TOMO II
24. La conciencia o mente espiritual
Lunes 1 de julio de 1946
1 ¡He aquí un pequeño rayo luminoso tomado de la irradiación universal del Dios omnipotente e infinito, del Padre Celestial!
2 Entre tanta sombra una luz. Entre tanta tiniebla una antorcha. Ante tanto desamor en vuestro mundo mucho amor para vosotros. Amor para los hijos de Dios que moran en la tierra amor para ellos y buena voluntad.
3 Yo os recibo, pueblo bendito de Israel, Hijo de Dios y párvulo de Cristo. Yo os recibo en el nombre del Padre, os recibo en mi nombre que soy el Verbo Divino; y al recibiros, os consuelo, os lleno de caricia y os enseño.
4 Yo os recibo con inmenso amor, para derramar en vos, la esencia de amor divino que me pedís, la que os hace grande de entendimiento; y en esa esencia, derramo el conocimiento que vos me pidáis humildemente.
5 Siempre que con humildad, os acerquéis a Dios, al Padre, él os contestará; ya sea por medio de entre vosotros mismos, o en vuestro propio ser, o sea por su Verbo que soy yo en vosotros.
6 Vengo a alumbrar vuestro camino, pueblo, vengo a daros mi enseñanza ya que de ella estáis necesitando; vengo a deciros: ¡bienvenidos sean los hijos de Dios, los párvulos de Cristo! Os recibo en nombre del Padre, en mi nombre que soy la esencia de su amor divino y la luz del Espíritu Santo.
7 De nuevo se abren los arcanos supremos espirituales, de donde surge la antorcha resplandeciente para derramar su luz. De nuevo la sapiencia divina, se acerca a los hombres, por medio del Verbo, para ser derramada en la mente humana. De nuevo se abre, de la sabiduría celestial, el reino; ese reino, de conocimiento espiritual, para darse a vosotros a raudales, ya sea como Verbo, ya sea como Maestro, ya sea como luz, ya sea como amor, ya sea como el Espíritu perfecto que enseña a los hombres; y les enseña, para que hagan lo que deben hacer.
8 Pueblo, la antorcha a la que yo me refiero en mi lección de esta cátedra de día primero, será para vosotros, si os fijáis en su contenido una verdadera antorcha de valor espiritual; pero esta antorcha, está encendida y es para daros luz.
9 Empezará ya a iluminaros, la luz de la antorcha para que vos la aprovechéis, empezará ya. ¡Mirad! Sentid los pocos que podáis, para que recibáis; y después de sentir, después de mirar, de analizar y meditar, guardéis lo que es para vosotros y lo que debéis dar a los demás, lo deis.
10 Entre tantas llamas y fuego; raudales de luz o de agua luminosa, porque esta luz, mía, es cual agua luminosa que os da vida. Llamas de fuego que consumen, son las pasiones humanas, son cual llamas de fuego que atormentan al corazón del hombre. El fuego de la concupiscencia, es causa de las miserias humanas; las llamas pasionales de los hombres, que mi agua luminosa apagará; mi agua clara, apagará ese fuego y apagará esas llamas.
11 Vosotros ya sabéis, cuán triste es venir a la humanidad; cuán triste es venir, sin consolarla; pero aún no sabéis de las alegrías de amarla, de servirla y consolarla; de esas alegrías, no sabéis todavía; sólo sabéis de la tristeza, de no poder consolarla.
12 En verdad os digo, en esta cátedra de día primer o, que apartaré de vos mismo, si os amáis entre vosotros, mi pueblo, una bruma, una niebla, otra niebla y otra bruma, hasta que toda esta tiniebla de vuestra mente desaparezca ante mi luz y ante mi amor.
13 Apartaré de vos, ¡oh! Mi pueblo, bien amado, una sombra y otra sombra, un espectro y otro espectro; hasta que todos aquellos espectros y todas aquellas sombras desaparezcan, ante el influjo sagrado de lo que es puro.
14 Y vos, empezaréis a despertar e iluminaréis vuestra mente; la iluminaréis porque yo os ayudaré y estaréis en condiciones de aclarar en vos mismo, todo lo que debéis aclarar en vuestra mente, en vuestra conciencia y vuestro entendimiento, despertando en vos mismo vuestras facultades materiales y espirituales y pondréis en actividad las propias del espíritu para armonizar los atributos de vuestro ser para que así puedan seros útiles y a través de ellos empezaréis a ver, a sentir, a oír, en espíritu y en verdad.
15 Pueblo mío, cómo siento vuestro sueño pesado y vos no veis el tiempo que pasa. Cómo siento el dolor de los clamores de los vuestros, el quejarse la humanidad, el dolor de vuestra pena, dolor de vuestro asombro; dolor, del desconocimiento de las manifestaciones de la Ley del Padre; y por sentir éste, vuestro dolor, quiero redimir vuestra triste situación despertándoos con la luz de la Verdad; porque el que camina por la gran vía de la evolución humana, cuanto más asciende, más despierta su conciencia en condiciones de mayor comprensión espiritual; y el alma, se dispone a vivir la vida interior, la de su espíritu; por eso quiero quitaros vuestra niebla y que ya no exista en vuestra alma ese mañana, ese mañana de niebla que hay que disiparla con mi luz meridiana.
16 Acordaos, mi pueblo, si habéis leído historias que vos llamáis sagradas, si habéis leído partes verídicas de la Biblia, ya que no todo es verdad y ya que no todo es mentira, recordaréis que en alguna ocasión, mis apóstoles me sorprendieron hablando con Elías y Moisés, a ellos les vieron según que yo hablaba con ellos y que ellos hablaban conmigo, visteis con la naturalidad de los ojos del espíritu, que pueden ver a otro ser; oír, con la naturalidad de lo que se oye con el espíritu y no con la carne; sino con los oídos superiores, lo que otro ser dice.
17 Vos también, pueblo mío, llegaréis a estas condiciones cuando os dispongáis a obedecerme. Así como se desarrolla el cuerpo, así también tendréis que dejar crecer el espíritu, como el cuerpo que usáis; desarrollar el alma en sus facultades, las propias del espíritu en sus atributos superiores, los dejaréis desenvolver acrecentados en la evolución del hombre.
18 Y una vez que los poderes del espíritu y las potencias del alma estén en plenitud de desenvolvimiento, una vez que esté desarrollada en vos la fe, causa de todas las posibilidades, ya que la fe es solamente de almas sencillas, de almas limpias, aunque relativamente, cuando vos, mi pueblo podáis sentir la alegría, de que están latentes las potencias y poderes en vuestro ser; con la diferencia, de que el cuerpo después de alcanzar el crecimiento natural, entonces éste ya no sigue, va menguando, va debilitando en materia, la morada pasajera; y el fin de la materia, su terminación, está en las entrañas de la tierra; pero el espíritu con sus poderes y atributos, dentro de sus trabajos sigue ensanchándose, engrandeciéndose; usando las potencias del alma, sigue creciendo en sabiduría, superando en amor hasta estar resplandeciente de luz; y es entonces, en cuanto a vos, que de manera natural haréis estas comunicaciones, hablaréis con los seres superiores; pero para eso, necesitáis vos también ser un espíritu purificado y así tener la amplia comprensiva del amor, con todos y tener la vida que Dios os da en el sentido que a él, le place, gozar superando y conocer las causas superiores, las que están girando y las que están dirigiendo los efectos en toda la creación; mas sabed, que antes que el efecto, está la causa.
19 Así necesitáis caminar: con la mente creadora, lo mismo que la voluntad fuerte, desenvolviendo los poderes del espíritu, acrecentando las potencias del alma entonces, curaréis, curaréis con la palabra; curaréis con el pensamiento; curaréis con el espíritu; curaréis hasta con la mirada, con las manos; con la oración curaréis, con todo lo que vos sois de buen pensamiento, palabra y obra.
20 Si pensáis bien materialmente, hasta con la poca materia curaréis; y elevadamente, tendréis que curar mejor con los pensamientos brillantes del espíritu a través del alma; y con estas potencias, seréis poderoso curando.
21 Os he dicho: que si pensáis bien, hasta con la mirada curaréis entonces, con cuanta más razón con el espíritu os comunicaréis con aquellos seres, ellos con vos se comunicarán, se descorrerá el velo ante vuestra voluntad y veréis más actos causales y conoceréis secretos de todos los misterios, porque los secretos solamente existen para los seres que se encuentran en determinado grado de evolución espiritual.
22 Entonces, utilizaréis vuestra conciencia bien, la mente espiritual, la mente del espíritu que aún en este Tercer Tiempo, no la conocéis espiritualmente, ya que vuestra falsa personalidad humana os hace que no la uséis, que no la conozcáis; porque la mente espiritual, es solamente conocida por seres espiritualizados, superiores espiritualmente; ya que ella, es conciencia espiritual. Por ahora, usáis el cuerpo de vuestra personalidad solamente; mas cuando hayáis llegado a esto que yo os digo, caminando por la gran vía de la evolución humana, ampliando vuestras posibilidades, espiritualizándoos y armonizándoos con la causa de las causas, llegaréis a conocer y lograr estas manifestaciones.
23 Entonces, en cambio de tantas flamas del fuego de pasiones, seréis vos la antorcha encendida, la antorcha de amor y superioridad espiritual, de perdón y misericordia, para aplacar tantos oDios, tantas venganzas, para calmar tantas iniquidades.
24 Fuego de pasiones en vuestra carne y en vuestro cerebro, fuego en el mundo y en vuestros hermanos; llamas, viento, fuego en vuestras almas ¿qué vais a hacer? ¡Oh! Mundo, con tantas llamas de los hijos de la tierra.
25 Por eso es necesario que el pueblo se acerque a escuchar mi palabra; es necesario que el pueblo se unifique en pensamiento, es necesario que el pueblo, reconozca la necesidad de que su mente espiritual o conciencia, sea utilizada como el instrumento perfecto para elevar en el ser humano, al espíritu del hombre.
26 “el intelecto” decís vosotros. “el intelecto es malo” dicen unos; “el intelecto es bueno” dicen otros; y yo digo: respondiendo a las palabras de los varones y mujeres, de letrados y párvulos que el intelecto, está a la disposición de la mente humana y al del amor. En el presente estado, quien hable de amor, de la poesía de sus doctrinas historiadas; el espíritu del intelecto, es bueno, lleno de santo Espíritu.
27 En aquellos que todo lo materializan, en aquellos que quieren buscar otra causa fuera de Dios; sus espíritus materializan al intelecto, lo opacan, quieren con él desconocer al Padre.
28 No es el intelecto el que está fuera de Dios; son los espíritus de los hombres los que lo desvían, los que le dan ese camino historiado o recto. En el género humano, las mentes humanas que poseen el intelecto, son materializadas o espiritualizadas.
29 Y he aquí la Verdad de las cosas: en las mentes claras hay esencia del amor de Dios por eso, si la esencia está en el intelecto de algunos hombres de la ciencia, encontrarán a Dios en ella; y los hombres materializados, los abiertamente científicos materialistas, no encontrarán a Dios en ella, no habrá en ellos la esencia de esa mente clara; porque hay corazones llenos de Dios, o escasos de Dios.
30 Todo depende de los condicionamientos vuestros para que así sean los acontecimientos favorables; para que así sean, y vengan las manifestaciones espirituales en vosotros, ya deberías saber utilizar la mente espiritual. Sois vosotros los culpables de utilizar las facultades materiales, en lugar de las espirituales, con hechos u obras.
31 Sois vosotros artífices de vuestro propio destino, ya que sois poseedores de libre albedrío; podréis por esto, conducir bien o mal vuestras facultades en vigor, usar vuestra mente espiritual y deshaceros de todas esas sombras superficiales.
32 Llegará el tiempo en que todos reconozcan al creador universal, mas debéis de esperar; y entonces, veréis que todas las ciencias reconocerán por sus científicos a Dios; una vez que el espíritu del hombre se espiritualice, por sus representantes encontrarán al Padre Celestial viviendo su vida universal, repartiendo de ella a todas las vidas, dándoles salud de vida universal, emanando de ella la fuerza para que tomen las otras vidas de su propia vida.
33 No es el hombre el que debe ser dirigido por el intelecto de la mente humana; es la conciencia o mente espiritual, la que debe dirigir al intelecto. El hombre debe hacer eso: Ser más espiritual, ser vehículo espiritual en todo y por todo y entonces, el drama del dolor habrá concluido, el drama doloroso habrá terminado.
34 Todo lo que el espíritu del hombre se materializa, debe de espiritualizarse; todo lo que el ser humano tiene de equivocado, lo debe rectificar; y su vida, aportará lo más noble de su mente humana y penetrará a una más amplia conciencia y verá con claridad todas estas manifestaciones espirituales y se analizará a sí mismo. Entonces, él será útil para apagar todo ese fuego de pasiones y todas esas llamas de materialismo, con la claridad de su agua luminosa; agua luminosa, de total acción, que ya conoce en espíritu; y las sombras se extinguirán, por lo que tiene de luz; apartará las sombras, por lo que tiene de aquel que sabe lo que es necesario.
35 Humanidad mía, ¡qué no veis que en vuestro presente estado, que en vuestra presente evolución, sólo tenéis ¡ayes! De dolor que llegan como suplica hasta los altos planos, de donde se pide misericordia!
36 Para vosotros, el Padre Celestial ha dado hermosura a la tierra. El Padre Celestial, concedió aguas generosas, limpias, que los hombres han ensuciado; aguas que ahora son envenenadas, convirtiéndolas en aguas mortíferas.
37 Los hombres, han destruido los símbolos de las aguas y los campos, han destruido todo lo que ha sido formado por la voluntad del Padre, han arrancado bellezas que el Padre dio a la tierra, quitando todo cuanto de Dios, hay en ellas.
38 Las aguas, son provocadas por los hombres; y, en verdad, los hombres van a arrepentirse de ello. Las criaturas de las aguas y de los campos, perecen por causa y por mano del hombre; el hombre, va a arrepentirse de ello. Cada especie debe ser respetada, porque la voluntad del Padre al darle vida o animación, ha sido para que esté en su elemento, sea en agua o sobre la tierra, armonizando con toda la naturaleza.
39 El hombre se ha convertido en destructor, contrariando las expresiones de la Ley divina; y el hombre entregará, entregará pueblo mío, cuentas al hacedor, de que sólo os destruís; y entregará de su cosecha, la semilla que sembrara; y justo será, consolar al hombre cuando se dé cuenta de que está destruyendo el propio mundo que el Padre le dio para morar.
40 Sigue el hombre, destruyendo las bellezas que el Padre puso en este lugar; en este hogar grande, llamado planeta tierra, el Padre observa todo lo que el hombre hace; mas como el ser humano, no es autómata, el Padre le da el tiempo para que hagan uso de su libre albedrío; pero un tiempo limitado, puesto que el hombre está destruyendo su propio mundo, deshaciendo las expresiones de la Ley divina del creador universal, contrariándole, destruyendo sus obras.
41 ¿Qué será de la humanidad? ¿Adónde se encamina, con pasos inciertos cual sombras de noche? ¿Qué será de vos, humanidad? ¿Adónde os encamináis, con nieblas, vencida? ¿Adónde van los moradores de la tierra, adónde van? Triste llevan el corazón, el pensamiento triste, vacilantes los pasos, turbada la mirada, temblorosos los labios, ¡pobres hijos de Dios! Que sin saber el mal que hacen, son culpables de la destrucción de su propio mundo, ¡cuándo despertarán? Por eso dije en cátedra pasada, que sois inconsecuentes.
42 ¿Qué debéis hacer de estas revelaciones espirituales, qué buscáis casi inconscientes; y, cuándo despertaréis vuestra mente espiritual, a vuestra alta conciencia? ¿Acaso hasta que veáis este mundo desolado y a sus moradores llorando de arrepentimiento?
43 Cuando veáis este pobre planeta, casi destruido por las manos de los hombres, ¡ah! ¡Cómo lloraréis! ¡Cómo sufriréis!
44 Y decís, vosotros: ¡Maestro, Maestro! No somos culpables los que estamos aquí y escuchamos estas lecciones tuyas mas sois aludidos, amados míos, con vuestra impiedad; porque sois inmisericordes, vosotros ayudáis para que se acreciente, a que aumente toda la crueldad, todo el desamor, toda la ingratitud.
45 Cada uno de vosotros que piensa y hace acciones negativas, construye una obra, cual si fuerais a formar, a construir, una gran obra negativa aunada al grupo de aquel negativo al amor; para hacerla después florecer, con flores negras del germen del crimen.
46 Vuestros propios pensamientos, en otros cerebros que hay; ellos tomarán cuerpo que aumentará a medida que se reúnan por afinidad pensamientos de hombres increyentes que ingratamente piensan en el mundo; y fijaos campos benéficos con semilla mala que otros recogen: sois culpables y aquel que recoge, recoge de vuestra semilla y la reparte, la de él y las vuestras.
47 No arrojéis en los campos la semilla negra que hace flores negras, ya que existen en vuestro cerebro mis ideas en floración; pero las ideas espirituales, las ideas benéficas, ideas de misericordia. Las ideas superiores que hacen bien a las ideas constructivas, que no practicáis, esas sí, mi pueblo amado, esas sí, regadlas por el campo bueno, regad esas semillas del bien.
48 Ya veis, mi pueblo amado, cómo es necesario que yo sea por vibración sonora entre vosotros en este valle de lágrimas, valle de tristezas y de amarguras, hay una luz que aparece para conducir a los hombres que han perdido el camino, el camino del amor; único camino, que lleva en sí las condiciones para organizar, ayudar y que tiene comprensión.
49 Es necesario, pueblo mío, una nueva organización, es necesario que el Espíritu de justicia, amor y sabiduría, ordene con esta enseñanza, todas las cosas que por influencias humanas han sido trastornadas, desordenadas.
50 Nuevamente el Espíritu misericordioso, iluminará para poner orden en todo; para espiritualizar al hombre, para despertar la conciencia adormecida de este pueblo, de estas razas, para que así busquéis primero conocer las expresiones puras de la Ley del Padre y después acatarlas bien, prudentemente, amarlas, servir de ejemplo en obediencia para los que tras de vosotros van a venir después.
51 Haced, amados míos, que surja una voz de vosotros y diga: ¡voy delante de los demás! Será de vuestro interno la voz, pueblo adelantado; y de cierto, os digo que estéis vos en disposición de hacerlo, no para dar un ejemplo personal, ¡no!; pero sí para dar entre vosotros el trabajo, la ayuda de este pueblo al que lo necesita.
52 Estáis, en la guerra de ideas. Estáis en el caos, mundialmente hablando, estáis viviendo una vida de desorden y de guerra. Guerra de ideas y guerra en las fuerzas de los demás; guerra en lo externo e interno viene contaminando este tiempo de confusión, en todas las religiones, en todas las filosofías y doctrinas de los hombres.
53 Todos los males vienen del hombre. Las dudas sacudirán doctrinas y doctrinados. El caos será mundial. Y de cierto, os digo: que vosotros, podéis ayudar al mundo a escuchar.
54 Ya están principiando los tiempos en que las frases espirituales que yo os dé, las lecciones espirituales tan interesantes sean conocidas a través de instrumentos capaces, de felices intérpretes de mi pensamiento; que os pido que no se queden sin valor, porque son más interesantes que nunca y benéficas para vosotros. Luminaria en vuestras sombras, son estas lecciones de mi enseñanza.
55 Vosotros, que tenéis de la gracia del Padre y de la gracia de mi amor, os he dado los medios para sentirme, como la intuición y la videncia en algunos de los míos, para que testifiquen mi mensaje, además de estos aparatos con los que me comunico a vosotros; unos, han sido intuicionados, otros han visto formas simbólicas y me siente n como fuego vivo, como llama sagrada, que ilumina su interno; ellos, necesitan de estas lecciones .
56 Algunos han oído la voz que les decía: ¡Hijo de Dios, párvulo mío, quiero utilizar todo vuestro corazón para que deis a donde haya uno o dos para que sean instrumentos de mi voluntad! Y más tarde, otros más deis estas revelaciones, deis estas facilidades de que los demás desarrollen sus facultades espirituales y se instruyan de lo que es mi voluntad mi mensaje se recogió; y en verdad, no se desperdició.
57 El que posea corazón sencillo, el que posea buenos sentimientos, limpios y puros, en verdad, hará germinar la idea espiritual; y mi idea, obedecerá.
58 Así también he trabajado en el cerebro de otros, para que colaboren entre vosotros y os den mi enseñanza para que estas congregaciones de mi pueblo se conviertan, para que reciban también las lecciones sagradas que debéis llevar grabadas en vuestra conciencia todos vosotros.
59 He trabajado también en otros cerebros, sí, he trabajado en mis ovejitas pequeñas que escriben mi palabra, porque esas ovejitas en verdad son mías, porque ellas fueron obedientes; es su corazón dócil; son sencillas y ya me siente n, ya me aman, ellas ya son sensibles ante mi palabra.
60 Esas ovejitas, ya escuchan mi voz; como todo aquel que escucha mi doctrina y la acata, es mío también su corazón noble; ya que su corazón, es a semejanza de la cera blanda, corazón modelado con el santo amor de los amores; permanece así en ellos, la antorcha de fe encendida para bien de los demás.
61 Aquellos que escriben mi palabra, hacen bien a las multitudes; aquellos que escuchan mi enseñanza y la practican, hacen bien en las multitudes; y serán así: bien para las multitudes estos aparatos humanos por los que yo me comunico en este Tercer Tiempo; ya que sin ellos, no escucharíais, no escribiríais, letras ni palabras sagradas.
62 Estos aparatos, cada vez me son más útiles; y más escasos, porque aumentan aquellos que hablan mucho sin entregar enseñanza; más útiles y más escasos, sí; sin embargo, estos aparatos tienen luchas internas y externas y hay momentos en que quisieran para siempre alejarse de mi servicio; sí, se sienten enfermos de las fuerzas, enfermos de las luchas, enfermos de las dudas; mas he escogido aparatos, para el presente y para el futuro en estos tiempos de confusiones, para todos los doctrinarios y las doctrinas. Tiempo éste, en que la guerra de ideas es un hecho sobre la tierra; en que sabéis, mi pueblo, que sólo vosotros escucháis, escribís y grabáis en vos mismo, mi enseñanza.
63 Aunque vosotros sabéis que solo algunos de vosotros sois modelos en vuestro cumplimiento, debéis de seguir; aunque creáis que no todos lo sean, aunque haya quien menos trabaje; porque ha llegado el tiempo en que se dude de mi mensaje que por ellos he entregado; y si solamente de vuestras facultades creéis, sólo en los mismos aparatos, no os fijaréis en que otros mienten.
64 De cierto, os digo: que si mencionando mi mensaje, se entiende con claridad lo que ellos interpretan y aprovechado es en la alta conciencia por los que lo escuchan, es que son capaces, van superando pero necesitan esos aparatos confianza, según sea cada uno de los mismos, tranquilidad interna en su conciencia, una paz y una voz de comprensión para ellos mismos.
65 Algunos pedestales de mis recintos escucharán el mensaje que por ellos doy; y otros más, escucharéis mis mensajes de acuerdo con vuestra preparación; y aunque creáis que solamente sois vosotros, seguiréis adelante, aunque creáis que solo una facultad tiene la interpretación mejor; mas no quiero decir que esto sea la Verdad, de que estos aparatos humanos interpreten la Verdad plena todavía, porque esto no ha llegado a acontecer aún, ya que solo y con el tiempo lo lograrán, pues aún son pequeños para desenvolver fielmente mi comunicación en esta su directa y delicada misión.
66 Los demás, no han llegado, porque han esquivado el camino; mas estos aparatos humanos os serán útiles más tarde; y esos aparatos, ya más perfectos, se unirán a vosotros; y otros aparatos cada vez mejores, de otros lugares, se os unirán; y por aquellos aparatos, yo ordenaré que despierten y sirvan sobre miles de aparatos para dar control a los demás, que yo arreglaré para poner orden donde haya desorden. ¡Más grande sería el caos, si no os aprovecháis de mi enseñanza!
67 Yo no os digo que sois los únicos, pero sí que por estos tiempos sois escasos, sin decir únicos; pero debéis de saber, que preparo otros que os ayuden, es necesario esto; buenos, compuestos o malos, si solo en vos creyesen, ¡seguid!; qué importa que penséis, que aquellos aparatos no estén como vosotros, ¡seguid adelante, portavoces míos!
68 Ahora, lo mismo que os entrego, tendrá que escucharse; otros seguidores de mi doctrina, recibirán más tarde en mi enseñanza escrita, las mismas palabras de consolación, porque en estos tiempos habrá ofuscaciones de los aparatos y en muchos otros lugares serán sorprendidas las congregaciones de mi pueblo, a los mismos aparatos les sorprenderán en la impreparación; mas, ¡seguid vosotros, adelante!
69 Os he hablado de la confusión que se acerca dentro de mi pueblo, mas mirad que todo suspiro, es existencia de una vida mayormente sufrida, siempre haciendo un esfuerzo mayor para superarse.
70 Existe la duda, porque los hombres pelearán con los hombres y en consecuencia los mismos elementos; porque las aguas, llegará el momento en que sean mortíferas, entonces los peces enfermarán a quienes los comiesen, porque los hombres siguen provocando a la tierra.
71 De cierto, os digo, que la tierra se estremecerá fuertemente respondiendo a la provocación de los hombres; entonces los vientos, de cierto y en verdad, también reclamarán al hombre y veréis cómo las aguas provocadas por el hombre, traerán después destrucción. El fuego, aun seguirá aumentándose por la metralla de los hombres, llegará su eco hasta las entrañas de la tierra; y el agua, vendrá un día de las entrañas de la tierra y destruirá al hombre que atrevidamente la provoca; el agua acometerá, pero un día hará explosión por alguna parte y de cierto os digo, que una parte del mundo terminará en fuego y otra parte por agua y otra por estremecimiento de la tierra, por el agua envenenada y por las creaturas del mar; y el aire, responderá también, hasta el viento enfermará, porque aun el viento será mortífero; todo esto, provocan los hombres.
72 Los hombres, tratan de destruir su propio mundo, ya os dije antes sin saber que al hacer esto, se destruyen así mismos; y los que participan a ello, estarán muy lejos de comunicarse con los espíritus, como yo a través de Jesús, hablaba con Moisés, Elías y otros patriarcas y videntes. Los hombres no podrán mirar con su vista espiritual, mientras tengan estas ideas; menos serán, a semejanza del árbol milenario.
73 El hombre apaga su luz interna que lleva dentro y no derrama luz; y no iluminará, hasta que el hombre manifieste a su espíritu; ya que solo con su vista espiritual, verá y con su oído espiritual, escuchará el mensaje de las almas de aquellos seres que vienen a ellos, que se acercan a ellos y quieren comunicarse.
74 ¡Ah! Pueblo amado, cuánto tenéis que aprender y cuánto tenéis que enseñaros los unos a los otros; os aproximáis al juicio final, vos mismo habéis formado y plasmado en los éteres de la tierra el símbolo de la balanza, os aproximáis a ella; y vuestras acciones serán pesadas, porque habéis desbordado, sí, la copa del dolor, el cáliz de amargura, que son símbolos en sí mismos y que Dios ha permitido. Estáis traspasando los límites concedidos al libre albedrío, estáis haciendo mal.
75 ¡Usad de vuestras facultades espirituales y materiales parte del pueblo inteligente que me escucháis! Y pensad, porque ya no me refiero sólo al pueblo escogido, ni a la porción de él aquí reunida, ya que me escucharán otros pueblos de la tierra, se enterarán al escuchar este mi mensaje también sonante por otros aparatos, no humanos pero pasado por el ser humano, en esos aparatos se escuchará este mensaje interesante.
76 Todas las cosas serán ordenadas por el Espíritu de amor, los resplandores de la dulzura aparecerán. ¡Cuánto tengo que hacer en este mundo! ¡Cuánto tengo que ordenar! ¡Cuánto, entre tanta turbación! ¡Cuánto, en tanta confusión, tengo que aclarar, que resplandecer y desarrollar en el hombre! Para que vuelva a su primer amor, al amor de Dios, del Padre Celestial.
77 Sólo las obras de amor, son luces para el hombre; para el alma, y espíritu del hombre.
78 Mientras vosotros, os alejéis de Dios y os odiéis los unos a los otros, imposible será que oigáis a las facultades, que os aprovechéis de los dones espirituales que se manifestarán en el hombre; imposible es, hasta que hagáis florecer como hechos luminosos en vosotros mismos, las ideas espirituales. Hasta entonces, mi pueblo, hasta que los hechos espirituales sean en vosotros como un estado natural del pensamiento, se manifestarán en vosotros, aquellas facultades y dones de los cuales yo os hablo.
79 Por eso: porque estáis aferrados a vuestra carne aquí en la tierra no escucháis los ¡ayes! De dolor, que se elevan a los planos espirituales; mas, si no estuvieseis materializados en la tierra, escucharíais esos ¡ayes! Del dolor.
80 Dejad que os alumbre la luz de vuestro espíritu, esa estrella luminosa, ese lucero que lleváis dentro de vuestra conciencia; dejad que os espiritualice, y entonces, me veréis, me hablaréis de espíritu a Espíritu y yo también me comunicaré así con vosotros; y me comprenderéis, me atenderéis y me entenderéis, escuchándome en verdad, más que hoy, porque grabaréis cuanto os digo en la memoria perfecta de vuestra conciencia espiritual interna.
81 La memoria de vuestra conciencia espiritual, es mejor que estos aparatos con los que grabareis las voces de mis instrumentos humanos; más fácil será, ya que en la memoria de vuestras mentes humanas grabaréis todos los hechos, todas las palabras y todos los pensamientos sin perder una sola palabra, un solo pensamiento y una sola obra; quedará grabado todo cual si fuese un aparato perfecto para uso de vuestra conciencia interna, absolutamente todo quedará grabado. ¡Tened cuidado con lo que hacéis, deis, penséis y habléis! Ya que esa grabación, pasará a la memoria de la conciencia espiritual y estará presente para que vosotros la escuchéis, y en vuestros oídos espirituales también la escucharéis, mientras ese lamentable estado perdure: lamentaciones de conciencia para el que culpable esté.
82 Todos vosotros, tendréis que pasar por un período de prueba espiritual, son los que vivís en el alma; en que tendréis presente, que hay que ir viendo, oyendo y sintiendo todo lo que habéis hecho en todas vuestras vidas humanas; viendo, oyendo y sintiendo, lo bueno y lo malo en toda vuestra existencia, en vuestra conciencia espiritual; en ella, imborrable estará todo grabado.
83 Para qué queréis, mi pueblo, otra grabación más propia que aquella que en vos mismo lleváis; bien está que es útil a los hombres esos aparatos materiales que utilizáis para grabar vosotros, pero aquella memoria perfecta de vuestra conciencia espiritual con todos vuestros propios actos grabados, aunque quisierais apartarla de vosotros, aunque quisierais, no podríais.
84 Oídos que me oyen y mentes de los que más me comprenden; poco es lo que me comprenden las mentes humanas, por eso os digo: empezad a apartar las nieblas y los momentos sombríos de vosotros mismos y sentid a Dios en vuestra conciencia. ¡Entendedlo!: debéis grabar en la conciencia de vuestro ser interno, para conocer, las expresiones de su Ley y respetarlas.
85 ¡Oh, hijos de Dios que moráis en el valle de las sombras! Por eso desde mi cumbre espiritual hasta vuestro valle humano, os dejo la enseñanza que habréis de seguir; por ella, alcanzaréis la comprensión elevada de alta conciencia; por ella, alcanzaréis el reino de Dios en vos mismo.
86 Vosotros, decís: el que rectamente vive, rectamente muere según la comprobación de toda vida en la transición que llamáis muerte. Pero yo os digo: el que rectamente vive en este fragmento de vida eterna, rectamente vivirá en la vida de las vidas.
87 Porque una vida humana es tan solo un pequeño hecho de la vida eterna, sí, de ese largo camino; pero no es inacabable vuestro trocito de vida en este mundo, en la eternidad. Considerad vuestra existencia, un prodigio santo, una participación especial, un amén en la eternidad.
88 Vuestra vida como humano, es corta; y no debéis por ello pensar, que la vida humana, que vuestra vida relativa, que vuestra vida presente, es toda la vida de vuestro verdadero ser, ya que es tan solo una parte pequeñísima de la vida verdadera, que en el tiempo, tomará de vuestros méritos; y un tiempo en la materia y otro tiempo en el alma, como espíritu sin materia o con materia; sólo en alma, encarnado y desencarnado, permaneceréis en la lucha y os haréis grandes.
89 Del cumplimiento en la Ley divina, dimana la fuerza del bien y de vuestra desobediencia, la del mal. Mas si vosotros sabiendo que existen las dos fuerzas, utilizáis solamente la fuerza del bien o de las virtudes; y no utilizáis la fuerza, que utilizáis, o sea: la del mal o de las pasiones a pesar de poseerla; si sois dóciles, obedientes y utilizáis la fuerza del bien y no utilizáis la creada por vuestra desobediencia, si no equivocáis esas fuerzas, si así lo hacéis, ¡oh! Mi pueblo, entonces no sufriréis de la misma manera que sufren aquellos, que han utilizado las dos fuerzas.
90 Más que la buena, utilizáis la fuerza baja y pasional; es cuando abrís la fuerza del dolor mismo, esa fuerza negativa que hay que depurar, los propios hechos de las bajas pasiones de los hombres que usan la fuerza de su espíritu equivocadamente, creyendo luchar para sí mismos; mas eso, es encadenaros, aprisionaros vos mismo; el usar las fuerzas del mal, es quitaros vos mismo vuestra propia felicidad espiritual.
91 De cierto y en verdad, os digo: que si en espíritu y verdad, estáis usando fuerzas de amor: fuerza de perdón, fuerza de misericordia, la fuerza de la comprensión, sí seréis felices ya sea en alma o en cuerpo, como quiera que viváis la vida, seréis felices. Por ahora, vuestras auroras están todas cubiertas con crespones negros de dolor; vuestras auroras, están tristes, como tristes están vuestras noches; así es como habéis visto vuestras auroras y vuestras noches. ¡Ya no entristezcáis más vuestras vidas ni las de vuestros semejantes; ya no entristezcáis vuestras auroras!
92 Estos mensajes espirituales aumentan en importancia, son las lecciones de mi enseñanza; enseñanza, que superará todas las enseñanzas de los hombres; es mi tercer testamento que yo os dejo ante el porvenir; por eso en los momentos en que estos aparatos trabajan, aparatos estos de carne, son aparatos por los que os doy anticipada evolución; mas, llegarán los tiempos en que se aumenten las vías de comunicación entre los hombres, porque será necesario que todos conozcan mi obra y que no dejéis perder mis frases, ni siquiera una palabra, por eso os he concedido lo que antes no teníais; y en otros lugares, se irá concediendo que escuchen mis mensajes de importancia, para que vayan siendo estas cátedras cual luz del porvenir, evolución del futuro, campana al despertar; entonces, ya tendrán los aparatos necesarios que el hombre requiere, para no perder estas gemas espirituales en los corazones sensibles al influjo del amor; dulces y sublimes, en las mentes comprensivas a la sapiencia que Dios por mi conducto os envía.
93 Sed sensibles a toda inspiración mía, estad siempre abiertos para estas lecciones espirituales a través del ósculo solar, a través de la caricia espiritual.
94 Sed sensitivos cual las rosas, abríos así como las flores matinales que buscan la caricia del sol para recibir su luz, para ofrendar sus bellezas y bendecir a Dios con su fragancia. Buscad la luz como las flores, dejando que el alma eleve la esencia del espíritu en vosotros.
95 Sed cual las aves canoras y entonad el dulce trino de la esperanza con inmenso amor espiritual. Sed cual los jilgueros, como los ruiseñores al rayar el alba; brindad el primer canto del alba para el Padre, para Dios, de espíritu a Espíritu.
96 Sed cual las aguas claras que corren y van hacia el mar. Almas mías, sed como las aguas que van hacia el mar y en él se juntan; así encaminad vuestros pasos amando a Dios.
97 Vivid la vida de la amplia conciencia al despertamiento de la conciencia impersonal, o sea, la del espíritu; porque el despertamiento de esta conciencia en el espíritu, os traerá goces infinitos; en unión con el Padre, el celo eterno en vosotros, la alegría de confundiros en Dios como lo habéis querido; de uniros con vuestra voluntad, en su santa voluntad; de uniros con vuestra mente humana, a su sublime mente universal; vuestra conciencia espiritual, con la suprema conciencia divina, de unión, de santa unión, nota de fusión sublime; y siempre el Padre, en la conciencia será; en unión eterna se unirán las mentes y las conciencias y nunca confundirán al creador con la criatura, al espíritu con la materia.
98 Así vos, mi pueblo, armonizaos, unificaos con el santo uno, con el Padre Celestial, con la causa suprema; y cuando hagáis esto, pueblo mío, encontraréis en lo más elevado de vos mismo, el despertar de vuestras facultades, de vuestros dones, de vuestros propósitos espirituales, de aquello que es inherente en vos.
99 Haréis uso de estos atributos espirituales, pero haréis uso de ellos por medio de las virtudes para el servicio del Padre; y entonces el trabajo vuestro, será aquél que el Padre quiere que hagáis y estaréis unificado en la gran obra de Dios; y la misión que Dios os dará a hacer, la cumpliréis siendo una sola acción en trabajo con él; y solo Dios con vos y vos con Dios.
100 La misión os eleva y vuestro espíritu gozará del santo amor, haciendo vuestra su voluntad divina; y veréis qué bellezas sentiréis, dichas eternas de la santa unión. No fusión de mente humana, ¡no!; sino en santa comunión espiritual, cuando alcancéis ese estado de conciencia que debéis alcanzar para que el Cristo esté en vos.
101 Cuando alcancéis el estado resplandeciente de la conciencia superior, habréis alcanzado a conocer la gloria de la que vuestros profetas os hablaban tanto; alcanzaréis a sentirla, en vos mismo.
102 Antes, sólo escuchabais la palabra celo; hoy, sentiréis ese estado sublime en espíritu, de la unión del Padre en eterna felicidad, porque estaréis eternamente unido a esta enseñanza; y en esos caminos de los hombres, cumpliréis vuestra misión.
103 ¡Preparaos, mi pueblo! ¡Preparaos, ya! Porque las multitudes se acercan a vuestras congregaciones en busca de mi enseñanza, porque por todas partes se hablará de estos mensajes que a todos superan e irán superando aquellos mensajes que habrán de escuchar.
104 De cierto, os digo: que debéis preparaos porque vendrán a buscar, unos; vendrán a escudriñar, otros: palabras por palabras grabad, escribid o llevad y tendréis mucho que dar, ya que tenéis mucho que recibir.
105 Los pueblos se preparan, y se acercarán a buscar; y las lecciones de mi enseñanza, serán para escuchar y para alabar a Dios; y los mismos discípulos, ya adelantados en sus facultades, volverán a tener fe por lo que de Espíritu a espíritu por ellos mismos os diga porque sabrán que son incapaces de hablar así sin mi inspiración espiritual; y recibirán fuerza, dando testimonio de su propio trabajo.
106 Cuando mis discípulos se entreguen a esta manera, ya sea por el dolor, ya sea por el estado espiritual en que se encuentren o ya sea con la alegría de mi amor, entonces se maravillarán a sí mismos; creerán, no por ellos, sino por lo que yo hago en ellos; porque de cierto, os digo, mi pueblo, que también me son dudosos algunos de ellos, mas escuchándose a sí mismos serán su propio testimonio y aumentará por este testimonio, la fe que iba decayendo en ellos.
107 Veis cómo es necesario ya, que mi palabra se cumpla; de que os unifiquéis, de que en verdad tengáis el propósito de unificaros para que la siembra se haga en abundancia. ¡Aquí está la simiente, semilla luminosa, pueblo! ¡Acercaos con las condiciones internas, dispuestas, al templo del silencio, con la poesía que procede del silencio entre vos y Dios!
108 ¡Ah, pueblo mío! El santo mensaje de unificación, os acerca al templo del silencio, ya que en la naturaleza está Dios; y entonces, escucharéis estos mensajes a través de estos mediadores o sin ellos, tomándolos de la naturaleza, de espíritu a Espíritu, ya que Dios los derrama en toda la naturaleza y los necesitáis derramados en vos, ¡tomadlos! Pero vosotros, que no sabéis tomarlos; que teniéndolos, todavía no sabéis tomar estos mensajes, así estén visibles, sonantes o escritos para vosotros, abrid vuestra alma a la naturaleza, ya que la naturaleza es aparato de comunicación para Dios.
109 La naturaleza está expresando siempre manifestaciones de Dios, dimanadas de su mente divina y de los pensamientos de Dios. Ella es cual un libro de Dios. La naturaleza llena está de la presencia de Dios, y es un libro abierto en el que podéis aprender; ¡llenaos de su presencia! Ya que Dios, está en ella.
110 ¡Recibid el mensaje, pueblo mío, nutríos de sus expresiones de sabiduría, de su luz armoniosa y su esencia infinita, con su substancia a través de sus formas; recibid de su enseñanza universal en vuestro entendimiento, acercaos al Padre, amad su creación. Amad al Padre antes que a mí, bendecid al Padre antes que a mí, después del Padre, amadme a mí, antes, amad al Padre, antes que a todas las manifestaciones de su creación!
111 Esta es la Verdad, pueblo mío, está compendiada para que sea entendida. Ella hará que brote poder de los sentidos espirituales en los escogidos y os comunicaréis con espíritus luminosos de almas desencarnadas si necesitáis instrucción por medio de ellos.
112 ¿Habéis entendido, pueblo mío, en que si vos os proponéis a preparaos como yo quiero, alcanzaréis estas comunicaciones de espíritu a Espíritu; y el estado de conciencia sublime, lo alcanzaréis?
113 Quiere el Cristo estar en vos, reinar en la conciencia despierta, porque el Cristo, no puede morar en conciencias somnolientas; el Cristo, necesita reinar en las conciencias despiertas, porque una conciencia media, destruye su grado de amor, su misma mitad.
114 En las condiciones especiales son por las cuales el Cristo brilla, por eso me valgo de aparatos de captación, de medios y mediadores; y medios, son los seres desencarnados; y mediadores, son los seres encarnados que han desarrollado una facultad espiritual y que llamáis médiums, estos instrumentos son por los cuales me comunico; y no solamente los seres desencarnados son medio, sí, ellos, sin ser únicos, son también mediadores entre vosotros; porque vosotros, todavía no estáis en condiciones de comprenderme sin medios o mediadores, sin principio o fin, para que os afinéis con lo que es puro, con lo bello, con lo verdadero y justo en espíritu y en verdad, para que sirváis en la obra del Padre y seáis vivificado en utilidad.
115 Esto os hará entender, que quiero que captéis directamente de los arcanos divinos, la esencia de estas vibraciones espirituales; porque de estos aparatos que interpretan mi comunicación, quiero que captéis y fijéis bien la esencia divina de mis mensajes, para dejar la herencia depurada, antes, de dejar la herencia escrita a vuestros hermanos, que son incapaces de percibir sin voz sonora mis vibraciones.
116 Cada instrumento, cada aparato de carne por los cuales me comunico, os dejará su herencia antes de partir al más allá; de cierto os digo: esta herencia que por ellos recibís, es parte de ellos y parte mía por la parte de interpretación humana, ellos cumplen su misión dejando esta herencia de mensajes espirituales; mas la enseñanza, os la doy yo; ellos van dejando en su misión un trozo de su vida, el amor de su existencia en la tierra; pero comprended, que todavía no están en condiciones perfectas.
117 Mas sabed, pueblo, que están dejando flores de su cerebro y de sus labios. Las flores que doy en mis cátedras rebosantes de verdad, son la esencia y efluvio del Verbo Divino que así os habla utilizando sus palabras para vuestra superioridad espiritual.
118 Ellos van dejando para el mundo, herencia; y sin embargo, se sienten inútiles y aun sabiendo que yo por ellos también la voy dejando; fijaos, que un temor les anima al ponerse en éxtasis, al entrar en este éxtasis que me permite servirme de ellos nuevamente.
119 Todas estas bellezas, todas estas lecciones de utilidad, os hacen pensar, cuán grandes son las irradiaciones de mi luz en el universo y qué bello es el pensamiento sempiterno; y todavía, no están contentos mis aparatos; sí, están inexpresivos, tristes, dolorosos ¿y esto que están haciendo, no es acaso benéfico?
120 Utilizando esta fuerza superior, yo les utilizo y sabiendo que encontrarán éxito en cualquier sitial, pues en cualquier lugar habrá florilegio para vosotros a través de ellos; y sin embargo, a pesar de que son cual notas componentes del concierto divino, no están contentos. Son de la redención, intérpretes del divino pensamiento y se siente n con vida espiritual cuando han dado más hijos que los que una madre ha tenido; porque cual sus hijos sois, no olvidéis. No son los hombres hijos de la carne los que son hijos vuestros, ya que todos sois hijos del Padre Celestial, nacidos en mi esencia divina por el amor que el espíritu divino os tiene, por eso es que sois mis hijos, hijos de mi doctrina, doctrina de Cristo, mis doctrinarios, mis parvulitos; sois mis ovejas, que quiero a todas en mi aprisco de amor.
121 Yo, vuestro salvador, vuestro redentor, os digo: fuisteis de ellos con cada pensamiento de luz, un hijo de la interpretación del entendimiento; por cada palabra de luz, hijo de la palabra; mas recordad, que la luz es del Padre Celestial, por ello seréis llamados los hijos de la luz.
122 Hay muchos hijos que son luz, parte mía y parte de ellos; sin embargo, mis instrumentos están tristes, se sienten solos. Alegradles y aligeradles su trabajo, para que así sea bendito.
123 Todos vosotros sabéis que en todo éxito, está el trabajo; y con vuestro trabajo en mi obra, llevaréis un éxito a la vida espiritual; y entonces, os elevaréis dignificando mi obra.
124 Mi obra es digna y elevada para vosotros; podéis manifestarla así; manifestándola, no como yo soy, sino manifestándola en pensamiento, palabra y acción; no atacándola o empequeñeciéndola, por vuestro libre albedrío.
125 Debéis ser siempre intérpretes, vehículos de mis pensamientos, o sea: instrumentos presentes o futuros y estas mis frases, serán para vuestra vida una estancia; porque a todos hablo en esta noche de gracia; hablo a los aparatos, hablo a mi pueblo y a los hombres que hacen guerra, que están haciendo guerra en los elementos.
126 Le hablo a vuestro entendimiento espiritual y material, pueblo amado, hablando de mi enseñanza, convertiréis la guerra de ideas, en aquello, que todos tienen necesidad de saber, de todo aquello que vosotros ya no debéis ignorar, porque la ignorancia estorba, es un estorbo para el espíritu.
127 Discípulos amados, más comprensión para vuestro progreso. Os he enseñado, que en todo cuanto hagáis, uséis de las facultades espirituales, vuestro dominio de todos los atributos, vuestras propiedades materiales y espirituales. Cuando desenvolváis vuestra potencia del alma y desarrolléis los poderes del espíritu; de la conciencia, del entendimiento, de vuestra voluntad espiritual controlando vuestro cerebro, en verdad, curaréis.
128 Cuando desenvolviendo todas esas potencias y desarrollando esos poderes en vosotros alcancéis vuestro estado natural de penetración, de comunicación con la naturaleza y después con el mundo espiritual, con lo humano y con Dios, alcanzaréis una estrecha comunicación del celo con la tierra; una estrecha comunicación, de la tierra con el celo; y entonces, conoceréis el ritmo de las estrellas, conoceréis el mensaje de los mundos, al girar de las estrellas; y oiréis, la música de los espacios; porque en los espacios, los mundos con su armonía hacen un concierto y en el universo, música celestial.
129 Cada hombre útil, es una nota para mi concierto; por eso quiero uniros, ya que así el amor resplandecerá, ¡oh, notas mías! Que unidas formáis una alianza, un canto, un concierto vivo de aquella sinfonía universal de espíritus luminosos, hijos de Dios.
130 Todos hacia el Padre, encaminad vuestro corazón, vuestra alma. Elevad a él, notas y pensamientos; y entonces, caminará el celo con la tierra; y así, los seres envueltos en su luz, surgirán para los hombres.
131 He aquí, amados míos, ambrosía doy a vuestras almas; os alimento con ella, un poco y otro poco, hasta alcanzar de esta ambrosía, el estado sublime, momentáneo en vosotros.
132 Pero vosotros, mis amados, ¿qué me dais en cambio? Si siempre escucho vuestros ¡ayes! Dolorosos, los mismos de ayer; y ni siquiera, sabéis elevar vuestros suspiros; tenéis que venir ante mi manifestación, porque solo creéis que si no venís, no escucho ni os doy.
133 De cierto, os digo: que en espíritu y verdad, quiero enmendar vuestra vida de cierto y en verdad, os digo: que quiero haceros utilizar todas vuestras condiciones internas, hablándoos de Espíritu a espíritu y contestándome vosotros de la misma manera: de espíritu a Espíritu, y de mente a mente, de pensamiento a pensamiento; que el mensaje espiritual de los celos, sea permanente para los hijos de Dios que gimen en la tierra.
134 Mirad: desde mi cumbre espiritual de perfección amorosa hasta vuestro valle terrenal, viene la comunicación brillante del amor a las almas purificadas por el dolor; el amor de la divinidad, con los hijos que lloran bajo el sol, los hijos de Dios, hijos de mi doctrina de amor divino, hijos de mi esencia divina, párvulos de mi enseñanza.
135 No hagáis sobre la tierra, otro poder más que el poder del amor. ¡Amaos, hijos míos, los unos a los otros con el amor con que yo os he amado! Para poder iniciaros, hijos míos, con la excelsitud del amor espiritual; y entonces, limpiaréis vuestras aguas de la contaminación; sí, las bendiciones amorosas las limpian, bendiciones poderosas, sí, porque todas están en el amor de Dios.
136 Este es mi mensaje de esta noche de día primero, y de cierto, os digo, lección amorosa para vosotros, cátedra que eleva al espíritu, cátedra amorosa del Espíritu que tanto ha amado, del Espíritu de verdad que expresa parte de sí mismo, para darse al universo.
137 ¿Estáis contentos, amados míos? Entonces, después de haberos dado todo, os voy a dedicar unos instantes a otra de vuestras necesidades.
138 Pueblo, se cruzan nuestras corrientes en vuestros pensamientos. ¡Sentidme, pueblo! Fluye de parte mía, divina fuerza; haciendo todo mi amor. Mandadme todos vuestros pensamientos y penas, en esta cátedra de día primero. Toda manifestación de parte mía, lo hace todo bueno para perdonar, es lo que la misericordia enseña.
139 Os doy calor, cerrando vuestras heridas, curando vuestras cicatrices que guardáis como recuerdos imborrables, memorables, de vuestra vida; yo las he curado, cerrando vuestras heridas, enjugando vuestras lágrimas, atendiendo vuestros dolores, acariciando vuestra alma y vuestro corazón; mitigando así, dulcemente en vuestro corazón y en toda vuestra alma, los sufrimientos de vuestro ser. Sí, los del espíritu.
140 Ya veis, ¡cuán grande sois en amor! Despertándoos dulcemente a vos, mi pueblo. Recibid la ambrosía divina que esta vibración da a vuestra alma, por la cual recibiréis elevación espiritual, haciendo por un momento vuestro celo, haciendo en vos, mi transformación momentánea. ¡Dejadme a mí, dirigir mejor vuestro corazón! Y no os arrepentiréis.
141 ¡Oh, almas mías! Que no sabéis por qué no habéis encontrado en otra alma, dicha y felicidad; y antes buscando dicha y felicidad, andabais buscando días felices. Ahora sabréis por qué, no habéis encontrado felicidad y bellezas.
142 Y aquellas almas que buscan felicidad, ¿sabéis por qué no la han hallado? Porque no me han hallado, en ellas mismas no me habéis buscado en vos mismo; si me hubieseis hallado en vos, habríais encontrado, dicha y felicidad; es por eso también, que no la lleváis. Mas esperad, mis amados; y en vosotros encontraréis todas las bellezas, todas las luces, todas las virtudes; y entonces en los campos, encontraréis más fragancia en las flores y sentiréis todas las dichas de este mundo; y si no habéis hallado las dichas de este mundo, es porque no sabéis buscarme. ¡Buscadme! Me encontraréis, en excelsitud de amor; y así, no solamente en vos recibiréis; sino otros también, porque de vosotros surgirán mis palabras de amor para los demás.
143 En la esencia de mi palabra, está el bálsamo para los enfermos que curo; para los tristes, el consuelo; para los menesterosos, el alivio a sus necesidades. En mi palabra os doy amor, que existe para toda clase de necesitados, sean éstos cualquiera que sean. La clave para aliviar todas las necesidades, es el amor; es luz para el pobre de conciencia; para el ignorante, la enseñanza; para el necesitado, las dádivas; para el leproso, es agua de la salud, son todas gracias de la caridad, o sea: la caridad es una de las múltiples manifestaciones del amor en sus diferentes expresiones.
144 Caridad y más caridad, en el mundo; y seréis bendecidos del Padre Dios, que está en los celos, en la tierra y en todo lugar. Ejerced la caridad en el mundo, y encontraréis en el mundo: dicha y felicidad y si me buscáis, me encontraréis todos dichosos, en éste y otros mundos.
145 Pero no os hablo, en cuanto al Verbo; si me buscáis como al Cristo, encontraréis al Cristo por vuestro amor. El Cristo de Dios que es una de las mismas manifestaciones del Padre, ya que es el amor del Padre.
146 En estos momentos, no hablo de mi manifestación como Verbo, hablo como amor del Padre, del Cristo todo amor. Yo cual Verbo Divino, sólo manifiesto al Cristo como Maestro; pero yo os hablo del efluvio del amor de Dios, que es legislación suave para todos, que Dios utiliza; y que no notáis, por todo esto que os perturba en vuestro mundo, de que en él, estáis todos.
147 En esta noche de gracia, os digo, así llamaré a mis amadas ovejitas y mis ovejitas llegarán a mí, porque ellas gozan de mi amor. Venir les place, cuando sienten que les llamo con amor, su corazón me sentirá . ¡Sentid mi efluvio de amor en vosotros mismos! Que yo, así llamo al género humano.
148 ¡Bendita seáis en mi amor, humanidad! ¡Benditas sean las manifestaciones de la Ley divina! Benditos sean los hijos de Dios, que quieren externar la luz que está en su interno! ¡Benditos, seáis vosotros, que seréis llamados los hijos de la luz!
149 Congregación bendita de mi pueblo, y a todos los que venís de otros lugares: yo os recibo en mi amor, os doy mi caricia espiritual y os dejo en unificación y vos, pueblo, cuando deseéis pedirme; no necesitáis abrir los labios; hacedlo con el corazón, hacedlo con el pensamiento, con el sentir de vuestro espíritu; de corazón a corazón, de pensamiento a pensamiento, de espíritu a Espíritu, recibid de mí en silencio que yo os daré.
150 Vientos y lluvias, llevan de mi amor santo y casto. Silencio, para que entréis en comunión, en conocimiento y penetréis correctamente en vuestro íntimo secreto que procede del silencio del alma.
151 Lleváis la armonía del corazón, la exaltación sublime del pensamiento del sentimiento de amor a Dios.
152 Silencio silencio y ahí, en el silencio, brillará la luz, con el dulce canto de las almas que se mezcla con el canto de los hombres; son los pensamientos armoniosos que llegan amorosos y sentidos hasta el Padre, como un canto sublime de los hijos de Dios.
153 Todas vuestras penas, vuestras amarguras, pueblo mío, todas las amarguras de mi pueblo, me las llevo. Todo lo sé, todo lo veo y a todo penetro y compenetro.
154 Mas, yo os pregunto, ¡oh, pueblo!: ¿tenéis propósito de enmendaros, de corregiros, de moralizaros, de espiritualizaros, de haceros sensibles al amor, al perdón? ¿Tenéis propósito de corregiros a vos mismo?
155 Entonces, si éste es vuestro propósito, empezad a hacer vuestro libro íntimo, ese libro de vuestra vida espiritual; para que puliendo seáis vuestras virtudes como a piedras preciosas, cual gemas de valor, después de saber pulirlas por mi amor.
156 Si vos, tenéis propósitos de enmienda; yo recibo todas vuestras penas, las haré presente al Padre Celestial, al Padre uno.
157 Pueblo mío, no olvidéis que tenéis que hablar a todos los hombres de este mi amor, de este mi mensaje, de esta mi doctrina, de mi enseñanza entregada en tres Tiempos a la humanidad.
158 Ya que en estos mensajes hablaré al género humano, debéis acercarme a todos: al inteligente y al de mente oscura, sea derramada la luz del Espíritu y quede iluminado.
159 Yo haré que los hombres despierten sentimientos de fe o vida espiritual, porque haré todo esto, armonizando, ordenando, corrigiendo, y todo esto lo haré con mi amor, con el divino amor de mi Ser, que os ama intensamente.
160 Pueblo mío, después de recibir todas vuestras penas y no dejar una sola en vuestro corazón, yo bendigo vuestras aguas y preparo fuerzas plasmadas en vuestro corazón, dando bendición a vuestras aguas y vuestras flores, elementos que para bien habéis traído esta noche de día primero.
161 Y os doy a raudales amor, casa, vestido y sustento para todos vosotros, según sea vuestra fe; para unos de vosotros, por meses; para otros, para años; en algunos, para toda la vida; en otros por un día o una hora; según sea vuestra preparación, os doy a todos a manos llenas, os lleno de bendiciones antes de retirar mi vibración hecha palabra.
162 ¡He aquí! Un llamado a mis apóstoles: apóstoles míos, recibid ordenes; trabajadores y nombrados míos, recibid ordenes de vuestro Maestro.
163 Ha llegado el momento que pongáis lo que esté de vuestra parte, puesto que así me derramo en vosotros, bajo todas condiciones; se hace necesario, llevar mi mensaje a otros lugares; tendréis en todo presente, que debéis estar unidos.
164 Apóstoles amados, ¿tenéis vosotros propósito de unificación, para que aquellos lejanos hijos de Dios, aprovechen estos beneficios de este recinto. ¿Tenéis vosotros disposición de organización? ¿Lo mismo los aparatos por los que voy a dar mensaje? Porque necesitan de la dirección vuestra para su cumplimiento; ¿tenéis disposición de desechar la crítica? ¿Tenéis disposición, de hacer grato el trabajo, de estos portavoces míos? ¿Estáis en disposición de nunca utilizar los labios, para llevar un mensaje de discordia, de alboroto, de desaliento, de disgusto, de rivalidad y de no decir una sola palabra que rompa la armonía, ni la hermandad de mi pueblo? Porque fijaos bien, que si hacéis esto, dividiréis a vuestros doctrinarios. ¿Estáis dispuestos? ¡Oh, nombrados míos! ¿A no volver a utilizar vuestros labios para algo, que no sea digno de un apóstol mío?
165 Entonces, estableced la paz por vosotros mismos, estableced la paz por vuestra unión vosotros formáis parte de los trabajos espirituales que establece el orden universal, empezad por vosotros mismos.
166 ¿Estáis dispuestos en seguir en unión, trabajando por todos los medios para doctrinar noblemente, para la elevación espiritual de mi enseñanza sobrehumana? Entonces, pueblo mío, así os dejo unidos; digo, pueblo mío, porque el pueblo está unido con vosotros; y ellos trabajan, y lucharán hasta vencer las tinieblas. Así os dejo, en paz, en unificación y en buena voluntad.
167 Apóstoles amados, yo os defenderé dentro de mi enseñanza; os protegeré, cuidándoos de todos vuestros perseguidores; y os cubriré, de la persecución de aquellos que se sientan enemigos vuestros. Seré con vos, por cuanto sois humildes y mansos de corazón.
168 Vosotros, no me hablaréis con los labios; me hablaréis, con el sentimiento del alma y del corazón en cada frase; pondréis el alma y el corazón, en cada suspiro; así se le habla a la esencia del amor, así se le habla al Cristo, con la voz del alma y del corazón, con los sentimientos puros salidos del alma, con pensamientos del espíritu, plenos de sinceridad y de fe, formando frases pletóricas de amor; y muchas de las mejores frases vuestros labios guardan, que son poemas; y del poema de vuestra alma, me sirvo; porque de ese poema, sale mi obsequio espiritual; y ¡he aquí! Mi concierto de vuestras notas.
169 ¡Oh pueblo amado! Que me habláis con jirones de vuestra alma, brotados del corazón. ¡Cuánto os bendigo y de qué manera os acaricio! Acordaos de que estáis amparado con mi protección divina; y de cierto, os digo: cada hombre me siente de acuerdo a su grado de comprensión y yo, os libraré de los peligros en todos vuestros momentos de vida, hasta que Dios os llame y solamente llegará a vos, Dios. Sí, pero aunque la tempestad venga, estad tranquilo, que yo estoy con vosotros. ¡Bendito seáis, Israel amado! Bendito seáis, ¡oh mi pueblo! Vos sois sentimiento elevado a las alturas, ¡oh, hijo de Dios y criatura de Cristo! Y vos, humanidad amada, recibid también mi bendición por ser todos hijos de Dios.
170 Os voy a referir mis últimas palabras, pueblo bendito de Israel del Tercer Tiempo, porque estoy repartiendo a manos llenas amor de los amores. ¡Venid a mí! Os repito con amor, vosotros sois ovejitas mías, en vosotros haré mi manifestación de Espíritu a espíritu en el mundo.
171 ¡Oh, mis ovejitas amadas! ¿Cuánto vais a hacer esperar, a vuestro bien amado Maestro? ¿Hasta cuándo, criaturas mías? Almas mías: ¡entended! Para vos me he preparado con ese ofrecimiento que vos, tenéis en mi amor: de mi sabiduría, de mi luz, de mi misericordia, de mi perdón, de mi suavidad descansaréis en ellos.
172 Pueblo amado, ovejitas amadas, en este instante, toco vuestro corazón para mi servicio. No entristezcáis a Cristo, vuestro Maestro, dejando mi enseñanza para mañana, dejándola para más tarde, os quiero para mi obra bendita. Antes de que partáis, al más allá, debéis utilizar la gran oportunidad para mi servicio. Si yo, os lleno de complacencias y perdono vuestros errores, ¿por qué me negáis vuestra voluntad para mi servicio?
173 Sí, mis bien amados, sois almas conocidas por mi Ser, de cierto, os digo, que ya no podréis negaros más; porque en Espíritu, seré con vos, poco a poco; y vos os diréis, aquella noche que me hablaba Cristo, yo había nacido para el.
174 Pueblo, vuestro Maestro os está esperando, porque vuestro cumplimiento en mi obra, me es útil. De cierto, os digo: vosotros recibiréis mi inspiración en Espíritu y en verdad, vuestros labios tendrán la acción de mi poder para que vos habléis en mi nombre y vuestros labios me serán útiles; y al derramar mi Verbo, serán cual cascada de luz para la humanidad. Yo quiero que en mi obra de redención, me seáis útil; mas, ¡cuánto habrá de esperar el Maestro!
175 ¡Ah, mi pueblo! Si todos os entregarais a mí, si fuese yo lo primero en vuestra vida, en todas vuestras acciones, en vuestros pesares; si yo fuera lo primero para vos, todo os sería arreglado; pronto veríais todo en vuestras vidas mejorado, si yo soy para vos lo primero.
176 Pueblo, pensad en mí; y en cambio, si en verdad me amáis, ¿por qué no venís a mí, si tan solo espero vuestra preparación para derramarme en inspiración por vosotros? No olvidéis que os dije: en vos, mi obra florecerá en palabras; y antes de dejar vuestro cuerpo, en las entrañas de la tierra, quiero que dejéis alguna herencia a los pueblos; y sois deudores, de ellos y de mí.
177 Cuando os iniciasteis en mi enseñanza, no podíais; hoy, decís que no podéis entregaros al Maestro; mas, desde entonces, ¿cuánto tiempo ha pasado? ¿Cuántos días? ¿Cuántos años? Y el Maestro, esperando; Cristo, esperando. Me decís: Maestro, mañana voy a ti, otro día me preparo, el próximo día te cumplo y yo, os espero.
178 Mas de cierto os digo, pueblo: no hagáis esperar más al Maestro entregad vuestra voluntad, vuestro cumplimiento, vuestro propósito en prepararos a recibir mi comunicación de Espíritu a espíritu; que vuestros labios sean para mí, útiles, útiles para mi inspiración. Comprended que los sufrimientos y penas que tenéis, son porque aún no soy lo primer o en vuestra vida. Lo primer o, es el Padre, ya os he dicho; pero mi obra, es la misma obra del Padre.
179 ¡Venid a mí! ¡Sentidme en vosotros mismos! Dejadme manifestar a través de vuestro ser y todo os será arreglado, todos vuestros pesares se apartarán como sombras que se disipan ante la luz. De cierto, os digo, amados míos: el Maestro de maestros, os espera para su servicio.
180 Yo os pregunto, pueblo: ¿qué debe ser en esta vida humana lo primero, antes que todas las cosas? Si vos sabéis que mi obra es la obra del Padre Dios; antes que todo, debe estar la obra de Dios para vosotros. ¿Habéis entendido, pueblo amado? Dejo en vuestro entendimiento espiritual, un rayo de mi luz.
181 Trabajaréis juntos, en unión a todas las congregaciones de mi pueblo, trabajaréis para mí. ¡Benditos seáis! ¡Oh! Mis apóstoles del Tercer Tiempo, así os llamaré a vosotros, para que tratéis de ayudar en mi manifestación; así como he llamado a mis marcados, os llamaré a vosotros. Cada uno, será llamado a mi apostolado y yo seré eterno en mi llamado a la redención. Soy el mismo amor y perdón para vosotros; y porque os amo, siempre os perdono y os colmo de bendiciones.
182 Pueblo escogido del Tercer Tiempo, mi luz, mi amor os dejo. Mi amor, mi luz os doy. En el mundo, mi amor y mi luz para los que moran en él.
183 Ejerced la caridad y veréis siempre el bien en todo. Caridad y más caridad con todos vuestros hermanos; y seréis dichosos, en la tierra y en los celos. ¡Benditos seáis! ¡Oh, pueblo de Israel! ¡Sea mi luz y mi amor en vuestro entendimiento espiritual!
¡Mi paz, sea con vosotros!
25. Explicación de los siete Sellos
Jueves 4 de julio de 1946
1 Pueblo amado, lleno de gozo se halla el Espíritu del Padre, porque su mirada contempla que con obediencia y mansedumbre os habéis levantado para congregaros bajo la sombra de este árbol. Os contemplo en verdad, como aquel padre que mira llegar a sus hijos de diversos lugares, de diferentes caminos de lucha, a sombrearse bajo su sombra; y así os recibo en este día lleno de gozo, pueblo, porque me basta que dos de mis hijos que distanciados pudieron encontrarse se reconcilien, se perdonen y se amen, para que haya fiesta en los celos, ¡créalo el hombre o no lo crea!
2 Estáis atravesando un tiempo de pruebas, estáis viviendo un tiempo, pueblo amado, que ni vosotros mismos, con toda la luz de mi palabra, habéis querido reconocer ni comprender; mas como el tiempo es un don y un tesoro que el Padre le ha confiado a los hijos y no quiere el Padre que ese tesoro sea profanado por ellos mismos, viene entonces como Maestro, para enseñar al hombre a aprovechar el tiempo y darle su valor; y a enseñarle a cada quien y a cada cual, su destino y su misión.
3 Unos cuantos instantes, pueblo, y yo partiré de entre vosotros; mi divina y santa palabra que por tantos años he hecho repercutir por los labios de mis portavoces, callará, cesará para siempre, pueblo amado; unos cortos instantes solamente; y en verdad, os digo: no he dicho aún la mitad de lo que debía decir, no he escrito todo mi libro, no he dado toda mi enseñanza.
4 Por eso, habéis contemplado, ¡oh discípulos! Que la primer a potencia, que la primer a presencia divina, se ha presentado como juez, reclamando desde el primero hasta el postrero, desnudando vuestro propio espíritu, no ante su ojo divino; sino ante vuestra propia conciencia, diciéndole lo que habéis hecho mal.
5 Os ha juzgado el Padre, pueblo escogido y ha dejado delante de vuestros ojos una sentencia; pero el momento de que esa sentencia se cumpla, no ha llegado, próxima está, cercano puede encontrarse; y por eso, mirad: me allego apresuradamente cual necio peregrino, llamando a las puertas de cada corazón, para hacerle un llamado de amor, para hacerle un llamado paternal, para decirle una vez más al hijo que tanto se ha acostumbrado a mi palabra, a mi enseñanza y a mis reclamos, que despierte de su profundo sueño, que tome el azadón y la pala, que cave la tierra con una preparación y una limpidez como nunca la haya tenido, que ame a su tierra como a su propia vida; pero que ame también la parcela de su hermano; que ame también al que cultiva la inmediata parcela; que sus ojos sepan dirigir miradas buenas y sus manos sepan extenderse en señal de amistad, de fraternidad, en señal de amor, que su semilla sepa compartirla y sus aguas también, que su corazón se despoje de todo egoísmo y se convierta en el futuro labrador de las tierras de Israel.
6 El hombre se levanta delante de mí y ante mi doctrina sublime, él abre el libro de su ciencia. Ante mi Ley divina, él presenta también la hoja de su Ley; ante mis manifestaciones de este Tercer Tiempo, él se levanta con sus descubrimientos por medio de su ciencia; ante el pan de vida eterna, el hombre se levanta ofreciendo al mundo los frutos prohibidos.
7 Ya es ahora llegada, Israel, de que podáis daros cuenta de quién sois y para qué estáis sobre la corteza de la tierra. Tiempo es ya, de que meditéis en vos mismo y en mí; y entonces, podáis saber qué es lo que debéis hacer en este mundo y qué es lo que debéis hacer para con los demás.
8 Tiempo es ya, Israel muy amado, que pudierais darle el verdadero valor a lo que os he entregado, a esa grandeza que he puesto en vuestro espíritu, solamente en vuestro espíritu; esas potencias que yo, como Espíritu Santo, ha dado al espíritu que lleváis en vos mismo para que no os sintáis débil ante la prueba, para que no seáis el corazón frágil y cobarde ante esta causa divina universal, para que no os levantéis esperando que los hombres ablanden su corazón para que el mundo se salve; que no os levantéis deseando el fracaso del otro, con la esperanza de que no triunfe; y el mundo, obtenga la paz y la libertad.
9 No está en la mano del hombre, ni la paz, ni la luz, ni la libertad, ni la Verdad; no le está dado al hombre hacer estas revelaciones, porque la Verdad, la luz, la libertad nacen de la limpidez del corazón, esas nacen de esa fuente que he puesto en el hombre y que es fuente de gracia.
10 Yo no contemplo fuente de amor entre los corazones de los hombres, por lo mismo, vuestro Maestro os dice, pueblo amado, no esperéis la paz, del corazón de los hombres; la paz vendrá de mi reino hacia este mundo, cuando sea vuestra preparación, cuando sea vuestra unificación, pueblo bendito.
11 ¿No os habéis dado cuenta, Israel, que por un solo paso de amor que han dado vuestros guías, mi hijo José y mi hija manuela, he hecho yo que el hombre fracase y quebrante su propio entendimiento? ¿Qué será del mundo, cuando vos os unifiquéis pueblo amado? Ni vos mismo, os dais cuenta de lo que hay en vos; por eso me aposento a cada instante y momento haciendo el llamado a mi pueblo, bajo la sombra de distintos árboles, para ahí entregarles mi palabra, para ahí despertar a mis labriegos, a mis soldados y decirles: vosotros sois los poseedores de mi paz, de mi luz, de mi verdad, de la libertad que tanto desea el mundo.
12 La luz que os ilumina, pueblo amado, es la luz del Sexto Sello. No hay un recinto de los presentes, que pueda decirse iluminado por la luz de algún otro sello, porque si así lo dijera alguno, en error estaría. Solamente brilla la luz del Sexto Sello, el sexto candelero que representando puede ser a los siete; es la luz del templo del Espíritu Santo, de aquel templo que alumbra a la luz del nuevo día que el Padre confió a Damiana Oviedo, de aquella sexta iglesia que el Padre confió a su niña, para que velando por aquel santuario fuese, hasta el día marcado por mi divinidad.
13 Aquella fuente de gracia, es la fuente donde beben todos los templos espiritualistas trinitarios marianos; ese templo, ilumina al recinto del mediodía, que por nombre lleva, “Damiana Oviedo”. Es la fuente de las fuentes, es la fuente de la gracia, de donde han brotado los borbotones para calmar la sed del mundo.
14 Allí está el sexto candelero como lámpara de fe inextinguible iluminando las cavidades de la tierra, las tinieblas del hombre y hasta las cavernas del más allá. Es la luz de mi Espíritu, es el fuego de mi amor, pueblo amado, que todo lo abraza, que todo lo ilumina; y de cierto os digo, que de esa misma luz, está tomando el hombre de la ciencia; de esa misma luz, llena su entendimiento del filósofo: de esa misma luz, toma el hombre que quebranta su talento, queriendo saber más de lo que deba saber.
15 De esa luz, estáis llenos vos, pueblo amado; de esa luz se contempló lleno Roque Rojas, Damiana Oviedo, mi hija manuela, mi hijo José, mi hijo pedro. Todos los guías de ramificaciones y borbotones, se alimentan de esa luz y contemplan el camino libre e iluminado por ella.
16 Mas, ¿qué es y qué significa el Sexto Sello, pueblo bendito? ¿A dónde están los otros seis? ¿Qué son los sellos, Israel? Si a alguno de vosotros el Padre, preguntara: ¿podríais responderle con certeza, qué es el Sexto Sello y qué son los sietes sellos, Israel? ¿Y si los teólogos os preguntan, y si el mundo se lanza hacia vos, pueblo amado, para interrogaros, a vosotros de mis marcados que después de 1950 tenéis que levantaros como maestros, ¿qué vais a enseñar? ¿Qué vais a responder a esas preguntas?
17 Cortos son los instantes en que permanezcáis cual discípulo de Cristo, muy próxima está la hora en que el Padre Eterno, os diga: ya no sois los discípulos en torno al Maestro, sois los maestros de los hombres, los maestros humildes; que sin alarde, en el nombre del Padre, debéis tomar los caminos hechos por el hombre con toda sumisión y obediencia, para ir a entregar la divina y santa semilla de Cristo; la semilla, de su verdad, de su luz, de su libertad y de su paz.
18 Atentos habéis estado, ¡oh! Congregaciones de mi pueblo muy amadas, multitudes que formáis en conjunto mi pueblo de Israel. Atentos habéis estado, sólo al momento de acercamiento de esos dos corazones que os guían; y habéis contemplado cómo ellos, se levantan buscándome; habéis contemplado cómo en ellos, se ha manifestado la justicia del Padre; pero habéis contemplado la obediencia y mansedumbre de esos corazones, que en este día de gracia, se acercan ante mi planta bendita, solamente en espera de mi palabra.
19 Y mi palabra, quiero convertirla en corona de laurel; una sola corona, que desciende de los celos sobre estas cabezas; no solamente a ellos dos, mi hijo pedro también junto con ellos. Representando a mi trinidad sagrada, son los representantes de mi obra espiritualista trinitaria mariana en este tiempo. A ninguno de ellos, mi voluntad ha a sido, levantarlo de la tierra; para que la barquilla no quede incompleta, para que el pueblo de Israel, pueda contemplar que esa barquilla, está unida, representado el triángulo bendito.
20 Aún podéis contemplarles, delante de vos mismo; sus espíritus, elevados a mí pueden encontrarse, diciendo al Maestro: señor, cuán grande es tu obra, cuán grande se manifiesta y se revela, a medida que el tiempo pasa. En verdad y en Espíritu, grande, muy grande es mi obra; y el galardón que preparado tengo para mis hijos, es un secreto íntimo del Padre.
21 Voy a abrir mi arcano en esta alba de gracia, Israel bendito, y voy a descorrer un velo, voy a apartar un misterio de entre vosotros. Voy a haceros poseedores de ese secreto, para que seáis fuertes delante de la humanidad, para que seáis, pueblo amado, maestros en verdad, porque he esperado día tras día la preparación de los pedestales; he esperado alba tras alba y año tras año, la preparación de los recintos para poderos hacer esta revelación.
22 He esperado también, de vosotros, que por medio del análisis, alcanzaréis a comprender estas revelaciones; y he contemplado que no os habéis querido desvelar, que no habéis imitado a los hombres de la ciencia que quebrantan su entendimiento profundizándose en las cosas para saber más y poder tener mayor evolución.
23 Yo no os digo que seáis científicos, porque lo que os he entregado en mi obra es algo más que ciencia: es el saber de los saberes, solamente, os digo: imitadles a ellos, en su decisión, en su ahínco, en su perseverancia.
24 Ellos cultivan el árbol de la ciencia, el árbol que da el fruto amargo a los hombres, y vos cultiváis, el árbol de la vida, que da el fruto hermoso y de buen sabor, el cual habéis convertido en manzana de discordia; pero ha tiempo me acerco a mis labriegos, para deciros: que deben amarse los unos a los otros, para que puedan cultivar con infinito amor este fruto, y él no sea manzana de discordia; sino sea el fruto de la vida, porque ésta es mi voluntad.
25 En este momento, tened un instante de elevación hacia mí divinidad; aumentad, aumentad vuestra preparación, pueblo amado, porque yo os digo en verdad: según sea vuestra preparación de este instante, así será cómo el Maestro se derrame sobre su pueblo de Israel.
26 ¡Ay! ¡Ay si en verdad esta carne transmitiese una palabra imperfecta! ¡Ay, si un átomo de tiniebla dejara reflejar por vuestra impreparación! ¡Ay! De esta lengua y de esta cabeza, si no se encontrara limpia como el oro en el crisol.
27 Yo a todos os he purificado, os he hecho estremecer hasta la médula de vuestros huesos. ¿Por qué, pueblo? Porque el Padre, está dispuesto a haceros reponer el tiempo perdido; porque ya que el hijo, no ha sabido cumplir con el Padre; el Padre, cumple y entrega todo cuanto hay en su haber de entregar a su hijo. Por eso, estoy lavándoos, por eso estoy purificando carnes y espíritus, corazones, mentes y hogares; en verdad puedo encontrarme limpiándoos, para que seáis dignos de tales revelaciones; para que pueda mi arcano abrirse, y desbordarse en vos, pueblo amado.
28 Yo, os digo: si no encontrare la debida preparación entre vosotros, más os valiera no haber estado conmigo; más le valiera a esta carne, no haberse preparado para mí, porque levantado de la tierra sería, si el Padre no contemplare la debida preparación; porque mi palabra quedará escrita por las manos de las plumas de oro, para las generaciones postreras, para las generaciones que han de venir; y no quiero que en los libros de oro, haya una palabra de impostura, porque no es mi voluntad. Elevad vuestro pensamiento al Padre, que yo os contemplaré.
29 Israel: es el cordero inmolado, el que os va a hablar; es él, quien os va a enseñar estas revelaciones. él es quien va a desatar esta luz, porque ninguno de vosotros, en este tiempo, ni en los tiempos pasados, ha sido digno delante del Padre, delante del creador, de conocer y desatar estas revelaciones.
30 Mas, mi sangre preciosísima ha sido digna y grata ante los ojos del Padre; y ha permitido, que el cordero hable a los hombres. Por tanto, pueblo mimado, él es quien os habla en esta alba de gracia; en este día, que quiero que sea inolvidable para el pueblo de Israel, porque voy a descubriros una página que quedará grabada en vuestros corazones y que será transmitida de uno a otro hasta el confín de la tierra, cuando el tiempo, sea llegado.
31 Voy a hablaros como creador, porque el hijo está en el Padre como el Padre está en el Hijo: en mi divino Espíritu, están las tres naturalezas: la divina, la espiritual y la material. Yo soy creador, forjador y hacedor de todas las cosas; sin embargo, como dueño de todo lo creado, yo os puedo hablar en forma divina, en forma espiritual y en forma material.
32 Si yo soy divinidad, puedo materializar mi palabra y hacerla comprensible al hombre. Si en mi Espíritu, está también la naturaleza material, que es algo que fue creado por mi voluntad, yo también puedo materializarme, ¿quién puede juzgar mal al Padre por hacer tales actos? ¡Nadie! Antes, os dice el Maestro: no me toméis como un Dios científico, no esperéis que os hable un Dios filósofo, ya que yo estoy más allá de toda ciencia y de toda filosofía humanas.
33 Yo soy la esencia y el principio, yo soy la causa y la luz, yo soy el alfa y el omega y la obra. Filósofos podrán ser los hombres, científicos podrán ser los hombres; pero yo estoy por encima de todos esos conocimientos; mas, como dueño de todo lo creado, puedo hablaros en la forma como a mí me plazca para haceros comprender, ¡oh, discípulos, mimados del Padre!
34 Para que el creador pudiera nombrarse a sí mismo: Padre, tuvo que hacer brotar de su entraña divina, aquellos seres que tenían que ser llamados sus hijos.
35 El Padre, en su infinito amor, concibió la idea de formar criaturas que lo amaran y lo comprendieran a él, criaturas conscientes, criaturas semejantes a él, criaturas que tuvieran en sí mismas, las tres naturalezas; mas antes de hacer a ese hijo, antes de formarle con su sabiduría, con su ternura y amor; el Padre, preparó la morada para ese hijo; formó la luz; y de todos los elementos que en su propio Espíritu había, fue tomando de uno y de otro y formó la base de aquello que había de ser la morada del hombre; formó el fuego, la tierra, el aire, el agua, los gases; formó las rocas, el oro, la plata y todo metal; y con ello, formó un reino; con ello, formó los cimientos de la mansión para el hombre; reino al cual el hombre, lo ha llamado reino mineral.
36 Más tarde, el Padre, quiso engalanar esa mansión; y entonces, hizo que de la tierra brotaran las plantas: los musgos, los hongos, las hierbas, los arbustos, los árboles, las flores, los frutos y lo demás; para que en ello, el hombre llegara a encontrar recreo y alegría, sabor y fruto, sustento y sombra. Y a ese reino, el hombre lo ha llamado reino vegetal; reino, que brotó del primer o, pueblo amado.
37 Quiso el Padre que el hombre no se encontrara solo, que tuviera amigos y sus siervos, que tuviera especies inferiores, pero semejantes en materia a él, para hacer de ellos lo que le placiera; y entonces, el Padre, formó de los elementos inanimados, a todas las creaturas animadas: a los insectos y los peces, a los reptiles y las aves, a todas las bestias, a los animales que habitan las entrañas y la superficie de la tierra, los que habitando pueden ser las aguas y las que habitan los vientos, para que en ellos, el hombre encontrase también sustento, amistad y compañía.
38 Y cuando esta morada, cuando esta mansión, pudo encontrarse preparada en tal forma con estos tres reinos que formaban un solo mundo, cuando todo estaba engalanado y era fiesta, cuando había solo adorno, luz y gracia; entonces, el Padre, envió a la criatura mimada: al hombre, al ser semejante al criador, al que es en sus atributos espirituales, el espejo de la misma divinidad; al que se ha creído más grande que Dios, y al que muchas veces se cree tan pequeño, menos de lo que es.
39 El hombre, en el cual el Padre, puso la chispa de su espíritu divino en su conciencia, para que por medio de su caminata, de su experiencia en su vida terrestre, llegare a comprender más y más al Padre, llegare a semejarse más y más a él, ya que ese era el anhelo de su propio creador.
40 Pues bien, pueblo bendito, esos tres reinos que forma el mundo, que el Padre le heredó al hombre, fueron creados por Dios en siete etapas, no siete días como decís vosotros, sino en siete etapas. Con paciencia infinita fue, el Padre, forjando las manifestaciones y las cosas, para recreo y beneficio del hijo mimado de su divinidad.
41 Y así pueblo amado, en una etapa, el Padre hizo la luz, en otra la tierra, en otra el agua, en otra el aire, en otra las plantas, en otra todas las criaturas animadas y en la otra pudo enviar a la criatura mimada.
42 Siete etapas, en las cuales, el Padre fue forjando cosa por cosa, fue preparándolo todo y previniéndolo todo; para que cuando el hombre, dotado de inteligencia, contemplaré las cosas, no descubriré error alguno ni imperfección alguna; sino que doquiera que su planta posare, sólo contemplara la huella perfecta del Padre, sólo maravillas, perfecciones, amor en cada paso, en cada sitio, en cada lugar; y cuando todo el Padre, lo tuvo dispuesto, le dijo al hombre: ¡he ahí! Vuestra morada. ¡He ahí, vuestra mansión! ¡He ahí! Vuestro reino pasajero. ¡Cruzad los caminos, bebed de las fuentes, probad y saboread los frutos, conocedlo todo! ¡Levantaos, como señor de la tierra; porque ese reino, es el vuestro!
43 Y el hombre, cuando abrió sus ojos a la luz de este mundo, a la luz de esta vida, a la luz de este universo material, pudo gozarse, pudo sentir la caricia del astro que da vida; y cuando sintió sed, el manantial le brindó sus aguas, cuando sintió hambre, los árboles acercaron sus ramas cargadas de frutos en plena madurez para alimentar al hombre; porque todos los elementos, todas las cosas, todas las criaturas, reconocían que aquél, era el mimado del Padre.
44 Bien sabéis, pueblo amado, que el hombre, no supo mantenerse en su pureza; bien sabéis, que el hombre no supo ser fiel, ni obediente al Padre. Sabéis, que se dejó llevar por las tentaciones desde el principio; y por eso, tuvo el hombre que conocer las tinieblas, tuvo el hombre que conocer el dolor, las caídas, el sufrimiento, la lucha y el trabajo; tuvo que conocer, el camino de la evolución.
45 Mas, ¿cómo podría hacer el Padre, que el hombre retornare al camino de luz? ¿Cómo hacer el Padre, que el hombre retornare al camino de armonía, para vivir en paz y en armonía con todas las naturalezas y también con su Espíritu sagrado? Sólo haciéndole conocer, la Ley espiritual; haciéndolo conocer, su doctrina divina; haciéndole reconocer, que dentro de su propia carne, había un espíritu con luz, una conciencia que podía decirle a él mismo: ese no es el camino; el camino es el de la luz, el del amor, de la armonía, de la rectitud.
46 Entonces, el Padre, que todo lo sabía, pudo preparar también la senda y la morada espiritual para el mismo hombre, para el espíritu del hombre. ¿En qué forma, pueblo bendito? El que tenga cerebro que analice, el que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche.
47 Manifestóse el Padre, delante del hombre, en forma espiritual, dejando que el hombre se multiplicase, dejando que el hombre poblare la tierra, que formare una legión, que formare un pueblo, que formare una familia; y entonces, él, por medio de los elementos corregía al hombre en sus yerros; y por medio de sus bendiciones y sus caridades, premiaba al hombre en su actos buenos. Envío al mundo, a encarnar entre los hombres, a espíritus doctrinados quienes aconsejaban las virtudes, para que el hombre despertando de su profundo letargo, reconociere en lo profundo de su conciencia, que existía un Padre, un Dios, un Espíritu fuerte que todo lo había hecho; y que como limpio y puro, sancionaba todos sus actos.
48 En ese tiempo, en que el Padre se manifestó entre los hombres, fue el Primer Tiempo; porque el Padre vino a fundar en ese Primer Tiempo, su primer reino espiritual delante de los hombres, en el mismo espíritu del hombre; vino aun a morar como Padre en lo profundo del corazón de sus criaturas mimadas, de los que podían creerle, conocerle, amarle y obedecerle por la conciencia.
49 Cual Padre, se manifestó como rey también; y entonces, edificó en el corazón del hombre, su primer reino, el reino del Primer Tiempo, el primer reino espiritual en la misma morada que él antes había edificado. Para que el espíritu del hombre, pudiera morar con toda paz y con toda gracia; quería el Padre, también, prepararles una morada perfecta a los espíritus, a sus hijos amados; y debía preparar esa mansión también, en tres potencias, por medio de tres reinos.
50 Así, después del primer reino, vino él a manifestarse en su segunda potencia, en su segunda presencia, para edificar, para fundar el segundo reino, el Segundo Tiempo espiritual en la tierra.
51 En el Primer Tiempo espiritual, manifestóse el Padre sólo como justicia. En el Segundo Tiempo espiritual, plugo manifestarse en amor y después para cerrar con broche de oro su obra espiritual, su obra universal, vino a fundar en el Tercer Tiempo espiritual, su tercer reino, para manifestarse en él, como luz de su Espíritu Santo.
52 He ahí tres reinos que forman uno solo, he ahí tres Tiempos espirituales, pueblo bendito, que forman una sola obra espiritual; he ahí, tres eras, que encierran un misterio que en esta alba de gracia por mi voluntad os es revelado; y os dice el Maestro: también estos tres reinos, estas tres eras, fueron formadas en siete etapas para que todo fuera perfecto y semejante.
53 Siete etapas, ¡créalo el hombre o no lo crea! Para que en la última de ellas, la mansión espiritual para el hombre, preparada con suma perfección y gracia, pudiera encontrarse ya.
54 La primer a etapa, está representada por Abel, aquel pequeño amado que elevó su holocausto al Padre, él es el símbolo del sacrificio, él fue el primer ministro del Padre. Ante él se levantó la envidia.
55 La segunda etapa, se encuentra representada por noé. él es el símbolo de la fe, él hizo el llamado a las multitudes y les abrió las puertas del arca de salvación. Ante él se levantaron los hombres con la mofa, el escarnio, con el paganismo y la duda; pero él dejó su simiente de fe.
56 La tercera etapa, está representada por Jacob. él simboliza la fuerza. él es el fuerte Israel, él presentó su escala al mundo, diciéndole: por medio de ese símbolo he querido que todos pasaréis, para sentaros a la diestra del creador. Ante él se levantó el ángel de Dios que a gran prueba lo sometió para templar su fuerza.
57 La cuarta etapa está representada por Moisés, él es el símbolo de la Ley, él presentó a la humanidad de todos los tiempos: las tablas, él fue quién con aquella fe sublime, hizo el llamado a las grandes muchedumbres para señalarles el camino de la salvación, para señalarles con el índice de su mano, la tierra prometida. él, es el representante de la Ley.
58 La quinta etapa está representada por Cristo, a través de Jesús, el Verbo encarnado del Padre, el cordero inmolado, el Cristo de Dios, que os habla; y que os ha hablado en todos los tiempos y os seguirá hablando. él es el símbolo del amor, él, fue quien se hizo hombre; por amor a los hombres, vino a habitar la misma morada de ellos, vino a sufrir sus sufrimientos, cargó sobre sus hombros los pecados; vino en representación del Hijo y a enseñar como Maestro, al hombre, cómo se nacía en la humildad, cómo se vivía en el amor y en el sacrificio, cómo se moría por amor bendiciendo, como se perdona y como se bendice a cada instante al enemigo. él, representó la quinta etapa, como símbolo del amor.
59 La sexta etapa, está representada por Elías. él, es el símbolo del misterio del Espíritu Santo, él es quien presentó el carro de fuego, ese carro que llevó la luz a las naciones de todo el mundo y a todos los mundos desconocidos aun para vosotros mismos; pero conocidos por mi divinidad, porque yo soy el creador de todos los mundos y de todas las criaturas y Padre de todos los seres.
60 ésta es la etapa en la que estáis viviendo, en la etapa de Elías, ésa es la luz que os ilumina. Elías es el símbolo del misterio, de todas las cosas que ocultas pueden encontrarse; y que hoy, en esta Tercera Era, al hombre se le están revelando.
61 La séptima etapa, representada puede encontrarse por el mismo Padre, él simboliza la perfección, es el final, es el tiempo de la gracia, es el Séptimo Sello.
62 He aquí, pueblo mimado de Israel, cuál es el Sexto Sello y el porqué es el Sexto Sello. ¿Por qué, el Padre, no os habla de los otros sellos? ¿Por qué no les reclamó? ¿En dónde están? ¿Por qué no iluminan? ¿Por qué no han florecido? Porque los unos, ya pasaron, pueblo amado; porque el sexto, es el que se encuentra hoy encendido, iluminando todos los ámbitos de la tierra, iluminando al universo entero.
63 Y, en verdad, os digo: el Séptimo Sello, aun no se encuentra desatado ese sello, aún no ha llegado para vosotros, un tiempo falta todavía para que esa etapa penetre entre los hombres; y los hombres, penetren dentro de ella misma. Será entonces, Israel, tiempo de gracia, de paz y de perfección.
64 Sin embargo, para que ese tiempo de gracia, llegue al hombre, ¡ah! Cuánto tendrá que llorar, ¡cuánto el ser humano tendrá que ser purificado, en espíritu y en verdad! Mas, una vez pasado el tiempo de la purificación, vendrá el reino de paz, de gracia y entonces las tentaciones quedará retenidas; y no habrá guerras entre los hombres, no habrá perturbaciones, no habrá perversidad; habrá sólo progreso espiritual, habrá comunicación de espíritu a Espíritu entre el ser humano con su Padre y creador.
65 ¿Me comprendéis, pueblo amado? Yo siempre he dicho a vosotros, que el hombre es semejante al Padre, en su propia materia: solo en su alma y espíritu. Así también, este reinado material, este mundo material que contempláis que yo he formado con tanta perfección y gracia, es vuestro libro, es el libro que os habla a cada momento, ese es el libro que os enseña de la vida de los tres reinos, de las tres eras: de los tres Tiempos espirituales, de las tres potencias, de las tres presencias del Padre.
66 Este mundo, esta creación, desde el primer instante ha estado preparada como un libro para hablar de las siete etapas, de los siete Sellos del gran libro de la vida; que hoy, en este Tercer Tiempo, he venido a descorrer con la luz de mi palabra.
67 ¡Oh Sexto Sello mimado! ¡Oh mi fuente de gracia! ¡Oh! Sexto Sello, en el cual, se encuentran reunidos los otros sellos, yo os he entregado vuestros misterios, yo os he entregado vuestros símbolos, yo os he entregado vuestra Ley, yo os he entregado los cargos, el juicio y la penitencia. Yo he escrito en vos mismo, vuestro propio cuadro y he dejado del primer ángulo al segundo: “juicio” del segundo al tercero: “Dios” del tercero al cuarto: “cargos” y en el primer o: “penitencia”
68 Estudiad y analizad, pueblo bendito, ¡oh discípulos de Cristo que circundándome podéis encontraros en esta alba de gracia: es mi voluntad, que esta página que os entrego en este día, sea en las manos de cada guía de recinto, sea dada a conocer por doquiera; mas preparaos en Espíritu y verdad; porque se levantarán varones y mujeres que os dirán: yo poseo tal sello, yo tal otro, y vosotros, no juzguéis ni riñáis por causa de mi obra; sólo presentad esta hoja, y decidles a ellos: el árbol, por su fruto es reconocido.
69 ¿Cuál de los siete árboles, ha fructificado? Elías, iluminado por el Espíritu Santo, por conducto de Roque Rojas entregó siete recintos; de los siete, en uno de ellos, el Maestro se manifiesta en palabra; en uno, desciende su rayo universal; solo uno de esos árboles, dio fruto.
70 ¿Cuál, pueblo amado? El sexto los otros sólo fueron símbolos, sólo fueron una representación y por eso no pudieron fructificar; por eso, yo desde tiempo ha en el mediodía, os he dicho: éste es el Sexto Sello, que representando puede ser a los siete.
71 Sólo el Padre, será quien os diga adonde termina la sexta etapa y en donde comienza la séptima: el tiempo de gracia, porque en verdad, os digo: hoy estáis viviendo en el tiempo de Elías, en el Sexto Sello, en la sexta etapa, en pleno Tercer Tiempo dentro de la Tercera Era; la era de la luz del Espíritu Santo.
72 Y, a pesar de estar en este Tercer Tiempo, en el tiempo del Sexto Sello, alimentados por esta luz omnipotente y divina, llenos de mi Espíritu Santo, llenos de mi palabra en los recintos en donde repercute, no sabéis aun comunicaros de Espíritu a espíritu, no sabéis percibir mi luz; no habéis sabido desechar la perversidad, aun tenéis confusión en el espíritu, aun lleváis mancha en el alma y en la carne; por tanto, os digo: no estáis todavía en el tiempo de la gracia.
73 Ese tiempo sublime llegará y los hijos de vuestros hijos, vuestras próximas generaciones, vivirán con fuerza y con limpidez en ese tiempo, para ser también mis discípulos, aquellos que reciban la comunicación con mi divinidad de Espíritu a espíritu, aquellos que se levanten como profetas en los caminos de este mundo, aquellos que vivan en paz y en armonía con todas las naturalezas, aquellos que formen la verdadera mansión del hombre en este planeta tierra.
74 Entonces, pueblo bendito, el mundo será semejante al paraíso primitivo; entonces el hombre contemplará que no hay enemigos sobre de este mundo, entonces el ser humano, contemplará el exterminio de las plagas, no habrá dolor, no habrá tinieblas, no habrá tentaciones. Pero mirad que ese tiempo, no está muy cercano, ¡ay! ¡Ay! Del mundo, ¡ay! ¡Ay! De Israel.
75 Todavía para que ese tiempo de gracia llegue, muchos soles pasarán, muchas aguas caerán de los cielos sobre esta tierra, muchos años pasarán y serán olvidados por los hombres, muchas generaciones también; pero vendrá esa etapa final, que será el broche de oro con que el Padre, cierre toda su obra bendita en este planeta llamado tierra.
76 El que tenga ojos para ver, que vea; el que tenga entendimiento, que analice; el que tenga oídos, que escuche, lo que ha dicho el Maestro de maestros en este día; y es lo que, en verdad, yo he venido a revelaros en esta alba bendita de gracia.
77 ¿Conforme estáis, pueblo mimado? ¿Pensáis que el Maestro de maestros, haya profanado vuestro espíritu, con esta lección de su enseñanza? ¿Pensáis que yo, con palabras turbadas o científicas, sólo haya traído tinieblas a vuestros corazones?
78 Llevad esta lección de mi enseñanza que es clara y sencilla; diáfana, como la luz del día; transparente, como las aguas de los manantiales; llena de fragancia, como las flores de la campiña; sencilla, como son todas las cosas que ha creado mi voluntad divina; para que en el silencio de vuestra alcoba, en la mitad de la noche, analicéis, meditéis y penetréis dentro de estas revelaciones; y entonces, podáis contemplar cuánta perfección, hay en todas las manifestaciones del Padre.
79 La divinidad está unida a lo espiritual, lo espiritual está unido a lo material. Todo es una cadena de amor, todo es armonía, pueblo amado de Israel. Por eso, hoy que el Padre contempla sólo la división entre su pueblo, la discordia y el desconocimiento de un recinto con el otro, viene a fraternizar con su pueblo; y a deciros: ¿por qué os asombran las guerras mundiales? ¿Por qué os asombra la sangre que corre y mancha al mundo? ¿Por qué venís, y me decís: Padre, mira cómo los hombres se matan? ¿Por qué venís a decirme: Padre, haz que las guerras cesen? No, pueblo, no me hagáis ya esas peticiones, no acuséis a los hombres delante de mí, ellos no saben lo que hacen, son inocentes, no saben que luz os alumbra. Vos sois el que sí sabéis lo que hacéis, el que sabéis quién sois, el que lleváis mi luz; vos tenéis los ojos abiertos y conocéis mi Ley; a sabiendas, os desunís; a sabiendas, no os amáis; a sabiendas, me desobedecéis.
80 Pueblo, venís a pedirme, que yo os dé más fuerza, para que os podáis amar; que yo os dé más fuerza y más luz, para que podáis uniros; para que podáis, en el feliz momento de vuestra unificación, unificación sencilla y plena, de espíritu a espíritu, contemplar grandes acontecimientos en el mundo; entonces, miraréis cómo los duros corazones se ablandan, contemplaréis cómo los entendimientos de roca, se quebrantan y razonan; contemplaréis cómo los pueblos, que se desunen y se odian, se perdonan y hacen tratados de paz.
81 ¿Queréis mirar estos acontecimientos, mi pueblo? ¡Uníos espiritualmente sólo al Maestro! Y entonces, contemplaréis grandes acontecimientos sobre este mundo, entonces veréis que es verdad mi presencia y mi palabra, entonces contemplaréis y reconoceréis la fuerza de la oración, la fuerza de la enmienda, la fuerza del ahínco, la fuerza de la espiritualidad. Entonces contemplaréis, que no es menester atravesar aquellas tierras y los mares para llevar mi enseñanza, que desde esta nación predilecta por mi voluntad, podéis por medio del pensamiento, vencer a la influencia de los hombres de la guerra e inspirarles pensamientos de amor, salvarles del caos y de las tinieblas.
82 ¡Yo, vuestro Padre y Dios, me estoy manifestando; y quiero manifestarme aún más, en gracia y amor entre vosotros!
83 Mirad que el hombre se levanta con sus ciencias, queriendo formar tan sólo armas de destrucción. ¿Creéis que esto sea grato delante de mi espíritu divino? ¿Yo que todo lo he creado para vuestro propio recreo y beneficio? ¿Yo que preparé este mundo en tres reinos que me representan: uno como, como el Maestro mineral; el otro, vegetal y el otro, animal? ¿Creéis que sea grato ante la mirada del Padre, la destrucción de su creación, la destrucción de su propia obra? No, en verdad y en espíritu.
84¿creéis que lo que yo hice sólo para recreo y para perfeccionamiento, para maravilla y adelanto del espíritu del hombre, el ser humano lo tome para su propia destrucción, para su retraso, para su dolor, para su propia confusión y mi propia confusión? No, mi pueblo, pero vos, sois el responsable; y así como el hombre, se levanta en este tiempo en su mayor altura de perversidad, en su mayor altura de las ciencias; levantaos también vosotros con mi saber, con los misterios esclarecidos, con mi Ley, con mi palabra, en vuestra tercera altura de vuestro saber espiritual.
85 Estáis en el Tercer Tiempo, levantaos también vos con esta luz, con esta doctrina, con la potestad que os he entregado para que vos venzáis las tinieblas, venzáis la guerra, venzáis el mal, pueblo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
86 No vengo a amedrentaros. Vengo a daros regocijo y recreo, para que a cada instante sepáis que por Maestro, tenéis un verdadero Maestro, a un Maestro que sabe más que vos y que los demás, a un Maestro que siempre os estará revelando nuevas lecciones y nuevos conocimientos.
87 Lo que hoy os he dicho, mucho tiempo esperé para decíroslo; mas no contemplaba mérito alguno en vos; y hoy, al contemplar que os buscáis los unos a los otros, al contemplar que estáis prestos a perdonaros, a amaros y a unificaros; vengo yo, a entregaros este premio espiritual: el misterio de los siete Sellos, el misterio de los tres Tiempos pero no es todo lo que tengo que revelaros, grandes conocimientos y grandes misterios hay en mi arcano, los cuales es mi voluntad revelaros antes de 1950; por eso quiero que haya preparación en vosotros, para entregaros como herencia toda mi palabra: el gran libro de la vida el libro que será vuestra salvación, vuestra vida y vuestra gloria. ¡Oh, pueblo amado de Israel!
88 Mis hijos representantes de estos dos recintos, venid hacia el Maestro, que yo os recibo.
Videncia:
89 En tu espíritu divino, yo te saludo, para darte infinitas gracias que me has permitido ver al descender tu rayo infinito, tu mano muy blanca; vi en ella, una valija y dentro de ella, una inmensa perla que la depositaste en todos nosotros; y al compás de tu luz divina, el pueblo se hace un solo corazón; este corazón, abre una puerta profunda y tú escudriñaste hasta su raíz y encontraste una espina, la arrancaste y dejaste depositado un pequeño libro. En el ambiente del pueblo, vi una guirnalda y rosas blancas y un libro grande interminable, muy extenso; y nuestras manos, era una sola mano que formaba el pueblo; y esa mano, va abriendo página por página de ese libro; y cada uno, va formando su nombre espiritual y una vez hecho esto, se va borrando cada hoja; y al final de aquellas hojas que forman nuestras manos, vi deshojarse una rosa de aquella guirnalda; y vi, que quedaba sin forma, nada más una hoja en blanco, y decía: presente, pasado y futuro. Después vi, cuando la unificación de tus niños escogidos, un ángel que en el espacio espiritual estaba muy atento viendo la unificación y dejando en ellos un símbolo de paz; y vi, que dejaste en lo íntimo de sus corazones una esencia infinita que no se borra en el transcurso del tiempo. Gracias infinitas te doy por tu caridad, señor.
Divino Maestro:
90 Os habéis recreado, mujer, y en verdad, os dice el Maestro: aún muchos acontecimientos restan por ser revelados; de año en año, de cátedra en cátedra, el Maestro os entregará toda vuestra herencia.
91 Habéis contemplado en forma espiritual, la unificación de estos espíritus que nunca han estado desunidos. Yo os lo digo, en verdad y en Espíritu: todos mis hijos, jamás han estado desunidos; y ahora, por vosotros, por vuestra presencia en este recinto bendito, haré que alcancen cinco minutos de paz, todos los que sufren la falta de paz en la tierra.
92 Yo haré que esta paz y este regocijo vuestro, como un rocío de gracia descienda sobre todos los pueblos, sobre todas las naciones que enlutadas pueden encontrarse. Yo os bendigo, pequeña; y vuestro testimonio, sea con vuestros hermanos, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Videncia:
93 En tu nombre divino, yo te saludo para darte gracias, por lo que me has permitido ver: cuando tú dabas tu palabra, pude contemplar siete espíritus que traían una luz muy grande y refulgente. A medida nos dabas tu palabra, en el momento en que decías de las siete etapas, cada uno de esos espíritus, se iba iluminando más y más y se dejaba ver en sus rostros una forma angelical, completamente divina. Cuando acabaste de hablar de las siete etapas, quedaron los siete espíritus rodeándote, con una antorcha en su mano; después, los siete espíritus fueron recogiéndose y concentrándose a quedar convertidos en siete estrellas, que rodeaban este recinto y se desmenuzaban como una luz preciosa en cada uno de nuestros entendimientos. Después contemplé el arco iris en la misma forma como lo contemplé en el mediodía, que la primera punta del arco iris estaba en el mediodía y la otra en este recinto; y hacia arriba, contemplé a tu divinidad sentada en el sitial de la fuerza, donde dabas tus bendiciones y se hacía un solo templo, una torre muy inmensa que iluminaba todo el planeta. Cuando pasaron tus hijos ante tus plantas, contemplé dos manos que se estrecharon y se fundieron en una luz muy grande; tu hijo José, llevaba en su espíritu, un gusto, una armonía y llevaba su corazón herido, pero él no hacía caso de la herida, sólo se miraba el júbilo en su rostro. Mi hermana manuela, la contemplé que se presentaba ante tus planta, presurosa, pero no contemplaba la desgarradura de su ropa, sino contemplé el júbilo también; y sus manos blancas, se presentaban ante ti; y dándose la mano, volvía a brillar la luz. En el momento en que les estabas diciendo que no era ellos, los que estaban desunidos, que siempre habían estado unidos, contemplé a varios de nosotros y al pueblo que llevábamos la boca abierta; y en muchos de ellos, se veía la lengua hecha en dos; después, tú cerrabas las bocas con tu mano sacrosanta y todos los que estábamos, veo cómo doblegamos nuestra cerviz, mientras tú los coronas con esa corona blanca. ¡Bendito eres por los siglos, Padre amado, por lo que me has dejado contemplar en este día!
Divino Maestro:
94 ¡Bendito vos, pequeño, que os habéis inspirado en mi manifestación y os habéis elevado a mi luz bendita cual espíritu de profeta para poder contemplar por medio de símbolos, lo que en esta alba de gracia he dado a saber a mi pueblo amado y habéis podido recrear el espíritu en la contemplación de los siete ángeles, cada uno de los cuales, es uno solo! Habéis contemplado la estrella que alumbra cada uno de esos sellos; y habéis contemplado que ellos, en torno del Padre, manifiestan la suprema perfección, la suprema armonía, todo el saber del Padre legado como herencia a los hijos y que encierra ese misterio de los siete Sellos. Mas no temáis, que mi luz divina ha sido lo más profundo en todos los corazones; y al levantar su planta por los caminos, llevarán sólo presente que el Padre ha estado con sus hijos para agraciarles; que no he venido en este día como Ley, ni entregando órdenes y cargos; sino, solo caricia, sólo galardón cual lo habéis contemplado. Vos, os habéis preparado, grande ha sido vuestro regocijo; y regocijado el oído del pueblo se encuentra, con vuestro propio testimonio. Llevad en vos, la paz, llevad más y más progreso espiritual; yo recojo vuestra simiente de dolor, de lucha y de sacrificio y en este instante, también deposito en vuestras sienes, una pequeña corona de laurel como símbolo de paz. Yo os perdono y bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
95 Mi pueblo, el Maestro, ha estado con vosotros. ¡Oh! Primeros y postreros de mi obra: de pláceme he estado en verdad, entre apóstoles y profetas en este día, he estado entre labriegos; los unos de manos encallecidas por el azadón y la pala; los otros, preparándose para poder recibir su tierra, su simiente y sus herramientas; los unos, con gran experiencia, brillando las canas en sus sienes, llevando sólo la consagración en su corazón para mi obra y mi servicio; los otros luchando aún en los caminos del mundo; pero sintiendo amor por mi divinidad y por mi camino.
96 ¡Benditos seáis, los primeros, los segundo y los postreros! ¡Benditos seáis los que habéis estado conmigo! Y por los presentes, alcancen los ausentes mi caricia y mi perdón; no, mi enseñanza, porque por eso vengo a comunicarme por el entendimiento humano, para hacer mi palabra material y ser escuchado por audífonos materiales humanos, porque el que no esté presente, no puede ser testigo de mi palabra; mas cuando esta blanca hoja que os he confiado en este día, sea llevada a los recintos, sea dada a saber a las congregaciones; entonces, los que ausentes hoy pudieron encontrarse, sabrán lo que el Maestro, en este día de gracia, os ha entregado.
97 Pueblo amado, que supisteis prepararos en este día, que supisteis presentir que el Padre, iba a descorrer un velo de misterio. Yo os bendigo, en verdad y en Espíritu; y este anhelo de unificación, que me hacéis presente, ¡hágase efectivo! Este anhelo de paz para las naciones, sea efectivo después de la unificación, porque es mi voluntad.
98 Este anhelo de que el hombre fracase en sus intentos de destrucción y muerte, sea también; y hago que vuestra oración, venza al espíritu de la guerra. Yo le doy fuerza a vuestra oración, yo le doy elevación a vuestro espíritu para que entonces vos, ¡oh hijo mimado! Podáis reconocer la fuerza y potestad que el Padre os ha entregado; que no seáis un soldado material, ya que sois un soldado espiritual y por tanto, debéis reconocer vuestras armas espirituales, para que tengáis confianza en ellas mismas.
99 Entonces, pueblo amado, os dejo unidos, formando una familia de amor al Padre y a vuestros semejantes y a vosotros mismos; una familia, que sea espejo de las demás familias y congregaciones, que sea representación de la armonía universal. Cuando haya armonía, en el pueblo de Israel, no sabéis cuantas maravillas se manifestarán en el haz de la tierra y aun en el espacio espiritual: los muertos resucitarán, los ciegos verán, los mundos hablarán, el mundo espiritual se manifestará por doquier, entonces, sólo se escuchará una palabra: Israel, Israel, Israel, por doquiera se escuchará; y los hombres, hablarán de mi obra y se levantarán en busca del Maestro, porque la tierra está fecundada y los corazones preparados y solamente esperan el grito, la voz del Maestro que diga a lázaro, que es el mundo: ¡levantaos y andad!
100 En esta alba de gracia habéis comido el pan de mi mesa, sed fuertes y hartos de este pan, hasta la consumación de los tiempos, en que os entregue el último adiós a través del entendimiento humano.
101 No haya enfermo delante de mí, no hay dolientes, no haya quejas, no haya cansancio, sólo júbilo. Los unos trabajan mucho; y a los otros, yo les daré un reposo más. Un galardón yo lo tengo preparado y bendecido para cada quien y para cada cual. El beso del Maestro, sea en las naciones. La paz del Maestro, sea en la nación mexicana. La paz del Maestro, sea en el pueblo de Israel, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
102 En este instante, la luz de esos siete ángeles alumbre el Sexto Sello, para que mi pueblo sea harto de luz, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Adiós, pueblo amado!
¡La paz de mi Espíritu, quede entre vosotros!
26. No juzgar las faltas ajenas
Miércoles 1 de enero de 1947
1 ¡Hosanna, hosanna! Salve al amor manifestado en mi círculo de acción en este mundo. Salve al amor de Dios manifestando a través de Jesús, por el Cristo. Salve a los cristianos que sientan y manifiesten mi amor.
2 Una vez más, pueblo bendito de Israel, desde las alturas de la más elevada espiritualidad hasta la esfera terrestre de los hombres, son mis pensamientos amorosos cual barquilla salvadora en turbio mar.
3 Una vez más, pueblo bendito, el amor que es consolación que viene a vuestro corazón para perfeccionaros. La sabiduría que es parte de vuestra herencia divina, viene hasta vos, para utilizar una parte de vuestra mente humana, la parte superior de ella, la parte superior de vuestro entendimiento.
4 Una vez más, en este círculo de acción que es vuestro mundo, manifiesto mi amor, para traeros dádivas especiales, nuevos pensamientos; manifestando así, en distintas palabras, el mismo fondo de la doctrina divina, amorosa y espiritual; ese fundamento inmensamente omniabarcante, que vos no alcanzáis a comprender: el amor el amor, que relaciona a los ángeles con los hombres; el amor, que relaciona a unos con otros, en el mundo y en los celos.
5 Conectaos humanidad, con el pensamiento, con el Padre Dios y con vuestros hermanos; conectaos con el universo entero; y así, os sentiréis grandes, como parte del mismo universo y como espíritu hijo de Dios; y os sentiréis, a semejanza del príncipe de la paz.
6 Escuchad, mi pueblo, abrid vuestros oídos, disponed vuestro entendimiento, preparad la sensibilidad, abrid vuestro corazón; y dejadme que sature vuestra alma y espíritu, con las aguas purísimas y milagrosas del amor.
7 Dejad que yo sature vuestro ser, con la exquisita divinidad de mi Espíritu, que palpita en la naturaleza superior del universo.
8 Dejad que mi amor se extienda en vuestro corazón, para elevarlo; y en plenitud de florecimiento espiritual, sintáis la vida de Dios en vuestro propio ser; y sintiendo concientemente que el Padre vive y se manifiesta en vos, floreciendo las virtudes de vuestro espíritu, en verdad, formaréis parte del huerto espiritual en el que yo reino, del huerto espiritual que yo riego con mi luz amorosa.
9 La suavidad del amor, regando el huerto de los hombres, que se convierte en el huerto de los celos por la comunicación de la mente humana, con el universo que se expande, para decir: ¡el universo es del Padre y mío, todos somos partículas del mismo universo, debemos sentirnos hermanos! Esto diréis, mi pueblo, cuando estéis altamente consciente de lo que sois, en cuanto a espíritu y en cuanto a la forma.
10 Pueblo, una vez más mis pensamientos convertidos en palabras a través del cerebro humano, sirviéndome de entendimientos humanos, de labios que me interpretan, para daros, mi pueblo, del arcano purísimo de la sabiduría amorosa que en mi reino, por vos mismo, no alcanzáis y por esto vengo a vos, porque lo que aún no alcanzáis, lo alcanza el amor divino. El amor, del cual mi Ser está lleno, el amor que no está limitado.
11 Yo soy el amor que el Padre os ha dado, para dulcificar a la humanidad triste; el amor divino, que no se aparta a pesar de la miseria de los hombres, a pesar de las lacras humanas.
12 El amor está iluminándoos, pueblo, os está iluminando el alma, para que teniendo iluminada el alma, tengáis dulce y blando el corazón. Mi efluvio santo está lleno de ese sacro amor que el Padre pone en mí.
13 Cuando vos venís a escuchar una cátedra de Cristo, pueblo mío, pueblo casi inconsciente no sabéis lo que escucháis, no sabéis lo que lleváis ni lo que oís.
14 Yo, estoy comunicando al Padre. Estoy consciente de su vida en mí, de su sabiduría en mí, de su amor en mí, de su fuerza en mí.
15 El Padre obrando en mí y yo derramándome en vos, para que sepáis así lo que es con vos y lo que escucháis, os diré: que las palabras, que el amor, que la fuerza, no son solamente de mí, no están solamente en mí.
16 Elevad vuestra mirada a más altos y amplios horizontes y elevad vuestro sentir a más puros pensamientos y así aprenderéis a comunicaros con todas las manifestaciones existentes; entonces, sabréis a quién venís a oír, a quién venís a escuchar, sabréis quien os despierta el sentimiento espiritual.
17 Soy Cristo, vibrando en irradiación, enviando mis pensamientos; pero, los pensamientos ¿solamente son míos? ¿Solamente las ideas vienen de mí? ¿Es acaso lo mío, lo único que os doy? No, mi pueblo, yo estoy relacionado con el Padre, conscientemente, en mente, en conciencia y en voluntad.
18 Estoy verdaderamente unido al Padre, así pues, que escucháis un mensaje que del Padre viene directo a mí y de mí a vosotros. Un mensaje, más alto de lo que habéis pensado. Un mensaje, superior a lo que habéis creído; por eso os digo que escuchéis, de mi palabra, por lo que tiene de divino, de maravilloso, por lo que tiene de grande, por quien me ha inspirado, por quien me da la luz con que yo brillo, el amor con que acaricio, la fuerza que utilizo para el bien. Más las manifestaciones, por mi conducto, os vienen directas del Padre Celestial.
19 ¡Cátedra de día primero de año! ¡Cátedra interesante para el porvenir! Cátedra, para los espíritus con almas libres y para los de almas atadas con las cadenas de los prejuicios. ¡Cátedra para todos! Cátedra, para los espíritus de almas libres, ellos encontrarán en esta cátedra: luz, esencia y sustancia. Las los seres con almas atadas a prejuicios, encontrarán obstáculos; y poco podrán de ella extractar; mas, yo vengo a todos los seres, tanto con almas libres y a los de almas atadas.
20 Vengo a pobres y ricos, a niños y ancianos, a sanos y enfermos del cuerpo y de la mente; al mundo entero derramo mi palabra por medio de la irradiación, a todo aquel que quiera recibir mi palabra dicha por medio del pensamiento, a través del entendimiento humano.
21 Y si el pensamiento, es el que pone en comunicación con vosotros, a los seres del universo, ninguno puede evitar que se opere el natural proceso de la irradiación a mi servicio, con los hombres de este mundo que la necesiten.
22 Es un efecto natural el hacer llegar el pensamiento a donde lo quiere la voluntad. Es un efecto del amor que lo abarca todo. Es un efecto del amor que todo lo alcanza; y es mi pensamiento, como la barquilla que os he dicho, pueblo: la barquilla salvadora en turbio mar así es mi pensamiento, dulce caricia, arrullo de amor.
23 Hablo a vosotros, los hijos de la fe. Hablo a vosotros lejanos en la fe, a todos hablo; para que cada uno de vosotros, encontréis el significado en cada palabra, según las condiciones mentales en que os encontréis.
24 ¡Párvulos! Porque en esta cátedra interesante de día primero, así os trataré, como mis párvulos; y el que no quiera reconocerse como párvulo, que me responda: ¿qué bien le ha hecho a su alma? ¿Qué ganancia le ha proporcionado? Si verdaderamente vosotros, habéis hecho mucho por vuestras almas, no seréis de mi grupo esta noche; pero poco, habéis hecho para el alma y la vida espiritual; y mucho, para la vida en la materia.
25 Cristianos a medias, os sigo hablando. Corazones endurecidos, fríos cual lozas de sepulcro, ¿cuáles son las ganancias para vuestra alma? ¿Para conquistar un porvenir glorioso en una fecha mejor? Por ser hijos de la fe. Por la servicialidad espiritualista cristiana, ¿cuáles son las utilidades para el espíritu, en esta noche?
26 Pensad seguid pensando meditad entrad en el templo universal y la meditación os pondrá en armonía, en relación mental y de conciencia con el Padre de los seres. Pensad siempre que en cada existencia humana que venís, hacéis más grande la cadena hacia vuestra esclavitud a lo material, aumentando muchos eslabones; y, ¿cuántos habéis quitado?
27 Almas de espíritus libres, pensad cómo respondéis a vuestros deberes; cómo sois conscientes de vuestras obligaciones. En verdad, os digo: que ponéis más que quitar.
28 Aumentáis vuestra cadena, porque de cierto, os digo: que cada palabra que sale de vuestros labios que hace sufrir a los demás; cada palabra falta de amor, cada obra hiriente, es un eslabón más a la cadena de causas y efectos palabras y obras que vosotros descuidáis.
29 Espada de doble filo, es vuestra boca, vuestra lengua que tanto descuidáis; vuestros pensamientos y obras, llenos de desamor; y por tanto, vais aumentando la cadena que os mantiene cautivos; y de cierto, muchas veces venís a pedir disminuir de ella, los eslabones, que verdaderamente necesitáis ir quitando.
30 ¡Oh espíritus libres y responsables! Ya que sois libres y por tanto sois responsables. Seres hijos de Dios, que tenéis cada mundo por una escuela y por un punto de ascenso: poned un punto de progreso a vuestra vida espiritual un punto en el infinito, en diferente camino, con diferentes obras.
31 Sed mejor que ayer, pueblo; y después, sed mejores que hoy para ser mejores el mañana.
32 ésta es la lección de justicia de los seres responsables: ser mejores cada día. Mejores que ayer, mejores que hoy, mejores el mañana.
33 Reconoced vuestros errores. Reconoced vuestros defectos; y después, arrojadlos de vosotros, arrancadlos de vuestra mente humana y de vuestra alma, puesto que si sois conscientes, no les guardaríais allí con tanto celo ni les conservaríais por tantos años.
34 Arrojad de vosotros, la insensatez; arrojad de vuestro ser los defectos, las pasiones y las tendencias criminales, los excesos y las violencias, las injusticias y el desamor.
35 Y en esta cátedra de día primero, me place descorrer un poco el velo del templo, para que no profanéis el sagrario de la pureza, de la sabiduría amorosa, de la luz.
36 Todos vosotros, párvulos muy amados, sois criminales. Aquél que hace una mala obra, hiere; y el que hiere, comete crimen.
37 Hay acciones y palabras que hieren el corazón y hay crímenes mayores y menores, en mayor y menor grado. ¿Acaso creíais vosotros, no haber cometido ningún crimen?
38 Quiero que limpiéis vuestra mente humana y vuestra alma, en las aguas de la renovación de la vida, en las aguas inmaculadas de la resurrección.
39 Elevad vuestro entendimiento espiritual, para que sepáis: que vuestra finalidad, es: no hacer daño a algo ni a alguien, ni de pensamiento, ni de palabra, ni de obra.
40 No solamente el que mata el cuerpo o hiere el corazón humano, es criminal. He aquí, place a mi voluntad, seguir descorriendo el velo del templo de la sabiduría y del saber.
41 Criminal, es el que mata el sentir del ser y la expresión purísima de su alma y le hiere sin compasión; y aunque tenga las manos limpias de sangre humana, no tiene limpio, ni el corazón ni el pensamiento.
42 También el sufrimiento, es sangre regada, sin color ni olor; y la habéis regado, impíamente; sangre regada sin color ni olor, pero sangre más fuerte que la sangre del cuerpo. Las lágrimas del alma, los sufrimientos y angustias morales, las penas del alma, son mayores mil veces que las del cuerpo, estremecen al corazón; y son mayores en valor, ya que son heridas del alma.
43 Párvulos míos, puesto que todos sois mis párvulos esta noche abrid vuestros sentidos a la vida interna, ante vuestra conciencia, ante el Padre, porque sólo el Padre es digno, sólo el Padre hace convencer y decidle: cuántos crímenes habéis cometido cuántas veces por vuestra causa, han llorado unos ojos, cuántas veces, habéis torturado un corazón. Confesaos con el Padre, de crimen grande o pequeño. Cuáles son vuestras tendencias. Cómo os habéis conducido en este año.
44 De cierto y en verdad, os digo: cuantos más y mayores, sean vuestros defectos, más veces vendréis a reencarnaros a la tierra.
45 En este año, ¿qué es lo que habéis modificado en vuestra existencia humana? ¿Sois buen hijo? ¿Buen padre? ¿Buena madre? ¿Buen hermano? ¿Sois con vuestro prójimo, relativamente justo? ¿Cuántas heridas habéis causado, con la palabra dura o con el pensamiento? ¿Cuántos actos negativos de hipocresía, de falsía y de mentira, han manchado vuestra alma? ¿Acaso habéis dejado que vuestras malas obras, mancharan vuestra alma, mancharan vuestra mente y ennegrecieran vuestro pensamiento espiritual?
46 ¿Habéis hecho ligero vuestro camino, con obras de caridad? Y, ¿cómo las habéis practicado? Porque no es caridad, aquella que se habla, que se divulga, de la que se hace alarde.
47 Caridad, es aquella que da el corazón, cuando bendicen los labios y cuando no se divulga la obra benéfica.
48 ¡Insistid en perfeccionaros! Habéis venido a este mundo para perfeccionaros; y entended: quiero que en este año, hagáis comparaciones con los seres espiritualizados y elevados, con los espíritus de luz porque vuestra misión, es llegar hasta los planos que ellos habitan; y cuando vos lleguéis a esos planos, ellos llegarán a estados más elevados de plenitud de conciencia; y vos, les seguiréis, son vuestros hermanos mayores; y siempre me seguiréis a mí, por ellos.
49 Los seres de luz son rectos, amorosos, justos, sencillos, verdaderos, sinceros. Ellos son armoniosos en su temperamento y en sus actos. Armónica su conciencia y brillante su pensamiento. ¡Siempre dulces, siempre dispuestos a perdonar!
50 Haced comparación, con los seres luminosos; que el camino de ellos, es vuestro camino y vuestro sendero; porque no sólo les imitaréis: seréis a su semejanza, seréis como ellos, como esos seres elevados.
51 Estos seres con más luz que vosotros, que hoy os llevan de la mano, cuando estéis en alma, seréis como ellos; y también vosotros, llevareis a otros de la mano.
52 Diario debéis hacer comparaciones con los seres de luz para que como ellos, ascendáis por la escala infinita de la conciencia, en los planos de la altitud espiritual que debéis escalar en vuestra evolución, al ir superando vuestro grado de comprensión.
53 El amor, es el que hace evolucionar a los espíritus, por medio de las almas; el amor, es una potencia que conmueve el reino de la misericordia.
54 Los espíritus elevados, al toque del amor en su alma, ya pura y emancipada de pasiones son rápidos en contestar, no se hacen esperar para hacer el bien, desde el reino de la luz, desde el reino eterno. Por eso, mi pueblo, debéis pensar en esos seres de luz; debéis pensar que como ellos, tenéis que ser vosotros.
55 Los seres elevados ¡jamás mienten! Y por eso, conoceréis que son de luz; porque el mentiroso, falso e hipócrita, no puede ser discípulo de Cristo, jamás se afinará a mi vibración justa y amorosa; y si no se afina a mi vibración, no puede tener equidad, amor ni verdad, en su comportamiento.
56 Pedid al Padre Celestial que os libre de la falsía, de la hipocresía; y que vuestros labios, tengan siempre la Verdad; y vuestro corazón, la sinceridad.
57 El hipócrita, es el harapiento y sucio, espiritualmente hablando; es el manchado, que en el reino de las almas limpias y elevadas, no puede entrar; hasta que, arrepentido en las aguas del amor y la sinceridad, lave sus harapos; porque de cierto, os digo: yo Cristo, prefiero un criminal arrepentido y no un hipócrita consumado.
58 Debéis observar en estas palabras, el fin que llevan y notar en esta cátedra, el propósito que tengo, de que recojáis palabra por palabra y hagáis de vuestra vida y de vuestra existencia humana, una vida nueva, porque ésta es la voluntad del Padre, que me ha enviado a doctrinaros con la perfecta o santa doctrina, del amaros los unos a los otros.
59 Para que vayáis por el sendero verdadero, es necesario que abráis los ojos a la comprensión; si no lo hiciereis así, estaréis siempre faltos de luz y vagando entre las tinieblas.
60 Todos sois párvulos, mi pueblo, en esta noche, porque no habéis liberado el alma de impurezas pasionales y porque todos sois criminales, aunque sea en pequeño; pero, si todos habéis herido corazones y hecho brotar lágrimas, de cierto, os digo: que todos, estáis llamados al arrepentimiento mas, si sois reacios, si persistís en vuestra rebeldía; entonces, responderéis de vos mismo; y responderéis dolorosamente, con sufrimiento amargo; pero todo ello, será de vuestra parte, no de Dios.
61 No hagáis más amarga vuestra vida en la existencia humana, ni en vuestro porvenir espiritual. Dadle a vuestro porvenir, la luz de la altitud de conciencia, de rectitud y de justicia. Porque de cierto os digo que, ésta es vuestra misión: perfeccionaros para que gocéis de la dicha, que el Padre Celestial, os hará gozar.
62 Pero, recordad siempre: que la dicha y la felicidad, sólo se alcanzan en la altura de la espiritualidad y no en las bajezas de la bestialidad. Nunca olvidéis: en la altura de la espiritualidad y por esa altura, se llega a la cumbre de la dicha y felicidad.
63 El mentiroso no será feliz, ni el hipócrita, porque se hace traición a sí mismo, porque engaña a su propia alma, porque el espíritu es fiel testigo en el hombre, de la Verdad misma. Y el espíritu que mora en vos, es testigo de la Verdad, de que, vuestro cuerpo lo traiciona, cuando afirmáis lo contrario a la Verdad. No os envilezcáis, humanidad, traicionando a vuestro propio espíritu.
64 ¡Oh! Párvulos benditos, que venís y me decís que sufrís y lloráis, cuando vos mismo hacéis llorar a los demás; deberíais avergonzaros cuando escondéis vuestras faltas, para poner de manifiesto ante los ojos de los demás, las faltas ajenas; y aun así, decís: ¡me hacen sufrir! Y no pensáis que sois vosotros mismos, los que provocáis el sufrimiento propio y el sufrimiento ajeno. Sois culpables y no lo queréis reconocer. Y volveréis a la tierra, y volveréis a reencarnar en la tierra; volveréis al mundo, para seguir llorando y sufriendo en otros cuerpos. Volveréis a la tierra, mi pueblo, no porque lo quiera Dios; sino porque vos así lo queréis.
65 De muy poco os han servido las palabras sublimes, los conceptos celestiales y mi paso por el mundo; de muy poco, mi amor y mi sangre regada, ya que todo lo habéis olvidado porque vuestro egoísmo, no os deja pensar en mí. Vuestros pecados yo los veo, antes que las faltas de vuestros hermanos, que vos queréis hacer que se vean primero que las vuestras.
66 Caminos de dolor han hecho los hombres en el mundo y se han alejado de la ecuanimidad, de la comprensión y de la sinceridad; mas yo los regaré con luces maravillosas, para que podáis transitar por ellos y no os queméis en el fuego del abismo que cada alma se hace.
67 Esos son los caminos que hacen las almas de los hombres que pasan por el mundo, dejando de lastre las cadenas del recuerdo amargo, que yo, vengo a cambiar por vida nueva para que hagáis buenos actos; y así, transformando vuestra vida, mejoréis vuestro porvenir, mi pueblo; y así, en vuestras nuevas reencarnaciones, serán vuestras existencias humanas favorables y descansadas, llenas de felicidad y alegrías, de dulzuras y dichas espirituales.
68 Porque debo advertiros, mi pueblo: que si vos, os espiritualizáis, empezaréis a gozar de la luz que el espíritu tiene a pesar de que estéis en la carne. Pero para que viva el espíritu en vuestra forma y vos viváis de las dichas que trae, para que gocéis de sus alegrías, para que vuestro espíritu florezca en la forma, necesitáis modelar la arcilla y necesitáis modificaros.
69 Apartad vuestros defectos, reprimid vuestras inclinaciones pasionales que os encadenan a vuestra materia, siendo fuerte en voluntad para espiritualizaros; ésta es la voluntad del Padre y de su amor redentor que está en el mundo.
70 Ningún redentor, grande o pequeño, se aparta de su causa; y cuando dejan la materia, ligados quedan con los hombres, como yo ligado estoy con mi obra redentora, con mi obra salvadora; a pesar de la negación de los hijos de Dios, yo sigo ligado con ellos por el amor y por la caridad.
71 Cuando un redentor muere, muere en la carne; pero es para acercarse más en espíritu; para proteger más al mundo, a los hombres, para seguir haciendo sus obras de amor en la faz de la tierra; y lejos de terminar su misión, la aumenta, la engrandece.
72 Os habla el Verbo, el amor divino del Padre Celestial, yo soy vuestro redentor, mi pueblo y de cierto os digo, ésta es la Verdad: no ha sido el fin de mi existencia al morir Jesús en la cruz, el fin de mi obra, ella sigue en la vida eterna del Espíritu, dándole a este mundo la redención a cada alma, hasta conseguir que modelada vuestra arcilla, sea vuestra alma redimida. ésta es la misión del redentor, aprended hombre, aprendedla.
73 Empezad, por ser redentor de vos mismo, modelador de vos mismo. Empezad, por conocer la luz del sol espiritual que lleváis dentro. Yo soy la luz divina que a semejanza del sol, brilla en el oriente oculto de vuestro ser; gozad en él. Y en alta conciencia, sentíos eterno; sentid en vos, al absoluto, al Padre de los seres, hacedor de las cosas; sentid la luz que tiene en el universo su reino y en la eternidad su tiempo; y que tiene para cada hombre, una clase; y para cada clase, un hombre.
74 Aprended a ser manso y humilde de corazón. Andad sobre mis huellas, seguid por mi sendero, seguid por el camino que os llevará a la inmortalidad, que yo vendré a levantar vuestra alma.
75 La eternidad es vuestra; alma libre, conquistad la gloria en la eternidad, sed hermanos del alma; si queréis hacerlo, podéis empezar hoy, no dejéis para mañana, la tarea que en este instante el Padre os presenta para hoy.
76 Espíritus de alma libre, como responsables, os hablo para que despertéis a la vida de la gracia del espíritu que os llama. Sois responsables de vuestras faltas; pero vosotros podéis, si queréis empezar, a apartar las que ya os pesan.
77 Ha llegado el momento en que a través de mis palabras, al seguir tomando cuentas a cada uno de mis nombrados, en cada contestación, encontraréis otra parte de mi enseñanza, en lo que conteste a los que tienen cargos en mi obra; encontrareis otra parte de la enseñanza para completar esta mi cátedra.
78 Mi palabra también es, mi pueblo, para daros resignación y luz. Resignación, para que llevéis con paciencia las pruebas de la vida. Conocimiento, para que hagáis de este conocimiento, en este mundo; la realización de la nobleza y la altitud.
79 ¿Tenéis el espíritu puesto de manifiesto en la materia? Ha llegado el momento en que a los que llevan cargos, a los nombrados de este lugar, aquellos que por trabajar en determinada acción, se les siga tomando cuentas. En estos momentos, los que no se han acercado, se acercarán unidos en grupos. No es necesario que habléis mucho para exponer lo que habéis hecho, porque a mí no me engañáis. Con pocas palabras diréis la Verdad.
80 Entregad cuentas del año. Empezaré por mi nuevo apostolado para que me entregue cuentas de su actuación sobre la tierra; mientras el grupo de columnas se forma, para que en grupo, me entreguen cuentas también.
81 Entregad cuentas, amados míos, abrid vuestro libro, el libro de vuestra conciencia; y antes de que yo lo examine como está, el Padre lo examinará; decidme, sinceramente: ¿qué habéis hecho de bien para vuestra alma?
82 La manifestación de la Verdad, apóstoles amados, es trilógica; se compone de tres fases: una, es el pensamiento bueno; la otra, es la palabra buena; y la otra, es la acción buena y todos los cristianos o espiritualistas, debéis ser así: buenos de pensamiento, buenos de palabra y buenos de acción así es la flor de la Verdad, que en el alma del sincero, florece.
83 Seguidme entregando cuentas, apóstoles de mi enseñanza, que yo sigo escuchando vuestra sinceridad.
84 Me entregáis una parte de vuestro cumplimiento, en buenos pensamientos; otra parte, en buenas palabras y otra parte en buenas obras; eso representáis cada uno de vosotros.
85 Porque yo sé, apóstoles amados, que estáis venciendo a uno de los espectros, de los fantasmas, a un monstruo: al metal estáis por vencerlo; y si vos seguís por el camino que vais, varios cambiaréis de profesión; y no os hará falta algo, porque Cristo, va delante de vosotros.
86 Mas, por qué sois trilógicos, porque os manifestáis en el pensamiento, en la palabra y la obra; es por eso que os voy a mandar a otros lugares que forman parte de vuestra nación mexicana, para que allí hagáis las tres manifestaciones; para que saturéis el alma de vuestros hermanos con el eco de vuestra voz, para que saturéis el alma de aquellos hijos míos, con vuestros buenos pensamientos, vuestras buenas palabras y vuestras buenas obras; para que saturéis el entendimiento de ellos y les habléis mucho, diciéndoles, lo que hay que decirles en mi doctrina.
87 La parte fundamental, la parte principal en que descansa mi doctrina, ya la sabéis. Ya conocéis, el poder del amor. Que el amor unido a la justicia y a la sabiduría y el amor con justicia y sabiduría, debe manifestarse en pensamiento, palabra y acción a plenitud, en el hombre. El que es solamente una parte, no es más que un tercio; y debéis serlo todo en manifestación de ser.
88 Por eso, voy a enviaros, porque estaréis allí para que les enseñéis los puntos principales de mi doctrina y hablándoles ampliamente les hagáis cambiar el giro de sus obras.
89 Por eso os envío, porque vuestro trabajo será grande y si después tuvieseis urgencia de volver, volveréis dejando allá a otros del grupo. Y si a alguno de vosotros, lo necesitaran allá, ese recibirá mis indicaciones, porque ninguno pone tiempo al Maestro; mas, el Maestro, es quien pone tiempo a los hombres.
90 Mi obra es trilógica, los cristianos y espiritualistas, necesitan aprender en la vida, a hacerlo todo en tres fases: pensar bien, hablar bien y obrar bien.
91 ¡Venced al dragón y a la bestia! ¡Venced al lobo voraz, a los espectros, para que vuestro triunfo os eleve a la categoría de príncipe! El amor, es el rey; no lo olvidéis.
92 El espíritu, es rico en virtudes; si lográis modelar vuestra arcilla, entonces, el espíritu manifestará sus potencias y sus virtudes a través de vuestra existencia humana y os enaltecerá en vuestras acciones.
93 A donde fuereis, seguid mi ejemplo; y en vuestra vida, a través de vuestra existencia humana las virtudes de vuestro espíritu florecerán, para que sepáis con ellas, enseñar a vuestros hermanos.
94 Tomad de mi fuerza, pero ¡recibidla bien! ¡Despertad, apóstoles y tomad de mi fuerza! Yo os la envío para que pase a través de vuestro cerebro y vayáis haciendo lo que yo quiero: tomad la primer a corriente, ¡recibidla! Tomad la segunda, ¡recibidla! Tomad la tercera, apóstoles benditos ¡recibidla bien! Porque ésta es la preparación; y procurad en el año siguiente, hacer más de lo que en éste habéis hecho.
95 Seguid escuchándome, mis apóstoles: encontrabase un señor atendiendo las necesidades humanas. Pasó ante él, uno que llevaba sus fardos; y aquel que estaba cargado con fardos pesados, al llegar ante el señor, dijo así: señor, he aquí mis fardos, son livianos y pequeños, sin embargo, él sabía que eran grandes y pesados pero mis hermanos, ellos sí tienen fardos mayores que el mío, no veas el mío, ve los de aquéllos.
96 Entonces, el señor, le dijo: os espero aquí en la puerta, porque todavía no sois sincero. Detrás de él había otro, con fardos grandes y pesados; y aquél dijo: señor, yo soy tu siervo, mira mis fardos son grandes y pesados; pero si sirven de ejemplo a los demás, que los tomen; y sean buenos, por cuanto yo, he sido malo.
97 ¡Oh! Siervo, ¡bendito seáis, por cuanto no habéis querido esconder vuestros fardos! ¡Venid a mí! Por cuanto no habéis tratado de esconder vuestras manchas y vuestras lacras; venid a mí, sois fiel a vuestro espíritu en esto; y por tanto, de plácemes soy con vos, recibiendo. Entrad vos, antes que vuestro hermano que llegó primero, porque vos que conocéis vuestras faltas, podréis desecharlas antes que aquél que las esconde.
98 El que llegó primero, se esperó; y aquél que fue el segundo, pasó primer o. En él no existía la hipocresía y el Maestro en los sinceros se complace.
99 Yo recibo vuestras cuentas, si como el segundo, no traicionáis a vuestro espíritu y habéis dicho verdad, porque así no os traicionáis a vos mismo, porque no traicionáis las limpideces que en el espíritu lleváis. ¡Venid a mí! Seguid siendo de mis apóstoles.
100 Esta pequeña parábola se refiere al que admito en mi apostolado porque es sincero y no oculta sus faltas, pero lucha con las tentaciones y suele vencerlas; al que no esconde su error, señalando el de los demás. Si vos, tampoco escondéis ni habláis de los demás, entonces, por lo tanto, pasad y entrad al santuario de la iniciación y al apostolado del Padre. Yo recibo a vuestra alma, no por pecador; sino por sincero. ¡Bendito seáis!
101 Bendito seáis, porque a pesar de que sois del mundo, mi doctrina encuentra en vuestro corazón un lugar para estas lecciones ; y por vuestra disposición para mejorar cada día, recibo vuestra cuenta, os bendigo y de cierto os digo: ¡esperad, esperad que el año próximo, me rindáis mejores cuentas! Y este año, recibo vuestros dolores y vuestros sufrimientos.
102 De cierto os digo, discípulos esperad, que las vicisitudes de la vida, os reservan sorpresas. Sed cada vez mejor; y siendo mejor, esperad que la luz de la esperanza, ilumine siempre vuestra alma. ¡Benditos seáis, en el nombre del Padre, en mi nombre que soy la representación del Hijo, derramando en vosotros, la gracia y la luz del Espíritu Santo!
103 Habláis, algunos de vosotros, de fuerzas con influencias negativas. ¿Qué acaso mis columnas, se han dejado vencer? ¿Qué no sabéis que las potencias de influjo negativo, no harán mella en los conscientes que se niegan a recibir su nefasta influencia?
104 Discípulos, no debéis venir a mí como vencidos, debéis venir como vencedores de las denominadas fuerzas negativas; más recibo vuestro año por lo que habéis sufrido, por lo que habéis llorado, por vuestras enfermedades; que por vuestro cumplimiento.
105 Pero de cierto, os digo, que estos recintos, mientras en ellos existan facultades que se entreguen a mí en altitud y que eleven sus trabajos, mientras ellas estén aquí, mientras el trabajo sea de entrega y elevado, no habrá algo que pueda destruir mis recintos; a mi escuela de revelación, a mis recintos, donde viene la revelación que inspira el que está más allá de las mentes humanas, de aquel que hace vibrar los éteres y el eco dulce del mar. Y mientras, mis recintos sean, lo que son, nadie derribará a mis naves escogidas para el alto mensaje de los pueblos.
106 A vos columnas amadas, que os habéis dejado sorprender. Os quiero activos; y este año, os mando que trabajéis en vuestra vida nueva y no quiero que vengáis a mí vencidos; yo quiero que vengáis vencedores, porque si vosotros, de los míos, de los que tenéis la luz en vosotros, la luz del conocimiento, la luz de la iniciación si vosotros venís derrotados, ¿qué se espera para los profanos? Seguid siendo cual columnas. ¡Yo os bendigo! Recibid mi amor, mi caricia y mi bendición. ¡Oh columnas! Que os quiero más activas en este año.
107 Las purificaciones que busquéis, en el momento en que las busquéis, las encontraréis; mas yo os digo, columnas de mis recintos: abrid vuestros ojos y trabajad rectificad vuestro nombramiento y, trabajad ¡benditos seáis!
108 Pedro, ¿por qué no acercáis a estas columnas, a la que acabo de recibir y les hacéis trabajar, aunque sea algunas horas, al mes o a la semana? ¿No sabéis que tenéis que trabajar, para que le deis a vuestras almas, la oportunidad de una vida mejor en las venideras reencarnaciones? ¿No sabéis que es hacerles un beneficio, limpiando a vuestras almas y dándoles la oportunidad de un ascenso? ¿No sabéis que es para quitar de vosotros, de esta manera, muchas deudas?
109 Trabajad, columnas de mi recinto, despertad, abrid vuestras puertas y encended vuestras antorchas y poneos a trabajar; y de cierto os digo: os recibo de este año, una parte de vuestro trabajo por mi amor, para que la otra parte, la trabajéis; aunque sea en pocas horas, en pocos momentos, la trabajaréis, para el bien de vuestra alma lo bueno que encuentro en vos, lo tomo y lo demás, os lo dejo, para que lo rectifiquéis.
110 ¿Me prometéis para este año, en que tendréis las puertas abiertas de vuestro corazón, dispuestos para aprovechar a la oportunidad, para darle a vuestra alma lo que vuestra alma necesita, lo que vuestra alma ha venido a buscar; para que tengáis fuerza, para que tengáis luz, para que tengáis la puerta abierta para su limpieza y ascenso? Y por tanto, os digo: lo que haya en vos de bueno, lo tomo, lo demás lo dejo, para que lo separéis y por vos mismo lo corrijáis.
111 Si vosotros tratáis de disminuir el peso de vuestras propias cruces, lo disminuiréis; si tratáis de aumentarlo, lo aumentaréis. Vais por el sendero del aprendizaje y tenéis libre albedrío.
112 Amados míos, columnas, vuelvo a rectificar esta frase: columnas, que habiendo dejado de ser del grupo de orden, que son nombramientos distintos para ser columna, van a aumentar vuestra responsabilidad y vuestras obligaciones. Quiero que cumpláis con vuestro trabajo a desempeñar.
113 Seguid progresando, siempre adelante; y haced de vuestro esfuerzo, un nuevo esfuerzo, para el resurgimiento del mañana; y luchad como luchan los titanes con vuestra arcilla, hasta que vuestro espíritu la modele, la armonice y la domine.
114 Recibo vuestro año, os bendigo y os doy fuerza para que podáis soportar, mientras hacéis vuestra cruz de cumplimiento, más liviana. Os bendigo en el nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo y en el del Espíritu Santo. ¡Benditos seáis, columna, en el nombre del creador!
115 Y a vos, cuerpo de mediaunidad, pongo bálsamo de curación en vuestras manos, para que en este año, deis a los enfermos y sigáis fortificado por lo que os falta de sufrir. ¡Seguid adelante! Que yo os bendigo y os acaricio, en el nombre del Padre. ¡Benditos seáis!
116 A vos, os he dicho: que vuestro año, estuvo aceptado a beneplácito porque habéis sufrido mucho; mas lo que habéis trabajado, lo recibo, no por lo mucho que sea; sino, porque habéis trabajado altamente y bien por tanto, recibo vuestro año, puesto que por vuestros labios lo dije en albas pasadas: ¡alegraos! Que mi bendición es con vos y llevad a los demás, de mi bendición y mi amor para su año.
117 Fijaos lo que hago, cuerpo de media unidad, que a unos, recibo por lo que han hecho de bien; y a otros, porque lo han hecho en altitud y sinceridad. Fijaos, para que cada vez trabajéis mejor y engrandezcáis mi obra, que mi amor y mi caridad son con vosotros.
118 Quiero que pase todo esto, por la alta conciencia del deber cumplido; para que, satisfechos de vuestros deberes, digáis: lo que he hecho, lo he hecho limpiamente y mientras mis aparatos humanos, estén haciendo todo lo mío, ningún lugar será derribado. Y mis facultades y pedestales, aprenderán, a ser cada vez más elevados en su trabajo.
119 ¿Me estáis escuchando, facultades de mi mensaje? Aprended a darle a vuestra alma, la oportunidad de su limpieza y a vuestro ser su ascenso espiritual. A todos los bendigo amorosamente en nombre del Padre, por conducto del Verbo Divino con la luz del Espíritu Santo.
120 Y a vosotros, a los que he dado el don de análisis, que os he dado la misión de orientar y corregir los escritos de mis cátedras, vosotros, entregadme cuentas. Debéis vencer, todo lo que hay que vencer; y debéis hacer, más, de lo que habéis hecho en este año. ¿Qué beneficios habéis hecho, a vuestra alma?
121 A vosotros, os pregunto: ¿en este año, habéis hecho adelantar a vuestro espíritu en la limpieza de vuestra alma, con los beneficios que el mundo ha recibido, de las lecciones de mi enseñanza? ¿Está vuestra conciencia satisfecha, con lo que habéis hecho, durante el pasado año? Entonces, quiere decir que, lo que debéis hacer, debéis hacerlo mejor.
122 ¿Estáis dispuestos a ayudar a trabajar en su labor, a los demás, primero? A falta de ellos, estáis vosotros, porque no quiero que les falten cátedras nuevas, a las congregaciones de mi pueblo; para darles luz a su conciencia, con los conocimientos que están escritos; por eso, quiero siempre, folletos nuevos. Quiero que mi pueblo, siempre tenga cátedras nuevas, para estudiar y prepararse.
123 Recibo una parte de vuestro trabajo; y dejo la otra, para que sigáis trabajando, porque habéis venido a cumplir una misión benéfica para vuestra alma; y si a vuestra alma, no le limpiáis y le dais algo, volveréis muchas veces a este mundo y sufriréis los mismos dolores. Yo os bendigo en el nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo, derramando en vosotros la luz y la gracia del santo Espíritu.
124 Segundo guardián, que sois como un lirio de los valles, para ponerlo en el altar de la servicialidad. Mujer, yo os recibo. Estáis ante mi vibración. Ante el centro vibratorio de Cristo; uno de los centros, pues cada intérprete, es un centro de vibraciones cargadas de amor, de luz y fortaleza, como estrellas refulgentes para que el celo de los hombres, se ilumine. Amada mía, estáis ante el amador universal, que él, es todo para vuestra alma y espíritu.
125 ¿Qué habéis aprovechado en este año? Sé y conozco vuestro trabajo, vuestros afanes. Habéis dejado en segundo término las atenciones de vuestro hogar, por atender mi causa divina; y esto, lo tomo muy en cuenta, segundo guardián. Habéis venido: cansada y enferma dejando vuestras obligaciones por venir a cumplir aquí. Recibo vuestro año, os bendigo y os acaricio; y en abundancia, entrego en vuestras manos, algo benéfico para este año. El Maestro, iluminándoos en espíritu, os recompensa en alma y un poco en la materia. Dejadme os considere a semejanza del buen trabajador, que se le recibe lo que hace y se le concede el derecho, de pedir para él o para los demás. Lo que internamente me pedís, yo lo escucho; y de cierto os digo, que yo le pediré al Padre, para que se os conceda. ¡Bendita seáis, trabajadora mía; bendita seáis! En vos, descansa el primer guardián; y así el Maestro, os bendice.
126 Primer guardián de este recinto, reunid a las facultades activas que trabajan en mi recinto con seres espirituales, voy a tomarles cuentas. Quiero trabajo limpio para que deis a vuestra alma la semilla dorada y la limpidez con que se alcanza la gloria y todas las ganancias que la Ley del Padre concede.
127 Con breves y sencillos pensamientos, me presentáis la labor de vuestras obras en vuestra misión. Yo recibo vuestro trabajo de este año; os bendigo, para que cada vez mejoréis más y más en los beneficios de la mediaunidad; y cada vez lo hagáis mejor, siempre, superando al pasado. Recibo vuestro trabajo, dándoles fortaleza, recibo su año y les bendigo en el nombre del Padre, para que cada vez hagáis mejor lo que tengáis que hacer en la existencia humana; y en alma, tengáis vuestro descanso. ¡Benditas seáis!
128 Pueblo, voy a daros la facilidad de que os comuniquéis conmigo de espíritu a Espíritu por un momento. Tomo todas vuestras penas, vuestras enfermedades, los escollos en vuestra vida. Poneos en comunicación con el espíritu, unificad vuestra mente con mi mente, vuestra pequeña conciencia espiritual con mi conciencia divina y entrad en el reino del amor, entrando en comunicación conmigo, en el reino del pensamiento; y allí, encontraréis la maravillosa luz que les fortalece en la noche del mundo de los hombres, en su pecado y en su crimen.
129 Las luces del pensamiento, se reflejan por encima de los hombres, para pasar al Padre de los seres; y decirle así: Padre, yo te amo y espero ser mejor que ayer Padre, espero modificar mi vida y amar a Dios sobre todas las cosas; y a mi prójimo, como a mí mismo entrad en el pensamiento, para que me deis vuestras cuitas. ¡Amparaos con mi luz!
130¡silencio! ¡Silencio! ¡Para vuestras necesidades, tengo mi abastecimiento; para vuestras debilidades, mi fuerza; para vuestro desamor, mi amor; para vuestras tinieblas, mi luz; para vuestra falta de doctrina, mi evangelio, que es suficiente para adoctrinar al mundo, ya que soy el redentor del mundo!
131 Pueblo mío, no sabéis lo que me pedís en verdad. Algunos de vosotros me pedís por vuestras enfermedades; y yo, os doy la fuerza necesaria; y de acuerdo con vuestra fe, sois fortificados.
132 Los otros, me pedís por vuestras penas, y no me queréis entender que vosotros hacéis sufrir a los demás por vuestro modo de ser y de herir. Antes, os buscaban; hoy, se alejan de vos; y con vuestras obras, alejáis a los demás, porque siempre herís con las palabras.
133 Comprended mi pueblo, que aquél que crítica señalando errores a sus semejantes, los oyentes lo tomarán a mal, porque dirán: si con éste lo haces, conmigo lo harás también. La crítica, es el desamor para los demás; y el que critica, va sembrando el vacío en su rededor, los que lo oyen se van apartando poco a poco de él.
134 Recordad: que lo que se siembra, se recoge. El lobo del hombre, sois vos mismo humanidad. Es necesario que lo sepáis, para que modifiquéis vuestra manera de pensar, de hablar y de ser.
135 Yo os doy fuerza, para vuestras materias débiles; curación, para la salud que buscáis. Os doy luz, caricia, enseñanza, consejo, consuelo. Os doy todo aquello que os conviene, lo que conviene a vuestra alma y espíritu. ¡No los caprichos que exige vuestra personalidad humana!; os doy ternura, palabras de comprensión para que no exijáis más que aquello que os convenga para vuestra vida eterna, para las diferentes etapas de vuestra vida espiritual en el porvenir.
136 A vos, que, me pedís: que tome cuentas a las plumas de oro, voy a complaceros. Yo recibo vuestras cuentas, amadas. Me entregáis vuestro corazón y en él, muchas emanaciones dulces y bellas. De vuestros espíritus, recibo muchas frases y pensamientos amorosos; me entregáis vuestro trabajo, sí, vuestro amor, vuestra abnegación, vuestro buen corazón. Y de cierto que yo recibo, amados míos, recibo lo que me hacéis presente este año.
137 Y a vos, mujer fuerte, os digo: sed fuerte en el espíritu y trabajad fuertemente también, que yo os recibo amorosamente. ¿Qué me pedís, pequeña mía? Ya que sabéis que recibo vuestro año, porque habéis trabajado y porque me amáis. ¿Qué me pedís pequeña? Vuestra voz interna me dice: que se haga tu voluntad, en mi, Maestro divino. Esto, sí que es pedir con sabiduría, de cierto os digo que así es mejor lo que os concedo que si pidieseis detalladamente. Dejadme que os conceda vestir vuestra alma de mi luz, de mi amor y mi caricia, recibiendo vuestro año y atendiendo la voluntad del Padre. Habéis hecho bien, en pedir así. Recibid mi amor, mi caricia y mi bendición, seguid adelante.
138 Pueblo, ¿tenéis atrición? ¿Tenéis voluntad de analizar todos los detalles de vuestra vida, exigiendo a vuestra personalidad humana, mejorar; y manifestándole que es poco lo que ha hecho para el bien de los demás y en beneficio de vuestra alma y espíritu?
139 Preguntadle a la mente, de la forma qué ha hecho de bien para vuestra alma. Preguntadle a vuestra misma conciencia espiritual, si está bien lo que habéis hecho, cuando mostráis los defectos ajenos y calláis los propios; preguntadle, si esto es de auténticos cristianos espiritualistas.
140 A vosotros, que a veces oráis, para dar las gracias. ¡Oh! Discípulos, que preparo para mi mensaje futuro. ¡Oh! Mis labriegos, que tenéis en vuestro corazón la tristeza de la soledad, cuando vos escucháis una voz que habla mal de sus hermanos ¿qué pensáis, de quien habla mal de los demás? Y a aquellos que hablan mal de los demás, ¿les creéis verdaderos? ¿Les creéis sinceros, cuándo hablan mal, en ausencia, del que no se puede defender?
141 Sabéis que el que mal dice del ausente y lo acosa, cuando no puede defenderse por la justicia, ¿sabéis cómo se llama? Se llama, hipócrita.
142 La maldad, se llama hipocresía; y si los cristianos, no desechan la hipocresía de su corazón, no podrán entrar por mi camino.
143 ¿Sabéis a quien perdonaría más: a aquél que sólo ve las faltas ajenas y esconde las suyas; o al que encubre las ajenas, y descubre las suyas?
144 Está prohibido que en mi doctrina, haya acusados o acusadores. Está prohibido que en mi doctrina, se cometan crímenes con armas o con la boca, para que no habléis mal de los demás; es crimen, el que esto hace.
145 Yo os lo digo, la vibración de amor que habló en Jesús de Nazareth. ¡Ay, de los escribas y fariseos! ¡Ay, de los hipócritas, se quemará en el fuego del reclamo de su conciencia!
146 No hagáis traición, no habléis mal de vuestros semejantes ni cometáis la mancha de la mentira; porque el mentiroso, mancha su alma y entorpece las potencias del espíritu.
147 Arrepentíos de ser criminal, pequeño o grande; porque esto, sólo se borra con el arrepentimiento sincero y haciendo obras contrarias al mal, para que no os avergoncéis.
148 A los cristianos espiritualistas, les está prohibido tomar lo ajeno, sin permiso de su dueño. Está prohibido todo aquello que no está de acuerdo con la Ley, con la rectitud y la justicia, con la armonía y con la Verdad. Si vos, no seguís por estos senderos; los dolores os harán que sacudáis vuestra materia; y os acordaréis por el dolor, que no estáis por el sendero recto del bien.
149 ¡Mirad vuestras lacras! Y no culpéis a los demás, sin ver antes vuestra propia culpa. ¿Acaso sentís tranquilidad, cuando sabéis que sois pequeños criminales en vuestra vida dentro de la existencia humana que lleváis?
150 ¡Apartaos del camino de la hipocresía y la mentira; y dejad de juzgar a los demás, antes de juzgaros a vosotros mismos! ¿Acaso el juzgador de las faltas ajenas, se encuentra limpio de culpa? ¿Acaso el juzgador de las faltas ajenas, tiene limpio el pensamiento, tiene limpio el corazón? Los juzgadores, quizá tienen más faltas que los que son juzgados; por cuanto buscan, y esconden lo propio.
151 ¡Pueblo, abrid vuestros ojos, avergonzaos del pasado; y haced de vuestro porvenir, una vida mejor! Abrid los ojos, para que así toquéis la campana sonora del arrepentimiento e iniciéis a una vida nueva.
152 Pueblo, he estado con vos. Mi paz, mi amor, mi luz, mi enseñanza, mi bendición os doy. Mi paz y mi amor os dejo, mi paz y mi amor os doy, mi paz en espíritu y en verdad.
153 ¡Salve a la Verdad; y paz a los hombres de la tierra con buena voluntad! ¡Hosanna! Al que disculpa las ofensas. ¡Hosanna! Al que perdona los agravios y a aquel que no habla mal de sus semejantes. La paz del Padre, por mi conducto sea con vos, mi pueblo ¡hosanna, pueblo de Israel, bendito seáis!
¡Mi paz, sea con vosotros!
27. El amor y el dolor como maestros
Domingo 9 de febrero de 1947
1 Pueblo amado, una vez más es mi vibración entre los hijos de la luz. Una vez más mi vibración os circunda. Una vez más mi luz os ilumina. Una vez más vengo en este Tercer Tiempo, como Maestro de maestros, incansable, enseñándoos con mi luz, dirigiéndoos con mi amor, con mi sabiduría, para que podáis alcanzar la felicidad eterna de la verdadera vida.
2 Hay que darle a la existencia material, el alimento fortalecedor; mas, al espíritu, la riqueza verdadera de la que está ávido.
3 Soy el incansable Maestro, vibrando para vosotros porque en espíritu, mi Ser, no necesita descender, desde las altas esferas son mis pensamientos de luz que envío para vos y para el mundo entero.
4 En esta nación escogida en el globo terráqueo, me comunico por conducto de los cerebros preparados. De cierto, de cierto os digo: pocos cerebros preparados hay, mas estos captarán y transmitirán mis pensamientos como es mi voluntad.
5 No creáis que estos aparatos humanos son perfectos, amados míos, no esperéis perfección en lo humano; mas poco a poco, iréis comprendiendo de mi grandeza.
6 Por su fruto, reconoceréis al árbol. Por la esencia de la palabra, reconoceréis al Maestro.
7 Yo os recibo, mi pueblo amado, os recibo en el nombre del creador, del omnipotente, del increado, del Padre universal que es vuestro Padre en mi nombre que soy el Verbo, que soy el Cristo, el amor del Padre y en mi nombre que soy la luz del Espíritu Santo. Soy el enviado a vos, mi pueblo, para iluminar al mundo entero.
8 Recibid de mi amor, de mi luz, de mi fortaleza, porque mi fortaleza es con vos, porque mucho vais a necesitar de ella. Estad tranquilo, pueblo mío y bendecid al creador porque conmigo estáis, porque yo estoy con vos.
9 De cierto y en verdad os digo pueblo: ¡humanidad, humanidad! Faltos de fe, humanidad faltos de conocimiento espiritual; mas ahora estoy dando el conocimiento que necesitáis; poco a poco, cual elixir para vuestras vidas futuras, para vuestro espíritu, para vuestra materia, porque mi enseñanza os conduce a la gloria verdadera, a la gloria de Dios; las lecciones de mi enseñanza, os hacen ver la realidad de vuestro estado evolutivo; os hacen ver y saber: de dónde venís y a dónde vais mas los hombres reacios se envuelven en penumbra con sus pensamientos y obscurecen vuestra vida, os hacen sufrir y llorar; después os lamentáis y pedís consuelo.
10 Sin embargo, ya os he dicho: varios caminos hay, para llegar a la felicidad eterna mas vosotros, la mayor parte de los hombres, habéis escogido el camino más duro: el camino del dolor.
11 El dolor es el camino que ha escogido la mayor parte de la humanidad, mas yo os digo, mis bienamados: bendecid ese dolor, esas lágrimas, esas angustias; ya que el dolor es el rudo tejedor que trama la figura sagrada de vuestras vidas. Eso, es el dolor.
12 Sin embargo, hay un camino recto que os lleva hacia la felicidad; y ese camino, es: el del amor no obstante, casi todos los hombres de este planeta han escogido el camino más duro, el más arduo: el camino del dolor. Mas aún en ese camino, con lágrimas y con quejidos vais llegando lentamente, ascendiendo muy lentamente hasta que lleguéis al final; hasta que hayáis limpiado vuestra mente y tengáis el corazón puro como el de un niño; hasta que sintáis el dolor de los demás, en vuestro ser; y que sintáis y os regocijéis, de la alegría de los demás.
13 He aquí, mi pueblo, los dos caminos: el del dolor; y el del amor y, ¿cuál habéis escogido, mis bienamados?
14 Siempre os estáis lamentando y he aquí que no sabéis cuál es el gran obstáculo de la humanidad. Me decís en vuestro interno: es la ignorancia de la humanidad.
15 Gran obstáculo es la ignorancia, sí, pero lo que los seres humanos no saben, es que ese gran obstáculo provocó la separatividad, formando así el obstáculo mayor: la ignorancia, de que son hijos de Dios no saben que en espíritu, son hechos de la misma esencia divina, que el Padre Celestial ha enviado a los humanos, aquella chispa de su divinidad y que tienen que ascender hacia la sabiduría.
16 ¿Ya veis por qué los hombres tropiezan con este gran obstáculo? Yo os bendigo, pueblo, porque cada vez os vais haciendo más comprensivo de la enseñanza de vuestro Maestro; y os bendigo para que no sufráis más; y si sufrís, bendecid al dolor porque ya habéis escuchado lo que es el dolor.
17 No olvidéis mis pensamientos, recordad siempre que el dolor es el tejedor rudo y grave que trama la figura que es sagrada de vuestras vidas. Fijaos bien: de vuestras vidas. Ese es: el camino del dolor. Mas también hay otro camino que os lleva a la perfección, a la felicidad; ese camino que es el más recto, es: el del amor el amor puro, santo y desinteresado, el amor hecho sacrificio, el amor entregado en sacrificio a la humanidad.
18 ¿Veis, mis bienamados lo que es el dolor y el amor? ¿Por qué habéis escogido el camino más doloroso? Habéis elegido el camino más angustioso; pero, yo os vengo enseñando con mi ejemplo, el camino del amor.
19 Yo espero que vos, mis amados, hayáis comprendido este pensamiento y lo hayáis grabado en vuestra mente. Bendito seáis, pueblo. Yo os bendigo y os envuelvo en mi luz y en mi amor, amor santo, amor único, amor perfecto.
20 Vengo enseñando a los hombres el camino de la vida verdadero; os vengo enseñando la Verdad; pero quiero que todos los hombres sean comprensivos. Quiero iluminar al mundo de los hombres. Sin embargo, en algunos, aún no es tiempo de esa iluminación.
21 Mas escuchad: en el mañana de vuestra vida, entre las ramas duras y las hojas secas que quitéis, iré lentamente trabajando para que escuchéis mis palabras dulces y comprendáis plenamente mi pensamiento. En el mañana de vuestra vida, entre las ramas secas que quitéis, surgirán los tiernos brotes de las ramas firmes de los árboles vencedores de las tempestades, ellos se abrirán más grandemente al sol, al gran sol espiritual, al gran sol de sabiduría.
22 ¿Qué quiero deciros en este pensamiento, mis bienamados? Si habéis entendido, meditad grandemente en lo que os he dicho.
23 Sí, pueblo amado, de vosotros surgirán estos brotes, estos tiernos renuevos de los árboles que hayan aguantado las tempestades y hayan sido flagelados y he aquí que nuevamente se abrirán al influjo del infinito Dios, del infinito Padre, se abrirán a su luz y recibirán de su sabiduría infinita de Espíritu a espíritu.
24 Yo os bendigo porque algunos habéis comprendido a vuestro Maestro, habéis amado a vuestros hermanos en pensamiento y con todo cariño. Bendito seáis, pueblo.
25 He aquí el resurgir de la humanidad. He aquí la regeneración de los seres humanos. He aquí que florecerán estos brotes, que se abrirán a ese sol universal, a ese sol de sabiduría.
26 Mas, no temáis si andáis por el camino del dolor. No temáis, porque tenéis con vosotros la fortaleza del Padre, mi fortaleza, porque yo soy uno en mente y en Espíritu con el Padre y he aquí que así os estoy dando lo que es su voluntad, porque yo no hago más que la voluntad del Padre y es por esto que invito a los hombres de buena voluntad que se acerquen a tomar este pan de vida, porque habéis oído en el principio de mi cátedra: hay que dar al genero humano, a la existencia material: el alimento substancial; sí, mas al espíritu, el alimento espiritual, la riqueza de la que está ávido, de la que está esperando: la liberación eterna. ¿Habéis comprendido, pueblo amado?
27 Estáis separados en mente, en alma y en materia. Mientras estéis separados así los unos de los otros, serán muy lento, demasiado lento para que alcancéis la felicidad suprema.
28 Estáis separados, amados míos, estáis continuamente separados, llenos de egoísmos, de envidias, de rencores; sí, mis bienamados, mas aun así con todos estos errores os amo y por eso os vengo indicando el camino recto a seguir, enseñándoos con palabras de amor; mas no sólo con palabras, también os enseñé con obras de amor en el Segundo Tiempo y en este Tercer Tiempo, ¡os vengo enseñando tantos conocimientos, mis bienamados!
29 He aquí, que fue mi voluntad que todos estos recintos, estas escuelas del saber espiritual, se unificarán en un solo congreso para daros mis altas revelaciones, llevando allí a mis pedestales más desarrollados, a los aparatos humanos más perfeccionados y preparados, ¿y vosotros qué habéis hecho para cumplir mis órdenes? ¿Acaso os habéis unificado? ¿Habéis obedecido al llamado que hago a cada corazón, a cada mente? De cierto os digo: que muy pocos habéis obedecido, os enseñáis en un recinto, en una pequeña escuela, y no queréis saber más que de los conocimientos que tenéis.
30 De cierto, os digo: que tendréis revelaciones tan grandes en este recinto como en aquel y en otros más, cuando mis aparatos que estoy preparando estén listos, entonces revelaré a las mentes, conocimientos maravillosos que no suponéis, que os darán la tranquilidad, el bienestar de que sois acreedores; porque sois acreedores de la felicidad.
31 ¿Acaso no creéis que sois acreedores a la felicidad eterna? Entonces, ¿por qué no obedecéis? ¿Por qué no os unificáis? ¿Por qué no os unificáis a hombres más capacitados para cambiar vuestras impresiones? Porque yo, espiritualmente, entre vosotros mismos estaré siempre, inspirándoos y alentándoos con infinito amor, si tal hacéis.
32 ¿Habéis comprendido, amados míos, lo que os he querido decir? ¿Habéis comprendido lo que en este día de gracia quiero que sepáis y cual ha sido mi voluntad?
33 ¿Quién de vosotros ha cumplido con el mandamiento supremo del Padre? ¿Quién de vosotros ha cumplido con: “amor a Dios sobre todas las cosas y a vuestro prójimo como a vos mismo.”?
34 Algunos tenéis, ¡oh, mis bienamados, mis parvulitos amados! Tenéis a los vuestros en el lecho del dolor y no os habéis ocupado en darles la palabra dulce de consuelo y de amor; os habéis olvidado de este sagrado deber y lo que no queráis que hagan con vosotros, no lo hagáis con los demás, mis bienamados.
35 Entre vosotros existen grandes penas, grandes dolores, entre vosotros hay algunos de vuestros hermanos en el lecho del dolor; pero en ese lecho del dolor llegará la felicidad, Cristo os lo dice. Y vosotros no podríais percibir de esa felicidad, de esa intensa felicidad, porque no habéis dado un poquito de vosotros mismos, de los sentimientos de vuestro corazón, ni habéis dado la palabra cariñosa ni la mirada dulce que tanto necesita el que sufre.
36 ¿Quién de vosotros quiere pasar estos amargos dolores solo, en la parte material, sin el consuelo de vuestros hermanos encarnados, porque en la parte espiritual tenéis grandes compañías. Todavía no podéis escuchar en vos mismo la palabra dulce, la palabra bienhechora, la palabra consoladora. No podéis todavía por vosotros mismos alcanzar a escuchar ese eco dulce y profundo en vos mismo y por eso necesitáis todavía de labios humanos que os consuelen; y no podéis porque no queréis participar de esa dicha suprema universal, porque estáis dormido y no habéis querido despertar, mi pueblo.
37 Yo os hablo en general, tomad cada cual la parte que os corresponda, la que tanto necesitáis. Idla tomando de esta enseñanza, porque es para cada uno en particular y para todos en general, para todos y cada uno de vosotros.
38 ¿Qué me decís, mis bienamados, de esta enseñanza? ¡Callen, callen vuestros labios, sí, si vuestro corazón no siente lo que ha de decir ¡callen vuestros labios! Si la sinceridad no está en vosotros, ¡callen vuestros labios! Sí, mas Cristo, el amor divino que todo lo penetra y compenetra, sabe muy bien a quién o a quienes van dirigidas estas palabras. Sí, mis bienamados, yo contesto a todos vuestros pensamientos.
39 ¡Oh, mi pueblo! De cierto os digo que estoy endulzando vuestra vida tan llena de obstáculos, la estoy endulzando tiernamente; no os lamentéis, porque esa vida habéis escogido, mis bienamados. Mas el amor del Maestro es con vosotros siempre, ayudándoos en cada caída. Yo os levanto, en una y en otra caída, mas en todas vuestras caídas la misericordia del Maestro es con el pecador, con el desobediente, hasta que todos lleguéis a comprender que debéis ser obedientes a los dictados sublimes, eternos e inmutables de la Ley del Padre Dios.
40 Mientras que erróneamente el hombre dirija su vida con su propio albedrío, tendrá que sufrir y tendrá que llorar; mas bendecid el sufrimiento, bendecid las lágrimas, porque son la experiencia que vais anotando en vuestro haber para el mañana de vuestra vida en lo material y lo espiritual.
41 Sí, pueblo de Israel, yo os bendigo y os recibo, pequeños míos, porque sois de mi redil y en mi redil que es luz, os tengo, mas a todos os amo y os ilumino constantemente. Bendito seáis, amados míos. Yo os escucho, pueblo mío, porque sois ovejas de mi redil, ovejitas que necesitáis de la palabra maestra, del consuelo del Cristo, a las que os recibo y os escucho con amor.
42 Sois mi pueblo, el que sentís el amor del Cristo, por momentos. Que estáis a semejanza de Cristo por instantes. Y os digo, os digo en verdad: estos brotes, estas tiernas ramas que han soportado los vendavales y las tempestades, se abrirán al sol de la sabiduría, se abrirán fragantes y luminosos a ese sol magnífico de vida eterna.
43 Fijaos bien, vosotros los que sufrís y los que lloráis: si soportáis las tempestades y los vendavales bendiciendo al creador, os abriréis cual flor de loto a la espiritualidad, os abriréis a recibir de Espíritu a espíritu al Padre, os abriréis para recibir todas las maravillas a las que sois acreedores.
44 Yo os bendigo, sentidme y amadme; mas amadme, amando a vuestros hermanos, a aquel que os lastima, a aquel que os hace sufrir, a aquel que llamáis mendigo, amándoles a ellos; pero desde el fondo de vuestra alma, con todo vuestro ser, y entonces iluminaréis la tierra y llegaréis a unificaros con el Padre como yo os enseño a unificaros con él y a incorporaros con su mente y sabiduría divinas.
45 Tomad ese puñado de dolor y la herida de vuestro corazón y analizadlo, escudriñadlo, entrad a la cámara de la razón y de la conciencia y quedaos allí con él, todo el tiempo necesario. Examinad cuidadosamente vuestro propio dolor y sacad de él todo el oro de la experiencia que pueda traeros, que pueda daros vuestro examen. Oro espiritual; mas no moneda contaminada. Semilla espiritual de legítima calidad. Elevad vuestra razón hasta la realidad. Estudiaos a vos mismo. Buscad en el dolor, la gran lección de la vida. El también os enseña, es el maestro amargo que se manifiesta después en dulzura, en bienestar, cuando ha pasado la amargura y viene la riqueza espiritual al obtener el tesoro del conocimiento.
46 Examinad con cuidado vuestra vida y no despreciéis a los ingratos ni a los pecadores. Yo no os desprecio a vos, y formáis parte de la humanidad, y sois ingrato y también sois pecador. Y vos también habéis herido los corazones de la misma manera que han herido vuestro propio corazón. Sin embargo, conociendo todos vuestros defectos y todas vuestras heridas, vuestras lacras y debilidades, os respeto, os amo y no os aparto de los demás; os dejo con ellos para que aprendáis los unos con los otros.
47 Tomad vuestro dolor y no desperdiciéis el tiempo; amadlo, porque vuestro dolor os hará grande y capaz de desarrollar las potencias espirituales latentes que hay en vos mismo, para que seáis el hombre que sabe el paso que da y por qué lo da y el que sepa conducir a los demás.
48 La sabiduría de Dios todo lo dispone bien y no hay sufrimiento ni pena que no dejen en vos su sabia lección. Los dolores engrandecen, no sólo las luces del pensamiento; sino también las potencias del alma y los poderes del Espíritu; así los dolores son bien aprovechados en su estudio y si recibís de ellos la lección que os dan; entonces, vos mismos amaréis vuestros dolores desde cuando no erais nada; cuando fuisteis un poco, cuando fuisteis mucho y cuando dejasteis de ser para volver a ser. Filosofía de vuestra vida, de vuestro cambio, de vuestra transformación.
49 Analizad, pueblo mío, y que no os encuentren los acontecimientos en letargo, analizad; y vos, que no conocéis del reino de la paz porque no habéis despertado vuestra conciencia, porque os falta el crecimiento del alma, el desenvolvimiento de vos mismos; vos que no conocéis de la paz y tampoco conocéis del amor verdadero y sublime, ni de su potencia, viviréis en el terreno de las suposiciones; mientras pasáis de párvulo a discípulo, viviréis en vuestra media verdad y media mentira; media sombra y media luz; mientras podáis despertar. Vivid así mientras sepáis resolver vuestros problemas. Vivid así, porque hay un tiempo para vivir así y otro para vivir en plenitud de conciencia de hombre despierto, hay un tiempo para ser niño; otro para ser joven, otro para ser hombre y otro para ser anciano.
50 Estáis en el tiempo del aprendizaje; en el tiempo del desenvolvimiento espiritual, en el tiempo de la preparación en materia y en espíritu. ¿Pero, qué sabéis vos de lo que viene? No se ha descubierto totalmente el misterio o drama mundial; mucho falta. Tomad de mis cátedras, la fuerza necesaria para cuando venga el tiempo de vuestro desmayo, de vuestra debilidad. Tomad de mis cátedras la luz, para cuando venga el tiempo de vuestro materialismo, porque muchos de los míos se confundirán; muchos de los míos me volverán la espalda y los creyentes de hoy, muchos serán los increyentes del mañana. Enemigos y negadores de lo que antes decían que amaban anticipadamente yo os perdono; enemigos y negadores, porque los acontecimientos en la humanidad no vienen como vosotros queréis. Por eso no a todos os agrada mi doctrina; por eso algunos hacéis sufrir a vuestros familiares, como si tuvieran la culpa de vuestras sombras mentales, de vuestra reaciedad.
51 Todavía estáis viviendo relativamente felices en comparación de otras naciones y otros pueblos, y aún así no estáis satisfechos. Cuanto falta; lo tenéis: agua, pan, luz, leche; tenéis mi amor y no estáis conformes. Y aquellos que no tienen pan, que carecen de todo y no escuchan mi palabra; que no tienen el consuelo de escuchar las frases sublimes que llegan al corazón y alientan la vida, son más resignados que vos.
52 Acostumbraos a bendecir vuestro propio dolor, vuestro llanto y vuestras alegrías; bendecidlo todo. ¿No acaso, yo bendigo a la humanidad entera, sin distinguir a alguien? Mi bendición siempre es para todos; verdugos, criminales y a los pocos hombres y mujeres de bien. El amor de Dios siempre bendice.
53 Si vos sentís repugnancia por los actos de los demás; si sentís repugnancia de las acciones de los componentes del mundo vos, formáis parte de esa humanidad. ¿Es acaso que sentís asco de vos mismo? Todo lo que veis en vuestros semejantes, lo tenéis vos, en mayor o menor grado. Miraos en vuestro propio espejo vuestra faz interior, moral y espiritual. Ved en vuestro propio espejo al otro ser que sois vos mismo y en vuestra cámara interna examinad vuestros pensamientos, vuestros actos y después de horrorizaros de los vuestros, horrorizaos de los ajenos.
54 Pueblo amado, ¿por qué salís a buscar defectos, si con los que vos tenéis para estudiar os bastan. Prepararaos porque tenéis mucho que pensar para el año 1950, principalmente para el final, necesito vuestra reflexión; necesito que améis a la humanidad; que os améis los unos a los otros. Necesito prepararos.
55 En la historia de la humanidad debe estar la historia brillante del espiritualismo, que debe tomar la más grande parte de los acontecimientos de la vida de los pueblos y de los hombres, porque yo os digo: mi doctrina está llena de exquisita espiritualidad, exquisita divinidad y todo el mundo debe conocerla, va directamente su luz a quién la llame, mi doctrina es grande, sublime y todo el mundo debe conocerla, para corregirse y restablecer el orden en todo.
56 Buscad la paz, sed consecuentes y compasivos. Purificaos por medio de mis cátedras. Mi cátedra es de amor y va purificando al pensamiento de los hombres para disponerles a una vida mejor.
57 Vos no conocéis el plan de Cristo, mi pueblo. El mundo de la media luz y de la media sombra, está lleno de comentarios; pero no sabéis hasta dónde quiero llegar con mis cátedras, mis cátedras no son para justos ni para perfectos, porque nunca daría una sola si esto de mí esperáis, yo estoy dando mi evangelio de amor sublime; estoy dando redención a pecadores, por labios de pecadores.
58 No creáis que las facultades y pedestales son santos o perfectos; no, pueblo mío, son humanos como sois vosotros. No tienen superioridad sobre vosotros. Las facultades, los pedestales, solamente son hombres o mujeres que han nacido con estos dones y que se disponen a trabajar en bien de la humanidad; pero sin santidad ni perfección.
59 Y en esta cátedra os digo: que las facultades de este lugar y de otros, si quieren seguir el buen ejemplo, deben estar estricta y fraternalmente unidas con los pueblos, porque el tiempo de la hermandad es necesario; el tiempo del acercamiento es preciso.
60 Las facultades y pedestales están muy enfermos, más que nunca, porque son sensitivos y porque siente n a la naturaleza enferma de guerra, de llanto, de drama sobre vosotros. Está enfermo el ambiente y como ellos son más sensitivos, se siente n enfermos la mayor parte de ellos; porque la atmósfera está densa y pesada y la humanidad está respirando tragedia; porque la tierra está pasando por un tiempo de juicio que ningún humano alcanza a comprender su trascendencia. El gran tiempo de los tiempos que nadie entiende, fuera de los seres de alta luz, toda la tierra y sus moradores están en purificación, con todos sus ¡ayes! De dolor, faltándoles aún otros dolores y tormentos y la atmósfera de la tierra se resiste.
61 ¡Oh, planeta de hálito enfermo! ¡Oh, planeta de triste existencia! Tus moradores te han ensuciado, te han manchado; han enturbiado tu aura y tu aire; le han quitado la pureza a tu existencia. Planeta tierra, tus moradores te limpian, por eso la humanidad sufre y llora.
62 La humanidad buscará mis cátedras y de cierto os digo: en la gran confusión mundial después de 1950, los recintos que queden serán pequeños para contener a las multitudes que busquen la aclaración de lo que antes fuera niebla, de todo lo que fuera turbación, y los pueblos turbados buscarán claridad y vendrán a los lugares que puedan; y aquellos que queden, por grandes que sean, pequeños serán si saben sostenerse; mas para sostenerse, necesitan luchar mucho; y para vencer y triunfar, necesitan valor y hasta quitarse parte de su pan para sostener sus naves en aras del ideal de mi doctrina, que os conduce al reino de la inmortalidad, del amor y de la Verdad.
63 Vosotros necesitáis amar la justicia y la bondad. Las multitudes necesitan cátedras, ¿qué vais a hacer? Los gobernantes necesitan cátedras y el mundo entero necesita cátedras, ¿y qué vais a hacer? ¿Qué me vais a dar de vuestra labor, unida a la mía?
64 Mi labor, ya veis como es; es gigante, brillante, vigorosa, clara como la luz; mi obra es así; así mi trabajo, ¿y vuestra labor, ya podéis compaginarla con la mía? Necesitáis comparar la labor humana con la labor espiritual y si todavía deja mucho que desear, trataréis de hacer lo que no habéis hecho antes.
65 No conocéis aún la dicha de los seres superiores que hacen mi voluntad, o sea, la dicha de mis enviados, porque si vos conocierais esa dicha; si supierais lo que ellos saben, haríais desde esta noche un santuario en vuestro corazón y en vuestra alma y dejaríais que en él penetrara la humanidad doliente; pero todavía sois reacio y duro; no conocéis de las manifestaciones superiores y sutiles, de las manifestaciones que hacen vivir: amando y repartiendo felicidad a los demás.
66 Por eso os recomiendo: amar a la humanidad. Amaros los unos a los otros; cubríos vuestras lacras mutuamente porque, de cierto os digo, que es grande el Ser que, viendo vuestros pensamientos, os dice: amados míos, hijos míos, mis ovejitas, mis parvulitos, mis futuros discípulos, a pesar de ver toda la negrura y toda la maldad que encierran vuestros corazones, el Verbo de Dios no lanza acusaciones ni señala lacras; solamente tiene para vosotros estas frases: “amaos los unos a los otros, amaos como yo os amo”.
67 Bien pudiera, pensáis, que en vez de esta cátedra, señalara sus errores a cada uno de vosotros; mas cuando esto sucediera, sería otro el que hablara, no yo.
68 Si el que todo lo ve, el que conoce vuestro interior, el que sabe vuestros pensamientos, con vuestra crueldad y miseria, nada dice de vosotros, el que pudiera decir, nada dice ¿por qué vosotros no sois así? ¿Por qué os empeñáis en destrozar dichas y vidas ajenas?
69 Iréis a buscar almas y dejaréis que vengan a mi doctrina cuantos pecadores quieran, y no despreciaréis a ninguno, porque antes de dedicaros a mi obra, necesito que seáis incapaces de hacer sufrir a alguien por vuestra culpa. Os exijo, antes de ser devotos, que tengáis una magnífica conducta. Exijo no hagáis sufrir a los demás.
70 ¿Por qué dejáis que solamente el viento seque las lágrimas de la humanidad? ¿Qué no tenéis amor y caridad para secarlas vosotros? ¡Ah, humanidad que no me entendéis ni me sentís! Yo puedo más que el viento y que el sol. Venga a mí, vuestro llanto para secarlo con mi amor, porque vosotros no queréis, no sabéis, no podéis ni siquiera consolaros a vosotros mismos. Anémicos de la mente, del pensamiento; anémicos del alma, ¿hasta cuándo serviréis en mi plan mundial de amor, como la obra elevada lo requiere?
71 Nada sabéis de lo que está por venir; pero yo seré vuestro médico y vuestra medicina, si así me buscáis. No sabéis lo que os falta llorar y sufrir, pedir y rogar, calmaros y esperar. Pero, yo seré vuestro médico, y vuestra medicina, si así me buscáis.
72 Mi pueblo, vos no conocéis de la piedad; tampoco conocéis del perdón. Vos no conocéis de levantar un paralítico y llevarle a vuestra casa, sin saber quién es. Primer o investigáis su vida para poder darle un pedazo de pan. ¡Ay, de vosotros! ¡Cuánta miseria tenéis en el alma! ¡No habrá otro más pobre que vos, si no sois capaz de tomar a un lisiado y compartir vuestro pan con él! ¿Y sois vos, quien habéis oído mis cátedras? ¿Vos, que sois incapaz de secar las lágrimas de aquél que llora, cuando yo con mi amor he borrado las cicatrices de vuestro corazón? ¿Adónde vais así, si no sabéis dar algo de vos mismo? Y no sabéis dar algo, porque no conocéis el poder de la bondad.
73 Vosotros para hacer un bien, necesitáis investigar y hacer ostentación; yo en cambio, quiero haceros entrar a todos vosotros, sin excepción: al reino de la felicidad, al reino de Dios, sin preguntar si sois dignos. El amor, dice: venid a mí, todos, que el mundo y el universo entero tienen cabida en la inmensidad de la grandeza de mi ternura y en la dispensación de la bondad de Dios.
74 Es necesario que aprendáis a amar de acuerdo con vuestras condiciones; como sepáis y podáis; pero, aprended a amar para que dejéis de ser miserable.
75 El amor exige todo lo sublime. Por eso os digo: amad, ya podéis empezar, amando a una flor, a una mariposa; dando redención a una mujer; pero amad con el espíritu que preserva, que salva a la materia de adversas circunstancias, es decir, amando con la sana intención de salvar la materia de los caminos equivocados, con las buenas costumbres; apartando de ellos a los que por ellos van.
76 ¡Ah, pueblo mío, si vos me comprendierais! Si vos supierais lo que vale una sola de mis cátedras; si tomaseis una cátedra y llegareis a un campo de batalla; y antes de la batalla, oyeran su lectura, los hombres llorarían, se arrepentirían y mirad cómo a vosotros ya no alcanza mi palabra a conmoveros, ¡ah, corazones duros, acostumbrados a la potencia de mi amor manifestando la luz redentora! Ya estáis adormecidos como los niños mimados que cansados se duermen en los brazos maternales, arrullados con los cantos y caricias; así sois vosotros, acostumbrados ya a mi amor y a mi ternura; olvidáis que yo os he hecho blancas las horas negras de vuestra existencia; y mi palabra, ya no es capaz de hacer brotar de vuestros ojos el llanto, yo quisiera que vierais a otros faltos de consuelo, el efecto que haría en ellos, el escuchar la palabra del mesías.
77 Pequeñitos de entendimiento, ¿cuándo vais a crecer en espíritu? ¿Cuándo vuestro espíritu será tan grande y potente que domine el alma y en el cuerpo brille? ¿Cuándo empezaréis a hacer cumplir las palabras de mis cátedras, que se cumplan los mandamientos, los preceptos y los estatutos que os rigen en todas las agrupaciones espiritualistas?
78 ¡Ya no hay tiempo qué perder! Empezad desde luego a cumplir la Ley de amor y de armonía, saturaos de la bondad; y entonces humanidad, os acercaréis más al ritmo de mi amor acariciador y yo podré servirme de vos, según sea vuestra disposición, según sea vuestra buena voluntad.
79 Cooperad conmigo; el Cristo necesita hablarle al hombre, sin cansarse nunca; repetirle de distintas maneras la cátedra, que habla de amor inmortal y potente, salvador y brillante; de un amor celeste que aún no sabéis sentir ni entender.
80 Era yo aquel que cruzando el desierto y hablando la palabra de Dios en la arena me dirigía al mismo animal para que recibiera de la bendición de mis frases. Era yo, aquel que caminaba con la planta cansada y quemada por el sol, sobre las arenas candentes. Era el que buscaba a las almas, y el que sigue buscándoles todavía para acercarlas a Dios.
81 Han pasado los siglos, y en la transición de dos eras está la humanidad, una que termina, la era que llamáis cristiana y otra que comienza, la de la luz o del Espíritu Santo. Y el incansable Maestro sigue caminando por las candentes arenas del desierto de vuestro corazón, brillando en Espíritu y verdad, para daros su eterna enseñanza de los siglos, de los tiempos, de distintas maneras, por distintos cerebros, en varias lenguas la del: “amaos los unos a los otros.”
82 Soy yo el que os ha hablado siempre de Dios, desde vuestras primeras encarnaciones; ya con el rayo de mi luz, enviándolo hasta vuestro interior, hasta vuestra conciencia, o ya convertido mi pensamiento en palabra dando cátedra externa para que la escuchéis; pero soy yo el mismo de siempre, el que siempre ha brillado, en la montaña, en el sermón de la montaña, en las calles y en las sinagogas con los sacerdotes. Soy aquel que no se ha cansado y que tanto os ha repetido qué es lo que debéis llevar en el alma.
83 Soy yo, el consolador prometido por Jesús de Nazareth en el Segundo Tiempo, soy el Espíritu de verdad, el Cristo que os prometió volver, en este tiempo de grande tribulación; soy yo, el Verbo, el que encarnó en el cuerpo purísimo de Jesús; soy yo, el Maestro de maestros llamadme como queráis, pero entre vosotros estoy vibrando en altitud para dar a los hombres lo que cada cual necesita.
84 Decidme, ¿qué habéis aprendido? ¿Se ha grabado en vuestro corazón de roca o granito, un rayito siquiera de la luz que mi amor os ha dado?
85 Soy yo, aquel que os ha pedido el agua, la que no habéis podido dar a vuestros semejantes: agua de amor, de caridad, de comprensión, de fe y de misericordia.
86 En verdad, en verdad os digo: el agua purísima que corre por el gran desierto de la vida humana, purificará y limpiará cuanta mente y cuanto obstáculo encuentre. Es el agua de gracia, de sabiduría, agua de vida que brota del interno de cada quien en este desierto de la vida humana.
87 La humanidad está sedienta del agua cristalina de que os hablo; la buscan unos en los otros; pero pocos la buscan en sí mismos, para saciarse ellos, dando a los demás. Todos quieren recibir, pero no dar; ellos tienen sed, dadles vos, del agua de vuestra fuente interna. No agotéis vuestra bondad, vuestra comprensión, vuestra misericordia, que es vuestro deber dar y nunca dejar de dar.
88 Haced que estas mis cátedras que forman mi tercer testamento, lleguen hasta los confines de la tierra, mas antes haced que sean corregidas para que puedan ser reproducidas y multiplicadas en su número, para que formando el gran libro de la vida, vuelen a diversas naciones y lleguen a todos los hombres por los diversos caminos.
89 Mi enseñanza es el agua que da vida eterna ésta es la mejor agua que podéis darles a los sedientos de amor y de verdad. Podéis darla como agua, como pan, como luz, como mensaje del amor de Dios, del Verbo luz, del Cristo de las edades, del mesías verdadero, como queráis llamarme. Yo soy el Ser manifestado, yo soy el Maestro de todos los tiempos; la luz de todas las existencias del hombre que evoluciona.
90 Pero vosotros, no cooperáis conmigo, tenéis escondidos los tesoros espirituales; mientras otras naciones y esta misma nación, se quedan sin cátedras, sin mensajes, sin agua, sin dirección, sin palabra de consuelo y de aliento, destrozándose los unos a los otros; derramando su sangre inútilmente.
91 Esto que os sirva de saber, pueblo amado. Tened piedad de vos mismo en el gran día que separéis la carne del espíritu.
92 Sois vos, mi pueblo, el que debéis ayudar a facilitar para que todos tengáis de mis mensajes. Todos aquellos que estén a vuestro alcance, y los que estén lejos.
93 Porque decidme: ¿qué vais a hacer de provecho y qué bien en vuestra vida verdadera, en vuestra vida de espíritu en el alma? Pensad todos los días en vuestras acciones y haced un balance de vuestras obras: si habéis hecho más obras buenas que equivocadas, si sois activo o pasivo, si os encontráis negativo o positivo, el Padre os da a vos para que deis a los demás. Pero, tened piedad de vos mismo. Nadie sabe cuando se le llega su momento; si en el nuevo día abrirá nuevamente sus pupilas.
94 Lo que el hombre tiene, cree que le pertenece; pero debe saber que todo es de Dios y le será recogido cuando menos lo piense. Ni los cabellos de vuestra cabeza, son vuestros. Ni la tierra que pisáis, es vuestra. Vos mismo no sois vuestro; sois de Dios. Vos no necesitáis tener propiedades de poca duración, vuestro reino, no es de este mundo. Yo os dije un día, que mi reino, tampoco era este mundo; y ahora, os digo lo mismo.
95 Espiritualizaos y sed feliz con la espiritualidad alcanzada a base de esfuerzo repetid dichoso esta frase: “¡estoy trabajando para mi reino; estoy fincando, edificando mi reino!” pero escuchad mi pueblo: de las ruinas de vuestra vida humana y en las ruinas de vuestra misma vida; levantad ahí el reino superior del hombre, con amor con buena voluntad: reconstruid en ruinas.
96 Si alguno de vosotros, me alcanza a comprender, que reconstruya en ruinas. El que pueda que lo haga, que empiece a hacerlo desde este instante. Si me habéis entendido, yo os veré en mi reino, aunque pasen edades planetarias, porque haréis cuanto el amor dicta y vosotros vendréis a mí.
97 Hay muchas mentes en esta noche; pero no quiero que conteste el intelecto del hombre, que en estas lecciones espirituales puede equivocarse. Quiero que conteste el espíritu del hombre intuicionado, del ser interior, y me diga: ¿cómo va a reconstruir en ruinas? Meditad en lo que os pregunto, yo espero porque es preciso escuchar algunos, a aquellos que más tarde serán discípulos.
98 De cierto y en verdad os digo que, reconstruir en ruinas es: olvidar las ofensas, amar y perdonar; sustituir los defectos, por cualidades; los errores por aciertos y las pasiones, por virtudes. Bien, ¿habéis meditado si en vuestros pensamientos ha brillado la luz de esta verdad?
99 Por cada pasión, construid una virtud; ya sea en vuestros semejantes o en vos mismo. Buscad en cada defecto su contraparte y procurad alcanzarla. Por cada pasión buscad y encontrad la virtud correspondiente, por cada defecto una cualidad; si esto me ha querido decir vuestro espíritu; yo bendigo a vuestro espíritu y a vuestra mente. Si esto ha querido decir vuestro pensamiento, yo soy luz a vuestro pensamiento y con ternura y amor, os digo: cambiad las pasiones por virtudes, los defectos por cualidades y construiréis vuestro reino y en el, nos encontraremos.
100 ¿Habéis comprendido, pueblo, lo que es reconstruir en ruinas? Poco a poco iré entresacando y señalando quién debe trabajar conmigo en la construcción, donde antes eran ruinas.
101 De cierto os digo: habrá quienes quieran exterminar mi obra, aniquilarla pero muchos de vosotros la defenderán y me serviréis en ella.
102 Yo os enseñaré para que cada uno sepáis oficiar delante del verdadero altar; para que ya no os confundáis más, ni os perdáis en la ignorancia, debido a las malas interpretaciones que las religiones dan a mi Ley.
103 ¡La luz divina de mi Espíritu, es entre vosotros! Aún es tiempo de que oréis y os preparéis para vuestro cumplimiento. No esperéis que mi justicia os toque, no esperéis que el dolor y la guerra os azoten como aquellas naciones hermanas vuestras que están ensangrentando los campos y dejando desolados los hogares. Sostened con vuestra oración a esta nación escogida y no queráis verla destruida como lo fue Jerusalén.
104 Cultivad con vuestras obras, un jardín en el que las rosas y las flores sean de perdón y de amor, de oración y caridad. Ese jardín comenzará en vuestro corazón y terminará en vuestro espíritu.
105 Dedicad unos instantes del día a la meditación, dejad que se eleve vuestro espíritu sobre las flaquezas humanas para que mi inspiración llegue a vosotros.
106 Mirad, pueblo, que durante el tiempo de esta mi tercera comunicación divina, no os he permitido tener libros en vuestras manos; y no porque os estoy dictando las lecciones de mi enseñanza, penséis que ya tenéis el conocimiento necesario, ya que debéis entender que sólo por medio de esa inspiración espiritual y divina obtenida por la preparación en vuestra meditación, podréis recibir la luz de la Verdad.
107 En este Tercer Tiempo, vosotros no caminaréis con vuestro libro bajo el brazo, pensad que llegará el momento en que tendréis que dar testimonio de mi verdad ante las multitudes y necesitaréis recurrir al libro espiritual que estoy grabando en vuestra conciencia. Tendréis que aprender a leer en ese libro invisible, para que no se turbe vuestra mente; saber penetrar en vos mismo, para que la voz de vuestro espíritu, pueda brotar por vuestros labios.
108 Mirad que toda religión y toda secta se preparan, porque presienten la proximidad de la gran lucha, en ella os encontraréis; sin embargo, debéis estar preparados, porque buscaré vuestro entendimiento espiritual para manifestarme ante todos ellos.
109 Hoy todavía os contemplo débiles, porque si a cambio de vuestra caridad recibís la ingratitud de vuestros hermanos, habéis llorado en silencio y me habéis dicho: ¿ésta es la cruz que has puesto en mis hombros? A lo que yo os contesto con otra pregunta: ¿ya olvidasteis el ejemplo de Jesús entre los hombres? Cuando el mundo os hiera no lo acuséis ante mí, compadeceos de él y orad y yo cerraré todas vuestras heridas.
110 Dejad que los hombres os contemplen pequeños. Si sois humildes, yo os haré grandes de espíritu. Callad siempre que podáis ante el necio; pero trabajad intensamente. Dad testimonio de mí que yo también daré testimonio de vosotros.
111 Si vuestro espíritu experimenta la necesidad de elevarse, es porque hay instantes en que se siente extraño en este mundo, en que se siente como extranjero. Comprended que su verdadera patria, su hogar está más allá de este mundo.
112 He venido a abrir el entendimiento de los torpes e incultos, para que puedan recrearse con la interpretación de mi palabra. He venido a abrir los ojos de los ciegos a la luz de la Verdad, para que se purifiquen de sus pecados al sentirse amados de su Maestro.
113 Interpretad justamente mi enseñanza. No penséis que mi Espíritu pueda gozar viendo vuestros sufrimientos en la tierra, o que yo venga a privaros de todo lo que os es grato, para gozarme con ello.
114 Yo vengo a haceros reconocer y respetar los dictados de la Ley de Dios, porque son dignos de vuestro respeto y de vuestro acatamiento y porque obedecerlos os traerá la felicidad.
115 Os enseñé a dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, mas para los hombres de hoy, sólo existe el César; y a su Dios y señor, nada tienen que ofrecerle.
116 Los recintos sólo son la escuela y mis discípulos no sólo deberán concretarse a explicar la Ley; sino a lograr que la humanidad comprenda que la vida es el camino en donde debe aplicar lo que en la Ley divina haya aprendido, poniendo en práctica mi doctrina de amor.
117 El que sólo escucha la lección, el que se ha conformado con asistir a la cátedra de mi enseñanza y ya con ello cree haber cumplido con su deber, está en un grave error, porque si aprendió de memoria la lección que le fue revelada y no la puso en práctica, ni cumplió para con su Maestro, ni para con sus hermanos, ni aun para consigo mismo, fue tan solo un discípulo que habiendo creído entender la lección de mi enseñanza olvidó lo más importante de ella, o sea, llevar a la práctica, el amor, el perdón, la caridad, la paciencia, la fe y todo cuanto de bueno encierra y aconseja una lección divina.
118 Pueblo amado: aprended a ser el último, para que seáis el primer o ante mí, os quiero humildes de corazón, sencillos y virtuosos. No os dejéis seducir por las falsas glorias de la tierra que sólo sirven para desviar al espíritu del camino verdadero o para estacionarlo haciéndole perder un tiempo preciso y muy valioso para su adelanto espiritual.
119 Buscad siempre el sitio donde podáis ser más útiles, prefiriéndolo siempre a aquél que os haga aparecer como más notables.
120 No seáis vanidosos ni frívolos, no améis los primeros lugares como lo hacían los fariseos para lograr enseñorearse ante el pueblo y que éste les hiciera honores.
121 El espíritu verdaderamente elevado no mancha su alma con esas miserias, porque le repugna la ostentación, el halago y la adulación.
122 El que cumple con la Ley de Dios, aplicándola a la vida espiritual y a la humana, le basta y aun le sobra con la paz que del Padre Celestial recibe después de cada una de sus obras.
123 Buscar los mejores lugares, las miradas y los halagos es amarse a sí mismo antes que a todo lo demás y eso es estar muy lejos del cumplimiento de la Ley de Dios. ¿No os dije: “amaréis a Dios antes que a todo lo creado”? Eso es lo primordial, ese es el sentido del primer precepto. ¿No os dije: “y amaréis a vuestros semejantes como a vos mismo.”? Eso es lo segundo que debéis hacer. Ved entonces, como vuestro amor propio debe ser el último y nunca el primero.
124 ¡Humanidad! Este pueblo pobre y humilde, pero celoso de mi Ley y fuerte contra las pasiones del mundo, no ha sido preparado por hombre alguno. Estas multitudes que gozan haciendo el bien, a las que iluminan la inspiración y saben llevar a los corazones el mensaje de paz y la gota de bálsamo, no han sido enseñadas por maestros o ministros de ningún culto de la tierra. Porque de cierto os digo: que en este tiempo, no existe un solo hombre en vuestro mundo, que sepa o que pudiera enseñar el culto a Dios, bajo la verdadera espiritualidad.
125 Entended: que no es en el esplendor de los ritos o de las ceremonias, ni en la riqueza o en el poder terrenal, donde radica la Verdad, que por ser humilde y diáfana, busca como templo a los corazones limpios, nobles, sinceros y amantes de lo puro ¿adónde están esos corazones? Cristiana se nombra una gran parte de esta humanidad, sin saber siquiera lo que significa la palabra: “Cristo” ni conocer: el “sentido” y la “esencia” de mi doctrina.
126 ¿Qué hicisteis de mi palabra, de mis ejemplos, de mi doctrina que os di en aquel tiempo? Si sois actualmente, hombres más evolucionados que los de aquella era. ¿Por qué no lo demostráis con las buenas obras de vuestro espíritu? ¿Acaso creéis que esta vida humana será eterna o pensáis que sólo debéis de evolucionar por medio de las ciencias humanas?
127 Yo vine a enseñaros el verdadero cumplimiento de la Ley, a fin de que convirtieseis este mundo en un gran templo donde se adorase al verdadero y único Dios, donde la vida del hombre fuese una constante ofrenda de amor a su Padre Celestial, al que debiera amar en cada uno de sus semejantes, rindiendo así tributo a su creador y Maestro.
128 ¡Y ahora que he vuelto a los hombres! ¿Qué es lo que encuentro? La mentira y el egoísmo, han sustituido a la Verdad y a la caridad; la soberbia y la vanidad, en vez de la mansedumbre y la humildad; la idolatría, el fanatismo y la ignorancia, en vez de la luz, la elevación y la espiritualidad; el lucro y la profanación, donde sólo debería existir el celo y la rectitud; el odio y la guerra desatada entre hermanos, han sustituido a la fraternidad, la paz y el amor.
129 Mas yo llegaré a mi templo para arrojar de ahí a los mercaderes como lo hice en el Segundo Tiempo, en el templo de Jerusalén, y les diré una vez: “no hagáis de la casa de oración, una casa de mercado.” enseñaré a los hombres para que cada uno sepa oficiar delante del verdadero altar, para que ya no se confundan más ni se pierdan en la ignorancia, debido a las malas interpretaciones que dan a mi Ley.
130 El Maestro os dice: “el ministro: es el espíritu. Siendo el altar: el corazón. La oración: es el pensamiento elevado. Y la ofrenda: son las buenas obras que podáis presentar ante Dios.
131 Cuando sintáis que la caridad y el amor hacia vuestros hermanos es una realidad, entonces formaréis vuestra verdadera vida.
132 ¿Cómo no ha de comprender el mundo que: el corazón, no es tan solo un órgano insensible y que el espíritu, es más que la materia?
133 ¿Cómo no ha de comprender que: la inspiración, es más valiosa que las imágenes que el hombre ha forjado para representar lo divino; y que las buenas acciones con las que deis testimonio de mi Ley, son más meritorias que los más valiosos bienes terrenales?
134 De cierto os digo que si queréis salvar vuestra fe y así evitar que vuestro espíritu zozobre en esta tempestad, debéis de construir espiritualmente vuestro templo. Dejad que mi reino descienda a vuestro corazón, contra su luz nadie puede luchar. Veréis entonces, cuando pase el torbellino, cómo espiritualmente se levantará, invisible; pero fuerte y grande, el templo indestructible, cuyos cimientos estarán en vuestro corazón.
135 Cuando esta humanidad se despoje de su materialismo y comience a reconocer lo alejada que ha vivido de mi Ley, dirá desde su corazón: ¡cuán necios y torpes hemos sido los hombres al entregaros voluntariamente a las pasiones, para luego ser esclavos de ellas!
136 Ahí está el monte espiritual desde el cual el Padre os ha mostrado su Ley, subid por el sendero que os he señalado; la tierra de promisión, se encuentra con sus puertas eternamente abiertas, en espera de las multitudes; a las cuales, les está brindando paz y bendiciones.
137 Cuando el hombre haya descendido al fondo del abismo y cansado de luchar y sufrir ya no tenga fuerzas para salvarse a sí mismo, verá maravillado cómo surge del fondo de su misma flaqueza, de su desesperación y desengaño, una fuerza desconocida que es la que emana de su espíritu, el cual, al darse cuenta de que ha llegado la hora de su liberación, utilizando sus dones y atributos a la luz de su conciencia, se levantará de los escombros de un mundo de vanidades, de egoísmo y de mentiras para decir: ahí está Cristo, el repudiado, él vive; en vano le hemos querido matar a cada paso y en cada día; vive y viene para salvaros y darnos todo su amor. ésa será la hora, en que el espíritu del hombre reconozca que para lograr la verdadera grandeza espiritual, así como una vida elevada en la tierra, no existe otra Ley que la de Dios, ni más doctrina que la que os di y que os doy en la palabra de Cristo.
138 Analizad vuestros conflictos, estudiad los problemas que os afligen, y luego poned en práctica mis mandamientos y mis máximas, y veréis cómo en ellos, puede encontrar la humanidad la solución de todos los problemas que le afligen.
139 Mas, como no os sentís capaces de llevar a la práctica las palabras y los ejemplos que en el Segundo Tiempo os diera como Divino Maestro; será menester que el dolor, el cual también es maestro, se acerque a vosotros para persuadiros de vuestros muchos errores, para sensibilizaros y además para doblegaros en vuestra necia rebeldía. Me preguntáis: ¿por ventura tu palabra no tiene el poder suficiente para persuadirnos de nuestros errores y salvaros, evitándonos el tener que pasar por el crisol del dolor? Y yo os digo: mi palabra, tiene más fuerza de la que pudierais llegar a suponer; mas si el que me escuchase quedara transformado al instante, sin esfuerzo alguno de él mismo, tan solo por el hecho de haberme escuchado, ¿qué mérito tendría eso, de vuestra parte? Es necesario que aquél que la escuche, ponga fe, voluntad, esfuerzo y amor. Entonces habrá un mérito grande, cuyo premio o galardón será el de no sentir el dolor, porque ha tomado como norma mi Ley y mi doctrina de amor.
140 Israel, ¿estáis contento, pueblo mío? ¿Vuestro corazón está tranquilo, mi pueblo? Entonces, abrid las puertas de par en par de vuestro corazón, porque yo voy a derramar la Verdad maravillosa del amor y llenar de mi efluvio ese corazón hasta el último pequeño rincón. Lo llenaré de mi amor sublime, para que a la vez deis, cuando haya necesidad de dar amor. Si os disponéis, mi pueblo, entonces todavía podéis salir del camino del dolor en que os encontráis, para entrar en el camino de la felicidad.
141 Dos caminos existen para el hombre, ya os lo he dicho: el camino del amor y el del dolor, los dos os llevan hacia la felicidad eterna, escoged mi pueblo, escoged el camino que queráis por vuestro libre albedrío.
142 Paz a los hombres de buena voluntad, paz a los de corazón tierno, paz a las mentes limpias y paz a las mentes turbadas. Amados, mi paz os dejo, mi luz os doy, mi luz os ilumina para conduciros hacia el reino del Padre. Sea mi bendición en vos y en todo lo creado.
¡Mi paz, sea con vosotros!
28. Los reclamos de la humanidad a Dios
Sábado 1 de marzo de 1947
1 ¡Mi paz sea con vosotros! ¡Amor y luz a los hombres de la tierra! ¡Mi bendición para vosotros! Bendición, que se desprende del amor, como influjo divino, como una fase del mismo amor. Yo os recibo, pueblo bendito de Israel, en el nombre del Padre, en mi nombre como redentor, como Maestro de la humanidad, en nombre de mi amor ¡bienvenido seáis!
2 Bienvenido seáis si aparentemente sois feliz. Bienvenido seáis si tenéis profundas agitaciones mentales; porque si buscáis la Verdad para amarla más, la Verdad llegará a vosotros siempre que la busquéis humildemente; siempre que la busquéis con el conocimiento: de la grandeza de la Verdad ante la pequeñez del hombre la Verdad vendrá a vosotros, yo, Cristo, os lo digo, pueblo mío.
3 He aquí la vibración del rabí de Nazareth, de Cristo, el mesías. La vibración mía es para vos, como vuestros pensamientos dolorosos son para mí.
4 En estos tiempos en que estarán revueltos los creyentes y los profanos, a todos llamo, a todos espero. En este tiempo en que se confundirán los hijos de la fe con los hijos del estudio solamente, del estudio sin fe, a todos vengo y a todos llamo.
5 En este tiempo en que se decide la guerra de ideas, yo soy la luz, porque el Padre es en mí; la luz, y yo, en vosotros, en los que me aceptan humildemente, soy la luz; porque toda idea que yo os doy, toda idea elevada, grande, maravillosa que vosotros conozcáis que en verdad sea mía, viene del Padre a mí, y yo a través de los instrumentos la doy a vosotros.
6 Es necesario que sepáis que: la luz de cada idea, lleva en sí misma la fuerza de la Verdad. Por eso, pueblo, es para vos este mensaje, una modalidad más de la Verdad que le habla al corazón, al sentimiento y al cerebro, la mente del hombre.
7 No sólo en el alma del hombre, tengo yo mi asiento espiritual. En todo el ser humano. En cualquier forma que se encuentre, estoy con aquel que me llama de corazón, ya sea que esté despierto o estático; en la forma en que esté. Si me llama, si me implora, si me busca, si me ama, si me necesita ¿cómo he de abandonarle?
8 Pueblo, el pan espiritual ha venido de nuevo a vos, a visitar vuestra alma, a alentar vuestro corazón.
9 Fijaos, pueblo mío, a vosotros debilitados y fuertes, aparentemente fuertes: a todos me acerco, con el Espíritu de amor y caridad, a todos os llamo. A vosotros, que en esta confusión, en esta niebla de la mente moráis: yo acudo para daros luz porque escuchad: ya estáis en los tiempos predichos, en que mis palabras se cumplen ya estáis en los tiempos, en que el hombre confunda los mensajes, confunda su propio querer, su propio sentir con mi amor, confunda las voces, interprete mal las ideas; y por eso, a vosotros yo os digo: tengo para mí, todos vuestros reclamos y a ellos, voy a contestar.
10 Me dicen unos: Maestro, si yo fuera rico le daría al pobre. Dame para dar. Si tú me das cien, yo daré cinco; pero dame a mí y yo daré a los demás. Y he aquí, ya lleváis en sí el mal pensamiento, amados míos. Queréis que os dé cien para dar cinco ¿y por qué no dais al pobre de lo que trabajáis con vuestro sudor? Un solo pan de vuestro trabajo es más bien dado, más meritorio, que si dais el cinco y os quedáis con noventa y cinco. ¿A dónde está el amor de vosotros hacia los demás? Dad lo que tengáis y si no tenéis que dar de lo material, dad ternura. Fijaos que bella es la palabra. Si no tenéis que dar pueblo, dad ternura.
11 Los otros me decís: señor, si tú me hicieras poderoso, entonces, yo daría a los demás, repartiría favores. ¿Qué yo os haga poderoso? Y vos, ¿por qué no hacéis de vos mismo lo que es vuestro ideal? No me dirijo al hombre conciente, sino a hombres libres que pueden hacer de sí mismos lo que quieren hacer de su propio ser.
12 Vosotros podéis elevaros y yo os doy estos bienes espirituales o más bien dicho, os enseño a encontrar las riquezas de la fuente escondida para que vosotros por vuestro propio esfuerzo las toméis. Yo no puedo daros aquello que vosotros mismos no toméis con vuestro propio esfuerzo y voluntad, lo que no busquéis con anhelo. No es buscar un solo día o dos, si preciso es buscar a través de los años, para haceros hombres mejores, buscad y encontraréis, yo os lo digo.
13 Otros me decís: señor, si tú me tomaras sólo como instrumento para triunfar en las vicisitudes de la existencia humana, yo como instrumento tuyo brillaría, sería apreciado; de mis frases brotaría luz y de la luz, triunfos, brillaría más en ti y estaría cerca de tu amor. Y yo os digo: más os valdría borrar para siempre las palabras: dame, hazme deberíais decir: Padre, si dentro de los altos designios de mi destino sagrado, yo puedo recibir, venga a mí lo que deseo.
14 Mas ¿quién de vosotros conoce, su destino secreto? ¿Quién de vosotros conoce, lo que ha hecho en otros tiempos? Si se os olvida lo que hacéis en esta existencia humana presente, ¿cómo vais a recordar que habéis vivido otras veces? Ya que en otros cuerpos habéis morado. ¿Qué habéis enviado a los hombres al cadalso, al sacrificio, a la hoguera y por vosotros mismos han sufrido y han llorado? ¿Creéis acaso saber la Verdad, vosotros investigadores de la Verdad? Pues bien, vengo a vosotros los encadenados por la Ley. Todos vosotros sois encadenados y la mayor parte de vosotros, estáis doblemente encadenados; decidme: ¿qué habéis sido en otros tiempos? ¿Qué habéis hecho en este mismo tiempo en que vivís? ¿Reconocéis que sois pacíficos y humildes? ¿Reconocéis que vuestro corazón es noble y generoso? ¿Qué hacéis beneficios, desinteresadamente? ¿Sabéis perfectamente bien, si lo que hacéis, lo hacéis con amor y humildad?
15 Entended, amados míos: que el beneficio, es la acción unida a la humildad. Cualquier acto que sea acción benéfica, debéis unirlo a la humildad, a la servicialidad.
16 El humilde es tolerante, el sereno es grande. Entended estas expresiones para que caminéis conmigo por el sendero que os ha de llevar a tomar agua de la fuente sagrada y en esa agua encontraréis la dicha que buscáis, la luz de la inmortalidad en la eternidad.
17 Por eso a vosotros vengo yo, encadenado a vosotros que siempre pedís y deseáis y que decís: ¿por qué no se me concede esto o aquello, si yo no hago ningún mal? ¿Sois sincero con vos mismo? ¿Estáis seguro, de que no hacéis ningún daño a los demás? ¿En qué no causáis ningún dolor a vuestros prójimos? Si es así, entonces os habéis olvidado: que no hay una lágrima injustificada y que todas vuestras lágrimas son por un motivo dado por vosotros anteriormente.
18 Otros me decís: Cristo amado, mis facultades se han adormecido, tú me has dicho que recibiría y no he recibido. Y yo, os pregunto: ¿habéis sido en todos los momentos de vuestra existencia humana: sumisos, humildes y obedientes? ¿Habéis dado a vuestras facultades, la oportunidad de desarrollarse y sobre todo, las habéis acompañado de la humildad?
19 No estáis de acuerdo con vuestro espíritu, amados míos, la materia que expresa la parte inferior del hombre mismo, la mayor parte de las veces, hace pedimentos muy distintos a los del espíritu.
20 A veces me decís: señor, éste es para mí un tiempo magnífico porque me estás haciendo grande a través de la materia eso dice vuestro espíritu y vuestra materia, dice: el Maestro no ve mis sufrimientos, ni mis dolores, no escucha mis plegarias, me tiene pobre y enfermo; y todo lo que había de esperar de él, lo que él ha dicho que me daría, aún no viene a mí. Malo es este tiempo para mí.
21 El espíritu en la alta conciencia, sabiéndose encadenado a la Ley por las existencias humanas anteriores, que no podéis negar más que por la turbación y por la influencia de la materia, sabe que sí ha vivido en otros cuerpos y que la negativa sólo es de los labios; pero no a la luz de la conciencia, en ella reconoce que ha vivido así. Y mientras vuestro espíritu sabe que está pagando con sufrimientos, tiempos pasados de error y sabe además que es un tiempo bueno para él; vuestra materia rebelde, inquieta, se levanta altanera y exigente; y las dádivas espirituales, se niegan a los que exigen; éstas vienen cuando las almas sencillas, humildemente dejan todo a Dios. Entonces vienen más pronto de lo que se les espera.
22 Yo os dije: que pronto tendríais vosotros sí; mas vosotros ¿acaso habéis hecho lo que está de vuestra parte para que mi palabra se cumpliera en vos? ¿Habéis cumplido, todo lo que está de vuestra parte? ¡Ah, pueblo mío! De cierto os digo: que toda la culpa la tenéis vosotros y os digo que por eso vengo, para iluminaros con mi palabra y levantar vuestro ánimo, para deciros que no culpéis ni al Padre ni a mí de los efectos que vosotros provocáis.
23 El espíritu en su grandeza, dice que es un buen tiempo para él; pero el hombre materializado, en su bajeza, reclama y exige. ¿Qué entiende éste? ¡Ni vosotros mismos! Si pedís por vuestros propios méritos, poned en la balanza de las existencias humanas pasadas, vuestras faltas. ¡Criminales de ayer! ¡Yo os bendigo! Criminales de ayer, yo os conduzco, yo os ilumino, os habéis olvidado de vuestros crímenes y sólo recordáis hablando de virtudes.
24 Amados, ¿estáis capacitados, tenéis algunos medios para sentir lo que sois y no lo que no sois? Meditad por un tiempo en silencio, atraed con precisión a vuestra conciencia los recuerdos pasados y conoceréis a base de estudio y más estudio de vosotros mismos, lo que habéis sido en anteriores existencias humanas; y entonces, os dará repulsión, asco de vosotros mismos, horror de vosotros mismos y sabréis que las palabras que no llevan en sí la savia de la Verdad, son frases que se pierden en la bruma, donde se pierde vuestro querer, vuestro sentir humano; porque vuestro sentir y vuestro amor espiritual no se pierden ni en el mundo ni en la bruma.
25 ¡Oh celo! Estado superior de conciencia glorioso que escondido estás en el hombre morador de la tierra. Eres para los hombres: promesa, dicha, consuelo, vida y el hombre te lleva dentro y te niega. Te niega, como niega sus crímenes pasados. Te niega, porque el hombre niega los bienes que recibe y lo malo que hay en él.
26 La mayor parte de las veces, habláis mucho de vuestros dolores; pero no habláis de las provocaciones que hacéis para recibir estos dolores, porque vosotros mismos provocáis las manifestaciones de la Ley que van directamente sobre vosotros y sobre vuestras existencias humanas y siempre culpáis al Padre y a mí de que permitamos todo lo que os pasa y no tengamos piedad ni misericordia en el destino del mundo. ¿Quién está destruyendo su mundo? ¿El Padre? ¿Yo? En verdad os digo que vosotros mismos; y reclamáis al celo injustamente, al Padre y a mí, de los actos que vosotros mismos hacéis. Vosotros mismos destruís vuestro mundo. Sois destructores; y reclamáis, como si fueseis constructores y como si el Padre no os tuviese el amor que os tiene, humanidad amada. El materialismo de vuestra carne, os ciega; y aún nada valiendo, os envanece.
27 Este mundo, este planeta, donde los artistas han puesto su arte, los filósofos su filosofía, los científicos su ciencia, ¿qué sería si por un momento solamente el Padre obrase por la Ley de equidad y enviase un solo elemento? Terminaría vuestro mundo, dejaría de existir en unos cuantos minutos de vuestro tiempo, materialmente hablando. Terminaría el mundo que habitáis. Vendría el fuego y todo quedaría destruido. Vendría el agua y todo lo arrasaría, la tierra, se estremecería fuertemente y el arte, la filosofía y la ciencia quedarían siempre preguntándose, impotentes, como eternos investigadores de los órdenes establecidos por la Ley suprema. ¡Cuánto os contestaría yo en vuestra impotencia! Pero es el Padre el que os espera, el conservador, el que se deja llevar por el amor para que no entren aquí en vigor las manifestaciones materiales de la Ley divina, basta con que éstas estén siempre acompañadas de las emanaciones del amor para que tengan misericordia.
28 En verdad os digo: que uno solo de los elementos terminaría vuestro mundo en unos instantes. De los elementos que vos conocéis aquí, porque no son los únicos que existen en el universo, ni los conocéis todos. Os falta mucho por conocer y en este tiempo de confusión, yo os digo: he aquí el amor del Padre que conserva todo, que os permite vivir más para conocer más, que como no escucha vuestras blasfemias, y si las escucha, las escucha como los caprichos de un niño enfermizo, como palabras de un pequeño en las que no hay que fijarse, como vos escucháis, en las palabras de vuestros hijos pequeños, las peticiones que no tienen razón de ser, los reclamos injustificados, las violencias de un niño, así el Padre os escucha a vosotros, porque de cierto os digo: que todos vosotros, tenéis un pasado. Pero, ¿qué pasado es ese? De cierto os digo: que blanco no es, armonioso tampoco, tampoco ejemplar ya sabréis pues, cómo es vuestro pasado.
29 Cuando vine al mundo manifestándome en un cuerpo propio, humanizándome para vos, humanizándome; puesto que cada ser viene dejando su estado espiritual de su naturaleza, también espiritual, para humanizarse, cuando estuve aquí entre vosotros algunos me pedían pruebas, aquellos que tenían menos méritos, los que creían tenerlos porque no veían sus existencias humanas pasadas, y me volvían a pedir señales y yo se las daba; pero hasta cierto punto, hasta cierto momento, después ya no; porque para el buen entendedor: comprende las expresiones en su altitud, en su amor, en su grandeza pero para aquél que se encuentra temporalmente ofuscado, como lo estaréis todos vosotros en distintos tiempos, nada será bueno, nada claro, nada lógico ante vuestros ojos; aunque en sí, todo sea bueno.
30 Tiempos de ofuscación tendréis todos vosotros. Tiempos de amor y de desvío. Tiempos de calor y de frío, tiempos de mansedumbre y tiempos de rebeldía. Tiempos de sumisión y de desobediencia. Tiempos de materialismo y tiempos de espiritualidad tendréis vosotros, pasaréis por ellos. Mis mismos aparatos humanos influenciados por dudas y duras pruebas, pasarán por todo eso, ¿qué será de aquellos que no son mis aparatos? ¿Qué diré a este respecto, pueblo mío? Yo me sirvo de ellos, he dicho, para dar a cada hombre lo que cada uno necesita y me manifiesto como cada uno me pueda recibir. En los despiertos como me pueden recibir; en los estáticos según su desarrollo de mediaunidad.
31 Y algunos decís: Maestro, ¿y si no fueras tú, si fuera la influencia de la facultad en su estado anímico? Y yo os digo: abrid vuestros ojos, fijaos lo que os voy a decir, que al fin diréis de igual modo que si no os contestase, porque nunca os tengo contentos y ¿cómo tener contentos a aquellos que yo he amado tanto y que sigo amando, si hasta los escogidos pasaréis por tempestades y turbaciones? Pues bien, fijaos: ¿qué sería aquello que pudiera impedirme contestarle a un pueblo que me llama, que me invoca? ¿A un pueblo que me necesita? No es la facultad que trabaja la que me implora, es un pueblo entero. Y así se cumple siempre lo que os digo, que: “cuando estuvieseis dos o tres reunidos en mi nombre, yo estaría entre vosotros” si por uno, mi amor responde, ¡qué será por 200 ó 300!
32 Pues bien, todo individuo, toda facultad, sea intuitiva, sea vidente, sea un sujeto hipnótico o sugestionado, yo lo aprovecho, ¿qué será para mi de imposible en él, la comunicación? ¿Qué? Si por encima de todo está el mismo ser que me llama, la misma facultad que me implora, y por la que yo soy libre de emitir mis pensamientos.
33 En estos momentos, amados míos, no os reprendo, es la clase que esperabais, es el amor que viene a daros enseñanza, esperando que la experiencia y el tiempo diga lo demás y os dirá que soy yo.
34 Si ponéis aquí tres hermanos vuestros; uno, con facultad de mediaunidad; otro, que tenga facultad de autosugestionarse; y el otro, despierto, a estos tres seguidores míos les llamaría a la iluminación momentánea y de acuerdo con su preparación, en este momento, sería mi vibración en los tres, en el de mediaunidad, en el despierto y en el autosugestionado; y después de esto, prueba sería mi poder, mi amor que lo envuelve todo y nunca dejo a los pueblos, llamándome, siempre y en todo momento está el influjo del Maestro de Cristo, brillando en el mundo para vosotros, amados míos.
35 Para mí, nada hay imposible dentro del orden del amor divino y me sirvo de todos para mi propia manifestación. ¿No sabéis que el único imposible que hay es que me apartéis de los pecadores? Vosotros os unificaréis en consejo, si queréis, probaréis a mis instrumentos humanos si os place; pero por estos instrumentos vendré a vosotros y declararé que es imposible apartarme de los pecadores. Fijaos bien: si no me apartasteis de los pecadores cuando me disteis muerte al cuerpo, ¿cómo me apartaríais de vosotros cuando me necesitáis tanto en estos tiempos, para libraros de vuestras propias confusiones?
36 Cuando quisisteis apartarme de vosotros, primero regasteis flores en mi camino, diciendo que me amabais, diciendo: ¡hosanna, bendito el que viene en el nombre de Jehová, Dios nuestro! Y poco después pedisteis el derramamiento de mi sangre. Destruisteis mi cuerpo, derramasteis mi sangre; pero la esencia de amor de Jesús, el Cristo, contesta desde la altura, fijaos bien, desde la altura de la espiritualidad; pero no contesta como vosotros creéis o queréis, contesta de acuerdo con la superación y preparación de los hombres, de acuerdo con su necesidad. Lo que es imposible para vos, es muy posible para mí. Lo que es posible para vos, es mayormente posible para mí.
37 Estoy con los hombres porque soy sol eterno de amor y si vosotros decís que me amáis y me llamáis, basta con esto para que me tengáis entre vosotros a través de una verdadera irradiación.
38 Amados, no hay algo que pueda separarme de vosotros, ni vuestra indiferencia, ni vuestro desamor, ni vuestra negación. ¡Me necesitáis tanto, pecadores amados! En la guerra de ideas, en la niebla de la mente, en las agitaciones del pensamiento, me necesitáis tanto, que de cierto, no sería redentor si os dejase.
39 Si un hipnotizado o un autosugestionado me llamase, con él estaría. No hay varón o mujer, niño o anciano que me llame, que a su llamado no responda. ¿Creéis que dejaría mi amor de escuchar a este pueblo que me está escuchando? Si él me llama, vengo yo a él a través del pensamiento. Vengo para manifestaros la grandeza infinita y sublime del poder del amor que todo lo puede, que todo lo vence, que sabe buscar y encontrar al hombre, que sabe obtener el alma para elevársela a Dios.
40 Vos seréis muy indigno, mi pueblo, habéis sido hasta criminal; pero nunca habrá una razón poderosa ni siquiera vuestro crimen; ya que el amor no ve vuestro pecado y nada habrá que me aparte de vosotros cuando tanto me necesitáis.
41 Hipnotizaos los unos a los otros y os apartaré y os llevaré más allá de ese fenómeno y me aprovecharé de vosotros. Vosotros tenéis vuestras actividades y vuestros propósitos; mas yo, tengo los míos.
42 He aquí, todo lo que os predije se está cumpliendo, pueblo, ¿habéis escuchado que cuando habla un marcado, que os dice palabras substanciosas, que tiene pensamientos elevados, cuando a uno le ha tocado preparar sus facultades espirituales? ¿Habéis escuchado, pueblo, cuando un marcado os dirige la palabra, habéis sentido que su palabra está llena de altitud, de espiritualidad y os agrada? Entonces, se está cumpliendo lo que dije a mis marcados, les dije: por vuestros labios vendrá mi luz y mi palabra en floración, sea en intuición o inspiración. Mas o menos ésta es la idea, no importan las frases sino su esencia y sentido.
43 Por merecimientos de ellos, han mejorado la condición de sus facultades espirituales que llegarán con el tiempo a ser facultades superiores. Cuándo no se mejoran en vosotros las condiciones, ¿creéis que he faltado al cumplimiento de mi palabra? Estas facultades se han mejorado porque al buscar mis cátedras, leer, estudiar, escoger, arreglar, corregir y limpiarse para hablar, se busca al Espíritu que viene de mí.
44 Más yo os digo que se está cumpliendo lo que os dije. La palabra de mis marcados tiene substancia, tiene esencia y cada quien sabe que ha mejorado y que ha recibido de mí, algo que antes no tenía. ¿Creéis que hablar concientemente no es una facultad superior? ¿No sabéis que su propio espíritu así me lo ha pedido?
45 Su propio espíritu, me ha dicho: Maestro, viene la guerra de ideas cada vez más cruel, más dura, nada tengo en mi vida y quiero seguir siempre tu doctrina, concédeme una facultad superior, que no tenga que dormirme para decir tu palabra y he aquí, no os ponéis de acuerdo con las peticiones, que el que pide se le concede; sólo depende que sepáis pedir para el espíritu, porque en muchas ocasiones ya os he dicho: “hay un tiempo benéfico para el espíritu y para la materia, no.”
46 ¿Amados míos, tenéis vosotros algo que decir, después de todas estas aclaraciones? A vos, corazón amado, que no venís a exigir algo, más que a dejarme vuestro llanto, vuestras lágrimas, que venís de decirme: Cristo amado, que sabes mis penas, mis amarguras, tú que en el reino de la Verdad tienen tu sitio, ¿dime, Maestro, qué voy a hacer? Mi compañero me ha abandonado, me ha dejado.
47 Escuchad amados míos, yo os he hablado por la conciencia; mas, los hombres equivocan mis mensajes, no saben interpretar lo que yo hablo por la conciencia y de cierto os digo que los hombres interpretan mi mensaje a su voluntad, a su conveniencia.
48 Los hombres no me entienden, se fijan en una paja y destruyen toda la esencia y la importancia de mi doctrina y de mis mensajes, se fijan en lo pequeño y desatienden lo grande. Cuántos vienen aquí para hacerme peticiones personales o agradables para ellos. Cuántos vienen a mí, para pedirme que les dé cien para ellos dar cinco. Cuántos vienen aquí para preguntarme cómo sacar las monedas enterradas. Sin embargo, yo no contesto a caprichos humanos que las manifestaciones de la Ley no permitan. Yo no he venido a contrarrestar los mandamientos de la Ley: he venido, a que se cumplan.
49 Pedid el bien en todos si sabéis esperar sin exigir, porque el exigir dilata los acontecimientos favorables. Y recibiréis amados míos, tened la seguridad que desde este momento, os sentiréis fuerte en vuestros pesares y fuerte en vuestras luchas.
50 Yo no vengo a entregarles a los varones: mujeres ni a las mujeres: varones ni vengo a entregar: riquezas materiales yo vengo a entregaros, los bienes del espíritu; lo demás, lo buscan los seres humanos y después dicen que les doy, lo que ellos toman por sí mismos. ¡Falsos intérpretes de mi amorosa palabra y de mi mensaje! Y aun así, Dios se apiada de vuestras hipocresías.
51 Pueblo: ¿habéis escuchado bien, lo que os he dicho? ¿Que no vengo a regalaros cosas profanas y que no sois vosotros, los que vais a rebajar mi mensaje? Vosotros, buscáis las cosas a vuestro capricho; el Maestro de maestros, os trae lo del espíritu y no lo de la materia.
52 ¡Ay, de vosotros, amados míos! Que os hacéis acreedores a la Ley; y decís todavía: el Maestro, me da esto que no merezco, el Maestro me manda esta prueba.
53 ¿También os mando por prueba, que comáis pan blando en vuestra mesa? ¿Es acaso, esa mi prueba? No hay pruebas, más que la Ley en acción recíproca. Las interpretaciones equivocadas, están en vosotros. ¡Resignaos! Dejad que las cosas, vengan así. Dejad que se confundan las voces de su materialidad, con las voces de mi evangelio; que cada quien, responderá de sus causas. Mas, yo os consuelo. ¡Tomad de mi fortaleza y de mi luz! ¡Bendito seáis!
54 De cierto, os digo pueblo amado, que mientras algunos de vosotros, andáis buscando pretextos qué poner en mi obra; mientras los hombres, se disculpan ellos y culpan a mi obra, no son verdaderos cristianos de fe arraigada.
55 El verdadero cristiano que tiene la fe del espíritu, arraigada, sabe que mi doctrina es alta y elevada, grande y verdadera y que nadie puede ayudarle que la ame y la sienta en el corazón; pero dejadles que no se acerquen, mi amor todo lo conoce y en estos momentos, voy a ellos.
56 ¡Ah, mis pequeños! Que estáis enfermos, y desorientados, si no buscarais pretextos en los demás, seríais más fuertes; pero, de cierto os digo, que: débil es, quien busca pretextos ajenos.
57 ¡Tomad mi fuerza! Pero no la rechacéis, porque es un mal para vosotros mismos y cerraríais las puertas al influjo divino, de la piedad y la misericordia. Sentid mi corriente y no dudéis más, para que poco a poco vuestros cuerpos respondan a la salud, porque de lo contrario ¡ah! Mi pueblo, ¡cuán grande sería vuestra niebla! Si Jesús, representando al hijo, hubiese pedido al Padre, tanto como vos exigís, ¡no hubiera servido para la divina labor! Yo Cristo, a través de Jesús, jamás exigí al Padre. Al Padre, siempre lo obedecí y lo obedezco. ¿Quiénes sois vosotros para culpar a los demás?
58 Pueblo mío, siento dolor por vuestro dolor, tristeza por vuestra cuita. A vos os bendigo y os amo; y recibid cada uno, lo que cada cual pueda recibir de acuerdo con su voluntad; pero jamás, vuestros labios digan: ¡yo me he desanimado porque los demás me han desanimado! Trabajad como buen cristiano y no os incumba jamás la opinión ajena. ¿Acaso no habéis recibido, testimonios abundantes? Entonces, ¿por qué dudáis? ¿Por qué desconfiáis? Seguid en el camino recto, en mi doctrina; y si los demás se entretienen, dejadles en su libre albedrío; que si llegáis cinco mil años antes, ellos llegarán cinco mil años después. Dejadles que cada uno, siga su camino. A todos os bendigo y os amo. ¡Benditos seáis vosotros, en el nombre del Padre Celestial!
59 Os repito, amados, a vosotros, los que tenéis algún reclamo del corazón; yo pregunto, al cerebro; yo os escucho, pensamientos, a vosotros os escucho: mencionáis a vuestro hermano doctor que habla de la subconsciencia y yo digo al doctor que entre vosotros está, que si cree que la subconsciencia es una barrera, un obstáculo por el cual no pueda yo pasar sobre ella, para comunicarme con vosotros; ¿qué no sabéis, que el iluminador de la materia, del espíritu, de la conciencia y de la que llamáis subconsciencia, soy yo? Y que, ¿sin mí, nada pueden hacer todas ellas? Yo soy el iluminador de lo uno y de lo otro; y la prueba tenéis, de que todo lo domino, en que estoy dando mi mensaje por una facultad que dice y afirma lo contrario a lo mío, a lo verdadero. ¿Cómo podréis vos, impedir mi comunicación? ¿Cómo podréis vos, separar a los hombres de mi mensaje? Suponiendo que quitéis la subconsciencia, quedaría sola para interpretarme a mí. No es ella, la que hace por si sola; es el Maestro el que actúa, dominando al espíritu y a la materia. No es solamente ella, ¿no veis mi amado, que si así se creyera de mis aparatos, se les pondría en un verdadero trono de poder y sabiduría, de amor y de ejemplo? ¿No veis que su modo de pensar, es distinto a mi evangelio? ¿No habéis comprendido que por encima de todo, estoy yo? Todo, es muy poca cosa para que yo no pueda vencerlo. Todo, lo vence el amor.
60 Os voy a dar una prueba más, os voy a permitir que hagáis una prueba, no obligo vuestro corazón a ser más fuerte vuestra fe, que pongáis vosotros a las facultades, a las que elijáis, en este estado de subconsciencia o sugestión; y comprobéis que de ese estado, yo las paso al otro, al mío, donde soy yo y no vosotros. Vosotros tenéis para la investigación de buena fe, las puertas abiertas y os podéis desengañar que no habrá algo que impida mi comunicación, porque mi amor está muy encima de todas las manifestaciones que vosotros juzgáis con relatividad.
61 ¿Por qué no nos haces mejores? Dicen vuestros labios. ¿Por qué no atiendes las súplicas, de la humanidad doliente? Voy a hacer una pregunta al pueblo, para vos pueblo, vos que conocéis mi obra: ¿tiene mi obra algo en desacuerdo con la razón, con la justicia o con la más alta moral? Pueblo: ¿no habéis mejorado, en vuestra manera de ser, desde que escucháis mi palabra? ¿Sois el mismo de ayer, mi pueblo?
(Testimonio eliminado)
62 Allí tenéis varón, de los labios de los discípulos la respuesta a vuestra pregunta. ¿Creéis acaso que yo, he abandonado a esos seres amados? ¿Creéis que no estoy, unificado a su dolor? ¿Y sabéis lo que se está preparando para ellos, si son obedientes? ¿No veis que ellos mismos pueden cambiar el curso de su vida, con su propio proceder? ¿Sabéis que por uno de ellos, sería yo capaz de atravesar el universo, para que uno de estos no se me perdiera? Fijaos si no les amo, y si mi amor no les prepara algo mejor. Nadie de vos, pueblo, puede saber lo que viene para ellos.
63 Me acusáis de los hogares, del modo de vivir de los guías y de mis apóstoles y demás marcados. ¿Qué también, yo voy a cargar con vuestros errores? ¿Por qué entonces, no los remediáis vosotros mismos? Si vuestra ceguera, vuestra obstinación y rebeldía hace sufrir a cuantos os rodean, ¿soy acaso culpable, de que tengáis disgustos en vuestros hogares? ¿Soy acaso culpable, de que sigáis sosteniendo una lucha con empleos bajos; decís para la categoría espiritual de un apóstol cuando sois vosotros, que en vuestra conciencia, debéis saber qué debéis necesitar para cambiar de oficio? Cambiar de oficio, pero no pidiéndolo un día y buscándolo un mes. Imprimid vuestra voluntad, vuestro deseo en cambiar oficio y buscadlo un mes, dos, ocho, diez, que el que lucha triunfará. ¿Por qué me estáis culpando, de todas estas cuestiones humanas? ¿Soy yo culpable acaso que vosotros hagáis los negocios que os place hacer, para ganar el pan? ¿Vais a confundir lo vuestro, con lo mío?
64 Si no estáis conformes con los puestos que ocupáis, buscad otros, según vuestras capacidades, vuestras aptitudes, vuestros deseos. Encontrar el remedio, a vosotros os toca. En vosotros está la culpa, mis amados; las culpas son vuestras, ¡tomadlas! La parte elevada, es mía, ¡reconocedla! Haced tres porciones: vuestros defectos, vuestros desacuerdos y lo mío que es grande y perfecto; pues bien, lo que no se cumple, vosotros, lo retenéis.
65 Cuando un mensaje viene y la facultad no puede tomarlo o interpretarlo justa o fielmente, tomadlo como falla del aparato, porque vosotros exigís demasiado a los aparatos. Haced tres porciones: una, los defectos del pueblo; otra, las fallas de los aparatos; y la otra, que es mía y es grande y que por proceder de Dios, es perfecta.
66 Decís que algunos están tristes, porque la luz, no ha brillado. ¿Sabéis que esa luz que dicen que no existe; ya brilla en abundancia, para otra rama espiritual hermana vuestra? ¿Sabéis que se ha hecho? ¡Muchos corazones, están llenos de alegría! ¿Creéis que aquellos que se han negado a obedecer mi mensaje, que hicieron el mal, duermen tranquilos en su conciencia? ¿Sabéis si son felices, en su rebeldía?
67 A la humanidad, le digo: humanidad, atended a la conciencia, escuchad el llamado espiritual que a vosotros hace, pero que no llega a la carne, a vuestra personalidad, todo lo que tiene el mensaje del alma; porque todavía sois duros, para poneros en comunicación entre el cuerpo y el alma. Es necesario que os espiritualicéis.
68 Me habláis de que tengo a las sectas y religiones adorando figurillas, ¿acaso es esto culpa mía? ¿Acaso, yo lo ordeno? Después de esta maravillosa cátedra, ¿creéis también que es la carne la que actúa?
69 ¿Cómo os podéis quejar de una existencia humana de afanes, cuando no habéis terminado de vivir y cuando no todo es sufrimiento? No se juzgue la pena del hombre, eterna, siendo temporal y de cierto, os digo que: no debéis decir que no se ha cumplido lo que yo dije esperad, ya se cumplirá todo lo que yo he dicho.
70 ¿Acaso podéis, alguno de vosotros retroceder ya a las existencias humanas pasadas, para saber lo que habéis hecho? Los unos y los otros, criminales duros y crueles con vuestros semejantes habéis sido. ¿Acaso ya podéis saber quién habéis sido, antes de hablar de méritos? Todavía os falta preparación.
71 Os comportáis como el hombre que buscaba en una gran pieza llena de paja, semillas de oro y en aquel lugar encontró tres; mas él creyó que había toneladas y no apreció aquellos tres granos de oro. Así sois vosotros, aquella abundancia de paja es la parte baja, la parte vana de la humanidad, no sabéis apreciar los granos de oro de mi enseñanza y sólo os referís a las toneladas de paja, confundiéndola con oro.
72 Vosotros habláis más de los méritos que de los crímenes de vuestro pasado; y decís: yo no me acuerdo haber vivido en otro cuerpo. ¿Cómo es entonces, que hay niños que sufren desde que nacen? Si creéis y aceptáis que solamente el pecado es castigado, ¿en qué han pecado, esos inocentes infantes que acaban de nacer y que están sufriendo? ¿No es lógico pensar que han vivido en otras existencias humanas y están pagando, algún saldo amargo de su propio proceder? ¿Qué ha hecho un niño que nace paralítico, que nace mudo o ciego? Si no vive aún en pecado, si no comete faltas, ¿cómo es que desde niño, sufre? ¿No es lógico pensar que salda cuentas de existencias humanas pasadas? La verdad es ésta, pues estos niños que sufren sin haber pecado, están pagando faltas ajenas, a esta existencia humana presente; mas, las faltas son propias del espíritu, cometidas en otras existencias de ese espíritu en otros cuerpos humanos.
73 Quiero que me digáis, si alguno de vosotros se siente con méritos para recibir dádivas; y si vuestros méritos, son mayores que vuestras faltas y equivocaciones. A una mente, le contesto: las manifestaciones fisiológicas de que me habláis, están dentro de lo casual del espíritu que evoluciona; no busquéis dentro de lo causal, las lágrimas que están dentro de lo casual. Y estas cosas fisiológicas, están dentro de lo primero; y estas otras que vos mencionáis, están dentro de lo segundo, son las inferiores. La fisiología, no es sino efecto; y la causa, está por encima de la fisiología.
74 No es la estrella errante y sola en el infinito, la que sostiene su colaboración poderosa; es la estrella, acompañada, de la fuerza de las otras estrellas que colaboran en el gran cosmos.
75 Así os digo: no son los padres, los que han engendrado porque sólo ellos lo han querido, es la Ley la que coloca a los seres con determinados padres, para que reciban aquellos, lo que han de recibir. No reparten los humanos, la repartición viene de lo alto. Me pedíais luz; y os doy luz, en la palabra.
76 He sido aquí entre vosotros, pero he sido por irradiación o sea que sobre todas las ciencias vuestras, está la espiritualidad, las fuerzas espirituales. Por encima de vuestras filosofías, por encima de vuestros conocimientos, de vuestras palabras que propusisteis, están otras manifestaciones desconocidas aun para vosotros, muy superiores. Vos conocéis de vuestro mundo y lo conocéis mal, ¿cómo queréis entonces conocer bien, lo del más allá?
77 Así pues, amados míos, que en vosotros está gozar de lo que yo os he prometido y en vosotros está entenderme que yo no abandono a ninguno.
78 Un sordo, a pesar de que esté entre millares de hombres que griten, ¿puede culpar a los demás de no oír nada? Muchos se quejan de que no les respondo, cuando ellos han ensordecido sus conciencias; y no me oyen, cuando dulcemente les atiendo.
79 Todos vosotros tenéis que pasar por un tiempo de ofuscación, desde los intérpretes de mis pensamientos, hasta los nombrados altos y bajos. Por eso no os culpo de todo; pero sí tenéis la mayor parte de culpa, al permitir que os domine la parte humana.
80 Se acerca de nuevo el tiempo que vosotros llamáis cuaresma, en el que conmemoráis el recuerdo de mi existencia humana en la tierra. En el mundo tomé doce apóstoles; de los doce, elegí a tres y de los tres, a uno. Y ninguno de ellos se libró de la ofuscación temporal. Los doce tuvieron ofuscaciones desde el momento en que me negaron y confundieron sus manifestaciones humanas con las mías, diciendo así: “señor, vayámonos, huyamos, que vienen a aprehenderte.” Jesús, era más grande cuanto era más desconocido. Ellos ignoraban mi sagrada misión y por eso se expresaban así. Al hombre, hay que dejarle la libertad de acción.
81 Estos apóstoles del Tercer Tiempo, son iguales a los otros y todos tienen su tiempo de ofuscación. Aquellos, no eran sabios; y vosotros, tampoco.
82 Y siendo así, escogí a Judas; y también me dijeron: “¿por qué escogiste a Judas?” precisamente porque yo sabía lo que ellos ignoraban, escogí a Judas, porque yo lo necesitaba, porque él reunía las condiciones que necesitaba para el plan divino. él se dejó influenciar por el torbellino de las voces, entró en confusión cegando lo grande que había en él.
83 Por eso, pueblo mío, debéis disculpar, amar y orar por mis apóstoles de este tiempo, porque de cierto os digo que estos son como aquellos, ni más ni menos. Tienen su violencia; pero en el fondo, tienen su tiempo de quietud. Ellos me aman; pero son rebeldes por un tiempo.
84 Ya os he dicho, pueblo mío, que por uno de vosotros, atravesaría el universo, si por mi estuviera, para buscaros, porque mi amor no tiene medida. Fijaos, pueblo, no hay uno solo de vuestros ¡ayes! De dolor o de vuestras cuitas que no llegue hasta mi Ser, ¿y todavía, decíais que no sois escuchados? Por eso, yo he estado entre vosotros; y os digo: aquellos apóstoles son como vosotros, humanos; y mis aparatos, o sea los intérpretes de mi palabra, los que sirven de mediaunidad para mi vibración, solamente tienen facultades para esto; pero son también como vosotros, que saben dudar hasta de mi palabra, a pesar de que yo estoy en ellos y por ellos. ¿Y creéis que la subconsciencia humana, es tan fuerte que mi palabra no fuera capaz de dominarla?
85 Es verdad, que cuando las facultades o pedestales no se entregan a mí, no pueden transmitir bien mi mensaje. Por eso os dije que hicierais tres partes: la parte elevada que es la mía; los errores y fallas de los aparatos que no son perfectos; y la otra parte, es vuestra, también de error e incomprensión. Y no olvidéis al contar las fallas, contar también los aciertos; ya que no quitáis la paja para descubrir el grano, tomad al menos vuestra parte; dejad a ellos la suya; y ved que la mía, es grandiosa. Así, os evitaréis confusiones.
86 Sois: victimas de vuestros propios hijos, acondicionadores de mentes, creadores de fantasmas en desiertas noches, cadena que forjáis de las pasiones y después buscáis un redentor a quien decirle: ¡respóndeme de esto! Mas yo, os digo: benditos seáis en el nombre de mi amor y coloco en vuestro corazón, la luz de Cristo.
87 En verdad, os digo: que nada se opone, amados míos, a que tengáis que pasar, como algunos habéis dicho por cincuenta reencarnaciones; puesto que los que escuchan serenamente, tienen la libertad de acción; ninguno dejará de respetaros, porque de cierto, os digo que en mi amor se reúnen todos; y ahorita en este momento, se os van a facilitar algunas aclaraciones y entonces, habrá para vos la orientación que buscáis.
88 Pluma de oro, amada mía: dad una copia de esta cátedra para que lean todo esto a vuestros hermanos; para los que juzgan que es toda su existencia humana, tan sólo una parte de la misma. He ahí el error, la equivocación humana. Dadles a vuestros hermanos para que lean y comprendan, para ellos, es mi luz. Estudiad en mi obra, poco a poco; y no os dejéis llevar, por la suposición ajena.
89 No tenéis vos la culpa de juzgar fríamente, pero estáis en vuestro derecho de analizar para desengañaros que en cada cátedra interesante, al hablar de conocimientos al alma de la humanidad, allí está la luz.
90 Tomad las cátedras, que aunque creáis que dicen poco, comprenderéis que ninguno de estos hermanos vuestros, podrá tener los bellos conocimientos ni la ternura que ellas encierran. Analizadlas, juzgadlas fríamente, aunque duréis un año o dos. Leed, volved a leer, volved a buscar, esto os ayudará; que no estáis obligado, a pensar como los demás, ni de aceptar lo que los demás aceptan.
91 Yo, os pregunto: ¿por qué vosotros pensáis que todas las facultades tienen el deber, la obligación, de daros mensajes de perfección? ¿Es que acaso sois con ellos, verdaderamente comprensivos para ayudarles? Ayudad a vuestras facultades, dadles cariño, comprensión y entonces recibiréis mensajes superiores. Juzgadlas, sí, pero también disculpadles que son humanos.
92 A veces los instrumentos no están en condiciones propicias para transmitir un mensaje, para interpretar mis pensamientos; reciben mi vibración, pero por momentos tiene interpretaciones equivocadas; ellas están tristes o angustiadas porque se encuentran en el banquillo de los acusados. Dejad la parte que le corresponde a la parte humana de ellas, a ellas; la esencia divina, a mí; y los errores vuestros, a vosotros.
93 Seguid pues, estudiando; pero decidme, ¿cuál de vosotros, sería capaz de negar la grandeza de las cátedras y al Maestro que está allí? Leed ésta y las otras; y encontraréis en ellas, lo que el alma busca.
94 Pueblo, seguid vuestro camino por el sendero de la serenidad y del estudio que vos queréis; yo estaré con vos, por doquiera que estéis. ¡Pensad! Que quiero que penséis. En dondequiera que pongáis los ojos, os responderé; pero cuando entréis en ofuscación, no me culpéis. Mi amor es con vosotros, mi cariño es con vosotros. He estado con vos, para traeros lo que vuestra alma necesita.
95 ¡Hablad, mujer! Y no toméis para vos, esa palabra dura, que vuestro Maestro entiende que sois humanos y a todos les comprende y les disculpa. Me decís: que no sabéis por qué hay fallas y yo, os digo: porque sois humanos y en la humanidad, el que estuviera en perfección, no estaría ya aquí. Yo sé que ponéis vuestra fuerza, vuestro amor, vuestra vida; que exponéis vuestra existencia humana, porque estáis: enferma y aun así, venís a servirme como pedestal de mi rayo divino.
96 He allí, las lágrimas que dicen: no sean injustos, no les engañamos; no les engañamos, puesto que nada les pedimos, por lo que les damos. ¡Mirad! Estas lágrimas os contestan, más que si os hablaran cuatro días en palabra elocuente. De una, son las primeras; de otras, las segundas y de otros, las terceras. Por esto, tienen que pasar todos.
97 Un apóstol está triste porque dice que ha retardado su adelanto y esto es el fin de todo para él, lágrimas, que yo bendigo, caen como rocío en las flores de los corazones que palpitan con vuestras lágrimas; pero de cierto, os digo pueblo: ¿con qué pagaríais este dolor, este sufrimiento en la existencia humana de ellas, lo que os dan, sin pediros algo? ¿Con reclamos? ¿Con violencias? ¿Con exigencias? Deberíais amarles por lo que hacen para daros el mensaje divino, debéis amarles, porque de cierto os digo que ellos no os engañan; y en este caso, tampoco ellos son engañados, porque más allá del sueño, les responde mi otro camino; más allá del plano humano, están los míos, los planos del Padre.
98 Conocese el éxtasis espiritual desde el tiempo de los profetas; mas, el éxtasis, ha existido siempre. Hoy, sigue existiendo y a través de ese éxtasis espiritual, se interpretan mis pensamientos; unos los interpretan mejor que otros; pero de cierto os digo que todos vienen desinteresadamente a servirme.
99 ¡Ah qué grandioso sería, si vosotros tuvieseis el éxtasis espiritual perfecto! ¡Os volveríais grandes! Sería para vosotros halagador, sería algo ideal decir: ¡es mi propio ser, el que da todo esto! . Pero despertad a la realidad, sois demasiado pequeños para la grandeza que mi amor os da, que mi amor os brinda. Bajaos del sitial de vuestras imaginaciones y quedaos en paz.
100 La evolución de mediaunidad, habéis dicho. Eso es todo, la evolución de mediaunidad, fijaos bien, que hasta los más evolucionados tienen sus equivocaciones momentáneas, porque no están siempre bien dispuestos, tienen sus fallas humanas, cerebrales; y el día que no las tengan, otro será vuestro reino.
101 Pero esa hojarasca podéis quemarla con el fuego de la sabiduría que está en mis cátedras. ¿Qué es más: lo vuestro o lo mío? Repasad vosotros, para conoceros.
102 No os entregáis a mí; no os entregáis, como debía de ser, por miedo al qué dirán y por eso no habéis pasado de principiantes. Cuando os quitéis estos prejuicios, trabajaréis en todas las cátedras; mientras no los quitéis, seréis en exclusiva de la relatividad y no pasaréis de principiantes. Entregaos a mí, a vuestro Maestro, es lo único que necesitáis. Debilitados y pequeños ante lo grande, grande es mi mensaje y vuestra debilidad es extrema. ¿Se os ha olvidado que en la propia palabra, os doy la fuerza? ¡Bendita seáis, mujer!
103 Las alegrías y los dolores van juntos en la existencia humana; y quien recibiere una de estas manifestaciones, solamente le faltaría la otra y nadie se quedará sin recibir las dos.
104 Amados míos, cómo desearía que estudiases buscando la Verdad, para que supieseis que en cada alma vibro y en cada mentalidad también, para comunicarme con los cuerpos y las mentes de los estáticos; y pasar así, mis pensamientos a los pueblos, a todos los hombres que me llaman.
105 Buscad, investigad y veréis que en cada uno estoy en vibración de mi irradiación, en cada uno es mi amor, para todos es mi mensaje. Voy a todos los espíritus y sus almas; y aún decís que no os hago buenos, si siempre os estoy llamando al bien.
106 Si un Padre o un Maestro, le dice al parvulito: no lo hagas, no hagas esto o aquello y lo hace; ¿quién es, el que desatiende a quién? De cierto, os digo que vosotros me desatendéis a mí y para demostraros, no hay un solo día de vuestro tiempo que no le hable a todos los espíritus por medio de sus almas; y si todos los días os hablo, ¿por qué vosotros, no me respondéis? ¿Quién es el que no responde?
107 Pueblo, ¿creéis que pasa un día de los vuestros, en que yo no llame a cada uno y a su alma por el camino del bien? En verdad, os digo que todos los días, todas las horas, todos los instantes de vuestra vida, os llamo; sois vosotros, los que me desatendéis. ¿No sabéis que el Maestro, siempre os habla y el parvulillo no le contesta?
108 Y yo, os pregunto: ¿quién, debe llamar a quién? ¡No debía ser yo el que os llame, vosotros debíais ser quien me llamarais!
109 Sin embargo, hace veinte siglos que os estoy llamando, paciente e incansablemente; y, ¿cuál es la contestación que tengo de vosotros? Decís que no os hago el bien y no sabéis que a cada momento se opone vuestra voluntad, vuestra mente, vuestro intelecto humano, que lucha también con el mismo espíritu vuestro. Por eso, cuando el espíritu, dice: estos son tiempos buenos para mí, porque mi materia me ha purificado a través del crisol del dolor vuestra parte humana, se rebela y dice: estos son tiempos malos para mí.
110 ¿Qué vuestra alma no os dice después de una cátedra, que Cristo, que el pensamiento que se expresó en Jesús, os ha visitado? ¿Qué vuestro corazón, no palpita al ritmo armonioso de mi amor? ¿Qué mis palabras, no os ayudan para equilibrar vuestras vidas? ¿No os ayudan, en vuestras acciones?
111 Yo Cristo, al estar encarnado en Jesús, os dije: “amaos los unos a los otros” y después de haberme escuchado, pedisteis que me crucificaran porque creísteis que era un hombre malo. Y os digo: que ni un solo momento de vuestra vida, os he dejado de llamar. Sois vosotros que tenéis una cita en la eternidad con Cristo, pueblo, para responder a los llamados que os hago. Tenéis una cita con el Padre y conmigo, una cita después de vuestra existencia humana, para que respondáis de todos los momentos de vuestro tiempo; para que digáis, lo que habéis hecho en vuestra existencia.
112 El que vive sintiendo a Dios, ¿qué puede temer? ¿Cómo podrá sentirse lejos? Es una interrogación en el espacio; mas, las interrogaciones, tienen su momento para que brillen; por eso, pueblo mío, en esta noche llena de mi mensaje y de mi Espíritu, llena de mi palabra aunque lo dudéis, en esta noche en que he dominado el propio modo de pensar de la materia, el propio modo de sentir de la mediaunidad, os digo lo contrario de lo que ella, diría y sintiese. Y, ¿queréis más testimonios cuando estáis llenos de ellos, cuando todos los días de cátedra, tenéis más testimonios que lágrimas?
113 Pueblo mío, despertad que os entregaré de lo mío, porque ya se acerca el tiempo de que sepáis que todas mis palabras se cumplen. A todos entregaré a tiempo, de lo mío, siempre y cuando no trastornéis la acción del Maestro, porque sois vosotros reacciones negativas a la acción del Maestro.
114 La acción del Maestro, es toda grandeza; y las acciones y reacciones humanas, encuentran en vosotros, un campo contrario a mi deseo.
115 Si vosotros, hacéis algo que os retenga, a pesar de lo que yo os he dicho, no tiene el Maestro que responder de ello. Tenéis vosotros que responder de ello.
116 Apóstoles, permaneced en vuestro sitio y que aquellos que buscan la luz divina, cuenten con vosotros, con vuestra tolerancia; para encontrar la luz, solamente el sereno; así que todo aquél que quiera ser escuchado por la sabiduría, será sereno y humilde y sabrá contestar por mí.
117 La sabiduría es una emanación divina y Dios estará con quien sea manso y humilde de corazón y respetuoso de la Ley. Fijaos que no debéis juzgar mi doctrina ni por vuestros actos ni por vuestros ojos: debéis fijaros en la grandeza de mi enseñanza, quemad la paja y tomad el grano.
118 Y vos, mis discípulos, ¿qué tenéis que decir a vuestro Maestro, antes que retire mi vibración de este aparato?
119 Escuchad, en otro tiempo un discípulo también dijo a su Maestro: Maestro, yo en esta existencia humana no he hecho ningún mal, jamás ha llorado por mí, ojo humano. Dame todo lo que debes darme por derecho, a lo que soy digno acreedor de recibir. bien le dijo el Maestro: pídele al Padre que os conceda las revelaciones de existencias humanas pasadas, vos que decís que habéis llevado una existencia de amor y de ejemplo para los demás. Pedidle al celo que os ilumine y después me diréis cuántos son vuestros merecimientos, es decir: ¿cuánto os debe Dios? Trabajó, luchó y logró saber de su pasado. Y ¿quién era aquél? El más cruel de los inquisidores, de los criminales de otro tiempo. Y horrorizado de su existencia humana pasada, cubriéndose sus ojos, dijo: ¡qué pequeño soy! ¡Qué miserable! ¡Cómo me avergüenza mi pasado!
120 Si entre vosotros no hubiera de estos, otra sería vuestra suerte y un solo justo bastaría para salvar el mundo; pero los justos, ya no están en la tierra.
121 Desde luego, pueblo, debéis escudriñar y veréis que en las pasadas existencias humanas, no tenéis más deudas o más merecimientos que lo que conocéis, es decir más deudas y más conocimiento, de: ser deudores. ¿Me estáis comprendiendo? Qué podéis pedir, si toda la existencia de un hombre se entregase a hacer la caridad; aun así no bastaría para borrar su negro pasado. Si cada uno de vosotros, supieseis lo que habéis sido, diríais: ¡Padre, ten misericordia de mi miseria! ¡No quiero ver más! ¡Me avergüenzo de mi pasado! Por eso, debéis ser humildes y pedir al Padre, por su amor, debéis decir: ¡Padre, dame por tu amor, no por mis merecimientos!
122 ¿Creéis acaso que alguno de vosotros, después de haber escudriñado su pasado, acabaría feliz de haber logrado su conocimiento de sí mismo? Allí se sufre, amados míos; allí se llora, cuando sabéis en verdad, lo que habéis sido.
123 ¿Quién de vosotros, puede ver serenamente el pasado, sin avergonzarse? ¿Quién de vosotros, amados míos, puede insistir de esa manera, exigiendo al que todo os da por amor, no por merecimientos vuestros?
124 Aquel que crea ser entre mis apóstoles, de los mejores, ¿quisiera ver sin avergonzarse y sin sufrir, su pasado y saber quién ha sido? Entonces ¿por qué no dejáis así, los acontecimientos, mis amados? ¿Por qué no guardáis estas palabras para no empeorarlas?
125 ¿Hay alguno que quisiera saber o mejor dicho, quisiera hablar, de los bienes que ha hecho? Para que yo le responda internamente a la luz de su conciencia, de los males que ha hecho. ¿Queréis vos, pueblo, también pedir dádivas, por merecimientos?
126 En verdad, os digo, vosotros no sois apóstoles, porque seáis grandes: es el amor, el que os hace grandes. Yo os quise hacer apóstoles, pero no porque seáis grandes en merecimientos ni por vuestro propio valer, sino como mis instrumentos, no son por puros ni grandes; sino, es porque de alguien tendría yo que valerme. Por eso, os digo que os fijéis en lo que decís y os despertéis a la realidad. Buscad la Verdad, buscad la realidad y conoceréis vuestra miseria en vuestro pasado y quedaréis avergonzados, confundidos y callados confundidos y callados, sí. Esto os digo para que sepáis que la clase ha sido dada, de acuerdo a como ha sido requerida.
127 ¡Adiós, pueblo amado, adiós pueblo querido! ¡Mi paz y mi amor os dejo! Y no habrá alguno que diga: el Maestro ha venido reprendiendo y altivo y yo os pregunto: ¿acaso en la grandeza de mi amor para quitaros de vuestras falsas y relativas apreciaciones, habéis encontrado algo en mí, injustificado? Si os he hablado, así es el amor; sí, pero el Maestro, también. ¿Cómo entonces, queréis entender y conocer que estáis ante la irradiación del Maestro, a través del entendimiento humano? El Maestro, siempre será el Maestro, aunque es amor. El Maestro, siempre será el Maestro aunque os enseñe en distintas maneras. Vosotros, tomad la parte de la enseñanza que os corresponde a cada uno; y de cierto, os digo que por esto, os enseño así.
128 Pueblo, si tenéis atrición, si tenéis propósito de enmienda, si tenéis concreta y unánime voluntad de amaros los unos a los otros, en próximas irradiaciones vais a demostrar que así es. Vais a demostrarlo con vuestras obras. Así os quiero encontrar: serenos y apacibles, quietos, recibiendo con amor a todos porque de cierto, os digo: que no hay un solo ser humano que no sea amado por mí.
129 Me pedís en el pensamiento que reciba a los niños; y yo, os digo que en cátedras de los domingos, debéis acercarles ¿por qué todo lo dejáis para el día primero? ¡No recarguéis el trabajo del día primero!
130 Aguas que yo bendigo con mi palabra. ¡Benditas sean las aguas! Las flores, que son en la tierra, pensamientos de Dios; y en vuestra alma, la semejanza de la flor, es también el pensamiento de vuestro Dios. Aguas ¡benditas sean para aquellos que tienen, ya sea la fe del conocimiento o la fe del corazón! Para los unos o los otros, ¡benditas sean!
131 No bendigo monedas, porque estas sirvieron para vender al Cristo, ni los trabajos ni las colocaciones: estos son de los hombres. Bendigo los objetos que habéis traído para el buen servicio y uso que queráis darles. Guardad vuestras monedas. JUDAS sabe por qué. Me place más bendecir los corazones, las almas y por eso bendigo almas y corazones, cráneos y pensamientos.
132 Vosotros facultades: ¡seguid adelante! Y no lloréis más mi amor os dejo, mi paz os doy. Mi paz, la paz interna, sea con vosotros. ¡Luchad y recibiréis! Que siendo el humilde y el manso, recibiréis más de lo que podéis pedir. ¡Sed serenos y humildes, para que podáis merecer!
133 Que nunca el dolor os confunda, que jamás altere vuestro ánimo. Que el dolor os sirva para purificaros; y nunca, para confundiros. Que la paz, venga de la parte oculta de vuestro interno. ¡Adiós, mi pueblo!
¡Mi paz, sea con vosotros!
29. El equilibrio entre el espíritu y el mundo material
Domingo 23 de marzo de 1947
1 He aquí, al Espíritu de infinita paz he aquí, al Maestro orientador de los hombres, orientándoos en vuestros pasos, encaminándoos, mi pueblo, hacia el infinito, hacia lo absoluto, hacia la Verdad eterna.
2 Soy el orientador de los hombres que con infinito amor, vengo a enseñaros; vengo a vos, amorosamente, para que vayáis con paso firme hacia la Verdad, hacia la luz; con paso firme, sin tropiezos mi pueblo, por eso soy el orientador de los hombres, el orientador amoroso.
3 Dejaos orientar por mi amor y llegaréis hacia la finalidad suprema. Dejaos orientar con mi paz dulce y divina, y así, con esa paz y con ese amor, llegaréis, yo os lo digo: sin tropiezos, sin dolores, sin agitaciones.
4 Dejaos orientar por mí, mi pueblo, por el conocimiento que os estoy dando. Dejaos orientar por mí, pueblo, dejaos llevar hacia lo bello, hacia lo luminoso, hacia lo grande, hacia la Verdad suprema.
5 Aquietaos, mi pueblo, porque os estoy enviando corrientes de amor, influjo de paz aquietaos mi pueblo, para que recibáis estas corrientes y este influjo de paz, porque paz: es la armonía sí, pensad en esto pueblo mío; y dejad que esas corrientes penetren en vos, dulcificándoos, limpiando vuestra mente, abriendo vuestro corazón; dejad que mis corrientes benéficas de paz, cual efluvios de amor, penetren en vos, porque os las estoy enviando.
6 Dejad que estas corrientes de paz divina penetren a los hombres, porque soy la paz; la paz, es: armonía y he aquí al armonizador de las almas, al armonizador de los corazones.
7 He aquí, al custodio de la humanidad, sí, os estoy custodiando, os estoy llevando, os estoy enseñando, mi pueblo; y nada más os pido que os pongáis en estado receptivo, para que podáis recibir estas emanaciones sublimes.
8 Todo lo que de mí podáis recibir, es dado por el Padre para vos, mi pueblo y para toda la humanidad que está en el caos, que está en la guerra de ideas; para vos humano, que siempre os estáis separando de mi gran obra, de mi obra de amor, de mi obra de ensanchamiento universal.
9 Sí, mi pueblo, yo os recibo. ¡Aquietaos mi pueblo y recibidme! Recibid al que fue nombrado el rabí de Nazareth, que en estos momentos os envío mis corrientes de amor y de paz, pueblo mío.
10 Recibidme en estos momentos de dicha inefable, para que mi corriente de paz penetre en vos mismo. Porque paz, es la armonía.
11 He aquí, la paz, he aquí la armonía he aquí, el objeto de mis mensajes, pueblo mío: elevar al género humano elevarlo hacia lo infinito, elevarlo, sí: en pureza y en grandeza.
12 He aquí, el objeto de mis mensajes: despertar al ser humano, despertar a la humanidad a la realización de la divinidad de su espíritu, en él mismo. He aquí mi mensaje para despertar al hombre, a la realización de la divinidad en su espíritu, en él mismo; de elevar al hombre, al conocimiento de la Verdad; y decir al hombre: hombre, habéis emanado del gran manantial divino, del manantial supremo, sí, emanasteis de ese manantial como espíritu, así emanasteis, limpio y puro.
13 He aquí, el conocimiento que debéis tener de las relaciones entre el hombre y el manantial infinito he aquí, amados míos, el conocimiento que debéis tener de las relaciones entre el hombre y el Padre infinito, del cual emanasteis como espíritu en un vuestro principio.
14 No quiero que tergiverséis mis pensamientos, mi pueblo. Pensad y analizad las palabras que brotan de labios humanos; pensad y analizad de mis pensamientos captados por antena humana y transmitidos para vos mi pueblo, para que os compenetréis de estos conocimientos, para que os compenetréis de la relación que existe entre el hombre y el Padre Dios: relación sublime, relación maravillosa que el hombre, comprenderá; y ese día, el hombre será un maestro; y entonces, todas las demás revelaciones, le vendrán por añadidura, todos los demás conocimientos le vendrán espiritualmente en esencia pura: sin libros, sin palabras porque todo lo encontraréis espiritualmente, por vos mismo, en el libro universal abierto ante vosotros; ahí, encontraréis todos los conocimientos necesarios para el hombre; pero mientras tanto, mi pueblo, yo tengo que enseñaros.
15 Mientras no encontréis ese libro abierto, por vos mismo: ¡he aquí al Maestro incansable! Que con amor infinito, enseñando está a los seres humanos la relación existente entre el hombre y el Ser Supremo, entre el hombre y el manantial infinito; porque el día en el que el hombre se compenetre de esa divinidad de espíritu en él, entonces será un pequeño Cristo, un pequeño Maestro.
16 Mas fijaos bien: el conocimiento espiritual, debéis alcanzarlo por vos mismo, éste no se os dará por permiso o autorización externa, ¡no! Mi pueblo; vos tendréis que saberlo por el poder de la voluntad interna, nada de lo externo os lo voy a enseñar, mi pueblo ningún humano igual a vosotros, os puede enseñar de lo que vos llamáis misterios espirituales, ¡no! Nada más por la voluntad espiritual, por el poder de la voluntad interna, sólo así tendréis conocimientos y grandeza espiritual.
17 ¿Qué pensáis de esto, mi pueblo? ¿Habéis entendido de estos pensamientos que son tan necesarios, para la humanidad presente? Mis pensamientos son lecciones divinas, que debéis analizar y escudriñar, son para que la mente no se enturbie; para que se aclare cada vez más, con mis pensamientos.
18 Pueblo amado, ¡bendito seáis por vuestros pensamientos de comprensión! Por el pequeño entendimiento dado a vuestro Maestro, mas en verdad, no solamente necesita el hombre comprender; sino actuar, realizar esa divinidad de su espíritu. Sí pueblo, he ahí la realización suprema, que viene buscando vuestro Maestro, tratando de percataros poco a poco de esa sublime realización. ¡Bendito seáis! Por vuestra atención.
19 Sin embargo, seguid escuchando, pueblo: yo os envuelvo en mi paz, en mi paz armoniosa; en mi paz, que es cual mediodía dulcísima que arrulla a las almas. Sí, mi pueblo, sentíos arrullado amorosamente por el Padre y vuestra alma se conmoverá; sentíos amado por el Padre y tratad de amar y perdonar y no censurar a vuestros hermanos, ¡bendito seáis!
20 Yo, el Maestro de maestros, tengo que llevar al ser humano, a esa sublime realización, porque en estos momentos, los seres humanos se están volviendo generalizados y anulan su yo interno o espíritu, se desnaturalizan de la parte divina y creen que la existencia externa es la verdadera vida; creen que con ese bienestar externo, podrán llegar a la meta; y en verdad, os digo: que no podrá haber bienestar interno, mientras el externo quede en la oscuridad.
21 Los hombres buscan conocimientos y creen que con memorizar o aprender mentalmente una teoría, pueden encontrar ese conocimiento; y yo os digo, en verdad: sí lo pueden encontrar cuando la teoría signifique algo de la realidad y actué en conformidad con los dictados de la Ley sublime del Padre universal. ¿Habéis comprendido ese pensamiento, amados míos? A menos que esa teoría sea una interpretación correcta dentro de la Verdad, entonces por medio de esa teoría, encontrarán el conocimiento que buscan; pero si no es de esta manera, no lo encontrarán.
22 Los hombres, buscan en los libros humanos; en muchos de ellos, letra muerta es; y en otros, han sido iluminados por mi amor para escribir lo que deben escribir; y lo que ha quedado impreso, verdad es; mas, vosotros, amados míos, a la luz mi enseñanza, podéis comprender cuál es el libro bueno; y cuál es el libro, que no os corresponde. Con la Verdad de mi palabra, estáis en actitud, de poder analizar ya, cualquier escrito o acontecimiento.
23 Yo pregunto; a alguno de los míos: si tuvieseis vuestros libros, sin leer entre líneas ya, ¡cuánto os quedaría? ¿Lo bien escrito o lo mal interpretado?
24 Discípulos amados, ¡benditos sean vuestros labios! Yo os bendigo discípulos, nuevamente, porque bendiciéndoos estoy como a todos los demás, como a toda la humanidad ejemplo vivo sois en la tierra porque os saqué del cieno, rompiendo la oscuridad que os envolvía hacia la luz, hacia la paz a vos llegué y fuisteis obedientes sí mis bienamados, obedientes habéis sido y felices os habéis sentido y habéis sentido esa luz que os ha acariciado; y así, como el náufrago llega al puerto, llegasteis a mí.
25 Mas, vuestra obediencia y docilidad, permitieron arrancaros de ese cieno que os envolvía; por vuestra docilidad, llegaréis a lo que es la voluntad del Padre que lleguéis; y yo seré el custodio que os llevaré y vosotros no os apartaréis de esa luz, porque es mi voluntad. Seguiréis esa luz que es la vida. Sed cual sombra de mi luz y seréis felices, discípulos amados. ¡Benditos seáis!
26 Los hombres de hoy se encuentran en un caos, se encuentran en la guerra de ideas; unos piensan de una manera y otros quieren vivir de otra manera, haciendo uso de su libre albedrío. Yo les dejaré que actúen por sí mismos. Mientras no obedezcan mi amor, mientras no sientan el calor de mi amor, mientras no reciban mi luz, estarán en confusión.
27 Sois las ovejitas descarriadas que vengo atrayendo a mi redil poco a poco, una por una.
28 Soy el incansable, os dije ya; y en mi amor os envuelvo a todos los descarriados y a los que se acercan a mí, a los que me aman y a los que poco me aman; mas todos sentiréis de mi poder, de las corrientes de mi paz y de mi amor.
29 Sin embargo, sois aquellos hombres desnaturalizados que sólo se preocupan por su materia y que labor hace el Maestro con estos hombres desnaturalizados que siempre están en desarmonía con la vida mental y espiritual; siempre en desarmonía, nunca están acordes sus pensamientos y sus actos, nunca están acordes sus actuaciones con sus expresiones; pero con mi enseñanza, llegará el momento en que se armonicen ¡de tal manera! Que: las expresiones externas, serán la realización de lo verdadero interno.
30 Pueblo que me escucháis, mentes que poco o casi nada me comprenden; mas voy dejando la simiente de amor y de conocimiento en vosotros, que iréis poco a poco absorbiendo de esta simiente.
31 Poco a poco, iréis aprovechando de esta simiente amor y sabiduría que hoy es como semilla; mas en el mañana de vuestra vida brotará la planta magnífica porque el jardinero no se cansa, las riega con infinito amor; y ese amor, producirá su efecto en la simiente sembrada.
32 Yo escucho a uno de mis pequeños que desea hablar a su Maestro. Vos, que habéis entendido de estas revelaciones que os he hablado, de cierto, os digo: que la Verdad es absoluta, es inquebrantable, la Verdad es sublime manifestación; y vosotros, sois parte de esa manifestación distinguid las bellísimas manifestaciones en vuestro derredor y gozad de ellas.
33 Y ¿cómo haréis para encontrar esa sublime manifestación de la Verdad, como haréis para sentirla y enseñarla? ¿Cómo haréis para enseñar esas sublimes manifestaciones? Sintiéndolas porque necesitáis enseñarlas; y he aquí entonces, que los hombres ya no se lamentarán de la vida, los que dicen: es vida pesada y en verdad, les es pesada, porque no saben encontrar esas bellezas que os rodean que tanto provecho os hacen; porque, no siente n esas manifestaciones; porque, no viven ni gozan de las sublimes manifestaciones de esa gran verdad.
34 Sí discípulos, no encontráis las bellezas de la creación, porque aún en vosotros, no se ha realizado su manifestación.
35 Y voy a repetiros uno de los pasajes de mi encarnación humana en el Segundo Tiempo: he aquí, que pasaba yo por una calle en Jerusalén y había un perro muerto. A la vista del esqueleto de aquel perro, los hombres que pasaban se regresaban y hacían gestos de horror, de repugnancia; y yo me acerqué y viendo aquel esqueleto pude encontrarle algo bello: sus dientes, intactos aún si el hombre hiciera esto en todo lo feo que encontrase, hallaría la Verdad de su espíritu, dentro de él mismo. ¿Habéis comprendido? Aun en la fealdad, podéis encontrar algo bello, algo armonioso, algo bueno que irradie su luz.
36 Y hoy os digo, en este Tercer Tiempo que por irradiación en palabra humana me manifiesto; y estoy vibrando para vos, mi pueblo: estoy enviando mis pensamientos cual luz, sobre las antenas humanas; y éstas a su vez, transmiten mis pensamientos.
37 De cierto y en verdad, os digo: no necesitáis buscar en vuestro derredor, porque aún en medio de la fealdad, podéis encontrar algo bello, digno de observar; algo que admirar, que es una gran lección en la vida.
38 Benditos seáis, discípulos, yo os envuelvo en mi luz; y mis corrientes de vida, lleguen a vos, y atraviesen vuestra materia. ¡Benditos seáis!
39 Ya veis, pueblo mío, cómo para nada debéis horrorizaros, cómo no debéis censurar, porque aun en la fealdad, encontraréis algo que admirar. ¿Qué decís de esto, discípulos amados? En verdad, os digo: aún existe en vuestra mente la idea de exteriorizar esos pensamientos, marcando la fealdad en vuestro derredor.
40 He aquí, lo que vuestro Maestro quiere deciros: buscad la parte íntegra, la parte limpia porque ahí donde hay fealdad hay una parte intocable, una parte de admirar, una parte de belleza; ¡buscadla! Buscadla ahí donde se horrorizan vuestros ojos materiales; y encontraréis la parte intocable, la parte bella, la parte que os da enseñanza, que es la fórmula para llegar a la sabiduría.
41 Pueblo, ¿habéis comprendido a vuestro Maestro? ¿Habéis vinculado a vos, mis pensamientos? Pueblo mío, para vos es esta enseñanza, sí, para vos que os horrorizáis y nada más percibís eso que en vuestra mente existe: la fealdad sólo eso podéis percibir y no podéis percibir aún la parte oculta, la parte bella, sublime, intocable; que es cual esencia perfumada, que emana de la gran verdad.
42 Yo os escucho, mujer, que en videncia habéis recibido. ¡Mujer! Que piadosamente os preparáis para penetrar a lo invisible. Mujer, que debidamente os acercáis, a escuchar de los pensamientos de vuestro Padre Celestial; en verdad, os digo: que habéis visto al anfitrión de este banquete espiritual con el cáliz rebosante de sabiduría, para ofrecerlo al pueblo que es mío. Habéis visto a vuestro anfitrión divino, con la copa repleta de sabiduría, dando a los hombres el manjar de vida, el manjar espiritual, el manjar de conocimientos. Sí, habéis visto al anfitrión del banquete espiritual, dando a sus invitados amados, a los seres humanos que le buscan: el manjar espiritual para su alma y para su cuerpo. ¡Bendita seáis, mujer! Por cuanto habéis visto, ¡bendita seáis, mujer! Yo fortalezco vuestra mirada espiritual para que gocéis y penséis sí, pensad santamente, debidamente; penetrad sencillamente y veréis maravillas, que serán parte de vuestra dicha. ¡Bendita seáis, mujer!
43 Llega a mí, otro pensamiento y yo contesto, mujer, vuestro saludo; y es con vos, mi bendición y mi amor. Mujer de poca fe, que no han penetrado a vos, las lecciones de mi enseñanza; mujer, que en tinieblas os encontráis acercaos a mí, mujer; acercaos ante mi vibración luminosa. Acercaos porque voy a daros un toque de luz divina que lo recordaréis siempre. Voy a daros un toque de mí luz, mujer, porque lo necesitáis.
44 Yo no vengo a que se delinque, no vengo a que delincáis ni a que faltéis a los dictados de la Ley divina; vengo: a hacer que la Ley se cumpla. Vengo a deciros: que no os alejéis del amor; que es necesario que comprendáis, la realización existente entre el hombre y el Padre Dios y entonces, cuando estéis compenetrados de esta relación, todo os parecerá fácil, y ya no sentiréis sufrimientos, ya no sentiréis desfallecimientos porque estará vuestro corazón abierto al influjo de mi amor. Ya no sentiréis dolor, ya no sentiréis amargura, porque todo será belleza en vuestro derredor.
45 Pero mientras tanto, mujer: reafirmad vuestra fe ¡tened fe, mujer! Hay un tiempo para sufrir y un tiempo para descansar. Pensad en esto: aún no ha llegado el tiempo de descansar, mas no tarda sí, el descanso está en las fuerzas de vuestra alma. Abrid las ventanas de vuestra alma y dejad que penetren las corrientes de paz y de amor, mujer. Mujer que tanto sufrís, mujer que lloráis continuamente ¿quién os hace sufrir, mujer? ¿Quién os hace llorar? No es Cristo, ¡no! Vos misma, habéis buscado vuestros propios dolores ¡vos misma! Mas tened fe, mujer, porque después del dolor, está la felicidad.
46 Al que mucho ha sufrido le llega la felicidad, atrae las fuerzas del alma, abre las ventanas del alma y entran los rayos del sol luminoso dando armonía, tranquilidad y dulzura a su corazón y espíritu.
47 Mujer: los rayos del sol se acercan a vos abrid de par en par las ventanas de vuestra alma, mujer, para que penetren esos rayos y llenen de tranquilidad vuestra alma y lleguen a vuestro ser o espíritu.
48 No temáis, mujer, no temáis, yo os fortalezco. Os estoy fortaleciendo, reanimando vuestra fe; y con la fe firme, esperaréis el momento sublime de tranquilidad; porque ese momento, no tardará, yo os lo digo, Cristo os lo dice, mujer; id tranquila de aquí, en un día de dicha; y daréis gracias y me diréis: “gracias, Maestro, porque ha penetrado un rayo de sol a mi corazón.”.
49 ¡Bendita seáis, mujer! Yo os bendigo, estáis en mi luz, en mi amor y en mi paz. Tened paciencia un poco más y se abrirá vuestra alma de par en par, para que penetren esos rayos de sol para daros la vida, para daros la tranquilidad.
¡Bendita seáis, mujer! No olvidéis éstas mis palabras, grabadlas en vuestro corazón; y en los momentos de desesperación, acordaos que soy vuestro custodio, que estoy cerca de vos, para ayudaros a levantar. ¡Bendita seáis!
50 ¡No temáis! Todo lo sé, todo lo veo. Sé lo que cada cual necesita y cada cual recibirá, oportunamente; en el momento preciso, porque es la voluntad del Padre y mi voluntad mi paz es con vos, mujer. Mi amor os envuelve y mi luz os ilumina, seguid esa luz; e id en paz.
51 Amados míos: yo Cristo, soy vuestro custodio que siempre está cerca de vosotros, nada más pido que me sintáis y que seáis obedientes.
52 Pueblo amado: a su debido tiempo abrirán los ojos a la Verdad, aquellos que a vos os hicieron sufrir un día, aquellos que a vos os hacían derramar lágrimas; un tiempo más y a ellos llegará la luz y les iluminará; y verán, el mal que han hecho; y para poder recibir, decidles esto: que tienen que dar el bien y el amor para ser recibidos.
53 Yo escucho a otro corazón. Amada mía, os escucho con todo mi amor soy vuestro Maestro. Soy el orientador de los astros y de los hombres. ¡Heme aquí! Mujer. Todo lo sé, sé las necesidades de cada ser humano, sé sus ideales. Todo lo sé; mas iréis recibiendo a medida que vayáis necesitando; iréis recibiendo a medida que seáis útiles, sí, útiles a la humanidad.
54 Porque habéis sido útil, mujer, yo os bendigo, pongo en vuestras manos bálsamo de curación. Rectifico y pongo en vuestras manos lo que un día, os dije: “limpiad vuestra mente y vuestros pensamientos antes de curar, y la curación será un hecho, será un “milagro” milagro, como decís vosotros; mas no es tal milagro sino solamente el efecto del amor.
55 Mujer, no lloréis, secad vuestras lágrimas que yo os recibo con amor. Tomad mujer, lo que es mi voluntad daros. ¡Tomad! Que a su debido tiempo recibiréis más, a medida que vos deis, a medida que vos consoléis, seréis consolada. ¡Bendita seáis, mujer! Yo os envuelvo en mi luz, y mi paz es con vos. ¡Bendita seáis!
56 Hay otro corazón que me habla. Sí, amada mía escuchándoos estoy con amor, y os digo, mujer: yo no vengo a purificar a las almas, ¡no!; yo vengo, a ayudaros a que por vosotros mismos os purifiquéis, a que os lavéis vos mismo con vuestras lágrimas mas, yo os ayudo, para que sea más suave la manera de limpiaros, de purificaros. A eso vengo: a ayudaros, a enseñaros la manera de sufrir menos; dando amor, sintiendo el amor.
57 Muchos de los presentes, sois de los que en el Segundo Tiempo, gritasteis: ¡crucificadle, crucificadle! Y yo os digo, estáis en mi redil amoroso; a pesar de haber gritado así, yo os estoy enseñando, dulcificando vuestra vida y enseñándoos la mejor manera de seguir vuestro peregrinaje sin herir vuestras plantas.
58 Ya veis lo que es Cristo, mujer os envuelvo en mi amor, fortalezco vuestra materia, para que os podáis seguir purificando, mujer; por vos misma, con vuestras propias manos y con vuestras propias lágrimas. Así van los hombres purificándose poco a poco; y yo me hago sentir en su amor, para darles ánimo.
59 Mujer, pensad en mí y amadme amando a vuestros prójimos; dadles amor y consuelo, para que vos a la vez, recibáis amor y consuelo. ¡Bendita seáis, mujer, bendita seáis! Os bendigo en el nombre del Padre y en mi nombre que soy el enviado, que soy el unigénito, derramando mucho amor.
60 He aquí mi mensaje de hoy, he aquí la lección de mi enseñanza; y digo a vosotros: en cátedra venidera, en mi mensaje sublime, daré a María amparo, la rectificación o ratificación de su iniciación; y será una fiesta espiritual que se está preparando para ese acontecimiento, porque ese acontecimiento llenará de regocijo a María amparo. Inundada de luz estará María amparo; y las corrientes de mi paz y de mi amor, la atravesarán Cristo lo dice: será una fiesta espiritual y esa fiesta, para vosotros, también será espiritual.
61 Amados míos, esperad. El que espera con paciencia y con fe, recibirá con creces porque con creces, yo me derramaré.
62 Hoy, amados míos habéis sido dichosos porque me he derramado en amor, me he derramado en conocimiento, aprovechad y guardad celosamente de lo que os he dado, para que os vayáis alimentando todos los días de vuestra vida con este alimento, con este manjar espiritual que hoy os he dado.
63 Tranquilizaos y acercaos en espíritu y en verdad a mi Ser. Acercaos a mi Ser, porque mi Ser os envuelve, mi Ser os acaricia, mi Ser os arrulla. Sí, sentid la caricia de Cristo y sed dichosos. ¡Bendito sea el nuevo pueblo de Israel! Yo os bendigo, en el nombre del Padre y en mi nombre que soy el Hijo, dándoos amor, derramando mucho amor; y la paz de Cristo, queda entre vosotros, mi paz que es armonía queda en vosotros, no la desechéis y unidos os dejo.
¡Mi paz, sea con vosotros!
30. La conciencia del hombre y el Espíritu Santo (Semana Santa)
Martes 1 de abril de 1947
1 ¡Mi paz, sea con vosotros! El Maestro de todos los tiempos os saluda, pueblo bendito de Israel, en el nombre del Padre. El Maestro de las edades, la luz del Verbo, está en vuestro corazón, está en vos mismo.
2 Este Maestro de la palabra espiritual os recibe, pueblo bendito de Israel, como quiera que vengáis a mí. Este Maestro de la mente universal, que es el Maestro del amor, os da la bienvenida como quiera que traigáis el corazón o el pensamiento.
3 ¡Bienvenido seáis! ¡Oh, mi pueblo! Bienvenido seáis, si venís en espíritu y en verdad, si venís a aprender, a sentir, si venís, fijaos bien en cada uno de mis pensamientos a descubriros a vos mismo; entonces, mi pueblo, de pláceme estaré con vos, porque en esta tarde de día primero, por este cerebro, os traigo una especial comunicación; comunicación, como las hago siempre que tengo que deciros lecciones interesantes, conocimientos grandes del alma y de la mente.
4 Una comunicación especial, para los que ya me comprenden; sencilla, para los que no me entienden, porque mi comunicación puedo hacerla así, de las dos maneras; y en ella, os traigo: agua de gracia, pan espiritual, rayos de luz, palabras de amor . De mi reino: rosas y viandas espirituales del vuestro: pesares y amarguras esto me daréis y por esto recibo lo que me deis.
5 Vengo a deciros que os preparéis para un alto entendimiento, porque esta vez vais a trabajar mucho en vuestro entendimiento, porque en esta ocasión tomando materia, cerebro de revelación, traigo para vos manjar exquisito de manifestaciones desconocidas para vuestra materia, pero no para vuestro espíritu.
6 Pueblo: elevaos, armonizaos, concretaos, sentidme, escuchadme; entendedme y atendedme, porque ésta vez así se necesita.
7 Debéis: oír y más oír; atender y más atender; ver y más ver; sentir y más sentir esto os pide vuestro Maestro en esta cátedra, mi pueblo.
8 Recoged con vuestros oídos, delicada y cuidadosamente todas mis vibraciones, para que no se pierda ni una sola de ellas, cuando se conviertan en palabras.
9 ¿Quién sois vos? Sois el hijo de Dios, del espíritu divino, del inmortal, del eterno. Una fuente de potencias, un conjunto de facultades y atributos que existen en vos. Sois el centro viviente, que participáis de la vida del Padre Dios.
10 Empezad a entenderme, pueblo mío: como ser o espíritu hijo de Dios, sois un centro que se mueve, que late, que vibra y que vive.
11 El centro de vida que forma en la creación, en la inmensidad, ese centro de fuerzas energéticas de potencias espirituales; ese centro magnífico, conjunto de luces, de notas armónicas, ese centro maravilloso, es en cada ser humano.
12 Porque el ser, en el hombre, no es la materia, ni siquiera el alma; el hombre espiritualizado, tienen de todas esas cualidades, sin ser ninguna de ellas, pero están en propio ser o sea en el espíritu y él ya las tiene directamente en su conciencia o mente espiritual.
13 La mente espiritual en el ser humano, todavía no ha actuado a plenitud. Si acaso muy pocas ocasiones; y en ellas, muy pocos instantes actúa, momentáneamente, fugaz, como el rayo, como el relámpago; después, actúa vuestra mente humana, algunas veces con lo grabado en su intelecto y muchas veces con su parte inferior o instinto.
14 El espíritu ha venido a hacer desarrollar todo lo que está a su cuidado, todo lo que está bajo su protección, todo lo utiliza a la vez, ya que el espíritu engrandece en sí mismo sus propias luces, sus propios poderes.
15 El espíritu se engrandece, se ensancha en abundancia, y quien actuare con la luz de la conciencia de su mente espiritual, sería verdaderamente un protector del mundo; y el mundo, en él tendría su apoyo, su Maestro, su consolador, su médico, su luz, todo tendría en él.
16 Cuando el ser humano ya espiritualizado, utilice directamente lo grabado en su conciencia espiritual, entonces cumplirá la sagrada misión, porque a eso ha venido: a trabajar con su mente espiritual, a moverla, y a su vez la mente espiritual, a trabajar en el cerebro humano; y a su vez el cerebro, a trabajar en la materia.
17 Sin embargo, la mente espiritual no puede actuar, porque vuestra mente humana del cerebro, le estorba, puesto que la utilizáis en asuntos muy personales y mundanos; incluso vuestra mente humana, no está elevada, es más bien la parte inferior o manifestación instintiva, la que más ha actuado en vuestra materia hasta hoy; en muy pocos hombres todavía, la mente espiritual.
18 Estaréis retenidos, sin progreso, iréis de la tierra al espacio y del espacio a la tierra, mientras no trabajéis con la mente espiritual.
19 La mente espiritual, es la fuente de los poderes, solamente con ella curaríais las enfermedades de la humanidad, que la Ley le permita librarse, con ella curaríais todos sus males.
20 De cierto os digo, que aquél que actúa con la mente espiritual, tiene poder para desencadenar al cautivo de las cadenas del dolor; porque el que tiene la mente espiritual desarrollada, no sólo es el Maestro del día, es el Maestro que brillará siempre su recuerdo en la memoria de este mundo, mientras exista como mundo material.
21 Decidme, pueblo mío, ¿cuándo vais a dejar que se escapen de la fuente de vuestra conciencia, las aguas milagrosas? ¿Cuándo vais a dejar que surjan de vos mismo, las luces guardadas, ocultas? ¿Cuándo vais a libertaros, abriéndoos paso en la vida, actuando con vuestra mente espiritual?
22 Es necesario que comprendáis que nadie os podrá cortar las ligaduras o ataduras materiales, mientras no las cortéis por vos mismo; y cuando obtengáis poder para utilizar la mente espiritual, tendréis el poder para ayudar a quitárselas por ellos mismos, a los que lleguen hacia vosotros.
23 El espíritu que se haya encontrado a sí mismo se convierte en amo y señor de este mundo, como una esperanza de estos moradores.
24 Diréis: ¡quiero! Pero lo diréis con la voz del espíritu, y aquello será. Diréis: ¡sana! Y aquel enfermo sanará, porque no lo hablará el hombre: lo hablará el espíritu y todavía vosotros, no sabéis expresaros con la voz del espíritu; por eso, aunque lo pidáis en su nombre, no se efectúa lo que deseáis, porque no lo dejáis actuar aún a través de la materia.
25 Empezaréis a desarrollaros poco a poco para que en espíritu, con vuestra mente espiritual, empecéis a actuar sobre vuestra falsa personalidad humana. Pasarán en algunos de vosotros, meses; en otros, años, para lograr la aparición maravillosa de la mente espiritual actuando en la materia como fuente de salud del género humano. La aparición del tesoro oculto la tendréis los unos con trabajo; los otros, que tenéis el corazón limpio y noble, con menos trabajo.
26 En vosotros mismos, encontraréis la cumbre y la profundidad. En vosotros encontraréis la noche y el día; en vosotros la sed y el agua; el trabajo y el descanso; la alegría y el dolor; y todos los estados de ánimo, pasarán por vosotros; porque vosotros, tendréis que ser maestros por la experiencia; y la experiencia, solamente la dan las vicisitudes, los acontecimientos de la expresión de vida, en vosotros mismos.
27 Amados míos, os habla Cristo, vibrando para vosotros, Cristo, el que a través de Jesús, fijaos en esta frase con su ejemplo, os demostró lo que es trabajar con la mente espiritual. Yo encarnado en Jesús, os enseñé a trabajar con la mente espiritual y por eso fui vuestro redentor, lo soy y lo seré, soy vuestro salvador, vuestro Maestro, Cristo, el Verbo Divino, el enviado y soy muchas maravillas en vuestro corazón y muchas luces en vuestra vida.
28 Pueblo mío, cuando lleguéis a la altura de la mente espiritual, estaréis en la corriente de la trilogía y de la unidad, participaréis de sus poderes y sus luces, seréis uno en la trilogía; pero mientras no actuéis en la mente espiritual, estaréis fuera de la trilogía y la trilogía está así, os lo voy a decir para vuestro análisis, para el descubrimiento, para el bien de vuestra alma, en este día primero.
29 La primer a manifestación de la trilogía: es el Padre, en su mente espiritual, en su mente divina. La segunda: es el Hijo, el Verbo, que vos conocéis porque el Verbo os ha amado siempre, porque siempre os ha consolado. Yo soy el Verbo y vos sabéis que os amo, mi pueblo. Y la tercera: es el conjunto llamado Espíritu Santo; el conjunto de todos los seres emancipados que actúan en la mente espiritual; con la plenitud de resplandores, con todos los poderes del Hijo de los celos, que es el Hijo de Dios; espíritu santo, que equivale a decir: ser espiritual purificado, santificado y el espíritu, cuando llega a la corriente de la trilogía divina, va ya puro, santificado. Alta es la esfera, grande la elevación de aquél que se identifica con este poder.
30 El Espíritu Santo es la esencia de todo el conjunto de lo santo, de lo puro, de lo inmortal, de lo inmaterial, de lo que está fuera de la forma; y todos formaréis parte de ese conjunto y se apartarán de vuestro concepto las divisiones y no veréis más que esto: al Padre, actuando en su mente espiritual divina, al Hijo, de la misma manera y a vos, actuando en vuestra mente espiritual; y con aquellos que con vos son uno, ya no podrán ser dos. He aquí la manifestación que hacéis todos vosotros: parte del Espíritu Santo en acción, por cuanto estéis vosotros trabajando en la mente espiritual.
31 El Espíritu Santo, tiene también otra explicación, otra fase del Padre, otras muchas explicaciones. Hoy os hablo de esta manera del Espíritu Santo; pero puedo daros otras cátedras, donde os hable del Espíritu Santo también, de otras maneras, para ser comprendido.
32 ¿Creéis acaso que haya otros dioses? ¿No sabéis que sólo hay un solo Padre? ¿Qué hay una sola madre? ¿Qué hay un solo Hijo? Y después, si decís Espíritu Santo, ¿cómo aceptáis otro Dios? ¿No sabéis que es una de las fases del mismo Padre? ésta es una explicación; y la otra: el Espíritu Santo en el hombre, en aquel hombre espiritualizado de alta y elevada conciencia, es el que actúa en la mente espiritual, en el plano de la salud universal, en el plano de la luz y del amor; y vosotros, seréis parte del Espíritu Santo, como sois parte del poder del Cristo, porque olvidáis mi pueblo, lo que quieren decir estas frases, que si los hombres del mundo las hubieran entendido, solamente con la comprensión de ellas, el mundo estaría iluminado; pero no las habéis comprendido.
33 Si sabéis lo que quiere decir: “Dios está en cada uno de vosotros” comprenderéis: que Dios, tiene su trono, en la mente espiritual de cada hombre que Cristo, tiene su trono yo, tengo mi trono en la mente espiritual de vosotros, allí radica el Espíritu Santo, que es, en unas veces, un aspecto del espíritu divino, una de las acepciones que puede dársele.
34 Los apóstoles trabajarán con la mente espiritual y aquel que entienda de las dos acepciones que aquí les he mencionado, en verdad os digo: que ese apóstol, el beneficio en su alma encontrará, si me ha entendido; y de cierto, os digo: aquél que trabajase fuera de la mente espiritual, no llegará a la altura para ser el poderoso, el médico, el grande, el pleno iluminado de verdad.
35 Mientras los apóstoles trabajan para buscar de esta mi lección, la comprensión; yo os hablaré algo de un maestro que ha actuado con la mente espiritual, de algo de lo que hizo en su camino:
36 Encontrábase el maestro dando una clase entre parvulitos y discípulos, entre profanos y ateos; y en esa clase, decía así lo que yo os digo, en esta noche: el espíritu del ser humano no ha venido al mundo a quedarse en él, ha venido: a trabajar sobre su mente; y su mente espiritual, sobre la mente consciente o humana; y ésta, sobre la mente inferior o instintiva y hasta que todas esas mentes se unifiquen, triunfará la mente espiritual en el hombre; y éste, ha venido para que triunfe la mente superior; y ésta, ha venido a trabajar. Por eso os digo: poned a trabajar vuestra mente espiritual, parvulitos y discípulos.
37 Ellos lo escuchaban; y decían: ¿a qué es semejante la mente espiritual, que no actúa en sus vehículos? Y el maestro, contestaba: es semejante a estar vosotros en prisión y encadenados, atados de pies y manos; y así la mente espiritual, no puede actuar en el hombre; por eso, es necesario, que la pongáis a actuar.
38 ¡De pronto! Le acercaron al Maestro, a un hombre; y dijéronle así: ¡Maestro, he aquí un hombre, que sufre grandes luchas! pero aquellos, lo que quisieron, es tentar al Maestro después, acercaron a un segundo; y dijéronle: ¡he aquí, maestro, este hombre que sufre terribles dolores!
39 El primero el de las grandes luchas recibe del maestro, la caricia y acercándose a él, le dijo así: hombre, está con vos la ternura de mi compasivo corazón, mi amor siente vuestro dolor, participo de vuestra pena, ¡pobre de vos! Mi espíritu os compadece y entonces, el maestro de la suave y exquisita palabra, le habló a aquel hombre, amoroso y dulcemente, dándole todo un poema de ternura, como vosotros habéis escuchado que daba yo a una de mis almas, en alba de gracia pasada, pero en lugar distinto sucedió esto.
40 Entonces, los párvulos, pero no los discípulos; sino los ateos y los profanos empezaron a reírse del maestro, diciendo entre ellos: esperemos ver qué hace con el segundo, porque el Maestro se ha equivocado, ¿cómo es posible que sienta compasión por ese hombre, si es un despiadado criminal?
41 El maestro, el rabí de serenidades exquisitas, se acercó al segundo; y envolviéndole con una mirada inolvidable, hablándole de Espíritu a espíritu, dijole así: mi alma, mi ser, busca a los tristes para consolarles, tengo para vos infinita ternura, grande es mi compasión. Quiero compartir vuestra pena conmigo, ¡venid, hijo mío! dijo el maestro ¡venid aquí a mi corazón y recibid de él toda la ternura que tiene para vos! El Maestro, diole el canto mágico con que sabía acariciar a los sufrientes.
42 Y entonces, sonrieron ruidosamente los párvulos, no los discípulos los ateos y los profanos sonrieron. he aquí, maestro le preguntó uno, sonriéndole ¿no crees, haberte equivocado?
43 El amor, ¡jamás se equivoca! contestó el maestro poned amor en vuestro corazón; y yo os digo: que con el amor en vuestros corazones, es imposible que os equivoquéis.
44 Si no te has equivocado, ¿por qué has hablado así a los dos, cual iguales ¿acaso no sabes, que el primero es un cruel delincuente que ha hecho mucho mal? El segundo sufre, pero no hace mal; y los sufrimientos, no los busca. ¿Cuántas clases de sufrimientos existen? Explícanos, rabí.
45 Y el maestro, contesto: existen los sufrimientos buscados en la existencia humana presente, los sufrimientos buscados en las existencias humanas pasadas y los que vendrán a futuro, para elevación y término de la purificación del espíritu.
46 ¿Entonces, también se sufre, aunque no se deba, para elevar y saber el grado de grandeza del espíritu? sí contesto el maestro.
47 Y no olvidéis, mi pueblo, a Cristo, el que fue en Jesús el mártir del gólgota, lo que os dice en este día por irradiación: yo también sufrí, sin ser delincuente y aún sufro, por vuestro pecado, por ese adormecimiento de vuestra mente humana que no os deja actuar a la luz de vuestra propia conciencia o mente espiritual, para engrandecerla y manifestarla a plenitud.
48 Entonces, comprenderéis, que hay tres clases de sufrimientos: los que el hombre busca y que son el resultado de su mal proceder; los que le vienen al hombre, buscados en fechas pasadas; y los sufrimientos para compartir con la humanidad, pero en purificación del espíritu, para engrandecerlo en su conciencia.
49 Y decidme, mi pueblo, ¿acaso tenía yo algún delito, algún pecado qué pagar? Sin embargo, ¿conocéis a otro hombre, que haya sufrido más que el Cristo encarnado en Jesús?
50 Entended, que: hay muchos sufrimientos y por muchos motivos. No juzguéis a ninguno; comprendedles y bendecidles a todos.
51 Comprended a la luz de vuestra conciencia, que no sois la carne, ni sois el alma, que vos sois espíritu; pero comprended, que vuestro espíritu, es hijo de Dios; y siendo vuestro espíritu, el verdadero hijo de Dios, no es él, quien os conduce al crimen, tampoco vuestra conciencia o mente espiritual; porque ésta, es directamente manejada y utilizada por el espíritu.
52 El espíritu, es incomparablemente más grande, que vos, como hombre, como espíritu conectado al humano, reencarnado en su carne; pero vuestro espíritu, es incomparablemente más pequeño que el Padre Dios.
53 Entended: si vuestro espíritu, es incomparablemente más grande que vos cual ser humano; Dios, el Padre, es incomparablemente más grande que vuestro espíritu.
54 Por eso, en vuestra conciencia, actuando en la materia, os fijáis en lo que conviene a vuestra existencia humana, dedicáis a vuestra existencia, vuestro tiempo; pero en vuestra mente espiritual, vuestra conciencia como espíritu, os habla del reino que hay que conquistar; y el reino, no se conquista por asalto; y pensad, que vuestro espíritu, es imposible se mida con el del Padre; como es imposible que vuestra parte humana, la carne, se mida con vuestro espíritu.
55 Vosotros, podréis hacer grandezas a través del cuerpo humano, cuando dejéis manifestar a vuestra mente espiritual; entonces, por las noches, cuando descanséis al cuerpo, vuestro espíritu recorrerá el mundo, que es una de las moradas del Padre; después, visitaréis otros mundos, conociendo el universo; y sentiréis la delicia del desenvolvimiento de vuestro espíritu a través de vuestra alma participando su experiencia al cuerpo.
56 ¡Sentid que vuestra casa, es el universo! Porque así, os sentiréis espíritu; y los seres elevados, como cust oDios vuestros, os llevarán a aprender conocimientos grandes del espíritu.
57 No podréis conocer a Dios, mientras no empecéis por los primeros peldaños de la gran escala espiritual, a conocer los detalles de las bellezas que os he dado, en esta noche de revelación espiritual.
58 Tenéis que pensar con el espíritu, en vos mismo, en la grandeza espiritual de él, comparada con la pequeñez de vuestra carne; y en la grandeza divina del Padre Dios, comparada con la de vuestro espíritu; ya que no podréis reconocer a Dios, si en espíritu, antes, no os conocéis en vos mismo.
59 Pensad en vuestro espíritu, no en vuestra personalidad humana; entonces, entraréis en el conocimiento de la armonía de la trilogía divina; y, qué grandes son los poderes del Padre, para hacer por vos. ¿Qué haría el Padre, por vos y por medio de vos, mi pueblo? Haría: ¡grandes maravillas!
60 Cuando vuestra voluntad, se uniera con la voluntad del Padre; cuando vuestra pequeña mente, fuera dirigida por su mente superior, iluminando vuestra mente espiritual o conciencia; y si la conciencia, es superior a la mente carnal; entonces, Dios sería el iluminador constante de vuestra conciencia; y vos, el protector del mundo; de esa manera, ninguna enfermedad resistiría al poder de vuestro espíritu; todo enfermo que vos, tocaseis, sanaría, porque sabríais que estabais unido al Padre y a mí que soy su esencia divina, derramada cual su Verbo, en mi doctrina de amor.
61 Cuando al despertar a vuestro estado consciente, conozcáis el valor de mi doctrina, encontraréis el primer tesoro, que os llevará a otro tesoro; y después, a un tercero, a donde encontraréis la llave de la puerta del camino del reino celestial, en donde me encontraréis a mí.
62 Es mi palabra, para que despierte a vuestra conciencia espiritual y os haga pensar identificado a lo espiritual y divino; por eso mi doctrina de amor, vale tanto, porque la palabra que os vierto como Verbo Divino del Padre, ¡es sublime, es maravillosa, es grande!
63 Pregunto a mis apóstoles, si han comprendido, las dos acepciones de la frase: “Espíritu Santo” en la creación, manifestado como parte integrante en el hombre, como una de las manifestaciones del Padre Celestial; pero comprended, que no son las únicas que tiene esta frase.
64 Yo os escucho a todos vosotros, apóstoles amados. ¡Ah si vosotros supierais amados míos, de qué manera se complace vuestro Maestro en que aprendáis, en que sepáis, en que brilléis! ¡Si vos supierais el trabajo que me habéis costado y cómo me han costado, todos vuestros hermanos!
65 Yo, os he estado rescatando y apartando de la influencia de confusiones creadas en este mundo, para que seáis participantes en mi obra, porque os amo a vos y a cada uno de vuestros hermanos.
66 ¡Escuchad las ternuras del Maestro, dedicadas a vosotros, las frases de vuestro señor, que van llenas de ternura y amor!
67 Vosotros, decís, que Dios, es Espíritu Santo; y yo, os digo: Espíritu Santo, es la sabiduría de Dios.
68 Todo espíritu purificado, que ya actúa en la altura de la mente espiritual, en la conciencia; en su mente espiritual, no en la conciencia de mente humana, ni en la conciencia inferior instintiva, toma participación del Espíritu Santo; todos ellos, en su actividad, hacen una participación de la unidad, con la misma sabiduría divina; todos ellos, son fuerzas amorosas y poderosas; por eso, no hay un espíritu que siendo santo, no sea sabio, poderoso y amoroso.
69 ¡He aquí! Que esta palabra, es sagrada; y vos, llegaréis a ella, así pasen siglos y siglos de años, para que vuestro espíritu forme parte de esa jerarquía, por medio de su identificación y en su expresión de la deidad; entonces, será sabio, poderoso y amoroso, estará armonizado con la sabiduría del Padre, con su justicia y su amor divinos; como yo estuve, estoy y estaré, armonizado con el amor de Dios.
70 Comprenderéis, por qué en las escrituras dice: que el Espíritu Santo, hablará por el amor quiere decir: que los espíritus elevados en amor, hablarán para el hombre, a través de las revelaciones del éxtasis espiritual; pero hablarán para el hombre, porque las “lenguas de fuego”, símbolo de la purificación y de la sabiduría tendrán mucho trabajo, mucho esfuerzo en los tiempos anunciados para esta Tercera Era de luz.
71 De cierto y en verdad, os digo: todo espíritu purificado e identificado al amor, forma parte del conjunto: Espíritu Santo y todos, son parte de la trilogía sagrada, parte de la manifestación del Padre. Todo espíritu santo, es sabio, poderoso, justo y amoroso.
72 El Espíritu Santo, inspiró a salomón, antes de su caída en el materialismo. El Espíritu Santo ha inspirado a la humanidad en diversas épocas, en diferentes tiempos y a todo el movimiento espiritual, manifestado por hombre a la humanidad existente en este mundo.
73 El movimiento espiritual, los hombres lo ven diferente; mas es uno solo; y las doctrinas, son de acuerdo con las necesidades de los seres humanos, de sus razas y costumbres; pero el movimiento espiritual, es una causa desarrollada por el poder del Padre, unido a los hijos espirituales que están unidos a él.
74 Vosotros, que tenéis el camino de pequeños Cristos, sabréis que a mayor altura mental en la conciencia del espíritu, mayor grado en estas jerarquías; o sea: mayores poderes en su grado de evolución, a aquellos que manifiestan el amor y la sabiduría.
75 Espíritu Santo, tenía y tengo yo: actor del Padre, de su gran conciencia divina o suprema mente espiritual divina y yo, el amor, quiero actuar, en vuestra mente espiritual y en la humana.
76 ¿Estáis contentos, discípulos; y de acuerdo, sobre estas revelaciones? ¿Y si vos estuvieras conmigo, cuando yo acariciara a dos sufrientes de la manera que lo hice entre los profanos, entre aquellos, de los que os he hablado, también diríais que me había equivocado, cuando acariciaba al criminal y al que sufría sin haber cometido falta? ¿Quién os ha dicho que hay un solo hombre en la tierra que sea indigno del consuelo y la protección? Todos sois pequeños, hijos de Dios; y Dios, está en cada hombre, pero no le habéis dejado actuar en vos mismo.
77 La mente espiritual, es el santo lugar que maneja el Padre, el Cristo y el Espíritu Santo; ya sea en la forma del Padre o de aquellos que hacen la voluntad del Padre.
78 En la cumbre del reino espiritual, está el reino invisible, el santo santórun, la escala sagrada que os une con todo.
79 Vosotros, no sabéis, que hay una puerta íntima en vosotros mismos que os permite poneros en contacto con todo el universo; qué os permite, estar en comunicación con deidades o luminares de espíritus puros, con los que nombráis ángeles y con espíritus, de almas y de hombres; con seres, encarnados y desencarnados esa puerta íntima, donde es posible la comunicación espiritual con todos los seres, está en vos mismo.
80 Vosotros podéis poneros en contacto, en sí mismos, con vuestra propia mente espiritual; ella está abierta al influjo espiritual y divino. Así os podéis poner en comunicación con todos en el universo.
81 ¿No sabéis que cada mundo y cada estado de conciencia, son cada una de las moradas del Padre, aquellas que yo os mencioné en el Segundo Tiempo?
82 Poneos en comunicación con el universo, por medio de la puerta intima que hay en vosotros mismos, actuando solamente con vuestra mente espiritual, a la luz de esa conciencia espiritual, conectándoos a la gran conciencia divina; fuera de ellas, es imposible que lo logréis.
83 ¡Bendito seáis, amado mío, piedra angular de este recinto implantado por mi! Ya que os fortalezco y os cuido. ¿No sabéis que juan, era el nombre que tenía entre los apóstoles, aquel discípulo amado? ¿No sabéis que ese nombre de apostolado, tiene algo muy cercado conmigo?
84 El apóstol del amor, me manifestó, como yo manifesté al Padre, porque era el más dulce entre ellos; y yo quiero que seáis vos a semejanza de juan, porque juan era a mi semejanza. Quiero, que al pensar en ese nombre, le preguntéis a vuestro corazón; y veréis, cómo vuestro corazón os contestará con un canto dulce, con una alegría íntima espiritual y humana.
85 Decidme, amados míos, ¿qué habéis pensado? ¿Qué es lo que tenéis que entregarme en esta pequeña lección que os dejo? debemos dejar manifestar la mente espiritual me contestáis.
86 Entonces, amados míos, si así lo hacéis, abriréis el conducto de comunicación íntima en el universo; y tendréis para vuestra expansión, el mismo universo; en el cual, vuestro espíritu, utilizando como vehículo su alma ya limpia, espiritualmente se elevará: ligero siendo vosotros ya, los libres, no los prisioneros.
87 Sin embargo, escuchadme discípulos: la aparición del espíritu, actuando con su mente espiritual, es a semejanza de la gloria resplandeciente. Cuando esto sucede, la fuerza de la mente espiritual, como el fuego purificador, quema la paja del hombre inferior; así, que pocos espíritus con almas prístinas y puras, se ven ascender hacia las alturas, pero cuando uno asciende, hay cánticos gloriosos, y hay ofrendas en las alturas.
88 Pocas veces veréis un alma limpia e iluminada por el espíritu, que se liberta de las cadenas del materialismo; y que triunfa ese espíritu, elevándose de este cieno y de estas tinieblas, alejándose de la rueda de reencarnaciones y muertes; y cuando esto sucede, ¡qué bellos himnos! ¡Qué cánticos gloriosos! ¡Qué armonía! Entonces, es su gran día de resurrección.
89 Por eso os digo: ¡preparaos! Para que os comuniquéis por medio de vuestra mente espiritual, con los seres que vuestro espíritu busca.
90 El espacio, los éteres, la atmósfera, el mundo, todo está lleno de vibraciones ¡tomadlas! ¡Tomad la Verdad, vibrando a raudales! ¡Tomad la comunicación y sed feliz! Yo os bendigo y buscad mi tonalidad, buscad mi vibración; y después, de algunos ejercicios, me encontraréis. Yo os bendigo, en el nombre del Padre.
91 A vos, mujer, que me preguntáis: ¿entonces, no es Dios, el Espíritu Santo? Yo os digo: en el aspecto de sabiduría absoluta, sí es Dios el Espíritu Santo en su totalidad; pero en el aspecto colectivo, sois cada uno de vosotros.
92 Cada expresión de la Verdad, tiene sus explicaciones; y éstas, son múltiples, porque la Verdad es inmensa; y para lo inmenso, se necesita lo inmenso.
93 Yo os he llamado en este día, para algo inesperado, mujer. He librado a vuestros hijos de los peligros, les he acercado a vos de nuevo, mujer. Les he sostenido por la fuerza de mi amor; y a ninguno de ellos, he desamparado. Mujer, quiere pediros algo vuestro Maestro, algo para mí, de lo que yo os he concedido, de lo que el Padre Celestial os ha dado; algo, que está en vos, darme. Entonces, id y traedme lo que os estoy pidiendo, que es vuestro y me lo podéis dar, yo lo espero.
94 ¿Sabéis que os pido? Pensad y decidme, porque quiero que me lo deis. ¿Sabéis lo que os pido? Quiero a uno de vuestros hijos, para mí, para mi servicio, ¿os parece imposible? Entonces, os repito, dadme lo que os estoy pidiendo. Vos me lo entregaréis, le espero. ¿Y a quién me vais a dar? Por eso os digo que yo le espero, porque vos misma me lo entregaréis. ¡He allí lo que el espíritu tiene que luchar! ¡He ahí lo que el espíritu, tiene que soportar en la lucha!
95 ¿Varón, habéis escuchado? ¿Y vos, qué me decís? Varón amado, quiero vuestros labios para mi palabra; y si vos me decís que sí, os daré una última prueba de mi amor y veréis que pronto os desarrollaréis; y antes de que vos lleguéis a mí, vuestro corazón latirá fuertemente.
96 Varón, en verdad os digo que os quiero para mí, vos seréis la ofrenda que ella deposite en el altar del amor; y como una ofrenda, yo la recibo; y para mí, seréis, porque ésta es mi voluntad. ¿Aceptáis? Entonces, solamente os digo esto: vuestro cerebro se abrirá a mi comunicación más pronto de lo que se hubiese abierto y será iluminado a su tiempo, con mi luz. Id en paz; pero esta noche para vos será inolvidable. ¡Cuidaos de peligros que os acechan y por el tiempo que os resta en la existencia humana, no importa el tiempo que sea, vos seréis para mí, que no os lleve otro ideal, más que hacer mi voluntad para hacer el bien para vuestros hermanos. ¡Id en paz, ofrenda depositada por mi bienamada!
97 ¿Luchó mucho vuestro espíritu, mujer? ¿Creéis acaso que mis aparatos humanos, todos son dignos y llenos de merecimientos, porque sean perfectos, grandes, santos y puros? ¿No sabéis que no hay ninguno indigno, ante mi amor? ¿No sabéis que en mi servicio, en este mundo, no hay perfectos ni santos, porque no los hay ni existen aún? ¿Creéis acaso que mis aparatos, están dotados con dones especiales? ¿No sabéis que las preferencias, no son para mi reino y que en vuestro hijo, haré crecer la fuerza, abriendo y ampliando su cerebro, por medio de las facultades de su espíritu? Seguid luchando para que aprendáis, a que vuestro espíritu, desarrollado en sus facultades, hable por la materia. ¡Id y bendita seáis! Porque lo bueno de vuestro vientre, me lo habéis dado. Empezad, ¡oh, espíritu encarnado! A utilizar vuestra materia.
98 ¿Qué es lo que habéis aprendido en esta noche, mi pueblo? Pueblo, aprended que el espíritu, no tiene algo que ver, ni con la cuna, ni con el sepulcro; no es el espíritu ni el que nace, ni el que llora: es la materia de la que se sirve y si en el espacio infinito, están los que nacen y en el espacio los que mueren; fijaos que el espíritu, no es el que nace ni el que muere, es sólo una expresión que han dicho los hombres, es sólo una frase, la materia es la que nace y la que muere. El espíritu brotó de Dios; y es el mismo, sea en alma o en cuerpo, a través de las distintas envolturas, ya que el espíritu, es inmortal.
99 Pueblo bendito, muy pronto recibiréis, pasados estos días interesantes, las iniciaciones que esperáis. Yo seré con vos, el jueves; el viernes, será mi madre en cuanto al cuerpo de Jesús, también algunos apóstoles, especialmente juan, mi apóstol amado; y otros espíritus de algunas almas de mujeres piadosas.
100 El jueves, seré yo con vosotros, porque de cierto, os digo: que también vosotros, me entregaréis cuentas en el fondo de vuestro corazón, ya que también vosotros me negáis, cuando no me dejáis llegar a vuestro corazón para triunfar como amor cuando dudáis, cuando os vendéis en la parte espiritual; pues, entonces, traicionáis al Espíritu y a las deidades santas que forman parte del Espíritu Santo, cuando os entregáis a las bajezas de la materia, olvidando al espíritu.
101 Ya que, entre vosotros, existen los que han renegado de mi obra, aún de mi servicio; entre vosotros existen, los que me han desconocido; por ello, haced por entenderme, porque es necesario que escuchéis a vuestro Maestro. No necesitáis mucho esfuerzo, para superaros; porque antes de todo, yo estoy sobre vosotros.
102 Cuidad mucho lo que tenéis que cuidar en vosotros, porque no es tiempo de perder lo que yo necesito para la renovación de mi obra mi obra ¿habéis oído que dije? Renovación, elevación, renacimiento de mi obra, que es toda Espíritu Santo, toda elevación, comprensión y sabiduría; por eso necesito instrumentos humanos capacitados para interpretar mi mensaje.
103 Portavoces, escuchad bien: no quiero perder ni uno solo de mis aparatos humanos de comunicación. Mi obra necesita depuración; mejor dicho necesita purificar, necesita renovar una vez y otras varias más; y por esto, no es mi voluntad, que se pierda ni uno solo de vosotros; porque vosotros, no descansaréis, hasta que por enfermedad o gravedad, os veáis impedidos; pero mientras tanto, comprended que vos y vuestros hermanos, son elementos de los que necesito para el renacimiento de mi obra elevada, que es: todo Espíritu Santo, toda sabiduría entonces, alejad de la mente humana, las ilusiones de descanso, de separación, porque no es mi voluntad.
104 ¿Cómo no he de conocer lo que pasa en vosotros? ¿De quién sois vos? ¿De quién vuestro hermano, y todos vosotros por los que yo elevo mi obra bienhechora? Vosotros, mis nombrados, sois del Padre; y todo lo que es del Padre, es a su servicio; y mi obra, ¿no es acaso, la obra divina, enviada por la voluntad del Padre?
105 El Padre os necesita como a mí, que soy su amor; y su obra, siendo de él, es mía y también es vuestra; pero en este Tercer Tiempo, no os he escogido por otras causas, solamente, por vuestra facultad de mediaunidad y es la única causa por la que yo os escojo, porque todos sois dignos en mi amor; y si no sois para mi irradiación aún, es porque os falta más capacidad; pero al tener vosotros más amplitud, el Padre, os necesita; ¿y acaso podéis negaros a la voluntad del Padre? Mas cumplid esta vez por todo lo que no habéis cumplido, porque lo que vuestro ser pierde, lo pierde la obra y lo resiente vuestro corazón. Cumplid con vuestro deber; y con esto, está dicho todo. ¡Benditos seáis!
106 Pregunto al pueblo, a este pueblo amado que he doctrinado desde hace mucho tiempo. ¿Pueblo mío, empezaréis a examinar el tesoro interno que hay en vos mismo: las primeras huellas, los primeros destellos de la luz interna? Examinad vuestro espíritu, dadle la oportunidad de tener en el mundo magnífica actuación; examinadle y ved que con el Espíritu del Padre, es imposible toda medida, toda comparación; y vos, estaréis unido con el Espíritu del Padre. Empezad a trabajar, hacer el bien, mi pueblo, es la mejor iniciación que debéis hacer.
107 Vosotros, los que insistís en hablarme, próximamente hablaréis. Flores y aguas que yo bendigo con mis efluvios amorosos, con la emanación de mi Espíritu Santo, iluminadas y saturadas sean para el bien; y los demás elementos que habéis traído, también los bendigo, si los utilizáis para el bien. Yo no bendigo monedas. Concedo en estos momentos, curación a los enfermos; paz a los hogares, que paz busquen, ellos encontrarán la paz.
108 Casa tendréis, por el amor al trabajo, él os dará hogar y pan. Amad el trabajo, porque el trabajo es una bendición de los celos.
109 Os pongo con letras luminosas, el libro divino, para que leáis lo que sois vos en espíritu; y ese libro, lo deposito en vuestra conciencia.
110 No os faltará bálsamo de curación, luz en el entendimiento; consuelo en las aflicciones. Recibid colectivamente de mi amor, de mis bendiciones, de mis efluvios, porque a todos estoy dando, ¡recibid! ¡Recibid!
111 ¿Qué es el Maestro, dando? ¿Qué es el hombre, recibiendo? El espíritu divino dando, es como el sol que da sus rayos para fortaleceros. El hombre recibiendo, es el hijo del Padre, que debe bendecir a quien le da.
112 Poned a trabajar vuestra mente espiritual, que vuestro espíritu poderoso influya en la mente de vuestra materia, para que me digáis: han sanado los enfermos, ha habido paz en todos los hogares que yo he visitado pero esto, me lo diréis en el silencio. La meditación, os conduce a la fuente sagrada; en vosotros, está el libro abierto y la antorcha, la escala tendida que os decía la madre en la lección de la enseñanza divina, que os daba en albas pasadas.
113 María, el modelo de virtud, la escogida para ser mi madre, en el Segundo Tiempo, ella os ha dicho entre vosotros, en cátedra dominical: “hay una escala tendida para el que sufre, desde el corazón hasta el trono de Dios, hasta los celos”. He ahí que en el hombre mismo, está la escala, la fuente sagrada, la antorcha, la estrella, la posibilidad de comunicarse con el universo y con todo lo que está en su creación.
114 El hombre, es un conjunto de potencias, de poderes magníficos. El hombre es el hijo de Dios, espiritualmente hablando, ya que el cuerpo, es tan solo la sombra del hombre espiritualizado. También es una sombra en el hombre: el desamor, la vanidad, la ingratitud, todas las pasiones, todos aquellos lastres son eso: sombra maléfica de confusiones.
115 Vos, que sois centro de luz, ¡oh! Ser eterno, espíritu hijo de Dios, que en cada hombre existís: ¡elevaos por encima del cuerpo, limpiad vuestra alma e id a las mansiones que os corresponden; y desde allí, unificaos con el Padre y conmigo! Vuestro camino, es la unificación del santo Espíritu, del cual, formáis parte; y entonces, a medida que os elevéis, dirigiréis vosotros: los unos, las estaciones; los otros, los planetas; los otros, las grandes manifestaciones que más allá de este mundo vibran y existen; y vosotros, trabajaréis para seres elevados que necesiten de vuestro servicio; del trabajo, de seres dispuestos y bien preparados.
116 Si no os unificáis y os ponéis en relación primero, con los moradores de este mundo; y después, con los moradores de los demás mundos, no podréis entrar en el reino de los celos.
117 Todos los que reclaman de vos, os favorecen. Os favorece, el que os pide un servicio, porque a vuestro espíritu le da la oportunidad de hacerse útil y de entrar por el camino de la felicidad; porque todo aquél que es un buen trabajador, aquel que en verdad ama a sus semejantes y es servicial a ellos, es un apóstol de la doctrina del bien.
118 Hombres que sois apóstoles de la doctrina del bien, que seréis los verdaderos sacerdotes, yo os consagraré para eso; y el Padre os conducirá, de Espíritu a espíritu, en el camino eterno, en la eternidad; pero entended que, para esto, necesitáis sentir y pensar adecuadamente, despertar y entender bien, que la gran escala que va del corazón al celo, que la escala que va de la mente del cerebro, a la gloria de aquel que piensa y por el pensamiento, domina a la materia; son peldaños de la escala espiritual, en los que no hay alguien que os pueda extraviar, si no queréis ser extraviados.
119 Bendito sea el saber, en las manifestaciones espirituales; y bendito sea el saber en el espíritu, ya que es luz que ilumina el cerebro y al corazón del hombre, cuando ya existen en el mismo, como ser humano.
120 Por eso, amados míos, ¡amaos! Porque esa es la santa ligadura. El amor de los unos a los otros, ligamento sagrado puesto por Dios, en cada corazón, de mente a mente, de hombre a hombre, de Espíritu a espíritu de los celos a la tierra, el amor está en comunicación con la creación y con todas las criaturas.
121 El amor, no tiene extraños, no tiene divisiones, es: el rey, el soberano sed vosotros portavoces del amor, id por todas partes repartiendo utilidad y servicios que el amor os manda.
122 ¡Benditos seáis! ¡Oh hijos del amor! Porque sois los hijos del rey, los hijos de Dios. ¡Benditos seáis vosotros! Cuando os encuentre trabajando, por el bien de los demás.
123 Pueblo mío, cátedra de día primero habéis tenido, cátedra de jueves santo tendréis también; cátedra de justicia, amor y sabiduría, cátedra de comunicación del Cristo, para aquellos que trato de espiritualizar.
124 Redimíos a vos mismo, porque no pasaréis a la gloria, si no sois redentores de vosotros mismos.
125 Trabajad, haced el bien y cantad en lo infinito, teniendo por antorchas las estrellas de los cielos. ¡Benditos seáis!
126 ¿Os dais por satisfechos, con todo esto? ¿Creéis que falte algo más en mi palabra? Habéis recibido esencia, substancia y luz.
127 ¿Tenéis atrición, pueblo mío? ¿Verdaderamente en vosotros existe el propósito de enmienda? Tomad una azucena en vuestras manos, en estos días; y después, dejad que el alma la contemple; y si no hacéis obras buenas, avergonzaros ante aquella azucena, si es que no habéis perfumado algo, con la esencia de vuestro amor.
128 Tomad una azucena, meditad en ella, tomad un clavel, un nardo, el mirto, la acacia, el laurel, preguntadle a las flores; y os avergonzarán, ellas hacen obra ligera para engrandecer la conciencia del hombre, os brindan sus perfumes, sin pedir algo, sin importar, el sitio donde se encuentren.
129 Tomad una avecita canora; y meditad, ved como os brinda sus trinos, cómo le canta a Dios, sus penas y sus alegrías; libre o prisionera.
130 Tomad un grano de trigo, sembradlo; y ved lo que produce, ved cómo rinde la semilla, en su utilidad.
131 Actuad con la mente espiritual sobre vuestra material, para que os pueda llevar por mi camino; y yo, el Verbo del Padre, os pueda decir: ¡Hijo mío, descansad, en la Verdad de mi amor!
¡Mi paz, sea con vosotros!
31. Deberes espirituales y materiales; sobre la llamada hermana blanca
Domingo 18 de mayo de 1947
1 ¡Mi paz sea con vosotros! ¡Bendito sea el día del sol y benditos sean los hombres de la tierra, los ángeles de los celos y todo lo creado por Dios! ¡Benditos sean todos los días y todos los momentos en que el hombre vive! Y benditos sean todos los astros y todos las criaturas que tienen animación de vida; vida, que es la emanación vivificante del Dios único, del Padre Celestial.
2 ¡Sea todo en la creación, bendito! En cuanto Dios, lo ha bendecido todo desde su principio, desde el universo hasta el átomo, desde el pequeño insecto hasta el ángel, sean benditas todas las cosas que manifiestan animación de vida, porque Dios en ellas, les está dando animación vital.
3 Y por tanto, pueblo bendito de Dios, pueblo Hijo de Dios, yo os recibo, bendiciendo cada instante de vuestra existencia en cuerpo o en alma, bendiciendo cada momento de vuestra vida y transmitiéndoos mensaje grande, de corriente fuerte, mensaje que hace estremecer a la materia que se me entrega en esta ocasión, porque os traigo la savia espiritual, porque os traigo todo lo que es solamente mío, porque las revelaciones grandes solamente son para los espíritus grandes; por esto, en esta cátedra, en que una vez más os hablo a través de un intérprete humano, dando paso al rayo de mi fortaleza, se estremece la materia, tiembla porque así son las palabras: potentes, porque son mías.
4 Os hablo una vez más, mi pueblo, os recibo y os saludo en el nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo derramándome en gracia como Espíritu Santo ¡bienvenido seáis pueblo amado! Una vez más la fuerza, dirige la materia con la sabiduría invisible de lo eterno; una vez más el Espíritu Santo, manifiesta su existencia cual Verbo Divino a través del cerebro y por labios humanos.
5 El sol interno os ilumina, pueblo, la fortaleza que sentís y no veis, está con vos, el Espíritu del Cristo con vuestro ser, porque de cierto os digo, pueblo amado: que en el mundo andará vuestra materia; pero vuestro espíritu en el universo estará y por cuanto sois espíritu, conoceréis el universo; y está dicho que muchas moradas tiene la casa del Padre, porque el universo es el conjunto de moradas, las que encontraréis en los diversos astros, en los diversos mundos que existen en los sistemas solares de todas las galaxias; mundos, por los cuales tendrá vuestro espíritu que pasar, conociendo así el universo entero.
6 Quiero alentaros dándole luz a vuestra esperanza risueña. Cuando penséis en la eternidad, en ello tenéis vuestra fuerza y vuestra complacencia porque vosotros, en espíritu, sois eternos. Sois parte de la Verdad, mi pueblo y en la parte de verdad, una promesa; la promesa de que seréis grande cuando más pronto os aproximéis a vuestro verdadero ser; promesa, que vos mismo haréis cumplir en vuestra existencia; promesa, que yo anuncio y vos podéis verificar.
7 Se mueven los espíritus de los hombres en la tierra y en los demás mundos habitados; pero el espíritu se expande en el cosmos buscando anhelantemente al Dios que lleva dentro; para en su unidad, dejar que Dios, brille por él y tenga un canto eterno el hombre en la naturaleza, cuando en la naturaleza humana, brille la naturaleza divina del auténtico ser. ésta es vuestra verdadera vida: cuando encontréis al Dios que anheláis, que está en vos mismo y en todo lo existente, con toda su belleza, con toda su perfección, con toda la belleza de su infinita luz.
8 ¡Amad a Dios, por la belleza de la luz que él dio! Contemplad el sol interno, fijaos en él, sintiendo su calor, pensaréis en su amor; contemplando la luz, concentrándoos en vos mismo al contemplar la luz y la belleza de Dios, lo sentiréis tal cual es. Es necesario que lo vayáis sintiendo. ¡Ah! Hermosa aparición de la divinidad, cuando el hombre sepa sentirla y contemplarla a través de sus propios vehículos, ya no habrá entonces esclavos; porque entonces, el hombre será libre.
9 ¡Alimentaos, pueblo mío, de lo que es gracia, en vos mismo! ¡Alimentaos de lo que es verdadero, de lo que es imperecedero!
10 A los hombres podéis estremecer con lo que anunciáis, ¡oh! Manifestación del alma, misionera! Mas a mí, solamente me pedís, fuerza y amor y venís hasta mí, ¡oh! Fluido invisible para el hombre; a decirme que le pida al Padre, que corte ya vuestra dolorosa misión que es la de cortar el hilo que está entre el cuerpo y el alma de los hombres, y decís que algunos os llaman con el nombre de: hermana blanca otros con el nombre de: martha y los demás, con el nombre de: muerte mas yo os llamo cual creación existente de Dios, nombrándoos: el fluido vital: y venís a manifestarme que pronto cortaréis el hilo de una existencia humana que tiene poca duración ya, una lámpara que presto se apagará. ¿Qué me decís? Si antes de saberlo vos, lo sé yo, porque el Padre por mí hace y por mí dice el evangelio del amor. Cuanto yo siento, el Padre lo conoce y cuanto el Padre pasa por mí, lo conozco y el Padre, pasa por mí, mensajes a la humanidad; y yo conozco, lo que vais a hacer; y lo que vais a hacer, hacedlo en el preciso momento, en su oportunidad.
11 Los hombres que os temen es porque viven en pecado, en lo que llamáis pecado, humanidad, desobedeciendo los mandamientos y preceptos de la Ley paternal; pero de cierto, os digo: el que tenga su existencia humana tranquila, no os temerá porque tranquila será su transición espiritual o lo que le llaman: muerte.
12 Yo os digo: pasaréis un tiempo de prueba en vuestra dolorosa misión, anunciando féretros; después dejaréis esa misión y descansaréis de ella y tomaréis otras, porque nada está en reposo, el universo todo, es movido, más o menos acelerado; pero todo es movimiento, todo se mueve: se mueven las aguas, giran los astros, se arrastra el gusano, se mueve la tierra, al aire, el agua, el fuego, el hombre, el cuerpo, el alma, el pensamiento del ser en la mente y fuera de la mente humana, y así la mente espiritual se mueve, para formar el pensamiento que vitaliza; se mueve el ángel o enviados de Dios; el Verbo tiene movimiento en el campo del amor, el alma en la luz tiene su alegría, y en ella se mueve mejor. ¿Por qué vos queréis descansar? ¡Oh, manifestación del alma universal! ¿Si descansáis de una misión, para tomar otra y dejáis unos problemas para tomar otros problemas?
13 Sólo hay cambios en el movimiento universal, en las mentes, en los problemas, pero siempre se manifiesta de ésta o de otra manera; así pues, dejad que los seres humanos sigan su camino, pero cuando recibáis el aviso, haced lo que debéis hacer.
14 Los humanos pondrán azucenas y flores en los cuerpos inertes; pero pocos llevan violetas y mirtos para el jardín del alma; los hombres creen, la humanidad cree en el celo; pero no sabe que está en la conciencia y tampoco sabe cómo escucharlo ni cómo ganarlo; piensa que no amando los vicios va también por el camino, cuando solamente se alcanza la gloria por los méritos adquiridos en la servicialidad, en ese ministerio de la servicialidad a la humanidad, que está a vuestro alcance.
15 ¿Cómo queréis vosotros encontrar la gloria o que aparezca la que lleváis dentro, si vosotros sólo os abastecéis a vos mismo y no dais a los demás? Sí, yo os he puesto en una pequeña misión; ya que no dais elementos monetarios, ya que no sois ricos para dar de los bienes de la tierra, os he puesto una misión en esta mi doctrina; y ni así cumplís, por el bien vuestro. Os he concedido, unos nombramientos; a unos y a otros, nombramientos os ha dado; y os olvidáis de todo, dejando en último lugar lo que debía estar en primer lugar; y en mi doctrina, está la llave de vuestro celo, sabéis que existe y no lo buscáis; y descuidáis lo que os doy, para que sembréis las flores que en la gloria han de acompañaros.
16 Os agrada la belleza, pero no la sabéis adquirir, no sabéis obtener; eso: la luz y sin embargo, no le servís a la luz, porque la luz que está en vosotros, es una luz sacrificada, es una esencia de amor que no la dejáis actuar como quiere, la luz de Dios está en vosotros y no la dejáis que se mueva como debíais vosotros dejarla. Aprisionáis lo divino; engrandecéis lo humano.
17 Es verdad en vosotros, que os enojáis cuando los demás os hacen ver vuestros defectos. ¡Cuánto los queréis! Queréis demasiado a vuestros defectos y os enojáis porque los descubren; cuando deberíais vosotros, examinar éstos cuidadosamente y destruirlos; e insultáis a veces, ya con el pensamiento, ya con la palabra a aquél que os hace ver vuestra propia escoria.
18 También, mucho de lo pequeño olvidáis y mucho de lo grande. Buscáis el cumplimiento de vuestros deberes en la tierra; y no recordáis de vuestros deberes que os darán el celo; vosotros sois que confundís, ¡oh moradores de la tierra!: las necesidades con los vicios pues, vais por mal camino; las necesidades con los vicios los estáis confundiendo a cada momento, no sabéis cuál es la necesidad de la materia, no sabéis distinguirla del vicio, de lo consecutivo de los sucesos; ¡cuánto deseáis al celo y qué poco le dais para que vuestra propia alma aproveche! Os dais poco a vos mismo en alma, mucho en materia os dais. Yo quiero despertaros, pueblo mío, para que al despertar encontréis en vuestros anhelos, la alegría que buscáis, pero en vuestros anhelos: espirituales.
19 Eso os he dado: nombramientos que descuidáis vosotros que tenéis de la mediaunidad verdadera, la primera escala de la iniciación, porque la mediaunidad, la verdadera mediaunidad elevada, es una iniciación; por cuanto es elevación; habéis descuidado en los derechos gratos de la iniciación, vuestros deberes, vuestras obligaciones para con vuestros prójimos; ya que, vosotros sois para daros a los demás y cuanto mayor sea la facultad que tengáis, mas obligados estáis con la humanidad, porque ¿qué otra cosa vais a dar para obtener en alma? ¿Qué vais a dar: cosas materiales? ¿Servicios? Pocos dais. Conscientemente entregaos a los demás, para que se os tomen en cuenta como el camino, como la salvación del alma. La causa de la salvación, es lo que debéis hacer en este mundo. ¿Creéis acaso que con trabajar y ser hombres de bien, tenéis seguro el celo?
20 Vengo a hablar para que me digáis de los deberes que tenéis para con los demás, vengo a hablar a vuestros corazones y entendimientos para despertaros; y empezaré, mi pueblo, dándoos cátedra; pero a la vez mezclando en la enseñanza las órdenes necesarias que deben cumplirse y siendo aún las mismas órdenes una verdadera enseñanza espiritual de tanta trascendencia, que cada palabra, si la lleváis como una nota de música celeste que guarda el alma, como un recuerdo grato del corazón; cada palabra, será en vosotros una luz para cuando estéis en la vida del alma y necesitéis alumbraros con ella.
21 Yo os pregunto, pueblo: ¿por qué el hombre confunde las necesidades con vicios? ¿Por qué en algunos, la luz de vuestra fe, por momentos allá en vuestro corazón, está más débil? Escuchad todos vosotros lo que os voy a contestar: yo recojo en lo íntimo de vuestro ser, la contestación de aquellos que habéis dicho: sólo tú, Divino Maestro lo sabes. Escuchad a aquel, que inmediatamente sabe vuestro sentir y vuestro pensar porque mi amor, me acerca y unifica a vosotros; poned atención: el hombre es un conjunto, una mezcla de carne, alma y espíritu, sentimientos y pensamientos, anhelos y emociones, inteligencia y razonamiento mezcla indefinida hasta hoy por el hombre.
22 Si ponéis los ojos en vuestra personalidad humana o en la personalidad de los demás, encontraréis siempre quejas y amarguras y el ¡ay! De dolor, porque ponéis los ojos en las formas, en la forma vuestra o la ajena; en la forma de vuestros semejantes siempre encontraréis dureza; sí, examináis los actos de la humanidad; y vosotros, estáis dentro de esa humanidad, formando parte íntima de ella misma; pero si vosotros os fijáis solamente en quién no ha tenido paz, os sentís solos. Así lo decís, porque vos os juzgáis que sois la materia.
23 ¿Pero si vos supieseis que tenéis Padre y tenéis madre, que siempre los habéis tenido y que nunca dejaréis de tenerles? Vos, el verdadero, el eterno, el que nunca dejará de Ser: vuestro espíritu siempre tendréis por Padre y por madre a Dios, que es también mi Padre; no hay orfandad, no hay huérfanos para el espíritu.
24 Y por eso sufrís, pueblo, porque ponéis la mirada en la carne y en la forma, porque ponéis los ojos en el conjunto de células que hacen a los humanos, pero, ¿cómo y adónde habéis visto un espíritu sin padre y sin madre, siendo que Padre y madre de vuestro ser, es Dios? ¿Por qué siempre os fijáis en la personalidad humana? ¿En ese traje que sólo vivirá algunos años que son menos que un suspiro en la eternidad?
25 Vos, tenéis hoy ese cuerpo; mañana, tendréis otro, con padre y con madre; y habéis tenido otros muchos cuerpos y habéis tenido padres, madres, hijos, hermanos y seres muy amados, que antes vos no amasteis, pero que tenéis que amarles; que antes, vos no cuidasteis y que os cuidaron; y estáis cumpliendo una misión, una deuda del pasado pagando éstas; por tanto, en la Verdad y la mentira mezclada en el hombre, lo falso, no puede ser comparable con lo verdadero; y en cuanto a humano, sois ficticios, o sea, sois de forma pasajera; seréis por un tiempo en esa forma y después ya no seréis en ella; pero en cuanto a espíritu, seréis siempre un conjunto de centros de fuerzas, ya que, no solamente pasa por vosotros la fuerza de los astros y del universo, es algo más: el mismo Dios, que está en vosotros.
26 En el espíritu, cada ser es un centro, un vehículo del Padre será; seréis vosotros también, un vehículo del Padre en cuanto a espíritu, cuanto seáis dignificados, purificados, levantados hasta la excelsitud relativa del espíritu limpio que se une con el santo Espíritu de la creación; no os hablo del excelso Padre, os hablo del espíritu purificado y perfecto, entonces, unidos a la creación seréis vosotros los que viendo por todas partes la belleza de Dios y la felicidad, no tendréis un reclamo, ni un suspiro ni un dolor; tendréis: alegrías porque el espíritu, será feliz cuando sea libre.
27 Por eso os digo: algunos habéis puesto mal la mirada; pues habláis de vuestra personalidad humana, ¡pero ese no sois vos! Fijad la mirada en vuestro verdadero ser y comprenderéis que tenéis Padre y madre y que vuestros hermanos, son la humanidad y pensad que los defectos de los demás han sido vuestros; y si es que ya no son vuestros, porque vos mismo sois la humanidad; vencedlos, arrancadlos de vosotros mismos; además, escuchad a vuestro Maestro, no es grato a los ojos de los demás ni un mentiroso ni un hipócrita, ni un amargado; para llevar la felicidad de vuestra presencia a vuestros hermanos, necesitáis no ser amargado, ya que no sois falso, porque el mentiroso es desagradable, ya que es una fase de la hipocresía la mentira y ésta es desagradable; el amargado, el hipócrita siempre estará solo, como el amargado, el mentiroso y la mayoría de vosotros, tenéis y manifestáis sólo una de estas influencias, sois amargados, no lo seáis, porque el espíritu liberado no tiene amarguras, esas son del cuerpo y del alma.
28 ¿Qué os han hecho? Os han abandonado, han abandonado a vuestro cuerpo; os han pagado con ingratitud; ¿pero a quién se lo han hecho? A vuestra personalidad humana ¿a quién de vosotros, os pueden herir en espíritu? De cierto os digo: que no podrían ya que el espíritu, siempre verá la parte elevada y las virtudes de los demás y vayáis adonde vayáis y con quien estéis; es necesario, pueblo mío que os quitéis esas lacras, esos defectos.
29 El amargado, no es grato, ya os he dicho no es grato tampoco, aquél que siempre se siente “juez” para juzgar los actos ajenos, aquel que se siente “intérprete de pensamientos,” cuando no se interpreta ni a sí mismo, ni se entiende a sí mismo. Por eso os digo en verdad: que también el estar amargado, es una enfermedad hay muchas enfermedades en la mente de los hombres, muchas causas de torcer los caminos; y para las enfermedades de la mente de los hombres: el amor, es buen médico.
30 Amad a la humanidad, no os acordéis de los actos tristes que os ha dado, las sonrisas benéficas sean grabadas en vos y olvidad las tristezas provocadas por los demás. Pensad que vos: no sois la forma vos: sois espíritu ¿me habéis entendido?
31 ¿Os ha faltado acaso Padre y madre? ¿No es vuestro, el universo? ¿No es vuestro, el mundo? Este mundo es vuestro porque es de Dios, el universo es vuestro porque es de Dios y Dios, es el Padre Celestial y es vuestro Padre. ¡Aún así estáis triste! ¡Ah! Hombre, cuándo el universo es vuestro, porque es de Dios, que es vuestro Padre.
32 Vos os sentís pequeños, débiles y enfermos, porque siempre creéis que sois la carne, ¿de qué manera persuasivamente os haré salir de esta manera relativa de vuestro entendimiento falso y vano? ¿No os he dicho: que del universo dependen las diversas moradas del hombre espiritualizado y que éstas serán vuestras? ¿No os he dicho, amados míos: que llevando la riqueza de Dios dentro de vos mismo, los millonarios a vuestro lado, son pobres? Entonces, ¿por qué vosotros os afligís y suspiráis cuando os sentís miserables, si sabéis que la capacidad, que la medida que Dios llenará en vosotros, es la del entendimiento y que de acuerdo con vuestro entendimiento Dios se hará sentir y brillará más en vos? ¿Cambiaríais vosotros, vuestra riqueza espiritual; a la pobre riqueza de un millonario? Un millonario a veces ya es miserable, porque se olvida que lleva a Dios dentro.
33 Hijos de Dios, elevad el pensamiento por encima de los éteres hasta que se encuentre con el mismo pensamiento de Dios que brilla en el universo; y cuando se encuentre con el pensamiento de Dios, son dos los que se encuentran, que brillan, que se funden, que se confunden sin perder la conciencia de que una es la luz del Padre y la otra es la luz del Hijo. Siempre estará en la conciencia del hijo: que no es el Padre.
34 éstas han sido mis palabras en distintas cátedras, por tanto, ¿estáis afligido; vos, que sabéis a quién lleváis dentro? Os di una cátedra en tiempo pasado, en que os decía: hombre, por vos pasan las fuerzas del celo y de la tierra. Hoy os doy una cátedra de mayor elevación que aquella; una cátedra, con que se ha estremecido la materia que está acostumbrada a recibir vibraciones fuertes; y sin embargo, una cátedra que es toda luz y revelación, cuando os digo: no solamente pasa por el hombre las fuerzas de la naturaleza, las fuerzas de los astros; sino que el mismo Dios, está en el hombre con mayor amplitud y entonces podréis sanar y curar y reconocer vuestros defectos y extender vuestra conciencia espiritual en el campo de vuestra acción mental para que vosotros mismos os vayáis educando con los pensamientos que vienen de dentro, porque sois iniciados de la escuela interna; el interior del hombre está iluminado por la fuerza del Padre y por la luz del Padre y es necesario que entendías, por qué quiero crear en vuestra conciencia: firmeza y seguridad de esa verdad, de que: Dios está en vosotros y entonces, vosotros seréis lo que queráis ser, lo que anheléis ser.
35 Pero, de cierto os digo, mi pueblo: he dado a este recinto el regalo, la magna dádiva, el magnífico regalo de estos mensajes, mensajes obtenidos pocas veces por los escasos aparatos preparados para ellos que en esta nación escogida existen; pero, escuchadme discípulos amados pueblo mío; escuchadme: seréis vosotros los primeros que preparéis vuestro archivo minuciosamente.
36 Sí, pueblo, necesito toda vuestra atención: la etapa iniciativa en la mediaunidad de María amparo, os dará lecciones insospechadas; de hoy en adelante aumentarán los mensajes y después por miriam, aumentarán y por las que sigan mejorarán también, de acuerdo con su capacidad iniciática de la mediaunidad.
37 Pero escuchad: esos mensajes que vais a recibir, serán siempre superiores; mas en estos momentos no puedo dirigirme directamente a María amparo, puesto que es su propio instrumento utilizado por mí y hará su vez raquel, para darle órdenes y vos juan, también.
38 Ovejita obediente que amáis el orden en las cosas: luis, amado mío; también escuchad, escuchad los tres: fue ordenado a francisco hace tiempo, que: de los años pasados, tomase los mensajes que no estuviesen de acuerdo con la razón, con la exigencia de los demás, con el juicio de los hombres que van a calificar; que tomase los escritos de los tiempos pasados, cuando vos empezabais a escuchar y a perfeccionaros y que todo lo pasara por el fuego, dejando solamente trabajos selectos, sin tacha; trabajos limpios, ordenados. Pasó el tiempo; y francisco, no lo hizo.
39 Y hoy digo a raquel, que en compañía de María amparo, raquel va a leer una por semana, dos o tres por semana para que sometiendo a vuestro juicio y a vuestra conciencia los escritos pasados, sean quemados todos aquellos confusos, dejando solamente un conjunto de hojas buenas en donde haya: esencia, substancia, fragancia de Espíritu Santo; y todo lo demás lo uniréis al fuego, no dejando una sola letra que confunda las mentes que vendrán.
40 Y juan, entended: de todas estas explicaciones, quiero que utilicéis la visión del espíritu para que sepáis analizar; por qué os digo esto, para que lo meditéis, para que lo reflexionéis: todas aquellas hojas que tuviesen una sola frase que no esté de acuerdo con vuestra lógica humana, en lo que se requiere en estos días, el fuego dará cuenta de ella y esos escritos, serán convertidos en cenizas y vuestro archivo solamente tendrá letras de luz y vuestro archivo solamente tendrá valores espirituales: verdaderas cátedras que serán dadas al pueblo, en folletos futuros; pero esos mensajes mejorarán siempre y cuando las facultades sigan escalando la inmensa escala de la iniciación de la mediaunidad, pura, elevada, verdadera, grande hasta lograr la unidad; pero en esta iniciación, en tiempos venideros, será necesario imponer a quien alcance tales beneficios, un trabajo espiritual, que más tarde será dejado para el bien de los demás, un trabajo espiritual que volverá a hacerlo vuestra hermana raquel, por el bien de los demás, ¿me estáis entendiendo? Cuando se alcanza la iniciación es imposible cerrar las puertas y no dar, de la iniciación; quiere decir: cesión, dádiva.
41 ¿Qué, he dicho? ¿Qué, habéis entendido? No se lo pido, yo se lo ordeno, porque en estos trabajos, la mayor parte de vuestras enfermedades, radica en la mente torcida, maleada. Enferma esta vuestra mente, débil una, y enferma la otra, mas hay una manera de vuestra mejoría o de vuestra salud, que vosotros no sabéis todavía; solo los altos iniciados en la espiritualidad; y son los maestros espirituales que traerán a vosotros la panacea mundial, empezando por darle luz a las mentes y hacer que el hombre vaya utilizando sus propias fuerzas internas en su beneficio, para que luego beneficie a los demás.
42 ¡Cómo va a curarse la humanidad, si la mente es la primera que enferma al cuerpo!
43 Necesario es que vengan esos maestros, hay siete seres nombrados para dar estas luces, y más tarde se procederá a este servicio: a dar consuelo, a dar consejo, a curar sin medicamentos hechos por laboratorios de los hombres; mas aquél que quiera seguir curándose por las medicinas de los hombres se seguirán curando; pero aquel que quiera curarse, sabiendo el secreto curativo que tiene el agua, la luz, la mente, la palabra, las manos, el pensamiento limpio de los hombres, no necesitarán intoxicarse el cuerpo; cuando mis discípulos a través de la materia, les enseñarán el secreto de la naturaleza: de sus elementos, que está en la fuerza primitiva; en la fuerza de la bendición, en su principio está la fuerza y antes por Dios todo ha sido bendecido desde su formación, desde su existencia; y de cierto os digo: que daré luz y más luz en este día de gracia divina.
44 ¿Habéis entendido, raquel? en otras doctrinas existe esto dicen algunos, en el principio Dios empezó a formar estas cosas y Dios se formó a sí mismo y yo os digo: Dios, nunca tuvo principio, ni tendrá fin, porque todo lo que tiene principio tiene fin; mas desde que Dios es Dios, hay centro creador y ha estado formando, creando ¿cómo empezó? Dios no tuvo principio, pues si hubiese tenido principio tendría fin y por tanto, desde que Dios es Dios, ha formado, ha creado con su mente divina ahora, ésta es la luz para otras filosofías, para otras doctrinas, que dicen: “creo en el principio.”
45 ¿Cuál fue el principio de las cosas? Nadie lo conoce, porque, Dios en la eternidad está siempre formando, siempre vitalizando, siempre creando. La creación de Dios: fue, es y será eterna, con él, es y todo lo que es eterno nadie lo conoce; sólo Dios, conoce a Dios y Cristo se hace conjeturas bajo el sol; pero por encima del sol y de los soles, el pensamiento de Dios hace formas vitalizadas y dice: ¡sea! Y es, y siempre así.
46 Luz a las filosofías, luz a las escuelas a través de un instrumento humano; pero luz de esta doctrina. Ahora, pueblo mío, ved si es grande; puesto que reconoce que Dios, es, es el principio en el principio; mas no puede pensarse en él sin pensarse en la creación, siempre con él, de él. He aquí, porque gran fuerza ha venido a vosotros en esta alba y lo grande, del Espíritu Santo es y mío ha sido todo esto.
47 Decid entonces, raquel, a vuestra hermana, que: dedicando unos momentos de vuestra existencia, queméis todo aquello que puede comprometer con una sola palabra, la grandeza de vuestro archivo, la luminosidad de vuestra heredad, por escritura. Porque es la herencia para las multitudes, ésta es la herencia que dais, ¿habéis entendido bien? ¿Habéis entendido: que sea todo aquello confuso, quemado? ¿Que de los años pasados y las cátedras que han sido dadas en estos últimos años: ya correctas, ya definidas, se quedarán? Empezaréis pues, por los primeros años de trabajo, cuando habéis tenido que pasar por aquella gama, por aquella variación de trabajos necesarios para el aprendizaje de lo que sois hoy.
48 ¿Qué decís sobre todo esto, juan? Hubo un tiempo, escuchad bien: hubo un tiempo en que parecía, según las frases, que se manifestaba el Padre; mas era yo mismo, el Cristo, manifestando la fase del Padre; pero entonces no estaban los trabajos definidos, porque era mi voluntad que pasasen por aquella escala de aprendizaje, para que después vinieran las aclaraciones, yo manifestaba al Padre, yo mismo daba los mensajes sin dar mi nombre, los mensajes vienen por retransmisión, como me eran dados a mí. ¿Me habéis entendido?
49 Todas esas cátedras las quemaréis, porque esas cátedras a los que no saben, los confundirán, ¿qué os parece? Todas aquellas cátedras que tengan frases antiguas, que ya no son necesarias en este tiempo de actuación plena del Verbo luz, aquellas quedarán en el fuego; por el fuego del amor y el fuego de la sabiduría, reducid a cenizas todo lo que no es amor ni sabiduría; todo lo pasional, lo ficticio, todo aquello: que ya no es y que fue.
50 La verdad es siempre, sin dejar de Ser nunca. Y como la Verdad, es uno de los atributos del Padre Dios así, vuestras cátedras, las que estén llenas de poder, amor y verdad quedarán; y aquellas que les falte explicación en cenizas se convertirán. ¿Entendéis bien, estas frases?
51 Tengo que daros más de lo que esperabais, por motivos que aún no entendéis, por acontecimientos que sabéis, se me ha pedido directamente por un espíritu, entregar a una amada mía, a una mujer que me habla allá en su casa, de noche o de mañana, pero sola. Y voy a conceder, lo que ella me ha pedido, por el bien de vuestra institución, por el bien vuestro, hasta nueva orden, hasta que entendáis bien las frases convenientes.
52 Y por un tiempo largo, se suspenda entregar las videncias en este lugar y vosotros no sabéis por qué, y yo os digo: las videncias faltas de explicación confunden a los que vienen y no saben de esta doctrina. Hasta que lleguen los videntes a mayor iniciación y den los términos apropiados para cada pensamiento, volverán decirse las videncias; mientras: por un tiempo largo y hasta nueva orden, serán suspendidas. Mas, ¡no solamente aquí! En todos los recintos donde se vele y se ore por aquellos lugares, por el trabajo limpio, porque en su trabajo no sean suspendidos; se hará eso, ya que muchos lugares serán suspendidos con el pretexto de la videncia, de la falta de explicación, por el pretexto de la frase equivocada, de la frase que os decía antes: creyéndose que era directamente el Padre Celestial mas yo transmitía en su propio nombre. Todo esto desaparecerá; y las videncias, solamente las guardarán para sí mismos, mientras vienen otros tiempos de mayor derecho para la obra y de mayor iniciación para los videntes.
53 La labor de mis trabajadores, no es libre, porque los hombres les acosan, les mortifican, les impiden trabajar en mi obra; y por esto, quiero evitaros todo dolor, todo padecimiento, toda persecución innecesaria hacia vosotros.
54 Entended: que este mensaje, está lleno de luz porque con la sabiduría, sois dirigidos; y con la fuerza, movidos para que andéis por el camino recto de la iniciación espiritual y no sufráis, mi pueblo, y no sufráis, videntes, porque se os suspende entregar la videncia; ¡alegraos! Porque esto es solamente para que lleguéis a una iniciación mayor, entendiendo lo que es el mundo, lo que es el universo, lo que sois vosotros, lo que son los astros, lo que es el pensamiento, lo que es el ángel; pero jamás entenderéis, lo que es Dios por eso estas órdenes son dadas dentro de la potencia relativa y la fuerza que resiste un aparato que mucho resiste, para que las cumpláis todas; puesto que todas son perfectamente mías ¿habéis entendido, juan? ¿Habéis entendido, raquel? ¿Vais a hacer lo que os he ordenado?
55 Trabajad en vuestro archivo, mas empezad por el presente y solamente arreglad aquello que debe ser archivado y guardado como la luz, el mensaje moderno para los pueblos, eso arreglaréis. Las lámparas viejas serán substituidas por lámparas nuevas, de un sabor claro, las antorchas pasaron ya, hoy es dar luz espiritual para que alumbre al hombre. Las mentes como las aguas, en movimiento y en renovación están, porque se les ha de dar a las mentes el alimento pasado, cuando hay más alimentos grandes, cargados de luz en este tiempo y más llenos de substancias y esencias?
56 El ser humano sabe qué es lo que siempre ha sido, desde que fue concebido por la suprema mente de Dios, el ser humano sabe que es: espíritu y de allí vendrá su sostén, su luz y su fuerza; porque sois vosotros, en cuanto a espíritu, de los mismos elementos divinos que el Espíritu supremo del Padre; pero no sois iguales en potencia, ¡jamás! No sois el Padre: sois de los mismos elementos divinos, de la misma fuerza, del mismo amor, el amor que hay en el Padre: la fuerza del Padre, la belleza del Padre, el ritmo, la armonía hay en vosotros: la divina herencia que el Padre os ha dado ponedla en movimiento para que os encontréis vosotros mismos, que os habéis perdido.
57 El espíritu en el hombre se perdió, cuando pensó que era materia: el espíritu en el hombre se perdió, cuando individualizándose se olvidó que era más rico que los ricos, en cuanto a espíritu. El espíritu del hombre se perdió, cuando olvidó que procedía de la gran luz, se sintió en las sombras y en ellas se movió y a ellas se identificó y en ellas sintió su ser; mas, vuestro ser, no es la sombra, humanidad; vuestro ser, es la luz por cuanto sois luz; y Dios, expresa su belleza en su luz, que está en vos mismo. He aquí los términos emanados del Maestro de maestros e interpretados; por entendimientos humanos. En la realización y realidad del espíritu, no hay miseria; todo es abundancia, exuberancia, grandeza, vida y ritmo, canto e inmortalidad.
58 Os hallaréis a vos mismo, hombre, cuando en espíritu os sintáis, digo a vosotros que ésta ha sido mi cátedra, digo a vosotros que llegarán los tiempos en que se reunirán maestros de otras filosofías y que yo daré, porque si el párvulo dice: aquí estoy señor el Maestro dice: yo siempre he estado con vos, yo siempre he estado aquí, he estado también allí; testigo de vuestras horas y de vuestros momentos, he sido yo; mas vos, no habéis querido entender que yo siempre he estado con vos, yo también estoy aquí, pueblo, estoy en vos, os estoy manifestando que vuestro sol interno sólo espera que desaparezca la niebla de vuestra mente para alumbraros ampliamente; de vuestro sol interno, quiero que seáis su vehículo de expresión, y vuestro sol interno es Dios que está en vos mismo; pero vos, no sois Dios.
59 Pueblo, ésta es mi enseñanza. Roque, ¿cuál es vuestra respuesta? Qué se haga todo lo que es mi voluntad y vos, ya sabéis que en la conciencia de vuestro ser, es por la cual Dios se manifiesta. Porque Dios manifiesta sus órdenes por la más alta conciencia de vuestro verdadero y real ser; y si Dios se manifiesta por lo más alto de vos, de vuestro ser, que Dios está en vos, en vos mismo ¿qué os dice? ¿Qué os ordena que hagáis?
60 Si vos habéis encontrado la luz en vuestro sol interno, ¿habréis de ir a las tinieblas? ¿A vuestra negación? Entonces, Cristo no quiere soldados, Cristo quiere apóstoles y cada hombre será un apóstol y cada apóstol será un maestro a su tiempo; y con el tiempo, brillará el hombre.
61 Y yo le pregunto a lo más íntimo de vuestro ser, el que os anima, el que os mueve con su fuerza, al que os dirige con su sabiduría, al que está brillantemente en vos, ¿qué vais a hacer?
62 Escuchad, esta escuela espiritual donde Cristo es el Maestro, es para eso: es la escuela para desarrollar vuestros poderes espirituales internos, para conocerse a sí mismo, es la escuela interna donde vais vosotros, los párvulos, y más tarde los verdaderos iniciadores, pero en esta escuela interna a la que vos pertenecéis, tendréis vosotros: los verdaderos iniciados, vuestras reuniones en otra parte, quiero deciros: reuniones en almas.
63 Las almas en el astral se unirán en grupo por afinidad; y entonces, de las alturas vendrá la enseñanza, superior a la enseñanza que tenéis en la carne; os estoy preparando, creando conciencia en vosotros para que estéis capaces en la iniciación de allá, donde no habrá puerta que tocar ni agua de esta que beber, ni sitio en que sentaros, como los de estos sitios materiales.
64 Cada uno de vosotros, responderá a cierta hora de la noche y en ciertos días, a un llamado espiritual y allí os reuniréis, en el astral, todos los verdaderos iniciados de la escuela interna; pero los iniciados de la escuela interna no sois todos vosotros y aún los que son, no están aquí todos, hay aquí entre ellos, iniciados, mas no son todos los que veis; otros vendrán y se iniciarán en la escuela oculta e invisible del saber y os quiero para eso, para que seáis un iniciado. Y allí, os reuniréis todos; en otro recinto, sin bases y sin puertas, en un lugar espiritual donde nadie os perseguirá, en el astral os reuniréis, os enviaré maestros para que agrupándose las almas os enseñen y mi propia luz brillará cuando estéis reunidos y el mismo Cristo os enseñará.
65 Mas, siendo vos, de la escuela interna un iniciado, no debéis profanar vuestras manos tomando nuevamente las armas, el iniciado es para mí; el hombre de armas sería para el provecho de la carne, para provecho del mundo y de vuestro cuerpo; pero vos no sois el cuerpo, vos no sois la carne, vos: sois espíritu y como iniciado, el celo os espera y yo os cuido para que no caigáis en la tentación de dárselo todo a vuestra personalidad humana, de vivir para vuestro cuerpo.
66 Vuestra alma, es de vuestro ser: la más divina vestidura y la más clara manifestación dentro del todo.
67 En la escuela interna os espero, a todos los que sepáis llegar por allá ascendiendo por la escala de las virtudes, espiritualmente; pero allí no se acepta, en esa escuela interna, donde yo sin materia, fijaos bien: yo sin materia, os daré enseñanza solamente a través de enviaros mis pensamientos que recogeréis allí, yo: el Maestro y vosotros: párvulos y discípulos se cumplirá mi palabra de antes: sin medios ni mediadores, en lo infinito: vosotros y yo, por testigo el universo entero, llevando en nosotros la luz de Dios para alumbrar el mismo universo en la unión.
68 Pues necesitáis saber, que: es tiempo ya de que forméis parte de los elementos de la escuela interna, de los verdaderos iniciados que actúan sin materia mejor que con ella y que van preparando a la materia para una mejor actuación en ella; de ellos seréis vos, y algunos de vuestros hermanos, facultados serán también, cuando desechen de ellos todo aquello que deben desechar, y vosotros también, mi pueblo, para que seáis también participante de la alegría de ser iniciado en la escuela universal; y de cierto os digo: que no llegan a siete los iniciados.
69 Para que seáis de los admitidos, ¿qué necesito yo, de vosotros? ¿Para que yo, os reciba en unidad conmigo? ¿Para que venga por vosotros y os lleve sin materia, al lugar de la reunión, donde debéis aprender y yo enseñar? ¿Qué necesitáis? Ya dije antes a Tomás. ¿Os lo habéis grabado? ¿Qué dije a Tomás, respecto al amargado, al hipócrita, al falso, al mentiroso? Que él jamás, podrá ser mi iniciado, porque esos no se han lavado en las aguas de la regeneración, conscientes, del esfuerzo que les regenerará de cierto os digo: que todos vosotros sois candidatos a la escuela interna, donde se oficia y por techo se tiene el firmamento. Y yo os digo a vosotros: todos sois candidatos.
70 Mas, entre las facultades, dos de ellas por lo pronto, serán preparadas por lo pronto en lo que espero a las demás; estas dos facultades que empezarán su iniciación, a su inicio de la escuela interna como principiantes, como parvulitas, María amparo y miriam serán de la iniciación y raquel será de esa iniciación, y juan y marcos; Tomás, todavía no está preparado, mas él puede prepararse y vosotros: Roque, andrés y luis, pero de cierto os digo: la compañera de andrés, si se prepara, si da los servicios que debe dar, será de las iniciantes en la escuela invisible del espíritu.
71 Y a los demás de vuestros hermanos, decidles que se preparen, porque se necesita que jamás manchen con el manto de hipocresía su alma; la sinceridad es el primer grado, la sinceridad y la comprensión es lo primer o que debéis obtener; mas los amargados no tienen cabida por cuanto son amargados, se sienten solos en la carne; pero pueden hoy o mañana mismo, ser mujeres y varones nuevos y ser felices y cantar la dicha de la hermosura de Dios en el universo; y pueden curarse, de esa enfermedad: de la amargura podéis curaros y puede curarse el mundo.
72 ¿Habéis entendido, Roque? ¿Habéis entendido, juan? Y en la iniciación estaréis vos, ¿pero habéis entendido que a todos os espero? ¿Que todo depende de vosotros mismos? Ya sabéis que mi doctrina espiritual os convida en esta cátedra, acto de revelación de renovación en altitud plena, cuando la podáis vosotros hacer doctrina; fuera de la carne pensar eternamente, desarrollando vuestros poderes espiritualmente, en la carne haréis el complemento de la obra. Dormiréis tranquilamente, pero antes diréis: el mundo es de mi cuerpo y el universo es de mi ser, Dios es mi Padre y todo es mío.
73 Ese es el principio para emplear vuestro conocimiento en la preparación para la iniciación en la escuela oculta a la materia, de la escuela del alma universal, donde la comprensión será la medida amplia o pequeña para que Dios llene con su presencia vuestra medida interna.
74 ¿Habéis entendido? Y os preguntáis: ¿por qué el Maestro solamente escoge a unos? No los escojo yo, mis amados, el amor no puede escoger, puesto que a todos amo, se escogen a si mismos por su superación; vos también podéis apartar de vos mismo: toda exageración, toda amargura, toda mentira, toda hipocresía, toda falsedad, todo vicio, toda crueldad, todo materialismo; toda ignorancia. Porque la ignorancia, es la puerta segura del caos, es la primera puerta del abismo; apartadla de vos; y entonces, os escogeréis vos solo; y tocaréis y el Cristo abrirá las puertas de la escuela interna, en donde no se va con los pies; sólo se va: con el recto pensamiento con el alma, con el espíritu, impersonalmente.
75 Escuela mía, escuela de iniciación, estaréis abierta para todos aquellos que laven el corazón en estas aguas: en las que se hace el varón y la mujer nueva; desde hoy mismo si queréis podéis ser nuevos, de corazón y de entendimiento.
76 Pueblo, después de daros todo esto, ¿qué más me pedís? ¿Qué puede pedir la mente, cuando os he dado a manos llenas? ¿Qué podéis desear?
77 TOMáS: vos, erais un amargado de la vida, antes de que vuestro sol interno apareciera en vos erais; pero hoy ya no lo sois; de lo contrario, mis palabras serían inútiles en vos.
78 Cuando veáis que una nube se interpone ante los rayos del sol, pensad y decid: así estaba mi mente antes; ayer era mi mente: una mañana de nieblas; hoy es mi mente: un sol meridiano sin tinieblas. Mañana de tinieblas era la de ayer; hoy: sol de mediodía la mente iluminada de pensamientos luminosos.
79 TOMáS, yo quiero que seáis de mi escuela interna, donde se actúa sin materia y cuando se actúa en ella se actúa bien; pero quiero que os curéis eso, porque sois apóstol, quiero que os curéis de esa enfermedad, no apuréis más acíbar que Dios no os da, y que ese acíbar sólo tiene como consecuencia el retener los pensamientos amargos de un ayer, los pensamientos amargos de un ayer no se deben retener en la mente, se deja que vuelen como golondrinas; y sólo se retienen los pensamientos gratos. Dejad que vuestra vida amarga de ayer, se os olvide; y pensad que seréis mañana un hombre nuevo.
80 Y ya os dije antes: que la mentira y la hipocresía siempre van juntas y que yo no os culpo de esto, ni de algo, sólo os digo: que no seáis amargo. ¿Me habéis entendido?
81 Acaricio vuestro corazón porque lo necesitáis. Mi caricia es para vos como un bálsamo, no como una caricia exclusiva con preferencia por vuestro dolor el amor se acerca al que sufre antes que aquel que está gozando.
82 Cómo haceros comprender que quiero veros armonizado con la naturaleza, con el mundo, con los astros y de esa armonía salga el santo magnífico del conjunto, cual música de los astros, de la naturaleza misma.
83 Como quisiera quitar esa amargura del corazón que desde niño guardáis y haceros olvidar vuestras amarguras con el bálsamo, con la suavidad del amor que para vos, es brillante; ¡tan fuerte! Que impresiona vuestra alma, que quiere recoger estas notas y guardarlas. Recoged este regalo, es el presente que Cristo da a vuestra alma; de Cristo, el que os ha amado, el que os amará siempre.
84 Pueblo mío, he estado con vos. Recojo todas vuestras penas, vuestras plegarias, vuestros pensamientos tristes que me enviáis. Me pedís por los enfermos, me pedís por los demás. Sin embargo, mi pueblo, de nada os sirve pedir, si no sabéis cómo recibir, se recibe: por la fe, por la humildad, por la sinceridad, sabiendo que está Dios en cada uno de vosotros; si tenéis seguridad y conciencia de ello, nada de los dolores os tocarán, porque vosotros aprovecharéis vuestra conciencia del ser absoluto, cuando el dolor se acerca.
85 No le temáis a la muerte que es la hija de Dios, la muerte no hace más que llevaros a la vida verdadera y ninguna miseria os tocará por cuanto lleváis conscientemente la hermosura de Dios, su luz que está en vosotros, la belleza de Dios en su armonía. Dejad que la sabiduría divina os dirija y la fuerza paternal os mueva.
86 Aguas preparadas para bálsamo de los que tienen fe, preparadas con la palabra sublime y maravillosa que es bálsamo de curación. Yo bendigo las aguas en el nombre de Dios que llevo en mí, en el nombre del poder de mi sol interno que está en mí. Con esta palabra poderosa, es con la que debéis bendecir: “en el nombre de Dios que mora en mí, bendigo las aguas” pero al decir: bendigo las aguas con ello está dicho todo, cuanto se bendice directamente con el espíritu; y yo, con la emanación del Espíritu; bendigo a vosotros, desde el cráneo y el corazón de los presentes.
87 Pueblo tenéis propósito de cambiar, de encontraros a vosotros mismos si vos supierais lo que el alma anhela de mejorar, lo que el alma legalmente reclama.
88 Vos sabréis si trabajáis para el alma o para el cuerpo el cuerpo tiene mucho que comer, el alma sólo tiene de las esencias espirituales que le proporcionáis, mas los acontecimientos se pueden nivelar para una y otra parte. Dadle de comer a vuestra alma, humano, y tendréis alegría de Dios en vos mismo y seréis feliz.
89 Adiós, pueblo amado. Adiós, pueblo bendito gozad de mi paz y de mi luz porque en verdad os digo: mi amor os espera para haceros iniciados en la escuela del saber, en la escuela de la comprensión y de la sinceridad, en esa escuela, ¡oh, almas mías! ¡Encontraréis la dicha, en la comprensión de la unión con Dios, con el universo! Que el Padre, no os permitirá caer en la debilidad, en la desesperación, en el desconocimiento por causa del dolor.
90 ¡Reíd, pueblo, con la alegría de ser inmensamente rico, con la alegría de vuestra riqueza intima, de la riqueza de vuestro Maestro! El pueblo llora; pero llora de alegría ¡reíd y llorad, pero sed feliz! Que la risa, es el más grande tesoro, con sus variaciones de la naturaleza. ¡Reíd y llorad de felicidad! ¡Sed libre! Y el Dios que mora en vosotros, sea con vos. ¡Adiós, pueblo amado!
¡Mi paz, sea con vosotros!
32. El universo y la unión de Dios con su creación
Domingo 1 de junio de 1947
1 ¡Gloria a Dios en el universo, amor a Dios en el universo, luz a los hombres por el Espíritu del universo!
2 Yo os recibo, pueblo bendito de Israel, yo os saludo en esta alba de gracia, en nombre de aquel que me envió, en el nombre de aquel que os ama, que me envía para transmitiros pueblo mío, el mensaje que vuestro espíritu está esperando, el mensaje que vuestra alma y sentidos humanos necesitan para dejaros la luz en vuestro entendimiento, para acercaros a Dios en mente humana, en voluntad y en conciencia espiritual; para que el intelecto grabado en la mente humana, se disponga a dejarle el campo libre a la sabiduría existente en el espíritu; para que el intelecto humano, se humille ante la grandeza del espíritu, mi pueblo. Yo os recibo, sí, os recibo amorosamente; ya os he dicho: en el nombre de aquel que me envió . Os doy la bienvenida. ¡Bienvenido seáis!
3 Una vez más, una cátedra espiritual divina es para vos, pueblo; una vez más la palabra redentora, llamándoos, fortificándoos, iluminándoos, atrayéndoos al centro de vida perenne, de vida brillante, de vida que se mueve con la armonía del creador, al ritmo de la armonía existente en los pensamientos divinos.
4 Una vez más, pueblo, el Espíritu de Dios, se pone en comunicación en palabra humana con los hombres: por medio de la voluntad, por medio de la conciencia, por medio de la mente, por medio de la sabiduría que llena el universo.
5 En comunicación espiritual, con los hombres estoy; mi mente, repartiendo ideas luminosas como lluvia fecunda, como lluvia benéfica, para que los hombres, absorban la esencia que va en cada palabra de amor y sabiduría; para que conozcan que hasta en el momento de respirar, se puede recibir la esencia de Dios que está llenando el universo entero.
6 ¡Respirad! Y absorbed la esencia de Dios que como santo Espíritu, llena el cosmos de su vivificante fortaleza para vosotros.
7 El cosmos está lleno de la luz de Dios, para que la atraigáis al espíritu para vuestra alma; y la vida de Dios, está manifestada espiritualmente en vuestra vida y en vuestra existencia humana; y haced también que la luz de Dios, esté de manifiesto en vuestros sentidos espirituales y también en los humanos; en el humano, ya está esa luz, pero la habéis opacado, debéis hacerla que brille; hacedla brillar, porque allí está.
8 Pueblo mío, una vez más, manjar espiritual para vosotros. El Maestro de amor y de ternura, repartiendo; el Maestro del espíritu, dando; el Espíritu de la mente universal, invitando.
9 El Maestro en los planos del espíritu y del alma, buscando, llamando desde allí para que los hombres vengan a mí y yo les presente ante el Padre; porque Cristo, es la conciencia abierta en el universo, con el absoluto; y en la más alta conciencia del hombre, el Cristo es, porque ese es el Cristo: la conciencia de unidad con el universo y con el creador del universo pero he aquí que, como soles inmaculados, llegan hasta vosotros mis mensajes.
10 He aquí que moviéndoos para el más profundo amor, es Cristo; sí, moviendo vuestro corazón y pensamiento; al impulso de mi amor, despertándoos y haciéndoos conciencia despierta, conciencia vigilante; llamándoos a que estéis alerta, para que encontréis solución a todos vuestros problemas y la justa explicación de mis pensamientos.
11 Mis pensamientos son luz, en el mundo de las formas; son fuerzas positivas, mis pensamientos, pródigo del amor y de la sabiduría divina, de la voluntad, de la mente y de la espiritualidad de mis pensamientos, que son esencia de mí mismo, porque están cargados de inmaculado amor divino; y en vos, también, los pensamientos son fuerzas surgidas de vosotros mismos; potencia y esencia, substancia de vos mismo.
12 Y si vuestros pensamientos, son buenos, es porque salen de una mente ya limpia y sana, de una mente buena; y por tanto, se conoce lo existente en vuestra mente humana por vuestros pensamientos emitidos, los que se materializan a través de la misma al manifestarse; y eso, le dais al mundo: buenos pensamientos y con ellos, limpiáis la parte que a vos corresponda limpiar de la tierra, porque cada hombre que quita una parte de la bruma, hace lo que debe en el universo; y si vos quitáis una parte de niebla, hacéis lo que debéis.
13 Al limpiaros y purificaros a vos mismo, purificáis la parte que os corresponde en el ambiente de la tierra.
14 Por eso, como testimonio vivo de mi vibración, comunicándome estoy en un cerebro; incapaz de, por él mismo, con lo grabado en su mentedecir estas frases; incapaz por sí mismo de formar en su mente humana, estas ideas, para traerlas a vos como testimonio de una verdad altísima; pero yo, soy el Cristo, soy la luz, soy la fuerza; soy yo: el amor divino, manifiesto a la altura del entendimiento humano en el mundo, para que los pecadores me oigan, escuchen y entiendan.
15 Dicen los hombres: ¿cómo he de ser bueno, si los demás, no lo son conmigo? ¡Así se debe pagar! Y yo os digo: que debéis de pagar siempre con amor, todas las obras que os hagan; sean éstas, las que fueren.
16 Dicen los hombres: ¿entonces, quién tiene mala mente, manifiesta malos pensamientos? Sí, cuando un espíritu confundido, se crea una mente humana negra, sus pensamientos, son como lo que graba en ella; los lanza al mundo y forman niebla, hace ambiente pesado; y entonces, él ha hecho su parte negra, su obra es como su mente; y el mundo, sufre mayor peso, con lo que él ha puesto en el mundo.
17 Colaboradores del bien, sois vosotros, los espíritus del hombre; colaboradores de la equivocación y de la niebla, sois vosotros los hombres; y la parte del bien y la parte del mal que hay en el mundo, es semilla de todos los hombres de la tierra.
18 El bien y el mal mezclados, es vuestra propia simiente; semilla, que se desarrolla y en su desarrollo, en árbol se convierte, o sea: el pensamiento se agiganta, se hace grande y fuerte; sea pensamiento del bien o sea pensamiento de lo que llamáis mal.
19 Sois generadores del bien y del mal, que estáis llenando al mundo de lo que tenéis, que estáis llenando al mundo de lo que sois: de luz y de sombras.
20 Sois hijos de Dios, pero también, hijos del hombre; hijos de la naturaleza divina y de la naturaleza humana.
21 Fijaos, daos cuenta de lo que hacéis, porque vos, limpiáis el mundo y ensuciáis el mundo; daos cuenta del producto de vuestras acciones; y con esto: transformad vuestra existencia humana, en la vida perfecta del espíritu, consciente en la unidad de Dios del espíritu del hombre, que abre sus pétalos cual flores de loto surgiendo del pantano, para que el Cristo, con su amor, como un rocío celestial, invada todo su ser, las fortifique e ilumine y las haga brillar,
22 Porque son estas que os nombro, flores de loto: las facultades internas del hombre que se abren, para que el Cristo, encuentre sus pétalos abiertos; y como sol resplandeciente, penetre cual virtudes, con sus rayos de amor por el espíritu, por su alma y por su cuerpo humano, por toda la habitación, que es: el hombre completo por la mente espiritual y por la mente humana, por todo lo que sois al estar conectado a este mundo de las formas.
23 Se necesita que llevéis una existencia humana disciplinada, pero se necesita también, que esta disciplina, esté formada por la mente espiritual o sea por la conciencia, por la conciencia despierta, que es la que os induce mejor a la disciplina correcta, para alcanzar el grado de la iniciación espiritual.
24 Vigilantes os quiero: fuertes, capaces, despiertos, unidos, meditadores, comprensivos nobles, prudentes, serenos y apacibles que vuestra nobleza siempre esté al alcance de vuestros amplios horizontes y que no haya algo que no podáis perdonar, que todo sea perdonable por vosotros.
25 Por eso, pueblo mío, os estoy dando las lecciones de mi enseñanza en este Tercer Tiempo; lecciones variadas, unas dadas con mayor esencia de sabiduría, otras con menor esencia, pero todas ellas, son vuestro pan espiritual; todas ellas, son vuestro alimento, vuestra luz y vuestra fuerza.
26 La enseñanza hecha palabra, del Espíritu Santo, es conocida por su forma, esencia y sentido.
27 Ahora escuchad: aquí, entre estas congregaciones de mi pueblo, hay ya, muchos creyentes y otros dudosos; y para éstos, tengo una lección, que a los creyentes servirá también.
28 Dudáis de que la vibración de Cristo, el Divino Maestro, se esté efectuando en estos momentos a través de un aparato humano, de labios que la pronuncian; pues bien: elevad vuestro pensamiento a las alturas de la Verdad; y una vez que vuestra mente, esté armonizada con las demás mentes, hasta lograr armonizarse con la mente total, entonces podréis entender.
29 Cuando con vuestra vista, podáis ver; y todas vuestras miradas sean potentes, sean del espíritu veréis. Cuando vuestros oídos se limpien de todas los ruidos que desarmonizan al mundo, de todo lo que profanando, ha contaminado el oído del hombre escucharéis. Cuando despertéis vuestro sentidos y facultades espirituales sentiréis; entonces, la Verdad, llegará a vosotros.
30 En aquel momento, al llegar la Verdad a vosotros, sintiendo y sabiendo; sabiendo por el sentir y sintiendo por el saber, conoceréis que no hay algo fuera de la relación del universo; y que el universo entero, está en comunicación constante desde el hombre hasta Dios, en una comunicación espiritual celestial en el universo; y cada ser, en sí mismo, toma parte en la comunicación universal.
31 Escuchad, pueblo: lo que llamáis mediaunidad, ya os lo he dicho antes: es una iniciación de los que conscientemente se desarrollan, lo saben y lo practican, esa es la iniciación consciente; pero la mediaunidad fuera de esta explicación, vista bajo otro aspecto más general: la facultad de mediaunidad, existe en todo cuerpo y en todo espíritu.
32 Tenéis, desde, los que han nombrado: médiums seres humanos curiosos que reciben comunicaciones de seres inferiores de almas turbadas y que lo hacen: bien o mal de allí, hasta mi cuerpo de mediaunidad, compuesto por vuestras facultades espirituales en sus diversos niveles de desarrollo, que reciben comunicaciones de seres concientes de luz y que les interpretan: correcta o equivocadamente; tenéis, quienes reciben las de seres superiores y que también les interpretan: acertada o erróneamente pero también los espíritus de almas que siente n y otras más capaces, que: siente n y ven y otras de mayores facultades, que: siente n, ven y oyen y otras más elevadas, que: siente n, ven, oyen y saben .
33 Almas, de espíritus que saben, que también ellos reciben el impulso de una fuerza superior, de una sabiduría universal que les dirige, de un Ser superior que les transmite ideas elevadas; ideas, que ellos en el taller del pensamiento de su propio ser, que es: la mente espiritual en ese su nivel, de su conciencia, ellos reciben y desarrollan; sin embargo, ellos necesitan muchos pensamientos, para expresar las ideas, para explicarlas; así pues, también por medio de las almas de esos espíritus, reciben.
34 Todas las jerarquías de los mayores planos, están ocupadas en el perfecto orden de la creación, haciendo cada una su parte en el gran desenvolvimiento del mecanismo universal; y esta parte del desenvolvimiento y manifestación del gran mecanismo, es perfecta.
35 La fuerza impulsora, es la potencia de Dios; y ellos, obedecen, hacen exactamente las ideas, reciben los pensamientos, ordenan lo que a ellos les corresponde ordenar; dirigen, porque son dirigidos; dan fuerza, porque ellos la reciben; dan luz, por la misma razón, porque luz reciben; dan amor, porque lo reciben; dan sabiduría, por eso, porque también la reciben. ¿Adónde, pueblo mío? ¿Adónde, no existe, esa intercomunicación, esa mediación con la unidad en la mediaunidad de los seres; esa cadena universal interminable, de la relación de los seres, todos en incesante comunicación?
36 El universo entero, desde sus planos inferiores hasta sus planos superiores, se encuentra en un perfecto estado de comunicación continua; existente, desde lo que llamáis: los celos hasta la tierra, ¿y esa comunicación de pensamientos, no es acaso la manifestación de la mediaunidad, en su comunicación con la unidad?
37 Sin embargo así como hay los nombrados médiums, o mediaunidades que se inician conscientemente: hay, quien huyendo de estas manifestaciones, aún así: oye y ve lo existente en lo mental y en lo espiritual; y, ¿cuál es aquel hombre, que nunca haya recibido una idea superior, que venga de las alturas?
38 Todos los hombres, sean: varón o mujer tienen un momento en su existencia humana, a si sea un instante, en que la luz bellísima, pasa a su mente humana y ellos la reciben.
39 ¿Quién de vosotros, no ha recibido pensamientos elevados? ¡Uno, dos, tres o mil, pues, unos reciben más y otros menos?
40 Así en la mediaunidad también, hay muchos oyentes, conscientes e inconscientes, como los hay videntes; y hasta la profecía, es una manifestación de la mediaunidad; los grandes profetas, han sido los nombrados por algunos de vosotros, como grandes: médiums cambiad la expresión, quitad el término; usad otras palabras si así queréis, pero ¿qué importa la palabra, cuando el hecho está diciendo que todos los seres en el universo, estáis relacionados en conexión constante con la causa suprema y con los demás hermanos vuestros? Entonces, ¿por qué no habría yo, la esencia de amor de vuestro Padre y creador universal, de estar relacionado con vosotros, por el grandioso efecto de amaros tanto?
41 Así pues, es como los seres, por medio de sus facultades espirituales, sus almas se relacionan intercomunicándose con otras almas, como las estrellas se relacionan en su influencia con otras estrellas, como los mundos con otros mundos; como los ángeles, con otros ángeles. Como los espíritus con otros espíritus, los hombres con otros hombres; Dios y espíritu, almas y hombres, celos y mundos, ángeles y pecadores, creaturas emergentes de mundos y sus sistemas solares, sistemas solares y galaxias; las galaxias y todo el cosmos, unidos siempre, perfectamente unidos, en la gran armonía del universo infinito; donde la mente creadora manifestada, es la gran mente universal.
42 Sois vosotros, como humanos, una pequeñísima partícula material manifestada del universo y de la mente total; una pequeñísima parte de la mente universal y esa parte de mente material creada, con las otras mentes espirituales y con la mente divina, pueden comunicarse.
43 No son mentes cerradas, las pequeñas mentes materiales de humanos: son parte expresada de la mente universal, abiertas todas al divino influjo superior del ser conectado a ellas; del espíritu aquel, que dice en el hombre: yo, yo te estoy esperando, yo estoy en ti y soy en ti el alumbrador, el iluminador, soy tu fuerza y tu luz; soy la vida en ti, la parte divina en ti misma, porque yo estoy en tu parte espiritual, en tu yo espiritual interno y en la alta mente espiritual o conciencia del hombre.
44 Esa, la conciencia en el ser humano, es la parte superior del hombre mismo, del hijo de Dios que está en todos vosotros, allí en la mente espiritual en vuestra conciencia, es donde todos tenéis la unidad con el Padre; allí está el Padre Celestial en vosotros, uniéndoos a su conciencia divina; y solamente se necesita que os ubiquéis en la conciencia, de que ese es el santuario de Dios, ocupado por Dios.
45 La parte divina en vosotros mismos, en vuestro verdadero ser, está invadida del creador, de vuestro Padre Dios; allí es donde se efectúa la maravilla de la unidad plena con Dios, porque cada uno de vosotros, como ser o espíritu, sabe que no está Dios, lejos de él; ni él, lejos de Dios, ya que en la unidad sois todos, sin poder dejar de ser; aunque en vuestra gran inconsciencia, la gran mayoría, así lo creáis.
46 Por eso, a vosotros, os digo, ¡oh! Creadores de los pensamientos, benéficos o impuros: que la comunicación universal, es un hecho comprobado; en que cada hombre y cada mundo, es un eslabón de la inmensa cadena de la unión universal.
47 Por que no había de hablar yo, comunicándome por los cerebros humanos, si la relación con el universo existe. Si el cosmos es: ¿cómo os lo diré? Cual si fuese cuerpo de Dios y el alma cósmica universal: el alma de Dios y el Espíritu del universo: el Espíritu de Dios mismo y Dios, pone en contacto, en relación, a todos sus hijos, los seres existentes, con toda su divina creación.
48 En verdad os digo: hay mentes receptivas y mentes activas; unas reciben y otras dan comunicación espiritual, invisible a los ojos de la carne, pero verdaderamente real, para todos los que saben ver con el espíritu.
49 ¡Veis pueblo mío! Ya percibís y aceptáis, que no hay ningún ser que esté aislado, de los otros seres; ninguna mente, a la que le sea imposible comunicarse con las otras mentes.
50 De cierto y en verdad, os digo: si una mente estuviese cerrada para las otras mentes, verdaderamente aparte se desquiciaría el universo entero.
51 Ahora, vosotros: los increyentes increyentes de Cristo, así, en comunicación por médium o mediaunidad, ¿qué otro argumento ponéis que sea más capaz, cuándo sabéis ya: que cada hombre y cada mundo y cada espíritu y alma, es un eslabón de la gran cadena universal que está en contacto mental total y que una sola mente que estuviese aislada, desquiciaría el universo? ¿Qué otro ejemplo o argumento es el vuestro, más capaz que el primero?
52 Pensad, pensad profundamente, porque la meditación hecha en el silencio, os pondrá en condiciones de encontrar la Verdad, por medio de la serenidad, el mutismo y la meditación; meditad en el silencio y haced juicio sereno de los acontecimientos, aunque pasen años en el estudio de estos problemas, meditad profundamente.
53 ¡Desarrollad! Desarrollad vuestra mente humana; haced limpieza en ella, para que la salvéis del intelecto humano materializado, para que la conduzcáis a los planos espirituales; porque solamente en ellos, existe la verdadera sabiduría.
54 Una vez limpia, elevad la mente humana, para que la libréis del ruido mundanal, de la confusión, de la guerra de ideas; porque la guerra de ideas, por eso existe: porque las mentes no se han limpiado y elevado hasta el plano de la conciencia y de la fuerte voluntad espiritualizada, ejerced esa voluntad, espiritualizándola, abriendo vuestras facultades intimas, para que pase a ellas la luz de vuestra conciencia espiritual; entonces, no existirá la guerra de ideas; ya que, la guerra de ideas, la produce el bajo intelecto humano.
55 Escuchad esta lección de la Verdad: la guerra de ideas, la produce el bajo intelecto, es un resultado del intelecto humano materializado, ¿y por qué? Porque los intelectuales elevados, que tendieran a espiritualizarse, a encontrar en ellos la sabiduría, no harían inventos mortíferos; y ese es el que reina: el bajo intelecto humano el que inventa desastres, máquinas de desastre; es el bajo intelecto, el que fomenta rechazos: patrias, divisiones, religiones porque al intelecto humano, cuando se le añade la sombra del fanatismo, del oscurantismo, es muy peligroso, negro entre lo negro y está enfermo; su enfermedad, es la ignorancia de la realidad, la ignorancia de la dirección de la verdadera sabiduría divina.
56 Los hombres instruidos, los aleccionados con interpretaciones aceptadas en sus nominadas ciencias exactas, pueden ser capaces de grandes creaciones, en lo que ellos creen como superior; porque el hombre intelectual, el letrado e instruido en su mente humana, hablará e instruirá mucho, pero cuando le hace falta espiritualidad, no hablará de conocimientos elevados correspondientes al espíritu y a su esencia; entonces, ese hombre, será como espiga de trigo con grano vano, hablará, buscará conceptos, los reunirá; pero lo atractivo de sus frases, solo será perteneciente a ese mundo humano y a sus conceptos de lo interpretado y creado por el hombre.
57 Sin embargo, cuando el hombre sea espiritual, cuando su ser se eleve y encuentre la sabiduría del espíritu; entonces, lo bello y grato de sus frases, será inspirado del mundo espiritual de Dios, del valle espiritual de luz habitado por espíritus emancipados y elevados, o sea del mundo superior que llamáis celo; porque comprended, que al manifestar de esa sabiduría a la humanidad, este mundo de las formas, también se elevará; porque este mundo, también será, lo que llamáis vosotros: un paraíso terrenal eso será en su futuro.
58 Por eso, pueblo mío, escuchad mis palabras, por eso pueblo mío, recibid la Verdad, los conocimientos de la Verdad que intuye el espíritu a los hombres; y como los hombres, no son fieles a la intuición, tengo que valerme de facultades en éxtasis material para que oigan la Verdad de las frases; que antes, sin recibirlas por medio de esta facultad preparada, sino con su propia inspiración, llegaron a ellos; pero ellos, las despreciaron, por creerlas ideas de sí mismos.
59 Yo les hablo a los hombres, pero los hombres necesitan todavía el ruido de la palabra, y ¡helo aquí! Yo trato de persuadirles con los conocimientos de la Verdad, pero ellos todavía necesitan que se les señale la prueba material y una prueba os doy en esta alba de gracia, en que he venido en amor y en sabiduría; y la primera prueba es esta: que me analicéis.
60 Analizad concienzudamente mi palabra, analizad lo que os he dicho. Penetrad a la esencia y sentido de las frases.
61 Buscadme en la esencia purísima de los planos superiores, y os daré las pruebas; pero, espiritualmente, no humanamente.
62 Ya os he dicho que mi enseñanza es una escuela universal de sabiduría espiritual, sí, es la escuela del saber del espíritu, de la mente espiritual, de la conciencia del hombre que se hace servir a sí mismo, del que se conoce, de aquel que será dominado por el espíritu.
63 Escuchad bien: mi escuela, de la cual yo soy el Maestro y es mi escuela como director, porque yo soy vuestro primer Maestro, pero es vuestra escuela como discípulo, viéndole en el orden de discípulo; he aquí, en esta vuestra escuela que es la mía, es necesario que sepáis algo de su forma, esencia y sentido. Debéis: escuchar, examinar, entrar dentro de vos mismo y resolver bien, el significado de cada una de mis frases.
64 Vos todavía no sabéis vivir la vida, como espíritu, aunque tengáis materia. Mi escuela os enseña, a que empiece el espíritu, a dominar su forma; aunque sea un minuto cada día, que el espíritu viva, que se manifieste por medio del alma en su forma; que haga obras espirituales; porque cada espíritu, que está encarnado en la forma humana, sabe que el Padre está en él mismo, cada ser humano sabe que el Padre Celestial, está en él; y aunque el universo se interpusiera, sería imposible separar al Padre del hijo y al hijo del Padre, aunque se interponga, aunque se oponga el universo entero.
65 Así pues, quien viva un minuto, aunque tenga cuerpo en la vida del espíritu y como espíritu, todo lo que haga, lo hace así: espiritual, alto, elevado, noble . Es su obra, como la palabra lo dice; y entonces, va acercándose poco a poco al campo de la mente universal, a la escala mental de la iniciación del conocimiento universal, por el que la humanidad pasará; ¡la humanidad toda, sí! Y al decir: humanidad os incluyo a vosotros también, puesto que sois parte por el cuerpo, de la misma humanidad.
66 Entonces, mis amados, llegará, pasando un tiempo más a vivir vuestro espíritu en vuestro cuerpo, haciendo obra de una nueva vida, de esa vida espiritual de él, dos minutos; pasará otro tiempo y vivirá el espíritu concientemente en vosotros, tres, cuatro minutos; un tiempo más, y vivirá cinco, diez, quince, treinta o sesenta minutos, para los que altamente ya se han iniciado en la verdadera iniciación interna de la escuela espiritual oculta, digo: de la escuela espiritual invisible a la carne, de la escuela de la verdadera vida; y yo, el amor divino, soy el que os inició; pero yo en vosotros, sin una mediaunidad preparada, como ya os he dicho, mi pueblo, sin medios ni mediadores vos y yo, solos en el universo entero, yo iniciándoos y vos recibiendo la alta iniciación en vos mismo, en plena conciencia.
67 Por eso estoy preparando esta facultad de cátedra y después a otras facultades más, para llevaros a la más alta conciencia de estas lecciones y su estudio; que será por las primeras facultades preparadas, que se traduzca de esta manera tan altamente elevada, en que se haga, de cada uno de los hombres: centros pensantes de fuerzas vivas y manifestadores de conciencias iluminadas, por la conciencia universal del Padre Dios.
68 Esta es mi escuela, pueblo: centros de fuerzas, de pensamiento, de energía, de luz, de salud, de sabiduría esto será, el que quiera serlo, el que tenga voluntad de ser.
69 Pasará el tiempo y vuestro espíritu, se expresará, vivirá más en vos; pero en aquellos momentos, cuando viva vuestro espíritu en vos, curaréis con tanto poder: al alma, con la palabra al cuerpo; con la energía y a la ignorancia, con vuestra luz, conocerá entonces, sabréis que el espíritu ya vibra en vos, que se ha posesionado en vos, que os invade totalmente; se conocerá que también como espíritu lleno de Dios, invadiréis a los demás y que por vuestra luz y fuerza, estaréis haciendo en la cadena universal: magnífica acción de unificación espiritual y divina.
70 Dios, en vos; y vos, en vuestro cuerpo, comunicando a otros cuerpos, ¿qué hará vuestro espíritu en unidad con Dios, a través de vuestra materia?
71 Dejadle al espíritu el campo libre, porque el espíritu si sabe de su Padre, sabe amarlo, no lo conoce como vos lo creéis conocer a través de las formas, ¡no! Pero él sabe que vuestro Padre, es Espíritu; y como espíritu, lo siente, lo ve en el universo que es cual su cuerpo y cada estrella su cuerpo especial.
72 Ved vos, a Dios en el universo también, porque os estoy preparando, pueblo mío; y así, estoy preparando al aparato humano, para que todos entréis en conocimiento de los mensajes de alta conciencia.
73 El Verbo Divino en nueva vida, está haciendo en este Tercer Tiempo, una transmutación, está pasando a la verdadera nueva vida del mensaje que tiende a perfeccionarse; del mensaje que alumbra la vida perfecta, porque yo vivo esa vida, mi pueblo.
74 Yo, Cristo, vivo la vida perfecta, el Espíritu vivió en mí y ha sido mi Ser el único que ha vivido en un cuerpo concientemente, más tiempo que ningún otro ser en su materia; de mi esencia de amor, fluía el poder al curar; del Espíritu Santo, el poder al hablar; era la sabiduría del Espíritu Santo, el poder, al enseñaros a amar; ya veis que todas esas son acciones, obras del espíritu divino: la fuerza de el.
75 La sabiduría actúa en el último de sus vehículos, en el más denso, en el corporal; por eso mi espíritu en mí, vivió la vida, la vida espiritual sobre la materia; sobre los vehículos de deseos, llamados por algunos de vosotros: cuerpos de los deseos el espíritu triunfo sobre todo esto; y en vosotros como humanos, han triunfado los deseos de vuestros bajos cuerpos, han triunfado: la animalidad de la materia
76 Sin embargo, triunfará sobre la materia: la espiritualidad del espíritu y hará el espíritu, su hogar en ella; pero comprended, que la residencia del espíritu, debe estar limpia; es vuestra propia personalidad humana la que se opone, dejad que el espíritu la ponga en condiciones de limpieza y así pueda alumbrarla, para que muera en él la personalidad en ese cuerpo; tendrá que morir y desaparecer, para que pueda hacer el espíritu, las obras de realización; ya que las obras de realización, se harán aquí en la tierra, porque aquí las hice yo, el Cristo de Dios, para enseñaros que, de esa misma manera, las haréis vosotros.
77 éste es el mundo del pensamiento, de la palabra y de la obra; la escuela de aprendizaje, una de ellas pero este mundo, que unos lo ven como un hospital, los otros en alta conciencia, lo verán como un paraíso, porque no es el mundo el triste, es el hombre; ya que cada conciencia, acorde a la evolución del ser conectado a cada mente humana, manifiesta su modo de sentir, de pensar y de identificarse a lo que su espíritu va aceptando según sus preferencias.
78 Es bello, el planeta tierra, si se ve desde el plano elevado de la conciencia universal del Cristo; es magnífico, si se busca en el, las bellezas superiores, cuando se busca, verlo alumbrado por el espíritu; pero si vosotros tratáis de examinar la tierra, a través de vuestras penalidades, de vuestras miserias, de vuestras pasiones, rebeldías o desobediencias, veréis la tierra fea y lúgubre; mas el planeta tierra en sí mismo, no lo es; es vuestro propio modo materializado, de sentir y de ver.
79 Enderezad vuestra mente humana, corregid tal ignorancia, porque mi amor os quiere curar de esa enfermedad; venid a mi escuela donde soy el Maestro que empieza a transformar vuestra existencia humana, en una nueva vida humana, para que viváis la vida verdadera.
80 Cuando ya el espíritu, empieza a actuar en vos, a través de su alma en el hombre; y después, va a la verdadera vida de la realidad y relativamente perfecta, porque no será exactamente perfecta en este mundo, pero sí relativamente perfecta; entonces, el espíritu, dirá: es bella es la tierra, bendito el dolor y mi trabajo para desechar la ignorancia reconoceos como espíritu y empezad desde este vehículo humano, a trabajar; entonces, el espíritu, hará su obra.
81 ¿Y por qué, pensáis así? ¿Por qué decís: son buenas tus palabras, pero quién las cumple? Y yo, Cristo, os digo: en verdad, las cumplirán los que quieran cumplirlas y basta a mi palabra, la felicidad de que uno aproveche; uno solo de vosotros que empiece a aprovechar, será feliz con ello; por cuanto uno de vosotros, empiece la iniciación, en la acción, en la realidad.
82 ¡Basta ya, de oír! Hay que actuar. ¡Basta ya, de ignorancia! Necesitáis conoceros. Si mi pueblo, porque vais a saber esta verdad, a medida que aumente en vosotros el estado de conciencia, que es un estado superior en que Dios está accionando por los espíritus emancipados y ya concientes de la unidad con Dios; y que al manifestarse conciente en la unidad, el espíritu vuestro, en la materia ¿qué podréis hacer, mi pueblo? ¡Maravillas! ¡Maravillas, pueblo mío!
83 Antes, yo os decía que por vos pasaban las fuerzas de los astros; hoy, yo os digo: que en vos está una fuerza, mayor que ésta, la fuerza: del mismo Dios que es el creador de los astros; porque os he pasado de una a otra fuerza, a través de la palabra; y habéis escalado y escalando, a términos superiores; el lenguaje espiritual, ha cambiado, os he pasado por una verdadera iniciación en los conceptos.
84 Empezasteis por saber: que no sois un cuerpo humano que sois espíritu y que teníais alma, que no moriríais, que evolucionabais, que las estrellas os saturaban; y acabaréis por entender: que el mismo Dios, es vuestro Padre y mora en vos mismo, pero debéis sentirle, no sólo entenderle; porque antes, algunos de vosotros ya conocíais la frase, pero qué distinto, de entender la frase, a sentir la realidad en vosotros mismos; de oír la palabra, a sentirla en vuestro ser, de escuchar la palabra, a llevarla adentro.
85 Al llevar dentro, la Verdad, de esa existencia de Dios en vosotros mismos; entonces, diréis: ¡porque Dios está en mí, soy fuerte y podré ayudar a los demás; porque Dios está en mí, recibo sabiduría y puedo dar luz a los demás! Porque ya sabéis, que es vuestro espíritu, el que está recibiendo directamente de Dios, vuestro Padre universal.
86 Dios, es el manantial; y vuestro ser, la fuente en conexión con el gran manantial o más clarificado: el Padre, es a semejanza de un manantial; vuestro ser, a semejanza del agua; vuestro cuerpo, a semejanza de la forma de la fuente que el agua llena; la fuente, está llena de agua; el cuerpo, lleno del espíritu; pero aquella agua está unida con el manantial; las formas se llenarán de espíritu; y cada ser, de Dios se llenará y en medio de las potencias, de tales conocimientos, los hombres de la tierra, serán felices y no llorarán más.
87 Y ¡he aquí! Después de tantos años de lucha, después de tantos sufrimientos, he preparado un vehículo humano, para revelaros a vosotros, los más altos conocimientos de la Verdad; conocimientos, que os empiezo a revelar.
88 ¡Seguid en la iniciación! Y buscad, ver en vosotros: el sol central, el sol espiritual y cuando vosotros, veáis, dentro de vos mismo, el otro sol: el sol espiritual al ver ese sol luminoso, que está en vos mismo, entonces: ¡cantad el hosanna! Porque para siempre, seréis felices.
89 Así como veis con los ojos de la carne, el sol; veréis con vuestra vista espiritual, con vuestra mirada como espíritu: la luz espiritual la veréis, a semejanza de otro sol, que es más luminoso que un sol de los existentes en el universo; y sólo esto, es tan solo una pequeñísima semejanza, de la luz de Dios en vosotros mismos.
90 ¡Ah felicidad, dicha perfecta, armonía sublime! Y armonizado vuestro cuerpo con el universo, bajo el mismo ritmo y la misma armonía universal; bajo el influjo de la conciencia universal divina, cada célula de vuestro cuerpo hará su trabajo correctamente; más iluminado que hoy, porque vos, le daréis más luz de la que hoy le habéis dado; y cada célula de vuestro cuerpo, obedecerá.
91 Si una célula fructificara para seguir en él, la otra se desprenderá del mismo por inservible y células nuevas traerá vuestro cuerpo y las armonizará en su conjunto vuestra mente espiritual que sabe curarlas; e ideas nuevas traeréis vos al mundo por cuanto sabréis recibirlas.
92 Como la célula, la idea y como la idea, la luz; y cada idea es una luz viviente de las luces del espíritu, para alumbrar al mundo por cuanto sabéis darlas; pero antes, os habréis preparado para recibirlas.
93 Pueblo mío, si en verdad, estáis dispuesto a escucharme: tomaréis estas cátedras de iniciación, para empezar a realizar la magna idea sublime del espíritu, que quiere morar en vos: y entonces, mi doctrina tendrá iniciados de otros países; y entonces, otros recintos, unidos con este recinto, recibirán de estas luces para formar ellos su cuerpo de mediaunidad, para ser ellos los altos iniciados e intérpretes; los portavoces humanos que puedan dar de Espíritu a espíritu, de mente a mente, mensajes superiores del espíritu que transforman a los hombres, apartando la niebla y purificando al mundo de esta manera; porque hoy, uno, mañana dos y después siete; y después setenta, que se limpien a sí mismos, limpiarán su ambiente y limpiarán la parte de la tierra, del ambiente terrestre contaminado que deban limpiar.
94 ¡Venid y lavaos en la fuente de la sabiduría! Que yo, la he abierto para vos. ¡Venid! Pero antes, tendréis que pasar por las aguas del arrepentimiento y de la comprensión, porque sabed: que de poco o nada os sirve, estar oyendo y escuchando, si no accionáis; de poco o nada os sirve, estar atento a escucharme muchos años, si no hacéis lo que tenéis que hacer; porque: escuchar, comprender y hacer es la obra completa; y ésta, es la única manera que podréis llevar a vuestro ser, hasta planos más superiores.
95 Es la acción completa que os libera: escuchar, entender y hacer lo que habéis comprendido porque si sólo oís y no entendéis y si escucháis y entendéis y no hacéis, ¡de qué os sirve! Mas estos actos, dejad que vuestro espíritu vaya expresando y viviendo en vuestro cuerpo; siquiera un minuto, un segundo, dejadle que sea el espíritu en vos y oiréis su voz clara, mas no como el sonido de voz humana; pero sí la oiréis como canto, como la palabra del ángel y os conduciréis por el recto camino, en el que a su vez, Dios os conduce .
96 ¡Oh! Magnífica cadena del universo, a quien yo bendigo. El mundo no conoce esta unidad divina universal y por eso juzga como imposible su comunicación con los hombres; y por eso, yo vengo a dar testimonio a través de mi voluntad; a través de mi pensamiento vibrante y divino; desde las altas esferas de luz, vengo a dar testimonio, de esta verdad: que no hay un solo ser, incomunicado con los demás
97 Habéis oído, habéis escuchado: del marchar del espíritu que en esta alba de gracia, yo os he dado; entonces, amados míos, preparaos; porque el mundo necesita de este mensaje, de estas lecciones de mi enseñanza escritas, ya que no todo lo sabéis retener en vuestra pequeña mente humana; entonces, ya que no todo el mundo puede escuchar, se necesita que el espíritu se sirva de la materia y de lo existente en ella; se necesita que del amor florezcan las virtudes, que surjan sus facultades espirituales desde el propio ser, cual bellas flores de loto.
98 Yo os pregunto, pueblo: ¿si habéis entendido de esto que os he explicado y qué vais a hacer? Porque lo que habéis oído y escuchado, al llevarlo a la realización, será vuestra propia obra, vuestro trabajo justamente.
99 ¿Habéis entendido bien, todo cuanto os he dicho? ¿Habéis oído con suma atención, todas estas frases? ¿Después de oírlas y escucharlas, qué os toca hacer?
100 ¿Comprendéis la felicidad que sería, cuando cada vez más, vuestro espíritu actúe en la materia, cada vez lo haga con mayor tiempo?
101 Si así lo realizaréis, sentiréis entonces, el canto del ruiseñor oculto, la manifestación del sol interno invisible para los demás, del sol espiritual; tendréis al hacerlo, la manifestación ya limpia de vuestra alma; y entonces, la manifestación de la vida os será bella.
102 Buscad la manera, de alejaros del ruido perturbador, dejad la entrada libre al rey: al amor y analizad mi mensaje; y con esto, entenderéis mejor lo que vais a hacer. Tenéis que sentirlo, ponerlo en práctica; y escribirlo, para las generaciones siguientes y para las multitudes; para que en su momento, cada uno de ellos, al identificarse a las lecciones de mi enseñanza, encuentren su propio sol, dentro de sí mismos.
103 ¡Bendito aquél que encuentra su sol, su propia luz! Aquel que encuentre su ser, su yo espiritual a la luz de su conciencia, que es la presencia de Dios en el hombre, la manifestación de Dios en su espíritu, el Cristo en floración, en su plena manifestación de amor hacia este mundo.
104 Pueblo mío, dejad que en vos mismo se disponga vuestro espíritu a la luz de su conciencia a elevarse, porque la conciencia elevada, es muy necesaria para el iniciado; de eso viene la iniciación: de la elevación del espíritu iluminado por la luz de la conciencia, de su mente espiritual en conexión a la mente divina.
105 ¿Me habéis escuchado en vuestro corazón y espíritu, mi pueblo? ¿Habéis sentido la esencia de mi mensaje de amor y sabiduría en el espíritu, en vuestro corazón y en vuestra alma?
106 Algunos de los apóstoles principales, que en pocas frases, que en poco tiempo con palabra sencilla, expresen lo que han entendido. Pueden hacer uso de la palabra: momentánea, rápida como el relámpago; así el espíritu en vosotros, sea trascendiendo presto su esencia a la materia y hable de sí mismo.
107 Marcos, apóstol amado, buscad entre vuestros hermanos, una cadena cerrada; y mostradla, ante esta congregación de mi pueblo.
108 Imaginaos esta cadena: cerrada que esté unida para alegóricamente haceros entender algo en este día. ¿A semejanza de qué, es esta cadena, mi pueblo? Y si cada partícula, si cada pequeña pieza que forma esta cadena, está unida la una con la otra, ¿no acaso, así están las mentes de ángeles y hombres? ¿No acaso, así están las mentes de luminares y seres?
109 Mirad aquí, el símbolo del universo, en siempre en relación continua por medio del pensamiento, en que, si uno de vosotros, se quisiese apartar, desarmonizaría, rompería la cadena; y entonces, mi pueblo, se vería nuevamente obligado a unirla, porque las consecuencias del dolor y el sufrimiento, serían muy grandes, para el que la rompiese; así deben estar en el vasto universo, todos los seres, estrechamente unidos y relacionados entre sí, como los pequeños eslabones que forman esta cadena.
110 ¡He aquí! Otra representación simbólica: así quiero que estén mis representantes, los componentes de mis recintos: unidos como un eslabón, como cada pequeña pieza de esta cadena, unidos inseparablemente, hombres y recintos unidos, porque quien se separa y rompe la armonía, lo restituye con dolor y con sombras.
111 Recintos espiritualistas: ésta es mi obra perfecta y el que no estuviera así: unificado quedaría sujeto a las consecuencias, de su propia desarmonía.
112 Religiones todas: como esta cadena debéis estar unidas todos los credos de los hombres, condescendientes los unos con los otros, ya que es sus los distintos grados de comprensión, sólo son sendero diversos para llegar al camino que os conduce a vuestro propio ser, que está en el centro; y en cada hombre, está el centro luminoso, para identificarse y unirse a Dios.
113 Vosotros que me escucháis, que me entendéis: haced eso en vuestra vida ¡he aquí, vuestro deber! Tanto las naciones, como las religiones y como los recintos, las familias y los hombres, haced esto: no habléis de separatividad ¡sed como una cadena unida! ¡Oh! Hombres de diversas naciones, ya que así es el universo, ¡sed eslabones de la gran cadena universal!
114 ¡Qué importa vuestra nación, si vuestro es el mundo y vuestro el universo! Y cada estrella, morada futura del ser es, en distintos cuerpos, evolucionando en más alta conciencia, pero sois vosotros mismos.
115 Entonces, escuchad bien, ésta es mi voluntad: que las religiones, que las naciones, que los recintos, que las familias, sean así, cual el universo es; porque así, Dios lo manda, a semejanza de esta cadena relacionaos, aunque sean distintas vuestras ideologías y sed consecuentes y comprensivos, los unos con los otros, que las distintas ideologías sólo son porque los distintos estados mentales y de conciencia de los hombres, así lo requieren; un estado mental de comprensión espiritual superior, tomará el credo al que su conciencia, su inteligencia y su espiritualidad se acomode; y así irán dejando los hombres, escuelas que son moldes viejos, por escuelas de más luz, de más espiritualidad, de más verdad. ¡He aquí! Lo que es mi voluntad.
116 Ahora, pregunto a mi pueblo: ¿si me ha entendido? ¿Si al decir: naciones y religiones, recintos, familias y al hablaros a vosotros mismos, para que estéis de acuerdo con vuestro yo superior o espíritu, he dicho todo?
117 Así quiero al mundo: en armonía los unos con los otros y si rompieseis esa cadena, os atendréis al dolor; ya que infringiendo la Ley, os ponéis a la disposición de causas y efectos; por ello: ¡no infrinjáis la Ley!
118 He aquí cómo, de: una cadena cerrada os he hecho un símbolo de la unidad del universo entero.
119 Discípulos, ¿qué hacéis presente a vuestro pueblo? En esta cátedra no habrá iniciación, porque os he preparado con estas palabras, para que próximamente, en algunos días, en domingo, os entregare iniciación.
120 Y vos, mi pueblo: ¿qué me habéis preparado? ¿A quién vais a entregarme? Vuestro deber, es entregarme visitantes. A aquellos que están en mí y yo en ellos, no me los hagáis presentes; hacedme presentes a los demás, presentad vuestra lección, clasificad de lo que habéis oído y poned: al espíritu, con lo que es espíritu; a la mente: con lo que es mente; y a la materia: con lo que es materia ¿qué acaso aún no ha hecho mi enseñanza, la luz, en vuestra mente y en vuestra alma?
121 La calidad del material divino en vos, es igual, porque vuestro Padre Celestial os formó de sí mismo.
122 Luz de Dios, hay en vosotros; fuerza de Dios, hay en vosotros; esencia de Dios, hay en vosotros; amor de Dios, hay en vosotros; forma, que espiritualizaréis; y si amor de Dios, hay en vosotros sois vosotros hechura y forma del mismo elemento: de luz y fuerzas divinas pero vosotros, recobraréis vuestro lugar en el engranaje sublime del gran cosmos; y tomaréis vuestro más elevado puesto, cuando logréis conquistar la alta conciencia; volveréis a ser, para lo que seréis llamados, a su debido tiempo.
123 Por el hombre espiritualizado, Dios se comunica para manifestar a los hombres sus mensajes divinos; por el hombre espiritualizado, fijaos, por el hombre que hace, que permite que su espíritu viva triunfando en la materia, por el hombre que se ha hallado a sí mismo, por el hombre que encontró su ruiseñor que canta y su sol que alumbra en sí mismo; por ese hombre, el supremo creador, se sirve para enseñar a los hombres los conocimientos de la Verdad, que están ocultos para los ignorantes, para los que no aman, para los pasionales; y Dios se sirve de aquellos que se conocen a sí mismos, para encontrar en el hombre, el aparato de expresión de los altos conocimientos de la Verdad.
124 ¿Habéis entendido que vosotros serviréis a Dios, cuando dejéis que el espíritu, tome vuestros minutos y horas en vuestra vida? Porque hasta ahora, ha vivido la personalidad humana en vosotros mismos: lo instintivo y lo pasional pero quiero que en vosotros, el espíritu viva y se manifieste.
125 Si las obras son de sombra, en lo de la carne; si las obras son de luz, en lo del espíritu . Así son los mensajes conocidos: todo lo que hay de trigo dorado, de luz y de esencia, es mío; y toda la paja, de sombra y de error, es de los malos intérpretes.
126 ¿Habéis entendido que el tiempo apremia y que se necesita que los hombres, pasen a la realización del espíritu en ellos?
127 Cuando vosotros viváis en conciencia, esta unidad universal nada os faltará; y vuestra existencia humana, cambiará tranquilamente, porque la conciencia de la unidad de Dios en el espíritu, es a semejanza de una medida: a mayor abundancia de conciencia, mayor penetración de Dios; si vosotros queréis que Dios more en vos: abríos a él; y Dios será en vosotros, cuando le facilitéis que así sea.
128 Y los malos trabajadores se conocerán, porque tratarán de dividir; y entonces, entenderéis: que la comunicación con lo espiritual, que nombráis mediaunidad, ya no es en luz; es: en impostura. Prepararadles y enseñadles; y yo os preparo también a vos, para que seáis Verbo florido de la Verdad; mas no palabras memorizadas y preparadas que sólo tengan sonido, ¡no! Sino inspiradas, llenas de esencia y luz.
129 ¡Benditos seáis; y fortificados seáis, en el nombre de aquel que me envió! Yo os bendigo, pueblo. ¡Vivid en paz! Ya os he dicho: que vos, estáis en mí; y yo, por momentos estoy en vosotros ya que, me tenéis en vuestro corazón, yo me he manifestado en vos, para ayudar a vuestros hermanos y para ayudar a vuestros pobres, venciendo y triunfando siempre.
130 Yo os he dado testimonios de que no os he abandonado: habéis tenido muchas pruebas verdaderas, de que he tocado a vuestro favor los corazones, de que os he iluminado y que vuestras palabras conmueven a los demás; de que las puertas cerradas, se han abierto, para que sepáis: que quien vela por los pobres, está conmigo.
131 Muchos minutos, ha morado vuestro espíritu en vos, porque vuestra existencia humana, es muchas veces ocupada por vuestro espíritu y por eso vivís para los pobres, para los niños, para los enfermos; porque ya vuestro espíritu, se agita en vuestra materia, se ha despertado ya, se han despertado ya vuestras facultades internas en él; por eso vos, ya sabéis la alegría, lo que se siente, cuando se preocupan por los demás.
132 Cuando vos, os preocupáis por los demás, en el fondo de vuestro corazón, sentís satisfacción por todo lo que les habéis hecho a mis niños y a mis pobres; yo os lo pagaré con creces, en el reino de la alta conciencia.
133 Pueblo, amor, es palabra mágica, porque el amor es esencia y toque mágico; y vos que hacéis por el bien de los demás: esfuerzos en el esfuerzo, está todo lo que recibís.
134 El amor actúa, vos trabajáis; la palabra mágica, está en vos, ¿no sabéis que no hay más grande magia, que la magia del amor? ¿Ni más poderosa, que la del amor santo?
135 Magia: es una fuerza, un poder sobrenatural y el poder de los poderes, está en el amor, en el amaros los unos a los otros.
136 Magia es una fuerza inexplicable, sobrehumana, no entendida aún por los hombres; y el amor, es una fuerza no explicada, sobrehumana, no entendida. El amor, obra en vos y obrará milagros.
137 Hombres, dejad que vuestro espíritu, siga viviendo cada vez más en vos y más maravillas serán con vos; todas las puertas se abrirán, por cuanto hacéis lo que os dicta el estado de conciencia, en grandeza espiritual.
138 Seguid luchando, porque se sepan mis intenciones divinas; las intenciones, de que os améis los unos a los otros; y digo: mis intenciones porque escuchad: hay lugares adonde se da el mensaje, pero hay muy poco de mí y yo me quedo con ganas de expresar el amor como yo quiero; mas hay muchas expresiones que no se interpretan, porque no les conviene a las gentes de la tierra; y entonces, me quedo con la intención de haber dicho, lo que no me interpretaron. ¿Me habéis comprendido?
139 ¡Luchad, haced esfuerzos! Para que se sepa que quiero, que os améis los unos a los otros y que en alta espiritualidad os entendáis.
140 Haced bien a los pobres, mi cariño, mi amor es con vosotros, la caricia de mi Ser divino, fluye para vuestro ser. Yo os bendigo y preparo vuestro camino, en el nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo, derramando del santo Espíritu: la luz de sabiduría.
141 Llevad siempre a vuestros hermanos, mucha luz en vuestros labios; el Maestro os bendice, el Maestro os ama, el Maestro os acaricia el corazón. ¡Benditos seáis!
142 Amados míos: el Maestro de maestros, siempre está pendiente de todas vuestras necesidades.
143 El Maestro que siempre actúa en vosotros mismos, recoge vuestras amarguras; el Maestro, que os enseña a que viváis la vida del espíritu eterno, del espíritu que sabe de todo lo que ha menester la materia: caricia, luz, ternura mas, de todo ello os doy, porque de todo necesitáis.
144 Dad las gracias al Padre Celestial; que por agradecidos, las gracias del Padre serán con vos. Yo os bendigo en el nombre de aquel que me envía. Así acaricio vuestro corazón, pueblo amado. ¡Benditos seáis!
145 Amorosamente os recibo. Amorosamente recibo vuestro equipaje que viene con vos, carga de pensamientos tristes por lo que en este tiempo, habéis pasado. ¿Me habéis entendido? No hablo de carga humana: hablo de carga mental: de vuestro sufrimiento y preocupaciones.
146 Yo, Cristo, recibo vuestras amarguras, amados míos, así como vosotros recibís mi amor, ¿y vos, qué me hacéis presente mis amados?
147 La caridad es fuerza divina que debéis dejar libremente entrar a vosotros, es: una fuerza, un poder divino que dominará al hombre, en la altitud de la nobleza.
148 La caridad, es el camino del justo, el camino de la espiritualidad del bien entendido; dejad que la fuerza de la caridad, domine vuestro corazón y que su luz ilumine el cerebro.
149 La caridad, es bendita y poderosa; y ¡bendito aquel que se deja mover y conmover por ella! Caridad, fuerza de la creación, fuerza manifestadora del amor, fase del mismo amor. ¡Benditos seáis! Todos los que habéis entendido esta palabra, palabra santa: caridad.
150 Yo recibo vuestras obras. Recibo las tristezas ocultas que allá en lo secreto, allá en el fondo del ser, hay tristeza; mas yo quito esta tristeza, alumbro vuestro corazón en estos momentos, para daros a vosotros de mi amor, de mi esencia; y deciros: no estéis tristes, amados míos, que el que os ama, siempre está en vuestros ratos de amargura para daros alegrías, que después de las tristezas vendrán las alegrías, ya que mi caricia es con vosotros.
151 Amados míos, todos los días pensaréis haciendo varias afirmaciones, en que: la existencia de Dios, es un hecho en vosotros y entonces, haréis obras maravillosas. Pensad en esto, pensad en esta lección, llevadla hasta vuestro corazón, haced vuestras afirmaciones y dejad que vuestro espíritu viva se exprese más minutos en vuestro cuerpo; y entonces, haréis maravillas con la maravilla del amor.
152 Pueblo bendito, he estado con vos; y voy a daros, después de la enseñanza en abundancia, como cátedra de día primero, los beneficios que venís a buscar, los beneficios que vos esperáis.
153 ¡Oh, amados míos! Que vosotros también tomaréis parte de la enseñanza de esta cátedra de día primero. ¡Oíd y escuchad bien! Pero escuchad como se debe escuchar, para no olvidar jamás, después de haber escuchado. ¿Queréis, entonces, penetrar en el interior de vuestro ser y grabar, grabar bien en vos mismo, lo que os voy a decir?
154 Escuchad: cuando un obsesor se aleja de su obcecado, cuando deja a su poseído, entonces, si aquel, el enfermo, hace uso de la fuerza en su voluntad para no volverle a acercar a su vida, si cierra todas las puertas de comunicación con él; permanecerá para siempre alejado, porque aquel cerró todas las puertas de comunicación con el obsesor, se lo desligó del pensamiento; y entonces, con pensamientos elevados y superiores, ya no se dejará dominar de él, porque ya no habrá afinidad ni similitud; pero algunas veces suelen los enfermos caer nuevamente y debilitarse otra vez, debilitarse en la mente y atrae por medio de pensamientos o palabras o actos, al obsesor de antes y vuelve a darle entrada como antes.
155 Decidle a vuestros obsesionados enfermos, que jamás lo permitan retornar nuevamente, porque entonces aquel obsesor regresará triunfalmente a la casa de carne que ocupaba y vuelve a ser señor de ella o por toda la existencia humana o por todo ese tiempo, mientras que la conciencia vigilante del enfermo lo vuelve a desechar de sí; porque ningún obsesor, obceca a alguien, si no ha sido por la debilidad en la voluntad del obcecado; decidles que le cierren todas las puertas de similitud o afinidad, del entendimiento, de la correspondencia entre los dos; y que ellos, pensando elevadamente, jamás vuelven a darle entrada al obsesor o los obsesores.
156 ¿Me habéis entendido, bienamados míos? Si el enfermo vuelve a caer en debilidad y les corresponden, vuelven a tomarle; y entonces, ¡he allí la tristeza! Al servirles como instrumento de su manifestación materializada.
157 Transmitidles de la gran enseñanza; y decidles, que: cuando un mal inquilino desocupa la morada, aquella morada que ha quedado sucia: se asea, se limpia, se lava, se alumbra para que no vuelvan a entrar, para que la afinidad, no esté en lo sucio que había en su mente.
158 Decidles que limpien su mente, hasta alcanzar los más altos ideales, que se acerquen a Dios por el pensamiento elevado, que se acerquen a la vida verdadera por la más alta conciencia y elevación; y nada de lo superfluo y malo se acercará y nadie lo tocará, por no dar entrada a lo malo; mas si después de desocuparse la morada la dejáis algo sucia; entonces el que la habitó, volverá a ella porque no encontrará resistencia; y entonces, será peor, volverá con otros más y la volverá a poseer.
159 Decidles que se cuiden en lo que piensan, que las oraciones, la fe en Dios y las afirmaciones de palabras elevadas, les harán mucho provecho. Llevadles mi caricia, mi amor y mi bendición; y seguid sintiendo en vuestro corazón sensitivo, la alegría.
160 Yo pongo la alegría en los seres agradecidos. Yo bendigo vuestros buenos pensamientos, vuestros labios, vuestro corazón, ¡benditos sean amados míos! ¡Acariciados sean, en el nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo derramando del santo Espíritu, los efluvios de sabiduría sobre el mundo atormentado!
161 Pueblo, vuelvo a vos de nuevo, a deciros que he terminado mi cátedra, dándoos una lección de mi enseñanza; y que voy a daros a manos llenas, colectivamente, en el pensamiento.
162 ¡Silencio, pueblo! Y depositad vuestras amarguras, que yo recibo esta lluvia de pensamientos sombríos y tristes que son nieblas en el ambiente de la tierra; mas yo los recibo, para convertirlos en luz.
163 En estos momentos, sólo me comunico de pensamiento a pensamiento, de Espíritu a espíritu, porque en verdad os digo, mucho he estado con vosotros, en esta cátedra de día primero.
164 ¡Aguas benditas, saturadas habéis sido para bálsamo curativo, para aquellos que tengan fe! Aguas que llevan la fortaleza de mi bendición, la luz de mi palabra, el poder de mi consagración; para los hogares y para los enfermos, yo os dejo preparadas estas aguas, en el nombre del Padre poderoso con el poder de mi Espíritu; y bendigo las flores, en el nombre del Padre, con el poder de mi Espíritu.
165 Aguas y flores, elementos varios para emplearlos para el bien de los demás; mas quien quisiera tomarlos para utilizarlos equivocadamente, al instante será retirada mi bendición del elemento u objeto, para que no sea lo limpio: sucio lo bendito: profanado por tanto, yo bendigo lo que sólo os tocará para el bien colectivo.
166 Bendigo también a vosotros mismos, desde el corazón hasta el cráneo, corazón y cráneo y plantas. Bendigo vuestros caminos, recibo a los visitantes, doy fuerza a los enfermos, doy consuelo a los necesitados. ¡Tomad de mi fuerza curativa, pueblo! ¡Tomad de mi fuerza poderosa en que el espíritu quiere gozar!
167 No hay un solo pensamiento que no haya sido recibido. Si amáis al trabajo, por el amor al trabajo lo tendréis; si no amáis al trabajo, vosotros mismos no busquéis la abundancia de pan, seréis el camino y la puerta. A vosotros que amáis el trabajo, bendigo vuestro fruto; y a vosotros, que no amáis el trabajo, os digo: que lo améis, para que tengáis pan en abundancia.
168 Yo os digo también a vosotros, que me pedís por los ausentes y por los presentes, que cada una de vuestras penas que me hacéis presentes, será un ruego a vuestro favor, ante el Padre Dios.
169 Pueblo mío, vivid en espíritu, cada vez más; y yo, el Verbo Divino del Padre, estaré con vosotros; y en el nombre del eterno Ser, en el nombre del Padre universal, os dejaré llenos de los efluvios de mi presencia, del amor y la sabiduría: del amor, que es potencia; y de la sabiduría, que deja luz en cada uno de vosotros.
170 Pueblo bendito, ¿estáis dispuesto alguna vez a vivir en la existencia humana, un tiempo en espíritu y para el espíritu, en conciencia plena de la misma vida? Entonces, en la transformación de vuestras existencias humanas y en alma, tendré mi complacencia.
171 Está todo este recinto y esta casa, llena luz, llena de la fuerza blanca; hasta en vuestro corazón, al haberme sentido internamente, habéis sido felices, mi pueblo.
172 ¡Adiós, pueblo bendito! De mi paz y de mi amor, os dejo; mi consuelo, os doy; mi paz es con vosotros, hasta el fondo de vuestro corazón. Pronto será con vosotros mi vibración luminosa, pronto será con vosotros mi consuelo. Pueblo mío, con vosotros seré, en Espíritu de verdad.
¡Mi paz, sea con vosotros!
33. Dios no se comunicará a través de portavoces después de 1950
Miércoles 30 de julio de 1947
1 Os da la bienvenida vuestro Maestro de maestros, en este día de gracia. ¡Oh! Discípulos muy amados de mi divinidad, os doy la bienvenida en mi propio corazón de Maestro, que mucho os ha amado y que mucho os ama en verdad; para que cerca de mi presencia divina, podáis oír y escuchar mi palabra, podáis comer de este pan de vida y podáis calmar esa sed que me hacéis presente en cada día, que vais pidiéndome porque vuestra hambre y vuestra sed, no se han calmado.
2 ¡Venid a la fuente, desbordante siempre de aguas cristalinas y frescas! ¡Venid a la mesa, siempre pletórica y preparada con los mejores manjares de mi reino! No habéis podido aún calmar el hambre y la sed de vuestro espíritu y de vuestro corazón; mas de cierto y en verdad, os digo: ni a las aguas ni al pan, les hace falta vida, todo en ellos está; todo lo he derramado en ellos, para vos, pueblo; sin embargo, es que no habéis sabido preparar vuestro espíritu, para llenarlo del efluvio de mi Espíritu, ¡oh, pueblo amado de Israel!
3 Mas, no he de comenzar mi cátedra, con reclamo para unos y para otros; como siempre, ¡oh! Mis discípulos, me tenéis por amor; vengo hacia vos, porque os amo, porque os busco incesantemente por los caminos, porque os hago el llamado al cumplimiento, para teneros cerca de mi santuario; porque os vengo apartando siempre de los peligros de los caminos inciertos, para que vuestro paso sea firme; y entonces, mi auditorio bendito, no resuenen vuestros lamentos y sollozos; porque quiero contemplar solamente en vosotros y de vosotros: el regocijo, la paz, la gratitud hacia mi espíritu divino la fortaleza refulgente, en vuestra propia carne; fortaleza de mi Espíritu, que va siempre al vuestro; y que, como os acabo de decir: se refleje, en vuestra propia materia.
4 Por amor, vengo hacia vosotros; mas, si queréis tenerme, como Maestro; como Maestro, puedo estar entre vosotros y sigo siendo amor; si vosotros, queréis que como juez me presente entre vosotros, también como juez puedo presentarme y aun siendo inexorable, como juez, sigo siendo amor entre vosotros; porque yo soy el amor eterno, porque soy el Espíritu dimanante de amor, porque éste es vuestro principio que está en mí, vuestro final también será ese, dentro de mí mismo. ¡Oh! Discípulos que escucháis estas palabras divinas, las cuales no he dicho a los párvulos; porque los párvulos, aún no me comprenden.
5 ¡Venid, acercaos en verdad, sentaos en torno de mi divinidad, como lo hicisteis en aquel tiempo, cuando vine yo a encarnarme por mi propia voluntad, que es la voluntad del Padre por amor hacia vosotros, para que pudierais contemplarme, oírme y escucharme a través de aquel humano; de aquel hombre divino, que fue vuestro Maestro al manifestarse el Cristo, por labios de Jesús.
6 ¡Recordad en espíritu y en verdad! Concentraos en el fondo de vuestro espíritu y recordad aquel tiempo, en que, en verdad me seguisteis a las riberas del jordán, a aquellos valles, pueblo; a aquellos huertos, al mismo desierto, a las riberas del mar.
7 Recordad cómo en aquel tiempo, apartabais de vuestro propio corazón, el mundo; y entonces, os concretabais a escuchar a aquel hombre que comparaba las cosas de la tierra con las manifestaciones divinas; y las manifestaciones divinas, con las cosas de la tierra; que os acercaba el reino del Padre, a vuestro propio corazón; y a vosotros, os acercaba al Padre. Que los unos creíais y los otros no, pero todos sentíais aquella dulzura y aquella paz del Cristo, que todos llegabais enfermos: los unos del corazón, los otros del alma y todos recibías del bálsamo, para vuestra sanación.
8 Y así, pueblo, concentrándoos en el fondo de vuestro propio espíritu unisteis vuestros pensamientos, escuchasteis aquellas mis divinas y santas cátedras, recibisteis mis palabras de amor, que fueron caricias para vuestro espíritu, recibisteis mis palabras, mi doctrina y mi enseñanza, que fue mi manifestación de Maestro y recibisteis también mis reclamos, mis manifestaciones de Maestro y recibisteis también mis reclamos, mis correcciones que como juez divino yo os hice.
9 Recordad que también dejé escritas sentencias y entonces tuvisteis mi manifestación en cuanto juez. Ahora así vengo entre vosotros nuevamente, no contempléis estos muros que os protegen de los elementos, de la intemperie, no sea en verdad la techumbre obstáculo para que elevéis vuestra mirada espiritual hacia mi solio, ni tan siquiera los símbolos sean para vosotros obstáculo delante de mi divinidad.
10 Sentíos en verdad, el estar aposentados en el valle espiritual, escuchando al Maestro de maestros, al Cristo de Dios, aquel que desciende de su trono, de la misma diestra del Padre, para venir entre sus discípulos, a recrearse; sin contemplar: su mancha, sus pecados, su desobediencia y su ingratitud.
11 Entre vosotros he venido, porque sois mi pueblo amado, el pueblo buscado por mí en todos los tiempos; el pueblo mimado, aun cuando en verdad, os digo: yo amo y he amado a todos los pueblos de la tierra, en todos los tiempos. Sin embargo, sí os he privilegiado, si os he mimado, si he venido en verdad en tres Tiempos entre vosotros; no es porque los demás pueblos o las demás razas, hayan sido inferiores a vos, ante mi presencia, ¡no! Ni porque a los otros pueblos de la tierra, les ame menos que a vos; o porque los otros, no sean hijos de mí mismo.
12 Pueblo, en verdad, os digo: con todos los espíritus que han brotado de mi divinidad, de las creaturas humanas que he creado, formaré un solo pueblo y a todos ellos, les llamaré; los redimiré, les daré cargos, les entregaré mi enseñanza y le señalaré mi camino, por el conducto vuestro.
13 Si os escogí en el Primer Tiempo, es porque sois los primogénitos, los primeros en los que he dejado responsabilidad, cargos y Ley; en los que he dejado luz, en los que he dejado palabras y dones.
14 En verdad y en espíritu, no solamente son para vosotros; sino para participar de ello, a toda la humanidad manchada; ya que en verdad, no habéis cumplido en ninguno de los tiempos pasados, porque sólo os habéis tomado la heredad ; y no os habéis acordado de heredar a los demás, para hacerlos también herederos de mi gracia, para hacerlos también grandes delante de mí, para sentaros a todos a mi diestra.
15 Como en verdad, os he seguido a vos, desde los primeros tiempos, no os sintáis el pueblo más grande y poderoso en lo espiritual; no os sintáis el invulnerable, el invencible, no os sintáis el único, ni os sintáis el privilegiado; sentíos el más responsable, sentíos el humilde, el primer o que tiene que dar la ayuda al postrero; y entonces, de este modo, mi pueblo, yo más me derramaré por vuestro conducto; porque no se ha derramado toda la esencia, que guardada tengo para vosotros; esencia divina que he de derramar en gran manera, hasta finalizar el año 1950.
16 Mas, ¿por ventura yo os privaré de mi gracia, después de ese año? ¿Por ventura yo me ausentaré espiritualmente de los hombres, de los espíritus encarnados, de mi pueblo escogido? ¿Dejaré en la orfandad, dejaré en la soledad extraviados en los caminos a los que se pierden? ¡No! Mi pueblo, yo seguiré delante por vos, yo seguiré vuestros pasos, después de ese año, como siempre lo he sido, como: una sombra divina para vos, desde el principio hasta la eternidad espiritualmente, mucho os seguiré inspirando, yo hablaré por vuestros labios, yo sanaré al enfermo por vuestras propias manos y con mi esencia en vuestra voz, resucitaré al muerto; yo vagaré en verdad, por los caminos de este mundo, dentro de vuestro propio corazón y conciencia; yo formaré con la unión de vuestros pensamientos y vuestros corazones, mi verdadero templo, mi verdadero santuario divino.
17 Entonces, pueblo amado, siempre preparaos para recibirme a mí como Padre, que soy amor; como Maestro, que soy sabiduría y enseñanza; y como juez también, porque como juez, debo estar siempre entre vosotros, siempre delante de vosotros; ya que sois todavía imperfectos, me tendréis como juez en vuestra conciencia, más que nunca me tendréis en mi palabra y me tendréis a lo largo de vuestra vida y en vuestros actos, de vuestras empresas, de vuestro cumplimiento y de vuestras faltas también. ¿Por qué, pueblo amado? Porque sois, los que siempre habéis estado cerca de mí.
18 Muchos años yo os he enseñado en este Tercer Tiempo, he encontrado las tierras más estériles que nunca, los pedruscos se han multiplicado, la tierra se ha petrificado, la cizaña, la ortiga, el abrojo han cundido por todo el haz de las tierras, las malas plantas, los árboles que brindan frutos venenosos han sido cultivados por los hombres, las aguas se han contaminado, las fuentes las encuentro turbias, los ríos al sequío han sido, también las flores se marchitan, pueblo amado, y contemplo que las plagas, el gusano roedor, las aves han caído sobre las campiñas, sobre las tierras y entonces triste el cuadro que en el Tercer Tiempo el corazón humano le ha presentado a mi divinidad.
19 Entonces, ha sido menester disponga yo, siendo el poder de más tiempo; tiempo, que vosotros medís por años, para que en este tiempo yo os hablara, para que en este tiempo yo apartara de vuestro corazón y de vuestro espíritu, todo lo superfluo, para que a través de los unos y de los otros yo hiciera el llamado a los que han de escucharme y de servirme.
20 No han sido tres años, como en aquel Segundo Tiempo; en aquel tiempo, mi pueblo, esperé a que aquella carne bendita que vosotros contemplasteis llegara a la edad adulta, a la edad adecuada; a su verdadera madurez, para poder entregar entonces a través de ella mis mejores frutos; frutos que en verdad, a través de aquellos labios, de aquellos ojos, de aquel entendimiento, de aquel corazón y aquellas manos, de aquellos pies, todo fue bálsamo, todo fue pan, todo fue amor para vosotros; mas, yo esperé la formación de aquella envoltura humana, para entonces, levantarme al cumplimiento de mi misión divina.
21 Tres años entre vosotros, me manifesté; tres años, hable incansablemente; tres años sorprendí a los pueblos, a las villas, a las aldeas, a las grandes ciudades; y mi nombre, la fama de mis prodigios, no solamente quedó en las comarcas y en las provincias de Israel, no solamente entre las turbas de mi pueblo, no en verdad; el nombre de mi divinidad, trascendió, llegó hasta la pagana roma, hasta el idólatra Egipto, hasta la persia; todos los estado del asia.
22 En verdad y en espíritu, los hombres se levantaron para ir en pos de aquel prodigio, porque había espíritus enviados por el Padre a los países, que habían de dar testimonio de mi advenimiento en aquel tiempo; y en esos tres años preparé, pueblo, a mis discípulos, los dejé convertidos en maestros de justicia y amor ante sus hermanos; les revelé mi justicia y amor, les llené de mi gracia y los conforté para las pruebas; les mostré todo el amor de mi corazón divino, amor que en verdad hasta este tiempo, la humanidad no conoce; les mostré la ingratitud humana; pero detrás de la ingratitud humana, la nobleza y amor de la misma humanidad, que lleva dentro, en lo más profundo de sí misma. Ya que mi simiente, es el principio y origen, de que soy yo, Cristo, el amor.
23 Prepararé a las multitudes y a las comarcas, todo lo dejé preparado en el nombre del Padre; y tres años me bastaron en verdad y en espíritu, para conmover desde las raíces más profundas en el corazón del hombre; y levanté mi templo, en el corazón de la humanidad; y hasta este tiempo, he vivido en el corazón de ella misma; mas, a través de los tiempos, han cambiado, en su avaricia y su ambición.
24 La ciencia de los hombres, ha llegado a su tercera altura de perversidad; ya que ahora, en este tiempo, es ciencia de perversidad humana, de grandeza, de codicia, de oDios, de ambiciones ciegas, de sangre y de muerte, de peste y de horror, de lamentos y de orfandad, de falta absoluta de amor, pueblo amado; de egoísmo, de hipocresía y falsedad, de rompimiento de todos los lazos que yo he dejado, de profanación en todas las legislaciones de mis principios divinos.
25 Sin embargo ¡heme aquí! He venido entre vosotros y estoy hablando desde 1884 por el conducto de unos, de otros y de otros. Mas es la misma palabra, la misma esencia, la misma preparación, la misma profecía, las mismas revelaciones, pueblo amado, ¿para qué? Para que os levantéis al cumplimiento.
26 Sin embargo, tres años no han sido suficientes. He tenido que hablar incesantemente como el necio peregrino, repetir la lección al duro discípulo; a cada instante y momento, contemplo que él se levanta diciéndome: Maestro, yo te amo y después, contemplo que me vuelve la espalda, que se va lleno de dones, que se va lleno de fuerza; pero después, cuando le sorprende el tropiezo, el abismo en el camino, entonces llora, se arrepiente y me dice: sí, tú eres, si todavía estás, dame la mano y levántame y yo que soy amor y paciencia, le levanto y le contemplo diciéndole que vuelva a mí, le siento a mi diestra; le digo: sois el Hijo prodigo, que nacisteis en esta alba y él, se regocija; y cuando parece que todos, en verdad, creen, menos el Maestro que aquel se ha arrepentido para siempre; es entonces, cuando vuelve a caer en las tentaciones.
27 Cuántas veces he visto a muchos caer, levantarse y volver a mí; mas en verdad, os digo: como Maestro, mucho he estado entre vosotros; y ya es el instante de que os levantéis por vuestra propia fuerza, porque de fuerza, os he revestido en verdad, las tentaciones se ha desatado; y son las que a cada instante, os hacen caer; pero luchad contra ellas y vencedlas siempre en mi nombre, pueblo; para que entonces, ya no os alejéis más de mí.
28 ¿Qué tenéis que aprender de más, en los caminos del dolor, de la ausencia, de los placeres y del pecado? ¿Qué tenéis más que experimentar lejos de mí, lejos de mi campiña? ¿Por ventura no habéis experimentado, lo que este cumplimiento os brinda? ¿No habéis sentido hasta lo más profundo de vuestro ser, una alegría, un placer divino que experimenta vuestro espíritu, después de haber entregado un átomo de caridad a vuestro semejante?
29 Entonces, ¡perseverad! Y si por un momento, habéis sentido que mi palabra es rutinaria, que mi obra no es infinita, que mi palabra no es todo lo perfecta como vos lo quisierais; en verdad, os digo: es que no habéis penetrado en mi obra, es que no habéis limpiado vuestra vida, para contemplar lo más profundo que en ella, hay; es que sois muy pequeños, pero también os digo: tenéis razón en ello, no he revelado todo lo que he de velar, no me he manifestado con toda la gracia y grandeza, con que he de manifestarme.
30 Y esto ¿por qué ha sido, pueblo? Por la falta de preparación, porque habéis caído ya en frialdad, en la familiarización, porque yo soy entre vosotros ya, uno más; y ya no soy aquel que en verdad, os maravillaba, os sorprendía gratamente, os levantaba con una sola palabra, con un prodigio; ya sois los que olvidáis mi enseñanza, los que no os atemorizáis ante mi reclamo, los que no teméis a vuestra propia sentencia, los que no creéis las pruebas.
31 Así estáis ahora discípulos; os contemplo fríos, os contemplo hastiados, os contemplo cansados. Algunos de los que principian, son los que me muestran más amor y ahínco; mas, no pasará mucho tiempo y tomarán vuestro mal ejemplo y en el hastío, en la frialdad, en la desobediencia y en la familiaridad, caerán también.
32 Así contemplo a mi pueblo, voy de templo en templo, de recinto en recinto buscando a aquel que se levante lleno de ideal, lleno de ahínco, con el propósito de labrar las tierras que se han puesto delante de vosotros; de romper los límites que vuestra escasa preparación, os ha señalado; y no lo encuentro.
33 Todos duermen, todos trabajan y todos hablan, pero en verdad os digo: algo más que esto, quiero contemplar; algo más, pueblo amado, ¿qué acontecimiento es? Que caminéis, avanzando más y más, porque os habéis detenido, porque estáis trabajando y luchando en el mismo punto, sin avanzar; y es tiempo ya, de que avancéis; porque yo no os he dejado en un sitio, os he puesto en un camino; y el camino, os dice: ¡adelante! ¡Adelante!
34 Israel amado, para eso es el camino, para caminar y avanzar; por ello los ojos los lleváis al frente, para que caminéis hacia allá, hacia adelante siempre, sin retroceder; por eso en verdad, os he dado fuerzas, os ha dado inspiración y he despertado ideal en vos, para que caminéis y avancéis, para que os detengáis; y entonces, podáis llegar a sentir mí presencia divina.
35 Retenida puede encontrarse mi gracia; tiempo ha, mi esencia también, puede encontrarse retenida; y cuán pocos de vosotros, lo habéis notado; cuán pocos de vosotros, sentís esta verdad; mas, si hoy, os lo revelo, no es para que sintáis desmoralización en vuestro espíritu y en vuestra carne y me volváis la espalda. Hoy os lo digo, en verdad y en espíritu, para que despertéis y para que os levantéis; y no soy yo, quien ha retenido estas revelaciones divinas, es vuestra propia voluntad, sois vos, en verdad, el que me habéis detenido, el que habéis acallado mi Verbo, el que habéis contenido mi inspiración divina, el que habéis detenido mi voluntad y mi gracia para entregaros más y más, el que habéis cerrado las puertas de mi amor y de mi caridad, para vos y para el mundo.
36 Mas, ¿cómo poder reconquistar estas revelaciones? ¿Cómo poder recuperar la gracia divina? ¿Cómo poder sentir, una vez más, mis divinas emanaciones, el desbordamiento incesante de mi gracia, de mi sabiduría, de mis dones entre vosotros mismos? Solamente con vuestro amor, solamente con vuestra fraternidad, con vuestro perdón, con vuestra sinceridad. Virtudes que no he contemplado entre vosotros; pues, sois débiles, sois muy frágiles, sois muy pequeños, pero mi gran amor os sostiene.
37 ¿Acaso no he sido yo el que me he comunicado en los últimos días, en los últimos años por medio de mis pruebas? Sí, mi pueblo, yo soy el que me comunico, yo os hablo, os entrego, os acaricio y os ordeno también; yo no he permitido que nadie más venga entre vosotros, porque yo soy entre vosotros; mas lo que os he querido decir, es esto: que mi palabra, mi esencia y mi obra no os ha dado más, está estancada, se ha estacionado; la misma revelación divina, se ha retenido entre vosotros, en espera de vuestra preparación; no os revelaré más conocimientos, no os entregaré más, hasta que vosotros mismos os hagáis acreedores a ello; y que yo contemple el verdadero amor de los unos para los otros, la unificación de pensamientos, la igualdad de prácticas en mi obra; entonces, yo me volveré a derramar; entonces, continuará mi obra entre vosotros mismos. Seguiré manifestándome en grandeza, seguiré desbordando todo aquello que retenido puede encontrarse, ¡créalo el hombre o no lo crea! ¡Lo creáis vosotros o no lo creáis!
38 Para que mi obra pueda levantarse, para que mi obra pueda avanzar en este tiempo que es el inicio de guerra de ideas, de doctrinas, de teorías; en este tiempo de ciencia y evoluciones, de desafíos, solamente con vuestra fuerza, solamente con vuestro amor y con vuestra unión, saldréis avante.
39 Si no estáis unido, pueblo, si no os dais la mano y el corazón como mi obra santa os indica, vosotros seréis vencidos, seréis perseguidos y vedados para seguir trabajando por mi causa; caerán sobre vosotros las leyes del César, caerán sobre vosotros los hombres de la ciencia, caerán sobre vosotros los ministros de las grandes religiones de este mundo; y al contemplar que no estáis unidos, al escuchar que los unos habláis de mí en una forma y los otros en la otra.
40 Al contemplar que en el fondo de vosotros mismos, existen también los dioses, la mala voluntad, la discordia y que las tentaciones ha hecho nido entre vosotros mismos; ellos entonces, se unirán y con un soplo, en verdad os digo, os apartarán de mi camino. ésta, no es mi voluntad; no quiero que ante esta prueba, solamente queden dos o tres que me digan: ¡Padre, Padre aquí estamos, te amamos!
41 No, mi pueblo, por algo os he congregado, por algo os he llamado, porque dos o tres, no se levantarán para redimir al mundo. Mi pueblo en conjunto, mi pueblo de Israel, formado por distintas razas, doce mil marcados de cada tribu, ciento cuarenta y cuatro mil en total, esos serán los que se levantarán, unos en materia y otros en espíritu al cumplimiento de este gran mandato divino. No serán doce, como en el Segundo Tiempo, serán doce mil de cada una de las tribus de mi pueblo.
42 No vengo a enfriar con mi palabra, a vuestro corazón, ¡oh! Mis hijos, solamente vengo a poneros alerta. No os vengo a amedrentaros, mi ojo divino, desde el más allá todo lo puede contemplar.
43 ¡He aquí! Unos cuantos meses os restan, para que termine entre vosotros el presente año; mas, terminado el año 1947, sólo os retarán tres años; en los cuales, yo aún me recrearé por medio de vuestro entendimiento.
44 Tres años que serán, representación de aquellos tres; en los cuales, daréis un paso hasta la perfección, la depuración, la unificación; pues si así no lo hicieseis, en esos tres últimos años, ¿qué esperáis entonces de vosotros, del mundo y de mí?
45 Yo os dejo estos meses para que sean de mediación, para que sean de preparación; para que los guías con los guías deliberen, para que el cuerpo de portavoces se unifique, no en un solo templo, no los de un solo recinto, sino todos; porque de todos me sirvo, para entregar la única Ley.
46 Días, en los cuales vais a deliberar lo más importante de mi obra, de mi Ley y de vuestra práctica y trabajos; para que entonces, desde la primera alba del año 1948, me ofrezcáis un nuevo cumplimiento, un paso más en el camino, una semilla limpia que sembréis con ahínco, en verdad desbordante en vuestro propio corazón; un aleteo incesante, dentro de vuestro propio espíritu; un trabajo infatigable, fecundo y efectivo.
47 Prepararaos, en verdad os dice vuestro Maestro. Prepararaos, para la última alba de este presente año que descenderá vuestro Eterno Padre con justicia, Ley, sabiduría y amor para levantaros, pueblo amado con su palabra; con la fuerza y de su Espíritu, a un nuevo cumplimiento, con el verdadero amor y con la verdadera caridad.
48 Toda conciencia quedará despierta y clara, cual nunca la habéis sentido; y en esa alba de gracia, escuchad en verdad, los que tengáis oídos para oír al Eterno Padre; él, hará reformas entre vosotros; no a su Ley, no a su obra, sino a vuestras prácticas.
49 Hará reformas el Padre y estad alerta; hará reformas en todos sus recintos, no por la voluntad del hombre, sino por su divina y santa voluntad; porque muchos años ha esperado que vosotros las hagáis por inspiración, por adelanto, por progreso; y no las habéis hecho, porque habéis dormido y os habéis hastiado del pan de vida y de él estáis viviendo, cuando que es la voluntad del Padre ésta; y entonces, él vendrá y os dirá desde esa alba, cómo debéis de trabajar. Sin embargo, ¡ay! ¡Ay! De aquel recinto, en donde el Padre no hiciera reforma, porque de cierto, os digo: ese recinto, no se preparó.
50 Unificaos con el recinto del mediodía, unificaos con el recinto de la fe; y daos en verdad, vuestra mano; unid vuestro corazón, unid vuestro ideal, para que vuestros hijos, vuestras ramificaciones, vuestros borbotones os puedan respetar, os puedan seguir, os puedan acatar con obediencia y sumisión; para que todos aquellos que han nacido fuera de vuestro regazo, se unan a vosotros.
51 Todos aquellos que caminan, desde el primer instante en impostura, puedan ellos dejar lo que no les pertenece y tomar entre vosotros la verdadera enseñanza. Todos aquellos que en verdad, lejos, muy lejos de vosotros han vivido y han estado, puedan entonces sentir vuestro calor, vuestra existencia; porque del recinto del mediodía y del recinto de la fe, brotarán mis grandes mandatos, brotarán mis inspiraciones y surgirán en verdad, os digo: mis reformas.
52 Guías de multitudes: ¡preparaos! ¡Preparaos, mis hijos! No lloréis delante de mis demás hijos. Delicado es el cargo que el Padre, os ha confiado; pero en este cargo, no he querido poner una espina en vuestro corazón. ¡Llenaos de mi fuerza e inspiraos en mí! Y entonces, este vuestro pueblo, no tendrá la fuerza suficiente para arrancaros una lágrima o un sollozo.
53 ¡Sed más fuertes que el dolor, sed más fuertes que el ingrato, sed más fuertes que el desobediente! ¡Serenaos, llenaos de mi fuerza! ¡Velad más! Si algunas revelaciones de mi obra no habéis llegado a comprender, ¡venid y estudiad! ¡Penetrad más y más en mi palabra! Y entonces, vos podréis guiar a vuestra multitud.
54 No le llevéis por camino torcido, no durmáis un momento, no descuidéis a vuestros hermanos ni un instante; no dejéis que tomen cuerpo, en ellos mismos, los malos hábitos.
55 ¡Inspiraos! Preguntadme cómo es mi obra, qué es lo que más me agrada a mí, qué es lo que debéis corregir, qué es lo que debéis depurar y en qué forma.
56 ¡Sed celosos, fuertes y enérgicos! Mas, ¡nunca! Seáis duros ni crueles, con vuestros hermanos; la dureza y la crueldad, no son dones del Cristo. La energía y el celo, sí son dones del Cristo.
57 ¡Imitad al Cristo! Y sin dejar de ser humanos, sed tiernos y sed buenos; mas no permitáis impureza, mixtificación, cosas superfluas, malas ciencias, materializaciones, idolatría, fanatismo, ritos, tradiciones que en verdad, no pertenecen a mi obra.
58 Nada de esto permitiréis, en el cumplimiento ni en la práctica de vuestros hermanos; en esta alba de gracia, yo os despierto y os inspiro para que os levantéis.
59 ¡Oh! Guías de mis multitudes: uníos en un solo cuerpo y en una sola voluntad y entonces, no hagáis guerra; os levantaréis, formando una campiña en verdad, en contra de todo lo superfluo, lo impuro, lo insano dentro de mi obra.
60 Todo lo que no sea espiritual, dentro de mis recintos, ¡vencedlo, en verdad! ¡Levantaos llenos de celo, llenos de energía, en contra de todas estas prácticas materializadas!
61 ¡Llevad! ¡Llevad, en verdad os dice el Padre! ¡Purificad! Yo os entrego una vara de justicia, pero sabedla usar, ¡oh! Mis hijos muy amados; para que entonces, esta vara de justicia, no se vuelva en contra de vosotros mismos, si mal la utilizáis.
62 Acudid al recinto del mediodía, llevad el calor en vuestros propios corazones y dad calor a vuestra guía de guías, aquella anciana que he retenido en este mundo, que le he dejado un tiempo más entre vosotros, para que no haya caos. La habéis juzgado, ha tenido ella jueces entre su mismo pueblo que ama; y en el silencio de su alcoba, se ha purificado con sus propias lágrimas; le habéis juzgado en verdad, cual mujer débil, habéis censurado sus determinaciones; y entonces, el Maestro, os dice: habéis lacerado su propio corazón mas, yo he permitido que entre vosotros siga, porque si de la tierra le levantara, en verdad y en espíritu, ¡ay! ¡Ay, de vosotros! ¡Créalo el hombre o no lo crea!
63 Tenéis delante de vosotros, a vuestro hermano José; y él también ha sido reo entre vosotros mismos y le habéis juzgado, le habéis censurado su dureza; y con ello habéis lacerado su propio corazón; mas no le he levantado, porque no he querido en verdad, ocasionar el caos, les he dejado más sobre la tierra, representando mi obra, llenos de imperfecciones, de flaquezas humanas, de debilidades, de defectos; mas dentro de todo ello que vosotros contempláis, yo contemplo en ellos el amor, la buena voluntad para servirme, la fuerza, la fe y la confianza en mi divinidad, la fuerza inquebrantable de seguir delante de este pueblo, hasta el final.
64 Voy a levantarles también, no de este mundo, voy a levantarlos para que en verdad, en esos tres años, tres albas de luz y de gracia que a confiarles voy; ellos les aprovechen, ellos se unan en verdad, ellos os inspiren, velen hasta el último de vosotros, cuiden de todo; y al venir entonces, puedan presentarme una obra, una cosecha digna de mi divinidad.
65 ¿Podría el Padre, en el año 1950 recibirles a ellos, si no os han unificado? ¿Podría el Padre, recibir el cumplimiento de ellos mismos, si vosotros no podéis presentar ese cumplimiento? ¿Podría el Padre, recibirles y bendecirles en aquel día, si ellos no han apartado la confusión, la división, la impostura, todo lo superfluo que en verdad reina, entre mi pueblo de Israel? ¡No, en verdad!
66 Por eso entonces, considerad cuán grande es la responsabilidad de esos corazones, cuán grande es el trabajo y la lucha que les espera; y así el Maestro, os dice, para que vosotros colaboréis, para que les ayudéis.
67 Cada uno de vosotros, tiene un cargo, tiene una misión, tiene un papel que desempeñar dentro de mi obra bendita.
68 No seáis una carga para ellos, no seáis una espina ni un obstáculo. ¿Cómo podréis ayudarles? Cumpliendo cada quien y cada cual, en vuestro sitio y con su cargo, no con su cargo fuera de su sitio; ni en su sitio, con otro cargo.
69 ¡No, mi pueblo! Comprended al Maestro y de esta manera, facilitaréis el cumplimiento y el avance de estos corazones que por instantes se acercan ante mí en espíritu y me muestran su ideal, su deseo de progreso, su deseo de redención, su anhelo de salvación de todos.
70 Porque, me dicen: Padre, estamos engañando a la humanidad, no hemos apartado en verdad, la venda que en ellos está, no les hemos mostrado un ejemplo verdadero, ellos se han apartado de un camino incierto, de un camino de tiniebla, de un camino de fanatismo y han penetrado en un camino en el cual, solamente tú brillas; en el cual, solamente tú estás primero, nosotros no estamos preparados, nosotros no nos hemos limpiado; nosotros entregamos con la diestra el trigo y con la siniestra la cizaña, nosotros entregamos con los labios la palabra de amor y con el corazón la falta de amor: el egoísmo, la mentira y la hipocresía nosotros, mostramos la sonrisa en la faz; pero detrás de esa faz, solamente existe la falsedad.
71 Así me dicen ellos, en espíritu, porque contemplan a su pueblo que duerme, a su pueblo que se ha conformado con mi palabra, a su pueblo que en verdad, no siente alentar en él, el ideal del progreso y de evolución.
72 Así me dicen, ¡oh! Mi pueblo de Israel, mirad que el Maestro, os habla haciendo enronquecer estas materias, por las cuales me vengo a comunicar para que bien despertéis, para que no escuchéis mi palabra, como siempre la habéis escuchado de costumbre, como un deber, como tomar el pan de cada día.
73 No, mi pueblo, que la presencia del Padre, en esta forma nunca se detuvo y después de mi partida, nunca se volverá a tener.
74 ¡Bienaventurados los que no se han familiarizado con mi presencia en esta forma! Porque ellos, serán los que en verdad, después darán el mayor testimonio de mí y hablarán mejor de mi palabra.
75 Labriegos muy amados: antes de mi llegada hacia vosotros, ¿qué erais en la tierra? Os hice el llamado, cuando llegasteis ante mi presencia, de ello dudasteis; me sujetasteis a prueba, una prueba os di y por la prueba me creísteis.
76 Apartasteis de vos, el dolor y la miseria; limpié vuestros ojos y entonces, pudisteis contemplarme; y dijisteis: ¡Maestro, cuando tú lo quieras haré pacto contigo; cómo he de apartarme de ti, si eres mi paz, y has sido mi salvación! Y entonces, vosotros mañana, de cierto seréis solamente fuertes, al dejar de ser menesterosos en los caminos de la tierra.
77 En un instante, yo os transformé; en un instante, yo os convertí en mis elegidos; en un instante, os hice los primeros y os senté a mi mesa; yo os llamé mis labriegos, puse en vuestras manos la mejor simiente del reino, la simiente que hasta hoy, no ha comprendido vuestro propio corazón; y entonces, os sentisteis que erais ya algo, que significabais algo en verdad, delante del Padre; y algo también, delante de la humanidad.
78 Algunos de vosotros, habéis permanecido en humildad; otros, os habéis engrandecido vanamente, porque es condición humana, el tener algo, para creerse y sentirse grande.
79 Mi enseñanza, os ha hablado y siempre os he dicho: mientras más tengáis y mientras más os ensalce yo y os dé, sed vosotros más mansos y más humildes y sed siempre los últimos; mas no busquéis el último lugar, para llamar la atención, porque haríais alarde de humildad; y entonces, no será sincera vuestra humildad, será únicamente vanidad.
80 Sed vosotros humildes, con la más sincera humildad; porque bien podéis estar en el mejor lugar y ser el más humilde, como podéis estar en el último lugar y ser el más soberbio y el más hipócrita.
81 Llevad en vuestro corazón, la verdadera humildad; nunca digáis: yo deseo que el Padre me entregue ¡no lo digáis! Si lo deseáis, ¡preparaos! Y cuando yo contemple que sois acreedor a ello; entonces, os lo daré. ¿Qué puede haceros acreedor, a todos mis dones? Vuestra humildad y vuestra preparación.
82 Labriegos muy amados, que lleváis esta simiente divina: ¡seguidla sembrando! ¡Bienaventurados los que habéis recogido las lágrimas, el dolor, la miseria, la ignorancia y las tinieblas, de vuestros propios hermanos! Porque en ellos, habréis dejado: la luz, la paz y la confortación.
83 Unos me seguirán pronto, los otros después; pero esa simiente que habéis sembrado en el corazón humano, tarde o temprano germinará, florecerá y fructificará; no os desesperéis, no nombréis ingrato al corazón humano, antes de tiempo; no prejuzguéis porque habéis sembrado en alguien y pronto habéis recibido la fe de él, pero cuantas veces, ha sido una fe aparente; y en otro, habéis sembrado y habéis contemplado que aquel corazón, ha permanecido duro, indiferente, os habéis alejado nombrándole: ingrato, duro y ciego pero ha pasado el tiempo y después, le habéis contemplado a aquel, pisando ya, vuestro mismo camino.
84 Por eso, sembrad con amor; sembrad, creyendo que esta simiente, tarde o temprano germinará, florecerá y fructificará; porque os digo, esta simiente de mi divinidad, no es como las semillas de la tierra que pueden enfangarse, que pueden pudrirse en los caminos de la tierra. ¡No! Esta simiente, no muere; esta simiente, no es perecedera; esta simiente, tiene vida eterna. ¡Sembradla, entonces, con todo amor en los unos y en los otros! Sin fijaros a quien, todos son vuestros hermanos, todos son vuestros semejantes; todos tienen necesidad de vos, porque en vos, ven lo que a ellos, falta les hace.
85 Mas, si ellos lo supieran recibir en su oído, en su corazón, en sus manos, en su envoltura, no temáis; entregadles con el pensamiento y ellos recibirán también. Mas, si pudieseis de materia a materia, entonces hacedlo así; y convertíos ante ellos, en el amigo, en el hermano, en el maestro también, sin hacer alarde de ello en ninguna parte.
86 ¡No digáis que sois mi discípulo, no digáis que sois mi labriego, no digáis que sois maestro de vuestros hermanos, no digáis que vos sabéis mucho! ¡No, en verdad! Id humildemente, haciéndolo en mi nombre, si lo podéis pronunciar con vuestros labios, para que aquellos os escuchen; y si no, solamente con vuestro pensamiento, invocad mi nombre y mi poder; y yo, por vuestro conducto, me manifestaré ante ellos.
87 Mi campiña, no solamente está en mis recintos, mi campiña se extiende más allá de los recintos implantados por mí, está en vuestro propio corazón, en vuestro hogar, en los caminos, en las aldeas y en las comarcas, en los hogares extraños para vos, los unos regios, los otros pobres. Vuestra campiña, está también en el valle espiritual, ahí están también los que necesitan de vos; vuestra campiña es grande y esa campiña se divide en verdad, en parcelas; y cada cual de vosotros, posee su parcela. ¡Sed cuidadosos y celosos de ellas mismas! ¡Respetad la parcela de los demás!
88 ¡Nunca desmintáis, lo que otro de vuestro hermano dice! ¡Nunca destruyáis la obra de vuestro semejante! ¡No cojáis la porción de otro; no en verdad, mis hijos! ¡Yo a cada quien le he dado su heredad ; y es perfecta esa herencia, es grande y es infinita! Entonces, todos reconoced, todos amaos en verdad y formad un solo cuerpo y una sola voluntad, cual es esta simiente que os he confiado.
89 Labriegos muy amados. ¿Cuál es la semilla que habéis sembrado, desde el instante en que yo la confié? La simiente de amor. Del amor, brotan: la caridad, la salud, la sabiduría, el sano y buen consejo, la regeneración y todas las virtudes. ¡Todas las virtudes, dimanan del amor! Y esa excelsa simiente, yo os he confiado.
90 Cuando contempléis en vuestro camino, a aquellos que se dicen mis labriegos, sin serlo; aquellos que han nacido fuera del seno de sus padres, aquellos que han nacido fuera de mis recintos, que van pregonando en mi nombre; que van sembrando, no mi simiente de amor; sino su propia semilla y que van llenando su alforja de monedas a cambio de la impostura, de la maldad, del engaño; en verdad, os digo, no selléis vuestros labios. Con amor, detened a vuestro hermano en su camino. Habladle en mi nombre, enseñadle los dictados de mi Ley y decidle cómo debe trabajar en mi obra.
91 Hacedme el llamado a mí, que yo soy el que ordena, para que podáis detener el avance de ese mal que es muy peligroso, que es una amenaza muy grande para Israel; porque yo os he dicho: que al finalizar el año 1950 dejaré de comunicarme a través de los cerebros de mis pedestales, de mis labriegos que fueron mis interpretes y después, me comunicaré de Espíritu a espíritu, según sea vuestra preparación y limpieza espiritual.
92 Mas, ¿qué van a hacer, aquellos que están lejos de vuestro seno? Ellos seguirán invocando mi rayo; y no será mi rayo divino, el que se presente; ellos hablarán y sus videntes darán falso testimonio de mí, y harán prodigios también y sanarán a sus enfermos, sus componentes penetrarán en aparente inspiración; y ellos dirán que mí mundo espiritual sigue trabajando a través de su cerebro; ellos entonces, se befarán y burlaran de vosotros, dirán que vosotros sois los retenidos, que el Padre retuvo su gracia divina de entre vosotros; y sembrarán la confusión entre la humanidad. Ellos se levantarán hacia las naciones, sembrando de antemano la impostura, el principio de la tiniebla, llena de fuerza, llena de ímpetu; y lo harán de comarca en comarca, de nación en nación, llevando la impostura, los lazos de las tentaciones; antes, de que vosotros paséis.
93 Tiempo es ya que os levantéis, porque el mundo presto está a venir hacia mí y os encontrará para interrogaros; para escudriñar, no solamente mi palabra, porque mi palabra será limpia en vuestros labios; pero ésta, no tiene méritos, pueblo; mérito tendrá, el que contemplen, que escudriñen vuestros actos de valor, vuestras prácticas, el cumplimiento que vos les deis a los dictados de mi Ley divina y a las legislaciones humanas; si las encuentran buenas, virtuosas, morales y limpias, entonces sí habréis dado testimonio de mí con vuestros hechos; con obras, que es lo que yo quiero, que es lo que os pido pueblo, porque en verdad si solamente con mi palabra el mundo se salvará, ya Moisés por mandato del Padre os entregó los mandamientos de la Ley en el Primer Tiempo; ya vine yo, Cristo, en el Segundo Tiempo y grandemente os entregué mi doctrina amor y ternura. No basta solamente esto, pueblo, es menester que el mundo, es menester que vos, que sois mi escogido os levantéis como aquellos doce se levantaron en el Segundo Tiempo y cristianizaron a la humanidad entera.
94 ¿Con qué, pueblo? ¿Acaso solamente lo lograron con mi palabra, en sus labios? ¡No! Ellos lo hicieron con sus hechos, con sus obras, con su amor, con sus sacrificios, con su existencia humana y su sangre. Así, pueblo, también tendréis que levantaros vos; mas, vuestro sacrificio no será de sangre, no será vuestra existencia material, no será ni vuestra sangre, ni toda vuestra existencia en lo humano que yo os exijo para que redimáis al mundo en esta era. Lo que yo os pido es vuestra sinceridad, vuestra espontaneidad, vuestras virtudes, es vuestro amor, pueblo amado, es lo que os pido; que os regeneréis, que vuestra existencia humana sea sana y buena, que vuestro pensamiento sea limpio, que vuestro corazón sea sano; que esté convertido en fuente de caridad, de amor, que sea una puerta abierta para que en él penetren los menesterosos a tomar en vos, lo que en verdad yo he sembrado.
95 De este modo, cuando el mundo os escudriñe, que muy presto será entonces vos con vuestras obras, podréis hacer que él me crea; y entonces elevará sus ojos a los cielos y dirá: Padre, esta obra no es una doctrina más, no es una teoría más, no es una idea más del hombre; no es tampoco una perturbación mental, no es una revelación de aparente luz imbuida por un ser en tinieblas. Eres tú, porque tú has formado un nuevo pueblo; y este pueblo, con su verdad, con su mérito, con su amor y caridad, está dando testimonio de ti y en ti, creemos.
96 No quiero que el mundo os acuse, ni delante de los jueces de la tierra ni delante de mi justicia. No quiero que el mundo sea, el que os obligue a tomar mi obra. Sed vos mismo mi pueblo, inspirados en los dictados de mi Ley divina, sed vos mismo el que os corrijáis y ayudéis a corregirse a vuestros hermanos; no esperéis en verdad, a que las legislaciones del mundo caigan sobre de vos mismo. No esperéis que los hombres de la ciencia y los de las religiones, vengan a corregiros; no esperéis que vengan a befarse de vosotros y con razón; no esperéis que ellos, se levanten ante vosotros, como vuestros maestros.
97 ¡No, pueblo! ¡Antes, vos levantaos! Antes, que ellos lleguen, para que podáis presentarles mi obra, tal cual es; para que vuestras obras, sean parte de mi obra, porque de cierto, os digo: hasta hoy, la obra que habéis presentado, todavía no es mi obra. Mi obra, es todavía más grandes, más sublime, más pura, más santa, más infinita, más sabia; y lo que vosotros con vuestra preparación y con vuestras prácticas habéis presentado al pueblo, no es todavía mi obra, es apenas un pequeño reflejo de lo que es mi obra; para que entonces, vuestras obras formen parte mi obra; y mi obra, esté en vuestras pequeñas obras.
98 Pueblo, ¡levantaos, regeneraos, limpiad todo lo que manchado hay en el camino! Entonces, el mundo me creerá.
99 Labriegos, yo os he sujetado a dos manifestaciones de mi Ley: los dictados de mi Ley divina y las normas de la legislación humana os he entregado las herramientas espirituales para trabajar en mi campiña y os he entregado las llaves del trabajo también, para que labréis el pan con el sudor de vuestra frente; mas, por instantes, la mano del hombre, agraciada se ha extendido para hacer la caridad con vosotros. ¡Benditos seáis, los que habéis sabido recibir la caridad y antes, la habéis hecho! Pero yo, os digo: ¡no quiero que delante de mi justicia, el mundo os acuse de haber puesto precio a mi obra, de haber lucrado con ella!
100 Tiempos muy próximos están por llegar, pueblo muy amado, en que el mundo busque esta obra para penetrar en ella; busque vuestras flaquezas humanas, para poderos perseguir, para poderos acusar y censurar. ¡Alerta, mi pueblo! ¡Alerta, mis hijos muy amados!
101 Yo desde mi alto solio os bendigo y aumento vuestro pan, vuestro denario, vuestra vestidura y vuestra techumbre, para que no sea el mundo el que os censure, no sea el mundo vuestro juez, ni en el mundo encontréis tentaciones de esta naturaleza.
102 No os sintáis heridos, guías de multitudes; vivid alerta, labriegos muy amados. ¡Alerta! No mezcléis, como os he dicho en esta alba de gracia y muchas veces: ciencias malas, a vuestras prácticas
103 ¡Mirad cuán puro es mi mundo espiritual de luz, mirad cuán elevados son mis hijos amados que yo os he concedido cual protectores! No les habéis reconocido, no habéis tenido aún caridad de ellos mismos; pero tenedla ya; dejad que ellos practiquen a través de vosotros los dictados de mi Ley santa y pura. ¡Dejad que ellos, en verdad, hagan prodigios y maravillas, con su palabra y con su fluido espiritual!
104 Ved que no os habéis reconocido todavía, ¿por qué pedís a mi mundo espiritual, el medicamento material? ¿Por qué exigís que mi mundo espiritual, descienda entre vosotros, hacia el plano de más materialidad, para que él busque en la tierra los medicamentos y sane vuestros males? Tiempo es ya de vuestra preparación, para que mi mundo espiritual con ese fluido que es poder, que es potestad de mi espíritu divino haga prodigios entre vosotros.
105 Yo haré que los ciegos vean, que los leprosos se limpien, que los paralíticos anden también con ese fluido espiritual. Yo con ese fluido, sané al enfermo en ese tiempo; y esta potestad de sanar, yo la entregué a los doce discípulos; y ellos sin ser médicos en este mundo, sanaron a los enfermos, instruyeron a los hombres, dieron vista a los ciegos y sorprendieron a la humanidad.
106 ¿Acaso el Cristo que estaba encarnado en Jesús, en el Segundo Tiempo; no es el mismo Cristo, que hoy, os habla? ¿Los discípulos, he aquí, recibieron dones que vosotros, no habéis recibido? En verdad os digo: así como a aquellos doné, también a vosotros vengo a donar; y aquel que estuvo entre vosotros, hoy lo está también.
107 ¿Por qué no practicar con pureza, esta obra sacrosanta? Yo, os digo: labriegos, vengo con estas mis palabras a despertar un ideal de progreso entre vosotros; y a despertaros también, para que estéis alerta en esa alba de gracia, última del presente año, en que el Padre, venga a hacer reformas entre vosotros. ¿Me habéis comprendido, mis labriegos?
108 Elevad cinco minutos de oración, elevad vuestros cinco minutos de oración por los ausentes, por los que me han volteado su espalda. Pedid por aquellos que no practican mi obra, conforme son los dictados de mi Ley; por los confundidos, por los que mezclan las tinieblas con la luz, lo superfluo y malo con el amor. Pedid por mis recintos que cuales arbolillos se pueden encontrar, pedidme por los árboles que dan malos frutos, pedidme la fuerza para vuestros guías, pedidme luz y más luz para mis labriegos, y en este instante mis hijos, yo recibo vuestra oración.
109 ¡Benditos seáis, discípulos de mi divinidad, que por mis palabras habéis llegado a comprender que la lucha más grande, no la tenéis fuera del pueblo de Israel, sino dentro; que la lucha, no es fuera de la campiña, sino dentro de vuestra propia campiña.
110 Recintos: me preguntáis, ¡oh! Guías, ¿cómo serán tales reformas? Y el Maestro, os dice: no toméis iniciativa, sin antes consultar a mi hija manuela y a mi hijo José, porque si así, no lo hicieseis; entonces, volveréis a caer en el mismo error en que ahora estáis: desunidos los unos de los otros.
111 Antes de que se acerque aquella alba bendita de gracia, congregaos en el Templo del Mediodía que lleva por nombre Damiana Oviedo y en el templo de la fe, llamando a mi mundo espiritual, a mis siervos muy amados; para que ellos, os instruyan y deliberen; y estad preparados, porque del Templo del Mediodía de nombre Damiana Oviedo y del templo de la fe, brotarán esos grandes mandatos.
112 Guías: ¡estad unidos! Portavoces: ¡estad unidos! Piedras fundamentales: ¡formad un solo cuerpo! ¡Todos, estad unidos! Para entonces.
113 Yo, en este instante os doy mi caricia, os doy mi bálsamo y mi consuelo, recibo en lo más profundo de mi corazón divino, el listarío que me hacéis presente; vuestras cuitas, vuestro cumplimiento, todo sea conmigo.
114 Yo os bendigo, a los unos y a los otros, yo me recreo contemplando a los demás, viviendo en este camino; camino, que por instantes es duro de andar; camino, que por momentos en verdad, detiene vuestro paso, porque se presenta una encrucijada, una prueba o un abrojo; pero la oración, la he dejado, es la comunicación espiritual con mi espíritu divino; y en este momento, todo lo resolveréis y lo recibiréis, grandemente de mí.
115 ¡Revestíos de mi fuerza, de mi paz y de mi gracia! ¡Levantaos a un cumplimiento! Que por vosotros, presentes muy amados, yo he recibido a los ausentes, ¡créalo el hombre o no lo crea! Yo os bendigo y perdono en esta alba de gracia, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Videncia:
116 Yo te saludo, Maestro divino, para darte infinitas gracias, por lo que me has permitido ver. Contemplé a tu divinidad en forma de un niño, abrazando un cordero muy blanco; veo que le haces la señal de la cruz, en su cabeza; y como ese cordero muere, se hace pan para nuestros labios. Me permites ver que el pueblo, se forma en un corazón muy grande, se abre una puerta y entra una luz, formando paz. Después me permitiste ver lo que nosotros llamamos la plaza de la constitución, en una gran laguna; pero está cenagosa, vi que de ella se desprendieron también muchos caminos y van a los sembradíos materiales, aquellas aguas corrompen los sembradíos y se pudren todas las cosechas. Vi que los labriegos materiales, estaban disgustados; se levantaron en contra del corazón que tú has puesto presente a la nación y vi cómo aquellas multitudes se aglomeraron y con grandes piedras le azotaron a aquel corazón que va a la cabeza de esta nación. Vi que por momento medita, se entristece, y tú viendo aquel grande conflicto, tu divinidad se aposenta a librarlo de aquella laguna; vi que en mano hay un elote, como nosotros llamamos; y vi que se desgranó en luz y aquella luz, iluminó aquellos caminos; vi que se pasó aquel conflicto de aquel corazón que va delante de nosotros; y al instante, entregaste una rosa muy blanca. Aquella flor se desbordó en ese entendimiento, formando un gran papel donde no hay letras, y él no sabiendo que hacer, ni cómo calmar a aquellas multitudes, les enseña el papel limpio, las multitudes se disgustaron; pero grande es su sorpresa cuando vieron de aquel papel, que brilló una luz muy blanca. Vi también dentro de aquella laguna, un hombre remando y tomó las vestiduras del labriego; vi que abrió sus mandíbulas y se rió; y cada vez que es en él, la risa, aquellos labriegos se hunden en la desesperación. Esto es lo que me has permitido ver. ¡Gracias infinitas te doy, por tu caridad!
Divino Maestro:
117 ¡Bendita seáis! Pequeña que hacéis un esfuerzo por penetrar en lo espiritual; vuestro testimonio yo lo dejo en este instante a mis discípulos, para que ellos lo analicen; y a vos os conforto, os preparo con mi luz; pues si pruebas nuevas encontraseis en vuestro camino, sed fuerte ante ellas, que después de cada prueba, habréis encontrado mayor fuerza y luz en vuestro espíritu. Yo os bendigo y perdono, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
118 Pueblo amado, que habéis unido vuestro pensamiento en este día de gracia, para escuchar mi palabra. ¡Recibid mi caricia divina, mi perdón y bendición! Todo cuanto me habéis presentado, le he contemplado. ¡Levantaos a vuestro cumplimiento y sentid mi paz!
119 ¡Oh! Hijos muy amados, el mundo se prepara, se dispone; no para la paz, no para el amor, mis hijos; sino para la destrucción. Destrucción, de la cual brotará el ¡ay! De dolor más grande, de amargura; la amargura, más grande que haya apurado esta humanidad.
120 Mas, yo os preparo a vosotros, ya que sois el sabor de la tierra. Yo os preparo a vosotros, que sois y seréis en lo sucesivo, más y más leche y miel para la humanidad. ¡Mi paz sea con todo el universo, mi perdón y mi bendición también en todas mis creaturas, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo!
¡Adiós, pueblo amado, la luz y la paz de mi Espíritu, quedan entre vosotros!
34. El espiritualismo y su cumplimiento entre la humanidad
Agosto de 1947
1 ¡Gloria a Dios en las alturas y la luz del santo Espíritu sea entre vosotros! La luz de sabiduría divina va a ser con vos, para que alcancéis la ciencia que yo trato de infundir en vuestro ser, pueblo amado de Israel; así una vez más párvulos, discípulos y maestros, reunidos están en este recinto, para que alcancéis preparación y vayáis por los caminos cumpliendo vuestra misión espiritual.
2 Es mi enseñanza una vez más con vosotros, para que alcancéis de la divina ciencia que yo trato de infundir en todo vuestro ser. Yo os recibo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y la misma luz del Espíritu Santo. ¡Bienvenidos seáis, amados míos, al regazo del Maestro! Yo os doy la bienvenida y también recibo a los que me hacéis presente; por vos recibo al ausente, por vos recibo al creyente como también al que no cree. Por vos entrego mi bálsamo, al que lo necesita, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y la misma luz del Espíritu Santo.
3 Corto es el número de discípulos y de párvulos que presentes se encuentran en torno a mi palabra, escuchando al Maestro; mas mi enseñanza se extenderá por todos los confines de la tierra, mi palabra llegará a todas las mentes humanas. Mi amor llegará a toda la humanidad, para todos aquellos que están clamando amor y paz en el mundo.
4 Yo os he dicho que no es preciso, que veáis el recinto pletórico de concurrencia; porque no tan solo sois vosotros, los seres humanos, que me estáis escuchando; vos formáis el eslabón, para que los seres esparzan esta preparación; vuestra materia está percibiendo mi enseñanza, mas vuestro espíritu al captar la esencia de la misma, traspasa la distancia y va a distintas partes a hacer partícipe a vuestros hermanos de mi divina gracia.
5 Es alba de gracia y el pueblo espiritualista se congrega para escuchar al Verbo Divino; mas hay espíritus en el espacio, que ya son maestros y aun así vienen humildemente como discípulos, a percibir la esencia de la palabra del Maestro de maestros.
6 Hay también en el espíritu, condiciones de acuerdo con el grado de evolución que han tenido. Así como vosotros, conserváis en la materia un puesto de acuerdo con el grado de preparación que tenéis, con la familia social y humana; así también los espíritus, están sirviendo al Padre, en los diferentes planos a que pertenecen por su grado de evolución; y dispuestos están en este instante, a aprender de la enseñanza del Maestro de maestros.
7 Así, como, vos pueblo, que estáis palpando estas manifestaciones divinas, para saber, de qué modo vais a desempeñar vuestra misión dentro de mi obra; así también esos seres tienen una gran misión para llevar a cabo bajo la voluntad del Maestro, para que el mundo, pueda sentir la gracia de Dios.
8 En el espacio no hay distinción, no hay desconocidos, existe una atracción en afinidad de los unos a los otros por la evolución del espíritu. Así en aquellas naciones donde se están preparando, no obstante su distinta creencia, por afinidad de pensamientos lograrán tener contacto con vosotros; porque el pueblo de Israel espiritualista, está aquí en la nación mexicana; mas, de hecho, la obra espiritualista existe en todas partes del mundo.
9 El pueblo espiritualista, es el que ha llegado a un grado de evolución más adelantado, que le permite realizar las profecías para que el reinado de Cristo, sea efectivo en el universo entero.
10 Ya veréis pueblo amado, que el espiritualismo, no es una nueva doctrina. Todos los seres debéis ser espiritualistas siempre, sea cual fuera la religión a la que pertenezcáis; y cuando haya en vos, suficiente nobleza, unificaos, llevando como mira, ayudar a la humanidad. Así, habrá espiritualismo en vosotros.
11 El espíritu, busca en campos más nobles, su evolución. Yo, os he dicho: habrá espiritualismo en todas partes. Poco a poco los errores cometidos, la torpeza de los hombres y su egoísmo, irán decreciendo; para dar paso, a una obra perfecta, que es el espiritualismo.
María:
12 El ángel de Dios, anunció a María y se hizo en ella, según la voluntad del altísimo y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Heme aquí, una vez más, amado mío. He aquí, Maestro amado, a María, para hacerte presente a este corto número de mis hijos que en representación de la humanidad entera vienen, a recibir de tu divina enseñanza; vienen en pos, de tu gracia y de tu perdón.
13 Heme aquí, una vez más, unigénito amado, encendiendo la flama de amor hacia ti, entre estos mis pequeños muy amados. A tus divinas plantas, Cristo amado, ¡he aquí a María! Que viene a hacerte presente a estos, mis hijos. Maestro amado, ¡heme aquí! Una vez más, para entregar a mis pequeños, que día a día se presentan para escuchar tu palabra divina. Concédeme confortar sus corazones, con mi caricia celestial, en esta alba bendita de gracia.
Divino Maestro:
14 Sí, María, son vuestros hijos, porque a cada momento estáis con ellos en mi camino, invitándoles para que conduzcan sus materias por el camino de la luz y de la Verdad. ¡Preparadles para que comprendan, lo que con sus hermanos no han querido comprender!
15 Yo les recibo, María; entregadles también de vuestro amor santo, ellos esperan de vuestra caricia maternal; son los pequeños que saben reconocer vuestra pureza y gracia divina.
16 María: ¡he ahí, a vuestros hijos! Entregadles de vuestra ternura, de vuestro amor y de vuestra gracia, no permitáis que las tentaciones entorpezcan sus mentes; y dad a sus corazones, la fortaleza necesaria. Sed un instante con ellos.
María:
17 ¡Bendito seas, Cristo amado! Que venís encendiendo el amor a los hombres. En esta alba de gracia, con ellos seré, para entregar lo que es la voluntad del Padre. Pequeñitos míos, os entrego la luz que necesitáis para vuestras mentes, el amor y la paz que necesitáis para vuestros corazones y para que contempléis que vuestro amado Maestro, va recogiendo a las ovejitas para hacerlas presente al Padre Celestial. Os vengo a entregar mi amor, yo deposito mi luz en esta alba de gracia y la paz que necesita el mundo, curo a los enfermos, la sanación sea con aquellos de mis hijos que pidiéndome están, estoy con vosotros; aquellos de mis hijos que perdidos y confundidos están, mi manto santo os encubra de la intemperie de los tiempos. Deposito en vuestros corazones, la luz, la sanación para vuestro hermano, y seguid entregando a aquellos que menesterosos se encuentren en el camino. Os he entregado en esta alba bendita, mi amor y mi manto santo.
18 Pueblo de Israel: recibid la luz y la paz que necesitáis. Es alba de gracia en que una vez más vengo a acariciaros, a entregaros la armonía en vuestros sentidos, para que seáis cumpliendo el mandato del Padre Celestial. ¡Seguid adelante, en la enseñanza, que el Maestro amado, os está entregando a cada instante! Yo os doy mi amor y mi gracia, y de ella, alcancen hijos amados, en todos los ámbitos del universo. Yo conforto al que sufriendo está y presente lo hago al Padre Celestial. A todos os doy la fortaleza, el pan no hará falta en vuestra mesa, ni el jergón, ni la techumbre para vuestros hijos. ¡Seguid adelante, hijos amados! Sed el sostén de la humanidad, que yo guiaré vuestros pasos por el sendero de la luz.
19 Pueblo amado que escuchando estáis el concierto celestial: alimentaos con esta gracia divina, fortificad vuestro espíritu para que no pueda ser vencido por las inclinaciones de vuestras materias. Estudiad y analizad esta bendita palabra, para que podáis ser los fuertes ante las tentaciones.
20 Vos, pueblo, habéis escuchado las palabras del Maestro de maestros, que en todos los tiempos, ha venido a conduciros por el camino del bien. Sed sumisos, escuchad con la quietud de vuestros sentidos espirituales y humanos, la divina enseñanza; y seguid su ejemplo. María, limpia vuestras plantas, para que sigáis sus pasos por el camino perfecto. Yo preparo vuestra mente humana para que grabada llevéis su divina palabra y no os olvidéis de ella.
21 Yo os doy mi fortaleza para que sigáis adelante, os entrego de mi amor para que amor sintáis hacia vuestros hermanos y les améis como es la voluntad de vuestro Maestro.
22 Yo entrego la paz en vuestros hogares, y el pan en vuestra mesa no haga falta para vuestros hijos. Mi perdón y mi bendición sean con vos, pueblo bendito. Elevaos en oración y pedid por la ancianidad, por la niñez; yo a todos encubro con mi manto y os doy mi bendición y mi gracia. Recibid todos el amor y la paz que necesitáis. La luz divina de Cristo, sea con vosotros en esta alba de gracia. Mi ternura, mi amor y mi bendición, sean con vos, pueblo amado de Israel.
23 ¡Hecho está, Cristo amado! He entregado a este tu pueblo, el cual son mis hijos, conforme tu santa y divina voluntad. He entregado a mis pequeños, conforme ha sido la voluntad del Padre Celestial. A unirme a tu esencia bendita voy, amado mío.¡adiós, pequeñitos bienamados!
Divino Maestro:
24 ¡Bendita seáis, madre universal! Yo confirmo y ratifico lo que habéis entregado a vuestros hijos. Pueblo de Cristo, que efectiva sea también la caridad, que por vuestro conducto ha venido a entregar, María, en aquellos que necesitados encontréis en vuestro camino; porque en verdad, habéis podido palpar cómo se va cumpliendo la voluntad del Padre. Habéis visto que vuestro pedimento por aquellos vuestros hermanos, no ha sido inútil, sed incansable pidiendo para los demás y por vos, ellos recibirán. Porque ésa es mi voluntad.
25 Yo a vos, pueblo amado, os acaricio y de cierto os digo: de vuestros cuidados y oraciones, necesita el mundo. Llegado el momento, llevaréis vuestras manos llenas de actos meritorios, para ello os doy la oportunidad. Os lleno de fortaleza y de mis dones. Mientras, más entreguéis, mayores serán los méritos para vuestro espíritu; mas, antes de extender vuestra mano para prodigar la caridad; limpiad vuestra mente y apartad todo aquello que pueda restar mérito a vuestra obra.
26 Contemplo vuestra debilidad, hay lucha contra las tendencias materiales. Vos mismo, no comprendéis, cómo estando recibiendo de mis gracias, tenéis tantas tentaciones. Mas, no estáis solo, María es con vos, pedidle la fortaleza para vencer las tentaciones. Yo os lo concederé, si sabéis pedir.
27 ¡Oh santa madre! Hecho y efectivo a de contemplar este pueblo, lo que con tanto amor les habéis entregado en esta alba de gracia, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y la luz del Espíritu Santo.
28 Pueblo amado, la existencia de María, es innegable, ya que ella forma parte de la misma divinidad. En este Tercer Tiempo, está en el plano de los que pueden tener pureza y perfección, para mostrar a la humanidad: que la mujer, puede también buscar el perfeccionamiento para su espíritu. Presentes y ausentes, ilumino en estos momentos, sus entendimientos.
29 Ya veis, pueblo amado: María, la madre universal, intercede por vosotros ella viene a cada instante, para confortaros con su ternura y amor. Acogeos a María, pueblo amado, que ella es consuelo y gracia para todo corazón.
30 Yo contemplo, vuestra debilidad; hay lucha contra las pasiones y tendencias materiales, mas no estáis solo; también la ternura divina, es con vos, pueblo amado; pedid la fortaleza, y saldréis avante en vuestra lucha.
31 El Maestro, os previene; porque no quiero tampoco el reclamo del Padre, para vosotros. Se acerca el alba de recordación de aquella fecha en que se entregó la Ley dividida en 22 preceptos, al pueblo de Israel en este Tercer Tiempo; y como antes os he dicho, no habéis cumplido ni habéis desarrollado los dones que en vuestros espíritus puso el Padre, para que hicierais de ellos una mejor vida.
32 Comprended, pueblo: si la luz del conocimiento de las ciencias del hombre, que vibra en los entendimientos de la humanidad, les mueve a ejecutar grandes actos que escritos quedan en las páginas de su historia, si esa luz que mueve al ser humano, a descubrir nuevas cosas para beneficio de la humanidad y para provecho de sí mismo, introduciendo en la vida material: un cambio constante de nuevas costumbres e ideas si así es, la luz del pequeño saber humano; ¡cómo será la luz de mi sabiduría infinita que viene a modificar las costumbres de prácticas religiosas y morales del ser humano, para prepararlo en el desarrollo de la vida espiritual!
33 La luz de la sabiduría que filtrándose está desde el solio del Padre Celestial, va traspasando los límites de cada una de las etapas, de planos o mundos, como queráis llamarles; donde mi luz viene reduciéndose hasta llegar a vosotros, de acuerdo con vuestra capacidad y evolución, produciendo en vosotros una luz interna que ilumina vuestro entendimiento, despojándole de todas las dudas y de toda tiniebla.
34 Analizad y veréis que antes de reconocer esta verdad, que habéis acumulado en este Tercer Tiempo, por los años que lleváis de escuchar mi palabra; antes todo era tinieblas a vuestro alrededor y no podíais ni imaginar, el tener la explicación de tantos fenómenos, que no eran dados a comprender a vuestro entendimiento humano.
35 Ahora, en este Tercer Tiempo, yo estoy apartando esa niebla en la mente humana. Estoy preparando el entendimiento de los seres humanos; y éste debe desenvolverse en tal forma, que no puedan dudar de todo lo que es verdad, y será vuestra fe, hijos amados, el mayor testimonio de la Verdad que lleváis; mas, mientras haya duda y dentro de vos debilidad que pugne por vencer una idea que habéis llevado, no habrá fe firme en vos.
36 La fe es la certeza del conocimiento absoluto de la idea que lleváis afinada con todas las potencias de vuestro ser.
37 La fe, se siente ; no se pregona. La fe es el impulso que os hace ejecutar lo que hacéis, sin temor a fracasar.
38 Así, haced que esta fe, se arraigue en vos mismo; porque no todos tenéis fe; también en vos, hay la oposición y la duda que constantemente vienen como tentaciones a vuestro paso, porque no os habéis acostumbrado a resistirlas.
39 Tiempo es ya, pueblo amado, que conozcáis de lleno la misión que debéis cumplir, a vuestro paso por la tierra.
40 En este tiempo os he venido preparando con mi enseñanza; iluminando vuestro entendimiento, para que podáis comprender, cuál es el fin a alcanzar que os espera más allá de la barrera de la vida humana, donde principia la vida espiritual.
41 Yo, Cristo, os he venido preparando ; para que poco a poco, os vayáis desarrollando espiritualmente; y conozcáis, por qué suceden fenómenos que vuestro cerebro por sí solo, no alcanza a comprender.
42 Estando el espíritu, envuelto en la capa humana que lo cubre, no podéis comprender que méritos habéis alcanzado a través de vuestras vidas humanas anteriores.
43 Os he dicho que la vida del espíritu, es eterna; es un continuo desenvolvimiento del espíritu, tratando de alcanzar superioridad; mas no sabéis, que grado de evolución habéis alcanzado.
44 Yo os he visto principiar con una mente confusa, con un cerebro torpe, semejante al de una criatura de la naturaleza. Os he visto, evolucionar poco a poco, formando ideas más precisas. Yo os he visto, ir sintiendo el valor de la vida espiritual; y os he visto, motivado, por las inclinaciones mundanas de vuestra vida humana desechar, lo que con tanto sacrificio, habéis alcanzado.
45 Mas, yo os he permitido conocer, las diferentes fases de las tentaciones que el ser humano ha formado; y así, cuando por vuestro propio esfuerzo os habéis colocado en un nivel superior, yo he visto la dicha de vuestro espíritu, por haber alcanzado un galardón en su evolución espiritual; mas, cuando habéis retrocedido y habéis gozado de los actos y las cosas prohibidas, enfangándoos en vuestro mundo; en verdad y de cierto, ha sollozado vuestro espíritu. Han sido necesarias esas experiencias, para que en esta vida se vaya purificando vuestro espíritu; y así vuestro espíritu, alcance de mi gloria, de mi gracia y de mi luz; y entonces, vaya conociendo la Verdad en sí mismo.
46 En este Tercer Tiempo, estáis en posibilidad de ya no engañaros a vos mismo, ya no podéis llamaros: el ignorante, porque yo he puesto en vos, la luz suficiente para descorrer el velo que ha empañado la claridad de la Verdad; para que así podáis contemplar el horizonte limpio y despejado; y sigáis adelante, siendo los buenos sembradores de mi simiente de amor.
47 La luz que ilumina este camino, es bien clara y no podéis desviaros; a menos que os reveléis contra todo lo que es verdad, atraído por la fuerza de las tentaciones y sucumbáis en las mismas, perdiendo el camino recto que yo os he marcado.
48 Sin embargo, no puedo deciros que estáis libre o exento, de todo toque de alguna tentación; porque las tentaciones, son fuerzas que están pugnando por derribar lo que me estáis ayudando a edificar. Hay grandes fuerzas que con la negrura de la falsedad, se presentan llenas de atracción para apartaros de mi camino. De esas tentaciones vengo a preveniros, para que así podáis defenderos de ellas, con el valor de vuestra fe en mi enseñanza divina.
49 No todos habéis procurado encontrar la esencia y sentido de mi doctrina, por eso juzgáis lo que veis y lo que oís. Necesitáis aún de la voz conmovedora que venga a halagar vuestros oídos. Necesitáis de la manifestación que haga exaltar vuestros sentidos humanos; y necesitáis también, del sonido de los instrumentos para sentir, lo que vosotros llamáis inspiración o elevación de espíritu; mas, yo os vengo a enseñar que no es necesario todo esto, para poder elevaros espiritualmente.
50 ¡Cuántas veces, mis discípulos en el Segundo Tiempo, pudieron elevarse y sentir la paz de planos superiores en su espíritu; no teniendo, sino la bóveda celeste que cubría, a los que circundaban al Maestro! Ellos pudieron elevarse porque mi palabra era vibrante, la comprendían; porque podían sentir la esencia, que había en su fondo. Mas, había también quienes atentos a mi palabra, sólo esperaban el momento para convertirse en juez para juzgarme ante los demás.
51 Así en este Tercer Tiempo: ¡cuántos de vosotros, sólo buscan la falta en la palabra de su hermano, para juzgar mi obra! ¡Cuántos hay que acercándose a diferentes recintos, no alcanzan a comprender lo que es mi voluntad, entregar a cada uno de ellos; y no se levantan a luchar, para ayudar a sus hermanos!
52 Yo, os he dicho: tenéis que enfrentaros a los hombres más preparados. Tenéis que ser el portador de mi palabra, ante la humanidad.
53 En este Tercer Tiempo, me ha placido venir en estas manifestaciones por el entendimiento humano. Porque: ¿en qué otra forma me podríais comprender? ¿Cómo daros a conocer mi palabra y mi voluntad, sino valiéndome en vuestra misma mente humana y de vuestro mismo lenguaje?
54 Sin embargo, en todos los tiempos de comunicación divina, el hombre me ha desconocido, porque su orgullo, no lo deja comprender mi voluntad ni al amor de su creador. Se ha estancado el hombre, en su propia idea; y la ha tomado, como un medio para engañar a sus hermanos, en provecho de sí mismo; sin dejar evolucionar a su propio espíritu ni al de los demás, ni a lo que yo vengo a poner en su camino.
55 A través de los tiempos, la humanidad ha forjado una figura en su mente, a quien poder reconocer como a Dios mismo, de acuerdo con las imágenes hechas por la mano del hombre, de acuerdo con su imaginación, con su civilización; en fin, fomentadas por sus mismas doctrinas libertinas del hombre. Mas, en medio de la confusión de la humanidad, había necesidad de explicar la Verdad; y para eso, el Padre, se ha valido de distintos enviados, portavoces humanos, hombres privilegiados o iluminados, que han venido a explicar las revelaciones que han sido confusas para la humanidad. Sus obras en la naturaleza, manifiestan su existencia y su poder.
56 Y vos pueblo, habéis venido a escuchar esta palabra, unas veces con interés, cuando se trata de gracias y beneficios para vosotros; otras, con repulsión, cuando se trata de quitar costumbres indebidas; ya que el hombre pugna en rebeldía por las costumbres que en él han sido muy arraigadas, y le duele dejar su vida, donde ha encontrado placeres del mundo. De esta manera, aquellos mensajeros que pude enviar como precursores, también sufrieron el escarnio, también sufrieron la crueldad con que vos pagasteis las revelaciones que os daban sobre el poder y la existencia de vuestro Dios. Mas, no lo olvidéis, pueblo amado: siempre he estado con vosotros, de acuerdo con vuestra preparación y con el alcance que podía tener el mundo en esa época.
57 Por eso, yo he venido por diferentes conductos, a revelaros la existencia de vuestro Dios, creador de todo lo que existe. Vine a mostraros: que la caridad y el amor, son la base para habitar este mundo en paz. Vine a enseñaros: que había en vos mismo, un sentimiento más profundo, que no pertenecía a la materia, ese sentimiento, os hace pensar que hay algo más allá de este mundo material, que anima a la materia; y os fuisteis convenciendo, de que cuando la materia humana dejaba de existir, había un mundo superior para vuestro espíritu; mas, no os explicabais, cómo podría ser el mundo espiritual y pretendíais que llegaría el momento en que alcanzaríais todo aquello que había sido vedado para vosotros; cuando yo como Verbo encarnado representando al hombre y al mismo Dios, viniendo a convivir con vosotros, vine a mostraros una doctrina nueva que hablaba del reino de los celos.
58 Mas de cierto os digo, que: en este Tercer Tiempo, no vengo a enseñaros algo nuevo, pero sí vengo a prepararos para que comprendáis, cual es el mensaje de amor y sabiduría que os traigo en este tiempo.
59 En este Tercer Tiempo, entre la adoración del hombre hacia distintas deidades, vino a manifestarse la existencia de Dios en tres potencias. Vine en esencia, presencia y potencia para ratificaros los mandamientos de la Ley que os entregué como Padre, en mi nombre de Jehová, en el Primer Tiempo. Vine en este tiempo, para enseñaros también, la existencia de mi segunda presencia entre vosotros, que os vino a señalar el camino que debéis seguir, para que no digáis: es imposible seguir el camino recto, que en teoría tú nos estés enseñando. Por eso vine a encarnar en persona, para mostrároslo; vine a mostraros también que la tercera presencia divina, viene a comunicarse por el entendimiento humano, para que puedan aclararse vuestras dudas; y así podáis recibir la luz que espiritualmente os indique el camino que debéis seguir y que vos sois el que debéis escoger.
60 El espíritu divino viene a vosotros, ¡créalo el hombre o no lo crea! En cada momento, cuando os encontráis en circunstancias difíciles. Así fui mostrando en las pupilas de los hombres preparados, que podían contemplar cual los profetas de este Tercer Tiempo, que manifiesta el contacto con vuestro Dios; así el espíritu divino, que es sabiduría infinita, que era también en la figura de Jesús, se mostró al mundo como una idea evolutiva y como amor perfecto. Mas, cuando Jesús, terminó su misión como hombre, pudo decir: “hecho está y consumada es mi obra” y os prometió venir en Espíritu y verdad, y estar nuevamente como esencia de verdad espiritual con vosotros. Y ¡he aquí, hijos amados! En este Tercer Tiempo se cumple una vez más la voluntad del Padre, y se manifiesta el amor representativo del Hijo, con la sabiduría del Espíritu Santo.
61 En este tiempo con el que da inicio esta Tercera Era de luz, os he venido a preparar, porque el cerebro del ser humano, está preparado en este Tercer Tiempo; y no solamente en este tiempo en que me estáis escuchando, han venido mucho tiempo después de la partida de Jesús muchos hombres preparados e iluminados con la luz de mi doctrina, y os han venido a recordar vuestros deberes; mas el ser humano ha sido sordo y ciego; porque viendo, no miró; y oyendo, no escuchó.
62 Ha sido necesario que continuamente os esté señalando el peligro y recordándoos que hay algo más noble en vosotros mismos, que se asemeja a vuestro Dios, que es vuestro espíritu; la parte perfecta, que no se debe confundir, ni manchar su vestidura espiritual.
63 Cuando aquellos de vuestros hermanos vinieron a enseñaros la caridad, la pureza y el amor de Cristo, vuestro redentor; os mostrasteis sordo y fueron unos cuantos los que pudieron seguir el camino recto que se les indicaba con mi doctrina de amor.
64 Toda doctrina, aunque al principio haya sido entregada con bases de perfección, ha sido mal interpretada, no han comprendido el mensaje espiritual que llevaban cada uno de sus portavoces; así el hombre se ha divido en opiniones y ha formado diferentes sectas y religiones; y la humanidad toda, en vez de unificarse al escuchar la palabra que como mensaje de unificación, ha venido a entregar tal o cual predicador, se ha dividido.
65 Así mi doctrina en el Segundo Tiempo, aunque en su principio había sido entregada con más perfección, fue y sigue siendo mal interpretada, ya que no han comprendido el mensaje espiritual, que llevaba cada uno de mis apóstoles. Así el ser humano se ha dividido en opiniones, y por ello ha formado diferentes sectas que se nombran a sí mismas: “cristianas” mas de cierto, en la realidad no son cristianas, porque no se aman en espíritu y en verdad.
66 La hermandad y fraternidad, no existen en el mundo, aun a pesar de que Jesús, el Divino Maestro, os entregó el divino mandato de: “amaos los unos a los otros.”
67 Decidme pueblo, el mundo ha progresado en su civilización, aparentemente; mas, ¿dónde está el amor que debería existir entre la humanidad? ¿Dónde está la mano amiga que se extienda para ayudar al necesitado? La respuesta está en la misma humanidad, en la forma en que vive el ser humano.
68 En este Tercer Tiempo, tratan de unificar al mundo en un sentimiento de paz y de comprensión. He aquí, que se levantan predicando la paz; pero, ¿llevan acaso paz en sus propias conciencias? ¿Pueden ser éstas, transparentes como el cristal?
69 Mirad, discípulos amados, el Maestro en el Tercer Tiempo, se ha dignado comunicarse nuevamente con sus discípulos, que no son solamente los que se encuentran en este recinto. El Maestro ha venido a habitar entre nosotros, por medio de un entendimiento humano.
70 La explicación que vengo a daros, es porque contemplo que en el mundo todavía no hay amor y caridad. El ser humano no recuerda, que se vertió sangre inocente del hombre más perfecto que pudo existir en el mundo; se derramó para vuestro propio bien y para vuestra salvación. Nuevamente el Cristo, os dice: ¡venid a mí, los que buscáis la salvación! Mi reino, no es de este mundo, pero cumplid con lo que os estoy enseñando y seréis conmigo en el reino del Padre Celestial.
71 Todo lo habéis olvidado; ahora nuevamente es necesario recordaros que hay un más allá de la carne y de las pasiones humanas. Vengo a aclarar todos los puntos obscuros que hay en vuestra mente humana, y así podáis ver, cuán inmensa es la felicidad que le espera, al que sabe cumplir con mi doctrina de amor. No serán los hombres que llevan mi doctrina, quienes os obliguen a cumplir con mi Ley de amor, so pena de un castigo. Mirad que ni siquiera os he dejado un mandato interior; puesto que, cada guía, en cada recinto, ha puesto sus propios reglamentos a los que os debéis someter. No vengo a forzaros ni a daros nuevas doctrinas. En lo que toca a lo espiritual, el Maestro no deja nuevos mandatos, es el mismo: “amaos los unos a los otros”
72 Así, cumplid, pueblo amado; porque os he entregado conciencia de vuestros actos y es inútil que tratéis de engañaros a vos mismo. Mirad que en vos mismo, cuando os desviáis del camino, vuestra conciencia os está reclamando. Ahora, no hay pretexto, ni tratéis de justificar vuestros propios actos equivocados; bien sabéis que pagaréis por todo lo que habéis hecho bien o mal; y vos mismo os convertiréis en vuestro juez; y llegado el momento, tendréis que juzgaros.
73 Todos podéis alcanzar pureza en el espíritu; mas tenéis que ascender peldaño a peldaño, con paso lento y firme, la escala de perfección. De cierto, os digo: no es vuestro Dios, el que dicta vuestra sentencia, ni qué lugar vais a ocupar en el mundo, ni en la las moradas de los espíritus. Sois vos mismo por eso, os digo: ¡labraos desde ahora, vuestra propia felicidad!
74 El ser humano, ha ido evolucionando más y más; y el espíritu, ha venido a habitar uno y otro cuerpo humano, en varón o en mujer, según sea menester para alcanzar más y más en su evolución hacia la perfección.
75 Yo he venido a mostraros, que hay una unión íntima entre Dios, y el ser humano; que vuestro Dios, no tiene forma, no es una figura, ni tampoco es algo que os podáis imaginar en la forma de la materia. Mas, podéis imaginarme como Jesús. Dios es todo cuanto os rodea, es esencia, substancia y potencia, es Ley, amor y sabiduría. Todas las facultades del alma, al expresarse en su máxima pureza, están reflejando la existencia de Dios. Vuestro Dios, está en vos mismo, en toda naturaleza, en los astros, en la manifestación de los fenómenos distintos. Dios es vida, Dios no se limita, Dios está en todo.
76 Cuando sintáis amor, cuando estéis preparados para entregar la caridad espiritual, figuraos como era el Cristo, en Jesús. En la contemplación de la noche, sentid a Dios, vividlo; Dios está en vos; vos estáis en Dios.
77 Vuestros espíritus, están hechos a imagen y semejanza mía, en cuanto a sus atributos, facultades y virtudes espirituales; y en cuanto a espíritus, no tenéis forma. Vengo haciendo hincapié de esto, para que reconozcáis la existencia de vuestra propia conciencia, de vuestras facultades y de vuestras virtudes espirituales; de esta manera, conseguiréis grandeza para vuestro espíritu.
78 Desechad el convertiros en miembro de cualquier institución, que tenga ministros que os obliguen a reducir vuestro pensamiento, en disposiciones terminadas; porque limitan vuestro entendimiento y vuestros sentimientos; porque vuestro cerebro está capacitado y dará a conocer al mundo, cuál es el fruto de estas ideas en mi enseñanza divina. Yo no os he limitado, pueblo amado. Mas, partiendo de un principio, vos iréis por los caminos. No quiero que mis discípulos vengan solamente a congregarse en estos recintos, deberéis de salir a los caminos a derramar la semiente de amor y así podáis por un momento sentir la existencia de mi esencia divina. Así pues, id por los caminos, ya veis que no vengo a limitar vuestro entendimiento, porque vengo entregándole libertad de acción, seguid pues caminando, siempre con la inspiración que en estos momentos el espíritu divino viene entregándoos. ¡Bendito seáis, pueblo amado!
79 Pueblo amado: el destino del ser humano es llegar a mí, es conocer la Verdad, es convivir con el mismo Dios que formó todas las cosas. Ese es vuestro destino; y ese es el camino que os presento: limpio y perfecto, porque en vos, hay ya desarrollo espiritual. Este camino que os muestro en mi doctrina, es el más corto para llegar a mí.
80 En este camino corto, encontraréis espinas, es escabroso y hiere vuestras plantas; mas si hay en vos, comprensión y certeza de lo que habéis escogido, así iréis alcanzando la purificación, porque no sabéis si esa purificación hubisteis de retenerla en otra reencarnación y así por esa purificación podáis llegar a mí.
81 Hay un camino más largo, que da vueltas y más vueltas, y tiene atracciones y en él, os vais deteniendo, porque como estáis gozando, no os importa llegar más tarde, porque gozáis y dais rienda suelta a vuestras pasiones; y cuando habéis llegado al final de vuestra vida humana, os encontraréis que nada en provecho habéis hecho para vuestro espíritu. Así podría enumeraros uno a uno los diferentes caminos que existen, por los cuales el ser humano puede llegar mí. Ahora, comprended por qué, habiendo tantos caminos, es difícil para el hombre, escoger el más conveniente.
82 El hombre ha tenido una oportunidad, para su espíritu: la reencarnación, y a su espíritu, se le han dado una y otra materia, que tienen un cerebro ya adecuado a su ser, que les permite grabar de su existencia material y así poder pensar de acuerdo con sus diferentes grados de evolución espiritual. Así, si vuestro espíritu en ese cuerpo, goza o sufre de acuerdo con su destino, no me culpéis a mí, de ello; no me culpéis a mí, si el dolor y el sufrimiento se ensaña en los vuestros, porque por ese dolor y sufrimiento, ellos se dignifican y su espíritu va alcanzando purificación.
83 No me culpéis cuando el malvado que no se preocupa por el dolor ajeno, se encuentra gozando de toda felicidad aparente; porque no sabéis lo que ha sufrido, o lo que le falta por restituir. Eso quiero que comprendáis, porque en vuestro camino encontraréis quien os haga esas preguntas y tendréis que contestar; porque preparado estáis para ello; y así vos, orientaréis a vuestros hermanos; porque llegado el momento, la justicia se impartirá a todos por igual, nadie será más, ni nadie será menos. En esta vida, unos necesitan del goce y otros del dolor. En la justicia para el espíritu, vos no podéis intervenir, ni me juzguéis; pero comprended el por qué debe de ser así.
84 Yo os he dado una mente espiritual, para que por vuestros propios méritos alcancéis la felicidad; mas no en los goces insanos de la materia; sino en los sufrimientos de vuestro espíritu, al renunciar a ellos.
85 Comprended mi palabra, comprended la inmensidad de mi amor, de mi justicia y de mi sabiduría.
86 A vos, pueblo, os he confiado una misión, que es hacer llegar a vuestros hermanos, los principios espirituales que les permitan conocer lo que les atañe a su espíritu y el futuro del mismo.
87 De cierto, os digo: a cada quien, se le hará presente en su camino, la oportunidad para desempeñar mejor su labor; porque las circunstancias para cada quien, no son las mismas. No hay un ser, que piense en la misma forma que otro; mas, al principio, las bases que os permiten realizar vuestro trabajo espiritual, las lleváis en vos mismo por convicción de mi enseñanza; así, cada uno de los párvulos y discípulos, podrá obrar de acuerdo con sus circunstancias.
88 Yo os he dicho que existen diferentes planos de escalidad para el espíritu, así las órdenes que le son dadas a cada uno, son de acuerdo al plano en que se encuentra.
89 Cada quien sabe la misión que debe cumplir; unos, viniendo como ayudantes para manifestar su fuerza a la causa espiritual por medio de la revelación en vosotros; otros, que han alcanzado ya mayor evolución, vendrán en la luz del círculo divino para laborar de acuerdo con el plano a que pertenecen; y vendrán a dar luz en el entendimiento, a las generaciones futuras.
90 Así, cada uno trabaja en el espacio y en lo terrenal, porque todo lo que se sucede en este mundo, no es tan solo la obra del hombre; porque si los acontecimientos y las cosas se dejarán tan solo al cuidado del hombre, las llevaría tan solo para el bien material de sí mismos; y el hombre, debe evolucionar en cuanto espíritu y debe obrar por su condición espiritual.
91 Mirad, pueblo, que ya habéis llegado a un grado de comprensión y conocimiento, que os permite romper las barreras del fanatismo y de la idolatría; de ese velo, que os impedía ver los acontecimientos y las cosas tal como son.
92 El pueblo espiritualista debe reconocerse en sus obras, en sus actos, por su libertad de acción; porque para él, no hay idolatría, ni ritualismo ni fanatismo, no hay ideas impuestas para el espiritualista.
93 Vosotros también tenéis campos iluminados en el espacio, así dejad correr vuestros pensamientos cuanto queráis, dejad que vuestro cerebro trabaje, dejadlo en libertad; pero si lo sujetáis a determinadas formas de fanatismo y acondicionamientos ritualistas, en vuestras ideas puede haber equivocación, con la que impedís que la verdadera sabiduría pueda llegar a vos.
94 El espiritualista, debe seguir desarraigándose a sí mismo, debe ir a la vanguardia del desenvolvimiento espiritual; así, si queréis ser grande en el espíritu, desarrollaos, no os estanquéis limitándoos en el fanatismo.
95 El mundo, evoluciona; constantemente, hay nuevas ideas, hay diferentes formas de pensar; y si vos, os estancáis, fracasaréis.
96 Yo os he dado don de profecía, os he dado ese preciado don para dar a conocer lo que acontecerá el mañana y las vicisitudes que habrán de suceder, cuando vuestra materia ya no exista. Así, no os estanquéis, no acojáis costumbres ni prácticas que os impidan evolucionar.
97 Lo único que conservaréis, tal como yo os lo he entregado, será el principio de mi doctrina, porque siempre será el mismo: puro y perfecto mi doctrina, es y será siempre la misma en su esencia de justicia, amor y sabiduría; es la luz, que ha guiado al mundo; es el consejo único de vuestro Dios, para que actuéis y viváis bien, para que améis a vuestros hermanos; y así, al amar a vuestros hermanos, estáis cumpliendo con el mandato de vuestro Dios que es: amarlo y reconocerlo.
98 Yo os he dicho, pueblo, que no vengáis a imponer condiciones; el espiritualista, tendrá el conocimiento suficiente que le permita reconocerse; y no será en un recinto espiritualista, donde reconozcáis a vuestro hermano; será en vuestro propio camino, en vuestras actividades diarias, en vuestro trabajo; de esta forma, todos os reconoceréis como hermanos el mañana.
99 ¡Oh espiritualistas del Tercer Tiempo! Mi palabra será con vosotros y cuando estéis más preparados, hablaréis por vuestra cuenta, mi luz será en vosotros mismos y reconoceréis que lleváis la luz del más allá para poder hablar con conocimiento de causa; mas en verdad, mientras llega ese momento, mi mundo espiritual os preparará; para que así, podáis penetrar en el corazón del hombre y le ayudéis a que reconozca que Dios, está derramando gracia, amor y sabiduría en toda la humanidad.
100 ¡Oh mundo espiritual de luz! ¡Preparaos para orientar a la humanidad en el futuro, para que quede cimentado el reinado de paz que tanto anhela! ¡Seguid trabajando, pueblo espiritualista! ¡Trabajad mundo que estáis en espíritu! ¡Trabajad mundo que estáis en materia!
101 Mi palabra en cada alba de gracia escogida por mí, os viene dando un conocimiento más. A vosotros, espíritus: os estoy dando mi enseñanza en grandes dosis; al parecer, vuestra materia escucha, mas vuestro espíritu está recibiendo, vuestro corazón está sintiendo y os vais convirtiendo en un ser cada vez más perfecto; aunque de pronto no lo creáis ni lo aceptéis así, porque si vuestro espíritu, va alcanzando esta divina gracia; en cambio, vuestra materia se esfuerza en seguir en su plano animal, en su plano instintivo terrenal; por eso vengo a tocar vuestros sentimientos humanos y espirituales para llegar a vuestra conciencia o mente espiritual; y vengo a indicaros: que perseveréis y luchéis contra vos mismo, contra vuestras pasiones humanas, contra vuestra misma degeneración ¡luchad, pueblo! Porque también misión terrenal, os he entregado.
102 No he venido, en ningún tiempo, a escoger justos entre vosotros. No quiero “puritanos” en mi obra; quiero hombres de libre pensamiento, liberales de amplio criterio, por eso vengo a escoger pecadores entre los pecadores.
103 Estudiad mi palabra; y no la echéis al olvido en cuanto salgáis del recinto.
104 Y, yo os pregunto, pueblo amado: ¿qué habéis hecho para purificaros? ¿Cómo habéis dado a conocer, que sois el escogido? ¿Cómo vais a luchar, contra el que os ataque? Mostrándole vuestros propios actos y si os censura: mostrándole el espejo de vuestra propia vida humana.
105 Discípulos amados: el Maestro viene a vosotros y sabe de las luchas que hay en vuestro espíritu, sabe también de las debilidades que hay en vos mismo. No tenéis fuerzas para romper esas debilidades porque vos me habéis dicho. ¡Maestro! Soy débil, dame fuerzas, soy un gusano débil que no merece tus dones y no me atrevo a pedirte gracia ni perdón por eso vengo a indicaros vuestros deberes, vengo a mostraros esta luz, para que podáis alcanzar mi gracia, si vos sabéis luchar contra vos mismo.
106 Así, vengo a indicaros como debéis seguir vuestro desarrollo y el de los demás; y de esta manera, ellos verán que no lucháis tan solo para vos mismo; sino para el bien de los demás; y así se irá acrecentando esa cadena de fraternidad entre todos mis hijos.
107 Sin embargo, contemplo que sois aún los niños débiles, para dominaros a vos mismo; por eso el Maestro, se muestra y como en el Segundo Tiempo, os dice: “bebed de mi esencia de amor y alimentaos de mi gracia infinita.
108 Yo voy delante de vos, pueblo amado. Yo aparto de vuestro paso todo obstáculo, para que sigáis adelante.
109 De cierto, os digo, pueblo espiritualista: tenéis que ir alcanzando mayor elevación todo tiene que ir cambiando conforme la sabiduría infinita, que estoy dejando a la humanidad; y por tanto; debéis de ir a la vanguardia de la civilización futura.
110 ¿Qué haríais su vuestros actos e ideas se quedaran atrás, como algo anticuado? Todo tiende a evolucionar; mas, hay un principio básico y es el mismo de todos los tiempos, es una Ley; mas la forma de aplicarla es la que daña o beneficia; la fuerza que tiene, es la misma, ya que, es la fuerza aplicada en el bien y la aplicada en el mal. Mas, vosotros desarrolladla en la condición en que vivís, siempre hacia el bien. Yo os lo ha dado mi luz, para que así, conozcáis las bases en que edificaréis el mundo del mañana.
111 Hoy no podéis pensar igual que ayer, vos mismo sois diferente; vuestros padres, son diferentes a vos; y vuestros hijos, serán también diferentes; no lo podéis evitar. Esta Ley aplicada hacia el bien, es una fuerza superior. El mal no puede perdurar. La caridad, no puede ser egoísmo. El amor, no puede ser crueldad. La luz, no puede ser tinieblas.
112 Yo quiero que sigáis las bases de esta Ley que os vengo a entregar, para que eduquéis a vuestros hijos y podáis dar el consejo franco, porque mi palabra siempre llegará oportuna, en el instante preciso para todos aquellos que la necesiten.
113 Porque habrá quien esté luchando contra sí mismo, para dominarse, debido a la perversidad de su propio ser; y necesitará de la luz para que ilumine su entendimiento; y así, reconozca a sus semejantes como a sus hermanos y no contemple en todos los seres que le rodean enemigos de su raza, enemigos de su nación. Así tenéis que cimentar este principio, la manifestación, no os importe; porque el mañana, no tendréis estas manifestaciones; ni vendrán valiéndose de vuestro entendimiento, los seres de luz que como consejeros y protectores, he puesto en vosotros.
114 Por eso, vengo a mostraros primeramente, la pureza de mi enseñanza; y así, después podáis acrecentar vuestra fe en ella misma. Guardando mi doctrina en vuestro corazón y conciencia; y así, aquilatando en vuestra mente espiritual, el valor de mi enseñanza, siempre viviréis preparado en amor y caridad, en beneficio de la humanidad doliente que os rodea; y que siempre, le servirá de fortaleza, la palabra que brote de vuestros labios.
115 ¿Comprendéis mi palabra, pueblo? Mirad que no vengo a dividiros. Vengo a que os reconozcáis a vos mismo, para que podáis reconocer a vuestro hermano. Que no confundáis las cosas que dais a vuestra materia, con lo que debéis dar al espíritu y a vuestro Dios.
116 Yo contemplo cuando vuestro acto es meritorio, y en vuestra obra hay un merito para vuestro espíritu, por eso os digo que no hagáis algo que no vaya unido a esa fuerza superior de hacer el bien. No hagáis algo que no lleve los dones de vuestro espíritu. Cuidad que en vuestros actos, siempre haya actos nobles que podáis ofrecer a vuestro Dios.
117 Nombre a uno de mis siervos espirituales para que llegado el momento, tome el entendimiento de mis labriegos elegidos, para daros a conocer ampliamente lo que yo os he venido a decir en mi palabra, en esta alba de gracia; porque es menester que haya más comprensión, para que podáis analizar lo que os entrego y sepáis cuál es mi voluntad.
118 Cuando contempléis que el dolor y el sufrimiento, se abate sobre la humanidad, no me pidáis solo para la materia; pedidme por el espíritu, que está pasando por un período de evolución. Pedidme porque ese dolor, sea resignado y pueda ser aceptado como un medio para alcanzar la purificación, porque haya en ellos el buen propósito de regeneración y hacer una labor más noble. Porque en verdad, la vida imperecedera, no es para la materia. Es para el espíritu, que tiene vida eterna.
119 Cuando habéis visto cumplido, lo que creíais como un imposible, os levantáis dando gracias al creador, por el milagro recibido; pero no sabéis, si ya ese espíritu, estaba preparado para recibir los dones que había perdido por causa del materialismo.
120 Vosotros debéis sentir en vos mismo el sufrimiento, porque vuestro espíritu necesita del sufrimiento para doblegar los instintos de la materia. Por eso os he dicho: ayudad a sufrir a la humanidad, ayudadla en sus penas; porque de ellas, os hago partícipe y responsable.
121 Cristo, vino también en cuerpo de hombre, semejante al vuestro; y también como vos, se dolió y sufrió; y fue partícipe también de esas penas; y aún el Maestro está sufriendo y seguirá sufriendo, apurando el cáliz del dolor; mientras exista un hombre sobre la tierra que le falte evolución.
122 Así seguiréis vos también, el camino de evolución, y cuando hayáis ya encausado vuestro espíritu, en ese camino; entonces, Cristo, vuestro Maestro, seguirá en el mundo sufriendo, porque aún habrá criaturas humanas que les falte purificación para sus espíritus.
123 Ya veis, pueblo, ¡cuán grande es el amor de Cristo, vuestro Maestro, que siente cada uno de los dolores y sufrimientos de la humanidad! Así vos pueblo, si pudierais sentir el dolor y sufrimiento de la humanidad, os espiritualizaríais, y les ayudaríais en sus penas, como vuestro Maestro, os ayuda.
124 Yo quiero dejar esta enseñanza divina, fija en vuestra mente espiritual y en la humana, para que estando en vuestro corazón y conciencia, os acostumbréis a sentirla en todo vuestro ser.
125 Analizad mi palabra, pueblo amado y grabad mi enseñanza en vuestro entendimiento; y cuando estéis preparado, analizad mi enseñanza y sirvan de estudio las lecciones que os he entregado, para que todos vuestros actos puedan ir de acuerdo con lo que estáis aprendiendo; y así pueblo amado, vuestros actos de amor y sabiduría, mostrarán al mundo la Verdad de mi enseñanza.
126 Amado guía de este recinto, ¿qué me hacéis presente, en esta alba de gracia? El que lleve fe, sanará; porque por la fe, pude decir al hombre: se abrirán las puertas del celo para que penetre en él. Por la fe, el hombre alcanzará, por la fe el hombre creerá en Dios. Eso es lo difícil para el hombre, llegar a sentir esa fe; la fe hace esperar, la fe hace creer; por tanto el que tiene fe encuentra el alivio. De cierto, os digo, en el momento preciso inspiraré al entendimiento y también derramaré bálsamo en la mano de mis hijos.
127 Habéis comprendido mi palabra, hijo amado, tomadla en el sentido en que estoy tratando que la entiendan todos los guías. No quiero que nadie se envanezca. Todos poned vuestro esfuerzo, todos vuestros propósitos; porque en vuestros buenos propósitos está la voluntad del Padre, y así se llevará a cabo la voluntad del Padre Celestial; porque no encontraréis objeción en la misma, si cumplís como os he dicho.
128 En este recinto os he dejado una misión. Orientación tenéis en vuestra enseñanza humilde, orientaréis, porque hay en vos, mi luz; en vos está mi verdad. Así, mi bien amado recibid mi palabra y recibid lo que os entrego, que son los dones para vuestro espíritu. El Maestro que todo lo contempla, os da la fortaleza necesaria para que sigáis velando por este cumplimiento que he puesto en vuestras manos. Yo estoy delante de vos, tened fe. Yo soy con vos, para daros fortaleza y apartar de vuestro paso todo obstáculo y sigáis adelante. Sea en vos, mi gracia y la luz de mi espíritu divino, con vosotros, una vez más.
129 Una vez más, discípulos amados, el Maestro recomienda elevar vuestra oración para unificaros con aquellos de vuestros hermanos, que pidiendo están igual que vos, por los que están pasando por un momento de prueba, para buscar un mejoramiento para sus gobernados. Dondequiera que haya un pensamiento de amor y caridad, para la humanidad, yo estaré con ellos.
130 Por quienes me pedís, sea también derramada mi luz; y os digo una vez más, pueblo amado, los dones serán desarrollados por añadidura, llevando ya el conocimiento y la comprensión de lo que pudisteis oír y escuchar en albas de gracia anteriores.
131 Sé lo que me hacéis presente, y en verdad, a todos os recibo por igual, a todos os he dado indistintamente. Tomad lo que alcancéis a comprender, y alcancen todos aquellos que me hacéis presentes. Sea mi caridad y mi bálsamo, extendido en toda la humanidad. Mi amor sea también en el corazón angustiado. El Maestro en esta alba bendita de gracia, os deja preparados, para que podáis hacerme presente el fruto de vuestro trabajo.
132 Yo os aliento, pueblo escogido, para continuar la lucha; y mi inspiración divina, será con vosotros a cada instante para orientaros en el camino; para ello, os baño de luz, pueblo amado, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y la luz del Espíritu Santo.
133 Morad en paz, pueblo de Israel. Queda en vos, mi gracia; y la luz de mi espíritu divino, una vez más es con vosotros. Quedad en paz, que yo os bendigo e ilumino. Ya mi palabra ha sido con vos, mi amor y mi bendición también, recibidla pueblo amado en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y la misma luz del santo Espíritu.
¡Mi paz, sea con vosotros!
35. La estrella de Jerusalén y los auténticos maestros
Lunes 1 de septiembre de 1947
1 ¡Mi paz sea con vosotros! ¡He aquí la estrella de redención brillando, humanidad, con la luz de mi amor! ¡He aquí, la estrella de Jerusalén, manifestándose como la estrella redentora del mundo entero!
2 La estrella de aquellos, es la misma estrella de estos; puesto que son los mismos seres en distintos cuerpos, es la misma alma en todos.
3 La estrella redentora de la más alta y divina espiritualidad os recibe, os bendice, os saluda y os ama os saluda, en nombre de la potencia amor que es en nombre del Padre y en nombre del Cristo: ¡bienvenidos seáis, para que estéis inseparablemente unidos conmigo, mi pueblo!
4 La estrella de los tiempos pasados, es la misma estrella del tiempo presente; la misma estrella de vuestro porvenir, porque es la estrella que os alumbra; es la estrella que el espíritu conoce, es la estrella que siguen todos los espíritus de este mundo, encarnados y desencarnados.
5 ¡La aparición del Verbo Divino como luz desde las más altas esferas, brillando para vos, humanidad! ¡La aparición de Cristo, como el modelo, como el modelador de los hombres, como ejemplo para vosotros!
6 La palabra, que convierte y señala el sendero que tiene menos espinas; el mensaje para el corazón, la señal para el alma; todo esto, mi pueblo, os traigo y todo esto hay en mí; y en mí, lo encontraréis.
7 Al saludaros, os recibo como estéis pueblo amado, con todas vuestras tristezas, con vuestra carga de melancolías; así os recibo como venís a mí.
8 Yo os recibo con todo ese cúmulo de pesares, con esa carga de secretos misteriosos como les llamáis vosotros, sólo porque los demás no los conocen; pero yo los conozco, porque entre vos y yo, no hay secreto posible.
9 El amor, todo lo conoce. El amor divino conoce y sabe lo que siente n y lo que tienen sus seres amados, porque el amor, nada desconoce ni nada ignora. Por eso, a penetrar vengo a vuestros corazones, a tomar todas vuestras espinas, a limpiar el sendero y a deciros que vengáis a mí.
10 Venid a mí: ligeros, sin cargas porque ya os he quitado todo lo que os estorbaba. Venid a mí, porque yo tengo el poder para cargar mi cruz y para cargar todas vuestras cruces; y hacer con todas ellas, una gran cruz que llevaré yo por mi sendero; y esa cruz llevada por mí, por mi sendero, se convertirá en una luz maravillosa, porque Dios alumbrará al mundo; y yo alumbraré también, por su compasión, por su bondad, por su amor.
11 Todos los días, pueblo mío, debéis hacerle presente al Padre, todos vuestros dolores, porque él los recibe, los conoce; y si vos, le hacéis presente vuestros dolores con humildad, el Padre abrirá el manantial de sus bondades y vos abriréis las compuertas para que pasen las aguas de la misericordia.
12 Si vierais, mi pueblo amado, ¡qué grato es al Padre escuchar el mensaje del corazón, del arrepentimiento!
13 Si vierais, ¡cuánta misericordia pone el Padre en aquel que le ruega, le suplica y le dice: sólo espero de tu bondad, puesto que nada puedo pedir por merecimiento!
14 Vosotros, estáis encadenados; y vosotros, vais encadenados sí, pero llenos de amor espiritual y protegidos; amparados por la misericordia de Dios, que tiene su hálito divino, su emanación purísima en cada hombre. Su influjo poderoso de amor espiritual, es en cada hombre.
15 Está el Padre Dios, cuidando al hombre; y además, está Cristo. Tenéis después del Padre y de mí, a vuestro ser protector, al que llamáis: el ángel de la guarda aquel ser de obligación que está con vosotros, desde que estáis preparando vuestra materia.
16 Están con vosotros además del ser protector vuestro, otros seres protectores voluntarios, seres amorosos que se sacrifican por el amor que os tuvieron en otras existencias humanas o reencarnaciones, ellos se sacrifican en su tiempo como espíritus, para estar cerca de vosotros; cuidándoos, vigilando por vosotros.
17 Sin embargo, sois vosotros los dudosos, los que a cada momento desobedecéis la voluntad del Padre. Sois vosotros, los que a cada momento vais de acuerdo, en vuestro libre albedrío, con vuestra voluntad, vais por el mundo; y no conformes con las deudas pasadas, aumentáis más las deudas presentes, pero ¿acaso el Padre, que ve todos vuestros defectos, todas vuestras flaquezas, que es sabio; no es, inmensamente amoroso con vosotros?
18 Si vosotros como padres, estuvieseis con vuestros hijos y aparte tuvieseis un intermediario por cada uno de vuestros hijos, un ángel custodio puesto por vosotros y aparte permitieseis a otros seres que cuidaran de ellos, ¿no sería ésta una manifestación de inmenso amor?
19 Todos estos seres amorosos, se comunican constantemente con vosotros, cuando tenéis vuestra conciencia o mente espiritual abierta; que solamente se abre por momentos, para cerrarse después, cuando el mundo se las cierra por las fuerzas materiales que ejerce en él.
20 En el hombre, hablan las dos naturalezas del mismo hombre; os digo hablan, como decir: mandan, influyen. En el hombre, se manifiestan las dos naturalezas; y puede avenirse con aquella de las dos que sea más dócil de obedecer.
21 Amados míos, ¡ved a cada momento el amparo tan grande de Dios, para vosotros! De ese Padre infinito que nunca os ha abandonado, en esta lucha horrible, en que habéis venido a la tierra, para aumentar el caudal de la experiencia, para limpiaros de la iniquidad, para haceros luminosos, grandes, fuertes, para crecer en la potencia del espíritu.
22 Y en cada reencarnación que tenéis más luz, os ponéis a contemplar lo que habéis hecho en aquella materia; y veis, pueblo mío, vuestra morada espiritual, con todos sus detalles, de esta última existencia humana; y decís: ¡cómo Dios, me ha favorecido siempre!
23 Sin embargo, reconoced la gran ingratitud de vuestra parte, porque desde el momento en que Dios, no os ha abandonado nunca y me ha dejado con vos por su voluntad que es mi voluntad, porque en voluntad, estamos unidos; en que tenéis seres que os aman y acompañan y no se alejan de vos; y aunque reconozcan vuestras flaquezas, os demuestran su amor, diciendo: estamos con vos, porque os amamos, porque si es mucho vuestro pecar, es también mucha nuestra paciencia y amor.
24 Y ellos, os dicen: si Cristo, a través de las edades, no os ha abandonado, ¿por qué os hemos de abandonar nosotros, que desde antes que nacierais como seres humanos, os conocemos? Hoy volvemos a vos, para tener la paciencia suficiente de esperaros y de conduciros por el sendero que Cristo, a través de Jesús, os ha marcado; y unidos a la obra del Cristo, os ayudaremos a salvaros, os llevaremos adonde él, ha querido conduciros.
25 Así os hablarán esos espíritus bondadosos, así reconoceréis a los seres que os han amado; pero, es debido a que ya siente n el amor redentor; mas ese amor, vos todavía no lo sentís, todavía no alienta vuestro corazón; pero ellos, sí lo saben, lo entienden y conocen.
26 Y algunos de vosotros, venís a decirme: Maestro, ¿por qué me has hecho tan sensible el corazón, en esta existencia humana? ¿Por qué, por todo lloro y por todo sufro? ¿Por qué el dolor, se agiganta ante mi mente? ¿Por qué mi corazón ha sido más sensible que otros corazones? ¿Por qué mi pecho no puede ser todavía duro? ¿Por qué habláis así? Comprended: el corazón, nada es, si no entendéis que antes que él, es el sentir del alma, motivada por los sentimientos naturales del espíritu.
27 El corazón, es humano; el sentir, es del alma, mas todos los sentimientos puros son provenientes del espíritu; ya que el espíritu, es antes que el alma; y el alma, antes que el cuerpo.
28 En algunas existencias humanas, venís como ricos; en otras, como pobres; en otras, sensibles; y en otras, enérgicos. Hoy débiles, fuertes mañana, vais siguiendo la gran vía, vais siguiendo el sendero, hasta que seáis maestros en el aprendizaje de la existencia humana.
29 Hasta que entendáis vosotros el secreto de redimiros a vos mismo, de alumbraros con vuestras propias luces, porque así he venido a enseñaros; y estoy en cada uno, para dar redención desde dentro de cada hombre.
30 Yo soy vuestro redentor y estoy enseñando a cada espíritu, a ser redentor de sí mismo. Soy el redentor grande que enseña: como un hermano mayor a sus hermanos, como un pastor a sus ovejas, como un padre a sus párvulos y como un maestro a sus discípulos el supremo redentor, os enseña a ser: dignos redentores de sí mismos
31 Y os preguntáis vosotros, internamente: ¿por qué pronuncia, la palabra hermano? ¿Es en cuanto al cuerpo, en cuanto al alma o en cuanto al espíritu? De cierto, os digo: la palabra, está bien, porque yo soy vuestro Maestro de maestros sí; pero yo soy muchas manifestaciones en vuestra vida, en vuestra alma, en vuestro corazón. Soy muchas manifestaciones en toda vuestra existencia, por esto: bien dicho está.
32 Repito a vosotros, que os estoy dando lecciones de la enseñanza divina, para que cada espíritu, sea redentor de sí mismo: de mente a mente, de conciencia a conciencia, de voluntad a voluntad.
33 Mi voluntad, busca vuestras pequeñas voluntades; y éstas, no se han afinado todavía con mi mente, ni con mi conciencia ni con mi voluntad, hasta que crezcan en grandeza espiritual y se superen.
34 Es necesario que en las aguas cristalinas de las inmortales diafanidades, aumente la potencia de la voluntad en el hombre; para que así se afine conmigo, el morador de la tierra.
35 Es necesario que el hombre atienda, sienta y conozca aquello que está en él mismo, como mejor libro.
36 ¡Qué mejor desierto, donde el lego o novicio se interna para explorar! Exploradores de vosotros mismos: ¡internaos en el desierto de vuestras vidas! Y acompañados de la savia espiritual que os alimenta, penetrad allí, extraed la esencia y el néctar de la experiencia y alimentaos con él. Si entendéis estas frases, pasadlas a la mente; y por voluntad, conservadlas en la conciencia.
37 Por eso, amados míos, sois vosotros aquellos caminantes que conociendo vuestra senda, os internáis en el desierto de vuestra vida, teniendo por vuestra compañera inseparable y verdadera: la soledad ésta es vuestra compañera porque sois solos en la evolución, pero acompañados en el conjunto del mundo y del universo.
38 Nacéis de uno en uno y de uno en uno entregaréis cuentas; y en esto, ninguno os ayudará.
39 Nadie participará con vosotros, ni vosotros con los demás; ni para gozar, ni para sufrir, en vuestras propias cuentas.
40 Estáis en un conjunto; pero sois solos, para nacer y para morir y para entregar cuentas. Es vuestra inseparable compañera: la soledad.
41 Atravesaréis ese desierto de vuestra propia vida; y para que toméis agua de la fuente, necesitáis buscar el agua en vuestra propia fuente, puesto que de fuentes ajenas, el espíritu jamás podrá recibir del beneficio de aguas extrañas.
42 Es necesario que busquéis para alumbraros, la luz del lucero interno que lleváis con vos, porque los luceros externos, no alumbran el camino de aquellos que no sienten fe; y vosotros, debéis buscar vuestro propio valor. El conocimiento de valor, para atravesar vuestro camino.
43 El conocimiento, es una fuerza que impulsa al hombre, a mejorar su vida.
44 Y vosotros, no os sentiréis grandes por lo que tenéis en valores humanos, por lo que tenéis personalmente; sólo seréis grandes, por lo que tengáis espiritualmente.
45 ¡Internaos en vos mismo, miraos en vuestros legos, humanidad! ¡Despertad de vuestros sueños! Y de cierto, os digo: el espíritu vivirá la plena conciencia y sabrá entonces: cuál es su fin, para qué ha venido y se conocerá en grandeza, viviendo por siempre.
46 ¡Ah, amados míos! Viviendo, sin ser ajenos al Padre Celestial participando, de su gloria y de la dicha, de que el Padre, está en ellos; y al saberlo, conscientemente vivirlo, conocerlo y gozarlo. Seréis con el Padre, inseparables.
47 Es necesario que conozcáis que este mundo, es de vosotros; y los demás mundos, también son de vosotros y acariciar lo que es vuestro, ¡oh, moradores de la tierra y de los celos!
48 Por eso yo os digo, que os enseñéis; y empecéis a hacer cuentas de los beneficios que recibís de Dios, porque en el momento en que los conozcáis, aumentarán.
49 Hay seres humanos que viven en la tierra y que no cuentan ni las faltas que cometen ni los beneficios que reciben. Esto no está bien, debéis vivir para hacer el bien.
50 Debéis vivir, para conocer vuestros defectos y una vez que los conozcáis, apartarlos de vosotros.
51 Debéis vivir, para entender los beneficios de Dios; dispensados a vosotros, en vuestra vida y en la existencia humana. ¿Cuántos son? ¿Cuántos han sido, a pesar de que sois deudores?
52 Sin embargo, no cargáis solos vuestra cruz; a vuestro lado, tenéis una cantidad de seres que velan por vosotros y yo con ellos, velo también por cada corazón, alma y espíritu.
53 Una cantidad de seres que os animan, que os consuelan. El mismo Padre, en vosotros está. ¡Ya veis, cuánta bondad! Y no os hace falta algo, de lo que habéis menester; siempre que améis el trabajo y la honradez; porque el que ama el trabajo, tendrá beneficio, tendrá abundancia, aquí y allá.
54 En el mundo de las almas, también se trabaja mucho, como en el mundo de las formas; pero las almas, trabajan mucho más.
55 Es necesario que entendáis estas frases; ya que los que no trabajan dentro de mi obra de redención, son como piedras que estorban el camino y se lo estorban a sí mismos; son seres estancados, seres adormecidos que es necesario que les despertéis.
56 El amor al trabajo, es el amor a la honradez y vosotros lleváis así el buen camino y por eso empezaréis a vivir las buenas costumbres.
57 El trabajo os apartará de los vicios; y para ser espíritus con almas grandes en el espacio, tendréis que aprender a trabajar porque allí tendréis que seguir trabajando, como espíritus en almas mías que son vuestras. Empezad a trabajar, de esta manera: reconociendo vuestros errores, arrancándolos de vos mismo; reconociendo las bondades que Dios os dispensa, contándolas y viendo que no sois merecedores; reconociendo vuestra ingratitud y que a pesar de todos los beneficios recibidos, siempre estáis inconformes.
58 Aquél que trabaja en lo material, tiene casa, vestido y sustento y ya está bien; mas el que tiene otras comodidades, está mejor. Sin embargo no sabéis darle gracias a Dios como debéis darlas, siempre creéis que recibís menos de lo que debíais recibir.
59 Os hablo de todas estas vicisitudes porque todas éstas están unidas, en consecuencia unas y otras, porque el hombre es una parte de carne y otra parte de espíritu; o sea, la carne y mente, el espíritu y conciencia.
60 Fijaos bien, voy a repetiros más claro para que entendáis todo lo que tenéis que entender: carne, mente, cuerpo y alma, todo junto poned el cuerpo y el alma en el orden que os plazca, todo está unido.
61 El hombre completo, es un compuesto de espíritu y materia, de ángel y de humano, de luz y de sombra. Y el hombre tiene que atender, a todas sus necesidades.
62 El hombre tiene que bastarse a sí mismo, primero y después, tiene que cargar las cruces de los demás.
63 A medida de que el hombre se hace más fuerte, así irá llevando las cruces de sus hermanos; las de aquellos que no pueden ni siquiera, con su propia cruz.
64 Por eso hay un tiempo en que el hombre, no se basta a sí mismo; otro tiempo, en que se basta a sí mismo; y otro tiempo, en que emana gracia espiritual y materialmente; en que es fuerza de ayuda, para sus semejantes.
65 Fijaos también que hay un tiempo, para que el hombre experimente la existencia profana como humano, forme hogar, tenga esposa e hijos.
66 Hay otro tiempo, en la altura de la evolución del hombre, en que ya no se conformará con el hogar compuesto de esposos e hijos, porque sentirá que el mundo entero es su morada; y que cada morador de la tierra, es: su padre, su madre, su hijo, su hermano y cada uno, una parte de su propio corazón; y entonces, sabiendo que no puede especialmente atender a su familia, se dedicará al mundo entero. ésta es la vida de los espíritus grandes. ésta es la vida de los espíritus superiores, cuando vienen a ser maestros de la humanidad.
67 Hay un tiempo para cometer errores. Hay otro tiempo para arrepentirse de ellos. Hay un tiempo para ser pequeños y otro para ser grandes. Hay un tiempo para que os ayuden y otro tiempo para que ayudéis a los demás.
68 Hay un tiempo, para que forméis hogar; y otro tiempo, para que la humanidad forme un solo cuerpo, una sola voluntad en vuestro amor; en que toda la humanidad, sea uno solo: el hijo amado del corazón.
69 Y he allí que en la existencia de los hombres, se conocen bien cuál es aquel espíritu gigante que termina su evolución en el mundo, cerrando con broche de oro purísimo, su última reencarnación. Cerrando su atención en su existencia humana para el mundo; y abriendo su vida espiritualmente superada para el celo. Es decir, sabréis entonces en donde termina el hombre profano; porque donde termina la existencia ordinaria del hombre común, allí empieza la vida del hombre superior que es apóstol de Dios. Donde termina una, empieza la otra, amados míos; por eso os digo: que está ligado lo espiritual con lo material.
70 Por eso os digo, lo que dijera ayer, contestando por labios de la facultad que ayer trabajaba, dije así: decid a vuestra hermana que puede dedicar un tiempo, al trabajo humano; y otro tiempo, a sus deberes del trabajo espiritual y podéis repartir vuestro tiempo, de acuerdo con las condiciones de la existencia humana; y serviréis así: siendo útiles porque el hombre tiene que perfeccionarse, siendo útil, en todos los planos de la conciencia. Debéis conocer, estas manifestaciones del ser.
71 Llegarán los tiempos en que siendo vuestra conciencia espiritual, superior a la actual, ya no la encerraréis allí, en vuestro cerebro y viváis en el espacio concientemente; y viviréis en el cuerpo concientemente y tengáis en las dos manifestaciones de vida, la conciencia; y en las dos actuaciones, la memoria espiritual.
72 Hoy no podéis, porque sois pequeños; porque necesitáis que yo os ayude, a llevar vuestra carga; pero mañana, unos y después otros, podréis daros cuenta de que se puede vivir en conciencia, en este y en otro plano superior; y que hoy, solo lo viviréis como podáis, si acaso por momentos.
73 Os sentiréis de cuerpos livianos, casi flotantes y con mayor facilidad vibraréis en el espacio; y con cuerpos pesados y dificultosamente, viviréis en la materia y viviréis la vida en plena conciencia y volveréis a Dios; porque en el aire que respiráis, sentiréis a Dios y en la vida de la conciencia espiritual; mas de todo, recibiréis el hálito divino de Dios que os dará fuerza para vuestra vida. Así se vive cuando el espíritu se supera en manifestación, vive más en la conciencia superior, pueblo mío.
74 ¿Qué no entendéis, no sabéis, no comprendéis que os estoy hablando de la vida superior del hombre perfecto? Os estoy hablando del ejemplo que os di de mi propia existencia humana, encarnado en Jesús, de cómo vive un Maestro y cómo termina su evolución humana en la tierra.
75 Os estoy hablando para que sepáis conocer un espíritu que se despide de las reencarnaciones, como se despiden vuestros hermanos que reencarnan todas las veces, ya que el error los llama a volver a reencarnar.
76 Cuando ellos terminan, cuando son sus gloriosas últimas reencarnaciones; entonces veréis en ellos, esto que os digo: que viven en conciencia superior, que no pueden formar hogar con esposas e hijos porque aman a la humanidad entera; y no sacrifican a la mujer, porque saben que no pueden dedicarse a ella; y por tanto, no la sacrifican para tenerla en el abandono, lejos de su amor, porque el que se siente apóstol, empezará por serlo en su propia casa.
77 Y por esto, amados míos, os estoy hablando muy cerca del corazón para que despertéis, para que atendáis y comprendiendo, sepáis en qué conocer a los maestros, cuando en verdad, lo son.
78 De cierto, os digo a vosotros, en qué así conoceréis a los maestros; aquellos que tengan su última o sus últimas reencarnaciones de su vida perfecta. Os lo acabo de decir, amados míos, en qué les conoceréis.
79 Vos, apóstol amado, buscad uno de estos, para ver si lo encontráis. Puesto que ninguno de mis apóstoles actuales, está en este caso; os faltan muchas reencarnaciones, porque así lo necesitáis todavía.
80 Formaréis muchos, vuestros hogares, todavía tendréis esposas e hijos, aprenderéis todavía muchas veces lo que os falta aprender en la existencia humana; porque ninguno de vosotros, está en sus últimas reencarnaciones.
81 Fijaos bien, que os digo: que también habrá una conciencia superior de Maestro, cuando a pesar de vivir en la materia, vivan también conscientemente en los planos superiores del alma y entonces, platicarán como yo platicaba con los profetas.
82 Se habla con ellos, se oyen, se ven. Vos os reuniréis con ellos, cuando seáis maestros; porque los ángeles y los maestros, siempre están juntos, para el mensaje redentor que controlará un día a la humanidad entera.
83 Nunca creáis, mis amados, que están lejos; que están distantes, a vosotros: los ángeles de los redentores ni los redentores de los ángeles siempre se atraen como el sol a sus planetas y los planetas al sol.
84 Siempre, la atracción, es un hecho entre nosotros por tanto, aprended: que aquél que vive en plena conciencia en los dos mundos o manifestaciones, en los dos estados: del alma y la materia aquél que ya abarca los ámbitos existentes en este mundo, con su amor, está despidiéndose de las reencarnaciones de esta existencia humana.
85 Sin embargo, ¿a dónde están aquellos? ¿Si entre vosotros, no hay uno? Cuando ellos vengan a la tierra, dejarán huellas de luz como señales de su paso; mas entre vosotros, ninguno de estos hay.
86 Por el momento, seguid aprendiendo de la vida, ¡oh! Apóstoles pequeños, porque todos vosotros, en el crecimiento espiritual, sois apenas cual unos niños de cuna que todavía necesitáis del canto del alma; mas, no para dormiros, pero sí para despertar.
87 Sois niños de pensamiento. Sois niños de entendimiento. Sois criaturas pequeñas que yo os haré crecer, dándoos el tónico de mi amor y la fuerza de mi buena voluntad.
88 Y todo esto, amados míos, os hará crecer, porque el crecimiento lo llevaréis a cabo con el trabajo de muchos siglos, porque adelante de vosotros tenéis la eternidad; y la eternidad, os espera en el inconmensurable universo. ¡Bendito seáis, mis pequeños!
89 ¿Me habéis entendido? En esta cátedra, he querido deciros como son los maestros espirituales y cómo serán conocidos por vosotros. Cómo son las almas que se liberan. Cómo son vuestros hermanos mayores. Cómo son aquellos de los que debéis tomar enseñanza.
90 Los futuros seres espirituales ¿cómo son, pueblo amado? Son aquellos que extienden su conciencia, que extienden su sabiduría, para sentirse parte del universo, del celo y de la tierra.
91 Son aquellos seres, que extendiendo su conciencia, sacrificándose ellos mismos espontáneamente, viven en la vida del espíritu y viven en la existencia de la forma. Estos son, pueblo, los maestros. Y estos, ya no formarán hogar compuesto de familia, porque saben que su misión es otra. Lo saben, lo siente n, lo conocen.
92 Y vos, pueblo, hablabais de sueños y ensueños y de sueños con ensueños; y yo os digo: hay de sueños y de ensueños los hay elevados, los hay inferiores. Hay sueños humanos y hay ensueños espirituales. ¿De qué sueños y ensueños hablabais?
93 Escuchad, pueblo, escuchad humanidad y esto lo sabréis, ya que en ninguna escritura se encuentra, porque toda mi existencia como humano ninguno la sabe pequeñas partes de mi existencia como humano, en libros se encuentran; pero mucho, tergiversado está.
94 Tomad de mi existencia humana, esta parte desconocida; pero verdadera. Tomad vuestro sitio y escuchad: una vez, habiendo ido a visitar un enfermo, hablaba la palabra a las multitudes, en la casa del enfermo. Entonces, en aquellos momentos en que las gentes se agrupaban a oír, tembló la tierra; aquel lugar se movió, aquella casa pequeña se movió, estaba llena de gente; y la calle de aquella casa, estaba llena de gente también, escuchando mi palabra y todos se dispusieron a morir, diciendo: ¡señor, tiembla fuertemente, se cae esta pobre casa! Yo sintiéndome lleno del poder del Padre Celestial y sabiendo que el Padre siempre está conmigo, contesté: ¡quietos todos! ¡Esta casa no puede caerse, porque aquí estoy yo! Pero al decir aquí estoy yo hablaba yo del espíritu, del conocimiento del espíritu, de la voluntad del espíritu y así les contesté: esta casa no puede caerse, porque aquí estoy yo.
95 Y cuando un espiritualizado, vea que se desploma el mundo; puede decir, cuando hable también del espíritu: el mundo no puede caerse, porque aquí estoy yo siempre que el hombre se conozca en espíritu, es decir: que el Padre hable por el espíritu del hombre.
96 Vosotros, no sabéis esto, porque no habéis vivido la conciencia superior, de la que os he hablado en esta vez.
97 Cuando vosotros viváis la conciencia superior, seréis un centro de fuerzas que sostengáis vuestra casa y vuestro mundo, porque reinando en vosotros la conciencia espiritual, huyen de vosotros los peligros; y donde está un apóstol de Dios, no puede haber peligros ni desgracias.
98 Sin embargo, vosotros, todavía no sois a plenitud apóstoles de Dios. ¡Abrid los ojos, agudizad los oídos y despertad!
99 Sois apenas pequeños apóstoles del Cristo; pequeños, que habéis nacido ayer como apóstoles; que estáis creciendo muy cerca de mi esencia de amor que os puede hacer crecer.
100 Yo os diré: hijos míos, estáis muy cerca de mi propio Ser, de la esencia de amor; pero cuando crezcáis hasta ser apóstoles de Dios, identificados en la buena fe, las desgracias se apartarán de vosotros, porque nada maléfico os tocará.
101 ¿Sabéis lo que quiere decir, tener fe? La fe: es la fuerza pura, la fuerza espiritual que sana, que consuela, que anima; la fuerza espiritual que sostiene al mundo, a las familias, a las personas, al alma y al cuerpo.
102 La fe, es directamente la fuerza de la comprensión del Espíritu de Dios, unido con el espíritu del hombre.
103 La fe, es el centro espiritual abierto a la Verdad espiritual, a la Verdad creativa, a la Verdad creadora.
104 Ya os he dicho: la fe es la savia del espíritu.
105 Amados míos, ¡tened fe! Porque ésta, es fuerza puramente espiritual.
106 Y vosotros, sabréis así: quién es el Maestro cuántos maestros, pasarán por este mundo a semejanza de Jesús, o a semejanza de otros maestros; porque de cierto, os digo: que no es que cada maestro tenga su verdad; esto no es así, ya que: la verdad, es una y los maestros verdaderos, llevan en sí mismos, la misma interpretación de la Verdad.
107 Los maestros auténticos, en verdad, hablan siempre con la certeza del poder: de la justicia, del amor y de la sabiduría.
108 Hablarán de tantas propiedades y atributos del espíritu, que será la misma luz de mi enseñanza, a través de muchos enviados de la divinidad.
109 Pero de cierto, os digo: los maestros, jamás se contradicen unos con otros; si en realidad, son maestros.
110 Siendo una sola la Verdad, ¿cómo puede haber contradicciones de los enviados de la Verdad, de los hijos de la luz de la Verdad? ¡No, amados míos! Son muchos los enviados, pero la Verdad, es una sola.
111 Entended pues, porque de cierto, os digo: nunca oiréis tantas frases sorprendentes y raras, como las que vais a escuchar en estos tiempos dentro de esta Tercera Era.
112 Conoceréis a muchos que se dicen profetas, enviados, facultades de cátedra; pero conoceréis por la Verdad, a los que sean auténticos. Vendrán a vosotros, hechos por sí mismos o por otros hombres equivocados; pero muy pocos de ellos, serán verdaderos.
113 Abrid los ojos a la luz de la Verdad revelada y conocida, para que seáis liberados de tantos falsos profetas.
114 Solo la Verdad, es conocida por la esencia de sus palabras y por sus hechos, por sus frutos les conoceréis; y los enviados de la Verdad, son identificados por ella. Y la Verdad, es: alta, sublime, brillante, elevada ya que la Verdad, viene de los celos.
115 ¡Ah! Hombre, ¡amad a la Verdad! Porque siendo de los celos, viene a todos vosotros. ¡Amadla e identificaos a ella! Que Dios, os la manda por medio de sus mensajeros; pero amadla como se ama la estrella redentora; o sea; amad la Verdad en parte conocida, en el interno de cada hombre.
116 Cuando vuestra intuición y percepción espiritual, cuando vuestros sentimientos todos, os digan: ¡he aquí este hombre de Dios! Entonces le conoceréis por el corazón, por la mente humana y la conciencia, porque os traerá justicia, amor y sabiduría.
117 Palabras raras, atropelladas, mentirosas, vendrán a vosotros; pero os he hablado ya, para que tengáis el entendimiento espiritual más abierto y no os confundáis.
118 Vendrán muchos y tomarán mi nombre de Cristo y el del Padre; pero de cierto, os digo: el árbol por su fruto, será conocido.
119 Por eso os he hablado de cuáles son los maestros de verdad, como se manifiestan, como viajan en conciencia fuera de la materia, como viven, como aman, como son ellos.
120 Esos maestros, son: dulces, elevados, tiernos, amorosos . Ellos traen el mensaje musical del alma, abren la fuente de ternuras y hablan palabras suaves.
121 Los maestros son buenos como el pan del alma, pero son muy pocos los que vienen a la tierra; siendo éstos dignos maestros, que a mi semejanza, son grandes ante vosotros; y pequeños, ante los grandes redentores.
122 ¿Me habéis entendido y comprendido, mi pueblo? Ellos os amarán sinceramente, no os hablarán de grandezas propias ni se alabarán ellos mismos.
123 Y he aquí, vuelvo a repetiros: que cuando el maestro vive en conciencia superior, siempre habla del Padre y sabe lo que el Padre le contesta; y esto le dice a los hombres con los que está en comunicación, porque el mensaje del Padre lo conoce, lo siente en el fondo de su propio ser.
124 ¿No sabéis, pueblo mío, que antes de vuestro mundo los maestros llevan en sí mismos el mensaje de Dios? ¿No sabéis que vuestro mundo, está lleno de las vibraciones del Padre y que cuando vuestra conciencia espiritualizada las perciba y las capte, así recibirá del Padre, su voluntad; así el Padre, le hablará y sabrá lo que recibe?
125 El aire, está lleno de los mensajes de Dios, ¿queréis percibirlos? ¿Queréis sentirlos? El aire lleva por doquier las voces de Dios; o sea, de las vibraciones divinas que a todo dan existencia y animación. Por todas partes, el Padre, transmite al ser humano el cumplimiento de su Ley; y en lecciones suaves y amorosas, para vosotros; pero no sabéis percibir y sentir a Dios, en el aire, en el agua, en el cielo, en los rayos de la luz; en la flor, en los labios de los niños, en la poesía de la naturaleza, en el canto de la madre.
126 ¡Buscad a Dios! Y encontraréis a su alma divina, palpitando y vibrando en el universo entero. Igualmente en el ambiente que cura a los enfermos de la mente, del cuerpo y del alma. El bálsamo de Dios, está esparcido en el universo entero, pueblo ¿qué no lo sentís? ¿No lo percibís?
127 El amor de Dios, os habla a través de la palabra; y ¿no llega hasta vos? ¿Es posible que la sinfonía divina, no haya tocado vuestros sentidos espirituales de percepción? La música secreta de Dios, se desgrana en el universo. Su música sagrada, ¿no la percibís? ¿No la escucháis y la sentís?
128 ¡Despertad y sentid que Dios, lo reúne todo y todo lo compenetra! ¡Despertad alma mía, en el hombre!
129 ¡Vengo a despertaros para que sintáis el canto de Dios en el invierno, en la primavera, en el verano, en el otoño, en el aire que respiráis! ¡Ved el mensaje del Padre! ¿Qué no lo palpáis y lo sentís, pueblo? ¿No lo percibís y lo veis, pueblo mío?
130 ¡Sensibilizad vuestros sentidos espirituales! ¡Agudizad vuestra mirada! ¡Atended vuestros oídos! Para que vuestro corazón, también responda a la sinfonía de los celos que es el amor de Dios manifestado en toda la creación.
131 Si no lo sentís hoy; lo sentiréis mañana; lo sentiréis más tarde, pueblo, pero en verdad, lo sentiréis; porque yo, os despertaré y me valdré de todos los seres espirituales que os aman y os traigan mensajes de redención, porque ellos están conmigo en la misma obra de redimir al hombre.
132 Todos los seres elevados espiritualmente, son causa común en la gran obra del Padre, para la redención del hombre.
133 ¿Acaso no sentís cómo Dios le habla a los niños, a los hombres y los ancianos? ¿No sentís cómo Dios bendice a las flores? ¡No, mi pueblo! ¡No! Vos no lo sentís hoy; pero, lo sentiréis mañana.
134 Vengo a acariciar vuestro corazón para que olvidéis vuestras tristezas, vuestras amarguras, que yo ya he alejado de vos.
135 ¿Habéis pensado alguna vez, en todo lo que os he hablado? Pensad desde hoy en todo esto. Que os sorprenda el amanecer pensando en las manifestaciones de Dios.
136 ¡Si vierais mi pueblo amado, cómo quisiera, para emocionar vuestro corazón y vuestra alma, llevaros como mensajeros míos, por los mares, por la redondez de la tierra, a las prisiones, a los puertos, a todos los lugares en donde el hombre no ha afinado sus sentimientos con la armonía sublimizada.
137 Quisiera llevaros y hablaros allá en las aguas, hablaros al amanecer, hablaros al atardecer, hablaros a todas horas; y quisiera, mi pueblo, que algunas veces yo os encontrara pensando en estas manifestaciones de Dios, en estas cátedras mías, en mi obra y que os sorprendiera la aurora pensando en Dios, en mí; que os sorprendiera el alba pensando en la obra de redención mundial, en mi obra; y que desvelado por aprender lecciones sublimes y superiores, recibierais mi bendición, en el santo desvelo de vuestro cuerpo y de vuestra alma.
138 Quisiera sorprenderos así: pensando en Dios y en mí, hasta el amanecer porque entonces, ensanchando el corazón de amor sublime, vos seríais de Dios y mío; y seríais el conducto por el que yo, diese al mundo todo lo que me falta dar; porque de cierto, os digo: todo lo que habéis recibido, es muy poco para lo que os falta por recibir.
139 Como veis, estos son los preliminares de las grandes clases superiores que os traigo; y si estos son los preliminares, ¿cómo será más tarde?
140 Vosotros sabéis que por todos los medios quiero enseñaros espiritualidad, valiéndome de todos los momentos de todas las ocasiones para haceros pensar en la cuenta.
141 Tomad en cuenta, la entrega de la flor: la flor, da sus aromas perfumando el ambiente, nada pide al darse a sí misma y ¿cómo os dais vosotros en amor, a los demás?
142 Como la flor, se entregan los maestros en el mundo, a los demás.
143 Entregaos como el pan bueno, que si piden vuestro cuerpo para los demás, vuestro espíritu será glorificado; y a vuestro espíritu, nada puede alcanzarle, nada puede herirle; ni siquiera un mal pensamiento, cuando el espíritu, se levanta en la unidad de Dios.
144 Amados míos, esta vez he querido despertaros, como siempre; he querido empezar a hablar de lecciones sencillas, graduando mis cátedras hasta superiores vibraciones.
145 He querido enseñaros desde la sencillez, hasta la altura espiritual; graduando mis cátedras hasta un grado superior. Primer o sencillo como se empieza todo; profundo después, como se acaba todo, como es el fin de todo: inmenso.
146 Comprended hasta donde van mis palabras, amados míos. Vosotros, que habéis escuchado, vosotros, que habéis sentido lo que quiero: empezad a pensar ya, en lo que os he dicho.
147 Mirad, cuántos seres espirituales, vienen a escuchar mi cátedra en este lugar. Miles de seres se acercan y como ellos no necesitan, lo que necesitan los que lleváis cuerpo denso: de grandes lugares para llenarlos ellos en el espacio se reúnen; y en el espacio de este recinto, hay miles de seres escuchando esta cátedra, este mensaje transmitido en esta forma, pues hay otros mensajes, sin voz humana, que los seres ya conocen; pero les place escuchar todos los mensajes de todas las maneras, porque ellos nada desaprovechan.
148 Se siente n satisfechos y me comunican de tantas vicisitudes. Sin embargo, mi pueblo, ellos nunca me piden de las necesidades humanas, a pesar de que aún tienen lazos que les unen a la tierra.
149 Los seres elevados, me piden todas las bendiciones que el espíritu necesita; y otros, ya no me piden, porque son más elevados y saben que todo lo da Dios para la superación de sus hijos; pero vos no me habéis entendido: el cómo pedirme porque si supierais cómo, Dios todo os lo daría y vos recibiríais en abundancia desde hoy mismo: favores y más favores, beneficios y más beneficios.
150 Algunos ya habéis comprendido de qué manera el espíritu del hombre, quita la compuerta del manantial de las bondades y a los que no, pregunto: ¿cómo el espíritu del hombre quita la compuerta, para trabajar libre al influjo santo, al manantial de las bondades y recibir abundantemente cada día para que mejore su destino? Practicando la caridad, ésa es la obra del bien: hacer obra de caridad.
151 ¡Caridad! ¿Por qué te llamo? ¿A dónde estás, que no respondes? ¿No será aún en la tierra, tu eco? Caridad, qué no me escuchas, que te hablo y no me contestas.
152 Caridad: ¿por qué has huido de la tierra y sólo tu nombre queda? A veces has venido a la tierra y no has encontrado seres humanos para encarnar en su corazón, para tomarlos como instrumentos, para vivir en ellos. Caridad: esencia bendita, ¿en dónde estás? ¡Oh! Virtud del alma, ¿en dónde estás que no contestas en la tierra, ni tu eco, en ella queda?
153 Fe: ¿adónde estas tú también en este mundo, que sólo un débil eco se oye? El hombre así te toma, así te entiende, así te conoce, así te siente: muy pequeña.
154 La fe, no está aquí en su totalidad, se manifiestan apenas sus débiles reflejos.
155 La caridad, tampoco. No está aquí totalmente; pequeños destellos, pequeñísimos reflejos, en aquellos hombres comprensivos por momentos hay.
156 Honestidad, pureza ¿en dónde están, que les llamo en la tierra y no me contestan? ¿En dónde estás honestidad? No está en la tierra, ni tu eco. Las veces que has querido venir a la tierra, ¡ni los niños te reciben ya! ¿Por qué no estás tú, pureza? Sólo quedan tus destellos, tus pequeños reflejos, en aquellos corazones de los niños; pero son pequeños destellos, pequeños reflejos, nada más; pero tú pureza, tú honestidad, no me contestan.
157 Estas virtudes, escuchan que Cristo les llama; y, me dicen: no tenemos un corazón en la tierra para encarnar y por eso no bajamos a la tierra. No tenemos en quién morar por eso está triste la tierra y por eso está en sombras; y está, simbólicamente hablando, cubierta con el velo negro de la muerte y de las tinieblas.
158 ¡Vida! ¡Vida, el hombre no te conoce! ¡Te vive, pero no te sabe conocer!
159 Vida, que vienes de Dios y desde el celo a la tierra has venido a dar existencia y animación a los hombres. Cuando el hombre te conozca, te respetará, te amará, porque sabrá que eres de Dios, que de Dios, has venido para él.
160 ¡Ah, humanidad, humanidad! ¡Humanidad mía, humanidad del mundo y de Dios! ¿Hasta cuándo, por vuestro conducto me responderá la caridad? ¿Hasta cuándo por vos misma, me responderá la fe, la pureza, la modestia, la humildad? ¿A dónde estás humildad, que no te encuentro? Te llamo y no respondes.
161 No han entendido bien los hombres y una expresión muy diferente, es la miseria del cuerpo, la suciedad del cuerpo; y otra, es la humildad del espíritu en el alma.
162 La humildad del espíritu en alma, es grandeza; pero en cambio, la soberbia, es pequeñez de espíritu; y la soberbia me contesta: yo soy grande, aquí estoy, reinando en el mundo, en el hombre mismo. Soy la reina de la tierra. Soy la soberbia, aquí estoy; aquí vengo y con la crueldad, somos una, somos las reinas.
163 Se unen la crueldad y la soberbia, porque la soberbia es una parte de la crueldad y la crueldad y la soberbia, son parte de la ignorancia; y ésta, así me contesta: soy la sombra del valle negro, soy la ignorancia que me manifiesto como crueldad, como soberbia. Este es mi reino, soy aquí la soberana, aquí no triunfas tú, Cristo; aquí triunfo yo. Los hombres quedan enloquecidos por mí. Los hombres son míos, porque cual grandes pasiones de ignorancia, estoy en el hombre.
164 La ignorancia, con sus fases de crueldad, de imprudencia, de despotismo, de desamor, de ingratitud, manifestando todas las pasiones.
165 ¡Ah, ignorancia! Tú, eres la sombra; y Dios, es la luz; y yo traigo de Dios, la luz de las virtudes dimanadas del amor, para competir contigo; y yo te desecharé de tú reino que es la tierra; porque este mundo terrenal, es parte del reino del Padre Dios.
166 ¡Ah, ignorancia! Tú solo tienes para reinar en el mundo, un tiempo; mientras el mundo, es de Cristo; porque cuando sea mío, los hombres tendrán de la justicia, del amor y de la sabiduría de Dios, la conciencia espiritual en ellos.
167 ¡Despertad, hijos de la tierra! Que sois por fortuna, también hijos del celo. ¡Despertad y llorad de alegría! Porque la redención, toca las puertas de este planeta tierra. ¡Despertad hijos de Dios! Que es la luz divina, la que os disipa las tinieblas, que es la luz que os aparta de las sombras.
168 Todas las pasiones tienen su tiempo, porque todas las pasiones humanas, solo son diversas manifestaciones de la ignorancia. El salvajismo en ellas, es también manifestación de la ignorancia. Todas las pasiones, son eso: fases de la ignorancia.
169 Por eso, amados míos, ayudad a Cristo. Mientras no sea la caridad en vuestro corazón, ¿cómo vais a tocar las puertas de los celos? ¿Cómo vais a tocarlas, mis amados?
170 ¡Los celos, sólo se abren con la palabra secreta! Y esa palabra secreta, el espíritu del hombre, la sabe.
171 Yo os he hablado figurativamente y de distintos modos. A veces melancólicamente, a veces claramente; os he hablado muchas veces; y os sigo hablando para enterneceros, para que seáis de Dios.
172 Seguiré más y quiero haceros otra pregunta para el corazón, para el alma, para la comprensión espiritual: ¿por qué si sabéis que hacéis mal, que estáis en error? ¡Decidme, contestadme! ¿Por qué lo seguís haciendo? ¿Por qué si sabéis que estáis equivocados? ¡Oh! Mis amados, ¡oh! Mis ovejitas, ¡oh! Hijos del Eterno Padre Celestial, parvulitos de mi enseñanza, si sabéis que estáis en error, amados míos ¿por qué lo seguís haciendo? Preguntaos a vos mismo: ¿por qué? Y veréis que no os contestáis bien, ni satisfactoriamente.
173 Os dejo un momento, un instante, para que me digáis en comunicación directa con la comprensión, con la sinceridad: si vosotros sabéis que estáis cometiendo un error, ¿por qué lo seguís haciendo a sabiendas? ¿Por qué lo hacéis? Preguntaos todas las tardes, preguntaos al amanecer, preguntaos por las noches: ¿por qué lo sigo haciendo? ¿Por qué, humanidad? ¿Por qué? ¿Quién, justificar pudiera, este: por qué? ¿Por qué? Yo os escucho, yo os atiendo, yo os oigo.
174 Un corazón, me dice: para quedar bien, ante la ignorancia misma sí, para engrandeceros ante la falsedad. Vuestras palabras en esta vez están bien iluminadas con el sol de la sabiduría, la luz de la Verdad, la fuerza de la sinceridad. ¡Benditas sean vuestras palabras, por sinceras, por veraces! Y de cierto, os digo: si siempre hablaseis de esta manera, yo estaría de plácemes porque hoy, no ha hablado vuestro cuerpo, hoy ha hablado el espíritu por vuestros labios y ésta, es la Verdad; y por tanto varón, ¡bendita vuestra palabra! Que ha sido iluminada por el sol de la sabiduría. ¡Bendito seáis en el nombre de la Verdad, en el nombre de la justicia! ¡Bendito seáis, en el nombre de Dios!
175 He aquí que llega el momento en que el espíritu se expresa por los labios de la carne. Por este hombre ha hablado todo su ser. Así es, porque cuando vosotros venís y me decís: Maestro, yo amo a la humanidad. Maestro, yo soy humilde yo os he visto que ni sois humildes ni amáis a la humanidad y venís a decir aquí lo que vuestras obras contradicen; y vosotros ponéis de manifiesto, la mentira en vosotros mismos.
176 Cuando decís: soy humilde no sabéis lo que decís. Cuando decís: practico la caridad no sabéis lo que decís. Cuando decís: siempre estoy en comunicación contigo habláis con toda falsedad, porque no estáis siempre en comunicación conmigo, puesto que si así fuera, ¿cómo es posible que pensaseis y obraseis así? Estando en comunicación conmigo, nunca harías injusticias.
177 Cuantos de vosotros me decís: Maestro, lloro, sufro por los demás pero yo quisiera contemplaros cuando tenéis hambre y cuando vuestros semejantes tienen hambre, quisiera ver cómo dejáis el pan para dárselo, pero cuando nadie os viese, cuando nadie os contemplase; y le digáis: ¡come, que yo ayunaré! Pero sí sois capaces de hacerlo, cuando alguien os ve; cuando alguien os contempla; cuando un segundo o tercero, se da cuenta de vuestra acción; entonces, sí, os dejáis herir por otro, para que os vean.
178 ¡Ah, mi humanidad amada! Por vos, fui a la cruz, para enseñaros cómo se hacen las obras del bien.
179 Tenéis que saber hacer el bien. Desde hoy aprended a pensar bien, rectamente; porque cuando vos me digáis que sois justo, es porque no lo sois; ya que si lo fueseis, ¡no lo diríais, jamás!
180 Cuando vos me decís que sois bueno, ¿qué entendéis por bueno, humanidad? ¿Hay acaso hay un ser humano, bueno en la tierra? ¿Hay un ser humano justo, en la tierra? ¿Un hombre perfecto, en la tierra?
181 Cuando vosotros enseñáis, me refiero a los apóstoles y decís: ¡haced esto no decís bien, debéis decir: ¡hagamos esto! Porque tampoco, lo hacéis vos. ¿Cómo recomendáis que den los demás, el perfume del alma en caridad y en bondad; si vosotros, no lo habéis dado?
182 ¡Ah, humanidad amada! A causa de vuestra falsedad, estáis hundida. ¡Humanidad de Dios y del Cristo! A causa de vuestra falsedad, estáis dormida, estáis lacerada. Ni los mismos seres humanos comprenden, el secreto de vuestra alma. Pensáis una frase, decís otra y sentís otra.
183 ¡Si vierais mi pueblo, cómo disculpo más al pecador, que al hipócrita! Tiene más disculpa, el que ha delinquido muchas veces y me dice la Verdad y siente la Verdad.
184 Hay muchos lázaros y muchas Magdalenas que con amor yo recibo y les elevo a la altura de mi esencia divina que es eterna, porque son sinceros. Y la sinceridad, es la escala secreta, para ascender a los celos.
185 El sincero, es verdadero y por eso, reconocerá los errores y se apartará de ellos.
186 ¿Qué diríais vosotros, de aquel que reconoce y no remedia? ¿Qué reconoce los defectos y no los aparta? Cada error, es un dardo que guardan para clavárselos a sí mismos. Cada error es un dardo cuando se vuelve a practicar, cuando a sabiendas se hace. ¡Apartaos del camino errado!
187 Escuchad amados: este invierno será cruel, crudo. Muchos cerrarán los ojos. Se manifestará cruelmente, antes de su tiempo. ¿Por qué no empezáis a prepararos, aquellos que tengáis que cerrar los ojos para partir de este mundo? ¿Por qué no empezáis a prepararos todos, por si sois de los llamados a comparecer?
188 Piedra fundamental de mi recinto, esos pensamientos benéficos que vos tenéis a solas por las noches, por las mañanas, en distintos lugares, a distintas horas, sólo yo los conozco; y amorosamente, os digo: piedra fundamental, piedra mía de mi amor. Yo sé todo lo que seréis. Seréis piedra de mi templo universal y allí brillaréis como estrella refulgente; porque esos pensamientos, me dan alegría. Son las flores que ocultamente me ofrecéis, en donde nadie os ve. Estas flores, dejadlas allí, son vuestros buenos pensamientos; y yo las llevaré al Padre, para que se realicen y se conviertan: en obras buenas y yo, os bendeciré por ellas.
189 Piedra mía: seguid pensando así, que si el Padre os concede, llevaréis a la realidad tan bellos pensamientos. Seguid pensando así; mas, nada digáis. Me refiero a aquello que vos y yo, conocemos. ¿Me comprendéis, mi piedra fundamental? Vos, no necesitáis que os diga a qué me refiero. Entonces sabréis que soy el conocedor de vuestros pensamientos, de vuestros secretos, de vuestras alegrías, de vuestros dolores; el Maestro, como siempre, está buscando el corazón de los hombres. él está con vos siempre, el Cristo, pueblo, viendo vuestras acciones, señalándoos el buen camino y viendo si vuestras palabras coinciden, con vuestros sentimientos puros.
190 Y aquellos que os sentís otros, por amor al mundo, por amor a todos en la humanidad; no forméis hogar, amados, si ya no sois capaces para hacer buenos esposos y buenos progenitores, porque entonces, fijaos bien: cuando se destruye el hogar, os desarmonizáis con el universo; y vosotros, ya no necesitáis hogar.
191 ¿Para qué escogéis compañera? Pensad bien. Pensad bien, amados; pero si todavía son vuestros anhelos, formar un hogar materializado en una forma humana, formad un hogar; que hay un tiempo para encarnar como padre progenitor y otro tiempo para encarnar como maestros de la humanidad. Estas son las reencarnaciones de los seres humanos que viven la conciencia libre; y van llenando el universo, de música celeste y felicidad eterna.
192 Amados, no es este mensaje para que sea olvidado; os lo doy para que se guarde, para que quede grabado en vuestras mentes, por eso empiezo haciéndome entender por lo pequeño, haciéndoos ver vuestros pequeños deberes y después haceros entender, cuáles son, vuestros grandes deberes.
193 Decidme, pueblo mío, ¿tiene más hambre vuestro corazón y vuestra alma, después de este alimento espiritual, tan substancioso? ¿Quedáis en vuestro ser, como espíritus, con alguna necesidad? Entonces, ¡llevad! ¡Recibid! ¡Alimentaos con la savia que cura el alma, el corazón, la mente! Con la savia de mi amor, la savia del conocimiento.
194 Pueblo mío, ¡preparaos! Voy a daros en abundancia mi caricia; mi corriente, pasando por vos como el correr de las aguas, por la conciencia, el alma, la mente, el cuerpo de cada uno de vosotros. Os daré comunicación interna, si estáis preparados; y comunicación externa, para los que oyen y atienden.
195 ¡Preparaos amados míos! Prepararaos para que me entendáis, porque una palabra, puede ser para el corazón; y para la mente, puede tener el doble sentido del sentimiento profundo y el pensamiento intenso. Una palabra mía, tiene enseñanza doble, si sabéis entenderla, mi pueblo.
196 Vosotros que habéis venido a escuchar mi palabra clara y magnífica en esta cátedra de día primero; tendréis casa, vestido y sustento.
197 Tendréis abundancia de pan, de salud, de luz, bálsamo de curación, de enseñanza; tendréis todo esto, si trabajáis con honradez y limpieza, en todo y por todo.
198 Si sois limpios en el pensar y en la acción, desde luego lo seréis en la palabra.
198 Y cuando ya podáis decir vosotros, porque lo sintáis, que: tenéis el alma limpia, la palabra limpia y limpia la acción sentiréis en vos, sublimes bellezas; vos seréis grandes; y no lo diréis, porque ya lo seáis, el que es grande, jamás lo dice. El que es sabio, jamás lo menciona.
199 El hombre que dice de sí, hay que tener en duda, de lo que dice de sí mismo. Dejad que otros digan bien de vosotros, para que no sean dudosas vuestras palabras.
200 ¡Tomad la bendición de este día primero! ¡Tomad la dádiva que me pedís! ¡Tomad las bendiciones para el bálsamo, para vosotros y para vuestros enfermos; para los ausentes y presentes, para los necesitados y angustiados, para los prisioneros, para los cautivos de la mente humana y de las pasiones! ¡Tomad para todos! Que el amor, da mucho y nada os pide.
201 Aguas preparadas por la palabra de bendición: yo bendigo las aguas y les concedo el don de curar a los enfermos que tengan fe; y cuando sean regadas, para la multiplicación del pan y del bien.
202 Todo el que haga buen uso de estas aguas y de los elementos traídos a esta bendición, le beneficiará la fuerza de la bendición. El que hiciera mal uso, uso indebido, automáticamente será retirada la bendición y la gracia divina.
203 Aguas preparadas con la palabra maravillosa del Espíritu de verdad: mi Espíritu, os bendice en nombre del Padre, en mi nombre de Cristo, en nombre del amor que manifiesto, bendigo todo lo que habéis traído. ¡Bendigo a todos vosotros, en esta cátedra de día primero!
204 Tomo todo lo que me hacéis presente. Esa cadena de peticiones, de plegarias, de necesidades se eleva hasta mí; y yo, respondo con abundancia de beneficios espirituales que llenen vuestra alma, vuestro corazón, vuestras mentes, vuestras manos.
205 Yo repartiré entre el corazón y la mente, un mensaje de luz; de luces maestras, para vuestro buen vivir; un mensaje de amor de Dios, para que vosotros os unifiquéis al amor del Padre, para que no tengáis menester de hablar de necesidades y sólo acerquéis vuestro corazón a Dios.
206 No quiero decir: que trato de cultivar el fanatismo en el amor de Dios es muy distinto que todos vosotros sepáis amar a Dios, como debéis amarle. No vengo a traeros sombras de fanatismo, ¡no! Así pues, mi pueblo, ¡tomad! ¡Tomad! Que en el espíritu y en verdad, os estoy entregando, efluvios del amor divino!
207 ¡Silencio! Voy a daros en abundancia, lo que necesitáis en este día primero. A unos, unas cosas; a otros, otras; pero cada uno, recibirá según sus necesidades. ¡Silencio tomad! ¡Silencio y recibid!
208 Ninguno de vosotros, se ha quedado sin recibir. Ninguno de vosotros, se ha quedado incomunicado. Mi pensamiento, ha estado con vosotros; y de cierto, os digo: ¡a todos! Os he dado.
209 Y vos, varón, que me pedís otro alimento: el alimento que vos imploráis, el alimento que suplicáis, que buscáis para ser feliz y me decís, mentalmente: Maestro, yo quiero que me concedas, saber la Verdad de tu existencia humana. Quiero saber la Verdad, de tu existencia en la tierra.
210 Vos que venís a suplicar, a pedir potente y humildemente: la claridad de la Verdad a vos varón, voy a daros la Verdad y conoceréis, lo que vos deseáis; pero no hoy ni ante este pueblo, que todavía no me entenderían; porque cuando en grandeza hablo, unos entienden y otros no. Yo sé la hora, yo sé el momento, yo sé el instante; y cuando estéis vosotros, en un número que podáis entenderme, el prodigio se hará; y en vosotros, brillará la luz; y yo, seré con vosotros.
211 Mas a vos, varón, que esto habéis solicitado, porque queréis ser libertado de la mentira y del fanatismo; y en estos momentos, vos sentís que a vos me dirijo; ésta, es mi respuesta: no pasará mucho tiempo en que os daré a conocer, las partes interesantes de mi existencia humana, como lo deseáis porque a cada uno, le doy, lo que necesita. Cada uno me pide; y yo le entrego: unos, el pan de la curiosidad; otros, el pan de la Verdad; unos, el pan de la existencia humana; otros, el pan de la vida espiritual y a cada uno, doy, lo que ha menester.
212 La medida de mi amor, es el amor mismo; y yo, lleno todas las medidas, con la fragancia y esencia que esta savia contiene. Respondo a todas las necesidades. Contesto a todas las preguntas; mas, esperad el momento, el instante, el minuto; que a ninguno, dejaré sin la dádiva, amados míos.
213 De cierto y en verdad, os digo: ¡todos seréis redimidos! La mujer, que no se redime hoy, se redimirá mañana. El hombre, que no lo haga hoy, lo hará mañana.
214 El alma de aquel espíritu que no vive su conciencia espiritual hoy, lo hará mañana.
215 El mañana, está lleno de esperanzas; y el canto de las alondras del mañana, está lleno de luces y sol de primavera; y Cristo, vuestro redentor de ayer, vuestro redentor de hoy y vuestro redentor del mañana, está lleno de luces de los celos, de luces del corazón, amados míos.
216 Todos llegarán a mí, en el mañana de la eternidad. Vuestro porvenir, vuestra vida, vuestra alegría, están en el mañana, humanidad. El mañana, es vuestro, humanidad ¡redimíos! El mañana, es vuestro, humanidad ¡comprendedme! El mañana, es vuestro, humanidad ¡salvaos! ¡Elevaos más! ¡Vivid la vida, en la elevación! Porque el mañana, es vuestro; y de vos depende, el que sea o no sea corto.
217 El mañana del hombre comprensivo, es más corto que el del incomprensivo.
218 El mañana es la esperanza próxima; es la antorcha encendida que alumbra vuestro porvenir, que alumbra al mundo. La esperanza . Es canto de alondras, en la primavera. La esperanza, es la que llena de alborozo los labios de los niños y de sonrisas de alegría a los ancianos.
219 De cierto, os digo: nada os hará falta puesto que me tenéis a mí en este mundo, en el cuerpo y en el alma. Todo lo llena Dios; y después del Padre, yo respondo a todos los amores.
220 Cuando las madres, tienen hijos ingratos que no las comprenden y no saben amarlas y cuando los hijos, no les responden; yo les respondo, a su amor maternal. Cuando las esposas abandonadas, no les responden los esposos; yo, les respondo. Yo respondo a todos los amores santos, castos y puros, cuando los hijos son abandonados por las madres que no conocieron; yo respondo a todos los amores santos.
221 Abrid los ojos de la esperanza, porque la esperanza está en el mundo. Recibid mi bendición, pueblo. ¡Bendito seáis!
222 Pueblo mío, he estado con vos. Os he dado en abundancia mis mejores viandas en el banquete espiritual, para que os alimentéis, para que os elevéis y vengáis conmigo; y encontréis en vuestro interno, las luces que antes no habíais visto.
223 ¿Tenéis atrición? ¿Propósito de enmienda? ¿Tenéis concreta y unánime voluntad, de comprenderos y amaros los unos a los otros? Cuando queráis juzgar a vuestros semejantes, necesitáis poneros en el lugar de aquél; y entonces, os aseguro que no le juzgaríais. Sin embargo, si vosotros, tenéis atrición y propósito de enmendaros, la luz de la esperanza os descubrirá pronto, un nuevo día para vuestra redención.
224 Humanidad: ¡redimíos ya! Porque ya es tiempo de que vengáis conmigo, para conduciros por mi sendero de luz. Un día vendréis, un día sin noche. Un día eterno, un día grande; un día sin fin, será vuestro, humanidad mía.
225 ¡Adiós, mi pueblo amado! ¡Adiós, mi pueblo bendito! La estrella de la Verdad, queda en vuestro corazón y os bendice, en el nombre del Padre y en mi nombre, ¡bendito seáis! ¡Oh! Pueblo de Israel.
¡Mi paz, sea con vosotros!
36. Desde el más allá nos estudian
Miércoles 1 de octubre de 1947
1 Una vez más, mi pueblo, la palabra del rabí es con vos, en una nueva emanación, en una nueva lección de mi enseñanza. Una vez más vengo a visitar vuestro íntimo ser; a visitarle en palabras, ya que en efluvio espiritual estoy siempre con vosotros, no como visitante; sino como morador y jamás os abandono y siempre que me necesitáis, mi amor responde. Es la palabra espiritual la que llega una vez más para saludaros, para consolaros, para acariciar vuestro corazón.
2 Amad y sentid a Dios en la humanidad; en la humanidad, a la que se debe amar siempre y unirse a ella de buena voluntad y entonces, el dolor huirá del mundo.
3 Debéis amar a Dios sobre todas las cosas; y a vuestro prójimo, como a vos mismo. Sentir amor, sentir vivir en espíritu y verdad, para que así, vosotros entendáis de la vida eterna.
4 Pueblo cargado y crucificado con vuestra propia cruz; vengo a vos, para conduciros por el recto camino en donde se sufre menos y se entiende más, ya que vuestra alma ha venido a este mundo por el camino corto de la comprensión.
5 Humanidad, corto número de mi pueblo, el rabí de Galilea os saluda y la sabiduría imperturbable desde las alturas de lo sutil del amor, llega a vosotros, para deciros una vez más, acariciando vuestro corazón: el Cristo es con vosotros a través de la palabra humana.
6 Es tan difícil que yo sea comprendido a plenitud por la humanidad; como lo es que vosotros contéis las arenas de la playa, las gotas de agua de los mares o las estrellas del firmamento. Así es de difícil entenderme, como contar lo incontable, lo imposible de alcanzar.
7 La humanidad no me ha comprendido. Está enferma la humanidad. La incomprensión la tiene grave. El acervo dolor le martiriza y sin embargo, no se levanta en mente, no razona correctamente, no endereza su voluntad hacia las alturas.
8 Si vosotros sufrís, es por vuestra propia voluntad, mas yo os digo: elevad la mente humana hasta la altura del verdadero Espíritu; y encontraréis, que solamente es una conciencia universal, puesto que el Espíritu de verdad, es uno solo; y que cuando está manejada por el espíritu hasta la elevación, se llama entonces: conciencia espiritual.
9 Cuando la mente humana, no está manejada por el espíritu y toma otro derrotero, entonces se le da muchos nombres de acuerdo con el plano en que gira esta conciencia, de acuerdo con los trabajos que desempeña; de acuerdo con lo que se ocupa; y se llena de manifestaciones de ella misma, en formas diversas, como los diversos nombres que recibe.
10 Humanidad mía, estáis con la conciencia opacada, tenéis confusa la razón, extraviada la mente y débil la voluntad. Estáis enferma, humanidad; y la enfermedad que tenéis, es la que os habéis buscado, la que ya no podéis llevar, o más claramente: la cruz que vos hicisteis de enfermedades cruz, que ya os pesa. Y por eso, quiero deciros, de qué manera la haréis más liviana.
11 Tristeza de la humanidad, compañera de los hombres, déjame por un momento el sitio del corazón humano. Tristeza, déjame por un momento al hombre para mí y aléjate de él. Aléjate, mientras estoy yo con él a través de la palabra.
12 Dolor, déjame el sitio del corazón humano para que yo lo alumbre. Dolor, déjame el sitio, de preferencia en el momento que las sensaciones pueden espiritualizarse, déjame este momento a mí y apártate.
13 Tristeza, no podemos estar los dos juntos, desde el momento en que mi palabra es con este pequeño número de la humanidad que sufre. Tristeza, no hay sitio para ti, cuando estoy yo aquí. No puede haber sitio para los dos. Como no puede haber tampoco sitio para la justicia e injusticia juntas.
14 Y es más fácil que el hombre pudiera contar los millones y millones de soles del universo. Es más fácil creer, que hubiese un mismo sitio para la justicia e injusticia juntas; que el que hubiese un hombre verdaderamente justo en la tierra, con vestidura de carne.
15 No hay ningún hombre verdaderamente justo, ni poderoso, ni sabio, ni verdaderamente puro; así como no hay tampoco, lo que vosotros creéis, un solo rico del todo feliz. La riqueza en lo material, es otra carga, otra cruz.
16 Pueblo, no confiéis en lo artificial, que es peligroso confiar en la apariencia. Que no os atraiga el aroma de las rosas que no sean espirituales, porque puede ser podredumbre su auténtica manifestación. Que no os atraigan los artificios. No anheléis la grandeza ni las riquezas que perecen. Estas se quedan con la carne y a veces, antes que la carne, se alejan del hombre.
17 No le digo al rico: aumentad vuestra riqueza material le digo: disminuid vuestras exigencias fijaos bien, mi pueblo, a vos tampoco os digo: aumentad vuestros deseos materiales os digo: venced vuestras pasiones y acabad con vuestros deseos. Acabar con ellos, es vencerlos. Y así como no digo al rico que aumente sus riquezas; sino que disminuya sus exigencias; así también digo a vosotros, que: sobre lo que tenéis, parece que estáis siempre inconformes o incompletos. ¡Humanidad llena de exigencias e incomprensión! ¿No os bastan las cruces que traéis, al calvario del drama?
18 Solamente tres frases se necesitan. Quien lleve a cabo y traduzca en obras, estas tres frases, ayudará a que termine el drama del dolor en la humanidad. Tres frases tan sólo, para que de este modo, se haga del mundo: un paraíso. Tres frases sólo bastarían para salvar el mañana de la humanidad, para salvar al mundo estas frases son: el no pensar mal. El no hablar mal. El no hacer mal. Si todos los hombres hicieran esto, acabaría el dolor de cada ser humano. El dolor de la humanidad, no tendría razón de ser.
19 Humanidad mía, vos que estudiáis a los seres de conocimiento que pasaron por la tierra. Los seres de conocimiento, os atraen; pero ellos, viven espiritualmente y también os estudian. ¡Oh humanidad encarnada! Estudiáis vosotros de los seres de conocimiento, lo que en su existencia humana y sus comunicaciones, os dejaron. Y ellos estudian de vosotros, desde el más allá, muchos actos. Os tienen en estudio: vuestra manera de pensar, de hablar, de obrar observan cómo ocultáis el cieno, las manchas con el fin de pretender aparecer solamente el hombre limpio exteriormente, que en nada se parece al verdadero de adentro, al que escondéis y que con tristeza esos seres estudian.
20 Los seres sin cuerpo humano, del más allá, estudian cómo al crimen le llamáis: inteligencia, audacia y como los grandes intelectuales de vuestro mundo, convertidos en grandes criminales son recibidos con palmas, con flores, con un ¡hosanna! Más ruidoso que el ¡hosanna! Que dieran al Verbo encarnado de Dios. ¿Por qué confundís al intelecto humano, con la sabiduría? ¿Por qué confundís al criminal, al agitador, con el Maestro del siglo o del día, con el enviado de los genios del más allá; y rendís tributo, a los criminales y les colocáis en el trono del crimen?
21 ¡Humanidad, humanidad que le habéis cambiado el nombre a los actos y que cuando están en vos mismo, a los pecados o faltas, les llamáis de otra manera que cuando están en vuestros semejantes!
22 Si tomáis de lo ajeno, no os dais el nombre que merecéis; pero si otro de vuestros semejantes toma de lo ajeno, le llamáis ladrón. Si vosotros herís, os justificáis a vos mismo; y si otro hiere, le señaláis ruidosamente para que sea perseguido por la justicia humana.
23 En este mundo, a la humildad y a la mansedumbre se les persigue, se les olvida, se les desprecia, se les aprisiona. En cambio, la soberbia y la arrogancia son tristemente confundidas con los genios del bien.
24 En este planeta, es donde reinan; no las virtudes; sino que reinan la codicia y las pasiones. éste es el valle de la sombra. El planeta envenenado por el pensamiento turbado de los hombres, por los crímenes de los hombres, que aunque sólo se queden en el pensamiento, ya es un crimen el solo pensarlo.
25 En este planeta envenenado, está brillando la luz del rabí de Nazaret, solamente por el poder del amor que sigue dominando todo mi Ser. El poder del amor, es y ha sido siempre inmenso en mí y sigue fluyendo por mi Espíritu a torrentes. Ese dulce poder impera en mí; pero quiero que aprendáis a llamarle a cada quien como debéis llamarle y darle a los actos el propio nombre que deben tener.
26 Cuando se mata a un hombre, es un crimen. Y cuando se consuela, ¿qué es, mi pueblo? Un deber, es un deber consolar al que sufre. Es un deber sagrado.
27 La humanidad está sangrante. ¡Es cierto que estáis en restitución. Es cierto que estáis sufriendo. Es cierto que vosotros habéis hecho negro vuestro destino y dolorosa vuestra existencia. Es cierto que habéis venido a sufrir, porque así lo habéis querido! Pero, ¡ay de aquel, que haga sufrir a sus semejantes! Podéis sufrir, sí, porque a cada hombre se le toma para hacer la acción que cada uno debe hacer.
28 Por eso yo dije a mis discípulos en el Segundo Tiempo: el Hijo del hombre será perseguido, encarcelado, culpado, detenido y muerto pero, ¡ay de aquel que entregase al Hijo del hombre. El Hijo del hombre será entregado; mas ¡ay de aquel que para esto se preste! Así digo a vosotros, que no habéis entendido lo que quieren decir estas palabras. Voy a aplicarlas en vosotros: vosotros venís a sufrir, pero ¡ay de aquellos que os hagan sufrir! Unos y otros ¡ay de aquellos que se hagan sufrir!
29 Nunca toméis vuestra parte activa en algo, si a un segundo o a varios semejantes causáis un sufrimiento o un dolor. Nunca toméis parte en aquello que no sea justo; ya que lo justo, está dentro del amor. Pensad en estas frases.
30 Pueblo, ¿no os pesa haber venido muchas veces con distintos cuerpos, en distintas reencarnaciones? ¿No os pesa que habéis contemplado vuestros cuerpos, de uno a uno agonizar y como vos llamáis, morir? Y sin embargo, ¿qué habéis hecho? Volver a nacer y volver a morir para volver a contemplar ese otro cuerpo lo mismo que los anteriores, para hacer una cruz y otra cruz, porque cuando dejáis una, es porque tomáis otra.
31 Mirad, humanidad lo que hacéis; y entre tantas formas de dolor, modificad ya vuestra vida; no la compliquéis. Entre tantas formas de la vida, dadle a la vida vuestra: colaboración dentro del gran plan de las notas armónicas para que entréis en el concierto infinito ordenado por la Ley del Padre, porque aquel que se hace una nota en el concierto divino, desaparecerá de este mundo, de este plano de dolor, para ir a otro plano, a otro mundo que le corresponda o a este mundo para volver como Maestro; y vendréis, a enseñar todas aquellas lecciones que los hombres complican; pero las enseñaréis, con ternura, con sencillez; os apartaréis de las complicaciones. Y ya es necesario que vengan los maestros a la tierra, porque de cierto os digo: la humanidad necesita enviados . Y esta humanidad sedienta, con ellos y sin ellos, no está conforme.
32 Desde que vosotros camináis poco a poco por la gran ascendiente del progreso, han pasado muchos siglos, edades. Desde que vais utilizando formas tangibles, habéis venido para suspirar, para hacer girar la conciencia en la verdadera espiritualidad que es su punto natural de acción. Han pasado edades, han pasado los tiempos y el hombre se desenvuelve poco a poco, lentamente porque busca en todo, la cadena deudora, la complicación.
33 A través de los tiempos, el hombre, a formado una red de términos que le aprisionan. A veces quieren entenderse y no lo logran; pero mi doctrina viene apartando todos los conceptos que sobran y deja sólo los necesarios, los que el hombre necesita para sentir y vivir.
34 Y os repito, mi pueblo, que según el giro de la conciencia, el empleo y el trabajo de ella, es el nombre que los hombres le dan en la diversidad de nombres con que la complican; y con ella pasa lo mismo que con la mente, que depende de una luz que gira en torno de la acción y asimismo recibe el nombre o el término propio; mas la mente debe girar siempre hacia el punto de la espiritualidad.
35 La voluntad del ser, debe estar siempre a la altura de la espiritualidad que es su verdadero elemento.
36 ¿No es cierto que vosotros podríais estar en la tierra, mejor que como estáis? ¿De qué manera podríais estar en la tierra, sin tantas cruces ni tan grandes calvarios? ¿De qué manera? Sólo elevando, inclinando la voluntad al celo, sólo pendiente de la voluntad de Dios.
37 Inclináis vuestra voluntad; pero no la eleváis. Inclináis vuestra mente y la enfermáis, no la superáis ni la curáis. Confundís vuestra conciencia, no la entendéis, no la estudiáis, no la hacéis girar con la luz de Dios, con la luz que Dios os ha dado. Es como las ciencias de los hombres: redes y más redes para aprisionaros.
38 Los médicos, no se entienden; y los hombres siguen enfermos. Y yo pregunto a vosotros: ¿creéis que vais a estar sanos, cuando tenéis interiormente muchas lacras mentales que eliminar? ¿Creéis que vais a estar sanos, si no empezáis a buscar la salud por la parte interior? Mientras no curéis vuestro interior, el exterior no puede responder francamente, no puede estar sano.
39 Sufrís por los dolores que os causan los demás, os sentís desalentados, tenéis tristezas, sufrís, sí y no sabéis que ellos se han encadenado a vosotros, sólo por el hecho de haberos hecho sufrir. Se han encadenado, a vuestros propios dolores; y estáis todos encadenados en la Ley de causas y efectos; y no os podéis desligar.
40 Pero os decía: que os desliguéis del mundo que vosotros formasteis, y yo os digo: que os desliguéis de las pasiones y os quedéis en la tierra. Desligándoos de las pasiones, es mejor.
41 No conocéis mi vida como esencia purísima del Padre. ¿No entendéis que precisamente, cuando más se ama, es cuando más acerca el amor a los seres amados?
42 Por eso, estoy con vosotros, dirigiéndoos, dándoos mi palabra a través de un aparato que lleva en si la cruz del sacrificio de la mediaunidad, que le pesa como una loza de sepulcro, como una cruz muy grande mi servicio; y sin embargo, yo bendigo a los que sienten cruz y confunden así la alegría de servirme. Bendigo, yo no puedo hacer otro acto que bendecir a aquellos que enfermaron el alma sensitiva de mis servidores.
43 Humanidad, vais muriendo y yo reviviéndoos voy y no habéis encontrado ni la sal ni el sabor de la vida. Y, ¿cuál es la sal y el sabor de vuestra vida? ¿Cuál es el pan de alimento, la luz, la fuerza y el dulce momento del alma? No lo habéis encontrado cuando encontréis la fuente secreta que se encuentra hablando con Dios, seréis el poderoso que no inclina su voluntad ni rebaja su pensamiento. Y entonces estaréis aquí en el mundo, sin desligaros de él y estaréis aquí como yo también estuve: manifestando las virtudes del amor.
44 Ni siquiera habéis escuchado mi vida. No me comprendéis, ni como morador de la tierra, ni como Hijo del hombre, ni como Hijo de Dios; ni como redentor me habéis comprendido, ni como se comprende a un rabí. No habéis entendido ni los pasos de mi vida humanizada ni la importancia de la crucifixión. No habéis comprendido de los dos raudales de mi amor que interiormente fluían para bendecir a aquellos que a mi cuerpo sangraban: el raudal de mi misericordia y el raudal de mi sangre. ¿Cómo habéis de entenderme, si no os entendéis ni a vos mismo?
45 La fuente oculta de las dulzuras, la fuente oculta de los poderes, no os ayuda, porque no tenéis la seguridad en el amor de Dios ni la fe en el Padre. Habéis dejado, como os dije antes, a Dios, como vuestro último amor, como vuestra última esperanza; cuando Dios, debiera ser en vos el primer amor, el grande amor, la grande esperanza de vuestra existencia. Si así fuera, hubierais gozado las sensaciones bellas que el alma siente cuando Dios es la esperanza y el más grande amor del Espíritu; pero vos, no sabéis de estas sensaciones sublimes; llegáis a él, cansado, envejecido, pobre de buenas obras, destrozado llegáis a Dios, cuando sólo como sombra vais, porque os ha desechado el mundo. Entonces sí buscáis a Dios y así venís la mayor parte de vosotros.
46 Hombres que estáis tristes y que sólo os hace falta la menor vibración del sentimiento para llorar; cuando os digo estas frases: venís a Dios como último recurso.
47 Hombres deshechos. Venid a Dios, porque él os recibe en todos los momentos; pero por la avenida interna que no tiene testigos ni observadores. Venid al Padre Dios, adonde sin voces humanas, le digáis vuestras penas.
48 Si llegáis a Dios como se llega a él, con las alas del pensamiento sincero y puro, con la potencia de la voluntad elevada, este mundo lo sentiría; y los moradores de la tierra, se corregirían, modificarían sus costumbres equivocadas.
49 ¿Hasta cuándo dejaréis de confundir los actos de los hombres, los sentimientos de los hombres, con la inteligencia y la sabiduría? ¿Hasta cuándo veréis las manifestaciones materiales y espirituales, con la mayor naturalidad?
50 ¡Ah, mi pueblo! Cuántas veces como espíritu habéis observado vuestros distintos cuerpos que han muerto; y cerca de vuestros cadáveres, habéis meditado. Y volvéis al mundo dejando un cadáver más y tomando un nuevo cuerpo; y volvéis a meditar, solo por momentos; y así, venís muchas veces a la tierra.
51 Os decía que los seres espirituales estudian vuestra existencia humana y yo con ellos os observo. Ellos observan, cómo los seres humanos desarrollan la existencia, cómo llevan oculto el dardo envenenado, fingiendo que ese dardo es una rosa. Observan los seres, cómo la humanidadó pone en el pedestal del honor a los genios del crimen. Los seres observan en vuestro comportamiento, muchas actitudes, muchas de vuestros cambios.
52 Los seres humanos que tratan de ser buenos, llegan a resfriar sus sentimientos y el corazón, ante los dardos enemigos; pero eso no se llama ser fuerte; sino débil. El ser verdaderamente noble y que se identifica con el bien, debe ser fuerte y soportar los dardos de los demás. La verdadera nobleza debe ser firme; y nunca por las ingratitudes de los demás, cambiar sus sentimientos puros.
53 Os he dicho que estáis en tiempos peligrosos y que no podéis dejar para mañana el perdón y las buenas obras que tenéis que dar y hacer hoy. Ya os he dicho que estáis en tiempos peligrosos y que debéis daros prisa a estar bien los unos con los otros. No sea que os sorprenda la enfermedad o la muerte corporal, muerte, que sólo es cambio a la vida y se os llame, para entregar cuentas de lo que habéis venido a hacer a la tierra.
54 ¡Ah, espíritus que estudiáis a los hombres, cuánta tristeza os causan! En verdad, os digo: Dios, quiso que este planeta fuera lleno de belleza, pero los hombres, olvidan la magnificencia de la mente creativa del excelso Padre, la obra perfecta de Dios . Dios, ha formado el planeta bello y al hombre constructivo para que perfeccione en él, su obra constructiva; pero el hombre, la destruye, haciendo sus obras contrarias a la voluntad de Dios.
55 Aquellos hombres que piensan en aparatos que causan la muerte, son admirados por otros que son afines a ellos, porque siempre los criminales admiran a los grandes criminales; y éstos, suelen llevar vestiduras exteriores de sabios y dentro tienen fango y huesos de muertos y polvo de todos los crímenes y de todos los males. Los hombres que guardan la inmundicia, se visten de oropel para brillar; los que les agrada el oropel, les siguen y vítores tienen para ellos.
56 ¡Humanidad, humanidad! Qué pesado está este mundo de tanta mentira, de tanta injusticia, de tanta falsedad y falta de amor. Pero ha llegado el momento en que todas las filosofías y religiones, a través de sus representantes, tengan grandes removimientos, grandes contradicciones los unos con los otros. Por la incomprensión, por la intolerancia de los términos; el ser humano está beodo de terminologías. El hombre está frío e intolerante para amar. Ya no puede con tantos mitos y quiere más.
57 Es necesario que penséis en esta cátedra. Han sido muchas explicaciones, sí; no es precisamente una frase ni un solo tema. Ha sido una cátedra llena de frases, llena de temas, sí, porque todo esto es necesario, porque de todo esto, sólo me entiende aquel que necesite la contestación. Y de cierto, os digo: unos necesitan una contestación, otros otra.
58 Hay una mente que me quiere hablar y está pensando cómo empezar; y a esta mente, le digo: trabajador mío, con variación y sin ella, hay inconformidad hablad, que los inconformes siempre serán inconformes; yo os escucho en vuestro interno y os digo, mi bienamado: quiero que repitáis muchas veces esta palabra hasta que hagáis un libro interior en vos mismo: confianza repetid para que sepáis lo que es confianza; para que sepáis, lo que es: seguridad, confianza, firmeza y entonces amado mío, ¡empezaréis a comprender!
59 Repetid, también muchas veces al día, tratando de explicárosla a vos mismo, la palabra: voluntad la poderosa: voluntad
60 La voluntad magnífica. La voluntad grande. La fuerza que mueve los mundos, es la voluntad de Dios. La fuerza que mueve al universo, es la voluntad de Dios.
61 ¡Voluntad! Esta palabra, también debéis repetirla para que no caigáis nuevamente en la indecisión, en la triste, en la eterna pregunta que lleváis dentro de vos mismo, para que no caigáis en esta tristeza, que a veces no puede dejaros; o más bien dicho, que no podéis dejar. Esa indecisión que vos sabéis. Si vos repetís y entendéis estas palabras, entenderéis también estas otras: justicia y amor.
62 La palabra justicia, debe estar acompañada siempre de la palabra amor. Justicia y amor y una vez que reunáis todas estas palabras para laborar por vuestro provecho, seréis un hombre nuevo, sin tristezas, sin preocupaciones; y estas palabras entendidas por vos, os harán un hombre nuevo y fuerte. Cuando vos realicéis en vuestra conciencia estas palabras, seréis un hombre diferente al de hoy.
63 ¿Me habéis comprendido, por qué os he hablado así? ¿Sabéis lo que he querido deciros, con estas palabras? Escudriñad vuestra vida y vuestros sentimientos. Vuestro tiempo presente y pasado; y sabréis, por qué os he hablado así. ¿Estáis conformes? Entonces, lo demás de vuestra vida, dejad que Dios lo dirija y vos, sólo procurad estar armonizado con los dictados de la Ley de Dios y dejad que Dios mande a vuestra vida lo que convenga. Dejaos mover como barca en las aguas del mar y que sea la corriente divina de Dios, la que conduciendo vuestros pasos por donde sea su voluntad, sea la fuerza que os anime y os guíe.
64 ¿Me comprendéis, varón? Que nada os inquiete, dejad que Dios haga en vuestra vida. Sólo obrad rectamente: pensad bien, hablad bien, obrad bien amad a la humanidad, despertad los sentidos del amor a la justicia; y lo demás dejádselo a Dios. Tomad mi consuelo, mi bendición y mi amor. Yo os bendigo, en nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo. Bendito seáis.
65 Varón, vuelvo a vos nuevamente. Es vuestro el tiempo, los instantes para que los aprovechéis y podáis hablar antes de que sea tarde.
66 El Maestro siempre lleno de serenidad y complacencias os escucha y os sigue escuchando. Los momentos para la sabiduría infinita son llegados. No hay día, ni minuto, ni momento que no sea llegado. Todo eso habéis querido recordarle a esta congregación y voy a complaceros.
67 Escuchad: por uno de mis instrumentos os dije: vais a recibir mucho. Mucha alegría voy a daros y vuestra mente turbada por momentos se preguntaba y decía: ·el Maestro ha prometido ayudarme y darme alegrías; y sólo me han venido dolores. También os dije: vais a sufrir, necesitáis de mi fuerza os dije por otros aparatos; por una parte os dije: que recibiríais mucho; y por otra: que vendrían a vos, dolores, que vais a necesitar de mi ayuda, de mi fuerza. no se cual es la Verdad pensáis. Recordad que os dije que vendrían a vos las dos copas, la de amargura y la de alegría; porque vendría un dolor y un triunfo; y vos, pensabais a solas; y a veces, con santiago, comentaban juntos, cómo recibiríais estas dos copas. Y he allí que estaban unidas la pena y la alegría. La pena que vos sabéis; y habéis confesado. La pena que os ha traído la grande alegría de salvar a vuestro hijo del presidio y de la muerte. Y luego dicen algunos hombres que no es verdad y que no se cumple mi palabra.
68 El dolor y la alegría van juntos. Uno solo es aparente. Los dos, es algo real. Vosotros no entendéis esta frase y creéis que las facultades a sí mismas se contradicen. He aquí la Verdad: ¿acaso no es verdad, lo uno y lo otro? ¿No hablan las dos voces juntas en un perfecto equilibro? Una copa de dolor y una copa de alegría; un suceso terrible; y un suceso triunfal; por una parte la satisfacción de la vida, y por otra, el dolor de la muerte; por una parte, la libertad y por la otra la amenaza de perderla. Y luego decís que mi palabra, no es recta y justa; mas llega el momento del testimonio y de la aclaración como hoy, amados míos.
69 Mas esperad, porque igual que hoy veréis dentro de un tiempo otro corazón que con mucha emoción dirá lo que vos: me prometiste muchas alegrías y no han venido, todo ha sido lo contrario de lo que me has prometido. A una hermana vuestra, le pasará lo mismo que a vos. Vendrán las lágrimas a ella, vendrá el dolor y vendrá también el triunfo y la alegría y entonces, dirá: el Maestro tenía razón cuando me hablaba por uno y otro pedestal.
70 Y así veréis vosotros que hay seres que están esperando que llegue el momento de la aclaración, de la Verdad y la justicia y se les devuelva la palabra después del ultraje. Así también aquellos seres esperan su momento del triunfo que solamente se ha dilatado; pero que ha llegado al fin.
71 Así os digo, pueblo mío, cuando venga a vos una tristeza y una alegría, tomadlas gustosos que las dos manifestaciones vienen juntas; la primera y luego la segunda. Como vienen juntas: el dolor y la sonrisa, la noche y el día, la muerte y la vida, las sombras y la luz, se confunden. Quien ha meditado, quien ha estudiado sabe que cuando la luz llega, las sombras se disipan, ya que la existencia de las dos es la belleza del universo, es la poesía de la vida; si solo hubiera luz, si solo hubiera sombra, una de las dos faltaría y la belleza es necesaria en el cosmos.
72 Dolor, que con la alegría vais aunque a veces ésta se retarda. ésta es una manifestación de la vida. Y así comprenderéis la Verdad del arcano, el por qué de una y otra manifestación.
73 Dadle gracias al Padre. Habéis querido que yo también os escuche. ¿Os he explicado todo y aún os quedan dudas? ¿Ahora comprendéis, por qué eran estos mensajes que os di antes incomprensibles para vos? ¿No veis, mi pequeño, que los niños y los ancianos, casi siempre andan juntos de la mano? ¿No sabéis lo que quiero deciros con esto? Pues bien, este ha sido vuestro caso: los dolores y las alegrías a vos han venido juntos ¿ahora comprendéis? ¿Qué más queréis de vuestro Maestro?
74 La voluntad del Padre ha sido que poco a poco vuestro oído sea receptivo y escriba vuestra mano. Y todos vosotros: facultades del cuerpo de mediaunidad, por instantes o por horas, por momentos os domina más la mediaunidad; mas no siempre está tan potente. Vos debéis trabajar potentemente, porque a veces los seres contrarios a vuestra labor, los seres que se gozan de la negación de la Verdad, los que tratan de estorbar mi obra, los impostores quieren estorbaros, aumentar vuestro trabajo, llevaros por otro camino. No les hagáis caso. Aquellos seres ¿no sabéis quiénes son? Son las almas de aquellos que dejaron mi vida y mi dolor en la cruz, plasmándola simbólicamente a través de la silenciosa explicación de la misma. Las almas de los sacerdotes se oponen a la luz de este último testamento. Las almas de los representantes de las doctrinas contrarias, de las sectas y religiones diversas, se agrupan para afligiros, para turbaros. Y estas almas luchan con vos. No seáis débil, seguid adelante como toda facultad brillante; y si alguna parte sacrificáis, porque de cierto os digo que si estos escritos os cuestan sufrimiento, hacedlo en nombre de mi cruz, en mi nombre, y terminad vuestra labor. ésta es mi voluntad, espiritualizad vuestro escrito. Dadle la amorosa clave del misterio, del poder. Ya sabéis cuál es. Dejad en ellos la esencia santificada del amor perfecto en pleno florecimiento. ¿Me comprendéis?
75 Quiero hablarles a los hombres interior y exteriormente. Que sea por todos los medios, el gran libro de la vida, en todas las almas. En unas, porque oyen; en otras, porque ven; otras, porque reciben y a todas las almas quiero lavarles en las fuentes cristalinas del amor y del saber. Quiero acariciar los corazones y quitar de todos los ojos las vendas de oscuridad para que penetre a todas las almas, la luz. Trabajad, que es muy poco quehacer para tan grande obra. Y de cierto os digo que después de hacer este libro, descansaréis un tiempo y volveréis a trabajar más tarde; y a su tiempo, recibiréis más ordenes.
76 Los encarnados y los desencarnados son iguales en su empeño representando sus doctrinas. En su extravío no soportan la Verdad sin ídolos, sin cultos externos; no toleran la Verdad que resplandece sin mitos; y por esto, tratan de extraviar. Que vuestro empeño sea mayor, seguid adelante. Tomad de mi amor, de mi fuerza, de mi luz, en el nombre del Padre y en mi nombre que soy el Hijo. Bendito seáis.
77 Pueblo, hoy os he dado a manos llenas en palabra; os he dado a raudales, de los conocimientos que el alma necesita y voy a daros en conjunto en esta cátedra de día primero: en estos momentos, preparo las aguas, las mentes para que se unan. Y en unidad, recibo los deseos y las preocupaciones vuestras.
78 ¡Adelante! Adelante pensamientos de aquellos seres o espíritus de almas caminantes, de las almas peregrinas que caminando hoy y siempre siguen esperando nuevos dolores. Almas, habladme con el lenguaje del sentimiento, con el lenguaje que se aprende con la experiencia, habladme con la nota del pensamiento santo y puro.
79 ¡Silencio! ¡Silencio! Para comunicarnos de pensamiento a pensamiento silencio vos y yo, mi pueblo, para que yo os dé más, para que vos recibáis. Silencio para que sintáis lo que voy a daros en esta cátedra de día primero, porque voy a hacer una exteriorización de la corriente que tengo a través de la facultad, que llene este recinto y llegue a todos vosotros los que seáis sensibles.
80 ¡Pase mi primer a corriente a todo corazón sensitivo! ¡A toda alma! ¡A todo ser viviente! Recibid, amorosos, calmadamente, la corriente de Cristo que es ahora con vosotros! ¡Paso, la segunda corriente! Elementos preparados para el bien que yo bendigo en el nombre del Padre. Les concedo la gracia de la saturación, de la bendición de día primero. Concedida la fuerza de mi propio Ser, puesta para el bien de todos vosotros. ¡Objetos varios, pongo en vosotros! ¡La tercera corriente, emanada de mi Ser, desde el centro de mi voluntad! Para el buen uso de ellos. Curación, a los enfermos; consuelo, a los afligidos; luz, a los que les falta la esperanza, aliento a aquel que desmaya, porque para todos es mi amor.
81 Fuerza curativa, he puesto en los cuerpos enfermos y en todos los elementos que habéis traído he dado bendición y poderes para hacer el bien. Mi bendición he dado en el nombre del Padre y en mi propio nombre. La potencia necesaria para ayudar, lo que con la presencia de estos elementos benéficos deba ayudarse. ¡En el santo nombre del Padre, todo queda bendito! ¡En mi nombre que soy su enviado, todo queda bendito!
82 Pueblo mío, ¿estáis conforme con la dádiva en la palabra? ¿Estáis conforme con que en vuestro futuro no os hará falta ni casa, ni vestido, ni sustento y que lo necesario será con el que ame el trabajo honrado? ¿Estáis de acuerdo en que empezaréis a hacer y sembrar, la justicia y el amor? Entonces tomad mi bendición, y empezad a hacer justicia y dar amor. De plácemes estará vuestro Maestro, pueblo mío, cuando andéis por los caminos de amor y de justicia. A manos llenas recibiréis.
83 Mundo de lágrimas y de dolor, en vos dejo mis bendiciones.
84 Hay muchos corazones que quieren hablarme y en próximas albas será concedido. Otros corazones quieren iniciarse y poco a poco serán iniciados en otros días de cátedra. A los niños bendigo, mientras llega el momento.
85 De cierto os digo: tomad vuestra cruz; si es cruz de matrimonio, si es cruz de enfermedad, si es cruz de pobreza. Y tomad vuestras cruces gustosos y resignados. La más difícil es la cruz de la soledad, la más pesada de las cruces. Llevadlas, que yo os ayudaré. ¡Tristeza, tristeza, apartaos de ellos! Porque cuando el amor llega, debéis darle el sitio preferente del corazón.
86 ¡En el nombre del Padre, benditos seáis! ¡En el nombre del amor, benditos seáis! Pueblo amado, en la servicialidad los unos con los otros, en el arrepentimiento firme os quiero encontrar. ¡Pueblo mío, mi paz, mi amor, mi luz, la esencia de mi Ser, la substancia de mi voluntad, la esencia de mi consuelo, quedan con vos! ¡Pueblo mío, mi luz os dejo, mi amor os doy!
¡Mi paz, sea con vosotros!
37. Preparación del pueblo espiritualista
Noviembre de 1947
Divino Maestro:
1 ¡Gloria a Dios en las alturas y mi paz infinita con vos, amado pueblo de Israel! Bendito el que llega a mí, lleno de humildad y se levanta a servir a Dios, su Padre, y a la humanidad, su hermana yo os recibo, dándoos la bienvenida, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y la luz del Espíritu Santo.
2 Son los tiempos en que el entendimiento del hombre ha de quedar preparado y evolucionado. Nada difícil es alcanzar esta preparación, únicamente se requiere voluntad; que haya reconocimiento de Dios, en todo lo creado por su divino poder; que haya reconocimiento de su potencia infinita, manifestada en todas sus creaturas.
3 El hombre puede levantarse lleno de confianza, a hablar en mi nombre y a mi nombre; y tener la seguridad, de que yo acudiré en el preciso momento en que lo solicite, mi pueblo; que para vuestro Dios, no hay imposibles, dentro de los ordenamientos de su bendita Ley.
4 Cuando os agobia la pena y clamáis a él, porque vuestra fe os convence de que sois escuchado y que vuestra cara afligida es contemplada por vuestro Padre Dios; sentís en vuestro corazón, un consuelo y satisfacción que sólo os lo puede dar la caricia de vuestro Dios, al escuchar vuestra plegaria.
5 Si al hombre se le presenta la existencia humana, llena de barreras y sufrimientos y solicita el consuelo del amor de su Padre, ¿por qué no he de venir a él, para confortarle y fortalecerle? El amor divino, se derrama en todo momento en la humanidad.
María:
6 El ángel del señor anunció a María y se hizo en ella la voluntad del altísimo.
Jesús bendito, heme a tus plantas implorando por este tu pueblo, concédeme entregarles en esta alba de gracia, lo que es la voluntad del Padre Celestial. . Heme aquí, Cristo bendito, para hacerte presente a mis hijos que con tanto amor vienes preparando a través de los tiempos.
Divino Maestro:
7 Sí María, vuestros hijos presentes están recibiendo el amor con que los estáis preparando, asistidlos en todo momento, inspiradlos, infiltrados como un rayo de luz de amor en su amor mismo, para que puedan tener los atributos necesarios para que puedan cumplir porque la prueba será con ellos.
8 ¡Bendita seáis María, que a cada instante velando estáis por vuestros hijos! ¡Sed con ellos y entregadles vuestra gracia! Que cuanto entreguéis, ¡hecho quedará! Porque ésa es la voluntad del Padre Celestial.
María:
9 ¡Bienvenidos seáis, hijos amados, a escuchar del concierto celestial! Y vuestros espíritus, sean a la luz infinita del Padre. ¡Seguid adelante, pueblo bendito! ¡Levantaos siendo los buenos sembradores de esta simiente! Que vuestra labor será premiada, cuando dejéis este mundo de dolor.
10 Pueblo bendito, vengo a acariciaros, vengo a reanimar a vuestro espíritu con mi gracia, con mi amor materno para que sigáis paso a paso transitando la jornada que os queda sobre este planeta.
11 Sin embargo, si vuestros pasos en este mundo son dentro de la enseñanza que el unigénito amado viene a mostraros, de grande regocijo será vuestro espíritu en el más allá, porque habrá dejado en este mundo una huella de fraternidad y de amor para las generaciones venideras.
12 Yo os entrego mi fortaleza, mi amor y mi bendición, os doy paz en vuestro corazón. El pan para vos y los vuestros, no os hará falta. Yo os colmo de bendiciones en esta alba de gracia: os entrego en vuestras manos el bálsamo de curación, el pan para vuestros hijos, las llaves del trabajo para el que lo solicite, mi luz y mi gracia derramo en el universo entero. Mi paz infinita, en vuestros corazones. ¡Adiós, pueblo bendito!
Divino Maestro:
13 Incansablemente vengo a hablar con vosotros, porque es preciso que mi doctrina se extienda; y vengo a prepararos, porque se os acerca la prueba; mas, cuando tengáis que enfrentaros a esa prueba, quiero que sepáis defender mi obra, porque ya conocéis las bases de mi enseñanza, las bases del espiritualismo y así podréis ir mostrando con la claridad que yo os he enseñado, la pureza de mi verdad.
14 El espiritualista, luchará por unir el mundo en una sola idea; y una vez que se haya logrado esa unión de pensamientos e ideas, el mundo vivirá en paz y reconocerá la vida del espíritu.
15 La lucha persiste en aclarar conceptos distintos creados en el cerebro del hombre, porque cada uno quiere tener la razón, cada uno quiere imponer su idea por su propio interés, por sus inclinaciones, por su egoísmo; y en esta lucha de ambición en las cosas materiales, ¿quién tendrá la razón? ¿Quién puede atribuirse, ser el dueño de la Verdad?
16 Si el que se cree dentro del camino perfecto, se envaneciese de pertenecer a la doctrina única y verdadera. En verdad, la humildad debe ser una virtud en el espiritualista; y basta que desconozcáis la parte de verdad que haya en la creencia de vuestros hermanos, para que vuestra idea no sea perfecta, porque desconocéis así la humildad.
17 El hombre que quiere igualarse a la grandeza de su Dios, está muy lejos de alcanzar la salvación para su espíritu, por eso vengo a enseñaros, a mostraros tal como sois para que no seáis el hipócrita; porque la hipocresía, fue deshecha por vuestro Maestro y por las multitudes que se congregaban a Jesús; mostraos sincero, considerándoos pequeño, considerando que os falta mucho para la perfección de vuestro espíritu.
18 Si cada uno llevara esa humildad considerando ser inmerecedor de las gracias que estáis recibiendo, no habríais de engrandeceros de lo que tenéis, de lo que lleváis.
19 ¿Quién es el primero de los que buscan la perfección, aquellos que desconocen la razón que no es dada por ellos mismos, o bien los que practican la humildad y conocen del amor humano y reconocen del amor de Dios? Y en esta lucha desigual, ¿la fuerza de los tesoros materiales, podrán vencer, la pobreza del que siente amor sin más techo que la bóveda del cielo?
20 Vos sabéis, pueblo mío que he escogido al pueblo espiritualista de aquí y de allá, he tomado las naturalezas preparadas para entregar mis mandatos y mostrar así mi enseñanza a la humanidad entera y os he dicho también, en mi palabra: que en todas las sectas y religiones, hay espiritualistas; y todos, formarán un solo pueblo, no unidos en un recinto, mas sí unidos por la misma idea por el mismo amor; porque todo aquel que sienta en el corazón arder el amor hacia sus hermanos, formará el pueblo espiritualista.
21 El que sienta las calamidades del mundo, el que trate de elevar a su hermano del nivel en que se encuentra, él sentirá el espiritualismo y el mundo tiene que reconocer estos factores de fuerza; mas no todo aquel que se aposente en un recinto espiritualista, es espiritualista; porque para serlo, hay que comprender mi doctrina.
22 A eso he venido en este Tercer Tiempo, para haceros comprender las legislaciones a que está sujeta vuestra naturaleza fuera de la naturaleza espiritual, porque dista mucho vuestra naturaleza material, porque es el crisol en que os estáis purificando para poder realizar la grande misión que tenéis que cumplir; y os será fácil la labor, si cumplís en la forma en que se os ha enseñado y será esa forma aceptada por aquellos vuestros hermanos que os llevan ventaja por muchos años; y ¿qué importa, pueblo mío, si aquellos llevan la fuerza por el tiempo que llevan en el desarrollo de sus creencias?
23 Si vos lleváis, ideas distintas y nuevas, ¿qué importa que seáis un número reducido, si en cambio vuestra idea espiritual viene a romper las cadenas de la esclavitud y lleváis la luz que ha de romper la convicción de ideas; si podéis manifestar, que la Verdad se impone a la mentira?
24 En cambio, ¿de qué puede acusarse al pueblo espiritualista si este cumple con la Ley de los hombres, con la Ley moral, si no faltáis a vuestros deberes, si tratáis de infundir a vuestros hermanos el bien, de invitarles al respeto y a todo acto que pueda contribuir a la mejor convivencia humana?
25 Mas, acordaos de todo aquello que no está dentro de lo que os he enseñado; no he venido a daros nuevas ideas, he venido a aclarar las mentes confusas para que mi doctrina, se entregue pura tal como yo la he manifestado a la humanidad a través de todo los tiempos.
26 Porque así como todas las cosas dentro la creación tiendn a su perfeccionamiento, así el hombre degenera al verdadero sentir de otras; y encontrándose en un período de degeneración de ideas, sin sentir lo que llevaba o lo que oraba ni lo que pedía, entonces era preciso que el tiempo de la luz iluminara al hombre y al mundo maravillara con sus inventos.
27 Era menester que viniera la luz del Padre Celestial para mostrar a la humanidad que esos inventos, eran por voluntad de Dios, para que el mundo rompiera el velo de ignorancia que lo ataba.
28 Era menester que el hombre reconociese que las cosas, no sucedían tan solo por su voluntad, sino que es por algún fin y que proviene de una fuerza mayor que la de la naturaleza y la del hombre.
29 Y ¡he aquí! Que mi luz es con la humanidad, mi luz es con el hombre, por eso os vengo a manifestar que el desenvolvimiento espiritual está ligado con el desenvolvimiento material, porque la materia es el vehículo para que el espíritu desarrolle su misión y pueda alcanzar durante su evolución, su perfeccionamiento.
30 Ya veis, pueblo, que vengo a aclarar todo lo que era confuso en la mente de los hombres; vengo con mi enseñanza cual faro luminoso para orientar el entendimiento del hombre; y el que quiera seguirme, que me siga; y aquel que en mi obra, me desconozca, tarde o temprano me buscará.
31 Yo vengo a mostrarme con la Verdad, no vengo a obligar a alguien. Aquel que sienta la fe en su corazón para seguir esta enseñanza, que me siga; así, solo los escogidos vendrán a mí, no por mi voluntad; sino por sí mismos; y ellos vendrán a mí a formar el nuevo pueblo espiritualista; mas, no a edificar templos de cantera, porque yo vendré a ellos en su propio corazón, sin más interés que el de buscar el bien y así puedan entrar en el período de evolución y puedan escalar esa escala de perfección que llega a la divinidad.
32 ¡Así tiene que ser! Y no pasará mucho tiempo, en que vengan a escudriñar mi recinto y tenéis que estar seguro de lo que lleváis; y no temáis, mas ¡cuidad de vuestros actos! Que mientras estos estén dentro de la razón y la Verdad, nadie podrá atacaros; y haced, como os dije en el Segundo Tiempo: ¡dadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios!
33 Cumplid con las leyes de vuestro país y cumplid extendiendo la mano a vuestro hermano; creed en la manera que gustéis, pero obrad de acuerdo con la forma que os he indicado y así tendréis la oportunidad de practicar la obra espiritual. Si no habéis comprendido, consultad a mi mundo espiritual de luz para que os oriente en lo que no comprendáis.
34 Si vos creéis en estas manifestaciones, es porque me habéis sentido íntimamente en vuestro corazón. Porque yo vengo al hombre para que sienta en su forma limitada, la gracia de su Dios.
35 Analizad cómo en todas las religiones, piden y oran en distinta forma que vos, pueblo espiritualista.
36 Si yo vengo a remediar vuestras penas, si yo vengo a dar fortaleza a vuestro corazón, ¿por qué no creen en que me manifiesto por un cerebro preparado por mi divino poder? Es que la humanidad es necia y no admite, lo que no es aceptado por la generalidad.
37 Sin embargo, hay pocos; y entre ellos, estáis vosotros, los que no esperáis ver los resultados de vuestro esfuerzo, de lo que habéis sembrado.
38 Vais siendo la víctima de la calumnia y de la burla; mas lleváis dentro de vos, una flama que es vuestra fe y ella os sostiene para que no desmayéis, para que no dudéis de esta doctrina espiritualista, que ha de ser del conocimiento universal.
39 Vosotros qué vais aprendiendo de esta obra y que el mañana os convertiréis en el maestro de mi enseñanza; no veréis el resultado, porque falta tiempo para que la semilla rinda su fruto.
40 La humanidad, poco a poco va aceptando la idea espiritual; y cuando esto sea, vera que no había impostura en estas manifestaciones, que era verdad, que Cristo, el Verbo Divino, se derramaba en gracia y amor a través de cerebros preparados por su providencia infinita, no importando que las materias fueran imperfectas y llenas de miseria.
41 Dios siendo sabiduría, siendo pureza, viene a valerse de un entendimiento humano, de los que continuamente están en combate contra sus propias inclinaciones.
42 El mundo cree que debe ser un hombre justo y perfecto para que pueda recibir la gracia de su Padre Dios; y yo os repito, ¿acaso cada uno de los representantes y encargados de las religiones y credos, son hombres perfectos y justos? En verdad, yo os digo, no contemplo un solo justo sobre la tierra sin embargo, son representantes de su religión e intérpretes de mi palabra del Segundo Tiempo, de lo que mis discípulos pudieron legar a la humanidad.
43 ¿Quién puede asegurar que ellos, son mis representantes? ¿Acaso su enseñanza es la misma, llena de humildad, de amor y caridad como la que Cristo por labios de Jesús, os entregó en el Segundo Tiempo? ¿Hay acaso esa fuerza expuesta, que es el Verbo de Dios? ¿Hay la fuerza de elevación? ¿Hay la fe y la humildad, para seguir el ejemplo de Jesús?
44 Yo, os he dicho: no es necesario templos de cantera costosos, adornos con oro y sedas para buscarme y poderse elevar hacia mí yo os he repetido muchas veces: el templo en donde podéis buscar y adorar mejor, es vuestro propio corazón, cuando sabéis prepararlo y apartar todo aquello que pueda afear a vuestro espíritu cuando sepáis reconocer su falta, cuando veáis vuestra insignificancia ante vuestro Dios, entonces estaréis purificado.
45 No es preciso que confeséis vuestras faltas, ante un hombre tan pecador como vos; cuando no tratéis de engañaros a vos mismo y sintáis el arrepentimiento dentro de vos, entonces el perdón será con vos; porque yo veo la lucha que tenéis contra vuestras propias inclinaciones y vengo a confortar vuestro espíritu y vuestro corazón, como vos llamáis a esa parte donde está el sentir del ser humano según vuestro criterio. ¡Radiad la nobleza que hay en él!
46 ¿Ya veis que no es preciso que levantéis templos suntuosos para ofrecérmelos como holocausto? Para los que no conocen mi obra, para los que principiaron, aclaradles este punto.
47 Tampoco, hay cosas que podáis llamar sobrenaturales, todo tiene su explicación, nada puede quedar a obscuras, por eso el espiritualista se distinguirá.
48 Todo aquello que confuso pueda ser, llegado el momento y cuando la mente del hombre esté preparada, se aclarará.
49 Si pudierais retornar vuestro pensamiento y vivierais unos instantes la existencia humana de vuestros antepasados, os maravillaríais de los adelantos de hoy. Sin embargo, vuestro cerebro está preparado y contempláis esas maravillas como acontecimientos naturales. También os habéis familiarizado, al ver a un hombre prepararse y hablar a la humanidad en nombre de vuestro Dios. Conocéis íntimamente la forma lógica de estas manifestaciones y no os causa sorpresa; lo mismo ocurrirá el mañana y se convencerán de que había verdad en los actos de este tiempo y en la grandeza de estas manifestaciones.
50 Serán los hombres del mañana que la reconozcan por el legado escrito que dejéis; y lo que escrito quede, causará admiración porque hay grandeza, hay esencia, porque en la sencillez de mi palabra está la mejor comprensión, está el sentimiento más grande con que puede manifestarse el bien y la caridad de vuestro Dios. Así comprendedlo, pueblo del mañana, así comprendedlo, pueblo que me escucháis.
51 Esa fe que hay en vos, esa fe que os hace sentir mi palabra y mi amor, sea como una flama simbólica dentro de vos, en bien propio y en bien de todos vuestros hermanos.
52 Yo os he entregado mi palabra, alba tras alba de gracia; y a mi mundo espiritual de luz, he dejado encomendada la tarea de aclarar los puntos confusos que haya para vos. Todo aquello que no comprendáis, absteneos de explicarlo a los demás.
53 Pueblo de Israel del Tercer Tiempo, fortalecido queda vuestro espíritu, aclarada vuestra mente, para que podáis analizar y comprender mi palabra. Ya veis que se os está dando la forma de prepararos y podáis contestar al que venga en pos de este conocimiento.
54 Vendrán hombres preparados, porque su vida la han dedicado a conocer más y más los libros que les han dado gran sabiduría. Ellos conocen de las distintas prácticas y creencias. Llegará el momento, en que el hombre os interrogue y os diga: ¿por qué el espíritu divino, siendo poder, no les ha hablado de lo que pasará en el futuro del mundo? ¿Por qué no les ha dicho el futuro de la ciencia y lo que el hombre habrá de descubrir para desarrollo de la humanidad?
55 La contestación, ya os la he dado. La sabiduría, es sabiduría divina; en la palabra sencilla, está la explicación de todo lo que el hombre puede realizar, para fomentar el bien en la humanidad y para bien y fin de su espíritu.
56 No penséis que la sabiduría que os he entregado, sea capaz de enfrentarse al saber de los hombres; si por esos caminos vais, desde ahora os digo, nada haréis.
57 En vuestra palabra tiene que haber sencillez, para que lleguéis a tocar el corazón del hombre; y cuando hayáis sentido la Verdad de su palabra, vuestro entendimiento sentirá la nobleza que hay en el corazón.
58 Para llegar a mí no es menester ser estudiado o sabio de los conocimientos de la tierra; sólo es preciso prepararse espiritualmente, sentir el amor de Cristo y mostrarlo, sirviendo a vuestros hermanos con amor y caridad.
59 ¿Ya veis que no se requiere gran esfuerzo? ¡Manifestad mi palabra, tal cual la manifestó Cristo a través de Jesús en el Segundo Tiempo, llena de amor y sencillez! ¿Acaso manifestaba el saber científico? ¿Acaso trataba de resolver los problemas del hombre científico de ese tiempo? Yo hablaba a las multitudes y hablaba para su espíritu. Les enseñaba como alcanzar para su espíritu una vida mejor, una vida superior. Así vosotros en este Tercer Tiempo, vuestra palabra será para el espíritu y mostraréis al hombre que hay una vida superior a la que lleva en este mundo.
60 Ya veis, me he manifestado en todos los tiempos, explicando la misma doctrina, sin aumentar un punto más. Ahora a vos os toca trabajar mostrándola a vuestros hermanos.
61 Dejad que ellos investiguen, yo no lo repruebo, cada una de las creaturas que habitan este mundo, tienen una misión que cumplir y el mundo evoluciona. A vos está encomendado el desarrollo espiritual del mundo; vuestra semilla fructificará el mañana y las generaciones venideras recogerán el fruto.
62 Por vuestra labor, os espera un mérito que os será entregado en el más allá. No porque seáis escogido de este tiempo, sino porque así lo ha alcanzado vuestro espíritu por el grado en que se encuentra, por medio de su evolución.
63 ¡Levantaos y mostraos como yo os he indicado! ¡Amad a vuestro hermano como os amo yo, pedid por el que se encuentra en el lecho del dolor, impartir del bálsamo que os he dejado!
64 Os he entregado mi palabra, mi pueblo. ¡Estudiadla y tratad de conocer el fondo que hay en ella!
65 Yo recibo vuestra lucha y os invito a redoblar vuestro esfuerzo en bien de mi obra y en bien de vuestro espíritu.
66 Pueblo amado, la gracia celestial se ha derramado en vosotros en esta alba de gracia: y os dejo mi palabra para estudio, para que la analicéis, os preparo y bendigo en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y luz del santo Espíritu.
67 A todos os dejo unidos en mi amor, derramo mi caridad en el mundo entero y que vuestros hermanos alcancen de lo que a vosotros os estoy entregando. Yo os doy mi bendición y mi perdón, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y la misma luz del santo Espíritu.
¡Mi paz, sea con vosotros!
38. Dios, espíritu, alma y alma universal
Domingo 14 de diciembre de 1947
1 La luz del mundo iluminando las mentes de los hombres, es mi luz que guía a la humanidad. Mi luz, que en este planeta se encuentra dando calor, consuelo y amor a todo el que lo necesite. Mi amor santo, mi amor puro, que cual dulce melodía envuelve a la humanidad.
2 Humanidad mía, estáis impregnada de ese amor y aún no me sentís. Aún no sentís la caricia amorosa de Cristo que envía sus rayos luminosos en los cuales vibran mis pensamientos de amor para la humanidad.
3 Son mis pensamientos de orientación, amorosos, para que sepáis liberaros por vos mismo; porque vengo a entregaros la enseñanza profunda, hasta que lleguéis al lugar del cual salisteis, porque todo vuelve a su punto de partida.
4 Vengo a enseñaros a libertaros, humanidad mía, porque por vos misma deberéis cortar las cadenas que os atan a este mundo. Yo, os enseño amorosamente; os enseño, si os dejáis guiar a liberaros para que alcancéis ese don precioso, ese don sublime que os hará llegar al lugar del que surgisteis de la mansión del Padre Dios.
5 Humanidad, he aquí, mis pensamientos que son captados por la antena humana, para daros el mensaje de amor, el mensaje de orientación, el mensaje de consuelo.
6 ¡Sentidme, humanidad! Vale más que me sintáis, porque así comprenderéis la grandeza que hay, en vos misma.
7 Hijos de la luz: brillad eternamente, iluminando con vuestra propia luz vuestro sendero y el sendero de vuestros semejantes; y dentro de esa propia luz, tomad de la excelsitud del Padre universal que mora en los celos y en la tierra, por esencia, potencia y presencia, por el mismo germen del amor.
8 En la potencia y en la substancia que en cada hijo de Dios hay, ahí palpita la esencia purísima del Padre amoroso que vela por sus criaturas en la existencia de la carne y del alma. En la vida del espíritu, allí os espera la luz de las luces.
9 Pueblo amado, aquietaos material y espiritualmente en estos momentos; ya que la bendición del Padre, es con vosotros. La bendición del Cristo, del unigénito, del enviado, de vuestro Maestro, os envuelve dulce y amorosamente.
10 Sí, mi pueblo bienamado: hoy como siempre, sin que ningún obstáculo se interponga entre el amor de los amores y los hijos de Dios en las criaturas de la tierra, una vez más son para vos mis pensamientos amorosos. Para vos, mi pueblo, mi caricia eterna, sublime, conmovedora, mis vibraciones convertidas en palabras, derramándose primero, en la antena humana; y ésta, transformando mis pensamientos y llevándolos hasta vos para vuestra comprensión, para vuestra iluminación, para la transformación de vuestra vida, para que toméis el verdadero sendero, para que apartéis de vos, el gran gemido de dolor que conmueve al mundo.
11 Aquietaos, pueblo, recibid mi bendición desde las alturas celestes, en el nombre del Padre y en mi nombre, yo os bendigo, mi pueblo y os recibo. Bienvenido seáis, ¡oh! Pueblo de Cristo, caiga mi bendición cual lluvia benéfica, en cada mente, en cada corazón; caiga la bendición del Padre y del Hijo. ¡Bendito seáis!
12 Salud y amor a vosotros, ¡oh¡ representantes del pueblo de Israel espiritual, del pueblo de Cristo. Salud y paz a vos, que os acercáis en alba de gracia para remover de vuestro interno la escoria; tenéis que removerla, si no queréis que el llanto en abundancia sea en vuestras pupilas y el estrujamiento en el corazón. Paz y salud para vosotros, amor, gracia y bendiciones; amor que se derrama del elixir verdadero para vos, mi pueblo amado. ¡Bendito seáis, en esta alba bendita de gracia espiritual!
13 Atended, escuchad e interpretad la lección de mi enseñanza de este día. Explicación profunda para vos, mi pueblo. Abrid las ventanas de vuestro entendimiento y de vuestra alma, para que podáis recibir los efluvios de sabiduría en este día santo, en este día de amor, en este día del sol.
14 El Padre Dios, es Espíritu universal; no es un espíritu, como muchos de vosotros creéis, porque tal parecería que hay muchos “espíritus divinos.” esto, no puede ser. La aclaración es indiscutible, positiva e inalterable.
15 Escuchad: Dios es Espíritu omniabarcante por sí mismo y universal fijaos bien: no puede haber dos espíritus universales y no puede haber dos, ni tres dioses. Dios y Espíritu universal, expresan lo mismo. Dios, Espíritu omniabarcante y verdad plena. Tres nominaciones que expresan el mismo concepto.
16 Los que se dicen metafísicos prefieren las palabras: espíritu divino, creador universal a la de: Dios o Padre universal. ¿Y por qué, mi pueblo? Voy a responderos: porque esta última palabra, trae confusiones al hablarla. Sí, mi pueblo, fijaos bien, os dije: confusiones y ¿por qué trae confusiones? Porque la humanidad le ha dado atributos y cualidades a Dios, que no le corresponden. Atributos y cualidades, de personalidad humana; y esta concepción, es para aquel que vive en el plano egoísta de la personalidad; y así conciben a Dios: personal como a un padre humano, exclusivo de unos y de otros no. Y esta concepción errónea, debéis rechazarla de la mente humana y de vuestra mente espiritual; o sea: del cerebro y de vuestra conciencia.
17 Dios, es el Padre universal, y es: el Espíritu omniabarcante no un espíritu, repito. La verdad plena, es el concepto del Padre Dios, en lo absoluto. Debéis ir comprendiendo la esencia de estas palabras y no confundir la expresión. Dios es Espíritu y verdad; no un espíritu, ni una sola expresión de la Verdad. No es uno de tantos espíritus. No es un Espíritu, unido en el todo; es: Espíritu infinito expresado en verdad en el todo mismo.
18 ¿Habéis entendido lo que quiero que comprendáis, mi pueblo? Hablo de estos conceptos porque la humanidad está confundida. Mas, vosotros hablad de ellos, si me habéis comprendido, si los habéis llegado a comprender plenamente.
19 Los hombres le atribuyen cualidades características a Dios. Y esto no puede ser. Le atribuyen cualidades de personalidad, en muchos casos, de poca altitud, como de humano. Y Dios, es: Espíritu infinito, supremo, santo Dios, es la perfección misma.
20 De cierto, os digo: que la mayor parte de la humanidad, no comprende de estas revelaciones pero vosotros, que tenéis la dicha de escuchar mis mensajes y recibir mi enseñanza, debéis comprenderlas; pues yo, Cristo, envío mis mensajes según el grado de evolución de cada quien, según la conciencia y según la mente y el sentir de cada uno.
21 En este grupo, empezáis a comprender las grandes lecciones de mi enseñanza; y ¡he aquí! El por qué unas veces son, de doctrina y otras de profundo conocimiento, interesantes, para vuestro ascenso espiritual.
22 ¿Habéis entendido? Un pensamiento me llega, de una mente amada; y me dice: señor, aún no he entendido lo que nos quieres decir. Levantaos y hablad; no temáis, es Cristo, vuestro Maestro, el que os escucha; y gustoso, aclararé vuestras dudas.
23 Soy Cristo, vuestro Maestro, el que os enseña a libertaros de vuestras pasiones humanas, con las lecciones de mi enseñanza; porque mientras haya ignorancia en el ser humano, no podrá liberarse de sus pasiones.
24 Amados míos, necesitáis conocer de las manifestaciones del Espíritu universal. Necesitáis conocer, para que podáis apreciar a Dios, percibirle en su trascendental Ser; y cuando hayáis empezado a percibirle, empezaréis a actuar, a realizar las grandes maravillas del poder del amor y de la Verdad.
25 Espíritu divino, es la fuerza infinita que vibra en el universo entero y que lo anima todo, que lo embellece todo. Es único y diverso, porque a todo participa de su esencia para existir. Por encima de todos los seres, de las almas y de la materia universal, existe un solo espíritu divino, inconfundible, infinito y poderoso, que lo abarca todo en lo absoluto.
26 Espíritu divino, es Dios; como Dios, es espíritu divino. Es muy difícil para vosotros comprender esta grandiosidad. Es algo muy grande que debéis ir fijando en vuestra mente y en vuestra conciencia, para que reforméis vuestras vidas y empecéis así el ascenso espiritual con paso firme y seguro.
27 ¿Y, qué es el alma? me preguntáis. Y yo, os contesto: el alma es idea del infinito Ser, del absoluto, del espíritu divino, de su mente soberana. El alma es vehículo del espíritu, y es para actuar en los diferentes planos existentes, espirituales y de toda la creación. Es la vestidura del espíritu, que le identifica mientras estos evolucionan y adquieren conocimientos, experiencia y fortaleza, para sí mismos.
28 Vosotros, sois espíritu; e iréis reconociendo lo que sois, os iréis desenvolviendo poco a poco en distintos planos, hasta llegar a despojaros de todo materialismo. Y entonces, esa alma que concibió el Padre Dios, que concibió el espíritu divino, esa idea de su mente inmortal, infinita, llegará un momento en que también la dejaréis e irá a formar parte del alma universal, como formará parte vuestro espíritu, ya libre, del Espíritu Santo, siendo copartícipe del gran Espíritu, del único y absoluto, espíritu divino.
29 A través de vuestra evolución, de vuestro perfeccionamiento, de vuestra elevación, llegará un momento en que el alma, ya no la necesitaréis y se quedará en ese plano álmico, en donde la concibió, con su idea inmortal, el Padre Dios. Cuando dejéis el alma, ésta se unificará con el alma universal y vuestro espíritu irá también a unificarse en acción con el gran Espíritu universal.
30 El Espíritu del Padre universal, es la fuerza y la esencia divina que todo lo abarca, que todo lo envuelve. Espíritu divino, es Dios. El alma es la idea de la mente suprema, que sirve cual vehículo sutil a cada partícula de su Espíritu; es como una vestidura de los espíritus hijos de Dios, que les identifica en los distintos planos, mientras se purifican, se instruyen y se elevan espiritualmente.
31 La luz de todos los tiempos se ha manifestado siempre, dicho está: desde antes que los mundos fueran, yo Cristo, el amor divino, ya era; desde antes que los mundos fueran, ya era uno con el Padre Dios, con el único. Ahora ya sabéis, que: el uno, es en todo y el todo, es en el único por eso transformad vuestra vida triste; y consideraos así: el uno en todos y todos en el uno. Desde antes que fuera el principio del todo, yo ya era; y desde entonces, la manifestación del amor, se ha extendido en el universo infinito; y, ¡he ahí! En el devenir de los siglos: a los seres virginales que brotaron de la mente suprema del Padre Dios.
32 El Padre, concibió e hizo la creación, con su mente divina. De su espíritu divino pleno de luz, brotaron como chispas luminosas los seres espirituales; les dotó después, de una substancia sutil, que fue transformada para dar cuerpo al espíritu vuestro; substancia etérea, que existe en todo y que ya conocéis, con el nombre de alma universal. Se necesitaba que el espíritu, tuviera comunicación; y ¡hela, ahí! La potencia creadora del Padre Dios, formando de su propia esencia, la vestidura inmaculada para el espíritu.
33 Mas, ¡he ahí, que el alma universal tenía ansia de manifestarse en la creación; y entonces la misma alma, de los éteres sutiles y en perfecta coordinación con la ordenación de las fuerzas superiores, tomó materia densa para formar su propio cuerpo de manifestaciones, que son: las formas animadas y entre esas criaturas animadas, está el cuerpo físico que ahora tenéis mis bienamados: el cuerpo humano para que entonces, fuera un vehículo de expresión del alma humana; .para que así tuvieran un medio de contacto pleno y de comunicación, los espíritus con la creación divina.
34 He aquí, la trilogía del ser humano: el espíritu en principio, brotó cual chispa suprema del Padre Dios. De su mente creadora, Dios forma con su poder al alma, como vestidura del espíritu; y al cuerpo, como a la manifestación del alma; complementándose la manera de comunicación del espíritu, por medio del alma, a la materia. Así, mis amados, sois en trilogía: espíritu, alma y cuerpo.
35 Pues bien, al formar la mente suprema y divina, a sus criaturas predilectas: los seres humanos les formó iguales. En su principio, no hubo diferencia de un espíritu a otro, de un alma a otra, puesto que eran creación divina de su propia mente infinita, resplandeciente y pura. Todos los seres fueron formados iguales: con su misma esencia divina, con su misma pureza, con sus mismos poderes, con sus mismos atributos, con sus mismas virtudes. Todos fueron dotados de igual manera; mas la diferencia, la habéis hecho vosotros, ya como humanos.
36 ¡Oh! Amados, que me escucháis en esta mañana: la diferencia entre vosotros está en el cuerpo, en la forma; la diferencia, está en alma, en la mente, porque no todos los seres plasman ni generan los mismos pensamientos.
37 Si lo que el Padre Celestial creó, fue puro, limpio y excelso, ¿por qué el hombre se ha degenerado? ¿Por qué se ha degradado? Porque sus vehículos espirituales los ha ocultado y no hace más que la manifestación, de la parte material; ya que el espíritu del hombre, aun siendo hijo de Dios, no se considera dentro del uno, como el uno está en el todo y en todos.
38 Hijos de Dios e hijos de la tierra, espíritu y materia. Sois vosotros una mezcla, una combinación espiritual y material, una parte de la naturaleza divina y otra parte de la naturaleza humana. Mas, el hombre, en este tiempo, es una parte de luz y otra de sombra, una parte de altitud y otra de bajeza, una parte de verdad y otra de mentira, de falsedad e hipocresía; el hombre, desconociendo a su Dios; porque hasta ahí llega la osadía del ser humano, de desconocer al Padre amantísimo que lo formó, que lo creó, del que ha emanado su ser; al dador incansable, que le ha dotado de lo que ha menester, para su aprendizaje y evolución en la tierra.
39 Pues bien, hay un tiempo para desconocer a Dios, pero llega el tiempo y otro tiempo más; y entonces, los mismos hombres que un día desconocieron a su Dios y creador; vuelven nuevamente; y entonces, lo reconocen.
40 ¡He aquí la mezcla humana! ¡Hela ahí! Entonces, el hombre que ayer negaba a su Dios y creador, llegando el momento, surge el tiempo en que se encuentra postrado de hinojos, resignadamente, con su sufrimiento.
41 Cuando el hombre se siente convulsionado, cuando está abatido por el dolor físico, moral o espiritual, cuando ha sido la humanidad sacudida fuertemente; he ahí entonces, a los negadores postrados en tierra, elevando sus ojos y su pensamiento, para decir: te amo, ¡oh! Dios, creo en ti, ¡oh! Padre Eterno, creador y dueño de todo cuanto existe mas, para llegar a esa condición del hombre, ¿qué ha sido necesario, mi pueblo? Han pasado casi veinte siglos de enseñanza; esa vez en una forma; ésta vez en otra forma: en el Segundo Tiempo: en un sagrario de carne, puro y limpio, como limpia y pura fue mi vida. En este Tercer Tiempo: utilizando antenas humanas para llegar hasta el mundo pecador, para rescatarlo, para redimirlo, para enseñarles que no hay otro camino de salvación que el amor, la piedad y la misericordia.
42 ¡Heme aquí! Para decir nuevamente a los hombres: ¡hombres, regeneraos, si ayer, fuisteis delincuente; por el arrepentimiento sincero, podréis apartar de vos mismo, el dolor, el gran sufrimiento!
43 He ahí, a la humanidad sorda y ciega a la voz de Dios, al que han olvidado; ha necesitado la sacudida fortísima, la sacudida que convulsiona, no solamente al corazón, sino a todas las fibras internas de su ser. He aquí, hay un gran lamento, bienamados, hay una queja infinita que se eleva hasta las altas mansiones siderales, es la lamentación de aquellos que hace poco tiempo, han caído. ¡Se necesitaba la gran sacudida! ¿No os dice algo, esos grandes acontecimientos? ¿No os recuerda algo, mi palabra de ayer, de hoy y de siempre?
44 ¡Alerta, mi pueblo! Vienen grandes acontecimientos. ¿No os dice algo, ese batir de alas, ese rugir de aparatos gigantes de acero, construidos por la mano del hombre, con la soberbia de: yo puedo, porque soy sabio que se elevan a las alturas? Y, ¿qué sucede muchas veces? Caen abatidos abatiendo entre los escombros, a los mismos que iban en ellos. ¿No os dice algo, las convulsiones del mundo, los grandes navíos que atraviesan el océano, pletóricos de seres vivientes; quien diría a esos seres que en un poco tiempo en el más allá, a las pocas horas, habían de ser seres sin materia, seres en alma? ¿Qué preparación habían tenido? ¡Ninguna, pueblo amado! ¿Nada os recuerda, nada os dicen, esos acontecimientos que vienen a ser una manifestación, de la Verdad, que ha brillado del pensamiento verdadero hasta los hombres que quieran escucharme? ¿Qué esperáis entonces, pueblo mío?
45 No está lejos el tiempo en que tengáis que lamentaros; mas entonces, quejaros no podréis, lamentaros tampoco porque habéis rehuido, habéis opacado vuestra sensibilidad espiritual e inhibido vuestros poderes espirituales, habréis evadido la enseñanza del Cristo que viene a conmoveros en vuestro frío corazón. Frío, porque el hombre tiene en su interno una piedra; mas esa piedra, por el esfuerzo debe pulirla, debe quitar las aristas que rompen a su contacto; debe pulir, ¡tan grandemente, esa piedra! Que con su pulimento, llegue a ser ¡tan brillante! Que deslumbre después con sus fulgores radiantes. Mas, ¡he ahí! Que el hombre, no quiere pulimentar su propia piedra; piedra: en el corazón, en la conciencia, en los propios sentimientos.
46 ¿Qué esperáis porción de la humanidad que se os ha dado la gran oportunidad, por el poder del amor, de que os acerquéis a escuchar de mi palabra en vibración? ¿Qué esperáis humanidad, para desandar el camino equivocado y entrar en el verdadero sendero de la paz profunda que no tiene sombras, para entrar en el sendero que no tiene tropiezos; y penetrar de lleno, si escucháis mi voz, en el camino recto que tiene luz, con fulgores resplandecientes de la nueva aurora de espiritualidad.
47 ¡Escuchad mi voz! ¡Oh! Corto número de la humanidad doliente. Todavía, ni vuestra voz ni vuestros labios, han tenido necesidad de exhalar la máxima queja; la queja suprema, del que se ve sumergido instantáneamente en el caos. Todavía vuestro corazón, no sabe de ese gran dolor e inmenso sufrimiento.
48 No es, ¡oh! Mi pueblo bienamado, no es la justicia del Padre Dios, por lo que todos estáis dolidos y sufriendo. ¿Por qué había de ser la justicia divina? Es el efecto colectivo que ha sido causado por las grandes alteraciones que han hecho los propios hombres, cometidas en todos los órdenes establecidos en este mundo.
49 Las causas y efectos, actúan individualmente en cada uno de los seres; pero a veces, se unen seres en miles y miles; y entonces, el efecto se vuelve colectivo y la Ley en la materia actúa y se cumple vuestro juicio; y caen de todas edades y condiciones, porque se está manifestando la respuesta de vuestra propia alteración y desobediencia a los ordenamientos y dictados de la Ley de Dios en la naturaleza.
50 Vosotros mismos, provocáis vuestro propio juicio; por eso debéis obedecer la máxima de la Ley de Dios, que os dice: amaos los unos a los otros máxima, que os enseña: comprensión, amor y caridad de los unos a los otros.
51 He aquí, mi pueblo bienamado, ¡no esperéis más! ¡A pasos agigantados se acerca el caos y el dolor, el infortunio y el sufrimiento, a paso agigantado se acercan las torturas morales y espirituales!
52 Gigantesco paso; y la interrogación, es en el arcano; ¿qué dice esa interrogación? Dice: Hijo de Dios, ¿hasta cuándo cambiaréis? ¿Todavía no estáis cansados, de sufrir y de llorar? ¿No estáis todavía cansados, hastiados, del latigazo que flagela, no por voluntad del Padre Dios; sino porque vosotros mismos habéis construido el látigo que después os azota y os hiere? Y entonces, la humanidad sobreviviente, se postrará de rodillas; y dirá: ¡misericordia. ¡Oh! Dios y señor.
53 Misericordia recibís, sí, del Cristo que viene a daros protección; pero también viene a daros la palabra llena de amor, llena de ternura, que os dice mi pueblo: no os veáis envuelto también, escuchad la voz sonora a través de labios humanos o escuchad a Dios internamente en el silencio, en la propia conciencia; en el silencio de vuestra noche. Haced, de vuestra noche: día sin noche día resplandeciente, de aurora infinita, para que reconociendo vuestros propios errores, entréis de lleno en el camino de la Verdad; no en el de la amargura y la desolación.
54 ¡Escuchadme hoy mis amados, ya que no me habéis querido escuchar antes! Yo os digo: sí me habéis oído con los sentidos de la materia; mas, el ruido del mundo opaco mi palabra y se perdió: vino mi palabra y el viento se la llevó y os quedasteis frío, insensible, con vuestras propias lacras, con vuestras propias equivocaciones y rebeldías.
55 ¡Oh! Mi pueblo. ¡Oh! Seres hijos de Dios y criaturas nacidas de la ternura divina y del amor del Cristo, yo os hablo con la infinita ternura y amor; y os digo, mis pequeños hijos muy amados: ¿qué esperáis para entrar en mi camino? ¿Por qué rehuís la propia luz que viene a inundar vuestro propio espíritu, conciencia y corazón? ¿Por qué desobedecéis? ¿Por qué hacéis vuestra ley de dolor; cuando la Ley del amor os llama, como a ovejitas extraviadas en los caminos de perdición?
56 Varones que me escucháis: camináis en obscurantismo. ¡Oh! Mujeres amadas que me escucháis, núcleo bendito, en quien me derramo con infinita complacencia; criaturas, hijas del amor de Dios: ¿qué esperáis para entrar en mi camino? ¿Qué esperáis para que no claméis después, cuando sea demasiado tarde? No tarde, para el amor divino que perdona, ¡no!; sino tarde para vosotros, en los momentos de angustia.
57 ¿No estáis mirando y observando lo que está pasando con vuestros semejantes? Casi en vuestras propias puertas, se está desarrollando ya la inmensa tragedia que hace años por distintos cerebros os vengo anunciando. Es así el testimonio del Cristo, para quien lo dude; es ésta la Verdad manifestada, el testimonio viviente; el clamor del gran gemido que llega hasta las alturas del solio divino, clamando y diciendo: ¡piedad! ¡Oh! Padre nuestro, ¡piedad, para todos nosotros!
58 Mas yo, os digo: ¡tened piedad para con vosotros mismos y para con los demás! ¡Tened caridad y misericordia de vuestro propio dolor, de vuestro sufrimiento y angustia! Pero si continuáis con rebeldía, mis amados, si no escucháis mi voz en el silencio, si el arrullo como canción de cuna, no lo escucháis en vuestro interno, si continuáis siendo el eterno desobediente y seguís así, entonces: “moriréis” según vuestra propia palabra. Mas yo os digo: moraréis en tinieblas estaréis un tiempo en el espacio, entre lo espiritual y lo material, allí os arrepentiréis, volveréis a nacer, volveréis a vivir como humano y os volveréis a ir innumerables veces. Cuantas veces volváis a nacer, o sea: reencarnar nuevamente será una nueva apreciación en vos mismo, de vuestros propios errores; y será, una nueva experiencia.
59 Escuchadme bienamados míos, que buscáis el lenitivo de vuestros dolores escuchando al Cristo, que no hay algo que lo detenga, ya que no hay barreras para mi amor, no hay impedimento para el Cristo. De día, de noche, con lluvia o con sol, el amor divino manifestando será con vosotros dentro de este Tercer Tiempo.
60 Escuchadme, atentamente: hay un gran libro abierto en el universo; es: el gran libro de la vida y ese libro, se escribe con los actos de todos los hombres; pocas paginas faltan para que se termine de escribir, para que queden grabados los actos de los hombres, en ese libro. El final de ese gran libro: el Séptimo Sello lo pondrá vuestro Padre Dios.
61 Mas, en verdad, cada uno de vosotros sois un libro; cada uno de vosotros, es como un libro abierto, con las páginas ¿acaso páginas en blanco? ¡De cierto, os digo que no! Son páginas, con manchas, con puntos negros.
62 Sin embargo, no es solamente el gran libro de la vida eterna, donde quedarán escritos para siempre los actos de todos los hombres, el que debéis unificar; unificad ¡oh! Mi pueblo, aquel gran libro universal con el libro vuestro. El libro de cada uno de vosotros, hacedlo único, unificando vuestros pensamientos, palabras y obras, en el bien; y entrando recta y definitivamente en mi camino de luz. Necesitáis hacer acopio de potente disposición, de buena voluntad y de fe, para entrar en mi camino de amor y sabiduría.
63 Amados, ¿en qué forma queréis que el Cristo de Dios, os hable? ¿En qué forma queréis que Cristo, llegue hasta conmover vuestra propia conciencia? Me refiero a la alta conciencia, porque en la mezcla que tienen los hombres, hay una conciencia espiritual, una conciencia humana y otra instintiva o animal. Y yo quiero llegar, hasta vuestra conciencia superior.
64 Quiero llegar hasta vuestro ser, al yo inmortal, el que no morirá jamás: el espíritu el único que fue anhelado por la mente suprema del Padre Dios; a aquel, que no nació de ninguna mujer y que no morirá; a aquel que no tiene cuna ni tiene sepulcro, porque es eterno, ya que emanó del Padre Celestial, del Ser Supremo, creador único de todo cuanto existe.
65 Ampliando mi enseñanza: en alba pasada, cuando di a los míos que se acercaron desafiando el temporal, os decía: sois tornadizos y volubles como las propias estaciones de vuestro año.
66 Pues bien, a veces os encuentro fervientes, ardorosos como mañana del mes de agosto, dispuestos a hacer el bien. Una llama de amor invade el corazón de los hombres ¿y después? Viene el viento huracanado de otro mes; y aquellos buenos sentimientos que albergó el corazón y la mente humana, fueron borrados, arrastrados como hojarasca, como hoja seca; y volvió entonces a quedar la mente y el corazón, a semejanza del frío invierno, de la nieve del mes de diciembre.
67 Sois tornadizo, en verdad, mi pueblo, sois volubles; pensáis espiritualmente en ocasiones, y la llama del infinito amor del Cristo invade vuestro corazón; y entonces, pensáis en ser bueno, en hacer el bien y perdonar; mas ¿cuánto tiempo perdurará en vos, esos bellos sentimientos? ¿Acaso ese propósito, lo vais cultivando como el buen sembrador va cultivando la pequeña mata; regándola día tras día, cultivándola, apartándola de los fuertes rayos solares para que no se seque y no se pierda? ¡No, mis bienamados! No lo hacéis así, porque todavía no sois el buen sembrador que yo estoy preparando .
68 La simiente de trigo dorado, se siembra, pero no siempre el terreno es propicio; una vez la semilla cae en roca y vienen las aves y la devoran; una vez la semilla, cae en los breñales, allí se seca por falta de cultivo, por falta de agua, por falta de sol. Otra vez se siembra en buen terreno, mas el sembrador se descuida y también vienen las aves, viene el viento y se las lleva y quedó la tierra sedienta, árida; mas hay terrenos preparados y eso quiero que seáis vosotros: la tierra preparada donde fructifique la semilla dorada que vengo sembrando, la semilla del amor. No hay otra forma de salvación, mi pueblo.
69 La protección de Dios, está en sus criaturas, sin dejar de ser nunca. La protección de Dios, es, en todos sus hijos.
70 Y hay un pensamiento, que me dice: Maestro amado, si la protección de Dios, es, ¿por qué entonces el Ser Supremo permite esas hecatombes? ¡Ah! Mentecita mía que así pensáis, la protección divina del Padre, es; pero es también, la lección para los hijos de Dios. Si el hombre camina desatentado, por caminos equivocados, lleno de rebeldía, de errores, de faltas y aún de crímenes, ¿creéis vosotros que la Ley de causa y efecto, no puede hacerse sentir en vuestro mundo? En verdad, os digo: que sí mas la protección de Dios, completa y absoluta, es para aquellos que siguen el camino del bien, el camino del amor, el camino del sacrificio y la renunciación, a todo lo que es materialismo.
71 La protección la tenéis también, de los seres de luz y de los seres amados espirituales. Seres espirituales que sin cansancio, sin saber si lo merecéis o no, os dan su amorosa protección. Vuestros propios seres, que fueron por cuerpo de vuestra propia carne y sangre y que han desaparecido en las entrañas de la tierra, ellos como espíritus, también se constituyen en alma, vuestros propios protectores; pero ellos también sufren, porque os ven por caminos equivocados, porque ven que sois desobedientes, reacios y duros; que os conmueven por momentos, pero tornadizos, como el viento, la lluvia, como el sol en las distintas estaciones del año, es vuestra pequeña mente; y así es también, vuestro actuar: vuestros buenos propósitos de hoy, los contravenís mañana y aquel entusiasmo ferviente de hoy para escuchar mi palabra, para seguir las lecciones de mi enseñanza y hacerlas realidad en vuestra existencia humana; desaparece en verdad; viene el frío invierno y entonces, decís: estoy desmoralizado y si os desmoralizáis, se calma aquel fervor y nuevamente os encuentro tibios dentro de mi obra.
72 No quiero tibieza en mi obra, bienamados; yo quiero el fervor, el calor de amor, para encauzaros dentro de mi camino; o es preferible, la frialdad, porque yo sabré quitar el frío invernal de los corazones fríos. Mas, los corazones tibios, ¿qué haré con los corazones tibios, que no son ni fríos ni calientes? ¿Que no tienen el fervor para seguir mi enseñanza, ni la frialdad para detenerse en su camino?
73 De cierto, os digo, ¡oh! Bienamados, que me escucháis: necesitáis escuchar mucho sí, pueblo amado, me habéis escuchado por distintos aparatos humanos, en distintas formas, ya en enseñanza de altitud, ya en enseñanza sencilla; pero siempre orientadora y llena de luz, porque eso es mi palabra: luz y para eso es: para orientar a la humanidad entera.
74 ¡Seguid mi luz! ¡Seguid la luz redentora que va siempre delante de vosotros, señalándoos el camino y apartándoos del precipicio! Diciéndoos criaturas e hijos de Dios: ¡detened la carrera desatentada sin freno y sin medida que lleváis y que va a llevaros al caos, a la oscuridad, al llanto, a la miseria!
75 La miseria del alma, quiero que vosotros la contrarrestéis para siempre; es preferible ser mísero en materia. En la parte material, ser mísero, quiere decir: no obtener, carecer aún de lo más necesario pero cuando el pobre, sabe ser perfecto pobre; escuchadme bien: se puede ser perfecto rico, dentro de la relatividad; y se puede ser, perfecto pobre. El perfecto pobre es aquel, que: careciendo de lo más necesario para su diario vivir, aun careciendo del pan para llevar a sus labios; en comunión con el Padre Dios, sabe elevar su pensamiento y sin desesperación, sabe decirle al Padre: yo te doy gracias, ¡oh! Padre nuestro, porque hay poco para mi vida en la parte material; pero tú te dignarás darme más, no según mi merecimiento, sino según tu gran misericordia. Ese es el perfecto pobre, dentro de lo relativo.
76 Os pregunto, ¡oh! Mi pueblo, ¡oh! Mis marcados: ¿puede compaginarse la existencia del rico, con la parte de altitud espiritual? Pensad primero, antes de contestarme: si puede la existencia del rico, del poderoso, compaginarse con las altas miras espirituales, con la grandeza espiritual de pensamiento, de palabra y de obra. no, Maestro me decís. Pues, en verdad, yo os digo, y escuchadme bien: ¡sí puede compaginarse! ¡qué acaso eso es posible, Maestro? me dicen las mentes asombradas y yo, os voy a explicar el por qué: es debido a que, no todos los ricos, tienen la pasión de la avaricia ¡no!; hay también, pocos, pero existen, que tienen centros de trabajo, para que en esos centros de trabajo y de ayuda, acudan los viciosos, los pobres, los menesterosos. Hay pocos ricos, pero existen, que en la altitud de miras, toman de sus monedas para aliviar ocultamente las necesidades materiales de los pobres; entonces, aunque sean pocos, pero existen, mis bienamados; y en ellos, me complazco, porque esos grandes ricos de hoy; fueron antes, menesterosos.
77 Como vos, mi pueblo, habéis tenido, pero muchas veces no. Unas veces habéis sido poderoso, habéis sido jefe de nación; habéis sido, en otras veces: mísero, harapiento, mendigo como vos les llamáis habéis sido en unas veces: de gran intelecto mental en otras, habéis sido: atrasado mental y he aquí, que en todas las diversas existencias humanas que habéis tenido, habéis adquirido distintas experiencias; por eso, unas veces venís en una forma; y otras veces, venís en otra forma.
78 Por eso, yo os digo: el rico de ayer, de pasados tiempos, de duro corazón, avaro, lleno de afán para amontonar monedas para su propia satisfacción, que dejó pasar con mirada indiferente al pobre, al hambriento, que no se detuvo para hacer el bien; son los menesterosos, los indigentes y pordioseros de hoy la belleza de ayer, la belleza efímera que trajo como consecuencia: la vanidad, el orgullo, la soberbia es la fealdad de hoy, mis bienamados.
79 Ya veis, mis bienamados, como todas las manifestaciones de la Ley suprema son justas. No hay legislaciones más justas que las manifestadas por la Ley superior del Padre Dios.
80 Quiero que esta lección de esta alba de gracia, no la olvidéis. Sin embargo, no hay alguna de mis cátedras que sea para ser olvidada, ya que todas son para ser leídas después, son para ser analizadas atentamente, para que vosotros no reclaméis y atentéis la grandeza infinita del Padre Dios que es vuestro Padre, para que no claméis: ¿por qué? ¡Dios mío! ¿Por qué? ¡Si yo no he matado, no he robado, ni a alguien he hecho mal; y sin embargo, mi vida es un eterno sufrimiento, un eterno sufrir, llorar y expiar!
81 Aprended la lección, mis bienamados, llevadla por los confines de la tierra, habladles a los que insultan la gran majestuosidad del Padre Dios, a aquellos que reniegan de la mañana a la noche, aquellos inconformes, aquellos quejumbrosos que no están conformes con el pan que tienen en su mesa, con la salud que tienen en su cuerpo, con el intelecto que tienen en su mente; no están conformes, con dos ojos que tienen para ver, dos oídos para escuchar, sus miembros para caminar y para conseguir sus alimentos. Ellos están completos en la parte física; y sin embargo, la lamentación es de la mañana a la noche, ¡ah! Esos bienamados, de cierto y en verdad, os digo: no saben lo que hacen, ni lo que dicen.
82 Yo quisiera que cada uno, de aquellos que se lamentan y se quejan, se pusiera en contacto con los auténticos menesterosos, con aquellos que no tienen ojos para ver, para contemplar los rayos del sol y sus bellezas, las bellezas de la madre natura. Yo quisiera que aquellos que se quejan, se pusieran en contacto con los que no pueden mover sus manos para llevar alimento a sus labios, que no pueden dar un paso porque van arrastrándose por el suelo, ¿qué dirían entonces, aquellos que se lamentan y se quejan?
83 Entonces, cuando en verdad, me comprendáis, diréis: ¡oh! Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen ni lo que dicen, aquellos que reniegan de la mañana a la noche, inconformes por lo que nuestro Padre Dios, les ha concedido; sin reflexionar, ni analizar, que: ni aun de aquello que tienen, son realmente merecedores sin embargo, ese es el amor de Dios que continuamente derrama en todos sus hijos y sobre toda su creación universal.
84 Por eso, pueblo mío, si un pan tenéis en vuestra mesa, acostumbraos siempre a bendecirlo, antes de llevarlo a vuestros labios; porque el que sabe bendecir su pan, llamando al Padre, recibe aún más de lo que tiene. La multiplicación en su mesa se hace, al que sabe bendecir el pan, antes de partirlo para tomarlo.
85 Y cada uno de vosotros, estáis en condiciones de hacer la multiplicación de los panes, tal cual yo lo hiciera en el Segundo Tiempo, cuando uno de mis auténticos apóstoles, me dijera: señor, la multitud está cansada, fatigada, hambrienta, ¿no sería mejor decirles que encaminaran sus pasos al primer pueblo, para que tomaran pan, para alimentar sus cuerpos debilitados? ¿Qué hizo Cristo a través de Jesús, en aquel Segundo Tiempo : multiplicar los panes y los peces, para alimentar a las multitudes, que por miles se encontraban, embelesados en la deleitación al escuchar las lecciones de mi palabra. Y ¡he ahí! Se hizo la multiplicación, por la luz purísima del Cristo, porque yo actuaba con el Espíritu del Padre, bienamados; curaba con el Espíritu sublime, tomado del Padre Dios. Enseñaba con el divino Espíritu; multiplicaba y bendecía, sí, y hacia todo el bien con el Espíritu.
86 Por eso, yo digo a vosotros: espiritualizad vuestra vida poséis poderes que tenéis escondidos; multiplicadlo todo, para el bien mismo y de los demás; también, debéis multiplicar la curación; ya que, elevando el pensamiento al Padre Dios, de las fuentes universales podéis tomar salud para vosotros y para dar a vuestros semejantes. Podréis dar enseñanza, porque diciendo: Padre amado, Padre nuestro, de ti tomo inteligencia, y yo soy sabio para enseñar a los que no saben. Padre, yo soy rico, tengo para mí, porque tú me das a mí; y de lo que me das, multiplico para dar a mis semejantes. Padre, tomo de tu salud excelsa; y de tu salud, tengo para mí y tengo para dar y repartir salud a mis semejantes todo esto podéis expresar y hacer con el espíritu, bienamados, sin un ápice de soberbia, ni de vanidad, ni creyéndoos vos, cual si fueseis Dios, ¡no! Sino humildemente, pidiéndolo al Ser Supremo, al hacedor de todo cuanto existe; y podréis hacer vosotros, maravillas, cuando actuéis con el espíritu, cuando dejéis de ser más materia que espíritu, cuando dejéis que el espíritu obre sobre los instintos de vuestra materia.
87 El espíritu, debe ser el amo y señor de la materia. Sed vosotros el amo y señor, de vos mismo. Sed vosotros el maestro, de vos mismo. Sed el médico, de vos mismo. Sed el propio redentor, de vos mismo. Sed también el pastor y sed la propia oveja. ¿Me estáis comprendiendo, mis amados? Sea vuestro propio espíritu, el que os guíe. Sea una conciencia superior, quien os dirija. Es, a la conciencia superior vuestra, adonde quiero llegar, no solamente en esta alba de gracia; sino en todas las albas, en que vengo a derramarme, en luz y en bendiciones.
88 Dadme de vuestro tiempo, amados míos; dadme tiempo, en preparación, para que pueda contemplar a los míos: regenerados y dignificados. Dadme ocasión, de que vosotros podáis hacer la manifestación del hombre espiritualizado, del hombre elevado, del hombre que ha quemado la paja; y si alguna paja, ha quedado en vuestra vida, transformadla y usadla para hacer el bien.
89 Sí, os lo repito: si tenéis monedas en abundancia y cual los avaros las guardáis donde solamente el escondite, vos conocéis; y dejáis pasar, las necesidades frente a vuestra puerta ¡ay de vosotros, bienamados! Porque desencarnaréis un día, es decir: el cuerpo físico descenderá a la fosa; pero en alma, sufriréis y sollozareis espiritualmente lleno de arrepentimiento, por el bien que pudisteis hacer a los demás y que no lo hicisteis.
90 Sin embargo, si vosotros tenéis poco, dad de aquel poco que tenéis; porque si guardáis aquel poco, pensando que para mañana no tendréis, de inmediato habréis puesto en tela de juicio y de duda la omnipotencia del Padre Celestial; del Padre amantísimo, que no abandona jamás a ninguno de sus hijos.
91 Dad, si tenéis poco, pero dad. Dad si tenéis más, pero dad. Dad mucho más, hombres de la tierra, dad a maravilla; porque, en la medida que vosotros deis, en esa justa medida, recibiréis.
92 Dicho está, cumpliéndose están, las manifestaciones de la Ley suprema del Padre Dios. En el mundo atormentado, las quejas y los ¡ayes! De dolor, se manifiestan sin cesar mas, ¡he aquí! Yo bendigo a aquellos que cayeron. Bendigo a aquellos: y les preparo su mansión, por cuanto fueron arrasados. Bendigo a aquellos que han quedado sin techo, que han quedado sin hogar; bendigo a aquellas mentes, porque muchas mentes están extraviadas por el golpe del dolor inesperado. Mentes que se han extraviado: yo os bendigo, en esta alba de gracia. ¡Recibid la salud! Sea la salud espiritual y la comprensión en vosotros, para que no reneguéis de los altos designios del Padre Dios.
93 ¿Cuántos siglos se ha mostrado entre los hombres, mi enseñanza del Segundo Tiempo? ¿Cuántos años tenéis vosotros, en este Tercer Tiempo, de escucharme alba tras alba y cuál es vuestro merecimiento? ¿Cuál es el fruto obtenido, por el haberme escuchado?
94 De cierto, os digo, ¡oh! Pequeñas mentes amadas, a quienes yo bendigo, ¡oh! Humanidad, que a vos llegará mi mensaje escrito y explicado por mis marcados, de cierto y en verdad, os digo: vuestras manos, aún están vacías de obras buenas pero, yo, no me detengo a inculparos, ni vengo a juzgaros; vengo a encauzaros tierna y amorosamente, con el amor de los celos. Como el murmullo y el canto del ruiseñor en la alboreada, así es mi palabra; así es mi divino pensamiento, derramándose en las mentes y en los oídos de los seres humanos.
95 Mentes de los seres humanos que me escucháis: ¡abrid el entendimiento espiritual! ¡Elevad el pensamiento que fluye espiritualmente para buscar a vuestro Padre Celestial, al Padre Dios; para que el mundo, no se convulsione más; para que con vuestras propias buenas obras, apartéis el efecto de la causa; el resultado, de la Ley material de: causa y efecto, que está en puerta. Hacedlo, mis bienamados que aún podéis escucharme: ¡cuántos de vosotros solo me escucharán unas albas más en esta forma! Cuántos de vosotros, tendréis la dicha de recibir mi bendición en materia; porque en espíritu, no hay instante de vuestra vida que no se derramen las bendiciones del Eterno Padre Dios, para sus hijos que son cual criaturas pecadoras.
96 Decidme, mis amados: ¿tendréis el buen propósito, a partir de hoy? Ya que la lección de mi enseñanza, ha sido conmovedora, ¿os habéis sensibilizado y conmovido, al tener conocimiento de las grandes tragedias? Y cuántas tragedias han pasado, que ya habéis olvidado ¡ah! Hombres versátiles, ¡ah! Hombres que pensáis y os arrepentís por instantes para volver a caer, para volver a pecar! ¡Dejad ya para siempre, el triste ayer de vuestra vida!
97 El mundo se convulsiona, ¡oh! Moradores de la tierra; y yo vengo a dar luz a las mentes, vengo a animar al corazón frío, a daros impulso para que la parte espiritual se eleve, para que los hombres se amen los unos a los otros; ya que el amor, es la palanca verdadera para ganar el celo; para ganar: “el gran día sin noche” “la gran luz” que no tiene oscuridad; y que jamás, tendrá tinieblas.
98 ¡Bienaventurado el que se siente pecador y así lo reconoce y manifiesta, porque a él, llegará mi luz y así penetrará en mi camino!
99 En la mezcla que tenéis todos, hay una parte de santo, donde actúa en el santuario interno, el verdadero sacerdote. No hablo de los sacerdotes, ministros de una u otras religiones que se dicen representantes míos, ¡no!; yo os hablo de la conciencia espiritual, del verdadero sacerdote que actúa en vuestro ser en vuestra conciencia o mente superior; en ese altar interno, ¡he ahí: el sacerdote que oficia! ¡He ahí: el pecador, que se confiesa con el sacerdote! ¡He allí: el confesor, y el que se confiesa.
100 En verdad, os digo: el arrepentimiento sincero, es una flor magnífica de perfumes de encanto divino que llega hasta los santos solios del Padre Dios.
101 ¡Humanidad mía! ¡Humanidad de mis preocupaciones espirituales; causa de mis irradiaciones y de mi manifestación en este Tercer Tiempo, a través de antenas humanas; causa de mis desvelos espirituales y de mi enseñanza! ¡He aquí, un alba bendita de gracia, en que os he entregado una vez más de mi enseñanza!
102 ¡Elevaos espiritualmente, con mi enseñanza! ¡Sí, pueblo mío! Como si fueseis una ave majestuosa, abrid vuestras alas espiritualmente y elevaos al infinito, pero cuando estéis en las alturas, no os alejéis, esperad a los demás; porque cuando os sintáis en verdad, grande, es cuando como pequeños maestros, os necesitan vuestros hermanos que aún no me han comprendido.
103 ¡Elevaos como el ave grandiosa!; pero esperad en las alturas a los que han quedado rezagados. Ayudad a los demás a elevarse; ya que: ni uno de vosotros, entrará solo en el reino de los celos; tendrá que entrar acompañado. Mas, ¿quiénes os acompañarán? Serán todos aquellos, a quienes vos habéis ayudado. Y, ¿qué os dignificará, para no entrar solo? Todos los méritos que habéis desplegado en vuestra vida espiritual, en el alma o en la materia, haciendo actuar al espíritu en plenitud, todas sus virtudes.
104 No lo olvidéis: haced que brille vuestra vida, por vuestras propias obras buenas. Haced que brille el espíritu, sobre vuestra materia.
105 ¡Bienaventurado todo aquel que en este Tercer Tiempo, me escuche y lleve a la acción lo aprendido! ¡Bienaventurado el niño o el joven, que escuche al Cristo, y no se burle de su enseñanza! ¡Bienaventurados los que emplean los primeros años, cuando están en la plenitud de su existencia humana; y lejos de llegar a las bajezas, procuran imitar la enseñanza que Cristo, el Maestro de maestros, os dio a través de Jesús, en el Segundo Tiempo! Pero ¡bienaventurados también, los que están en la mitad de su existencia humana, en su madurez! Y ¡bienaventurados también, los ancianos benditos! ¡Bienaventuradas las cabezas blanquecinas por la nieve de los años y de los desengaños! Porque de cierto, mucho han sufrido; los desengaños blanquearon los cabellos de su cabeza; y por cuanto han sufrido, ¡bienaventurados serán en el reino del Padre, en el reino de las delicias infinitas!
106 ¡Bienaventurados seáis todos vosotros, si sabéis amar! ¡Bienaventurados los tristes! Los que piensan: en los que han caído para ya no levantarse, en los que quedan abandonados de los hombres, en los que no tienen hogar, ni techo, ni abrigo, ni pan. ¡Bienaventurados los que tienen el corazón siempre dispuesto, blando como el pan bueno, para darse asimismo a los demás si fuera necesario! ¡Bienaventurado el que tiene unas monedas, para aliviar a su semejante que está en necesidad! ¡Bienaventurados los que saben perdonar y olvidar las ofensas, en el nombre de Dios y en mi nombre! Bienaventurados, seréis vosotros: cuando entréis en el verdadero camino de la redención, cuando forjéis con vuestras propias obras en el reino de Dios, vuestra propia morada ¡vosotros podéis hacerlo, mi pueblo! Podéis hacerlo, si tenéis contrición y atrición.
107 ¿Tenéis en verdad, contrición y atrición? ¿Tenéis propósito de enmendaros en vuestras vidas, para que no se encuentren envueltas en el torbellino, que ya está en puerta y que amenaza destruir gran parte de la humanidad? ¿Tenéis propósito de pensar bien, de hablar bien y de actuar bien? ¿Tenéis propósito de amaros, de unificaros y de disculparos, los unos a los otros?
108 En verdad os digo: no hay error o falta, que estéis autorizados para juzgar. Juzgad a la luz de vuestra conciencia, vuestras propias obras; pero no, las de vuestros semejantes.
109 Sed tolerantes, sed cariñosos, sed caricia y ternura para con vuestros hermanos; ¡no seáis látigo para ninguno de vuestros hermanos! Porque en la medida que vosotros deis, en esa misma medida recibiréis ¡no lo olvidéis!
110 Y ahora, mi pueblo, antes de desprender mi vibración luminosa de este cerebro, decidme mi pueblo: ¿estáis conformes con lo que habéis recibido? Es enseñanza para vuestra vida verdadera, para vuestra alma, para vuestro propio espíritu. ¿Qué os importe la vida material o lo que el destino os depare?; si vos, sois, el forjador de vuestro propio destino.
111 Vuestro espíritu, tiene que ser uno con el todo, no lo olvidéis: uno, en el universo entero, abarcando a la humanidad, como el uno es en todo sí, humanidad amada, el todo es: uno en todos y todos: en el uno, en el único.
112 éstas son las palabras con que termina la lección de mi enseñanza de esta alba de tristeza infinita para una parte de la humanidad; de alegría, para vosotros, si sabéis aprovechar y llevar en la práctica mi enseñanza; no solamente debéis congregaros para oír y escuchar; sino para actuar. Se necesita: escuchar, comprender y actuar porque si oís, y no escucháis, no comprenderéis y no podréis practicar; y si escucháis, comprendéis más; pero, si no practicáis, de nada os ha servido entonces mi enseñanza. Debéis aunar las tres condiciones: escuchar, entender y practicar.
113 Amado pueblo que me escucháis: al bendeciros, se hace universal mi bendición: para los tristes, para los caídos, para los huérfanos que han quedado llorando su orfandad yo consuelo y enjugo su llanto, a las madres que han quedado sin hijos y sin compañero. Para los tristes: mis bendiciones, mi caricia y mi ternura mi consuelo, es para la humanidad entera. Todo el clamor de los que sufren, yo lo llevaré al alto solio del Padre Dios.
114 ¡He aquí, la piedad y misericordia del Padre! Piedad y misericordia, para los caídos. Piedad, para los que lo escuchan, para que sean la semilla dorada y el árbol del fruto bueno, que dé alimento y sombra al caminante extraviado.
115 ¡Oh! Padre espiritual, Padre Celestial, Padre único, Padre universal que moras también, en la alta conciencia del espíritu de todos tus hijos. Extiendes tu piedad y misericordia en esta alba de gracia, en nombre y por el mérito del sacrificio, con el mérito del amor con que les amo; no por el mérito de ellos, porque todavía ¡oh! Padre, no tienen méritos ante ti, ante tu grandeza excelsa. En tu nombre, ¡oh! Padre Eterno Gran Jehová, yo les bendigo. En tu nombre santo, me derramo en ellos. En tu nombre excelso lleno de luz y de bendiciones, bendigo también los cráneos, los corazones, almas y espíritus; y bendigo las flores, que son pensamientos materializados tuyos, ¡oh! Padre, como también pensamientos tuyos, son: todas tus criaturas.
116 ¡Adiós, pueblo amado! Y al deciros adiós, mi pueblo: es que retiro mi vibración a través de antena humana, con pensamientos sonantes; pero no digo: adiós a la humanidad porque dentro de todos vosotros, el Cristo vive. Ya que: el Cristo, es esencia de Dios, que está en todo Cristo es: esencia de amor divino, en cada alma; y en el propio respirar, de cada humano y criatura del universo.
117 En vuestro propio respirar, vos recibiréis la esencia del Padre Dios, del Padre universal. La esencia del Cristo, recibiréis, pensando que es la esencia de Dios, la que lleváis a vuestras células, a vuestro corazón, a vuestros pulmones.
118 Las bendiciones del eterno bien, os cubran; las bendiciones de las alturas, adonde el Padre Celestial mora con toda su grandeza, sin dejar de morar en todo lo que vida tiene, os protejan, os cuiden y os guíen por el camino.
119 Si toda la humanidad pudiese escuchar las lecciones de esta mi enseñanza, cuántos males se dejarían de hacer y cuánta sangre se dejaría de derramar sin embargo, vosotros, que tenéis la gran dicha de escucharme: analizad e interpretad profundamente, mi enseñanza.
120 ¡Adiós, mi pueblo amado! Unas albas más y nuevamente el Cristo de Dios, se derramará en alba de día primero, cuando vos esperáis recibir más de mi; pero no esperéis recibir tan sólo, en alba de día primero; tomad de mi dádiva de este día; no es alba de día primero, y sin embargo, ¡tomad vosotros! Y según sea vuestra preparación y vuestra fe, así recibiréis.
121 Yo me llevo vuestras tristezas. Vuestras preocupaciones, las hago mías. Derramo salud y bendiciones, en los enfermos; y según su fe, así será la curación a maravilla.
122 Yo soy esencia divina en la propia esencia de vuestra alma y en vuestra esencia espiritual. Que la luz de mis pensamientos, os envuelvan y os acompañen en vuestra soledad.
123 En la noche, en las horas del descanso, pensad, que: Cristo, el mesías, mora con vosotros; y que él, está en vos mismo, para siempre. En la animación del cuerpo, en la esencia del alma y en la vida del espíritu, es por una eternidad.
124 Pueblo, revelación grandiosa os he dado en este día del sol, para que vuestras pequeñas mentes, en muchos días y en muchas noches, piensen en esta lección de mi enseñanza y lleguen a alumbrarse con sus grandezas.
125 Mi amor os una, en la parte material, en la parte inferior; mi amor que es arrullo, caricia, consuelo, os envuelve dentro de su efluvio divino.
126 Yo os bendigo, mi pueblo, en el nombre del Padre, os dejo unidos espiritualmente al Padre, para que forméis un solo Espíritu, una sola vida, una sola eternidad. ¡Bendito seáis, pueblo de Cristo! Caigan las gracias sobre vos, las gracias de ese Espíritu único, absoluto e infinito, entre todos vosotros.
¡Mi paz, sea con vosotros!
39. La nochebuena de los pobres
Miércoles 24 de diciembre de 1947
1 ¡He aquí la estrella guiadora, conduciendo a las almas al paraíso eterno! ¡He aquí, la dulce melodía impregnada de amor, arrullando a las almas que en el peregrinaje de su vida, angustiadas se encuentran!
2 ¡He aquí al salvador de las almas, en este día de gracia, recibiendo a sus pequeños amados en el nombre de aquel que me envía, para darles la enseñanza que tanto necesitan!
3 Bienamados, que os acercáis: si por dolor llegáis a mi; mi amor os recibe. ¡Confiad siempre en mí!
4 En esta hora, y en la solemnidad de esta cátedra, quiero estar con vosotros, ¡tan cerca de vos! Que pueda atraer la esencia de vuestro ser, hacia mi Ser
5 Quiero estar con vos, mi pueblo, tan cerca como os sea posible estar conmigo, para que realicéis esta armonía; para que seamos uno, vos y yo; y para que me sintáis vuestro compañero luminoso que alumbrándoos el sendero va, siempre adelante de vosotros.
6 Quiero que sepáis, que soy en vuestra vida la luz primer a, la fuerza, que hay en vosotros mismos. Yo soy la promesa de vuestra alma, ya que soy el Maestro que trabaja interna y externamente, tratando de hacer de vos, el nuevo modelo, del hombre perfecto del mañana.
7 ¡Quiero estar con vos, de tal manera, aunque sea por una hora, que os sea imposible separaros de mí! Quiero llenar vuestro corazón, de la ternura exquisita que brotará por vuestros pensamientos, por vuestras palabras, por vuestras miradas y por vuestras obras.
8 Quiero que os armonicéis con el amor, que es la potencia armónica que mueve los mundos, en el gran concierto universal.
9 Quiero, amados míos, despertaros en esta nochebuena; noche memorable en que por la voluntad del Padre, en el Segundo Tiempo vine al mundo, para enseñaros con mi vida y ejemplos, el camino de los celos, en la verdadera renunciación del hombre.
10 ¡Venid! ¡Acercaos a mí! Pequeños míos, para que recibáis la fragancia de mi Ser en esta hora solemne, plena de cantos sublimes en los celos y en la tierra.
11 Yo con vos, mi pueblo, y vos conmigo, en esta noche, enternecidos, sentiréis la inmensidad de mi amor; y así, alentaréis al triste y enjugaréis las lágrimas al que llora.
12 ¿Acaso no os será posible, amados míos, hacer tierno y dulce vuestro corazón en esta noche? ¿No os será posible, manifestar el amor del Padre, que está en vos mismo, para dulcificar vuestro ser? ¿No os será posible, que olvidéis vuestras tristezas y profanas alegrías, para que os entreguéis a mí?y así, pueda decir al Padre: ¡Padre, ellos y yo, somos uno! Y en estos momentos, recibáis de mi luz y de mi amor.
13 Permitidme, amados míos, que visite vuestra alma en su soledad; quiero dejarle como un recuerdo de esta noche inolvidable, la fragancia y la esencia de mi Ser.
14 Dejadme, amados míos, que recoja del sendero de vuestra alma, las flores marchitas del dolor, las esperanzas fracasadas, las tristezas que brotan cual lágrimas de vuestros ojos.
15 Yo, ocuparé en vuestra alma, el sitio que me habéis designado; y ahí estaré para consolaros. Yo lo quiero y si vos me dejáis, vuestras heridas cicatrizarán; mas, quedará en vuestra alma, la huella de los sufrimientos y de la experiencia pasada; porque vuestra alma, necesita de esos sufrimientos y de esa experiencia, para engrandecer su ser y así pueda gozar conmigo de la gloría del Padre, en la unidad.
16 ¿Queréis, amados míos, que cambie vuestras flores tristes, por las rosas fragantes del huerto de Belén? Sabed que vos, sois mi Belén; y que de vos, surgirán las fragantes rosas que prometí al Padre, de vuestra santa transformación, cuando sigáis mis pasos, escuchéis mis palabras y hagáis de cada frase un precepto, una acción en la forma; y encontraréis en mi vida, toda la grandeza.
17 Mas, he aquí, aunque me manifiesto en vuestro mundo y en vos mismo como hálito santo, no me habéis sentido ni habéis sabido interpretar toda la grandeza de mi Espíritu. Todavía no entendéis, quien soy, ni el por qué vine a la tierra y por qué os he manifestado este amor inmenso, tierno y profundo que ha sido siempre mi más grande enseñanza.
18 Recordad, que sois aquel de Jerusalén, que vivió en otro cuerpo; mas ahora en este lloráis, aparentemente con otros ojos, mas vuestro espíritu es el mismo y el me reconoce. Me contempla escrutadoramente; y yo, le pregunto: ¿qué queréis interrogar de mí, ¡oh! Ser bendito, si no habéis sabido atenderme ni entenderme?
19 Vos mismo sois, ¡oh! Ser humano, una interrogación en el infinito. Interrogaos a vos mismo. ¡Hombre! Interrogación del mundo, verdad del celo. ¡Analizaos, conoceos, alimentaos con el fuego de vuestro propio ser! Porque Dios, pasa por vos, con el fuego santo de su Espíritu.
20 Vagamente comprendéis estas frases, porque no podéis tener más luz que la que os corresponde conforme a vuestra evolución. Ahora, sabéis lo poco que habéis entendido de mi enseñanza; y, ¡cuán poco habéis entendido!
21 Recordáis de mi calvario, de mi cruz; y no recordáis, que vos mismo, formáis parte del calvario y de la cruz de Cristo.
21 Con vuestras desobediencias a la Ley del Padre, con vuestra rebeldía e ingratitud, me habéis herido, clavándome poco a poco las espinas de mi corona y los clavos en mi cruz, por qué sois rebeldes pequeños míos, a los mandamientos sublimes de Dios; y siendo rebeldes, ¿cómo queréis estudiarme y conocerme?
22 Me conocéis, en pequeña parte; podéis aún, conocer más de mí, pero por mucho que lleguéis a conocerme, vuestros sentidos limitados, no os permitirán percibir toda mi grandeza.
23 La inmensidad, no puede ser juzgada por la limitación; y he aquí, que no podréis comprender a plenitud, la grandeza que hay en el Padre y en mí. Por mucho que os hablara del Padre, no alcanzaríais a imaginar, de sus infinitos arcanos ni de la inmensidad que abarca todo su Ser.
24 Así, comprended: que solo el creador increado, se conoce a sí mismo. En la contemplación de su Ser y en el infinito universo, sólo Dios conoce a Dios y conoce al Cristo; y yo, Cristo, me conozco a mí mismo.
25 Siglos ha, que os contemplo mis bienamados, rebeldes a los dictados sublimes de la Ley del Padre; dictados, que desconocéis y si poco conocéis de ellos, no los comprendéis; y de ahí, surge vuestra desobediencia y rebeldía. Mas, yo, vuestro Maestro, expreso la sabia Ley del Padre, y os la enseño. Que os sirva mi vida de ejemplo en la grandeza de su manifestación, para que no sufráis, para que no lloréis, para que vuestro corazón no se sienta herido con las espinas de este mundo.
26 ¡Escuchad la voz del Maestro, que se eleva a las alturas! Y dice: ¡Padre, Padre de todos los seres. En esta nochebuena, consuela a tus pequeños porque están tristes; llena de luz su interno para que estas almas se alegren. Concédeme, ¡oh! Padre, que sus corazones palpiten llenos de amor hacia ti; y al unísono con mi Ser, puedan decirte: ¡Padre, Padre nuestro, Ser infinito! Te amamos por tu grandeza incomparable, como Ser absoluto que eres, de todo cuanto existe.
27 Después de pronunciar, la santa palabra: “Padre” sigue un silencio profundo, con que el universo, reverencia a su creador. Todo entra en sublime sumisión, en apacible contemplación. Con esta santa palabra, en el Segundo Tiempo, curaba a los enfermos, musitando con el alma la sublime oración, en el santo nombre del Padre. Sólo al mencionar esta palabra, su poder pone en movimiento las fuerzas de vida que son: amor, sabiduría y luz.
28 Aprended a orar con esta santa palabra, amados míos, musitadla con el alma; y Dios, os contestará internamente con su dulce vibración consoladora, sin voz, sin frases sonoras. Así, el alma, recibe de su creador, los grandiosos privilegios que emanan de su Ser. ¡Cuán dulce será el momento, en que sintáis su caricia divina, como contestación!
29 En esta nochebuena, de fiesta espiritual, si pudierais ver, ¡oh! Hijos de mi amor, lo que los planos astrales, revelan en vibraciones de imágenes sutiles; veríais los campos, brillantemente iluminados por las luces de los celos; claros paisajes se presentarían ante vuestra vista espiritual, que arrobada contemplaría los hermosos valles, perfumados con simbólicas flores que armonizan en bello colorido, con ríos y fuentes, con montañas y mares; iluminando todo, con matices maravillosos, de los planos de lo sutil.
30 Mas, vuestro mundo, amados míos, en esta santa noche, animado está con las vibraciones de amor que el Padre, le envía; y no sólo eso, mensajes de paz con ternura infinita, llegan a los corazones de los pobres y los ricos, de los enfermos y los sanos, de los tristes y los contentos; son corazones que laten emocionados al dulce recuerdo de su Maestro y de su guía, que un día, ha de volverles al Padre; origen, de donde surgieron.
31 ¡Alegraos! ¡Oh! Almas, que el pastor de las almas, con vos está. Alegraos, ¡oh! Seres benditos, siquiera por esta noche, en que las claridades de los celos, llegan a vos. Impregnaos, ¡oh! Almas, del mensaje que os traigo, que tocando está vuestra mente y llega a vuestro corazón.
32 ¡Oh! Moradores de este planeta tierra: escuchad la voz del pastor, que confiados le habéis sido por el Padre, y no quiere que ninguno de vosotros, se extravíe. él, os señala el sendero, donde vuestra planta no se lastime con los abrojos de este mundo.
33 ¡Venid, mis amados! ¡Mirad, como al llamado amoroso del pastor, las ovejas se congregan en mi aprisco de amor! Muchas, aún dispersas han quedado; mas algunas, por el sendero del dolor llegarán al redil, donde el amor divino les espera, para redimirlas una a una; y después, resplandecientes de luz, presentarlas al Padre, para que estén por siempre, en eterna unión.
34 Nochebuena llamáis a esta noche, los que recordáis mi nacimiento en el mundo en cuanto a hombre, en el Segundo Tiempo.
35 ¡Nochebuena! ¡Noche perfumada! ¡Noche llena de luces brillantes, de notas vibrantes de amor, en que en vuestro ambiente, viven los recuerdos del ayer!
36 ¡Noche de melodías sublimes que ascienden y descienden, de los celos a la tierra! Nochebuena: ¡haz que los corazones de los hombres, sientan tu dulce paz; que cambien sus notas tristes, por la sublime esperanza de una aurora mejor; promesa santa que su Maestro y su pastor, su redentor y su guía, les traen en esta noche santa!
37 Haz, ¡oh! Nochebuena, que olviden sus penas, endulcen sus palabras y la pureza brille en sus sentimientos; que llenos de ternura, asocien a sus penas mi recuerdo, para que sientan mi consuelo; que al despertar al nuevo día, la sonrisa brille en sus labios cual símbolo de paz, de amistad, de perdón y complacencia; para que así hagan todos, las albas y todas las noches de su existencia, buenas.
38 Anhelo, amados míos, que los latidos de vuestro corazón, en su ritmo acompasado, dulce y amoroso, vibren al unísono con los corazones hermanos; que en santa unión, sientan la fuerza interna que les hace perdonar, aún lo imperdonable; porque los errores que con vos, han cometido, comprended que son errores, que deben ser perdonados y olvidados por el santo amor que hay en vos mismo.
39 Si vuestros hermanos, por su ignorancia, no os comprenden, es por su inferior estado de evolución. ¿Y cómo no se ha de perdonar, a quien no sabe lo que hace? Y no sabe, porque ignora que el mal que os hace, se lo hace a sí mismo.
40 Pensad, mis amados, que vuestro prójimo y vos, hijos de un mismo Padre sois; y por tanto, cuerpos vitales, vivificados por un mismo Espíritu Santo. Así debéis ser, ¡oh! Doctrinarios míos.
41 Preguntaos, humano: si sois vanidoso y si lo sois, ¿por qué no os corregís? Y para corregiros, ¿qué debéis hacer? Primer o: reconoceros a vos mismo; después: tratar de despojaros de esa vanidad, que es un defecto que afea y mancha el alma.
42 Ahora por mi palabra sabéis, que la vanidad, se desvanece con la sumisión, la modestia, la humildad y la tolerancia.
43 El vanidoso, se considera merecedor de las dádivas, de los honores y atenciones de los demás, y no corresponde a ellos. Corregíos de esa enfermedad, que trastorna vuestra mente y os desvía de la Verdad. Mas, si no os corregís, vuestra alma que sufre, verá con tristeza que la retenéis, mientras otros progresan. Sabed, ¡oh! Humano que la vanidad entorpece vuestra evolución, os perjudica y necesario es que la desechéis.
44 ¡Venid a mí, pecador! Yo os prefiero con vuestras lacras, que si llegáis a mí, con aire de grandeza y vanidad. Os prefiero menesteroso, tratando de lavar vuestras manchas, que vanidoso y lleno de prejuicios.
45 Ahora, pueblo amado, os invito; ¡vamos a la nochebuena de los pobres, a darles el calor y la ternura que tanto necesitan! Venid conmigo, en pensamiento y espíritu; y veréis, que no resistís en vuestra dureza.
46 Antes de visitar a los ricos, a los influyentes, a los que llenos de comodidades se encuentran; vamos a la nochebuena de los pobres: a los suburbios, a las moradas de los menesterosos; serán éstos, los primeros lugares que visitemos, yo os guío; y vos, me seguís, espiritualmente.
47 ¡Mirad! Esa anciana, hijos tenía que eran su esperanza, su consuelo, su sostén; mas el toque del clarín, les arrancó de su hogar. Ved las lágrimas que ruedan por sus mejillas, al recuerdo de sus amados hijos; en esta nochebuena, esa anciana se alimenta de recuerdos; aunando a sus recuerdos, el de la pobreza, como en la que yo nací ella, se siente confortada en su desolación. No ha tomado aún agua que mitigue su sed, no ha tomado aún alimento; su faz demacrada lo indica y que tambaleante va por el agua, que aunque turbia, llevará a sus labios para engañar así al hambre que roe sus entrañas.
48 ¡Vamos, amados, hagámosle compañía! Que es madre y no tiene hijos, que es hija y no tiene padre material, que es esposa y no tiene esposo, que está sola y desamparada. Sólo se alumbra, con la luz de mi recuerdo; porque ella, en esta noche bendita, me recuerda y me ama.
49 ¡Oh! Ancianidad bendita, pobre y enferma, triste y necesitada os encontráis; lloráis vuestra desolación, mas no estéis triste, que Cristo, con vos está siempre, consolándoos, acariciándoos. Sabiendo que Cristo, es de los tristes, de los desamparados, vuestra alma ansiosamente espera el momento en que cerraréis vuestros ojos al mundo para volar muy alto, donde tiene su morada por una eternidad.
50 ¡Vamos, amados míos, a la nochebuena de los pobres, en quien tengo yo mis complacencias! Vamos a hacerle compañía, a esa triste mujer que desolada y enferma se encuentra; tan enferma, tan triste se siente, que constantemente se pregunta: ¿cuántos días, habré de vivir? ¿Acaso mis hijos, habrán muerto? ¿Acaso estarán más necesitados que yo? Y así, permanece, recordando a sus hijos, enviándoles recuerdos amorosos a cada uno de ellos; sin acordarse siquiera, que ha días no prueba alimento, porque desde hace tiempo, no ve de cerca una mano piadosa que le ayude.
51 Mas, el hálito de Cristo, con vos está, no os abandona nunca; con vos, soy en vuestros dolores; con vos, en vuestras tristezas; con vos, en vuestro abandono. Aquí me tenéis, amada mía, acariciándoos, curándoos. Vuestros ojos, no me ven; mas vuestra alma, me siente muy cerca; tan cerca, que no podrá separarse jamás de mí.
52 Alma mía, muy amada: no temáis, aquí me quedaré con vos, porque siempre os he amado; mías, son vuestras penas, mías vuestras alegrías, míos son vuestros dolores. Sufrís, sí, porque vuestros semejantes os han hecho sufrir. Mas, no temáis, Cristo, en cambio, os ama con un amor ¡tan inmenso! Que daría otra vez la vida por vos.
53 ¡Alegraos, ya no sufráis, porque feliz seréis allá, donde nunca se sufre, donde nunca se llora, donde Cristo, también estará para gozar con vos, en la gloria de Dios!
54 Ahora, amados míos, os llevaré a otro lugar. Quiero que conozcáis de los sufrimientos de vuestros semejantes, para que aprendáis a consolar y seáis útil a los demás.
55 ¿Veis aquel tumulto de gente, que animada se encuentra? Son soldados, que esperan, la señal del combate; mas, ha habido una tregua en honor, al recuerdo de esta nochebuena. Ficticia es su animación, comen y beben, para apaciguar sus penas. ¡Ahí, hay gran dolor!, dolor verdadero, que es el dolor interno. Sufren, pueblo amado, sufren la nostalgia de sus hogares, de sus seres queridos: padres ancianos, madres enfermas, esposas desamparadas, hijos abandonados todos sus seres queridos, pasan por su imaginación. Hay aún quienes les atormenta, el saber, que están cortando vidas, devastando ciudades, destruyendo cuanto hay a su alcance.
56 ¡Oh, humanidad, no tenéis piedad ni de vos misma! ¡Vais al caos; y no os detenéis, porque los hombres quieren más; y obedientes, toman las armas y por la fuerza, obtienen lo que desean!
57 ¡Mirad, cómo la sangre inocente, corre por doquier! ¡Escuchad los ayes de dolor que llegan a los celos, clamando justicia! Sabed, que cuentas entregaréis; y, ¡ay! ¡Ay de vos, humanidad! Si pudierais ver lo que plasmado está en los éteres sutiles, os detendríais; guerra, hambre, peste, muerte y desolación vendrán sobre vos, que desafiando estáis los elementos que os arrasarán: agua, aire, tierra y fuego mas, no podréis contra ellos.
58 Es Cristo, el mesías, el que os hace el llamado en esta nochebuena, en que los celos os envían su mensaje de paz, de amor y fraternidad. Debéis escuchar, en lugar del trueno de la metralla; el eco dulce de las alturas, que os dice: ¡paz a los hombres de buena voluntad! Unido al sublime mandamiento, de: ¡amaos los unos a los otros!
59 Contemplad el nuevo día que se acerca, lleno de serenidad. Esperad la promesa santa, de un tiempo mejor. Vendrán a vos, humanidad, los felices días, en que los corazones unidos, latirán cual himno de amor; en que la espiritualidad, se esparcirá por vuestro mundo, con sus luces de conocimiento, porque ciega estáis humanidad amada. Volverán los tiempos en que la naturaleza, en sus múltiples manifestaciones, os brindará la caricia, el perfume; y volveréis a escuchar el canto de las aves y los prados reverdecerán y todo cantará a Dios, en un: ¡gloria a Dios en las alturas! Porque paz, habrá en vuestros corazones.
60 Sí, pequeños míos, dolor hay en vuestro mundo. Enternecidos os encontráis. Ayudadme, sí, ayudadme a salvar a mis amados, vuestros hermanos. Desde el lugar en que os encontráis, ayudadme a redimir al pecador para que ya no sufra, para que ya no se enferme, para que su alma, sea feliz.
61 Ahora, vamos a los niños, a esos capullitos tiernos del jardín de mi amor. ¡Vamos, pueblo amado, vamos hacia ellos! Vuestro corazón, me dice que ya no puede más; vuestros ojos, han derramado lágrimas, que yo bendigo; pero vamos con los pequeñitos pobres, a llevarles la alegría que no tienen, a darles el cariño que les hace falta. ¡Vamos, mis bienamados, que ellos, también nos esperan!
62 He aquí, un lugar sombrío, una covacha triste, silenciosa, con luz tan opaca que casi no alumbra, no hay lecho blando ni mesa dispuesta; en el suelo, duermen mis pequeños. ¿Veis cómo sonríen? Confiados, descansan; el pan, aún no ha llegado a su mesa; el mañana, es incierto; mas confiados se encuentran, aunque sus ropitas están ya muy rotas, aunque el invierno sus carnes marchite, aunque a sus cuerpos les falte calor.
63 En verdad, os digo: los niños pobres, cual ángeles son de la tierra; sonrisas tienen, que reflejan los celos ¡oh, inocencia sutil! Cubridles con vuestro fino manto de ternura y amor, porque de ellos, es el reino de los celos.
64 ¡Nochebuena de los pobres, nochebuena de los tristes, nochebuena de los que al celo imploran auxilio y protección! La ternura y el amor, a raudales cae en vosotros; lluvia de bendiciones, os cubre amados míos.
65 Cuadros reales, he presentado a vuestra vista en esta noche, que han conmovido vuestro corazón; mas yo, Cristo, soy de ellos, son míos; y de cierto, les abriré el reino de los celos.
66 Pensad, en la ancianidad, amados míos, que en la juventud de la existencia ha tenido salud, que ha podido trabajar y no ha carecido de lo necesario para vivir.
67 Ahora, sabed que debéis amar el trabajo, no tanto por sus frutos; sino cuanto más, por el deseo de servir a los demás; si así lo hacéis, de cierto y en verdad, nunca careceréis de lo indispensable para vivir tranquilo.
68 Mas, llega la ancianidad en que comienza a faltar la salud, en que el trabajo, se va haciendo pesado porque los miembros se vuelven torpes; y ya, no se es solicitado para su desempeño. Así, los ancianos, se ven necesitados de lo indispensable y se ven excluidos de la corriente de vida humana; y así: enfermos, pobres, tristes y solitarios necesitan de vuestra ayuda, de vuestro consuelo.
69 Por eso, mi pueblo, os digo: os encargo a mis ancianos, a mis enfermos, a mis niños lisiados, a mis huerfanitos sed un pequeño maestro para ellos; y amadles, como yo les amo, y tendréis derecho, a sentaros a la gran mesa del banquete espiritual que espléndidamente servido está, porque habéis derramado vuestra caridad en la acción cristiana de vuestra vida, porque habéis ido al cumplimiento de la Ley de amor para con vuestros semejantes, que las sociedades humanas hacen a un lado relegándoles al olvido; sí, mi pueblo, ahí estaréis: con vuestra dulzura dando amor; con vuestra paciencia, dando saber; y así, dando siempre, sin reclamar algo en pago.
70 Este mi mensaje de este día de gracia, pueblo amado; analizadlo, comprendedlo, pensad en que: esta nochebuena, es para los pobres un vía crucis, que vosotros, podéis suavizar.
71 Sentid, de vuestros semejantes: sus necesidades, sus penas, sus dolores, sus amarguras, su soledad y así comprenderéis sus necesidades, ya sean materiales o espirituales; así empezaréis a desarrollar en vos mismo: la caridad, la comprensión, la paciencia, la humildad y fortalecido por el amor, vuestros actos brillarán y seréis a mi semejanza.
72 En el bien que hagáis, sed prodigo; porque soy yo, el hálito que os anima, el Espíritu Santo que os alienta, la Verdad que os guía.
73 Mas, sois vos, amado del Cristo, el que sabiendo de las múltiples necesidades de los menesterosos, no me facilitáis la manera de que por medio de vuestras manos, auxilie a mis pobres. Cuando yo he querido mover vuestras manos para el bien, tomando de lo vuestro, porque lo he sentido mío, no me habéis dispuesto vuestro corazón ni vuestras manos; ¡y aún así, decís que vuestro corazón es mío!
74 Dejad que yo maneje vuestros bienes, por el tiempo que queráis. Si compasivo fuerais, de cierto y en verdad os digo, que: a través de vuestra forma humana, me manifestaría, en bien para los demás. Si vuestro corazón, sensible fuera, a través de vuestra conciencia hablaría y actuaría. ¡Comenzad desde hoy, a ser a mi semejanza!
75 Si a vuestra puerta se presentara, pidiendo protección: un anciano, un niño pobre, una mujer abandonada o un hombre necesitado, ¿se la negaríais?
76 Pensad que los pobres, representan el llamado de Cristo, porque yo vivo en sus corazones, soy con ellos en su dolor. En los pobres y en los que sufren, me encontraréis.
77 ¿Acaso no se conmueve vuestro corazón, cuando encontráis sufrimiento, cuando pasan junto a vos, menesterosos que caminan por las calles, sin hogar y sin tener donde reclinar su cabeza, cuando llega la noche?
78 ¿No se conmueve vuestro corazón, cuando mis pequeñitos, mirando al celo, con el pensamiento preguntan: ¿dónde estarán mis padres?
79 ¿No os hablan vuestros íntimos sentimientos, cuando encontráis seres vagando por las calles, ya desiertas, con el frío en el alma y en el cuerpo, anhelando el calor de un hogar; mientras vos, dormís tranquilo, bajo un techo seguro?
90 Cuántas veces al amanecer, se encuentra el cadáver de esos pequeños amados míos, junto a alguna puerta o en un rincón; desnutrido su cuerpo, contrahecho o desfigurado por posturas lastimeras. ¡Tragedias patentes son estas, de vuestro desamor, de vuestro egoísmo, de vuestra: ninguna caridad!
91 A vos, que os decís cristiano, os pregunto: ¿no os dice algo vuestro corazón? ¿No os habla vuestra conciencia? Yo os he sorprendido contemplando vuestros bienes: vuestras obras de arte, los muebles de vuestro hogar, vuestras grandes propiedades con miradas cariñosas ¿y es posible, que tengáis más cariño a las cosas inanimadas, que a los seres hijos de Dios, faltos de ternura en lo material, que deambulan por las calles, desalentados, sin rumbo fijo? Os he visto contemplar con ojos compasivos, a los viciosos que se os acercan, y aparentemente conmovidos, les dais monedas para fomentar sus vicios. ¿Dónde está vuestra razón? ¿Adónde vuestro discernimiento? ¡Oh! Amados de Cristo.
92 Amados míos, me habéis acompañado en esta nochebuena, a las chozas de los pobres: con los hambrientos, con los menesterosos, con los enfermos, con los agonizantes, con los desamparados porque los ricos, creen que poco me necesitan, fácilmente se olvidan de mí, no me llaman porque piensan que tiene todo en abundancia y están contentos, sus corazones abrigan nuevas ambiciones; y halagados se sienten, porque labios carentes de verdad, les adulan y los ensalzan. Viven engañados, deslumbrados por la falsa grandeza; pero yo, les miro con piedad y también, les brindo de mi misericordia.
93 Después de escuchar mis frases, veo en el fondo de vuestro corazón, un voto de sinceridad con vos mismo; os habéis prometido: pensar más en vuestro prójimo y hermano y si así lo hacéis, recibiréis constantemente la bendición de Dios. Es mi bendición amorosa, que aumentará la ternura y el amor de vuestro ser, despertando en vosotros, la verdadera piedad.
94 En mi nombre y por mi amor, dad al hambriento, del pan de la mesa de vuestra bondad; y al sediento, del agua de vuestro pequeño manantial de amor. Demostrad con hechos de amor, que sois cristianos, así lo deseo pueblo amado.
95 Si entre vuestros hermanos, hubiese una alma noble, exaltada, que velase por los necesitados; de cierto, os digo, que esa alma llena de ternura, sería a semejanza de vuestro Maestro; y las luces de los celos, iluminarían su existencia.
96 Pueblo amado, haced que mi vida, sea vuestra propia vida a plenitud de conciencia. He venido a enseñaros el camino recto, que es la escala interna del corazón; por la que podéis, ascender a la espiritualidad, para ser colaborador de Cristo.
97 Esta nochebuena, es el mejor perfume, que dejo a vuestra alma como recuerdo. Sed pacientes y abnegados; y dispuestos estaréis, a colaborar en el plan bendito del Padre, por la acción cristiana para el servicio del prójimo; y será a la vez, vuestra propia redención.
98 Pueblo, en comunión, sin confesión, habéis estado conmigo. Ya que podéis confesaros con Dios, que está en vos mismo; penetrad a vuestro interno, donde el Padre mora, y pedidle el perdón de vuestros pecados.
99 Ha visitado vuestro corazón, mi hálito amoroso; y ha acariciado vuestra alma, en esta nochebuena. Vosotros: orad al Padre, para que seáis bueno, dulce, servicial. Orad al Padre, intercediendo por todos.
100 Mas, por aquellos que en mí no piensan, que no me piden, aquellos que han perdido la fe y la esperanza, aquellos que tienen la mente oscurecida por los prejuicios, aquellos que usando de sus poderes humanos, lastiman a su prójimo; también por ellos, orad pueblo, para que transformen su vida, su modo de pensar, de hablar y de obrar; para que algún día, podáis hacérselos presente al Padre, que os los ha confiado.
101 Claridad y comprensión, dejo a vuestra mente; hálito de amor, dejo a vuestro corazón; vibraciones de mi Ser a través de mis pensamientos, dejo a vuestra forma física, para restablecer vuestra salud corporal y espiritual, para que así: fortalecido podáis rectificar vuestra vida; para que mañana, seáis grande, brillante y feliz.
102 ¡Adiós, pueblo amado de Israel! La paz, dejo en vos. He depositado en vuestra alma, el mensaje que el Padre, a través de Cristo, vuestro Maestro, os envía con su bendición.
¡Mi paz, sea con vosotros!
40. Advertencias al nuevo pueblo de Israel; a los siete emisarios
Miércoles 31 de diciembre de 1947
1 En este instante, os recibo, pueblo bendito de Israel; en mi regazo os aposento y por vos, en este instante perdono y bendigo al universo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
2 ¡Bienvenido seáis, pueblo! ¡Bienvenidos seáis, discípulos amados! Que aun en la finalización del año me seguís, con vuestra planta firme; con la sumisión en vuestro espíritu y en vuestra envoltura, os aposentáis en este instante para dar en lo más profundo de vuestro corazón, la bienvenida a vuestro Maestro; que en este instante inclina su faz, delante de este pueblo, para mostrar mi humildad, para dejar escrita mi obediencia en vuestro corazón; la cual, tendréis que hacerla presente al Padre Eterno, en cortos instantes.
3 El Maestro viene en este instante, a dejar un recuerdo en vuestro corazón; recuerdo de esta palabra, que os he entregado a través de los tiempos; que a través de distintos portavoces, os he dado mi palabra llena de amor, de ejemplos, de humildad, de mansedumbre y de gran enseñanza; porque el Maestro ni por un instante ha cesado su comunicación divina; ni un instante, me habéis encontrado en silencio, siempre me he encontrado presto a conversar con vos, a daros una palabra de aliento, a fortaleceros con mi amor; a mostraros mis caricias, para dejar mi amor patente en vuestros corazones.
4 Porque siempre me habéis clamado como caridad y en todos los tiempos, me habéis buscado; y los unos, con mayor o menor interés, pero sabéis que sólo en mi mano se encuentra lo que vos necesitáis en vuestro camino, porque lo que deseáis, sólo yo lo tengo en mi mano; y por esa gran necesidad de vuestro espíritu me habéis buscado, os habéis inclinado delante de mí; los unos con fe y los otros sin ella, pero me habéis pedido, pueblo de Israel; y yo, en todos los tiempos os he entregado, jamás me he negado a daros lo que me habéis pedido.
5 Los unos me habéis pedido con conocimiento de causa; mas yo, os he dicho: os está prohibido, pero si eso me pedís, eso os entrego, pero con doble causa me tendréis que responder delante de mi presencia y en este instante, os he llamado ante el banquete para daros con hartura; pero no, porque os encuentre menesterosos, porque a cada instante he descendido a alimentaros con los mejores manjares, a cada instante he descendido entre vosotros para fortificar vuestros labios con el agua de mi gracia, a fortalecer vuestro espíritu con mis palabras, así también a templar vuestros cuerpos que débiles y tiritando de frío los he encontrado en los caminos.
6 Delante de vosotros he mostrado una fuente, a la cual habéis llegado; y en ella, habéis encontrado para cubriros, porque desnudos delante del Maestro os habéis mostrado; y el Maestro, lleno de amor os ha dado las mejores vestiduras en vuestro espíritu, le ha dado los mejores galardones y con ellos, os encuentro encubiertos.
7 Sin embargo, habéis atravesado una gran lucha en el camino, habéis pasado por grandes trabajos, os habéis desvelado en los caminos; y también os he dicho que las puertas abiertas, las tienen las tentaciones, pero también, os he enseñado a libertaros y os he dado potestad e intuición para que sepáis defenderos, para que siempre conservéis en vuestro corazón la fe firme a mi divinidad, que no imitéis a los malos discípulos, que seáis fuertes en todo instante y en todos los tiempos, que no os dejéis doblegar por las tempestades que pasen en vuestro camino y que os quieren derrumbar de ese camino en donde yo os he puesto, del lugar que os habéis labrado por añadidura, en este Tercer Tiempo en que yo os estoy amamantando con mi amor que os levanta, que os resucita.
8 Sí, Israel, yo siempre os he mantenido fuertes y habéis emprendido vuestra lucha; y hoy, os encuentro firmes en el camino y dispuestos a seguir esa lucha, dispuestos a seguir defendiendo esta causa divina, esta gran causa que he puesto en las manos de vosotros, mis hijos, humildes pecadores y que en este instante os encontráis aposentados ante mi presencia divina; mas, habéis pasado a adquirir gran responsabilidad, que lleváis en vuestro espíritu.
9 Os habéis dado cuenta, de que el Maestro, os entresacó en este tiempo y sabéis que sois los responsables del universo; sabéis que en vuestras espaldas pesa esta obra, la cual tiene que darse a conocer a los hombres sin temor, sabéis que tenéis que darla a conocer a los hombres, pura y perfecta, blanca y espiritual como yo la he puesto en vuestras manos.
10 Sabéis, pueblo de Israel, que si esta humanidad se confunde, vos sois el responsable y si esta humanidad me reconoce y por vuestros ejemplos, por vuestro trabajo y vuestra lucha, se aposenta a seguiros y a imitaros como discípulos, no habrá espinos, ni abrojos, ni confusión, sólo será luz, amor, comprensión y gran reconocimiento entre vosotros.
11 ¡Mirad que a vos, porción de pecadores, os he entresacado! A vosotros, porciones que llegáis de cercanas y lejanas comarcas, que habéis levantado vuestra planta del rincón más oculto de la tierra para venir ante mi divina presencia, porque sois mis soldados, mis discípulos, mis pequeños que habéis contraído ante el Maestro una gran responsabilidad,
12 Porque sois los representantes de mi obra y de mi Ley, porque sois mis discípulos que habéis jurado fidelidad en mi camino y hoy venís a manifestar esa fidelidad que habéis tenido con el Maestro; que no es menester que los ojos de los hombres os contemplen, para que puedan contemplar el lugar que estáis desempeñando; sólo os basta que mi mirada perspicaz os contemple, porque yo sé quiénes fuisteis, quienes sois y quienes seréis el mañana.
13 Yo sé que muchos habéis llegado ante mi planta divina, hambrientos de obras buenas, sedientos de mi amor y por eso os he recibido y os he dado el agua cristalina de mi gracia y he mitigado el hambre y os he nombrado un siervo mío, un soldado fiel y firme a mi causa; y vosotros, lleváis en vuestros espíritus esa responsabilidad y os he apacentado en mi casa bendita y os he hecho reconocer como mis discípulos; y el Maestro, os ha recibido y os he preparado el seno del Sexto Sello, para que este sello, también os recibiese; y en este instante, ha abierto sus brazos y os estrecha con el mismo amor con que el Maestro os estrecha a cada instante.
14 Y los corazones de mis hijos, se entreabren, para recibir con todo amor y caridad a su propio semejante que se aposenta, porque he tocado el corazón de mis hijos con el índice de mi mano, porque ha resonado la campana sonora, las trompetas han tocado doquier del universo entero, para que Israel, se aposente delante de mí que soy el Maestro, que no soy el juez que venga a juzgar vuestras obras, o venga a delatar vuestras causas.
15 Sin embargo, no soy sólo vuestro Maestro, soy vuestro Padre, en este instante que me aposento con vosotros para que hagáis en confesión fiel, un acto de atrición ante mi Espíritu de maestro, para que lo lleve conmigo y lo pose ante las plantas del Padre Eterno, ese gran señor que ha sido misericordia, ese Padre vuestro que no os ha negado la caridad, ese gran Dios que os ha dado todo lo que ha tenido; y mirad que no habéis sabido hacer uso de esa grandeza, que ningún padre en la tierra os ha entregado, en espíritu y en verdad.
16 ¡Arrepentíos en este instante, de todo lo malo que hayáis hecho en vuestro camino! Porque mirad que vuestras conciencias, en este instante están abiertas, ninguna está cerrada ante la presencia del Maestro, ellas laten de temor ante mi Espíritu y a ellas estoy dirigiendo mi palabra, a ellas estoy tocando con el índice de mi mano, para arrancar de ellas todo lo malo que existe, para que la mirada del Padre Eterno descienda ante vosotros y sea su mirada benigna como siempre lo ha sido.
17 Pero mirad que el Maestro, quiere que el Padre contemple que el pueblo que me ha jurado un eterno amor, sea siempre el fiel, el noble; sea siempre el pueblo sumiso y obediente que haya reconocido la gran responsabilidad que pesa en vosotros, porque sois el poseedor de la Ley divina, el poseedor de los mandatos que el Padre os ha entregado; porque sois vosotros, los que estáis sopesando en vuestras manos, esta obra divina y perfecta; los que lleváis en vuestras manos, una gran misión que no tiene límites.
18 Porque el Maestro, os ha dicho que sembréis mi simiente divina, que prediquéis mi palabra de justicia, amor y sabiduría por doquier; que sembréis todos mis ejemplos, pero no busquéis las tierras áridas y desiertas; buscad las tierras fértiles, las tierras que hayan sido rociadas con el rocío de mi gracia; no sembréis la simiente divina en tierras infecundas, donde sólo levantéis llanto y dolor; por eso, el Padre os ha dado pupilas, para que contempléis; os ha dado entendimiento, para que analicéis, para que me comprendáis, para que estudiéis, para que despertéis y desarrolléis con vuestra inteligencia, todos los sentidos que el Maestro, os ha confiado; para que la semilla que depositéis en las tierras fértiles, sea la simiente que el mañana dé un gran fruto de benevolencia.
19 El Padre ha querido hacer de esta congregación que se encuentra ante mi presencia, una porción, la cual sirva de ejemplo a todo el mundo, a todas las sectas, a todas las religiones donde me aman y me buscan también; porque no sólo vosotros, me amáis, el mundo entero me ama, me clama y en diversos caminos se encuentran estas porciones aposentadas; pero a vosotros, os he dejado en el primer lugar, ¡créalo el hombre o no lo crea!
20 Sin embargo, no os habéis hecho dignos de ello; pero yo os he dignificado ante la planta del Padre, yo he sollozado e intercedido ante las plantas del Padre, diciéndole: Padre, este llanto que brota de mis ojos divinos, purifique a mi pueblo, no con dolor, sólo con esta palabra para que ellos, se levanten a servirme, a amarme, a ser los profetas del Tercer Tiempo, los fieles labriegos en el camino, los portavoces de mi palabra, los guías de la humanidad.
21 Para que todos mis hijos, reconozcan el gran cargo contraído ante mi divinidad. Porque no quiero, pueblo amado, que el Padre os encuentre durmiendo en la medianía del camino, sentados bajo la sombra de la palmera, esperando el mañana para levantaros; cuando el mañana, será tarde ya para vosotros.
22 Contemplad, mis hijos, que sólo instantes de cumplimiento os restan, que todo el Padre os va a dar para que podáis cumplir esa delicada misión. Sólo tres años os restan y mirad que os pregunto en este instante, párvulos amados, ¿cuándo seréis los maestros? Discípulos amados, ¿cuándo os perfeccionaréis para que quedéis en mi lugar, el día del mañana? Estáis doctrinados, porque mi palabra no os ha faltado, a través de distintos portavoces os he hablado y mirad cómo mi palabra en estos últimos tiempos es ya sólo un toque de alerta para mi pueblo bendito de Israel y mirad que mucho tiempo os he hablado con ternura, mucho tiempo derramé mis complacencias entre vosotros, más hoy también os he dicho: las complacencias se han terminado para vosotros, estáis en un tiempo terminante, ya estáis en el último instante de vuestro cumplimiento, ¡créalo el hombre o no lo crea!
23 Pueblo, es la última oportunidad que el Padre os entrega, para que os levantéis con firme propósito de cumplimiento; para que ya no os desconozcáis, los unos a los otros, que os améis, que os estrechéis con un abrazo fraternal de cariño y de amor, que no sólo sea por un instante sino que sea para siempre.
24 Mirad que yo os he dicho que entre mi nuevo pueblo de Israel, no quiero señores, no quiero vasallos, no quiero reyes; no quiero entre vosotros ningún superior, porque yo no he puesto superiores al frente de vosotros.
25 Quiero que todos os contempléis como servidores de mi causa, que os améis, que os unifiquéis; y mirad que en este instante, mis palabras son escritas por mis plumas de oro y el Padre, os dice: no quiero que la historia de esta obra, sea imperfecta; no quiero que esos álbumes que van a quedar escritos por mis plumas de oro, las generaciones venideras los contemplen y se den cuenta de la desunión que existió entre vosotros.
26 O es que, ¿acaso, queréis vosotros estas vicisitudes? ¿Queréis que estas palabras de desunión, queden escritas para el mañana? ¡no! os dice el Padre. No quiero hablaros ya de estas vicisitudes, pueblo amado, mucho os he hablado de la gran desunión que siempre ha existido entre vosotros; pero hoy, voy a pedir ante la planta del Padre Eterno, sean entre vosotros, para siempre, estos lazos de unión conque hoy os voy a dejar entrelazados y unidos, para que no volváis a desuniros; para que así, caminéis para siempre unidos, como es la voluntad del Padre.
27 Mirad, que entre vosotros, he dejado corazones fuertes; corazones, en los cuales, grandes mandatos he entregado y ellos han servido de ejemplo para vosotros.
28 Mirad que manuela mi hija amada, pedro piedra fundamental, José guía de este mi recinto, han sido fieles y firmes en el camino; grandes pruebas los han azotado; y mirad cómo se han conservado, cómo han estado firmes a defender esta causa bendita y ellos han servido de ejemplo para vosotros; y ellos, siempre os van conduciendo por el sendero del cumplimiento y de la unificación.
29 Ellos, os van levantando el ánimo en vuestro corazón, vivificando vuestros corazones con sus palabras que os entregan a través de sus labios; y mirad que cuando en desobedientes os levantáis, han llorado; las lágrimas han brotado de sus ojos, sus corazones han sangrado; y ellos siempre como emisarios de vosotros, se posan ante mi divina planta y me dicen: Padre, tú que eres el todopoderoso, en tus manos te confío a estos mis hijos, que son tus hijos, los que has puesto a mis cuidados para que los guiase, mas mirad que soy débil, por mi debilidad no puedo hacer todo lo que tú quieres; mas, tú que eres poder y que existes sobre todas las cosas, guía a estos tus hijos por el camino de la sumisión y obediencia, para que no te falten, para que te cumplan y todos ellos se encuentren preparados ante tu divina presencia.
30 éstas son las palabras de pedimentos y de contrición que encuentro en los corazones de estos mis hijos; a los cuales, en este instante debéis estrecharles con un abrazo muy cariñoso, porque hasta este instante no os han faltado; están en el camino de la ancianidad, sus materias doblegadas por el peso de los años se encuentran, sus espíritus están fuertes, a ellos yo los he rejuvenecido y los he dotado de mis virtudes, de dones para que ellos sean los representantes de mi obra en el Tercer Tiempo.
31 Porque dicho está en mi palabra, que la nación mexicana en el Tercer Tiempo quedará como una arca preparada y abierta para que toda la humanidad se apaciente aquí, que todos vengan a saborear mis palabras, que todos vengan a darse cuenta de esta obra, de esta enseñanza perfectísima que os estoy entregado a través del entendimiento del hombre,
32 Y que, en todos los tiempos, os he entregado mi palabra y he descendido al mundo entero para acariciarlo con mi mano y dejarle mi manto divino para darle sombra, pero la humanidad, no me ha comprendido; ha sido ingrata, ha sido sorda y a ella le he hablado con palabras de amor y por amor no me ha comprendido. Le he tratado también con justicia y de la justicia ha huido, le he tratado a través de mis grandes prodigios y a estos prodigios no se ha doblegado; y de estas virtudes que he puesto en la humanidad, esas virtudes también les he puesto en cada una de las manos de estos componentes, para que con estas virtudes, vosotros condujeseis a la humanidad.
33 Mirad, Israel, si estáis haciendo lo contrario de lo que yo os estoy enseñando, ¿cómo queréis que la humanidad os siga? ¿Cómo queréis que la humanidad me obedezca? ¿Cómo queréis que la humanidad os respete y os dé el preciado lugar que tenéis vos, dentro de mi obra bendita? No, mi pueblo, el Maestro os dice: no quiero que caigáis en rutina, no quiero que seáis el hijo materializado en el camino sed el espiritualista, profundizaos en mi palabra, comprended los cargos que os he entregado y cumplidlos como yo os he ordenado en esta palabra tan perfecta y tan llena de enseñanza.
34 ¡No confundáis mi palabra en el camino, no os confundáis con los cargos que os he entregado! Mirad que si sois torpe, delante de vosotros he puesto corazones, a los cuales he iluminado con mi luz para que ellos sean los que os guíen, no os guiéis por sí solos.
35 Mirad, mis hijos, que si sois débiles, es menester que os acerquéis ante esos brazos fuertes que os he dejado en representación de mi divinidad; si sois torpes, igualmente aposentaos delante de mis representantes para que ellos os guíen.
36 Sembrad mi palabra, pero no os convirtáis en los prevaricadores; mirad que el Padre os ha dicho: que si ya habéis estudiado mi palabra, si ya la habéis comprendido asimismo, si ya sabéis lo que sois en el camino, ¡id y entregad mi palabra! Mas, si ignoráis estos cargos, no levantéis vuestra planta a un prematuro fracaso, que es lo único que puede esperaros.
37 Mas si sois los discípulos pequeños, es menester que estudiéis todavía junto con el Maestro, esta sabia enseñanza que os estoy entregando en estas sublimes lecciones que a cada instante se desprenden del más allá y que son entregadas a través de los labios de mis portavoces, para haceros comprender mi divina voluntad.
38 Desmaterializaos, apartad de vosotros vuestras antiguas costumbres, todas las ideas superfluas de vuestros corazones, no trabajéis a vuestra voluntad, antes pensad que es mi voluntad sobre todas las cosas, que mi voluntad está sobre todas las criaturas, no penséis que podéis trabajar a vuestro libre albedrío y voluntad. ¡No, mis hijos! Pensad, que estáis sujetos a las pruebas; pruebas, las cuales el Padre permite que surjan en vuestro camino, para probar vuestra firmeza; y si vosotros, que no me habéis comprendido, queréis entregar a vuestra voluntad revelaciones que sólo en mi potestad y sabiduría están, de cierto, os digo: ¿qué podéis dar y entregar, si no estáis preparados?
39 No podéis dar, si no estáis preparados; no podéis entregar, si vuestras manos vacías están; mas, yo les he colmado, las he purificado y las he hecho dignas de poseer grandes revelaciones y dadivas espirituales; mas, si sabéis ser los poseedores de esas grandes dadivas y de esos grandes prodigios; ellos, permanecerán en vuestras manos; y si sois indignos, vuestras manos estarán vacías, hasta que volváis a ser dignos de todas esas grandezas espirituales.
40 Mi obra divina es muy delicada, pueblo amado, es muy perfecta; y si la he puesto en manos pecadoras, ésa ha sido mi voluntad, pero ésa no es una causa por la cual no podáis entregarla; mirad que no hay un solo ser perfecto entre vosotros, no hay un justo entre esta porción reunida y congregada en torno a mi tercera revelación divina; vuestras manos son pecadoras, son indignas, pero yo a través de todos los tiempos las he dignificado en el nombre del Padre; y prodigios, he venido a hacer entre vosotros; y yo, le he dicho al Padre Eterno: ¡Padre, yo soy poseedor de grandes tesoros espirituales; pero la humanidad, es menesterosa y ella necesita también de estos tesoros, permitid que a través de labios y manos pecadoras, sean entregados estos tesoros!
41 Mirad, pueblo, cómo por añadidura el Padre, ello ha permitido; y cada cual de vosotros, lleváis un tesoro en vuestras manos, cada cual de vosotros lleváis dones de valor incalculable y ¡bienaventurado aquel, que los ha sabido entregar en su camino!
42 Y al que ha dormido, que ha sido necio, incrédulo y que por su propia incredulidad no ha sabido entregar lo que yo le he entregado yo le perdono; mas, no persistáis en esta falta, no persistáis en vuestra negligencia, levantaos y despertad e id en pos de estas dadivas y revelaciones, en pos de lo que yo os he entregado.
43 ¡Poned en práctica, los dones que he depositado en vuestro espíritu! ¡Mirad que vuestros espíritus y vuestras manos, están colmados y entregad en mi nombre! No entreguéis a vuestra propia voluntad, porque mirad que estáis guiados por la luz de mi Espíritu y yo le he dicho al nuevo pueblo de Israel, en este Tercer Tiempo: por vuestra fe, podréis levantar a los lázaro de la fosa; por vuestra fe, podréis volver la vista al ciego; por vuestra fe, podréis sanar a los enfermos, podréis hacer andar a los paralíticos y hacer hablar a los mudos.
44 Mas, si no lleváis respeto y amor ante el Padre, si no amáis las palabras que os estoy entregando y no las entregáis con una fe firme, bien cimentada y si únicamente lo hacéis por poner a prueba mi palabra; no será a mi palabra, la que pongáis a prueba, vosotros mismos os pondréis a prueba, porque yo soy sublime, como sublime es la palabra, la enseñanza que os estoy entregando; porque mirad que para poder estar en el lugar del discípulo, ¡por cuántas pruebas habéis pasado, cuántas vicisitudes habéis atravesado en vuestro camino! Y mirad que de todas las pruebas habéis salido fuertes, habéis salido ilesos por la fuerza de mi amor, porque mi mano os ha guiado y os he sostenido en el camino; a ninguno, he descuidado en el camino, ninguno de vuestros pasos es desapercibido ante mi mirada perspicaz.
45 Una vez más, el Padre, os dice: vos sois el pueblo escogido, el pueblo indicado, vos sois el pueblo que está sujeto a mi Ley y el que saldréis avante y saldréis al frente de todas las multitudes sosteniendo en vuestra mano este sublime estandarte que yo he puesto en vosotros, sosteniendo en vuestra mano mi Ley, sosteniendo en vuestro espíritu, mi mandato divino; y saldréis al frente, como un espejo limpio donde todas las multitudes puedan contemplar su rostro delante de ese espejo y puedan ver que sois vos: el hijo purificado porque yo seguiré purificándoos a través de mis palabras, a través de esta enseñanza para dejaros más perfeccionado en el camino. Sin embargo, prestad algo de vuestra parte.
46 Confiad en mí, pueblo de Israel, que si sois torpe, vuestra torpeza se apartará y me comprenderéis; porque mirad que en un camino recto, he puesto a cada uno de vosotros y ese camino, lo tenéis que andar; y al final de ese camino, hay una puerta que está cerrada todavía; y esa puerta se abrirá pero por vuestra propia mano, porque vos lleváis en la mano la llave y con esa llave abriréis la puerta.
47 Ninguno de vuestros hermanos, la podrá abrir para vosotros, cada quien abrirá para sí esa puerta, porque en vuestra mano está la llave y detrás de esa puerta estoy yo; es el Padre que va a recibiros; y si vuestra mano, la lleváis vacía, no podréis llegar a mí; si vuestra mano, va colmada y en vuestro espíritu lleváis el cumplimiento, mis brazos se abrirán y yo os recibiré.
48 Ejemplos he puesto a cada uno de mis labriegos, así como a cada uno de mis marcados; y debéis de comprender que en vuestro camino, hay una escala; esa escala, está compuesta de siete peldaños y no podréis pisar el segundo peldaño, sin antes haber pisado el primero; no podréis llegar al séptimo, sin antes haber pisado por el sexto, uno a uno tendréis que irlo pisando; y eso significa la escala de vuestro espíritu, el progreso de él mismo, el perfeccionamiento, porque el séptimo peldaño está al finalizar la representación de la escala bendita de Jacob, donde yo me aposento a entregar mi palabra; y ahí estaré yo, esperándoos, pueblo amado; en mis brazos os estrecharé y ahí una vez más os daré la bienvenida y os uniré a mi espíritu divino, ya en la escala de la perfección.
49 No son sólo promesas para vos, Israel, son promesas que se efectuarán a través de vuestro cumplimiento; porque, no queráis llegar ante mí, sin haber cumplido, ¡no! Os dice el Padre, porque es Ley, es mandato y es destino para vuestro propio espíritu; y el cumplimiento, nada difícil es para vos.
50 Si vosotros me amáis con el verdadero amor con que debéis amarme en el camino, todos los imposibles yo los borraré de vuestro camino y los haré posibles para vosotros.
51 He puesto delante de vosotros, a un guía espiritual: Elías, vuestro buen pastor el que siempre ha avanzado delante de vosotros, como ejemplo. él es vuestro faro, es la luz en todos los caminos, es el mensaje que se está esparciendo entre vosotros, para haceros comprender mi palabra que os estoy entregando; él es el que os ayuda en vuestras grandes faenas, él es el que os fortalece en vuestras grandes debilidades.
52 Elías, os guía en todos vuestros pasos; y todavía más, pueblo, os he dejado una gran legión de mensajeros espirituales que vienen entre vosotros, para daros también la explicación de mis palabras; a ellos, les he dado grandes mensajes para que vengan a entregarlos entre vosotros; es mi mundo espiritual que está elucidado con mi luz, que está preparado con mi palabra, con mis grandes mandatos y ellos pueden usar de un átomo más de materialización para hablaros de mis revelaciones y hacer comprender mis grandes mandatos; ellos están muy cerca de vosotros, velando por toda la humanidad que la está guiando en este camino sublime de justicia y amor que he dejado entre vosotros.
53 ¡Cuántas dadivas y prodigios he dejado entre vosotros! Y mirad, ¡oh! Labriegos muy amados, poseedores de esta Ley y de esta obra divina, que el Padre, os dice: los unos los habéis puesto en práctica y otros habéis dormido mas, unos traéis la gran cosecha del año; otros traéis en vuestro espíritu la gran satisfacción del cumplimiento, vuestros espíritus sonríen ante mi planta y me dicen: ¡Padre, mira, me he dispuesto a tu voluntad, los enfermos que a mi paso he encontrado, les he entregado el bálsamo en tu nombre y ellos, han sanado! Ellos, sonríen, llenos de alegría.
54 Cuerpo de la mediaunidad, labriegos amados del Padre, en mi nombre y con vuestra confianza posasteis vuestra mano sobre los enfermos y con mi bálsamo y con las palabras les sanasteis de espíritu y de materia y cada cual de vosotros, infinitas gracias le entregáis al Padre. ¿Y acaso creéis que no tengo con qué pagaros estas caridades que habéis dado a la humanidad?
55 Mirad, no soy el Padre que en este instante traiga una moneda para darla como recompensa a la caridad que habéis entregado, no, mis hijos. En mi mano no hay una moneda, sería muy poco el valor de una moneda para pagar la gran caridad, más lo que yo os doy, vuestros ojos no lo contemplan porque no se hacen dignos de ello, y si ellos en este instante contemplasen lo que el Padre os entrega, con más propósito os levantaríais, con más propósito en el año próximo para seguir trabajando sin cansancio, porque la humanidad sufre y en el próximo año en cada uno de mis recintos, alba por alba abriréis las puertas de ellos para dar acceso a esa humanidad y en todas las albas mis labriegos aposentados ahí estarán para recibir a la humanidad y ungirla con el bálsamo de mi amor.
56 No sólo en dos albas por semana entregaréis la caridad, vuestro trabajo se acrecentará; pero en todas las albas entregaréis ese bálsamo, en ninguna de ellas negaréis ese bálsamo a los enfermos, porque como una fuente de caridad os voy a dejar preparados para que no sintáis cansancio en vuestro camino, que estéis dispuestos y con amor entreguéis mi caridad.
57 Me decís en este instante: señor, soy tu siervos y como siervo, mi deber es cumplir con los mandatos que tú me has entregado. Estas palabras quedan escritas en el corazón del Padre y en vuestro mismo corazón; mas ya son cortos los instantes en que yo he de hablaros a través de estas bocas, son cortos los instantes en que yo he de daros esta palabra y ved con qué amor y con qué caridad estoy entregando a vosotros mis palabras, porque yo quiero dejaros cual maestros para el mañana.
58 Y yo os pregunto: ¿me acompañaréis hasta el último instante? ¿Vos seréis el pueblo que deis el adiós al Padre? ¿Vos seréis el pueblo que lloréis junto conmigo cuando tenga que decir mi última palabra a través de las bocas de estos portavoces? Yo os espero, vos me acompañaréis, mi pueblo, yo escucharé de vuestros labios, el adiós que me deis y contemplaré la gratitud que guardéis en vuestro corazón por mis santas palabras que os daré en este instante; mas, seguidme firmes, no faltéis un instante al cumplimiento, yo premiaré vuestras buenas obras, yo sabré pagaros todo lo que hagáis por bien de la humanidad, no por bien mío, por bien de la humanidad y por bien de vosotros mismos.
59 Voy a fortaleceros, grandes prodigios, revelaciones y dadivas tiene reservadas el Padre; sólo unos instantes os restan para que la voz del Padre descienda entre vosotros y entregue sus grandes mandatos, yo sólo en este instante como Padre y como Maestro he venido a regocijar mi Espíritu con vuestra presencia.
60 Y en este instante, voy a dejar preparados vuestros espíritus y corazones, para que el Padre encuentre de este pueblo, un ramillete de corazones unidos, en los cuales derrame la esencia de su palabra, su vida, porque él es vida eterna, es resurrección y si todos acatáis sus divinos mandatos que ha de entregaros, ¡oh! Componentes de cada uno de mis recintos de cercanas y lejanas comarcas; ¡oh! Semilla bendita que os habéis extendido hasta los confines de la tierra, ¡oh! Palabra del divino Padre, del Divino Maestro, que ha sabido ser entendida y comprendida por los corazones de los hombres.
61 Mirad, los que aquí estáis presentes, sois los que habéis sabido escuchar el toque de la campana sonora, a los cuales os hice el llamado a través de vuestros guías, a través de vuestros pedro, a través de siete corazones que yo pude haber enviado, a los cuales preparé el camino y les dije: mis hijos, levantad vuestra planta en mi nombre e id y haced el llamado a vuestros hermanos.
62 Aquí está vuestra semilla, ¡oh! Siete corazones y ante mi regazo divino en este instante vuestra faz se inclina; y me dice: Padre, todo lo que traemos está ante tus plantas y yo, os digo: voy a premiaros, voy a entregaros grandes mandatos.
63 Estaréis presentes, ante la mirada del Padre; y él va a daros, lo que sea su voluntad.
64 Yo en este instante, sólo os digo: llevad la semilla, el trigo dorado ante la presencia del señor, para que él os entregue lo que sea su voluntad.
65 En este instante, yo os bendigo y os perdono, pueblo amado; mi manto lo hago jirones, para que cada cual de vosotros, estéis preparados en el rincón que os corresponde; y en la primera alba del año 1948, os levantéis llenos de fortaleza, de ideales, de esperanza y confiados en mí, para seguir la lucha que os espera, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
66 En este instante he recibido y he entregado. Vosotros componentes, habéis venido por amor a mi divinidad y con este mismo amor, os premio. Vosotros habéis venido en cumplimiento a mi palabra y esta palabra, se convierte en destellos para vosotros, porque ésa es mi voluntad.
67 De toda esta congregación, hago un corazón; el cual, lo llevo en mis manos y lo haré presente al Padre, él os entregará; y en este instante, dejo mi fuerza en mis hijos; el Padre es el dador y él, está antes que yo; y él, ha de daros y yo he de rectificar su mandato, porque ésa es mi voluntad.
68 Unidos y preparados os dejo, formando un solo cuerpo y una sola voluntad; y el cumplimiento de todas las manos, lo recibo; y lo presentaré ante esa mirada divina y él, premiará a vosotros vuestro cumplimiento, conforme es su voluntad.
69 Mi caricia queda con todos mis hijos. Dejo preparados los corazones, con el verdadero amor y con el verdadero temor, para que seáis dignos de llevar en vuestras manos y en vuestras arcas, todo lo que podáis necesitar para el año 1948 que próximo está a entregar su primer suspiro, ante mis plantas; y que llegará como un año nuevo para vosotros, año lleno de felicidad, así también lleno de lucha y de trabajo. Yo os bendigo y os acaricio, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
(El Divino Maestro recibe a los siete emisarios)
70 Bienvenidos seáis, mis hijos, el Padre os recibe; y mirad cómo os recibo en este instante, lleno de amor, de ternura y de cariño para vosotros; porque si la humanidad no comprende, este grande cumplimiento al cual pude haberos enviado, mirad que yo os he visto en todos los caminos; yo he seguido cada uno de vuestros pasos; yo os he acompañado en todas las albas.
71 Cortos instantes fueron para vosotros de cumplimiento, pequeños fueron los momentos porque mucho más teníais que haber trabajado y mucho os falta por hacer todavía en el camino; mas también el Padre, os dice: grande fue vuestro cumplimiento, grande es el trabajo que en este instante me hacéis presente y fuertes y firmes os encuentro; las barreras que en vuestro camino se presentaban, las vencisteis en mi nombre, los corazones reacios que por un instante se presentaron a vuestro paso, yo los acallé, hice que guardasen en silencio sus palabras y que sólo os recibiesen en su corazón como enviados de mi divinidad, que ibais no de esta mi casa, sólo de mis mandatos, mas cruzasteis las comarcas y visitasteis los recintos innumerables y ninguno de ellos desoyó mis mandatos, ninguno de ellos fue sordo, todos recibieron vuestras palabras como un mensaje de mi espíritu divino; palabras, que el Maestro enviaba a través de vuestros labios y aquí está vuestra cosecha ante mi mano, aquí están los corazones a los cuales les entregasteis mi mandato y ellos han llegado sumisos y obedientes.
72 ¿Para qué os envié a este mandato? No lo sabéis, todavía no veis el resultado, no conocéis todavía el fruto, lo cortaréis con vuestras propias manos el mañana, mas esperad el instante.
73 El llamado hice a mis hijos a través de estos siete corazones, porque quería contemplar en esta última alba del año 1947, reunidos y congregados los corazones de los recintos que ignorados estaban por los hombres, mas era la voluntad del Padre que todos llegaran ante su presencia, mas no habéis hecho uno menos, habéis visitado las ramificaciones del Templo del Mediodía, las de la fe y las ramificaciones de cada uno de mis recintos y a ninguno les habéis juzgado, no habéis preguntado los por qué de esos recintos; mas, sólo yo os envié a que dieseis el toque de alarma a estos mis hijos para que se levantasen a unificarse como era mi voluntad.
74 En cada uno de esos recintos mi palabra está derramada y todos se unirán al Sexto Sello, ninguno será despreciado por el Sexto Sello, ninguno será rechazado, todos serán acogidos; mirad cómo unos se sentían huérfanos y tiritando de frío, débiles estaban, pero al llegar vuestra presencia a aquellos mis recintos, llegó la fuerza, la paz, el ánimo para esos corazones, una gran esperanza fue en ellos; porque desde ese instante, sintieron apoyo en el camino, de que no serían despreciados por el Sexto Sello, que mi pequeña guía de guías, tenía que recibirlos en su corazón con amor como si recibiese al huérfano, al abandonado, a aquél que no tiene quién le imparta una caricia; y así serán recibidos por mis hijos, porque dignos o no dignos, el Padre está con ellos, se está manifestando a través de sus portavoces; y en cada uno de mis recintos mi palabra es terminante, mi palabra sólo os está dando a comprender que es la última oportunidad que os entrego; mas vosotros, mis hijos, fuisteis los emisarios de mi mandato, fuisteis los que con mi palabra y con las vuestras, disteis la fuerza, el ánimo y la esperanza a esos corazones; y yo os recibo: ¡bienvenido sea cada uno de vuestros corazones! Vuestros espíritus, en este instante, no tienen con que darme las gracias por las grandezas que vuestros ojos contemplaron en los caminos; así como también, me pedís misericordia y luz para aquellos que tiritan de frío, que creyendo entregar grandes revelaciones a la humanidad, se han confundido en el camino; también yo los contemplo; mas, a ellos, les enviaré la fuerza a través de vuestra presencia. Mas, no ha cesado vuestra misión, no es aquí la terminación de vuestro cumplimiento, sólo en este día he querido vuestra presencia en este mi recinto, así también estaréis presente ante los mandatos del Padre Eterno y continuaréis vuestra misión después de que hayáis sido fortificados por el Padre y haya dado nuevamente sus mandatos entre vosotros, entonces levantaréis vuestra planta y proseguiréis vuestro camino, porque esa es mi voluntad. Pueblo amado: ¡dad la bienvenida, a estos mis pequeños!
75 Yo os dejo preparados, mis hijos, los estrecharéis en vuestros brazos con gran amor y cariño, porque ninguno de mis hijos habéis comprendido la delicada misión que pesa sobre estos siete corazones; y mirad mis hijos, que aun cuando lejos habíais partido, vivís en el corazón de mi pueblo, en el corazón de manuela mi hija muy amada, en el corazón de José y en el corazón de mi hijo pedro, ahí vive el recuerdo de este mandato que pude haber entregado a estos mis siete pequeños.
76 Habéis sido fuertes en el camino, mis hijos, y habéis vencido en mi nombre y en este instante, sólo mi caricia dejo entre vosotros; esperad con grande recogimiento el instante que está próximo; y después, levantaréis vuestra planta y seréis nuevamente al cumplimiento de la gran misión que el Padre ha puesto en vuestra mano; mas de cada uno de mis recintos traéis un mensaje en vuestro corazón y a cada cual de ellos les llevaréis un mensaje también del Padre; llevaréis el mandato que el Padre Eterno en este día de gracia, dé a vosotros y lo haréis presente en cada uno de mis recintos; y en este instante, os dejo unidos y preparados, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
¡Levantad vuestra planta y esperad el instante!
41. Preparación en los últimos tres años de comunicación
Miércoles 31 de diciembre de 1947
Padre Eterno:
1 ¡El ojo de mi divinidad entre vosotros, pueblo de Israel!
2 En esta alba, 31 de diciembre de 1947, mi ojo divino desciende entre vosotros para contemplaros como Dios. Como juez, me presento, para recibir las cuentas del año que está terminando, del que me vais a responder cada uno de vosotros.
3 Mas, os habéis aposentado en la fuente de la gracia, donde habéis nacido a la luz de la Verdad, donde os habéis mecido en el regazo del unigénito que vida os ha podido dar para que sigáis transitando en la tierra, el que os ha dado su mandato y ha puesto la Ley en vuestra mano para que pudieseis seguir la caminata en este planeta tierra, para que pudieseis levantar a los pueblos y les dieseis vida de gracia; para que los levantéis, no con los torbellinos; sino para que ellos, llegasen a recibir esta grandeza que vosotros habéis recibido del Hijo amado para que cumpláis con esta misión y en vuestras manos fuese la Ley que lleváis a través de los tiempos y de las eras.
4 Yo contemplo, mis hijos, que no habéis sido los buenos labriegos que hayáis levantado el buen fruto para que de él pudieseis comer.
5 Venís hambrientos y sedientos, sois los caminantes que habéis levantado vuestra planta por distintos lugares de la tierra; mas los unos y los otros os habéis confundido, os habéis convertido en egoístas y habéis almacenado en vuestra alforja de lo mucho que mi Hijo amado os ha entregado.
6 Y, yo, os pregunto: ¿a dónde están los hombres, las mujeres, los ancianos y los niños que no han recibido la luz? Ellos, transitan cual parias sobre la tierra mientras vosotros, os habéis hartado en el regazo de mi Hijo amado, os habéis recreado y hartado en la mesa de los manjares más preciados;.
7 Mas, la humanidad reclama, ella no tiene el pan, no contempla que seáis el caritativo sobre la tierra; mas contemplo, pueblo, que los hombres han muerto a la vida de la gracia, que los pueblos se han apartado de vosotros, porque no han encontrado la torta de pan, porque se la habéis negado y les habéis llevado por mal camino y a los unos, habéis arrojado del lugar que les he confiado.
8 Mas, yo, os he reunido y congregado; y habéis arrojado a los vuestros, a los hijos de mi Hijo amado, del lugar que les pertenece; ellos se han apartado de vosotros y en este instante, pueblo, yo os reclamo la presencia de los que no están presentes en este lugar; porque vos, sois el responsable y en este instante venís a hacerme presente, no la obra de mi Hijo amado, venís a hacerme presente: la vuestra la que lleváis en vuestra mano, la que habéis formado los unos y los otros, cuando ésta no ha sido mi voluntad.
9 Mirad pueblo, que yo no encuentro limpia ni pura esta obra, la habéis manchado; y hoy, os contemplo que sois el hambriento y sediento, vos mismo os habéis despojado de lo mucho que os he entregado, ¿dónde está lo que os ha confiado mi Hijo amado? ¿A dónde están los que habéis resucitado a la vida de la gracia? Yo os pregunto varones y mujeres, guías de los distintos recintos: ¿qué cuentas entregáis del año que está por terminar delante de vosotros?
Divino Maestro:
10 Hacedor universal, en este día en que las multitudes del pueblo de Israel, se han reunido bajo el follaje del árbol de la gracia que para ellos he preparado por tu divino mandato, en este día en que cuentas pedís a los guías, a los que llevan la Ley en la mano y en que reclamando estáis la presencia de aquellos que cual primeros se han convertido en postreros. Yo os pido por ellos, son los que he doctrinado, son los que por ellos derramé en el Segundo Tiempo, hasta la última gota de mi sangre; y en este Tercer Tiempo, en que se ha hecho la luz para Israel, en que se ha hecho la luz para el universo, en que por doquier de las naciones he reunido y congregado al pueblo, que disperso se había encontrado; mas, son los que llevan el mandato en sus manos, llevan a cuestas un madero muy pesado, es el peso de los cargos que dice: juicio, penitencia y muerte.
11 Son los guías de multitudes, son los componentes que en cada recinto prestos han escuchado el mandato que por tu divina voluntad, yo he enviado para ellos.
12 Se han reunido los guías, los columnas, las piedras fundamentales, los sellos; y todos y cada uno de mis hijos, les hago presente ante tu ojo divino.
13 Yo cubro con mi mano, la culpa que les reclamas, cubro la falta de cumplimiento ante tu mandato, ante tu ley; mas, han sido los malos labriegos que han debilitado; y en estos instantes, sólo presentan la obra que han forjado ellos mismos, solo presentan la ley, que a su propio entendimiento se han forjado; pero son mis hijos y yo te pido en este día de gracia, en que finalizando un año de faena, que ha terminado y en la campiña te presentan sus cestos.
14 Mas contempla a los caminantes que de lejanas comarcas han venido, que te hacen presente el camino en que han transitado y en donde han herido su planta, para que tú sólo puedas darles la sanación y la fortaleza para que sigan adelante.
15 Contempla, Padre, que son los guías que llevan a cuestas el madero a semejanza de Jesús de Nazaret; ese madero, que es el cumplimiento de cada uno de los labriegos que se les ha confiado en este Tercer Tiempo; y que ¡créalo el hombre o no lo crea! Van a semejanza del Maestro, llevando por la calle de la amargura el peso de la vida, del cumplimiento de los labriegos del cuerpo de mediaunidad, de pedestales, de los componentes.
16 Mas, en este instante, contempla sus vestiduras hechas jirones, mas sólo tú con tu grandeza, podrás revestirlos y darles tu caridad; mas, contempla también a estos labriegos que han contemplado los obstáculos en su camino, el escarnio y la befa de la humanidad. Los unos, han seguido en este sendero y yo, te pido por ellos, ¡oh! Padre nuestro que estás en los celos, como en el Segundo Tiempo les perdonaste y les recibiste su corta faena, mas en esta última alba del año, te hacen presente su trabajo.
17 Perdónales, recíbeles en este día en que tu ojo, ante sus corazones y ante su presencia, se encuentra de lleno, porque ellos se han preparado y prestos se encuentran en este instante formando cada uno de sus corazones, un átomo de atrición; y con ellos, en este instante, yo formo un ramillete que te hago presente cual holocausto; y por este pueblo de Israel, que es la sal de la tierra, que es el fuerte del universo, reciba el universo entero.
18 Yo te lo ruego, Padre, por la sangre preciosa que derramé en el ara santa de la cruz ante los hombres, por las perlas purísimas de la madre inmaculada que derramó en el gólgota sangriento, yo te pido que recibas a estas multitudes; son las multitudes de los siete Sellos, de las siete iglesias que por tu mandato, Elías, por conducto del hijo del hombre, vino a implantar a la tierra. Contempla al postrero, no contemples su culpa, contempla sólo su dolor que arrastran por su desobediencia, es un átomo de la miseria humana, pero es un átomo de mi esencia y recíbelo en este día.
Padre Eterno:
19 Cristo amado, cubrís la falta del perverso y me decís que no les contemple, que mi Espíritu perspicaz no penetre a sus corazones, mas entre los buenos están los malos, los que no han arrancado de sus corazones el odio, la maldad y la iniquidad, los que se presentan con piel de oveja y entrañas de lobo ante vuestra presencia y ante la presencia de los pueblos que se les han sido confiado; mas, ellos, no han llevado mi Ley como se les ha entregado por mi mandato; mas, los unos, la han llevado con amor y temor; y los otros, la han hecho a su libre voluntad, añadiendo un codo más y otros quitándole y mancillando la obra; y yo, vengo a reclamarles tu obra que han hecho jirones y la han arrojado al fango y su planta la ha pisoteado.
20 Mirad y contemplad: ellos vienen desnudos, vienen hechos jirones, vienen manchados. Y, ¿acaso vos, les habéis negado el pan y el jergón?
21 Mas, los que traen investidura, contempladles: su odio y su mala voluntad, dividen los pueblos contemplad que no están todos los sellos, cada uno ha levantado su planta y se han confundido en su maldad, porque han llevado en sus manos los libros que los hombres han hecho sobre la tierra y se han confundido con su propia sabiduría, su maldad y su iniquidad; ellos enseñan a los pueblos, un camino que vos no les habéis marcado.
22 Yo vengo a reclamarles, desde el primero hasta el postrero, la sangre que derramasteis en el ara santa de la cruz, vengo a reclamarles las perlas de esa rosa de jericó; y en este instante, levantan las manos para pedirme el perdón; y yo, no se los entrego, porque no tienen perdón; mas, en este año no entregaré para 1948, hasta que me entreguéis a la humanidad, pueblo de Israel, que la hayáis convertido a la luz de la Verdad, porque si así no lo hiciereis, los ruiseñores enmudecerán, porque no habéis sembrado en vuestro camino más que odio y mala voluntad, no habéis llevado a la mano del menesteroso el pan para que alimente su espíritu y para el año 1950, ¿qué es lo que les vais a entregar? ¿Dónde está su faena? ¡Oh! Cristo, ¿para que yo pueda darles el perdón?
Elías:
23 Amo al Padre, amo al Hijo, amo al Espíritu Santo. Creo en el Padre, creo en el Hijo, creo en el Espíritu Santo. Espero del Padre, espero del Hijo, espero del Espíritu Santo.
24 Elías, una vez más se presenta para pedirte por estas multitudes, por las ovejas que en este tiempo pudisteis confiarme, en el tiempo de las luces, en el tiempo que a cada instante las pruebas son con las multitudes, no contemples que mis ovejas han dormido, que se han distanciado las unas de las otras; mas, son las ovejas que vienen desnudas de obras buenas, mas en esta alba de gracia que terminando está el año, vengo a presentarte a mi rebaño, porque tú eres el hacedor, eres el que dando estás la luz del nuevo día y mi señor a cada instante les doctrina, mas no contemples su reaciedad, sólo contempla su amargura que vienen a hacerte presente.
25 Elías, a través del hijo del hombre os he enviado, para que a ellos les guiéis ; mas ellos se mofan de vos; y lo que les entregáis en sus manos, el viento se los arrebata de sus manos; y saliendo de este recinto, se desconocen los unos a los otros, desenvainan su espada de dos filos y se arrancan la vida; mas, os he enviado para que lavéis su lanilla y contempladles cómo la traen; mas, ellos piden y yo como soy poder les retengo, en esta alba de gracia en que he descendido; mas ellos no han respondido, han callado sus labios, no me han dicho el por qué, no han entregado su faena; mas, yo les he reclamado lo que han arrojado sobre la tierra; mas ellos, pronuncian vuestro nombre, con su labio profano.
Elías:
26 Padre Eterno, desde 1866 pudiste nombrarme para que buscara a las multitudes, a las ovejas, soy el que les reúne y congrego; y vienen desnudos, vienen con su dolor, no les contemples su falta, dales tu perdón, ¿cómo transitarían mis ovejas, sin tu perdón?
Padre Eterno:
27 Guía de guías, que os he enviado a la tierra a cumplir un mandato, una Ley, ¿qué me entregáis de los pueblos que os he confiado yo y mi unigénito? ¿Qué cuentas me entregáis de los que se mecieron en vuestro regazo y han partido a sembrar la discordia, el odio y la mala voluntad; mas no la obra de mi Hijo amado? Responded, mujer, ¿qué entregáis en esta alba de gracia? ¿Por qué debilitáis? ¿Acaso no os ha fortificado mi Hijo amado para que sepáis llevar las multitudes y les retengáis su paso del abismo en que se encuentran los unos y los otros?
28 Mujer, que por instantes los aires huracanados os arrebatan de su mano, lo que os ha confiado mi Hijo amado. En este instante yo, os digo: los que han recibido en la fuente de la gracia, los unos llevan con temor y con amor, los otros llevan a su libre albedrío; y yo os pregunto, ¿dónde está la piedra fundamental? No lo contemplo, duerme también como los demás han dormido en su profundo letargo; y el viento huracanado, les ha sorprendido a los unos y los otros, han muerto a la vida de la gracia, ¿por qué les habéis dejado? No les habéis dado el calor; y yo en este instante, le pregunto al guía del templo de la fe:
29 Hombre, a quien también le he confiado las multitudes y que os he dejado unido al Templo del Mediodía para que llevaseis limpia la obra que se os ha confiado y no dejaseis que los pueblos le llenasen de la inmundicia: yo he contemplado que las multitudes se levantan arrancándose la vida, llevando a su propio albedrío, a su voluntad la obra de mi Hijo amado, la van desgarrando y haciendo que los hombres destruyan esta obra que he confiado a vosotros y os presentáis desnudos, ¿por qué? Porque os habéis hecho jirones vuestras vestiduras, habéis abierto vuestros labios y os habéis despojado de lo que yo os pude haber revestido.
30 Varón, contestad, ¿dónde están los hombres que han llevado mi mandato y que no contemplo que hayan cumplido con la Ley que se les ha confiado en sus manos? Voltead vuestros ojos y contemplad las multitudes, los guías que os siguen a quienes les habéis confiado y que los unos y los otros se han convertido en los mercaderes de esta obra, dan la obra a cambio de monedas que entregan en sus manos; mas mi Hijo amado, no ha venido a entregar la caridad para recibir los metales de la tierra, él os enseña a vosotros, a ser caritativos, a dar la caridad. Y, ¿cómo la habéis entregado vosotros malos guías? Habéis tomado mi obra y le habéis hecho jirones, os habéis convertido en los mercaderes como en el Segundo Tiempo, en que Jesús, mi unigénito amado, pudo arrojar a los mercaderes de la casa de su Padre; mas hoy viene y os da nuevamente su enseñanza para que os redimáis.
31 Yo os pregunto en este instante, guía del templo de la fe: ¿qué me entregáis? Sobre vuestros hombros pesa la responsabilidad de los pueblos que también pesan sobre el hombro de la mujer que es guía de guías que lleva el Templo del Mediodía; y hoy, venís vosotros, a pedir para el nuevo año y yo os retengo en este instante, retengo a los guías de los distintos recintos también, no dándoles el perdón ni a los unos ni a los otros.
María:
32 El ángel del señor anunció a María, he aquí a la esclava y sierva del señor, he aquí a la intercesora de tus hijos, mas en el Segundo Tiempo mostrasteis ante la humanidad a tu Hijo juan para decirme: madre, he aquí a tu hijo; hijo, he aquí a tu madre y he seguido intercediendo a través de los tiempos por mis hijos, para quienes confiasteis a mis cuidados, son los débiles porque los abrojos y las vicisitudes les han sorprendido; yo como madre, pidiendo soy por el huérfano, contemplad que es el niño que se arrodilla ante tu planta, no es el hombre, no es la anciana, ni el anciano, es el pequeño que me confiaste en mi regazo; mas yo te ofrezco mi llanto, sea como holocausto una vez más en esta Tercera Era.
Padre Eterno:
33 María inmaculada, contemplad a vuestros hijos por quienes derramáis vuestro llanto, los unos y los otros se encuentran muertos a la vida de la gracia; y estos pueblos, estos componentes, estos guías, estos sellos, columnas y videntes, contemplad su faena, se han recostado en su talento, bajo la sombra de un arbusto y han dejado que los pueblos perezcan; los otros toman los libros y se recrean con lo que los hombres han escrito, no con lo que mi mano ha dejado escrito para este pueblo de Israel, y sólo cuando termina el año, se acercan a pedir porque están hambrientos y menesterosos, levantan a los pueblos en guerras fratricidas y siembran en los corazones el odio y la mala voluntad, mas han pasado los tiempos y no han contemplado mi juicio que se cierne sobre sus cabezas; mas, he retenido los elementos, el aire, el fuego, el calor, las aguas de los cielos no han descendido y el frío del invierno no les ha sorprendido; mas ellos, no han tenido caridad de los unos a los otros, no han contemplado mi justicia, se mofan de ella y van a sentir el rigor de mi juicio, porque voy a desatar a mis elementos, voy a desatar la peste y la muerte sobre el pueblo de Israel, sobre los malos labriegos de este Tercer Tiempo, voy a limpiar el universo entero; ya que ellos no quieren labrar la tierra, voy a hacer que sus corazones se estremezcan cuando contemplen los elementos desatados en el universo entero, cuando sus envolturas sientan el rigor de mis elementos, entonces contemplarán el tiempo que han perdido.
Divino Maestro:
34 Padre Eterno Gran Jehová, tres años faltan en que tu mandato habrá de cumplirse, en que las multitudes se recrearán con la palabra que por esencia, presencia y potencia por medio del entendimiento del hombre estáis dando, mas el tiempo para el tiempo, les ha entregado; y yo te pido en este instante, para estos mis hijos, yo seré con cada uno de mis hijos en cada uno de sus recintos para que los ruiseñores se preparen, para que los muertos reciban todos por igual, una sola palabra, una sola esencia en todos los lugares.
35 Yo les levantaré de su letargo, yo les despertaré, les resucitaré a la vida de la gracia como pude resucitar a lázaro en el Segundo Tiempo. Si en este día por tu perdón, me concedieseis venir nuevamente a la tierra y derramar nuevamente mi sangre por el perdón de mis hijos, lo haría Padre Eterno.
36 Mas en ese instante, señor, en que iba a dejar la envoltura aparente, pude decirte: perdónales que no saben lo que hacen y en este Tercer Tiempo, en esta alba 31 de diciembre de 1947, te pido en el Templo del Mediodía, donde se han reunido los guías de multitudes, donde se han reunido los representantes de mi obra, los representantes de mi Ley, los que han sufrido por mi obra, os digo: ¡perdónales, señor! Que no saben lo que hacen y en este instante, brotará de sus corazones la plegaria, brotará su oración como pude enseñarles en el Segundo Tiempo y como en el Segundo Tiempo en el monte de los olivos, mi oración la elevé y yo te dije: Padre nuestro que estás en los celos, en la tierra y en todo lugar hoy derrámate en este día de gracia y dales tu perdón, ¿qué harían sin tu gracia? ¿Qué haría mi pueblo sin tu perdón? Mas mira que después van a quedar huérfanos de mi palabra y yo te pido para estos tres años, tu perdón; y cuando el instante sea llegado, en que este pueblo se reúna para esperar la despedida de tu palabra, yo te mostraré al labriego que ha trabajado, yo les doctrinaré, les prepararé como en el Segundo Tiempo, para que ellos se unifiquen; yo te ofrezco: mostrar a las multitudes en 1950, unificadas y ellas te harán presente el buen fruto para que tú lo recibas, pero perdónales, yo te lo ruego.
Padre Eterno:
37 Hijo amado, bendito seáis que pedís a vuestro Dios, por estos vuestros hijos.
38 Guía del templo de la fe, guía de guías, yo os pregunto: ¿tenéis contrición en vuestros espíritus? ¿Tenéis atrición en vuestros espíritus? ¿Tenéis concreta, unánime voluntad de perdonaros los unos a los otros y llevar una sola Ley, una sola enseñanza, una sola doctrina, una sola voluntad?
39 Vuestros labios se abren, mas yo os escudriño; y si en vuestro corazón, no existiese la unión y la paz, mis elementos descenderán, se desatarán por doquier: las plagas, la peste y la muerte, la restitución doblemente será en vuestros espíritus.
40 Y en este instante, guía del templo de la fe, yo os dejo unificado con el corazón de la mujer, guía del Templo del Mediodía, para que os améis; para que unidos y tomados de la mano juntos, con la piedra fundamental, el guardián del Templo del Mediodía, uniréis vuestras voluntades con los componentes de un recinto con el otro, sin oDios y sin malas voluntades, que se levanten los sellos que muertos están a la vida de la gracia; y aquellos que no cumplan, yo sabré retenerles en el camino, antes de que vayan al abismo.
41 En este instante, María inmaculada, Elías por conducto del hijo del hombre, Hijo unigénito que intercedéis por este pueblo, por estos guías que llevan sobre sus espaldas el peso de la humanidad y de los malos guías al igual que ellos, que no han sabido llevar una sola enseñanza y que a su propia voluntad van transitando; yo retendré el paso de los malos guías, de los distintos recintos.
42 Guía del templo de la fe, guía del Templo del Mediodía, yo os doy la potestad para que retengáis vuestra planta, en unión de los malos guías; mas, si vosotros, no quisieseis escuchar mi mandato, vuestros ojos contemplarán cómo en el Segundo Tiempo, mis hijos prepararon sus blanquecinas telas; y ellos, con su propio dolor, con la lepra en sus envolturas, se levantaron, se lavaron y purificaron sobre la tierra para poderse hacer presente la presencia de mi Hijo amado.
43 En este instante, guía del Templo del Mediodía, guía del templo de la fe, yo os digo: entregaré mi mandato y mi orden a los guías de los distintos recintos, por conducto de mis hijos que ha sido mi voluntad escoger, mas ellos se levantarán en corto instante a dar cumplimiento a mi voluntad, porque corto es el tiempo, tres años dejo a vosotros; y en estos tres años, me responderéis vosotros de las multitudes.
44 Que no se sientan débiles vuestras envolturas para cumplir mi mandato como es mi voluntad. En este instante, yo perdono a estos guías malos que no han sabido guiar a sus multitudes, para que se cumpla mi mandato entre ellos, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Divino Maestro:
45 En este instante el corazón de Israel se abre para cantaros: hosanna, hosanna gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.
46 Gracias, Padre Eterno, los hombres te dicen y el rabí de Nazaret, por tu perdón que has derramado, mas yo te ofrezco a tu retorno presentarte a las multitudes reunidas y congregadas; por mi amor les unificaré, por mi amor les enseñaré a perdonar; y ellos se levantarán y tomarán su azadón y su pala, para labrar sus tierras.
Padre Eterno:
47 Guías de los distintos lugares, en esta alba 31 de diciembre de 1947, habéis llegado a recibir una orden y un mandato; mas, vuestros oídos han escuchado y ¡ay! De aquél que no cumpla mi mandato y mi Ley, porque la muerte le sorprenderá.
48 Y yo os digo, en este instante: recibiréis a vuestros pueblos al empezar el nuevo año para que ellos reciban, así como vosotros habéis recibido la caricia de mi unigénito, de María y de Elías, por conducto del hijo del hombre y yo os perdono y os entrego para el nuevo año 1948, para que llevéis en vuestra mano la Ley y la cumpláis, para que no os sorprenda la muerte, que no os sorprenda la peste y los movimientos terrestres.
49 En este instante: llevad mujer y varón porque estáis hambrientos de caricia, llevad el perdón, la torta de pan y hartaos, que yo os perdono en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Elías:
50 Gracias infinitas, una vez más te da Elías. A través del hijo del hombre, yo lavaré y prepararé los corazones, apartaré de ellos el egoísmo y la maldad para que empiecen a preparar sus tierras, que en el Tercer Tiempo, les has confiado.
Padre Eterno:
51 Guía del Templo del Mediodía, guía del templo de la fe, tomados de la mano os levantaréis al cumplimiento de mi palabra y el grupo de labriegos que ha sido mi voluntad escoger y que levantó su planta para reunir los pueblos, también se levantará a seguir despertando a las multitudes a la vida de la gracia, entregando mis órdenes divinas, porque ésta es mi voluntad.
52 Mujer, guía de este recinto, despertad a la piedra fundamental del Templo del Mediodía, levantadlo antes de que lo sorprenda la muerte; lo levantaréis y le daréis mi orden, que en este día de gracia, yo he entregado. Que es mi voluntad que se presente y cumpla mis mandatos y mi orden que es Ley; porque en este instante reclamando estoy a los malos guías, a los malos componentes, para que todos se levanten de su sueño profundo; y en esta alba de gracia, yo le entrego a vuestro pueblo, una vez más mi perdón, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
53 ¡Adiós, pueblo de Israel, el ojo de mi divinidad dejo entre vosotros!
María:
54 Hijo amado, la madre todavía postrada se encuentra y llena de regocijo por lo que el pueblo en este día de gracia ha recibido; mas yo imploro, os pido que concedáis a la madre tan solo una alba en cada mes, para ser entre mi pueblo, para que cuando débiles se encuentren mis hijos, cuando se derramen sus fuentes en abundancia, encuentren en la presencia de la madre, el regazo para enjugarles su llanto y fortalecerles para que sigan adelante hasta entregarle al Padre Eterno, el cumplimiento de su Ley.
Divino Maestro:
55 Madre inmaculada, esposa del Espíritu Santo, madre de Elías, y del hijo del hombre, ¿qué podéis pedir al Padre, que el Padre no os conceda?
56 En estos instantes, guías de todos los recintos que escucháis la petición de la madre, yo os pregunto: ¿tenéis concreto unánime voluntad de sujetaros a mi mandato, sin atribuirme imperfección? ¡Benditos seáis mis hijos!
57 En este instante, madre, yo os digo: sed en cada recinto, el alba 7 de cada mes en representación de las siete palabras que en el madero de la cruz pude elevarle al Padre Eterno por el llanto que derramasteis por el pecador, yo os concedo, cubrirles con vuestro manto, cubridles de los torbellinos que se desatarán, ante su paso, para que se cumpla el mandato del Padre Eterno.
58 En este instante os digo, pueblo: si no sabéis darle el cariz verdadero a esta gracia que os he confiado y contemplo la imperfección en vuestros trabajos, retenida será la gracia que en estos tres años ha dejado el Padre.
María:
59 ¡Bendito seáis, hijo amado! Yo recogeré el llanto de mis hijos y esas lágrimas las convertiré en regocijo para sus corazones para que muestren la mansedumbre ante cada una de mis palabras; y aquel que atribuyere imperfección, le daré un rayo de luz para que comprenda como es tu voluntad. ¡Adiós, pueblo, mi caricia de madre quede con vos y mi manto os encubra!
Divino Maestro:
60 ¡Benditos seáis, mis hijos! Que eleváis vuestra plegaria para ensalzar a la madre universal, bendito seáis, pueblo de Israel, que en esta alba de gracia os habéis levantado presto al mandato de vuestro señor ;y yo, os recibo en mi regazo de Padre, ¡bienvenido seáis mi pueblo! En representación de las siete iglesias, de los siete Sellos implantados por Elías en este Tercer Tiempo; en este instante, os aposentáis en mi regazo para que recibáis la caricia y el calor, para que con mi palabra que mana de vida eterna, llevéis a vuestros pueblos y los preparéis.
61 Mas habéis venido ante la presencia del Padre, avergonzados porque venís desnudos de obras buenas, desnudos de la vestidura de gracia con que yo os he engalanado, porque a cada instante atribuís imperfección a mi obra, cuando yo en tres Tiempos os he confiado mi obra y os he dicho: muchos son los llamados, muchos son los escogidos y de entre los escogidos he entresacado los privilegiados y esos sois vosotros los representantes de todos los recintos que os habéis reunido en este día de gracia; mas vosotros que sois los privilegiados, sois los que lleváis las imperfecciones más grandes en el libro de vuestra conciencia que con vuestra propia mano habéis escrito, que habéis convertido en un volumen inmenso en vuestras distintas reencarnaciones y en este Tercer Tiempo por mi mandato habéis venido a restituir vuestras culpas, a cumplir una Ley, porque yo os he elegido, porque del pecador vengo a servirme; mas, los hombres os reclaman y se preguntan a sí mismos: ¿por qué os he elegido si culpas lleváis, si sois los que adulteráis, los que quitáis la vida a vuestro hermano?
62 Sí, Israel, los hombres se hacen estas preguntas, pero ellos no saben que yo os he elegido, es porque soy el dueño de todo lo creado, porque en mi mano tengo la pesada mole de la tierra y los destinos de cada uno de vosotros. Os he elegido, pueblo, para que os limpiéis y os desmanchéis en el cumplimiento de este mandato, porque en cada una de vuestras manos he depositado mis 22 preceptos, enviados por Elías a través del hijo del hombre, fundador de las siete iglesias, de los siete Sellos, enviado directo de mi Espíritu Santo para venir inundaros de la luz de mi Espíritu, para venir a mostraros la era de las luces, de las pruebas, para venir a mostrar la venida de mi Espíritu Santo, para venir a enseñaros la comunicación de espíritu a Espíritu, con mi Espíritu Santo por medio del entendimiento del hombre.
63 Elías, plantó siete Sellos, siete iglesias y cada uno lleva su heredad, sus símbolos y sus atributos y ¿en dónde están los siete Sellos? Los unos se han derrumbado, los otros dormidos; mas, como os he dado inteligencia y como he preparado vuestro entendimiento con mi luz, ¿qué habéis hecho? Los habéis llevado a vuestra propia conveniencia y a mi Ley le habéis añadido vuestra ley, la que vosotros os habéis forjado; los unos le habéis mistificado, los otros la lleváis y los otros os habéis dejado arrebatar por vuestros hermanos, os habéis dejado sorprender de los hombres con su enseñanza y os habéis confundido; y habéis dejado que esa Ley sea escudriñada y vais por las calles prevaricando, diciendo que sois los hijos de la luz, que sois el espiritualista; mas, los otros, esperáis el instante para contemplar las grandes manifestaciones que os he profetizado; mas habéis contemplado que se ha cumplido mi palabra en el universo y así se ha acrecentado la fe de los pueblos, la creencia en mi Espíritu Santo y ellos han seguido esperando el instante; mas ha sido mi voluntad preparar al pueblo de Israel, hasta el año 1950, en que los ruiseñores darán mi palabra; y a partir de ese instante, entre vosotros sólo se hará mi voluntad, porque estoy preparándoos, pueblo de Israel, unificándoos para que vuestros labios pronuncien una sola enseñanza, puesto que soy un solo Padre y un solo poder entre vosotros.
64 Sí, Israel, soy una sola luz que se derrama en todo ser viviente e inerte para darle vida de gracia y en espíritu y en verdad os digo: una sola palabra será en todos los recintos, por medio del entendimiento humano de hombres y mujeres que yo he preparado cual ruiseñores, porque si así no fuese, cortaré de raíz lo que no sea agradable ante mi pupila, limpiaré las tierras, porque el instante de la depuración se ha llegado y el que no se ha sabido preparar, el que ha llevado a su libre albedrío, el que en ladronzuelo se ha convertido, mucho lo lamentará, porque os he dicho que el tiempo de la depuración de mi obra se ha llegado, ¡créalo el hombre o no lo crea!
65 En esta alba de gracia, he dejado unidos al Templo del Mediodía y al templo de la fe, para que responsables sean de las multitudes y aquel que ha hurtado y se ha llevado los ramajes y ha plantado a su libre albedrío y en ellos ha sembrado su propia enseñanza y va prevaricando a voz en cuello que es el discípulo del Tercer Tiempo, voy a retenerle su planta, porque voy a lavarlo; mas voy a darles la fuerza a mis hijos para que cumplan mi voluntad. De recinto en recinto, mis hijos encaminarán su planta, porque yo les doy la fortaleza para que cumplan este mandato, porque ésta es mi voluntad; y porque al Padre Eterno le he prometido el holocausto de vuestro cumplimiento, a costa de vuestro sacrificio cumpliréis el mandato, porque ésta es mi voluntad.
66 Mirad mi pueblo, que le he prometido al Padre a cambio de su perdón que ha entregado a vosotros, para que no os falte el pan de cada día, para que no os falte la fortaleza y los elementos no os arrastren, para que no arrastren al pueblo de Israel en quien me he derramado por presencia, esencia y potencia en este tiempo en que os he reunido y congregado para que seáis el fuerte del universo entero, para que seáis la sal de la tierra; mas he contemplado que el fuerte se ha convertido en débil; mas yo en este instante le fortifico y voy a limpiar a aquellos que no han preparado sus tierras y no se encuentran preparados al cumplimiento de mi mandato, pero voy a retener mis elementos y preparaos, porque los hombres de la tierra, los mandatarios de vuestra nación, los hombres de la justicia, no han contemplado que sois los escogidos, porque habéis temido a la justicia de los hombres; mas a ellos preparo para que se presenten y escudriñen; mas, los que en ese instante se encuentren trabajando por mi obra, mi mano poderosa les encubrirá y les salvará, porque éste es mi mandato.
67 Os he dicho, pueblo de Israel, que es el tiempo de la depuración de mi obra; y mis hijos que lleváis vuestros pequeños recintos y os encontráis débiles y que ya no podéis seguir adelante, porque habéis encontrado el pedrusco y habéis saboreado la amargura porque el madero es muy pesado y el camino escabroso, en verdad os digo: pedid al Padre, que el Padre os dará la gracia y os reuniréis en el Templo del Mediodía y en el templo de la fe con vuestras multitudes, con vuestros labriegos, que en espíritu y en verdad, en ambos templos os recibiré, porque ésta es mi voluntad, antes que sigáis mancillando mi obra, antes que sigáis atribuyéndome imperfecciones, antes que sigáis mezclando vuestra obra con la obra de vuestros hermanos que son imperfectos también, porque yo contemplo que ni los unos ni los otros tenéis temor a mi divinidad; mas,¡ pedid, que el Padre os dará! Mas, también os reclamará, vuestra falta de cumplimiento; mas, si así no fuese, ¡hágase y cúmplase el mandato del Padre!
68 Voy a escudriñar de puerta en puerta, de recinto en recinto y de choza en choza y si no cumplís con el mandato del Padre, vuestras envolturas se estremecerán, si seguís caminando a vuestro libre albedrío, como los mercaderes del Segundo Tiempo, impartiendo la caridad a cambio de los metales y alimentando la altura de perversidad; la justicia del Padre, la contemplaréis cumplida.
69 Mi Ley, escrita está en los 22 preceptos y vosotros habéis alimentado y habéis sembrado en los que os siguen: fruto de iniquidad y ha germinado en ellos; y yo, en este instante, lo arranco de vosotros, para que no sigáis alimentando lo superfluo y malo dentro de mi obra; porque escrito está, que dentro de mi obra no se encontrará la impostura, la imperfección, lo superfluo, lo malo, la metalización, el lucro; todas esas cosas son de la tierra, son imperfecciones de los hombres y cual mala simiente convertida en la nada será junto con aquel que la alimente, porque éste es mi mandato.
70 Yo en este instante con mi mano poderosa cubro la culpa de todos vosotros, para que el Padre no sea cual juez entre vosotros, porque sois miseria humana; y si él se levantare como juez, el universo entero restituiría la justicia del Padre y nuevamente sin su perdón seríais, los mares saldrán de sus cauces para cubrir las comarcas, los volcanes harían erupción para cubrir con su lava las tierras que manchadas se encuentran por vuestros oDios, porque esta creación vos la habéis mancillado y vos sois el responsable; mas, en este tiempo, os contemplo como en el Segundo Tiempo que alimentasteis vuestra Sodoma y Gomorra; y sin el perdón del Padre, seríais a imitación del Segundo Tiempo.
71 Pueblo de Israel, vida, caridad y perdón entre vosotros, porque os amo; inmenso es mi amor por vosotros, humanidad que desfallecéis, porque por vos derramé hasta la última gota de mi sangre para salvaros, para que ya en este tiempo no formaseis vuestra Sodoma y Gomorra; y en este instante, en que ante el arca de la alianza podéis encontraros, yo os doy la luz de mi Espíritu Santo para que os levantéis unificados; y como en este instante, os habéis reunido y congregado en el Templo del Mediodía, así lo hagáis en el templo de la fe, en las albas que mandato os he entregado.
72 En este instante, tomad, mis hijos, tomad la ratificación que he hecho del mandato del Padre, yo os fortalezco, os doy la unción de mi amor divino, sois materia y llevad en espíritu y en verdad. Habéis apurado un cáliz amargo y cuando los hombres con escarnio os contemplen, cuando desgarren mi obra, acallad vuestro labio y preparaos, que en esos instantes yo me derramaré por vuestros labios y os doy el don de la palabra y los hombres recibirán.
73 Dos años dejo como prueba para Israel, para los representantes de mi obra, para los labriegos y en este instante llevad mi fortaleza y el aliciente de seguir adelante con vuestro madero a cuestas imitando a vuestro Maestro como en el Segundo Tiempo; mas contemplad, representantes, contemplad labriegos, que vuestro señor transitó por la calle de la amargura hasta el calvario llevando a cuestas el madero de la cruz y cuando pudo llegar al lugar adonde los hombres habrían de ajusticiarle, derramé mi sangre preciosa por esa sangre el Padre ha dejado el perdón para vosotros; mas sed sumisos y obedientes ante mi mandato, que yo en este instante mezclo mi llanto con el vuestro y yo sabré dar a cada quien la fortaleza en el instante de la prueba para que no blasfeméis, para que reconozcáis que habéis venido a restituir vuestras culpas, que para ello estáis trabajando, para que cuando lleguéis ante mí, mostréis vuestro cesto lleno de fruto por vuestro cumplimiento y yo pueda daros el galardón que he preparado.
74 En estos instantes, yo os digo, guías de multitudes, representantes de cada uno de los recintos, os doy la luz de mi Espíritu Santo, obrad con caridad y amor, contemplad el paso de los labriegos y no retengáis el mandato del Padre, que en este instante me derramo en los unos y en los otros, para que a la terminación de estos dos años podáis llevar una sola Ley, una sola Verdad para el universo, para que los hombres contemplen que el grado que vosotros lleváis por mi mandato, yo os lo he dado, porque ésa ha sido mi voluntad. Y también contemplen que los Israelitas se encuentran en todas las naciones, que en el universo se encuentra el grupo de mis marcados, porque ésta es mi voluntad.
75 Yo os preparo para los dos años que van a transcurrir y preparo a los que se encuentran en aquellas naciones, para que se aposenten en esta nación mexicana a recibir el mandato y en aquellas naciones en donde mi palabra es con ellos y la llevan a su propia voluntad, como en el Segundo Tiempo, derramo mi luz y mi esencia, que la palabra que estoy derramando en esta nación, sea la misma en aquellos lugares, porque ésta es mi voluntad.
76 Pueblo, en este instante voy a preparar vuestra planta para que salgáis a las comarcas, a las orillas de los mares a dejar mi voluntad, mas soy poder y con poder hago cuanto quiero y vosotros sois los siervos, sois los servidores de la humanidad y a ella le vais a entregar mi voluntad. También preparo las plantas para que salgáis a las naciones extranjeras, los unos en cumplimiento de vuestra misión en la tierra y que al mismo tiempo lleváis mi mandato, llevad a cada uno de vuestros recintos, porque en este día os habéis reunido con vuestras multitudes a recibir el nuevo año, en este día en que grandes cosas voy a entregar, todos recibiréis, porque ésta es mi voluntad.
77 Voy a preparar a los hambrientos de las naciones, al hambriento de esta nación, con gracias os voy a donar, en esta nación en donde he plantado las siete iglesias, los siete Sellos, en quienes gracias he derramado para formar la iglesia del Espíritu Santo, el sanctasanctórum, porque esto es el mandato del Padre y mi Ley que ejecutada será.
78 Llevad mi caricia, yo os fortifico, porque más escabroso va a ser el camino y más pesado será el madero, pero yo soy vuestro cirineo; para que cuando nuevamente lleguéis ante el Padre, le podáis hacer presente vuestro cumplimiento, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
79 Dos años de cumplimiento ha dejado el Padre Eterno y en esta alba de gracia, preparaos, mis hijos, que mis pueblos hambrientos están, mis pueblos esperan el regocijo de mi palabra y esperan mostrarme su dolor, sus vicisitudes y yo preparo los cuatro ángulos de la tierra para que sigáis transitando. Prepararaos mis hijos y escuchad mi mandato: estaréis en el templo de la fe, en el último miércoles de cada mes y el primer miércoles en el Templo del Mediodía. Así también un miércoles que vosotros asignaréis para que mi mundo espiritual sea entre vosotros para daros la luz y el análisis de mi palabra, para que podáis guiaros en el camino, para que no me atribuyáis imperfección, para que mostréis mi Ley como es mi voluntad. Y vos, congregación del Templo del Mediodía y de la fe, os congregaréis y recibiréis el sano y buen consejo del mundo espiritual que en escalidades se han lavado y purificado y esperan el galardón.
¡Adiós, pueblo amado, la paz de mi Espíritu Santo, quede con vosotros!
42. Primera cátedra de los últimos tres años de comunicación
Jueves 1 de enero de 1948
Elías:
1 Maestro divino, en este día de gracia, el pastor se aposenta con la oveja en mi hombro, la que ha extraviado su camino y la deposito ante tu planta. Es el rebaño que me has confiado; mas, vienen a daros infinitas gracias, por las albas concedidas. Mas, ¡hágase tu santa y divina voluntad en el pueblo de Israel! Helo ahí aposentados en el redil de tu amor, y por los unos y los otros te pido.
Divino Maestro:
2 Elías, día de gracia para el universo, día de gracia para mi pueblo, más nuevamente me encuentro entre mis hijos, entre mis discípulos y párvulos para seguir entregando la divina lección y vos comencéis como pastor nuevamente de estos espíritus, preparando los caminos del señor, los caminos que me conduce n hacia el corazón y la conciencia de mis hijos.
3 Yo he llegado; y al llegar, les contemplo preparados; porque saben, quién se acerca; saben en pos, de quién se levantan; saben íntimamente que el Maestro, va a comunicarse con cada corazón.
4 ¡Helas ahí, pastor incansable! Las presentes, las ausentes del camino de la gracia, las ausentes de mi obra; bajad vuestra mirada celestial e id al rebaño que disperso aún puede encontrarse.
5 Sin embargo, habéis congregado un número de espíritus encarnados y desencarnados, en torno a la luz del Sexto Sello; y aquí, ellos abren su vista espiritual, despiertan su conciencia, ellos conocen quién soy y quién es aquel de quien han brotado.
6 Vuestra faena no ha concluido, Elías; mas, ardua y más grande es desde este día, la faena de mi pueblo de Israel, que son los que os siguen en el camino; los que se convierten por instantes en campana sonora, en emisarios de mi palabra, en emisarios de la luz; ellos no han terminado de cumplir, van a concluir el camino con mayor espiritualidad, con mayor conocimiento de causa y con mayor conciencia.
7 Desde este día, yo también entregaré mi palabra con más profundidad; y más explícita, para que este mi pueblo, pueda al fin levantarse, pueda al fin mostrar a la humanidad que la semilla del Maestro no se ha perdido, que mi divino y santo sacrificio de aquel Segundo Tiempo, hoy da su fruto, que la promesa hecha por el Maestro en el Segundo Tiempo de que el mundo contemplaría la llegada de Elías y la nueva venida del Maestro, próxima se hallaba; pues ya, se ha llevado a efecto.
8 Elías: ¡recreaos y despertad a todo espíritu, entre estos presentes, en este recinto y en todos los recintos espiritualistas! Y es mi voluntad, que por los presentes alcancen los ausentes, porque mi arcano abierto se encuentra para todos.
9 El manto de la madre, se encuentra cubriendo con su calor divino, a todas las criaturas; y vos Elías, con la luz de vuestro espíritu, con la fuerza y el consuelo que hay en vos, vivificadles a todos para que no decaigan, para que se levanten, para que una vez más tomen la cruz del cumplimiento y me sigan hasta la cúspide de la montaña, en donde estarán conmigo por una eternidad.
Elías:
10 Grande es tu amor, Divino Maestro, tu Verbo celestial se derrama cual torrente de agua cristalina y cae en cada corazón que atento está para escuchar tu enseñanza. Elías, delante del rebaño se aposentará.
11 En el alto y poderoso nombre del Padre Eterno Gran Jehová, en el alto y poderoso nombre de la segunda presencia divina que presente es entre vosotros. Yo os doy mi saludo de pastor y la bienvenida en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.
12 ¡Bienvenido seáis, rebaño, que con obediencia os levantáis en el camino para ser tras del pastor! Habéis contemplado que es alba conmemorable, en la cual el Padre, os ha concedido morar en este planeta tierra.
13 Tiempo de lucha se acerca entre vosotros, tiempo de grande trabajo se acerca para Israel; para que Israel, se levante con la Ley en la mano, con las armas espirituales, para que le entregue al mundo, lo que le ha sido confiado.
14 Mi manto celestial os encubre, mi luz irradiando está en cada espíritu para que él despierte y no decaiga en el camino.
15 Tocando cada corazón me encuentro, para que podáis seguir el sendero espiritual en el cual el Padre, os ha colocado; mas, siempre estoy delante de vosotros, cual faro luminoso; y os he dicho, que soy vuestro cirineo y lleváis la enseñanza grabada en vuestro corazón y entendimiento y no dejéis que los aires huracanados os la arrebaten.
16 Elevad vuestro pensamiento, para que deis gracias al Padre, de lo que os ha concedido; mas, esperando está el Padre, vuestro cumplimiento, que yo voy con vos, derramando la luz de mi espíritu.
17 Y en este instante, preparo vuestro corazón para que podáis albergar el amor sublime y la intercesión de la ternura divina confortará vuestro corazón y os entregará el calor de su amor y ternura para que sintáis que no os ha abandonado, que yo os perdono y bendigo, en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.
18 Divino Maestro, ante tu planta se encuentran estos corazones que en este día he reunido y congregado; están en el banquete espiritual y esperan que tú les entregues, que tu voz les alimente.
Divino Maestro:
19 ¡Bendito seáis, Elías! Que hacéis sentir al pueblo, el ahínco de vuestro espíritu y con él le alimentáis; a él lo contagiáis de vuestro propio ahínco y de vuestro amor por esta causa bendita, para que él se levante contemplando que vos, no siendo un siervo de Dios, trabajáis incansablemente: veláis, oráis y sufrís, y ellos, que sí son los siervos del Padre, tienen que reconocer que deben imitarme en el camino, en la mansedumbre, en la humildad, en el ahínco y en el amor.
20 Elías, en el año presente levantaréis grande simiente dentro de mi obra, en la humanidad y en el valle espiritual; y este pueblo, lo contemplará, lo sentirá y así lo verá también.
21 En este instante en que habéis dejado el consuelo, la fuerza y la paz entre el rebaño, ¡venid a mi diestra, aposentaos ahí! Y desde mi alto solio, seguid velando y trabajando por la causa divina.
Elías:
22 ¡Tus mandatos serán cumplidos! Grandemente lucharé en este tiempo que me has confiado a Israel, yo le animaré, le fortaleceré para que se levante presto a la lucha; y al final, haga presente su lucha, lo que haya labrado, para que la humanidad alcance la paz de tu Espíritu.
Divino Maestro:
23 Mi paz, sea con vos, pueblo amado. Bien sabéis vos, que yo estoy en el Padre y el Padre está en mi Espíritu, bien sabéis que no soy un siervo de la divinidad, porque en Espíritu, potencia, presencia, y esencia, yo soy la misma divinidad; mas el Padre ha querido manifestarse en tres potencias, en tres fases o presencias distintas; las cuales, forman una sola divinidad.
24 La primer a fase no es igual a la segunda, la segunda no es igual a la tercera o a la primer a; pero ellas tres forman mi trinidad o trilogía sagrada; y en este instante en que vengo en mi segunda presencia y potencia, os digo: vengo a explicaros, vengo a aclarar a vuestro espíritu y entendimiento lo que la primer a potencia se ha dignado entregar en la fuente de la gracia.
25 De sus mandatos y de sus expresiones, brota esta mi palabra, porque yo soy el Verbo del Padre; y desde este instante: primer a alba del presente año 1948 en que os reunís en torno a vuestro Maestro, inició entre vosotros la explicación de los mandatos e inspiraciones del Padre.
26 Pueblo amado, en el rincón de vuestra alcoba, en vuestros caminos sentisteis la presencia del Padre, en el instante en que su rayo descansó sobre este orbe; vuestros oídos, pudieron oír y escuchar aquella justiciera palabra, aquella palabra del hacedor.
27 Yo, os digo: no temáis, no os confundáis, aquí está el Maestro, el Verbo del Padre que en este instante viene entre vosotros, a explicaros aquel mensaje divino para que todos y cada uno de vosotros, podáis ser poseedores y herederos de esa herencia divina que el Padre, os ha legado.
28 Aún existe el dolor en los corazones de los hijos, porque el Padre, grandemente reclamó a su pueblo; la madre amantísima, vuestra divina madre y Elías, el pastor de las muchedumbres, intercedieron por primera, segunda y tercera vez, para que la clemencia del Padre, fuera con el pueblo.
29 ¿Por qué, mis hijos? ¿por qué? se pregunta vuestro corazón si vosotros estabais preparados, habíais luchado y trabajado, si habíais enmendado vuestros actos en el camino? Yo, os lo diré: es porque estáis en la plenitud de los tiempos y no todos habéis despertado es porque estáis ya en la culminación de esta etapa y durmiendo estáis.
30 ¡Cuán pocos son los que han despertado en este tiempo! ¡Cuán pocos son los que han abierto los ojos plenamente a mi verdad y a mi obra! ¡Con qué poco se conforma, Israel en el Tercer Tiempo y ha creído alcanzar el triunfo en el camino!
31 ¡No, mi pueblo! No sois los inocentes, no sois los niños; ya en el camino espiritual, no sois los recién nacidos; sois todos los grandes espíritus, los espíritus evolucionados, los que lleváis en el fondo de vuestra conciencia, en lo más profundo de vuestro ser, la simiente de Dios, que en todos los tiempos, desde el principio os ha confiado; y hoy en este día, una vez más, os digo: habéis llegado a la culminación de los tiempos.
32 El Padre descendió y contempló a su pueblo aletargado, lo contempló desnudo, materializado; y el pueblo, se levanta por los caminos y se dice espiritualista.
33 ¿Y sabéis, mis hijos, mis discípulos y párvulos qué quiere decir: espiritualista? Si vosotros no acertáis a contestar, yo os lo diré. Yo os daré la contestación, en una breve frase: espiritualista quiere decir: discípulo del Espíritu Santo.
34 ¿Y acaso eso habéis llegado a ser ya, mis hijos? No os vengo a humillar, ni a desgarrar con mi palabra; vengo a daros la vida, vengo a despertar del profundo letargo a los primeros, segundos y postreros, para que no os confundáis ante el Padre, y entonces, me digáis: ¿por qué me reclamó? ¿Por qué me sentenció? ¿Por qué me amenazó?
35 él os reclamó, porque no queréis escuchar la voz de vuestra conciencia; él no os ha sentenciado, él sólo os dice: ¡alerta! Que no será mi justicia, sino la justicia del mundo, la que os destruya
36 El Padre, no os amenaza; él sólo os dice las consecuencias de la falta de cumplimiento, de la falta de comprensión y de espiritualidad, porque el Padre, es sólo Padre todo amor y siempre amor.
37 Mas, vosotros, no le habéis comprendido, no le habéis dado importancia al Padre; y por eso, venís en busca de la palabra del Maestro, y decís: mientras Jehová no descienda, la palabra del Maestro, su esencia amorosa, caerá en nosotros
38 Sin saber que en Jehová, estoy yo; y que cuando os habla Jehová o Cristo y Espíritu Santo, es el Verbo Divino: vuestro Padre, vuestro Maestro, vuestro Dios, vuestro principio y vuestro fin yo, el Espíritu Santo; y vosotros, mis discípulos: los espiritualistas, los discípulos del Espíritu Santo.
39 Me complazco en hablaros así, en el Recinto: La Fe porque encuentro preparación en todos mis hijos, en todo Israel, para que todos marchen a un solo compás; mas, si esto os digo, no exista vanidad, porque si vanidad existiere, entonces yo os retendría mi voz y mi esencia.
40 Porque vosotros, seréis grandes todos, seréis grandes espiritualmente, os dice el Maestro, cuando vosotros alcancéis la verdadera mansedumbre y la humildad, cuando alcancéis el verdadero amor seréis dueños de la esencia verdadera, de la sabiduría perfecta, de la verdadera potestad.
41 Mientras la mala hierba exista en un corazón, ese corazón no alcanzará la conquista de mis atributos divinos; y por eso vengo a cada instante con mi pueblo, a escudriñarle, a corregirle, a enseñarle, a lavarlo en las aguas puras del río de la vida; para que ya limpios, podáis ser dignos de llevar mis atributos en vosotros mismos.
42 Yo os preparo. Tomando estoy de la palabra del Padre Eterno, para reanudar mi enseñanza entre vosotros; mas, seguiré hablando a vuestro espíritu y a vuestra carne, yo seguiré corrigiendo con mi amor vuestras faltas; yo os levantaré cuando caigáis, volveré a consolaros cuando sufráis, no dejaré que os perdáis, no os abandonaré jamás; yo os llevaré de la mano, así, vuestros oídos, no escuchen más aquella voz de reclamo del Padre.
43 Si vuestro corazón, no ha velado; el del Maestro, sí vela y es mi palabra para los guías, para mis labriegos, columnas, videntes y plumas de oro; por eso no os extrañe el reclamo del Padre; pero, yo haré que en próxima alba de gracia no sea la voz del Padre, reclamando a su pueblo de Israel; sino que sea una caricia y un galardón por vuestro cumplimiento, una gota de bálsamo sobre vuestro dolor; su arcano sea abierto en misericordia y en gracia; para que después, el pueblo de Dios, pueda dispersarse sobre los demás pueblos de la tierra.
44 Mas, ¿cómo podréis alcanzar ya, esa gracia divina? ¿Qué no os he enseñado? ¿No os estoy señalando el sendero, alba tras alba, para que podáis agradar y rendirle el culto a mi divinidad? ¿No me he manifestado en diversas formas en palabra a través del hombre, en intuición y revelación y por mi mundo espiritual de luz? ¿No me he manifestado en cada uno de vuestros dolores, vicisitudes y pruebas, a vuestro paso? ¿No he cumplido entre vosotros, mi pueblo amado?
45 Llegó el alba final de 1947 y la mirada perspicaz del Padre, todo lo escudriñó, todo lo contempló y todo lo juzgó.
46 Instante de anhelo divino, para el Padre; instante, en que su corazón recibió el tributo de todas las cosas, de todas las naturalezas, de todos los mundos y de todos los celos; mas, cuando él dirigió su mirada a este planeta tierra, esperó del corazón de los hombres, del espíritu de esta humanidad, su tributo.
47 Su mirada divina, se posó y escudriñó todas las sectas y religiones; y el Padre, recogió sólo dolores, el Padre contempló el culto que no es digno de este tiempo, que no es digno de su divinidad.
48 Lloró el Padre, en su solio, derramó su gracia y su amor; y de todos ellos, recibió sólo la simiente buena y después, dirigió su mirada de Padre entre vosotros, entre este pueblo desencarnado y reencarnado en este mundo.
49 Buscó el corazón, el espíritu de su pueblo escogido a través de todos los tiempos y de todas las eras, para reclinar su sien de Padre, para escuchar el latir del corazón de sus hijos escogidos, que han recibido todos los testamentos, todas las herencias del Padre; de este pueblo, que se ha regocijado a través de estas tres largas eras, en este planeta y también en el valle espiritual.
50 ¿Acaso creéis que el Padre, encontró lo que él buscaba? ¿Acaso creéis que encontró el señor de los señores, la paz entre su pueblo, el amor, la unificación y la fraternidad? ¿Acaso creéis que encontró la espiritualidad y el culto perfecto para su divinidad? ¡No, mis hijos! Por eso, él reclamó, por eso su corazón de Padre entristecido por un instante, os reclamó, porque os contempló igual que los demás: destruyéndoos los unos a los otros, no amándoos los unos a los otros, escasos de espiritualidad.
51 Encontró en el fondo de vuestro culto, en vuestro trabajo: la idolatría, el fanatismo, la materialización, la desunión, las mixtificaciones, la falsedad, el egoísmo y la hipocresía; la falta de caridad, de los unos para con los otros y encontró: imperfecciones en la oración, en la invocación a su rayo, imperfección en la preparación de sus hijos, imperfección en todo su pueblo de Israel.
52 Encontró, que: las multitudes, aun en albas de gracia se entregan a las tradiciones de fanatismo, a los festines que no son espirituales; sino profanos, paganos y que escarnecen a la enseñanza de la divinidad y por eso el Padre, os reclamó.
53 Mas, si ese reclamo no lo sintió vuestro espíritu; y si vuestro espíritu, ocupado en las cosas de la tierra, no se estremeció en el instante de justicia; yo, como segunda presencia, yo como Verbo Divino de ese Padre; yo, como emisario y mensajero de esa voz celestial, os vengo a decir lo que el Padre, sintió y por qué habló así y reclamó así.
54 Los tiempos han pasado, por largo tiempo he estado yo entre vosotros, desde 1884 en que fue mi voluntad comunicarme por el primer entendimiento humano entre vosotros, os vine a remarcar y a trazar la senda que Dios como Padre, os trazó en el Primer Tiempo y como Hijo, os trazó en el Segundo Tiempo.
55 Vine en mi tercera fase de mi espíritu divino, en la tercera presencia de mi trilogía o trinidad divina, a trazaros el sendero del Tercer Tiempo, tan recto y estrecho como en el primer o y Segundo Tiempos; y desde ese instante, os he venido diciendo: ¡espiritualizaos, despojaos de todo lo superfluo y malo!
56 Y a través de muchos portavoces, yo os he entregado la misma esencia en mi palabra, yo os he venido a libertar de la idolatría, del fanatismo, del materialismo, de todas aquellas prácticas que son innecesarias a vuestro espíritu.
57 Y he venido a borrar en este Tercer Tiempo, a través de mi palabra todas las tradiciones y ritos que no pertenecen a mi obra; pero ha sido duro el corazón de Israel, ha sido duro el entendimiento del pueblo; el espíritu de Israel, no ha podido en este tiempo, vencer a su propia carne, ni vencer el ambiente que le envuelve, ni ha podido apartar su temor al hombre.
58 ¿Por qué os dice el Maestro, estas revelaciones? Porque todos vosotros habéis añadido algo de vuestras pasadas costumbres, todos habéis traído a mi causa, a mi obra divina, a mi Ley: las tradiciones que existían en vuestra sangre ya que, no están en vuestro espíritu.
59 Las tradiciones y ritos, las costumbres y hábitos arraigados en vuestra sangre y en vuestro cuerpo, herencia de vuestros antepasados son, porque vosotros, sois idólatras.
60 Sin embargo, no he venido a contemplar las imperfecciones de vuestra sangre, de vuestra raza; yo he venido a contemplar y a descubrir en el seno de vosotros, a vuestro espíritu de Israel, espíritu espiritualista trinitario mariano; y con él, he venido a comunicarme, para hablarle hoy a través del entendimiento humano, desde el año1884 hasta 1950; y después, habré de comunicarme con vosotros, de Espíritu a espíritu; para que enseñéis la verdadera oración y el verdadero culto, a toda la humanidad.
61 Yo os he permitido los símbolos dentro de mi obra, porque si el Maestro no hubiere permitido estos símbolos a vosotros; vosotros habríais erigido altares, efigies, imágenes o ídolos.
62 Yo por eso, os he permitido estos símbolos, estos objetos que no son de adoración, son objetos que simbolizan acontecimientos espirituales, situaciones divinas; y cada uno de ellos, posee un significado; mas, ¿en tanto tiempo ese significado espiritual, ese simbolismo, no ha podido penetrar y asimilarse a vuestro propio espíritu? En verdad, os digo: de que ya era tiempo de que vosotros, no sintierais necesidad de estas alegorías; tiempo era ya, de que al Padre, le ofrendaseis el culto limpio y mostraseis a la humanidad el fruto limpio, también.
63 Mas, vuestra fe, no ha podido arrancar estas alegorías porque sois débiles, y porque las conserváis, por falta de fe y por temor al hombre. Teméis que el hombre se acerque entre vosotros y contemple que no tenéis altar, teméis que la humanidad penetre y os contemple que no tenéis efigies; y por falta de fe, porque siempre habéis necesitado ver, para poder creer.
64 Así en el Primer Tiempo, exigisteis del Padre la materialización del santo tabernáculo; y como lo contemplasteis, fuisteis fuerte en la travesía por el desierto, mas si el santo tabernáculo y las tablas de la Ley dentro del arca de la alianza no hubieren vuestro ojos materiales contemplado en aquel Primer Tiempo, no hubieseis atravesado con fortaleza las travesías, los sinsabores, las vicisitudes del desierto. Pudisteis ver para poder creer, no contemplabais la faz de Jehová y faltaba fe en vuestras fuerzas para creer en su presencia y en su existencia; y en el Segundo Tiempo, fue menester que tomas, hundiese sus dedos en la llaga, para poder decir: “Maestro, creo en ti” ¡ah, hombres de poca fe!
65 Y ahora vosotros, mis marcados que sois aquellos, estos y los mismos aún tenéis que palpar con vuestros propios ojos los símbolos de mi divinidad, para poder orar, para poder creer que estoy entre vosotros, y para poder hacer frente al escarnio de la humanidad. Tiempo era ya, de que fuerais los espiritualistas, los discípulos del Espíritu Santo.
66 Ha principiado entre vosotros, el nuevo tiempo; por eso, yo el Maestro, os hablo antes y a través de todos mis portavoces, facultades y pedestales en Espíritu; y en todos los recintos, principiando por el del mediodía. Yo os despertaré, yo os estremeceré con mi palabra; y antes de que el hombre, con sus leyes os despierte; yo, con mi Ley de amor, os salvaré.
67 Próximos está el instante de mi partida, el año 1950 casi ha llegado entre vosotros, dos años faltan en lo material, para que ese año se presente entre vosotros; tres años, para que yo parta de entre vosotros, porque yo no partiré de entre mi pueblo en el primer día de 1950, sino en el último instante.
68 Por eso, os preparo; y os digo: tres años quedan como conmemoración, en representación de los tres Tiempos así como en el Segundo Tiempo, tres años os di mi palabra; mas, ya no contéis este tiempo tan corto, no lo midáis por años, no lo midáis por meses, ni por días. El año 1950, ha llegado para vosotros, porque el final de esta etapa, ha principiado ahora en este día, pueblo amado de Israel.
69 Sí, mis hijos, el fin ha llegado para mí estancia, el Maestro se refiere a su comunicación a través del entendimiento del hombre: el fin de mi estancia entre vosotros, ha llegado.
70 Estoy preparando ya mi partida de entre vosotros, por eso os digo: 1950 ha llegado entre vosotros. Por eso, os digo: que tiempo era ya, de que al Padre, Israel le presentare la verdadera espiritualidad, el despojamiento de todas las cosas y prácticas superfluas e innecesarias para el discípulo del Espíritu Santo.
71 Y os contemplo, aún aletargados; contemplo, que todavía no podéis olvidar y desconocer estas cosas y estas prácticas, ¿queréis entonces que de golpe todo se aparte de entre vosotros en 1950?
72 ¡No, mi pueblo! Mi voluntad era, que lentamente y paso a paso, todo fuera apartándose de vuestra vista, de vuestros sentidos y de vuestra carne; para que después del año 1950, sólo extrañarais mi palabra a través del hombre.
73 Porque si vosotros, no estáis preparados y este pueblo congregado en este Recinto: La Fe no sólo lo digo por vosotros, lo digo por todas las congregaciones que forman el pueblo espiritualista, si vosotros no estáis preparados, si vosotros no pugnáis por alcanzar la verdadera espiritualidad; entonces, sí extrañaréis en el año 1950, todas las cosas que formaron vuestras reuniones.
74 No sólo extrañaréis la ausencia de mi palabra, extrañaréis los cirios encendidos con los cuales quisisteis simbolizar la luz del Sexto Sello, extrañaréis la presencia de la escala, símbolo del Primer Tiempo; extrañaréis la presencia de la cruz, símbolo del sacrificio del Segundo Tiempo; extrañaréis el triángulo trinitario, símbolo de mi trilogía o trinidad sagrada; y entonces, vendrá entre vosotros el frío del invierno, la soledad, la orfandad y la ausencia dentro de vosotros, la flaqueza; y como sois materialistas por tradición, volveréis a caer en la idolatría, volveréis a levantar a vuestro Dios hecho de piedra, de madera y de metal para poderle contemplar, adoraréis aquellos por los cuales yo pude entregar mi palabra, buscaréis los objetos que pertenecieron a mis recintos y a ellos adoraréis, cuando ésta no es mi voluntad.
75 Entonces ¡ay, ay del universo! Y ¡ay! ¡Ay más de Israel! Y es mi voluntad que para el instante de mi partida, todos vosotros ya hayáis iniciado la comunicación de Espíritu a espíritu, ya hayáis iniciado a vuestros hijos, a vuestros hermanos que serán las futuras generaciones, las generaciones del mañana, los cuales después de la muerte de vuestro cuerpo, después de vuestra partida, se levantarán por las sendas del mundo, por las sendas del pensamiento, de las ideas, de la espiritualidad, sembrando mi verdad pura, blanca cual el ampo de la nieve, sin mezclar fanatismo ni idolatría.
76 Israel amado, os sorprende mi palabra, pero no os confunde, porque si uno de vosotros, se confunde, de cierto os digo: es que no tiene mi luz mas, si no tiene mi luz, es porque no la ha querido recibir, no porque yo haya dejado de entregársela.
77 Nadie puede confundirse con esta mi palabra, nadie puede sentir el frío ni la nostalgia, ni el reclamo, sólo el gozo; y desde la escala de Jacob, desde la cual yo me comunico, os digo: ¡bienaventurados aquellos que en este instante se recreen con esta mi palabra!
78 ¡Bienaventurados aquellos! Que me dicen: Maestro, estábamos esperando que esto dijeses porque esos son los que están preparados, porque esos son los que han desarrollado la intuición y son los que se han espiritualizado, los que se han despojado de todo interés terrestre y sólo viven, luchan y sufren porque la causa del Padre del Tercer Tiempo, florezca y triunfe sobre el odio, sobre la maldad, sobre el pecado.
79 ¡Ay! ¡Ay de aquel! Que no se regocije cuando Cristo, os habla; porque vendréis muy detrás, os habéis estacionado y os habéis confortado con muy poco.
80 ¡Cuán grande es mi obra! ¡Cuán bella es mi obra y mi Ley! ¡Cuán limpia y cuán pura! ¡Qué lejos puede encontrarse de todo lo que es material, de todo lo que es superfluo, de todo lo que es trivial!
81 ¿Qué vais a hacer, mi pueblo, cuando yo parta? ¿Cuál va a ser el aliciente de vuestro espíritu? Si desde hoy que en esta forma estoy con vos, no os preparáis, si desde hoy que estoy con vos, entregándoos mi palabra, no os preparáis. ¿Qué va a ser de vos, Israel, entre tantos lobos?
82 Yo os doy la intuición, os doy la potestad, aumento la revelación en vos, la inspiración, aumento la elevación de espíritu cuando oráis, para que podáis concebir cuál es mi voluntad, cuál es mi anhelo y concibáis la meta a la cual debéis llegar. Todo cuanto hicieseis por espiritualizaros, yo lo recibo.
83 ¡Vivid alerta, pueblo amado! Analizad antes, para que no caigáis en fanatismo, porque es delicada la espiritualidad, es fácil y es profunda; y para que no os confundáis, antes meditad y analizad y llegará el instante en que con grande claridad podáis contemplar la vida, en que podáis detener el avance de la humanidad hacia el abismo, en que podáis alcanzar con vuestro pensamiento, con vuestro espíritu, el más allá; al que podáis con cinco minutos de limpio corazón comunicaros de Espíritu a espíritu con vuestro Maestro; en que con la mirada de vuestro espíritu, podáis contemplar mi faz; y si no la contemplan los ojos de vuestro amor, los ojos de vuestra fe la palparán.
84 Hermoso, sublime, cuando hayáis alcanzado esta meta; entonces, reconoceréis cuán grande era vuestro retraso, vuestra ignorancia y vuestro letargo, teniendo al Maestro de maestros entre vosotros, teniendo a la fuente de inspiración entre vosotros, teniendo al Espíritu Santo que vibrando está entre vosotros, desde 1866 de lleno entre la humanidad.
85 Entonces alcanzaréis a comprender al dolor del Maestro, su ansiedad divina, el porqué del reclamo del Padre, entonces alcanzaréis a comprender el porqué de tantas pruebas en el camino espiritual, el porqué de tantas vicisitudes y de tantas purificaciones; entonces podréis comprender claramente, por qué no podéis vosotros obrar milagros, obrar prodigios, aun teniendo fe.
86 Ya que la fe, mi pueblo, en el Tercer Tiempo, tiene que ir unida a la preparación; ya no es el primer o ni el Segundo Tiempo, en que el Padre os decía: sólo vuestra fe, os salvará.
87 Hoy, no sólo os pido fe; os pido preparación y espiritualidad, porque con solo la fe, no podríais caminar, no podríais ganar esta batalla; viene la fe junto con la preparación, formando un solo cuerpo con el espíritu; y entonces, alcanzaréis los milagros, los prodigios que con solo la fe, no habéis podido hacer en el camino y por lo que muchas veces habéis dudado de mí. ¡Oh, mis hijos! Y habéis dudado, de vosotros mismos.
88 ¡Levantaos, pueblo! Levantaos con la fuerza de mi palabra, en ella está mi mano paternal, en ella está mi amor sublime; en el hueco de esa mano bondadosa, está todo lo que habéis menester; no temáis a la mirada del hombre, no temáis al mundo, tiene el mundo que temer más de vosotros, que vosotros de él; y, ¿qué puede el hombre temer de vos? El que vos, lo levantéis con la fuerza de vuestro espíritu y lo sometáis a la prueba de la desmaterialización, a la prueba del despojamiento del pecado, del materialismo; en cambio; él, ¿de qué puede despojaros? ¿Qué puede quitaros, si vosotros creéis en mí?
89 ¿Me comprendéis, Israel? Entre vosotros, no vengo a contemplar clases; las clases las habéis formado vosotros, en el mundo, pero las clases mueren, se destruyen al estar vosotros, delante de mí.
90 A los que habitan en sus altas esferas, no les hablo aparte. Al leproso no le echo fuera, a todos les siento en el mejor lugar de mi mesa; al que bien se atavía, no le humillo, porque él tampoco con ese atavío, no humilla a los demás; al pobre lo dignifico, lo siento junto de aquél, a quien siempre ha visto como superior; y de esta reunión de espíritus y corazones, nace la fraternidad y la espiritualidad.
91 Y llegáis a comprender, que a todos os estoy hablando con la misma palabra y en la misma forma, porque en el que dice sabio puede ocultarse un espíritu retrasado y en aquel a quienes vosotros, miráis como un torpe o ignorante, puede ocultarse un gran espíritu.
92 Mas, como esto sólo yo lo contemplo y no permito que vosotros lo contempléis, por eso os llamo a todas las razas, clases, linajes, tribus, colores y lenguas; para que todos, podáis tomar la misma palabra y todos podáis ser en la misma mesa del Maestro: los discípulos del Espíritu Santo.
93 ésta es mi primera lección, ésta es mi primera palabra, ésta es mi primera cátedra de las que he de entregar en los tres últimos años que el Padre, os confía como Maestro entre vosotros, a través del entendimiento del hombre.
94 Yo en este instante os acaricio y os bendigo, labriegos muy amados. Mas, no sólo las facultades, son labriegos; labriegos son, desde los guías hasta el más humilde columna; porque labriego, quiere decir: sembrador y todos vosotros, sembráis mi semilla de amor, mi semilla espiritual; los unos en una forma y los otros en otra, pero todos sembráis la misma simiente; los unos tenéis la encomienda de preparar las tierras, los otros de sembrarlas, los otros de regarlas y otros más de cuidarlas, por eso todos sois mis labriegos; y en conjunto, os hablo.
95 Vosotros facultades, labriegos que sembráis la semilla con el bálsamo de curación, con la palabra, llenos de humildad os comunicáis: sois los soldados humildes de mi causa divina, de mi obra los que en el camino, habéis sacrificado vuestras cosas materiales por mi obra y por vuestro cumplimiento, las cosas que poseéis en la tierra; los que todo lo dais por amor a mi divinidad, los que no esperáis el pago en esta existencia humana y sólo estáis labrando para vuestro espíritu, la paz.
96 Muchos de vosotros, llegasteis en la juventud y habéis llegado a la edad madura y a la ancianidad; y estando en este camino, os he entregado hijos que son carne de vuestra carne; y esos hijos, me los habéis entregado, los habéis convertido en labriegos también; sois los que nada tenéis, los que estáis esperando el año 1950 para decirme: Padre, cuando nuestro cerebro hayas cerrado para tu mundo espiritual de luz, ¿cómo trabajaremos? ¡No temáis! Yo como Maestro, os enseñaré.
97 Por ahora, seguid dando acceso con toda espiritualidad, con amor y respeto a mis seres benditos; seguid trabajando, levantando al enfermo, resucitando al muerto con ese bálsamo que el Padre Eterno en el 1º de noviembre del año que acaba de pasar entre vosotros, os pudo entregar; el bálsamo de los enfermos, el fluido de mi divinidad, la palabra: que es esencia, que es vida, que es sustancia.
98 Con ese bálsamo, levantad a los hombres, a los espíritus; y si por un instante el mundo no os cree, no temáis, ya están prestos los prodigios; y esos prodigios, os alentarán, labriegos; esos prodigios, correrán de boca en boca; y entonces, el pueblo reconocerá que no es el medicamento complicado de la tierra, el que viene a sanar sus cuerpos, su dolor y su espíritu.
99 Entonces reconocerá que la vida, la salud corporal, está en la naturaleza; de la cual, se han alejado; y que la vida y la salud espiritual, es mi naturaleza divina, es mi Espíritu, del cual también se aleja; y que podrá encontrar, la una por la oración y la práctica de mi preceptos y el otro bálsamo, el material, es por el acercamiento, por la armonía con que viváis con esta naturaleza, con estos elementos de amor y de vida, a los cuales los he legado al hombre y de los cuales, el hombre necio e ignorantemente, se aparta.
100 Pero, este pueblo, al cual yo, con la luz de mi Espíritu Santo estoy enseñando a dar a Dios lo que es de Dios y al mundo lo que es del mundo, a su espíritu lo que es de su espíritu y a su carne lo que a su carne pertenece.
101 él llegará al conocimiento pleno de la armonía con Dios y de todas sus naturalezas, para que vosotros, mis labriegos, no tengáis que quebrantar vuestro cerebro y mi mundo espiritual de luz, no tenga que descender a la materialización más, porque ya no es la voluntad del Padre.
102 Para que todos seáis ejemplo de espiritualidad, de trabajos limpios y puros delante de los demás recintos que son vuestros; hermanos pequeños, que son vuestros. Así, mis hijos, vosotros labraréis vuestra corona.
103 Llegará el año 1950 y mi mundo espiritual de luz no lo apartaré de entre vosotros; no trabajaréis más en el éxtasis material, pero vuestros protectores os seguirán protegiendo; desde una escala cada vez más elevada, ellos os inspirarán, ellos hablarán por vuestro conducto, ellos sanarán por vuestro conducto.
104 Así como yo, no me apartaré de mis pedestales, no me apartaré de mis videntes, de los guías, de las piedras fundamentales, de los columnas, ni de las plumas de oro; no me apartaré de mis marcados, de mi pueblo muy amado; mas ya no desde la escala de Jacob; sino desde la escala de perfección, vibraré en los entendimientos, hablaré por boca de los hombres, les facilitaré otros idiomas, les facilitaré los caminos para que ellos puedan levantarse y comunicarse con la humanidad.
105 Así como vosotros, os habéis comunicado con vuestro Padre y os habéis comunicado con mi mundo espiritual de luz que pertenecen a otros mundos. ¿Cómo no vais a poderos comunicar con los hombres de otras razas, lenguas y colores? ¿Cómo no vais a poder algunos de vosotros, los destinados a atravesar otras tierras y otros mares? Sí, mis hijos, yo os daré la potestad, yo os brindaré las facilidades. El lenguaje universal, ya lo tenéis, mis hijos, es: el amor
106 ¡Bendito seáis, mis labriegos! Que no sentís cansancio, que cuando contempláis desgarrar a vuestra vestidura, ponéis vuestra confianza en mí.
107 Dejad que os desgarren, llegará el año 1950 y os entregaré la vestidura de las vestiduras, el escudo y la espada para que seáis los fuertes; y cuando ese instante llegue, contemplaréis vuestra alforja y la encontraréis vacía, no habrá moneda en vuestra alforja, como no la contemplo en estos instantes; y diréis: Padre amado, no hay moneda en mi alforja; mas, nada me faltó, mientras te serví en aquella campiña y hoy, os digo, mi pueblo, mis labriegos: nada os faltará en el camino en verdad, os lo dice vuestro Maestro. En este instante, yo os levanto; y a vuestros espíritus que reencarnados se encuentran, les doy escalidad; y sientan mi fuerza, porque ésta es mi voluntad.
108 Y vos, mundo espiritual que vibrando en el más allá podéis encontraros, que bien sabéis que para comunicaros conmigo no es necesario tomar materia, que desde donde os hayáis, ejemplo estáis dando de comunicación de espíritu a Espíritu.
109 Yo os he hablado desde mi alto solio, pero quiero hablaros a través de este entendimiento para que mis hijos los oyentes, los reencarnados, puedan oír mis palabras dirigidas a vos, mundo espiritual de luz.
110 Vosotros que sois el ejemplo después de mí, lo más puro que tiene este pueblo después de mí, lo más elevado. Mundo espiritual que habéis soportado con la fuerza de vuestro espíritu, ¡tanta ingratitud, tanta materialización, tanta dureza de cerebros y de corazones, tanta tendencia de carnes! ¡Vuestro sacrificio, llegó a mí!
111 No, mundo espiritual, no os han materializado los hombres, con vuestro sufrimiento. Contemplando estas vicisitudes, vos habéis escalado más, vuestro llanto os ha elevado.
112 Cuando los hombres os han querido ordenar, habéis dejado que os ordenen; siendo que vosotros, no tenéis guías materiales; no tenéis quien os ordene en la tierra, porque vuestro paso espiritual no lo va guiando ningún hombre de la tierra, es el Padre, el guía de vosotros, el guía espiritual; y sin embargo, como siervo, habéis tenido gran potestad, gran luz existe en cada uno de vuestros espíritus; y sin embargo, de ello no habéis hecho alarde, no habéis humillado a alguien, no os habéis engrandecido; y la carne más pobre, la facultad más torpe y pequeña, un gran protector, un gran espíritu, ha llevado consigo.
113 Yo todo lo recibo, todo llega a mí; mas, en este instante, mundo espiritual que habéis sentido y habéis percibido los grandes mandatos del Padre, los grandes reclamos y su justicia. ¿Cómo no voy a hacer también responsable a vuestro propio espíritu, de ese reclamo y de esa justicia? Una vez más, ¡levantaos! Yo os entrego mayor escalidad. ¡He aquí, mi fuerza! En mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
114 Escalad más, mundo espiritual; y desde ahí, seguid trabajando, seguid vibrando en cada cerebro y en cada entendimiento; haced que seáis comprendido, haced que seáis respetado, imponed mi obra antes que la obra del hombre; imponed la espiritualidad, mundo espiritual del recinto la fe y del recinto mediodía. Levantaos y uníos al mundo espiritual de luz que protege a todos los recintos y formando como siempre ese solo cuerpo y esa sola voluntad, depurad a los labriegos, depurad los recintos; porque el Padre, ha pedido en alba de gracia: depuración, preparación y moral porque el Padre, en alba de gracia, ha dado muerte al lucro; y vosotros, ¡oh! Mundo espiritual, no seáis más instrumento de lucro o de metalización; porque si os dejáis tomar como instrumento, para estas prácticas, ¡ay! De vosotros, porque grandemente me tendréis que responder.
115 ¡Depurad! Y sembrad la moral en todos los recintos de esta nueva era y en todos los recintos grandes o pequeños que puedan encontrarse en este planeta, para que mi obra florezca, para que mi obra se levante; mi obra, que no ha menester de las galas, del denario, de las vanidades del mundo; mi obra, que sólo ha menester la unión de corazones, la unión de espíritus y la espiritualidad de mi pueblo.
116 Así, mundo espiritual: ¡levantaos! Y con el bálsamo que el Padre, ha depositado en vos, que es fluido y palabra seguid sanando a los enfermos, seguid despojándolos de los espíritus inmundos, de los espíritus de las tinieblas.
117 ¡Basta con que vos, mundo espiritual con el índice de una mano de vuestros protegidos, toquéis el cerebro de un poseído y le entreguéis mi palabra, para que las legiones de poseedores se aparten, en verdad y en espíritu!
118 Pueblo amado, que escuchando estáis mi palabra, ya no sometáis a la materialización a mi mundo espiritual de luz; ya no exijáis de estos seres, estas prácticas humanas; no les confundáis con los seres de las tinieblas, con los seres del retraso; mirad que son los emisarios y los enviados de mi fluido, de mi bálsamo.
119 ¡Hombres de poca fe! ¿No creéis en mi bálsamo de curación? Desde este instante, yo multiplicaré más mis prodigios; y a muchos enfermos, con mi palabra los sanaré. Yo multiplicaré mis prodigios y a muchos enfermos con el fluido y la palabra de mi mundo espiritual de luz, les levantaré a la vida, en Espíritu y en verdad.
120 Sí, pueblo, para que ya les deis el debido lugar, para que no les toméis como instrumentos de metalización, para que les deis el debido respeto y ellos puedan explayarse, ellos puedan en palabra, daros la debida espiritualidad, puedan revelaros el porqué de vuestro dolor, de vuestro sufrimiento, de vuestras pruebas en el camino; y así, estos recintos del mediodía y la fe, verán el verdadero ejemplo; y vos, Israel y vos porción del pueblo, espiritualizados: sí seréis el espejo limpio, el modelo, el ejemplo de los ejemplos, lo que el Padre, espera, para recrearse entre sus hijos; lo que el Padre espera, para mostraros al mundo entero; porque no quiero que vosotros seáis una secta más en la tierra, una religión más en la tierra, una teoría más, una confusión más en este mundo.
121 Quiero que seáis, el puerto de salvación para el náufrago de la mar, el oasis para el perdido en el desierto, el árbol para el caminante cansado y moribundo. Eso es lo que quiero que seáis, pueblo amado; no para las carnes, sino para los espíritus. De la espiritualidad, vendrá la salud para la carne.
122 Entonces, mundo espiritual de luz, no descendáis más a la materialización, porque ésta no es mi voluntad.
123 ¡Regocijaos, labriegos, regocijaos guías del recinto la fe, regocijas Israel amado, regocíjense los ángeles y los justos en mi reino, porque mi pueblo de Israel, ha recibido mandatos!
124 Y después, cuando estos mandatos, sean cumplidos y en mi campiña mis labriegos eleven todo el cántico del progreso y de la espiritualidad, entonces, sean echadas a vuelo las campanas espirituales y las trompetas espirituales de los ángeles o mensajeros espirituales del más allá.
125 Y cuando ese cumplimiento, se eleve, de este pueblo al solio del Padre, el universo entero sentirá mi paz. Hombres imperfectos volverán a la razón, codiciosos y ambiciosos, sectas fuertes quedarán en las entrañas de la tierra; maldad, lujuria, perdición, abismos, en el fuego inextinguible serán.
126 En verdad y en espíritu, mundo espiritual: seguid velando por mi obra voy a daros la oportunidad, os dije como Padre en el recinto mediodía, para que podáis escalar, para que podáis explayar vuestra palabra y podáis instruir grandemente al cuerpo de facultades y de portavoces.
María:
127 El ángel del señor, anunció a María y concibió por obra del Espíritu Santo. ¡He aquí a la esclava y sierva del señor! ¡Hágase en mí, según tu palabra!
128 Maestro amado, en la primera alba de este año, en el primer instante de vida que has dado a este pueblo; también la madre se aposenta gozosa, porque la gloria, porque el señor de la divinidad, se ha abierto y has mostrado tu corazón al pueblo.
129 ¡Bendito seas, señor! ¡Bienaventurados los que comprendan la palabra divina! ¡Benditos aquellos que escuchen y obedezcan los mandatos divinos; porque ellos, serán salvos y a la diestra del espíritu divino vivirán eternamente! La madre te presenta esta humanidad; mas, te has derramado en caridad sobre esta humanidad como es tu Espíritu Santo y perfecto, ¡bendito seas!
130 Todo lo que el pueblo, todo lo que la humanidad necesita para caminar en el sendero, le has entregado; porque ese, es tu amor.
131 Desde el primer instante en que las creaturas vienen a la tierra, tienen su herencia, tienen todo lo que han menester para su tránsito.
132 ¡Bendito seas! Y en esta alba de gracia, la madre te ofrece todo lo que hay en mi Espíritu, porque yo también trabajaré por la obra de tu divinidad. ¡Hágase en celos y tierra, tu divina y santa voluntad!
Divino Maestro:
133 Madre divina, vuestra presencia celestial llena de consuelo y de alegría al pueblo mariano; y yo, os digo: he levantado un altar en cada corazón de mis hijos, a vuestro nombre.
134 ¡Oh, parte de mi divinidad! Os hicisteis mujer en la tierra, para hacerme hombre a mí. ¿Cómo no he de levantar yo, un santuario en cada corazón de estos mis hijos que recibieron el sustento de vuestros senos divinos, a través de mi palabra y de mi sangre?
135 María, no sois un Espíritu aparte de mi divinidad. Sois parte de mi propia divinidad, parte de la divinidad que se hizo mujer en el Segundo Tiempo para darle al mundo un ejemplo del amor maternal perfecto; un ejemplo, que por muchos ha querido ser borrado, pero que nunca podrán, porque al final de los tiempos, vuestro nombre, vuestro consuelo, vuestra presencia, sentida y venerable será por todas las creaturas de mi divinidad, ¡créalo el hombre o no lo crea! Por eso en este tiempo, he nombrado a mi pueblo mariano, porque él no puede desconoceros, porque ésta no es mi voluntad.
136 ¿Por ventura, mi pueblo, podéis desconocer en este mundo, a aquel de quien brotasteis? ¿Aquél que os dio su sangre y su carne, con su dolor y su sacrificio, para que vosotros vivieseis en el mundo? ¿Podría el Cristo desconocer a aquella que le llevó en su seno y lo tuvo en sus brazos, en cuanto hombre? ¿De aquella que fue modelo de ternura y de dulzura? ¿De aquella que sabiendo que la esencia de Dios, se encarnaba en una carne que de su seno brotaba; nunca jamás, lo pregonó al mundo y siempre con su faz de doncella humilde, de mujer virginal, bajó sus ojos a la tierra; de aquella que contemplando que el hijo amado expirando estaba en la cruz, en aquel madero del pecado, de la iniquidad, sólo tenía miradas de consuelo para el mundo, miradas de perdón para aquella humanidad?
137 ¡Helo aquí, pueblo amado! Por eso sois marianos, porque sois hijos de María, porque sois también frutos de ese Espíritu, porque también brotasteis de ese Espíritu que es el de la misma divinidad.
138 Si vosotros reconocéis en Jesús, al Dios que se hizo hombre; reconoced en María, a la divinidad que también se hizo mujer; Dios tomó carne en aquella mujer, para daros el ejemplo del amor, del sacrificio y de la ternura, a la humanidad. Y en este instante desde la escala de Jacob, desciende el rayo de María, que viene del Espíritu de Dios, a tocar este entendimiento, para que podáis oír mi palabra de ternura maternal. ¡Pueblo, recibid a María!
María:
139 ¡Bendito seas, amor de los amores! En este instante, voy a ese pueblo que me sigue, que me ama y os espera también a cada instante. En el nombre del Padre, del Hijo y en mi castísimo esposo; la madre, os saluda pueblo, en este día de gracia.
140 ¡Regocijaos pueblo de Israel, porque en esta alba de gracia, habéis tenido la presencia del Maestro y se ha dignado también permitir a la sierva de su divinidad descender entre vosotros!
141 ¡Oh, hijos mimados a través de los tiempos! La madre se aposenta para contemplar vuestro beneplácito, vuestro amor, vuestra gratitud al Maestro; porque en esta alba de gracia, ha derramado un caudal de sabiduría sobre su pueblo amado; mas, lo que vosotros recibís en cada alba, entregadlo a los demás, dadle: a los ausentes, a los pobres, a los débiles que necesitan de vosotros, porque vosotros, sois el pueblo fuerte, sois los hijos de la luz, sois los hijos del Maestro claro y perfecto.
142 Pueblo de Israel, grandes acontecimientos tiene dispuestos el Padre, para los tiempos venideros. ¡Preparaos!
143 ¿Qué puede daros la madre, si tenéis delante al Maestro de maestros? Mas en esta alba de gracia, desciendo un instante a vuestro corazón; para contemplar, en los unos el dolor, en los otros la resignación, en los otros la fe y la esperanza.
144 Todos venís, porque amáis al Padre; y cuanto me hacéis presente, lo contemplo y lo escucho, porque vosotros, sois mis criaturas amadas; y en este instante, la caridad ha sido puesta en mis manos para entregárosla.
145 ¡Gozad, hijos amados, la madre os da su amor, su fortaleza y su caridad, sus bendiciones y todo cuanto necesitáis para la tierra; mas antes, os doy para el espíritu, os doy el amor, la elevación.
146 ¡Caminad en el camino llenos de esperanza, de fe y de amor! Y bendecid la voluntad del Padre, sea cual fuere; y en este instante, os dejo mi bendición, en el nombre del Padre, de mi Hijo amado y en mi nombre que soy la madre.
147 Maestro amado, gracias te doy por haberme concedido este don, mi Espíritu atento puede encontrarse a todas las vicisitudes de la tierra. Los dejo en tu regazo, tú que eres fuente inagotable de amor, de caridad, de sabiduría y de perdón. Perdona sus faltas; y tu presencia en este mundo lave todos los pecados, para que ellos sean los espíritus limpios, los espíritus que cumplan tu voluntad.
Divino Maestro:
148 ¡Bendita seáis, madre! Que habéis dejado un jironcillo de vuestro manto sobre el espíritu y carne de cada uno de mis hijos; porque este pueblo, no sólo hablará de mí; sino también de vos; porque los grandes ejemplos, las hermosas palabras y vuestra esencia, no podrán borrarse del corazón de la humanidad; y este pueblo, sabrá honrar vuestro nombre y sabrá imitar vuestro ejemplo, para que él por los caminos recuerde a su Maestro.
149 Mas, en este día de gracia, se acerca la consoladora a sus hijos, para acariciarles con la caricia maternal que es la más dulce, la más tierna y sublime de las caricias.
150 En este instante, purísima madre, ¡sed a mi diestra! Y desde ahí, esparcid vuestra esencia, vuestra fragancia, vuestro calor y vuestra paz en toda la humanidad.
151 Vuestra presencia sea en cada nación, en cada comarca, en cada pueblo y en ese mundo espiritual; vuestra presencia, sea en el universo entero, porque ésa es la voluntad del Padre.
María:
152 Así será, Maestro, he entregado a este pueblo; y he recibido, también de él. El jardín de María es extenso, es bien cultivado y he recogido en esta alba de gracia los más preciados perfumes del jardín que tu mano divina ha cultivado, ¡bendito seas, Cristo amado! Dejo mi paz y mi fortaleza.
Divino Maestro:
153 Pedestales de este recinto, varones y mujeres: ha logrado el Maestro, unificar vuestro entendimiento; he logrado penetrar en un solo cerebro, los cerebros de mis pedestales en el recinto la fe. ¿Mas, cuándo podré contemplar esta unificación, en el seno de cada recinto?
154 Vosotros, con vuestro pensamiento, ayudad a esta obra. ¡Velad y orad! Y que en el seno del recinto la fe, no se sucedan jamás contradicciones.
155 Reconoced cada uno de vosotros, la misión que cual pedestal, el Padre le ha confiado, en mi cuerpo de pedestales de cada recinto.
156 El uno, está designado para entregar ordenes por su conducto; por el otro, sabiduría; por el otro, parábolas; por el otro, amor, por el otro, profecías; y así, por cada uno y por cada cual, entrego mi voluntad; porque un solo cerebro, no puede ser el pedestal completo o perfecto de la divinidad; y es menester del conjunto de cerebros, no de un solo recinto; sino de todos los recintos en conjunto, para que yo pueda manifestarme como hasta este tiempo no me he manifestado.
157 Mas, pido a vosotros: la unificación, la preparación y la espiritualidad y entonces, palparéis la grandeza de mi Espíritu Santo, derramada por conducto de todos vosotros, sin excepción alguna.
158 Yo os doy mi fuerza, mi caricia y mi bendición. La simiente de cada uno de vuestros espíritus, en el arcano del Padre fue; mas hoy, sólo he venido a principiar mi faena en estos tres últimos años, para daros mi caricia, para explicar los mandatos del Padre.
159 Columnas que habéis sido los fuertes, grande es la misión que el Padre os ha confiado, seguid siendo los instrumentos de este pueblo, formad también vosotros, un solo cuerpo y una sola voluntad; mas, vuestro guía no invadirá vuestro cumplimiento, vosotros no invadiréis el lugar de él; pero cada quien en su sitio y unidos todos, desempeñaréis vuestros cargos, porque grande es el peso que hay sobre los hombros de vuestro hermano José, grande es la cruz que pesa sobre vuestros guías; y es menester que vosotros, también sintáis ese peso y lo repartáis fraternalmente.
160 De vosotros, columnas, depende mucho el recogimiento de mi recinto, la elevación del pueblo, la preparación del mismo. De vosotros depende la preparación de los pedestales, por los cuales me comunico.
161 Todos velad y orad por la espiritualidad, por la elevación, por el respeto del pueblo; para que estos mis hijos, puedan despertar y puedan despojarse de todo lo que es terrestre y puedan ofrecerme como un holocausto su materia, su espíritu, su conciencia y yo pueda derramarme por vuestro cumplimiento entre este pueblo ampliamente, como es vuestra voluntad y vuestro deseo.
162 Videntes: ha recibido el Padre, vuestro cumplimiento, y hoy, os dice el Maestro: no es menester que siempre entreguéis testimonio ante la presencia del rayo divino, cuando vuestra misma conciencia os dicte que es oportuno entregar testimonio estando presente el rayo del Maestro, hacedlo; mas cuando no, entregad a vuestros guías el testimonio de vuestro miraje espiritual, para que sea dado a conocer como profecía al pueblo o en reunión de labriegos.
163 Prepararaos, mis hijos, para que vuestro testimonio, vuestra palabra que expresa lo que vuestro espíritu contempla en el más allá, sea la más pura profecía; y de este modo, podáis ayudar a vuestros guías, a mis labriegos y al pueblo, para que les pongáis alerta cuando sea necesario. ¿Me comprendáis, videntes? Yo os doy la fuerza, luz y más luz para que os levantéis, también, vosotros unidos.
164 Plumas de oro: os recreáis en este cumplimiento se asombra vuestro corazón y vuestro espíritu, de la fortaleza que os he concedido. ¡Ah! Si en todos mis recintos guardasen mi palabra, ¡ah! Si en todos mis recintos los que la guardan, la conservaseis fiel; mas, todos los libros formaran uno solo.
165 Antes de mi partida, estos acontecimientos prepararé; hoy, no es tiempo de hablar de ello; y cuando el tiempo sea, el Maestro, dirá cómo debéis reunir todos los libros en uno solo, porque no quiero que el gran libro de oro escrito por las plumas de oro, dictado por el Maestro a través de este Tercer Tiempo, vaya a ser manzana de discordia, fruto de división y de envidias entre el pueblo de Israel; no quiero que este libro, sea hurtado por manos impuras o sacrílegas; yo haré que existan tres iguales y desde mi alto solio, yo les protegeré; dejaré un ángel al frente de cada libro, para que ese ángel, sea responsable; y mis hijos encarnados, también sean responsables de dichos libros; y ni una palabra será adulterada, su fondo, su sentido, su esencia no será cambiada, como he contemplado que los escritos de mi divina palabra dada en el Segundo Tiempo ha sido adulterada y transformada; en todos los idiomas, adulteraron su sentido. En verdad, os digo: esta palabra se conservará pura; y si una mano osare cambiar uno solo de sus sentidos, ¡más le valiere, cortarse su propia mano!
166 Plumas de oro, os bendigo; bendigo a los ángeles o espíritus protectores que os custodian, seguid firmes hasta el final. ¡Bendito aquel que pueda estampar en el papiro, el último adiós del Maestro en 1950! ¡Llevad mi fuerza, mi caricia y mi luz! Y también vosotros, uníos en un solo cuerpo y una sola voluntad.
167 ¡He entregado, a todos mis hijos! Mi cátedra, la habéis escuchado, párvulo. ¿Y vosotros, qué podréis hacer en lo venidero? Analizad mi palabra para que no caigáis en fanatismo. Cortos instantes dejo, mis símbolos entre vosotros, cortos instantes me restan; y lentamente y paso a paso, iré apartando de entre vosotros, todo aquello que no deba existir, todo aquello que no deba practicarse después de mi partida. Mientras ellos, estén delante de vosotros, dadles el debido respeto, el debido lugar en vuestro corazón; ¡respetadlos, no con adoración!
168 Voy a preparar el bálsamo, como siempre en cada cátedra, mis aguas transformaré en elemento de prodigio, de defensa y de espiritualidad para los que comienzan; pero recordad siempre pueblo, que mientras menos sea la cantidad que me presentéis, mayor será la gracia que yo les entregue, porque vengo a apartar lo que de fanatismo hubiere en estas prácticas; porque después de mi partida, no quiero que los enfermos conviertan mis recintos en pozos de aguas de salud; no quiero que mis recintos espiritualistas, sean convertidos en pozos de fanatismo, como habéis convertido uno en la francia y otros en esta nación.
169 Mis recintos no quedarán como santuarios, sino como lugares de reunión para el pueblo de Israel; y en cada alba, escucharán mi palabra que está escrita en los libros benditos de oro; y vosotros, seréis afanosos trabajando, cumpliendo, sanando, acercando a los hombres en esta fuente, para que aquí aprendan a velar y orar, a comunicarse de espíritu a Espíritu con su Padre.
170 Desde este día os he explicado todas las prácticas cómo han de Ser y desde hoy os preparo para ese nuevo tiempo. ésa es la meta, Israel; ésa es la meta, del recinto la fe; ésa es la meta del espiritualismo, ¡oh! Mis hijos, que en este recinto, os hacéis dignos de que mi palabra, resuene ampliamente.
171 Habéis tenido caridad del Maestro, del peregrino necio que hambriento y sediento de amor, de preparación, ha llegado a vuestras puertas y las habéis abierto en este día, para que yo os hable con toda mi verdad; y en este instante, la paz de mi Espíritu dejo en todo el universo porque por vosotros, hago dignos a los demás.
172 El Padre Eterno, desde el alto solio, se ha dignado revestir de fuerza al mundo espiritual, porque las pruebas muy grandes se desatan en todos los pueblos y naciones, en todos los hombres.
173 ¡Oh! Influencias de la guerra, de la peste, del hambre y de la muerte yo os recibo, os entrego y os digo: a la influencia de la guerra, le digo: ¡envainad por unos instantes vuestra espada! A la influencia de la peste: ¡tomad una gota de mi bálsamo! A la influencia del hambre: ¡tomad un pan y a la influencia de la muerte: ¡tomad la vida, id y derramaos en las naciones grandes y pequeñas, pero entregad! En este instante, vosotros ¡oh! Influencias: sois influencias de amor y de justicia pero en este instante, ¡llevad un presente!
174 ¡Mirad cómo la humanidad ha recordado las albas que han pasado! El mundo entero, sintió la dureza de estos días que el mundo llama de Navidad, que quiere decir: nacimiento del redentor el mundo entero, elevó sus manos hacia el Maestro; las naciones huérfanas, las naciones hambrientas y sangrantes, elevaron su corazón y pensamiento, para esperar del Padre, su presente de amor.
175 ¡Ah! Mis hijos muy amados: yo me he derramado en el mundo ¡grande fue el dolor de esos días entre el hombre, grande su frío, su hambre, su soledad; tremendo el dolor de la niñez, muy grande el frío y la desolación de la ancianidad bendita! Y un manto de frío, de lágrimas, de dolor y de tristeza, envolvió gran parte del mundo; y el celo, lloró lágrimas y llovió sobre vosotros, un átomo del frío que aquellos experimentaron.
176 ¡Sentid el dolor de la humanidad, cumplid con mi obra! Porque vosotros, sois los responsables de la redención, de la paz en todo el mundo; por eso el Padre, os reclamó; por eso el Maestro, aclara también su justicia, la palabra de él; y el Espíritu Santo, dirá las consecuencias, para que todo el pueblo de Israel, se levante, pensando en los demás pueblos de la tierra.
177 ésta es mi primer a cátedra, mi primer a manifestación en este día en que he estado con vosotros, durante todo el día 1º de enero del año 1948.
¡Adiós, pueblo amado de Israel, la paz de mi Espíritu, dejo entre vosotros!
43. Desenvolvimiento de los poderes espirituales
Domingo 11 de enero de 1948
1 Yo os bendigo, mundo, que os encontráis cubierto de sombras. Yo os amo, mundo, que estáis envuelto entre tinieblas. Yo os limpio ¡oh mentes turbadas de los hombres! Causa de esas tinieblas, motivo de estas sombras y objeto de mi iluminación, de esta mi comunicación en el Tercer Tiempo.
2 Yo os recibo, pueblo de Israel, en nombre de aquél que me envía; y al recibiros, os digo: ¡venid y descansad! Descanse vuestro espíritu en la esencia de mi cátedra, en esta alba de gracia. Descanse vuestra mente en las sólidas bases de mi enseñanza que será vuestra máxima guía, ya que os traigo la luz para vuestro entendimiento, el amor para vuestro sentimiento y algo más excelso que no podéis comprender en mi manifestación espiritual por el entendimiento humano, ya que os llega en vibraciones más intensas, potentes o superiores, directamente hacia vuestro espíritu.
3 Sí, mis bienamados, yo os saludo en nombre del amor; de ese amor divino, que es la causa de toda la creación. Vengo hacia vosotros, para alimentaros con la esencia vivificante, dimanada del efluvio de mi amor divino; vengo a iluminaros en esta alba de gracia, como el gran sol espiritual que brilla y vibra al unísono con el astro rey que alumbra vuestro mundo de sombras; y os digo: ¡venid a mí! Venid con vuestro Maestro; y acercaos de tal manera a mi Ser que os sintáis en santa fusión de espíritu a Espíritu, conmigo. ¡Bienvenido seáis en mí! Yo os recibo.
4 Vendrán de otros lugares y de lejanas comarcas, a escuchar los claros mensajes de mi enseñanza; y entonces, aumentaré intensamente mi efluvio: interior y exteriormente, en vosotros. Interiormente: en la corriente interna que envío hacia vuestro ser. Exteriormente: a través de la palabra, que os inicia a la espiritualidad de la palabra, que os enseña; de la palabra, que por medio de mis cátedras, penetra directamente a vuestro corazón para que la sienta vuestro espíritu, porque ésta es la doctrina del Espíritu.
5 Yo os he ido preparando desde mis primer as lecciones, para que seáis capaces de entender la profundidad de lo espiritual en mis frases; la profundidad espiritual, de mi palabra; pero aún no me habéis comprendido; mas hoy, voy a hablaros sustancialmente.
6 Vengo a haceros comprender: que vuestra mente y vuestro entendimiento espiritual, deben acoplarse a mi divina idea.
7 No soy yo, Cristo, el que vengo a acomodarme a las frases e ideas de los hombres; ¡no! Yo no vengo a acomodarme a las doctrinas ni sectas ni religiones de los hombres; os he traído mi enseñanza, para que todos os ajustéis a mi doctrina de justicia, sabiduría y amor.
8 Escuchadme profunda y atentamente, para que comprendáis y analicéis mi enseñanza; para que logréis de esta manera, hacer algo para vuestro bien, tanto espiritual como materialmente.
9 Todos esos espíritus encarnados, que realizan grandes prodigios en la tierra, a los que conocéis con el nombre de profetas e iluminados; así como, a los que llamáis yoguis y gurús y que poseen gran potestad sobre sus mentes, las que son fuentes de prodigios; ellos son espíritus elevados que han venido a encarnar a vuestro plano material, para enseñaros como desarrollar los poderes latentes de vuestro ser inmortal, del espíritu a través de la materia. Vosotros habéis pasado desapercibidos los mensajes que ellos, os legaron; y por eso, no habéis adquirido fortaleza ni conocimiento de vuestro propio ser. Los habéis dejado pasar, como habéis dejado pasar las brisas perfumadas por las flores, sin haber percibido la esencia exquisita que dejan en vuestro ser, como un recuerdo que la naturaleza os envía, como un mensaje amoroso del creador.
10 Amados míos, habéis dejado pasar todas las revelaciones que ha placido a mi amor, brindaros; ya que no habéis querido profundizaros, en las aguas cristalinas de la Verdad; mas, yo he de amoldaros, para que al pasar por los distintos niveles o planos espirituales, toméis de aquel, en el cual se ajuste a vuestro entendimiento.
11 Yo, os pregunto: ¿qué es la materia sin el efluvio del espíritu divino? La materia sin el hálito de mi Espíritu, es un conjunto de células inanimadas, cuando de ella se escapa la vida, que es el alma universal en su expresión, dimanada de mi Espíritu.
12 Recordad que vuestra vida, procede de mi Espíritu. En verdad, os digo: yo soy el Espíritu de donde procede el mensaje, la fuerza y las ideas divinas; y mis interpretes, en sus momentos de éxtasis, son aparatos humanos que interpretan mis mensajes; mas en la fuerza de su esencia, estoy yo; en el amor y en la sabiduría que expresan, estoy yo; el sabio y el sencillo, soy yo mismo, manifestándome a través de distintos portavoces.
13 Si yo soy la luz y la fuerza que se manifiesta en palabra humana, ¿ya habéis pensado que estoy aquí, para que me interpretéis y para que me expreséis? Por eso, he venido a vosotros, para iluminaros con mi vibración espiritual. La luz de mi Espíritu, abarca con su irradiación a este mundo, al que he venido a salvar y a redimir.
14 Escuchad mi palabra, entended mi enseñanza; y no la olvidéis; analizadla, y conservadla en vuestra conciencia; porque mi comunicación divina, es una realidad en la que mi Espíritu manifiesta la justicia, el amor, la sabiduría y sus grandezas.
15 Habéis analizado alguna vez, lo que significa la frase: Dios está en mí si en verdad habéis pensado en ella, yo os pregunto: y, ¿por qué está en vosotros? Y, ¿para qué, está en vosotros? ¿Acaso creéis que, para permanecer sin manifestarse? Entonces, no sería Dios, puesto que Dios siempre manifiesta su acción en todo el infinito del universo; se manifiesta, en plenitud de vida y de belleza, de armonía y de justicia, manteniendo perfecto orden y equilibrio en su creación.
16 No supongáis que Dios, está en vosotros, para permanecer sin comunicarse, sin manifestar sus mensajes; no supongáis que está en vosotros, sin expresar sus ideas.
17 Tenéis que aceptar: que Dios, quiere manifestarse por vosotros a plenitud de expresión, según sea vuestro alcance espiritual; manifestando su amor, por medio de vuestros actos.
18 Cada idea de Dios, es una bendición para el universo; cada idea de Dios, es el fuego de su amor expresado en diversidad de formas, esencial y substancialmente en la vida; tanto en lo espiritual, como en lo material; en lo divino, como en lo humano.
19 Por eso, quiero preguntaros nuevamente: ¿por qué está Dios en vosotros, y para que está? Comprended que el todo, está en lo que vosotros llamáis vida, en lo que llamáis material y espiritual; ya que en lo que vosotros llamáis espíritu, se encuentran sus atributos divinos, formando parte de vuestro propio ser ¿por qué manifestáis al Padre; y por qué alcanza en vosotros, a manifestarse en expresión y en obra? ¿Hasta qué punto ejerce sus prodigios y manifiesta su potestad? ¿Y por qué quiere que vosotros, seáis un medio de su manifestación?
20 Comprended amados míos, que cuando vosotros, entendáis plenamente esta revelación, ya no seréis lo que habéis sido hasta ahora. Seréis entonces: un espíritu de gran luz, un ser de emanaciones de luz divina, seréis radiantes, veréis las bellezas del Padre y las escucharéis, en ritmo de armonía perfecta, al unísono con el universo; el cual, es bendición del amor celestial.
21 Desde este instante en adelante, dejadme un poco de vuestro tiempo y cada vez más, según vuestro interés para que os dediquéis a meditar esto; y en verdad, os sentiréis más fortalecidos; pero meditadlo profundamente; si no lo podéis meditar durante el transcurso de la luz del día, hacedlo cuando la sombra tienda su manto.
22 Repetíos interiormente mis preguntas: “el Divino Maestro nos preguntó: ¿para qué está Dios, en cada uno de nosotros, en lo que llamamos nuestro espíritu? ¿Para qué está unido a esa parte que llámanos nuestro ser, de tal manera, que no podríamos vivir sin Dios; puesto que cada uno de nosotros, somos un Hijo espiritual de su propio Ser, de su espíritu divino, de su esencia espiritual? ¿Por qué el Maestro, nos pidió, que pensaremos esto? ¿Para qué? ¿Qué va a enseñarnos? ¿Qué va a hacer? ¿Hasta qué grado, será manifestado por mí? ¿Por qué me toma como una expresión de su Ser, como un ser vitalizado por el poder de su existencia divina?” y en ese instante, la parte espiritual de cada uno de vosotros, verá a este mundo terrenal en que habita, a la altura de su ser espiritual, de su yo eterno y entonces, ¡oh gran dolor! Lo contemplaréis: envuelto entre tinieblas porque tinieblas hay en el mundo, por el hecho de tener habitantes, que todavía, no pueden limpiar su mente y su mundo.
23 Entonces, seguiréis pensando: “Dios, está en mí” y lo pensaréis con ¡tanta potestad! Que sentiréis la vibración de vuestro propio pensamiento. Entonces, os diréis internamente: “mi Padre Celestial, ha estado en mí todo el tiempo; y las obras positivas o buenas que yo hice, mi Padre a través de mí, las hizo para el bien de la humanidad; mi Padre, manifestó a través de mí, la Verdad, que paso por mi espíritu, alma y cuerpo, de lo que manifestó el Padre, a través de Jesús, en el Segundo Tiempo; y la voluntad del Padre, cumplí, cuando hablé de justicia, de verdad y de los misterios de los celos.”
24 Porque no habíais comprendido: que Dios quiere tomar vuestra vida para manifestarse de Espíritu a espíritu por vuestro conducto ¡mirad que os traigo mi enseñanza, y os la voy clarificando!
25 ¡He aquí! Amados míos, cómo por medio de mis cátedras, se va ampliando y elevando vuestro entendimiento espiritual; cómo por medio de mis mensajes de amor y sabiduría, os entrego más esencia en mi palabra. Estos, son los principios del raudal de mi luz, que con su esencia inundará a los de noble corazón, que con humildad y buena voluntad, quieran recibir mi enseñanza; para que a ellos, la entreguéis, yo os preparo.
26 Yo os digo, en verdad: que Dios, está en vosotros mismos, de tal manera: que vuestro ser, es esencia de su mismo Ser cuando vosotros comprendáis esto, cuando lo sintáis plenamente; entonces, haréis los prodigios y maravillas que os entregué a través de Jesús; y que también, hacen los que practican mi Ley, utilizando la fuerza de la potestad de su espíritu, para el bien de los demás.
27 En verdad, yo os digo, que de aquellos enfermos que fueron sanados por mí en el Segundo Tiempo, de algunos de ellos fue retirada la enfermedad para siempre; mas a la gran mayoría, volvió a ellos la enfermedad.
28 Si fueron multitudes a los que alivié de su cuerpo, ¿porque a la mayoría de ellos volvió la enfermedad y sólo unos cuantos quedaron sanos por siempre? Yo, os digo: que tres de cada diez, me pidieron con el espíritu, y sanaron por siempre; mas, los otros siete, fueron buscando solamente la conveniencia de su egoísmo, de su falsa personalidad, sin poner ellos, algo de su parte.
29 ¿Qué podéis poner de vuestra parte, vosotros los humanos, para libraros de la enfermedad y del error? Gran parte es vuestra; y la mayor parte, es mía poned de vuestra parte todo lo que podáis, para obtener de la fuerza de mi amor, de mi verdad y de mi sabiduría, que son el factor que ha de equilibrar vuestra conciencia espiritual o mente superior, con vuestra materia; pero ahora que no entendéis del equilibrio y la armonía dimanadas de mi Ley universal, no podéis por lo tanto estar preparados plenamente; mas se llegará el instante que lo estéis, para eso yo os conduzco, os ayudo y os preparo.
30 Si queréis convertiros en instructor de mi enseñanza, necesitáis dejar manifestar a vuestro espíritu a través de vuestra forma; porque vuestro espíritu, está íntimamente conectado a Dios, con el Padre universal; y de él, recibe la vida y recibe mensajes a través de su amor, o sea: a través del Cristo universal.
31 Yo, a través de Jesús, os enseñé cómo llenaros del Espíritu de Dios, por medio de la manifestación del amor; y el Cristo, que es la manifestación de la esencia del amor universal de Dios, estaba en Jesús; estaba de lleno manifestando su potestad divina, para enseñaros yo a expresar la palabra del espíritu, a manifestar la voluntad divina por medio de la carne.
32 Debéis saber, amados míos, que los iniciados que saben curarse por medio del poder de su espíritu, saben hacer mucho; mas los iluminados que saben curar a los demás, por medio de la fuente oculta de su espíritu, saben aún hacer más; y quien manifiesta al mundo la potencia y los atributos, los dones y virtudes de su espíritu, sabe hacer aún mucho más, como Dios quiere que sea, así como es su divina voluntad.
33 Es necesario que conozcáis vuestras propias potencias; que conozcáis, a vuestro ser, que os conozcáis a vosotros mismos como espíritu; que conozcáis todos los atributos divinos de que estáis dotados, para poder ordenar a vuestras enfermedades que se alejen, para que empiece a actuar la parte espiritual, la unión eterna con el Padre; y ya no sea la miseria, la desgracia, ni las enfermedades en vosotros.
34 Si aquél que está enfermo, supiese pedir y prepararse en verdad con el espíritu, sano quedaría.
35 Esto es lo que yo quiero, de vosotros: que preparéis vuestro corazón para recibirme, que tengáis momentos de elevación espiritual, que os preparéis y os dispongáis a elevar vuestro pensamiento espiritual, para que vos mismo os bendigáis en unión a vuestro Dios, que os bendice.
36 Si vos, pensarais en espíritu y en verdad, que sois de Dios, con todo y vuestros diferentes vehículos de manifestación, sentiríais la fuerza de Dios, correr a través de vuestro ser cual fuerza benéfica, cual torrente de agua cristalina; y así, ¿cómo podrían las enfermedades tocaros, si no tenéis disposición a ellas? ¿Cómo podrían dominaros las pasiones humanas? ¿Cómo podrían los pensamientos adversos a mi Ley, tentaros? Si tocado fuese vuestro entendimiento, por tal pensamiento; vuestra vida espiritual, tomaría de su fuente interna, de su caudal de aguas cristalinas, para que fuesen en vos mismo derramadas y con ellas quedaríais sanado.
37 Yo no fui rico en la materia de Jesús, porque no sentí deseo de serlo; lo fui y lo soy, en la parte espiritual. Hay un momento en que el ser humano, si quiere, puede ser rico y justo, de las dos maneras, sirviéndose de la sabiduría en la manifestación de la inteligencia, para poseer en los dos campos de acción, tanto en lo espiritual como en lo material y poder abarcarles para bien de los demás.
38 El ser humano que le sobre lo que no utiliza, puede sentirse rico meditad bien en mi frase. Si vos, no necesitáis todo lo que tenéis para vuestro alimento, no podéis sentiros pobre; si al haber momentos en que os sobra, lo compartís, así no sois miserables; sin embargo, primero atended la riqueza interna; iluminad vuestra mente humana, llenad vuestra fuente con las virtudes de vuestro propio espíritu, con su revelación, con su comunión, con sus dones y atributos divinos.
39 Dios quiere comunicarse con vosotros, por medio de vuestro espíritu, en vuestro pensamiento espiritual; sólo os falta, que os pongáis en comunicación con el Padre y con el mundo, para ser intermediario entre la divinidad y vuestros hermanos, tanto encarnados como desencarnados.
40 Por eso, os digo, en verdad: necesitáis intensificar la labor espiritual y vibrar más a menudo en vuestra vida interna, aumentándola minutos cada día, cada semana, cada mes y así, aumentaréis vuestro saber por el santo efluvio de Dios que llega hacia vosotros; ya que no hay separación posible, del Padre, con sus hijos.
41 No penséis: que la simple intuición es la comunicación verdadera. ¡No! La intuición más elevada de todas las intuiciones, la más grande, la más intensa, es: la intuición divina del gran Ser, del Padre espiritual al Hijo espiritual ésa es la más grande de todas las intuiciones; más nítidos serán vuestros sentidos espirituales, cuando por medio de ellos, recibáis la intuición divina, que es la intuición espiritual que está en vosotros mismos, que es la que quiere manifestarse para que el hombre florezca por medio de mi verdad; así, convertiríais vuestro mundo en un paraíso terrenal; en el que, existiría la enfermedad y sólo se manifestaría a los que fuesen verdaderamente renuentes a mi efluvio divino, a todos aquellos que cerrasen sus conductos espirituales; mas todos aquellos que los tengan abiertos, en Espíritu y en verdad, yo os digo: de mí, recibirán.
42 Imaginad vuestro cuerpo, como si fuese un estuche de carne; que nuestra alma, fuese un frasco, dentro de ese estuche; y que vuestro espíritu, fuese un perfume. Ahora, imaginad vuestra mente, como un cristal que cubre ese frasco así es vuestro entendimiento espiritual, atrapado en su interior; mas, si vosotros en lugar de aquel cristal, destapáis el frasco y desbordáis vuestra esencia espiritual, y les cubrís después con algo sutil, como vuestro entendimiento espiritual elevado; entonces, percibiréis el aroma que perfumará el estuche a través del cual pasará la esencia, perfumando la estancia.
43 Así se encuentra, el espíritu encarnado en este tiempo, está prisionero en la red densa y hermética de la materia; mas, el espíritu, también tiene su irradiación, su ensanchamiento y viaja en diferentes planos de manifestación, a través de lo que llamáis espacio; se expande como el aroma del perfume, saturando de aromas la estancia, la que es por ahora el mundo; por el cual, el espíritu viaja al desprenderse de su misma personalidad humana, para poder ampliarse en el espacio, ensanchando su horizonte, ampliando su campo de acción, abriéndose paso, iluminando más y más; y así, conforme, el espíritu se agiganta, o sea: que el alma también es mayor; mayor, es también su expansión, su abarcamiento, su exteriorización, su manifestación; entonces, viajará por el mundo, manifestando al espíritu.
44 El alma se sutiliza, porque es una con la mente superior; pero cuando el alma es inferior, entonces no queráis creer que vuestro espíritu, sea a semejanza del finísimo perfume ni que vuestra mente sea utilizada para dejar pasar a ese aroma y vuestro estuche se abra para dejar salir a ese perfume a saturar la estancia de vuestro mundo y los planos del mismo.
45 Sin embargo, yo os pregunto: ¿por qué no comenzáis ya a ampliar vuestra manifestación espiritual, en vuestro horizonte? ¿Por qué no os eleváis, a las alturas de la Verdad? No olvidéis: que estáis en el tiempo, de una era que termina y otra que comienza, estáis en los albores de la era de la luz, en la era de Elías, en el tiempo que terminó la era que llamáis: cristiana y comenzó: la del Espíritu Santo.
46 Y vuelvo, a preguntaros: ¿cómo haríais para curaros a vos mismo, para preparar a vuestro espíritu y salir de vuestras enfermedades? Debéis dar paso a vuestros sentidos espirituales y conectar vuestros conductos internos y conectaros a plenitud con las fuerzas cósmicas que pasan por vosotros; abriéndoos así, a mi vibración y efluvio espiritual, para sanar en espíritu y en verdad. Sólo pidiéndolo con el espíritu, lo lograréis.
47 Muy pocos comprenden mi cátedra, porque el templo interior de su corazón aún no lo abren, para poder recibir el prodigio interno que el Ser Supremo envía en sus efluvios divinos; mas aquel que sepa escuchar, ver y sentir, aprovechará más que el que sólo oye, ve y no siente.
48 Vosotros, os quedaréis en el exterior, si no queréis penetrar en el santuario interno; y si dudáis, quedaréis enfermos; mas aquellos que sepan curarse, preparándose en espíritu y en verdad, sanos quedarán, por cuanto ésta, es la Verdad.
49 Pueblo amado, la idea perfecta de Dios, ha sido, es y será: hacer perfecto todo y si el Padre, os concedió para vuestra formación, la idea perfecta, ¿por qué tratáis de nulificar esta verdad: de que Dios es perfecto en todo lo que formó, en todo lo que ideó en toda su creación?
50 Si vuestra mente y cuerpo están enfermos, es porque os repetís constantemente que estáis enfermo, que os sigue la fatalidad, que os persigue el dolor.
51 Os encontráis en constante negación de vos mismo, invocáis y volvéis a invocar los pensamientos adversos, llamáis a las fuerzas negativas; no invocáis a las fuerzas puras que dimanan de la potestad divina; sino a las fuerzas del dolor y la fatalidad, que vosotros creasteis; fuerzas, que vienen hacia vosotros, cuando las llamáis; y es así, como el hombre se siente, que no forma parte de la vida del universo; se siente aislado, fuera de todo lo que es ritmo y armonía universal, porque no siente su propia conciencia, su centro consciente, así como tampoco se siente armonizado con el Padre, porque de cierto y en verdad, os digo: muchas moradas hay en la casa del Padre; mas, en verdad, todos pasaréis por ellas, de una a una, hasta llegar al Padre Celestial.
52 Necesario es que conozcáis la misión, que tuve en la tierra. Os enseñé: que cómo Dios, estuvo en Jesús y cómo os lo manifestó; así también vosotros, debéis dejar que Dios exprese su voluntad por vuestro conducto. ¿Cómo? Espiritualizando vuestros sentimientos en el conocimiento de la Verdad, recuperando vuestros sentidos sutiles y delicados: vuestros sentidos espirituales.
53 Vuestro juicio, está en el verdadero sendero del equilibrio; no en el que habéis creado en la justicia humana, ¡no!; sino en la justicia divina cuando hayáis alcanzado a lograr esto, empezaréis a extraer de vuestra vida interna, de vuestro espíritu, sus verdaderos atributos, sus virtudes y toda la potestad, para dar a vuestro mundo, las riquezas de ese paraíso perdido, de la verdadera morada del Padre.
54 En verdad, yo os digo: que todos los diversos grados de conciencia, de comprensión consciente en el hombre, al manifestar las virtudes, son moradas del Padre. Por eso, yo os digo, que como el hombre es a semejanza del universo, y el universo es a semejanza del hombre, que debéis pensar unido a él, diciendo en vosotros mismos: “¡Padre, Hijo y universo!” porque en verdad, yo, os digo: cada uno de vosotros, sois un Hijo de Dios; y el universo, es vuestra gran morada que estas frases os acompañen siempre, y en todo momento, en perfecta unificación con el Padre; y así, os sentiréis siempre fuertes, así no habrá alguien que os pueda engañar y se apartará siempre el peligro de vuestros caminos.
55 ¡Padre, Hijo y universo! Y recordad: que sois el Hijo del Padre, que el universo es vuestro, porque es de cada ser; cada espíritu, Hijo de Dios, es un heredero del Padre y de su gloria, en los altos planos espirituales de la conciencia del espíritu.
56 ¡Oh herederos del Padre Celestial! Recibid la Verdad que a raudales de luz, ha venido a manifestarse al hombre; ya que el hombre, tiene un átomo de la Verdad divina, átomos esenciales del gran Espíritu, pero átomos, que es imposible que estén separados puesto que se encuentran en eterna unión.
57 Al comprender esta lección de mi enseñanza, debéis decir al Padre: “¡oh Padre Celestial! En este instante te abro las puertas de mi santuario interno, para que puedas manifestarte en este cuerpo que yo creí que era mío y sin embargo es tuyo; para que en este cuerpo, a través de esta carne, se haga ¡oh Padre! Tu divina voluntad. Esparce la esencia divina que existe en mí, y que se expresa a través de mi cuerpo en el conjunto de mis células, para que se manifiesten las grandezas que son de Dios.” entonces, comprenderéis: que si el universo, es de Dios, ¿por qué no ha de morar en vos? ¡Oh! Hijo muy amado, ¡oh! Hijo de Dios, ¡heredero del Padre, que tenéis por herencia el universo! ¿Por qué no habríais de tomar de vuestra propia morada, lo que necesitáis: la armonía, la salud, la caricia y todo lo que os brinda el Padre, en sus múltiples manifestaciones?
58 Hoy habitáis esta morada, circunscrita a vuestro mundo; mañana, habitaréis otra, la cual no será de este planeta tierra; sino de otros mundos más elevados; y así, iréis tomando lo necesario de cada uno de ellos, en conocimiento de la Verdad.
59 ¿Acaso no sabéis que la luz que se manifiesta a través de las estrellas, también es luz de Dios? Quiero que comprendáis esta verdad, que de un sol se forma otro sol, que de un astro brota otro astro y todo el firmamento celeste y sus maravillas, Dios paternalmente, los ha ordenado; y que todo, forma parte de su divino Ser, ya que todo es un Hijo de Dios, como hijos de Dios son los soles, las estrellas, hombres, moléculas, átomos, elementos y que desde la más imperceptible manifestación animada hasta los seres de las altas moradas espirituales, son un hijo del Ser absoluto universal.
60 Si vosotros, sabéis: que no hay riqueza, que no tenga dueño en verdad, yo os digo: el dueño de todas las cosas existentes, de todo el universo y de todo lo que existe, es Dios, vuestro Padre Celestial.
61 Ahora, yo os pregunto: ¿cómo es posible, que vosotros estéis enfermos? ¿Cómo es posible que os encontréis atribulados, cuando esta enseñanza, es para haceros libres y capaces? Mas, para que comprendáis la revelación que os estoy dando, es necesaria vuestra iniciación espiritual, la elevación de vuestro espíritu y para ello os preparo. Yo os llamo y os despierto aunque sea por instantes a la vida interna, a la vida eterna de vuestro espíritu; ya ahí, iréis pensando en todas estas revelaciones, en todo aquello que no habíais pensado antes, porque lo ignorabais; y así, cada vez más, os iréis elevando; iréis adquiriendo en vosotros mismos, mayor capacidad; iréis viendo en cada nueva aurora, mayor posibilidad de vuestra herencia espiritual para utilizarla noblemente a través de vuestra existencia, ya sea en el alma o en el cuerpo.
62 Yo haré de cada uno de vosotros, un párvulo; de cada párvulo, un iniciado; de cada iniciado, un discípulo; y de cada discípulo, un Maestro. Dejadme manifestar a través de vosotros mismos; dejad que todo vuestro ser, reciba la fuerza de vuestro Dios, de acuerdo con lo que podáis soportar; ya que cada uno de vosotros tiene su desenvolvimiento en la grandeza de mi Ser, hacia todo aquello a lo que tenéis derecho para gozar y utilizar a través de vuestro vehículo material y espiritual, sintiéndoos así, un centro de conciencia en manifestación divina.
63 En verdad, yo os digo: si os sentís más espíritu que carne, más grande y elevado será vuestro espíritu; mas, si os sentís más carne que espíritu, más grande será vuestra falsa personalidad y materialismo.
64 ésta es mi lección en esta alba de gracia, ésta es mi cátedra y en ella os pregunto: ¿qué habéis permitido hacer y manifestar a Dios, durante las distintas reencarnaciones que habéis tenido?
65 ¿Ya me habéis dejado manifestar, por conducto vuestro? Porque el Padre, ha querido siempre ser manifestado por vosotros, de infinitas maneras; para que así, podáis recibir y también dar; dar siempre más, para que me dejéis manifestar.
66 Yo, os pregunto: ¿habéis hecho limpieza de vuestra habitación, para que el Padre, pueda morar en vos mismo? Ya que habéis hecho de vuestro vehículo material y vuestros sentimientos, interiormente hablando, una pobre morada, un sucio presidio, una cueva como las alimañas de la tierra; y mientras no me preparéis interiormente la mansión, el santuario limpio y puro para el Padre, no podré manifestarme a través de vosotros. ¡Limpiad vuestra morada! Hasta que la convirtáis en el santuario sacrosanto, donde impere el respeto y la obediencia hacia vuestro creador, donde yo pueda morar con vosotros y vosotros conmigo por una eternidad.
67 Tened presente: que el Padre y sus hijos, no pueden estar separados o incomunicados. Mi trilogía divina, será ahí también: el rey de la creación y el Hijo del rey, y el aparato o vehículo de expresión de los dos, todo formando unidad; porque el rey de la creación, hablará a su hijo; y su hijo, se manifestará al aparato al cual utiliza, para transmitir sus pensamientos a su cuerpo físico.
68 Si el Padre, comunica muchos conocimientos a sus hijos; y en cada uno, está el hijo del creador. ¿Por qué no permitís que vuestro espíritu, hijo del espíritu divino, os transmita sus conocimientos traducidos en palabras y os haga partícipes de todas esas revelaciones? ¿Hasta cuándo vais a necesitar de un instrumento material, de un portavoz ajeno para recibir mi comunicación divina?
69 Todas estas preguntas, no os las habíais hecho; pero las tenéis que hacer, desde este instante: ¿por qué Dios, está en vosotros? ¿Qué logrará, qué pretende y cuáles son sus alcances? ¿Para qué Dios, está en vosotros? ¿Qué quiere hacer en vosotros? ¿Y qué quiere de vosotros? Todo esto, interrogaos a vosotros mismos; y os digo: que Dios, tiene grandes revelaciones que haceros, puesto que quiero entregaros grandes conocimientos y bellas realidades; que vosotros, no me habéis dejado manifestar a través de vuestro ser, no me habéis dejado que os hable a través de vosotros mismos.
70 Dejad ya, que Dios, os guíe porque debéis ya saber, que vuestro espíritu, es la salud misma, porque es Hijo de la idea perfecta del Ser absoluto.
71 Cerrad por un instante, vuestros ojos hacia el mundo; y pensad, en mi palabra. Curaos con la esencia dimanada de ella, porque llegará el momento que curéis con la fuerza de su efluvio, con la potencia de cada frase, con la potestad de su vibración; porque cada vibración, tiene su acción; pues cada palabra, tiene su fuerza, su vibración y su acción.
72 ¡Dejaos curar, por mi palabra! ¡Sentid la potencia, de su potestad! La palabra dimanada del amor, cura; eso lo sabe bien el espíritu que es fuente de salud; el Padre, quiere que vosotros seáis sanos, porque sois su Hijo predilecto como espíritu; y como carne, sois la materialización de un pensamiento de la idea perfecta; y la idea perfecta del Padre, es su Ley universal.
73 ¡Curaos! ¡Tomad lo que necesitéis de las aguas cristalinas de la fuente de salud! Tomad del efluvio divino manifestado en la vibración de mi cátedra interpretada en la esencia de mis palabras; y decíos internamente: “la enfermedad es algo ajeno a mí, no la acepto.” pensad en eso, si queréis sentir la fuerza en manifestación, sentíos que sois Hijo perfecto de Dios, diciendo en vosotros mismos: “quiero sentir la paz divina y estar en armonía con Dios, que manifieste su idea perfecta en mí.”
74 Yo Cristo, quiero que os sintáis en mi luz, en mi fuerza y lleno de salud. Repetid estas frases y con la esencia de ellas: curaos hablad con el Padre Celestial que está en vosotros mismos; que sólo espera que lo escuchéis y que os dispongáis a recibir los beneficios que anheláis, siempre que vuestros anhelos sean justos y nobles; hablad con el Padre, sentid la potestad y la fuerza que Dios ha puesto en vosotros, para que así os podáis curar; extraed de vuestro interno, la fuerza que guardáis; guardad un momento de silencio, para que accionéis en el campo de la conciencia, de la mente superior. Guardad silencio, mientras os curáis, mientras os disponéis haceros útil a vos mismo.
75 Quien tenga percepción, perciba lo que el Espíritu de revelación os expresa en esta alba de gracia, llena de luz. Quien tenga oído, escuche lo que el Espíritu de amor, entrega a los hombres. Tomad de mi amor, todo lo que podáis recibir.
76 No os apene que en cada comunicación mía, me estéis pidiendo tan solo pequeñeces, cuando alguno de vuestros hermanos iguales a vosotros, realizan prodigios, hacen grandezas; aún en su cuerpo, como fuera de él.
77 Debéis de saber: que algunos espíritus encarnados se elevan de su cuerpo en transporte espiritual hacia las diferentes regiones de vuestro mundo y hacia sus diversos planos espirituales. Yo os pregunto: ¿hasta cuándo seréis capaces vosotros, de realizar un viaje, fuera de vuestra materia? ¿Cuándo seréis capaces de transportaros espiritualmente en el alma universal, para ir cada vez más lejos de vuestra mirada material, para ir abarcando cada vez más con vuestra vista espiritual, el infinito? Aún sois pequeños; no del alma ni de espíritu; mas sí de entendimiento.
78 ¿Por qué no os preparáis para viajar espiritualmente por el mundo y sus diversas atmósferas, en sus diversos estados de vida y en sus distintos planos espirituales? ¿Por qué no dais un paseo, que os aproveche espiritualmente?
79 Dejad que ese perfume sea destapado para que su aroma invada todo lo que toque, permitid que vuestro espíritu se libere de su materialismo y que se llene de mi amor, para que podáis transportaros espiritualmente en el alma, hacia diferentes regiones y planos espirituales, saturando todo con efluvios de amor y de luz; para que así, recibáis con los demás, vuestra herencia divina y gocéis de ella.
80 En verdad, yo os digo: sois pobres de espíritu porque no os conocéis a vos mismo, ya que no habéis aprendido, a mejorar vuestra situación.
81 Si vos deseaseis, vuestro corazón latiría más de prisa al unísono con vuestros sentimientos espirituales; mas, vosotros no sabéis para qué os sirve ese corazón, porque no tenéis luz en vuestra mente, porque no habéis avivado el fuego de amor en vosotros mismos; y no os alumbráis, a pesar de que tenéis la corriente del efluvio de Dios en vos mismo; por eso, yo os digo: que debéis pensar lo que significa el conocimiento de la Verdad.
82 Amados míos, Dios está en vosotros mismos, para manifestar sus mensajes por su Verbo. La palabra, es el vehículo del Verbo que emana del Padre Celestial; y no puede estar sin la idea; la palabra, su vehículo de manifestación, o sea, el pensamiento: de que primero fue el Verbo en idea y así, todo forma parte de la idea de Dios.
83 La parte material vuestra, completa el Verbo, lo que necesitáis es ver la luz, conocer la Verdad. ¿Y cómo podréis verla y conocerla? ¿Cómo? Si tenéis los ojos del entendimiento espiritual cerrados y tenéis vuestra mente obstruida.
84 Sois como todos aquellos que teniendo los ojos de la carne, nada observan y nada ven, porque ciegos se encuentran. En verdad, yo os digo: ciego, es el ignorante, porque teniendo ojos no ve; porque no sabe, porque no siente ni comprende, ni puede hablar la palabra recta y justa; está enfermo y llora su desdicha en la oscuridad de su entendimiento, en la turbación de su mente y en las tinieblas de sus mismos pensamientos.
85 Yo, os dije: habladle a Dios, a vuestro Padre Celestial y os responderá desde vuestro mismo interno; mas para esto, tenéis que saber interpretar cuando es su mensaje, al que reconoceréis en todos sus conceptos, pues es a semejanza de una voz pura, elevada, clara, llena de verdad y de amor; cuando así ya la escuchéis, entonces seréis puro y amoroso y hablaréis con sabiduría; mas cuando comprendáis que no recibís estos mensajes, es que aún recibís de vuestra mente material, de vuestra subconsciencia, de vuestro intelecto humano no de vuestra conciencia o mente espiritual, lo mismo es.
86 Debéis saber que cuando vuestra mente espiritual os transmite el mensaje de Dios, lleno de sabiduría y de amor, es inconfundible. ¡Estad alertas! Que si algún mensaje, no reúne estos requisitos, no lo recibe la mente espiritual, que es vuestra conciencia.
87 Ya habéis recibido preparación en mi enseñanza; y comprendéis, cuán difícil es distinguir todos los mensajes que os llegan por diferentes avenidas, tanto en vuestros sentidos materiales, como espirituales; mas, en el silencio y en la meditación, vuestra conciencia trabaja, os hace reconocer lo que hay en vosotros, lo que es vuestro cuerpo y lo que hay en vuestro espíritu, así llegaréis a dominar lo que os rodea, bajo el influjo de vuestro razonamiento espiritual iluminado por la conciencia.
88 El Espíritu encarnado puede morar en distintos planos de expresión espiritual y de ahí recibir comunicación verdadera o falsa; como también puede morar en planos superiores de expresión espiritual, cuando penetra su conciencia en un grado elevado que lo comunica con el Padre universal, aceptando la eterna unidad con su creador.
89 Os vuelvo a repetir, amados míos, ya podéis contestarme algo vuestro: ¿qué habéis dejado hacer a Dios, hasta ahora, a través de vos mismo, a través de vuestras diversas reencarnaciones, en pensamientos, palabras y obras? ¿Habéis sentido a Dios, actuando dentro de vosotros?
90 Puesto que Dios existe en vosotros, en vuestro santuario interno, también os pregunto: ¿tenéis capacidad para entender mi cátedra? Porque si la comprendéis, puedo continuar adelante, mas si no la habéis entendido, atenuaré por un tiempo la intensidad de la luz en ellas. ¿Quién dice que sí? ¿Vuestro espíritu, que se recrea en mi efluvio o vuestra conciencia satisfecha? Vuestra alma quizás ha querido responder por el universo, por el mundo principalmente; mas vuestra conciencia, me dice que sí entendéis, por lo tanto, continúo con mi lección.
91 Todos os encontráis dentro de un círculo de acción. Sois: quimera, ilusión e interrogación humana. La interpretación que habéis hecho de la vida material, es tan solo un derrotero con falsa apariencia de realidad; pero el cual, está dentro del círculo de la vida espiritual.
92 Luchad por unificaros con los conocimientos que os conduce n hacia la vida eterna espiritual, hacia ese gran círculo de acción universal que es vuestra finalidad.
93 El espíritu es: luz y vida, potencia y voluntad el humano: es la idea perfecta del Padre, mas, el espíritu, es antes que la materia.
94 A la materia, la habéis convertido en quimera, con variantes reflejos de vanidad; mas ella se convertirá en energía, la cual será utilizada en formas nuevas, con expresiones de animaciones nuevas; mas, al espíritu, le espera la vida eterna en plenitud. Esa nueva vida, es la que quiero para vosotros, amados míos. Contemplad el infinito, mirad como brillan los reflejos del nuevo amanecer para vosotros, es la nueva aurora de esta era llena de luz; que comienza y que trae consigo, la esperanza de un futuro mejor.
95 ¡He aquí el Verbo del Padre entre vosotros! Del Padre vuestro, del Padre absoluto universal, que ha explicado a sus hijos, de la existencia de su divinidad en el hombre; y les ha dicho que el Padre, está en cada uno de ellos, como fuerza divina, como luz radiante, como bella esperanza, como promesa divina perfecta; que es el imán del Espíritu, la fuente de atracción de todos los seres.
96 El Verbo del Padre os ha hecho saber: que Dios está en vosotros y vosotros en él, universalmente hablando, como efluvio de fuerza y salud, ya que sois la idea perfecta de su ser, ya que el Padre actúa en cada uno de vosotros para que lo sintáis, para que lleguéis a ser una fuente de luz y de verdad; y así, le permitáis manifestarse a través de vuestro ser.
97 La fuerza del Padre universal, de Dios, está en cada ser y en todas las cosas existentes, animando a toda su creación. La fuerza del Ser absoluto de vuestro Padre, se manifiesta en cada uno de vuestros cuerpos, los cuales son vehículos de manifestación de cada ser o espíritu hijo de Dios; vehículos que son partes de su Ser divino, ya que son parte de la expresión de su propio pensamiento divino.
98 Dios, es el dueño de todas las cosas existentes en su creación; y sus hijos, son los herederos de su reino celestial.
99 Ya no os sintáis los pobres y menesterosos, ¡he aquí! Que el Padre, os abre su arcano, trayéndoos un mensaje secreto para que os dispongáis a dejarle manifestar por vosotros mismos, venciendo así vuestra reaciedad, dejándoos dominar por la potestad del espíritu divino, para que así perfeccionéis vuestras vidas.
100 ¡He aquí al Padre! Que se encuentra desde lo finito hasta lo infinito y os envía los efluvios divinos de su Ser, para que os curéis de alma y materia, para que os purifiquéis en el efluvio de su luz divina. ¡He aquí! Al Verbo Divino, manifestando su enseñanza, para que cada uno de vosotros, sintáis y cuidéis vuestra moral, vuestras ideas y vuestras obras! ¡He aquí el efluvio divino! Fuente sagrada de salud perfecta, corriente vivificante del Ser absoluto, esencia del Verbo Divino. ¡He aquí a vuestro Padre! Que está en vosotros mismos, con su vida infinita, dándoos vida eterna y llenándoos de bendiciones.
101 ¡He aquí mi efluvio divino con vosotros! Raudales de amor, corrientes de salud y fuerza, os he entregado; y vosotros, la habéis recibido, de acuerdo a vuestra capacidad y entendimiento de mi palabra; os he llenado de bendiciones, las cuales, han sido bienhechoras para vuestro cuerpo y espíritu.
102 Ya no me pidáis más pequeñeces, porque en esta alba de gracia, habéis sentido la existencia de vuestro Padre en vosotros mismos; porque en verdad, yo os digo: todo aquello que deseáis, os lo concedo por mérito, equidad y justicia, porque así os corresponde si vosotros, os preparaseis más, de mí recibiríais más.
10 Sanos quedaréis, cuando sepáis curaros por el Espíritu; cuando a los planos de la vida espiritual hayáis penetrado, ennobleciendo y elevando vuestro plano de vida material; armonizando así, con la Ley sublime del Padre.
104 ¡Cumplid así discípulos amados, avanzando en el camino de amor, dentro del destino recto que yo, el Cristo de Dios, os he señalado!
105 ¡Venid al Padre! ¡Penetrad al reino de la Verdad y de la luz! ¡Integraos a todos vuestros hermanos, para que forméis una sola familia universal! Para que sintáis con ellos, sus sufrimientos y sus alegrías, sus dichas y sus pesares. Cumplid con mi Ley, y seréis de los escogidos para la gran iniciación espiritual que os eleva al reino de los celos, hacia los planos de alta luz a los que os conduce mi enseñanza; para que a través de mi doctrina, penetréis en la Verdad, formando el gran templo del amor, amándoos los unos a los otros. Discípulos muy amados, la bendición de Cristo, del Verbo Divino, es siempre con vosotros en representación del Padre universal.
106 ¡Oh mundo, que os encontráis cubierto entre sombras! Yo os bendigo. ¡Oh mundo, que estáis entre tinieblas! Yo os amo y os doy de mi luz. ¡Oh mentes turbadas de los hombres, que moráis en este mundo!, yo os conduciré con mi amor y os elevaré con mi luz, a la altura de la Verdad suprema.
¡Mi paz, sea con vosotros!