TOMO I
1. Dios no abandona, Israel se alejó en busca de aguas turbias
Jueves 4 de mayo de 1939
1 ¡Bienvenido seáis, pueblo amado! Que venís a reuniros con el Maestro de maestros, que venís afanoso buscando la sombra de estas cuatro paredes para refugiaros por un instante de la intemperie de los tiempos, para descansar de las fatigas terrestres, para olvidaros por un instante de todos vuestros conflictos y recrearos con el pan de vida eterna.
2 ¡Alimentaos con este pan y saciad vuestra sed con el agua cristalina que a torrentes estoy derramando en todo vuestro ser! Por eso os digo, que os doy la bienvenida en mi regazo paterno, os acojo y os doy mi calor de Padre, mi consejo de Maestro; y mi bálsamo de doctor, lo encontráis en mí.
3 Todo lo tenéis, mis hijos y no tenéis por qué quejaros; porque yo no os abandono, yo siempre cual el buen ladronzuelo llego de puntillas y me aposento en vuestro silencio, dentro de vuestro corazón.
4 Yo me recreo cuando contemplo al hijo preparado; cuando contemplo que por un instante, medita en las lecciones de su Padre; y yo cual Padre cariñoso, os acaricio y os doy la fuerza necesaria y os doy fortaleza en vuestra oración.
5 Enseño a vuestro espíritu, a que se comunique con mi divinidad, mas, vosotros en medio de vuestro letargo, no os dais cuenta de estas manifestaciones; pero en el instante de vuestro retiro de las influencias del mundo, en que dedicáis vuestros cinco minutos para practicar la comunicación conmigo, os sorprendéis porque tenéis grandes pruebas de mi verdad; comprendéis, que yo no os miento y sólo os enseño, os estimulo y os conduzco, os doy todo lo necesario para vuestra jornada y os doy lo necesario para que sigáis adelante con mi estímulo en vuestro camino.
6 No olvidéis a vuestro Padre, no olvidéis que yo soy el único que puedo con amor, con caridad, daros todo lo necesario puesto que sois mis hijos muy amados; porque se van a llegar tiempos difíciles, para vosotros y para todo el mundo; tiempos, de grandes calamidades; y si no os encontráis preparados, debilitaréis en vuestra fe y confianza en lo que yo os estoy diciendo.
7 Es por ello que yo os prevengo de lo que va acontecer; y si vosotros sabéis guardar mis profecías, el mañana las veréis cumplidas. Mas, mirad que yo no os defraudo; en vuestros buenos propósitos, yo os fortalezco y os digo: por aquí, caminad y por aquí no caminéis; haced esto y esto no lo hagáis.
8 Y si yo os hago avanzar por el mejor camino; y os digo: comed de este fruto y dejad el otro; porque éste es bueno y el otro os envenena, ¿entonces, por qué vosotros no encendéis más vuestra fe a mi divinidad? ¿Por qué no os dejáis guiar por mi palabra? ¿Acaso contempláis que en ella haya maldad, o mala dirección para vosotros? No, me dicen vuestros corazones.
9 Mas, en verdad, son vuestros espíritus los que me hablan, los que se confiesan delante de mí y se revisten de mi fortaleza y se saturan de mi sabiduría; porque ellos sí saben con quién están conversando, ellos sí saben quién es el que les enseña y les ordena y vosotros bien sabéis que a vuestros espíritus vengo, a ellos les he hecho el llamado.
10 Porque mi Verbo se encuentra repercutiendo espiritualmente en el universo entero, haciendo el llamado a todo ser, tanto encarnado como desencarnado; viviente, como inerte.
11 Porque es el tiempo en que toda planta, se levante y se pose en el camino del conocimiento de las manifestaciones espirituales que han permanecido olvidadas en el corazón del hombre y ha sido la voluntad del Eterno Padre, preparar los caminos, entregar su luz a torrentes para que cada entendimiento se encuentre iluminando y alcance a palpar el nuevo camino que se prepara; un camino, que conduce sólo a la espiritualidad, al adelanto, al progreso y preparación de los seres materializados.
12 Un camino de luz plena, que vengo brindando sin distinción alguna; un camino sin placeres mundanos, sin materialismo, libre de bajas pasiones, exento de conflictos materiales y que solamente conduce a un fin divino, a un fin espiritual.
13 ¿Y quiénes son los que transitarán por ese camino? Ese camino lo transitará todo aquel que quiera penetrar en él, todo aquel que quiera despojarse de su materialismo; todo aquel que quiera iniciarse en un cumplimiento espiritual, todo aquel que quiera ser mi siervo, mi labriego, mi campiñero.
14 Porque yo tengo una campiña bendita; y en esa campiña penetrará el que quiera servirme; todo el que quiera servir también a la humanidad, porque sirviendo a la humanidad, me estará sirviendo a mí.
15 Comprended mi inspiración y mis deseos divinos, para que paso a paso os vayáis preparando y estéis prestos a recibir lo que tengo que entregar a cada uno de vosotros en este Tercer Tiempo; porque yo estoy entregando grandes misiones, estoy heredando a los espíritus y preparando a las materias para que uniendo espíritu con materia, se levanten al cumplimiento de su misión.
16 ¿Me comprendéis, mi pueblo? Mi palabra, no os confunde; por eso os hablo claramente y os explico el porqué de los acontecimientos; para que así, con todo conocimiento, os vayáis encausando en este camino.
17 Estoy preparando al cuerpo de portavoces, para que él sea el fuerte de las naciones, el fuerte del universo; porque por él, yo enviaré grandes mensajes a los corazones afligidos; por él, yo detendré los elementos desatados; por él, yo aplacaré la furia del elemento, agua.
18 Porque los mares se alterarán en su furia y por uno de mis marcados, uno de mis servidores, uno que lleve incrustado el triángulo de mi trinidad en su frontal y mi potestad derramada en su ser, será suficiente para detener el avance del gran caos que envuelva a la humanidad y que asolará comarcas y aldeas.
19 ¡Preparaos! Mis hijos, no son tiempos de letargo, ya no son los tiempos de dejar al olvido a mis manifestaciones divinas; ya no os lo concedo, pueblo, ya no quiero que me hagáis presente vuestro letargo, ya no es mi voluntad que persistan las raíces del olvido en vuestro corazón y el atraso en vuestro espíritu.
20 Tened caridad de vuestro espíritu, Israel amado y dad ya vuestro paso con firmeza; no retrocedáis ya, porque mucho habéis retrocedido, mucho os habéis aletargado y ya no es mi voluntad que derraméis vuestro llanto a consecuencia de estos acontecimientos.
21 Abrid ya vuestras pupilas espirituales, pueblo amado; y contemplad la luz de mi Espíritu Santo. Agudizad vuestros sentidos espirituales y escuchadme, percibidme en mi esencia. Abrid vuestro corazón y dad albergue a mi fuerza.
22 ¿O acaso queréis que nuevamente venga a humanizar mi Espíritu para que me comprendáis? ¿Queréis, pueblo, que yo nuevamente tome carne aparente para vos y venga a convivir humanamente con vosotros? No, mis hijos, ya no me hagáis descender hasta vuestro bajo materialismo.
23 ¿No os bastó todo el sacrificio, toda la burla y el escarnio que hubo para mí, en el Segundo Tiempo? ¿No fue suficiente mi muerte tan dolorosa y mi sangre que derramé a torrentes por vuestro rescate? ¿Aún no habéis alcanzado a comprender ese sacrificio? ¿Todavía tenéis sed de burla, de escarnio y de sangre?
24 No, pueblo, ya no me sometáis más al sacrificio, mirad que lleváis gran restitución por todas esas causas y aún la queréis hacer más grande. Comprended esas causas, estudiadlas y llegaréis a comprenderlas; porque no sabéis quienes de vosotros fuisteis los más perseguidores de mi divinidad, no sabéis si fuisteis de los que me arrojasteis el escupitajo.
25 Mas yo os seguiré preparando y entregándoos la luz para que alcancéis a llegar a comprender todo lo que yo os enseño en mi palabra; y así, poco a poco, os iréis elevando en conocimiento espiritual, iréis saliendo de vuestro estancamiento, de vuestro materialismo e iréis echando por tierra toda la vestidura harapienta que os ha encubierto por tanto tiempo; vuestros entendimientos, serán preparados y se encontrarán como puertas abiertas para que yo deposite la esencia y el sentido de mi palabra, de mi sabiduría; y así seáis el mañana, los grandes analizadores de las revelaciones del Padre.
26 ¿Me comprendéis, Israel amado? ¡Bendito seáis! No temáis, yo estoy con vos y os estoy sacando de vuestros errores, de vuestra ignorancia, de vuestro atraso espiritual; os estoy dando una nueva oportunidad de que os acerquéis más a mí, por medio del conocimiento, de la luz y de la convicción; y así ya podréis defenderos y presentar mi obra, mi Ley que en tres Tiempos os he entregado; porque ahora ya no la ocultaréis, ahora esa Ley resplandecerá, ahora esa Ley será presentada ante los hombres en su pureza, en su verdad, en su sabiduría.
27 Porque todo el que lleve esa Ley, todo el que penetre a sus preceptos y los practique en su vida material, se regenerará en corto tiempo; porque el pueblo de Israel será preparado con ella y será el pueblo regenerado que enseñe a regenerarse a todo el que se aposente en su camino.
Elías:
28 Maestro divino, día de gracia y de regocijo también para el pastor, día en que vengo ante tu divina presencia para hacerte presente el cumplimiento de las albas que me has concedido luchar entre mi rebaño; pues la lucha del pastor es incansable entre la humanidad y en particular entre mi rebaño que es tu pueblo que vas preparando con tu enseñanza, que vas fortaleciendo con tu esencia y que vas reanimando en el camino con tu fuerza y tu caridad.
29 Padre amado, Divino Maestro, ¡he ahí al rebaño! Contrito y arrepentido; porque tú con el cincel de tu palabra de amor, has tocado sus corazones y les has hecho reconocer sus faltas; mas, son humanos y aun van dando los primeros pasos en el camino de la espiritualidad, aun poco van comprendiendo tu palabra, sus cerebros se están amasajando gradualmente y llegará el día en que ellos puedan comprenderte de lleno en tu esencia, en tu poder, en tu luz.
30 Torpes les contemplas a tu palabra; pero yo seguiré en mi lucha espiritual. Unido a tu Espíritu tocaré, iluminaré y conduciré el espíritu y la conciencia del rebaño y en corto instante le contemplarás lleno de ahínco, de cumplimiento, de comprensión espiritual y entonces será el pueblo que afanoso se levante a dar testimonio de ti. él se levantará a dar la buena nueva a la humanidad.
31 Por ahora, mi rebaño ignora lo que es espiritualidad, porque no se ha profundizado en tu palabra; pero la luz que se derrama en sus entendimientos como efluvio divino, será suficiente para que vaya paso a paso analizando y comprendiendo tu voluntad que desde el año 1884 has venido derramando en parábola y en sentido figurado. En este instante ha intercedido mi espíritu ante el tuyo y hágase solamente tu voluntad en mí y en mi rebaño.
Divino Maestro:
32 Elías, grande es vuestro afán de pastor para que el rebaño analice y comprenda la esencia y el sentido de mi palabra. Sed con vuestro rebaño, que todo lo que entregares, hecho y efectivo será, porque ésta es mi voluntad.
Elías:
33 Gracias, Maestro, voy a mi rebaño y en tu nombre le entregaré conforme me has permitido. En el alto y bendito nombre de mi Padre Eterno Gran Jehová. En el nombre altísimo del Maestro que presente es entre vosotros, yo os saludo, rebaño amado y os doy la bienvenida, en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy, la representación de la luz del Espíritu Santo.
34 Día de gracia, rebaño amado, alba bendita en que aposentáis vuestra planta para venir a recrear y alimentar vuestros espíritus; porque lo que el Divino Maestro está derramando, es de beneficio para vuestros espíritus.
35 Tenéis muchas complacencias materiales y aún no conocéis las espirituales, porque siempre os ha llamado más la atención lo material, que lo espiritual; pero estáis en un camino que conduce al espíritu; habéis pisado el principio de ese camino que os conduce a saber todos los conocimientos que existen en el arcano del Padre; todas las manifestaciones divinas, que están por derramarse grandemente en los espíritus de Israel.
36 Porque vosotros sois los que formáis el pueblo de Israel, sois los que por primera, segunda y hoy por tercera vez, el Maestro dentro de un tiempo marcado por el Padre, os ha reunido ante su Espíritu para doctrinaros; porque en la primer a y en la Segunda Era, os entregó su enseñanza; pero vosotros siempre la habéis olvidado, siempre os habéis olvidado de los mandamientos que os han encomendado; y dentro de esta Tercera Era, en este tiempo marcado por el Padre, nuevamente ha venido el Maestro a doctrinaros; mas, no nada más para vosotros, tiene que ser esta enseñanza; ¡no! La voluntad del Padre es que primeramente vosotros la recibáis y la entreguéis a la humanidad después de 1950, fecha señalada por el Padre para mi estancia entre vosotros por el entendimiento humano en forma de éxtasis material como representante del Espíritu Santo; porque vosotros os levantaréis ya con el pleno conocimiento de lo que es la obra espiritualista trinitaria mariana y la tenéis que dar a conocer.
37 Porque para después de 1950, vosotros quedaréis como los maestros humildes de la humanidad; por eso os dice vuestro pastor: que apresuréis vuestro paso y no os detengáis; seguid con vuestra perseverancia y buena voluntad de continuar escuchando a vuestro Maestro, porque todo el que persevera, alcanza; y si vosotros perseveráis, aun si hoy os sentís los torpes para comprender esta palabra espiritual, el mañana seréis los grandemente doctrinados y comprensivos y os podréis llamar, en verdad, los espiritualistas trinitarios marianos.
38 Yo me he aposentado en este tiempo en unión del Maestro, porque ha sido una voluntad suprema, viniésemos a cumplir una grande y delicada misión a esta nación de la tierra; porque el Tercer Tiempo había sido marcado por la voz del Padre y este mandato tenía que cumplirlo el Hijo y que elucidarlo el Espíritu Santo.
39 Porque hoy, estáis morando en este Tercer Tiempo en el inicio de la Tercera Era de luz; era, que ha sido marcada para la redención y restauración de los espíritus encarnados y desencarnados que tenían que formar las legiones que serían doctrinadas por el Maestro; y este tiempo fue anunciado por el Padre a la humanidad.
40 Estáis en el que llamáis siglo xx, mas yo os digo que es el siglo de la luz, donde todo espíritu aletargado despertará por medio de esta luz, porque ha sido el momento llegado del despertar de los espíritus; y el Maestro, se encuentra haciendo el llamado a los unos y a los otros y está rompiendo con su luz, todo velo de tiniebla con el cual se ha cubierto la humanidad; y es la causa, por lo que las pupilas de la humanidad se encuentran cegadas y turbadas; mas el príncipe de la luz, se ha aposentado luchando contra la tiniebla, ya que la humanidad no ha sabido luchar.
41 ¿Y por qué no ha sabido luchar la humanidad? Porque hasta este instante, no ha escuchado la campana sonora que le hace el llamado, no me ha querido reconocer por medio del eco de esa campana, que es luz que se encuentra iluminando todo camino por donde transita la humanidad; y que esa misma luz, despierta sus conciencias y les hace sentir una presencia, les hace reconocer un nuevo tiempo, un nuevo cumplimiento; mas, la humanidad sorda se encuentra a este toque, pero llegará el instante de su reconocimiento, de su despertar, de su comprensión, porque ésa es la voluntad del Padre.
42 En este instante, yo os entrego mi consejo para que sea luz en vuestros entendimientos y comprensión en vuestros corazones y así los espíritus puedan reconocer nuevamente la lección que en tres Tiempos ha entregado el Divino Maestro. Elucido vuestras mentes y os doy la fuerza para vuestra jornada.
43 Recibo en este instante vuestros pedimentos y se los haré presente al Padre; dejad el peso de vuestra cruz, que yo os ayudaré, os doy la fuerza para que no sintáis el cansancio y en unión de vuestro pastor encaminéis vuestra planta por el camino del cumplimiento.
44 Tomad y llevad, rebaño amado, yo os entrego lo que tanta falta os hace, que yo os seguiré conduciendo por el camino que he preparado para vosotros, yo os perdono y bendigo, en el nombre del Padre, por conducto del hijo y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.
Elías:
45 Divino Maestro, he entregado a mi rebaño, a tu pueblo que amas y le entregas tu enseñanza, he depositado en él, todo lo que has concedido a mi espíritu. Está preparado y voy al universo a hablarles espiritualmente, a cumplir la misión que has depositado en mi espíritu de pastor.
Divino Maestro:
46 Sí, Elías amado, habéis cumplido con vuestra misión, habéis recibido a vuestro rebaño y le habéis entregado mi voluntad y en este instante os digo: levantad el espíritu de los guías, de los componentes de mis casas, de todos aquellos que tienen misión que cumplir dentro de la obra espiritualista. Apartad todo obstáculo y elucidad sus conciencias, para que por ellas se guíen y ya no cometan tantos errores y sólo se manifieste en ellos la comprensión; porque no quiero que entreguen confusión, no quiero que abran sus labios y confundan a los demás. Quiero que hablen con verdadera comprensión. Sí, Elías, id al lugar que se os ha sido preparado y desde allí cumplid con lo que os he encomendado, porque ésta es mi voluntad.
47 Pueblo amado, yo siempre me he manifestado en mi poder, en mi luz y en mi sabiduría; mas, si los hombres no me han concebido en lo que soy, es porque no se han detenido a contemplarme en las cosas hechas por mí, no han contemplado mi grandeza en lo creado por mi Espíritu y sólo se han confundido, sus mentes se han turbado y no encuentran una solución para sus turbaciones, mas llegará el instante en que todos me sentiréis y todos me contemplaréis en mi divinidad; mas, mirad que yo no me vengo a mezclar en los actos y las cosas superfluas, lo superfluo es de la materialidad del hombre; yo solamente me manifiesto en lo divino, en lo puro, en lo invisible, en lo espiritual.
48 Día de gracia y de cumplimiento del Maestro entre vosotros y bien sabéis vosotros que el Maestro no se olvida de estos instantes, en que me debo reunir con mis hijos para recrearme con su presencia y con sus ofrendas; porque yo contemplo en vuestros corazones, la ofrenda que venís a brindarme, contemplo que os esforzáis por hacer méritos gratos a mi Espíritu, para que yo contemple vuestro progreso y os acoja en mi regazo divino.
49 Yo recibo la preparación de vuestros corazones, recibo el incienso espiritual que se eleva como holocausto a mi divinidad y a cambio de ello os entrego mi paz, mi luz y mi caridad.
50 Seguid haciendo más méritos, obras que os eleven y que os dignifiquen ante el Padre, porque según os contemple en vuestra preparación, así os iréis dignificando ante el Padre; por eso os digo que os preparéis, porque vosotros sois los que tenéis que ir al Padre y el Padre no os quiere sucios. El Padre no quiere contemplar en vosotros, la mancha de vuestros pecados.
51 Para que yo os pueda hacer presente ante su Espíritu, es menester os espiritualicéis; que espiritualmente os vayáis limpiando de alma y materia; porque sólo así, en espíritu y verdad, os podréis ir acercando al solio del Padre. No os olvidéis que sois vosotros los que tenéis que ir a él.
52 Prepararaos, mis hijos, y seguid adelante, que yo os entrego las armas del amor; con estas armas podréis vencer todos los obstáculos, podéis apartar toda confusión, todo odio y mala voluntad; porque con el amor podréis hacer grandes obras y podréis levantar grandes méritos.
53 Esgrimid estas armas de luz y veréis que no os miento; porque son las armas que yo esgrimo entre la humanidad, son las armas con las cuales he venido combatiendo en este Tercer Tiempo; y así quiero, que vosotros poseáis estas armas y hagáis grandes y maravillosas obras entre vuestros hermanos, porque ésa es mi voluntad.
54 Pueblo, escuchadme y seguidme, apartad con la fuerza que os he entregado, todo lo contrario a mi Ley que a vuestro paso se presente y al final de vuestra jornada seréis el vencedor, el gran guerrero que salgáis triunfante en vuestra batalla; porque si hoy no os sentís en la gran contienda, el mañana sí os sentiréis porque entonces será grande vuestra comprensión a la misión que os estoy entregando y con todo conocimiento de la responsabilidad que pesa en vosotros, os levantaréis dando la voz de alerta, seréis cual trompeta dando la buena nueva y esparciendo fuerza a diestra y siniestra a todos los corazones de la humanidad para que se levanten y os sigan en el camino, porque ésa es mi voluntad.
55 Yo os estoy dando pruebas de cómo se combate, de cómo se levantan victorias, para que así vosotros toméis estos ejemplos que serán eternos en vuestros corazones.
56 Tomad de mí todo lo que queráis, que yo presto estoy a entregaros; porque todo está en mí y de mí brotará para vosotros, en el instante en que lo solicitéis, porque es mi voluntad, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
57 En este instante os encontráis bajo la sombra del árbol corpulento, comiendo de los más ricos manjares, manjares que ningún hombre de la tierra podría entregaros; pero el Maestro sí os los puede entregar, porque yo he preparado la mesa y los frutos; y la mesa, aderezada ha sido por Elías, para que vinieseis vosotros a hartaros de estos manjares exquisitos para recreo de vuestro paladar, para alimento de vuestros espíritus y para fortaleza de vuestros cuerpos.
58 ¿Ya veis cómo de mí brota todo lo que ha menester para vuestro espíritu y para vuestra materia? ¿Entonces, qué es lo que andáis buscando en otros caminos? ¿Por qué os contemplo que, aun teniendo todas mis complacencias, mi enseñanza y mi verdad, vais a buscar a otros dioses? ¿Por qué vais a pedirle a dioses que no os escuchan y menos os entregan?
59 Pues, mirad que mi pupila todo lo contempla y me doy cuenta de que no a todos les satisface mi palabra, que algunos solamente por obligación venís a pasar este tiempo sentados en estos banquillos; pero todavía contemplo que no os despojáis de vuestro fanatismo de las antiguas creencias que os dejaron vuestros antepasados. Antiguas, digo, porque de generación en generación os las han ido infundiendo y no habéis llegado a comprender, que a pesar de que son antiguas, no son verdaderas; y yo contemplo que la idolatría es grande en vosotros y os cuesta trabajo derrumbar esa torre de fanatismo que habéis edificado.
60 Comprended, que os descubro en estas vuestras prácticas para que hagáis un propósito y os despojéis de esas creencias erróneas y vayáis penetrando a la realidad de mi verdad; porque no quiero que toméis mi palabra como una confusión más de las que habéis llevado durante tanto tiempo, porque yo os hablo con toda claridad, como ningún hombre en la tierra os ha hablado ni os puede hablar en este tiempo; porque yo contemplo en el corazón del hombre mucha vanidad, mucho egoísmo, mucha confusión; y yo no vengo a aumentar esa confusión entre vosotros.
61 Yo solamente he venido nuevamente como el gran guerrero, luchando a diestra y siniestra por el rescate de mi pueblo. Me he presentado en medio de las tinieblas, disipándolas con mi amor y con mi luz para que mi pueblo me pudiere contemplar en todo mi esplendor, en toda mi potestad; y unas pupilas, sí han sabido aprovechar esta luz y las otras, han permanecido cerradas, porque tanta ha sido su ceguedad, que no fue suficiente mi luz para que al instante despertarán y se abrieran ante mi luz; ha sido menester, estarles iluminando con mi palabra, para que poco a poco vayan haciendo más y más la luz en sus pupilas y así se vayan abriendo y me vayan contemplando en mi esplendor como es mi anhelo divino.
62 Yo en todos los tiempos os he hablado en parábola y en sentido figurado y ahora he venido también a hablaros en la misma forma y también ha sido mi voluntad materializar más el sentido de mi palabra, para que todo corazón me pueda comprender; porque ya os he dicho que ahora en esta era de luz, ha sido mi voluntad que todo ojo pecador y no pecador me contemple, todo oído me escuche y todo cerebro me analice.
63 Porque para todos vengo derramando mi palabra y mi voluntad; y ahora, grandes multitudes escucharán mi palabra, se recrearán con mis prodigios; y grandes cerebros sabrán analizar mi palabra en su perfección, no importa que vuestro entendimiento lo contempléis torpe ante los libros escritos por las manos de los hombres, ahora yo estoy haciendo grandes los cerebros de los humildes y torpes. ¿Para qué? Para que ellos sean los que den el análisis justo a mi palabra.
64 Así ha sido mi voluntad, venir a conversar entre los humildes, para que en corto instante sean los grandes analizadores dentro de la obra espiritualista trinitaria mariana; por eso, os vengo despojando de todo lo que os pueda confundir para que con vuestro entendimiento libre y dispuesto, podáis asimilar la esencia y sentido de esta palabra y la podáis llevar por todos los caminos del mundo como es mi voluntad.
65 Los hombres en sus ciencias, en su saber y en su voluntad han preparado muchos caminos por los cuales conducir a los espíritus para llegar a mí; y yo os digo: yo he permitido que presenten ante la humanidad los conocimientos que causen sorpresa a la materia, porque la humanidad siempre ha sido novedosa, siempre se ha dejado llevar por las obras ficticias, por las sorpresas, por las cosas materiales.
66 Porque nunca se han detenido ni el hombre de ciencia ni el hombre torpe a meditar en los conocimientos del espíritu; se han olvidado, que llevan en su ser parte de mi espíritu divino y sólo se han conformado con cumplir con el César, solamente a él escuchan; solamente le han dado el cumplimiento a las leyes instituidas por él mismo; y no han comprendido, que antes que el César, estoy yo; que antes que la materia, está el espíritu y que antes que el cumplimiento a las leyes del hombre, está el cumplimiento a los dictados de la Ley del Padre Celestial.
67 A eso, he venido en este Tercer Tiempo, humanidad: para hacer reconocer mi Ley, a hacerla respetar, porque mi Ley es digna del más grande respeto de la humanidad; a eso he venido, a combatir esa confusión, ese error, en el cual el hombre se confía y vive siempre para la materia y no para mi Espíritu.
68 Mas, no es que yo sea egoísta, no porque yo os he dicho que soy cual el rico avaro, que todo lo quiero para mí, vayáis a creer que en mi corazón divino hay egoísmo, ¡no, mis hijos! Pues dejaría de ser Dios si yo me dejara contemplar por vosotros como un humano; y que en mi Ser, hubiere todas las lacras y pasiones que pueden existir en un corazón humano. ¡No, mis hijos! La manifestación de vuestro mundo humano es de una forma y la manifestación de mi Espíritu es de otra. Ya que la vuestra, es carnal y está materializada; y la mía, es divina y altamente espiritual.
69 Vuestro César es el que ha implantado leyes absurdas y muy difíciles de cumplir; y yo he instituido una Ley divina y fácil de cumplir. Una Ley, que no subyuga ni a la materia ni al espíritu; una Ley, que no os ata ni de manos ni de pies y no os hace pesada la cruz del cumplimiento; puesto que cumpliendo con esta Ley, fácilmente podríais cumplir con las leyes materiales, aun cuando esas leyes os subyugan, os agobian, os hacen decaer en vuestro espíritu y en vuestra materia, ya que son leyes que os privan de ver siquiera la luz del día, que os privan de contemplar el rostro de los vuestros, de los seres más queridos, que os destierran y hacen que sucumba vuestra alma y materia y sufra vuestro espíritu.
70 ¿Me comprendéis, mis hijos? ¿Sabéis lo que os estoy diciendo en este instante? ¡Y mirad que mi Ley no os priva de libertad! Solamente os priva. ¿Sabéis de qué os priva, mis hijos? De los comportamientos que os enfangan, de las actitudes que os causan dolor y por eso están prohibidas por mi divinidad; de las influencias y prácticas, que no os llevan a buen fin; pero mi Ley, no os prohíbe contemplar a vuestros seres queridos, no os encierra entre rejas de hierro, mi Ley no os indica arrancar la existencia humana.
71 Mas, tampoco yo vengo en contra de todas esas leyes, yo no vengo a desconocerlas en su totalidad, puesto que la humanidad se encuentra en su tercera altura de perversidad y es menester que exista un correctivo para que el hombre reacio se regenere en sus faltas y comprenda que debe cumplir con la Ley divina y la del hombre; porque mi Ley os defiende y os conduce por el camino de la regeneración y una vez comprendiendo y cumpliendo con esta Ley, fácilmente podéis cumplir con las demás y os encontraréis exentos de perjuicios.
72 Por eso, me he presentado en toda mi humildad en este Tercer Tiempo; porque ahora he venido a convivir con vosotros, ya no en materia; ahora, en Espíritu; para que os asimiléis más a mí, para que vayan despertando vuestros sentidos corporales; ya que una vez que de esta manera os preparéis, iréis también despertando en el espíritu sus sentidos elevados e iréis reconociendo vuestras facultades, desarrollando así las virtudes y los dones que poseen vuestros espíritus; para que ellos, se vayan reflejando a través de vuestras materias, porque ya no os quiero contemplar cual los hijos torpes y retrasados en los conocimientos del espíritu, en las manifestaciones que pertenecen a mí.
73 Yo quiero un pueblo fuerte, un pueblo en el cual ponga yo toda mi confianza, un pueblo en el cual pueda el Padre confiarle las grandes misiones, pueda entregarle los grandes cargos y hacerle responsable de la humanidad.
74 Yo quiero, un pueblo; que no al primer toque, debilite; un pueblo, que no se detenga ante el invasor y que solamente contemple al que se dice su enemigo como a un hermano inocente e ignorante en las manifestaciones del Padre; sino que se le acerque, sin temerle y con todo amor y caridad le enseñe, le prevenga, le conduzca y le hable a su espíritu, a su conciencia y a su corazón.
75 Mi lucha es grande por contemplar un pueblo de Israel consciente de sus actos; un pueblo activo en el cual se reflejen las buenas obras, el buen vivir, el amor, la humildad, el reconocimiento a mi divinidad, la comprensión a mi obra espiritualista trinitaria mariana.
76 Yo no quiero un pueblo que esgrima las armas materiales y homicidas, ¡no!; sino quiero un pueblo, que solamente esgrima las armas que lleva ocultas en su ser, que son las del amor, de la caridad, de la comprensión y de la luz.
77 Así quiero contemplar a mi pueblo espiritualista; así quiero dejarlo después de mi partida a través del cerebro humano. ¿Cuándo partirá mi comunicación por este conducto, de entre vosotros? Ya os he dicho: en el año 1950.
78 Pero no sabéis si mi partida sea antes o después del año 1950; pero ha sido fecha señalada por mi divinidad para estar mi Verbo entre vosotros; y como mi palabra no puede volver atrás, yo en esa fecha cerraré mi tercer venida entre la humanidad en cuanto Espíritu Santo a través del entendimiento humano materializado en palabra; y vosotros, no tergiversaréis esa fecha, no buscaréis conveniencia alguna para querer retener mi rayo entre vosotros, ni a mi mundo espiritual; porque ¡ay! ¡Ay de vosotros! Si así lo hiciereis, porque no será mi Espíritu Santo, no será mi rayo divino el que ilumine ese entendimiento para que sea transmitida mi palabra.
79 Mi voluntad ha sido que después del año 1950, yo me comunique con todo el que se sepa preparar, en todo el que alcance el grado de espiritualidad que es mi voluntad y entonces se pueda comunicar conmigo de Espíritu a espíritu, porque entonces mi inspiración será recibida por todos, no nada más por los que he nombrado: pedestales, no nada más por esos cerebros que yo he preparado, ¡no! Mi inspiración será transmitida por todos y dada a conocer en su verdad y en su esencia, porque ésta es mi voluntad.
80 Yo estoy preparando las pupilas de los nuevos profetas, para que en cortos instantes ellos sean los que den testimonio de mi verdad; para que ellos sabiendo penetrar con su preparación a mi arcano, puedan contemplan los acontecimientos que os están dados a conocer para preveniros y para estimularos en vuestro camino. Ya esos cuerpos y esos cerebros se van despojando de todo lo superfluo para así prepararse para entregaros los grandes testimonios y vosotros os recrearéis escuchándoles y conociendo mi voluntad por su conducto.
81 Y vosotros, cuerpo de ruiseñores, también seguiréis penetrando en un camino de regeneración, para que toda imperfección vaya apartándose de vosotros y os vayáis preparando más y más y así podáis dar cabida a mi rayo divino de Espíritu a espíritu y yo pueda con toda claridad manifestarme ante el increyente y ante el torpe como es mi voluntad.
82 ¡Quiero, sorprender a la humanidad, quiero dar testimonio yo mismo de mis prodigios, quiero que la humanidad se conmueva ante mi potencia, ante mi poder divino, y grande sea y en corto instante la conmoción del mundo, porque yo lo mando y lo ordeno, en mi nombre que soy el Padre y el Espíritu Santo!
83 Vuestros espíritus, se estremecen ante mi palabra; pues así quiero que se estremezcan los espíritus, de todos vuestros hermanos.
84 Ya estoy contemplando vuestra sensibilidad espiritual, ya os vais haciendo más sensibles ante mi palabra y ante el atraso y la ignorancia de vuestros hermanos.
85 Así os quiero contemplar, que no sean vuestras pupilas las que derramen el llanto; sino sean vuestros espíritus los que sollocen y vuestros corazones los que invisiblemente se apenen ante mi Espíritu y derramen su llanto por amor a sus hermanos.
86 Seguid recibiendo mi enseñanza, no desperdiciéis ni una sola de estas sílabas que os entrego y el mañana me haréis presente una gran comprensión dentro de las revelaciones espirituales y divinas; porque yo os entrego para ello la luz de mi Espíritu Santo.
87 ¡Tomad mi fuerza! Pueblo bendito de Israel, seguíos apartando del materialismo del mundo para que os acerquéis más a mí, despojaos de vuestras antiguas costumbres e id penetrando en el camino preparado por mí, para que yo pueda derramarme y volcar mi sabiduría en vos, como ha sido mi voluntad.
88 En esta alba grandemente os habéis recreado con vuestro Padre y yo me he recreado en mi hijo muy amado. Yo os entrego la fuerza y lo necesario para que no os haga falta el poder, la luz y la comprensión; y así, en unión de vuestro Maestro, sigáis luchando dentro de un camino espiritual donde sólo se obtienen el galardón para el espíritu, mas no para la carne. Llevad la potestad y mi ósculo de amor como un estímulo del Padre que mucho os ama y os anima en el camino del cumplimiento.
89 ¿Qué me pedís para vuestros espíritus? ¿Qué me pedís para vuestros corazones y materias? Yo os entrego para ambos. Solamente yo sé lo que espiritualmente os entrego, mas vosotros en vuestro camino, según vuestra preparación, os daréis cuenta de estas caridades.
90 ¿Qué me pedís para el mundo material y espiritual? La paz y la tranquilidad, la paz para sus espíritus y la tranquilidad para sus corazones. Pues yo les entrego según sus méritos. A cada uno le entrego por vuestro pedimento el adelanto para el espíritu, la luz para su entendimiento y la voz de alerta que les envía mi Espíritu.
91 ¡Levantaos humanidad! ¡No seáis sorda a mi llamado, no tapéis vuestros oídos, escuchad quién es el que os hace el llamado! ¡No es la voz del hombre, la que os llama a congregación, no es la voz humana, la que os invita, es el Espíritu universal, el creador universal, el Dios divino y único! ¡Y es mi deseo que despertéis, que os levantéis y me sigáis! ¡Porque ésta es mi voluntad! ¡En mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo!
92 Pueblo, os he entregado grandemente la esencia de mi palabra, ahora me habéis pedido por el mundo material y el espiritual de este planeta llamado tierra. Y yo voy a preparar a sus habitantes, y todos los lugares donde habitan los corazones y espíritus de Israel, yo voy a entregarles mis caridades y mi bálsamo para sus materias y ellas no mueran antes del tiempo marcado, porque no es mi voluntad.
93 Universo entero, todo lo creado por la divina voluntad del Padre, reciba de mi bendición. Yo os doy lo que ha menester vuestro espíritu y vuestra materia. Los lugares de expiación, los preparo y también entrego mi caridad, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
94 Las aguas, las preparo con mi potestad y les entrego invisiblemente la saturación y las convierto en bálsamo para toda enfermedad conocida y desconocida que se encuentra asolando a la humanidad. ¡Haced prodigios y sanad las envolturas, porque ésta es mi voluntad, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo! Yo os bendigo, pueblo de Israel, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
¡Mi paz, sea con vosotros!
2. México, la nación escogida; uniones ilícitas
Domingo 14 de mayo de 1939
1 ¡Bienvenido seáis, pueblo escogido por mi divina voluntad! Yo os recibo bajo la sombra del árbol corpulento, porque bajo esta sombra puede encontrarse preparado un banquete; un festín, del cual en esta alba de gracia, vais a hartaros, multitud amada; porque en esta mesa he puesto los más ricos manjares, para que todos podáis alimentaros y no perezcáis jamás.
2 Bienaventurado el que tomare el fruto de este árbol, porque él jamás morirá y sabrá lo que ha comido y él será alimentado eternamente; porque yo soy el señor que preparo la mesa del festín, porque es alba de gracia y de gloria, en que las puertas del celo se abren para que Cristo, vuestro Maestro, descienda entre su pueblo. Desde ahí mi mirada os contempla, desde ahí mi ojo os descubre y muy presto desciendo para confortar al que no sabe orar y al que sabe orar; porque ni a uno amo más, ni al otro amo menos, porque todos me habéis costado a mí.
3 Los unos, os habéis preparado; y me decís: Maestro, creemos estar preparados y dispuestos en nuestros corazones. ¡Bienaventurados aquellos que os habéis sabido confesar delante del Padre! Los otros, me decís: Maestro, mi corazón se encuentra limpio, mi alma limpia está también porque no he llorado en la tierra, porque no he caído, porque no he imitado a mi hermano, porque no he adulterado.
4 Más grato es aquel que se sabe confesar ante su conciencia, que aquel que se cree estar limpio y me dice “no he caído en pecado, no he matado a ninguno en la tierra, ni he hecho que derramen su sangre mis hermanos”.
5 Escuchad, mi pueblo: no sólo matando al cuerpo se da muerte; también se mata en el corazón destruyendo los sentimientos nobles; y cuántas veces habéis dado muerte a las virtudes, y aunque los espíritus no hayan caído, sí he contemplado que habéis dado muerte al hombre y es más grave dar muerte a las virtudes del espíritu; ¡y, cuán grande es la justicia del Padre!
6 Mas, otros me han dicho: Maestro, no he adulterado; Maestro, no he deshojado las rosas fragantes de tu jardín pero en verdad, el Maestro, os dice: cuántas veces habéis pisado la parcela de vuestro hermano y habéis querido deshojar la casta rosa; y si no la habéis deshojado, no es porque no hayáis querido; sino porque no os lo he permitido.
7 No vengo a juzgaros, vengo a enseñaros. No vengo a censuraros, vengo a descubrir vuestros corazones para que os corrijáis por vos mismo, para que limpiéis esas tierras y no dejéis que la cizaña, el odio y la mala voluntad germinen en vuestros corazones, porque no es mi voluntad.
8 Grande es mi enseñanza en el Tercer Tiempo, humilde es mi Verbo, sencilla es mi palabra. No vengo a hablaros en sentido filosófico, no traigo ciencia para vosotros, mas si vosotros aceptáis que mi palabra tiene esencia, reconoced que es la esencia perfecta; y la esencia, es mi sabiduría; y mi sabiduría, es la que está sobre todas las ciencias de esta humanidad.
9 El progreso de los hombres, es aparente; yo soy Cristo, el Verbo del Eterno Padre, el que me hice hombre en Jesús, en el Segundo Tiempo, y os pude haber dicho: yo seré delante de vosotros y delante de mí, será Elías y después seré yo el que venga como Maestro, como rabí, a enseñaros mis parábolas. Y cuando la hora fue llegada, el Padre me indicó que levantara mi planta y fuera en busca de los hambrientos y en busca de los desnudos.
10 Desde 1866, mi doctrina vibrando está en este Tercer Tiempo delante del hombre; y como Maestro, desde 1884 me he derramado en sabiduría, como torrente inagotable en esta nación escogida; y aún no contemplo entre el pueblo de Israel, un corazón que se encuentre preparado para dejarlo como maestro; y yo pueda, levantar el vuelo a las alturas de mi solio.
11 Yo quiero, pueblo de Israel, que habléis poco y practiquéis mucho, que comprendáis mi enseñanza; porque no sólo con palabras se enseña, es menester que las palabras vayan acompañadas de las acciones y las palabras se derramen en obras, porque ésta es mi Ley; y si vosotros queréis ser mis discípulos, comenzad a practicar, mirad que ya es el tiempo en que el Maestro, pueda llamaros los discípulos amados de la divinidad.
12 Porque llegará el instante en que el Maestro partirá y os sentiréis los huérfanos de mi palabra, os quedaréis huérfanos de los trinos de mis ruiseñores; y para ese momento, os tendré que dejar preparados; pues vuestras propias obras serán la salvación de vuestro espíritu.
13 Vengo a enseñaros para alimentar vuestra fe, para dejar mi enseñanza en lo profundo de vuestros corazones; porque seréis los maestros el mañana, seréis los mensajeros ante las grandes multitudes, porque ésta es mi voluntad.
14 Ya es tiempo de que os preparéis, mirad que mucho tiempo habéis estado bajo la sombra del árbol corpulento; ya no sois los parias de antaño, ya no sois los ignorantes que atravesáis el desierto, ya no sois aquellos que no encontrabais sombra para vuestras envolturas. Ya vuestros espíritus, han encontrado la vestidura de gracia y os habéis hartado de estas aguas y también vuestros labios se han colmado del fruto; y ahora, que lo habéis saboreado: ¡levantaos! Y de este fruto que os he entregado, compartidlo con la humanidad.
15 La humanidad está sedienta, no conoce la paz de mi solio, no conoce la paz de mi espíritu divino; porque yo os he entregado la paz como un don en vuestros corazones para que vayáis a sembrarla; ya que no os convertiréis en las plantas parásitas porque llegará la mano del Padre, y arrancará la planta que no fructifique y al sequío será y con pesar en vuestros corazones contemplaréis que la higuera se seca.
16 Comprended mi palabra: todos sois cual árboles y de todos haré brotar las ramas, de vosotros haré brotar el follaje y de esos árboles, haré brotar el fruto. Mas, el tiempo ya es con vosotros y la multitud duerme, el pueblo está aletargado, los corazones están adormecidos, os conformáis con venir a oír mi palabra y cuando vuestra planta está fuera del recinto, os habéis olvidado de mí; y si yo, entrego la paz a vuestros espíritus, quiero que vosotros la entreguéis a los demás.
17 Mirad que son grandes las multitudes, las tierras son extensas, el árbol se multiplica, el fruto más se multiplica; y los labriegos se cansan, los labriegos infringen, los labriegos parten al más allá; y vosotros no queréis prepararos para ver la labranza en vuestras propias manos.
18 ¿Hasta cuándo, Israel? ¿Por qué los labriegos han dormido? ¿Por qué el pueblo ha dormido? Porque no se han preparado las congregaciones de mi pueblo no se han dispuesto las multitudes, para que el Maestro les entregue; y son insuficientes los recintos, porque el pueblo de Israel, ha dormido en el Tercer Tiempo.
19 Voy a daros la luz, voy a fortificaros una vez más, y voy a anotar en el álbum bendito de mi solio las obras que habéis hecho. En este instante Elías es con vosotros.
Elías:
20 Ante tu divina planta, el pastor se aposenta, haciéndote presente a las ovejas que reunidas y congregadas pueden encontrarse. Son las ovejas sumisas que se han levantado dispuestas a escuchar tu palabra. A las unas las he apartado del mal camino y a las otras las he traído en mi hombro de pastor para que vengan a recrearse con tu palabra que es pan de vida eterna.
Divino Maestro:
21 Bienvenido seáis, Elías, pastor venerable que gran misión os he confiado entre las multitudes, para que las levantéis y congreguéis dentro del aprisco; mas, las ovejas pueden encontrarse disgregadas por todo el orbe de la tierra; y siendo el Tercer Tiempo, el hombre no os ha comprendido, mas es menester que vuestra luz que es la de mi Espíritu Santo, se derrame en cada entendimiento, para que los hombres os escuchen.
22 Mas, es mi mano la que ha detenido al pueblo, es mi mano la que ha detenido a las naciones, la que ha detenido el avance de ellas mismas y de los elementos. No quiero que las naciones de distintos pueblos invadan la nación predilecta antes del tiempo marcado; y cuando sea el tiempo de la preparación, se desatarán los elementos, todas las cosas se conmoverán y mi justicia divina será entre la humanidad.
23 Seguid cumpliendo con vuestra misión, porque éste es vuestro deber en el Tercer Tiempo; tremolad vuestro espíritu, sobre todas las naciones y hacedles reconocer la luz, porque una vez más la luz del mundo puede encontrarse como en el primer o y Segundo Tiempo. Hartadles a todos de vuestras complacencias, en los postreros como en los primeros árboles, porque ésta es mi voluntad.
Elías:
24 Ovejas sumisas y obedientes que os habéis apacentado a escuchar la palabra del Padre. Habéis escuchado el toque de la campana sonora y os habéis levantado recordando que es alba de gracia, en que el Maestro se aposenta con vosotros. Venís a escuchar al amor de los amores, al Maestro que abre sus brazos para encubriros y entregaros su palabra para que os sintáis fortificados en el camino y así seáis las ovejas sumisas y obedientes y avancéis por el camino que el pastor os está preparando día tras día; camino, que yo, cual faro luminoso, voy alumbrando para que no os perdáis.
25 Grande es la luz que el Padre, os entrega. Estudiad y analizad su palabra, para que así vayáis dejando vuestras antiguas costumbres; vayáis apartando lo de antaño, para que seáis la oveja mansa y seáis los que paso a paso vayáis tomando la enseñanza del Maestro, las ovejas de la luz que ya no os internéis en tenebrosas selvas ni os convirtáis en los machos cabríos que sólo encontréis la tiniebla. Mas seguid apacentándoos, poned vuestra planta en el camino recto y así paso a paso iréis contemplando que vuestras necesidades terrestres, van pasando, se van alejando de vuestra vida.
26 El pastor, es vuestro cirineo y si por instantes contempláis que grande es la prueba, ¡clamadme! Que yo seré con vosotros, y cargaré vuestra cruz para que no la sintáis pesada y así seáis de los que grabéis la palabra del Maestro y lleguéis a comprender las grandezas que tiene para vosotros el Padre Celestial; porque cual Maestro, os ha enseñado el camino; y el pastor, lo ha iluminado y ha levantado vuestra planta para que no os perdáis del camino.
27 Ya no os aletarguéis en la medianía del camino, no brinquéis el cerco prohibido, ya no queráis alimentaros con vuestras bajas costumbres, para que no apuréis el cáliz amargo hasta las heces. No me olvidéis ovejas benditas, reconoced el eco de mi campana en el instante en que os encontréis sumidas en el abismo, para que por medio de ese eco, os levantéis y presurosos sigáis mi huella y yo os siga haciendo presente ante la planta del Padre y os hartéis con su pan que viene a entregaros por su amor divino.
28 ¡Tomad y llevad en vuestras manos! Os eleváis y clamáis a vuestro pastor. Ovejas y corderos que en este instante me pedís, yo os perdono y bendigo, en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.
Elías:
29 Hecho está, Divino Maestro. He entregado a las ovejas, les he entregado mi sano y buen consejo para que ellas se levanten a la vida de la gracia, que graben en sus corazones las palabras que en estos instantes les estas entregando y no dejen de escucharte, ya que tu enseñanza es grande, y ellos son los que se aletargan en el camino. Es mucho y muy grande, el dolor que el mundo les brinda; pero yo cual cirineo no los dejaré, apartaré al lobo hambriento que a su paso se presente para que no flaqueen a la medianía del camino. Voy a las naciones, voy a cumplir la misión que en estos instantes me has entregado y dejo a mis ovejas ante tu planta divina.
Divino Maestro:
30 Mi voluntad es la vuestra y todo cuanto habéis entregado, efectivo lo hará el Padre. Mas yo estoy tocando los recintos, las casas de oración, porque los ruiseñores están levantando su planta a caminos donde no es mi voluntad; ya que no es mi voluntad que las multitudes queden tiritando bajo el crudo invierno; por eso me estoy manifestando en su camino; y si los hombres han dormido, el Maestro vela; si las aguas pueden encontrarse turbias, será el Maestro quien las purifique, porque ésta es mi voluntad; si los hombres ingratos de la humanidad, no han querido purificar las aguas, es el Maestro quien las limpia.
31 Una vez más, Elías, levantad vuestra planta y llevadles la paz; dadles el anuncio por medio de la campana sonora para que todos se levanten, despierten y reconozcan el tiempo en que se encuentran viviendo. Hartadles a todos. Y en este instante, levantad vuestro vuelo a mi solio que los ángeles os esperan. ¡La paz del pastor quede entre vosotros, rebaño bendito de mi redil!
32 Bienvenida seáis, multitud, que habéis preparado vuestro propio corazón para darme cabida y recibir también a vuestro pastor incansable que os levanta cuando debilitáis en el camino por vuestra propia reaciedad; mas, es vuestro pastor que os ama; y en este instante, os ha hecho presente ante mí: limpios cual el ampo de la nieve, porque os ha limpiado con la luz de su amor.
33 El tiempo de las pruebas ya se acerca y a cada corazón tocarán. El tiempo de las tentaciones se acerca y según sea vuestra preparación, así será la tentación; mas yo vengo a revestiros de mansedumbre, para que no seáis como en los tiempos pasados, porque no es mi voluntad.
34 Yo os estoy preparando y ya se levantan las caravanas; y si los contempláis revestidos con la piel de oveja y bajo esa piel ocultan que son lobos hambrientos, no temáis, yo os alertaré; si en su corazón traen la mala voluntad, no temáis, yo os he entregado el don de la intuición, yo os he entregado el don de la videncia para que no os dejéis sorprender por esos lobos y siempre podáis amarme a mí.
35 Hay un corazón que me dice: Maestro, con qué podremos pagarte todas tus caridades. Y yo os digo: amaos los unos a los otros, amad a vuestro prójimo y me habréis pagado a mí.
36 Mirad cuánto sufre la humanidad, mirad: no han escuchado el eco de mi palabra las multitudes que vagan por las calles; y no han escuchado la buena nueva por vosotros, porque habéis tenido temor para hablar de mi enseñanza.
37 Contemplad, mi pueblo: mientras vos, descansáis en vuestro lecho, hay grandes multitudes que no tienen hogar; mientras vos, en vuestra mesa saboreáis el pan de cada día; hay multitudes, hay niños que con sus rostros demacrados vagan por las calles pronunciando mi nombre para pedir el pan de cada día. Ellos llaman a la puerta de los hombres, ellos buscan a los que se llaman grandes en la tierra, que puedan darles; y si nada tienen en la tierra. ¿Quién puede entregarles el pan de vida eterna? Vos, Israel mas reconoced, que yo contemplo que no sois conforme, porque cuando ha sido corta la migaja, no habéis estado de acuerdo.
38 ¡Ah, mi pueblo bendito! Los vuestros han perecido en vuestro regazo; sus espíritus, los habéis entregado a mí y sus materias, han muerto en vuestros brazos. ¿Por ventura queréis que haga sentir mi justicia delante de vosotros? ¿Queréis sentir el dolor de españa? ¿Queréis sentir el dolor del asia? ¿Queréis sentir la muerte de la europa que ya se prepara a padecer? ¡Ah pueblo amado! Que no habéis reconocido la paz que entre vosotros se encuentra. ¡Hasta cuándo despertaréis! ¡Oh nación mexicana! ¡Oh nación, escogida para que en este Tercer Tiempo de mi comunicación divina, reencarnara en ella mi pueblo de Israel!
39 Reconoced que esta nación no es la mansión eterna para vosotros; ésta es tan solo una morada pasajera, mas mirad que es plena en bendiciones: emana leche y miel, los árboles son fecundos, los ríos son caudalosos, el cielo es hermoso ¿qué más queréis, pueblo? Mirad que los campos se cubren de flores; el invierno no ha hecho perecer estos verdores porque es la nación predilecta, es la nación mimada, en ella ha sido el advenimiento de los espíritus de Israel. Entonces, reconoced estas complacencias.
40 Mas, ¿por qué blasfemáis aun cuando sois la nación predilecta? Que si os he tocado con los elementos, con las epidemias; mirad que estos toques, son pasajeros, los ha sufrido vuestro espíritu y también vuestra envoltura; sin embargo, mirad al mundo que se debate en angustia y dolor, por tanto, velad y orad; y no queráis, encontrar la paz completa en este valle de lágrimas, porque es el mundo que os he confiado para que podáis darle elevación a vuestro espíritu, ¿y si no queréis estas pruebas, entonces, cómo queréis que vuestro espíritu evolucione?
41 No hay paciencia en vuestros corazones, no hay conformidad a mi voluntad divina, no se han abierto vuestros ojos a la luz; aun estando yo, el Verbo Divino, con vosotros, no me queréis ver. Velad y orad, Israel amado, reconoceos a vos mismo, para que podáis reconocerme a mí.
42 Vuestro corazón, es indiferente a los demás, no sabéis aún sentir su dolor ni su propia muerte, sólo vuestro dolor queréis comprender y os conmovéis de vos mismo pero cuando las pruebas son con vuestros hermanos, no os acordáis de ellos, sois indiferentes; mas mirad que vuestro amor no se asemeja al mío, porque no me habéis reconocido, porque no queréis imitarme.
43 Escuchad: cuando vosotros sentís dolor, yo también lo siento porque sois parte de mi mismo ya que sois chispa de mi espíritu divino. ¿Y por qué vosotros no queréis reconocer el dolor de los demás? Si de la misma materia terrenal han brotado todas las carnes, ¿por qué lo que siente una carne; no lo siente la otra? Si como espíritus brotasteis del espíritu divino y sois todos hijos de un solo Padre, ¿por qué lo que siente un espíritu, no lo siente el otro? Porque os habéis debilitado en vuestra fe, porque os habéis dividido en provincias y naciones.
44 Sin embargo, ésta ha sido mi voluntad, porque un poder humano no podría gobernar todos los corazones de la humanidad, porque un solo padre Abraham, lo tuve que dividir en familias, en pueblos y naciones; pero sólo os dividí en lo material, en vuestra vida terrestre, pero a los espíritus no les he puesto distancia, para los espíritus no hay barrera. Yo os he entregado mi enseñanza, para que os améis, como el Padre Celestial os ama.
45 Hay corazones que me dicen: Padre, ¿acaso no has contemplado el dolor de los pueblos que se debaten? Mas, yo lo he permitido, mis hijos, porque quiero que experimentéis el resultado de vuestras propias faltas para que os preparéis y ya no seáis indiferentes; y podáis sentir el dolor de todos los hombres.
46 El Padre, os dice: como el amor de una buena madre en la tierra, no hay otro amor sobre este mundo. El amor de la madre es el amor que más se asemeja al amor divino.
47 El humano quiere, a quien le quiere; el humano odia, a quien le odia; perdona, a quien le perdona y da, a quien le ha entregado. Mas la buena madre, ella entrega el corazón y la vida al hijo, con el dolor de sus propias entrañas, con el dolor que no ha sentido jamás cuerpo alguno; y es la buena madre la que da al hijo amor, aunque la ofenda y nunca ha podido castigar la madre al hijo aunque le haya dado dolor en su corazón, y me ha dicho: Padre, dejo a ti la causa, no lo castigues y la buena madre ha sido enfermera junto al lecho; y esas madres, no esperan pago alguno del hijo amado. Por tanto, os digo: el amor de la buena madre, es el que más se asemeja al mío.
48 Mientras tanto: reconoced mis complacencias, y daos cuenta: que si yo os hago reconocer vuestras iniquidades; nunca os he castigado y nunca me he olvidado de vosotros. Yo no os olvido y aun cuando vuestra madre muere, yo sigo velando siempre por vosotros.
49 Cuando contempláis que el astro rey no envía sus rayos, ¿acaso podéis decir que vuestro Dios no existe? ¿Acaso podéis decir que vuestro Dios os ha olvidado? Mientras haya una madre que pueda daros el consuelo, mientras tengáis el astro rey que os ilumine y todas las cosas que existen para vuestro bien, no blasfeméis, no digáis que yo estoy lejos de vosotros; porque cuantas veces habéis dicho que el Padre no os escucha, estando él dentro de vuestro propio corazón.
50 Sobre vuestras cabezas pueden encontrarse los astros y los mundos que mi voluntad ha formado, en todos ellos estoy yo; en vuestro alrededor están los diferentes reinos de la naturaleza que yo he formado; en ellos, estoy yo; por tanto, no blasfeméis, ni digáis que estoy lejos de vos; vosotros sois los que sentís que os alejáis de mí, por vuestras propias obras ilícitas.
51 Pueblo amado, tomad mi luz. Antes, os doy el consuelo en mi palabra, mi mirada perspicaz penetra hasta lo más profundo de vuestros corazones; y el que no sabe penetrar en los corazones de sus hermanos, jamás podrá penetrar en mí. Y en este instante, ¡tomad mi luz!
52 A unos, los he llamado de una comarca; a otros, de otra, y en este tiempo, os he reunido en un solo pueblo. Y, ¿por qué algunos hacéis uniones carnales ilícitas delante de mí? No es mi voluntad que entre el pueblo de Israel, existan las uniones ilícitas: antinaturales, entre uno y otro del mismo sexo, ni con la mujer prohibida. ¡Ay del pueblo de Israel, si se levantare imitando a Sodoma y Gomorra! Es mi voluntad: que vuestro amor sea puro, que se purifique la simiente, que no germinen: el egoísmo, los oDios ni las bajas pasiones.
53 Tomad mi luz, llevad mi bálsamo y todo lo que pedís al Padre, es en este instante, porque ésta es mi voluntad. Llevad el pan de cada día, llevad la esencia en mi palabra. Os habéis levantado y habéis levantado al increyente; seguid dando la buena nueva, volved a tocar por primer a, segunda y tercera vez; y si a la tercera vez, las puertas no se abrieren para dar hospedaje a vuestra presencia y para dar hospedaje a mi palabra, sacudid el polvo de vuestra calza, porque esos corazones me los dejaréis a mí.
54 Mirad que os estoy haciendo partícipe de mi enseñanza, estoy poniendo a vuestro paso los corazones: unos, de los que llamáis amigos; otros, de los que nombráis enemigos; el uno, es el que se identifica con vosotros; el otro, es el corazón lacerado, el que no cree en mi divinidad.
55 Pero ya se acerca el tiempo en que llegarán las caravanas a esta nación, serán las que lleguen cual lobos hambrientos, me buscarán para desgarrarme y querrán someterme a pruebas; pero a mí, no me destruirán, a mí no podrán darme muerte. Se levantarán los que se nombran: doctos y maestros y os buscarán en las explanadas, os seguirán a las montañas; y otros como ladronzuelos, llegarán para escudriñaros, para preguntaros: ¿quién eres y quién te ha enseñado?
56 Velad y orad, pueblo, no quiero que perezcáis, no quiero que debiliten vuestros labios; porque llegarán y os dirán: no es Dios quien se ha manifestado. No caeréis, pueblo de Israel, no caerán las doce tribus de Jacob, ¡no! Ya que es la Ley perfecta la que en este tiempo estáis practicando; porque la Ley que os he entregado, es pura, sabia y perfecta.
57 Mas ¡ay! ¡Ay de aquél! Que haya edificado su santuario de fe en la arena por eso el Maestro, os prepara. Y toda mirada en este instante, ¡sea preparada! Entendimientos: ¡preparaos! Labios: ¡preparaos! Y yo en este instante, os pido la unificación y purifico los corazones, porque ésta es mi voluntad. ¡Unificaos con la voluntad de vuestro espíritu y que vuestra voluntad, sea mi voluntad!
58 ¡Levantaos! Pueblo de Israel, no desconozcáis los árboles corpulentos, no desconozcáis a los hombres de distintas sectas, no os dividáis en vuestro propio hogar, no olvidéis a las naciones que perecen, no olvidéis lo que el Padre os ha profetizado.
59 Mas, yo Cristo, no soy el profeta, yo soy la profecía: yo hablo por el Padre, ya que soy el Verbo Divino y los profetas han hablado por mí y ni ellos mismos han sabido lo que han hablado, porque la palabra de los profetas no ha sido la de ellos, ha sido mi voz; por tanto yo os he dicho: que en el Primer Tiempo, en el segundo y en el tercero, yo he hablado por boca de los profetas, de los apóstoles y los labriegos.
60 Entonces, congregaciones de mi pueblo, preparaos porque el tiempo de la lucha es con vosotros; y es tiempo, de que os unifiquéis; para que yo os contemple cual un solo labriego. Prepararaos, mis labriegos, porque a vosotros os he entregado el cumplimiento, el azadón y la pala.
61 Hay corazones, que me dicen: ¡Maestro, ya estoy dispuesto! Y yo os digo: ¡bendito seáis! Ya os estoy preparando el banquillo; y en ese banquillo preparado, os aposentaréis para que podáis dar mi enseñanza.
62 Mas, si no habéis conocido la dulzura y la delicia de mi obra, es que no habéis penetrado con firmeza en mi campiña; sin embargo, en este instante abro las puertas de la campiña espiritual y todo aquel que llamare, recibido será; pero reconoced que no es aún el instante; porque es dura la jornada; el camino es duro, está sembrado de abrojos y de espinos, está sembrado de pruebas, de purificación, de lucha incesante. Pero si queréis penetrar, la fuerza es con vosotros; mas, los espinos irán incrustándose en las plantas de los labradores; no obstante, que la intuición, la revelación y el bálsamo es con vosotros.
63 Si los lobos se levantan y quieren devorar a los labriegos, penetrad en mi campiña, formad el propósito de unión en el fondo de vuestro corazón y dad el paso definitivo para que no retrocedáis; porque también preparo vuestra fe; y aquellos que sufren por seguir este camino, serán mis soldados firmes; y los que no quieran levantarse, es porque no me han reconocido; y los que soporten las burlas y lleguen al final del camino, es porque me han amado; y aquellos que flaquee su fe en las pruebas terrestres, es porque no me han reconocido.
64 Los que me pedís las llaves del trabajo. Esperad; me elevaréis cinco minutos de oración; os elevaréis, no contemplando vuestra carne, no abriréis vuestros ojos para contemplar la inmundicia de la carne. Cerrad los ojos del cuerpo; abrid la mirada del espíritu y dejad que vuestro espíritu se eleve. Mas no quiero que seáis los fanáticos, no quiero que haya fanatismo en vosotros, que yo os perdono y bendigo, en el nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
65 ¡Ah. Congregaciones de mi pueblo! ¡Ah multitud bendita! El Maestro os dice: no temáis a la que llamáis muerte; porque ella llegará a vosotros cuando el reloj de la eternidad marque la hora. Pero marcado está el instante en que yo os llame a cuentas; y entonces, no me dirá vuestro espíritu: Maestro, no pude cumplir en la tierra porque muchos hijos me confiaste no me podrá decir el varón: Maestro, no cumplí con mi misión porque tuve que luchar en la tierra para sostenerme. Porque, en verdad, os digo: no temáis, que yo os abriré brecha, yo velaré por los que dejéis en la tierra y os multiplicaré su pan porque ésta es mi voluntad.
66, mirad, que no soy un maestro terrestre, no soy aquel que venga a deciros: ¡cumplid de este modo en la tierra, trabajad de este modo en la tierra! Yo os he entregado conciencia y para eso he puesto maestros en la tierra para que puedan enseñaros en lo material a desenvolveros. Yo soy el Maestro divino, yo soy la Ley; yo soy la divinidad y si queréis luchar por cumplir con mi Ley divina, ¡venid! Yo os entrego gracia y fortaleza.
67 Mi pueblo, estudiad mi Ley. Todas las legislaciones justas y todas las lecciones morales, en verdad os digo se derivan de mi Ley; por tanto: estudiad y analizad y no habrá confusión en vuestro entendimiento.
68 No temáis, yo estoy con vosotros. Las aves no siembran ni cosechan y el sustento no les falta. Mas, si a las aves el sustento no les falta y si el cordero se cubre con su lana también; más amo al ser humano, al varón y a la mujer, más amo al pueblo de Israel. ¿Y acaso creéis que yo os dejaría a la intemperie de los tiempos? ¿Cómo podéis creer que os deje sin el sustento? ¿Creéis que yo quiero que apuréis el dolor, más de lo que es mi voluntad?
69 ¡Tomad y llevad! En este instante, encubro vuestros cuerpos, dejo la torta de pan entre vosotros, en vuestras manos deposito las llaves del trabajo, en el varón derramo fortaleza.
70 Mujeres: esperad y aguardad los que se han apartado de vosotras; los unos, volverán; los otros no volverán y yo preparo el corazón de aquellos que han de ser a su retorno y a la compañera para que sea tierna y amable.
71 Vosotros, pueblo de Israel, multitud que dejáis los trabajos de la tierra: tres Tiempos habéis luchado, mas en el Tercer Tiempo, yo vengo a vosotros para que descanséis en mi regazo, fortifico vuestros espíritus y ellos sean conmigo en este instante. Impresa dejo mi Ley en vosotros, en el Tercer Tiempo. Estudiadla, analizadla y practicadla, porque ésa es mi voluntad.
72 Honrad a la mujer, honrad a vuestros hijos, respetad a la casta esposa y a la ramera respetadla también. Al que está perdido y a la que está perdida, dadles la ayuda, porque ésta es mi voluntad.
73 ¿Por qué el Maestro os habla en esta forma? Porque quiero que todos vayáis penetrando a la regeneración, porque os he venido a encontrar envueltos en el fango; y esa debilidad del varón y de la mujer, es lo que os ha perdido y os ha hecho infringir mi Ley; y ahora, vengo a combatir esas imperfecciones, esos errores que habéis cometido. Quiero que en unos y en otros, exista la enmienda, que os regeneréis, que ya no seáis los varones que en el tránsito de vuestro camino vayáis deshojando las flores a diestra y siniestra; y que la mujer no se le presente al varón con tentaciones para seducirlo.
74 Todos estos actos vengo a apartar de vosotros; y si habéis sido adúlteras, yo os perdono y os invito a la regeneración; os limpio y os indico el camino; y ya no volváis a pecar que yo os señalaré el instante en que encontréis vuestro báculo en el camino, a vuestro compañero; porque quiero formar de la familia de Israel, las nuevas generaciones que han de venir a dar ejemplo entre la humanidad, porque no quiero que Israel, dé hijos de lujuria; sino de amor quiero que Israel, se contemple limpio y digno, porque Israel con Israel se unirá en matrimonios de amor, para que de ambos broten los hijos dignos, los hijos engendrados por el amor, hechos del amor y la ternura, de la comprensión y la armonía; porque es un nuevo ser que brotará de Israel, y ese ser traerá carne y hueso de ambos.
75 Por eso, es mi voluntad que los que se encuentren en matrimonio sin amor, se unan ante mí por medio de mi amor y de mi bendición, porque quiero que la familia de Israel se multiplique; y una vez multiplicada, se extienda por el haz de la tierra; porque de las nuevas generaciones yo haré grandes cerebros y grandes analizadores de mi obra, porque ésta es mi voluntad.
76 Llevad todos y cada uno, mi fuerza y mi palabra; y no os olvidéis de analizarla y practicarla como os he dicho, para que así pronto, muy pronto, lleguéis a la verdadera comprensión.
77 Yo en este instante, os dejo preparados y unificados; quiero contemplar la unión, ya que no quiero que seáis sorprendidos porque estáis en los tiempos de prueba y de purificación; y el pueblo de Israel, se preparará hasta hacerse presente ante la humanidad como un espejo limpio y claro para que esa humanidad pueda reflejar su faz en ese espejo e Israel no se sienta avergonzado de que en lugar de manifestar su faz, limpia y clara; vaya a manifestar una faz opaca a consecuencia de sus malas obras, porque ésta no es mi voluntad.
78 Velad y orad para que no caigáis en alguna tentación; porque ya os he dicho; que os estáis purificando por medio de las tentaciones; y si sois fuertes, no temeréis a esas tentaciones, porque aunque seáis probados por ellas, pasaréis esas pruebas con firmeza y no os hundiréis mucho, porque presto os levantaréis con el reconocimiento que vais adquiriendo dentro de mi palabra, ya que yo os acompaño y os levanto; mas, es menester que vosotros paséis por esas pruebas, porque las pruebas purifican y enseñan, las pruebas os elevan o también, os hacen caer al abismo más profundo; por eso os prevengo y os entrego la fuerza para que no vayáis a caer al abismo y por la falta de fe y de comprensión, vayáis a quedar sumergido en ese abismo por un tiempo y otro tiempo porque ésa no es mi voluntad.
79 Mi voluntad es: que hagáis frente a cada una de las pruebas que se acerquen a vuestro paso y que hagáis uso de la fortaleza que os entrego para que apuréis esos cálices con firmeza y con paciencia; y al final de esas pruebas, os sintáis con el gran reconocimiento, con la luz y la comprensión en ellas mismas.
80 Llevad mi palabra cual un libro abierto para que no os olvidéis de lo que os digo; y así sepáis defenderos en todo instante, porque ésta es mi voluntad. Yo os perdono y bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
¡Mi paz, sea con vosotros!
3. El despertar y reconocimiento de la misión
Sábado 10 de junio de 1939
1 ¡Bienvenida seáis porción bendita! Que os apacentáis bajo el techo de esta casa que ha sido preparada por mi voluntad, para que vengáis a recrear vuestros espíritus; ya que sabéis que venís a recibir el alimento espiritual que de antaño yo estoy brindando a los espíritus que siempre se encuentran hambrientos de mi palabra, porque son los que me reconocen y ellos nunca se apartan de mí; puesto que vuestros espíritus, son átomos de mi Espíritu que he depositado en cada cuerpo humano desde el instante en que abre los ojos a la luz del nuevo día; desde el instante en que es dado a luz y que es extraído de las entrañas de la madre.
2 Por eso yo me encuentro en la cúspide de la montaña, esperando vuestra presencia y vuestro ahínco por escucharme, porque sois el pueblo de Israel, que en los tres Tiempos me habéis seguido, desde la travesía por el desierto hasta este tiempo. Mas siempre os he dado pruebas de mi poder y grandes pruebas os di.
3 ¿No recordáis, pueblo amado, cuando en el Primer Tiempo, juntos atravesamos el mar? Vuestros ojos materiales contemplaron un gran prodigio que yo mostré ante vosotros para que vierais que vos también podíais hacer milagros; puesto que yo, todo os lo estaba dando, yo hacía los grandes y maravillosos prodigios, para que así fuerais aprendiendo de mí.
4 En el Segundo Tiempo, encarnado en Jesús, yo os enseñé a orar a un solo Padre Celestial para que también vosotros, por medio de vuestra oración, supieseis pedirme para vuestros hermanos; yo os enseñé a no ser egoístas; porque yo nunca os mostré egoísmo, yo a todos entregaba y por todos imploraba ante el Padre Eterno. Yo me hice hombre para enseñaros a cumplir como hombre; yo conviví con vos, pueblo, para enseñaros a respetar la ley humana y la Ley divina; porque yo nunca he venido en contra ni de mí mismo, ni del hombre. Yo di al César lo que el César me pedía; y al Padre Celestial, lo que el Padre me había ordenado.
5 ¿Y por qué en este tiempo os habíais olvidado que yo, Cristo, tenía que venir nuevamente entre vosotros? ¿Por qué os he encontrado cansados y olvidados de todo lo que os pude enseñar y prevenir para este Tercer Tiempo?
6 Yo mucho os doctrine y os previne, os di grandes testimonios de mí mismo, yo os he hablado de mi verdad y también por boca de los hombres os he hablado extensamente y os he dado grandes profecías; os anuncié grandes acontecimientos, os revelé para el mañana que sería una Tercera Era llena de sorpresas, porque yo os dije que volvería en Espíritu y verdad, que aún no terminaba en la Segunda Era, mi misión espiritual; que faltaba la era del Espíritu Santo, en la que un tiempo yo me presentaría nuevamente entre la humanidad, radiante de luz y de sabiduría.
7 Y ¡heme aquí! Nuevamente entre vosotros ¡heme aquí envuelto en la nube! Dándoos el alerta, y diciéndoos: ¡gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad! Y, ¿quiénes son los que han escuchado este saludo? ¿Quiénes son los que se han encontrado alertas, esperando mi regreso entre los míos? ¿Quiénes son aquellos que han mantenido encendida su lámpara y que la han custodiado, para que los vientos huracanados no extinguiesen su luz? Ninguno a todos he encontrado entre tinieblas.
8 Yo he penetrado como el buen ladronzuelo en vuestras alcobas y os he contemplado entre tinieblas, a todos he visto sumidos en vuestro olvido; y no me habéis sentido, porque vuestro letargo, ha sido muy profundo y mis pisadas, no fueron escuchadas por ninguno de vosotros.
9 Y, me decís. Maestro, tú dices que no te hemos sentido y aquí estamos reunidos contigo escuchándote sí, mis hijos; pero, de cierto y en verdad, os digo: no sois todos los que estáis, ni estáis todos los que sois.
10 Comprended mi palabra; y mirad, cuánto he transitado, para poderos despertar. Aun estando ya conmigo, no habéis querido despertar; aun contemplando al pueblo de Israel, crecido en su número, todavía hay espíritus se encuentran aletargados y obstinados en seguir viviendo entre tinieblas; porque entre vosotros, se encuentran espíritus grandemente evolucionados y también espíritus que van dando sus primeros pasos en el camino de su evolución; y así como hay espíritus grandemente evolucionados, hay espíritus que aún no han pisado un solo peldaño para su ascenso en la escala espiritual infinita.
11 Y no sabéis qué espíritu, es el que mora en vuestro cuerpo, ¡oh! Corazón que habéis interrogado a vuestro Maestro; mas yo, os digo: hay espíritus viejos en el camino del progreso y los hay jóvenes porque mucho tiempo ha, los espíritus han luchado, han trabajado y han desempeñado grandes misiones; espíritus, que han recibido mi enseñanza, que desde el Primer Tiempo, se han reunido en torno del Padre; en el segundo, en torno del Maestro; y hoy, en este Tercer Tiempo, reciben del Espíritu Santo. Entonces, comprended por qué os hablo de esta manera y no os confundáis.
12 Yo os revelo y os explico acontecimientos, que él más tarde, puedan ser confusión para vosotros; por eso estoy atento a vuestras preguntas internas; mas, en verdad, os digo: yo no os reprendo, porque interroguéis a vuestro Padre Celestial para eso, soy Padre y por eso sois mis hijos y tanto derecho tiene el Padre para con los hijos, como los hijos para con el Padre; e interrogadme cuanto queráis, que yo os diré todo cuanto queráis saber y que podáis comprender, puesto que yo soy la sabiduría perfecta de la cual se derivan todos los conocimientos del saber humano.
13 Mis hijos, yo os contemplo cual los inocentes, como los apóstoles que van dando los primeros pasos en este camino señalado por mi, que por instantes se os hace difícil; mas no temáis, yo estoy con vosotros y os haré salir avante, y os presentaré ante el Padre Eterno Gran Jehová con la vestidura blanca de la comprensión y de la espiritualidad; porque yo os dignificaré ante el Padre; y si hubiese sido menester venir nuevamente a humanizar mi Verbo entre vosotros, yo se lo hubiese solicitado al Padre; porque estoy dispuesto a soportar nuevamente el sacrificio, el escarnio y el escupitajo del hombre por tal de salvaros.
14 Estoy dispuesto a morar nuevamente en la cruz de vuestros pecados, para rescataros; porque a eso he venido; y no levantaré mi vuelo al solio del Padre, sin antes haberos dejado debidamente preparados y espiritualizados como es la voluntad del Eterno Padre.
15 En este instante, os entrego más Verbo, para que os levantéis y deis la buena nueva a vuestros hermanos. Pueblo bendito, decidle sin temor a vuestro hermano, que despierte y se levante a contemplar la nueva estrella que brilla de oriente y que sus visos le conducirán a la nueva Jerusalén, la ciudad blanca que he preparado para mi tercer advenimiento en palabra humana, para mi nueva presentación como Espíritu Santo entre la humanidad.
16 Porque este girón de tierra lo he preparado y en él he derramado todo mi amor; y esta nación, se seguirá manteniendo preparada y en paz, para que con paz viváis, pueblo bendito; aquí es donde desciende vuestra nueva Jerusalén, que tiene doce puertas; y estas puertas, no permanecerán cerradas, siempre las contemplaréis abiertas para dar acceso a todo hombre que se apacentara de lejanas tierras a escuchar mi palabra; porque ahora, no será el número reducido como en el Segundo Tiempo, que venga a darse cuenta de mi verdad, ahora serán grandes las porciones de corazones de distintas razas y lenguas los que escuchen el Verbo del Padre que se encuentra en la ciudad blanca, derramando su palabra, su Verbo, su sabiduría.
17 Vosotros contemplaréis manifiesta esta palabra que os la estoy dando a saber; porque seréis los testigos de mi verdad y seréis los que levantaréis vuestra planta por los caminos del universo, porque ésta es mi voluntad.
18 Ya que ahora, os estoy reuniendo a los unos y a los otros, porque ya no volveréis a formar la Sodoma y la Gomorra como en los primeros tiempos; porque ahora estoy reuniendo razas, castas, linajes, lenguas, colores; puesto que ahora no será la confusión entre vosotros, ya que en todos vengo derramando la luz de mi Espíritu para que lleguéis a la comprensión de que todos sois hermanos, hijos de un mismo Padre Celestial; y es mi voluntad en este Tercer Tiempo, reunir nuevamente a la familia de Israel, a la familia que formarán las porciones de mi pueblo escogido que será preparado por mi divinidad; las porciones, que pertenecen espiritualmente a las doce tribus, descendientes de Abraham, de Jacob y de Isaac; esas tribus, que se encuentran dispersas en el haz de la tierra.
19 Por eso, yo no contemplo razas ni lenguas, sólo contemplo a los espíritus que son de Israel, mas no las carnes; ya que vosotros fuisteis los que os hicisteis acreedores a esa división, a esa confusión; porque yo no iba a permitir que el hombre se intercalase en mis íntimos arcanos, que el hombre desafiara mi poder y quise daros prueba de que yo, nunca sería derrotado por ningún mortal. Mas como mi amor ha sido grande por vosotros, siempre os he venido a rescatar de vuestros propios errores.
20 Israel, pueblo de mi divinidad, ¿no os ha cansado tanto caminar? ¿No os ha agobiado el peso de vuestra restitución? ¿No se os ha hecho larga y pesada la travesía del desierto? ¿No os ha cansado tanta tiniebla y tanta confusión? ¿No os ha hastiado el sabor de tantos cálices que habéis apurado en vuestro camino? ¡Tanta! Es vuestra familiaridad en estas vicisitudes, ¿que ya no sentís lo amargo de vuestra restitución? ¡Tanto! Os habéis familiarizado con vuestro dolor, ¿que ya no sentís ni vuestro sufrimiento, ni el sufrir de la humanidad? ¿No os ha bastado la gran purificación de vuestra raza? ¿No os encontráis hartos de saborear tanta amargura?
21 Os habéis hecho insensibles, ya vuestros corazones no laten ni de amor a mi divinidad, ni de amor a vuestros hermanos. Vuestros espíritus se encuentran aletargados, vuestros cuerpos indiferentes. No os conduele el dolor humano, no sentís el dolor. ¡Tanto se han asimilado a vos, todas estas vicisitudes, que ya no las sentís!
22 ¡Levantaos! Pueblo, ¡reflexionad, abrid vuestros ojos y contemplad mi faz radiante! ¡Abrid vuestro entendimiento y estudiad mi palabra! Abrid vuestro corazón y dejadme morar por un instante en él, para saturarlo de mi amor y fortalecerlo con mi fuerza.
23 Dejadme morar en lo más profundo de ese corazón y veréis que en corto tiempo ya no seréis los indolentes, ya no seréis los ingratos, ya no seréis los aletargados, ya no apuraréis ese cáliz constante que por largos tiempos habéis apurado.
24 ¡Levantaos con mi palabra y con mi fuerza! Mirad que yo confío en vos; el mañana, vos seréis el pueblo sensibilizado, el pueblo que enjugue el llanto de los demás, que deis valor al débil, que levantéis al caído, que consoléis al afligido, que alentéis el ánimo del decaído, que rescatéis al perdido y que le enseñéis el camino de luz, el camino del progreso espiritual.
25 ¡Dejad ya vuestro letargo y venid a mí Espíritu, dejad vuestra tiniebla y venid a mi luz, dejad vuestra confusión y venid a mi verdad, dejad vuestros caminos y venid al mío! Que yo, os espero con los brazos abiertos para daros la bienvenida y sentaros a mi diestra; como al hijo pródigo lo senté a mi mesa y le di el mejor lugar, así quiero recibiros, a vos, pueblo amado.
26 Así quiero contemplaros muy cerca de mí, ya no quiero contemplar la distancia entre vos y yo, quiero que os fundáis en mi Espíritu, quiero que ya no exista en vos el olvido para vuestro Padre; pero no nada más quiero, que vos os salvéis por sí solo, ¡no! Yo os estoy diciendo que yo os ayudo y os acompaño; pero también quiero que una vez que os sintáis salvo, una vez que hayáis penetrado a la comprensión, a la preparación y la espiritualidad sea en vos, os levantéis a salvar a la humanidad.
27 Porque si yo, os estoy haciendo poseedor de mis caridades; si yo, os estoy entregando vuestra heredad, es para que la compartáis con vuestros hermanos, no para que os convirtáis en los avaros, porque si así lo hiciereis, ¡ay! De vos, mi pueblo amado, porque entonces os quedaréis sin dádiva alguna y aunque pidiereis no se os daría y entonces sería grande vuestro llanto y vuestro arrepentimiento.
28 ¿Por qué os estoy haciendo poseedor de mi arcano divino? ¿Por qué os estoy heredando? ¿Acaso nada más vosotros, pueblo sois mis hijos? ¿Acaso nada más vosotros formáis mi creación? ¿Nada más en vosotros, puse mi semejanza? ¿Nada más en vosotros, mora una chispa de mi luz, que son vuestros espíritus? ¿Nada más vosotros, sois poseedores de mis atributos? No, mi pueblo bien está que yo os he dicho que muchos son los llamados y pocos los escogidos y entre los escogidos están mis privilegiados; pero, también os he dicho que no todos me reconocerán en este tiempo en materia, que los unos me reconocerán en materia y los otros en espíritu; mas, mi voluntad es, depositar la semilla en todos por igual.
29 Sin embargo, no todos me seguirán en este Tercer Tiempo; porque todos tienen el instante marcado; y los que no hayan escuchado mi palabra, los que no hayan creído mi presencia, los que se hayan burlado de mi Ley, esos tarde o temprano me tendrán que reconocer; porque unos, me reconocerán al instante de escuchar mi palabra; los otros por vuestras bocas se convencerán; otros por vuestras obras, los otros, por conducto del mundo espiritual, otros, por medio de los escritos de mis cátedras.
30 Por eso os he dicho que vuestra lucha es grande, es difícil, es dura y por ello os estoy preparando, porque quiero que seáis los soldados firmes y fuertes, que con vuestro cumplimiento deis lustre a vuestras armas.
31 Quiero que seáis los soldados que estéis sometidos, no a una ley material; sino a una Ley divina que os hará salir triunfantes, porque ésta es mi voluntad.
32 ¿Queréis ser mis soldados? ¿Queréis servir a mi causa divina? ¿Queréis combatir en defensa de mi obra? ¿Queréis ser de mis servidores? sí me dicen vuestros corazones; y yo, os digo: penetrad más a mi campiña de amor esta campiña es extensa y puede dar cabida a grandes porciones; las tierras son extensas también; y yo, os puedo entregar la semilla en abundancia; todo lo tengo preparado y dispuesto, para cuando vosotros os queráis levantar a trabajar bajo un reconocimiento pleno a mi divinidad.
33 Porque no quiero, que al primer tropiezo retrocedáis; yo quiero que me imitéis en mi fortaleza, en mi valor, en mi poder, para que así no temáis a los pedruscos del camino, no temáis a los lobos hambrientos, no temáis a los elementos, no temáis a las catástrofes; porque vos, con mi poder, todo lo venceréis; vos podréis cambiar el paso de los elementos, podréis transformar al lobo hambriento en oveja mansa, porque para eso os estoy dando mi potestad; para eso, estoy posando en vosotros el antídoto de mi divinidad, por eso os estoy agraciando, por eso estoy ratificando vuestros dones que de antaño lleváis consigo, para que podáis combatir contra el caos que se presente entre la humanidad; ya que yo os llamaré: los salvadores de la humanidad porque vosotros formáis el pueblo de Israel, que quiere decir: fuerte y el brazo de Israel, se distinguirá de los demás por su fortaleza y nunca será vencido, siempre será el vencedor por medio su amor, de sus palabras, de sus ejemplos, de su lucha, de sus actos, de su regeneración, por el modo de vivir y por su cumplimiento hecho ante el Padre, porque ésta es mi voluntad.
34 ¿No os conmueve mi palabra, pueblo amado? ¿No sentís mi amor de Padre, en todo vuestro ser? ¿No sentís mi estímulo en vuestro corazón? ¿No sentís la esencia de mi palabra que conforta vuestro ser? ¿No me concebís como lo que soy? ¿Aún no os convencen mis palabras? ¿Queréis contemplarme como Tomás? ¿No le tenéis confianza a vuestra fe? ¿Acaso no tenéis bien cimentada vuestra fe? ¿Tenéis desconfianza de que esa fe, caiga por tierra?
35 Sí, mis hijos, yo contemplo que ya me vais concibiendo en mi presencia y en mi esencia, en mi divinidad; mas no olvidéis que yo os he dicho, que no quiero que edifiquéis vuestra fe en bases sobre arena.
36 Quiero que vuestra fe, sea cimentada sobre bases de roca, para que los aires huracanados no la derrumben; no quiero que os defraude vuestra fe, no quiero que cuando menos lo esperéis, esa fe desaparezca de vos mismo y entonces sería muy difícil caminar sin fe y sin Dios; porque si no tenéis fe en mí, no podréis confiar en mí, ni creer en mi palabra; y esto, no lo quiero contemplar en vosotros.
37 No quiero que mi lucha sea en vano, no quiero que mi trabajo sea estéril; porque mi palabra nunca os defraudará, ella jamás os miente y quiero que la veáis cumplida, porque ésa es mi voluntad.
38 Yo os revisto de mi fuerza y os doy mi luz, os revisto de gran potestad para que os levantéis dando el grito de la buena nueva de que el Maestro es entre vosotros, deis la voz de alerta de que Maestro se encuentra en su tercer advenimiento al mundo.
39 No me ocultéis mis hijos, no calléis vuestros labios, abrid vuestras bocas y que ellas sean las que hablen de mi verdad; que ellas sean, las que se desborden en palabras de luz y de verdad.
40 Enseñaos a hablar de mi Ley, mas no os enseñéis a prevaricar; porque quiero que seáis los predicadores de mi obra, pero no los prevaricadores. Hablad de mi verdad, defendeos y defended mi Ley con palabras de amor, de humildad y de fe.
41 Tened paciencia ante la necedad de vuestros hermanos, ante las interrogaciones insistentes de vuestros hermanos; y con toda tolerancia, contestad una a una de esas interrogaciones, que no seréis vosotros lo que habléis, será vuestro espíritu el que interprete mi inspiración divina, porque yo seré el que hable por vuestras bocas y vosotros de Espíritu a espíritu, traduciréis mi esencia y mi voluntad. ¿Cuándo? Cuando el instante sea marcado por el índice de mi mano poderosa, cuando sea el tiempo en que yo os deje como los maestros de la humanidad, como los defensores de mi obra y de mis hijos que poblando se encuentran el haz de esta tierra.
42 Velad y orad, pueblo de Israel, para que sigáis manteniendo a vuestra nación en paz, para que sigáis saboreando esta tranquilidad; porque mirad que las tentaciones tocando se encuentran cada cabeza que al frente de una nación se encuentra; mirad que la influencia bélica, no duerme en su cometido y los espíritus tentadores tampoco se aletarga en sus propósitos, por eso velad y orando por vuestros hermanos, por aquellos que no saben orar y menos pedir al Padre.
43 Mantened vuestra nación con sus puertas abiertas, porque dará albergue a muchos corazones extranjeros; esta nación se convertirá como una alondra que dé calor, consuelo y paz a todo el que vendrá a solicitarla.
44 Porque no es mi voluntad que neguéis la hospitalidad a vuestros hermanos, extenderéis vuestra mano y les daréis la migaja de pan; por eso estoy preparando y multiplicando los graneros, para que no os haga falta ese pan, porque no es mi voluntad.
45 Velad por esos graneros que el Padre está preparado, pedidme su multiplicación; que yo todo lo que me pidiereis en bien de la humanidad, os será concedido; que si así lo hicieseis, es que ya me vais reconociendo, es que ya vais aprendiendo a dar cumplimiento a mi palabra. No temáis mi pueblo, ese tiempo llegará, y vos me comprenderéis y os levantaréis a dar cumplimiento entre la humanidad, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Elías:
46 Maestro divino, el pastor de encarnados y desencarnados se presenta ante tu espíritu divino para hacerte presente a mi rebaño que he reunido y congregado en el aprisco de tu amor; porque desde a temprana hora me he hecho sentir en los corazones de mi rebaño. Mi campana es incesante y a cada instante se encuentra llamando a congregación a las ovejas y a los corderos y ellos no han sido sordos a mi llamado y, ¡helos aquí! Ellos os circundan, vienen con el gozo en sus espíritus a saborear del pasto fértil que es tu palabra que los harta de espíritu y los conforta en sus materias.
47 Contempla, cual Padre: la sumisión que te hacen presente estos corazones contempla: la unificación de espíritus que se inclinan ante tu divinidad.
48 Eres Padre y no contemplas más que la preparación que han adquirido con la ayuda de su pastor. Eres Padre y no contemplas la mancha con la cual a cada instante se ensucian en sus caminos. Pues yo les encubro con mi manto para que en este instante sólo contemples su ahínco, su perseverancia, su anhelo de escucharte.
49 Ya llegará el instante de su preparación, de su reconocimiento y comprensión a tu divinidad. Perdónales, Padre amado. Yo en este instante, intercedo por ellos y sólo espero que derrames tu palabra de amor en ellos y concedas también al pastor, entregarles mi consejo de estímulo y de guía para su caminos. ¡Hágase tu voluntad en ellos y en el pastor!
Divino Maestro:
50 ¡Bendito seáis, Elías! Pastor de encarnados y desencarnados, espíritu de luz representante de mi misma divinidad. Yo recibo al rebaño y sólo veo en él, la poca o mucha preparación que trae consigo; mas yo como Padre, lo perdono y lo recibo en mi regazo paterno, porque son los inocentes, son los que no conocen aún mis íntimos juicios, mas yo les recibo; y vos, Elías, entregadles vuestro consejo y hacedles reconocer la gran misión que pesa sobre vuestro espíritu, para que ellos también tengan caridad de vos y os escuchen, os sigan y acaten vuestro consejo, porque ésta es mi voluntad.
Elías:
51 Bendito seas Maestro divino, que en este instante me concedes recrearme con este corto número de mi rebaño que he reunido en esta alba de gracia señalada para veniros a recrear entre los espíritus encarnados y desencarnados. Voy a mi rebaño y todo lo que me has concedido, lo derramaré en tu nombre y efectivo será por tu voluntad. ¡Rebaño bendito! Yo os doy la bienvenida en mi regazo de pastor, en el nombre del Padre, en el nombre del Divino Maestro que es entre vosotros y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.
52 En este instante os he hecho presente ante el Padre Celestial; mas os he encubierto con mi manto para que no contemplase vuestras imperfecciones. Habéis escuchado su palabra, que ha sido clara y de gran luz; pues ¡acatadla, rebaño amado! Mirad que es para vuestro bien y vuestro adelanto; mirad que él, a cada instante os entrega su palabra y permite que yo descienda también a interceder por vosotros, a pedir clemencia por vosotros, a prometer ante el Padre: redoblar mi lucha entre la humanidad para poder ser escuchado por todo entendimiento y corazón y así, la lucha de vuestro pastor, no sea estéril; y mi Padre Eterno, siga derramando sus complacencias; y como Divino Maestro, su palabra de sabiduría y de luz.
53 Yo soy vuestro báculo, vuestro guía. En los momentos de angustia, yo me acerco a vosotros y os aconsejo; y cuando os he encontrado preparados, en el instante habéis encontrado la solución para vuestros conflictos y os habéis revestido de gran valor y fuerza, para poder luchar en vuestro camino.
54 Sí, corderillos, yo también os doy la fortaleza para que os encontréis fuertes para labraros el pan de cada día y que no os haga falta en vuestra mesa. Seguid intercediendo ante vuestro pastor, que yo muy cerca me encontraré en vuestra ayuda, porque grande es la lucha por la cual tenéis que atravesar.
55 Mas, sed fuertes y valerosos, para que lleguéis al final de la jornada con toda felicidad como es la voluntad de vuestro Padre; que yo en este instante, derramo mi fuerza de pastor y seco el sudor de vuestra frente, para que sigáis adelante con vuestra cruz; tened fe y confianza en vuestro pastor que yo iré delante de vosotros y en corto instante, le haréis presente al Padre, un buen cumplimiento a los mandatos que os he entregado.
56 ¡Llevad, ovejas benditas! Y recrearos nuevamente en el camino del cumplimiento espiritual que es el que el Padre, os está pidiendo para salvación de vuestros espíritus; y así, llegaréis a la verdadera espiritualidad. Que yo os perdono y bendigo, en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.
57 Divino Maestro, he cumplido conforme ha sido tu mandato, solamente espero tus nuevos mandatos, para levantarme a cumplirlos conforme me lo ordenes; que yo, presto me encontraré a cumplirlos.
Divino Maestro:
58 Elías, grande es vuestra lucha en el Tercer Tiempo; y en todo momento, me hacéis presente vuestra gran lucha y el cumplimiento a ella misma. Yo os recibo en unión de vuestro rebaño. Ya lo he recibido en mi palabra; pero es vuestra misión hacérmelo presente, interceder por él, ya que va dando sus primeros pasos en el reconocimiento de las revelaciones espirituales y divinas; pero vos, Elías, sois incansable redoblando vuestra lucha de pastor y os levantáis por los caminos donde se encuentra vuestro rebaño disgregado y perdido; y con voz amorosa, lo llamáis al redil y él acude como oveja mansa.
59 ¡Seguidles conduciendo por el camino de luz! Con vuestro faro luminoso, alumbradles el camino para que no se pierdan; para que al final de vuestro cumplimiento, a todos los dejéis reunidos y congregados como una sola oveja y como un solo cordero, porque ésa es mi voluntad. ¡Id a vuestro solio! Y desde ahí, ¡cumplid como os lo he ordenado!
Elías:
60 Gracias, Maestro, desde mi solio seguiré dando cumplimiento a tu voluntad. Rebaño bendito de mi redil, seguid reunido con el Maestro, os ha recibido nuevamente y os seguirá dando su palabra de enseñanza. Yo en este instante, os dejo mi bendición de pastor, en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.
Divino Maestro:
61 Pueblo de Israel, día venturoso para vuestros espíritus, que desde al despuntar el nuevo día se han preparado porque saben que es día de enseñanza y de progreso; saben que es alba de conocimiento y de comunión con mi espíritu divino.
62 Sí, mis hijos muy amados; porque yo como Padre, sé penetrar en lo profundo de vuestro ser y escudriño y me doy cuenta de todo lo que pensáis y hacéis, porque para mí no hay algo oculto, yo todo lo descubro; y si a las entrañas de la tierra vais a ocultar vuestra maldad, ahí mi mirada os contempla y os hace reconocer vuestros errores, toco vuestras conciencias para que ellas os reclamen y os hagan ver vuestras propias faltas.
63 Si el ayer os habíais olvidado de vuestras conciencias, hoy en el Tercer Tiempo, he venido a despertarlas, porque por mucho tiempo han permanecido dormidas y por eso habéis cometido tantos errores y faltas ante mi mirada.
64 Mas, comprended que vuestra conciencia es como un juez que lleváis en lo más íntimo de vuestro ser y que ella es la que os reclama en todo momento; por eso os he dicho que ya no sois los inocentes, ahora todo lo que hagáis en vuestro camino, será con conocimiento de causa, porque ya cada uno de vosotros, lleva su juez y él será el que os juzgue; porque por vuestra conciencia tenéis que guiaros, qué conduciros en el camino.
65 ¿Acaso cuando cometéis alguna falta, no sentís que se duele vuestro corazón? ¿Cuándo ofendéis a vuestros hermanos, no sentís que en lo más profundo de vuestro ser, algo que os reclama; y llega a vos, el arrepentimiento de haber ofendido? Sí, hijos amados, todos sentís vuestro juez interno que os reclama; mas mirad que en ese juez, yo me manifiesto también; porque yo moro en lo más profundo de vuestro ser; ya que estoy en todas las cosas y si yo me encuentro hasta en el animalillo menos perceptible, ¡cómo no voy a morar en mi criatura predilecta! ¡Cómo no voy a morar en el ser más querido de mi divinidad!
66 ¿Acaso no me habéis sentido cuando por un momento os habéis preparado y os encontráis en vuestro dolor? ¿No me habéis sentido cuando yo he llegado y he derramado el bálsamo de curación en vuestros cuerpos? Entonces, ¿por qué permanecéis insensibles ante mi presencia y ante mis mandatos? ¿Por qué, Israel, cuando yo me presento como luz radiante en las albas señaladas por mi Espíritu, solamente en ese momento me escucháis y os sentís cerca de mí? ¿Por qué no tenéis la confianza plena, de que yo en todo momento moro con vosotros?
67 Es mucho lo que yo, os tengo que hacer reconocer vuestras faltas ante mi divinidad. Mucho tengo que entregaros en mi palabra y por medio de mi luz, veréis como iréis dando pasos agigantados; porque mucho os tengo que revelar, yo me manifestaré en revelación, en videncia, en intuición. Como vosotros me busquéis, así me hallaréis y daréis testimonio de mí, porque ésta es mi voluntad.
68 En este instante, yo abro los entendimientos de mis hijos, abro la mirada del espíritu, a unos; y a otros preparo, para que en el instante llegado, sean dados a conocer los grandes testimonios; para que el cuerpo de videntes se prepare y él sea el que prevenga a los guías de los distintos recintos y a los labriegos de cada una de mis casas; porque Israel, se levantará preparado y no será el sorprendido, Israel esgrimirá sus mejores armas que son las del amor y de la luz; porque llegará el día en que los caminos del universo se encuentren preparados y la planta de Israel, transite por esos caminos cantando: ¡hosanna a Dios en las alturas! Mas, esos caminos, los tendrá que limpiar y que preparar. ¿Cómo? Por medio de su oración, de su elevación ante el Padre Celestial para que el Padre, derrame lo que sea su voluntad en esos caminos e Israel en el instante llegado, levante su planta y vaya a cumplir su misión.
69 Los espiritualistas se dispersarán como lo hicieron mis apóstoles cuando quedaron solitarios, cuando ya el Maestro no se encontraba con ellos; mas como ellos sabían que algún día tenían que quedar solos, tuvieron mucho tiempo para prepararse y en el instante propicio, no fueron sorprendidos por la soledad; ellos sabían que aun cuando el Maestro se ausentaba, ellos seguirían teniendo su presencia invisiblemente; seguirían teniendo su inspiración, sabían que él espiritualmente los iba a acompañar y a guiarlos en sus determinaciones; y por eso siempre permanecían en vigilia, orando y velando para que sus determinaciones fueran iluminadas por la luz del Padre. Y yo, me recreaba contemplando su gran fe en mi divinidad; mi pupila se recreaba contemplando la gran unificación que existía entre mis apóstoles; y los unos y los otros eran cumpliendo y como grande era su fe, se guiaban por lo que en inspiración, en revelación recibían y por lo que ellos habían aprendido de su Maestro y siempre salían avante en sus misiones.
70 Solamente fueron pocos los que formaron mis servidores, mis apóstoles, pocos corazones en los que yo deposité mis mandatos; pero esos pocos, fueron suficientes para levantar pueblos, para conmover al mundo entero; solamente esos corazones fueron suficientes para extender mi doctrina por el haz de la tierra; porque desde un principio no titubearon en seguirme, desde un principio les contemplé su fe en mi divinidad y dejaron las cosas del mundo, lo que a ellos pertenecía como humanos y emprendieron la caminata conmigo. Me siguieron por los distintos caminos, veredas, valles, explanadas, montes, aldeas y por doquier que mi planta transitaba, ellos iban, recreándose con mi palabra y yo recreándome con sus espíritus.
71 Muy difícil fue la tarea de esos corazones; y sin embargo, mis apóstoles no temieron ante los grandes torbellinos que a su paso se presentaban; y si por instantes lloraban y se postraban en oración para pedirme les dirigiera en sus caminos y les diera la fuerza para que no desmayaran, grande también era su fe en mi divinidad y al instante se confortaban y emprendían nuevamente la caminata; y lucharon hasta el final, hasta la muerte de su cuerpo; pero ya habían dado a conocer mi voluntad a la humanidad, ya habían dado a conocer mis grandes ejemplos; pero ellos también me imitaron en mis ejemplos y los dieron a conocer a través de sus obras, de sus palabras. Ellos también imitaron al Maestro en su muerte, porque los lobos se les echaron encima y los devoraron, porque todo el que se levanta dando testimonio del Padre, no es creído y hasta es perseguido.
72 Por eso os digo, mis hijos: que si no me queréis imitar a mí, imitad siquiera a vuestros hermanos; porque ellos también os dieron grandes ejemplos. ¿Y acaso sabéis donde se encuentran esos espíritus? ¿Sabéis el lugar que yo les preparé para su regreso a mi solio? ¿O acaso creéis que se encuentran en un lugar de restitución y que todavía se encuentran lavando sus faltas? No, mis hijos, ellos están en un lugar privilegiado, pero todavía se encuentran cumpliendo grandes misiones que se les han sido encomendadas por el Padre Eterno.
73 Si queréis, podéis pedirles ayuda y podéis pedirles que os acompañen en vuestra misión. Pues mirad que ahora es grande el número de labriegos que yo he estado preparando desde tiempo ha, para que todos os levantéis a la lucha; y también a vosotros os digo que no os dejaré solos en vuestra lucha, ¡no, mis hijos amados! Yo estaré con vosotros en todo instante por eso quiero contemplar vuestra fe más grande a mi divinidad, para que por fe, me busquéis; para que por fe, me llevéis dentro de vuestro ser; y por fe, os levantéis luchando a diestra y siniestra para extender mi doctrina, para dar a conocer mi Ley que os he entregado dividida en 22 preceptos; Ley, que regirá a todo el universo, mas no es otra Ley diferente, es la misma Ley que en todos los tiempos os he dado a conocer; y si los hombres la desconocen, decidles que está aumentada en sus preceptos, porque ahora así es necesario para la regeneración de la humanidad, porque ahora en este tiempo la humanidad se encuentra en su tercera altura de perversidad y es menester que esa Ley se presente ante sus ojos aumentada en sus preceptos, para que así la humanidad, tenga temor de infringir cualquiera de ellos.
74 Humanidad entera: ¡preparaos! Porque estoy doctrinando a un pueblo que se levantará a daros la buena nueva, un pueblo que os llevará mensajes de paz, os llevará la luz; un pueblo que se dispersará y en mi nombre os hablará; en él contemplaréis reflejada mi faz, mi luz y mi verdad; no lo desconoceréis, lo acogeréis en vuestros brazos y le daréis la bienvenida, porque ellos os llevarán grandes testimonios de mí y yo hablaré por sus bocas; y si os atrevéis a rechazarlo, me habréis rechazado a mí, cuando ésta no es mi voluntad.
75 Pueblo bendito, ¿queréis ser mi mensajero? ¿Queréis ser el portador de mi verdad? ¿Queréis imitar a mis apóstoles? ¿Queréis levantaros con la Ley en vuestra diestra y el estandarte en vuestra siniestra? ¿Queréis tremolar este estandarte, que será de paz, unión y buena voluntad? Yo os ayudaré y por vuestro conducto, yo le entregaré la fe, al que fe no ha llevado por mucho tiempo; por vuestro conducto, yo le entregaré la esperanza, al que la ha perdido y ya no espera de alguien; por vuestro conducto, yo le entregaré la caridad, al que la necesita, al que transita por las calles, casas y plazuelas, mendigando una migaja de pan, porque ésta es mi voluntad.
76 Nada más espero vuestra preparación y vuestra decisión; por eso yo con toda paciencia os sigo enseñando, os sigo doctrinando; mas, no quiero que desaprovechéis esta última oportunidad que os estoy brindando.
77 Yo seguiré preparando cerebros de labriegos, de portavoces, de videntes. Yo seguiré preparando a todos mis componentes, para que todos quedéis debidamente preparados y doctrinados. Seguíos uniendo de espíritu y de materia, todos trabajad bajo las cuatro paredes de los recintos para que todos unidos os vayáis pulimentando, amasajando y asimilando a las manifestaciones espirituales que pertenecen a mi divinidad.
78 Comprendedme, pueblo, y no dejéis que mi palabra se volatilice, no dejéis que su esencia se pierda en el espacio, porque mucho me tenéis que responder de cada una de estas sílabas que yo Cristo, os entrego; por eso os digo que no las desperdiciéis.
79 Acercaos a mi mundo espiritual y él os dará el análisis de lo que vosotros no hayáis comprendido, mi mundo espiritual de luz os explicará con palabras más claras y más materializada, porque a él le he concedido se materialice hasta donde es mi voluntad para que os dé a comprender mi voluntad y os enseñe; porque por él, yo os entregaré los grandes consejos que serán de dirección no solamente para vosotros, se los mostraréis también a vuestros hermanos de otros recintos, porque grandes explicaciones iréis teniendo según vaya siendo vuestra preparación y el asimilamiento con esos seres que llamáis de ultratumba, que gran misión tienen que desempeñar a través de vuestros cerebros y de vuestras bocas.
80 Tened confianza en mi mundo espiritual de luz, no les cerréis las puertas de vuestro cerebro y dejad que ellos sean los que se manifiesten ante las grandes multitudes de corazones necesitados que se acercarán a ellos.
81 Vosotros: ¡preparaos! Para que mi mundo espiritual en el instante del desempeño de su cumplimiento, encuentren las puertas de vuestro cerebro preparadas para darle acceso a su espíritu, a su luz, a su inspiración; porque ellos también se comunicarán por inspiración, ellos también iluminarán vuestros entendimientos y de espíritu a espíritu harán mover vuestras bocas para que pronunciéis sus palabras, para que vosotros seáis los que traduzcáis lo que por mi voluntad, entreguen a la humanidad.
82 Asimilaos más al mundo espiritual de luz, apartaos de los caminos de maldad, para que paso a paso os vayáis limpiando y regenerando; y entonces con más limpidez, podáis dar cumplimiento como labriego; porque no sabéis si de labriego, yo os haga dar otro paso y entonces de Espíritu a espíritu, seáis portavoces de mi palabra, de mi inspiración, de mi voluntad.
83 Id a vuestros caminos y hablad de mí, pero antes acercaos más a los vuestros, a los que por instantes os impiden el cumplimiento dentro de mi campiña, para que con vuestra palabra, los vayáis convenciendo y vayáis apartando de ellos la confusión y el desgarro que lanzan sobre vosotros.
84 No dejéis que desgarren mi Ley, defendedla; mas no matéis a alguien, ni con el arma homicida ni con las palabras.
85 Sabed penetrar dentro de los corazones con respeto, porque dentro de esos cuerpos, se encuentra un templo, un santuario; y hay que penetrar a esos santuarios, con mucho respeto; por eso no les heriréis con vuestras malas palabras, no causaréis llanto, ni discutiréis mi obra, porque ella no es para discutirse.
86 Vosotros, hablaréis con cuidado de no herir ni matar el sentimiento puro en alguien; y así, sí seréis creídos, seréis respetados y seguirán vuestra planta, porque verán en vosotros: buena intención, buena voluntad y gran preparación. No lo olvidéis, mis hijos, tened siempre presente mi palabra y siempre saldréis avante, porque ésta es mi voluntad.
87 Yo os revisto de mi fuerza, os entrego nueva vestidura. ¡Contempladla, ella se encuentra blanca como el copo de la nieve! No la manchéis, pueblo, no quiero contemplarla en jirones ni manchada con el fango; conservadla tal cual yo os la entrego.
88 No os despojéis de mi esencia ni de mi fortaleza, porque os he entregado mi palabra extensa y llena de saber; palabra, que os previene y a la vez os prepara.
89 En este instante, elevaos cinco minutos al solio del Padre; que él, espera vuestra confesión, el Padre espera la comunión de vuestros espíritus con el suyo. Pedidle todo lo que queráis y haceos dignos de sus caridades; y en todo momento, os entregará para vuestra jornada y vosotros siempre viviréis confiando siempre en él.
90 Cerrad los ojos de vuestro cuerpo y abrid los de vuestro espíritu; dejad a vuestro corazón, que él sea el que converse con el Padre; porque yo quiero que os enseñéis a comunicaros con vuestro Dios y señor, quiero que hable vuestro corazón y no vuestros labios; que lo que habléis, lo sintáis en lo más profundo de vuestro ser.
91 Elevaos espiritualmente al solio en este instante, en compañía de vuestro Maestro; que yo, os haré presente ante el Padre, porque ésta es mi voluntad. Yo os perdono y bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
¡Mi paz, sea con vosotros!
4. La muerte, falsas creencias
Sábado 15 de julio de 1939
1 La paz de mi Espíritu sea con vosotros, mi pueblo; en este día de gracia, en que he hecho descender mi rayo divino, de la escala de perfección donde se encuentra mi Espíritu aposentado contemplando al universo. Desde ahí viene mi rayo, a iluminar vuestro entendimiento.
2 Por un instante dejo mi trono para venir a aposentarme en el entendimiento humano del hombre que se encuentra sentado en este banquillo, con su entendimiento preparado y dispuesto a que yo le ilumine, a que irradie a través de él mi voluntad, para que yo manifieste mi poder de Padre en este tiempo, en que os encontráis alimentando vuestra Sodoma y Gomorra; porque no me habéis comprendido, pueblo de Israel, que yo soy vuestro Dios y que como Dios no tengo principio ni fin, en mí está el principio y en mí está también el final.
3 Y he venido en este Tercer Tiempo, a revelaros las lecciones del espíritu, a deciros cómo habéis sido formados, por qué habéis venido, cuál es el objeto de vuestra existencia en este mundo; para que así, viváis dentro de la rectitud; que vuestra vidas, sean dentro de una norma elevada; que vuestros conocimientos, sean basados en la enseñanza del Maestro de maestros.
4 Por eso, ha surgido nuevamente el Padre cual Maestro, para venir a reformar vuestro mundo, para venir a encausar vuestros pasos dentro de la pureza, de la dignidad, de la honradez y la honestidad.
5 Mucho tiempo os dejé caminar a vuestro libre albedrío; mucho os he dejado hacer uso de vuestra propia voluntad; y fue mi voluntad, poner un hasta aquí a esa vuestra voluntad; quiero que ya no os sintáis libres en vuestra manera de actuar; que os detengáis a pensar, que existe otra voluntad más grande y más poderosa que la vuestra; y que bajo esa voluntad, os regiréis en el futuro.
6 Porque mirad que todo lo que existe en la naturaleza me obedece, me rinde culto. Mirad los pajarillos, no siembran, no cosechan y me hacen presente su cumplimiento, ellos me rinden culto, ellos se elevan en sus trinos y me hacen presente su gratitud. Mirad las fieras también, no luchan, ni trabajan y también me hacen presente el cumplimiento, la gratitud y el reconocimiento.
7 Mirad la naturaleza, las montañas, los bosques, las selvas, los valles y praderas, todo se rige bajo una sola armonía, bajo un mismo orden y un solo reconocimiento; se multiplican, dan su fruto y todos cumplen bajo mi voluntad y elevan sus sonidos y sus perfumes en señal de gratitud. Contemplad las selvas que aún se encuentran vírgenes porque la planta del mortal no ha penetrado y por tanto no las ha profanado; y ellas también me hacen presente su pureza, su virginidad, su cumplimiento; y yo, a todos bendigo.
8 Y la criatura humana, de la cual, vos formáis parte mi pueblo, ¿qué es lo que me hace presente? ¿Qué es lo que me tributa? ¿Cuál es el holocausto que eleva hacia mi solio? ¿Cuál es el cumplimiento que me hace presente? Nada, Israel.
9 Yo contemplo que la humanidad se ha multiplicado y su fruto es de lujuria, ha alimentado el pecado y bajo ese pecado ha sembrado. El incienso que me eleva el ser humano, se encuentra saturado de maldad; el cumplimiento que me hace presente, no está basado en mi Ley, se ha multiplicado como las arenas de la mar, sólo bajo su concupiscencia y voluntad; el ambiente que me hace presente, no es puro.
10 Mi criatura humana ha descendido muy bajo; el ser que yo formé a mi imagen y semejanza, se ha materializado y se encuentra morando en un plano de materialismo muy bajo; ya no se encuentra morando en el mismo plano en que yo lo dejé desde el momento de su formación; ya no contemplo en el humano, la gracia con que yo lo forjé.
11 Mirad, Israel, yo formé al ser humano bajo una razón divina, os modifiqué bajo una voluntad suprema, con mi divino poder os modelé y vosotros no habéis reconocido que estáis formados por mi voluntad y bajo mis tres potencias; por haberos considerado el ser más semejante a mi divinidad y en el cual fue mi voluntad dotaros de mis tres potencias, de mis sentidos divinos, de mis facultades, de mi razón, de mi luz y que todos estos atributos venían formando un átomo de mi Espíritu; porque yo había puesto en vosotros una chispa de mi luz.
12 Por eso el hombre en su imaginación, ha osado representarme por medio de imágenes hechas por su propia mano; en mil formas, ha querido darme a conocer a la humanidad; mas recordad que yo os he dicho que sois la criatura que más os asemejáis a mí, con esto os quiero decir que nunca podrá el hombre representarme ante los ojos de la humanidad como lo que soy.
13 Yo os formé por mi voluntad, porque tenía que existir un ser razonable, un ser capaz de obedecer al Padre en la misión que se le iba a encomendar; pero nunca podréis igualarme en mi pureza, en mi grandeza, en mi divinidad; no os está dado a vosotros, intercalaros en mis íntimos arcanos, vosotros no podréis conocer todos mis juicios divinos.
14 ¿De quién se ha valido el Padre para por medio de él entregar su voluntad y hacer que se cumpliera su Ley? Del hombre. Con estas lecciones que os doy a saber, quiero que comprendáis que yo no tengo forma alguna; mas llegará el instante en que me concibáis en mi esencia espiritual solamente.
15 Yo soy intangible, soy inmutable, soy sutil; por eso habéis contemplado que no me habéis podido tocar con vuestras manos, no me habéis podido ver con los ojos de vuestra materia; ¿por qué, mi pueblo? Porque soy esencia y no os habéis profundizado para sentirme en mi esencia, en mi presencia y en mi potencia, porque yo siempre me manifiesto en esencia, presencia y potencia; por eso los hombres no me han podido concebir como Dios y los unos me desconocen y desconocen mi poder universal.
16 Los que nombráis ateos, como no han podido tocar mi presencia divina, no han creído que existo yo; y todo lo han atribuido a la misma naturaleza, han creído que la naturaleza ha sido formada por sí sola y no han creído en mi poder, no creen que yo existo y sólo han puesto su fe en ellos mismos y se rigen bajo su misma voluntad y modo de creer las manifestaciones materiales.
17 Se le ha hecho difícil al hombre creer en mi esencia; en los tres Tiempos se le ha hecho imposible que yo haya venido a entregar mi doctrina, cuando ya no debían de sorprenderle estas revelaciones, porque yo desde el Primer Tiempo me he servido del hombre, desde el primer instante yo deposité la simiente de amor, de armonía, de espiritualidad, de paz y de luz en vosotros mismos y os di mis profecías para que en el instante llegado las vierais cumplidas y no las atribuyerais a la casualidad; porque os he dicho que eso que llamáis casualidad, nunca ha existido, ni existe, ni existirá; porque la hoja del árbol, no se mueve sin mi voluntad.
18 Entonces, ¿por qué el hombre no ha querido creer en mis tres comunicaciones a la altura de la comprensión humana? ¿Por qué el hombre, no ha creído en la evolución ni en la reencarnación de su espíritu?
19 Mirad, pueblo, mientras el ser humano no acepte ni crea en la reencarnación, no puede concebirme a mí como justicia y poder; nunca podrá llegar a comprender que él mismo es un espíritu que lleva parte de mi Espíritu, al cual le he concedido sus distintas venidas a este mundo a morar en una materia para poder cumplir también distintas misiones.
20 Por eso, os he dicho: que unos y otros os encontráis reencarnando, que habéis venido en distintos cuerpos humanos; y en ellos, mucho habéis evolucionado también en el espíritu; porque cada venida a este mundo, son nuevas experiencias que recoge el espíritu en su cumplimiento; experiencias, recogidas por medio de las pruebas que se le presentan en su camino durante su existencia humana mientras se encuentra morando este planeta; pruebas, que le hacen llorar, que le hacen desesperar, que le hacen renegar y por instantes también le hacen debilitar y caer en los abismos.
21 Por eso contempláis que entre vosotros, se expresa en unos, la reaciedad; en otros, el vicio; en otros, la cizaña y la maldad; en otros, la buena voluntad, la humildad, la paz, la tranquilidad, el cumplimiento, el reconocimiento a mi divinidad.
22 Existen seres reencarnados, de distinta índole; y he ahí el por qué os digo, que no todos os encontráis en el mismo grado de evolución y de reconocimiento, porque los unos tenéis más reencarnaciones y los otros menos y las experiencias de cada quien son distintas; porque cada espíritu tiene marcado el número de pruebas y lecciones, son experiencias por las cuales tiene que pasar; y por medio de esas pruebas y lecciones, tiene que ir obteniendo el reconocimiento, el adelanto, la limpidez y la comprensión.
23 ¿Me habéis comprendido, pueblo de mi divinidad? ¿Habéis comprendido el porqué de las distintas reencarnaciones? Entonces, bien podéis hacer vos mismo que el hombre incrédulo, conciba también mis tres advenimientos entre la humanidad. Vos podéis explicar la existencia del espíritu. Vos podéis hacer comprender el porqué del primer o, segundo y Tercer Tiempo, que forman mi trilogía divina; porque mis tres advenimientos, representan mi trinidad.
24 En el Primer Tiempo vine entre vosotros manifestándome cual Padre. En el segundo, como la representación del Hijo, cual el Verbo encarnado del mismo Padre; y hoy, en este Tercer Tiempo, he venido como Espíritu Santo, como Maestro de maestros, como enseñanza sublime; porque vengo a derramar mi doctrina nuevamente entre vosotros mi pueblo.
25 Mas, esta enseñanza, no se ha de perder; porque si las lecciones del primer o y Segundo Tiempo se volatilizaron de vuestros corazones; hoy es mi voluntad, venir a mostraros la lección de mi enseñanza, ya no grabada en la roca; ahora es mi voluntad, grabarla yo mismo con mi propia esencia divina en vuestros corazones y conciencias.
26 Porque vosotros mi pueblo, sois estos, aquellos y los mismos, en los que he depositado mi doctrina y he estado pulimentando vuestros corazones, he estado apartando la reaciedad y el endurecimiento de ellos mismos, para poder hacer revivir la simiente depositada en tiempos pasados; simiente, que permanecía estéril; pero yo con mi rocío divino le he estado dando vida y ella se encuentra aún floreciendo en el corazón de Israel, en el corazón que ha sido marcado, señalado con mi sangre divina desde el Primer Tiempo.
27 Pues mirad que en el Primer Tiempo, cuando os rescaté del faraón, quedaron marcadas con la sangre del cordero vuestras familias para que se libraran del juicio divino en el Egipto antiguo. Y en el Segundo Tiempo, cual el cordero inmolado, vertí mi sangre por amor a vosotros; porque vos, pueblo, erais de mis elegidos y por vosotros sufrí hasta lo indecible.
28 Y no os dejaré, hasta que el libro de mi sabiduría, que formará mi tercer testamento, se encuentre dado a conocer hasta su última página, ya os he dicho que estoy grabando sus lecciones con letras indelebles en vuestro corazón; porque quiero que esta enseñanza sea transmitida por vosotros a la humanidad.
29 Yo quiero que vosotros también sepáis cultivar las tierras y sembrar la simiente y con vuestro buen cultivo, florezca y dé sus frutos; frutos, que ya no contemplaréis; esa cosecha ya no la recogeréis con vuestras propias manos.
30 No, mi pueblo, vos ya no veréis en este mundo, el nacimiento, el florecimiento y el fruto de esa semilla que sembréis en las tierras que ponga a vuestro paso. El fruto de vuestra siembra, de vuestra lucha, lo cosecharéis en espíritu, el regocijo que experimentéis, lo sentirá vuestro espíritu; el galardón que yo os entregue, lo recibirá vuestro espíritu; y el lugar que yo os prepare, será para vuestro espíritu, porque ésta es mi voluntad.
31 ¿En dónde queréis vuestro galardón, pueblo bendito, aquí en esta tierra o en el valle espiritual, cuando ya vuestro espíritu haya ido ante mi tribunal a entregar cuentas?
32 Bendito seáis, que habéis comprendido que el galardón que yo os tengo prometido, no es un galardón material, no es un pago material; lo que yo os prometo: son beneficios espirituales, bienes solamente para el espíritu. Yo ceñiré en vuestro espíritu la corona de laurel siempre que os hayáis hecho acreedores a ella como es mi voluntad.
Elías:
33 Divino Maestro, el anciano venerable viene ante tu planta, lleno de regocijo porque tu pueblo te escucha y presta atención a tu enseñanza. ¡Míralos! Cómo una a una de tus sílabas va quedando en su corazón. Mira cómo mi rebaño que es tu pueblo, hace un esfuerzo por concentrarse en todos sus sentidos para poder comprenderte; mas se encuentran en materia y la influencia de la misma, les hace más difícil comprender tu esencia bendita.
34 Pero yo, Elías, cual cincel de luz, seguiré dando lucidez a sus entendimientos para que puedan llegar a comprenderte; pues cortos son los instantes de este tiempo, en que te encontrarás entre ellos entregándoles este mensaje divino.
35 Yo me acercaré más a sus entendimientos y les haré sensibles y dóciles; y así, una a una, irán grabando la esencia de esta enseñanza tan grande y divina que te has dignado entregarle a tu pueblo en los tres Tiempos.
36 Tu enseñanza es alimento para Israel y yo con mi consejo lo seguiré guiando en este camino por el cual tiene que transitar; mas has tenido caridad de él y le has concedido un guía, un báculo; y ese soy yo, Elías, el buen pastor que se encuentra velando por el bienestar de tus hijos; y si en este instante me concedes, yo seré con este rebaño para hacerlo recordar sus deberes para con su Maestro.
Divino Maestro:
37 Elías, guía de este mi pueblo que habéis reunido cual vuestro rebaño de este Tercer Tiempo yo os concedo que seáis con vuestras ovejas y les entreguéis vuestro consejo, para que el rebaño se sienta fuerte y siga adelante en vuestra compañía hasta el final de su jornada. ¡Entregadle! ¡Hacedle reconocer mi voluntad! Y así él se levante a un cumplimiento que le ha sido entregado y que tiene que cumplir antes de su partida al más allá todo lo que entreguéis y ofrezcáis, a Israel, yo se lo concederé, porque ésta es mi voluntad.
Elías:
38 ¡Bendito seas, Maestro! Con toda sumisión en mi espíritu, me levanto a entregarle mi consejo a mi rebaño que tanto amo y que por tu voluntad le entregaré, le llenaré de complacencias y así él no desmaye en su camino, no debilite su planta ni se aparte del redil que yo les he formado, donde ha sido tu voluntad permanezca unido y congregado saboreando de los pastizales fértiles que solamente en este redil se pueden saborear. ésta es tu voluntad y tu mandato y yo lo cumpliré conforme tu deseo divino. Voy a mi rebaño, con tu divino permiso, Padre amado.
39 Rebaño bendito del redil de vuestro pastor, en este instante ha descendido también la luz de vuestro guía espiritual y os doy la bienvenida, porque os habéis levantado escuchando mi llamado y recordando el alba que era, alba de gracia dominical en que vuestro pastor os despertaba de vuestro sueño para que apacentaréis vuestra planta en unión de vuestro guía y así vinieseis a escuchar una sílaba más del Divino Maestro que con todo amor os va a entregar.
40 Mas, si ya lo habéis escuchado en este instante, él continuará su enseñanza entre vosotros, nada más que por su caridad ha permitido al guía de encarnados y desencarnados que viniese también a entregaros el consejo de luz para poder proseguir el camino espiritual que en este Tercer Tiempo, el ha venido a preparar para todo aquél que quisiere ser espiritualista.
41 No desmayéis, rebaño muy amado. ¡Seguid escuchando la campana sonora que toca a congregación! Seguid escuchando sílaba tras sílaba del Divino Maestro, y así contemplaréis que el camino se va haciendo más fácil de transitar. Mirad que todos vosotros tenéis la facilidad de transitarlo porque tenéis una ayuda muy grande, que es la del Maestro, y la de vuestro pastor; que a cada instante velamos y oramos por vosotros, que sois los que estáis siendo preparados, para que el mañana, podáis preparar también a los que tras de vosotros se acerquen al camino para transitarlo.
42 Tomad, mi rebaño, es una caridad que invisiblemente os entrego y que solamente con la vista espiritual podéis contemplarla; y lo que pertenece a vuestra carne, el Padre os lo entrega por añadidura y también con ello os podéis recrear grandemente cuando lo contempléis efectivo en vuestras manos, porque ésta es la caridad del Padre.
43 Seguid escuchando a vuestro Maestro y grabad cada una de esas sílabas benditas; y no dejéis, que se las lleve el viento, que yo en este instante os perdono y bendigo, en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy, la representación de la luz del Espíritu Santo.
44 Divino Maestro, le he entregado a mi rebaño el cual es tu pueblo. Tú me lo has permitido y yo con la sumisión en mi espíritu, he cumplido tu mandato; sólo espero, que le entregues al pastor tu mandato para seguir cumpliendo como es tu divina voluntad.
Divino Maestro:
45 Elías, que por conducto del hijo del hombre, en esta alba de gracia os aposentáis haciéndome presente vuestro cumplimiento, yo os concedo que también le entreguéis al resto de la humanidad vuestra caridad, vuestra ayuda y vuestra luz, para que esa multitud siga adelante hasta el final donde es mi voluntad y todos puedan hacerme presente el buen cumplimiento a la misión que cada uno de mis hijos ha venido a cumplir en este Tercer Tiempo; porque ésta es mi voluntad: emprended vuestro vuelo que en el solio os esperan el coro de ancianos para daros la bienvenida y cantaros el ¡hosanna!
Elías:
46 Gracias Maestro amado, voy al lugar que me indica tu índice bendito y desde ahí, seguiré cumpliendo conforme es tu santa y bendita voluntad rebaño amado de mi redil, que la paz de mi espíritu de pastor, no se aparte de vos.
Divino Maestro:
47 Hijos amados, os contemplo con el regocijo en vuestro corazón y espíritu, porque habéis tenido en vuestra compañía al pastor que he puesto delante de vosotros para que os enseñe cómo debéis dar vuestros pasos en firme hacia adelante.
48 Porque mirad, mi pueblo, que la vereda por la cual estáis transitando, no os permite retroceder, no permite que volteéis vuestra faz hacia atrás; porque yo os he dicho que este camino es estrecho pero seguro y el que pisa el dintel de mi camino, tiene que seguir adelante, porque tras de él vienen muchos más; y no puede el que va adelante, dar media vuelta, porque impediría el tránsito a los demás, por eso es indispensable seguir adelante, para que todos puedan seguir también.
49, mirad que a este pastor, le ha sido confiada grande y delicada misión, que ha tenido que venir en este Tercer Tiempo a desempeñarla y a recibir mandatos y ordenes del Padre; porque también como guía, no solamente ha de cumplir entre el rebaño escogido, sino también tiene que conducir su espíritu por los breñales, por las veredas, por los distintos senderos conocidos y desconocidos para rescatar a toda la humanidad.
50 Mas, vosotros, no le habéis imitado ni un instante, sólo os habéis familiarizado con su consejo, con sus palabras de luz que a cada instante os entrega; porque él ilumina vuestro entendimiento en todo momento en que yo me aposento a entregaros mi palabra; porque él, antes que yo, desciende a elucidar estos entendimientos para que bien podáis captar estas sílabas que os entrego y ellas no se volatilicen de vosotros y os quedéis sin su esencia, sin su enseñanza, porque esa no es la voluntad del Padre.
51 Pueblo bendito de Israel, el Maestro os interroga en este instante y os dice: ¿queréis poseer la paz de mi Espíritu en todo vuestro ser? ¿Queréis disponeros con toda buena voluntad a escuchar mi enseñanza y dejar que la esencia de ella misma bañe todo vuestro ser, también? ¿Queréis ser poseedor de toda mi sabiduría? ¿Queréis ser dueño de mi arcano y con él sorprender a los hombres? ¿Queréis entregarle con vuestro pensamiento la caridad a vuestros hermanos los necesitados? Yo recibo la respuesta de lo más profundo de vuestros corazones; y me decís: Padre Celestial, si tú nos crees dignos de poseer todas esas dádivas divinas, hágase en nosotros solamente tu divina voluntad.
52 Y yo os digo, mis hijos: cuántas veces he querido hacer mi voluntad en vosotros y no lo habéis querido, no me lo habéis permitido; cuando habéis contemplado que yo me dispongo a hacer mi voluntad, habéis interpuesto vuestra inconformidad, os habéis opuesto y revelado a mi voluntad; y por eso, por vuestra voluntad, no he hecho yo la mía y siempre he esperado esa conformidad de parte vuestra.
53 Mirad que yo cual Padre y Maestro amantísimo, nunca os he hecho que me comprendáis por la fuerza; nunca os he obligado a que me sigáis, nada más porque yo así lo quiera. ¡No, mis hijos! Yo siempre os he dicho el porqué de mi mandato, de mi palabra, el porqué de mi enseñanza; y no nada más os he pedido que me sigáis, también os he tomado de la mano y os he conducido, he puesto complacencias, recreos para vuestra materia y espíritu; y os he dicho: tenéis que caminar por aquí y por ahí no; tenéis que saborear de estos frutos y de esos no siempre os he prevenido de los peligros y os he enseñado cómo debéis de defenderos, para que no hagan que caigáis al abismo; pero vosotros siempre habéis demostrado que habéis hecho caso omiso de estos consejos, de estas mis lecciones .
54 Siempre me habéis presentado vuestra falta de comprensión, de estudio, de adelanto a lo que yo en los tres Tiempos os he dicho, cuando que mi voluntad, ha sido preparar a un pueblo digno del Maestro de maestros y de su enseñanza y presentarlo ante la humanidad lleno de conocimientos espirituales y dispuesto a servir a sus hermanos; y así, no dar cabida a que la humanidad blasfeme en mi contra y en contra de vosotros.
55 Porque, si yo me he valido de vosotros en todos los tiempos, es porque ésa, ha sido la voluntad del eterno y en este Tercer Tiempo por ser el ultimo de comunicación divina en el principio de la Tercera Era, es la tercera de mis manifestaciones en palabra humana y es la ultima oportunidad que el Padre os ha ofrecido para que escuchéis mi palabra divina en forma humanizada.
56 Este es el tiempo llegado, en que al terminar mi comunicación en esta forma, Israel se levante disperso por los caminos cual maestro, representando a mi divinidad en su cumplimiento, previniendo a la humanidad por medio de profecías, de videncias, de revelaciones, dando palabras de prevención para el futuro, enseñando y conduciendo al mundo por un camino ya de preparación, enseñando nuevos horizontes y previniendo a los corazones de lo que les acecha; enseñando cómo deben de defenderse y a quién deben clamar en su angustia y en su desesperación.
57 No os olvidéis que no solamente os he venido a adoctrinar a vosotros; no nada más vosotros, os tenéis que proteger del caos; también tenéis que proteger a los que no saben como hacerlo, tenéis que presentaros en medio del caos revestidos de fortaleza del cráneo a vuestra planta y en ese instante elevaros a mi Espíritu e invocar mi nombre y pedir por los que no saben, para que ellos no tengan tiempo de blasfemar ante su falta de elevación, de conocimiento, ante su falta de preparación para comunicarse espiritualmente con su Padre Celestial.
58 Vos Israel, brillaréis como arco iris de paz, de consuelo, de salvación y yo por vuestro conducto me derramaré ante vuestros hermanos para que aprendan cómo se le habla al Padre, cómo se le pide, y cómo se ora, ante la dura prueba, porque ésta es mi voluntad.
59 ¿Me habéis comprendido, Israel? sí me dicen vuestros corazones mas yo contemplo que ese: sí no es firme, no es seguro; pero es mi voluntad que afirméis vuestro: sí y que ya no titubeen vuestros labios ante mis preguntas; quiero que reafirméis vuestra voluntad, que ya no seáis débil en vuestra buena voluntad ni en vuestro paso, en vuestro cumplimiento ni en vuestra perseverancia.
60 Ya quiero contemplaros: firme y seguro en todo vuestro ser y así cuando el momento sea llegado, yo me derrame en vosotros, dándoos distintos cargos y misiones; porque yo nombraré emisarios que atraviesen las fronteras, que velen por los puertos, que preparen los distintos caminos; y cuando ese tiempo llegue, yo los enviaré como buenos emisarios, preparados por mi inspiración bendita; y ellos, grandes experiencias recibirán en sus caminos y a su retorno grandes testimonios darán a conocer entre Israel, para que así, esos prodigios, Israel los esparza por el orbe de la tierra.
61 ¿Quienes seréis los emisarios de mi voluntad? Mas, ¿quiénes iréis a velar por la paz y la armonía de otros lugares? No lo sabéis en este instante; pero a su tiempo lo sabréis, por eso quiero que todos permanezcáis preparados y dispuestos, para que en el instante en que yo os llame ante mi planta, vosotros os acerquéis sin temor alguno y os dispongáis a atravesar los montes y los mares y si es posible, el océano; porque se abrirán distintos caminos y vuestro cumplimiento será de carácter material; pero en su fondo, será la voluntad del Padre que os pondrá la oportunidad para que cumpláis una misión espiritual; y yo os prepararé del cráneo a vuestra planta y conduciré vuestra planta, a donde sea mi voluntad.
62 Porque Israel, ha de convertirse en el gran emisario que poseerá en su mano la voluntad del Padre, sus mandatos, sus caridades y todo lo necesario para el cumplimiento espiritual y material; porque como estáis sometidos a las dos manifestaciones de mi Ley, tenéis que cumplir con esas dos legislaciones, que será la espiritual y la material; pero dentro del comportamiento humano, no olvidéis: que antes que lo material, está lo divino; y antes que el César, está mi divinidad.
63 No os olvidéis de estas frases, Israel y si el César os exige que le cumpláis, yo también en este tiempo quiero que me cumpláis; pero por amor, reconocimiento y espiritualidad. Pues ya no quiero contemplar vuestras chozas desoladas, no quiero contemplar que la discusión y la desunión, se suscite a cada paso en vuestro hogar; no quiero, contemplar en las casas de Israel, que estén edificadas las torres de soberbia, de maldad, de desunión, de incomprensión.
64 No quiero escuchar la blasfemia en los labios de Israel, no quiero que Israel contra Israel, se enfrente y que la contienda sea tremenda entre los unos y los otros; no quiero contemplar la muerte civil entre vosotros, no quiero que opaquéis vuestra moral con las prácticas superfluas, no os degeneréis en vuestras costumbres, no os degradéis en vuestra elevación y comunicación con mi Espíritu.
65 Quiero que cada choza de Israel, me presente una depuración completa de costumbres, de actos, de modo de vivir dentro y fuera de vuestro hogar. Sí, mi pueblo, yo quiero contemplar un templo en cada hogar, un santuario que atraiga con su preparación y su limpidez a mi espíritu divino.
66 Mirad pueblo bendito: cada choza vuestra, se encuentra marcada nuevamente con la sangre del cordero y la humanidad se encuentra contemplando esa marca; y por ella, seréis reconocidos y buscados por vuestros hermanos; pero, si no os contemplan, debidamente preparados, os desgarrarán y os juzgarán severamente; cuando ésta, no es mi voluntad.
67 Mirad Israel: si vos no os presentáis ante vuestro hermano con la debida preparación, él os cerrará sus puertas y no os dará cabida para que podáis sinceraros y entregarle mi doctrina, porque le abriréis vuestro corazón para que os tenga confianza; y vos, con vuestra intuición, podáis escudriñar su corazón y hablarle de los problemas y vicisitudes que le aquejan; y solamente, vos podréis darles la solución y encaminarles por el sendero del bien y de la regeneración, para que todos encausados por el mismo camino puedan llegar a mí.
68 Mas, antes que a vos, no puedo recibir a la humanidad. Si vos, Israel, no me entregáis vuestro cumplimiento, yo no podré recibir el cumplimiento de vuestros hermanos; porque vosotros sois los responsables del cumplimiento de la humanidad; porque yo os he hecho los responsables en este Tercer Tiempo y es mi voluntad que vosotros cumpláis, para que así vuestros hermanos os imiten y puedan también cumplir.
69 Porque es el tiempo llegado de vuestro buen cumplimiento, de vuestro acercamiento a mi Espíritu por medio de ese cumplimiento; porque no esperéis que yo venga nuevamente hasta vosotros, ¡no!; después de este Tercer Tiempo, vos seréis siempre, el que tengáis que llegar a mí, ya mucho he descendido yo a vos, pueblo, mucho he materializado mi Espíritu y mi Verbo ha descendido hasta el grado en que vosotros os encontráis de materialismo para que pueda ser escuchado y comprendido; y ahora seréis vos, el que tengáis que ir a mi Espíritu, porque ésta es mi voluntad.
70 Mi palabra, os brinda más evolución, os brinda la oportunidad de que aprendáis a comunicaros espiritualmente con mi Espíritu; mi palabra posa en vosotros el deseo de seguir viviendo, aun cuando alguno me habéis pedido que corte el hilo de vuestra existencia, porque ya mucho habéis sufrido y purificado y ya no queréis seguir viviendo en este valle de lágrimas; pero habéis escuchado mi palabra y os habéis alentado, os habéis sentido con ganas de seguir viviendo y de cumplirme; y yo os concedo que todos los sufrimientos por los cuales habéis pasado, se aparten de vuestro pensamiento y no sean causa de vuestros deseos tergiversados, ya que yo quiero que viváis con mi palabra y que os alimentéis con la esencia de ella misma.
71 No quiero que imitéis a aquéllos que cobardemente se quitan la existencia de su cuerpo, la vida en su cuerpo es algo que no les corresponde; porque la vida yo os la he dado, los hilos de vuestra existencia en la materia existen en mi, ¿y por qué habéis osado algunos de vosotros, el querer arrancaros esos hilos ¿por qué os habéis intercalado en mis íntimos designios y habéis abierto los labios y me habéis pedido que sea yo, el que los corte?
72 ¡Ah, labios blasfemos! ¡Ah, corazones, que solamente en vos mismo pensáis? ¿Qué no habéis comprendido, que yo soy el que os he dado la existencia humana y que yo soy el único que os la puedo quitar, el único que puedo privaros de seguir viviendo en un cuerpo humano? ¿No os he dicho: que en mi voluntad divina, existe vuestro destino?
73 Entonces, sed conformes y solamente esperad el momento marcado por mi voluntad para recibir ese instante de transición espiritual con conformidad; y al llegar el momento en que tengáis que partir al más allá, dadle sólo las gracias al Padre, porque se ha llegado el instante de contemplar una nueva vida; dadle las gracias de que por ese medio, el Padre os resucita a una nueva vida espiritual; porque cuando habéis creído que es el fin de la existencia de vuestro ser, es cuando va a empezar una nueva vida para vosotros, es cuando con vuestra vista espiritual contemplaréis una nueva existencia, un nuevo camino, una nueva restitución; por eso quiero que todos esperéis ese instante de transición espiritual con la debida preparación para que no seáis sorprendidos por la muerte, como la nombráis vosotros.
74 Con tristeza en mi Espíritu me presento ante vosotros, porque veo que muchos no me habéis comprendido plenamente, pues aún teméis a ese instante de transición, que nombráis: muerte como si se tratara de un espíritu maléfico que viene a arrebataros la existencia. Yo contemplo el terror en el rostro de la humanidad ante el fallecimiento de los cuerpos humanos, el miedo a llegar a ese acto de transición; que ni siquiera reconocen ni perciben haberlo experimentado antes en sus otras existencias humanas; acto, al que lo han concebido en su imaginación, dándole mil formas con su pensamiento; y por eso yo contemplo en los seres humanos el temor ante ese instante de transición de los que han partido al más allá, ante ese paso de los seres, en el que se encuentra morando su alma en una envoltura material y pasa su alma a morar el valle de las almas; pero que es un suceso normal que está establecido en la naturaleza material para su renovación, su transformación y evolución, por el cual todos debéis pasar, ya que es un orden perfecto dictaminado por la Ley universal de Dios.
75 Sin embargo, pueblo, mirad como se estremecen vuestros hermanos; como se horrorizan cuando lo recuerdan y blasfeman en contra de esa transición espiritual, en la que grandes experiencias ha recogido su ser dentro de toda su evolución espiritual. Mas unos y otros, temen morir e inculcan el temor también a la niñez y por eso la niñez desde su pequeñez teme y blasfema en contra de la muerte. Mas esa transición nunca llega antes del instante marcado en el destino humano que ha elegido cada quien; se presenta siempre dentro de un orden perfecto de la Ley del creador; pero por instantes, los corazones blasfeman y le atribuyen imperfección, pero no han llegado a comprender el porqué de estas disposiciones divinas y por eso son inconformes; y la desesperación y la blasfemia son en ellos, cuando un ser querido es arrancado de su regazo y sólo muestran su inconformidad ante los designios divinos del Padre Celestial. Mas, a pesar de eso, yo les perdono, porque no me han comprendido y no saben lo que hacen.
76 Yo os digo en verdad: ¡bendito seáis! ¡Oh! Mi pueblo, que grandemente habéis experimentado y evolucionado a través de los tiempos en vuestra misión espiritual. Os habéis presentado en este tiempo ante mi Verbo Divino; porque yo os he hecho el llamado en este Tercer Tiempo, yo os he enseñado que en la esencia de mi palabra, os doy la extremaunción; y he permitido que os encontréis cerca de vuestros hermanos que van a partir de su materia, para que en vuestra palabra sientan mi efluvio de amor, que se den cuenta de la esencia de vuestras palabras, que las estudien y analicen para que lleguen a comprender ese instante de transición espiritual y perciban a los seres que les aman y los esperan, para conducirlos hacia mi luz.
77 Haced saber a vuestros hermanos la realidad de ese paso trascendente, que llaman: muerte para que lo respeten; que hablen de su existencia en la naturaleza terrestre, con el debido respeto y que se aparte ya ese temor de su ser; y solamente se haga presente su confianza y conformidad ante los altos designios del creador; que comprendan que es algo natural en la creación y solamente lo recuerden como un orden perfecto establecido por la suprema Ley universal; ya que todo en la naturaleza material, obedece a esa Ley; y así, comprendiéndolo, solamente bendigan mi nombre y busquen mi luz en sí mismos.
78 Recordad que yo estoy en todo y todo está en mí. Yo estoy en lo espiritual y en lo material. ¡Buscadme! Estoy en vuestra alma también; y doquiera que estéis, me encontraréis y pedidme que yo os revista de luz y de fuerza para que podáis seguir cumpliendo en alma o en materia, conforme es mi santísima voluntad.
79 Mirad, pueblo de Israel, para el ignorante de mi presencia en él mismo y que parte al valle de las almas, confundido; existen ahí, con la luz de mi doctrina de amor, seres hermanos vuestros, que en materia fueron deudores o parientes vuestros, y que en espíritu, se encuentran ligados por afinidad a vosotros, que están cumpliendo la misión de conducir hacia la luz a los espíritus que parten hacia el más allá; y cuando alguno desencarna, de entre los testigos de ese fallecimiento, ocasionalmente, unos han logrado percibir su presencia como entidad espiritual; y la han confundido con su imaginación, tomándole como una “entidad especial” que viene a cortar con una guadaña el hilo de la existencia humana; y la han nombrado: “parca” o “muerte” y es por eso que la humanidad y aun vosotros, tanto habéis juzgado y temido en ese momento.
80 Mas, si vierais pueblo, cómo se afanan esos seres por ser gratos ante mi divino Espíritu; ellos en su amor, descienden hasta vuestro materialismo; y si os dierais cuenta: de su sufrimiento, de su lamento y de su penar; porque ellos, sufren también, ante vuestra incomprensión e ingratitud; pero miradles: están firmes en su misión, ellos no debilitan ni un sólo instante, ni se amedrentan ante vuestras blasfemias. Mirad sus vestiduras, desgarradas por toda la humanidad; mas yo en este instante les revisto de nuevas vestiduras, de fuerza, de gracia y de luz; porque ellos, no son espíritus en tiniebla, no porque contempléis que se encuentran desempeñando esa misión, vayáis a creer que es porque son espíritus retrasados y llenos de tiniebla, ¡no, mi pueblo amado! Comprended: que son espíritus con luz y que solicitaron al Padre, servir para el desempeño de esa misión; pero no han surgido de las tinieblas, y unos espíritus ya tienen siglos tras siglos en ese cumplimiento y han retornado con luz, del valle espiritual donde se encuentran los espíritus ya grandemente purificados; y han sido señalados por el Padre, para cumplir espiritualmente delicadas misiones entre la humanidad.
81 Seres benditos, luchadores incansables entre la humanidad, manifestad vuestra presencia, emprended vuestro vuelo y haced sentir cerca de este pueblo vuestra influencia espiritual como seres de luz; llegad como hermanos y como amigos, para que así no teman a ese instante decisivo, porque ésa no es mi voluntad. ¡Manifestaos entre mis hijos, como sus hermanos espirituales y haced que sientan vuestra influencia benigna como es mi voluntad! Pueblo amado: quede su influencia de caridad y amor, esparcida entre vosotros para que así, plenamente la identifiquéis.
82 Ya habéis contemplado la tristeza de vuestro Maestro, que ante vuestra incomprensión, yo he querido desvanecer de vosotros el temor y el horror que os causa pensar en partir al valle espiritual. Mas no juzguéis equivocadamente a las manifestaciones de la naturaleza ni le deis forma a lo que no tiene forma. La Ley de Dios siempre se manifiesta en toda su perfección y vosotros todavía no la comprendéis en su plenitud.
83 Mirad pueblo amado: yo estoy acercando entre vosotros, a espíritus de luz que se encuentran desempeñando grandes misiones en la tierra; para que así, todos os améis como hermanos, hijos de un mismo Padre que soy yo.
84 En este instante, pueblo de Israel, habéis escuchado mis recomendaciones y mis instrucciones; porque os he entregado mi cátedra llena de ejemplos de amor para que los grabéis en vuestros corazones; y uno a uno, los vayáis estudiando y en el instante propicio los pongáis en práctica, porque ésta es mi voluntad, que yo os perdono y bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Mi fuerza, mi luz y mi gracia queden con vos, Israel, porque ésta es mi voluntad.
¡Mi paz, sea con vosotros!
5. Las tres tentaciones y la crucifixión de Jesús
Sábado 1 de febrero de 1940
1 Días de gracia, pueblo amado, en que mi Espíritu Santo desciende para poderos dar en vuestra mano lo que os hace falta, para que podáis llenar vuestro alfolí y en el camino vayáis transitando sin hambre y sin sed.
2 Mas, en esta alba de gracia en que la mesa del Maestro, preparada se encuentra para que podáis alimentaros, para que podáis formar parte de este banquete y todos por igual os alimentéis; el Maestro, dice a las multitudes: ¡preparaos! Que vosotros vais a recibir, que vais a hartar vuestros espíritus, a limpiar vuestras envolturas y a apartar la lepra que traéis consigo unos; y el que encienda la antorcha de la fe en su corazón, ha de llevar en su mano y en su espíritu lo que pueda solicitar en su camino; y no se encontrará menesteroso, ni le faltará la migaja de pan para él y para los suyos mas, antes, es menester la preparación, la elevación de espíritu hacia mi espíritu divino, para que todos por igual podáis alcanzar de mí.
Elías:
3 A tus divinas plantas, Maestro incansable, el venerable anciano presentándote está al rebaño; el que día por día, Elías por conducto del hijo del hombre, reúne y congrega.
4 Me aposento en cada corazón, para entreabrirle para que escuchen tu enseñanza divina, son los que van siguiendo la divina huella que les has trazado; los unos cansados en el camino pueden encontrarse, los otros están anhelosos por escucharte; pero a todos, te los hago presentes; a los ausentes también, Divino Maestro, a aquellos que también forman parte de mi rebaño y que aún no me ha reconocido, que no han querido escuchar el llamado de su pastor; entrégales, conforme sea tu divina voluntad.
Divino Maestro:
5 Preparando estoy los corazones, Elías. En esta alba de gracia, los habéis reunido y congregado para que sean delante de mí y alcancen el pan de vida eterna; ya que es el pueblo, que menesteroso levanta su planta y me dice: contempla Padre, lo que te hago presente mas los unos, sin fe se encuentran y los otros con su lámpara encendida; mas a ellos, les estoy preparando para que todos puedan recibir de mí.
6 Elías, sois vos quien os aposentáis y me hacéis presente el número que se ha reunido y congregado, para que mi divina mirada les contemple; y yo contemplo, a cada cual de ellos; mas vos, entregaréis a este rebaño que se ha reunido y congregado en todos los tiempos de mi comunicación divina y que no ha sabido levantarse fuerte, ni ha sabido llevar esa vida suprema que le he dado y les he dado también mi caricia y en todos los tiempos la han perdido. En esta alba de gracia, ¿qué podéis pedirme, que no les conceda? Si vos sois voluntad de mi misma divinidad, ya que sois la representación de la luz de mi Espíritu Santo que os aposentáis a interceder por este pueblo, por estos mis hijos que tanto amo. Dadles, Elías, porque cuanto diereis a mi rebaño, hecho y efectivo será, porque ésta es mi voluntad.
Elías:
7 ¡Heme aquí, ovejas benditas de mi redil! El pastor incansable desciende, para haceros presente ante las plantas del Maestro. Yo soy vuestro intercesor, rebaño bendito, porque instante por instante me allego a vos para que sintáis el calor del pastor.
8 Unos, prestos estáis a decaer; y otros, cansados podéis encontraros; y el pastor, incansablemente os da la mano para que os sostengáis; y en alba de gracia, seáis ante las plantas del Maestro para que escuchéis su divina enseñanza.
9 Rebaño amado, apacentad en vuestro corazón la enseñanza del Padre, porque no sabéis el instante en que lleguen a vosotros los menesterosos y os pidan de la enseñanza que habéis recibido; y si no habéis aprendido ¿qué vais a entregar a mi rebaño bendito que presto está a llegar ante las plantas del Padre?
10 He tocado la campana sonora y os he hecho reconocer que es el alba propicia, en que todos vengáis a hartaros y cual luz refulgente, cual faro luminoso es el pastor entre vosotros para daros mi luz, para que los que estáis cansados os levantéis, para que todos por igual os levantéis en pos de la palabra del Maestro y de vuestro pastor; y así, sigáis transitando por los caminos, porque ésta es la voluntad del Padre.
11 Sí, rebaño amado, albergad en vuestro corazón, la palabra del Maestro y no dejéis escapar ni una sílaba, porque ved y contemplad que el Maestro es incansable entre vosotros y cual bálsamo de curación se extiende para vosotros que os encontráis enfermos; y también el pastor, viene a entregaros la luz de su espíritu, para que con ella, sigáis transitando; mas en este instante, en que el Padre va a entregar a vuestros espíritus y en vuestras manos, el pastor, os dice: ¡tomad el pan de vida eterna! Para que vuestros espíritus, sean los que se salven, porque ésta es la voluntad del Padre.
12 ¡Tomad, ovejas benditas! Yo os preparo porque el alba está propicia en que la madre universal, sea entre vosotros; haced presente las flores de vuestro ser para que por unos instantes sea la intercesora, entreabrid vuestros corazones para que la reina y señora sea entre vosotros, por unos instantes, pues ésta es la voluntad del Padre.
13 Llevad un vez más, rebaño bendito, lo que en este instante os he entregado. Yo os perdono y os bendigo, en el nombre del Padre, por conducto del Hijo y en mi nombre que soy la representación de la luz del Espíritu Santo.
14 Divino Maestro, el pastor, en esta alba de gracia, te pide por aquella parte del rebaño que perdiéndose está; ellos me claman, ellos son los corazones que no han escuchado tu palabra, pero te buscan sin cesar; son los corazones que se pierden, pero que el pastor, por tu voluntad santísima y porque me has confiado al rebaño, concédeme ir en pos de esos corazones, de aquellos espíritus que desgarrándose pueden encontrarse y les entregaré mi luz para que ellos no se pierdan y lleguen hacia ti, porque ésta es tu voluntad.
Divino Maestro:
15 Sí, Elías, doquiera que queráis aposentaros, doquiera que dirijáis el faro de luz, elucidará el camino de los niños que moran la tierra y del espíritu que vaya en el espacio; a todos reunidlos y congregadlos, a todos levantadlos a la vida de la gracia para que lleguen conmigo, y yo les diga: ¡heme aquí, entre vosotros! Y no ellos, digan: ¡helo ahí porque yo los estoy llamando para que ellos sean los que escuchen mi enseñanza y mi palabra llena de poder les despierte y les quite las cadenas que les oprimen por su gran iniquidad y por sus grandes pecados.
16 Aposentaos en los árboles; y ahí, preparadles y reunidles; id a las naciones y ahí también escoged a los que a mí me pertenecen, para que ellos reconozcan que yo he llegado en este Tercer Tiempo; y así de entre mi pueblo, puedan levantarse y los doce mil de cada tribu se aposenten ante mi planta y yo le diga al Padre: ¡helos aquí! Padre y ellos, me reconozcan y así diga al Padre: “Padre, las puertas de la vida eterna para ellos mas, si ellos no quieren oír vuestra voz, si no siguieren vuestra luz, si no oyeren vuestro llamado; entonces, seguid reuniendo en las naciones a mis hijos, que el que quisiere venir al escuchar el llamado, éste penetrará al reino de los celos, porque éste es el último tiempo, en que las puertas de salvación, se encuentran abiertas para los hijos de Israel.
17 Volad, Elías y desde ahí preparad y reunid a los que os he confiado, que yo he recibido a las 99 ovejas que me habéis hecho presente e id en pos de la extraviada. Id, que los ángeles y querubines, os esperan para cantaros gloria y en cortos instantes mi esencia de amor, mi Verbo bendito, estará en el seno del Padre; para que ahí, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, se derramen conforme los altos decretos del Eterno Padre, porque ésta es mi voluntad.
Elías:
18 Maestro, hecho será; y he entregado a este rebaño, conforme es tu santa y divina voluntad. ¡Adiós, rebaño bendito, que la paz de mi espíritu de pastor, sea entre vosotros!
Divino Maestro:
19 Discípulos benditos, parvulitos que os apacentáis, ¿creéis en mi palabra? Mi palabra, está bajo vuestro propio idioma, es muy humilde, mis hijos. Mi palabra, viene a deciros: aprovechad el camino que está marcado con mi luz en este Tercer Tiempo mi palabra, viene a despertaros y a deciros: es el último tiempo que tenéis de oportunidad para salvar vuestros espíritus, ya que: sois estos, aquellos y los mismos porque después del Segundo Tiempo, unos os encontráis en vuestra séptima reencarnación, otros en vuestra tercera y los otros en la cuarta; y contemplad, mis hijos que en todos los tiempos en que habéis venido a morar al planeta tierra, os habéis olvidado del mandato que en vuestras manos he dejado; mas de cierto, os digo: antes de venir a morar la tierra, ya habéis sido; y antes de ser, quien sois, ya os amaba.
20 Sin embargo, mirad mis hijos, la grandeza de mi palabra; y por eso os digo: ¿creéis en mi palabra? Mas, aquel que muerto se ha encontrado en su fosa, ¿creéis que solo yo soy, quien lo va a resucitar? ¿Que soy yo, en este tiempo, quien voy a darle vista al ciego, hacer andar al paralítico, hacer que oiga el sordo, hacer que hable el mudo y que resucite a la vida de la gracia, el que muerto estaba? Yo, os he dado potestad con mi palabra, mis hijos, para que en este tiempo, seáis vosotros los que deis vida a la humanidad, seáis quienes resucitéis al lázaro una vez más de la fosa; y le digáis: ¡lázaro, levantaos y salid fuera!, y él se levante con vida; pero si vuestros hermanos, dudasen y os dijeran: ¿cómo quieres que se levante, si ya su cuerpo se encuentra en descomposición? Mas, si vosotros tenéis fe en mi palabra, con ella apartaréis esa descomposición; y apartando su loza, lázaro se levantará de su sepulcro, saldrá a la luz del mediodía y tendrá vida eterna, porque ésta es mi voluntad.
21 Vos, pueblo, seréis quien hagáis estos prodigios por fe, por creer en la potestad de mi palabra, por lealtad a mi Ley, por sumisión y amor a la causa que en vuestras manos he dejado; y el muerto llegará en vuestro camino; y vos, le daréis vida; y al sordo; quitaréis la sordera que ha tenido a través de los tiempos y él oirá mi palabra, y escuchará mi voz y el murmullo del mundo; mas, siempre que hicierais estos prodigios en mi nombre y con fe, hechos y efectivos quedarán; mas si no lo hicierais en mi nombre, y sin fe, difícil es que vos apartéis su lepra, porque en estos tiempos es menester que vosotros, os levantéis testificándome, es menester que deis a conocer al universo entero, mi palabra y mi verdad.
22 Contemplad mi pueblo, que hoy, no vengo como en el Segundo Tiempo en carne aparente para el mundo.
23 Cuando los hombres me juzgaron, me sentenciaron, se levantaron en el camino, y dijeron: ¿quién es éste? Mas al reconocer que era el Hijo de María, dijeron: éste, es el hijo del carpintero y los que escucharon mi palabra, creían, mientras que otros, llevaban la burla y la befa; y los otros, decían: éste es el que se hace pasar por Dios y es el hijo del carpintero mas yo, que les escudriñaba, dije al ciego: abrid los ojos y ved cuando mi mano le tocaba; y vio la luz y contemplaba a su señor; y éste, daba el grito de gozo y caía ante mi planta y decía: ¡oh prometido de Israel! ¡Oh! Prometido de Galilea, ante tu planta soy y besaba mis vestiduras, y le dije: ve a casa y no digáis quién os ha sanado mas éste, a voz en cuello iba diciendo quién lo había sanado; mientras que los otros, seguían escudriñando y decían: ¿cómo es posible que este hombre, que lo hemos conocido que es humilde, que no tiene calza, ni doble vestidura, sea el que con decir al hombre que vea, él ve, con decir al mudo que hable, él habla. He ahí, pueblo bendito, entonces, pude decirles: “ningún profeta en su tierra es reconocido, ni sus profecías son aceptadas.”
24 ¡Heme aquí, pueblo bendito, en este Tercer Tiempo! El Cristo de Dios, es entre vosotros, una vez más. El Verbo Divino que encarnó en el hijo del carpintero, está entre vosotros, ¡créalo el hombre o no lo crea!
25 Y para recordaros, pueblo bendito, que en el Segundo Tiempo, vine a deciros que cuanto hicierais en mi nombre, efectivo sería; hoy, en este Tercer Tiempo, también os digo: cuánto hagáis en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, efectivo será en vuestro camino.
26 Mas, vosotros, en este tiempo, estáis escuchando mi voz que os está despertando, recordando los acontecimientos que habéis olvidado, ya que os habíais olvidado de los deberes para con vuestro Dios; y por eso, os apacienta la voz desde el alto solio, inspirando un cerebro humano; mas, yo desde mi alto solio, hago que el portavoz abra sus labios y escuchéis la Verdad y así podáis cumplir con la deuda que tenéis conmigo.
27 Porque de cierto, el Maestro, os dice: han pasado dos eras y en vuestras distintas reencarnaciones, no habéis cumplido; en todas, os habéis olvidado de cumplir con la deuda que tenéis con vuestro Dios y señor.
28 Pueblo bendito, aunque vosotros quisierais, que me aposentara como en el Segundo Tiempo; de cierto os digo: el Padre no me lo concedería, porque hoy, la Ley está en vuestras manos, hoy la doctrina está en vuestro camino, está el Verbo Divino con vosotros, para que os preparéis; y cuanto más os preparéis, más podré entregar palabras de perfección por vuestro conducto; porque vosotros, estáis sujetos a las pruebas; y yo, soy quien estoy permitiendo esas pruebas en el camino, para que seáis prestos a seguir despertando; porque estáis sujetos a la prueba, mas yo os estoy enseñando con la misma palabra, con mi misma doctrina, con mi misma Ley, para que despertéis; y cada quien, pueda interesarse por sí mismo, para bien de su salvación; y así pueblo, podáis alcanzar esa paz y podáis sanar en cuerpo y en alma, porque ésta es mi voluntad.
29 Mirad, pueblo bendito, si queréis que aparte vuestro dolor, encended la lámpara de vuestra fe; encended esa lámpara, que está apagada en vuestro ser, porque unos os apacentasteis, habiéndome escuchado por una y por otra envoltura y dudando estáis de mi presencia divina; y otros, cuanto más me habéis escuchado, menos me estáis creyendo.
30 ¡Ah! Mis hijos, que con la palabra no os habéis dignificado y no os habéis inspirado. ¡Ay de vosotros, que queréis las lecciones por justicia! Porque en vuestro camino, os perderéis y quedaréis envueltos en tinieblas; y no habrá mano que os levante a la vida de la gracia, no habrá lealtad que os haga amaros de los unos a los otros, como yo os he amado; porque de cierto os digo: en este Tercer Tiempo, vengo a deciros: que os améis de los unos a los otros, como yo os he enseñado y como los ejemplos que os he dado, desde el Segundo Tiempo.
31 Por eso, mi pueblo: encended la flama de vuestra fe, creed en mi palabra, por verdad y por amor porque ninguno podéis juzgar la Ley de injusta, como os la he dicho; por eso he venido a despertaros del letargo, en que os encontráis; desde a través de los tiempos vengo apartando vuestra idolatría, vengo quitando las superfluas ideas, vengo a deciros, que no hagáis en mi nombre prácticas vanas, ni en mi nombre os levantéis para dañar a vuestros hermanos con obras superfluas y malas.
32 Ni con mi Ley, ni con mi palabra, vayáis a enseñar a vuestros hermanos: transformaciones de cuentos, actos de magia o hechicerías, ¡no, mi pueblo! Porque si eso os enseñare, ya me podríais tomar como un “Dios pagano” inventado por el hombre; y soy vuestro Dios verdadero, que he sido desde el principio y a través de los tiempos y seré hasta la consumación de los tiempos: el Maestro de maestros, que vengo a enseñaros mi doctrina de amor, para que encendáis esas lámparas de fe y todos por igual os levantéis cantando: ¡aleluya a vuestro Dios!, pero con cánticos, de amor y de verdad, nacidos del corazón, para que se derrame el efluvio divino, que en esta alba de gracia, yo estoy vertiendo a vuestros espíritus, porque ésta es mi voluntad.
33 Tomad mi luz para que no os encontréis menesterosos; y con vuestra fe, podáis alcanzar lo que me pedís, pueblo bendito; porque yo contemplo que venís como en el Segundo Tiempo, llegaron las multitudes a rodearme y aposentándose en el monte Gethsemaní, ahí las multitudes se reunieron y escucharon al Verbo del Padre Celestial, ellos lloraron y contemplaron la luz en mi palabra, entonces dijeron: Maestro divino, sólo tú contemplas lo que hace falta en los corazones, sólo tú contemplas el yugo de roma, el dolor y el sufrimiento de Israel mas en ese instante, elevando mi alma al Padre, pude haberles dicho: Padre nuestro que estás en los celos, en la tierra y en todo lugar, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino y hágase tu voluntad, así en el cielo como en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo el día de hoy y perdónanos, así como nosotros perdonaremos a nuestros deudores.
34 He ahí, pueblo bendito, una vez más, vengo a daros el claro testimonio y ejemplo de mi palabra, porque os apacentáis y me decís: Maestro, contempla la opresión que existe en nosotros, la opresión en que nos encontramos en nuestra nación, mira y contempla nuestros corazones, latiendo de espanto, porque los que nos gobiernan en esta nación, por un instante se debaten; y, ¿qué será de nosotros? Mi pueblo, si hubiese escasez en los alfolíes de vuestra nación y en los arcanos de ella, sería el hambre entre vosotros.
35 Mirad pueblo: en vuestros caminos, unos a otros os habéis arrebatado las tierras, y no sólo los campos se han destruido, los hombres se han levantado y los unos a los otros se han dado muerte; y los campos preparados para dar trigo, sólo se han manchado de sangre hermana y por eso hoy los campos se encuentran estériles, porque en los mismos campos mis hijos se han levantado para formar sus guerras civiles y unos y otros os encontráis llorando en este tiempo; mas si el mañana se levantan los que rigen vuestra nación en guerra civil, gran daño, gran peste y muerte se cerniría entre los que se encuentran morando en ella en este tiempo.
36 Todo esto, es lo que me hacéis presente en esta nación, mis hijos, y también me decís: Padre, contempla el globo terrestre, en donde moramos; que por la gran civilización de los hombres, han atravesado los océanos y pueden llegar a nosotros, a destruirnos; y nosotros, somos cual los débiles niños, como los que van dando los primeros pasos; y si ellos, llegan, tomarán nuestras tierras y ¿qué será de Israel, nuevamente, Padre mío? Mas los otros, me hacéis presente, a vuestros hijos o a seres queridos, enfermos; y otros, tenéis hambre y no habéis podido encontrar la migaja de pan y os encontráis desnudos, sin jergón y sin techumbre.
37 Así os aposentáis, pueblo bendito, pero me estáis circundando, no estáis en la orilla del río, no estáis en la explanada; hoy no estáis en el monte Gethsemaní, hoy estáis en un recinto preparado por mí, en esta casa de oración que está preparada con cuatro paredes destartaladas, en donde yo he derramado mi gracia y mi luz, en donde no se encuentran altares de oro y plata ni imagen alguna para adoración, en donde yo, me comunico por medio del entendimiento humano de mis portavoces; en su cerebro, descansa un pequeño rayo de mi luz divina, por eso en este Tercer Tiempo, los he nombrado: mis pedestales. Sí, pueblo amado, mis portavoces, son los pedestales, en donde repercute la vibración de mi Verbo Divino.
38 En esta alba de gracia: ¡tomad, mis hijos! ¡Tomad en vuestras manos! Que según vuestra fe, así alcanzaréis; y esta nación, estará en orden y todo será paz y tendréis bonanza, se multiplicarán las simientes y darán fruto, limpiaré la mancha que se encuentra en esas simientes y darán fruto en sazón y de buen sabor, limpiaré la mancha que se encuentra en los corazones de vuestros hermanos; y así, vosotros, de esas simientes contemplaréis el trigo como nunca lo habíais contemplado.
39 Pero si éste, por la gracia que le diere, se enorgullece, entonces será escaso y perdido; mas a vosotros, os toca velar y orar, para que no perezcáis, para que seáis los fuertes. Si veláis y oráis, pueblo bendito, si tenéis confianza y fe en mi palabra, las naciones, fuertes estarán por vosotros, las pondré ante vuestra planta y vosotros, apareceréis cual el pueblo fuerte.
40 Yo os he dicho: ¡luchad contra las tinieblas de la humanidad! ¡Sed los soldados de mi causa! Sí, mi pueblo; mas, vosotros, no heriréis, ni mataréis.
41 ¿Acaso os dice el Maestro, que os levantéis a derramar la sangre de vuestros hermanos? ¡No, mis hijos!; yo os he dado armas de amor; luchad: con vuestra oración, con la obediencia a mi Ley, con la humildad de mi palabra y así, vuestro cultivo quedará sobre las otras naciones y sobre las inteligencias que se encuentran en las naciones; y entonces, vosotros, seréis grandes de inteligencia, vuestro cultivo será grande y con palabras de amor y de verdad, haréis que los hombres se apoyen a vosotros y se queden ante mi planta, convencidos de la luz de mi enseñanza y de mi amor.
42 Mirad, pueblo bendito, ésta es mi palabra que os di en el Segundo Tiempo, de verdad, porque no desobedecí el mandato del Eterno Padre; mas contemplad, que fui tentado tres veces por los tentadores de este mundo. Fui tentado por vez primera, cuando escuché voces que me decían: ¡he ahí, si eres hijo de Dios, di que estas piedras se hagan pan porque hambre tenemos! Mas, a ellas, dije: apartaos de mí, que todo es dado en justicia mas a vos, pueblo, os dice el Padre, en este día: meditad y analizad, mi enseñanza; aprovechad mi palabra y mi esencia que es el pan de vida eterna, para que no seáis tentados.
43 Fui tentado por segunda vez y se me dijo: si te postras ante nosotros y nos adoras, te haremos poseedor de todos los reinos que están en el mundo y todos los pueblos serán tus vasallos. Mas, yo, les contesté: ¡apartaos de mí, sólo a vuestro Dios y señor, serviréis! Y ahora, os digo a vosotros: si vos, veláis y oráis, pueblo bendito, tentados no seréis por los falsos valores y poderes humanos, porque no es mi voluntad.
44 Sí, pueblo bendito, la tercera vez que fui tentado, también se me dijo: si eres hijo del Dios, arrójate al abismo, sé en el espacio y tu cuerpo no será herido porque los ángeles descenderán del celo y no caerás. Y entonces, dije: no atentaras contra vuestro Dios y señor, en la tierra ni en los celos. Y a vosotros, os digo: no atentaréis contra los órdenes de la naturaleza establecidos por la Ley de Dios, de vuestro único Padre y creador universal.
45 Mirad, pueblo bendito, si vos, veláis y oráis, no seréis tentado y seréis fuertes, porque así yo os he enseñado.
46 Mirad que yo habiendo pasado estas tres pruebas, pude haber orado cuarenta días; mas, una vez cumplida la palabra del Padre en mí, en el monte de los olivos, en donde iba a ser entregado a las turbas, me postré a orar, lloré y sudé sangre por mi pueblo; y dije al Padre: ¡Padre Eterno Gran Jehová, no sea mi voluntad la que se haga en mí, sino sea la tuya, cúmplase tu palabra en mí! Y apuré el cáliz de amargura para rescataros del pecado en que os encontrabais en aquel tiempo, pueblo bendito.
47 Mas, llegado el momento en que Judas, posó el beso en mí, le dije: bien entregáis con un beso a vuestro señor y mientras los apóstoles dormían, llegó el momento en que al señor se llevaban y despertando los apóstoles, unos desenvainaron espadas y quisieron defenderme con espada; mas, yo les dije: ¡envainad vuestra espada! Porque los que tomen espada, a espada perecerán, y dejad a los que me llevan y pregunté, a los que me tomaban prisionero: ¿a quién buscáis? Y ellos dijeron: a Jesús entonces, ¡soltad a los que me acompañan, porque Jesús, soy yo! Y ellos, fueron liberados; y así, me aprendieron, me ataron y me llevaron, para presentarme ante el sanedrín.
48 Entonces, los del sanedrín me juzgaron; pero temieron sentenciarme y por eso me llevaron delante del gobernador pilato, mi tímido bienamado, que no encontró culpa en mí; mas, ante la necedad de los del sanedrín, por no contrariarlos, sentenció: me encerraran y dieran 40 latigazos sobre mi espalda entonces, fui atado a una columna con los ojos vendados; y ahí, fui azotado y burlado por los guardias, quienes vistieron mis hombros con la capa roja de un centurión, simulando así el manto rojo del rey; y ciñeron mis sienes con espinas, como corona, posando en mi mano una vara de caña, representando el cetro real; y entonces se burlaron gritando: ¡rey de los judíos! Dime, ¿quién te golpeó? ¡Salvador de Israel! ¿Adivina quién te escupió? Y yo, soporté sus golpes, sus burlas y escupitajos; acepté todo ese injusto castigo, con sumisión y obediencia; y fui juzgado, flagelado y burlado; y así, me presentó pilato, ante la turba impaciente, para intentar conmover al pueblo a la misericordia; y entonces les dijo: ¡he ahí al hombre! Y en ese instante de silencio, de vacilación e incertidumbre para pilato; estaba con humildad y sumisión: el hombre Maestro; ante el hombre de saber humano. Entonces pilato, volvió a insistir y dijo: ¡he aquí, a Jesús de Nazareth! ¡He ahí a vuestro mesías! No veo falta en él; y vosotros, pueblo de Israel ¿qué pedís para el hombre? Mas las turbas enajenadas, gritaron: ¡crucifícale! ¡Crucifiquen a Jesús de Nazareth! ¡él no es, nuestro mesías! ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Y yo, sólo contemplaba con mirada serena y majestuosa, a las turbas enfurecidas. Y así, fui sentenciado a la cruz. Sin embargo, así tenía que ser, para que fuera cumplida la palabra del Padre Eterno en su Hijo unigénito.
49 Mirad, pueblo bendito: en el Segundo Tiempo, de mi comunicación divina con el pueblo de Israel; mis palabras, fueron grandes, fueron divinas y de verdad, porque yo dije a los hombres: el que oyera al Padre, oirá al Hijo y los que escuchaban, me decían: en verdad, ¿si eres el Hijo? Danos razón de cómo, es el Padre mas, yo les dije: quién ve al Hijo, ve al Padre y el que crea en el Hijo, creerá en el Padre, porque yo del Padre vengo; y lo que el Padre hace, lo hago yo; y lo que el Padre, os ha dado; os lo doy yo, porque yo vengo del Padre y el Padre, está en mí.
50 Así fue cumplida mi palabra, hasta que los hombres me enclavaron en el madero de la cruz; y las multitudes me contemplaban y el centurión contemplando a Jesús enclavado, dijo: en verdad, tú eras el Hijo de Dios. Y longinos, habiendo herido a mi cuerpo, dijo: perdóname rabí y los soldados romanos que se encontraban al pie de la cruz, jugaban con mis vestiduras; y los que se encontraban sentenciados a mi lado, esperaban el momento en que les recogiera en el paraíso.
51 Mas llegado el momento, de mi ascensión, fui a los celos; y ahí, quedé asentado a la diestra del Padre todopoderoso. Sí mi pueblo, yo estoy morando en la escala de perfección y en este Tercer Tiempo, he descendido hasta la escala de Jacob; y desde ahí, estoy juzgando a vivos y a muertos; desde ahí, os estoy dando en mi enseñanza, mi potencia y mi luz, para que os levantéis por los caminos esparciendo los preceptos de mi Ley que pude entregaros en este Tercer Tiempo, por conducto de Elías; y con su cumplimiento, seáis fuertes en el pensamiento y la palabra; para que tengáis luz, para que habléis con verdad, con amor y con justicia; y así, con todos estos méritos, también os encontréis ante la diestra del Maestro, para que me imitéis; y comprendáis, que aun siendo yo, el Verbo del Padre, fui tentado tres veces con las influencias de la humanidad; y me enclavaron en la cruz, sin tener culpa; y yo, humildemente, cargué el peso de toda vuestra iniquidad.
52 Sí, pueblo bendito; mas yo contemplo, que: unos, queréis ser mis labriegos, y cuando sentís que las tentaciones os tocan, envolviéndoos en su influencia, decís: envuélvanme, que quiero pertenecerles, porque me gusta el mundo y sus influencias y así caéis en desobediencia y en la iniquidad, mis hijos; y cuando yo, os he dicho: amaos los unos a los otros vos, os levantáis con desamor y encono, y no habéis perdonado ni amado a vuestros hermanos; y los otros, os habéis hecho perezosos, y os he dicho: velad y orad y nada de esto habéis hecho, porque habéis sido cual perezosos niños; y os ha sorprendido el sueño y habéis quedado aletargados.
53 A los varones, he dicho: llevad la sumisión y obediencia y no la habéis llevado, os habéis levantado odiando a vuestras compañeras, blasfemando a vuestros hijos, cuando ésta no ha sido mi voluntad. Y vosotras mujeres, os he dicho: no juzguéis a los demás y os habéis levantado juzgando la paja de vuestros hermanos, sin contemplar la viga que cargáis; y otros de mis hijos, os levantáis llorando, y me nombráis injusto, y os convertís en los niños renegados que me decís: ¡Padre! ¿Por qué no nos entregas, lo que te pedimos?
54 Sí, pueblo bendito, queréis los metales y la pedrería de las concavidades de la tierra; queréis ser señores y buscar siervos, para que os sirvan; mas, contemplad que yo he venido a vosotros y que no me estáis sirviendo a mí; mirad que yo a vos, os estoy sirviendo, aun siendo yo, vuestro amo y señor, os estoy sirviendo; porque vos, venís a mí y me decís: ¡Padre! Dame lo que me hace falta, porque sólo tú puedes hacerlo.
55 Sí, pueblo amado, yo como el hacedor hago las cosas que vos, no podéis ni tenéis; pues, vos, no podéis hacer algo, sin que antes lo haga yo. Día a día lo que no podéis hacer, lo estoy haciendo para vos.
56 ¿Quién reviste los montes, del verde esmeralda? ¿Quién le da el sabor, al fruto? ¿Quién hace brotar, las hojas del árbol? ¿Quién hace que el sol tenga fuerza y os dé calor? Ya sabéis, por mi doctrina: que la hoja del árbol, no se mueve sin mi voluntad. He ahí que a cada momento os estoy alimentando, pero vos, no lo habéis comprendido así; mas, yo os he dicho: debéis ir a buscar el pan y amasajarle con el sudor de vuestra frente y no habéis entendido y os habéis levantado, buscando siervos; y los que no os han obedecido, los habéis blasfemado y os levantáis en busca de otros que mejor os sirvan; y los que encontráis a vuestro paso y están leprosos, os apartáis de ellos, porque os da asco su lepra.
57 Todo esto contemplo en vosotros, porque también al labriego, habiéndole dado el mandato y la orden, me dice: Padre, no puedo cumplir tu mandato porque los míos, se encuentran solos y les falta el pan.
58 Contemplad vuestra falta de fe, pueblo, vuestra falta de amor, de unificación, de cumplimiento y de preparación, por no haber orado, ni velado y así queréis ser el fuerte de mi palabra, de mi doctrina y de las naciones; mas, yo os he dicho que sois los fuertes de ellas, que sois el baluarte de las multitudes en este tiempo ¿y si vosotros, os estáis ahogando, cómo vais a salvar al ahogado?
59 He ahí, mis hijos, porqué, lo que me habéis pedido, no todo lo habéis contemplado realizado en vuestras manos. Mirad mis hijos, yo os puse el ejemplo perfecto: si yo, Cristo, encarnado en Jesús, el rabí de Galilea, cuando fui tentado tres veces, hubiera sido débil ante las pruebas; y aun así, hubiera ascendido ante la diestra del Padre ¿acaso hubiera sido esto, un ejemplo perfecto para vosotros. Pensad, si sería justo, llamársele: Dios a aquél, que hubiere tomado el poderío humano, de los reinos y caudales materiales del mundo, para avasallar a la humanidad. Pensad: que si no habéis cumplido en esta vida humana; ¿creéis que el día de vuestra partida al más allá, vais a tener una vida eterna plena de luz?
60 Estáis muy cerca de mi palabra, y en este instante, caiga con más fuerza en vosotros. Mas, si el mañana no cumplís, estaréis muy lejos de sentir mi presencia en vosotros mismos.
61 Yo, os entrego mi fortaleza. ¡Sed los fuertes, levantaos los unos y los otros a cumplir! Y no por temor a los ojos de los hombres, entreguéis mi palabra.
62 Cumplid con mi mandato pueblo amado; y yo cumpliré, con lo que os he ofrecido. Y, ¿qué os he ofrecido? La paz en vuestros corazones, la paz en vuestra nación y en las naciones de la tierra; y la luz de vida eterna, en vuestros espíritus porque vos seréis ante mi diestra, porque ésta es mi voluntad.
63 ésta es la enseñanza que el Maestro, viene a derramar entre vosotros, porque he abierto el gran libro de la vida, para que sepáis buscarme de espíritu a Espíritu y sepáis daros cuenta de que no sois los paganos del Tercer Tiempo; que sois los espiritualistas, los verdaderos cristianos, porque amáis a Cristo y al Padre Eterno Gran Jehová.
64 Pueblo bendito, ¿estáis conforme con lo que ha sido mi voluntad, entregaros en este día de gracia? ¿Tenéis atrición? ¿Tenéis propósito de enmienda?
65 Si el asesino de vuestro padre o hermano, llegara perseguido por la justicia humana y os dijera que lo escondierais, ¿lo esconderíais? ¡Escondedlo, como yo os he escondido a vosotros! Mirad que muchos han sido vuestros pecados y yo he llegado para estrecharos en mis brazos y he ocultado vuestros pecados; y he dicho al Padre: ¡helos aquí, Padre, ellos lloran, son los que me claman, recíbelos! Y el Padre, os ha recibido.
66 En este instante, os perdono y bendigo: montes altos y bajos, caminos y veredas, lugares todos de la tierra. Todas las cosas creadas por la voluntad del Padre Celestial, reciban mi perdón y mi bendición, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
67 Yo os perdono, varones y mujeres, ancianos y niños; todos quedáis absueltos, a todos perdono vuestras culpas, limpios estáis en este día porque mi palabra ha sido en vosotros. ¡Adiós, pueblo amado! ¡Qué la esencia de mi espíritu divino, quede con vos!
¡Mi paz, sea con vosotros!
6. Parábola del valle de la fe y la esperanza
Jueves 1 de agosto de 1940
1 Una vez más, pueblo amado de Israel, soy con vos irradiando en palabra humana, para allanaros de nuevo el camino.
2 En este Tercer Tiempo, vengo como manantial purísimo de aguas cristalinas, en las que se reflejan los destellos de la luz divina.
3 Vengo para vuestra nueva vida; vengo, para vuestra nueva edad. Soy con vos, mi pueblo, porque soy verdad; soy con vos, porque soy el amor divino.
4 Mas, me encuentro, con que estáis durmiendo. No os amáis, mi pueblo. Os habéis olvidado de mí. Os habéis olvidado, de hacer obras de misericordia y altitud, como las que ha tiempo os dejé, porque obras de misericordia y de virtudes os enseñé y obras de misericordia y de amor, hice por vos, y para vosotros.
5 Vengo a deciros: ¡es tiempo de restitución! ¡Levantaos! ¡Despertad!
6 Habéis delinquido, habéis adulterado. Y ahora, que encontráis la luz de la Verdad, en mi palabra; ahora, que sentís la claridad de la rectitud que os enseño creéis, que vuestro Maestro, es injusto.
7 Habéis pecado mucho, habéis falsificado mucho, habéis creado cordilleras de patrañas que os cubren los resplandores de la aurora del espíritu y cuando vengo a derribarlas, para que os lleguen los rayos de ese sol vivificante y purísimo, que alejará vuestra modorra no queréis despertar, os movéis pesadamente y con disgusto.
8 Preferís vuestros sueños de incertidumbre, de absurdos y de negras pesadillas; al dulce despertar de la magna realidad.
9 Preferís la tierra salobre, la guerra, la peste, el hambre y la muerte; queréis prolongar vuestros siglos de vicios, de sabor amargo y frío que atrofian vuestros sentimientos nobles y os sobrecogen de espanto, en los instantes en que mirando a vuestro alrededor, sólo encontráis miserias y amargura.
10 Al delicado toque de mi luz en vuestra conciencia, abrís los ojos con pesadez de beodo para escuchar mi dulce llamado; pero, tristemente impedido por vuestros sueños agitados, volteáis hacia el negro muro de pestilencias que habéis fosilizado.
11 Me olvidáis, me dais la espalda está bien, si así lo queréis, continuad durmiendo y sufriendo. Está bien, seguid provocando los poderes ocultos, grandiosos y bellísimos que contiene el florido planeta que mancilláis; seguid bajando hacia vuestros abismos de fétidas contaminaciones; pero, ¡no culpéis a Dios, de vuestra pereza y de vuestro dolor! Pues Dios, os llama; pero vos, insistís en negarle; vos, os empeñáis en permanecer en el fondo de los derrumbaderos de vuestras cordilleras de patrañas; vos, insistís en saborear la hiel de vuestras terribles costumbres.
12 ¡Está bien, humanidad! Pero si más que mi camino de alburas y de gozos indescriptibles; os agradan los vuestros, de frívolos placeres y de negras pasiones podéis seguir en ellos; podéis seguir entre los nubarrones de vuestro desamor, ¡pero no culpéis a Dios cuando le imploréis misericordia, en medio de vuestro dolor y de vuestras tristezas sombrías!
13 Si no tenéis la grandeza de saber amar en el nombre de Dios y por mi recuerdo; tened siquiera la pequeñez, de saber sufrir por vuestras propias faltas.
14 Si no tenéis la inmensidad de dar amor santo para recibir sublimidades de paz y de dicha espiritual, responded por lo menos con la insignificancia de saber recibir valerosamente las pequeñeces dolorosas que os da vuestra propia impiedad.
15 Si más os gustan, vuestra paz viciada y vuestras locas guerras individuales y de muchedumbres, no digáis que Dios, lo quiere; ni claméis al Padre, para que os ayude; porque Dios, no está con vos, para adornar la vanidad de vuestra falsa paz generatriz de querellas, ni tampoco está con vos, para aureolar el orgullo y las ambiciones que os guían, en la cólera de vuestros pleitos.
16 Si entre las risas de vuestros necios placeres y vanidades, negáis a Dios y de mí, os olvidáis. ¿Por qué tembláis renegando? ¿Por qué a mí me injuriáis y por qué tanto os acobardáis, cuando recogiendo estáis vuestras cosechas, con lágrimas y dolores de vuestra alma y de vuestro cuerpo?
17 No blasfeméis diciendo que Dios, no existe, cuando vuestras carnes sufren y vuestros ojos lloran.
19 Amados míos, sois valientes, muy valientes y decididos para pecar; pero sois muy cobardes para restituir o pagar. ¡Dormís, coméis, pecáis y lloráis; es todo lo que hacéis, humanidad!
20 No obstante, Dios, es creador; Dios, es Padre, y en vuestras cobardías os fortalece, en vuestras huidas os protege, en vuestros letargos os llama; enjuga vuestras lágrimas y os vuelve a dar calor de vida; y nuevas oportunidades para que recuperéis vuestra luz perdida, vuestro camino olvidado, vuestro sendero armonioso, pero extraviado por vuestra propia voluntad.
19 Yo vengo a traeros, como antaño, como siempre, el elixir maravilloso de vuestra vida espiritual y material en plenitud de armonía, pero si no lo tomáis, vuestros colapsos serán más largos y dolorosos porque ésa es vuestra ley, la que vos mismo habéis proclamado.
20 Los caminos que florecen, son los míos. Los caminos que están llenos de esencias perfumadas y luminosas, son los míos; pero los vuestros, tienen espinas, putrefacción, perversidad, sangre, dolor.
21 Es que habéis olvidado la Ley de amor de vuestro Maestro y la misión que traéis. Habéis substituido, las legislaciones de mi Ley; con las vuestras y allí tenéis los resultados de vuestra vana sabiduría: tinieblas, mitos, llantos, guerras, yugo, ignorancias y mentiras que os envuelven en amarguras y desengaños, que os queman y os asfixian de desesperación.
22 Y lo más triste, humanidad, lo más doloroso, ¡oh materialistas¡ que todo lo relacionáis con vuestra carne; lo que más os dolerá, es que todavía más allá de vuestros huesos, os encontraréis cargando el fardo de vuestros errores y de vuestros sectarismos; y entonces, será mayor el lloro y más terribles las congojas de vuestro propio ser.
23 ¡Sacudid ya vuestro gran fardo de pecados, aquí, arrojadlo lejos y bendecid presto; pedid perdón a todo, defended al que creéis que os hiere!; porque hacer todo esto, es dar amor y dejadme lo demás a mí, pues poca será vuestra mente y corto vuestro tiempo material para amar, si es que a ello, os decidís.
24 De cierto y en verdad os digo, que yo no os dejé abrojos, ni veneno, ni dolor. Yo cargué con todo eso que me dieron para enseñaros lo que es el poder del amor, para enseñaros lo que es la verdadera grandeza, el verdadero gozo y la verdadera humildad; y con mi despedida, mi emplazamiento y mi promesa de volver para este tiempo, os dejé mi dulzura, mi paz, mi perdón; pero vos, no quisisteis ni queréis entender y me seguís crucificando espiritualmente con vuestros actos; y yo, os sigo perdonando, os sigo dando dulzura, vida y amor.
25 Sin embargo, mi perdón, no os evita la consecuencia de vuestras faltas; porque las consecuencias de vuestros errores, son vuestras, no mías. Mi perdón, os ayuda, os consuela, os salva, porque algún día vendréis a mí; y yo, os recibiré con el mismo inconmensurable amor de siempre.
26 Pero mientras no vengáis a mí; mientras no me busquéis dentro de la humildad y la mansedumbre, en los caminos que son míos; ya lo sabéis, no lo olvidéis, os lo he repetido mucho: el mal que hagáis o que penséis hacer, lo recibiréis devuelto con creces.
27 Esos son los resultados de vuestras leyes materiales, ¡oh! Materialista equivocado; y yo, no estoy para quebrantar ninguna ley en la forma que vos lo queráis; yo vengo a derogarlas, vengo a nulificar las vuestras, pero conforme a mi eterna sabiduría, no conforme a vuestros vacíos caprichos humanos.
28 Mi Ley, es la Ley del Padre. Y las manifestaciones de la Ley del Padre, ya lo sabéis, son de amor, nada más; y como son legislaciones divinas, son inalterables, majestuosas y eternas; las vuestras, son pequeñas, pasajeras, baladíes, castigadoras y crueles, hijas todas, del desamor humano.
29 La Ley de amor del Padre, es de bondad y armonía que como bálsamo maravilloso da consuelo y fortaleza al pecador, para que resista la repercusión de sus propios errores.
30 La Ley de amor del Padre, da siempre la generosa oportunidad, para que se regenere el que delinque, el que olvida la santa Ley; pero vuestras leyes de desamor, de error, de agravio, humillan y castigan al equivocado, al inocente o al débil; y duelen tanto al reo, como a vuestros relativamente rectos juzgadores.
31 La Ley del Cristo es de suavidad, de absoluta equidad y regeneración; pero las vuestras, ¡ah hombres del mundo! Son de dureza y de venganza. Vosotros, sois jueces duros; yo, soy vuestro defensor invencible.
32 Sólo tenéis, hijos míos, dos maneras de restituir o de pagar vuestros agravios: con dolor o con amor. Escoged vosotros.
33 ¿Queréis dejar de sufrir? ¡Amad! Haced mucho bien, reorganizad vuestra vida! ¿Queréis ser grande y feliz? ¡Amad! Haced mucho bien, reconstituid vuestra vida. ¿Queréis llorar, queréis guerra, con armas o sin armas; deseáis amarguras y desolación? Pues, ¡seguid como estáis; seguid frívolo, egoísta, idólatra, ceremonioso, hipócrita, vano, pequeño, ruin, materializado!
34 Claro, muy claro, os marco el camino recto en este tiempo, para que ya no sigáis haciendo al Cristo, a vuestro gusto.
35 Yo quiero discípulos en el más allá, quiero parvulitos de aquí que enseñen y sigan mi camino; quiero, en los estudiantes de mi doctrina, nobleza de corazón y amplitud de entendimiento para que sepan amar y perdonar; porque sólo así, pueden aprender y enseñar.
36 Hoy no vengo en carne aparente, levantando cadáveres pútridos, como dicen vuestros libros que levanté a lázaro; hoy viene mi luz, levantando a los espíritus y limpiando sus almas, ya que son ellos los que me pertenecen.
37 Y los espíritus se levantarán; y limpiaré sus almas con la palabra purísima de espiritualidad, que yo traigo a los cerebros y a los corazones en mis vibraciones de luz, en mis irradiaciones, lo mismo es.
38 Hoy, es mi palabra tan poderosa como la de ese entonces, que levantó a muchos lazaros pútridos del alma para testimonio de los ciegos de aquel tiempo.
39 Putrefacta estáis, humanidad, más que el mismo lázaro, pero vengo a levantaros de vuestra fosa y a sanaros.
40 Para Dios no hay imposibles dentro de su Ley de amor; y así podáis levantar moles y más moles de cieno y putrefacción, allí estará la luz del redentor para salvaros; aunque vos, no lo queráis, aunque vos me rechacéis. ¡Ya veis que la justicia divina, es amor; no es castigo, como la vuestra!
41 ¡Pobres de vosotros, si yo, la potencia divina, fuera a usar vuestras propias leyes para juzgaros!
42 Porque ante mí, no valdrían vuestras apariencias, ni vuestros argumentos, ni vuestros antifaces; si yo os juzgara al desnudo, viendo como veo, vuestra verdadera realidad, vuestra conciencia, usando vuestras leyes de dureza increíble, sin fondo de entendimiento de lo real y secreto, entonces sí, ¡pobrecitos de vosotros! Mis pequeños, ¡cómo me pediríais inmensa clemencia!
43 Mas, no temáis, yo no soy juzgador; yo soy el amor, soy el salvador de siempre, el que por vuestras veredas de dolor o por vuestros latidos de ternura, llegaré a vuestro corazón para salvaros; para haceros, auténticos cristianos.
44 Vos, me podréis crucificar una y mil veces; y yo, otras tantas os perdonaré; y como siempre, os amaré, porque soy inmutable, soy invencible.
45 ¿Cómo queréis cambiar o vencer al amor? ¡Si es poder inmarcesible, que lo vence todo!
46 Mi amor, no se marchita jamás, ni nunca pasa; pero en cambio, vuestras vanidades, vuestras violencias y vuestras pequeñeces se marchitan y pasan, y os dejan llorando.
47 Vos pasáis, morís y renacéis, os vais y volvéis; sois adolorido peregrino de la tierra o de otros mundos, hasta que me reconozcáis; pero yo, soy eterno, no me podéis vencer.
48 En los minutos de la eternidad, se plasman continuamente los apoteosis del amor.
49 Vos os arrepentís a cada momento; y pasáis gimiendo y dejando jirones de vuestro ser; pero yo, nunca paso ni jamás me arrepentiré de amaros.
50 ¡Secad ya vuestras lágrimas, apresurad vuestro despertar y levantaos! ¡Borrad esas pesadillas que os inquietan; derrumbad, barred, destrozad, aniquilad sin piedad las montañas de vuestras monstruosas pasiones que os aplastan; y sentid más, mi presencia en vos mismo! Porque necesario es que me conozcáis.
51 Aún no me conocéis, mis amados. Vos, ignoráis el galardón espiritual que corresponde a la dulzura, a la corrección del error, al arrepentimiento verdadero y definitivo; mas, aunque galardones no esperáis más allá, aquí mismo, ¡oh pueblo! Aquí mismo podéis sentir la grandeza de los galardones que os da el amor.
52 ¿Acaso una buena madre, deja de amar con gozo, porque nada espera del hijo? Su gozo, está en amarle pues así, vos, pueblo; si no os sentís capaz de amar con la dulzura de Jesús, comenzad por aprender a ser altruista, limpio, desinteresado, cariñoso, como una buena madre es con su hijo; por ahí comenzad si no sabéis entender de lecciones más elevadas. Porque en verdad, os digo: que aún el amor de madre, es afecto de mundo con muy débil reflejo del amor de Dios. ¿Qué será, humanidad, la ternura de Cristo! Y si así es, ¿cómo queréis analizarla para entenderla, si no sabéis sentirla!
53 Los hombres que han sido los entendidos; aquellos hombres que he dotado con la intuición del espíritu divino, han ido desnudos de obras; también se han confundido, han alterado; no han oído a la voz de su conciencia; sino a su soberbia y vanidad de hombres de letrillas de hombres. Se han engreído de conocimientos y más conocimientos humanos; de libros y más libros que les han turbado la mente, porque no han oído la limpia voz de su conciencia, la limpia voz de la sabiduría interna del espíritu, que les quiere guiar a la verdadera antorcha de la que surgen todos los conocimientos, a la sabiduría divina. Han escuchado e imitado, la necedad ajena, pero no la propia e íntima pureza de la alta conciencia o de su corazón.
54 Bien está el estudio útil y, bien está la ciencia; pero sobre todo eso está el amor. El amor os dará la inspiración para dignificar y agrandar vuestros conocimientos de la ciencia universal; porque entended que vuestras llamadas ciencias son tan solo pequeñas inspiraciones mías.
55 Interrogad a los que llamáis sabios en la tierra; y si son sinceros, os dirán que han pedido inspiración a Dios. Y más les daría, si me pidieran la inspiración con más amor para sus hermanos y con menos vanidad para sí mismos.
56 De antaño he predicado para todos los pueblos; pero unos hombres me redujeron y otros se apropiaron de mi recuerdo, torciendo las lecciones de mi enseñanza para utilizarlas en sus conveniencias humanas; mas, lo que creéis que es vuestro, humanidad, lo que habéis acumulado de conocimientos científicos y verdaderos, es mío, en todo aquello que tienen de puro y elevado; y a usarlo voy en esta era, como una luz para vuestro provecho; porque por eso os lo di, para que me entendierais hoy.
57 No podéis ahora limitarme, pueblo, no podéis ahora apropiaros al Cristo, al amor de Dios, para crear una nueva religión, porque ahora tenéis más entendimiento espiritual y más mente.
.58. Ahora, tenéis más comunicación por medio de aparatos materiales de sonidos y visión, de luces y de sombras; tenéis naves para trasladaros por tierra, agua o aire, de una parte a otra de la tierra; y tenéis hombres intuitivos o inspirados, tenéis los que llamáis médiums dormidos o despiertos, por centenares de millares; y todos estos y otros elementos, llevarán hacia todos los puntos de vuestro mundo la gran cátedra redentora.
59 Mas, ¡tened cuidado, humanidad mía! Porque si seguís usando mis dádivas para provocar a los elementos; si los pequeños conocimientos que os he permitido tener, los seguís usando para sembrar el mal, para destruiros la moral y el cuerpo; podéis recibir cuando menos lo esperéis, la respuesta multiplicada de vuestros golpes de barbarie.
60 Lo que os he dado, lo estáis usando para provocar al aire, al fuego, a la tierra, al agua, a los gases, fuerzas substanciales que en todas partes hay; y ya sabéis cual será vuestra cosecha, si no rectificáis para detener los elementos desencadenados por vuestras ciegas incitaciones a lo burdo y material.
61 Lo tosco y lastimoso lo engendráis con vuestra ignorancia de lo espiritual. Las crisis del desamor y de toda pequeñez material, son vuestras constantes guerras personales y de pueblos.
62 Mientras no pongáis en paz vuestro corazón, no tendréis la paz verdadera en vuestros hogares ni en vuestros territorios; y, os advierto que estáis colmando el límite que permite el amor divino a vuestro libre albedrío; os advierto que estáis hiriendo y provocando demasiado a la naturaleza.
63 Y como sois los pequeños que os creéis grandes y que jugáis con el fuego, con los mares, con los torbellinos y con todo lo que es creatura visible e invisible, viene la divina palabra; como es necesario, para advertiros el peligro en que os encontráis.
64 Y la palabra, os dice: hijos míos, dulcificad vuestro corazón. Amad a vuestros hermanos. Amad a todas las creaturas, cesad vuestra desarmonía interna y así terminaréis con vuestras guerras externas.
65 ¡Amad, mis pequeños, siempre amad; amad en todas las ocasiones y en todas las circunstancias, pero amad mucho; bendecid a diestra y siniestra!
66 Amadlo todo; y si habéis ofendido, pedid perdón a vuestros agraviados, congraciaos con el animal, con la luz del sol, con los pistilos de las flores y con la ponzoña del aguijón; congraciaos con todo, porque a todo habéis ofendido; buscad la reconciliación y la paz con todo.
67 ¡Rectificad, humanidad, rectificad por caridad a vos misma! Si no queréis que os barran los cataclismos, las explosiones y sacudidas que vos estáis fecundizando; calmadles con vuestro amor, suavizadles con vuestras bendiciones, convertidles en murmullos de caricias de la naturaleza. Tornaos en rocío de bendiciones para que cual llovizna fecundante, hagáis nacer las rosas del amor en vuestro propio corazón.
68 ¡Ah, humanidad, si vos me escucharais, de cuántas penalidades os libraríais! ¡Ah, humanidad, si vos me escucharais, yo transformaría el mundo, sin necesidad de que fueran sacudidos ni él, ni vosotros!
69 Yo os daría, ¡oh! Humanidad, el principio del galardón aquí. Yo os daría la paz y la tranquilidad; transformaría, sin fuertes conmociones, a vuestro mundo de tierra, de agua y de fuego. Yo, en respuesta justa a vuestra buena intención, detendría las repercusiones de vuestros golpes furibundos, presentes y pasados, y os daría el sosiego, que con vuestro cambio de conducta, os hubieseis merecido.
70 El amor de los amores, haría muchos prodigios por vos humanidad; si vos, respondierais, al amor de los amores.
71 ¡Intentadlo, hijos míos! A eso viene mi palabra de hoy, a salvar a muchos, si es que no todos, quieren escuchar. Mas, de cierto os digo: que muchos me atenderán; por eso vengo, porque su corazón ya me espera.
72 De mis cátedras guardad en vuestra conciencia lo que sea para vos, y enseñad lo demás, a los demás. Lo que es para uno, es para todos; y lo que es manjar de todos, para cada uno alcanza. Difícil es que uno solo de mis pequeños seguidores, se quede sin mi manjar espiritual.
73 Escuchad mi parábola para que analicéis, para que penséis, para que tratéis de entender y sentir, la manera que os enseño para rectificar vuestros yerros, primero en lo interno y después en lo externo.
Parábola:
74 El señor, dio a su grey, uno de sus plantíos; era un valle hermosísimo; los perfumes de las flores y el verde de las campiñas, saturaban el ambiente de paz y de armonía.
75 Los niños, los jóvenes, los adultos y los ancianos, adoraban a Dios. Todos ellos se querían, todos laboraban serenamente en la espiritualidad.
76 Un cordón de grandes montañas, rodeaba el valle; y acontecía que todos se regocijaban porque aquella muralla de altísimas montañas no dejaba pasar las tormentas, los huracanes, las trombas que se agitaban en el caos más allá de las campiñas, del otro lado de las montañas.
77 Las plantas, los animales, los niños; todos tenían seguridad, tenían el amparo del amor todopoderoso del señor de aquel plantío.
78 Y allí, donde todo era fragancia, donde todo era claridad, donde todo era paz y dulzura, espiritualidad y armonía, algunos quisieron más; quisieron comercios, ambicionaron industrias y palacios a su libre voluntad.
79 Todo tenían, en aquel valle equilibrado por la sapiencia del amor: oro, piedras, granito, abundancia de substancias y esencias guardaban aquellas cordilleras de montes milenarios.
80 Y allá fueron los más fuertes para traer de las colinas al valle: las piedras, los metales, las substancias para sus cambios y para sus palacios.
81 Quebraron las rocas, desbarataron el mármol, destruyeron, desintegraron; y las montañas se rompieron y las alturas se desgranaron, y hubieron palacios con oro.
82 Fundaron industrias de acero, plantaron estructuras generadoras de energías fluídicas, levantaron construcciones de materias imponderables; mas, para hacer todo eso, tuvieron que encadenar a sus hermanos, los más pequeños, los más débiles.
83 Trastrocaron los términos de la espiritualidad y transformaron el valle a su capricho.
84 Mas, aquellas montañas desintegradas, heridas, rotas por la mano del hombre, no pudieron resistir como antes que formaban una muralla firme y sólida.
85 No pudieron detener los huracanes, las tremendas agitaciones que se precipitaban desde afuera. Dejaban pasar las alimañas, los vendavales, la desolación.
86 Los aquilones bramaban, los monstruos del exterior, atacaban furibundos; las lenguas de fuego alcanzaban los laboratorios, los palacios, todo.
87 Y en medio de aquella hirviente intensidad de máximo desorden, nadie se entendía; los fuertes se estrellaban ante el caos, los demás lloraban.
88 Ya no había calor de amor en los hogares; les cegaban las nieblas y las brumas; y se devoraban los unos a los otros.
89 Se había perdido la serenidad de la paz, en aquel valle hermosísimo, todo era dolor, gritos, confusión y amargura.
90 Los animales se refugiaron tristes y ariscos en los restos de las sierras milenarias; huyeron del hombre, del viejo amigo, del antes cariñoso y comprensivo hermano.
91 Y las tormentas, las culebras de negras aguas, los gigantescos monstruos de fuera, sin piedad destruían, sin misericordia enloquecían a niños, a mujeres, a varones y ancianos.
92 Aquel marchito plantío, se conmovía, temblaba; y con él, temblaban todos: los fuertes y los débiles, los grandes señores y sus esclavos.
93 ¿Qué habían hecho? En esta parábola, para mis amados parvulitos, vos podéis contestarme, mi pueblo.
94 Yo os digo, en verdad espiritual: que habían destruido, lo que aquel señor les había dado. Sin embargo, dos montañas había que no pudieron desintegrar los hombres. Era todo lo que quedaba sin tocar, sin cambiar, porque allí estaba el Espíritu de luz del señor de aquel plantío; y por eso, quedaron integras, compactas, inmarcesibles.
95 Eran las más grandes, las más bellas y fueron respetadas por aquel pueblo. Aquellas montañas, se llamaban: una: fe la otra: esperanza y permanecían majestuosas, vírgenes, imponentes y serenas, irradiando la vida y la virtud; plenas de fulgores sublimes que rasgaban las obscuridades de aquella confusión indescriptible.
96 Y aquel pueblo, viendo que ante aquellas grandiosas altitudes, se estrellaban los monstruos y la desolación, dijo: vamos a construir el valladar que antes formaban las cúspides, aquellas que se asemejaban a éstas que tanto nos iluminan; y entonces, débiles; todos llorosos y arrepentidos, pero diligentes, unos llenos de los destellos de aquella hermosa fe y otros llenos del brillo de aquella radiante esperanza, ayudados por el supremo sol del amor de aquel señor invisible y poderoso: trabajaron, mucho trabajaron.
97 Todos, todos como uno, los niños, las jóvenes horrorizadas y llorosas, los mancebos fuertes y humillados, los ancianos débiles, pero serenos, con el báculo de la experiencia y de la dirección en la mano, presurosos fueron muy lejos; y traían, unos, una piedra; otros, un puñado de tierra; aquellos, una poca de agua, una plantita; y así, construyeron nuevas murallas, las murallas: de la misericordia, de la modestia, del perdón, del arrepentimiento así, reconstruyeron las nuevas y remozadas cordilleras que guardarían otra vez aquellos resplandores de virtudes que habían perdido.
98 Escuchad, pueblo: un átomo de polvo se pierde en el espacio, pero cuando otra vez vinieron las borrascas, los removimientos del caos, ni un átomo de polvo se llevaron, porque entrar no pudieron en aquel valle que renovado estaba; un ápice, no se perdió, ni una flor ni un grano de cosecha, nada.
99 He ahí, analizad. Vos, sois aquel pueblo, los hombres de aquellos y de este tiempo, los espíritus rebeldes al amor.
100 Vos, sois el amor. Habéis destruido y os habéis destruido. No hay concordia, no hay amor. Todo lo que vuestro señor, os dio; lo arrancasteis de vuestro corazón.
101 Sin embargo, la fe que es gracia de Dios, que os da cuando place a su sabiduría, y la esperanza en mí, que es hija de la fe, os salvarán; pero sed diligentes, trabajad más en lo espiritual y menos en lo material, sed buenos, poned en vuestras obras, amor, alta espiritualidad.
102 Con el ánimo preparado de uno solo; con el esfuerzo verdadero de un solo hombre, la labor sería grandiosa.
103 Una sola partícula vuestra, pueblo, no se destruiría, si uno solo de vuestros átomos se esforzará en espíritu y en verdad.
104 Pero decís, que amáis a vuestro hermano ¡y no es verdad! No le amáis. ésa es vuestra realidad amarga. Yo os lo digo:
105 Os reunís en vuestros mal llamados templos y en recintos diversos, un momento, para prácticas de absurdos externos; os unificáis unas horas en vuestras tertulias de vanidad y de vicios; os unís por instantes en mesas de consejo para exponer vuestras soberbias y para ordenar sacrificios y matanzas; os unís, sí, hacéis juntas, alianzas y reuniones para murmurar, para engañar, para repartiros al prójimo y al mundo, para degeneraros y destruiros.
106 Os reclamo seriamente, y ¡desobedecéis!, ¡me desconocéis!
107 Os unís, para pervertiros y aniquilaros; y usáis mi nombre, para vuestro indebido actuar.
108 La humanidad se unifica para llamar a los monstruos y las pestes; unidos para el amor, haríais y seríais, primores y maravillas.
109 Os pido rectitud y decís que soy injusto. Si os halago soy vuestro señor; pero comprended, que si os reclamo, es porque os amo.
110 Soy el Cristo, soy creador, soy vuestro Maestro ¿quién os defiende, sino yo? ¿Por quién viene en Jesús, sino por vosotros?
111 Construid más, trabajad sin cesar a favor del amor, que si mucho os habéis viciado, que si mucho me habéis faltado con vuestras desobediencias, mucho más os amo yo: infinitamente más grande que vuestras faltas, es el amor de Dios.
112 Hijos míos, pueblo amado, veis mares de llanto, por doquier, se destruyeron inicuamente en lo que vos llamáis paz y en lo que vos llamáis guerra; pero son mis hijos muy amados.
113 Se injurian y se odian porque están aturdidos con tantas tinieblas; pero son mis hijos bienamados. Amarles, perdonarles, defenderles, disculparles, bendecirles; esto, es darles amor con todo vuestro pensamiento. Meditad: antaño también cada uno de vosotros vinisteis pecadores y llorosos ante mí, y yo, ¡con cuánto amor os recibí!
114 Las viborillas, los cuervos que vos criasteis, podrán lastimar vuestros ojos; pero más adelante, el tiempo de la gracia divina, a todos vosotros os recibirá. Vos, me conoceréis; yo, os conozco.
115 Aquellos de la estulta sabiduría, algunos ya son espigas de trigo dorado, vuestras y mías ¡contempladles! Ya me buscan, ya me nombran.
116 No lloréis, amados míos, que antes de ser vosotros, heridos, lo fui yo en Jesús; y lo fueron también, aquellos que van delante de vosotros ¡levantaos! Y llevad todos mi bendición.
117 Y a vosotros, ¡oh! Multitudes peregrinas de otros recintos o lugares, que llegáis cumpliendo la misión de labriegos rectos: yo os reconozco ¡bienvenidos sois todos! Y, mirad: los señores llegan y los menesterosos llegan; pero delante de mí, todos sois señores.
118 Ya no es un recinto de irradiación, ya no es una porción religiosa; ya son multitudes que llegan a donde hay multitudes, porque yo no tengo lugares selectos yo no tengo sinagogas escogidas; yo tengo en vuestra alma y corazón, mi santuario, ahí construyo mi templo verdadero.
119 En los trinos, en las flores, en la perenne unión, allí estoy yo. En todo lo que es alto, en todo lo que es puro, en todo lo que es bueno y limpio, allí estoy yo.
120 Vos os despedís, pueblo, pero yo voy con vos, hasta más allá de los confines de la tierra.
121 Vos os podréis olvidar del martirio que pensasteis y pudisteis darle, a quien más amor os daba y os da en el mundo; pero aquel amor, siempre irá con vos internamente a todas partes.
122 En verdad, os digo: no sois todos los que son; ni están todos los que deben estar, en espíritu y en verdad. Mas yo os digo: trabajad por la unificación de todos, mi pueblo.
123 Unos me niegan y otros me empequeñecen, por su ignorancia o egoísmo; pero todos son mis hijos muy amados, y todos son luchadores con buena intención, a pesar de sus errores. Deliran, ¡no saben lo que hacen! No les juzguéis. Perdonaos entre vosotros y perdonadles a ellos. ¡Amad, siempre amad! Esto os enseño, en mi doctrina de todos los tiempos.
124 Si me juzgáis como juez, soy juez rectísimo e inexorable; si me buscáis como Maestro, soy Maestro exigente y sabio; si me llamáis como Padre, soy Padre amantísimo y misericordioso; pero en verdad os digo: que yo, soy mucho más que todo eso.
125 Quede mi bendición en todo lo creado, desde lo perceptible hasta lo imperceptible por vosotros, los humanos.
126 Sea el efluvio de mi amor y la luz de mi espíritu divino, en todos los seres del universo; para que por medio de mi amor y de mi luz, sean rescatados todos, de sus tinieblas y oscuridad.
127 Yo, amorosamente, a todos hago el llamado; unos llegarán primer o; otros después. Mas, de cierto os digo, humanidad amada, que ninguno se perderá en espíritu y en verdad; porque dejaría de ser Dios todopoderoso y omnipotente, si permitiera que uno solo de sus hijos se perdiera.
128 ¿Cómo podéis pensar, que la misericordia divina, sea solamente para unos y para otros no? Eso, sería negar la perfección divina. Yo a todos, os amo por igual; y a todos, os he hecho partícipes de mi infinita misericordia y amor. Sea la excelsa bendición del Padre Celestial, en todos sus hijos.
¡Mi paz, sea con vosotros!
7. A los recintos La Fe y Damiana Oviedo (Templo del Mediodía)
Miércoles 18 de diciembre de 1940
1 ¡Bienvenido seas, Padre amado! me decís y yo, os digo: ¡bienvenido seáis vos, pueblo bendito! Que habéis preparado vuestros oídos, al escuchar el repicar de la campana sonora que ha tañido para vos, que su llamado habéis oído y habéis dispuesto vuestra planta y habéis preparado vuestro corazón y os habéis apacentado en el Templo del Mediodía; y en el Templo del Mediodía, que lleva por nombre: “Damiana Oviedo” yo os he recibido, pueblo amado de Israel.
2 Yo os recibo, mis hijos, en mi regazo paterno; y el Padre, que es todo amor y caridad, viene hacia los hijos cuando contempla, que este hijo amado, debilita su planta en el camino en que se encuentra; y que ha menester la fortificación de mi voz divina, para deciros: vine hacia vos mi niño, porque vuestra planta, debilitada se encuentra en el camino; y mi mano poderosa, os levanta, mi mano poderosa os fortifica; y mi voz, os dice: ¡caminad! ¡Levantaos fortificado y proseguid vuestra jornada hasta su terminación! Es ahí donde os he preparado el galardón, donde os he preparado la bienandanza espiritual; y en donde llevaréis la paz, para vuestro espíritu, que mucho anheláis.
3 ¡Bienvenidos seáis vosotros! Que sois representación de Cristo, en la tierra. Bienvenidos, vosotros, que a imitación de vuestro Maestro en la tierra, vais caminando; que os he confiado a las multitudes, a las porciones; que os he confiado a los ciegos que han buscado en las tinieblas y que solo han encontrado sus propias confusiones.
4 Son las multitudes, que os he confiado; porque os he dicho, muchos son los llamados; de entre los llamados, los escogidos; de entre los escogidos, los predilectos, que sois vosotros, mis hijos muy amados; y en Espíritu y en verdad, el Padre, se encuentra ante los predilectos.
5 A mi diestra, os he llamado, al mejor lugar. En el banquete, he preparado el manjar de los manjares; y cada uno de vosotros, tenéis el lugar que os corresponde, para que preparéis vuestra planta y la encaminéis a tomar el banquillo que a cada uno os pertenece.
6 También os digo: os he dado el tiempo para el tiempo, y en él, niño, os he dado mis complacencias. Os he llamado del universo entero; y os he escogido y os he privilegiado, nombrándoos: trinitario mariano, Hijo de la luz, Hijo de Israel, discípulo de Cristo y del Espíritu Santo.
7 Vos que transitáis en la tierra en mi nombre y que los ojos de los hombres contemplan que sin calza vais transitando en los caminos, que sois el hombre pobre y humilde y que solo revestís vuestro cuerpo con harapos humanos que los hombres de la tierra con su poderío van dejando, porque de vuestra vestidura espiritual, uno a uno de vuestros jirones, han llevado en su mano.
8 Sois la representación del Cristo, en la tierra, que vestidura de gracia os he confiado; y las multitudes, de esta vestidura, en cada una de sus manos llevan un jirón porque os han desgarrado.
9 ¿Y qué habéis hecho vosotros, discípulos amados? Vosotros, que también formasteis parte de los confundidos, que también formasteis parte de los aletargados, de los que solo levantaban sus pupilas vendadas con la venda de oscuridad, de los que también llevaron sus rostros revestidos con la máscara de la hipocresía y cubiertos con la befa y el escarnio, ¿qué habéis hecho vosotros, mis hijos ante el escarnio y la befa de las multitudes?
10 Los unos, en lo más recóndito de vuestro corazón, habéis recordado vuestros tiempos paganos; habéis recordado vuestro tiempo, cuando también vuestra mano se levantó y cuando también vuestros labios se abrieron ante el escarnio y la befa de un Maestro que con vosotros transitó en la tierra, en envoltura aparente, para derramar hasta la última gota de su sangre en la cruz, para redimiros.
11 Formasteis parte de los parvulillos, pero los tiempos han pasado, en vuestros espíritus ya evolucionados y os han sorprendido; y cuando estáis en el Tercer Tiempo, cuando de entre los llamados os he escogido y os he privilegiado y os he dado por añadidura el don del sacerdocio, el don de guía de multitudes, porque lleváis a vuestra custodia a un pueblo, para que le guiéis por el camino; porque ahora formáis parte de mis discípulos amados.
12 Sois los preparados. Ya no sois el párvulo, ya no sois el niño que no sabe lo que hace; ahora sois los hombres que os levantáis y que sentís en vuestra mano, el cargo que os he confiado; y que sentís que también, lleváis a cuestas la cruz del cumplimiento; la cruz, de las culpas de la humanidad, ¡créalo el hombre o no lo crea!
13 Porque vosotros, guías de multitudes, lleváis a cuestas, la cruz de las multitudes; lleváis a cuestas la cruz de las maldades y las mortificaciones de vuestro pueblo, de las porciones de mi pueblo amado de Israel, del que no habéis preparado, del que habéis dejado que transite a su propia voluntad y me atribuya imperfecciones.
14 Os he confiado al cuerpo de mediaunidad; y el cuerpo de mediaunidad, no ha llevado mi obra en su mano, a mi obra ha osado añadirle la suya; y cuando habéis contemplado vosotros, guías de multitudes, que el cuerpo de mediaunidad practica su propia obra, niña, ¿qué habéis hecho vosotros, que sois los representantes de vuestro Maestro en la tierra?
15 Habéis preparado vuestra lengua viperina con el odio y la mala voluntad; y no le habéis llamado, como al niño que no sabe lo que hace y no le habéis dado palabras de amor, de comprensión y de verdad. Lo habéis apartado de los linderos en donde los labriegos cavan la tierra; lo habéis apartado de las parcelas, porque decís que es, en espíritu y en verdad, la mala hierba.
16 ¿Este el amor de vuestro Maestro? ¿ésta la caridad con que os he venido a enseñar a perdonar, a vuestro semejante y hermano; y con la que os he venido a revelar una enseñanza divina, para llevar la doctrina sacrosanta de vuestro Padre?¡lejos de amarle, lejos de atraerle a vuestro regazo?
17 Porque cual Maestro, os he dicho: os dejo y os confío a los pequeños y si contempláis, que sus maldades y sus imperfecciones, se mezclan a mi obra, niño, os he enseñado a velar y a orar, para que contempléis la impostura; y que con amor y caridad, abráis los ojos hacia la Verdad; y contempléis, la Verdad y la mentira de los hombres, pueblo.
18 Mas, no os habéis preparado, guías de multitudes, habéis dormido y habéis dejado que vuestros pueblos, marchen a su propia voluntad. Habéis dejado que los ruiseñores, vuelen de rama en rama, buscando el árbol que no está preparado por mi divina voluntad; y cual ruiseñores, por doquier dan sus trinos; por doquier, abren sus piquillos.
19 Y os digo, en Espíritu y en verdad: aquellos que han marchado a su propia voluntad, sus labios solo han pronunciado palabras de desunión para los pueblos mas, no les han dado mi esencia divina, no han revestido sus corazones, no han revestido sus espíritus, con la gracia de mi Espíritu Santo. Vuestro Dios y señor, por doquier mora; vuestro Dios y señor, mora en vuestro corazón, pero cuando os sabéis preparar.
20 ¿Y qué han dejado, los que a su propia voluntad han querido marchar? Por doquier, han dejado los campos de muertos; por doquier, sus manos no siembran las simientes que el dueño y señor les ha confiado para sus tierras. Son sus manos, las que cavan las fosas para los muertos, a los que muerte han dado; en espíritu y en verdad, a los que han arrancado la fe de sus corazones, con sus palabras.
21 Son los que a voz en cuello marchan por las calles predicando a mi nombre y llevándolo antes las multitudes; y en su frontal, enseñan el triángulo trinitario, con la diestra mostrando mi obra y con la siniestra, recibiendo también de las multitudes a cambio de mi palabra; a cambio de mi obra divina, a cambio del amor de vuestro Maestro, habéis recibido los metales y os habéis convertido cual mercaderes de mi templo. ¡Estos son mis hijos, éste es el cuerpo de ruiseñores, éste es el cuerpo de mediaunidad, éste es el cuerpo de componentes que no abre sus ojos hacia la Verdad y que en su puesto, no les contemplo!
22 Llegando hasta la terminación del lustro, llegando a la terminación de las trescientas sesenta y cinco albas que os he podido confiar; y que alba tras alba, he sido con vos, alba tras alba os he dado mi palabra, alba tras alba os he llamado con el más grande amor de un Padre, del sentir del Cristo, de vuestro Maestro. Yo, os he dicho: ¡venid hacia mí, hijo mío muy amado! Contemplad vuestra falta, porque vengo a salvar a vuestro ser, del juicio de vuestra conciencia.
23 Vosotros que sois la vida del muerto, porque a vos, vida os he dado; vosotros que sois el fuerte del universo, vosotros que sois el ejemplo de la humanidad, guías de multitudes: habéis dormido y vuestro cuerpo de mediaunidad, marcha a su propia voluntad, atribuyendo imperfecciones en mi obra; de sus labios, solo manan desunión y mentira, sus labios solo manan muerte para las multitudes.
24 Mas en Espíritu y en verdad, os digo: lleváis una restitución a cuestas porque a vos, mis hijos, que os he retenido; y cual humildes, marcháis en la tierra; que le he dado a vuestros labios, porque soy todo amor y caridad, el pan cotidiano para que sustentéis vuestro cuerpo; pero contempláis que este pan, es mezquino en vuestra mesa. ¿Y por qué mis hijos? Porque vos mismo os lo habéis retenido, por vuestras malas obras, por vuestra falta de cumplimiento y de respeto, de amor y de conciencia, para la obra que os he confiado.
25 Por eso, os he llamado en este día de gracia; por eso, os he preparado en esta alba el banquillo, no para señalaros como juez, porque soy el Padre, si os llamase como juez, mi justicia sobre de vos dejaría; pero soy el Padre, que mucho os ama y que a precio muy caro me habéis costado; y que el instante cercano está, en que de la escala de perfección, los rayos universales del Padre Eterno Gran Jehová, descenderán hacia vos ¿y qué vais a entregarle, mis hijos, si nada en vuestra mano lleváis consigo?
26 Advenimientos van, advenimientos llegan y vuestra mano, vacía se encuentra; y en vuestro alfolí, niño, solo almacenáis para vos; mas, a las multitudes nada habéis dejado, nada habéis sembrado en sus corazones, porque son las multitudes que marchan a su propia voluntad y que no le han dado el cariz verdadero a mi obra, que no tienen veneración ni respeto, al tabernáculo que os he confiado; son las multitudes que blasfemando son dentro de mi casa, son las multitudes que duermen, son las multitudes que siguen vuestro mal ejemplo, ¡oh! Guías de multitudes; y son las multitudes muertas, que por doquier contemplo.
27 ¿Y qué vais a entregar cuando el Padre Eterno Gran Jehová, ante su presencia os llame? Sólo presentaréis la culpa, de los que os han confiado; solo le presentáis vuestra pereza, vuestro sueño profundo, en el que aletargados os encontráis.
28 ¿Y qué hace el Cristo, ante el reclamo del Padre Eterno? ¿Qué hace el Maestro, que por vos humanidad, llegó al sacrificio para enseñaros a morir, para enseñaros con qué humildad se doblegó la planta del gran Maestro, ante el Padre Eterno Gran Jehová?
29 ¿No habéis sentido el dolor de una madre, que el sacrificio habéis dejado impreso en su corazón, por el dolor de un hijo amado? Vosotros, no habéis sentido ese dolor, no sentís el dolor de la humanidad, no sentís vuestro dolor mismo, porque de vos mismo, no tenéis caridad.
30 El Padre, ha preparado el árbol frondoso de la vida, la fuente de la gracia; la fuente inagotable de mi amor, en donde me he derramado con todas mis complacencias, en donde he depositado la corona de dones y de gracias, en donde está el arca de la alianza donde he dejado mis veintidós preceptos, que son en sí, una sola Ley.
31 Os he dejado mi obra divina que encierra el amor y la caridad para la humanidad; mas vosotros, guías de multitudes, los unos habéis reconocido el árbol por su fruto, los otros habéis reconocido la fuente de la gracia, el Templo del Mediodía que es la casa donde habéis recibido para vuestra mano, donde habéis recibido el calor de un Padre; mas vosotros a hurtadillas de los ojos de los hombres, porque mi ojo divino todo contempla habéis dormido y habéis hurtado del árbol los ramajes y los habéis llevado a plantarlos a vuestra propia voluntad.
32 Habéis llevado mi obra a vuestro albedrío, a vuestro fango y a vuestra iniquidad; habéis hurtado del agua cristalina para regar vuestro árbol; y cuando en vuestra mano le habéis tomado, niño: le habéis enturbiado y son las turbias aguas con que regáis vuestros ramajes y vuestros arbustos.
33 A vosotros, guías de multitudes, os pregunto: ¿habéis reconocido el Templo del Mediodía? ¿Habéis reconocido a la guía de multitudes, a la guía de guías, como la primera representación de vuestro Maestro, en la tierra? No, mis hijos habéis marchado a vuestra propia voluntad.
34 Os he dado mi orden, os he dado mi mandato, que es Ley: que no habrá recinto, que no habrá arbusto reconocido, si sus raíces no están plantadas por mi pequeña guía de multitudes, por pedro, piedra fundamental y por mi pequeño José. Porque ésta es mi voluntad.
35 Como privilegiado, os he dado el Recinto: La Fe en donde me he derramado en todo mi esplendor, con todas mis complacencias, por eso he preparado las albas de gracia, para que reunidos y congregados estéis vosotros: guías de multitudes, cuerpo de mediaunidad, cuerpo de ruiseñores en el Recinto: La Fe y en el recinto del templo de mediodía que lleva por nombre: Damiana Oviedo en el uno, para que dejéis el fruto de vuestra faena y hagáis presente ante las multitudes: mis prodigios que dejo impresos en el corazón de los hombres y qué vais recibiendo; y en el Templo del Mediodía, para dejar: mi orden para que por ella, os rijáis en la tierra.
36 Sí, grande es vuestro amor; grande es vuestro amor, hacia vuestro Maestro, grande es vuestro ahínco, por trabajar; pero el amor inmenso que lleváis en vuestro corazón, os digo, en Espíritu y en verdad, lo lleváis confundido con vuestra cizaña y vuestras ambiciones terrestres, con vuestras deidades y vuestras jerarquías; y este amor, que ya no es puro para mí, os digo niño: ¡no lo recibo! Porque sin amor, vais trabajando en mi nombre; sin amor, vais dejando impresa mi obra en las multitudes, por eso las multitudes marchan sin amor y sin conciencia porque no respetan a mi divina voluntad, porque no temen a mis altos juicios, porque no habéis enseñado a sus corazones a respetar a un Padre Celestial, ya que como juez, no me he manifestado entre vosotros, porque no os he llamado como rey, os he llamado como al hijo muy amado, os he llamado como a mi niño escogido.
37 Mas, para los que han hurtado, es el instante de que tornen al dueño y señor, lo que a él pertenece; que el Padre, a cada uno de vosotros, os da lo que os pertenece en la tierra, por añadidura.
38, os he nombrado guías de multitudes, como privilegio y como restitución, porque ésta es mi voluntad, porque en mis altos juicios solo yo; mas, no habéis sabido desempeñar vuestro cargo en la tierra; le habéis desempeñado, le habéis llevado, le habéis analizado en vuestro entendimiento y le habéis cumplido a vuestra propia voluntad.
39 Sólo habéis preparado vuestro corazón, para agradar a los ojos de los hombres, ya que ellos no os escudriñan internamente; pero mi ojo divino que todo lo contempla, que todo lo sabe y que todo lo ve, si a las profundidades de la tierra osaseis ocultaros y en las profundidades de la tierra tuvieseis la osadía, de añadir a mi obra, la vuestra; os digo: niño: vuestro espíritu que es emanado de mi esencia divina, nuevamente tornará a la tierra porque nuevamente, volveréis a cumplir, lo que no hubieseis cumplido.
40 Grandes porciones de mi pueblo, de la tierra, he levantado; gran cantidad de los ruiseñores, de la tierra han desaparecido; y os digo en Espíritu y en verdad: en la depuración de mi obra, grandes porciones de ellos, de la tierra levantadas serán, porque ésta es mi voluntad. Porque desaparecerán, los malos labriegos de la tierra; y a ella, entregaréis el tributo de vuestro cuerpo.
41 Pero, os digo en espíritu y en verdad: nuevamente tornaréis al cumplimiento de vuestra misión, cuando os halláis limpiado y purificado, como el oro en el crisol y entonces, mis niños, en vosotros mi voluntad se va a hacer, porque soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, ¡créalo el hombre o no lo crea! Yo, me derramo en todo ser viviente.
42 Mas, en Espíritu y en verdad, os digo: multitudes, que apacentándoos estáis para la depuración de mi obra; solos vais a quedar a mi voluntad, porque los unos vais a quedar huérfanos de mi palabra; y a los otros, os digo: en espíritu y en verdad, vais a llevar mi palabra a naciones extranjeras, porque voy a preparar vuestra planta, voy a depurar vuestra lengua viperina, de la blasfemia; voy a purificaros en el lecho del dolor a los unos y a los otros, con los vuestros, con vuestros hijos, con vuestros padres, con vuestras esposas, con vuestros esposos; porque es tiempo, de que os reunáis, de que abráis vuestros ojos del letargo, de que ya no seáis cual la virgen necia, que no contempléis con atención que vuestra lamparilla se extingue; y cuando vuestro Maestro, haya pasado, lloréis mi ausencia entre vosotros.
43 Voy a preparar vuestra planta, voy a limpiar vuestros labios, porque vais a marchar a mi voluntad, en el tiempo que para vosotros os voy a preparar. Los unos, vais a marchar a naciones extranjeras; los otros, vais a marchar a distintos lugares dentro de la nación mexicana, en donde dejaréis impreso mi mandato.
44 Os he pronosticado, que para el año 1950, de entre las multitudes, conmigo de Espíritu a espíritu se comunicarán; y entonces, no os daré mi palabra por medio del entendimiento del hombre. Y, ¿en dónde están vuestros preceptos, pueblo de Israel? ¿En dónde están vuestros preceptos, componentes de mi pueblo, para enseñar a las multitudes la nueva vida, donde van a penetrar las generaciones venideras, las generaciones benditas que tendrán que recibir mi comunicación, de Espíritu a espíritu? ¿Dónde?
45 Yo os digo: que mi palabra cumplida será; y todos los falsos dioses, piedra sobre piedra quedarán derrumbados y de ellos, nada quedará; y es donde han resurgido las generaciones que me buscan, las generaciones que marchan entre turbas buscándome por distintas religiones, buscándome en su ciencia, buscándome en sus libros humanos. Yo os digo: en espíritu y en verdad esas multitudes, esas caravanas que de lejanas tierras me buscan, también se allegarán a mi obra y en Espíritu y en verdad, me encontrarán.
46 Mas sois vosotros, guías de multitudes: los que estáis preparados a recibirlas, para mostrarles: no el libro que vuestro talento haya escrito; sino: el libro de mi enseñanza, el libro de mi Ley, el libro de oro donde impresa está mi palabra porque he preparado a las plumas de oro, para que impresa mi palabra quede.
47 Diez lustros os quedan, diez lustros, en que voy a prepararos y en los que grandes acontecimientos vais a contemplar, en que grandes vicisitudes vais a palpar; diez lustros, mis amados, en que si no cumplís con mi palabra divina, mi mandato y mi Ley; en diez lustros, pueblo de Israel, restituiríais en espíritu y en verdad, todo el tiempo perdido: desde la primera alba en que os mandé al enviado del Tercer Tiempo, a Elías por conducto del hijo del hombre; desde la primer a palabra que os he dado en mi comunicación por medio del entendimiento humano, hasta su final.
48 ¿Queréis, mis hijos, que mi palabra se cumpla, como juez? ¿Queréis diez años de restitución para vos y para los vuestros, para vuestros hijos y para los hijos de vuestros hijos? ¿Queréis en espíritu y en verdad, contemplar el ministerio de vuestro Padre, como juez inexorable? ¿Queréis diez años, de juicio y muerte en esta nación?
49 Ante mis íntimos arcanos, no os permito penetrar, porque no es mi voluntad; pero grandes acontecimientos vais a contemplar, grandes revelaciones mis hijos, en vuestra mano voy a depositar; porque ha tiempo que os he llamado, ha tiempo que os he dado discípulos amados y os habéis aletargado. Y sabiendo que el Padre, es todo amor y toda caridad y confiando que el Padre os perdona, niño, volvéis a delinquir, volvéis a profanar.
50 Y os digo: voy a llegar a la terminación de vuestra profanación, porque voy a extinguir la profanación de mi obra, voy a depurarla voy a preparar también, a los hombres que cargos tienen en la tierra, los hombres también piden la depuración de sus leyes, la reforma de sus mandatos para el mejoramiento de la humanidad porque sus entendimientos, los he preparado.
51 Primer mandatario de esta nación mexicana: he despojado vuestro corazón de las ambiciones terrestres de que os encontrabais poseído; para regir los destinos de la nación mexicana yo os preparo, una vez más. He preparado vuestra planta, porque la levantaréis; y vuestros ojos contemplarán la luz de mi Espíritu Santo, escuchando mi palabra divina y mis mandatos, que han sido entregados por medio del entendimiento del hombre.
52 Es mi mandato entre vosotros, que vais a contemplar, porque testificándome a mí mismo en este tiempo me encuentro; y es mi varón, el que cumplirá mi palabra, porque si no la cumpliese, levantado de la tierra será por mi mano poderosa, quien preparando está también a sus hombres, a los que le secundan en la faena terrestre, en sus leyes y en sus mandatos, para buscar la imperfección de los hombres; y también con su ley, someter a los malos labriegos y buscar la maldad de la impostura.
53 Y os digo, en Espíritu y en verdad: he preparado sus plantas, porque llegarán a vuestros recintos como escudriñadores, pero no de mi obra, ya que ella será en sus corazones, porque mi mano poderosa los ha preparado; sino para escudriñar vuestra obra; y os digo en Espíritu y en verdad: para dejar también de su ley, la justicia de los hombres.
54 ésta es la depuración de mi obra, éste es el principio para apartar vuestra profanación, para apartar lo que vuestra mano ha añadido a mi mandato que es Ley, que mi mano poderosa le aparta, porque soy la perfección entre vosotros y si de mi perfección, os he dado; es para que de ella, entreguéis a vuestras parcelas que son las multitudes, para que trabajéis a mi voluntad, no a la vuestra.
55 Y os digo en Espíritu y en verdad: sí sé que lleváis el sufrimiento, sé que lleváis alba tras alba, el llanto en vuestras pupilas; que vuestro rostro demacrado por el dolor, refleja la amargura y el sufrimiento, en un pueblo que lleváis a cuestas, para que seáis el hijo imitador del Padre para que seáis el ejemplo de la humanidad.
56 Habéis nacido, vosotros, guías de multitudes, cuerpo de ruiseñores, para el dolor; sois la representación, del dolor en la tierra; y yo os fortifico para que seáis abnegado y paciente y seáis el servidor que doblegue su dura cerviz a mi voluntad, ante el dueño y señor.
57 Y cuando os hayáis doblegado ante el Padre, como siervo, de lleno os colmaré; ya que por mucho tiempo, habéis contemplado vuestras arcas vacías, habéis contemplado vuestra mano retenida, habéis contemplado la copa de amargura en vuestros labios y solo habéis saboreado del acíbar hasta las heces, mis hijos. En estos instantes, guías de multitudes, yo os preparo: con mi fuerza y con mi amor.
58 Guía de guías, representación de todos los guías del pueblo de Israel, representación de vuestro Maestro, en la tierra, que marcháis unida a Elías, que manifestándose está por conducto del hijo del hombre y que es el guía de encarnados y desencarnados; en estos instantes, escuchad mi mandato y escuchad vosotros, guías de multitudes:
59 Todo aquel hijo que os quisiese tomar del árbol su ramaje, para plantarlo, para ofrendarme un tabernáculo en donde las multitudes reciban mi palabra, nuevamente os ratifico ante el Templo del Mediodía, en el recinto que lleva por nombre: “Damiana Oviedo” en el alba que he preparado para la unión de las congregaciones de mis recintos; pediréis ante todas las multitudes, ante la guía de guías, ante pedro piedra fundamental y ante mi pequeño José, guía del Recinto: La Fe y mi mandato os daré; y si mis pequeños, en representación de mis tres potencias, no marchasen a la plantación de vuestros recintos, reconocido no quedará bajo el Templo del Mediodía, que lleva por nombre “Damiana Oviedo” porque ésta es mi voluntad.
60 Porque todos y cada uno, habéis marchado a vuestra propia voluntad, habéis tomado del árbol su ramaje y lo habéis plantado, ¿en dónde, mis hijos? Vuestros ojos no han contemplado la tierra firme, no habéis buscado la tierra fértil y le habéis sembrado en los pedruscos, no habéis cavado la tierra para sumergir sus raíces, no le habéis dado el agua cristalina y sus raíces han quedado en el pedrusco y no han penetrado en la tierra; los rayos del sol candente los han secado y sin savia están, por eso los hijos mueren, por eso las multitudes no reciben; porque no habéis preparado vuestras tierras, porque habéis hurtado a vuestra propia voluntad; y los discípulos del Padre, los discípulos del Maestro, no hurtan, mis hijos, porque no os he enseñado a hurtar; os he enseñado a pedir con humildad. Y yo soy el dueño y señor y el dueño y señor, dando a su voluntad, se encuentra.
61 Bienaventurado el hijo que se levanta, que abre sus labios, pide y espera mi voluntad y marcha a mi voluntad, que efectivo y grande será, grandes las galas espirituales de los distintos recintos serán, porque revestidos con mi esencia y en espíritu y en verdad, por los labios de los hombres, serán.
62 Cuerpo de ruiseñores, cuerpo de sacerdotisas y sacerdotes, pedestales y guías que en esta alba de gracia he llamado ante el Padre, ante el Maestro, ante el rabí de Galilea, yo os pregunto: ¿en dónde están las multitudes que por vuestra mano, mi mano poderosa ha entregado el triángulo trinitario? ¿En dónde están los hijos que lo han recibido? Han marchado, han buscado sus caminos; y solo os habéis concretado, cuerpo de sacerdotes y ruiseñores que presentes estáis, a preparar vuestros labios; pero no con el amor y la caridad para la humanidad. Sois vosotros los escogidos, pero sois los más tentados.
63 A los unos os he escogido, el esposo os ha llamado; y cual sortija de alianza y unión, he ceñido en vuestro dedo; he limpiado vuestra planta, con el agua cristalina; he limpiado vuestros labios, para que manen de ellos, palabras de amor y vida para el muerto, para que en verdad, mi esencia divina se derrame, cual bálsamo de consuelo para el sufriente.
64 Mas, en Espíritu y en verdad, os digo: a las que he preparado con mi mano poderosa; y les he dado mi mandato, porque solo a vuestro Dios y señor tendréis que servir; habéis abierto vuestros ojos hacia el mundo y habéis pedido sus placeres y en el fango os habéis confundido y habéis sumergido vuestra planta y vuestro cuerpo.
65 Habéis profanado vuestras galas espirituales, habéis roto vuestros velos y los vientos los han llevado y sois las doncellas que marcháis cual flor marchita, sin esencia y sin amor, ya no se eleva el aroma de vuestro corazón como el aroma de las flores, como el perfume que se eleva; ya no ofrecéis a vuestro Padre Celestial, ya no ofrecéis a vuestro esposo, al esposo de las escogidas y de las privilegiadas, todo vuestro amor para servirme, para servir a la humanidad.
66 Por añadidura os he dado el don de sacerdotes y ruiseñores; pero os habéis confundido en vuestra carrera veloz; os contemplo trabajando a vuestra propia voluntad, entregando al mundo el amor, que solamente a vuestro Padre pertenece, y que solo os deja llanto y dolor.
67 Voy a preparar vuestros labios, porque muchos de vosotros, vais a marchar a distintos lugares, a distintas naciones, en donde vais a dejar mi palabra divina; vais a marchar a los mares, vais a marchar a las lejanías porque vuestra planta preparo en estos instantes.
68 Limpio vuestros labios de la blasfema, voy a purificar vuestro corazón, a quitar de él, todo cuanto no sea agradable a mi pupila divina, para que os preparéis y me sirváis, con todo vuestro amor.
69 Es la humanidad la que os espera, la que os llama; y a quien tenéis que servir, porque ésta es mi voluntad; porque os he hecho, porque os he formado el servidor de la humanidad, os he formado humilde; y humilde, os quiero.
70 Prepararad vuestras galas para servirle a vuestro Maestro. Limpiad vuestro cuerpo y limpiad vuestro espíritu, para que mi esencia divina se derrame en vuestro entendimiento; y de vuestros labios, manen palabras de amor y verdad.
71 No engalanéis vuestro cuerpo con adornos ni con recamadas telas, ni con la vestidura regia que los hombres de la tierra admiran; no oséis agradar a los ojos de los hombres, agradad a vuestro Padre, agradad a vuestro Maestro; que en Espíritu y en verdad, cual más humilde os he escogido, para que seáis el ejemplo de humildad, ante un pueblo que os escucha y os contempla, ante un pueblo que seguirá vuestro ejemplo de humildad y mansedumbre.
72 No os enseñoreéis con la misión que os he confiado, ya que las albas han transcurrido y cual rey y señor de la tierra habéis tomado vuestro banquillo y os habéis preparado; y os digo, en espíritu y en verdad: vuestros labios no han dado mi esencia divina de vuestros labios, a manado la desunión para los pueblos, porque las multitudes marchan por doquier; de vuestros labios, han manado muerte y son los muertos que mi mano poderosa levanta; y a quienes yo doy vida eterna, porque soy la vida de la gracia eterna para todo el universo, para todo ser viviente, para todo cuanto lleve hálito de vida espiritual.
73 Porque os he dado soplo de vida, os he dado átomo de mi Espíritu Santo para que moréis la tierra y de mi Espíritu Santo, forméis parte. Y vuestros labios, han dado muerte; y si han resurgido a la vida de la gracia, es porque mi mano poderosa los ha levantado, no porque os hayáis preparado y les hayáis levantado vos mismo.
74 Cuerpo de ruiseñores: vuestros trinos no han llegado a las lejanías, no han cruzado los vientos, no han llegado hacia las jerarquías de los hombres, no han llegado a las deidades humanas para hacerles contemplar la humildad y la tierra, se ha ensañado, la tierra manchada de sangre se encuentra; las naciones se levantan y se arrebatan las unas a las otras, cruzan sus aceros, desenvainan sus espadas de doble filo y ponen al frente sus ambiciones terrestres y se arrastran ante su tesoro de oro.
75 Forman su Torre de Babel, cimientan su Sodoma y Gomorra; y los ruiseñores, no dan los trinos verdaderos ante la humanidad; pero yo, os preparo en estos instantes, la luz de mi Espíritu Santo, derramo en vuestro entendimiento y yo os limpio de la blasfemia, preparo vuestra planta; y sujeto a mi voluntad, desde este instante hasta la terminación de vuestra jornada, os dejo; porque ésta es mi voluntad.
76 Para servir a vuestro Maestro, para servir a vuestro Padre, no ponga vuestra mano el obstáculo, porque mi mano poderosa lo apartará. ¿Queréis servir a vuestro Padre, solo en la soledad, mis hijos? ¿Queréis servir a vuestro Padre, cual paria que transita en la tierra, sin su padre, sin su madre, sin su esposo y sin su esposa, queréis servirme sin vuestros hijos?
77 Yo he preparado el tiempo para el tiempo, para que en él dieseis a vuestro Dios y señor, lo que vuestro Dios y señor os ha confiado y pidiendo está, que es: el cumplimiento ante mi mandato.
78 El tiempo para vos, he preparado, para que cumplieseis vuestras faenas de tierra; pero ante todo mis hijos, ¿dónde está vuestro deber, el compromiso verdadero que habéis contraído ante un cumplimiento sagrado, ante una misión muy delicada?
79 Vuestros ojos no han contemplado la verdadera restitución de la humanidad, solamente a vuestros oídos ha llegado el palabrerío de la restitución que el Primer Tiempo posó en el pueblo de Israel, cuando también los torbellinos, cuando las hecatombes se desataron por doquier, cuando las plagas por doquier germinaron; mas, de las plagas niño, mi mano poderosa os ha salvado en el Tercer Tiempo; pero si queréis restitución, mis hijos; mi mano poderosa levantará su cetro, cual rey y señor.
80 En estos instantes cuerpo de ruiseñores, de los distintos lugares que os habéis apacentado ante la guía de multitudes del templo de mediodía, ante los componentes que presentes están, os digo, mujer: en las albas en que os doy mi palabra del año venidero, prepararéis a mis pequeños, a cada uno de los sacerdotes de los distintos lugares, para que cada uno tome el lugar que le pertenece en el Templo del Mediodía que lleva por nombre: “Damiana Oviedo” para el cumplimiento de su misión; y cada uno ocupará el lugar, donde transmitiendo estoy mi palabra divina; porque ésta es mi voluntad.
81 Y vos, mujer, le recibiréis, porque ésta es mi voluntad. Yo preparo vuestro entendimiento para que contempléis y distingáis el fruto del árbol; y de vuestro Dios y señor, su esencia, porque ésta es mi voluntad. ¡Bendita seáis, mi pequeña!
82 Es, para la depuración de mi obra, es mi mandato y es mi Ley, porque en mis altos juicios solo yo; y del Templo del Mediodía, los ruiseñores alimentarán a los recintos, donde un ruiseñor preparado no esté aún, porque ésta es mi voluntad.
83 En estos instantes, guías de multitudes de “la fe”: prepararéis a vuestros ruiseñores que os he confiado, con el amor y con la caridad; vais a principiar vuestra faena, vais a demostrar la verdadera unión con el Templo del Mediodía que lleva por nombre: “Damiana Oviedo” y así como se desempeña el cumplimiento en el Templo del Mediodía, así se desempeñará en el recinto de la fe, porque ésta es mi voluntad.
84 Mujer: yo os preparo para que transmitáis mis órdenes a los guías y sacerdotisas que presentes no han podido ser, pero mi ojo les contempla y mi mano poderosa les prepara con todo el amor y con toda la caridad. Prepararéis vuestras plantas, para el cumplimiento de la misión que os he confiado. Y vosotros, recibiréis: guías del recinto “la fe”, guías del Templo del Mediodía y componentes recibiréis a mis hijos que de los distintos lugares se apacienten al cumplimiento de su misión.
85 Cuando los torbellinos se levanten y los vientos sorprendiesen a los distintos recintos y mis hijos en confusión se levantasen, acudid al Templo del Mediodía en donde encontraréis al Padre, la luz de su Espíritu Santo; y de los componentes, el buen consejo para que os guíen en la tierra, en el cumplimiento de vuestra misión.
86 Yo os preparo mujer, para que recibáis en vuestro regazo, a los hijos que buscan, a los hijos de la luz; también saben confundirse por instantes los hijos de la luz y a su despertar, los torbellinos les sorprenden.
87 En estos instantes yo os preparo guía de multitudes, el Padre, escuchando los lamentos de sus hijos se encuentra. Guía de multitudes, pequeña María de Jesús, yo preparo vuestras plantas, porque vais a encaminarlas hacia aquella comarca donde mis hijos han recibido grandes porciones, donde las multitudes se han allegado con la fe y en donde a los componentes de aquel recinto, la debilidad les sorprende, la debilidad llena sus corazones; y por instantes, al parecer, las multitudes los pueden dejar.
88 Vais a dejar impreso mi mandato, porque también de aquel lugar, el ruiseñor que he preparado para alimentar a las multitudes, ha apacentado su planta en el Templo del Mediodía que lleva por nombre “Damiana Oviedo”, mas encaminaréis vuestros pasos antes de la terminación del lustro, porque mi mandato en aquel lugar voy a dejar ¡bendita seáis, mi pequeña! ¡Bendita seáis mujer! La luz de mi Espíritu Santo se derrama en vos; y recibís mi mandato, cual es mi Ley.
89 En estos instantes, pluma de oro, que vuestro dolor ha podido llegar hacia mí, que habéis contemplado que vuestra morada me ha revestido con los blanquecinos velos; pero que en los momentos de dolor habéis elevado vuestro espíritu: sois la mujer abnegada, sois la madre que alberga en su corazón, un amor infinito para mi divina y excelsa majestad y por este amor, tornaréis vuestra planta en el cumplimiento de vuestra misión porque os he dado el tiempo; y en el tiempo, os he dado la fortificación. Que no sea el cansancio el que os agobie, que sea la fortificación de mi mano poderosa la que llegue a vos; en este instante que, en Espíritu y en verdad, con vos he sido y he morado en vuestro propio corazón, habéis abierto las puertas de vuestra morada para brindarme vuestro corazón, habéis abierto las puertas de vuestra morada para vuestro Padre, yo os preparo, porque nuevamente en vuestro puesto seréis, porque ésta es mi voluntad.
90 Mujer, a quien mi mandato he podido entregar tiempo atrás, que mi ojo todo contempla, todo escudriña y todo lo ve; en estos instantes yo os ratifico guía de multitudes; pedro, piedra fundamental, primer columna del Templo del Mediodía que lleva por nombre Damiana Oviedo es el instante en que os apacentáis al cumplimiento de mi mandato: de recinto en recinto porque ésta es mi voluntad; ante los guías de multitudes que presentes están, os ratifico, mujer: preparad vuestra planta y de recinto en recinto os hallaréis.
91 ¡No vais a ser los escudriñadores! No vais a ser los que vuestros ojos abráis para escudriñar y juzgar a los corazones de vuestros hermanos; porque solo mi ojo, cual poder infinito, puede escudriñar y juzgar a la humanidad.
92 Vais a apacentaros y hacer que mi palabra se cumpla, haciendo que por doquier mis hijos de los distintos lugares, levanten sus trabajos en unión de los trabajos del recinto del mediodía, para que no trabajen mis hijos, a su propia voluntad; a ellos, yo les preparo; y a vosotros, que presentes estáis, guías de multitudes: abriréis las puertas de vuestros recintos, abriréis vuestros brazos, que en espíritu y en verdad, es para el bien de la humanidad.
93 La luz de mi Espíritu Santo, derramo en vosotros, guías de multitudes, os doy mi amor y mi fortaleza porque mucho es el sufrimiento y el dolor que lleváis; cuando abrís vuestros labios en el nombre de vuestro señor, para dar mi esencia divina, para dar mi mandato a las multitudes; y unos, las acatan y los otros os desconocen; y recibís la befa y el escarnio, el vituperio de la humanidad, el vituperio de las mismas multitudes que os siguen; pero sed humilde, sed manso, entregad vuestro sacrificio ante vuestro Padre, ante el dueño y señor que os fortifica; acallad vuestros labios, cerrad vuestros oídos y solo contemplad a la humanidad, porque de ella, parte formáis.
94 No contempléis al que os blasfemó, no contempléis al que os escarneció, con odio y mala voluntad; como al pequeño niño, hacedle contemplar su error, con amor y caridad; atraedlo a vuestro regazo, como el Padre os ha llamado a vos, aún siendo el pecador de la tierra. Perdonadle; que así, cumpliréis una Ley que escrita está. Alimentad en sus corazones el perdón, y la unión que es la que el Padre, pidiendo está.
95 Cuando el arca de la alianza, en el Templo del Mediodía que lleva por nombre “Damiana Oviedo” ante mis tres potencias pudisteis levantar vuestra mano y vuestro juramento escrito con letras de oro ha quedado, vuestro juramento, que: sería la unión para todos los pueblos y en este día de gracia, mi palabra y mi mandato que he dejado, los trasmitiréis a mis hijos y a vuestros pueblos, porque ésta es mi voluntad.
96 Guías de multitudes, os preparo una vez más, para que preparando seáis a vuestro cuerpo de mediaunidad, para que al principio del año venidero, sea el principio de una faena limpia, que no seáis los que delincáis, que no seáis los que profanéis y que no seáis los hijos que adulteréis mis mandatos, y mi Ley; que no seáis los hijos que estáis infringiendo, con las multitudes que buscan la maldad.
97 Estudiad y analizad el decimonoveno precepto que os he entregado, que cada precepto se encierra en uno solo cual veintidós legislaciones que emanan de una sola Ley para Israel.
98 Es el tiempo, niño, de que abráis vuestros ojos hacia la Verdad; de que detengáis al cuerpo de mediaunidad de su carrera veloz, de su carrera desenfrenada en el mal camino, en el camino que para sus plantas, no he preparado, porque en él no está mi divina huella; en él, está la huella que sus plantas van dejando impresa, de maldad y de iniquidad.
99 Vos que conocéis mi palabra, vos que conocéis la obra divina del Padre, hacedles conocer, hacedles penetrar hacia el verdadero camino, en donde impresa está mi huella.
100 Mas, todos aquellos que han marchado y dejado la cuna vacía y han dejado a las multitudes huérfanas, yo les preparo, para que tornen nuevamente; y vosotros, guías de multitudes: abrid vuestros brazos, recibidles cual la madre recibe al niño para darle calor porque son, los que han marchado y los inviernos les han sorprendido, son los que tornan como el paria, tiritando de frío buscando el calor que en vos, encuentran.
101 En estos instantes: ¡tomad la fortaleza, tomad mi mandato! Guías de multitudes: preparad vuestra planta porque en cada uno de vuestros recintos, mi orden voy a dar, para los recintos de las lejanas comarcas, donde alimentáis a mis pueblos; les haréis reconocer mi mandato, para que ante el Templo del Mediodía, se hagan reconocer ante la guía de multitudes y ante los componentes; y queden asentados sus recintos, dentro del álbum del libro de oro, que se lleva en el Templo del Mediodía, porque ésta es mi voluntad.
102 Para que cuando la planta extranjera, se allegue; todos le recibáis, diciéndole que: pertenece al Templo del Mediodía que lleva por nombre: “Damiana Oviedo” y todos reunidos y congregados espiritualmente, principiéis a la grande edificación del templo del Espíritu Santo; y en la nueva Jerusalén que es descendiendo a esta nación mexicana, quedarán, porque ese es mi mandato; y primero dejaría de alumbrar el astro rey que mi palabra cumplida no fuese.
103 Y cuando el templo del Espíritu Santo, formando estéis mis hijos, despojaos de la cizaña, despojaos de la maldad; para que así, cada uno depositéis un peldaño, un granillo con que lo edificaréis, porque grande, muy grande será, en espíritu y en verdad.
104 El tiempo se acerca que de las sinagogas, piedra sobre piedra no quedará; que las distintas religiones que han resurgido desde los tiempos pasados, desde la Primera Era, desde los distintos caminos en donde me buscan, al templo del Espíritu Santo llegarán.
105 Al templo del Espíritu Santo, llegarán los confundidos, los letrados, los científicos y todos cual siervos doblegarán su cerviz; pero sois vos, la simiente del tiempo venidero, sois vos la simiente, la fundación, pueblo de Israel, de las multitudes que se allegarán; sois vos, la fundación de la obra espiritualista, porque ésta es mi voluntad.
106 Diez años os dejo y en el principio del primer o, en que a la prueba os dejo, principiaréis vuestra faena, para llegar al cumplimiento que pidiéndoos estoy, para llegar a una obra que os he entregado; y que las multitudes en verdad, ya no contemplarán impostura sus ojos, ya no contemplarán la imperfección, porque a apartarla voy.
107 Los unos, levantados de la tierra serán, para tomar nuevamente cuerpo cual espíritus purificados, cual espíritus acrisolados que formarán las generaciones benditas, en las que me habré de comunicar de Espíritu a espíritu con ellos, porque ésta es mi voluntad.
108 Os he entregado mi mandato, en este día de gracia: 18 de diciembre del año 1940. Y a través de los años, cuando en vuestros momentos de debilidad y confusión os podáis encontrar, he dejado para vosotros, preparadas las plumas de oro de los distintos lugares; las que en estos instantes, nuevamente preparo con mi mano poderosa y fortifico, para que no sea el cansancio en sus cuerpos, ni la debilidad en sus espíritus porque un cargo muy delicado y un tesoro de incalculable valor llevan en su mano; y llegado el tiempo, los hombres conocerán mi palabra que escrita he dejado en los papiros, en cumplimiento a mi palabra del Segundo Tiempo, de que en el Tercer Tiempo, yo sería con vosotros nuevamente y me derramaría en esencia, en presencia y en potencia, por medio del entendimiento del hombre.
109 Yo no me he apartado de vos, estoy con vos universo entero; moro en vuestros corazones; pero esta morada que ofrecéis a vuestro Padre, despojadla de vuestras imperfecciones, de vuestra cizaña y mala voluntad, para que recibáis mi esencia y no reveléis vuestras tendencias materiales, ante los hombres.
110 Que no sea vuestra mala voluntad; que no sea vuestro mal trabajo, el que se refleje; que no sea vuestra mala simiente, la que dejéis en la tierra; que no sea vuestro odio, el que germine en los corazones de los hombres. Esos tiempos han terminado, esos tiempos han pasado; y vais a resurgir en una nueva vida, porque grandes acontecimientos vais a contemplar, porque vais a contemplar que sujetos a mi voluntad vais a marchar; ya no a la vuestra, ya no a vuestro propio albedrío. ¡Tomad en estos instantes, la luz de mi Espíritu Santo! Y efectivo hágase mi mandato en vos, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
111 Pueblo de Israel, guías de multitudes, cuerpo de ruiseñores: ¡que mi mandato he dejado! ¡Hágase efectivo y cúmplase en verdad! Porque yo lo mando y lo ordeno, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo!
112 ¡Tomad lo que pidiendo estáis! El Padre, que todo lo sabe, ve lo que presente me hacéis. ¡Tomad y llevad, para las albas que faltan para terminar el año! Yo os doy la sandalia, para que lleguéis al final; y la migajilla de pan, doy a vuestra mesa, para que lo llevéis con regocijo a vuestros labios, que para el año venidero, grandes beneficios voy a entregaros y por vos, al universo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
113 ¡Preparaos, pueblo de Israel! Y preparad a vuestras multitudes, que el Padre Eterno Gran Jehová, entre vosotros será nuevamente, para pediros cuentas de las albas que pudo dejaros para la preparación, de propósito de enmienda, para la regeneración de todos sus hijos; y el que haya cumplido, en verdad recibirá.
114 Todos y cada uno, lleváis la Ley; pero todos marcháis, a vuestra propia voluntad. Mas yo preparo vuestros corazones con la fortificación, llevad propósito de enmienda en lo más recóndito de vuestro ser, para que recibáis; y el regocijo, sea en vuestro corazón. ¡Tomad!
115 ¡Tomad! En estos instantes, presente me hacéis a los vuestros; sois los guías que marcháis llevando a cuestas el madero de un pueblo; y presente me hacéis a los de vuestras chozas, que por instantes, también faltáis a un cumplimiento en la tierra por tener un deber como madre, por tener un deber como esposa, por tener un deber como esposo; yo os preparo, no habrá obstáculo en vuestro camino para doblegar vuestra cerviz, cual siervo, ante mi divina y excelsa majestad.
116 El tiempo para el tiempo, os doy; para que en él, podáis cumplir vuestras faenas de la tierra y deis cumplimiento, ante todo, a la misión que habéis contraído con vuestro Padre, porque ésta es mi voluntad. ¡Tomad y llevad para los vuestros, lo que han de menester! ¡Regocijaos! Regocijaos, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y de lleno, vuestra mano colmo.
117 En estos instantes, la luz de mi Espíritu Santo se derrama en vuestro entendimiento y en las multitudes que os siguen, para que no se levanten en desunión y en desobediencia, contra un mandato supremo que lleváis en vuestra mano.
118 Vosotros sois la representación de vuestro Dios y señor en la tierra, yo preparo a las multitudes, yo les doy mi amor para que con amor, sean en verdad, los siervos, sean los hijos sumisos y obedientes ante mi mandato transmitido por vuestra mano, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Adiós, pueblo amado de Israel! ¡Adiós, pueblo escogido!
¡La paz de vuestro señor, sea con vosotros, pueblo de Israel!
8. Los libros de la tierra
Domingo 10 de agosto de 1941
1 ¡Bienaventurados seáis corazones que me buscáis! Porque para vosotros, será la paz, será la tranquilidad del espíritu y de la conciencia. ¡Bienaventurado desde el primero hasta el postrero que en esta alba de gracia ha penetrado en mi sagrado recinto! Sin embargo, ninguno de vosotros diga, que es la casualidad quien le ha aposentado delante de mí; porque la causalidad, no existe.
2 Yo he creado con mi poderosa potestad divina, todas las cosas; y en verdad, os digo: yo no he creado la casualidad, el acaso no existe
3 Israel amado, la hoja del árbol no se mueve sin mi voluntad; y por distintas causas, todos venís; por distintas causas, cada planta y cada corazón, se levanta en busca de mi huella poderosa.
4 Sin embargo, yo que soy el camino certero, yo que soy el buen peregrino me acerco a cada uno de vosotros, hacia aquellos que buscándome no me saben buscar, hacia aquellos que deseándome no me conocen porque no tienen preparación; pero, yo que soy caridad y amor, me acerco a cada uno de vosotros que sois mis criaturas amadas y os vengo a dar la paz que necesitáis para que calméis vuestras incertidumbres; yo os vengo a dar el pan de la vida eterna y el agua cristalina, para, saciar vuestra hambre y sed que me hacéis presente.
5 De los distintos caminos venís en pos de mi huella, tropezando con las distintas sectas, ideas y religiones, acumulando en vuestro entendimiento distintas teorías y ambiciones, pero a ninguno de vosotros, vengo a disgregar; sólo sé que los hombres me necesitan, que son mis hijos y he de convertirlos en mis párvulos para que sean mis discípulos; mas, de entre esas grandes turbas de increyentes y pecadores, yo llamaré a los míos y los entresacaré para escoger a aquellos que han de convertirse el mañana, en los maestros de toda la humanidad.
6 Pueblo de Israel, ¿quién de vosotros, no siente mi presencia? Hay envolturas y espíritus que saben sentirla, porque se han preparado; sin embargo, hay carnes que no saben palpar mi presencia, porque no se han preparado, pero el espíritu que oculto puede encontrarse dentro de esas carnes, se ha sorprendido al descender mi rayo universal delante de él; y se pregunta, en el fondo de él: ¿quién será? ¿De dónde proviene esta palabra que da paz y sorprende al corazón?
7 Y yo os digo, mis bienamados: no vengo a obligaros a que creáis en mí, vengo a manifestarme delante de vosotros, para que creáis en mí por la persuasión y el convencimiento; no vengo a obligaros a que creáis, tan solo por mi palabra; porque mi palabra, viene acompañada de prodigios y de sorpresas gratas para el corazón.
8 Yo sé, mis hijos, lo que cada uno de vosotros, necesita y solicita; y a cada quién, he entregado conforme es mi voluntad; para que en prematuro tiempo, se levante en pos de mi huella, con la antorcha de fe encendida en vuestro corazón; porque ya es el tiempo; yo os he dejado caminar en el camino de libre albedrío a través de los tiempos, en muchas eras: y en cada tiempo, os he dejado cual heredad mis revelaciones; para que de ellas, disfrutaseis conforme vuestra voluntad.
9 Sin embargo, ¿cuál ha sido vuestra voluntad, varones y mujeres de la tierra? ¿Es por ventura lícita, vuestra voluntad en el mundo? ¿Vuestros hechos y obras en la tierra, son perfectos? ¿Cuál es vuestra obra, varón y mujer de la tierra? Reconcentraos en el fondo de vuestro corazón y preguntaos: ¿de dónde habéis venido y a qué habéis venido a este mundo y cuál es vuestro final? ¿Es por ventura el acaso, quien os ha creado? Mirad que si el acaso, os hubiere creado; ese acaso, sería maravilloso, sería perfecto, ese acaso sería un Dios.
10 ¡Oh! Israel bendito, ya es tiempo en que os detengáis a meditar cinco minutos en vuestro camino y os preguntéis: ¿quién os ha formado y de donde habéis brotado? Y vuestra conciencia, os dirá que no sois carne y más carne, que no sois materia y más materia; vuestra conciencia os dirá, que dentro de esa carne pesada e inmunda que os arrastra, hay una inteligencia que no brotó de las entrañas de la tierra, que no está hecha de barro; vuestra conciencia os dirá, en ese momento de preparación, porque ni los libros de los filósofos, ni las ciencias de los científicos podrán decir en este Tercer Tiempo, el porqué de vuestra existencia humana y espiritual; pero preparaos Israel, reconcentraos y penetrad en vos mismo, para que os encontréis; y encontrándoos a vos mismo, me habréis encontrado a mí en vosotros.
11 ¡Yo soy la luz, soy la presencia divina, soy el poder y la inmortalidad! Y si dentro de vosotros, penetrasen lentamente aquellas teorías y tendencias humanas, de cierto os digo que en el fondo de vosotros mismos, me encontraréis.
12 El Maestro ha dejado que los hombres escriban grandes obras de los tiempos pasados; mi sagrado Espíritu ha descendido incesantemente a la morada de los hombres y en las altas horas de la noche he sorprendido a mis hijos con la pluma en la diestra y la mente elevada, o con la mente perdida en la inmensidad, buscando la ciencia de las cosas, los unos; y el principio y el porqué de la naturaleza, los otros; y otros, buscando grandes manifestaciones desconocidas para poder labrarse el pedestal, para poder labrarse el trono; y desde ese trono de grandeza, poder sentiros grandes y ser tratados como señores entre la humanidad.
13 ¡He contemplado a los hombres que requeman sus pestañas y envejecen sobre las páginas de sus libros! Y penetrando la voz del Cristo, en la conciencia de los hombres; les ha preguntado: ¿por qué os afanáis tanto? ¿Por quién estáis luchando tanto? Y no ha habido un corazón que me diga: Cristo, ¡oh! Maestro de maestros, yo velo y lucho por la humanidad.
14 No he encontrado un corazón, que se esfuerce en buscarme a mí; y no hay quien le revele la sabiduría existente en la esencia de las cosas; cada corazón y entendimiento, se ha fundido en su propia potestad, cada uno, ha penetrado en sí mismo.
15 En este Tercer Tiempo, muy pocos son los que me buscan; y en todos los tiempos, he enviado a la tierra hombres por los cuales he aconsejado las virtudes a los hombres; mas así como yo les envío a las comarcas, vosotros sois los encargados de sofocar aquella palabra de los enviados; vosotros sois los encargados, de matar a los profetas y cerrar los labios de aquellos inspirados por el Padre Dios.
16 Y los libros, yo los contemplo en las manos de la humanidad; y los hombres, beben de esas fuentes y yo lo he permitido; y los hombres, llenan su mente y su corazón de páginas de sus libros; yo así lo he permitido; sin embargo, ha llegado el tiempo en que los hombres, se pregunten: ¿a dónde está la luz?
17 Ha llegado el tiempo, en que los hombres, han creído llegar al final de sus conocimientos, a la cumbre de su saber; y se sientan a meditar, pero se sienten confundidos y se sienten cansados y vuelve el Cristo, a encontrarles; y cuando creían estar en la cima, se sienten en el principio los unos y en el abismo los demás, por lo que yo os digo: si los libros lleváis en vuestra diestra, arrojadlos al fuego y dejadlos que ahí se consuman.
18 Yo no he escrito libros, en la tierra; mas, todo lo que los hombres escribieron, todo lo que en este tiempo los hombres han asentado en sus libros, átomo de verdad no encierran y gran cúmulo de impostura tienen; porque no es la conciencia del hombre, la que escribe; porque no está sano el corazón, para escribir; porque la mente del hombre, no está sana; el cerebro del hombre se encuentra enfermo, el corazón del hombre está envenenado y todo esto, brota de ellos mismos; sin embargo, no los juzguéis, ni los sentenciéis, no los desconozcáis, pueblo amado; porque cada hombre encierra un ideal, cada hombre busca el camino de la luz, de la Verdad y de la paz; no les retengáis del camino; mas, si en vosotros, reconocieseis que está la luz, entregadla sin temor por doquier: a los grandes y a los pequeños porque ésta es mi voluntad.
19 Mas, ahora, que yo llego a sorprender al hombre por el entendimiento de él mismo, os digo: ésta es mi obra mi obra, sin libros; mi obra, sin teorías, sin ciencias humanas; porque mi obra, está en esta palabra; mi ciencia divina, está más allá de todas las ciencias, porque yo soy la luz, pueblo amado, que no se limita.
20 ¡Preparaos! Y haced que estos cerebros, por los cuales yo me comunico, más y más se preparen y capaciten, por vuestra preparación; porque mientras más sea la elevación de vuestros espíritus y entendimientos, más fielmente me manifestaré entre vosotros.
21 Escudriñad los libros del ayer y del presente; y veréis Israel amado, que ni en los pasados ni en los presentes, encontráis lo que yo os estoy entregando.
22 Yo inspiré a los hombres, a patriarcas y profetas en la primer a era; yo inspiré a Moisés y lo convertí en mi portavoz del Primer Tiempo, yo hablé por su conducto y permití que fuera la pluma de oro, para que mostrara y escribiera las Sagradas Escrituras entre los hombres; y aquellos papiros, el Padre los entregó como testimonio y herencia a las nuevas generaciones, para que ellos tuvieran noticias ciertas de las revelaciones que el Padre, hizo, con los primeros seres humanos en el Primer Tiempo.
23 En el Segundo Tiempo, sorprendí a la humanidad, como una aurora, como un iris de paz; y entonces, todo cuanto en Jesús hice, todo cuanto el Maestro os habló, permitió Cristo, el Maestro de maestros que cuatro de sus mensajeros asentarán en papiros; y he aquí, mis cuatro historiadores del Segundo Tiempo: juan, marcos, mateo y lucas estos fueron los que asentaron en grandes papiros, mi verdad y mi palabra como un fiel testimonio, como el pan de vida para las nuevas generaciones; y después, se fueron fundiendo los libros del Segundo Tiempo, con los del Primer Tiempo, formando una sola obra para la humanidad.
24 Ahora en este Tercer Tiempo, he sorprendido a los hombres; y os digo: ¡arrojad los libros de vuestra diestra, arrojadlos en el fuego inextinguible! Y en este momento, se sorprende el corazón de algunos de mis hijos y me preguntan: ¿Maestro, vienes en contra de las palabras de Moisés y de los profetas? ¿Acaso vienes en contra de tus palabras dadas y vertidas en el Segundo Tiempo?
25 Y yo, os digo, mis hijos: no vengo en contra de las revelaciones del Primer Tiempo ni del Segundo Tiempo vengo a confirmarlas y a darles cumplimiento por medio de mi espíritu divino y por medio de mi pueblo de Israel, vengo en este Tercer Tiempo: a fundir el tercer testamento con el del Segundo Tiempo y con el del primer o, para formar con mi obra: una sola obra, un solo libro de verdad, una sola iglesia y una sola Ley.
26 ¡No os confundáis más, si el Padre, en este Tercer Tiempo os dice que apartéis los libros de vuestras manos! Es porque mi mirada es perspicaz, mi ojo es escudriñador y penetra hasta lo más profundo; y he contemplado a la mano adultera de los hombres, de los sacerdotes y escribas, de los hombres que se dicen conocer mi Ley: cómo han destrozado esa herencia que os he dejado cómo han desvirtuado mi enseñanza perfectísima, que a través de los tiempos os he dejado.
27 En este Tercer Tiempo, os digo: que falta no os hace aquello para que yo venga a hablaros del Primer Tiempo y del Segundo Tiempos, para que mi Verbo Divino se derrame ampliamente para decir quién soy, quién fui y quién seré; ya que el tiempo es propicio, en que venga a recordar las revelaciones, que fueron las lecciones que los hombres os han ocultado.
28 ¡Vengo a revelaros las lecciones nuevas del presente y también para anticiparos la historia del futuro! Por medio de mi palabra, estoy escribiendo la historia del mañana. Yo os estoy diciendo lo que ha de ser en el futuro, lo que ha de ser de vosotros sí me cumplís y si no me cumplís, lo que ha de ser de las naciones. Lo que ha de ser de los hombres el mañana, de los hombres de las distintas razas, pueblos, comarcas y aldeas, castas, sectas y linajes.
29 ¡Bienaventurados los que sepan prepararse! Porque ellos, oyen y leen mi palabra y la encuentran confirmada. Sin embargo, ¡ay! De aquellos que siempre vivan en la duda; porque la duda, es la espada que les mata, el fuego que les consume y es el peso de su conciencia.
30 ¿Quién de vosotros puede decir que no ha encontrado la paz, que no ha encontrado en mi camino, lo que ha pedido al Padre todos tenéis un testimonio que dar; porque la vida que estáis viviendo, es la vida preparada por mí y por vuestras obras, no es la vida del ayer, no es la vida misteriosa que llevabais varones que en vicio podíais encontraros el ayer. ¿Todavía estáis en el abismo? ¡no! Me dice vuestro corazón.
31 Varones que el ayer vivíais atravesando la guerra civil en vuestro hogar: ¿no habéis encontrado la paz, en este tiempo? ¿No sentís que la concordia, se ha derramado como una fuente divina, en vuestro corazón?
32 Madres de familia, que el ayer llegasteis ante las plantas del Maestro con el llanto en vuestros ojos: ¿no sentís hoy regocijo con las comprobaciones y testimonios que el Padre, os ha entregado?
33 Niñez bendita, que con la queja llegasteis el ayer también ante mi planta y ante mis casas, pidiendo el pan de cada día y las llaves del trabajo para vuestros padres y pidiendo una protección y un báculo para esta existencia humana: ¿no lo habéis encontrado? ¿Por ventura, no os he estimulado con mi caridad?
34 Os he entregado todas esas pequeñeces que me pedís en la tierra, pero mucho más os he entregado mis hijos, os he señalado un camino de paz, de lucha y de sacrificio, os he ubicado en un camino de amor y de grandeza espiritual, que conduce a la cima de la perfección del espíritu.
35 Os he entregado el camino que aparta la confusión del entendimiento, os he entregado el secreto de la paz, de la mente y de la elevación del pensamiento. Os he entregado el secreto para que sepáis conoceros y sepáis desarrollar las heredad es que el Padre, os ha entregado; ahora sois los hombres que comenzáis a hacer uso de la voluntad del pensamiento, del Verbo, de la intuición, de la revelación, del sentimiento.
36 Hoy sois los hombres que comenzáis a hacer uso de la potencia del espíritu, porque habíais llegado al abismo del pecado y de las pequeñeces; y yo, os encontré así, os sentíais carne y más carne, piedra y más piedra; corazones sin sentimientos, mentes sin inspiraciones, carnes sin facultades y espíritus opresos y muertos. Espíritus que viendo, no vivían; existían tan solo, pero no vivían, porque muertos estaban para la vida de la gracia.
37 Yo os encontré, mis hijos, muertos en las catacumbas; como idólatras, adorando a los falsos dioses de la tierra, erigidos por vuestros antepasados; buscando al Cristo, en las obras hechas por las manos de los hombres; buscando mi Ley, en los preceptos humanos, en preceptos de hombres confundidos, en el abismo de la idolatría, del fanatismo, de la confusión y de la tiniebla; ahí donde no existe la Verdad, donde no está la paz ni la vida, ahí me estabais buscando; y estabais muertos, pero he llegado como una claridad y os he libertado.
38 Aquí estoy esperándoos incansablemente con los brazos abiertos, para daros la verdadera paz, la verdadera grandeza. He venido a despertar en vosotros, el anhelo espiritual, para perfeccionamiento vuestro como espíritus; y he venido con la esencia de mi palabra, a darle muerte a vuestras vanas ambiciones y a vuestras inmundas pasiones.
39 He aquí mis hijos, a este pueblo que se aparta de los placeres que el mundo ofrece, que se aparta de los jardines amenos para venir en pos de mi palabra a recibir de mi enseñanza; he aquí a este pueblo que se aparta de las influencias y las cosas de la tierra, para recrearse con mi palabra, para atraer más y más en cada alba la potestad de mi rayo universal, para interrogar al Maestro de maestros, porque saben que son mis párvulos muy amados, mis discípulos queridos; y así, por medio de mi enseñanza poder levantarse en el alba venidera, para dar de esta enseñanza divina exenta de abismo y de idolatría, pero llena de amor universal; porque sabéis que el mañana, vais a levantaros testificando a vuestros hermanos la llegada de Cristo, el Verbo Divino de nuestro Padre Dios.
40 ¡Bendito seáis, pueblo amado! Que apartándoos estáis con mi palabra del mundo, apartando átomo por átomo la mezquindad del corazón, para que tenga nobleza y virtud, al levantaros en los caminos de la lucha, sin temor a los hombres que persiguen mi causa, sin temor a los hombres que con sus distintas y pequeñas armas, se levantan queriendo ocultar la luz del astro rey con la palma de su mano.
41 Ellos van a hacerse presentes ante vosotros, ¡oh! Varones y mujeres de mi pueblo! Mas no temáis, antes preparaos en el rincón de mi recinto sagrado y preguntad al Maestro todo cuanto queráis, para que seáis los dueños de la salud, los poseedores de mi enseñanza; y de esa manera, vayáis y dejéis satisfecho y persuadido, al corazón del hombre más empedernido y al entendimiento del hombre más reacio.
42 Reconoced el tiempo en que os encontráis mis hijos, cada hombre lleva su propia ley; sin embargo, la Ley del uno, no es igual a la de los otros; cada hombre concibe a su Dios, mas el Dios que concibe uno, no es igual al que conciben los demás; cada hombre pisa un sendero y ese sendero persigue un ideal y el ideal que cada hombre persigue, es distinto al de los demás.
43 No hay unificación de pensamientos, de ideales, de leyes, todo mundo es un caos y confusión; es un abismo vuestro mundo, nadie sabe lo que busca, nadie sabe lo que desea, Israel; y sin embargo, todos buscan. Os he dejado a lo largo de los tiempos, transitar por los caminos, para que os desengañéis de esta existencia humana.
44 Ya todos esperan mi llegada, el tiempo es propicio; y vengo a deciros: ¡yo soy lo que buscáis! ¿Quién no ama la paz? ¿Quién no ambiciona la paz del corazón? ¿Quién no ambiciona y persigue la Verdad? ¿Quién no desea la luz? ¿Quién no persigue incesantemente la salud? ¿Quién no repudia el dolor?
45 Yo soy la salud y la paz, soy la luz y la Verdad en la palabra y en los hechos, por eso os invito a juzgarme; no escudriñéis estas envolturas, de los cuerpos por los cuales me comunico; ni queráis encontrar en ellas: divinidad, ni santidad, ni grandeza son únicamente entendimientos preparados y agraciados por mi divina voluntad para poder a través de ellos llegar hasta vuestra morada material y comunicarme con vuestro propio entendimiento y corazón; por lo que, os digo: el que tenga cerebro y entendimiento que analice la esencia de la palabra que he entregado en este día de gracia, el que tenga ojos para ver que vea y el que tenga oídos para oír que escuche; mas si tenéis memoria, pueblo amado, guardad lo que vengo entregando en parábola y en sentido figurado; para que el mañana, podáis ser los fuertes en el tiempo del gran caos y de la confusión.
46 Es el tiempo de la justicia divina, daos cuenta mi pueblo que es el tiempo en que el cetro justiciero del creador universal se cierne sobre todos los hombres; la paz ha huido del hombre, la salud no se encuentra en ningún rincón de la tierra, la tranquilidad no es ya de este mundo. La paz no está con vosotros, los hombres de buena voluntad, casi no existen en la tierra.
47 Daos cuenta, Israel amado, del tiempo en que os encontráis; ha llegado el día de Dios, en que su justicia se cierna sobre cada nación, sobre cada raza, cada pueblo y comarca; tocando estoy con mi diestra cada corazón y cada conciencia de todo ser encarnado como desencarnado.
48 Prepararaos pueblo, y sed el fuerte, el fuerte es la oración en este Tercer Tiempo; es el baluarte de los hombres, la oración y la práctica de las virtudes; no vengo a pediros que os postréis veinticuatro horas al día, delante de vuestro Dios, para estar orando y hacer méritos; porque esos méritos, no son los que llegan a mí.
49 Cinco minutos os pido de preparación y oración, en cada alba; cinco minutos de comunicación con mi divinidad, para que cumpláis con el Padre y saboreéis de su ciencia que es vida y seáis fuerte entre la humanidad; para que vuestro camino, lo encontréis limpio, para que seáis el fuerte de vuestra porción, para que no os dobleguen vuestras enfermedades y las influencias morbosas de este mundo; ya que, los hombres al acercarse a vosotros recibirán de mi caridad, porque antes vosotros, en cinco minutos de preparación supisteis recibirme; porque por esos cinco minutos, no tan solo recibe el presente por vuestro conducto, también los ausentes, las comarcas lejanas, en que esperan corazones preparados, todos ellos alcanzarán por vuestra preparación y elevación de espíritu; porque ellos, no tienen tiempo para orar, no poseen cinco minutos de calma para elevar el corazón y pedirme, ya que el horror de la guerra resuena en sus oídos, en la conciencia y en lo más profundo de su ser, en los hombres de aquellas naciones que no encuentran rincón de calma ni en la profunda inmensidad de la mar, ni en las entrañas de la tierra, ni en la altura de los aires.
50 Todos los hombres, han querido refugiarse en el corazón de los elementos; y los elementos, no les han dado la paz, porque desatados pueden encontrarse; todos los elementos son mis siervos, los siervos de mi justicia divina; pero esos siervos me oyen y a vosotros también, porque tienen captación, porque los elementos y las cosas creadas por mi poder, atentos están a mi llamado, nadie hace la voluntad propia, todas las cosas creadas hacen mi voluntad.
51 Solamente un ser en la creación, hace su propia voluntad: el ser consciente, el mimado, el predilecto del Padre, el dotado de pensamiento y libertad propia: de libre albedrío, de conciencia, de facultad y de potencia ese es el que hace su propia voluntad; y es: el hombre y la voluntad del hombre, no es mi voluntad; en tanto que el hombre, haga su propia voluntad y su voluntad no sea la mía: amarga será su siembra su fruto será amargo y su existencia azarosa.
52 Cuando la voluntad del hombre, sea mi voluntad; entonces, los elementos y toda la naturaleza os sonreirá; habrá calma, pueblo bendito, habrá amor entre vosotros; ya no habrá jueces entre vosotros, ni habrá juez en vuestra lengua ni en vuestro corazón; ni habrá armas homicidas en vuestra diestra, pues no habrá ciencia maléfica en vuestro entendimiento para la destrucción; habrá pan en vuestra diestra, para el hambriento; poseeréis un manantial de agua viva, para todos los sedientos; y ese manantial de amor, será vuestro propio corazón; entonces, en vosotros habrá luz de vida que resucite a los que están muertos ante la luz y ante la gracia divinas; en vuestro entendimiento y pensamiento, habrá inspiraciones de luz que iluminen a todos los ignorantes; en vuestros labios, habrá palabras de amor que hagan cernir a los muertos en sus tumbas de materialismo y los hagan salir de las mismas; y en todo vuestro ser, habrá una potestad y una grandeza que nunca la ha conocido el hombre; y entonces, los hombres de la ciencia, se avergonzarán de sus propias ciencias; y los que han erigido sus tronos de vanagloria humana, avergonzados quedarán de sus tronos y arrojarán su corona y su cetro; y reconocerán, quienes son dentro de la realidad existente.
53 ésta es mi palabra, pueblo amado. ¿Quién de vosotros podría callar los labios de los cuerpos en estas envolturas, de quienes yo he preparado? ¿Qué enseñanza en estos tiempos en la tierra, pueden iluminar la conciencia del hombre, cual yo lo estoy haciendo? Desde 1884, mi palabra es vertida a través de estos pedestales, que son mis portavoces humanos, para iluminar el corazón de los hombres.
54 Depurando estoy, no mi obra, porque mi obra es perfecta, depurando estoy a mis servidores porque son pequeños, porque la mente del hombre es pequeña para alcanzar a concebir la voluntad del Padre en este tiempo, porque la luz del Espíritu Santo, ¡créalo el hombre o no lo crea! Ha llegado; y a los unos, ha iluminado; y a los otros, ha cegado. El que se dispone y prepara, ve; y el que se obstina, a no ver debido a su incredulidad se siente cegado; mas, llegará el tiempo de la luz para todos; y todos me sentiréis y conoceréis, porque ésta es mi voluntad.
55 ¡Tomad mi paz, pueblo bendito! En mi palabra, doy la paz a los corazones que carecen de ella, reanimo a los desvalidos y doy salud a los enfermos. ¡Bienaventurados vosotros que sacrificáis la paz de vuestro corazón, para convertir a los incrédulos!
48 Os han herido, los corazones de este mundo, ¡oh, corazón mimado!; mas no temáis, yo he sido con vos y por vuestros propios labios me he comunicado; dejadme la causa a mí, sed fuerte y perseverad. ¡El tiempo llegará, de la luz para aquellos corazones! Y vos, de regocijo seréis.
56 Y vos, que acercáis vuestras manos a los enfermos y venís a darme gracias por mis prodigios; yo, os digo: ¡bendito seáis! Ya que sabéis hacer uso de mi potestad y en verdad, habéis trabajado, conforme mi voluntad divina.
57 ¡Tomad, varones y mujeres de Israel! En esa alba de gracia, antes de ascender mi espíritu divino, dejaré la potestad de los celos, entre vosotros, para que hagáis prodigios entre los hombres, dejaré mi fuerza bendita entre vosotros, porque es el tiempo de la lucha; cada uno de vosotros, está en el camino de la lucha, mucho habéis reconocido; mas hoy que venís a pedir la fuerza para emprender esa lucha, fuerza os dejaré; y por la oración que en esta alba de gracia, elevasteis por el mundo y por las naciones, yo entregaré la paz a todos los hombres, en esta alba bendita de gracia.
58 No os familiaricéis con el dolor ni el sufrimiento, pueblo amado, ni con las nuevas noticias de la guerra, porque ellas os lleguen incesantemente a vuestros audífonos y por medio de los papiros; no os acostumbréis al dolor, sin embargo, percibidlo y sentidlo siempre, pueblo amado; porque si ese dolor, no lo sentís de corazón, en vuestra nación también habrá dolor para que podáis percibir y comprender el cáliz amargo que apuran las naciones; luego entonces, ¡preparaos! Guardad siempre preparación; y en cada amanecer y anochecer, recordad que mientras vosotros dormís en paz, mientras vosotros coméis en calma, aquellos hombres sufren bajo los efectos de la justicia del creador; es la justicia de Dios, pero en verdad, el Cristo de Dios, os dice: el Padre no quiere dolor para sus hijos el mismo hombre, se ha juzgado y sentenciado; y bajo sentencia se encuentra, es la mano del hombre el verdugo de sí mismo; sin embargo, yo que soy la vida, daré vida a los muertos, y la mala cizaña, atada en gavillas y arrojada al fuego será.
59 Pensad y reconoced, cual es la mala hierba de la humanidad; no es la esencia de vida, en la existencia del hombre: es el pecado, la tiniebla, la ambición malévola ésa es la cizaña que el Padre, viene con su hoz divina, arrancando del corazón del hombre; y cuando del corazón, se le despoje de estas influencias pasionales, yo haré un paraíso momentáneamente, porque es la mala hierba que se encuentra enraizada en el corazón de la humanidad; pero cuando el Padre, desde a raíz la arranca, siente el corazón que su existencia se le arranca; sin embargo, después, viene el rocío de gracia sobre todos los corazones y penetra la simiente de paz y de amor que ha de germinar, florecer y fructificar; porque cuando yo derrame el rocío de gracia en las tierras, vosotros os levantaréis con el trigo en la mano, con las aguas en vuestra siniestra y con el azadón y la pala en vuestro hombro para cavar, para hacer que el seno de la tierra se abra y ahí sepultéis esta simiente venturosa que vengo a entregar en vuestra diestra; porque vosotros, sin cosecha, no llegaréis a mí; y en aquel momento de vuestra llegada, multiplicada al ciento por uno, me la haréis presente, porque ésta es mi voluntad.
60 Mas para ello, pueblo, continuad, los que habéis principiado; y comenzad, los que no habéis empezado. Yo os perdono y bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
61 Corazones que por vez primera os aposentáis en la casa del Maestro, yo os recibo en mis brazos paternales y les doy la bienvenida, en el nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y vos, pueblo amado, recreaos y dad la bienvenida.
62 En cada alba de gracia recibo un corto número de postreros que atraídos por la fuerza de mi palabra pueden ser en este Tercer Tiempo, los unos por la curiosidad, los otros para recibir mis prodigios; y todos, se levantan para escuchar la palabra del Cristo que bajo la sombra de los árboles de este tiempo, se aposenta con su mirada serena y su corazón lleno de ternura y con sus labios llenos de palabras de vida para los hombres.
63 Soy el mismo Cristo, el mismo que estuvo encarnado en el rabí de Galilea que atravesó los caminos en busca de los hombres perdidos; mas no son los caminos materiales los que ahora tránsito, son los senderos en donde vuestros espíritus pueden encontrarse morando, ahí es donde me aposento; mas, como vuestra carne es pequeña y no me ve, duda de mí; como vuestros audífonos comienzan a nacer para esta palabra, no pueden comprenderme; y como vuestro entendimiento, es de roca endurecida por los golpes de la vida, no logra entender mi palabra.
64 Pero he aquí, mis hijos, yo os he sorprendido en esta alba de gracia y me he recreado con vuestra presencia, porque habéis llegado, ¡oh! Mis hijos benditos, ¡oh! Varones y mujeres que tanto sufrís, que me hacéis presente el listarío de penas y sufrimientos en este bajo mundo; es vuestro espíritu, el que llora; es vuestra alma, la que se encuentra grandemente enferma y aun cuando los unos venís con el cuerpo engalanado y con la sonrisa en vuestra faz y aparentando salud; yo sé que vuestro alma está grandemente enferma; y en espíritu, estáis confundidos; y el doctor de los doctores, penetra por medio de su palabra y su mirada, a los más profundo de vosotros mismos.
65 ¿Verdad que no hay paz, en vuestro hogar? ¿Verdad que no hay unificación, con vuestra compañera, varón? ¿Verdad que vuestros pequeños hijos, os han desconocido? Ya se encuentran en ellos, las malas inclinaciones. ¿Verdad que vuestras palabras, no encuentran eco; y vuestros consejos, no son escuchados? ¿Verdad que en el silencio de vuestra alcoba, sentís la ausencia del hijo? Me decís: sí, Maestro
66 ¿Verdad que os habéis levantado en busca de vuestro Padre, de vuestro Dios y señor; y vuestro Dios, no os ha dado la paz? ¿Verdad que a través de los tiempos y en las vicisitudes de la existencia humana, me clamáis con vuestras letanías y rezos; y no recibís la paz, ni un milagro?
67 Está enferma vuestra alma, en el espíritu no habéis encontrado la paz, no tenéis sosiego; es una mar agitada y un torbellino, el que en cada alma, le azota; los hombres os desconocen, las llaves del trabajo os son retenidas, los vuestros os arrojan de su seno y no encontráis paz, en ningún día de vuestra existencia humana. Por eso, el Padre, os dice: ¿por qué aparentáis salud? ¿Por qué aparentáis opulencia, cuando está enferma vuestra alma?
68 No os juzgo, ¡oh! Corta porción que venís en esta alba de gracia, en pos de la salud; pero me pedís pruebas y testimonios; y es menester, que el Padre descubra vuestro infinito, descubra lo que hay en lo más secreto del fondo de vos mismo.
69 Yo os perdono, habéis herido la mejilla de vuestro hermano, habéis censurado a la humanidad y les habéis juzgado; cuántos hay, que han perdido la paz por vos; cuántos hay que en esta alba de gracia, se encuentran en la miseria porque encontraron el obstáculo, que fuisteis vos; pero yo os perdono, os bendigo y aparto la venda de oscuridad que cubren vuestras pupilas.
70 Daos cuenta del tiempo en que os encontráis, varones y mujeres de esta nación; y oíd, varones: la voluntad del Padre en este Tercer Tiempo, es que de entre todas las naciones del mundo, se levante una nación de paz que mientras todos se encuentren empeñados en la guerra, haya una nación humilde de paz. Mientras todas las naciones se encuentren enfermas y en el caos de la destrucción, haya una nación que se mantenga solicitando la paz de las demás, estimulando la paz de las demás, viviendo en paz en el seno de ella misma; y esta nación, es la que pisando estáis, varones, que venís por primera vez; mas, ¡levantaos todos con la fuerza de pensamiento, con la fuerza de la voluntad! Pero que esa voluntad, sea lícita; que ese pensamiento, sea noble y limpio; y trabajad incansablemente, por esta causa.
71 ¡Ay! De vosotros, si preparados no estáis; porque el Padre, dejará que las aguas turbias y las grandes plagas, penetren en esta nación; y vendrá la guerra y la destrucción, la paz huirá y muchos de vuestros hijos perecerán, tendréis que habitar en las entrañas de la tierra; y vuestra nación, será pasto de los lobos hambrientos.
72 Las naciones se levantarán en codicia, deseando la herencia que el Padre, ha derramado como una gracia sobre esta nación mexicana, cuando ésta no es mi voluntad.
73 Cuando el Padre, os dice: he preparado a esta nación como una arca salvadora y de ella brotará la simiente, las semillas que alimenten a vuestros cuerpos y los frutos que den sabor a vuestros labios.
74 De esta nación elegida por mí, es mi voluntad que surjan buenas leyes, buena paz y buenas ideas para todas las naciones.
75 Si me cumplís, ¡oh! Gobierno, de esta nación; mirad que por vuestro conducto, el Padre derramará su luz divina sobre las demás naciones y sobre los mandatarios de los pueblos; pero estad preparados.
76 Cuántas veces mis hijos se preparan y los demás no saben estar con ellos; pero ¡tomad la fuerza, tomad la luz! Para que todos trabajéis por la paz; y en verdad, os digo: de esta nación, brotará una nueva Ley una nueva vida, para bien de todas las naciones, porque ésta es mi voluntad.
77 Tomad la fuerza, despojaos de todo aquello que sea inicuo y no sea lícito! Prepararad vuestra conciencia y dad un paso a una nueva vida en armonía. ¡No os desunáis, no hagáis obras de división! ¡No desconozcáis los gobiernos que están sobre vosotros! Sed los siervos, sumisos y obedientes.
78 He ahí mi Ley, he ahí mis preceptos, estudiad para que comprendáis cual es la voluntad del Padre, porque no vengo libertando a vuestros cuerpos en este tiempo, ellos pueden estar atados en la tierra. Vengo elucidando a vuestra conciencia que ella, a mí me pertenece, no a los hombres. Vengo libertando vuestros espíritus que no le pertenecen a la tierra, ellos a mí me pertenecen; no importa Israel que vuestra carne sea esclava, no importa que sea opresa dentro de cuatro paredes, ni en una celda, ni en un calabozo; ahí vuestro espíritu se sabrá libertar por medio de la preparación y de la oración, será libertado y vivirá feliz, no tendrá cadenas ni habrá faraones sobre vosotros, como espíritus.
79 Yo sano a los enfermos en esta alba de gracia y seco el llanto de mis hijos. Os entrego en abundancia el pan de cada día; y esperad, que esa prueba que me pedís, será en vuestro camino. ¡Tomad la potestad! ¡Tomad una llave invisible de perseverancia! Porque a probaros voy.
80 ¡Id y destruid la iniquidad, id y haced obra de paz en donde sólo existe la discordia! Y vos, que en este instante no creéis en mi presencia y que dudando estáis, seguiréis dudando un tiempo más. Yo os entrego la luz y ante mí seréis en busca de la salud, porque yo lo mando y lo ordeno; y el Padre, que no es vengativo, os dirá: ¡he aquí, el precio de vuestro dolor, es la salud!
81 Vengo a comunicarme por el entendimiento humano en este Tercer Tiempo; porque yo soy quien gobierno a todos los hombres, yo soy quien hago mi voluntad sobre de todas las cosas, no son las cosas las que hacen su voluntad, ni son las cosas las que me gobiernan a mí.
82 Yo soy el Dios absoluto y libre y sobre mi dirección divina no hay otro Dios. Soy absoluto, antes que yo, no hay nadie; yo soy el creador increado y esta naturaleza existente en la tierra que los unos habéis tomado cual Dios, en verdad os digo: no es creadora, es mi obra es algo creado, por mi poderosa voluntad; ella antes, ha sido creada por mí, por eso yo hago del hombre lo que a mí me place.
83 Porque, en medio de la creación divina, es el ser pensante que comprende al Padre; es el ser, que conoce y siente que hay un Dios sublime, que hay una razón perfectísima que vive y se manifiesta sobre de todas las cosas; porque ni las rocas ni las plantas, ni las creaturas inferiores ni el reino animal están capacitados en sí mismos para que sean el portavoz del creador; sólo la mente o cerebro del hombre y la conciencia del ser inmortal, están preparadas para estas manifestaciones.
84 ¿Por qué os sorprendéis, mis amados? El que más niegue mi presencia, en verdad, os digo: por él, ya me he comunicado por vos mismo yo hablo, no hay un ser pensante en la tierra, no hay un hombre o una mujer, que pueda decir que su Dios, no se comunica por el conducto de él mismo, puesto que yo estoy fuera de los hombres, adentro y sobre de ellos mismos.
85 Todos sois mis portavoces, cuando estáis preparados; sin embargo, cuando no hay preparación en los hombres, estáis a la intemperie de las tentaciones; y sois los portavoces, de la tentación, de todas las tentaciones inicuas; entonces sois aquellos, que dais acceso a vuestras tinieblas y a la iniquidad.
86 ¡Tomad mi luz, mi fuerza y mi bendición! ¡Volved a mí! Para que así, las lecciones del Padre sean incesablemente vertidas en vuestro propio entendimiento y lleguéis a ser de los míos; llegue vuestro pensamiento a ser libre, dentro de mi obra; y vuestra conciencia, se libere del fanatismo; vuestro corazón, encuentre por templo al universo; y vuestra conciencia, encuentre por inspiración y sabiduría al cosmos infinito, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
87 Corazones que de lejanas comarcas levantáis vuestra planta: ¡cuánto se ha recreado vuestro espíritu y corazón! Ya estáis preparando vuestros labios, para llevar la buena nueva; ya estáis preparando vuestra diestra, para llevar el pan de la vida a aquellos hambrientos ausentes.
88 Se ha conmovido vuestro corazón, llegasteis con la queja en él, para decirme: ¡Padre, me han lastimado, me han herido en el camino! Vengo para que tú sanes mi herida y en este instante, me decís: Maestro, siento vergüenza delante de ti, de aposentar mi planta para acusar a mi hermano; cuando gracias a tu caridad divina, llevo en mí, el bálsamo para sanarme y sanarle; el bálsamo del perdón, que sana las propias heridas y da la vida y la salud a los muertos.
89 Ya pensáis, en perdonar a los vuestros; y yo, os perdono y bendigo. ¡Tomad y llevad!
90 Muchos meses de este año, han pasado; y vuestra preparación, pueblo bendito, ha detenido las peste, las plagas y las epidemias; mas, cuando ellas llegan a penetrar en los hogares de mi pueblo amado, he aquí que presurosos os levantáis en busca del labriego, en busca del mundo espiritual, invocando a mis seres benditos; y la salud, pronto penetra en los hogares de mi pueblo.
91 ¡Benditos seáis, mis hijos! En aquellas comarcas, presto muy presto enviaré a mis labriegos; y de vosotros, que estáis en preparación, os convertiré en labriegos, para que aquellas comarcas tengan su heredad, su salvación y su guía, porque ésta es mi voluntad.
92 ¡Tomad el bálsamo de curación, mis hijos muy amados! ¡Revestíos en este instante, de mi gracia! ¡Llevad el pan y las llaves de caridad! Para que en aquellas comarcas, llevéis la caridad; porque en aquellas moradas, donde hay división, mirad que hay menesterosidad y enfermedad. ¡Llevadles mi gracia! En mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
93 El camino de los unos, está largo; y el de los otros, es corto; a todos los preparo. ¡Tomad y llevad! En este instante, alcance vuestra comarca; porque con gracia me habéis pedido, alcancen los enfermos y más prodigios hago en este instante, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
94 Pueblo de Israel, el Maestro os pregunta: ¿tenéis atrición? ¿Tenéis contrición, pueblo amado? ¿Tenéis unánime voluntad, de perdonaros los unos a los otros? Si el asesino de vuestro padre o hermano, penetrase en vuestro hogar, huyendo de la justicia humana; ¿lo ocultaríais, sin delatar su causa? ¡Mi fuerza, es con vosotros! Y si os perdonáis en la tierra, en la gloria seréis indultado, ¡por grande que sea vuestra falta! Delante de mí.
95 Yo recibo el semanario de los varones: me hacéis presente, vuestro fruto; y me preguntáis: ¿Padre, estaré cumpliendo en la tierra, con los dictados de tu divina Ley? ¡Benditos seáis, mis hijos! Varones, niños y ancianos a todos: yo os doy la fuerza y la paz y os doy todo lo necesario, para que luchéis en la tierra.
96 Israel: ¡tomad la torta de pan! Y aun cuando los hombres os sometieren a las grandes pruebas, los vuestros no perecerán de hambre; y vosotros, no la sentiréis. ¡Tomad mi fuerza y mi enseñanza en vuestra conciencia y corazón! Yo os perdono y bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
97 En la mujer, también derramo mi caridad, en la que es viuda y en la que es madre, en la que es doncella y en el que es niña, ¡tomad y llevad todas por igual! Sois las que en el rincón de vuestra alcoba lloráis por las naciones, sois las que pedís por vuestros hijos y por vuestro compañero. ¡Bienaventuradas seáis mujeres! ¡Tomad el pan y la tranquilidad! Derramo mi bálsamo de curación en vuestros hijos, os perdono y bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
98 En este instante, elevad vuestro pensamiento una vez más, con toda la fuerza de vuestro espíritu, hacia el creador, para que él, que es todo justicia, amor y perdón, que es todo poder, se manifieste en las naciones y derrame su manto bendito en todos los hombres.
99 Mundo entero: montes altos y bajos, caminos y veredas, lugares todos de la tierra, mares, lagos y ríos, comarcas, naciones y aldeas, hombres y doctrinas de todas las clases y de toda la redondez de la tierra, ¡tomen de mi fuerza, mi paz y mi caricia paternal; no quiero contemplar vuestra mancha, ni vuestra iniquidad; cierro mis heridas, en este instante; y vengo a sanar las vuestras, con mi amor.
100 Derramo mi bálsamo de curación en todos los enfermos, derramo mi bálsamo en todas las mujeres de todo el universo; y en la inocencia bendita, pongo en este instante un guardián para que proteja todos sus pasos; el pan de cada día llegue a las comarcas y el agua sea en vuestros caminos. ¡Tomad mis hijos, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
101 Cárceles y pres iDios, hospitales y lechos de dolor, campos de purificación, lugares de expiación en la tierra: yo os entrego en este instante mi gracia, para que sea como un regazo maternal que calme la pena de mis hijos, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
102 Mundo espiritual que como enfermeros os encontráis preparados por mi divina voluntad: ¡volad! Y sed a la diestra de mis hijos. Médicos de la tierra, que por causa noble os desveláis por los que sufren: ¡tomad la fuerza! Yo os doy la caridad. ¡No desmayéis! Tomad la paciencia y la luz! Porque ésta, es mi voluntad.
103 Aguas que represadas en las vasijas de mis hijos, podéis encontraros, esperando la bendición del Padre: aparto la mancha que habéis contraído en vuestra rauda corriente y os convierto en aguas benditas de salud y con potestad, para que hagáis prodigios entre Israel y fuera de Israel, porque ésta es mi voluntad.
104 Ancianidad, niñez bendita: ¡tomad mi fuerza y mi caricia! Tanto el que está dentro, como el que está fuera: ¡tomad mi bendición y mi perdón! ¡Todos sois mis hijos y a todos, os amo por igual! Yo os perdono y bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
¡Adiós, pueblo mimado, la paz de mi espíritu divino, quede entre vosotros!
9. Infierno y juicio final, creencias humanas
Domingo 14 de junio de 1942
1 Recreaos con mi presencia, pueblo mimado; recreaos con mi presencia, como yo me recreo con la vuestra. Vengo a entregaros mi palabra una vez más, para que la llevéis como galardón, como un premio por vuestra propia preparación que habéis tenido en estas albas, de gran prueba para la humanidad.
2 Yo he escuchado hasta la última de vuestras peticiones. Yo he llorado como vos habéis llorado, pidiéndome la paz para el mundo.
3 Yo me he recreado, con vuestra inspiración; y he dejado que mi Ser divino sienta vuestra caricia, por eso hoy vengo a inspirarme yo en vos, porque vos os habéis sabido inspirar en mi divinidad.
4 Me acerco a vos, para sentir todos vuestros dolores y todas vuestras necesidades y para entregaros todo lo que es mi voluntad para beneficio vuestro, porque he contemplado que también vos, ya comenzáis a llorar por el mundo que sufre. Ya comienza vuestra carne, alma y espíritu, a sentir el dolor de vuestro hermano.
5 Ya empezáis pueblo amado, a comprender la necesidad de vuestro propio semejante. Os duele su perdición y sufre vuestro espíritu, cuando contempláis que a vuestro hermano le falta la luz; lloráis, cuando vos contempláis, que está muy distante de mí; y cuando le habéis entregado mi palabra y lo habéis contemplado reacio para recibirla, entonces, os habéis elevado en espíritu a mi divinidad, para decirme: ¡perdónale, Padre, y no le tomes en cuenta su reaciedad!
6 ¡Bendito seáis, pueblo amado! Que en estas albas y en estas horas de prueba, os habéis sabido reunir y congregar, en la medianía del día; y cuando las sombras de la noche caen sobre vos, os eleváis en espíritu hacia mi divinidad para conversar con vuestro Maestro. Yo os bendigo, no sabéis cuanto os entrego en estos instantes. No sabéis cuánto alcanza el mundo, por vuestra petición.
7 Yo penetro como buen ladronzuelo, hasta lo más profundo de vuestra propia morada, Israel bendito; y a los unos, les contemplo en su sencillez y humildad, que me dicen: Maestro, yo no creo que el mundo pueda alcanzar por mi oración, porque soy indigno y pecador mas, los otros me dicen: Divino Maestro, es muy pequeña mi elevación para llegar a ti, para que puedas escuchar mi voz y a los unos y a los otros, el Maestro, les dice: yo escucho a todos y de todos recibo pues, todos sois dignos de mi divinidad; mas, si en esos cinco minutos de atrición, del fango del mundo os arrepentís y purificáis, yo desciendo a escuchar la voz, el clamor de vuestro corazón; y en verdad, os digo: más entrego de lo que me estáis pidiendo en ese instante, aun cuando vuestros ojos no lo vean en vuestras manos, pero llegará el día y el fruto de vuestra oración, el fruto de vuestra lucha yo os lo daré a conocer, yo daré testimonio de vos mismo, delante del Padre y delante de vuestro propio corazón.
8 Israel creyente e Israel increyente, todos sois dignos de mí; pero, ¡seguid velando y orando! ¿No os dais cuenta, pueblo pecador que de este modo, estáis aprendiendo a sensibilizar y elevar vuestro espíritu? ¿No os dais cuenta que de este modo, el cincel del dolor os está pulimentando y está haciendo, más sensitiva la fibra de vuestro corazón? ¿No os dais cuenta que de este modo, estáis aprendiendo, lo que nunca habíais aprendido y sintiendo lo que jamás habíais sentido? ¡Seguid velando y orando! Y cuando esta prueba sea levantada, cuando este torbellino, sea apartado con vuestra oración, con vuestra fuerza y vuestra palabra, de cierto, os digo: mas confianza tendréis en mi Ley y más confianza y fe, tendréis en vos mismo.
9 Os estoy haciendo comprender, pueblo bendito, cual es la fuerza del espíritu por medio de su pensamiento, daos cuenta que en vos hay una semilla que nunca habéis cultivado, daos cuenta que dentro de vos existe una vida eterna, de la que nunca habéis sabido apreciar, ni aprovechar.
10 No quiero que partáis al más allá, antes de tiempo, quiero que vuestro espíritu se recreé con sus propias virtudes y sus dones; y dentro de esa materia que le he confiado, quiero que el espíritu se reconozca a sí mismo y conozca a su carne.
11 Quiero que el espíritu haga uso de su presencia, de su potencia y esencia, porque lo he preparado, lo he dotado a semejanza de mi divinidad; no para que os engrandezcáis con falsa grandeza humana, sino para que os deis cuenta que no sois tan solo carne, que no sois el paria de la tierra; sino que sois una chispa dimanada de mi espíritu divino, que fuisteis enviados a este mundo, para elevarlo por un instante, para comprender al Padre y comprender el camino, vuestra existencia y vuestro destino, empezando por el principio del sendero: vuestro aprendizaje.
12 ¡Oh! Pueblo bendito de Israel, hoy en el Tercer Tiempo, me tenéis cual Maestro; una vez más, vengo a enseñaros lo que nunca os había enseñado directamente; mas de cierto, os digo: ya os lo había enseñado el Maestro, en el fondo de mi palabra; en los tiempos pasados, estaba lo que hoy os estoy enseñando; mas no era el tiempo en que vuestro entendimiento pudiere penetrar y descifrar plenamente aquellas revelaciones. En los tiempos pasados, no podíais descubrir los misterios que estaban guardados para el Tercer Tiempo; y hoy, vengo una vez más, para descorrer el velo; y con la mirada de vuestro espíritu y los ojos de vuestra carne, podéis contemplarme en mi luz, en todo mi esplendor; y así podáis reconoceros y reconocerme a mí.
13 Muchas potencias os he entregado, pueblo bendito; mas no sólo vuestra diestra es potente, no sólo vuestro cuerpo es potente y fuerte, yo os he entregado una potencia dentro de vuestro propio espíritu: el pensamiento . Vuestro pensamiento, tiene escudo y tiene arma también, con vuestro pensamiento podéis defenderos y podéis vencer al enemigo; con vuestro pensamiento, podéis crear y podéis forjar, con vuestro pensamiento podéis destruir, y podéis triunfar y podéis elevaros espiritualmente.
14 Comprendedme, pueblo, pues os hablo en sentido figurado, no me obliguéis a la materialización, porque el Padre Eterno os reclamará, reconoced la fuerza de vuestro pensamiento. Reconoced que estando en este valle de lágrimas si vos lo queréis, en cinco minutos de preparación podéis habitar el valle de los espíritus, de los que gozan de paz y de la bienandanza espiritual.
15 Si vosotros queréis en verdad y en espíritu, madres afligidas de Israel, encontrar en el camino al ausente hijo, pedidme; pero antes, ¡elevaos espiritualmente a mi divinidad! Y de este modo, podréis estar cinco minutos, presente, con el ausente, ¡créalo el hombre o no lo crea!
16 Si vosotros varones, queréis contemplar el abismo que se avecina, el peligro que se cierne cerca de vosotros, ¡preparaos! Y con vuestro pensamiento, el abismo será retirado.
17 Si se levanta delante de vosotros, el adversario, esgrimiendo las armas materiales, no esgrimáis vos las armas materiales, porque son muy débiles ante el espíritu, ¡preparaos en oración! Y llenad vuestro corazón de fe y amor; de fe ante el Padre y de amor y comprensión ante vuestro semejante; y ¡esgrimid vuestra espada de luz, levantad vuestro escudo! Y, seréis invencible por el pensamiento.
18 Daos cuenta que estoy preparando un pueblo fuerte, un pueblo que al final de la preparación, será más fuerte, será invencible, será temido, respetado y también perseguido.
19 Mas, este pueblo que estoy preparando, no llevará en su diestra la espada material, no llevará las armas fratricidas, no pueblo bendito, no gritaréis a voz en cuello, ¡justicia para el culpable! Ni para el enemigo; vuestra espada de luz, será siempre el pensamiento limpio y puro; vuestro escudo, será la fe y el amor; y vuestra voz, será la espiritual, en el silencio de vuestro corazón, pletórico de paz, de unión y buena voluntad.
20 Los que tengan fe en estas revelaciones, estarán conmigo, ellos vencerán y testificarán al universo entero; los que no crean en la potestad del espíritu, ellos se apartarán de mí, se unirán a los adversarios de Israel; y serán pasados, de parte a parte, con la espada de la justicia divina; porque es el tiempo de vuestra preparación, pueblo amado.
21 Daos cuenta, a qué vengo y a qué os estoy llamando. Daos cuenta que el Padre, no viene a perder el tiempo entre los hombres, mi presencia no será en vano entre la humanidad.
22 De la última gota de mi sangre, derramada para redención del mundo, me ha de responder la humanidad y aun me está respondiendo; y hasta la última de mis palabras, también será causa de que los hombres, respondan delante del tribunal del Padre, porque mi amor es perfecto y mi justicia está dentro del amor y dentro de la perfección.
23 Si no hubiere justicia, dentro de mi amor; mi amor, no sería divino ni perfecto; mas, como es perfecto, dentro de él, encontráis justicia invulnerable.
24 Sí, pueblo de Israel; y si os he hecho el llamado a vos, y por instantes os hago perder vuestras horas y vuestro tiempo dentro del trabajo material y os apartáis también de vuestros deberes terrestres, es para daros un tiempo de enseñanza que no tiene precio, es para daros un tiempo y una preparación, para haceros acreedor a la vida eterna en plenitud; porque os estoy entregando, lo que el mundo, no os puede entregar.
25 Yo os estoy capacitando, con una preparación, pueblo bendito, que no hay hombre sabio, ni científico, ni ministros de religiones, que puedan prepararos en tal forma; porque todo el que se allega a mí, como postrero, yo le contemplo ignorante delante de mi obra; y le contemplo, que ni siquiera es un párvulo delante de mi cátedra, porque todo aquel que se presenta como postrero delante de mi palabra, no me entiende, no cree en mi presencia, ni la siente, ni la puede concebir.
26 Mas, para que pueda convertirse en el párvulo, es menester que el Divino Maestro lo arrulle en los brazos, le aparte la calza y las vestiduras desgarradas, le alimente el alma y el cuerpo; y le haga sentir en su espíritu, que yo soy el Verbo del Padre, en Espíritu y en verdad.
27 Les he preguntado a todos los postreros: ¿qué sois vosotros? ¿A qué habéis venido? Y no hay corazón que me haya sabido responder adecuadamente. Es, porque habéis llegado impreparados, porque traéis en vuestra alforja ignorancia, necesidad, confusión y una cosecha muy mezquina que habéis levantado en la tierra; sin embargo, no os culpo a vosotros mis hijos; el Maestro señala tan solo con amor, con el índice de su mano a aquellos que han tomado misión y que han traído misión por mandato del Padre, para enseñar y conducir a la humanidad.
28 Porque, no todos los que se dicen ministros de las religiones, traen esa misión desde el más allá, los unos son enviados del Padre; y los otros, han tomado esa misión por su propia voluntad; mas, ni los unos ni los otros, se encuentran cumpliendo dentro de la Ley del Padre y por esto es la confusión del Tercer Tiempo, porque no todos tienen dones desarrollados, ni tienen facultad, no todos podéis poseer lo que queráis a vuestro antojo, todos camináis de distinto modo y os equivocáis.
29 Habéis encontrado maestros de la humanidad en la tierra y no todos pueden ser maestros en este mundo, porque los unos tienen claridad en el pensamiento; y los otros, confundidos pueden encontrarse; y a los que están confundidos, el Maestro, les dice: un ciego no puede guiar a otro ciego, porque muy presto encontrarían ambos el abismo he aquí, mi pueblo, porque la humanidad se encuentra en el tiempo de la perdición y dentro del abismo.
30 ¿Por qué viven, bajo el yugo de sus gobernantes, de sus reyes y mandatarios? Porque no todos los gobernantes, ni reyes ni mandatarios, han traído esta misión a la tierra; los unos han usurpado el trono, los otros, han usurpado el banquillo; no todos tienen la preparación para gobernar y para regir el destino de las naciones, de los pueblos y de las comarcas pequeñas. He aquí, por qué, vosotros sois esclavos de la ignorancia, del pecado y de la perdición y vivís en la miseria del espíritu y en la pobreza de la carne.
31 He aquí también, por qué vosotros, vivís con vuestros padres en la tierra, pueblo amado, humanidad entera; y no todos han sabido ser padres, no todos han venido a este mundo para serlo, porque habéis tenido vuestro padre y madre delante de vosotros y no todos han sabido sembrar, ni cultivar la semilla que ellos han traído y que han dejado abandonada; he aquí, por qué la perdición, puede encontrarse entre la humanidad.
32 Y al contemplar el Divino Maestro, el nombrado rabí de Galilea, a este mundo que se pierde, este mundo que es parte de mi divinidad, estos hombres que llevan en sí mismos como espíritu y carne, vida de mi Espíritu y sangre de mi sangre; yo he venido una vez más entre vosotros, para sorprenderos, ¡oh! Peregrinos errantes y preguntaros: ¿qué habéis hecho de lo que el Padre, ha confiado a todos y a cada uno? ¿Qué habéis hecho de vuestra propia heredad ? Yo os contemplo en la ignorancia y falta de cumplimiento, os contemplo que habéis olvidado los mandamientos de la Ley que os conduce n al reino de la paz; y por eso, me acerco nuevamente a vosotros, para enseñaros.
33 Daos cuenta, pueblo, de que hay hombres que no han sentido mi presencia, que quieren alejarme de entre la humanidad, desconocen mi presencia y mi palabra, persiguen mi obra espiritualista trinitaria mariana; y el Padre, os dice: ¿si yo me apartara de entre vosotros, qué sería de vos, pueblo bendito de Israel? ¿Qué sería de aquellas multitudes, que prestas están a llegar entre vosotros? Se perderían. Tocad con vuestra mano la fibra sensible de vuestro corazón y preguntaos todo esto.
34 No debilitéis, unificaos en espíritu y en verdad, formad ese solo cuerpo y esa sola voluntad, para que las influencias de los hombres, no os venzan, porque en verdad os digo: a mí, no me pueden vencer; a vos, si pueden venceros a vos los hombres, si os pueden amedrentar, sí pueden poner delante de vos un falso Dios, una falsa ley, un falso camino; y si no estáis preparado, sí podréis caer en sus tentaciones, por eso, ¡preparaos! Elevaos de espíritu a Espíritu y haced frente a las grandes pruebas, porque ésta es mi voluntad.
35 He apartado de vos, la falsa enseñanza que traíais en vuestro espíritu. El mal análisis que habías hecho de mi obra y de mi palabra. Los ministros de diversas sectas cristianas, os enseñaron sus nombradas Sagradas Escrituras; los libros de la Biblia, hojearon hoja tras hoja delante de vuestros ojos y también los hombres os enseñaron los que llaman como sagrados evangelios. ¿Quién de vosotros se ha sentado a estudiar y analizar, aquellas revelaciones? ¿Quién de vosotros puede decir que ha llegado a la comprensión de las palabras del Primer Tiempo y del Segundo Tiempo?
36 Yo sólo contemplo que habéis almacenado las palabras, pero no las habéis estudiado, ni las habéis entendido; por eso, nunca habéis practicado mi palabra de los tiempos pasados, pueblo bendito, os concretasteis a almacenar en vuestra mente humana, no en vuestro corazón, porque mi palabra para que sea sentida por el corazón, es menester que sea analizada por el entendimiento, para que pueda caer como un rocío fecundador en el corazón. Mas, la palabra que tan solo es grabada en la memoria humana, ésa no puede caer en el corazón, porque no es entendida, ni puede ser sentida en espíritu y verdad.
37 ¿Quién de vosotros cree, que después de esta existencia terrestre, si no cumplís en la tierra, vais a encontrar el infierno de fuego eterno? Yo contemplo a la humanidad, generación tras generación, evolución tras evolución siempre llevando esta falsa creencia, dentro de su propio corazón.
38 No existe el fuego en el más allá, pueblo amado, no es el infierno como lo habéis forjado vos, ni como lo han descrito; los ministros de las religiones, os han amedrentado, han sembrado falso temor y han sembrado en vuestro corazón falsa simiente.
39 Mirad, pueblo amado, el fuego es elemento material y existe sólo en la naturaleza material, es el fuego que emana del astro rey para dar animación y existencia a los hombres, a las creaturas y a toda la creación; es el fuego, que se encuentra en el corazón del planeta, que os da la existencia como humano a vosotros, pueblo amado.
40 Es el fuego que contempláis y del cual hacéis uso día tras día en vuestra existencia humana; mas este elemento no se encuentra en el valle espiritual. Este elemento fuego no se encuentra en aquellas regiones espirituales. Y si el Verbo de Padre en los tiempos pasados por boca de los profetas y por boca de Jesús os habló del fuego eterno, fue en sentido figurado: su significado es el dolor, es el arrepentimiento, es la justicia divina que consume al pecado, que consume la tiniebla, que consume toda maldad humana.
41 Más os valiera que en el más allá, os esperara el fuego material, para castigar las faltas y consumirlas. Sí, pueblo bendito, ya que, es más dolorosa la restitución del arrepentimiento, de la soledad, de las cadenas del alma en el espíritu, de la justicia divina; todo eso, es más doloroso que el fuego que consume y que el fuego que hace sufrir a la carne en este mundo.
42 Mas ese infierno que los hombres os han descrito, no es así en el más allá; cierto es, que existen los lugares de expiación, pero han sido preparados por sus mismos espíritus, porque el hombre en su persistencia, así lo ha querido; y no el Padre, esas son: las regiones de soledad para los unos, de tiniebla para los otros, del llanto incesante para otros, de la voz implacable de su conciencia que les persigue sin cesar a otros; hay regiones, en donde almas de espíritus que han causado dolor entre la humanidad, ahí se encuentran con sus propias víctimas y son perseguidos incesantemente por ellos, hasta que yo les entregue de mi luz: la vida y el descanso ahí, encontráis a los que les habéis faltado, a todos los seres que habéis ofendido, ahí encontráis a las almas de vuestros seres nombrados muertos, ahí encontráis a los que habéis sangrado y repudiado, ahí encontráis a todos aquellos que habéis herido en la existencia humana, ahí encontráis a los que os hirieron y a los que perseguisteis; y ¡ay, de vosotros! Porque esas voces, son incansables sobre vuestra propia conciencia, en vuestro espíritu.
43 Ese es el infierno de las almas, pueblo amado; y ese, es el fuego doloroso. Ahí buscareis el calor de vuestros padres, sin encontrarlo; la presencia de vuestros hijos, la presencia del Dios clemente o la presencia de un amigo, sin poder escuchar una voz y sin poder contemplar la presencia de alguien. ¡Ay! ¡Ay de los espíritus! Que se encuentran en esta expiación. ¡Ay! ¡Ay de los que encuentran ese fuego en su alma, el fuego espiritual!
44 Y el Maestro, os dice: ese es el fuego que espera, a aquel que no ha cumplido; mas este fuego, no lo enciende el Padre, este fuego lo encienden los hombres desde la tierra y lo encuentran en el más allá. Puede ser muchísimo muy prolongado, si vos así lo queréis; pero también, puede ser pasajero o duradero; pasajero, si os arrepentís pronto y reconocéis presto vuestras faltas, pasajero si en corto tiempo doblegáis vuestra reacia y soberbia cerviz delante del Padre y os confesáis pecador e indigno y confesáis que el Padre, es absoluto y que es universal, si pronto llega el momento de vuestro reconocimiento y de vuestra contrición. Si pronto llega el momento, en que vuestra purificación, os sea levantada; pero, si tarda ese momento de comprensión y arrepentimiento, tardará el momento en que os sea levantado el dolor; y si insistís, si persistís pueblo bendito, en no llegar a arrepentiros y a doblegaros delante del Padre, ¡mientras sea vuestra persistencia, no encontraréis la paz en vuestro espíritu!
45 La balanza, en vos mismo está; la justicia, en vos está. ¿Me comprendéis pueblo amado? No os dejéis engañar, por los hombres. ¿Creéis delante de esta mi palabra, que exista el fuego en el más allá? Ya sabéis cuál es la justicia que os espera; el fuego, es de este mundo, de esta naturaleza que vuestros ojos contemplan.
46 Es el tiempo de la explicación de mi enseñanza, pueblo bendito de Israel, yo os escudriño y os contemplo ignorante, por eso aprovechad este tiempo y pensad que son cortas las albas en que yo he de estar entre vosotros; mucho tengo que enseñaros y mucho tenéis que aprender y no desaprovechéis el tiempo.
47 Pueblo mimado, mi enseñanza, es para todas estas multitudes; los que el ayer fuisteis católicos, los que el ayer os alimentasteis con las palabras de las Sagradas Escrituras, los que os llamáis Israelitas, los cristianos y los demás, todos estáis delante de mí y me escucháis.
48 Recordad que el Padre, os dijo en aquel tiempo y los ministros os lo han repetido incontables veces: llegará el día de la justicia del Padre, entre la humanidad; y en el momento final, las almas se levantarán con sus propios cuerpos y serán en la presencia de Dios para morar por toda una eternidad con el creador. Hoy, vengo entre vosotros, para analizaros mi palabra; porque una vez más, os digo: os habéis concretado a almacenar la palabra; mas, no a estudiarla, meditarla ni analizarla. ¿Cómo podréis practicar la palabra de Dios, sin entenderla? ¿Cómo podéis, hombres que lleváis las Sagradas Escrituras y que os afanáis en llevar los grandes volúmenes y los libros, cómo podéis practicar la palabra de Dios, sin poderla entender?
49 Todos habéis creído, pueblo mimado, que en el día final, los espíritus desencarnados de los cuerpos que han muerto, los que se encuentran en el más allá, han de venir a este mundo material para reunirse con sus cuerpos que han penetrado en el fondo de las tumbas; y en verdad, os digo: estáis en un error. La carne, es de este mundo porque de él brotó; y a este mundo que es la tierra, le entrega su tributo de la tierra propia y en sus entrañas vuelve a descansar; mas, el espíritu, queda libre y el espíritu, vuelve a la vida de donde brotó; y la vida, soy yo, pueblo amado, vuestro Padre y vuestro Dios.
50 Mas, si desde los tiempos pasados, el Verbo Divino, os dijo: en el día final, llegarán los espíritus, para juntarse con los cuerpos ésta mi palabra, se ha cumplido en vos; y mucho tiempo, os he dicho: pueblo mimado, vosotros sois estos, aquellos y los mismos es la reencarnación del espíritu; los espíritus que en los tiempos pasados, habitaron este mundo y tuvieron su carne, tuvieron su envoltura corpórea y después se desprendieron, para vivir por un tiempo más en el más allá; y cuando el tiempo fue propicio y fue llegado, el Maestro, contempló que era prudente, que los espíritus, moraran una vez más en la tierra.
51 Yo os envié a morar en este mundo, en nuevas carnes; carnes, que han brotado de esa misma tierra que albergó esa materia, que dejasteis en vuestra otra reencarnación; carnes, que han brotado de esta misma tierra, para recibiros en su propio seno y hacer que vuestro espíritu, nuevamente restituyera a través de estos nuevos cuerpos; cuerpos, que habéis encontrado enfermos los unos, débiles los otros, frágiles los demás y viciosos los demás; porque es la labranza que dejasteis para vuestro propio espíritu, en vuestra reencarnación pasada; porque es la cosecha que habéis venido a recoger, en este tiempo, pueblo bendito.
52 Si en vuestras existencias humanas pasadas, hubieseis trabajado dentro de mi Ley, no quedarán desarmonizadas vuestras carnes ni manchada vuestra alma ni confundido vuestro espíritu.
53 Si como espíritu, hubieseis tenido caridad de vuestra alma y de vuestra carne, en esta reencarnación, hubieseis encontrado carnes fuertes, envolturas sanas para poder cumplir vuestra dura restitución; pero esa carne que lleváis, es la que os habéis labrado con vuestro propio proceder.
54 Es el tiempo de la justicia divina, en que al reencarnar como espíritu, vuestras almas han venido a fundirse una vez más con vuestros cuerpos, para escuchar la última palabra de vuestro Dios, para escuchar la justicia del señor y aposentaros delante de su sagrado tribunal para oír en espíritu, con vuestra carne, la sanción del Padre, sobre de vosotros mismos.
55 Y ¡heme aquí! Yo os estoy juzgando, os estoy sentenciando, se cierne vuestra carne y se ha estremecido vuestro espíritu; pero mi justicia, ha sido amor; y mi sentencia, ha sido luchar por la salvación vuestra y la del mundo.
56 Todo esto es, para que analicéis y comprendáis mis palabras dadas en los tiempos pasados; para que hoy, con mi enseñanza del Tercer Tiempo, podáis comprenderlas en su esencia y sentido espiritual.
57 Daos cuenta entonces, por qué estas revelaciones, del tiempo en que os encontráis, en el tiempo de la justicia final, pueblo amado, en el tiempo en que este mundo materialista, ha de desaparecer, porque así os han dicho los hombres y os han retenido, las palabras de vuestro Dios; mas, no debe desaparecer el planeta, en el cual estáis morando, ni los reinos que yo he implantado; no serán esos reinos, los que desaparezcan, los árboles y las plantas, seguirán dando su fruto; la tierra, las montañas y las aguas, también serán albergue de las nuevas generaciones; y todos los animales desde el mayor hasta el menos perceptible a vuestros ojos, serán habitando esta tierra; y la especie humana, también seguirá naciendo, seguirá creciendo y se seguirá reproduciendo, porque ésta es mi voluntad.
58 Los hombres os han dicho que en el día del juicio final, este mundo desaparecería, que sería el caos entre los hombres y que este planeta encontraría su fin; y hoy, el Maestro, os dice: lo que he creado para recreo de mi espíritu divino, no lo hago desaparecer, ni exterminaré este planeta, pueblo amado; es otro mundo el que estoy exterminando, es otro mundo el que estoy haciendo desaparecer; es el mundo que ha forjado el hombre, no el mundo que ha forjado el Padre Eterno; ese mundo de vicio y pecado que habéis hecho vos, con vuestros pensamientos y con vuestras obras, con vuestras palabras y con vuestras manos, con vuestra ciencias imperfectas y con vuestra mala comprensión de las manifestaciones de mi Ley, con vuestro mal cumplimiento, a ese mundo imperfecto, es al que vengo a destruir con mi verdad; con mi luz, con mi amor y con mi palabra, lo estoy destruyendo paso a paso, golpe tras golpe, ¡créalo el hombre o no lo crea!
59 Ese es el mundo que ha de destruir el Cristo, vuestro Maestro, con la justicia divina, porque ya os encontráis en el tiempo de la justicia final en que el Padre Eterno se encuentra juzgando a vivos y a muertos, juzgando culpas pasadas, actos pasados y presentes también, porque todo ha sido escrito y nada ha quedado olvidado por el Padre; y en verdad, diente por diente y ojo por ojo, restituiréis al Padre, porque dentro del amor está la justicia perfecta y dentro de la justicia, habita el amor.
60 Es el tiempo de la justicia divina, abrid vuestros ojos, pueblo bendito; vos que os habéis sorprendido y muchas veces me habéis preguntado: ¡oh! Maestro, mira cómo se encuentra este mundo, mira cómo la paz de tu Espíritu ha huido de entre los hombres, mira como la luz no se encuentra en las inteligencias así me habéis clamado, pueblo amado, porque habéis contemplado que no se encuentra la justicia, ni la razón entre los hombres, que no hay fraternidad, ni amor entre la humanidad.
61 Daos cuenta, Israel bendito, en el tiempo en que os encontráis, en el tiempo del dolor final; pues sed fuerte, multiplicaos, levantaos en verdad y en espíritu y no os dejéis doblegar por el dolor que agobia al mundo.
62 No os dejéis vencer de las tentaciones, no volváis a ser el esclavo del faraón del Tercer Tiempo, que es el pecado y las ciencias. No os dejéis esclavizar de los Césares y faraones del Tercer Tiempo, que es la maldad, que es la lujuria.
63 No volváis vuestra vista atrás ni contempléis que habéis dejado la babilonia tras de vuestras espaldas, no contempléis los placeres de esa tierra, los placeres de esa ciudad pecadora que a cada instante os invitan a pecar; daos cuenta que a esa ciudad pecadora, mucho tiempo ha, la habéis dejado y no volváis vuestra mirada, porque fácilmente caeréis en tentaciones.
64 Hoy, habéis emprendido una jornada limpia, hacia un gran valle desconocido, una morada espiritual que sólo vuestra fe os hace perseguir, sólo la fe de vuestro corazón, la esperanza de vuestro espíritu es la que os hace caminar y apartaros más y más de la ciudad del pecado, esa ciudad que es el mundo entero, ese mundo que mucho tiempo saboreasteis y que mucho tiempo amargó a vuestro espíritu.
65 Pueblo amado de Israel, seguid caminando, ya no os detengáis ni un instante, porque es mucho lo que habéis caminado y mucho es lo que tenéis que caminar. ¿Me comprendéis, pueblo bendito? éste es el tiempo del juicio final, no sabéis cuántos años, ni cuántos lustros dure, pero sed fuerte.
66 Ancianidad, no os sintáis envejecida ante la justicia del Padre, que sois del pueblo de Israel y debéis de dar ejemplo de fortaleza a este mismo pueblo y a la humanidad; ancianidad bendita, que en esa materia humana, no vais a ver el triunfo de Israel, pero que en espíritu, vos mismo vais a elevar vuestra voz ante el Padre y vais a manifestaros en espíritu, entre este pueblo, cuando el triunfo llegue.
67 Sed los hijos de la fe, seguid caminando ancianidad bendita, paso a paso; yo os entrego un báculo, para que no os sigáis encorvando con el peso de los años; seguid paso a paso, que en estos últimos años, dejéis como una herencia de vuestros hijos, como un recuerdo a vuestros amigos, como un presente a la humanidad, a vuestros parientes y vecinos: la paz y el buen ejemplo: de fortaleza, de cumplimiento, de amor y de comprensión.
68 Varones fuertes de Israel, aquellos que comienzan a contemplar que las canas brotan en su sien, porque los dolores han sido grandes en vuestro camino, porque os habéis hallado en un camino de gran cumplimiento y restitución: no os amedrente el tiempo que contempláis, varones de Israel, no os amedrente esta lucha; revestíos de valor, de fuerza y haced frente si vosotros que estáis delante de mí, debilitáis, ¿qué será de los demás? No, en verdad, no hagáis que el Maestro, se avergüence delante del Padre Eterno, cuando el Padre, le pregunte: ¿a dónde está vuestro pueblo fuerte, que son vuestros discípulos y apóstoles? Y no tenga a alguien, que presentarle al Padre.
69 No, pueblo amado, padres de familia, varones que lleváis a vuestro cuidado grandes multitudes en la tierra, varones que tenéis misión y responsabilidad en el mundo, levantad vuestra planta y con vuestra mirada llena de valor ante las grandes multitudes, cuando les contempléis que se confunden, que se entristecen, que se debilitan; si no podéis hablar, pensad en mi divinidad, velad y orad por ellos y cuando podáis hablar, hablad con firmeza de mi palabra, pero sin fanatismo.
70 Aprended a hablar con todos los hombres letrados; y el Maestro, os dice: cuando penetréis en tierra de gentiles, si queréis conquistar el corazón del gentil, haceos como si fueseis gentil, para que cuando hayáis conquistado su corazón; entonces, podáis hablarle de mi divinidad y lo convirtáis en el espíritu. Si penetráis en tierra de paganos, haceos en los primeros momentos como si fueseis pagano, para que podáis conquistar su duro corazón; y cuando el momento llegue, dad el golpe y sorprender; y entonces, podáis convertirles con mi enseñanza.
71 Mancebos de Israel, juventud, si al mal amigo no le podéis convertir, apartaos de él; mas, si tenéis fuerza suficiente para conducirlo por el buen camino, libertadlo.
72 Juventud, sois débil y aunque os sintáis fuerte, vuestro Maestro, os dice: sois débil no os dejéis seducir por los del mundo, preparad vuestro corazón; el mundo, se encuentra lleno de engaños.
73 Mirad que me he derramado en luz, en intuición y revelación en vosotros mancebos benditos, para que no caigáis, porque sois mis soldados del mañana, sois los fuertes de mi obra bendita; respetad a vuestros mayores, tened caridad de los ancianos, doblegaos ante aquellos que se hacen pasar por superiores delante de vosotros; aprended, a ser los siervos, aprended a ser el buen hijo de vuestros padres.
74 Si estáis enfermos, venid a esta fuente de salud y yo os sanaré; y si estáis sanos, conservad vuestra salud, no dejéis que vuestro espíritu, los hombres lo pierdan; no dejéis que vuestro entendimiento, lo confundan las teorías humanas. Sed puro y sed fuerte, mancebo bendito. ¿Me comprendéis?
75 Niñez amada, sólo el Maestro, os dice: desde el primer instante en que venís a este mundo, ya estáis viviendo en fango; antes de conocer las palabras de los hombres, ya vuestros oídos están escuchando blasfemias; y por vuestra inocencia y sacrificio, alcanza la humanidad y vuestros padres también.
76 Sed fuerte, niñez bendita, no os dejéis conducir por los malos caminos, porque vosotros me responderéis, todos unidos pueblo amado, en un solo cuerpo de comprensión, caminad con amor y humildad; no os duela que el Maestro, ha apartado de vuestras manos los caudales que poseíais; habéis perdido vuestras tierras, vuestro caudal se ha consumido sin saber cómo; lo que poseíais en la tierra, los unos con el sudor del frontal, los otros en forma ilícita, os ha sido apartado; sólo os he dejado lo necesario para vuestra existencia humana, para que podáis servir al Padre, para que podáis ser siervos de la humanidad y podáis ser libres en este mundo.
77 No os estoy esclavizando a la pobreza, pueblo amado; os estoy libertando, os estoy dando el tiempo que habéis perdido, porque él os pertenece a vos; y quiero que el tiempo, sea vuestro, no quiero que el tiempo sea vuestro señor, no quiero que él os doblegue, ni os esclavice, quiero que vos seáis el señor del tiempo.
78 Yo, os estoy libertando del mundo y sus placeres, no quiero que el mundo sea vuestro señor, menos vuestro Dios; quiero que vos seáis el señor y el dueño del mundo, porque este mundo, os lo he entregado a vos; y ya que yo soy el dueño, el señor y el rey del universo, quiero que vos seáis el señor del mundo; mas no por vuestra grandeza falsa, sino por ser el Hijo predilecto del Padre, en la creatura más perfecta de este planeta, de esta creación.
79 Pueblo bendito, no quiero que en el género humano, la mujer doblegue al varón con sus encantos y con sus dones; no quiero que el varón, esclavice a la mujer. Quiero que la mujer sea la dulce compañera del varón y el varón el dulce señor de la compañera. Quiero que el uno y el otro, formen el principio de la espiritualidad, el principio de vuestra “blanca ciudad” humana, el principio de la convivencia moral.
80 Y si habéis contemplado que en este tiempo, el hombre, ha torcido las leyes y todo ha sido contaminado y adulterado, Israel, levantaos fuerte, restaurad todo lo que ha sido destruido y en mi nombre y con mi fuerza divina, levantaos por el buen camino y yo os engrandeceré; yo os haré dueño de vos mismo, porque ni de vos mismo, habéis sido dueño.
81 Habéis sido esclavo de vuestra propia carne, ¡oh! Espíritus que me escucháis, es vuestra envoltura material la que siempre se ha enseñoreado de vuestra carne; vuestros espíritus, pueblo amado, son esclavos de vuestra carne; y vuestra carne, se ha esclavizado también, por engalanarse ella misma; y por ceñirse corona en la sien los monarcas y por llevar manto regio, han sido los hombres, esclavos del oro, de los sedales y esclavos de sus regias vestiduras.
82 De todo esto, os vengo a libertar, para haceros dueño de vos mismo, para haceros dueño de la libertad y de la luz; para que podáis alcanzar con vuestra diestra, la Verdad que habéis contemplado tan lejos de vos, esa verdad que parecía no existir ya entre vosotros; esa paz y esa presencia del Padre, que en verdad, os parecía algo imposible, hoy la vengo a poner muy cerca de vuestro cuerpo y corazón, cerca de vuestra alma y cerca de vuestro espíritu.
83 Mirad mi pueblo, cuán cerca estoy de vos. Mirad, cuán presente me encuentro; en el momento en que vos lo deseáis, vengo a alimentaros con prodigios y con hechos en vuestra existencia, para que reconozcáis que yo vuestro Dios, el que no ven los ojos de vuestro cuerpo, existo; que ese Dios, que no tiene forma, existe y está presente delante de vos; es vuestro Dios, el que os habla por el conducto humano, es el que se presenta invisible ante vosotros, ¡créalo el hombre o no lo crea!
84 Una vez más, os he entregado una lección más de mi enseñanza; y os seguiré entregando esta palabra, unas albas más, unos años más, pueblo bendito de Israel; y el Padre Eterno, seguirá descendiendo para juzgaros, para hacer acto de presencia en vuestro corazón y en vuestro entendimiento y recordar que el Padre trino y uno, que es justicia invulnerable entre los hombres, vendrá para deciros, que: vos, sois el fuerte; que Israel, si en los tiempos pasados ha sido subyugado y cautivo de los hombres; hoy, vos os levantaréis para libertarles, pero no para reinar sobre el mundo, porque no más seréis rey para subyugar a las naciones, porque nunca más tendréis potestad para estas acciones, no para humillar a los hombres, ni tampoco para sentiros el único poseedor de los dones del Padre, porque ¡ay! De vos, si volvieseis a caer en falsa grandeza humana.
85 Mirad que si os estoy haciendo grande, es para que vos hagáis grande a toda la humanidad. Si os llamo Israel, es para que invitéis a todos los hombres a perfección, a las tribus de Israel. Si os estoy salvando a vos, es para que salvéis a todo el mundo y si he puesto a Elías y la madre santísima, como intercesores vuestros, es para que os sorprendan estas revelaciones e intercedáis por la humanidad.
86 No volváis a ambicionar los metales, ni los tronos, ni las ciencias; ambicionad tan solo que el mundo se salve; y no os importe que el mundo llegue antes que vos, aun cuando vos lleguéis al último, en verdad, el Padre, os dice: no sabéis cuál será vuestro galardón sentid la satisfacción de que los perdidos lleguen delante del Padre aunque sea antes que vos; después, llegaréis y os sentaré a mi diestra, pondré la corona en vuestra sien y os daré descanso en mi regazo cual nunca habéis descansado, en verdad y en espíritu.
87 ¡Tomad mi fuerza, enfermo! ¡Tomad mi bálsamo! Desde el anciano hasta el niño, corazones tristes que sentís la ausencia de los corazones ausentes, ¡tomad! En corto instante, de plácemes quedaréis, corazones que presagiabais en corto momento la destrucción, el luto y la muerte: ¡tomad la fe y la esperanza! Revestíos con estas virtudes; y uníos a la fuerza de Israel, para que no seáis los débiles, porque no es mi voluntad. A todos en este instante: os agracio, os bendigo y os dejo mi ósculo de Maestro, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
88 Hijos muy amados, que por vez primera habéis penetrado en este mi recinto. Ancianidad, niñez bendita, madres de familia, varones, yo a todos os recibo. En unos, contemplo la mansedumbre; en otros, contemplo la confusión que os ha causado mi palabra; y en los otros, la ignorancia. En un corazón contemplo la burla. Bien está mis hijos muy amados, no vengo a delatar ni a unos, ni a otros; vengo a hablaros en porción; y como en el Segundo Tiempo, entre las multitudes también, Jesús descubrió al hipócrita y fariseo y así lo hacía saber.
89 Y hoy, en este Tercer Tiempo, también entre la multitud, descubro al creyente y al increyente, al postrero y al primero, al enfermo y al necesitado; y también a aquellos, que se mofan de mi obra; pero para todos, tengo enseñanza y para todos tengo caridad; todos camináis dentro de este sendero y todos tenéis necesidad; dentro de mi recinto, ninguno puede ser repudiado, ni por el Maestro ni por los guías, ni por los columnas ni por mis labriegos, el postrero es digno de llegar a mí y es digno del mejor lugar; no importa al Maestro, su creencia, su incredulidad, ni su pecado, ni su mancha, ni sus actos pasados; el mejor lugar, es para el postrero; y, ¡tomadlo! Mis hijos muy amados.
90 Mirad corazón, si os ha sorprendido esta palabra y os parece que es la impostura y el engaño; el Maestro, os dice: seguid escuchando esta palabra, grabadla en vuestro corazón; y cuando estéis en la soledad de vuestra existencia humana, analizadla para que penséis quien ha hablado antes así, para que penséis de qué libro humano ha sido entresacada esta palabra; y si encontráis que esta doctrina, ha sido entresacada de algún libro, de cierto, os digo: soy el impostor mas, si esta palabra, no la encontráis en álbum alguno, ni en libro alguno de la tierra, ni en cerebro alguno de los hombres, tendréis que doblegaros; y si no os doblegáis, es porque sois sordo, es porque sois reacio por tradición y evolución tras evolución, habéis sido el espíritu obstinado en vuestra propia caída, el espíritu que no os habéis dejado ascender, ni elevar, porque os habéis atado a vuestra propia teoría.
91 Pero hoy, el Maestro os ofrece una nueva ocasión, una nueva oportunidad de salvación y vengo a entregaros mi palabra; si me comunico por el entendimiento humano, es para probar vuestra fe, como pude probarla en el Segundo Tiempo y en el primer o. ¿Acaso en el Segundo Tiempo no se sorprendieron los hombres al contemplar que el mesías prometido, nació de una mujer? ¿Acaso no se sorprendió el hombre, al contemplar que por lecho, tuvo el mesías, el establo de Belén? ¿Qué de extraño tiene que hoy, en el Tercer Tiempo, me comunique por el entendimiento de un hombre? os habéis preguntado: ¿será santo, ese hombre? Y el Maestro, os dice: es pecador igual que vos estuvo confundido, igual que vos; fue menesteroso y postrero, como vos; llegó por vez primera y por un instante, su mente se confundió, como hoy se confunde la vuestra; pero esta misión, trae el hombre, por el cual me comunico y cumpliéndola está. ¿Acaso vos, corazón, sabéis la misión que traéis a la tierra? No lo sabéis.
92 En el Primer Tiempo también el pueblo de Israel, pudo encontrarse cautivo en las garras del faraón. Yo me serví de Moisés, del hombre humilde y le dije: Moisés, levantaos, penetrad en el palacio del faraón y decidle que deje salir a mi pueblo de Israel; y conducidlo, hacia las tierras de Canaán por el desierto y, ¿acaso el faraón y el pueblo egipcio, creyó en la palabra de Moisés? ¿Por ventura dieron crédito aquellos hombres, de que él era el enviado del Padre en el Primer Tiempo?
93 No, pueblo amado, no postreros de mi divinidad, el faraón dudó y el mismo pueblo de Moisés también dudó; y fue menester, que Moisés con la fe que tenía en su Dios, diera prueba de la potestad, diera prueba de que él era el enviado del Padre y ¡ay! De Israel y ¡ay! De los egipcios porque los elementos se desataron y las plagas desconocidas brotaron de la tierra y el hambre y la peste sobre de la nación; y Moisés, fue creído; el hombre sencillo que ya en ese momento, era el pastor de ovejas, el que caminaba por los desiertos, fue creído; y el faraón, le dijo: llévate a tu pueblo, porque en ti, está la potestad de tu Dios.
94 Hasta que el dolor llegó entre los hombres, fue creída la potestad de Moisés y fue creído el Dios de Moisés; y así también en el Segundo Tiempo, después de mi muerte en cuanto a Jesús, cuando los prodigios fueron contemplados, cuando mi palabra fue cumplida, cuando Jerusalén quedó destruida y ni piedra sobre piedra quedó de ella; hasta entonces, la palabra de Cristo, fue creída por el pueblo judío, creyente e increyente.
95 Hoy, también dudáis; y de cierto os digo a vos, que en este instante me decís: Maestro, yo te creería sólo que vinieras a la tierra y vuestro Maestro, os dice: no mintáis al Maestro no prometáis lo que nunca habréis de cumplir; ni pidáis, lo que no se os ha de dar. Si me vieras caminar como caminé en el Segundo Tiempo, por calles y explanadas, por calles y plazuelas, si me contemplaseis hoy en las calles de vuestras ciudades, en las explanadas y en las plazuelas, no me creeríais, diríais: es el impostor me perseguiríais, os mofaríais de mí y no creeríais que yo, era una vez más como mesías entre los hombres.
96 Mirad, postrero, hoy soy el que os someto a pruebas, por mucho tiempo me habéis sometido a pruebas a mí, todo lo que en los tiempos pasados me pedisteis en cuanto Padre, todo os entregué, quisisteis que el Padre os libertara y se hiciera hombre y vine como hombre entre vosotros para libertaros; quisisteis que hasta la última gota de mi sangre fuera derramada, porque hambriento estabais de mi sangre y hasta la última derramé sin egoísmo alguno, porque mi amor es perfecto entre vosotros; mas hoy, soy yo el que vengo a pediros a vos, vengo a pediros cuentas de mi sangre, de mi sacrificio; no vengo a pediros el pago, tan solo vengo a deciros que en este Tercer Tiempo: sois vos, el que os habréis de someter a las pruebas del Padre, el que habéis de estudiar las manifestaciones divinas, que se presenten delante de vuestros ojos.
97 Cuántas veces se ha manifestado la Verdad en vuestro camino y la habéis negado, cuántas veces se ha manifestado la impostura delante de vos y la habéis tomado para vos, porque no sabéis ni lo que es impostura, ni lo que es verdad; mas como nada sabéis, penetrad dentro de esta obra y con el tiempo, en verdad y en espíritu, todo se apartará de vuestro entendimiento y de vuestro corazón; y entonces, mi luz divina penetrará hasta lo más profundo de vuestro propio espíritu y también de vuestra carne; entonces, será vuestro despertar, entonces os humillaréis delante del Padre y confesaréis que sois pequeño y que yo soy inmutable; entonces, me diréis: Maestro, creo en tu comunicación por el entendimiento humano, creo en tu presencia en el Tercer Tiempo, creo en tu obra espiritualista trinitaria mariana entonces, confesaréis al Padre, que yo, su Verbo Divino, me encuentro por esencia, presencia y potencia, una vez más entre la humanidad.
98 Postrero bendito de mi divinidad, ¿no sabéis que el hombre, es mi siervo? ¿No sabéis que el hombre, ha sido forjado con mi propia mano? ¿No sabéis, que es mi obra perfecta? Yo puedo servirme de él, en la forma que me plazca; pero como soy perfecto, me ha placido en este tiempo, hacer obra perfecta por el conducto del hombre; el tiempo se ha cumplido, en que venga a manifestarme como Espíritu Santo sobre el espíritu humano, sobre el espíritu de los hombres.
99 Y, ¡heme aquí! No es de la carne de la que me sirvo, no es a la carne a la que vengo a salvar, es vuestro propio espíritu; en él está la conciencia, de ella me sirvo, en ella está la inteligencia y de ella me sirvo, en la conciencia está la razón y la luz; y de estas facultades, me sirvo, por eso, heme aquí vibrando en los espíritus de la humanidad; y como hoy encuentro que estos espíritus, se encuentran encarnados, de sus propias carnes también me sirvo, porque yo me sirvo del espíritu; y el espíritu, se sirve de su propia envoltura, para hacer mi voluntad.
100 Es mi cátedra para vos, postrero bendito; mas también sé que me pedís el pan del mundo, me pedís el jergón, la techumbre, la salud para vuestro cuerpo agobiado por largas y penosas enfermedades, me pedís que vuestra compañera os comprenda, que la paz sea con los vuestros, que el hijo descarriado sea una vez más en el camino y estas dadivas y caridades derramo entre vosotros; también me hacéis presente vuestro camino, muy difícil en la tierra; vuestra lucha, también; y en este instante, ¡tomad las llaves del trabajo y el pan de cada día! Aquel hombre que me hacéis presente, le toco la fibra sensible de su corazón y vuestro camino lo preparo y preparo las puertas; y desde esta alba de gracia, una nueva vida se prepara, un nuevo camino; y aun cuando no me sigáis, quiero que todos en vuestros caminos, recibáis mi amor y mis prodigios, porque ésta es mi voluntad.
101 En este instante, los que me vais a seguir, ¡tomad! Seréis mis labriegos, mis discípulos, seréis los herederos de mi gloria; los que no me sigan, ¡tomad para vuestra existencia humana! Llevad vuestra alforja con el pan de cada día, una gota de bálsamo para que con él sanéis al enfermo, una llave del trabajo nunca os faltará, aunque me deis las espaldas y os apartéis de mí.
102 A todos os perdono en este día; y en verdad, os digo: estáis limpios mis hijos muy amados, no tenéis causa alguna con mi divinidad si vosotros, desde este instante, os apresuráis a tomar este camino que os señalo, estáis limpio cual el ampo de la nieve, porque en este instante, os limpio de toda mancha y de toda falta.
103 Mi comunión, es mi palabra, es el pan de vida eterna, es el pan con que os he alimentado; mas, antes de alimentaros con mi comunión divina, antes os ha preparado el espíritu de Elías; vuestra atrición y vuestra conversión ha llegado hasta mí; y después de esa conversión, de pan de vida eterna os he alimentado, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
104 ¡Mi luz, sea con vosotros! Postreros: ¡velad y orad! También cuando las sombras de la noche, caigan sobre vosotros, elevad vuestro espíritu, pedid a mi divinidad, pedidle a la madre que la paz sea en vuestra nación y que la paz sea con las naciones. Mas, por vosotros postreros de este día, si sabéis pedir, si sabéis velar, el mundo alcanzará. Yo os perdono y bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
105 Pueblo de Israel, mucho me he recreado con la inspiración de vuestras oraciones, ya os ha dicho vuestro Maestro, que descansa mi sien en vuestro propio regazo; cuando en la medianía del alba cuando el sol se encuentra en la medianía de su carrera, en verdad, os digo: el mismo astro rey se detiene cinco minutos para velar con vos mismo ese astro rey que os anima y os da animación de vida y calor eternamente, pueblo mimado; en este instante, detiene su carrera y me dice: creador, dales la paz a las creaturas, a las que tanto tiempo les he dado la animación de vida y el calor, por tu voluntad y tu mandato.
106 Sí, pueblo de Israel, en la medianía de la noche, cuando elevéis vuestro pensamiento a mi divinidad y cada hogar se convierte en un santuario y en un templo, en ese instante, os acompaño en vuestra oración, porque me dais gracias por los beneficios que entrego a los hombres; en ese instante, me derramo en todas las cosas creadas por mi voluntad, ¡créalo el hombre o no lo crea!
107 Todas las cosas son mis creaturas y todos son siervos ante mi planta; y en ese instante, también dejo que vuestro espíritu se acerque ante mi planta a reclinarse en mi regazo bendito, para que sintáis mi paz, para que vuelva vuestro espíritu a esta nación y a vuestro hogar, revestido de esta paz y os convirtáis en el ángel, en el emisario de esta paz espiritual; y entonces pueblo, en el reposo de la noche, en vuestra propia revelación, en vuestro desdoblamiento espiritual, sembréis la paz en las naciones y en todo el orbe material, porque éste es vuestro cumplimiento.
108 Yo contemplo dentro de estas grandes multitudes, los corazones que aún no se han convertido a mi obra: a los romanos, a los que se nombran protestantes, a los de distintas sectas y religiones y en verdad, os digo: quiero que en este instante, mis hijos muy amados, los de distintas sectas y religiones, os unáis cinco minutos tan solo, si en verdad, los unos reconocéis a vuestro Dios invisible que mora en el firmamento; todos ante el mismo Dios, uníos y pedidle al mismo Dios, la paz para todos los hombres; siquiera cinco minutos, olvidad vuestras distintas religiones y fundíos en un solo pensamiento; cinco minutos tan solo, delante de vuestro mismo Dios, que es el mismo Padre, de todos vosotros.
109 Si dentro de vuestra iglesia y dentro de vuestra sinagoga, desconocéis al gentil y rechazáis al pagano; dentro de esta obra espiritualista, dentro del templo del Sexto Sello, no desconozco a ninguno. ¡Venid a mí los gentiles, los paganos, los cristianos, los Israelitas! ¡Venid a mí los judíos y todos escuchad mi palabra, todos fundíos a este nuevo pueblo bendito de Israel”
110 ¿No tenéis por Dios, al Dios invisible? ¿A Jehová, del cual vino el Divino Maestro y en el cual está el Espíritu Santo? Ved a este pueblo mariano, que por madre universal tiene tan solo a María, esa reina purísima que os cobija eternamente con su manto de amor; mas elevad cinco minutos de oración, si sois obedientes, si sois sumisos; si vosotros sois en verdad cristianos, a nadie podéis desconocer, porque en la doctrina de Cristo, nunca os he enseñado a desconocer a los hombres de distintas religiones, ni creencias; mas, si todos sois cristianos, todos podéis elevar vuestro espíritu cinco minutos tan solo, mis hijos muy amados.
111 En este día de gracia, todos os acercáis a Dios, como Padre Eterno Gran Jehová; muchos hay que caminan por otros senderos, pero en este instante, vos pueblo de Israel, vos pueblo escogido, vos pueblo ingrato que tantas veces, les habéis desconocido; pero que hoy, estáis elevado de espíritu a Espíritu, en el tiempo del Espíritu Santo, para hacer una invocación de paz sobre este mundo que sufre, que se destruye en guerras y que se acaban.
112 ¡Oh, Padre, mírales! Todos unidos, varones y mujeres de distintas ideas, porque es alba dominical, ¡oh! Padre Eterno Gran Jehová, en que este pueblo, hace el llamado a los hombres de distintas sectas, en que les invita a tu mesa de amor; y con obediencia los unos y con curiosidad los otros, han penetrado para escucharme, a mí que soy tu Verbo Divino, en este momento en que todos te piden la paz, en que los unos te dicen: señor, derrama tu paz en el universo entero.
113 Padre Eterno, dales la paz a todos, para que puedan percibirme y sentirme a mí y puedan percibirte y sentirte a ti, para que puedan seguir mis pasos benditos y pronto este pueblo sea tan grande y fuerte y todas las naciones se salven por el cumplimiento de Israel; que tu fuerza descienda entre ellos, que tu calor no les falte ni un solo instante, que me permitas con amor y con enseñanza, detener el cetro de tu justicia; y que la oración de este pueblo, sea suficiente para detener la justicia invulnerable que se cierne sobre el mundo entero.
114 Yo te bendigo, Padre Eterno y en este instante bendigo a todos tus hijos. ¡Tomad, pueblo bendito! Recibid la fuerza del Padre Eterno y también la del Cristo que muy cerca de vosotros puede encontrarse, en el momento de vuestra misma oración, yo os perdono y bendigo, en el nombre del Padre, yo que soy el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Adiós, pueblo mimado de Israel!
¡La paz del Maestro, quede entre vosotros!
10. El dragón y la bestia
Martes 1 de septiembre de 1942
1 Bienvenidos seáis pueblo amado, ante mi palabra. Dejad por unos instantes que repose vuestro cuerpo; para que meditéis y analicéis, en espíritu, las lecciones de mi enseñanza.
2 Ya es tiempo discípulos muy amados, en que, todos los espíritus debéis velar y orar, para que así podáis penetrar a la vida verdadera de vuestro propio ser, por medio de los sentimientos puros y virtuosos del espíritu.
3 En esta alba de gracia, día de reunión de todas las congregaciones de mi pueblo; día de descanso, en el que ocupáis tan solo unos instantes de vuestra existencia humana para escuchar mi doctrina; ahora, como en el Segundo Tiempo en que elegí a mis discípulos, en el que también entregaba mi palabra a todo aquél que quisiera escucharla; así mismo, en este Tercer Tiempo, vengo a elegir a los que habrán de seguirme; y también, permito que mi palabra sea escuchada por las grandes multitudes.
4 El camino de mi luz, es para todos. Mi palabra, también. Mas, no todos querrán venir, ni todos podrán avanzar al mismo tiempo; unos, lo harán antes y otros, después.
5 Mas en verdad, os digo: no volváis vuestros pasos hacia atrás, a los senderos equivocados que dejasteis porque más grande sería vuestro sufrimiento y dolor, que el que se os fue quitado.
6 Los que van eliminando sus pasiones, para formarme dentro de su ser un santuario; son los que en este camino, van siguiendo con paso firme las divinas huellas del Maestro; son los que van formando, el pueblo espiritual de Israel, en este Tercer Tiempo de mi comunicación a vuestro mundo.
7 ¡Bienvenidos seáis mis hijos! ¡Bienaventurados seáis todos aquellos, que en este tiempo, os vais dando cuenta del camino recto en que va penetrando paso a paso, vuestro espíritu; no vuestra carne, pueblo amado! Vuestra materia, más fortalecida ya por vuestra fe, sigue transitando en el mismo valle y habitando la morada que vos os habéis forjado con vuestro libre albedrío al seguirme bajo mi voluntad; mas, vuestro espíritu, en verdad os digo: es el que va penetrando, paso a paso, en distinto sendero de los que habíais conocido: en el camino recto de mi Ley el que ha amedrentado a muchos; y a los otros, les ha llenado de reconocimiento y entendimiento y de elevación espiritual también.
8 Mas, ¿por qué se han amedrentado los espíritus, los que me han volteado la espalda, aquéllos que habiéndome escuchado y recibido, no han querido seguirme? Porque en este sendero; los unos, por su poca fe, porque no han visto la figura de Jesús, porque no han palpado a Dios como ellos lo han imaginado; mas, los otros, habiéndose penetrado un poco más, han contemplado la jornada, ¡tan larga, tan infinita! Que han dicho: Maestro, no te puedo seguir todavía y se apartan de mi enseñanza, para seguir en su mundo, dentro de los senderos del materialismo.
9 Sí, pueblo amado, muchos son los llamados, y pocos los escogidos; y de entre los escogidos, escasos aún, son los privilegiados. Mas, de los escogidos me sirvo para hacer volver a los llamados, a los que nunca me han querido escuchar, a los sordos, a los muertos, a los mudos, a los ciegos y a los paralíticos; de los escogidos me sirvo, para que ellos escojan a sus propios hermanos.
10 En verdad, os digo, pueblo: estoy haciendo obras poderosas por medio de vosotros; me estoy manifestando con potestad sobre la humanidad, por vuestro propio conducto, en vuestros pensamientos, palabras y obras; porque es el tiempo en que mi pueblo amado, ha de levantarse de su propio letargo, para que por sus propios méritos, pueda llegar a mí.
11 ¡Nuevamente haré prodigios, pueblo bendito! Son necesarios. Os mostraré cómo hacer méritos, para daros la salvación; mas, no todos los méritos os los he de enseñar a hacer yo, en el Tercer Tiempo; si cuando me hice hombre en el Segundo Tiempo, os los enseñé a través de Jesús; si en aquel tiempo me dejasteis a mí solo la cruz, me dejasteis apurar a mi solo el cáliz de hiel y vinagre, si me dejasteis derramar hasta la última gota de sangre en el calvario; ¡hoy! Me acompañaréis, vosotros mismos; ¡hoy! Llevaréis vos, la cruz que os labrasteis; y yo, seré vuestro cirineo.
12 Ayer, me encontrasteis caminando por la vía de la amargura con la cruz que puso en mi hombro la ingratitud humana; y hubo un hombre que fue en mi ayuda, representando a la poca misericordia de la humanidad; y hoy, la cruz, la llevaréis vosotros sobre vuestros hombros; y yo, vengo a ser vuestro cirineo.
13 Ahora, estáis cargando la cruz de vuestra restitución, en pos del cumplimiento. Ya vais caminando por la calle, la que os conduce a la cima de la montaña donde expirar; donde ha de cesar el cumplimiento de vuestro espíritu, para decirle al Padre: ¡Padre, todo está consumado! ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!
14 ¿Cuáles serán los espíritus, que me sigan hasta el final? ¿Quiénes serán los espíritus, que sin hacer ostentación de materia, me sigan paso a paso, secretamente y sin alarde, hasta llegar a la cima del monte? No lo sabéis ni el Maestro, os dirá: quién ha de llegar; y quién no ha de llegar, en este tiempo.
15 De cierto y en verdad, os digo: todos llegaréis pero unos, antes; y otros, después. Unos con menos sacrificio y los otros con más sacrificio. Unos con menos dolor y los otros con más dolor, mas no porque yo, así lo quiera; sino, según sea vuestra obediencia a mi Ley y vuestro cumplimiento.
16 Según sea vuestro ahínco y vuestra preparación, así será la cortedad o la extensidad del camino. Si elegís el camino recto es el más corto para llegar a mí, llegaréis pronto; mas, sí elegís los caminos torcidos esos son los que tardan; mas, todo llega a mi divinidad.
17 Por eso he venido a trazaros el camino recto del cumplimiento: el del amor; el de la virtud del bien, en obediencia a mi Ley para que pronto podáis estar, en una mansión de paz; en ese reino de paz, desconocido aún para vosotros; anhelado siempre, pero despreciado siempre por vosotros mismos. Y así, como os dije en el Segundo Tiempo: mi reino, no es de este mundo ahora a los que reciben mi enseñanza y me siguen les digo: vuestro reino no está limitado a este planeta, ni tampoco está en este mundo formado por mí y reformado con la desobediencia e influencia de pasiones y ambiciones humanas; vuestro reino, que es el que os brindo, está más allá de todo lo que muere, de todo lo que cambia, más allá de vuestra mente humana, de vuestro materialismo y de vuestras pasiones.
18 Ahora os toca a vosotros, imponeros ante vuestras debilidades, para que penetréis al camino que os señalo y sepáis cual es vuestra misión, en el tiempo de gracia que os concedo.
19 En verdad, os digo: paso a paso vuestro espíritu, va penetrando en ese camino de luz no conocéis el final, pero tenéis confianza en él. No conocéis en toda su plenitud al Padre, al Espíritu universal que con su voz os invita para llegar hasta él; pero, tened fe en esa voz, tened fe y confianza en esta palabra; y en verdad, os digo: ¡bienaventurados los que sin palpar han creído, porque de ellos es el reino de los celos!
20 En este tiempo, pueblo bendito, no vengo a materializarme; no todos me verán en la imagen que proyecté después de muerto Jesús, a mis discípulos de aquel tiempo; y aun cuando el Maestro, incansablemente os ha dicho: todo ojo pecador y no pecador me verá el Maestro, hoy os dice: analizad mi palabra, penetrad en el fondo de ella porque no serán los ojos de vuestro cuerpo, los que me verán; me veréis, con el espíritu; a través de vuestra fe, de la esperanza; con la mirada que os da el amor: la del perdón y la caridad sentiréis mi presencia, en vuestra conciencia; en todo momento, vibrará mi voz y mi palabra en vuestro audífono espiritual y escucharéis el eco de mis pasos en vuestro propio corazón; sí, pueblo amado, ¡ahí me tendréis! Me veréis y viviré con vos.
21 Ya no seáis el pueblo carnal, ya no seáis cual pequeño niño al que se le lleva de la manecilla; sed el espíritu elevado, el que no sacrifique a su Padre a cada instante con su desamor y su desobediencia; sed el Espíritu elevado, el que diga al Padre: ¡Padre Celestial, dame de tu fuerza para ir hacia ti!; no vengas a mi morada, porque está manchada y se encuentra inmunda; porque mi morada, todavía no está preparada, para recibir la visita de tu propio espíritu divino.
22 Pedidme preparación; y yo enviaré a mi mundo espiritual de luz para que os prepare, para que os engalane, pueblo amado; y entonces, vos podáis encontrarme, en ese espacio infinito, en donde morando pueden ser las almas justas de espíritus luminosos, ¡créalo el hombre o no lo crea!
23 Sí, pueblo amado, ya no tengáis temor en este tiempo, al camino que os señala mi doctrina; si lo habéis iniciado continuadlo; sí mucho habéis recibido en él sea testimonio, para vos mismo.
24 No cerréis los sentidos de la carne. No dejéis que vuestra carne, rechace lo que vuestro espíritu ha recibido. La envoltura de sensaciones, con que habéis envuelto vuestra carne, la hace ingrata, sorda; trata de sujetar al espíritu, para que no concibáis mi obra ni mi existencia, ni lo que os he entregado y os he beneficiado, para que no reconozcáis que os he escogido; y mirad, que cuando me habéis clamado, he acudido presuroso a vosotros. Comprended que he vivido muy cerca de vos mismo, ya que me manifiesto por medio de la creación y no me habéis querido sentir.
25 Yo soy el poder que os ha libertado de continuar en senderos que os conducían al abismo, y os he rescatado de aquel lugar en que os encontrabais envuelto. ¿Qué poder humano, pudo levantaros del abismo en que habíais caído? ¿Qué voluntad humana, podría realizar el imposible que había en vuestra errónea vida? ¿Qué ser caritativo podría sanaros, del alma y de la carne; y podría comprenderos? ¿Quién podría desatar los lazos de tentación que os ataban y abrumaban a vuestro espíritu? ¿Quién pudo apartar el sentimiento de discordia que reinaba entre los vuestros? ¿Quién podría devolveros el bien perdido, y el reconocimiento de vuestras virtudes?
26 ¡Mucho os he entregado! No vengo a pediros algo en pago; porque sólo yo, puedo hacer estos prodigios entre vosotros. Tampoco vengo a acobardaros por ello, pueblo amado; no he venido a hacer alarde ni a enumerar los beneficios que os he hecho; sólo quiero, vencer con mi palabra: la reaciedad de vuestra carne sólo quiero, con la esencia de mi espíritu divino: despertar vuestras virtudes.
27 Quiero convertir también el corazón endurecido, cubierto con la coraza de vuestra envoltura de pasiones con las que contamináis vuestra carne, para que vuestro espíritu pueda trabajar libremente, pueda luchar con fortaleza y caminar con paso firme por este sendero que a cada instante os hace deteneros, y decir: ¡Padre, te seguiré, pero estoy cansado!
28 ¡No, pueblo bendito! No exhaléis esa queja delante del Padre, no me digáis que no tenéis fuerza para seguirme; porque de fuerza, os he dotado; y la fuerza que derramo sobre un marcado y sobre de un presente de los que pisan mis recintos espiritualistas trinitarios marianos, basta esa fuerza, para levantar a toda una humanidad.
29 Ya no os quejéis de falta de fuerza, ni de falta de luz; tenéis todo lo necesario para la jornada; por eso, os pido que no arrojéis dardos de dolor sobre mi corazón divino, porque mucho me he derramado sobre vosotros: como Dios, me he manifestado; como Padre, os he cumplido; y como Maestro, os he enseñado. Y si en este preciso instante se apartase mi rayo divino de vosotros, se retirará mi palabra; bastaría lo que os he hablado y lo que os he entregado, pueblo, para salvaros a vos y a toda la humanidad.
30 Mas contemplo, que no había de ser así, porque os sentís aún el hombre débil, porque os vais comportando cual el hombre ciego, cual el niño necio; y aun siendo el espíritu elevado en este planeta tierra por mi enseñanza, queréis permanecer siempre con vuestro espíritu estacionado.
31 ¡Mirad, pueblo amado, que me hacéis padecer nuevamente! Yo os he entregado un tiempo precioso de paz y bienandanza y de abundancia también, ¿por qué os quejáis? ¿Por qué decís que sois el menesteroso? ¿Por qué os sentís triste y carente del pan de cada día, de las llaves del trabajo y de la salud, pueblo bendito?
32 Escuchad, pueblo de Israel: voy a continuar con la lección de mi enseñanza y a catalogaros en dos grupos espirituales; mas no para distanciaros, sino para que os ubiquéis en verdad, en mi camino.
33 Este pueblo que me escucha en estos recintos preparados por mí, lo divido en dos grupos: el grupo que no me ha comprendido y el grupo que me ha comprendido mas, el que no me ha comprendido, ha recibido mi palabra por igual que el que me ha comprendido.
34 Escuchadme, Israel: el grupo que no me ha comprendido; pero que ha recibido igual que el grupo que me ha comprendido, va en su camino: llorando se siente menesteroso y fracasado, se siente perseguido y atado con cadenas de tentación; va en cada paso, sintiéndose lastimado con los cardos y espinas en su planta; va en cada día, derramando una nueva lágrima y va haciendo que la vestidura de gracia que le he entregado, se vaya quedando jirón tras jirón, en los espinos de su propio camino.
35 El otro grupo, es el que clama alabanzas en cada noche al descansar de su dura tarea, de su ardua labor; y durante el día, eleva su espíritu ante mí; vela y ora en cada instante; no para llorar, ni para renegar, ni para decirme que nada tiene, ni para pedirme algo; sino para decirme, internamente: Padre Celestial, te doy gracias infinitas. He mirado tu caridad en este día, y he visto que te has manifestado; las pruebas han llegado a mí, pero sé que ellas son para perfeccionarme; y a pesar de las pruebas, tu paz es conmigo y la abundancia también.
36 Yo os digo en verdad, ese grupo me glorifica, me da gracias en cada atardecer y en cada anochecer; y al levantarse en cada alba, cuando contempla que la luz del nuevo día sorprende a sus ojos y le hace despertar, se levanta con la esperanza en su corazón, con la fe y el valor en su ser, para decirme: ¡oh, hacedor del universo! Voy nuevamente en el camino de lucha en que me ha puesto tu divina voluntad y, levantando su faz serena delante del Padre, se doblega humildemente ante mi voluntad; y marcha lleno de paz, con paso sereno y firme, a los caminos del cumplimiento.
37 Sí, pueblo amado de Israel, quiero fundiros en un solo grupo y en una sola familia; no quiero contemplar párvulos, discípulos y maestros; o todos párvulos, o todos discípulos, o todos maestros. No quiero contemplar seres inferiores, ni seres superiores delante de mí; deseo la igualdad entre mis hijos, quiero que todos desarrolléis el mismo don y que todos sepáis apreciarlo de igual manera.
38 ¿Me comprendéis, pueblo amado? Pues en verdad, les digo a los que no me han comprendido, al grupo que ha fracasado y que va llorando: yo os he entregado en la tierra el material necesario para vuestra evolución material y espiritual, os facilité un cuerpo animado, dotado de facultades, de potencias y de sentidos ese cuerpo cuando os hice el llamado, me lo presentasteis: cansado, enfermo y degenerado mas, yo soy la fuente de caridad y gracia; y ese cuerpo: os lo sané, le devolví la fuerza y la salud, puse la esperanza y la alegría en el corazón; en vuestras manos, dejé la torta de pan y las llaves del trabajo; purifiqué vuestra casa y limpié vuestros caminos, hice que los árboles del camino, dieran fruto para que no os sintieseis menesterosos; os defendí de los rayos del sol candente; y puse manantiales de agua en vuestro camino, para que no sintierais sed ¿qué más quería, vuestra envoltura?
39 Mas, a vuestro espíritu: lo desperté de su profundo letargo nada tenía que entregarle, porque todo os di desde el principio de la creación, desde el instante mismo en que vuestro espíritu brotó de mi Ser.
40 Mas, en este Tercer Tiempo, cuando os hice el llamado, me hicisteis presente a vuestro espíritu: cansado, enfermo y degenerado sólo estas influencias aparté; mas la fuerza, estaba desde su principio en vuestro espíritu; la luz, también; la conciencia, también, pueblo amado. La memoria, la inteligencia y el entendimiento, todo está con vos ¿qué más quería vuestro espíritu?
41 Hice que vuestro espíritu y vuestra carne, se fundieran en un solo sentimiento, en un solo cuerpo y una sola voluntad, para mostraros mi Ley dividida en este Tercer Tiempo en veintidós preceptos; y os dije: ¡cumplid con esta Ley; y tendréis paz en este mundo, y gloria en el espíritu! Cumplid con estos preceptos; pero empezad por el comienzo de la Ley, para que podáis llegar al final y perfeccionaros a vos mismo.
42 ¡Practicad mi Ley, reconoceos a vos mismo, reconoced a vuestro espíritu, reconoced a vuestra carne, escudriñaos a vos mismo, penetrad en el fondo de vuestro propio ser para que os deis cuenta: quién sois, cómo sois y por qué sois para que podáis comprenderme a mí y a vuestros hermanos, y podáis ser sumiso a mi divinidad y obediente a mi Ley; para que podáis, por la comprensión de este conocimiento, salir avante y cumplir; y por medio de este cumplimiento, recibáis la paz, y lo necesario para vuestra jornada en mi camino!
43 Pero con todas estas lecciones que pude decirle a vuestros espíritus, no habéis despertado, ¡oh, congregaciones benditas de mi pueblo! Tenéis en vosotras mismas, todo lo que debéis de tener para vencer vuestras pasiones, para triunfar en la batalla final a la que el Padre, os ha profetizado, para la cual os he preparado; y aun así, seguís aletargadas, seguís dormidas. Bien está que sois perseverantes en escucharme, siempre estáis delante de mi palabra y os concretáis a escuchar, pero no la analizáis; y si después, no analizáis, ¿cómo podréis practicar mi enseñanza y mi palabra? ¿Cómo podréis poner en práctica esta enseñanza?
44 ¿Habéis creído que con asistir a escuchar mi cátedra, llena de bendiciones, habéis cumplido? Mas el Padre os dice: no sólo dentro de mis recintos se cumple; estos son la escuela en que escucháis mi doctrina, pueblo amado, éste es el lugar escogido por el Maestro para enseñaros, es en donde vengo a derramar mi enseñanza; mas el mundo, os lo entrego, para que ahí practiquéis mi doctrina: en vuestro propio hogar, en la calle y las plazuelas, en las comarcas y los caminos, en los desiertos y los valles, en los océanos y los lagos, en la cumbre de las montañas y las explanadas, en las grandes ciudades y las provincias, en las villas y aldeas, con sus cárceles y hospitales, pueblo amado, con sus lugares de expiación y purificación, sus pres iDios, sus sanatorios, sus casas de dolor; en los matrimonios desavenidos, las multitudes que vagan por doquier divididas en bandos, los conflictos que se presentan entre los hombres, el vicio, la maldad, la lujuria, la deshonra, la falta de trabajo entre los hombres.
45 La guerra, la peste, el hambre y la muerte, producidas: por el desamor de los hombres, por su desobediencia a mi Ley de amor y a su rechazo a la armonía que expresa en toda la creación se han enseñoreado del planeta tierra.
46 Cuando le he brindado mi paz, al hombre la ha rechazado; y atrapado en sus pasiones, por el dominio de los bienes y de sus hermanos, la substituye por la guerra.
47 Cuando a través de la naturaleza, le he otorgado alimentos en abundancia los más poderosos, los que tienen riquezas materiales, los han acaparado para sí mismos; y en su egoísmo y ambición desmedida, han atraído en forma ficticia: al hambre la que ha azotado a sus hermanos los más débiles.
48 Yo os entregué: un orden establecido en este planeta en el que cada elemento, cada criatura animada por mí, se expresa perfectamente en obediencia a la Ley, en: dentro de la armonía. Mas, los hombres, por vivir en los placeres ficticios y en sus vicios de gula desmedida y en contra de su naturaleza humana, como de todos los órdenes establecidos que os brindan la salud perfecta del cuerpo; él, con su desobediencia, originó: las enfermedades contaminando todas las criaturas, alterando el orden, hasta provocar: la peste la que se manifiesta en respuesta a la inhibición de elementos que os ayudan a manteneros en el orden perfecto de este planeta.
49 Yo envié a encarnar a la tierra, a vuestro espíritu, con las potencias y atributos que recibisteis como herencia natural divina al brotar o nacer de mi Espíritu; y en ella, están las virtudes necesarias para el desarrollo de vuestros dones, para que conozcáis mi creación infinita dentro de la eternidad misma y que os conduce n a la perfección.
50 Esas virtudes, dimanadas de mi amor, os dan la vida eterna, son divinas; yo, el creador universal, os las deposité en vuestro principio, en vuestro nacimiento como espíritus y os las sigo recordando siempre a través de vuestra conciencia; pero vosotros mis hijos muy amados, al empezar a disfrutar de las sensaciones de la materia por medio de la carne humana, os rebelasteis; y cada una de esas virtudes, que permiten al espíritu disfrutar su libre albedrío en toda la creación y que le dan la vida eterna, el espíritu del hombre, ya materializado, con su desobediencia, antepuso: una pasión sembrando así: la muerte, entre sus hermanos provocándoles que se sientan carne y más carne, opacando las virtudes en su espíritu y por añadidura también, las expresiones puras de sus carnes humanas, afectando a las criaturas de la tierra, destruyéndolo todo a su paso y dándole muerte a toda animación, sin saber que a través de ellas, también se manifiesta su creador.
51 ¡Cuatro jinetes del apocalipsis! Que vio mi discípulo, muy amado; que en cuatro etapas, se han ido enseñoreando del planeta tierra y que representan al espíritu del hombre que en uso indebido de su libre albedrío, se ha convertido en jinete del corcel bruto formado por sus pasiones.
52 Cuatro bestias desbocadas a través de sus carnes, que durante los tiempos, van manchando sus almas; y que no saben ni pueden domar aún y que han convertido al ser humano en jinete de su propia calamidad, para causarse más daño y conducirlo a su propia destrucción.
53 ¡He ahí el dragón que entregó potestad a la bestia de siete cabezas, que vosotros formasteis en vuestro egoísmo, con vuestras pasiones! ¡He ahí al espíritu a través del hombre, adorándose a sí mismo al creerse carne y haciendo que le adoren los demás! ¡He ahí al hijo desobediente; que teniendo virtudes, no las quiere y haciendo uso de su libertad, las rechaza! ¡Que teniendo potestad divina, en su rebeldía e ignorancia, está lleno de egolatría; y no sabe usarla; y al haber participado de ella, a sus cuerpos, ha provocado que todo lo destruyan!
54 ¡Ese dragón está en vosotros mismos, es vuestra desobediencia ha nacido: de la necedad de necedades, de no aceptar lo que el Padre universal os brinda espiritual y materialmente, con tanto amor! Y con vuestra ignorancia, os convertisteis en vuestro propio adversario; y os habéis creado un abismo, de donde surgen esas bestias de dominio, que han creado: a la tentación con la cual sometéis, también en vuestra propia ignorancia, a los hombres; provocando entre las grandes multitudes: el desquiciamiento de la niñez bendita, la perdición de la juventud, el error en los adultos y el relegamiento a los ancianos. Influyendo también, a la mala interpretación de la ciencia única y universal expresada en mi creación; provocando diversas religiones, diversos sistemas sociales, diversas ciencias humanas; sembrando erróneas interpretaciones, que han provocado: la superstición y el fanatismo, el engaño y la impostura, la mentira y la falsedad cubriendo al mundo, de tinieblas y de oscuridad.
55 Mas, en verdad, os digo: ese dragón y las bestias, esa egolatría, desobediencia y pasiones, eso que fue y que es; pero que no es, porque dejará de ser es tan pequeñísimo ante mi amor por vuestros espíritus, que por eso he venido a prepararos, pueblo amado, para enfrentarle; y os he venido a recordar: las virtudes que deposité en vosotros, en vuestro principio ésas son las armas, con ellas daréis muerte al dragón de la desobediencia y a la bestia de las pasiones.
56 ¡Ahí está el lugar de vuestro cumplimiento, pueblo bendito, ahí está donde debéis de practicar mi enseñanza! Y en verdad os digo: ninguna de esas luchas, es semejante a la más grande lucha, a la gran batalla espiritual que habréis de entablar con vuestra propia carne, con vuestro propio ser a la luz de vuestro entendimiento espiritual, en vuestra conciencia, pueblo bendito de Israel.
57 ¡Ahí está vuestra gran lucha! Mientras no os venzáis a vos mismo, mientras no os convirtáis a vos mismo, mientras no os sobrepongáis a vuestras pasiones, ¿qué podéis hacer con los demás? ¿Cómo podríais conducir a la moral a vuestros propios hijos? ¿Cómo podríais convertir el camino de ingratitud; en camino de paz? ¿Cómo podríais dulcificar el pan de cada día; y apartarle su amargura? ¿Cómo podríais sanaros vos, de todos vuestros males? Si, vos mismo, no habéis comprendido: que debéis ser obediente y sumiso a mi Ley; que debéis ser manso y elevado en todo momento; que debéis de consideraros libres en los caminos de la tierra; mas, además, debéis de poseer la gran libertad que yo os entrego dentro del camino del bien, de la paz y de la buena voluntad; que debéis avanzar con amor, dentro del camino de la mansedumbre, de la conciencia y de la rectitud, para que podáis conocer todas las moradas que existen en mi creación.
58 ¡Venceos a vos mismo, pueblo amado! ¡Ahí está vuestro más grande enemigo! ¡Vos, sois, el rival más grande y el enemigo más poderoso que poseéis en la tierra!
59 Cuando hayáis vencido a ese gran enemigo, ese dragón que dio potestad a la bestia, a ese gran adversario, del que juan, mi apóstol bendito, tanto os habló; entonces, Israel, habréis vencido; habréis dado el primer paso grande, en vuestra jornada; entonces, podréis levantar vuestra faz y decirle a Cristo, vuestro Maestro de maestros: ¡te seguiré! Porque en verdad, no basta que vuestros labios me lo digan a cada momento; es necesario que desde el fondo de vuestra alma, brote ese grito: ¡Maestro, te seguiré! Y entonces, yo pueda deciros: ¡venid a mí!
60 Mucho me habéis jurado, pueblo amado. Mucho habéis querido escribir, con el índice de vuestra mano en el álbum bendito de oro, una promesa y el álbum, yo lo he cerrado, porque contemplo que esas promesas, antes que cumplirlas; serán como una firma de sentencia para vuestro propio espíritu; y no quiero más restitución para él, en el más allá. No quiero que cuando lleguéis, ante el sagrado tribunal; el Maestro, os diga: ¡mirad el juramento? Y entonces mesáis vuestros cabellos y crujáis vuestros dientes.
61 Le hablo al grupo que no me ha comprendido y que no me ha querido comprender, pero yo os amo, multitud, yo amo a todos mis hijos; y os entrego, lo mismo que a aquel que me cumple y que me comprende. Y en esta alba de gracia, he venido a despertaros y a levantaros de vuestro profundo letargo, para que penetréis con paso firme en este sendero de luz.
62 ¿Cómo podría vencer? Me dice, vuestro espíritu. ¡Preparaos! El Maestro, os dice. ¡Desarrollad los dones de vuestro espíritu y las facultades que he entregado en vuestra envoltura! No queráis permanecer aletargado mi pueblo, no quiero que os manifestéis entre sombras, no quiero veros caminando cual el ciego. ¡Estad siempre en oración! Quiero que seáis conocedor de las potencias de la fe, quiero que conozcáis por intuición y revelación, el peligro que os asecha y la bienandanza que se acerca a vosotros.
63 Quiero que por medio de la comprensión de la experiencia, elevéis vuestro espíritu y contempléis el camino recto que os conduce al más allá; quiero que la inspiración sea grande en vuestro entendimiento para que podáis convertir a los hombres con mi palabra, para que podáis convertir a los mismos vuestros que os han hecho sollozar por vuestra falta de comprensión y cumplimiento a mi Ley; que creyendo cumplirme y queriendo cumplirme, no habéis encontrado el secreto para vuestro verdadero cumplimiento; el secreto, del tesoro de virtudes, que he depositado en vuestro espíritu.
64 ¡Reconoceos a vos mismo, pueblo de Israel! Tened confianza en los dones que os he entregado; buscad a mi mundo espiritual, ese mundo agraciado de luz, que es el que os viene a entregar en palabra sencilla, la explicación de mi obra; para que vos, en vuestro camino, en vuestros primeros pasos, vayáis avanzando con firmeza, y lleguéis a ser, el espiritualista verdadero; porque no quiero contemplar imperfección en vuestros actos, ni mancha en vuestra alma, en la práctica de los dones de vuestro espíritu.
65 ¡Son profundos los dones que le he entregado a vuestro espíritu! Si tan siquiera, por un instante, los ojos de vuestro cuerpo pudiesen contemplar a vuestro propio espíritu ¡asombrado quedaríais de contemplaros y de saber quién sois! ¡Entonces tendríais un poco de caridad, entonces tendríais un poco de respeto por vos mismo! ¡Entonces tendríais, un poco de consideración, para esa chispa de luz y amor que he puesto en vuestro espíritu; entonces comprenderíais, lo que habéis hecho de esa alma, por donde la habéis arrastrado y lo que habéis hecho a cada instante y momento con vuestro espíritu; de ese átomo de mi divinidad, de esa chispa de mi luz divina, pueblo bendito de Israel!
66 Mas, mirad pueblo: no tenéis fe. Diciendo que poseéis alma y que tenéis espíritu, no os los habéis contemplado jamás, no tenéis fe en ella misma, ni os reconocéis como espíritu, no sabéis quién sois en esencia; pero yo, vengo a deciros: si creéis en mi palabra, si queréis tener fe, y seguirme, ¡creed en vuestro propio espíritu ¡confiad en él! ¡Reconoceos en él mismo! Para que podáis desarrollaros dentro de vosotros mismos.
67 ¡No, Israel, ya no sigáis siendo la cárcel, ni el verdugo de vuestro espíritu; ya no os sigáis adueñando de vuestro espíritu, con las intenciones inmundas de vuestras pasiones que habéis originado a través de vuestra carne! ¡Ya no sigáis siendo el lobo voraz, la bestia que le asecha a cada momento; dejadle ya en libertad, dejadle ya manifestar sus virtudes! ¡Oh, grupo que me escucháis!
68 Mas, la porción que se siente haber cumplido, me dice: Maestro, ¿acaso seré yo, de los que cumplen? Mas, si vos, habéis analizado y en vuestra meditación, sentís que no me habéis comprendido ni cumplido; uníos al grupo que no me ha cumplido ni comprendido, para que así podáis desarrollar más y más los dones de vuestro espíritu. Porque vuestro espíritu es semejante a mi Espíritu y lo que habéis hecho hasta este momento y la obra que habéis forjado hasta este instante, y a través de los siglos ¡guardadla! Porque no es todavía digna, de mi divinidad.
69 Pero no quiero desanimaros, con mi palabra. No vengo a sembrar dolor, ni a poneros un imposible delante de vosotros; pero, si el Maestro, os dijese: que me habéis cumplido y que ya estáis avanzando cerca; o que si ya estáis caminando dentro del camino de la perfección podríais caer entonces, en la conformidad; y esforzaros muy poco, en vuestra propia superación, mi pueblo amado.
70 Yo vengo con la Verdad, en mi palabra. No vengo a desmentiros, ni a delataros; vengo a deciros, en el lugar en que estáis, vengo a decir cuál es el paso que habéis dado, en este largo camino que conduce a la perfección.
71 ¡Seguid avanzando con paso firme, pueblo amado, no os detengáis ya un solo momento! Ya no retrocedáis, porque lo que habéis dejado tras de vosotros, es una estela de dolor, de lágrimas; es una huella, de lucha, de perdición y pecado.
72 Eso que dejasteis, es: “la gran ciudad” y hoy habéis salido de la ciudad del pecado, de: “la gran babilonia del Tercer Tiempo” para encaminaros a una nueva tierra prometida, a una tierra virgen que os espera con manantiales de aguas cristalinas y valles fecundos, campiñas fértiles, con un celo apacible, con un celo benigno y generoso; una tierra, llena de árboles que brindan buenos frutos y una sombra de vida, agradable para vuestro propio espíritu, donde vosotros, podréis morar al final de vuestra jornada, eternamente con el Padre; que no conocéis, pero que habréis de conocer, porque ésta es mi voluntad.
73 Hasta este día, no me habéis sentido ni conocido, en ninguna de las religiones que los hombres os han dado a conocer. Yo desciendo entre los hombres, y no contemplo una religión justa y desinteresada; no contemplo entre los hombres, una doctrina ideal y perfecta; no contemplo entre los hombres, una intención benéfica y pura.
74 Sí, corazón, que me decís: Maestro, ¿acaso, desconoces tu palabra, entregada en las religiones cristianas y en la religión católica romana? No, mi hijo, muy amado os dice el Maestro: ¡no puedo desconocerme a mí mismo, ni vengo en contra de mi palabra! Mas, ¿en dónde está esa, mi palabra? Yo no la contemplo en los actos humanos, tampoco en el corazón ni en el entendimiento de las grandes muchedumbres; está encerrada en los libros humanos, en los libros envejecidos y empolvados, ahí está encerrada la palabra de Cristo; y aún hay hombres, osados, que la han adulterado.
75 Yo no contemplo, religión de culto perfecto; sólo contemplo ceremonias, ritos y tradiciones absurdas que entorpecen al espíritu; sólo contemplo, sufrimiento entre los hombres; pero eso, en verdad, no llega a mí eso, no llega a vuestro espíritu, pueblo amado; mas si no llega a vuestro espíritu, ¿cómo han de ser contempladas, delante de mi mirada perspicaz?
76 En verdad os digo: solamente los sentimientos nacidos del amor, son los que se elevan a mi Espíritu. Sólo las prácticas nacidas del amor, elevan al espíritu del hombre. Sólo la práctica de las virtudes, os conduce a mí. Sólo la paciencia y la grandeza de espíritu, en todos vuestros actos, es lo que os conduce a mi divinidad.
77 ¡Mirad, pueblo bendito de Israel!: el que ama práctica la doctrina de Cristo. El que es sencillo, en el fondo de su corazón; y siente, el dolor de sus hermanos; y a más de sentirlo, lo calma y sufre por él ese es discípulo de Cristo. El que enseña la virtud, pero antes de enseñarla, la siente ese es discípulo de mi divinidad, ese practica mi doctrina y sigue mi enseñanza. El que ama en espíritu y en verdad, a su propio semejante ese, es discípulo de Cristo.
78 Mas, el que llevando la enseñanza la oculta; ese, no es mi discípulo. El que la entrega tan solo con los labios; y no la entrega con el sentimiento en el pensamiento, la palabra y la obra ese, no es mi discípulo. El que desconoce una de mis palabras llenas de esencia de amor que os he entregado en cada uno de los tres Tiempos no es, mi discípulo. Es un traidor, él que niega la pureza de la madre de Jesús y que niega la manifestación de mi trilogía divina no es mi discípulo, no ha comprendido mi doctrina y se ha querido levantar frente a frente de mi divinidad, para negar mis misterios y mis grandezas. El que se levanta en esta era, negando a su propio espíritu, al espíritu divino del Padre y el de sus hermanos, y que sea negando mi llegada entre los hombres, en el Tercer Tiempo no puede ser, mi discípulo. El que desoye las profecías de los tiempos pasados, las palabras que decían, lo que había de Ser y lo que hoy está aconteciendo es el mal discípulo y el mal apóstol. El que no ha sabido entender, que tan solo ha luchado y no ha comprendido, en verdad os digo, que: ese no es mi discípulo.
79 Yo contemplo, pueblo amado, muchas religiones llenas de falsedad, mucha imperfección en las sinagogas; porque esas no son mi casa; no son mi templo, los templos de cantera edificados por las manos de los hombres. Mi templo: es el corazón del hombre mi santuario: es el espíritu de la humanidad la flama: es la fe de los hombres y el altar: es su amor el que va construyendo, con las piedras blancas de las virtudes, en sus buenas obras.
80 No vengo buscando cosas materiales para derramarme y manifestarme entre ellas; vengo buscando almas, limpias y puras. Yo vengo buscando: conciencias tranquilas; y espíritus humildes, sumisos y obedientes, para manifestarme sobre de ellos.
81 Mas vos, pueblo, un átomo habéis tenido de espiritualidad; y me he derramado y me he manifestado, en gran esplendor; y espero, más y más vuestra preparación para los tiempos de gracia venideros, para manifestarme más y más grandemente entre vosotros.
82 Y entonces, de cierto os digo, Israel amado: esta doctrina será universal, porque es la verdadera porque en ella, derramo mi amor y contemplo: que practicáis un poco de amor porque en ella, derramo luz y contemplo: que estáis derramando un átomo de mi luz porque en la palabra que hay en ella, derramo el efluvio de la esencia de mi amor, que es fuente eterna de salud de mi espíritu divino y yo contemplo: que vuestra voluntad espiritual, vuestro pensamiento y vuestra palabra, está sanando a los hombres de la humanidad por eso, os digo: yo me derramo y me presento: en esencia, potencia y presencia entre vosotros, pueblo amado.
83 ¡Créalo el hombre o no lo crea!: yo no tengo enemigos porque el que se crea tal, es enemigo de sí mismo; y yo, no les contemplo como tal; yo les contemplo, como a mis hijos muy amados; yo les contemplo, como a los menesterosos.
84 A los que nombráis: “sabios” y que me niegan, por su pequeña interpretación, propia del ignorante de la verdadera sabiduría divina que se manifiesta en toda mi creación; yo les contemplo, con piedad; y aún, cuando ellos me niegan, y tratan de destruirme del corazón de los hombres, no podrán destruirme; porque ellos, no tienen el arma que pueda destruir a un Dios.
85 En verdad, os digo: sí delante de mí, surgiera otro Dios, omnipotente y poderoso como yo entablaría la lucha al igual. Mas, ¿podéis creer, pueblo amado, que de la nada, brote un Dios omnipotente como yo? De la nada nada puede brotar.
86 Yo soy el todo; y yo nunca he nacido. Yo siempre he sido, por eso soy grande y universal. Yo siempre he sido. Y aun cuando el Padre, os dice: yo soy el alfa y el omega, yo soy el principio y el fin soy el principio y el fin de las cosas creadas por mi voluntad, más yo, tengo mi esencia, presencia y potencia. Nunca he nacido, siempre he sido; yo soy el todo, por eso soy y siempre seré.
87 Mas, de las criaturas formadas por mi amor, ¿acaso creéis, que una de ellas pueda erigirse en Dios? ¡Bendito seáis, mi pueblo amado, que lo habéis comprendido!
88 ¡Yo soy grande; y quiero que vosotros, seáis grandes! No soy Dios egoísta, porque soy Padre; y el Padre, es amor, es sacrificio y abnegación y es camino sin igual para todos sus hijos. Soy Padre; y no puedo vivir conforme, pensando en vuestra pequeñez; quiero que me comprendáis a mí, pero para que podáis comprenderme, necesito haceros grande de entendimiento, con mi luz y con mi palabra.
89 He contemplado que los hombres que tienen un átomo de mi luz, os la han ocultado; y he venido a vos, para revelárosla, porque necesito que seáis grande pueblo; grande, de entendimiento y de espíritu, por medio de las virtudes, para que así podáis comprenderme a mí.
90 ¡Mirad que estáis muy cerca de mí!: a mi diestra no quiero que viváis lejos del Padre. ¿Cómo puede vivir un padre, feliz, sabiendo que los hijos están ausentes; y a más de su ausencia, sufren?
91 ¡Quiero que estéis muy cerca de mí! Pero para que estéis cerca de mí, tenéis que acercaros, tenéis que caminar; pero para que podáis caminar en dirección hacia mí, vuestros pasos tienen que ser: de pureza, de firmeza y de práctica dentro de mi Ley.
92 Quiero que poseáis, el reino que os tengo preparado; este reino que yo poseo y en donde yo habito, pueblo amado. ¿Cómo puede un padre vivir en un hogar engalanado, aposentado en un festín, saboreando regios manjares, sabiendo que tiene hijos, que son pordioseros en la puerta de su casa? ¡No, pueblo amado!
93 Pero vos no me habéis comprendido, no me habéis tomado jamás como Padre; como un rey justiciero he llegado sobre vosotros; por vos mismo, porque os habéis ajusticiado por vuestra propia falta de cumplimiento.
94 Habéis temido, ser delante de ese juez y os habéis olvidado, que ese juez; ¡antes! Es vuestro Padre.
95 Cuando el dolor ha sido muy pesado, por vuestra causa; habéis renegado delante de ese Dios; y algunos habéis dicho: Dios ingrato. Y no sabéis que ese Dios “ingrato” es vuestro Padre. ¡Jamás me habéis buscado como Padre! No me conocéis como Padre; y hoy, en el Tercer Tiempo, en que he de manifestarme plenamente en cuanto Espíritu Santo; vengo antes, a manifestarme plenamente como Padre y como Maestro, para que podáis conocerme como Espíritu Santo.
96 ¡Sois párvulo; pueblo bendito! Y tengo que materializarme hasta un límite! Pero, ¡ay! ¡Ay de vosotros, si queréis obligar al Padre a materializarse más de lo debido! ¡Ay de vosotros, si con estas manifestaciones, os intercaláis en las cosas prohibidas para vosotros!
97 Os he dicho, que: soy grande mas no vengo a hacer alarde de mi grandeza, ni con esto quiero humillaros, ni vengo a doblegaros; vengo a deciros: que soy grande pueblo, para que sintáis dentro de vos mismo, la alegría de tener por Padre, y por Dios, al Ser universal e infinito para que sintáis la dicha, de saber: que por Dios, tenéis un Espíritu universal, incomprensible aun por vosotros e infinito en tiempo y distancia no un Dios limitado, no un Dios imperfecto al alcance de vuestra carne.
98 Yo estoy fuera del tiempo y distancia, ya que soy inmensurable en mi eternidad; eso he venido a deciros: que si soy grande, quiero que también lo seáis vosotros. Pero por muy grandes que seáis, nunca seréis ¡tan grandes! Como vuestro Dios, como vuestro Padre. Nunca llegaréis a ser tan poderosos, como yo, ni tan sabios, como yo pero, ¿quién de vosotros, podría ambicionar, ser tan grande como yo?
99 ¿Acaso no siempre habéis concebido gustoso, mayor sabiduría y mayor experiencia, en vuestro padre terrestre? Y os habéis regocijado, cuando vos habéis contemplado que tenéis por padre, un hombre de experiencia; ¿y los otros: cuando habéis contemplado que vuestro padre terrestre, ha llegado a la madurez de su edad y aún le contempláis joven y fuerte, arrogante y valeroso, os habéis sentido orgulloso y satisfecho de tener por padre un hombre fuerte, un hombre grande en la tierra? Así también vuestro espíritu, no sea el temerario, el inconsciente, el ingrato.
100 Mirad que en el reino de los celos, en aquella tierra desconocida, hubo uno que se levantó por la gracia que yo le entregué; por los atributos que puse en su espíritu, con la potestad con que le doté se levantó ante mí, sin saber que yo, era más poderoso que él; y en su ignorancia, pudo decirme: yo soy tan fuerte como tú y puedo gobernar este planeta, también como tú. Ya sabéis de quién os hablo, pueblo amado, mas, no quiero que esto sea con vos, mi pueblo.
101 Mirad, pueblo bendito, no quiero que la gracia que os he entregado a todos vosotros, se convierta en desgracia; no quiero que la luz que he puesto en vos, se torne en “luz aparente” o sombra maléfica; y la potestad, sea potestad al servicio del mal por vuestra desobediencia; ¡no, pueblo amado! No sabéis por qué de este modo os estoy enseñando. Mirad que pronto será la partida de mi átomo de luz hecho palabra humana; y es tanta la gracia que estoy derramando sobre vosotros, sobre vuestra torpeza e ignorancia, sobre vuestra desobediencia e insensatez, ¡oh, pecadores de la tierra! Que cuando miréis que parte mi palabra; y contempléis, que tenéis potestad para ser grande, en vuestra travesía por el mundo; las multitudes, os seguirán, las multitudes se postrarán delante de vos, besarán vuestra planta para alcanzar una gota de bálsamo para sus enfermos, os querrán glorificar, y os querrán formar un altar para santificaros.
102 Y en verdad os digo: ¡ay! ¡Ay de los débiles! ¡Ay de los que amen la adoración de ellos mismos! ¡Ay, de los que se hinchen cual el gusano con la humedad de la tierra! ¡Ay, de los que busquen la adulación de sus hermanos y la ostentación de la tierra! ¡Ay, de los que busquen el pago a su cumplimiento en este mundo! Porque ésos se creerán dioses, mas su potestad, se tornará en maléfica; y de esa gran potestad para el bien, será gran potestad para el mal. Y, ¡ay! ¡Ay de mi obra y de mis buenos discípulos, porque vendrá la confusión en el seno de Israel y fuera de Israel; y habrá conmoción, en todo el planeta!
103 Hoy os hablo así, pueblo amado, para que estéis alerta; para que sepáis esto y estéis preparado. Y si queréis que vuestra potestad sea siempre para el bien, que sea buena y de luz; y sea de pureza, como es la mía, porque yo os la he entregado para que vuestro sentimiento interno o vuestro corazón lo mismo es, posea la paz perpetua y la fortaleza perpetua; mas para eso, tenéis que tener humildad, ser el hombre de paz, de bien y de buena voluntad.
104 Mas cuando vos, hayáis reconocido que la vanidad ha germinado en vuestro corazón; que hayáis dado cabida: a la mala voluntad, a la codicia, a la materialización y la lujuria entonces, bien podréis ya estar seguro, que vuestra potestad, se ha tornado en tinieblas, en mal y en impostura, os identificaréis cual el impostor; y que lo que vais sembrando, tan solo es la semilla de cizaña, odio y mala voluntad. Y entonces, cuando el Padre, os haga el llamado, vuestra cosecha: será inmunda, será polilla y será hollín ¡créalo el hombre, o no lo crea!
105 Esta sentencia, está escrita sobre la conciencia del pueblo de Israel; en particular, sobre todos los que tienen cargos, en el primer o y segundo recintos implantados por mí; para que vos, sin egoísmo, esparzáis esta lección de mi enseñanza.
106 ¡Mirad, pueblo! Si queréis llegar a mí, no en carne; sino en espíritu: practicad con pureza mi enseñanza y cumplid con buena voluntad, mi Ley.
107 Y vosotros: neófitos y párvulos, discípulos y prestos a maestros todos los que estáis siendo unidos en un solo grupo escuchando la misma enseñanza y que de acuerdo a vuestra comprensión, la practicáis en el camino: yo quiero que os labréis la paz lo lograréis, con la práctica continua de mi enseñanza; pues quiero que la concordia, penetre en vuestros hogares; que aquellos que os han desconocido y os desgarran, prontamente os reconozcan; que el pan, sea abundante en vuestra mesa y sea compartido, con los demás; que vuestro jergón, os satisfaga; que vuestra techumbre, no sea cual frágil barquilla azotada por los vendavales de las tormentas. Quiero que vuestra fe, sea firme; para cuando las palabras de vuestros parientes se acerquen a vos para destruirla, para trastornar vuestro entendimiento, para formar torbellino en vuestro corazón, mantengáis vuestra firmeza y no os apartéis de mí, de mi enseñanza o de mi obra; quiero que seáis, el apóstol fuerte, ¡siempre!
108 Mirad que en el Segundo Tiempo, cuando a través de Jesús, manifesté mi doctrina; fui como un torbellino entre las tribus de Israel; fue un torbellino mi guerra, mas, esa guerra fue de paz y de amor.
109 Muchos se confundieron por causa de mi venida en aquel tiempo; y de cinco que habían en un hogar: dos estaban contra tres; y tres, contra dos porque en un hogar: dos me seguían; y tres me negaban y en otros hogares: tres me seguían; y dos me negaban.
110 Y de igual manera, en este Tercer Tiempo; hay hogares, en donde el representante me está siguiendo; y la compañera y los hijos, se han levantado en contra de él.
111 Hay hogares en donde la mujer que es madre de familia, ha llegado a ahogar sus lamentos, a bañar con lágrimas su rostro; y en su desesperación, me ha dicho: Maestro, yo te sigo y quiero que los míos te sigan; y los suyos, no me han querido seguir; y a mi doctrina y a ella, las han desconocido.
112 Hay hogares, en donde se dividen hijos contra padres, hermanos contra hermanos, por causa de mi obra; y, ¡ah, cuán pocos son los hogares que se encuentran caminando en armonía! En seguimiento de la enseñanza de Cristo.
113 Otros, habéis sido contemplados como un desconocido por los vecinos, por vuestros parientes, por vuestros hermanos los hombres que os niegan la caridad, que os niegan el pan, las llaves del trabajo, que ponen encrucijadas ante vosotros, que os delatan delante de los hombres de las legislaciones humanas, que os levantan falsos testimonios en vuestros caminos, y ponen apodo a vuestro propio nombre.
114 No temáis, pueblo amado, a todas esas manifestaciones de los seres humanos. ¡Seguidme con paso firme! Que yo os amo y estoy con vos; y mi caridad, os salva a cada instante y momento; que no os dejo ni un solo instante de vuestra vida, porque yo derramo mi misericordia en vuestro camino, que es el que os señalo con mi luz, para que los creyentes contemplen que aquel que me sigue, está dotado de paz, de pan de vida eterna y de pan terrestre; para que ellos contemplen, que en su propio entendimiento, no han alcanzado a desarrollar el don que vos poseéis; ya que vosotros, sois los dueños de mi paz, los prestos herederos de mi gloria prometida, ¡créalo el hombre o no lo crea!
115 Porque vos, mi pueblo, seréis mi portavoz. Por vuestro conducto me manifestaré entre los increyentes, porque estáis haciendo vuestra, mi palabra; y uno a uno, irá creyendo en mí, irán llegando ante mi enseñanza, y después se convertirán en mis labriegos y me seguirán paso a paso, convirtiéndose después también, en portavoces de mi enseñanza, porque ésta es mi voluntad.
116 ¡Tomad mi fuerza, escogidos muy amados! Tomad de mi efluvio divino: el bálsamo de curación para que con él, saturéis a vuestras materias.
117 ¡Os amo mucho, pueblo bendito de Israel! En mi palabra, os lo estoy diciendo; mas, no solo en palabra os entrego, pues yo me manifiesto en cada instante de cada día; y me seguiré manifestando en esencia espiritual hacia vosotros, en todos los actos de vuestra vida, porque sois mi pueblo privilegiado, mi Hijo muy mimado, mi primogénito, porque en vuestra preparación y vuestro cumplimiento hacia mi Ley os agraciaré; y por vuestro conducto, de Espíritu a espíritu bendeciré y agraciaré a todas las naciones de la tierra y al universo entero, en mi nombre que soy la esencia del amor divino: en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.
¡Mi paz, sea con vosotros!
11. La importancia de conocer la naturaleza
Domingo 24 de enero de 1943
1 ¡Glorificado sea el Padre en el Hijo! ¡Glorificado sea el Hijo, en el espíritu que identificado es con el Espíritu universal! ¡Glorificada sea la humanidad, cuando haya encontrado el secreto en sí misma, cuando haya encontrado su esencia creativa, su potencia espiritual con la que el Padre la dotase y que unificada será con la esencia del Padre universal!
2 ¡Dadme un asiento, sí, dadme un asiento! ¡Pero no ese, ni aquí, dadme un asiento más firme, en vuestro corazón, en vuestra alma, en vuestro ser! Quiero vivir en vuestra alma, en vuestro ser. Yo vengo buscando aquello que es imperecedero en vosotros. Soy la Verdad, que todo lo circunda y lo ve. Quiero vivir en vuestra alma y en mis hijos morar. Busco un asiento dentro de vuestro propio ser, en vuestro espíritu; no pido en el que perece y que puede sucumbir y quemarse en el incendio con las llamas.
3 ¿Por qué buscáis la luz del sol, disminuida en verdad? Buscad los reflejos que son la lámpara votiva de la vida del eterno; y escuchad, hijos míos: lo que he venido a unificar, quedará unificado en la tierra, en el corazón y en el alma de los hombres, que es lo que me sirve y me ha servido siempre de morada.
4 En verdad, os digo: hay en cada corazón un claro arrullo, un reflejo de mi Ser, ya que yo vivo en vos mismo; y vos, vivís en mí vosotros sabéis que yo vivo en la vida de mis hijos y no sabéis la esencia y substancia de esto.
5 Vengo a daros la luz, yo soy la luz en todos los tiempos, de todos los hombres; así me habéis reconocido y me seguiréis viendo así. Esta verdad, va con el primer o, con el segundo y con el tercero; y a unos y otros, los volveré a unificar, para que lleven a todos mis hijos, la Verdad y la luz de Cristo.
6 En estos momentos, os unifico en trilogía, a semejanza de mi trilogía sagrada estaréis siempre unidos para esparcir mi mandato, tal como en el Segundo Tiempo, lo hicieron mis apóstoles; hoy, con el poder del Tercer Tiempo, lo haréis vosotros; pero derramad luz diamantina, raudales de luz derramad, que aquellos también son mis hijos amados.
7 Tenéis la obligación de enseñarles el camino de la Verdad, no sólo con palabras; sino con vuestros pensamientos y vuestras obras, también. Es grande la responsabilidad, de esta misión que he venido a entregaros; ¡es inmensa!, haced que la Verdad brille y no confundáis nunca la luz del saber del hombre, con la luz de la sabiduría divina que os he venido a entregar.
8 El poder del amor divino se hizo carne, para servir a la humanidad de ejemplo. Tomadlo, dejadme vivir en vos mismo, ¿por qué no escucháis mi voz, y queréis opacarla con el ruido de vuestros propios deleites, para que mañana, en el silencio de vuestro dolor, clamar angustiado por aquella luz que hoy rechazáis y que el Padre, os envía con tanto amor?
9 Yo moro entre vosotros, hijos míos y os entrego mi enseñanza, para que llevéis a todo lugar; mi verdad y mi luz de amor que se convertirá en palabra, porque ésta es mi voluntad, porque todos sois mis hijos muy amados, que amo con entrañable amor sacrosanto. ¿Me prometéis derramar el amor por el mundo entero, a aquellos que también son hijos de Dios?
10 Yo no vengo a servirme de los que nombráis “santos” ni de los que llamáis “sabios”, a vosotros os he elegido; y vuestro camino quedará iluminado y pensaréis que amo por igual a todos los corazones de esta perla mexicana y del mundo entero.
11 Habladles de mi amor, habladles de mi ternura, decidles que el mundo es mi casa. Dad amor, sin tasa ni medida, porque yo no os di con tasa mi amor; antes, mucho antes de que el mundo fuera, ya os amaba mucho; mucho, con abundancia; y así, como yo os entrego mi amor, vosotros llevadlo por todas partes, llevadlo por todos los senderos; y si sufrís, acordaos de mí; y si lloráis, acordaos de mí; y si recibís corona de espinas, acordaos de mí, pensad que la humanidad tiene en sí la más grande corona de espinas. Os he señalado para haceros dignos de mí, dignos del Padre Celestial.
12 Hay ricos y hay pobres, hay justos y pecadores; y de estos, hay ricos que no quieren el dolor, ni la morada del bien. Y sin embargo, todos tienen sitio conmigo.
13 Mas llevad la aurora vespertina de anuncio y regeneración a todos; buscad en su alma, la fibra sensible del corazón endurecido; y luego, poned levadura en aquél que no tiene en el corazón un rayo de mi luz.
14 En los seres humanos, hay algo que vosotros no veis: los sentimientos puros para vosotros, eso es imposible; pero ellos, los siente n ya y muchas sensaciones santas manifiestan; y así, todas las emanaciones santas y puras, yo las recibo.
15 Prepararaos ahora, que la tumba de ayer que estaba en vos; se convirtió en el altar de hoy, para adorarme en el mensaje. Hoy, seréis sagrarios del amor sacrosanto; yo os unifico para que llevéis a aquellos, lo que toca a cada uno de los hijos de Dios.
16 Entre vosotros no debe haber diferencia, todos debéis ser iguales; al primer o, al segundo y al tercero os hago responsables de mi obra bendita.
17 El tiempo propicio ha llegado. El Padre así lo quiere e iréis por aquellos caminos y hablaréis a mis hijos, lo que nunca habéis pensado; os entrego mi Verbo, cual grito maravilloso de amor y de luz, y hablaréis a mis hijos amados a la altura de la ciencia y diréis la Verdad y sólo la Verdad; y entonces, os sentiréis por unos momentos en el reino de Dios. ¿Queréis vosotros, que esos momentos se acerquen? ¿Lo queréis, mis amados discípulos?
18 Vosotros me sentiréis internamente y cuando el día llegue, hablaréis mi palabra, que es Verbo sonoro y sagrado con fervor inmenso; y diréis solamente tres palabras: “Padre, Cristo y poder”, y a estas tres palabras, los espíritus obedecerán a la petición de amor pronunciada por vuestros labios. Esa petición se convertirá en algo tan grande, que ni lo habéis soñado; en mi nombre, obedecerán también los elementos.
19 Hablaréis mi palabra a los corazones y esa súplica se convertirá en sagrario del mundo; y la muerte, dejará paso a la luz y en la tierra se hará mi voluntad, como en el celo se hace. Haced la petición, sublime poder tendréis; por la petición, todo lo alcanzaréis por mi amor y yo os bendigo, en el nombre del Padre Celestial.
20 Tendréis con mi Verbo, contacto divino, manifestaréis dulces palabras de amor que jamás habíais pensado expresar, porque yo soy el inspirador de ellas; ya que aún no se seca la fuente de Jacob; y las fuentes de Cristo, nunca jamás se secarán y habrá semilla en abundancia.
21 Seguid por los caminos; que el Cristo puede daros por guía: las estrellas que sirven al altísimo; y por palabra: mi Verbo amoroso. Decid que el Cristo os habla, porque está en el mundo; a todos les diréis, mas si alguno no os escucha, ¡dejadle! Dejad a los muertos que entierren a sus muertos; vosotros tendréis morada, en el reino del Padre Celestial.
22 Sed fuertes, a semejanza mía, que no puede haber demonios que se asemejen a mí; jamás amansaréis fieras, pues hay hombres que parecen fieras y fieras que parecen hombres; porque las fieras madres, quieren a sus hijos y hay aun humanos peores que las fieras.
23 Mas, a todos les diréis que el Cristo, no se ha apartado de la tierra, porque aquí tengo mi luz, porque aquí tengo mi amor. Les diréis que sí existo, que a aquél al que le habéis quitado la vida en la cruz y clavado de espinas, sólo fue el cuerpo de Jesús, sagrario de carne que se entregó en el Cristo, que dejó grabada su forma en cuanto a Jesús, en el blanco seno de la madre naturaleza.
24 Vosotros diréis que nunca os he dejado abandonados, diréis que estaba quieto, esperando que me sintierais; que estaba yo en vuestra alma, llamándoos siempre con voz amorosa, que os llamaba siempre; y vos, no me sentíais, ni oíais; y ciego y sordo, volvíais a apartarme; y que yo, os esperaba, paciente, lo mismo que ahora; y al Cristo de siempre, decíais: “volveré mañana”, y yo os esperaba; y vos siempre me prometíais: “mañana”, y volvíais a decirme: “mañana”, y el Cristo, el siempre negado, os esperaba y os amaba.
25 Y diréis que el Cristo, ilumina la tierra; que el Cristo, ya no se acerca como el hijo de María; sino que morará vivo, lleno de excelsitud radiante, cual fuego sagrado; que morará en Espíritu y verdad, y quiere por tabernáculo: la conciencia de los hombres que moran bajo el sol.
26 Yo soy la luz que sale al encuentro del ser humano. Doy la bienvenida a los corazones y a las mentes. He venido para ayudar al hombre en su evolución, en su redención. Vengo a la humanidad, para enseñarle, para eso soy del mundo el Maestro, no del día; sino de los siglos. Vengo a hacer que los hombres, se amen los unos a los otros; y que en las escuelas espirituales del conocimiento de la vida eterna, necesarias para todo aquél que anhele su perfeccionamiento, vaya preparando su vida eterna, enalteciendo su conciencia, viviendo la vida de buenas conductas, la vida en manifestación de virtudes, desarrollando sus poderes internos para vivir una nueva vida llena de salud mental, de orden perfecto y de dicha, utilizando las fuerzas del espíritu sobre la materia que será vivificada y purificada.
27 Cuando el ser humano tiene fuerza espiritual, todas las palabras brillan en sus labios, porque son del espíritu, que es Espíritu Santo, ya que vuestro espíritu purificado, forma parte del Espíritu Santo; vos, que sabéis de esto, entrad en el simbolismo oculto de la frase. Si entendéis: estudiad y comprended que soy el Maestro que os habla a través del alma, alimentándola con la substancia espiritual, con la esencia de mi amor que es luz para vuestro entendimiento.
28 ¡Ah, párvulos de Cristo! Os recibo, amados míos que estáis cansados de sufrir y de encontrar en la vida al maestro dolor. Pequeños que venís a investigar, abrid vuestro entendimiento para que me comprendáis en esta enseñanza de amor espiritual.
29 He venido en este Tercer Tiempo, y ¿cómo os encuentro, amados míos? Preocupados, buscando vuestra suerte en los astros, creyendo vuestro destino en ellos; mas sabed que por encima de los astros, aunque pudieseis estar leyendo la influencia de ellos, hacia los hombres; debéis de saber, que por medio de toda esa influencia y encima de los astros, está siempre la voluntad de Dios.
30 El hombre que está unido al amor, tiene la facultad de amar y por el mismo amor espiritual, unido está en armonía con todos los seres de la creación; puesto que el efluvio del amor divino, rige los astros en su exacto equilibrio. Es el amor, el que da la suavidad de la armonía. Es el amor, el rey de la creación.
31 No olvidéis, amados míos, que sois el hijo del Padre Celestial, del Padre omnipotente, del Dios único, absoluto y eterno, del sabio entre los sabios. Mas, es su voluntad que el Verbo Divino venga a vosotros con un mensaje de paz y de ternura, de sabiduría y de amor. Vengo a vos, para que dejéis de consultar los arcanos que os son vedados. Consultad vuestra conciencia, que en ella está vuestro pasado espiritual; ahí, encontraréis mucho qué aprender, tanto de las causas como de los efectos.
32 Escuchad, amados míos, atended a mi palabra, fijaos en la esencia de cada frase, en la fuerza vibratoria de ella; tratad de comprender; entrad en silencio interno, y oíd mi mensaje:
33 Con lo que la humanidad ignora, se puede formar un universo nuevo, lleno de sabiduría y amor. Con lo que la humanidad conoce, se formaría tan solo un mundo muy pequeño, de poca luz espiritual. Es más lo que ignoráis, que lo que sabéis. Os falta saber, amados míos; os falta sentir el amor, os falta conoceros a vos mismo en la grandeza del espíritu que mora en cada uno de vosotros.
34 ¡Humanidad mía, despertad a este torrente de claridad, a este canto a la vida eterna! Despertad, para que recibáis, abriendo cual pétalos de una flor, vuestro entendimiento espiritual, vuestras facultades internas, a este rocío celestial, a este mensaje dulce del amor que es para el mundo entero.
35 Comprended esta doctrina, con esencia y substancia del Espíritu de amor. Doctrina, que Dios quiere que esté en éste mundo como una luz que guía, como una esperanza, como una antorcha del porvenir de la humanidad. Doctrina, que Dios permite para la orientación y salvación de todos los seres, estén en cuerpo o en alma.
36 Es parte de la obra magnífica del Padre Dios, esta doctrina de amor divino; mi doctrina espiritual: es la doctrina que Dios ha mandado a este mundo para que sea la guía mayor de todas las doctrinas.
37 Humano: ¡conoceos a vos mismo! Para que al conoceros os sintáis en espíritu, verdaderamente el Hijo del rey que protegerá al mundo con protección amorosa y espiritual.
38 De cierto, mi amor sempiterno es, porque es el amor del Padre. Mi voluntad es una con la del Padre. Mi conciencia, es una con la del Padre. Mi mente es una con la mente del Padre Celestial. Lleno estoy con el Padre y el Padre es por mí, y los dos os esperamos, pueblo amado, para que forméis la trilogía con nosotros, después de dualidad y al fin: la unidad. Os esperamos, pueblo amado, esperamos vuestra alma purificada, esperamos vuestro espíritu brillante para que penetréis en la corriente de vida verdadera; y vos a la vez, vitalicéis a vuestros hermanos, guiado por el Espíritu grande, por el Espíritu mayor que os convertirá en protector de los seres de la tierra.
39 Fortificad la esperanza, espiritualizad la mente y la voluntad; y así, haréis luminoso el pensamiento.
40 Mi obra, es la luz primer a; y vuestra obra, la segunda luz. A la primera, se unirá la segunda; y así, esta obra brillará y vendrá la salvación de la humanidad.
41 La palabra y la obra están en el mundo, humano, ya que yo dirijo la palabra a aquellos que me escuchan, y unidos formamos la obra.
42 Ahora, la palabra está para que la paséis por vuestro corazón, por vuestro entendimiento y la comprendáis espiritualmente; y cuando vuestras obras sean, como las mías, seréis el dueño de las tres llaves del reino. La llave del amor, os costará trabajo adquirirla; lo mismo, que la del conocimiento; la del poder, sólo se adquiere por las dos primeras; y con ellas tres: vuestra grandeza espiritual.
43 Ya veis, amados míos, ¡cuánto tenéis que trabajar espiritualmente! Porque vuestro espíritu quiere redimir, no sólo a vuestro corazón; sino a vuestro cerebro y hasta las células de vuestro cuerpo. Vuestro espíritu quiere trabajar y moverse; quiere resurgir con sus resplandores, ya que dentro de vos, humano, está la luz verdadera depositada en vuestra conciencia.
44 ¡Conoceos a vos mismo! ¡Elevaos! ¡Oh! Hijo del rey. Sentid que sois espíritu y no os afinéis a la influencia de la materia, que está en pecado y contaminación. Limpiadla en vosotros mismos, no os hagáis como vuestros semejantes, compañeros en pecado y contaminación.
45 No tengáis culto ni adoración por ninguna forma; adorad a vuestro Padre Celestial en Espíritu y en verdad. Desechad las vanidades de este mundo, por lo que son: vanidades, que sólo sirven para opacar vuestro espíritu, el que se avergüenza y se entristece, cuando vuestra materia, vuestra parte inferior, trata de sentirse grande. Vuestro espíritu, sabe que la humildad lo engrandece.
46 El espíritu es el que sostiene al hombre físico, y no hay ninguna otra fuerza, además de su fuerza natural, que lo anime. él es vuestro verdadero Ser.
47 A medida que el ser humano se conoce a sí mismo, aumenta sus riquezas espirituales, y llegará más tarde a ser tan poderoso que los grandes potentados en la tierra, en comparación con él, serán demasiado pobres; ya que la riqueza material puede ser destruida por alguno de los elementos conocidos que arrasan todo lo material y pueden hacer que desaparezcan una o más naciones, si así dispusiese la Ley. Los caudales materiales del ser humano, no pasan al espíritu, y sí son cadenas que le aprisionan al materialismo vuestro espíritu, debe anhelar la riqueza verdadera, que eternamente será vuestra. Entended, que lo material es ficticio; lo verdadero, es lo espiritual que es eterno, invulnerable e inmutable.
48 ¡Pobre potentado de opulencia material, visto ante la realidad sin velos! Mas, en el reino eterno de lo espiritual, sabe que la presencia del Padre, vive en él; que la presencia del Cristo, en él, es una fuente oculta de tesoros, de secretos maravillosos que no ha querido reconocer ni sentir; sabe, que en esa fuente está la salud, el poder, la sabiduría, el amor, la fuerza, la belleza, la felicidad, la paz profunda, la dicha imperecedera; todas las riquezas del Espíritu, tienen en abundancia. Así pues, los ricos materiales de este mundo; en aquel sin materia, serán menesterosos, ya que despreciaron, sus verdaderas riquezas espirituales. A multiplicar su tesoro espiritual viene, ese es su destino espiritual evolutivo: encontrar su tesoro oculto, en el descenso; y volver después, poderoso al Padre, que le ha dado de su substancia, de su esencia.
49 Todo lo que el Padre Celestial, tiene en grandeza; en pequeño, lo tiene el espíritu del hombre; en comparación con el Padre, pero en grande, en comparación con el humano.
50 ¡Pobre criatura! Pero muy amada en Cristo, voy a referirme a vos que a veces estáis escaso del pan espiritual. ¿No os gustaría ser rico no con riqueza ficticia, material; sino con la riqueza verdadera que es la riqueza del Espíritu ?
51 En verdad, os digo: rico es el que se conoce y sabe de los tesoros ocultos que posee y puede aprovechar. Ahora vengo a haceros: rico, libre, brillante, poderoso y fuerte.
52 ¿Queréis seguir mi consejo? Dejaos guiar por vuestro espíritu y seréis el señor de los poderes.
53 Voy a explicaros por qué: ¿queréis sabiduría? Dentro de vos mismo, está gran parte de ella; sólo necesitáis saber extraer, lo que internamente ya tenéis. ¿Queréis ser poderoso? Dentro de vos mismo, están los poderes espirituales. ¿Queréis ser bello? Dentro de vos, está la belleza espiritual. ¿Queréis salud abundante? En vos mismo está, sólo necesitáis llamarla. ¿Queréis viajar por el mundo? Pues viajad por el mundo, por las estrellas que son mundos, viajad por el cosmos, conoced el universo; con el pensamiento, remontaos al espacio infinito y conoceréis de las creaciones bellas; y entonces, ya no habrán muchos secretos para vos.
54 Sólo vuestro espíritu, utilizando su alma como vehículo espiritual, podrá transportarse a planos de sublime felicidad; cuando con vuestra alma purificada, anheléis vivir en las más altas esferas de la espiritualidad.
55 Ya os he dicho, amados míos: que vuestro espíritu es enormemente más grande, que vos, con vuestra mente humana; que la presencia del Cristo, es inmensamente más grande, que vuestro espíritu; y que el Espíritu de Dios, es inmensurablemente más grande que vuestro espíritu; y que Dios, el Ser Supremo y Padre Celestial, es inmensamente más grande que mi esencia espiritual, puesto que yo soy su esencia de amor divino.
56 Medid la grandeza, en grados de grandeza; y sentid vuestro espíritu, más grande que vuestra forma. Mi esencia es más grande que vuestro espíritu; y más pequeña, que el Espíritu del Padre Celestial. Comprended de la grandeza, sus niveles y el desarrollo del espíritu; y ved, lo que alcanza en potencia. Entended: lo que valéis, lo que podéis y debéis Ser.
57 Vuestro destino espiritual, es: escalar, obtener lo que era vuestro, internaros en los dominios de las sutilidades y alcanzar las luces apagadas en el descenso mas, tenéis que llegar a ser deidad: Hijo de Dios tenéis que uniros al Padre; y ser vehículo de la armonía universal; brillar, como una estrella en el firmamento; sentir la dulce dicha, la felicidad, de ser un hijo de Dios.
58 Volved a ser lo que erais: espíritu de alma pura y brillante a esto, tiende mi doctrina santa, dimanada por Dios para la conquista de las almas estancadas, para darles la parte que les corresponde; para que vuelvan a ser, lo que antes eran; mas, como Dios, ¡jamás!
59 Volverán a ser las almas puras, grandemente bellas, inmensamente brillantes; mas, como el Padre Celestial, ¡jamás! Y se unirán al Padre Celestial que es vuestro Padre.
60 Al Padre de todo lo creado, debéis amarle, pequeños míos, sentirle; pero compararos con su grandeza, ¡jamás!
61 Los hombres de la tierra, pueden conocer todo lo que vale y brilla un espíritu; pero el espíritu, jamás puede conocer, todo lo que es el Dios omnipotente.
62 Yo, Cristo, amo al Padre, lo admiro; pero de cierto, amando y admirando al Padre, os digo: no hay mente que comprenda al Padre sólo Dios conoce a Dios Cristo es conocido por Dios y se conoce a sí mismo. Cristo conoce a los espíritus, con cuerpos o sin ellos; por eso, amados míos, repito: sólo Dios conoce a Dios, Dios conoce a Cristo y Cristo se conoce a sí mismo.
63 Yo, Cristo, me conozco en mí mismo; mas la humanidad, no me conoce ni se conoce a sí misma; pero llegará a conocerse y entonces se convertirá en una legión de ángeles.
64 El Espíritu de sabiduría prevé las necesidades de la congregación que busca, que clama y necesita descansar de los libros que lee, para escuchar algo del Espíritu de verdad; mas, cuanto yo digo: escrito quedará ¡escrito queda! Y los hombres, lo podrán leer.
65 Cuando el hombre no alcanza en las escrituras humanas a comprender la Verdad, porque no la encuentra, recurre a las escrituras filosóficas espirituales. El ser humano escribe lo que comprende hasta donde su mente alcanza, mas yo os digo: en el humano, hay un: hasta aquí más, el ser, como espíritu, no tiene: hasta aquí no tiene límite, su alcance va más allá, sigue adelante.
66 Al espíritu que se conoce a sí mismo, no se le niega el saber en la parte científica, en las grandes luces del espíritu, donde encuentra la sabiduría que le hará llegar a la cumbre donde el humano no puede llegar con sus prejuicios, con esa carga egoísta, con la vanidad exterior de ese falso yo, de la carne.
67 Vuestro espíritu es el verdadero yo, el verdadero ser y sólo él comprenderá de las verdaderas luces celestes de la sabiduría.
68 Cuando el hombre se conozca a sí mismo, hará con su pensamiento, creaciones en el alma y en el cuerpo de los enfermos, con la fuerza del pensamiento espiritual. El enfermo moral puede sanar; si sufre, sanará con un conjunto de pensamientos espirituales.
69 Aprended a curaros a vos mismo, con vuestro propio poder espiritual; porque el Padre Celestial quiere que estéis sanos.
70 Vengo a abriros los ojos del entendimiento, párvulos de Cristo; vengo a hacer que gocéis a través de vuestro propio conocimiento; porque mientras estéis materializado como estáis, pensando que sois la forma, en que sois: francisco, miguel o José, en que sois aquél del nombre que lleváis estáis encadenado por vuestras propias creaciones de personalidad humana; mas os libertaréis cuando digáis: yo soy el verdadero Hijo espiritual de Dios.
71 Cada espíritu tiene solamente el nombre que Dios, en el silencio de su Ser le ha otorgado como su hijo; y se identifica, por su manifestación, de la potencia de sus dones y virtudes espirituales.
72 ¡Espíritu eterno, conoceos a vos mismo; desechad el materialismo; libertaos usando vuestro yo superior como dueño de vuestra personalidad!
73 Yo, el Cristo de Dios, vengo a ayudar a vuestro verdadero ser, a liberarse. Vengo a ayudaros, amados míos, para que os encontréis a vos mismo.
74 ¿Queréis buscar y encontrar el tesoro oculto, los poderes ocultos que están en vos mismo? Cristo os ayudará.
75 No os dejéis vencer por las enfermedades, porque entre más sintáis que sois personal, más dolores sentiréis.
76 También eso que vos llamáis mala suerte, es lo que por vos mismo os atraéis, con vuestro propio pensamiento.
77 Si sabéis que la vida material es ficticia, no os afligirá la muerte, porque la muerte es solamente: la vida o animación que cesa en la materia, mas vuestro espíritu vive la verdadera vida: la vida eterna.
78 Hay un silencio en el cual, el espíritu del hombre, puede encontrar a su Dios; en él está la fuente de la sabiduría; y todos los que entran en él, se llenan de sabiduría, de amor y de poder.
79 Ese silencio, no es algo circunscrito; no es un lugar cerrado con murallas o rodeado de precipicios, ni está guardado por la espada del hombre. Los seres humanos llevan constantemente con ellos, el lugar secreto en el que pueden comunicarse con su Dios y Maestro.
80 No importa, donde se halle el ser humano: si en la cumbre de las montañas o en los valles profundos, en los emporios del comercio o en la quietud del hogar el hombre, puede inmediatamente y en cualquier instante, abrir de par en par la puerta y hallarse en el silencio interno, hallarse en la casa de Dios; ella está dentro del alma universal.
81 El ser humano puede evitar, ser molestado por el ruido de los negocios y por las palabras y pensamientos de los demás, yéndose enteramente solo a algún valle o a un lugar de la montaña. Y cuando las graves preocupaciones de la existencia humana os oprimen bajo su peso, es excelente que salgáis a buscar un lugar quieto para meditar.
82 El silencio interno, es el reino del alma universal; el cual, es invisible para los ojos materiales.
83 Cuando se está en el silencio interno, puede suceder que pasen ante la mente, visiones o formas fantásticas; mas, todas éstas, están subordinadas a la voluntad; el alma maestra, puede hablarles y desvanecerlas.
84 Si vos, queréis encontrar este silencio del alma universal, vos mismo debéis prepararos el camino. Solamente los puros de corazón, pueden entrar en él.
85 Vos debéis desechar toda tensión de la mente, toda preocupación por lo material, toda clase de temores, toda duda, ruidos y pensamientos de inquietud. Vuestra voluntad debe de absorber, a la voluntad divina; entonces, entraréis en una conciencia de santidad. Entonces estaréis ya dentro del santo lugar; y veréis sobre un tabernáculo viviente, la flama del Maestro, encendida.
86 Y cuando vos, la veáis arder allí, mirad profundamente dentro del templo de vuestro cuerpo y lo veréis, todo iluminado. En cada parte, desde la cabeza hasta los pies, hay candelas, todas en sus lugares; que sólo esperan, ser encendidas por la flamante antorcha del amor.
87 Y cuando vos, veáis todas las candelas encendidas, os bastará mirar y veréis con la vista espiritual o las pupilas del alma: las aguas de la fuente de la sabiduría que manan abundantes y vos podréis beber de ellas y allí permanecer.
88 Y entonces, las cortinas se apartarán; y ¡he allí! Que vos estaréis en el santo santorum, en el lugar santo más íntimo del templo, en donde descansa el arca de Dios, cuya cubierta es propiciatoria. ¡No temáis levantar la sagrada tapa! Las tablas de la Ley divina, están ocultas en el arca. ¡Tomadlas! Y leedlas bien, porque en ellas, están contenidos todos los preceptos y mandamientos que los hombres siempre necesitarán.
89 Y en el arca del templo, la vara mágica de la profecía, yace en espera de vuestra mano. Ella es la clave de todos los ocultos significados del presente, futuro y pasado. Mas, observad bien y contemplad también el maná que allí se encuentra, es: el oculto pan de vida y aquél que de él coma, no morirá jamás.
90 Los querubines, han guardado esmeradamente para cada alma, esta arca de tesoros; y todo aquél que quiera, puede entrar a su templo interno y hallar lo que por derecho le corresponde.
91 Venid a mí, ¡oh! Almas; y no os sintáis débiles, porque la fuerza que os sostiene es la del espíritu que está en vos mismo. Yo haré que él domine vuestra materia en esta existencia humana. Mas si vos, me amáis, amad a los demás; y os iréis dominando en vos mismo, y sentiréis la dicha de que vuestro espíritu, os guíe en mi camino.
92 Amad, como Cristo os ama. Amad su doctrina que es como el Verbo, luz potente, brillante y es además, promesa y consuelo, que brilla ante vuestra mente que necesita luz.
93 En esta noche de sombras, traigo luz para alumbraros, ¡oh! Ser humano; ésta os dará fuerza en vuestras tristezas y desmayos, porque necesitáis fuerza y sostén. Yo os traigo la llave con que abriréis todos los arcanos; llave es, con que abriréis los reinos; mas esa llave, sólo el espíritu la puede poseer. ¡Sentíos espíritu! Para que podáis poseer, la llave de la sabiduría que lleva en sí el amor santo y el poder espiritual.
94 La ignorancia, es la causa de las debilidades y hasta del crimen, del desamor y de las bajas pasiones. Quien se conoce a sí mismo, no empequeñece jamás su espíritu, no mancha su blancura de alma ni la rebaja por la acción egoísta del que no sabe.
95 Debéis de pensar muchas veces, antes de hablar y de actuar. Antes de decir una palabra o actuar, pensar siete o más veces lo que vayáis a decir o hacer. No hagáis mal, a vuestra propia alma. Así, el que causa lágrimas o dolores a sus semejantes, les hiere; y al herir, se daña a sí mismo y lastima al Cristo, que oculto está en su semejante y en él mismo.
96 Pensad estas revelaciones, vos que sabéis que estáis en este mundo, mas no sabéis si al día siguiente estaréis fuera de él. Ninguno sabe la hora en que tiene que marcharse. Tened cuidado, no llevéis demasiada carga de culpas en vuestro ser.
97 ¡Ay! De aquél que estorbe mi doctrina mandada por Dios a la tierra, porque puede entrar en la Ley de causas y efectos, y entrar, por su propia obra negativa.
98 No estorbéis a los que vienen a escuchar la palabra divina; sabed que: el que intente estorbar mi doctrina de amor, se opone a la voluntad de Dios.
99 En verdad, os digo: el ser encarnado y el desencarnado, tienen vida interna y necesitan conocerse.
100 De cierto, os digo: las pasiones humanas y los vanos poderes de la tierra, destruidos serán por su propia rebeldía, por oponerse a los dictados de la voluntad de Dios.
101 Yo, Cristo, no vengo a hacer algo que no sea la voluntad del Padre, y soy uno con él en la actividad sobre el haz de la tierra.
102 Mi obra universal, será para todo aquél que la busque, porque ésta es mi voluntad.
103 Pensad bien lo que hacéis y pensad mejor lo que determináis, no después tengáis que sufrir la consecuencia de vuestras propias faltas. Y si hoy, tenéis falsa personalidad humana, no sabéis cuando entregaréis cuentas a Dios.
104 Tened para vuestros semejantes, toda la tolerancia, todo el amor; amadles como yo os amo, bendecidles como yo os bendigo, perdonadles como yo os perdono; y pedid al Padre Celestial, por todos, para que no caigáis en la red de causas y efectos, por el erróneo uso de vuestro libre albedrío.
105 No busquéis la Verdad, en los libros de los hombres; buscadla en vuestro interno, en lo espiritual. Dejad actuar a vuestro espíritu, para que se engrandezca en verdad; educad vuestra mente, en causas nobles; y vuestro cuerpo, en una conducta recta.
106 ¡He aquí, al Maestro de maestros, enseñando a sus parvulitos! Afanándose por amor a ellos, para pasarles a planos superiores, después de que hayan aprendido la iniciación; ampliándoles la enseñanza espiritual, que es luz, en las tinieblas de su corta evolución.
107 Extraed la luz que existe en vuestro interno, ella está en vuestro propio ser, puesto que en el espíritu está la luz que ilumina vuestra senda de peregrinaje evolutivo.
108 Extraed energía de los depósitos universales, o extraed energía de la fuente sagrada que en vos mismo existe como herencia divina. Todo lo que necesitáis, está a vuestro alcance, para vuestro servicio y para servicio de los demás. Alcanzad, amados míos, a conquistar esta dicha, esta gloria, esta esperanza, por el amor al Padre, a Cristo y a vos mismo.
109 Os he hablado, amados míos; he dado alimento, a vuestro espíritu; vuestra mente, ha captado la esencia espiritual; vuestro corazón, me ha sentido. He levantado vuestra moral caída, y os he dado enseñanza para estudio y preparación para el más allá de la carne. Empezad a sentir cómo Dios alumbra vuestro interno, en todos los actos de vuestra vida.
110 Pueblo amado, seguidme; voy delante de vos; yo os conduciré por el camino espiritual de las altas moradas.
111 ¡Sentid que Dios, está en vos mismo: en la alta conciencia, en la alta mente espiritual, en la voluntad superior! Pensad que Dios, está en toda la humanidad.
112 Cada uno lleve con paciencia, la cruz de su calvario labrada por sí mismo; y no permitáis que os guíe el maestro dolor; seguid al Maestro amor, que os hará feliz y digno de la mirada del Padre Dios.
113 Bendita sea la experiencia en el pecador, que hace grande, fuerte y noble a su alma; ya que la experiencia, fortifica la voluntad del ser humano y le enseña el camino del amor santo.
114 Buscadme, mis amados, en el impersonalista, en aquél carente de personalidad humana: en el humilde, en el manso, en el noble ahí me encontraréis. Yo soy el, Maestro amor; buscadme, amados míos, en el santuario interno de vuestra propia alma, ahí me oculto yo, hasta que vos me manifestéis, en acción de dulce amor.
115 ¡Amaos los unos a los otros! ¡Gloria a Dios en este día de gracia espiritual y por toda la eternidad! ¡Gloria a Dios, en la alta conciencia del ser humano! ¡Paz en el alma, amor en el corazón y luz en las mentes humanas, que siente n a Dios, dentro de su propio ser! ¡Qué la luz de Dios, sea percibida por todos!
¡Mi paz, sea con vosotros!
12. El abandono de las teorías, costumbres y saberes terrenales
Domingo 14 de febrero de 1943
1 ¡Bienvenido seáis, Israel! ¡Bienvenida seáis, multitud, que en el Tercer Tiempo os levantáis incansable para buscar la huella del Divino Maestro! El rabí de Galilea, viene trazándoos el camino; y vos, pueblo bendito, os levantáis cumpliendo el juramento que habéis contraído ante mi divinidad.
2 Nuevamente os aposentáis al banquete, nuevamente os aposentáis bajo la sombra del árbol corpulento, a recibir su sombra que os da vida, que le da frescura a vuestro espíritu y le hace recordar el más allá que le espera.
3 Le hace recordar a vuestro espíritu, que un día no lejano, habrá en la eternidad un descanso infinito, en donde no habrá un instante de imperfección para vos, donde no existirá ninguna pena para vuestro espíritu y sólo contemplará la dicha que siempre habéis despreciado y que no habéis llegado a comprender, porque no la habéis podido reconocer, porque no la habéis podido contemplar con los ojos de la materia y por eso dudáis de ella, por un instante; pero esa dicha, está muy cerca de vos, de esa dicha seréis vosotros poseedores, porque es mi voluntad que todos la posean, ¡créalo el hombre, o no lo crea!
4 Sí, pueblo de Israel, vais a ser el poseedor de la dicha; mas de cierto, os digo: ¡levantaos, imitadme en el camino, sed cual el fiel soldado que en este sendero espiritual, no perdáis la fe y la confianza en vuestro Dios no perdáis la esperanza, ya que por largo tiempo la habéis dejado extinguirse de vuestro corazón, porque la maldad de este mundo, os atrae; estáis atado a las cadenas del pecado, que siempre os va arrojando a los caminos del vicio.
5 El camino está sembrado para vos, de espinos y de abrojos; el océano lo contempláis presto a vuestra planta y por instantes os sentís perecer en él, por vuestra propia iniquidad y vuestros pecados; por eso os habéis alejado de mí y cuando contempláis que el sendero de vuestro Dios, se borra por un instante para vos y se levanta el sendero de espinos, os preguntáis para sí: ¿acaso éste será el camino? Y ¡he aquí, pueblo bendito! Siempre existe para vosotros, la voz del Maestro, que está aconsejando a vuestro espíritu, porque siempre estoy presto cual pescador de almas, atrayendo con mi mano poderosa a todo espíritu, al camino de luz, al sendero de la Verdad, al que no conoce, al que tantas veces se ha ocultado de vuestros ojos.
6 Aquí estáis en el camino, estáis delante de vuestro Dios, ¡créalo el hombre o no lo crea! En este instante, me preguntáis en vuestro corazón: ¿eres el Maestro, el que estás entre nosotros? Y el Maestro, os contesta: sí, soy yo, en Espíritu y en verdad el que delante de vosotros me encuentro, para conversar con vuestros espíritus, para darles mi caricia paternal, para darme a conocer entre vosotros como amor, como luz, como fuente de sabiduría infinita, como raudal de agua cristalina que se derrama en vuestro corazón y le limpia, le prepara y le hace sentir un átomo de la vida que le espera: la vida espiritual.
7 Voy a hacerme reconocer entre vosotros, voy a abrir una vez más el libro que en vuestras manos le encuentro cerrado, del cual no os habéis preocupado y cual incansable parvulillo penetráis delante de vuestro Maestro, esperando que nuevamente yo os dé a conocer la sílaba que habéis olvidado, que os habéis olvidado de la enseñanza sagrada de vuestro Maestro, que los hombres la han borrado y que sólo han querido hacer penetrar en vuestro entendimiento, sus teorías, sus falsas enseñanzas. Hoy, vengo a rescataros con mi verdad, vengo a invitar a vuestro espíritu a que se siente a mi diestra bendita y saboree del banquete que es mi palabra.
8 El pan, es la voz del Maestro que deja penetrar en vuestro corazón y que vos mismo sabéis apreciar el valor de mis palabras; y hacéis que vuestro espíritu, se espiritualice en el camino y que sienta mecerse en el regazo del Maestro. Que vuestro espíritu sienta que el mundo lo abandona y que los brazos del Maestro, le esperan. Mi regazo quiere estrecharlo y hacerle olvidar que vive en el mundo. Vuestros espíritus, han contemplado que en este día de gracia, vengo a hacerles sombra y a hacerme sentir muy cerca de vosotros, porque a mí me pertenecen.
9 ¡Créalo el hombre o no lo crea! De mi seno habéis brotado, humanidad; de mi regazo nacisteis cual espíritus limpios y puros que mandé a la tierra, para tomar envoltura; y los días pasaron y los años transcurrieron, y en ese tiempo, manchasteis a vuestra alma y confundisteis vuestro espíritu; pero el Maestro, que ha contemplado que las gracias dadas en vos, las habéis perdido, presto me presento entre vosotros para rescatar a los espíritus; y en ese tiempo de gracia, darles la vida que han perdido, daros el valor y la luz que habéis dejado opacar en el fondo de vuestro corazón, al cual no encuentro todavía convertido en un santuario, porque los espíritus trinitarios han dormido en el Tercer Tiempo; y el candelero que en sus manos he puesto, así como la antorcha que siempre está derramando rayos de luz, no la han dejado penetrar en su corazón.
10 Los trinitarios se han recostado a dormir, escondiendo la insignia que el Padre, les ha entregado; y el Maestro, siempre desciende entre los hijos para ratificar su palabra y con mimos despertar a vuestro espíritu, y decirle: pequeño, ¿por qué habéis escondido la insignia que el Padre, os ha dejado para que os deis a reconocer delante de los hombres, como el fuerte del Tercer Tiempo? ¿Por qué no os habéis dado a conocer entre las multitudes, cual siervo de mi divinidad?
11 Sois mi discípulo, sois mi apóstol; y mis apóstoles del Segundo Tiempo, me siguieron y doquiera que posaban su planta, la Verdad de mi palabra, entre los hombres profetizaban. ¿Vos qué habéis hecho de la palabra que el Maestro, os ha entregado por conducto de los portavoces que ha preparado? ¿Qué habéis hecho de mi Ley, que os he entregado por conducto de los entendimientos de que me estoy sirviendo en el Tercer Tiempo?
12 Habéis dormido, Israel el Padre, contempla, que es pequeño vuestro trabajo, que los graneros vacíos todavía se encuentran; y los labriegos, no han sabido sembrar las parcelas, no han sabido sepultar la semilla que les he entregado, para que éstas germinen en el Tercer Tiempo.
13 Esa semilla, pueblo bendito, la que a cada uno de vosotros he entregado, es: mi palabra comprended que os estoy hablando en sentido figurado, que os hablo en vuestro propio idioma y en una forma clara y extensa, para que me comprendáis, para que analicéis mis palabras y con vuestro entendimiento sepáis dar lucidez a mi voz bendita que os estoy entregando.
14 ¡Quiero estar muy cerca de vos! En este día de gracia quiero que cada uno de vosotros, al levantar vuestra planta, os sintáis fortificados con la fuerza que el Maestro va a dejar en vosotros, para que ninguno sintáis temor al camino de la lucha que os espera; porque el Maestro, os dice: ved que a pruebas estáis siendo sometidos en el Tercer Tiempo. Mirad, pueblo bendito, en cuantas formas el Maestro, ha permitido que seáis probados en vuestra fe.
15 ¿Acaso porque habéis sido probados en la fe de vuestro corazón, me habéis desconocido? ¿No estáis conforme, con que el Padre, haya permitido que hayáis sido tocados en vuestro corazón? Y me decís: ¡hágase y cúmplase tu voluntad, Maestro divino! ¡Bendito seáis, que alerta en este instante os encontráis, escuchando la voz y el mandato del Maestro! Voy a dejaros una vez más, preparados, para que podáis seguirme.
16 En el que ha penetrado por primera vez a mis casas benditas, nacerá en su corazón el deseo de volver a escuchar mi palabra; y si en este día, todo aparece ante vuestros ojos como un misterio, de cierto os digo: mi obra es infinita pero es comprensible; es sabia y llena de amor, por eso no me podéis comprender en este día; pero si vos perseveráis, llegará el instante en que comprendáis esta palabra, porque ésta es mi voluntad.
17 Pueblo de Israel, el Maestro, os dice: entregando me encuentro el misterio de mi palabra, en el Tercer Tiempo; pero los hombres, no me han podido comprender. Todavía no hay un hombre que dé ejemplo de humildad delante de las multitudes, ni dé enseñanza como la que yo os estoy entregando. No ha encontrado el Maestro, un entendimiento plenamente capacitado, para servirse de él.
18 Mirad: que si el Maestro no estuviese poseído de la facultad espiritual de estos portavoces, ¿qué podría entregaros un portavoz, fuera de su éxtasis espiritual? Aun teniendo el don de la palabra, ¿qué podría entregaros, en su estado humano normal? Casi nada, mi pueblo, ya que son entendimientos torpes, de los cuales me estoy sirviendo; son cerebros que no están preparados con ninguna ciencia en la tierra. Son entendimientos tan solo capacitados espiritualmente para recibir la fuerza del Maestro, la luz de mi divinidad y transmitirla por sus labios, para que esta luz se convierta en destellos para la humanidad; y hable yo, por medio de estos labios, palabras grandes al espíritu; palabra de sabiduría infinita, que se derrama desde mi alto solio para dejar convencidos a los corazones rudos del Tercer Tiempo, a los corazones que están confundidos, a los corazones que se encuentran convertidos en rocas; y que en esas rocas, no ha penetrado un cincel que los pueda pulimentar.
19 Mas, de cierto, os digo: hoy en el Tercer Tiempo, ha venido la mano del arquitecto universal, a depositar en vuestros corazones, el cincel, para convertir de las rocas: corazones sensitivos y edificar en ellos: santuarios en los que me estoy derramando, en los que estoy depositando mi verdad, mi enseñanza y donde estoy haciendo templos, que sólo se encuentren preparados a la llegada del Maestro.
20 Como en el Segundo Tiempo, en que grandes multitudes se levantaban buscando al Maestro en los templos, para darles mi enseñanza; así hoy, la humanidad buscará a los corazones preparados, a los elegidos del Maestro, para que los conduzcan al camino verdadero.
21 Pueblo bendito de Israel: ¡bienaventurado el que en este día de gracia, se ha levantado al cumplimiento de mi doctrina, sin haber recibido todavía una prueba en su camino! Porque de cierto, yo encuentro en vuestro corazón un átomo de fe, tan pequeño como el grano de una mostaza; mas, ya hay fe en vuestro corazón y de ella me sirvo y la hago crecer en este día. Yo multiplico vuestra fe; y seréis uno de los que apacentándoos en el camino de la Verdad, quedaréis en el Tercer Tiempo, porque ésta es mi voluntad.
22 Mirad, mis hijos, que la hoja del árbol no se mueve sin mi voluntad; ninguno de vosotros, puede hacer lo que su voluntad le indique, porque antes está la mía; y he aquí, que habéis creído que tan solo por la casualidad habéis llegado en este día de gracia a este recinto que lleva por nombre: “la fe” en donde tantos prodigios el Padre, se encuentra derramando; nombre, que ya resuena hasta las naciones extranjeras, de cierto os digo, Israel amado: el Recinto: La Fe es el árbol; y sus frutos, son los que están siendo derramados en las comarcas y estos frutos, son: de amor, de fe y de benevolencia y se están multiplicando. Este nombre, será reconocido por los hombres de la tierra.
23 Contemplad humanidad, que no habrá mano humana sobre la tierra, que pueda destruir lo que mi mano ha edificado en vosotros mismos. Yo me he aposentado entre vosotros y a vuestra mano la he enseñado a trabajar dentro del bien, yo he abierto vuestro entendimiento para que hagáis obras dignas, que los ojos de los hombres contemplen.
24 Mas, si no fuese por la fuerza del Padre, si no fuese porque yo no me aparto un solo momento de vosotros, ¿qué hubierais hecho de la obra que en vuestras manos he entregado? ¿Si he depositado mi obra en manos débiles, en corazones de poca fe, en corazones que dudan, en corazones que todavía no están dedicados al servicio del Padre? De cierto, os digo: os he entregado mis dones por añadidura y os he mantenido firme en el camino, porque no quiero que nuevamente me deis las espaldas, no quiero veros transitando llenos de dolor y de amargura en los caminos que el mundo os brinda.
25 Mas, un hasta aquí, le he puesto a vuestra planta material; y le he dicho hoy, a vuestro espíritu: dedicadme un instante, venid hacia mí, que yo soy vuestro salvador, buscadme que soy a la vez vuestro amigo, soy vuestro hermano, soy vuestro Padre y soy vuestro Dios yo, soy la sabiduría infinita que se está derramando entre vosotros, pero, que no me habéis reconocido. Cuántas veces he tocado vuestro corazón con mi verdad y habéis pasado desapercibidas las palabras que el Maestro, os ha entregado.
26 Muy cerca de vos, me he presentado y he conversado en el silencio de la noche; y en vuestro profundo sueño, a vuestro espíritu, le he hablado de grandes conocimientos de la Verdad y le he entregado el camino, el mandato y la potestad; y vos, os habéis encaminado al mundo y habéis olvidado la conversación intima que tuvisteis en el sueño con vuestro Maestro; mas, os tocaré por primera, por segunda y por tercera vez, hasta que me reconozcáis y me comprendáis, hasta que sepáis que la voz que os habla desde el infinito, es la voz de vuestro salvador, que ya no quiere veros más perdido en vuestro sendero.
27 Quiero dejar templado a vuestro espíritu, en el crisol, para que vaya limpiándose; y el mañana, sea un espíritu digno de estar a mi diestra. A todos mis pequeños, los está esperando mi diestra; mas hoy, todavía estáis muy lejos de mí, queriendo el Maestro teneros muy cerca; mas, ¿por qué estáis lejos, pueblo de Israel? Por vuestros pecados por eso no estáis cerca del Maestro; todavía estáis lejos, porque os falta caminar más por este sendero, falta que modifiquéis vuestras costumbres, que os apartéis de vuestras bajas pasiones y que tan solo sepáis que tenéis que servirme, que tenéis que amarme y servir a la humanidad; y en esta forma, me vais sirviendo.
28 Varones y mujeres de la tierra, que habéis aposentado vuestra planta bajo aquellas mansiones, que habéis estado en los palacios de los hombres: si fuese mi voluntad, de ahí entresacara vuestra planta, para nombraros: siervos de mi divinidad ¿lo haríais, en amor a mi obra? Sí, corazón, nada hay oculto para mi divinidad, todo mi mirada perspicaz lo contempla. Ninguno de vosotros sabe lo que escrito por mi mano poderosa, en vuestro destino, se puede encontrar. Ninguno sabe, lo que el mañana acontecerá a cada uno de vosotros; mas de cierto, os digo, mujer, que por largo tiempo habéis estado aposentada en vuestra mansión y que tan solo habéis deseado los tesoros, las grandezas y glorias del mundo: a entresacar voy a vuestro espíritu y a nombraros labriego en mi casa bendita; entonces, os convertiréis en servidora de la humanidad, porque ésta es mi voluntad.
29 Pueblo bendito, en mis altos juicios ninguno de vosotros podéis intercalaros, porque nadie sabe lo que yo tengo destinado para cada uno de vosotros, todas las cosas se hacen por obra del Padre, todas las cosas se hacen a mi voluntad.
30 En el Tercer Tiempo, abandonaréis los libros de la tierra, abandonaréis la ciencia, todas vuestras teorías, todas vuestras costumbres, todo vuestro saber en la tierra; y entonces, cual el párvulo que empieza a balbucear las sílabas en la casa del Maestro, aposentado os encontraréis deletreando sílaba tras sílaba, hasta que hayáis aprendido mi lección; entonces, os apacentaré y os daré a conocer mi verdad, os daré a saber vuestra misión, os daré a conocer el fin a que habéis sido creados en la tierra y gran potestad le daré a vuestro espíritu y aposentado en el sendero quedaréis para ser el siervo de la humanidad.
31 Sí, mis hijos, en el Tercer Tiempo, he mandado a los varones a la tierra, he mandado también a morar a las mujeres; y ya sea niños o ya ancianos, para yo hacerles el llamado, y servirme en esta forma de vosotros.
32 Sirviendo a la humanidad y haciendo obras de caridad, de amor y de bondad entre los hombres, así es como me estáis sirviendo, pueblo bendito.
33 Sin embargo, aun haciendo obras de caridad, de amor y de bondad en los caminos, habrá instantes en que llegará el desprecio para vosotros, en que llegará la befa, la burla y el escarnio de los hombres; mas, el que es mi siervo, a nada de esto teme en la tierra. El que es mi siervo, sabe perdonar en el camino y no sabe tomar en cuenta las ofensas y desprecios de los hombres; porque desde el Segundo Tiempo, dejé esos ejemplos entre vosotros; y voy a recordaros uno de ellos, en este día de gracia:
34 Cuando yo transitaba entre los hombres, y los hombres, grandes se creían porque llevaban conocimientos y eran considerados doctos de la tierra, no les hacía falta la humildad del Maestro, que por instantes se presentaba delante de ellos, queriendo entre aquellos corazones, sembrar mi verdad; yo era incansable buscando el instante de tocarles; mas, siempre con miradas de odio y de desprecio, contemplaban al Maestro y no por su odio, me aparté un instante de ellos, seguí buscando el instante propicio para penetrar dentro de ellos mismos.
35 Llegóse el instante, en que un hombre desesperado se encontraba porque su mano no poseía el bálsamo para curar a un enfermo; entonces, recordó que el Maestro humilde, quiso penetrar en él para tocar su duro corazón y él no lo había permitido, entonces me buscó y me dijo: Maestro, ¿de cierto, tú eres el que sanas? Y el Maestro, contemplando la mirada desesperada de aquel hombre, le dijo: vuestros labios lo han dicho: yo soy el que sano ¿qué es lo que os acontece, buen hombre? Aquellos labios se abrieron, y me dijeron: ¿acaso de nada sirve la ciencia que en mi mano poseo? Nuevamente el Maestro, le dijo: vuestros labios lo han dicho, buen hombre y levantándome en unión de su planta, le dije: ¡vamos a vuestra choza! Y encontrando ahí a su compañera que agonizaba, le dije: será una prueba para vos, varón y tocando la frente de aquella mujer, que presta estaba a helarse; pruebas le di, de que tan solo con tocar a aquel cuerpo de mujer, ella se levantó; y entonces, ella lloró ante mi planta, y arrodillándose, me dijo: Maestro, en espíritu y en verdad, tú eres el doctor celestial; el Dios, entre nosotros, ¿por qué no sigues haciendo estos prodigios, para que todos los hombres, te reconozcamos? Entonces le dije: esperad mujer, que no a todos se les dará a conocer la Verdad, los corazones que han de conocer mi verdad, están escogidos.
36 De cierto, os digo, pueblo bendito: así sucederá en este Tercer Tiempo pruebas daré entre vosotros, ante los hombres de la ciencia, entre los mismos doctores, los que se creen de gran saber en la tierra, yo me aposentaré y apartaré por un instante su ciencia, y obraré entre ellos conforme mi voluntad y les haré reconocer que su sabiduría es perecedera; mas mi ciencia, mi sabiduría, mi bálsamo son imperecederos; y todas estas grandezas, serán las que existirán a través de los hombres y de los entendimientos, porque ésta es mi voluntad.
37 Nuevamente os digo, pueblo bendito: las miradas endurecidas de los hombres, se levantarán en contra de vos, al saber que vais llevando consigo la doctrina del Maestro, dada por conducto del entendimiento humano de varones y mujeres en el Tercer Tiempo mas, si vosotros, tenéis fe y me seguís, si vos me amáis y nada de esto os preocupará, avante saldréis. Sembraréis, cultivaréis corazones, sacaréis de grandes dudas a las multitudes, es mi voluntad hacer prodigios por vuestras propias manos. No temáis a los hombres, no temáis a vuestra pequeñez, no temáis a vuestro corto saber humano.
38 Varones y mujeres, os dice el Maestro: no son vuestras manos las que van a sanar, no son vuestros labios los que van a pronunciar estas palabras, no sois vosotros los que vais a devolver la vida a los muertos; soy yo, pueblo bendito, comunicado por vuestro entendimiento, el que haré prodigios por vuestro conducto.
39 Como en el Segundo Tiempo, así se levantará el lázaro de la fosa en este Tercer Tiempo; hoy, los muertos resurgirán a la vida de la gracia y saldrán de sus tumbas, los mudos hablarán, los ciegos verán, los paralíticos andarán y aquellos que estén extraviados de su mente volverán a la razón, porque ésta es mi voluntad.
40 ¿Cuál es la ciencia que encontráis dentro de mi casa, hijo bendito? ¿Cuáles son los libros que contempláis, en las manos de mis elegidos? ¿Adónde están los grandes conocimientos de la ciencia, para sanar a los enfermos que han sanado dentro de mi casa, dentro de estas cuatro paredes, por conducto de esta porción de mis labriegos?
41 Mirad: que humildes son contemplad su indumentaria humilde y contemplad con la mirada de vuestro espíritu, la indumentaria espiritual que yo les he dejado cual don, a cada uno de estos elegidos; y vuestros ojos se sorprenderán, al ver la gracia derramada de mi mano, entre estos mis escogidos; son pecadores como vos, han transitado los caminos de fango al igual que vosotros, han sido los que han destruido vidas, hogares y grandes corazones; mas de cierto el Padre, os dice: su causa, está en mi mano; no soy yo el que les he juzgado, no soy yo el que me he aposentado como juez delante de ellos, ni ellos han venido cual reos delante de mí. Yo les mimo, les acaricio; yo les tomo en mis brazos como tiernos niños y con mis caricias les hago recordar: que son mis hijos y que me tienen que servir, sirviendo a sus hermanos porque así es mi voluntad.
42 Humanidad que me escucháis en este instante: ¿no queréis transitar a imitación de ellos? ¿No queréis seguirme? ¿No queréis hacer que vuestro espíritu, se sienta deleitado un instante, al escuchar el concierto celestial entre vosotros mismos?
43 Mas, tenéis a los vuestros, hay una frontera en vuestro camino que os divide de un camino hacia el otro; y me decís: Maestro, ¿cómo hacer? Si los míos saben que me presento en tu casa, me desconocerán, me arrojarán de su hogar, me repudiarán en el camino y el Maestro, os dice: ¿acaso no hay en algunos corazones un dardo clavado, porque los suyos los han desconocido; y ellos, manifestando la gran doctrina que les he entregado, se apacientan conmigo?
44 Mirad que por escucharme, muchos han dejado a los suyos, han abandonado sus hogares y a sus padres, porque los han desconocido; y en mi mano, han dejado la causa. ¿Qué mal han hecho estos mis hijos que me siguen? ¿Cuál es el mal que han hecho en sus hogares? ¿Cuál es el mal que les han buscado a sus padres, a sus hermanos, parientes o amigos? Nada han hecho los han desconocido, porque no los comprenden, porque no reconocen que me aman; y el ser humano, siempre es avaro, es egoísta en la tierra y sólo quiere ver perdida a la humanidad y nunca busca la salvación, ni para él, ni para sus hermanos. Siempre va opacando el camino, a los que me buscan, cuando ésta no es mi voluntad.
45 El tiempo para el tiempo, les daré a los hombres, ya que mucho tiempo se han recreado en su perversidad y en su deseo de maldad. Voy a marcar el instante y a poner fin a ese paso, para hacerles reconocer una nueva aurora y también reconozcan que cual peregrino voy tocando la puerta del corazón de los hombres que siempre la encuentro cerrada; mas, doy el primer toque, el segundo y el tercero; y los unos, han abierto y me han dado hospedaje; yo, ahí me he recreado y por un instante he encontrado el corazón de los hombres, presto cual un báculo entre vosotros.
46 Estoy cansado, pueblo bendito; no de ser entre vosotros, no de amaros, ¡no!; estoy cansado, de no encontrar corazones dispuestos para mi servicio. Estoy cansado, porque no encuentro un corazón que se levante presto a luchar y trabajar dentro de mi obra. Mas seguiré buscando, seguiré recorriendo comarcas, aldeas, ciudades y naciones, hasta reunir y congregar grandes multitudes; y de ellas, entresacar tres corazones, que me bastarán, para que se conviertan en pedestales de mi voz y de mi fuerza. Pedestales en donde mi obra descanse; pedestales, donde yo confié toda mi verdad, todo el misterio, todos los secretos que el Padre, está por entregar entre los hombres.
47 Mas, ¿por qué no he podido desatar estos misterios, entre la humanidad? Porque no os encuentro preparados en unificación; siempre os encuentro distanciados.
48 Ved que volvéis al mundo, ¿y en qué tornáis la unificación que el Maestro, viene a hacer entre vosotros? La destruís, la deshacéis de vuestro corazón y volvéis a quedar en vuestra iniquidad.
49 Debéis permanecer siempre unidos, con los lazos de amor; con los lazos de amor con que os he venido a unificar en el Tercer Tiempo.
50 Es menester que ya encuentre amor en vuestros corazones, que encuentre perdón de los unos a los otros, para que mis caridades, mi amor y mi verdad, no se alejen de vosotros, que siempre se encuentren prestos los prodigios, a derramarse por vuestra mano.
51 Va a llegar el tiempo, Israel bendito, en que seréis tocados por lo más querido; ¡preparaos! ¡Alerta Israel! Sembrad vuestro camino de bondad, para que bondad recojáis! ¡Sembrad vuestro camino de verdad, para que verdad cosechéis! Y no encontréis la mentira y el desengaño, que serían como una muerte para vuestro corazón, que serían tinieblas para vuestro espíritu; y yo, no quiero encontrar un solo corazón moribundo.
52 No quiero encontrar un solo corazón, yerto en el camino; sólo quiero encontraros fuertes y preparados como las flores al amanecer que están llenas de aroma y de rocío, elevando sus holocaustos a Dios. Así quiero encontrar vuestros corazones, a imitación de aquellos lirios, a imitación de aquellas rosas fragantes que sólo saben entregar sus perfumes a Dios.
53 Pueblo bendito, también yo he inclinado mi cabeza ante el Padre Eterno Gran Jehová, para dejar impresos mis ejemplos en vos y le he pedido me escuche y escuche vuestra voz también, escuche vuestras plegarias y sean convertidas en gracia, en misericordia, en beneficios para vos, ¡oh! Humanidad, que siempre estáis llorando, que siempre hay un lamento en vuestros labios; que siempre el Maestro, encuentra en vos una amargura, un dolor en vuestro corazón.
54 Mas, ese dolor, se apartará de vos, cuando no haya perturbación en vuestro espíritu, cuando no haya preocupación también, por vuestra falta de cumplimiento; porque si no habéis cumplido, si no habéis sido sumiso y obediente en el camino, siempre existirá en vos, la zozobra y siempre será esta espina en vuestro corazón, para haceros recordar que el cumplimiento os espera, que tenéis que ejecutar un mandato en el camino y que por ello, no hay sosiego ni tranquilidad, no hay paz en vuestro corazón.
55 El Padre, os dice: ved que os he dado el tiempo para el tiempo, mirad que ya os dejé transitar los caminos humanos, ya conocisteis el amor del mundo, ya conocisteis los oDios y los desengaños, las iniquidades y las tragedias todo esto vuestros ojos lo contemplaron, para que supieseis apreciar: la Verdad, de la impostura; la luz, de las tinieblas; la Verdad, de la mentira para eso os dejé transitar en el mundo.
56 Y habéis llegado ante mi planta, a imitación de aquel pajarillo que en el trayecto de su camino y de su vuelo, perdió su plumaje, perdió el sustento de su piquillo y el agua en el camino, no encontró; y ¿qué hacer el Padre, con aquella tierna avecilla, que llega tiritando de frío ante mi presencia? Volverla a revestir de su plumaje, hacerle llegar en su propio piquillo, el grano que no ha encontrado, hacerle beber el agua en la fuente hasta mitigar su sed y hacerle emprender su vuelo, como es la voluntad del Padre Celestial.
57 Pueblo bendito, ya no voléis vagando en los espacios, ya no voléis buscando nidos en donde encontrar amor, porque amor sólo encontraréis en el nido del Padre, en donde yo os he dejado, de dónde vos brotasteis, ahí es donde se encuentra el amor verdadero.
58 El amor de los hombres, es pasajero; el amor del mundo es engañoso, por eso no quiero contemplar que llevéis en vuestra mano la amargura; yo quiero que llevéis a vuestros labios el buen sabor, quiero contemplar en vuestra mano el fruto de mi palabra, con qué alimentar a vuestro espíritu, y darle dulzor a vuestro paladar.
59 Reconoced en el Tercer Tiempo, mi palabra, por su esencia; así como podéis reconocer el árbol, por su fruto. No busquéis el Verbo humano; buscad en el fondo de ella, la Verdad, la esencia y la luz, que será el provecho para vuestro espíritu.
60 Os estoy hablando en una forma humilde, ya que en el Tercer Tiempo, ha sido mi voluntad hablaros en un Verbo humilde, porque estoy manifestando mi humildad, mi mansedumbre; porque la Verdad, está: en la mansedumbre, en la humildad y en la obediencia.
61 En la vanidad, no hay verdad. En la ciencia humana, también hay mentira.
62 Llegará el tiempo, en que los hombres de gran saber, llegarán ante mi planta; unos han llegado, otros están por llegar y seguirán llegando, porque mi mano bendita marcando el instante se encuentra; y así como en este día de gracia, he abierto el gran libro de la vida para vosotros, lo seguiré abriendo ante los ojos de aquellos hombres; y asombrados quedarán, porque ésta es mi voluntad.
63 Sí, pueblo de Israel, esos entendimientos se acercarán por un instante ante mi presencia; y conocimientos que sólo ellos, sepan en el fondo de su corazón; de ellos, les hablaré y ellos se sorprenderán, porque creyendo que eran secretos en su corazón, yo se los pude revelar; mas, los secretos podrán permanecer ocultos de los hombres; pero ante mi mirada, no hay secretos, en mi mirada hay verdad.
64 Si vos lleváis intención, de ocultaros a la mirada de los hombres, de ellos, os ocultaréis; pero de la mía, no podéis ocultaros, porque mi mirada es perspicaz; y si a las entrañas de la tierra, os vais a ocultar, ahí mi mirada os contempla, ahí contemplo vuestras obras y si son lícitos o ilícitos vuestros pensamientos.
65 En este día de gracia, pueblo de Israel, voy a tocar la campana sonora entre vosotros, para que cada quien se levante en el lugar que le pertenece; pobres y encumbrados, varones y mujeres, ancianos y niños, a todos el Padre os habla y en todos derramo mi palabra; no hay secretos para alguien, a todos hablo y cada quien debe tomar la parte que le corresponde, haciendo buen uso de ella.
66 Y si mal uso hiciereis de mi palabra y os convirtieseis en el pregonero, yo tomaré vuestra causa; y conforme a mi voluntad, os premiaré y quedará grabada en vuestro corazón: una sílaba que será la que os haga retornar, la que os haga conducir nuevamente vuestra planta por este sendero, en donde con vuestros propios ojos habéis visto la humildad, donde todo es misterio para vuestros ojos, en donde esperabais contemplar una imagen forjada por la mano del hombre para adorarle, porque el hombre os invitó a una casa de oración, nombrada por él, como: templo y vos sabíais que en los templos, existían las imágenes; mas he ahí, postrero: habéis llegado a esta casa que es la del Padre, y vuestra también porque el Padre, os la brinda para que penetréis, cuantas veces vuestro corazón lo desee; y no habrá quien estorbe vuestro paso, para llegar a ella.
67 Postrero: no habéis encontrado en esta casa, la imagen; habéis encontrado una voz, que no sabéis de donde viene; una voz, que os habla y que os hace despertar y latir vuestro corazón. No reconocéis de quien es la voz que os habla, sois el parvulito que habéis llegado por vez primera y vuestros ojos quisieran atravesar los espacios, para poder contemplar de donde emana la voz que os habla en este instante.
68 Mas de cierto, os digo: la voz, nace en el infinito y es transmitida, por medio de un entendimiento humano y hablada por estos labios, para deciros de que es verdad, la llegada del Maestro en el Tercer Tiempo; porque los hombres, están esperando mi llegada entre ellos y no saben que ya morando entre ellos me encuentro.
69 Yo les daré una sorpresa a sus espíritus; porque los hombres de las sectas, se preparan y anuncian la llegada del mesías verdadero; y yo, ya me encuentro conversando entre vosotros, créalo el hombre o no lo crea.
70 ¿Para cuándo esperan esos hombres, mi llegada? Ellos, no lo saben, sólo se han basado en ligeras profecías, dadas desde tiempos remotos; y esas profecías, los han confundido por un instante.
71 El Padre, se encuentra preparando los profetas del Tercer Tiempo, para que hablen de mi verdad; y digan a los hombres, que el Maestro, ya se encuentra conversando entre vosotros; así como lo hice con mis discípulos en el Segundo Tiempo, así lo estoy haciendo con vosotros en el Tercer Tiempo, me encuentro conversando con vuestro espíritu, dándole oportunidad para que conozca mi verdad, porque ésta es mi voluntad.
72 Profetas del Tercer Tiempo: ¡preparaos para cuando los hombres quieran sorprenderos con sus falsas profecías, ellos penetrarán a mis casas de oración; y vosotros les hablaréis con la Verdad, haciendo despertar la luz en sus entendimientos, porque escasa es en ellos.
73 Hay grandes rumores en las religiones, esperando la llegada del Maestro; mas, ya me he presentado entre ellos y no me han sentido, les he conversado y no han sabido percibir mis palabras, no han dejado sentir mi presencia en sus corazones.
74 Pueblo de Israel: ¡preparaos, sed fuerte, sostened en vuestra diestra el estandarte espiritual, en donde escrito se encuentra: paz, unión y buena voluntad; fe, esperanza y caridad. ¡Defended, ese estandarte! No permitáis que los vientos huracanados, rompan por un instante, uno de los mantos del estandarte porque no es mi voluntad.
75 Sed celoso de lo que os he confiado; con vuestra oración, destruid los oDios y las malas voluntades de los hombres.
76 Armas poderosas, el Maestro ha dejado en las manos de los trinitarios marianos en el Tercer Tiempo. La oración, es el arma con que se destruyen las armas de los hombres: la mala voluntad, los oDios y los egoísmos.
77 La oración, es el arma con la que se defenderá el pueblo de Israel, en el Tercer Tiempo. La oración, será el fuerte de la humanidad, con la cual serán destruidas las guerras que hoy invaden las naciones extranjeras, porque ésta es mi voluntad.
78 Pueblo bendito, el Padre tiene preparado para vosotros, grandes prodigios, para la medianía del año, ¿cuáles serán? No los sabéis; proseguid velando y orando, no dejéis que se extinga el valor de vuestro espíritu, porque entonces, no habréis sabido cumplir con mi mandato.
79 ¡Mirad que Israel, es fuerte! Sabe mantenerse firme en la lucha, como los fieles soldados; por eso he dicho que en vos descansa la responsabilidad de la humanidad, el peso de ella misma, ¡créalo el hombre o no lo crea!
80 En vos, pueblo de Israel, pesa la salvación o la perdición de la humanidad; porque ella es inocente, ella no me escucha, ella no conversa conmigo, no conoce mi palabra, jamás ha escuchado mis mandatos; pero vos, que desde tiempo ha os vengo hablando con tanta humildad, con tanto amor y bondad, desde el primer portavoz por el cual se comunicó mi fuerza bendita, fueron palabras que hasta hoy, no he dejado de pronunciar por estos labios; y siempre os he dicho que sois el responsable de la humanidad, por eso fuertes os he dejado; y por vosotros, se salvará la humanidad.
81 En este instante, voy a dejaros mi fuerza; y reconoced, que cada una de mis palabras es un mandato, es una Ley que tenéis que cumplir, que tenéis que ejecutar.
82 Contemplad, que habéis hecho un juramento ante mí: de obediencia, de mansedumbre y de humildad y así, como vuestros labios juraron ante mi planta, así quiero que cumpláis y no faltéis a lo que vuestros labios hablaron; porque no habéis jurado, delante de un hombre, no jurasteis delante de la materia por la cual me he comunicado; habéis jurado ante mi espíritu divino; y escritas están, cada una de vuestras palabras, con letras imborrables; mas, si habéis olvidado que mi voz, es Ley entre vosotros; meditad por un instante y recordad, pueblo bendito, que no hay juramento vano delante de mi presencia, que vuestro espíritu lo habló con los labios de la envoltura y lo tenéis que cumplir; y que si al mundo, no le cumplís, cumplid a mi divinidad.
83 Amados míos: cumplid con cada uno de mis mandatos divinos; y cada cumplimiento, será un mérito que le dará salvación a vuestro espíritu, en el más allá.
84 Pueblo bendito: no esperéis contemplar vuestra obra, realizada en este mundo; no esperéis que el hombre, os pague con caridad, la que vos le hacéis; el pago, lo recibiréis en mi solio bendito, porque ésta es mi voluntad.
85 ¡Bienaventurado el ser humano que deposite en mí su causa, porque yo soy el juez justo! No soy el juez injusto entre vosotros; yo mido mi justicia entre vosotros, ella, es de amor; nunca la hago sentir, como un juicio inclemente entre vosotros; porque si soy amor, si soy Padre, si soy Dios y en todo estoy; yo siento, lo que vosotros sentís. No quiero veros sufrir, porque también mi Espíritu sufre en unión de vosotros, y ésta no es mi voluntad.
86 Israel, llevad en este día de gracia, mi palabra. Estudiadla, analizadla y practicadla en vuestro camino. Convertid: el odio en amor y el desprecio en perdón éste es mi mandato; porque son pruebas a las cuales el Padre, os deja sometido en el Tercer Tiempo, por mi voluntad. Yo os bendigo y os perdono, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
¡Mi paz, sea con vosotros!
13. Tiempo de cumplimiento y del juicio final
Domingo 28 de febrero de 1943
1 De gozo me encuentro, pueblo amado de Israel, como siempre que preparáis vuestros corazones para manifestarme delante de ellos y reclinar mi sien entre vosotros.
2 Entre este pueblo congregado en esta alba de gracia, yo encuentro al pueblo preparado, al Hijo de la fe y de la preparación. Para los hombres de la fe es fiesta mi cátedra, para los que no tienen fe en este tiempo, es tiempo perdido, para unos es la Verdad y para otros es la duda; pero en verdad, os dice el Maestro: todos habéis dudado de mí, unos antes y otros hoy mas, todos habéis dudado, porque queréis tenerme delante de vosotros, como se tiene a un hombre, como se tiene a una cosa; y cuando no habéis palpado con los ojos de vuestro cuerpo, la forma de mi Espíritu, os habéis sentido defraudados, habéis dudado y me habéis negado; mas, entonces, es el instante en que recordáis que en vosotros, he puesto una virtud que es la fe, con la que se puede encontrar al Padre, no porque él se oculte a las miradas de sus hijos, yo jamás me he ocultado a los ojos de los hombres, siempre me he mostrado en mi festín divino, para que podáis contemplarme en verdad y en Espíritu, no sólo superficialmente, sino que os he permitido que penetréis dentro de mi corazón, dentro de mi razón divina, dentro de mi experiencia divina.
3 Mas, no os habéis sabido preparar, pueblo bendito, como jamás habéis sabido escuchar la voz de vuestra conciencia, ni habéis dejado dominar a vuestro espíritu y vivís tan sólo con la carne. Por eso, el Maestro, os dice: no me podéis mirar, yo no soy hombre, ni soy objeto material
4 Mi reino, no es de este mundo; el que quiera encontrarme y verme, el que quiera sentirme y escucharme, que prepare su espíritu y su mente, su mirada y oído o percepción espiritual; que se despoje de las influencias de la carne, que aparte su materialismo y que despierte a la sensibilidad espiritual para que pueda sentirme.
5 Yo no he cambiado para con vosotros, yo soy inmutable y eterno, mi espíritu divino no está sometido a la Ley de evolución, siempre he sido y seré perfecto, sólo todo lo que he creado y lo que ha brotado de mis entrañas divinas, lo he puesto en el camino de la Ley de evolución; y en ese sendero, estáis también vosotros, están vuestros espíritus, porque vuestros espíritus, también están limitados, sólo existe algo que no tiene límites, que es: mi espíritu divino porque no tiene forma, no tiene principio ni final; mas, yo soy el principio y el final de todo lo existente.
6 Estudiad, pueblo amado de Israel, porque habéis llegado a un tiempo, en que vengo a abrir vuestros ojos, en que vengo a abrir vuestro entendimiento y a estrecharos entre mis brazos, para que despertéis de vuestro profundo letargo.
7 Ha llegado el tiempo, en que el Maestro, ha venido a deciros: cerrad vuestros labios y no habléis más, hasta que el Padre, os diga: hablad, porque mucho habéis hablado en la vida y lo habéis hecho mal, puesto que casi nada conocéis de la vida; pregonáis: experiencia y ante mi divinidad, no la tenéis.
8 Os he escuchado hablar de la vida y de la muerte; y confundís la vida con la muerte y la muerte con la vida. Os he oído hablar de amor; y sólo la palabra conocéis, porque ni el amor habéis sentido en este mundo. Habláis de paz y de justicia, de igualdad y de grandeza; y el Padre, os dice: sólo palabras vanas y superfluas, brotan de vuestros labios.
9 Pero, yo os amo en verdad y en espíritu, porque he contemplado en el fondo de vosotros mismos: vuestra menesterosidad, vuestros anhelos de perfección, vuestra hambre y sed de justicia no hay uno sólo que pueda hablar de: verdad y pueda dar amor, sólo habéis sentido en esta tierra, un átomo de amor, semejante al de mi divinidad, pero es un átomo tan solo, que es: el amor de vuestros padres y cuántos hay, que ni este amor han sentido.
10 Siempre os he amado, por eso vengo entre vosotros en este Tercer Tiempo, para derramar una vez más mi amor y mi verdad, para despertar la fe de vuestro corazón, para despertar a vuestro espíritu, a la Verdad; porque vosotros, que tenéis fe en mi divinidad, que creéis en mi verdad: miráis el camino, que siempre habéis transitado, y no lo contempláis nuevo.
11 Tenéis sentidos en todo vuestro cuerpo, tenéis alma en todo vuestro ser, nada pasa desapercibido para vosotros, porque estáis despertando a la Verdad. Si pasa la muerte cerca de vosotros, escucháis su paso. Si la Verdad pasa y el amor también, ya los conocéis vosotros. Si la paz, se acerca paso a paso a vuestra morada, bien conocéis cuáles son los pasos de esa paz. Si las tentaciones, se acercan acechándoos y ocultándose entre la maleza, vos las descubrís y os levantáis presto en lucha, hasta vencerlas.
12 Vais conociendo: el porqué de la guerra, el porqué del dolor, el porqué de la justicia divina y de la justicia material; el porqué de las enfermedades, de las vicisitudes y de las pruebas; el porqué de mis beneficios y el porqué de mis complacencias. Sí, pueblo de Israel, vais aprendiendo a conocer, lo que es verdad y lo que es impostura. Vais sabiendo, cuáles son los falsos dioses y cuál es el verdadero Dios; cuáles son los conocimientos y las cosas, que debéis guardar en vuestro corazón; y cuáles son, las que no debéis albergar; y sentís gratitud, ante vuestro Padre.
13 ésta ha sido mi obra y éste ha sido mi amor. ésta es mi huella, la huella de mi paz en vuestros corazones; y si los hombres paganos y gentiles, si los hombres impíos que son los ignorantes delante de mí, callaren la voz de la materia que habla en este instante, cerraren las puertas de este recinto y os arrojasen fuera de él. ¿Podríais olvidar estas mis palabras, pueblo escogido? ¿Acaso son palabras entresacadas de los libros de la tierra? ¿Son por ventura palabras extraídas de este entendimiento pecador, de este corazón manchado? ¡No, pueblo de Israel! Vos que os habéis profundizado y habéis penetrado por el camino de esta palabra, habéis encontrado el origen de ella misma; la fuente, de donde brotan estas aguas cristalinas y habéis mitigado la sed que en este Tercer Tiempo, me habéis hecho presente; mas el origen de esta palabra, es: Dios ¡créalo el hombre o no lo crea!
14 ¡Bienaventurados los que crean en esta palabra! Porque en verdad, os digo: de ellos, será la paz, la salud y la vida mas ¡ay! De aquellos que no creyeran en esta palabra, en este Tercer Tiempo, habiendo sido de los llamados; porque los que han sido llamados y me han seguido, yo los acogeré en mis brazos y los defenderé, porque ésta es mi voluntad.
15 No es una amenaza, ni es una sentencia que tenga preparada para vos; pero mirad: los que bien habéis escuchado el consejo de vuestros padres en la tierra, habéis recogido un buen fruto en ella misma los que habéis permanecido cerca de sus regazos escuchando sus sabios consejos, sus amorosos y desinteresados consejos, habéis recibido la herencia suprema de esos padres: la experiencia de ellos y el buen camino a seguir y los que habéis desobedecido, los que os habéis convertido: en ingratos ¿qué ha sido de vosotros? Habéis sido medidos con la misma vara, habéis saboreado el dolor los unos, habéis recogido grandes caudales en el mundo, pero en el postrer momento de vuestra vida, cuán dura ha sido vuestra agonía. Y, ¿acaso esos padre materiales, les han castigado por su propia mano? No, pueblo bendito ha sido la vida, ha sido la misma persistencia de aquellos hijos ingratos, la que les ha castigado por eso, os digo: mi mano sólo señala mi mano acaricia y escribe, pero jamás castiga, ¿para qué pueblo bendito? Si en vos mismo está la sentencia, si en vos está la conciencia y la reflexión, si en vos está la restitución espiritual y la expiación material.
16 Pueblo amado, seguidme escuchando, seguid asimilando mi enseñanza, seguíos preparando y caminad; no os estacionéis en el sendero, no imitéis a los hombres de otras sectas, que sólo cumplen con sus cultos exteriores, que sólo juran y dicen que aman al Padre, en su oración verbal o sea, en sus rezos; pero que en el camino de su vida, no me aman ni me cumplen.
17 En vuestro camino, mi pueblo, dad pruebas de mi verdad, no hagáis alardes; en verdad, el Padre os dice: en todos los días, en todo momento y en cada paso, podéis hacer caridad, podéis practicar mi Ley; sin fanatismo, sin prejuicio y sin superstición.
18 Aprended a cumplir y a trabajar, aprended a ser el siervo del Padre; no el esclavo, porque vos sois mi hijo muy amado y quiero que seáis libre en esta causa divina, en esta misión espiritual, en esta huella de amor; ya que, yo, os he preparado libre, dentro del amor, de la buena voluntad y de la caridad, para que podáis vivir la vida y la podáis sentir y saborear; porque vos habéis tomado los sabores, que no han sido creados por mi, os habéis recreado con los placeres que no brotan de mi Espíritu y con ellos os habéis embriagado y os estáis envenenando y estáis enfermo.
19 ¡Tomad los placeres creados por mi voluntad divina! Conoced los recreos que he hecho yo para vos, para el corazón del hombre y para la mente del hombre; mas también para el espíritu; y así, seréis feliz, seréis sano y grande, seréis más que humano.
20 Pueblo de Israel: ¿quién os habla de estos acontecimientos? ¿Quién puede hablaros en esta forma, con este amor y con esta firmeza en la misma palabra? ¿Quién puede hablaros con esta persuasión? ¿Quién puede brindaros un camino tan fácil y tan llano para seguir?
21 No vengo a pediros un sacrificio, para que me podáis seguir por este camino. No vengo a pediros vuestra sangre, ni a exigiros vuestra vida, ¡no!; pero sí, que el que me siga, arranque su corazón del pecado para entregármelo. Sentirá dolor en el primer momento, sólo unos instantes dolerá vuestra carne, pueblo escogido, pero después vendrá: la paz, la fuerza, la salud, la alegría, la tranquilidad y el bienestar. Un tiempo vuestra carne, resentirá ese cambio; mas los que no lo habéis hecho, experimentad, ensayad en este mundo, y encontraréis la razón de mi palabra.
22 Mirad: que vuestros espíritus, ya estaban cansados de falsos dioses, de falsas tradiciones, de cultos superfluos y sin esencia de palabras rutinarias y monótonas, que han cansado a vuestro corazón y que nada os han entregado los hombres que se han levantado como emisarios, como ministros.
23 En el final de los tiempos, los estoy juzgando con amor, les estoy dando el tiempo para el tiempo; ellos se nombran: pastores de los hombres y en verdad, os digo: ellos necesitan pastor, muchos siglos hace que os han hablado con mi palabra y día tras día es la misma, es sólo una rutina; y mientras el hombre habla, el pueblo duerme porque está cansado.
24 Hijos benditos, habéis llegado a estos recintos humildes en donde no hay libros, ni ritos, en donde no hay galas, ni oro, ni pedrerío; y habéis escuchado una lección interminable; un torrente de palabras, que aparentemente se repiten, pero que siempre hablan de distintas revelaciones y explicaciones, todas dentro de la justicia, de mi amor y de la Verdad, ¡créalas el hombre o no las crea!
25 Sí, pueblo bendito, vuestro espíritu, no se ha cansado; por eso estáis despierto escuchando día tras día e instante tras instante al Padre, porque sabéis que si dormís, perdéis una pisada en el camino; porque sabéis que si dormís un momento, perdéis una lección, una palabra y un fruto que tengo preparado para vos; y por eso, no queréis dormir, por eso estáis siempre velando atento de mi voz, porque queréis ser el heredero, el poseedor de este tesoro, que no tiene precio en los celos ni en la tierra; y os estoy heredando, estoy llamando a los varones y mujeres, ancianos y niños, de distintas clases, de distintas lenguas y colores, para fundirlos en una sola familia y tenerlos en una sola casa, sentarlos en la misma mesa, sin contemplar linajes, castas ni colores.
26 He aquí mis hijos, a todos os amo en espíritu y en verdad; mas entre vosotros, están los representantes de las familias, representantes de las comarcas, de los pueblos y de las naciones; de unos hogares he escogido y llamado a un padre de familia que me está escuchando, de otros hogares a una madre, de otros a un hermano, a una doncella, a un mancebo.
27 De una congregación, he llamado a un varón; de una mansión del poder en la tierra, he llamado a otros varones; de aquellas comarcas cercanas y lejanas, he llamado a los corazones que también me escuchan; y de las lejanas naciones, de aquella europa lejana para vosotros, de aquella asia más lejana para vosotros, están también sus representantes, todos, escuchando una voz, todos escuchando una misma enseñanza y formando un solo corazón y un solo pensamiento.
28 ¡Benditos seáis, mis hijos! A todos os estrecho con amor infinito en este instante; y así como estáis adorándome en la tierra, yo os llevaré a mi casa, a la tierra de promisión, porque ésta es mi voluntad.
29 Y en este instante, perdono a todos los incrédulos que se sienten por un instante confundidos ante esta palabra, ante esta voz; y os digo, como he dicho a mi pueblo: ¡callad, cerrad vuestros labios, sólo sensibilizad vuestros oídos! Pero despojad vuestro corazón de prejuicios y vuestro entendimiento de vanidades, porque es el tiempo de las sorpresas, de las maravillas, de lo inverosímil.
30 Mirad que vengo a tomar hasta vuestros propios términos humanos, para materializarme con vosotros: hombres de ciencia, hombres de letras para que así podáis escuchar al Maestro, para que podáis comprenderle; es el tiempo en que nada podéis decir, en que no podéis oponeros, ni debéis juzgarme; sino abrid vuestros ojos, los oídos, el corazón, el entendimiento, la conciencia y todos los sentidos, para que escuchéis la voz de mi concierto celestial, la voz de la Verdad, de los elementos y de las fuerzas espirituales y divinas; porque es tiempo de caos, es tiempo de prueba y es tiempo de la batalla final; en este tiempo, os estoy juzgando en verdad: diente por diente y ojo por ojo es el tiempo del juicio final; no es el juicio, como vosotros lo esperabais; es el juicio divino, que ha sido mi voluntad; corazón por corazón, pueblo por pueblo y nación por nación, estoy juzgando.
31 Daos cuenta, pueblo bendito, que es el tiempo del gran juicio divino, y en él estáis; y os tengo en paz, y os estoy manteniendo en paz, porque si desatare las guerras entre vosotros, ¿adónde iría a dar vuestra conciencia? ¿Adónde quedaría vuestro sentimiento? ¿Adónde quedaría vuestra razón, para pensar, para orar y para poder pedir, para levantaros en defensa de la humanidad?
32 Os he mantenido en paz; mas, sentid el peso de vuestra responsabilidad, medid el peso de esta cruz de cumplimiento que he posado en vos, que es un madero de amor, un madero de bienandanza; pero callad, porque dentro de este pueblo, he encontrado que muchos, pudiendo ya hablar, os habéis concretado a callar; y muchos, no pudiendo porque no estáis capacitados para hablar sois incansables hablando y por tanto, prevaricáis en los caminos. ¡El que esté preparado que hable y el que no lo esté que se prepare! Pero que por ahora: calle.
33 ¿Me comprendéis, pueblo de Israel? No quiere el Maestro que su obra y su palabra, la vayáis arrastrando. No quiero que vos, seáis la causa, de que desgarren mi nombre y mi doctrina. Yo quiero ser mi propia causa; mas no seáis vos, porque ¡ay! De vuestro corazón.
34 Si habláis bien, y no es tomada en cuenta vuestra palabra, podéis vivir tranquilo; pero si habláis mal y por esa misma causa mi obra es desgarrada, vos sois el causante; vos, tendréis que reparar ese yerro y tendréis que lavar esa mancha, porque ésta es mi voluntad.
35 En verdad, os dice el Maestro: preparaos para que habléis bien, no quiero que toméis mi palabra como un arma destructora, no quiero que la toméis como espada de doble filo, para herir el corazón de vuestros hermanos. No quiero, que cuando habléis de mi obra o de mí, se exalte vuestro corazón y perdáis la calma, no quiero que vuestra sangre arda en vuestras venas, de ira o de impaciencia.
36 Cuando enseñéis mi palabra, a vuestros semejantes, no quiero que mi obra sea causa de división, ni de incendio ni de torbellinos. Quiero que la llevéis como un estandarte de paz y de calma a los hogares y a los corazones, para que arranquéis de raíz el fanatismo con amor, la idolatría con persuasión, los oDios con paz y los rencores con concordia; ¡sed siempre la paz!
37 Si vuestro hermano, se exalta ante vuestras palabras, manteneos sereno; sed vos en medio de aquella tempestad, como un faro luminoso; no seáis fanático, no os confundáis, no imitéis a aquel que pierde la serenidad y no está dentro de sí mismo y no tiene dominio sobre su carne, ni sobre su propia conciencia; sed siempre sereno, para que deis pruebas y testimonio de que sois mi discípulo, al que pude heredaros.
38 ¿Qué puede heriros a vos? ¿Qué puede daros muerte, pueblo escogido? Si escucháis la blasfemia, en labios de vuestro hermano; sentid lástima por él, contemplad cuántas tinieblas lo envuelven. Si veis que no hay fe en él, si contempláis obcecación, perdonadlo y sed paciente; sed como el cincel de mi palabra, que ha tenido la paciencia divina, de pulimentar a vuestro corazón.
39 ¡Mirad cuánto he tenido que tocaros! ¡Mirad cuánto he tenido que hablaros al oído y qué tocaros por conducto de vuestro hermano, para que llegarais a creerme!
40 Os he desmaterializado, os he despojado de muchos bienes, he arrancado de vuestro propio nombre los títulos, he hecho que los vuestros os desconozcan, os he reducido a la nada; para que en esa nada, pudierais encontraros a vos mismo. Yo os he libertado; mas, no os he esclavizado. He quitado de vuestra mano los falsos poderíos, para que pudieseis poseer el verdadero tesoro de la libertad del pensamiento, de la conciencia y de la contrición.
41 Sí, Israel amado, pero ahora que os he hecho libre, bien podéis poseer caudales de la tierra y ya sabréis distribuirlos bien; mas cuidad, de no volver a vuestros antiguos pasos, cuidad de caer nuevamente en las tentaciones humanas.
42 Mirad pueblo amado, si llegareis a adquirir títulos en la tierra, no me opongo, pero sabed hacer buen uso de ellos; ya sabéis, bajo la sombra de ese título en la tierra, hacer amor, caridad y justicia entre los que yo os entregue a vuestro custodio.
43 No me opongo a que poseáis ahora caudal, os lo he quitado en este Tercer Tiempo; mas, si me place volvéroslo a dar y volvéis a recogerlo en la tierra, ya sabréis hacer buen uso de él.
44 ¿Me comprendéis, Israel amado? No me opongo a que volváis a pisar caminos que ayer pisasteis, pero comprended y reconoced que en aquellos caminos dejasteis muchas cosas sin cumplir y muchas cosas sin hacer; y que al volver a ellos, no será para vanidad de vuestra envoltura, ni será para embriagaros en el fango y en los placeres del ayer; será para cumplir, será: para que hoy, comprendáis, lo que ayer no comprendisteis; y veáis, lo que no visteis; y sintáis, lo que no sentisteis.
45 ésta es mi cátedra, ésta es mi lección; y mirad que no he hablado de vuestros pecados, mirad que ni he venido a hacer justicia en este día.
46 Cuántos hay que me dicen: ¡Padre, cuánto es tu amor y nosotros no te amamos; cuánto es tu perdón, y nosotros siempre te estamos faltando; cuánto es tu beneficio, y cuántas son nuestras manchas! Sí varones y mujeres: me doy cuenta de vuestras manchas y de vuestra ingratitud yo me doy cuenta, de toda la perversidad humana; pero mi amor, es inmutable.
47 Tened fe en vos mismo, tened confianza siempre en mi amor y será mi amor el que os regenere, será mi amor el que os juzgue en vuestra conciencia y será mi amor el que os salve y os siente a mi diestra, porque ésta es mi voluntad. Yo os perdono y os bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
48 Pueblo de Israel, que una vez más habéis estado delante de mi presencia, escuchando mi palabra. Yo os perdono. Mi mirada divina, no contempla mancha: a unos he limpiado los labios, a otros el pensamiento, a otros su cuerpo y a los otros su conciencia ahora pueblo escogido, ¿estáis dispuesto a perdonar, toda ofensa de vuestro semejante?
49 Mi fuerza, os la entrego a cada instante, en mis cátedras; y en mis palabras, están mis consejos divinos; no son palabras inútiles ni son frases vanas, las que vengo a entregaros; cada una de ellas, es un mandato, es una Ley; cada una de ellas, es un tesoro de paz para vosotros.
50 Si en estos instantes, las tentaciones dispusieren a los vuestros, para disgregaros; id preparándoos y no perdáis la paz.
51 Si en vuestro camino, las tentaciones os acechan, y os brindan el fruto prohibido; ¡rechazadlo! Y conservad la pureza.
52 Si por un instante, el dolor, os esperase en el camino, para hacerse sentir en vuestra materia y en vuestro corazón, sed fuerte y sereno; y de este modo, lo que habéis recibido en esta alba de gracia, lo conservaréis por mucho tiempo, hasta donde vos mismo lo queráis conservar.
53 ¡Tomad y llevad, pueblo amado! Yo os revisto de fuerza y de mansedumbre; dejo el Verbo de mi palabra, impreso en vuestros labios, la esencia en vuestro corazón y la luz en vuestro entendimiento.
54 Los que habéis comprendido mi lección: practicadla y enseñadla a los que se apacienten con vosotros, en vuestro camino; los que os sintáis torpes: ¡esperad! Y aguardad unos momentos.
55 En este instante, pueblo amado, de entre vosotros, he entresacado doce corazones, para entregarles la heredad ; porque ansiosos podían encontrarse, de trabajar en las tierras del señor.
56 Las parcelas, se encuentran esperando a los labriegos; y los labriegos, sois vosotros; y para sembrar, yo estoy con vosotros, para que en el instante de la siembra no haya lágrimas en vuestros ojos; sino todo sea un cántico en vuestros labios; y en el momento de cosechar, ¡haya fiesta en mi casa! Haya fiesta en la casa de Israel, para comer los panes hechos con el trigo dorado, que los labriegos del señor, han cultivado.
57 Así, pueblo amado, quiero que la alegría y la esperanza reinen en la casa de Israel; y dentro de esta alegría, no dejéis de orar, de contemplar al mundo como perece; y dentro de esta paz espiritual, vos trabajaréis por la paz de las naciones.
58 ¿Me habéis comprendido, Israel? Puede decirme vuestro corazón: Maestro, ¿no habrá algo grato, delante de tus ojos? Sí, pueblo escogido: yo contemplo vuestro cumplimiento y recibiendo me encuentro vuestro trabajo.
59 Todo lo sé, mis hijos muy amados: yo sé vuestros desvelos, yo contemplo vuestro corazón desgarrado, el dolor que os causa la incomprensión de los hombres, el anhelo por extender mi obra bendita y la alegría que sentís cuando habéis hecho que un corazón me ame y me siga en este sendero todo lo sé, todo lo comprendo y todo lo concentro.
60 ¡Tomad y llevad, corazones trabajadores! Os dejo llenos de ahínco, de anhelo y de progreso, porque ésta es mi voluntad. ¡Tomad y llevad! A todos, en este instante, os he recibido; y en mi regazo divino os estrecho, os perdono y bendigo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
61 Universo entero: en este instante yo os preparo todas las cosas creadas por la mano del Eterno Padre, reciban mi bendición y mi gracia, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
62 Naciones, comarcas y aldeas; mares, lagos y ríos, hasta el animalillo menos perceptible: ¡tomen y lleven! Hospitales y lechos de dolor: mi bálsamo de curación sea en ellos. Cárceles y pres iDios: yo les entrego conforme mi justicia y mi voluntad, yo derramo la paciencia y la fuerza en aquellos ancianos y niños que vagan por las calles, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
63 Aguas que esperando se encuentran de mi bendición: ¡tomen y lleven! Yo aparto la mancha que han contraído en la tierra y les convierto en aguas puras, deposito en ellas una gota de bálsamo y un rayo de mi luz y de mi potestad, para que este pueblo se fortifique, para que este pueblo se defienda de los elementos, de las tentaciones y del mal ambiente que reina en todo el mundo; mas, no sólo sea esto en los hogares de Israel, compartid con los que nada saben de mi obra, de estas bendiciones; compartid de estos beneficios y de este buen ambiente, porque ésta es mi voluntad.
64 ¡Sea la bendición en esas aguas que me hacéis presentes! Y en los que vienen de lejanas comarcas: ¡sea mi fuerza con ellos fuerza: en su verdad, en su entendimiento y en su voluntad y por el sacrificio que me hacen presente, sea la paz en las comarcas y con los vuestros, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Adiós, pueblo amado!
¡La paz de mi Espíritu Santo, quede con vosotros!
14. La Biblia, revelación divina escrita por creaturas humanas
Marzo de 1943
1 He aquí mi vibración espiritual, la vibración de mi amor y de mi pensamiento a través del cerebro humano, manifestando así la presencia del Espíritu, pues en Espíritu siempre como mesías, soy omnipresente; enciendo la luz de mi comunicación e ilumino el cerebro, ilumino la mente que alcanza del mensaje superior en el éxtasis.
2 Y por ese motivo, he aquí el amor convertido en palabra humana, el amor convertido en enseñanza y en aclaraciones, en contestaciones; porque no quiero que mis pequeñas ovejas, no quiero que mis pequeños párvulos o mis pocos discípulos, tengan dudas por no entenderme, a pesar de que hablo lo más claro que humanamente sea posible hablaros
3 En cátedra de día primer o de mes, una ovejita no entendió y dijo que se sentía confusa, que le turbaba esto, como si hubiera una contradicción con lo que él sabía y con lo explicado en mi palabra.
4 Yo no soy el que contradigo a los hombres, que escriben en la carne; son los hombres, los que me contradicen a mí, al Cristo verdad; no soy yo el obligado a contestar igual que lo que está escrito por humanos, son ellos los obligados a entender al mensaje del Espíritu Santo, en su Tercer Tiempo.
5 Porque el mensaje del Tercer Tiempo, es el mensaje que por su excelencia y sublimidad, es claro, para evitar brumas mentales; entonces, no es mi mensaje el que debe bajar a asimilarse a lo que diga el hombre, o a lo que el hombre escribe; es el escritor de mis lecciones que aunque esté dominado por el espíritu en su modificación superante, es el que me va a alcanzar a mí y va a escribir lo que yo he dicho y que aquél de aquellos no me entendía.
6 Cuántos que fueron escritores en la tierra, acá en el mundo espiritual ya no están de acuerdo y comprenden sus errores o su mala interpretación; porque la carne del hombre intelectual y letrado, es una carga; en la mayor parte de ellos, de: vanidad vanidad, que hace obscurantismo, es decir: egolatría humana.
7 No les importa llevar de la Verdad, les importa llevar lo que ellos creen que es verdad; porque creen es de ellos, la Verdad que es del espíritu.
8 Cuanto mayor elevación tenga ese espíritu, más claro hablará la Verdad, porque cada creatura espiritual, alcanza mayor luz de verdad, a mayor elevación.
9 Entonces, antes de que el mundo fuera, escrito está: yo era espiritualmente hablando; yo sé más que todos los hombres, de las cosas y manifestaciones de la formación del mundo; pero vamos a entendernos ahora, que en este tiempo tan breve, el hablar vicisitudes pasadas del ayer, eso sería perder el tiempo; y eso, ya no puedo permitir: que hablando de un ayer, se descuide lo del hoy.
10 Hoy, que tenéis que enseñar los conocimientos del espíritu, que quiere desarrollar su voluntad espiritual para llegar a plano elevado, donde precisamente, va recibiendo el baño luminoso; el baño luminoso, de palabras explicativas de conocimientos que en la tierra, los hombres no comprenden.
11 La humanidad, no comprende todavía, la mayor parte; claro que hay excepciones en todo; porque dije yo el día primer o, que un continuo acontecer, es la evolución espiritual, la del espíritu; y otro suceso, fue la caída del hombre, cuando cayó de su lugar de origen; es decir, cuando descendiendo de los planos virginales, encontró su edén.
12 Estaba la tierra hecha un edén, precisamente, porque el Padre, la había hecho para que el hombre no tuviera motivo para ensuciarse; era todo limpia y la criatura espiritual, venía de paso, porque ibais vosotros a evolucionar a otro plano que os tocaba y os tocaba ir a otros planetas diferentes, como toca aquí, en vuestras escuelas humanas, cuando vosotros no estáis bien en clase.
13 Cuando vosotros, no estáis con vuestra medida a su alcance, ¿qué hacen en aquel lugar? Os bajan a otro año, os mandan a otro salón; os mandan, porque salís reprobados; porque no habéis tenido la armonía suficiente, os mandaron a armonizarlo todo; y vos todavía, no entendéis que venís a hacer armonía; entonces, sois vosotros los que no habéis entendido que la evolución en la materia, es la que hacéis dolorosa, por lo que hizo la mente carnal.
14 No es así, igual, en todos los planetas; no es así, en todos los conjuntos planetarios; no es así como aquí, en primer lugar, porque no se tienen los cuerpos densos, como los tiene en la tierra el hombre; y el dolor, viene en la carne, sobre todo el destrozo; todas las cosas dolorosas y pequeñas, son de la materia; y yo, os he hablado de la evolución sin la materia, porque en otros mundos, como no hay esta clase de materia, se evoluciona para el Espíritu; es la evolución en un ámbito abierto, directa para el Espíritu, para que el espíritu aumente más en su energía divina, desarrolle todas sus potencias; y todas sus facultades de él, las ponga en movimiento, en los astros; por los cuales, él anda y se mueve, para hacer todo lo que toca a él como trabajador.
15 Porque cada uno, tiene que trabajar en espíritu; no hay espíritu perezoso, todos los seres están trabajando; y yo mismo, estoy trabajando, para poder tener el universo en orden; porque el Padre Celestial tiene todo en orden a través de sus hijos espirituales, así como en la tierra; porque aquí y allá, tiene tanto de parecido.
16 Así como en la tierra, tenéis para qué os hagan vuestras casas, a vuestros arquitectos; para que os curen el cuerpo, a vuestros médicos; y así sucesivamente, tenéis diferentes servicios por diferentes criaturas, por diferentes titulados; así también en el espacio, así también en los planos celestes, en las esferas espirituales, hay seres para desempeñar toda clase de trabajos y ordenar toda clase de necesidades hacia la evolución.
17 Todos están participando y laborando, puesto que la evolución es la manifestación de la superación, es la misma Ley. La Ley de la evolución, es la Ley de la superación.
18 Entonces, todos están en marcha para tener rítmico, sistémico, equilibrado, elevado, apacible y musical, un ambiente armonioso, en que todos participan, cada uno, en su especialidad que, por el momento, debe tomar; aunque el espíritu, va tomando también de toda clase de trabajos, aquí como allá y allá, como aquí.
19 Vuelvo a repetir, que hay mucho parecido; y a medida que el espíritu va pasando por diferentes planos y esferas, se va elevando, va tomando diferentes trabajos de acuerdo con su elevación y de acuerdo con la esfera espiritual a la que ha llegado; pero entonces, está trabajando y está evolucionando pero con alegría, está evolucionando con felicidad, está evolucionando con dicha; no está evolucionando con el dolor, con que están evolucionando los cuerpos carnales en la tierra,
20 Y como no fui comprendido, os digo: que siempre que confundáis las manifestaciones del espíritu, con las manifestaciones de la carne, os vais a equivocar; porque el espíritu en el alma y sin materia, es un ser completo; y la materia, sin el espíritu: ¿qué es? Es polvo que se pierde y el viento lo lleva; y son energías que vuelven a la tierra, para seguir reproduciendo árboles, para darle de comer al hombre, porque la energía del cadáver, nutre la tierra para alimentar al hombre, y entonces los mal llamados: muertos le dan existencia y animación al hombre, por lo que le dan su energía que vuelve a la materia, para ser energía como antes.
21 Primer o la materia se formó por energía; o sea la energía, se hizo materia y el cuerpo humano se manifestó; ahora, viene que la materia, vuelve a ser energía, para ir a alimentar la tierra y darle de comer al hombre.
22 Coméis energía de muertos, según vosotros; y yo, os digo, que no hay muerte, que todo es manifestación de vida; entonces, en mi palabra de día primero, que era palabra para entregaros revelaciones maravillosas de mayor altitud, ya habéis visto que no se supo entender, que no se supo comprender; y por eso estoy haciendo alusión a ella, repitiendo algunas revelaciones, aclarando otras, ampliando otras.
23 Porque después de leer muchos libros, el hombre, al oír mi palabra, puede confundirse; pero no le confundo yo, lo confunde la forma de leer sus libros; los libros primero deben buscarse que sean amigos, que sean libros espirituales; y después, saberlos entender e interpretar.
24 Ahí tenéis los libros de mi verdad, escritos por mis plumas de oro, ¿acaso tratáis de estudiarlos e interpretarlos? Ya los habéis olvidado; ahí tenéis los escritos de otras facultades de mediaunidad también y no sabéis interpretarlos tampoco; entonces, no depende que se lean, depende de la interpretación de cómo se entienda lo que se sabe o no se sabe: leer, pensar y comprender.
25 Hay que saber leer, hay que saber pensar, y hay que saber elegir lo que se quiere comprender. Entonces, que vengan para que escriban, escuchando mi palabra y la de mi mundo espiritual.
26 No soy yo el que vaya decir lo que otros escriben, que vengan a escuchar mi palabra, para que la llenen de lo que le falta a los libros, a los libros que no han sido bien explicados, bien entendidos, bien dictados, bien escritos.
27 ¿Cuántos errores, por falta de comprensión del que escribe y del que lee? Para escribir, se necesita pedir la luz del santo Espíritu, para que no escriba la mente carnal del hombre.
28 Dejar que escriba la mente espiritual, iluminada por el santo Espíritu y entonces, escribirá mejor.
29 Por eso precisamente mi palabra, es a veces palabra fuerte, palabra reveladora, palabra que rompa definitivamente la ignorancia; o sea, que los malos entendidos, no existan, que no se confunda una explicación con otra.
30 ¡Cuántos interpretes de la Biblia hay, en todos los credos y en todos los lugares en los que estudian la Biblia! Millares y millares, pero no todos la saben explicar, ni tampoco la saben oír y mucho menos los oyentes la saben entender; aun la Biblia, necesita, para ser entendida, pedir al Espíritu Santo su iluminación, para que vayáis a lo que está escrito, no a lo que creéis que está mal escrito; porque hay unas palabras que son errores de la Biblia, sí las hay, pero también hay otras cosas que son profundas revelaciones de la Verdad y no las habéis hallado; porque la Biblia, ya os he dicho, que también fue escrita por creaturas humanas.
31 Como hay facultades de mediaunidad ahora, de diferentes niveles de mediaunidad, que podéis vosotros alcanzar y otros, no entender así también los que interpretaron la Biblia y los que la hicieron; porque había juntas de ancianos, de profetas, de inspirados, de patriarcas, de apóstoles, para platicar unos con otros; y entender, que todo fue movido por los hombres, como todo lo del mundo es movido, por los hombres.
32 Unos, se dejan mover por el espíritu, y hay mucho del espíritu; otros, no se dejaron mover por el espíritu, y hay menos de la Verdad y en otros menos; y otros, menos recibieron; y así es la escala evolutiva, en la receptividad del intérprete del pensamiento, de la idea súper humana, que viene a traer luz al mundo, para el que sabe entender, lo que quiere decir en cada mensaje.
33 Tened la seguridad que si en este momento, estuvieran hombres de gran entendimiento, en este momento empezarían a maravillarse, por la forma en que se están desenvolviendo, sencilla pero claramente, estas explicaciones tan importantes que debe saber el hombre en la tierra,
34 Porque en la tierra, se debe empezar a hacer su luz, a desencadenarse, porque tendrá que hacer en la tierra su evolución, toda la que corresponda en la tierra, hasta que ya esté en condiciones de pasar a otra latitud; es decir, que el estudiante pase a otro año de estudio de la enseñanza.
35 Porque también vosotros, que estáis con los hijos de la tierra; o sea los que empezaron su evolución en la tierra y que todavía hace poco, han llegado los últimos, porque siempre siguen llegando nuevos por eso encontraréis siempre indígenas, por eso encontraréis siempre: primitivos, porque son los que hace poco llegaron a la tierra, o son de la tierra, porque siempre hay unos que llegan y otros que van; y hay un cruce de movimiento, entre unos y otros.
36 ¿Podéis entender, a qué evolución corresponden? Los que ya están más evolucionados, me comprenden más y no equivocan las revelaciones del Espíritu, con las procedentes de la materia. Cuando yo les hablo del espíritu, no tienen por qué revolverse, en las manifestaciones de la materia.
37 ¿Hasta cuándo, ¡oh! Hijos del Padre Dios, hasta cuando me vais a entender? Ni en mi pensamiento, ni en mi palabra, sabéis cuándo os hablo del hijo de Dios, o cuando os hablo del hijo del hombre, por eso vuelvo a repetir, por eso vuelvo a hablar, por eso conservo un poco más a las facultades que pueden interpretar, lo que más tarde, será muy buscado por las multitudes.
38 Esta cátedra que estáis oyendo, pasará el tiempo, y los que están grabando están haciendo un puente, una conexión, para que otros tomen, para que otros graben, para que otros escriban, para que otros tengan y para que otros guarden esta herencia de la santa madre; o sea, de la santa vida espiritual, de esa madre divina, que es la manifestación del Padre en su maternidad y paternidad unidos, que como herencia sagrada, se otorguen a los que vienen; y que sepan que también en este tiempo, hubo la palabra del Cristo, fluídica, espiritual, maravillosa, esencial, potente, verdadera y luminosa; y que sepan, que el celo jamás ha abandonado a la tierra, aunque la tierra siempre se olvida del celo, del reino del Padre; pocas veces, recordáis de ello.
39 Entonces, en esta cátedra, os hago aclaración que unos vienen y otros van, que aquellos indígenas, que aquellos que están todavía en los fondos de los vicios y que quieren nublar su conciencia con lo que toman, con lo que beben aquellos; aquéllos que todavía empiezan su evolución, que tienen su atención a toda su animalidad, no debéis tratarlos mal, no debéis juzgarlos ni apartar vuestra presencia de ellos; debéis estar presente con ellos, amorosamente, pero debéis enseñarles de mis cátedras y debéis enseñarles con amor, que tienen lo que algunos nombráis: karma o sea, en su restitución de causa y efecto, una expiación dolorosa sin embargo, no les juzguéis, ¡ayudadles! Aun a los que tienen lo llamáis: un karma feliz porque karma, es: acción.
40 Ya os dije, que puede ser de dolor o de felicidad. Es con felicidad, cuando se tiene ya una acción de felicidad; es porque ya se está viviendo en espíritu, porque ya están terminando la evolución de dolor; y ya van, a la evolución de dicha, la evolución del puro espíritu sin la materia.
41 Cuando el espíritu, ya no necesite a la materia, ¡qué bello será en esa evolución! Pero para eso, vosotros necesitáis primero, llevar a cabo y merecer ese cambio, lograrlo con esfuerzo propio; hacer en la tierra vuestro celo, hacer en las sombras vuestra luz, porque de las sombras, viene precisamente fíjate lo que os digo, lo que vos llamáis: dolor y que, ¡tanto teméis! Le teméis al dolor y lo formáis, le teméis al dolor y lo buscáis, porque buscáis hacerlo y provocarlo, porque buscáis faltar a los dictados de la Ley divina del Padre Dios.
42 El ambiente, que también está presente, con su forma gris y densa, está manifestando también la lucha. En este momento, en el aparato que está trabajando y que está recibiendo, al mover los labios, el ambiente denso en el que estáis vosotros, siempre viviendo al respirar, vosotros respiráis eso; al abrir los labios, tomáis vuestro ambiente; no, el ambiente espiritual.
43 Por eso os hablo, os explico y quiero, que cambiéis de mente, para que cambiéis de ambiente, para que cambiéis la conducción de vida, para que cambiéis y deis al espíritu la preferencia; pues el espíritu, es el número uno; y primero, es el espíritu.
44 En verdad vosotros que no habéis entendido por profundas estas revelaciones del día primer o; es porque confundís siempre la evolución con la caída del hombre, cuando cayó del que nombráis el edén.
45 Fijaos lo que ya os he repetido, pensad en una escalinata larga, muy larga de creaturas, que van de lo alto, van rodando; y van rodando y van cayendo, pero no todas llegan hasta el bajo fondo, unas caen y reaccionan, antes de llegar a la mitad; y dicen: ¡perdón, Padre! Y vuelven al Padre, por su libre albedrío, no todas las almas que han caído; hasta el precipicio unas han caído como ahora sobresaltadas, han recapacitado; y no bajaron igual todas las amas de esos seres, porque nunca los espíritus son todos iguales; entonces, de acuerdo con su rodada y su caída, así es también la cantidad de reencarnaciones necesarias a ellos, para la suficiente evolución; hasta que los de la tierra, hayáis terminado de conocer, de experimentar y de aprender.
46 Tenéis que saber lo que os falta conocer y aprender de la tierra, tenéis que perfeccionaros cómo se perfeccionan relativamente los hombres en la tierra; es una relativa perfección, porque es la de la tierra.
47 Esta perfección relativa, no es la que tienen en otros planetas, ni en otros lugares donde hay más perfección; entonces, todo es diferente según los planos en que moréis.
48 Debido a eso, debéis ser celosos y cuidadosos con los mensajes que tenéis; porque éstos mensajes, son las luces futuras de la herencia cumbre del Cristo, hablando al mundo en el Tercer Tiempo de su comunicación divina, en que ya la humanidad las necesita, como bálsamo para sus heridas.
49 Necesitáis, para el saber del espíritu: el bien del alma y el del cuerpo. Por eso auditorio amado, he pedido que este pedestal mío, trabaje un domingo de cada mes, porque quiero daros, pero quiero daros ¡tanto! Que no podréis llevarlo.
50 El día primer o conocí vuestra pequeñez, vuestro desacuerdo que midió muy corta a la humanidad; y para entablar conmigo diálogo, se necesita saber lo que se dice; y sobre todo, cómo se dice.
51 Dialogar humanos con humanos, puede ser. Dialogar con el Cristo, sólo puede hacerlo el que entiende y comprende que estoy hablando de revelaciones del Cristo; pues, ¡he aquí! Que yo, no vengo por los huesos de los hombres, no vengo por los cadáveres, por los cuerpos de los hombres, yo no he venido aquí por las formas humanas; yo he venido, a rescatar la esencia del Espíritu, he venido a llevar a las almas, al reino universal que les corresponde; pues la carne, aquí se queda y el alma vuestra, me la llevo yo.
52 Mirad qué diferencia, si vosotros habéis atendido y comprendido, si vosotros ya sabéis lo que he aclarado, en esta ocasión respecto al día primero en breves palabras, ¡decidlo! Pero decidlo, no como queréis vosotros, no como decís que yo lo dije, sino como habéis entendido y comprendido, lo que yo os dije. El que pueda, que hable una palabra; es decir: oigo y escucho, a uno de vosotros.
(Testimonio eliminado)
53 Pueblo, he ahí a un discípulo que sabe lo que digo y entiende lo que hablo; he ahí un discípulo que habla sin equivocación, púes ésta, es la Verdad: el espíritu, en su nivel; yo, Cristo, esencia divina del Verbo del Padre, los dos, de Espíritu a espíritu, hablamos; y yo a su espíritu, digo; y su espíritu dice, a través del cuerpo, lo que oigan los demás; y así, en esa forma, este discípulo amado, ha hablado con certeza; pocas palabras, pero sin equivocación.
54 En verdad, lucecita encendida, yo bendigo vuestros labios y bendigo también vuestro corazón y os digo, ¡oh! Ser amado: que así continuéis siempre, que sigáis pensando, hablando y entendiendo, como hoy habéis sentido, lo que quiero decir. ¡Bendito sea el momento en que viniste al mundo con un cuerpo, para interpretar al espíritu divino, sin confundirlo con el espíritu del hombre! tal, cual lo has dicho ahora, por eso, os bendigo, ¡oh! Flor humana, en el nombre del Padre; y en el nombre de Cristo y del santo Espíritu, ¡bendito seáis! Bendito seáis.
55 Este resumen ha cubierto todo lo que el hombre, pudiera decir, porque eso de que él dice: tú eres el espíritu divino del Cristo que, hablas a mí espíritu también, yo en mi nivel, tú en el tuyo es exactamente pero vosotros sois, los que tenéis que ir elevando de nivel, espiritualmente.
56 ¡Qué belleza al contemplar la luz de un ángel superior, de un espíritu luminoso que antes fue hombre! La luz, de un ángel superior, que antes fue sombra en un cuerpo y que se ha purificado y que se ha levantado por encima de todas las pequeñeces humanas, diciendo la palabra: yo soy espíritu así, ¡así os bendigo a vosotros! Y no tendréis ya, ¡tanta equivocación!
57 Si al levantaros por la mañana, dijeseis al mundo, con el espíritu: ¡mundo, yo espiritualmente te bendigo, yo espíritu! Pero siempre, la misma palabra: yo espíritu empezaréis armónicamente ese día, porque empezaríais con el número uno de todo lo que sois vosotros: el número uno que es el espíritu primero, para que ese número uno, siguiera manifestándose a través de sus vehículos; y siguiera manifestando la grandeza, del que sabe, que es el espíritu hijo del espíritu divino.
58 También os dije el día primer o, auditorio amado, algo más que parece que no se entendió bien en algunos de los oyentes, que lo peor que el espíritu en la creatura humana hizo al caer; ¡lo, peor de todo! Es haber pensado y haber sentido: la ausencia del Padre Dios él creyó temeroso esconderse alejarse, apartarse del Padre, por lo que había hecho.
59 Es decir, desde el momento de que ese pensamiento de separatividad del Padre, se hundió en la mente inferior del hombre; el hombre, escribió lo peor de sus desdichas porque él, antes se sentía con la presencia de Dios; pero cuando se equivocó y rodó, se sintió que estaba apartado de lo que había hecho y que debía apartarse, para que no viera su mancha; entonces, ahora vino lo peor que puede hacer el espíritu en la creatura humana, el peor de sus pensamientos, el peor de sus errores, la peor de sus mentiras, el peor de sus engaños, creer y sentir: que el Padre está lejos de los hijos; y que, no está el Padre en vosotros, porque no demuestra su caridad, como la quisierais vosotros
60 En vosotros está la causa, porque ya os he dicho, porque hay muchos que son deudores de causas cometidas durante varias encarnaciones pasadas y no han acabado de pagar; y lejos de comprender lo que deben, culpan al Padre Dios, de que permite las guerras que el hombre hace, porque el hombre hace y de su obra, culpa a Dios.
61 ¡Qué injusticia y qué ignorancia! De las obras del hombre, se culpa al Espíritu perfecto y puro.
62 ¡Las guerras! ¿Acaso las manda el Padre? No os dije yo, cuando estuve en el cuerpo del hijo del hombre, cuando estuve en el cuerpo de Jesús: ¿no os dije yo? ¡No mataréis! Entonces, cómo es posible, si yo venía como enviado, cual mensajero de la voluntad divina. ¿Cómo es posible que digáis que está escrito lo del mundo, desde que éste se formó con todas sus tragedias, porque ya estaba formado de arriba, por la voluntad del Padre? ¡Cómo? En verdad, os digo: si el Padre, hubiera formado eso que es horrendo no sería perfecto ni divino
63 Vuelvo a repetiros la palabra: ¡no mataréis! No hagáis daño a las flores ni a las mariposas, ni al reptil que se arrastra a vuestros pies, menos a vuestros semejantes que tienen esencia de vuestra esencia y manifestación de vida en vuestra existencia humana; si con amor y vida del Padre, la creatura humana: el hombre ha sido formada.
64 Yo predicaré por vuestro conducto al mundo entero, hasta donde sea posible el mensaje de la divina presencia de amor y vida; para que sepáis que amor y vida, como perfecta vida y amor del Padre, está en la creatura humana; pero lo peor que puede hacer la ignorancia del hombre, es alejar a Dios de vuestro pensamiento, eso es arrojaros a vosotros como espíritus, al materialismo, a la ignorancia, a la miseria a los vicios y a las enfermedades y a todo lo que los errores lanzan al espíritu del hombre; porque la ignorancia, la ignorancia hace que la creatura humana, vaya al despeñadero y se arroje de lo alto; porque el ignorante tiene una mente creadora, de pensamientos tergiversados, dañinos y sombríos que está fabricando, que está formando; y esos pensamientos, son, no conocimientos de la Verdad del Padre, no interpretaciones acertadas de la Verdad, de espíritus elevados con almas luminosas; son pensamientos del ser pensante del momento, que tal es su escasa evolución y que no puede hacer otra acto u obra, hasta ese momento.
65 Sale de la mente de humo, porque humo tiene así, sale el pensamiento. De acuerdo con el pensamiento, es el nivel del hombre, de acuerdo con su evolución; de acuerdo con lo que es el hombre, es su destino, formado por el mismo.
66 No culpéis al Padre, no cometáis tal falta, no tengáis resentimientos contra él, porque sufrís; y porque sufrís, por lo que vosotros, habéis hecho y formado, en verdad, os digo: que si el paraíso hubiera seguido como el Padre quería, no sería este mundo lo que es, seguiría siendo paraíso de espíritus lúcidos con almas limpias, luminosas y elevadas, como son en otros planetas y en otras esferas; como son en otros sistemas planetarios que no necesitan de lo opaco, de la denso; que no necesitan manifestarse en barro, cuando pueden proseguir un largo camino en espíritu evolucionante también.
67 Porque la evolución espiritual, es un tratado ¡tan bello y tan sublime! Que el día que ya empezarais a desarrollar formas maravillosas, de la evolución espiritual ya sin la materia, en lo que es esencialmente la evolución espiritual; ese día, tendríais vosotros que sentiros otra vez, en el edén perdido.
68 Mientras, escuchad; pero cómo voy a decir esas revelaciones de la Verdad, si cuando quiero hablar algo de esa revelación en mi palabra, no me entendéis y decís qué vais confundidos, ¿ cómo puedo hablaros, todo lo que tengo que deciros, si no podéis retenerlo, si no podéis comprenderlo, si no podéis todavía asimilarlo?
69 A cada uno, se le da el alimento que cada uno puede digerir, que cada uno puede llevar en sí mismo.
70 Mentes altas y bajas, yo quisiera que de estos momentos, los hombres os llenaran con su presencia; y que la voz se extendiera cual es mi voluntad, para llenar el planeta tierra del eco de la resonancia que repercutiera la palabra; y que, se dijera: ¡basta ya de sentimientos y culpabilidades que ponéis en el Padre! ¡Basta ya de decir que es descuidado y que no os ama, porque os ve sufrir y no lo remedia! ¡Basta de injurias a la, divinidad! ¡Basta ya!
71 Por eso, en estas cátedras en que he necesitado facultad desarrollada para ello, para haceros despertar en la forma en que vosotros merecéis despertar: fuertemente para que en vuestra conciencia sepáis, que vuestra voluntad ya quiere; ya quiere figurar, con la mente en la trilogía, que debe de estar rítmica y armónica, equilibrada: mente humana, conciencia y voluntad avanzando trilógicamente, como tres luces que se unifican en una y absorben al hombreespíritu y lo llevan a lo alto, donde la luz lo espera; y ahí, comprenderéis plenamente, en que todo lo que pasa trágicamente en la tierra, está prohibido por el Padre; sin embargo, habéis desobedecido los dictados de los mandamientos del Padre.
72 El Padre, me envió a vosotros; y al enviarme a vosotros, fijaos bien, lo que os digo pueblo, para que no interpretéis erróneamente mi palabra, mi alma universal luminosa, porque todo espíritu debe manifestarse a través de su alma para poder ser visto como la luz, como la corriente luminosa, que es el espíritu; ya que necesita un foco para alumbrar, que es el alma, para que no se confunda, en uno solo; y sea uno, y la otra y el otro, diferentes luces que se prestan para que la corriente ilumine a través de todos los focos que pueden dar la luz a los demás pues, mi alma luminosa, vino al hombre, tomé cuerpo del hijo del hombre, ya que mi alma, que es mi esencia de ser amor universal, para representar al hijo de Dios en la tierra, necesitaba del santo binario; para unificar el celo con la tierra por medio de la redención, por medio del sacrificio en la crucifixión, por medio del amor y por medio de mi obra de amor divino.
73 Antes de la cruz, en la cruz y después de la cruz, hice obras, aunque vos no lo sepáis, porque no hice solamente lo que vos decís que hice, ni os enseñé todo lo que os falta aprender; hice un poco, porque para eso falta la preparación; y os dije: las obras que yo hago, éstas y otras mayores, haréis vosotros y este es el tiempo, en que se cumple mi palabra; pues mi alma luminosa dejó el cuerpo, fijaos bien, que mi alma de Jesús, el Cristo ungiendo al humano, el Cristo de Dios sigue manifestando.
74 Sigo manifestándome, por medio del alma universal divina, por qué si no, me manifestara por mi alma, ¿cómo podrían los videntes, ver mi luz, si no hay quien vea al espíritu? Necesito el alma, para comunicarme, necesito mi alma para manifestarme, necesito mi alma para mi misión, necesito mi alma, que también está en el reino, porque en el reino también, el reino de las almas, siguen las almas trabajando, siguen las almas convertidas en amadores, en misioneros; en misioneros, de otra forma de manifestación en otra misión, pero siguen los espíritus en sus almas cumpliendo, de acuerdo con los planos y los mundos, las misiones; y de acuerdo con las misiones, así son los espíritus misioneros.
75 En verdad quien guarde esta cátedra, oro espiritual guardará y también material; o sea: sabiduría espiritual para la conciencia y conocimientos de conducción, para la mente humana.
76 Entonces, es mi alma universal, el alma de Jesús, cual el Cristo, es la que os dice: mi cuerpo lo habéis crucificado, pero a mi alma, también en veces, le dais sacrificio. ¿Cómo sacrificáis el alma del Cristo? Cuando os destrozáis los unos a los otros, cuando pedís sangre y más sangre; cuando la derramáis unos contra otros, en la barbarie; estáis sacrificando, ya no al hijo del hombre, sino al amor de Dios, a1 alma de Jesús, cual el Cristo universal.
77 Mi alma universal seguirá brillando, más otros también habían pensado que había dejado el alma y que sólo en Espíritu era, y en verdad os digo, que también esto queda aclarado; pues, si fuera sólo el Espíritu, no hay quien pudiera ver la luz de la corriente eléctrica, sin el intermediario que es el foco; no hay quien pueda ver la corriente, sin el intermediario indicado; así es el alma, el mundo necesita la luz de mi alma universal, para mover al mundo en comunicación, en acción y en amor.
78 Amor y vida, es el nuevo mensaje; amor y vida, es la palabra que viene a enseñar al hombre: la maldad que hace, la ignorancia del hombre carnal porque la ignorancia es del hombre carnal, de la creatura que como bestia tiene su mente limitada y muy arraigada, pero muy arraigada en la carne y en sus vanidades.
79 ¡Vanidad de vanidades, da el resultado de aflicción de espíritu! ¡El que pueda entender, que entienda! Lo que el Cristo, os dice, en esta cátedra de día primero.
80 Y vos amado mío que curáis a vuestros enfermos, y que al curar a vuestros enfermos pensáis en mí y a veces os conmovéis. A vos, que el misionero os volvió a su seno que es mi seno, a vos amado mío, os digo: ved como médico, en cada creatura, a un átomo divino ¡ved la esencia divina y amadle y curadlo; y antes de que hagáis vuestra receta, haced por él esta oración pequeña: ¡mi espíritu te cura hermano mío! Manda mi espíritu a tu mente, la luz del espíritu que cura, que quita ignorancia y que es todo bien, pero manda también mi esencia a tu espíritu, a través de la aparente distancia se dé la mano al Cristo con el espíritu del hombre; ¡levántate y sé sano, en nombre de aquel que es uno y que no tuvo hacedor, que surgió de sí mismo!
81 Amado mío, pensad en que está frente a vos, una energía inmaterial unida a un cuerpo material; dadle el toque de vuestro espíritu a su espíritu y veréis que vuestros enfermos sanarán.
82 Vos, que queríais apartaros de mí, no podéis apartaros de mí, ¡oh! Médico, porque ya toqué vuestro corazón; y cuando se toca el corazón, con el amor del Cristo; cuando se tiene todo, menos la palabra espiritual, parece que faltara todo, faltando las lecciones espirituales.
83 ¿Verdad que no se siente lo mismo, vivir dentro de la enseñanza del Cristo, que vivir sin su cátedra? ¿Verdad que la vida, manifiesta en la existencia humana, toma tintes de tristeza y de soledad?
84 No, nadie debe sentirse solo, el Cristo vida, el Cristo luz, el Cristo amor ¡siempre está con vosotros! Y de él, ¡llena siempre de amor, a todos los pecadores!
85 Y decís vosotros: y, ¿si son asesinos? Vosotros, no vais a responder por las acciones de ellos, dadle amor a toda creatura.
86 Voy a ser, más explicativo: amad al mineral, al vegetal, al animal, amadlo y protégelo del hombre cruel y al hombre, amadlo, pero amadlo como a vuestra misma esencia y substancia, no como decís que os amáis a vos mismo, porque vos decís lo que vos no sabéis; si os amaras a vos, haríais lo que quiere vuestro espíritu, os amaríais a vos mismo, como espíritu,
87 Amaros a vos, es entender lo del espíritu, lo demás es egolatría, lo demás es falsedad, es engaño y vanidad; todo lo que es, cuando vos decís a los demás de que tenéis muchas virtudes que los hombres deben alabaros, es vuestra vanidad la que os habla; cuando os sientes como si fueseis mejor que otros, es que no os estáis viendo ni observando, en el espejo justo de la Verdad; porque si vos, os veis cual sois ciertamente, puede ser que os horroricéis, viéndoos peor que a los que vos juzgasteis como malos.
88 Reconoced vuestros propios errores, con el valor que os da la Verdad de la realidad espiritual; y así, como en un espejo os ponéis frente a frente para ver el cuerpo; así, debéis ver también al espíritu: frente a frente es decir, ver a la luz o experiencia del espíritu, con la visión del espíritu, ver la pequeñez del hijo del hombre, del barro, de la individualidad; verla, con la luz de la conciencia del Espíritu y veréis que es vanidad, lo que es de la carne y es aflicción del espíritu,
89 El espíritu sufre, el espíritu siente a través de su alma; de su alma, porque a través del alma siente ; fíjate bien, el alma detecta y determina de lo que le rodea, porque el alma es una especie de puente entre la materia y el Ser espiritual, entre la materia y la esencia, por eso es que el alma se manifiesta, aunque el espíritu no tenga acrecentada esa sensibilidad como espíritu, pero sí la tiene su alma, el alma en su comportamiento de estímulo y respuesta detecta y percibe lo del espíritu; y le apremia, quiere irse a la luz universal de la gloria; pero el alma detecta también lo del hombre; y el hombre, quiere hundirla otra vez; y es una lucha que el espíritu a través del alma tiene, entre celo y tierra.
90 Almas benditas, de seres que lucháis: ¡fortificaos con mi palabra! Almas amadas, de espíritus que lucháis: ¡iluminaos con mi luz! Almas de hijos de Dios que lucháis: ¡recibid mi bendición! En el nombre del Padre, en mi nombre cual el Cristo, iluminándoos con la luz del Espíritu Santo.
91 Y en este Tercer Tiempo, con mi bendición a cada creatura que está presente, reciba cada uno de vosotros: mi caricia en su alma y espíritu. Recibid, cada uno de vosotros mi amor, en vuestra sensibilidad espiritual; recibid cada uno de vosotros, la esencia divina de esta palabra.
92 Amados míos: yo os espero purificados y limpios, muy lejos de la fatua materialidad creada con la errónea interpretación del hombre. Con la vida y el amor del espíritu, os espero en el reino del Padre Celestial.
¡Mi paz, sea con vosotros!
15. Sentidos humanos y sentidos espirituales
Octubre de 1943
1 ¡Gloria a Dios en la Verdad, gloria a Dios en la justicia, gloria a Dios en el amor! ¡Paz a vosotros, los de buena voluntad! Mi Espíritu irradiando sabiduría para vos, ¡oh! Mi pueblo amado, para manifestar en esta irradiación del pensamiento divino una lección más de mi enseñanza, para que llegue a vos, mi pueblo amado.
2 Una vez más, en la lección de mi enseñanza materializada en palabra humana, trayendo en ella la esencia de mi justicia, amor y sabiduría; espiritualmente, deja en vuestro corazón y en vuestra alma, un rocío de bendiciones, un rocío de paz; de paz, agradable y armoniosa.
3 ¡Bienvenido seáis, mi amado pueblo, en el nombre del Padre, bienvenido seáis, en mi nombre de Cristo y bienvenido seáis, en nombré del santo Espíritu! Yo os doy la bienvenida y os recibo, para que vos, también me deis la bienvenida y me recibáis con el amor con el que yo os recibo a vos.
4 Soy el mismo Cristo, al que vais a buscar al pie de los altares y en las iglesias de diferentes ritos que nombráis cristianos; soy el mismo Cristo, que os envía bendiciones allá y bendiciones aquí; aquél, a quien suplicáis, puesto que así lo hacéis; me suplicáis al pie de los altares que llegue hasta vuestro corazón, que llegue hasta vuestra alma que está herida, para dulcificar vuestra existencia amarga.
5 Vais y allá, me confesáis vuestros pecados que aquí calláis; y allá, me manifestáis vuestros errores que aquí guardáis; y ante las imágenes que no tienen vida, hacéis juramentos de palabras y de contrición; y entregáis ahí vuestras cuitas y vuestros pesares y pedís sobre todas las cosas, no lo que quiere Dios; sino lo que vos queréis, sin saber que la sabiduría del Padre Celestial, rige mejor vuestra vida en vuestra existencia humana que vosotros mismos.
6 ¡Oh! Mi pueblo amado, así me busca la humanidad; la humanidad que tiene esta creencia de lo espiritual, me busca como el señor de la salud; y en verdad, sí, yo soy el señor de la salud del alma y de la mente humana e irradio para vos pensamientos de ello; de amor y de salud, diciéndoos: la salud mental está en no pensar mal, la salud está en no hablar mal; la salud espiritual y del alma, está en no hacer algo que cause dolor, en no hacer maldad y me llamáis: el señor de la salud cómo también me llamáis: el señor de los milagros y yo, os digo: si vosotros, ponéis toda vuestra fe, el milagro será hecho el prodigio será realizado, poniendo la fe en el Padre Dios y en mí.
7 Pero vos, queréis sin poner vuestra fe que se haga aquello que os place, que se haga aquello que vosotros anheláis, aquello que deseáis caprichosamente; y también, me llamáis: el sagrado corazón de Jesús y yo os digo: habéis rebajado mucho, en los nombres que me dais, a la esencia de mi existencia; yo no soy un corazón, con nombre de Jesús; yo soy la esencia, el Espíritu o efluvio divino que manifiesta el amor de Dios. Yo soy el Cristo, el Verbo Divino que hacía latir el corazón de Jesús, pero no precisamente soy un corazón de Jesús; yo, soy la esencia espiritual universal y divina.
8 ¡Me llamáis con tantos nombres, me llamáis de tantas formas! Que en este tiempo, ya no es suficiente para el entendimiento del hombre; ya no es suficiente esas palabras, para la razón; con ellas, no se razona ya, se necesita la transformación de los templos del fanatismo, hacia las escuelas del pensamiento; y las escuelas del pensamiento, sí os enseñarán más.
9 En este momento, estoy irradiando con vos; y ésta, es una escuela del pensamiento; del pensamiento, libre y espiritualizado. Fue en un ayer, en el que ya vivisteis vosotros y en el que ya no debéis vivir; un ayer, de cuando se necesitaban muchas antorchas y muchas penitencias; y cuando se necesitaban sobre todo muchas imágenes frías, sin alma y sin pensamiento.
10 Ahora, yo quiero ser la imagen del Verbo Divino; la influencia, de la esencia del amor divino fundida en vuestra conciencia; plasmada la imagen maestra del Cristo de Dios, creada en vuestra alma y en vuestra mente humana; yo quiero ser la imagen viva, de vuestra mente clara.
11 Sí, mi pueblo, amado, para que penséis y comprendáis que, como cambian los tiempos, deben cambiar las doctrinas para que madure la mente de la humanidad; las mentes de los varones, de las mujeres, de los niños y aún de los ancianos.
12 Se necesita, de acuerdo con las revelaciones de la enseñanza divina, así sea la obra; y se necesita que se practique con la obra, la acción de la fraternidad, la auténtica hermandad de convivir como en familia, toda la humanidad; porque toda es familia de un Padre, solamente; y vosotros, sois hijos del mismo Padre y hermanos: uno de todos y todos de uno de acuerdo con las obras, será Cristo, el amor divino, manifestado en ellos mismos; y será su espiritualización, en cada espíritu, de todas las creaturas humanas existentes.
13 Internamente, yo estoy trabajando esencialmente en vosotros, para plasmar mi imagen en el interno de cada uno y también en cada uno de vuestros hermanos; en todos los hijos de Dios, internamente estoy puliendo, internamente estoy lavando, internamente estoy desmanchando, desde lo interno hacia lo externo.
14 Lanzo mi luz divina, desde el interno a lo externo; y vosotros, al recibirla del externo, la grabéis hacia vuestro interno para que todo sea purificado; y para que vosotros, seáis también unidos al Cristo, al amor de Dios; y seáis a la vez: espiritualizados porque cada uno de vosotros, lo seréis; y entonces, seréis uno conmigo, en el reino de la inmortalidad.
15 Así en verdad, todo vive y palpita, se manifiesta en vibraciones y se expresa; todo tiene su tiempo de existencia, todo se transforma, todo crece, todo se supera, todo existe, pero siempre en subvención y en continua participación de los unos a los otros; por eso las escuelas espiritualistas ahora os dan doctrina, no solamente la doctrina de devoción, del corazón; sino también, la doctrina para el entendimiento, el alimento para el entendimiento y el espíritu; la doctrina, que es justicia, amor y sabiduría a la vez, la doctrina que es consejo y consuelo a la vez, la doctrina que es purificación y suavidad, la doctrina que es elevación para alcanzar la espiritualidad.
16 Porque yo, Cristo, estoy irradiando y comunicándome para transformar vuestra mente humana; no para dejar vuestra imagen mental como estaba antes: sólo de pura humanidad y de bajeza material de mundo y carne y de humanidad; pero, de humanidad, fijaos bien lo que os digo: desarmonizada en eso estaba la mente del hombre, cuando solamente sabía: rezar y rezar repitiendo palabras al pretender orar; ahora, tiene que aprender a orar y a saber realmente; saber, de los conocimientos del alma; saber, de conocimientos acerca del espíritu; saber, de conocimientos de la inteligencia; saber, de manifestaciones de la vida eterna; porque el que conoce, experimenta, aprende y sabe del espíritu; sabe, de todos los conocimientos y de la esencia de todas las cosas.
17 No es el tiempo ya de rezar, repetidamente de la mañana hasta la noche; es el tiempo de estudiar, asimilar y saber cómo limpiaros y desmancharos; de cómo mejoraros, en tal forma que, en vos, fijaos en esta palabra en vos, sea la palabra del Verbo; o desde vuestra mente y vuestro cerebro, como una voz que internamente repercute; o desde vuestro corazón o sentir, como un mensaje de amor excelso.
18 Hombre, ¿por qué no habréis de oír la voz de vuestro propio espíritu, si vive y mora en vos mismo, si ama en vos, si piensa en vos mismo? ¿Por qué no habréis de oír la propia voz, de aquel al que vos, no conocéis con su propio nombre, porque vos no conocéis ni siquiera el nombre espiritual de vuestro propio ser; como entidad, no conocéis los poderes tan grandes que hay en vuestro propio ser, en la conciencia de vuestro yo espiritual.
19 Por eso, son estas escuelas del espiritualismo, para que vos conozcáis los poderes que todavía no conocéis en vos mismo; no conocéis el poder de vuestro espíritu, través de su mente; tampoco, el poder de una mente desencadenada de las cosas materiales, de una mente liberada, de una mente superior.
20 ¡Conoced el poder del espíritu, a través de su propia mente! No conocéis la grandeza del poder de su voluntad espiritualizada, esa que hará transformar, no solamente a la creatura, no solamente a los que viven cerca de vos, sino a todos los que siente n y sentís su palabra.
21 El grandioso poder que surge de la fe del espíritu, tampoco lo conocéis, porque la fe no es de la carne, la fe es una de las potencias del espíritu; del poder, consciente, del poder de la divina conciencia, del poder de la maduración del hombre, de la creatura humana en armonía al mismo ser espiritual que la habita.
22 Entonces, debéis comprender que los conocimientos de manifestaciones grandes que aquí yo os enseño a cada momento, no son para guardarlos; os los revelo y enseño para que los llevéis más allá de vos; no son para guardar, las muchas cátedras y muchos libros que escribís de ellas, ni son exclusivamente para un uso personal. Invitad, repartid, convidad, dadle a la humanidad de la herencia que he dejado para todos vosotros, porque esto es para todos, pueblo amado.
23 .las cátedras mías, son de todos; no solamente, son vuestras. La esencia de la palabra mía, es para todos; y no solamente es para vos, mi pueblo, es también para aquellos de otras doctrinas que vayan cambiando el rezo fanático, por la oración sentida y más conciente.
24 La oración sentida y conciente, de que cuando se habla concientemente con el espíritu; entonces, pueblo amado, estáis expresándoos desde el trono del espíritu y todo, os obedecerá; y si le dijerais a la tierra: ¡aquiétate! La tierra se aquietará, ya que estaríais hablando con la voz del hijo de Dios, porque vos, sois el espíritu hijo de Dios; pero cuando vos, tratáis de hablar con la voz material, de la forma simbólica en su expresión, no tenéis del poder del espíritu, dentro de esa forma materializada de expresión; pero si vos espiritualizáis vuestra propia forma de expresar, entonces tendréis el poder de la espiritualidad.
25 Yo, no he venido a enseñaros a que materialicéis el espíritu, ¡no, mi pueblo! Yo he venido a enseñaros, a que espiritualicéis la materia. Sí, que la eduquéis, que la corrijáis, que la frenéis, que la limpiéis y armonicéis, para que sea digna de dar el mensaje espiritual; y ¿qué mensaje espiritual podéis dar? ¿No comprendéis que si dais el mensaje espiritual, es el mensaje divino? Porque el espíritu, fijaos en mis palabras y nunca las olvidéis el espíritu, es partícula del gran Espíritu; y por él se manifiesta cada criatura amada o ser espiritual hijo de Dios, surgiendo unido al Padre.
26 Espiritualmente, cada uno de vosotros estáis ligados al centro, al Padre Celestial, como están ligados los rayitos de sol, al sol; así vosotros, sois un rayito de luz del Padre, un átomo del Padre que crece en poderes y que en su crecimiento, vuelve o se afina al Padre, pero yo os he acompañado siempre porque soy el amor que en vos mismo existe y vive; el amor que da ternura, el amor que da perdón.
27 Desde cuando tuvisteis voluntad propia, vos descendisteis; y vinisteis a la tierra en vuestro descendimiento, plano por plano, para tomar experiencias de todos los planos, para que vos, con conocimientos y experiencias, llevarais la lección asimilada, aprendida y cumplida al volver en vuestro retorno.
28 Cuando vos, descendisteis como espíritu ignorante, en un alma sencilla y también en una creatura sencilla y limpia; cuando la tierra, os atrajo por esa vibración animalesca; cuando vos, vinisteis a hacer de cada plano un cuerpo, un elemento, un vehículo de manifestación de vuestro espíritu.
29 Porque, cuando de cada plano tomasteis la substancia o los elementos que os habían de servir para manifestaros y expresaros en aquel plano; yo, el amor, ya latía en vosotros mismos; yo, el amor, estaba con vosotros y en vosotros, yo el amor, nunca me he separado de vosotros; yo, el amor, soy en verdad, influencia o Espíritu eterno creador; yo, el amor, quiero amar por vosotros y a través de vosotros, a la humanidad entera.
30 Entonces, en cada plano en el que vosotros descendíais, yo os fortalecía, para que siguierais precisamente en la evolución elegida para vosotros; porque no os creáis que solamente en el hombre evoluciona así, como vos vais hacia los hombres de la tierra y que no hay otras formas de evolución; ¡no, mi pueblo! Hay muchas formas de evolución y diversos géneros de evolución.
31 ¡Pobre humanidad, pobre universo, pobre cosmos! Si solamente, hubiera una sola forma: la del hombre pero yo, en cada plano en que os revestía con la substancia y elementos de aquel plano, ponía yo también mi fuerza de amor para que siguieras haciendo, en vuestro descendimiento que hacíais brotando de Dios, naciendo o surgiendo, de lo perfecto y divino hacia la ignorancia, dando cumplimiento a la Ley de evolución, en esta forma de evolución; porque vuelvo a repetiros, que la evolución, tiene muchas formas de verificar la grandeza y la superación en los hijos de Dios, como a su vez que en todo lo existente.
32 Ved ahí el mineral, ved ahí al vegetal, ved ahí el animal, al hombre racional en el género humano; y también, hay otros géneros de evolución, en otros sistemas planetarios, de otros mundos, de otros sistemas y galaxias en el universo que vos no entendéis ni sabéis ni comprendéis; pero, en verdad os digo, que en cada plano, en donde vos recibíais la experiencia, la fuerza, el consuelo y el consejo; consejo, para deciros: ¡seguid adelante! Yo voy con vos, en cada plano y ámbitos existentes; yo, sabía de vuestras intenciones y conocía de vuestros propósitos; y yo, os animaba, explicándoos muy dentro de vos, con aquella voz orientadora que es la voz del espíritu divino, la voz de la orientación; yo os decía: la vida está en vos mismo, vos como ser o entidad espiritual sois la vida. ¡Seguid adelante!
33 Así como habéis descendido, ascenderéis de nuevo otra vez, cuando hayáis tomado toda la experiencia de la manifestación de vida existente; y cuando hayáis tomado toda la experiencia de la expresión de la vida, cuando un rayito de sol se convierta en una luminaria, cuando crezca ese átomo divino en poderes, vos volveréis a ascender como descendisteis; porque esa forma, es para el bien y adelanto de la humanidad, el espíritu del hombre será ángel y más que ángel, será luminaria en sí mismo sí, pero después de haber pasado por el tamiz; por el tamiz, de los mundos en los que debe encarnar y reencarnarse para conocer, experimentar, asimilar y aprender la lección de los mismos.
34 ¡Yo, siempre con vos y vos siempre conmigo; nada nos separa, nadie puede separarnos! Porque, en verdad, yo soy de vos, el punto de atracción principal. ¡Fijaos bien! Que ahora no lo comprendéis, pero llegará el día en que comprendáis que: yo soy el punto de amor, en el que os haréis capaz de sentir amor y compasión, por cada uno de vuestros semejantes, por cada uno de vuestros hermanos, por una parte de vos misma, humanidad.
35 Yo soy el punto secreto, misterioso, por ahora invisible; el punto de atracción amorosa, soy yo con vos; y habéis bajado a todos los planos y estáis en este planeta tierra, pero estoy con vos; y si caéis una vez, yo os levantaré; y si caes setenta veces siete, yo os levantaré porque yo os doy el impulso divino para elevaros nuevamente a las alturas, de donde volveréis un día por ser hijo del celo.
36 Pueblo mío, los hijos del celo, no pueden hacer tumbas para ellos en la tierra, porque las tumbas de la tierra, no pueden aprisionar a los hijos del celo; eso es, vuestro espíritu, él no tiene tumba, él es el Hijo de Dios, él es el Hijo del celo y no puede quedarse en la tierra, él tiene que volver hacia su Padre creador.
37 Por eso, mi enseñanza divina espiritual, no cesa; trato de transmitiros siempre, pero en superación y sobre todo, trato de hacer llegar mensajes de entendimiento, para que vayáis cambiando aquellos moldes del pasado, por moldes nuevos.
38 ¡Yo soy el modelo y el modelador de los hombres! Y traigo, la enseñanza clara del Espíritu.
39 Yo soy vuestro modelo, porque debéis hacer lo que yo hice; modelador, porque os estoy moldeando.
40 ¡Estoy limpiando el diamante que se ensució en vuestro mundo! Estoy limpiándoos amorosamente, pueblo mío.
41 Por eso, precisamente estoy esperando que acabéis de cumplir, en vuestro destino, la misión que os trajo a este mundo; la misión, de la experiencia del aprendizaje de la enseñanza de la espiritualidad, esa es la misión, que os trajo a este mundo.
42 Hay un destino; y vos, sois el artífice de vuestro propio destino; eso ha sido, desde vuestra primera encarnación; y este destino, se está cumpliendo y vos seguiréis, al cumplir vuestro destino desarrollando todos vuestros poderes.
43 ¿Por qué no probáis de mi enseñanza divina, para demostrar en esta enseñanza, el poder de la voluntad? ¡Qué poderosa es la voluntad! ¡Espiritualizaos y probadlo!
44 Estas escuelas, son donde vengo a enseñaros el poder del pensamiento limpio; porque el pensamiento sucio, tiene su poder equivocado, va hacia abajo.
45 El poder del pensamiento limpio, busca hacia las alturas y a la blancura de la luz.
46 Aquél que piensa en forma sucia, lleva su dardo a su pecho; y aquél que forma pensamiento de imagen blanca de la luz, va hacia el celo, con la cara al celo.
47 Es necesario, sí, que comprendáis, el que los tiempos están madurando, que comprendáis que las mentes como todo en la manifestación de vida van creciendo; ya no son todas las mentes, de niños; ya hay mentes, adultas, ya hay mentes maduras, aunque pocas, pero hay.
48 En esas mentes ya maduras, quiero yo hacer mi luz, proyectarme, quiero reflejarme, para que mi imagen de justicia, amor y sabiduría como blanca luz radiante en vuestra mente, tenga conocimientos mejores que darle al mundo; todo aquel espíritu y creatura, donde yo realice mi plan divino.
49 Porque cada uno de vosotros, llegará a ser predicador, evangelizador, pero no de escuelas arcaicas, mi pueblo, sino de la escuela espiritual del pensamiento libre; es decir, del pensamiento sin trabas, sin cadenas; del pensamiento espiritualizado, ya os lo expliqué.
50 Entonces, poco a poco, iréis viendo dentro de vosotros mismos; iréis viendo dentro de vos mismo y veréis luz en vuestro corazón, luz dentro de vuestra alma; un alma, que resplandece y alumbra: la luz de mi presencia en vos mismo es necesario que comprendáis ¡qué bella es mi presencia en vosotros!
51 ¿Por qué no me habréis de ver, brillar en vos? ¿Por qué no habréis de ver, mi santa proyección luminosa? ¡Oh! Hijo de Dios, que sois espíritu y que nuevamente habéis tomado temporalmente un cuerpo de carne, ¡oh! Hijo de Dios, que sois espíritu y que podéis verme a mí que soy esencia de amor, como una grandiosa luz en vuestra alma, como una luz en vuestro pensamiento, como una luz en vuestra conciencia, como una luz en vuestro propio sentir. ¡Vedme, en vos mismo! Que yo, quiero también, veros en mí.
52 Añoro ver que vuestro camino, es mi camino, que ya sabéis venir a mi encuentro que ya sabéis hablar mi evangelio, que ya sabéis amar a toda la humanidad.
53 Sed mi pequeño establo de belem; sí, sed mi belem, mi pueblo; yo quiero nacer en vos, pero no como Jesús, sino como yo Cristo, yo amor; en tal forma, en que sintáis que, cada uno de vuestros hermanos, es vuestro propio hijo, vuestro padre o hermano y que debéis amarles así; y yo, estaré amándoles desde vuestra propia mente y conciencia.
54 Entonces, ¡venid, como vais a los altares que me habéis hecho, como vais a buscarme en templos de cantera y recintos diferentes! ¡Venid a escuchar mi palabra que viene rompiendo cadenas y que viene acabando con la ignorancia, no por medio de antorchas; sino por medio de la luz del espíritu, porque las antorchas no son luz que dura; las antorchas, pronto se apagan, pero yo, tengo la luz del Verbo convertida en palabra que es con la que debe iluminarse cada uno de vosotros y aún la misma nave en que estáis vosotros!
55 La luz de la palabra del Cristo, la luz del Verbo Divino convertida en la palabra desmaterializada, la luz de la palabra clara y espiritualizada que os enseña y os repite: vos también sois el camino espiritualmente hablando. Vos, también sois la manifestación de la Verdad y la vida, espiritualmente hablando.
56 ¿Por qué no habréis de ser, a semejanza de mis apóstoles? Si mis apóstoles del Segundo Tiempo, fueron también como vos y vos como ellos. ¿Por qué no habréis de ser, un apóstol de mi doctrina?
57 En verdad, en la humanidad, hay las doce formas de proceder de mis apóstoles; cada uno de vosotros, tiene el suyo. Pocos son dulces y amorosos como mi apóstol juan, de mi tiempo, el del tiempo de Jesús; pocos son fuertes, como pedro; pocos son entendidos, como santiago; y cada uno de mis apóstoles, tiene su particularidad y vos, también.
58 Al que le guste hacer obra por amor, que haga obra como juan: obra por amor al que le guste hacer obra directa, enseñando, rompa las cadenas de la ignorancia, que les enseñe del saber del espíritu, como santiago. Aquél que quiera llevar a cabo la fuerza del Espíritu que cura, que sana, porque el espíritu es salud, que sea fuerte, como pedro.
59 Y así, cada uno de vosotros, encontraréis que tenéis facultades en la mente, facultades en la conciencia o insospechadas facultades en vuestra alma y en el espíritu que os sorprenderán a vosotros mismos; pero para encontrar todos los poderes que hay en vosotros mismos, se necesitan estas escuelas; ya que, solamente rezando memorizadamente, no llegarán a poseerse las facultades espirituales que son potencias del espíritu.
60 ¿Estáis entendiendo pueblo amado, la lección de mi enseñanza? ¿Está llegando a vuestro entendimiento? Si está llegando mi enseñanza a vuestro entendimiento, entonces, escuchad algo más: pensad que soy vuestro omnipresente, sí, porque de vuestro espíritu que es el átomo divino ¡jamás me he separado ni me separaré! Ni en vuestro descenso, ni en vuestro ascenso hacia la luz; y cuando os identifiquéis al Cristo y os espiritualicéis, menos me separaré de vos, porque entonces vos seréis conmigo y yo seré con vos uno; y vos conmigo, en el uno y el santo uno solamente reinará, pero reinará así, como el santo uno; es decir: sin divisiones personales sin vanidades, sin rencores, sin cizaña, ¡todo será limpio, blanco y radiante en virtudes, como el amor universal!
61 El amor universal, fluye del divino Espíritu; así, mi pueblo amado, yo quiero daros, pero a la vez, quiero darle doctrina al corazón; y quiero daros, espiritualmente amor y conocimientos; quiero daros, justicia, amor y sabiduría.
62 Quiero, que digáis: voy a curar a este enfermo pero, no con fórmulas químicas; sino con las potencias del Espíritu, con el poder de vuestra conciencia, con el poder de vuestra voluntad, con el poder de vuestro espíritu a través de la mente. Que se allegan ya los tiempos, en que las grandes curaciones se harán por el poder de las facultades del Espíritu.
63 Las grandes curaciones se harán fijaos en esto por vos mismo, desde vuestro propio centro, irradiará el espíritu; y si vosotros dejáis que él vibre pensamientos de su luz, él se sentirá en su laboratorio; vuestro cuerpo será un laboratorio y todo será salud y todo será paz.
64 ¡Dejaos curar! ¡Dejaos ayudar por vuestro Padre Dios, que mora en vos, por mí mismo que soy su amor divino y moro en vos; ayudadme a socorreros, pueblo mío! Y veréis, entonces, que ya no necesitaréis curaciones, como ahora las necesitáis, ni por fórmulas ni por determinado ser espiritual; vendré y en cátedra elevada en amor, diré a las enfermedades: ¡apártense! Y vos, con vuestra mente preparada, os uniréis a mí, y apartaremos vuestras enfermedades, porque estaréis unido en sentimiento a mí.
65 Vendré en cátedra, por medio de la palabra que evangeliza y diré a aquellos espíritus de almas en pena y turbadas: ¡tomad la luz y esos seres, la tomarán y no necesitarán tomar luz, como la toman ahora: enfermando cuerpos humanos ¡no, mi pueblo! Por doctrina, entendedlo y comprendedlo todo: desde la curación física, moral, mental o espiritual, todo será por medio de la alta palabra espiritualizada.
66 ¿Por qué no he de curaros, moralmente, si yo soy el amor manifestado? ¿Por qué no he de consolaros en vuestros pesares, si yo soy ternura y compasión infinitas?
67 Y así como me entregáis, en los altares levantados a mi nombre, todas las plegarias o suplicas, ¡dádmelas, mi pueblo! ¡Dádmelas! Que yo haré desaparecer de vos, todas las penas que tenéis y que lleváis consigo. Todas ellas desaparecerán por medio de la plegaria del sentir del corazón.
68 ¡Dadme vuestras plegarias, ¡que se conviertan en flores y en el altar del universo, se las ofreceréis a vuestro Padre Dios y a mí; y yo, os devolveré en cambio: gracias y más gracias, del amor divino como vos, queréis. ¿Por qué no habrías de venir a una cátedra y salir contento, si yo soy el mismo que vais a buscar a todos los templos de cantera y recintos, como ya os he explicado?
69 Yo soy el señor de la salud, que está irradiando para vos; y soy el señor de los milagros, soy el Cristo que irradia amor, ¿por qué no habríais de ser favorecido, después de lavar con mi palabra todo vuestro ser hasta que os halléis a vos mismo, al encontrar la salud que hay en vos como espíritu, como hijo de Dios?
70 El Padre Dios, no os pensó enfermo, mi pueblo; Dios, os pensó sano. Dios, no os pensó pobre, no os formó pobre, ¿por qué os habríais de sentir pobre, si tenéis todo lo que habéis menester, todo lo que necesitas? Dios, no os formó débil, vos sois fuerte de espíritu, de pensamiento y de voluntad y debéis ser fuerte en obras amorosas. Dios, no os pensó menesteroso; os pensó, hijo de Dios, heredero, del reino de los celos.
71 Yo quisiera, que toda la humanidad, escuchara mi palabra; para que, en vez de hincarse ante imágenes sin vida hechas por el hombre, elevaran sus pensamientos ante el Dios impersonal y ante el Cristo universal; pero, elevando el pensamiento y no doblando la rodilla. Elevando el pensamiento, para ayudarse a amar los unos a los otros, pero no con palabras, sino con obras.
72 Porque, ya pasó el tiempo de las muchas palabras; de las doctrinas con fingido amor y ofrecimiento de ayuda. ¡No, mi pueblo! ¡No! Llevad a vuestro semejante hasta vuestro corazón, acariciadle, y dadle alimento si no ha tomado alimento; y entonces veréis, que hay una luz radiante en vuestro corazón; esa luz, soy yo; yo, que con vuestras manos socorro a los pobres, yo que os bendigo, desde vuestro propio corazón.
73 Entonces, ¡atended y entendedme! Mentes que poco me comprenden; oídos que solamente oyen, sin escuchar atentamente: los que no pueden aprender que sientan y los que no puedan sentir que aprendan pero quiero, poco a poco, ya que de otra manera no es posible que cambiéis la imagen de vuestra mente, por otra mejor.
74 Y algunos, me decís y preguntáis: “Maestro, cuando ya no se necesiten los vehículos que el espíritu, en cada plano ha formado, ¿qué hará el espíritu, con ellos?
75 Voy a contestar este pensamiento. Sobre todo, hay un varón que insiste en pensar: ¿qué harán los espíritus, con aquellas envolturas, con aquellos vehículos que antes tomaron, para manifestarse en cada plano? De cierto y en verdad, os digo: cuando los seres pensantes, se vayan elevando y vayan abandonando aquel plano, van dejando las vestiduras de ese plano; y cuando se elevan a otro plano, van dejando aquel vehículo que ya no le servirá, porque ya no volverán a pasar por él, de nuevo; y cuando ya no tengan para qué, serán lo que son: Espíritu, verdad y vida porque todo lo que se toma, se deja; y solamente el espíritu, no puede separarse ni dejarse nunca: porque él es: la misma vida de su propio ser y la misma verdad asimilada en sí mismo, manifestándose eternamente en la creación.
76 En verdad, habéis venido a la tierra y habéis tomado un cuerpo bueno. ¿Os acordáis mi pueblo de ese símbolo que alude, a que de lo existente en la creación, fue surgido el cuerpo del hombre de la tierra? Quiere decir: que del planeta tierra, formasteis este cuerpo, ayudado por los grandes maestros de la forma porque cada plano, tiene sus maestros que le ayudaron a formar el vehículo de cada plano, durante el descendimiento; pues bien, pero entonces, si el planeta tierra, fue ocupado por el hombre y sigue siendo ocupado por el hombre, es que también les presta un cuerpo. Los elementos de vuestro cuerpo, son de los existentes en la tierra; como los elementos, de cada cuerpo que tenéis o de cada vehículo que tenéis en el universo, son del planeta o del plano a que corresponde, como antes os he explicado.
77 Así que, todo lo que se toma, se deja; menos a vos, como Ser o entidad espiritual, ya que no podéis dejaros a vos mismo, porque sois, espíritu y sois vida; y no podéis darle muerte a lo que es vida, por ser parte de la vida de vuestro único Padre espiritual, creador de todo lo existente.
78 Entended, entonces, ¡qué bello y sublime es elevarse a los planos superiores! Y que para ello, sirven las escuelas del espiritualismo, para daros la enseñanza espiritual de que: si habéis descendido hacia las tinieblas, es para volver a ascender de nuevo hacia la luz; y si habéis pecado, es para arrepentiros, es para levantaros, es para limpiaros de nuevo.
79 Yo, he venido a limpiaros de nuevo. ¡Ayudadme, a ayudaros a vos mismo!
80 ¡Si vosotros, pudieseis comprender, cuánto os amo! De esta cátedra, saldrías fortificado, por ¡tanto amor que derramo sobre vosotros! ¡Si vos pudierais comprender, cuánto tengo para vos! Podríais entender, también, que os falta la sabiduría y que tengo que estarla derramando en vos, de acuerdo con vuestra capacidad de entender y de aprender. El aprendizaje vuestro, es la medida, para que yo os dé, de acuerdo con vuestra propia medida ya asimilada.
81 ¿Me estáis entendiendo y comprendiendo, mi pueblo? ¿Me estáis comprendiendo, vosotros, ¡oh! Varones que habéis preguntado lo qué pasará, de acuerdo con el vehículo que como espíritu, vayáis dejando en cada plano? ¡Dejad lo que ya no sirve! Porque ya no regresaréis, al plano donde antes ya habéis cumplido la misión encomendada.
82 Aquí vendréis a la tierra, tantas veces como os sea necesario; pero no saldréis de la tierra, sino hasta que terminéis el destino como terrestres; pues así, en cada plano, tendréis que estar todas las veces que os sea necesario, hasta que ya no necesitéis estar en ese plano; y entonces, ya no tendréis que volver, a menos que vengáis a un descendimiento voluntario en una misión redentora, salvadora o iluminadora, como han venido mis profetas y como vine yo, a iluminar al mundo; porque cuando el mundo en pecado se ve, yo he sido la luz del mundo, pueblo; y por amor, he iluminado al mundo.
83 Entonces, si se trata de una misión celeste, volveréis de nuevo a tomar otra vez, vestiduras limpias, para venir a una misión elevada; pero a una misión maestra, a una misión superante, a una misión magnífica, a una misión del espíritu y en grande, magníficamente en grande.
84 ¿Acaso a una misión de redención, a una misión de transformación con lecciones de mi enseñanza o en su realización, tienen que venir los grandes realizadores a demostrarle al hombre, la capacidad del poder del espíritu por medio del pensamiento creativo? Sí, mi pueblo, tienen que venir, lo mejor que os falta; y para el dos mil, en adelante, vendrán los luminares; precisamente, porque en mi pueblo, ya podrán recibir a mis luminares.
85 Si alguno de vosotros, brevemente quiere contestar alguno de estos pensamientos, puede hacerlo.
(Testimonio eliminado)
86 En verdad y de cierto, os digo amada mía, que en esta ocasión, habéis puesto en vuestros labios, sal de sabiduría y de entendimiento completo. Nada quedáis a deber de lo dicho, porque del Espíritu Santo, formalmente, claramente por vos, ha venido la explicación de iluminación. No hay que agregar, todo está completo. En esta ocasión, vuestra palabra que ha tenido sal y sazón de sabiduría, es bendita.
87 Yo os bendigo, pero con la cruz; porqué vos, también tenéis vuestra cruz, amada mía. Cada facultad tiene su propia cruz; y sobre todo la cruz que vos, habéis entendido bien, cómo habréis de transformarla.
88 La cruz de la soledad, la podéis seguir transformando con mi presencia en vos mismo; y con mi presencia en vos, no habrá soledad, mi bienamada. ¡Bendita sea vuestra palabra, bendita seáis vos y bendito sea el momento en que la tierra hizo nacer vuestro cuerpo! La paz; que es mi paz, ¡sea con vos!
89 ¡He aquí que uno de mis ruiseñores me ha comprendido, ya que una de las facultades, ha hablado como si yo estuviera en ella. Precisamente eso es, lo que he querido deciros; y por ello, la he llenado de amor y la he revestido de luz.
90 ¿Quién de vosotros quiere agregar algo a lo explicado o a otro pensamiento diferente, de tantos y diversos pensamientos que yo he manifestado en esta noche ¡hablad!
(Testimonio eliminado)
91 ¡Bienaventurado aquél que sabe entender y sentir que el espíritu no tiene enfermedades y que por el espíritu, vendrá la salud!
92 Si vos, ya habéis comprendido bien, amado mío, que en el espíritu está grabada en su conciencia, la sabiduría adquirida de mi luz y la salud de mi efluvio divino, cuando, en verdad, os sintáis el auténtico hijo de Dios.
93 Cuando os sintáis: espíritu y verdad irá desapareciendo de vos, toda densidad, toda debilidad; irá desapareciendo de vos, toda enfermedad.
94 ¡Bendito seáis vos, también, porque en el año dos mil viviréis, pero en espíritu! En el año dos mil, no estaréis en ese cuerpo, ¿me entendéis lo que os digo? Y entonces, en el año dos mil, vuestra mirada espiritual quedará perpleja de cómo estará este mundo; porque empezará, para ese entonces, la verdadera transformación de lo sucio que está. Empezará la limpieza, para que se lleve a efecto aquí mi nueva Jerusalén.
95 Es cierto que al planeta, la humanidad lo ha ensuciado, que al planeta lo ha hundido, pero la misma humanidad lo tendrá que limpiar con dolor y sufrimiento; y para el año dos mil, ya estará limpiándose el mundo en su purificación; no estará completamente limpio, pero habrá más limpieza que en este tiempo.
96 En el dos mil. ¿Quién no podrá ser vidente, quién no será auditivo, quién no será intuitivo? En verdad, todos gozarán, no sólo del nombrado como: sexto sentido sino de otros sentidos espirituales, hasta hoy desconocidos; y que vos, como espíritu, amado mío, estaréis en alma, contemplándolo en ese tiempo. ¡Bendito seáis por mi palabra! Mi amor os bendice. En el nombre del Padre, ¡bendito seáis!
97 He estado con vos, mi pueblo y os he dado la enseñanza que vos requerís, de acuerdo con el tiempo; porque vuelvo a repetiros: de acuerdo con el tiempo, es la enseñanza; de acuerdo con el tiempo, la madurez del entendimiento.
98 Ya sabéis que el reloj, marca la hora, se mueven sus manecillas; también la tierra tiene su hora, tiene su hora para ser limpia y purificada; para que entonces, venga la Verdad, a triunfar sobre el haz de la tierra.
99 Hoy, el hombre, es más carne que espíritu; y después, será más espíritu que carne. Hoy, el hombre, habla como novedad, del que nombra como sexto sentido; y eso, ha mucho y también del séptimo sentido; otros pocos, del séptimo sentido, pero en verdad, os digo, que todavía no conocéis ni los poderes del espíritu que no tienen limitación, ni lo que se puede hacer fuera de los sentidos humanos, de lo que vos entendéis por sentidos porque el espíritu, ya no se limita a las palabras ni de los sentidos humanos daos cuenta que el espíritu, es como si fuera todo ojos, todo oídos, todo sensitivo; por todas partes ve, oye y siente todo él percibe y palpa, es omnímodo o pleno en su sentir espiritual.
100 Entonces, la palabra: sentidos humanos en sí misma, implica una limitación para el cuerpo; pero el espíritu, está más allá de los sentidos físicos, todo en él, es: ver, percibir, experimentar y saber sentir la gloria, entender, oír y percibirlo todo, es decir, omnímodamente en su misma entidad espiritual; entonces, el espíritu, que es el que conoce, porque él, sí conoce de la grandeza que la carne no conoce conoce el don de la ubicuidad; vos no lo conoceréis a través de los sentidos humanos estando en la materia, mas, ya en alma, con los sentidos del espíritu, sí lo conoceréis.
101 El don de ubicuidad, sí, todavía no llega; pero al dos mil y después, se hablará ya de él, se hablará de ese don que está todavía en el misterio, como todos los demás dones y facultades que vos, no entendéis por ahora, deberán estar por todas partes.
102 El don de ubicuidad, está unido al de omnímodo en su sentir, ya que se efectúa por esa misma omnipresencia.
103 Ya sabréis de estas manifestaciones del espíritu, más tarde. Por hoy, recibo todas vuestras penas. ¡Vengan a mí vuestras penas, vayan a vos, mis bendiciones! ¡Vengan a mí vuestras enfermedades y vayan a vos mis bendiciones de salud, de paz, de socorro, de protección, de amparo! Porque yo, os amparo en todos los planos existentes, tanto dentro como fuera de la tierra; como encarnados y desencarnados, estáis bajo mi eterna protección.
104 ¡No temáis! ¡Entrad en silencio! Y sentid la orientación que hay en vos. ¡Entrad en silencio! Y sentidme a mí y no os sentiréis solos. ¡Siempre estoy con vosotros! Ya os he explicado esto.
105 Entonces, mando vuestras pobrezas, fuera de vos; porque hoy, mi mente espiritual ha acariciado vuestra mente, para espiritualizarla y para iluminarla.
106 Amados míos, hijos del Padre Celestial: ¡llevad mi luz, mi amor y mi consuelo! ¡Llevad la luz de la esperanza, llevad la bendición y mi anhelo! Porque yo, anhelo la gloria para vosotros.
107 ¡Venid por mi camino! Yo os espero. Os he esperado por tanto tiempo, ¿por qué no os he de esperar un tiempo más? Pero para eso, ¡desmanchaos, elevaos, purificaos, limpiaos! Para que digáis, un día: “¡gloria a Dios en el universo y gloria a Dios en cada alma de espíritus encarnados o desencarnados.
108 Porque, en verdad, el alma sirve como el foco para vuestra corriente, para manifestarse primeramente por ella el espíritu, en el plano del alma, como se manifiesta en los demás planos existentes, que mi amado, ya os ha explicado.
109 Ahora, esta lluvia de luz, esta lluvia de bendiciones, os cubre desde vuestra cabeza hasta vuestros pies, mi pueblo amado y os lleno de gracia.
110 ¡No temáis enfermedad, no más tristeza! Y de cierto, os digo que tendréis un recinto nuevo muy pronto, porque mi protección está dada para la renovación de un recinto de paz y de comprensión, de un recinto donde vuelvan a llamarse a los componentes, no a retirarse los componentes; a llamarse a los trabajadores, como ha estado haciendo mi pequeño amado que os sigue agrupando a todos vosotros.
111 En verdad, amado mío, estáis fortalecido de acuerdo con vuestro trabajo. Sin embargo, vais a tener por vuestro trabajo, no solamente batallas, no solamente problemas, no solamente desengaños; vais a tener también alegrías, vais a tener también satisfacciones, vais a tener también triunfos.
112 Si seguís así, es decir, sin que se corra a alguien de vuestros hermanos, como se hizo antes; mientras vos, sigáis sin correr a ni uno; vos, triunfaréis, ¿me entendéis? Porque el error de aquéllos, fue el correr a sus semejantes; el retirar a los elementos que nunca hubieran de haber sido retirados; ese fue su pecado, que se les retiró del lugar, qué se les había entregado y asignado.
113 Entonces, no solamente, habrá pesares para vos. ¡Alegraos, de que conozcáis también satisfacciones! Pero tendréis nuevo recinto, nueva escuela; y en esa nueva escuela, seguirá la sabiduría espiritual para vosotros, seguirá manifestándose como en el sermón de la montaña: la palabra madura y espiritual para aquellos los que pueden escuchar, comprender y asimilar.
114 Yo os dejo, a todos unidos; a todos en fraternidad, a todos con paz espiritual; y recibo, a los que vienen por primera vez y a los que siempre han venido, con el mismo amor. ¡Yo os recibo y os bendigo! ¡Mi paz y mi amor, sean con vosotros; mi paz y mi amor, sea entre vosotros!
¡La paz de mi Espíritu, sea con vosotros!
16. La reencarnación
Octubre – noviembre de 1943
1 ¡Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres que tienen el corazón limpio y lleno de buena voluntad! Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que buscan la justicia, el amor, la rectitud, la mansedumbre y la Verdad. Paz a los hombres de la tierra, que aman y siente n la inocencia que tiene el corazón del niño; porque de cierto y en verdad os digo: ellos tendrán mi paz.
2 ¡Gloria a Dios en las alturas, paz, amor y misericordia a los hombres que moran bajo el sol! La luz de la gracia, sea con vosotros; mi amor y la luz de la fraternidad y de la esperanza, que es gozo en las almas. ¡Glorificado sea el Padre en el Hijo, el Hijo en el Espíritu Santo, y el Espíritu Santo en el pueblo bendito, Hijo de Dios!
3 En esta alba bendita de gracia, de luz de amor y de misericordia, una vez más el Verbo Divino derrama sus efluvios vibratorios para acercarse al corazón de sus amados. He aquí un rayito de luz de la irradiación del Espíritu que tanto ha amado al mundo; un pequeño rayo de mi luz, vibrando mis pensamientos en el entendimiento humano, para que sean convertidos en palabra humana.
4 En esta alba de gracia, llena de bendiciones y de raudales luminosos, yo os saludo con amor sacrosanto, pueblo hijo de Dios, y os bendigo con ese amor que rige los mundos en los celos y que hace vibrar cada corazón humano.
5 En esta alba de gracia, de luz, de amor, de ejemplo y de enseñanza, una vez más el amor pone de manifiesto su poder; y una vez más me manifiesto como amor por el entendimiento humano para convertir mis pensamientos en palabras y dejar grabado mi amor en vuestro corazón y entendimiento.
6 Yo os recibo, pueblo bendito, hijos del Padre Celestial, con amor; y os bendigo con misericordia, creyentes o incrédulos, porque os amo en gran manera.
7 Siempre os encuentro temerosos y pensativos, mis bienamados, diciendo: Maestro, estos golpes, estos ruidos no temáis; entended lo que tengo que deciros: cuando yo lleno una materia de mis efluvios, de los poderes vivos de la Verdad, de la justicia, no hay algo en el mundo que pueda turbar el arrebatamiento o éxtasis espiritual de aquella materia, porque nadie puede romper el hálito mío que está en su cerebro. No temáis; porque quien teme, tiene poca fe.
8 De cierto, os digo: la certeza del poder de Dios y de su providencia, debe ser más grande que el temor de los hombres.
9 Bienvenidos seáis los que queréis buscar la perfección, los que queréis encontrar el camino iluminado. En esta alba de gracia, dedicadme un momento, solo un momento, pero abridme vuestro corazón y vuestro entendimiento, porque quiero que entréis en comunión conmigo, ya que este mensaje es para los que ya saben sentir.
10 El Espíritu que tanto os ama y os seguirá amando por los siglos de los siglos; y eternamente, vibrando está desde los altos planos superiores, por el poder del amor y de la voluntad del espíritu divino, vibrando está, en sus parvulitos que buscan el sendero en su doctrina.
11 Al que transmite estos pensamientos, podéis ponerle el nombre que os plazca; mas, yo soy el mismo que os habló en el cuerpo de Jesús de Nazareth, soy el Cristo vibrando, ¡créalo el hombre o no lo crea!
12 Escuchad: cada criatura que surge en la tierra y cada ser que en la tierra mora, jamás se pierde la imagen de su forma en sus diversas vidas humanas. Si vos pudierais ver, humanidad, veríais en vuestro espíritu todas las formas que animó, todas las formas en las cuales vivió y vivificó.
13 Los seres humanos que tienen el alumbramiento de conciencia, pueden ver sus vidas pasadas y pueden ver, también, las imágenes de éstas.
14 En los éteres luminosos, la luz astral graba todo lo que ha nacido bajo el sol, todo lo guarda en esos éteres luminosos; en esa luz astral, están las imágenes desde la fundación de este mundo.
15 Pero el amor del Padre, ha sido la causa de la fundación de los mundos. Antes de que el mundo fuera, el amor del Padre ya se manifestaba, el Cristo ya era; y yo siempre os he manifestado que muchos seres poderosos han sido enviados por el Padre para que manifiesten en los diversos mundos su amor. Y yo el amor de Dios, mis pequeños, he sido designado por el Padre Celestial para manifestarme en todo y por todos, en toda su creación.
16 Pues bien; escuchad ovejitas mías, hijos de la luz, los que ansiáis o anheláis la Verdad: cada forma humana está perfectamente grabada, nada ha desaparecido.
17 Para vos, humano, hay minutos, horas, días, meses, años y siglos, para vos que estáis limitado contando los minutos en vuestro mundo. Mas, en la vida espiritual, en las altas moradas del Padre donde resplandece la luz de la Verdad, no hay tiempo ni se cuenta el tiempo como en la tierra, porque el espíritu vive la vida de la realidad y está por encima de todo lo que reina.
18 Y mi presencia está grabada en los éteres luminosos, en la luz astral, en el corazón del mundo; y en las aguas mi imagen se refleja, y el fuego es el símbolo de mi amor. Y aunque quisierais eliminar mi presencia, no podríais, porque mi imagen está grabada indeleblemente en el hombre, en el interno de cada ser humano.
19 Vosotros sois ardientes para aferraros a las cosas e influencias del mundo, a las manifestaciones pasajeras; pero no sois ardientes en mi amor inmaculado, porque queréis oponerle el análisis frío y el cerebro.
20 Humano mío, ¿quién os ha dicho que la carne puede analizar las manifestaciones del espíritu divino? ¿Quién os ha dicho que la materia humana, con el cálculo frío a través del aparato cerebral, puede analizar lo que es hálito del increado, del inviolado? ¡Quimeras! Ficción de hombres que moran bajo el sol; pero estas quimeras desaparecerán porque llegará el tiempo en que todo ojo me verá y todo oído me escuchará.
21 De cierto y en verdad, os digo: no es éste, el Tercer Tiempo, el tiempo del triunfo de mi Espíritu sobre todos los corazones humanos; es el tiempo de la preparación, de la siembra, pero no ha llegado aún el tiempo preciado de la cosecha.
22 ¿Os extraña que el Cristo, o sea, la esencia de amor divino que animó el cuerpo de Jesús de Nazareth, desaparecido hace menos de dos mil años, irradie vibrando su pensamiento a través del entendimiento humano?
23 Dos mil años o veinte mil años, son de muy poca duración en la luz astral e infinita. Y si la imagen de vuestros cuerpos está viva, ¿por qué no ha de estarlo la imagen del mío? Para la mente limitada del hombre, es misterio todo lo que se encierra en lo desconocido.
24 Si vos queréis, yo os llevo de la mano para que abriendo vuestra mirada y entendimiento espiritual, podáis penetrar a lo desconocido. Pero ahí no podéis entrar con la materia, ¡oh! Hijos de la tierra, pero antes hijos de Dios, no podéis ir con la materia, porque las formas, buscan lo terrenal; y lo que es espíritu, a las regiones espirituales de luz va; y lo que es materia, en la región de los mundos materiales se queda.
25 Os habéis apartado tanto de mí, que habéis olvidado lo que sois y lo que encierra en sí la poderosa y divina palabra: ¡Padre! Cuando se dice: ¡Padre! El que lo dice, reconociendo su paternidad universal y divina, se siente uno, dentro de su interno amor, unificado con Dios, en amor perfecto y purísimo.
26 Y los hombres de letras, se avergüenzan de hablar al Padre Celestial; y le toman como si fuese un mito, porque dicen que no lo han visto ni tocado, ni lo han sentido.
27 ¡Ah, humanidad, humanidad! Aquietaos, oíd, analizad, reflexionad prepararaos, para que entrando en meditación profunda, podáis sentir, a través de la unificación del pensamiento, el centro de vida y de amor que es el Padre. Ya os he dicho que sentir, es mejor que memorizar conocimientos.
28 Buscáis a Dios para amarle, pero queréis verle y sentirle; si vos primero lo sintierais, le comprenderíais; pues si lo vierais, entonces sería pequeño, como todas las cosas que pueden pesarse y medirse; y entonces, no sería Dios.
29 Debéis amarle, sentirle y respetarle, pero no intentéis saber de él, de todos sus arcanos, ni toda su sabiduría. Debéis recordar vuestro origen, pues si lo olvidáis, triste es vuestra vida y vuestro pensamiento; y esto, os hará sentir que estáis lejos del Padre.
30 él es: el infinito, el inmanifestado pero yo, soy el manifestador del amor del Padre, y por eso tomé cuerpo aparente, para que escucharais de viva voz la palabra del sagrado evangelio; y por eso, fui crucificado, para enseñaros mi amor divino.
31 ¿Creéis acaso, que es mi voluntad que existan las guerras? En verdad, os digo: es voluntad de los hombres no de Dios. Y ¿por qué no dominas a los hombres? me replicáis y yo, os contesto: porque los hombres, poseen el libre albedrío, a fin de que con su esfuerzo, hagan su propio bien.
32 La guerra, emana del mundo; la paz, es de las moradas del Padre; y si no tenéis paz, es porque no sabéis buscarla.
33 Pues bien: hay madres que pierden a sus hijos, pero, ¿quiénes son esos seres que moran en esos cuerpos pequeños de hoy? Son seres, que vivieron en la vida del ayer; y que fueron hombres pecadores, como vosotros lo sois también.
34 De los niños que nacen enfermos, paralíticos, deformes, etc . Vosotros decís: ¿por qué son castigados esos hijos, si son limpios y no tienen culpa? Escuchad mi palabra, escuchadme en espíritu y verdad: de cierto os digo, que no hay alguien, que este expiando injustamente; cada dolor, está justificado vosotros veis a los pequeños en estas materias presentes, mas no sabéis, de sus vidas anteriores, o mejor dicho, de sus materias humanas pasadas.
35 Yo os he hablado, de esa vida sucesiva del ser; de esas existencias humanas, en que el espíritu, necesita volver a tomar materia para perfeccionarse; pero vosotros, decís: ¿cómo es que no recordamos, los hechos de haber vivido antes? Porque el cerebro humano, no es el espíritu, el cerebro no registra estos acontecimientos porque no los vivió, ni los graba; a menos que el hombre, ya sea un humano potente de espíritu evolucionado, que pueda soportar los choques del conocimiento de lo que fue en sus pasadas existencias humanas y se lo participe a la materia.
36 ¿Qué sería del hombre que tuviera estas revelaciones, sin la debida preparación? No tendría paz o se convertiría en lo que consideráis demente, porque se acordaría de lo que fue en sus distintas existencias humanas si fue inquisidor, escriba o fariseo; o se acordaría, si fue uno de aquellos que gritaron: ¡crucifícalo y que caiga su sangre sobre nosotros y sobre de nuestros hijos! Y así, ha caído, hasta la sexta generación.
37 ¡No, mis amados, no es el celo el que castiga! Mas, no hay una lágrima injustificada, no hay un dolor que no tenga su recompensa o que no sea consecuencia de causas anteriores.
38 Hijos míos, hay un pensamiento que me dice: entonces, ¿tú eres el mesías, el mismo que dijo que volvería? Sí, yo soy y os hablo, la Verdad: la reencarnación, existe está establecida, como un orden de manifestación perfecta, como una causa para que el hombre se perfeccione a sí mismo; para que el mismo ser, o espíritu del humano, llegue hasta la meta de su destino espiritual.
39 En una sola existencia humana, sería imposible reunir todas las experiencias necesarias para la eterna salvación; es necesario renacer para progresar, evolucionar y ser perfecto. Si vuestro cerebro, no registra estos acontecimientos, preguntad a aquellos que se han preparado dentro del sendero de espiritualidad; y ellos, os dirán que sí se acuerdan de algunas de sus existencias humanas anteriores.
40 Vuestro cerebro no tiene grabadas vuestras existencias humanas pasadas porque vuestro cuerpo no las vivió; pero sí están grabadas en vuestro espíritu; mas, no podéis negar la reencarnación, por el solo hecho de que no aceptéis a la Verdad.
41 Frente a la eternidad, no es alterada esta excelsa manifestación, por vuestra negación. Así, pues, cuando veáis la limitación en la edad de los niños, pensad, en que: los dolores de hoy, son la justificación de las existencias humanas pasadas.
42 Estáis equivocados también, cuando decís: ¿acaso tú, Maestro, no sabías que Judas, iba a entregarte? Estáis equivocados en vuestras apreciaciones. Yo, sí lo sabía; lo sabía, como vosotros sabéis ahora, que la materia simboliza el “Judas” del espíritu; pero yo lo amaba, pues él tenía que ser la piedra de toque, pues hay hombres que son piedras de toque para purificar al alma en el espíritu. Por eso yo elegí a Judas, para que con la oposición del materialismo, resplandeciera grandemente mi doctrina de amor o sea la luz del espiritualismo; porque los enemigos del espiritualismo, cuando son conquistados por el, vienen a mí; y yo, a todos recibo.
43 Yo no vengo a contravenir los dictados de la Ley del Padre, vengo a que se cumplan.
44 Así pues, vos necesitáis vuestra materia para vencerla, de la manera como con mi amor vencí a Judas, pues el amor, todo lo puede; y no hay purificante más poderoso, que el amor.
45 Mas es menester la fe, porque la fe es la comprensión de la que surge la seguridad para cuando podáis exclamar: él es mi Padre, yo soy su hijo, no me dejará perecer.
46 La fe es hecha del amor a Dios; y el amor a Dios, nutre a los hombres de la fe sagrada.
47 Fe, hija primogénita del amor, yo te bendigo; esperanza, causa de la fe, yo te bendigo; caridad, causa de la bondad nacida del amor, tú eres la puerta y la llave de la salvación eterna.
48 Hombre, cuando lleguéis a espiritualizaros, cuando lleguéis a vivir mi vida, aunque sea en pequeño, surgirán en vos los poderes y todos los elementos de la naturaleza estarán bajo vuestra voluntad; entonces, cuando seáis puro de sentimientos y manso como un niño, dominaréis al agua, al aire, a la tierra y a el fuego, elementos que sólo las manifestaciones de los órdenes de la Ley espiritual pueden dominar y que se alcanzan por los caminos de la carne.
49 Vos, buscáis al Padre, y le decís: dame, Padre pero nunca le decís: toma, Padre y le pedís: trabajo, sabiduría, riqueza material y aseguráis, que si os diera todo esto, vos le daríais de cuanto tenéis. ¡Cuidado! Esto es poner a prueba al Padre Celestial, y, ¿qué haríais vosotros, si el Padre os pusiera a prueba? ¿Si él, os pidiese cuentas? No améis al Padre y a mi doctrina, por temor; amadle, porque él os ama. Dejad que la fe hable y el celo os contestará.
50 ¿Cuál es mi doctrina? Mi doctrina, es la siguiente: “amarás a Dios sobre todas las cosas; y a vuestro prójimo, como a vos mismo.” “no hagáis mal a ninguno, haced a los demás lo que queráis que os hagan a vos.” ésta es mi doctrina. Si cumplís con ella, beberéis del agua de la gracia divina.
51 El hombre, que va buscando la sabiduría que el cerebro admite, no llegará a mi reino; solo llegará, hasta que pase por el crisol de mi amor.
52 Humanidad mía, atended a mis palabras; grabadlas en vuestra mente y en vuestro corazón; y yo, os doy todo lo que podáis pedirme; menos, que os deje en el pecado para siempre.
53 Escuchad: los rayos del sol, desde el cielo llegan hasta la más infecta charca y recogen las aguas que más tarde fecundan los campos. Como los rayos del sol, son las irradiaciones de mi luz, ya que sus rayos llegan a todas partes donde el hombre está, preparándose para comunicarse conmigo.
54 Y entonces, digo al mundo: el ser humano es cual la flor de loto o como un lirio, ya que también en el fango crecen los lirios; pero yo os arrancaré del fango, humanidad mía, porque os amo grandemente; y porque desde el momento de la cruz, tengo mucho que hacer por vuestro bien.
55 Yo les hablaré pleno de amor; y aquellos que han pecado, se arrepentirán. No creáis que por ser pecadores, cerrarán su corazón ante mi palabra, ¡no!; puesto que los pecadores, siente n más la palabra redentora porque ellos buscan un consuelo para su pena, buscan palabras que el mundo no puede darles, buscan quien les disculpe, quien les comprenda, quien no les hable ya de sus faltas; sino les hable, de una vida mejor, de una vida con anhelos espirituales, de una vida digna y elevada. Yo, les daré todo eso, y el redimido, será para mí: más hermoso y preciado que las mejores piedras preciosas que más valoráis porque el alma de un hombre salvado, es para mí, un magnifico tesoro.
56 No olvidéis, que os he dicho, que hay otros mundos de pecado; y que aún en la misma judea, volveré a manifestar mi amor a los seres humanos, a través de los tiempos y las edades planetarias de la tierra, en la vida de los hombres.
57 Y, vosotros, visitaréis los pres iDios y los hospitales y veréis cuerpos en los cuales yo habito, corazones en los cuales yo moro, seres que son parte integrante de mi Ser; y que volverán a su centro espiritual de luz, porque mi amor será su redención.
58 Vosotros seréis portadores de la palabra, de las letras de luz que escribís y que dejan redención, esperanza y renovación en las vidas; os sentiréis ovejitas amadas, cual pequeños redentores, como pequeñas palomas mensajeras.
59 Pero no habléis con severidad, ya que no es así como se redime. Al pecador, no se le habla de sus propios pecados, no se le injuria. Habladle a las fieras con dulzura y con amor, y bajarán su cabeza mansamente; ésta es también, la manera de redimir al hombre; si tiene algunos méritos, decídselos; si encontráis alguna virtud, aunque sea una virtud entre veinte defectos no le habéis del defecto, sino de la virtud.
60 Pero, no es este vuestro criterio, no habéis procedido de esta manera, pues siempre estáis culpando; mas, si antes de juzgar, hicieseis un estudio profundo de vos mismo y de vuestros propios defectos; vuestro juicio, sería más piadoso y benévolo.
61 Vos, consideráis malos y desgraciados a los que están en cárceles y hospitales, y os apartáis temeroso de ellos; pero no sabéis, que también son dignos de entrar en el reino de mi amor; no sabéis, que también para ellos brilla el sol de amor de los celos.
62 Mirad, que ellos, serán vuestra piedra de toque, las piedras que os han de pulir; porque si visitáis prisiones y hospitales, veréis que muchas veces, ellos mismos se han buscado sus propios males; y en cada uno de ellos, encontraréis un espejo, donde os podréis reflejar vos mismo.
63 Escuchad: una vez, hablaba yo entre publicanos y cortesanos, y les hablaba el evangelio del Padre Celestial, de los hombres que había de redimir, y entonces, los dictadores de la ley, los escribas y fariseos, murmuraron mis actos y dijeron: mal día es éste para ti, rabí porque ellos creyeron que yo debía estar aparte y no con los hombres que se han equivocado. Yo contesté, como contesto hoy: no es mal día cuando el Maestro baja a los suburbios para salvar a los pecadores; también los publicanos son hijos del Padre Celestial por eso, yo os digo: ¡ayudadme a buscarles y salvarles, ayudadme a traerlos al sendero!
64 Os he dado más de lo que vos podéis comprender, humanidad mía, os estoy dando a torrentes, y por daros tanto, no cabe en vuestro cerebro tanta dádiva.
65 Pero en verdad os digo: cuando vosotros aconsejáis el bien a los que están apartados de mi sendero, es que yo, estoy con vosotros y muevo internamente vuestro corazón.
66 Y cuando habléis a un enfermo de mi amor, poniendo vuestra mano sobre su frente, decidle que cierre sus ojos, que piense en mí y que él me verá cerca de su lecho. ¿Por qué me verá cerca de su lecho? Porque en los éteres luminosos de vuestro mundo está impresa mi forma humanizada, y mientras exista el hombre en el mundo, me verá espiritualmente; por eso cuando el enfermo cierre sus ojos y piense en mí, él verá como el mensaje secreto de consolación va apoderándose de su alma cual suave caricia.
67 ¡Daos prisa, tenéis obra qué hacer! Yo escogí a mis apóstoles; no eran sabios, no eran bellos, no eran letrados en sabiduría humana; eran sencillos, campesinos, pescadores; y yo les convertí en lo que quiero convertiros a vos, colaborador mío, en pescadores de almas.
68 Mi mensaje de amor y de luz será cumplido en el asesino, en el fratricida, en el parricida, en el infanticida, en las que llamáis mujeres del fango, en todos será cumplida mi palabra; y de muchos de ellos, me serviré y les purificaré.
69 Hombres que vais por el camino de la vida, buscando cardos, abrojos y espinas para haceros vos mismo la corona; quiero quitaros esa corona de espinas; yo no os he dado la amargura que lleváis en vuestro corazón, vos mismo habéis llenado el cáliz de amargura, vos mismo habéis rebosado la copa, y después clamáis misericordia al celo.
70 Aquellos que de mí esperan por distintos caminos, les dije que antes del año de mil novecientos cincuenta habrá vicisitudes maravillosas en el mundo; yo me manifestaré en diversos enviados, en varias facultades inspiradas por revelación; y habrá más videntes; videntes potentes, que manifestarán al hombre los rayos de la luz; no los rayos que matan, sino los rayos de la luz del Cristo.
71 Sí, no hay que perder tiempo. El Primer Tiempo ya pasó, y en él, por Abraham, Isaac, Jacob y Moisés se manifestó la luz de mi Espíritu. En el Segundo Tiempo, he aquí yo mismo me manifesté en Jesús, hablé a las multitudes, pero había muchos lázaros y Magdalenas y a todos les hablé; me necesitaban, como en este Tercer Tiempo, todos necesitan al divino salvador.
72 En el Segundo Tiempo, bendije a la humanidad, y ella puso a prueba mi amor el día de mi dolor, de mi soledad, de mi camino, cuando los hombres, con varas, que tenían tantas espinas como pecados los hombres, penetraron mis carnes e hicieron brotar mi sangre. Así demostré a los hombres mi amor, así caminaba marcando con mi sangre las piedras del calvario, para que vos, humanidad, me siguierais.
73 Y hoy os digo: seguid la huella de mi paso. Vos pusisteis a prueba mi amor, y yo os demostré mi amor sacrosanto, y todavía, cuando me negáis, al negar pan al pobre que os lo pide, me dais de nuevo mis tres de la tarde. Lo que hacéis a la humanidad lo hacéis conmigo, es a mí al que se lo hacéis, ya que yo soy la esencia luminosa que vibra, en el centro del alma de la humanidad.
74 Yo soy el sol de amor ¡y cuán sublime es el brillo de este sol de amor que hermosea la tierra, cuando al levantaros y al acostaros habéis hecho el bien a la humanidad!
75 También con los médicos, quiero hablar, a ellos les digo: cuando visitéis al pobre, no le cobréis, porque yo os recompensaré en el reino del Padre; cobrad al rico, y de lo que el rico os da, dad al pobre. Y cuando vayáis a curar a los cuerpos, no les abráis el cuerpo sin antes buscar el remedio externamente; no pongáis cuchillo a la materia sin llevar antes las llaves de la medicina extraída de la naturaleza; en ella, encontrareis remedio para las enfermedades de origen material. Tomad en cuenta que cada sufrimiento, repercute en el Cristo y que el celo os premie y os bendiga.
76 En el tiempo en que yo estuve con los hombres, muchos se reunían para rebelarse y analizar de qué manera harían caer al hijo de María y de cómo desvirtuarían mi doctrina. Vosotros, no sabéis que ahora acontece lo mismo, que se han juntado grupos para deliberar, pues creen, que mi palabra, está haciendo daño a las religiones y a las ciencias humanas. Pero yo no vengo a causar división en los que escuchan mi palabra, porque soy la luz del Espíritu Santo y mi mensaje es para unir a todos los seres humanos en un solo sentimiento fraternal; a todas las ciencias del hombre, en una sola ciencia universal; a todas sus religiones, en una sola doctrina de amor.
77 Pero ellos temen la Verdad, y los que dudan de mi irradiación divina, no conocen las señales de los tiempos; ellos dicen que mi palabra no es posible a través del entendimiento del hombre, pero es que no están enterados de que estáis tocando un tiempo importante en el fin de una era y en el principio de otra era, que es de luz, porque es ahora cuando yo descorreré el velo, enseñaré la Verdad, y a cada hombre le señalaré el camino.
78 Así, pues, mi manifestación será, ¡créalo el hombre o no lo crea! Con o sin el consentimiento de aquel que no quiere recibir. Por encima del criterio de los hombres, está la luz del santo Espíritu; luz, de la Verdad suprema. Y éste, es el tiempo mío, el tiempo de mis enviados, el tiempo, en que enseñaré a los hombres el poder de la voluntad y del pensamiento elevado; y le mostraré, el engaño en que el hombre ha vivido por tantos siglos.
79 Vosotros habéis creído que todos los seres espirituales pueden irradiar, menos yo; esto, es un engaño; en vuestro mundo han irradiado y están irradiando seres que tiene cuatro mil o seis mil años de haber desaparecido su cuerpo de la tierra; y yo les doy luz a ellos, para que ellos la den al mundo. ¿Por qué lo que a ellos les es posible, no ha de serlo para mi o para vos?
80 Por mí, se manifestará el poder de la voluntad y del pensamiento. ¿Qué son mil o tres mil años para el mesías? ¿Qué es el tiempo, en la eternidad? ¿Qué es el tiempo en el infinito, en lo que llamáis espacio? ¿Qué es el tiempo en los planetas superiores? Nada es el tiempo.
81 Yo estuve con los hombres aquí en este mundo, acepte mi cruz, porque quise estar con vosotros. Dos mil años para mí son cual un suspiro en el espacio. ¿Por qué no he de irradiar? Si no he dicho que estoy descendiendo, o volviendo a encarnar a la materia humana; he dicho, que estoy irradiando. Vos podéis hacerlo, sí, un simple humano. Vos mandáis mensajes más allá de esta tierra, por medio del pensamiento. ¿Por qué no he de hacerlo yo, en este mundo tan pequeño que vos sentís tan grande y que es tan pequeñísimo para mí?
82 Vosotros siempre tenéis la tendencia de apartar lo divino de lo humano; y esta tendencia limita vuestro poder, aunque nunca al poder celestial. Buscad al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; buscad a los espíritus fuertes y luminosos, buscad a los luminares, dentro de la creación.
83 No caigáis en el error como en aquel tiempo en que buscaban las manifestaciones de Dios por medio de las tempestades y el trueno; es necesario que apartéis ya los errores de vuestro camino y vengáis al camino de la espiritualidad, de la Verdad, de la madurez.
84 ¿No os he dicho que hay tiempo para pecar y tiempo para arrepentirse del pecado? Pues bien, éste es el tiempo del llamado mundial, del llamado espiritual al mundo; y los hombres que odian a sus semejantes, yo haré que dejen de odiar por el poder de mi palabra plena de amor.
85 Todavía encuentro pensamientos de homicidio, pero yo transformaré estos pensamientos y en ellos pondré mi amor, para que en vez de quitar la vida, den vida con amor.
86 Son tiempos de tan grande importancia, que los seres que han dejado la materia, aparecerán, porque la palabra “muerte” no existe. Las almas que han dejado la materia y en espíritu se encuentran, aparecerán; y habrá revelaciones y los hombres escucharán a sus muertos, a los mal llamados muertos porque estos viven y los incrédulos los verán y no dudarán más.
87 Estoy hablando con la autoridad del que sabe, por eso os digo: la guerra está por terminar, pero todavía caerán muchos cuerpos hasta que termine; unos, por la guerra; otros, por la peste y el hambre.
88 Pero en la purificación de la tierra dentro de esta era, tres cuartas partes se irán y una quedará, serán aquellos que sirvan para la simiente de amor; mas quedarán con su vista espiritual abierta y abiertos todos sus sentidos espirituales, a la comprensión; con sus cuerpos menos densos, más sutiles para el servicio espiritual.
89 Y en este tiempo, al sencillo yo le haré preparado, y con mi voluntad y amor confundiré al letrado, al orador y me serviré de los campesinos, de los rudos, me serviré de los más sencillos para despertar a aquellos que han buscado siempre la materia de la letra y no la substancia y la esencia del espíritu.
90 Yo quiero moldear a los hombres con el modelo de la Verdad; porque en el pensamiento variable, quiere decir que no hay criterio propio; yo quiero pulir al hombre espiritual en base firme, en roca y no en arena movediza.
91 Pero vos me pedís, pruebas de mi doctrina amorosa, pruebas materiales; y, sin embargo, yo os he dado pruebas contestando a todos los pensamientos, sanando a vuestros enfermos, dándoos enseñanza, luz, sabiduría. ¿Y todavía me pedís pruebas? ¿De qué otra clase de pruebas queréis que puedan llenaros el corazón, así como estáis?
92 Toda doctrina que es mía, se conoce por su amor, por su paz, perdón y misericordia; y nadie hay que pueda dar de estas manifestaciones, sino el Cristo o sus enviados; y yo, os estoy dando a manos llenas y os entrego a raudales.
93 No os preocupéis, humanidad, en problemas que sólo vos buscáis. ¡Es tan sencilla mi enseñanza; y tan lejos de los problemas! Yo manifiesto sencillez; y el hombre, no atiende la Ley del amor y de armonía. Pero mi amor es el poder que mueve los mundos y los corazones, el que salvará a todos los hombres; y de este poder del amor, surgirán grandes maravillas.
94 En este tiempo, todo aquel que tenga fe, pensando en mí, llamándome por mi nombre, sentirá bálsamo curativo con la presencia de mi hálito, mi hálito tiene los elementos que yo utilizo para iluminar vuestras mentes, y desde las alturas vibro yo la Verdad que necesitan los hombres.
95 ¿No os doy pruebas de todo esto, humanidad amada? No creáis que voy a daros las pruebas materializadas que pedís; yo no he venido para que el hombre me rebaje hasta el materialismo y me sujete a lo más íntimo de su capricho y voluntad humana; no he venido a hacer la voluntad de los hombres materializados, no soy pan de curiosos ni de fementidas voluntades; he venido nuevamente para dar a los hombres: pureza, luz y amor.
96 Yo soy Cristo, el manifestador de la Ley del Padre, del amor divino que se exteriorizó en Jesús, como el Hijo de María, el que vivió con vos hace poco tiempo ha, menos de dos mil años para vosotros; yo soy el que está en los éteres luminosos, el que está vibrando en la luz de los astros, en las estrellas, en los soles, en el corazón del hombre, el que viene a buscaros, ¡oh! Almas mías.
97 Yo os amo y no me pidáis perdón, porque os amo tanto que es imposible para mí, el no perdonaros; el que ama ni siquiera pronuncia la palabra “te perdono”, porque sabe que al amado se le perdona siempre.
98 Amadme en donde estéis, en la religión que queráis, en donde os agrade más; ya que mi amor, está por encima de todas vuestras costumbres, sectas y religiones. Mi amor es el poder que abarca a todos y la luz que brilla en todos y en todo lugar. Siempre que me busquéis con humildad, donde vos me busquéis, allí me encontraréis.
99 ¿Sabéis lo que me entristece, pueblo Hijo de la luz? Que vais a las casas que llamáis de oración y aun así seguís tan pecador como antes; creéis orar al Padre Celestial y salís de ahí con los mismos defectos, como si no hubieseis orado. Y en verdad os digo: no habéis orado, ya que la oración verdadera, es el sentimiento puro y debe ir acompañada de arrepentimiento, fe y devoción.
100 Y ¿adónde habéis encontrado una doctrina tan santa y sagrada, tan sabia y perfecta que no ataque ninguna religión? Solamente la encontraréis en el Verbo Divino, cuya luz está vibrando en este Tercer Tiempo para unir a todos y hacer que los hombres se respeten y se amen. Porque cuando todos los hombres se amen y espiritualicen, habrá en su mente: un solo Padre, un solo Maestro; muchos mundos y un ser que evoluciona hasta llegar a la grandeza espiritual . Y la humanidad, será solo una, con una sola Verdad, una sola esencia, una sola luz, y por encima de todo, el Cristo de Dios.
101 Mi luz habla de amor, de redención, de igualdad, de unificación; de la importancia de los tiempos, de la Verdad de la existencia mía en el mundo.
102 Si no me creéis ahora, que hace menos de dos mil años estuve con vosotros, ¿qué diréis cuando dentro de quince mil años siga manifestando de Espíritu a espíritu, mi amor a la humanidad, a través de mis inspirados?
103 No os fijéis en el tiempo, que para el espíritu nada es el tiempo. Fijaos en la unidad y en el creador dentro de su creación; en el Maestro, dentro del mundo de sus discípulos.
104 Y aquí moran mis discípulos, aquí está mi luz; y mi Espíritu, se encuentra en planos tan elevados, que vos les llamáis celos. Pero, ¿qué importa que mi Espíritu esté en el reino de la luz? Si mi amor está aquí, con vosotros, porque aquí lo necesitáis.
105 Y con vos, está mi comunicación por irradiación; como luz, descendiendo por medio del poder de mi mente divina. ¡Si mi Espíritu os ama! ¿Qué de extraño tiene que venga, comunicándome por medio del entendimiento humano en este Tercer Tiempo, que os fue anunciado, para salvaros? Porque hay un juramento, un pacto sagrado de redimir al mundo; hay, lo que vos sabréis más tarde, en el mañana de vuestra vida, cuando estéis más espiritualizado.
106 El amor de la madre tiene un débil reflejo parecido con mi amor. A la madre le dicen: “tu hijo es vicioso, ladrón, homicida, inquisidor! Y la madre, contesta: sí, mi hijo es vicioso, roba, mata, es inquisidor pero es mi hijo; mas, por sobre todas estas faltas hay una gran verdad, la Verdad de que soy su madre éste es el único amor que puede débilmente compararse con mi amor hacia vosotros. La madre sigue al pedazo de su corazón hasta el presidio, hasta el cadalso; pero llegarán días, en que vosotros, sabréis que yo no os amo de esa manera, ya que infinitamente mayor es mi amor por vosotros.
107 Estoy irradiando a infinidad de cerebros y voy a hacer más de lo que estoy haciendo; si hubiese sido preciso, hubiese descendido a la tierra otra vez; más, en este Tercer Tiempo me comunico por el entendimiento humano y yo tengo mi tiempo marcado para ello.
108 En la perla mexicana estoy haciendo descender mi nueva Jerusalén, y ese lugar que vosotros llamáis ciudad de México, es el centro de mi doctrina en este Tercer Tiempo; ahí he despertado muchos ruiseñores, cerebros que saldrán a distintas comarcas de esta nación; y por sus labios humanos, será una vez más mi palabra para mi pueblo y para el mundo.
109 No penséis que alguien pueda deshacer mi obra; mi obra, tiene muchos cerebros preparados, y muchos recintos y millones de creyentes. Mi obra es como el sol, al que nadie puede detener su luz.
110 En un futuro no lejano se fundará un recinto en este lugar y llevará por nombre: “luz del porvenir” pero para ello tendré que utilizar cerebros capaces, porque los hombres me perseguirán; y perseguirán mi doctrina, como cuando yo estaba bendiciendo a los hombres y los hombres me llevaron a la cruz.
111 Y al manifestar la misión sagrada que le ha sido dada al ser humano, también digo que hay seres que tienen, en una sola existencia humana, dos o tres misiones que cumplir.
112 Vienen tiempos de ¡ayes de dolor! No sabéis lo que os espera ni lo que le espera al mundo; y yo estoy aquí, preparando a la humanidad.
113 Ya estáis en el tiempo del segundo ¡ay! Pero os falta el tercero, el más grande y doloroso. A pesar de que os estoy preparando sentís temor, pero no arrepentimiento para ganar el celo. Es necesario que penséis en el tercer ¡ay! Para que, cuando los instantes de dolor vengan, estéis preparados.
114 Acercad a vuestros niños para bendecirles dentro de mi obra, ninguno aconsejará a vuestros hijos como yo, ni nadie les preparará para el porvenir en lo material y en lo espiritual, como mi santa doctrina. Yo me confundiré entre ellos y derramaré mi luz en cada uno de ellos. Entonces veréis que no hay mejor profesor, que como yo, les prepare; y entonces reconoceréis, que es el rayo del Divino Maestro el que os enseña.
115 Mi doctrina despreciasteis en muchas ocasiones, y os dijisteis: ¿qué hermoso es volverle a escuchar? Y, yo os digo: pasará un tiempo y volverán los emisarios con el mensaje luminoso que necesita el corazón humano para volver a entrar en comunión con el reino de la luz que está más allá del velo material, en lo invisible al ojo humano, en lo espiritual; allí, sí que se vive plenamente y se olvida la muerte y el dolor.
116 Y he aquí la historia vuelve a repetirse, los tiempos son iguales. En el Segundo Tiempo, dije a los hombres, que podían anunciar al César que yo no ambicionaba su trono de riquezas materiales. En este Tercer Tiempo, en la sexta etapa de la edad planetaria, en el comienzo de esta Tercera Era terrestre, tan llena de materialismo, yo os digo, hombres que me escucháis: decid a vuestros ministros que estén en calma, que no vengo a dividir religiones ni a separar a los creyentes; no vengo a quitar al César de su trono ni a los hombres de sus iglesias ni de sus ciencias.
117 Yo soy Cristo, y mi reino, es de paz, y no traigo espada ni quiero vuestro reino, sino el bien para todos. Decidles, pues, que no me ataquen, que yo soy el cordero inmolado, que prefiero el silencio espiritual, pues soy el mismo Verbo Divino en manifestación. ¡Gozaos ahora! Que tenéis mi palabra en esta forma.
118 Yo he visto, los pensamientos de algunas mujeres sencillas que han recibido a los niños en sus hogares; de otras, que están por recibirles; y otras, que ya han dado pan a los pobres.
119 Yo no quiero que invitéis a vuestras mesas a aquellos que pueden pagaros el banquete, sino a los que no tiene pan que llevar a su boca; y debéis hacerlo calladamente, sin alarde, porque la caridad no se anuncia, se hace.
120 Yo dejaré hoy que vengan a mí, vuestros niños, y pueden traer unas flores como un recuerdo de esta temporada en que mi palabra estuvo con vosotros.
121 Y feliz aquel que permite en su corazón que se desarrolle mi obra; feliz aquel, que anda por mis caminos y tiene un corazón cual el del niño. Pues en cada ser humano yo moro, en cada ser habita el Padre amado; y si, en espíritu y verdad, visitáis los cuerpos que sufren en los pres iDios y en los hospitales, yo os bendeciré en gran manera.
122 Hombres que tenéis el corazón duro, cual el granito: ¿hasta cuándo dejaréis que yo reine en vosotros? ¿Cuándo me prepararéis vuestra casa de carne para brillar en ella? ¡Oh! Humanidad, si quisierais daros cuenta de mi mensaje de amor.
123 Cuando el mundo se compenetre plenamente de este mi mensaje de sabiduría y amor, ya no habrá guerras, ni falta de caridad, ni divisiones, ni pres iDios, ni castigos ni castigadores; solamente habrá paz y buena voluntad entre los hombres, justicia, rectitud, amor, pureza, elevación, espiritualidad e inmortalidad.
124 Pero mi palabra se realizará en lo porvenir, por eso este recinto se llamará luz del porvenir, se llamará como mi doctrina, porque mi doctrina es eso: la luz del porvenir y yo os dejaré un guardián de luz para que vele, su nombre, es: Cristo.
125 Yo soy Cristo. Una vez más desciende mi pensamiento, palabra y voluntad, en este siglo mío; y me pongo en comunicación con el hombre, para enseñarle y recordarle nuevamente las huellas de mi paso; así como el evangelio y su luz, contenidos en la sabia enseñanza del Verbo Divino.
126 Soy Cristo, que desde las alturas de la perfección desciende en pensamiento. Escuchadme, en este último mensaje espiritual de este Tercer Tiempo; la palabra no cansa, ya que tiene Espíritu de vida y de gracia, que deja luz y descanso en las almas.
127 Soy el médico paciente que busca a sus pequeños, a sus amados enfermos para curarles con el hálito del Espíritu amoroso. Soy el buen pastor que busca a sus ovejas. Soy el Maestro que quiere reunirles a todos y que sigue manifestándose a este mundo por el poder del pensamiento divino.
128 Si hacéis vuestra vida, según la enseñanza de mi palabra, seréis conmigo; si me comprendéis, entraréis en comunión con quien siempre os ha amado y nunca dejara de amaros.
129 Ya no carguéis esa cruz tan pesada que con vuestras faltas vais haciendo; esa cruz que os hace tanto llorar, podéis hacerla más liviana en vuestra vida, si andáis en mi camino.
130 Mirad, gran importancia tiene este siglo, pues es el siglo de las revelaciones, de las intuiciones de los mensajes superiores. Es el siglo de la espiritualidad, de la preparación del removimiento; es el siglo de mi siembra de luz y de amor.
131 Si comprendéis la importancia de los tiempos, vuestra alma quedará poco a poco blanca como la luz.
132 Purificaos con la luz del santo Espíritu, entrad en el sendero del bien, y me ayudaréis a sembrar la luz de mi doctrina.
133 Este mundo, se asemeja a un gran hospital; todos están enfermos, unos del cerebro y otros del corazón; hay muchos que curar.
134 Y también los niños sufren y tienen tristezas, y elevan sus suspiros al Padre, a los planos de la perfección. ¿Adónde va el suspiro de los niños? ¿Adónde va la mirada de los niños? Más allá de este mundo de los hombres, más allá de las nubes del firmamento.
135 Porque también los niños lloran y esperan que la ilusión se convierta en realidad, pues muchos de ellos tienen la ilusión de lo prohibido en su pobreza, del juguete amado; y por no tener estas satisfacciones, suspiran e imploran al celo.
136 Pero los niños son buenos y candorosos; y yo quiero, humanidad mía, que seáis siempre a semejanza de los niños, para que entréis al reino de los celos del Padre, donde ya no se sufre.
137 A todos voy a dar mi amor, que por eso hice lo que tenía que hacer: venir al mundo, entregar el cuerpo para que fuese partido como el pan blando en la noche de la cena, entregar la sangre para que fuese repartida como el vino; y entonces, en el pacto sagrado de la unidad, de la redención y del sacrificio, demostraros mi amor.
138 El sacrificio y la redención, siempre deben ir juntos; y es necesario que vayáis elevando vuestros pensamientos y ejercitando la caridad, para que penséis en los demás; y en último término, en vos mismo.
139 En este tiempo, la mayoría de los hombres tiene el pecho cual un sepulcro en el que no nacen rosas, pero yo quiero que ese sepulcro, se convierta en un santuario con flores, incienso y luz; yo quiero que el pecho de los hombres tenga amor y misericordia que dar a sus semejantes.
140 Yo quiero que hagáis honor a la doctrina cristiana, a la doctrina del Verbo Divino, ya que: si estáis lejos de ella, en esta existencia humana; no lo estaréis, en las existencias que han de venir.
141 Mirad, hay mucha sangre regada en la tierra de vuestro planeta; por cada gota de sangre, haced una obra buena, para que así sea equilibrada vuestra vida; compensada la sangre, con el bien regado en esta existencia. Si así lo hacéis, yo os bendeciré, como he bendecido a las mujeres que afanosas han dado a los niños el pan de cada día; y quien recibe y sirve a los niños, me sirve y recibe a mí, y su dádiva será multiplicada al ciento por uno.
142 Pero pensad que recibiréis mucho más, allá en el mundo de las almas, allá en el valle espiritual, en el mundo donde los seres vestirán con blancura inmaculada, vestiduras espirituales para la gran fiesta, para la fiesta celeste que nunca terminará.
143 ¡Más almas quiero en mi fiesta!; almas, qué pocas son mías a plenitud de amor; ya que la mayor parte de los que llegáis a mí, tenéis una fe muy limitada.
144 Pero si tenéis triste el corazón, emplead el tiempo en benéficas obras, entregaos al servicio, entonces olvidaréis vuestras tristezas y amarguras, en el bien que brindéis a los demás. Pero no olvidéis que es por el dolor, que vais a purificaros. Pero si venís a mí, recibiréis gracia y dones a raudales; y como bálsamo, apartaré la hiel del dolor de vuestros labios.
145 Pero no todos pueden venir por mi camino, porque sienten mi camino como si fuese para ellos estrecho y difícil, ya que en mi camino, no penetran las plantas de los corazones impuros; mas todos podéis penetrar a él, pero antes, tenéis que limpiaros.
146 Mas, no os aflijáis aquellos que aún no podéis llegar hasta mí, porque yo desciendo a vosotros por mi pensamiento como luz de gracia, para calmar los dolores y las enfermedades del alma y del cuerpo. No temáis, mis amados, a la ausencia, que no existe para aquel que sabe estar en comunión conmigo; y yo me haré sentir en vosotros.
147 A todos los amores santos yo respondo; mi luz ilumina al mundo; y el sol, es semejante a esta luz, que sin distinción de razas ni credos, de sectas ni colores, alumbra a todos por igual.
148 Vosotros que venís buscando, vosotros encontraréis; porque mi amor es cual brisa suave, cual fuente de aguas cristalinas, como pan de vida eterna, como torrente de luz, que jamás cansa al que la recibe, ya que alienta siempre al corazón enfermo.
149 Es noche de gracia y de clarinada espiritual, de alto mensaje de revelación para las almas, en las que mi irradiación ha sido más fuerte, y la materia se ha estremecido al torrente luminoso de mi átomo de amor.
150 En la revelación de esta noche, descansará vuestra alma, gozará vuestro espíritu y meditará vuestra mente. Voy a hablaros, hijos míos, como si hablase a mis apóstoles, de altos conceptos, de revelaciones que los apóstoles entendían cuando yo les hablaba y que quedaban ocultas para la muchedumbre.
151 Soy el Maestro de maestros; y quiero recordaros: que penetro en vuestra imagen esta noche, como si cada uno de vosotros fuese un apóstol mío, uno de mis escogidos.
152 Cada uno de vosotros es una piedra fundamental en la construcción de este nuevo templo, aquí brillará una nueva luz y vosotros ayudaréis y seréis partes integrantes de su base, y mi doctrina aparecerá ampliamente, porque los hombres tienen necesidad de algo que llene sus buenas aspiraciones, que satisfaga sus anhelos más íntimos y complazca su conciencia.
153 Los hombres van buscando, pero ya nada les llena, porque los ministros de sus religiones son pecadores. Yo me sirvo de pecadores, sí, mas las mujeres y varones por los que doy mi palabra, son pecadores; pero son pecadores: arrepentidos y redimidos.
154 En la cuenta de los grandes arcanos del Ser Supremo, no se pierde la cuenta de vuestros cabellos, ni de vuestras materias, ni de la creación toda del universo; para el Padre Celestial, todo está contado; y el Padre Dios, da a los hombres, más de lo que necesitan.
155 Si el Padre Dios, da así, ¿por qué no habréis de dar al Padre, lo que es suyo? Al mundo volverá la materia, a la tumba vuestro cadáver. ¿Por qué no dejáis que vuestro espíritu, vuelva a Dios? Dejad vuestro cuerpo, para el sepulcro; pero dejad al espíritu, para el celo.
156 Amados míos, vosotros debéis pensar que no sois solamente materia, que sois espíritu; y yo vengo por lo que es del celo, por lo que al celo volverá; vengo a preparar vuestro espíritu, a puliros, a fortificaros, a ayudaros en vuestra carga, que es muy pesada y sin mí no podéis llevarla.
157 En mi gran amor, os veo como un pequeñito amado que apenas va dando los primeros paso en el triste desierto de esta vida humana, de esta existencia que es más grande de lo que vos pensáis, porque las muchas vidas pasajeras del hombre se resumen en una sola, en la vida del peregrinaje, en la que muchas veces volverá a la tierra para restaurar lo perdido, para equilibrar, para obedecer la Ley, para armonizaros con el Padre, para reconocer que aquel que cumple con sus deberes tiene gran satisfacción para con Dios.
158 Vos entraréis en la morada sublime del Padre, si cumplís con vuestros deberes. Sed buen padre, buena madre, buen hijo, buen esposo, buen hermano, buena hija, buena esposa.
159 Cuando habéis suspirado en espera de mi amor, ¿acaso no os he contestado a través de la aparente distancia entre el celo y la tierra?
160 Dejadme en vuestro corazón una morada, sed a semejanza del amor de los amores que se hizo hombre para enseñar a los hombres, y si no os ha bastado mi dolor, pedidme que vuelva a la tierra otra vez y buscad una nueva cruz para mi.
161 Vosotros me ayudaréis en mi labor, pues es necesario que el mundo se acerque más a la Verdad y sienta en su propio ser a Dios; espiritualmente, que no le adore bajo formas esculpidas por manos de hombres, sino que busque a Dios en Espíritu y verdad; no a través de formas materiales, no en materia y barro, sino que le busque en la inmensidad de sus dolores; y busque al Espíritu Santo, en la manifestación de la sabiduría universal; y al Padre, dentro de su justicia de infinita piedad, porque él, es la infinita caridad y la infinita misericordia.
162 El amor está desbordándose a plenitud para vosotros, y hoy, la enseñanza del Maestro de maestros, os iluminó y acarició; acarició, sí, porque llegarán tiempos en que necesitaréis recordar mi palabra para soportar la vida.
163 Pero vosotros, sólo por momentos abrís vuestro corazón a mi amor; y después, lo apartáis de mí, para volverlo al mundo, quien sólo le brinda los siete puñales.
164 Pero quien vuelve los ojos al Padre Celestial, al gran Espíritu dador de toda vida, vuelve sus ojos hacia mí, y yo le contestaré como el Padre contesta; y su corazón, quedará iluminado por la luz surgida de la comunión entre el Padre y yo.
165 Y en verdad, pueblo amado, no sabéis las grandezas que os concedo y las que os concederé. Recibiréis mi hálito amoroso que se extenderá por este recinto y servirá para curar enfermos que tengan fe, para curar al triste que esté herido en su corazón.
166 Yo preparo las aguas de este lugar y les convierto en medicina, en bálsamo de curación. Las aguas se saturan, ya que mi hálito santo está esparcido en este lugar.
167 Pero antes de elevar mi luz a las alturas espirituales, al terminar esta mi cátedra, podéis internamente, hacerme vuestro pedimento, los que queráis, que yo lo recibo con el amor de siempre. ¡Limpiad vuestra alma, elevad el espíritu, a Dios! ¡La luz del Espíritu Santo, sea con todos, y dad gracias al Ser Supremo, que está en los celos, en la tierra y en todo lugar!
¡Mi paz, sea con vosotros!
17. Fraternidad y armonía en el pueblo de Dios
Domingo 9 de julio de 1944
1 Bendita seáis, multitud, que de esta manera mostráis delante de mi presencia vuestro gozo espiritual; y también es mi gozo espiritual y divino en mi divino Espíritu, porque antes habéis mostrado vuestro amor a la madre, la cual os dejé como madre universal.
2 ¡Todo el género humano, bienvenido sea a mi mesa espiritual!, mesa, preparada desde la eternidad, para cada uno de vuestros espíritus.
3 ¡Bienvenidos seáis vosotros, los que no os creíais dignos de mi presencia! He aquí la mesa preparada, el Maestro presente delante de ella; y los manjares que ni los reyes, los grandes monarcas de la tierra prueban, son para vosotros, los humildes.
4 Sí, en verdad, el pan para los pobres, los frutos para los humildes; el vino para los parias, es el que se encuentra preparado en mi mesa; pero no os engrandezcáis, multitudes humildes, porque también debajo de los harapos puede esconderse la vanidad, la rebeldía y el orgullo. Sed humildes de corazón, porque también hay la soberbia en la menesterosidad; y príncipes, que llevan en su corazón la humildad.
5 Mi pan, el vino y los frutos, son para todos por igual; si os he dicho que son para los pobres y los humildes, todos podéis ser pobres y humildes, porque yo a todos contemplo pobres de espíritu, de luz, de salud, de amor, de mansedumbre, de fraternidad y también pobres de vida espiritual.
6 También pueden ser menesterosos y humildes, desde aquellos que poseen más bienes en la tierra, hasta el más pobre, el que nada tiene en la tierra.
7 Yo soy el Padre de los seres humanos, yo soy el supremo creador, soy el espíritu divino del cual han brotado seres y todas las criaturas, no hay uno solo que pueda afirmar que no ha sido creado por mí, todos los seres habéis brotado de mí, todos habéis brotado de mi Ser, de mi esencia, de mi seno y os he creado para que me adoraseis, para que pudieseis recrearos en vosotros mismos y conmigo también; porque yo no os he creado para el dolor, para la amargura, ni para la miseria, os he hecho herederos de mi reino, de mis grandezas celestiales y de mis grandezas terrenales.
8 ¿Qué no sabéis o no recordáis por vuestros antepasados que esta tierra virgen yo la preparé y os la entregué como una morada grata y placentera para vosotros? ¿Qué no sabéis que derramé mi arcano y mi sabiduría en este mundo terrenal; y lo crié, lo formé a imagen y semejanza de la gloria, para que en él, el hombre pudiese disfrutar de sus grandezas y pudiere en él mismo servirme y vivir hasta que fuese mi voluntad?
9 Todo lo he hecho para vosotros, para que por medio de esta vida y de esta naturaleza, llegaseis a la comprensión de quién era el creador de todas las cosas, para que por medio de mis complacencias, de mis beneficios, de las maravillas derramadas en vuestro camino, pudieseis reconocer el poder sobrenatural de vuestro Dios. Pero os habéis perdido del camino recto, del camino de amor y habéis formado caminos a vuestra propia voluntad; y en esos caminos, los unos habéis encontrado la grandeza pasajera de la tierra; otros, los placeres que sólo han hastiado y enfermado vuestra carne; los otros han encontrado el sufrimiento y la purificación, otros el tropiezo y la blasfemia, los otros habéis hallado la muerte prematura y otros nada habéis encontrado, habéis transitado como parias llenos de pobreza y sin saber quiénes sois, ni quiénes habéis sido, ni adónde vais.
10 Yo he sentido piedad por los hombres, he sentido lástima de la criatura humana, lástima del espíritu y he venido entre vosotros para sorprenderos y para preguntaros en el camino de cada quien y de cada cual: ¿hacia dónde vais? Y ninguno de vosotros, ha acertado a la pregunta que os he hecho, porque no sabéis a donde camináis; y ved aquí el camino que lejos se encontraba estando tan cerca de vuestro espíritu, el camino abierto para la luz, el camino que conduce a la gran ciudad a donde hallaréis la patria prometida.
11 En este instante, creyentes e increyentes, regenerados y perversos, sencillos y complicados; los unos y los otros abrid vuestro corazón en este instante, quiero penetrar en él, bien está que no es menester que lo abráis para que yo penetre en él; pero quiero que así lo hagáis.
12 Mirad que yo soy como la luz del astro rey, que penetra sólo cuando abrís las puertecillas de la alcoba; mas cuando las dejáis cerradas, los rayos del astro rey no pueden penetrar ahí, mas ¿quién de vosotros no se alimenta con los rayos del astro rey? ¿Quién os dice, pueblo, que la vida del astro rey no penetra, no traspasa y penetra hasta lo más profundo de vuestra alcoba, aun cuando vos os obstinéis en cerrar las puertecillas? Y yo, así soy también, si vos me cerráis las puertas de vuestro corazón, yo antes ya estoy ahí; pero quiero que en este instante con mansedumbre, amor y humildad, le habléis al Maestro, le contéis todas vuestras penas, vuestros sufrimientos; le hagáis presente a vuestro Dios, a vuestro señor y Maestro, todas vuestras vicisitudes, vuestros anhelos, todo lo que habéis menester; quiero que el hombre abra su corazón por vez primera ante la inmensidad, ante el infinito para que yo pueda recrearme con él, quiero decirles a mis hijos: varones de la tierra, que estáis comenzando este camino, no temáis, vengo en ayuda vuestra, mi mano se encuentra colmada de dones y gracias para vosotros; pero también, os digo: no despertéis vuestras ambiciones terrestres delante del señor, del dador, porque no es mi voluntad.
13 Bien está mis hijos, que todas las cosas creadas por mí, son para vosotros; pero no vengo a entregaros lo superfluo y lo malo, no vengo a haceros dueños de las riquezas terrestres; vengo sólo trayendo lo necesario para vuestros espíritus, para la conservación del uno y para la salvación del otro; no me pidáis más de lo que podéis necesitar, no me pidáis lo que vosotros comprendáis que no habéis merecido aún; sed humildes al pedir, decidme: Maestro, penetra en el fondo de mi corazón y contempla lo que te hacemos presente y hágase en mi tu divina y santa voluntad, entonces, pueblo de Israel, yo me complaceré, yo os entregaré lo principal para que podáis comenzar el camino, os daré un pan, una gota de agua, una moneda y un vestido; y cuando hayáis cumplido, cuando hayáis colmado vuestra sed con esta agua cristalina y se hayan sanado vuestros enfermos; entonces, yo os convertiré en el apóstol de mi divinidad.
14 Cuántos hay entre vosotros, que hoy casi nada sois, que en vuestro mismo hogar sois los últimos, los menospreciados, los arrojados, los que camináis sin amor, los que no tienen paz; y esos mismos corazones, cuán pronto delante de mi planta han de ser reconocidos y ensalzados.
15 Seguid siendo humildes y pacientes, dejad que el cincel de amor que he puesto en manos de mi mundo espiritual, siga pulimentando la roca de vuestro corazón; porque vosotros que ahora sois considerados como casi nada en vuestro hogar, el mañana seréis los fuertes, seréis los salvadores de aquellos corazones; pero preparaos, penetrad en este camino con humildad y mansedumbre; y entonces, yo os perfeccionaré, yo os transformaré a los unos y a los otros, yo os convertiré en siervos de mi divinidad, en corazones útiles a la humanidad.
16 Mujeres: abrid también vuestro corazón y dejad que el Divino Maestro os contemple, yo recibo vuestras lágrimas y vuestros sacrificios, corazones incomprendidos en el camino humano, corazones que habéis derramado vuestro llanto y habéis dado vuestra sangre, vuestra carne y vuestra vida, y no habéis sido comprendidas con amor y cariño y sólo en el rincón de vuestra alcoba y en la soledad de vuestros caminos, derramáis vuestro llanto humildes y pacientes, y me pedís la fuerza para no caer en los caminos; ¡oh! Mujeres pacientes, descansad en mi regazo, reclinad vuestra sien en mis brazos paternales, que esos labios los contemplo de hiel y vinagre y en este instante el amargor aparto y los lleno de leche y miel.
17 Tocando puedo ser en estos momentos aquellos corazones que me hacéis presente, para que ellos en cortos instantes os puedan devolver la paz, esa paz que os han robado en el camino, aquellos corazones ingratos y endurecidos; a los cuales, no juzguéis, porque si vosotros que sois humanos, no los juzgáis; pues yo, que soy divino, yo a ellos entrego en este instante mi paz, les dejo el don de la regeneración y les cierro sus labios con broche de oro.
18 ¡Tomad mis hijas!, sed las enfermeras, llevad la gota de bálsamo al enfermo; a aquellos que desgarran su pecho con el ¡ay! De dolor, llevadles mi caricia y mi bálsamo.
19 Y a los varones y mujeres, ancianos y niños que no sabéis delante de quién os encontráis; pero el espíritu sí sabe: ¡tomad la paz!, mi madre ha derramado sus aguas cristalinas para convertir a unas en rosas fragantes de su jardín y a los otros en los lirios. Elías, paciente y humildemente os ha cuidado, ha velado por vosotros, para que no se perdiese vuestro espíritu, porque hay malezas que acechan vuestro camino; y aquí estáis conmigo, el momento estaba marcado en el gran libro de la eternidad.
20 Y, ¡heme aquí entre vosotros!, preparando corazón por corazón, porque vosotros tendréis que levantar vuestra planta para servirme y seguirme; mas este camino que hoy se inicia para unos y está continuado por otros, no es mi voluntad que lo toméis en carrera vertiginosa; tomadlo con calma y serenidad, con firmeza y reconocimiento, con celo y respeto para que podáis llegar hasta el final de la jornada como es mi voluntad.
21 Mirad que os voy a preparar el camino con el gran cargo para que caminéis ante vuestro guía, para que podáis llegar hasta el final de la jornada, como es mi voluntad. Mirad que a él yo lo he preparado con un gran cargo para que camine delante de vosotros, vosotros sois sus soldados; mas, ¡ay! De aquel que levante la voz sin respeto; ¡ay! De aquel que tome corazones, volteé la espaldas y se levante por su cuenta a la lucha, porque su lucha yo no la recibiré; ¡ay! De aquel que se levante con una multitud disgregándose de los suyos para levantarse en contra de los componentes, luchando y trabajando, porque encontrará en su camino un enemigo superior a sus fuerzas y no podrá competir con él y padecerá.
22 Mas si todos camináis como en este instante: llenos de armonía, de cariño y fraternidad, en cortos instante se encontrarán todos vuestros espíritus, caminando al valle preparado por mí, en donde todos se han de reunir como es mi voluntad.
23 Entre vosotros puedo contemplar a los que serán portavoces el mañana, por los cuales derramaré yo mi santa y divina palabra, siempre y cuando yo lo ordene dentro de este recinto; pero antes lo haya nombrado y ordenado en el recinto “la fe”.
24 En el seno de esta congregación contemplo a las muchedumbres de labriegos que se han de levantar el mañana a cultivar, a hacer florecer y también a levantar cosecha en estas tierras fecundas, abundantes y fértiles.
25 Entre estas multitudes contemplo a los componentes de mi casa y es mi voluntad que sean ejemplo entre el pueblo de Israel; ejemplo de celo, de temor, de mansedumbre, de buen trabajo y de buen cultivo en la campiña que os está confiando vuestro Maestro.
26 Así como mi hijo evaristo, escogido por mí, tiempo ha os ha entregado un ejemplo de perseverancia, de amor, de sencillez, de humildad, de renunciación para las cosas del mundo y también de sacrificio, así quiero que os levantéis tomando ese ejemplo, tomando ese camino trazado por el varón, para que cuando lleguéis ante mis divinas plantas, podáis decirme: Maestro, he aquí mi cosecha, he aquí mi granito, es parecido al del varón que has escogido por tu voluntad, hemos tomado su ejemplo, vamos siguiendo sus huellas de amor, de mansedumbre y paz.
27 Miradlo pueblo amado, como prematuramente ha envejecido por amor a mi obra y a mi causa, miradlo como en las noches desvela su pensamiento estudiando y analizando mi obra. Mirad que va caminando con la cruz a cuestas, que va bebiendo el cáliz de la amargura, que ha llamado a las puertas de los corazones y ha recibido a los que han llamado a sus puertas humildes, que ha sanado a los enfermos en mi nombre, que es el varón pobre que no tiene grandezas en la tierra, que no tiene ni siquiera una techumbre propia en la cual pueda decirme: Maestro, ésta es mi casa. ¿Qué vais a hacer de él? ¿Cómo me lo vais a entregar, cuando yo le haga el llamado a su espíritu? ¿Acaso desgarrado por los que les dio la vida, a los que les entregó el pan, la caricia y la salud? No, pueblo amado, no quiero que los torbellinos azoten este recinto, no quiero que la purificación y la justicia se ciernan en él, quiero que sólo la paz, la armonía y el buen cumplimiento puedan contemplar mi ojo divino entre vosotros.
28 Así como hoy lleno de gozo y de pláceme se ha presentando mi Espíritu para entregar mi primera cátedra en este recinto, así quiero mis hijos muy amados, que por vuestros méritos, por vuestra unificación, paciencia, perseverancia y regeneración en el seno de vuestros hogares y en vuestros caminos; yo me siga derramando, yo me siga aposentando, porque ahora voy a señalar fechas para presentarme entre vosotros.
29 ¿Cómo queréis que me presente entre vosotros, como Padre o como juez? como Padre, me dice vuestro corazón. ¿Cómo queréis que me presente, como Maestro o como juez? como Maestro, me dice el pueblo. Bien está mis hijos muy amados, vendré como Padre, como Maestro, como amigo, como hermano y como Dios a derramar mi Ley, mi sabiduría, mis consejos divinos; como Padre, mis caricias, el pan de cada día, la salud para los enfermos, las llaves del trabajo, la luz para los muertos en espíritu y para los muertos en materia, los prodigios para los increyentes y como Maestro, la enseñanza para vosotros que tenéis anhelos de levantar vuestra planta para dar la buena nueva.
30 ¿Me habéis comprendido, multitudes? De pláceme podéis encontraros con mi presencia. Mirad, quiero enseñaros a balbucear mis primeras palabras. Quiero enseñaros el principio de mi Ley para que seáis los varones y las mujeres, justos en la tierra. Quiero enseñaros a amarme de espíritu a Espíritu, quiero enseñaros a orar con el pensamiento y no me busquéis más a través de las imágenes forjadas por las manos de los hombres. Quiero que sepáis en dónde estoy, cómo debéis de amarme, cómo debéis conversar con mi divinidad, cómo debéis buscarme y encontrarme en el instante en que necesitéis de mí. Quiero enseñaros cómo se ama a un semejante, quiero hacer nacer en el fondo de vuestro corazón los buenos sentimientos, para que sintáis el dolor de un hermano antes que vuestro dolor; quiero enseñaros pueblo amado, cómo se sana a un enfermo, cómo se levanta un muerto, cómo se hace resucitar a un corazón a la vida de la gracia, cómo se regenera el corazón del varón y de la mujer, cómo se aconseja a un niño cuando comienza a dar sus primeros pasos y cómo se respeta a un anciano o anciana, cuáles son vuestros deberes para con vuestros padres, para con vuestros hijos, para con vuestros esposos y esposas; y así, mi pueblo amado, seáis los buenos hombres, varones y mujeres; porque todo esto quiero enseñaros en mis santas y divinas cátedras, para que seáis los ejemplos de la humanidad, los espejos limpios donde los hombres vengan a contemplarse.
31 Todo esto quiero hacer con mis hijos muy amados, porque mirad que mi corazón sangra desde el más allá, al contemplar el caos que ha sorprendido a los hombres, este caos en que el mundo se encuentra en esta Tercera Era; mas, este rayo divino, ha iluminado la nación mexicana y, en esta nación mexicana, he encontrado una multitud humilde, una gran familia de la cual me he de servir, porque en el fondo de cada una de estas criaturas mexicanas, yo contemplo simiente de mi misma simiente, simiente de Jacob, de Abraham y de Isaac, simiente de Israel, de la cual yo en este Tercer Tiempo vendré a servirme; yo la escogeré, la entresacaré para que esta semilla espiritual se esparza y cunda por todos los ámbitos de la tierra, y así el mundo se salve, porque ésta es mi voluntad.
32 Mirad que desde el año 1884 se inició mi tercera jornada en cuanto Dios, entre los hombres; desde el año 1884, se inició la tercera revelación entre los hombres, para que los hombres se levanten una vez más a la vida de la gracia, tomando el estandarte de fe, esperanza y caridad, anunciando la buena nueva a esta nación y a los demás pueblos de la tierra.
33 Mas, he aquí que el pueblo de Israel, ha escuchado la voz y ha dormido; y los años han pasado, los lustros también y ya se acerca el momento y la hora de mi partida; y esa hora, es en el año 1950, momento marcado por la mano del Padre Eterno Gran Jehová; y ese instante, ya se acerca y mirad que no estáis preparado para trabajar en mi obra, para hablar de mí a los corazones de esta nación y a los hombres de las otras naciones, y ¿qué vais a hacer vosotros en tan cortos instantes? ¿Cuándo vais a poder sembrar las bastas tierras que incultas pueden encontrarse? ¿Cuándo vais a terminar vuestra jornada?
34 ¡Ah! Pueblo de Israel, por eso no os sorprendáis de que el Maestro esté apresurando su paso y su enseñanza; por eso no os sorprendáis que a los principales componentes de mis recintos, los haga responsables de esta semilla; porque ya no es tiempo de perderos, porque ya no es el instante de sentarse a escuchar plácidamente al Divino Maestro día a día para levantarse y leer las escrituras de este Tercer Tiempo, las sagradas órdenes y preceptos que os entrego, para que cada quien tome las tierras que le pertenecen e inicien su siembra. ¿Por ventura voy a enviar a los que comienzan a dar su primer paso, a levantar las grandes siembras preparadas por mi mano? ¿Por ventura voy a entregar los frutos aun no maduros, los frutos verdes, a estas multitudes que hambrientas de buenos frutos espirituales y materiales, pueden encontrarse?
35 Estudiad y analizad las grandes parábolas que tiempo ha os he entregado bajo la sombra de todos los árboles de Israel y encontraréis que en ellas, os hablo de estos tiempos y de estas aclaraciones que os he dicho. No estoy hablando por la tendencia de las envolturas, estoy hablando bajo mi planta divina, un plan concebido por mi divinidad, por mi Espíritu Santo, en verdad os digo: desde que yo soy Maestro, en verdad siempre he sido y mis planes divinos siempre han estado en mí, mas vosotros los habéis conocido desde tiempo ha.
36 Sí, pueblo amado de Israel, es el tiempo de trabajar y de luchar. El que tenga un pan en su mano, entregará a su hermano; el que sepa sanar un enfermo, sanará; el que sepa levantarse en el camino, levántese siempre con mi permiso y con mi Ley; el que sepa hablar de mí, que hable; el que sepa trabajar en mi obra, que trabaje; mas ninguno pierda el tiempo, ninguno se estacione, ninguno detenga su paso, ninguno deje germinar el egoísmo dentro de su corazón; y el que no sepa hablar, cierre sus labios; el que no sepa sanar un enfermo, detenga su mano; el que no sepa caminar, no se levante, porque podrá perderse; el que no sepa trabajar, no siembre y espere y aprenda con paciencia escuchándome a mí, tomando mi palabra como ejemplo y como norma; y cuando el momento sea llegado, todo aquel que sienta necesidad por amarme, por seguirme, por trabajar, en el instante en que menos lo espere, mi labriego será y mi apóstol y será a mi diestra. Como aquel que más lejos, crea estar de mí, de cierto, no sabe que está muy cerca de mí; dicho está en mi palabra: “lo que hagáis con vuestro hermano, yo lo haré con vos.”
37 Alba de gracia, mis hijos, en que he venido a poner la primer a piedra, espiritualmente, en este recinto; en que el rayo de Dios por primera vez se ha descargado sobre vuestras cabezas; alba de gracia en que en el alto solio del señor hay regocijo celestial; y en los altos juicios sólo yo, porque si a algunos corazones poca cosa les ha parecido que yo como Maestro me presente en este lugar, ante la mirada de Jehová, ante la mirada del Maestro, del Espíritu Santo y de María, gran acontecimiento sublime ha sido, porque es el instante en que yo he venido entre vosotros a preparar una fuente más, una fuente inagotable de paz, de amor y de salud, de bálsamo, de sabiduría, de consejo paternal; una fuente de camino, para que cada uno de los caminantes que lleguen ante el Maestro, sacien su sed.
38 Es alba de gracia que no debéis de olvidar, que debéis grabar en lo más profundo de vuestro corazón, para que cuando lleguéis ante mi planta y os pregunte aquella divina voz: ¿qué hicisteis desde el instante de escuchar por vez primera mis mandatos e implantaciones en este lugar? Podáis decirle al Padre: Padre, desde ese instante doblegué mi espíritu para trabajar por tu obra; y hasta este instante, heme aquí.
39 ¡Tomad mi fuerza y mi amor, pueblo bendito! Yo en este instante abriré mi arcano espiritual para derramar mis complacencias entre vosotros. No sabéis lo que tengo preparado, no sabéis los dones que reservados pueden encontrarse. Yo he purificado cada corazón y espíritu, que por el dolor, pueden encontrarse. Yo he purificado cada corazón y espíritu por el dolor, porque yo he contemplado vuestros espíritus convertidos en fuentes inagotables de llanto; vuestros corazones lacerados por el dolor. Mas yo vengo en este instante como doctor de los doctores y como fuente de gracia.
40 Vengo como amigo y he escuchado todas vuestras cuitas, vuestros listarios; y os dice vuestro Maestro: ya que me habéis pedido como hijos, voy a entregaros como Padre. ¡Tomad, varones y mujeres que me habéis pedido desde lo más profundo de vuestros corazones, que me habéis pedido para los vuestros! ¡Llevad la buena nueva a vuestros hogares, llevad el pan de cada día y el bálsamo de curación, sanad a vuestros enfermos, llevad la regeneración a aquellos que se han descarriado, llamad a las ovejas perdidas a su redil y habladles de mí, tomad las llaves del trabajo! Yo bendigo los elementos, los aires, los vientos, las aguas, la tierra, el fuego, todo en este instante bendigo y perdono, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
41 Pluma de oro, bendigo vuestro espíritu, vuestro corazón y le entrego fuerza y luz a vuestra diestra. El ángel que os custodia, ha sido el fiel guardián de vuestros trabajos, para que vuestro trabajo sea lleno de celo y de temor, para que nunca jamás pueda existir el adulterio en los escritos del Tercer Tiempo; que si los hombres del primer o y del Segundo Tiempo, han adulterado las escrituras y las han hecho a favor de ellos mismos; los corazones del Tercer Tiempo, me mostrarán celo y respeto, en verdad y en Espíritu.
42 Pueblo de Israel, yo os entrego mi caricia, mi bondad y mis complacencias, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Adiós, mi pueblo amado!
¡Mi gracia y mi paz, queden con vosotros!
18. Mensaje a las siete naciones
Domingo 31 de diciembre de 1944
Nota: esta cátedra comenzó a las 23:00 del 31 de diciembre de 1944 y concluyó a las 3:00 del 1 de enero de 1945.
Padre Eterno:
1 Vuestra oración, ha llegado hasta la altura de mi solio, ¡créalo el hombre o no lo crea! Heme aquí, mis hijos, es mi día de cumplimiento como Padre y como creador, porque yo soy la luz del universo, la razón y el poder y vengo hacia vos, pueblo amado.
2 Mas, no sabéis en este instante, por grande que sea vuestra intuición, por grande que sea vuestra clarividencia, y vuestra preparación, si venga como Padre, como Dios o como juez; mas sólo os pregunto en este instante: ¿cuál es la ofrenda que venís a hacerme presente? ¿Cuál es la obra que habéis llevado a cabo y vais a presentar a vuestro Padre?
3 Bien sabéis que soy perfecto, que soy puro y que no hay mancha en mí. Decidme, pueblo de Israel, ¿cuáles son las obras dignas de mí? ¿Qué habéis llevado a cabo en el presente año que muriendo está?
4 Vuestro espíritu, calla; vuestro corazón, se contiene; y vuestra conciencia, quisiera alejarse de mí, pero en ella estoy yo.
5 No os contemplo como el Padre, que ve al niño, sois los espíritus grandes; desde el Primer Tiempo, os he puesto en este camino, y por eso es a vos, al que vengo a preguntar porque vos sois el primogénito en la casa del señor, vos sois el heredero y el confidente de vuestro Padre; por eso, vengo hacia vos, pueblo amado, para preguntaros, ¿qué habéis hecho de vos mismo? ¿Qué habéis hecho de vuestro espíritu y de esa carne que también le he confiado una vez más a vuestro espíritu?
6 Como hijos mayores del Padre, os he confiado una gran misión: desde el primer instante yo os he ungido y agraciado para que trajeseis la bendición y la luz a este mundo; y no puedo contemplar en este Tercer Tiempo, la obra perfecta hecha por vuestras manos.
7 Yo he mandado con una misión en este Tercer Tiempo, para que pudieseis dar a conocer la luz del Sexto Sello, para que en el seno de vuestra propia casa de Israel se reuniesen y congregasen las doce tribus dispersas de Israel y he marcado un instante para la partida del Padre por el entendimiento humano, y ese instante es 1950.
8 Y preguntaos a vos mismo: ¿qué habéis hecho hasta esta hora? Ya se acerca el momento en que por última vez venga el Padre y entable concierto con el hombre escogido, con el pueblo amado, ya se acerca el momento en que el juicio supremo sea para el pueblo bendito de Israel.
9 Yo os he nombrado, discípulos del Maestro y soldados de él, y os he entregado las armas más poderosas; pero no os contemplo preparados, no contemplo la paz en vuestro espíritu, ni la unión ni el amor de los unos para los otros; yo os he hecho dueños de la luz, del bálsamo de curación, de la Verdad, de la fortaleza.
10 Yo os he hecho poseedores de mi mundo espiritual para que el camino fuese agradable; yo he puesto a Elías, delante de vos, para que él os prepare el camino y os reanime.
11 Yo he dejado que la palabra del Verbo, sea a cada instante entre vosotros, para que no carezcáis de doctrina en la tierra.
12 Yo he dejado que los elementos sean vuestros siervos, que el tiempo sea vuestro vasallo, que los ángeles os obedezcan, yo he preparado los audífonos de los cuatro ángeles para que la voz de vuestra oración escuchen vuestra plegaria y vuestro llamado y os respeten, porque sois de Israel.
13 Yo he dejado al ángel de la paz entre vosotros; y de él os pregunto y por él os reclamo: ¿hasta dónde habéis arrojado al Espíritu de la paz? ¿Adónde lo tenéis, que no puedo contemplarlo entre vosotros? ¿Qué habéis hecho de su influencia, que no lo habéis podido atraer hacia este mundo?
14 ¿No os han bastado mi palabra y mis beneficios que a cada instante os entrego? ¿No os ha bastado la paz de la cual os he inundado? ¿No os ha bastado que mi brazo fuerte os defienda, del espíritu de la guerra y de las acechanzas de los ojos de los hombres? ¿No os ha bastado que os proteja y alimente a vuestros hijos? ¿No os ha bastado que defienda a vuestros ancianos padres? ¿No os ha bastado Israel, que mi mano poderosa, detenga los elementos que con vuestra oración no los habéis sabido detener?
15 No me busquéis como Padre, ¿por qué me obligáis a hablaros de esta manera, si tanto os amo y tanto os he esperado? ¿No sabéis también que la paciencia del eterno, tiene su límite? ¿No sabéis que llegará la hora en que mi cetro, sea descargado de punta a punta sobre todo el universo?
16 He esperado que os levantéis, como un pueblo redentor; he esperado vuestra unificación para que os levantéis y os disperséis por los pueblos y caminos, llevando la buena nueva, llevando la palabra del Maestro que no habéis sabido amar ni reconocer.
17 Os he esperado, día tras día; y no me amáis, ¡oh! Israel amado. No queréis seguirme. Diciendo que me vais siguiendo, no sabéis amar a vuestro semejante y hermano, no sabéis perdonar al que os ha ofendido; no habéis sabido perdonar, no habéis sabido compartir con el menesteroso, el pan inagotable que os he entregado; y aspiráis a la paz y me pedís la felicidad y os sentís con derecho a la salud y a la tranquilidad y al bienestar, encontrándoos en el tiempo de la lucha, de la prueba y de la luz.
18 Pueblo escogido: ¡abrid vuestros ojos, agudizad vuestros oídos e iluminaos con la luz de vuestra conciencia! ¡Sí! Al principio del año 1944 os confié a las naciones de la tierra, bendije vuestra oración y vuestro espíritu, para que él fuera el guardián de la paz, para que él atrajese la paz de mi Espíritu hacia los pueblos de la tierra; y en este instante, os pregunto: ¿qué habéis hecho de las naciones? ¿Por qué contemplo tierras enrojecidas con la sangre de vuestros hermanos?
19 Pueblo escogido, no sabéis de cuántas existencias humanas me tendréis que responder. Habéis arrojado de entre vosotros al Espíritu de la paz, habéis arrojado al Espíritu de la unión; y mirad y contemplad que los hombres, no descansan en su idea ni en su matanza; y la guerra y la sangre, cunde por doquier; mas si así lo queréis, en verdad, os digo: mi justicia siga de pueblo en pueblo, de nación en nación y de corazón en corazón.
Divino Maestro:
20 Padre Eterno Gran Jehová: en este instante en que tu voz repercute en el corazón del hombre, vengo a dulcificar su paladar para que siga la huella de justicia, amor y sabiduría que les voy trazando por tu voluntad; y en este día de gracia, imploro ante ti por las naciones, por este pueblo que será el que escuche al Maestro y reconozcan la luz de justicia que en este instante les reclama por el universo; y ellos, abran su corazón, ante tus palabras y tu mandato que es justicia perfecta.
Padre Eterno:
21 ¡Oh, Cristo amado! Maestro de maestros, que habéis hablado más en este Tercer Tiempo que en el Segundo Tiempo. Mucho os habéis derramado, desde 1884 hasta 1945. Vuestra palabra, que es el Verbo de mi Espíritu, se ha derramado como un torrente inagotable sobre este pueblo escogido de mi divinidad. Por eso vengo hacia él, para pedirle cuentas de esa palabra que como tesoro de valor incalculable les habéis derramado; por eso vengo como Padre recto entre ellos, para preguntarle: ¿qué han hecho de mi Ley?
22 Ya no son los párvulos en esta obra divina, ya no son los niños en vuestro camino; son los grandes espíritus de Israel, que en este tiempo, me reconocen por esencia, presencia y potencia.
23 Temen, cuando oyen mi voz. Cuando esta voz es derramada desde la escala de perfección hasta lo profundo de sus espíritus: siente n que se estremecen pero esperad y aguardad un instante; y ellos, volverán a su pecado, volverán a su rutina.
24 En este instante, los unos me prometen, los otros me juran, los otros me piden clemencia y perdón; pero, cortos instantes pasarán; y nuevamente, en la rutina y en el pecado, se han de envolver.
25 El Maestro bendito, mira y contempla en la desunión de este pueblo escogido, que no se han amado de hermanos a hermanos.
26 Yo contemplo a este pueblo, como un rebaño disperso, porque los guías de las grandes muchedumbres, no se han unificado formando un solo corazón en torno de mi Ley para guiar todos con una sola mano, con una sola Ley a todo el pueblo de Israel; por eso, este pueblo, no se ha sabido reconocer ni amar del uno con el otro; y le hago el llamado en esta alba de gracia, para congregarlo en torno de mi divinidad; y delante de vos, Maestro amado, le pregunto a vuestro pueblo:
27 ¿Qué me pedís, pueblo amado? No quiero ser vuestro juez; quiero manifestarme como Padre amoroso. Estoy pronto a mimaros, a arrullaros en mis brazos paternales, porque de mi nacisteis, yo os he criado para beneficio de mi espíritu divino; os he criado para que también vos, os recreéis con todas las cosas hechas por mi mano.
28 Ansiosa mi mano podía encontrarse, de forjar un entendimiento en la tierra, para darle la caricia a los unos y a los otros, porque soy vuestro Padre. No soy el juez airado ni el Padre de corazón duro; soy el Padre, amantísimo y tiernísimo. ¡Créalo el hombre o no lo crea!
29 Yo soy la bondad suprema y el perdón y os despierto, pueblo escogido, ¡oh! Pequeños muy amados de mi divinidad, hombre: mujeres, varones, ancianos, niñez bendita no contemplo la mancha de vuestra alma en este instante, sólo contemplo el ahínco que me hacéis presente, por cumplir mis divinos mandatos en el tiempo que en este instante, os prepara para el porvenir.
30 ¡Venid a mí! Y de espíritu a Espíritu, estrechad a vuestro Padre. ¡Venid, pueblo escogido de Israel! Y olvidad vuestros pecados; que en este instante, os son borrados con mi mano bendita y poderosa.
31 ¡Venid! Varones y mujeres que me habéis servido en la obra. ¡Venid, pueblo amado! Que comenzáis a dar vuestro tercer paso, en esta obra espiritualista trinitaria mariana.
32 No os postréis delante de mí, ¡arrojaos en mis brazos paternales! Venid y llorad conmigo, porque estáis en vuestro valle del destierro; pero en este destierro, se está purificando vuestro espíritu.
33 Llevad con paciencia y con calma vuestros sufrimientos, pueblo amado. ¡Venid a mis brazos! Y lavad con paciencia y con calma, vuestros sufrimientos, pueblo amado.
34 ¡Venid a mis brazos! Y lavad vuestra mancha y pecado y quedad limpio, ¡oh! Pequeño muy amado. ¡Venid y sentid el amor, el cariño perfectísimo del Padre! Que una vez más, os unge y os levanta para que sigáis en esta jornada; en esta larga jornada, que os ha de llevar por una eternidad a la calma y a la paz de mi Espíritu, ¡oh! Pueblo muy amado de Israel.
35 Pueblo de mi divinidad, ¡levantaos! Perdonándoos los unos a los otros. Llevad el bálsamo de curación para vos y también para todo el universo; porque el universo me clama y os clama, os desea.
36 ¡Ungid a las naciones con vuestra oración; perdonad todos los pueblos que también con su guerra os han traído el hambre y la intranquilidad en este Tercer Tiempo; perdonad a los que se levanta como vuestros enemigos y en este instante, abro las puertas de mi arcano y, ¡sea el pan con mi pueblo, sean las llaves del trabajo!
37 Espíritus, ¡elevaos más y más y tomad la luz! La luz del Espíritu Santo, que es la misma luz del Padre!
38 En este día de gracia, pueblo bendito, yo vengo muy cerca de vosotros, para dar testimonio de mí mismo; porque vos, sois el encargado de dar testimonio de mí, a las demás naciones y pueblos.
39 No temáis a las sectas, no temáis a los que se levanten como vuestros enemigos, no temáis a la espada de dos filos de los hombres, no temáis a la muerte ni al dolor ni a las enfermedades, no temáis a los elementos; temed tan solo a mi justicia, pero antes que temerme como juez; amadme como Padre, porque tengo sed y hambre de vuestro amor. ¡Venid y estrechad a vuestro Padre! Que yo os bendigo y perdono, ¡oh! Mi pueblo escogido de Israel.
Elías:
40 Padre Eterno, Gran Jehová, el pastor se presenta en esta alba de gracia para hacerte presente al pueblo, en el cual te has derramado con toda justicia y amor. Tú has contemplado sus corazones y ellos han sentido gran amor. Tu ojo perspicaz, contempla hasta lo profundo de ellos mismos; y en este instante, el pastor también te pide por ellos. ¡Hágase y cúmplase tu voluntad! ¡Oh, divino Padre!
Padre Eterno:
41 ¡Bendita sea tu presencia, en este instante, Elías! Una vez más voy a dejaros pastoreando los espíritus del pueblo de Israel y de toda la humanidad; de encarnados y desencarnados, porque es la misión sublime que el Padre os ha confiado.
42 Mirad a vuestras ovejas: lavadas con el llanto del amor y de la atrición. ¿Quién de los presentes, no ha formado un santuario? ¿Quién de los presentes, no ha formado un propósito, un anhelo, un ideal de servirme y de perfeccionar su espíritu? Terminando está el año que os confié; y, en verdad, por testigos están el Divino Maestro, Elías y María, de que yo he estado con vosotros derramando mi espíritu divino universal. Sí, pueblo escogido, no os he dejado sin el pan del espíritu.
43 Yo recibo vuestro cumplimiento, desde la primera alba de 1944 hasta ésta última. Yo os he mirado caminar. He mirado vuestro cumplimiento, he escuchado el latir de vuestro corazón. He mirado vuestras obras, he mirado vuestros actos. Escrito todo está, porque en ello, está el galardón de vuestro espíritu; y bendigo en este instante, a todos aquellos que en este año se levantaron.
44 ¡Bendigo a los que han resistido las pruebas que he permitido, se alleguen a hacia ellos! ¡Bendigo a los que han cumplido en la campiña del señor! ¡Bendigo las manos que han sanado enfermos, a los varones y mujeres que se han regenerado! ¡Bendigo a los enfermos, que me han bendecido soportando su dolor! ¡Bendigo a los que han sanado y a los que han reconocido mi caridad!
45 ¡Bendigo, a todo el pueblo de Israel! Ya que quiero que esté preparado, limpio y lleno de júbilo en esta alba de gracia, porque a preparaos voy una nueva jornada; una jornada pequeña que principiaré en corto instante y que termina en 1946, para que en este lapso de tiempo, depuréis vuestros acto, en vuestro cumplimiento dentro de esta obra espiritualista.
46 ¡Israel, tomad mi luz, mi potestad! ¡Destruid el fanatismo y la idolatría que pudiere haber dentro de vuestro corazón! ¡Preparad ya el santuario puro, en el cual pueda morar vuestro Padre! ¡Perfeccionad vuestra oración! Arrojad de vos, todo aquello que fuere mala ciencia, todo aquello que fuere imperfecto dentro de mi obra! Y en esta alba de gracia, el Padre también os entrega un gran consejo paternal; porque el Maestro de maestros, es el Cristo; y él, en corto instante va a recrearse con vosotros y entregará el análisis de mi palabra.
47 Pueblo de Israel, en el año 1945 voy a someter a una prueba que no sabéis cuánto durará: será una prueba que regocije a mi pueblo de Israel, que lo eleve a una escala más alta y más cerca de mí y en esta alba de gracia, yo soy quién preparo estas aguas.
48 Cristo bendito, amor purísimo del Eterno Padre universal, en esta alba de gracia será mi mano poderosa que es la misma vuestra la que prepare estas aguas; es menester que así el Padre, se manifieste con su nuevo pueblo:
49 Aguas que represadas podéis encontraros. Aguas creadas por mi; aguas que sois símbolos y que sois también alimento de vida para el hombre: yo en este instante os preparo espiritualmente, porque ésta es mi voluntad. ¡Tomad este instante mi luz, mi fuerza, la salud de mi Espíritu! ¡Llevad esencia y potestad! Para que este pueblo, se levante cumpliendo con ellos mismos.
50 No quiero reclamarle al pueblo, lo que ha hecho con las aguas preparadas por el Maestro, durante este tiempo; sin embargo, no he contemplado preparación; he contemplado: ignorancia y en este instante, vuestro Padre, os dice: ¡yo el eterno creador, deposito todo aquello que fuere necesario para el alivio de vuestros cuerpos y de vuestros espíritus y convierto en bálsamo de los bálsamos estas aguas, y sea la fe y la preparación del pueblo, la que haga los prodigios con ellas mismas!
51 En corto instante el hombre de la ciencia, llegará a sorprenderos. Yo quiero que practiquéis el amor, la caridad y la espiritualidad con estas aguas que preparo como bálsamo. Respetadlas, pueblo amado, una sola gota de ellas baste para levantar a lázaro de la fosa; mas si con toda su preparación y con todo vuestro amor no lograseis sanar un enfermo o resucitar un muerto, dejadme la causa a mí, yo respondo de ello.
52 Yo quiero que haya espiritualidad en el pueblo, no quiero que caigáis en la materialización; mas también os digo, pueblo de Israel, os digo labriegos amados del señor, os digo mundo espiritual de luz: dejo el reino vegetal, dejo las plantas con sus flores, con sus frutos para que de ellas, entreguéis el bálsamo, porque no estáis en la perfección,
53 Cuando lleguéis al máximo de la espiritualidad, ¡cuánto regocijo, habrá en vuestros espíritus! Entonces, seréis semejantes al Maestro de maestros, que con la voz, con la mirada y con la mano podáis ungir. Nunca llegaréis a ser igualmente como lo es el Maestro, pero seréis semejantes a él, en verdad y en espíritu.
54 Yo os concederé grandes cosas y prodigios, pueblo escogido. Prepararaos los unos a los otros: y no caigáis en nuevos fanatismos ni en falsa adoración, porque no es mi voluntad.
55 Sois el pueblo reconocido por mi mano poderosa, yo os entresaqué de las garras del faraón, yo os liberté de los Césares del Segundo Tiempo; y ahora, en este Tercer Tiempo, vengo hacia vos a rescataros de vuestro pecado y de todas las tinieblas, para romper las cadenas espirituales que pesan sobre vos; las cadenas, que arrastrabais ah muchos siglos y que ahora, han sido rotas por mi mano poderosa, por la palabra del Maestro, por la luz de Elías y por la presencia de María, en espíritu y en verdad.
María:
56 ¡Tiernísimo Padre! Mi Espíritu se acerca a ti, y en mis brazos te hago presente a mi familia, a los hijos grandes y pequeños que me has confiado. Delante de mí, todos son iguales. Delante de mí, todos son menesterosos, todos son pequeños, todos necesitan; ellos están contigo, recibiendo tu caridad con perfección, bendita sea tu voluntad. Derrama en ellos, lo que en bien tenga tu espíritu divino. Yo soy tu sierva, ¡hágase en mí, tu sagrada voluntad!
Padre Eterno:
57 María, amada, esencia de ternura divina maternal. ¡Bienvenida sea vuestra palabra y vuestra presencia! ¡He ahí a vuestra familia! Como le habéis nombrado, porque es vuestra familia, en verdad y en espíritu. Así quiso el unigénito, legaros a la humanidad, cuando en la ara santa de la cruz podía encontrarse; así la tomasteis en vuestros brazos y vuestro manto le habéis arropado. ¡Mirad a vuestro pueblo! Le estoy preparando ; y le estoy predisponiendo, a una nueva lucha.
58 A este pueblo, lo estoy elevando, para que no se sienta el pequeño y el último, para que pueda reconocerse a sí mismo y sepa reconocer su don y su misión, le estoy entregando el bálsamo de los bálsamos, simbolizado en las aguas de la tierra; porque las epidemias y la peste, ya se acercan por doquier; ya el ángel de la peste, comienza a dispersar su influencia y pronto ha de llegar; y ese será el tiempo, en que se dé a conocer mi pueblo escogido.
59 Ese será el tiempo, Israel, en que hagáis prodigios y deis testimonio de mí, porque el bálsamo divino, el que no poseen los hombres de la ciencia entregándoos estoy; y vos, lo haréis efectivo y manifiesto con vuestra oración, con vuestra regeneración, con vuestra preparación.
60 Guardad esta preparación, que os doy; y respetad esas aguas simbólicas, con las cuales podéis hacer grandes prodigios en la tierra, siempre en mi nombre.
61 En este instante, pueblo, pueblo que no caminó solo en la tierra: ¡preparaos! Porque recibiendo seré a aquel que os lleva por el desierto y por los caminos; y también, a mis labriegos.
62 Labriegos amados de mi campiña, soldados fuertes de Jesús, yo también os digo: recreaos con mi presencia, no temáis, vuestra oración acallaron por un instante los labios del Maestro, y he venido a manifestarme lleno de amor. Decidme vuestras cuitas, ¡oh mis labriegos muy amados! Cuán grande es vuestra oración, cuán grande es delante de mi Espíritu. Es la esencia que recrea mi Espíritu, yo la recibo. Sentid mi fuerza del cráneo hasta vuestras plantas: en este instante hago sentir la fuerza de Jehová, la fuerza del Padre, que lleno de amor y de complacencias se manifiesta con sus hijos amados. Tomad, bebed y comed, os dice el Padre, para que estéis fuertes, recreaos en esta alba de gracia y os entrego nuevas trescientas sesenta y cinco albas para que en ella luchéis inspirados. Cada uno es responsable de sí mismo. Yo os he entregado un caudal, un tesoro de valor incalculable, escudriñaos, penetrad dentro de vuestro tesoro y ved si está limpio o no, ved si está completo o las manos ajenas han hurtado vuestro caudal.
63 Sí, labriego, escudriñaos a vos mismo, y si encontrareis falta o error, arrojadle, para que me hagáis presente obras gratas y dignas de mi divinidad. ¿Por qué os habla vuestro Padre de esta manera? ¿Por qué quiero que deis un paso adelante y seáis ejemplo de la humanidad?
64 Yo recibo vuestro cumplimiento, de los unos y de los otros. No quiero juzgar en esta alba el cumplimiento de los unos y la pereza y la negligencia; yo a todos os contemplo como a mis labriegos, y de todos recibo; de los unos más, de los otros menos, pero en aquellos que menos cumplimiento me hagan presente busco un átomo para recrearme con él, tan solo un átomo de cumplimiento, para por medio de él, entregarle mi ósculo de amor y mi perdón de Padre, porque quiero contemplaros unidos trabajando todos, porque quiero contemplaros sanando a la humanidad entera, porque quiero que no desfallezcáis en el nuevo año, porque grandes cosas tengo reservadas para vosotros, grandes complacencias y pruebas en espíritu y en verdad.
65 Tomad mi fuerza, mi paz, mi bálsamo de curación en abundancia; descansad un instante en mi regazo y después preparaos para continuar en la lucha; llevad el recuerdo de mi amor, llevad presente siempre mi caridad de Padre, que no os haga falta nunca. Vuestra oración llega hasta mí, y mi mirada perspicaz de Jehová todo lo puede contemplar, y en este instante limpio el camino de mis labriegos, todo el corazón de los vuestros. Bendigo las cosas, los caminos y las comarcas, en espíritu y en verdad, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
66 He agraciado y bendecido a mi pueblo de Israel, y en este instante después de haberos agraciado y recibido, después de haberos alimentado con la leche y miel que desciende del reino celestial, yo en este instante recibo el cumplimiento del universo entero:
67 ¡Universo! Todas las naturalezas, todos los reinos, todos los astros, las moradas creadas por mi mano poderosa; todos los seres conocidos y desconocidos para los hombres, todos los pueblos y moradores del universo, desde los más altos seres hasta las criaturas más pequeñas, sentid mi presencia en este instante, sentid mi calor y recibid nueva vida, porque ésta es mi voluntad.
68 No sólo el hombre atraviesa la Tercera Era: el universo entero puede encontrarse en su Tercer Tiempo; mas quien me escucha, no sabe lo que quiere decir Tercera Era, ni lo quiere decir Tercer Tiempo; mas todo será revelado y sabido. Mucho os revelará el Padre por el conducto humano, mucho os revelaré de Espíritu a espíritu; pero muchas cosas no sabréis en esta vida. Cuando penetréis en nuevas vidas, nuevas revelaciones os haré, para que podáis escalar hasta llegar a mí. Cada cosa está en su escala y en su mundo, y en esta alba de regocijo, de preparación, en este día de cumplimiento para vuestro Padre y creador, en este día de cumplimiento para todas las cosas y criaturas. Yo bendigo y recibo al universo entero.
69 Yo recibo vuestro cumplimiento, vuestra obediencia y vuestra sumisión habéis brindado luz, armonía, paz y habéis dado testimonio de mí; por tanto, sea la fuerza de mi Espíritu en todos los ámbitos y mundos, en todos los espacios, en todas las cosas creadas por mi mano, y hasta el animalillo menos perceptible, elevad vuestra faz, lata vuestro corazón de gratitud, regocijaos y sentid la fuerza de vuestro Padre, porque todas las criaturas son hijas de mi divinidad; todas las cosas sientan mi presencia y en este instante las bendigo y una vez más las dejo para regocijo de mi Espíritu y regocijo de todos mis hijos, en verdad y en Espíritu.
70 Astro rey que en mi representación os encontráis dando calor, vida y luz, sed conmigo. No habéis descansado, pero también vuestro ser descansará cuando marcado el momento pueda ser para todas las cosas que han luchado, que han trabajado y han dado pruebas de obediencia delante de su creador; y en este instante tomad mi calor, ¡oh astro rey!
71 Planetas todos, mundos distantes no de mi divinidad yo recibo también vuestros cumplimientos, vuestra obediencia y adoración. Sois los seres que dais ejemplo en la creación al hombre y en este instante a todos os bendigo y os recibo. Sois mis criaturas, y os doy la paz, más luz y más elevación a todo el universo, en mi nombre que soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
72 Elementos que habéis luchado incansablemente dando vida cuando ha sido mi voluntad y dando exterminio cuando ha sido mi mandato. Descansad, reposad un instante y después desataos, porque os dejo desatados en esta primera alba para que deis testimonio de mí. ¿En dónde daréis testimonio? En esas naciones paganas, en esas naciones fratricidas, en esas naciones en donde la sangre se ha derramado a torrentes, desataos, ¡oh elementos! Y dad testimonio, detened el avance de los hombres, porque ésta es mi voluntad.
73 Ángeles y siervos espirituales tomad mi mandato. Id por los pueblos y naciones, al valle espiritual y al valle material, y cumplid con mi mandato. El hambre, la peste y la muerte desatados pueden encontrarse; la guerra mucho tiempo ha que la hicisteis el llamado entre vosotros y se ha recreado entre los hombres; mas si el pueblo de Israel se levanta con buen cumplimiento, está en pie la promesa.
74 Está en pie, pueblo escogido, y no sabéis lo que tengo preparado. Sólo espero el cumplimiento del pueblo, el perdón de él mismo, y entonces vendrá la caricia del Padre, vendrá la paz y el bálsamo para las naciones, pues ésta es mi voluntad.
75 Ahora ha llegado el instante, naciones amadas, en que el Padre os reciba, en que vuestro creador os diga a vosotros, que habéis tomado la vida como si os perteneciese. Tomad mi luz y reflexionad. Comprended vuestro destino y vuestra misión. Tomad mi fuerza que me pedís para salir avante, porque hay millones y millones de arrepentidos, millones de seres que invocan mi nombre y mi paz sin encontrarla, porque se levanta un clamor de todo el mundo en busca del perdón y de la paz, y este clamor en este instante llega hasta la altura de mi solio y se pregunta el hombre y se preguntan las naciones: ¡Padre! ¡Padre! ¿No cesará la guerra en 1945? ¿Qué no tendréis caridad y misericordia de los hombres? ¿Qué no detendréis el valle de lágrimas para darnos paz?
76 Habéis comprendido que este deseo de paz no está en vuestra mano. Habéis querido hacer la paz y no habéis podido, porque habéis dado amplia potestad al espíritu de la guerra y él ha sembrado su semilla en vuestro corazón y esa semilla cunde por los campos y por las naciones y esa semilla ya se acerca por tierras de este nuevo continente. Ya se acerca a la tierra de Israel, a la nueva Jerusalén, cuando no es mi voluntad. Por eso os toco, naciones, vosotras me responderéis si la guerra llega a la nueva Jerusalén, y el pueblo de Israel me responderá si la paz no llega a las naciones. ¡Cuán grande será mi juicio! ¡Cuán grande será el juicio del Padre en los tiempos venideros, si no contemplo perdón en los unos y si no contemplo preparación y unificación en los otros! Pero he aquí mi palabra es también con vosotros, y os bendigo y perdono también, naciones, porque no quiero contemplaros como reos, no quiero convertirme en juez, si a mi pueblo escogido que peca con doble causa y doble conocimiento lo he perdonado y le he bendecido; pues vosotros que no tenéis mi palabra ni mi presencia, tomad mi presencia y sentidla, tomad la presencia de mi Espíritu, ¡oh naciones de la tierra! ¡Oh siete cabezas! ¡Oh siete naciones que os levantáis delante de mi ojo poderoso! En este instante el índice de mi mano os señala.
77 Inglaterra: yo os ilumino, mi justicia grandemente os tocará todavía, pero os doy la fuerza, toco vuestro corazón y os digo: vuestras ambiciones caerán, vuestros poderíos os serán quitados y a nadie le serán dados, porque no es mi voluntad.
78 Alemania: toco en este instante vuestra soberbia cabeza y os digo: ¡preparaos! Porque vuestra semilla no perecerá. Nuevas tierras me habéis pedido y los hombres se han interpuesto en mis altos juicios. Yo toco en este instante vuestra cerviz y os digo: tomad mi fuerza, también confiad en mí, y yo os salvaré; mas si no confiareis en mí y os entregaseis sólo a vuestra soberbia, entonces caeréis y seréis esclava del mundo cuando no es mi voluntad, porque es el tiempo en que vengo derribando a los señores y libertando a los esclavos y aprisionados. Tomad mi luz y levantaos.
79 Rusia: mi Espíritu todo lo puede contemplar, no será vuestro el mundo. Yo vendré a reinar sobre todos vosotros. No borraréis mi nombre. No borraréis el nombre del Maestro, porque el Cristo reinará sobre todos los hombres. Cumplid, desmaterializaos, preparaos para una nueva vida, pues si así no fuere, yo quebrantaré vuestro orgullo, porque ésta es mi voluntad. La luz yo os entrego.
80 Italia: no sois el señor de los tiempos pasados, hoy el escarnio, la vergüenza, la esclavitud y la guerra os han destruido. La gran purificación ha caído sobre vuestro pueblo al contemplar vuestra degeneración; mas el Padre, os dice: regeneraros, apartad vuestro fanatismo e idolatría y reconocedme a mí como el señor de los señores, y entonces yo derramaré nuevas inspiraciones y luz entre vosotros. ¡Tomad mi bálsamo! Y perdonaos los unos a los otros.
81 Francia: me hacéis presente vuestro dolor, vuestro lamento llega hasta mi altura, solícito os recibo. El ayer pudisteis levantaros como señor, ahora solo me presentáis las cadenas que arrastráis. No habéis velado ni habéis orado, os habéis entregado a los placeres de la carne y el dragón ha hecho presa de vosotros; pero yo os salvaré, porque el clamor de vuestras mujeres me invocan, porque el dolor de la niñez bendita llega a mí, porque queréis salvaros os doy mi mano salvadora, pero en verdad os digo: ¡velad y orad y perdonad!
82 Estados unidos: yo en este instante también os recibo. Sólo contemplo no el corazón de piedra, sino el corazón de metal y de oro. Contemplo vuestro cerebro de metal, le encuentro endurecido, no encuentro amor en vos, no encuentro espiritualidad, sólo contemplo grandezas, ambiciones y codicias. Seguid, mas, de cierto, el Padre os dice: ¿cuándo mi simiente va a echar raíces profundas en vos? ¿Cuándo vais a levantaros derrumbando vuestro becerro de oro y la Torre de Babel para edificar el templo de Israel?
83 Yo os toco también, desde el primero hasta el último y os perdono. Ilumino vuestra conciencia para que en la hora suprema, cuando la prueba llegue a su culminación no se ofusque vuestra mente; sino que penséis claramente y recordéis que yo soy antes que vos.
84 Llevad mi luz, mi fuerza y mi potestad. No os intercaléis en mis altos juicios, porque si desobedeciereis mi mandato y traspasáis el límite que pongo, el dolor, la destrucción, el fuego, la peste y la muerte serán con vos, cuando ésta no es mi voluntad.
85 Japón: yo también os recibo y os hablo. He penetrado en vuestro santuario y todo lo he podido contemplar. No queréis ser postreros, siempre queréis ser primero, y en verdad os digo: esta simiente es limpia, pero no es grata delante de mi ojo, pues es menester que apuréis el cáliz de amargura para que se purifique vuestro corazón. Es menester que vuestra lengua se mezcle con las otras lenguas, es menester que el mundo se acerque a vos. Cuando el mundo se encuentre preparado y limpio, llevará simiente que yo le he de entregar; porque nadie se ha preparado, pero en verdad os digo: no tenéis la simiente espiritual de mi divinidad .
86 Yo prepararé el camino y en corto momento habrá caos de ideas en el universo entero, caos de teorías y de saber, caos de ciencia; y después de ese caos, vendrá la luz hacia vosotros, ¡oh! Naciones benditas, porque ésta es mi voluntad.
87 En este instante, yo os preparo y os perdono y hago que penetre en el camino certero, cuando el momento sea llegado y sea marcado por el eterno en que las naciones penetren a la paz.
88 No seáis reacia, nación; no os intercaléis ni os opongáis, porque si las naciones firmaren y vos, les traicionáis; ¡ay! De vos, porque entonces mi brazo vendrá contra vos, cuando ésta no es mi voluntad.
89 Llevad el agua cristalina y el pan, también. Yo contemplo a vuestros esclavos, yo contemplo a vuestros prisioneros y de ellos me responderéis. Siete cabezas, siete naciones, habéis sido recibidas por mi divinidad. Ante vuestro exterminio, ante vuestra potestad, el universo puede encontrarse, vosotras me responderéis.
90 Sexto Sello que invisiblemente podéis encontraros delante de mí. Sexto Sello que en todo el tiempo cumpliendo podéis encontraros, ¡levantaos! Esparcid la luz, entablad vuestra lucha. Séptimo candelero de mi divinidad, representante de las siete iglesias, de los siete templos, en verdad, os dice el Padre: sed cada uno en cada una de estas naciones; preparad a los pueblos y a los hombres conforme es mi voluntad, que en este instante bendigo al universo entero. Bendigo el pan de cada día, y abro mi arcano para todos vosotros.
91 Sectas, religiones, yo recibo a vuestros representantes, recibo su cumplimiento y les entrego nuevas misiones. No sabéis quienes seréis levantados y quienes seréis puestos nuevamente; pero en verdad, tomad mi luz en la conciencia y trabajad conforme es mi voluntad.
92 Mandatarios de las naciones, mi Ley sea con vosotros, mi fuerza y mi potestad.
93 He aquí, me he recreado con vosotros, os he entregado una cátedra, pero en este instante en que a terminar va el año 1944 y a principiar el año 1945, pueblo amado, para que os levantéis luchando y trabajando. ¿Qué más podéis ambicionar, mi pueblo? ¿Qué más pedís en este instante?
94 El perdón del Padre sea con vos, y sentidlo; mi caricia sea con vosotros. Todo el universo de plácemes puede encontrarse, todos los enfermos han sentido el bálsamo, todos los espíritus se han recreado y en todos los hogares he sido yo.
95 ¡Adiós, pueblo de Israel! ¡Adiós universo! En mi solio estoy siempre con vosotros.
19. La fuente de la salud
Domingo 24 de junio de 1945
1 ¡Gloria a Dios en las alturas, paz, luz y amor a los hombres en la tierra, de buena voluntad! Los hombres que en la tierra viven con buena voluntad, tendrán paz; ellos tendrán de hecho la realización del alumbramiento, el goce del Espíritu y sabrán de la luz eterna. En esta alba de gracia, de luz, luz por mi palabra, luz por los pensamientos, tendrá el pueblo de Israel, para encauzarlo dentro de la doctrina espiritual que hay en mi enseñanza. Yo os recibo, pueblo bendito de Israel.
2 Bienvenido sea aquél que se encuentre abrazando a un ideal, a un ideal espiritual que engrandezca. ¡Bienaventurados vosotros, que acallando los dolores, escucháis la voz del Espíritu! ¡Bienvenidos vosotros, que apartando las quejas por unos momentos, os entregáis al rocío de la palabra del amor infinito!
3 A estos, a los que bendicen la esperanza y por la esperanza a la vida, yo les recibo. También recibo a aquellos, que acallando su dolor, vienen a mí; y también a aquellos que no tienen esperanza, porque la perdieron, yo haré que nuevamente pase por su corazón el canto de la esperanza, cuando ellos piensen en mí.
4 ¡Pueblo bendito, entrad en concentración, pensando en mí y por esto, recibiréis muchas lecciones, más de lo que vos esperáis y más de lo que vos deseáis; ¡tanto! Como necesitéis.
5 Yo os recibo, ¡oh! Pueblo. Vacilante en su mayor parte. Poca parte del pueblo se encuentra bien. Sí, en las necesidades materiales estáis bien; pero no estáis bien en las necesidades espirituales. ¡Yo os recibo y os bendigo! Bienvenidos seáis, ¡oh! Pueblo bendito de Israel, como quiera que esté vuestro pensamiento.
6 ¡gloria a ti, Maestro! me decís y siempre glorificáis mi nombre. Y, ¿cuándo, mis bienamados, empezaréis a glorificar al Cristo que amáis y que lleváis dentro? Glorificadle, sí, y dejarlo en libertad de su manifestación.
7 Escuchad, pueblo mío: si vos pensáis en el Espíritu tendréis curación y curaréis vuestra propia materia. Si vos pensáis en el Espíritu, se apartarán de vos los dolores: todos los dolores físicos y morales si vos pensáis en el Espíritu, amaréis, tendréis fe y seréis fuerte. Si vos pensáis en mí, en el Espíritu de amor; entonces, pueblo mío, sentiréis que vuestra mente se hace fuerte; sentiréis, un corazón capaz de amar; y seréis como ejemplo de los hombres que en vuestro mundo están. Vos luciréis, sí, para llevar a cada uno, lo que a cada uno podáis darle; y entonces, sabréis que por el espíritu del hombre, pasa el influjo divino del Espíritu de Dios.
8 Si vos pensáis en mí, que soy la esencia del amor divino, haciendo caridad, sentiréis la vida; que por el yo del hombre, pasa el eterno yo del Ser excelso; está allí su corriente, no se aparta de vosotros.
9 La corriente del hálito de la vida, es la principal; la más grande manifestación del Ser Supremo, en comparación con todas las demás manifestaciones; ellas, son después de ésta, que es la vida.
10 Vivir primero para ser poderoso; vivir primero para amar, porque se vive primero, para sentir la sabiduría. Vivir para crear por vos mismo. Vivir primero para gozar y sentir la belleza de la vida, la grandeza de la vida, la eternidad en la vida.
11 Y vuelvo a repetir: la vida, es primer o que las otras manifestaciones. Vuelvo a decir, que: primer o es vivir y después es hacer todo aquello que es necesario hacer, todo aquello que se quiera hacer.
12 ¡La vida es el reflejo de Dios, del Padre, del Dios manifestado; porque la vida, no olvidéis, no la entendéis vosotros en su grandeza, pero sí la podéis gozar; amarla, sin entenderla; gozarla, sin comprenderla.
13 Dad un canto a la vida que Dios os da; y, que pase el canto de la vida por el corazón y por el alma. Dad un canto a la vida eterna; porque en la eternidad, tiene sus salmos.
14 Yo os digo que la vida, es la corriente sempiterna. Primer o vivir, después, todo; por eso vivid por siempre, para ser sabio y poderoso, bello y bondadoso. Primer o es vivir, después, mil cosas y más de mil. Vivir y pensar; vivir y pedir consuelo. Vivir primero, para consolar después.
15 Yo os visito hoy; a pesar que moro en vosotros, de que existo en vos, que vivo en vos. Yo os visito hoy, externamente, basándose mi visita en pensamientos y palabras; porque de mi visita interna no hacéis caso de ella; y de mi aparición interna en vos, vos os habéis olvidado.
16 Por vos, mi pueblo bienamado, externando estoy mi manifestación en palabra, para que sepáis que primero es vivir para externar la luz que lleváis dentro, que la vida brinda y por la cual se brilla. ¡Vos no sabéis, las dichas que os esperan! Pero yo os iré enseñando para que seáis felices, relativamente, en la tierra. ¡Vivir, para tener esperanzas!
17 Escuchad, pueblo mío: ¡ay de aquél que ha perdido la esperanza! Porque si la esperanza es una de las manifestaciones de la fe; el que ha perdido la esperanza, es porque ha perdido la fe.
18 ¡Ay de aquél que viva sin fe!y ya que la fe, es la luz que alumbra al corazón; la fe es el porvenir del hombre, es la lámpara encendida, dispuesta a dirigir al hombre por el recto camino. La fe es la potencia sagrada ante el hombre, por el recto camino.
19 La fe, es la causa de lo que llamáis milagros, el porqué de las grandes manifestaciones, es la potencia secreta y la luz encendida; y si la fe es la potencia secreta y la luz encendida, tened fe para que viváis, pueblo amado.
20 Tened fe en Dios, en mí y en vos mismo. Tened fe sobre todas las cosas en el Padre Celestial, que está en todo; y por tanto, en vos mismo. Tened fe en mí, que he venido a enseñaros a hacer crecer todas las potencias que hay en vuestro espíritu; y que, por vuestro propio esfuerzo, desarrollaréis.
21 ¡Yo vibro desde lo alto, no desciende mi Espíritu a la materia humana! ¡No! Mis pensamientos, vibran y son recogidos por cerebros humanos, porque ésta es mi voluntad en este Tercer Tiempo. Para la manifestación externa: mis pensamientos, toman voz por medio de la palabra humana y son claros, brillan, y pueden brillar en vuestro corazón; antes de llegar a los labios de las facultades, mis pensamientos, pueden vibrar en vuestras almas y en vuestras conciencias; yo los envío especialmente para cada necesidad vuestra, pues estos, fortifican al hombre.
22 Para toda prueba, mi amor es más fuerte que la mismas pruebas; para todo dolor, mi consuelo es en cada angustia; mi ternura, para todo hombre; mi rayo de luz, es la luz de la esperanza que surge de él mismo. Vos debéis bendecir la vida, porque tenéis la esperanza de triunfar.
23 Escuchad, no con la materia, sino con las facultades de vuestro espíritu: a todos aquellos que habéis estado sufriendo, físicamente, tantos dolores y privaciones que la vida brinda; a todos aquellos que habéis estado sollozando y os llamáis desheredados de la suerte, desheredados de la fortuna; que decís que vuestra estrella de lo porvenir, no brilla, y la lámpara apagada es; que os lamentáis de que habéis nacido para llorar y sufrir, yo os digo en verdad: que aquél que se sienta haber nacido para llorar y sufrir; dé consuelo a sus semejantes; y en verdad, consuelo tendrá a sí mismo.
24 A vosotros os hablo: a aquellos que estáis cansados de esperar, que habéis trabajado para las labores espirituales y no habéis visto venir la recompensa: si vosotros tenéis fe; de cierto y en verdad os digo, que la recompensa, no se hará esperar y la fe responderá, recibiréis la maravilla; porque lo que llamáis: milagro no es otra cosa que la fe, operando en la acción; es decir: la potencia de la fe, puesta en movimiento, triunfando sobre todas las cosas y los obstáculos.
25 Debéis confiar en Dios, en mí y en vosotros mismos; porque vosotros, no solamente trabajaréis para el espíritu; necesitáis trabajar también, para las necesidades del cuerpo.
26 ¡Confiad en vosotros! Porque vais corrigiendo vuestros desordenes, vais corrigiendo todo aquello que tenéis que corregir; vais entrando en el camino de la corrección; por esto, debéis confiar en vuestro propio esfuerzo, en vuestra propia vida, en las potencias y facultades de vuestro espíritu, en vuestra alma, en vuestro cuerpo, en vuestros sentidos; y sobre todas las cosas: en vuestro ser sí, sois potencia vibrante, átomo para el Padre y sois grandes para el mundo, ¡oh! Potencias, en el hombre escondidas.
26 ¿Por qué no tenéis fe en vos mismo? Después de cifrarla en Dios y en mí, vos mismo podéis construir con el pensamiento, palabras y obras; lo de hoy servirá, para la construcción del mañana. ¡Vos podéis reedificar en ruinas! Y, ¿por qué os digo que podéis reedificar en ruinas? ¿Cuál es la base, de mi palabra? ¿Qué motivos o razones tengo, para expresar esto?
27 Yo os digo: que se puede, se debe hacer, es necesario: reedificar en ruinas el camino: es el amor y el material para reedificar: es la doctrina venida de los celos y de las manifestaciones supremas.
28 En esta doctrina, más directamente en ésta que en otras doctrinas de los hombres, podéis tomar el camino del amor y reedificar vuestra vida. Podéis venir todos aquellos perdidos y encenagados en los vicios; los que han caído a las profundidades al abismo de las pasiones. Todos aquellos, pueden levantarse.
29 Los hombres perdidos de hoy, serán los hombres modificados del mañana. Los equivocados y viciosos de hoy, pueden ser mañana, ejemplo para otros hombres.
30 ¡He aquí! Reedificar en ruinas porque no solamente su moral; también su cuerpo, lo han dejado en ruinas. Con pensamientos de amor y salud, pueden reconstruir su cuerpo, porque el pensamiento es constructivo, en verdad.
31 Yo os digo, en verdad: que vosotros con el pensamiento, podéis reedificar el cuerpo; también con el pensamiento, si las ruinas son mentales; y si son corporales, con pensamientos, palabras y obras; podéis reedificar, con obras benéficas y una vida correcta.
32 Reedificaréis las ruinas de la materia, hasta cierto punto; lo que no hicierais por esta parte, podéis hacerlo por la otra. ¡Pensad en el espíritu, en el poder que tiene para poder curar a vuestra propia materia!
33 Hombre: no olvidéis: que si el Espíritu de amor, forma parte del Ser Supremo, tiene por templo el cuerpo; y éste, sanará, cuando recordéis que el espíritu tiene poder para sanar. Yo os hablo con la palabra del Espíritu, dándoos una lección en esta alba de gracia.
34 Escuchadme, pueblo bendito: encontrabase un hombre muy enfermo, sin fe y sin esperanza; este hombre, había llegado a determinada edad crítica; y a esa edad, le debilitaba la impotencia. Se encontraba solo, porque a pesar de tener familia, ésta le había abandonado; su familia tenía elementos materiales, pero él, no; y se familiarizó con la soledad y con la tristeza; triste estaba su alma, en ella se encontraba la queja de una súplica secreta, que escondía para el mundo; sufría, triste, abandonado.
35 Vio médicos materiales y espirituales, pero ellos solamente tenían para él, algunas palabras de un consuelo relativo que le hablaban de una mejoría, también relativa, que nada aseguraba. Los médicos, movían la cabeza; los seres espirituales, guardaban silencio, dándole a entender que su mal, poco remedio tenía.
36 Un día, este hombre, dijo: ¡oh! Dios de la vida, ¿qué potencias hay en mí, que no vienen en mi ayuda; y solo sufro de cruel manera; sin que alguien entienda mi dolor? ¿Cuáles son las potencias que no se mueven, que no se apiadan de mi queja, para calmar mi angustia? Entonces, pensó en Dios, en mí y en él y haciendo un conjuro a las potencias de vida que en él habían, dijo: ¿qué es mi cuerpo? Mi cuerpo, es un vehículo del alma y del espíritu; y el espíritu, necesita manifestarse, a veces en el alma; y a veces el alma, necesita manifestase en la materia; entonces, si es un templo del espíritu, la carne, ¿por qué entonces el espíritu, teniendo poder, no sana su templo, su palacio?
37 Como cada templo, es una morada del rey; cada espíritu un hijo de él; entonces, cada hombre: es un príncipe así sois vosotros y no lo sabéis.
38 Entonces, él pidió a su Padre, el rey, le enviara su luz; y pensó: el gran Ser, mora en el pequeño ser del hombre; el eterno Ser infinito, mora en el eterno ser de los hijos; por mi sangre, ya han pasado el alma, el espíritu nuevo; su fuerza, sane mi sangre, mis ojos, mis pies, mis manos y mi corazón. Y pensó, en que al correr la sangre por venas y arterias, con los efluvios del Ser, el hijo del rey sanaría; y dijo así: ¡el poder del espíritu, sea en mí, para sanar!
39 Así pensó todas las mañanas y una nueva luz apareció en su vida; y una estrella apareció en su porvenir; y el hombre, triste antes, que no podía ni ver ni caminar, ibase sintiendo con nueva vida; y volvía a decir: ¡oh! Espíritu que en mi cuerpo es tu morada, ¡oh! Espíritu hijo del rey, ¡limpia tu templo! ¡Oh! Espíritu hijo del altísimo, ¡sana tu morada! ¡Y si moras, derrama el poder de curación en mí, pues soy tú mismo; por mí pasará tu fuerza y en mí quede la fuerza de mi mismo ser!
40 Así, decía el enfermo, pensando en estas manifestaciones; haciendo estas consideraciones: por cinco minutos ponía en movimiento su materia con el influjo de su espíritu, para mover la materia; y entonces, este hombre, sanaba, mejoraba día a día, como no lo pudieron hacer, ni hombres, ni seres espirituales; lo hizo el propio espíritu que moraba en él.
41 Entonces, vosotros que estáis enfermos, ¿por qué no sanáis? Porque os falta la conciencia de la grandeza misma que hay en vosotros; os falta la inteligencia de poner en contemplación, lo que hay en vosotros mismos, lo que sois y tenéis en vos, vuestros poderes ocultos y secretos. .
42 Si vosotros sabéis estas cosas, entonces, pensad en la salud, porque dentro de vosotros existe: el poder del amor, la sabiduría, la bondad y otras potencias más pero existe todo esto, porque vivís; mas si no vivieseis, no existirían estas potencias.
43 En vos, está la vida; que tenéis por reino: el universo, el gran cosmos, desde los cielos hasta los mundos.
44 Es el reino de la vida, en sus diversas expresiones de manifestaciones, es una de las más grandes manifestaciones de Dios, la primera, la suprema manifestación; de la cual, surgen miles de expresiones.
45, ¡es la vida! Sí, la vida es la manifestación más grande de las manifestaciones. ¡Bendecid y amad a la vida; y entonces, comprenderéis vuestro vivir! Bendecidla, porque la vida no es lo que vosotros tomáis como vuestra vida llena de penas y tristezas, ¡no! La vida, es la gran vida de Dios, el alma divina expresándose en el universo, en los cielos, en los mundos y en el cosmos.
46 Lo que vosotros tomáis, como vuestra vida llena de aflicciones, vuestra vida particular; vacilante y triste, ésa no es la vida, ésa es vuestra vida que estáis apartándola de las grandes bellezas supremas, del concierto celestial de la vida.
47 Estáis apartándoos por el sentido de separatividad; estáis excluyéndoos vos mismo. Mientras os sintáis aislado de los seres, ¿cómo podréis vivir la vida armónica del universo? Viviréis vuestra vida triste, atormentado, enfermo. Mientras tengáis un sentido de separatividad, así viviréis.
48 Pero en verdad, os digo: podéis vivir dentro de la vida universal y viviréis felices, porque entonces seréis una nota armónica en el gran concierto de la vida.
49 No olvidéis que: una expresión es la gran vida y otra es vuestra vida; y cuando vos penséis en esto; no viviréis la vuestra, viviréis la vida de los demás y entonces, os sentiréis feliz, comprendiendo que sois parte del Espíritu, del cual emanan los seres todos. Alma, de la cual emanan todas las almas, que son partícula de la gran alma. Mente única, de la cual emanan todas las mentes, que son parte de la gran mente y si todavía no podéis decir: una sola conciencia es porque todavía no habéis llegado a la plenitud espiritual, en que se puede decir: soy una sola conciencia, una sola voluntad en la unificación con mi Padre. Somete mi voluntad a la tuya, ¡oh! Padre; somete mi conciencia a la tuya ¡oh! Padre; mi vida es la tuya ¡oh! Padre Celestial.
50 Y por esto, mientras tengáis los sentidos enfermos; mientras tengáis, esos prejuicios de personalidad separatista, de división; no podréis decir: una sola vida, una sola conciencia, una sola mente, una sola alma.
51 Hasta que estéis en la plenitud, sin ese sentido de separatividad de la materia, cuando lleguéis a espiritualizaros, sentiréis que vuestra alma, es un vehículo que sirve de canal a la gran influencia espiritual de la vida suprema; y sentiréis que sois vehículos, por los cuales pasa la fuerza divina de Dios.
52 Y si por vuestro espíritu y vuestra alma, y si por vuestra conciencia y vuestra mente, vuestro pensamiento y vuestra materia, pasa la fuerza divina de Dios, ¿por qué no sanáis? Estáis enfermos, porque no pensáis en esto. Sanaréis, cuando seriamente penséis en lo que os digo.
53 ¡Qué son las enfermedades ante el espíritu!: ¡nada son! ¡He allí! Aquel enfermo que es el símbolo de los enfermos de este mundo; y sanan, cuando piensan en el espíritu.
54 El gran cosmos está lleno de la fuerza de Dios y la fuerza de Dios pasa a torrentes por todos vosotros, como pasan por vuestros cuerpos, la sangre en circulación. Como la sangre en circulación pasa por la materia, así la fuerza de Dios pasa por vuestra alma, es la fuerza del alma divina. Y así, tenéis en el cuerpo fuerza de Dios indirecta; pero es directa en el alma y en la materia; y si esta fuerza de Dios, existe, ¿por qué no borrar, todo lo que debe alejar?
55 El hombre que piensa en esto, piensa en el manantial de aguas cristalinas. Cuando a una casa sucia, llega la limpieza, aquella casa es barrida; después, entra el agua limpia y la lava; esto digo a vuestra mente: barrer y alejar todos los malos pensamientos; después, entra el agua y lava. El agua: es la conciencia de la unidad con Dios es la obediencia de someterse al Padre, la obediencia en todo y sobre todas las cosas; concientes, de estar sometidos al Padre, en la unidad con el Padre, sabiendo lo que pasa con vuestra materia y vuestra alma. Conciente de que en vosotros, está la fuerza de Dios, ésta es el agua que lava, después de haber barrido la mente a vuestra alma; y os hace entrar en el conocimiento, en la conciencia, de lo que pasa por vosotros.
56 Si vosotros pensáis, que vuestra materia es una manifestación divina, ¿para qué es la casa, del verdadero ser? Es la idea divina, por la cual, el espíritu debe manifestarse con todas sus facultades y atributos idénticos. Es la divina herencia que el Padre diese a sus hijos. Todo lo que el Padre, tiene en grandeza; vosotros, lo tenéis semejante, pero en pequeño. Todas las cualidades del Padre, vosotros las tenéis en átomo. El Padre es eterno; y vosotros, sois eternos, por lo que es el Padre en sus manifestaciones.
57 En el Padre, existe el gran conjunto de perfecciones excelsas y eternas. ¡Esto existe en el Padre! El Padre es, lo que el hombre no puede ni sabrá decir jamás; ni yo os lo diré, pero sí os digo: que el conjunto de perfecciones supremas, está en Dios; y que Dios, es más que todo esto suprema es su primer a manifestación de la vida; y si la vida, es la primer a manifestación, no hay motivo para estar enfermo.
58 La vida, ¡es vida alegre! Felicidad y salud os trae la vida; las enfermedades, vienen por excesos pasionales de vosotros mismos; pero la vida, es felicidad, por eso os he dicho: “cuando no queráis estar enfermos; no estaréis; porque estaréis concientes de la fuerza, de la luz, del amor, que debe reinar en vosotros.
59 La enfermedad os desvía del conjunto de la vida, que es toda felicidad, y os aparta de ella; si el hombre toma su vida particular y separadamente, se desvía de la gran vida; y ya no goza lo que la gran vida tiene. Yo os digo, en verdad: que si vosotros los enfermos, pensáis en todas estas realidades, ¡sanaríais!
60 Voy a haceros unas preguntas: ¿cuál es la primer a fuerza, que pasa por vuestro cuerpo? ¡Es la fuerza de Dios! Y, ¿no os da pena estar enfermos, cuando la fuerza de Dios, pasa por vosotros? ¿Cuál es la primer a y única sabiduría, que pasa por vosotros? ¡Es la sabiduría del Padre! Y, ¿no os da vergüenza ser ignorantes, cuando podéis elevaros a la espiritualidad, para ser sabios? ¿Cuál es la fuerza armónica, que pasa por vosotros? Es la fuerza de la belleza y la bondad, es la fuerza divina ¡en fin! Y, ¿no os da pena, no unificaros conmigo?
61 Entonces ¿cómo podéis estar enfermos, del alma o del cuerpo, sabiendo que vosotros, sois un depósito, por el cual pasan las fuerzas divinas y humanas. Aun las fuerzas de la naturaleza humana, unificadas a las divinas, pasan por vosotros.
62 Las corrientes de naturaleza divina y humana, pasan por vosotros, ¿y no os da pena, ser negativos a esas fuerzas? Tenéis un gran libro que leer en vosotros, el libro de la salud, de la belleza, de la bondad, del poder, de la sabiduría y del amor.
63 Y yo, os digo en verdad, que: debéis armonizaros con la gran causa, para que seáis felices, amorosos, fuertes, sabios y sanos sobre todas las cosas, ¡armonizaos con la suprema causa, con el influjo divino, para vivir la vida universal! Pues no estando armonizados, no se vive bien.
64 ¡He aquí, la clase de vuestro Maestro! Si el espíritu vive en vos, pedidle al espíritu lo que necesitéis, que es el Hijo del rey; y el hijo del rey, es vuestro propio ser. Y, ¿qué puede pedir al rey, su hijo, que el rey no se lo conceda, si el hijo se porta bien?
65 Los pobres, pueden mejorar, viviendo y pensando en la vida del espíritu. Los sanos, deben pedir primero las riquezas espirituales, sobre todas las cosas; y después, para las necesidades materiales y para dar a los demás.
66 El hombre que quiere tener demasiado, debe pensar, que al tener mucho, se convierte en un administrador de la causa suprema de Dios; y quien tiene mucho, debe repartir a los que no tienen. El que quiere tener solo para sí, bien; pero el que tiene más de lo que necesita, está en su deber de repartir a sus semejantes, y ¡he aquí! Si vosotros queréis tener más, estaréis en el deber, como buenos administradores, a repartir a vuestros hermanos. Y si poco tenéis; entonces, es que mucho tenéis en espíritu; o algo estáis pagando, de vuestras deudas pasadas.
67 Todo se alcanza con la fe: las monedas, la salud, lo de la tierra y lo de los celos ¡todo se alcanza con la fe! Sólo quiero hacer una pregunta al pueblo: ¿tenéis fe en Dios, en mí y en vos? En Dios, porque es vuestro Padre; en mí, porque soy la esencia de amor divino, soy el Maestro, el director de las almas y el gobernador espiritual de los mundos; en vos, porque vais a espiritualizaros, porque vais a progresar con vuestros propios esfuerzos.
68 Si tenéis fe, esperad, pueblo, que si tenéis paciencia, no esperaréis en vano; pero esperad el momento, de vos depende que sea pronto o tarde. ¡Esperad!
69 Y decidme: si mucho tuvieseis, ¿haríais lo que yo os mandase hacer? Porque a quien yo, dé, es para que obedezca y reparta, después de cumplir con las obligaciones y demás promesas que habéis hecho, a quien os ayuda.
70 Mas, yo os digo: el que quiera tener mucho, repartirá y dará y pensáis, el por qué os digo: “repartirá y dará” porque: repartirá lo material y dará amor porque ¿de qué os sirve sólo dar la parte material, si en ella no ponéis amor?
71 Debéis dar amor con caridad, porque caridad sin amor, más vale que no deis; porque es ofensa y ultraje, amados míos.
72 Escuchad, pueblo, que son chispas de luz, cada uno de mis pensamientos; que dan fuerza espiritual, cada una de mis ideas.
73 Os he dicho: pediréis a vuestro espíritu porque solamente el Hijo del rey, puede penetrar a todas vuestras necesidades; ya sean materiales o espirituales.
74 A las necesidades que pasan en la vida, el hijo del rey que está en vosotros las atenderá; porque él le pedirá al rey, su Padre; y si él es obediente con su Padre, nada le negará a su hijo; pero si el hijo es desobediente; si el hijo, no ha reedificado en ruinas, no tendrá la potencia ni el valor que debe tener ante el Padre, el hijo obediente.
75 Hay hijos de Dios, por la fe; y estos, siempre tiene fuerza en la potencia. Su potencia es fuerte, porque ha surgido de la fe.
76 Y el signo de la fe ¿en dónde está, cuál es el signo de la fe; la luz, la antorcha de la fe, en dónde está? Pensad vosotros, en esto y cuando hayáis encontrado ¿cuál es y dónde está? No solamente sanaréis vosotros; sino que sanaréis a los demás.
77 Vos, me pedís siempre. Me pedís en vuestras enfermedades; y yo, os descubro la fuente de la salud que está en vos mismo, para que vos toméis de la salud, por vosotros mismos.
78 La fuente de la salud, que está en vuestro propio espíritu, ya que en vuestro propio espíritu, lleváis las aguas que vosotros mismos necesitáis.
79 ¡Pensad en lo que os he dicho: entrad a la fuente y os sentiréis sano unificado con la belleza, sentiréis la belleza en vos mismo; la belleza en el alma; la limpieza de la mente y en el corazón.
80 Bellos son los rayos de luz, cuando emanan del corazón y llevan calor de amor para sus semejantes y van de corazón a corazón.
81 Del corazón, emana calor y luz; como un solecito que da calor y luz emanados del amor.
82 Si vuestro corazón es cual un solecito, dad en vuestro corazón caridad al mundo; y de esta manera, daréis a todos los hijos de Dios: luz, con luz de vuestro corazón con el calor de sus emanaciones, alegraréis a vuestros semejantes; y vuestro corazón, será un solecito lleno de ternura, de caricia infinita y de amor.
83 ¡Oh solecito del corazón humano! Solecito amoroso, envía tu luz a iluminar a los desheredados, que así se sienten; y triunfe más tu amor ¡oh! Corazón.
84 ¡No os apartéis de la gran alma, de la gran mente, de la gran vida universal; unificaros en amor porque el desamor, os desvía de la gran corriente de la vida, de la cual, todos formáis parte!
85 Y si vosotros, ya podéis llegar a la fuente y sacar agua vosotros mismos: yo haré un pueblo, que se baste a sí mismo, sabiendo lo que necesita en lo personal, en lo material y en lo espiritual; y no sea, un pueblo quejumbroso. Que sepa remediar las necesidades propias y ajenas; las del Espíritu, del alma y de la materia. Un pueblo que se baste a sí mismo, que ame, que goce. No quiero un pueblo derrotado y triste.
86 No olvidéis, que la fuente de la vida, de belleza, de salvación, de salud; está en vos mismo. ¡Vamos, pueblo, penetrad ya en vuestra fuente de salud!
87 Quiero que mi pueblo se acostumbre, en su elevación, a unificarse en mente y espíritu; y diga: vamos a esperar la luz de Cristo, unámonos en meditación que sepáis meditar, porque el que medita, entra en su propia fuente secreta de la salud; el que medita entra a su reino interno, en donde están las luces de la belleza, la bondad, el amor, el poder y la sabiduría.
88 Si queréis entrar a vuestro reino interno, lo haréis por medio de la meditación, porque sólo el pensamiento elevado, puede entrar en comunión y unidad con el pensamiento divino.
89 ¡Meditad! Para que de esta manera, os elevéis en pensamiento; penetréis en unificación y os alumbréis con el pensamiento de Dios; y Dios, escuche por él, todo lo que vos deseáis; y si vos, sabéis pedir, pronto lo realizaréis.
90 ¿Quién va más rectamente por el camino: el que sabe ir o el que no sabe ir? El que sabe caminar, no necesita conocer el camino. Si vosotros conocéis la potencia en vosotros mismos, no os quejéis jamás.
91 Yo os enseñaré a poner en movimiento las potencias; decid: “¡por mí pasa la fuerza de Dios, la fuerza del Cristo; por mí pasa la fuerza de mí mismo espíritu, la fuerza divina y la humana! Las dos fuerzas: la fuerza humana, de la naturaleza terrestre, la divina, de naturaleza divina y haciendo una comparación, una consideración; pensando: que cual corre vuestra sangre por arterias y venas, de la misma manera circula la fuerza divina y la humana; y sólo está enfermo, el que no sabe estar sano.
92 ésta ha sido mi enseñanza, pueblo, ¿y seríais capaces de pedir, como soléis hacerlo, después de haberos descubierto la fuente de la salud? ¿Seríais capaces de seguir, cual el pueblo suplicante?
93 ¿Qué necesita el hombre, sabiendo lo que yo os he dicho? Hacer uso de esas fuerzas; en Dios, en mí y en sí mismo.
94 No solamente la fuerza divina, la fuerza de los celos y las astrales pasan por el hombre, también las fuerzas humanas: todas las corrientes pasan por el hombre, circulando cual sangre por sus venas.
95 Algunos de vosotros, estáis pensando: y si el hombre siempre estuviera sano, ¿cuándo moriría? Bien se conoce que la luz y el conocimiento secreto, de las Leyes morales, no ha penetrado aún a vosotros. ¿Y cómo el hombre moriría, estando siempre sano? ¡Mi vida humana la necesitaba yo, y os la di, sin estar enfermo! No se necesita estar enfermo para morir. Otros, han recibido una intuición de que van a partir a la morada celeste, se disponen a entregar el alma, sin enfermedad, porque no se necesita para los bienaventurados, estar enfermos para entregar el alma.
96 Pero es cierto, hay pocos bienaventurados en los siglos que, como el buda, han entregado el alma; les ha llegado de los celos un aviso, una intuición, y dicen: preparo mi alma para el señor y entonces, el señor llega por el alma de ellos y se la lleva, sin enfermedad. Así decidme, ¿qué significa esto? y dijo el señor a mi señor: espera, mientras tanto pongo a tus enemigos por estrado a tus pies ¿quién es el señor, que dijo a vuestro señor: espera, mientras tanto pongo a tus enemigos, por estrado de tus pies? Dijo mi Padre, a mí: mientras tanto se hace justicia, espera.
97 Yo he venido a manifestar el amor; y los hombres, no han oído. Cuando los hombres oigan este canto de amor, que pasa por el alma y el corazón, los hombres vendrán conmigo y cantarán eternamente. Y unos serán conmigo en el canto de la vida, que pasa por el alma y el corazón del hombre.
98 La vida es la corriente eterna, la comunicación eterna de Dios, con el alma; y el alma, con Dios. ¡Quien tenga oídos, oiga; quien tenga comprensión, comprenda, lo que el mesías, dice al pueblo, en esta alba de gracia!
99 Seguid pensando en que todas las fuerzas de la tierra y de los celos, pasan por el hombre; y el hombre, lleva dentro de sí lo que necesita.
100 Os enseño a vivir la vida verdadera, con alegría, para que sepáis pedir al que lleváis dentro, todo lo que necesitáis.
101 Quiero que seáis un pueblo conciente, grande, capaz de encender la luz de vuestra alma; capaz de descubrir la fuente de la salud, y tomar de sus aguas con vuestras propias manos; capaz de comprender los mandamientos de la Ley divina y los arcanos morales; capaz, de bastaros a vos mismo.
102 ¿No os agrada, pueblo, lo que os he dicho en esta alba de gracia; no seréis ya el pueblo quejumbroso y sabréis pedir al que lleváis dentro, todo cuanto necesitáis?
103 ¡He aquí! Si sois verdaderamente concientes, más tarde os prepararéis para la iniciación; y si entráis a la espiritualidad, empezaréis a pedir al que lleváis dentro, porque dentro, lleváis en esencia, presencia y potencia: al Padre, a mí y a vos mismo, al espíritu, hijo del rey, que está en vos.
104 Decid conmigo, estas palabras: mi espíritu es hijo del rey, príncipe es ¿qué separación puede haber entre el rey y el Hijo? Pero no olvidéis que, si el hijo es desobediente, no tendrá el mismo valor su súplica ante el rey; que, si es obediente.
105 Pueblo, ¿tenéis propósito de seguir mi camino, de recibir las lecciones de mi enseñanza para haceros fuerte y quitar de vos, esos prejuicios que os atan?
106 Un pueblo sano y fuerte, quiero de vosotros. Entonces, si así es, no apuraréis vuestras tres copas de amargura. En la primera, tomaréis la experiencia de vuestro propio dolor; en la segunda y tercera, lo mismo si sois reacios:. Tres copas tenéis por vuestra culpa mas, no por la mía, sino por vuestra propia voluntad; pero si sois manso, con una os bastará.
107 Después, llegaréis a mí; y yo cambiaré vuestra copa de amargura, por mi cáliz de amor, que es dulce. Romperéis vuestra copa; y brillará el cáliz que es mío, en vos; cuando vuestros labios lo toquen, brillaréis por él.
108 Hay palabras que llegan a la conciencia y de ella, pasan al corazón; mas, hay otras, que tiene que llegar al corazón, para pasar a la conciencia.
109 ¿Cómo sabréis, cuando por una de las facultades, esté pasando por su corazón mi luz, mi vibración, mis pensamientos? ¿Cómo sabréis que llegan al cerebro, algunos; y otros, al corazón? Porque yo utilizo sus entendimientos y sus cerebros; y otras veces, su entendimiento, su cerebro y su corazón. No quiero decir que estén despiertas las materias, ¡no! ¡En éxtasis están! Porque el entendimiento está en donde está la vida; y si la vida está en ambas partes, allí está el entendimiento.
110 ¿Cómo sabréis entender, mi pueblo, cuando ellas se convierten en instrumentos fieles, para transmitir mi mensaje? ¿De qué manera podéis dar comprensión a vosotros mismos, cuando sólo utilizo el entendimiento y el cerebro; y otras veces, cuando por origen espiritual de mi enseñanza, llega hasta vuestro corazón mi luz, que pasa y recorre, el corazón que yo ilumino? Verdad es, por el tono de la voz.
111 A veces, mi palabra es dulce y tierna, del Padre hacia su hijo; como arrullo angelical. A veces mi palabra, es una ensoñación de la más alta espiritualidad. A veces mi palabra, es cual pétalo de flor de loto; a veces, una emanación del amor sublime, un bello cantar. Es verdad, es grandeza, es luminosidad que se refleja en la voz y en el semblante, en el entendimiento, en el cerebro, y también en el corazón de mis intérpretes, de los que saben recoger mi corriente, cual rocío celestial que riega sus cerebros y sus entendimientos; y llega a su corazón mi vibración, para dar a vosotros lo que necesitáis: calor de vida, de ensueño, nota vibrante de amor; fragantes rosas de excelsa espiritualidad. De esta manera hablo a vosotros, de corazón a corazón, de vida a vida. Mi vida, emanando a vuestras vidas y pasando a vuestros corazones.
112 ¡Amad! Y veréis la belleza del alma. ¡Amad! Y sentiréis la exquisita fragancia de la vida. De esta manera sabréis, cómo he tocado, en esta alba de gracia el corazón, el cerebro, y el entendimiento de este aparato; hasta dejarle iluminado, para embelesar la vida.
113 Os quejáis, cuando vuestro corazón sufre; y no os quejáis, cuando recibe la dádiva de amor. Vuestro corazón ha sido embelesado por la palabra divina; y os quejáis de la vida, aun cuando el amor, es con vosotros.
114 De cierto y en verdad, os digo: que el amor es la alegría de la vida que es bella la bondad, porque es dulzura y ternura. ¡Sentid en vos esa belleza, esa ternura, esa bondad, esa alegría tan superior que emana de mí, al corazón de los míos, que he tomado por trono para embelesaros con mis mejores mensajes, con el sentimiento espiritual más puro, más sublime, el que más os hace falta, pueblo mío, ¿queréis más felicidad?
115 Las facultades que conmigo trabajan, no hablan todo lo que el Maestro quiere, nunca han sido encaminadas; cuando lo sean, cuando su corazón, su cerebro y su mente, estén bien dispuestos para mí, las iluminarán los destellos de mis pensamientos, de mi luz; pues, es mi vibración que pasa por ellas, aunque no siempre les queda el destello de mi vibración. Es mi corriente vibratoria, la que anima mi mensaje, pero cuando viene hacia ellas, ¿en dónde está la belleza de mi luz?
116 ¡Oídos que me oyen y mentes que me comprenden, aunque pocas mentes me comprenden, yo sabré llevar a vuestro corazón, mi amor y mi luz!
117 Pueblo, ¡tomad de mi luz y de mi amor! Y para remediar vuestras necesidades, ya sabéis adónde elevar vuestros pensamientos, al que lleváis dentro, porque yo soy, él y yo, somos uno; dentro, lleváis también al Padre, y él os escuchará.
118 Retiro mi vibración por la antena humana, pueblo amado. ¡Os dejo mi amor, pueblo bendito! Os bendigo en nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo y sea derramada en vos, la luz del santo Espíritu. ¡Bendito seáis!
¡Mi paz, sea con vosotros!
20. Amor y renuncia
Domingo 2 de septiembre de 1945
1 Cortos sois en número, sin embargo, grandes sois en mi amor. Sí, os amo tan intensamente que constantemente vibro en vosotros, mas vosotros, no sentís mi vibración; y he aquí que necesito de un aparato humano para que mis pensamientos sean captados y sean recibidos, reproducidos lo más fielmente posible, para daros de la divina enseñanza, para deciros: ¡he aquí al Cristo, al mesías, al Maestro de maestros, iluminando vuestro sendero, para que vuestro sendero sea de luz y podáis seguir vuestro peregrinaje por esa escala sublime, por la que cada espíritu por medio de su alma, tiene que ascender. Sed incansables, hasta llegar a triunfar, en vosotros mismos.
2 ¡Escuchad! Escuchad, porque corta será la lección de mi enseñanza; mas, ya lo he dicho: pero profunda e intensa ¡aquietad vuestra mente, aquietad vuestra materia, acercaos a mi luz y recibid la lección de mi enseñanza!
3 Lo absoluto es incambiable, sin tiempo, sin espacio, eterno; es equidad infinita, amor infinito e infinita sabiduría.
4 Sólo con el amor, se es capaz de comprender la fuerza eterna. ¡Sólo con el amor! Y, ¿por qué sólo con el amor, se es capaz de comprender a la fuente eterna? Me responderéis después, pueblo y trabajadores míos.
5 Yo sigo mi enseñanza: el espíritu de amor, es esencia sublime. El hombre aún no ha comprendido, ni ha sentido esa esencia excelsa en sí mismo. Una sola esencia, una sola alma, una sola energía, una sola identidad. Alma o esencia espiritual, es lo mismo; y todo es uno, en diferentes manifestaciones, revelaciones y expresiones.
6 El hombre, no ha llegado a la realización de sí mismo, ni ha llegado a comprenderse y reconocerse a sí mismo en espíritu y verdad; y he ahí, el por qué se retarda su ascenso espiritual, el por qué no aligera su peregrinaje.
7 Escuchad, pueblo: trato de hablaros con palabras sencillas para que comprendáis la lección de mi enseñanza que hoy os entrego: la esencia espiritual, del ser invariable.
8 Nadie puede por vosotros, hacer algo, realizar vuestra elevación, vuestro perfeccionamiento.
9 Mediante la fe, podéis apresurar vuestra libertad; mediante la fe, podéis realizar en vosotros, un aligeramiento de vuestro estado evolutivo.
10 ¿Habéis comprendido, mis bienamados? Vosotros mismos tenéis que realizar, ¡oh! Espíritus con almas humanas, tenéis que iniciar en vosotros, el dolor, el amor y la renunciación; todo esto tiene que ser experiencia en cada espíritu a través de su alma para poder llegar a la realización de la Verdad eterna.
11 Sí, pueblo, debéis forjar vos mismo, trabajar vos mismo, con vuestras propias manos y vuestra propia mente, para alcanzar este estado evolutivo que os conducirá a las altas mansiones.
12 Discípulo amado, ¿qué habéis entendido de esta primera parte de la lección de mi enseñanza?
13 Conciencia superior, la conciencia del Cristo de Dios, del hombre y del universo; desarrollando, ascendiendo; y entonces, llegaréis a esa unificación de la que os hablase, solamente con el desarrollo de la conciencia superior, de la conciencia del Cristo de Dios, del hombre y del universo.
14 ¿Ya veis, parvulito mío, mi bienamado que os estoy guiando poco a poco por ese sendero de luz que tanto necesitáis y que ya debéis alcanzar? Se acercan los tiempos, la campana sonora tocará a triunfo con alegría y felicidad, por el despertar espiritual que la humanidad debe alcanzar para transformarse.
15 ¿Veis por qué en este Segundo Tiempo, os estoy guiando para que alcancéis este estado evolutivo de grandeza superior?
16 Yo os bendigo, discípulo, derramo en vos mi amor y mi luz. Escuchad bien: seguidme en amor, porque necesitaréis de mí y yo estaré con vos seguidme en silencio; y en ese silencio, siempre me escucharéis porque me necesitaréis. ¡Yo os bendigo! ¡Nada temáis! Mientras sintáis al Cristo cerca de vos, nada temáis, porque mi luz os guía, mi amor os ampara, ¡bendito seáis, varón!
17 Yo escucho otro de mis bienamados, que haya entendido y comprendido la pequeña lección de este día.
18 Cierto es varón, vuestras palabras han dicho verdad y la lección de mi enseñanza, ha penetrado a vos; yo puedo enseñaros, dirigiros e iluminaros, sí; mas vosotros con vuestro libre albedrío, podéis seguir el sendero que queráis; y ¡he aquí! Que por eso os estancáis, mis bienamados, y no proseguís vuestro peregrinaje activamente; mas, tenéis que seguir en el mañana de vuestra vida, seguiréis como debe ser. Por lo que habéis entendido y habéis hablado en este día, varón, yo os ilumino, os acaricio, os bendigo en el nombre del Padre, en mi nombre que soy Cristo que os guía. Llamadme como vos queráis y como sintáis. Así soy yo para vos. ¡Bendito seáis varón, envuelto en mi luz quedáis!
19 Seguid escuchando: en el corazón del hombre, hay una puerta que el Cristo revelador, el único mediador, es el que abre y que os conduce al punto final.
20 Y, ¿cuál es ese punto mis bienamados? El punto al que os conduce el Cristo revelador, el que abre la puerta del corazón, ese punto, es Dios, es el Padre universal.
21 Ya veis mis bienamados, lo que es el Cristo abre la puerta del corazón para conduciros a Dios, vuestro Padre, el Padre, hacia él tengo que conduciros a todos vosotros. ¿Y cómo os conduciré? ¿Cómo os llevaré? ¿Cómo dejaréis que yo os abra la puerta del corazón?
22 Siendo mansos y humildes de corazón. Siendo mansos a la enseñanza del Cristo; entonces, la tarea será un oasis para vosotros, renunciando a sí mismos, renunciando a todas las pompas y vanidades de la tierra, renunciando cada uno a sus propios errores; y entonces, os iréis corrigiendo poco a poco, mis bienamados, os iréis corrigiendo y transformando vuestra manera de pensar y de vivir.
23 ¡Habéis comprendido, pueblo? Palabras sencillas para que las comprendáis, para que las mentes pequeñas se den cuenta de este mensaje espiritual, lleno de justicia, amor y sabiduría.
24 Vos, humanidad amada, sois causa de mi irradiación, causa de mi vibración. Humanidad que aún no reconocéis a vuestro Maestro, aún no os reconocéis a vos misma, aún no sabéis perdonar ni reconocer vuestros propios errores. Cuando a tal acto lleguéis, entonces habréis alcanzado el pedestal de la renunciación.
25 El hombre lleno de ofuscamiento, lleno de vanidades, de nimiedades, lleno de materialismo confunde un acto con otros; sí, mi pueblo, porque repetidas veces os he hablado de esta manera.
26 El hombre en medio del pecado puede renunciarse a sí mismo, puede enderezar su vida y hacer una renunciación suprema de sí mismo.
27 En medio del pecado y el error, es allí donde deberéis comprender vuestros grandes errores y pecados, allí en el pecado, en el fango; entonces, con el dolor del latigazo, comprenderéis que no vais por camino recto; sino por caminos espinosos y surgirá de vosotros la luz imperecedera que no muere, la luz que embellece y enaltece.
28 El hombre, es una potencia; mas, vosotros, la cubrís y por eso no resplandece; mas, en verdad, os digo humanidad mía: la llama interna del hombre resplandecerá porque, yo os lo digo y así será. ¿Qué necesitáis? ¡Oh! Amados míos! ¿Para dejar que esa luz interna, alumbre y embellezca, vuestro interno y externo?
29l renunciar a las cosas materiales habéis dicho, varón; y si yo, os dijese: que no es ese el camino las cosas materiales que tenéis a vuestro derredor, han sido necesarias para vuestra comprensión y elevación, todo: vuestros trabajos materiales, vuestras alegrías y vuestros dolores todo ha contribuido y contribuye para la iniciación del hombre, porque el hombre con sus equivocaciones o aciertos, es como llega a la verdadera conclusión; necesita de todo, para llegar a la verdadera meta.
30 Todo es necesario, la sabiduría infinita del Padre ha puesto todo en derredor de vosotros, para que vaya contribuyendo a vuestro propio entendimiento y adelanto y vayáis construyendo vuestro propio ser y a vuestra alma, en medio de todas esas cosas materiales, de todos esos obstáculos; para que de esta manera, lleguéis a la verdadera conclusión de todas las cosas.
31 Pueblo mío, ¿qué decís a vuestro Maestro, de este pensamiento? Sí, francisco, si ponéis un momento de vuestra atención y pensáis en todas estas cosas, encontraréis la grandeza del Padre, del amor infinito de Dios, su sabiduría suprema, sí; porque todo lo que ha puesto en derredor del hombre, es para el conocimiento y la experiencia de un gran aprendizaje; y después, cuando se encuentre en las altas moradas, penséis y actuéis de otra manera.
32 Nada debéis desechar, de nada debéis horrorizaros, de nada debéis escandalizaros, porque vosotros mismos tenéis que pasar por todas estas etapas evolutivas, por el bien y por el mal porque tendréis que llegar a comprender que el bien, es el que os engrandece. Yo os bendigo francisco en el nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo, derramando en vos, la grandeza de mi luz.
33 Pueblo mío, muy amado, si alguno de vosotros ha entendido la lección de mi enseñanza, corta, pero profunda podéis hablar haciendo un resumen, a vuestro Maestro.
(Testimonio eliminado)
34 Varón: vuelvo a repetir que el Cristo revelador que abre la puerta del corazón, es el único mediador que os conduce al punto de que habéis surgido, al punto original y ¡he aquí! Porque estoy en esta obra salvadora. Mi misión es salvar a las almas y llevarlas al infinito amor, a ese punto que es Dios.
35 Yo os bendigo, varón, os fortifico, acaricio vuestro corazón; y os digo: seguid las huellas del mesías ¡tomad vuestra cruz y seguidme, varón! Porque este sendero que yo os brindo, es un sendero de luz, es un sendero de paz, es un sendero perfumado que no habéis alcanzado a comprender, porque si ya lo hubierais entendido y aceptado, ya hubierais hecho algo para alcanzar a comprenderlo. Mas yo con infinito amor os llevo, dejad que yo el amor divino os conduzca a ese punto original; y entonces, cantaréis hosanna al Padre Celestial. ¡Bendito seáis!
36 Amado mío, iluminado habéis sido por mí, para que deis ese testimonio a vuestros hermanos; es ampliación, sobre algunos puntos de mi cátedra y no debéis guardar para sí las inspiraciones que tengáis, debéis darlas a vuestros hermanos, sin egoísmo. Os bendigo nuevamente, varón: ¡tomad vuestra cruz y seguidme! Que yo, os ayudaré con el peso, convirtiéndola en luz.
37 Bienamado, ¿cuándo habéis pedido algo para bien al Divino Maestro, que el Maestro, os lo haya negado? ¿Cuándo habéis llamado al Cristo, que el Cristo no se haya hecho presente, antes que lo llamaseis? Si esto hace feliz a mi bienamado, estoy pronto a concederle, si desea un nombre espiritual; yo se lo daré, si eso lo hace feliz, si eso es su anhelo; si con ello queda satisfecho, yo le daré ese nombre, y su corazón, se regocijará y latirá fuertemente, en los momentos en que le dé su nombre, porque en verdad, en verdad os digo, juan, esta ovejita mía ya se ama, empieza a sentir en su interno el amor y se deja guiar por Cristo; y si él sigue dejándose guiar por mí, por mi amor infinito, llegará a lo que debe llegar, ¿habéis comprendido, varón?
38 Acercaos, varón: ¿deseáis un nombre? Esto, ¿os hace dichoso, varón? Varón, Cristo, siempre complaciendo a sus pequeños. El Maestro de maestros se complace, en hacer dichosos a los suyos; y en este momento os digo, varón: Roque es vuestro nombre porque ésta, es mi voluntad.
39 Roque, es vuestro nombre espiritual; y a este llamado, cuando en alma estéis, me contestaréis. Varón, Roque es vuestro nombre espiritual; y por tanto, ¡yo os bendigo, Roque! En el nombre del Padre, en mi nombre que como el unigénito, el salvador, el redentor de la humanidad, derramando estoy en vos: luz, amor y caricia sempiterna ¡bendito seáis, varón! Complacido habéis quedado. Roque: no titubeéis, seguidme, tomad la cruz del Cristo. ¡Bendito seáis!
40 Mujer, escuchasteis de la lección de mi enseñanza de ayer, el sol que simboliza el amor de los amores que soy yo; porque yo con mi amor, con mis rayos de luz os envuelvo más que vuestro sol material, os caliento en mi amor y os envuelvo de tal manera que al calor de mi amor se redimirán vuestros pecados y errores. Con vuestra mirada espiritual, veréis tal acontecimiento, mujer; y todo lo que habéis visto, os fortalece más y más vuestra vista espiritual, para que vayáis penetrando a lo invisible y veáis maravillas, porque ésta es mi voluntad. Os envuelvo en mi luz, derramo en vos mi amor y mi caricia, ¡bendita seáis!
41 Pueblo, con vos he estado, para vos he vibrado intensamente. Pueblo hace unas horas nada más, me derramé en amor y dádivas para vos, algunos las recibieron; otros, las desecharon; sin embargo, para todos he tenido y en esta alba de gracia, nuevamente derramo en todos vosotros: amor tranquilidad os dejo. ¡Tomad todo esto que el Cristo de Dios os da; y seguid en el sendero de luz, que os indico.
42 Pueblo, ¿ya sabéis perdonar? ¿Ya podéis renunciar a vuestros errores y pecados? Reconociendo vuestros errores y pecados, no señalaréis errores ni pecados en los demás. Reconociendo vuestros errores, amaréis a vuestros hermanos y les perdonaréis con gran piedad.
43 Pueblo, yo os bendigo en el nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo que soy Cristo, el rabí de Nazareth, derramando en todos y cada uno de vosotros: la luz del Espíritu Santo. Amor derramo en vosotros, amor sin fin, siempre amor para los hijos de la luz. ¡Oh! Pueblo de Dios, ¡bendito seáis!
¡Mi paz, sea con vosotros!
Mensaje de María.
44 He aquí, por unos momentos, la irradiación de la sierva del señor es entre vosotros. En este primer domingo del mes, quiero, pueblo amado de Cristo y de María, que seáis bendito con la vibración y bendición del Hijo y de la madre.
45 María, madre de Jesús, en cuanto a hombre; pero nunca en cuanto al espíritu, María, sí, vibra tierna y amorosamente, para dejar en vosotros la caricia maternal, que solamente el espíritu comprende cuando se habla de la caricia de María.
46 María, vibrando para vosotros de la luz inmaculada y de aquellos pensamientos hijos de la blancura del amor que es para vuestra alma como un rocío celestial; y en este primer domingo de mes, el alma vuestra, será satisfecha al recibir la bendición de la que tanto os ama, de la que llamaron la flor del dolor, la que simboliza la azucena destinada para el sufrimiento y destrozada por el vendaval de la existencia humana, porque vosotros amados míos habéis sufrido, es verdad, habéis llorado por vuestra propia causa, por vuestro propio pecado y mi amado Hijo, sin pecado lloró, sin pecado sufrió y yo con él, dos corazones destrozados de igual manera, por vuestro amor. Mi pueblo, ¿comprendéis de que manera os aman Cristo y María? En Cristo tenéis el mayor testimonio de esa corriente de amor a las almas. Yo quiero agregar a las palabras del amado salvador, que en materia tuve la dicha de llamarle Hijo algunas palabras más, que necesitáis en vuestras mentes.
47 Mis bienamados, hay una escala deslumbrante, en un principio estrecha; pero después es muy amplia. La escala del corazón del hombre hasta el reino de Dios, ésa es la escala interna por la cual los corazones puros, purificados de la inmundicia, pasan a las alturas de la espiritualidad.
48 Estrecha en un principio esa parte inferior de la escala, que es la parte material del hombre; pero después, como va comprendiendo el hombre, los anhelos del corazón, va transformando su existencia humana, sus sentimientos, elevando su pensamiento; y entonces, esa escala, se va ampliando y haciéndose cada vez más luminosa.
49 La escala del corazón hasta el celo, ésa es la escala segura de ascensión del hombre.
50 Amados míos, ésta es la escala, por la cual yo os invito a elevaros; ésta es la escala, por la cual yo os invito a ir transformándoos poco a poco en seres brillantes y finalmente luminosos, porque solamente con el corazón purificado se sentirá la majestad espiritual en la prístina pureza.
51 Esa majestad espiritual, brilla grandemente en los corazones lavados con el agua de la salud, en la pureza espiritual.
52 ¿No queréis, amados míos lavaros en la fuente de la vida? Si queréis lavaros con agua de la salud en la fuente de la vida, os lavaréis. Yo os digo, que os lavaréis; y de allí, pasaréis a la escala ascendente del corazón; por ella, encontraréis la puerta oculta, símbolo de la puerta de oro y sentiréis el toque del Maestro, veréis su majestad como si se comunicase con el hombre; esa majestad espiritual, trasmitida por Cristo, el salvador del mundo; y vosotros, tendréis esa majestad espiritual en la hermosura del alma, cuando esa alma sea pura.
53 Sí, pueblo de Cristo y de María; y en vuestras alegrías espirituales, acordaos del Cristo y también acordaos de mí, porque las palabras mías tienen un secreto dulzor que vos sabréis encontrar por su ternura, porque yo lo he puesto para que lo halléis.
54 Cuando el hombre se va transformando, de gran pecador a menos pecador y cada vez menos que ayer, va sintiendo entonces la necesidad de hacer uso de las cosas materiales dentro de lo recto que permite la Ley de Dios, para utilizar las cosas del mundo justamente, en las que sea dignificado utilizándolas bien y dignamente.
55 Las cosas del mundo, deben utilizarse para la dignidad del espíritu que sabe controlarse y con la dignidad del que dignifica, lo que toda la vida utiliza las cosas naturales de la creación recta y santamente y por tanto tiene el sello de la bendición de Dios que en ellos alienta, reconocen la luz oculta y respetan aquella luz que dignifica el momento cuando las cosas se realizan y de esta manera no manchan su mente.
56 El matrimonio está permitido por Dios. Es la Ley que dice: “crecer y multiplicaros” pero los desvíos fuera del matrimonio, son libertades que Dios ha dado al hombre. Es ley natural ser esposa y ser madre; pero antes se fue hija y de un hijo surge un padre y una esposa; esto es lo natural, lo digno, lo recto; mas si vosotros os desviáis del camino que Dios en las cosas naturales ha permitido, lloraréis vuestros desvíos, sentiréis el toque del desencanto, cuando entréis en un tiempo de elevación mental y ensanchamiento de espíritu, de la inteligencia superior.
57 La mayoría de los hombres encuentran su alegría en la actividad del pecado, pero cuando va dejando de ser hombre corriente y se va transformando poco a poco en un cristiano, en un hombre que tiene conocimiento del valor de su espíritu, se avergüenza de su pasado y se parta de esos desvíos.
58 El hombre corriente que empieza a elevarse, clama por los altos ritmos de los dictados de la Ley divina y se pone en condiciones de ajustarse a las normas de la moral y del bien que son los dictados de Dios; y una moral más alta que la moral del mundo, es la moral dictada por el Padre Dios, la que practicara, Jesús en la tierra, es la que María, os pide.
59 Pero no atormentéis al corazón pensando y sintiendo pesar, después de haber escuchado mi palabra, porque digáis que es difícil seguir el camino. No penséis eso, hay un tiempo en que sintáis goce, de estar en el pecado; pero si antes, no siente el corazón deseo de salir de él, todo sería inútil.
60 Si vosotros dais latigazos a la materia, sin antes haber preparado el corazón, será inútil, hasta el tiempo en que espontáneamente el corazón sienta su alegría en otras experiencias superiores, en otras prácticas de manifestaciones elevadas que serán para su bien.
61 Hay un tiempo en que el hombre, siente amor por los deleites materiales; y otro, en que siente repugnancia por ellos; pero vosotros sintiendo profundamente los vuelos espirituales, os acercaréis al Cristo y a María antes que a Dios; aproximaréis los tiempos que vendrán, los tiempos del espíritu, declinando a los tiempos de la materia.
62 No quiero deciros que hagáis de vuestra materia, una esclava aborrecible, no; debéis cuidar la materia y cultivarla armonizándola hacia el espíritu, para sutilizarla poco a poco, porque no es el espíritu el que debe sutilizarse, sino la materia. Ese es el dolor del espíritu y al estar el espíritu en su dolor, se hacen trabajar los sentimientos espirituales corrigiendo lo que debe de corregirse; y amará su dolor y su dolor se elevará hasta una nueva moral ajustada por los dictados naturales de la Ley de Dios.
63 Si la materia se sutiliza al afinarse a lo espiritual, con el dolor del espíritu. ¿Qué hará? ¿Lo aborrecerá? No, porque en ese dolor, se hará Maestro y lo amará en espíritu. Sin la materia con que llorar, el espíritu no sería un maestro; y necesita la materia, para que ella lo haga maestro.
64 Amad vuestro propio dolor, espíritus de los hombres, iluminadlo con la luz de los sentimientos superiores que vienen del espíritu y a él corresponden.
65 Amad vuestro deber, para que la mujer también ame su deber; pero vosotros, la habéis engañado y dejáis a vuestros hijos sin padre; sólo de la mano de la madre, sin amparo y sin protección.
66 Espiritualizaos ¡ah! Hombres; y una vez que estéis espiritualizados: alma y carne no habrá mujeres malas, porque vosotros no las haréis malas, atenderéis sus necesidades; así como las del corazón y del cuerpo, porque el corazón necesita del amor, no sólo del espiritual; necesita vivir, de otros derivados del amor, hasta que aprende a vivir del verdadero amor divino, el amor de los amores.
67 Esos pequeños que van caminando de la mano de la madre enferma, los hombres les han negado su cariño, su amparo y protección; les habéis abandonado desdeñosamente siendo responsables de su existencia humana y sin tomar en cuenta los dictados de la Ley entregados por Dios.
68 Hombres, no os dejéis llevar por vuestros caprichos, tened siempre un sentido de responsabilidad en vuestros actos y podréis hacer mujeres buenas; tan buenas, por cuanto las habéis hecho malas.
69 Hombres: atended el llamado de María de jericó y sed dóciles al llamado del espíritu y de la conciencia. ¿No veis que los niños se harán hombres mañana y qué triste será, que no tengan un padre a quien recordar con cariño? Llamarán papá y no encontrarán más que a la madre, que llorosa, piense en que no hay un padre que responda al hijo abandonado.
70 Hombres, atended la voz del espíritu, que desde el alto plano de la conciencia os clama, demandando cariño y amor para los niños abandonados; interpreto una conciencia humana, para deciros: ¿qué habéis hecho de aquellos de vuestros hijos, que debían estar a vuestro lado? ¿Y qué no podréis hacer felices mientras no rectifiquéis vuestros actos? Por eso, no debéis juzgaros los unos a los otros porque todos sois igualmente pecadores y unos más que otros.
71 Aquella mujer que antes era doncella o mujer recta, rueda por el fango, porque la mano despiadada del hombre la lanza y después la deja sola en su existencia humana, caminando entre rosales marchitos; él no la acompaña.
72 No olvidéis que las niñas serán mujeres y ¿cómo os amarán si les abandonasteis de pequeñas, si las dejasteis cuando estaban en la cuna o en los brazos de la madre?
73 Atended al llamado del espíritu, haced obras buenas, reparad vuestras faltas pasadas y si no podéis porque hayáis ya formado hogar con nuevos hijos, haced obras buenas con los demás y buscad si no a aquellos hijos por haberlos perdido, los hijos de otros para hacer el bien. Sentíos padres de todos los niños abandonados y dadles el amor y la caricia que a aquellos les negasteis y de esta manera armonizar vuestra vida. Sentiros padres de todos es la Ley que Dios manda a los hombres. Mujeres, sentíos madres de todos los niños desamparados, que es un dictado, de la Ley del amor de los amores.
74 La vibración de María, ha sido con vosotros, en este domingo de mes, tocando vuestros corazones para que sepáis que es verdad que en el mundo se aprende sufriendo, pero llegará el tiempo en que la conciencia os dicte que debéis vivir dignamente; y que las manifestaciones naturales no debéis mancharlas, sino dignificarlas, respetándolas, porque no son para atropellarlas, sino para protegerlas.
75 Por eso, amados míos, la vibración de María pide a vosotros, que si Dios os ha concedido un hijo, varones o mujeres, un hijo de la naturaleza humana lo améis y lo protejáis siempre; y si no lo habéis tenido, podréis tener hijos del corazón en los hijos de otros que son también vuestros, por el amor del espíritu.
76 Hijos sois todos de mi amado Cristo, el salvador, hijos del amor del espíritu divino y sois rosas que habéis brotado del rosal del amor de Cristo.
77 Hay hijos del espíritu y de la materia; y si no tenéis de la materia, podéis amar a los desamparados, a estos corresponde el corazón, a estos se va el alma entera; y así, os iréis elevando por la escala del corazón hasta los celos; más allá de los éteres donde reina la potencia del amor de los amores.
78 ¿Ya veis que todos tenéis hijos? Los hijos del espíritu, de la carne y de la mente. Buscad y encontraréis de los primeros, segundos o terceros; y amaréis a unos, de igual manera que a los otros.
79 Sí, amados míos, ascended por la escala del corazón que lleva hasta el reino de Dios; y allá, os encontraré para bendeciros. Tantas veces os he bendecido y otras tantas os bendeciré.
80 Pueblo mío: ¿estáis satisfechos con haber recibido el mensaje de María y su bendición en este primer domingo de mes? Extiendo la mano del instrumento humano que utilizo, para deciros que: dejo bendición de bendiciones que se traducirán en beneficio para todos vosotros en este mes y en muchos más según sea vuestra fe, para multiplicar las dádivas espirituales.
81 Poco tiempo y un cerebro llamado a cátedra, empezará a dar sus frutos; a este cerebro, le doy un toque de ternura, para que reconozcáis lo que un día me dijisteis, hijo mío; hoy os toco, para que cumpláis lo que aquel día dijisteis a María. Toco vuestro cerebro, como vuestro corazón. ¡Bendito seáis! Yo os espero, para el servicio del Cristo.
82 Pueblo, sabríais decirme: ¿cuánto os amo? ¿De qué palabras podréis valeros, para expresar lo que os amo? Pero si sabéis que os amo con ternura infinita iluminada por la luz que se desprende del amor de Dios, del amor de los seres elevados que Dios nos da para dar. Si vos sabéis que yo os amo con un amor tan grande y sublime. Quiero: que os améis los unos a los otros si yo os amo tanto, quiero que consideréis como os amará mi Hijo amado. él os ama con amor manso, con amor del celo, con amor de redentor. El salvador divino, es incansable para amaros con amor infinito.
83 María os bendice no sólo en mi nombre como la flor del dolor os bendigo, en el nombre del Padre, en el nombre de mi Hijo y en nombre del Espíritu Santo; y así la flor del dolor, María de jericó, puede bendecir al mundo con amor y ternura de madre; yo os bendigo ¡oh! Pueblo, os bendigo en nombre del señor.
84 ¡Adiós, pueblo mío, recibid de mis ternuras, recibid de mi amor, recibid de mi luz, recordad mis palabras tan sanas y llenas de amor y de espiritualidad, os cubro con mi manto azul celeste que es la vibración simbólica de María para protegeros, para ampararos, para cuidaros en la existencia humana, en la agonía, en el desprendimiento de la materia, porque lo ha dicho Cristo: cuando a la fosa descienda el cuerpo inanimado del hombre, más allá de la tierra, del sepulcro y de las flores del sepulcro, está el espíritu que siente, que resplandece y se encamina por lo infinito a su medio que es Dios. Yo también estaré protegiéndoos, ya sea que estéis en materia o en espíritu.
85 Pueblo mío, nuevamente mi manto divino se extiende para cubriros. Yo os amparo, os protejo, os conduzco, y os acompaño por la escala del corazón que va hasta Dios. ¡Bendito seáis, pueblo del Cristo y de María! ¡Bendito seáis! En este primer domingo de mes.
¡La paz de la madre universal, quede con vosotros!
21. La ley de amor, causa y efecto y las tres trilogías divinas
Lunes 1 de octubre de 1945
1 ¡Gloria a Dios en las alturas de la perfección espiritual y en la pureza del corazón! ¡Paz a los hombres de la tierra; paz a los pecadores arrepentidos con buena voluntad para sus semejantes!
2 Salud, al que busca salud. Amor, al que amor busca. Piedad, al que dé piedad. Misericordia para el corazón lleno de misericordia.
3 La fortaleza se aumenta en unos y la debilidad se aumenta en otros. Vivid vuestra vida; y de acuerdo con el bien o con el mal que hagáis, según sea vuestro bien o vuestro mal, así será vuestra vida.
4 Yo os recibo en este día primero de mes, congregación bendita de mi pueblo, y os atraigo, hacia el centro luminoso de mi amor que acaricia.
5 Yo recibo, no a vuestra materia que es demasiado pesada para que venga a mí, puesto que ella no puede elevarse a las alturas de la perfección ni llegar a las sutilezas de la superioridad espiritual, pues únicamente alcanza a recibir en la medianía, sin alcanzar toda la grandeza del Espíritu. Yo os espero y os recibo cuando os desmaterialicéis, cuando os espiritualicéis, porque entonces vos y yo seremos uno. Yo os espero y mientras lleguéis a mí, yo vibro espiritualmente para vosotros.
6 Yo lanzo mis pensamientos desde las alturas de luz hasta la miseria del hombre, porque el amor se encadena hasta vuestro corazón, hasta vuestra alma, hasta vuestra conciencia y hasta vuestro entendimiento.
7 Venid a mí, que bienvenido seréis con vuestra pesada carga; bienvenido seréis con vuestra vida de bien o de mal; como quiera que lleguéis ante mí, seréis bienvenido porque es el amor el que os da la bienvenida.
8 Yo soy el manifestador del Padre; y el amor que manifiesto, no pregunta cómo venís, sólo os dice: ¡venid, que quiero que vengáis al amor; venid espiritualmente a mí y en mi cariño encontraréis consuelo. Mi cariño disculpará vuestro descuido espiritual.
9 ¿Por qué en esta cátedra de día primero, toco este descuido espiritual? Porque os preocupáis demasiado por darle satisfacción, alegrías y comodidades a la personalidad humana; y os habéis descuidado muchos años de vuestro verdadero ser; descuidando en vos mismo, los valores espirituales, os habéis olvidado de vos mismo y de Dios; y quien se olvida del Padre, se olvida de sí mismo, espiritualmente hablando.
10 A vosotros, ¡oh! Descuidados del espíritu, a vosotros os hablo y os pregunto: ¿qué habéis buscado para vuestra vida eterna? En cambio, vivís entregados a vuestra vida perecedera, a esta vida que hoy es y mañana deja de ser; a esa vida que os trae triunfos efímeros y dolores reales; alegrías y tristezas; a esa vida que está sujeta a cambios constantes; pues, lo que hoy sois, no lo seréis mañana. Con estas palabras os hago meditar, tocando la filosofía del espíritu profundamente.
11 Yo doy la luz al interno del hombre, para que se infiltre hasta la conciencia del ser.
12 Es necesario que entendáis, que conozcáis sobre todos los acontecimientos y las cosas: vuestros deberes, vuestras obligaciones espirituales, vuestra responsabilidad individual.
13 Es necesario que no busquéis más agonía, que aquella que os venga por Ley; y no aumentéis la que ya tenéis.
14 Ya os dije al principio, cuando mis pensamientos empezaban a manifestarse por la antena humana, que: vuestra vida es buena o mala, de acuerdo con las obras que hagáis. Ahora os digo: que la humanidad está formando una cadena de dolores y de angustias; unos, de los seres humanos, van al principio de esa cadena; otros, están a la mitad; y los demás, van a llegar a su terminación.
15 ¡Ah! Mi pueblo amado, en este año todavía veréis sufrir y llorar mucho. Por eso os digo, que atendáis a mis palabras y entendáis razones, para que no hagáis más larga vuestra cadena de amarguras y acontecimientos. Tened piedad de vos mismo. Tened piedad y misericordia de vuestro propio dolor.
16 Algunos hombres de la tierra, en aquel tiempo en que yo estuve en la tierra para brillar en el mundo, me decían así. rabí, dime: ¿qué extraña doctrina es la tuya, mezclada con el encanto de tu enseñanza y con esa nota sublime que nos hace conocer el perdón de Dios, a los pecadores? Aquellas lecciones de mi enseñanza les extrañaban, porque yo hablaba del perdón de Dios, para los pecadores y criminales; y ellos, decían: no es posible, porque la Ley de causa y efecto, es: ojo por ojo y diente por diente todo pensamiento, toda palabra y toda obra, es una acción que tiene su propia reacción. ¿Cómo tú? ¡Oh! Bienaventurado, ¿hablas entonces del perdón de los pecadores? ¿Cómo tú? !oh! Rabí, ¿muestras el amor de Dios, con los criminales? ¿Por qué tus extrañas predicaciones, hablan de una buena nueva, palpitante de amor? ¿Por qué cuando tú hablas, brilla tu palabra; y los hombres brillan, cual el brillo de tus palabras?
17 Mis predicaciones no son extrañas. Son: la doctrina de Dios. Mi enseñanza, es la doctrina del amor cósmico único, del amor excelso. Hablo del amor de los amores, del verdadero amor, del amor de Dios que es el Padre universal y que es vuestro Padre. Yo no le he dado al mundo predicaciones extrañas, sólo le he dado la doctrina de Dios, y por eso soy su enviado.
18 Pero, escuchad bien: voy a deciros lo que a ellos decía, para que vos no me preguntéis al hablar del perdón de los pecadores; porque si vos me preguntáis, os contestaría que se os ha olvidado mi enseñanza de amor, mi enseñanza espiritual que tantas veces ha llegado a vuestro corazón cuando habéis sufrido.
19 Savia de vida es mi doctrina. En ella veis, las luces purísimas y gloriosas del evangelio palpitante de amor.
20 Tres trilogías se necesitan. Tres conocimientos de la Verdad, tres cualidades del ser, para que esta palabra se cumpla; mas antes de deciros cuales son estos conocimientos o cualidades, os pregunto: ¿creéis en el perdón de los pecados? sí me contestáis. Entonces, por medio de la práctica del perdón, destruís la ley de causa y efecto, por medio de la cual, todo pensamiento, toda palabra y toda obra que se hace, se paga; y eso es un hecho; ¿sí o no? sí, Maestro me volvéis a contestar. Entonces ¿cuál de las dos causas, es verdad; y cómo podréis conciliar éstas, hermanándolas y armonizándolas para hacer una sola legislación? ¿Cómo haríais la aclaración en lo que tienen de verdad, la una y la otra? Porque si aceptáis una; negáis la otra. Una es potente, brillante, celestial: la Ley del amor; y la otra, es de causa y efecto. ¿De qué manera, vais a unificarlas?
21 Dije antes a vosotros, que: en el laberinto de vuestra vida estabais unos, principiando vuestro recorrido en la cadena de dolores; los otros, estabais a media cadena y los otros, llegando al final, aproximándose a él. Esa cadena de dolores y amarguras que está hecha de “causas y efectos”, está aquí en este mundo, y también en otros planos etéreos, pero no de plena luz; superiores al plano de la tierra, pero no superiores a los celos ni tampoco celestes esa Ley, esa cadena de causas y efectos, es la reacción de vuestras acciones; pues, todo pensamiento, palabra u obra, es acción que reclama su reacción.
22 Los pensamientos son formas etéreas que vibran en los planos del pensamiento; las palabras vibran en los planos de las palabras; y las obras; también tienen su manifestación en los planos de las obras. Y todas esas manifestaciones, que en sí son la actividad del ser humano, sirven para que él haga su propio ejército de confusión y perdición, de gloria y protección; porque cada pensamiento, cada palabra y cada obra, son creaciones del ser humano; simbólicamente, forman una criatura del hombre: sus hijos, pensamientos; sus hijas, las palabras; y, las obras, son las que lo seguirán; si son buenas, le harán bien; si son equivocadas, le harán daño.
23 Este mundo se rige por la ley de “causas y efectos”; pero podéis hacer corto el camino si sabéis abrir la puerta del sentimiento espiritual puro, buscando las tres cualidades, los tres conocimientos de la Verdad que son necesarios a cada ser, a fin de que pueda armonizar esas dos legislaciones.
24 La primer a, es: saberse arrepentir. Arrepentirse sinceramente, para no volver a caer en el pecado que le hace sufrir. La segunda: saber perdonar, para ser perdonado. Y la tercera, que por ser tres, son parte de la Verdad y se unifican al uno, y siendo en el uno, es: el amor mismo a la humanidad. Ese amor está sobre todas las cosas; pero su entrada es el arrepentimiento, porque se necesita que el hombre se arrepienta de sus pecados y rectifique sus errores para que entre al templo y a la fiesta del amor sagrado; al templo del amor espiritual, iluminado con la luz de la fe, de la esperanza y de la confianza plena en el Padre: Dios.
25 Vosotros podéis hacer corto el viaje en el laberinto de la vida, con menos caídas que los demás, con menos tropiezos, y haciendo uso de la llave de oro para abrir el templo del espíritu y penetrar a la fiesta del amor sagrado, del amor sublime, del amor que une al hombre con Dios.
26 Si vosotros os arrepentís del mal que habéis hecho, siempre seréis bien recibidos y vuestras obras demostrarán el arrepentimiento; y si vuestras obras demuestran que de verdad estáis arrepentidos, entonces ellas mismas os purificarán. De esta manera quitáis eslabones a la cadena de causas y efectos.
27 Estas son las tres cualidades que por medio de vuestras acciones, necesitáis buscar hasta encontrarlas: arrepentimiento, perdón y amor.
28 Si en vuestro corazón no brillan estos nobles sentimientos y sus virtudes. ¿Cómo buscar la luz, en el reino interno? ¿Cómo gozar de la delicia sublime que no termina, cuando está iluminando el templo de carne? Cuando siquiera por un momento brille en vuestra alma la luz del espíritu, entonces tendréis goce espiritual de tal magnitud, que sería imposible describirlo. Cuando esto ocurre, queda la sensación de gloria en el corazón del hombre y la dicha en la alma del bienaventurado.
29 He aquí cómo podéis hermanar las dos legislaciones: tomando del fin, del último eslabón de la cadena de causas y efectos, y uniéndolo al eslabón del amor por el camino del arrepentimiento y del perdón. Así desconectáis eslabones de la larga cadena de dolor; y sólo de esta manera, llegaréis pronto a vuestro verdadero hogar, a vuestro verdadero reino que no se compra, que no se vende; a ese reino divino, que es de aquél que sabe ganarlo con el corazón, por medio de su cumplimiento a la Ley de amor, sin pretender tomarlo por asalto.
30 Tomad, pues, del último eslabón de vuestra larga cadena y unificadlo con el amor, porque siguiendo este camino todo es seguro, todo es sublime, todo es ligero. Con el amor toda carga es ligera y todo dolor es consolado.
31 Cuando hagáis uso de la llave de oro que os entrego, seréis dulces y tiernos cual nunca habéis pensado; seréis amables como nunca habéis sido; porque la palabra amor, es vida; y la palabra vida, es amor. Amor y vida es mi doctrina. Por mi amor tendréis vida y gozaréis de la vida de las vidas, de la vida sempiterna, de la magna vida.
32 Sí, fijaos bien, ahora os voy a hablar de otras tres cualidades, que si vosotros las hubieseis tenido desde que escucháis mi enseñanza, ya habríais transformado vuestras vidas. Lo primer o, es: escucharme lo segundo: entenderme y lo tercero: practicar lo que habéis escuchado y entendido de mi enseñanza.
33 ésa es la segunda trilogía: escuchar; entender y practicar. Cuando esto hagáis, entonces habréis transformado vuestras vidas. Entonces yo empezaré triunfalmente a ser uno con vos; y alumbrando el templo del espíritu, triunfaréis más allá de la materia y daréis libre paso al Verbo de Dios, y seréis capaces de hacer llegar mi mensaje hasta vuestro entendimiento y corazón.
34 Oídos que me oyen y mentes que muy poco o nada me comprenden: escuchad la palabra del Espíritu de amor que habla a los hombres; escuchad la palabra del que estuvo encarnado en el nazareno, de aquel que por amar a los hombres se dejó llevar a la cruz. Mas, esta otra cruz que me espera, es eterna en comparación con la cruz que me dieron para morir en ella, en cuanto a la carne; aquella cruz era de madera y llegó el momento en que al Padre, entregué el último suspiro. La cruz que me ha formado el mundo, es de mayor duración. Me estáis enclavando a cada instante, con las angustias de vuestro desamor; y en esta cruz tratáis de hacer morir diariamente, momento a momento, al manifestador del más puro amor espiritual. Me estáis llevando por el camino de la amargura, con ese desamor vuestro, y estáis martirizando al dulce Cristo, que os acaricia y que está en vos mismo.
35 Vuestros hechos, aturden a vuestro corazón. Vivís en el aturdimiento de la vida. A veces, vuestros pensamientos, van y vienen; pero no se detienen en mí, para buscarme. Y me encontrarían en verdad, si ellos me buscaran.
36 Si vosotros vinieseis con el pensamiento más claro, claridad sería vuestra mente. Si vinieseis con pensamientos divinos, divina sería vuestra obra en la vida; pero la obra que estáis llevando no es aquella que debéis llevar, ni es la que el Padre, os ha dado a hacer.
37 Yo quiero recordaros de la obra sagrada que os habla del corazón, que os habla del alma, de la obra que olvidasteis al nacer o después de nacer. Yo vengo a recordaros esa obra, que habéis dejado pendiente en el olvido: la obra cristiana, la obra de Dios.
38 Vosotros tenéis alegría al utilizar vuestros ojos cuando veis la salida del sol al despertar el alba, y gozáis también al contemplar la puesta del sol; pero, ¡cuán grande sería la alegría que os causase la contemplación de la aparición del sol de amor, de la luz del Cristo, de la luz divina en la conciencia humana! ¡Cuán grande sería vuestra alegría si supierais abrir los sentidos internos del espíritu, para que con ellos, contemplarais al que os está esperando, al que está en vos mismo. ¡Dejad ya de buscar fuera, lo que lleváis dentro de vos mismo!
39 Os espera la grata sorpresa; sí, cuando vos queráis recibirla, en el momento que gustéis, esa sorpresa será con vos; porque el Cristo, a quien andáis buscando, está en vos mismo. La sorpresa será cuando vos podáis hacer la alquimia de limpiar vuestro establo humano, vuestro dolor mental; y podáis ¡ah hombre! Purificar vuestros pensamientos, vuestras palabras y vuestras obras, para que no sigáis llenando la copa de cicuta y hiel que bebéis y que mantenéis siempre llena hasta rebozar.
40 Yo pregunto a vosotros, los que sabéis lo que os digo: ¿qué semejanza tiene, la puesta del sol; con la aparición del sol interno en el hombre? ¿Y cuál, la aparición espiritual; con la contemplación del sol, al despertar el alba?
41 Ved también una fuente de agua clara, en la que el sol se refleja y vedle asomando en vuestra conciencia espiritual; y si el agua no está clara, a vosotros os toca limpiar el agua de la fuente. ¿Quién tiene la culpa, de que vuestra fuente esté sucia? ¿Quién ha ensuciado, vuestra mente y vuestro pensamiento? ¿Quién os ha hecho sufrir, sino vos mismo? Sufrís y lloráis y después buscáis el porqué, cuando lo sabéis bien: porque el hombre es, según sus obras por tanto, no necesitáis de preguntar el porqué de vuestros dolores. Así es mi obra de amor y unificación vuestro desamor, no procede de Dios, no es mío.
42 Si después de escuchar de mi enseñanza y calentar en el calor de mi amor, vuestro corazón frío; si después de prepararos el camino con el amor de Dios, no aprendéis ni venís a mí; entonces, amados míos, que os despierte Dios, en su juicio divino; porque sólo el Padre, podrá despertaros de ese letargo, ya que mi palabra plena de amor no os ha despertado.
43 Escuchad que os voy a seguir hablando porque quiero ir despertando poco a poco a los espíritus, a vuestras entidades vivientes en vuestros cuerpos o vehículos adormecidos a la conciencia de la plena vida, en los planos de la respectiva actividad de cada uno.
44 El cuerpo físico está aletargado e impide toda manifestación de altitud espiritual; el cuerpo vital también está aletargado y no percibe las vibraciones sutiles del espíritu; los otros cuerpos inferiores al cuerpo astral, cercanos a la materia, están durmiendo y no se dan cuenta en su plano, de la presencia del espíritu, de la aparición del sol naciente del Cristo que se forma en ellos, pero que ellos, no ayudan a formarlo; y, si no ayudan, no se forma, porque el hombre debe formarlo con su propio esfuerzo. ¡Hasta cuándo será vuestro despertar!
45 La conciencia de la mayor parte de la humanidad, no ha llegado ni siquiera al término medio de su evolución; es por esto que muy poco se refleja en la materia. Estáis a medio despertar.
46 ¿Qué se necesita para el despertamiento de vehículo por vehículo en el plano de acción de cada uno de vuestros cuerpos? Se necesita que penséis en lo que os hablo y recordéis lo que os digo. Se necesita que escuchéis, porque yo con mi amor os despertaré; mas si no atendéis a mis palabras, entonces directamente hablaré a Dios, porque sólo con él despertaréis.
47 Atended a lo que os voy a decir: la luz del sol no invade la tierra de lleno; fijaos que lentamente va haciendo su aparición luminosa, sin violencia, todo con calma y medida, uniformemente. Así debe ser vuestro despertar; mas, si vosotros no os preparáis cuando me pedís, cometéis el error de pedir que sea vuestro el reino de los celos de un momento a otro; y, a esto os digo: es necesario de poneros en condiciones adecuadas de que podáis construir, para poder pedir con derecho.
48 Ahora os pregunto, mis bienamados, ¿habéis visto cómo es el surgimiento del sol por la mañana? Sí, Maestro me contestáis. Escuchad, mis bienamados: por la mañana, tal parece que Dios os bendice cuando sale el sol; sin él, estaría triste la tierra. Y, ¿qué pasa por la tarde? El sol desaparece y la noche os cubre con su velo y queda oculto a vosotros.
49 Pues bien, escuchad: también el Cristo, en el hombre, tiene una parte manifestada y otra parte oculta e inmanifestada para los ojos humanos; y cuando me escuchabais, decíais que tal vez la facultad por la cual me estoy manifestando, se habría equivocado al interpretar el pensamiento del Maestro; y es que, algunos de vosotros no sabéis que en el hombre, hay de Cristo y de Dios, así como en la naturaleza y en todo cuerpo viviente y en toda cosa existente, hay una parte visible y otra parte invisible, una parte oculta y otra manifestada. El Padre es, el inmanifestado y yo soy su manifestador.
50 Cuando os digo, el “inmanifestado”, hablo de Dios en sus dos fases, en sus dos aspectos o manifestaciones. Una: es el sol interno que aparece en la conciencia del hombre otra: es el sol que se oculta para brillar mejor en los celos, que en la vida es el símbolo sagrado de esa parte del Cristo inmanifestada; es, lo que os decía antes: ese sol que parece ocultarse para brillar mejor que aquí, con más luz, en la extensión invisible; donde no sólo brilla su luz, si no da energía a los éteres tanto en lo espiritual como en lo creado. También el sol como el Cristo, tiene su parte manifestada y su parte inmanifestada; y por eso, cuando yo os hablo de Dios, me sirvo del sol como su símbolo.
51 Al despertar el alba, poco a poco se va alumbrando la tierra y le va dando su calor; y al retirarse la luz del sol es para alumbrar los éteres, la parte astral de la tierra, la otra mitad. Si en una parte se oculta, en otra se manifiesta y brilla. Así sois vosotros, cuando dejáis la materia, únicamente os apartáis de la vida de las formas; pero vais a brillar en una forma mejor, a semejanza del sol que brilla en la otra parte de la tierra; en donde los ojos de la carne, no pueden ver su luz; en donde sólo puede ser visto, con los ojos del entendimiento elevado, con la mirada del espíritu.
52 Os estoy enseñando a encontrar el sentido oculto de las revelaciones y de los acontecimientos y las cosas; pero vosotros no habéis encontrado otra luz que la que veis brillar aquí, en vuestro mundo.
53 ¡Oh sol que no tienes todo tu esplendor aquí, porque tu mejor brillo está allá, en lo invisible para el hombre!
54 Después de la explicación que os he dado del manifestado e inmanifestado, ¿me habéis entendido, pueblo? sí, Maestro me contestáis algunos entonces, pueblo mío, recibid de mis cátedras espirituales, la enseñanza; que las lecciones, son mías, porque los pensamientos lo dicen. En ellas os doy amor, conocimiento y verdad. En cada una dejo esta trilogía: tomad de mis cátedras la parte amorosa, la parte de conocimiento, la parte de verdad; y si queréis, más que conocimiento: sabiduría.
55 Os he invitado a la mesa de este banquete espiritual que tiene el sabor, la sustancia y la luz; todas las virtudes para endulzar la vida que están comprendidas en el amor para el entendimiento y saber vuestro; sí, en mi amor que os estoy brindando en este banquete exquisito, para nutrir al espíritu; no para alimentar la materia. Yo os doy el alimento para vuestro ser o espíritu, porque de él se alimenta la conciencia superior.
56 Escuchadme, amados: yo manifiesto, el amor del Padre; y vosotros, debéis manifestar mi anhelo; porque cuando yo digo que os améis los unos a los otros como yo os amo, que os perdonéis como yo os perdono y hagáis lo que hice después de escucharme vosotros, también lo haréis algunos. Yo soy para vosotros, aquel ejemplo, para que hagáis lo que mis obras reclaman. Soy el ejemplo viviente para mis parvulitos obedientes.
57 Ahora atended a mis palabras: la esencia divina del rabí de Nazareth no ha muerto; el Maestro de Nazareth no morirá nunca; todos los ejércitos, todos los verdugos del mundo son muy poca cosa para matar al mesías en la vida verdadera; en la vida del espíritu, el Cristo, no puede morir y nada ni nadie puede matarle, porque os hablo de mí, de mi esencia espiritual que tiene vida eterna. Y vosotros no sois ni el cuerpo ni la carne, sois más que todo eso: sois espíritu. Jesús, significa: salvador, y puesto que soy vuestro salvador universal, cuando quitasteis la vida de mi cuerpo humano, mi amor como el Cristo de Dios, aumentó por la humanidad; y ¡aquí me tenéis presente, en Espíritu y verdad! Como si me estuvieseis llevando nuevamente al trono del César.
58 Aquí tenéis a Cristo, a la esencia espiritual de Jesús de Nazareth, brillando en la perfección de la luz espiritual; aquí le tenéis, comunicándose con los hombres por medio del entendimiento de aquéllos que tienen facultades para recibir mis pensamientos y convertirlos en palabras a través del éxtasis; otros los reciben también por inspiración, por revelación, por intuición o en sueños; de todas estas maneras para que los hombres que me busquen y me llamen, me encuentren y sientan que estoy con ellos.
59 Si los intuicionados, los iluminados, los inspirados, extasiados extáticos me necesitan, con ellos seré; y tanto he brillado en los profetas como en los patriarcas, como en los apóstoles del Segundo Tiempo y como brillo ahora y espiritualmente brillaré siempre, manifestando la doctrina amorosa de conocimiento y verdad, que es la luz del mundo que viene de Dios; y yo que os estoy enviando en estos momentos mis pensamientos, por vibración a través del entendimiento humano; hablo por Dios y él hace por mí. ¡He aquí al Cristo! Yo soy el manifestador del Padre; y vosotros, seréis algún un día, los manifestadores del Cristo.
60 ésta es mi enseñanza, ésta es mi cátedra, de este día primero. Y vos, corazón que estáis aquí y que creéis que no os he reconocido; vos, corazón que estáis latiendo apresuradamente al escucharme vuestro Maestro, os ha reconocido y os ha sentido entre las multitudes. Vos, corazón, ¿podríais acaso escucharme sin latir de esa manera? Vos sabéis que a vos me refiero, sabéis perfectamente bien que lo que vuestros ojos materiales no ven, mi mirada espiritual sí lo ve, y lo que vos no entendéis, yo os lo hago entender; y donde quiera que estéis o estén, yo conozco a los míos, a los que me aman. Llevad grabadas estas palabras porque llegará el momento en que sepáis que a vos me estoy refiriendo; y yo os lo recordaré un día, y os acordaréis muy bien que en estos instantes, latió aceleradamente vuestro corazón. Os hablo; y vos, no decís vuestro nombre; pero no importa, por el camino que me busquéis vos sabéis bien que me encontraréis, porque siempre os he estado esperando. Por tanto, no olvidéis esta noche porque saliendo de aquí iréis emocionado, varón; y emocionado, recordaréis de mi enseñanza que habéis estado escuchando y no dormiréis bien; y entonces despertaréis por la noche pensando en estas revelaciones. Y haréis memoria y me llamaréis, porque donde los hombres no ven, penetro yo; lo que los hombres no saben o no entienden, yo lo sé y lo siento. Si vuestros labios no pueden contestarme, porque están trémulos, ya llegará un día en que sí me contesten.
61 Y a vos, mujer, que estáis en las mismas condiciones que el varón, os digo que yo voy tocando las liras de los corazones con la nota maestra que llegará a ellos, que conocerán que soy yo; y me abrirán la puerta interna, que no se volverá a cerrar jamás para mí.
62 ¿Qué vais a decirme vosotros, que me escucháis, de lo que os hablaba de la puesta del sol? Lo que en una parte desaparece, es para aparecer en otra; y lo que aquí deja de ser, es allá.
63 Escuchad: cuando en un niño, encarna un ser o espíritu en vuestro mundo, al arraigarse a su cerebro, cerebelo y espina dorsal, él nace para vosotros; y para los seres desencarnados, es como si muriese en el mundo de las almas; y cuando un hombre muere en el mundo que habitáis vosotros; nace en el mundo de las almas. ¡Quién desaparece aquí, que no aparezca allá? La aparición de un lado y desaparición de otro, es humano, amados míos; pero, si queréis entender la otra parte, la parte invisible, entonces pensad en lo que os dije de la puesta del sol.
64 Yo me comunico en vuestro externo, y ocultamente me comunico también con vuestro interno por medio de la conciencia; y de allí tomaréis la lección, porque yo hago en los hombres comunicaciones internas y externas.
65 Las comunicaciones internas son aquellas a las que los sentidos humanos no penetran; pero los espirituales, sí. Y esta manera de comunicarme con vos haciendo vibrar mis pensamientos a través de cerebro humano, es una manifestación externa. Mi mensaje que en estos momentos están escuchando es comunicación externa, es una manifestación del sol; y la otra, cuando no me manifiesto con palabras humanas a través de una facultad de mediaunidad, es la interna vos y yo, en la inmensidad vos y yo, ante Dios. Fijaos en estas palabras: vos y yo ante Dios, sin mediaunidad ni mediadores, en la inmensidad, en lo material aparentemente solos pero verdaderamente acompañados cósmicamente, por multitudes de almas. Vos y yo, ante Dios, en la inmensidad, sin intermediarios, ese es el mensaje interno, el simbolismo de la puesta del sol.
66 ¡Ah mundo, mundo mío! Yo me comunico espiritualmente con vos, pero vos no os comunicáis aún conmigo; y no podéis comunicaros ni conmigo ni con los ángeles, porque aún tenéis muchos estorbos, de manifestaciones humanas todos ellos; y tampoco podéis hacerlo con vuestros cuerpos etéreos que son también pesados, porque son vehículos de ese cuerpo físico. Utilizaos a vosotros mismos, empleando vuestros vehículos superiores. Si tuvierais claro el pensamiento, si tuvierais limpia la mente, si tuvieras fuerte la voluntad, llegaríais a vuestro verdadero hogar, al utilizar la luz que ha llegado a vuestro corazón; porque cada pensamiento, es luz convertida en palabra.
una hermana le hace presente a otra que ha traído para escuchar su cátedra.
67 Ovejita mía, es más lo que siente vuestro corazón que lo que vuestra boca puede expresar y a él he escuchado, antes que a vuestros labios, pues vuestro corazón suele llegar hasta mí; y yo recibo a vuestra hermana que habéis traído y de cierto digo, a esa ovejita, que: yo no hago distinciones en la grandeza de mi amor, ya que todos en él tenéis lugar. ¡Bienvenidos sean los pobres, los ricos, los que intentan ser buenos y los que nombráis malos! ¡Bienvenidos aquellos que tienen bello el rostro o feo el rostro; bella el alma o fea el alma! Y en una palabra, ¡bienvenidos todos, a este lugar. . ¡Bienvenidos todos los que os acercáis a mí! Ella, vuestra hermana, no tiene necesidades humanas, pero a veces suele tener grandes necesidades espirituales.
68 Hay muchas ovejitas que están presentes que vienen por vez primera, para escuchar la palabra del rabí, y os digo: entre vosotros se encuentran los letrados, quienes leen mucho y trabajan mucho en los libros de los hombres; pero no han abierto aún el libro de Dios, ni su propio libro interno.
69 En este pueblo que me escucha, se encuentran por primera vez pobres y ricos; letrados y sencillos y a todos ellos, mi amor les da con beneplácito, la bienvenida.
70 Si vuestro corazón ha sido destruido en las luchas de la vida. ¡Venid a mí! Si sois pecadores, ¡venid a mí! Que a todos el Maestro, os recibe por igual y mi infinito, amor os purificará. Este recinto se ha convertido en árbol, y a éste árbol vendrán, a buscar al Maestro, no solo los que acudirán a su sombra, sino hasta las ramas que le han desconocido temporalmente. Y yo les diré: aquí estoy, si vosotros me estabais esperando; yo os esperaba, antes que vosotros; ¡venid aquellos hijos pródigos! Y no os apartéis del Maestro de las blancas vestiduras, de las blancas luces, de estas luces espirituales que serán la herencia del corazón, del alma y de la conciencia; y la luz también, del verdadero sentimiento espiritual.
(Testimonio eliminado)
71 Amada mía, contemplo vuestra alma solitaria en su dolor; y, os digo: dejad que los muertos entierren a sus muertos y mientras, escuchad: lloráis al que se ha ido y no sabéis por qué lo hacéis; lloráis a la cáscara, a la forma; pero el cuerpo espiritual, su alma, está cerca de vos; y si vos le lloráis, esa alma padecerá también percibiendo el sufrimiento, al palpar y sentir vuestras lágrimas y vuestros pesares. Pensad que aquellos que tienen la luz del Cristo, no mueren, pues sólo mueren por un tiempo los que están en tinieblas; y sin embargo, aún viven. Pero las almas de los espíritus que se desprenden del cuerpo y me aman y tienen mi luz, no se les llaman muertos; pues muertos son, los que tienen muertas las impresiones del alma, los sentidos propios del espíritu; los que proceden sin amor, los que tienen el corazón sin piedad, los que tienen sus sentimientos sin misericordia; pero aquellos que sólo han dejado el cuerpo, su espíritu vive y vibran sus emociones a través de su alma; a esos, que aceptan mi doctrina de amor, jamás deberá llamárseles muertos. Ese ser por quien ahora lloráis, vive y en breve gozará de toda la luz que le corresponde; yo os lo digo, mujer: ¡tened confianza! Y pensad, que: no son muertos aquellos que me aman y reconocen a Dios muertos son, sí, a la luz de la gracia divina: los que de Dios y de sus dictados divinos, se olvidan y que no han perdonado, a los que consideran sus enemigos.
72 Luz para las almas y para los seres humanos que me siente n y me aman; y luz también, para aquellos que saben amar y perdonar, en verdad. Amar y perdonar, eso es vivir, eso es gozar. Vosotros, mis bienamados, amad y perdonad; y lo demás, dejádselo a Dios, dejádmelo a mí; que en vuestro dolor y en vuestra congoja, yo soy la luz que os ilumina, la luz verdadera que viene de Dios.
73 ¿Queréis tener participación conmigo en el reino de los celos, en el reino de Dios, en el reino de la eterna felicidad? Pues entonces, perdonad a los que se nombran vuestros enemigos, de todo corazón; que si ellos, no siguen el camino del arrepentimiento, del amor, ellos mismos serán los que tomen el camino que os dije, el camino que es cadena de dolores y angustias que trae consigo la Ley de causa y efecto. Ciertamente que hay quien tome ese camino, pero también hay quien tome el camino corto, el del arrepentimiento, del amor y del perdón; y a todo aquél que conozca mi obra, lo que le corresponde es amar y perdonar, y así acortará su camino hacia mi reino. Para el que no perdona, todo intento de salvación con ese arraigo de comportamiento rencoroso en el mismo, es inútil e imposible. Bendito sea el que perdona por el mismo y en el nombre de Dios.
(Testimonio eliminado)
74 Escuchad bien, varón, si no debierais decir a vuestros hermanos la videncia que habéis tenido, no os hubiera permitido verla; así es que, debéis dar de lo que yo os di. “eli” esa palabra que habéis contemplado, ya la expliqué, la explico y la volveré a explicar si fuere necesario; la expliqué un día que estabais esperando estudio. ésa es la palabra que brilla en el mundo y en los éteres, es la palabra que brilla en el cosmos. Pero hay una interpretación equivocada. Los hombres en sus escritos, interpretaron mal lo que no entendieron; y han afirmado lo que yo no pude haber dicho; lo que no dije, ellos han escrito así, refiriéndose a mis últimas palabras en la cruz: “¡Padre mío, Padre mío! ¿Por qué me has abandonado?” yo no he dicho estas palabras; yo dije, con plena conciencia de lo que decía: ¡Padre mío, Padre mío! ¡éste, es mi destino! Ya que mi destino voluntario, era entregarme en renunciación propia y darme como el pan blando, en sacrificio, para que partieseis mi cuerpo como si partieseis el pan.
75 Así os iré haciendo aclaraciones y rectificaciones, sobre todas las equivocadas interpretaciones de seres humanos; pues yo no pude creer jamás que Dios, el Padre universal que está en el todo y en todos, me hubiere abandonado; si él fue mi dicha, mi alegría, la vida de mi vida, la esencia de mi esencia. Estando Dios en mí, es mi gloria, ¿cómo podría el haberme sentido por algún instante, separado de él? Nunca pensé que Dios me hubiera abandonado y por eso dije y lo repito: ¡Padre mío, Padre mío! ¡éste es mi destino! Pero no mi destino forzado, ni obligado; sino voluntario, por el poder de mi amor hacia vosotros.
76 Varón, bien está lo que habéis dicho; y si no lo hubierais hecho, este pueblo no hubiese oído lo que ha escuchado en estos momentos. Unificaréis corazones, unificaréis conciencias, unificaréis mentes. ¡Bendito, seáis!
77 Amados míos, voy a hacer en estos momentos la comunicación interna, de Espíritu a espíritu, de mente a mente, de pensamiento a pensamiento. ¡Hágase el silencio! Pueblo mío, pedidme aquello que sea justo; y yo, al Padre, le pediré. Pedidme, con vuestro pensamiento; que yo, entregaré a todos por igual, lo que cada uno deba recibir. Silencio de voces, pero armonía de corazones; dejad que ellos hablen, dejad que vuestros pensamientos lleguen hasta mí; y si pueden, que lleguen hasta Dios. De nuevo os digo que atendáis esta palabra, grande y sublime: os quiero, mi pueblo; vos y yo, solos en la inmensidad; vos y yo, ante Dios. Dios y vos en la inmensidad, sin testigos; porque estando todos en él, no habrá desocupados que sirvan como tales, como testigos.
78 Si amados, sí, dejadme llegar a vosotros en la luz del pensamiento y en el anhelo del amor sagrado; dejadme llegar a vosotros; y así, lo que venís a solicitar de mí, os será concedido de acuerdo con vuestra fe, conforme a vuestros merecimientos. Silencio con los labios pero dejad que el corazón me transmita. Silencio.
79 Me pedís la salud para vuestros enfermos, consuelo para vuestras penas; me pedís trabajo porque estáis necesitados del pan de cada día; me pedís por el ausente, me pedís paz en los hogares; y en verdad, os digo, que: esa paz la encontraréis, si no buscáis vosotros mismos la guerra; pero si buscáis la guerra, ¿cómo queréis la paz? Me pedís muchos prodigios y cosas; que, en verdad, de vosotros depende lograrlas si tenéis las tres cualidades que ya os dije: arrepentimiento sincero, perdón y amor pero debéis estar verdaderamente compenetrados en ellas; y demostrar, con vuestras obras, que andáis por el buen camino; porque en los hechos reales, las obras hablan lo que vos hacéis, lo que vos sois.
80 Perdonando a los que consideras vuestros enemigos; y dando amor, no habrá enfermedades en vos, pues las enfermedades se originaron al alterar el orden establecido y son el resultado de las deudas que vos tenéis y de vuestra falta de fe; y aquellas, desaparecen en verdad, si hacéis lo que os digo.
81 Yo rogaré al Padre, que por lo que me pedís, os conceda lo que sea su santa y divina voluntad. Con todas las penas que me habéis traído, haré una plegaria que presentaré al Padre Celestial.
82 Veo que algunos varones se han interesado por varios de mis conceptos de esta noche; y uno de ellos, dice: ¿y si no fuera el Divino Maestro? ¡Cómo es que resiste la materia humana, todo el poder de su vibración?
83 Escuchad: yo envío mis pensamientos a su cerebro, disminuyendo la potencia, tanto como la materia humana tenga necesidad; mi vibración, es en átomo; y de esta manera, me comunico con vosotros. Lo que es átomo para mí, grandeza es para vosotros, pues mi infinito amor, sabe cómo comunicarse con los seres humanos.
84 Así, mi pueblo, solos en la inmensidad, Dios, y vos; y vos, y yo sin testigos. Solos, aparentemente, pero acompañados de millones y millones de almas. Pensad en estos conceptos; y pensad en otros, que habéis querido retener y se os han escapado; haced memoria de ellos.
85 Aguas, que reciben en estos momentos de mis efluvios, de mi corriente vibratoria, de mi bendición y con ella el poder para que sanéis a los enfermos que estén plenos de fe, os convierto en bálsamo de curación para aquellos que tengan creencia y fe en Dios; para que sabiendo, que: Dios, mora en ellos, le hablen al rey; y él contestará con amor y caridad. No es el rey tirano e injusto, es el rey y Padre, dulce y tierno; es el amor de los amores.
86 Bendigo también las flores que habéis traído y los objetos varios. Empleadlos todos para el bien; pues si quisierais emplearlos para actos contrarios, perderán inmediatamente su influencia y su valor. Concedo preparación y bendición de día primero; y utilizad siempre para bien, todo lo que bendecido queda, en el nombre del Padre, en mi nombre que soy la representación del Hijo, derramando la luz del santo Espíritu.
87 No olvidéis que estoy con vos, no desmayéis ni desesperéis; haced vuestra oración que salga de lo íntimo de vuestro ser, que es el sacerdote invisible que está dentro de vos mismo, vuestra conciencia es, la que debe ser iluminada y daros la absolución.
88 Estáis engañándoos todos los días, actuando y haciendo unas cosas y diciendo otras. Decís sólo lo que os conviene y hacéis lo que nunca decís, aquello que os avergüenza. Y si hacéis y no decís aquello que os avergüenza, estáis jugando cual los niños, que: pretenden engañar a Dios, pero en realidad se engañan a si mismos. Pensad que no engañáis ni a Dios ni a mí y sólo jugáis a engañaros a vos mismo. Buscad la manera de ser siempre mejor que ayer. Amad y perdonad todo.
89 Pueblo mío, ya sabéis que tenéis por delante dos caminos y que podéis escoger libremente el que os plazca. El interminable camino de la cadena de amarguras y dolores; o el corto camino del amor y del perdón. Ya lo sabéis, mi obra se traduce siempre en amor y unificación, en conocimiento, en grandeza y altitud.
90 Mi pueblo amado, que el hálito amoroso de Dios, quede con vos; que la luz de Cristo, las emanaciones de mi esencia divina y mis pensamientos, sean también con vos.
91 ¿Tenéis atrición? ¿Tenéis contrición? ¿Tenéis propósito de enmienda? ¿Tenéis verdadera voluntad de unificación, de comprensión, de armonía y de amaros los unos a los otros? Si así es vuestras obras lo dirán y ellas lo confirmarán.
92 Si llegasen vuestros enemigos a pediros perdón, ¿les perdonaríais? Si así es, vuestras obras lo dirán, vuestras propias obras lo confirmarán.
93 Pueblo, os dejo unificado. Os he dado la clave para que conozcáis, cuales y cuando, son mis cátedras; y para que sepáis que si ésta ha sido a plenitud, es que tiene: verdad, conocimiento y amor esa es la trilogía que deben contener mis cátedras.
94 Retiro mi vibración de esta materia, pero mi amor con vosotros queda. Gozad de él, estad con él, como yo estoy en vuestro dolor.
95 Si me escucháis y me sentís concientemente, ovejitas mías: el camino del amor, es mi camino; y si me amáis, seguidme.
¡Mi paz, sea con vosotros!
22. La comunicación de Espíritu a espíritu después de 1950
Domingo 28 de octubre de 1945
1 ¡Gloria eterna al Padre espiritual! Paz, luz y amor a los hombres de la tierra con buena voluntad. Yo os recibo, pueblo bendito de Israel; y al recibiros, os consuelo; al consolaros, os bendigo; al bendeciros, os acaricio con amor infinito; con gran ternura una vez más derramo en vos, el néctar de mi verdad, de mi caridad y de mi amor.
2 Este néctar espiritual, que es de mí, porque éste es el alimento del espíritu; ya que el espíritu, solamente se alimenta con viandas divinas, con el propio alimento espiritual; porque éste es el alimento del alma, ya que el alma, se alimenta con las emanaciones del alma universal; así como la materia, se alimenta con las formas pasajeras de la materia.
3 Yo os recibo, pueblo bendito de Israel, ¡bienvenido seáis en nombre de Dios! ¡Bienvenidos seáis en nombre del amor divino! ¡Venid! Y descansad en mí. ¡Venid! Y aquietaos, para que recibáis la palabra que proviene del santo Espíritu; palabra, llena del Espíritu de verdad.
4 La vibración del consolador prometido que había de venir a iluminar el mundo, está con vosotros, mi pueblo. La vibración del Espíritu de verdad, está con vosotros.
5 Yo soy el Espíritu de verdad, que vibro para el mundo; yo soy el consolador prometido por labios Jesús, que había de venir a iluminar el mundo.
6 Yo soy la mies escondida, la semilla sagrada y luminosa, sembrada en el campo de las almas.
7 Yo soy aquel, que vos, no sabéis: infinita dulzura escondida a los ojos humanos; pero manifiesta ante vuestra alma, ante los ojos de vuestro ser yo soy el raudal de justicia, de amor, de sabiduría y de poder infinitos.
8 ¡bienvenido seas! Me decís siempre, pueblo, ¡bienvenido seas, Maestro de las luces inmaculadas! Porque cada pensamiento mío, es una luz que recoge vuestro corazón; y que debe recoger, también, vuestra alma y conciencia.
9 ¡bienvenido seas! Me decís siempre, pero cuándo me diréis: Maestro, ¡he aquí! Complácete en mis buenas obras. Maestro, has sembrado los rosales prístinos de la espiritualidad, en el campo de nuestras almas; ¡ven! Y recoge las rosas, de nuestras virtudes desarrolladas cuando me digáis esto; entonces, el jardinero divino, penetrará al reino del alma y recogerá las rosas de vuestros rosales; pero, todavía no me decís esto, solamente os conformáis con darme la bienvenida y el Maestro, os sigue esperando.
10 ¡Ah, perla mexicana! Amada perla mexicana, en la cual he derramado en abundancia. ¡Cuánta dádiva de amor divino e infinito! Cuántas luces del santo Espíritu, he hecho brillar en ti ¡cuánto mi Espíritu en ti, se ha derramado! Cuántas viandas de espiritualidad, han llegado hasta ti, ¡oh, perla mexicana!
11 Si en otras naciones hubiese derramado mis efluvios, si la brisa de mi caricia espiritual, se hubiera esparcido como aquí; si en otras naciones hubiese sido mi mensaje a través de labios humanos, como en esta nación elegida; de cierto, os digo: que hubiese recogido más cosecha y hubiese tenido más sembradores porque no solamente soy yo, el sembrador; sino también vosotros, debéis sembrar y debéis cosechar de lo que sembréis.
12 De cierto, os digo: que en otras naciones menos adormecidas, me hubiesen escuchado más fácilmente con los oídos espirituales, analizando profundamente en el interno, en el centro de la conciencia del hombre.
13 Mi mensaje es grande, es semilla de luz regada por el mundo, es vida sempiterna.
14 Mi mensaje, es de los mensajes, el de caudal más grande que los hijos de los hombres han tenido. Y, ¿qué habéis hecho con él? Yo os pregunto, en verdad; porque siempre, dejáis para mañana, lo que hoy podéis hacer.
15 Sin embargo, mis ovejitas amadas, hoy me habéis complacido, hoy recibo la visita de componentes de mis recintos amados, como testimonio de que todos estáis trabajando bien; porque escuchad lo que os digo, analizad bien mi palabra: en el mundo y en el universo, yo soy el único mesías, el único Maestro de maestros no hay dos.
16 Soy Cristo, el Verbo Divino que se materializó en Jesús de Nazareth; y en aquellos instrumentos, en los cuales mi palabra vaya siendo interpretada cada vez mejor, todos los mensajes serán iguales en su esencia; y todos tendrán, tres manifestaciones espirituales.
17 Fijaos bien: el poder de llegar a los corazones con mi palabra es porque mi palabra, tiene: poder, justicia, amor y sabiduría.
18 Yo siempre os mando: uniros los unos con los otros ; y en esto, conozco que estáis trabajando bien unos, otros y otros; y es mi mensaje el único, del único Maestro del universo y de este mundo, del único rabí de Nazareth, del único Maestro de la eterna compasión; por esto, no variéis mi mensaje.
19 Yo os digo en el recinto orientación: amaos los unos y a los otros en recinto el mesías verdadero: digo lo mismo; y en nueva vida: lo mismo y en esto conozco, que estáis identificados los unos con los otros; y que estáis dando mi verdadero mensaje, puesto que: el árbol y el fruto, son conocidos, por lo que contienen fijaos bien, que de esta manera, se sabe: cuál es mi obra; y cuál, no es mi obra.
20 Aquellos que hablan de división, aquellos que no dejan manifestarse los tres rayos de luz, las tres lluvias benéficas fecundas del alma, hablan de desconocimientos; porque yo, le hablo a la conciencia del espíritu, de conocimientos; yo le hablo a la conciencia del espíritu, para que se compenetre de la savia divina oculta, que los profanos, no han encontrado todavía.
21 Por tanto, os digo: que la división, no se hará esperar porque ya se está manifestando en los que no son de mi obra; y los que no son, hacen la suya; los que hacen mi obra, están conmigo; y para contrarrestar los defectos de sus facultades, está mi grandeza; para contrarrestar sus vicios, está mi pureza; para contrarrestar su desamor, está mi amor; para contrarrestar su sencillez o su ignorancia, está mi humildad y mi sabiduría; y por eso, yo estoy con los míos.
22 No os fijéis en la imperfección humana, fijaos en la perfección de mi mensaje; en que, en sus momentos de éxtasis material, soy yo quien hablo por labios de mis instrumentos humanos; y cuando despiertan de su éxtasis material, son varones y mujeres del mundo, iguales en conciencia a vosotros y escasos de luminosidad.
23 Tomad en cuenta lo que yo digo por ellos, solamente, en el momento de su éxtasis material. Percibidme y palpadme, mi pueblo, porque si no me sentís, inútil es cuanto hagáis; si no me escucháis, si no me percibís y palpáis, si no me sentís, inútil será vuestro existir.
24 Ya os he dicho que mi mensaje, es manjar espiritual lleno de justicia, amor y sabiduría.
25 Escuchad bien: las bibliotecas de los hombres, están llenas de conceptos vertidos por otros hombres; han puesto sus conocimientos en las blancas páginas llenas de luz, que han sido impresas por consejo de otros; allí aprenderéis las cuestiones de la existencia humana y material, de cómo vivir en la materia; pero, venid conmigo, para que aprendáis a vivir en el mundo de las almas y en el vasto valle espiritual, para que aprendáis la suprema ciencia, la verdadera ciencia de la verdadera vida eterna; dejad por un momento los libros de los hombres que se amontonen en las bibliotecas y venid a escuchar mi mensaje divino; que si sabéis aprovechar de las horas del día y de la noche, estaréis bien con Dios y con los hombres.
26 Y ya veis, mi pueblo, que en la vida de los espíritus, hay un solo Maestro de maestros. ¡Ah! Mi pueblo, tan lleno de necesidades y de prejuicios, pero de cierto os digo: que para alimentar vuestro corazón con arrullo tierno de sacrosanto amor, con armonía de paz y de dulzura, no encontraréis este arrullo, ni esta dulzura, en las bibliotecas ¡venid conmigo! A mi regazo, para que yo llene vuestro corazón del mío; para que yo llene vuestros oídos, de la vibración de mi palabra; vuestra conciencia, de la esencia de mi mensaje.
27 ¡Venid a mí! Pero venid vacío, porque si venís lleno de las cosas del mundo, ¿cómo puedo derramar en vos mi luz, si todo cuanto yo pusiese, sería derramado afuera? Venid vacío a mí, traed vacío vuestro corazón y llenadlo de amor, traed vacíos vuestros oídos, aquietad vuestra conciencia, aquietad vuestra mente, ¡oh! Pueblo necesitado; cuando tenéis el corazón triste, cariñosamente recojo vuestras angustias; cuando estáis confundidos, con más cariño os acaricia mi amor.
28 ¡Estáis tan llenos de necesidades! Tenéis necesidades: espirituales, mentales, morales y materiales sí, tenéis muchas necesidades. Sólo yo puedo calmar ese fuego, esa llama abrasadora con el agua inmortal de vida eterna. Sólo yo, puedo llenar vuestro corazón de alegría.
29 ¡Venid a mí, y no sufráis más! ¡Venid! Acercaos al Maestro de maestros; al Maestro, de las blancas luces.
30 Pero, ya que vos, mi pueblo, no podéis llegar a mí, yo por la vibración llego hasta vos; por medio de la vibración del pensamiento convertido en palabra, mi amor y mi poder llegan hasta vos, dándoos mi mensaje vibrante, para deciros: este mundo, el Padre Celestial me lo ha dado para redimirlo yo tengo el encargo de salvar a sus moradores; y este mundo, recibirá mi mensaje. ¡Todo aquel que quiera recibirlo de buena voluntad, que venga a mí!
31 Yo quiero que los hombres vengan a mí, voluntariamente; no a la fuerza y de esta manera, los misioneros caminarán por pueblos y ciudades y hablarán con mi Espíritu, hablarán siempre de justicia, de amor, de paz, de perdón, de disculpa, de unificación. Los que hablen de sí mismos, se dividirán y no harán mi labor. De esta manera, tomaré a unos y a otros; y sembraré mi simiente de amor, en otras naciones, en otros lugares; y esta escuela, la de Cristo, será puesta en el mundo.
32 La escuela de la justicia, el amor, la sabiduría y poder, será mi escuela; será un centro de luz, será un ramillete de flores que esparciendo por el mundo su perfume, llamará a los hombres adormecidos para calmar las necesidades que la existencia humana les da.
33 Yo sé calmar las iniquidades que la coexistencia les da, a los seres humanos. Yo sé calmar las iniquidades, porque las santas emanaciones de mi Espíritu hacen calmar los dolores de la existencia humana.
34 La caricia de Cristo, quiere tomar la tierra, para su misión de amor. Esta es mi misión: tomar este mundo por amor, para formar la escuela de justicia, amor, sabiduría y poder; y enseñar a los seres humanos, cómo deben prepararse para la verdadera vida eterna.
35 Cuando sois niños, vuestros padres piensan en enviaros a la escuela, primeramente, para recibir las primeras letras; después a una escuela superior. Siempre dedicáis toda vuestra existencia humana para la educación de vuestra vida, siempre os preocupáis por vuestra existencia humana, muy pocos venís a mí, llenos de alegría, cuando el mundo os llama y ponéis una parte del corazón en mí y otra en el mundo, pero ¿qué hacen los demás? Derrochan sus energías y cuando llegan a mí, llegan cansados; y para estar bien con Dios y les ilumine la conciencia superior, la escuela de Cristo en el mundo, será la más grande de todas las escuelas.
36 Estoy preparando la gran escuela; y cada una de estas escuelas que tengo, serán un fragmento, de la gran escuela mundial.
37 Yo quiero que existan por todas partes: recintos donde los hombres lleguen hasta mí y digan: rabí, estoy cansado del mundo. El mundo me ha quitado las alas de la mariposa y el mundo ha vaciado la copa de alegría y la ha llenado de hiel y acíbar, cámbiala por la copa de tus dulzuras, el mundo me ha destrozado y yo, les diré: ¿qué me habéis traído? Las hojas secas de la fe perdida, de la esperanza perdida, hojas secas del desamor, hojas secas de la incomprensión, ¿y esto, traéis a vuestro Maestro? Habiendo yo plantado en vuestro jardín interno, mi semilla de luz, ¿me traéis hojas secas?
38 En cada alma, he plantado mi semilla de luz; y en cambio, me traéis cada uno de vosotros, un puñado de hojas secas, de la desolación, de la fe perdida, del desamor, ¿adónde vais con vuestra carga, atormentados en la existencia humana? ¿Por qué no la dejáis aquí conmigo, para hacer revivir las hojas secas? Para eso quiero mi escuela en el mundo y puedan hablar mis intérpretes, con la vibración de la luz del rabí de Nazareth, con mi vibración de amor.
39 Fijaos bien, lo que os digo: no olvidéis que sois vosotros, los que lleváis dentro el templo de Dios viviente; y en vosotros, el Espíritu del Maestro de maestro mora y por tanto, yo os pregunto: ¿cuándo vais a limpiar este mundo? ¿Cuándo vais a iluminarlo para que el Espíritu del amor, brille en él?
40 Solamente el amor lava, limpia y desmancha al alma. El amor es agua purificadora; fuego purificador, es mi palabra.
41 Mi palabra, es un purificante de los mejores purificantes. ¡Venid a mí! Que mi palabra, iluminará el camino de los iniciados.
42 Sin embargo, ¿cuántos son mis iniciados? No puedo contarlos porque son muy pocos, espero el mañana para contarlos; porque si los contase, serían muy pocos y faltan iniciados en la escuela de Cristo.
43 Mis parvulitos, mis aspirantes, como habéis dicho mi pueblo, son muchos; y a los verdaderos iniciados, no los puedo contar todavía; porque, en verdad, os digo: que aun reuniendo los del mundo, sobran dedos de las manos.
44 ¿Qué vais a hacer, con las hojas secas? ¿Qué vais a hacer, con la desolación y el desconsuelo? Yo regaré por el mundo mi consuelo, para que así pueda armonizarse vuestro desconsuelo, con mi consuelo.
45 Mi consuelo, es eterno; vuestro desconsuelo, es pasajero, pues se sufre, mientras se encuentra el amor, mientras se encuentra mi luz; y una vez que se ha encontrado, los sufrimientos son menos; porque mi luz, alumbra todos los caminos.
46 He aquí, la copa de vuestro dolor, está derramándose; la copa de vuestras lágrimas, se desborda; y estáis en el mundo, en que toda acción trae su reacción y vosotros mismos os sentís encadenados, a las reacciones de vuestras propias acciones.
47 ¿Cómo vais vosotros, a sufrir menos mañana? ¿Cómo vais a consolar a los demás? Fijaos bien en mi palabra, analizadla: yo remuevo en el hombre, mis corrientes para que removiendo mis corrientes pueda encontrarme el que me busque.
48 Remuevo una corriente interna, para el interno del hombre; y otra corriente externa, para su externo; para que de esta manera, si me buscáis, me encontréis por todos los caminos. Por todos los senderos por donde me busquéis, me encontraréis, si lleváis limpio el pensamiento y preparado el corazón.
49 Amados míos, yo os pregunto: ¿no queréis ayudarme a levantar los muertos que han quedado en el camino? ¿Muertos, con la otra guerra que los hombres no conocen? La otra guerra: la de mente a mente, la de corazón a corazón.
50 Los hombres de este mundo, viven engañándose y engañando, fingiendo amistad y amor; y en esta guerra, en donde no hay armas materiales, hay otras armas. Cuando ultrajáis, el sentimiento puro de los demás: ¿qué armas utilizáis?
51 Hay muchos muertos en el campo, en el camino. ¡Ayudadme a levantar a los muertos de esa otra guerra que no conocéis! Guerra de corazón a corazón, de los labios mentirosos, fingidos y profanos que matan engañando; de los pensamientos que hacen explosión, contra vuestros hermanos.
52 ¿Por qué no levantáis estos muertos en la moral, en la esperanza, en la fe, en la caridad; que antes las tenían y hoy, no las tienen? ¿Por qué les habéis quitado el sagrado sentimiento, de la caridad? ¿Por qué habéis sembrado la desconfianza y les habéis hecho perder la fe, de los unos a los otros? ¿En quién vais a creer? sólo en Dios me decís. ¿De quién vais a dudar? del mundo entero me contestáis.
53 Esto que afirmáis, no está bien, debéis creer, en que: cada hombre, tiene una parte de error y otra de acierto, una parte de amor y otra de desamor, una parte de espíritu y otra de materia, una parte de verdad y otra de mentira, una mezcla de bien y de lo que llamáis mal. Tomad la parte buena de los labios profanos, de cada corazón y de cada alma y la otra, dejádmela a mí, para que: yo la purifique y transforme a mí, corresponde corregir y limpiar.
54 No son todos los hombres mentira ni materia solamente, buscad en cada uno, la parte buena; de cada corazón, identificad y afinaos a la parte noble; y de esta manera, no perderéis vuestra fe, pueblo mío.
55 No perdáis vuestra fe. ¡Hojas secas: con el rocío de mi amor, os doy vida! Hojas secas de la fe: ¡volved a la vida, resucitad ante el soplo del Cristo y convertíos en rosas fragantes de amor!
56 Vosotros, mis amados, vivís muriendo; y yo, quiero que viváis en verdad; ya que dudando los unos de los otros, atormentáis vuestras existencias.
57 Mirad, que si mis palabras tienen eco en vuestros corazones, serán las hojas secas, convertidas en rosas nuevamente.
58 Escuchad mientras podéis, mi mensaje de amor, porque llegará el tiempo en que podáis escucharlo mejor de otra manera superior.
59 Hay un tiempo, para que escuchéis mi mensaje externo por medio de aparatos humanos preparados; pero vendrán otros tiempos, en que podáis escuchar mi mensaje interno y mi voz que procede del silencio.
60 Escuchad mi voz que procede del silencio; y de esta manera, vosotros convertiréis las hojas secas, en rosas del rosal interno.
61 Cuando vos y yo, sin mediaunidad ni mediadores, solos en la inmensidad, seamos uno, no necesitaréis escuchar externamente mi palabra, porque ocuparéis el infinito, unificado a toda la creación y a todos los varones y mujeres que son parte de vos mismo; y la creación entera, sentiréis que sois vos mismo.
62 ¡Multiplicaos! Y aumentad mi luz en la grandeza de vuestra conciencia y de vuestra voluntad; y entonces, no habrá hojas secas, yo os lo aseguro; sin mediaunidad ni mediadores, brillando conmigo el género humano y sin testigos en la unidad, porque todos seréis uno en la inmensidad, llenos de alegría en eterna comunión, yo brillando por vos y vos recibiendo mi amor, convirtiendo vuestra melancolía en alegría, vuestro desamor en amor, vuestra impiedad en piedad y vuestro desprecio en misericordia; y entonces, ¡brillaréis como nunca habéis brillado en la vida! Porque yo, brillaré por vos; y ya no haréis otra acción contraria a mí, sino solamente mi voluntad, mientras podáis recibir este mensaje que procede del silencio, entre vos mismo y yo; y lo escucharéis, sin voz humana, con vibración divina; y entonces, sucederá lo que ya os he dicho: ¿para qué la mediaunidad? ¿Para qué mediadores? Uno seremos: vos y yo y no habrá penas jamás.
63 No podrá haber distancias, porque yo estoy en vos y en el universo; y estaréis, mi bienamado, en mí; y entre el amado y el amador, nada podrá interponerse.
64 Sí, dos que se aman, pueden amarse a distancia, sin que el universo se interponga, sin que nadie en el mundo pueda destruir: ni el amor ni el pensamiento; estos dos, somos: vos y yo yo que os amo santamente, espiritualmente, yo que os amo con amor divino; y vos, que sois mi amado. Nada en el universo nos separará; porque en el mundo el pensamiento y en el universo el amor, somos inconfundibles: vos, recibiendo; y yo, dándoos.
65 Amados, después de escuchar estas palabras; porque me habéis escuchado, no os hablo de que oigáis solamente, os vuelvo a preguntar: ¿queréis ayudarme a levantar los muertos que han quedado en la guerra que los hombres desconocen? La guerra, en donde no hay armas materiales; sino que utilizan otras armas, una de ellas es la boca, la lengua que se mueve para destrozar a vuestros semejantes, el corazón que desprecia, los pensamientos punzantes, las voluntades duras; y son los hombres que hacen estas guerras, aparte de la guerra material que ha destrozado cuerpos.
66 Pueblo mío: si tenéis al amor que os conmueve, ¡ayudadme a levantar los muertos! Y, me decís: si yo también, estoy muerto sí, mi bienamado, es la cruz que vos mismo habéis formado, la que habéis forjado, la cruz que por vos mismo habéis buscado y voluntariamente os crucificáis en ella; a vosotros no os han llevado al calvario, vais por vuestro propio calvario. Vosotros solos, vais recogiendo los clavos de vuestra cruz, voluntariamente y por vuestros propios pecados. Mas, yo os ayudaré con vuestra cruz; y los clavos desaparecerán, si vosotros, sabéis llegar hasta mí.
67 Cambiad lo que hay en vos mismo de impuro, por puro, por espiritual; cambiad el desamor en amor blanco, limpio; cambiad vuestra materia, en algo sutil y espiritual; y en ella, encontraréis vuestra felicidad y yo mi complacencia.
68 Muchas moradas, tiene la casa del Padre; y cada conciencia de los hombres, es cual una morada.
69 Yo pregunto a vosotros. ¿Dais morada a la luz del rabí de Nazareth, en vuestra casa? Pues entonces, si no es así amados míos, grabad mi enseñanza en vuestro corazón; y de esta manera, limpiaréis vuestro establo humano, para que yo lo ilumine, si lo limpiáis; y al iluminarlo, sabréis el secreto de la unidad conmigo, como yo sé el secreto de la unidad con Dios, con el Padre, porque somos uno en voluntad y en amor.
70 El Padre Celestial me ha hecho manifestador de su amor divino. Yo, manifiesto su amor en el mundo; como los míos, manifiestan a los increyentes mi amor también.
71 ¿Pueblo, en dónde estáis? Me contestáis: Maestro, estoy en cátedra pero yo, os pregunto: ¿en dónde estáis en alma, en estos momentos? En conciencia, en alma, entendimiento y voluntad, no estáis unificado a mí no os digo fundido en mí, porque todavía, no puede ser.
72 En este centro de alta conciencia, iluminado con la esencia de los celos, tenéis vuestro lugar. Yo soy el centro; y vos, no me miráis, ni estáis conmigo.
73 ¿Acaso no se ha apartado vuestro corazón y vuestra mente, de mí? ¿Creéis que mi palabra es capaz de borrar vuestras penas? Entonces, entrad en conciencia; y allí será mi mensaje, a través de la materia, armonizando con vuestras voces mis anhelos; haciendo vibrar vuestra voz, con mi propia vibración; dándole vida a vuestra voz con mi propio mensaje y haciendo a través de la materia, mi voluntad; brillando para vos, entrad en conciencia; y allí, me encontraréis.
74 Decidme: ¿sabéis lo que el mundo será mañana, con mi escuela? Varones, mujeres y niños, tendrán momentos de verdadera dicha, unidos todos en amor, si de su corazón se arranca el pecado.
75 Por eso, quiero que mi escuela sea mundial, en ella despertaré a los dormidos y alentaré a los decaídos y todos trabajaréis con amor.
76 Mi palabra, será cual brisa primaveral y dulce; y suavemente, les hablaré a sus corazones, les diré: ¡vamos a buscar pueblos, vamos a sembrar la semilla de la luz de Cristo por el mundo, vamos a formar mi escuela! Y se formará, a través de los años y más años, a través del tiempo.
77 Esta escuela de Cristo, dimanada del Espíritu Santo, dará luz a todas las escuelas, a todas las doctrinas, a todas las conciencias, a todas las filosofías; porque para entonces, tendré más facultades preparadas espiritualmente para dar luz a los que no han despertado: a los doctrinarios, luz a los sencillos, luz a los que dicen tener conocimientos, a los ofuscados, a los intelectuales, luz a los que claman luz, a los renegados, a los increyentes, luz a los que se burlan de mi amor, luz a los que desprecian a sus semejantes y desprecian también mi memoria.
78 El amor, es a semejanza y simbólicamente os hablo del cuerpo balsámico, etéreo y divino de Jesús.
79 El amor, es mi cuerpo espiritual lleno de exquisiteces, lleno de luz sagrada, lleno de virtudes, ya que de él dimanan; ese, es mi cuerpo espiritual. Si vos sabéis entender estas frases, no despreciéis al amor que mora y se expresa en vos mismo para que no destrocéis el cuerpo espiritual del Cristo.
80 Estos son mis pensamientos, estos son mis conceptos para vosotros; para que los hagáis vivir en vuestro corazón, para que los hagáis resplandecer en vuestra conciencia, para que animéis vuestra alma, así como yo quiero animar a los muertos de fe.
81 Mi doctrina en el mundo es necesaria, como la luz en las tinieblas; como la luz en una pesada noche de insomnio, mi doctrina es necesaria; para que con ella, se alumbren todas las filosofías y todas las ciencias.
82 Vendrán letrados y a ellos, les hablaré; y unos, sentirá n y entenderán más; y estos, bienaventurados, a otros hablarán también. Unos hablarán menos y sentirá n más; y a todos, bendeciré. Hay quien hable mucho y sienta poco; y hay quien sienta mucho y hable poco.
83 Vos que conocéis que mi siembra es de luz y que el campo de sembrar es el alma humana, vos mi pueblo, ¡preparaos! Porque sembraré mi semilla de luz y la regaré con las aguas inmaculadas, con las aguas de mi fuente, aguas maravillosas de la vida que sólo yo las tengo, para que broten de mi cuerpo de amor. Son divinas y puras las aguas de vida de mi evangelio; y no hay muerto posible, con estas aguas balsámicas en efluvios de amor. Quiero que las llevéis en el alma, para que aprendáis el evangelio del Cristo.
84 Amados, mi palabra ha sido con vosotros. Escucho a los míos; y escuchando a los míos, me complazco.
85 ¡Bienvenidos aquellos que quieran dirigir su palabra, para lecciones espirituales! Para estas lecciones, que el alma necesita, que ya no sean de la materia; sino lecciones superiores. Quien necesite hablar al Maestro, el Maestro escucha con infinito amor.
(Testimonio eliminado)
86 Sencilla mujer, mi bienamada: ¡regocijaos! Que las hojas secas, serán convertidas en hojas verdes, serán revividas porque las buscaré; y todo lo que yo tocase, vivirá. Mujer, el que siempre os ha amado, os acaricia; el que siempre os ha amado, os bendice y os consuela. Sé de vuestras penas, de vuestras pocas alegrías, de vuestras necesidades, conozco vuestras oraciones y las plegarias de vuestro corazón. Nada hay para mí desconocido. Mujer, dejadme paso en vuestro corazón y os haré rica de los valores espirituales; porque de los valores materiales, no habéis nacido para ser rica, ¡pero qué importa ser pobre de lo material, si está con vos Cristo, si lo espiritual es vuestro! Mujer, alégrese vuestro corazón y recibid mi bendición. ¡Bendita seáis mujer! Y alcanzaréis por medio del amor, mi bendición y más de lo que vos esperáis. Yo os bendigo en nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo, derramando el bálsamo consolador en el mundo entero.
87 Perdonad, para que seáis perdonado. El que no perdonase, no será perdonado. Solamente el perdón os eleva a la suprema conciencia, solamente el perdón os salva. Si solamente por el perdón se vive y se conoce el amor, ¡cómo no he de perdonaros yo!
88 Y vos, amado mío, yo sé cuánto me ama vuestro corazón, yo sé que soy la luz que os ilumina. Yo sé que vuestras alegrías son cuando yo las produzco con mi vibración, cuando yo las permito a vuestro ser. ¡Alegraos varón! Y ¡alégrense los míos que con la unificación, estáis dando testimonio de vuestros trabajos unificados! Y por esto, debéis estar tranquilos, porque con la unificación podrá ser el verdadero mensaje de Cristo.
89 ¡Oh! Varón, que tanto me habéis interpretado, ¡oh! Varón mensajero, que por vuestros labios mucho he dicho y seguiré derramándome por cada entendimiento de acuerdo con la preparación de cada entendimiento; y de cierto, os digo: que podéis estar contento, sabiendo que este mensaje, ha sido mío.
90 Estoy complacido, porque vais por mi camino; y en este camino, no habrá amargura que no calme, ni angustia que yo no dulcifique. Os recibo amado, acariciándoos, porque yo soy la caricia viviente del Verbo hecho caricia, del Verbo amor, del Verbo luz, del Verbo eterno que os ama y os bendice en el nombre del Padre, en mi nombre que soy representación del Hijo, derramando la gracia y la luz del santo Espíritu. ¡Bendito seáis, mi bienamado!
91 Mi bienamado, habéis dicho la Verdad, cuando decíais: el Cristo de nuestros pensamientos pero en mi escuela mundial, quiero que sea: el Cristo de vuestros pensamientos y de vuestras obras. Así quiero yo, ser en vosotros; porque si sólo soy el Cristo de vuestros pensamientos, no está completa la obra; necesitáis entender, que quiero Ser en vosotros: el Cristo de vuestros pensamientos y de vuestras obras el Cristo de vuestros amores santos, el Cristo de vuestros corazones, el Cristo de vuestros ideales espirituales, de vuestra conciencia sobre todo; y entonces, seréis felices. Amado mío, vuelvo a bendeciros, en nombre del poder de mi amor, ¡bendito seáis!
92 Bienamado, escuchad lo que vuestro Maestro va a deciros y grabadlo en vuestra mente y en vuestra conciencia. Vos, me pedisteis la salud y yo os concedí salud, me pedís por vuestro hijo, ahora escuchad mi contestación: le amenaza el peligro que se ha buscado, lo amenaza el peligro de perder su control mental y hasta la pérdida de la memoria, porque él no ha sabido corregirse a tiempo. Está a las puertas de la demencia, seres pérfidos lo acechan, la demencia lo acecha yo tengo para él, amor y puedo, pero escuchad bien, ¡oh! Varón los hombres con sus acciones provocan reacciones, los hombres se encadenan haciendo su propia cadena y los hombres encuentran en sí mismos, lo que buscan para sí mismos.
93 Así os digo: Dios ama y perdona; pero la Ley de Dios se cumple y cobra. De Dios es el amor y el perdón y de la Ley divina la justicia inexorable.
94 Yo os doy la fuerza de voluntad necesaria, para que cuando vuestro hijo llegue al sufrimiento, lo podáis soportar. Retardaré su dolor, que es lo único que la Ley permite. Yo no vengo a trastornar los dictados de la Ley del Padre, ni sus designios. Yo vengo a respetar las manifestaciones de la Ley, las de acción y reacción, causas y efectos. Yo os doy fuerza de voluntad y detengo su mal por un tiempo.
95 ¿Estáis conforme, varón? Llevad mi caricia suave, dulce, sublime, tan suave como la palabra de la madre, como el canto de la madre cuando arrulla a su niño en la cuna. Palabra suave de madre que consuela, de Padre que dice: mi hijo está para sufrir y de Dios tenga su amor ¡tomad y llevad! En el nombre del Padre, en mi nombre que soy la representación del Hijo, recibid los efluvios del santo Espíritu. ¡Bendito seáis! Y si gracias me dais, de ellas os revisto.
96 Amado mío, acercaos más ante la vibración de Cristo, del Maestro de los tiempos, el Maestro de las edades; porque de cierto, tengo que deciros algo: César, no le hablo a vuestro cuerpo, César, no le hablo al hombre inferior, no le hablo a la forma; le hablo a vuestro corazón, a vuestro ser inmortal, a vuestra conciencia de trabajador, de sembrador.
97 César, decidme, porque quiero que me contestéis lo que voy a preguntaros: ¿creéis acaso que porque mis bienamados de “luz del porvenir” han caído en el error de la calumnia, los voy a dejar abandonados y que por sus probados errores los voy a amar menos? ¿Creéis acaso que por el materialismo de aquella facultad que ha caído en la confusión, al hacer mi obra, le niegue mis bendiciones? Pues entonces, escuchad amado: es vuestra obligación darle a vuestra hermana todos los mensajes de hoy, mañana y pasado; alumbradle el entendimiento con vuestros consejos, para que ella haga conciencia. Habladle y explicadle para que analice ella misma su obra, para que comprenda su propia ofuscación; pero no por eso, voy a abandonarle, sólo sé decirles que de cada cerebro me sirvo de su poco o ningún entendimiento; y yo podré servirme mejor de ella, en albas venideras; cuando limpie mejor su establo, me servirá mejor; pero ¿no está acaso en ella que vuelva a recibirme como me recibía? Decidle que se prepare, que de ella, depende todo.
98 César, vuestro Maestro os ha dicho que descansaréis hasta que pongáis las cosas en su lugar, con la Verdad y la justicia, ante el criterio de vuestros hermanos. Vos habéis llevado la luz a María amparo y a miriam; y ¿vais a dejar a vuestros hermanos de allá, casi sin luz, cuando apenas un destello les queda? Escribidles, decidles que hagan conciencia; y decidles que la calumnia se lava con el arrepentimiento y que sólo por medio de él se salva.
99 El instrumento humano por el que yo me comunico, piensa y habla distinto que yo. Ella, no sabe perdonar y cree, que ellos, tampoco tienen perdón; pero con el dolor y el arrepentimiento, con amor, todo es posible remediar. Decidle a vuestra hermana que corrija lo que hay que corregir y que comprenda sus deberes allá. ¿Estáis comprendiendo, César? La materia está adolorida, ella piensa de acuerdo con su dolor y yo de acuerdo con mi amor, ella se siente destrozada por lo que la han herido; pero ¿acaso no fui destrozado yo antes que todos vosotros? ¿No fui calumniado antes que todos vosotros? ¿No fue mi obra desconocida, a pesar de ser tan conocida? Se me juzgó diabólico, cuando era celestial; y siempre tuve perdón para los que se levantaron como mis enemigos, porque mis enemigos eran mis amados. Amo a Judas, con el amor santo del Maestro que ama.
100 Decidles a vuestros hermanos, que para evitar la confusión, enmienden errores; que piensen con criterio firme en la Verdad; y yo seré con ellos, pero necesitáis preparar más a mis instrumentos humanos, en conciencia; porque en mis aparatos, sin el conducto conciencia, ¿qué queda de mí? Y se necesita que esa flor de loto, esté abierta, para que yo, me derrame, porque yo me derramo por las flores de loto abiertas.
101 Amado mío, mi amor siempre tierno es, con vosotros, y mis bendiciones; pero decidles que no juzguen mal para que no sean juzgados; para que no se quemen en el fuego de su error que purifiquen sus pensamientos, sus palabras y obras; que, el Maestro, espera la materia más preparada y le doy mi amor, mi consuelo, mi perdón. Por esto conoceréis que soy Cristo, vibrando por la materia, que diría todo lo contrario de lo que yo he dicho. Tenéis mucho que trabajar, mucho que escribir para hacer conciencia, sólo así podréis poner las cosas en su lugar, ¡bendito seáis!
102 Mi bienamado: yo quiero fundar la doctrina mundial de Cristo en este mundo no os digo que año, os digo que trabajaré incansable y regaré mi luz. ¿Sabéis acaso en qué año, en qué siglo, en qué tiempo? Eso, sólo el Padre Celestial lo sabe; mas escuchadme y grabad en vuestra mente, mi contestación: por eso os he dicho que para el año 1950, terminará esta forma de comunicación; y después del año 1950 tendréis mi irradiación en forma superior, porque lejos de suspenderla, quiero aumentarla, porque quiero dar a conocer de Espíritu a espíritu por todo el mundo el verdadero evangelio de Dios.
103 Seguid escuchando: los hombres se dividen porque se desconocen, los pensamientos son un mundo pequeño, cada mente humana es un mundo pequeño y a veces el propio pensamiento del hombre halla en sí mismo su cadena. Los hombres se dividen porque juzgan a sus semejantes, no con mi doctrina; sino con egoísmo, no se aman por su conveniencia; los hombres hablan de razas, pero mi doctrina acaba con toda separatividad.
104 Esta es mi doctrina, y a través de ella, digo yo estas palabras: un solo Padre, un solo Maestro, una gran familia. Una sola escuela es el mundo; y el Maestro, soy yo. Y todas las razas y todas las naciones que se confunden, en mi amor deben unificarse, formar una sola familia, una sola escuela; y así no habrá distinciones, ni de razas, ni de religiones. Cuando los hombres entiendan mi doctrina, ya no habrá armas; y en cambio, habrá amor, dispensación, comprensión, igualdad, luz y unificación.
105 Esta es mi enseñanza y decidme, mi pueblo: ¿no sería la felicidad del mundo con mi doctrina, si la practicaran todos los hombres? ¿No seríais felices todos vosotros? Y decís, hay un pensamiento que dice: ¿Maestro, tú predicas el comunismo? Voy a deciros: eso a lo que vos le llamáis comunismo, no es mi obra perfecta, lo que yo estoy enseñando es algo más grande, más puro, más excelso, más victorioso, más brillante, es: la doctrina del amor espiritual, que está más allá, inmensamente más allá de lo que conocéis por comunismo. ¿Qué sabéis vosotros amados, de mis planes divinos en el mundo? ¿Qué sabéis vosotros del verdadero néctar de mi amor? Mi doctrina es algo más perfecto, más grande que lo que entendéis por comunismo, es: el mundo brillando en mi amor con la paz de mi consuelo; es algo más santo, más sublime, es el mundo conmigo y yo en unión con el mundo entero y con todos los mundos.
106 No espero que todos los hombres crean en mi doctrina, porque cada uno seguirá la religión que le dicte el corazón; y sin embargo, yo soy la luz de todas las religiones. Yo soy la luz de todos los siglos. Las religiones corrompidas se van apartando de mi evangelio del amor y he aquí que entonces los malos ministros, con los malos instrumentos, se pervierten, y mal interpretan mi palabra y mi obra; y estos, se apartan de mi luz; mientras que los míos, siguen mis huellas de amor.
107 Qué más quisierais mi pueblo, que todos recibieran el bálsamo angelical emanado de mi pensamiento. ¿No sabéis que yo tengo con mis pensamientos mucho bálsamo consolador para el mundo? ¿No sabéis que del corazón de los hombres, haré una lira para elevar sus acordes a Dios? ¿Al Dios del universo?
108 Más allá de la considerada sabiduría de salomón, está la sabiduría del Verbo luz; y yo soy el Verbo luz. Yo regaré mi luz por el mundo, acabaré con las tinieblas y haré a los hombres felices en los santos amores del celo.
109 Por eso os digo, varón, que no todos los hombres entrarán en mi doctrina de esta manera; pero sí os digo que aun de las otras doctrinas, de los otros credos, se acercarán al amor, a la tolerancia; aun en las otras religiones, existirá flotando en el ambiente el mensaje sublime, mi mensaje, ya que yo soy el Verbo luz de todas las religiones, mientras sus ministros no se aparten de mí.
110 Que cada sacerdote que se corrompe, se aleja de mí; pero yo lo buscaré; y si vos, seguís creyendo en mi amor, será suficiente para levantaros del fango. Yo el rabí de Nazareth, os aseguro en verdad: si caéis una vez, si siete, cuantas veces queráis, yo os levantaré. ¡Qué hay imposible para el amor? Si caéis por el pecado, si volvéis a pecar y a caer, la luz de los tiempos os hará levantaros y vos os levantaréis por vos mismo.
111 Para que entendáis mi mensaje, necesitáis estudiarlo y analizarlo muy bien; no os he puesto tiempo para ello, porque el mundo es mío y yo me sirvo del tiempo y de los siglos para mi obra.
112 ¿Habéis entendido? Tomad de mi luz, de mi dulzura y de mi amor y sobre todas las cosas. ¡Tomad el toque secreto, el toque oculto de vos y yo! Ese toque del alma, recibidlo y conoced a vuestro Maestro vibrando en el santuario silencioso del cual surge mi mensaje. Os hablo como un parvulito adelantado que pronto será discípulo, ¡bendito seáis! Nunca ha sido vuestra fe hoja seca y porque siempre vuestra fe ha sido rosa en rosal.
113 Yo os digo amado mío: siempre que al Maestro, le habéis pedido; el Maestro, os ha dado. Yo recibo las gracias que me dais y de ellas os revisto. Yo recibo todas vuestras penas y vuestras pocas alegrías; y ya sabéis, que yo siempre estoy en vuestro dolor y siempre me sirvo de vuestro amor para dar amor. ¡Bendita seáis, mujer! Por cuanto esperáis de mí; por cuanto me habéis dicho, ¡bendita seáis! Recibid mi caricia y mi consuelo. Mi amor sea a raudales con vos, ¡bendita seáis en el nombre del Padre! ¡Bendita seáis! En mi nombre que soy el Hijo, derramando los efluvios del Espíritu Santo.
114 Pueblo mío, he estado con vos, he aquí las últimas palabras de mi voluntad de este día, quiero que las aprendáis: ya estáis en el tiempo en que principia la guerra de ideas cada momento que pasa, será más fuerte, porque esta guerra de ideas tiene su fuerza; van a criticaros el cómo me llamáis, seréis criticados y voy a daros luz para el futuro.
115 Yo soy el mesías verdadero, el gran Maestro de maestros, el Maestro divino, el Maestro sublime, el redentor, el pastor verdadero, el rabí, de todos estos modos me podéis llamar; y al Padre, sólo debéis llamarle Padre, porque van a criticaros, mi pueblo. Vendrán hombres de letras y de alta crítica, y dirán: ¿por qué el rabí de Nazareth, permite que se le llame también Padre? Y entonces os harán declarar ante jueces y fiscales; y no hay necesidad, porque en vos está el juez, el fiscal, el sacerdote, el médico, el templo; y el acusado, sois vos. No hay necesidad de que vengan otros fiscales ni de otros jueces, todo está en vos, todo lo formáis vos. Por tanto, encended vuestra lámpara, llamadme por la Verdad, por lo que soy. Si me llamáis, Verbo de Dios, es verdad; si me llamáis Divino Maestro, es verdad, Maestro sublime, Maestro espiritual, rabí, de todas estas maneras, que hay muchas para llamarme: Verbo Divino, Verbo luz, amor de los amores, Maestro de los siglos, luz de los tiempos, inspiración de los poetas, llamadme como sienta vuestra alma, como llegue a vuestro corazón la luz de mi verdad; pero de cierto os digo: el Padre Celestial es vuestro Padre; y yo, soy el Maestro de maestros y vuestro Maestro.
116 ¿Sabéis por qué os enseño estas lecciones ? Porque vienen tiempos en que los hombres cerrarán recintos, por pequeños o insignificantes detalles. Mi obra, será perseguida cada día más; y tomarán de éstas y otras pequeñeces, para criticar vuestras palabras.
117 El sublime Maestro, podéis decir. El Cristo, ya reconocido el nombre; y en verdad soy el Cristo, pero de cierto os digo que os enseñéis a llamarme con la Verdad, haced que vuestros sentimientos puros suban del corazón a los labios. ¿Estáis de acuerdo, mi pueblo, con las preparaciones que os estoy haciendo para que no os tomen dormido vuestros perseguidores? Entonces, enseñaos a llamarme con mis nombres que hay más de 33 nombres que podéis darme. Soy el consolador prometido que había de venir, el Espíritu de verdad, la luz de los siglos. ¿Os faltan nombres para mí? Entonces, utilizad los que ya conocéis.
118 Amados, mi palabra ha sido como agua que lava y desmancha, purifica y limpia, ha sido con ella, mi amor. ¿Tenéis atrición? Y me decís: señor, recibe nuestra unión me habéis complacido con vuestra unificación, porque ha sido mandato mío para que los demás recintos, aprendan de vosotros y se unifiquen también.
119 Hijo, vos también tomaréis esta lección para vuestros hermanos, oídme: les diréis a vuestros hermanos que en “nueva vida” se han unificado los recintos del “mesías verdadero” y “orientación” y se han congregado por mi mandato para trabajar todos con espíritu de amor y verdad. Que estoy haciendo que se unifiquen todos los recintos y visiten congregaciones a congregaciones, porque el lobo les está adormeciendo y no quiero que se aparten de los demás. Decid a vuestros hermanos que los recintos: “mesías verdadero” y “orientación”, han visitado “nueva vida” por mis órdenes ¿no veis que estas luces, pueden ser útiles a ellos?
hermano:
120 Maestro divino, quiero suplicarte se me entregue una copia de esta cátedra, que necesito, para el trabajo que me has encomendado.
121 Bienamada, pluma de oro de “nueva vida”, pluma de oro del Cristo, entregaréis con mi autorización a vuestro hermano César, la cátedra que pide, y a “nueva vida” las que correspondan. César la pide y a César se le concede su petición.
122 Escribiréis lo que he dicho sobre la unificación de estos recintos con “nueva vida” que están cumpliendo con mi voluntad. ¡Oh! Pluma de oro del Cristo, escribid cuanto es mi voluntad.
123 César, una vez más se cumple vuestro deseo; una vez más os doy luz para que deis, porque ellos están ofuscados todavía. No saben si creer en unos o en otros y hay confusión, pero mi amor y mi luz les despertarán y aparecerá la luz en las tinieblas de su error.
124 Amados míos, estoy de plácemes y el Maestro de las ternuras infinitas, de sabiduría incalculable, derrama sobre vosotros la Verdad, cual luminaria viva, cual lámpara encendida.
125 ¿Tenéis propósito de enmendaros en vuestros pensamientos, palabras y obras? ¿Tenéis propósito de no pensar mal, ni de hablar mal, ni hacer mal para que no encendáis vuestra propia hoguera? ¿Tenéis propósito de respetar los derechos y las existencias humanas de vuestros semejantes, las vidas particulares de vuestros prójimos? ¿Estáis dispuestos a disculparos y a amaros los unos a los otros? ¿Estáis dispuestos, amados míos, a tener en esta alba de gracia, la alegría de que estos recintos están trabajando mi verdadero mensaje de unificación, la alegría que debe sentirse de que estáis en el verdadero camino? Sed felices y que la luz del santo Espíritu esté siempre brillando con los que estén unificados.
126 ¿Cómo puede mi obra ser completa, sin la unificación de los unos con los otros? ¿O hacéis mi obra o hacéis la vuestra? Mas si hacéis la vuestra cuentas entregaréis en vuestra agonía a Dios, que es el Padre universal y a mí que soy su Verbo Divino.
127 Prepararo vuestras aguas: aguas que son el símbolo de la mente, yo os desmancho y os purifico de las impurezas de vuestra corriente, aguas preparadas, yo os doy el bálsamo de curación y regeneración, benditas sean por el Cristo. Flores: pensamientos de Dios en los jardines de los hombres, yo os bendigo también, benditas seáis ¡oh flores! Corazones de mis amados, yo os amo y os lleno de mi dulzura.
128 Entendimiento de mis pequeñitos, yo os doy la luz escondida que solo con el amor espiritual brota y se manifiesta. Escondida para los ojos de la carne y visible para la mirada del espíritu.
129 Creced, mis pueblos y multiplicaos, quiero la grandeza en el amor, en el santo amor de los unos a los otros.
130 Pueblo mío, en estos momentos el Maestro de maestros, deja de vibrar en este entendimiento, pero mi amor entre vosotros queda. Estad en mi amor como yo estoy en vuestro dolor, consolándoos siempre. Si yo estoy en vuestro dolor, vos mi pueblo quedaos en mi amor y no sufriréis más tentaciones perturbadoras.
131 Adiós, pueblo amado, adiós pueblo bendito, la gracia del santo Espíritu quede con vosotros. Mi paz y mi amor os dejo. Mi paz y mi amor sea siempre con vos.
132 Paz a vosotros que lleváis la paz dentro, porque los que lleváis la guerra en sí mismos, sentiréis la guerra. Paz a los pacificadores de manso corazón.
133 El supremo creador, el Padre, ha dado a través de mí, su santa voluntad. Y yo el rabí, el Verbo de los tiempos, el Maestro de las luces, dice a su pueblo de Israel: pueblo, yo os bendigo en nombre de el Padre, en mi nombre que soy el Hijo, derramando en vos, la luz y la gracia del santo Espíritu. Pueblo mío: ¡que el amor, la luz y la paz, sean entre vosotros!
¡Mi paz, sea con vosotros!
23. El dolor y la alegría
Sábado 1 de diciembre de 1945
1 Cánticos angelicales al Dios de las alturas, al Dios de amor y de paz; y dolor, a los hombres que viven bajo el sol sin buena voluntad, haciendo guerra a sus semejantes. Yo vengo hasta vos mismo, hasta aquí para bendecir vuestro propio dolor. Yo os recibo, pueblo amado en el nombre de aquel que me envía, yo os recibo, en nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo, derramando sobre este mundo, la luz y la gracia del santo Espíritu.
2 ¡Bienvenidos seáis vosotros!, los que venís a buscar la palabra del Verbo, del redentor que es palabra de vida porque en mi palabra hay vida eterna, pueblo; y vos que venís a recogerla con el corazón, con vuestra conciencia la llevéis con vos y os sirva como lámpara votiva en la eternidad. Bienvenido seáis, si estáis cansado y venís en mi amor a descansar, porque al daros la bienvenida os consuelo y os recibo con amor, ¡bienvenido seáis, pueblo amado!
3 En la escuela espiritual de Cristo, veréis de nuevo la luz del Maestro. Es mi vibración convertida en palabra de elevación espiritual para dar a las almas la divina enseñanza que vienen a buscar. Almas mías, tan mías como vuestro dolor es mío. Aquí está la vibración maestra que os trae la saturación consoladora. Esta saturación tan consoladora y tan dulce que sólo yo puedo dar a las multitudes; mi saturación luminosa, mis efluvios emanados desde las alturas, venidos hasta las almas de los seres humanos, como perfume de nardos en la noche de la cena del cordero; así serán los efluvios de mi amor, a vuestros corazones.
4 Venís, por la lección de mi enseñanza; venís, por la palabra que vivifica, por la luz contenida en mi doctrina, por la promesa de la salvación. Venís por la enseñanza que lleváis con vos a través de los siglos, ya que el Maestro siempre os da y os seguirá dando, pueblo, todo aquello que vos necesitáis, que estáis pidiendo.
5 Humanidad, amad a vuestra cruz, no la aborrezcáis, abrazad vuestra cruz, no la odiéis; dadle a vuestra cruz de sufrimientos, ósculos de amor y al besar vuestra cruz, bendecid al creador vuestro señor. Sí, pueblo mío, amad a vuestra cruz porque si vos vais con la cruz a cuestas y renegando; entonces, el dolor haría en vos, profunda llaga.
6 Todo aquel que sufre, encontrará consuelo en mi amor y si está herido, bálsamo encontrará.
7 Yo también, pueblo mío, acepté mi cruz; y por ser vos, mi cruz, os amo, os sigo amando y nunca jamás os dejaré de amar. Por eso, yo os invito a que améis vuestra cruz, ungid vuestra cruz. Unos la ungirán con lágrimas y los otros con perfumes consagrados. Esto es necesario, es necesaria la cruz que lleváis a cuestas porque ella os perfeccionará, porque ella os dará de cada aprendizaje, el resultado de la luz de cada dolor; y por cada dolor, las rosas de la experiencia.
8 Por eso, pueblo, si el dolor llega a vos, es que necesitáis el dolor; si la alegría llega a vos, es que así lo necesitáis; pero escuchadme, amados míos, atended a mis palabras: ¡benditos sean aquellos que no cuentan los dolores; y en cambio, cuentan las pocas alegrías de su existencia humana!
9 No son bienaventurados, los que cuentan los dolores y las lágrimas; las cuentas que llevan de los dolores sólo son para llenarse de más brillo oropelesco de la tierra.
10 Fijaos bien mi pueblo: ¡bendito aquél que no cuenta los dolores! Porque sabe, que a sufrir ha venido; sabe, que el dolor le perfecciona; el dolor, lo siente como parte de sí mismo, como necesario para su aprendizaje y sobre todo, lo siente necesario para llegar a la cumbre espiritual, a la cima de la espiritualidad.
11 Siendo el dolor, la herencia del hombre, parte del mismo hombre, lo toma como algo suyo, lo ama y lo bendice; y el que ama el dolor, es el que besa su cruz. Estos son bendecidos; pero no son bienaventurados los que cuentan los dolores y sufrimientos para llenarse de brillo oropelesco con ellos y de personalidad humana. Estos no son bienaventurados; porque contando los dolores, deben contar también los pecados que les produjeron sus dolores.
12 Y vos, mi pueblo, recibid la enseñanza de este día primero. Enseñanza de la que no debéis olvidaros. Yo os concedo, si tanto queréis, que contéis vuestros dolores; os lo concedo, aunque no debe ser; pero os lo concedo, con la condición de que también contéis vuestras alegrías y contéis también las faltas cometidas desde que tenéis uso de razón; y entonces, en la balanza de la conciencia pondréis: dolores, alegrías y pecados y así, vuestra conciencia, pesará bien; y el juez que está en vos mismo, hará justicia.
13 Si vos, preferís: no contar vuestros pecados tampoco debéis preferir: contar vuestros dolores o contar vuestras alegrías. ¿Qué preferís de las dos acciones? contar las alegrías me contestáis.
14 Escuchad, amados míos: tenéis un material para formar la escala ascendente y gloriosa. En la escala del aprendizaje, está ese material. ¿Cuál es el material constructivo de esa escala? El material constructivo de esa escala gloriosa lo tenéis en vos mismo; Dios, os lo ha dado. Dios os ha dado herencia, de poder espiritual, conciencia y razonamiento y esto, es constructivo para la escala gloriosa. Así obtendréis, la sabiduría del espíritu; y cuando lleguéis a perfeccionaros, sentiréis de lleno el amor.
15 Pero el dolor ha venido, porque aún no habéis hecho uso del amor; entre la humanidad, no se aman los unos a los otros y entonces ha venido el dolor; y por esto en este mundo, hay muchas cunas y muchos sepulcros sin fuego.
16 Cunas: tenéis formas pequeñas y esto ha costado a la madre la vida y gritos de dolor escapados de sus labios. Sepulcros: tenéis formas hondas que han costado lágrimas y dolores y oraciones. Todo esto ha costado, llegar a la tumba y llegar a la cuna.
17 Este mundo lleno de tumbas y de cunas, está también lleno de dolores, de ansia de vivir y de morir.
18 La filosofía de mi enseñanza, la grandiosidad de mi palabra, es comprensible a los seres humanos que tienen el entendimiento claro.
19 El mundo está lleno de cunas y sepulcros; lleno de ellos, con dolor: lloráis al nacer, lloráis al morir, lloráis para vivir y por esto, se os ha olvidado el santo aprendizaje del amor; y por eso, es que lloráis siempre desde que nacéis hasta que morís.
20 Si vos supierais amar, seríais a semejanza de Jesús, que gustaba de reunir a sus párvulos y a sus pocos discípulos, junto a un rosal marchito y allí predicaba acariciando sus ramas resecas que al influjo divino de la emanación maestra, el rosal, por el poder de la divina palabra, volvió a reverdecer y a dar rosas, porque el Maestro, allí se sentaba cerca de él a dar las lecciones de enseñanza espiritual, de enseñanza superior. Así seríais vosotros, si aprendieseis a amar: en donde dieseis la palabra de amor, renacerían las ramas y crecerían las flores de los rosales marchitos.
21 Si sabéis entender: ¡entended! Y si no sabéis entender: pedid a Dios, claridad a vuestro entendimiento mas yo os digo: ¡bienamados que escucháis otra vez el mensaje del rabí de Nazareth, que fue el hijo de María, del redentor que os ama.
22 ¿Qué es aquello que yo no sé hacer? ¿Hay algo que no sepa hacer? ¿Algo que no pueda o no sepa hacer, el Cristo de Dios? ¡Bendito seáis! Por lo que pensáis de mí; mas, de cierto os digo, que sí hay algo que no he de hacer y no puedo; y esto es: aborrecer, odiar, despreciar, sentir rencores y tener violencias de ira eso no lo siento ni lo sentiré jamás; esas son pasiones humanas y en vuestro Maestro, no hay esos sentimientos. El Cristo de Dios, os dice: ni sé odiar ni dejar de amar por tanto, no esperéis de mí: ira o desamor sólo esperad: amor, ternura, compasión, infinitas.
23 Cumplís un año de iniciado, un año de haber sido oleoficado en mi recinto y seguís creciendo como pequeñas plantas, en vuestras facultades. Creced más varón, preparaos más, que cuando yo, dé por vos la palabra, seréis feliz por momentos y en otros triste; mas yo os acaricio y os preparo, porque sigo preparándoos; yo os bendigo, en el nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo derramando en vos la gracia del santo Espíritu.
24 Recibid la ambrosía espiritual de este amor que es esencia purísima; y de esta esencia, que es perfume del espíritu. Esta ambrosía, es mi bendición. Es mi amor: mi unción sagrada.
25 Aprended, mi pueblo, la lección de mi enseñanza plena de luz de este día primero que despierta la filosofía sagrada del espíritu; despierta el saber oculto y escondido, como luz que se busca hasta encontrarse. Así buscaréis la luz de mi palabra, buscaréis su parte esencial y la analizaréis, para llevar de esta parte esencial, la riqueza en el alma y en el espíritu.
26 Pueblo mío, atended: desde hace muchos miles de años, en unos más de 20 mil, en otros más de 30 mil, en otros más de 40 mil, en otros más de 70 mil años, sois seres evolucionantes que buscáis vuestra perfección y estáis practicando los conocimientos de la Verdad y no podéis llevarlos a cabo y estáis atrasados en el aprendizaje de la vida y no habéis llevado a cabo tampoco ese aprendizaje que habéis realizado de mi enseñanza, mi pueblo.
27 Yo os digo en verdad, pueblo, que por eso mi pensamiento está con vos, porque han pasado miles y miles de años y vosotros no habéis aprendido todavía lo más interesante de la vida. Debéis atraer de la vida, la esencia, la ciencia de saber vivir, bendiciendo siempre a la vida y al Dios de la vida; bendiciendo siempre lo que llamáis muerte, que es un descanso para los que están aprendiendo a amar; bendiciendo también, lo que llamáis desdicha; besando vuestra cruz de sufrimientos, aprenderéis a amarme.
28 Por esto, os busco hasta encontraros; y os encuentro: en medio de la desesperación y os llamo, tranquila y apaciblemente; os llamo, para que aprendáis más, de lo que ayer habéis podido aprender.
29 El espíritu, se va templando por un perfeccionamiento mayor; y cuando el espíritu templado, se acerca ya a la cumbre de la evolución en este mundo, entonces, permanece sereno ante la adversidad, en la pobreza y la riqueza, ante la fealdad o la hermosura; ante eso que vos, llamáis desgracia, permanece sereno el espíritu templado, repito, que está llegando a la cumbre de la evolución permanece sereno; impasible ante estas vicisitudes. Estando en el mundo, ama a los del mundo, busca la parte buena que tenga cada uno de sus semejantes y disculpa las malas; y así: no mencionando la parte equivocada, solo menciona la parte buena que ha encontrado en ellos y en esto conoceréis que se acerca a la cumbre; pero ante la miseria y ante la riqueza, sentirá la emoción de la generosidad, esa emoción sublime del espíritu; la verdadera filantropía, es una luz del espíritu que renueva los pensamientos de sus semejantes cuando les ama hasta el abismo; porque el espíritu, que se encuentra en la cima, brilla y alumbra el abismo; y todo lo que en él se encuentra, queda por él iluminado.
30 ¿Sabéis acaso, lo que quiero deciros? ¿Sabréis interpretar, estas luces de mis pensamientos; estas perlas brillantes, de mis palabras; esta música celestial, de mi mensaje? Pueblo amado, ¿podréis ya, penetrar a la luz; y tomar del conocimiento, las notas del espíritu que os afinen tan sólo, las que ya os corresponden?
31 ¡Venid a mí! Y si vos queréis, empezad hoy mismo a aprender a ser sereno y apacible; si sois pobre o si sois rico, que no os turbe vuestra riqueza o vuestra pobreza de ninguna manera ante mí. Que nada turbe a vuestro espíritu. ¡Elevaos! Y amad a los pobres como a los ricos; y dadles de aquello, que lo espiritual os da. Si sois rico, dad de todo; si sois pobre, dad de aquello que al espíritu corresponde.
32 Bienamados, os hablo de esto, porque decís que todos los ricos, son almas perdidas; y yo os digo: aquellos que todavía no han llegado a la cumbre ni se aproximan a ella, son aquellos, que siendo ricos en lo material, pierden la felicidad de su alma porque aman el metal, se esclavizan por él y desprecian a los pobres; pero aquellos que van alcanzando la cumbre, ya son fuertes de espíritu, siguen la marcha del progreso y en lo último que se fijan es en su riqueza y se les encuentra siempre reunidos con los pobres lo mismo que con los ricos y a veces más con los pobres; estos, son aquellos que ya se acercan a la cumbre; pero ellos ven indiferentemente los triunfos que la vida les dejó antes, porque el triunfo que buscan, es otro, no es el triunfo de la existencia pasajera; sino: el triunfo de la vida eterna ese es el triunfo que buscan, a través de sus pequeños triunfos, es mi amor a través del llanto; es que se buscan por ellos mismos, olvidando el ruido de este mundo, el laberinto de esta tierra. ¡Bendito aquel que asciende a la escala de luz buscándose a sí mismo! En espíritu, se busca; y en espíritu se encuentra.
33 Es necesario, pueblo mío, pueblo espiritualista que entendáis ya una vez para siempre que este es mi tiempo y que los que me buscan a mí, no necesitan leer ni estudiar revelaciones pasadas como aquellas de Abraham, Isaac y Jacob. Ellos, son menores que yo; y yo, soy mayor que ellos.
34 Este es mi tiempo, no lo olvidéis. ¿Qué buscáis leyendo la Biblia o estudiando los tiempos pasados, escritos por profetas, aunque ellos sean entendidos o relativamente iluminados, sin llegar a la perfección de la iluminación; porque ningún humano será perfecto, mientras sea humano? ¿Por qué entonces os olvidáis de mi enseñanza luminosa, que tiene poder, justicia, amor y sabiduría?
35 Y de los tiempos pasados el ser humano, nada sabrá, si no le es revelado de su propio espíritu; y para que el ser humano sepa, debe encontrar la sabiduría que hay en él mismo. Os hablo, de la sabiduría en la espiritualidad, porque es la herencia que el Padre Celestial os ha dado. Buscadla en vos mismo y la encontraréis en vuestra conciencia.
36 Quiero que las multitudes, aun sintiendo esta casa pequeña porque veo que las habitaciones de ésta mi casa, tienen un pueblo numeroso y hambriento de mi palabra, sepan renovar sus mentes, sus pensamientos, brillar con sus propias luces, vivir una vida nueva; que nada os preocupe; y entonces, seréis felices.
37 ¿Para qué quiero multitudes, si éstas todavía siguen pensando en la venganza de Dios y en mi venganza? ¿En la ira de Dios y en mi ira? Yo, Cristo, no se vengarme; sólo sé amar y perdonar. .
38 Las multitudes que yo quiero, han de entender la doctrina de mi enseñanza. Entonces mi pueblo, seréis el pueblo escogido por su propio esfuerzo, porque la luz redentora os ha redimido, encontraréis la salvación de vos mismo, por vuestro propio esfuerzo; y entonces, seréis el pueblo que vale y sabe, que tiene lo que sabe y utiliza lo que sabe y tiene.
39 En la sabiduría oculta en vos mismo todo lo buscaréis, en cuanto al espíritu, para el espíritu y en el espíritu y entonces, sí lo encontraréis; pero si lo buscáis en materia, para la materia y por la materia, nada os será posible, el velo no será caído, el templo estará cubierto y nada veréis cuando busquéis las revelaciones sagradas con la carne, para la carne y por la carne.
40 ¡Buscad, pueblo mío! ¡Buscad! Y encontraréis por el propio poder que el Padre os ha dado como herencia, la sabiduría que el Padre os ha donado en vuestro aprendizaje a través de vuestra evolución espiritual. Así, viviréis y amaréis el dolor de vuestros semejantes, lo tomaréis como vuestro propio dolor, por eso lo bendeciréis porque de él formaréis la escala gloriosa y esa escala gloriosa os conducirá a la alta conciencia y entonces vos diréis como yo dije: “mi Padre y yo somos uno, en obra divina, en obra espiritual y mi Padre es para mí y yo no hago otra cosa que la voluntad del Padre.” pero la vida que lleváis no os permite pensar esto ni hacerlo y en estos momentos que escucháis mis palabras habéis sabido que no lo hacéis porque no conocéis la grandeza del espíritu cuando se unifica cumpliendo los mandamientos de la Ley de Dios.
41 Si fueseis respetuosos de los ordenes que rigen la naturaleza y obedientes a los dictados de la Ley del Padre Dios, ya que la naturaleza se rige por ordenes establecidos por esa misma suprema Ley; entonces, construiríais desde aquí vuestra morada espiritual.
42 Pueblo mío, tengo que deciros con tristeza que todo está regido bajo los dictados divinos de la suprema Ley de Dios, desde el átomo hasta la estrella, obedeciendo están los ordenes establecidos por la Ley suprema; sólo el hombre, sólo los seres humanos, no obedecen los dictados de la Ley divina; y los animales feroces, son como los humanos; y estos son como las bestias feroces.
43 Las estrellas y los planetas, obedecen ordenes establecidos por la divina Ley; en su armonía girando en sus órbitas, obedecen los dictados de la Ley de Dios. El universo completo, con sus millones de millones de sistemas solares; dentro de su equilibrio perfecto, obedecen ordenes armoniosamente establecidos, de atracción y alineación.
44 La naturaleza entera: el mineral, el vegetal, el animal; las flores y las criaturas de toda la creación, obedece los dictados de la Ley divina; sólo el hombre no obedece los mandamientos de la Ley del Padre Dios; y pensar que el hombre es a semejanza espiritual del Padre Celestial, que es hijo amado del rey de la creación, el hijo predilecto. Hombres y seres, ángeles y arcángeles, hombres que sois a mi semejanza y a semejanza seréis de aquel que ha dicho: “hombres: dioses sois y dioses seréis” ¿quién ha dicho eso? Yo mismo lo dije en aquel tiempo en Jesús, cuando a los hombres les predicaba los sagrados mensajes de la más alta espiritualidad. Les dije: sois dioses pero en semejanza, en la espiritualidad, sois pequeños dioses.
45 Vosotros, sois dioses en pequeño; y pensar que sois, los que no respetáis los ordenes establecidos y desobedecéis los mandamientos de la Ley del Padre Dios, en este tiempo y en tiempos pasados. Y pensar también, que por estas razones me comunico con vosotros para quitar la parte de fiera que hay en vos, con la divina palabra que lava, desmancha y purifica. Y pensar, que la parte espiritual del hombre está dormida y yo quiero despertarla. Y pensar que por muchos años, miles y miles de años, siglos y más siglos, estáis evolucionando aquí según vos decís; y yo os digo: estáis en letargo, adormecido, sin evolucionar, viviendo vidas inútiles. Y yo quiero despertaros, pueblo amado; despertaros, pueblo mío, porque mi caricia tiene el poder de despertar al espíritu.
46 Yo que pudiera exigiros, obligaros, ordenaros; dulce y suavemente no os exijo, ni os exhorto, ni os ordeno. Yo mismo con amor os conduzco a paso lento como al niño que se lleva de la mano y para vuestro propio bien, dándoos no una orden; sino un consejo acariciador, para que sepáis encontrar la fuente secreta de vuestras propias potencias, la fuente escondida en vos mismo; esa fuente prodigiosa, no la habéis encontrado aún.
47 ¡Venid y comed de este alimento y bebed de estas aguas del conocimiento que mi palabra os da y entonces encontraréis vuestra fuente escondida en vos mismo; y seréis fuerte, habiendo encontrado vuestros poderes para utilizarlos para el bien!
48 Sois débil porque la personalidad os ofusca; pero seréis fuerte cuando penséis que sois aquel que no muere. Pensad: que quien os ha hecho ser, está en vuestro propio ser y entonces, obedecerán los elementos a vuestra voz. Mientras no obedezcáis los dictados de la suprema Ley del Padre Dios, los elementos no obedecerán vuestra voz.
49 Empezad por amar a Dios y amarlo todo; y entonces buscaréis los rosales secos; y allí reuniréis a vuestros parvulitos y vuestros discípulos para decirles la divina palabra y quizá los rosales florezcan.
50 Los rosales del alma universal, están en cada alma, son una pequeña partícula de la esencia del amor del creador, depositada dentro de cada ser; y cuando florecen sus ramas; sus rosas, son las virtudes dimanadas de ese mismo amor divino.
51 El que no ama, no sabe decir las divinas palabras; y para esto necesitáis aprender a amar, desarrollando las virtudes que se encuentran en vosotros mismos.
52 Pueblo mío, ¿no os gustaría saber que son las últimas encarnaciones que tenéis en vuestra vida y que sólo os faltan 33 a unos; 30, a otros; a otros 12; a los otros 7, a otros 3 y una a otros? ¿No sería dicha, felicidad para vos, saber que estáis terminando el ciclo último de reencarnaciones y que ya vais a descansar de las vicisitudes de la vida humana? Entonces, amados míos, perfeccionad vuestros sentimientos, hacedlos nobles, sencillos, tiernos vuestros ojos y vuestros corazones compasivos, alta vuestra razón, recta vuestra conducta, clara vuestra conciencia, dulce vuestro carácter, tierna y amorosa vuestra actitud y vendréis pocas veces a la tierra, entonces descansaréis de los pesares de este mundo y vendréis a otros mundos superiores y visitaréis otros espacios y otros mundos porque vuestro perfeccionamiento lo permite. Mientras no hagáis esto, no progresaréis.
53 Sólo a los seres perfeccionados les es dado visitar otros mundos superiores y los seres perfeccionados no os lo dirán por ellos mismos, lo expresarán otros que han recibido de su amor. Sólo a los seres perfeccionados les es dable la alegría de gozar de las sensaciones celestes, de incursionar por otros mundos y conocer otro sol y después otros soles. Sentirán por este pequeño mundo mucha compasión y amaran a los pecadores intensa y tiernamente como yo os he amado, amados míos: amando a los pecadores, sin preguntarles por qué pecaron.
54 Vos pueblo de mis complacencias, así como yo os amo, amaréis siempre a vuestros hermanos, aunque sean grandes pecadores; el amor del Maestro, no disminuye para sus ovejitas, aunque sean grandes pecadores o grandes criminales, es siempre aquella luz, aquella esencia y vida. Siempre ama; ama, ama siempre, sin dejar nunca de amar.
55 ¡Venid amados míos! Y escuchad la música de mi mensaje, la caricia de mi enseñanza, la luz de mi pensamiento. ¡Recibid la ambrosía y el néctar de mi amor espiritual que sabe dar sin esperar algo a cambio! ¡Venid, recoged y recibid! Que os estoy dando a raudales, mi pueblo.
56 ¿Sabéis hasta donde es la excelsitud de aquel que da porque ya no puede dejar de dar? Son como astros que dan luz porque son soles. Así las potencias celestes dan amor, porque son amor pleno y por ellos el amor se manifiesta y no pueden dejar de dar amor.
57 Vosotros, os fijáis en las faltas de vuestros semejantes porque sois pecadores y os entretenéis los unos a los otros con pequeñas ilusiones y fantasías; ya que, perdidos en el laberinto de la ilusión, os creéis mejores que los otros. Es la maya engañosa del ilusionismo, el poder dominante para el espíritu.
58 Si tenéis enfermedad de no amar y por no amar estáis enfermos, la medicina que os cura es el amor mismo a vuestros semejantes, este es el medicamento que debe curaros y con él sanaréis. ¡Amad! Que amando, ya no se enferma el alma ni se sufre de melancolía; se vive. Esa es la medicina: amad y sanaréis.
59 Empezad hoy mismo a amar, empezad hoy para que sigáis mañana; porque por las obras de hoy, conoceréis por ellas mismas los resultados del mañana de vuestra vida.
60 Vuestro Maestro, os dice: contestad a esta pregunta que voy a dirigiros, ovejitas mías, ovejas de Cristo, que a veces estáis tristes y a veces resignadas, ¿qué haríais para prever en vuestra vida futura, los acontecimientos del mañana de vuestra existencia? ¿Cómo los podéis prever?
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61 Amada mía, ésa es una parte solamente y ¡bendita seáis! Portavoz de mi palabra, porque vuestras palabras sencillas, pocas y cortas, hacen que este pueblo, entienda: que cuando yo hablo por vos, seríais incapaz de decir todo lo que por vuestro conducto hablo.
62 Así sois mis ovejitas, habláis mucho cuando estáis con los divinos efluvios de vuestro Maestro; y vos y María amparo, sois incapaces de hablar ante las multitudes, porque no sabéis, porque no podéis; y por esto, amada mía, yo os digo, ¡bendita seáis, porque os amo! Y por la parte de verdad que habéis dicho, bendita seáis, ¡oh! Miriam.
63 Uno de mis apóstoles que pueda contestar, decidme: ¿qué haríais, para prever el futuro de vuestra existencia?
(Testimonio eliminado)
64 Felipe, apóstol bienamado, por cuanto habéis dicho una parte de verdad en contestación de mi pregunta, os bendigo, dándoos mi amor y mi caricia, mi luz en nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo, derramando en vos la gracia y los efluvios del santo Espíritu.
65 Hago otra vez, la misma pregunta: ¿cómo podéis prever vuestro futuro? ¿Por qué, podéis preverlo? ¿Cómo, lo haréis?
(Testimonio eliminado)
66 Amado mío, habéis dicho una parte interesante en vuestras palabras: “caminar por un camino lleno de peligros y no caer en ellos, es evitar, prever” y de cierto, habéis dicho gran parte de esta verdad que entraña mi pregunta.
67 Cada ser humano, reconociendo sus propias obras, puede conocer lo que sea su espíritu en el mañana de su vida. Reunir todas las obras, enfocarlas en la conciencia y una vez que allí han sido reunidas, calificarlas; clasificándolas, hacer un examen de todas y cada una; y entonces: según las obras de hoy, sabréis la vida que os espera el mañana así pues, el ser humano que estudia sus propias obras, sabe la consecuencia del mañana.
68 Decidme vuestras obras de amor y yo os diré vuestra vida del mañana. Bendito seáis, ¡oh apóstoles de Cristo! Porque si vosotros, andáis en caminos de peligros y no caéis en ellos, de cierto os digo que de esta manera os haréis fuertes, que es lo que se necesita en estos tiempos; porque si todos os reunís débiles; ¡ay de vosotros! Necesitáis reuniros fuertes y débiles; para que los unos, seáis contenidos por los otros.
69 Piedra fundamental, apóstol amado, recibid mi caricia, mi bendición, mis efluvios en nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo derramando amor y más amor, piedad y más piedad, en cada uno de los hijos de Dios.
70 Fijaos bien: si los seres humanos, reuniesen sus obras desde que tienen uso de razón, sabrían cuales se han pagado y cuales no se han pagado; y las que no han sido pagadas, son obras aplazadas para pagarlas mañana y ese es el resultado de la vida futura que se le espera a cada uno.
71 El ser humano que sabe lo que ha hecho y no lo ha pagado, sabe cual es su vida, su muerte y su resurgimiento.
72 Las obras abarcan la vida entera: las nombradas: vida humana, la muerte y la nueva vida espiritual y mi enseñanza os prepara, para esta existencia nombrada vida humana, para su muerte y para la otra, la vida verdadera; ya que la muerte, no es sino un cambio de vida.
73 Vos, podéis entrar por caminos lleno de peligros y no caer en ninguno de ellos. Este es un punto interesante, mis amados. Mas yo os pregunto: ¿qué alcance tiene vuestra seguridad? ¡Oh! Pueblo amado: ¿qué alcance tiene vuestra fe?
74 Si en estos momentos temblase la tierra; y este lugar, fuera sacudido ¿vuestra fe, haría que permanecieseis serenos y tranquilos en vuestro sitio? De cierto os digo: no llegarían al sagrado número de siete porque menos de siete, quedarían apacibles, serenos y tranquilos. Las multitudes al sentir el crujir de la madera, al ver que la casa era como una nave movida por el vendaval, caminarían de prisa, olvidando a los demás y pensando sólo en salvarse cada quien a sí mismo.
75 Yo os pregunto, pueblo amado: hasta qué punto podéis sentir vuestra fe y seguridad de que nada os asustaría, si vosotros tenéis vuestra fe, más pequeña que un grano de mostaza. ¿Hasta dónde llega vuestra seguridad? ¿Qué alcance tiene vuestra fe? Si sentís el crujir de la madera y veis que está por desprenderse la parte de arriba y caer sobre vuestra cabeza, ¿qué haríais?
76 Escuchad amados, el hombre que espiritualmente se acerca a la cumbre o ha llegado a la cima del perfeccionamiento humano en este planeta, le podrían decir: se quema tu casa y si estaba estudiando un problema de alta espiritualidad; no se movería de su sitio, aunque su casa se quemara, él permanecería impasible y diría sereno, decidido: no me turbes que estoy estudiando un problema de alta espiritualidad que aún no termino. Si le dijesen: las aguas vendrán y cubrirán tu cabeza no se movería, seguiría estudiando el problema, porque cuando el ser humano está cerca o ha llegado a la cima, le interesa solamente algo: Espíritu, Espíritu y Espíritu, verdad, verdad y verdad, luz, luz y luz, Dios, Dios y Dios lo demás, no cuenta en su vida ni le importa algo, él ha ascendido llegando a la espiritualidad; es el ser humano que ama verdaderamente a Dios y al ser que Dios le ha dado. En el estudio de los más altos problemas, se quedaría absorto; y así le dijeren: “se pierden tus riquezas si fuese rico se pierde todo cuanto tienes él nada diría y nada haría, sólo pensaría en el problema espiritual que en el momento le preocupa.
77 ¿Vos seríais capaz, pueblo? ¿Quién de mis apóstoles o discípulos de este Tercer Tiempo, sería capaz de este acto? Ninguno de vosotros todavía no podéis dar de las aguas de vuestra fuente espiritual, porque todavía no estáis templados de la manera que debéis estar; y cuando lo estéis, haréis estos actos que en esta alba de gracia y esta noche, de día os lo enseño. Por ahora, amados, ninguno de vosotros puede hacerlo. Pueblo de mis complacencias, congregación bendita de esta escuela de Cristo, “nueva vida” yo os bendigo y mi amor es con vosotros.
78 Amados míos, ¿estáis conformes con la enseñanza de este día primero? Entonces, recibid la última parte de esta divina lección de mi enseñanza. La última parte, para daros como el consejero tierno y cariñoso, el consejo benéfico de que sepáis comunicaros conmigo, todas las mañanas o todas las noches, por unos momentos en cada día de vuestra existencia, para enseñaros a comunicaros con el Padre y conmigo; que aprendáis a hacer la verdadera oración, la verdadera comunión, porque si no aprendéis amados, cada palabra vuestra es y será, una palabra hueca y sin esencia; palabra, sin fuerza, sin poder, palabra nada más.
79 Hay palabras, que tienen vida y poder. Mi enseñanza es la que os enseña a utilizar palabras que tienen fuerza y si sabéis orar no habrá dolores que no sean remediados ni enfermedades que no sean sanadas a su tiempo, cuando ya acabéis de pagar las deudas que producen aquellas enfermedades. Pero la oración da consuelo, la oración os acerca a Dios, os lava, os desmancha.
80 La oración, es la dulce satisfacción de hablar íntimamente con Dios; sin testigos, sin medios ni mediadores: Dios y vos, y el universo entero los dos, imposible de separaros de Dios, sin que el universo se interponga entre los dos; nada os separará de Dios, si sabéis orar, porque la oración, os hará fuerte.
81 ¿Qué me pedís en esta noche de día primero, juan como presidente de este recinto? Y como apóstol, ¿qué me pedís en esta noche? ¿Y vos mi pueblo, os unís a la misma palabra, a la palabra de juan?
82 Seguiré insistiendo en este corazón de roca, puesto que en este tiempo está cerrado. Se abrirá su alma; pero de cierto os digo, juan, pueblo mío: tendré en cuenta vuestra petición por cuanto tenéis necesidad de este aparato humano y que yo mismo, para mi obra, tengo necesidad de estos aparatos que duran tanto en nacer para que yo brille en plenitud.
83 De cierto os digo: por cuanto habéis dicho y solicitado, lo tendré en cuenta, como si hubierais pedido para vos. Para vos, varón, habrá algo bueno en vuestra vida y os lo daré a su tiempo. Mas habrá otros pesares; pero éstos, no los daré yo. Recibid mi amor, mi caricia, mi luz en mi nombre que soy el Hijo, derramando la gracia del santo Espíritu. Bendito seáis.
84 Acercaos a vuestro, Maestro, raquel y decidme qué pedís. En este día primero de gracia, voy a preguntar a muchos de vosotros que pedís. Decid el nombre de aquel corazón angustiado. No soy yo el que necesita el nombre; sois vos y ella misma que debe venir aquí a su tiempo, mujer. Escribiréis primero y hablaréis después a ella. Le diréis esto, lo más pronto que podáis, que yo quiero que se lo digáis:
85 La fe es el éxito de los grandes triunfos; y el pesimismo, es la causa de los grandes fracasos.
86 En verdad os digo. Si el ser humano, rompe la niebla del pesimismo y voluntariamente se acerca a la luz de la fe, que es: luz y vida el ser humano, volverá a ser feliz.
87 Si ella tiene fe, volverá a atraer al ser amado y si no la tiene, lo perderá. Habladle y haced que florezca la fe en su corazón; y si es así, verá cerca de ella al ser que hoy llora por su ausencia; y esa ovejita descarriada, volverá a estar cerca de ella, si sabe esperar y confiar en Dios y en mí.
88 Decidle todas las palabras consoladoras; habladle y decidle, que la desesperación es consecuencia del pesimismo.
89 De cierto os digo: quien pretende quitarse la existencia humana ofende la parte espiritual de su alma, la mancha; y además, tiene en su ofuscada mente: niebla sobre niebla y destruye su felicidad tan solo con el pensamiento.
90 Decidle que confíe en el Padre y en mí y que tenga paciencia, que quien sabe esperar, tiene su triunfo.
91 El saber esperar, es saber recibir. Saber esperar, es saber alcanzar; saber triunfar; y el que espera, tiene su victoria.
92 Cuando la conciencia del ser humano, reciba la luz de mis pensamientos que yo le mando, recapacitará cada uno de ellos; y entonces, pondrán de su parte para hacer mi obra; no la de ellos. Mi amor espera siempre.
93 Raquel, ¿qué más me pedís? ¡Bendita seáis, mujer! Recibid para vos y para aquellos que me pedís y sed feliz porque habéis pedido para otros. Porque cada ser, es parte de otro ser; y todos juntos, sois parte de la esencia divina del Padre Celestial. Y por cuanto pedís, yo os bendigo en nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo, derramando la gracia del santo Espíritu.
94 Columna de aquel lugar, ¿qué pedís a vuestro Maestro antes de poner vuestra planta en el camino para vuestro retorno?
95 Yo Cristo, os aconsejo todo aquello que es bueno y justo, santo y grande, inmensamente brillante y glorioso. Qué puede aconsejaros vuestro redentor, vuestro salvador, sino para el bien vuestro? Os aconsejo: lo más noble, lo más puro, lo más grande, lo más santo, lo más sagrado, lo más perfecto todo aquello que vuestra conciencia recibe de mí; y todo eso es: santo, grande, noble y puro todo eso os lo aconsejo yo. ¿Hay algo más grande, más puro y más perfecto que mi doctrina de amor? Os aconsejo, todos estos actos nobles que habéis oído, os aconsejo todo esto, hasta que améis como yo os amé y como os sigo amando.
96 Para vuestro hogar, para vuestros hijos, para vos: mi caricia, mi amor, mi dulzura, la luz y las bendiciones que el alma necesita y todas las dadivas y consuelos que pedís para los vuestros y para vos.
97 Escuchad, mis amados: no tengáis en vuestra mente preocupaciones por lo que vos mismo, humanamente no podréis remediar jamás. Todo lo que tiene principio, tiene fin y así como es el principio es el fin; pero no os preocupéis más ni penséis más, por lo que vos no podéis arreglar aunque quisierais.
98 Habéis pedido permiso para descansar y retiraros. El permiso lo tenéis; y no os preocupéis más. Sólo el Padre puede remediar las cosas. Debéis olvidar aquello y sólo recordar para perdonar y bendecir.
99 Me habéis pedido piedad para vuestros hermanos. ¿Creéis acaso que de mí, saldrán palabras duras que causen dolor? Me habéis pedido por vuestro hijo.
100 Yo os digo en verdad: cuando el ser humano, no busca los peligros, no los encontrará. El peligro sólo viene cuando se merece, no hay una lágrima injustificada, ni una palabra que venga si no hubo una obra que la atrajese.
101 Entonces, ni todos los dolores que vengan ni todos los peligros son para mi obra. Los dolores y los peligros podéis evitarlos. ¿Sabéis cómo? Ya os he enseñado en mi doctrina: tened caridad y más caridad, amor y más amor para vuestros hermanos.
102 Os lo voy a demostrar: mirad cuanto he esperado a mis ovejitas equivocadas, que rectifiquen por el sendero del bien y no serán retenidas. Os estoy enseñando, pueblo, lecciones de perdón, amor y tolerancia.
103 Mirad si tengo caridad, si tengo piedad: estoy esperando que reciban la luz que yo les mando constantemente a su conciencia. ¿Queréis más piedad? ¿Más misericordia y amor? ¿Queréis una prueba de paciencia, más grande?
104 Soy el Maestro de ternura y compasión infinitas y como mayor testimonio que vos sabéis, para que os escuchen los que quieran. Habladles a los corazones empedernidos y cuando ellos lo quieran, el Maestro siempre estará recibiendo a las ovejitas descarriadas, ofuscadas por el hálito del lobo que las adormeció; y cuantas veces cayesen, el redentor las levantará y las salvará. No olvidéis, el Maestro de amor, tiene paciencia y cuando ellos quieran yo les recibiré; y cuando ellos rectifiquen, el Maestro les dará de su ternura.
105 ¡Tomad, llevad! Y gozad con ellos, sembrad amor para que el rosal vuelva a dar rosas. Para vuestro camino: mi amor, mi bendición y mi luz ¡bendita seáis!
106 Yo digo a vosotros: que no hay algo que no pueda llegar hasta mí. ¿Creéis acaso de que una sola de vuestras penas, se queda en el viento? De cierto y en verdad, todo llega a mí.
107 Amado mío, columna de este recinto, vos que no sabéis lo que llegarán a ser, algunos de los que habéis tocado, y que decís que vuestro corazón está lleno de dolor porque no tenéis suficiente fuerza. ¿Sabéis que pasa, columna de este recinto? Ellos no tienen la fuerza de la fe; vuestras facultades se irán desarrollando potentemente cada vez más, alcanzando mayores grados. No seréis igual hoy que el año entrante ni dentro de tres años, porque la potencia a medida que se utiliza en la servicialidad, crece.
108 El poder de curar, el poder de hacer el bien a vuestros semejantes, son poderes ocultos en vos mismo que tendrán que ir creciendo conforme los utilicéis.
109 Yo os he dado la semilla, Roque, bienamado; pero esa semilla plantadla en el huerto del alma y con el tiempo dará fruto. Debéis tener paciencia y esperar porque sólo así llegaréis a fructificar y multiplicar la semilla y los poderes ocultos que tenéis. Ya sabéis que con el tiempo y la servicialidad, crecen los poderes. Tened paciencia, bienamado.
110 ¿Habéis entendido? ¿Comprendéis esta lección? Entonces, ¡tomad y llevad! Yo os recibo y os pregunto, ¿qué más me pedís? Escuchad, amados míos, os voy a hablar un poquito de lo que hay en vosotros mismos.
111 Vos columna de este recinto, escuchad bien: cuando vinisteis aquí, hubo quien os dijiese: si piensas entregarte a la espiritualidad, si vas por esos caminos, vas a tener pérdidas materiales, vas a sufrir y te va a ir mal hubo hombres que esto os dijeron, tuvisteis un mal consejero que pretendía desanimaros. Sin embargo, aun así vinisteis a mi doctrina, un poco por curiosidad y otro poco por amor; y hoy que pertenecéis a la escuela de Cristo, que ya la amáis. No os importa lo que pase.
112 En verdad os digo: nadie sufre pérdidas ni dolores en mi doctrina, no es cierto que trae desgracias, ni castigos, ni lágrimas y a nadie tiene porque irle mal. A ninguno le va mal en mi doctrina; los que así dicen, son malos consejeros.
113 Y a vos, fidencio, mi bienamado, por momentos pensáis: si me marcho ¿me irá bien o me irá mal? Y yo os digo: todo aquél que entiende mi doctrina nunca piensa en que le vaya mal, siempre le irá bien, porque de cierto os digo: las supersticiones, amados, no son para los espiritualistas cristianos, son para aquellos que no han cultivado ni su mente ni elevado su espíritu, que no han adelantado algo en la espiritualidad.
114 Debéis quitar de vosotros esas preocupaciones de que os va ir mal si estáis dentro de mi doctrina y tener confianza plena en mi doctrina de amor, en mi enseñanza. Si en vuestra vida os va mal, es que lo debéis y si os va bien es que así lo merecéis. Ya que, el que llega a mí, nunca puede irle mal porque mi doctrina es de amor, mi enseñanza es el conducto de las dichas; nunca de las desgracias; es el conducto, de la felicidad; nunca el de la maldición.
115 El año entrante, yo os daré la marca; pero dejad un tiempo más para que vuestra fe se fortalezca, amado mío. Un tiempo más para que fortalezcáis vuestra fe y sepáis más de mi enseñanza y así practiquéis lo que hayáis aprendido.
116 De cierto os digo también: mi marca, no es para entregar riquezas materiales, yo entrego riquezas y dones espirituales, yo entrego el bien; pero a vosotros os toca el haceros merecedores.
117 De cierto, vuelvo a repetiros, mi bienamado fidencio: el trabajo que tenéis, el camino que lleváis en ese cumplimiento material, es un camino lleno de peligros han perecido muchos y vos debéis buscar otro trabajo, otro camino, para salvaguardar vuestra existencia humana y para que tengáis tranquilidad de conciencia, porque cuando se tiene que acatar órdenes superiores y obedecer a un jefe como el que tenéis, hay que cumplir con el deber, sacrificando muchas veces la felicidad espiritual; y pronto reconoceréis, fidencio, que es muy difícil en vuestro puesto, hacer toda la justicia que vos quisierais y hacer todo lo recto, noble y bueno que vuestra conciencia os dicta. Por vuestra misión espiritual, para el bien de vuestra vida y de vuestra familia, debéis de pensar en otro empleo.
118 Pronto os daré los oleos espirituales, con mi luz espiritual; no con el simbolismo de aceites materiales. Es mi luz espiritual la que os ungirá, en vuestra iniciación.
119 Amado mío, de cierto os digo: que no pronto, ni de momento o con violencia, dejéis como vos decís: lo que habéis hecho en toda vuestra existencia humana todas las acciones, fidencio, bienamado, tienen que ser poco a poco, meditadas, reflexionadas, bien pensadas; sin prisa, sin violencia; la reflexión es el mejor amigo del tiempo y tomad el tiempo por vuestro maestro y a la reflexión por vuestra lámpara.
120 Quiero que sepáis: que vuestro Maestro, nunca ordena el cambio de vida a sus ovejitas y no depende de mí, depende de que vos, que me comprendáis, no os digo que de momento abandonéis el delicado puesto que tenéis; sino, que vayáis pensando poco a poco en otra labor superior a ésa y que sea menos peligrosa; y quiero que sepáis también, que ningún niño, está abandonado de Dios; que los niños, son de Cristo; y Cristo, es de los niños y yo nunca los abandono. Pero escuchad del Maestro, la lección que sin mí no encontraríais en ningunos labios; pero yo estoy animando estos labios porque de mí viene la sabiduría.
121 Ni las aves que surcan el viento, caen por mano del cazador fuera de tiempo; siempre caen, cuando les toca, cuando llega el momento. Quiero deciros que: no se ocupa la mirada de Dios, en la caída de un ave Dios, todo lo sabe, todo lo ve, pero Dios, no las hace caer; es la mano de los hombres que les hiere, el arma de los hombres las hace caer. Dios no dice que sufran.
122 De todo esto, tendréis que conocer dentro de mi sabiduría y dentro de los dictados de la legislación de la sabiduría escondida. En cada manifestación de la Ley, hay causas de Dios y causas que son de los seres humanos y sólo a ellos corresponden.
123 Lo que vos, me pedís, ¿en quién, si no en los gobernantes está, el fundar planteles para la niñez desamparada?
124 De cierto, os digo: Dios, hace su labor de amor, divina y espiritual Dios en los celos, dirigiendo; y el hombre, en la tierra ¿obedeciendo? ¿Verdad que no? Dios, está en la tierra, como en los celos, dirigiendo; pero el ser humano no lo entiende. Los ángeles y arcángeles si lo entienden y obedecen. En los celos, en la sabiduría de Dios está la grandeza; y debéis saber: en la conciencia, lo que le toca hacer a Dios. En el entendimiento del ser humano, lo que le toca hacer al humano entonces, decidme: ¿no es Dios, el que quiere todo el bien para vosotros?
125 Preguntadles a los varones y a las mujeres, preguntadles a ellos y os responderán, ¿quién les obligó a traer hijos al mundo para dejarlos abandonados? Hay vicisitudes muy tristes, varón; y luego preguntan, las mujeres y los varones: por qué sufren sin recordar, que han abandonado a sus hijos en el desamparo.
126 He aquí, vuestra lección, mi bienamado, así pues no hay que culpar a Dios, vuestro Padre, por lo que pase bajo el sol, porque esto es obra del hombre y no de Dios.
127 ¿Estáis contento, con vuestra lección? Yo os bendigo, en el nombre del Padre, en mi nombre que soy el Hijo, derramando en vos la gracia del santo Espíritu. Y preparándoos porque en breve seréis oleoficado, vos y todos aquellos que esperen olificación. No será el día primero del año, será después. Bendito seáis, amado mío.
128 Pueblo mío, he estado con vos; y os pregunto: ¿habéis tomado en cuenta mis palabras dirigidas a vos, para enseñaros a orar? ¿Sabéis los alcances magníficos y eficaces que tiene la oración? Eficaces alcances que tiene el ser humano, para alcanzar la gracia de Dios. Así como el hombre recibe de Dios, la luz, debe aplicarla; y decirle a Dios: “¡Padre mío; Padre! Y diciendo esta palabra: Padre parece que quitáis el velo a vuestra alma, para dejar al ser en comunicación con Dios. Esta es la palabra mágica: ¡Padre, venga a mí tu poder, para dar! ¡Padre, venga a mi tu amor, tu sabiduría, tu luz! Y cuando decís, dulcemente: Padre hacéis estremecer los celos e iluminar la tierra. Cuando decís: ¡Padre! Le arrancáis los secretos al arcano. La palabra bien dicha, suave y conscientemente dicha: ¡Padre que estás en los celos, en la tierra y en todo lugar! ¡Santificado, sea tu nombre! ¡Padre! Que venga nosotros, tu voluntad suprema y así como tú nos has perdonado a través de tu Verbo Divino, así perdonaré en tu nombre y por tu amor para enseñar a mis semejantes a perdonar, cual tú me has enseñado a perdonar y a amar. ¡Santificado sea tu nombre por los ángeles en las alturas y glorificado por los hombres en la tierra que tengan buena voluntad!
129 La palabra poderosa, la palabra cumbre, la palabra maestra, la palabra clave de todas las palabras, es: ¡Padre nuestro, que estás en los celos y en todo lugar! ¡Padre nuestro, que estás en lo infinito!
130 El nombre de: Padre es el mejor, porque es el verdadero nombre de los labios que saben pronunciar, saben utilizar, para conmover los arcanos y estremecer los celos. Sabed utilizar el poder de la magia de Dios y el secreto de este poder está en su nombre supremo. Sí, esta palabra tiene poder para remover las potencias celestes, operando sobre las fuerzas terrestres.
131 La palabra: Padre vence las distancias y no hay espacio que os separe, ni Dios lejos de vos, ni vos lejos de Dios. ¡Padre! Y con esta palabra, veréis que los celos y la tierra se comunican; se unifican, al decir: ¡Padre nuestro, Padre de los pecadores, Padre de los ángeles, Padre de los hombres, Padre del infinito, Padre universal!
132 Pensad en esta palabra para que tengáis fuerza para curar ¡oh! Columna de este recinto; y diciendo tres y siete veces esta palabra, fuertemente, iréis apartando el velo del templo; el velo, entre Dios y vos. Y al decir: Padre quiero que sintáis que vuestras manos se adormecen y veréis pasar por vuestras manos, la fuerza del nombre sagrado; y curaréis y sanaréis y seréis felices con vuestra consolación y vos haciendo el bien.
133 ¿Estáis felices? ¿Estáis contentos? ¿Queréis pedirle más, al que os ama? no me decís. Entonces, el que os ama, os bendice. El que os ama, os ilumina; el que os ama, os da el mensaje redentor, el verdadero mensaje que necesita vuestra alma en provecho del espíritu. Para vivir en verdad, necesitáis mi mensaje; para aprender y para brillar, necesitáis mi mensaje de amor, mi pueblo.
134 ¿Tenéis atrición, mis amados? ¿Tenéis propósito de enmienda? ¿Tenéis concreta y unánime voluntad de unificaros en el amor y perdonaros los unos a los otros? En el amor y en el perdón debéis unificaros.
135 Amados, yo bendigo vuestras flores que recibo con amor. Bendigo vuestras aguas que en bálsamo convierto. Aguas benditas, flores benditas, bendigo todas estas cosas por el poder del Padre, que me ha entregado, en mi nombre que soy el Hijo, por la luz del santo Espíritu, todo esto queda bendito.
136 ¡Ven! ¡Oh! Fuente consoladora. ¡Oh! Efluvios redentores del sacrosanto amor. ¡Ven y haz renovación mental, en el pueblo de Israel! Sigue el alma del Maestro de maestros, manifestando al Cristo cósmico. Sigue el alma del mesías, siendo el vehículo del Cristo universal. Y el Cristo unido a Dios, es parte del mismo Dios.
137 Yo soy el rabí de Nazareth, lleno del Cristo cósmico, manifestando el amor de Dios; y por tanto, bendigo las aguas, los corazones, las flores, las mentes, los cráneos y las conciencias y os doy para este día primero: bálsamo de curación, luz, fuerza, consuelo en vuestros dolores será multiplicado el pan de vuestra mesa, todo lo alcanzaréis con fe ubicada dentro de la Verdad.
138 Y decidme, aunque sean muchas veces en el momento; es el día de gracia, pedidme en el conjunto de voces, ¿qué me pedís? Pedid todos a un tiempo, pedidme, que yo a todos, atenderé.
139 ¡Míralos, Padre! Me piden y en ti confían. ¡Míralos, Padre! Me piden; y yo a ti pido, para darles a ellos.
140 Derrámense los poderes de Dios, sobre este mi pueblo, porque yo al Padre, he pedido darle al pueblo del Padre. He pedido, como vos, me habéis pedido a mí; y el Padre, me dice: ¡dadles a manos llenas, aquellas dádivas que con fe os pidan, porque el valor del fervor es grande, es incalculable.
141 Todas las voces, las plegarias y los suspiros han llegado a mí. Me pedís porque no se pierda María amparo; y he oído esta petición, más que ninguna otra en todo el pueblo; y he atendido y tendré en cuenta vuestras peticiones y vuestras plegarias. Mas, después de haberme solicitado todo lo que habéis pedido y sabiendo que este mes es de dicha y felicidad, ¿qué más me pedís?
142 De vez en cuando será la vibración de María, con vosotros; sin fecha determinada, pero algunas veces será.
143 Entonces, teniendo casa, vestido y sustento, luz, bálsamo de curación para vuestros enfermos, la alegría que os he escuchado, de que os he enseñado a orar, que os he dado mi enseñanza espiritual, que sois ricos de esas revelaciones espirituales, sabiendo todo esto, quiero que después de estar aquí, salgáis felices y dichosos. ¡Bendito este día primero! Esta noche de gracia, yo os digo ¡que nada os falte, que todo tengáis a manos llenas!
144 ¡Adiós, mi pueblo amado de Israel! Dios brilla en todo el universo, sólo falta que el hombre, reciba la luminosidad viva de la conciencia de Dios. ¡Hosanna al Dios de las alturas y paz a los hombres en la tierra, que se amen con buena voluntad! ¡Adiós, pueblo amado! ¡Adiós pueblo bendito, causa de mi paz, de mi amor, de mi luz y causa de mi amor! Vuestro dolor, dejádmelo a mí, amados míos; yo voy delante de vosotros y vosotros tras de mí. Si me buscáis por el camino que os he trazado, me encontraréis y me seguiréis.
145 El que me ame que me siga. El que no me ame ¡eso no importa! En el fuego del amor divino, conmigo aprenderá a amar. Yo os enseñaré a amar. Hablándoos de amor, yo os enseñaré a ser grande. Hablándoos de grandeza, os enseñaré a perdonar y os enseñaré a ser feliz. ¡Adiós, mi pueblo! ¡Gozad! ¡Gozad hoy que ha plenitud me derramo y he sido con vos! ¡Adiós, pueblo bendito!
¡Mi paz, sea con vosotros!