Maestro amado, había dejado en ellos mismos. Y he aquí, que el Maestro, en carne aparente, su esencia divina se hizo visible a los ojos de sus discípulos. Visitó a la madre, visitó a una de las tantas mujeres y ellas dieron testimonio y los apóstoles dudaron; mas el Maestro, quería dar testimonio: de que después de su partida, él seguía espiritualmente con ellos, reanimándoles, levantándoles a la lucha, porque ellos habían quedado en el lugar del Maestro.

71 Sin embargo, los discípulos dormían en su letargo, entregados al luto, al dolor, a la soledad. No podían comprender que tenían que levantarse; y así, se reunían en un sitio, en el otro, en el otro, lejos de las miradas de los judíos, lejos de las miradas de la turba, por temor a ser tomados, también cuales prisioneros.

72 Encontrabanse los apóstoles reunidos en una choza humilde, no estaba Tomás entre ellos; y cuando aquellos discípulos, podían encontrarse entregados a los recuerdos a puertas cerradas; a través de la choza, atravesó la figura de Jesús, y pudo haberles dicho: “mi paz, sea con vosotros”

73 Sorprendidos se levantaron los discípulos, al reconocer el eco, el acento de aquella voz, única para ellos, en verdad; y postrándose ante la aparición del Maestro, lloraron; y de él, sintieron la fuerza. El Maestro dio testimonio de sí mismo, de que él estaba con los suyos y con su presencia les reanimaba.

74 Ausentóse la figura del Maestro, y los apóstoles llenos de alegría y confortación, esperaron la llegada de Tomás. Cuando él llegó, le comunicaron la buena nueva; y Tomás se burló, se mofó y dijo que eso era imposible, ya que el Maestro había muerto, que todos daban testimonio de que su sangre había caído en el polvo de la tierra, que su cuerpo lacerado y traspasado, también había sido en el madero de la cruz, que había sido introducido a las entrañas de la tierra, como todo mortal; y era imposible, que con ellos, hubiese estado.

75 Así hablaba Tomás; y la choza, a puerta cerrada podía encontrarse, cuando el Maestro nuevamente pudo decirles: “mi paz, sea con vosotros”. Y Tomás, entonces lleno de pavor primero, lleno de arrepentimiento después, pudo contemplar en figura la carne aparente del Maestro; pero la duda seguía atormentando su corazón, era el discípulo materializado, era el discípulo que no había alcanzado a comprender las gracias del alma, las gracias del espíritu, las gracias de la vida eterna y pudo decirle el Maestro: Tomás, acercaos, hundid vuestros dedos en mi llaga. Y Tomás los hundió y pudo contemplar a través de aquella herida, de aquella profunda llega que manaba sangre espiritual: la tierra prometida, y entonces, el Maestro, contempló cómo Tomás, ante sus pies, lloró lleno de dolor y arrepentimiento y decía: ¡Maestro! ¡Maestro, eres tú! Sí, Tomás, confesáis que soy yo, porque habéis visto; y como habéis visto, habéis creído. ¡Bienaventurados aquellos que sin ver, han creído!

76 Así estáis vosotros, mi pueblo. Yo os estoy anunciando a cada instante mi partida, os estoy desmaterializando, os estoy depurando en espíritu y en materia a cada momento, para que no seáis después los materializados, los idólatras, los ignorantes, los confundidos; sino que seáis los discípulos espiritualizados del Tercer Tiempo, los verdaderos discípulos del Espíritu Santo, para que cuando llegue la hora de mi partida, entonces no digáis: ¡Maestro, Maestro! ¿Cómo es posible que nos dejes? ¿Cómo nos dejas entre esta humanidad llena de odio, de guerras, de rencores y de perversidad? ¿Cómo te apartas de nosotros, si tú eres nuestro único bien y salvación?

77 ¡No, pueblo! No quiere el Padre que en ese instante, vayáis a exclamar esto delante del mundo, delante de la humanidad, porque habrá representantes de las naciones, habrá representantes de las sectas y religiones. ¡Créalo el hombre o no lo crea!

78 En el momento final de mi partida, no quiero que el mundo contemple en este Tercer Tiempo, de unos, la ida; de los otros, el mesar de cabellos y el crujir de dientes. No quiero que vuestros labios, en ese instante, exclamaciones de desesperación. No quiero que vayáis a gritar: ¿por qué te vas? ¿Por qué nos dejas? Quiero recibir de vosotros, en el momento final de la partida de mi palabra en esta forma: el recogimiento, el silencio, la serenidad, la espiritualidad, la verdadera comprensión entre vosotros, de que yo no me he ausentado, de que yo no he partido de entre vosotros; sino que sigo estando espiritualmente muy cerca de mis discípulos, de mis hijos amados como en el Segundo Tiempo, testimonio de ello os di.

79 Yo he dicho: todo ojo pecador y no pecador me contemplará pero analizad estas palabras, que son dadas en sentido figurado. No todos los ojos me contemplarán, en la imagen de Jesús, después del año 1950. Los unos me sentirán en su corazón, los otros en su propio entendimiento, los otros en las maravillas que haga en su camino, los otros en la oración, los otros en las pruebas; y no será menester los ojos corporales ni la vista espiritual, para contemplarme; sino vuestros sentidos espirituales y sentidos corporales: la parte más espiritual de vuestra conciencia, ella sea la que me mire, ella sea la que me sienta, ella sea la que me palpe en Espíritu y en verdad.

80 ¡Oh, Israel amado! Y así, entonces, no haya luto en vuestro corazón, ni exista el vacío, la soledad, la congoja, ni los sollozos; sino que desde ese instante podáis prepararos más que nunca; así como lo hacéis vosotros, con vuestro seres queridos, cuando vuestros padres materiales penetran en la agonía, cuando vosotros contempláis que vuestro padre o madre está entregando sus últimas palabras, está dirigiendo sus últimas miradas a sus pequeños, está dando sus últimos alientos; y entonces, todos los hijos, en un abrazo estrecho, pugnan por reunir sus fuerzas para suplir las de aquel corazón amado que está partiendo ya.

81 Así, a imitación de estas vicisitudes, en el momento de mi partida a través del entendimiento humano, todos deis el último paso a la verdadera unificación, a la de amor de los unos hacia los otros, para que entonces, ¡todos! Reuniendo vuestras fuerzas espirituales y corporales, forméis un solo cuerpo y una sola voluntad; y con esa fortaleza, supláis la que el Padre os daba, con la de su presencia en palabra; para que con esa fuerza corporal y espiritual, podáis en ese instante, vencer toda negligencia, todo estacionamiento; y desde ese momento, deis el paso con firmeza entre la humanidad; que si vosotros estáis unidos y firmes, ¡ay! ¡Ay de universo y del eje del mismo planeta, porque hasta él mismo, se conmoverá! Los elementos reconocerán vuestra unificación, las naciones la sentirá n, también y habrá grandes señales en el cielo y en la tierra, en verdad, mi pueblo.

82 Por eso, desde ahora os voy unificando en pensamiento, en trabajos, en palabra y en enmienda, en todo mis hijos muy amados; para que cuando ese instante llegue, que es muy próximo, la familia de Dios en los tres Tiempos, pueda decir: ¡al fin, Padre amado, nos hemos unido!

83 ésta ha sido mi cátedra de esta alba de gracia, ésta ha sido mi palabra de amor y de enseñanza. Una perpetua caricia. Desde el principio hasta el final, os he dado mi caricia, mi bálsamo, mi consuelo, mi fortaleza; desde a vuestros guías hasta al postrero, todos habéis recibido la caricia del Padre. Mandato y órdenes, hoy no he entregado, porque retenidos se encuentran; pero os he venido a reanimar desde a los primeros hasta a los últimos, al cumplimiento de estas órdenes, al cumplimiento de los grandes mandatos que el Eterno Padre y vuestro Maestro, como Verbo Divino, os he entregado y que pesan sobre la conciencia de cada uno de vosotros.

84 En este instante, postreros, ¡oh! Hijos benditos, que por vez primera habéis venido al recinto la fe, voy a entregaros unas cortas palabras de bienvenida, de caricia, de purificación, de amor, de consuelo y de beneficio espiritual y corporal, también.

85 Vosotros, pueblo, regocijaos en el fondo de vuestro corazón, recibid a los que por vez primera han venido a mi recinto bendito.

86 Hace tiempo que os esperaba, porque hace muchos años mi palabra vibrando está entre los hombres; y hasta ahora, que está próxima mi partida, vais llegando vosotros; pero es tiempo aún, en verdad, os digo; y los mejores frutos, cultivados por mi pueblo de Israel, los recibirán los postreros; los frutos más depurados, mejor cultivados, con mejor sabor y color, serán con los que se alimentarán los últimos corazones que lleguen ante mi obra bendita. Así vosotros vais llegando y escucháis esta palabra, que es terminante, que es justicia y de amor, y decís: ¿por qué se le habla así a la humanidad?

87 Yo os digo: esta palabra viene de Cristo, de aquél que estuvo en aquel tiempo encarnado entre vosotros. ¿Y acaso vosotros ignorabais cuál finalidad persiguió Cristo, en aquel tiempo? No lo ignoráis, sabéis que él, en cuerpo de Jesús, os dio su palabra y su sangre, para redención de los hombres; y en este Tercer Tiempo, os vengo a decir: esta mi palabra, que os entrego a través del entendimiento humano, es también para redención del mundo.

88 Primer o, estoy salvando a este pueblo; primero, lo estoy rescatando de las tempestades del mar negro, para que él pueda acercarse más y más a la Verdad; y tomando de ella misma, pueda después libertar a los náufragos; porque he hecho penetrar a este pueblo de Israel, en una barca de salvación, no para que él solamente a salvo se encuentre; sino para que él, salve a sus propios hermanos. ¿No veis cómo mi pueblo, os ha tendido su mano, ha abierto sus labios y os ha invitado a venir? ¿Por qué? Porque os ha considerado náufragos; y él, os ha salvado; él, os ha hecho penetrar en la barca y os ha traído al puerto de salvación.

89 Si vuestro espíritu, lo reconoce, ¡bienaventurado seáis! Si no: volveréis nuevamente entre las aguas del mar, que en continua tempestad puede encontrarse; pero yo os digo: yo os entrego, en este instante, una luz para que en la mitad de la noche, en la tempestad esa luz pueda descubriros, a lo lejos: las tierras de paz, de salvación, para que podáis; entonces, una vez más: venir, acercaros hacia esta fuente, hacia esta palabra que os ha dado la bienvenida con tanto amor en esta alba bendita de gracia.

90 Postreros de mi divinidad, que escuchando estáis mi palabra en sentido figurado: serán los corazones los que os den el claro análisis, será mi mundo espiritual de luz el que os explique grandes lecciones que hoy no llegáis a comprender; pero el Maestro, os dice: todo lo que en vuestro corazón me estáis pidiendo, está en el hueco de mi mano. Yo os prometo, en verdad, dejaros complacidos, yo os prometo entregaros mi caridad y beneficios; mas en verdad, no es una falsa promesa, ni os entrego esta promesa con el fin de seduciros, ni tampoco os voy a entregar mis beneficios a cambio de algo de lo vuestro, porque mi obra nada de lo que vosotros poseéis necesita.

91 Solamente os voy a entregar el bálsamo, el consuelo, la fuerza para luchar, los conocimientos de la Verdad, la senda de luz, para que vosotros podáis penetrar en ella misma y levantaros fuertes, como hijos de Dios. Os entrego una llave invisible, mi paz y mis bendiciones en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

el Divino Maestro, después de una boda, se dirige nuevamente al pueblo:

92 He aquí, pueblo amado, habéis palpado cómo una vez más, vuestro Maestro une dos corazones, une dos vidas; para que así, amándose entre sí, puedan ofrecer al Padre: los frutos agradables. Vosotros habéis elevado vuestro espíritu en este instante, y cuánta gracia, cuánta dadiva me habéis pedido. De cierto, os digo: de ellas, sean derramadas como un rocío de gracia, en espíritu y en verdad.

93 Una vez más, he estado entre mi pueblo. ¡Preparaos! ¡Velad y orad! ¡Oh, Israel bendito, por la humanidad! Preparaos más y más en vuestra intuición, para que así, vosotros, podáis conocer el momento que estáis viviendo.

94 Este instante trascendental, en que el hombre no sabe lo que quiere, ni sabe lo que espera; en que el hombre mide sus fuerzas con el hombre y encuentra en sí mismo solamente la flaqueza y no encuentra en el fondo de sí mismo, la fuerza necesaria para lanzarse en contra del hombre. ¡Dadle la mano con vuestra oración, pueblo!

95 Pero, ¡velad, siempre! ¡Orad, siempre! Ya es tiempo de que os olvidéis de vosotros mismos. Ya es tiempo de que consideréis vuestros dolores muy pequeños, en comparación con los grandes conflictos de la humanidad. No dejéis que el dolor, siga carcomiendo la buena simiente. No dejéis, que los tiempos pasen; y entonces, todos aquellos a quienes había de salvar vuestra oración, sigan pereciendo.

96 ¡Preparaos! ¡Velad y orad! Que yo os dejo los cinco minutos de oración en el instante de terminar mi cátedra. En el momento de la ascensión de mi rayo bendito, penetraréis en cinco minutos de oración; y yo, os complaceré y derramaré mis gracias y bendiciones en todo el universo.

97 Haré que el mundo espiritual de confusión, se acerque entre vosotros; no todos tomarán materia, solamente un corto número está destinado a tomar materia entre vosotros, como facultades; pero a los otros, yo les haré penetrar en los recintos para que escuchen mi palabra, para que observen el trabajo del mundo espiritual de luz.

98 Yo haré que penetren en vuestras congregaciones, para que escuchen y sigan vuestros pasos; para que contemplen vuestra vida y ellos puedan recibir la luz; y otros, serán preparados en el mundo espiritual, en aquel gran valle, y no tendrán más acceso en este mundo material; pero vosotros estad siempre en buena preparación, para que ellos, puedan alcanzar. Ellos os escudriñan, os contemplan y esperan la luz de vosotros. No esperéis que ellos os venzan y os confundan, ¡no, Israel! Porque la luz, siempre vencerá a las tinieblas, porque ésta es mi voluntad.

99 Derramo mi paz, derramo en este instante el bálsamo con mi potestad en las aguas, para que con esta agua hagáis prodigios entre la humanidad, en mi nombre, Israel bendito; pero el Maestro, os dice: no serán las cantidades de agua, que me presentáis para su preparación; sino la preparación de vosotros mismos, con la cual podréis hacer grandes prodigios, ya que con una sola gota de esas aguas preparadas bastará, si vosotros, estáis preparados.

100 En todo el universo, derramo en este instante mi caricia, mi perdón y mi bendición; y durante vuestros cinco minutos de oración, pueblo amado, el Maestro, la madre universal y el mundo espiritual de luz y vuestros espíritus, derramaremos la caridad y la paz en todo ser necesitado, porque ésta es mi voluntad. ¡Adiós, pueblo amado, que la luz de mi Espíritu Santo, quede una vez más en vosotros!

¡Mi paz, sea con vosotros!

45. La verdad eterna y suprema

Jueves 1 de marzo de 1948

1 Yo os saludo, pueblo bendito, Hijo del excelso amor, en el nombre de aquél que me envía, en el nombre del gran Espíritu, del Padre universal, yo os doy la bienvenida acariciando vuestro corazón, os doy la bienvenida alumbrando vuestra alma, os doy la bienvenida conduciéndoos hacia Dios, vuestro Padre que es la fuente invisible e interior, fuente de vida, fuente de dicha, fuente de felicidad, fuente de luz, fuente de amor y si vos, mi pueblo, sabéis buscar la felicidad en esa fuente, atraeréis a vos, mi pueblo: la felicidad y podéis atraerla a vos, comunicando, armonizado, santificado llegaréis a esa fuente de claridades y delicadezas sublimes y espirituales, entonces atraeréis todas las felicidades, todas las dichas sabiendo que Dios es la fuente de salud, es la fuente de todos los bienes, es fuente de la vida sacrosanta.

2 Vengo a vos, mi pueblo a través de mi pensamiento, a través de mi irradiación para daros el rocío amoroso de mi Espíritu que guía suavemente como un hálito, como una ambrosía de sutil espiritualidad sobre vuestro corazón atormentado vengo a vos, mi pueblo, para libraros de las luchas sin Dios, para libraros de los tormentos sin él y sin mi consuelo.

3 Pueblo mío, que lucháis sin Dios en las sombras, porque sin Dios todo es sombra y tristeza y las luchas sin él, sin estar todo lleno de él, son luchas en las sombras, en las tinieblas.

4 Vengo a quitar el tormento de vuestro corazón. Vengo a daros unos momentos de delicia por tanto que sufrís, por tanto que lloráis, por tanto que esperáis; y vengo a deciros pueblo mío: que toméis la lámpara que tiene luz de amor y que puede conduciros al reino de Dios.

5 La luz del amor es luz potente y sólo con ella alumbraréis vuestro fin, el objeto de vuestra vida, fijaos pueblo, el contenido de estas frases, ¿cuál es vuestra fin? ¿Cuál es el objeto de vuestro fin? Es realizar en vos mismo el reino de Dios en plenitud y vuestra conciencia, es hacer del bien vuestro ideal espiritual; es, pueblo mío, hacer con las buenas obras vuestra mejor oración que presentaréis a Dios; ese fin y objeto de vuestra vida es muy noble, es muy grande; porque cuando sea en vos el reino de Dios, entonces, ¿para qué queréis otra luz más grande que su luz que es luz de amor, del reino de Dios que está en vos?

6 Las flores de las virtudes son arrullos tiernos, aromas santos; las luces del amor y de la comprensión, son brillantes y son luces para vestiros, mi pueblo y para festejar la unidad de Dios con el hombre, la voluntad del humano con Dios.

7 Si vos sois abundante en amor, seréis rico y grande en espíritu y entonces, tendréis alumbrado vuestro reino interior y vuestro ideal, mi pueblo; ya que ésta es la obra de Dios, que ésta es la obra del bien que será realizado en espíritu y en verdad.

8 La verdad corresponde al espíritu el amor corresponde al espíritu y del espíritu, es la sabiduría; y si vos, quisieseis inspiraros en Dios, entonces, abrid vuestros ojos, muy grandes y siguiendo vuestra mirada, contemplad la grandeza de los mares y elevad también vuestra mirada a los celos, para que así os inspiréis en la grandeza de Dios, id a Dios en los celos, id a Dios en el mar, id a Dios en vos mismos, id a Dios en la luz; sentid a Dios en la vida, sed vos otro Cristo, sed vos el hombre perfecto.

9 Besad y amar vuestra cruz, sí besad vuestra cruz con el ósculo del reconocimiento espiritual. Quiero deciros en esta frase mi pueblo, que acariciéis vuestros dolores si estos son para encontraros en la grandeza del Espíritu, ¡por qué no habéis de venir a mí si yo poco a poco, dulce y suavemente como brisa perfumada voy llegando a vuestro corazón y de manera sutil y delicada voy penetrando a él, atrayéndolo poco a poco hasta que lo ponga en condiciones de que lo ocupe Dios? ¿Por qué no habéis de venir a mí? ¿Cuánta fuerza puede tener el mundo, que no vengáis a mí? Mirad que él que a mí viene, a Dios va.

10 Si el mundo tiene fuerza, escuchad, pueblo mío: yo también tengo fuerza. Si las inteligencias de los hombres, tienen luz; yo también tengo luz sin embargo, las inteligencias de los hombres es opaca, tiene poca luz; y mi luz, es brillante; más cuando las inteligencias de los hombres, se espiritualizan, dan de la luz que tengo yo; porque de cierto os digo: no hay más que una vida, una fuerza, una luz; y en las manifestaciones de la Verdad eterna, es la Verdad, toda vuestra existencia.

11 Mi pueblo, sed vos mismos, espiritualmente, el que hagáis de vuestra vida un ideal espiritual si vos mismo formáis en vos, vuestro ideal espiritual, sabed que estoy vibrando para vos, que traigo armonía para vuestro corazón; armonía, mi pueblo, para despertar vuestra alma en la serenidad de vuestra verdadera existencia, de cuando vos estabais allá y era otra vuestra morada antes de que vinieseis a este cuerpo y a otros cuerpos, de cuando vos gozabais en los planos de luz, cuando vos vivíais la vida sempiterna, cuando vuestro ideal era Dios y él era la luz que alumbraba vuestra alma y él era para vos, el más hermoso de los soles espirituales; entre tanto brillo de sus enviados, él era, sí, la fuerza esencial, vida y sustancia de la luz y de la Verdad, cuando de él y para él vivíais porque a el os afinabais, cuando él era vuestra gloria, cuando os parecía imposible la separación, cuando palpitabais en la misma vida, cuando gozabais en la misma plenitud.

12 Os traigo recuerdos de vuestra vida verdadera, de esa vida superhumana, esencial, de esa vida vuestra que vos volveréis a gozar y sentir, aunque por momentos solamente lleguen a vos, reflejos, destellos; pero a medida que se vaya ampliando vuestra conciencia, viviréis más de esa vida y bendeciréis este mundo lleno de lágrimas y de sangre, pero lo bendeciréis porque lleváis la gloria de la presencia de Dios dentro de vos mismo.

13 Traigo para vos, pueblo mío, el recuerdo palpitante acordaos que Dios os ama, acordaos que Dios os espera, acordaos que Dios sabe todo lo que pensáis y todo lo que hacéis; y acercaos mi pueblo, que si seguís colocándoos en ese sendero del dolor, en ese sendero de las causas y los efectos, entonces vos mismo llamáis a vuestra amargura y vos mismo llamáis vuestra tristeza; sin embargo, cuando dejéis el camino del mal, como vos decís, entonces, por el sendero de la corriente del bien y de la Ley superior, seréis otro; y os libraréis de las causas y efectos, cuando por el remordimiento de haber faltado a los dictados de la Ley divina, entréis en plena comprensión; y entréis también, en la armonía del absoluto.

14 Y cuando vos sepáis del ritmo de la vida divina, cuando forméis parte de la conciencia universal, cuando seáis una nota brillante y palpitante en el gran concierto, cuando sepáis quien sois, cuando os alimentéis con el pan de la sabiduría, entonces, mi pueblo, ni el agua, ni el aire, ni el fuego, ni los temblores de la tierra, ni las lágrimas, ni la amargura, ni la Ley de causa y efecto, tendrán poder sobre vos, porque de cierto habréis entrado en la corriente del sendero superior que es el sendero del amor, de la redención, ahí no os alcanzarán las aflicciones de este mundo, vuestras preocupaciones serán las preocupaciones de la redención mundial, sentiréis que el sol espiritual que os alumbra, ese Padre Celestial, por vos hablará. Diréis: ¡cuántas almas llevo al Padre y cuántas almas me faltan! Y bendeciréis el día en que disteis de la palabra espiritual.

15 La palabra espiritual es un camino abierto y debéis utilizar todas vuestras fuerzas y conocer todos los caminos para que así sepáis con qué luz os alumbráis y sepáis qué potencia alcanzan vuestras fuerzas y adónde vais; sólo entonces, sabréis de donde habéis venido.

16 Sí, vos, no os conocéis, aunque creáis conoceros. Si aún vuestro cuerpo, no conocéis, ¿cómo queréis mi pueblo, conocer la excelsitud divina? Y ¿cómo conocer los dictados y las manifestaciones de la Ley del excelso? Necesito deciros que cada palabra de redención que deis a los demás, que cada palabra que pase de vuestra mente a vuestro corazón, es una perla, es una migaja de pan para vuestro Espíritu y son pedacitos de pan que regaláis a los benditos hijos de Dios. Es una gama espiritual, sí, es a semejanza de una estrella que habéis regalado a vuestros hermanos.

17 Hablad mi palabra nuevamente, hasta que los hombres vuelvan a Dios, ¿cómo? Tocándoles el sentimiento, envolviendo de luz el pensamiento y haciendo que el hombre se conozca poco a poco en el amor que tiene, en el amor que puede dar o en el amor que le falta tener y en la piedad y bondad que le falta derramar por el mundo.

18 Conoceos, pueblo mío, ved: si sois bueno, profano o sabio, si sois fuente seca de misericordia o si sois raudal de agua cristalina que inunda el alma del que a vos se acerca, si sois luz que se da a sí misma o sois tiniebla en vos mismo.

19 Por hoy os parece que mis frases van por el sendero orientador y profundo, y mañana, cuando podáis penetrar a lo superior, encontraréis esencia y más esencia; Espíritu y más Espíritu en la palabra, por eso quiero estar íntimamente con vos, mi pueblo. Quiero estar profundamente en vuestros sentimientos, en vuestros pensamientos, quiero estar con vuestro íntimo dolor y ser la esperanza de vuestra alegría. Saturad. Pueblo que lucháis en las sombras de vuestro mundo de personalidad, y débil porque no habéis tomado de las fuerzas del espíritu que fuerza tendréis.

20 Quiero estar con vos, quiero conduciros, quiero que en esta tarde, grabéis en vuestra mente estas palabras: “vengo a ayudaros. Vengo por medio de la irradiación. No desciendo; no. Por medio del entendimiento, por medio de la idea, por medio de la vibración que vos no entendéis y que poco a poco conoceréis, por ese medio vengo a ayudaros y a conduciros para que encontréis el camino de la felicidad.”

21 ¿Y cómo vais a encontrar el camino de la felicidad, mi pueblo? En vos mismo se encuentra ya os he dicho; si sois estrella brillante o fuente seca, si sois estrella cintilarte encontraréis el camino de la felicidad y encontraréis la fuente, ya que Dios es la fuente de todos los pozos, sois estrella que alumbra el camino de la felicidad, que es vuestro propio camino.

22 ¿Será posible que de cada uno de vosotros, haga una columna para el templo del amor, la sabiduría y de la Verdad que está en el universo? ¿Que de cada uno de vosotros, haga un apóstol que predique la existencia del Cristo; y antes de esto, la existencia de Dios? ¿Será posible que de cada uno de vosotros, haga un gigante espiritual? ¿Será posible que de cada uno de vosotros surja una estrella, que deje una estrella luminosa que alumbre con gran luz de los celos, o haga de la conciencia, la unidad del hombre con Dios? ¿Será posible que florezcan en el sepulcro de la materia, las rosas fragantes del espíritu?

23 ¿Será posible, amados míos, que encontréis la amplitud del conocimiento, en el horizonte de la Verdad? Sí, porque vos sois hijo de Dios porque vos sois párvulo del Cristo y yo os ayudaré y vos encontraréis la Verdad y florecerán las rosas en vuestro sepulcro; y en vuestro espíritu, el gigante se levantará y hablará la palabra del espíritu; la palabra del Verbo Divino, mi pueblo, esa palabra que no se estudia, esa palabra que brota del santo venero del espíritu que inspira Dios desde el santuario oculto del hombre.

24 Esa palabra divina que tiene sapiencia, que Dios derrama en lo íntimo de vuestros corazones, ¿por qué no ha de ser posible que haga que broten rosas sublimes de vuestro sepulcro? ¿Por qué no ha de ser posible que de vuestra fuente seca, brote el agua de gracia para aplacar la sed de los que sufren? ¿Por qué no habréis de poder dar luz a los corazones? ¿Por qué no darles el calor que necesitan al influjo del dulce amor de Dios? ¿Por qué no podréis convertir la aridez, en huerto fértil donde Dios more con toda la belleza, con toda la grandeza de su verdad, expresada por el hombre?

25 Pueblo mío, yo os purificaré y vos mismo os purificaréis; yo os enseñaré a amar y vos mi pueblo, amaréis; yo os conduciré por los caminos de la vida y vos encontraréis luz; yo os iluminaré y vos sabréis encontrar de lo que buscáis: la fuerza en la palabra, el alimento de la vida y la esperanza para la mal llamada muerte.

26 ¡Vamos, pueblo! Vamos a buscar para los hombres, en esta vida: la felicidad la felicidad, que es posible que tengan, no siendo vosotros la carne, ni siendo solamente la mente personal del hombre, la mente humana que hoy reacciona y mañana no; no siendo más carne, más que mente o más que energía, siendo Espíritu eterno, hijo de Dios, conoceréis entonces, de qué manera seréis a mi semejanza y a mi imagen. A mi semejanza espiritual, a mi imagen espiritual. Esa imagen espiritual, está escondida, es invisible.

27 ¡Venid conmigo, mi pueblo! Para dejar en cada corazón seco, el rocío del amor y de la piedad.

28 Mirad pueblo: una parte de los hombres, una parte de la humanidad debilitada y triste, no sabe fortificarse con la fuerza que Dios ha puesto en la naturaleza y en todos los elementos; no sabe tomar la energía de Dios que está en todas partes; no toman la energía de Dios que está en el agua, en el aire, en la tierra, en las flores, en la luz, en el sol no saben tomar la energía de Dios que está en todo lo que se aspira y se respira y por eso se enferman y se encuentran tristes y debilitados, fúnebres son.

29 Otra parte de los hombres, otra parte del humano, quiere absorber, recibir esa fuerza que Dios deja en los elementos para llenarse de energía, de vida y reciben, aspiran del aire, del agua, de la tierra, del fuego, de las flores, de la luz, porque saben que ahí está la energía de Dios. Estos seres son de otro grado mental, de otro plano de la mente que vos iréis entendiendo; sin embargo, otros más adelantados que los primeros y que los segundos, no necesitan ya aspirar la energía de Dios que está expresada en esencia en los elementos; y no necesitan, porque saben mi pueblo, porque saben, mis amados, que llevan al Dios dentro de sí mismos y que Dios es la fuente secreta de todas las fuerzas que tienen energía, que Dios es la fuente de la luz, del amor, de la vida, de la sabiduría; estos, han pasado por diferentes grados.

30 Y así seréis vosotros, mis amados, seréis vosotros como los primeros, porque de éstos sois la mayor parte, muchos de vosotros como aquellos que no reciben, que no aspiran conscientemente en la plenitud energética de Dios; mas los elementos dispuestos están a darse a aquellos que saben tomar la fuerza y la luz de Dios y después aquellos que no necesitan tomar luz de Dios porque saben que hacen grandezas en vosotros y por ese medio tienen todo lo que necesitan; y por tanto, si sois abundantes en amor, sois ricos en espíritus y de nada carecéis.

31 Tenéis mucho pan espiritual para comer y dar de comer a los demás, ya que éste es el alimento del alma, mi pueblo. Así pasaréis por esos grados, así sabréis todo por la escala ascendente e invisible, poco a poco ascender, elevaros.

32 Podéis gozar de la vida cuando vayáis penetrando en vos la luz de la espiritualidad, así encontraréis dentro de los matices, notas del dolor y en el dolor encontraréis muchas notas. Juntadlas todas y haced con ellas un conjunto, un poema armonioso, un canto a la vida que es un canto a Dios. ¿No sabéis que también del dolor surgen notas? ¿No sabéis que con ellas podéis hacer un canto a la naturaleza divina y un canto a la naturaleza humana, ya que ésta, es una parte de la divina? Juntad esas notas, las reuniréis y conservaréis, y haced un canto con ellas, mi pueblo, un canto a Dios, un canto intuicionado por los sentimientos nobles de vuestro propio corazón y tendréis en ese canto, parte de vos mismo y sólo hablaréis al Padre Celestial.

33 Yo di también notas del dolor con las que formé un canto armonioso, una alabanza a Dios; y esas notas que junté, sois vosotros; sois mis notas negras y tristes, llenas de una amargura, de una melancolía sin fin; notas, impregnadas de tristeza y sollozo, notas con lamento de agonía y de muerte, notas pasionales; yo os junto, notas amadas, para hacer un himno al Padre, un himno con notas espirituales sois mis notas, seréis mis liras y seréis mis flores, y seréis mis fuentes llenas de agua cristalina y seréis mis tumbas florecientes y seréis las pequeñas estrellas de mañana con que se alumbren los que vienen tras de vosotros.

34 La redención es necesaria y es posible; no me cansaré de hablar, no me cansaré de manifestarme de distintas maneras con vos, hablándoos para orientaros, haciendo de vuestra vida un poema para cantarle a la dicha y al dolor; haciendo de vuestra vida que brote la luz que estaba escondida, que aprovechéis la vida y elevéis vuestro pensar, haciendo de vos otro hombre: otro varón y otra mujer.

35 La alquimia espiritual tiene su secreto en un principio, vino de esa alquimia espiritual que su raíz tiene un secreto divino; su magia, ese principio divino, es: el amor y mi amor os dejo y mi amor os doy y mi amor fortifica vuestra existencia y mi amor ilumina vuestra vida y me identifica con vos para que sepáis que Cristo vibra en vos y para vos.

36 Vuestro corazón, conoce mi vibración sin equivocarse y yo haré que vos me conozcáis y me conoceréis cuando sepáis que os amo; por cuanto me preocupo por vos, por vuestro principio espiritual. Dios os da guía y él es la luz y vuestro principio espiritual; pero decidme, mi pueblo, si Dios es vuestra guía, ¿ya lo obedecéis, ya lo sentís? ¿Ya acatáis sus mandamientos y los ordenamientos de su divina Ley? Si Dios es vuestra guía, ¿hasta qué punto obedecéis a vuestro guía? ¿Hasta qué punto obedecéis a vuestro Maestro?

37 Pues bien, yo voy adentrándome poco a poco en vuestra vida humana, hasta que sepáis que formo parte de vosotros mismos; que mi amor, mis pensamientos, mi luz os acarician, mi Espíritu forma parte de vuestro mismo Ser espiritual. Estamos unidos, mi pueblo y para que vos me conozcáis, sabed que estoy con vos intensamente, cuando vos sufrís; si vos queréis buscarme, si vos queréis llamarme, veréis de qué manera os contesto, inmediatamente os contesto y por vos mismo os contesto. Por eso, los que vienen a esta doctrina mía, no se sienten, ni solos ni tristes, la palabra “condenación” les causa risa, la palabra “desgracia” pasa desapercibida porque conocen la palabra de salud, como lo que significa “muerte” porque saben que ésta no existe y no les preocupa.

38 Los que vienen a esta doctrina, gozan de su libre albedrío, saben que son bien conducidos y saben producir notas que salen del corazón, del sentimiento y tienen comprensión y saben el fin y objeto de la vida. ¿Sabéis cuál es el fin y objeto de vuestra vida, amados míos?

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39 La verdad expresada en los términos que sabéis y podéis, marcos, apóstol ocupado y preocupado, estáis dentro de la red que os tejéis en el enjambre de las delicias de este mundo y de vuestra mente, por eso ocupado y preocupado os encontráis. Sin embargo, ¿sabe contestar a su Maestro a pesar de que su corazón palpita, a pesar de que la luz de su esperanza, la busca, la llama; mas tiene aún, para vuestro Maestro, contestación. ¡Bendito sea vuestro corazón y bendita sea vuestra nobleza, varón! ¡Bendito seáis vos!

40 Yo a vosotros he dirigido frases; frases, que algunos de vosotros habéis escrito, ¿cuál es el fin y objeto de vuestra vida?

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41 Esto es una parte de lo que os he dicho, pero decidme si ese es vuestro ideal: la obra de Dios.

42 El fin y objeto de vuestra vida es realizar en vosotros, el reino de Dios no lo olvidéis. Bendito seáis, vos. Yo digo a vosotros, amados, esta frase.

43 Sí, varón, acabaréis por identificarme a través de vuestros sentimientos, a través de vuestro corazón, a través de la Verdad sentida, porque la sabiduría de Dios se expresa a través de la Verdad; la sabiduría de Dios, se traduce en las más altas manifestaciones de la Verdad del Espíritu, de estas manifestaciones de la Verdad del Espíritu, son las que escucháis en mi palabra, en mi cátedra, por mí mismo; y así, por la palabra me conoceréis y no insistiréis más en dudar.

44 Decidme, varón, ¿qué nota dan vuestras letras que os hablan de mí, aunque seáis por hoy un intelectual? Pero mañana no lo seréis, porque os habéis de quedar contento, debéis tener alegría por sentiros intelectual, porque mañana seréis más intelectual, más que una interrogación; seréis, un sabio, mas no un sabio perfecto; sino un pequeño sabio, cuando sepáis interpretar las delicias del corazón, los sentimientos, las cosas, los mensajes, entonces ¡oh intelectual de hoy; pequeño sabio de mañana! No querréis la satisfacción y vuestro éxito, por hoy, dejadlo, que mañana seréis algo más que un intelectual, sentíos y conocedme por el sentimiento, abridme las puertas de vuestra alma, sentid la fuerza interior de vuestro más profundo sentimiento, dejad que la lira de vuestro corazón se desborde desgranando en vuestras notas sentidas, los más bellos arpegios en identificación conmigo; y entonces sabréis, que sí es capaz Cristo, que ama y enseña a los hombres, de estar entre ellos y unido a ellos solo por el amor que os tengo, amados.

45 No me juzguéis muy lejos de este mundo ni creáis que mi comunicación es imposible, porque el pensamiento es uno de los principios, sutiles por los que me comunico con el universo, por el pensamiento estoy conectado con el universo entero y por el pensamiento escucháis estas palabras que son pensamientos míos a través de este instrumento pensante y esto es por mi amor y mi voluntad: pensamientos traducidos en palabras porque el redentor, sigue siendo redentor; yo no he abandonado al mundo y a los pequeños, yo amo a los pequeños y los apartaré del pecado.

46 Y escuchad, varón, que otros como vos, también intelectuales están aquí escuchando para nutrir su alma con la Verdad que va directamente a la mente que sabe comprender. Escuchad: yo no aborrezco al pecador, amo al pecador; ni tampoco aborrezco al pecado ¿por qué lo he de aborrecer? Así, vos, nada debéis aborrecer, debéis vencer las pasiones, debéis tratar de dominarlas, pero nada debéis aborrecer; venced y triunfad, apartaos de lo que llamáis mal y traducid el amor en obras de piedad.

47 Seguid pensando, seguid pensando para vos y para todos aquellos que me escuchan, debidamente unos, dudosamente otros, pero al fin que me escuchan.

48 Yo me preocupo de igual manera por los sencillos, que por los intelectuales, por los mayormente pecadores y por los menos pecadores, os digo que esa es mi misión, mi labor y os necesito a todos vosotros. Si queréis compartir mi labor en el mundo, encontraréis la felicidad de la que yo os hablo.

49 Y he aquí, mi segunda pregunta que os hago para que me contestéis lo que yo os he dicho: ¿de qué manera vais a encontrar el reino de la felicidad? Porque os hablo, de que vengáis conmigo a encontrar la felicidad, yo vengo a ayudaros a encontrar la felicidad en este valle de lágrimas; y desde mi cumbre espiritual hasta este valle de vuestras sombras, vengo a alumbraros con mi antorcha, porque la luz del amor es la mejor luz que alumbra y penetra hasta el alma. Sí, respondedme y decid: de qué manera encontraréis el reino de la felicidad, como haréis para que lo encontréis vosotros. Hablad, amado mío.

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50 Bendito seáis, amado mío, espiritualmente os acaricio, os lleno de amor, os lleno de mis bendiciones, mi ovejita bienamada, bendito seáis. A vosotros os hago nuevamente la pregunta: ¿de qué manera vais a encontrar en este valle del dolor, el reino de la felicidad? Amando decís, amados míos: en nombre de aquel que me envía. Yo os pregunto: ¿y cómo se ama mis bienamados? Haciendo muchas buenas obras.

51 Ya os he dicho antes, que debéis encontrar la fuente de todos los bienes que está en el reino invisible e interior de cada uno de vosotros; y al encontrar la fuente de todos los bienes en vosotros, pondréis en práctica el amor traducido en ternura y bendiciones, en obras de paciencia y servicialidad y entonces no contaréis los servicios que hagáis, sólo vuestras horas perdidas, las horas en las que no practiquéis el amor traducido en buenas obras; contaréis las horas muertas y no contaréis los beneficios hechos; contaréis minuciosamente los pensamientos que manchan la mente, pero no contaréis la cantidad de buenos pensamientos que la alumbran, porque seréis cuidadosos y no dejaréis que penetre nada que la contamine; y dejaréis que entre a vos, todo el bien y seréis aumentando vuestra medida para que al aumentar la medida, sea el aumento de la luz de la vida, del sacrificio y de la sabiduría.

52 Por eso, encontrad la fuente oculta de todos los bienes de Dios, en el hombre materializado; la fuente de todos los dolores y en el hombre criminal; encontrad la fuente de todos los males en el hombre pasional; y sabiendo encontrar la fuente de todos los bienes, entonces cambiaréis las aguas de la fuente de todos los males.

53 Quien de vosotros puede entender con tan profundo sentido, la palabra maestra y de qué manera cambiaréis las aguas de la fuente de todos los males que es la fuente de los dolores, que es la fuente de las pasiones, de los vicios, ¿de qué manera cambiaréis el agua de esta fuente? Cambiaréis el agua contaminada de esa fuente, poniendo del agua de la fuente de todos los bienes, en el agua de la fuente de todos los males.

54 El que tenga ojos, vea; el que tenga oídos, escuche; el que tenga inteligencia, atienda y comprenda lo que el Espíritu de amor, en verdad de floración, manifiesta como rocío para todos los seres amados por quienes vibra, por quienes ama, por quienes es la espera; porque soy vuestra esperanza, amados míos; por eso os digo: “tomad de la fuente de todos los bienes para limpiar el agua de la fuente de todos los males.”

55 Decidme, amados: ¿tenéis propósito de esquivar las cadenas del dolor y de qué manera, esquivaréis esas vicisitudes? ¿De qué manera estaréis por encima de las sombras de la muerte, de la agonía y del dolor? Por encima de todas las cosas estaréis, ¿de qué manera, amados? Dando la vuelta me decís. Entonces, si dais la vuelta al mal, el látigo del dolor no os herirá; empezad desde hoy, amados, porque de cierto os digo: se acercan los tiempos de los dos ¡ayes!, y están próximos los días de los tres ayes, de dolor. Un ¡ay ! Se ha sentido ya, el segundo ¡ay! De dolor que estremecerá está por sentirse y el tercero está por alcanzaros. No sabéis cuántos días tendréis en el cuerpo, no sabéis cuántos días tenéis para servicialidad en el camino de la espiritualidad, no sabéis si vuestros ojos se abrirán al sol del mediodía y por eso, amados, es mi palabra entre vosotros.

56 Mi palabra es como la buena simiente sembrada en el campo del mundo y sembrada en el alma del hombre mi palabra es la buena simiente, ¿quién quiere tomar semilla para que pueda sembrar y después cosechar? Abundantemente doy semilla, abundantemente doy agua la palabra: semilla es de luz y ¿quién de vosotros tomará esta semilla y la sembrará en el campo de la mente y en el campo del alma y del entendimiento de los hombres? Vosotros, los comprensivos, debéis tomarla y buscar pecadores porque yo, vengo a dar redención a pecadores, mi pueblo, por labios de pecadores.

57 ¿Por qué os detenéis, no veis que el sol del nuevo día está por iluminar vuestra frente y vuestros ojos? No detengáis vuestra planta en el camino de la misericordia, os sentaré en la mesa del manjar espiritual y ricas serán vuestras fuentes de esencia y substancia y el pan tendrá levadura y harina de la sabiduría del Cristo y vosotros seréis fortalecidos.

58 Si queréis alimentaros con este manjar, venid y traed el alma y el corazón, porque sin ello; sin no sentís, si no entendéis, ¿cómo queréis ser colocados en la mesa donde podéis saborear el pan de sabiduría? Solamente el que pueda y sepa, se alimenta y puede sentirse satisfecho y puede entender de amor y puede traducirlo en obras y la vida en un ideal. Que seáis vosotros a plenitud de floración espiritual y seáis vosotros, el consuelo de los tristes, la promesa de los debilitados, porque vuestra bondad puede dar, no olvidéis lo que os dije: “el que es abundante en amor, es grande, es gigante y rico en Espíritu.”

59 Amados, ¿acaso alguno de vosotros puede dejar hablar al espíritu, para que vuestro espíritu hable al Cristo? ¿Podéis vosotros elevaros y decirme cuál ha sido en esta cátedra la palabra más grande y digna de figurar en el libro de la eterna verdad, que os dé la dicha imperecedera? ¿Cuál ha sido la frase cumbre de verdad potente? Si vosotros tenéis entendimiento y habéis tomado del pan de la Verdad, entonces decidme, ¿cuál es la frase gigante entre todas éstas?

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60 Me place vuestra sencillez, me place vuestras frases, varón, si vos seguís así, de cierto os digo que con las blancas vestiduras del alma en la mesa de la sabiduría comeréis pan que tenga levadura de la Verdad y substancia del Espíritu. Si vos seguís sintiéndome, si vos tratáis de analizar, si vos sabéis sentirme; entonces, varón, amado: será mío vuestro corazón.

61 Yo sé que tenéis en vuestro joyel invisible, gemas preciosas que resplandecen, porque las expresiones de la Verdad, de vuestro espíritu, joyas son. Mi bendición amorosa acaricia vuestra alma, acaricia vuestro corazón, varón, yo os bendigo y os digo: la luz del Cristo toca vuestra frente y la caricia del redentor toca vuestro sentimiento íntimo, vuestro sentimiento escondido que me dice muchas cosas; vos pensáis muchas cosas y para mí. Pensar es hablar; mas yo os digo solamente esta palabra: sois digno de venir a la mesa y tomar de lo que os daré en abundancia en un futuro y vos seréis ¡oh hijo de Dios! Alumbrando con la luz de la esperanza. ¡Bendito seáis, vos, varón!

62 Entendéis algunos de vosotros, amados, lo que escucháis. Quiero que seáis un venerito que regando con vuestras benéficas aguas, seáis siempre el venero del bien y de lo inmanifestado vayáis a lo manifestado.

63 Venerito oculto, invisible, manifiéstate en los hombres, venero escondido, manifiesta tus aguas a raudales y lava de tus propias vestiduras y deja que en tus aguas se laven los demás.

64 ¿Que contestación daríais si yo dijese que vosotros debéis atraer o extraer del interior al exterior el santo venero que hay en vosotros y diréis a las almas, diréis todo lo que sois, todo lo que tenéis, en todo lo que valéis.

65 Si yo os dijese: pozos profundos y escondidos, dad agua de la gracia, de la vida . ¿Qué me contestaríais vosotros? No, amado mío, que también ellos se ejerciten y hagan esfuerzos, que también hagan crecer su mente y puedan captar para contestar al amador de las almas, al que les ha amado siempre y nunca ha dejado de amarlas. Si tenéis pena para los demás, ¿por qué me la tenéis a mí?

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66 Amada mía, le tocaré con todo el amor de mi Ser, le tocaré con toda la esencia de la dulzura del amor de mi Espíritu, porque ya no tengo dedos, porque ya no tengo manos, porque soy Espíritu que os habla con la luz de la Verdad, con la luz de la Verdad os tocará mi Espíritu, amada, porque los hombres rompieron las cuerdas de mis dedos y no dejaron los miembros completos porque los hombres derramaron la sangre del hombre perfecto y amoroso, que como modelo y modelador de vuestras vestiduras era en el mundo de las formas. Ya no le tocaré con el índice, porque éste quedó roto en su cuerda, porque los hombres destruyeron las arterias y rompieron mis venas, mi carne y mis huesos. Ellos necesitaban una porción de paciencia, de amor y de fuerza.

67 Ya no tengo dedos, mujer, pero tengo un Espíritu muy grande para tocar amorosamente vuestras fuentes; y de cierto, ellas darán agua y de esa agua los demás mitigarán su sed, yo os lo aseguro.

68 Vendrán a mí los intelectuales y el amor les hará sentir y ellos serán pequeños sabios y serán útiles a la obra y en todos me manifestaré, y tocaré sus fuentes y se desbordarán las aguas claras y yo haré que en el agua clara de vuestras fuentes se refleje la imagen del Cristo amor, del hombre perfecto.

69 No tengo dedos, mujer, los hombres los destrozaron cuando me pidieron la excelsa porción de amor; mas todo esto se debe perder, ésta es una de las grandes lecciones de mi enseñanza que todavía no habéis entendido, humanidad, esto es mi amor y cumbre de mi ejemplo.

70 Los hombres me preguntaban en aquellos tiempos, ¿hasta qué punto se puede perdonar? Y yo contesté: de cierto se puede perdonar, de cierto se debe perdonar y contesté con el ejemplo, la pregunta que me hicieron. Y vosotros, que siempre sois interrogaciones y más interrogaciones, no eterna; pero temporal tenéis la respuesta en vuestro espíritu, entonces, buscando ¿por qué negáis? Cuando dentro tenéis la Verdad.

71 Yo pongo la luz amorosa de mi Espíritu para tocar las fuentes y para deciros: “derrámese ese venerito escondido como agua benéfica que calma la sed de los demás.”

72 Amada mía, que vuestra ternura llega a otros corazones, que vuestra alma llena está de amor y suavidad. Bendita seáis, ovejita mía, mi bienamada, bendita seáis, ovejita del Cristo, yo os bendigo.

73 ¿Qué paso con mi cuerpo, mi pueblo? ¿Qué se hizo mi cuerpo que los hombres buscaron? ¿En qué se tornó? ¿Qué fue de él? ¿Adónde fueron mis células? ¿Adónde el cuerpo de Cristo?

74 Yo os pregunto, mi pueblo. Si habéis tomado del pan, contestadme: el cuerpo que los hombres buscaron, el cuerpo que los hombres no pudieron encontrar: ¿qué fue de él? Mi Padre es la grandeza, mi Padre es la luz, mi Padre es el poder y yo soy vuestro redentor; amados míos, escuchad, escuchad ovejita: vuestras células son energía y esa energía es radiante y vibrante y esa energía, en la alquimia de la sabiduría, en la alquimia de la Verdad, se convierte en luz y en fuerza; y he aquí: el poder de mi Espíritu, pasó en estado de energía a ese conjunto de células; en energía, que convertida aquella energía fue para vosotros, amados, llegó a vosotros para fortificaros, fue el tónico de los que me sacrificaron.

75 Escuchad: mis células convertidas en energía fueron por mi amor y mi voluntad expresa, llevando cada partícula de energía, una cantidad maravillosa de amor, de piedad y de ternura; y especialmente, antes que a nadie, para nutrir y alimentar, a los que me sacrificaron en la cruz; a los que me llevaron de herodes a pilatos, a ellos les di de la energía que antes hubiera sido un conjunto de células corpóreas, que era la forma en este planeta de la vida humana de Jesús; entonces esa energía vibrante, fortificante fue el tónico de mis amados, de aquellos que decían que eran mis enemigos. Ellos decían que eran mis enemigos; pero no sabían a pesar de que me escucharon que eran mis bienamados, lo dije en la cruz y fue inútil: “Padre, perdónales porque ellos no saben lo que hacen.” no sabían que aquél que le quitaba la vida de la carne les nutría con la vida energética de sus células. Yo fui el tónico de mis asesinos, de mis perseguidores, de los que me sacrificaron fui el tónico de ellos, antes que de los demás.

76 Si vosotros sabéis que la materia sólo es una modalidad de la energía, si la energía es fuerza y luz, puede ser sutil substancia y esencia, mi pueblo; sí, sed esencia y substancia para los demás y así seréis un pequeño Cristo y tendréis la dicha de decir: yo soy para los demás y de cierto os digo: árbol frondoso, fuente del bien, seréis, cuando hagáis lo que os indico.

77 Pueblo mío, habéis escuchado estas frases, y ahora entendéis que vuestras células son energía; que si después de la energía, de ser energía, ¿qué modalidad superior tiene para vosotros, amados? Va esta pregunta.

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78 Bendito seáis, corazón dispuesto a contestar, sí la energía se manifiesta en fuerza y en luz y estas tres palabras son tres términos de verdad, de lo que seréis vosotros, celularmente, en vuestra superior manifestación de esas células vuestras, serán energía, fuerza, luz bendita vuestra contestación, sed vos luz, luz en cuanto a célula, luz en cuanto a espíritu, sed vos luz para que alumbréis a aquellos que van tras de vos. Bendito seáis.

79 ¡Cuánta belleza del Padre! ¡Cuánta belleza en su obra sabia! ¡Cuánta belleza! Porque vosotros sois una de las magníficas obrad del padre Dios. Decís que sois la obra más perfecta del Padre y esto no es verdad, porque por encima de vuestra forma hay otras más sublimes, superiores a las vuestras de un mundo: de un sol, de un ángel, de un luminar, de una potencia espiritual, de muchas creaciones que vuestra mente no alcanza a comprender, de muchos seres superiores a vosotros en forma, hay obras más grandes que la del humano, son obras maestras como la de aquellas deidades celestes de Dios en su sabiduría, o sea, Dios en su grandeza, ha engalanado al universo, porque con su pensamiento ha hecho formas brillantes que asombrarían al humano.

80 Primer o se formó en idea, en la idea divina tenéis vuestra primera forma superior que después se traduce en la forma humana; en creaciones superiores hay más profunda sabiduría, porque es más grande su creación que la que abarca vuestra mente.

81 ¿Creéis acaso que el hombre es superior y está sobre todas las cosas? ¿No sabéis que juzgar eso, es como solo conocer y juzgar este mundo? ¡No mis amados! En verdad, hay otros mundos, otros sistemas solares, otros seres brillantes, deidades perfectas, fuerzas súperhumanas que vuestra mente no alcanza a comprender. Esas son las obras sabias y perfectas del Padre y vosotros no sois ni la obra menor, ni la obra mayor. Fijaos en esta frase y no siendo ni la obra menor, ni la obra mayor; hay superiores e inferiores a vosotros: en la creación de Dios estáis colocados; sin ser vosotros: ni lo inferior ni lo superior.

82 ¡Humanidad, humanidad! En otros mundos, hay seres que gozan de la dicha, de la vida y de la perfección; no hay ni pordioseros, ni lisiados, mi pueblo. No quiero juzgar, porque en aquellas estrellas que vuestra vista alcanza, no hay ni muerte ni miseria, ni lisiados ni pordioseros, sólo hay felicidad mas vos podéis en el mundo hacer vuestro celo ¡construidlo, constructor! Construid en el mundo vuestra gloria, vivid para vuestra propia utilidad.

83 Si acaso de mis frases, esencia lleváis, guardadla y si aún no lleváis, venid por más, que en albas venideras esencia os daré. Y vos me preguntáis mi pueblo, ¿qué dádiva de día primero os daré? En abundancia tendréis dádiva de día primer o ¿por qué? Porque estáis preparado.

84 En vuestras manos y vuestro pensamiento deseáis el mostrarme monedas para que os bendiga monedas mas, las monedas me recuerdan a aquél que nunca he dejado de amar las monedas me recuerda a aquél que he amado, a mi apóstol escogido, para que habiendo un pequeño Judas, hubiera un gran Cristo en la tierra. Ese, él que goza de mis ternuras, mi bienamado Judas, ¿por qué me lo recordáis en esta tarde? ¿No sabéis amados míos, que las monedas son la causa del desamor, de las lágrimas y de las luchas?

85 Hay muchas aves muertas en los nidos y la aurora vierte lágrimas con rocío del celo.

86 Amados: la naturaleza está triste, el hombre se ha enemistado con la naturaleza, ha provocado a los elementos y una vez que el hombre los ha provocado, los elementos castigarán al hombre; si el hombre provoca a los elementos, no será capaz de contenerlos; mas, sí ha sido capaz de provocarlos y éstos en manifestación con la naturaleza, harán llorar y sentir al hombre, destruyendo su semilla, su pan; desencadenados los elementos, harán llorar al hombre y habrá destrucción; mas, con vuestras monedas, no conseguiréis el pan que necesitáis; aunque las monedas, son para vosotros un rey; mas, un rey falso, no el verdadero rey que guía.

87 Temporal es el poder monetario de vuestro mundo, porque ese rey temporal necesita de falsas luces, de falsos brillos; su trono es de arena movediza, pobre rey que no tiene valor y que solamente es amado por la avaricia de los hombres y que no tiene alcance ni poder, ni ninguna potestad más allá de la tumba; más allá del cuerpo, ese rey, es basura.

88 Así, humanos, os digo en esta noche. No vengo a bendecir a ese rey de vestiduras falsas que se ha engalanado con sangre y luto.

89 Yo vengo a daros para el Espíritu; mas, las monedas guardadlas para vuestro mundo, porque de cierto os digo que llegará tiempo en que ni ellas os den todo el pan que necesitáis para alimentaros a satisfacción; ni ellas, os darán el pan que necesitáis, porque con las monedas no obtendréis el cambio por la harina y por el grano.

90 Triste es mi palabra tocando este punto, mas esta palabra es verdad manifestada y en estos tiempos en que cada uno de vosotros debe ser consciente de que tiene su cruz y su calvario, tomad vuestra cruz, andad por vuestro calvario haciendo que de la cruz, broten las rosas de la más alta espiritualidad y haciendo que en la cabecera de la cruz, se dibuje bien el Cristo perfecto del espíritu vuestro; y entonces, diréis: el dinero es lo último, el espíritu es primero.

91 Pues bien, mi pueblo, voy a prepararos. Cuando me elevé a la montaña y cuando envuelto en resplandores espirituales, en ella estaba; di a los hombres, la lección conocida por vosotros como el sermón de la montaña resplandecía mi figura, cual hoy resplandece. Aquí están muchos encarnados y desencarnados que habían sido, en aquel tiempo, almas que abriendo los ojos de la carne venían; y asombrados por la palabra, vosotros habéis contemplado mi figura y habéis escuchado en ese entonces, del sermón de la montaña: ¡bienaventurado el que sufre, porque de él será el reino de los celos! ¡Bienaventurado el pacificador! Y a esto quiero llegar, mi pueblo, ¿ya sois pacificador? ¿Ya tenéis ternura? ¿Ya tenéis bondad?

92 Remanso de paz seáis vos, sentid el sol de la Verdad que se refleja en vos, ¡oh ser humano. Hijo de Dios que en el planeta tierras estáis colocado, ¡cumplid vuestro destino y recibid mis efluvios!, ¡recibid mi saturación, recibid mi caricia, mi luz, mi fuerza, recibid mi amor, recibid mi bendición que estoy dando a manos llenas! ¡Tomad! ¡Tomad más, recibid más! Si queréis os doy en abundancia, recibid del que os da, envuelto en resplandores de la Verdad os digo como entonces, como hoy y como mañana: sentid la saturación que es efluvio de mi Ser, porque en el fuego de la sabiduría se consumirá la paja de todo falso saber.

93 ¡Padre! Aquél que supo ser uno contigo en Espíritu y en verdad, serenamente habla la santa y sublime palabra, dejando sentir en estos momentos la fuerza que se desprende del poder que es emanación de tu Ser. ¡Padre! Padre que estás en los celos de la alta conciencia, tus hijos espirituales, santifican tu nombre y harán en la tierra, tu voluntad; siente el poder y la luz de la palabra, sin pronunciarla materialmente, queda en el espacio, brillando, hasta llegar a ti.

94 He aquí el poder de la palabra santa y bendita es para vosotros mi luz, es para vosotros mi ternura, por vosotros es mi cuidado, para vosotros es la fortaleza de mi amor; y en el huerto, del cual soy el jardinero, os regaré con las aguas de mi fuente. A vosotros, hombres cansados por las letras, descansad en mi luz y mi amor. Digo, vosotros,  porque no sois uno ni dos, sois más de siete,  es para vosotros mi ternura, el poder de mi ternura para vuestra mente, música en el alma, música celeste de unidad y complacencia, os tengo música del alma, ternura de mi Ser, benditos seáis. Padre, os doy las gracias por cuanto me habéis escuchado en bien de estos tus pequeños intelectuales.

95 Os he dejado con mi palabra: curación para los enfermos con el espíritu divino, en lenguaje vuestro, ánforas repletas con saturación para que tengáis casa por vuestro propio trabajo, vestido por vuestro trabajo y sustento por el amor al trabajo; mirad que tenéis en abundancia: casa, vestido y sustento, abundancia de pan en vuestra mesa, salud y conocimiento, fuerza con mi palabra, luz con mi verdad, unidad por el amor.

96 Si os dejáis conducir por el camino de la unidad, en unidad entregaréis mi pueblo. Si sabéis unificaros con vuestro prójimo, en: pensamiento, palabra y obra el látigo del dolor no os herirá, ni la angustia llegará a vos, ni la mentira manchará vuestros labios.

97 No busquéis las enfermedades de vuestro cuerpo, no destrocéis vuestras energías; no busquéis, mi pueblo, más espinas para clavarlas en el corazón de vuestro hermano, sed misericordiosos de vosotros mismos, tened piedad de vos mismo.

98 Tenéis bálsamo, no sólo para el cuerpo, también para el alma; y a vuestros obcecadores, los retiro de los enfermos que se disponen por medio de la fe. En estos momentos mi fuerza espiritual es para obcecadores, os hablo en nombre del Padre; sois almas sin cuerpo, no hagáis mal a cuerpos ajenos, vosotros sois el símbolo de la enfermedad. Vosotros que sois de la sombra, venid a mí, yo soy la luz de vuestro camino; cuando el mundo se ve perdido en la perversidad, el Verbo Divino viene a iluminar a este mundo, a las almas y a los hombres, almas que no tenéis carne: ¡dejad a algunos enfermos, dejad a algunas materias en paz, desprenderos de ellas perturbadores de esas materias: ¡apartaos de ellas! Yo lo mando, yo lo ordeno en el nombre del Padre, en el nombre que soy el Hijo, derramando la sabiduría del Padre en la palabra de la Verdad. En mi palabra de verdad, se manifiesta la sabiduría, porque soy la manifestación del espíritu divino.

99 Vosotros que no queréis dejar que se alejen vuestros obcecadores por vuestra manera de ser y de pensar, vosotros que amáis la pereza, que amáis las malas costumbres a las que os habéis apegado, que habéis desenfrenado en vuestra vida vuestra mente: no los dejáis ir, porque os habéis apegado a ellos con vuestras costumbres y vuestros vicios, vuestra pereza y vuestra suciedad.

100 En verdad os digo: se puede ser espiritual y amoroso, teniendo la mente limpia para recibir las vibraciones armoniosas de las virtudes propias.

101 Aún quedan obcecadores. Seres amados, dejad esas envolturas humanas, dejad esos cuerpos; y si ellos, por su manera de ser, de sentir y de pensar, no se desprenden de vosotros, entonces, obedeciendo los dictados de la Ley de Dios, quedaos ahí, hasta que ellos se desprendan de vosotros, porque uno tiene lo que merece y al buscar encontrará. Mas, el amor os dará más de lo que merecéis y vosotros responderéis al amor; mas, si no respondéis al amor, ¿cómo queréis sentir?

102 Cuatro obcecadores se han retirado, uno de cada enfermo, los demás ahí permanecen.

103 Aguas preparadas para bálsamo de los enfermos que tengan fe, aguas consagradas y bendecidas por el Cristo que irradiando el pensamiento está entre los hombres: yo os saturo con la fuerza de la palabra oculta, de la palabra secreta, de la palabra profunda y poderosa saturo las aguas y saturo los varios objetos que para el bien, solamente para el bien, habéis traído. Objetos varios: reciban de la fuerza que es bendición si algún objeto es utilizado para mal uso, retirada será la bendición.

104 Pensamientos de Dios, cuidados por los hombres, en los jardines de los hombres; flores varias: yo os bendigo, flores porque al bendeciros, bendigo la obra del hombre unida la obra de Dios con cuánto amor os bendigo, porque sois del reino de Dios. Flores y pétalos de estas flores: seréis vosotros caricia que llegará a los hombres como sabia consoladora, como bendición de Dios.

105 Sed pétalos, sed estrellas, sed poema, sed oración, sed luz y vida, sed hijos de Dios: columnas del bien, apóstoles del templo universal de la Verdad. Sed mis amados: gigantes en espíritu y sazonad vuestro alimento: con el sazón y la sabia, con la sal de la sabiduría que está en vuestro propio espíritu.

106 Amados, os he dado muchas cosas, pero estas cosas no las habéis aprendido en su justo valor que la palabra tiene de verdad. Sin embargo, yo os doy y aún a cuanto os he dado. Hay mentes que me dicen, señor, quiero hablar. Sé que vais a pedirme por vuestros enfermos, vuestras penas, por vuestros inocentes, por la salud de los corazones hermanos dejad un digno sitio a Cristo, porque el dolor y el Cristo, no pueden estar juntos en el mismo sitio, yo soy entre vosotros y soy antes que el dolor.

107 Buscad vuestra felicidad, mi pueblo; buscad vuestra felicidad, que me encontraréis ampliando el horizonte de vuestros pasos, ampliando los sentidos de vuestro interno, entonces conoceréis que la vida puede ser noble, bella, grande, buena y vos podéis gozar ¡oh mi amado sufriente! ¡Oh, mi amado, cansado, doliente y fatigado!

108 ¡Humanidad, humanidad! Mi palabra es el bálsamo que cicatriza las heridas con la obra resplandeciente, con la palabra brillante y poderosa, que la palabra deja con grande amor.

109 ¿Conocéis algo más palpitante que la fuerza del amor en todo su esplendor del Espíritu gigante? ¿Conocéis algo que disipe las tinieblas que no sea la luz de la Verdad que es ternura, que es bondad manifestada? ¿Conocéis otra luz que sea más potente que la luz de la Verdad?

110 ¿Y qué es la Verdad, sin el amor, mi pueblo? Los intelectuales la buscan, ¿no es acaso la Verdad: el amor a sí mismo convertido en verdad, por su propia sabiduría? Porque la Verdad, es inmutable y la Verdad está en vosotros, que en esencia espiritual, también sois inmutables; pero está en vosotros, en plena manifestación del amor sabio, de la sabiduría amorosa, principio divino y santo que mueve y conmueve; luz, vida y principio de la vida, ¡bendito seáis!

111 Pueblo, ¿tenéis propósito de armonizar vuestras vidas en la más alta y bella espiritualidad? Pero, ¿por qué me seguís pidiendo? Pensamiento, si queréis hablarme, si ya he escuchado todos vuestros ayes, todas vuestras peticiones que contestaré con el cumplimiento de vuestra petición, primero una y más tarde otras y otras con mi caricia; si no os puedo dar lo que me pedís, si no es dable de mi Padre, recibiréis por ello otros beneficios y si vuestro destino es para mayor cumplimiento de lo que debéis, amado, si él os puede dar felicidad, ¿qué me pedís, si os puede dar un raudal de caricia, un mundo y un celo de amor y misericordia, una fuente desbordante de ternura? Esto si os puedo dar.

112 Entonces, mi pueblo, confío en que vais a espiritualizaros; confío en que de vuestros labios salgan gemas excelsas, en lugar de murmuraciones; que respetaréis la vida ajena, cualquiera que sea su proceder; en que no profanaréis de ninguna manera vuestros pensamientos espirituales; confío, en que haréis un ideal del bien. Esperad que se cumpla mi palabra, mi palabra que brilla como el sol, porque no soy el Maestro del día, mi pueblo: soy el Maestro de los siglos confiad en que se cumpla mi palabra amorosa: amándoos los unos a los otros, con el inmenso amor con que yo os he amado.

113 Yo confío, en que cumpláis mi palabra de: “perdonaros los unos a los otros.” confío en que escucharéis y atenderéis que: no hay algo imperdonable porque todo es perdonable el rosal de vuestro sepulcro que Dios puso en vosotros, o sea: los principios espirituales que Dios puso en vuestra materia,  dará las rosas bellas, sutiles, fragantes, como manifestación del espíritu.

114 Vosotros sabréis amar algún día, mi pueblo; y mientras pasan los años, yo os hablaré de Dios; aunque pasen los tiempos, yo os hablaré de Dios para enseñaros, ¿adónde os hablaré? ¿Adónde os daré esta enseñanza de amor? Si os preparáis, do quiera que estéis: en cuerpo o en alma yo os aleccionaré de Espíritu a espíritu. En recompensa de vuestro dolor, tendréis espiritualmente mi amor y mi ternura; pero ¿verdad, mi pueblo que aprenderéis a amar? ¿Que ya sabréis amar, que empezaréis a formar este sublime sentimiento en vos? Corazones, si hacéis ejercicio de nobleza, para practicar la caridad, sabréis curar enfermos, proteger niños sin padre ni madre y ser madre y padre para ellos.

115 Dios tiene contadas las estrellas y cada estrella tiene un nombre puesto por Dios. ¿Sabréis vos ponerle un nombre? ¿Ampararéis a un niño desvalido? ¿Entonces, puedo esperar que vos seáis, de los que perfuman el ambiente, de los que combaten al vicio, de los que ensalzan la virtud? Si en verdad puedo esperar eso de vos, llegaréis a las estrellas sutiles que brillan en el espacio, como notas delicadas, como armonía que conduce a Dios y que le ensalza unido a la creación. Si uno de vosotros, como un premio a la santa ocupación me atendiera e hiciera lo que yo digo: estaría pagada mi cruz, mi muerte, mi resurrección, estaría pagada hasta mi irradiación de todos vosotros.

116 ¿Veis por qué nunca he dejado de irradiar al corazón y al cerebro de intuicionados, inspiración a los iluminados, para todos vosotros: extasiados y despiertos. Si a un solo corazón, arrancara del mundo y sus pasiones, si le apartara del mundo; entonces, los dolores de la cruz, del calvario y de mi vida, serían bien compensados, mi pueblo.

117 Sí, yo quiero conquistar al mundo para Dios. ¿Seríais vosotros ¡oh mi pueblo! Columnas del templo del amor que está en el universo? ¿Seríais vosotros apóstoles del Cristo en la obra del bien? ¿En la cabecera del enfermo? Si ya tuvieseis vista espiritual desarrollada, me miraríais cerca del enfermo, brillando con mi luz; alumbrando su frente con blancuras que vosotros no podéis entender ni conocer, sin mácula, llena de pureza.

118 Entonces, mi pueblo: buscad a los que sufren para tonificarlos. No hablaréis de sus defectos ni de sus vicios. Buscaréis sus cualidades y hablaréis de ellas para acallar así las faltas y las frases que contra ellos van y les diréis que se vuelvan mejores. Haréis que se fijen en sus cualidades no mencionando sus faltas, porque yo no vengo a mencionar las faltas vuestras; mas ellos serán incapaces de clavar dardos o espinas en el corazón de los demás; porque podéis herir con un mirada, con una palabra en el sensitivo corazón de los demás, así pues, examinaos día con día, examinaos vuestro mismo interior y exteriormente.

119 Mundo mío, mundo muy amado, en el que existe mi recuerdo como una luz espiritual, como un ejemplo para los demás hombres; en el que existe la fuerza de mi amor, con el que existe mi calvario y mi cruz mundo regado con mi sangre, yo te bendigo; mundo amado, yo te redimo; mundo sucio con sangre, yo te limpiaré y te purificaré hablando a los hombres hasta espiritualizar sus sentimientos, hablándoles de ese principio divino y espiritual, de ese principio que acaricia sabiamente el universo entero; del principio de: el amor universal.

120 Amor, brilla en el mundo, dales la paz a estos que son míos. Todos son míos, aunque me duden yo los amo, aunque la sonrisa de incredulidad se haya manifestado en su rostro, en sus labios yo los amo aunque hayan pensado antes de venir aquí: no lo creo. Habéis venido dudando y yo os despido bendiciéndoos amorosamente para que os vayáis satisfechos, porque vuestra duda no la condeno, ya que dudar, no es pecar. Yo estoy entre los pecadores; mas, ¡cómo no he de estar entre ellos, si soy su esperanza!

121 Pueblo mío, preparaos para que seáis lira armoniosa, inspiraos en la más grande composición para endulzar la causa humana; mas aprended, humano, buscad los tres “yo” y ésta es la clase que en este día de gracia os dejo: un yo; otro yo, en el yo. Conoced el yo que siendo, el primero en la cuenta no es el primero. En luz y grandeza conoceréis el yo superior que siendo segundo en la cuenta, es primero en principio, en grandeza y en luz. Conoced a este segundo yo en el yo tercero, que es el primer o, el grande, el único y fuera de esto no hay otro, éste es el grande, el único, el absoluto y cuando conozcáis ese gran yo, en el yo que es el tercero o sea el yo que en estos momentos tomo como tercero, cuando conozcáis cuál es su sitio y quién es, os sabréis entonces espiritualizar, sabréis dominaros y vendréis a mí y me diréis: quiero estar en las aguas y andaréis en las aguas y me diréis: el fuego nada puede contra mí y seréis respetado por el fuego y me diréis:  el agua estará a mi servicio y así será, a vuestro mandato os obedecerá y al impulso de vuestras bendiciones, la tierra fructificará; mas esto será cuando vos conozcáis estos tres “yo” entonces, sabréis por qué fui poderoso, grande y fuerte, porque siempre en mi alma, permanecía la potencia de la luz y siempre en mi interior, había un sol pleno, un sol de mediodía había en mi interior luz meridiana había en mi alma. Luz meridiana en mi Ser y si vos queréis gozar de esta luz, entrad en silencio, tomad el sendero recto y sentid mi mensaje a través de vuestra intuición.

122 Dominad el yo que el otro yo debe dominar, para que después de que un yo sea dominado por el otro yo. Este otro yo que dominó, unificado esté en el universo con el gran absoluto, sin fin, sin principio, sin nacimiento y sin muerte y entonces comprenderéis el por qué, soy fuerte, por cuanto el y yo no puedo deciros otra frase más, porque no es capaz vuestro corazón y vuestra alma de comprenderla ni el Cristo de pronunciarla en este actual estado del hombre, la otra frase que no he pronunciado, es vuestra interrogación.

123 ¡Caminad, caminante; interrogad a la vida, interrogadle a la muerte que es la vida, interrogadle al mundo y al celo, interrogadle a los libros y al Cristo. Caminante, os dejo esta interrogación; pero id en el gran yo que todo lo domina; dominad al yo que tenéis que dominar, y entonces os llenaréis de luz meridiana, os llenaréis de fuerza y de vida y descubriréis la oculta melodía y podréis soñar y podréis hablar la palabra del Verbo Divino y podréis gozar de la gloria de haber encontrado en vuestra vida, la fuente secreta!

124 Yo os conduciré; y entonces, ahí lavaréis vuestra cabeza, vuestro corazón, vuestras manos y vuestros pies; y yo seré el artista que habrá labrado vuestra alma y estaréis en el gran templo y seréis primero un apóstol y después un Cristo.

125 Yo os espero en la eternidad. Acordaos que os estoy esperando. ¡Venid a mí!, que os espero. No tardéis amado mío, que yo os enseñaré a amar venid a mí que os enseñaré a vencer vuestro yo y a encontrar la unión del otro yo con el yo único y absoluto y entonces no tendrá para vos importancia la palabra separación, porque no la aceptaréis, porque no la admitiréis, porque será para vos un mito.

126 Amado, venid a mi huerto, entrad al reino, ¡vamos! ¡Ascended, levantaos, venid a la transparencia celeste, vamos a las alturas de la Verdad! Y ahí, bendeciréis la tierra y a todos los seres con amor de madre. Bendeciréis, como yo bendigo; y amaréis, como yo os he amado. Solo el que ama, sólo el pacificador, conoce de la dulce paz. El que no ama, no puede ser iniciado en la sabiduría ni puede encontrar la paz en el sendero universal.

127 ¡Vamos! ¡Elevaos más! Llegad hasta la transparencia, a la claridad. Sea transparente vuestra alma y con las alas del pensamiento, ¡elevaos! Habladle al Padre, diciendo: “¡Padre, Padre! En ti sea diluido mi espíritu, mi alma; sea mi ser, en tu grandeza infinita ¡Padre, Padre! Sea yo, tu vehículo por el cual ames” y así de esta manera, enjugaréis las lágrimas, calmaréis las angustias, superaréis el sentimiento de espiritualidad; arrancaréis secretos de amor, porque el que así ama y así habla: será grandemente amado entonces, cuando vuestros labios se iluminen por la santa palabra, aparecerá la luz y entonces brillaréis como Jesús en la montaña y vuestras palabras serán como las del sermón de la montaña; después, descenderéis al mundo, a los hombres, lleno de claridades; y aunque os hieran, les bendeciréis y al Padre pediréis, diciendo: Padre nuestro, perdónales, porque no saben lo que hacen. Dentro de vos se levantará una voz con conciencia, que os dirá: “ya saben lo que hacen, han pasado los siglos, antes había disculpa; hoy, sí saben lo que hacen.”

128 ¡Elevaos! ¡Oh, almas! Que la transparencia de esos planos espirituales os esperan, para daros blancura y hermosura; seréis fragantes, seréis brillantes elevaos ¡oh! Almas, elevaos y buscad a Dios, que lo encontraréis sabiamente reinando en toda naturaleza. Elevaos ¡oh! Almas, hacia la luz. Dios es vuestra fuente y vuestra fuerza de donde proceden las múltiples fuentes que en su camino llegan a la unión inseparable; ahí, no os aprisionarán las cadenas ni un sepulcro ni una cuna, porque el sepulcro no podrá aprisionaros y la cuna será demasiado pequeña para que reencarnéis. Ahí, brillaréis como luz de los celos, conoceréis los reinos en los dominios superiores y no os aprisionará la materia; abarcaréis los pensamientos y será la pureza en manifestación de la sabiduría y así comprenderéis: que la cuna y el sepulcro, ya dejaron de ser para vos y sólo seréis para aquellos, que no han llegado a su estado espiritual.

129 Yo os traigo, mi pueblo, un mundo de cantares que son expresiones de la Verdad suprema, donde brilla la esperanza, mi pueblo, un canto para el alma y un canto de alabanza a Dios. Yo os traigo, mi pueblo: amor, esperanza y bendición . Entrad, ¡oh! Almas, al templo del Espíritu; y si habéis derramado una lágrima de amor por la humanidad, ya la he enjugado. ¡Bendito seáis vos, pueblo amado!

¡Mi paz, sea con vosotros!

46. Domingo de resurrección

Domingo 28 de marzo de 1948

1 Que la luz del Espíritu Santo, sea con vosotros. ¡Oh! Pueblo bendito de Israel, que la luz de la sabiduría del amor sea con vos; pueblo hijo de Dios; que el Cristo sea a plenitud en vos mismo y por vuestros labios manifieste la palabra que es vida, verdad, camino y enseñanza que llega a la gloria.

2 Que el hacedor supremo, invada toda la existencia de vuestro ser. Que la gloria sea en vos. Abrid vuestros canales espirituales al influjo divino para que estéis de lleno en su gloria. Disponeos a recibir la gloria en vos mismo, para que la gloria llegue a vos, mi pueblo amado.

3 Domingo de resurrección, domingo de vida plena, de goce espiritual. Domingo de luz meridiana, en que el espíritu regocijado vive, por unos momentos, bajo el amparo de la luz de la Verdad.

4 Yo os recibo, pueblo bendito de Israel, que buscáis mi palabra en este domingo para convertiros con ella, para nutriros de ella, porque el entendimiento necesita de esta luz y como Espíritu Santo, es mi palabra; y en ese nombre, os doy en este día de gracia el mensaje espiritual, para que sea a plenitud de luz para vuestra comprensión espiritual y en lo humano.

5 Pueblo: elevaos, preparaos, disponeos a recibir ya el hálito divino que quiere poseer íntegramente vuestro corazón. Disponeos a recibir la luz que con sus efluvios luminosos y brillantes, viene a buscaros.

6 Surgen del amor, efluvios maravillosos que vienen a buscar a las pequeñas ovejas que se sienten perdidas temporalmente.

7 Yo vengo a vos en irradiación, con la luz del Espíritu, con el amor del pensamiento, con la potencia del amor, con la grandeza de la voluntad, con la fuerza de mi anhelo, de mi mandato y no hay cerebro que no obedezca. Y todo aquel cerebro dispuesto a aceptarme, recibirá la vibración divina por mi voluntad.

8 Vengo a vos, en irradiación, como esencia brillante del supremo Espíritu, emanado del más sapientísimo amor. Vengo a vos, como fragancia emanada del espíritu divino mismo; como fuerza y sustancia de aquel que nunca ha muerto, porque mora en la vida eterna.

9 Descorred ya el velo del misterio, pueblo mío, y penetrad al santuario de la Verdad.

10 En esta cátedra, voy a revelaros secretos grandes, para que caigan los espectros del misterio del ayer; a los fantasmas que en tropel están en este mundo, turbando a los hombres, voy a hacerles caer, con la potencia de la Verdad; y para vos, pueblo, tengo conocimientos de la Verdad para entregaros, en esta alba bendita de gracia.

11 Escuchad: sólo el que muere para la vida material, resucita; ¿y vos creéis, pueblo bendito, que yo he muerto? ¿Ha podido llegar vuestro pensamiento a las sombras y penetrar a vuestra imaginación: la muerte de vuestro Divino Maestro?

12 La muerte, es tan sólo un símbolo. La muerte es una palabra, para los que todavía no llegan al conocimiento de la Verdad, para ellos es un espectro, un fantasma, porque no han meditado en la vida eterna del Espíritu.

13 Pueblo, abrid los ojos y el entendimiento, porque vos, tampoco moriréis; os separaréis de la materia; y esto, no quiere decir que moriréis. Vos tendréis como yo, con vuestra alma y vuestro ser, vida eterna, sin fin.

14 Vuestra alma, animada por el auténtico ser, por vuestro espíritu, tendrá vida en la eternidad, por eternidad de eternidades.

15 Vuestro eterno ser: el espíritu se separará de la percepción de vuestro cuerpo; y al separarse el espíritu y vuestra alma de vuestro cuerpo humano, no quiere decir que como ser, muráis y dejéis de existir.

16 Como espíritu, no moriréis ¡jamás! Vuestra materia, es la que pasará por esos procesos humanos, a los que han dado muchos nombres; y que por ser tan pequeños, los pasa por alto, el Maestro de la luz.

17 Vuestro ser, adquirirá brillo cada vez más, a medida que vayáis aprendiendo en la escuela interna del amor sapientísimo. Se engrandecerán sus potencias espirituales, a medida que se le facilité su obra, a través de sí mismo al estar reencarnado, como ser humano; y por eso, en este día, en que os voy a hablar cómo es la gloria, quiero mostraros el velo descorrido, en tres fases.

18 Voy a alimentar al espíritu y a vuestra alma; sólo os pido: que os dispongáis a entrar en profunda meditación, para que comprendáis bien mis palabras.

19 Cuando dejó el cuerpo, mi esencia divina de amor, en la cruz; mi alma fue a reunirse con los espíritus hijos de Dios; y les expresé en esencia espiritual, la palabra de verdad, como a vosotros. En plena luminosidad, hice mi entrada en el mundo de las almas, en el preciso momento en que dejé el cuerpo; y sigo dándoles mi palabra; porque los conocimientos de la Verdad, son la preparación para la gloria.

20 En mi doctrina he puesto siempre la esencia divina, la base principal, la causa primer a: el conocimiento del amor.

21 El conocimiento del amor, es el conocimiento de la vida, de la Verdad, que es a su vez el conocimiento de la potencia y de la misma sabiduría divina en diversos grados de expresión, según el grado de comprensión de quienes lo reciban.

22 Por eso, en el reino de las almas, también les hablé del amor. Mi alma no estuvo un solo instante en la tumba con aquel cuerpo. Tenía yo en el mundo de las almas, muchas obras que hacer, como en este mundo terrenal.

23 Mi mente gigante tenía para vosotros y para ellas, el mismo trabajo que hacer, la misma labor que desempeñar; porque aquellos desencarnados no sabían amar, moraban en la oscuridad y ansiaban recibir la luz de la Verdad.

24 Así como en vosotros, hay desamor, también entre ellos existía; y ahora saben, que el desamor es: la oscuridad, las tinieblas, la causa del egoísmo, la causa de las guerras y la llave negra que cierra las puertas al reino de Dios.

25 En el desamor se encuentra el egoísmo como fruto del mismo desamor. Y la ignorancia, es causa también de la muerte de los hombres, es la causa de vuestros crímenes. En cambio, el amor, es la llave de oro que abre las puertas del reino a las almas; y es el desamor, la llave negra que las cierra.

26 Allí en el valle de las almas, también, les hablé de la Verdad, les hablé de la vida, como a vos os he hablado; y no es aquí, como allá; ni allá, como aquí. En el reinado de las almas, hay huestes espirituales que se reúnen, para escuchar por irradiación espiritual directa, sin aparatos o vehículos humanos; y existen innumerables seres brillantes que se bajan y se elevan, que descienden directamente para poder manifestarse y comunicarse a seres inferiores de almas confundidas y en pena, que no pueden recibir todavía directamente de mi eterno y divino mensaje espiritual.

27 Aquí en la tierra, tengo mediasunidades humanas, allá mediadores espirituales. Aquí, en materia; allá, sin ella. Aquí por labios humanos recibís el mensaje divino; allá, por vibración espiritual, les preparan los seres brillantes, intérpretes de mi enseñanza divina.

28 Esos seres brillantes, son mis instrumentos, como aquí, la mediaunidad de mis intérpretes. Mas en esta gran escuela universal, no hay misterio. Y en esta cátedra, voy a derramar la esencia de mi Espíritu, la esencia de mi palabra, para que sepáis de la grandeza y del porqué de mi advenimiento a éste y al otro mundo invisible al humano: al de las almas.

29 Las almas amadas, me escuchaban espiritualmente; y yo, les decía: volveréis a nacer, y antes de expirar en cuerpo, limpiaréis vuestra conciencia espiritual, de ideas y reflejos materializados, para que en vuestro próximo nacimiento, seáis cual antorchas encendidas.

30 Los seres humanos que ya tienen en su ser, la luz del Espíritu Santo, o sea la irradiación del conocimiento de la Verdad, son cual antorchas encendidas; y yo quiero que seáis vos, mi pueblo, cual antorcha encendida, para los demás, que no quieren conocer la Verdad.

31 Los que no han querido recibir el conocimiento de la Verdad, son como antorchas apagadas, cual ceras que no arden; que no han llegado a arder, porque no han sido encendidas en el fuego de justicia, armonía y sabiduría del amor, porque no se han dispuesto a recibir la llama divina que las encenderá.

32 Yo no quiero que seáis cual una antorcha apagada, porque así no podréis cumplir con vuestro destino espiritual, con la misión de vuestro espíritu; yo quiero que seáis, mis amados: una antorcha encendida para vos y para todos los demás.

33 No obstante, en estos momentos en que estoy entregándoos este mensaje, a su vez le estoy hablando, a multitud de seres encarnados y desencarnados; siendo éstos, el mayor número; ya miles y miles de desencarnados, creyentes en mi vibración divina, están aquí, presentes ante mi comunicación en palabra humana; y aquellos que no saben recibir la esencia de mi palabra, es porque apenas van acercándose lentamente a la luz. Van saliendo de las tinieblas y están aquí, sintiéndose humanos como vosotros.

34 He aquí, mi pueblo, la importancia de mis cátedras, la importancia de conocer de la sabiduría, por la fuerza del amor; por el grado espiritual de la buena voluntad en los dos estados del alma: encarnada y desencarnada y los espíritus, de las almas desencarnadas, tienen tanta ignorancia como vosotros, en las manifestaciones de la gloria del alma universal, de la gloria de Dios; y en la conciencia, de los conocimientos espirituales.

35 ¡Despierten los seres humanos, en la gloria del alma universal! ¡Despierten las almas, a la gloria de Dios! En profundo sueño se encuentran los unos y los otros, materializados ambos en las pasiones; con la diferencia que las almas no tienen cuerpo; pero los pensamientos del ser, al identificarse con sus medios materializados, les detienen en el progreso espiritual a los unos y a los otros.

36 Pueblo mío, pensad en que ni la sustancia de la célula muere, puesto que pasa por procesos humanos y naturales; pensad en que si los elementos de la célula no mueren, no tiene por qué morir el ser; de cierto y en verdad, os digo: no muere el espíritu ni tampoco su alma.

37 Entonces, mi pueblo, este día es el símbolo de la gloria para unos, para otros ayer y para otros mañana, en el resurgimiento de la lámpara encendida, de la antorcha que brilla.

38 Es el día de gracia en que el cerebro interpreta a plenitud de luz y potencia, según vosotros; y yo aprovecho y me place estar entre vosotros, en estos días, para acercaros al sentimiento de piedad, de fe, de bondad, de espiritualidad; yo aprovecho muchas ocasiones para limpiar vuestra vida, para espiritualizaros, ya estéis encarnados o desencarnados, ¡oh seres benditos de poca luz! Porque todavía, no habéis llegado a unificaros con la vibración del santo Espíritu, con la vibración del amor.

39 Sois a semejanza de los hombres que tienen el sueño pesado, vuestro sueño va por grados, y así como van los hombres, también van sus almas.

40 Mas, el sueño pesado, es apariencia de muerte temporal, dormidos para la realidad espiritual; dormidos a la espiritualidad e imposibilitados por tanto, a la brillante conciencia; o sea: imposibilitados a contemplar la Verdad brillante del creador sin estar armonizados, ni con la luz que el Padre Celestial, ha puesto en vosotros mismos como humanos.

41 Sin embargo, vosotros, no os habéis dejado conducir por la potencia y poder del espíritu y os habéis manchado en el alma, en vuestra vestidura espiritual, puesto que habéis confundido esta fuerza espiritual, con la existente en vuestra manifestación humana y con sus reacciones; y al identificaros a ella, por vuestro propio deseo, acrecentasteis vuestra vanidad y capricho, sin tomar en cuenta, la fuerza del espíritu; y por eso, es que vagáis sin luz, como vagan también en tinieblas, las almas que por afinidad, os hacen compañía.

42 Debéis fijaros en qué grado de sueño estáis, para los conocimientos del espíritu; en qué grado de pesadez estáis, para la luz de la conciencia; en qué estado de justicia y amor estáis para con el prójimo, para que sepáis hasta qué punto tenéis luz y hasta qué punto sois antorchas, apagadas o encendidas.

43 De acuerdo con la justicia y el amor de vuestro corazón, así es el poder que hay en vosotros, así es la bondad, la luz y la fuerza espiritual que tenéis y que expresáis.

44 ¡Necesario es, que penetréis espiritualmente a vuestro corazón y a vuestro sentir interno! Para que sepáis en realidad, qué cantidad oculta tenéis en vuestro ser: de amor, de bondad, de luz y de fuerza espiritual.

45 Pueblo mío, escuchad bien: vos también tendréis vuestro día de gloria, vuestro día de resurrección y ¿cuál será ese día de resurrección y gloria? Cuando venciendo a las pasiones, en el campo interno de la batalla humana, por medio de vuestros dones, desarrolléis las virtudes espirituales y triunféis para siempre. Esa es la única batalla que el Padre os permite. El planeta tierra, es el campo de lucha; sin embargo, no es el único planeta que puede llamársele: campo de lucha o campo de batalla pero este mundo, es uno de ellos.

46 El espíritu del alma que encarna, o de la que permanece sin materia, cuando no ha sido poseído por la luz del santo Espíritu, por el divino alentador; está luchando, en el campo de batalla; y la lucha de unos, es más fuerte que la de otros.

47 De acuerdo con el grado de sueño, en que os encontréis; de acuerdo con el grado de letargo o pesantez, o de acuerdo con la cantidad de amor expresado en virtudes que tengáis; así es, el descanso o la paz, que existe en vuestro ser.

48 Si lucháis por el desamor, os cansáis. éste es el campo de batalla, en el que sin descanso, aprenderéis a resolver los problemas que deben resolverse, como encarnado y como desencarnado.

49 Mucho tenéis que aprender; muchas lecciones hay aquí, muchas lecciones hay allá. Luz allá y luz aquí. Vacío y tiniebla, aquí y allá; la sombra que aleja al espíritu del hombre de la luz del santo Espíritu, es: la ignorancia, el desamor, la ambición, el materialismo; todo ese caos, toda esa escoria y bajeza, son cadenas que les detienen, que les aprisionan, son cual “tumbas”. Mi palabra os enseña a libraros de esa “tumba” y os da libertad para volver a las altas regiones como a pequeñas aves que les crecen las alas y alcanzan muy altos vuelos.

50 Pensad en todas estas revelaciones espirituales que oís y escuchadles atentamente, porque son cual perlas preciosas para vos, en este bendito día de gracia espiritual.

51 Salvando obstáculos, va apareciendo en vosotros la luz. Cuando va triunfando vuestro espíritu, va aumentando su brillo y su potencia espiritual; y en todas las manifestaciones de él, va apareciendo la luz de la caridad, del amor, de la misericordia.

52 Se va llenando el espíritu del concierto armonioso, de la hermosura creciente de su alma, a medida que aumenta en espiritualidad, sea: encarnada, o desencarnada su alma.

53 Después de muchos miles de años, mi pueblo, tendréis vos también vuestro día de gloria a plenitud; pero necesitáis a través de esos milenios, lograr vuestro propósito espiritual.

54 ¡Oh espíritus benditos en almas peregrinas! Que unas tenéis más duración que otras, para recorrer este camino: de acuerdo con vuestras obras, así serán los siglos que os paséis dando vueltas al mundo, aprendiendo diversas lecciones que el pensamiento elevado debe saber entender y retener, para dirigir bien la acción.

55 Grande es el que sigue la huella del ascenso espiritual; y pasarán las edades y todo el contenido de experiencia de gran valor para el espíritu, será a plenitud de luz en él mismo.

56 Y después de las luchas, hechas con lágrimas cuando hayáis vencido la parte inferior que os confunde, tendréis vuestro: domingo de resurrección, vuestro gran día de gloria.

57 ¡Oh espíritus hijos del supremo creador! Surgisteis en la tierra, surgiréis y resurgiréis, y serán muchas vuestras aspiraciones en los dos mundos, en los dos estados, sea en alma o en materia; y brillaréis cada vez más con la luz de la conciencia, con la mente superior; y ella, poco a poco, se irá unificando con las notas de la gloria, en el alma del humano. Entonces, en el ser del humano, aparecerá la gloria celestial.

58 ¿Y qué puede ser la gloria celestial, para vos? Voy a dejaros que penséis, porque el pensamiento, puede conducir a altas y profundas reflexiones. Mientras, seguid escuchando mi cátedra, de este día de gracia.

59 Yo os pregunto: ¿cuántos eslabones de vuestra cadena que os ata a la materia, habéis convertido en polvo? ¿Cuántas veces os habéis salido del presidio, del ambiente de bajeza pasional? Y en la inferioridad, ¿cuántas veces habéis pensado equivocadamente?

60 Cuando ya no exista el egoísmo en este mundo, no habrá tampoco guerras ni asesinatos; y automáticamente, aparecerá la superior transformación de la tierra, superándose en grandeza las mentes espirituales de las almas, encarnadas y desencarnadas.

61 Así pues, hay que conquistar la gloria, con esfuerzo, mientras vais caminando por el gran sendero de la vida; sin cansaros, siempre con constancia; mientras: yo sigo sembrando amor, para armonizar al mundo; por tanto desamor que vos, ponéis en él; yo pondré amor, para equilibrar este vuestro planeta tierra, que es en este Tercer Tiempo, solamente: desamor, egoísmo y desequilibrio.

62 El Padre, llena de amor al universo; por cuanto, de desamor lo llenáis. El Padre, lo llena de misericordia; y vosotros, lo llenáis de impiedad, por cuanto sois duros y crueles. Y al referirme a: vosotros me refiero: al género humano, en su mayor parte.

63 Seguid alimentando la esperanza y llegaréis a ser: cual antorcha encendida. Seréis: libre; y no esclavo sentiréis como si se levantara de la tumba, hasta vuestra carne; porque sentiréis, que vuestra materia se transforma en energía. A la materia la pasaréis por el proceso energético, y entonces, esa energía la dejaréis que se esparza por el mundo en que moráis, para dar energía al humano: la energía, del espíritu, para dominar la materia con la fuerza del amor. Así sabrá el ser humano, en qué grado se encuentra, de tinieblas y de luz.

64 Comprended que el sueño es un símil de confusión y tinieblas o simbolismo de la muerte espiritual. Pensad en qué forma dormís y que soñáis; ya que el sueño, os repito: es a semejanza de la muerte los sueños pesados, son el símil de la muerte temporal del espíritu. ¿Y quién de vosotros, no tiene el sueño profundo y pesado?

65 El ser que empieza a recibir los destellos de la gloria, utiliza su conciencia plenamente, en carne o sin ella, para hacer bien a la humanidad. Se le facilita el arrepentimiento en sí mismo y el desenvolvimiento de su materia; y se separa de ella, para transportarse espiritualmente por medio del alma e ir a los lugares donde es llamado; y busca también a las almas afines, para celebrar consejo en el mundo de las almas y cambiar impresiones con esos seres y enseñarles lo por él comprendido y aprendido, de la Verdad contenida, en las lecciones de la enseñanza divina.

66 Ya sabéis, pueblo mío: que espiritualmente, ni un momento hay de descanso y que yo les despierto del grado de sueño en que cada ser humano se encuentra, para volverle a la vida, a la memoria espiritual, a la conciencia, a la luz. Para desenvolver sus potencias y hacer brillante su entendimiento para que el santo Espíritu penetre en él.

67 Prepararaos para que en este día de gracia, pueda el Espíritu de verdad, alumbrar vuestra razón y conciencia y seáis de los alumbrados con el santo numen de aquel que espíritu divino es; para que seáis vosotros, los que habiendo encontrado primero la puerta de la cruz, señaléis a los otros el camino de la gloria.

68 Buscad la puerta de la cruz, mi pueblo, pasad por ella; porque de cierto, os digo: para llegar a la gloria, necesitáis pasar primero por la puerta de la cruz del cumplimiento.

69 La gloria no es un lugar determinado. La gloria es un estado de conciencia, dentro de la unidad y del respeto a la unidad, viviendo la vida a plena luz y unión con el Padre.

70 No siendo la gloria un lugar fijo, es necesario que vosotros escuchéis estas frases que vais a oír: los increyentes del espíritu y de la existencia del alma, pueden decir: muero y pensar en la muerte; pero vosotros, los creyentes y aceptadores de la vida eterna, diréis siempre: ¡vivo! Y viviréis en la vida eterna. Los materialistas pueden decir: ¡vamos a hacer templos de cantera! El espiritualista debe decir: ¡yo soy el templo!

71 Los materialistas tienen el alma ofuscada, la razón también, y buscan a Dios en un lugar preferente. El espiritualista sabe que el mundo y el universo están llenos del omnipotente, del absoluto Ser omniabarcante; de ese Ser Supremo que como Padre dio vida a todo cuanto existe en el gran cosmos. Ya no debéis decir: “muerte”; tened la plena conciencia y el conocimiento que vos mismo formáis parte, del gran templo viviente de Dios.

72 A los que les gustan todavía las imágenes: los idólatras buscan a quien encender antorchas; y vosotros, ya bien sabéis, que la forma material no tiene espíritu, no es espíritu, no tiene vida ni claridad; y no encenderéis antorchas materialmente, porque vos mismo, seréis cual una antorcha encendida que reunirá todas las luces; las luces, de la enseñanza del amor, de las virtudes: de la caridad, de la misericordia, de la piedad, del perdón, de la fe y de muchas otras más de todas esas virtudes de irradiaciones luminosas, que surgen de la luz primer a, de la luz de amor; la cual se manifiesta, en todo lo existente: en equidad, en armonía y sapiencia perfectísima luz primer a y eterna, dimanada del supremo hacedor y Padre, de todos los espíritus.

73 De la luz del amor espiritual divino, surgen muchas luces, muchas potencias, muchas virtudes, las que son cual flores exquisitas, flores, para que adornéis el altar interior espiritual, que no acepta otra ofrenda de forma externa; porque el espiritualista debe tener diáfano el pensamiento y clara la idea espiritual.

74 Necesario es, amados míos, que no hagáis pobre la expresión del espíritu, con los símbolos de las formas materiales. Apartaros de toda forma y de todo símbolo material, para que haya esencia pura en el pensamiento; entonces, entenderéis más, la potencia de aquel que ha sido siempre brillante y luminoso, sin dejar de Ser nunca.

75 Todos aquellos que no se sienten eternos ni sienten el palpitar de la vida eterna en el mundo, es porque no saben que cada mundo, es como cada hombre.

76 Los ignorantes, creen que hay solamente un celo y una tierra y que son, lugares determinados; a estos, les doy mi amor, les señalo la Verdad y les muestro la victoria.

77 En la miríada de millones y millones, de mundos y de vidas pululando en ellos, hay cambio constante. Vosotros estáis apegados a la que nombráis: Ley de causa y efecto, de acción y reacción y a las que nombráis: leyes de gravedad, de combustión, descomposición y a otras leyes pequeñas que identificáis en vuestro plano material; pero os digo, que estas pequeñas manifestaciones de la única Ley universal, desaparecerán en otros mundos superiores, en donde brilla y es eterna, la Ley de: “amaros los unos a los otros” y en donde los cuerpos sutiles, pasan por encima de lo que nombráis: Ley de gravedad y hacen desaparecer en ellos, su efecto de atracción hacia su centro giratorio.

78 Escuchad, pueblo mío, las manifestaciones de la Ley en este planeta tierra, no son expresiones eternas; hay manifestaciones pequeñas, correspondientes a lo material y a lo humano; y hay manifestaciones grandes de la Ley, correspondientes a los mandatos de Dios. Y no hay que confundir estas manifestaciones superiores, con las leyes de los hombres, ni con las manifestaciones que corresponden a la pequeñez de este planeta.

79 Las manifestaciones espirituales de la Ley del Padre Dios, Espíritu inmortal, son eternas; y sólo conocéis de nombre: la Ley de la Verdad, de la vida y del amor. Estas son manifestaciones procedentes de la Ley de Dios.

80 Cuando habléis de las manifestaciones de vuestro mundo, no las llaméis leyes eternas, llamadlas órdenes temporales, como es temporal el mundo y también los millones de planetas que lográis ver. Todo está sujeto a desarrollo y todo evoluciona dentro de órdenes mutables y pequeños, establecidos, por medio de las manifestaciones supremas de la Ley divina.

81 Millones y millones de mundos giran en el orbe infinito; y cada uno de ellos, tiene millones y millones de años; y sin embargo, desaparecen; y la existencia de un mundo, es pequeña en el espacio, en lo que llamáis espacio, ya que todo está lleno de vida y esencia dimanas del creador universal.

82 Es pequeña la existencia de un planeta, en el mundo de las almas, porque también vuestra ley relativa es. Sólo para vos, morador de la tierra, el tiempo existe aquí en este mundo; mas no existe ni importancia tiene, en el mundo de las almas, especialmente en el valle espiritual de los seres de almas superiores, de almas gigantes, de almas desarrolladas. Esos seres o espíritus, os contemplan como a niños pequeños, discutiendo y destruyendo sus propias obras; ellos os contemplan, en vuestras desesperaciones, en vuestras incertidumbres, que dicen: ¿por qué es la ley de gravedad? ¿Por qué nos hablan de una sola Verdad, si son muchas?

83 Cada ser humano alcanza su grado de plenitud de acuerdo con su grado de conciencia y de desenvolvimiento, con la adquisición del reconocimiento de su Ser verdadero.

84 La que nombráis: ley del tiempo, envejece a la parte carnal del ser humano y no tiene valor en el mundo de las almas, ni en el valle de los espíritus.

85 La verdad, no es disposición humana; la Verdad, es más brillante que la luz del sol, y muy por encima de los hombres está; y sólo la alcanzará, el que pueda, el que tenga alcances del alma y del entendimiento; el que tenga alcances: de justicia, de amor de voluntad y sabiduría.

86 La sabiduría dimanada del amor, es la única sabiduría. Es la única por la que el tiempo no pasará, ni la hará cambiar.

87 La sabiduría surgida del amor, es la sabiduría de la Verdad, es la sabiduría de la vida, por cuanto ella, es inmutable.

88 Vuestros ministros de los templos materiales existentes en este mundo, carecen de sabiduría; y los intelectuales, no la reciben tampoco, para enseñarla a los demás; porque las religiones que profesan, apenas tienen pequeños destellos de la luz espiritual y todavía domina la ignorancia; y aun siendo ignorantes, se sienten superiores a los humildes.

89 Yo he venido a los humildes porque ellos entienden mejor estas palabras: “el que se humillare, ensalzado será.” y solamente el humilde, pasa por la puerta de la cruz del cumplimiento que le conduce a la gloria y penetra en ella.

90 Solamente el humilde, pasa por esa puerta de la vida eterna y nunca jamás la de la muerte; porque la muerte: ¡es falsa, es mentira! Y sólo a este mundo, corresponde su errónea idea, a los hombres que quieren aceptarla.

91 En este día de gloria, de resurrección, mi pueblo, espiritualizad vuestra mente y vuestro ser, para que podáis decir: yo soy el templo, en mí está el templo; yo soy la antorcha, no necesito antorchas para alumbrarme.

92 Sí, mi pueblo; yo soy la fuente de la gracia yo soy el eterno manantial y puedo llenar vuestras fuentes interiores. Todas las flores que necesitáis, están en vos, y si aún no están, empezad a ser antorcha encendida, empezad a brillar con vuestra luz propia, hasta que florezcan en vos mismo; pero no busquéis en la forma material ni exteriormente, las cosas simbólicas ni las flores en la naturaleza, para ofrendarlas en altares materiales y adorar así al Padre Celestial.

93 En vos está el reino, en el universo interior encontraréis todo lo que necesitáis para la vida espiritual. Allí está el templo, en el pensamiento la luz; en la luz, la Verdad; en la Verdad, la vida; en la vida, el amor y en el amor, todas las manifestaciones y las cosas son.

94 El que ama, vive; el que no ama, sabe que es como la hiel: amargo . El que ama a plenitud, encuentra la gloria y tiene su día de gloria.

95 Amad espiritualmente, mi pueblo, a todos vuestros semejantes. Amad con el más puro amor, que es el que os lleva a la Verdad, y entonces, sabréis lo que quiero deciros con estas palabras, cuando la potencia amor movió aquellos labios, cuando con vos estuve en el cuerpo que animé, como Jesús; y el amor, os dijo: yo soy el camino, la verdad y la vida.

96 El amor, es la potencia que mueve los labios de los auténticos poderosos, para hablar los conocimientos de la Verdad, de sí mismos.

97 Es la Ley de amor, la que conduce por el camino a la Verdad que es la vida. ¿Hay acaso potencia más grande que el amor? El amor es el fuego purificador, es agua de gracia que limpia y a la vez da savia y alimento.

98 A pesar de todas estas frases, aún encuentro apóstoles y discípulos débiles, que llevan un pequeño rayo de luz y mucho de sombra. Creen hoy; y mañana no, porque tienen sus horas para creer y sus horas para dudar.

99 Y como los apóstoles y discípulos, son también los aparatos humanos por los cuales me comunico; y una congregación: cansada con su existencia humana e intensamente preocupados y de esto, resulta un pueblo que hace culto material, que prende antorchas de velas o lámparas, que busca símbolos materiales e ídolos y les teme a la vida y a la muerte. Y se dice ser cristiano o espiritualista, que lo mismo es, ¿acaso no os he dicho: despertad a la vida de la gracia?

100 ¡Oh! Idólatras, que hacéis lo que los escribas y fariseos del Segundo Tiempo: sois un pueblo que se dice, cristiano o espiritualista, y piensa: no debo dar todo, porque me quedaría pobre y sin un pan que llevar a mis labios volveréis muchas veces a este mundo, si así pensáis, porque en verdad, seréis y andaréis como sombra que vaga por el mundo; naceréis y renaceréis, mientras no aprendáis a dar todo el amor, como yo os lo enseño.

101 Yo no quiero que seáis cual niños por siempre: pequeños eternamente. ¿Es acaso este pueblo, el que hace muchos años estoy enseñando, el que viene a oír mi cátedra y no tiene caridad ni de sí mismo? ¿Es acaso este pueblo, el que primero da gusto a la carne; y deja en segundo lugar, al espíritu?

102 Apóstoles, aparatos humanos de cátedra y pueblo en general: todos estáis pequeños. Todos pesáis lo mismo en la balanza de la justicia divina ni unos más ni otros menos. Y en este día de gloria del Espíritu, en verdad os hablo a todos para deciros el grado de sueño en que estáis y lo pequeño que sois.

103 Sois algunos de vosotros, a los que os sorprendo engañando a los demás; los que no tenéis caridad, ni por vos mismo ni por los demás, porque la verdadera caridad no la hacéis; y cuando pensáis que la hacéis, es para que os vean y oigan, pero no hacéis, la verdadera caridad.

104 Los hombres que se confunden y quieren hacer alarde de fe, son precisamente los que se han resfriado en la fe y la caridad; y los encuentro fríos también, en la pureza y en la lealtad. En verdad os digo: nadie pasa por la puerta de la cruz, si no aprende a ser leal.

105 De cierto, os digo, amados míos, que si a veces os hablo con palabra dura; no es tal como la que necesitáis, conforme a vuestros hechos.

106 Yo soy la Verdad que escondéis; y os observo, sin culparos. Os estoy solamente limpiando, porque necesitáis estar limpio y ser fiel, para con vos mismo y para con los demás.

107 El que ha pasado por la puerta de la cruz del cumplimiento, ya sabe amar la justicia; tiene piedad y comprensión, sabe de la misericordia y da dulzura.

108 Mas a algunos de vosotros, os encuentro que sois amargos y duros y hacéis alarde de sentiros antorcha, encendida exteriormente; pero interiormente, no ha sido prendida vuestra antorcha espiritual.

109 Unos eleváis la ofrenda; pero no eleváis el sentimiento ni el alma y por tanto, no tiene fuerza el pensamiento.

110 El que dice estas palabras, es el que tiene autoridad para decirlas. Tiene potestad, que es riqueza conquistada por la vida ligada a la verdadera norma espiritual y en este día de dádiva espiritual, os digo: ¡seguid adelante, atended a vuestra conciencia en confesión interna, que ella es el sacerdote que está oficiando en vosotros mismos!

111 Poneos en disposición en este día de gracia para que podáis ser absorbidos por el todo en todo. Es decir, podáis ser un hálito que se diluya en el universo, que es vuestro celo, sólo con un pensamiento: puro, elevado, espiritualizado, desinteresado.

112 Guardad un momento de silencio, apóstoles y pueblo, débiles. ¿En dónde están las blancas vestiduras, las galas de este día? Presentádmelas o presentádselas al Padre Dios. Ya os he dicho ya: la manera de preparar las vestiduras para esta fiesta espiritual en que habéis estado conmigo.

113 Quiero penetrar a vuestro interno, a ver si en este día de gracia espiritual, habéis traído la mirra, el incienso, el áloe del espíritu; a ver si en este día, traéis los aromas, los perfumes que son exhalación purísima de la potencia amor. La bondad es un perfume exquisito del alma; y en este día, podéis dar al universo el perfume de vuestro ser.

114 Hijos del celo y de la tierra, hijos del universo, párvulos de Cristo, lleváis la luz, en el pensamiento; amor, en el corazón, o sea: en el sentir de vuestro ser dad de este amor que vuestro Maestro os ha entregado y dejad que la conciencia, cante en este domingo de gloria: ¡hosanna! ¡Hosanna al Espíritu de verdad! ¡Guardad silencio!

115 Varón, en espíritu no expresaréis lo mismo que en materia; en mente humanizada, decís: cuánto nos exige el Maestro; y no podemos hacer todo lo que él quiere, por la sencilla razón que estamos en este mundo y es imposible hacer todo lo que él desea. ¡Qué claramente denotáis que es el “yo, egoísta” el que habla en vos, el “yo personalista” que quiere aprovechar bien la vida humana en el mundo, la vida en la materia.

116 Hay muchas maneras de aprovechar bien la vida, en el mundo. Podéis aprovecharla, si deseáis, combinando la acción material y la espiritual; tomando en primer lugar la colaboración espiritual en el plan de Dios, en el universo entero; y después, lo que respecta a la materia.

117 Por encima de la materia, está el Espíritu y las necesidades de él; y tenéis tiempo para todo, ¡ah! Hombre injusto que tal pensáis. ¿No tiene el día, muchas horas? ¿No tiene el mes, muchos días y el año muchos meses? ¿No tiene el siglo muchos años?

118 De cierto os digo: queréis de la existencia material, la mayor parte de satisfacción; cuando que vuestro espíritu y sus necesidades, son por encima de todo lo material y así decís que el Verbo Divino, es exigente. ¿No sabéis que yo quiero el bien para vos, que habéis venido a la escuela? ¡Oh, niño?

119 Escuchad bien vos, y cada uno de vosotros: cuando surgisteis de la mente paterna, despertasteis a la vida universal; después, tomasteis materia y fue vuestro nacimiento en el plano terrenal. Hubo un momento en que surgisteis del Padre y os revistió con la sustancia del alma universal; y sois el niño que para su desarrollo y aprendizaje, ha venido a ésta y a otras escuelas; que son otros mundos como éste.

120 Ese niño, necesitaba desarrollarse, necesitaba del dolor para recibir experiencias y así crecer y hacerse fuerte. Necesitaba desarrollar sus facultades y sus virtudes, para hacerse merecedor por su propio esfuerzo, de todas las potencias y dones que tiene que alcanzar.

121 Sois como la semilla exquisita que lleva su germen interior. Así como la semilla: se desarrolla el cuerpo, se desarrolla el alma y el ser desarrollando éste su poder, en la actuación a través del alma y la materia.

122 Si no desarrollara el espíritu su poder, sería potencia sin movimiento, sin engrandecimiento de sí mismo, sin manifestación de vida.

123 Sois el niño que ha surgido de la mente paterna, que es la misma vida eterna en manifestación. Niños de esta escuela que estáis aquí, soy el Maestro que sabe lo que necesitáis.

124 Y a vos varón, no os pido todo lo que tenéis el deber de hacer, os pido que hagáis el esfuerzo del niño espiritual, del niño mental; os pido, solamente: lo que podáis dar a Dios y es muy poco, lo de este mundo.

125 Sois millones de niños, ¡oh! Seres ¡oh! Almas ¡oh! Criaturas de espíritu, surgidos de la mente materna y paterna, que es la mente del creador increado, del Padre Dios. Pero de cierto os digo: que hace muchos millones de años, que habéis nacido, que habéis surgido de la mente del Padre amado, de aquel que es: amor de Padre y de madre; de aquel que es: amor, vida, luz y verdad y que es todo, en vosotros mismos.

126 Cuando la grandeza del Padre, os concibió, ¡oh! Seres con alma, encarnados en la creación, erais puros, bellos e inocentes, sencillos y limpios, y como semillitas, como potencias átomos, como germen en partícula, habéis venido a desarrollaros por vuestro propio esfuerzo a éste y a otros mundos para haceros fuertes, grandes y poderosos, a través de vuestra evolución espiritual; dotados de atributos, de todas las potencias divinas en miniatura y con libre albedrío.

127 Pensad que si no hubiera Padre, no hubiera hijos; y si no hubiera hijos, no habría creación. Fijaos bien, que esto quede grabado en vuestro espíritu; y aunque dejéis esta carne y otros cuerpos materiales, grabado quedará en vuestra conciencia, en vuestra mente espiritual: ¡si no hubiera hijos, no habría creación; no hubiera Padre!

128 El Padre Celestial, que está en los celos de la más alta conciencia, dio nacimiento a vuestros espíritus; ese fue vuestro origen espiritual. Pero bien sabéis que ningún niño, se queda como niño, que necesita desarrollar el cuerpo y la mente y eso estáis haciendo: desarrollando al ser interior, al espíritu invisible, al ser pensante, al verdadero hombre interior. Vuestro espíritu, se está desarrollando; el niño, se está haciendo hombre en vosotros.

129 He aquí la causa de vuestra venida a este mundo y a los demás: que las potencias espirituales, son movimientos que tienden a desarrollarse y a evolucionar para hacerse fuertes no en forma humana; sino, como vida eterna, en: justicia, amor, sabiduría y perfección y en verdad, tenéis que crecer y desarrollaros con vuestras propias potencias y cualidades, puesto que tenéis germen divino interior; pero no es lo mismo: ser puros, sencillos e ignorantes; que ser grandes, luminosos y perfectos.

130 Fijaos bien: habéis nacido de la mente paterna y materna de Dios, puros, sencillos y limpios; y como semillitas, como potencias átomos, como gérmenes en partícula, tenéis que ser grandes y prácticos, poderosos y fuertes; justos, sabios y virtuosos.

131 Habéis venido sencillos, puros e inocentes; así habéis venido y tenéis que evolucionar. Tenéis que desarrollar, os repito: esas potencias átomos para que os hagáis grandes y seáis más, de lo que habéis sido en un principio, más: brillantes, pacientes, justos, amorosos y sabios.

132 Podéis hacer la comparación de un niño que acaba de nacer, con un hombre de experiencia que enseña a niños. Ese será vuestro destino a través de las edades espirituales; cuando vuestro Espíritu, esté desarrollado.

133 Y vos, hijo, bienamado, que escribís mis mensajes de importancia, primordial es que entendáis, lo que vuestro Maestro en cátedra plena de revelación dice a las multitudes y a vos mismo. ¿Habéis recibido a plenitud, en este día de gracia, lo esencial para el buen entendimiento, presente y futuro? sí me contestáis.

134 Algunos cuantos habéis entendido y vuestra tranquilidad interior está conforme con ello.

135 Sois los pequeños átomos en potencia, que estáis aprendiendo a amar desde hace miles de años; y todavía no podéis aprender, la pequeña lección, la que está, más al alcance humano de todas las lecciones que estudiáis. ¡Tan pequeña es! Pero de inmenso contenido.

136 Hace ya casi dos mil años, en que con pocas palabras, os enseñé la manera de encontrar el reino de Dios: amándoos los unos a los otros habéis vivido muchas veces, en carne y sin ella, en este plano terrenal y no habéis podido aprender las lecciones de mi enseñanza; y volveréis muchas veces, hasta que hagáis realidad en vosotros esa sublime enseñanza divina.

137 Por cuanto sois niños, no habéis aprendido la importante lección: toda amor cuando seáis grandes, potentes y brillantes, pasaréis de esta escuela, a otra mayor; a otro plano de mayor aprendizaje, en el que os haréis más fuertes todavía por el amor de Dios, sin misterios de él y con gran claridad en la conciencia.

138 Los niños se convertirán en hombres y los hombres en párvulos; los párvulos en discípulos; y de discípulos, pasarán a ser apóstoles y se identificarán con el Cristo.

139 Los apóstoles de mi enseñanza, serán ungidos del amor de Dios; y llenos de este amor, practicarán la Verdad; y cuando esto suceda, estarán en magníficas condiciones de morar en los planos de luz; en donde ellos, serán antorchas refulgentes que derramen el amor y la caridad, dejando el perfume sublime esparcido de los conocimientos de la Verdad.

140 Este mundo, está llamado a espiritualizarse con todos sus moradores. Este mundo, está llamado a transformarse en escuela superior con todos sus estudiantes; y terminar así, con todos los sufrimientos de los moradores de la tierra, puesto el pensamiento de todos en Dios.

141 De cierto, os digo: que en lo que llamáis: paz se han fraguado las guerras, se tramitan, se piensa en ellas; las guerras de ideas primeramente; y después, se llevan a cabo en la mente de quien las busca.

142 Y cuando vienen las guerras, no es más que la idea que antes estuvo, como mala semilla, en la mente del hombre que no ha tenido paz, que no la ha querido, que no la ha deseado.

143 En todo existe la idea de guerras; primeramente en ideas, después la realización de éstas, en manifestaciones humanas.

144 Pero los hombres, tienen en su mente la semilla maléfica, que les impide llegar al altar del mártir del gólgota; al altar del Cristo, que todo humano debe conocer. El altar redentor, está más allá de la puerta que cruzan.

145 Cuando lleguéis a la puerta de la cruz del cumplimiento, y paséis por ella; entonces, podréis entender lo que os digo, en este día de gracia. ¡Oh, niños: haceos hombres! ¡Hombres: haceos maestros! ¡Maestros: haceos guías de la humanidad!

146 Siempre la maléfica semilla en la mente del humano, ha estado lista para germinar y desarrollarse; y es la causa, de tantos crímenes y maldades. Sin embargo, el fuego de mi amor, viene a la nieve de vuestro corazón; y aunque pasen los siglos, yo os enseñaré a amar, y vosotros aprenderéis.

147 ¡Yo, no os abandonaré nunca! De Espíritu a espíritu, os hablaré siempre, de: la gloria en vos mismo. Vos sabréis pasar por la puerta de la cruz, y encaminaros a la gloria. Vos aprenderéis a amar plenamente, mis bien amados.

148 Y pregunto a vos, varón, que habéis sido llamado en vuestra propia casa, en la congregación de aquel lugar, que habéis sido llamado para convertiros en un verdadero discípulo del Maestro, varón que os he entregado dádivas, porque amoroso y grande sois; varón que a vuestra casa, el Verbo Divino visitará, ¿qué me decís de lo que habéis oído y escuchado? A vos, amado mío, que acabáis de extraer la esencia de mi amor, para llevarla y alimentaros con ella, a vos me refiero.

149 Sólo el sendero del amor es el único sendero, ovejita mía, que os conduce a la gloria, a la felicidad. Y el que no conozca el sendero del amor, no conocerá la dicha de la gloria. No hay otro sendero tan luminoso como éste, que conduzca al reino de los celos.

150 El amor, es; la potencia y la sabiduría, la vida y la Verdad es el reino y es la esencia suprema del Espíritu de Dios. Amor de los amores, emanación de todas las potencias. De las luces del amor, emanan todos los poemas y la vida que anima la creación.

151 Del amor divino, emanan todas las bellezas superiores, nobles y grandes. Vuestra alma y vuestro ser serán llenos de amor, de misericordia y de esperanza. Yo quiero que seáis espíritus de almas grandes, musicales, como liras vibrantes.

152 ¡Niños: haceos hombres! ¡Hombres: convertíos en maestros! Y yo, os prepararé para que seáis de los míos, de los que sientan la necesidad de poner su planta en el sendero de la renunciación.

153 El que ama, toma su cruz de cumplimiento y renuncia a los placeres pasajeros; y su cruz, es la misma humanidad. Cuando en su cruz florezcan las flores virtuosas de la inmortalidad; esa cruz, será la realización del Cristo en el hombre.

154 Pueblo mío: ¿hay acaso otra palabra más humanitaria que la palabra: amor? ¿Hay otra palabra de la que se derrame más luz, que de la palabra: amor? ¿Hay otra palabra más grande que ésta? Por amor, existe la creación del Padre; y por amor, vivís vosotros eternamente.

155 Y por esto, voy a daros otra revelación: María Magdalena, aún de buena cuna, fue perdonada y merecedora de mi ternura; y, ¿no habéis pensado en el por qué, de estos actos? ¿No sabéis, no habéis entendido, este símbolo que es una verdad?

156 La mente del hombre, no sabe comprender mis símbolos, con la mirada de la comprensión. Se estaciona ante el misterio y se conforma con el símbolo.

157 Los símbolos materiales, son imágenes caídas, que ya no deben existir en este planeta tierra en su era de luz, cuando ya el ser humano empieza a balbucir esta palabra.

158 A María Magdalena, pronta y tiernamente se le dio el perdón; con gran facilidad fue perdonada, lo que no sucede así, con aquellos que siempre piensan con desamor, que actúan con desamor, que hacen obras con desamor. Estos tienen más dificultad de embellecer su ambiente con arrullos de ternura espiritual; mientras ella, pronto encontró lo que buscaba; otros no lo logran.

159 Vosotros os fijáis en la apariencia y conducta de los hombres, en la forma; y no penetráis a sus valores espirituales, que son destellos de la Verdad eterna en vuestras mentes.

160 Solamente destellos, pueden llegar a vuestras pequeñas mentes de niños. Niños sois, mental y espiritualmente hablando; y si así os considero, es para expresar mi maravilloso entendimiento en el desenvolvimiento vuestro; porque esa facilidad de abarcar con el entendimiento, pocos la tenéis. María Magdalena se hizo perdonable por ello, sin hacer alarde de conducta humana; ella pecó, como vosotros habéis pecado.

161 Y habiendo pecado los unos y los otros, ¿por qué no ha sido igual el perdón, en los unos que en los otros? En verdad os digo: que el que ama, puede tener equivocaciones en su conducta humana; pero el amor es ternura rebosante en el corazón tierno, y el que es tierno es amoroso y si vosotros queréis, ser como ella: perdonados debéis hacer como ella, también.

162 María Magdalena, no volvió a pecar. No volvió a tener ligerezas y fácilmente fue perdonada, porque mucho amó. Tuvo errores, pero tuvo amor en su corazón cual fuego que purifica. Tuvo debilidades y defectos, pero no crímenes.

163 ¿Pensáis acaso que hay quien crea en vuestra aparente recta conducta, siendo humanos? ¿Creéis vosotros que la apariencia humana, es la que vale y la que triunfa? Debéis perdonar a vuestros hermanos, para que seáis perdonados; y María fue amada, acariciada y perdonada por lo mismo, porque supo amar y perdonar.

164 Escuchad, pueblo: aun mis apóstoles me negaron por momentos y se apartaron de mí, y María, no se apartó de mí, ni se avergonzó ni me negó. María de magdala, lloró ante la cruz y en el sepulcro; y su espíritu, tuvo redención, por lo mucho que amó y fue perdonada.

165 Ella, me siguió y claramente decía: ¿en dónde habéis puesto el cuerpo de mi Maestro? Sin avergonzarse, mostró nobleza, mostró que en su alma llevaba al apóstol verdadero.

166 El espíritu de María Magdalena, es un apóstol resplandeciente en la manifestación de la Verdad, de la redención. Ella practicó la sinceridad y la Verdad y por eso fue redimida. Ella demostró su nobleza, su sinceridad, su amor, más que mis apóstoles que eran varones en la carne. Ellos, me dejaron; pero ella, ni un momento se avergonzó de mí, ni tampoco se avergonzó de haber pecado.

167 Por amor se humilló ante Jesús y ante el Padre, y de cierto, os digo, no lo negó, y dijo: señor, si tú quieres, yo seré salva del pecado pero no negó, no habló de disculparse. Solamente me dijo: si tú quieres, yo seré salva del pecado.

168 Y vos, mi pueblo, que con largos rezos y oraciones, tratáis de convencerme de vuestra inocencia: de cubrir vuestras faltas, de darme toda clase de disculpas por vuestros errores aprended en estas revelaciones.

169 Ella, sin disculparse, habló de un futuro. El desamor es un caos; y las sombras de la ignorancia y de la muerte, de él surgen. Grande es María Magdalena; y grandes seréis vosotros, cuando hagáis florecer en vuestro corazón, la flor de la piedad que surge de la Verdad.

170 Mujer, que me decís: señor, ¿cómo agradecerte que me has salvado? ¿Cómo expresarte mi gratitud porque tú has estado conmigo, en el preciso momento en que te necesitaba?

171 Yo he recogido vuestras penas y vuestros pensamientos; he escuchado todo lo que en vuestra alma, me queréis decir; me dais las gracias y yo, amorosamente las recibo y os revisto de ellas vuestra fe, os ha salvado, una vez más.

172 En estos momentos me comunico con cada uno de vosotros, de pensamiento a pensamiento, de Espíritu a espíritu. ¡Disponeos, pueblo! Que el momento de bendecir todo, el momento de la consagración, ha llegado.

173 Todos los niños de poca edad, de 7 años o menos, ¡venid aquí! Llegad a este sitio; aquí les reuniréis, pueblo, porque vuestro Maestro, quiere juntos a estos niños; de cuyas almas, seréis amparo vosotros.

174 Estos niños, vienen a este planeta tierra, como la simiente que la humanidad necesita para su evolución, para su crecimiento, para su aprendizaje en esta escuela de espiritualidad.

175 Estos niños, están en la edad del crecimiento. Estos son los míos, ¡oh, apóstoles! Estos son vuestros hermanos mayores, en cuanto a pureza.

176 Y aquí tenéis una luz de gran enseñanza, para el desenvolvimiento del espíritu, por la idea espiritual. Luz, para el estudio de los martes.

177 Venid a estos niños, algunos en los brazos maternales todavía. Niños míos, almitas muy amadas, estáis conmigo, ¡sentíos felices! Apóstoles de este recinto y de otros lugares: poneos de pie y atended a la lección de mi enseñanza.

178 Niños amados, yo soy vuestro y vosotros sois míos, ¡benditos seáis! El hombre que lleváis dentro, invisiblemente crece, con la diferencia de cada talento, según su edad.

179 Mirad a los niños que junto a mi vibración están, ¡qué bellos son por su inocencia y su candor! Y decidme, ¿son iguales en su crecimiento? no me decís.

180 De la misma manera las almas de todos los seres, son desiguales. No por el hecho de haber venido a este planeta tierra, tienen el mismo nivel, ni alcanzan el mismo adelanto. Cada hombre interior, tiene su desarrollo, su crecimiento, así como los niños.

181 Niños muy amados: mi espíritu divino, os bendice a todos vosotros consagrados quedáis en este día de gracia. Iniciados, consagrados y bendecidos para el bien, habéis quedado. Iniciados en mi doctrina de amor, en mi doctrina espiritual, estáis unidos al Cristo, porque sois dóciles, inocentes, puros, obedientes y buenos. Podéis pedir cuanto os plazca en este glorioso domingo de resurrección, que Cristo está con vosotros. ¡Benditos seáis, en el nombre del Padre!

182 Cuando surgisteis de la mente del Padre Celestial, así surgisteis: puros, inocentes, nobles y buenos pequeños, para iros fortificando y creciendo; y aquí tenéis para estudiar esta revelación, años y más años.

183 Y vosotros, los que os fijáis en una frase relativamente equivocada que no armonizó en su sonido, pronunciada por un aparato humano cansado por las muchas horas de éxtasis, ¿seríais capaces de hacerlo mejor? ¿Os consideráis capaces, para apegaros al más puro lenguaje, sin mácula en la frase?

184 No debéis criticar. ¿Creéis acaso que el mejor de los oradores vuestros, pudiera sostener un trabajo superior a éste? No hay un ser humano, que supere este trabajo; pero el que se crea capaz, que tome el sitial de honor. No olvidéis que yo soy el de la idea, que las ideas son mías; y que el entendimiento del aparato humano, únicamente las interpreta, de acuerdo con su evolución.

185 El comprensivo, no critica los errores de un aparato humano. El que es verdaderamente grande, no lo dice: lo demuestra. El que es luminoso, no lo dice: brilla.

186 No seáis pobres en el detalle, que más grande es la esencia, que los errores de un aparato humano cansado. ¿Dónde están vuestra tolerancia y vuestra comprensión? ¿Dónde vuestro amor? ¿Por qué señalar una pequeña mancha que no pertenece a mi idea, ante tanta blancura, ante tanta fragancia?

187 Recibid la fragancia, tomad la esencia, coged el trigo dorado; y dejad la paja, para que sea quemada por el fuego del amor y la comprensión.

188 Si por unas facultades, hay mucha paja y poco trigo, no os quejéis; que por otras, en cambio, tenéis mucho trigo y poca paja.

189 No hay perfección aún, en vuestro mundo; todos sois susceptibles de error. Perdonad y disculpad, todo lo que el amor os perdona y os disculpa.

190 No vengo a servirme de oráculos de piedra ni de formas de madera; vengo a servirme de labios humanos, para hablar la palabra de Dios; y si estos aparatos humanos, que son obra perfecta que Dios ha formado, no os satisfacen; entonces, preparaos vosotros, entregaos y superadles, si podéis.

191 Sed consecuentes, sed conscientes y fijaos en lo que decís o pensáis. Si no tenéis consideración, ¿cómo vais a pedir que os la tengan? Tened cuidado, varones, que todos vuestros pensamientos son conocidos por mí y sed más consecuentes.

192 En el Segundo Tiempo, yo fui al reino de las almas turbadas, les hablé y les di, como a vosotros os hablo y os doy. Las reuní para enseñarles el evangelio del amor, a todas las almas de espíritu de buena voluntad que quisieron escucharme; pues mi misión abarca a encarnados y desencarnados. Esto hice en el preciso momento de dejar el cuerpo en la cruz. Y a esto se refieren aquellas palabras que tienen su fondo de verdad: “y descendió a los infiernos.” quisieron decir que mi esencia de amor, fue a aquellos antros de obscuridad y tinieblas, faltos de luz; que en las religiones, llamáis infiernos.

193 En el Segundo Tiempo, a las almas que allí estaban, en esas cavernas de oscuridad fui a darles la enseñanza que es vida, como vengo a dárosla a vosotros, porque soy el redentor de encarnados y desencarnados. Tarea importante y necesaria, más de lo que os suponéis.

194 Yo os dije: ¡y al tercer día, resucitaré! Es decir, mi alma retornó a su forma, que convertida estaba ya en energía y esencia purísima; y muchos días estuve apareciéndome a mis apóstoles y a los que me crucificaron; estos, negaron: que yo había convertido mi cuerpo en energía y esencia para los hombres, para darles luz, que esparcida fue por todas partes.

195 Los que no me amaron, decían que mis discípulos habían robado mi cuerpo; y también a ellos, en silueta luminosa me aparecí, para decirles: mis discípulos, no han robado mi cuerpo, él se ha convertido en luz, en energía, en esencia, y ha sido difundida por el mundo.

196 Me manifesté a mis negadores y a mis apóstoles; y por cuarenta días estuve visitando encarnados y desencarnados que estuvieron en condiciones de conocer el amor y escuchar mi verdad.

197 Si el alma se puede densificar y materializar, ¿por qué la carne, no podría sutilizarse? Se puede sutilizar lo denso, como se puede densificar lo etéreo; yo transforme la fuerza en forma y la forma en fuerza. Después de estar yo entre vosotros, volví a la vida eterna, y sigo enseñando espiritualmente esa vida eterna a encarnados y desencarnados.

198 Pueblo mío, el manjar espiritual ha sido en abundancia para que meditéis mucho, para que analicéis su esencia en vuestra mente humana y la grabéis en vuestra conciencia; y así podáis, recibir mayores conocimientos.

199 Os he dejado muchos conocimientos. ¡Seguid creciendo! ¡Seguid desenvolviéndoos! ¡Seguid adelante!

200 ¡Abrase la gloria y toque vuestra conciencia! ¡Abrase la gloria en vos! Y toque vuestro entendimiento, unido al Padre Dios y, ¡sed feliz, en el espacio, donde moran las almas y los hombres!

201 Yo os bendigo en el nombre de aquel que me envía. Mi paz os dejo. ¡Oh! Gran domingo de gloria y resurrección, ¡sed eterno para los míos!

202 Interiormente, ¡sea con vosotros la corriente de la vida! La corriente de luz y de amor, ¡sea con vuestro espíritu! ¡Sea por siempre la gloria de Dios, en la conciencia de cada humano espiritualizado! Quiero que despertéis del sueño, abráis los ojos a la Verdad y volváis a la vida eterna. ¡Bendito seáis, pueblo amado!

¡La paz, de vuestro Maestro, sea con vosotros!

47. El significado del águila, la serpiente, el islote y el lago

Domingo 4 de abril de 1948

(Saluda el Divino Maestro)

Elías:

1 Maestro divino, en esta alba bendita de gracia el pastor, humildemente se aposenta ante tu presencia. Vengo a hacerte presente a mi rebaño al que habéis confiado a mis cuidados. Helo aquí, viene lleno de sumisión, viene más espiritualizado porque ha aprendido de tu enseñanza, ha aprendido a pedir por la humanidad, a pedir por aquel pequeño que sufre, por aquellos perdidos que van en los caminos llenos de tiniebla. Por ellos te vienen a pedir olvidándose de ellos mismos, porque bien saben que en este Tercer Tiempo, vienes derramándote en ellos y en la humanidad. ¡Recíbelos, señor! Humildemente yo te lo pido y que se haga y se cumpla tu santa y divina voluntad en el rebaño y en el pastor.

Divino Maestro:

2 Yo recibo a vuestro rebaño, en este día mis brazos amantísimos se abren para estrecharlos. Mi mirada perspicaz penetrará al fondo de su corazón para contemplar la lámpara encendida hacia la divinidad; mas mi pueblo de Israel es el pueblo escogido por mi en este tiempo y en todos los tiempos; es vuestro rebaño, el cual he puesto a vuestra custodia para que vayáis delante de él, lavándole la mancha que en este mundo ha llevado consigo, porque quiero que sean limpios; quiero contemplar su lanilla limpia, porque sólo así yo me derramaré espiritualmente en sus espíritus y en sus materias.

3 Sois el faro luminoso de este tiempo y a cada instante os levantáis delante de ellos para que su planta no tropiece con el pedrusco y no sientan el dolor. Yo os lo he confiado, Elías, ¡oh precursor de este tiempo! ¡Oh faro luminoso de Israel! Y a cada instante, penetráis al rincón de su alcoba para contemplar si hay paz en ellos, si orando y velando pueden encontrarse, para que la paz de mi Espíritu sea con ellos; mas en este día de gracia, me hacéis presente a los unos y a los otros, y también me hacéis presente al postrero, al que ha levantado su planta por primer a vez a escuchar la voz del Maestro; me hacéis presente su corazón y me pedís el perdón para ellos, la comprensión para mi palabra; y, en verdad, os digo: voy a entablar por primer a vez con ellos el concierto, una vez más mi concierto celestial, voy a derramar en esencia, en presencia y en potencia y a entregarles voy como es mi voluntad. Sed con vuestro rebaño, Elías y entregadle según es mi mandato.

Elías:

4 ¡Bienvenido seáis, rebaño muy amado, que habéis sentido la presencia de vuestro pastor muy cerca de vuestro corazón! Por doquier de los caminos, mi espíritu se ha extendido buscando a los unos y a los otros; y os he encontrado, perdidos en los abismos de la obscuridad y de ahí os he rescatado y os he enseñado el camino; con la luz que posee mi espíritu, voy iluminando ese sendero; yo os he encontrado doblegados por el peso de la cadena, eslabón por eslabón ibais aumentando, sobre vuestra espalda, esa pesada carga, aquella cuita, la maldad el egoísmo y el odio; mas he aquí, que pude acercarme hacia vosotros, a lavar vuestra lanilla para dejaros blancos y puros para que seáis dignos de la presencia del Maestro divino.

5 Yo siempre voy con vos, rebaño amado, siempre iluminando vuestro camino, vuestro entendimiento; mostrándoos la maldad de la humanidad, para que con la luz que hoy brilla en vuestro entendimiento y en vuestro espíritu, ya os vayáis doblegando y os transforméis en justicia y amor; porque justicia, amor y sabiduría, el Maestro viene derramando, porque os ha entregado una heredad de caricia, de felicidad, para que vos la esparzáis por doquier de los caminos.

6 Mas, mirad y contemplad que la voz del Padre, derramándose como Maestro es, por conducto del entendimiento humano; mas esta semilla, no es la voluntad del Padre que el viento la esparza, que ninguno de sus elementos la lleve por esta tierra, por aquellos rincones del mundo a donde pueda germinar; no, rebaño muy amado, ésta no es la voluntad del Maestro; la voluntad del Maestro, es que vos, en vuestro propio espíritu la guardéis, para que así, la esparzáis; para que toméis las herramientas de labranza y trabajéis en aquellas tierras áridas y las convirtáis en fértiles, con las aguas cristalinas que el Maestro viene derramando sobre vuestro espíritu y su envoltura.

7 Vuestro pastor, desea que seáis los hijos de la luz, que luz esparzáis en la tierra, por eso es que yo me manifiesto en vuestro camino elucidando vuestro espíritu, encendiendo más y más la antorcha de fe en vuestro corazón, para que así reconozcáis la presencia y la Ley del Padre, en este Tercer Tiempo.

8 Sí, rebaño, vais aprendiendo a velar y orar y a recibir de Espíritu a espíritu, de las lecciones del Maestro; mas esa, es la voluntad de él. ¡Despojaos de las miserias de vuestra carne y elevad vuestro espíritu! Que yo en estos instantes, recibo vuestra preparación y la elevo más y más, para que así el Padre, se derrame conforme sea su santa y divina voluntad. ¡Llevad mi perdón, mi luz y mi caridad en vuestro propio espíritu! En el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy la representación del Espíritu Santo.

9 ¡Oh! Cristo, Maestro divino, me he aposentado cerca, muy cerca del corazón de mis ovejas, les he tocado con mi amor, he elucidado sus entendimientos para que estudien y analicen tu palabra que en sentido figurado, vienes a dejarles. Son mis ovejas, son tus discípulos, ¡hágase en ellos y en mí, conforme sea tu santa y divina voluntad.

Divino Maestro:

10 Bendito seáis, Elías, habéis entregado conforme es mi voluntad, habéis preparado el corazón de mis párvulos y discípulos, ellos en este instante prestos pueden encontrarse a oírme y escucharme. ¡Voy hacia ellos, Elías! Pero en este instante, una vez más, escuchad: los vendavales se han desatado en este tiempo mas, desde tiempo ha, yo le estoy diciendo a Israel: no durmáis en vuestro camino, si unos instantes dormís, las tempestades quedarán desatadas.

11 Pero Israel, hasta este instante no me ha escuchado, y quiero que Israel, preparado pueda encontrarse, quiero que con la buena voluntad se levante y albergue mi palabra que a través del entendimiento les estoy entregando, porque las pruebas están muy cerca de ellos; y quiero que vos, Elías, sigáis preparándoles a cada instante, porque no es mi voluntad que este pueblo que he venido a entresacar de este mundo de maldad, llore en su vida, no, Elías. Yo he venido a entregarles la paz de mi Espíritu, el consuelo y mi calor celestial; y si ellos me tienen a mí, quiero que tengan paz, la cual a cada instante les estoy entregando, para que ellos sigan adelante.

12 ¡Sed en cada uno de ellos, Elías, a cada instante tocad su entendimiento y su corazón! Elías bendito, acercaos a los recintos, preparad a los guías, preparad a los portavoces, al cuerpo de facultades y pedestales, a los columnas, porque grandemente voy a manifestarme en cada uno y en cada cual; y quiero que todos por igual, llenos de amor y de comprensión a mi Ley, se levanten; y así, la paz, sea universal.

13 ¡Ay! ¡Ay de aquel, que desapercibido pueda encontrarse para mi palabra! ¡Ay! ¡Ay de aquel, que se levante para cumplir con mis órdenes conforme a su propia voluntad! Por ello, vos que sois consuelo, que sois la luz que va delante de ellos: acercaos a su corazón y pulimentadlo con vuestro amor, con vuestra esencia para que ellos se levanten y piensen, conforme es mi voluntad. ¡Id a mi solio! Que los ángeles os esperan, para cantarlos: el ¡hosanna! A vuestro espíritu.

Elías:

14 ¡Cuán grande es tu amor, tu caridad para con mi rebaño! Yo haré que el amor y la fe hacia ti se levante cual faro luminoso, cual barrera infranqueable para rechazar todo aquel vendaval que llegue a azotar su rostro; mas en este día de gracia yo voy a cumplir tu mandato: voy a posarme en aquellos entendimientos de aquellos guías, a elucidar la conciencia de los pedestales, para que sólo cumplan con tu Ley y tu mandato y así, se opongan a la reaciedad de sus envolturas. Voy al lugar que tu índice sacrosanto me señala, en esta alba de gracia. ¡Adiós, rebaño muy amado, que la paz de vuestro pastor y del Maestro, quede con vos!

Divino Maestro:

15 Pueblo bendito de Israel, una vez más delante de vos, puedo encontrarme, he descendido de mi arcano a través del portavoz humano, para desde ahí irradiar mi palabra y entregaros mi amor y la paz; mas, soy inmutable y por ello, a cada instante me tenéis en palabra, enseñándoos a transitar en este mundo.

16 Me encuentro doctrinándoos, para que seáis el mañana el buen discípulo, para que así podáis caminar en este mundo, enseñando a la humanidad el amor, las buenas obras; porque mucho tiempo ha pasado, en que mi voz se manifiesta en la nación mexicana y me plugo entregaros en esta forma mis mandatos y mi Ley; y en mis altos juicios, sólo yo; por ello, no podéis intercalaros en mis altos juicios, porque yo vengo haciendo mi voluntad en este Tercer Tiempo, como la he hecho en todos los tiempos pasados.

17 Sin embargo, tenéis que creer en mi palabra, porque mi palabra es enseñanza, mi palabra viene a brindaros la paz para vuestro espíritu, mi palabra viene a brindaros lo que el mundo no os ha brindado jamás; y por eso he venido a entresacaros del sufrimiento, de la maldad, de los peligros que existen en este mundo; y poneros, en un camino recto, en un puerto de salvación y de paz.

18 En el año 1866, brilló una estrella como en el Segundo Tiempo; y no todos, pudieron contemplar sus visos luminosos, porque impreparados se encontraban, durmiendo en su propio camino; pero brilló una estrella en el año 1866, anunciando que el mesías vendría a comunicarse en este tiempo; y los que contemplaron este anuncio, se levantaron presurosos para guiarse por aquella estrella que les anunciaba mi retorno.

19 Vino un precursor llamado Elías, a comunicarse por conducto del hijo del hombre; vuestro pastor espiritual, el profeta de todos los tiempos, para comunicarse a través de un entendimiento humano llamado Roque Rojas y encender en los corazones una lámpara de amor y de fe hacia mi divinidad.

20 Elías, preparó los caminos y los corazones; para que después, en el año 1884, mi rayo pudiese manifestarse; y las grandes multitudes, al oír y escuchar la voz que se desprendía del más allá, sorprendidas se encontraban, escuchaban que no era la voz de Roque Rojas, que era una voz muy diferente, que venía a entregarles vida, fortaleza; que venía a entregarles pan y a señalarles un camino de luz, de bienandanza y de paz en espera de mi retorno, antes prometido.

21 En el año 1884, en que mi rayo divino, pudo manifestarse a través de Damiana Oviedo, las multitudes se levantaron y comieron por primera vez en este mundo, el pan sin levadura, saborearon un fruto diferente al que habían saboreado en su vida terrestre y comprendieron que este fruto les hacía falta; mas, abrieron su corazón, sus labios, se apacentaron y gustaron de este buen sabor en ellos mismos; pero entre ellos también podía encontrarse Pedro del Segundo Tiempo, Tomás, Judas. Tomás, para ver y creer en mi presencia; el pedro, para negarme; el Iscariote, para traicionarme; pero se levantaron grandes multitudes, para seguir mi huella que yo había trazado desde ese tiempo que iniciaba, hasta esta fecha.

22 Los que comprendieron mi palabra, los que creyeron mi presencia se levantaron, abandonaron sus quehaceres materiales, sus hijos, sus caudales para poderme seguir hasta este instante; los que no creyeron en mi presencia, no siguieron mi huella, me volvieron las espaldas y se recostaron a dormir, prefirieron saborear su propio fruto, prefirieron seguir comiendo el pan lleno de amargura que siempre habían saboreado; y arrojaron lejos de sí, el pan que con tanto amor yo había venido a entregarles; pero las multitudes, se acrecentaron y los que creyeron en mi presencia, en mi palabra, esos están conmigo, los que me han comprendido, son a los que estoy doctrinando, a los que a cada instante les estoy acariciando, los que están sentados en mi mesa comiendo el pan, bebiendo de las aguas cristalinas.

23 Desde esa fecha hasta el año 1950, establecida se encontrará la doctrina espiritualista trinitaria mariana, que es pura; Ley, que es limpia como el ampo de la nieve; Ley que yo he venido a entregar a corazones llenos de humildad, para que después se levantaren y la estudiaren; y el más tarde, se levantaren como maestros en el mundo; pero, no todos me comprendieron, existen aún el que me pide pruebas verídicas y palpables para poder contemplarme en mi palabra de lleno, para creer de lleno en mi presencia divina.

24 Ha pasado mucho tiempo en que mi Ley se encuentra en la nación mexicana; mas hay corazones que en este instante, me preguntan: ¿de qué forma vienes a manifestarte en este mundo? ¿Cómo fue que vino Elías a implantar los siete Sellos en las siete iglesias? ¿Cómo fue que vino Elías, en el año 1866? ¿Y quién fue Roque Rojas? ¿Y quién es Elías?

25 Estando yo, Cristo, en mi solio; ante la presencia del Padre Eterno, pude haberme aposentado para pedirle me concediera ser una vez más en este mundo; mas, mi pueblo, disperso se encontraba pereciendo a la medianía de los desiertos, a la medianía del océano, en los montes, pereciendo por los breñales, pereciendo por la falta de agua, por falta de pan; y yo le pedí al Padre me concediese manifestarme en la nación mexicana y se me concedió; y mandé al precursor, a Elías, y le dije: id a la nación mexicana, en vuestro camino encontraréis una ave devorando una serpiente en un nopal, ahí será la nueva Sion, donde descenderá la nueva Jerusalén, será el puerto de salvación, el arca de la nueva alianza, donde entregaré una vez más la buena nueva; y así, Elías, se manifestó en este mundo a través del entendimiento humano.

26 He ahí, el águila: simbolizando la espiritualidad, la serpiente: a la maldad humana, el nopal con sus espinas: a dolores y sufrimientos humanos , las rocas: a la dureza de los corazones, el islote: representando a la nueva Sion, y el lago: a todas las pasiones humanas.

27 Mas, la humanidad, se intercaló en mis altos juicios; y me dijo: ¿por qué estando los regios altares, esperándote desde tiempo ha, no has venido a manifestarte entre ellos; y has venido a comunicarte entre cuatro paredes desmanteladas, para escoger a corazones indignos de tu presencia divina? Mas ellos, no se acuerdan, no han consultado a su conciencia para darse cuenta, de que en ningún tiempo he venido a buscar los regios altares, no se han dado cuenta de que en ningún tiempo la opulencia de humanidad, ha sido digna de mi presencia; y por ello, me plugo en este Tercer Tiempo, buscar un rincón pobre y sencillo, como me plugo manifestarme en aquel Segundo Tiempo, entre la pobreza de unas simples pajas de un pesebre.

28 He ahí, pueblo bendito, el por qué en este Tercer Tiempo, he venido a buscar corazones sencillos, llenos de humildad; para que la humanidad sea merecedora de mi Ley, sea grata ante mí; mas tenéis que descender de la grandeza humana a la humildad, porque no está conmigo el que se ha engrandecido en lo material, el que se ha enseñoreado, el que se ha envanecido ante sus semejantes y hermanos.

29 Está conmigo el humilde, el que es sencillo; por ello a cada instante me place manifestarme, entregar mi enseñanza para que estudiéis, para que seáis humildes. Por eso a cada instante os estoy hablando para que no durmáis en vuestro camino; para que os levantéis a la espiritualidad, que me busquéis de espíritu a Espíritu, que derrumbéis de vos, Israel, el fanatismo, la idolatría, que os despojéis de toda la maldad, de toda la cizaña que habéis llevado para con la humanidad.

30 Sin embargo os habéis confundido, por lo que contempláis que mi Ley os dicta; ya que mi Ley os conduce, a que os convirtáis en el espiritualista, que ya no seáis nuevamente el Iscariote, que no os perdáis en este mundo, en sus caminos de maldad; sino, que escuchéis la voz que viene a acariciaros y a entregaros la torta de pan, la paz y la armonía; la voz que os llama para entregaros el consuelo, a hablaros de los grandes sufrimientos, de las pruebas que habéis llevado en vuestra vida.

31 Yo soy Cristo, soy el mesías, soy el amor de Dios y el Verbo Divino que en todos los tiempos, he venido en pos de vos, a trazaros un sendero de luz y de paz. ¿Y por ventura creéis vos, que yo no existo? ¿Quién os ha entregado la vida y lo que necesita vuestro espíritu y vuestra materia? ¿Quién ha forjado a este mundo? Existe un Dios; y ese Dios, es inmortal, es imperecedero y en los tres Tiempos siempre ha venido en pos de vosotros, pero que vosotros, por falta de preparación no habéis contemplado tan siquiera su silueta divina; pero yo como Espíritu Santo, siempre estoy delante de vosotros y a cada instante os estoy entregando, os estoy hablando; y vos, no habéis querido oírme y mucho menos escucharme, no habéis querido recibir lo que yo a cada momento os estoy entregando; y desde el Primer Tiempo, estoy esperando que os levantéis y que podáis encaminaros hasta el final y poder sentaros a la diestra del Padre Eterno, como a mí me pertenece.

32 Siempre he venido en pos de vuestro espíritu, no de vuestra materia, porque vuestra materia pertenece al polvo de este mundo y es efímera, pero vuestro espíritu ha sido brotado de mi hálito divino; y vengo a buscar a vuestro espíritu, pero vuestro espíritu, siempre en la esclavitud ha podido encontrarse por las garras del faraón, como en el Primer Tiempo; y el faraón, hoy en este tiempo, se levanta para esclavizaros; y de ahí, vengo a entresacaros, a desatar las cadenas de la esclavitud, vengo a libertaros, a señalaros el camino de paz y poneros en puerto de salvación; vengo a decir a vuestro espíritu, que descorra el velo de la obscuridad que ha llevado consigo, para que se dé cuenta de la luz que alumbrando puede encontrarse; y a cada instante, estoy rociando vuestra alma y corazón de aguas cristalinas, porque vuestra alma manchada se ha encontrado por las vicisitudes, por las pruebas de este mundo; mas vengo como el buen Padre, para daros la caricia; vengo como la lluvia bienhechora, para daros rocío; vengo como la buena alondra, para daros el currucucú a los polluelos.

33 Pues aquí me tenéis, pueblo de Israel, en todo mi esplendor esencialmente me encuentro; y ahora que me tenéis en palabra y que os encontráis a cada instante oyéndome y escuchándome, os habéis dado cuenta que de mi palabra, no ha nacido una frase que hiera vuestros sentimientos, que mi palabra no ha causado herida a vuestro corazón, no os ha hecho llorar porque mi palabra haya sido un látigo para vos.

34 Mi palabra sólo ha sido consuelo y vida, porque moribundo os habéis encontrado en la tierra; y he venido a entregaros lo que os hace falta, he venido a entregaros ambas dadivas: para vuestro espíritu y para vuestra materia para vos y para los vuestros; pero antes, cumplid como mi Ley os lo ordena.

35 No quiero que paséis desapercibido ante mi Ley, como la humanidad lo ha hecho; quiero que os deis cuenta de que es menester que estudiéis, que tengáis conciencia plena, para actuar bien en vuestras obras; que mi Ley siempre la respetéis, que no se manche, que no se mancille, que no sea profanada por corazones profanos, que no sea mancillada por hombres de corazones de roca endurecida, de sentimientos poseídos, de conciencias desoídas, porque mi Ley es blanca como el ampo de la nieve.

36 Pueblo bendito, es el último tiempo en que he venido a hablaros en palabra humana, que he venido a doctrinaros, a manifestarme con vosotros, a entregaros la última oportunidad que estoy brindándole al mundo, que le estoy brindando a Israel para que cumpla como mi Ley lo dicta y lo ordena en mis preceptos implantados en todos los tiempos. En este Tercer Tiempo, he venido a tocar las conciencias de todos por igual, principalmente de los representantes de mi Ley, para decirles que se levanten, que os entreguen la Verdad pueblo, que os señalen el camino que os pertenece y que ha de conducir a vuestro espíritu a la vida eterna, que os den el pan que yo les he entregado en sus manos, que no lo oculten para comerlo sólo ellos.

37 Y así, a cada instante me estoy manifestando ante vosotros, esperando contemplar que mis hijos se levanten, que tengan conciencia, que vengan a escuchar el tañer de la campana sonora que pude encontrarse echada a vuelo, que escuchen mi palabra para darse cuenta de lo que yo estoy entregando; pero no todos, me han oído, ni tan siquiera el eco de mi voz se escucha en todo el mundo, sólo en esta nación mexicana; pero he venido a despertarles de su letargo, para hablarles y entregarles las riquezas espirituales, la vida eterna, la paz para sus espíritus; pero ellos, no me han oído ni escuchado, ellos arrojan mi palabra que es el pan del espíritu, mi palabra con la cual Israel, alimentándose puede encontrarse.

38 Israel, no contempléis a vuestros hermanos que no creen en mi presencia a través del entendimiento humano, porque ellos no han estudiado, porque se han convertido en los rebeldes, son los que se han engrandecido; y han pasado los años y los lustros y el Maestro de maestros, esperándoles puede encontrarse; y se acerca el año 1950, en que a través del entendimiento humano, yo me despediré de este mundo en esta forma de comunicarme; y ellos, durmiendo se encontrarán.

39 Sólo vos, pueblo, sí os encontráis estudiando y analizando mi palabra, si escuchándome a cada instante sois, seréis los que os encontraréis conmigo, los que tendréis la paz, ¡créalo el hombre o no lo crea! Los que gozaréis de esta paz y de esta luz, los que seguiréis viviendo después de la existencia humana en este mundo, aun cuando como materias os encontréis muertos para vuestros hermanos, seguiréis viviendo en espíritu y verdad, porque después de vuestra vida humana en este mundo, tendréis una vida nueva. ¡El que crea hoy en mi palabra, él estará conmigo!

40 Grandemente estoy manifestándome, Israel; mas, han causado llanto en mis pupilas, ha hecho que mi corazón derramando sangre se encuentre, por la incomprensión de mis hijos, porque aún teniéndome delante de ellos, no han querido tenerme; teniendo el pan en abundancia, no han querido comerlo; son los hambrientos, los sedientos y transitan en sus caminos tropezando y sucumbiendo, son los desvalidos que nunca han querido comer, lo que vos os encontráis comiendo.

41 Sin embargo, así lo han querido, no han querido levantarse, me voltean las espaldas, me lanzan injurias, blasfeman, posan el sufrimiento en mi Espíritu, no creen en mi palabra; por ello, a cada instante estoy siendo despreciado por este mundo ingrato, increyente, fanático, que no ha querido levantarse ante mi llamado amoroso de este tiempo.

42 Claramente os estoy hablando, para que no os confundáis y queráis seguirles en sus caminos; y el mañana, no me abandonéis y no me volváis las espaldas y me arrojéis el pan que os estoy entregando con tanto amor.

43 Mi palabra es clara, para que la estudiéis, os he dicho que sólo es un pequeño rayo de mi luz divina mi palabra, la cual viene a filtrarse a través del portavoz; que yo estoy en mi arcano celestial y desde ahí estoy despertando a los que durmiendo pueden encontrarse.

44 Mi palabra, es la trompeta que ha venido a levantar a los muertos a la vida de la gracia, porque yo no puedo venirme a manchar con lo superfluo y lo malo, con lo único de este mundo; sólo es mi voz que viene como un rayo rasgando las tinieblas para elucidar vuestro camino para que no tropecéis y caigáis al abismo.

45 Bien está que en el Segundo Tiempo, me pude manifestar en carne aparente, bien está que vine a pisar el suelo de este mundo; pero, ¿a qué vine, Israel? Recorred vuestra conciencia y remembre vuestro espíritu: porque Israel, me lo pidió vine a derramar mi sangre como vos, lo sabéis; para ver si Israel, con mi presencia, se levantaba y se convertía, para que Israel viviera con la bienandanza por medio de sus buenas obras; pero Israel ha dormido siempre, no creyó en mi palabra, teniéndome delante de ellos, no pudieron contemplarme, no pudieron creer en mi palabra ni en mis prodigios.

46 Ahí estáis vos, Israel, que siempre habéis dormido en vuestro camino, por ello en este tiempo me tenéis sólo en palabra; hoy no plugo al espíritu divino, el que viniera su Verbo a manifestarse en carne aparente, no, Israel; hoy me ha placido entregar mi palabra en esta forma, me ha placido preparar una mesa con un gran banquete para que os aposentéis a comer de lo que yo vengo a entregar, son los regios manjares para vuestro espíritu, el tesoro para vuestro espíritu, vengo a esparcir en vuestras manos una joya de incalculable valor, es el camino de la salvación para que caminéis hasta su final, que soy yo, para poderos recibir.

47 Así me levanté por doquier de los lugares de este mundo, en los pueblos, comarcas, provincias, en las ciudades entregando mi enseñanza indeleblemente; prodigando mi luz, ya que en cada uno podía encontrarme, con mi triángulo celestial elucidando las conciencias, doctriné a mis hijos en la ribera de los ríos, de pueblo en pueblo y de comarca en comarca entregando el pan sin levadura.

48 Por ello es menester, Israel, que no os olvidéis de mi palabra, recordad que me habéis prometido seguirme hasta el final, seguir mi huella que trazada puede encontrarse.

49 Me habéis prometido, sólo saborear el fruto que yo os estoy entregando, convertiros, regeneraros, amaros los unos a los otros; habéis hecho un pacto sagrado con mi divinidad, para que el mañana, no os creáis el equivocado de camino y que me digáis: “Padre, me encuentro equivocado, estoy confundido” no, Israel, porque grandemente os he hablado, os he entregado mi palabra por los diferentes entendimientos humanos y grandes lecciones de mi enseñanza habéis oído y escuchado; por ello os digo, que en vosotros no está ya la ignorancia; vosotros os habéis dado cuenta de la Ley verdadera y por ello os encontráis conmigo.

50 Vos, pueblo amado, habéis recibido de mi, la caridad, cuando por unos momentos me la habéis pedido, cuando os habéis encontrado en vuestro ¡ay! De dolor, cuando os habéis encontrado con vuestras manos vacías, cuando os habéis encontrado falto de las llaves del trabajo, enfermo del alma y de la carne os habéis encontrado y os habéis elevado y yo os he escogido y os he entregado; unos, habéis contemplado con vuestras propias pupilas el prodigio; mas si los otros no lo han contemplado, es porque no os habéis enseñado a pedir, es porque impreparados podías encontraros, es porque no os habíais labrado mis caridades.

51 Sí, Israel, a cada instante estoy derramando mis caridades a través del entendimiento humano de mis pedestales; y yo soy el que está esperando vuestro cumplimiento, esperando que vengáis a mí, que recibáis el pan que tengo en mi mano; pero vos, obstinado os encontráis, en no levantaros y dejarme con la mano extendida; y por ello, os han sorprendido las grandes pruebas, las vicisitudes amargas y por momentos los unos me han presentado sus manos vacías, los otros me habéis hecho presente las enfermedades, la falta de techumbre, la falta de cobijo.

52 Pero no me culpéis a mí, porque yo ambas dadivas, a cada instante os estoy brindando; pero es que vos, tenéis que desechar de lleno lo que en vuestro corazón he contemplado: las divisiones de hermanos con hermanos, de hijos con padres, la incomprensión del cónyuge con la compañera mas, por ello, habéis contemplado las pruebas amargas a cada instante, cerca de vos.

53 Sin embargo, yo he formado un árbol, una fuente de aguas cristalinas para que el caminante reciba el buen sombrío y pueda saciar su sed, para guarecerse de las tempestades de este mundo. Son los recintos preparados por mi omnipotente voluntad, donde grandemente mi palabra viene a fortalecer vuestro corazón y espíritu.

54 Sí, Israel, mis recintos son las fuentes de aguas cristalinas que derramándose pueden encontrarse para todo aquel cansado y sediento de este mundo, para los pequeños niños; mas, los lugares se encuentran como una cuna para que os mezáis y seáis arrullados, pero yo he contemplado la ingratitud en los unos y en los otros.

55 Pueblo de Israel, sois los corazones que os habéis mecido en vuestra propia cuna, la que yo os he entregado, cuidad de no caer de ella, porque el caer de la cuna que yo os he entregado, sería el sufrimiento, el punzo del dolor sería en vuestro corazón; y para que no os confundáis con mi palabra, es menester que estudiéis, que analicéis para que después no interpretéis mi palabra en diferente forma, porque yo como amor os entrego y vosotros como hijos tenéis que responderme de todo lo que yo os entregué.

56 ¡Alerta, Israel! ¡Alerta, pueblo! Estudiad mi palabra para que no viváis confundidos, porque cada recinto tiene sus labriegos, cada labriego tiene sus parcelas y cada parcela tiene su lindero.

57 Respetad mi palabra, apreciadla, estudiadla, yo os entrego el alerta, os entrego el galardón que os hayáis labrado en vuestro camino, pero no os confundáis. ¡No confundáis mi Ley, no manchéis las páginas de mi Ley, no enseñéis mi Ley en diferentes formas; no la ocultéis, hablad de mi Ley, enseñad mi Ley conforme yo os la estoy enseñando, abrid vuestros labios y que de vuestros labios broten palabras de luz, de amor, de caridad y de guía para todo aquel que sufriendo y hambriento puede encontrarse en su vida! ¡Habladles del puerto de salvación, departidles de mi palabra, acercadlos a mi regazo para que yo pueda entregarles a cada quien según es mi voluntad!

58 ¿Conforme estáis mi pueblo? Sed el espíritu, rescatado. Yo le he entregado a cada corazón; a las grandes multitudes, les he mostrado un recinto, un árbol para sombrearse, una cuna para mecerse; cada uno y cada cual, tiene mi palabra, tiene lo que se ha labrado; y les he entregado, conforme es mi voluntad; y mi amor, es para todos; y por ello, yo vengo en pos de los que me aman, como de los que me blasfeman y de los que me niegan; de los que creen en mí, como aquellos que dudan de mi presencia; y como soy amor inmutable, a todos vengo a levantar de la purificación; y a entregarles la paz de mi Espíritu, porque ésta es mi voluntad. Ya que, yo os perdono y bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

59 A todos, yo les recibo. Grandemente se ha manifestado el Maestro. En mi palabra de este día, les he dado a saber a los unos y a los otros, el principio y el fin de mi comunicación de este Tercer Tiempo, el cese de mi palabra en el año 1950; mas en este momento, se han levando todos por igual, para aposentar mi palabra en su corazón; pero en este instante, yo recibo al postrero, recibo al que por primera vez se ha levantado para acudir al recinto de la fe; y yo, les doy la bienvenida; y vos, pueblo, dadle la bienvenida a vuestros hermanos.

60 Postreros amados, hijos mimados del Padre, Cristo os da la bienvenida, ¿quién es Cristo? Es sólo la voz que vos escucháis, postrero amado; no es el hombre que con las pupilas estáis mirando, es la voz que viene desde mi arcano; mas la habéis escuchado en este día; y habéis escuchado, que os he dicho: que me ha placido manifestarme en esta forma en este Tercer Tiempo y en mis altos juicios, sólo yo.

61 Sin embargo, vine a entregar mi doctrina; y como nombre, lleva: espiritualista trinitaria mariana para que me busquéis y me sintáis de Espíritu a espíritu; mas sabéis que yo me encuentro en todos los lugares de la tierra y de los celos; también me encuentro en mi arcano; y desde ahí, os estoy mirando en la tierra, me estoy dando cuenta de vuestros actos buenos y malos; mas, no vengo a mancharme con el polvo de este mundo, ¡no mis hijos! Yo estoy en los celos y en todo lugar, estoy en todas vuestras virtudes, en las buenas obras de unos y de otros, en el buen juicio y amor de unos y de otros, en la comprensión.

62 Yo no estoy donde existe la incomprensión, el odio y la mala voluntad; no estoy donde el hijo desconoce al padre y el padre al hijo, ahí están las tentaciones, las influencias de los tentadores, a las que tanto se ha apegado el mundo y se ha identificado a ellos y a sus influencias antes de amarme a mí; influencias, de las cuales vengo a salvaros y a brindaros la paz de mi Espíritu Santo.

63 Yo con mi mirada perspicaz, estoy en todos los lugares de este mundo, me recreo con el amor y la fe hacia mi divinidad, con el cumplimiento a mi Ley y el amor y la fe hacia mis profecías; y sufro cuando contemplo que mis hijos me desgarran, que manchan mi Ley, que pasan desapercibidos ante mi Ley, que la mancillan.

64 Y ahora en este Tercer Tiempo, vengo a doctrinar a este pueblo y a todo aquel que se levante a escucharme de buena voluntad; y lo que les estoy enseñando, es: como deben vivir y convivir en este mundo, y en el valle espiritual les estoy enseñando: a avanzar con la rectitud les estoy pidiendo: sean sensatos en cada acto, que tengan caridad del uno para el otro, que no se olviden de mí, como se han olvidado, ya que soy el amor divino porque eso, es lo que les estoy entregando.

65 Sin embargo, los unos han creído en mi palabra y la han puesto en práctica; los otros han dejado que mi palabra se la lleve el viento; pero soy amor, soy inmutable y no vengo a contemplar el pecado ni la mancha; vengo a contemplar solamente, que sois mis hijos muy amados y a todos vengo a entregarles mi caridad; mas yo no vengo a pedir penitencia, ni sacrificio de parte vuestra; no vengo a pedir que andéis de rodillas, hasta hacerlas sangrar para alcanzar mi perdón.

66 ¡No, mi pueblo amado, no postreros amados; yo he venido a entresacaros del vicio, a descorrer el velo de obscuridad que la humanidad ha llevado consigo y a enseñarles los conocimientos de la Verdad, a mostrarles el camino de la perfección, de la Verdad, de la salvación por sí mismos para sus propios espíritus.

67 Por eso, postreros, contemplad a estas multitudes, ellos se levantan porque se han dado cuenta que sin mi palabra, su vida no es de paz en este mundo. Les hace falta mi palabra, porque mi palabra es de vida que viene a fortalecerlos, a consolarlos, a levantarlos de la purificación. Que viene a perdonarles, a entregarles lo que les falta hace para su bien en este mundo; por todo ello, contemplad con cuánta fe es que me siguen y están conmigo.

68 Preguntadles a los que me siguen, qué es lo que han recibido de mi, qué es lo que les he aconsejado, si han sido las buenas obras; o les he dicho que se levanten con el látigo, para herir a su hermanos, ya sea el látigo material o con el látigo de vuestro propio desprecio. Yo no les he hablado así.

69 Yo, les he dicho: ¡id y perdonad a vuestro hermano, llevad consigo las buenas obras, perdonad a aquel que os ha ofendido; dejadme la causa a mí, morid por mi causa, pero no matéis por ella! Yo no les he obligado, ¡jamás! Nunca les he dicho que maten por mi Ley. ¡No, mis amados! Defended mi Ley, si es a costa de vuestra sangre, defendedla; pero no matéis, por ella. ¡Amaos de los unos a los otros! Esto es lo que han aprendido, estas grandes multitudes, porque de mi han recibido.

70 El ayer, unos eran los náufragos; los otros, caminaban a la medianía de los desiertos, de ahí los entresaqué; saciaron su sed y su hambre, y ellos ahora, se encuentran hartos, satisfechos, porque han tenido todo lo que falta les ha hecho; mas no les he entregado las riquezas materiales, esto no vengo a entregar, porque si yo les entregase las riquezas materiales, pronto me abandonarían; mas, con las riquezas materiales, pronto encontrarían la muerte, que es tinieblas para el espíritu; serían pobres ante mí, teniendo la riqueza material como la tiene el rico avaro; él es rico en lo material, pero es pobre ante mí, porque ha engalanado a su materia y se ha olvidado de su propio espíritu y de sus hermanos; porque yo vengo a deciros que engalanéis a vuestro espíritu, aunque vuestra materia se encuentre desnuda; pero no habéis comprendido esta frase de mi palabra, os habéis preocupado por vuestra propia materia y os habéis olvidado del espíritu.

71 Sí, mis hijos, por eso a los espíritus son a los que vengo a hacer el llamado, para entregarles la riqueza espiritual, que es lo que estoy entregando en esta nación mexicana; la paz universal, la paz en los cuatro ámbitos de este mundo, ¡créalo el hombre o no lo crea!

72 Y este pueblo, es el que está velando y orando; este pueblo, es el labriego, el cual trabajando se encuentra por la paz, por la salvación de este mundo; esto es lo que yo estoy hablando y lo que mi pueblo escucha; mas, este pueblo, no es un pueblo hambriento, no es un pueblo sediento; este pueblo, ya está lleno de vida, porque yo vida espiritual le he entregado, sus manos están llenas de paz, de pan; su corazón, está impregnado de amor; de amor, no sólo para ellos, sino para todo este mundo.

73 Yo os recibo en este día, postreros amados, recibo lo que me hacéis presente en vuestro corazón; mas quiero que escuchéis mi palabra, porque mi Ley no censura lo que existe en este mundo, sectas o religiones, porque en verdad en todas partes yo puedo encontrarme como amor, como caridad; este pueblo no debe censurar, porque yo les he enseñado a respetar, a amarme de los unos a los otros, pero ellos están estudiando la doctrina espiritualista trinitaria mariana, que es la que más les acerca hacia mí amor y mi presencia. Tomad en este instante mi caricia de Padre y de Maestro; en mi ósculo os entrego, el perdón y la bendición, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

74 Pueblo amado de Israel, habéis escuchado en este instante la sumisión y la obediencia de mis hijos que han cumplido con la orden que se les ha encomendado, porque quiero que ya brille la paz universal, porque quiero que en la nación mexicana, no penetre la guerra, la desolación el hambre, la peste, el pavor; y mis emisarios se han levantado y han atravesado los montes, los caminos hasta dejar mi luz en aquellos puertos.

75 ¿Conformes estáis mis hijos? ¿Pueblo de Israel, por ventura sentís hambre? No, porque una torta de pan os he entregado, he estado con vos en este día y grandemente me he recreado, he entablado un concierto celestial; mas, la comunicación de mi Espíritu va a ascender al más allá y quiero que mi palabra la llevéis en vuestro corazón, no dejéis que el viento se la lleve. Tomad en este instante el perdón, la bendición y el pan de cada día, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

76 ¿Qué más pedís, Israel? Para las naciones extranjeras: la paz para la nación mexicana: la paz, la fuerza, el perdón y la bendición

77 Yo en este instante, bendigo todo lo creado por la voluntad divina del Padre, todo ser animado y viviente, el que está conmigo, como el que está fuera de este recinto, hospitales, lechos del dolor caminantes y navegantes, comarcas y provincias, puertos, yo os preparo, naciones extranjeras; elementos, yo os retengo.

78 Planteles de la niñez, ancianidad, orfandad, mendicidad, ¡tomad la paz y la luz de mi Espíritu! Aguas que os encontráis en las vasijas represadas, os saturo, os limpio y desmancho, os convierto en aguas del jordán, en el nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

79 ¡Por vos, Israel, dejo la paz en este instante en esta nación y en todo el universo! ¡Seguid velando y orando! Y que la luz y la paz de mi espíritu divino, sea con vosotros. ¡Adiós, pueblo amado!

¡La paz de mi Espíritu Santo, quede con vosotros!

48. La eliminación de cargos después de 1950

Domingo 3 de mayo de 1948

(Saluda el Divino Maestro)

Elías:

1 Maestro divino y señor, Elías viene con su carro de fuego a volcarlo en las ovejas que me has confiado y que solicitando están mi caridad, mas tú me has permitido que me derrame en abundancia entre tus hijos que forman mi rebaño y yo le colmo de mis complacencias porque así tú me lo has concedido por tu amor infinito y en este instante si es tu voluntad, le hable en cortas palabras a tu pueblo, yo lo haré con toda sumisión en mi Espíritu y en tu sagrado nombre le entregaré mi luz y mi consejo que le servirá de guía en el camino.

2 Manda, rabí de Nazaret, que yo obedeceré tu mandato y el pueblo contemplará mi obediencia.

Divino Maestro:

3 Elías, que por conducto del Hijo del hombre os habéis levantado en representación de la luz del Espíritu Santo y venís en cada alba en que desciende mi Espíritu a interceder por vuestro rebaño, a pedirme que os permita ser con él y entregarle vuestra caricia, vuestra luz y vuestro consejo. Yo os concedo os recreéis con su preparación y le entreguéis según lo que yo os he concedido y según sea su preparación, así será como reciba del Espíritu Santo.

4 Entregad Elías; bien sabéis que el Padre nunca os niega, os presentéis cual intermediario ante vuestro pueblo; porque yo soy amor y vos también poseéis parte de mi amor y soy luz y vos también sois parte de mi luz y venís a cumplir en unión del Maestro y yo os concedo os derraméis en él y le entreguéis todo lo que ha menester para el camino; porque vos sois el benefactor de los espíritus encarnados y desencarnados, y venís por instantes a convivir con esos espíritus y a prepararles, porque cual Padre universal, yo me encuentro juzgando en este tiempo a vivos y a muertos, mi cetro justiciero presto se encuentra a caer de punta a punta sobre la humanidad.

5 Porque mirad que estoy haciendo sentir a la humanidad mi presencia entre vosotros, estoy haciendo el llamado de las distintas comarcas y naciones a los espíritus que me han de escuchar en este último tiempo, en estos tres años que he preparado para Israel y quiero que de distintas partes del haz de la tierra, se levanten mis hijos buscando el faro luminoso que les ha de conducir a una nueva vida, al camino certero donde ha de transitar el universo, porque ésta es mi voluntad.

6 ¡Levantaos Elías! Y sed con vuestras ovejas que os esperan ansiosas por recibir vuestra preparación y así poder escuchar mi palabra que en esta alba de gracia voy a entregarles, mas es vuestra misión venir a preparar los camino antes de que descienda vuestro Maestro y presuroso os levantéis para que yo contemple vuestro cumplimiento, bendito seáis.

Elías:

7 Ovejas y corderos, mujeres y mancebos, doncellas y niñez bendita, todos formáis parte de mi rebaño y a todos os hablo en la misma forma, ya que es el último tiempo en esta forma, en que yo me apacentaré entre vosotros como intercesor; en que me presento ante el Padre para pedirle, me permita que os ayude y que os guíe.

8 Y, yo os pregunto: ¿queréis seguir sintiendo mi ayuda de pastor después de 1950? ¿Queréis sentirme muy cerca de vosotros y contemplar con vuestros ojos materiales las manifestaciones que yo os conceda para que creáis que estoy con vosotros?

9 ¡Benditos seáis! Clamáis mi ayuda y derramáis vuestro llanto, porque sabéis que después de esa fecha ya no me tendréis manifestando a través de un entendimiento humano para entregaros mi consejo; pero yo le pediré al Padre que me conceda seguir guiando a la humanidad, al espíritu que se encuentre marcado con la sangre del cordero, a todos aquéllos que fueron señalados por el índice del Padre.

10 Porque el nombre de vuestro pastor, no será borrado dentro del pueblo espiritualista trinitario mariano; mi nombre, seguirá grabado y lo daréis a conocer como un testimonio y enseñaréis a vuestros hermanos a comunicaros con mi espíritu y yo a todos les entregaré mi ayuda, me convertiré en báculo de la humanidad, porque el Padre así me lo ha confiado.

11 Depositad en mí, vuestras cuitas, que yo seco vuestro llanto y os entrego mi luz de pastor; poso el faro luminoso en vosotros y con este faro os iluminaréis y vuestra planta siempre pisará en tierra firme y no se perderá en los caminos en los cuales el ayer se encontraba perdido.

12 Yo ilumino vuestro entendimiento y os preparo para que escuchéis al Maestro que presto va a derramar su enseñanza, que yo os perdono y bendigo, en el nombre del Padre por conducto del Hijo y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.

Elías:

13 Divino rabí, el rebaño ha quedado preparado; se ha regocijado con mi consejo y presto se encuentra a escucharos en toda tu esencia y tu verdad.

14 Mas si has contemplado sus imperfecciones, perdónale, es muy pequeño y humano y a cada instante está propenso a caer en el abismo; y ya cuando se encuentra en las profundidades de ese abismo, es cuando clama a su pastor y se da cuenta de su desobediencia y entonces el llanto es en él, mas yo cuando le contemplo envuelto en su llanto, apurando el cáliz que él mismo posa a sus labios, me acerco, le doy el consuelo, le acaricio y le doy mi ayuda para conducirlo nuevamente al redil.

15 Mas si es necesario, yo redoblaré mi lucha en estos últimos tiempos que le concedes a Israel para su preparación, para que te hagan una buena preparación, un reconocimiento pleno y un átomo de espiritualidad.

16 ¡Gracias, Maestro, por tu caridad y espero me entregues tus órdenes y mandatos!

Divino Maestro:

17 Elías, mucho le prometéis al Padre y a vuestro rebaño; y en este instante os digo: os es permitido tremole vuestro espíritu adonde sea menester, donde la humanidad lo necesite, y entregue al espíritu y a la materia, conforme sea mi voluntad. Volad y desde ese lugar asignado para vuestro espíritu, seguid cumpliendo.

18 Cristo es entre vosotros, mi rayo desciende parda venirse a posar en vuestros entendimientos; porque cual paloma se posa en cada entendimiento de cada uno de vosotros, y ella vibra y os hace sentir mi presencia.

19 Pueblo, ¿creéis que es Cristo, el amor divino, el que se encuentra comunicado por este cerebro? ¿Tenéis fe en que es mi rayo el que se ha apacentado a irradiar por este entendimiento? ¿Tenéis fe en que es vuestro Padre el que va a entregaros su enseñanza?

20 En este instante, yo permito a los ojos de los videntes contemplen mi Espíritu irradiando desde el más allá; contemplen, el libro que abro y lo muestro ante vuestros ojos para entregaros la página siguiente; porque es el libro que en todos los tiempos he hojeado ante Israel, para entregaros página tras página de mi enseñanza; y en este instante es mi voluntad que mis hijos contemplen el efluvio divino que va a bañar la mente, el corazón y el espíritu de Israel, que se encuentra presto a escucharme en esta alba bendita de gracia.

21 Israel, pueblo trinitario, sentaos en vuestro banquillo y preparad vuestro entendimiento para que me escuchéis; porque vengo lleno de caridades para vosotros y quiero que os hagáis dignos de recibirlas en este instante; y al contemplar yo, vuestra preparación, el recibimiento que le hagáis a vuestro Padre, yo en el nombre del Padre Eterno os entregue todo lo que os traigo en este día. Haceos acreedores y merecedores de ello; que yo en su nombre os colmaré, porque éste es mi deseo divino, en el nombre del Padre, del Hijo y en mi nombre que soy la misma presencia de la trinidad sagrada.

22 Yo soy la gloria, que me presento entre vosotros, porque así me presento también en los valles de tiniebla donde se encuentran los espíritus turbados y que solamente saborean la oscuridad; y a ellos también les entrego la luz y les lleno de regocijo, al contemplar que derramo en ellos mis caridades.

23 Porque yo dejo mi reino por unos instantes y los seres de gran luz que a mis servicios se encuentran, también me acompañan y me anuncian, anuncian que el señor es entre los hombres para que se preparen y me reciban con su buena preparación y solamente elevando su pensamiento a lo infinito; porque de allá, es de donde vengo yo.

24 Hay lugares en donde nunca habéis penetrado vos, Israel, ni con vuestro pensamiento, ni con vuestro espíritu y por lo tanto no son conocidos, ni considerados por vosotros; mas si Israel se preparara y penetrara a esos lugares; ¡cuánto sollozarían vuestros espíritus, cuánto sufrirían vuestros cuerpos al contemplar esos lugares de expiación que se encuentran pletóricos de seres que se encuentran lavando y desmanchando su alma, purificando sus espíritus, haciendo méritos para contemplar un átomo de luz.

25 ¡He ahí! Las cavernas de oscuridad, ¡he ahí! Los sitios donde solamente los espíritus arrastran los grandes eslabones que forman sus cadenas con las cuales se encuentran atados; eslabones, que solamente con méritos se irán desvaneciendo.

26 Por eso os he hablado de las grandes restituciones, donde los seres pasan siglos de siglos apartando con sus méritos, esas cadenas que les oprimen y a cada paso el dolor que les producen, les hace reconocer el lugar en que se encuentran, el por qué de su prisión y de su dura restitución.

27 Por eso, os he dicho que a vos os traigo la gloria, que me presento ante vos como gloria; porque a pesar de no haber reconocido este acto sublime que vengo a desempeñar entre vosotros, no me habéis comprendido y no le dais el valor, el mérito, el respeto que él requiere.

28 Porque os he dicho, que os habéis familiarizado con mi presencia y con mi palabra; y ésa no ha sido mi voluntad, que os estacionéis en esta forma.

29 ¡Cuánto quisieran vuestros hermanos! Que restituyendo se encuentran, que yo a cada instante me presentará entre ellos; porque ellos sí reconocen el beneficio que les brinda un instante de mi presencia, ellos saben que estar cerca del Espíritu del Padre es algo grande y benéfico y no desaprovechan mi estancia entre ellos cuando el Padre me concede descender hasta ellos. ¡Y yo me regocijo con esos espíritus!; porque a pesar de encontrarse en medio de su confusión, comprenden lo que yo les hablo y aprovechan mi palabra.

30 Y vosotros, que os encontráis grandemente doctrinados, evolucionados y preparados por mí, no me habéis llegado a comprender; no habéis sopesado la responsabilidad a la cual os hacéis acreedores en cada instante en que yo me manifiesto a vosotros, no os basta la luz con la cual os he revestido, no os han bastado los conocimientos que he puesto ante vuestra mirada, no os ha bastado la luz que he puesto ante vuestras pupilas y los misterios revelados que delante de vuestros ojos he puesto.

31 Mas mirad que a vosotros os he llenado de grandes complacencias y he puesto todo a vuestro alcance, al alcance de vuestro entendimiento, de vuestras manos y de vuestro espíritu, y no os podéis comparar con vuestros hermanos que solamente contemplan tiniebla, atraso y misterios, porque no les ésta dado contemplar, antes de lavar, las revelaciones sublimes del Padre; porque unas pupilas manchadas no pueden recrearse con las manifestaciones divinas, un espíritu, ofuscado, atrasado y lleno de culpas ante su Padre, no puede contemplar, ni al Padre, ni a las manifestaciones sublimes del Padre porque son divinas, un espíritu, sumido en la ofuscación, no puede ver la Verdad, no puede contemplar la luz antes de su tiempo marcado, no puede conocer las revelaciones que le pertenecen, antes de descorrerle la venda de oscuridad que cubre sus pupilas.

32 Entonces, mis hijos; yo os he dicho que a pesar de encontrarse en su ofuscación esos espíritus, debéis de recordarles y pensar en ellos con respeto; pero no os comparéis con ellos, porque vosotros me tenéis a cada instante entre vosotros, tenéis mi palabra, tenéis mis máximas, mi luz, mi esencia, mi perdón y bendición; y aún así contemplo, que no sois gratos a estos beneficios y me detenéis en mi palabra, con vuestra falta de reconocimiento y cumplimiento.

33 Queréis que retenga mis últimos mandatos, con vuestra reaciedad queréis acallar mi reclamo y queréis interponer vuestra voluntad y actuáis bajo vuestra voluntad, no bajo la mía; porque a cada paso os rebeláis y esgrimís vuestras armas, no las que yo os he entregado; sino las armas de destrucción; porque siempre os he contemplado dándoos muerte civil, siempre os he encontrado envueltos en el torbellino de vuestra incomprensión de los unos para los otros y con esto os estancáis en vuestras prácticas espirituales.

34 Y he ahí el motivo por el cual no me hacéis presente vuestro cumplimiento apegado a mis mandatos y solamente me hacéis presente un cumplimiento mediocre; ya que dejáis que se volatilice de vosotros la mayor parte de mi esencia y vuestro cumplimiento lo hacéis bajo por vuestro modo de creer y por eso vuestro trabajo no es grato ante mi pupila.

35 ¿Me habéis comprendido, mis hijos? Mirad que yo os hablo con palabra material para daros la facilidad de comprenderla; porque yo nunca os he venido a hablar con palabra florida, con palabra científica; porque yo he contemplado que a pesar de tener grandemente derramada mi luz en vuestros entendimientos, no habéis querido hacer uso de esa luz para que podáis darle el análisis correcto a cualquier palabra por sofisticada que fuere.

36 Porque vosotros tenéis facultades para analizar la palabra del científico por desconocida que fuere para vosotros; pero no habéis sabido hacer uso de lo que yo os he entregado; no habéis creído en mí; porque siempre os habéis considerado muy pequeño ante vuestros hermanos; os habéis creído torpe e ignorante ante el científico, cuando yo os he hecho grande; mas si os contempláis con vuestra vestidura humilde, y vuestro entendimiento escaso de enseñanza material, no temáis; yo os he dicho que vuestro entendimiento se encuentra preparado y está al alcance de poder comprender, estudiar y analizar cualquier palabra, por elevada, por científica, por vedada que se encuentre para vosotros.

37 Pero todo esto, lo obtendréis con una buena preparación; porque aun cuando os encontráis con grandes conocimientos, aun cuando hayáis estudiado en lo material, podría ofuscarse vuestro entendimiento y de nada os valdrían vuestros est uDios en lo material; porque todo lo debéis de practicar dentro de la humildad, el amor y la preparación, para que no en el momento de que hagáis uso de vuestra vanidad, os vayáis a confundir y entonces el palabrerío de los hombres más os confundan, y posen la incredulidad en vuestro corazón.

38 Porque no quiero que vayáis a dudar de mi, ni por un instante, porque si así fuere, ¡cuánto os retrasaríais del camino! ¡Cuánto llanto! Os costaría ese retroceso, y nada más por un átomo de debilidad en vuestra fe y comprensión hacia mí.

39 En cada era, yo he venido a manifestarme como Espíritu, como esencia y como sabiduría. Cada uno de vuestros espíritus son testigos de mi Espíritu; cada humano en sus distintas edades, son testigos de lo que yo he derramado como Espíritu.

40 La humanidad en su evolución, en sus distintas reencarnaciones, en sus distintas venidas a este mundo, ha sido testigo de que no se ha encontrado sin recibir las caridades de su Padre, no hay un solo espíritu de varón o mujer, que se haya quejado ante su Padre.

41 Porque yo he tenido cuidado de recibir al viajero que por unos instantes se ha apacentado en este mundo y para descansar de su larga caminata, se ha recostado bajo la sombra del árbol corpulento que le ha brindado hospedaje.

42 Y en esa estancia, ha recogido experiencias; porque ha luchado con las grandes acechanzas que a su paso le han salido y cual lobos hambrientos se han acercado a devorarle; pero el viajero, ha estado resguardado por mis cuidados; porque yo a todos os he recibido cual viajeros que habéis apacentado vuestra planta nada más por unos instantes; porque el árbol del cual yo os hablo, es mi Espíritu, que en eso se ha convertido para daros sombra, para alimentaros con los frutos y para daros el descanso.

43 Porque este mundo no solamente ha sido para vosotros, cual una fuente, donde habéis venido a lavaros, a purificaros con sus aguas; también se ha presentado ante vosotros esta tierra, como un valle de dolor, donde habéis purificado por medio de vuestras lágrimas; porque habéis derramado vuestro llanto, habéis saboreado el cáliz amargo hasta las heces.

44 Y ¡he ahí! Seguís siendo mi huésped, seguís siendo el caminante sin rumbo, unos van y otros vienen, unos dejáis de existir para este mundo y otros abrís vuestras pupilas a una nueva vida; porque por la voluntad del Padre venís a morar unos instantes este mundo, para vuestro progreso espiritual.

45 En este instante mi Espíritu se llena de regocijo al contemplar que extasiados escucháis mi palabra; porque vuestros espíritus luchan grandemente para elevarse y ser conmigo y la luz del Espíritu Santo es en vuestros cerebros para que así podáis analizar lo que os estoy manifestando en mi palabra.

46 Porque yo he venido a hablaros en lenguaje humano y estoy posando mi luz en los grandes y endurecidos pecadores, que se han obstinado en no grabar mi palabra; pero ha llegado el tiempo en que yo descargue mi palabra en toda su potestad para que así podáis sentir el peso de mi Espíritu y os levantéis como un fiel testigo de que me estoy manifestando en poder y en sabiduría.

47 ¡Oh! Cansados del camino, ¡venid a mí! Venid bajo la sombra del árbol corpulento que es mi Espíritu; porque no es esta casa; el árbol del que os hablo, es mi Espíritu que se extiende y se presenta lleno de misericordia y amor para todos mis hijos.

48 Y si vosotros estáis cerca de mí, haced también que vuestros hermanos lo estén; porque todos tenéis el mismo derecho de sentaros a la diestra y siniestra de vuestro Padre y si a vosotros os he dicho que tenéis que ser cual trompetas para dar la buena nueva, tenéis que levantaros a compartir con vuestros hermanos, el placer del que estáis gozando vosotros.

49 No olvidéis que vuestro cumplimiento no está limitado; vuestro espíritu, ni está sujeto, ni está limitado por vuestra materia; vuestra existencia, no está tampoco limitada por vuestra materia, ni al pagar su tributo la materia a la madre tierra, acaba vuestro espíritu.

50 ¿Acaso habéis olvidado que vuestro espíritu posee mi semilla que es eterna y divina?

51 ¡Y mirad que a mí tampoco me podéis limitar en la forma de Jesús! Ya que una vez habiendo desaparecido mi cuerpo aparente, bien podéis concebirme infinito.

52 Mas si queréis recordarme y recordar mis prodigios en cuanto hombre, bien podéis hacerlo para que reconozcáis aquella prueba de mi amor, de mi humildad, de los ejemplos que os di, al haberme hecho hombre al igual que vosotros, para que después vosotros, pudierais imitarlos y así, asemejaros en algo a mi divinidad.

53 Si yo os hablo en esta forma, es porque ya os considero capaces para comprenderme, ya os contemplo grandemente desarrollados en vuestros cerebros, en el conocimiento de las revelaciones que os he venido entregando desde tiempo ha; y no tenéis derecho a decirme que no podéis comprenderme, en la forma como os hablo.

54 Sí, porción de discípulos, que os reunís solamente esperando de mi Espíritu y escuchando mis grandes inspiraciones materiales para vuestra comprensión; pero llegará el instante en que con una buena preparación podáis alcanzar a obtener la debida espiritualidad, el adelanto necesario para poderos guiar por mis grandes inspiraciones que después de 1950, yo os siga entregando espiritualmente por vuestros conductos.

55 Por eso he borrado todos los linderos que vosotros habéis puesto en vuestras prácticas espirituales; poco a poco les he estado borrando para que no sintáis que me encuentro derrumbando límites, que vosotros habéis levantado, entre el trabajo de uno y del otro y que por esta razón os habéis creído más grandes y más donados unos que otros y el engrandecimiento ha echado raíces en vuestros corazones.

56 Y por eso el que ha estado capacitado para poder practicar los trabajos espirituales, se ha encontrado detenido, estacionado a causa de los limites, de los linderos, de los obstáculos que vosotros habéis puesto a su paso.

57 Y por eso ha sido mi voluntad que todos contempléis un solo cargo, un solo labriego, un solo cumplimiento dentro de mi campiña; porque yo os he dicho que para después de 1950, ¡no existirá el nombre de guía, ni pedestal, ni labriego, ni pluma de oro, ni vidente y serán borrados todos esos cargos y todos os consideraréis como un solo Hijo preparado, espiritualizado y presto a recibir la inspiración del Espíritu Santo.

58 Porque no solo recibirá esas inspiraciones, aquél que haya sido portavoz o labriego, ¡no! No es mi voluntad que existan esas distinciones entre vosotros; porque a mí me bastará contemplar un cerebro preparado para que yo derrame mis mandatos, mis órdenes y con ellas os rijáis todos vosotros, porque ésta es mi voluntad.

59 Así como en el Segundo Tiempo, me bastaron unos cuantos hombres de quien valerme para poder confiar mi Ley y mi enseñanza y ellos fueron suficientes para esparcirla por el haz de la tierra, así también en este tiempo sólo me bastará la buena preparación de mis hijos para poderme comunicar por su conducto y no dudaréis el uno del otro, todos os manifestaréis confianza y fe para que así todos podáis caminar al compás de mi mandato.

60 ¿Cuáles son los linderos que habéis puesto entre un campiñero y otro? ¿Cuáles son los obstáculos que habéis puesto entre un pedestal y otro de los que se encuentran entre mi pueblo? ¿Cuál es la distinción que tenéis para un guía y un labriego?

61 Mirad mis hijos, si yo he nombrado guía, ruiseñor, labriego, vidente, pluma de oro, piedra fundamental y columna ha sido para que os encontréis en este tiempo velando por mi causa y por las multitudes y no porque nada mas vosotros estéis capacitados para poder desempeñar esos cargos, ¡no! Porque así como vosotros os habéis preparado para que yo os contemplare dignos de depositar cargos y misiones para ser ejecutados dentro de mi obra, dentro de mi campiña; así también cualquiera de mis hijos que se encuentre formando parte de mi pueblo de Israel, podría desempeñar vuestro cargo; porque yo antes os preparo y os capacito para ellos.

62 Mas, yo he contemplado que a causa de estos cargos, os habéis engrandecido, os habéis llenado de vanidad y os habéis creído los únicos.

63 Mas siendo mi voluntad que todos sirváis a la causa. ¿Por qué los unos han de formar parte de mis labradores y los otros no? ¿Por qué los unos han de creerse grandes y los otros humillados ante esos grandes?

64 No, mis hijos; por eso no es mi voluntad que después de mi partida, existan estos cargos. Ya que si todos os preparáis por igual, todos podréis ser los guías, los pedestales, los labriegos; todos podréis formar un solo servidor de mi palabra y yo sin distinción me derramaré en grandes inspiraciones, dejará mi Verbo de materializarse, dejará mi Verbo de ser una palabra más entre vosotros, se apartará la familiarización y os encontraréis más cerca de mi Espíritu.

65 Porque para ese tiempo todos os encontréis unidos y os miraréis de hermanos con hermanos; entonces sí podréis pronunciar con toda confianza esa palabra de “hermano” que por mucho tiempo y a cada paso la habéis venido pronunciando, sin antes estudiar su significado; porque nada más la habéis pronunciado; pero no la habéis sentido en lo íntimo de vuestro corazón; pero una vez preparados, sí comprenderéis, lo que quiere decir; y no os avergonzaréis de que os oigan pronunciarla.

66 ¿Por qué he preparado muchos recintos donde se puedan reunir las multitudes y en ellos puedan escuchar mi palabra?

67 Ha sido la voluntad de vuestro Padre levantar distintas casas de oración, para comodidad de las multitudes y mayor oportunidad para extenderse la buena nueva.

68 Por eso habéis contemplado que en esta nación y en los distintos pueblos y comarcas pertenecientes a esta nación, ha sido mi voluntad plantar ramas de estos árboles corpulentos para que ellas fueran creciendo y en corto tiempo se presentaran ante los ojos de los caminantes, como los árboles que extendieran sus ramas para prodigar sombra a todos aquellos que a ellos se acercaran.

69 Y yo me comunico por cada uno de ellos y derramo mi enseñanza y mi palabra, entrego mi doctrina espiritualista trinitaria mariana y os hago reconocer el tiempo en que os encontráis viviendo.

70 Y así, voy extendiendo mi palabra; y las multitudes por medio de los prodigios que me encuentro entregándole, se van multiplicando; porque un solo recinto sería insuficiente para dar albergue a esas grandes porciones que se encuentran reunidas y las que se seguirán reuniendo.

71 Pero llegará el tiempo en que parte de esos árboles, de esas casas de oración, desaparezcan; y solamente queden en pie los que sea mi voluntad que permanezcan preparados para dar albergue a todos corazones que se conviertan con mi palabra y a todas aquéllas multitudes, que se convertirán con vuestra palabra después, cuando ya no tengáis esta comunicación divina a través del entendimiento humano.

72 ¡Mirad mis hijos! Que no en todos mi recintos se escucha mi palabra con la misma perfección, no todos los componentes, ni el pueblo tienen la misma preparación y el mismo conocimiento de lo que es esta obra espiritualista trinitaria mariana; por eso yo me encuentro pidiendo la preparación y la espiritualidad para que os podáis guiar los unos por los otros, mientras no obtengáis todos la misma preparación y los mismos conocimientos dentro del espiritualismo.

73 ¿Por qué os pido una sola preparación, un solo análisis; un estudio profundo?

74 Porque yo contemplo que los unos habéis estudiado analizando en una forma y los otros en otra, yo contemplo infinidad de análisis todos dentro nada más de un acercamiento a lo que es mi voluntad.

75 Pero no habéis llegado a comprender esa voluntad en su fondo; porque no os habéis profundizado para llegar a su comprensión; habéis debilitado en vuestra perseverancia y por eso en los distintos árboles contempláis las múltiples imperfecciones dentro de mi palabra.

76 Y los que ya comprendéis mi palabra conforme a vuestro adelanto espiritual, esos errores, los habéis atribuido a la falta de preparación de mis servidores.

77 ¡Benditos seáis! Los que así habéis creído y habéis defendido a vuestro Maestro de esta manera; porque dais prueba a vuestro Padre de que ya vais obteniendo más desarrollo en vuestra mente, más elevación en vuestro espíritu y más sensibilidad en vuestro corazón.

78 Mirad que yo soy el buen juez y os he juzgado con justicia perfecta; y vosotros, no habéis sabido ser los buenos jueces, habéis juzgado y habéis puesto toda la severidad en ese juicio; y la sentencia ha sido dura entre vosotros.

79 No habéis aprendido a ser los buenos jueces y solo os habéis concretado a juzgar y sentenciar sin amor; pero llegará el instante en que comprendáis mi máxima, una de las muchas que yo en todos los tiempos os he dejado: no olvidéis mis hijos, que con la vara que midiereis seréis medidos y lo que no queráis para vosotros, no lo hagáis a vuestros hermanos.

80 No os destruyáis civilmente, no os matéis en vuestra fe, no os dividáis en bandos, no arrojéis anatemas de los unos a los otros; al contrario daos progreso, facilidades para ese progreso. Enseñe el que más ha comprendido, al que menos ha comprendido, daos la mano fraternalmente, protegeos y hablad por los que no saben hablar, que así mostraréis vuestra hermandad ante vuestro Padre y yo también, no os dejaré, sin antes entregaros mis cuidados de Padre; porque yo como Padre cumpliré con mi deber y vosotros tenéis la obligación de cumplir también como hijos con vuestro deber.

81 Mirad que los siglos han pasado y yo no me he olvidado de vosotros; porque a través de los siglos y de las eras; en todas las edades, yo me he encontrado al cuidado de vuestro alfolí, yo he velado porque ese alfolí no se encuentre vacío, para que así no carezcáis de algo en vuestra jornada.

82 Porque yo soy el alfa y el omega y os he dado pruebas suficientes y convincentes de que no me aparto de lo que es mío, de lo que a mí me pertenece.

83 Ya vosotros lo sabéis, porque mucho os lo he dicho y si yo repito mi palabra, infinidad de veces, no es porque yo sea rutina y ya no tenga qué entregaros, ¡no, mi pueblo! Para mi no existe el final, en mí no hay ni principio, ni final y mi enseñanza no tiene principio, ni tiene fin, mientras os profundicéis, mientras más os inspiréis en ella, más le encontraréis su esencia, su sabiduría, su fuerza, su verdad, su luz; porque solamente el que la mire superficialmente, no llegará a encontrarle todas esas grandezas y la contemplará como una palabra más dada por cualquier hombre mortal.

84 Comprended mis hijos, que si yo os he dicho que soy infinito, todo lo que de mi Espíritu emana, no tiene límites y vosotros en toda una existencia podéis conocer grandes revelaciones de mi espíritu, mas no sería suficiente una venida a este mundo, para que conocierais todas las manifestaciones de mi Espíritu.

85 Por eso, mientras os encontráis en este mundo, os encontráis dentro de una Ley y con ella os regís, Ley que os he entregado para que os rijáis mientras vivís este valle terrenal y después cuando os encontráis en espíritu, seguís bajo esa misma Ley, luchando, trabajando y evolucionando.

86 Por eso os digo que mi Espíritu no tiene límites, no está limitado y vuestros espíritus, que forman parte del mío, tampoco se encuentran limitados; vuestras materias, sí son limitadas, ellas sí tienen su tiempo marcado para dejar de existir; porque nada más son capas que he confiado al espíritu para que él pueda cumplir; pero llegada su hora, tiene que pagar el tributo a la madre tierra y ahí queda terminada la misión de la materia.

87 Mas el espíritu, poco a poco se va elevando, poco a poco va despertando del letargo que le produce el despojamiento de esa capa que le fue confiada; y una vez, que se da cuenta que se encuentra libre de esos lazos que lo unen con la materia; una vez que reacciona libremente, abre los ojos y se da cuenta de su estado y se va elevando, va dejando su materialismo, se va alejando de las cosas que le atraían a la tierra, se va dando cuenta, de que se encuentra libre de los lazos, con los cuales se encontraba atado a la materia.

88 Y según sea su grado de progreso en que se encuentre, así será el tiempo que se encuentre viviendo aun en el plano bajo y material; pero una vez revestido de sumisión y obediencia, una vez encontrándose ya libre de todo lo que lo ataba y habiendo obtenido la gran experiencia y nuevamente la luz del Maestro, se dará cuenta de que su morada, su vida, su lucha, se encuentra en otro valle más elevado a éste en el cual moró por muchos años.

89 Y empezará su ascenso hacia el valle espiritual, hacia el infinito, hacia ese más allá, donde empezará en el instante marcado, a principiar su lucha, su nuevo trabajo, su acercamiento cada vez más hacia el Padre.

90 ¿Ya veis, mis hijos, que vuestros cuerpos, son poca cosa sobre de este mundo? ¿Ya veis que no tiene ninguna importancia vuestros cuerpos?

91 Por eso os he dicho que yo no vengo a buscar vuestros cuerpos; yo vengo a adoctrinar vuestros espíritus, a recibir el cumplimiento de ellos mismos. Y por la misma causa que no tienen para mí importancia vuestros cuerpos, a un espíritu le concedo distintas carnes; unas veces de varón y otras veces de mujer; por eso ¡he ahí! Las distintas reencarnaciones de un espíritu, ¡he ahí! Las distintas carnes que posee un espíritu para su cumplimiento.

92 Yo, si en este instante me decís: Padre, ¿y por qué no existe una sola restitución para un espíritu, una sola venida a este mundo, una sola encarnación para su cumplimiento, su perfeccionamiento y su progreso espiritual? ¿Por qué le ha de ser menester las distintas carnes, las distintas reencarnaciones, las distintas carnes cierto número de reencarnaciones?

93 Es porque ya os he dicho: que vuestras carnes son limitadas, ellas no pueden durar mucho tiempo viviendo; porque todo el funcionamiento de un ser humano, tiene su hasta aquí y no sería posible que un cuerpo humano durare siglos y siglos sin morir, sin dejar de existir y como el espíritu es eterno, él sí puede volver y reencarnar porque su cumplimiento también es eterno y se le conceden las grandes oportunidades para que el trabajo que tiene que venir a desempeñar en este mundo, lo pueda hacer en sus distintas venidas.

94 ¡He ahí! El porqué de las reencarnaciones del espíritu, ¡he ahí! El porqué de sus distintas venidas a morar a través de cuerpos humanos.

95 Comprended estas revelaciones, mi pueblo, para que en el instante en que seáis interrogado por los hombres acerca del espíritu y de la reencarnación, bien podáis contestarles sin titubeos; porque los hombres viven en la ignorancia sobre esa manifestación; porque los unos no conciben la reencarnación y los otros sí; pero no han llegado a comprender por qué y los unos hablan del espíritu, otros hablan del alma; pero ni los unos ni los otros han llegado a la comprensión de estas facultades espirituales y vosotros sois los indicados para revelar estos conocimientos, que ya deberíais saber todos por igual.

96 Mirad que cuando el hombre tenga conocimiento pleno del pueblo espiritualista, se acercará a vosotros y os interrogará, os escudriñará y sin que vosotros lo notéis, os harán preguntas de un fondo profundo para probar vuestros conocimientos y querrán por instantes confundiros con esas mismas preguntas.

97 Mas si vosotros estáis preparados, sin daros cuenta contestaréis con palabras de luz y de gran conocimiento y los hombres se quedarán extasiados, sorprendidos y os tomarán como hombres preparados, no por un mortal, sino por mi espíritu divino; porque vuestra palabra les descorrerá el velo de la ignorancia y les dará a saber conocimientos que por mucho tiempo se encontraban vedados para ellos; y entonces se considerarán como pequeños en su saber ante la sabiduría de vosotros; porque el Espíritu Santo hablará por vuestras bocas, él se manifestará en vuestra defensa y dará a conocer al hombre, a Israel, en todo su valor, su conocimiento y su espiritualidad.

98 ¿Me habéis comprendido, mis hijos? Yo nada tengo oculto para vosotros, de nada os he privado; os he entregado todas mis complacencias y de ellas os habéis alimentado, os habéis recreado con ellas, habéis caminado con ellas a vuestro libre albedrío; yo no he puesto límites a esas complacencias y las he derramado a raudales y no os he limitado porque no quiero que juzguéis a vuestro Padre como ingrato.

99 Mucho tiempo os he venido llenando de esas complacencias que vosotros habéis tornado en muy bajas y materiales, mas ya habéis escuchado que el Padre Eterno os ha hablado de esas complacencias y vosotros no habéis quedado conformes; porque todas las complacencias que el Padre venía entregando, eran para el espíritu; pero vosotros las tornasteis en complacencias materiales, les disteis otro cariz y las empleasteis para vuestro uso material.

100 Mas el Padre os ha hablado de esas complacencias y os ha dicho que ellas serían retiradas de vosotros; y yo contemplé, que los unos, derramasteis vuestro llanto; en los otros, contemplo la inconformidad y en los otros, la ignorancia.

101 ¿Por qué os mostráis en esta forma los unos y los otros?

102 Porque no habéis comprendido a qué complacencias se refirió el Padre, os habéis familiarizado con ellas y les habéis dado vida y las habéis presentado ante los ojos de vuestros hermanos como cosas pertenecientes a mi obra y a mi Ley y no os habéis dado cuenta de que el Padre se refirió a las complacencias que ha tenido para con vosotros, en permitiros estas cosas que no pertenecen a mi espíritu divino.

103 Yo, os entrego las complacencias materiales, las caridades para vuestra vida, por añadidura y el Padre ha manifestado que ya no es su voluntad seguir permitiendo a vosotros que os presentéis en vuestros recintos con las cosas materiales que solamente restan espiritualidad y respeto.

104 Mas comprended que las complacencias espirituales están en pie, de esas complacencias podéis hacer el uso que queráis, pero siempre dentro de lo espiritual, no tergiversando su cariz para que no caigáis en el mismo materialismo.

105 Ya no es tiempo, Israel bendito, de que os encontréis practicando mi doctrina en medio de cosas materiales, inspirándoos con rezos y cantos que han sido inventados por los hombres y añadidos por los mismos a mi obra; porque yo mi obra os la he entregado pura y limpia.

106 Yo desde el principio de mi manifestación a través del humano, no os entregué ningún objeto material, ni os dije: “ésta es mi obra”. Yo no os la he presentado por medio de objetos materiales.

107 Mas, si yo os he hablado en parábola, en metáfora y en sentido figurado, no es mi culpa de que vos hayáis materializado mi palabra y el sentido de ella misma.

108 No hay motivo, Israel, para que vos hayáis hecho con vuestras propias manos, símbolos, objetos materiales para adornar mis casas; pues mirad que para mí, solamente me bastaba vuestra presencia.

109 Yo no quería que acostumbrarais a vuestra mente humana a prepararse, por medio de ritos, cantos e incienso.

110 Mi intención divina era, que desde un principio me comprendierais en toda mi esencia, presencia y potencia; que os prepararais en los días de gracia y solamente espiritualmente recibierais mi presencia y que también por medio de esa elevación y acercamiento a mi presencia, recibiereis mi esencia y os revistierais de mi potencia.

111 Que todos vuestros actos y prácticas, fueren en lo espiritual, que no pusiereis ante vuestros ojos, objetos en que fijar vuestra vista para pensar en vuestro Dios; pero interpretasteis mal mi palabra y tergiversasteis su sentido y os envolvisteis en vuestro materialismo.

112 ¡Y he ahí lo que presentáis! ¡He ahí! Lo que el Padre contempla en sus casas. Y por eso os ha dicho que las complacencias se han terminado, su paciencia divina se ha terminado para vosotros, ya no quiere seguir contemplando entre Israel, ¡tanto materialismo! ¡Tanto apego a las cosas materiales! Que no os han dejado libres para actuar dentro de una base espiritual.

113 Porque vuestras bases, no son firmes, ni espirituales, vuestra fe, no la contemplo cimentada en bases firmes; vuestros actos no son dentro de lo espiritual; vuestras prácticas tienen sus bases materiales; porque a mi obra y sus prácticas, las habéis concebido bajo una base material.

114 Por eso, mis hijos, el Padre terminantemente quiere que vosotros mismos apartéis todo objeto, toda práctica, todo rito que no pertenezca a su obra, todo objeto que no sea necesario para vuestra elevación y progreso de vuestro espíritu.

115 No temáis dar este paso hacia adelante, sed obedientes al mandato del Padre y cumplid como él os lo ha ordenado, no os hagáis acreedores a su justicia.

116 ¿Por qué os aferráis a las cosas que no están dadas para vosotros? ¿Por qué queréis vivir bajo la influencia de cosas que sólo os asemejan a las demás sectas y religiones? ¿Por qué queréis seguir practicando ritos, que sólo por ellos, seríais juzgados por vuestros hermanos?

117 Mirad que esas cosas no os alimentan, no os dan vida, no os elevan, solamente os mantienen en un grado muy material y muy bajo; y ésa no es la voluntad de vuestro Padre y señor; porque si os ha nombrado espiritualistas trinitarios marianos, tenéis que presentaros honrando y dando fe y testimonio de lo que es el espiritualismo.

118 ¡Preparaos! Porque el Padre os contempla y sólo espera vuestro cumplimiento, que en corto tiempo le haréis presente, no esperéis que él venga y os señale con su índice, las cosas que es su voluntad, apartéis de vuestros recintos.

119 ¡No hagáis que él se materialice en esta forma, no desafiéis su justicia; no permitáis que él venga y os vuelva a reclamar, no queráis que descargue su brazo justiciero ante su pueblo amado de Israel!

120 ¡Haceos dignos a las complacencias espirituales! Mirad que con ellas haréis grandes prodigios y no sentiréis que os hacen falta las complacencias materiales con las que por tanto tiempo os habéis acostumbrado.

121 Estudiad mi palabra y veréis que el Padre no os pide injusticias; el Padre solamente quiere contemplar su obra pura, exenta de materialismo.

122 Porque él no quiere que los corazones que se acerquen a escuchar su palabra, vuelvan a caer en el mismo error en el cual se encuentran sumidas las sectas y religiones que los hombres han puesto delante de la humanidad.

123 ¡Daos cuenta Israel! Que el tiempo corre apresuradamente, 1950 se acerca; y es la voluntad del Padre que en estos tres años que os ha concedido, os despojéis del materialismo y ayudéis a despojarse al resto de Israel.

124 ¡Ardua es vuestra tarea! Difícil vuestro paso; pero lo daréis sin ninguna dificultad porque seréis ayudados por el Padre, por el mundo espiritual y por vuestros hermanos, que en materia, forman parte del pueblo de Israel.

125 Mucho os habéis engreído con esas cosas; pero nunca os pusisteis a pensar, que algún día tendría el Padre que hablaros de estas cosas: que tendríais que retiraros del materialismo ¡que tanto os ha perjudicado.

126 Nunca os habéis interesado por despojar vuestros recintos y solamente presentarlos ante los ojos de los hombres, en una forma espiritual y os dormisteis en vuestro materialismo, y en vuestro profundo sueño, el Padre os sorprendió.

127 Y yo contemplo con dolor en mi Espíritu, que a pesar de su reclamo, y a pesar de que han transcurrido las albas de que él entregó su mandato, no habéis obedecido, ni queréis obedecer, aun siendo el primer recinto, aun siendo la fuente de la gracia que por nombre lleva: Damiana Oviedo; os contemplo ensoberbecido y dando mal ejemplo a las ramas que han brotado para vuestros hermanos.

128 Y no habéis obedecido, os duele arrancar del seno de vuestro recinto las cosas que no son gratas ante la pupila del Padre y a pesar de que yo he venido a ratificar su palabra y hacerla más comprensible para vosotros, no dais cabida a ese mandato, lo habéis rechazado con vuestro incumplimiento y solamente presentáis vuestra rebeldía, solamente, presentáis vuestro apego; y no queréis, se os hace imposible, poder arrancar las raíces que han echado esos objetos dentro de vuestros corazones y os duele arrancar esas raíces y sordos permanecéis ante el Padre.

129 ¡Mirad Israel! Que el Padre se encuentra doblegando los entendimientos reacios de mis hijos, para poderme hacer comprender por vosotros.

130 Mirad cómo estoy apartando el temor de este entendimiento que pertenece a un hijo privilegiado por el cual mucho habéis escuchado mi palabra y mucho os habéis recreado.

131 Y él siempre ha querido transitar a su libre albedrío y ¡helo aquí! ¿Quién no conoce a este mi hijo? Pues en este instante, de su corta preparación me he valido para poderos hablar en esta forma.

132 No le juzguéis Israel, no atribuyáis imperfección a mi palabra que por su conducto os estoy entregando. No digáis que solamente está vertiendo por sus labios su voluntad y no la mía.

133 No, mis hijos, un instante he contemplado su buena voluntad y le he despojado de su reaciedad para que pudiera dar cabida a mi inspiración por medio de su entendimiento y al traducir esta palabra, sólo fuere traducida en su esencia, en su deseo, en su verdad.

134 Y, ¡he aquí! Que os la estoy entregando pura y limpia y exenta de toda reaciedad y voluntad humana y ella no será causa de confusión ni de deliberación; porque el Padre os ha dejado el tiempo para el tiempo y dentro de este tiempo, que os ha confiado, bien podríais haberla estudiado y luego levantaros a darle cumplimiento conforme es mi voluntad.

135 Yo os he dicho, que cuando contemplare un entendimiento preparado, yo no desaprovecharía las oportunidades y me comunicaría para hablaros extensamente.

136 Mas no quiero que al ascender mi Espíritu, vayáis a desgarrar a este mi Hijo, respetad la palabra que os he entregado por su conducto; porque también es mi ruiseñor y en esta alba de gracia me ha dado aposentación en su corazón y en su cerebro; y ¡bendito sea todo aquél que tuviere un instante de preparación! Porque de él me serviré para hacer mi voluntad.

137 Yo en este instante os perdono y os bendigo, pueblo bendito de Israel, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

138 ¡Llevad Israel! ¡Llevad la buena nueva a aquellas lejanas comarcas de las cuales habéis levantado vuestra planta y decidle a vuestros hermanos que el Maestro ha entregado su palabra terminante; que el Maestro se encuentra pidiendo la espiritualidad en todas sus prácticas, dentro de la obra espiritualista trinitaria mariana, que se encuentra pidiendo el paso hacia la espiritualidad!

139 ¡Decidles a vuestras multitudes que se preparen y que se acerquen a la fuente de la gracia a recibir instrucciones; y que si ven que vuestros hermanos que van a la cabeza, no cumplen, que sobre de ellos se levanten y den cumplimiento a cada uno de mis mandatos, porque ésta es mi voluntad, porque yo lo mando y lo ordeno, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo!

140 Mi palabra está dada, mi justicia está derramada entre vosotros. Y, ¡ay! ¡Ay de aquél! Que no cumpliere y siguiere obstinado en su capricho, porque mucho llorará el más tarde y grande será su arrepentimiento y más le valiere no haber formado parte del pueblo de Israel ni haber escuchado mi palabra.

141 ¡Tomad todos por igual! Yo os doy la fuerza y la luz para que sigáis adelante dando cumplimiento a cada uno de los mandatos que yo os siga entregando que yo os perdono y bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

142 Limpio los caminos por donde tenéis que transitar, para que no encontréis los obstáculos y podáis llegar a dar la buena nueva a vuestros hermanos. No le añadiréis, ni le quitaréis una sola palabra, para que en su esencia la deis a conocer, porque ésta es mi voluntad. ¡En este instante en todos dejo mi paz y mi perdón!

¡Mi paz, sea con vosotros!

49. El gran libro de la vida

Domingo 30 de mayo de 1948

1 Bendito seáis, pueblo amado, primer os y postreros en mi obra. Hijo de mi divinidad que habéis preparado vuestro corazón en esta alba de gracia, para hacerme presente el santuario. Vengo en busca de vuestro corazón, vengo a preparar vuestro espíritu; vengo a deciros cuales son los deberes de los hijos predilectos del Padre.

2 Vos pueblo, sois el escogido en el Tercer Tiempo. En vos, el Padre ha derramado sus complacencias. Vos sois el primer o que habéis conocido esta gran verdad; por lo tanto sois el primer responsable ante el Maestro y ante la humanidad. Vuestros pasos son vigilados por el Padre, que nunca duerme, que siempre está atento contemplando la peregrinación del hijo.

3 Cada una de vuestras obras, está escrita en el libro de vuestro propio destino espiritual, en el libro del Padre, en el libro del cumplimiento de los espíritus; y ese libro he venido a mostrar a vuestros ojos, para que no ignoréis las lecciones que el Padre conoce, porque yo soy en todos los tiempos: el Padre y el Maestro porque siempre he venido a revelaros las grandes manifestaciones y he venido a enseñaros para que no caigáis en el camino.

4 He venido a enseñaros a nacer a la espiritualidad para dar el primer paso dentro de la Ley y a deciros: si queréis saborear la paz en la tierra, amad a vuestro hermano y sed hombre de buena voluntad.

5 He venido a deciros, pueblo amado, que la paz es el tesoro preciado que el Padre ha concedido al espíritu del hombre; que el hombre, aún no tiene la gloria en este mundo y que es pasajero en él; mas según sus actos, recibirá un galardón o recibirá en justicia lo que haya ganado y entonces conocerá la morada que haya sabido labrar en la tierra.

6 Yo os he preparado, no os he mandado a morar en tinieblas, he hecho la luz en vuestro espíritu; y en vuestro cuerpo, todo lo he preparado para que pudierais morar en la tierra con paz, con dicha y para que pudieseis luchar por la salvación de vos mismo.

7 Os he preparado desde antes, habéis brotado de mi mismo Espíritu, os he hecho evolucionar según mi voluntad y os he enviado al planeta tierra, a esta morada de perfeccionamiento, de restitución, de lucha para el espíritu de mis hijos; y os he dicho: ésta es la Ley que os entrego, la que regirá a vuestro espíritu a través de todos los tiempos.

8 Y mi Ley, dicta el amor a mi divinidad antes que a todas las cosas y el amor a vuestros semejantes. Os he dicho: “amaos los unos a los otros, como yo os amo”

9 Ya no miréis diferencias en vuestros hermanos, no contempléis si es más débil o más fuerte que los demás; no contempléis sus imperfecciones, no contempléis tampoco lo que posea en su mano, amadle porque es vuestro hermano, porque también es mi hijo muy amado, porque así como yo os amo a vos, también a él; y con el mismo amor con que os he formado, he formado a todas mis criaturas.

10 Delante de mi divinidad, todos sois importantes, todos sois amados, porque soy el Padre y todos alcanzaréis mi perdón, pueblo, porque a ninguno condenaré al suplicio eterno. Nadie quedará fuera de mi regazo, en la consumación de los siglos.

11 Sí, pueblo amado; sí, discípulo mío, vuestro espíritu restituirá, expiará sus faltas, lavará sus manchas si ha manchado su alma y vuestro espíritu escalará, yo preparo su sendero, yo os guiaré en el camino y os daré la ayuda para que podáis pasar sobre el obstáculo más grande que encontraréis y llegaréis a mí, hijo amado, y tendréis mi diestra y mi regazo como galardón.

12 Yo os espero. Ha mucho tiempo, he esperado al espíritu de mis hijos; ha mucho tiempo, está preparada la morada en la cual, ha de vivir saboreando la paz.

13 Pero aún no habéis cumplido en la tierra, aún contemplo a vuestro espíritu, retrasado; aún contemplo, que no habéis cumplido con la Ley, con mis mandatos, con vuestra misión y deberes.

14 Por eso, vengo a vosotros a cada instante y en verdad os digo: siempre he estado cerca del ser humano; siempre me he manifestado en él; es él, el que se ha alejado de mi Ley y se ha vuelto el sordo ante mi llamado y ha cerrado sus pupilas para no contemplar la presencia de su Dios en él mismo, porque teme a mi divinidad, ya que sabe que ha faltado a mi Ley; porque sabe que su juicio también será grande, ya que mi Ley es perfecta, y por eso se turba y permanece en su letargo profundo y no quiere contemplar la luz que viene a él.

15 Pero en este tiempo, vengo a apartar de vosotros toda confusión y toda duda. Y vengo a deciros: yo os perdono de las faltas que habéis cometido en los tiempos pasados . No vengo a juzgaros aún, vengo a enseñaros.

16 Vengo a deciros: desde el primer instante en que escuchéis mi palabra, levantaos formando el propósito de acercaros al cumplimiento de mi Ley porque, ¡ay! De vosotros, si escuchando mi palabra a cada instante, no la comprendieseis, no se abriese vuestro entendimiento, no se conmoviera vuestro corazón; no derramaseis lágrimas de atrición ante mi presencia al escuchar mi palabra, porque entonces, os digo: ¡cuán duro es vuestro corazón!

17 Os he encontrado en el camino: muertos a unos; a otros moribundos y he venido a levantaros, diciendo en mi nombre: ¡tomad la vida, tomad la fortaleza y la luz! Para cuando os sea menester, para que podáis conocer vuestro destino y tener caridad de vosotros mismos; para que os levantéis ya, buscando el camino del cumplimiento a mi Ley.

18 Sí, espíritus amados, he venido a vosotros y os he estremecido con mi palabra; me he manifestado en vuestro camino; he derramado beneficios materiales, así como me lo habéis pedido, porque aún os empeñáis en ser los ciegos; ya que más grandes son los beneficios espirituales que he derramado entre vosotros con mi palabra, la que ha sido cual fruto, pan y agua cristalina que ha calmado el hambre y la sed del espíritu en este Tercer Tiempo.

19 Así he venido en este tiempo entre vosotros, sin contemplar la perversidad de la humanidad; sin contemplar su adulterio y su maldad y sin contemplar que me ha desconocido; que ha blasfemado en contra de mí; que me ha despreciado.

20 Yo he venido día tras día con mi palabra, a atraer el espíritu de mis hijos a mi regazo, porque yo soy el Padre, porque todos me pertenecéis, porque todos llegaréis a mí.

21 Esta tierra que hoy moráis, a la que rendís tributo y adoración, dejaréis de poseerla, pronto os encontraréis en otra morada y entonces diréis: ¿en dónde está el objeto de mi adoración? ¿En dónde está mi Dios, que lo he perdido? Y entonces, vuestro espíritu sollozara.

22 El Padre viene a deciros en este tiempo: ¡espiritualizaos! ¡Buscad la presencia de vuestro Dios! ¡Buscad sus virtudes para que seáis virtuosos! ¡Cultivad la fe para que podáis vivir en este tiempo de calamidades, de adulterio y falsedad! ¡Buscad las virtudes del Padre y conocedlo! Y contemplad que vosotros sois mis hijos y que poseéis las mismas virtudes del Padre, porque en espíritu habéis sido formados a mi imagen y semejanza.

23 Por eso, os digo: adorad menos a la carne, adorad menos el mundo y amad las virtudes del espíritu porque son las joyas que he depositado en vosotros.

24 Reconoceos como espíritu y tened caridad de vos mismo; dejad que vuestro espíritu hable por vosotros, que su juicio se manifieste sobre vos mismo y la conciencia sea vuestro juez y vuestro guía; y entonces pueblo amado, por el espíritu, me conoceréis y por la conciencia reconoceréis la luz y entonces me encontraréis a mí.

25 Así os habla el Padre, porque contemplo que habiéndome escuchado desde tiempo ha, os sentís lejos de mí, no me habéis encontrado. Los unos me habéis buscado en donde no estoy, de manera imperfecta me habéis buscado y os vengo a decir día por día: buscadme en la Verdad, en el amor, en la sinceridad, en las virtudes, en la luz y allí me encontraréis.

26 Elevad vuestro espíritu; limpiad vuestro corazón, apartaos de las influencias de este mundo materialista. Tened un acto de amor para mi divinidad; y en ese instante, estaréis conmigo y yo estaré con vosotros. En ese instante será la comunión espiritual y todas mis complacencias derramaré sobre el espíritu, porque yo estoy presto a derramarme sobre vosotros.

27 Así como habéis contemplado cuando os habéis preparado, que he hecho prodigios en el camino de cada uno de vosotros, porque Israel, tiene en su mano los prodigios del Padre, tiene la promesa y el pacto divino también.

28 Por eso, pueblo de Israel, mirad y contemplad que vos sois el hijo predilecto, que sois el responsable de esta luz, de esta verdad, que sois responsable de que mi doctrina espiritualista se extienda y que sea conocida por todo el orbe para que la maldad desaparezca de la tierra.

29 Sois responsables de las grandes porciones, porque tenéis mi potestad y mi gracia; porque podéis hacer grandes obras en beneficio de la humanidad; porque con vuestra oración, podéis convertir al bien a los corazones que se han empeñado en pecar, sin saber cuán grandes son sus faltas, cuánto han desobedecido a su Dios; cuánto han faltado ante sí mismos y ante los demás.

30 Vos, pueblo, tomaréis el camino recto, el camino de la virtud, de la justicia y del amor. No os permitiré que sigáis por la corriente que lleva al mundo a la perdición en esta Tercera Era; no os permitiré, que sigáis los pasos de la humanidad, que se empeña en sucumbir, en pecar, en enfermar su carne y en perder su espíritu.

31 Sí, pueblo de Israel, esa mala simiente, yo he apartado de entre vosotros; he apartado el germen de la maldad. Yo os he hecho conocer los beneficios de las virtudes y vosotros caminaréis por la senda del bien, luchando por vosotros mismos y por vuestros hermanos.

32 Para cada uno de vuestros pasos, tengo una bendición; para cada uno de vuestros problemas y dolores, tengo un bálsamo; para cada uno de vuestros males, un remedio.

33 Entonces, pueblo, buscad en mí, vuestro consuelo y vuestro pan; y cuando hayáis aprendido a buscarme y a recibir de mí, entonces, enseñad a los demás.

34 Enseñad: la oración espiritual, la elevación de espíritu, la elevación del corazón por medio de los actos.

35 Enseñad la sencillez en las costumbres, la pureza en los modales, para que podáis transformar a esta humanidad, para que podáis conducir a vuestra porción, para que podáis llevar a vuestra familia y a vuestros amigos por el buen camino; si los amáis y si queréis para ellos el bien, entonces, emprended ya la lucha. Apartadles de los malos caminos, inspiradles el bien y sed ejemplo para ellos, para que no sea tan solo vuestra palabra, sino también vuestros actos los que den prueba y testimonio de que me amáis, de que creéis en mí y de que tenéis fe en mi divinidad.

36 Sí, pueblo de Israel, he venido a hablaros en distintas formas en este Tercer Tiempo. He buscado todos los lenguajes para hablar al hombre. He descendido hasta su materialismo para hacerme comprender, mas mi intención es perfecta. Yo no me mancho, yo no me mezclo en vuestras imperfecciones; lo superfluo no está conmigo.

37 Yo os he buscado en todos los tiempos y según el adelanto de vuestro espíritu y vuestra carne, así os he hablado y os hablo en este tiempo en vuestro propio idioma.

38 Para unificaros, buscaré a otros pueblos de la tierra y les hablaré en su idioma; y según me sienta su espíritu y corazón, también hablaré al mundo que se dice cristiano; hablaré también a los pueblos que aún no han querido creer en el mesías. Hablaré al pueblo de Israel del Primer Tiempo, al pueblo mosaico, al que no quiso creer en el Verbo del Padre, hecho hombre en el Segundo Tiempo. Hablaré también a los hombres que adoran distintos dioses. En todos derramaré mi verdad, mi esencia y mi amor.

39 Vos sois el primogénito, por eso os hablo incansablemente, por eso multiplico las manifestaciones y las pruebas; por eso os hablo en cada día de gracia en mi palabra, por conducto del mundo espiritual también os hablo, por conducto de los profetas y de los inspirados en este Tercer Tiempo.

40 Es tiempo de lucha, la luz lucha contra la tiniebla; la luz apareció entre vosotros y la luz limpiará toda confusión, toda tiniebla, toda ignorancia de la humanidad.

41 Yo he venido entre los seres humanos en este tiempo y mi presencia es con todos ellos. Espiritualmente he descendido a todos los pueblos de la tierra, mi Espíritu desciende cual rayo universal y mi luz baña a todas las criaturas; y esta luz, está despertando a todos los espíritus; mi esencia, está convirtiendo a todos los corazones; mi verdad, entregada en el primer o y Segundo Tiempo, también está conmoviendo el corazón de los hombres; y los pueblos de la tierra, se disponen a buscarme.

42 Yo estaré con ellos en el instante de la preparación, cuando se hayan lavado y purificado; cuando las aguas cristalinas que Elías derrama sobre todo espíritu, hayan lavado hasta lo más profundo a mis hijos; entonces, yo descenderé con ellos, les prepararé, les hablaré de mi tercer advenimiento al mundo y me reconocerán y me amarán, pueblo amado.

43 Después de esta gran contienda, la paz vendrá a los hombres; pero ahora estáis en el tiempo de la lucha, tenéis grandes adversarios en vuestro derredor; contempláis a diestra y siniestra, ante vosotros y detrás de vosotros: adversarios sobre vuestra fe, para vuestra espiritualidad, también para vuestras buenas prácticas porque el ambiente que reina en este mundo es impuro, está manchado, la humanidad ha formado un ambiente impuro y con él se está dando muerte.

44 Mas vos, mi pueblo, poseéis las armas, poseéis el bálsamo, el don del espíritu y podéis limpiar las tinieblas, podéis apartar el mal ambiente. Podéis sanar al espíritu y a la carne; podéis devolver la fe perdida y podéis hacer grandes obras de amor, de consuelo y de perdón entre la humanidad.

45 ¡Grande será vuestra lucha, pueblo de Israel, pero no estaréis solo en la lucha, porque vuestro Dios lucha antes que vos, contra todas las fuerzas del mal.

46 Dios en este tiempo se ha empeñado en la gran lucha y ha enviado la luz; ha enviado a los espíritus del bien y el amor para que luchen entre la humanidad; y en verdad, al final de la lucha: vencerá la luz, la Verdad, el bien y el amor.

47 Habéis sentido por instantes, pueblo amado, que tenéis que redoblar vuestro esfuerzo, para permanecer en preparación. Habéis sentido, como a cada instante las ideas y pensamientos afluyen a vuestra mente y quieren turbar vuestro corazón; y el Padre, os dice: sed fuerte, estudiad y analizad mi enseñanza yo os doy la luz y el entendimiento, para que podáis comprender mi voluntad y mi verdad.

48 Os doy armas de amor, vos sois el poseedor de ellas y con estas armas tenéis que luchar; y cuando estéis a salvo, cuando hayáis conseguido que vuestra fe sea firme; entonces, pensad en los demás, en los que han perdido la fe, en los que no tienen amor, ni para con su Dios, ni para con su semejante, ni para con ellos mismos.

49 Entonces pensaréis en las tremendas luchas de la humanidad, en los grandes torbellinos que azotan el corazón de los hombres; y en ese instante, con amor y con respeto, penetraréis en el corazón de los hombres; y en aquel momento, que con amor y con respeto, penetréis en el corazón de vuestro hermano, por la intuición que os he concedido, sabréis cuál es su mal; sabréis por qué sufre y por qué llora; sabréis cuál es su restitución y entonces le daréis fortaleza en vuestras palabras, y le ayudaréis a caminar y sabréis encender la lámpara de fe en su corazón.

50 Cuando el Maestro haya partido de entre vosotros, cuando ésta mi palabra, escrita ya, venga a calmar la pena de vuestro corazón, yo estaré comunicándome de Espíritu a espíritu con vosotros y hablaréis a los demás con la sencillez y la humildad con que yo os he venido a hablar a vosotros. Entonces, pueblo, en vuestras palabras inspiradas por mi divinidad, sanaréis el corazón de vuestro hermano, le daréis la luz que necesita, le daréis la paciencia y la fuerza que necesite para soportar el peso de su propia restitución.

51 Y en el espíritu y corazón de la humanidad, irán penetrando paso a paso, a la reflexión, a la conformidad en sus pruebas, la conformidad con su restitución y buscarán la salvación, me buscarán a mí, pueblo amado; y en mí encontrarán, todo bien y toda caridad.

52 ¡Preparaos, pueblo de Israel! Hoy es corta vuestra lucha, vuestra preparación es corta todavía. Tenéis que comprender más y más mi enseñanza, para que podáis quedar en la tierra como el fuerte, como el buen discípulo, como aquel que dé testimonio de mí, a cada instante.

53 Mas no habéis de fanatizaros, pueblo, no adoraréis vuestra carne porque fue el instrumento del cual se sirvió el Padre, para hablar a los hombres, ni os haréis adorar de los demás. No sentiréis superioridad, porque vos escuchasteis la palabra y tuvisteis mis complacencias. No caeréis en fanatismo, porque entonces habréis perdido vuestra espiritualidad; seréis sencillo, humilde, sincero para que podáis dar testimonio de mí.

54 Así como el Maestro ha venido en este tiempo a comunicarse por los entendimientos de los varones y mujeres, sencillos, rudos e ignorantes; así también vos, pueblo, no queráis ser amado ni adorado por los demás.

55 Recordaréis las manifestaciones del Divino Maestro; recordaréis cómo luchó con los entendimientos de los cuales se servía, apartando sus imperfecciones, perdonando a cada instante sus faltas; preparando su entendimiento y corazón para servirse de ellos por un instante y así poder conversar con su pueblo.

56 Mi palabra quedará escrita entre vosotros; ella seguirá siendo: el libro, la guía, la enseñanza.

57 Si vosotros no alcanzaseis la inspiración, la espiritualidad o la intuición, os seguiréis guiando por mi palabra escrita, antes que atraer mis nuevas inspiraciones; si no estáis preparados, mi palabra quedará como un libro abierto y ella será repasada día por día. El gran libro de la vida, será mostrado a los hombres y todos conocerán esta enseñanza de la Verdad.

58 Ya estoy preparando a los corazones de aquellos que han de preparar este gran libro. Reuniré todas las lecciones de mi enseñanza, que he dicho en las casas del Padre y con ellas formaré un solo libro, para darlo a la humanidad como herencia. Y vosotros en él, leeréis; seguiréis aprendiendo, seguiréis inspirando vuestro espíritu; y en esas palabras, encontraréis: mi esencia, mi potencia y mi presencia.

59 ¡Oh! Pueblo de Israel, a quien espera una gran lucha; los hombres van a levantarse, ya se preparan y buscan también el progreso espiritual; se hacen fuertes entre ellos mismos y vendrán en busca de vosotros para escudriñaros y conocer así hasta sus raíces vuestro corazón y vuestros actos. Los unos vendrán con buena voluntad; los otros, traerán en su corazón los malos propósitos.

60 Y yo no quiero, que seáis contemplados con la ignorancia en mi obra divina; no quiero que ignoréis las revelaciones sagradas, los principios benditos de mi obra; quiero que todos conozcáis el nombre de mi doctrina, el porqué de mi venida entre vosotros en el Tercer Tiempo; el porqué de la presencia de Elías, en este Tercer Tiempo y el porqué de la restitución del espíritu.

61 Sí, pueblo, para que no seáis confundidos con sus palabras de mala intención, para que podáis conservar vuestra fe a través de las pruebas; para que me améis siempre y no cambiéis a vuestro Dios, al Dios de verdad, al Padre que os ama, al que os ha formado, al que vela por vosotros y guía vuestros pasos; para que las malas costumbres, no penetren una vez más en vuestro corazón.

62 Porque mirad, que yo vuestro Padre Celestial, cual Maestro perfecto, con paciencia infinita he ido arrancando de vuestro corazón: la idolatría, el fanatismo, las malas costumbres, las malas prácticas; todo aquello que no es agradable ante mi mirada perspicaz, todo lo que no llega a mi divinidad porque yo soy todo Espíritu; y no es mi voluntad, que todo eso vuelva a penetrar en vuestro corazón, ni que el fanatismo vuelva a echar raíces en los corazones que he limpiado con tanto amor con mi luz y mi enseñanza.

63 Por eso os preparo a cada instante, os pongo alerta para que viváis siempre velando y orando, atentos a mi palabra. Y si aún encontráis en vuestro corazón, restos de fanatismo apartadlos, pueblo. Si aún no habéis alcanzado la elevación espiritual, practicadla; y en cada día, podréis dar un pequeño paso adelante.

64 Si queréis comprender mi palabra, ¡preparaos! Y yo derramaré la luz sobre vuestro entendimiento; y entonces podréis descubrir en cada una de mis palabras, el significado o la intención divina con que yo os he hablado.

65 ¡Grande es mi enseñanza, pueblo de Israel! Y es menester que vosotros la estudiéis y analicéis profundamente, para que seáis fuertes.

66 Tenéis la ayuda del mundo espiritual de luz, tenéis la dirección y ayuda de vuestros guías; de los labriegos que os ayudan y de los profetas también para que estéis siempre preparados y transitéis sobre el camino firme; y todo aquello que sea indigno de vuestra preparación, no lo dejéis penetrar en vuestro corazón.

67 Ya se acerca el día en que los hombres se levantarán en una gran guerra de ideas. Las doctrinas se levantarán y enseñarán a los hombres sus preceptos; mas en ellos no está el amor, en esas doctrinas no está la caridad ni encontraréis buena voluntad, ni estará el desinterés.

68 Por eso, os digo: siempre estad preparados para que esas ideas no os confundan, para que cuando llegue el instante en que encontréis a vuestros hermanos de distinta idea o creencia, podáis hablar con verdad, con sencillez y espiritualidad y deis a conocer vuestro ideal, vuestra doctrina; y entonces, si ellos os hablan, podáis conocer su intención real y sus propósitos verdaderos y no os dejéis convencer ni engañar jamás.

69 En esta doctrina mía, mi verdad, es una obra espiritual, es obra divina. No he permitido que el hombre hable, enseñe o doctrine todavía. Es mi Espíritu el que viene a hablar por conducto del entendimiento humano, porque todavía no os contemplo preparados, porque todavía no habéis alcanzado la espiritualidad necesaria para comunicarme de Espíritu a espíritu con vosotros hacia vuestros hermanos; por eso os enseño aún en esta forma.

70 Y en verdad, de esta Ley, de esta doctrina, saldrán grandes órdenes, preceptos, pensamientos y máximas que han de invadir al mundo; porque ésta, mi doctrina espiritualista, encontrará corazones dispuestos y preparados, en todos los pueblos de la tierra.

71 Ya están los corazones que esperan la llegada de mi palabra y de mis inspiraciones, para levantarse llevando mi doctrina como un arma de luz. Ya están mis hijos esperando que vosotros, os levantéis para llevarles la buena nueva.

72 Sí, pueblo, aquellos que tanto se han lavado, que se han purificado en el crisol de sus propios dolores; aquellos que han conocido el rigor de la justicia del Padre, ya están preparados, ya están ansiosos, esperando que los emisarios de esta nación se levanten para darles la voz, para llevarles la buena nueva.

73 Y vosotros, aún dormís, aún esperáis que los tiempos sean mejores; aun confiáis en que el Maestro, que es poderoso, lo haga todo; y esta misión, corresponde a vosotros hacerla, pueblo amado.

74 Quiero que vosotros, os deis la ayuda; que os salvéis los unos a los otros. Yo, soy con todos. Yo amo a todos mis hijos, pero si yo os he dado la Ley, para que la cumpláis, yo soy la Ley y aplicaré la misma justicia sobre todas mis criaturas.

75 Yo indicaré a cada uno de mis hijos, el cumplimiento que ha de seguir; y la parte que a vos os corresponda hacer, hacedla, mi pueblo; estudiad y analizad para que en corto tiempo, estéis preparado; y entonces la voz del Padre, pueda deciros: ¡levantaos! ¡Llevad la buena nueva a los hogares, a los corazones de todos los hombres! ¡Hablad y difundid mi enseñanza! Eso os diré cual Padre; espiritualmente cuando estéis preparados.

76 No callaréis vuestros labios. Cerrad vuestros oídos para la murmuración, pero seguid cumpliendo y llevad mi enseñanza a todos los corazones.

77 Mas, para eso, ¡cuánto tenéis que prepararos! Tenéis que haber pasado por las grandes pruebas; que vuestro espíritu se acrisole y la fe siempre haya salido victoriosa; esa fe que yo he venido a sembrar en vuestro corazón, esa semilla que ha partido de mi Espíritu, pueblo amado, por la cual seréis salvos.

78 Mantened siempre vuestra fe en las pruebas, luchad porque de ellas salgáis siempre avante. Luchad porque vuestro ánimo sea grande, porque ninguna de las pruebas pueda detener vuestros pasos. No son los hombres los que os están templando, soy yo, y quiero contemplaros fuertes y que tengáis luz en el entendimiento y que estudiéis por medio de las pruebas también.

79 He dejado a vuestra diestra un ángel guardián que conoce hasta lo más profundo vuestra vida. Yo le he entregado una gran misión: que es la de guiaros, de sosteneros en la prueba, de ayudaros a caminar, de prepararos el camino.

80 Sí, pueblo, vos lo sabéis, que es el mundo espiritual de luz, vuestros hermanos, los que os ayudan en todos los pasos de vuestra vida. Mas tenéis a Elías, también, que representa la luz de mi mismo Espíritu, que es pastor abnegado que ha abierto paso en el camino de los hombres para hacerles llegar a mí y os ha hecho vencer los obstáculos para que pudieseis alcanzar vuestro ideal, porque el espíritu luchaba en vos mismo, buscaba algo que no sabíais que era.¿y qué era lo que buscaba vuestro espíritu, mi pueblo? Era mi presencia divina, era mi palabra, lo que vuestro espíritu buscaba.

81 Y Elías, os hizo llegar a mí; os purificó en el camino, os preparó despertando vuestro corazón; y cuando llegasteis y escuchasteis mi palabra, dijisteis: he aquí lo que mi espíritu buscaba. He aquí la paz, el consuelo y la luz que siempre he buscado.

82 Sí, pueblo de Israel, he ahí a vuestro intercesor, a vuestro intermediario: a Elías el pastor de los espíritus encarnados y desencarnados; el que ha cumplido entre vosotros en todos los tiempos, una grande y delicada misión; y que en este tiempo su nombre apenas es conocido por vosotros, pero su nombre repercutirá hasta los confines de la tierra y su misión y el encargo que el Padre le ha dado, será conocido por todos los hombres; y ellos amarán a Elías, lo buscarán como intermediario y él hará llegar a todos los espíritus ante mi presencia divina.

83 También tenéis como báculo, como sostén, como fortaleza a María: la madre universal a la esencia purísima del creador que vela por vosotros; que gime en este tiempo porque la humanidad sufre los más grandes rigores.

84 María está inclinada sobre vosotros dándoos calor y fortaleza para que no desmayéis en la prueba; María: la santa madre universal, ha manifestadose también en este tiempo y su inspiración se ha hecho palabra y habéis saboreado esa esencia, habéis conocido esa ternura y esa bondad divina. Es la madre, es la que siempre os ampara, la que siempre os dará perdón, la que siempre intercederá ante el Padre por el hijo.

85 Tenéis a Cristo como Maestro en todos vuestros pasos, como guía en vuestro sendero corrigiendo vuestro corazón a cada instante, depurándolo y enseñándole, para que pueda contemplar con claridad el camino, para que pueda quedar fuerte en la tierra, cuando yo, cual Verbo, haya partido en esta forma de entre vosotros.

86 Vosotros sois mis discípulos, mas estos: mis verdaderos discípulos no han de quedar sin Maestro, porque el Maestro seguirá inspirándoles desde el más allá, entonces vosotros habréis alcanzado la espiritualidad, la comunicación de Espíritu a espíritu de mi divinidad y yo os seguiré enseñando, seguiré dirigiendo vuestros pasos dentro de mi camino y corrigiendo vuestro corazón.

87 Nada os hace falta, os he dado la doctrina verdadera, la doctrina perfecta para que seáis los fuertes en la tierra, para que os salvéis, mis hijos, para que sea el último tiempo de restitución que vosotros contempléis, para que no vengáis una vez más a conocer los rigores de una nueva restitución y a llorar también, porque yo, que os he enseñado, no he de volver más como Verbo hecho palabra por conducto del entendimiento humano.

88 Aprovechad el tiempo, aprovechad los días y horas que el Padre os concede para que sigáis depurando vuestro corazón, para que sigáis practicando mi enseñanza paso a paso, ella os enseña porque brota de mi Espíritu perfecto; mas, si no habéis alcanzado a hacer obras perfectas, sí haréis grandes obras de caridad, de amor, de salvación en vuestro camino.

89 Yo os dejo preparados en esta alba de gracia. Dejo mi inspiración en todos los cerebros, dejo mi amor en todos los corazones. No temáis, en verdad he estado con cada uno de vosotros. Contemplo vuestras necesidades, vuestro dolor, vuestro anhelo e ideal también.

90 Yo seré con vosotros, os daré según vuestro amor y según vuestra labranza, porque la Ley del Padre, dice: el hombre recibirá por méritos también, mucho habéis recibido por amor del Padre; y ahora que la enseñanza del Divino Maestro se ha derramado entre vosotros y os ha convertido en sus párvulos y en sus discípulos, vosotros haréis méritos para alcanzar también la gracia del Padre.

91 Dejo mi palabra de este día de gracia en vuestro corazón, grabad una frase mía; una frase que será guardada, porque vuestra memoria es pequeña y no alcanza a retener toda mi palabra, mas guardaréis en vuestro corazón la esencia, la intención que hay en ella; mi amor, mi perdón que os doy en este instante, para que sigáis caminando con fortaleza, para que no desmayéis un solo instante.

92 Ya se acerca una gran alba en la cual vendrá el Padre una vez más, pero como juez; vendrá a pedir el cumplimiento de su pueblo, a pedir la multiplicación del trigo dorado y la cosecha, porque mucho he derramado sobre vosotros; y en ese instante, compareceréis delante del Padre y él os juzgará, mas quiero que su juicio, encuentre en vosotros, el cumplimiento y no deje en vos la sentencia, sino que os contemple como hijos, como buenos discípulos y como buenos párvulos.

93 Prepararaos, mis hijos muy amados. Luchad por la unificación de entendimientos, por la unificación de ideales, de espiritualidad. Luchad en vos mismo y con los demás, dentro del pueblo de Israel y fuera de él, porque doquier hay necesidades.

94 Sed los fuertes. Yo aparto en este instante, la debilidad, toda inercia, toda impreparación, toda tentación, para que sigáis luchando por vuestro ideal. Porque ese ideal sea bueno, porque sea por la salvación de vuestro espíritu y por la salvación de la humanidad, por la depuración de las costumbres equivocadas, por la luz en todos los espíritus.

95 Por vosotros preparo y bendigo a todos los corazones. Todos los entendimientos reciban mi luz; en esta alba de gracia, a todos llegue mi inspiración divina que derramo desde mi Espíritu.

96 En todos, dejo el perdón. Todos habéis faltado ante mí y contemplo aún muy débil el propósito de regeneración entre la humanidad.

97 Detengo el camino de los unos, cierro el abismo a los otros; detengo el avance de la destrucción y la muerte; pongo fin a la mala hierba, a los malos frutos que envenenan el corazón de mis hijos. Detengo a la juventud en su carrera vertiginosa y les digo: buscad ya, el camino recto, buscad los horizontes de paz y amor y no vayáis en pos de las influencias impuras que pierden al espíritu y dañan a la carne.

98 Por la oración de esta porción del pueblo de Israel, por el pueblo que está reunido y congregado en todas las casas del Padre; por el dolor de las mujeres, por la purificación que ha caído en este mundo como restitución, como justicia, yo bendigo a la humanidad y le preparo un nuevo camino.

99 Yo hago que en este mundo moren los espíritus de gran luz que yo estoy enviando día tras día en el seno de las madres, en el seno de los hogares que se han preparado y que aún no conocen mi tercer advenimiento entre la humanidad.

100 Y en el mundo espiritual de luz, que no ha de encarnar ya y que sumiso a mis mandatos se encuentra, derramo sobre él, mayor potestad, y le digo: mundo espiritual de luz, velad por la nación mexicana, velad por esta tierra bendita y nulificad a los malos pensamientos, para que sobre esta nación no caigan los espíritus de la confusión y del mal.

101 Seguid preparando a los labriegos, mundo espiritual; seguid preparando a todos los componentes de las casas de oración; desde el guía hasta el postrero, todos tienen cargo delante del Padre, todos tenéis gran responsabilidad; y es mi voluntad: que los guías habléis con gran luz delante de ellos y busquéis la parte sensible del corazón de los labriegos, para hacer sentir vuestro amor, vuestros temores y así sean manifestados ante el pueblo de Israel y ante la humanidad.

102 Todos recibid potestad y amor de mi Espíritu y preparo a todos los labriegos, yo he derramado en esta alba de gracia, mi espíritu divino entre vosotros; mi palabra, ha sido dada a través del entendimiento humano.

103 Prepararaos cada uno de vosotros, porque es mi voluntad entresacar a los escogidos, cuando el tiempo sea llegado. Grandes manifestaciones de amor daré en este recinto para la humanidad, por la prudencia y por la firmeza que habéis tenido.

104 Prepararaos, componentes de la casa del Maestro, preparaos a recibir a los grandes espíritus que voy a acercar entre vosotros. Los unos vendrán en materia y los otros en espíritu. Vendrán también los fervientes labriegos para buscar a vuestro lado un lugar para trabajar. Vendrán los espíritus ansiosos de progreso, de paz, ansiosos de encontrar un campo fructífero donde sus manos puedan cultivar y recoger el trigo que les he entregado.

105 Estad velando y orando, porque no sabéis lo que el Padre tenga dispuesto entre vosotros, porque grande ha de ser su misericordia y los beneficios que conceda a cada uno de vosotros, cuando sea su voluntad.

106 Lo que habéis menester para la tierra, os lo concedo por añadidura: la paz, el bálsamo que ha de calmar vuestra dolencia, la cuita en vuestro corazón. Vos que habéis perdido la calma, que habéis perdido las llaves del trabajo: tomad la calma y el trabajo como una misión, desempeñándolo con paciencia, con prudencia y bendecid al Padre por la paga que recogiereis.

107 Todos tendréis el pan, el techo y el calor que necesitáis para vuestro cuerpo. He dejado preparado a vuestro espíritu en esta alba de gracia y dejo preparada también a vuestra materia, yo os bendigo y os dejo mi paz.

108 Por vosotros he bendecido a las naciones. He derramado mi amor en todos los pueblos; y así como me he manifestado entre vosotros; espiritualmente, también manifiesto mi amor en cada una de mis criaturas.

109 Yo seguiré derramándome en esencia, potencia y presencia a través de mis portavoces y así como fuere su preparación, seguiré derramándome en todas las casas del Padre; seguiré perfeccionando su espíritu, depurando su corazón para que en el año 1950, mi palabra sea pura y haya alcanzado la máxima perfección que pueda alcanzar por conducto del entendimiento humano. Después de esa fecha, recibiréis mi palabra de Espíritu a espíritu y gozaréis con mi presencia espiritual y mi esencia purísima.

110 Os dejo mi bendición, os he perdonado y os dejo limpios. La madre universal os ha visitado. Mi Espíritu bendito que vela por cada una de las casas de oración, ha estado en esta alba de gracia; ha recibido de vosotros también vuestra oración, vuestra súplica y la ha llevado al Padre Celestial.

111 Yo dejo en este instante en cada uno de los corazones, el afán del progreso; y en verdad dejo entre vosotros, una caridad. La luz de mi Espíritu, queda entre vosotros.

¡Mi paz, sea con vosotros!

50. Profecía cumplida

Domingo 10 de junio de 1948

(Saluda el Padre Eterno)

Elías:

1 Divino Padre, en alba venturosa se presenta también el pastor entre tus hijos que también forman parte de mi rebaño y el pastor dando ejemplo de obediencia, también viene a hacerte presente el cumplimiento de mis ovejas y corderos; y en unión tuya, Padre amado vengo a entregarle a mi rebaño el sano y buen consejo que desde tiempo ha he venido entregándole para que él se prepare como le has pedido.

2 Porque ha llegado el instante en que todos deben de encontrarse ya preparados, para que en el instante de tu partida, ellos no sientan tu ausencia, no se sientan acobardados y sin saber qué solución tomar.

3 En este instante en que me encuentro intercediendo por ellos, te pido me concedas que les hable en tu santísimo nombre y les entregue también lo que tú te dignes concederme si ésta es tu voluntad.

Divino Maestro:

4 Elías, que por conducto del hijo del hombre, siempre mostráis vuestra sumisión ante el Padre y el amor a vuestro rebaño que os he confiado para que lo guiéis dentro de los pastizales fértiles; porque sabéis que se encuentran viviendo un tiempo difícil y que no se deben salir de este redil porque encontrarían los tropiezos.

5 Yo os concedo que les entreguéis vuestro consejo y en vuestras palabras les haréis reconocer el cargo, el juramento que han contraído con su Dios y señor.

6 ¡Levantaos, Elías! Y sed con vuestras ovejas; ¡hartadles! Que todo lo que les entreguéis, yo me encargaré de hacerlo efectivo.

Elías:

7 Gracias Maestro, Elías va al rebaño a cumplir conforme tu voluntad. En el nombre del Padre Eterno Gran Jehová, en el nombre de la segunda persona que presente es entre vosotros, yo os doy mi saludo de pastor y la bienvenida, en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.

8 Rebaño bendito, día de júbilo para vos que os apacentáis esperando recibir las caridades del Padre, y el pastor también en unión del Maestro se presenta con vosotros para que sintáis mi calor, para que la luz de mi espíritu refleje en vuestro entendimiento y todos podáis escuchar con respeto la palabra del señor que a entregaros va por su voluntad santísima para que vosotros con toda preparación podáis darle el debido lugar que esta palabra merece y así todos la guardéis en lo más profundo de vuestro ser y todos os alimentéis el mañana con ella y podáis alimentar a las grandes multitudes que detrás de vosotros se apacentarán, porque ésta es la voluntad del señor.

9 Seguíos reuniendo y congregando, porque el tiempo va pasando velozmente y este tiempo que perdéis no lo volveréis a recuperar porque tiempo que pasa y no es aprovechado, no vuelve a ser entre vosotros y el Padre no quiere que ya los tiempos los dejéis pasar sin aprovecharlos dentro de su doctrina.

10 ¡Seguid trabajando! Luchando en bien de la obra que poseéis, trabajad porque ella sea contemplada en su pureza, en su perfección y en su esencia, que yo a cada instante os iluminaré para que con todo conocimiento la respetéis como si fuera el mismo Dios. Yo os ilumino y os doy mi fuerza de pastor para que todos reunidos dediquéis un solo instante para su estudio y pronto, antes de que termine 1950, vosotros ya la hayáis comprendido en su grandeza, que hasta este instante no la habéis comprendido, que yo os entrego en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.

11 Divino Padre, el pastor ha entregado al rebaño conforme me lo has concedido y en este instante yo te doy las gracias, que yo seguiré cumpliendo desde el lugar en donde se encuentre mi espíritu.

Divino Maestro:

12 Elías amado, pastor del Tercer Tiempo, anciano venerable que incansablemente os levantáis en pro de vuestro rebaño, yo haré efectivo lo que con tanto amor entregáis a las ovejas y corderos y ellos reconocerán también vuestra caridad, porque ésta es mi voluntad.

13 Levantad vuestro espíritu y apacentaos en el lugar que os corresponde y seguid cumpliendo entre el universo, porque ésta es mi voluntad.

Elías:

14 Gracias, Cristo amado, Maestro del pueblo bendito de Israel, yo seguiré cumpliendo tu voluntad. ¡Adiós, mi rebaño amado, la paz de vuestro pastor quede con vos!

Divino Maestro:

15 Discípulos, párvulos, postreros; sentaos en vuestro banquillo y escuchad el concierto que a entablar voy entre vosotros en esta alba bendita de gracia que os encontráis circundando a vuestro Maestro, que viene con el libro de la enseñanza a hojearlo bajo el árbol que os da sombra y que os dice: ¡descansad, descansad!

16 ¿Por qué os nombra el Maestro, discípulos, párvulos y postreros? Porque entre vosotros se encuentran entendimientos que ya mucho me han escuchado y han recibido mi enseñanza; se han dado cuenta de muchos acontecimientos que yo como profecías se las he dicho y han tenido tiempo, han tenido oportunidad, de verlas cumplidas; y ellas han sido, para aumentar más su fe.

17 Existen también los párvulos, que a pesar de haberme escuchado tanto tiempo no han pasado de la primera lección, se han estancado; y por esta causa, no pasan de párvulos a discípulos.

18 Hay también los postreros, no porque en esta alba se hayan apacentado por primera vez, no, es que a pesar de tener ya tiempo de estar apacentando su planta en este recinto, no han querido abrir los ojos a la luz, no se han detenido a pensar siquiera en lo que escuchan, ni en lo que yo les entrego y por esta causa se encuentran envueltos en su ceguedad e ignorancia y no dan un paso hacia adelante.

19 Pero yo como Padre a los unos y a los otros, recibo y les apaciento en mi mesa de amor, en esta mesa donde se encuentran los mejores manjares, y los mejores frutos; porque nadie en este mundo, podría brindaros las viandas para el espíritu.

20 No hay un humano, que sin ningún interés, os pueda brindar una doctrina que conforte vuestro cuerpo, que os dé vida, que la sintáis como un lenitivo o alimento, que sane vuestras penas morales y vuestras necesidades materiales.

21 Y ved que solamente el Padre sabe preparar con perfección el festín para sentaros a mi diestra y siniestra y así podáis gozaros de espíritu y de materia, para que recibáis en mi palabra la fuerza, el saber, el valor, la potestad para poder desarrollar, para poner en práctica todo lo que os estoy entregando en este Tercer Tiempo.

22 Porque yo contemplo que habiendo recibido vuestra heredad desde tiempo ha, no os habéis levantado a practicar los dones que lleváis; y contemplo, que esos dones se encuentran aletargados en vuestro ser; y por la falta de fe, siempre me habéis mostrado la negligencia en vuestro cumplimiento espiritual.

23 Mas es mi voluntad que los primer os, los segundos y los terceros, os levantéis todos por igual, luchando y trabajando; porque si mucho os he permitido que durmáis, eso ya no está permitido por el Padre para vosotros.

24 Os resta muy poco tiempo para llegar al final de 1950 y no quiero que desaprovechéis este corto tiempo; quiero que afirméis vuestra voluntad, que os deis cuenta, en qué lugar os encontráis pisando, que estudiéis el juramento que habéis hecho con mi Espíritu y os deis cuenta de lo que significa ese juramento hecho al Padre; ya que con vuestro incumplimiento no lo podréis borrar, no podréis hacer desaparecer ese juramento, porque él se encuentra escrito con letras imborrables.

25 En el transcurso de los tiempos os he venido recordando la falta de cumplimiento a ese juramento y hasta esta fecha no he contemplado el cumplimiento de lleno, un cumplimiento, si no perfecto, sí que vaya acercándose cada vez más a la perfección.

26 Porque yo quiero que conozcáis los caminos por donde os encontráis transitando, para que sepáis distinguir, lo bueno y lo malo, lo que os perjudica y lo que os puede dar provecho.

27 Mucho os he permitido apacentar vuestra planta en los distintos recintos; mucho os habéis recreado con las distintas lecciones de mi enseñanza, que yo me encuentro entregando en cada uno de ellos de acuerdo a su preparación; y así, habéis probado sus distintos frutos y no todos han sido gratos a vuestro paladar.

28 Mas, si os he dejado que experimentéis por este medio, es porque quiero que la grande experiencia sea en vosotros, para que después, no os dejéis engañar, y sepáis distinguir la Verdad de la impostura; que sepáis percibir la esencia, que sepáis conocer lo divino, que conozcáis el fruto que alimenta al espíritu, que comprendáis y sepáis reconocer la influencia de vuestro Padre, que sepáis distinguir mi amor y las virtudes que de él dimanan, y así no os dejéis el mañana engañar por la impostura.

29 Porque después de que ya no tengáis esta comunicación de mi rayo a través de vuestro entendimiento humano, surgirán distintos dioses; porque en las distintas sectas aparecerán esos dioses; y aun dentro del espiritualismo, seguirán imitándose estas manifestaciones y os dirán que es “Jesús” el que se encuentra entre vosotros; que no se ha terminado esta manifestación: porque la humanidad no se ha regenerado y es menester que “Jesús” siga entregando su palabra y enseñando su doctrina y que el “Padre” os ha concedido otro tiempo más para que sigáis escuchándole.

30 Tendrán, estos mis hijos, Verbo suficiente para hablaros de estas lecciones y poderos “convencer”, pero si estáis lo debidamente preparados, no os harán caer en este grave y nuevo error, no os harán infringir, no os harán profanar ni pisotear mi Ley.

31 ¡Preparaos, Israel! Para que no os dejéis sorprender; porque todo aquel que a sabiendas de que está cometiendo una falta y se presente ante los inocentes como un impostor, él mismo acortará el hilo de su existencia y será levantado de esta tierra para nuevamente venir a lavar su falta y a descorrer la venda de impostura que posó en sus hermanos cuando ésta no es mi voluntad.

32 Desde el Primer Tiempo, el Padre marcó el instante en que había de comunicarse con su hijo predilecto, con vuestro hermano Moisés, que fue el escogido por el Padre, al cual le entregó su Ley para que él levantara su planta y fuera a mostrar al pueblo de Israel, la voluntad del Padre; pero antes, tenía que haber reunido al pueblo que se encontraba disperso y esclavizado, perseguido y atemorizado y vuestro hermano con toda sumisión y buena voluntad, se levantó al cumplimiento de ese mandato supremo e hizo todo cuanto el Padre le había indicado.

33 Moisés, como buen legislador del pueblo de Israel, supo guiarle, supo hacer frente a las pruebas que les azotaron en el camino, a las cuales fueron sometidos para probar su fe y la del pueblo; y él, le daba pruebas al pueblo de la potestad y dones que el Padre le había entregado y hacía uso a cada paso de esos dones y se mostraba ante su pueblo, firme y lleno de fe en que al fin tendrían que salir avante y luchó hasta el final; pero también durante su lucha fue débil y mostró al Padre un instante de debilidad y de incumplimiento a su mandato y fue juzgado por el Padre y recibido por él mismo.

34 Y llegó el instante marcado para la terminación del Primer Tiempo o sea: el marcado para la comunicación divina en la primer a era, que tenía que estar representada por Moisés. Y nadie podía borrar esa fecha, ni adelantarla, ni atrasarla, nadie tenía que imponerse ante esa voluntad.

35 Y así fue, como quedó consumada desde el principio hasta el fin, la primer a comunicación divina en la primer a era del Padre representada por Moisés el mensajero del Padre Eterno Gran Jehová.

36 El Segundo Tiempo dentro de la Segunda Era, también marcado desde su principio hasta su final, tenía que ser representada por Jesús, o sea: el Verbo encarnado del Padre, él que tenía que venir a dar fe y testimonio del mismo Padre, puesto que era el Verbo del Padre el que se encontraba hablando al hombre.

37 Y vino el Padre, representado por Jesús, el rabí de Galilea, que convertido en Maestro desde su tierna edad, se apacentó entre los grandes hombres entregando sus palabras de amor y sabiduría, su grande enseñanza que dejaba extasiados a los hombres al contemplar en Jesús, un gran poder, un gran don de sabiduría.

38 Y los unos le juzgaron como un gran iluminado y los otros decían: en verdad, sí eres Dios, porque tus palabras lo dicen y lo hacen comprender.

39 Ya que por instante los hombres se confundían y no sabían qué contestarle; mas Jesús, que todo lo contemplaba, él mismo les daba la contestación y más era la confusión en aquellos cerebros, porque con sus palabras hacía cimbrarse a los cuerpos, confundirse a los cerebros y latir los corazones; mas, Jesús, como era todo paciencia, les miraba con amor y en su misma palabra les entregaba caricia, luz y su ósculo de paz y se alejaba.

40 En ocasiones seguía caminando y por instantes desaparecía ante los ojos de las multitudes y no sabían ni sus mismos apóstoles qué camino había tomado, mas Jesús, hacía que permanecieran en su sitio en espera de su regreso y los apóstoles se hacían conjeturas; y Jesús, cual el Cristo, aprovechaba los instantes en que sus discípulos se encontraban comiendo o durmiendo para desaparecer de su vista e ir a su solio y a los distintos caminos a seguir cumpliendo su misión y en los instantes de reposo de los discípulos, él se retiraba a orar, a elevar su Espíritu, a recrearse e identificarse con el Padre Celestial.

41 ¡Qué hermosa se presentó la Segunda Era! Cuando el Padre en la personificación de Jesús, vino entre los hombres, ¡ah! Si la humanidad le hubiese reconocido, ¡ah! Si la humanidad hubiese tenido fe en el Padre, no se hubiere suscitado una nueva persecución; porque en verdad, os digo: si en el Primer Tiempo fue perseguido el mensajero del Padre y su pueblo que le representaba, también en el Segundo Tiempo al Padre persiguieron y no sólo le persiguieron; sino le dieron muerte a Jesús e hicieron de él y de sus seguidores, lo que les plugo.

42 Ahí, con su muerte, quedó terminado el Segundo Tiempo dentro de la Segunda Era iniciada con el nacimiento de Jesús o sea la era del Hijo representada por Jesús, el rabí de Galilea; tiempo de comunicación divina que también fue marcado desde su principio hasta el fin. Y nadie se interpuso ante esa voluntad divina y quedó marcada la Tercera Era por la misma voluntad del Padre.

43 1866, surgió entre vosotros, fecha señalada como principio de la Tercera Era representada por Elías, y el inicio del Tercer Tiempo de comunicación divina, en que el Espíritu Santo tenía que venir nuevamente entre los hombres. Fecha en que tenía que venir Cristo nuevamente entre los hombres. Fecha en que tenía que darse a conocer, la doctrina espiritualista trinitaria mariana.

44 Y desde esa fecha surgió la paloma del Espíritu Santo, trayendo en su pico, el oliva de la paz; el iris de paz había aparecido por oriente. El Espíritu Santo envuelto en la nube había aparecido ante los ojos de la humanidad irradiando su luz, esparciendo su sabiduría.

45 Nuevamente el Maestro, ha venido materializando su luz, haciéndola Verbo a través de labios humanos y dando a conocer el espiritualismo trinitario mariano en toda su verdad. Nuevamente es Cristo, presentando ante los ojos humanos, lo que los hombres desde su principio os han ocultado, descorriendo los velos de oscuridad que cubren las pupilas de la humanidad, y que le han impedido hasta este tiempo, contemplar la luz del Espíritu Santo.

46 Y ya encontrándome próximo a partir de entre vosotros; ya acercándose la fecha de mi partida, no toda la nación predilecta me ha reconocido, no ha tenido noticias de mi estancia entre vosotros y el año de1950, próximo está por llegar entre vosotros, fecha que también fue marcada por el Padre y no puede haber mano humana que se interponga a borrar esa fecha y a poner otra por su voluntad; porque 1950 ha resonado desde tiempo ha en mi palabra por los distintos portavoces y esta fecha se encuentra grabada en lo profundo del corazón de Israel; y si esta fecha, fuese adulterada por el mismo Israel, ¡ay! ¡Ay de él! Porque no tendría tiempo suficiente para poder restituir tan grande falta cometida al Padre.

47 Por eso, os prevengo, porque ya contemplo que los impostores se preparan, ya deliberan y me hacen presente su inconformidad, ¿por qué? Porque sienten el tiempo perdido, han comprendido su falta de cumplimiento y ahora lloran ese tiempo y no encuentran la solución; y su intención, es retener mi rayo.

48 ¿Y acaso creéis vosotros, que vos podéis retenerlo a voluntad? ¡No, mis hijos! Mi Espíritu, no puede regirse bajo voluntades humanas.

49 Sin embargo, yo os digo: sí podréis seguir simulando y representando estas manifestaciones y todo vuestro materialismo, que al alcance de vosotros se encuentre, podréis agregarles para que vuestros hermanos las contemplen más llamativas, pero en su esencia, en su verdad y en su luz, eso no lo podréis hacer.

50 Porque después de 1950, donde yo contemple que invoquen mi rayo y crean tenerlo por medio de sus rezos e invocaciones, yo haré que sus manifestaciones sean simples y monótonas, que sea la palabra del portavoz como una palabra de cualquier humano, y poco a poco los corazones se irán convenciendo y aun el mismo portavoz, de que no existe mi gracia, ni mi esencia, ni mi luz y entonces, convencidos por sí solos, se irán apartando de esos recintos y me buscarán en los lugares a donde sea mi voluntad conducir su planta.

51 ¿Me habéis comprendido, Israel amado? ¡Oh Israel! Sólo me hacéis presente el hastío hacia mi enseñanza; porque mucho me he derramado en vosotros y tanto os habéis recreado, regocijado y hartado, que ya os sentís cansados y por eso no dais crédito a mi palabra y solamente en el instante de su cumplimiento, recordáis que ya os lo había anunciado.

52 ¡Voltead vuestra faz! Y contemplad la estela que habéis dejado ¡contemplad la huella de vuestras imperfecciones que habéis dejado atrás!

53 Mas, yo contemplo que los unos, aún queréis retornar a esos caminos que habéis dejado atrás y eso me demuestra vuestra incomprensión y vuestra falta de fe; no os habéis dado cuenta de lo que esta doctrina os brinda y sólo habéis escuchado mi palabra, sin quereros profundizar, sin querer contemplar su fondo y su verdad; pero yo, seguiré penetrando en vuestro corazón y amasajando con mi luz vuestros entendimientos, para que ya penetréis a su estudio en estos años que os restan.

54 Aprovechad estas albas de 1948. Grabad estos tres últimos años que el Padre os ha concedido para vuestra preparación, para el despojamiento del materialismo y vuestro progreso espiritual; porque si seguís durmiendo, el final del Tercer Tiempo, os sorprenderá impreparados y todo os causará confusión, todo os conmoverá y entonces, mucho será vuestro llanto cuando ésta no es mi voluntad.

55 Ya es tiempo de que os preparéis, de que me comprendáis y os detengáis a meditar en mi partida; despojaos ya de vuestra pereza Israel, y revestíos con las nuevas galas que os estoy entregando, porque las inclemencias de los tiempos os azotarán y si os encontráis harapientos y despojados de mi calor, de mi fuerza y de mi luz, fácilmente podéis tiritar y quedar a merced de los tiempos sin ningún abrigo y no habrá mano caritativa que se levante y os cubra.

56 Mirad que como vos sois el responsable de la humanidad, si debilitáis ante los efectos de los elementos, vos seréis el que me tengáis que responder diente por diente y ojo por ojo y os someteréis por vos mismo a las más duras pruebas para que así restituyáis vuestra desobediencia; porque a vos os he enseñado la manera de defenderos y defender a vuestros hermanos.

57 Yo, os he enseñado, cómo debéis enseñar lo que vos sabéis; y si escondéis ante la mirada de vuestros hermanos, las grandezas de las cuales sois poseedor, os presentaréis ante mi ojo divino cual los ricos avaros que habiéndoos dicho que la heredad que os entregaba no era tan solo para vosotros, que era también para vuestros hermanos y por avaricia, no quisisteis entregarla a vuestros hermanos.

58 Entonces, yo retendré esas grandezas y os dejaré solo, sintiendo la soledad y la ausencia de esos dones que os daban calor, que os daban vida y recreo, para que así vosotros, sintáis la necesidad que sienten vuestros hermanos, y así podáis saborear al igual que ellos la menesterosidad y podáis considerar esa menesterosidad, que mis hijos me hacen presente y que por vuestro conducto yo se las calmaré, porque ésta es mi voluntad.

59 Quiero que en cada criatura que encontréis en vuestro camino, podáis reconocer a vuestro hermano; y si ellos, os preguntan: ¿adónde vas y qué llevas? Vosotros podáis responderles con toda firmeza, y con amor y respeto podáis contestarles: voy a cumplir un mandato del Padre, voy en pos de la humanidad, en pos de las sectas, creencias y religiones, voy a todas las congregaciones a decirles que no han sabido concebir al Padre en lo que es, que no han sabido darle su lugar al César y menos han sabido darle el lugar al Espíritu del Padre y por esa causa se encuentran confundidos y confundiendo el corazón y espíritu de la humanidad.

60 Quiero, que sepáis explicar a vuestro hermano, el porqué de vuestro cumplimiento y sepáis responder claramente a sus preguntas; porque mirad, que si ellos ya me hubieren reconocido, ya le estuviesen enseñando a las multitudes mi verdad, ya le estuvieren conduciendo por el camino verdadero y se estuviesen haciendo dignos, de que yo me derrame espiritualmente en ellos como Padre y como poder.

61 Pero como yo contemplo que en vez de acercarse a mí, se van alejando; yo también permito que se aleje de ellos mi luz, para que en medio de su confusión recojan grandes experiencias y por medio de ellas me busquen en otra forma que les acerque más a mí.

62 Porque quiero que toda la humanidad entera se acerque más al principio de mi camino, para que por medio de su preparación, de su perseverancia, de su ansiedad, vayan contemplando a través de su intuición, el principio de la tierra prometida; lugar que a todos espera y que ha sido preparado por mi divina voluntad para todo aquél que quiera penetrar, mas no creáis que esa morada bendita, se encuentra deshabitada, no, ahí hay moradores que se han hecho dignos de penetrar a ella.

63 Y es mi voluntad, que todos vosotros saboreéis de lo que en ella se encuentra; porque no es una tierra más de las que contempláis en vuestro mundo y que esté al alcance de vuestras manos y en todo momento la estéis pisando y profanando. Esta es una morada distinta, es un sitio preparado por mí para todo aquél que por medio de sus méritos y de su perseverancia, alcance a habitarla y a saborear de sus frutos y de las riquezas con que se encuentra adornada por mi caridad y por mi amor.

64 Todos en este instante, me decís que tenéis fe en mi existencia y en mi divinidad; y cuán escasa contemplo vuestra fe y vuestra inconformidad con lo que yo me encuentro disponiendo.

65 A eso he venido en este Tercer Tiempo entre vosotros, a alimentar en vosotros, la verdadera fe para que así os levantéis fuertes en el camino y podáis llegar al final que os he trazado.

66 ¡Mirad que estáis viviendo el Tercer Tiempo de la Tercera Era y a vosotros os ha tocado escucharme a través del entendimiento humano y a pesar de ser tan elevada mi palabra, en verdad os digo que esta comunicación no la consideréis como la más perfecta!

67 Tres años os faltan por escucharme en esta forma y para que el mañana no lloréis el tiempo perdido, aprovechad estos instantes; porque después, penetraréis a un tiempo de mayor preparación, elevación y espiritualidad; porque yo no quiero miraros para ese tiempo, cabizbajos y sólo haciéndome presente vuestra incomprensión y vuestra falta de cumplimiento.

68 Yo quiero veros siempre dignos, preparados para seguir recibiendo mi comunicación de Espíritu a espíritu, con toda paz y fortaleza.

69 Ya que yo quiero dejaros entre la humanidad, entre vuestros hermanos, que los unos se convertirán en lobos hambrientos y se arrojarán a vosotros para devoraros; pero si estáis preparados, no temeréis a esas asechanzas; porque todo lobo que con piel de oveja ante vosotros fuere con mala intención; al escuchar vuestra voz, caerá por tierra toda su maldad, toda su cizaña y se convertirá en oveja y será un hermano más que acogeréis en vuestro regazo.

70 No quiero que después de mi partida, cuando os encontréis envueltos en la prueba, vayáis a perder vuestra fe; porque yo en ese momento contemplaré a los que han de seguir sirviéndome y a los que me volverán la espalda.

71 Porque a cada uno de vosotros, desde el instante en que os apacentáis por primera vez, os he venido tocando y probando, pulimentándoos con el cincel divino que es mi palabra y haciéndoos pasar por el crisol de la purificación; ya que en vuestra larga caminata habéis venido saboreando de los distintos cálices que la humanidad os brinda y os he dejado que los apuréis, para que os templéis del cráneo a vuestra planta; y así vuestra fortaleza, sea firme y segura, que vuestra fe, sea cual una antorcha que ningún viento huracanado la extinga; y eso, sea suficiente, para que no os hagan debilitar, ni en vuestra fe, ni en vuestra fuerza.

72 Mirad, pueblo, yo quiero que la campiña que vosotros forméis, que los frutos que vosotros recojáis como producto de vuestra siembra, sean saludables y vivificantes, para que yo pueda acercar entre vosotros a vuestros hermanos, a los que me encuentro preparando y que solamente esperan el instante de mi llamado, porque el cáliz amargo que están bebiendo, les ha hecho reconocer que existo yo.

73 Mirad que os estoy brindando la oportunidad de escucharme en estos tres últimos años y de recibir lo que os pertenece; porque no me iré de entre vosotros, sin antes haber dejado en vuestro espíritu y materia, todo lo que os pertenezca para este tiempo.

74 Os estoy brindando una nueva oportunidad de escuchar del Maestro, los errores que existen en vosotros y os estoy señalando vuestro cumplimiento; quien persevere y sea presto en el camino, pronto conocerá mi reino.

75 Porque nadie podrá arrebataros los dones y la luz que afanosamente sepáis guardar y poner en práctica; ya que con todo el amor y sus virtudes tenéis que hacer brillar esa luz y tenéis que dar a conocer esos dones en todos los pasajeros que se presenten en vuestro paso en esta vida terrestre; porque todo aquel que contemplareis en vuestro camino y se acercare a vosotros consideradlo un pasajero, como un viajero que atraviesa los caminos en busca de algo que no sabe, porque aún no sabe ni quién es él mismo, ni adónde va.

76 Pues, llegará el tiempo en que todo el mundo se encuentre preguntándose y contestándose así mismo; y a vosotros, que os dispersaré por los distintos caminos, se acercarán y os contemplarán como hombres de paz y confiarán en vosotros y os pedirán que les llevéis de la mano y les conduzcáis a puerto seguro donde puedan saborear la paz, la tranquilidad, donde puedan guarecerse de las inclemencias de los tiempos y de los rigores de los elementos; y vosotros, les demostraréis vuestro amor de hermano y con toda calma y sin herir sus corazones, les ayudaréis a encontrar un lugar seguro; pero antes, les explicaréis el porqué de la prueba que les envuelve y del cáliz que apuran hasta las heces.

77 Mirad que yo he confiado a vosotros esta doctrina perfecta y divina porque os amo; no nada más en uno solo he depositado el gran libro de mi enseñanza; el pueblo de Israel, está formado por grandes multitudes y en cada uno de mis hijos, he depositado el libro de mi sabiduría; sus múltiples páginas se encuentran grabadas en sus corazones; es grande el volumen de este libro; pero vuestros corazones también son grandes para albergar toda la enseñanza y paso a paso se han ido convirtiendo en libros de sabiduría.

78 Porque quiero que mi enseñanza la dé a conocer, Israel, por medio de sus obras, de sus actos, de su amor para el prójimo, dé su caridad para él mismo y para los demás.

79 Pues yo os he enseñado a hacer la caridad, yo no os he dicho que retengáis esa caridad y que dejéis al menesteroso con la mano extendida; porque no tenéis ningún derecho de retenerle a vuestro hermano lo que vuestro Padre os ha entregado con tanto amor.

80 ¡Contemplad, pueblo de Israel! Que yo a pesar de vuestro incumplimiento, os sigo manteniendo con vuestra fe firme, pues yo en mi nombre de Padre y de Maestro, he venido a confirmaros esta doctrina y a entregárosla como un libro al cual debéis conservar con la pureza y el brillo que en él ha puesto la voluntad del Padre y lo presentéis ante las turbas, entre las cuales vendrán los grandes escudriñadores y otros se presentarán como escribas y fariseos a ponerme a prueba y entonces vosotros podáis presentar ese libro, como una obra sublime y perfecta.

81 Yo quiero que penetréis a esta obra hasta su profundidad, para que la podáis concebir en su interior y no nada más en su exterior, no quiero que concibáis mi obra superficialmente, quiero que la conozcáis en su principio y en su final; porque cada uno de sus preceptos encierra una gran enseñanza y os dice la manera de vuestra regeneración y si vosotros os apegáis a esos preceptos, llegará el día en que penetréis a una verdadera regeneración y fácilmente podréis avanzar dentro de un camino espiritual, porque ya entonces no viviréis para la materia; sino para el espíritu y vuestra causa en esté mundo será espiritual, vuestra vida tendrá su fase espiritual y os hará fácil vuestra existencia en esta tierra.

82 No os amedrentéis ante las recomendaciones que se encuentra haciendo el Padre a vosotros; porque sí a vosotros os he hecho responsables en este Tercer Tiempo, de la humanidad; también os he entregado grandes complacencias, os he donado, os he dado a conocer que no nada más os he nombrado Israelitas.

83 ¿Acaso creéis que sin antes haberos prevenido y entregado, os iba a mandar a los caminos á merced de los lobos hambrientos? No, mis hijos, ¿creéis que yo, sin preveniros, sin daros a conocer los peligros que os pueden asechar, os iba exponer a una derrota?

84 ¿Acaso creéis que sin conocer mi obra, sin tener conocimiento de mi sabiduría, os iba a presentar ante los ojos de los científicos para que mi Ley fuera profanada y pisoteada por esos mismos hombres?

85 ¡No, Israel! Solamente quiero que os preparéis en vuestra vida, en vuestras costumbres; que os regeneréis, que os limpiéis como un espejo donde las multitudes puedan verse.

86 ¡Mirad que si desde los primeros tiempos fuisteis escogido por el Padre, guiado y doctrinado por mi divinidad! Es porque vos os habéis acercado más al Padre, es porque vos habéis saboreado el cáliz más amargo y por medio del dolor que habéis experimentado, os habéis acercado más a vuestro Padre.

87 Y en los tres Tiempos, os he venido haciendo pasar por el crisol de la purificación, para que en este último tiempo, pudierais despojaros de los últimos vestigios de materialismo que quedaban en vos; y así, una vez libre de todo lo imperfecto que os envolvía, pudiereis levantaros a desempeñar entre la humanidad la misión delicada que yo os iba a confiar.

88 ¡Y ya veis! Paso a paso os habéis ido despojando de vuestras faltas, de vuestras antiguas costumbres, de vuestras malas obras y de vuestra falta de conocimiento del amor, de la caridad, de la hermandad; y yo he venido reviviendo estas virtudes, que ya estaban muriendo en vuestro ser, pero que era menester volviere a darles vida para que al levantaros a cumplir, se os facilitara el cumplimiento a mi Ley; porque os he dicho que mi Ley no se mezcla con lo superfluo y malo y ni podéis quitarle ni aumentarle, porque ésta no es mi voluntad.

89 Mirad que vosotros sois los que tenéis que quedar al frente de la obra del Padre, yo me ausentaré en ésta forma de comunicación de entre vosotros, ya no me escucharéis a través del entendimiento humano; pero por vuestra fe, por vuestra intuición y confianza en mí, me sentiréis muy dentro de vosotros; porque yo os seguiré guiando de Espíritu a espíritu, pues sois mis criaturas predilectas en quienes he depositado toda mi confianza.

90 Sois vosotros, los que tenéis que velar y vivir alerta como los buenos centinelas para que no os hurten las hojas que tienen impresa mi sabiduría; porque esa hojas serán codiciadas por muchos hombres y ellos vivirán alerta esperando un instante de descuido vuestro y se acercarán y querrán arrebataros de vuestras manos mi Ley.

91 Los hombres materialistas aun teniendo pruebas, no tienen fe y no comprendiendo lo que es esta doctrina, sí presienten que con ella serán destruidas todas las demás sectas, religiones, doctrinas, credos y congregaciones donde también se habla de Dios y se busca el camino más corto para llegar a mí.

92 Tienen temor de que Israel se levante dando a conocer esta enseñanza; porque si Israel, la presenta como una obra magna, pura y santa, las multitudes no titubearán, no la rechazarán; porque al mismo tiempo saborearán esas multitudes de su esencia y de su luz; dos prodigios, que ninguna otra doctrina o secta humana les puede brindar.

93 ¡Luchad, Israel, venced los obstáculos! Limpiad vos mismo el camino, cuando contempléis que las pruebas obstruyen vuestro paso; no os detengáis tampoco cuando lo contempléis muy difícil de transitar, vos mismo tenéis que llenaros de valor para que podáis enfrentaros ante esas pruebas; y con vuestra fuerza y vuestro saber, podréis defenderos y allanar las dificultades por grandes que sean y así podréis salir siempre avante.

94 Si todo lo hacéis en mi nombre y con fe en mi divinidad, todo os lo brindaré por amor también a vosotros, para que contempléis que no os encontráis solitarios; y como en el Segundo Tiempo di a mis discípulos, grandes testimonios de mi presencia espiritual, también a vosotros os los daré.

95 Yo también os sorprenderé con mi presencia y entonces os levantaréis sin temor alguno a cumplir; pero yo quiero que antes de mi partida en esta forma, os vayáis preparando, que vayáis aprovechando el tiempo, que ya cuando yo os diga: “adiós”, contemple en vosotros una buena preparación; contemple, que no en vano, os estuve pidiendo la preparación.

96 No se os haga difícil dar el paso que vuestro Padre os ha pedido; no titubeéis en darlo, es un paso que os acercará más a la espiritualidad, que os llevará más a la perfección, que os hará penetrar más al cumplimiento.

97 No os recostéis nuevamente y dejéis que el Padre Eterno, vuelva con su reclamo; no esperéis que la voz suprema y divina, resuene en vuestros oídos y solamente escuchéis nuevos reclamos.

98 Mirad que nada más es a un puñado de corazones que forman parte de Israel, a los que el Padre ha recomendado dar el paso a la espiritualidad.

99 Ahí tenéis al resto de la humanidad que no ha escuchado mi palabra, que no se ha doctrinado por mi Espíritu en este tiempo; y, ¿quiénes serán los que se presenten, ante esa humanidad para enseñarles?

100 Vosotros por eso, nada más a vosotros os ha pedido esa prueba de fe y reconocimiento ante su Espíritu; y una vez que vosotros, le hayáis mostrado esa fe y reconocimiento, cesen sus reclamos entre vosotros.

101 Porque mirad: que estando en la terminación de la estancia de mi Espíritu comunicado en esta forma, todavía el Padre está haciendo uso de su justicia y está descargando su juicio sobre vosotros y ya no era tiempo de que estuviereis saboreando el reclamo a la falta de cumplimiento.

102 Ya no es la voluntad del Padre que en los últimos instantes de este tiempo, Israel, todavía persista en su estancamiento.

103 Yo os entrego mi palabra, la cual está siendo escrita para que recordéis por medio de ella, el tiempo que se ha volatilizado de entre vosotros.

104 Quiero haceros comprender con esta palabra, que ya no sois los inocentes, no existe en vosotros ignorancia y todo lo que hacéis, lo hacéis con causa conocida y por esta causa es doble vuestra propia sentencia y vuestra restitución será larga y dolorosa, cuando ésta no es mi voluntad.

105 A la guía de guías y a sus multitudes les entrego y les preparo; y es mi voluntad, que vos, que vais a la cabeza del pueblo de Israel, os levantéis por los caminos para que contempléis el cumplimiento a los mandatos que el Padre os ha entregado. Quiero que vigiléis el buen cumplimiento y que os deis cuenta de vuestra gran responsabilidad ante esas multitudes, porque vos sois la indicada para hacer que se cumplan esos mandatos y órdenes que el Maestro os está entregando por mandato del Padre Eterno.

106 ¡Tomad, hija amada! Yo os lleno de fortaleza y os revisto de nuevas galas para que podáis enfrentaros ante las multitudes y seáis respetada ante vuestra palabra; ya que todo lo haréis en mi nombre y humildemente, no queráis imponer vuestra voluntad ante vuestros hermanos, pues mirad que aun cuando son pequeños, también son dignos de vuestro respeto y ambos os debéis de ver como hermanos y trataros con respeto, porque ésta es mi voluntad. Yo os perdono y os bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

107 ¡Guías de multitudes: levantad a vuestros pueblos y estimuladles con vuestra palabra, dadles a comprender mi mandato y haced que lo cumplan, tal como se los he entregado; habladles y decidles que ya mucho me han desobedecido, que mucho han interpuesto su voluntad ante la mía y que solo han ejecutado su voluntad y no la mía; y que ya es tiempo, de que me hagan presente un átomo de reconocimiento y cumplimiento, porque ésta es mi voluntad! Tomad y llevad, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

108 Mi palabra de esta alba de gracia, la he entregado al párvulo, al discípulo, al creyente y al increyente, al que se encuentra dentro de mi recinto y al que se encuentra fuera de él; a todos los componentes que se encuentran luchando por la misma causa que es la mía.

109 Esta palabra, se encuentra desbordándose por los labios inmundos de mis ruiseñores, de los pajarillos que han sido incansables en su cumplimiento y que cayendo y levantándose van llevando la cruz del cumplimiento.

110 Pero, ¡helos aquí! Mi pueblo bendito de Israel, que en este instante os los muestro ante vuestra vista para que les contempléis como han dejado su juventud en este camino espiritual, pero yo contemplo que no hay reclamo en ellos y solamente me piden la fuerza para seguir hasta el final de su jornada.

111 Y yo en este instante los revisto de mi fuerza y les entrego todo cuanto han menester para que sigan adelante; porque su cumplimiento como portavoz terminará en 1950; ya que a través de sus cerebros, yo no me volveré a comunicar en esta forma; pero después de esa fecha, más grande será su lucha; y si hasta este instante no la han comprendido, ya paso a paso se irán dando cuenta de la gran responsabilidad que pesará en ellos, porque ésta es mi voluntad yo os entrego mi paz, mi perdón y mi bendición, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Adiós, Israel amado!

¡Mi paz, sea con vosotros!

51. Los cultos espiritual y material son universales

Miércoles 7 de julio de 1948

1 En esta alba de gracia, el pastor, me hace presente al rebaño. Si dejaseis Israel, que vuestro espíritu llegase a mí, contemplaríais que es la misma luz del Espíritu Santo, que os prepara el camino que llega a mí.

2 Yo recibo al rebaño del pastor. También el Maestro, es el buen pastor, es el mismo Padre y es el unigénito; y así como a un solo Hijo, por todo el universo derramo mi amor entre vosotros, aunque habéis desconocido a vuestro Dios y Maestro.

3 Contemplo vuestro amor. Porque habéis vencido los obstáculos, para venir a escuchar esta lección de mi enseñanza que os entrego, os diré una sílaba más; pero ¡elevaos! Y así, sentiréis el alivio y la paz en vuestros corazones.

4 Dadle el pan a vuestro espíritu, que en esta alba de gracia vengo a entregaros; y así, os sentiréis fuerte en la lucha espiritual.

5 Los unos, me decís: ¡Padre! ¿Acaso vas a contemplar la poca semilla que traemos? Y yo, os digo: vengo a recoger la cosecha limpia y multiplicada vengo, a daros fuerza, para que os levantéis fuertes sembrando la semilla de amor en los corazones de vuestros hermanos, como yo, la sembré en vos.

6 No dejéis que el ave de rapiña venga y se lleve la semilla que os vengo entregando, no lo quiere el buen sembrador. Mirad que yo os he dado el ejemplo perfecto para que sembréis la paz y el amor en los corazones.

7 Os pregunta el Padre: ¿habéis dado la paz a vuestros hermanos? ¿Habéis tendido vuestra mano, al caído? ¿Habéis cumplido con mi Ley? Mas, no os vengo a juzgar, soy el Padre que velo por vosotros y a cada instante os entrego mi perdón; si volvéis a pecar, os vuelvo a perdonar, mas quiero contemplar en vosotros, el propósito de enmienda; y el Padre Eterno Gran Jehová, que se derrama en el universo, por vuestra preparación, entregue la paz en los corazones de vuestros hermanos.

8 Escuchad, pueblo de Israel: el que tenga vista que vea, el que tenga oídos escuche y el que tenga cerebro iluminado que analice: encontrábase los pecadores en el Segundo Tiempo, mas el Maestro, se acercaba a ellos y tomaba el pan con aquellos pecadores, que le seguían, porque sabían que iban por el camino de luz. Mas ahí se encontraban también los hipócritas y fariseos que murmuraban y decían: ¿cómo Jesús encamina su planta hacia ellos? ¿Por qué, si viene enviado de Dios, va junto con los pecadores?

9 Mas, yo les pude contestar: “si un pastor de esta tierra, extraviase una de sus ovejas, ¿acaso no dejaría las 99 en el aprisco, para ir en pos de la perdida? Y habiéndola encontrado y traído en sus hombros, ¿no convidaría a sus amigos y a los del alrededor para celebrar el hallazgo? Si vos perdieseis una moneda y la encontraseis, ¿no celebraríais con vuestros amigos, haberla encontrado?” a cuánto yo contestaba en parábola a los hipócritas y fariseos, cuánto más era el murmullo entre ellos; y yo, les dije: “yo vengo a los pecadores para salvar la descarriada y por eso me hice hombre.” yo que contemplaba el fondo los corazones de esos pecadores, contemplaba que buscaban afanosos a Jesús, para salvarse, para ir al camino de salvación.

10 Así Israel, cada uno, me decís: somos pecadores, Maestro y yo, os digo: hijos amados, así me ha placido venir en este Tercer Tiempo para salvaros, para que escuche mi voz la oveja descarriada y se salve.

11 Así hijos amados, sí tenéis propósito de enmienda y dais amor a la humanidad, me lo daréis a mí, Israel; y los ángeles, tendrán continuo festín, porque se ha salvado un pecador.

12 Mas, no quiero que entre vosotros, exista el hipócrita; no quiero que con vuestra iniquidad, sentenciéis a vuestros hermanos y me digáis: ese es pecador. Si vos juzgáis, la causa de vuestro hermano; cuando lleguéis a mí, yo os preguntaré: ¿qué habéis hecho vos, en vuestro camino? Entonces, voltearéis la faz y, sentiréis el peso de vuestro propio pecado.

13 Por eso, Israel en esta alba de gracia, he venido a sellar vuestros labios con broche de oro, para que los cerréis al palabrerío.

14 Si existe en vosotros, pueblo amado: la contienda entonces, no habrá unión; si existe el odio y la mala voluntad, no me estaréis amando en verdad.

15 Mirad cómo la influencia de las tentaciones, avanza y lucha, para que no lleguéis a mí, Israel; mas, yo sollozo, cuando veo que aun habiendo escuchado mi voz y acercándose una tentación, retenéis vuestra planta y me dejáis a medianía del camino, entonces, sentís el cansancio y me culpáis a mí; y yo, os digo: no me culpéis a mí porque yo soy amor y caridad con vosotros.

16 Yo, os entrego de mi fuerza, os he entregado la espada de amor y de luz, para que luchéis cuando sintáis la influencia de las tentaciones; es verdad, que ellas, se manifiestan con su influencia y tratan de apartaros del camino recto, pero si habéis escuchado mi voz y tenéis mi Ley, estudiándola y practicándola, siempre saldréis avante.

17 Aquél que se os acerque con el dolor, si vos os encontráis preparado, le daréis la paz que os entrego a cada instante; y si llega débil, dadle la fortaleza, cumpliendo con mi Ley; así, también, iréis haciendo otras maravillas en vuestro camino, así sembraréis amor y así recogeréis mañana y os labraréis vuestra corona de laurel.

18 Contemplad, ¡oh! Pueblo amado, como a cada instante os estoy dando mi enseñanza; por distintos ruiseñores me he comunicado y no quiero contemplar la confusión en vuestro camino; yo quiero contemplar en vosotros, el propósito de enmienda; pueblo bendito de Israel, quiero la paz en vos y en vuestros hijos; y así el Padre Eterno, será de plácemes y os bendecirá.

19 No queráis contemplar que los elementos desatados, caigan en esta nación y por ellos quede desolada; contemplad pueblo bendito de Israel, como vuestros hermanos, los profetas de este tiempo, vienen entregando lo que es mi voluntad; os ponen alerta y sólo contemplo, que escucháis, pero cerráis vuestros corazones, no eleváis vuestra oración para pedir por vuestros hermanos.

20 Contemplo, vuestras mentes confundidas con la materialidad, con lo de este mundo, que solamente os deja dolor y os deja débil; sin embargo, yo sano las heridas de vuestro corazón.

21 Y, no temáis mi pueblo vuelvo a deciros: yo soy cual el buen pastor que traeré a las buenas ovejas y también a las ovejas descarriadas. Así también Elías, en esta alba de gracia me ha dejado contemplar a las ovejas que vienen con su corazón herido, pero por su petición, sano sus heridas para que vayan a la lucha.

22 Pueblo amado, discípulos de mi divinidad: habéis penetrado en el tiempo de la preparación; dentro de ese tiempo, estáis viviendo ya, porque se acerca el momento trascendental, el momento de prueba, el instante difícil para vuestro espíritu y para vuestro corazón; ese instante, es el de la partida de mi palabra de entre vosotros; y para que ese momento, no sea de prueba, no sea de justicia ni de dolor, para eso os vengo preparando y por eso he llamado a estos últimos tres años: los tiempos de preparación.

23 Yo soy el Maestro que no duerme, por tanto, vosotros sed los discípulos que no durmáis. Yo soy el Maestro que vengo preparando mi partida y ¿cuál es esa partida, pueblo? La terminación de mi manifestación en palabra a través del entendimiento humano, no la partida de mi Espíritu, porque yo, a medida que vosotros os vayáis espiritualizando, os vayáis elevando más, dentro de vosotros yo estaré, con mayor perfección me manifestaré dentro y fuera de vosotros, más cercana mi presencia palparéis con el espíritu y aún con vuestros sentidos corporales, porque mi luz, mi fuerza, mi presencia se hará sentir en todas las fibras de vuestro ser.

24 Mas aquél que no se prepare en estos tres años, aquél que permanezca aletargado, no sabe lo que se está labrando, no sabe lo que le espera en el instante en que termine mi comunicación en palabra, que os he entregado desde 1884 y os seguiré entregando hasta finalizar 1950, en que os dé el último adiós; porque ese espíritu, se sentirá huérfano, porque ese corazón, me dará por ausente, cuando esa no es la realidad.

25 Por eso, ¡preparaos! Para que lleguéis como buenos discípulos a ese momento y deis ejemplo de espiritualidad y de comprensión a la humanidad; que no se llene de tristeza vuestro espíritu, que no se enlute vuestro corazón; que solamente haya respeto, elevación y conciencia de lo que estáis recibiendo, para que se abra delante de vuestra vista espiritual, un horizonte amplio hasta el infinito y podáis contemplar a vuestro Padre; y en ese infinito, podáis recibir altas inspiraciones divinas, ya no limitadas a través del humano, sino la amplia y perfecta comunicación divina: de Espíritu a espíritu. Para ese instante, os preparo; para ese instante difícil y de prueba, para vuestro espíritu.

26 Después del año 1950, ya no escucharéis más mi palabra repercutir a través de un entendimiento humano. Llegado ese día, yo, en verdad, escribiré en vuestra conciencia, en la carne de vuestro corazón y en los libros de oro: mi palabra de justicia, mi palabra inmutable porque entre vosotros, no volveré a hablar en la forma que lo he hecho en este tiempo; y aquél que se levantase después cual “pedestal” o cual “facultad” por los caminos, invocando mi rayo divino o invocando a mi mundo espiritual de luz; no sabe, en verdad, la sentencia que está arrojando sobre su propio espíritu; no sabe la causa que está labrando para sí mismo; no sabe el juicio que él mismo se está forjando delante de mi tribunal divino.

27 Yo os estoy preparando para que estéis alerta después del año de 1950 y no deis crédito: a la aparición de los falsos “Cristos” a los malos y falsos “profetas” ni de los “pedestales” y “facultades” que se levanten después de este Tercer Tiempo; y evitéis la confusión entre la humanidad, para que impidáis el acceso de los espíritus en tinieblas, de los espíritus tentadores entre la humanidad.

28 Desde ahora os pongo alerta, pueblo amado, porque si estas manifestaciones acontecieran, tendréis que responderme; vosotros seréis los responsables, porque no estuvisteis velando y orando, porque no estabais preparados ante la invasión de las pruebas y de las tinieblas.

29 Todo aquél que desde ahora se prepare en verdad y en espíritu, después de la partida de mi palabra, gozará de mi inspiración divina, gozará de la comunicación de Espíritu a espíritu, se recreará con la lectura de mis cátedras que por medio de mis plumas de oro, os lego cual herencia bendita, como tercer testamento.

30 El camino para vosotros no será incierto, sino claro; el desempeño de la misión de cada uno de vosotros, será claro también; mi fuerza, mi presencia y mi esencia, estarán siempre entre vosotros; y estaré también vibrando dentro de vosotros, para que de esta manera, pueblo, no extrañéis mi palabra que os di por el entendimiento humano; para que de este modo reconozcáis, que es un paso hacia adelante y al progreso; un paso de trascendencia espiritual, el que os espera, después de esa hora suprema; porque después de este tiempo, mostraréis mi obra con la pureza y perfección que ella tiene.

31 Mi obra real y verdadera, la manifestaréis con vuestros pensamientos, palabras y obras y no admitiré, ni vosotros admitiréis después de este tiempo, los cultos exteriores, las profanaciones, las materializaciones, las mixtificaciones y la contaminación de otras doctrinas.

32 Pueblo amado, vosotros presentaréis al mundo, mi obra perfecta; y entonces, mostraréis: cuál es la enseñanza del Espíritu Santo, que es en sí el espiritualismo y cómo debe practicar esta Ley el espiritualista.

33 Por eso, reconoced, porción obediente de mi pueblo, que estáis ya dentro del tiempo de la preparación, para que no caigáis en tentaciones ni en errores; para que seáis los fuertes, en los momentos de prueba.

34 Si vosotros no os preparáis, no os permitiré que mostréis mi obra al mundo. Mientras tengáis imperfecciones e impureza, no admitiré que presentéis mi obra manchada.

35 Yo os probaré, permitiré que seáis sometidos a las grandes pruebas y purificaciones; y hasta que os contemple espiritualizados, elevados, plenos de comprensión y conocimiento en mi obra, entonces os levantaré y haré el llamado a la humanidad, para que conozcan a través de vosotros: mi verdadera obra la cual, hasta estos momentos, no habéis dado a conocer en toda su plenitud, ni con toda su pureza ni toda su sublimidad.

36 Mas recreaos porque aún estoy con vosotros, en palabra audible; y os estoy preparando, porque no son todavía las pruebas ni el dolor, ni las persecuciones ni la justicia humana, lo que os viene a despertar; todavía es mi palabra de amor, mi palabra de Padre, la que os estremece y os levanta. Aprovechadla, porque si así no fuere, pueblo amado, ¡no sabréis entonces qué voz será la que os venga a despertar!

37 Se levantarán los hombres de la ciencia, de la teología, de la teosofía, los hombres de leyes de la justicia terrestre, los hombres de las religiones; y ellos vendrán hacia vosotros, para someteros a pruebas, a tenderos las encrucijadas y presentaros los abismos; vendrán a interrogaros; y entonces, ¿qué haréis, pueblo? ¿Acaso vais a presentar solamente, mi Ley dividida en veintidós preceptos? ¿Vais a presentar, sólo el libro de mis cátedras? ¿Vais a ocultar vuestro corazón, vuestros actos, vuestras prácticas, vuestro culto, detrás de mi Ley y detrás de mi palabra? ¿Vais a escudar vuestras imperfecciones, vuestra impureza; con la perfección y la pureza de mi obra? Si eso habéis contemplado en el mundo, si el mundo os ha dado esos insanos ejemplos; vosotros, no los tomaréis.

38 Sois los espíritus capacitados, preparados para escuchar y analizar esos actos; espíritus, que vivís dentro de materias que pertenecen a distintas clases entre la humanidad; mas estas clase, yo no las contemplo, para mí, no existen; lo mismo descubro en el interior del hombre eminente, al espíritu que me comprende y que me ama; como lo puedo encontrar dentro de la envoltura pobre y andrajosa; y por eso, a todos os siento en la misma mesa, para que todos participéis del mismo manjar espiritual.

39 No os hablé en esta forma en el primer o ni en el Segundo Tiempo; porque en el Primer Tiempo, la Ley del Padre vino a despertar y a iluminar vuestra conciencia; en el Segundo Tiempo, el Verbo encarnado del Padre en Jesús, vino en representación del cumplimiento del hijo hacia el Padre, vino a iluminar y a despertar a vuestra alma y corazón, para el amor; y hoy, siendo el mismo Verbo vengo como Espíritu Santo entre vosotros, para iluminar plenamente y a elevar a vuestro espíritu por sobre lo humano.

40 No han sido tres dioses, los que han venido a manifestarse entre vosotros; ha sido un solo Dios, un solo Espíritu, un solo Ser que ha entregado su Ley y su doctrina al mundo, en tres mensajes divinos.

41 Cada mensaje divino ha abarcado un tiempo dentro de una era; y cada era, ha sido una gran etapa de evolución para vuestro espíritu; y así el primer mensaje de la divinidad os iluminó, os encaminó, os preparó durante un tiempo y hasta que vuestro espíritu se encontró evolucionado, capacitado, fuerte para recibir el segundo mensaje del Padre, hasta entonces el Padre, se digno, entregar ampliamente su doctrina y su ejemplo en el Segundo Tiempo; y hasta que aquella enseñanza cundió por todos los corazones y espíritus, por todos los caminos de la tierra y los espacios espirituales; hasta entonces, el Padre, como Espíritu Santo, vino a manifestarse entre la humanidad, porque el espíritu de la humanidad, ya se encontraba preparado, fortalecido, evolucionado para comprender las revelaciones del espíritu en toda su magnitud. ¡He aquí! Por qué os llamo los discípulos del Espíritu Santo. He ahí por qué os llamo los espiritualistas; he ahí por qué os digo que vuestro culto, que vuestra práctica, debe ser por medio del espíritu.

42 Toda la creación, pueblo amado, le rinde culto al Padre, desde los átomos hasta los planetas más grandes del cosmos, todos le rinden tributo a Dios. Todas las criaturas, desde los mayores en espíritu hasta las más pequeñas de materia que poblando puede ser los mundos espirituales y los mundos materiales, todos me rinden culto como Padre; y en vuestro propio planeta que al alcance de vuestros sentidos materiales, de vuestra mente, de vuestras manos puedan encontrarse, vosotros palpáis que todo me rinde culto a mi.

43 Yo recibo de cada una de mis criaturas su ofrenda, su tributo, su culto. Todas las cosas se recrean en mí y en su propia misión; todas las cosas son sensibles; en verdad, nada hay que sea muerto delante de mí, porque yo soy la vida; y de alma y animación, he dotado a todas las cosas; y si vosotros creéis que la roca por su dureza, por su inmovilidad es insensible, os equivocáis, porque ella y todas las cosas sienten la vida, sienten mi divina presencia, sienten mi amor; se recrean en mí y se recrean en sí mismas; todas ellas por medio del alma universal, se encuentran sujetas a la suprema Ley del creador; manifiesta en órdenes inmutables, todas obedecen bajo una fuerza universal que las obliga a cumplir, pero esa obligación, ese deber que todas las cosas cumplen, es una Ley que cumplen con armonía y esa afinidad con que cumplen todas las cosas delante de mí, es el tributo que de todas recibo, es el tributo de su armonía, de su fraternidad, de su obediencia, pueblo amado.

44 El astro rey envía su luz, su exhalación de vida y su calor hasta los confines que le han sido confiados; y la animación de vida que levanta con su luz y su calor, es el tributo que me entrega a mí.

45 Los mares se elevan a las alturas con el calor del astro rey y se convierten en lluvias; y ellas, humedecen los campos y esos campos fructifican, crecen las plantas y dan hermosas flores, surgen los árboles, se cubren de follaje y ofrecen sus frutos; las ramas de los árboles, se brindan para los nidos de las aves y son también hogares, sitios y senos de manifestación de vida; y esas aves también elevan sus trinos y sus cánticos en la inmensidad de los campos y todo se multiplica, todo crece, todo progresa y evoluciona; y es un constante tributo de la naturaleza, para el Padre, que le dio con su vida esa animación; y esa ofrenda de todas esas criaturas, llega hasta la altura de mi solio; y desde allí, mi mirada paternal todo lo contempla, desde ahí lo acarician y conservan todo, porque con todas mis obras perfectas en sí mismas, yo me recreo y permito que todo se recree conmigo.

46 ¿Y vosotros? Vosotros como humanos, sois aquellas criaturas que cumplís también con un destino, con una misión, a quienes se os ha entregado una Ley recta y pura, pero a vosotros se os ha entregado un privilegio más: el tener conectado un espíritu en el cual, existe la plena conciencia del Ser: la inteligencia, la voluntad, el libre albedrío, el conocimiento, la razón todos los sentidos espirituales, que son fuente de sentimientos divinos.

47 Vosotros estáis formados de materia, alma, espíritu y tenéis conciencia; y por tanto, sois superiores, sois seres privilegiados en verdad, sois las creaturas superiores en medio de esta naturaleza, en medio de las demás creaturas y cosas existentes. Todo lo demás, lo he puesto cual siervo, cual instrumento, cual recreo para vosotros; todos los elementos, las criaturas y las cosas, las he dejado para vuestro progreso, para vuestro sustento y para vuestro adelanto espiritual.

48 Y si vosotros sois superiores a todas las creaturas y las cosas, a los elementos existentes en los otros reinos de la naturaleza; pensad que vuestro tributo, que vuestro culto, tiene que ser más elevado y más perfecto que el del resto de la creación; y ese culto, yo os lo he venido a enseñar, por medio de mis inspiraciones a través de los tiempos, ¡oh humanidad!

49 Por intuición, la humanidad desde sus principios, me ha rendido el culto espiritual; por intuición los espíritus encarnados en este planeta, se han levantado buscando mi Espíritu, buscando el más allá, buscando las sendas espirituales y las fuerzas sobrenaturales; por intuición el espíritu humano, desde los principios, ha sentido que hay algo más que su materia, que hay algo más que su corazón y que su cerebro; y cuando he contemplado esa agitación, esa actividad espiritual entre la humanidad, he aprovechado la oportunidad que el espíritu del hombre me brinda, para manifestarme como Dios, como Espíritu, como Ley justa y recta, como perfección espiritual, como Padre universal.

50 ¿Para qué, mi pueblo? Para enseñaros paso a paso, las sendas del espíritu, la espiritualidad perfecta; para enseñaros la elevación espiritual y para que vosotros, pudieseis llegar a la comprensión de la espiritualidad verdadera, habéis tenido que pasar por grandes errores, que atravesar las grandes etapas, los largos caminos, las pruebas, las confusiones, los sufrimientos, las diversas etapas del espíritu, hasta poder llegar con la verdadera preparación a este tiempo de espiritualidad.

51 En los tiempos pasados, pueblo, habéis confundido siempre el culto a mi espíritu divino y ha sido más vuestra materia, ha sido más vuestra carne, la que me ha rendido más el culto, que vuestro propio espíritu; es porque vuestras oraciones han sido forjadas por vuestra mente, han sido dichas por vuestros labios; vuestras ofrendas, las habéis tomado de la naturaleza; las ofrendas de la naturaleza las habéis tomado para entregármelas a mí como si fueran vuestras propias ofrendas.

52 Vuestro culto, lo han percibido vuestros sentidos materiales; y en ese culto material que me habéis ofrecido a través de los tiempos, se han recreado vuestros ojos, vuestros oídos, vuestro corazón, todos vuestros sentidos carnales; y vuestro espíritu, ha permanecido sediento, hambriento y desnudo porque la parte que a él corresponde, el culto espiritual que él debía ofrendar al Padre, lo ha tomado la materia; porque la Ley y la doctrina del Padre, vuestro espíritu la ha materializado y la ha hecho religión, la ha hecho culto exterior, culto material.

53 Hoy, ante mi doctrina del Tercer Tiempo, los acontecimientos cambiarán; y hoy vuestro espíritu, se encontrará ante la oportunidad de extender sus alas, de libertarse de todo lo que es superfluo y material, de ofrecer su verdadero culto, su verdadero tributo espiritual al Espíritu del Padre; y entonces, podréis mostraros ante el mundo como los espiritualistas verdaderos, los discípulos del Espíritu Santo.

54 ¿Cuál es el culto que debe ofrendar vuestra materia a mi divinidad? El cumplimiento, de sus deberes en la tierra. Si vuestra materia se sustenta, se desarrolla, se conserva dentro de las legislaciones humanas; si vuestra materia cumple con sus deberes, de: nacer, crecer y multiplicarse, de ser un instrumento dócil y humilde para vuestro espíritu si vuestra materia, es pura y se satura de buenos sentimientos, con eso ella me rinde el verdadero culto material, el tributo corporal: queriendo a vuestros hijos carnales, dándoles el buen ejemplo, siendo hombre de moral, de virtud en el seno de vosotros mismos; los hijos amando y respetando a sus padres; los hermanos a sus hermanos, los amigos a sus amigos. De este modo, pueblo, de vuestra parte humana, vuestra materia habrá rendido el culto verdadero a mi divinidad, pero no un culto espiritual.

55 El culto espiritual, es el que corresponde a vuestro espíritu. ¿En qué forma, pueblo? Elevándoos de espíritu a Espíritu, no buscando entre mi Espíritu y el vuestro, un altar material o algo que “represente” a mi Espíritu, sino directamente de un espíritu al otro. Que el amor de vuestro espíritu, no sea solamente para vuestros hijos de materia, sino que améis a todos vuestros hermanos sin distinción de sangres, de clases, de razas, de nacionalidad; que vuestro amor espiritual, esté por sobre de todos los cariños y los afectos de la carne; que sea amor universal.

56 Que vuestro espíritu, someta a la carne y no la carne al espíritu; que vuestro espíritu no se doblegue ante la idolatría ni ante el fanatismo por la materia, que no caiga en misticismo, fanatismo ni en prejuicio; que sea el espíritu elevado que sepa reconocer la Verdad y la razón en donde ellas se encuentren, para que así podáis ser los hombres de paz por el espíritu, el pueblo de amor por el espíritu; el pueblo espiritualista, que sepa rendir el culto digno al Padre, dando al César lo que es del César; dando al mundo lo que es del mundo, con la materia; y a Dios lo que es de Dios, con el espíritu; que no ofrezcáis al Padre lo que es del mundo, ni ofrezcáis al mundo lo que pertenece al espíritu.

57 Es importante que ya sepáis, distinguir todos los órdenes de mi Ley y armonizarlos, unirlos, porque todas las expresiones u órdenes establecidos, que llamáis leyes, se derivan de una sola Ley que es el amor, el cual es la puerta, la vida, la luz, la esencia y la eternidad, porque yo soy la Ley y soy el principio y el fin de todas las cosas y nada se encuentra desunido. Y si la materia, entrega un culto al Padre; y el espíritu otro, ambos cultos deben estar unidos, son diferentes pero son semejantes; y todas las cosas de materia, en sus diferentes escalas, están todas unidas por una sola Ley.

58 No os hablé así en el Segundo Tiempo, mas mi palabra fue tan perfecta y tan profunda en aquel tiempo, que si vosotros con el espíritu, hubieseis analizado aquella doctrina y enseñanza, no me hubieseis hecho venir en este tiempo; mas he venido a ayudaros, humanidad; he venido para materializarme entre vosotros, para hacerme más accesible, para limitarme un poco más entre vosotros, pero una vez más os digo: en aquél tiempo, no estabais capacitados aún, para comprender estas revelaciones; y hoy, sí lo estáis.

59 Todo aquél que recibe en su frontal: el triángulo de mi trinidad es un escogido entre los muchos llamados; y ésa, es la señal, de que ya puede comprenderme plenamente en este Tercer Tiempo.

60 No es la primer a vez que vuestro espíritu, viene a este planeta, no es la primer a vez que recibe mi Ley; mas a través de vuestra materia, vuestro pasado espiritual, por un instante se oculta; vuestra materia es como un velo que no os permite contemplar vuestro pasado espiritual, pero por intuición cuando despertáis ante la esencia de mi palabra, reconocéis que es verdad, lo que os hablo; penetráis en el fondo de vuestro espíritu y sentís que venís de muy lejos, que habéis conocido un camino muy largo, que habéis contemplado muchas vicisitudes y habéis vivido mucho; mucho, en verdad y en Espíritu.

61 Sí, pueblo, a fin de que vosotros pudierais oír estas revelaciones, era menester que caminaseis mucho, mas vuestro espíritu, no está envejecido. La vejez, la decadencia y la muerte, no es con el espíritu; a medida que él avanza y se eleva, va penetrando de la infancia a la juventud eterna del espíritu, a la plenitud, a la fuerza espiritual que es eterna y que es perfecta en él.

62 Mas, vuestro paso por este planeta, ha sido un crisol que habéis atravesado. Las diversas etapas materiales, han sido todas para enseñanza de vuestro espíritu; unas para crisol, unas para adelanto de él mismo. Sí en verdad, las unas han sido de complacencias; otras existencias humanas vuestras, han sido de esplendor; otras de placeres, otras de fracasos, otras más de restitución, otras de expiación espiritual y material, otras de experiencia; unas, de desarrollo mental, otras de desarrollo de los sentimientos; y ahora, os encontráis en un tiempo de desarrollo espiritual.

63 Todo lo habéis conocido y todo lo habéis tenido en verdad; por eso si en este tiempo, contempláis vuestras manos vacías en lo material, que no vivís en el esplendor material y no poseéis caudales, que no tenéis títulos, no sufráis por esa causa; pensad, que para obtener la capacidad espiritual que hoy poseéis, habéis tenido que perder todo aquello, todo lo que es superfluo e innecesario para el espíritu; todo aquello que solamente es cadena, prisión para vuestro espíritu, lo habéis poseído por un tiempo, pero después habéis tenido que perderlo para libertar a vuestro espíritu; mas la luz de la experiencia, la luz de la evolución, es en cada uno de vosotros; en verdad, os dice el Padre: es en cada espíritu.

64 Claramente os hablo, para que el uno y el otro, me comprendan: el primero y el postrero, el científico y el aprendiz, el letrado y el ignorante, el pobre y el rico y aunque todos pertenezcan a distintas clases y lenguas en esta tierra, todos podáis recibir la esencia que os entrego; porque el espíritu, de cada uno, preparado se encuentra; y en este tiempo de preparación, yo me derramaré, según sea vuestra preparación, porque tiempo es de méritos y de pruebas, como yo os he dicho.

65 Aquél recinto que mayormente se prepare para mi divinidad, su fruto será mi palabra en altitud; el que no sepa prepararse y forme ambiente de desunión, desgarros y críticas, de división, de materialidad, mixtificación o impureza en mi obra; en verdad, os digo: su fruto será muy pequeño.

66 ¡Preparaos, entonces, porque a todos quiero premiar, a todos quiero entregar el galardón de mi palabra! Es lo único que os hará salir avante, en este tiempo de lucha entre la humanidad; mi doctrina, mis parábolas, mi enseñanza en sentido figurado, mis revelaciones espirituales, todo ello será vuestro baluarte; y cuando el mundo se levante y se arroje hacia vosotros, solamente la espiritualidad, la preparación, la limpidez de vosotros mismos, harán que mi palabra se refleje como un espejo de luz; y mi obra, sea en verdad, vuestro escudo, que os defienda y haga el milagro de la conversión de toda la humanidad.

67 Mas, si vosotros dentro de mi obra, presentáis un culto imperfecto: culto exterior o materializado entonces, los hombres destruirán ese culto, porque es impropio del espiritualismo; pero si vosotros, presentáis al Padre y al mundo: el culto espiritual ese culto, será indestructible, pues ni las armas, el pensamiento y la palabra, ni los juicios, los torbellinos ni la muerte, podrán destruir el altar interno, la lámpara espiritual que existe en el fondo de cada discípulo espiritualista trinitario mariano.

68 ésta es mi enseñanza, porción escogida de Israel, penetrad más y más en ella para que vayáis normando vuestra vida, porque vuestra existencia humana, estará regida por vuestro espíritu; vuestro entendimiento y corazón, que son el espejo de vuestro espíritu, sabrán cumplir su misión entre la humanidad; y a través de vuestra materia, se manifestará y reflejará vuestro espíritu, para que en el seno de vuestro hogar, deis el ejemplo y sembréis la simiente divina.

69 Mirad que el mundo vive dentro del caos; y su caos, es: material, moral y espiritual. La simiente buena y pura, ha sido arrojada del seno de la humanidad. Las instituciones que el Padre, ha levantado entre los hombres, han sido profanadas; las leyes de justicia y de amor entre la humanidad y en lo espiritual, han sido también profanadas y desobedecidas.

70 Hay hombres que se levantan con ideas de luz, con sentimientos nobles, con buena palabra; y ellos, son muertos por la humanidad; y su simiente, perece también, son como frágiles barquillas, en medio de un océano furioso.

71 No contemplo un país, un pueblo, una aldea, un hogar, ni siquiera un corazón, pueblo amado, en donde mi semilla esté fructificando, en espíritu y en verdad.

72 De entre vosotros, los unos habéis comenzado a sembrar esa simiente en la tierra de vuestro corazón, en la tierra de vuestros hijos y de vuestros hogares; y otros, no habéis comenzado aún, pero estáis recibiendo la semilla.

73 Y, yo os digo: seguidla cultivando los unos; y los otros tiempo es ya, de que la sembréis; yo os ayudaré en el cultivo, yo os protegeré ante los vendavales y ante los torbellinos, yo velaré cuando vosotros durmáis; yo os ayudaré cuando os canséis, porque soy el gran libertador universal, pero sembrad, mis hijos, sembrad en vuestro propio corazón mi divina enseñanza; ella fructificará, para que en lo secreto, en el interior de vosotros mismos, contempléis una tierra fértil y fructífera; para que en el seno de vuestro hogar, en el corazón de vuestros hijos, en el seno de vuestro matrimonio, contemple el florecimiento de mi doctrina; para que en lo humano y en lo espiritual, vosotros contempléis la bondad y la perfección de mi enseñanza.

74 Estudiad serenamente mi doctrina, para que no caigáis en misticismo, en fanatismo, en idolatría o en pasiones; para que seáis sinceros y serenos, para que seáis mansos y humildes; y el mundo, entonces, pueda contemplar vuestro ejemplo; y por vosotros, comenzará la restauración de mis instituciones, la reconstrucción espiritual y moral entre la humanidad, para que podáis ser vosotros, en este Tercer Tiempo, el principio de esa reconstrucción; porque os acercáis a un tiempo, en que el reino de paz, estará en este mundo.

75 No sabéis mi pueblo, los años o los tiempos que pasen, para que ese tiempo llegue, pero he de comenzar mi obra y es mi voluntad comenzarla por vosotros; por eso desde el año 1884 os vengo doctrinando en palabra humana y preparando para que vosotros, preparéis a vuestras generaciones próximas; y así, de generación en generación, la espiritualidad en el espíritu y la moral en la carne, se vayan acrisolando, evolucionando y aumentando; y cundiendo de hogar en hogar, de pueblo en pueblo y de corazón en corazón, para que así toda la tierra fértil pueda encontrarse y recibir en su espíritu el reino de paz; y entonces, este planeta habrá dejado de ser el valle de lágrimas, el valle de expiación y de restitución espiritual.

76 Este mundo, espiritualmente será elevado, para que vengan a poblarlo espíritus de paz y de adelanto, espíritus de fraternidad; en que unos a otros, se den la ayuda y sean como peldaños en la escala espiritual, para que todos en el progreso, en el adelanto y en la espiritualidad, os podáis encontrar; entonces, este mundo, se transformará, todas las fuerzas de los seres humanos tanto espirituales como corporales serán puestas al servicio del espíritu, al engrandecimiento del mismo; y ya no, a las grandezas pasajeras de la carne.

77 En nuevas cátedras, yo os hablaré de estos acontecimientos, para que así vayáis llenando vuestro espíritu, y vuestra materia también, de estas lecciones de mi enseñanza; y a medida que las vayáis asimilando, iréis penetrando en el verdadero culto que debéis ofrecer a mi divinidad, con el espíritu y con la materia.

78 Contemplo, que me habéis comprendido y estáis recreándoos con mi palabra, que ha sido solamente, pan para vuestro espíritu, pero os digo: yo como Padre universal, como mirada perspicaz, contemplo toda vuestra vida, en vuestra existencia humana, observo cada uno de vuestros pasos, cada una de vuestras quejas y sufrimientos; conozco vuestros ideales, vuestros anhelos, lo que necesitáis, lo que estáis preparando, lo que vendréis a pedirme; lo que habéis perdido, lo que está ausente; todo lo puedo contemplar y os escucho en verdad, porque soy vuestro Padre que no desconoce ninguna de vuestras necesidades, porque sois las criaturas sensibles al dolor y al gozo; al sufrimiento y a la dulzura; pero antes, es el espíritu.

79 Y ahora, después que os he entregado en el espíritu, por añadidura entrego también a vuestra carne, a vuestra existencia humana. ¿Qué es lo que os entrega el Padre para la existencia material? No os lo digo, porque debéis seguir haciéndoos merecedores, pueblo amado.

80 Vosotros pensad, que: ya no es necesario que el Maestro, en cada alba de gracia y en cada cátedra, os diga qué es lo que os entrega en lo material pero en verdad, os digo: sin que vosotros extendáis vuestra mano material, yo extiendo mi misericordia divina, plena de caridades, de beneficios; lo que me estáis pidiendo en la oración, efectivo lo contemplaréis; en cortos momentos unos, los otros tendréis que esperar el nuevo amanecer; otros, tendréis que esperar algo más; pero a todos os entrego, porque todos sois mis hijos y os amo a todos por igual.

81 Y así, como os he amado y he tenido misericordia de vuestro espíritu y materia, vosotros también tened caridad de vuestros hermanos; y detrás de las necesidades corporales de ellos, mirad que se encuentra un espíritu, que puede estar también necesitado aún más que la carne.

82 No miréis los dolores del cuerpo de vuestros hermanos, contemplad y pensad en sus sufrimientos y necesidades espirituales; mas, no contempléis insensiblemente, el dolor de los demás, haced con vuestra oración y también con vuestras alegrías materiales, por mitigar los sufrimientos físicos de vuestros hermanos.

83 Yo os entrego el bálsamo espiritual, yo le entrego mayor potestad a vuestro fluido espiritual; os entrego el don de la palabra y de intuición; aumentando el don de revelación y de videncia entre vosotros.

84 ¡Adelante, pueblo amado! Mirad que os espera el tiempo de lucha, que el caos y la confusión pueden venir a vosotros, con mayor fuerza, pero estad serenos que aún estoy con vosotros; del dolor, de la confusión, de las tinieblas, de la tempestad, brotará después: la paz, la unificación y la luz.

85 Vosotros contemplaréis que en todos los ámbitos y caminos de este mundo, se escucharán las palabras: Espíritu, espiritualismo, espiritualidad, alma, reencarnación, Tercer Tiempo, Tercera Era sí, en verdad, llegará el instante en que contempléis el espíritu de la humanidad en plena actividad, en plena evolución; discutiendo, hablando, interrogando sobre esta mi obra bendita; y vosotros, enseñando, practicando y cultivando, ésa es mi voluntad; y os digo que esta cátedra que os he confiado, no sea solamente para vosotros, sino que de ella, participéis a vuestros hermanos.

86 Confiad en mí; pero no confiéis todavía mucho en vos mismo, porque todavía no estáis preparados; ¡seguid preparándoos! Y cuando hayáis alcanzado esa gran preparación, que yo os pido; entonces, sí podréis confiar plenamente en vosotros mismos, para que hagáis frente a las grandes luchas y a las grandes pruebas.

87 Yo, que os vengo pidiendo cinco minutos de vuestra oración al día; sin embargo, me acerco a vos, y os encuentro dormidos, ¡oh! Pueblo bendito de Israel, ¿acaso creéis que el Maestro no siente sed de vuestra oración, de vuestros cinco minutos de oración? Pero en esos 5 minutos, no me pidáis solamente por vos, pedidme por vuestros hermanos y así os entregaré a vos por añadidura; vos, debéis entregarles la luz con vuestra oración; ser cual el buen pastor y traer a vuestros hermanos al redil de de mí amor.

88 Os he entregado mi palabra, pueblo una lección más en esta alba de gracia, para que la estudiéis y la analicéis, en los instantes que estéis en vuestro reposo.

89 Daos cuenta de que el Padre, contempla vuestros corazones; daos cuenta como la mirada perspicaz del Padre, se encuentra viendo los actos de cada uno de vosotros y el propósito de enmienda.

90 Recibo la simiente que en esta alba me hacéis presente. Recibo al pueblo, que también trae en su mano la cosecha; y os digo pueblo: cada uno tiene que cumplirme en su camino.

91 A vuestro paso, se acercará el menesteroso; y vos, le entregaréis la caridad y le hablaréis de mi enseñanza; y así, vos habréis cumplido con lo que es mi voluntad.

92 Labriegos: en este instante contemplo el ahínco que lleváis por seguirme, por seguir la huella del Maestro.

93 Vosotros, porciones obedientes de mi pueblo, que vais siendo los apóstoles del Tercer Tiempo: yo os entrego la fortaleza, recibo vuestra cosecha y entrego en vuestras manos lo que solicitáis para que luchéis y trabajéis porque se acerca el tiempo, en que tenéis que luchar grandemente; y así se extenderá mi obra por doquiera de la tierra. Os lleno de fortaleza y os perdono, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

94 Columnas, yo os entrego: también, eleváis vuestros corazones y me decís: ¡Padre! ¿Estaremos cumpliendo con tu voluntad? Y yo, os digo: os dejo fuertes, para que sostengáis la casa de oración, para que así, deis el buen ejemplo a vuestros hermanos que se os acerquen para que deis la fortaleza, a aquellos corazones que débiles se acercan; preparo vuestro camino, os dejo tranquilos, doy paz en vuestros corazones y fortaleza a vuestro espíritu, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

95 Entrego fortaleza espiritual, a cada uno de mis componentes. A aquellos que van dando sus primeros pasos, dejo también la fortaleza, preparo más sus entendimientos, ¡elevaos más hacia mi divinidad! Y no temáis, que en los instantes en que os sentáis en el banquillo, yo estoy velando por vosotros; también mi mundo espiritual, se encuentra velando por las materias, mas no los retengáis, dejad que ellos cumplan con su gran misión; para que deis franco paso a mi mundo espiritual de luz, desato vuestras mandíbulas, dejo preparados vuestros cerebros y vuestros corazones, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

96 Os he entregado, pueblo bendito de Israel, en esta alba bendita de gracia. ¿Qué me pedís? ¿Qué más podéis pedir al Padre, que no os lo conceda? Solamente os pido a vosotros el amor para vuestros hermanos, la caridad para aquéllos que se encuentran en el camino, muertos de espíritu hacia mi luz, para que les acerquéis a mí. Entrego las llaves del trabajo, el pan no os hará falta, dejo en vosotros el don de palabra, para que habléis a vuestros hermanos y a vuestros vástagos, porque de ellos, me serviré mañana. Os revisto de fortaleza, os perdono, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

97 Por vuestra oración espiritual, me derramaré en vuestros caminos y en vuestras aguas; y sentiréis la paz y la fortaleza, en vuestro espíritu. Yo os acaricio; y por vosotros, al universo. Por vuestro conducto, envío el bálsamo a los enfermos; por vosotros doy paz al mundo espiritual en confusión y entrego una caricia a las naciones. ¡Velad y orad por la paz del mundo y por vuestra preparación y unificación! ¡Adiós, pueblo bendito de Israel.

¡La paz de mi espíritu divino, quede entre vosotros!

52. Sectas y religiones

Domingo 11 de julio de 1948

1 Descansad por un instante, caminantes; recibid la frescura del árbol y tomad del fruto.

2 Vuestro Dios verdadero, siempre se ha encontrado delante de vosotros; y nunca en el camino, se ha interpuesto un corazón humano para acallar mi Verbo Divino, para desmentir la Verdad que yo al mundo he entregado; porque soy el poder y el creador y contemplo a la humanidad, muy pequeña, ante mi presencia divina.

3 Vos Israel, sois el representante del universo. Vos, pueblo, que os habéis reunido, representáis, no solamente a las doce tribus de Israel, sino al universo entero; en el cual, se aposentan corazones increyentes, fanáticos, idólatras y fariseos.

4 Siempre habéis buscado en el camino, la divinidad y cuando no la habéis encontrado, por vuestra necedad la habéis forjado en los caminos a vuestro libre albedrío.

5 La efigie, la imagen que habéis tomado por divina, la hacéis presente a las turbas que van transitando por el sendero de tinieblas; cuyo espíritu, se encuentra materializado y no han sido, los que hayan podido apartar la venda de oscuridad.

6 En todos los tiempos, de esta manera, la humanidad ha transitado, aun cuando yo me encuentro hablando a su espíritu a cada día, que de vida yo le voy concediendo; pero es la propia materialidad, es vuestra vanidad y orgullo, lo que impide que recibáis mi mensaje espiritual; y cuando un instante, vuestra mente retiene la revelación, creéis que es la casualidad, que es el sueño al que pudo haber producido aquella revelación, que son las tentaciones humanas, las que pudieron haber provocado esa revelación; porque habéis olvidado a vuestro Dios verdadero y poderoso, porque os habéis alejado del camino de la luz y del amor. Vais buscando en el sendero, por vuestro libre albedrío: el placer y el gozo para la envoltura.

7 Vuestra inteligencia no ha despertado a la luz del mediodía, a la vida verdadera; sino solamente habéis tomado, según vuestra materia; y así habéis forjado pensamientos y los habéis estampado en el papiro y os habéis creído: el “Dios.”

8 Habiéndoos nombrado: el “preparado, el escogido y el ungido” por la mano poderosa de vuestro: “Dios” que según vosotros, habéis forjado en vuestra vida; por ello, habéis transitado tiempo ha, en este mundo y no habéis sentido en vuestro corazón el descanso que hace falta; no habéis dado lugar a que vuestra conciencia, cual juez, os dé a conocer los buenos y malos actos que en el camino vais cometiendo.

9 Vosotros os creéis invulnerables, no creéis que en el camino, hayáis cometido un error, una falta, porque según la “divinidad” que habéis forjado, ella: os “perdona, os conduce y os ilumina.”

10 ¡Falso pensamiento, que ilumina vuestro cerebro! ¡Falso sentimiento, que siente vuestro corazón! Porque en verdad, os encontráis transitando por el sendero de las tinieblas y de la ofuscación; y, el Padre, al contemplar que el hijo va pereciendo en el camino y ha tergiversado el sendero, desciende presto al instante a vuestro propio corazón; y le toco, para daros a conocer que ese, no es el camino; que ese, no es el pensamiento que debéis albergar en vuestro ser. Hablo a vuestro espíritu, e ilumino la conciencia, para que prestos reconozcáis que estáis perdiendo el tiempo y que habéis equivocado el sendero.

11 ¡Muy grande es la reaciedad de la envoltura! Ella, se ha levantado cual obstáculo para el reconocimiento de la inmortalidad del espíritu, de la Verdad de vuestro Dios y de mi perfección divina.

12 Yo me he manifestado por distintas maneras en vuestra existencia, en vuestro hogar, con los vuestros, en vuestros caminos, en los lugares de labranza; allí, yo me he manifestado con amor y caridad y no me habéis sentido; no me habéis escuchado, no habéis escuchado la voz poderosa del Padre, que os ha hecho el llamado; mas el tiempo, está pasando y antes que, en verdad, seáis un espíritu perdido, os hago el llamado para que seáis en la casa de oración.

13 No es vuestra voluntad la que os hace aposentaros en este día de gracia, bajo esta humilde techumbre. Fue mi voluntad divina la que pudo haber ordenado que vosotros os aposentaréis en el recinto de oración, para que aquí escuchareis la palabra, humildemente, de amor; la palabra que conduce por el certero camino y da al espíritu lo que le hace falta, lo despierta, le alimenta; y le da a conocer que el tiempo, está por terminar; y que es el salvador, quien se ha aposentado para conducirle por el sendero de salvación, de redención; por el camino único por el cual, ha de llegarse a mi diestra.

14 él, ha de encontrarse ante mi presencia divina; mas, no cabizbajo, sino con su presencia espiritual ya dignificado y elevado, pidiéndole al Padre la caridad y el perdón, y haciéndole presente el cumplimiento de su misión.

15 Yo he ofrecido al espíritu, la felicidad eterna; al igual que en el Primer Tiempo: la tierra prometida en donde él, gozará y se encontrará a la diestra de su creador. Pero esto, habéis olvidado.

16 ¡Oh! Corazones amados, habéis venido buscado mi palabra y no la habéis encontrado; habéis transitado por distintos caminos, y no habéis contemplado la luz refulgente que ha de guiaros por el camino certero y verdadero.

17 Desde el Segundo Tiempo, yo entregué al mundo un camino; y fue preparado, con mi preciosísima sangre. Ese camino, conduce hacia mi divinidad.

18 Una doctrina, entregué como heredad a Israel. Doctrina espiritual, pude haberle entregado en mi palabra; enseñanza espiritual, pude haberle enseñado a orar de espíritu a Espíritu.

19 Fui el ejemplo perfecto que me manifesté en el Segundo Tiempo, mas a la partida del nazareno, el pueblo buscó una vez más, su becerro de oro; y aquel que escuchó la enseñanza y que se decía representante de Dios en el mundo, ocultó el verdadero testamento en las entrañas de la tierra y lo forjó, según su libre albedrío, según su intelecto material; sus labios se entreabrieron y condujo a las multitudes por el sendero de tinieblas, apartándoles de la doctrina espiritual, de la luz y del amor verdaderos.

20 Desde ese instante, Israel, pudieron encontrarse los corazones envanecidos, alimentando el orgullo; y buscando solamente esclavos y siervos a quienes gobernar, se rodearon de joyería, de pedrería, de regias vestiduras, sus arcas las llenaron de oro y fueron los poderosos del mundo. No sintieron la necesidad, de su hermano y semejante; no sintieron en su corazón, el hambre que sentía el pueblo; no sintió su corazón, el sufrimiento del mundo.

21 Por ello, contemplad, pueblo cómo la humanidad se ha dividido en sectas y religiones y aquel que se nombra representante de mi divinidad en este mundo ha forjado un trono cubierto con pedrería; regios cortinajes y vestiduras adornan la sinagoga y el palacio en el cual se encuentra morando, ha buscado vasallos, ha buscado siervos; esos corazones, se han cerrado para la caridad y el amor.

22 Y todo ello, ha sido la causa, por la cual los hombres han formado sectas y cada uno va buscando a su Dios, según su intelecto y conveniencias materiales; porque han contemplado que aquellos en quienes yo pude haber entregado, se convirtieron en egoístas y vanidosos, cerraron la puerta de su corazón y sus labios no entregaron la Verdad, que yo pude haber entregado a Israel, en el Segundo Tiempo.

23 Y al no contemplar el ejemplo, de los que delante se encontraban, ellos en verdad, siguen su sendero, en donde van forjando ideas materiales, van forjando divinidades y deidades para entregarlas al mundo; y así, yo encuentro al mundo, dividido en sectas y religiones.

24 La doctrina que entregué en el Segundo Tiempo y que el mundo nombra cristiana en verdad, se ha alejado del sendero de la luz. Ellos no han cumplido el testamento y la Ley que puse en sus manos. Ellos no han cumplido, con los ejemplos divinos, que pude haber hecho presente: la humildad, la obediencia, el amor y el perdón.

25 El ver a los espíritus encarnados y desencarnados; sus labios se entreabren y dicen, cual amenaza y temor al mundo que existen lugares de sufrimiento y dolor para el espíritu. Abren sus labios y con palabra material atemorizan a las multitudes, hacen que caigan en fanatismo e idolatría y hacen que su corazón pueda encontrarse cerrado a la Verdad, a la luz y al amor.

26 Por ello, en este tiempo el mundo se encuentra debatiéndose en su dolor, saboreando amargura; transitando por el camino tenebroso, en donde se aposenta el lobo hambriento para devorarlo. Han despertado en el corazón, que aletargado podía encontrarse, la ambición de poder y de gobernar la tierra de este mundo; han despertado en su corazón: la vanidad y el orgullo y ha encadenado a su espíritu, en su materia.

27 La luz que traía el espíritu, la han opacado y han hecho que el espíritu, pierda la gracia y la potestad que yo pude haberle entregado; porque desde el instante que yo lo envíe a este mundo, es para que cumpla una misión y él viene revestido de luz, de gracia y de potestad.

28 Le entrego fortaleza al espíritu, para que él sea el que luche en la materia y dé a conocer al cuerpo humano que, en verdad, él ha de gobernar a la materia y ha de imponerse para que el mundo haga mi voluntad divina, en estos tiempos.

29 Pero, habéis contemplado, ¡oh! Pueblo amado, como los labios se abren y azuzan a las multitudes. Abren sus labios aquellos en quienes está el cargo de unificación, de armonía y de perdón, para hacer que sea, en el corazón del mundo: el odio del uno para con el otro, el desconociendo de una doctrina a otra, el desconocimiento de una secta a otra.

30 Cada uno cree que va transitando por el camino único y verdadero, cada uno cree que es el “escogido” y el “agraciado” para gobernar a los pueblos, por el camino certero. Se han olvidado que sobre su voluntad, está mi voluntad divina; han olvidado, que yo he entregado enseñanza y he preparado a los pueblos; han olvidado que yo he entregado la luz al mundo, para que ellos puedan comprender: cómo ha de guiarse su envoltura y cómo ha de trabajar su espíritu.

31 Por ello, pueblo, en cumplimiento a mi palabra, ha descendido en esta era, para abrir vuestro corazón, para apartar de vuestra pupila: la venda de oscuridad y para hacer que sea en vuestro cerebro: la luz de la inteligencia espiritual y así, sienta vuestro corazón lo que en grandeza, en caridad y en amor, en este Tercer Tiempo, yo estoy derramando como Padre universal, como Maestro de maestros, como creador y como vuestro Dios.

32 No me aposento como juez, porque no ha llegado el instante. El instante está marcado; y en ese momento, yo en el más allá como juez me aposentaré; y cuando vuestro espíritu, sea ante mi presencia divina, contemplará lo que está escrito en el libro de oro, en el libro de la vida; y entonces, palpará su gran desobediencia, su gran increencia y lo que ha infringido, cuando se encontró en carne morando en este mundo.

33 Mas, no es mi voluntad, pueblo amado, que vuestros espíritu se pierdan en el abismo de la muerte, en las tinieblas; no es mi voluntad, pueblo, que el tiempo pase sobre vosotros; y entonces, se aposente el postrero y arrebate de vuestras manos y él me ame, en verdad; y de hinojos caiga ante mi presencia y diga: Maestro, yo reconozco tu voz, tú eres el rabí de Nazareth, tú eres el mesías verdadero. Manda y ordena para que levantemos nuestras plantas y vayamos al mundo a entregar tu Ley, a esparcir tu luz, a dar al hambriento el pan de la vida y a despertar al que está durmiendo.

34 Si esto aconteciera, pueblo, habría gran dolor en vuestro corazón; después de haberos encontrado tan cerca del Padre; después de haber entregado el Padre, en vuestras manos: la potestad, la gracia y la caridad contemplarías vuestras manos vacías y vuestro corazón sufriente.

35 Sentiréis en vuestra conciencia, que el tiempo habíais perdido; que no habíais creído en la presencia de vuestro Dios y que no os habíais levantado prestos a entregar al mundo, lo que le hacía falta.

36 La lucha, está esperando a Israel. Bien sabéis, pueblo amado, que sois Israel por el espíritu, porque él es inmortal. Vuestra materia, tiene que descender a las entrañas de la tierra y pagar su tributo. El espíritu, tiene que emprender su vuelo al infinito, para hacer presente al Padre el cumplimiento de su misión.

37 Por eso, os he dicho, pueblo amado: dad al César, lo que es del César; y a mi divinidad, lo que es de mi divinidad pero estas palabras, vosotros no las habéis comprendido, no habéis comprendido ni entendido al Padre, cómo está hablando en sentido figurado, en parábola; y en el camino, vuestro corazón solamente va sintiendo vuestro propio materialismo, la familiaridad en que habéis caído con mi palabra.

38 Por ello, Israel, el hombre se levanta y os desconocen en vuestro hogar; no creen, en verdad, en la doctrina que lleváis en vuestra mano, ni en la gracia y potestad que yo os he entregado. Los vuestros, os desconocen; el mundo, se levanta para arrebataros el estandarte, la Ley y la joya de incalculable valor que a vuestros cuidados yo he entregado.

39 Os encontráis divididos, porque Israel, se ha dividido de tribu en tribu; cada tribu quiere luchar, según su propia materia y su propia voluntad, porque no habéis creído en la palabra que os estoy entregando por medio del entendimiento humano.

40 También, os he dicho: por uno y por otro pedestal, escudriño el entendimiento de los aparatos por los cuales yo desciendo a comunicarme y palparéis: su tropiezo e impreparación contemplaréis: que ellos, nada tienen que entregaros porque son igual que vosotros: pecadores, mezquinos y pobres en su inteligencia ellos son pequeños ante mí, yo les conozco; porque a ellos, he entregado un mandato.

41 Contemplad, pueblo, cómo por uno y por otro aparato me encuentro hablando a cada instante para prepararos, para enseñaros y deciros: Israel, ya no seáis las tribus que os habéis desconocido de los unos a los otros

42 En este tiempo, en el que yo os he hecho el llamado al aprisco de mi amor celestial, comprended lo que en palabra, os estoy entregando.

43 Meditad, analizad y encontraréis que, en verdad, el Padre amoroso os ha entregado el sano y limpio consejo; os ha tomado de la mano y se encuentra conduciéndoos por el sendero de la moralidad, del amor y de la caridad. De esto, que en ejemplo sublime habéis recibido, no lo habéis entregado a vuestro hermano y semejante; habéis olvidado la gracia, que en vuestra diestra he entregado.

44 Por eso, contemplad, Israel, cómo cada corazón se levanta en el camino, hace el llamado a las multitudes, las congrega y les entrega según su inteligencia material, habla y les dice que es mi representante en este mundo. Cada uno se cree el escogido, el privilegiado y el ungido por mi mano poderosa.

45 Y yo, os he dicho: yo soy el poder, el único Dios y señor y he entregado a los hombres una sola Ley, un solo estandarte y un solo símbolo, para que Israel pueda reconocer que el Padre, se encuentra entregando por él mismo, una vez más: la doctrina espiritualista, la Ley y el estandarte dando a conocer en este tiempo: la escala que cual símbolo está, ante vuestra pupila espiritual, para que ella os dé a conocer que tenéis que ir escalando peldaño por peldaño, hasta llegar al Sexto Sello; y desde allí vuestro espíritu, en cumplimiento a mi voluntad, hará presente el cumplimiento a su misión.

46 Pero, para que vayáis escalando, es menester, pueblo, que reconozcáis la Ley y la estudiéis, que vayáis entregando lo que en vosotros, como caridad he entregado; que deis el ejemplo al mundo, que elevéis vuestro espíritu y dejéis que él rompa los eslabones que a la materia ha forjado, que se espiritualice vuestro corazón, que apartéis de él la familiaridad en mi palabra, que vuestra conciencia se encuentre elucidada, para que así sepáis que os encontráis ante la presencia de vuestro Dios todopoderoso, de vuestro Padre universal.

47 Mi Verbo celestial, como agua cristalina se ha derramado en vuestros corazones.

48 Comprended la enseñanza, que os he entregado, ella es: humilde, sencilla y en vuestro propio idioma si yo os hablara en otro idioma, si yo en verdad, os hablara con todo mi poder, la envoltura en primer lugar no resistiría el poder de mi rayo universal, vuestro entendimiento se entorpecería, porque no sois capaces, pueblo, de resistir la potencia de toda mi luz divina.

49 Mas, yo contemplando vuestra fortaleza y preparación, desciendo a entregar mi palabra para que la comprendáis, en verdad, para que palpéis que vuestro Dios poderoso, viene hacia vuestro corazón, a escuchar lo que habéis pedido en caridad y en intercesión.

50 Yo soy el dador. Como dador me aposento para entregar, no solamente a vosotros, que os encontráis en este lugar, en el árbol que he entregado al cuidado del varón y la mujer.

51 Ya os he dicho, Israel: yo desciendo y hablo al mundo, pero el mundo es sordo, el mundo es ciego y por ello, no contempla la luz divina que está irradiando desde la escala de Jacob hacia el universo, hacia este mundo perdido y pecador. Yo os bendigo, pueblo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

52 Pueblo amado, ¿qué pedís para el mundo? ¿Qué pedís para vuestra nación? ¿Qué pedís para vuestro gobernante?

53 Orad y velad, el lobo hambriento está acechando en el camino. El ave rapaz, está esperando que aquel duerma para hurtar la semilla, para comer el fruto. Si esto aconteciera, pueblo, el hambre, la peste y las plagas se desencadenarían; y aquel que yo he colocado a la cabeza de vuestra nación y le he entregado las riendas del gobierno, en verdad, os digo, Israel amado: su espíritu, volaría hacia el más allá cuando no era el tiempo llegado.

54 Por ello, me encuentro hablando a vosotros, para que siempre os encontréis orando y velando, para que os convirtáis en el pueblo espiritualista y seáis, en verdad, el apóstol verdadero; que sintáis en vuestro corazón el sufrimiento y la necesidad de vuestra hermana humanidad, para que sintáis en vuestro corazón, los temores que existen en el mundo ante una nueva guerra.

55 Yo os he dicho: Israel, si para el alba del 15 de agosto, no podéis hacer presente la unificación ante la planta del gran señor. ¡Oh! Israel amado, ¡cuánto dolor habrá en mi corazón divino; haréis que broten de mis pupilas divinas las lágrimas purpurinas, porque será el cetro del Padre, de punta a punta en el universo; la guerra se desencadenará y el mundo se verá invadido por el dolor, por la peste, por la muerte, el hambre y el sufrimiento. No habrá en un solo corazón; tranquilidad en un solo hogar: no habrá paz en el espíritu.

56 Mas, por ello, yo vengo a deciros, Israel: ¡alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! No durmáis, pueblo amado. Recordad que en vuestra diestra, yo os he entregado una potestad: una espada de amor os he concedido el don de la elevación, para que podáis orar; y así, hijos amados, mi oído celestial pueda escuchar vuestro pedimento, vuestra intercesión; y palpe vuestra obediencia, a los mandatos recibidos.

57 Yo os preparo, una vez más, pueblo amado, a todos por igual, porque todos sois responsables de lo que en este día de gracia, he entregado, tanto a los primeros como a los postreros. ¡Tomad y llevad! Lo veréis cumplido en el instante que yo marque. Yo os bendigo y perdono en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

58 Todo lo creador por la mano omnipotente del Padre, alcance en este día dominical: la bendición, la gracia y la caridad en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

59 Estoy preparando al universo. ¡Tomad y llevad! Una vez más, preparo a la nación mexicana, a su gobernante, a los que lo circundan. Mundo espiritual: ¡luchad, trabajad, haced que mi voluntad la cumpla aquel que a la cabeza de esta nación, yo he colocado.

60 Aguas represadas: yo las preparo, entrego potestad y gracia en ellas. ¡Manifiéstense en el corazón increyente, en aquel corazón que va llevando sufrimiento y dolor. Sean en los cuerpos enfermos, sean en los espíritus aletargados y adormecidos. Dando a conocer la luz, la gracia y la potestad que en ellas he entregado. ¡ésta, es mi voluntad!

61 En cortos instantes, pueblo amado, voy a escuchar vuestra oración, voy a contemplar, si en verdad, sabéis aprovechar el don de elevación que os he confiado.

62 Según sea vuestra intercesión, según sea vuestra elevación y según sea vuestra unificación en vuestra oración, el mundo alcanzará, la humanidad sentirá tranquilidad en su conciencia; y en este día de gracia, los espíritus han de escuchar una palabra de la enseñanza, porque ésta es mi voluntad. ¡Israel, amado!

¡La paz de mi espíritu divino, quede entre vosotros!

53. Las manifestaciones divinas humanizadas después de 1950

Domingo 22 de agosto de 1948

1 Párvulos y discípulos amados, hijos de mi divinidad, que preparáis vuestro espíritu y corazón para conversar con vuestro Maestro, yo os recibo en esta alba de gracia y os preparo desde este instante. Elías os conduce a mí, él ha traído a vuestro espíritu a las regiones de la paz y del amor; os hace olvidar a cada instante todo lo que os rodea en la tierra.

2 Descansad vuestro corazón, elevad vuestro espíritu hacia mí, hijos amados, para que podáis estar un instante a la diestra de vuestro Padre y saborear el pan de su palabra.

3 Vos sois los escogidos, sois a los que mi palabra ha llamado desde tiempo ha para convertiros en párvulos y en discípulos; para confiaros una delicada misión entre la humanidad.

4 Estoy pulimentando vuestro corazón; lo he hecho penetrar en el crisol para que se purifique y después de haber sido purificado y elevado también por su dolor hasta mí, pueda comprender la grandeza de mi obra y levantarse al cumplimiento.

5 Os he levantado de distintas naciones y comarcas; os he reunido en humildes casas y en ellas hago resonar mi palabra en vuestro propio idioma, para que podáis comprenderme.

6 Hago sentir mi presencia a vuestro espíritu y os lleno de mi esencia y de mi gracia, para que seáis fieles testigos y deis testimonio de esta obra bendita del Tercer Tiempo, que muchos no conocerán; sino hasta después del año 1950.

7 Mas, bendito aquél que penetrare antes de aquel año y recibiese mi palabra y mis inspiraciones de Espíritu a espíritu, porque él será preparado para todos los tiempos.

8 Yo os hago herederos de mi palabra y de mi voluntad. Deposito en cada una de mis criaturas la Ley, y un mandato: velaréis por vosotros mismos, penetraréis al fondo de vuestro corazón para buscar todo lo que sea imperfección y apartarlo de vosotros mismos.

9 Yo os daré oportunidad de cumplimiento. Yo reformaré vuestro corazón, apartaré las malas costumbres que en él encontrare; os daré a conocer la Verdad para que la améis con todas las fuerzas de vuestro corazón.

10 Os daré a conocer el sabor de mi palabra y de mi presencia para que nunca os dejéis engañar, porque después de mi partida van a levantarse los falsos profetas y por eso vengo a preveniros y os digo en este día: calmad vuestra hambre y sed de mi presencia, de mi esencia y de mi gracia, para que después del año 1950, no busquéis mi presencia en donde no estará, pueblo amado.

11 Después de ese día, buscaréis mi Espíritu en el más allá, con vuestra fe, con vuestro amor y con vuestra confianza. No buscaréis sobre la tierra, manifestaciones divinas humanizadas por el entendimiento humano, de mi divinidad; ni manifestaciones, materializadas.

12 Yo os estoy preparando para que seáis más espirituales, para que podáis elevaros sobre todas las influencias y cosas terrenas, para que seáis los espiritualistas, discípulos de mi amor.

13 Por eso os digo: después del año 1950, no os daré manifestaciones materializadas de mi presencia; sólo de Espíritu a espíritu, derramaré mi esencia entre vosotros.

14 Os dejaré preparados y unidos para que con vuestra fuerza y unificación, atraigáis a las multitudes y les enseñéis el camino del amor, de la Verdad, de la sinceridad y la pureza; el camino del sacrificio y de la renunciación.

15 Porque para llegar a mí es menester que sacrifiquéis vuestras pasiones y que renunciéis al materialismo de vuestro corazón, que atado se encuentra todavía a la tierra y no quiere desconocer las cosas y las influencias que le hacen mal; que no quiere romper los lazos que le atan a ellas y tomar tan solo de la tierra lo que yo le concedo para su sustento, para su vida y entregarme su espíritu, su amor, su cumplimiento, para que yo pueda llenarle de gracia y de amor.

16 Grande y delicada es vuestra misión, pueblo amado, hoy miráis que las multitudes se han detenido y no se multiplican como antes se multiplicaba el pueblo y sois vosotros los mismos que escucháis mi palabra y en vosotros quiero derramar mi esencia, todo mi testimonio, toda la herencia que he de dejar a la humanidad para todos los tiempos.

17 En el Segundo Tiempo, entregué mi palabra a grandes multitudes. Entre ellas, escogí a doce corazones que preparé y convertí en discípulos míos. Ellos fueron acrisolados, todas las fases de su corazón fueron tocadas con la esencia de mi palabra, con el cincel más fino, para ser pulimentados, porque ellos habían de ser vuestro guiadores, ellos habían de ser testimonio entre la humanidad de que había sido mi presencia entre ellos mismos.

18 Ellos se prepararon, se dispersaron a cumplir, a dar a conocer mi enseñanza; se prepararon para convertirse en mis apóstoles. Todo lo dejaron por amor a mí, y su sacrificio, no lo fue para ellos, ya que no sintieron dolor al ser desconocidos; no dolió su carne ni su espíritu cuando la humanidad arrojó sobre ellos calumnias o cargos injustos. En su corazón solo existía el amor, la lealtad a mí. Todo lo que yo había sembrado en ellos, había fructificado.

19 Ellos me presentaron sus primeros frutos estando con ellos mismos en la tierra; y probé sus primeros frutos, y les dije: seguid caminando, oídme hasta el final y después yo hablaré y hablaré por vuestro conducto a la humanidad de revelaciones desconocidas para vosotros mismos. El Verbo en vuestros labios será inagotable, la inspiración será grande, se desbordará por vuestros labios, por vuestros ojos y por vuestras manos. Todos vosotros seréis una entrega de amor para la humanidad. Entrega que yo le hago, mas antes yo me entregaré por completo a la humanidad por amor y para redención de ella misma.

20 Mis discípulos, prometieron seguirme hasta el final e imitarme en todos sus actos, hacer con la humanidad lo que yo hice con ellos y helos ahí: trabajaron y lucharon, tomaron su cruz y me siguieron.

21 El Maestro, desde el más allá, contemplaba a sus discípulos, que a su paso sembraban la caridad, el amor, la justicia, la luz y la Verdad que yo había depositado en ellos, como herencia preciosa para toda la humanidad.

22 Así os preparo a vosotros; así os digo, como dije a ellos y os pregunto: ¿estáis dispuestos a seguirme, estáis dispuestos a atravesar las pruebas que fuese mi voluntad que pasarais para perfeccionar vuestro corazón y elevar vuestro espíritu? sí  me decís en el fondo de vuestro corazón  te amamos, Maestro, y queremos servirte, mas esperamos que tu ayuda sea siempre con nosotros.

23 Y el Maestro, os dice: no os abandonaré jamás. Cuando os encontréis al borde del abismo, yo llegaré para deteneros; cuando el hombre quisiese interponerse a vuestro paso o turbar vuestra mente, yo llegaré a vosotros para iluminaros, para llenaros de mi divina inspiración y poner abundante Verbo en vuestros labios, para que habléis de mí, como es mi voluntad.

24 Sí, pueblo de Israel, habéis tenido mis complacencias en este día, todo os lo he concedido porque os amo infinitamente y en verdad os digo: si no habéis alcanzado más, es porque ha sido escasa vuestra preparación, pero yo en mi Espíritu tengo todo para entregároslo; a medida que vuestro espíritu se eleve y se prepare, grandes prodigios tengo reservados para cada uno de vosotros.

25 Creéis en mí y estos prodigios no son necesarios para vosotros, pero sí son necesarios para vuestros hermanos, para los que os han de contemplar en vuestro camino, para aquellos que os van a seguir; y aun para vosotros mismos, como testimonio de amor y de caridad que os daré.

26 En este tiempo, yo he derramado la luz de mi Espíritu sobre vosotros; os he hecho comprender grandes revelaciones, y ya vislumbráis la vida espiritual; ya sentís por momentos la paz del reino que os espera; ya sentís lo sublime del amor; también ya sentís la satisfacción del cumplimiento.

27 En este instante me presentáis un grano de trigo y me decís: Maestro, examínalo, dinos si hemos cumplido hasta este instante o si hemos faltado y el Maestro, os dice: yo recibo vuestro amor, vuestro propósito y aliento vuestro ideal.

28 No temáis; este Maestro que os enseña tiene gran potestad que entregaros; para cada una de las pruebas que encontréis al paso; tiene un antídoto, tiene una luz.

29 Por eso, pueblo de Israel, os dice el Maestro: que crezca vuestra fe en cada día; y esa fe que hoy es pequeña, sea cada día más grande.

30 Esa simiente que yo he sembrado en lo más profundo de vuestro corazón, yo la cultivaré, la haré crecer, de ella me serviré, porque grandes frutos ha de dar a la humanidad y es así como os miraréis llenos de complacencia y de beneficios.

31 Mirad por un instante, a la humanidad desnuda, desesperada, hambrienta y sedienta, cubierta de ignorancia y de oscuridad. No la miréis con indiferencia, no despreciéis su pobreza; pueblo de Israel.

32 Si a vosotros he hecho poderoso en el espíritu, impartid caridad a los demás; dejad que esta luz ilumine su vida; dejad que este amor que he depositado en vos, llegue a ellos y les dé calor y aliento de vida.

33 Sí, pueblo, desde hoy, podéis practicar, cumplir y obedecer mis preceptos. No esperéis hasta que llegue el año 1950. Desde el primer instante en que os di mi palabra, en que creísteis en mi manifestación de este Tercer Tiempo, sois responsables de mi presencia, de mi palabra y del cumplimiento que os he dado.

34 Amad con el espíritu, pueblo. Elevaos para que vuestro amor sea puro y desinteresado, para que no contempléis las cosas pequeñas de la tierra y ellas sean un obstáculo para que améis. Amad como yo os amo, amad sobre todas las cosas. Amad por amor y en ese amor, dejad que sea vuestro perdón, vuestra caridad, vuestra piedad para con los demás.

35 Yo os convertiré en padres, en hermanos de la humanidad, en amigos y en consejeros, en aquellos que sepan calmar las dolencias del cuerpo y también calmar la ansiedad del espíritu; en aquellos, que lleven en su mano una gota de agua cristalina que cure todos los males, que redima todos los pecados, que les eleve y levante sobre de esa miseria humana en que vive la humanidad, a todos los espíritus.

36 ésta es mi palabra, pueblo de Israel. éste es el testimonio de mí mismo, que vengo a dar en este tiempo. Yo os he dicho desde el principio del Tercer Tiempo y a través de todos los portavoces: si vos no hablaseis y no diereis testimonio de mi palabra en este tiempo, las piedras hablarán, los elementos hablarán; los espíritus turbados y confundidos se levantarán y darán testimonio de mí; abrirán su vista espiritual y contemplarán la luz de mi Espíritu derramada sobre todo espíritu y toda carne en este tiempo.

37 Pero, estas vicisitudes, pueblo escogido, no quiere contemplarlas el Maestro en su pueblo. Quiero que vosotros, que habéis sido llenos de la luz y de la razón, seáis los que deis testimonio de mi verdad, de mi obra y de los prodigios que habéis recibido.

38 No hagáis alarde, no digáis que yo os he colocado en lugar preferente, humillando a los demás. Ya que todos son dignos de estar conmigo y todos estarán en el momento propicio a mi diestra.

39 Mas, ¡ay de aquél que se opusiere! ¡Ay de aquél que no quisiere oír mi palabra y se apartare de mí en este tiempo último de complacencias! Porque entonces, pueblo, el dolor va a ser en su espíritu; y cuando él busque mi presencia y mi palabra a través del entendimiento humano, contemplará que los ruiseñores han callado; que sus labios han sido sellados para este mensaje y entonces, llorarán, mesarán sus cabellos e irán en busca de mi palabra escrita y ahí derramarán abundante llanto para limpiar su corazón.

40 Ya se acerca el instante en que por mi voluntad voy a hacer penetrar grandes multitudes a las casas de oración. Ellas vendrán llenas de necesidad a curar sus males, vendrán en busca de una palabra de consuelo y de amor; ellas encontrarán abiertos mis brazos para estrecharlas en mi regazo; encontrarán abiertas las puertas de la casa y a los servidores de ella también, esperándolas con la oración, con la preparación en su corazón.

41 ¡Preparaos, pueblo, para ese tiempo! ¡Preparaos, labriegos amados! Dad un paso adelante en la práctica de vuestro culto; dejad que la espiritualidad penetre profundamente en vuestro corazón; mas, que esa espiritualidad, sea recta y verdadera.

42 No quiero que caigáis en fanatismo, ni en misticismo, ni en ignorancia o idolatría. No hagáis prácticas abominables delante de mí, que serán abominables también delante de la humanidad, a quien yo estoy despertando con la luz de mi Espíritu.

43 Practicad con el espíritu, con amor y no hagáis alarde de vuestros dones. Sed humildes entre los más humildes. Sed siervos de todos, como yo soy vuestro siervo y en verdad os digo: sin dejar vuestra dignidad, podéis servir a los demás, sin menospreciar y sin menoscabo de vuestro espíritu.

44 Yo he sido siervo de la humanidad en todos los tiempos. Yo he venido a enseñar la humildad y el perdón a cada instante. Yo soy ejemplo perfecto entre vosotros, en todos los tiempos y en la eternidad.

45 Sí, pueblo escogido, he sido siervo de los soberbios, he sido siervo de los ignorantes. Todo aquél que me ha pedido, ha recibido de mí; yo me he inclinado ante él, para enseñarle la humildad; para enseñarle, cómo se practica el amor y el perdón.

46 Y yo os estoy enseñando de esta manera, labriegos amados, para que me imitéis. No pidáis a cambio de vuestro servicio, pago alguno; no está en la tierra, aquél que ha de pagaros. Yo soy el único que juzgará vuestras obras y os daré en pago según mi voluntad.

47 Por eso, os dice el Maestro: atesorad en mi corazón, dejad en mis manos vuestra causa, vuestros frutos, vuestros méritos y obras que yo sabré juzgarlas con benevolencia y con amor; yo seré benigno en vuestro juicio, si contemplo que vuestras obras buenas son mayores que las obras imperfectas, si contemplo que siempre quisisteis hacer el bien y fuisteis más fuertes que las tentaciones, que supisteis oírme y obedecer. Entonces, sí, pueblo de Israel, yo seré vuestro juez y vuestro intercesor; yo seré vuestro abogado, también en la hora suprema.

48 Os hablo de esta manera, pueblo, porque habéis penetrado en el tiempo del juicio temido por vosotros, de ese juicio final; y a medida que pasan los días y los años, el juicio avanza entre vosotros, la hora de la justicia sonó ha muchos años y vosotros no habéis sentido todavía el rigor ni el dolor.

49 Otras naciones han sentido el juicio riguroso del Padre, el examen de todos sus actos y lo que han merecido. Mas el Padre es juez perfecto y es en su juicio, Padre de amor.

50 No ha perdido a la humanidad con su juicio, la ha salvado. Ha salvado al espíritu que no quería encontrar salvación en la tierra, que persistía en su pecado y que pudo cometer grandes abominaciones en la presencia del Padre y él puso un hasta aquí a su existencia material, pero le dio una gran oportunidad a su espíritu para salvarse, para restituir, para expiar sus faltas; y después, de lavarse y purificarse, de llenarse de luz, de conocer las virtudes y la Ley y practicar después.

51 Mas el Divino Maestro, os dice: no os intercalaréis en los altos juicios del Padre dejad que él os juzgue, porque él es el único que conoce vuestras causas. Vosotros recibid lo que él os enviare, con humildad y con amor. él es el juez, él es quien está señalando en estos momentos la llaga, la enfermedad y la lepra; si duele vuestra carne y vuestro espíritu, dejad que sigáis siendo lavados. En vuestra purificación, estará vuestra salvación.

52 Nadie se perderá en esta hora de prueba y de justicia, todos seréis salvados por la voluntad misericordiosa y bendita del Padre. Todos estaréis a salvo en la hora final.

53 Dejad que él haga su voluntad en la tierra, todo será para beneficio vuestro y para gloria de vuestro espíritu. Y él, que siempre ha esperado el cumplimiento de sus hijos, hoy os pide cumplimiento; hoy os da todo cuanto habéis menester para cumplir, para trabajar y llegar con el grano limpio y puro en vuestra mano, para presentarlo ante su divinidad.

54 Los días pasan, pueblo amado. Mi palabra sigue derramándose entre vosotros. No he detenido mi palabra, aun cuando he contemplado grandes imperfecciones en el pueblo de Israel. No he querido privar a los inocentes de este pan bendito y yo sigo derramando mi palabra, sigo perdonando a los pecadores, sigo amando a todos mis hijos. Mas, ¡cuán responsables sois en cada día que pasa, pueblo amado! ¡Cuánto crece vuestra responsabilidad y vuestro cargo!

55 Pronto veréis declinar este año 1948 y en las postrimerías de él, en el último instante, haréis examen de todos vuestros actos. Yo os iluminaré para que podáis contemplar con claridad vuestra obra, y así presentéis al Padre lo que él os ha mandado hacer; y así, cada uno de vosotros cumpla su misión, la misión espiritual y material que le ha sido encomendada, para que haya paz en su espíritu.

56 Todo aquel que yo he nombrado labriego, sembrador en mi campiña, luche y trabaje afanosamente en los últimos días de este año, para que pueda presentar cosecha digna a los ojos del Padre.

57 Todo aquel que yo he preparado en la tierra como padre de familia, como guiador de una porción, como responsable de una multitud, como responsable de sí mismo, también luche y trabaje y esparza luz en el camino de aquellos; lleve la paz a los corazones y lleve mi enseñanza; practique en él y fuera de él, la Ley que le he confiado.

58 Porque ya se acerca la hora de vuestro juicio, pueblo; cada día que pasa, acerca esa hora final del año 1950 en que el Padre vendrá en todo esplendor para contemplar a su pueblo que estará reunido en la nación mexicana.

59 En este valle bendito estarán las doce tribus de Israel, desde la tribu de rubén hasta la de benjamín y a cada una de esas tribus, el Padre le pedirá cuentas. Porque desde el principio de los tiempos, pudo concederles su potestad.

60 ¡Bienaventurado el que reconozca su misión! El que comprenda lo delicado de esa hora, la gravedad de este tiempo, porque él será salvo y salvará a su porción.

61 Las complacencias materiales del Padre, pasaron; y el Padre, no admite ahora en su obra: ignorancia, impostura, oscuridad o pecado. Desde la primer a alba de 1948, el Padre iluminó a los espíritus. El Padre entregó su Ley, señaló a cada uno su cargo y le dijo: ¡cumplid! Y su voz de orden se dejó escuchar, en lo más profundo de la conciencia de cada uno de esos espíritus.

62 Bendito el que así haya sentido la palabra del Padre y se haya levantado hasta este instante estudiando, analizando y practicando también.

63 Así, pueblo, el Padre aparta de vuestros ojos y de vuestras manos, todas las cosas y prácticas que ya no pertenecen a este tiempo. El Padre, os dijo: elevaos, os concedo un grado más de la escala en el espíritu, para que desde allí me tengáis más cerca, para que desde ahí podáis comunicaros conmigo y presentarme a cada instante vuestro ideal, vuestra necesidad.

64 Yo os contemplo, pueblo, lleno de obediencia y humildad, atento a mi palabra para tomarla y llevarla en vuestro corazón y estudiarla y comprenderla.

65 Yo os dejo mi palabra en esta alba de gracia y os digo: mi amor y mi Verbo Divino no os faltarán jamás porque aunque los labios de los ruiseñores callen en el año 1950, mis inspiraciones serán derramadas abundantemente de Espíritu a espíritu, sobre todos aquellos que quieran recibir de mí.

66 Prepararaos, pueblo, cada día más y más; elevaos, por vuestra oración y por vuestros actos. Apartaos en cada día de las cosas e influencias mundanas y haced una vida sencilla y natural, una vida conforme a mi voluntad y en ella yo derramaré mi paz. Yo os hará saborear la paz del reino del Padre.

67 Derramo en estos instantes, calor y bendición en los hogares; derramo luz en todos los espíritus; derramo bálsamo y consuelo en los enfermos, en los corazones que afligen por las grandes pruebas que atraviesan en este tiempo.

68 Todo aquel que tenga que ser tocado, que sea fuerte por mi amor, lleve la fuerza de mi Espíritu y no decaiga, sino que la prueba le haga comprender que yo estoy con él y que nada podría pasar; que no sucumbirá y tendrá a su diestra a su Maestro y aun cuando la prueba quisiera aniquilarle, él será fuerte, porque ésta es mi voluntad.

69 Por vuestra oración, derramo mi presencia y mi amor en todas las naciones. Mi rayo universal no ha descendido tan sólo en las casas de oración en donde repercute mi palabra; sino que está iluminando a todo espíritu, a todo entendimiento y corazón; y en todos instantes, por vuestra petición haya paz en los corazones, sean disipadas las tinieblas.

70 Con vuestros méritos, pueblo amado, yo haré grandes obras entre la humanidad. Yo recojo de vuestro corazón, el amor y lo derramo entre los hombres.

71 Sea el calor en los corazones huérfanos, en aquellos que han pasado un crudo invierno en su vida moral; aquellos que han sido azotados por el rigor de los tiempos, aquellos huérfanos de amor, de paz, de caridad. Yo soy con todos mis hijos y en este instante a todos bendigo en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

72 Pueblo escogido, que habéis sido testigo una vez más de este acto de amor de vuestro Dios. Yo os preparo y os doy siete albas en las cuales habréis de trabajar para presentarme en la séptima, el cumplimiento.

73 ¡Tomad la luz, tomad la fortaleza, corazones débiles y entristecidos por las pruebas de este mundo! ¡Tomad mi calor, mi caricia y mi fortaleza! ¡No desmayéis! Si el toque llega a vuestro corazón, levantaos con fortaleza, dejad que estos días pasen entre vosotros y después de esta tempestad que ha azotado vuestro corazón, aparecerá el iris de paz y saborearéis la paz, después de haber purificado vuestro corazón.

74 ¡Velad y orad! ¡Interceded por las necesidades de mis hijos, rogad por las naciones, pueblo! Vuestros méritos les ayudarán a librarse de las grandes pruebas que les azotan. ¡Tened piedad de su miseria y de su dolor! ¡Llevadles un poco de esperanza con vuestro pensamiento y vuestro espíritu! Que en este instante, asciende mi rayo divino, mas os dejo en oración, para que las naciones alcancen paz; esa paz, que he dejado entre vosotros.

¡Mi paz, sea con vosotros!

54. La transfiguración del monte tabor

Miércoles 1 de septiembre de 1948

1 ¡Bienvenido seáis, pueblo amado de Israel! Que reunido en torno a mi palabra podéis encontraros en esta alba de gracia. ¡Penetrad en la explanada espiritual, preparada por mi voluntad! ¡Preparaos y abrid vuestro entendimiento plenamente a la luz de mi Espíritu, abrid vuestro corazón como una fuente para que en ella pueda yo depositar el torrente de aguas cristalinas que os envío por un instante desde el más allá, pueblo amado!

2 ¡Dejad todo aquello, que pertenezca al mundo! ¡Olvidaos por un instante que permanecéis en la tierra pasajeramente y entregaos espiritualmente en mi regazo, envolveos en mi efluvio divino y escuchad mi palabra!

3 Miradme con vuestra vista espiritual, sentidme con vuestro corazón, contempladme con vuestra fe; y así podréis recibir, en el fondo de vuestro ser, la esencia que os vengo derramando.

4 Mis pedestales, criaturas escogidas por mi voluntad para que transmitan mi palabra, no son seres superiores ni divinos, son seres humanos iguales a vosotros. No miréis en ellos, santidad alguna, son espíritus encarnados que al igual que vosotros, anhelan mi paz, siguen mi huella, buscan mi reino, pero aún son imperfectos y débiles todavía, como vosotros.

5 Por tanto, buscadme en el más allá; y está mi palabra que resuena a través de estas materias, dejadla que pase por vuestros oídos a vuestro cerebro y después de cruzar vuestro entendimiento cual un rayo de luz, dejad que salga su esencia saturando el fondo de vuestro corazón.

6 ¿Mas, en dónde podréis encontrarme en esta palabra? ¿Acaso en su sentido material? ¿En el eco que resuena en las bóvedas de mis recintos humildes? ¿En la expresión humana? No, pueblo, yo estoy en el fondo, en la esencia de esta palabra.

7 Por eso continuamente, os digo: ¡preparaos! Por eso antes, os envío a Elías, para que él visite vuestro espíritu, prepare vuestra materia, os levante del camino y os acerque ante mis plantas, ya preparado espiritualmente; para que así, vos podáis penetrar en el fondo de mi palabra y me encontréis allí, podáis recrearos con mi presencia y después dar testimonio de que he estado con vosotros, de que vos habéis estado conmigo, oyendo mi voz, saboreando del pan y del vino en mi propia mesa.

8 Aquel que no sabe prepararse de espíritu y de materia, no sentirá mi presencia; sentirá la presencia del pedestal y oirá la voz humana que brota de él; pero no percibirá la esencia de mi voz divina, no podrá sentirla ni llevarla en su espíritu, ni guardarla en su corazón y conciencia.

9 Prepararación os pide el Maestro, para que así vuestro espíritu, sea cual fuente limpia, donde podáis recibir el torrente de agua cristalina que es mi sabiduría, que es mi enseñanza, que es mi amor.

10 En esta alba de gracia, pueblo amado, el Maestro os dice: no es un día más; es un día de recordación, de conmemoración para vuestro espíritu. No es una fiesta tradicional para vuestra materia; no es un festín profano, ¡no mi pueblo! Es la conmemoración espiritual, es la solemnidad que vuestro espíritu siente al saber que pertenece al pueblo de Israel y viene a conmemorar en estos momentos; porque vosotros sabéis que sois parte del pueblo de Israel, del pueblo espiritualista que en los tres Tiempos ha recibido mi revelación, mi presencia, mi palabra, mi heredad ; que en los tres Tiempos, ha recibido sobre su espíritu, mi Ley; en los tres Tiempos, ha pactado con mi divinidad.

11 Y ahora, vengo a entregaros mi lección, mi palabra, para hacer con ella un festín espiritual, la confirmación de las revelaciones pasadas y la profecía sobre los acontecimientos venideros, a entregaros la paz, la fortaleza sobre vuestro espíritu y la luz en vuestra propia conciencia, para que así marchéis por el camino, pensando que fuisteis los primer os, que fuisteis los segundos y que sois los terceros.

12 En este día primer o de septiembre, conmemoráis aquel día que la Ley en la Tercera Era, fue una vez más promulgada.

13 En el día primer o de septiembre del año 1866, fue la voluntad del Padre Eterno, revelar a la humanidad, revelar a su pueblo de Israel encarnado ahora en este Tercer Tiempo en la nación mexicana; que la Tercera Era, se abría para el espíritu humano; que una nueva aurora, comenzaba a alborear por el oriente; y desde ese instante, pueblo, el Espíritu Santo, ha estado vibrando con plenitud entre vosotros. Desde ese instante mis profecías, mis promesas, las profecías de los profetas, se han estado cumpliendo entre vosotros, para este tiempo que es el Tercer Tiempo en el cual yo os dije que vendría sobre la nube, rodeado de mis ángeles, para enviar mis rayos de luz a la tierra.

14 Mi presencia divina como Espíritu Santo, es con el pueblo de Israel, desde el año de 1866, para prepararle por medio de Elías, para recibirme a través del entendimiento humano en el año 1884, porque en este Tercer Tiempo de comunicación divina, no vine a hacerme hombre; he venido entre vosotros como Espíritu de verdad; y desde el más allá, desde la nube espiritual, desde aquel instante que por vez primera me comuniqué a través de Damiana Oviedo, os he estado enviando mi rayo universal, para que él tocase el entendimiento de mis escogidos de este tiempo, para transmitir mi palabra, mi orden, mi revelación y mi justicia. Y mis ángeles, los espíritus agraciados que me han acompañado en este mi tercer advenimiento divino, también desde el más allá os envían su fluido espiritual, con sus hilos de luz y con la esencia amorosa de su espíritu.

15 Mas hoy, de la Ley que el Padre, os entregó en el Primer Tiempo y que fue confirmada en Jesús, por Cristo vuestro Maestro en el Segundo Tiempo; fue mi voluntad aumentarla en este Tercer Tiempo con mis nuevos preceptos, para formar con los preceptos de Moisés, de Jesús y de Elías, una sola Ley; ella es el camino, es la barca salvadora, el faro luminoso, el oráculo y sostén para vuestro espíritu, la escala para el perfeccionamiento de vuestro espíritu.

16 En este tiempo, vosotros conocéis la Ley, compuesta de veintidós preceptos y ella llevaréis por las naciones y pueblos de la tierra; mas, cuando los hombres os pregunten, si vosotros sois mosaicos, lo sabréis explicar; si os preguntan si sois solamente cristianos, vosotros lo sabréis explicar; si os preguntan si sois solamente adeptos de Elías o espiritualistas, también lo podréis explicar.

17 Mas, ¿cómo podréis explicar y aclarar plenamente al mundo, estos misterios? Con mi enseñanza. Por eso aún me encuentro entre vosotros, para depositar en vuestras manos el gran libro de la vida, el libro de la sabiduría espiritual; y para que llevéis esta mi enseñanza, a toda la humanidad.

18 Mirad, pueblo: antes de que Moisés se levantara de entre vosotros para entregaros la Ley del Padre en los mandamientos, en aquel Primer Tiempo, vosotros vivíais dentro de la Ley natural.

19 Desde los primeros tiempos de la humanidad, yo envié al seno de ella, a hombres por quienes aconsejé las virtudes a los hombres, por quienes manifesté mi verdad y mi justicia; hombres por quienes os hice temer mi justicia y os di a conocer mi existencia, os di a comprender mi amor y mi perfección; hombres que os hacían conocer que yo era el Dios del bien y solamente el bien recibía y me agradaba. Hombres por quienes yo hablé a vuestro corazón y conciencia, mas una Ley concreta, un precepto divino escrito, no conocíais; mi nombre, aún no era conocido por vosotros.

20 Y, ¿quién era ese pueblo que había sabido mantenerse en el temor de un Dios invisible y sin forma, del Dios verdadero? ¿Cuál era el pueblo que entre los demás pueblos de la tierra, conservaba la intuición de un Dios de justicia y de bondad? ¿Cuál era aquel pueblo que atribuía a toda la creación, todos los beneficios, todas las virtudes a mi existencia, a mi divinidad? El pueblo de Israel, el pueblo descendiente de Abraham, de Isaac y de Jacob.

21 Pero ese pueblo, había caído en cautiverio; y en el cautiverio del Egipto, no encontraba el ambiente propicio para su culto y su elevación; por doquiera contemplaba los monumentos erigidos y los dioses hechos por las manos del hombres; por doquier contemplaba los templos en donde en culto idolátrico se efectuaba; y a medida que los tiempos pasaban, el espíritu de Israel peligraba, próximo estaba a caer también en la idolatría, en el paganismo de Egipto; presto se hallaba el espíritu de Israel, a doblegar su cerviz y su rodilla ante los dioses paganos, ante los ídolos, porque el dolor, la servidumbre, la esclavitud y la humillación eran muy grandes, sobre su carne y su espíritu.

22 Mas, antes que el espíritu de Israel, se perdiese, yo le envié a uno de mis escogidos; yo hice surgir de su propio seno, al varón por quien como Padre, me habría de manifestar plenamente entre mi pueblo. Ese varón fue Moisés, dotado de espíritu fuerte, de gran luz; su espíritu era cual un rayo potente de mi propia divinidad, rayo de Ley de justicia que se levantaba en el seno del pueblo para despertarle a la libertad, para salvarle de la esclavitud espiritual y corporal; también para enseñarle a conquistar la paz y la elevación del espíritu, por medio de los méritos, de los sacrificios y los holocaustos de su espíritu.

23 Y ese hombre, Moisés, con voz potente, obediente y sumiso a todos mis mandatos, inspiró a su pueblo, le llenó de esperanza y de confianza, encendió la flama de la libertad en cada corazón; inflamó a los espíritus, de ansias de conocer a su Dios y de poseer una tierra, un santuario y una Ley, para el espíritu y para la materia. Ese fue el hombre que os levantó, que os inspiró, Israel, en aquel Primer Tiempo, cuando erais cautivos en el Egipto; ese fue el hombre que se levantó ante el faraón para pedir vuestra propia libertad y que recibió la negativa varias veces de labios del faraón, que no quería dejaros salir, porque erais un pueblo fuerte; y como erais su esclavo y vuestras propias manos levantaron sus templos y monumentos, era el por qué el faraón no quería perder a esos siervos que no le pertenecían, ni en la materia, ni en el espíritu, porque erais mis enviados, mis escogidos, mi pueblo que habría de dar testimonio de mí, entre los pueblos del mundo, desde aquel Primer Tiempo.

24 Y cuántas veces el faraón, se negó a que dejarais el Egipto, tantas le dije a Moisés: ¡levantaos y alertad al faraón, mostradle mi poder y dadle pruebas del mismo! Y Moisés, anunció las calamidades que habían de caer sobre Egipto, si el faraón, no obedecía al verdadero Dios. Mas, ellos no reconocían al verdadero Dios de Israel, y eran reacios y duros. Entonces tuve que manifestarme como sentencia y justicia, doblegando la impiedad, la desobediencia, la temeridad del faraón; y fueron las calamidades, las plagas, los dolores, la peste y la muerte que en muchas formas fueron cayendo una tras otra, cual plagas sobre las tierras del Egipto, manifestando con eso Moisés que él y su pueblo, eran mis siervos; que el Dios de ellos, era el verdadero, más fuerte que sus dioses paganos y gentiles.

25 Al fin, el faraón se doblegó, me temió y dejó marchar a Moisés con su pueblo; y una vez que aquel varón congregó a su pueblo en el desierto, llegó hasta las faldas del monte Sinaí.

26 Moisés, por revelación e intuición, sabía lo que hacía; sabía que era el enviado, el libertador, el legislador de aquel pueblo, que una gran misión tenía que desempeñar ante la humanidad; y al llevar al pueblo, ante la falda de aquel monte, pudo decirle: ¡velad y orad, preparaos, limpiad vuestro corazón y arrepentíos, lavad vuestras vestiduras, penetrad en meditación y en oración, que yo voy a la cumbre del monte a orar también y a recibir las órdenes de Jehová!

27 Dejó al pueblo, meditando, en oración y en vigilia, allí en la falta del monte; y en la soledad de aquel desierto, no estaban las tentaciones, era el silencio que invitaba a la meditación y en preparación él pudo quedar, solamente en espera, de la revelación divina. Moisés, veló, oró, inclinó su cerviz sin osar mirar con los ojos de su cuerpo, ni con los de su espíritu, la gloria, el arcano que comenzaba a abrirse sobre él y su pueblo.

28 Mas, como los días y los noches pasaban y Moisés, no era con su pueblo, éste desfallecía; y creyendo, que Moisés, le traicionaba, pensó en retornar a su esclavitud, pensó en volver a las garras del faraón y olvidándose de la verdadera oración que Moisés les había ordenado hacer, cayó en la idolatría; recordó los ídolos del Egipto, recordó sus ritos y tradiciones; y en la falda del santo monte, hizo festín en torno al becerro de oro.

29 Fue débil el espíritu de Israel, no tuvo perseverancia en lo espiritual, no pudo comprender que el Padre, le sujetaba a pruebas; no supo comprender, que le estaba sometiendo a una purificación espiritual, para hacerse digno de la gran revelación. Y cuando Moisés, pleno de fuerza y de gozo en su espíritu, descendió del monte con las tablas que el Padre le había confiado, con los mandatos de la Ley suprema que Jehová le había entregado, grande fue su dolor, al contemplar a su pueblo en la idolatría; entonces, la desesperación se apoderó de Moisés, y arrojó las tablas de la Ley por tierra.

30 Mas, yo le llamé nuevamente al monte y los mandamientos nuevamente le entregué, porque no había de dejar en la medianía del desierto, ni solo y sin Ley al pueblo escogido; mas éste, entonces, lloró reconociendo su falta, meció sus cabellos e inclinó su faz, al contemplar que Moisés, lleno de esplendores, descendía del monte; fue instante de gran solemnidad espiritual, fue instante que sorprendió al pueblo de Israel; fue momento de fiesta y de gloria, para el Padre y para el pueblo que le reconocía.

31 El Padre no quería los ritos paganos, no quería sacrificios inútiles, no quería sangre, ni holocaustos materiales; el Padre buscaba sólo la oración, la comunicación espiritual del hijo con la divinidad, para poderse manifestar a él.

32 Mirad, pueblo, cómo el Padre desde el Primer Tiempo ha buscado en vosotros la espiritualidad, la preparación en el corazón que es el santuario en donde Dios mora en verdad y en Espíritu; y allí, desde ese instante supisteis reconocer el nombre de vuestro Padre Jehová, su dulce nombre de Ley y de justicia, su nombre de eternidad. Desde ese instante, recibisteis la Ley concreta, la Ley escrita que fue y es el camino, el baluarte, el sostén para vuestros pasos espirituales. Entonces comenzó un tiempo de revelaciones, un tiempo de justicia, dentro de una era de conocimientos para vuestro espíritu, que fue: la Primera Era.

Moisés:

33 Moisés, ante ti, ¡oh! Verbo Divino, tu humilde siervo espiritual, de quien has hablado al pueblo de Israel encarnado en este Tercer Tiempo; Israel, al que amo como a un hijo en la tierra, está delante de ti, Padre escuchando tu enseñanza, porque eres el Maestro de todas las generaciones. Tu palabra no pasa. Maestro, tu Espíritu no envejece, eres eternamente fuerte, sabio y perfecto. ¡Hágase tu voluntad en este tu siervo!

Divino Maestro:

34 He aquí, pueblo, entre vosotros al espíritu de Moisés, aquél que fue vuestro guía y que fuera como vuestro padre, cual vuestro camino en el Primer Tiempo. él fue la voz justiciera para vuestras conciencias; fue el consejo y la Ley para cada uno de vuestros actos; fue el pan, cuando el hambre sentisteis; fue el agua, cuando la sed se apoderó de vosotros; fue la compañía en la soledad de los desiertos, a él os acogisteis y él en verdad, os guió hasta las mismas puertas de la tierra prometida que buscabais afanosamente para morar en paz con vuestros hijos, para vivir libremente, para elevar un santuario a mi divinidad y mostrarlo a los pueblos de la tierra.

35 Mas, yo que os hablo en este instante cual Verbo Divino a través del entendimiento del hombre, vine entre vosotros en el Segundo Tiempo, cuando ya habíais vivido dentro de una era y en el Primer Tiempo de mi comunicación a Moisés; una era, bajo los mandamientos de la Ley que él, por orden del Padre, os enseñó y os confió. Mas, yo fui en el Segundo Tiempo, el mismo Verbo Divino, haciéndome hombre entre vosotros.

36 Vine, porque lo que el Padre os enseñó y os reveló a través de Moisés, no eran todos sus conocimientos, no era toda su sabiduría, no era todo su libro, no era toda la heredad que habíais de poseer. Se os había entregado una parte solamente de la obra, aquello que podíais alcanzar a comprender, aquello que podíais cumplir dentro de vuestra evolución espiritual que habías alcanzado en aquellos tiempos dentro de la Primera Era.

37 Y cuando habíais evolucionado y andado el camino, cuando ya habíais evolucionado espiritualmente dentro de aquellos mandamientos de la Ley, vuestro Dios vino como Maestro, como hombre, para enseñaros la segunda parte de su obra, para abrir entre vosotros una nueva era, con el Segundo Tiempo de advenimiento divino, pueblo, que fue una vez más para vuestro espíritu como una alborada, porque me esperabais, porque habíais vuelto a caer en el dolor, en la esclavitud, en la miseria; porque no habíais podido perseverar plenamente en aquella Ley y fuisteis débiles, pero contabais con la promesa recibida a través de mis profetas, de que vuestro mesías vendría, de que el ungido se haría hombre para venir como un salvador; y día tras día esperabais el cumplimiento de aquella promesa, de que vendría una vez más a libertaros, a emanciparos de la esclavitud, de las tentaciones y de la tiniebla.

38 Pero en ese Segundo Tiempo, yo vine a enseñaros a cumplir con la Ley que os había entregado el Padre en el Primer Tiempo; vine a enseñaros a obedecer aquellos mandamientos y no solamente eso, vine a entregaros una parte más de mi obra, a confiaros un tiempo más de luz, a manifestarme ya no solamente como Ley y justicia, sino como la ternura y el amor plenos para que me sintieseis más cerca, en lo más íntimo de vuestro corazón.

39 Sí, pueblo amado, yo os entregué mi palabra en sentido figurado y en parábola, en pensamiento y en obras. Cada uno de mis pasos, cada una de mis obras era parte de mi palabra, era parte de mi enseñanza y de mi misión; y mis ejemplos, mi vida, mi palabra, mi pasión, todo en conjunto, es la Ley de amor que a través de Jesús, en el Segundo Tiempo os vine a entregar.

40 Y en ese día de gracia en que el Maestro, caminaba seguido de algunos de sus discípulos, les hizo escalar un monte para hablarles allí, para entregarles su divina cátedra. Aquellos discípulos escuchaban a Jesús, llenos de embeleso y elevación espiritual; no entreabrían sus labios y mantenían sus ojos entrecerrados, dejaban que su espíritu penetrara en el éxtasis; y cuando el éxtasis de aquellos discípulos había alcanzado elevación, todos contemplaron a la vez, que Jesús se transfiguraba, que no era el hombre que contemplaban todos los días conversando con ellos, conviviendo y caminando en unión de ellos, sino veían que sus plantas no tocaban tierra, que su cuerpo era espiritual y lleno de luz, de una luz viva y blanca se encontraba rodeado; que a su diestra, aparecía otro espíritu y otro más a su siniestra y en aquellos espíritus reconocieron la forma de Moisés y la de Elías y ninguno de ellos tocaba tierra; entonces, los apóstoles maravillados, frotaban sus ojos, los abrían grandemente para ver si era verdad o era sueño, pero todos contemplando que era verdad, dijeron: he aquí, es Moisés, Jesús y Elías. Vienen como reyes delante de nosotros y hemos de poner sobre ellos, corona y manto y postrarnos ante ellos pero presto el Maestro, les dijo: no hagáis tal cosa, no pongáis sobre las manifestaciones espirituales, las cosas hechas de materia.

41 Aquella visión desapareció, pero fue en verdad y en Espíritu, el pasado, el presente y lo venidero para el pueblo escogido de Israel; el Primer Tiempo, representado por Moisés; el Segundo Tiempo, presente en aquel instante para el pueblo, representado por Jesús; y el Tercer Tiempo, el venidero, el tiempo del Espíritu Santo que ahora estáis viviendo y que está representado por Elías.

42 Sin embargo, el Maestro, encargó a aquellos discípulos que no dijesen esas revelaciones todavía. ¿Por qué encargué eso, a mis discípulos? Porque aquello, no podía ser comprendido, ni por ellos mismos ni por los demás. Mas quedó en el álbum de oro que a mis discípulos hube de confiarles; y aquella revelación, aquella transfiguración, aquella manifestación divina que fue sobre el monte tabor, quedó latente en toda la humanidad, quedó presente como una promesa, como una revelación divina.

43 Ahora, es el Tercer Tiempo; y Elías desciende también en espíritu, toma materia en el portavoz, se presenta entre vosotros él, como representante de este Tercer Tiempo, como enviado del Padre en esta Tercera Era; y os dice: he aquí a Elías, aquél que en verdad, en el instante de la transfiguración, se presentó a la siniestra de Jesús, porque era el tiempo que había de serme confiado para entregaros las grandes revelaciones del Espíritu Santo, para abrir ante vuestros ojos el nuevo tiempo. .

Elías:

44 Ante tus divinas plantas, Maestro, el pastor de todos los tiempos, en este día sublime para el rebaño, yo también llego ante tu planta divina para hacerlo presente. ¡Helos aquí, Maestro! Para venir a escuchar de tu sabiduría infinita, yo le he preparado con mi luz, he elevado sus espíritus; y en este día de gracia, en que arrepentidos se encuentran, vienen a hacerte presente las florecillas de sus obras, recíbeles, Padre amado.

Divino Maestro:

45 Bendito seáis, Elías. Pueblo amado, ¡he aquí a Elías! No os familiaricéis con la presencia de su espíritu, ya que no es un espíritu que haya evolucionado entre los espíritu de esta humanidad. Yo os he dicho desde 1884, Elías es un espíritu que ya es uno en voluntad con mi misma divinidad, Elías es cual rayo de Dios, en verdad y en Espíritu; y así por rayo de Dios, lo habéis reconocido desde el Primer Tiempo.

46 Por tanto pueblo, a Elías, contempladle como el enviado de esta Tercera Era, como la representación de la luz del Espíritu Santo que ha venido a disipar las tinieblas que envolvían a vuestro espíritu, las tinieblas de la esclavitud del Tercer Tiempo, porque ha venido también a libertaros, a romper vuestras cadenas, a emanciparos, a destruir la idolatría y el fanatismo, a haceros atravesar con planta firme, el desierto, las vicisitudes, los contratiempos, los obstáculos del camino espiritual, para llegar a la tierra prometida para el espíritu, que es el seno de vuestro Padre, de vuestro Dios y creador.

47 ¡Helo aquí! Y en este Tercer Tiempo, contempláis una vez más la transfiguración, esta manifestación que estáis contemplando en este momento de Moisés, Jesús y Elías, es la representación de aquella que sobre el monte tabor pudo el Padre, revelar a sus discípulos.

48 Hoy, no sois tres testigos, hoy sois muchos los que venís a escuchar esta palabra, los que venís a contemplar la representación de aquella revelación divina; y no solamente la representación, sino la explicación de estos misterios, para que vosotros podáis levantaros cual los verdaderos trinitarios, como los verdaderos espiritualistas por todo el orbe, explicando a los hombres, revelándoles, interpretándoles el sentido de mi palabra y el misterio de mis revelaciones.

49 ¡He aquí! La representación de Moisés, Jesús y Elías, por quienes el Padre ha entregado vuestra heredad, sus revelaciones máximas, los mandatos de su Ley a vuestro espíritu, ¡oh! Israel.

50 Y en estos instantes, de caos entre la humanidad, de esclavitud espiritual, de cadenas de tinieblas, de dolor, de descontento pueblo, de infelicidad entre los hombres, de idolatría, de fanatismo, de ausencia de espiritualidad, ¡levantaos, Israel!

51 Y en estos instantes, en que desde el más allá, vibra el Espíritu del Padre, vibra Moisés y vibra la luz de Elías entre vosotros, unificaos con todo el universo, elevad vuestra oración, pedidle al Padre, que la paz de su Espíritu que en este instante desciende en plenitud entre vosotros, descienda entre todos los hombres de la tierra.

52 Vais a escuchar la palabra de Moisés y la de Elías; la misma que vibró en el desierto en el Primer Tiempo, la misma que ha vibrado desde 1866 en este Tercer Tiempo, de vuestra travesía espiritual.

53 Moisés, Elías, aquí está vuestro pueblo, es mi pueblo, el que hemos conducido a través de tres eras por sobre las arenas del desierto, pasando soledad, amarguras, sed y hambre, todo por la conquista del espíritu, todo por alcanzar la Verdad, todo por llegar a la diestra del Padre, donde todo será paz, luz y amor eternamente. ¡Dadles vuestra palabra, entregad en mi nombre las aguas, Moisés; entregadles la luz, Elías!

Moisés:

54 Pueblo, hermano mío: vos conocéis mi palabra, vos recordáis mi voz y conocéis los desvelos de vuestro guía; contemplasteis los anhelos de mi Espíritu a través del desierto; oído o desoído de vos, os hablé, yo obedecía la voz de Dios que me enviaba a vosotros él me inspiraba; con su fuerza inundaba mi espíritu y ponía palabras en mis labios; y la luz de su Espíritu, era en mí para que yo pudiese conocer vuestro interior, vuestro corazón y penetrase hasta lo más profundo de vosotros.

55 Yo, Moisés, os hablé pueblo amado. El Padre se dignó entregar por mi conducto, a la humanidad, su Ley, que en preceptos concedió el Padre a su pueblo, cual mandamientos que fueron explicados por mi palabra; y de esos preceptos que el creador os dio a conocer, yo hice una legislación para vos; y os dije: ¡moderad vuestras costumbres, conoced la Ley moral, la Ley espiritual, y la Ley corporal y dad cumplimiento a ellas, porque Jehová, así lo manda y ordena!

56 Yo, Moisés, exhorté al pueblo de Israel, a orar, a hacer penitencia y a vigilar cada uno de sus actos. Cuando los pueblos alrededor nuestro acechaban, yo, inspirado por Dios, os hablé; y vos me conocisteis y me amasteis, me seguisteis y conmigo vivisteis horas de alegría y también horas de infortunio; la amargura fue también en vuestros labios, pueblo escogido y también la desesperanza en vuestro corazón, cuando contemplasteis que los días y los años pasaban y aquella tierra que el Dios verdadero os prometía, no la contemplabais aún, desesperasteis en el camino, os levantasteis y vinisteis para decirme: Moisés, tu palabra es falsa, ¿en dónde está la tierra que nos has prometido? Hemos dejado atrás a nuestros padres, el cansancio nos agobia, nos convertimos en ancianos y esa tierra no hemos contemplado. ¿En dónde está la tierra prometida? Y entonces yo, Moisés, revistiéndome de fortaleza y de calma, contemplaba con amor vuestro corazón; y os decía: esperad, pueblo, perseverad en el camino y confiad en Jehová, su palabra ha de cumplirse y seguíais mis pasos y vencimos los obstáculos del desierto; y así caminamos, hasta el instante en que fue la voluntad del Padre, llamar a mi espíritu.

57 En manos capaces, confié la dirección de este pueblo que habíame sido confiado por largos años. Fue la voluntad del Padre que en cuerpo no contemplase los umbrales de la tierra prometida, no estaba dado a mí; mas, Dios nombró a un sucesor y le puso delante de vos, pueblo, después de mi partida; y yo contemplé desde el más allá con mi espíritu, porque el Padre así me concedió ver, penetrar las plantas de mi pueblo escogido en aquella tierra fecunda, en aquella tierra bendita, privilegiada y llena de gracia por el Padre.

58 Muchos desiertos habéis atravesado después y habéis sabido también desesperar; y ahora en el Tercer Tiempo, contemplo cansado vuestro corazón; y os preguntáis: ¿en dónde está la paz? ¿En dónde está el reino del Padre? Y ese mismo espíritu, os dice: en el más allá, en el seno del Padre, en la vida espiritual.

59 Luchad y trabajad, pueblo de Israel, una vez más os dice mi espíritu, moderad vuestras costumbres, penetrad en la vida del recogimiento y del amor a Dios; apartad de vuestro corazón los vicios, todo aquello que fuese perjudicial a vuestro espíritu, apartadlo con energía, que el Maestro os ha dado potestad; vos venceréis, porque tenéis en vuestra mano, todo cuanto ha menester para conquistar el reino del Padre.

60 ¡He aquí a vuestro abnegado Maestro, he aquí a Cristo que una vez más en este Tercer Tiempo viene a vosotros y haciéndose lenguaje comprensible a la humanidad, viene para que ella se salve! ¡Oh! Pueblo de Israel, ¡salvad a vuestro espíritu! ¡Dejad que llegue a puerto seguro! ¡Dejad que llegue a la tierra prometida! ¡No le dejéis vagar, no perdáis los instantes que os son concedidos, id siempre hacia adelante con la fe y la confianza puesta en el Padre, que él os mira con amor y con piedad, que os ha enviado su Verbo Divino para que él sea vuestro guía, para que él sea vuestra luz!

61 ¡Ahí tenéis a Elías! El enviado de este Tercer Tiempo, el que se ha comunicado con vos para daros su palabra, que os ha mostrado también la luz, la claridad del nuevo día; y con su comunicación, ha abierto el nuevo tiempo que os ha sido mostrado por la voluntad del Maestro; y en esta alba de gracia que habéis escuchado la palabra de Cristo, ¡acogedla en vuestro corazón, grabadla en vuestra mente, estudiadla en las horas de vuestra meditación y comprended lo que él quiere deciros en su palabra de esta alba de gracia!

62 ¡La fuerza que hay en mi espíritu, sea con vos! Yo os bendigo, porque el Padre, mi Dios me permitió contemplaros y estrecharos. La fuerza, la paz y la luz, sean con vos, pueblo de Israel, la perseverancia también, para que podáis llegar al final de la jornada.

Elías:

63 En esta alba bendita, en el nombre de mi Padre Eterno, de la segunda esencia divina que presente está, el pastor os saluda y os da la bienvenida y la bendición, rebaño bendito; en este día de gracia en que habéis escuchado esta manifestación tan sublime, preparado os ha dejado la divina potencia de nuestro Padre; mas Elías, os dice: grande ha sido mi lucha para conduciros en el camino de la Verdad y de luz para que vuestro espíritu sea salvo y llegue a aquella tierra bendita; como os ha dicho en este instante Moisés: la tierra espiritual que el Padre, os ha venido a prometer que penetraréis a ella, si obedecéis sus mandatos y cumplís con su Ley divina.

64 Recordad, que habéis escuchado al Maestro, que ha venido a entregaros el alimento para vuestro espíritu y a confirmar los dones para vuestro cumplimiento; y os ha cubierto con la vestidura blanca de gracia, para que vayáis enseñando a la humanidad.

65 Grandemente el Maestro se ha derramado entre vosotros, mas yo seguiré acercándome a vosotros, limpiando vuestros caminos para que no os sintáis desfallecer, para que el mañana seáis el pueblo fuerte de la humanidad. No todos me han querido reconocer y escuchar; pero vosotros, sois mi rebaño y os digo: seguid adelante para que cuando el Maestro, os haga el llamado, le hagáis presente ante su planta divina, el buen cumplimiento.

Divino Maestro:

66 En verdad, la lección de esta alba de gracia, ha sido entregada. ¡Bienaventurado aquél que se haya preparado y la lleve en su corazón! Para que así, en el rincón de su alcoba, la analice y después, a imitación del Maestro, pueda enseñar a los que no tienen de esta luz.

67 Es instante de gozo para el pueblo de Israel, que bajo la sombra de estos arbustos, recrea su espíritu con la presencia de la divinidad, con la presencia de Moisés y de Elías, en el día de recordación que el pueblo llama: el día de la Ley porque así como hoy, conmemora con su espíritu esta fiesta; en el Primer Tiempo, le conmemoró; recordó siempre el día de la promulgación de la Ley en el monte Sinaí, con festines que no solamente eran del espíritu, sino también de la carne.

68 Pero este pueblo, ya no es el del primer o y Segundo Tiempo, ya no es el pueblo del desierto material; ahora, es el pueblo espiritualista, el discípulo del Espíritu Santo, el que viene a conmemorar la promulgación de la Ley del Tercer Tiempo con su espíritu, haciendo fiesta en su corazón, elevándose a mí para sentir la paz, el amor y la gracia que emana en mi espíritu divino.

69 Esa gracia de mi Espíritu, ha sido una vez más con mi pueblo; mas, la fuerza de Moisés, ha quedado impresa en el espíritu de Israel; y la luz de Elías, ha quedado iluminando una vez más plenamente la conciencia de mi pueblo escogido.

70 En el pueblo que, después de ascender mi Espíritu y los espíritus de Moisés y de Elías, con su oración, va a inundar de paz al espíritu de la humanidad.

71 Moisés y Elías, ¡sed en mi solio! Y desde ahí, velad por la travesía de mi pueblo y por la paz de mis criaturas espirituales.

72 ¡He aquí, pueblo, la página de este día de gracia! ¡Gozad! Pensando que sois mis párvulos y que sois mis discípulos, que no es un maestro de la tierra, el que os viene a enseñar o a corregir; sino que es el Maestro divino, que vibrando espiritualmente por un instante, viene a enseñaros, que es Cristo el que viene a corregiros con amor y que viene a hojear ante vuestra vista espiritual, el gran libro de la vida; en el cual, mucho habéis leído y aprendido, pero el cual, no conocéis aún en todo su esplendor.

73 Un tiempo, se ha abierto para vosotros, de luz o sabiduría divina; un tiempo de explicación de los acontecimientos pasados y de los que han de venir en un nuevo tiempo de revelaciones divinas de Espíritu a espíritu; tiempo de comunicación divina en el cual, no habéis contemplado a vuestro Dios hecho hombre, sino que le habéis tenido en su divino Espíritu, en su esencia, presencia y potencia; y que pasado este tiempo en que os entrego mi enseñanza en palabra humana a través del entendimiento humano, entonces Israel, penetraréis en el tiempo de gracia, en un tiempo de espiritualidad en el cual todo aquél que se prepare, conversará conmigo, escuchará mi palabra, en verdad, en forma espiritual; porque dicho está, que todo ojo pecador y no pecador me verá, en el que sería derramado mi Espíritu, sobre toda carne y sobre todo espíritu.

74 Tiempo, en el cual, pueblo, vosotros por vuestra preparación y espiritualidad me tendréis, me escucharéis y seguiréis aprendiendo de mí; seguiréis recibiendo espiritualmente las grandes revelaciones que guarda mi arcano para vosotros, en los tiempos venideros, porque este mundo seguirá siendo albergue y morada para vuestro espíritu, dentro de la eternidad; y en los tiempos venideros, seguirá el espíritu transitando hacia adelante, conociendo de mi obra más y más; sintiendo que el reino del Padre, ha tenido por fin asiento en el mundo material, cuando la materia deje de imperar, cuando las tentaciones hayan perdido su trono, cuando el espíritu del hombre, me ame antes que a todas las cosas; cuando los espíritus se congreguen en este mundo, para amarme, para hablar de mí con preparación y preparen con su conocimiento de mi sabiduría divina, a otros espíritus que yo les confié.

75 Y si en ese nuevo tiempo, vosotros por vuestra preparación y espiritualidad, vais a recibir las grandes revelaciones de mi espíritu divino, yo os digo: después del año de 1950, también me manifestaré grandemente en las naciones ¿en qué forma? No lo sabéis aún; pero os dejo alerta.

76 En ese nuevo tiempo que os anuncio, mi mundo espiritual de luz, también se manifestará de Espíritu a espíritu; los dones y potencias espirituales, se impondrán a los sentidos del cuerpo, a las pasiones y las ambiciones humanas; y entonces, en todo el mundo, en todo lugar, brotará la luz, las señales, los testimonios de que en su Tercera Era, el tiempo de la luz y la gracia divina, es con los hombres. Velad y orad, pueblo, que lo que hoy habéis contemplado, lo que habéis escuchado y sentido, lo llevaréis en la conciencia, guardado en vuestro espíritu y corazón.

77 Voy a escuchar vuestra oración en este instante, voy a ayudaros una vez más a elevar vuestro espíritu, voy a atraerle más con mi fuerza hacia mí; voy a enviarle en este instante con el mensaje de mi espíritu divino, hacia los pueblos y naciones.

78 Yo convierto en este instante a vuestro espíritu, en mi emisario y por medio de vuestro pensamiento le traslado a donde está el dolor y el sufrimiento, las tinieblas, la miseria y la necesidad; a donde los espíritus en sus tinieblas, claman y me invocan, donde los labios blasfeman, donde hay hambre y sed de justicia, de pan espiritual y material también.

79 ¡Venid a mí, pueblo y velaremos por el mundo y por los mundos, yo como Padre y vosotros como hermanos! ¡Entrad en oración!

80 ¡Bendito seáis, mis hijos! En el espíritu y corazón de cada criatura, se ha derramado mi paz y mi bendición; en este instante, habéis sido vosotros mis emisarios; de vuestro espíritu elevado, tremolando en los espacios espirituales, ha descendido a los espíritus que moran la tierra, el rocío de paz, la caricia y el ósculo que mi nuevo pueblo Israel, envía a sus hermanos, en esta alba de gracia en que conmemoráis vosotros la Ley.

81 En este día, en que no permití a mi pueblo que hiciera festines materiales, porque en su mesa desperdiciaría el pan, derramaría los vinos; mientras, el pan y el vino hacen falta en el mundo, mientras la niñez y los hombres claman por un mendrugo de pan; he hecho solamente fiesta de paz en vuestro espíritu, para que de esa paz que es pan y que es sustento compartáis también, con los demás.

82 Yo sé en qué forma, cada espíritu y cada corazón, están sintiendo este mensaje y esta caricia; yo contemplo desde mi espíritu divino que el espíritu, sabe recibir en sí mismo, este átomo de mi luz.

83 Yo os bendigo, pueblo y en verdad os digo: ¡ah! Si estuvieseis ya unificados, si todos formaseis un solo corazón, un solo pueblo, un solo pensamiento. ¡Ah! Si supieseis qué cercano está el momento de mi partida; y qué amargo va a ser para vuestro espíritu, ese instante.

84 Debéis saber uniros en pensamiento, compartid el pan de vida eterna y vuestra paz con vuestros hermanos y por ello, recibiréis más de mis bendiciones; y os digo, una vez más: ¡velad por las naciones, velad por los hombres y pedid por ellos.

85 Cuando falte el pan en vuestra mesa, si llegare a faltar, no penséis que falta el pan solamente en vuestra casa, sino pensad que en muchas mesas falta el pan.

86 Cuando tuvieseis una prueba de dolor en vuestra choza, no perdáis la calma, pensad que es una recordación para que veléis por los demás.

87 Vosotros tenéis a los seres de curación espirituales que son mis siervos, vosotros tenéis el calor de los seres queridos, pero hay muchos que no tienen esta ayuda; por ellos pedid, mi pueblo.

88 Cuando el dolor sea en vuestro corazón, olvidaos de vosotros mismos y pensad en los demás; pensad que sois el Israel responsable, el primogénito, el heredero que ha de compartir su pan, su paz y su heredad con todos los demás.

89 Es la lección de mi enseñanza de este día de gracia. Llevad en vuestro ser espiritualmente, una gota de mi bálsamo, con ella ungid al enfermo; llevad el don de la palabra en los labios y la esencia en el corazón. Llevad el don de sabiduría en el entendimiento.

90 Levantaos fuerte, que yo os he preparado la senda material y la espiritual. Mas no es menester que yo me materialice entre vosotros, diciendo lo que a cada uno le entrego desde mi solio; pensad que yo estoy en mi solio, en la tierra y en todo lugar, como vosotros lo habéis dicho en vuestras oraciones a través de los tiempos.

91 Yo os bendigo y perdono, también al universo y a todos los espíritus, en esta alba de gracia; y os aliento, para el cumplimiento de mi obra.

92 ¡Llevad mi simiente de justicia, amor y sabiduría! Y hacédmela presente cada uno de vosotros, multiplicada en vuestros caminos, porque ésta es mi voluntad. ¡Adiós, pueblo de Israel, la luz de mi espíritu divino, sea eternamente entre vosotros!

¡Mi paz, sea con vosotros!

55. La vestidura espiritual

Domingo 19 de septiembre de 1948

(Saluda el Divino Maestro)

Elías:

1 Ante vuestras divinas plantas, Maestro amado, el pastor, haciéndote presente en esta alba bendita de gracia al rebaño que he podido reunir en este redil de amor. Recíbeles, Maestro, son los que por un instante, han sentido en lo más profundo de sus conciencias, el tañido de la campana sonora que les ha llamado para recordarles que es día de gracia, en que una vez más, vas a venir a entregarles en abundancia, lo que han menester en su camino.

2 Ellos, prestos se han levantado y te los hago presentes; los unos, vienen a tributarte gracias infinitas; y los otros, por momentos, parece su mente confundida; mas he aquí, Maestro, que les he preparado para que su espíritu evolucione en su propia materia y comprendan que se encuentran en el último tiempo, en que has venido, para dejarles en el camino recto que ellos después van a seguir, para reunirse en el más allá ante tus plantas divinas, para entregarte cuentas. Recíbeles, ¡oh! Maestro, en esta alba de gracia.

Divino Maestro:

3 Elías, vuestro espíritu me presenta, tanto a los primeros, como a los postreros; y a todos, les contempla el Padre como a un solo hijo, como aquel corazón que ha mucho tiempo el Padre espera que se acerque a la morada del Padre, para vivir con él por siempre. Mi mirada de amor y de paz, se posa en todos mis hijos; mi mano paternal que acaricia y que sana, a todos les da la caricia; mi arcano bendito de amor, de beneficios y de caridad, se abre para todos sin distinción alguna; penetro de puntillas cual ladronzuelo, en el fondo de su corazón; y en ellos, deposito mi paz, ahí dejo un presente y una prueba, de que estuve en lo más recóndito de cada uno de mis pequeños; dejo una huella y un testimonio de mi presencia, en cada quien.

4 Les acercáis, Elías, a esta fuente espiritual, bajo la sombra espiritual de estos árboles, para que ellos, se alimenten con la esencia de mi palabra; y mi palabra, es con todos, con los que saben prepararse y con los que es menester vos les preparéis; con todos es mi palabra y mi esencia porque es la herencia que en este Tercer Tiempo, yo vengo confiando a mi pueblo; porque este pueblo, tiene una alta misión que desempeñar en el seno de la humanidad; y aún cuando él mismo se juzga pequeño, yo sé que mi pueblo es fuerte y él se manifestará y dará testimonio a las naciones, de que el Espíritu Santo, de que el consolador prometido, ha estado nuevamente con Israel, en cumplimiento a las promesas divinas.

5 Porque este pueblo, privilegiado por mi, dará nuevas generaciones, los hijos de estos presentes y los hijos de sus hijos, en verdad, se levantarán por los caminos, comarcas, provincias y naciones, llevando el estandarte invisible, el estandarte espiritual de la paz, de la fraternidad y de la buena voluntad.

6 Penetrad, Elías, en cada uno de ellos. Prepararad el santuario en el corazón de mis hijos, porque quiero recrearme con ellos y quiero que ellos, se gocen en mí, porque ésa es mi voluntad.

Elías:

7¡bendito seas, Maestro amado! Con tu permiso divino, voy a mi rebaño, a entregarles, lo que sea tu divina y santa voluntad: ¡bienvenido seáis, rebaño muy amado, os dice vuestro pastor, en este día! Una vez más, vengo a hacer sonar la palabra a través del portavoz, para recibiros; mas, no porque sea, que en estos instantes os contemplo juntos, así llegasteis; yo os he traído, rebaño bendito, por los distintos caminos para que llegaseis a encontrar el camino perfecto y el verdadero; mas, vos, no lo habéis sentido y por eso es menester que la divinidad venga a hacer sonar las palabras a través del entendimiento humano, para que confirméis y sintáis la presencia del todopoderoso.

8 El pastor, es el faro luminoso que viene delante de vosotros, señalándoos el camino recto y perfecto, para que contempléis dónde se encuentran los espinos y abrojos, para apartaros el pedrusco que pueda hacer tropezar vuestra planta y podáis caer en el camino y no levantaros más.

9 Es la voz del pastor, también, dándoos el alerta, para que abráis vuestros ojos, vuestras pupilas espirituales, para que cuando contempléis en los árboles, cuando vienen acercándose los ruiseñores, podáis recrearos un instante con sus trinos. Mas velad y orad por ellos, porque va a acercarse un momento de gran prueba para ellos, velad y orad por vuestros ruiseñores, para que se levanten y sean sumisos y cumplan con lo prometido a su creador.

10 Abrid vuestras pupilas espirituales, ¡oh! Profetas benditos, para que deis el alerta a vuestros hermanos y ellos se pongan en oración por vos, por los vuestros, por los privilegiados de todos los lugares, por el universo, por la humanidad.

11 Velad por todo el rebaño amado, aun por aquellos que se han convertido en los machos cabríos. Es la voz de alerta que os da el pastor, cual preparación, para recogimiento y elevación de vuestro espíritu.

12 ¡Despertad vuestra conciencia y abrid la puerta de vuestro corazón! Despejad vuestra mente y preparad la tierra fértil, para que en este instante, vaya el buen sembrador depositando con su mano blanca, limpia y pura, la semilla que ha de fructificar el mañana en vuestros corazones.

13 ¡Levantaos todos por igual y llevad preparación y comprensión de los unos a los otros! Y también, la bendición del pastor, en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy la representación del Espíritu Santo. ¡Hecho está, Divino Maestro! He entregado a mi rebaño, conforme ha sido tu santa y divina voluntad; mas, ¡he aquí! Manda y ordena, que Elías, el pastor, presto se encuentra, para cumplir tu divino mandato.

Divino Maestro:

14 Bendito seáis, Elías, pues con la fuerza de vuestra palabra, habéis elevado el espíritu de Israel; y a ese espíritu, no le contemplo ya en su cuerpo, sino flotando en el más allá.

15 ¡Llegad al corazón de todos mis discípulos, seguid llamando a las puertas del corazón de Israel, seguid haciendo el llamado a la preparación, a la espiritualidad y a la pureza en el culto espiritual!

16 Seguid derramando vuestros dones espirituales, sobre este pueblo, para que él despierte del letargo, para que él se levante y conozca, el momento y el tiempo que vive; contemple, con la claridad con que contempla su pasado, contemple así también su futuro, porque vos sois el gran profeta Elías y de ese don habéis derramado sobre Israel, y seguiréis derramando en él, porque vos sois, ¡oh! Elías, delante de este pueblo, el que le abre paso siempre, el que le abre paso entre las turbas, a través de los desiertos; y a través de los mares, vos seréis siempre el faro luminoso, vos seréis siempre el precursor, en verdad; y antes de mi partida en el año 1950, Israel, os habrá reconocido en espíritu y en verdad. Vuestra paz en este día, es en todo el universo; vuestra luz y vuestros dones sean en cada uno de mis hijos. ¡Sed a mi diestra, Elías! Y desde ahí, contemplad y guiad a vuestras ovejas.

Elías:

17 ¡Bendito seas, amado Maestro! Y con tu divino permiso, voy al lugar que me has señalado. ¡Adiós, rebaño bendito, que la paz de vuestro pastor, no se aparte de vosotros!

Divino Maestro:

18 Pueblo amado de Israel, el Maestro, es nuevamente con vosotros. Mi mesa, se halla preparada y a ella, os he invitado. Vuestros espíritus, a quienes tanto ama el Maestro, se han sentado a mi mesa; y en este instante, ellos principian a comer del manjar de los manjares, del manjar de vida eterna que os vengo a brindar, del manjar que es mi palabra, porque en el fondo de mi palabra está la sustancia espiritual, está la vida eterna, está el sabor de los sabores, está el sustento y la alegría, la esperanza y la fortaleza. Y estando conmigo, apacentándoos en este banquete, no hay primer lugar ni último lugar en mi mesa, no hay mejor ni peor lugar, es un solo sitio, es un solo lugar: mi corazón el que os vengo a brindar, pueblo bendito, el que os vengo a entregar, para que vosotros os sustentéis con su esencia.

19 Esa esencia divina, es mi amor, Israel; este amor divino, que vengo infiltrando en vuestros espíritus y en vuestros corazones; para que vosotros, más tarde, cuando hayáis asimilado este amor, cuando lo sintáis como lo siente y os lo manifiesta el Padre, cuando me hayáis reconocido plenamente y os hayáis reconocido a vosotros mismos y a vuestros hermanos, lo derraméis con ese mismo amor, con esa intensidad y caridad con que yo os lo vengo entregando; para que lo deis, con el desinterés a todos vuestros hermanos, sin distinción alguna; y también en vuestro corazón, no existirá jamás primer lugar ni último lugar, para ninguno de vuestros semejantes y hermanos; no existirá mejor caricia para alguno de vuestros semejantes, seréis de todos y seréis para todos, ¡oh! Discípulos muy amados.

20 Porque así como el Maestro, ha venido a inundar de amor a su pueblo, a inundarle de paz, caricias y complacencias; así vosotros, también, tendréis que inundar pronto, muy pronto en verdad, de amor al universo; porque el universo, se encuentra huérfano de amor, porque el mundo, se encuentra vacío de amor y de caridad, porque los hombres sólo pronuncian mi nombre, pero no practican mi doctrina; hablan de mi camino y de mi Ley, mas no se someten a mi Ley, ni pisan mi camino.

21 Y vosotros, mis amados, levantaréis vuestra planta y tomaréis los caminos que conduce n a los grandes pueblos de esta tierra, a los pequeños también y a las humildes aldeas, en todas partes encontraréis el hambre, la sed, la desesperación, la necesidad; y doquier encontraréis tierras propicias para vuestra simiente, doquiera encontraréis puertas, que se abrirán a vuestro llamado.

22 El año1950, se aproxima y de entre vosotros, pueblo, que habéis oído mi doctrina celestial, que habéis escuchado mi doctrina en cuanto a Espíritu Santo, muchos levantaréis vuestra planta en ese tiempo, hacia los pueblos y hacia las naciones; y otros esperaréis un tiempo todavía, mientras los discípulos siguen estudiando, mientras siguen aprendiendo mi doctrina, mi palabra; y cuando ya estéis en verdad, en la madurez espiritual, en la madurez de vuestros sentimientos y de vuestra fortaleza, entonces, levantaréis también vuestra planta bajo mi inspiración divina de Espíritu a espíritu; y tomaréis también los caminos, para ir en pos de las muchedumbres, para ir en busca de las porciones, las cuales estarán ansiando, estarán necesitando, de vuestra presencia y de vuestra llegada.

23 Yo le he confiado a mi pueblo de Israel, en este Tercer Tiempo, un don que no le confié ni en el primer o ni en el segundo: el don de comunicarme yo como divinidad y mis seres espirituales, por vuestro propio entendimiento y por vuestras bocas.

24 Yo hablé en el Primer Tiempo por boca de los profetas; yo hablé en el Segundo Tiempo por boca de los apóstoles, mas aquellos dones, aunque tienen semejanza con este don que os he confiado en este Tercer Tiempo, pero incluso con tener semejanza, no son el mismo don.

25 Desde el año de 1884 hasta el año 1950, hice y hare resonar mi palabra a través de mis portavoces y haré resonar la palabra de mi mundo espiritual a través de mis facultades, en cumplimiento a esta promesa hecha a vosotros mismos; mas después de ese año: 1950 ¡oh! Israel, ese don, lo retendré de entre vosotros. Ya no penetraréis en este éxtasis material de la mediaunidad para poder recibir el rayo universal del Padre y transmitir su palabra; ya no abriréis vuestro cerebro, para que en él, tenga acceso mi mundo espiritual y pueda comunicarse con vosotros en esa forma.

26 Después de este tiempo, me tendréis en Espíritu en plenitud y comenzará de lleno para mi pueblo de Israel, una nueva etapa y un nuevo desarrollo espiritual; desarrollo, que habéis iniciado ya; desarrollo, que está adelantado en los unos y retrasado en los otros, pero que debéis llevar adelante, para que en el instante de mi partida, de la partida de mi palabra que he entregado a través del hombre, vosotros podáis desde ese instante seguir en comunicación de Espíritu a espíritu, con mi espíritu divino y seguir en comunicación con mi mundo espiritual.

27 Y de entre vosotros, los que acatáis mis mandatos, no se levantarán después del año 1950, los profanos, los desobedientes, los incrédulos, los metalizados, los que tengan ansias de grandeza y significación entre los hombres; de entre vosotros, los sumisos y obedientes a mi Ley, no surgirán los confundidos, ni los falsos profetas, ni los falsos Jesús; no, en verdad, porque ¡ay! ¡Ay de aquél! Que se levantase después del año 1950, haciendo invocación a mi rayo divino ¡más le valiera, no haber nacido!

28 ¡Ay! De aquellos que hicieren invocación a mis seres espirituales para tener comunicación con ellos; porque ellos, no acudirán; ellos, no tomarán materia, porque son los seres obedientes con luz, son los hijos que respetan y aman mis mandatos. Y serán solamente las tinieblas, será sólo la perturbación de su propia mente y las tentaciones, las que se enseñoreen en los desobedientes; serán solamente las tinieblas las que invadan y posean, aquellos cerebros profanos.

29 ¡Alerta, Israel! ¡Alerta, pueblo amado! Y estas palabras, guardadlas en vuestra conciencia, guardadlas en vuestro corazón y tenedlas a flor de labio, para que cuando contempléis que después del año 1950, se levanta un hijo de Israel, pregonando que Jesús habla por su conducto, seáis vosotros, los que calléis aquella boca; seáis vosotros, los que no permitáis que confunda a las muchedumbres; seáis vosotros, los que selléis con broche de oro, con la potestad que yo os confío, aquellos labios profanos.

30 Cuando contempléis que los que fueron mis labriegos, después se levantan por los caminos invocando al mundo espiritual, queriendo volver al tiempo pasado, queriendo fascinar a las multitudes, vosotros también esto evitaréis, pondréis alerta al mundo y no permitiréis que mi obra sea profanada; porque ¡ay! ¡Ay de Israel! Porque todos tendréis que responder; y no sea que el Padre, descargue su justicia sobre su pueblo amado; cuando él, sólo quiere derramar sus complacencias espirituales.

31 Pero preparaos, pueblo, oíd y escuchad bien lo que os voy a decir: después del año 1950, en las naciones, en los pueblos surgirán los varones, las mujeres, los ancianos y los niños con cerebro abierto, con facultad desarrollada; y querrán resistirse a las fuerzas espirituales, y no podrán resistir y serán poseídos por las fuerzas del más allá; y los seres espirituales con falsa luz, de escasa luz y los de tinieblas, también les poseerán; y muchos de esos cerebros, no sabrán por qué son esas manifestaciones; y los unos serán creídos, los otros serán perseguidos, otros serán escudriñados por la ciencia; otros serán escudriñados por los teólogos, pero los más, serán desconocidos y desgarrados; y muchos de ellos, en muchas congregaciones también, no sabrán por qué son estas manifestaciones; y entonces, acudirán a los libros, acudirán a las escrituras y no encontrarán la solución anhelada; y será ese tiempo, pueblo amado, cuando yo os envié a las naciones; cuando muchos de vosotros, mas no todos, en verdad, tendréis que llegar a los países más distantes y ahí, daréis la explicación de estas manifestaciones; y les daréis, de mi enseñanza: explicaciones, ampliamente.

32 Mas ya vosotros, aun cuando habéis sido los labriegos de mi campiña, no daréis ya acceso de mi mundo espiritual a través de vuestro cerebro, ni haréis invocación de mi rayo divino. Explicaréis al mundo, que para vosotros, ese tiempo ya pasó; que el Padre, os habló en un tiempo determinado y su mundo espiritual también; y que ese tiempo, quedó cerrado con broche de oro al finalizar el año 1950.

33 Entonces, vosotros, os presentaréis en las congregaciones de sectas y grupos religiosos, ante facultades desarrolladas, que serán llamadas de diversos modos: los unos serán tomados como profetas, los otros como médiums o intérpretes de mensajes, otros serán considerados como iluminados o elevados o enviados de Dios y muchos de ellos, también se engrandecerán, querrán convertirse en dioses ante las muchedumbres de necesitados; contemplando que a través de ellos aparentemente pasa la luz, el bálsamo y la profecía, ellos se sentirán seres superiores entre los demás y entonces, formarán sus tronos y cautivarán a las muchedumbres.

34 Sin embargo, en los que no exista la buena disposición y preparación, ¡ay! De ellos, porque serán arrastrados por las tentaciones; y los que: a bien quieran y sepan prepararse serán guiados por la luz de su conciencia, que es la misma luz del Espíritu Santo.

35 Esta etapa, estos acontecimientos, le esperan a la humanidad; estas señales, estas manifestaciones precursoras del asentamiento del espiritualismo sobre el haz de toda la tierra, se presentarán en este mundo; y si mi pueblo de Israel, doctrinado por tantos años, desarrollado y prevenido, enseñado y probado en numerosas luchas, duerme para ese tiempo; si se entrega a sus placeres, si se entrega solamente a la rutina, si olvida su pacto con la divinidad, sus deberes para con toda la humanidad, ¡ay! De Israel y ¡ay! Del mundo, para ese tiempo; porque entonces, vosotros seréis testigos de un gran caos en este mundo, de grandes confusiones y de gran lamento espiritual entre toda la humanidad.

36 Y para ese entonces, si tardíamente os queréis levantar para detener el avance del mal y la confusión, ya no lo podréis hacer, ¡entonces será el crujir de dientes, será el mesar de cabellos, será el chirriar de cadenas para Israel y para el mundo!; porque el espíritu de la humanidad se está preparando, se está acrisolando, se está desprendiendo del materialismo de este mundo, se está fortaleciendo con el dolor, con la experiencia, con la realidad; y busca afanosamente ya, en medio de esta tempestad, una barquilla, un madero al cual asirse, la luz de un faro en la lejanía para guiarse hacia puerto seguro.

37 El que vaya en medio de un desierto, buscara la estrella en el cielo, buscara el oasis para encontrar la sombra y el agua; y el que sólo escuche el fragor de la guerra, esperara una palabra, un grito que sea de libertad, que sea de paz; y así, todos los espíritus buscan en el más allá, escudriñan, interrogan a mi arcano, me preguntan incesantemente, se acercan a mí y me buscan, mas no encuentran los caminos, no encuentran la forma, no hallan el santuario, no aciertan a encontrar el culto perfecto a través del cual, puedan agradarme para alcanzar el perdón y la luz.

38 No es todavía el tiempo de la verdadera paz, sobre este mundo, porque no ha llegado el momento en que las manos y los corazones, se estrechen con amor; yo estoy atento solamente, yo estoy en vigilia espiritual, permitiendo las pruebas y ayudando al mundo, conduciéndole en verdad, hacia un punto; y ese punto, ¿cuál es, pueblo amado? El del amor y el del perdón pleno. En el instante en que surja del corazón, el amor y de ese mismo amor, el perdón pleno; ese perdón será bendecido por mí.

39 Cuando los espíritus de la humanidad, se amen y perdonen, por fin la paz de mi reino, se unirá a la paz de los hombres.

40 Esos momentos de incertidumbre, atravesará la humanidad; para esos momentos, os vengo a preparar. Son grandes pruebas para vos, pueblo, son las grandes ocasiones que el Padre, brindará a este pueblo doctrinado, para que él se levante con su palabra limpia y pura, con su conciencia llena de luz, con sus labios dóciles a la inspiración divina, con sus manos prestas a la caricia, con su corazón lleno de verdad y de los dones que el Padre, desarrolla en el seno de vuestros corazones. Y ahí entonces, en ese tiempo, vosotros seréis los soldados de la paz; los que destruyáis con vuestra espada de luz, las tinieblas; los que deis el camino, a los desorientados y perdidos; los que deis la justa explicación, a todos los misterios; los que sin alarde y sin vanidad, vayáis por los caminos sembrando mi verdad.

41 Y entonces, cuando surjan,todos aquellos donados, todos aquellos profetas, todos aquellos que ostenten algunos de mis dones divinos ya desarrollados, os reconocerán; ellos mismos, sentirán que vosotros habéis sido antes, que habéis sido preparados, que habéis sabido quiénes sois y por qué poseéis los dones. Y entonces, seréis los maestros de ellos, los que les conduzcáis, los que les enseñéis a poner al servicio del espíritu, al servicio de la Ley del Padre, sus propios dones.

42 ¡Oh! Israel, ¡qué tiempos de lucha os esperan! ¡Qué tiempos de gran práctica en mi obra, os aguardan! ¡Qué misión, qué papel tan grande, tiene que desempeñar vuestro espíritu!

43 ¡Oh! Israel, os estoy hablando grandemente de vuestros pasos después de mi partida; son lecciones de mi enseñanza, son cátedras de preparación para que no quedéis titubeantes en el camino, para que la incertidumbre, no se apodere de vuestro espíritu; para que no haya necesidad de que yo, os envié un ángel que se materialice, y os diga: ¿qué estáis haciendo, discípulos, por qué no os levantáis a cumplir? Sino que vosotros, desde el instante de mi partida, podáis levantar vuestra planta y ocupar el lugar que el Maestro, vacante dejará para vosotros, mis amados.

44 Sin embargo, para que esta mi palabra de preparación, esta mi palabra profética, desde hoy hasta el año 1950, sea derramada plenamente en todos mis recintos y por medio de ella, Israel alcance la suprema preparación, yo espero la buena voluntad de mis hijos representantes de mi obra, de mis hijos los guías, para que ellos penetren en gran espiritualidad, en un profundo estudio y análisis de mi obra y aparten entonces del camino de Israel, todo los estorbos para la espiritualidad, todos los tropiezos, todo aquello que deba quedar ya atrás; todo aquello que fue solamente un escalón, un peldaño que ha quedado abajo, porque Israel, va marchando hacia arriba hacia mi luz.

45 Que, en verdad, ellos mismos en conjunto, se despojen de todo lo superfluo; que amen sólo mi obra y a su pueblo, que olviden su propio nombre y piensen en sus multitudes, piensen en los espíritus que van guiando hacia la eternidad; guiándoles hacia un punto, en el cual, yo les tomaré, para seguirles conduciendo en el camino espiritual.

46 Yo espero también la preparación del cuerpo de pedestales, para poder decir, para poder expresar la divinidad a través de estas mis criaturas, lo que es mi voluntad, lo que destinado tengo para revelar, para entregar al mundo como herencia; lo que tengo que decir, a los que forman este pueblo; y también, a todos los espíritus.

47 Prepararación, es lo que el Padre os pide; porque todavía esa preparación, no la encuentro en mis hijos; todavía el amor y la fraternidad, no dan flores ni frutos entre Israel; todavía la paz y la elevación, no toman fuerza en el corazón de mis hijos; y el momento se acerca, el momento trascendental está muy próximo; por eso os despierto, pueblo, para que vosotros despertéis a vuestros hermanos, para que todos seáis en el momento final de mi comunicación en esta forma, mis discípulos; no los párvulos, no los pequeños débiles e ignorantes, sino los apóstoles fuertes.

48 Y así, como en este instante, os he sentado a todos en mi mesa y todos ocupáis el único lugar que es el mejor: el corazón del Padre así, en aquel momento de mi postrer adiós, de esta forma de comunicación, en que dé fin a mi comunicación en palabra a través del entendimiento del hombre, pueda contemplaros a todos en el primer lugar; todos fuertes, todos amándose los unos a los otros, todos dispuestos a la redención del mundo, todos decididos a la gran lucha espiritual.

49 Que no encuentre, en verdad, en aquel momento de mi partida; al traidor que no encuentre: al que me niegue que no encuentre: al que dude de mi presencia espiritual después de mi partida.

50 Quiero que todos seáis en verdad, como juan, como aquél discípulo bendito que jamás dudó de mí, que jamás me negó; y que después de mi partida, supo recibir mi comunicación de Espíritu a espíritu; supo comunicarse con mi divinidad porque enseñó grandemente al mundo, porque me imitó y fue maestro entre los hombres; y cuando sintió que el momento era llegado, de penetrar en comunicación espiritual con su Padre, se retiró a la soledad; y ahí, pleno de fuerza y de fe, pleno de espíritu, se acercó incontables veces hacia mí, espiritualmente, para recibir de mi fuente de profecía, de mi fuente de luz, de mi fuente reveladora de verdad, un caudal para la humanidad; caudal, que él, por mandato de mi espíritu divino, escribió para el mundo, para todas las generaciones, para todas las edades, para todos los tiempos.

51 Y en verdad os digo, Israel, que aquella comunicación de Espíritu a espíritu, de aquel mi apóstol juan, no ha sido comprendida, no ha sido interpretada. Hoy estáis contemplando el cumplimiento de lo que yo le dije, de lo que yo le revelé, de lo que él escribió; y el mundo está insensible, el mundo está sordo, el mundo está ciego.

52 La palabra de juan, mi discípulo amado, sigue vibrando en este instante; y es un testimonio, cada acontecimiento, cada prueba, cada dolor y cada hecho entre los hombres. Mas todo aquello, será interpretando, todo aquello será comprendido y todo ello, será también para salvación de la humanidad.

53 Así quiero que vosotros seáis, mi pueblo, como aquel apóstol; después de mi partida, seréis maestros entre la humanidad, daréis mi doctrina y mi enseñanza con amor, con paciencia, con bondad. Cuando sintáis que mi Espíritu os llama a la soledad, que mi Espíritu os invita al recogimiento y a la comunicación, dejaréis las vicisitudes y las cosas del mundo; y en cinco minutos de limpia preparación, recibiréis mis inspiraciones divinas, mis revelaciones, para que vosotros las deis al mundo, para que vosotros, preparéis a la humanidad con ellas.

54 Sí, Israel muy amado, en esta alba de gracia os he alertado más y os he preparado para los tiempos venideros.

55 Nadie se acobarde, nadie se sienta pequeño ante mi palabra y ante la misión que os estoy confiando; a ninguno de vosotros le vengo a pedir el imposible ni el sacrificio, ni lo que esté más allá de sus fuerzas.

56 En verdad, os digo: los deberes que os habéis echado a cuestas en lo material, son más dolorosos, más pesados que lo que yo os vengo a entregar.

57 El yugo que el Maestro, os ofrece, es dulce y tiene las grandes compensaciones verdaderas; y cuántos deberes vosotros tomáis en este mundo, que en verdad, muy mal os compensan. Por eso el Maestro, os dice: ¡no temáis! Que lo que os vengo dando, no es para mí, es para vosotros mismos.

58 Lo que hagáis con vuestros hermanos, os lo estáis haciendo a vosotros mismos y lo hacéis conmigo.

59 Amaos los unos a los otros, perdonad a vuestros hermanos que os hayan ofendido, con el mismo amor con que yo os perdono. Velad y orad por todo el universo, porque va penetrando día tras día en el caos; un gran caos, que se acerca, un gran cáliz de amargura que va a beber; y vosotros, tenéis que estar en oración pueblo amado; y haciendo méritos también, con vuestros pensamientos, con vuestras palabras y con vuestras obras, para que hagáis que el mundo, alcance por vuestra elevación y por vuestra preparación espiritual.

60 No hagáis ayunos materiales, no hagáis sacrificios estériles para agradarme a mí, no traigáis a mis recintos ofrendas materiales; no hagáis algo, en verdad, que no pertenezca al culto espiritual que debéis rendir a vuestro Padre.

61 Ofrendadme vuestro espíritu, los latidos de vuestro corazón, que son vuestra vida humana; y si queréis ayudar, eximíos de lo superfluo, de lo innecesario para vuestro espíritu y para vuestra carne; eximíos de toda pasión, de todo vicio y pecado; y entonces, si vosotros sentís que sufrís, castigando en esta forma vuestra materia, eximiéndola de lo superfluo y malo; este sacrificio vuestro, ese sí lo recibo yo ¿por qué, pueblo amado? Porque es en beneficio, de vuestra propia materia; y es en beneficio, de vuestras futuras generaciones.

62 Si queréis entregarme una ofrenda, hacedme presente vuestros méritos de paciencia, de perdón, de amor de los unos hacia los otros, de espiritualidad y del dominio sobre vuestras pasiones; y entonces estas flores, esa lámpara de fe y de confianza en mí, ese perfume que brote de vuestro propio corazón, llegará hasta la altura de mi solio; no será la luz que ilumine tan solo una pequeña estancia, no será el perfume que se pierda en el aire; será la ofrenda, que llega hasta mi espíritu divino; y yo, le conservaré por siempre, en verdad y en Espíritu.

63 Así os habla, vuestro Maestro; así os enseño, pueblo amado, porque os estoy entregando una nueva vestidura; una vestidura, blanca y pura cual el ampo de la nieve, con la cual seréis reconocidos entre la humanidad. ¿Cuál es esa vestidura, pueblo? La de la espiritualidad.

64 Pero pensad que la verdadera espiritualidad, no encierra misticismo, ni fanatismo, ni prejuicio, ni idolatría; que la verdadera espiritualidad, es aquella que coloca a vuestro espíritu en su debido lugar y a vuestra materia con todos sus sentidos, en su debido sitio también; que la verdadera espiritualidad, es la libertad para vuestro espíritu, en su camino espiritual; y la libertad para vuestra carne, en su sendero material y humano.

65 ésa es la espiritualidad que os vengo pidiendo, que vuestra carne no invada los caminos del espíritu, ni vuestro espíritu se identifique a lo carnal. ¿Cómo podréis alcanzar esa espiritualidad? Oyendo mi palabra, estudiándola, sintiéndola y practicándola.

66 Esa espiritualidad, es la vestidura blanca que os vengo poniendo; porque la vestidura, con la cual llegasteis ante mis plantas divinas, en jirones ha ido quedando en los senderos, porque estabais revestidos de ignorancia, de un falso culto espiritual, de una errónea comprensión de la Ley divina y de las leyes humanas, porque estaba confundido vuestro espíritu; venía manchada vuestra alma y vuestro corazón también, porque era vuestra carne la que me rendía el culto que debía rendirme vuestro espíritu, porque él estaba profundamente aletargado, en el seno de la materia; y esa vestidura oscura, sucia e indigna de vos, yo la arranqué, en verdad; yo despojé a vuestro espíritu, de ella misma.

67 Y una vez ya, quedando vuestro espíritu desnudo delante de mi presencia divina, plenamente desnudo, con su desnudez espiritual, porque yo soy la mirada celestial, la mirada divina que sabe contemplar la desnudez de todos sus hijos tuve piedad y compasión, de cada uno de vosotros; y entonces, vuestra desnudez, la revestí con mi palabra, con mi obra divina, con mi luz; con ella, hice vuestra nueva vestidura, para que por medio de ella, fuerais reconocidos.

68 Primer o fuisteis reconocidos, en vuestro hogar; para que en el seno de vuestro hogar, aquellos corazones que no os reconocían, os fueran reconociendo como los discípulos del Divino Maestro, por vuestros actos, por vuestra espiritualidad, por vuestras palabras, por vuestra preparación; y más tarde, los extraños, los corazones que cruzaban por vuestro camino, los demás hogares, vuestros parientes, ellos también os fueran reconociendo en el camino, con esa misma vestidura espiritual; vestidura, que muchas veces ha sido desgarrada por los demás, pero al instante es repuesta por mi; porque esa vestidura, es inmutable y es eterna.

69 El que verdaderamente posee la vestidura espiritual, no la puede perder jamás, porque es el amor, es la luz, es la fortaleza, es la paz, es la Verdad; y con esa vestidura, tendréis que atravesar los caminos, la guerra de ideas, las luchas, todas las pruebas y perturbaciones; y con esa vestidura, saldréis siempre avante.

70 Vosotros, mis discípulos, no llevaréis las armas homicidas, no ostentaréis ningún estandarte o insignia en lo material, no llevaréis coraza ni escudo para vuestra defensa, no cabalgaréis en corceles, ni conduciréis grandes carros de guerra para abriros paso en el tiempo de batalla y de lucha; os bastará esa vestidura blanca: la de la espiritualidad y con ella, lo venceréis todo, y con ella saldréis avante; con esa misma vestidura os presentaréis delante de mi planta, ante mi tribunal; con esa misma vestidura, traspasaréis los umbrales de la tierra prometida y con ella, os posaréis ante mi diestra, por una eternidad.

71 ¡Y esa vestidura, pueblo, ya la tenéis! ¡Es la única, la que no cambiaréis por otra, la que no envejecerá, la que no dejaréis en jirones en las zarzas, ni en las ramas; la que llegará, en verdad, limpia y pura ante mis ojos divinos!

72 ¡Podréis cambiar de vestiduras materiales, podréis también cambiar de cuerpos; mas, vuestro espíritu, ya no puede cambiar esa vestidura, que el Espíritu Santo ha puesto en vosotros!

73 Por eso, habéis escuchado que constantemente, el Padre, os dice: que viene posando en los postreros la vestidura blanca, cual el ampo de la nieve y los videntes, contemplan a Israel, con vestiduras blancas. Es la vestidura espiritual, pueblo bendito. ¡Cuidadla, amadla, es vuestro baluarte y es la señal con que seréis reconocidos! ¡No la manchéis en el fango del mundo! Y cuando penetréis entre las muchedumbres, dejad que la pureza y la luz de esa vestidura, limpie también las vestiduras de los demás.

74 Mas, no sintáis horror, ni ante el fango ni ante el pecado; no os escandalicéis jamás, de escuchar o de mirar o de palpar, las actos más humillantes entre los hombres; no hagáis escándalo, jamás juzguéis mal ni con rigor a alguien, porque aquél que más peca, aquél que más asco pudiera produciros, es el que más necesita de vos; es, en verdad, al que debéis inclinaros para levantarle, es el que más necesita de vuestra ayuda: de vuestra oración, de vuestro amor, de vuestro bálsamo y de vuestra caricia.

75 Penetrad, en verdad, en el fango, no para tomar de él y contaminaros; sino para salvar al que perdido pueda encontrarse.

76 No os familiaricéis con el pecado, ni con el fango; combatidlo siempre con las emanaciones que broten de esa vestidura de amor y de espiritualidad, que os he venido a confiar,

77 En verdad os digo, en el año 1950, serán 144,000, las vestiduras blancas que mi ojo celestial contemple; los unos estarán en materia y los otros en espíritu y entonces, en ese día de gracia, yo os entregaré los dones reservados, los dones ignorados todavía por vosotros, los dones no revelados; mas, me place en este instante, pueblo, revelaros uno de ellos y éste será: que después del año 1950, vosotros que poseéis la vestidura blanca cual el ampo de la nieve, podréis arrancar jirones de esa vestidura para hacer vestiduras para los demás; y el número de vestiduras que broten de la vuestra, podrá ser infinito y nunca quedaréis desnudos; y vuestra vestidura nueva, nunca jamás será desgarrada y será siempre impecable.

78 Y eso, ¿cómo podréis hacerlo? Ungiendo con vuestro amor, a vuestros hermanos, doctrinándoles, convirtiéndoles, Israel; todo aquél que sea converso al espiritualismo, poseerá desde ese instante la vestidura blanca, con que vengo yo señalando en Israel, a cada uno de los 144,000 marcados.

79 Cuántos videntes, os contemplarán; cuántas miradas espirituales descubrirán en vuestro frontal, mi triángulo de luz trinitario; y cubriendo a vuestro espíritu, una vestidura más blanca que los ampos de la nieve; y cuántos que no son videntes, por vuestras obras, por vuestras palabras, os reconocerán; y verán que en vosotros, no hay mancha; y verán que en vosotros, no hay miseria humana; y entonces dirán: estos son limpios de alma y espíritu, éstos son los hijos de la luz; y os preguntarán quién sois, quiénes sois vosotros; y vosotros responderéis: somos los espiritualistas trinitarios marianos, los que fuimos ungidos por el Maestro, en su tercer advenimiento a la tierra en cuanto Dios, como Verbo del Espíritu Santo.

80 Y así por vuestros pasos, el mundo se convertirá; hasta que llegue un instante, pueblo, en que el espíritu de la humanidad y grandes legiones del valle espiritual, lleven la vestidura blanca del Espíritu Santo, la vestidura de los ángeles, Israel; aquella que vosotros, contempláis en los mirajes; aquella que ha sido contemplada por los hombres a través de las edades, en los seres de luz del más allá; esa vestidura, será la que vista el espíritu de la humanidad, en los tiempos venideros.

81 Y pensad, mis amados, que ya la poseéis; que a vuestra alma, no la contemplo manchada y que a vuestro espíritu, no le contemplo vistiendo otras vestiduras, no le contemplo desgarrado ni en jirones; le contemplo: con su vestidura blanca en verdad y en espíritu.

82 Mas no os engrandezcáis, no os sintáis superiores a los demás, porque si eso fuere, entonces quedaríais nuevamente desnudo; y vuestra desnudez, no sería entonces contemplada solo por el Padre, sería contemplada por el mundo; y el mundo, no os daría nueva vestidura, ni tan siquiera tendría piedad ni caridad, para ocultar vuestra desnudez; el mundo ser mofaría y os señalaría ante los demás.

83 Pero eso, no será en vos, Israel, porque la luz de mi espíritu divino, desciende sobre vuestras conciencias; y esa luz, os reclama siempre la preparación, la espiritualidad y el recogimiento.

84 ¡Levantaos, pueblo, ya no durmáis más! Y pensad, que estáis edificando el verdadero santuario para el Padre; ese santuario, que es la unión de corazones de mi pueblo escogido.

85 Id al seno de vuestro hogar y allí preparad un pequeño santuario también; un santuario, semejante al que estáis formando con vuestra unión, en estos mis recintos benditos.

86 Reconoced mi Ley divina, de la cual se derivan todas las demás legislaciones existentes; para que entonces, los dictados de mi Ley de justicia, de amor y caridad, los apliquéis en cada uno de vuestros pasos; y en todos vuestros actos y deberes, para con Dios, para con vuestros padres, para con vuestros hijos, para con vuestras esposas y compañeras, para con vuestro mandatario, para con vuestros maestros; y para con todos aquellos, ante quienes tengáis que cumplir, un deber.

87 Sed vosotros en este tiempo de caos y de injusticia, en que no hay respeto, en que las instituciones más sagradas son holladas por la planta del hombre, sed vosotros los que las respetéis; sed vosotros, los que todavía las améis; y entonces, el Padre os tomará como el instrumento de redención para el mundo, como un ejemplo, como un espejo para la humanidad.

88 Porque si os concretáis, a manifestar vuestra palabra, sin sentirla vuestro corazón, sin ser asimilada por vuestro espíritu y vuestra conciencia, entonces, mi pueblo, no estaréis sembrando mi simiente divina, será una semilla vana que no germine en las entrañas de la tierra, que no germine en el corazón de los hombres.

89 Para que esta simiente, tenga en verdad, vida y para que germine, es menester que su esencia esté en vuestro corazón; y está, mi doctrina, será sentida y practicada por vuestro espíritu, antes que por vuestra materia.

90 A grandes pasos os llevo hacia el camino del cumplimiento, hacia el camino de la práctica, Israel; hacia el cumplimiento espiritual, que es la misión que en los tres Tiempos, el Padre os ha confiado, pueblo escogido; que es la misión que vosotros coronaréis, que culminaréis en esta Tercera Era.

91 Porque el nombre de Israel, volverá a resonar en todos los ámbitos y en todos los pueblos de la tierra. Porque el nombre de Jehová, volverá a ser de boca en boca y será temido por los hombres; pero Cristo, hará que el nombre de Jehová, sea comprendido, sea amado; y Elías, hará que el nombre de Jehová y de Jesús, sean comprendidos.

92 El nombre de esta doctrina espiritualista trinitaria mariana, resonará en todos los labios. El dulce nombre de María, será la caricia y también será consuelo entre los hombres de todas las razas y de todas las tribus. ¡Créalo el hombre o no lo crea!

93 Vosotros, sois los cimientos de mi gran templo; y esos cimientos, quiero que sean firmes, pueblo; sobre ellos, levantaré los muros y no sabéis quiénes serán los muros; y sobre los muros, colocaré las cúpulas y no sabéis quiénes serán las cúpulas; pero será tan alto, ¡tan alto mi templo! Que tocará con sus cúpulas la misma gloria y sus cimientos, quedarán en este mundo; y en el seno de ese mi templo, se escuchará siempre el himno de paz, se escuchará siempre el concierto celestial divino.

94 En el seno de ese mi templo, no existirán sacerdotes, ni habrá ministros, no habrá teólogos, ni filósofos, ni habrá científicos; no habrá señores ni habrá tronos, ni grandes ni pequeños, ni sabios ni ignorantes.

95 En el seno de ese mi templo, se escuchará la voz del Padre, su sentencia; y en él, solamente penetrarán las grandes legiones de espíritus encarnados y de espíritus desencarnados, para tener comunicación espiritual con su Padre, con su Dios; y las miradas espirituales, contemplarán la gran escala de perfección, la escala que comienza en este mundo y termina en el infinito.

96 En esa escala infinita, contemplarán los ojos del espíritu, a los espíritus de luz, a los nombrados ángeles por vosotros, que paso a paso, os conduce n al seno del Padre; pero esos cimientos no son de piedra, esos muros no serán de canteras; esas cúpulas, no serán de las mejores piedras que tengáis vosotros; ese concierto y esas notas, no brotarán de vuestros mejores instrumentos musicales; esa escala, no la habrán hecho vuestras manos. Todo será en espíritu y verdad, todo será de eternidad, todo será de esencia divina y espiritual; y ahí vuestros espíritus, sentirá n la presencia de la Verdad, la presencia del Padre en toda su magnitud y en todo su esplendor.

97 Ese es el templo, en el cual penetraréis todos vosotros; ese es el culto que todos los espíritus, elevarán a mi espíritu divino: el culto sencillo, simple exento de ritos, de ceremonias falsas, de festines profanos, de actos materiales y esplendores, que no llegan a mí; ese culto, será: el de la elevación de vuestro espíritu, por obra de la fe, del amor y de la espiritualidad.

98 Si habéis comprendido, mi pueblo, ¡habéis sentido mi palabra! ¡Llevadla en vuestro corazón y en vuestra conciencia! ¡No la olvidéis jamás! Mas, si la olvidáis, yo la dejo escrita en el papiro, a través de mis plumas de oro; y ella, será nuevamente leída, oída y escuchada por vosotros; y cuando sea escuchada al ser leída por medio de los escritos, yo estaré en los labios, yo estaré en las letras, yo estaré en las palabras presente, en verdad y en Espíritu; y no solamente entre vosotros, sino entre todos aquellos que escuchen mis palabras, a través de la lectura de los escritos.

99 ¡Israel! Le he hablado solamente a vuestro espíritu, le he fortalecido y le he sanado; es mi voluntad que esta fuerza, que esta luz, que ese bálsamo derramado sobre cada uno de vuestros espíritus, lo sienta también vuestra materia, que vuestra carne participe también de esa paz, que vuestros cerebros se iluminen con esta luz, que vuestra sangre se vivifique con esta vida y que vuestras dolencias también, se alivien con este bálsamo divino.

100 Le he entregado el pan a vuestro espíritu, el pan de la vida eterna, la vestidura, todo cuanto ha menester el espíritu; y es mi voluntad, que también vuestra carne se revista con la virtud, con la moral, con la fuerza.

101 Que vuestro espíritu, también levante a la carne y le sustente espiritualmente, le conduzca al cumplimiento de los deberes materiales, le haga sentir la fuerza y el alimento que él mismo ha llevado, al oír y escuchar de mi palabra; y con esto, el Maestro, quiere decir: que recibiendo vuestro espíritu, recibe vuestra materia.

102 Y os enseño, mi pueblo, que llegando solamente vuestro espíritu ante mi planta, a través de vuestro espíritu, contemplo vuestras necesidades materiales; a través de vuestro espíritu, contemplo y palpo vuestro destino, vuestras quejas, todas vuestras peticiones y vuestras necesidades; y no es menester, que las hagáis presentes en un listarío, porque yo contemplo que vuestros listaríos son incompletos, no me pedís todo lo que en verdad, necesitáis; porque ni vosotros mismos, sabéis, lo que estáis necesitando. Mas yo soy el que palpa todo lo que habéis menester, no solamente en el presente, sino en lo venidero.

103 Dejad que siempre vuestro espíritu, se incline ante mí, si viene a pedirme perdón; que se arroje en mis brazos, si viene contrito y está arrepentido, que lo demás todo lo sé en verdad y en Espíritu; como en este instante, he derramado desde mi alto solio los dones de la paz, de la luz, de la fuerza, del bálsamo de curación, de la concordia, del perdón, del acercamiento de los ausentes, de la solución de las pruebas y he levantado purificaciones, también, he bendecido vuestros hogares y a vuestros enfermos.

104 He entregado mi bendición y mi ósculo paternal en la niñez bendita que me hacéis presente; le entrego una vez más el báculo al anciano y dejo un guardián invisible a la diestra de las doncellas y de toda la juventud. Le entrego la fortaleza, la caricia a la mujer, a la esposa, a la madre de familia, a la mujer que va cansándose por los golpes de la vida, por las ingratitudes y por los sufrimientos.

105 He venido a daros un cáliz, pero no de amargura, sino de miel para vuestros labios, para que tengáis paciencia; para que en medio de tantos sufrimientos y amarguras, saboreéis de este amor que desciende del más allá; y tengáis la fuerza y la luz suficientes, para ir paso a paso en el cumplimiento de vuestro destino; mas, no serán los vuestros, los que os coronen aquí, sería solamente la corona de espinas, la corona de la ingratitud, las flores pasajeras, las flores fugaces. Yo soy el que posaré, la verdadera corona, en vuestras sienes.

106 Seguid cada quien de vosotros en su destino, en su misión y en su camino, con la fuerza que os entrego en este instante, llevando mi bendición y mi perdón, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

107 Ahora, pensad en los demás, elevad cinco minutos de oración por todos los pueblos y naciones. ¿Qué podéis pedirme para vosotros o para los vuestros, si todo os lo he entregado?

108 ¡Olvidaos de vosotros mismos; y pensad en los hombres que conduce n a los pueblos, pensad en los hombres que guían a las grandes porciones de humanidad; pensad en los espíritus que instante por instante se desprenden hacia el más allá, sin preparación espiritual; pensad en el necesitado del cuerpo y más aún en el necesitado del espíritu; pensad en el caos por el cual atraviesan los hombres, en aquellos grandes pueblos en donde ya no se conoce la paz, la familia, el amor, los afectos, todo aquello que como dones y complacencias he derramado yo, en el corazón y en el espíritu; pensad en ellos y sentid su propio dolor, velad por ellos y orad también, mi pueblo! Y en verdad, os digo, mi pueblo: lo que por el mundo me pidáis, yo al mundo se lo entrego.

109 ¡Abrid vuestras manos, en ellas deposito espiritualmente en este instante, hacia vuestro espíritu, mi gracia! ¡Recibid mi gracia y mi caricia, y emprended vuestro vuelo! ¡Por medio de vuestro propio pensamiento, ¡transportaos a los pueblos, a las naciones, a los hogares, a los corazones desolados de los hombres, de los niños, de los padres y madres de familia, a todos ellos id!

110 ¡Transportaos espiritualmente! ¡Visitad los campos de guerra y los campos de dolor, id a los caminos donde el hambre y la necesidad se han enseñoreado! Y ahí, ¡derramad lo que en este instante os he dado! ¡De la caridad que os he confiado, Israel! Por esta oración, yo bendigo y perdono al universo y le entrego mi caricia, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Adiós, pueblo amado! ¡La luz de mi Espíritu Santo, es entre vosotros!

¡Mi paz, sea con vosotros!

56. El palacio blanco y cristalino y sus doce puertas

Martes 21 de septiembre de 1948

(Saluda el Divino Maestro)

Elías:

1 Ante tus divinas plantas, ¡oh! Maestro divino, he aquí al pastor de todos los tiempos, de encarnados y desencarnados. ¡Helos aquí conmigo! Estoy haciéndote presente a mi rebaño, que desde temprana hora, vengo preparando por tu voluntad bendita. Dígnate a recibirles, ¡oh! Padre amorosísimo.

Divino Maestro:

2 Elías, que venís delante de este rebaño en este día sacrosanto y que hacéis presente al rebaño que ha escuchado, que va despertando el uno y el otro; he recibido también los que atrás vienen, ellos también han escuchado vuestra voz y vienen en pos de vos, porque saben en el espíritu que vos sois el que vais guiando en este tiempo a este rebaño, que le vais llevando y le vais congregando en los rediles para que ellos reciban, para que allí sepan escuchar y prepararse de Espíritu a espíritu; para que mañana, pasado este tiempo, cuando ya no escuchen vuestra voz humanizada, ni la del Maestro, ni la de la madre, ni la del Padre, ni la de mis seres espirituales de luz, esa voz que escucha el espíritu, lleno de amor, que en el lenguaje humano no han sabido interpretar; esa emanación de mi palabra que es esencia de amor y sabiduría, la logren percibir directamente de Espíritu a espíritu.

3 El Maestro recibe al rebaño, a todos por igual, a los espíritus encarnados y a los desencarnados, a los espíritus que vienen moviendo materia, como aquellos en la cual están luchando por despertar y después poderla dominar conforme a mi voluntad, para que sepa encaminar a la materia el espíritu y no al espíritu la materia.

4 Yo, les recibo; y ellos, os esperan y ansiosos están de recibir una vez más la caricia del pastor, la palabra que penetra en lo más profundo de sus corazones. ¡Id y preparadles! Para que después, el Maestro, vaya a enseñarles una vez más sílaba por sílaba y palabra por palabra, lo que para ellos es la luz que han de menester sus espíritus en estos últimos años, para finalizar el último día de 1950. ¡Sed con ellos! Que cuanto les entreguéis, efectivo lo contemplarán en su camino, porque ésa es mi voluntad.

Elías:

5 Con tu permiso divino, cortos instantes voy con mi rebaño a posar lo que sea tu santa voluntad, a cada uno de ellos.

en el alto y bendito nombre de mi Padre Eterno Gran Jehová, en el alto y bendito nombre de la segunda presencia, que presente es entre vosotros y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo, os doy mi saludo espiritual ¡oh! Rebaño amado, yo os perdono y bendigo en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en el nombre del Espíritu Santo y por vos, bendigo y perdono al universo entero.

6 En este instante que habéis llegado con paso lento hacia la fuente de la gracia, hacia el árbol corpulento preparado por la voluntad omnipotente del Padre, vais a dejar vuestras penas, vuestros dolores, vuestros sacrificios que instante tras instante vais saboreando en el camino.

7 Ha sido menester que vuestro pastor, esté entre vosotros, para prepararos; para que todo aquello que pueda impedir la preparación para la limpidez de vuestro espíritu y de vuestra materia, el pastor lo aparte de vuestro camino; y entonces, podáis saborear y recibir de lleno, lo que sea la voluntad del Maestro, entregaros en esta alba bendita de gracia.

8 Prepararadas os dejo ovejas benditas, yo que os voy librando del peligro, de los abismos, cumpliendo una vez más con la misión que el Maestro de maestros ha puesto en mi espíritu Maestro, he entregado conforme ha sido tu voluntad, preparadas han quedado y si contemplas todavía alguna falta, alguna mancha, en ellas, sólo te pido el perdón a sus faltas.

Divino Maestro:

9 Bendito seáis, Elías, que sois simbolizando al anciano venerable que constantemente encubriendo va a su rebaño y lavándole su lanilla para que el pastor de pastores, no contemple mancha alguna.

10 En verdad os digo: no veo su mancha; sólo en ellas veo, que son vuestro rebaño, que son mis hijos, que son los herederos de mi paz y que son cual peregrinos que van dando sus primeros pasos para hacerme presente su amor; mas ese gran amor, el Maestro ha venido a enseñarles y a señalarles el camino recto para que no caigan una vez más, para que sea la última peregrinación, para que ellos vuelvan a mí, porque después de este tiempo dentro de esta era del Espíritu, ya no vendré a ellos, sino ellos irán a mí.

11 Volad, Elías, al lugar que tenéis destinado; y desde ahí, seguid preparando, seguid en vuestra gran lucha por las comarcas, por las aldeas, por las naciones; mirad que el Maestro, contempla a aquellos que con toda la fuerza de su corazón, anhelan y desean la paz y por instantes, han llegado a blasfemar, pero ellos son los ciegos, que por cortos instantes se han olvidado del Padre, pero el Padre no les ha olvidado.

12 A petición de este pueblo, aquellos alcanzarán y de plácemes serán. Mas, es menester que saboreen ese cáliz de amargura para que limpien su falta y después, sean de plácemes y tributen alabanzas a su creador y sepan que el Padre, es justo, que es el juez perfecto y también su amor es perfecto. ¡Volad, Elías! Que los ángeles os esperan para cantar hosanna a vuestro espíritu.

13 Ovejas benditas, una vez más el pastor se despide, dejándoos la paz entre vosotros.

14 ¡Mi paz, es con vosotros! Pueblo bendito; la paz, que anhela y busca vuestro corazón; la luz, también es con vos, alumbrando cual luz refulgente y radiante; y entonces, comprendáis y palpéis con vuestras pupilas en verdad, la luz de este tiempo y esta era de luz.

15 Desde el instante en que viene asomando en el horizonte la luz del astro rey, en esos instantes también viene encaminada la luz del Padre que alumbra a todo el universo y baña de polo a polo el globo terráqueo.

16 Es mi luz, que desde el más allá, viene a través de las nubes del éter y regándose en el universo llega a este planeta y viene a descansar en este día de gracia en los pedestales de los distintos lugares; para a través de ellos, convertirla en palabra sonante en vuestro propio lenguaje humano.

17 Mi Verbo viene cual rayo de inspiración, para ser palabra de consuelo, palabra de amor; y si por un instante, llega hasta el fondo de vuestro corazón cual reclamo, son cual dardos que penetran en vuestro corazón para arrancar la mala hierba, quedando vuestro corazón lleno de paz, lleno de amor, para que ese corazón quede heredad o de mi enseñanza divina y de mi luz; para que después, haga brotar de esos labios, palabras de verdad y de alta conciencia, para que seáis el verdadero Hijo de la luz de este tiempo, el heredero de su gloria, para que seáis la sal del mundo que ha de dar buen saborío, para que seáis el fuerte que dará la savia que ha de penetrar en su corazón cual buen consejo, para que sepan guiarse en el camino y sean hombres de paz y de amor.

18 En todos los tiempos, habéis sido el privilegiado pueblo amado, espíritus encarnados de este tiempo que escuchan en estos instantes, en distintas casas de oración al Maestro: todos sois el Israel del primer o, segundo y Tercer Tiempo, aún los que se creen extranjeros, en tiempo lejano todos habitaron reunidos y congregados y todos pertenecían a una sola familia; y esa familia, reconocía al Padre.

19 Mas, pasó el tiempo, llegó la metalización, se apartaron del camino, entonces vine a mover la materia de Jesús, para reuniros y congregaros, para daros a saber quién sois, quién habíais sido y adónde teníais que ir; mas teniendo en vuestras manos las profecías de mis hijos, aquellos que por un instante supieron elevarse de espíritu a Espíritu para transformar las inspiraciones en profecías, no supisteis comprenderlas; y ni aun diciéndoos que yo era aquél que esperabais, no me escuchasteis porque erais el sordo y erais el ciego.

20 No teníais una base firme, en donde posar vuestras plantas, porque aquellos que os habían enseñado las materialidades, que se habían metalizado y habían formado sus palacios y sus tronos, no os la habían dado.

21 Contemplasteis aquel varón que no llevaba cetro, ni llevaba corona y en verdad era el rey; y no le creísteis, cuando escuchasteis que era menester abandonar todo. Entonces disteis las espaldas y os fuisteis por vuestros caminos, los unos fuisteis a poner en precio vuestro metal, los otros fuisteis a vuestros negocios y me dejasteis por un instante con la torta de pan en la mano y también con el cáliz que manaba de agua cristalina; os fuisteis por vuestros caminos, mas pasaron los tiempos y vos volvisteis a mí.

22 Principiaron aquellos doce que muy de cerca me siguieron, a llevar la sal al mundo y dar buen saborío a sus hermanos y a las naciones y vos, no la probasteis; aquellos terminaron su misión y fueron hacia mí y vos, no habéis podido llegar a mí.

23 Hoy, vengo a vos, para deciros: ¡seguidme! Yo soy el camino perfecto, yo soy la luz verdadera y la paz. ¡Seguidme! Y os recibiré al final de los tiempos, quitaré el polvo que habéis recogido en vuestro camino, acariciaré vuestras heridas y ahí recibiré vuestro cumplimiento y descansaréis de tanto peregrinar.

24 Mas ahora, como en el primer o y como en el Segundo Tiempo, no tuvisteis base, porque en el Primer Tiempo al Padre no lo habíais contemplado, sólo lo contemplasteis a través de Moisés y de sus profecías, sólo así pudisteis contemplarle; y habiendo existido siempre, os contaminasteis con la idolatría.

25 En el Segundo Tiempo, no comprendisteis a Jesús, ni os apoyasteis en la base de Moisés; y en este Tercer Tiempo, no le contemplaréis con vuestras pupilas materiales, ya que la base de mi doctrina espiritual, es Cristo. En este tiempo hay una base, hay un camino en donde pongáis vuestra planta firmemente; camino, que es el Maestro de maestros, la palabra, la Verdad, es la metáfora y la parábola que se encierra ahí; es la base y no podréis equivocar el camino.

26 Por un instante van a querer confundiros los científicos, mas corresponde al Maestro, sus intenciones; y como en todos los tiempos, os pone alerta, para que no caigáis en tentaciones.

27 Se levantarán los hombres de distintas sectas y os hablarán de tiempos pasados, se levantarán para hablar, de lo que ya no pueden hablar, de lo que escrito ha quedado a través de los siglos. Os dirán que Moisés, estuvo en el Sinaí; os dirán que Abraham no escuchó a Jehová y llegará la osadía de ellos que dirán que Jesús, no fue el Hijo unigénito del Padre y que Cristo y el Padre, no son una misma esencia y presencia.

28 Pero esto ya lo sabéis, estáis prevenido por el Maestro y os he dicho que desde hoy, hasta el año 1950, no habrá pregunta que no sea esclarecida para que sea la luz en abundancia, para que sea la antorcha que ilumine, que siempre esté por encima, para que ella brille y todo sea alumbrado.

29 A muchos de vosotros y en distintas partes, mi mundo espiritual os ha explicado estas revelaciones; y hoy una vez más, os digo para que sepáis, que la justicia, la caridad y el amor perfecto, forman parte de la sabiduría del Padre.

30 A medianía de la primer a era, encontrabase un varón que tenía un vástago, aquel varón fabricaba y hacía figuras con sus manos, para que los hombres les veneraran y les adoraran. Las figuras eran de metal, de piedra y de distintas materias. Las daba y las vendía; y les hacía creer, que tenían dones y que estaban simuladas las “divinidades” en ellas.

31 Aquel vástago, contemplaba el trabajo de su padre; y él, no encontraba esencia en esas figuras; y un día, le preguntó: ¿y esos dioses, comen? Y aquel padre al escuchar aquella pregunta, que no podía contestar, le dijo: sí, hijo, comen, mueven sus labios y hablan aquel vástago por instantes, respetó la voz de su padre, pero en él había una lucha y se decía: ¿cómo es posible que esas esculturas, sean dioses? ¿Acaso mi padre es el Dios principal, porque él les da forma? Aquel vástago luchaba grandemente en su conciencia, en su mente y en su corazón.

32 Una noche al ir a su lecho, quedóse muy pensativo, había contemplado el cielo en todo su esplendor pletórico de estrellas, había contemplado los luceros y las estrellas que brillaban y meditando profundamente, se preguntaba, ¿qué poder había sido aquél que había formado esas luminosidades y las había colocado en el inmenso cielo?

33 Entonces, yo contemplé que luchaba en sí mismo, y le hablé a su espíritu y le dije: ¡hijo mío! Aquel espíritu se estremeció, y entonces en medio de su estremecimiento, dijo: ¿quién eres, que me dice: hijo mío? Entonces le dije: yo soy vuestro Padre; y él preguntó: ¿soy tu hijo? Y, ¿en dónde estás que no te veo? Y entonces le dije: estoy en el infinito, yo he puesto esas estrellas, yo soy el supremo hacedor del universo y de todas estas maravillas.

34 Entonces su espíritu, por un instante, se confundió y retornó a su materia, aquel vástago despertó de su elevación que sin querer había adquirido, se levantó y fue a la gran galería, donde su Padre tenía a sus dioses materiales y preguntó a los ídolos quién de todos le había hablado, mas, ninguno le contestó.

35 Así empezó a buscar a aquél que se le llamaba Padre, busco y busco y no lo encontró; sin embargo, fue elevándose más y más y contempló que se encontraba en medio de la idolatría.

36 El Padre, no permitió que fuera imbuido por un espíritu en oscuridad, para que no se llegara a confundir en esos tiempos; entonces la tercera noche, le hablé por su nombre, y le dije: Abraham, vos seréis la simiente de una nueva raza, de un pueblo grande que será numeroso como las mismas estrellas y algún día me veréis, cuando sea el tiempo llegado.

37 Aquel buen mozo, desde ese instante, no se postraba ya ante los ídolos ni las figuras hechas por las manos del hombre; se apartaba de ellas, para tener mayor elevación y comprender lo que yo le indicaba, para que él empezara a enseñar el culto al Dios invisible y sembrar la simiente del que sería su nuevo pueblo, de su pueblo que había de ser, el más querido del Padre y también el más ingrato.

38 Pasaron los años y Abraham, se comunicó espiritualmente con el Padre, empezó a preparar su descendencia y nuevamente, hizo el pacto.

39 He aquí, en verdad, vuestro espíritu, es parte de su linaje espiritual; linaje o tronco espiritual, que hoy lleváis espiritualmente en vosotros.

40 He aquí al primer padre, de vuestra raza, de aquel primero y Segundo Tiempos; que hoy, en este Tercer Tiempo, sólo lo lleváis cual linaje en vuestro espíritu; de ese ser, que supo conversar con el Padre, aun viviendo entre la idolatría.

41 Aquellos que se están preparando, no debéis confundiros, llegado el instante, el mundo espiritual os explicará; mas, os he dicho que lo que ignorabais, ya no lo ignoraréis, pues os será explicado.

42 Así pasaron los tiempos y hoy vengo a manifestarme espiritualmente; grandemente ha evolucionado el espíritu y grandemente también, es el amor del Padre, para venir a manifestarse en esta forma.

43 Así me manifesté con Abraham, así me manifesté con Jacob y así me manifesté con Moisés; y después, ya lo sabéis, en la materia de Jesús, el instrumento humano más perfecto de todos los tiempos; y hoy, a través de estos hombres pecadores como vos, pecadores desde el instante de pisar este mundo, porque si no fuesen pecadores, no estarían en este valle terrenal, estarían ya muy cerca de vuestro Maestro.

44 Así llegará el momento y los instantes, en que caigan; se sentirá el sequío, el hambre y la sed, entonces llegará a oídos de ellos noticias que en esta tierra, se encuentra un gran palacio con doce puertas; ese palacio pletórico de semillas y en el centro una fuente de agua cristalina.

45 Vendrán cual peregrinos y serán servidos por aquellos doce, que están en cada puerta; llevarán la semilla, el agua cristalina y les indicarán cómo se siembra y cómo se mantienen; y que no se seca, esa fuente, como el pozo de Jacob material.

46 Todas las naciones, se acercarán y verán cómo en el lugar donde se encontraba un abismo, en su lugar se levantó un palacio blanco y transparente y sus torres llegan al celo; ese abismo era la iniquidad y la muerte que fue abolida.

47 Así también digo a vosotros: y en este tiempo, es menester que haya lucha, es menester que haya abismos, para que se levante ese palacio con doce puertas, para que después, penetre en él toda la humanidad; y todo aquél que penetre en ese palacio, de plácemes será y sentirá la paz, la tranquilidad y mitigará su hambre y su sed.

48 Mas no temáis, pueblo bendito, no temáis discípulos amados, ruiseñores benditos, porque unos y otros, en los distintos rediles de mi amor, en mis casas de oración, aún en aquellas donde ya no pongan mis símbolos y aún en las que los tengan, seréis perseguidos; y así será el bautizo, para dar a conocer mi doctrina en el mundo entero.

49 Mas, no temáis porque estas vicisitudes han de acontecer; ya que vosotros, sois los luchadores y seréis vencedores de las mil pruebas, en vuestro camino, en vuestra materia y en vuestro propio espíritu. Para que cuando sea esta gran lucha, sepáis llevarla serenamente y salgáis avante.

50 Perseguirán a los míos, a las comarcas y aldeas, en las cuales en este instante me estoy manifestando. ¡También seréis perseguidos por los saulo; mas, ellos me escucharán y seguirán al Maestro, porque comprenderán qué tan duro es dar de acoses al aguijón. Comprenderán, qué es el torrente de agua cristalina y quién detendrá la corriente, cuando haya encontrado su cause! Nadie en verdad, solamente el poder del más allá.

51 Por esto y por muchas vicisitudes más que os vendrán, el Maestro os dice: no temáis, muchos de vosotros, también pasaréis pruebas pero si sabéis prepararos, en cinco minutos de oración, yo hablaré y moveré vuestros labios y confundiréis aún a los mismos filósofos y teólogos; mas para ello, os dije que llegará a vos mi inspiración; y si en esos momentos, os pidieran pruebas y si fuese mi voluntad, con solo una palabra, aquél sería levantado de la tierra; y entonces, gran temor llevarían, creerán en el poder de la enseñanza que lleváis, creerán que es mi enseñanza, la que mucho años, en este Tercer Tiempo, os di.

52 Por eso preparaos alba tras alba, por uno y por otro entendimiento, he de entregaros mi palabra; por un instante, por unos y por otros portavoces, no os reclamaré; el reclamo, lo encontraréis en vuestros hechos, conforme a la manifestación de mi Ley.

53 Porque mientras en unos lugares, estoy reclamando y dando órdenes; en otros, estoy dando y entregando mi enseñanza, para que en un momento señalado por mí, sean reunidos todos los escritos de mis cátedras; para que después, sean dados a conocer a todas las naciones.

54 Cuantos de vosotros, seréis testigo, de aquellos que al ver los escritos de mi enseñanza, derramen lágrimas por saber que me manifesté y ellos no supieron; mas, en esto, así ha sido mi voluntad.

55 Ese palacio blanco y transparente, en verdad, es la nueva Jerusalén, la segunda Jerusalén; las doce puertas, son aquellos que pertenezcan a las doce tribus, porque en cada puerta, está una tribu y en cada una, penetrarán los de esa misma tribu. El agua que vivifica a la fuente que mitiga su sed, es la esencia del Verbo Divino que va penetrando; y el pan que calma hambre, es la sabiduría de la palabra, es el pan de vida eterna y no el pan de levadura.

56 Contemplad cuántos han emprendido ese largo viaje, que no conocieron el pan sin levadura y mirad cómo van dando tumbos en el camino; son los que al emprender el gran camino de la vida, se encontraban estancados, hasta que Elías y mi mundo espiritual de luz, les entregó fortaleza a todos; porque los hombres que lo tenían, no supieron darles el pan, no supieron darles el agua cristalina; y en verdad, habían quedado detenidos a la medianía del camino.

57 Vosotros, no os quedaréis a la medianía del camino estacionados; y si lleváis cual báculo mi Ley, no quedaréis tirados en vuestro transitar en el camino, sino que levantaréis a los que se quedaron; seréis imitando a Elías, para que todos sigáis adelante y labréis el bienestar y el descanso dentro de la eternidad.

58 Os he entregado conforme ha sido mi voluntad y os he recibido. A través de mi palabra, he apartado vuestro malestar, vuestro dolor, la angustia que por instantes me hacíais presente.

59 He apartado de vos, de cada uno de vosotros, ¡oh! Corazones de espíritus encarnados, el mal que me hacíais presente, para que salgáis fortalecidos en esta alba de gracia.

60 A vosotros, labriegos; a la niñez, también he apartado y he posado mi luz y mi caricia en ellos, para que se levanten, porque llegado el momento, será cuando resuene mi voz y en su mente humana y en su conciencia, haga la palabra que escuchen; y entonces, comprendan que ellos, la escucharon y que quedó grabada en su conciencia, porque son los espíritus privilegiados que uno a uno os estoy mandando, los que han de proseguir la labor del buen camino; fijaos: del buen ejemplo en cómo se lo vais dando y qué vais caminando a paso de mansedumbre; para que también así se levanten, dirigiendo a la humanidad y amonestándoles también, cuando tergiversen el camino.

61 Mas antes de todo eso, es menester que haya lucha, para que después quede la paz, porque la mala hierba puede encontrarse y ha criado raíces en el corazón del hombre; y al arrancar las raíces, va a ser menester exterminar al corazón y al exterminar el corazón del hombre, perece la carne; y entonces, al espíritu, daré nueva materia para que cumpla, ya que no ha cumplido, para que en su nuevo corazón, eche raíces la buena siembra y entonces, vendrá la paz.

55 ¡Llevad mi bendición todos, en este día de gracia! ¡Saturad todo a vuestro paso, con el amor que os estoy dando en mi enseñanza! ¡Adiós, pueblo amado.

¡La paz de mi espíritu divino, no se aparte de vosotros!

57. La doctrina divina se extenderá a toda la tierra

Domingo 10 de octubre de 1948

1 Mi mirada de Padre, se posa en vuestro corazón, hijos del pueblo de Israel; y contemplo, que os habéis lavado y preparado para escucharme; que os habéis recogido en espíritu y en verdad, en esta alba de gracia, que habéis olvidado todo lo que pertenece a vuestro cuerpo y a vuestra existencia material; y venís, a alimentaros con mi palabra, a llenaros de su esencia y a sentir profundamente mi presencia en vosotros.

2 Y yo os amo, pueblo de Israel, y vengo a manifestarme cerca de vos; por conducto de vosotros mismos, os hablo en vuestro propio idioma, para que podáis comprender mi anhelo y así me escuchéis.

3 Me mostráis con humildad, vuestro corazón; y me decís: lee en él como en un libro abierto, haz en nosotros tu voluntad. Y me dice, el discípulo: conforme seré, con lo que ordenares y mandares a mi espíritu.” . Sí, mi pueblo, contemplo la fe y la confianza que habéis puesto en mi divinidad.

4 Sabéis que soy amor; y todo lo que os he dado en vuestro camino, es justo y es para vuestro bien, por eso confiáis en mí y me pedís.

5 Sabéis que estáis atravesando el camino de la restitución, que no habéis venido a la tierra a recoger los goces, que no está en la tierra la paz del espíritu, que no está aquí la patria que os pertenece; sabéis que sois un morador pasajero en la tierra y que os espera una vida mejor, una vida superior a ésta que estáis viviendo; y queréis labrar para esa misma vida, méritos y galardón.

6 Sí, pueblo de Israel, en esta tierra sentiréis, cuando estéis preparado la paz de mi Espíritu; esa paz que el mundo desconoce, vos la conocéis y la tenéis; esa dulzura que se derrama en mi palabra, esa grandeza que habéis sentido en mi presencia, el mundo no la tiene, pueblo amado; y la necesita, carece de ella; la espera porque sabe que es mi hijo, que es la criatura predilecta y está esperando el momento del perdón de su Padre, el momento en que yo me acerque a él.

7 Todos seréis dueños de esta paz. Todos conoceréis la luz de la Verdad, mi palabra se extenderá e irá de labio en labio, de hogar en hogar, de pueblo en pueblo.

8 La buena nueva de mi presencia entre vosotros, cundirá, pues ya estoy extendiendo mi obra por conducto de los labriegos; pero he contemplado de ellos y de mi pueblo escogido: su lento caminar, la escasa fe, el temor al juicio de sus hermanos y por eso mi obra, no ha sido más allá de los pequeños límites en que vosotros, la habéis encerrado; y esa, no es mi voluntad.

9 Mas, hoy, os digo: ¡preparaos! Para que seáis el discípulo, que podáis llevar con pureza mi palabra en vuestro corazón y la deis a conocer sin mancha, sin adulterio, sin menoscabo.

10 Quiero que depuréis todos vuestros actos, vuestros sentimientos, pueblo.

11 Quiero que vuestra mente, se eleve con la luz que os he dado.

12 Quiero hacer de vos, un hombre de bien, un hombre de justicia en la tierra; que conozca profundamente la Ley y la practique; un hombre, que sea ejemplo para los demás, un báculo para la humanidad doliente, un manto que enjugue las lágrimas de tantos que afligen este tiempo, una mano caritativa que se pose en el que sufre. Así he querido prepararos y así os dejaré preparado.

13 Mi palabra, irá penetrando paso a paso, en vuestro corazón. Mi obra, irá siempre adelante, pues os he preparado desde tiempo ha en la tierra y he preparado también los ejércitos espirituales; y todos esos seres, están al servicio de mi causa divina.

14 Vosotros, llevaréis a buen fin, la obra que os confío; velaréis por ella, seréis celosos, seréis prudentes; en los actos de vuestra vida, la daréis a conocer; y con vuestros actos, testificaréis vuestra fe; como en los tiempos pasados, mis discípulos, han sido los enviados que han dado testimonio de la Verdad con sus actos, con su vida y con su ejemplo.

15 Ahora os contemplo aún débil, pueblo, por eso os he pedido la unión, para que seáis fuerte; para que el pueblo de Israel, sea espejo de la humanidad; para que sea como un solo Espíritu, una sola mente y un solo corazón; y doquier que la humanidad encontrare a uno de mis discípulos, contemple en él reflejada la faz de su Maestro.

16 Pueblo escogido, os he enseñado la humildad, el amor, la prudencia y la paciencia también.

17 Os he dicho: esta obra que os encomiendo, no es obra de un instante; es la obra, de regeneración de la humanidad, la obra de depuración de todos los actos.

18 La obra de espiritualidad, es una obra de mucho tiempo; es una obra infinita; y en este tiempo de mi comunicación, no la contemplaréis terminada en la tierra; por eso os digo: sed paciente, sed perseverante lo que hoy alcanzareis como mérito, guardadlo; y sobre este paso que hoy habéis dado, dad otro paso más.

19 ¡No retrocedáis, no temáis el mañana; no temáis ir demasiado adelante y perder el camino!

20 ¡Yo estoy en todos los pasos de vuestra vida! ¡Yo estoy tras de vos y delante de vos, a vuestra diestra y a vuestra siniestra, abajo y sobre vos también me encuentro, pueblo amado! ¿Qué podéis temer, si vuestro Padre os ha dado potestad y os ha dicho que está con vos?

21 La fuerza de mi Espíritu, os reviste. Una fuerza interior, habéis contemplado que os anima, a luchar sin cansancio. Los unos, habéis luchado año tras año y habéis contemplado la alborada de cada día, como si fuera la primera, en la que habéis luchado para mi obra.

22 Sí, pueblo amado, por eso os he dicho: el camino es infinito, en cada paso encontraréis alicientes para vos; yo sembraré vuestro camino de acontecimientos plenos en prodigios de amor, yo llenaré de paz vuestra existencia.

23 Yo, os daré a cada instante: caridad pero sed el buen discípulo que sepa estudiar y analizar, que sepa comprender el tiempo en que se encuentra y lo que su Maestro os pide de vosotros mismos.

24 Pueblo escogido de Israel, estáis en los últimos instantes de este tiempo bendito que os confiado; y aún os contemplo débiles; y los unos, estáis dando vuestro primer paso.

25 No contemplo el fervor dentro de vuestro corazón, os enfriáis a cada instante; los unos por las pruebas que encontráis, vuestra fe vacila, no habéis alcanzado la firmeza, dudáis también por momentos; y el Maestro, os dice: mi obra es pura, es justa y perfecta.

26 Mirad hacia mí, buscad la perfección en mí, pueblo amado.

27 No busquéis perfección en los labriegos, en los que van delante de vosotros; no pidáis de ellos, absoluta justicia y perfección; ellos son humanos todavía y están expuestos también a caer, están luchando también por su propia redención.

28 Por eso, os digo pueblo: la perfección que anhela vuestro corazón, buscadla en mí buscadla allí, donde yo me encuentro y desde donde os hablo; en la escala, donde todo es perfección, luz, amor y paz.

29 Las virtudes, aún no se han acrisolado en el corazón de mis hijos; están luchando todavía por adquirir virtud y han encontrado reaciedad en su materia; y han encontrado a su paso también, la voz del adversario que a cada instante quiere hacerles salir del camino verdadero.

30 Mas, no temáis, mi potestad es con ellos, no caerán, no debilitarán; los que yo he nombrado y escogido, para que os guíen en la tierra, en verdad son librados a cada instante, de las perturbaciones de este mundo.

31 La luz de mi Espíritu, se ha derramado en todos los espíritus y todos han tomado según su anhelo, su amor y su afán de servir a la humanidad.

32 Mi palabra, ha sido la misma para todos.

33 Yo he preparado a todos los labriegos con la misma palabra; y he aquí, que encontráis a los unos dando grandes pasos ya en el camino; y a los otros, los encontráis retrasados aún.

34 Es el anhelo de cada espíritu, no es la grandeza de cada uno, pues todos estáis formados a imagen y semejanza mía. Todos habéis sido formados con la misma sustancia, con la misma vida, con el mismo amor. Mas habéis evolucionado; y los unos, os encontráis ya dando grandes pasos y guiando a los demás.

35 Os habéis levantado, con la buena voluntad en vuestro corazón. Habéis desconocido todos los cargos que pertenecen a la tierra y lo que es innecesario al espíritu, lo que es superfluo lo que es impropio de vosotros, en este tiempo; y así, me presentáis vuestro espíritu: dispuesto a seguir luchando y yo, os bendigo y os concedo mayor gracia.

36 ¡Bendito seáis, pueblo! Que unificáis vuestro pensamiento y formáis con él un solo sentimiento; el sentimiento: de oírme, para obedecerme después.

37 Lleváis en vuestro corazón, el deseo de practicar para conocer la grandeza de mi obra; porque después, no podréis experimentar las delicias de esta obra bendita si no practicáis, si sólo oís mi palabra y os recreáis en el instante de oírla; y después de oírla, la olvidáis y vais por los caminos de la vida despojado de ella; volvéis después, a escucharla nuevamente y recreáis vuestra mente, vuestro corazón y vuestro espíritu, para olvidarla una vez más.

38 Mi palabra, es enseñanza; y podéis practicarla en el mismo instante, en que la estáis escuchando y en el mismo momento en que salís del recinto.

39 Si yo os he enseñado el amor y os he dicho que él es la primer a Ley; y que en ella, se encierran todas las legislaciones y todos los preceptos; si os he dicho que a nadie distingáis, que a todos améis; si os he dicho que yo no contemplo diferencia entre mis hijos, que todos sois iguales para mí, que a todos os amo; entonces, vos pueblo, ¿por qué habéis amado a los unos; y a los otros, habéis desconocido? ¿Por qué os habéis alejado de unos; y tan sólo, estáis con otros? ¿Por qué a ésos les amáis porque os han hecho bien; y los otros, os han blasfemado y os han herido; y por tanto, no les amáis?

40 Si yo os he dicho: ¡perdonad una y mil veces, si fuese necesario! Y, os he dicho: ¡estrechad lazos de amistad, con todos vuestros hermanos! Os he dicho: romped las fronteras y los límites, porque en este Tercer Tiempo todo límite para el amor, será roto; toda frontera, será destruida.

41 Yo he venido a enseñaros el amor universal, esta obra bendita que es universal, que alcanza a todos los hombres y a todos los espíritus; esta obra que quiere a todos los corazones y los coloca en un mismo plano; que destruye las clases, las razas, las lenguas y también las distintas creencias. Todo esto, mi obra viene a destruir; para formar: una gran familia que se ame y se comprenda y forme la paz en este mundo, que pacte con mi divinidad para hacer obras benéficas entre la humanidad; y así pueda, amarse ella misma y pueda amarme a mí también.

42 He venido en este Tercer Tiempo de mi comunicación, para pediros el culto perfecto a mi divinidad, para pediros el amor, la fe, la creencia y la confianza en mí. He venido a pediros que os elevéis sobre todas las miserias de este mundo, que seáis espíritus luminosos. He venido a enseñaros, que debéis vivir como hijos y siervos de Dios.

43 Sí, en verdad, pueblo escogido, los tiempos han transcurrido y os encontráis ya en este tiempo y no habéis cultivado aun vuestro espíritu.

44 Ha mucho tiempo ya, que encuentro a la humanidad envuelta en su materialismo, en su pecado, en su adulterio y fornicación; alejada de las manifestaciones divinas; alejada de toda práctica espiritual, que traiga beneficios a su mismo espíritu. Por eso he venido, por eso me he materializado, por eso os hablo en esta forma y se levanta la voz del Padre por doquier de esta nación, pidiendo espiritualidad, pidiendo unificación, pidiendo práctica en mi Ley, obediencia y hermandad.

45 De mi nuevo pueblo escogido de Israel, espero levantar grandes frutos. Yo mismo los estoy cultivando; para después, ya en madurez, cortarlos y presentarlos al Padre.

46 ¡Oh, pueblo de Israel, entresacado de distintas doctrinas, de distintas luces! ¡Pueblo que practicaba en el ayer, la idolatría! ¡Pueblo que adorabais las cosas hechas por vuestras propias manos! Hoy, tan solo me amáis en espíritu, buscáis mi presencia en vuestro corazón limpio, sabéis que yo desciendo a todos los corazones para alimentarles y confortarles. Sabéis que yo no falto jamás cuando me llamáis, que siempre estoy con vos; y por eso, me acerco a vos y me manifiesto tan cerca de vosotros mismos.

47 La unión del pueblo de Israel, atrae a mi Espíritu, su amor llega hasta mí; y si os he dicho: si tan sólo tres corazones se reuniesen, se preparasen e invocasen mi rayo universal, con ellos sería pues cuanto más he de manifestarme con vos, pueblo; si contemplo las grandes porciones que me buscan, que esperan de mí, que están comprendiendo, que empiezan a practicar; que forman grandes propósitos en su corazón; propósitos, que no han de ser destruidos por mano humana alguna; y entonces, entre vosotros soy, para derramar mi palabra, para llenaros de mi presencia y de mi gracia; para haceros poseedores de mi verdad.

48 He iluminado vuestro entendimiento y lo he hecho penetrar en mi palabra. He preparado al mundo espiritual de luz, para que sea el explicador de mi palabra; el que pueda descender hasta vuestro materialismo, para que así podáis comprenderla a través de su explicación; y un tiempo os he preparado, desde antes de venir a este mundo para escucharme.

49 En este Tercer Tiempo, os he entregado los dones y os he entregado también la ratificación de los mismos. Estáis ungidos, por mi esencia de amor; espíritu y materia han sido ungidos y lavados para después recibir las aguas de la gracia; aguas espirituales, luz de mi Espíritu que he derramado sobre vosotros, para dejaros preparado; porque vos, habréis de llegar a ser mi discípulo para después convertiros en Maestro de los demás.

50 Cada uno de vosotros, se convertirá en guía, en luz para sus hermanos. Cada uno será como un centinela; después de mi partida, velará por los suyos, por la porción que yo le confié; velará por la humanidad y por ella orará; porque después de mi partida, una gran responsabilidad sentirá cada uno de vosotros. La responsabilidad, de haberme oído y escuchado, de haber estado conmigo, de haberme escuchado y de haber aprendido también, para después enseñar.

51 Esa responsabilidad, sea con todos y cada uno de los que me han escuchado; siendo con los primeros y con los postreros, aun aquél que me ha oído una sola vez, ya es responsable de mi palabra; su espíritu cree y él dará testimonio de mí, en el momento propicio. Mas, vosotros, que me habéis oído día tras día; que habéis recibido manifestaciones de mi amor y de la Verdad de esta obra bendita a cada instante ¡ah, cuánto más sois responsable!

52 Yo os bendigo y, os doy fortaleza, para que el peso de este cargo, no os agobie. Después de mi partida, no permitiré que los labios enmudezcan ante la interrogación de la humanidad, os daré abundante palabra en vuestros labios; el don de mi Verbo, será desatado en todos los hijos del pueblo de Israel.

53 El pensamiento será vuestra defensa; os daré grandes inspiraciones, pueblo amado, que vosotros traduciréis en palabras para hacer comprender a la humanidad.

54 ¡Preparaos desde hoy! Estudiad más y más mi palabra, analizadla y practicadla, para que podáis conocer la simiente de ella misma, hasta lo más profundo; para que cada uno de vosotros, sea un fruto del gran árbol de la vida; y ese fruto, dé simiente a la humanidad; y esa simiente, se reproduzca y multiplique, así como es mi voluntad.

55 En esta alba bendita de gracia, os he dado mi palabra, os he preparado, pueblo. Cada uno de vosotros, tiene un mandato en su espíritu, tiene algo que cumplir; aun el postrero ha recibido en mi palabra, órdenes y mandatos, dones que os he dado. Estudiadlos, estudiad mi palabra y ved lo que en ella, quiero deciros y ¡levantaos a la lucha!

56 Apartad de vosotros el egoísmo, la adoración a vos mismo, o sea, el apego a sí mismo; yo os hago el llamado para amar a la humanidad que sufre; no la miréis con indiferencia, no miréis con frialdad los dolores que ella padece; orad por ella, velad y pedid también, así como pedís para vosotros; así como os amáis a vos mismo, amad a vuestros hermanos y rogad por ellos.

57 Vuestra oración será como un manto, que se extienda y cubra a la humanidad; será como un escudo que la defienda, de las asechanzas de la misma humanidad.

58 Vuestra oración, será como un antídoto contra la influencia de la guerra, que a cada instante se aproxima. Vuestra oración, librará a los pueblos de los grandes dolores, que ellos mismos se están labrando.

59 Vos habéis sido enviado a la tierra, pueblo, para que seáis manto que enjuague lágrimas, bálsamo que cure los males; oración que se eleve a cada instante, para proteger a la humanidad; labios que hablen incansablemente de la Verdad; corazón que ame y practique la justicia.

60 Todo vuestro ser, ha sido preparado: para el bien y no lo habéis comprendido; todavía, vivís desunidos en el seno de vuestro propio hogar, en las congregaciones, en la ciudad que formáis, en el mundo también. Supisteis romper los lazos de amor más sagrados; supisteis también lastimar corazones; y de mi, solamente habéis recibido mi palabra de amor.

61 Mas, yo os digo, mi pueblo: habéis sido preparados tan solo para perdonar, para amar, para ayudar, y enseñar a los demás para derramar justicia, porque en vuestra diestra, está la vara de justicia; la cual, no ejerceréis con rigor sobre los demás; justicia, que será amor, que será luz, bendición y fraternidad.

62 Os he entregado cual espada: el amor con esa espada, podréis vencer todos los rigores del pecado, todas las consecuencias que ha traído el pecado a la humanidad. Con esa espada, mi pueblo, podréis vencer los  oDios, los rencores, el egoísmo y la mala voluntad que la humanidad ha formado.

63 Sí, pueblo amado, ésa es vuestra misión entre la humanidad, esa es vuestra Ley: el amor que ha de ser lo único que redima a vuestro espíritu; lo único que ha de dar testimonio, de que sois hijos del nuevo pueblo de Israel; lo único, que ha de haceros aparecer ante los demás, como mi discípulo muy amado; porque yo soy amor, siempre amor, pueblo escogido.

64 Hoy, os dejo preparado; hoy os doy una página más del gran libro de la vida para vuestro libro, la dejo guardada en vuestra conciencia, os ilumino para que penetréis más y más en vos mismo, para que examinéis vuestros actos pasados y podáis acusaros de vuestras faltas; y toméis mi palabra, tan sólo para practicarla.

65 Os he perdonado y os he dicho: no exijo de vos la perfección absoluta ahora pero el mañana: sí os pediré la práctica, el cumplimiento y la obediencia a mis mandatos.

66 ¡No durmáis, pueblo! Cada día que os concedo, es un grado más en la escala espiritual, que podéis alcanzar, si sabéis trabajar y luchar.

67 ¡Id siempre adelante, no os detengáis en el progreso espiritual! En cada paso, encontraréis mayor alegría, más luz, más fortaleza y más comprensión a mi divinidad.

68 ¡Amad el progreso, pueblo; amad la luz y amad el bien! ¡Amad la Verdad, que jamás mientan vuestros labios; que no pronuncien blasfemia ni pronuncien juicio falso en contra de los demás!

69 ¡Sed siempre prudentes, sed siempre comprensivos, mis hijos amados! ¡Dejad toda causa justa o injusta, dentro mi voluntad divina!

70 Si los demás delinquen y vosotros no podéis corregirles, dejadme la causa. ¡Orad por ellos! Y con vuestra oración, alcanzaréis a limpiar su corazón que se ha manchado.

71 ésta es mi palabra de esta alba de gracia, pueblo amado, que dejo en vuestro corazón.

72 Yo os contemplo y miro las pruebas que estáis atravesando, os he dicho: “la hoja del árbol no se mueve sin mi voluntad.” os he dicho también: “recibid las pruebas que os vinieren por mi voluntad; y si tocan la fibra más sensible de vuestro corazón y os hacen llorar, esas mismas pruebas os están purificando, porque es menester que estéis puros y limpios para así que podáis comprender esta obra pura.”

73 Por eso, os digo: no rechacéis las pruebas que permito sean a vuestro paso, sed pacientes y prudentes y ellas, pasarán de vosotros, cuando hayan dejado en vosotros el fruto de la experiencia. En esas pruebas, encontraréis más luz, más fortaleza, más conocimientos en el camino de la vida. Mas, yo atenúo vuestro dolor, os doy fortaleza y os doy paciencia.

74 ¡Recibo de los otros, las gracias que se elevan hasta mí, como un cántico de gratitud! Me dais gracias, por lo que os he concedido, y me decís: ¡Maestro, me has dado infinitamente, sin yo merecerlo!

75 ¡Oh, mis hijos muy amados! Siempre me he derramado en complacencias sobre mi nuevo pueblo de Israel. Siempre he cumplido mi palabra sobre él, diciendo que es el pueblo predilecto; y si habéis saboreado la leche y la miel, y si habéis encontrado la paz bendita en esta obra, es tan solo el cumplimiento de mi palabra el que habéis encontrado y os reconocéis a vosotros mismos, mirad que sois mis hijos escogidos; y de las gracias que me dais, yo os revisto.

76 ¡Sea para vosotros, el tiempo! ¡Sea, mi caridad! ¡Tomad el tiempo para vuestro cumplimiento! ¡Tomad el bálsamo también! ¡Tomad la calma, corazones! Y sea en vosotros, mi bendición; en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

77 Venís a hacerme presente el cumplimiento espiritual y corporal que habéis hecho. Y yo, recibo los frutos que están en plena madurez, los frutos, que tengan simiente verdadera.

78 Habéis practicado amor, y habéis recogido amor. Donde habéis sembrado fe, habéis recogido también grandes pruebas de fe en vuestro camino. ¡No temáis, mis hijos! ¡Perfeccionaos! Purificaos, para que podáis penetrar con vuestro espíritu preparado, en esta obra bendita.

79 ¡Sea mi luz, en vuestro entendimiento; sea mi fortaleza, en vuestro corazón! Dejad que yo, rija los pasos de vuestra vida; dejad a mis cuidados, a los vuestros; confiadme a vuestros padres, a vuestros hijos y protegidos también, yo seré su guía, seré su luz y su báculo. Todo aquél que confié en mí, reciba.

80 Y en esta alba de gracia, inundo de amor vuestro corazón y vuestros hogares; del amor que habéis elevado a mí, lo derramo en el mundo y le hago saborear la paz que vosotros habéis saboreado en este instante.

81 Perdono las grandes faltas de la humanidad, por la intercesión del pueblo de Israel y les doy un tiempo más, les doy fortaleza, para que sigan; mas, sus pasos les serán detenidos, antes que traspasaren los límites que están marcados por la voluntad divina.

82 El pecado será detenido, grandes espíritus virtuosos vendrán a la tierra; y ellos, vencerán el pecado. El mal que hoy reina, será vencido por el bien; las virtudes, vencerán todo vicio; las tinieblas serán destruidas por la luz. ésa es mi voluntad, pueblo bendito.

83 Dejo entre vosotros, mi palabra y mis mandatos, para que cumpláis; por vosotros, bendigo al mundo espiritual de confusión, a los seres olvidados, a los que habitan un mundo desconocido para vosotros, un mundo en confusión, de ignorancia y de tinieblas. Derramo en ellos, mi luz, y les señalo el camino, para que sean conmigo.

84 Los labriegos, han de prepararse para dar la caridad a esos seres, para tender su ayuda bienhechora; y así, sobre ambos espíritus, yo me derramaré, sobre el espíritu encarnado y sobre el desencarnado; sobre el espíritu que abra su corazón para dar caridad, como aquél que la toma con humildad. Yo os bendigo, mis hijos; os bendigo, mis labriegos; os bendigo, guías; a todos bendigo en esta alba bendita de gracia, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

85 Pueblo amado, en el fondo de vuestro corazón, se ha formado la atrición y contrición. Antes de orar, os habéis limpiado y he contemplado la contrición; y por ella, os perdono y os dejo limpios, en esta alba de gracia.

86 Yo bendigo a la niñez, también a la juventud, a los seres humanos en la edad madura, a los ancianos; y os digo también, amadme, mis hijos, amadme en cualquiera de vuestras edades. Yo estoy dentro de vosotros mismos.

87 Dad principio al camino verdadero, cualquiera que sea vuestra condición; ya está marcado el momento para dar principio a la jornada; el que ha nacido hoy y el que ha caminado hace algún tiempo, todos tenéis el deber de tomar el camino y de prepararos, para alcanzar la paz del espíritu.

88 Bendigo el camino, de cada uno de vosotros. A las naciones, les doy mi caridad; derramo sobre ellas, bálsamo inagotable sobre su espíritu y corazón, sobre sus llagas corporales y también sobre sus males espirituales. Les doy fortaleza y luz, para que esperen lo que sea mi voluntad. Bendigo a todas mis criaturas, les dejo formando una sola familia; y en estrecho abrazo, les dejo unidas a mí. ¡La luz de mi Espíritu, quede entre vosotros!

¡Mi paz, sea con vosotros!

58. Olvido y recuerdo de vidas pasadas

Lunes 1 de noviembre de 1948

1 ¡Oh pueblo amado de Israel! Multitudes que os habéis congregado bajo la sombra de mis humildes recintos. Bienvenidos seáis en espíritu ante mí. Corazones de varones y mujeres que doblegáis vuestra cerviz ante la mirada del Padre, yo os bendigo. Espíritus del pueblo escogido de Dios en los tres Tiempos pueblo, que hoy nuevamente abrís vuestra mirada espiritual para contemplar mi presencia y mi luz. ¡Bendito seáis!

2 No os sorprendáis, pueblo amado, contemplando que vuestro Padre en esta alba de gracia, manifestándose es a través de una sola envoltura. Penetrad en el fondo de mi palabra y de mi voluntad y no os confundiréis; sino en verdad, os iluminaréis.

3 Ha mucho tiempo que Cristo se comunica por el entendimiento del hombre para daros su enseñanza de Maestro y lo ha hecho a través de una sola envoltura; mas, de cierto os digo, pueblo amado: que cuando Cristo os ha entregado su palabra, ahí ha estado Jehová, el Padre y ahí ha estado el Espíritu Santo. ¿Qué de extraño tiene entonces, pueblo mimado, que en este instante comunique mi rayo universal para hablaros como Padre a través del entendimiento humano y en mi palabra de Padre esté la presencia del Verbo y esté el Espíritu Santo también?

4 Tiempo es ya, pueblo, de que conozcáis plenamente a vuestro Dios y señor, de que no busquéis en mi espíritu divino, tres personas; sino un solo Espíritu, un solo Padre, un solo creador, que ha venido en tres Tiempos entre vosotros a través de tres fases diferentes, a manifestarse en tres formas distintas, siendo el mismo Padre, el mismo Verbo, el mismo Espíritu Santo.

5 De cierto, el Padre, os dice: ¡cuánto los teólogos han confundido a la humanidad! Mas la luz de mi Espíritu Santo os salva, os levanta y os redime a vosotros, pueblo espiritualista trinitario mariano. De cierto y en verdad os digo: no será vuestra mente la que le revele al espíritu, sino vuestro espíritu el que le revele a la mente; no seréis los teólogos, os dice vuestro maestro, seréis los espiritualistas, los discípulos del Espíritu Santo, los espíritus que aprendan a comunicarse de espíritu a Espíritu para escuchar la voz del eterno, para estar en contacto con vuestro Padre, para sentir la caricia y la fortaleza, para sentir el arrullo en los brazos de vuestro Padre Celestial.

6 Por eso, en este instante, yo, limitado en un solo rayo y comunicado a través de un solo entendimiento, os hablo como Padre con mi propio Verbo que fue el que encarnó en el Segundo Tiempo, con mi Espíritu Santo que siempre ha estado en mí, porque soy yo mismo y del cual habéis brotado todos vosotros. Reconoced la verdadera trinidad divina y buscad en el Espíritu de vuestro Padre, un solo Espíritu, una sola presencia, una sola esencia, un solo calor. Yo soy la luz y no os dejaré confundidos.

7 Habéis penetrado en el tiempo de la evolución, de la manifestación y revelación del Espíritu Santo y cada una de mis manifestaciones hará despertar al pueblo, le hará meditar, le hará estremecer, en verdad y habrá instantes de confusión entre vosotros y diréis: “Padre, la razón siempre está en ti, la Verdad eres tú, yo soy un párvulo siempre delante de ti”.

8 Os recibo en esta alba de gracia y en vosotros recibo a todo el universo. Día de conmemoración, día de tradición para vosotros, pueblo amado; tradición, que se borrará con el paso de los tiempos y de vuestra elevación espiritual; para que entonces, el advenimiento de mi divinidad y del mundo espiritual entre vosotros, no sea en el futuro conmemorado en un solo día; sino que siempre, eternamente, estéis en contacto con mi divinidad y con el mundo espiritual.

9 Hacia ese punto del camino os conduce mi obra. Todas las tradiciones quedarán detrás de vosotros, en verdad, pero ahora que todavía conmemoráis estos acontecimientos, porque estáis en plena evolución espiritual, porque estáis en los días de la lucha y de la prueba, bajo mi enseñanza divina yo me manifiesto al alcance de vuestro espíritu.

10 En el Primer Tiempo me conocisteis como Padre, mas no descubríais en el corazón de aquel Padre, su amor infinito y perfecto hacia vosotros; mirabais en mí: a un Padre inexorable, severo y justiciero. De vuestro espíritu y de vuestra carne, brotaba un culto, no de amor para el Padre; sino de temor; poseíais los mandamientos de mi Ley y los cumplíais por miedo a mi justicia; y el Padre, esperaba su tiempo de ser reconocido en verdad, como Padre, de no ser temido más, de ser amado y a pesar de que os di grandes pruebas de mi amor, de mi ternura, de mi calor, vos seguíais temiendo a la justicia de Jehová, vos seguíais temiendo a la voz de vuestra propia conciencia; a través de la cual, os hablaba incesantemente el Padre.

11 Y en aquel tiempo de vuestro despertar y de preparación para vuestro espíritu, en el cual comenzabais a dar con firmeza los primeros pasos en el camino que había de conducir a vuestro espíritu hacia mi propio Espíritu, yo os pude dar a comprender que no era mi voluntad que penetraseis en comunicación con los espíritus de ultratumba, con el mundo espiritual, porque no estabais preparados todavía, porque no sabríais hacer el debido uso de aquella gracia; porque ni el mundo espiritual ni vosotros mismos, estabais capacitados para comunicaros entre sí. Mas, la intuición en vosotros existía, la facultad y la gracia, también, en vosotros ya estaba; y es por eso que desde aquel tiempo surgían entre el mundo, entre la humanidad, los hombres que buscaban la comunicación con los espíritus del más allá.

12 La prohibición no había de ser eterna, pueblo, ¿cómo había de prohibir el Padre, que ama a todos sus hijos, la comunicación entre ellos mismos? ¿Cómo había de poner barreras o distancias, mi espíritu divino y paternal, a los hermanos que se buscaban con amor, que se buscaban con afán? Mas no era el tiempo propicio y por eso os lo evité, por eso os lo prohibí. Mas yo, en mi amor infinito hacia el hombre, hacia vuestro propio espíritu encarnado, me hice hombre en el Segundo Tiempo; y de estas manifestaciones, antes os previne, antes os profeticé, para que mi venida entre vosotros en el Segundo Tiempo, no fuese una sorpresa, para que estuvieseis velando y orando, solamente en vigilia y en espera de mi venida.

13 Mi promesa cumplí y encarnó mi Espíritu para nacer como hombre, para habitar entre vosotros, para vivir y crecer entre vosotros mismos y para morir entre vosotros; en ese tiempo en que yo, vuestro Padre, me hice hombre, ¡cuántas manifestaciones os di! ¡Cuántas lecciones y enseñanza, llena de espiritualidad! ¡Cuántas revelaciones para vuestro espíritu! ¡Cuántas manifestaciones! Que a los unos llenaron de mi luz y por las cuales otros se confundieron.

14 Yo os preparé con mi venida en el Segundo Tiempo para que elevaseis vuestra mirada y contemplaseis más de cerca mi reino, más de cerca vuestro Padre; para que en ese tiempo, sintiese vuestro espíritu, que el reino de los celos, que el reino del Padre, se iba acercando un paso más hacia vuestro propio espíritu.

15 Y en aquel tiempo, yo encontré entre vosotros, las grandes legiones de espíritus desencarnados, espíritus invisibles e intangibles para vosotros mismos; mundos que os rodeaban y habitaban entre vosotros, mundos ignorados por el hombre, misterios inaccesibles todavía para vuestro propio espíritu. Mas aquella vida que vibraba, que se agitaba entre vosotros mismos, yo os la revelé, yo descubrí el misterio de esas manifestaciones en el Segundo Tiempo; yo le mostré al teólogo y al científico, que mi revelación era superior a sus propios descubrimientos y a sus palabras.

16 Yo sané a los enfermos desahuciados por la ciencia de aquél tiempo, porque sus enfermedades eran sobrenaturales; yo salvé a los poseídos de las grandes legiones de espíritus turbados; y los que en mí creían, se levantaron glorificando mi nombre, reconociendo mi poder; y los que no creían en mí, atribuyeron mi poder a los poderes del mal y me juzgaron, en verdad, cual hechicero; pero yo abrí una puerta de luz para la humanidad, para el espíritu del hombre, para que él contemplase, que no hay distancias para los espíritus. Y en el instante de mi muerte aparente, en el instante de mi muerte en cuanto hombre, mi Espíritu despertó a los espíritus que morando podían ser en sus propios sepulcros; de las tumbas les levanté como al lázaro y les envié entre vosotros mismos, para dar testimonio de su presencia y de su existencia también.

17 Vuestra mirada espiritual les contempló y vuestros corazones les sintieron muy cerca, en verdad, porque yo, la vida, a ellos en ese instante les resucitaba, les hacia resurgir de las tinieblas, para dar testimonio de la vida gloriosa del espíritu, de la vida eterna del más allá; de la vida, que a todos vosotros os espera, pueblo amado.

18 Y aún fue mi voluntad, después de pasar mi cuerpo por las entrañas de la tierra; volver a vosotros en mi forma de Jesús a manifestarme delante de vosotros por primer a, segunda y tercera vez, para abrir eternamente mi puerta, la puerta que en verdad, comunica al valle espiritual con el valle terrenal que vosotros moráis; para darle acceso a los espíritus hacia mi reino bendito y prometido, para que todos contemplaseis, que la puerta de amor del Padre, del Espíritu Santo, quedaba abierta eternamente para todos los espíritus; que aquella puerta, que cerrada por un tiempo solo se encontraba porque vuestro espíritu estaba incapacitado para atravesar por sus umbrales, era abierta por la mano del Maestro; y desde ese instante, el espíritu del hombre despertó.

19 Sin embargo, en ese tiempo, no era todavía el momento de su plena comprensión de las revelaciones espirituales; pero la sed, el hambre de estas revelaciones divinas y espirituales, comenzó a envolver a la humanidad; y los hombres de los pueblos, de las distintas generaciones del Segundo Tiempo, comenzaron a buscar el más allá, comenzaron a buscar en sí mismos sus propias facultades, sus propios dones dormidos en el seno de ellos mismos; y por medio de esos dones, comenzaron a descubrir la senda que les conducía al valle espiritual.

20 Muchos tropiezos tuvieron los hombres, muchos desengaños también, muchas profanaciones hicieron en mi obra y en mi mundo espiritual, mas todo el Padre lo perdonó contemplando la ansiedad de los espíritus que poblando podían ser la tierra; y mientras parte de la humanidad, anhelaba el descubrimiento de estas manifestaciones y la comunicación con el más allá; otra parte de la humanidad, veía con recelo, con repulsión los acontecimientos espirituales.

21 Pero ha llegado entre vosotros la Tercera Era, el tiempo en que yo, vuestro mismo Dios, el mismo Padre que vino en el Primer Tiempo como Ley, como Padre; el mismo que se hizo hombre en el Segundo Tiempo, para derramar su Verbo entre los hombres; ha venido en este Tercer Tiempo; mas hoy, en cuanto a Espíritu Santo; no a materializarme, como en el Primer Tiempo; no a humanizarme, como en el Segundo Tiempo; sino pleno de Espíritu Santo, a prepararos a través del entendimiento del hombre, a comunicarme brevemente a través del hombre, para después poderme comunicar con vosotros de Espíritu a espíritu.

22 Porque hoy, todavía hablando como Espíritu Santo, tuve que materializarme entre vosotros al hablar a través del hombre; mas en corto tiempo, se abrirá entre vosotros, dentro de la nueva era, una nueva etapa, el tiempo de la gracia del Espíritu Santo, en el cual vosotros me encontraréis, no a través de ritos, ni de ceremonias, ni de religiones, ni a través de la carne; sino en vuestro propio espíritu.

23 Los tiempos han pasado, las eras, las pruebas, la lucha, la evolución han pasado por sobre vuestro espíritu; y ahora, él se levanta en el Tercer Tiempo, en el tiempo del Espíritu Santo, pleno también de luz, de capacidad, de preparación. Es el tiempo en que vosotros podéis comprenderme. Ya no es el tiempo, de la prohibición de las comunicaciones espirituales, de la comunicación de vuestro espíritu con los espíritus del más allá; ya no es el tiempo, en que el Padre solamente os viene a preparar y a prometer; es el tiempo del cumplimiento de mis promesas divinas, en que vengo a decirle a vuestro espíritu: que su morada, no es la morada perentoria de esta tierra, porque la morada del hombre se encierra en este planeta, en este mundo; y en este mundo no solamente habéis encerrado vuestra carne, si no habéis encadenado y aprisionado a vuestro espíritu; y la morada de vuestro espíritu, es la morada infinita, es el espacio sin fin espiritual. ésa es la morada que vengo brindándole al espíritu.

24 Y os dice el Padre: no importa que vuestro espíritu esté encarnado, cada uno de sus hilos se halla atado a vuestra materia y desde aquí, desde vuestra carne, podéis conquistar los espacios, podéis habitar, en verdad, el mundo espiritual; podéis ya, estrecharos como hermanos espirituales, los unos con los otros.

25 Los límites y las barreras, la luz de mi Espíritu Santo ha venido a destruir en este Tercer Tiempo; pero antes, os he preparado para que sepáis penetrar en comunicación, tanto con mi espíritu divino, como con vuestros hermanos que poblando pueden ser el valle espiritual; para que no seáis los hijos de la ignorancia, para que como siervos del Padre, como discípulos del Espíritu Santo, como discípulos de mi obra espiritualista trinitaria mariana, podáis con toda conciencia, con toda espiritualidad, con toda pureza y elevación, penetrar en comunicación directa con mis hijos espirituales.

26 No hay barrera para vuestro espíritu, puesta por mí; sólo aquél que no sepa prepararse, no sabrá comunicarse; aquél que manchado se encuentre, no podrá llegar tampoco a la feliz comunicación, porque os he dicho a través de los tiempos: “lo manchado no llega a mí, lo impuro no llega a mi Espíritu.”

27 Si solamente la curiosidad os lleva a la comunicación con el más allá, no encontraréis la Verdad; si el deseo de grandeza o de vanidad os llevase a la comunicación, no obtendréis la comunicación verdadera; si la tentación, en verdad, revistiese vuestro corazón de falsas finalidades, de intereses mezquinos, tampoco obtendréis la comunicación con la luz de mi Espíritu Santo. Sólo vuestro respeto, vuestra oración limpia, vuestro amor, vuestra caridad, vuestra elevación espiritual, harán el prodigio de que vuestro espíritu extienda sus alas y traspase los espacios y llegue a las mansiones espirituales, hasta donde sea mi voluntad.

28 Es la gracia que el Espíritu Santo os tenía reservada, es el consuelo, es el calor que el Espíritu Santo reservaba a vuestro espíritu para que en este tiempo, vosotros contemplaseis una sola morada espiritual, para que vosotros os convencieseis de que la muerte y la distancia no existen; de que ni una sola de mis criaturas muere para la vida eterna, porque en este Tercer Tiempo, mas que nunca, mis hijos, os podréis comunicar desde este valle material con el valle espiritual y podréis también estrecharos en un abrazo espiritual de amor con aquellos seres que habéis conocido, con aquellos seres que se han apartado de esta vida terrestre, con aquellos seres que habéis amado y que habéis perdido en este mundo, pero que no habéis perdido en la eternidad.

29 Cuántos de vosotros os habéis comunicado con ellos a través de mis labriegos, de estos cerebros preparados por mi divina voluntad en este tiempo; mas yo os digo: ésta no es la comunicación perfecta de espíritu a espíritu. Tiempos se acercan para vosotros en que todos los espíritus encarnados y desencarnados se puedan comunicar entre sí, no a través de la facultad, no a través de ningún medio humano o material; sino de espíritu a espíritu, por el don de la inspiración, de la sensibilidad espiritual, de la revelación, del presentimiento.

30 Con la vista y todos los sentidos de vuestros espíritus, podréis palpar y mirar la luz, la presencia de ellos, después vuestro corazón sentirá, en verdad, el paso de los seres que pueblan el más allá y entonces el regocijo de vuestro espíritu será grande; vuestro amor hacia el Padre y vuestro conocimiento muy grande será también.

31 Entonces, cuando vayáis conociendo más, sabréis quién es vuestro espíritu, cuál es la vida de vuestro espíritu y qué es lo que fue vuestro espíritu; porque en los tiempos pasados no os habéis reconocido plenamente a vosotros mismos, os habéis considerado seres pequeños con escasos límites, os habéis considerado tan pequeños como pequeña es vuestra materia. Y el Padre, os dice: pequeña es vuestra materia, en verdad, mas vuestro espíritu, ¡cuán semejante es a mi espíritu divino!

32 De esta manera os estoy preparando y os estoy iluminando en el Tercer Tiempo, pueblo amado. Os hablo para el presente y os hablo también para el futuro, porque así como el Espíritu Santo os despierta también a vosotros con su palabra a través de esta revelación, de esta comunicación, vosotros tendréis que levantar vuestra planta y despertar a los hombres, hablarles de mi obra divina, no solamente del Tercer Tiempo, porque lo que os he enseñado y revelado en este Tercer Tiempo, no es mi obra completa.

33 Lo que yo os revelé y os enseñé en el primer o y en el Segundo Tiempo, son parte de mi obra, y para que vosotros podáis enseñar a la humanidad, mi obra; tenéis que conocer la obra del Padre en el primer o, en el segundo y en el Tercer Tiempo. Entonces, al recordar esos tiempos, podréis reconocer que sois los verdaderos trinitarios, porque habéis estado como discípulos del Padre en sus tres Tiempos, en sus tres venidas, en sus tres revelaciones divinas.

34 Prepararaos entonces, discípulos amados, para que no confundáis a la humanidad, para que no exista en el corazón, en la mente o en el espíritu de los hombres una sola pregunta que os deje en silencio; sino que vosotros con la luz de mi Espíritu, todo podáis contestar o iluminar, que no dejéis un solo espíritu en confusión o en turbación; sino que a todos les deis la vida del Espíritu, o la explicación de lo que el hombre ha visto envuelto en misterio.

35 El misterio es tiniebla, es sombra, es incertidumbre. Yo soy, luz yo soy, caridad yo soy, sencillez yo soy, verdad. No existe en mí, misterio alguno; mas voy revelando en el espíritu, según el espíritu se eleva; y a medida que el espíritu avanza, el Padre va descubriendo ante él, más y más conocimientos que él ignoraba. Y eternamente gozará vuestro espíritu de mis revelaciones, eternamente vuestro espíritu gozará con las lecciones nuevas que le muestre mi espíritu divino.

36 Vosotros habéis reconocido en este Tercer Tiempo, la certeza de que habéis venido a morar la tierra, no un vez; sino múltiples veces, vosotros sois los que creéis en la reencarnación del espíritu y os digo, en verdad, que esta revelación estremecerá al mundo, hará revolución de ideas entre los hombres, pero el mundo alcanzará las grandes conclusiones y la explicación de muchos acontecimientos.

37 Cuando penetre en este misterio, cuando este misterio lo aclare con mi propia luz, entonces el hombre será fuerte, el espíritu del hombre será fuerte, en verdad, porque esta Ley de amor de la reencarnación, grandes conocimientos al hombre le revelará.

38 Hoy por mi palabra, pueblo amado, sólo sabéis que habéis venido en los tiempos pasados, mas no sabéis cuántas veces fuisteis con el espíritu a través de las materias. Aún no puedo revelarle esto al mundo; vuestra carne lo ignora, se escudriña a sí misma, escudriña y pregunta a su propio espíritu y no alcanza a contemplar su pasado espiritual, sus actos pasados, sus vidas anteriores; y yo, vuestro Padre, yo, el Espíritu Santo, ha vedado estos conocimientos para vuestra carne. He evitado que su espíritu descubra a través de su existencia humana, sus existencias anteriores, es todavía una prohibición del Espíritu Santo que existe entre vosotros.

39 Pero vosotros, estáis preparando a las generaciones venideras, a los moradores del mañana, a los hombres que han de venir a poblar este mundo poseyendo espíritus grandes, de grande elevación espiritual, espíritus que habitan todavía el más allá y que también se lavan y acrisolan, también se elevan y preparan para venir en los tiempos futuros a este mundo, a este planeta; y a ellos si les será dado por el Espíritu Santo, recordar sus existencias humanas anteriores, conocer su pasado, porque esto será útil para sus propios espíritus.

40 Si a vosotros no os ha sido revelado vuestro pasado espiritual, es porque en vuestro espíritu todavía hay fragilidad; y más aún en vuestra carne. Los unos serían cobardes contemplando su pasado. Si yo, vuestro Padre, por un instante os permitiese, ¡oh espíritus encarnados! Contemplar vuestro pasado, no sabéis lo que sería de vosotros mismos. El que mucho faltó, el que mucho ofendió a su Padre, no tendría fuerza suficiente para contemplar todo su pasado. Y el que fue grande en lo material, se llenaría de vanidad todavía; el que fue pequeño se sentiría humillado y sentiría en su corazón el ansia de venganza; y es por eso que vuestro Padre, que es sabiduría y perfección, todavía no ha querido revelar, a través de vuestra carne, el pasado de vuestro espíritu. Es gracia reservada a las futuras generaciones, a aquellos espíritus que todavía se acrisolan en el más allá con grande fuego, y a algunos de vosotros que habréis de venir en ese tiempo; y a los cuales su pasado no hará mella, podréis contemplar entonces, vuestras vidas anteriores, entonces podréis ser vosotros mismos un libro abierto para la humanidad de aquellos tiempos; serán esos espíritus los grandes reveladores de muchos misterios, los que vengan a aclarar la vida del espíritu a través de sus vidas materiales, a través de su jornada en la tierra; los que hablen a este mundo de otros mundos, los que hablen de ese camino tan largo, que es el camino espiritual.

41 Prepararaos, pueblo, preparad a vuestra carne y más a vuestro espíritu, para que podáis heredarle esta preparación a los que han de brotar de vosotros mismos, para que exista esto en vuestra sangre, en vuestra carne y en vuestros huesos; para que las materias que engendréis vosotros y concibáis vosotras, sean instrumentos dóciles a los espíritus de las nuevas generaciones, porque preparando puedo ser a través de vosotros, un nuevo mundo para esta humanidad. Sois el trigo que estoy cultivando, sois la buena siembra del Maestro regada con las aguas cristalinas de su enseñanza.

42 Así os hablo en este instante, penetrad vosotros en la esencia de mi palabra y en el fondo de ella habréis descubierto a Jehová, vuestro Padre y juez, vuestro creador, al autor de toda la vida, y en esa misma esencia habréis encontrado la esencia que encarnó en Jesús, el Verbo del Padre cual amor; y en la misma esencia habréis descubierto mi luz que todo lo revela, todo lo ilumina y todo lo descubre: la luz de mi Espíritu Santo.

43 He estado en tres potencias, entre mi pueblo trinitario en esta alba de gracia; desde mi alto solio, he derramado mi mirada celestial sobre toda criatura dentro de todas las religiones que existen en este mundo, porque todos los espíritus me buscan en este día de tradición y de conmemoración; todos vuestros espíritus se elevan y buscan a los espíritus del más allá; y es vuestra mano espiritual la que ha llamado a las puertas del más allá, son las grandes legiones de espíritus las que han oído vuestro llamado, y las puertas abiertas pueden encontrarse desde que Cristo descendió a los antros de oscuridad en el Segundo Tiempo, desde aquel instante bendito en que mi divino Espíritu penetró en las tinieblas para iluminar a los espíritus y abrirles las puertas; esos espíritus en ese instante, han contemplado que permanecen abiertas las puertas del más allá para todos y acuden también a vuestro llamado.

44 Todavía el padre os concede que os estrechéis, que espiritualmente estén cerca los unos de los otros, que sintáis la presencia de aquel más allá, de aquellos seres que amáis y por los cuales me estáis pidiendo luz y más luz; y yo os digo, mi pueblo amado: ¡cuánto gozo hay en el mundo espiritual, en este instante! ¡Cuánta paz y cuánta luz contempla el Padre en los espíritus por los cuales me pedís! No hay uno que solloce, porque vosotros que formáis parte de mi pueblo escogido, con uno solo de vuestros méritos, hacéis que alcancen gracia y misericordia aquellos espíritus, ellos sentirán también vuestra presencia, ellos abren sus alas espirituales y descienden entre vosotros para estrecharos, y para depositar su ósculo de paz y de amor espiritual.

45 No temáis, pueblo amado, que aquellos seres de ultratumba, conmigo están; no temáis, que se encuentran llenos de paz y de luz, no les atraigáis con materializaciones, no les ofendáis con confusiones, no les materialicéis, no les entristezcáis, no les hiráis o lastiméis, son delicados sus espíritus, son llenos de luz y de gracia, elevadles con vuestra oración, con vuestra caridad, con vuestra caricia, con vuestro amor, con vuestra verdad, con vuestros méritos.

María:

46 Padre Eterno, en este instante, María, la que tocando es las puertas del corazón de la humanidad, para venirles a dar con mi mano, la caricia; ante tus plantas me encuentro en este día, siempre suplicante, siempre llena de ternura y amor, para que ese amor quede derramado sobre el camino de los que les has dado vida y ella se la han quitado; pero una vez más María, viene a suplicarte, señor, postrada ante tu planta, misericordia para el universo, misericordia para cada una de mis criaturas, porque no solamente los presentes son los que te aman, todos los que están por doquier del universo, a los que has formado con tu divino poder, pero que no se han sabido levantar para seguirte; y ellos, te necesitan e imploran mi caricia; y yo iré hacia ellos; a cada instante, en que su espíritu se eleve ante ti y pidan la intercesión de María, ahí me apacentaré. Mas en este día, la madre del universo, te hace presente esta porción que has escogido por tu divina voluntad, a la que grandes cargos le has confiado, en la que pesa la responsabilidad del universo ante tu presencia están. Mas, solamente tú tendrás caridad del mundo porque eres el perfecto perdón, cual Padre y Maestro del universo.

Padre Eterno:

47 María, tu manto, un vez más se hace jirones para darle calor a los desnudos, no a este pueblo que revestido puede encontrarse; sino a aquellos por quienes tu Espíritu me pide en este instante, por los grandes pueblos de la tierra, por las legiones espirituales, un girón de tu manto es sobre cada espíritu, sobre cada carne y corazón, porque eres tú, en verdad, María, mi propia ternura divina, porque la ternura que hay en mi Espíritu, se hizo mujer en el Segundo Tiempo para habitar también entre los hombres, para que en su seno pudiera tomar forma el cuerpo que había de llevar el mesías entre los hombres. Eres, maria, la encarnación de la ternura divina, eres el amor maternal que existe en mi propia divinidad, porque yo soy fuente de todos los amores, soy fuente, origen y principio de todas las cosas, de todas las naturalezas, de todos los elementos, de todos los espíritus.

48 Escrito estaba que habías también de morar en el mundo, para que a través de ti, recibiera a la humanidad. No todos los espíritus te reconocen, no todos los pueblos te aman, María; no todos los hombres te comprenden; mas mi obra, que he de poner en manos de cada criatura, que he de entregar en el corazón y en el espíritu de cada uno de mis hijos, será un libro de infinita sabiduría; en el cual, cada uno de mis hijos, será un libro de sabiduría, en el cual, todos los espíritus puedan contemplar mi luz en plena perfección.

49 En este instante derrámate en ternura y calor, en amor maternal, sobre el mundo, sobre todo el universo; da testimonio una vez más, de tu presencia y de tu existencia; da a comprender al mundo, que en verdad, no solamente fuiste mujer, sino que tu calor es divino, tu ternura es divina, que tú estás en mí, que has estado siempre, que tu ternura y calor han estado siempre en Jehová. En este instante, María, da caricia a todo el universo, ésa es mi voluntad.

María:

50 Bendito sea tu amor, Padre, infinitas gracias te da María en este momento, por tu gran misericordia, porque tus palabras son el alivio en el corazón de Israel, tus palabras son de aliento y este pueblo se levanta en este instante, preparado, espiritualizado, para esperar la caricia de María.

51 ¡Bienvenidos sean los corazones! ¡Bienvenidos sea el espíritu de Israel! Que apartando va su planta de los caminos de maldad, los cuales a cada instante sirven de barrera para vos; de ellos, os habéis apartado y solamente os habéis levantado a seguir en este día, el camino que Jesús pudo haberos marcado con su huella sacrosanta en el Segundo Tiempo; es el camino que en este día habéis seguido con vuestra fe, con la esperanza y con el amor al Padre, que siempre os han servido de compañía en vuestro camino.

52 En esta alba de gracia os habéis levantado, pueblo mariano, esperando también la presencia de la madre, porque he aquí que el pueblo me clama, a cada instante le escucho y me aposento a reanimar vuestros corazones y a enseñaros que tenéis que amar a la humanidad, la que os desprecia, y os odia, la que a cada instante va desgarrando vuestro corazón; es a ella a la que tenéis que perdonar, porque ¿de qué podríais perdonar al justo si en nada os ha ofendido? Es el mundo el que necesita el perdón; es a la humanidad, la que va envuelta en su manto de tiniebla, a la que tenéis que enseñarle a caminar, a la que tenéis que enseñarle a amarse los unos a los otros y vos tenéis que servir de ejemplo al mundo.

53 Amar y perdonar, porque es vuestro corazón el que está sirviendo de pedestal a estas dos palabras; pero no sólo quiere la madre que estas palabras, que son dos virtudes, adornen vuestro espíritu, ¡no, pueblo amado! Cumplid con estos mandatos que son una Ley que pesa sobre vuestro propio corazón: amor y perdón para el mundo. Cuando vosotros hayáis cumplido mis palabras que son dos mandatos que pesan sobre el espíritu, entonces no habrá odio, no habrá rencor, ni habrá mala voluntad sobre la tierra; todos os contemplaréis, en verdad, como mansas ovejas, como corderillos de un mismo redil, los que estáis siendo alimentados con el pan celestial, con el pan de vida eterna, que llegará a vuestros labios como maná divino, sirviendo de sustento al espíritu.

54 ¡Oh pueblo amado! ¡Oh pueblo escogido! Alba de gracia en que vuestros espíritus recuerdan el momento en que el Padre se manifiesta entre vosotros; y María, la intercesora, no podría encontrarse ausente de vosotros, ni un momento mi Espíritu se aparta de vosotros, pero grande consuelo llena vuestros corazones al escuchar mis palabras a través del entendimiento humano, cual en este instante he preparado al entendimiento para poder dar en estas mis palabras, aliento a vuestro corazón; fortaleza a vuestro espíritu y una vez más, dejaros mi caricia entre vosotros, pueblo amado.

55 María es incansable transmitiendo a través de la ternura divina, la caridad que el Padre se digna posar entre vosotros; caridad, hela aquí, yo la dejo en vuestras manos, dejo la caricia en vuestros espíritus y me llevo la cuita de vuestro corazón que me hacéis presente y yo la depositaré en el arcano del Padre. Llevad, mi manto está hecho jirones y en este instante un jirón cubre a cada una de mis criaturas y un ósculo de mi amor es en cada frontal de mis hijos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y en mi nombre que soy la madre. Señor, he aquí a tus criaturas, a tus hijos, una vez más la madre les deja postrados ante tu planta divina. ¡Gracias infinitas por la caridad que me has permitido dejar derramada entre ellos, señor!

Padre Eterno:

56 El amor de María, está en mi amor, mas el Padre ha permitido que ese amor por un instante se manifieste independientemente de mí. Llegarán los tiempos en que el espíritu de mis hijos pueda contemplar en mi divino Espíritu, el conjunto de todos mis amores, de todas mis perfecciones, de todos mis atributos; que en mí mismo, puedan contemplar a la madre; que en mi mismo, puedan contemplar al Padre, que en mi mismo puedan contemplar al Maestro, que en mí mismo puedan contemplar mi Espíritu Santo. Sí, en verdad, será el tiempo en que el espíritu del hombre, sea el verdadero discípulo de su Dios; será el tiempo en que el espíritu del hombre, sea fuente de mis inspiraciones, en donde yo pueda estar derramando incesantemente mi luz, mi palabra y mi verdad, para que ellos sean los que transmitan mi voluntad a los demás.

57 María, os habéis manifestado en amor; la caricia y la dulzura ha sido en los labios, apartado la amargura de estos corazones porque en el tiempo de las pruebas pueden encontrarse. Le habéis dado caricia; y en verdad os digo: no hay uno que no la haya sentido. Sed en mí en este instante, para velar y cubrir con el manto del amor más tierno que hay en Dios, a todo el universo, eternamente.

María:

58 Pueblo, quedáis ante la planta del Padre, estáis en su presencia, y él en este día, os cubrirá con la mejor de sus caricias, os hará digno de lo que dentro, muy dentro de vuestro corazón le pidáis, y también el mundo espiritual de luz es de plácemes entre vosotros, y mi manto también a ellos les cubre. Por la oración, por el pedimento que habéis hecho en este día, que sea la paz de la madre, en este instante en vuestros corazones. ¡Adiós, pueblo escogido!

Padre Eterno:

59 Israel amado, que habéis tenido una vez más esta manifestación, llenaos de fortaleza. Sois vosotros el pueblo que se encontró al pie de mi cruz y es ella a la que pude decir: “¡mujer, he ahí al hijo! ¡Hijo, he ahí a la madre!” hoy en el Tercer Tiempo se manifiesta ese mismo amor, desciende ese manto de calor y de ternura a vuestro propio espíritu, desciende ese ósculo de amor para que a través de ella, podáis orar y pedir para alcanzar.

60 ¡Oh pueblo bendito! Habéis ofrecido el cáliz de vuestra amargura, porque siendo mis discípulos, aún estando sentados en mi mesa saboreando del mejor manjar, bebiendo de los vinos, saboreando leche y miel, todavía la amargura es en vuestro paladar; mas, yo soy vuestra fuerza, soy vuestra vida y vuestro bálsamo. Os doy la fuerza en este tiempo, pueblo bendito, para que no se amedrente vuestro espíritu, ni flaquee vuestra materia, para que se levante entre los pueblos de la tierra, testificando que estáis en comunicación con mi divinidad, para que vuestro espíritu fortalecido en mí, le dé la fuerza al mundo que va apurando un cáliz de amargura, que vive una hora de tragedia, que lleno de luto puede hallarse el corazón del hombre, y empapada en sangre la tierra puede encontrarse.

61 Velad y orad por el mundo, descuidaos de vos mismo que yo velo por vosotros, pensad en los hombres y en las naciones, pensad en el espíritu de la humanidad, Israel; por un instante quitad de sus manos el cáliz amargo que bebe y probadlo vos, probad su propio cáliz y veréis cuán amargo es; ofreced entonces, al espíritu de la humanidad, el cáliz de leche y miel, el cáliz de vino de mi propia vida que os estoy ofreciendo, para que el mundo pueda fortalecerse. ¿Cómo podríais hacer todo esto, pueblo? Velando y orando por el mundo, pero velando y orando si sentís su propio dolor, si sentís verdaderamente su prueba. Entonces, Israel, velad y orad por él y el mundo alcanzará, el mundo se redimirá, porque en estos instantes el mundo sujeto a una grande preparación puede encontrarse.

62 ¡Cuantos acontecimientos se suscitan entre la humanidad, cuántas pruebas acontecen en el camino de los hombres; cuánta amarguras y confusiones, cuántas amenazas también! Todo es para preparación, todo es la justicia que pesa sobre el espíritu de los hombres para que al fin despierten, para que al fin se despojen de su materialismo, para que al fin puedan emanciparse y libertarse de las cadenas que les oprimen; y una vez que se encuentre pobre de las cosas materiales el espíritu humano; una vez que se encuentre libre de las posesiones terrestres, entonces levantará sus ojos, entonces los ojos del espíritu se apartarán de las cosas terrestres para buscar el infinito, para escudriñar los espacios en busca de mi Espíritu, en busca de mi existencia, en busca de mi justicia.

63 Seguid orando por el universo, seguid haciendo méritos para que el mundo alcance; y en vuestra oración, espiritualizaos más y más, porque en el seno de vosotros mismos no encuentro todavía la unificación; Israel no está unido, Israel no se ama entre sí; todavía Israel no me obedece ni se comprende y por eso también os estoy tocando, por eso todavía la purificación pesa sobre vosotros; por eso todavía el dolor y la amargura, son entre vosotros, ¡oh, espíritus de Israel!

64 Mas el Padre, en este instante os dice: permaneced firmes, amaos los unos a los otros; espiritualmente, dad pasos firmes en la senda. Si por causa de estos pasos, vuestros hermanos os desconocieren, cerrad vuestros labios, yo hablaré por vosotros. He desatado los labios de mis ruiseñores, he preparado sus entendimientos que encadenados y opresos podían encontrarse, que esclavizados se hallaban por las tentaciones; y hoy, les he libertado y a través de ellos hablaré, por mí y por vosotros. Yo seré vuestra espada de amor, seré vuestro escudo y vuestra defensa, yo seré quien os justifique, pero obedecedme a mí, apegaos a mis mandatos y entonces vuestros pasos serán llenos de firmeza; seréis ejemplo que los unos seguirán y los otros desconocerán, pero los unos y todos tendrán que obedecerme a mí, tendrán que cumplir con mi Ley y mis mandatos; tendrán que espiritualizarse por el amor, por la convicción, por la razón y la fe.

65 Vosotros sois de aquellos que no habéis esperado el dolor para obedecerme, no habéis esperado los tiempos de amargura para comprenderme; no habéis esperado la justicia de los hombres ni los grandes cataclismos del mundo para despertar de vuestro profundo letargo. Sois los que habéis despertado por mi propia inspiración, por mi propia palabra y os digo: benditos seáis vosotros, que yo os defenderé de los grandes dolores, de los grandes juicios, yo, en verdad, os cubriré con mi manto. Sin embargo, no quiere decir el Padre, con esto, que desconoceré, a los que no me reconozcan; que castigaré, a los que no me obedezcan, ¡no, pueblo! ¡Yo no soy castigo, yo no soy látigo, yo no soy verdugo!

66 En mi espíritu divino, no existe la pasión de la venganza, yo estoy exento de pasiones; soy todo amor. Será la misma mano de mis hijos, será el juez de su propia conciencia, serán las consecuencias de sus propios actos, será la cosecha que ellos mismos recojan de su propia siembra, eso será lo que despierte a Israel, a los que duermen; a los que no se levanten con el ideal de espiritualidad, a los que no se levanten con plena fe en mi palabra; porque, ¡cuántos que me dicen seguirme, cuántos que me dicen amarme y creerme!; no creen ya en mi palabra, la han puesto en duda; la fe, por un instante, han dejado extinguir.

67 Y ¿por qué, pueblo? Porque les hablo a través del entendimiento del hombre y ellos creen en mi existencia, pero dudan de mi comunicación, de mi verdad a través del pedestal, a través del entendimiento del hombre; y yo os digo: para poderos hablar como os estoy hablando a través de estas materias, ¡cuánto les he purificado! ¡Cuánto les he tocado delante de vuestros ojos! Delante de vosotros mismos; y os estoy hablando con mi verdad y estoy poniendo mi palabra ante vosotros, como si mi palabra fuese un reo para que vosotros la juzguéis, la analicéis profundamente; y entonces, digáis con la voz de vuestra conciencia: si os hablo con verdad o si os hablo con impostura. Si os estoy iluminando con la luz de mi Espíritu Santo o si os estoy confundiendo.

68 Yo os digo en estas albas, yo os digo en estos últimos años: espiritualizaos, despojaos de todo materialismo dentro de mi obra; destruid el falso culto que me estabais elevando, buscadme de espíritu a Espíritu, amaos los unos a los otros; buscad con todas las fuerzas de vuestro espíritu, la unificación entre vosotros mismos; preparaos formando un solo cuerpo y una sola voluntad, un solo pueblo, un solo corazón, para que con toda fuerza, cuando el instante sea llegado, os lancéis como una sola voz, como un solo espíritu, como una sola palabra, en todos los caminos del mundo, por todos los pueblos y por todas las naciones.

69 De esta manera: unificados en la misma fuerza, unificaos con el mismo amor, con el mismo nombre y bañados con la misma luz, podréis estremecer las entrañas de vuestro mundo, los cimientos mismos del planeta; podréis entonces, pueblo, dar testimonio al mundo, de que Israel, no ha desaparecido, de que Israel no ha muerto, de que el manto que Dios ha puesto en su pueblo en todos los tiempos, no ha desaparecido; mas no el pueblo de Israel carnal, no, el pueblo de Israel material; sino el pueblo de Israel por el espíritu, en verdad y en Espíritu, el pueblo mimado.

70 Recibid en este instante de mi espíritu divino que se ha manifestado como Padre, como Verbo y como Espíritu Santo, recibid mi fuerza, mi caricia y mi paz; y por este instante, pueblo pedid por todo el universo, por todos vuestros hermanos encarnados y desencarnados, en este día de gracia y de conmemoración.

71 ¡Oh! Espíritus que poblando podéis ser todo el universo, poblando los distintos mundos, poblando el plano terrestre de encarnados, poblando los infinitos valles espirituales, ¡mi fuerza de Padre, mi luz de Espíritu Santo, brille en todo el universo, penetre en todos los espíritus en este instante de gracia, y mi palabra resuene en todos los ámbitos del universo! No la voz de esta materia, sino la voz de mi Espíritu, cuyo idioma es conocido por todos los espíritus, porque no existen espíritus que hayan brotado de un espíritu distinto al mío, todos han brotado de mí y puesto que han brotado todos de mí, todos conocen mi voz, mi idioma, mi voz de amor, mi voz de caricia. ¡Mi lenguaje paternal en este instante, resuena en el audífono espiritual de todos mis hijos; y mi luz, ilumina la senda y el corazón de todos!

72 Yo permito que en este instante, con los ojos del espíritu, de la conciencia, de la fe y del amor, la presencia de mi Espíritu sea contemplada, sea sentida en todo el universo. El espíritu más materializado, más endurecido, más alejado de la espiritualidad y del bien, me sienta y al sentirme, reconozca que su Padre ha estado cerca para acariciarle, para bendecirle y perdonarle.

73 Yo permito que en este instante, mundos con mundos se comuniquen, espíritus con espíritus también se comuniquen, porque con esto también se acortan todas las distancias y todos los lazos se estrechan. Haya en este instante, fiesta universal en todos los espíritus, que la luz y la paz de mi Espíritu Santo en todos es.

74 Y vosotros, pueblo de Israel, al llegar a vuestro hogar, penetraréis un instante en meditación, en sana conversación espiritual y en ese preciso instante de vuestra meditación, aquellos seres que vosotros invoquéis, aquellos espíritus benditos a quienes amáis, estarán entre vosotros, espiritualmente, porque yo os lo concedo, porque ésta es mi voluntad. Y ellos, dejarán entre vosotros un presente de paz y de gracia; y de vuestro corazón, ellos se llevarán un presente también de espiritualidad y de progreso. No les materialicéis, amadles, bendecidles y recibidles en vuestro corazón en ese instante que yo bendigo y preparo con toda gracia en este momento.

75 Hoy sólo pedís por los que amáis, por los que mirasteis y de los que recibisteis, pero día llegará, Israel amado, en que busquéis la comunicación con todos, sin distinción alguna, en que todos os améis como hermanos, hijos de un solo Padre universal. Esos tiempos llegarán, ¿cuándo, Israel? Cuando tengáis espiritualidad.

76 Día de gracia, día de luz y de advenimiento, mi paz, mi perdón y mi bendición sean con todo el universo. Naciones: sentid mi paz, tomad mi gracia; mundo espiritual de luz, hoy aumento sus legiones y las envío a todos los pueblos de la tierra, manifestad mi amor, mi paz y mi luz. En este instante, ¡oh mundo espiritual! ¡Llevad el bálsamo de mi Espíritu, llevad el pan de los panes, llevad un escudo y una espada, llevad la luz de la razón que es la luz de mi espíritu divino! Así preparo a todos mis hijos, así os bendigo y os perdono, pueblo de Israel.

¡El ojo de mi divinidad, es entre vosotros!

59. ¿Cómo alcanzar el reino?

1948 – 1950

1 ¡Gloria al Padre, en la paz espiritual de la conciencia del hombre! ¡Gloria al Padre, en la unificación espiritual de toda la humanidad! Y en verdad, paz tendrá el hombre en la tierra, que piense en la realización de estas frases de mi enseñanza.

2 ¡Bienvenidos seáis todos en esta alba de gracia ante mi cátedra! Una vez más, pueblo mío, os saturo de amor y de pensamientos de amor. Una vez más venís ante mi palabra. Yo os recibo; y al recibiros, os bendigo; y al bendeciros, limpio vuestra mente y vuestros pensamientos, de todo aquello que todavía no esté claro en vosotros.

3 ¡Bienvenidos seáis los que sufrís! Para que recibáis alivio en vuestras penas; en vuestros dolores, para que seáis consolados; y si es que lloráis, para que sean vuestras lágrimas enjugadas por la esencia del amor espiritual.

4 Seáis bienvenido, si es que estáis débil, ya que yo vengo a fortaleceros. Bienvenidos seáis los que cifráis vuestras esperanzas en mí, ya que yo las convertiré en bellas realidades espirituales, que son las únicas realidades existentes, las que por siempre permanecen dentro de la eternidad misma.

5 Bienvenidos seáis pueblo de Israel, porque necesitáis ser purificado para elevaros espiritualmente, y para que así tengáis un porvenir seguro; porque en verdad, de vos depende un bello porvenir; un grandioso porvenir espiritual, para vos y para la humanidad, pueblo mío.

6 Y en este momento, en que os recibo y quito de vos, vuestra carga, para elevar al Padre vuestro sufrimiento; en este momento, mi pueblo amado, yo os digo: pensad en las grandes realidades eternas y olvidad las pequeñas, para que tengáis una buena hora en vuestra vida; porque los mejores momentos de vuestra vida, son las horas que brillan, son las horas que vivís iluminado por la luz de la conciencia.

7 Y de cierto, os digo: ¡no hay una vida mejor que la vida de la realidad espiritual en donde tenéis unión conmigo, en donde tenéis unión con el Padre y con vos mismo. La unión de la esencia, la unión de la vida, la unión de la Verdad. La unión en el amor, la unión en el reino de paz.

8 ¡Bienvenido, pueblo, ante mi efluvio de amor! ¡He aquí una cátedra más! Una cátedra más, que borre las horas grises de vuestra vida opaca; opaca, por utilizarla siempre para la materia y vivir por la materia; ésas son vuestras horas grises; mas vuestras horas blancas y bellas, son cuando dejáis vivir en vuestra conciencia al espíritu para hacer obras de conciencia, en fraternidad, ya que ésa es la obra de unidad.

9 Entonces, en esta cátedra os quiero aquí conmigo; pero os quiero, con todos vuestros sentidos espirituales dispuestos, ya que los vais a necesitar para comprenderme; os quiero aquí, con todas vuestras facultades, con todos los dones y atributos, con esa divina herencia con que habéis sido dotados.

10 Os quiero aquí, para vuestro saber, porque vos debéis aprender: qué grande es la utilidad de saber pensar rectamente. Qué grande es la utilidad, de saberos conducir hacia las alturas espirituales qué bello es el mundo, del pensamiento elevado. Qué bello es el mundo de la conciencia plena, donde acaban los dolores y empiezan las alegrías para dicha del Espíritu.

11 Mi pueblo amado, no penséis ni por un momento que cuando sufrís, yo no lo sé. No, mi pueblo, puesto que yo moro en vos mismo, sí lo sé; y siento, todos vuestros sentires.

12 No penséis, ni por momento, que estoy lejos de vos, cuando lloráis; si yo soy vuestro alivio interior, ya que soy el consuelo vuestro que está en vos mismo.

13 No penséis, que os quedáis en llanto y sólo entre sombras; si tenéis para vuestro llanto, mi consuelo y para las sombras del valle donde moráis, mi compañía y la luz de Cristo que es la esencia con que el Padre os ama.

14 No penséis, que os dejaré en ningún momento de vuestra vida, por muy gran pecador que seáis, en el abandono; no mis amados, de mí, jamáis esperéis que deje en el abandono a los pecadores, siempre habrá para todos mi amor y mi perdón.

15 Entonces, pensando en que tenéis en el presente que preocuparos por un porvenir espiritual, que será vuestra propia obra; un porvenir, que formaréis por vos mismo, que haréis vos.

16 Así como la humanidad se preocupa por formar un porvenir económico; así con esa preocupación que teme al mañana sin el elemento de la vida física; así debe el hombre, preocuparse también por el porvenir espiritual, porque no hay pobreza más dolorosa que la pobreza del espíritu; o sea, sin la pureza y brillantez del alma en el hombre.

17 La pobreza, es en aquella alma que falta en su espíritu, el amor para sus semejantes; porque no hay riqueza mayor y más verdadera y más segura, que el manantial de amor, creador y sempiterno, divino y celestial; ésa es la verdadera riqueza, porque ésa es del reino de los celos y lo del celo, que ha venido al hombre, siempre es riqueza en abundancia, pueblo mío.

18 El amor es un don divino del Padre Celestial para el hombre, es la facultad creativa, la facultad productora, es la gracia purificante; es la fortaleza segura, es la luz eterna; el amor, tiene tantas expresiones, tiene tantos significados que no podrá haber un término completo en el valle terrenal que lo defina plenamente, porque en el valle de las sombras en que moráis, todo es limitado; y ese es vuestro mundo, mi pueblo.

19 Pues bien, las gemas espirituales que en cada cátedra os doy, son del Padre y por mi conducto vienen a vos. ¿Cuáles son esas gemas? Lo que contienen de enseñanza, mis cátedras, porque ésa es la escala que vos transitaréis para vuestro bien y para vuestra elevación; por eso, ¡afanaos, pueblo mío! Así como os afanáis para el pan de cada día, afanaos por el pan espiritual; así como en materia no podéis vivir sin agua, porque tienen vuestros labios sed; también el espíritu, siente la necesidad del agua de la gracia, que es ese acercamiento, esa alianza divina y humana.

20 Así, cuando tenéis necesidad de las alegrías del alma, si vos os disponéis a recibirlas, las alegrías de vuestra alma llegarán a vos por mi conducto; y cada cátedra os dará alegrías en vuestra alma, por eso siempre os digo: venid por vuestras gemas, venid por vuestras alegrías, venid por lo que os traigo para que preparéis en vuestro porvenir, la escala que debéis hacer con vuestro propio esfuerzo.

21 Porque decidme, mi pueblo: ¿por qué medios vais a ganar el reino? ¿Acaso creéis que el reino os será dado por el esfuerzo que vos hacéis para cubrir las necesidades físicas? De cierto os digo, que no.

22 ¿Por qué medio vais a ganar el reino? ¿Acaso porque necesitáis destacar para vanidad vuestra, ante vuestros semejantes y hermanos para que os señalen como algo grande? De cierto os digo, que no; porque donde está la vanidad, está el materialismo; y ahí, no brilla la espiritualidad, ni sus encantos ni sus diafanidades, ni su belleza exquisita que como esencia del espíritu, grande y sublime es.

23 Por eso, no creáis que vais a conquistar el reino, estudiando ciencias y diferentes filosofías humanas; no es ese el camino del reino, porque el hombre puede cansarse de estudiar, lo que el hombre mismo ha descubierto; pero si mucho estudia y no pone amor; entonces no va hacia el camino del reino, porque todos los senderos que conduce n al camino del reino tienen encendida la lámpara votiva del amor del Cristo, del amor divino, del amor supremo del Padre Celestial, del que vos me oís hablar tanto, pero que no lo sentís en el alma ni en el corazón como yo lo manifiesto; del amor, que vos me oís hablar, pero no estáis seguro de cómo es, porque queréis darle cierta apariencia personal, individual; y así, rebajáis vuestro concepto del mismo y ahí no es correcto el concepto del amor de Dios, porque no puede ser tan estrecho, como es todo lo que se señala en la personalidad humana.

24 Entonces, al Padre, a ese Padre dulce, a ese Padre vuestro, del que yo hablo de él, con amor y con seguridad de su verdad y de su existencia; vos habláis de él, sin el debido conocimiento y sin la plena seguridad.

25 A ese Padre vuestro, debéis devolverle el mundo limpio, tal como él lo pensó, cuando él lo creó, cuando él lo formó. Debéis devolverle el mundo digno de que él reciba de su propia obra, lo que él ha bendecido, ha formado, ha desarrollado y tiene en transformación.

26 Debéis entregarle al Padre infinito, al Padre resplandeciente de luz, que en su reino de amor os espera: un mundo, que sea digno de Dios; y sus moradores, que vuelven al Padre Celestial por mi conducto.

27 Y cuando os digo por mi conducto, hablo por mi conducto en el amor, porque el Cristo del amor, es con vos; porque el Cristo de luz, es con vos; el Cristo de sabiduría, os manifiesta su amor; y por eso soy el conducto, para que vos lleguéis a él, a vuestro Padre Celestial. A aquél que muchas veces lo lleváis a la imaginación con vuestro pensamiento para darle forma y no podéis darle forma; a aquél que vos muchas veces lo lleváis a vuestra imaginación y lo empequeñecéis; a ese Padre, que es amor y que os enseña amar entre vosotros; a ese Padre que es vida plena y que vuestra vida es su manifestación en vos mismo; que es sabiduría plena, que se manifiesta en todo, que es tantas manifestaciones y expresiones más; que significa tantas maravillas y prodigios, ¡devolvedle, pueblo! Le vais a devolver, un mundo digno de él.

28 Entonces, si vos ponéis de vuestra parte en vuestra labor espiritual, lo que limpio habréis de devolver; seréis también bendito y glorificado en la obra del Padre; y con vuestra buena labor seréis también un trabajador del porvenir, no solamente del presente; ya que vos sabéis, que no basta con los afanes con que vos vivís, para dedicarle todo vuestro tiempo a vuestra parte material; porque con eso, no vais a ganaros el reino.

29 No es por la blancura de vuestra piel, por lo que se os dará la gloria; no es porque tengáis muy claros y brillantes los ojos, por lo que se os dará la luz del espíritu; no es porque tengáis una voz melodiosa, por lo que se os dará grandeza del Verbo, es por otra causa, no es por algo de vuestra persona, no es por lo que tengáis en vuestra cuenta como alma.

30 ¡Oh, almas mías! ¡Cuán poco tenéis a favor en pago y cuán mucho tenéis en deuda todavía! ¡Oh almas amadas! No podéis cruzar el valle, os veo dando vueltas alrededor de los renacimientos y renacimientos, pero todavía no podéis cruzar el valle, no podéis llegar a la orilla, no podéis salir del ambiente de este planeta precisamente porque habéis dejado el primer lugar a vuestra parte inferior que corresponde a la materia; y esa, es la que debe tener el último lugar.

31 Por eso, os digo: no porque tengáis mesa de fiesta y amistades reunidas para homenaje, no solamente por eso alcanzaréis el reino. No porque vistáis telas recamadas o uséis superfluas joyas brillantes, ¡no, mi pueblo! No por eso, brillaréis en el reino. No porque seáis atrayente en discursos o porque seáis acaudalado, tampoco por eso encontraréis el reino esto corresponde al espíritu, a vuestro ser; y el ser, sí sabe por qué, él sí sabe por qué encontrarlo y cómo encontrarlo pero sabiendo algo de ello, todavía no se entrega; no renuncia, a lo que debe renunciar.

32 Debéis renunciar en vuestra alma: al atractivo material, a los placeres ilícitos que os da la materia, a los falsos valores de que rodeáis y con qué adornáis la materia y a todo el círculo ilícito de que enviciáis la materia; debéis espiritualizar aún, vuestra vida cotidiana; todos los momentos, en que materia toque materia, debéis aun en esos instantes, sublimarlos para servir al creador de vehículo de la nueva y buena simiente. Hasta en los momentos en que materia toque materia, debéis pensar en ser útil al creador; porque debéis pensar, en ser un elemento de vida y no de inutilidad.

33 El hombre que empieza a espiritualizar los más importantes momentos de su vida, se destaca ya entre aquellos espíritus que serán llamados al reino, pero para devolver al Padre Celestial, en buena manera, el mundo.

34 Todas las doctrinas de diversas manifestaciones de espiritualidad, tienen ante el mundo una importante y profunda misión, una gran misión; y con estas doctrinas, también los doctrinarios.

35 ¡Entended, con estas doctrinas también los doctrinarios tienen una responsabilidad y una misión grande que desempeñar ante el mundo, un deber qué cumplir; tienen mucho que dar, porque mucho han recibido! Unos, darán bálsamo de curación; otros, darán para el entendimiento, la enseñanza; los otros, el consejo; los otros, el consuelo; los otros, ayudarán a desarrollar a sus semejantes sus poderes ocultos de su espíritu, las fuerzas espirituales ocultas, para que el hombre sea útil y pueda purificar cada uno el valle terrenal y espiritual en que mora.

36 ¡Oh almas amadas! Yo os he visto descender al valle terrenal cuando de lo alto habéis venido; ¡pero he aquí!: que han pasado milenios y milenios; y no habéis vuelto del valle, hacia lo sublime del reino.

37 ¡Oh almas amadas! Yo os he visto descender de la forma sutil a la forma densa y pesada de la materia; os he visto descender; pero ¿cuándo os veré ascender ascender, blancos como lirios; blancos, como palomas? ¡Así, en la mente humana, con vuestros pensamientos, yo os he visto descender llenos de buenos deseos qué realizar en este mundo; pero, ¿cuándo os veré ascender con esos deseos, espiritualizados y realizados?

38 ¡Hay que limpiar el mundo, hay que limpiar el planeta que la humanidad ha ensuciado, que la humanidad ha manchado; para devolverlo con su pureza original a vuestro Padre, a vuestro Padre amor, a vuestro Padre creador, al Padre y Dios vuestro!

39 ¡He aquí! Que si los pecadores mancharon al mundo, que fue su obra el ensuciarle, los mismos pecadores, ya purificados y limpios, lo tendrán que desmanchar y lo habrán de limpiar para que vuelva al Padre como él lo pensó cuando lo formó. Cuando de él, surgió, entonces estaba limpio y puro; pero he ahí que el libre albedrío, con un mal entendido, atrajo al hombre hacia la malla de la ilusión y del descenso con falsos y fuertes atractivos que el hombre mismo ideó; y el hombre en lo espiritual, fue perdiendo poco a poco, en su bruma y en la trama de esa malla, la prístina luz divina con que antes era iluminado.

40 Debéis de recobrar lo que se ha perdido, habréis de obtener lo que ya estaba por perderse, habréis de sentir nuevamente, pueblo mío; pero sentiros, afanados y anhelantes por lo grande, por lo verdadero, por lo espiritual, por lo maravilloso.

41 Por eso, en esta noche hago un llamado profundo, un llamado interno, un llamado que puede ser para vos, pueblo mío, todavía incomprendido; pero yo os hago este llamado para que se realice, para que empiece a realizarse, aunque vos por hoy no comprendáis, lo que yo estoy haciendo y lo que seguiré desarrollando.

42 A la humanidad encarnada, que ha escuchado aquí una forma de enseñanza; y a la humanidad encarnada, que escucha en otros lugares, otras formas de enseñanza espiritual; hago un llamado y doy un toque a su conciencia y me dirijo con mi luz hacia su parte interna para que sientan un movimiento, una sacudida; que sientan, lo que deben sentir, lo que quiere ya el espíritu y lo que quiero yo: que os ocupéis, en los deberes verdaderos de vuestro hogar paterno; que ayudéis a limpiar, lo que ensuciasteis; que recobréis, la fuerza oculta que perdisteis; que hagáis volver a vos mismo, los poderes espirituales que habéis debilitado; que brilléis, con la luz espiritual; que os apartéis de las sombras, por vuestra propia voluntad; que seáis dueño de vuestro pensamiento, para poder elevarlo a la mansión que no es ilusoria; a la mansión, que es realidad, donde vos y yo, participaremos de la paz, de la Verdad y de la vida eterna.

43 Ahora, ¿cómo hay que limpiar el mundo que la humanidad ha ensuciado? Si primeramente, con el atractivo, influenciado por las pasiones, fue descendiendo el pensamiento lleno de deseos; hay que limpiar primero el pensamiento. Si limpiáis primero el pensamiento, empezáis bien, porque después ya el don maravilloso de la palabra, el don maravilloso de la voz, no será violado con frases que no corresponden a quien ha oído la cátedra espiritual o la enseñanza superior con que yo os estoy aleccionando.

44 Entonces, hay que limpiar al mundo, porque al mundo estoy enseñándole en diferentes formas. Ya os he dicho que hay que limpiar al mundo, número uno: por el pensamiento número dos: por la palabra número tres: por la obra todo eso tiene que limpiar el hombre: un pensamiento limpio, una palabra limpia y una obra limpia.

45 Y entonces, pensaréis en una regla, que podéis bien simbolizarla como la voluntad. ¿Para qué utilizáis una regla, ¡oh! Varones y mujeres? Para hacer líneas rectas. Entonces, ¿para qué podéis utilizar la voluntad? Para ser recto vuestro camino.

46 Por eso, os he dicho, que seáis vosotros así: de limpio pensamiento, que es el número uno, por donde el ser humano tiene y debe empezar, para que después sea el número dos: la palabra, y el número tres: la obra.

47 Y pensando en que: vuestra voluntad debe ser utilizada como se utiliza una regla, la voluntad será utilizada por el espíritu, porque es un don, es una facultad del espíritu; pero ¿podéis saber cuánto es y cuántos alcances tiene, el poder de la voluntad desarrollada?

48 Si por la voluntad, son hechas todas las cosas; si por la voluntad, son formados todos los mundos, si por la voluntad, el hombre será transformado, ¡oh, potencia de la voluntad, reina en el mundo!

49 Entonces, os hago un llamado en el nombre del Padre infinito, en el nombre de su suprema justicia, ¡oh, almas! Que en cantidad mayor me escucháis, que en cantidad mayor que los que me escuchan encarnados, escucháis mi enseñanza y que venís a regocijaros percibiendo la esencia de una cátedra y de otra cátedra,que os estáis preparando así, para reencarnar y ocuparos en trabajos fuertes, difíciles y duros y que no queréis quedaros a la medianía del camino; sino seguir hasta el final del camino. Solamente así, podéis ser mis servidores y servidores de la humanidad y espíritus elevados, solamente siendo fuertes podréis cumplir hasta el final con la gran obra que tenéis ante el mundo. Porque, si todavía, no sois fuertes, seréis entonces como los hombres débiles, no serviréis para mi labor que tengo ante el mundo con la humanidad fuerte.

50 Llamo a la humanidad fuerte, encarnados y desencarnados, porque el triunfo está en la fuerza; la fuerza, está en la voluntad; y la voluntad, en la conciencia; y ésta, ilumina la mente humana espiritualizándola.

51 Entonces, almas que me escucháis, percibiendo mi esencia; y cuerpos encarnados, que a través de vuestros oídos dejáis que pase a vuestra alma mi mensaje: estáis ya en preparación los unos y los otros. Porque los débiles, no llegarán al final del cumplimiento en este tiempo; y entonces, en ello entenderéis, que son débiles como niños pequeños y que no pueden seguir al frente ni adelantando en mi obra.

52 Vosotros, los que estáis arrepentidos y avergonzados, ¡oh encarnados! Porque habéis hecho muy poca labor positiva; y vosotros también, ¡oh, desencarnados! Os digo: es tiempo que os preparéis, para hacer más de lo que habéis hecho.

53 Y queréis, desarrollar dones para trabajar; y queréis, despertar facultades para triunfar en mi obra; y éste es el tiempo para ello; éste es el tiempo para la obra. Y en verdad, los niños y los ancianos profetizarán y verán visiones y la humanidad en su mayor parte será tocada por el espíritu, para llevarla al entendimiento; y será sacudido el mundo, con lo que viene; y el espacio, se abrirá para la preparación de la unificación con el mundo, para el acomodamiento de la evolución en la tierra.

54 ¡Oh, tierra! Que te estremecerás, porque en preparación estarás; vienen a ti, seres fuertes; unos para encarnar en cuerpo y los otros para trabajar en espíritu a través de mentes y cerebros. ¡Oh seres benditos, tocad cerebros! Que tenéis permiso de tocarles para que sepáis, cuáles son aquellos que son sensibles para un desarrollo de su facultad. ¡Urge, humanidad de trabajo, encarnada y desencarnada, estoy haciendo un llamado a los espíritus que son fuertes para que cumplan hasta el final de este tiempo; y no darán un paso atrás ni por tempestades, seguirán adelante porque ésta es mi voluntad!

55 Y así serán mis enviados y algunos de vosotros, ¡oh seres benditos! Que ya os habíais ido hace tiempo, regresaréis de nuevo a la tierra, unos para comunicarse por las facultades o cerebros de mediaunidad, otros por medio de la videncia espiritual, por inspiración, por intuición y otros para volver a encarnar.

56 Entonces, en este Tercer Tiempo en que sois tocados por esta multitud de seres, unos con más luz, otros con mayor y otros con más, en este momento podéis saber quiénes de vosotros teníais la facultad espiritual adormecida, o a quién de vosotros se le volverá a despertar, porque es el tiempo de las grandes necesidades, porque es el tiempo de los grandes trabajos espirituales y ésta es mi voluntad: ¡dar un paso adelante; adelante, siempre adelante!

57 ¿Qué hubiera pasado en el mundo, si yo hubiera dejado a medio camino, la cruz de redención! No se hubiera cumplido mi destino ni se hubiera cumplido vuestra enseñanza hasta el final de los tiempos.

58 Entonces, debéis seguir hasta el final de este tiempo, porque ésta es mí voluntad, porque ésta es la Ley, porque éste es el mandato divino y por eso ordeno que los cerebros que no estén abiertos a la comunicación del más allá, se abran; pero que se preparen para los grandes acontecimientos, para que estén alertados para las grandes vicisitudes dolorosas que deben venir en el planeta tierra.

59 No está muy lejos ese tiempo cruento: hambre, guerra, peste y muerte o: desencarnación, palabra más correcta para expresar esa transición de lo burdo a lo sutil.

60 ¡No olvidéis que tres cuartas partes de la tierra, desaparecerán de la humanidad; no lo olvidéis, mi pueblo, y solamente una parte quedará para la nueva simiente; y daos cuenta la importancia que tiene el movimiento espiritual; puesto que la tierra, debe tener un cambio total hacia su propia superación.

61 ¿Qué es ahora, la tierra? La tierra, es un valle de lágrimas, de dolor y de confusión, de egoísmo y de angustia, de ignorancia y de materialidad; es un valle de sombras, en el cual duerme el hombre un sueño materializado, sin ensueño de espíritu.

62 Si el hombre y el mundo, están envueltos en densidad, en fetidez y en sombra; este planeta tierra, tiene que transformarse, hasta ser el digno; para que descienda, y sea en él, mi nueva Jerusalén prometida.

63 ¿Qué quiero deciros cuando os he dicho muchas veces que en este planeta descenderá y aquí fundaré espiritualmente mi nueva Jerusalén? El planeta será purificado, por eso yo os hablaba desde el principio de mi cátedra, en que tenéis que limpiar el valle que ensuciasteis, el paraíso que ensuciasteis; primero, por el mal pensamiento; segundo, por la palabra mal dicha; y después, por la obra mal hecha.

64 Entonces, para que sea mi nueva Jerusalén, para que se forme la morada de paz en que el hombre se espiritualice y permanezca ya en otra forma más elevada, viviendo más de espíritu que de carne, más de luz que de sombra, más de renunciación que de egoísmo; se necesita, que cada uno tome su cruz de cumplimiento y suba conmigo a la cúspide la montaña en donde la luz del amor divino os espera para revelaros la grandeza de los secretos de la transformación del mundo y de la revelación del hombre ante la espiritualidad.

65 Subid conmigo a la montaña, pueblo, que os hablo en espíritu; y esa montaña, es la alta comprensión de vuestro deber y de vuestra misión; no os quedéis atrás, no os atraséis porque no es esa mi voluntad. Y al no ser mi voluntad, quiero decir: que no es la voluntad del Padre, puesto que yo hago la voluntad del Padre y la Ley se cumple bajo el sol y más allá del sol en el vasto universo, siempre se cumple la voluntad del Padre.

66 Entonces, ¿qué es lo que vos debéis hacer para preparar lo que será mi nueva Jerusalén, qué será también vuestra nueva y blanca morada de paz? Empezar a hacer la obra; mas, no contra la materia; sino contra los errores que vos hacéis en la materia.

67 Educad la materia, educad el sentimiento carnal, la mente carnal, la voluntad o reacción carnal instintiva y que pase vuestra inconsciencia a ser consciente para que comprenda lo que os digo; y para que comprendáis, cuál es la Ley divina y para que sepáis lo que quiere el Padre y para que sepáis cuál es vuestro verdadero porvenir; porvenir, que vos formaréis con esfuerzo en la espiritualidad, porque solamente así conquistaréis el reino, porque el reino no podréis conquistarlo con otra manera que sea humana, sino solamente con todo aquello que sea espiritual y al espíritu, corresponde hacerlo.

68 Vos no podéis hacer de las nubes, cerros, ni de las estrellas, piedras; entonces, debéis tomar el material limpio, etérico, del alma universal, para hacer con vuestras virtudes, nuevas vestiduras para que estéis brillante en la fiesta de mi nueva Jerusalén. Ahí no podréis tener el cuerpo denso que aquí tenéis y que estáis vos muy conforme con lucirlo; tenéis que tener una envoltura mejor, porque será más sutil y más brillante; pero para esa envoltura, necesitáis hacer ya obras de altitud, necesitáis educar vuestra propia parte humana baja e instintiva, espiritualizar vuestra vida, traer un poco de vuestra naturaleza espiritual, al mundo de los profanos; para que así se comprenda que la cruz del cumplimiento, también va acompañada de una ofrenda o de una virtud espiritual.

69 A tanto amargor, poned algo dulce; y a tanta ignorancia y engaño, poned algo de luz y de verdad; porque eso es el mundo, como una gran red que os envuelve, el mundo es cual una malla de atractivos que os ahoga y vos debéis cortar esa malla, no os dejéis aprisionar, libertaos porque vos sois espíritu; ¡pobre de vos si solamente fuerais materia fétida y temporal! ¡Pobres de vosotros! Si solamente fuerais el humano que tiene hambre y que tiene deseos de dormir; y que no fuerais, el ser eterno, dueño de libre pensamiento, que cruza lo infinito del espacio y del firmamento. ¡Pobres de vosotros! Si solamente tuvierais anhelos pasajeros, mientras vive vuestro cuerpo; y no tuvierais, anhelos de la vida del espíritu, allá en mi reino con el Padre Celestial.

70 ¡Oh, cuánta pobreza! Cuando pensáis solamente en eso y no pensáis en lo que yo os digo; lo que yo os digo, no tiene engaño, es vuestro porvenir, pero necesitáis prepararos para que obtengáis en un futuro; lo que hoy, es imposible que se os regale.

71 El reino no se regala porque estéis dormido, el reino lo conquistáis por estar despierto; el reino no se os da por favor especial de pereza, el reino se os da por conquista merecida del esfuerzo; no se os da la llave del reino, por confesaros ignorante; se os da el reino, por confesaros competente para servirle a la vida en el plan de Dios, en la vida universal y eterna.

72 ¡Despertad ya! ¡Despertad y dejad que la luz desde vuestra mente, sirva de algo en lo espiritual! ¡Cuántos de vosotros que perdéis valores materiales estáis tristes, cuando los valores y las pérdidas materiales van y vienen, pueden volver a perderse como se va a perder casi todo; cuando venga, lo que os he dicho.

73 ¿Por qué sois capaces de llorar por las pérdidas materiales y no sois capaces de llorar por el reino que está en vos mismo y que imagináis tan lejos? ¿Por qué lloráis por lo que habéis perdido en lo material; y no lloráis, porque habéis inhibido la facultad de desarrollar vuestros poderes espirituales, que son la más grande de las riquezas que existe?

74 ¡Oh, mi humanidad amada! No por algo pequeño fui a la cruz, ¡no! Fui, por algo muy grande. ¡Cuánta necesidad hay de que despertéis! Sin embargo, ni la tragedia, ni el drama del calvario fue suficiente para despertaros, ¡oh, mi pueblo adormecido!; por qué sois, más fácil a obedecer el impulso de la materia que os llama; que al espíritu que también clama por su reino.

75 Yo os he visto descender al valle terrenal desde hace muchos milenios ya; y desde entonces, os quedasteis envuelto en sombras y en densas vestiduras; pero ahora se necesita que vayáis poco a poco haciendo lo denso, sutil, y haciendo lo negro, blanco y haciendo de las sombras, luz. ¿Cuándo llegaréis, cuándo empezaréis, cuándo iréis, cuándo os espero?

76 ¡Oh mi pueblo amado! No podréis llegar al reino con esas vestiduras de carne densa, tenéis que llegar al reino sin la carne, sin los errores y sin las pasiones; sin los  oDios y sin los rencores, sin ataduras ni apegos ni aferraciones. Tenéis que llegar limpio y puro; limpio de pensamientos, palabras y obras y además tenéis que llegar habiendo recuperado ya la fuerza de los poderes espirituales ocultos y ahí acabaréis de recuperar lo que os hace falta.

77 Entonces, ¡he aquí! Que para llegar al reino, necesitáis ya pensar lo que vais a hacer ¿por qué vais a empezar? Por quemar, en el fuego purificante, creador del santo Espíritu, vuestro materialismo que es miseria, el orgullo y vuestra vanidad que también miseria es.

78 Para quemar en el fuego de la vida humana y de la vida espiritual, las pasiones del mundo, necesitáis empezar a prepararos para educar a la materia: las tendencias de la materia y los afanes por la materia.

79 ¡Qué tristeza para el espíritu, es, sentir muy lejos el reino!; pero como vos, ya os habéis olvidado de él, ya no tenéis tristeza de sentirlo tan lejos, y algunos decís: yo no doblego mi orgullo y yo os digo: eso, es pobreza e ignorancia; el orgullo os estorba, os ata a la materia y os sostiene bajo, no os deja elevaros; como lo es el rencor, como lo son las pasiones, como lo es todo lo que es reaciedad y materialismo, son cadenas que os atan.

80 Y el ángel del despertar del alma os habla de un celo, os habla de un Padre, os habla de un Cristo y os habla de amor divino. El ángel del despertar, es el Cristo; y Cristo, es el amor y es el Verbo Divino; y yo, cual Verbo Divino, os hablo de amor y os hablo también de vuestro brillante porvenir por el amor.

81 Entonces, si hay que cambiar el mundo: cambiad la mentira por verdad; la hipocresía, por sinceridad; el materialismo, por espiritualidad y los engaños, por realidades y los sentimientos también para que sean más sublimes y elevados.

82 Si efectivamente sois sensible al sentir, sentid el deseo de recobrar vuestro reino y de volver a vuestro primer amor, porque el Padre os espera, porque el Padre es vuestro primer amor y vuestro amor verdadero y eterno; recordad que nadie os amará como el Padre, el Padre que os formó, que le dio fuerza a su pensamiento, que sois vos. Pensamiento de Dios, fortificado por él: volved a vuestro reino que es mi reino.

83 Entonces, así, al tocar otra vez vuestra conciencia, al tocar otra vez vuestra alma, yo os digo en verdad: las puertas están abiertas para el que quiera pasar al camino recto y llegar a la servicialidad.

84 ¿Quién de vosotros puede ser útil? En verdad os digo que todos, unos en una forma y otros en otra; pero debéis de hacer que aparezca ya, en la faz de la tierra, la realidad de la fraternidad del hombre y de la paternidad de Dios.

85 Hay que hacer que en la tierra aparezca el arco iris de la paz con luces brillantes que nunca se apagarán porque se encendieron en el reino de la vida como soplo excelente de la esencia creadora, de la esencia divina, de la esencia del Padre, de la esencia vital de Dios.

86 Pueblo, vuestro mundo está oscuro; pero el celo que es más brillante que un sol, es vuestro futuro.

87 En qué forma arrancaros de las cadenas que os aprisionan si hablándoos con tan grandes lecciones de la Verdad, solamente me sentís por momentos y me olvidáis después cuando os vais de aquí.

88 Así olvidasteis todo lo del reino, así olvidasteis el amor del Padre y así olvidasteis a lo que vinisteis aquí a este mundo. Como olvidáis mis cátedras, olvidasteis al Padre; como olvidáis mi amor, olvidasteis al Padre; y por eso, yo quiero que estéis llenos de bellas remembranzas, de recuerdos felices.

89 ¡Vos todavía no aprendéis a amar los recuerdos felices! Que mejor que amar los recuerdos felices de vuestro primer amor y de vuestro Padre verdadero, de vuestro verdadero reino y de vuestra vida de espíritu; sin embargo, descendisteis al valle terrenal; y del valle, no habéis podido salir; aunque yo quiero libertaros, no me dejáis hacer en vos, la obra de bondad para unir a la humanidad.

90 Así ha sido mi enseñanza, para vosotros, para vos que necesitáis que os repitan y que os hablen de esas manifestaciones ya olvidadas, pero estáis entretenido; entretenido, en la malla de engaño que os tiende el atractivo de las tentaciones que ha creado la humanidad con su materialismo, con su bajo yo; entretenido, en su moneda, en sus metales, en sus piedras; en sus falsos “valores” que le dan el modo de obtener poder y placer a vuestro cuerpo.

91 Y por estar envueltos en el materialismo, han pasado los tiempos; y por estar entretenido hoy, estáis todavía aquí. ¡No, mi pueblo! No os estanquéis, ni por un momento ¡preparaos! Porque vais a empezar vuestra misión.

92 Apóstoles, labriegos, discípulos, mis bien amados, facultades, todos; decidme, mis amados: ¿por dónde vais a empezar para comparar, todos los días?

93 A todos aquellos mis amados, preparados para mi servicio, que pronto dejaréis por fortuna para vos, el valle terrenal; sí, mis amados, ¿cómo podéis comparar todos los días: a una regla, con la voluntad? Cumpliendo, en vuestra labor o desempeño a mi servicio, con una voluntad firme, haciendo recto el camino de vuestra misión.

94 Cuerpo de facultades de trabajo espiritual de cátedra, ¿estáis dispuestos al servicio, aunque os hagan sufrir en el sitial? ¿Estáis dispuestos todos, en cumplir vuestra misión, aunque os hagan llorar, aunque os juzguen mal, estáis dispuestos? ¿Qué pedís para vosotros?

95 Vienen los tiempos en que aquellos que quieran tener ropajes limpios y brillantes para mi nueva Jerusalén, pueden tenerlos; sí, mis amados, ¡preparad vuestros ropajes espirituales todos! Prepararad vuestros ropajes, ¡oh, facultades de cátedra! Pero tenéis que prepararlos con pura obra espiritual.

96 Y a mi mundo espiritual, a los trabajadores espirituales que curan, que os protegen y que os explican mi enseñanza, a ellos, digo lo mismo: el sufrimiento debe servir para que tengáis más ánimos de terminar vuestra misión hasta el final, porque si una misión dentro de mi obra, no se termina, es porque se tiene que volver a empezar en próxima reencarnación. Y hay que terminarlas todas, porque éste es el plan divino de salvación.

97 Entonces, si queréis vestidos brillantes, hacedlos con el limpio pensamiento, con la limpia palabra y la limpia obra; con la espiritualidad en la voluntad, en la mente y en la conciencia; y entonces, tendréis vestidos brillantes en la fiesta de la nueva Jerusalén, cuando plenamente mi Espíritu sea derramado en todo espíritu y en toda carne en profecía, en cátedra espontánea, en amor y en el evangelio.

98 ¿Habéis comprendido? Llevad entonces en el pensamiento, lo que os he dicho. Entended entonces, que cada sufrimiento hay que bendecirlo, extrayendo de él la lección que su experiencia encierra; y buscar aquellos que no os amen, para que sean ellos los primeros a los cuales tengáis que servir; y buscar aquellos que dudan de vosotros, para que sea a ellos, a los primeros que tengáis que convencerles con amor y estar más cerca de ellos, nunca lejos.

99 Cuando Tomás, en el Segundo Tiempo, me pidió una prueba, yo me acerqué a él y se la di, amorosamente; entonces, no es mi voluntad perder ni un solo cerebro, ni un solo ser, porque del trabajo espiritual es su tiempo para hacer prodigios grandes; de las doctrinas, es su tiempo también. ¡Trabajad, sembradores, trabajad en el nombre del bien, por la Ley del bien, tal es la Ley!

100 ésta ha sido la lección de mi enseñanza, en este día de gracia. Ahora, preparaos; porque voy a bendeciros y a bendecir vuestras aguas, para que sean útiles en poder curativo para los que tengan fe. Yo las bendigo, en nombre del Padre, en mi nombre de Cristo y en nombre del santo Espíritu. Mi luz y mi amor os doy. ¡Bendito seáis, mi pueblo!

¡Mi paz, sea con vosotros!

60. El anticristo

1948 – 1950

1 ¡La paz del alma universal sea en cada uno de vosotros! Sentid esa paz internamente, en vuestro espíritu, para que podáis proyectar sus vivas claridades a vuestros panoramas externos, y así podréis distinguir con vuestros delicados y certeros sentidos espirituales, el camino recto y luminoso que tenéis que recorrer, para escapar de los senderos que por siglos habéis construido entre las sombras y las breñas para vivir vuestra materialidad incomprendida; con los cuales, habéis cubierto tristemente al bello planeta que habéis escogido para morar un instante de vuestra vida eterna.

2 Solamente con la serena e imperturbable paz del alma universal, podréis atenderme y entenderme para vuestro gran provecho en esta cátedra fuerte, dictada para espíritus fuertes, para hombres y espíritus templados por el dolor y el amor, que brillarán más tarde como guías de la humanidad, sintiendo por esa labor, el ir sembrando el amor de Dios en plenitud de armonía, con todas las virtudes necesarias para la manifestación de vida en el mundo.

3 Solamente con la grata y sabia paz del alma universal, que podéis recibir de inmediato, si pensáis en el Dios infinito de bondad que misteriosamente presiente vuestro profundo sentimiento interno y purísimo, podréis ser los grandes comprensivos, los grandes redimidos, los irresistibles rectificadores o reformadores, los radiantes sembradores del amor espiritualizado, los excepcionales iluminados para las bellas creaciones de las hermosísimas formas de vida nueva, que os está dando mi enseñanza por el mandato y voluntad del Padre omnipotente.

4 En medio de todas las circunstancias de vuestra existencia humana, mucho entenderéis y aprovecharéis si en el ejemplo que os entregué a través de Jesús, pensáis; pero nada o casi nada comprenderéis de estas cátedras, si persistís con vuestra inquieta voluntad, de devorar los pequeños y amargos frutos de los árboles que cultiva la humanidad; porque esos árboles, de frondosas y marchitas espesuras; y esos, sus frutos de sabores engañosos, son tentadores para los débiles, provocativos para los soberbios y concupiscentes; peligrosos y traidores para todos, porque son frutos dulzones por fuera y venenosos por dentro.

5 Recibid mi enseñanza, amados míos . Sin inquietudes, apaciblemente. Contempladme, con mirada diáfana; y sentidme, con ternura pura, como ven y sienten los niños a la madre cariñosa, porque solamente así, estaréis en condiciones de recibir y aprovechar el torrente luminoso, esencial y poderoso, con sus efluvios de penetrantes y luminosas irradiaciones, del amor supremo. Ese torrente divino, es el que os inundará, ¡oh, mi pueblo! Con sus corrientes de luz excelsa, para que tengáis la comprensión exacta, el sentimiento despierto y el actuar presto, a todo aquello que en espíritu, en materia y en verdad, os atañe a cada uno de vosotros.

6 Os repito, mis amados: ¡serenaos! ¡Calmaos! Penetrad al ambiente de la paz intima y majestuosa como la que os brinda la inmensidad en el tenue azul del cielo, para que así, tengáis los momentos de lucidez espiritual que necesitáis para olvidar momentáneamente vuestros problemas personales; y para que comprendáis, que no son vuestros solamente, sino de toda la humanidad. Porque el mundo se agita igual que vosotros, desesperado y ciego; pero a consolar a vosotros, mis pequeños; y a consolar a todos, vengo en este Tercer Tiempo.

7 Soy el amor sapientísimo que a todos enseña, consuela y acaricia; ¡pero tenéis lacras tan horribles y tan profundas; tenéis ramajes tan enfermos! Que necesitáis unos cortes dolorosos, una poda variada y abundante que llegue hasta la raíz de vuestros males para cercenarlos con perfectísima maestría y aseguraros vuestra propia alegría, vuestra propia paz, vuestra salud y preparación para mejores acontecimientos que os esperan en vuestra trayectoria espiritual.

8 Y así, como el cirujano corta la parte gangrenada del enfermo en gran peligro; así como el hábil jardinero poda sus vergeles marchitados por las plagas invasoras; así como aquel Cristo sempiterno que brilló en Jesús para que os dejara ejemplo de integridad y de valor augusto en medio de las heridas e injurias que le infirieron. Así, yo, ese mismo Cristo, ese mismo amor de Dios que comunicará su potestad y su esencia a la materia de Jesús de Nazareth; así yo, el Verbo, en esencia de amor divino y en sincronización perfecta con los designios del Ser Supremo, e imprimiendo en los intérpretes humanos, las huellas imborrables de las irradiaciones de los pensamientos de la divinidad, tengo que cortaros las ramas gangrenadas por las carcomas de vuestra sociología, de esos sistemas sociales de ideas abyectas con su cauda de ciencias, religiones y costumbres absurdas que tanto os pesan y os enferman, desde que palpitando están vuestros cuerpos humanos en el seno materno.

9 Mas, si por el agotamiento de su salud y su alegría por sanar, el enfermo gime, tiembla y se acobarda, ante el que va a amputar su miembro gangrenoso; si las plantas y los árboles lagrimean sus savias y desnudos quedan de ramas y de flores, por los cortes del experto podador; el amor divino, en forma infinitamente superior a los cercenamientos del cirujano y del jardinero, que darán más tarde la salud y la lozanía a los morbosos y a los vergeles; el amor de Dios, os repito tiene la virtud suprema de enjugar el llanto de los desesperados y de dar en el acto, vida esplendente y valor sublime al agonizante, sin necesidad de tardías convalecencias ni de esperas estacionales.

10 La luz que iluminó en Jesús, la luz santa, todo lo lleva en sí; reduce el tiempo y apresura la floración de los huertos de vuestro espíritu, si abrís vuestras fuentes internas a ese torrente luminoso, generador, pletórico de efluvios supremos, que tiene ese nombre tantas veces repetido y más veces todavía rechazado por vosotros, los humanos: el amor.

11 Así es que no debéis temblar, nada tenéis que temer, pueblos y directores de pueblos que avanzáis cansados y sin clara orientación, porque dicho está, estáis turbados en espíritu, enfermos del alma, y por añadidura, de la carne.

12 Cuando, Cristo, el Maestro de maestros, corta un mal, lo hace con exacta equidad, con sapiencia divina, lo hace con el tajo irresistible e incomprensible por el momento para las espiritualmente ignorantes mayorías, pero con una precisión exactísima y de cumplimiento ineludible en el devenir de los siglos.

13 Corto el mal, lo detengo con mi amor, pero defiendo al malhechor. Domino la enfermedad y la transformo en salud, en alegría; y así es como defiendo y salvo al que sufre, al extraviado, al criminal, al enfermo, lo mismo es todo eso para mí.

14 Cuando en el Segundo Tiempo, en Jesús me crucificaron; yo con los poderes, que del Padre, eran, cubría con mi serenidad y mi dulzura a mis verdugos y les daba vida. En mis palabras y en mis silencios, vibré defensas y sembré perdones para los enajenados y obcecados de aquel tiempo; pero esas defensas y esos perdones, fueron, son todavía y serán eternamente, los veneros sin fin de todas las virtudes, de los grandes corazones arrepentidos.

15 En vuestro hoy, como en vuestro ayer y como siempre, vengo a daros de beber de esos veneros de la Verdad, vengo a recibiros en vuestras caídas, a oponerme a vuestras falsedades; vengo a dejaros ráfagas fulminantes, pero curativas, que os marcarán los pasos que debéis escoger para que podáis gozar de un apacible y bello vivir aquí en vuestra marcha por este mundo; y más allá de él, cuando habitéis el universo espiritual.

16 Nada tenéis que temer de vuestro creador espiritual, amados pequeños míos. Temeos a vos mismo y a vuestros hermanos, cuando no estéis ni vos, ni ellos, pensando con agradecimiento y ternura, en el Padre infinito que todo lo da sin esperar algo de vosotros.

17 Yo deseo que encontréis el camino fácil, seguro y bello; deseo que acortéis vuestras arduas caminatas llenas de amarguras, creadas por vuestros propios laberintos mentales.

18 Si os perdéis, si sois el perezoso que retarda su llegada a al camino más corto de su propia felicidad, será porque así lo deseáis y así lo vais buscando.

19 Vengo a daros nuevas revelaciones porque deseo que realicéis nuevas transformaciones de vos mismo; pero si os perdéis, si sois el dormilón que prefiere los sueños de sus errores y de sus tristezas, será porque así lo vais buscando con vuestra necedad y desobediencia a mi Ley.

20 Voy a penetrar, tomando vuestra mano vacilante para que os apoyéis en mí, en las turbulentas aguas de vuestras religiones y de vuestras pláticas que se nutren en vuestras sociologías para que abráis bien los ojos, agudicéis los oídos y afinéis el cerebro para que entendáis y contempléis una parte del porvenir que os espera. Y no temáis, mis iniciados; ni majestades humanas, ni testas directrices del sentimiento ajeno, podrán oponerse a lo que mandado está por el Padre omnipotente.

21 El circular por el mundo de mis lecciones de luz, en forma de cátedras impresas en el libro de la Verdad redentora, y de las dulzuras y suavidades para el alma de los espíritus de los hombres, es indetenible, porque viene a pulverizar sistemas de paja y oropel, que el mismo hombre, lucha para apartar de su camino; pero sin encontrar el certero, el luminoso, el que ansía con toda la vehemencia de su corazón sangrante. Entended entonces, que yo vengo a dároslo con mi amor de siempre.

22 Yo no vengo a provocar cruentas guerrillas como las vuestras, pero sí vengo a iniciar formidables guerras de ideas de altura, en las que brillarán mis inspirados.

23 Y cuando entendáis esos pensamientos, cuando sintáis que todas estas ideas son hijas del amor divino, que os las regala para vuestra dicha terrestre y la del más allá, sentiréis impulsos irresistibles de ponerlas en práctica, de enseñarlas a todos los que no las conozcan; y entonces, tomando de el libro de la Verdad, las tesis y las síntesis que escritas tenéis y que no son otra cosa que la antítesis de todas las aberraciones acumuladas por la estulticia humana proclamaréis la sabiduría suprema. Y yo os inspiraré la palabra, para que ampliéis la enseñanza y la acción, en concordia con el medio en que enseñéis y actuéis.

24 Venid conmigo, mis amados, y comencemos a desbaratar algunos de los velos más espesos que os estorban para poder ver con claridad la luz de la Verdad.

25 Amados míos: algunas de vuestras antiguas escrituras os hablan del antiCristo, del hombre diabólico, según decís vosotros, que perseguirá implacablemente a un grupo de mis hijos, a los religiosos católicoromanos, en los comienzos del fin del mundo. Ya que esas mismas escrituras, hechas y rehechas de acuerdo con la conveniencia egoísta de personas y de épocas, os hablan de un turbulento e incomprensible “fin del mundo” que simbólica y originalmente describió, dicen: mi discípulo, juan.

26 Otras viejas escrituras hechas y rehechas también para servir a otras sectas o religiones, fueron y continúan siendo, escritas por todos los humanos de todas las doctrinas; y he ahí que tenéis grandes colecciones de videncias, de profecías, de tradiciones, de mitos; leyendas y simbolismos con interpretaciones de hombres más o menos inspirados en pequeños conocimientos de la Verdad, o bien, de obsesos; y como siempre, como por siglos y más siglos os ha sucedido por la única razón de que tenéis cerrado el corazón al amor, no habéis podido distinguir la Verdad de la mentira; os habéis confundido, lo habéis cambiado todo, y ya no sabéis quién dice la Verdad, ya no sentís quién tiene la razón.

27 Estáis dominados por las más negras incertidumbres, negaciones y dudas; y lo que es peor todavía, estáis dominados por las inducciones de tenebrosas y falsas afirmaciones.

28 En verdad, os digo: que más os valdría estar llenos de incertidumbres y de negaciones, que repletos de afirmaciones falsas, de negras mentiras que pasáis por verdad.

29 Menos mal os hace la negación sincera que nace de la ignorancia o de la duda; que la afirmación hipócrita de una falsedad.

30 Es mejor la duda limpia que tiene hambre de comprensión elevada; que la firme creencia en un mito cualquiera.

31 Es mejor la incertidumbre desesperada que pide a gritos luz; que la firmeza fanática o idólatra, de costumbres irrazonables o de leyendas para mentes infantiles.

32 Observad: en cada territorio en donde predominan una o varias religiones, doctrinas filosóficas o sistemas políticos, siempre hay muchos increyentes, muchos desconfiados y muchos más amargados. ¿Por qué? Entre otras o muchas razones que caben dentro de vuestros limitados y pequeños análisis, porque esos rebeldes, que en el fondo ven más claro, no siente n los ritualismos ni les convencen las débiles afirmaciones de los directores o creyentes de esas sectas, filosofismos o estados sociales; porque todas esas complicadas y huecas teorías no les llenan sus almas angustiadas, sedientas de aguas más puras de sabiduría para calmar las ansias de su espíritu. Porque ven y siente n, que los hechos de esos, mis hijos, desvirtúan sus teorías, porque las obras de los que se dicen creyentes, defensores o veladores del bienestar público, contradicen, enlodan y derrumban las doctrinas más puras y más sabias. Porque esos rebeldes, que tienen más luz que los que se dicen y creen grandes; con claridad espiritual siente n, ven, palpan, oyen y entienden más que esos que no son, ni han sido tales depositarios ni maestros de las revelaciones divinas; ni tampoco son, ni han sido, tales defensores de la dicha o paz, de los que gobiernan.

33 Cuando decís que “el amor es buenas obras y no bellas palabras” . Decís una verdad más grande de lo que podéis imaginar, y de cierto os digo: que sólo el Verbo Divino que animó a Jesús, puede responderos, diciéndoos: yo os di muchas obras y muy pocas palabras, estas: amaos los unos a los otros.

34 Mas, vosotros, os fijáis mucho en vuestras legendarias historietas, y en las nominaciones de vuestras ciencias políticas; y nada en lo que os interesa en esencia y en verdad. Disputáis por el “antiCristo” inquietantes; argumentáis violentamente por el prometido y horroroso “fin del mundo” al que suponéis a la puerta de cada una de vuestras guerras; pero os olvidáis de las obras cumbres de Jesús, o de las otras buenas obras de algunos iluminados, a quienes el Padre ha permitido venir a enseñaros . Y termináis, siempre ahogados en vuestros vacuos planes y disciplinas humanas, que nada tienen de espirituales ni de amor verdadero.

35 Esperáis al “hombre antiCristo”; y en vuestros locos devaneos, habéis calificado o juzgado a varios de vuestros hermanos del pasado y del presente con ese nombre, inventado; no por juan, mi discípulo amado como todos vosotros, sino por otros que erróneamente le han interpretado.

36 Habéis creído también al pie de la letra llena de falsía, que vendrán muchos hombres llamándose a sí mismos: Cristo, y concluís en que éstos serán los falsos Cristos, que señalan inequívocamente, los evangelios, cambiados también por los hombres.

37 Mis discípulos, aparte de mis profecías, os dejaron también obras de luz de la Verdad, pero vosotros no habéis imitado sus obras y habéis distorsionado, según vuestro capricho, sus mensajes de verdad luminosa.

38 Esas leyendas, derivadas de interpretaciones absurdas y otras muchas, con mayores o menores semejanzas, contienen vuestros centenares de sectas; que con vuestra arraigada vanidad o sin saber lo que decís, calificáis como “altas filosofías”, como “elevadas doctrinas”, como “ciencias salvadoras de la humanidad”, como “religiones universales”, como “grandiosos secretos” de sabiduría oculta.

39 ¡Pobrecillo de vos, humano mío, que llamáis: “universal” a lo que ni siquiera es mundial! Pobrecillo de vos, mi amado, que llamáis: “salvadoras” a vuestras ciencias sociales, económicas, políticas, lo mismo es, cuando esas vuestras mal nombradas ciencias engendradas por vuestros errores; no sólo no os salvan; sino que día a día, os hunden más y más en vuestros abismos pantanosos.

40 Estas vuestras “ciencias” y esas vuestras “religiones”, todas esas “afirmaciones” muy “científicas” y todas esas “creencias” muy pueriles, no son lo que pensáis o creéis, sin más fundamento, que los decires de los hombres que no saben amar.

41 ¡Humanidad!, en espíritu y en realidad, os digo: que no existe, ni ha existido, ni existirá jamás, ese ente que llamáis antiCristo, como lo habéis imaginado.

42 ¡Humanidad!, en espíritu y de cierto, os digo: que no vendrá ese fin horripilante del mundo ni tampoco vendrán los numerosos hombres que se autonombren Cristo, en la forma como lo interpretáis.

43 Amados míos: tampoco os salvaréis ni os mejoraréis, en cuerpo ni en espíritu, con vuestros cuadros científicos de números y planes de vida valorada en materialismos y monedas.

44 Vosotros persistís en querer entender las simplezas de los simbolismos que habéis creado, al revés o al pie de la seca letra; os apegáis tanto a la literalidad de un libro cualquiera, que os cortáis la elevación del pensamiento lúcido, o bien lo enmarañáis de tal modo que al fin no sabéis qué pensar; o si pensáis, lo hacéis de tan complicadas maneras, que termináis anonadados, abatidos, trastornados, enfermos.

45 ¡Dejaos de perturbar tanto vuestro entendimiento con erróneas interpretaciones, y purificad vuestro corazón viniendo a mí, al amor del Padre! ¡Dejaos de pensar tanto en las enredaderas de vuestras pobres ciencias sociales y lavad vuestro corazón con llanto o desmanchadlo con las obras del amor! Yo os daré el don de la alta comprensión que habéis perdido; y os revelaré, lo que debáis saber para vuestro auténtico mejoramiento material y para vuestra ascensión espiritual.

46 He aquí, ¡oh humanidad! La claridad de mi lección, os dice: el anticristo sois vos, humanidad; anticristo, es cada uno de vosotros, en menor o mayor grado, porque aún no sabéis amar; no os amáis los unos a los otros, porque no os gusta el amor de Dios; sino vuestras pequeñas adoraciones, vuestros apegos a falsos valores creados por vosotros; imaginaciones y valores, que tienen sabor de sangre y olores de putrefacción.

47 Cristo, es, recordadlo bien, os lo he definido ya claramente Cristo: es el amor de Dios . Luego, quien es contrario al amor de Dios, es un antiCristo. ¡Lógica vuestra, humanidad! Entonces, comprended plenamente, que vuestro mundo . Está lleno de anticristos.

48 El fin del planeta, no vendrá, pero hay muchos fines y principios del mundo para todos los seres humanos que desencarnan o mueren; encarnan o nacen y vuelven a desencarnar o morir, hasta que al fin me escuchan y se alejan de la tierra y de las formas que no les pertenecen y van conmigo a mejores mundos, a mejores comportamientos de vida espiritual o estados de existencia más elevados y a superiores formas de la expresión del alma universal.

49 Los falsos Cristos, han sido y sois, la generalidad de vosotros que siempre os estáis poniendo como “modelos”, que siempre os estáis encumbrando como “superiores”, como “grandes civilizados”, como “virtuosos” y “defensores del bien”; pero sois y hacéis, todo lo contrario.

50 Hablan vuestros filosofismos, de la justicia inmanente; de la ira de Dios, del ojo por ojo y diente por diente, del día del juicio en el que yo seré el juececillo vengador; hablan vuestros escritos de la nueva Jerusalén, de las nuevas babilonias, y de tantas cosas, humanidad, que en verdad, os digo, con vuestras propias palabras y simbolismos. que habéis vivido y seguís viviendo, dentro del apocalipsis y no os dais aún cuenta de ello.

51 En carne o en espíritu, a todos vosotros se os llegan, no uno, sino muchos días de juicio . Pero en esos tristes momentos, de vuestro propio enjuiciamiento espiritual, no soy yo vuestro juez; sino vuestro defensor. No soy yo la ira de Dios, humanidad; yo soy, la luz de la armonía divina que da esplendor a vuestra alma y lucidez a vuestro espíritu; no soy yo el que os cobra ojo por ojo, ni diente por diente; eso lo hacéis vosotros, mis hijos, que renegáis de mi amor y os entregáis a repetir por todas partes la tragedia de Jerusalén.

52 Lleno está el mundo también de prisiones, calvarios, cruces y de tragedias, como la de Jerusalén. Sin embargo, no dejaré de repetiros: que los anticristos y los falsos Cristos, son mis pequeños muy amados que no se aman los unos a los otros; son mis siempre amados hijos, en espíritu, no en carne; porque en carne, ya lo sabéis, sois hijos de vosotros mismos.

53 ¡Qué algunos de vosotros os llamáis “excelentísimos”, “reverendísimos”, “santísimos” y con la candidez, orgullo y vanidad que sólo un instante viven, os seguís llamando poderosos mentalistas, mártires y apóstoles del bien! ¡No importa! Es que andáis extraviados; y os permito hacer lo que sea de vuestra necedad, aún dentro de vuestros pedidos de absurdos y de pequeñeces, pero siempre dentro de los altos designios del Padre, que vosotros, aún no podéis entender.

54 ¡Qué por lo contrario! Os creéis los pequeños y desgraciados, desamparados de Dios, los repudiados, los ofendidos, los despreciados; los que decís que por vuestra negra suerte el destino os hizo robar, matar, prostituiros, y estáis pobres, enfermos o renegados. ¡No importa! Es que también andáis extraviados como los otros; y presto estoy, para recibiros y para daros en abundancia cuando me llaméis; cuando en lo más amargo de vuestros dolores reconozcáis con agradecimiento y humildad, que son pocos, ante los que os merecéis; cuando bendiciéndolos, deis gracias a Dios porque os da la fortaleza con que los resistís.

55 Cuando impasible ante la injuria, améis y bendigáis al que os ha herido, y con alto agradecimiento bendigáis a Dios porque hace posible en vos mismo tamaña maravilla; entonces será porque estáis empezando a sentir el amor de Cristo y estaréis muy por encima de las actuales afirmaciones y negaciones de una humanidad caída en errores y desgracias por su propia voluntad.

56 Y pensáis: ¿pero cómo es posible que los renegados y criminales puedan recibir esa gracia de Dios, igual que aquellos que si bien es cierto, que no son “santos” ni “excelentes” no son tan malos como éstos?

57 ¡Ah humanidad, humanidad! Siempre se os olvida que no estáis en condiciones de ver más allá de vuestra pequeña y limitada comprensión humana; porqué olvidáis: que unos pecan vestidos de oropeles y otros pecan desnudos. Sin embargo, dentro de vuestro propio raciocinio podéis entender, que mayor es la misma falta, en vuestros sabios; que en vuestros ignorantes.

58 Olvidáis también que la gracia o las dádivas de Dios, llegan a los que saben amar, cualquiera que sea el antifaz con que momentáneamente crucen por el mundo; grabad en vuestra mente, que ante mí, son ropajes y caretas: desde vuestro cuerpo hasta vuestras personales circunstancias sociales; religiosas, científicas o políticas.

59 Yo no atiendo a vuestras palabras ni a vuestros vestuarios; yo respondo únicamente a vuestras límpidas intenciones espirituales; yo respondo a las ideas purísimas o a los tristes lamentos de vuestro espíritu, ya en la carne o en el alma, pero siempre que vengan acompañados de un pequeño destello de humildad, de reconocimiento de vuestra falta de amor a vuestros hermanos.

60 Yo no soy el otorgador de frívolos antojos humanos ni el ayudante de los que se creen fuertes y suficientes en su soberbia para bastarse a sí mismos.

61 Yo, soy el defensor de los débiles que lloran amargamente por su impotencia y su ignorancia; soy, la esperanza divina que fuertemente llama y consuela al que sufre; soy el dulce Cristo que tiernamente suaviza el dolor del que gime por sus faltas y por sus restituciones; soy la fuente del que necesita lágrimas para llenar su corazón de amor y borrar su ingratitud. Yo soy el salvador de las almas, el redentor de vuestro espíritu, porque soy la Verdad suprema al alcance del humano.

62 Cuando os creéis fuertes y excelentísimos, estáis muy alejados de mí, mis amados; y aunque dentro de mis vibraciones os movéis, muy poco o nada me podéis sentir porque vuestro orgullo apaga el sentimiento augusto, la sensación delicada, la tenue finura de lo sublime.

63 Mas, cuando os creéis pequeños, cuando sentís que sois casi nada ante la creación infinita e imponente del universo, entonces estáis muy cerca de mí y me sentís mucho más porque la humildad aviva el sentimiento, y pensáis en algo misterioso, y muy grande que quisierais saber y conocer; y ese algo, que presentís que es Dios, es solamente el eco del murmullo divino en vuestro espíritu.

64 Pero absolutamente nada tienen que ver vuestras vestiduras externas, en lo que yo os dé o permita que se os dé. Yo soy el salvador del espíritu; no de la carne. Yo soy el Maestro de vuestro espíritu, no de vuestra carne.

65 La carne, en vosotros, es uno de tantos instrumentos para el uso de vuestro espíritu. En su origen puro, ya os lo revelé en cátedra pasada, vosotros la transformasteis mal imitando a otros cuerpos que existen en la tierra y quisisteis adentraros en ellos para olvidar al Padre, como hoy os adentráis en vuestros vicios porque os acobardáis u os avergonzáis de querer acercaros o imitaros a mí.

66 Sin embargo, los más de vosotros, habéis pedido regresar al cuerpo para restituir lo que se os hace muy pesado en espíritu; pero al entrar nuevamente a la carne, os volvéis a extraviar; influenciados por vuestras inicuas costumbres sociales, científicas y religiosas, volvéis a olvidar; y el Padre, os vuelve a dar, en la carne, en el espíritu, en todas partes.

67 Sois los insaciables pedigüeños; y los muy avarientos dadores. Os falta grandeza de alma para saber amar. Creéis que sabéis pedir y sabéis muy bien, que no sabéis dar, pero, no os ocupáis en aprender, a: saber pedir . Y menos, en querer dar.

68 Ya os dije: lo único que tenéis que pedirme en silencio y desde lo más profundo de vuestro ser, es algo que vos no queréis entender y creéis muy pequeño, pero que es fuente maravillosa de prodigios bellísimos; os lo repetiré porque ya sé que lo habéis olvidado: “que se refleje en vos, un pequeño eco de la voluntad de Dios”, y en cuanto al dar, dad todo lo que os aconseje el amor para que podáis a su vez recibir todo lo que el amor sabe dar.

69 De cierto os digo: que si en vos, se hiciera palpable y visible la inmensa y delicada fragancia del hacedor de los cuerpos celestiales, ¡cuán lleno de gracia y poderes estaríais! Mas, vos, os olvidáis de Dios y de Jesús; y les negáis o les calumniáis. ¡Ah, inocente criatura que sueña con apedrear al sol!

70 Así como, “para olvidar vuestras penas” . Decís vosotros; o “para fomentar vuestros vicios” . Digo yo, muchos de vosotros tomáis enervantes y embriagantes que os dan engañosas y perjudiciales sensaciones; así tomasteis de vuestro origen como hombres, las substancias de las atmósferas terrestres para plasmar vuestros cuerpos que os dan también relampagueantes y vanas sensaciones.

71 Mas hoy, como desde entonces y como desde antes de entonces, la esencia del espíritu divino, está latente en vuestro ser y tenéis que rendiros entregándoos a él, más tarde o más temprano, según vuestros tiempos o vuestra conducta, porque no podéis ni debéis luchar eternamente contra Dios, contra el único que puede elevaros a radiantes alegrías.

72 Si con el instrumento corpóreo que formasteis, si con la cáscara que plasmasteis y que Dios perfeccionó para que viviera dentro de ciertos órdenes naturales dimanados de su Ley, con el fin amoroso de no abandonaros; si con vuestras carnes me escucháis, no creáis que es porque vuestras carnes sean mejores que otras, no creáis que tenéis órganos y pieles seleccionados, sangre azul o huesos verdes, igual sandez es ésta que las que habéis inventado con vuestro orgullo; no creáis, os repito: que vuestras células son las que me escuchan y comprenden; sino vuestro espíritu, al que se le acercan los momentos en que debe escucharme y entenderme.

73 A espíritus desobedientes, incorporados o sin cuerpo material, se les llegan sus principios y fines de etapas de vidas o comportamientos de acciones; y esta sucesión, de fines y de principios de vuestras edades, las habéis interpretado de tantos modos que os habéis llenado de supercherías. Entre esas supercherías, tenéis vuestro terrorífico fin del mundo; hecho y rehecho, dicho está, de acuerdo con las tinieblas de vuestras pasiones, no como lo recibió en videncia simbólica para los fanáticos de aquel tiempo, mi amado discípulo juan.

74 Y como en vuestras supersticiones pretendéis apoyaros en Jesús, tomando una que otra frase que por la sabiduría divina contiene aún la esencia de lo que dicho fue, pensáis: “Divino Maestro, tú dijiste que la tierra y el celo pasarían, pero que tu palabra no pasaría.” y yo, os digo: así es, el celo que veis y la tierra en que os movéis, están pasando segundo a segundo, con rapidez, para vos inconmensurable, entre los espacios infinitos; pero la esencia y la substancia de mi palabra no pasan, porque el Verbo es uno: amor . Y el amor, que está en Dios y es de Dios, de cierto y en verdad, existe en todo el infinito.

75 Vuestra tierra y vuestro celo se transforman y pasan insensiblemente para vosotros a través de los espacios del universo, pero mi amor permanece inalterable; mi amor no pasa porque de él está lleno todo. El amor es el elemento primordial que crea todo lo que tiene armonías supremas.

76 Vosotros pretendéis apoyar en la palabra y en el nombre de Jesús, vuestras acomodaticias ficciones, mas . ¿Por qué no pensáis el bien y lo hacéis en su nombre? ¿Por qué no amáis, apoyándoos en el ejemplo que os deje a través de Jesús? Yo, a través de Jesús, vine a enseñaros solamente eso: el amor . No a satisfacer vuestras vanas curiosidades.

77 Si al hacer cualquier pequeñez de bondad, decís: “soy generoso, soy noble, soy altruista, soy sabio, soy bueno y por eso hago esto” . Mas, yo os digo: si lo hicierais en el nombre de Dios, seríais grande, digno, humilde; no seríais usurpador, porque la bondad es de Dios, no es vuestra, humano; es dimanada de las virtudes del espíritu; y vos, negáis al espíritu.

78 Si el Padre, os da virtudes, para que al ejercerlas gocéis y brilléis vos, por él; y él, en vos; ¿por qué, entonces robáis sus virtudes y le atribuís vuestras bajezas? Porque así lo hacéis, mis pequeños. Os laváis las manos como mi hijo, pilato, cuando hacéis un mal; y ese, sí se lo atribuís a la voluntad de Dios, decís que Dios lo quiso, que estaba escrito, que era vuestro destino; pero si hacéis un pequeñísimo bien, lo publicáis a gritos, decís que es vuestro gran corazón el que lo hizo; y a Dios . Lo enterráis, no lo mencionáis.

79 Decís vos que no hay algo que pase sin la voluntad de Dios, porque eso es lo que os conviene para tratar de disculparos de vuestros errores; pero os equivocáis, porque en verdad os digo: que sí pasan vuestras pequeñeces, sin la voluntad de Dios.

80 La voluntad de Dios, está en lo exquisitamente elevado, en las alburas de lo puro y luminoso, en lo sutil y vibrante, imperceptible para vos en vuestros momentos de tinieblas y ofuscaciones; no está en vuestras aberraciones; no sincronizan, sus delicadas esencias, con vuestras burdas enajenaciones; esas son de vuestro libre albedrío, están dentro de la libertad que os da su amor para que podáis moveros, teniendo la conciencia de vuestro ser.

81 El todopoderoso, jamás se impone sobre vosotros por la fuerza, por su poder; eso lo hacéis vosotros, los humanos, con vuestros hermanos las fieras y con vuestros hermanos más débiles.

82 Yo os digo, humanidad: el mal, la desarmonía, el desamor, son vuestros; el amor, la paciencia, la serenidad, son de Dios.

83 Cuando vos amáis, cuando irradiáis paciencia, cuando estáis dentro de la apacibilidad inconmovible de vuestro ser superior, os está inspirando el creador de vuestras carnes, Padre de vuestro ser o espíritu. En cambio, cuando estáis odiando, sois vos, es vuestra equivocación, la que os impulsa.

84 Es vuestra debilidad, la que os pierde. ¡No seáis débiles, haceos fuertes, aprendiendo a amar!

85 Lo perfecto, es del Ser Supremo; lo imperfecto, es vuestro. Cuando sucede algo malo en vosotros, o ante vosotros; estad seguros, de que es obra vuestra. Y pensáis en tropel de preguntas: ¿por qué lo permite Dios? ¿Qué no sufre por nuestros pecados? ¿Qué no llora con nosotros? ¿Qué le cuesta, evitarnos nuestras caídas?

86 Ya os dije que Dios es, lo que vos no podéis entender ni debéis analizar, mientras no améis . A no ser, que queráis volveros loco. Y cuando ya sepáis amar . No tendréis la pueril ocurrencia de querer analizar a Dios; entonces gozaréis al sentirle como el torrente luminoso que os inunda de alegrías y poderes para vuestro actuar superior.

87 Mas, mi amor, contesta a esas vuestras preguntas: Dios, no lo permite, no lo autoriza; Dios no sufre, Dios no llora; a Dios nada le cuesta evitaros vuestras caídas; y en verdad os digo, que cuando colmáis la medida, os la evita, aunque tengáis que llorar sangre o moriros de hambre o frío. Dios, está infinitamente más alto que todas esas vuestras pequeñas sensaciones materiales que golpean a vuestro espíritu, empequeñecido por vosotros mismos con vuestro materialismo.

88 A Dios, no le alcanzan ni las palabras, ni los hechos de vuestros pequeños conocimientos, ni de vuestras mezquindades; sin embargo, palabras y hechos humanos tengo que daros para que me entendáis. Por eso encarnó su Verbo en Jesús, mas no para fomentar, ni autorizar vuestras ruindades y vanos orgullos; sino para mostraros con el ejemplo: como se reciben por los espíritus excelsos de Dios, las espinas, los latigazos y las injurias para enseñaros, en fin, a que si os martirizan y os crucifican, tengáis el verdadero valor de callar, de estar tranquilo enfrente del verdugo y del calumniador; y para que podáis aspirar a tener, la serena majestad de amarles, perdonarles y bendecirles.

89 ¡Así se vive, y así se deja el cuerpo por los grandes espíritus: irradiando el amor y el perdón! Pero vosotros, contestáis la injuria con otra peor, para lastimar más; vosotros, tratáis de golpear siempre con ventaja y contestáis un golpe, con otro más fuerte y lleno de ira. Y os quemáis en el propio fuego, de vuestras llameantes violencias y maldiciones. ¿Qué es eso, humanidad! Cualquier ebrio enloquecido os pone ese ejemplo a cada instante . Y, ¡a esos imitáis!; esos beodos, son vuestros maestros.

90 A Jesús, lo separáis siempre; y en el momento que más lo necesitáis, lo olvidáis completamente. ¿Qué más queréis, además de Jesús? ¿Acaso esperáis que Dios, desbarate el universo para formar tronos de oro y de piedras cristalinas para cada criatura beoda que no escucha la voz del amor, sino la embriaguez de sus bajas pasiones? Porque así sois vosotros, mis hijos, todo lo relacionáis con el oro pulido, con las substancias cristalizadas, con las monedas, con el brillar de falsos valores, con actos pintados de falsos laureles, ante vuestros hermanos aturdidos por vuestras codicias.

91 Yo os pregunto humanidad: ¿por qué no pulimentáis vuestro espíritu; y dejáis el oro, en las entrañas de la tierra? ¿Por qué no cristalizáis en vos mismo, las virtudes; y dejáis los diamantes, en donde los guarda la tierra?

92 Están mejor allí, que fomentando vuestra soberbia y vuestras ambiciones. ¿Por qué no os ingeniáis para desterrar, o prescindir de ellos, en vuestras idas y venidas a la tierra; y os afanáis por conseguir a los pobres un pan, en lugar de esos símbolos monetarios pintados en papeles que tanto os sirven para fomentar vuestros hábitos de vida equivocada?

93 ¿Por qué seguís, a pesar de los amargos resultados que palpáis, con la terquedad de formar pajares cada vez más grandes y caravanas de explotados, con vuestras irracionales y mal llamadas ciencias económicas?

94 ¿Por qué en lugar de cubrir las carnes con adornos extravagantes y con pomposas y raras vestiduras, no las impregnáis de sencillez, de mansedumbre y de pureza? Para así que podáis avanzar y bien educar a vuestras pequeñas carnes, a vuestros niños, que existirán limitados de su expresión pura; mientras no podáis romper la necia cadena de traerles al mundo con lascivia y de plasmar en sus mentes puras, todos vuestros errores.

95 No culpéis a la carne, porque no es vuestra carne, la pecadora; no son vuestras células las que se equivocan; son vuestras almas, mal inducidas por vuestro espíritus las que irradian sobre vuestros cuerpos los nubarrones de tinieblas, de confusión embriagadora, de dolor y de muerte, como la entendéis vosotros, porque habéis invertido el sentido verdadero de las realidades materiales y espirituales.

96 En verdad, os digo: que cuando desencarnáis, estáis más vivo en espíritu que dentro de las modorras de vuestras carnes, enfermadas por vuestros diversos peregrinajes presentes y pasados por este mundo.

97 Después de vuestra aparición en la tierra, como os lo he revelado, no como os lo plantean las hipótesis de vuestros sabios de pobrísimo racionalismo Dios por su amor, puso su parte en vuestros imperfectos y burdamente multicopiados cuerpos; les perfeccionó a la medida que lo necesitabais, para daros en vuestras nuevas condiciones de vida ofuscada: nuevas oportunidades para vuestra rectificación para vuestro arrepentimiento, para vuestra vuelta al progreso espiritual.

98 Y ya, os dije: que muchos espíritus han regresado a las alturas perdidas mas, otros, siguieron cayendo y degenerando sus materias. Sin embargo, el amor divino que es la sabiduría verdadera siempre redime a los espíritus, les salva en sus caídas, limpia a sus almas; a pesar de que por medio de éstas, degeneran a sus instrumentos, sus casas de escondite, sus carnes, lo mismo es.

99 Y ¡he ahí! Humanidad de hoy: cómo sirviéndome de vuestras obras, os ilumino siempre y aclaro vuestro entendimiento. ¡Deteneos y no sigáis cayendo más, porque más lloraréis!

100 Sin embargo, en la exuberante ciencia divina, todo está previsto, mis amados; y muchos de vosotros, aunque estáis más pequeños y débiles en carne que antes, más adelantados que ayer estáis, en espíritu y en verdad; por eso, vengo a hablaros con mayor claridad, con mayor verdad, porque ya podéis recibir luces más delicadas. Lo merecéis, mis hijos, ¡cómo podría el amor del Padre daros menos que ayer, si entendéis más hoy, a costa de vuestras propias amarguras!

101 La experiencia en la amargura, es también fuente de sabiduría si es que queréis aprovecharla; porque de lo contrario . Podéis seguir sufriendo mucho sin extraer el sentido verdadero, de la enseñanza del dolor.

102 En el pasado, vine en Jesús, y senté a la mesa con los pecadores, bendije sus vinos y curé sus lepras, porque todo eso les hacía falta, porque eran así sus fanáticas costumbres y sus arraigadas tinieblas, y dentro de ellas, sembré la Verdad del amor; mas hoy, estoy en Espíritu dando la luz en las palabras y en la inspiración, para ampliaros la misma verdad con sabiduría.

103 En este tiempo muchos estarán conmigo, muchos más que antes, porque quien siente más, sabe más, ya que saber: es sentir. Otros no estarán conmigo, pero yo estaré con ellos, esperándoles en sus perezas; ya que más tarde vendrán a mí.

104 No busquéis la sabiduría perfecta del más allá, porque no la entendéis en carne, no la podéis comprender ni apreciar debidamente en vuestro estado, os exponéis a que pensamientos de hombres y espíritus que estén en tinieblas, os confundan, os mal interpreten lo que no os pueden explicar exactamente, porque carecéis en lo humano, de las precisas palabras para designar lo que no conocéis; pero no obstante eso, ellos quieren amigos, quieren compartir con otros sus errores.

105 Acordaos, por la calidad, reconoceréis al artífice; por la dádiva, reconoceréis al dador: si amor os enseñan, si a sentir el amor os conduce n . Escuchadles, porque son mis discípulos o mis parvulitos; pero si os enseñan lecciones, os explican acontecimientos y os imponen conductas, que vuestro corazón lleno de amor, rechace . Escuchadles también, pero con misericordia, con clemencia . Y bendecidles, pero no os confundáis con sus torcidas palabras ni con sus malos ejemplos; vos, seguid el camino recto del amor inmaculado; aunque no os escuchen, aunque no os entiendan, yo os entiendo, y eso os baste para llegar muy alto.

106 No busquéis la sabiduría plena del más allá, porque no está esa sabiduría a vuestro alcance humano. Vos amad, eso está a vuestro alcance.

107 Si queréis, y si tiempo os deja el amor, estudiad la buena sabiduría del mundo, nutríos con algunas de vuestras ciencias más o menos exactas para vos; y si las queréis superiores, brillantes, excelsas, esperad de mí la inspiración para que avancéis más rápidamente en vuestros buenos conocimientos; pero, jamás los uséis para hacer mal, para doblegar a vuestros hermanos, porque muy penosamente lo pagaréis dentro de vuestra propia Ley inferior que ya os he explicado.

108 La primer a ciencia, es la ciencia del amor; él es el sol de la Verdad que todo lo ilumina, que todo lo puede, que todo lo transforma, que a todo lo embellece, que todo lo perfuma. Cuando dominéis en verdad y en espíritu, esta ciencia, todos los demás conocimientos os vendrán por añadidura; bastará un pequeño esfuerzo de vuestra voluntad, para que sepáis lo que queráis saber, para que hagáis portentos y para que sintáis sublimidades.

109 Cuando seáis grande para amar, seréis sabio, seréis limpio y poderoso, hermoso y grande; y entonces, comprenderéis a plenitud toda la Verdad de las lecciones que hoy os digo. En cambio, todo es obscurantismo y desolación, para el que no sabe amar.

110 Yo os digo, en verdad: no entraréis a los estados sublimes de la armonía divina si llegáis con vuestro entendimiento influenciado por los conocimientos adquiridos en los muchos libros del saber humano, que mientras estén influenciados por pasiones, su interpretación será pequeña y no siempre acertada; mas las puertas de esas latitudes se abrirán para vos, si llegáis desbordante de amor, si llegáis con el recuerdo de gratos bienes que hayáis dejado entre vuestros hermanos, humanos, animales y cosas.

111 Una sola obra buena, purísima, blanca, radiante de amor, es bastante para derrumbar montañas de pecados. Así limpia el amor los siglos tenebrosos; así convierto yo a los monstruos y así salvo a los mundos del pecado. Unos instantes de tormentos a mi vida superior que a vosotros os asustan y que juzgáis como grandes sufrimientos, que soporté gozoso entre vosotros, me bastaron para dejaros una huella eterna de luz y de salvación.

112 En esos años, os dejé la simiente y queráis o no queráis, amado mío, la semilla que siembra el Cristo, da cosecha abundantísima. Vos sois un grano de esa cosecha, grano de hoy o granillo de mañana, pero a mí vendréis.

113 Con el amor tendréis que regar vuestros trigales y vuestros huertos que hoy languidecen por vuestro olvido y abandono; y hasta entonces, brotarán las flores, las espigas y los frutos que recompensarán vuestros cuidados en forma de caricias perfumadas y alimentos de sabores exquisitos. De vosotros depende, acelerar o retardar los brotes de la plantita en grano, que dará flores y frutos de amor. Los siglos para mí no cuentan, mas para vosotros son muy largos cuando sufrís; así es que no os retardéis, porque lloraréis por mucho tiempo vuestra tardanza. ¡Apresuraos en sentirme! Para que se alejen vuestros pesares.

114 No dejéis que os acobarden los primeros instantes de transición del dolor al amor; no os acobardéis por las conmovedoras y singulares sacudidas espirituales del principio de vuestra transformación; no os amedrentéis ante los tirones que os darán vuestros lastres; ellos os pesan mucho, por la costumbre de vuestro mal vivir que habéis alimentando por siglos con vuestro materialismo y que más de una vez os vencerán haciéndoos caer cruelmente; pero no os desaniméis, llorad y levantaos de nuevo, resistid y llamadme desde el fondo de vuestros abismos. Confiad en mí, y me encontraréis presto a daros la ayuda, en cada una de vuestras nuevas luchas para vuestra perfección. Y así, cayendo cada vez menos y levantándoos cada vez más fuerte, llegaréis triunfantes a mí y por mí.

115 Debéis mucho, hijos míos, estáis muy débiles y muy cargados; pero yo os ayudo, no temáis. No hay deuda ni carga que el amor no pueda pagar por vosotros, si a mí ocurrís para salvaros.

116 Soy cual el banco que jamás quiebra. Mis arcas repletas están de inagotables y bellísimos tesoros para limpiar de deudas y de basuras las veredas de mis hijos, pero esos caudales inacabables, sólo se obtienen con las muchas, pero auténticas rúbricas de Cristo. Por vuestras letras, sabéis cuáles son esas rúbricas, humanidad; pero os falta conocerlas con el corazón, con el profundo sentir de la certeza espiritual. Algunas de esas rúbricas, son: la bendición potente y apacible que brota desde el silencio de vuestro interno, la serenidad de la dulzura, la fortaleza de la mansedumbre, el humilde y amoroso olvido de las ofensas; y en pocas palabras: las irradiaciones en vuestros pensamientos, frases y acciones, de todo lo que en virtudes y gracias sublimes del amor divino, brillando sea en vos mismo.

117 ¡Gracias sublimes del amor divino! ¿Sabéis cuántas gracias sublimes sabe regalar el amor del Padre? No, imposible es que lo sepáis aún, amados míos . Son infinitas como él. Pocas son las que están al alcance de la percepción humana . Mas, aun siendo pocas, os maravillará su misterioso encanto y su prodigiosidad inigualable.

118 Os voy a nombrar y a definir algunas, porque también os han confundido las terminologías de libros sectaristas o los tecnicismos de vuestras ciencias que están muy lejos de entender, lo que pertenece a la esencia de la vida del Espíritu.

119 Vuestras lenguas tienen sus reglas de raíces, sus etimologías, y esas etimologías que conocéis tienen otras que desconocéis, y esas, otras más, sepultadas en el polvo de los tiempos. De las primeras raíces, de los primeros sonidos guturales que dieron los primeros hombres, no conserváis memoria escrita y no tenéis en vuestro lenguaje, en verdad, la realidad de las auténticas raíces de muchas palabras; por eso os vengo precisando el sentido de algunas, con esto dejaréis también de reñir por terminologías con vuestros semejantes y os aliviaréis de los pegajosos males que llevan en sí las estrecheces de vuestros vocablos.

120 Dad a las palabras la esencia de la exactitud del sentido espiritual de hoy que os enseñan mis cátedras; no deis la dudosa exactitud del origen etimológico de lenguas niñas y muertas; ni tampoco les deis, la interesada equivalencia de religiosos y dogmáticos.

continuación:

121 Os estoy enseñando a sentir y mirar espiritualmente en el interior de este libro luminoso, muchas de las insospechadas maravillas que encierra mi: “amaos los unos a los otros”. Y llega el momento de enseñaros lo que debéis entender por gracia divina, por fe, por esperanza y algo más que no esperabais.

122 Gracia divina: es toda dádiva del amor del Padre para el espíritu del hombre.

123 Fe: es el conocimiento previo revelado de una realidad por venir; es una revelación hecha por el Espíritu de Dios al espíritu del hombre. Dios se la hace al espíritu del hombre cuando éste, lleno de amor, le habla al Espíritu de Dios; informa al hombre lo que está por realizarse y entonces al hombre siente y sabe, espiritualmente hablando, la realidad futura. La fe, es una gracia divina que, por serlo, es muchas manifestaciones más que no se pueden decir en vuestro lenguaje porque no hay palabras exactas para expresarlo.

124 La esperanza espiritual: es hija de la fe; por eso también es grande; la esperanza, es un gran consuelo, es manjar para el espíritu al que le comunica confianza, pero sin llegar a ser certeza revelada. El supremo creador, ha querido que la esperanza esté casi siempre sin abandonar al hombre; es lo último que se pierde en el corazón amargado que apura hasta el fondo el acíbar del sufrimiento que cosechando está. También la esperanza, es gracia divina, pero disminuida, atenuada en exacta proporción con el estado de cada uno, es semillita de la fe que el hombre puede cultivar con su amor hasta convertirla en fe, porque quien tiene esperanza en Dios, si la alimenta con su humildad y su ternura, aun en medio de los furibundos embates del dolor, recibe del Padre, las gracias mayores.

125 El Padre amantísimo recoge las esperanzas animadas por los tristes y les devuelve otros ramos de virtudes de su amor. Dadme vuestras tristezas, depositad en mí, vuestras amarguras, entregadme vuestras incertidumbres y en cambio de ellas, yo os daré de la fe, las semillas ya en germinación de tallos, para que florezcan en vuestra alma cuidadosa y entreguen su perfume a Dios.

126 Cuando lo hagáis, y tomando de mi ejemplo en Jesús, su dulzura, la rociéis en las sementeras de vuestra confianza en Dios; de las ruinas grises y desiertas de vuestro corazón, y de vuestro mundo; resurgirán los valles esmeraldinos respirando la paz y armonía como resurgió aquel valle de mi parábola que reconstruyeron inspirándose en aquellas dos inmensas montañas que quedaron intactas e inmarcesibles, porque las defendía la gracia de la luz de aquel señor, y que se llamaban, recordadlo: una, fe . La otra, esperanza. Yo soy la luz de aquel señor; y aquel señor es el amor divino.

127 Pueblo muy amado, os han dicho que dije: “dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”, mas hoy, os digo: al gobernador, dad lo que es del Cristo; y a Dios, dad lo que dais a vuestros hermanos.

128 Del Cristo, es todo, ya os lo he dicho: del Cristo es la esencia purísima de vuestra alma, la suave caricia de vuestro espíritu, la bendición, la Ley de la armonía, la obediencia a la legislación justa y la resignación y disculpa a la legislación injusta. Prepararaos a dar todo eso a los Césares de hoy, porque ellos también os lo darán más tarde a vosotros.

129 Se acercan los tiempos en que los gobernadores serán las antorchas que iluminen a sus pueblos, los inspirados mayores, los proveedores y justos guías de sus muchedumbres.

130 La herencia política de tronos y coronas, con su cauda de vanidades y sus cortes de vanidosos, la herencia política de partidos, con su cauda de auto elogios y sus cortes de auto elogiados, irán a dar al sepulcro que cubrirán los polvos de los siglos venideros; y regirán, los que más sepan, porque mayor amor tengan en su corazón.

131 Se acercan las edades en que mis hijos que como gobernantes pronto pasan, no os llamarán subalternos, ni vasallos; sino hermanos menores, porque los verdaderos grandes de la tierra, sabrán claramente por la virtud de su propia luz espiritual que son pequeños, pero sin embargo, se sentirá n responsables cual si fueran padres de los menores y de los débiles. Ellos comprenderán en espíritu y en verdad, que tienen en sus manos la ocasión propicia para elevar cada vez más a la humanidad de sus porciones.

132 Pero los gobernantes también necesitarán de vuestro amor, mi pueblo, les amaréis, oraréis por ellos, les bendeciréis y les ayudaréis en sus altos deberes.

133 Y vosotros, gobernantes de hoy, romped las absurdas costumbres y las inicuas normas y estatutos de legislaciones egoístas que sostienen el caserón hecho mercado que administráis. Derribad valientemente los techos centuriales de las cuevas de los pobres mercaderes, que también se entristecen y lloran en medio de la lobreguez de sus despachos, ante el peligro de sus hermanos convertidos en enemigos de lucha mercantil; y tratan los unos y los otros, de llevarse sin misericordia, el mayor botín en la guerra de las monedas.

134 Vosotros, gobernadores de hoy, que habéis heredado la complicidad en esa guerra sorda, dura y egoísta, que es la generatriz de las otras guerras de armas tronantes y torrentes sangrientos, de lágrimas de niños y de mujeres purificadas y dignificadas por sus sacrificios de madres; ¡terminad con esas inmolaciones, transformad ese legado de tráfico y de luto; en manantial de bellas actividades de concordia espiritual y de provisión material y de pan abundante para todos y cada uno de mis hijos.

135 ¡Quitaos de encima ese solapado monstruo financiero, a ese verdugo que atormenta a las virtudes del Padre que permanecen humildes y escondidas en el corazón o sentir de todos los hombres; en vuestro ser mismo y en el de esos que gobernáis. No corresponde a ellos; sino a vosotros, el arrojar a ese capataz del dominio que vosotros mismos, todos, lo permitís!

136 Decidíos, sin miedo, poniendo vuestra esperanza en mí, a crear nuevas formas de superior convivencia espiritual, y material entre vosotros. Pensad, cread, producid, inventad sistemas duales de dirección amorosa para la limpieza del alma y el bienestar a los cuerpos de vuestros hermanos.

137 No seáis tímidos, mis amados; no seáis como lo fue mi tímido el gobernador poncio pilato, el que reconociendo la luz que tenía enfrente en la forma de Jesús, tuvo miedo a la ira de mis hijos los judíos y se lavó las manos, pero se ensució el alma. Desde entonces, su espíritu ha regresado varias veces a la tierra en nuevos cuerpos, como regresan más o menos casi todos los gobernantes políticos o los gobernantes de conciencias, los tímidos, los soberbios, los sin amor. Es decir; ha regresado a la tierra, no como guía de pueblos; sino como mendigo entre algunos de aquellos auténticos cristianos, que con su amor le dieron invariablemente en abundancia y detuvieron su necesidad. él venía deseando pagar entre cristianos, pero como le faltaba luz, se equivocaba, olvidaba que Jesús, y los que le siguieron, no se vengaban jamás, porque los verdaderos cristianos son parte integrante del amor del Padre.

138 Empero, la falta de pilato, fue grave, y en un instante de completa lucidez espiritual, en uno de esos momentos de que os he hablado de los propios juicios del espíritu del hombre a la luz de la conciencia, reconoció su error y resolvió imperiosamente venir entre falsos cristianos, entre mercaderes de los peores, a tomar la copa rebosante de la impiedad, como la que él, me dio. Nació nuevamente de padres que no conoció; le recogieron otras fieras humanas que le golpearon y enfermaron. Joven aún, imploraba la limosna pública porque lisiado y lleno de lágrimas no podía trabajar. Agotado, miserable y gimiendo tristemente, en el quicio de una puerta del palacete de un potentado judío, a quien más tarde se le llegará también el momento de liquidar la cuenta que no se paga con monedas ni con palacios, a mí pilato se le acercaba el momento sublime.

139 Con sus débiles quejas, pero instintivamente también de remordimiento, estaba ya terminando de pagar la cuenta; y otra de las gracias del Padre, le vino en aquellos instantes: se reconoció súbitamente en aquella carne gangrenada y enferma, como el mismo espíritu de aquél tímido pilato. Entonces, desde el fondo, ya lavado de su alma, con su conciencia iluminada, me llamó por mi nombre, dulcemente, con la digna mansedumbre del instante; me llamó para amarme, no para pedirme perdón, porque los que reciben la iluminación no pierden el tiempo implorando perdones a la luz suprema que es perdón eterno; me buscó para darle gracias al Padre y a mi presencia como Maestro . Y con cuánto amor me hice visible con la imagen de Jesús, ante sus ojos agonizantes.

140 Le quité sus tremendos dolores; me vio, no como me pintan con el rostro compungido, ¡no! Me vio, como fui: imperturbable y digno de toda ocasión, pero me vio, además, con las esplendideces con que me cubre el Padre. Me reconoció con alegría infinita; le volvió radiante y plena la vida espiritual en su cuerpo, y al verme y reconocerme, amó al Padre en mi presencia de Maestro; y me bendijo en silencio elocuentísimo y vivió segundos indescriptibles de dicha y espiritualidad que jamás se olvidan en la eternidad. Mas su momento de dejar la tierra era llegado, dejó el cuerpo, le recibí también en espíritu; y hoy, es uno de los redimidos por mi amor, uno más de los activos iluminados de los celos. ¡He aquí diecinueve siglos de sufrir; he aquí diecinueve siglos, de recoger multiplicado el granillo que se siembra!

141 Vosotros gobernantes, mis muy amados gobernadores de hoy en día, tratad de evitaros análogos sufrimientos. Aquí os marco el sendero: unid la dirección de la conciencia con la dirección de la materia.

142 El hombre es cuerpo y espíritu, entonces, de acuerdo con vuestra lógica más elemental, debéis ser los directores de esa dualidad, y por añadidura también racionalísima, debéis crear sistemas de dirección o de gobierno en plena armonía con tal dualidad.

143 Esa dualidad de acción directriz es sencillísima: empezad proclamando el gobierno individual y colectivo del amor; usad todos los medios que tenéis y que desperdiciáis en proclamar economías extravagantes, y la fuerza y amplitud de esa proclamación, irá despertando el amor en las conciencias, y rápidamente os irá inspirando los métodos necesarios para transformar los viejos caserones del tráfico; en amplios graneros para todos vosotros.

144 Mas, no ataquéis ni persigáis a ninguno de los que hoy orientan las conciencias con sus diversas religiones, ¡no! Al contrario, llamad a todos y cooperad todos juntos ayudándoos y amándoos los unos a los otros. Recordad que todos debéis sentiros como lo que sois: hermanos.

145 Usad también los portavoces de altura para que podáis recibir certeros y desinteresados consejos espirituales, mas, no olvidéis que para no equivocaros, la síntesis y la tesis suprema del amor que vibra en este libro de mi luz, son las melodías con las cuales deben armonizar todas las comunicaciones por medio de aparatos humanos. Lo que no esté de acuerdo con los consejos del amor, no puede ser jamás auténtico de ningún Ser de luz.

146 Tenéis corazón y cerebro; abridlos y preparad vuestro entendimiento espiritual con mi enseñanza, para que recibáis también directamente de mí por intuición, por inspiración o de Espíritu a espíritu.

147 Ahora os hablo a todos: en cuanto a mí, tened más cuidado en lo que me dais para que no caigáis en vuestras legislaciones amargas que os llenan de remordimiento de conciencia y de dolor; no me deis algo que no sea limpio, que no sea puro; dadle a vuestros hermanos, eso: amor, que con eso me hacéis la mayor ofrenda y me dais la más grande dádiva a vuestro alcance.

148 Al que vos llamáis enemigo, es mi hijo también, y es vuestro hermano; y le amo, tanto como a vos os amo; tendedle la mano y amadle, no os convirtáis en criminal espiritual llamándole enemigo. Amad, sin que jamás os canséis de amar, a todo y a todos, como si todo fuera de todos y como si todos fueran vuestros hijos. No busquéis mayor sabiduría porque no la hay en la tierra.

149 Humanidad muy amada: algunos de mis hijos pecadores como todos vosotros, a quienes he mandado que lleven a vuestro mundo la luz esencial de mis irradiaciones, os darán estas cátedras y otras más de nuevas revelaciones y grandezas que el amor del Padre derrama para vosotros. Estudiadlas y meditadlas. Ellas formando están el libro de la Verdad suprema. Sentidlo con todo vuestro corazón para que os encontréis más preparado a recibir los intermitentes y próximos resplandores de las irradiaciones de la esencia del amor universal, del Espíritu de verdad. La esencia es mía; el amor y la Verdad son míos; mas, la palabra y la escritura son de ellos, de mis instrumentos, de los intérpretes de mis vibraciones espirituales.

150 Ya os dije, que traducís imperfectamente la irradiación eterna, porque imperfectos sois, imperfecta sois, humanidad; porque os falta preparación espiritual para poder recibir e interpretar mejor lo que es mío. Empero, estas son las primeras gotas de la dosis que os reservo para que os vayáis curando de vuestra materialidad. Mi amor queda cual efluvio de balsámicas caricias entre las páginas del libro de mis cátedras. Repasadlo y propagadlo, pueblo; compartid el pan de vida verdadera que habéis recibido en su lectura con los tristes, con los seres humanos sin elevación y sin esperanza, llevadles también vos el libro, mi amado, ¿qué no sentís misericordia por mis hijos?

151 No murmuréis de vuestros hermanos encargados de colocar mi obra tal cual es: limpia y pura. La obra es mía, la doctrina es mía no de mis hijos, y el ejemplo soy yo, no ellos. No os fijéis en las pequeñeces mundanas de los propagadores de mis grandes cátedras irradiadas por el entendimiento humano. Ellos tienen su misión cada quien; y ante ellos mismos responderán, no ante vosotros.

152 Ayudadles y sembrad, los que estéis preparados, esas hermandades cristianas, de cátedras en todas las aldeas y en todos los pueblos. Sembrad esos rosales de flores de amor. Colmad de blancas flores mis campiñas para que se llenen de fragancias y de esencias los jardines de la espiritualidad, que deben imperar en el mundo; en lugar del seco y engañoso materialismo que tanto os desvía de la paz verdadera.

153 Y esta mi paz del alma, mando entre vosotros, sabed recibirla; no pongáis diques al torrente diamantino de agua cristalina que lleva en sí mi santa paz. Abrid esas fuentes internas y conservadlas siempre llenas. Pensando en mí no volverán jamás a secarse. Yo os bendigo, y en mi bendición va todo lo que necesitáis, mis pueblos muy amados.

154 Nueva vida, grupo de nueva vida que avanzáis también cayendo y levantando, pero también fortalecido por mi amor. Cerraréis aquí el tercer cuaderno del primer ramillete de vuestro vergel en forma del primer tomo de el libro de la Verdad, revelada por conducto de la alta media unidad, para ese primer tomo de cátedras selectas, yo os daré un capítulo más sorprendente de enseñanza excelsa y de nuevas revelaciones que tendrán inmenso alcance en el corazón de los hombres para ayudarles en su futuro.

155 Para que podáis editar con superabundancia mi libro, amado mío, ocurriréis pidiendo humildemente la cooperación de todos los mandatarios, chicos y grandes del territorio de esta nación escogida por mí, de la perla mexicana, en donde encarnó uno de los míos, no perfecto; pero mío a plenitud en un solo de sus actos materiales.

156 ¿Sabéis mundo, quién fue ese? Fue mi hijo nicolás bravo, fue él quien a costa de su propia existencia humana, porque desobedeciendo estaba una orden del jefe de la nación, en rebeldía, llorando amargamente en su alma, el impío sacrificio a palos de su progenitor, me escuchó en su corazón; y despedazado, pero humilde y fuerte, arengó en breves, pero santas palabras a los centenares de sus prisioneros condenados a muerte por el primer jefe, y les dio generosamente la libertad y la vida; en respuesta a ese suplicio de su padre anciano que agonizó entre los golpes de los hermanos de aquellos prisioneros, hijos míos, en espíritu, también muy amados como los otros verdugos, como mi nicolás y como todos vosotros, mis pueblos de la tierra.

157 Por eso, pueblo amado, haréis lo que os digo; hay espíritus de almas grandes que os responderán aquí y en otras partes. Seguid luchando, pero en calma, con serenidad, y sin agresiones, mis bien amados, para que sintáis cómo la paz del alma universal va penetrando en vosotros.

¡Mi paz, sea con vosotros!

61. Él nos señala el camino

1948 – 1950

1 Una vez más la caricia se desborda en plenitud una vez más el pensamiento amoroso del Cristo convertido en palabra se derrama cual bálsamo divino saturando la mente humana una vez más traigo a vosotros los pensamientos sublimes del amor eterno una vez más para vosotros es la lluvia bienhechora de bienandanza plena de amor con rocío divino de la más pura sabiduría espiritual una vez más cual regalo de las alturas descienden a vosotros los pensamientos de la luz, pensamientos de luz que llegan a la mente humana para alumbraría y conducirla por el mejor sendero una vez más y a través de los siglos recibes humanidad la caricia divina cual rocío espiritual que se desborda por los ámbitos de vos mundo y del universo una vez más, oh hijos de Dios, vengo a tenderos las redes de luz para que podáis llegar a mí y yo a mi vez pueda presentaros ante el supremo Espíritu de luz y así conozcáis la belleza y la grandeza espiritual.

2 Los tiempos presentes son de verdadera importancia y para vosotros, y algo inolvidable para la humanidad como el talismán sublime de la Verdad que le da la felicidad. Vengo a descorrer los velos de oscuridad que atan al hombre a la tierra vengo a mostraros en plenitud la luz de la Verdad para que no caigáis más en las tinieblas vengo a mostraros en plenitud, con toda claridad las verdades sublimes que os corresponden como humanos. Para ti humanidad, cuyo destino desconoces porque has olvidándote del primer amor, que es para ti el sublime pensamiento que se convierte en palabra sonante para acariciar vos corazón, para alumbrar vos mente y decirte: oh Hijo de Dios recapacita, limpia vos conciencia de las manchas que en el pasado tú mismo contrajiste.

3 Humanidad mía, vengo a hacerte el llamado una vez más para que puedas llegar a mí y os unifiques conmigo y entres en comunión con la Verdad vengo a limpiar vos mente de la contaminación de tus errores vengo a prepararte en Espíritu y en verdad para que transites por el camino del bien, que está iluminado con mi luz que es la Verdad sublime vengo a decirte que vas por caminos extraviados que os retienen en este mundo lleno de dolor y de miseria, mas de cierto os digo: vos destino no es el sufrimiento, ¡el Padre Celestial no os dio la vida para que vivieras eternamente en el dolor, ni el Padre universal os dio la existencia para que vivieras eternamente en la equivocación, ni tampoco os dio la vida para condenaros por siglos y siglos!

4 En verdad os digo, ¡oh! Humanidad sufriente, que vuestro destino es purificaros, limpiaros, acrisolaros porque vuestro destino es glorioso, y el Padre Celestial os dio la gloria eterna y por ello vengo a haceros el llamado al amor divino, vengo una vez más para enseñaros vuestros deberes y señalaros el sendero a seguir sendero que conduce al camino que vengo trazando pleno de luz, donde florece el amor con las rosas fragantes de la más pura verdad el camino que vengo señalándoos humanidad mía, es un camino que no tiene vericuetos, piedras ni espinas, sino es amplio, pleno de luz y de amor, no os equivoquéis más! Humanidad muy amada.

5 Los hombres de vuestro mundo os dicen: el camino para llegar a la gloria es de privaciones, de dolor y de obstáculos. Y yo os digo: el camino para llegar a Dios es recto, no podéis extraviaros porque está iluminando con mi luz y más no tropezaréis ni sentiréis dolor. Es el camino que os he venido señalando a través de los tiempos, porque yo soy el camino, la verdad y la vida, es el camino que os dejé marcado con mi ejemplo en el Segundo Tiempo, y a través de la palabra y de las obras de Jesús de Nazareth, en que os entregué cual hoy os estoy entregando en plenitud a través de labios pecadores, más preparados, limpios y purificados con la esencia de mi palabra, para que tengáis abundancia de pensamientos nítidos, que os entrego porque yo soy laverdad manifestada cual en el Segundo Tiempo os dejé la Verdad, os señale el camino y os deje la norma de vivir eternamente la vida de la gracia, sin mancha y sin mentira.

6 . Por tanto os digo, oh hijos de Dios, herederos de su gloria: “yo soy el camino, la verdad y la vida” y vosotros venís a mi por el camino del amor que es la Verdad y la vida venid, transitad ya por este camino que os vengo señalando, pequeñitos míos porque en verdad os digo, jamás os arrepentiréis de transitar por él así os digo, el camino que yo os señalo no tiene fin, es resplandeciente con la luz de la Verdad y está embellecido con la plenitud de mi amor.

7 Mas vos humanidad muy amada has escogido otros caminos, os has extraviado en otros senderos que os llenan de dolor, donde sólo encuentras espinas y abrojos, donde no encuentras el agua cristalina donde calmar vos sed el camino que has transitado humanidad es el más escabroso, el más obscuro, el que tiene abismos camino de mentira de cizaña y de sombras, camino de la venganza y del desamor, del odio y del rencor, y por tanto de dolor, donde has manchado tus manos con sangre de vos semejante, humanidad amada mas contempla que ha llegado el momento en que el sol del mediodía disipe la tiniebla de vuestro mundo, alumbrando con sus rayos en plenitud hasta los abismos de vuestro mundo y vosotros podáis recibir sus rayos luminosos que dan calor y vida. Yo soy ese sol del medio dia que os da luz, calor y vida, humanidad mía.

8 En verdad os digo: lo que vengo a entregaros no es de ml, sino de mi Padre Celestial que me entrega para vosotros; así todo cuanto os digo en verdad es del divino pensamiento de mi Padre Celestial, porque ‘yo soy uno con el” y cuando vosotros seáis uno con conmigo, seréis uno con mi Padre, porque el que se une a Cristo se une al Padre y nunca está separado el Hijo del Padre ni el Padre está separado del Hijo mas de cierto y en verdad os digo: abrid vuestro entendimiento para que podáis penetrar en los arcanos de mi mensaje, para que podáis compenetraros y saturaros con la luz del pensamiento cristico, que cual Verbo luz se manifiesta en palabra sonante que os entrego con música de armonía, cual concierto divino de amor y de gracia infinita; y es glorioso porque tiene destellos luminosos de redención.

9 Desde vuestra llegada a este mundo, siglos y siglos he venido haciéndoos el llamado a través de mis escogidos, de mis mensajeros, de mis inspirados y aún no me habéis comprendido; ahora os hago el llamado a través de mis instrumentos en extasis; mas parece a vuestra mente cosa extraña y decís: escrito está en las Sagradas Escrituras que cuando sea su venida veremos cosas extrañas y se levantarán profetas en todas partes.

10 Mas de cierto os digo, mis profetas se esparcen por todo el orbe de la tierra, mis escogidos esparcen mi palabra, mis inspirados dan testificación de mi verdad, y mis aparatos en éxtasis se prestan para que mi Verbo llegue a vosotros a través de los labios humanos, no importa que sea hombre o mujer, yo me sirvo de cerebros preparados escasos aún, pero afines al trabajo espiritual, y, ¿de quién podría servirme mejor? Humanidad dudosa que aún dices: cuan extraño es que el Cristo de Dios se manifieste a través de labios humanos y, qué extraño es que él creador se sirva de sus criaturas para redimir a los que desean conocer su obra? ¿Acaso humanidad amada no os sirves de tus inventos de teléfono, radio o televisión, así como de diferentes vías.

11 De comunicación para comunicarte con los tuyos, y aún testificas que puedes comunicarte en pensamiento y desdoblamiento? ¿Entonces por qué dudas del poder del Cristo de Dios si con un rayito de luz toca el cerebro de tus semejantes para utilizarlos cual aparatos y a través de ellos manifestar mi Verbo, cual es la suprema voluntad de mi Padre? En verdad, os digo que no tiene nada de extraño porque el Cristo tiene poder, ¿o acaso podrías escucharle a través del murmullo de las olas y creer en mi?

12 De cierto, sólo cuando el mundo se estremece es cuando elevas vos mente implorando la quietud y la protección divina porqué os estremecéis cuando los elementos se manifiestan ocasionando acontecimientos dolorosos, y no sentís al Cristo de Dios que está manifestándose constantemente a través de vosotros mismos, que os está hablando con palabra sonante y os dice: “criaturas, venid a mi que os necesito en mi camino, no es extraviéis para que no sufráis pequeñitos míos, hijos de Dios.

13 Así vengo hablándoos humanidad amada, tocando las fibras sensibles del corazón humano, para que le escuchéis y aprendáis a amar a vuestro semejante, porque en vuestro ser hay un manantial de aguas vivas que se desbordan en amor, y quieren salir, externarse, mas aún sois a semejanza de un cofre cerrado que guarda herméticamente los tesoros que son los atributos con los que habéis sido dotados mas de cierto y en verdad os pregunto: ¿cómo queréis oh hijos de Dios cumplir con el precepto de amar a vuestro prójimo sin sentir el amor en vuestro corazón?

14  ¿cómo queréis aprender a amar sin externar esos tesoros con que habéis sido dotados desde el principio de todo principio? Tesoros espirituales que mi Padre os ha concedido para vuestro uso, y de cierto os digo, que el oro y las piedras preciosas de vuestro mundo no tienen más valor que el amor que pueden cerrar vuestra alma, vuestra conciencia, vuestro corazón el amor que existe en cada ser, tiene más valor que todos los tesoros del mundo, que todas las joyas y piedras preciosas que guardan las entrañas de la tierra. Cuando el hombre comprenda y aprenda a externar su amor, entonces oh alegría, oh gran día glorioso en que podréis disfrutar de todas las bellezas, de todos los dones espirituales, de la felicidad verdadera que no podréis encontrar en los bienes terrenales.

15 En verdad, en verdad os digo: “buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo tendréis por añadidura”. Todo aquél que se conecta con la mente suprema conoce y desarrolla los dones espirituales y muchas cosas que aún le falta conocer el hombre que cae hace que la humanidad caiga con él, y yo vengo a tenderle la escala ascendente para que se salve, y pueda seguir el camino y llegar a planos superiores y gozar la felicidad verdadera, esta felicidad que no ha podido encontrar mi amada humanidad, porque está atada a la tierra por los prejuicios o por las conveniencias humanas, ya sean: el deseo de poder, el dominar, o de vencer, porque no quiere ser vencido y tratando de vencer es vencido.

16 Mas yo quiero que seáis triunfantes, porque yo deseo posar en vuestras sienes la corona de laureles del triunfo, y en vuestra mano el cetro del poder del amor, cual heredero del reino universal. Vosotros sois los herederos de vuestra propia gloria, de esa gloria que es prudencia, sencillez, humildad. Por tanto os digo, oh hijos de Dios penetrad, sí, al reino de la Verdad, entrad en la corriente de armonía, para que conoscáis vuestro destino espiritual.

17 Moradores de la tierra, vengo a haceros el llamado una vez más para entregaros estas gemas preciosas en abundancia, no para que las guardéis, sino para que las multipliquéis a través de los tiempos y a vuestra vez las entreguéis a vuestros semejantes cual gemas de verdad y de amor, gemas de luz y sabiduría mas no olvidéis que vuestro destino es la sabiduría espiritual y necesario es que en Espíritu y en verdad las toméis, porque de cierto os digo: las verdades del Segundo Tiempo se cumplen, yo hablo a los pequeños, a los sencillos, a los sabios de espíritu, porque el mundo está lleno de sabios materiales, ignorantes del Espíritu.

18 Humanidad mía, recibe estas gemas que os entrego, guárdalas en vos corazón, porque son los tesoros verdaderos que ostentarás en una eternidad. Si en esta existencia os las entrego en la otra no las perderá, porque lo que el Cristo de jamás lo quita; no es la dádiva que ahora el hombre da y el mañana se arrepiente, yo os las doy con buena voluntad, para que rica seas en la eternidad, y rica serás en tus vidas futuras y más no serás el paralítico, el ciego, el sordo ni el lisiado en el mundo, y libres ya, puedas transitar por el camino amplio de la luz

19 . No os quiero contemplar humanidad muy amada, ciega y sin contemplar las cosas del Espíritu, ni atada con cadenas que tú mismo has forjado, sino a semejanza de lázaro os digo: “levántate humanidad amada y ven a mi, vive la verdadera vida, resurge a la vida eterna, resurge a la Verdad” yo os digo, hijos de Dios levantaos del sepulcro y volved a la vida, romped vuestras ataduras y venid a mi paralíticos de este mundo, levantaos, caminad por los caminos de salvación ciegos y sordos de este planeta abrid vuestros ojos para que contempléis la luz de la Verdad y escuchad el Verbo del Cristo para que seáis salvos, y así en conciencia, tocando voy vuestra llaga dolorida y con el bálsamo divino curando soy vuestras heridas, lavándoos y conduciéndoos lentamente, mas iluminados váis con la luz divina ante la presencia del Padre universal que os espera, para entregaros a través del Cristo sus divinos pensamientos de amor y de verdad.

20 Mi tarea es salvaros, y si ponéis vuestra voluntad, vosotros mismos os salvaréis no esperéis humanidad amada que venga nuevamente un Jesús de Nazareth a entregaros su vida en el madero no esperéis hijos de Dios que nuevamente el Cristo hecho carne venga a vosotros, porque en verdad os digo, los tiempos han pasado. En el Primer Tiempo los profetas escucharon voces y guiaban a los hombres por el sendero, los humildes percibían lo sutil, los sensitivos analizaban, porque sentían la Verdad, los videntes daban testimonio del más allá, así todos recibían los mensajes enviados por el Padre universal.

21 En el Segundo Tiempo el unigénito, Hijo de Dios, Jesús de Nazareth entre vosotros os entregó las perlas luminosas de vida, los mensajes inmortales que el hombre ha tergiversado y que ahora rectificados jamás se perderán, porque son palabras de vida eterna, inmutables, inviolables, palabras que han quedado plasmadas en los éteres para la eternidad; entonces los hombres decían: he aquí, el tiempo del Padre universal ya pasó y éste es el tiempo en que se manifiesta el hijo de Dios entre nosotros, y después vendrá el tiempo de la luz del Espíritu Santo a derramar en plenitud de abundancia sus pensamientos luminosos, limpios e inmutables. Y he aquí la doctrina que jamás cambia porque es la Verdad, doctrina única, universal, doctrina verdadera del “amaos los unos a los otros”. Está es vuestra tarea hijos de Dios vengo a deciros una vez más que jamás el hijo de Dios se cansará de repetiros “amaos los unos a los otros como yo os he amado siempre”.

22 Este es el pensamiento sublime, es la clave y la llave de la salvación, no lo olvides hijo de Dios ¿ acaso los hombres han obedecido este mandamiento? ¿Acaso los hombres se aman los unos a los otros? En verdad os digo, los hombres al destrozarse los unos a los otros es porque no se aman como yoles sigo amando, a través de los siglos y les sigo esperando porque soy el incansable, y vengo a vosotros con infinito amor a enjugar el llanto, a curar las heridas hombres doloridos de este mundo, llenos de amargura, yo vengo a vosotros a curarlos con el bálsamo divino de mi caricia, de mi amor infinito y daros la paz a vuestra conciencia.

23 Vengo a entregaros mis pensamientos llenos de ternura, de luz y de verdad. Si recibís en vuestro corazón cada uno de mis pensamientos, sentiréis un descanso en vuestro ser, en vuestra alma sentiréis una luz que brilla e ilumina vuestro interno cual es la luz de la esperanza oh hijos de Dios, no estáis perdidos para siempre, la humanidad no estará desolada ni se destrozarán los unos a los otros por una eternidad, porque el día llegará y es ahora el momento de la justicia, es el tiempo de ajustar las cuentas, y he aquí el estremecimiento de la humanidad que va a pasos agigantados caminando al borde del abismo, mas he aquí también podrá contemplar los dos caminos a seguir, el camino amplio del amor que le ennoblece, y el camino de la oscuridad que le lleva al dolor y a la perdición. Así se encuentra la humanidad en este tiempo, al borde del abismo; mas yo os digo: “deteneos, hijos de Dios, deteneos por amor a vosotros mismos”

24 ¿No os habéis cansado de llorar? ¿No os habéis cansado de gemir? ¿Por qué gemir en vuestras mismas lacras, con vuestras mismas equivocaciones hiriendo vuestro corazón? Tened caridad de vosotros mismos, tened piedad de vuestros semejantes recordad que pongo en vuestras manos la medicina, los medios para salvaros y perseguir en el camino porque el me encontraréis no infrinjáis más las leyes divinas, recapacitad, meditad, entrad en contrición, en arrepentimiento verdadero y así arrepentidos en Espíritu y en verdad, vuestro deseo de cumplir con la Ley divina os salvará, cumpliendo, actuando, trabajando en vuestro propio taller, modelándoos para que yo pueda penetrar a vosotros y conduciros en el camino

25 . Mas abridme las puertas de vuestro corazón para que yo penetre y haga mi voluntad. Vosotros que imploráis que pedís en vuestras oraciones, que eleváis desde el fondo de vuestro corazón y decís: hágase señor vos voluntad y no la mía en verdad os digo, si deseáis que haga mi voluntad y no la vuestra, abridme las puertas dé vuestro corazón para que yo pueda actuar consolando al triste, perdonando al que os ofende; y cuando lleguéis a mí, en verdad os digo, vosotros mismos os habréis perdonado y salvado.

26 ¿Habéis comprendido amados míos? Este es el camino sereno e inmutable, es el camino verdadero mas atendedme, escuchadme, poned en práctica lo que os digo para que seáis salvos en Espíritu y en verdad.

27 Bendigo vuestros hogares, vuestras manos para que sean prestas al bien, bendigo vuestros ojos para que aprendan a mirar con mansedumbre, bendigo vuestros pensamientos para que se abra vuestro entendimiento cual flor de loto a la luz del amor y de la vida, bendigo vuestras plantas para que sepan caminar por el camino verdadero que no tiene abrojos, sino luz. Bendigo a los vuestros, a los que me hacéis presente como bendigo a todos en Espíritu y en verdad, a mis trabajadores, a mis apóstoles presentes y ausentes, a los moribundos y a los que están por nacer, a los hospitales, orfanatorios, asilos de protección, a los que llenos de gozo y alegría se encuentran, como bendigo a los astros y al aire que respiráis, al agua que aplaca vuestra sed, al pan que lleváis a vuestros labios, vuestro lecho y vuestro trabajo para que con buena voluntad podáis llevar el denario a vuestro hogar, y algo más, yo os bendigo humanidad muy amada del Cristo yo os bendigo mundo, yo os bendigo tierra y os detengo para que no os estremezcas, con las vibraciones de mi amor, en el nombre de mi Padre Celestial.

28 Recibid la paz y el amor, oh hijos de Dios, que es la paz y el amor de vos Dios y señor que os envía a través del Cristo.

¡Mi paz sea con vosotros!

62. Evolución, no muerte espiritual

1948 – 1950

1 ¡La paz de Dios, viene entre vosotros! El que a mí se acerque, es porque necesidad tiene de mí. El que me busque, es porque está perdido en el camino. El que me escuche, es porque quiere aprender de mi enseñanza.

2 ¡Heme aquí nuevamente, mi pueblo! Como el Maestro que viene a enseñaros. ¡Heme aquí! Como el Padre, que viene a conducir a sus hijos, como el hermano que sabe de vuestras penas; y que trata de ayudaros.

3 Yo vengo a vos, como lo más preciado que podáis tener para resolver vuestros problemas; vengo a infundir en vos, el amor que tanto necesitáis para vos mismo y para que lo derraméis a vuestro alrededor. Yo os bendigo en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y la misma luz del santo Espíritu.

4 Aquel que reconozca la existencia de Dios, a través de la manifestación de su sabiduría por medio del entendimiento humano del hombre; debe de reconocer también, que es el momento del llamado para comenzar la obra constructiva en el campo espiritual.

5 ¡Ah, si todos los llamados, acudieran a la mesa del señor, donde se sirve el manjar que alimenta al espíritu, de cierto la mesa del señor, se encontraría pletórica! Mas, no todos los invitados han llegado, han pretextado diferentes ocupaciones y de esta manera relegan a un segundo término la invitación hecha por el señor, que agasajarles quiere.

6 Es condición muy especial del ser humano: no saber corresponder por ello es que los que hayan sentido el llamado de Dios, a la reconstrucción de su propia obra, que vengan a él.

7 La luz de mi Ser, cual Espíritu Santo, que ilumina el orbe: en cada pensamiento, será la inspiración; en cada camino, la luz. Yo a cada corazón tocaré, ablandaré vuestro sentir; y vos, pueblo, podréis comprender el privilegio de haber conocido la obra del Maestro ampliada; y llegada a vos, en una forma directa a través del entendimiento humano, en comunicación por medio de un semejante vuestro.

8 Yo os recibo, pueblo mío una vez más os preparo; porque vuestras mentes, deben comprender lo que el Maestro dirá a sus discípulos. Yo acojo vuestra petición; y os digo: que no os he abandonado nunca. Estoy con vos, muy cerca de vos y por lo mismo, sé cuáles son vuestros pensamientos y cómo conducís vuestros actos; mas veo que necesitáis de mí, porque no hay suficiente fuerza en vuestra voluntad, en vuestra fe, por ello vengo a daros fortaleza y a impulsaros en este camino de lucha espiritual.

9 Vengo a iluminaros para que veáis más allá de lo que vuestras pupilas pueden contemplar; y esta obra, que será esparcida a través de las generaciones, podréis contemplarla en beneficio de la humanidad; podréis imaginaros desde este momento, cómo esas generaciones, alcanzarán una evolución de la cual carece la humanidad presente.

10 Mas, para que se realice esta obra prodigiosa, debéis comenzar con firmeza, con fe, con grande voluntad y comprender bien cómo es mi obra, cómo se ha ido realizando, cómo se ejercerá una influencia favorable en las multitudes para que los hombres entre sí se estrechen en amor, en comprensión, en comunidad de paz y reconozcan a su Dios. Os bendigo y preparo en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y la luz del santo Espíritu que es en este Tercer Tiempo, en comunicación a través del entendimiento humano.

11 Es el tiempo, en que el hombre ha avanzado un nivel superior al que podían tener las mentes de sus antepasados; es momento, de lucha intelectual porque poco a poco se ha ido liberando la mente de los prejuicios que habían arrastrado por herencia de razas y costumbres.

12 La mente humana se ha acostumbrado al análisis; y el hombre, cree en lo que ve, toca y puede comprender, en lo que tiene una explicación, en lo que puede ser factible; por ello, es que cuando el hombre ha podido atestiguar ciertos fenómenos, incomprensibles para la generalidad de las criaturas, los rechaza; en cambio, el que ha llegado a un mayor grado de perfeccionamiento, de evolución mental: analiza, escudriña y encuentra; de esta manera, desecha toda la impostura, todo lo que tenga perfiles de bien, envolviendo un sentimiento o propósito diferente.

13 Mas, aquello que muestre un perfeccionamiento a la obra evolutiva del hombre, todo lo que muestre un bien para la humanidad, debe analizarse; no importa, si se encuentra escondido, en aparentes ropajes de incomprensión.

14 Hoy, no se guían los actos por el temor, cuando se ha alcanzado esa mente elevada; tampoco se cree en lo misterioso o sobrenatural, sin buscar antes la explicación lógica y razonable; es así, como poco a poco la Verdad impera; cómo, el fanatismo va desechándose, cómo la idolatría va perdiendo fuerza a medida que la mente logra abrirse campo rompiendo las barreras del temor; y a medida que la voluntad determina, el respaldar a los razonamientos de la mente.

15 Por ello vengo a prepararos; vengo, a mostraros la Verdad, por ello ha sido necesario que en este Tercer Tiempo, aun cuando mi obra haya existido desde que el hombre pudo razonar por sí mismo, era necesario que en este tiempo se esclareciera la Verdad, porque no era justo que esta doctrina de amor que a través de Jesús inicié, se perdiera por voluntad y egoísmo del hombre; ¡no! Era preciso, que esa obra benefactora para la humanidad, pudiera demostrar la consistencia que había en ella y los propósitos de evolución que llevaba para que el mundo pudiera alcanzar el grado de evolución que necesitaba.

16 Todo ha sido obra de evolución, todo se ha realizado en forma progresiva de acuerdo con el desarrollo de la mente humana; no era posible que cuando a través de Jesús, pude hablar a las multitudes y hacerles comprender algo en parábolas, pudieran conocer los hombres íntegramente el propósito de mi doctrina de amor iniciada por mí en el Segundo Tiempo.

17 Mas, ellos pudieron notar una diferencia entre la idolatría que prevalecía y las costumbres de esa época; y esta doctrina, que venía a destruir lo que los antepasados pudieron haber legado a los hombres; destruía todo aquello que no estaba colocado sobre bases sólidas, todo lo que no conducía a un acoplamiento entre la mente y el instinto a lo que le llevaba la materia; mas era el paso de ¡tanta trascendencia! Que se resistían las multitudes, a dejar sus costumbres, para poder adoptar nuevas ideas.

18 Sin embargo mi doctrina de amor, fue la iniciación de una evolución en la mente para que el hombre pudiera razonar y buscar en el infinito la dicha que la materia no le puede proporcionar y así, poco a poco, fueron los hombres tratando de servir de intérpretes a sus semejantes, de esa doctrina, que no era bien comprendida.

19 Se había hablado en parábola de una vida, después de que la vida material se extingue; de un premio, para los actos benéficos de los hombres y no pudiendo, atestiguar la facultad material lo que había más allá después de la vida de la materia, se creaban suposiciones y el hombre encontraba explicaciones y confusiones; mas no siempre éstas iban de acuerdo con el propósito de la doctrina cristiana.

20 Porque siempre ha sido el hombre egoísta por naturaleza y ha buscado el beneficio y la gloria para sí, antes que conceder el mérito a aquél que en verdad, lo tiene; por ello, el egoísmo y la miseria, fueron haciendo que el bello propósito inicial se fuera perdiendo; y en cambio, el hombre imponía su voluntad, sus propósitos, sus ideas personales, ya que siempre ha encontrado mentes débiles que secundan los propósitos de las mentes más fuertes.

21 De esta manera, se había dado un paso para romper la idea idólatra de una época. Se reconoció la existencia de Dios y su poder sobre las criaturas, se pensaba en la vida espiritual y en méritos para los actos buenos y la reprobación para los actos indebidos; el temor por estas circunstancias, fue tomando fuerza en el corazón del hombre; y más que por convicción; por temor, el hombre creía lo que se le enseñaba.

22 Sin embargo, era preciso que así fuera cambiándose paulatinamente el sentir y el pensar de los hombres; no era posible esperar que la mente, tuviera una transición tan fuerte y repentina para creer en la forma que vosotros creéis ahora en este tiempo, pudiera haber sido perjudicial para toda la humanidad; por ello, paulatinamente, ha sido obra de bien.

23 Mas, las mentes ya han sido preparadas, estos son los momentos en que el hombre ha alcanzado mayor evolución; y ha podido identificarse más, con la naturaleza, descubriendo en ella, el material y los fenómenos que han convertido al hombre a su vez en descubridor y creador de nuevas cosas, de nuevos sistemas y criaturas; por ello, es que éste Tercer Tiempo debe aprovecharse, para que en ese estado de las mentes, puedan adquirir lo que les hará verdaderamente grandes, que es: la identificación plena con Dios, su Padre Celestial.

24 Los tiempos han cambiado, aparentemente el hombre es el mismo en su aspecto físico pero sus cualidades espirituales son diferentes, porque el espíritu ha evolucionado a través de diferentes materias.

25 Vosotros, como ser, no habéis muerto ninguno en espíritu, ha muerto; la materia es la que se cambia, es la que nace de la naturaleza física y en ella misma termina; sin embargo, vuestro espíritu, ha ido evolucionando a través de diferentes materias, encarnando una y otra vez.

26 Si no habéis podido explicaros el fenómeno de la reencarnación, es el momento en que, con absoluta fe, podáis creer que es cierto. ¿En qué forma podíais haber alcanzado esta evolución, si no hubiera sido a causa de esa obediencia que el espíritu ha tenido para ejecutar de acuerdo con la Ley general de evolución, tantos fenómenos y actos a través de diferentes materias? ¿Cómo puede conseguirse la justicia perfecta, sino a través de todas las circunstancias que deben presentarse para que se determine: si el espíritu, ha cumplido o no?

27 Es muy corto el tiempo que vive una materia para que el espíritu pudiera evolucionar plenamente y alcanzar así la perfección. Vos sois testigo: de que mientras a unos cuerpos la naturaleza les ha dotado de prodigios, de facultades, de bienes; a otros, se les ha escatimado.

28 Entonces, ¿cómo podríais comprender que el espíritu que habita esas materias pudiera haber tenido las mismas oportunidades para evolucionar, si uno gozaba de todas las facilidades que el mundo puede proporcionar; y en cambio, al otro se las negaba; si uno había adquirido conocimientos; y el otro se había sepultado en la ignorancia?

29 Por ello la justicia divina es perfecta; y el espíritu, tenía que experimentar a través de todas las facultades que el hombre ha podido sentir y de todas las inclinaciones propias de la materia, para que pudiera el espíritu haber aprovechado cada una de esas vidas. Sólo así: teniendo las mismas oportunidades uno y otro espíritu.

30 ¿Por qué habrían de llegar al mismo punto, al mismo grado, en circunstancias diferentes? ¿En dónde estaría entonces la justicia, si cada quien pudiera llegar sin tener las mismas tentaciones y sin haber logrado los mismos méritos?

31 Aunque parezca imposible imaginároslo, de cierto os digo: aunque todos los hombres, en sus respectivas vidas llevan caminos diferentes, el espíritu ha aprovechado similares tentaciones para su propia experiencia; y todos los espíritus que han podido llegar a un mismo nivel, han pasado por las mismas tentaciones, las mismas oportunidades, han vencido los mismos obstáculos, han tenido méritos por actos idénticos.

32 Por ello es que la vida del espíritu, no se determina en una cantidad de actos; la vida del espíritu, es progresiva, va siempre escalando peldaño a peldaño y nadie quedará atrás; ya que, aún aquellos seres que os parecen indignos de haber pisado la tierra en que habitáis porque parece que la contaminan de pecado, de cierto aquellos que aparentemente se han perdido, que no han tenido una idea de progreso, un acto benéfico, un pensamiento bueno, un poco de méritos en su vida humana, aún ellos, están evolucionando; mas su espíritu, está pasando por una de las más grandes pruebas.

33 Es necesario para el espíritu pasar todas esas pruebas, para purificarse a sí mismo, para que pueda tener las mismas oportunidades que todos han tenido; mas llegará el momento, que ese mismo ser, tenga un ropaje limpio y habite un cuerpo nuevo; entonces, la experiencia será distinta.

34 ¿Y cuál es el propósito de esa continua reencarnación del espíritu? Ya os lo he dicho: el amor de Dios, obra con justicia; para que cada espíritu, por sus propios méritos, llegue a ocupar el lugar que le pertenece fue creador el amor de Dios por sí mismo, para que pudiera establecer un mérito para que la criatura humana pudiera nacer; y al nacer ésta, naciera con ella el bien y el mal; y de esta manera, hubiera un mérito en la obra creadora.

35 Al hombre se le dio la misma naturaleza divina: su espíritu para que habitara en una naturaleza humana o corpórea: la carne y entonces, surgieron las tentaciones, ya que se creó en el hombre: la voluntad, la imaginación, el instinto, el movimiento, se le creó un cerebro y empezó la lucha en el hombre; una lucha, de acuerdo con su propia naturaleza, divina y humana.

36 El hombre como humano, había nacido de la naturaleza y por tanto, apegado a ella, sus instintos eran naturales y sencillos; mas, aun cuando la naturaleza material fuera obra de la voluntad de Dios o sea de la naturaleza divina espiritual a otra naturaleza divina material, estaban incorporadas en esa naturaleza material, todas las facultades para que pudiera irradiar la divinidad a través de todo lo creado.

37 Era perfecta la naturaleza espiritual, era obra que requería evolución, era inocente y pura en su principio, porque brotó de la perfección; mas llevaba una Ley que cumplir: la de evolucionar, de perfeccionarse a sí misma, la de mostrar que era tanta y perfecta la Ley divina que aún en una naturaleza imperfecta, primitiva, filtrando en ella el principio divino, podía por sí misma lograr evolución para llegar a convertirse en una obra digna de la naturaleza divina.

38 Con esto no creáis que sólo era la obra natural en la tierra; no os podéis imaginar que en otros mundos puede haber pobladores, mas imaginaos que la naturaleza, es la tierra en que vivís y que ésta principia en una obra imperfecta en la cual el hombre, todavía no aparecía, pero que poco a poco fue surgiendo la naturaleza de que estaba formado; es decir: el principio universal evolucionaba, creando fenómenos, creando elementos, componiendo y descomponiéndose hasta formar un todo, para que siguiendo esta Ley general de evolución fueran tomando forma diversos elementos y cuando llegaban a adquirir los elementos, necesarios para formar la animación de una creatura ésta empezó a surgir en una forma imperfecta y de allí fue evolucionando y surgiendo nuevas creaturas y elementos de vida para que pudieran desarrollarse y manifestarse en formas cada vez más superiores.

39 Así el mundo en que vivís, fue desarrollándose; no fue obra de un instante, sino una obra que siguió a un principio de vida, principio, que existe en vos mismo, como en todas las criaturas que forman el universo, ese principio que los hombres han tratado de investigar, no es obra del hombre; es de Dios, la manifestación de su Ley, su obra universal.

40 Poco a poco se fue desarrollando la creatura; y su cerebro, torpe en un principio, fue evolucionando de acuerdo con las necesidades que tenía para vivir. ¿Y el espíritu? ¿Dónde estaba? ¿Estaba en el cerebro? ¿En el corazón? ¿En dónde ejercía su influencia? El espíritu: no tiene forma alguna; el espíritu, es chispa de Dios mismo, es la presencia de la naturaleza divina en la materia; sin figura, sin forma; el humano, siente esa presencia espiritual: cerebro, cerebelo y espina dorsal y manifiesto en todo su ser.

41 El espíritu no radica en el entendimiento humano, por éste se hace sentir, porque es el centro de acción del aparato humano; el espíritu radica en el alma individual intercomunicada al alma universal; mas el alma universal, está incorporada a la materia desde que ésta empezó a formarse.

42 Por ello, os digo: es tanto el amor del Padre que ha permitido que su propia naturaleza pudiera enfrentarse al mal; y el resultado, lo veis: el bien tiene siempre que vencer es por eso, que vos vais evolucionando cómo evolucionan todas las creaturas que contempláis: plantas, animales; reino mineral, vegetal y animal; firmamento y mundos; en el espacio, todo evoluciona, todo habla del prodigio de la creación de Dios, que se evoluciona a sí misma; no obstante, de provenir del único Ser completamente perfecto.

43 Por ello es que el mismo Dios, quiso sentir las tentaciones humanas; y por ello, su Espíritu fue depositado en parte, en ese cuerpo purísimo semejante al vuestro que fue Jesús, para que sintiera las mismas tentaciones, para que pudiera reaccionar lo mismo que vosotros; así podéis comprender que la misma creación de Dios, ha ido evolucionando, porque Dios está en todo, porque es el elemento de vida que hace iluminar el espacio y todo ello está en continua evolución; por tanto la manifestación de Dios, en su creación, es evolución continua.

44 Así es, que: ¿cómo podéis imaginaros, que vuestro espíritu, pudiera permanecer en una materia, en la cual pudiera vivir un instante y perderse en la ignorancia de los tiempos?

45 Es preciso que entendáis esta idea, ya que es la base espiritual de todo conocimiento: el espíritu del hombre, no muere; muere la expresión de su materia; pero la parte esencial, la parte espiritual, no morirá jamás, siempre vivirá; y el espíritu evolucionará continuamente, hasta que haya atravesado todas las etapas de evolución del espíritu; hasta que vayan escalando peldaño a peldaño, esa escala infinita de evolución espiritual; y después de esas etapas o mundos espirituales, en los que por sus méritos, el espíritu irá escalando; irá alejándose de la materia; y vuestro espíritu, evolucionará cumpliendo su misión, en elaboración, en coordinación con los demás seres, avanzados en el desenvolvimiento del mundo en lo futuro; y más tarde, su evolución incesante, le llevará más y más hacia etapas superiores en las que irá adquiriendo conocimientos, en las que se irá adhiriendo a la eterna perfección, para no apartarse jamás.

46 En verdad, os digo: no tendréis el infierno que os han predicado, para que por temor ejecutéis actos meritorios vuestro deber, es: cumplir, evolucionar y en ello, vuestro espíritu encontrará la dicha; porque una vez que os vayáis acercando a la divinidad, será intenso vuestro goce; porque la divinidad, es el goce inimaginable.

47 No pretendáis imaginaros lo que será de vuestro espíritu, con la mirada de vuestra materia. La materia disfruta o sufre, de acuerdo con los elementos materiales que le rodean; mas vuestro espíritu, es diferente, aún no sabéis de sus goces ni sufrimientos, por ello os digo: cumplid hoy como criatura, con todos vuestros deberes y de acuerdo con vuestra capacidad; mas, conducid vuestros actos, inspirado por el bien para que estos sean méritos que puedan ejercer una influencia de beneficio para todos; entonces vos, tendréis el paraíso en esta tierra.

48 Nada hay que pueda hacer gozar más al espíritu del hombre, como sentir la satisfacción de haber ejecutado el bien; y no hay mayor sufrimiento para el espíritu, como sentir el remordimiento de haber ejecutado un acto perjudicial para los demás.

49 Veis, es sencilla mi doctrina; mas, lo que hoy os vengo explicando no podía haberlo explicado a través de Jesús en el Segundo Tiempo, era peligrosa la transición entre una y otra idea, no estaba preparada la mente humana para este conocimiento. Sin embargo, en resumen: esta obra que os estoy esclareciendo, es la misma obra de redención y de amor, de perdón y esperanza, de fe y de goce espiritual.

50 El que hoy perdona, sabe bien que cumple con la Ley que dejó Jesús, en el Segundo Tiempo; y la Ley, de: amarse los unos a los otros , os dará hoy, la misma satisfacción; y el no juzgar a vuestros semejantes, hoy más que nunca, os colocará en un plano mayor de evolución espiritual.

51 Si queréis cumplir: cumplid con la Ley del Cristo; hoy, podéis comprender esa doctrina, ya que vuestra mente se ha preparado para esta evolución; así no os confundiréis, no os inquietaréis; mas cada paso vuestro, será un paso hacia adelante hacia la espiritualidad.

52 ¡Extended vuestros brazos al caído, perdonad las ofensas! Porque de cierto, no es a vos a quien ofenden; es a ellos mismos, al mostrar su incomprensión. ¡No veáis la paja en el ojo ajeno, sin antes ver la vuestra. No juzguéis a los demás, sin haber hecho antes un juicio de vuestra propia conducta! Si queréis conseguir el perdón para vos, principiad por perdonar las pequeñas incomprensiones de los demás. Si queréis ayudaros a vos, ayudad al que necesita más que vos.

53 ¿Queréis dicha para vos mismo? Proporcionad satisfacción a aquellos que carecen de lo necesario y no tienen de lo que vos tenéis; dadles pan, conocimiento, alimentad las mentes con amor, haced que los hombres sientan el perdón, haced que la humanidad pueda sentir la dicha inefable de vivir dentro del camino del señor, es decir: dentro del bien.

54 Si queréis ser espiritualista, no digáis que sois el iluminado, no digáis que habéis tenido oportunidad de escuchar a Dios, ¡no! Porque posiblemente al decirlo, sintáis engrandeceros; y debéis de ser: humilde expresar mis pensamientos como si fueran vuestros, practicar la caridad como si fuera innata en vos mismo.

55 Mi obra no necesita de un nombre especial; necesita: sentirse y practicarse; es obra: de amor, de caridad, de perdón, de unificación, de entendimiento universal es obra, de evolución espiritual. Es así como el hombre, tendrá que sentirla; es así como tendréis que esparcirla.

56 Por ello os doy lo que necesitáis. Si queréis compenetraros de mi luz, si queréis sentirme, toco vuestro corazón; si hace falta que sufráis, os permito el toque de la prueba; y si por sufrir, no podéis ser capaz de sentiros con tranquilidad para dar a conocer mi obra, entonces os aparto del peligro, alivio vuestras penas, os encamino por el mundo y pongo a vuestro alcance lo necesario para que trabajéis en mi obra. Yo pongo las oportunidades, como intercalo las tentaciones para que las venzáis.

57 Siendo el espíritu del hombre, un ser en la creación, independiente en su pensamiento; en su acción individual, se convierte en un pequeño mundo que gira alrededor de su propia voluntad.

58 No obstante que son ligados por una misma acción de ciencias, gobiernos y religiones; el ser humano en sí se siente dueño e independiente de sus actos, se siente con suficiente capacidad para poder pensar y desear lo que él sólo conoce; es así como es de naturaleza egoísta el hombre, porque sus actos están encausados hacia el mejoramiento personal; unas veces consciente y otras inconscientemente, pero el hombre es en sí, egoísta, por ello es que no se puede unificar el pensamiento, ni puede lograrse una comprensión mejor en el elemento humano.

59 Si el hombre, se guiara por el instinto natural únicamente; entonces, habría un mismo gobierno, una misma legislación de esos instintos naturales dictados por el orden establecido de la Ley divina que gobierna la naturaleza, seguiría hacia un mismo derrotero; sin embargo, no es así; y el hombre, sigue siendo enemigo de sí mismo y ve en su hermano, un problema, ve a un enemigo.

60 Es la Ley de Dios, la que dicta para ser cumplida, la que tiende a unificar la comprensión humana; mas todavía está muy lejos de ser una realidad, porque el hombre en sí, resiste; ya que hay circunstancias que le hacen obrar de manera ventajosa sobre los demás; cada quien busca la dicha para sí, pero ¿quién es aquél que se desprende de su felicidad para lograr la ajena? ¿Quién es el que antepone sus deseos, sus posibilidades de mejoramiento material, para ofrecer la ayuda al que más necesita?

61 La verdadera caridad, no es comprendida; la caridad, es un nombre que habéis puesto a determinadas “acciones”, para mostrar una “piedad” que estáis muy lejos de sentir, para mostrar un “cumplimiento” ante Dios, que en el fondo no sentís; es una forma más de interpretar vuestra hipocresía.

62 ¡Cómo queréis que el mundo pueda entenderse y las razas puedan unificarse, unir los pensamientos en Dios, creer en una doctrina que debe salvarle, creer en ciertas acciones que debe realizar para hacer méritos en favor de él mismo, para poder salvarse de sus propias pasiones y dejar de sufrir; así como unirse todos y las autoridades que gobiernan las naciones puedan llegar a un completo entendimiento, si no dan algo de sí mismos?

63 Si ya estuviera dando cada quién lo que está de su parte, con renunciación de privilegios y ventajas ¡cuán fácil sería para el ser humano, poderse entender!

64 Sin embargo, sí es cierto, que se reconoce mi doctrina de amor; sí se considera, como una profunda filosofía llena de verdad, de enseñanza, como la clave que podría unir al mundo pero en cambio, ¿quién es el que se decide a practicarla? Se reconoce: como teoría mas, no en la práctica. Se reconoce: como grandeza por la fe que los hombres tienen necesidad de sentir; pero, no por la fe que les lleve a ejecutar las grandes acciones que ella indica.

65 El hombre quiere salvarse, desconociendo su naturaleza espiritual; se ha convencido, de que no sólo es materia, ¡ya no tiene duda!; sino la seguridad, porque así se lo han hecho creer sus propias doctrinas; reconoce: que lleva un espíritu y que éste no muere; y el temor al sufrimiento, al castigo, el temor a las consecuencias de sus actos innobles, es lo que le hace tener fe.

66 Mas la fe del hombre, es aparente porque cree por el temor a lo desconocido, por la duda que lleva: sobre si será o no, la vida eterna que se le ha anunciado él quiere prepararse, pero es para el último momento, porque mientras tenga existencia humana, quiere gozar de ella para mayor placer de su cuerpo; pero, quiere dejar también, un lugar especial para en caso preciso, recurrir a ese depósito de fe, de creencia, de esperanza que ha dejado en un rincón de su ser para ampararse de sus malas acciones; pretende purificarse llegando el momento, para poder pagar los placeres que tanto gozó; y entonces, pueda él encerrarse en su creencia, en su fe y de esta manera prepararse para el momento angustioso de su partida de este mundo.

67 ¿Es así como el hombre muestra su nobleza de espíritu? ¿Acaso la dureza de acción, muestra la fe verdadera que puede haber en él? No, mis discípulos, el hombre, ha estado equivocado desde siempre por su naturaleza egoísta.

68 No obstante, a través de los tiempos de la comunicación divina a la altura de la comprensión humana, todo ha sido una preparación para el desarrollo del espíritu; así también, os digo: ¡preparaos! Para que el hombre del mañana pueda establecer la comunicación entre la criatura y su creador: comunicarse de espíritu a Espíritu con Dios y participar de ello a su materia.

69 Hoy, el mundo todavía vive una época de turbación manifestada en el desarrollo de las ideas; los hombres que sienten esa evolución, pugnan por manifestarla; y de ahí viene: que el que está preparado, pueda comprender; y el que está en una etapa de duda, presente resistencia; y el que manifiesta atraso en su espíritu y en su inteligencia, presente fuerzas de oposición al desenvolvimiento de nuevas ideas; éste, es el materialismo de las diferentes ideas y que prevalecen en el mundo de hoy, porque cada quien tiene una opinión distinta de las cosas y de los problemas del mundo actual.

70 Sin embargo, la luz de mi Espíritu, es la única que puede iluminar a todos para que tomen de ella, la inspiración que necesitan y establezcan contacto de bien entre los hombres; sólo esa luz del saber, será la que podrá dar fuerza de convicción, de razonamiento a las ideas limpias, sobre las cuales los hombres encontrarán una acción uniforme de trabajo y de vivir en paz.

71 Mi palabra ha sido dada a conocer para que el hombre sepa que no está solo, para que reconozca cuál es el papel que está llevando en la naturaleza y cómo le espera una grandeza divina; la naturaleza está testificando a los que se profundizan en ella. Mas, ¡qué poco me han comprendido; y, cuán escasa de mérito se ha juzgado mi obra!

72 Este mundo, el ser humano lo ha transformado a su voluntad. Yo lo formé perfecto, mas el hombre lo ha manchado, lo ha adulterado porque su obra es de egoísmo, es de división y a atentado en contra de su naturaleza.

73 Los hombres, en su ambición, seguirán sus obras; formando sus ciencias, formarán sus teorías y confundirán a los pueblos; mas, antes vendrán mis elementos y arrasarán las comarcas y los pueblos. De cierto, os digo: en la purificación de la tierra, en esta era, tres cuartas partes de la humanidad desaparecerán y una quedará esa cuarta parte: serán aquellos que sirvan para sembrar mi simiente de amor mas, quedarán con su vista espiritual abierta y atento su sentir espiritual a la comprensión y al amor.

74 Y viendo, que yo vine a conversar con vosotros, que vine a enseñaros: que para llegar a mí, es menester que conozcáis el amor y la caridad los hombres se prepararán; entonces, yo hablaré por ellos e inspiraré sus actos y todas las lenguas se fundirán en una sola, todas las razas se comprenderán; y así encontrarán, lo que no han encontrado en sus legados, en sus condicionamientos ni en sus falsos principios humanos.

75 Yo os digo, pueblo mío: buscadme más allá de vuestras pasiones, más allá de vuestro mundo, más allá de toda forma hecha por el hombre yo estoy en todas partes, en las cosas que veis, estoy en vos mismo. En todo lo creado por la manifestación poderosa del Padre, yo estoy esencialmente, hijos amados.

76 Es el pecado, es la intransigencia del hombre, la que no deja ver al espíritu donde se encuentra morando; por eso el hombre, que vive en su afán de superioridad; ha olvidado también, que su estancia en este mundo, es transitoria; mas la vida de su espíritu es imperecedera; se ha olvidado, que más allá de esta vida terrenal, se encuentra un mundo espiritual de perfección.

77 ¿Por qué os deslumbráis con el oropel y las vanidades de este mundo? Jamás sentirá el hombre paz, si teniendo todas las comodidades de su mundo, se olvida que sus hermanos están pereciendo de hambre y sed; ved que la paz, no está en las grandezas materiales ni en las riquezas; la paz, está en la humildad de espíritu.

78 ¡Oh, si el mundo me escuchara y comprendiera mi doctrina! No existirían las clases sociales por las cuales el hombre se ha clasificado.

79 ¡He ahí la obra de superación del hombre!: ha edificado ordenes y nuevas cárceles y se olvida de que se encuentra el hombre sin fe y necesita de fuerza moral; pero el mandamiento que os dejé en el Segundo Tiempo, no ha sido cumplido, los hombres se encuentran en discordia y compiten por la superación personal, están llenos de egoísmo y de odio; en cambio yo, os enseñé a amaros los unos a los otros, porque sois chispas de mi espíritu divino, por lo tanto todos sois hermanos e hijos de Dios.

80 ¡Oh, humanidad! ¿Por qué el mundo no ha comprendido estas revelaciones? Han destruido naciones y pueblos, el hombre ha contemplado su obra; y no ha comprendido: que la destrucción moral, es más grande todavía. Sin embargo, mi sabiduría viene a derramarse en todo espíritu, en todo entendimiento.

81 Mas, yo os digo, en verdad: no queráis llegar a mí en cuanto humano; tenéis que llegar a mí, como espíritu. Para llegar a mí, tenéis que dejar la materia y con el pensamiento elevado llegar a los planos superiores donde no hay turbación para el espíritu, donde no hay dolor, donde nada cambia; donde, todo es vida.

82 Sois imperfectos y no podéis llegar a mí, sino por vuestros propios méritos y las buenas obras que hagáis en este mundo, ¡oh mentes humanas! ¡Oh consciencias terrestres que cual barreras espesas no han dejado que progrese la conciencia espiritual! Por eso viene el Padre, a haceros latir al ritmo divino.

83 ¡Oh, humanidad que habéis perdido el recto sendero! ¡Ah, hombres que despertando vuestras facultades, conocéis las ciencias humanas! Yo os digo: habéis desconocido la esencia divina. ¡Ah hombres! Que, en verdad, avanzáis por los caminos fatigados y vais buscando la meta material. ¡Ah hombres simples, no vengo como juez, vengo como Padre; mas los que me buscan como juez, ellos sientan mi justicia, los que así me buscan, así me sentirán y llegarán a mí cual despojos espirituales y les enviaré a morar una vez más a este mundo!

84 ¡Pueblo, tomad mi paz y mi amor! Contemplo: que vuestras mentes no vibran al ritmo divino; sólo en espíritu, conoceréis mi justicia. Yo no mandaré fuego para destruir al mundo, por lo tanto reconoced: que yo: no soy el exterminio de los seres ni de las cosas que he creado.

85 Vos habéis contemplado evolución en todas las cosas, mas no muerte, por eso os digo: yo soy el Espíritu viviente de todas las cosas.

86 Yo estoy en vos mismo: en la naturaleza humana y en la naturaleza que cubre vuestro espíritu; sin embargo, no me habéis cumplido, ni conforme las legislaciones de vuestro espíritu, ni conforme las de vuestra materia. Si he venido a comunicarme con vos en este Tercer Tiempo, es para que despierte en vos, el sentido de responsabilidad espiritual y material.

87 En este instante la palabra humana que transmite la Ley del Ser creador, toca las conciencias de los hombres con responsabilidad, ante esta Ley: ¡hombres de todo el mundo! Que por vuestra raza representáis un pueblo. ¡Cabezas! Que habéis ceñido coronas de poderío terrestre: desnudos os contemplo, porque vuestra potestad es perecedera y ficticia; vuestra obra, ha sido cadena de crímenes; y esas almas, me piden justicia, mas no ha llegado el tiempo de que me respondáis. ¡Hombres de todas las razas!: yo vibro en vosotros; y sea en este instante, mi luz en vuestra conciencia para que así podáis juzgaros a vos mismo.

88 Es el mundo un conjunto de seres que tratan de dividir y clasificar su vida, de acuerdo con sus costumbres, con sus ambiciones; pero la humanidad desde que el hombre tuvo conciencia de lo que era, fue adquiriendo derechos, que pensó tener, estableciendo una diferencia con los demás, considerándose dueño de lo que yo le había prestado; de esta manera surgió la pugna por alcanzar, lo que los hombres creían tener derecho a poseer.

89 El mundo de hoy, el que parece civilizado, el que ha alcanzado un grado más de superioridad, al parecer desigual por las conquistas científicas, continúa su lucha, continúa desconociéndose, afianzándose a los “derechos” que pretende tener sobre los demás, por ello es que la diversidad de ideas continúa, por ello es que el mundo sigue sangrando ¿será posible que llegue el instante en que haya una comprensión universal en que los hombres se amen mutuamente? ¿Será posible que ese entendimiento, haga que la humanidad reconozca la igualdad de derechos ante Dios?

90 Alba de gracia en que se esparce luz infinita para los mundos, sabiduría divina para cada uno de mis hijos. Era de luz, en que se manifiesta la sabiduría del Cristo. Vos pueblo, que vais estudiando el sentido verdadero de mi palabra: preparaos más y más, porque es menester que el hombre conozca la Ley divina y por ella se gobierne a sí mismo y emane preceptos de justicia y amor para todos los pueblos de la tierra.

91 Debéis conocer la Ley del Padre, que es la que encierra el principio y el fin de todas las cosas; para que así, no sintáis la fatiga de vuestra propia vida, y podáis semejaros a los diferentes reinos en su proceso evolutivo; porque el hombre, se ha estancado en su modo de pensar, ha formado sus teorías y rutinas y los espíritus se van turbando más y más.

92 Ved el nivel de evolución de los diferentes reinos, ved que todo es perfecto, todo está sujeto a una Ley; el hombre que es la obra perfecta del Padre, no ha sabido reconocerse como espíritu que tiene vida eterna.

93 En verdad, os digo: la muerte no existe para el espíritu si nombráis muerte al instante de cerrar los ojos de la materia para abrir los del espíritu a una vida superior; yo os digo: es tan solo un momento de transición para que por medio de esos estados de transubstanciación, lleguéis a la perfección; si no lo habéis comprendido así es porque este mundo os tiene ligado; en él habéis sucumbido y os encontráis materializado, eso es lo que os aparta del sendero de perfección, ya que os preocupa mucho dejar este mundo porque teméis a la justicia divina cuando os habéis encontrado en estado de gravedad; y pensáis que ese momento de transmutación se acerca y tenéis temor; entonces, hacéis juramentos de cumplir y de amaros los unos a los otros.

94 De cierto y en verdad, os digo: el amor y el dolor, redimen al hombre y yo no quiero veros en el dolor; es por eso que en mi palabra de amor, vengo a despertaros del letargo en que habéis vivido.

95 Pueblo mío, mi palabra es con vos, en ella está mi caricia y mi perdón; mi palabra, es también inspiración en vuestro entendimiento, pero, ¡cuán grande es la resistencia de la materia para dejar que el espíritu pueda ensancharse de verdadero gozo y satisfacción al escucharme!

96 El mundo es testigo en el presente, de los acontecimientos que os estaré mostrando. Vosotros, miraréis como la naturaleza os muestra su inclemencia; y yo, os digo: es una evolución de las imperfecciones que pueden existir en ella misma.

97 De modo que, ya os he explicado cómo toda criatura, tiene la obligación de perfeccionarse; aun la propia naturaleza. ¿Por qué? Porque en el futuro habrá hombres de mayor alcance, de mayor inteligencia y mayor espiritualidad que vosotros; de esta manera, la naturaleza tendrá que ofrecer al hombre la evolución y, el desarrollo, que también ha obtenido, por obediencia a la Ley universal que le rige.

98 ¡Cuán fácil será para la inteligencia del futuro, comprender lo que en este Tercer Tiempo, trato de dar a conocer a vuestro entendimiento! Por ello quiero que seáis los precursores del desarrollo de la inteligencia del hombre, por ello quiero que la palabra quede escrita, para que el hombre del mañana vea como una profecía cumplida, lo que hoy, se ha dicho y derramado entre vosotros por entendimientos rudos e ignorantes; para que el hombre: sea noble, digno, honrado consigo mismo, para que manifieste la fe que engrandece y ennoblece, la esperanza que le reanima; para que sienta el amor de su Dios, y para que él se sienta correspondido: debe renunciar a su conducta egoísta.

99 ¡Ahí está lo difícil para el ser humano! ¿Cómo poder definir esa pureza de acción? ¿Cómo poder determinar: si su fe, es pura o si le lleva el interés egoísta? Tenéis primeramente: que meditar en vuestras acciones, comprenderos, buscaros en vuestro yo interno, penetraros en vuestro ser y sondear los pensamientos, los actos y la voluntad.

100 Debéis conoceros a vos mismo; y esto lo podéis hacer: sólo meditando juzgándoos imparcialmente, juzgándoos como juzgaría un buen juez a un reo extraño a sus sentimientos, con esa conciencia, con esa nobleza que puede haber en vos, cuando en verdad, os lo proponéis.

101 Haced propósito para conoceros primero a vos mismo; porque de cierto es difícil, que estéis seguro de conoceros; y no podéis tampoco, dar un paso hacia atrás, antes de que el primero haya sido dado firmemente; y el primer paso, es: el reconocimiento de vos mismo y la determinación de enmendar vuestras propias faltas.

102 Sin embargo, no podéis corregir ni purificar lo que ignoráis. ¿Por qué? Porque vuestras acciones están acumuladas por un deseo o reacción que parte del cerebro; y la mayor parte de vuestros actos, los ejecutáis de una manera impensada, condicionada, memorizada, impulsados por la costumbre, por el aprendizaje y los condicionamientos que habéis hecho de los mismos.

103 Os purificaréis, cuando hayáis desbordado ese caudal que es archivo de impresiones en vuestro cerebro y que traduce en palabras que pocas veces habláis en forma que a sí mismo estéis convencido; y de esta manera, estáis sufriendo un engaño con vos mismo, porque todo lo que expresáis, no siempre va de acuerdo con lo que en vuestro yo, en vuestra parte noble haríais, si bien, lo meditarais antes.

104 Entonces, debéis convertiros en meditador de vuestros propios actos, en conoceros profundamente para que de esta manera podáis externar vuestras propias ideas, de que vuestros actos sean ejecutados porque así respondéis al convencimiento de vuestro justo razonamiento; entonces, habréis principiado al cambio de evolución.

105 Os estoy presentando un nuevo mundo de luz, de esta manera tomaréis lo que es bueno, de lo que es bien; y así, iréis limpiando las lacras que habéis venido arrastrando, de generación en generación.

106 ¡Bañaos en las aguas cristalinas de la gracia, purificaros en el crisol donde arde el fuego divino, fundid las pasiones y vuestro materialismo, en ese fuego que todo calcina! Y de ahí, brotará una nueva chispa, limpia; ahí será nuevamente vuestro espíritu, purificado, cubierto de cristalidad que iréis cultivando; de virtudes, de facultades y potencias que iréis desarrollando; y de esta manera, será un período nuevo al que se abrirá la vida de vuestro espíritu, y de ahí surgiréis estando en condiciones de poder percibir la gracia divina, que antes, vuestro espíritu desechaba; e iréis absorbiendo, la sabiduría del bien.

107 Ya veis; a todos doy por igual la misma oportunidad de llegar a mí, de purificaros; y esa luz que viene a irradiar en los entendimientos, que viene a infiltrarse en los hombres, en su conocimiento, en su sentir, en su alcance intelectual y moral, es luz que viene a iluminar todos los senderos; es la luz, que viene a romper todas las tinieblas de la humanidad.

108 La verdad, es la luz que yo he dejado a la humanidad para que así podáis manifestar el amor a Dios: amando a vuestros hermanos. He ahí que amando a vuestro prójimo, vos mismo vais coordinando vuestros actos y cumpliendo con esa bendita Ley, no necesitáis que personas ajenas a vuestro modo de pensar os digan lo que debéis hacer. Sois por vos mismo, el que debéis determinar: si cada paso vuestro, es encausado hacia el bien, dentro de mi Ley; o hacia el mal, fuera de esa Ley de amor.

109 Tomad mi palabra, y no os precipitéis; si no la podéis comprender, poco a poco analizadla y penetrad en ese campo de investigación dentro de mi obra.

110 Si el hombre, no puede comprender mi palabra en estos momentos, me comprenderá a su tiempo; el mañana verá que mi palabra, fue de verdad; que desde este tiempo, mi palabra fue de orientación para que los hombres del futuro puedan desarrollar sus facultades en provecho de sí mismos y de sus hermanos.

111 Hoy, en este Tercer Tiempo, os dejo las bases de mi doctrina, que el mundo tendrá que aceptar, si quiere vivir en paz y en armonía.

112 Mi palabra es de coordinación, de unificación para que los seres y las criaturas se vean como hermanos, hijos de un mismo Padre Celestial; ¡es de tanta fuerza! Que el hombre tendrá que sentir la debilidad que ha llevado, en sus buenos propósitos. Mi palabra viene, no sólo a orientar, sino a dar fuerza a la misma materia; para que ésta y el espíritu, estén unidos para engrandecer la obra que el hombre trata de hacer presente a su Dios, en reconocimiento a su grandeza.

113 Os dejo mi palabra escrita, formando mi tercer testamento para la humanidad; para que así, no os engañéis; para que la Verdad perdure en vosotros; para que el hombre que venga investigando, encuentre en vosotros el conocimiento de mi sabiduría divina. Lo que se está diciendo a través de un entendimiento torpe y humilde, será la simiente para que el fruto, que al mundo presente en el futuro, sea en provecho de la humanidad; que en el fondo, quiere vivir en paz y armonía.

114 ¡Pueblo mío, rebaño bendito de Elías yo os acojo en mi aprisco de amor, yo os preparo, os acaricio, ilumino vuestras mentes, preparo vuestro camino y derramo mi amor en vosotros, para que de este amor, deis a todas las criaturas que habitan el universo! Llevad mi amor pueblo bendito, y disfrutad de mi paz con vos mismo y en vuestros hogares. Yo os bendigo y os preparo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y la misma luz del santo Espíritu. Quedad en paz; y esta paz, conservadla dentro de vos mismo y de mi obra.

115 De cierto y en verdad, os digo: si cada uno, fuera hombre de paz, la paz sería en cada uno de los hogares y se extendería en toda vuestra nación y a todas las naciones del mundo. Viviendo todos en paz, harían que el mundo fuera una mansión donde el hombre pudiera vivir tal como Cristo, encarnado en Jesús, os lo deseó. En vosotros, está el aspirar a esa paz; porque amándola, sentiréis grandemente el beneficio de Dios, en vosotros mismos.

¡Mi paz, sea con vosotros!

63. La caída de los ángeles

1948 – 1950

1 He aquí un efluvio del pensamiento divino, irradiando su luz entre vosotros y para vosotros. He aquí los reflejos de la luz esencial del universo, transformados en palabras sonoras y siendo escritas por mis plumas de oro, para todos los hombres de este mundo.

2 He aquí, pueblo, la irradiación de la esencia espiritual de Cristo, el Verbo Divino, convertida en palabra humana, que en mensaje de alta revelación viene a rasgar los velos que obscurecen vuestro entendimiento; para que podáis, si buena voluntad tenéis, de buscar el saber y de saber sentir y atesorar una ráfaga más de luz, de los conocimientos al alcance de vuestro ser; una nueva y radiante chispa divina que os preparará un poco más en los nuevos caminos que tenéis que seguir, porque no debéis ni podéis, permanecer estacionado estorbando el proceso amoroso del progreso espiritual.

3 No abro mi cátedra esta vez, con las habituales palabras de mis instrumentos que duermen detenidos y abandonados por sí mismos y por sus hermanos que les dirigen. No comienzo hoy, mi pueblo, con la vieja frase de: ¡gloria a Dios en las alturas! Porque habéis hecho de la oración, una palabrería rutinaria y molesta; habéis hecho de vuestro corazón, una piedra endurecida; y de vuestro cerebro, una espada que hiere por doquiera que mandáis vuestros pensamientos.

4 Yo no vengo a fomentar, amados míos, vuestros hábitos de retroceso o estancamiento, aunque los cubráis de oropeles o palabras bellas, faltas de una esencia purísima que no sabéis sentir.

5 El libro de la Verdad divina os trae manjar variado de exquisiteces espirituales, que harán agitación profunda en todo vuestro ser para templar todas vuestras sensaciones internas, porque de éstas, por éstas y para éstas, vivís.

6 Homenaje o gloria a Dios rindió Cristo, a través de Jesús, en la tierra y en los celos; o sea, en las sutilezas de lo impalpable e invisible para vosotros; en las alturas, como vosotros decís, mas, lo mismo es se la rinden, elevadísimos espíritus; pero vos, mi pueblo ¿cuándo le habéis dado gloria a Dios? Habéis glorificado, sí, habéis adorado vuestras pasiones y vuestros ídolos, pero a Dios en todos vuestros hermanos ¿cuándo?

7 Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad y aun a los de mala voluntad, os la ofrecí yo, a través de Jesús, y os la sigo dando en Espíritu y en verdad; mas, vosotros ¡decidme!: ¿cuándo la habéis dado?

8 Tenéis más de dos mil años de oír y de repetir, de redecir nada más esas sabias y bellas palabras; y sin embargo, hacéis todo lo contrario. Habéis perdido el derecho de que os las repita yo; sin embargo, otras palabras os traigo ahora.

9 Repetidlas vosotros, si queréis, mis pequeños, pero entended que ni ésas ni otras bellas palabras tienen virtud alguna, mientras no las sintáis en vuestro corazón; y cuando las sintáis, lanzadlas al infinito con dulzura y humildad, y entonces, yo os responderé con tal potestad que haré vibrar todo vuestro ser de amor.

10 Mientras tanto, sabed, portavoces amados, que yo retiro esa salutación que no debe salir de vuestros labios hasta que vosotros y vuestras congregaciones la sintáis en verdad, o cuando sea ésa mi voluntad.

11 Entended, pedestales míos, instrumentos muy amados que me interpretáis pobremente, que ésta es vuestra primera pequeña lección para el futuro, porque deseo arrancaros de vuestra rutina para que os elevéis y me sirváis mejor; para que no mezcléis con vuestros juicios y prejuicios antiguos y de hoy; la alta, la límpida, la diáfana explicación actual de mi doctrina, porque otros son los tiempos y otra es la preparación de los hombres que os escuchan.

12 Con vuestro pensamiento elevaos a mí, pedestales míos, orad a Dios en mi nombre y con todo vuestro corazón para que en vuestros éxtasis, más espirituales, os inspire la palabra digna de Cristo. Desead y pedidle nada más que se haga en vosotros el reflejo de su divina voluntad, y veréis las maravillas y resplandeciente variedad de salutaciones y exo rDios que saldrán de vuestros labios para convertir a vuestras congregaciones en verdaderos cristianos, en espiritualistas sembradores de la Verdad única: el amor divino.

13 Dejad los rezos y los exorcismos que os enseñan los ministros religiosos de las muchas escuelas antiguas o modernas; y entregaos a mí, al Maestro del amor, que siempre os responderé multiplicando vuestra sana intención.

14 Orad, sí, pero orad con el corazón, habladme limpiamente como lo sintáis; llegad a mí con el pensamiento lleno de amor o con el alma hecha pedazos, pero pensad en mí siempre; hablad al Ser Supremo en el nombre de Cristo, en vuestro propio nombre como párvulos del Maestro amor y como sus criaturas desobedientes.

15 Pedid para vuestros hermanos los humanos, por los animales o las cosas, más todavía de lo que queráis para vos, sin el más pequeño pensamiento oscuro; y yo os responderé, y os daré en abundancia en el nombre del Padre Eterno; porque vos, por vos mismo, nada tenéis y nada podéis dar; mas, en el nombre del Padre, todo lo tenéis y todo lo podéis para vos mismo y para la humanidad.

16 He aquí que os estoy dando otra pequeña lección de obediencia y mansedumbre que es todo un maravilloso tesoro, si sabéis o sentís cómo aprovecharlo.

17 El Verbo Divino que encarnó en Jesús, al que muchos de los hombres le llamáis indebidamente Dioshombre o DiosHijo, os dice: nada soy, nada sé, nada tengo, nada puedo; sino en el nombre de Dios y conforme a su divina sapiencia y voluntad.

18 Y he aquí que, como yo sé que todo eso es verdad; y yo, el amor divino, nada hago que no sea la vibración perfecta de la voluntad del Padre; el Dios amantísimo, me hace todopoderoso, humanidad, para vosotros.

19 ¡Oh, inmensa y hermosísima transfiguración, más potente y delicada que el más grande de los soles del universo, que os da la santa y suprema sabiduría! Los hombres no la entienden, como tampoco entienden la transfiguración de elementos vírgenes en los variados coloridos, formas y gratos perfumes de las flores.

20 ¿Y sabéis por qué Jesús, sin ser Dios, todo lo podía, mis hijos? Dicho está, porque era obediente, porque era siervo de la Ley divina, porque en ella y por ella vivió y en ella gozó.

21 La Ley de Dios, es muchas manifestaciones; pero para vos, humano, que os baste saber por ahora que su Ley es una: la Ley de la armonía la Ley de las bellas transfiguraciones concedidas por las virtudes dimanadas del amor espiritual divino.

22 Algunas de las virtudes del amor espiritual, las conocéis de palabra, pero no las sentís, y, por eso no las ejercitáis, por eso no las irradiáis con toda vuestra alma en todos vuestros caminos. En algo las aprendéis de memoria, y en menos las decís; pero muy poco o nada las sentís. Las pensáis a veces; pero no las hacéis porque no las sentís y por ello ignoráis su exquisito saborío. No las practicáis, porque no podéis; no podéis, porque no queréis; no queréis, porque no comprendéis; no comprendéis, porque no amáis, ya que no sentís el amor excelso, el amor de Dios.

23 Amad, mis pequeños párvulos, amad a vuestros hermanos como a vuestro propio hijo y todo lo demás os vendrá por añadidura.

24 Quien ama, comprende; quien entiende, quiere; quien quiere, puede; quien puede, hace; y quien hace, es generador radiante de pensamientos, palabras y obras que fulguran lo divino. Mas, ni gran potestad, ni firme voluntad, ni verdadera sabiduría ni muchos menos, acciones sublimes y valiosas tendrá, quien no ame con toda la bella potencia de los sentimientos puros y sublimes de su espíritu.

25 Quien se aparta de la Ley espiritual y superior cae bajo el dominio de los órdenes o expresiones inferiores o materiales, de lo que vosotros los humanos, algo o muy poco conocéis.

26 Mas, quien obedece, quien permanece armónicamente dentro de la Ley suprema, está superlativamente encima de las reglas u órdenes que llamáis naturales; y también, evidentemente, siente, comprende; sabe más, mucho más, pero muchísimo más de lo que siente n, comprenden y saben, los que solamente tienen conocimientos científicos, religiosos, o de cualquier otro aspecto humano, pequeños, limitados, mutables y pasajeros.

27 He ahí por qué, Jesús, y otros menores que Jesús, os asombran con lo que vosotros llamáis “milagros.” mas, en verdad os digo, que no hay milagros humanidad, no existe algo contradictorio en lo divino, no hay algo sobrenatural; nada hay que esté más allá ni que tenga más potencia que la Verdad patente y latente que en todas partes existe; es claro que nada puede estar por encima del poder máximo, de la esencia suprema y creadora del amor divino.

28 ¡Qué otra manifestación tenía Cristo en Jesús, sino: amor! ¿Cuáles ciencias, exorcismos o prácticas externas o misteriosas empleó Cristo en Jesús, para dejaros sus más grandes ejemplos de poder y sabiduría, sino la gran ciencia de la dulzura de su esencia de amor con la que todo hacía?

29 Nada hay, mi pueblo, contradictorio en las manifestaciones de la Ley del Padre, sencillas por sabias y sabias por amorosas.

30 Lo único contradictorio, en apariencia para vosotros, a la Ley de amor del creador universal, es vuestro travesear inoportuno de criaturas desobedientes, de espíritus que han hecho mal uso de la libertad que les da el amor, es decir, de su libre albedrío. Y, así como están llorosos vuestros niños, descontentos o enfermos; así estáis vos, en un continuo llorar por vuestros sufrimientos que son la consecuencia que os dejó el resultado natural de vuestras travesuras y desobediencias al amor celestial; y esto, que es tan sencillo de entender porque al alcance de vuestro análisis está, os negáis a considerarlo y estudiarlo como verdad profunda, como grande realidad.

31 Yo, la bondad, el amor divino, así os digo hoy esa verdad esencial; pero vuestros tercos instructores religiosos, los que se creen eruditos en teologías, sintiéndose cándidamente intérpretes de la sabiduría de Dios, os han dicho: es contradictoria, es enemiga de la Ley, es satánica tu perversidad maldita de hijo rebelde y traidor y por ello, te esperan sufrimientos infernales pero si te arrepientes, si mortificas tus carnes, si das a “Dios,” a sus “santos” o a sus “representantes o ministros” tales o cuales ofrendas, sacrificios, cultos, rezos; él te perdonará y te llevará a su reino. ¡Error, confusión, blasfemia, infantilismo, ceguera, fábula!

32 ¡Ah, humanidad! Con esos mis amados ciegos a los que admiráis como grandes maestros del saber y de lo sagrado y quienes no son sino grandes ejemplos de la dureza, del error, del fanatismo, de la intransigencia, del ritual oropelesco y vacío ¿cómo queréis tener luz?

33 Mas, vos, párvulos que me escucháis y leéis mis cátedras, bendecidles, amadles, disculpadles, defendedles; pues a vos, no os toca juzgarles; y seguid quietamente, sereno por el camino que yo vine a señalaros en el Segundo Tiempo; y que os ilumina hoy, en la esencia de las palabras de las comunicaciones por el entendimiento humano, de mi espíritu divino.

34 Jesús, cuando niño, dejó estupefactos a los llamados doctos de la Ley. Jesús, como predicador, os dijo grandes lecciones de la Verdad; algunas, amargas para vos. Cristo en Jesús cual redentor, os dio testimonio de su amor para toda la eternidad con sus últimas acciones y palabras en la cruz; y esta vez, en esta cátedra, como en todo lo que es mío, eso mismo os daré: sorpresas que os hagan meditar hondamente, realidades y amarguras de vuestra existencia; y amor, que os eleve y os redima.

35 Os digo que muchos de vosotros, creéis contradictorios vuestros sufrimientos a la Ley de amor del Padre, porque pensáis: si es verdad que soy hijo de Dios, si el Padre universal y todopoderoso me creo, ¿por qué me dejó caer, por qué no me hizo obediente y bueno; perfecto por siempre?

36 En verdad os digo que no sabéis lo que pensáis. Lo que creéis contrario en las manifestaciones de la Ley del Padre, no es contradicción; es precisamente confirmación de la Ley del amor y para que mejor entendáis, para que dejéis las sombras, escuchad, atended y entended lo que voy a revelaros. Es el rasgar de muchos de vuestros velos. Es la limpia de vuestra hojarasca que ha ensuciado vuestros siglos. Es parte de las luces que os traigo para vuestra próxima edad.

37 Escuchad: Dios, el Ser Supremo, creo vuestra alma, no vuestro cuerpo. Vuestro espíritu, no es el espíritu mayor, surgido de Dios; y mucho menos es, ni fue hecho: a su imagen y semejanza como muchos creen, sólo porque lo dicen algunos libros que tienen más cizaña que trigo dorado. Eso es un error muy agradable a vuestra vanidad de hoy y una interpretación muy cómoda, de vuestra impreparación, de vuestra general ignorancia de antes.

38 No habéis querido enmendar ese vuestro error, a pesar de que ya lo reconocéis intuitivamente, porque vuestra conveniencia material y vuestro orgullo os lo impiden. Estáis equivocados al creeros la mayor criatura, hija de Dios y estáis errados al suponer que el universo se hizo sólo para vosotros.

39 ¡Con cuánta infantil ignorancia y evidente contradicción, os llamáis a sí mismos, los reyes de la creación! ¡Entended! Que ni siquiera la tierra, está hecha solamente para vosotros, los hombres.

40 En la inmensa escala de la creación divina universal; en la plasmación sucesiva y continuada de las criaturas de Dios, hay infinita variedad de seres espirituales que son unidades o individualidades con características propias, múltiples y diversas, según sea la criatura a quien pertenezcan. Estas unidades espirituales existen y oscilan entre y desde lo muy pequeñito hasta lo muy grande.

41 Vuestro efluvio unitario, vuestro espíritu: ente, vida, o ser nombradlo como queráis, fue creado con atributos adecuados y armónicos para seguir y llegar hasta determinados fines de los altos designios.

42 Esos fines que hoy, como hombre, aunque quisierais, no podéis entender a plenitud, ¡son grandiosos y bellos! Como son todos los propósitos de la inteligencia suprema; mas, os repito: no sois vosotros, en vuestro origen, ni las más grandes ni las más pequeñas criaturas de Dios.

43 Surgisteis del creador; y en ese instante, por la voluntad del omnipotente, vuestro espíritu tomó vida y forma sutil, esencial, luminosa y bella; poderosa, con tantos atributos como necesarios eran y son para cumplir vuestra misión en el curso de la eternidad.

44 Vos no podéis entender hoy, humano, todas aquellas primicias y facultades que os dio el Padre; pero no temáis, porque las reconquistaréis más tarde y las superaréis por vos mismo.

45 Los innumerables espíritus de vuestro grado,  insisto, no el mayor pero tampoco el menor,  palpitando en armonía con la esencia creadora y vivificante que en todas partes está latente; eran y son, los seres que vibran, existen o viven en ciertos mundos y ciertos espacios diseminados en todo el universo y conectados inseparable e invisiblemente, para vos, con los grandes conciertos de la omnipotencia divina.

46 Esos espíritus fueron creados para la actividad, para la grande y bella elevación, para la maravillosa transfiguración superior; no fueron creados para la inercia, para la inmovilidad; sino que fueron hechos para que la creación eterna y el movimiento ininterrumpido siguiera su ritmo, su equilibrio, su armonía; y así, esos innumerables espíritus poderosos, grandes, hacían, creaban, se esforzaban en quehaceres sublimes, arrobadores e ignorados para vos, hombre; pero todas esas bellas actividades eran inspiradas, impregnadas del hálito de Dios, del amor de la Ley de afinidad, de atracción, de dinámica celeste.

47 Mas, en todos los espacios y en todos los mundos, menos en los dominios de lo dúctil y sutil; en las cumbres de la alta espiritualidad, en los planos, reinos o latitudes en donde vibra la esencia del Ser espiritual, lo mismo es, hay esencias, substancias, gases y elementos en muchos y diferentes grados de vida o movimiento, en cuyos grados no deben intercalarse, so pena de desarmonizar; sino los seres inteligentes y hechos ex profeso para tales estados de esencias, substancias, de éteres o de formas sutiles, semisutiles o materiales. Esta diversidad es también innúmera para vos, amado mío.

48 Sin embargo, vuelvo a recordaros que vuestro espíritu, relativamente grande, poderoso, y dotado, no era omnipotente, ni omnisciente, ni tampoco infinitos eran sus atributos como son los del Padre Dios. Sin embargo, esos atributos bastaban para llevaros felizmente a las cumbres que os pertenecen, si seguíais la inspiración de la línea recta y luminosa que se os había trazado para llegar allá: la recta del amor.

49 Esos espíritus, dicho está, eran unidades que alentaban, que vivían, que gozaban de indescriptibles y gratas sensaciones; eran unidades espirituales que tomaban la vida de la fuente primordial, y tenían también, y tienen, lo que vosotros llamáis: libre albedrío, voluntad propia; es decir: la verdadera y santa libertad de acción que da testimonio, del amor de Dios.

50 Un espíritu sin libre albedrío, no sería espíritu, no sería digno hijo del Ser Supremo, sino que sería una especie de etérea máquina automática, sería una creación inerte, sin vida, sin libertad justa y medida por la sabiduría excelsa, sin altas aspiraciones ni elevadas sensaciones; sería lo que no debe ser; lo que no es en ninguna parte del universo.

51 Porque yo, os digo, y vuestras ciencias poco a poco descubriéndolo van que en todo hay: energía, movimiento, transformación, vida adecuada, atracción, repulsión mas, oíd y entended: la repulsión, la acción de repeler, es en la eternidad, instantánea, transitoria, muy circunscrita, levemente necesaria en ciertos estados muy toscos de la materialidad de vuestras físicas y de vuestras filosofías.

52 En las plenitudes de la espiritualidad, la repulsión no existe; el choque, la desarmonía, no tienen cabida, no se sienten, porque allí, en los dominios de lo sublime, todo es potencia excelsa, sincronización perfecta, exuberante vida de intensas delicias.

53 Bien, algunos de esos espíritus, grandes en sí mismos pero muy pequeños ante lo infinito de Dios, quisieron, por su voluntad y libre albedrío, intercalarse o trascender a las substancias y esencias en movimiento o transformación ascendente, pero impropia para ellos; y he ahí, mi pueblo, vuestra primera caída, vuestra primera desobediencia, vuestro primer error, la primera prueba que vos sólo buscasteis.

54 Os pasó como a algunos de vuestros científicos que a pesar de su sabiduría, han muerto buscando explosivos y transformaciones que no les tocaba a ellos hacer; han sido víctimas de su curiosidad que han tomado como anhelo de investigación científica.

55 Os metisteis al torbellino evolutivo que no era para vos; os apartasteis de la recta luminosa del amor que se os había enseñado para vuestro gran adelanto y para el gran galardón que os espera en vuestras lejanías, en los delicadísimos reinados del amor celeste.

56 Un solo error, genera muchos errores. Una sola falta, trae muchas consecuencias penosas. Una sola imperfección, desarmoniza con la pureza del amor divino. Una sola caída, trae muchas penas que sólo pueden disminuirse y hasta evitarse, volviendo en el acto, a la obediencia, al arrepentimiento definitivo, al amor.

57 Y, muchos espíritus volvieron en el acto, rendidos y arrepentidos, llenos de dolor peor, con la esperanza puesta en el Padre, y le pidieron mansamente que les desmanchara, que les limpiara de aquellas adherencias ajenas a su naturaleza que habían absorbido de aquellos torbellinos que no les correspondían; y en los cuales penetraron, más por curiosidad que por otra causa.

58 No habéis dado a vuestras palabras: “curiosidad” y “desobediencia” la importancia que deberíais darles, humanidad; el curioso: es un intruso, un invasor de dominios ajenos y el desobediente: es el más terrible enemigo de sí mismo, es una nota discordante en los conciertos del infinito.

59 A esos espíritus que volvieron en el acto, el Padre los recibió con su sempiterno amor; limpió sus blancas vestiduras, que llevaron manchadas; borró sus amarguras, normalizó sus resplandores, confortó y reafirmó sus misiones, y ya van muy adelante de vos humanidad.

60 Mas, no todos regresaron mansos y arrepentidos de la primera desobediencia o soberbia. Otros, avergonzados, sabiendo su culpabilidad, quisieron arreglárselas, componerla, justificarse y defenderse ante el creador; y con los poderes y atributos que tenían, crearon a su modo, nuevas formas y condiciones de vida, sin palpar ya, que no efectuaban sus obras, acordes con las nítidas expresiones de los dictados de la Ley de amor del Padre.

61 Y así fueron cayendo en nuevos y para ellos desconocidos estados de vida, como lo seguís ahora haciendo, como todavía seguís creando: condiciones, formas y costumbres que os parecen más adecuadas para vuestro mejor vivir.

62 Y como en efecto, aprendían mucho y podían mucho, se ensoberbecieron; en cada caída, fueron opacando más sus luces, se fueron creando cuerpos densos y desequilibrados, artificiales; y así fueron dando nacimiento a la violencia, a lo necio y a lo absurdo, a la mutua desconfianza, al interés egoísta, en una palabra: a la ceguera del espíritu.

63 Mas, ¿a cuál lugar podían ir y en cuáles cuerpos podían estar los hijos, en los que el omnipotente, no estuviera o ignorara?

64 En cada alejamiento les llamaba Dios, para decirles: ¡deteneos, amados míos, venid a mí! En cada cuerpo, en cada conciencia, allí estaba yo, diciéndoos: ¡deteneos, hijo mío, y venid a mí!

65 Muchos, os repito, a cada llamada y de cada descenso, regresaban, escuchaban la claridad y recomenzaban su elevación, su ascensión, la reconquista y el cumplimiento de sus altas misiones. Pero otros, seguían la pendiente hacia el abismo, hacia el caos, para ellos; porque no es caos para las criaturas, substancias y formas que allí deben convivir y evolucionar también, dentro de la gran sincronización y armonía universales.

66 Un día, hace siglos, algunos espíritus que huían queriendo alejarse más del Padre, queriendo ahogar más el llamado que sentían en su interior, vinieron a la tierra, la examinaron con su ya enraizada curiosidad y desobediencia, y planearon muchas obras.

67 Venían con sus lastres, con sus cortezas; venían con sus cuerpos semisutiles o semimateriales creados por ellos mismos a través de sus locas carreras; y después de formar planes y más planes, decidieron formarse una nueva cáscara, una nueva corteza, un nuevo cuerpo con el que pensaron, como pensaban en cada uno de sus descensos anteriores ser más felices, poderlo todo como seres superiores en este mundo y vivir eternamente con la tierra a su disposición y bajo su total voluntad y dominio.

68 Y así lo hicieron: plasmaron, aportaron, reconstituyeron los primeros cuerpos humanos que existieron en este planeta, tomando de las atmósferas y de los espacios, las materias y elementos necesarios para su transformación.

69 Pero al modificar aquellos primeros cuerpos humanos y adentrarse en ellos, más se opacaron, más disminuyeron los pocos poderes, las pocas luces, el poquísimo amor que muy envuelto les quedaba como vago recuerdo, como grato reflejo de su origen espiritual y delicado; y ¡helos aquí ya, humano! Sobre el planeta tierra, transformado, en lo que vos quisisteis ser; pero siempre ayudado, tocado y llamado por Dios y por vuestros hermanos mayores que adelante de vosotros van. Ni Dios, ni yo, ni ellos, os abandonaremos jamás, mi pueblo, mas vos, sois tardo para respondernos.

70 Vosotros, hijos míos, me rechazáis en vuestro corazón, no queréis seguir mi huella, no queréis abandonar los sabores de vuestras cascarillas; retiráis y negáis el toque que yo pongo en lo mío, es decir, en vuestra alta conciencia, en vuestra elevada comprensión. Sentidlo, mi pequeño, lavad con amor vuestras faltas y vuestro ascenso será más rápido que vuestra caída.

71 Lo demás, lo sabéis en parte, porque también os han confundido vuestras tradiciones, historias, teorías, vuestros libros y vuestros hermanos; pero no temáis, muchos de vosotros, los que habéis ya colmado la medida de la justa y amorosa libertad que os da lo divino, con muchos dolores y lágrimas vais ascendiendo; y otros, muchos de los que con vosotros fueron en carne, ya no han vuelto a reencarnar en la tierra, porque están en estados superiores.

72 ¿Ya veis, que fuisteis creados completos para cumplir vuestras misiones, pero vosotros mismos os habéis cortado las alas de la ligereza espiritual y os encontráis pesados e incompletos?

73 ¿Ya veis, que fuisteis libres y grandes, pero os habéis hecho prisioneros de vuestros propias pasiones y libertinajes y os habéis empequeñecido y degenerado?

74 ¿Acaso no nacen superiores vuestras criaturas, a como vosotros, las hacéis después, porque en lugar del pan bueno; les dais pan de cizaña?

75 Por siglos y más siglos, habéis tenido ejemplos de muchas obras de amor que irradian la ternura que a veces os toca y os hace llorar delicadamente, reconociendo la superioridad de ese gran ejemplo, de esa gran obra.

76 Yo, amor os enseño y ejemplo os dejé. Decís que me admiráis o que me amáis, entonces, ¿por qué no me imitáis o tratáis de sentir las lecciones de mi enseñanza para ponerlas en práctica? ¿Cómo os atrevéis a culpar a Dios, de vuestra propia imprudencia, humanidad?

77 Ahora mismo os estoy llamando; y no todos me escucháis. Sin embargo, todos me escucharán, ni uno se perderá para siempre en la eterna realidad del espíritu.

78 Unos, responderán al amor; y otros, hechos pedazos, me buscarán para que la misericordia del Padre, brille y detenga su sufrir.

79 Ahora mismo os estoy ampliando el mensaje que os enseñé hace casi dos mil años, y no todos queréis, ni aún débilmente, abandonar vuestras veredas de crueldad y de putrefacción. ¿Acaso pretendéis culpar al Padre o a mí, de todo eso que no es de Dios, sino vuestro?

80 Yo os he dicho siempre: que sembréis amor; y vos, sembráis odio. Yo os he dicho: que viváis dentro de una dulce paz y acción espirituales y vos, insistís en vivir dentro de una constante guerra, de materialismo insano.

81 Pedís a Dios, muchas cosas, casi siempre sin saber lo que pedís; pero vos, nunca dais a Dios algo de lo que Dios os pide para vos mismo, y sin embargo, sí sabéis muy bien lo que el Ser Supremo os pide: un poco de amor en vuestro corazón, para que no deis cabida a las tinieblas.

82 Si os habéis envanecido tanto, si sabéis que sois pequeños extraviados e ignorantes de las manifestaciones divinas, ¿cómo pretendéis que Dios, os dé todo lo que no sabéis pedir o que rija al universo conforme a vuestras frívolas ideas?

83 El universo de armonías infinitas y desconocidas para vosotros, no podría existir ni un segundo, si se tratara de gobernarlo con los millones de caóticos y heterogéneos caprichos humanos.

84 Os he dado una gota más de néctar luminoso; más os daré en cátedras venideras. Os he hecho revelación esencial, no os confundáis. No confundáis ni revolváis la savia de la raíz del árbol; con el polvo de sus hojas secas. Yo soy sabiduría interna, jamás hojarasca externa.

85 Así os hablo a vos, humano, para que me entendáis, mas no toméis la letra seca ni la palabra mustia, ellas os ayudan nada más a que tratéis de sentir mi efluvio que os llenará de substancia luminosa para que podáis interpretar mejor la frase reveladora.

86 Aspirad la esencia, tomad el sentido de la letra como la sienta vuestro corazón, como la entiendan vuestros sentidos espirituales más profundos.

87 Cesad de hacer preguntas, terminad de formar historias, cuentecillos y clasificaciones que más os confundirán.

88 La espiritualidad, su verdad y sus sensaciones, están en el espíritu, no están en los métodos o textos, de estas o aquellas religiones o ciencias. Esos son pasatiempos de vuestra holganza en el amor. Muy bellamente ocupado estaríais, si supierais en verdad amar.

89 El don de la exacta y delicada comprensión, es primicia espiritual que aunque estéis muy caído, os vendrá por instantes, gracias a las virtudes del amor de Dios.

90 No clasifiquéis, no simbolicéis, no escribáis; sino lo que lleve luz verdadera a vuestros hermanos.

91 No hay dos espíritus idénticos en los hombres. La historia de cada espíritu, en el espacio o en la carne, es diferente. Hay parecidos y hasta grandes parecidos, pero no hay identicidades absolutas. Jamás pueden dos gotas de agua, ser idénticas; y sin embargo, las creéis iguales, mas en la realidad, no lo son.

92 En la espiritualidad, no hay líneas paralelas; no la podéis meter, en vuestras ciencias de pesas, reglas o medidas. La espiritualidad se desarrolla, se siente y se expresa; no se estudia, se aprende, se practica y se conoce.

93 La gran verdad, la gran ciencia, el gran venero de maravillas inagotables: es la doctrina de amor purísimo que llega al corazón y da luz al entendimiento.

94 No vayáis a formar, mi pueblo, nuevos filosofismos, ni teorías ni escuelas de control derivadas de este libro, no hagáis nuevas sinagogas consagradas ni templos exclusivos, ni religiones torcidas.

95 No vayáis a formar, humanidad, nuevas alegorías ni vanos oratorios; tampoco reforméis vuestros libros, adaptándolos a estas revelaciones; ni mucho menos queráis interpretar este gran libro de la vida, acomodándolo a los vuestros. Yo os daré toda la revelación que os corresponde en estos tiempos.

96 En verdad, os digo que todos los religiosos, doctrinarios de cualquier creencia, científicos o doctos; todos: creyentes e increyentes, sin exceptuar uno solo todos sois, en origen de espíritu, criaturillas del Padre muy amado; todos sois abejitas de ricos panales del universo a quienes colmaré de gracias durante y después de vuestra redención por el amor que en vosotros mismos os dará nueva y desconocida sensación de vida verdadera.

97 El amor siempre da, eternamente da en abundancia, sin límite mas a vosotros os toca, atesorarlo en vuestro ser, para que brilléis y os redimáis por él.

98 Os digo que no edifiquéis lo que no debéis edificar ni reedificar. Formad humildes instituciones de amor, de mutua ayuda, de enseñanza y bondad cristiana, de institución espiritual, pero no olvidéis que ninguna de vuestras obras será perfecta si no descansa sobre la base inconmovible del amor sentido hacia todo lo creado, hacia lo que veis y aun hacia lo que no veis, pero que sentís o presentís en el silencio, en los momentos de vuestras profundas y serias meditaciones.

99 Hay muchas manifestaciones en el silencio y en lo invisible para vos, humano; amadlas y bendecidlas, aunque no sepáis lo que son. Si lo hacéis así, tendréis fuerzas amigas en lo invisible que os rodea.

100 Os repito, amados míos, que no fomentéis los fanatismos ni las idolatrías, ni las jerarquías materiales. No hay más jerarquías que las que engalana de esplendentes virtudes, la serenidad inmaculada del ser superior que ya ha pasado las primeras leccioncillas de los párvulos de Cristo y empieza a sentir la gran serenidad, la santa comprensión y quietud de los discípulos mayores de ese mismo amor de Dios.

101 Quien ama en más altitud, es más sereno y vale más dentro de las realidades divinas, pero nadie es superior por la vanidad que pudieran darle sus ropajes, cargos, condiciones o nombramientos humanos.

102 Quien más seriamente sabe amar, más da, más sabe y más humilde se siente ante Dios y ante los hombres. Cristo a través de Jesús, os demostró todo eso.

103 No salgáis de vuestras confusiones, pueblo mío, para entrar en otras nuevas. En estos tiempos mi palabra es más clara, porque más claro es vuestro entendimiento; y os digo: yo no vengo a pediros templos de cantera ni a enseñaros dogmas religiosos o científicos, no vengo a pediros ofrendas, ni ritualismos, ni sacrificios, nada vengo a pediros; sino a dároslo todo si me queréis seguir; y si me seguís de verdad, no con los labios, sino en el silencio y a pesar de todo.

104 Mi templo es vuestro corazón; mi ciencia es el amor y el sacrificio, si es que así lo queréis seguir nombrando, mas yo os enseño que no es sacrificio, sino beneplácito, gozo lleno de poderes ocultos e inagotables; lo que os señalo es que os améis los unos a los otros.

105 Mi templo es vuestro interno, mi gran sabiduría es el sereno y todopoderoso amor de Dios, y la mayor ofrenda que me podéis presentar en carne y en Espíritu, es la alegría, la tranquilidad de vuestra conciencia por la satisfacción de haber hecho el bien, bendiciendo en abundancia y en toda circunstancia, por terrible que os parezca, a todos vuestros hermanos. Sólo así podréis brillar y sólo así rendís homenaje a Dios.

106 ¿De qué les servirán a mis hijos: sus rezos, sus cantos, sus ritos, sus templos, sus libros equivocados, sus pequeñeces extrañas y rutinarias; si no apagan en su interior, las quemantes llamas de sus bajas pasiones?

107 Yo tengo sed de amor, del amor que sientan mis pequeños párvulos, para darlo a todos los seres de la tierra, a todos los reinos de la naturaleza.

108 Yo no quiero humo de inciensos, ni velas, ni lámparas de fuego, ni luces artificiales. Yo no quiero oropel, ni vestiduras de telas refinadas o de harapos, ni algo hecho por artífices humanos.

109 Yo deseo para vos mismo, vuestro propio bien, las irradiaciones naturales que derrama el amor cuando se siente muy hondamente. Yo quiero,  pero entended que quiero para vos; no para mí, humanidad, yo todo lo tengo porque me lo da el Padre  entended que deseo para vos: vuestra propia y pronta salvación menos lágrimas, más luz; y nada de eso tendréis, si no lo conquistáis con vuestro corazón rebosante de dulzura y de bondad.

110 Dad a mis ovejitas, amor; dad primero a mis ovejitas, pueblo, porque si tratáis de darme a mí primero, os confundís, os fanatizáis.

111 ¿Qué no comprendéis que yo soy el que os doy? Pues dad de lo que os doy a los demás; no me lo devolváis enturbiado y disminuido; no seáis mal recibidor de la semilla y peor sembrador. Dad de lo que os doy y presentádmelo con creces, después de que lo hayáis multiplicado esparciéndolo entre vuestros semejantes.

112 Así es como tenéis que entregar cuentas al Padre, de los tesoros espirituales y materiales que os doy. Así es como, en los días de vuestros grandes juicios, en los momentos de lucidez espiritual que por el amor del Padre, ocurrirán en vos mismo muchas veces, así es como responderéis de todo lo que yo os doy.

113 Y mientras menos buenas cuentas tengáis que entregar, más enérgicos juicios tendréis que recibir por vos mismo; porque yo, no os juzgo pueblo, eso es falso, eso es otro de vuestros cuentecillos; es vuestro propio espíritu, en sus estados de lucidez, vuestro tremendo acusador y vuestro terrible juez; y yo, soy el que os defiende, el que os absuelve y salva, porque yo soy el amor que limpia y perdona.

114 Nuevas lecciones de mi enseñanza os daré para que entendáis bien todo esto, para arrancaros la mala hierba y daros del buen viñedo. Esta es mi palabra de hoy para unas páginas más de vuestro libro. Nuevos manjares de amor y de revelación os entregaré en cátedras venideras.

115 Yo os espero en las cimas de la espiritualidad que os pertenece, para daros los galardones que vais a conquistar con vuestro esfuerzo y voluntad firmes.

116 Vuestro Maestro, os ama. Vuestro Maestro, os enseña. Vuestro Maestro, os salva. Poned firmemente los pies en el sendero del amor y seguid adelante; dejadme lo demás a mí, porque vos no podéis, por pequeño, atender a todo; apenas podéis con muchos trabajos, resistir vuestras propias luchas internas.

117 No volváis vuestra vista hacia atrás para contemplar las estelas sangrientas de vuestro pasado; seguid adelante, sin sentir las espinas que vos mismo sembrasteis. ¡Avanzad sereno, sentíos potente conmigo a vuestro lado! Y esperad lo demás de Dios, que él os lo dará sin que vos se lo pidáis.

118 Resistid impasible, fuerte y sereno, las coronas de espinas que tejisteis para mí, y que hacen sangrar vuestro corazón y vuestra mente, como las resistí yo sobre mi cabeza, y alcanzad el horizonte en donde brilla vuestro Divino Maestro.

119 Cuando os encontréis allí, entonces, ¡oh! Párvulo muy amado, os extasiaréis de alegría y bendeciréis la Ley de amor del Padre infinito que muy poco podéis comprender hoy. Yo os bendigo, pueblo, y quedad dentro del efluvio de mi amor.

¡Mi paz, sea con vosotros!

64. La comunicación con otros planetas

1948 – 1950

1 Las primicias del reino de los celos, tenéis que recibirlas de aquellos que os las puedan dar; de los que pueden poseerlas, de los que pueden traer a la tierra, el mensaje del Espíritu Santo.

2 Yo os fortifico y os recibo; os recibo y os limpio, por el poder de la palabra, cuando la fe y la palabra están en perfecta armonía; cuando vuestra fe hace tal unión conmigo, que en ese momento, yo os toco y vos me respondéis por medio del entendimiento, por medio de la comprensión.

3 Yo os he dicho, mi pueblo, de muchas maneras, y hoy voy a decirlo de otra y de otras maneras diferentes, porque interesa que me comprendáis: no os quejéis, no contéis vuestros pesares a alguien que no pueda remediarlos o que no pueda comprenderos.

4 ¿De qué sirve contar vuestros pesares y llevar vuestra voz al viento, si no pueden remediarlos? Pero si en vuestra vida, sufrís por la tragedia que vos mismo habéis formado desde un tiempo pasado, en que vuestra alma ha vivido. Si vos lleváis gran dolor, si vos lleváis gran pena, llamadme a mí, llegad hasta mí, y entonces, oh pueblo mío, cuando vos estéis conmigo en unidad de conciencia, terminará vuestro drama y empezará en vos mi paz y mi amor.

5 Porque entended bien, el alcanzar al Cristo, quiere decir: llegar a un estado superior de conciencia de ese grado de conciencia, en que evolucionáis; entonces os prepararéis en capacidad, en limpieza, para que la luz del Cristo os ilumine y llegue a vos; y vos, seáis fácil para hablar la palabra fluida, para amar a las criaturas de la tierra y de los celos; fácil, para entender los dolores y para consolar y para remediar y para curar; para enseñar y para hacer toda clase de obra; porque en verdad, el que es tocado por el Espíritu Santo, es útil para el servicio de Dios ante los demás; y para que vos, seáis tocado por el santo Espíritu, se necesita que alcancéis ese grado de conciencia superior, que vuestra conciencia se despierte, no hasta el nivel humano, sino que pase más allá, hasta la altura espiritual.

6 Que vuestra mente se prepare, que vuestra voluntad ceda al espíritu; y entonces, recordad que antes que brille la luz del día, vivís de noche; que antes que el hombre siembre rosas, o siembre semilla fina o trigo limpio; siembra cardos, espinas, amarguras y dolores.

7 Mientras el hombre viva la vida a su manera y dentro de su estado mental humano; es el símbolo del hombre que vive por la noche, antes de que amanezca, porque amanecer es cuando el hombre vive la vida conmigo; en mi conciencia tiene su sitio, o sea, cuando ha despertado a la Verdad esencial, a su verdad real, que es mi verdad, a su verdad espiritual, que es mi verdad espiritual.

8 El hombre por hoy, no recuerda de su reino espiritual, porque no vive en el conocimiento de su espíritu; tal parece que en el cuerpo, ha olvidado su reino, que es mi reino; ese gran reino universal, que es ese estado de conciencia superior de la unión de todo lo que es en el universo, uno. En el gran todo, uno.

9 Por eso, os digo, mi pueblo: primer o tenéis que sembrar, espinas y abrojos; es decir, primero tenéis que sembrar lo vuestro, porque vuestros errores son parte de vuestra siembra; y el error tiene como consecuencia, el dolor que vos cosecháis de vuestra propia siembra; pero cuando vos, ya no queráis sufrir, cuando ya no queráis tener el tormento que vos os dais, sembraréis de mi simiente de amor, mi semilla de rosa fina.

10 Sembraréis de lo que yo quiero que sembréis, no de lo que vos os empeñáis en sembrar; y entonces, se realizará el que vos me seáis útil, corporalmente hablando, para formar las escuelas del Espíritu Santo que deben formarse en la faz de la tierra, en la faz de vuestro mundo; las escuelas que den plenitud de conocimiento espiritual al hombre, las escuelas que serán un espiritualismo comprendido por el hombre que se supera; un espiritualismo iluminador, por medio de esas escuelas y de mi enseñanza.

11 La escuelamundo, necesita la sabiduría espiritual, necesita del conocimiento superior del espíritu; y esa escuelamundo, tendrá que mantener dentro de ella, otras escuelas que sean escuelas de verdadera iniciación hacia la realización de la vida espiritual; pero, de cierto, os digo ¡oh! Mi pueblo: que no todo hombre, es un iniciado, que no todo hombre es transparente, que no todo hombre es veraz, ni me es útil en su cuerpo, en el estado presente.

12 Entonces, se necesita que vuestras miradas sean capaces de penetrar a esa luz divina; a la luz que hay, en donde moro yo como esencia purísima y donde vivís vos como realidad del Ser.

13 Pero, en verdad, mi pueblo amado no veis la luz del espíritu y del alma, no sentís el rocío de mis bendiciones, ni el calor ni la dulzura de mi caricia; todavía no sois sutil, todavía no hay en vos, la sensibilidad espiritual para las manifestaciones superiores, todavía no llegáis a formar parte de la exquisitez espiritual de aquel que produce armonía por sí mismo. Vos llegaréis a todo eso, cuando lleguéis a mí por medio de esa elevación espiritual de la que yo os he hablado, pero en las escuelas que debe haber en el mundo, escuelas preparadas para enseñar al hombre a dominar a la carne, respecto a lo que es de ella, a lo que conviene; debe el hombre dominarla, y debe dejarla libre para lo que debe hacer en ella, el espíritu que ahí mora.

14 La materia debe ser útil, la materia debe ser sensible al espíritu, que si bien mora en esa casa de carne, mora para corregir, para limpiar, para trazar el signo recto de la vida súper humana, mora para sublimar la materia, pero no para materializarse él como espíritu; entonces, sublimizando a la materia, es una iniciación que se consigue; es una iniciación, en la cual se alcanza la aceptación del Cristo, en el hombre mismo; pero esa iniciación, viene por el camino que ya os he dicho tantas veces, de que se empiece ya.

15 ¿Cuándo vais a empezar a ver en sí la vida, en su aspecto real? ¿Apartando siempre vuestra manera personal de ver para vos, para vuestra siembra, para vuestro camino, para lo que a vos o a los vuestros corresponde, y a dejar de sentir en esa confusión, que vos sois el hombre, que vos sois el cuerpo? Y mientras vos, os sientas confundido, también estaréis equivocado.

16 El hombre espiritualizado, debe manejar la materia, pero no debe sentirse la materia; así como vos, no podéis sentiros como si fuerais vuestra propia vestidura, ni podéis equivocaros con el traje que cubre vuestro cuerpo. Entonces y solo así, la materia será educada por el Ser, por su dueño, por el espíritu.

17 La materia entrará a una enseñanza, en donde el iniciado la utilice; y el iniciado, es el hombre espiritualizado que debe iniciaros. Ningún hombre espiritualizado deja de pasar por la iniciación, y ningún hombre materializado será siempre materialista; porque todo hombre materializado, será espiritualizado en el futuro, aunque pase para esto, milenios y milenios; ningún hijo del hombre, quedará siempre igual, simplemente como hijo de hombre; porque todo hijo del hombre, tendrá el signo del Hijo de Dios, y será llamado como tal, como Hijo de Dios.

18 Entonces, comprenderéis mi pueblo, todo lo que hoy no comprendéis, el porqué de mi manifestación en la tierra, para limpiar al hombre y para librarlo del peor de sus enemigos: de la ignorancia, la ignorancia, de las manifestaciones y conocimientos espirituales, ese el peor de sus enemigos, que no le deja hacer transformaciones en sí mismo, ni andar por los caminos de luz y no puede evolucionar a algo superior, porque no sabe cómo hacerlo, ni sabe como andar firmemente unido a mi por medio del amor y de la voluntad, por el recto camino que lo lleve a la altitud del recto pensamiento.

19 Y, en verdad, entonces comprenderéis uno de los dones del espíritu: el de asimilar y aprender el don de asimilar el mensaje aprendiendo dentro de la sabiduría, y que aflora o surge fácilmente hacia los demás; no como vos lo hacéis ahora que estudiáis tanto para saber un poco, para explicar poco y para hacer un poco; sino que dócilmente fluya, emane del espíritu como un sortilegio de la palabra, el encanto de la Verdad que el espíritu posee, el encanto de la dulzura que del espíritu proviene, porque él la tiene como aprendizaje, porque es de él, el encanto de la luz; y en verdad, todo esto será vuestro.

20 Pero, ¿cuándo vais a dejar de influenciar vuestro modo de pensar, mi pueblo, a través de los sentidos materiales; para que empecéis ya, a pensar como yo quiero, y me seáis útil a mí; y cuando vuestros cuerpos pasen a ser útiles a mí, pasen a la utilidad en el mundo? Porque no creáis, pueblo amado, que la utilidad, es solamente lo que hacen los hombres en la sociedad, que sirve un hombre a varios hombres de carne, a varios cuerpos, a varias personalidades humanas; eso es servir en el bajo nivel del servicio espiritual; pero servir en el elevado nivel, a semejanza del Cristo, es servir dentro del conocimiento de la enseñanza espiritual universal, abriendo los sentidos espirituales y materiales a los hombres, para despertarles de su sueño y que ya no duerman más; y para que ya tengan piedad y caridad de ellos mismos y de los demás.

21 Mientras el alma universal y los espíritus de luz, llenan de magnífica luz este mundo de sombras; los hombres quieren destruirlo, no engalanarlo; destruirlo, pensando en impactos que terminarán con la paz del hombre y concluirán también con las obras de vuestros constructores, que según vosotros, son maravillosas.

22 El hombre busca destruir al hombre, el hombre sueña con hacer impactos; el hombre vive para el ruido, no para la paz silenciosa del espíritu. El hombre vive y se debate en el dolor y en la confusión, porqué todavía no ha alcanzado a comprender, cómo debe lograr eso que hoy juzga como secreto: el llegar a la iniciación espiritual pero no solamente por la palabra, sino por el sentimiento profundo, por la disposición a la caridad y a la fe, por ese sentimiento de amor, despertando y manifestando todas sus virtudes, para impartir y dar a todas las criaturas, como dije antes, lo que cada uno pueda dar.

23 ¡Qué bello que os confíen los pesares, porque podáis remediarlos, o porque sabéis comprenderlos! ¡Y qué triste para vos, el que no puedan confiaros algo, porque no sepáis remediarlo, ni podáis comprender a los que sufren! ¡Qué tristeza, que seáis inútil, para calmar el dolor de vuestros semejantes! ¡Qué tristeza, que no podáis arrancar las espinas de vuestros semejantes! ¡Qué tristeza que no podáis iluminar con vuestra propia luz, llevando luz interior en vos mismo; y aun así, ser de los primeros que camináis entre sombras, cubriéndoos de sombras el pensamiento y la materia!

24 ¡Humanidad amada! ¿Por qué no pensar ampliamente, como yo quiero que penséis, para vuestra propia enseñanza y superación, de cuando vos lleguéis a sentir anhelo de enseñar a la humanidad, dispuesto hasta de llegar a la cruz, a mi semejanza?

25 No termina ahí, para los pequeños mesías o redentores, la tarea; cuando se deja el cuerpo del buen servicio, se sigue trabajando por el espíritu irradiando del reino de los resplandores: amor y luz transmitiendo por medio del grandioso don de ubicuidad, todas las dulzuras que el espíritu sabe dar a los que sufren, a los que lloran y a los que están tristes y esperan de la misericordia del Padre.

26 Mensaje de año nuevo, decís vos, mensaje espiritual de año nuevo, siempre habéis dicho, y yo os pregunto: ¿pueblo mío, por qué buscáis siempre palabras que halaguen vuestro oído, palabras de novedad? Año nuevo, si el tiempo en lo espiritual no es lo mismo, ¿cómo pensáis vos del tiempo? ¿Creéis acaso que es un año que muere y otro año que nace? ¿Cómo muere, cómo nace, como pensáis todas estas ideas, si solamente están en vuestra imaginación? No hay un año que nazca ni otro que muera; estáis en la escuelamundo hoy, en cuerpo, utilizando el tiempo, pero llegara el momento en que estéis en espíritu, por encima del tiempo. Si vos contáis en vuestro mundo el tiempo por años, por meses, por semanas, por días y por horas; no quiere decir que esto sea una parte de la Verdad superior, es solamente vuestro estado transitorio, del modo de pensar en vuestro estado mental, del alcance temporal; porque después, pensaréis diferente, pensaréis de otra manera mucho más elevada.

27 ¿Cuál año ha nacido? ¿Lo juzgáis acaso como a un niño? ¿Lo juzgáis acaso como a un recién nacido, y al que se va, como a un anciano? Os agrada mucho el símbolo, os agrada mucho vivir en la suposición, os agrada mucho vuestra imaginación, llenarla con fantasías de criaturas mentales que allí formáis y que después destruís con el devenir del tiempo.

28 Cuando evoluciona el hombre espiritual, con él evoluciona el pensamiento, y cambian todos los acontecimientos y las cosas ante su mirada espiritual; y aun la palabra, la dice con mayor propiedad, y del ayer, no queda casi nada, porque todo en el hombre, debe ser transformado y debe cambiar por algo mejor. Vuestras palabras y vuestras obras, vuestras escuelas de este mundo, todo tiene que evolucionar, porque el hombre evoluciona, y con ello evoluciona todo lo que contiene en el mundo.

29 Este mundo, está llamado a hacer una evolución superior, a ser como una nueva Jerusalén, mi nueva Jerusalén, la ciudad blanca en donde Cristo, brillará; y brillaré en muchos cuerpos, que ya me serán útiles, cuando termine vuestro sueño y empiece yo en vuestro despertar a moveros, cuando pueda yo moverme a través de vuestro cuerpo, a través de mi fuerza espiritual; cuando vean en vuestro cuerpo, luz, todos los hombres; y esa luz que en vos, se vea, sea la mía; entonces, mi pueblo, estaremos trabajando en esas escuelas de las que yo os hablo, en esas escuelas para la superación espiritual del hombre, que tendrán en este mundo, que será representación de la nueva Jerusalén en donde Cristo triunfante brillará; y entonces, el signo del Hijo de Dios aparecerá en cada frente del hijo del hombre.

30 En verdad os digo: lo mejor de la tierra, para vos no ha llegado; lo mejor de la tierra, es una novedad futura para vosotros.

31 Y hay quien habla, y dice que: “los habitantes de otros mundos quieren dañar a la tierra, haciendo guerra en contra de sus moradores, como castigando o haciendo contrarios en la tierra.” ¡ah pueblo, que fácilmente habláis, pero que difícilmente sois acertado en vuestros pensamientos!

32 Sí, es verdad, habitantes de otros planetas ya se mueven hacia este planeta, porque quieren venir a manifestarse en la tierra, pero no para tener con sus habitantes, guerras, ni luchas; sino para ayudarles, para protegerles, como quiere venir el hermano mayor, los hermanos potentes y luminosos, pero no a destruir, sino a construir, a fortalecer a ayudar, a iluminar; vienen en vuestra ayuda, mi pueblo, no en vuestra destrucción; vienen como vuestros hermanos, no como vuestros enemigos; piensan en vuestro mundo, pero no piensan en vuestro mundo como contrarios, sino como vuestros protectores.

33 ¿No veis que en aquellos mundos que son de mayor evolución, no tienen el pensamiento guerrero. Ellos saben que existe la tierra, como vos sabéis que existen otros planetas y muchas galaxias; pero, ¿acaso vos queréis o tenéis con ellos, mala voluntad? Ellos saben, que existe el planeta tierra; y envían, para este vuestro pobre pequeño planeta, bendiciones amorosamente; y desean comunicarse, para enseñaros a todos vosotros a evolucionar más rápido, en forma más acelerada; porque vosotros vais como los que caminan en el desierto, a paso de camello cansado; así sois vos en vuestro progreso, lento en vuestro peregrinaje, lento en vuestro caminar, en vuestro ascenso espiritual.

34 Sin embargo, hay también otros seres más luminosos que nombráis ángeles o espíritus evolucionados, que quieren ayudaros, que quieren hacer rápida vuestra evolución; para que entonces, este planeta tierra se transforme en la representación de la nueva Jerusalén, para que este planeta brille, y no sea sombrío ni tenga olor de fetidez, ni tenga presentimientos de muerte, ni sea negro ni rojo, cual luto y cual sangre; sino que tenga luz, porque el planeta como ella es, y si está entre tinieblas, se debe a la densidad del pensamiento de la obra del hombre, que han apocado su aura y no dejan ver la claridad con la cual ella debería brillar. Sí, pueblo, ya que el pensamiento tiene sombras o es de luz, de acuerdo con la esencia emanada del propio pensamiento.

35 Así, en verdad existen otros que piensan en la tierra, pero son vuestros hermanos mayores; quisieran veros como un planeta evolucionado; no como un planeta que desea más guerra, no como un planeta criminal, así no quieren veros ni saber de vos; sino como un planeta de seres evolucionados que brillan, que van al encuentro de los otros hermanos, de las otras estrellas y de los otros mundos; así quieren veros, pero no como a pequeños.

36 ¿Habéis visto a una madre cuando tiene muchos hijos y que se visitan los hogares de cada uno de ellos? Así se visitarán espiritualmente los seres, en alma, de un planeta con otro, visitándose hermanos con hermanos, como vos visitaréis otros planetas, también de otros planetas os visitarán a vosotros; pero no en este tiempo, sino dentro de esta Tercera Era de luz, mas no como el hombre cree.

37 ¿Qué no sabéis, mi pueblo que hay luminares, que hay seres potentes de alta luz que ya os visitan en espíritu? Que en espíritu, os visitan; mas, no con aparatos que cruzan el espacio infinito como el hombre piensa e imagina, no con vehículos materiales como el hombre cree hasta hoy, no; hay deidades, luminares, hay potencias de seres de luz que hacen visitas a la tierra, como todos los grandes maestros pueden derramar su luz al planeta que deben proteger, al que ellos ven pequeño, al que ven necesitado de su ayuda.

38 Aquí también el aura de la tierra, se ilumina con el aura de los luminares que la engalanan; y entonces, esa aura luminosa de aquellos que vienen a visitar a la tierra, para protegerla y para ayudarle, esa aura luminosa llena de sol, no hay algún vidente, que no la vean más bella, que la aparición de una estrella brillando en lo alto de la tierra; una luz que visita la tierra, un enviado, un Maestro, un luminar que viene a haceros el bien, que viene a los hogares pequeños que puede visitar; porque los hijos de Dios, las jerarquías potentes y luminosas tienen derecho a visitar, puesto que ya no tienen la dificultad del atado, del vendado, del encadenado a la materia que es el hombre carnal.

39 Esos grandes seres luminosos, ya no tienen esa limitación de la percepción de los sentidos humanos, ya tienen desarrollados sus sentidos espirituales; entonces, como palomas mensajeras en el infinito, viajan astralmente de acuerdo con su voluntad y nadie puede prohibirles sus visitas; y en espíritu, utilizando su alma como vehículo espiritual, pueden visitar los diferentes planetas a los que sean llamados por amor, a los cuales sea su voluntad, para conocer, para enseñar o para consolar.

40 No pueden vuestros videntes ver, como los astrónomos ven a través de sus aparatos, la aparición de una estrella; no pueden ver vuestros astrónomos, como los videntes ven con su mirada espiritual, a los ángeles visitantes que vienen a la tierra para hacer el bien, para dejar su luz y su mensaje; y así, cambiar enseñanza, razonamiento y clase entre los protectores de la tierra. Son los mensajeros luminosos, con los cuales siempre existe unión, comunicación y combinación en mi luz, en mi amor y en mi labor espiritual. Con mi luz, ellos brillan; y de ellos me sirvo, para hacer su voluntad, que es la mía y la del Padre Celestial. La voluntad del Padre, es mi voluntad; y la voluntad de ellos, es como la mía, es una con la voluntad del Padre. Entonces, son ellos, como el pan del hambriento y como el agua del sediento; siempre que vienen, dejan tan luminoso todo el campo astral que ellos abarcan, tan lleno de buenas influencias, que siempre vienen a derramar, como el ángel bueno viene a derramar en la tierra: maravilla, luz, medicina, sabiduría, caricia balsámica, consuelo y verdad.

41 Sí, mi pueblo, vos no sabéis que los visitantes de otros mundos os visitarán, y que no viajaran materialmente, que no os visitarán en ciertos discos, en ciertos aparatos volantes, de los que unos dudan y otros creen; y yo os digo: los que hasta hoy os han visitado, entendedme bien, los que os han visitado verdadera y cabalmente, vos no los veis, no los oís con el cuerpo humano, porque han sido en visita espiritual y no materialmente. Esos que os digo, son de los planetas superiores, y si vos podéis ir de un país a otro país en vuestro mundo, con vuestro cuerpo físico tenéis esa libertad; también con el alma limpia que brilla en el infinito, también por medio del alma llena de la luz de Cristo y del Espíritu Santo, se puede viajar de un mundo a otro mundo; se puede viajar, por los dones del espíritu y por la potencia espiritual, que es la que resuelve el gran problema e inconveniente material de las grandes distancias.

42 Para el espíritu, no hay distancia; para el espíritu, hay dones que aún el hombre desconoce, cuando ya se llega en espiritualidad a la jerarquía del Cristo; ya que el que llega a la esencia del amor universal, dispone del don de ubicuidad, pero entonces hay una sola voluntad del Hijo con el Padre, y si vos queréis conocer que ese don corresponde al espíritu, no os entretengáis más ¡oh! Pueblo mío, recordad que os estoy esperando desde antes de ser crucificado; y recordad, que os sigo esperando para que conozcáis la facilidad con la que el espíritu expresa la Verdad, la maravilla del don de ubicuidad, y la facilidad de amar a todas las criaturas con el amor del Cristo que está en cada criatura.

43 Así, como el agua sigue en su corriente limpia, como el agua sigue con naturaleza, sin esfuerzo, todo espontáneo, todo natural; así también el Ser, viene dejando resplandores de luz del reino de la Verdad; en el Verbo, da idea y palabra magnifica, llena de la luz de Cristo o plena de amor divino, que solamente pueden saber y dar los hijos de Dios, que han sido hombres superiores, y que antes eran conocidos simplemente como: el Hijo del hombre y en los hijos del hombre, aparecerá el signo del Hijo de Dios, y aparecerá con ello la luz del Padre, con que ha dotado a cada criatura; pero con esa luz del Padre, los dones, las virtudes, las gracias y toda la herencia divina. ¿Cuántos dones son, preguntáis vosotros? Y yo os respondo, preguntándoos: ¿quién puede contar lo que es del espíritu? ¿Quién puede contar lo que al espíritu corresponde?

44 ¡Son tantos los dones, es tan rica la herencia, es tanta la gracia, y tantas las facultades espirituales, son tantas las cualidades y las virtudes, son tantas las lecciones, las manifestaciones de la Verdad, de la luz divina, que el hombre no las puede enumerar, y que tampoco el hombre las puede comprender!

45 Sí, vuestro mundo, en donde ha de derramarse la luz del Espíritu Santo, con el Verbo Divino de la sabiduría, es pequeño, y sin embargo el espíritu divino lo toma en cuenta; lo toma tanto en cuenta, porque cada criatura es hálito divino; y es atendido desde las alturas, como si fuese un gran mundo, no por lo que en el mundo en sí deba ocultarse, sino por lo que en el mundo vive, o sea, la esencia del Padre, en los cuerpos humanos de espíritus encarnados y en la forma álmica de desencarnados. Su esencia vive en la tierra, existe aquí; entonces, hay que limpiar al mundo para que brille el espíritu con la luz de la eternidad; y si el hombre ha ensuciado al mundo, el hombre deberá limpiar lo que él ha ensuciado.

46 Cuando el mundo se encuentre más limpio, entonces el hombre verá, en forma tan natural como la luz del día, a la luz espiritual; porque si el hombre estuviera limpio, no sería la facultad de los videntes tan especial y particular.

47 Todo hombre limpio de pensamiento, palabra y obra puede ver, puede oír, puede amar y puede saber muchas lecciones y manifestaciones de la Verdad que en la materia no comprende, ni pretende tampoco llegar a poseer; porque en el mundo y en el cuerpo, al hombre le corresponde tan solo una parte de la Verdad muy limitada; pero fuera del cuerpo y fuera del mundo, al espíritu del hombre le corresponden los grandes conocimientos de la Verdad, que el cuerpo del hombre, no puede contener ni conllevar en sí mismo.

48 Así pues, que vuestro cuerpo es el vehículo de los efectos, de las limitaciones. El cuerpo denso, el cuerpo físico, es el vehículo de las manifestaciones de causas y efectos.

49 Nadie tiene el cuerpo, que no merece; todos tenéis el cuerpo que merecéis y que habéis transformado, de acuerdo como están vuestras cuentas en las manifestaciones de la Ley de causas y efectos; entonces, así es la Verdad correspondiente a los hombres, de acuerdo a como cada hombre, la puede comprender.

50 Cuando vengan a las escuelas de las que yo os hablo, entonces el espíritu de cada hombre trabajará en su casa de carne, haciendo mover ese cuerpo por voluntad espiritual y utilizando todos los sentidos de su ser y ampliándolos; no serán sólo los sentidos humanos en el hombre, tampoco será el que nombráis como sexto sentido en el hombre, serán más; no será la dificultad de traslado en el hombre, porque el hombre por medio del espíritu puede trasladarse y trabajar concientemente en su alma, en su cuerpo astral, cual vehículo mental; trabajando tan concientemente, como lo hace en el cuerpo físico, eso lo saben solamente los iniciados en mi doctrina de amor y sabiduría.

51 Se necesita en el mundo, escuelas de auténtica iniciación, que la luz diamantina sea conocida; esa luz diamantina de la sabiduría, es la luz que se manifestará y la justicia será plena en la tierra. Cuando el tiempo sea propicio, ella aparecerá.

52 Ahora, mi pueblo, debéis saber hasta dónde estáis en el gran libro de vuestra sacra historia, de la historia espiritual, que no habéis empezado, ya que vuestro libro solamente está lleno de tragedias humanas, todavía no empezáis lo mejor de vuestra vida, no habéis llegado todavía a la iniciación, donde empieza lo mejor de vuestra existencia.

53 Si el iniciado, es un ser superior que empieza a vivir de mejor manera; entonces, yo os invito a que penséis, a que reflexionéis, a que meditéis en mi palabra; y sepáis, que lo que vos esperáis es porque así lo queréis, ya que nadie os impide que empecéis a elevaros; pues, nadie os prohíbe que empecéis a recorrer el sendero de la iniciación, aunque sea en su principio.

54 Nadie os ha forzado a que existáis aquí, dentro de vuestros sufrimientos, sois vos el que os detenéis, vos sois el que por vuestro cuerpo denso,  por vuestra propia voluntad  no sabéis caminar en la diafanidad de mi reino; no sabéis llegar con la luz del pensamiento lleno de conocimiento, lleno de verdad y amor; por eso, si el amor es fuerza conservadora y constructiva, no hay ningún ser elevado que no esté henchido de amor.

55 Empezad a practicar la caridad, la bondad o la fe; todavía no empezáis vuestra iniciación, de la que yo os hablo; mas no la que puede hacer de un hombre, un maestro en un templete secreto particular; ¡no, mi pueblo! La iniciación de la que yo os hablo, empieza con la escala del verdadero sentimiento de fe; sentir la fe, sentir la obra del Espíritu Santo y hacerla; sentir el amor a la humanidad y sentir la satisfacción de la Verdad, sentir la grandeza del espíritu, sentir mi esencia de amor en vos: queriendo amar, queriendo curar, queriendo enseñar en vos y a través de vos, mi pueblo ya que por eso estáis oyendo mi cátedra, para que un día os dispongáis a serme útil para enseñar a otros pueblos.

56 No siempre vais a venir a oír o a escuchar, porque vendrán de otras naciones, multitudes, y querrán oír lo que vos habéis oído, y querrán saber lo que habéis probado y habéis empezado a saber; y si no podéis enseñar con verdad mi palabra, porque solamente habéis oído y no habéis escuchado ni analizado mi enseñanza, todavía no sois útil para mi servicio en mi obra de redención.

57 Cuando seáis uno conmigo en servicio, entonces conoceréis, el por qué yo no sentía la noche, por qué muchas veces me quedaba a descansar con mi cuerpo, mirando las estrellas; mientras vos, buscáis una recámara con telas recamadas para dormir, yo buscaba solamente el campo, la bóveda celeste, para llenar mis ojos de la Verdad de las estrellas, porque en cada una, había la Verdad de la creación y la manifestación del Padre Celestial; y cada estrella parecía el mensaje de un ángel que me decía: cumplid vuestra misión cual redentor y sintiéndome ligado a la naturaleza, a la vida de cada estrella y de cada sol; y sintiendo que mi esencia, llenaba un mundo y otros mundos, cumplí mi misión, en parte, porque mi misión no ha terminado; con vosotros, la sigo cumpliendo en alta cátedra, en alta verdad; porque yo os enseño, no sólo con la palabra, sino con la divina manifestación universal del amor espiritual.

58 Entonces, vos no buscáis las estrellas para observar en ellas la Verdad de la creación, a la naturaleza misma que os invita a pensar en lo superior; vos buscáis constantemente la comodidad del cuerpo, y entonces, así os vais apartando del contacto de la madre naturaleza, que es la manifestación de Dios en realización en el universo mismo.

59 Mientras yo busco las estrellas, mientras yo busco lo infinito; vos buscáis la limitación y las cámaras cerradas. Yo quiero que vos comprendáis, mi pueblo, que cuando se ve con la mirada espiritual, se ve más ampliamente y de mejor manera. ¡Dejad de ver personalmente para que empecéis a ver con la mirada espiritual, la luz divina irradiando a todos los mundos y podáis también buscar en cada estrella un mensaje, y en cada mensaje, el saber, y en el mismo saber, al Cristo universal, manifestándose para todos los hombres y para todas las almas!

60 Esta ha sido la lección de mi enseñanza de esta noche. Hay algunos hombres que dicen: Maestro, ¿entonces, no es verdad de los aparatos materiales, de aquellos discos voladores, de los habitantes de otros planetas que nos visitaban? No todo eso es mentira, hay algo de verdad, pero no como lo dicen los hombres, porque no han podido alcanzar a decir solamente la Verdad, sino hay algo de fantasía en algo de verdad. Pero yo no me refiero a esa manera de visitar, tan burda e incompleta. Yo no me refiero a esa manera de practicar, lo que todavía no está bien hecho ni bien dirigido. Lo que no es completo para mí, todavía no debo revelarlo al hombre. Yo os hablo de las visitas amplias, naturales, completas y auténticas, las que han hecho en espíritu, los grandes maestros de otros planetas. La otra, no la desmiento totalmente, pero os digo que no es la Verdad, tal cual los hombres os la han dicho. Es parte de fantasía y parte de intentos de comunicación no realizados con perfección; y por ser prácticas solamente, todavía no hay que hablar de ello, hasta que sea preciso y amplio en acción y en verdad, lo que realmente ha de venir a la tierra.

61 Mientras el hombre practica solamente, y no ha llegado a realizar con plenitud lo que practica, no debe ser enseñado a las multitudes, porque los conocimientos de la Verdad, a medias, no están dentro de la Verdad; o sea: no hay conocimientos a medias ya que la Verdad, nadie la parte, no tiene fragmentos, la Verdad nadie puede dividirla; por tanto, no hay  como decís vosotros  verdades a medias.

62 Así pues, si yo os he hablado de comunicaciones espirituales que se han realizado más allá de la práctica material, en la Verdad del espíritu, es porque en todos los tiempos, se han visitado diferentes planetas, espiritualmente.

63 Así, mi pueblo, dejad que mientras vuestros hermanos sigan en prácticas materiales, sin perfección, piensen y lo hagan; que cuando sea su tiempo verdadero, vos mismo no lo preguntaréis, lo sabréis; y si hoy no lo sabéis con toda claridad, es porque todavía no ha sido perfecto lo que el hombre quiere y lo que el hombre ha empezado a practicar.

64 Dejad que el hombre siga practicando, dejad que siga tratando de hacer esfuerzos; pero mientras el hombre piensa en eso; practicad vos, en la escuela espiritual, los conocimientos superiores. Realizad el poder del pensamiento, en blancura; y llamad con realidad de fe, a todos vuestros semejantes. Con fe autentica, fe en Dios, en que os utiliza para el bien de sus criaturas. Fe en él, en el Padre Celestial, que será el manifestándose en vos mismo, para dar a sus hijos lo que ha de menester a cada uno.

65 Sed útil para la escuela venidera, para ese nuevo conocimiento de la luz del santo Espíritu, sed útil para mí, que yo seré la fuerza, que yo seré la sabiduría; y vos seréis el vehículo en donde se derrame la luz diamantina superior, la luz del mensaje, la luz de la Verdad. ¡Preparaos, mi pueblo! Que mi paz y mi amor con vos son, que mi paz y mi amor serán sentidos cuando empecéis a hacer mi voluntad.

66 Ahora, entrad en silencio. Silencio, y preparaos por medio del pensamiento limpio para entregar  como vos decís, no como digo yo, en esta cátedra de primero de año; a entregar: en gran bendición y amor . Yo no hablo de: cátedra de primero de año porque el tiempo, pueblo, no es como vos lo pensáis, no es como vos lo creéis, mas seguidlo dividiendo en años, mientras yo veo solamente un sólo tiempo para la vida material; y más allá del tiempo, para la vida espiritual.

67 El tiempo es el símbolo del Maestro que enseña, porque con el tiempo, vos aprendéis, con el símbolo de otro Maestro: es el más grande Maestro, el que yo manifiesto: el amor . Como hay el símbolo de otro Maestro que es el dolor que os da experiencia. A todos os los voy simbolizando, porque os agrada siempre pensar así.

68 El dolor es necesario para el hombre, porque no hay posibilidades de lavar, sin agua; para lavar, para limpiar, para desmanchar, necesitáis también hacerlo con agua.

69 ¡Llorad mi pueblo, si llorando de arrepentimiento, habréis de purificaros el alma, y el pensamiento hacerlo blanco! ¡Llorad mi pueblo, si habéis perdido la fe; si no tenéis caridad, debéis llorar, porque esto es para entristecerse, aquel que ha perdido la fe, ha perdido lo mejor! Aquel que no sabe tener caridad, ¿para qué es útil, entonces?

70 Si efectivamente os sentís tan pobre que no tengáis fe ni caridad; si lloráis, sí estáis en lo justo, porque es pobre y miserable el que no tiene fe ni caridad. El que no tiene fe, ¿qué puede hacer? El que no tiene caridad, no tiene amor. El que no tiene amor, no es útil en algo dentro de mi obra; ni fuera de ella.

71 ¿En qué puede ser útil el que no ama? Mirad, pueblo, al vivir sin amor, solamente con el pensamiento  sentiréis entonces, como decía uno de los maestros, que es de mis discípulos, que vos le nombráis santos en el mundo: vivir sin amor, es morir, y es pensar muriendo y así hay otro, que dice: vivir sin amar, es vivir entre espinas es vivir en dolor, no hay algo que pueda bendecirse, porque sólo el amor tiene el poder de bendecir, porque el amor es el rey, ¡es la majestad del pensamiento limpio!

72 Pueblo, espiritualizad ya, siquiera una obra diariamente; practicad un poco en el bien, y empezaréis a encontrar algo que no habíais hallado antes: que todo se facilita en el mismo bien; y que el bien, os toma como un vehículo de su manifestación para su trabajo.

73 Servidores del bien: yo quiero vehículos del bien, yo anhelo que cada uno de vosotros, seáis servidores del bien; entonces, tendréis participación conmigo en el reino de los celos; y todo hijo del hombre, será digno Hijo de Dios.

74 Bien sabéis vos, mi pueblo, lo que quiere decir, el ser servidores del bien, servidores del Cristo, lo mismo es. Si vos hacéis una obra diariamente, si eleváis un pensamiento por los demás, sois como una lira que empezáis a afinaros para darme ¡oh! Mi pueblo, su nota dulce, su nota musical, nota de vuestro templo interno; la nota limpia y dulce de vuestro corazón, yo la recibiré; y en recompensa, os entregaré una inmensa bendición para vuestra vida, y un rayo de luz para vuestra alma.

75 Pueblo, he sido con vos, en cátedra espiritual. Una cátedra más, y vendrán los años y vendrán los tiempos; y el Cristo y vos, siempre inseparables. Ahora mi pensamiento va a vos, pensamiento de amor y bendición; y vuestro pensamiento, viene a mí; pensamiento, de peticiones, siempre de peticiones o de gracias. Yo recibo, los pensamientos de peticiones y de gracias; y los doy, balsámicos y amorosos, para dejar como rocío de gracia mi amor y mi caricia, en cada una de vuestras frentes y en cada uno de vuestros corazones.

76 En este momento, mi pueblo, por medio del pensamiento, entrad en comunión conmigo, para entregaros a vos, de acuerdo con lo que me pedís y de acuerdo con lo que yo pido al Padre. ¡Preparaos en silencio! Yo espero vuestro silencio, preparaos y hablándome espiritualmente, porque entonces lo haréis mejor. Silencio, entrad en comunión conmigo.

77 De las gracias que me dais, seáis revestidos; y de las peticiones que me hacéis presente, seáis escuchados, porque seré ante el Padre, vuestro intercesor; y todo lo que me pedís, yo pediré al Padre, para que estéis complacidos, ¡oh! Pueblo amado; pero yo pediré al Padre, todo lo que conviene a vuestro ser, todo aquello que conviene a vuestra vida espiritual.

78 No dejéis que en las negras corrientes de la vida humana, se pierdan las perlas del saber del conocimiento espiritual. Tratad de escuchar la voz espiritual del alma a través del cuerpo; y seréis bien conducido, por el camino de la Verdad y de la gracia. Tratad de escuchar vuestra propia voz espiritual en vuestra conciencia, la voz de vuestro propio ser, de vuestro interno, y no os faltará luz en el camino de la vida; porque en vuestro interno, moro yo; de mi luz, tomaréis, seréis útil, conoceréis, sabréis y enseñaréis así, con la facilidad con la que hoy aprendéis de mí.

79 ¡Mundo mio, yo os ilumino! ¡Mundo en donde los hombres me crucificaron!, yo os perdono. ¡Mundo en donde pocos me aman y muchos me olvidan! Yo dejo en vos, bendición, perdón, paz y amor. Yo bendigo estas aguas, en nombre del Padre Celestial, en mi nombre yo las bendigo y las consagro con la gracia del Espíritu Santo, para que tengan los dones balsámicos y la gracia curativa que mi pueblo amado necesita para su consuelo; le concedo mi bendición, con el poder de vuestro deseo, pero siempre para el bien.

80 Si después de esta enseñanza, fuertemente por la luz de Cristo, hubiera sido tocado con la luz, un corazón de un próximo iniciado, él diría desde esta noche: “yo quiero con la luz del Espíritu Santo, iluminar las sombras, los errores, para que ya no vuelva a andar por las sombras, y sea un digno servidor del bien. Y el hombre gozaría, desde el momento en que su cuerpo sirviera a la fuerza del bien, en beneficio de todo.

81 Pensad en mí cuando durmáis, pensad en mí cada mañana al despertar; pensad que he dejado en esta noche, luz para vosotros, consuelo, amor y bendición.

82 La justicia divina derramándose, me escucha; y os purifique, y no os toque dolorosamente; porque en verdad, el amor suplica a la justicia, que espere, para encontrar al hombre, más limpio, más purificado.

83 Y a vos, os dije mi pueblo: como no podéis lavar sin agua, no podréis lavar el alma, sin dolor. El dolor es necesario para toda criatura, sin el dolor no os limpiáis, sin el agua no os laváis; el dolor es el símbolo del agua.

84 El que rehúye al dolor, no quiere ser lavado; el que rehúye al dolor, no quiere ser limpio; el que rehúye al dolor, no quiere ser útil. Dejad que el agua os limpie, dejad que el dolor llegue a vos, porque mi amor os fortalece. ¡Bendecidlo como yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, bendito seáis!

85 ¡Bendito seáis he dicho y bendita sea en vuestra boca la Verdad! ¡Bendito sea el amor en vuestras obras y bendito sea el conocimiento en vuestra alma! La paz, sea con vos, evitad las sombras y los errores para que ya no volváis a andar por las sombras, y seáis un servidor, un servidor del bien. Y el hombre gozaría a excelsitud, desde el momento en que su cuerpo sirviera a la fuerza del bien.

86 Pensad en mí, cuando durmáis; pensad en mí, mañana al despertar. Pensad que he dejado en esta noche, luz para vos, consuelo, amor y bendición. La justicia divina derramándose, me escuche, y el amor os purifique, y no os toque dolorosamente; porque, en verdad, el amor suplica a la justicia, su espera, para encontrar al hombre más limpio, más purificado; y ya os dije, mi pueblo, como no podéis lavar sin agua, no podéis lavar el alma, sin dolor.

87 El dolor es necesario para toda criatura, sin el dolor no os limpiáis, sin el agua no os laváis; el dolor es el símbolo del agua; el que rehúye al dolor, no quiere ser lavado; el que rehúye al dolor, no quiere ser limpio; el que rehúye al dolor, no quiere ser útil. Dejad que el agua os limpie, dejad que el dolor llegue a vos, porque mi amor os fortalece, bendecidlo como yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

88 ¡Bendito seáis! ¡Bendito seáis he dicho; y bendita sea en vuestra boca, la Verdad! ¡Bendito sea el amor, en vuestras obras; y bendito sea el conocimiento, en vuestra alma y espíritu!

¡Mi paz, sea con vosotros!

65. La irradiación divina

1944 – 1946

1 Amor y gloria a Dios en las alturas; amor y gloria a Dios en todos los corazones de buena voluntad; la paz espiritual y material sea en aquéllos que amen en espíritu y en verdad. Amor y veneración a Dios en la doctrina que entregó en Jesús. Amado y glorificado sea el mesías en los hombres y por los hombres que amor siente n; serenidad y gozo de armonía exquisita, a los espíritus que amen en el reino del Padre Eterno, que es el reinado del amor, el imperio de la energía omnipotente y sutil que da vida a todo lo que es.

2 En este día de gracia en que venís una vez más a escuchar la comunicación divina por conducto del entendimiento humano, tomada de la luz y del amor del Padre, de la irradiación espiritual del Cristo; la que es captada, transformada y manifestada por el organismo humano en voz sonora, en palabra elocuente, llena de justicia, amor y sabiduría, para que la escuchen vuestros oídos materiales y podáis fortificar vuestro espíritu y dar a vuestro cuerpo el descanso y consuelo que necesita en el camino lleno de angustias y zozobras que habéis hecho de vuestra vida material.

3 En este día de dádiva espiritual y purísima, yo os recibo pueblo amado, y como siempre, en el nombre del Padre, os bendigo, os doy la bienvenida y os lleno de gracia porque os amo; y para que llevéis y deis por vuestros caminos, la fortaleza, el consuelo, la luz, el bálsamo de la dulzura de mi palabra y todo lo que es atributo espiritual nacido del amor del supremo Ser.

4 Un efluvio de la potencia divina, disminuido, está entre vosotros, irradiando. Una vibración de la esencia divina, atenuada, está entre vosotros, irradiando. Un átomo de la presencia divina, reducido, está entre vosotros, irradiando. La claridad vibratoria y espiritual del Cristo, está entre vosotros, en sonora irradiación, parvulillos muy amados.

5 Escuchad: de cierto y en verdad, os digo, que nunca hubo un instante en que la irradiación espiritual no hubiese existido; en todo momento, en todos los tiempos, en todas las eras; la irradiación divina, fue, es y será. Nunca, en el curso de los tiempos, la irradiación del amor ha dejado de Ser; ya que es parte de la eternidad misma.

6 ¡Todo irradia! Todo vibra todo es movimiento, eco, reflejo, transformación, combinación y variedad. Todo se penetra y se compenetra, dentro de una infinita escala o variación de vibraciones que llenan el mundo y todos los espacios del universo indivisible. Nunca, en el transcurso de los siglos, ha sucedido que el celo haya dejado a la tierra, porque la tierra es partícula integrante, inseparable y evolutiva del todo ilimitable.

7 Mas, hoy, por la voluntad del Padre; quiere que su irradiación, su comunicación para el humano, se haga, además de otras muchas formas de expresión que dentro de su potestad existen, del preciso modo que estáis viendo y oyendo por medio del entendimiento humano de mis portavoces; porque el momento es llegado, porque sois rebeldes y tenéis muy duro el corazón; no tenéis delicadeza espiritual y por eso es que no sentís la irradiación divina que en todas partes vibra y eternamente despide sus destellos y energías, saturando a todo el universo.

8 Antes de que yo, Cristo, el amor divino, me manifestase en Jesús, la irradiación la hacía y la sigo haciendo desde las sutilidades y dominios excelsos y divinos, desde las altitudes celestiales y santas, como decís vosotros; en donde yo, el Verbo, evidentemente era, soy y seré con Dios, con “mi Padre Celestial,” a quien he llamado así para que me entendáis vosotros, mas no para que interpretéis en vuestros simbolismos esta figura de dicción, dando al Ser Supremo la pobre forma de un anciano y padre humano.

9 Yo, he sido desde antes de la formación de los mundos; y por eso, allí donde decís en vuestra frase: “María, madre de Dios”, debéis decir: “María, madre de Jesús.”

10 No penséis que Jesús, fue la primera manifestación del Cristo, porque no es así, más Jesús fue la manifestación y el manifestador del amor de Dios; fue el mismo Cristo, materializado para vosotros los humanos; pero no entendáis con esto, que el universo se quedó sin Cristo, para venir a vosotros, ya que Jesús, tan solo fue la materialización de un pensamiento de amor divino.

11 En verdad os digo: ¡pensad, meditad, sentid y concluid! En que: desde antes de Jesús ya era yo, el Cristo, porque Cristo, es: el amor de Dios.

12 Definidlo así y no os confundáis, para que podáis entender una pequeñísima parte de algunos de los aspectos divinos que están al alcance de vuestra mente. Definidlo en adelante así; y dejad de sumergiros tanto entre las turbias aguas de vuestras etimologías tergiversadas y de las viejas leyendas e historietas de vuestras culturas mixtificadas.

13 La palabra Cristo o su fonética original, es humanamente prehistórica; su origen es anterior a los registros de vuestra memoria histórica, por eso os preciso su sentido.

14 Estáis cubiertos y recubiertos de velos y más velos de ignorancia y vanidad; los que yo vengo a rasgar, para que la luz penetre en vosotros.

15 Cristo, es el amor de Dios, mas, no es Dios mismo, así como el amor de la madre, no es la misma madre; el amor de la madre está en ella, mas no es ella. La madre siente ese su amor, goza con él, lo manifiesta, lo irradia, lo externa; pero su amor no es ella, sino de ella.

16 El amor de madre es una sensación semiespiritual; es una energía potente y sutil que está en el ser materno y que irradia de múltiples modos internos y externos, pero esa sutiliza perfumada, radiante y semiespiritual que está en una madre, no es toda ella.

17 Infinitamente mayor que el amor de madre, es el amor de Dios, el Cristo. Por eso, cuando Cristo, irradia; cuando el amor divino, se manifiesta en la magna altitud que el humano puede ver, palpar y oír, como se manifestó en Jesús; os deja turbados y confundidos, lo veis y no lo creéis, porque es mucho manjar para vosotros, mis pequeños, hijos míos.

18 Por eso, unos me niegan, otros me confunden y otros me estudian, de acuerdo con su pobre manera de pensar y de ser. Pocos, muy pocos medio comprenden a Jesús y al Cristo palpitando en el nazareno; pero no me comprenden, porque no me aman; y no me aman, porque no saben amar a sus hermanos, ni siquiera con el pequeño reflejo divino y natural con que una buena madre ama a su hijo.

19 Amad a vuestros prójimos como a vuestros propios hijos y entonces principiaréis a comprender a Cristo a través de Jesús, le amaréis y empezaréis a sentirle y a reflejarle; porque quien le siente, ineludiblemente tiene que reflejarle.

20 Sin embargo, vuestro Espíritu me conoce algo más; por eso unos buscáis al mesías, al salvador misericordioso; otros buscáis al Dios todopoderoso que os dé un pequeño rayo de luz, que os llene de esperanza, que calme vuestras penas y ansias intimas y puras, porque en vuestras profundas angustias, vuestra conciencia tiene el vago recuerdo de vuestro creador, del Cristo que jamás ha dejado de buscaros, de llamaros; de esperarnos, humanidad.

21 Bien, os repito: que la irradiación espiritual, jamás ha dejado de ser ni dejará de Ser, jamás.

22 Los iluminados de todos los tiempos, siempre vieron resplandores de luz, siempre escucharon la palabra divina. Todos los inspirados, los fundadores de todas las religiones y doctrinas de alta espiritualidad, han dicho que oían las voces que salían de las nubes, de las montañas, del viento o de donde ellos, no sabían; que oían la voz de Dios, salir de lenguas de fuego, en luminosidades extrañas, en ecos misteriosos.

23 Buda, Moisés, mis discípulos, mahoma y otros más; muchos oían, veían o sentían más o menos, las irradiaciones del Espíritu Santo o divino, lo mismo es; oían, veían y sentían con sus sentidos, atributos y dones o alcances espirituales, como hoy ocurre en los que vosotros llamáis médiums y a quienes clasificáis con diversos nombres.

24 Hoy os digo: aquellos veían, oían y sentían espiritualmente, la irradiación divina; e interpretaban sus mensajes, según su capacidad, según su preparación espiritual y material y según sus tiempos; más, como ocurre también ahora, consciente o inconscientemente, en los instrumentos humanos o médiums, aquellos mezclaron con la pureza de mis irradiaciones, sus propias ideas y las que a su alrededor predominaban; es decir, alteraron consciente o inconscientemente, cambiaron o mezclaron con sus prejuicios, palabrerías o costumbres, la purísima e ilimitada esencia de la Verdad; y la suprema y más útil verdad, debe ser una, para vos, humanidad: el amor, en todas sus altas manifestaciones.

25 Empero, cierto es, que las vibraciones espirituales y luminosas fueron en ellos; y los primer os, los segundos, los terceros, los cuartos, los quintos y los postreros, testimonio han dado de la irradiación, de la conciencia y la luz de la voz que les habló, de la inspiración que les llegó casi siempre sin saber cómo, en igual forma en que hoy ocurre a muchos y como ocurrirá mañana a otros más en formas más perfectas.

26 Las palabras, las interpretaciones y los medios de actuar, son de los hombres y de sus tiempos, mas no son de la eterna realidad. La realidad suprema es verdad perenne, es energía eterna o imperturbable en continua y múltiple manifestación, haya o no haya medios o palabras humanas para manifestarla o nombrarla.

27 Vosotros, por falta de oído espiritual, por falta de condiciones sutiles adecuadas, que tenéis latentes pero no ejercitadas porque las habéis entorpecido con vuestra materialidad, necesitáis en este tiempo, que la irradiación se haga sonante; más, los espíritus adelantados, los hombres iluminados y otros ya espiritualizados, no la necesitan así.

28 Yo os repito: toda vibra. Todo irradia. Nada es muerte; todo es vida. Todo es, movimiento y transformación.

29 Todo compuesto material o esencial, tiene luz o luminosidades con propiedades diversas. Toda unidad, pequeña o grande, todo compuesto, todo movimiento, irradia luz visible o invisible para vosotros; y la veáis o no, es energía, es fuerza, es poder, es muchas expresiones de matices luminosos y variadísimos. Algunos de vosotros, los muy estudiosos, ya sabéis algo de eso, más yo vengo a dar la luz a todos.

30 Las ideas, los pensamientos, también irradian; las palabras y las obras, también irradian con variedad múltiple de tonalidades y de efectos. La diversidad de matices multicolores forma también una escala inmensa de luces con sus variadísimas y peculiares vibraciones, expansiones, y ondas, como las llamáis vosotros impropiamente en vuestro conocimiento de comunicaciones a distancia por medio de vuestros aparatos eléctricos.

31 A cada matiz, corresponde determinada vibración; a cada vibración, determinado efecto; mas todo ligado, unido, interdependiente en el gran todo, pero al mismo tiempo, libre dentro del radio de acción de su individualidad o de su existencia.

32 Mientras más elevada o espiritual es la idea o la obra, así es más delicada o sutil la vibración luminosa que despide; y mientras más delicada, mayor o rápido es el movimiento espiritual, mayor es la dificultad de que lo puedan sentir o entender los hombres amantes de la materialidad; mas, sin embargo, su efecto espiritual, es grandioso.

33 A mayores sentidos materiales, corresponden menores sentidos espirituales. La materialidad, es contraria a la espiritualidad; pero entended, que me refiero a vuestra materialidad mal acostumbrada o viciosa, a vuestra materialidad antinatural y artificiosa, llena de errores y degeneraciones.

34 Los pequeños conocimientos que tenéis en vuestras artes o ciencias, os dan la posibilidad de producir o crear ciertas variedades de luces y sombras que transformáis en sonidos que escucháis o imágenes que veis por medio de vuestros aparatos de cinematografía, televisión, radio y otros, como vos nombráis.

35 Y si vosotros, haciendo uso de vuestro ingenio,  que no es otra cosa que uno de tantos atributos espirituales que tenéis  si vosotros, podéis transmitir esos mensajes sonoros y visibles por medio de vuestros imperfectos aparatos eléctricos, ¿cómo podéis pensar que Dios, no puede transmitir un mensaje al hombre, por medio de un aparato de carne? Porque aparato de carne, es el humano; aparato orgánico y superior, más complejo que cualquier máquina que el hombre pueda construir con sus manos,

36 Fijaos que os digo el hombre, no el espíritu; porque con el espíritu, podréis hacer mayores grandezas que a través de un pobre cuerpo humano. Y sí con vuestra reducida inteligencia, hacéis, según vosotros, maravillas eléctricas y mecánicas, ¿por qué la inteligencia suprema, no ha de poder hacer mayores maravillas?

37 ¡Pobre idea tenéis de Dios, cuando le creéis más incapaz y pequeño que vosotros! ¿Qué os extraña entonces que Dios, vibre o irradie? ¿Cómo podéis imaginar que comunicarse, sea un imposible para Dios, si Dios es  y lo decís vosotros,  la luz de las luces, la fuerza de las fuerzas, la causa de las causas, el que todo lo sabe y el que todo lo puede? Y si así lo entendéis y así lo creéis, ¿por qué os contradecís tan fácilmente, por qué negáis, humanidad, por qué dudáis que yo, el Verbo Divino, pueda hacer, por la voluntad del Padre, una pequeñez como esa?

38 ¿Cómo algo tan sencillo, como es el de hacer hablar a mujeres y a varones dormidos o despiertos, no ha de poder hacerlo la causa todopoderosa de la creación universal?

39 Si vosotros tenéis aguas radiactivas o mixturas químicas o medicinales, de elementos animales, vegetales o minerales, que por procesos conocidos o desconocidos para vosotros, pueden provocar en el ser humano estados diversos de salud o enfermedad, de acción o reacción, de emoción o sensación; ¿cómo la primer a causa de las causas, el creador de todas estas cualidades básicas en todas las cosas naturales, no ha de poder provocar en los humanos! Estados de expresión superior como la que estáis escuchando? Si no soy yo, el que la provoca; si no es el Espíritu radiante, influenciado por la fuente creadora, el que lo influye, ¿quién lo hace, quién lo inspira, qué es lo que lo causa? ¿Qué no os bastan los abundantes testimonios de sueños inteligentes, de palabras o acciones de sabiduría que habéis tenido en alguna ocasión todos vosotros, dormidos o despiertos? ¿De dónde o de quién viene todo eso? ¿Acaso de mixturas o planes de vosotros mismos?

40 Vuestras historias y tradiciones, aún plagadas de prejuicios y errores y combatidas por espíritus y hombres, os revelan, no obstante, que siempre, a través de todos los siglos, habéis tenido médiums por quienes os han hablado espíritus de luz y de tinieblas, más, no os dejéis confundir por estos últimos, recordad mis palabras: por el fruto conoceréis el árbol; por su enseñanza, conoceréis al Maestro.

41 Muchos de vosotros aceptáis que un soplo divino se hizo carne y palpitó en Jesús, limpio y puro; y también aceptáis, que hubo influencia divina en otros que pecaron, en otros que fueron menores que Jesús; pero que sin embargo fueron grandes ante vosotros; entonces, ¿por qué ciega e irracionalmente negáis que esas emanaciones divinas puedan manifestarse en todos vosotros, en una u otra forma?

42 En verdad os digo, que en vuestras largas listas de pitonisas, de profetas, de iluminados, de inspirados y de otros,  a quienes veneráis externa e indebidamente y sin amor,  figuran los nombres de muchos, no de todos, pero sí de muchos que fueron instrumentos o médiums de fuerzas espirituales, propias o extrañas y también de ambas.

43 Si aceptáis que la divinidad palpitó o se manifestó en Jesús, en gran potencia; si aceptáis que en otros también se manifestó con menor amor y poder, ¿por qué no admitís que esa misma divinidad, puede manifestarse en todos y en variadísimas formas?

44 ¿Exigís, por ventura, que cada vez que el Espíritu supremo quiera hablaros a la altura de vuestro entendimiento materializado, os mande un Jesús, para que lo enclavéis en un madero? ¡No os agradan los modos que el omnipotente tiene previstos para atraeros a lo alto de su reino y exigís lo que no sabéis! Porque de cierto os digo, que vosotros mismos no sabéis ni pedirme, el cómo queréis que el Ser Supremo se haga sentir en vosotros; mas sin embargo, para complaceros, os digo: si no queréis que me sirva de pecadores, para daros todo lo que mi amor os tiene que dar, mostradme un puro, un verdadero santo, un limpio, señaladme un justo, presentadme uno que sepa amar plenamente, y me serviré de él.

45 Yo, me sirvo de pecadores, para enseñar y atraer a pecadores. No vengo a salvar justos ni perfectos, esos ya están conmigo en mi reino espiritual, en el imperio bellísimo de la realidad sin velos.

46 Verdad es que pecadores sois, pero no lo sois tanto ni nunca lo seréis tanto, para que Dios os desprecie y os olvide. Dios, no desprecia ni olvida algo ni a alguno de sus hijos, aún, a pesar de que vosotros creáis lo contrario, porque os habéis hecho tan ciegos que todo lo relacionáis con un instante de vuestra vida eterna; todo lo enlazáis con vuestra vida momentánea de peregrinaje por el mundo. Dios, no se olvida de algo ni de alguno.

47 Yo, que soy el Maestro de maestros, omnipresente y omnipotente, todo lo veo, todo lo sé, todo lo preveo, no olvido algo. En la sabiduría infinita todo está previsto, humanidad hasta vuestras pequeñas caídas. Porque debéis saber que vuestras propias monstruosidades, que tanto os hacen gemir, llorar y sufrir; son muy pequeñas, ante la grandeza y el amor majestuoso del creador.

48 Vosotros sois los que os despreciáis y os olvidáis, de vosotros mismos y de lo que es de Dios; por eso estáis dentro de vuestras propias legislaciones inferiores y limitadas. Más, sois mis pequeños curiosos y desobedientes y por eso estáis enfermos, estáis débiles, pecáis y pagáis, armonizáis y os curáis, desarmonizáis y enfermáis, os alejáis de mí y caéis; por eso necesitáis de mí, mis hijos muy amados y por eso os doy mi amor y mí luz.

49 El amor es torrente sempiterno de dádivas y bendiciones, de gracias y caridades. ¿Cómo podéis pensar que Dios, olvide a sus criaturas desobedientes y muy amadas que lo necesitan y por instantes lo llaman?

50 Mucho habéis atravesado, mucho habéis delinquido, mucho os habéis viciado; mas, mucho habéis olvidado pero infinitamente más grande, que todas las faltas de todas vuestras existencias juntas, es la Ley del amor de vuestro Padre Celestial, hijos míos.

51 Mas, os seguiré hablando de la irradiación, para que alejéis vuestras dudas. Otros, muchos de vosotros, aceptáis lo que han dicho algunos de mis iluminados, a saber: que Dios les hablaba por las nubes, por el fuego, por el agua; que el viento les hablaba. Y yo os pregunto: ¿qué os parece más difícil; dar la palabra a los hombres por medio de esos elementos, o hacer hablar al hombre?

52 ¿Qué no sabéis que entre vosotros, han existido siempre mentalistas, que conocéis como hipnotizadores, psiquiatras y otros; unos, hechos por su propio esfuerzo y otros, espiritualmente espontáneos, que transmitieron o transmiten a distancia, sus pensamientos a otros hombres, a quienes pueden hacer hablar y actuar de acuerdo con su voluntad?

53 La transmisión del pensamiento, es un fenómeno reconocido por vuestros pequeños maestros de ciencias y filosofías; y practicado fácilmente por quienes han desarrollado con métodos adecuados, tales ejercicios.

54 La suspensión por instantes y por días, de las funciones orgánicas en estados letárgicos o de quietismo, que cuando la observáis os maravilla; es sin esfuerzo sobrehumano, ordenada a si mismo o a otros, por el pensamiento ejercitando con la fuerza de su voluntad; y sus colaboradores: la autosugestión y la sugestión.

55 ¿Y si vosotros, podéis hacer eso, por qué yo no he de poder hacerlo? ¿Dónde están vuestros discernimientos y vuestro pobre análisis científico, que no os sirven para comprender las cuestiones más simples? Os repito: ¡pobre idea tenéis de mí cuando me creéis, con menor capacidad que vosotros!

56 ¡Oh, varones y mujeres del mundo! Habéis olvidado en vuestros conocimientos de la ciencia y en vuestras obras, lo único que os hará sabios y dichosos: os habéis olvidado del amor que todo lo inspira; del amor que todo lo puede y todo lo sabe; os habéis olvidado de la gran energía que envuelve al universo, a los celos y que mueve a todos los mundos. Habéis relegado sí, habéis dejado como despreciable o inútil el grande, el omnisciente, el núcleo generador, el todopoderoso mandamiento, de: “amaos los unos a los otros.” y por eso estáis dentro del dolor y de la ignorancia; de la ignorancia más negra; porque la ignorancia del amor, es la más negra generatriz de todo sufrimiento, material y espiritual.

57 ¡Ah! Si comprendieseis, pueblo, que las luces de los soles están combinadas con las luces del Padre. Si comprendierais, pueblo, que las irradiaciones divinas, penetran y compenetran todo lo que vosotros veis y todo lo que no veis.

58 Si comprendierais, humanidad, que los ritmos de la armonía del universo, están combinados con los ritmos del Padre Celestial; entonces, no incurriríais en vuestras pobres dudas ni caeríais en todos esos errores que tanto os hacen sufrir; pero con vuestras pasiones, os habéis empequeñecido ¡tanto! Que muy poco comprendéis; y menos todavía sentís, la sublimidad del amor divino.

59 Para descubrir y comprender todas esas manifestaciones, necesitáis primero aprender, a ser bondadosos y mansos de corazón, porque éstas son cualidades que se manifiestan en el ser humano que sabe amar.

60 Mas, para alcanzar a sentir el amor santo, necesitáis espiritualizaros, necesitáis cultivar delicadamente vuestros sentimientos nobles y manifestar vuestras virtudes. Necesitáis ser menos material y más espiritual; necesitáis ser menos áspero, menos duro, tenéis que ser más sutil; pero sois demasiado materialistas, hijos míos; habéis equivocado tanto los caminos, que habéis llegado a ser mentes atrofiadas, enfermas; mentes, que han perdido sus virtudes y hacen que los demás las pierdan. Sois muchas cosas hijos míos, todo habéis querido ser; menos amor.

61 Vosotros también irradiáis a todas horas; pero, ¡oh, dolor para vosotros! Irradiáis: tinieblas, violencia, odio, crítica, concupiscencia, vanidad, egoísmo, desesperación; y os llenáis, de fango e iniquidad.

62 Irradiáis bajas pasiones; pero, no habéis querido irradiar altas virtudes. Herís y sentís que os hieren; pero no amáis ni sentís que os amen. Irradiáis malestar, pero muy pocas veces bienestar. Con vuestras irradiaciones de maldad, saturáis vuestro ambiente; colmáis vuestros vericuetos de malestar y desarmonizáis vuestro ambiente y si así lo hacéis, pueblo, ¿cómo queréis recibir frutos distintos, de los que cultiváis?

63 ¡Irradiad, saturad, cubrid, envolved, bañad, perfumad! ¡Llenad .vuestros caminos de luz y armonía, de dulzura y piedad, de complacencias y de perdón, de disculpas y mansedumbres, de virtudes y más virtudes hijas del amor! Y. Entonces, seréis perfectos, seréis felices, ¡seréis tanto! Que todavía no debo deciros todo lo que seréis, porque no me entenderíais mas, poco a poco, os iréis elevando y me entenderéis, llegado el instante.

64 Así es que, si no estáis entre los grandes ciegos, ya podéis entender que la irradiación es un fenómeno tan común, tan fácil de producir, tan insignificante para mí, que sólo un turbado por su propia voluntad puede decir que no es verdad.

65 Voy a revelaros por qué en este Tercer Tiempo, la irradiación divina empieza a manifestarse extensamente por medio de los instrumentos humanos o médiums, en palabra humana; pero no olvidéis que siempre se ha manifestado en los hombres según sus épocas y según su preparación:

66 La irradiación divina, o sea, la comunicación espiritual que oís, la clarinada del Cristo que actualmente escucháis en los labios de mis instrumentos o portavoces y que os fue profetizada en el primer o y en el Segundo Tiempos, es precursora de grandes acontecimientos para vosotros, mis hijos.

67 Estos mensajes son chispazos de la Verdad, son relámpagos del Espíritu potente del Maestro de maestros que viene a prepararos, a daros los galardones que os merecéis por vuestros sufrimientos o por vuestros esfuerzos, o por ambos.

68 Es el tiempo precursor de la nueva luz, para vosotros. Son los prel uDios de la nueva edad. Son el principio de la era de la luz, es la preparación, el despertar, la necesidad previa a lo que viene por la voluntad divina de los altos designios del creador.

69 Yo, os dije: que la tierra, es una parte pequeñísima integrante y evolutiva del universo; no penséis que lo que llamáis mundo, permanecerá eternamente como está, ni tampoco penséis que ha estado así en todos los tiempos pasados; eso ya lo sabéis algunos de vosotros, los que os agrada el estudio. Mas, lo que no sabéis, sino muy pocos iniciados en la Verdad espiritual, es que la evolución o transformación de la tierra, obliga al ser humano a la evolución o metamorfosis superior o espiritual. Este progreso no va, como muchos de vosotros creéis, en relación o de acuerdo, con lo que llamáis civilización.

70 Vuestra civilización es, en casi todos sus aspectos: degeneración, alteración, trastorno, error, artificio, anti naturalidad. Vuestra civilización, es el resultado de vuestros propios deseos de alejaros cada vez más de la naturaleza, de lo que es puro, de lo que es de Dios; y por eso en cada siglo, habéis ido cayendo en mayor debilidad y amargura; a pesar de todo lo que habéis hecho para ser más fuerte y más dichosos en la materia; porque, en verdad os digo, que en espíritu, por la sabiduría del Padre, estáis algo más adelantados porque algo habéis restituido y de ello en verdad, habéis aprendido.

71 La tierra dará un paso adelante; y vosotros, encarnados y desencarnados, espíritus pobladores de la tierra, tenéis que dar también algunos pasos hacia adelante.

72 La voz de todos los tiempos, viene ahora por medio de las irradiaciones sonantes, visibles o intuitivas, a guiaros, a prepararos para los nuevos tiempos de la tierra.

73 Más adelante, la comunicación divina se hará de Espíritu a espíritu y de otros modos cada vez más sorprendentes para vosotros: en los inspirados, en los sueños, en fenómenos diversos, a todas horas, en todas partes, en vosotros mismos y en todas las cosas, sentiréis las irradiaciones de amor del Padre Celestial, del Cristo que se manifestó en Jesús, que os llama con la misma y amorosa serenidad con que os perdonó en la cruz.

74 Os dije, yo, a través de Jesús, “mi Padre” celestial; mas, nombrad vosotros a Dios en vuestros idiomas, como vos queráis. La palabra es palabra; y la esencia es esencia. Al primer generador, de todas las esencias, no lo podéis encerrar ni en una ni en millones de términos, de símbolos o de jeroglíficos.

75 Yo no vengo a enseñaros nombres misteriosos, ni alegorías místicas o secretas; vengo a recordaros: que améis, ¡nada más! No lo olvidéis; a recordaros, que os améis los unos a los otros. Y como vosotros, no podéis entender de amor más alto, del que os enseñé en Jesús, a él, os recuerdo porque, Jesús, fue la encarnación del amor más grande que el mundo ha conocido.

76 A Cristo, escuchasteis en la carne purísima de Jesús; a Cristo, estáis escuchando en las carnes de sus portavoces y parvulillos; a Cristo, escucharéis en vos mismo de Espíritu a espíritu y en verdad, porque Cristo, es el incansable, el sereno, el gozoso redentor de los espíritus turbados, de extraviados y de todos los pecadores.

77 Cristo, fue, sigue siendo y será, la esencia de luz divina más grande que ha venido a la tierra; y sus vibraciones, están en ella y en todo, para guiaros por la voluntad del Padre.

78 Venid a mí; yo soy la luz, el camino, la verdad y la vida diáfana y eterna; yo soy el amor del Dios omnipotente que suaviza vuestras penas y os conduce por el camino recto, sencillo y bendecido, que os llevará a las bellas y apacibles latitudes de los bienaventurados y activos, trabajadores de los celos.

79 Venid a mí, hijos míos, sentidme en vosotros mismos. Dejadme penetrar en vuestro corazón; y venid conmigo. Mi camino, está lleno de radiantes bellezas, pleno de las fragantes, balsámicas y excelsas esencias del efluvio del amor universal.

80 Vengo yo, comunicándome por el entendimiento humano entre las porciones de mi pueblo muy amado de Israel, al que fue mi voluntad que reencarnara en esta nación del planeta tierra; así como en el Segundo Tiempo, vine en Jesús de Nazareth entre otros pueblos de la tierra, a traer la enseñanza del amor verdadero, para que las ovejillas extraviadas encontrasen el camino salvador que les conducirá sin sufrir, a las altas moradas del Padre.

81 Vengo yo, como en otros tiempos vine entre aquéllos pueblos que os precedieron, a traeros la Verdad, a daros el pan de vida en esencia de luz de salvación.

82 Mas, muchos de aquellos hombres me desconocieron y me crucificaron ¡oh crucifixión! ¡Ejemplo excelso, que das limpio y doble testimonio, de lo que puede, el amor divino; y de lo que no puede, el desamor humano!

83 Ellos enfermos, ciegos, obcecados, no supieron lo que hicieron y por eso me juzgaron y me crucificaron; como tampoco saben lo que hacen, todos los hombres de la tierra, que no van por mi sendero de bondad, de verdadera majestuosidad; y por eso se engañan, se juzgan y se castigan los unos a los otros.

84 Quiso el desamor del mundo, acabar con el amor purísimo que a través de Jesús, os traje; mas, a través de los siglos, millones y millones de almas han sollozado por aquélla sangrienta ingratitud.

85 Mas, sin embargo, ¡oh, dolor! Esas pequeñas ovejillas que así han llorado por aquélla cruenta explosión del odio, de aquéllos mis hijos amados, también han odiado y maldecido a los que me crucificaron.

86 No es eso lo que yo os enseñé, mi pueblo; yo no os enseñé a odiar ni a maldecir; cuando habléis del Padre, o de vuestros hermanos, no digáis esas palabras, hijo mío yo no maldigo ni odio, ni castigo; eso es vuestro, eso es pequeñez de hombre y de espíritu.

87 Yo, os enseñé a perdonar; a orar, pidiendo todo bien para los que os hieren si así lo hacéis, porque así lo sintieseis  vos recibiréis mucho en desagravio de vuestras faltas; y ellos también recibirán, porque les ayudáis con vuestros pensamientos llenos de luz de amor, a disminuir sus tinieblas; y así, con menos tinieblas, os harán menos daño a vos, y a los demás.

88 ¿Vais comprendiendo, mis amados? Es así el flujo y reflujo, el ir y el venir, de las vibraciones del pensamiento.

89 Es así como funciona silenciosamente en lo invisible para vosotros, el lanzamiento y rebote de las intenciones del hombre: cuando emitís una idea llena de amor, ese pensamiento o sensación de bellas luces y armonías, se expande, se dilata esféricamente a vuestro alrededor, percutiendo llega a su destino a cumplir su misión bienhechora; y repercute más rápidamente, en progresión y amplitud multiplicadas, llegando nuevamente a vos, que la recibís y colocáis, en el libro de vuestro destino espiritual.

90 Si en vez de, pensamientos llenos de bondad; difundís emanaciones impuras, de luces tenebrosas; el proceso, es el mismo, y al recibir multiplicada la negrura de vuestra idea o intención, queda profunda y negra marca, en la albura de las páginas de vuestro libro espiritual.

91 Bien podéis ya con esto, entender fácilmente, que en el primer caso, recibís aumentado el bien que deseasteis para otros; y en el segundo caso, recibís también aumentado el mal que quisisteis para los demás.

92 Por eso os he dicho: que queráis para los otros, lo que pidáis para vos. Que no hagáis a otros, lo que no queráis que os hagan a vosotros.

93 De cierto, os digo; ¡más os valdría haceros un mal a vos mismo, que deseárselo solamente, a uno de vuestros hermanos!

94 Por eso también, os he dicho, que cosecharéis todo lo que sembréis; es necesario recordéis, lo que os consta; es necesario que recordéis, que vuestras cosechas os devuelven la misma especie del grano que sembrasteis, pero multiplicado grandemente.

95 ¡Humanidad!: vos no habéis querido meditar ni sentir en vuestro corazón, todas las grandezas y toda la Verdad que encierran en su esencia, cada una de las frases auténticas que os entregué a través de Jesús; las que no son auténticas, las reconoceréis, porque no están en afinidad sublime con el sereno amor de Dios.

96 ¡Humanidad!: vos no habéis querido pensar ni percibir con vuestros sentidos espirituales, cada uno de los ejemplos y de las parábolas que os entregué.

97 Alterados por los hombres están los escritos originales de mis discípulos, ya os he dicho; sin embargo, tienen mucha luz; y si hubieseis tratado de captar esa luz en todo vuestro ser, muchas lágrimas y dolores os habríais evitado e iríais ya muy adelante en la bienhechora y hermosa vía de vuestro destino espiritual, ¡pero no! No lo hacéis así, mis amados.

98 Os ocupáis en leer de prisa, cambiando o interpretando a vuestro gusto la enseñanza de Jesús, como un interesante pasatiempo, decís vosotros, con una inconsciencia digna de lástima y de perdón, como todas vuestras inconsciencias; leéis mal la primera vez y peor la segunda vez; y, sí os creéis estudiosos o analíticos, buscáis otros libros hechos por los hombres, libros que me bajan, que me suben, que nuevamente me traen de herodes a pilatos, de negadores a tímidos; pero de todo lo grandioso, de todo lo sublime que os enseñé, de todo lo sencillo y a vuestro alcance ¡nada aprendéis, nada sentís, nada hacéis!

99 ¡Todos me seguís juzgando. Unos me hacéis Dios, otros hermano; unos me llamáis divino y otros humano; los de allá, me creéis Hijo de Dios y los de acá, hijo de José; los de la diestra, me juzgáis profeta y los de la siniestra, agitador; los de adelante, me llaman iluminado y los de atrás, endiablado; y no faltan, los que me nombran genio ni los que me dicen loco, hechicero, neurótico, etc., etc.,

100 Y así van mis parvulillos amados, buscando y rebuscando frases huecas y desorientadoras para intitularme con un nuevo inri, como el que me puso el gobernador pilatos, mi tímido muy amado.

101 De todo pensáis de mí; en todo lo de Jesús tratáis de entrometeros osadamente, menos de mí: amaos los unos a los otros. A mí «amaos los unos a los otros» le tenéis miedo, no lo queréis sentir ni poner en plena acción, por temor a que os despedacen o burlen vuestros hermanos.

102 En verdad os digo, mis amados, que si yo hubiera tenido miedo a la cuesta del calvario y a la cruz, todavía estaríais esperando al mesías, anunciado por vuestros viejos médiums que llamáis profetas.

103 Mis parvulillos analíticos o críticos, son mis bienamados que haciendo a un lado el amor, se entregan a sus gramáticas, a sus teologías y a sus retóricas; mas, lo que quieren para mí, eso encuentran para ellos multiplicado, dicho está. ésa es su ley: la humana.

104 Esos quieren aprisionarme en un libro; quieren encontrar a Jesús, dentro de lo que ellos consideran racional, dicen; mas, pobrecillos, son ellos los que terminan siendo los prisioneros de sus propias e irracionales marañas teologales.

105 Vuestras teologías, son las pseudociencias más innecesarias que tenéis, mis hijos, porque jamás, como humanos, podréis saber todo lo de Dios, y, por eso os digo, que esos analíticos, se pierden aprisionados dentro de su propia paja enmarañada.

106 Y así como esos que se creen directores y doctos en el conocimiento de Dios, así van casi todos: complicando lo simple, dificultando lo fácil, engrandeciendo lo pequeño, achicando lo grande. Mas, yo os bendigo, ¡oh doctores sin doctrina! Yo os bendigo, ¡oh, religiosos sin amor! Yo os bendigo a todos, ¡oh mis pequeños muy amados! Porque, en verdad, no sabéis lo que hacéis.

Parábola:

107 Escuchad mi parábola, mucho bien os hará: doctrinando me encontraba un día. Un grupo de hombres y mujeres, de jóvenes y de niños ante mí estaba. ¡Venid conmigo! ¡Seguidme! Les dije. Y terminé, mi cátedra.

108 Los niños, llenos de júbilo corrieron hacia mí. Los jóvenes y los adultos, me dijeron atropelladamente:

109 Tengo que cuidar mi hacienda, Maestro, pero dame más para dar mucho a los pobres.

110 Yo tengo enfermos; señor, cúramelos para dejarlos sanos, y seguirte sin preocupaciones.

111 Otro más, dijo: yo tengo hijos y mujer, deudas que pagar y compromisos sociales que cumplir; ayúdame y te prometo seguirte más tarde.

112 Otra más, me dijo: yo he luchado mucho para lograr un ahorro que todavía no me alcanza para agrandar mis negocios y asegurarles una educación y un porvenir a mis hijos; te pido me ayudes, señor, a nadie hago mal y tan pronto como esté libre de preocupaciones, estaré contigo.

113 El otro: yo sirvo al cesar y me harían burla mis amigos si dejo los honores y las riquezas de mi rango, pero ayúdame a conquistar un cargo más alto y grande y muchas caridades yo haré.

114 Uno más: yo doy todo lo que puedo, maestro, pero sufro, no tengo aún bastante, tengo padres ancianos y mujer bella, que me causa celos; si los dejo, los perdería; no permitas mi deshonra.

115 Un joven, me dijo: yo soy joven, señor, tengo deseos de gozar, de divertirme, de educarme, pero no tengo dinero como otros jóvenes, para vestirme bien y codearme con mis compañeros; ¡ayúdame!

116 Uno más: yo estoy pobre, enfermo y triste; socórreme y sáname por bondad.

117 Yo tengo hambre, no tengo trabajo y en mi hogar no hay pan; ¡dame, señor, por caridad! Y daré testimonio de tus milagros y misericordia.

118 Yo tengo que velar por los míos, porque mis enemigos tienen envidia de mis riquezas, pero doy a los pobres; ayúdame a vencer a mis enemigos, y luego seré contigo.

119 Y así, yo escuché, todo aquel tropel de quejas y de pedidos. Les pregunté: ¿qué más, me decís? ¿Qué más, me pedís? ¡oh, señor, tanto tenemos que pedirte! Pero tú, todo lo sabes y todo lo puedes; mira nuestros pensamientos y concédenos lo que te pedimos. ¡Por favor, Maestro!

120 ¡Esperad! Les dije; y me dirigí, a mis florecitas vírgenes y puras en materia: a los pequeñines; y les pregunté: y vosotros, niños, ¿qué tenéis que decirme? nada me respondieron raudos y alegres. ¿Y qué queréis que os dé, mis pequeños? nada dijeron, felices y sonriendo.

121 Me acerqué a uno, que enfermo estaba; y le pregunté: ¿estáis enfermito? sí me dijo. ¿Y qué queréis? nada me respondió débilmente. Le sané, y sonrió dándome en su sonrisa, todo un mundo de cosas que los hombres no saben entender porque se han olvidado de las cosas blancas del Padre.

122 Y vos, ¿por qué lloráis, mi niño? Le pregunté a otro pequeño.  porque me pegó mi mamá ¿por qué? porque cuando te hablaban los adultos, yo reía y jugaba. Recogí sus lágrimas, y lo dejé contento.

123 ¡He ahí todo! dije a los grandes. Y seguí mi camino. Mas, ninguno entendió, y me gritaron asombrados: “¡señor! ¡Señor! Dinos algo, concédenos algo de lo que te pedimos; pues no te hemos entendido. Volví a ellos los niños, me miraban y sonreían, como saben mirar y sonreír los niños. Los grandes, aturdidos, también sonreían, pero sin expresión alguna, vacíos de dádivas perfumadas del alma. Eran risas de grandes, de enfermos, de histéricos si queréis, como decís vosotros los médicos.

124 Dije a los niños: ¡id a jugar! Y, como avecillas, se fueron saltando y cantando. Porque sabed, que: los gritos de alegría de los niños, son en las melodías celestiales, ¡más bellos cantos que las óperas de vuestros genios!

125 Contemplé serenamente, y sin hablar, al grupo de mayores  ¡señor, dinos algo!; estamos esperando de tu omnipotencia las dádivas de tu amor para irnos a nuestras casas como nuestros pequeñitos: saltando gozosos.

126 Les dije: si los niños, siendo débiles y faltándoles todo lo que vosotros queréis, nada me piden. ¿Por qué vosotros, me pedís tanto? Pronto me respondieron: pero, señor, es que ellos son pequeñitos y no saben de los deberes de los grandes ni de las necesidades de la vida.

127 Volví a repetirles la esencia de mi cátedra y, agregué: ¡en verdad os digo, que: sois vosotros los que no sabéis de los deberes de los verdaderos grandes, ni de las necesidades de la verdadera vida! A pesar, de que en mi enseñanza, os he dado toda esa sabiduría.

128 ¡Os di mi lección y os llamé! Mas, nada me habéis querido dar, ni nadie ha querido seguirme, ¡porque el mundo y la materialidad, os llaman!

129 A excepción de los niños, ninguno de vosotros respondió a mi dulzura y os habéis acercado sólo para pedirme, ¡hasta uno de los colmos de vuestra ceguera espiritual!: que os ayude a hacerles mal a vuestros hermanos, que llamáis enemigos.

130 Yo no os pregunté, de vuestras pequeñas necesidades, porque las conozco desde antes de que me las digáis; y puesto que así lo habéis reconocido, cuando me dijisteis que yo, todo lo sé; ¿por qué, entonces, me las exponéis a gritos? ¿Creéis que por el mucho hablarme vais a tener más de lo que os merecéis? Yo os he dicho, que vuestras necesidades y sufrimientos en este mundo, los habéis creado vosotros, no Dios.

131 Mas, sin embargo, si me hubierais seguido, todo habríase arreglado y os habría colmado de mercedes. Porque vuestra confianza en mi amor, vuestra radiante esperanza en mí, os habría dado a vosotros y a los vuestros, más de lo que esperabais.

132 Os llamé, para demostraros vuestra sordera, vuestra dureza y lo irrazonables que sois; así aprenderéis mejor la leccioncilla de hoy.

133 En verdad os digo, que sin daros todo lo que me pedís, os estoy dando más de lo que creéis; y más, de lo que podáis entender.

134 ¿Por qué pedís al celo; si amáis al mundo? ¿Por qué clamáis al Cristo; si os agradan las cosas que no son del amor de Dios?

135 ¿No habéis visto que no pidió salud el niño enfermo; y se la di? ¿No habéis visto que el chiquitín golpeado, sin rencor, se fue cantando? Su madre le pegó, porque reía y jugaba; él alborozaba, porque no entendía de vuestros laberintos terrestres. ¿Qué queríais que hiciera? ¿Qué me pidiese monedas, placeres, y vanos honores, como me pedís vosotros? Ellos no saben todavía de vuestros artificios.

136 ¡Sed como ellos!: diáfanos, humildes, resignados y limpios. Ved que a cada momento les humilláis y les golpeáis; y ellos, olvidan, os sonríen y os aman.

137 Vosotros creéis, que los niños nada tienen; mas, de cierto, os digo: que lo tienen todo, porque llevan en sus corazoncitos la inmaculada potencia de amor divino. Por eso les aman y les dan sus padres y todos; no porque son pequeños ni porque son sus hijos. Si nacieran: feroces, venenosos, perversos como más tarde, les hacéis vosotros, en verdad os digo: que ni sus padres, les amarían ni les darían nada; les matarían, al nacer.

138 ¡Sed como ellos!: apacibles, tiernos, inocentes. Ellos no tienen suspicacias ni negros pensamientos. Ignoran el mal. Ellos tienen todas las virtudes necesarias para ser felices. Todavía no han sido envueltos,  por los que dicen que saben,  con los obscuros velos de la vanidad, del orgullo, del odio, de los celos, de la ambición, de los vicios; y por eso, no tienen ni amarguras ni desesperación.

139 ¡De cierto y en verdad os digo, humanidad, que entrarán las almas de las fieras, a los dúctiles y gratos reinos que les corresponden, antes que un espíritu de vosotros, con residuos de esas tinieblas, penetre a lo que le toca en los bellos designios de la inteligencia suprema!

140 ¿Queréis todo eso que me pedís? ¡Pues, bien, id a buscarlo en el mundo, allí lo encontraréis, porque en todas partes os auxilio!, pero no seréis felices, hasta que vengáis a mí, como vienen los niños: serenos, limpios y grandes. No seréis dichosos, hasta que vengáis a mí, firmes, decididos, sin condiciones de interés personal ni con doble o torva intención.

141 Y se fueron todos. Me dejaron solo. Sin embargo, iban meditando; iban sosteniendo intensas luchas interiores, porque la Verdad del Cristo, les había tocado. Más tarde, me siguieron, porque cuando el amor de Dios, toca el corazón del hombre, que ha colmado la medida que le da la santa justicia a su libre voluntad; aquel hombre, vuelve a entrar a los caminos que Dios, le tiene reservados,

142 Así vosotros, mis pueblos del mundo de hoy; tomad y meditad esta lección en su enseñanza clara y sencilla, que di al grupo de la parábola. Mas, como yo sé que tampoco la entendéis en su más elevada interpretación espiritual, más adelante la explicaré para vosotros, los del siglo xx, de la era que mal llamáis cristiana, porque vuestra era es; mas, no la mía. Yo no tengo eras, ya lo sabéis: soy eterno sin embargo, si así lo entendéis mejor y os agrada más, velad y amad, para que seáis de ella, en espíritu y en verdad: cristianos.

143 Quedad en meditación. Yo os bendigo y os perdono. Sea mi luz con vosotros, mi amor sea también. Nuevamente estaré con vos, pueblo amado.

¡Mi paz sea con vosotros!

66. La pureza de la doctrina divina y las impurezas humanas

1948 – 1950

1 En este día de gracia, ¡oh! Congregación bendita de mi pueblo amado; el Maestro de maestros os recibe y os dice: que la calma, la tranquilidad, la serenidad y la pureza de vuestra buena voluntad os acompañen para que podáis escuchar y entender bien las revelaciones que os trae el amor divino.

2 Vengo a daros una lección más del gran libro de la vida, a entregaros mi tercer testamento, la palabra que escrita quedará para mis discípulos y mis labriegos; para mi pueblo, de hoy y de mañana.

3 A vosotros: pedestales y facultades; a vosotros: portavoces de todas las categorías; a vosotros: trabajadores en mis recintos; a vosotros: congregaciones que acudís a escuchar la voz divina que desciende a despertaros al amor; a todos os digo: que tenéis misiones más importantes y más serias de lo que creéis. Necesario es que os deis cuenta de vuestra muy delicada y grande responsabilidad.

4 Cada grupo de vosotros, los unos como portavoces o instrumentos e intérpretes de las irradiaciones de mi luz espiritual, los otros como discípulos en aprendizaje de amor y de revelaciones, y los otros como guardianes de los pequeños recintos de mi comunicación por el entendimiento humano: lugares, parcelas o casas de oración, que llamáis erróneamente “templos” porque siempre andáis imitando y repitiendo las palabras y frases ajenas, los malos hábitos y la vacua rutina de los demás; en verdad, os digo: que habéis venido con grandes y diferentes misiones y cargos en mi obra; estas obligaciones o deberes de virtudes, derivadas todas del amor de Dios, deben ser un ejemplo de armonía, un trabajo diligente y de cooperación perfecta entre todos y cada uno de vosotros.

5 ¡Oh, labriegos míos, dormidos o aletargados estáis como están todos mis hijos, los espíritus que animan a los hombres de la tierra!

6 Entended: que vuestras misiones son grandes y serias. Entended: que tenéis el sagrado deber de limpiar y depurar la obra que se os ha confiado; debéis de sentir verdaderamente el amor, es lo que se necesita para que podáis dignificarla porque la estáis manchado con vuestra dureza de corazón; y la reaciedad del corazón, os está conduciendo a todos los errores, a todas las alteraciones burdas e impuras que manchan lo mío.

7 Y, ¡ay! ¡Ay de vosotros! Si seguís dentro de la tiniebla, de la obscuridad; porque obscuridad, es la rutina. Obscuridad, es el ritualismo inútil que nubla vuestros entendimientos, cierra vuestros cerebros y aleja a vuestros corazones de las verdaderas grandezas que os da el amor sentido en espíritu y verdad.

8 La obra íntima y profundamente espiritual de lograr sentir mi amor, está por encima de todas vuestras pequeñeces. Mas, entended también que no la podréis alcanzar mientras no os elevéis vosotros mismos en vuestro interno, por medio de las virtudes del espíritu

9 Estáis arrastrando mi enseñanza por el cieno, estáis opacando su luz, y con ello, estáis estancando y contrarrestando vuestro adelanto espiritual.

10 Estáis rechazando todas las lecciones de mi enseñanza que en esencia de luz y de verdad os entrega mi amor en la palabra de mis portavoces.

11 Hacéis en vuestros recintos, copias burdas de ritualismos y palabras vanas de sectas, de modalidades y de costumbres equivocadas, viejas y nuevas.

12 Tenéis la Verdad derramada en abundancia, directamente por la inspiración divina y la cubrís con fatuos remedos de conocidos artificios de ceremonias, ritos y actos humanos.

13 Lo que no copiáis de mis hijos que se nombraron a sí mismos católicos romanos, lo copiáis de mis hijos los que se denominan católicos luteranos y de los que nombráis protestantes en sus diferentes segmentaciones.

14 Lo que no copiáis toscamente de mis hijos los científicos actuales o modernos, a los que denomináis doctos o sabios; lo copiáis cándida e ingenuamente de mis hijos los científicos antiguos, que nombrasteis magos o alquimistas.

15 Lo que no imitáis, de los adoradores de exposiciones y ritos de manifestaciones pueriles; lo atraéis, de los reverenciadores de ocultismos y de extravagantes métodos; y con todo eso, estáis empañando la purísima enseñanza que os doy; os estáis confundiendo y fanatizando como todos ellos; estáis perdiendo el camino de la verdadera luz, y es por eso, que también sufrís.

16 Cuando mis trabajadores actúen con el pensamiento, con la palabra y con la obra en la labor espiritual conforme a mis deseos; fijaos que os digo: “mis deseos” no mi voluntad, porque cuando mi voluntad ordena, mi palabra se cumple y las cosas se hacen, mas cuando os expreso mis deseos para vuestra propia redención, felicidad o transformación en forma de guiador y amoroso consejo, os toca a vosotros el responder y obedecer.

17 Cuando mis labriegos amados, los trabajadores de mi obra,  os repito,  trabajen con toda la Verdad del amor en mi obra, manifestándose en su más alto deber de cumplimiento: ¡todo será dicha y fuerza en ellos, elevación y progreso!

18 Si cumplís con mis deseos, si seguís mis consejos, si obedecéis mi doctrina, estudiáis mi enseñanza y acatáis mi Ley, es que me amáis y sois conmigo; pero si la rechazáis, si desobedecéis sois también mi hijo muy amado; pero sois aún rebelde, tenéis aún mucho que sufrir, y tendréis desesperación y lágrimas por esa vuestra voluntad; no la mía.

19 Ya os he dicho que mi Ley es de amor y es eterna y la vuestra es de dolor, mas es efímera.

20 Se quejan y piden a Dios, mis trabajadores, porque sufren, porque se enferman; pero, ¡cómo no han de tener sufrimientos, si se apartan del sendero de luz que yo les señalo! ¡Cómo no han de cosechar sus siembras; si no siguen mi enseñanza, si no cumplen con los preceptos de mi Ley para realizar sabiamente sus deberes cristianos o espirituales! ¡Cómo no han de llorar; si no quieren comprender, si se olvidan de la grande responsabilidad de sus misiones y siguen fanáticos, idólatras, paganizando a sus congregaciones o pueblos! Sufren, como los demás, porque hacen lo mismo que mis demás hijos muy amados, los sectaristas de cualquier religión o los profanos, mas en verdad os digo, que ésos, tienen menos responsabilidad que vosotros.

21 La manifestación de mi Ley, en la expresión de su fase inferior humana, para los materializados, los rebeldes, los pecadores empedernidos, poco cambia, es casi inmutable su efecto hacia esos espíritus; porque quien mal hace, mal encuentra, quien siembra confusión y tinieblas, recoge tinieblas y confusión, pero, ¡multiplicados! Recordadlo bien, pero recordad también que os he dicho: “para los materializados” y “casi inmutable su efecto.”

22 Por eso sufrís, porque os encamináis por vuestras pesadas cuestas y escabrosas veredas; porque os apartáis de la dirección de mi enseñanza y os entregáis irreflexivamente a la conducción que recibís de almas y hombres equivocados, alterados de su expresión pura a causa de la confusión de sus espíritus dominados por las pasiones, por los malos hábitos y residuos de la materialidad adherida a través de sus siglos de evolución.

23 Os he dicho que la manifestación de mi Ley en sus expresiones inferiores hacia el hombre, poco cambian, que son casi inmutables sus efectos para los violadores de las sutiles manifestaciones divinas.

24 Os he dicho así y os revelo, que sí puede cambiar su curso; porque sobre todas esas expresiones inferiores por medio de la materia, está su manifestación superior, por medio de las expresiones de los atributos y virtudes del espíritu. Al manifestar la Ley del amor, no solamente puede cambiar sus efectos, sino nulificarles completamente.

25 Lo que llamáis cándidamente y con humana seriedad: “Ley de causa y efecto” es como todas vuestras leyes físicas o abstractas, de muy reducido alcance, de muy relativa y pequeña certidumbre, dentro de lo altamente espiritual; es aplicable, solamente, dentro de los pequeñísimo espacios de los ordenes o dominios físicos y responde nada más a las acciones y reacciones con que alteráis el orden establecido y sentís sus efectos secundarios de acuerdo al grado de materialidad en que estéis; pero es nulo su efecto dentro de la armonía perfecta espiritual, dentro de la plena espiritualidad; su reacción es nula, dentro de la substancia sutil y elevadamente moldeable que aún en la misma tierra existe en concordancia con la luz del Espíritu superior.

26 En los dominios de la vida radiante espiritual no existe ese vuestro pobre concepto científico y filosófico de “causa y efecto”. Otros son los sabios y grandiosos principios que gobiernan en las extensas y bellas latitudes del más allá, sutil y dentro de lo ultramicroscópico material, luminoso y espiritual.

27 Quienquiera de vosotros que haya hecho mal; si da media vuelta, si vuelve la espalda al mal, si se arrepiente o aparta definitivamente de esas tenebrosidades erróneas y se entrega también definitivamente a plenitud, en espíritu y en verdad, al amor excelso, al bien, a la luz de Dios, nulificará, abolirá la consecuencia de su maldad pasada; rechazará esos ecos sombríos; y no habrá tal efecto malo por su causa mala porque con el amor, muere o cesa la maldad y su efecto en dondequiera que se encuentre y cualesquiera que sea la precisa condición en que se halle, durante el desarrollo o cumplimiento de la manifestación de la Ley en su expresión inferior de “causa y efecto.”

28 Por eso os he dicho que no hay más que dos modos de pagar, de restituir, de desagraviar, de volver al equilibrio que os corresponde a los altos planos de la paz espiritual, a la serenidad magnífica que tenéis que alcanzar: con amor o con dolor.

29 El amor: es la gracia que con toda mi ternura os otorgo para que borréis vuestras equivocaciones y sus consecuencias. Y el dolor: es la pena de vuestras faltas a la Ley cuando no queréis usar esa gracia que yo os doy. Restituid siempre con lo que vos queráis, pequeños hijos míos.

30 En mi camino: restituís gozando; con los vuestros, restituís llorando. Con lo mío: avanzáis llenos de gozo, que los que no me siente n, no comprenden; con los vuestros: subís y descendéis, pero siempre sufriendo y dejando en vuestro camino lágrimas y amarguras.

31 Cuando me sigáis, cuando no me neguéis, cuando a pesar de vuestras penas, me defendáis,  como decís que mi hijo, dimas, me confesó y defendió clavado en la cruz  pronto me sentiréis con vos en los reinos de lo sutil. Pero vos, que me negáis con vuestros cultos imperfectos, vos que me cerráis el corazón y el cerebro cuando os llamo. ¡Oh! Mi pequeño muy amado, yo os perdono y os bendigo; pero en vos, se cumplirá vuestra ley de tinieblas y desesperación.

32 Para que podáis asimilaros a mí; para que podáis entender mi enseñanza: debéis identificaros con el amor. Sólo así ocurrirá en vos la bella transformación.

33 Allí tenéis la explicación de los grandes caminos en la conducta de vuestros verdaderos grandes hombres. Ellos rectificaron, cambiaron, se transformaron porque fueron tocados por los reflejos del amor; porque fueron sensibles a pensamientos elevados y puros. Mas, en verdad, os digo: que nadie ha sido perfecto como humano, sino uno: Jesús.

34 Muchos pasos gigantescos os faltan más allá de la carne y de vuestro materialismo para llegar a las altitudes que os enseñé a través de Jesús. Mas, esos pasos, son bellísimos. Sin embargo, os recuerdo y repito: que para alcanzar tales grandezas, necesitáis ser aquí, pequeños mesías.

35 Vosotros mis trabajadores muy amados, como muy amados son todos los humanos, porque debéis de entender, que yo no tengo seleccionados ni escogidos; vosotros, mis párvulos, discípulos, trabajadores y congregaciones de mis recintos, no “templos” ni “sagrados lugares” de pobres cultos que no tengo, ni deseo tener, sino en vuestro corazón, en vuestro interno sensorial, en vuestro hondo y limpio sentir; vosotros, mis parvulillos muy amados: mucho padeceréis y lloraréis, mientras no obedezcáis las clarísimas orientaciones que os doy en mi enseñanza de amor.

36 Vuestra desobediencia y rebeldía os trae sufrimiento interno y externo y os trae también la rebeldía de vuestros propios hermanos que estuvieron como vosotros impreparados, alejados fuera del amor, porque no le quieren recibir, porque le rechazan, porque lo niegan con sus actos y pensamientos.

37 Sin embargo, no obstante vuestra indolencia, por la cual no podéis apartaros de vuestros lacerados caminos, tenéis el consuelo que os da vuestro Maestro; tenéis el bálsamo que os da mi palabra, que siempre aleja la desesperante amargura que tienen aquellos que para nada escuchan la voz del Cristo, las esencias irradiadas por las luces vibratorias del Padre. Y como sois más duros que las rocas, ¡oh! Trabajadores míos, vengo a repetiros con verdad para vuestro gran libro de la vida, mis lecciones de orientación que os ayudarán a cumplir vuestras misiones.

38 Vengo a transformar la misma savia que os he dado muchas veces, en letras indelebles al alcance de vuestra mano y de vuestra mente, para que las estudiéis y con vuestro constante estudio, despertéis; para que las sintáis y las practiquéis, porque quien las siente, ineludiblemente las practica.

39 Vengo a daros el abecedario de vuestros deberes, porque os habéis confundido con las literaturas del mundo y con la ignorancia de vuestros directores.

40 Escuchad, atended, congregaciones de mis recintos: los intérpretes de mis pensamientos, mis pedestales, los portavoces de mi enseñanza, dedicarán sus esfuerzos a mi obra en la máxima medida de sus posibilidades y mis discípulos o doctrinarios en justa correspondencia a esos esfuerzos, ayudarán a esos mis amados portavoces, en la mejor forma que su amor les inspire con el fin de suavizarles las duras luchas de su vida material.

41 ¿Cómo queréis grandes portavoces de mi luz, si les abandonáis, si no les sabéis cuidar y ayudar? Su misión es la más delicada, es la raíz del árbol corpulento de buen fruto, es la base de la grande y nueva estructura espiritual entre las relaciones de los hombres. En sus estados de éxtasis material y espiritual, ellos deben Ser y serán en estos tiempos de los principios de la transformación mundial que se acerca, los instrumentos del Maestro de maestro; los principales predicadores, los guiadores verdaderos, los intérpretes de los pensamientos espirituales.

42 Fijaos que os digo que “deben Ser”, porque aún no lo son completamente; sus comunicaciones están mezcladas con plasmaciones mentales de formas, con prejuicios mundanos, con los reflejos de sus pasiones o de sus preocupaciones materiales. Hay en ellos, todavía manifestaciones involuntarias de lodo mundano que mancha mi rocío divino. Tienen todavía brotes de ignorancia, de tradiciones y cegueras espirituales, propias y ajenas, con las que salpican mi comunicación divina dentro de su entendimiento humano.

43 Esto no os debe extrañar, porque necesario era para todos vosotros este principio de preparación, eran necesarias, es claro que en consonancia y merecimiento de vuestro cumplimiento existen estas rudimentarias escuelas que habéis tenido y tenéis, para pasar a otras superiores. No podéis recibir toda la luz al mismo tiempo porque os cegaríais de tanta luz.

44 La misión de los portavoces de mi palabra es la más grande; pero mientras no estén bien atendidos, su responsabilidad es menor que la de los cuidadores de mis recintos, porque aquellos son descuidados, abandonados a sí mismos y mal dirigidos por los que tienen el cargo de guías o la personalidad de directores.

45 Si les sabéis cuidar, educar, dirigir y proveer, tendrán entonces máximas responsabilidades y deberán entonces dedicarse por completo a mi obra y a su misión de portavoz; tendrán que llevar la luz a doquiera que se la pidan con sanos propósitos, porque entended que cuando no hay sanos propósitos; mi irradiación no se manifestará en palabra, porque no es pan para curiosos, ni alimento de fementidas voluntades; y entonces, aprended a tener cuidado, porque mixtificadores vendrán a confundiros, mas, ya lo sabéis: por el fruto, conoceréis el árbol; por la enseñanza, reconoceréis al Maestro.

46 No corresponde a los pedestales y facultades, determinar sus actividades estáticas; sino a sus amorosos protectores y vigilantes verdaderos, competentes en espíritu y en verdad.

47 Mas, si no hay esa vigilancia ni esa protección, ni esos cuidados para con ellos, demostráis con eso que no tenéis la amorosa capacidad para saberles dirigir, y no tenéis, trabajadores míos, ningún derecho para exigirles trabajos, horarios ni perfecciones en sus comunicaciones. ¿Acaso pretendéis sembrar cizaña y recoger trigo? Entended que nadie puede dar más de la justa y propia medida, graduada empero, con más de lo que os merecéis, debido a que interviene el amor espiritual.

48 Pero si sois injustos con ellos, no debéis esperar; sino que os den algunas inexactitudes, frases de verdad salpicadas de mentiras, de errores o fanatismos que les inculcáis o permitís que se inculquen ellos, abriendo así los conductos de comunicación para espíritus, o influencias de hombres, afines con esas tinieblas.

49 Por eso hacéis a cada momento el ridículo, por eso os encontráis a cada paso con una decepción, con fracasos, por eso tenéis que trabajar poco menos que ocultos y perseguidos o burlados, porque no habéis querido entender: que la verdadera espiritualidad es seria, es digna, es luz que salva y que reciben todos con verdadero gozo. Y por ello, también habéis ahuyentado a muchos de vuestros hermanos que ansiosos buscan la Verdad que alimenta al cuerpo, al alma y al espíritu.

50 La mayoría os creéis espiritualistas, sin serlo; muy pocos sois competentes y elevados hasta el grado del espiritualismo experimental y menos todavía sois los grandes espiritualistas que siente n la doctrina de amor que os entregué en el Segundo Tiempo a través de Jesús, hoy en este Tercer Tiempo, irradiada a través de los cerebros humanos en éxtasis varios, por medio del entendimiento humano o en la inspiración en sus diversos aspectos de elevación espiritual.

51 Mas, en mi infinita sabiduría todo está previsto, mi pueblo. Todos los humanos han contribuido para preparar estos momentos, en los que ya están listos los ambientes para entregaros la Verdad, la que os iniciará en los nuevos senderos de la transformación humana y espiritual que gestándose está entre la humanidad.

52 Por eso os digo que no debéis juzgaros los unos a los otros; mas cuando queráis corregir o enseñar, usad mis palabras en mi nombre y con dulzura, porque no sois vosotros, los impreparados, los llenos de errores, los que enseñáis algo bueno con vuestras vanas palabras; no sois vosotros los maestros, sino yo, el amor divino.

53 Enseñad, sí, pero enseñad con vuestros ejemplos de amor, con mis palabras y en el nombre de Dios; sólo así brillaréis. Con el amor en vuestro corazón, es imposible que os equivoquéis.

54 Normad vuestra conducta conforme a este consejo divino que os doy en todo un inagotable tesoro, que si vos lo sabéis conservar, os ahorrará siglos de lágrimas y os llevará dentro de mi camino recto, y muy alto ascenderéis, hijos míos.

55 Después de mis portavoces, corresponde la mayor responsabilidad, en sus misiones, a los actuales y futuros encargados de recintos o escuelas de estudio espiritual, quienes deben contribuir con trabajo y óbolos de cooperación, para el sostenimiento del lugar donde entreguéis cátedras espirituales y el de mis ruiseñores o instrumentos humanos.

56 Después, pero no los postreros, porque ellos serán más tarde los primer os y porque ante mí no hay primer os ni postreros, corresponde a las congregaciones el sostener, el completar lo que es menester para el sostenimiento de mi obra, en cuyo sostenimiento ocupan ante vosotros, prominente importancia, mis portavoces, que con sus voces sonoras y llenas de sentimiento entonan la idea espiritual que mi pueblo amado, escucha, y que poco a poco les llevará hasta la cumbre de la esencia salvadora, hasta la cúspide de la montaña, donde encontréis la comprensión excelsa que os traerá la paz sublime del espíritu, la limpidez y el orden en vuestras almas, y como consecuencia o añadidura, la paz fraternal entre la vida de los hombres.

57 ¡Hasta entonces, humanidad, hasta cuando comprendáis mi enseñanza, porque ya aspiréis en plenitud los murmullos del canto de la idea espiritual divina, que cual armoniosa melodía de rítmicas notas, entonadas por las brisas del efluvio de mi amor, penetren hasta lo más profundo del último de vuestros átomos; hasta entonces seréis feliz, tendréis salud y dicha completa, porque os moveréis dentro del encanto misterioso que contiene la omnipotencia divina de mi Ley!

58 Os habéis olvidado del mandamiento: “amaos los unos a los otros” que os entregué en el Segundo Tiempo por labios de Jesús; habéis enterrado esa guía divina; habéis sepultado en lo más recóndito de vuestro corazón, ese sol de vida; y habéis colocado sobre esa tumba, en vuestro corazón, una pesada lápida de roca que no permite el paso de mi luz; habéis entorpecido el nacimiento y desarrollo de vuestras virtudes, no las dejáis que broten cual bellas y tiernas flores, como una ofrenda al supremo creador.

59 En verdad os digo que de los sepulcros de vuestras carnes, brotan las flores del amor de la madre tierra, que transfigura las substancias de vuestras pútridas materias en suaves musgos, en bellas plantas, o arbolillos floridos que perfuman vuestro ambiente y que os dan su fruto para poneros otro ejemplo patente del amor divino; mas, de los sepulcros de vuestros corazones, sólo brotan los ¡ayes! Desgarradores que son los ecos ruidosos y sombríos que repercutiendo están en las lápidas rocosas que cubren las impetuosas necedades de vuestros espíritus, hartos de desobediencia y de violaciones a mi Ley, a la máxima que os dejé de: amaros los unos a los otros.

60 Por eso debéis rectificar. Debéis formar, los que tengáis el buen propósito o la certeza de vuestra capacidad y firmeza en el amor sentido, verdaderas hermandades de confraternidades mutualistas de incansable cumplimiento espiritual y cristiano.

61 Mas, ¡ay! De aquél, en verdad os digo, que sin tener la intención sana y pura de querer andar por mi camino de luz, de dulzura y de ejemplo, se interpusiese ante los altos designios del Padre, y se engañase fundando agrupaciones en las que buscase vana preeminencia honorífica de su pobre y pasajera personalidad humana, ¡porque desventurado se tornará!

62 Mis verdaderos discípulos no desean honores de vanidad en la tierra, siente n y anhelan ser sembradores de lo mío; y lo que a ellos corresponde, por su cumplimiento y por su amor, me lo dejan a mí, porque nada esperan de los demás; todo lo que esperan del amor, es que dondequiera el amor brille; y yo, en verdad os digo, mucho les daré aquí, y en el más allá, en mi reino.

63 Debéis dar, con beneplácito, la bienvenida y el paso libre a vuestros hermanos que lleguen con generoso corazón dispuestos a trabajar en las grandes tareas del Cristo, porque no seréis vosotros los dueños de las parcelas de esas hermandades, sino yo: vuestro Maestro.

64 Yo os he dado mucho; os he dado mandamientos y preceptos de mi Ley, os he dado cargos en mi obra, os he aleccionado para templar y enseñar a vuestro espíritu; os he permitido nombramientos que ambicionabais dentro de vuestros pobres trabajos; pobres, sí, y endebles, pero yo, doy mucho por poco que me den; os he revelado los pedimentos y juramentos que me hicisteis en espíritu, desde antes de nacer la materia a la que estáis encarnados, y sin embargo, todo lo olvidáis y muy poco me servís.

65 Los que no estáis enseñoreados, estáis fanatizados o sois adoradores de liturgias y de legiones espirituales a las que pedís más que a Dios. A esos espíritus y a esos hombres, se les ama y se les da todo lo que el amor sabe dar; pero no se les pide, lo que ellos no pueden dar. Sólo hay un dador todopoderoso que lo da todo a cambio de un poco de amor verdadero, pero no da algo por otros caminos ni por otras razones que estén fuera de mi Ley.

66 Os permito algunas veces, que en vuestro libre albedrío, por la virtud de elementos que yo conozco y vosotros desconocéis, que tengáis los pequeños placeres que buscáis y que después os ocasionan dolores, mas, no soy yo, quien os da esas pequeñeces ni esos dolores; sois vosotros mismos, los que los buscáis; yo, sólo permito, que recibáis la lección.

67 Yo os doy, mi pequeño, os doy en Espíritu y en verdad aunque me neguéis y me humanicéis, empequeñeciendo mi ser ante vosotros mismos; pero la consecuencia de vuestro error la tenéis que soportar a gusto o a disgusto; porque vuelvo a repetíroslo: así creasteis vuestro mundo al que adoráis, en desobediencia a mi Ley de amor.

68 Sólo a uno debéis de glorificar: a Dios, en el ejemplo que os dio, en Jesús; y a Cristo, en vuestros hermanos y en todas las cosas creadas. Pero esta glorificación, debe ser en vuestro corazón y con obras saturadas con esencias de amor y de perdón, de ternura y bondad; no en imágenes, ni en lugares determinados, porque esos no son míos, son creaciones de los hombres.

69 Quien glorifica a su hermano, no en lo externo, sino en espíritu y en verdad, es porque le ama; y quien así lo hace, es porque recuerda y ama el ejemplo de Cristo en Jesús, y quien recuerda y ama a Cristo en su esencia, es porque ama a Dios al gran desconocido para vosotros, los encarnados.

70 Cuando os digo que améis a Dios en el ejemplo de Jesús, es porque eso es lo más grande que podéis entender del Ser Supremo manifestando su poder en forma humana, pero de plasmación divina en el vientre de María; y os agrade o no, ésta es la Verdad.

71 Os digo: dejad ya de perder horas preciosas de vuestra vida, escudriñando mi genealogía. Mas, si perder el tiempo queréis, ocupaos de estudiar la vuestra que no está tan limpia como la mía, porque la mía era, y sigue siendo: luz, hecha forma humana, para que la vierais vos en aquel tiempo.

72 Mi luz primicia o esencial, no la podéis vosotros ver; mas, el amor del Padre, puede combinar todas las luces existentes y crear con ellas formas o plasmaciones palpables o impalpables para vos; y la luz de Cristo, la luz del amor de Dios, lo mismo es, en la cantidad necesaria, vibró en Jesús para las maravillosas manifestaciones que vosotros en parte conocéis o presentís, mas yo os revelaré poco a poco los grandes significados de las huellas de mi paso para vuestra redención.

73 Ya veis cuán grande es mi amor, cuando os da ¡tanto! Comparado con lo poco que creéis merecer, según vuestros propios juicios; porque según los míos, ¡oh! Mis pequeños muy amados, no temáis, porque mis juicios, son únicos, incomprensibles para vosotros, son juicios de amor que os absuelven y consuelan desde antes de que vosotros pequéis. En esta cátedra, os ampliaré estos conceptos para que poco a poco vayáis penetrando al reinado de la claridad espiritual.

74 Alguna vez os hablé del Espíritu consolador, del Espíritu de verdad, del Espíritu Santo, lo mismo es, comprended que esa variedad de palabras es de vuestro lenguaje y denominan la misma esencia de los infinitos atributos del Padre; pero ya lo veis, vuestros ciegos teólogos y vuestros errados artistas, escogieron el vocablo de Espíritu Santo con el que inventaron una exageración de ignorancia espiritual; colmaron sus infantiles, pero fantásticos caprichos, creando la “tercera persona de la trinidad divina” la pintaron como avecilla o como gemelo de la “figura” que imaginaron de Jesús: y allí les tenéis, aferrados a sus pobres teologías y muy ufanos con sus “pinturas maestras” según dicen ellos; y vosotros, lo repetís en coro de irresponsables ante mí, que sé el porqué de todo y que todo lo perdono; pero muy responsables debéis ser ante vosotros mismos, porque lo tendréis que restituir penosamente si no rectificáis como os lo vengo enseñando en la esencia de mis cátedras dadas por todos mis instrumentos humanos.

75 No sigáis adorando falsas deidades, porque seguiréis aumentando vuestros inútiles libros mitológicos; seguiréis siendo idólatras sin amor.

76 Sólo hay una verdadera deidad divina, pero esa deidad es Espíritu, es esencia, es energía, es luz, es muchas esencias y manifestaciones divinas que vos no podéis saber en vuestro presente estado material, todo eso y más es Dios; y yo fui, la manifestación de un átomo de su amor en carne de Jesús, para que me tuvieseis de ejemplo.

77 Todos los demás, todos esos relativamente iluminados que vos confundís con Dios, fueron menores que Jesús. Amadles, bendecidles en mi nombre, os doy potestad para ello, pero no adoréis sus figuras, porque ellos ya no tienen esa forma humana, ya son espíritus de luz que también os aman y os bendicen, porque entienden y saben cómo vibrar al unísono con Dios.

78 Vuestras biografías, que no son sino interesadas apologías de los que habéis hecho vuestros héroes semidioses o dioses profanos, místicos o iluminados, sólo os pueden servir de oropelesco aditamento cultural para adorar nuestro intelecto o entendimiento humano, ante vuestra propia vanidad y ante los demás.

79 No tratéis de convertirles en “modelos de perfección” ni en “jerarquías divinas” de las que vos, no entendéis; y menos, tratéis de convertirles en vuestros intermediarios, intercesores o abogados ante Dios. Vuestras buenas obras, vuestros limpios pensamientos y yo, el amor divino, abogaremos por vos, en los amargos instantes de vuestros propios juicios.

80 Llegad a mí, vos sólo, con vuestra alma limpia y el espíritu luminoso; y si llegáis así, con vuestra conciencia pura, elevada, radiante de bella armonía; ello significará que habéis hecho mucho bien, que habéis dado mucho, que habéis beneficiado a toda la creación, que habéis amado a los que os atraen y a los que os injuriaron; que habéis irradiado amor en todos vuestros pensamientos, palabras y actos; y entonces, no llegaréis sólo a mí, porque os rodearán las legiones de luz que habréis atraído con vuestras blancas intenciones aun antes de que las veáis. Y esas legiones que irradian hermosísimas y multicolores luminosidades incomprensibles por ahora para vos, os recibirán en mi nombre, os reconocerán y vos las reconoceréis porque quien acostumbrado está a la luz, la reconoce en todas partes. La grande y primer a luz, os deslumbrará por un instante, ¡bello instante de transición de lo denso a lo sutil! Pero después, esa luz radiante, será vuestro ambiente.

81 Bien, trabajadores míos, os seguiré dictando la lección de mi enseñanza; mas, debéis comprender, que para todos es: cuando hayáis transformado vuestros lugares en fértiles parcelas, en donde el amor ilumine manifestándose entre los que allí se congreguen, hechas estarán las purísimas confraternidades de mutualismo espiritual cristiano; y hasta entonces, podréis consideraros como mis pequeños párvulos de segundo grado; mas, entended que os hablo en lenguaje figurado, no en gradación de medidas jerárquicas.

82 Necesario es que os haga esta advertencia, porque tan viciado estáis con los métodos de escuelas diversas, tan profundamente tenéis arraigada la monotonía de dar formas a todos, que seríais capaces, os sentiríais autorizados para empezar a formar nuevos grados, nuevas escalas, nuevas clasificaciones de ropajes, insignias, blasones y nomenclaturas mágicas y de vanidad, para repartiros y ostentar en vuestros innecesarios festines, nuevas jerarquías y nombramientos de pintados laureles. ¡Lenguaje humano, lenguaje figurado tengo que usar para que me entendáis!

83 Si queréis que os hable en sentido espiritual, recto y exacto, en verdad os digo que cuando os améis los unos a los otros, todo se habrá consumado. Mas, como esta verdad aún no la entendéis, tengo que hablaros en variadísimos y extensos modos para que poco a poco vayáis recibiendo la luz que podáis resistir.

84 Sembrad estas bellas plantitas, estas hermandades, como las sembraron mis primeros discípulos; pero no las corrompáis como más tarde también lo hicieron otros amados míos, fundando iglesias en edificios de cantera y promulgando normas, estatutos, dogmas, cánones y naderías a su capricho y torcida conveniencia, y de acuerdo con su ignorancia y miseria espiritual.

85 Para saber enseñar y para saber dirigir, todo lo que necesitáis es saber amar.

86 Imposible es que podáis ser misioneros, cristianos o espiritualistas, si no tenéis amor en vuestro corazón.

87 ¿Queréis mayor claridad? Pues bien, os la daré: hoy una lección, mañana otra, hoy unos y mañana otros, todos recibiréis la claridad sublime del Padre cada uno a su tiempo.

88 Os vuelvo a repetir: que todos llegaréis a mí, porque no en vano existo yo, el perfecto modelo de amor del Padre ante los hombres; pero mientras más tardéis en reconocerme y sentirme ¡oh! ¡Pobrecitos míos! Más lloraréis.

89 Sin embargo, os digo: ¡alegraos! Porque en vuestras quejas me llamaréis. En verdad, os digo: nadie se perderá en espíritu.

90 Todos sois mis hijos muy amados que aún no expresan sus virtudes a la claridad del nuevo día. Mas, a eso vengo, a hacer brillar vuestras virtudes, ya que las habéis ocultado en el velo espeso de vuestro materialismo. Vengo a daros luz, dirección, paz, todo esto y más tiene la gran sabiduría del amor.

91 Vuestro pasado pasado es. La eternidad os reclama. Conozco vuestros caminos, sé vuestros pensamientos. Ante mí tengo el libro de vuestra vida pasada, lleno de manchas; y también en ese libro están las páginas de vuestras transformaciones venideras.

92 Todo lo veo, todo lo sé. Conozco vuestro pasado, presente y futuro y sé todo lo que necesitáis. Sé lo que os doy y lo que os permito en vuestras pequeñeces, y os digo: todos os reuniréis conmigo; pero cada uno tendrá que reconquistar la altura de mi reino, por sí mismo; y ya lo sabéis, os lo he repetido mucho: o la reconquistáis fácilmente con el amor; o bien, con jirones de vuestra carne, con torrentes de vuestra sangre, con lamentos de vuestra alma y con angustia de espíritu.

93 Yo os ayudo, os dirijo, os consuelo; pero a vos os toca hacer el resto; a vos os toca obedecer el eco tenue del amor divino que delicadamente espera a las puertas de vuestro corazón para llenarle de bendiciones.

94 Yo os fortifico, porque ¡ay! Humanidad ignorante, si no fuera por mi amor que es la primer a energía del universo, ni siquiera existiríais.

95 Si conocierais las páginas del libro de vuestro pasado, como las conozco yo, os enfermaríais de tristeza, ¡tanta sería vuestra amargura y tan grande vuestro espanto! Que os consideraríais irredento. Pero también en esto, como en todo, brilla mi amor, porque no os permito agonía tan terrible y duradera; y por caminos menos ásperos, combino las acontecimientos y las cosas para que vuestras mismas obras blancas, que yo os inspiro en medio de los laberintos de vuestras andanzas, os vayan redimiendo; y solamente permito, ciertos dolores de vuestras propias cosechas que podáis resistir.

96¡ah! Si conocierais las páginas futuras del libro de vuestra vida, ¡cómo sonreiríais ante vuestras jactancias, ante vuestros miedos y ante toda vuestra pequeñez de hoy!

97 Cuando estéis más elevados espiritualmente, recordaréis con gozo vuestros dolores, que son pocos para lo que os merecéis de acuerdo con vuestra justicia, pero exactamente justo de acuerdo con el excelso amor divino; entonces os avergonzaréis de vuestros ritualismos, de los espantajos y trivialidades que habéis inventado y que os hacen gozar y sufrir tanto en vuestra manera artificiosa de vivir.

98 ¡Oh! Labradores de mis campiñas: debéis limpiar de espinas y luchas materiales los caminos de mis portavoces, de todos mis instrumentos de interpretación espiritual. Debéis cuidarles y amarles como a vuestros propios hijos. Espiritualizaos y espiritualizadles mucha idealidad, mucha pureza, mucha tranquilidad debéis darles. Su trabajo es fuertemente cerebral, sutil, delicado. Necesitan todavía, porque aún no me aman plenamente, fortalecer sus materias con estímulos de cariño, con tiernos y sabios cuidados; eso es amarles; eso es espiritualizarles. Necesitan todavía, sentir objetivamente el amor en todas partes para que puedan absorberlo y sembrarlo; para que puedan afinarse, fundirse de espíritu a Espíritu y hacer contacto perfecto con las irradiaciones del amor de los amores.

99 El mundo necesita portavoces espiritualizados, instrumentos humanos de mi luz, fuertes, potentísimos; sólo así podrán hacer las maravillas que quieren los de las legiones de Tomás, esos mis amados que necesitan ver, palpar, probar y oler toscamente para convencerse; esos que ignoran que ellos podrían hacer todas las maravillas, si fueran menos de Tomás y más de Jesús.

100 Y vosotros, portavoces míos, mientras vuestros hermanos no os cuiden y provean como es mi consejo, perdonadles, resignaos, sed buenos, pedidles con humildad; recordadles con afabilidad estas mis instrucciones; decidles sin vanas vergüenzas ni orgullos, vuestras penas y necesidades; implorad en mi nombre, a mis trabajadores y congregaciones de mi pueblo lo que vuestro limpio corazón desee; y entregaos a mí, confiad plenamente en mí, porque si lo hacéis así, yo tocaré sus sentimientos y os proveeré todo lo que os sea menester.

101 Instrumentos muy amados: a todas horas pero muy especialmente cuando sintáis el toque servicial, pensad inmediatamente en mí; determinaos a servirme con infinito gozo para el bien de vuestros hermanos; pensad que vais a servir a la energía espiritual de Dios que os llenará de vida, de salud y de dicha íntima; y yo, el amor de Dios y en armonía con el recuerdo vuestro de Cristo en Jesús, os corresponderé y os colmaré de gracias y de dones.

102 Mas, ante todo, os digo lo mismo que a todos mis hijos: para que podáis hacer y merecer todo esto, necesitáis dulcificaros; necesitáis ser buenos; necesitáis, en pocas palabras: percibir intensamente el sentimiento de amor en espíritu y en verdad, porque sólo así lo tendréis todo.

103 Es inútil y perjudicial que penséis en otros conocimientos y formulismos externos. Entendedlo bien para que no caigáis: primer o, amad y dejadme lo demás a mí; porque yo os lo entregaré por añadidura.

104 Recordad que yo os cuido, que yo os protejo en vuestro éxtasis, que mi fuerza os impregna con todos los elementos que necesitáis para vuestro adelanto, para vuestra salud y perfeccionamiento. Si os entregáis a mi ¿a quién o a qué podréis temer?

105 Entended: que vuestra actividad es de importancia para vosotros mismos y de grande responsabilidad ante Dios si la cuidáis y me respondéis con amor, todo lo recibiréis; mas, si la descuidáis, os atraeríais inmensas amarguras y penosos fracasos en vuestra misión.

106 Debéis alejaros de viejas y erróneas doctrinas religiosas. Los tiempos son otros; ya pasaron los años de los pases con las manos y de otras quisicosas, de frases y prácticas superfluas que os han hecho creer que necesitáis, para entrar en éxtasis o salir de ellos.

107 Mirad, portavoces amados, mirad la luz de la rectificación que os doy para disipar vuestras tinieblas: os han dicho que las corrientes fluídicas o espirituales se cortan; os han enseñado que los ruidos os distraen, que la luz del sol y las artificiales os molestan; os han contado que necesitáis de cansados rezos y limpias espirituales o exorcismo; os han obligado a trabajar en ambientes exclusivos preparados con humos de incienso y perfumes; os han repetido que necesitáis fuertes ejercicios y disciplinas, que necesitáis aprender y seguir métodos más o menos llenos de faramallas externas y mentales y todo eso, portavoz, cándido hijo mío muy amado, debe pasar; arrancadlo de vuestras creencias y de vuestros aprendizajes absurdos, porque de cierto, os digo, que todo es innecesario, es mentira, es necedad humana; todas esas rutinas y normas de malos hábitos han nacido de los sistemas impuestos por viejas escuelas de anacoretas egoístas; han brotado de las costumbres e ignorancias pasadas, con rigideces y olores de cadáveres; todo eso proviene de disciplinas de ascetas y de ordenanzas de reformatorios mundanos y fracasados. Y todo eso, os transforma en portavoces cobardes, pésimos, inservibles para las definitivas redenciones del espíritu; todo eso, os llena de sugestiones y autosugestiones que opacan el brillo de las límpidas comunicaciones del espíritu que quiere dar al humano lo mejor para su propia felicidad.

108 Sin embargo, aquí también resplandece mi amor que interviene ocultamente para que no caigáis en mayores aberraciones; y por eso es, que en vuestras comunicaciones, se impone mi voluntad para que deis algunos chispazos de mi luz, la que en justa medida que dicta mi sabiduría, borra el chisporroteo de cieno de vuestras manifestaciones de media unidad; y por eso los pueblos responden, porque es el amor que secretamente va tocando y despertando los nobles sentimientos de las congregaciones, a pesar de los velos humeantes con que algunos de mis pequeños rodean los momentos de mis irradiaciones sonoras por medio del entendimiento humano.

109 Para recibir de mí, no necesitáis más que pensar en el ejemplo de Jesús, amante y cariñoso; y esperar confiado, en que yo os mande lo que sea mi voluntad.

110 Mas, ya que todavía os gusta rezar y pedir, no obstante que os he dicho que hagáis con vuestras intenciones y vuestras buenas obras la oración diaria del día, ésta debe ser vuestra oración suprema para todas las ocasiones, pueblo bendito: ¡Padre, Maestro, muy amado! Por favor, sobre mi pequeñez y mi ignorancia, concédeme la gracia de que se refleje en mí, tu divina voluntad . Eso es todo, y con eso, pensad, meditad, analizad y comprended que os autorizo a que me pidáis, mucho más de lo que os merecéis, mucho más de lo que entendéis y mucho más de lo que podáis esperar por mucho que pueda ser.

111 Allí tenéis la oración de la época que os doy, para que enriquezcáis y simplifiquéis aquel “Padre nuestro” que me pedisteis en el Segundo Tiempo. Allí tenéis la sencilla oración que hablará muy alto por vos, y que todo lo pide; os la doy con mi amor para que me la devolváis, así: humilde y pura, como delicada ofrenda que haya brotado de lo más tierno de vuestro corazón.

112 ¡No la profanéis ni la destruyáis, mi pequeño destructor y profanador de lo puro; que no la digan vuestros labios, si es que no la sentís! Porque decir, no es sentir; y si la sentís, no necesitáis decírmela, porque yo la escucho en comunión espiritual, en el silencio de las vibraciones potentes del pensamiento de vuestro espíritu, cuando está radiante de mansedumbre y de amor y lleno de tiernas esperanzas concentradas en mí.

113 ¡Qué mayor grandeza y alegría que eso! ¿Acaso creéis que yo, necesito que me digáis lo que tengo que hacer? ¿Acaso creéis que yo necesito que me preparéis lugares y farsas, rezos y cánticos de palabrerías que repetís continuamente, para que yo pueda manifestarme? ¡Qué pequeños y equivocados estáis, cuando creéis que el Cristo, necesita escenarios preparados por los hombres, para daros lo que os merecéis!

114 De cierto os digo, instrumentos muy amados, que no tenéis necesidad de preocuparos por escoger lugares, ni por estar sentado o de pie, ni por estar envuelto en tal o cual vestuario, ni tampoco necesitáis que os cuide alguien en vuestro éxtasis. Ninguno sabe ni puede como yo, daros el lugar, el vestido, la posición y la hora que necesitáis para cumplir con mis designios.

115 Día llegará, mis ruiseñores, en que recibiréis de Espíritu a espíritu mi enseñanza y entregaréis cátedra en cualquier hora delante de multitudes heterogéneas y hasta contrarias; días se acercan, en los que daréis mis pensamientos ante muchedumbres que hablen distintas lenguas. ¿Vais a esperar que esos mis hijos profanos y hasta opositores que ignoran todo eso y que por primera vez os escucharán, os hagan los mismos ritualismos exóticos y os recen vuestras cansadas letanías a las que os han acostumbrado vuestros guías o directores, turbados por malos libros y peores escuelas o religiones?

116 Los tiempos se acercan en que os daré mi cátedra irradiada de Espíritu a espíritu en los campos, en las calles, en todos los nombrados templos de todas las sectas, en las plazas, en los palacios y en las chozas; y dispuestos y preparados debéis estar a todas horas, para servir de intérprete a vuestros hermanos, pensando en mí.

117 Y cuando lleguen esos momentos, ¿creéis que yo necesitaré para manifestar la irradiación de mi luz, de inciensos, vestiduras especiales y palabrerías de rezos u oraciones sin alma? ¿Vais a buscar escuelas y profesores para aprender todos los idiomas?

118 Porque en verdad os digo, que hablaréis mis ideas, interpretaréis mi luz; y cada quien, la recibirá en su propio idioma como sucedió algunas veces cuando mis discípulos hablaban de mi reino, recordando a su Maestro, a mí. Estas manifestaciones espirituales, las llaman milagros aquellos que las aceptan como posibles, pero que por su ignorancia o hueca sabiduría, carecen de amor y de doctrina divina; o bien, las niegan y las juzgan como imposibles, aquellos otros ignorantes o de crudo intelecto cultivado con levadura de cizaña; pero en verdad, os digo: que esas son pequeñeces que pueden hacer sin esfuerzo y con mi potencia, los verdaderos discípulos del amor de Dios.

119 Por eso estoy recomendando que se os provea de todo lo necesario para que podáis más fácilmente entregaros con toda el alma y espíritu, a la obra de la enseñanza de mi amor. Vuestros principios en la comunicación espiritual, dejadlos también a mi cuidado, porque mediocres maestros son los hombres.

120 Fijaos, portavoces: he dicho que todo me lo debéis dejar a mí, si en verdad me amáis, si palpáis vuestros sentidos con amor; y entonces, veréis y sabréis por vos mismo, lo que son los milagros del Cristo, como vos decís. Mas, si no sentís amarme todavía en vuestros prójimos, pueden seros útiles algunos consejos de vuestros hermanos encarnados y desencarnados, que algo más que vos sepan amar y que mayores buenas obras tengan, pero no olvidéis que sobre todos ellos está mi palabra esencial que os dirige y que entenderíais claramente, si diáfanos y limpios, ponéis vuestro corazón y vuestra mente.

121 La esencia de mi palabra ante todo; después la de quienes más amen y más sepan, porque éstos también hablarán la esencia de mi palabra en mi nombre, pues nadie tiene derecho a hablar por sí mismo de lo que es de Dios; y quienes tienen ese derecho porque ya saben amar, no lo ostentan para vanagloria propia, sino que lo derraman en el nombre del Padre para el bien ajeno.

122 No debéis de seguir los consejos de ningún médium, porque cada uno es diferente y cada instrumento pretende a formar a los demás según su manera y criterio; ya os he dicho que en la espiritualidad, no hay líneas paralelas como en vuestros dibujos geométricos.

123 Todos tenéis tendencias a la imitación y a la imposición, pero vos, portavoces: seguid los impulsos purísimos de vuestro corazón observad callad meditad sentidme y seguidme.

124 Los instrumentos humanos son cerebros dedicados a grandes labores en sus éxtasis y letargos, pero no son cerebros para fuertes trabajos profanos en estado de vigilia, es decir: despiertos, materialmente hablando, a no ser, que respondan por completo al amor, en cuyo caso son competentes y fuertes para todo, sea dormidos o despiertos. En verdad, os digo: más adelante, habrá muchos de éstos últimos.

125 De cierto os digo: que esta es una cátedra de preparación para que esas comunicaciones perfectas de Espíritu a espíritu sucedan. Empero, muchos seguirán, a pesar de la claridad que les doy en esta cátedra de mi enseñanza, envueltos en sus costras que les ha adormecido sus delicadezas espirituales; pero, muchos despertarán gozosos, y sacudiéndose las cortezas que cubren su entendimiento espiritual, comenzarán a brillar como portavoces de altura que derramarán de Espíritu a espíritu el néctar espiritual sobre las muchedumbres sedientas, como derraman las nubes el líquido refrescante sobre los campos yertos.

126 A vosotros, congregaciones de mis recintos, me dirijo: si queréis estar en el camino de convertiros en los misioneros, en los buenos sembradores de mis tierras, en los propagadores de mi amor con vuestro ejemplo: debéis ayudar a los instrumentos míos; darles, sobre todas las cosas, ternura; con el pensamiento y con vuestros actos, darles cuidados y dádivas, mas, usad la medida, la equidad en todo. Ellos os dan la luz espiritual, el manjar que os deleita y os fortalece. Ellos os sirven para que ascendáis espiritualmente. Mañana, en carne o en espíritu, otros harán por vosotros, lo que hoy hagáis por ellos; siempre multiplicado, ya lo sabéis.

127 Ahora, escuchad todos: habréis ya notado que pocas veces permito que la irradiación de mi luz, de mis cátedras, se manifieste para este libro con esas terminologías viciadas que tenéis en la obra mía. Voy a revelaros el porqué: os habéis llenado de una mezcla de costumbres y vocablos ortodoxos y conformes con todas las escuelas, teorías y religiones, especialmente de las que llamáis orientales, de la judía, de la católica romana, de la católico luterana y de otras más.

128 Dentro de vuestros recintos os habéis echado encima, en muchos casos, “nombramientos y jerarquías” que yo no os he dado; sino las influencias de vuestros malos médiums y peores guías; porque sabed: muchos de esos “guías” se han nombrado a sí mismos o han influido en los médiums para que les nombrasen, en comunicaciones imperfectísimas.

129 Ya os he dicho que en mi obra, tenéis más carne que espíritu; que tenéis más prejuicios y malos hábitos mundanos, que limpidez espiritual. Mas, todo eso tiene que pasar, o caerán, los que no respondan al amor, en mayores tinieblas y sufrimientos.

130 Habéis hecho una mezcla insufrible, contradictoria e incompatible con las alburas de la alta espiritualidad, de la obra del amor, de la ternura y de la comprensión del corazón.

131 El amor, no necesita de ritualismos ni de vanas o pomposas palabras para hacerse sentir. El amor, no necesita de tecnicismos, ni de ceremonias, ni de vanos nombramientos para brillar. El amor, no necesita copiar algo de ninguna vanidad humana, ni tampoco requiere las previas doctrinas con enseñanza de sectas o religiones arregladas por los hombres.

132 ¿Cuándo habéis visto que las buenas madre, que aman en verdad, anden curioseando, es decir, invadiendo los ambientes ajenos para imitar y dar a sus pequeños, lo que otras madres hacen y dan a sus hijos?

133 El amor tiene inagotables formas y modos de sentirse y externarse por sí mismo.

134 Os he dicho, que vengo a señalaros vuestros grandes errores, vuestras grandes fallas o equivocaciones generatrices de vuestras montañas de intrincadas malezas materiales; con eso tendréis bastante para que vosotros mismos hagáis vuestros propios méritos, desenmarañando vuestros caminos profanos.

135 Cesad ya de pedir a Dios por los méritos que os enseñé a través de Jesús, pedidle por los vuestros; sin embargo, de cierto, os digo: que si sabéis que tenéis méritos, no osaréis pedirle algo a Dios, porque sabréis que el os lo dará sin que se lo pidáis.

136 No penséis que vengo a corregir línea por línea de vuestros textos tergiversados unos, y falsos los demás.

137 No pretendáis convertirme en sostenedor o corrector de Biblias, ni en restaurador de alcoranes o de libros que consideráis sagrados.

138 Yo soy el ejemplo máximo del amor que podéis vosotros imitar; y mi amor, os llegará hoy con más claridad porque tenéis más claridad de entendimiento que antes.

139 Estáis aún muy lejos de mí, pero más cerca que ayer. Engreídos estáis aún, unos de unas cosas y otros de otras cosas, pero menos que antes.

140 Durante mi manifestación en Jesús, os hablé muchas veces dentro de los términos y de las costumbres de los pueblos en que me movía; como lo hago hoy y lo haré también según la mentalidad de los que escuchan el trino de mis ruiseñores; pero la esencia que os enseña mi doctrina y mi ejemplo es una, y es inalterable, no obstante la cual pasa inadvertida para vosotros, porque tenéis endurecido el corazón y muy cerrada vuestra mente humana.

140 La humanidad ha olvidado la raíz, la directriz o cerebro de mi doctrina y se ha ido a las extremidades, a lo accesorio de antes, a lo innecesario de hoy; y quiere permanecer nutriéndose con las mismas cascarillas del pasado. La humanidad se olvida de su propio meollo y confía en sus armas; por eso sangra y llora.

141 El hombre se ha olvidado de las fragancias de su corazón y espera ciego de los miasmas del caos de su cerebro; por eso se agita locamente, dejando las huellas de su amargura.

142 El amor divino, irradia, resplandece por sí mismo su dulzura, su complacencia, su paz, su equidad, su sabiduría; todo humanidad, todas las verdaderas virtudes, no aparentes, que en vos tenéis.

143 Por eso, mis amados, debéis retirar de vuestras mentes esas tendencias de imitación a lo imperfecto y a lo superfluo. Debéis derribar las paupérrimas montañas milenarias que han formado vuestras patrañas; así os dije en otra cátedra y os lo recuerdo hoy.

144 La expresión, el idioma y la conducta del amor manifestado en cualesquiera de mis hijos, es de sencillez, de pureza, de hermandad, de aromas perceptibles a todos los olfatos.

145 Yo podría adentrarme en vuestras terminologías partidaristas y deciros primores con ellas, como les he dicho en mis recintos a mis principiantes, pero este es el gran libro de la vida, el libro de la Verdad esencial para el mundo y la palabra grabada tiene que tener caracteres de generalidad; debe tener amplitud de índole mundial, para llamar a todos los humanos de todas las creencias y conocimientos humanos; y he ahí, por qué hago poco uso de rancios vocabularios sectaristas consagrados por la estulticia humana, y que os agrada tanto repetir y oír en forma tal que os nubla las perspectivas de la vista espiritual y la comprensión de lo excelso y sublime.

146 Alejaos de terminillos limitados y levantad el vuelo espiritual para sentir muy hondo los nobles y sabios sentimientos que os despertará el amor. Agitad el corazón más que el cerebro, porque el corazón es el amo del cerebro.

147 ¡Tomad nota, médico, amado hijo mío! ¡Tomad nota de lo que el Cristo afirma! Para que sepáis más y para que os equivoquéis menos, en vuestros diagnósticos y curaciones.

148 Mientras más elevado esté el espíritu del hombre, más ama, más sano y más humilde se siente, y más ignorado del mundo quiere estar. Sólo quiere sembrar, pero no cosechar; sino en la vida espiritual que presiente y que ama.

149 Mas, vosotros, mis hijos, estáis llenos de vanagloria haciendo alarde y boato de nombramientos que no os merecéis y de sabiduría que no tenéis. La mayor parte de esos “nombramientos” fueron hechos, en comunicaciones espirituales viciadas, mentirosas, apócrifas y os habéis dejado sorprender porque os estáis durmiendo. No fui yo, el que inició eso; sino los tentadores encarnados y desencarnados que no duermen para tocar a los malos trabajadores.

150 Mas, en algunos casos quise complaceros para atraeros a mí, porque de vuestras obras me sirvo, ¡oh, pecadores tentadores! De vuestras obras me sirvo, para tornarlas en bienes.

151 Empero, estáis ya en el tiempo de las rectificaciones y restituciones; o trabajáis haciendo honor a esos “nombramientos” o dejadlos; destituidlos, parvulitos míos, renunciad a ellos si no los sabéis entender, para que podáis evitaros grandes responsabilidades que os costarán amargas lágrimas.

152 Mis parvulitos, sentirá n en su corazón lo que se merecen; y entretanto, retirad vocabularios de sectas y olvidad vanas jerarquías, porque todos sois iguales como pecadores.

153 ¡Ni profetas, ni videntes, ni rabinos de la religión de mis hijos los judíos, ni pontífices de la religión en verdad romana o pastores de la verdadera luterana; ni columnas de las sinagogas de Israel o de los templetes salomónicos; ni sacerdotisas, ni pitonisas de lugares mitológicos o paganos; ni iglesias de ningún credo, con “deidades” exclusivas para pequeñas partes de la humanidad; ni rezos, ni grandes sacerdotes; ni inciensos ni ofrendas ni sacrificios; nada, absolutamente nada de eso mis amados! Nada de esa hojarasca, necesita la obra del Cristo; ni nada de eso necesitáis, para “amaros los unos a los otros.” todo eso es ignorancia de ignorancias, humos y humores externos y nocivos. Todo eso sobra; todo eso complica y opaca la nitidez del amor excelso que Jesús, os trajo; por todo eso y otras palabras que dichas están y otras más que os diré después, os habéis extraviado, mis pequeños.

154 ¡Qué no os basta! Que os llame: mi hijo muy amado, y que os toque directamente el corazón, con mis efluvios purísimos, con mis caricias amantísimas. ¡Qué más queréis, si eso os lo dice todo y vale más que todos los nombramientos de la tierra juntos!

155 Yo deseo parvulitos cristianos, discípulos aplicados en el amor, trabajadores activos y de serena voluntad, quiero cristianos humildes aplicados en el amor en espíritu y en verdad. Me refiero a la porción de la humanidad de espíritu tranquilo, porque no quiero humildes por cobardía; sino mansos por la grandeza de la serenidad que da el amor, que comprende y siente, a todos los corazones.

156 Y quienes son cristianos, no buscan reinos ni lugares de oropel en la tierra; pero cuando yo les permitiera estar en uno de esos sitios, sería para que siembren el bien y para que enseñen lo mío. ¡Desventurado aquel que en un lugar de esos no lo hiciera; más le hubiera valido no haber nacido!

157 Muchos discípulos del amor habrá en la nueva era de la luz; y muchos, comienzan ya a espiritualizarse, a desplegar sus alas para llevar a los labradores de mis sembradíos, los trinos de mis irradiaciones.

158 La tierra, en su marcha incontenible, va entrando ya a ciertas áreas o espacios de latitudes de mayor luminosidad; y cuando la luz llega, las tinieblas desaparecen; cuando lo ultra fino vibra, calla, desaparece o se transforma lo burdo y lo grosero.

159 Yo no vengo a dar gloria a las carnes. Arcilla es eso, y yo soy el modelador del espíritu; no del barro. Yo soy el escultor del alma; a vos os toca cincelar la costra.

160 Yo no hablé ni hablo solamente para el llamado pueblo de Israel de tiempos pretéritos; ni mi enseñanza es exclusiva al Israel espiritual presente, vos sois los depositarios; y os repito, porque soy el incansable repetidor: que no tengo seleccionados ni escogidos, que todos sois, en espíritu, mis pequeñas criaturas amadas, a las que les reservo gratas sorpresas en los tiempos interminables de la vida espiritual, y que a todos salvaré sin distinción de raza ni de religiones.

161 Mi palabra y mi amor, alcanza a todos en esta nación y en todo el mundo. Habrá portavoces de mi palabra cada día mejores, hasta que todos los seres humanos me sientan directamente en sí mismos de Espíritu a espíritu, e irradien a su alrededor las suaves caricias y armonías del amor de los amores.

162 En tales tiempos, todos serán interpretes de precisión espiritual, todos serán receptáculos individuales que directamente de Espíritu a espíritu recibirán las cascadas inagotables del Padre para transfigurarlas en maravillosos haces de indescriptibles y luminosas melodías; y vivirán entonces, la plena vida de divinos encantos que hoy ni siquiera puede soñar la pobre humanidad triste y sombría. Presagios veréis, cuando eso sea.

163 Sin embargo, antes de eso, muchos acontecimientos pasarán y muchas experiencias hoy increíbles para vos, tenéis que sentir y aprender; pero no temáis, porque si sois conmigo, seréis fuerte, grande, seréis el valladar en donde se estrellen los torbellinos de las pasiones que por siglos habéis cargado, humanidad; pero de las que os estáis ya sacudiendo, primero porque mi amor hace, y después por vuestros propios dolores.

164 ¡Adelante! Mis pequeños amados, yo soy vuestro único guía universal, vuestro único Maestro y nada tenéis que temer si seguís mi luz.

165 No os dejéis sorprender por espíritus encarnados o desencarnados que como a vos, les falta luz; mas, amadles y ayudadles, no les rechacéis, porque son también mis hijos muy amados que algún día me buscarán; y yo, les saldré al encuentro para consolarles y darles de lo mío, de lo que hoy desprecian, porque no saben lo que hacen.

166 Vuestras pequeñeces, jamás podrán evitar las gratas rectificaciones que con firme voluntad tendréis que hacer, ni tampoco podrán detener jamás las restituciones que sin voluntad, con ignorancia y con dolor habréis de merecer, porque las buscáis al avanzar fuera de mi Ley de amor.

167 Sed firmes, sed naturales, sed sinceros, sed buenos, apacibles, justos, sed complacientes, armoniosos, serenos; en una palabra: ¡sed amorosos con excelsitud! Sentíos pequeños, y yo os haré grandes. Bendecidlo todo, en todo lugar y a todas horas, para que empecéis a amaros los unos a los otros.

168 Yo os bendigo, en el nombre de Dios. El Espíritu del amor os bendice; hijos míos muy amados. El Espíritu de la Verdad esencial y divina os bendice y os exhorta, a que apresuréis vuestros pasos, para que pronto lleguéis a los estados de las sublimidades luminosas del amor espiritual.

¡Mi paz, sea con vosotros!

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